Hora Santa Vocacional Bíblica y Signos
Hora Santa Vocacional Bíblica y Signos
Hora Santa Vocacional Bíblica y Signos
Guía: CRISTO LUZ DEL MUNDO, que velas por el pueblo ven y renueva la comunidad
eclesial. Esta viñ a sigue llamando cada día a hombres y mujeres que estén dispuestos
a llevar tu luz a todas las gentes, multiplica las vocaciones, pues muy bien sabemos
que la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Señ or Jesú s hoy imploramos
misericordia, para que la semilla que se siembre en el anuncio a los jó venes, familias y
a todos los laicos crezca y fecunde. Y a los que ya has llamado cú brelos con tu sangre, dales esperanza, consérvalos
firmes y dales mucha felicidad y fidelidad. Y que está hora sagrada sea un verdadero encuentro personal con la
intenció n de aumentar las vocaciones a nuestra Iglesia universal. (Se presenta una vela adornada y encendida
después de leer este párrafo. Puede llevarlo el coordinador del grupo, como un signo de entrega de la Hora
Santa)
Guía: Primer momento vocación a la vida
Ante Jesú s Sacramentado queremos primeramente suplicarte por el llamado a la vida, la primera vocació n de todo
ser humano, Tú , eres el dueñ o de la vida y sin la vida no hay llamado a las diferentes vocaciones, como nos indica la
sagrada escritura el profeta Jeremías, el salmo 139 y San Agustín.
Guía: Del libro del profeta Jeremías 31:3
Desde lejos el SEÑ OR se le apareció , diciendo: Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia.
Palabra de Dios.
Salmo 139
Pues eres tú quien formó mis riñ ones, quien me tejió en el seno de mi madre. Te doy gracias por tantas maravillas,
admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe. Mis huesos no te estaban ocultos cuando yo era formado en el
secreto, o bordado en lo profundo de la tierra. Tus ojos veían todos mis días, todos ya estaban escritos en tu libro y
contados antes que existiera uno de ellos. ¡Tus pensamientos, Dios, cuanto me superan, ¡qué impresionante es su
conjunto! ¿Pormenorizarlos? Son má s que las arenas, nunca terminaré de estar contigo. Gloria al Padre al Hijo y
al Espíritu Santo como era en u principio por los siglos de los siglos Amén.
Guía: Reflexió n de San Agustín
La vida es gratuitamente recibido, deberá ser gratuitamente entregado. Este es el sentido fundamental de la vida.
Con ella hay que hacer un don o un regalo. Por eso el amor oblativo es reconocido por todos como un signo de
madurez personal. La persona llega a ser ella misma y plenamente responsable de su vida cuando se hace capaz de
entregarla a favor de los demá s. Esto es lo que Jesú s ha hecho: vivir una vida para el servicio. No ha venido a ser
servido sino a servir. Todo el ser se transforma en servicio. Te adoramos Señ or Cristo luz del mundo, por darnos la
vida y la vida en abundancia. Y por eso te suplicamos que los jó venes de hoy amen y respeten su vida como el
tesoro má s preciado que nos has dado, y que cuando ellos se sientan llamados a ir por caminos de oscuridad, tu
mano los alcance, por tu Santas llagas y tu Santa Pasió n.
Todos: Gracias por formarnos maravillosamente. No temas arriesgarte porque contigo yo estaré,
Canto: Antes que te formará no temas anunciarme porque en tu boca yo
hablaré. Te encargo hoy mi pueblo para
Antes que te formaras dentro del vientre de tu
arrancar y derribar para edificar, destruirás y
madre antes que tú nacieras te conocía y me
plantarás.
consagré. Para ser mi profeta en las naciones yo
te elegí irás donde te envíe y lo que te mande
proclamarás. Tengo que gritar, tengo que arriesgar, ay de mí
Tengo que gritar, tengo que arriesgar, ay de mí si no lo hago cómo escapar de Ti, cómo no
si no lo hago cómo escapar de Ti, cómo no hablar si tu voz me quema dentro. Tengo que
hablar si tu voz me quema dentro. Tengo que amar tengo que luchar ay de mí si no lo hago
amar tengo que luchar ay de mí si no lo hago cómo escapar de Ti, cómo no hablar si tu voz
cómo escapar de Ti, cómo no hablar si tu voz me quema dentro.
me quema dentro. Coro
Guía: Vocación por las familias
Guía: Te presentamos Hostia Divina el segundo momento vocación al sacramento del matrimonio y a los
hijos al llamado a la vocación consagrada
Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó , y los bendijo con estas
palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves
del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo». Palabra de Dios.
Te presentamos a las familias, Padre Bueno, Hijo de la sagrada Familia de Nazaret, porque de ahí surgen las
diferentes vocaciones y necesitamos también que los jó venes aprecien el valor del sacramento del matrimonio y de
la fecundidad, en este mundo moderno y posmoderno, se ha perdido el sentido de vivir como verdaderas familias
consagradas a Dios. Al dueñ o de todo y consagrar a los hijos, a los jó venes, para que sean verdaderos cristianos.
Hoy que sufrimos por las faltas de vocaciones consagradas te queremos presentar a todas las familias de esta tu
parroquia y del todo el mundo, a través de este signo una planta, signo de cada familia que nos encontramos aquí y
las que no pudieron asistir, pero sobre todos por las familias que no te adoran, no te aman y no confían. para que
crezca con tu gracia y misericordia y por tu Santa Eucaristía sus hijos sean llamados a la vocació n de servir a los
demá s.
En un momento de silencio se les invita a que ofrezcamos cada una de nuestra familia, para que surjan vocaciones
ante Jesú s Sacramentado que es cuerpo y sangre presente en el altar, lo haremos mediante este signo de la planta
en el altar. (la planta se encamina desde atrás, y se le invita a un joven que lleve el signo, como muestra de
entregar a todas las familias. Mientras se canta)
Canto: Estoy pensando en Dios
Estoy pensando en Dios, Yo siento angustia cuando veo,
Estoy pensando en su amor... Que después de dos mil años,
Estoy pensando en Dios, Y entre tantos desengaños pocos viven
Estoy pensando en su amor... Coro por amor, Muchos hablan de esperanza
más se alejan del Señor... Coro
Olvida el hombre a su Señ or,
Y poco a poco se desvía, Todo podría ser mejor,
Y entre angustia y cobardía, Si mi pueblo procurase,
Caminar... sin alejarse del camino del
Va perdiéndose el amor,
Dios le habla como amigo, Señor, Pero el hombre no hace suyos los
Huye el hombre de su amor Coro senderos del amor...Coro
Guía: Tercer momento llamado a la vocación laical. Un laico es un hijo o hija de Dios que sirve a la iglesia y a su
comunidad con amor y ternura, a ejemplo de Jesucristo que da la vida por amor, quedá ndose en presencia real en
el Sacramento de la Eucaristía presente en la hostia consagrada y en el sagrario por amor a la humanidad.
Lectura de los hechos de los apóstoles
La multitud de los fieles tenía un solo corazó n y una sola alma. Nadie consideraba como propios sus bienes, sino
que todo lo tenían en comú n. Los apó stoles daban testimonio de la resurrecció n del Señ or Jesú s con gran poder, y
era para todos unos tiempos de gracia excepcional. Entre ellos ninguno sufría necesidad, pues los que poseían
campos o casas los vendían, traían el dinero y lo depositaban a los pies de los apó stoles, que lo repartían segú n las
necesidades de cada uno. Palabra de Dios.
Amado Jesú s, al que es todo honor y gloria, por los siglos de los siglos, queremos que abunde la vocació n laical en
todo el mundo, hombres y mujeres que sean verdadero laicos comprometidos al servicio de los que má s sufren en
la iglesia, que puedan ir al encuentro de cada uno de ellos como Tú Señ or, lo hiciste, sirviendo y sanando a todo los
que te lo pedían. Que desde los niñ os a hasta los mas grande podamos ser misioneros. Así como Jesucristo
“instituyó a los Doce (a los que llamó también apó stoles), para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar,
hemos recibido la misma vocació n de discípulos que escuchan al maestro y misioneros” que llevan la Buena nueva
a todos los pueblos, porque la vocació n al discipulado misionero, ademá s de dar sentido a nuestra propia vida, es
decir, que nos salvamos juntos, como dice el Papa Francisco: “no podremos seguir haciendo lo que veníamos
haciendo, y có mo lo veníamos haciendo. No, todo será distinto”. Jesucristo nos llama a superar el miedo, la
comodidad, la mediocridad, la prepotencia o la tristeza y “nos convierte en personas generosas y creativas, felices
en el anuncio y en el servicio misionero”. Padre bueno has que todos nos amemos y trabajemos por el bien comú n,
en un solo corazó n como la primera comunidad, que te amemos, te adoremos y confiemos que la gracia y el amor
perdura eternamente, cuando te descubramos en los que má s sufren a nuestro alrededor.
Guía: Cuarto momento. El llamado a las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa. Un llamado a vivir en
plenitud entregando todo por el reino de Cristo, en donde Nuestro Señ or llama a hombres y mujeres del mundo,
para estar en el mundo, sin ser del mundo.
Lectura del Evangelio Mt. 4,18-20
Mientras Jesú s caminaba junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simó n, llamado Pedro, y Andrés su hermano,
echando una red al mar, porque eran pescadores. Y les dijo: “síganme” Y Yo los haré pescadores de hombres."
Entonces ellos, dejando al instante las redes, Lo siguieron. Y pasando de allí, Jesú s vio a otros dos hermanos,
(Santiago), hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, remendando sus redes, y los
llamó . Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, lo siguieron. Palabra del Señor
Mi dulce Jesú s Sacramentado presencia real, suscita en los corazones de los jó venes la valentía de seguirte, dejando
todo por amor al reino de los cielos. Sabemos que decir “SÍ” no es fá cil, pero la fuerza de Nuestra madre María
Santísima en su “SÍ” sea una palabra de esperanza, de fe y de entrega. Y confiando que si Tú , Señ or, vas en busca de
ellos, sabrá n corresponder al amor de ser sacerdote o entregarse a la vida consagrada. Mira que te lo pedimos con
esa fe tan grande de que estas en la Eucaristía y nos escuchas. Señ or hoy la iglesia sufre de vocaciones por que nos
hace falta proclamar el Evangelio viviente y dar testimonio de tu amor, pero con tu gracia y nuestras oraciones, en
este añ o vocacional habrá una lluvia de bendiciones en vocaciones. Y como dice tu santa palabra la iglesia tendrá
pescadores de hombre. Y mediante este signo de las huellas, queremos como iglesia consagrarte a todos los
jó venes en tu presencia a nuestros hijos jó venes, pero principalmente a los jó venes que carecen de afecto, de amor,
de un proyecto de vida y de todos los que sufren y van por un camino que no es el tuyo, te lo suplicamos por amor
oblativo de la Eucaristía.
Guía: Se presenta un signo de Huellas de los pies. Y se les invita hermanos a que piense y presente a un joven, ahí al
pie de Jesú s Sacramentado, al joven o la joven que necesita escuchar el amor de Dios y lo pueda palpar mediante
esta oració n. Y ellos puedan sentir la presencia de Jesú s, porque ese amor perdura eternamente el gran amigo Jesú s
que da la vida por nosotros. (Puede ser unas huellas de pie impreso, lo lleva una madre como signo de
entrega de los hijos jóvenes, saliendo de la parte de atrás. Mientras se canta)
Canto: Ven y sígueme
Me pides Señ or que yo te siga me pides que me
Ven y sígueme no esperes má s yo junto a
ponga a caminar, difícil es para mí es complacerte es
ti siempre estaré no temas que palabras
mucho lo que tengo que dejar.
tengas que decir yo por tu boca hablare.
Me llamas Señ or a ser apó stol y sabes que es mucho (2)
para mí quisiera algú n día yo seguirte es mucho lo
que tengo que dejar
Guía: En un momento de silencio dejemos que la paz de Cristo y el Espíritu Santo nos llene y nos conceda la
fortaleza para anunciar a Jesú s en este añ o vocacional. Y en ese momento de silencio también podamos adorar a
Jesú s por todos los sacerdotes y la vida consagrada, por aquel sacerdote que nos dio los sacramentos, o por una
amistad que tengamos con la vida sacerdotal y consagrada, para que Dios sea siempre el centro de sus vidas, y en
sus fragilidades y soledades humanas nunca les falte la misericordia del Dios vivo.
Guía: Preces a cada intenció n decimos: Te lo pedimos Jesús Sacramentado
Para que las comunidades que oran insistentemente por las vocaciones se atrevan a proponer a sus jó venes
un camino de especial consagració n. Oremos.
Para que todas las personas del mundo sepan que ¡El Señ or también les llama a ser parte de su pueblo y lo hace con
gran respeto y amor! Oremos.
Por el Papa Francisco, para que la Iglesia acoja y fecunde todos sus deseos y proyectos sobre la nueva
evangelizació n. Oremos.
Por todas las familias, para que sean un semillero de vocaciones. Oremos
Por todos los grupos parroquiales, para que todos sean una pastoral vocacional en el anuncio de acrecentar la vida
sacerdotal y la vida consagrada. Oremos.
Padre nuestro….
Dios te salve María.
Santa María….
Gloria al Padre….
María reina de las vocaciones: Ruega por nosotros