Sabiduria Inka Hacia Un - Nuevo Dia - (Spanish Edition)

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Sabiduría Inka

hacia un "Nuevo Día"

Jorge Luis Delgado

Corporación MERU EIRL


Sabiduría lnka Hacia un "Nuevo Día"
Autor - Editor:
Jorge Luis Delgado Mamani
Jr. Melgar N° 188 Puno Perú
Email: jorgeluisdelgado2017 ogmail.com

Diseño de portada: Víctor Neira


Y Fotografías págs. 17, 45, 71, 96, 211, 253
Corrección de Estilo: Hernán Cornejo - Rosello Dianderas
Diagramación: Romel Sanizo C.
Fotografía: Archivo de autor

Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú

N° 2016—04819
ISBN: 978-612-00-2249-8

Impresión: Corporación MERU E.I.R.L. Jr. Carabaya 128

Puno Perú
Email: [email protected]
Puno - Perú
Impreso en Perú Mayo 20t6

Primera edición: Mayo de 2016


Tiraje: 4000 ejemplares

Queda prohibida la reproducción total y parcial de esta obra por cualquier


medio o procedimiento sin autorización escrita de los titulares del copyright,
bajo las sanciones establecidas en las leyes.
PR0LOGO

PRESENTACION a JORGE LUIS DELGADO

Del libro “Sabiduría Inka” (Hacia un nuevo día)


Peregrinaje guiado a los lugares sagrados de los Andes.
En un mundo actual, donde la cultura del mercado crea su propio espejo y
vacío cultural y donde extiende su manto la crisis ya anunciada en el marco
de la modernidad, según Guenón o Evola; resurge, como alternativa de vida
la vuelta a nuestra matriz originaria, la asombrosa luz de nuestros ancestros y
de nuestros sueños. Al recobrar el sentido de la cosmovisión andina, seminal
y holística su carácter agro céntrico, basado en la tierra, personificada y
divinizada en la Pachamama: nuestros amarus se revitalizan. Ya no es tiempo
de hablar de la sangre, ni de las voces de los cerros, con lamentación y
distancia, como lo hacía la cultura eurocéntrica, sino como imperativo de
afirmación inobjetable, se desborda lo andino con su memoria y su ajayu que
siempre estuvo con nosotros y ahora busca delimitar -para ya jamás retraerse
— su propio espacio. Está en Cada uno de nosotros atribuirle un significado
liberador y alternativo a ello, o inclinarse hacia el prurito racionalismo. Que
la historia nos designe. Pero, ésta historia solo absolverá a quienes apostaron
y lucharon por el cambio necesario y no a quienes lanzaron sus grilletes y se
dispararon a los pies. De algo podemos estar seguros, que el debate entre la
ciencia moderna y las creencias ancestrales se conciliará y terminara algún
día.
Ahora se desbroza afirmante el saber andino en áreas como el enfoque de
filosofía, de la ciencia, de la racionalidad, de género, idiomas, mitos, rutas, de
tradición oral, religiosidad, de lo ritual y lo festivo, así como el mundo
ceremonial andino, omnipresente, pero vertebrador del pensamiento andino,
de estos pueblos que siempre pervivieron sobre el imaginario socia
hegemónico asociados a la muerte, pero desde lo autónomo siempre fue
escenario de la más elevada vida, a través de resistencias y esperanzas
incesantes. El ser del hombre andino no es de un ser para morir. Es más, su
concepto de
la muerte es distinto al ser occidental. La muerte para él es el
cumplimiento de un ciclo vital y el cambio de una Pacha a otra. El hombre
andino siempre amó la vida, su familia, la tierra y la naturaleza, y sabe que lo
primero que tiene que proteger es su vida y el Ayllu. El tiempo es
consubstancial a la materia, es circular y eterno. Ahora comprobamos, que
esta sabiduría oralizada, venida desde nuestros abuelos, tiene que ver por
ejemplo con lo que los amautas construyeron para instruirnos: con la
sabiduría de los Quipus como uno de los aportes originales de las poblaciones
andinas con múltiples usos y sucesivas permutaciones que hablaban con el
universo. La gran «ruta de sabiduría», Qhapaq Ñan, o «camino de los justos»
que es la ruta de lo sagrado andino. Es el andar el que explica sus misterios,
de allí, podemos aprender, conocer y dominar todo el conocimiento ancestral,
porque somos la punta de la madeja de ese hilo conductor que nunca se
rompió, porque somos los que no podremos olvidar, los fieles, los que no
traicionamos la estirpe macerada de nuestros padres Inkas.

Por eso se habla de un conjuro con el futuro, donde se revierte aquello


que nos decían que los indígenas solo tienen pasado y no destino, por el de
que el pasado nos vuelca, a poner los dedos de frente por un nuevo Pachakuti,
donde el hombre alcance los rayos de la esperanza. Quedará en tinieblas
todos nuestros lastres y silencios y esa divina luz reavivará nuestro corazón y
se apegará transmutada en la tierra. Ya lo decía Helena Blavatsky: Todo
cuerpo astral, aun el del hombre justo y virtuoso es perecedero, porque es
formado por los elementos que se han restituir, mientras la entidad del
hombre perverso se desintegra sin dejar rastro, en el caso de los hombres
limpios de corazón se renueva por asimilación en partículas más sutiles y no
perece mientras en él arde la chispa divina.
El presente libro de mi amigo de toda la vida Jorge Luis Delgado, se centra
a la tercera mitad de nuestra razón de existir, de nuestro sentido de verdad, y
de poseer iluminación, cuando se refiere al sol y a los templos de la luz. Nos
hace ver que el sol interior es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos
asusta.
No hay nada iluminador cuando no te cierras entre otras personas que
cerca de ti se sienten seguras y comparten la música de la vida dada por la
luz. No solamente en algunos de nosotros: Esta dentro de todos y cada uno.
Mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso
a otras personas para hacer lo mismo. Y al liberarnos de nuestro miedo,
nuestra presencia automáticamente libera a los demás.
La relación del hombre con el “mundo intermediario". es una relación
de función: colocado entre el Cielo y la Tierra, no solo en el sentido principal
que tienen en la Gran Triada, sino también en el sentido más especializado, es
decir, entre el mundo espiritual y el mundo corporal, y participando a la vez
del uno y del otro por su constitución, el hombre tiene por eso mismo, al
respecto del conjunto del cosmos, un papel intermediario comparable al que
tiene en el ser vivo el alma entre el espíritu y el cuerpo. El elemento que es
propiamente característico de la individualidad humana como tal es la mente
el mismo que se sitúa en el hombre como el hombre mismo se si4úa en el
cosmos. Desde entonces es posible comprender que la función en relación a
la cual se establece la correspondencia del hombre con el alma que le
representa en el ser vivo, es propiamente una función de mediación: el
principio anímico ha sido calificado frecuentemente de mediador entre el
espíritu y el cuerpo, de igual modo, el hombre 4iene verdaderamente un papel
de mediador entre el Cielo y la Tierra. Así, como sostenía Zenón Depaz que
lo importante es que cobre horizonte de sentido la propia existencia, cuando
halla su lugar y proyecta su orden teleológico que sostiene los fines y
propósitos del buen vivir.
No es nuestra intención abarcar todo lo que comprende el presente
texto que es una cartografía de nuestro ser identitario, de nuestros silencios
pero, también de nuestras esperanzas, y lo que si deseo es sostener que desde
un punto de vista personal el autor de esta importante entrega, tiene un
destino de revelación y de iluminación a fin de convertirse en un “hombre
transcendente”, que es aquel que se ha llamado a veces “hombre espiritual" es
decir, aquel que, habiendo llegado a la realización total y a la Identidad
suprema,
Ya no es, hablando propiamente, un hombre, en el sentido individual de
esta palabra, puesto que ha rebasado la humanidad y está enteramente
liberado de sus condiciones específicas, así como de todas las demás
condiciones limitativas de cualquier estado de existencia sea el que sea.
Además su abocamiento al entendimiento del simbolismo, de la
espiritualidad, y de la holística de lo andino, hace que vuelva a la semilla para
fecundar nuevamente el alba de Pachakuti, para irradiar nuevamente la luz,
transmutadora donde los elementos de la materia y sobre todo la luz
iluminadora que alumbra en Machu Picchu como en el lago Titikaka de modo
más esplendoroso, sean imanes de lugares de liberación, para recordamos que
todo es trascendente, que el corazón se abre al cosmos cuando sabemos que
la eternidad está en nosotros, cuando somos la conjunción del sol interior con
el sol exterior. Así pues, Jorge Luis ha devenido en hablar como un “Hombre
Universal" en el sentido de que, desde que ya no tiene que recorrer otros
estados en modo distintivo, puesto que ha pasado de la circunferencia al
centro, el estado humano deberá ser para él necesariamente el estado central
del ser total. Que se enmarca en el término de los “misterios mayores" y que
corresponde a los de una gran sabiduría que tiene una comunicación directa
con los estados superiores del ser, al efectuarse según el eje, no es posible
más que desde el centro mismo: para el resto del dominio humano. No puede
haber más que una comunicación por una suerte de refracción a partir de este
centro. Así, puede desempeñar realmente, en relación al estado humano, el
papel de “mediador" que el “Hombre Universal" desempeña para la totalidad
de los estados; elevándose por el eje de sí mismo a estados superiores. El
presente libro constituye muchas resignificaciones más, pero, lo más
importante es que es una invitación a nosotros mismos, a un proceso de
recomposición y conexión del ser desde el pensamiento ancestral, para vernos
en todo nuestro potencial y armonizar con el universo, como magistralmente
lo hicieron nuestros antepasados.

Boris Espezúa Salmón.


Puno, mayo del 2016.
PRESENTACIÓN
Camino hacia la luz que renueva

El libro que usted amable lector o lectora tiene entre manos y se apresta a leer
es una síntesis luminosa del pensamiento energizador sobre el orden cósmico
existente en el mundo andino cuya cultura recrea la inmensa eternidad. Su
lectura, comprensión e interiorización facilitará entender que la Luz que
irradia el Padre Sol es energía y es amor. Ese descubrimiento y práctica
nutrieron de sabiduría permanente, entendimiento activo y laborioso a
nuestros ancestros Inkas, dotándolos de capacidad para crear cultura que hoy
en día revive y se proyecta como ejemplo de nueva civilización. En el
Incario, por la energía emanada de la Luz, se puso en práctica valores
estelares para que reine armonía en toda expresión de vida, con miseria cero y
con hambre cero en medio de gran explosión espiritual.
No obstante, todo lo escrito, transmitido y difundido sobre la cultura lnka
que dicen fue “descubierta" hace casi 500 años, es parcial y tergiversada con
puntos de vista impuestos por los vencedores que ocultaron y extirparon
prácticas y pensamientos originarios propios del mundo andino,
calificándolos de idolatrías.
Hoy en este nuevo Pachakuti, que es el tiempo de retorno a la esencia del
cosmos expresado en un Nuevo Amanecer, tenemos oportunidad única para
admitir la esencia nuestra reconociéndonos como Hijos del Sol e Hijos de la
Luz.
Cuanto más reconozcamos esa Luz en nuestro corazón podremos verla en
todas las personas y en todo el entorno. Si logramos ver en los demás lo que
vemos dentro de nosotros, creceremos en amor, en sabiduría y fuerza
activadora de energía. Así, este libro será instrumento inicial para advenir a
ese estadío. Cuando aceptemos esa Luz en nuestro corazón aceptaremos que
todos sin excepción somos, también, Hijos de la Luz.
Si nos familiarizamos con la Luz que surge y vive en nosotros y captamos
su expresión y sus cualidades multidimensionales, alcanzaremos renovada,
pura y fundamental energía para experimentar vida verdadera en nuestro
cotidiano actuar.
Es indudable que los Inkas supieron valorar las regiones montañosas por su
condición de territorio abrupto con zonas de imponente altura para
diariamente Concretar, sin interferencias, contactos físicos con el señor más
luminoso de los cielos: El Padre Sol y luego con la Madre Luna y los Nidos
de Oro que son las insondables, serenas y amables estrellas que se agrupan
como antesala de la eternidad. Entonces, convengamos que desde Los Andes,
verdadera plataforma planetaria, podemos conectamos más fácilmente con
todas las regiones ecológicas de nuestro continente, de los demás continentes
y con los mundos etéreos y cósmicos que diariamente nos observan.
Como autor de este libro confieso que haber nacido y crecido en el
Altiplano realizando viajes diarios acompañado por peregrinos de diferentes
nacionalidades, me dio la oportunidad de conocer los espacios sublimes,
inicialmente detectados y modelados por nuestros ancestros y luego
plasmados en diferentes Templos Sagrados. Ello me permitió alcanzar
magnifica compenetración con las burbujas de Luz y, a través de ellas,
adquirir capacidad para leer la esencia de vida serena y amorosa que nos
permite, efectivamente, descubrimos cada día como “Esencia de Luz”
Cuando nuestras maravillas sean reconocidas a nivel mundial,
reconoceremos íntimamente que esas maravillas son producto de la
asombrosa convicción de que somos Hijos del Sol, cosmovisión que nos
vuelve multidimensionales, porque el Padre Sol es un amplio y generoso
Portal de Luz que nos obsequia seguridad y confianza al hacernos sus hijos,
por ende Portales de Luz que se resumen en Munay o Amor, Llankay o
Servicio y Yachay en Sabiduría. Esos temas esenciales los desarrollo en los
capítulos 3, 4 y 5.
En las Siete Relaciones o llamadas, también, Siete Armonizaciones
encontraremos una especie de GPS espiritual para ver si estamos creciendo o
no y cómo aplicamos nuestros dones en los Tres Mundos: de arriba, de abajo
y del medio y su relación con la Madre Tierra.
Además explicamos cómo utilizar y optimizar algunos Instrumentos de
Poder acompañados por ejercicios y prácticas solares para alimentar el alma y
asegurar nuestro crecimiento espiritual
Lo que han de leer, sentir y practicar no es religión es espiritualidad
dedicada a todos las Hijas e Hijos del Sol para que vuestro Sol Interior
ilumine ahora, así crear una nueva sociedad una nueva humanidad un nuevo
mundo.
Renovada gratitud a amigos y amigas del mundo que su presencia y ánimo
impulsaron e inspiraron la realización de este rayito de Luz
Jorge Luis Delgado
Contenido

Página del título


PR0LOGO
PRESENTACIÓN
HIJOS DEL SOL
NUEVO PACHAKUTI
MUNAY: O EL AMOR PLENO
LLANKAY O “SERVIR SIN SACRIFICARME”
YACHAY O LA SABIDURIA
LAS SIETE RELACIONES
LOS TRES MUNDOS
EL CUERPO DE LA PACHAMAMA
ALGUNOS INSTRUMENTOS DE PODÉR INKA
EJERCICIOS PRÁCTICOS Y ENTRENAMIENTO
AGRADECIMIENTO
HIJOS DEL SOL
Historias que trascienden el tiempo

Unidad entre espacio y Humanidad

Todas las leyendas andinas han generado en el tiempo y en su evolución


histórica, conocimientos y prácticas que sobreviven, tanto por la luz de
verdad que irradian, como por el equilibrio entre naturaleza y humanidad,
entre espacio físico y sentimientos humanos que emanan. Esa ecuación
cósmica ha procreado una realidad sugestiva que sustenta que el ser humano
es energía lumínica y es Hijo del Sol. Ese mundo andino de altura vive unido
a la naturaleza y al escenario cósmico estableciendo una estrecha relación
entre historia remota y leyenda transmitida conservada y viva mediante
procesos y prácticas que nos llegan hasta hoy. Por ello afirmamos que el
mundo andino fue centro de energía cósmica porque avivó los valores de la
diligencia, de la laboriosidad alegre, confiada y del amor pleno para todas las
expresiones que prodiga el mundo y la Madre Tierra. El mundo andino
mantuvo vigentes sus más íntimas concepciones. Pese a la insurgencia de
fuerzas exógenas que pretendieron violentar su esencia no sucumbió ni
ignoró sus saberes al no matar la esencia de su ser social y colectivo.
En este escenario de altura andina vivimos una época privilegiada
porque gran cantidad de sociedades del mundo. ajenas y distantes a la
realidad de Los Andes descubren la fortaleza de las concepciones armónicas
ante la naturaleza y ante el entorno cósmico y la unión indisoluble entre ellas
que atesoraron los Inkas y sus descendientes, como ecuación que es base y
fundamento del ser y del acontecer de los hombres y mujeres que habitan los
Andes. Ante ello debemos estar persuadidos que del Ande surgió, surge y
seguirá surgiendo serena la vida verdadera como brújula cósmica para
felicidad de las personas y los pueblos.
"Naturaleza Genial"

Como matriz de realidad


El mundo andino ha trascendido la historia. No obstante, es conveniente
precisar que la historia andina y sus temas legendarios, tanto por falta de
escritura formal en las civilizaciones de Los Andes, como por carencia de
textos gráficos que evidencien esos conocimientos, a los que hoy en día es
difícil acceder y conocer, han llegado a nosotros bañados con la vestimenta
del mito: pero en estricto sentido, no son mitos inventados ni leyendas
ilusorias, sino son conocimientos verdaderos. Son prácticas cedidas a las
generaciones como alimento de identidad que a través del tiempo los han
fortalecido, afirmando una realidad inaugural que explica la relación de los
hombres y mujeres andinos con el Cosmos y con la maravilla que es la
creación y la vida que resplandece en la "Naturaleza Genial”. En esa
perspectiva los hombres de los Andes construyeron civilización, vida y
cultura en relación y unión al orden inmortal del universo mimetizándose e
identificándose con él. De allí surge la inmutable eternidad de la energía de
Los Andes y de la vitalidad de los hombres y mujeres que viven en él y
honran al Padre Sol. Esa concepción nos explica la magnífica reciprocidad de
los habitantes de los Andes con el planeta Tierra o Pachamama y con el
cosmos solar y sus proyecciones más extensas e intensas, plenas de luz, de
energía y de revitalización.
Esa historia y práctica andina evidencia su verosimilitud, su condición
de verdad porque no son ensoñaciones. Sino contactos realizables, encuentros
tangibles y aperturas concretas a las que podemos acudir, acceder y conocer
para ponernos en comunicación y unión con el fascinante mundo de la luz y
de la energía.

La correspondencia con el cosmos y con el Padre Sol hasta hoy persiste


en la vida del hombre y de la mujer que moran en los Andes Meridionales de
América del Sur y se abre como perspectiva y puerta de entrada para que los
seres humanos ingresen al mundo de la luz y de la revelación. Constatamos
ahora que muchos seres humanos contemporáneos, merced a su despertar y a
la nueva iluminación que los alcanzó, ya están recuperando esa verdad y sus
prácticas que fueron relegadas al olvido y ocultadas por casi medio milenio
de oscurantismo. Los seres humanos vinculados a Los Andes gozan del
mundo de la revelación protegidos por la luz y la energía mediante un
conjunto de prácticas, procedimientos y nombres en quechua o aymara o en
la íntima correspondencia y complementación idiomática que se registra entre
esos dos idiomas que engalanan la realidad andina que es un revitalizado
descubrimiento.
Titikaka: Imperturbable creador

Entorno pleno de Templos de Luz


¿Dónde germinó la primera simiente de unión del hombre y de la mujer
con el cielo y con la tierra? ¿Dónde surgió la unión indisoluble con el Padre
Sol y con la Madre Tierra, Mama Pacha o Naturaleza que prohijó seres de
luz? ¿En qué lugar, que felizmente el tiempo ha salvado, germinó la vida
estelar? El lugar de eclosión y nacimiento de los Hijos del Sol fue el lago
Titikaka donde, en el principio de los tiempos andinos, el Padre Cósmico y
Madre Cósmica se unieron y entrelazaron juntando de manera indisoluble
cielo, agua y tierra. Ese enlace trascendente no ha muerto, porque el lago
Titikaka, en la actualidad es un dios fecundante que se proyecta como el
primer punto de manifestación vital y de acción imperecedera de los Hijos del
Sol con que cuenta el planeta Tierra y cuyo benéfico resplandor se irradia en
todos los Andes Meridionales.
En esa perspectiva de crecimiento en unión con la inmensidad cósmica
del Titikaka y con sus entornos que se visualizan como templos de luz en
sólidas formaciones megalíticas y como adoratorios ubicados a grandes
distancias. Algún día todos los seres humanos podrán llegar a ser Hijos del
Sol si admiten como suya y diariamente la energía que emana del magnífico
Padre Sol que se refleja en el Titikaka y en otros puntos de luz que se unen a
ella.

No obstante, vayamos por partes

Inka ="Luz Transparente", "Prisma Energético"


En el escenario andino la principal historia legendaria que reconstruye
valores humanos refiere que los Inkas fueron identificados como los Hijos del
Sol. Conocer esa condición nos invita a llegar a una nueva comprensión. Nos
abre un nuevo mundo y nos explica la más sugestiva correspondencia que
jamás algún ser humano estableció con el cosmos.

El lnka, alcanzó esa sabiduría convirtiendo su vida en armonía con la


naturaleza y con el cosmos. Fundamentó bases y relaciones entre los seres
humanos con el cielo y con la tierra. Por eso, la memoria que ahora nos llega
es como un espejo en el que podemos miramos e identificamos, siempre y
cuando alimentemos la ilusión trascendente de reconstruir nuestro presente
inspirándonos e incorporándonos a la sabiduría de los Hijos del Sol y
convirtiéndola en práctica permanente que fortalece nuestro espíritu.
¿Qué significa la palabra "lnka”? Es la conjunción de los vocablos ”Inti”
y ”Kana”, donde "lnti” alude al "Sol", pero que no es simplemente el Sol que
transita por el cielo, ese Sol físico que aparece y desaparece por el
movimiento de rotación, sino que es el "Sol" genitor que emite ondas
energéticas que transportan códigos de programación mediante frecuencias
refinadas que constituyen la esencia y el alma de todo lo que existe,
incluyendo a los seres humanos. "Inti” es, por tanto, energía que ilumina.
Por su parte, "Kana" es "luz” pura y transparente. Entonces con Inti y
kana se forma la conjunción lnka que denomina la energía propia de los
"Hijos del Sol" que son los Inkas a los que les iluminó y absorbió la "Luz del
Padre Sol”, que recayó sobre ellos, los iluminó, energizó y transparentó. Eso
significa que los seres humanos, los ”Hijos del Sol", en la relación con su
Padre Sol se convierten en prismas que concentran y expresan la condición
de energía que los ilumina de manera única, intensa y reveladora.
Ojo que también somos hijos de la Mama Pacha (Madre Tierra) somos
filamentos de luz que provienen de la esencia de la amada Madre Tierra y nos
materializamos como un cuarzo “Como un cristal que cuando nos toca ese
Kana dejamos fluir la luminosidad de los 7 rayos.

Plenitud tetra dimensional

Agua, fuego,aire y tierra son Luz


Todo ello se complementa con un conjunto de expresiones propias del
Padre Sol y de la Madre Tierra que incluyen la sumatoria de los elementos
que conforman la naturaleza como son el agua, fuego, aire y tierra. Realidad
indivisible en un orden dispuesto para utilizar y compartir los atributos
propios de cada elemento. No olvidemos que todo lo que existe es expresión
de la luz, porque el mundo que observamos es unitario constituido por
nuestra propia existencia.

Como ejemplo directo tenemos a las plantas, los cerros, ríos, nubes y
viento que viven e irradian energía que poseen, transmiten y llevan en su
esencia los mismos atributos propios del Padre Sol que además de darnos
energía y luz nos transmite amor o "Munay", capacidad de servicio o
”Llankay" y sabiduría o “Yachay”. Todo en la naturaleza es Munay, Llankay
y Yachay y hasta las plantas más inanimadas o aparentemente inconspicuas o
las piedras silenciosas y serenas son amor, laboriosidad y sabiduría. La
naturaleza de la vida bien llevada es armonía, así como la naturaleza del lnka
es amor, servicio y sabiduría. Todos nuestros entornos naturales son
equilibrio bello y elocuente así guarden aparente silencio.

Fue tan sincera y real la identificación de los Inkas con el Padre Sol que
formaron el Tahuantinsuyo que es una palabra compuesta que alude a los
cuatro territorios que conformaron el Incario y que se fracciona en tres
étimos: “Tahuan", que es cuatro, "Inti” que es Sol y energía, y finalmente
"Suyo" que es "Espacio unido". Entonces "Tahuantinsuyo" nos remite y se
refiere a: los cuatro espacios unidos por la energía del "Padre Sol", "Tahuan,
Inti, Suyo”. El Padre Sol une a los cuatro territorios con un centro nuclear
constituido por el Cusco y el Titikaka que son irradiadores de luz y energía.

Hablemos con el “Padre Sol”

(Somos luz si amamos, servimos y sabemos)

Comunicándonos con el Padre Sol se nos abre el mundo de la


realización. Pero volvamos a la energía. A medida que admitimos y
reparamos que la vida se origina de la luz y proviene de ella,
comprenderemos que cada uno de nosotros es luz que es un soplo divino que
recae en cada uno de nosotros para iluminar nuestra vida alcanzándonos
salud, bondad y capacidad. Los seres humanos no deberíamos ser otra cosa,
sino energía pura. Si admitimos que somos luz, empezaremos a reconocer las
cualidades del amor, del servicio y de la sabiduría que viven dentro de
nosotros. Por eso debemos ingresar y activar el mundo de la luz para
despertar en nosotros una adquisición de vida plena, con amor, con sabiduría
y con capacidad de ser, hacer y aparecer sin aparentar.

Cuando nos reconocemos como Hijos del Sol y nos disponemos a


experimentarlo en profundidad y constancia, y hablamos con el "Padre Sol",
nos consubstanciamos con él, todos los días nos entregamos a él, nos
llenaremos de luz que poco a poco inunda nuestro cuerpo espiritual, amplía
nuestro cuerpo mental, equilibra nuestro cuerpo emocional sin odios ni
miedos ni energías negativas y, obviamente, aligera los pesos y lastres de
nuestro cuerpo físico que recupera su condición de magnifico escenario de
movimiento y de base de nuestro acercamiento y llegada al mundo de la
energía y del equilibrio. Con todos nuestros cuerpos en armonía
conformamos una majestuosa unidad, una esencia lumínica corporizada en
diferentes dimensiones y consistencias.

Energicemos nuestros cuerpos en la luz


Los Hijos del Sol conscientes y con vida de solidaridad no sólo adoran
al Padre Sol, porque no se trata simplemente de recoger la luz en el nivel
físico, sino que es referente para el diálogo y la luminosidad continua. Por
tanto, debemos aceptar con absoluta sinceridad y entrega que la realidad es
multidimensional que se despliega ante nosotros con diferentes
manifestaciones y acontecimientos. Por ello debemos agudizar nuestra
percepción y educación en conciencia para, primero, percibir y asimilar la
energía del Padre Sol, para volvernos más y más conscientes del significado
de la luz en su sentido más profundo porque somos cuerpo espiritual, cuerpo
mental, emocional y físico.

Ello nos llevará a valorar el significado y la presencia de la luz en


nosotros con mayor convicción. El Padre Sol nos trae la luz todos los días lo
hace cuando nos despertamos por la mañana para comenzar a ver con
claridad sintiendo que la vida nos ilumina a través de él. Frente a él
tendremos gran contacto que debemos potenciar. Mirar al Padre Sol y
absorber su energía es práctica que debemos volverla cotidiana.

Para los Hijos del Sol la claridad es importante. Permite reconocerse y


saber lo que realmente son y pueden llegar a ser. En el sentido de entrega al
Padre Sol es factible que lleguemos a conocernos plenamente e ir más allá y
saber sobre nuestro Padre Divino y sobre nuestra Madre Divina, porque
iluminados como estamos ya admitimos su existencia ya creemos y sentimos
que el Padre Cósmico y la Madre Cósmica se aman mucho, y que nosotros
existimos como resultado de ese amor. Es por eso que decimos que somos
amor y venimos del amor. No venimos del pecado. Todo está en hablar
diariamente con el Padre Sol limpiamos emocional y espiritualmente y
energizarnos físicamente.

Otro aspecto importante de la luz es la transparencia. Por ejemplo a


diario vemos plantas o rocas y observamos por diferentes medios la belleza
de la Madre Tierra en todas sus manifestaciones. Si efectuamos la
observación con recogimiento y meditación nos despejará incógnitas, nos
hará consentir que hay silenciosas fuerzas de gran belleza y que existe un
orden superior que nos indica que todo viene de la luz, que no hay nada
oculto ni aislado y que la verdad siempre transmite y nos alcanza
transparencia. Los seres humanos somos luz si amamos, servimos y sabemos.
Con claridad y transparencia somos honestos con nosotros mismos así
podemos aceptar nuestros dones y debilidades. Aceptándonos como somos
vamos alimentando el alma con las energías refinadas, y así armonizar las
debilidades ya que todo es proporcional, así como tenemos talentos tenemos
debilidades que superar.

Calor que da calidez y entusiasmo


El Padre Sol también encarna y comparte calidez. A medida que lo
recibimos con gratitud, podemos percibir que surge en nosotros un calor
propio que es sino vitalidad anímica que surge de nuestras nuevas actitudes
asumidas al hablar con el Padre Sol. Tenemos nuevas palabras de nuestro
afecto de disposiciones y relaciones que establecemos, fundamos,
mantenemos y adaptamos con nuestros entornos.
¿Por qué esa calidez? Porque su calor es importante para nosotros,
porque si no somos cálidos con nosotros mismos, si no aceptamos la calidez
del Padre Sol, no podremos ser cálidos con los demás. Por ello para alcanzar
un estadío revelador de nuestra existencia es necesario tomar conciencia del
viaje hacia nosotros mismos alimentando nuestras conversaciones internas,
refrescando nuestros diálogos internos.

Preguntémonos, ¿Utilizamos con nosotros mismos palabras cálidas o


frías? ¿Cómo podemos compartir nuestra calidez con nosotros mismos? ¿Es
posible hacerlo? ¡Si es posible! Y es posible cuando amamos a todo lo que es
creación y vida, cuando procedemos sirviendo: compartimos con entusiasmo
y alegría para hacer el bien.

Cuanto más palabras salidas usamos para con nosotros mismos estaremos
acostumbrándonos a tratar con calidez, veremos que todas estas palabras
salidas vienen del corazón, todo lo que viene del corazón es verdad y todo lo
que viene de la mente no siempre es verdad.

Todo dentro de ti

Somos megáfonos, audífonos y parlantes


Debemos aceptar que disfrutar de la luminosidad que cada uno de nosotros
lleva dentro de sí; proviene del entorno cósmico, solar y tiene mucho que ver
con el entusiasmo que desplegamos por la vida que poseemos. ¿Pero qué
significa la palabra entusiasmo? Ese vocablo que encarna aspectos de la
energía humana que además posee gran edad, surge de raíces griegas que nos
dicen que "Los Dioses están dentro de ti”.

Cuando somos conscientes de la luminosidad de nuestro Sol Interior que


proviene del Padre Sol, vivimos entusiasmados e inspirados, conscientes de
que compartimos nuestra diaria experiencia de tener vida y disfrutarla.
Emanamos trascendencia y enaltecemos lo cotidiano fundando nuevas
relaciones de uno con el universo. Ampliamos la vida, somos megáfonos,
audífonos y parlantes. Somos luz energética y transparente. Sabemos que no
sólo una mente brillante e inteligente es importante para sustentar
armónicamente las relaciones múltiples de la vida, porque alimentarnos
nuestra energía y aprendemos a vivir con nuestro Sol Interior, radiante y
luminoso.

Varias personas que han ingresado al mundo de la luz relatan, que


cuando más interiorizan ese acercamiento, mas perciben que todas las
cualidades de la luz se entronizan, para bien, en sus vidas. Más crece su
mundo interior. Es como tener una y más vidas que amplían la concepción y
convicción humana en lo bello que es vivir transitando rutas de energía y luz
con perspectivas tridimensionales que se alcanzan cuando se vive en camino
a la iluminación. Mientras más conectamos al Padre Sol con nuestro Sol
Interior más nos conectamos con el Sol detrás del Sol que es la otra
dimensión de la eternidad.

Chakarunas: Hombres puente transmisores de energía

Un puente entre dos perfectas energías


Cuando aprendemos y sentimos que somos rayos del Padre Sol y
actuamos como finos filamentos de la Madre Tierra nos volvemos
Chakarunas u ”Hombres Puente", y entregamos y distribuimos al entorno los
mensajes de la Madre al Padre y del Padre a la Madre. Estamos rodeados y
cubiertos por el amor de la Madre Tierra y por la sabiduría del Padre Sol. En
medio de esas dos energías inmutables, permanentes expresamos el amor y la
sabiduría a través de nuestra vida y nuestro trabajo. Asumimos plenamente la
capacidad de lo que llamamos servicio. El Chakaruna es una persona
transmisora privilegiada de energía y de saber.
Los Hijos del Sol acuden y se relacionan con el Padre Sol como si fueran
portales abiertos y amables, como conductos a través de los cuales fluye
energía vital. Esto puede sonar muy técnico, pero en realidad es muy simple,
porque es Munay, es Llankay y es Yachay que son el amor, el servicio y la
sabiduría. Como Hijos del Sol, somos conscientes de que somos eternos pese
a ser mortales. Y, también, somos portales que gozamos de la eternidad en el
presente si dejamos que el Munay, Llankay y Yachay fluyan a través de
nuestras vidas. Esta toma de conciencia no es sólo un concepto o imagen
mental, es una experiencia real en nuestros cuerpos. Toda manifestación es
una expresión de la Madre Tierra y de la memoria solar del Padre Sol.
Procede del Padre Cósmico, que es mente universal, corazón y sabiduría.
Cada uno de nosotros es una puerta de entrada para que fluya la energía
vital que proviene del Padre Sol. En cada uno de nuestros Soles Interiores
hay una fuente inagotable de amor, de servicio y de sabiduría. No olvidemos
que toda creación es una manifestación de amor a la que aportamos nuestro
servicio para engrandecer la continuidad de la vida, porque todo es sabia
unión entre la Madre Divina y el Padre Divino. Y ser Chakaruna, hombre
puente, es actuar como dador y facilitador.

No solo somos mente

Somos varias energías transparentes


Cualesquiera que puedan ser nuestras experiencias de vida, cuando
estamos inmersos en nuestro Sol Interior gozamos de perspectivas
completamente diferentes de las situaciones que vivimos. La parte difícil es
ser conscientes y reconocer la forma en que tomamos las cosas. A menudo
tendemos a ser mente porque solemos creer que lo que la mente piensa es
siempre correcto. Y no es así.

El concepto de espíritu en la tradición lnka se expresa en energías


refinadas, que son las energías del amor, las energías de la luz y de la vida.
Pero cuando nos alejarnos y ubicamos nuestra vida en distancia
con la naturaleza sentimos agobio y crecimiento del estrés. Por ejemplo,
si percibimos las energías de la naturaleza observaremos cómo cambia
nuestra conciencia, porque la naturaleza nos enriquece y dimensiona
alcanzándonos y trayéndonos de vuelta a nuestra propia naturaleza, a la
naturaleza del espíritu. Si nos contactamos con la naturaleza salimos, de
nuestra rutina para ingresar de verdad hacia nosotros mismos. Es el viaje de
un bumerán vivo que se contacta con la luz

La mayoría de los templos Inkas erigidos para honrar al Sol llevan el


nombre de Intiwatana, que literalmente significa que atamos y retenemos al
Sol en el sentido más profundo de retención para la purificación y el
encuentro. No lo atamos y maniatamos, le abrimos un camino que va unido o
atado, en el concepto andino a la ruta de la realización y del contacto. Los
Intihuatana son los lugares donde los Hijos del Sol actuaban y actúan como
puentes, anotando la luz del Padre Sol en armonía con la Madre Tierra.
Ahora, en el Nuevo Pachakuti, en este ”Nuevo Día” nos acordamos de
esto otra vez y nos sentimos atraídos hacia esos antiguos lugares sagrados
para convertirnos, conscientemente, en los Hijos del Sol. Sólo sintiendo como
la luz ingresa y pasa a través de nuestro cuerpo e ingresa espiritualmente
hasta dentro de la Tierra sabemos que llegamos a una especie de rendezvous,
a una cita estelar que nos hace entender que estamos aptos y somos capaces
de ejercer servicios importantes logrando, por ejemplo, que el movimiento de
las placas tectónicas de Nazca no nos conmocione, sino nos impresione,
porque ese encuentro armoniza la fisiología del universo que libera energía y
se mueve porque vive. El mundo tiene sentido profundo y nosotros
conocemos ese mundo o estamos en aptitud de conocerlo e integrarnos a esas
manifestaciones que solo son dañinas para quienes no las conocen y viven en
hacinamiento urbano, en perplejidad y distancia ante la naturaleza. No hay
furia ni violencia en la naturaleza como erróneamente se dice. Hay
movimiento y vida que no debe atemorizarnos porque aprendemos a vivir
inteligentemente, en armonía con el medio.
Todos estamos para apoyamos “Solo uno se puede Ayudar"
Padre Sol “Portal” que reluce en “Templos de Luz”

Templos andinos armonizados con el movimiento solar


Como todo es multidimensional y posee varios propósitos, los templos
edificados en la naturaleza andina eran y son lugares idóneos y únicos para
calcular los solsticios y equinoccios en armonía con el tiempo y la luz para
retener a esta última y semejar apertura y momento esperado para que los
portales se abran más.

Al igual que todas las ciudades Inkas, las ”Ciudades del Sol", que son las
ciudades de nuestros antepasados, equilibran las energías del Cosmos, del
Padre Sol, de la Madre Tierra, de la Vía Láctea y de todas las fuerzas que
patrocinan la realidad del universo. Todas estas ciudades son lugares en las
que nos damos cuenta que el Padre Sol es un portal. Son ciudades del
universo en las que, con la ayuda del Padre Sol y con prácticas y actividades,
podemos encontrar nuestro lugar en él para recuperar nuestra verdadera
identidad y recordar quiénes somos, qué podemos y debemos hacer y cómo
ingresar a la vida verdadera. En ese viaje y unión recuperativa recordamos
nuestra conexión con toda la vida y recordamos que somos Hijos del Sol,
portales donde fluye la energía vital.

Decimos que esas ciudades son universidades o ciudades del universo


donde aprendemos lo que somos en él y que nos permiten tomar conciencia
de nuestro lugar en el mismo. Y Los Andes son pródigos en lugares donde las
ciudades eternas fluyen.

En realidad cada ciudad, cada pequeño pueblo, cada terreno del campo,
cada lago, cada rio, cada puquial y manantial, cada montaña sirve como
universidad de integración que da cohesión y consistencia a todas nuestras
actividades diarias. En el agua y en el cerro con la energía solar tenemos
ocasión de tomar conciencia y de “encontrar para encontrarnos”. El
entusiasmo por la vida trae una explosión de entendimiento de que somos
Hijos del Sol y estamos elegidos. Y así llegamos a conocer el Sol Interior que
se convierte en la fuente interior de amor, de servicio, y sabiduría que es
nuestra esencia espiritual.
Despertando y conectando con la mano derecha

Conectándonos con la luz matinal

La primera luz de la mañana que llega a nosotros de manera tímida, tenue


y cariñosa despejando la oscuridad de las horas del silencio cósmico se llama
Qana-luz que refleja la energía de todo el cosmos. Ese primer albor es el
alimento del alma. Es luz que tiene el mismo Componente que el alma
porque es energía renovada y limpia que cada amanecer recupera su esencia.
Es luz primordial que nunca envejece. Y nos acercamos a ella dejando que
fluya a través de nuestros ojos y toque nuestro corazón.

Para fortalecer el contacto tocamos nuestro corazón con la mano derecha y,


entonces, dejamos que el Padre Sol toque también nuestro corazón. Esta
comunión crea una fuerte conexión entre el Sol Interior, el Padre Sol y detrás
del Sol con nosotros mediante la luz que llamamos Luz Eterna, luz que nunca
se va, que siempre está y siempre estará como energía nueva y única, joven y
renovada por los siglos de los siglos.

Cuando amanece y el Sol se eleva en el cielo vemos expectantes que la luz


viene y, entonces debemos abrirnos a ella para conectamos con el Sol Interior
recibiéndolo alborozadamente y de manera silenciosa en nuestro corazón.
Hay muchos aspectos involucrados en este matrimonio estelar que no solo se
concreta con la luz física proveniente del Sol, como precisamos antes, sino
con energía que lleva programas que transmite mensajes plenos de amor, que
enseña y afirma voluntad de servicio y de sabiduría del creador que nos
llegan a través del Padre Sol.
Con la mano derecha sobre el corazón siempre compartimos y, si ponemos
la mano izquierda en el plexo solar cerramos la puerta del miedo. También
usamos la mano izquierda para lanzar lejos y con fuerza el miedo y el mal, y
que se disuelvan y no caigan en ningún ser humano, y quede en nosotros lo
que nos pertenece y nos viene del amor.

La práctica de saludo y conexión con el Sol no se debe realizar solo o


exclusivamente durante el amanecer. En cualquier momento de la mañana
cuando nos despertamos, debemos hacerlo mirando hacia el Este, hacia el
levante. No es casualidad que la ciudad de Machu Picchu esté orientada a la
salida del Sol. En algunos lugares no podemos ver el Sol, porque los edificios
obstruyen la vista o las nubes cubren el cielo. El lnka eligió vivir en las
alturas, porque allí se puede sentir el Sol todo el día. Tenemos como ejemplos
cimeros el patrimonio de Puyupatamarka, la ciudad que queda encima de las
nubes, de Wiñay Wayna y Choquequirao como excelsas muestras de la
relación de los Inkas con el cosmos desde la espectacularidad de las alturas
edificadas piedra a piedra.

El saludo es en realidad, no sólo con el Sol, sino también es el saludo


con uno mismo; con nuestro profundo, auténtico y esencial ser. La mayoría
de las veces cuando nos despertamos, recordamos nuestros sueños y las
experiencias vividas. Cuando nos abrimos más pedimos al espíritu que nos
guíe, para que utilicemos bien y positivamente nuestro tiempo de vigilia o de
sueño para ir a donde el espíritu quiere que vayamos. Y, por ejemplo, cuando
por la mañana del día siguiente nos despertamos, empezamos nuestro día
recordando quiénes somos realmente. Cada día nos descubrimos y crecemos
en aptitud para el bien, el amor, el servicio y la sabiduría.

La conexión consciente con el Padre Sol el Sol Interior y el Sol detrás


del Sol ha traído muchos resultados beneficiosos para las personas. Debido a
que cada rayo de Sol es amor; y, como nos abrimos a ese conocimiento, nos
abrimos a la armonía, a la curación y a la paz en todos los niveles.

Tejidos negros que curan

Agujeros limpiadores y sanadores

En la tradición Kallawaya y en la tradición aymara los tejidos de color


negro con un pequeño agujero en medio, se utilizan en ceremonias especiales
de curación. El cuerpo físico de la persona se cubre con el tejido y el agujero
se coloca sobre el punto en que se ubica el problema que se desea analizar y
eliminar, de manera tal que la luz del Sol pasa libre por el agujero y toca el
cuerpo y lo cura. La persona permanece así durante unos 30 minutos para
recibir de manera directa y dirigida, digamos particularizada. La energía de la
luz que resurge del agujero de la tela negra como una especie de rayo láser
que funciona sobre ese punto. El agujero en el tejido es instrumento antiguo
que canaliza energía
No obstante, recalcamos que pese a que el despertar hacia la conciencia de
la luz es lento, no negamos que la gente de todos los confines y latitudes del
mundo, empieza, para su felicidad y plenitud; a compartir los beneficios de la
luz, porque realmente su vida adquiere dimensiones desconocidas de pureza
en tanto que beben la esencia de la vida, ya que todos sin excepción son
esencia si lo desean e ingresan al mundo de la reflexión e inflexión solar.
Somos muy ricos si adquirimos el poder del amor, del servicio y de la
sabiduría absorbiendo la energía de la luz.

Con nuestra práctica nos familiarizamos con la alineación entre el Sol


detrás del Sol, con el Padre Sol y con el Sol Interior, nuestra relación se
vuelve más fuerte y más permanente. Nunca olvidemos que cuando la luz
ingresa a nuestro interior y radica en nosotros mismos, somos uno con ella,
podemos ver a las personas y a todo lo demás, como luz que ilumina.

La esencia de la espiritualidad no se circunscribe a oraciones y cánticos


a meditación y realización de ceremonias en días especiales y de conjunción
astral. Se refleja en nuestra vida cotidiana, Crece en nuestro día a día. Ese es
el quid de la cuestión. La espiritualidad es permanencia y estilo de vida,
confrontación anímica de mañana, tarde y noche.

En Los Andes los hombres y mujeres que lo habitan deben estar


agradecidos por la vida que el entorno propicia a todo lo que les rodea, por
todo lo que son cada día y a cada momento. El inmenso, pétreo, abrupto y
recortado territorio que los rodea o sus inmensas praderas, sus quiebras y
estribaciones que delinean paisajes incomparables son escenario expresivo de
lo divino. Ese conjunto de formas hace que fluya a través de nosotros el
Munay que es amor, Llankay es Servicio y Yachay es sabiduría. Mediante la
unión con la geografía, con sus formas y manifestaciones alcanzaremos la
serenidad y lograremos que esos flujos sean recíprocos con el medio y se
fortalezcan a través de la corporización del amor, del servicio y la sabiduría
en nuestra actitud y en todo lo que hacemos. Y conviviremos con las plantas
y las flores y nos inclinaremos reverentes a dialogar con los Apus y a
refrescarnos mirando el agua desnuda y cantarina.

En última instancia, lo que experimentamos en la vida no es más que el


eco de nuestra actitud consubstanciada con el cielo y la tierra para que
seamos nosotros. Si queremos volver a la felicidad, entonces, deberemos
reconocer lo que somos y vivir esa concepción. El amor, el servicio y la
sabiduría son lo que somos. Esa es nuestra naturaleza esencial, duradera y
eterna, y aunque nuestros cuerpos físicos morirán, nuestro amor, servicio y
sabiduría perdurará más allá del tiempo y del lugar.

La energía vital del Padre Sol fluye y llega procedente del Sol detrás del
Sol que en muchas tradiciones se conoce como Dios. También fluye a través
de nosotros como Munay, Llankay y Yachay.

Si tenemos todo este potencial ¿por qué no gozamos y vivimos una


existencia extraordinaria? La respuesta es simple. Porque creemos que somos
nuestra historia que suma un pasado sufrido que es carga y un presente que
agobia por los odios que alimenta y los miedos que contiene. Y, entonces
nuestra historia, nuestra esencia actual en muchos casos es acumulación
indebida de energías pesadas.

Kawsay fraccionada en Hucha y Sami

Paz y amor ante ira y venganza

En la tradición andina las energías pesadas, malvadas y corrosivas que nos


carcomen el alma y la atacan se llaman "Hucha". Entendemos, que la energía
viviente del mundo llamada Kawsay, se divide en dos clases de fuerza
energética: Sami y Hucha.

Sami es la energía refinada, la energía natural que viene del amor, del
servicio y de la sabiduría. Todo lo que está vivo se compone de esas dos
clases de energía. Y Hucha es la energía pesada, es la energía que aplasta el
alma y debilita el espíritu. Es energía que crece cuando nos impacientamos,
odiamos y tememos volviéndonos adictos para la envidia como nuestra más
permanente expresión que nos hace caer en la ira y alimentar deseos de
venganza. Esa energía surge del desamor. No nace ni viene del amor.
Traducido literalmente Hucha significa "culpa". Experimentamos Hucha
como tristeza, ira, resentimiento, o cualquier cosa que se origina del miedo.
Los humanos son los únicos seres vivos que viven predispuestos y
malamente inclinados a sustentar y sostener tendencias nefastas. Por eso se
doblan cuando cargan Hucha, se vuelven jorobados del alma. No obstante,
otros seres vivos se liberan sin problemas de las cargas pesadas, del miedo y
la cólera. ¿Alguna vez han visto a dos perros en permanente y reiterado
conflicto? Una vez que han resuelto sus diferencias, no es raro verlos
inmediatamente darse una buena sacudida. Cuando hacen eso liberan Hucha.
Los seres humanos no siempre liberan Hucha con facilidad. Por desgracia las
energías pesadas son incompatibles y atentatorias al bienestar de las personas.
Las envejecen renovando y energizando malamente su maldad hacia los
demás.

La energía nefasta crea resistencias dentro de nosotros y vence lo que


realmente somos que es amor. El cerebro humano esta organizado para querer
y comprender. Por ello debemos hacer esfuerzos para no dejarnos vencer por
la maldad de la energía pesada del Hucha y no subestimar el poder de esa
resistencia que viene del ego y utiliza la mente para crear obstáculos. El flujo
del espíritu interior que vive en cada uno de nosotros es bloqueado por las
energías pesadas. El ego no es nada más que una máscara creada por el miedo
para ocultar el regalo que nos ofrece la luz para recordamos que somos
energía buena y liberadora. Para desenmascarar ese pérfido regalo, hombres y
mujeres deben deshacerse de las energías pesadas y aprender a ser positivos
en gracia del Padre Sol.

A más ira menos vida

La energía pesada atrae, suma y renueva sus propias energías pesadas,


incluso hasta el punto de crear un cuerpo energético que las personas
alimentan con más energía pesada. Para coronar esa negativa realidad
hombres y mujeres producen y reproducen circunstancias y condiciones en
todas sus relaciones vueltas espiral o ciclo continuo que suma más y más
energía pesada que infecta la vida y contagia con actitudes negativas que
envenenan e intoxican a nuestros seres queridos. Cuando guardamos un
resentimiento, es como un veneno que inyectamos a otros. Y con ese veneno
se convierten en resentidos también, su resentimiento alimenta nuestra propia
energía pesada y procrea más energía pesada que fatiga nuestro mundo.
El ciclo continuo de creación de reacciones pesadas hace que el mal se
alimente de nosotros para que ella misma crezca más y más hasta convertirse
en un monstruo de varias cabezas. La energía pesada es probablemente la
enfermedad más peligrosa que padece y confronta la gente que habita el
planeta. Esa pésima energía la creamos, la nutrimos y hacemos crecer por
nuestros miedos, por nuestros fanatismos, ideas fijas e intolerantes. Esa
enfermedad es insidiosa y penetrante. También nos impide evolucionar y
evita, lo que podríamos llamar, la ascensión nuestra en el planeta.

Evitemos coartadas

No obstante, a pesar de que esta enfermedad es sutil y a veces


imperceptible nos damos cuenta de que algo anda mal y queremos
transformar y vencer la adversidad. Queremos cambiar, pero no es difícil
debido a que nos engañamos concentrando nuestra aparente salvación
endosando ladinamente causas, culpas y responsabilidades al entorno que nos
rodea. Así nuestra voluntad de cambio no concentra respuestas buenas porque
las ubicamos fuera de nuestro ser real, presumiendo que el mal radica fuera
de nosotros. Creemos equivocadamente que lo que "anda mal” se ubica en
nuestro trabajo, radica en nuestra casa o son nuestras relaciones erráticas o
difíciles las que nos causan daño o que la política es causa de los males que
nos agobian; en suma, creamos la coartada de trasladar nuestras
imperfecciones y culpas a cualquier cosa o coyuntura que nos rodea. Lo
externo eclipsa a lo interno cuando realmente el mal surge de nuestra
inferioridad y de nuestra oscuridad. Por lo tanto, cambiamos de trabajo, de
casa, de relaciones, pero no vamos a la raíz del problema que somos nosotros
mismos. No nos atrevemos a autocriticarnos para que el cambio surja de
nosotros mismos, porque no vemos que el problema radica, crece y se
alimenta de nuestros propios vicios. El mal, la Hucha, la pésima energía
pesada viven dentro de nosotros.

No auto medicarse

Menos evasión y más decisión


En un nivel profundo algo de nosotros percibe que el problema vive en
nuestro interior y no fuera. Así que empezamos a auto medicarnos. Tratamos
de cubrir o de escapar de esa cosa indefinible dentro de nosotros que nos está
enfermando. Podemos volvernos adictos a cualquier "medicina” que
utilicemos, ya sea que adquiera la forma social de ingerir alcohol y evadirse.
De ingresar al consumo de drogas y esclavizarse aún más, de ingerir comida
indebida, de aumentar nuestras tendencias controladoras a personas y
allegados o a cualquier cosa que estemos usando. Nuestra miopía nos hace
enmascarar el problema.

Afortunadamente en esas circunstancias de destemple anímico y


desorientación vital contamos con la presencia y bendición de nuestra Madre
Cósmica y de nuestro Padre Cósmico que nos apoyan y son el camino y la vía
estelar para ayudarnos. En diálogo con ellos debemos conocer la historia y
valentía del Puma que enfrentó la adversidad con calidad y audacia. Sus
enseñanzas nos ayudaran a enfrentar adversidades.

Empezamos decidiendo en contacto con la naturaleza que debemos


aceptar la vida y comenzar a querer algo más bello y convincente que solo
sobrevivir. Y, comenzamos nuestro camino hacia el dominio de la vida. Es
curioso ver que no hay más que un paso entre el miedo y la felicidad. Ese
paso implica coraje.

¿Cómo lo hacemos?

Los descendientes de los Inkas tenemos muchas maneras de liberar la


Hucha y vencer las energías pesadas. Una forma, es a través de una práctica
llamada “Saludo al Sol”. Otra manera de liberar Hucha es a través de una
ceremonia con hojas de coca, querida y aludida como "Mama Coca”. Para
aquellas personas que no tienen fácil acceso a las hojas de coca pueden hacer
lo mismo usando pétalos de flores.

En todo caso creamos con las hojas de coca un K'intu, que es un tríptico,
un pequeño conjunto de tres hojas colocadas en la mano formando un
abanico al que soplamos nuestras energías pesadas y luego las ofrecemos a la
Madre Tierra.
Hay un aspecto sugestivo en esta práctica por los resultados que genera.
En el Perú, utilizamos la ceremonia tanto para agradecer como para liberar
las energías pesadas. Por ejemplo, ofrecemos las hojas de coca cuando
hacemos una ceremonia de Despacho que es ofrecer a la Madre Tierra un
buffet de cosas buenas para que ella sienta que sus hijos la quieren y atienden
con diligencia y respeto. La Madre Tierra siente, respira y atiende. Y si
actuamos en unión con ella liberaremos las energías pesadas porque ella
sabrá utilizarlas y disolverlas o transmutarlas en energías de luz o Sami.

Coca liberadora

Hoja hija de la vida

La parte más importante de la liberación de la nefasta Hucha a través del


uso de las hojas de coca o de cualquier otra flor aromática, es la intención que
surge de nuestras emociones, convicciones y se entronizan en nuestro
corazón que siempre, suceda lo que suceda y sumamos lo que sumamos, irá
conectada al universo. La sugerencia es que cuando ingresemos a la
ceremonia recuperadora y reparativa lo hagamos con convicción y de
corazón. Toda intervención debemos concretarla con emoción y de corazón.

Al respecto rescatarnos algunas opiniones de personajes que funcionan


como operadores y conductores de la ceremonia liberadora. Algunos
iniciados dicen que enseñarán la forma "segura" para hacer la ceremonia,
pero eso implica que existe alguna forma ceremonial "insegura". Lo
interesante es ir con el corazón abierto y participar desde uno mismo y todo
estará bien. La opinión de lo seguro ante lo inseguro será irrelevante y
circunstancial Obviamente, en el ritual inicial se debe pedir permiso para
iniciar la ceremonia y esa actitud respetuosa nos pondrá en comunión con la
Madre Cósmica y con el Padre Cósmico. Una vez que hayamos procedido
con respeto en la ceremonia debemos proceder con contracción y
concentración alimentando al corazón con buenas intenciones y reales
disposiciones para el cambio.
Como es conocido existe marcada diferencia entre propósitos e
intenciones. El propósito viene de una fuerte convicción de voluntad unida a
la fuerza que emana del corazón. Propósito y fuerza unidos arman propuestas
y posibilidades. Las intenciones en cambio son frías y sólo se nutren del
raciocinio y surgen de la mente abstracta. Son nuestras expectativas.
Propósito e intención son importantes, pero también, es importante no
confundirlas y darle a cada uno su espacio de vigencia y su oportunidad de
manifestación. El propósito es muy importante en la liberación de Hucha.

Aprender o perdonar

Hacerlo nos hará vivir más y mejor

El perdón es una de las más bellas y enaltecedoras prácticas que


debemos aprender a instrumentar y utilizar para nuestro rejuvenecimiento
cotidiano y permanente lozanía espiritual. Si vivimos sin perdonar nos
fagocitamos porque nos carcomerá el mal recuerdo de algún penoso suceso
que impide nos desembaracemos de la mala memoria y hasta nos alcanzaran
los deseos de venganza que pueden obsesionarnos y enceguecernos.

El perdón es un regalo del Cosmos y de la Madre. Lo activamos si


empezamos por perdonamos a nosotros mismos, incluso ante las faltas
pequeñas que cometemos. No olvidemos que dentro de nosotros hay mucho
que perdonamos y hay mucha hojarasca contaminada que debemos eliminar
aseándonos a conciencia. Pero no debemos caer en la tendencia a la
victimización porque existe la convicción mental de ser duros con nosotros
mismos y nos tratemos sin amor. Por tanto, es importante, importantísimo,
que empecemos a perdonamos y construir nuestro auto perdón y lo
experimentemos
como un nuevo aprendizaje a practicar y proyectarlo hasta agrandarlo y
hacerlo visible en nuestra cotidianidad compartida. Si procedemos así, nos
daremos cuenta de que la instrumentación del perdón también estará
disponible para usarla con los demás y proyectarla hacia nuestro entorno
como práctica de condescendencia educativa del espíritu. Entonces, y sólo
entonces, podremos empezar a perdonar a los demás.

Hay muchas formas en las que nosotros nos hacemos daño, y por lo
tanto, muchas oportunidades de auto perdonamos. Por ejemplo, varios de
nosotros, tenemos dentro de nuestro ser mucho que eliminar; odios,
frustraciones, malos recuerdos, deseos de venganza, y rencor; ante ello es
necesario perdonar para no proceder más así. Hay mucho que sanar entre lo
masculino y femenino que existe dentro de cada uno de nosotros. Alcanzar
claridad sobre ello nos ayudara a mejorar a través del perdón, porque somos
expresiones del amor entre el Padre y la Madre, y estamos aquí para expandir
ese amor.

Casi 500 años de oscuridad

Dentro de algunos años venceremos al medio milenio de


oscuridad
Durante el tiempo de penumbra que padeció el Nuevo Mundo que duró
quinientos años de fatigante y penosa oscuridad constatamos que solo las
energías masculinas, las energías de la mente, dominaron a las energías
femeninas que actúan como energías renovadoras, fortalecedoras de la vida
del corazón. Este nuevo Pachakuti que profundizaremos en el siguiente
capítulo, nos permitirá alcanzar la recuperación de lo femenino que no
significa la sustitución de lo masculino y su eclipse, sino que posibilitan que
volvamos a la expresión de amor y de equilibrio entre las dos expresiones
unitarias de la vida, es decir los principios masculino y femenino.

Podemos liberar las energías pesadas en cualquier lugar pero es más fácil
hacerlo en los lugares de poder que se ubican con gran profusión en Los
Andes y en los entornos del Titikaka y de las Cordilleras Oriental y
Occidental de América del Sur. Allí el velo entre los mundos es más delgado,
de tenue consistencia y transparenta belleza.

El lago Titikaka fue siempre el epicentro de la energía femenina en el


planeta Tierra y es un lugar de privilegio que se constituye como explanada
liquida y límpida muy elevada y resplandeciente que funge de plataforma
cósmica para captar el poder universal y decodificar los mensajes que
provienen del cosmos y de la propia Madre Tierra.

También es lugar de liberación Machu Picchu que se ubica en el Perú; y


Tiahuanaco a las orillas del Titikaka en el espacio político que pertenece a la
república de Bolivia. No obstante, hay lugares de poder en todas partes del
mundo y con probabilidad y certeza los hay en zonas cercanas a las moradas
de personas, sea en el continente que sea.

Hay que saber conectarse con el corazón mirando al Sol en elevada


ubicación. Para eso debemos usar como sensor y brújula a nuestro propio
cuerpo para encontrar la dirección adecuada. Nuestro cuerpo es una poderosa
herramienta que nos hará sentir la energía del lugar apto. Con práctica
encontraremos el lugar de poder buscado y detectarlo donde nos llega la
fuerza de la energía vital más intensa que la que percibimos en otros ámbitos.
Con práctica, voluntad y corazón es posible detectar los portales, los vértices
y líneas energéticas utilizando la Capacidad natural de nuestro cuerpo para
sentirías.

Liberar Hucha nos ayudara a doblegar nuestra resistencia a la


conjunción con nuestro Sol Interior. Cuando liberamos Hucha, nos abrimos al
amor. Y, cuando nos abrimos al amor, podemos propagar nuestro servicio
con ese amor que nos hará llenar de gozo. Y así, en esas circunstancias
podremos ampliar nuestro amor y ser reflejo de sabiduría, de serenidad y de
comprensión equilibrada de por qué es bello el mundo y de por qué podemos
ser Hijos del Sol y por qué nos atrevemos a serlo.
Pero no podremos alcanzar el estadío y la condición de perfección si no
doblegamos nuestra resistencia a nuestro Sol Interior. Para ello liberar Hucha
es clave. Sin Hucha y con Sami abrimos la distancia estelar para aprender a
vivir el nuevo tiempo de Pachakuti.
NUEVO PACHAKUTI
La vida es síntesis suprema

Todo que existe es trascendente

¿De qué se compone el espacio que observamos o el que diariamente


habitamos? ¿Es un espacio distante o es una extensión física próxima y
amigable? ¿Cómo se mueve el tiempo que circula detrás de las estrellas que
siempre se renueva, pero que para algunas personas es el mismo tiempo que
transcurre inmutable día a día y que es un tiempo que, pese a que pasa,
siempre queda? ¿Cómo se manifiesta la energía en los seres humanos que
piensan, corren, actúan, aman y procrean?

Son varias las interrogantes que desembocan en una maravillosa


respuesta que nos enseña que todo lo que existe se liga a la vida trascendente,
a la vida que adquiere eternidad si la asumimos en conformidad y armonía
con el orden cósmico y estelar.
La respuesta ante las recónditas interrogantes que surgen en el
entendimiento de las personas para desentrañar el principio de los principios
y sus variadas manifestaciones. Es simple y conmovedora: dicha respuesta
alude a la vida, a ese estado de conciencia y de esencia como manifestación
propia de todo lo que acaece en nuestra atmósfera, que no solo posee las
medidas de lo tridimensional, sino que posee otros planos de revelaciones
que el espíritu alcanza a conocer cuando se admite que del Padre Sol y de la
Madre Tierra brota como manantial tónico la vitalidad trascendente.

¿Pero toda vida es potencia y trascendencia? Si, y es más potencia y


trascendencia cuando se admite y se ingresa al mundo de la energía estelar.
En ese escenario conocemos al redivivo Nuevo Pachakuti, que ha vuelto para
nuestro solaz y que con su llegada disfrutamos del tiempo de la iluminación y
de la liberación. Retorna a nosotros después de 500 años de oscuridad la
posibilidad de ser limpios y transparentes si bebemos la energía que emana
del Padre Sol.

Pachakuti retorna triunfante y con la hoz de la vida constructiva y lo hace


después de medio milenio de silencio, para nutrirnos de vida trascendente. Es
como un Sol que renueva nuestras energías mentales y las espiritualiza y
vuelve a nuestra mente en corazón con sentimientos de bien.

Corazón: alma de la energía

En ese proceso, nuestro entorno inmediato constituido de espacio y tiempo


que sintetizan una sola realidad indetenible y amplificada que se nutre de
ciclos de orden y de orquestación divina, se originan las manifestaciones más
visibles de la luz interior de cada uno que se comprueba en ciclos de diferente
tamaño y de diversa duración.

¿Cómo es ello?, se preguntara el sorprendido neófito, arguyendo que lo


visible es transparente y que solo se evidencia mediante la medición de una
realidad física que solo posee tres dimensiones. Ante ese raciocinio
meramente mental y escéptico, el maestro nos responde que la vida es un
continuo ciclo que camina en varias direcciones.

El maestro nos explica con bellas y convincentes palabras que la vida es


esencia y existencia que perdura a través de las pequeñas formas de esa
misma vida y se manifiesta desde la biología hasta el espíritu de los seres
humanos, sumando micro ciclos de cambio, eclosiones de nacimientos,
vitales transfiguraciones de la muerte y surgimiento de grandes ciclos de
transformación que crean movimientos interminables y eternos de vida en
espiral, en círculo y en convergencia, que definen la verdadera realidad de
nuestros micro cosmos personales replicando el gran macro cosmos sideral
donde moramos.

Vida es energía. Admitir esas verdades, significa recuperar la esencia de


las cosas ocultadas en medio milenio de oscuridad. La revelación es el Nuevo
Ciclo de Pachakuti.
Transfiguraciones de la muerte

Somos, dirá el Chakaruna: "Agua con cuerpo, ilusión con amanecer y


energía que no muere así haya desaparecido. Todos nos renovamos y
caminamos hacia la eternidad”. ”Somos transfiguraciones de la muerte que se
renueva en nosotros como nueva vida” De allí se explica la fuerza, intensidad
y razón del reciente retorno del Nuevo Ciclo de Pachakuti, que se refleja en
los ciclos planetarios, en las dimensiones galácticas y en el universo cósmico.

Todo está vivo y en constante movimiento y ritmo. Inclusive lo


aparentemente yerto y estático vive y es parte de la gran sinfonía sideral.
Todo lo que vemos, palpamos y percibimos, vive experimentando ciclos de
evidente crecimiento y transformación. Así como ciclos de supuesta
decadencia y extinción que pareciera que fueran definitivos, pero que no lo
son. Nada muere. Todo se transforma y crece en eterna energía de bien.

Como seres humanos que somos, ante esas revelaciones intuitivas que
percibimos observando el mundo cósmico y la energía indetenible nos damos
cuenta de nuestro propio ciclo de vida personal. Ahí experimentamos de
primera mano que como seres humanos, la vida nos privilegia. Para el caso
del escenario americano valoramos que vivimos y gozamos de una tradición
con grandes antecedentes de riqueza espiritual, de entrega serena a la
naturaleza de la Pacha Mama y del Padre Sol. Allí entendemos que la pérdida
de nuestro cuerpo no es el fin de nuestra existencia como seres eternos, sino
que es un estadío de tránsito que nunca desaparece, que no se deja y que
vuelve, llega, retorna y siempre es vida que se consubstancia con la vida.

Y como nada muere, así parezca que muere, la vida eterna somos
nosotros en unión con el inmenso entorno que nos rodea. Unidos con la luz y
su energía.

Nueva luz cerca de los 500 años

Empieza un ciclo de transformación

Los que gozamos de la tradición lnka y la atesoramos como parte de


nuestra identidad, somos conscientes de estos ciclos y en especial del ciclo
llamado Pachakuti, que se manifiesta con lapsos de tiempo que duran
alrededor de 500 años. Esta no es, por supuesto, una fecha exacta o periodo
de tiempo que arranca a una hora determinada y languidece en otra fecha
precisa. Es solamente una guía general que explica la extensión y duración de
un ciclo que, como sucede con otros acontecimientos, se define
esquemáticamente para hacer accesible la explicación y llegará un
entendimiento.
Aceptemos que las transiciones de un ciclo hacia otro no se producen
repentinamente, sino que fluyen gradualmente entre sí. Y si bien no se
impregnan los unos a los otros, si hay una etapa de transición, de bisagra, que
articula un tiempo que se va con otro tiempo que arriba. No es el
advenimiento del Nuevo Ciclo de Pachakuti un proceso mecánico, similar al
acto de encender un interruptor y generar a voluntad nuevas realidades
cósmicas. Hay un proceso que se fortalece por acontecimientos anhelados.

No imaginemos al Nuevo Ciclo de Pachakuti como el acaecer cotidiano


del día que va hacia la noche, donde la aurora anuncia el nacimiento del Sol y
de más y más luz. Ese nuevo ciclo surge lentamente como el amanecer que
avanza e ilumina paulatinamente ahuyentando las malas energías y venciendo
a la oscuridad que no es solamente física y es reconocida y experimentada
porque la mala energía llega a nosotros haciéndonos daño y logrando que
languidezca nuestra energía.

En la tradición lnka vivimos, experimentamos y conocemos estos ciclos


de lenta maduración, pero de gran permanencia que nos son familiares y
próximos. El nuevo Ciclo Pachakuti al que aludimos como espacio de
salvación y redención alcanza una duración de alrededor de 500 años y como
espacio de bonanza anímica no es súbito, es de lenta maduración de
inteligente y suave introducción como parte de un acto envolvente que poco a
poco nos abraza y protege

Convengamos que las transiciones de un ciclo a otro no se producen


repentinamente, sino que fluyen gradualmente entre sí. Reiteramos que no
son mecánicos como si se tratara de un interruptor que se enciende y se apaga
a voluntad con solo accionario. Esa precisión no se genera nítidamente en el
espacio y el tiempo que los seres humanos percibimos o podemos percibir.
Aun estando ya inmersos dentro del Nuevo Ciclo Pachakuti, no podemos
percibirlo nítidamente e inclusive no gozarlo plenamente, no solo por la débil
frontera entre un ciclo y otro, sino por la precariedad de nuestros sentimientos
y nuestra capacidad de sintonizar con la nueva iluminación, sin embargo, al
igual que en nuestra vida personal, la llegada de un nuevo ciclo lo podemos
sentir antes de que este adquiera su plena vigencia o viceversa. Y estando
vigente lo percibimos.

Llega poco a poco

Ingresa paulatina y lentamente

Aproximadamente, alrededor del año 2012 un Nuevo Ciclo Pachakuti


empezó a ser percibido por un número de personas que paulatinamente creció
y se fue incrementando. El mundo humano sentía que la atmósfera era más
respirable y que un espíritu fresco y pletórico de nuevas esperanzas iluminaba
el planeta y llegaba para felicidad de hombres y mujeres del actual tiempo. La
era anterior se está yendo, felizmente nos abandona y se va con un declinar
lento y gradual, similar al día agotado que silente y avergonzado se escabulle
y se sumerge en las sombras, para acabar digerido por la oscuridad más
lóbrega. Y así, la luz de la vida y la esperanza empiezan a surgir desde las
entrañas de la tierra y nos dan cuenta que su ascenso al cenit, es nuestro
ascenso. Es nuestra oportunidad. Aprovechémosla.

Así muchas personas han sentido la llegada de este Nuevo Pachakuti:


obviamente, algunas con más intensidad y emoción que otras, y con mayor
sentido de conciencia y trascendencia de lo que realmente sucede, de los
acontecimientos que surgen, de lo que ya está pasando y todo lo que ello
implica y lo que surgirá cuando éste llegue a la cima y propicie la aparición
de nuevos escenarios de tiempo y espacio que nos permitirán enfrentar con
solvencia y alegría retos y adversidades. En este renovado sentir del Nuevo
Pachakuti habrá, ya hay personas que se aúpan y acomodan en el escenario y
simplemente se trepan y encaraman en la ola de la energía del nuevo
amanecer. Esperamos que ellos no solo sean observadores o fortuitos
beneficiarios, sino que ingresen por la puerta grande al nuevo mundo
Pachakuti de la sabiduría, el amor y la fuerza para servir, engrandeciéndolos.
Para nuestra felicidad comprobamos que algunas personas son como las
aves matutinas y madrugan aún antes de que despunte el alba. Ellas son
pioneras y surcan los caminos trazando la ruta. Otras, a contrapelo, necesitan
activar mecanismos despertadores para despabilarse y ponerse a tono con el
nuevo contexto que se vive; sin embargo, por aspectos de la naturaleza
humana del carácter y hasta de la composición genética, hay otro grupo de
personas que requieren más tiempo para estirarse, bostezar, despertarse y
abrir los ojo. Para ellos es un penoso acto quitarse la somnolencia y avivarse.
Requieren de un jalón extra de estimulantes, como por ejemplo, valga la
metáfora, una taza de café fuerte para comenzar el nuevo día y hacerlo a tono
con las demandas de una vida digna. Requieren un electro shock emocional
que los conmueva y alinee en la ruta que va hacia la admisión de que está con
nosotros y en nosotros el Nuevo Pachakuti y que su vigencia es una
incontrastable realidad

Entendemos que el Sol ya ha salido y está brillando más y más cada día,
de modo que incluso las personas que normalmente son más dormilonas que
otras, finalmente se despabilarán y despercudirán de pesadeces y pondrán a
tono con su condición de seres humanos con un gran potencial energético.

La oscuridad no dará frutos

Caminemos hacia la cantarina alfaguara

El Nuevo Pachakuti. Para nosotros que ya lo conocemos, que vivimos y


degustamos sus mensajes y contenidos, significa que todo lo visible e
invisible, lo animado y lo aparentemente inanimado, se transforman en luz,
porque el tiempo del hurto de valores y del trastrocamiento de las verdades ya
desapareció.
El tiempo de esconder cosas en la oscuridad ya caducó. Esto se aplica
tanto a nuestra vida personal que nos induce y alcanza fortaleza para que ya
no ignoremos u ocultemos nuestros problemas o miedos por más tiempo, sino
que los enfrentemos y armonicemos. Lo mismo sucede ante los retos de la
vida pública y en sociedad. Toda esa vitrina de nuevas y claras opciones pasa
por la sinceridad y afloramiento de la buena voluntad y la disposición a
concretar las cosas mediante el bien y la ética que se vislumbran cada vez en
más aspectos de la comunidad y de las relaciones externas entre grupos
humanos.

La luz del Sol, la luz del Nuevo Pachakuti, también influye


positivamente en nuestra conciencia, y nos anima a renunciar y abandonar
nuestra resistencia a entregamos a la verdadera naturaleza, a nuestra esencia
que es la luz viva. Cuando hacemos eso, automáticamente cambiamos
nuestro comportamiento y la forma en cómo nos relacionamos con nuestros
hermanos y hermanas y dejamos de ser huérfanos. Tomamos conciencia de
que venimos de la misma fuente y que de hecho, somos unidad, un manantial,
una cantarina y copiosa alfaguara. Nos volvemos más capaces y obtenemos
perspectivas más amplias y más iluminadas sobre el mundo. Sobre nuestro
mundo y su conectividad con el universo en que vivimos.

Lejos del trastrocamiento

Listos y dispuestos

Entonces, el Nuevo Ciclo de Pachakuti, nos exige participación para


canalizar nuestra energía. Si estamos listos y dispuestos a liberar energías
pesadas, en el Nuevo Pachakuti, tendremos más de una vida distribuida como
reflector dentro de nosotros.

En las épocas de oscuridad y agobio que sin duda vivimos y tolerábamos


temerosos como niños asustados, podíamos durante la noche, escondernos de
nuestros miedos bajo los cobertores y desorientar a nuestras energías que
provenían del amor y admitir las negativas que surgían del miedo. Ahora no
más miedo paralizante y destructor de vida.
En este Nuevo Ciclo Pachakuti, la luz del Padre Sol permite que todo se
abra, que nuestras esencias brillen cada vez más y seamos faros de
orientación para nosotros y para los demás. Si reconocemos que el poder de
nuestra luz interior y de nuestras acciones surge del amor hacia los demás y a
nosotros mismos, en suma del amor a todos los seres, a las plantas, a los
Apus, a nuestra Madre Tierra, al Padre Sol, al cosmos y al amor de la
existencia de todo, entonces somos seres que proyectamos luz e iluminamos.

Somos faros de luz

La eternidad vive en nosotros

El Nuevo Ciclo Pachakuti significa que el advenimiento del nuevo


tiempo que ha de pasar por nosotros nos hará hijos iluminados de nuestra
propia existencia y enriquecen nuestra vida. Y si reconocemos que todo lo
que hacemos a lo largo de nuestra nueva y renovada existencia será para
mejor, nuestro trabajo y las nuevas interacciones, interactividades, actitudes y
predisposiciones que instrumentemos tendrán un sentido de vida profundo y
de apertura a la eternidad en nuestra real y cotidiana existencia, porque
amamos, servimos, hacemos y actuamos con probidad y oportunidad.

Sea cualquier cosa que sea, alcanzaremos gran calidad de vida


emocional y belleza especial que se reflejará en nuestra propia esencia que
nos alimentará y retroalimentará siempre. Estaremos y creceremos en
nosotros, asumiendo al Nuevo Pachakuti.

Sabiendo esto y asumiéndolo de manera consciente y con alegría de


vivir nuestras vidas, nos volveremos más sabios: no solo más conocedores de
la ciencia y de sus saberes y procederes, sino más en nosotros mismos,
cultivando nuestro yo personal y social. Viviremos más inspirados y en
sintonía con el universo. Transferiremos la sabiduría mediante el cultivo de la
ética en cada acción impregnándola de compasión y de pasión que acompaña
y nos permite reconocer la unidad de la familia humana.

Liderar con pasión y compasión


Tendremos allí resultados visibles cuando, por ejemplo y de manera
paulatina, los líderes del mundo se sumen a honrar el mundo y comiencen a
actuar con sabiduría, defendiendo los valores de la humanidad, de la ecología
y del equilibrio con la naturaleza. Cuando lo hagan, desempeñarán sus
funciones de la misma manera como lo hicieron los habitantes ancestrales, en
defensa de la vida y al servicio de la comunidad. De sus acciones surtirá la
fuente del amor y sus resultados fortalecerán el poder del amor.

Hasta que suceda ello, el poder utilizado actualmente por esos líderes
continuara descansando sobre el miedo, que se utiliza para manipular, para
medrar y obtener pingües ganancias. Cuando surja el persuasivo poder del
servicio con amor, del proceder para hacer el bien, ese poder hará felices a las
personas, tanto a los que lo ejercen como a quienes lo acatan. Y el poder será
virtud.

En el nuevo Pachakuti; el poder del amor, del servicio y de la sabiduría


nos conducirá a nuestro destino que es vivir en paz, en armonía, y en alegría
dentro de nosotros mismos y con toda la infinita creación que es, que ya está,
que se renueva y resurge en nosotros. Y que no se ira si somos Hijos del Sol.
MUNAY: O EL AMOR PLENO
Ni esperar ni pedir

Para esperar el amor no hay que correr hay que detenerse

El amor se alcanza y goza

Una hermosa leyenda narra las disposiciones humanas para descubrir el amor
y conservarlo. La historia nos ilustra sobre cómo podemos conocer y disfrutar
del encanto y la fuerza transfiguradora que el amor posee y que llega hacia
nosotros. Se trata de la experiencia de un hombre que suponía que el amor era
importante y, por ello, deseaba que llegara a su vida, pero que lo consideraba
como bien lejano y difícil de alcanzar. Sus vagas sensaciones sobre ese
sentimiento lo inquietaban y cada vez sumaba más deseos y urgencias para
encontrarlo, conocerlo y disfrutarlo. Se inquietaba por gozar del amor y le
urgía saber qué hacer para encontrarlo. Felizmente en uno de sus
viajes de negocios se topó y conversó con un sabio, que pese a tener a lo
mucho sesenta años de edad, poseía la estampa del anciano sensible, pleno de
bondad y afable en su trato por lo que, junto a sus conocimientos y por su
sencillez y saber, era bastante respetado.

Un día el aparentemente escéptico hombre de poder que creía que el


amor era inalcanzable, y quizá por eso deseable, conversó con el anciano para
expresarle su deseo de conocer algo sobre el amor, de cómo alcanzarlo y
degustarlo. Para ello le transmitió sus inquietudes sobre ese bien esquivo,
preguntándole, cuanto tiempo tardaría en aprender sobre el amor y que
tiempo se necesitaría para conocer a fondo las bondades que surgían de
complacerse con ese sentimiento que para gozarlo plenamente debería ser
recíproco, es decir, amar y ser amado.
El abuelo le respondió:
- "Es sencillo-le dijo-. Solo comparte amor”.
Sorprendido y algo desalentado le inquirió al abuelo:
- "¿Solo compartir? ¿Solamente dar?”
- “No te inquietes, ni desalientes, empieza y sabrás qué es compartir y
qué significa amar cuando se da y se entrega”.
- "Lo intentaré y me esforzaré" - respondió respetuoso nuestro
personaje.

Así y todo ante esas respuestas simples, únicas y sencillas el hombre


retornó a su casa y aún con dudas, pero con voluntad de dar y compartir
empezó a poner en practica la enseñanza del sabio, admitiendo que
aproximarse a las personas y a las cosas con una diferente disposición de
ánimo le podría acarrear nuevas realidades. Durante días hizo lo posible para
compartir amor con parientes, amigos y con toda la gente que frecuentaba.
Sin embargo, y a pesar de los denodados esfuerzos que hacía, inclusive
asimilando la indiferencia que recibía. Sentía que eso no era amor y se miraba
y se sabía y sentía en gran parte vacío, aunque percibía que algo muy tenue y
diferente se manifestaba dentro de él. No obstante, en esos inicios su cuerpo
no disfrutaba plenamente y sospechaba que su alma tampoco. Sentía y
dudaba que dar y compartir amor fuera todo. Algo faltaba, por lo que decidió
volver a consultar al hombre sabio en procura de más iluminación.

Cuando nuevamente se reunió con el sabio, le dijo respetuosamente y con


algo de duda:

- "Sabe usted respetado abuelo, yo no sé lo que pasa con eso de entregar


amor. He compartido amor como me dijo, pero siento que todavía
falta algo".

- "¿Qué es lo que falta?"— le preguntó el sabio, bondadosa y


comprensivamente.

- "Lo que me sucede es que no puedo saciarme con lo que usted me ha


indicado. ¡Ayúdeme! ¿Cómo puedo encontrar el amor?"

El anciano escuchó atentamente y luego le hizo una pregunta muy


importante:

- "¿Cuánto de nuevo y de más cosas percibes y sientes que por dar amor
han llegado a ti? ¿Percibes que te amas y te respetas más a ti mismo
ahora por el hecho de dar sin recibir? ¿Valoras ser desprendido y
desinteresado? ¿Te amas más que antes, de lo que sentiste, de lo que
hiciste la última vez antes de visitarme?”

El hombre quedó atónito. La última vez que vio al sabio se fue a casa,
instruido para compartir amor. No se le dijo que debía amarse a sí mismo.

- "Espere un segundo - le dijo al sabio.- Usted no me dijo que tenia que


amarme a mí mismo. Sólo me dijo que debía compartir amor”.

- "Eso es cierto - respondió el sabio-. Pero, cuando amas y compartes


sin esperar nada a cambio has crecido en amor. ¡Ya amas en ti
mismo tu desprendimiento! Cuando das experimentas amor en tu
interior y creces al dar y entregar”.

- "Sin embargo, señor sabio, me pregunto: ¿Cómo puedo saber que lo


que estoy compartiendo con los demás es realmente amor? ¿Cómo
puedo saber si es amor, caridad, compasión o miedo lo que estoy
compartiendo?”

A lo que el sabio le replicó:

- ”Si sabes que lo que compartes es provechoso para los demás y lo


realizas con bondad y generosidad, entonces compartirás amor y
sabrás que no es receso ni miedo, ni pérdida de tiempo. Actuar así
llevará a tu espíritu provecho y sentirás que te renuevas y te
engrandeces en bondad y en entrega”.

Al compartir somos manantial

Compartamos amor volviéndolo entrega

El hombre reflexionó sobre lo que el sabio le explicó y se dio cuenta de


la sugestiva verdad de ello. Volvió a casa. Allí en su hogar y en las
ocupaciones de su vida cotidiana sin escatimar ocasión, practicó el arte de
amar a los demás porque era un camino para alcanzar su propio equilibrio,
lograr ser él mismo a plenitud y gozar de la vida verdadera. Admitió y se
convenció de que el arte de darse a los demás trasmitiéndoles amor permitía
crecer. Y era vivir más veces la propia vida. Él se decía para su interior:
"Cuando damos nos proyectamos en los demás y crecemos en el afecto de
ellos”.

Después de algún tiempo ejerciendo su capacidad de dar y no exigir


ninguna retribución afectiva a cambio o reconocimiento de gracias, pensó que
había llegado a conocer el amor a fondo, pensó que había alcanzado el nivel
más alto de conciencia del amor. No obstante, no estaba realmente seguro de
que eso fuera cierto, por lo que decidió ir a ver al sabio nuevamente. Cuando
el sabio le dio audiencia le dijo:
- "Abuelo, hice lo que me pidió que hiciera: compartir amor y siento, por
eso, que ha crecido el amor a mí mismo. Acrecenté mi entrega amorosa a los
demás y seguí compartiendo amor con las personas a las que frecuenté e
inclusive con las cosas con las que me relacioné. Creo que he llegado a
conocer el amor profundamente. Presumo que alcancé el nivel más alto de
conciencia del amor. ¿Es eso cierto?”

El sabio respondió:

- "¡Aún no, hijo mío, aún no!”. Cuando llegues a la conciencia más
elevada del amor, no harás esta pregunta. No te preguntarás ni te interesará
saber si ya lo conseguiste. Solo lo sabrás y lo sentirás muy dentro de ti. No
tendrás preguntas. Te darás cuenta de que tú eres lo que eres, de que eres luz,
de que eres amor. Solo lo sabrás y lo sentirás. Tu vida misma te dará esa
seguridad”.

Y nuestro amigo, admitió que, si así era la peregrinación personal para


alcanzar el amor, estaba en el camino correcto, porque cuando daba amor,
afecto y atención especial y desinteresada ya no le urgía recibir
agradecimientos o reclamar recompensas. Amaba y el amor lo nutria de
alegría y lo proyectaba hacia la luz. Hacia su propia luz.

El colibrí mensajero

Esta es una historia que surge en Los Andes cósmicos y trata sobre el Hijo
del Sol que despierta a la conciencia más elevada del amor y comparte ese
amor con intensidad y asiduidad diaria y no le preocupa saber si consigue
llegar a la cúspide del amor para sentirse perfecto o si alcanza la plenitud de
dar. A él, el cosmos le envía un mensajero en forma de colibrí que vuela por
encima de su cabeza, cuando la persona dadora de amor alcanza la condición
de humano dichoso y de amoroso ser superior.

Cuando acontece el encuentro con anuencia divina, el colibrí mensajero de


la eternidad cósmica, revolotea agitando sus alas por encima de la cabeza,
tratando de tomar el néctar la esencia la dulzura de nuestro ser.

Al agitar sus alitas le transmite los parabienes y la alegría de la naturaleza


del Padre Sol y de la Madre Tierra por haber alcanzado la perfección del
amor consciente. Entonces, el bienaventurado descubre la revelación cósmica
de que mientras se abre hacia los demás y abandona cualquier resistencia y se
despoja de egoísmos y cálculos de oportunidad: ha llegado a la perfección, a
la conciencia del amor.

No hay egoísmos, no hay rencores y no anidan en el espíritu de la persona


energías pesadas de ninguna naturaleza. El colibrí, alegre y bullidor degusta
simbólicamente el néctar del amor y lo prueba ante la persona que recibe sus
parabienes y abre sus alas como pétalos, lo hace sin dudas gracias al amor.
Luego de la visita del colibrí, la persona elegida estira los brazos de dicha
para abrazar al firmamento.

Reiteramos: Vivir en comunión

Por supuesto que para el florecimiento de nuestra conciencia de amor


necesitamos raíces buenas y fuertes que nos faciliten anclar con confianza en
los nuevos valores y percepciones que atesoramos. Requerimos que el Padre
Sol nos transmita su energía. Eso significa que la condición ineludible para
alcanzar la conciencia del amor es la de vivir en comunión con la Madre
Tierra y con todos sus productos, con todo lo que ella es en tanto naturaleza,
clima, paisaje, flora y fauna. Lo mismo con el Padre Sol y toda su vivificante
energía de luz, de calor y de iluminación. Si se activa la conexión entre ellos,
a través de nosotros, ya poseídos y liberados por el amor, engrandeceremos la
vida que nos revelara quiénes somos. Alcanzando ese estadio favorecemos
nuestro florecimiento y nos propagamos en el mundo reconociéndolo
plenamente. Es como si sumáramos muchas vidas a la única que tenemos,
según indican quienes han sido iluminados.

A propósito, amigo lector en trance de amor, y que ya estas recorriendo


el camino del Munay ¿Has visto últimamente algún colibrí que sobrevuele y
revolotee alrededor de tu cabeza? Si ello no ha sucedido, no pierdas la
paciencia e ingresa con convicción a la esencia del amor que es dar sin desear
recibir algo a cambio. No olvides que amar es equilibrarse para alcanzar las
energías de la liberación.

No a la apremiante impaciencia

Aceptemos que para alcanzar la conciencia del amor, es decir Munay, y


gozar de él en su expresión más elevada, no hay que ser impaciente y anhelar
ya estar allí y al instante gozar del amor y hacerlo en un preciso y
determinado instante, urgido porque se desea alcanzar la gracia del amor. Esa
actitud es inconveniente y demasiado sensual e individualista. Refleja deseo
de goce y no de alcanzar serena plenitud.
Ante los estímulos que provee la vida no debemos desesperar ni
impacientarnos. Debemos llegara ellos con serenidad y sabiduría.

No procedamos como suelen hacer los niños revoltosos que fácilmente se


ilusionan con una idea y sensación, que cuando no la alcanzan en el momento
que lo desean decaen en su alegría, se desploman desilusionados porque no
poseyeron su objeto de ilusión. No lo tuvieron al alcance de su mano. Por
ejemplo, cuando los niños efectúan un viaje largo y hasta extenuante en
compañía de la familia o cumpliendo una excursión escolar junto a sus padres
o sus profesores, preguntan: “¿Ya llegamos?” y reiteran entre molestos y
cansados: "¿llegamos?". Queremos llegar y estar ya allí. Insisten. Queremos
conocer el lugar donde viajamos, caminar y estar lejos de este coche que nos
cansa y no nos hace llegar, insisten. Y los padres o los profesores de manera
serena responden a los niños que se repantingan en los asientos. "Ya
llegamos, tengan paciencia".

El aprendizaje de la moderación nos enseña que debemos darnos cuenta


que no se trata de alcanzar una meta al instante para gozarla, poseerla y luego
olvidarla. La esencia del amor nos enseña a tener como soporte una
educación sentimental como un proceso constante de aprendizaje que
acrecienta la toma de conciencia sobre qué somos realmente y con qué nos
identificamos. Es una decisión que siempre debe ser consciente.

Ante la premisa de que debemos ser pacientes, también debemos


plantearnos una pregunta muy importante para evaluarnos ¿Realmente
vivimos en amor? Mientras nos esforzamos por vivir la plenitud del amor,
gozarlo y no perderlo. Es importante sentir todas nuestras emociones y
cernirlas y evaluarlas, porque son la clave de nuestra apreciación que nos
indica que nos aproximamos con fidelidad hacia el reino espiritual.
No olvidemos que las emociones generan sentimientos de diferente
intensidad. Unas buenas y otras no. Muchas emociones son malas y
perturbadoras. Por ello necesitamos que nuestras emociones y sentimientos se
ubiquen en el plano del espíritu y no del exclusivo reino de lo material.
Necesitamos educar nuestras emociones para que se vuelvan intensas y
livianas, profundas y transparentes y así poder sentir y entender lo que es la
compasión y ayudar a que los sentimientos de entrega y de servicio surjan
vitales en nuestra vida diaria y nunca nos abandonen.

Jamás miedo al miedo

Nosotros somos futuro

Muchas personas tienen miedo de sus emociones y pánico ante las


eventualidades e incógnitas propias de la vida que en un momento surgen,
pero debemos confiar en nuestros sentimientos, tener conciencia de ellos en
afán de aprender y experimentar. Hay que educar los sentimientos y dominar
los malos como dicen, eliminar las malas fibras. Debido a que tenemos la
oportunidad de sentir, debemos hacerlo disfrutando de la ocasión de
conocernos a nosotros mismos. Hay que despojarse del miedo a la muerte
admitiendo que nuestro futuro, con ser incierto, lo construimos nosotros
porque lo creamos y proyectamos y, ante la eventualidad de la muerte
aceptemos que esta no existe y que solo es una transfiguración. Aceptando la
realidad perderemos miedo.

Cuando no tenemos miedo de sentir, cuando no juzgamos nuestros


sentimientos, ya empezamos a sentir con más autenticidad. Aprovechemos
ese instante. Si así procedemos, romperemos una gran pared atravesándola y
una vez que lo hagamos, nuestros sentimientos nos transportarán a viajes
placenteros y serenos. Aprendamos a no tener miedo de nuestra propia
naturaleza. Lo que estamos construyendo con amor proviene de la voluntad
de amar y de vencer los malos sentimientos. Ese viaje creativo deberá sumar
amor y alcanzar plenos sentimientos de bien.

No obstante, existe una pared sutil, como muro de resistencia que se


interpone en nuestro camino. Por ello es necesario que observemos, midamos
y evaluemos nuestras actitudes y nuestras reacciones con intención de amar y
de servir. Así, poco a poco, lograremos que las paredes medianeras que
impiden nuestro paso y estorban el camino caigan, se desintegren y no sean
más que un obstáculo vencido y arrinconado en el pasado.

Nuestro amor vence al miedo

Cuando sentimos ira o resentimiento y percibimos resistencias que nos


bloquean pesando más lo malo como lastre que nos paraliza, estamos
circulando por el camino equivocado. Así las malas cargas que aún
mantenemos en nosotros a través de energías pesadas que nos atosigan nos
impedirán amar y crecer.

Mucha energía pesada se fortalece porque como personas no podemos


liberarnos de nuestro pasado pesado y malo. Si así sucede, si toleramos que
nuestra vida sea conviviente de los malos sentimientos, seremos esclavos de
nuestras cargas negativas como la ira, el rencor, el deseo de venganza, etc.

El pasado bueno es revelación


Si juzgamos nuestras experiencias como buenas o malas, admitamos que
nuestro pasado, en vez de ser una experiencia concluida y cerrada será una
ventana abierta que nos enseñará a no olvidar ni incurrir en errores y tropezar
con la misma piedra.
”El pasado como libro abierto y educativo se ubica siempre delante de
nosotros y no detrás". Si así lo admitimos, descubriremos que todos nuestros
sueños de futuro tendrán realismo y que todas nuestras aspiraciones para que
el mañana se nuera de nuestro pasado serán enseñanza que se fundamenta en
lo que fuimos e hicimos. Lo hecho antes es lección y educación que no se
debe olvidar. Entonces el cambio surgirá de nuestra inteligente visión y
lectura del pasado que nos dotará de continuidad y unidad proyectiva ante la
vida. Nuestra vida cambiara con coherencia y consistencia. Y lo hará para
mejor.

Si nuestro pasado nos produce miedo y descansa sobre experiencias


traumáticas que no podemos olvidar, nuestro futuro también proyectan y
agrandará ese miedo. Si eso sucede seremos fabricantes de miedo en
detrimento de nosotros mismos. Nos pondremos la soga al cuello. Cuando
nos liberemos del miedo nuestros sueños de futuro surgirán del Sol Interior,
se fortalecerán con la fuerza que surge del corazón. Entonces, descubriremos
que nuestros sueños ya no vienen del ego, no nacen del frío ni se alimentan
del miedo.

Recordemos a diario quiénes somos

Es importante recordar cada día quiénes somos para saber medir nuestra
energía y fortalecer nuestro espíritu. La tarea de limpieza debemos
acometerla cuando nos despertamos. Lo primero que debemos hacer es mirar
al Padre Sol, para olvidar y posponer a segundo plano las tareas pesadas que
se tengan que cumplir y estén señaladas en nuestra agenda de trabajo. Ellas se
acometerán, pero primero es la limpieza interna y luego llegara la rutina de
adaptación a las tareas propias de la agenda cotidiana. Si primero recordamos
quiénes somos y nos complacemos sabiendo que somos los Hijos del Sol, el
día será auspicioso. Su constatación marcara la diferencia de cómo vemos
nuestro día y cómo nos desplazaremos en el diario vivir.
Entonces, limpios y aseados, energizados e iluminados caminaremos
hacia nuestra valoración en amor y sin egoísmos.

Si nos liberamos de las energías pesadas que aún cargamos y el reto de


hacerlo lo asumimos como tarea diaria para alcanzar un prolijo aseo espiritual
que con el tiempo lo volveremos ejercicio diario del amanecer, nos
proyectaremos hacia el amor y lanzaremos fuera, lejos de nuestro ánimo, toda
resistencia a amar. Amaremos con desprendimiento.

Es lamentable que, muchas personas carguen durante mucho tiempo


energías pesadas como doloroso Vía Crucis. Hay personas que cargan lo
negativo de por vida.

Aceptemos con convicción que la energía pesada empobrece nuestro


cuerpo y ensombrece nuestra luminosidad interna. Cuando cargamos una
mochila pesada durante una larga caminata nos acostumbramos al peso que
nos encorva e inclusive ya no sentimos la carga, pero caminamos con
esfuerzo concentrados en el peso que nos agobia y así, sin admitirlo vemos
que nuestras aspiraciones descienden porque miramos un triste y doméstico
entorno de rivalidades y antagonismos. No obstante, cuando hay personas
que se liberan de las cargas pesadas y logran quitarse la "mochila" pesada, es
sorprendente cuan ligeros se sienten y cuánto consienten que viven
flamígeros y ligeros.

Manan “Hucha”. No a lo pesado

Si en quechua decimos no a la energía pesada diremos: "Manan Hucha"


y nos acercamos a un sugestivo aspecto del Kawsay que es la energía del
cosmos. El quechua fue el bello lenguaje de los Inkas. Hoy es vehículo de
comunicación de considerable población de los Altos Andes peruanos,
bolivianos, ecuatorianos y argentinos.

No obstante, antes debemos precisar que no es vano indicar que la


palabra "Hucha" en sí misma no es mala o incorrecta sino es un adjetivo que
alude a lo pesado, a la carga. Es toda la mala energía que generamos que no
proviene del amor y se alimenta del desamor y del egoísmo. La energía que
proviene del amor hace que nuestra resistencia sea más fuerte. Por eso el
miedo, el resentimiento, los celos, el odio, la culpa, la vergüenza, la ira y la
ausencia de amor en cualquier momento de nuestras vidas crean energías
pesadas, producen obstáculos que apenan a nuestro espíritu. Estos son sólo
ejemplos de un dominio más amplio de energías pesadas que pululan en
nuestros entornos.

Los secretos de familia que avergüenzan, los lastres que arrastramos que
producen sensaciones de culpa por errores cometidos en tentadoras
ocasiones, son algunos de los sentimientos que mantienen vivas las energías
pesadas que nos matan, porque, así parezca paradójico, nos matan porque
viven y crecen ocultas y agazapadas dentro de nosotros mismos.

Las personas que tienen adicciones y las que tienen recaídas cuando
trabajan con sus adicciones con frecuencia tratan fuertemente de enterrar o
suprimir los secretos de familia. Y sufren y su vida, se vuelve una procesión
de lamentos.

Y. eso mantiene la "Hucha", da cabida a las energías pesadas que viven


enterradas, pero enterradas en nosotros, es decir, ancladas dentro de nosotros
como garfios que causan heridas emocionales que nos aplastan y encogen.
Con la "Hucha” persistente mantenemos dentro de nosotros un quiste, un
tumor que nos hace vivir mal, que arrastra y no permite alcanzar la plenitud
de nuestro ser de luz. La oscuridad que surge de la "Hucha” es una opacidad
de afectos y es la muerte de toda inclinación hacia lo bueno.

¿Enterrando 500 años de oscuridad?

Si no podemos liberarnos de viejos odios y de otras vilezas, llevaremos a


cuestas como calvario personal, un cúmulo de energías pesadas, similares a
las sobras de una comida fermentada y descompuesta que seguimos
ingiriendo. Día a día crecerán las horas de oscuridad en el ciclo de la noche.
Y padeceremos una vida sin trascendencia espiritual

Con la energía pesada malogramos la parte de nuestra vida que ha sido


vivida. Decimos más exactamente, vida padecida dentro del ciclo de los
últimos 500 años de oscuridad.
Sin embargo, en este nuevo día, de reinado afectuoso y luminoso del
Nuevo Pachakuti, será más fácil liberar "Hucha”, porque las nuevas
vibraciones nos recuerdan que somos rayos individualizados del Padre Sol
Nuestra resistencia al amor disminuirá a medida que recordemos quiénes
somos y poco a poco, en tanto nuestra resistencia disminuya, será más fácil
liberar esas energías pesadas.

Viajando hacia la semilla con amor

A veces reproducimos filosofías de vida de culturas diferentes hasta por


pura pereza o por voluntad de imitar lo foráneo. Nos seducen los lugares
ajenos o regiones o países que no son los nuestros y creemos que seremos
mucho más felices si gozamos de culturas diferentes y vinimos lejos de
nuestro lar nativo. Sin embargo, no debemos olvidar que a donde fuera que
vayamos llevaremos nuestras energías negativas con nosotros.

Si solo exhibimos energías pesadas nuestra vida será un martirio y


cargaremos lo malo como condena si no somos capaces de liberarnos de
ellas. Podemos pasar de un país a otro, pero donde quiera que vayamos esas
energías pesadas nos seguirán. El tema no es huir sino limpiarse y despojarse
de lo pesado. Hay que aprender a liberarse a través del amor. Por ello es
imprescindible emprender el viaje hacia la semilla, hacia nuestra autenticidad
y hacerlo con amor para eliminar energías pesadas

Si no limpiamos lo pesado, estemos donde estemos seguiremos lerdos y


pesados espiritualmente. Sólo nos liberaremos de lastres a través del amor.
Eso sucederá donde quiera que nos encontremos. La sabiduría popular
expresa que: "Donde quiera que uno vaya ahí está". Esto suena simple, pero
es muy profundo, porque explica que por mucho que nos revistamos con
ropajes nuevos y oropeles. Si no cambiamos, seguiremos siendo los pobres de
siempre en lo referente a nuestro espíritu y nuestro crecimiento.

Si cargamos gran cantidad de energía pesada no seremos felices, porque,


aceptémoslo, no interesa dónde estemos, quiénes seamos o qué es lo que
estemos haciendo: el peso muerto del espíritu nos hará infelices. El peso de lo
malo nos agobiará.
Redondeemos el argumento. Muchas personas sostienen que son lo que
piensan y que por ello crean realidad con sus pensamientos. Ello es
parcialmente cierto. De hecho, podemos crear, construir y manifestar
cualquier cosa con nuestros pensamientos: no obstante, necesitamos
preguntarnos si lo que estamos creando nos hace real y profundamente felices
o vivimos espejismos que distorsionan la vida limitando el amor y la
conciencia de amor. Una persona egoísta con sentimientos ruines y
vengativos puede gozar de la vida, pero no de la plenitud ni de la belleza que
genera el amor sereno.

Usted, amigo lector usted, distinguida lectora, puede de vivir en una


casa grande y lucirla u ostentar mucho dinero y disponerlo sin mayores
estrecheces, pero esas cosas no le garantizan la felicidad. Al contrario la
apañan y encubren. Tener materia no es ser feliz. Lo único que garantiza la
felicidad es vivir una vida de amor, de servicio, y de sabiduría.

Cuando cargamos “Hucha" o energías pesadas, es difícil vivir una vida


de amor, de servicio, y de sabiduría. Así que, admitamos con entusiasmo
sanador lo importante que es liberar "Hucha" para alcanzar la vida verdadera.

Enfrentemos "Hucha” y sintámonos cómodos

Si usted no se siente cómodo y feliz consigo mismo, no se sentirá


cómodo y feliz con nadie más. "Hucha" es como una criatura que se ubica
dentro de nosotros y se alimenta de nosotros, nos infesta carcomiendo nuestra
voluntad. Esa criatura vive de nuestro miedo y agranda todo lo que viene del
miedo. La ira y el resentimiento que llevamos dentro de nosotros, le sirve.

Así no solo mantenemos la energía del miedo en sus múltiples formas


dentro de nosotros: ¡La proyectamos sobre los demás! Y nuestras malas
influencias se extienden a la familia, a los amigos y a los compañeros de
trabajo.

Evitemos que la energía pesada crezca, se expanda y súbitamente nos


domine porque se ha vuelto más grande y más cruel, ya que afecta a nuestros
amigos y familiares a los que infectamos transmitiéndoles nuestro rencor y
nuestros ánimos de venganza. ”Hucha”, la energía pesada en nosotros se hace
cada vez más fuerte.

Y cuando eso sucede experimentamos miedo de muchas formas y de


forma ilimitada. Por ello es indispensable enfrentar "Hucha” digiriéndola,
transformándola, transmutándola para poder verdaderamente sentirnos
cómodos en nuestro autentico ser para poder verdaderamente sentirnos
cómodos.

No creemos frecuencias de miedo

Encontremos amor y exploremos en nosotros

Entonces, preguntémonos con voluntad de aprender y resolver


incógnitas. ¿Qué experiencias hemos vivido o sufrido y cómo podemos
aprender a olvidar lo malo y hacer que los agravios no importen y empezar a
amar? ¿Dónde aprendemos sobre el amor? ¿En los demás o en nosotros? ¿Si
cada relación es una oportunidad de amar qué pasa con nuestras relaciones y
con toda la gente que nos rodea y las relaciones que construimos con nosotros
mismos? ¿Nos amamos nosotros? ¿Venimos de un lugar de amor en nuestra
vida cotidiana? ¿O nuestra vida cotidiana es un calvario?

Hay tantas interrogantes como particularidades y mundos subjetivos


existen en la realidad de nuestro tiempo y, por tanto, cada respuesta deberá
surgir de la voluntad de plantearnos con lucidez las experiencias que tuvimos
en nuestra vida y que urge confrontar mirando al pasado para fortalecer
nuestra voluntad de advenir al amor.

Que sintamos, que venimos de un lugar de amor por la paz familiar que
gozamos a veces no es verdad. Nos podemos engañar. Podemos actuar y
hablar por miedo. Como padres pensamos que amar a nuestros hijos incluye
prevenirlos de peligros potenciales. Cuando van a la escuela les advertimos
que deben cuidarse, de estar atentos a los carros, de evitar ponerse en
contacto con extraños. Los prevenimos en demasía diciéndoles que deben
tener cuidado. En Perú, por ejemplo, los padres bendicen a sus hijos antes
que salgan de casa para ir al colegio. Hay prácticas obsesivas que nacen del
miedo que no son buenas porque creamos frecuencias perturbadoras con
nuestros pensamientos y palabras. ¡Cuando alertamos constantemente,
creamos frecuencias de miedo!

Preguntando y argumentando

Estos puntos son dignos a considerar. ¿Qué frecuencias positivas o


negativas creamos con nuestras palabras? ¿Qué les estamos transmitiendo a
los demás? ¿Lo que les decimos a los otros realmente se origina y fluye de lo
que nos decimos a nosotros mismos? Reflexionemos sobre qué realmente
transmitimos y como actuamos.
¿Cuánto amor hay en lo que nos decimos a nosotros en nuestro propio
diálogo interno? ¿Cuánto nos juzgamos? No obstante, no procedamos con la
autocrítica evasiva que encubre nuestros reales sentimientos y procedamos
con amor a revelar nuestras carencias y nuestras potencialidades.

Muchas personas expresan que no pueden amarse a sí mismos porque se


odian demasiado. Ante eso razonemos con criterio de igualdad y de simetría.
Si una persona puede odiarse a sí misma, también es capaz de amarse a sí
misma. Es solo la otra cara de la moneda. Entonces preguntémonos de dónde
provienen tales sentimientos de auto odio y de falta de amor propio. ¿Dónde
hemos aprendido a alimentar el miedo y hacerlo crecer? Las personas que
dicen odiarse admiten que el "Hucha" que las posee pesa demasiado y no las
deja liberarse.

En la cultura lnka el tiempo pasado no es visto como algo que viene de


atrás como algo que vivió detrás de nosotros, sino que es visto como un
mundo ubicado delante nuestro para educarnos y seguir funcionando como
ejemplo y referente. Esto tiene sentido cuando nos damos cuenta que si
miramos nuestro pasado y lo visualizamos delante de nosotros, sentimos que
va creando nuestra experiencia futura. Así fortalecemos nuestros puntos de
vista y nuestras creencias que se adhieren con más fuerza dentro de nosotros.

Lo que antes tuvimos y que fue bueno nos retroalimenta. Si a lo largo de


nuestra vida hemos definido prácticas y delineado actitudes acerca de todos
los aspectos de la vida, sea familiar, laboral, de política y poder, de sociedad
y cultura, de ecología y ambiente, todo ello vivirá en nosotros. Si miramos el
educativo pasado tendremos mejores perspectivas. Los puntos de vista surgen
en gran parte de nuestro pasado y nos fortalecen cuando son aleccionadores y
positivos. Cuando no lo son, tenemos que reconocemos y evitarlos para no
cometerlos más.

Es importante medir adecuadamente las historias que vivimos y las


experiencias malas que consentimos y nos las contamos para castigarnos a
nosotros mismos y hacernos sufrir. Preguntémonos si nuestro diálogo interno
nos ayuda a crecer o no. Esto no es una cuestión de criterio, sino de
discernimiento, de claridad. No hay necesidad de juzgar. El veredicto no es
nada más que un auto castigo. Sin embargo, podemos tomar la decisión de
comenzar a hablar con nosotros mismos desde el punto de vista del amor.

Conociendo nuestro cuerpo crecemos

¿Por dónde empezamos a amarnos a nosotros mismos?

Cuando nos informan de curaciones efectuadas a amigos o interesados


nos enteramos que el oficiante pide se concentren en su corazón y acudan a
su Sol Interior recordando cuan necesario es amarse a sí mismos para
construir el camino de aprender a dar sin pedir nada a cambio, de ofrecer y de
alcanzar bien sin egoísmos. Pero muchos dicen que no saben cómo hacerlo.
Admitamos que al principio esta práctica puede ser abrumadora pero, poco a
poco. Si caminamos rumbo a concretar esa experiencia, nos adaptaremos y
habituaremos a los ejercicios y tareas del desprendimiento para alcanzar el
amor.

Para iniciar el camino de la liberación aceptemos que estamos vivos, que


gozamos de la vida y tenemos un cuerpo de gran complejidad fisiológica
superior a la más compleja computadora y que todo está a nuestro alcance.
Con nuestro cuerpo podemos hacer cosas buenas o malas. Nuestro cuerpo es
fuente inagotable de energía alcanzable que nos reconforta por lo simple y
profundo que es entender y saber que uno vive y que su cuerpo es repositorio
de la vida.

Cuando se dialoga con creyentes de la vida dispuestos a iniciarse en el


camino del amor la pregunta natural que fluye es:

"¿Ustedes aprecian su cuerpo?"


Algunas personas responden con pesar y con cierta autocrítica:

"¡Oh, sí! Pero estoy demasiado gorda y eso me hace sentir pésima".

— "¡No sé cómo mejorar mi apariencia!”

Otras personas se expresan diciendo: "Tengo una nariz grande que me


avergüenza y la gente si no se mola de ella la mira, me mira con estupor”.
Quien se expresa así es una señora de agradable carácter que no acepta su
propia fisonomía.

Otra persona que acude a la terapia se expresa compungida: “No me gusta


mi vientre: desde que di a luz no puedo recuperar mi figura"

Ante ese cúmulo de sensaciones de desencuentro con el propio cuerpo,


es necesario comprender que:

"Si no aprecian su vientre y su estómago, entonces no aprecian la parte


de ustedes que procesa los alimentos que consume y los asimila o elimina. El
cuerpo no solo es apariencia ni figura externa", nos dirá el Chakaruna.
Compartiendo técnicas de curación y sanación
O cuando señalan sus defectos de fisonomía:

- "Si no le gusta su nariz, entonces no le gusta ese órgano que les


permite oler una flor o la piel de un bebé o sentir con placer el aroma
perfumado del amanecer cuando el Padre Sol visita nuestra vida".

En los casos de gordura es necesario explicar:

- "Si piensan que están demasiado subidos de peso, que son gordos y
tienen cuerpo en demasía, se desprecian... ¡Imaginen entonces no
tener cuerpo en absoluto!”

Y es urgente recalcar, como plantea el Chakaruna:

- "Todo eso son solo puntos de vista. Son actitudes y percepciones.


Corresponde a todos los que se sienten en desventaja somática, y
piensan que su cuerpo es un deterioro consumado, que replanteen su
fuerza anímica y se adapten de manera útil y sin traumas”.

Encontrando puntos que entusiasmen

Todos los que perciban cosas similares deben empezar por encontrar
puntos y contactos de acción que les entusiasmen, les permitan apreciar y
valorar lo bueno que hay en su cuerpo. Si las personas viven con salud y
están sin padecer enfermedades deben dar gracias a su cuerpo por la buena
salud. Si padecen un resfriado hay que agradecer al cuerpo por los estornudos
que expresan una fisiología defensiva y son formas en las que el cuerpo actúa
para hacer que la salud regrese pronto y que la aflicción no sea severa.

El estornudo es un mecanismo de defensa. Y si la persona puede


levantarse de la cama y caminar debe agradecer a sus piernas por ello ya que
están activas y permiten movilizarse.
Admitir que nuestro cuerpo es un templo de fortaleza, pese a sus
pequeños defectos que circunstancialmente se padecen, nos hará crecer en
autoestima.

Por lo demás los aparentes defectos que podemos soportar son


subsanables, por ejemplo, con ejercicio físico cuando hay sobrepeso y con
adecuada alimentación cuando sobreviene alguna enfermedad y lo que es
mejor, con alegría y buen humor para prevenir males. No hay mejor camino
que el amor y el amar para vivir sano y en plenitud. Esas admisiones serenas
son parte del inicio que nos llevara a que recorramos la ruta de aprender a
conocernos a nosotros mismos a través del amor.

Ama la vida y la vida te amará

Amate a ti mismo y el miedo huirá

El Nuevo Pachakuti es una oportunidad maravillosa porque es tiempo de


renovadas frecuencias en el planeta Tierra. Podemos despertar a la verdad
aceptando que cada uno de nosotros es un hermoso regalo, que somos un don
divino y cósmico, que cada uno de nosotros puede compartir sus cualidades y
defectos en trance de amor.
¿Cómo hacemos eso? Compartiendo amor. Pero si antes que nada no
sentimos amor por nosotros mismos, no sabremos qué es lo que estamos
compartiendo. En nombre del amor también podemos compartir miedo. Por
lo tanto, debemos sentir el amor para saber cómo es y cómo se siente. De
manera que es importante que aprendamos a amarnos a nosotros mismos, si
es que estamos dispuestos a compartir el amor con los demás.

De hecho, si las personas quieren saber cuál es la aspiración más


importante que pueden alcanzar en la vida, la respuesta es muy simple:
"Amor a sí mismo", que además es una contribución al equilibrio de la
verdad trascendente y de la reconstrucción de valores humanos. La mejor
decisión que podemos tomar en toda nuestra existencia es amar, porque tanto
como uno pueda amarse a sí mismo, en esa misma proporción amara la vida.
Y, tanto como ame la vida, la vida lo amará a uno. No olvidemos que amarse
a uno mismo no significa sentirse Narciso, ni egoísta y menos ególatra.
Amarse a uno mismo es convertirse en Chakaruna, en una persona puente que
transmite belleza, verdad y amor.

Tucuy Munayniyoc
Los descendientes de los Inkas creemos como Hijos del Sol que somos
expresiones del vivo amor entre la Madre Cósmica y el Padre Cósmico.
Somos también, el permanente y continuo beso cósmico del Padre y la
Madre. Así y todo, preguntémonos, ¿por qué estamos aquí?
¿Por qué hemos venido a esta realidad? Y nos respondemos que como
Hijos del Sol estamos en el mundo para expandir la conciencia, para
despertar a la conciencia superior del amor, que se llama "Tucuy
Munayniyoc”. Hemos venido a sentir la realidad con nuestro cuerpo físico,
con nuestras realidades mentales, emocionales y espirituales. Estamos para
vivir una vida extraordinaria. Hemos venido para hacer sentir la verdadera
realidad a las personas que deseen ingresar a la vida del amor desprendido.

Pero, ¿de dónde viene lo "extra" con relación a lo ordinario? ¿De dónde
surge la vida extraordinaria? Viene de vivir la vida con Munay, Llankay y
Yachay que son el trípode inconmovible del amor, del servicio y de la
sabiduría. Y, la piedra angular de ese triángulo perfecto es el Munay.
Nosotros crecemos cuando compartimos amor, y si despertamos al amor,
permaneceremos eternamente congraciados con la belleza de la vida
verdadera.

Munay es esencia, conciencia y capacidad de renuncia

En varias situaciones las palabras no expresan la intensidad de las cosas


y su valor trascendente, frente al uso tradicional de ciertas palabras
afirmamos que no es conveniente restringir el sentido de Munay únicamente
al "amor" romántico. Munay es amor, pero es amor en varias dimensiones.

Ejemplo; si perdonamos a la persona que nos infiere daño que inclusive


nos causa perjuicio, sentiremos que el amor a nosotros mismos crece. Esa es
una dimensión del amor que no solo significa poseer, sino que es dar,
compartir y hasta renunciar. Se renuncia al rencor anulando los deseos de
venganza.

Retornemos al mundo andino para conocer los múltiples rostros de la


sabiduría lnka. En el idioma quechua, Munay es lo que amas y quieres, es lo
más hermoso que hay, y también es la esencia del amor de dar, de
transfigurarse, de proyectarse y de servir.
Por tanto, Munay es más que nuestras ideas románticas del amor. Es
más que una emoción. Munay no discrimina, no juzga. No pone una cosa por
encima de otra y no instaura ni establece jerarquías. Munay es respeto y
aceptación por todo en la vida. A través de la gratitud, de la generosidad y la
compasión conseguimos alcanzar el Munay que en esencia es el aspecto
divino que llevamos dentro de nosotros mismos. Pero al mismo tiempo es
más que eso. Munay existe a través de la acción, a través de la experiencia, a
través de la magia y los milagros, que experimentamos en nuestra vida.

No solo amar lo que nos place


Creemos que tenemos amor cuando llegan a nosotros solo los deseos
sensuales y de posesión que nos urgen e ilusionan y deseamos concretar la
posesión a través del matrimonio y la unión carnal y el compromiso legal.
También Creemos que el amor nos ilumina cuando tenemos hijos y
empezamos a amarnos. Otras veces, sucede que los esposos que no tienen
hijos dejan de sentir amor o que su idea que tienen sobre el amor decrece y se
apaga.

Con esas concepciones tradicionales limitamos la dimensión de lo que


realmente es el amor al encarcelarlo en función a dos o tres conceptos o
percepciones vinculadas al goce carnal, al afecto filial o a una ilusión
pasajera. En la cultura lnka, se valora cada relación y se la interrelaciona
tejiendo cada situación de amor y sus detalles como magnificas
oportunidades para subir en amor. La suma de esos detalles nos permite
coronar el ascenso hacia el amor, siempre y cuando aprendamos a dar.

Podemos sorprendernos por lo mucho que podemos amar. En el proceso


de amar a veces pensamos que hemos llegado al tope, pero no es así. Aún,
cada día se puede amar mucho más y más profundamente. Es un crescendo
indetenible si ingresamos a la energía del Padre Sol y dialogamos con él para
que nos limpie e ilumine. El amor siempre se inicia y fortalece con la
apertura de una estación de primavera sin fin en nuestros corazones con
nuestro Sol Interior, sin embargo el amor no es solo una estación, es un
eterno reverdecer y florecer que sacia nuestra vida y la engrandece.

Muchas veces…la mente miente…


No al invierno de la pura abstracción y del frío raciocinio. Cuando
abrimos una pequeña ventana en nuestro interior con la intención de amar ya
no hay manera de cerrarla de nuevo. Al abrirla ya no deseamos cerrarla, no
obstante, surgirá una tendencia interna, una resistencia mental que
"racionalmente" se opondrá a la intensidad del amor, tal como hace un filtro
que hace funcionar la mente tradicional separando las cosas bajo el manto de
la lógica y la segmentación. Busca comencemos que debemos cerrar ventanas
y no debemos admitir el crecimiento del amor. La mente nos acorrala
induciéndonos a ser realistas a pensar con pragmático egoísmo. Eso no
sucede si acudimos al corazón. Recordemos que el poder del corazón es
mucho más fuerte que el poder de la mente. Sufriremos si seguimos tratando
de cerrar la ventana. La resistencia ante la mente fría y tradicional demanda
mucha energía. Es mucho más fácil cerrar la ventana y esclavizarse ante el
raciocinio que nos aleja de la energía del entusiasmo y nos abre las puertas
para que Munay ingrese a nosotros en toda su plenitud.

Si vendemos a la mente sabremos que queremos algo más que solo una
ventana abierta. Desearemos abrir una puerta y buscaremos abrirnos de
brazos ante el mundo para integrarnos, sin odios ni limitaciones a la maravilla
de la vida creativa. Y cuando la puerta se abra, percibiremos que el amor está
en todas partes. Y caeremos en cuenta que abrimos todas las ventanas y todas
las puertas en nuestro interior y vamos en camino a ser "seres de luz".
Permítasenos elaborar el símil entre ventana con vida, entre puerta como
revelación y mundo integral. Con las ventanas y puertas abiertas nos daremos
cuenta que amamos nuestra casa, que nos unimos con nuestra ciudad, que
somos unidad con nuestra tierra, familia y con todas nuestras amistades y, por
supuesto. Con nosotros mismos, incluyendo nuestras experiencias, inclusive
las que tuvieron oscuridad o se revistieron de dolor. De ellas paulatinamente
nos iremos distanciando y despojando.

Si pasamos por un momento difícil encontraremos que podemos amar


ese momento. Si tenemos una enfermedad, nos daremos cuenta que podemos
amar eso, también y profundizar en el porqué del mal y qué hacer para
educarnos y educar en su prevención. Y lo que consideramos como
dificultades en la vida empezaran a desaparecer. Tal será la fuerza de nuestras
convicciones. Tal será la intensidad de nuestro amor. La vida verdadera se
hace fácil porque despierta nuestra sabiduría interior y nuestra creatividad.

Todo vive pese a la apariencia de estar yerto

Un mundo de colores y sabores

A medida que caminamos en la naturaleza nos gustara el viento y las


plantas, nos conmoverán los atardeceres e iluminarán las albas. Veremos que
todo es mágico, que los colores son amores, que los aromas son frescos
amaneceres, que los animales son mundos de gran hermosura. Que las nubes
son pinturas, que las plantas son aposentos de una peculiar labor divina.
Veremos que todo es energía, que todo es divino, que todo está vivo y
relacionado con el amor, el servicio y la sabiduría.

Amemos a las personas que están sintiendo amor y amemos a quienes


observan a las personas que están sintiendo amor. Solidaricémonos con los
circuitos de la energía que surgen del amar, del ver amar y del encontrar amor
en el entorno. Así, entonces, nos convertiremos en personas con amor al
sentir que el amor nos alcanza entendimiento que nos permite entrar al Nuevo
Pachakuti, al nuevo ciclo, que es el ciclo del Munay, del amor.

Instruyámonos con la siguiente experiencia. Una vez al final de una


conferencia sobre las potencialidades de la iluminación y de la sabiduría lnka,
se ingresó a la estación de preguntas, una señora preguntó sobre el Calendario
Maya y por qué acababa en el año de 2012. El conferencista explicó que no
conocía mucho sobre el Calendario Maya, pero que a partir del año 2012 se
empezaría a ver al Padre Solen toda su plenitud. Como ya está sucediendo y
cada vez hay más mundo humano orientado a la defensa de la naturaleza y
validación de la energía solar y cósmica.

Y es que la luz del Padre Sol nos introduce a la frecuencia del amor.
Cada uno de nosotros ya es amor. Apenas despertamos estamos construyendo
los cimientos de ese hermoso círculo de amor. Admitamos que la función de
los calendarios es organizar el tiempo, cronogramar los eventos de acuerdo al
movimiento de los astros, a las conjunciones y disyunciones siderales y
conocer cómo se acuerda el movimiento de las constelaciones cuando se trata
de calendarios predictivos, sin embargo, la frecuencia del amor va más allá
del tiempo y del espacio. No se puede medir.
Entonces, ¿para qué crear un calendario que pretenda medir lo que no se
puede medir? ¿Es posible crear un calendario que ambicione capturar y
organizar la frecuencia del amor? Es imposible, porque el amor es un flujo
que se enriquece cuando las personas lo activan. No tenemos idea de lo que el
amor trae a nuestro amado planeta. Nosotros somos los que traeremos amor
al planeta. Este es el gran día que hemos estado esperando. Es aquí y ahora.
¡¡¡Bienvenidos al ciclo del amor!!!

Liberando energías pesadas

En este capítulo del Munay, expresamos que saludar al Padre Sol facilita
liberar “Hucha”. Mirar y saludar al Padre Sol limita la expansión de las
energías pesadas y expande las energías del amor. Cuando saludamos al
Padre Sol recordamos quiénes somos y nos conectamos con esa parte de
nosotros que nunca fue herida, la parte con la que la Madre y el Padre. Así
pase lo que pase o suceda lo que haya sucedido. Siempre han estado con
nosotros, en nuestros corazones y protegiendo nuestra vida y buscando que
por nuestra misma conciencia lleguemos a liberarnos. Nunca estamos solos
así estemos aislados.

Cuando empezamos nuestro día es importante recordar que somos


esencias del espíritu, que somos los rayos del Padre Sol, sus filamentos de
luz. Si apenas nos despertamos recordamos lo que somos alcanzaremos un
día pleno. Eso hará una gran diferencia, ya que fortaleciendo nuestra relación
con el Padre Sol determinaremos el tono y el modo de todo lo que haremos
ese día. Y ese tono se ubicara una octava más alta de lo que suponemos.

Cuando sólo nos ajustamos a nuestra agenda y nos preocuparnos en


exclusiva de las tareas que tenemos que concretar y realizar, nuestras vidas
seguirán siendo ordinarias. Pero cuando recordamos lo que somos y lo
hacemos ante el Padre Sol tendremos oportunidad de crear una vida
extraordinaria.

Si saludamos a diario al Padre Sol como practica irrenunciable y


saludable, habremos asimilado formas estimulantes para empezar el día y
captar energía positiva.
¿Cómo lo hacemos?

Abrazándonos a nosotros mismos

Para hacerlo nos ubicamos en un lugar donde veamos al Padre Sol y nos
orientamos de cara al Este con los brazos extendidos, desplegando todo el
largo de nuestra envergadura. Podemos saludar al Padre Sol con los ojos
abiertos o cerrados. Al hacerlo sentiremos que la energía empieza a fluir a
través de nuestro cuerpo. Mirar al Padre Sol nos energizará.

A continuación le agradecemos por la vida que tenemos y por la


oportunidad de experimentar el momento y el día. Luego reflexionamos en
silencio y concentrándonos, escuchamos al Padre Sol lo que él nos dice.

Mientras tanto, aún con los brazos extendidos, permanecemos de pie y


en silencio. En ese estadío percibiremos que, también estamos ingresando
hacia nosotros mismos que nos estamos saludando y conversando con nuestro
Sol Interior. Al conectamos con la energía cósmica nuestro espíritu salta de
alegría. El encuentro es similar a la experiencia del saludo a una persona
conocida.

Allí abrimos los brazos y la abrazamos, estrechándola como a un ser


querido. Sólo que en este caso, uno mismo es la persona que se abraza y se
ama, a la que estamos abriendo los brazos de alegría. Nos saludamos nosotros
mismos y nos abrazamos frente al Padre Sol. Es un encuentro de alta
intensidad.

La mano derecha en el corazón

Continuando con el encuentro

Luego colocamos la mano derecha sobre el corazón y nos tomamos un


tiempo para sentir nuestro Sol Interior. Debemos percibir lentamente que
dentro de nosotros se mueven los sentimientos de amor y fluyen a través de
nuestro cuerpo. Sentiremos que en nosotros surge la expresión del amor entre
el Padre Sol y la Madre Tierra, y cómo los filamentos de luz de la Madre
Tierra y los filamentos de luz del Padre Sol se unen y forman nuevos
filamentos de luz que surcan a través de nosotros. En ese trance admitimos,
que somos expresión de amor. Nuestra mano derecha colocada sobre el
corazón, expande el amor a los demás y lo transmite a todo el mundo. No
obstante, si no sentimos el amor dentro de nosotros, será imposible que
transmitamos algo y menos amor. Para transmitir amor hay que sentirlo
dentro de uno mismo y así se irradiará y expandirá.

Luego, plenos de amor colocamos nuestra mano izquierda sobre nuestro


plexo solar. En ese momento debemos reconocer e identificar cualquier
miedo o energía pesada que aún nos posee. Nuestra mano derecha deberá
tomar el amor y enviarlo abajo hacia el plexo solar. Esto ayudará a eliminar
cualquier energía pesada. Luego, deslizamos la mano izquierda desde el
plexo solar en un movimiento que rote hacia la izquierda y hacia abajo. Esto
libera y entrega la energía pesada a la Madre Tierra que la acepta de buen
grado y la utiliza como alimento, transmutándola en energía de luz pura.

Para ella somos prefectos

Al expulsar las energías más pesadas creamos un efecto domino. Todas las
demás energías pesadas le siguen y se van. La Madre Tierra acepta y
transmuta todas ellas. La Madre Tierra siempre está ahí para nosotros. Para
ella, siempre somos perfectos.

Si en ese momento de trance estamos con la familia o con otras personas


o amigos, cada uno deberá saludar al Padre Sol. El trance se potencia con
gestos de apoyo y de fraternidad. Por ejemplo, una vez que hemos eliminado
las energías pesadas, nos dirigimos hacia la persona de al lado y le
agradecemos por la luz que irradia y surge desde dentro de ella. Notamos que
también es un Hijo del Sol que se ha conectado, y luce igual que nosotros
misma luz del Padre Sol. En ese supremo trance recordamos que estamos
conectados, que somos uno.

Aprovechemos el “Sami” del Kawsay

Más “Sami” y menos “Hucha”


El "Sami” es una energía muy poderosa que maximiza el Kawsay en su
componente más beneficioso que es; recordemos, la energía viviente de la
que consta nuestro mundo y todo el cosmos. Esa energía la podemos mover
para conocer las dos formas que la componen: "Sami" y “Hucha". De nuestra
predisposición y habilidad surgirá la posibilidad de maximizar el "Sami” y
minimizar "Hucha”.

Al extender los brazos hacia el Padre Sol luego que colocamos la mano
derecha sobre nuestro corazón estamos aceptando "Sami”, la energía de luz
refinada del cosmos que la dibujamos dentro de nosotros. Ella recorre nuestro
ser y nos llena de plenitud lumínica.

El "Sami" dispone de una cualidad estimulante que nos permite sentir la


armonía, la claridad y la luminosidad que se genera en nuestro interior.
Cuando ponemos la mano izquierda sobre el plexo solar y luego la
deslizamos hacia abajo y lejos, se libera el "Hucha” hace que nos sintamos
sombríos y pesados. Cuando nos liberamos de
su ominosa presencia e influencia nos sentiremos ligeros, libres y menos
deprimidos.

El hecho de saludar al Padre Sol y conectamos con él es reconocer que


somos sus hijos y que le expresamos nuestra gratitud. Ese acto cotidiano se
convertirá en poderoso medio e insustituible herramienta para experimentar
la energía vital que nos ha de nutrir de amor. Esa práctica ayuda a despertar a
nuestro Sol Interior y convencer que todos podemos ser Inkas, es decir
recipiendarios de la cultura ancestral del amor, del saber y del laborar sin
fatiga, con entrega y alegría renovadora y vivificante. Desde esa comunión
fortalecemos nuestra condición de que somos Hijos del Sol.

Estabilizar nuestra conciencia de amor solo surtirá del encuentro


frecuente e intenso, respetuoso y agradecido con el Padre Sol y con la Madre
Tierra.

Con conciencia de amor ingresaremos y permaneceremos en la vida


verdadera, hecha de desprendimientos y plena luz.
LLANKAY O “SERVIR SIN
SACRIFICARME”
Somos filamentos de luz

El Padre Sol nos hace buenos

En nuestro viaje que busca la verdad que solo surge de la relación con el
cosmos y su energía el Chakaruna nos ilumina de conceptos sobre esa
realidad, sus virtualidades y nos habla con sentido de profundidad. Él nos
dice: "No somos buenos porque nos sintamos buenos ni porque queramos
serlo. Somos buenos porque establecemos relación y unión con el Padre Sol,
que nos prodiga su energía. Esa relación con el firmamento eterno del cual el
Padre Sol es expresión nos hace buenos. Su luz nos revitaliza y limpia. La
bondad nace y se fortifica si nos relacionarnos con el Padre Sol, de mirarlo,
de recibir su energía con los brazos abiertos, de saludarlo todos los días para
adquirir vitalidad y disposición permanente para servir, amar y saber.
Al contactarnos con la energía que emana de él, empezaremos a ser
buenos y nos mantendremos como tales".

“¿Cómo es eso?”, replican los que no creen en la energía humanizada. Si


la voluntad es la principal energía de las personas, no puede haber nada que
la suplante ni la supere. Uno es bueno cuando desea serlo y actúa sin hacer el
mal y punto.

"No se trata de enfrentar voluntad contra bondad", habla con persuasión


el Chakaruna. ”Solo afirmo que los deseos de ser buenos son cambiantes en
las personas y que por la naturaleza humana son inestables. Sus sentimientos
varían. Se borran cuando, por ejemplo, les domina el deseo de venganza y el
odio los consume. No obstante, cuando somos filamentos de luz y nos
alimentarnos diariamente de la energía del Padre Sol, ya no caemos en las
debilidades y fallas propias de la naturaleza humana. Allí nuestra bondad
fluye como torrente que no se estanca, que nunca se desvía o seca. Se es
bueno por siempre al lado del Padre Sol y de su energía eterna”.

Y Llankay, también.
Y así también sucede cuando se trata de Llankay que es vocación y
disposición para servir y para hacer, para trabajar y realizarse en la obra y en
ejecución de alguna o de varias tareas. Vemos, por tanto, que Llankay es
trabajo y al mismo tiempo es energía de servicio. Llankay no es sacrificio ni
pesada obligación, es ocupación para hacer el bien a uno y a los demás. Es
desplazarse por la vida construyendo y prodigando acciones generando bien
para uno y para los demás.

Llankay no es imposición, dice el Chakaruna. Es energía transparente


que surge de la energía estelar y nos vuelve filamentos animados de alegría,
vitalidad y capacidad de hacer y servir para mejorar el entorno donde vivimos
generando bien. Entonces, Munay y Llankay, amar y servir, son unidad
indisoluble que con Yachay forman los componentes del ser humano estelar.
Sin embargo sobre Yachay hablaremos después.

Frente a las magníficas revelaciones de amar y servir que los Inkas nos
enseñaron mediante su entrega efectiva a la vida en respeto a naturaleza y
cosmos, solo tenemos que creer en la vida y honrar a la Madre Tierra y su
entorno celestial. Así alcanzaremos más sinceridad e intensidad con nosotros,
con nuestros allegados y con la vida.

La naturaleza es vida

No violaron las entrañas de la tierra

Los antiguos peruanos actuaron sin ir contra la naturaleza porque ella


dotaba de frutos, de recursos de agua, de alimentos que permitían seguir
viviendo y es el complejo y rico escenario de la vida que da vida.
¿Qué hacer para mantenerla? Solo amándola y sirviéndola, se continuará
disfrutando del magnífico círculo de la existencia.
Por eso los Inkas rindieron culto a todo lo que manifestaba vida y
movimiento. Incluso se relacionaron con lo que aparentemente era inerte
como las plantas o como las piedras inmóviles con las que conversaban y a
las que atribuían valores. Los cerros excelsos son seres inmensos
considerados caminos hacia la más sugestiva profundidad de las alturas. Los
Inkas creyeron en la naturaleza y no le hicieron daño. No la explotaron ni a
tajo abierto ni abriéndose socavones para herir y violar sus entrañas.

En el tiempo del esplendor del Incario a la Madre Tierra se la


consideraba como representante del Padre Sol y hacedora de vida, simiente
de toda manifestación vital.

Los Inkas creyeron en la Madre Tierra y la honraron. Y ahora, en este


nuevo tiempo de esplendor nosotros como continuadores de una herencia sin
igual e iluminados como Hijos del Padre Sol, debemos sentir que somos
Inkas. Que somos los "Lupi Jaqui" y también que honramos a la vida con
convicción renovada y con alegría esplendente, porque en cada amanecer de
nuestra vida cotidiana, cuando observamos el día y sus entornos de geografía
e inmensidad, sabemos que somos filamentos de luz y hemos conjuncionado
naturaleza con vida unida en nosotros y en función al inmenso cosmos que no
es sino reciprocidad, complementación y fortaleza comunicativa.

Cosmos y naturaleza: energía que da vida

Los rayos de luz, los filamentos energéticos y luminosos del Padre Sol
irradian sin interrupción amor y fe, fuerza y voluntad. Y lo que es más bello,
convicción para hacer de la vida, de nuestra vida, una sinfonía de armonía. Si
es así, nosotros mismos en comunión con el cosmos, constituiremos nuestra
propia energía. Somos filamentos de luz cósmica, porque recepcionamos y
experimentamos a diario la energía de la luz, porque, somos "Rayos de Luz
andando por el mundo”. Y el mundo es bello en unión con el cosmos.

Por el esplendor que irradiamos, por el resplandor y los halos de belleza


interior que poseemos somos la verdadera vida, y por ello la sentimos nuestra
y creemos en ella. Al sentirla nuestra; crecemos en fuerza anímica, en espíritu
y nos conjuncionamos con la gran belleza. El gran equilibrio de la Creación a
través de la "Naturaleza Genial".
La vida bella y sincera esta en nosotros. Vive en nosotros. Por ejemplo;
cuando trabajamos los surcos en los sembríos en el campo, ingresamos con
respeto y veneración a la Madre Tierra abriéndole con ternura y paciencia,
con respeto y disciplina amorosa. Surcos de vida para que nos prodigue su
fertilidad. Esa actividad permanente, que año a año reproducimos, la
hacemos, no solo para subsistir, alimentarnos y seguir atesorando bienes en
afán de conseguir alimentos y sustento, sino también, lo hacemos para vestir
con colores a la Madre Tierra desnuda. Así le alcanzamos al mundo un nuevo
y anual revestimiento de belleza a la Madre Tierra haciéndolo en la medida
que nos es posible. Y siempre es posible alcanzar plenitud vital cuando se
ama y se ama sin desmayos porque se posee los filamentos de luz que llegan
a nosotros desde el firmamento.

Andenes celebratorios de la vida

Escalones que asciende hacia la fertilidad

Y además de adornar con colores eventuales y estacionales a la Madre


Tierra a través de los sembríos de diferentes cultivos, el mundo pre lnka e
lnka construyó escalones cultivados para ascender al cielo a los que llamó
andenes que surcan las quebradas de las cordilleras más abruptas
evidenciando el arte e ingenio humano para proteger a los Apus de la erosión
y alcanzar mayor y mejor producción de alimentos nativos.

La andenería está diseñada como arte de precisa y simple arquitectura.


Al detener la erosión o amortiguarla facilita el riego de los cultivos que
engalanan a la naturaleza. Cuando hace frío el interior del andén no se
congela porque preserva calor y permite que se cultive en laderas muy
pronunciadas y empinadas. Cuanto más plantamos en sus áreas libres más
vida traemos y al mismo tiempo estamos tejiendo ropa para la Madre Tierra
expresando nuestro amor y gratitud en nuestro servicio voluntario y amoroso
hacia ella. Y servimos y no sufrimos ni nos sacrificamos.

Cuando servimos a la Madre Tierra nos entregamos a ella con voluntad


de trabajo que enfrenta los retos que se nos presentan. Entonces construimos
vida dentro de la vida modelando el rostro de la Madre Tierra y dándole
rostro al ”Llankay" que es trabajo amoroso, servicio voluntario y no castigo.
Por el contrario, es oportunidad para alcanzarte nuestra mano a la Madre
Tierra y construir belleza, abundancia y armonía. Por supuesto es ocasión
para proporcionar alimentos. No hay diferencia entre trabajo y servicio como
moneda de dos caras. Hay unidad amorosa y armoniosa entre hacer para
servir.

Llankay o el servicio, en realidad es todo un inacabable proceso que


habla sobre el amor. Cuando creemos que somos puentes y nos sentimos
aptos para transmitir mensajes entre la Madre Tierra y el Padre Sol, traemos
regalos distintos que los prodigamos en nuestro entorno engalanando la vida
de los demás a través de nuestras vidas que son cualidades únicas que crecen
y se fortalecen cuando se ilumina nuestro interior como un rayo de sol.

La creación de falsas verdades

¿No mientas, no robes, no seas ocioso?

A los españoles el lnka les recordó la esencia del amor, del servicio y la
sabiduría como ejes fundamentales de la vida en el Tahuantinsuyo: sin
embargo los invasores enseñaron e impusieron al lnka los traumas y estilos
de su propia historia, inventando nuevas leyes Inkas como ser: “No seas
flojo, no mientas, no robes”. Con el paso del tiempo se impusieron y trocaron
la belleza por el agobio. El miedo empezó a presidir las refacciones sociales.
España impuso sus concepciones medievales e inquisitoriales de miedo y
subordinación. Obviamente dichas leyes sólo surgen en sociedades que
sufren problemas de violencia desmedida, desconfianza y disipación de
valores, lo que no sucedía en el Incario que inclusive cuando dominaba
territorios aceptaba que los nuevos súbditos desplegaran toda su libertad y
continuaran con sus tradiciones y costumbres ya enriquecidas con el culto al
Padre Sol. Es una patraña que en el antiguo Perú el "Ama llulla, ama sua y
ama quella" fueran temas y normas de conducta. No lo fueron antes y no
debería serlo hoy día como la mala historia nos ha inculcado.
Si admitimos que trabajo no es castigo sino oportunidad para darle una
mano a la Madre Tierra. Todas las personas nos sentiremos felices de
contribuir a esa noble entrega. No hay necesidad de escapar del servicio si
uno es Hijo del Sol. Cuando eso sucede la persona es transparente y no
necesita mentir, encubrir y engañarse a sí misma. Quien no es dueño de nada,
sino de sí mismo, no necesita robar, porque acepta que la Madre Tierra
organiza el buen cuidado y protege hace alcanzable la todo lo necesario.

La sociedad lnka fue una de las sociedades más armoniosas del planeta,
sin pobreza y sin hambre. El pueblo honraba a la naturaleza. Antes de la
llegada de los conquistadores todos los súbditos andaban bien vestidos, había
suficiente comida, se bañaron sin ropa y al aire libre. No había qué ocultar. Y
si hubo luchas por el poder, éstas fueron esporádicas.

Quiero ser racional

Cuando era niño anhelaba ser un científico de mayor. Quería ser racional
lógico e intelectual dado que mi padre era maestro racional y lógico y a
contrapeso, mi madre como mujer aymara provenía de una larga línea de
curanderos y yatiris o líderes espirituales que conducen ceremonias de lectura
de la voluntad de la Madre Tierra y en su apoyo. En mi niñez y primera
juventud no me interesaban los aspectos espirituales y curativos provenientes
de la sabiduría de mi madre. A ella la quería mucho como a mi abuela
materna, a mi abuelo y a mi tío que eran grandes yatiris; pero estaba más
interesado en vivir el mundo moderno dispuesto a usar la tecnología y
obtener provecho de ella antes que entender las costumbres antiguas y
tradicionales de los Inkas.

Luego de la escuela con el tiempo me convertí en guía turístico. Quería


ser el mejor guía turístico que pudiera haber y para ello aprendí todos los
hechos de historia de mi región y atesoré mentalmente la importancia de los
valores patrimoniales y monumentales necesarios para que durante mi
ejercicio de conducción y guía. Los turistas alcanzaran pleno entendimiento
de mi país y de su gente. No obstante, en mi trabajo me encontré presentando
el punto de vista de los conquistadores y repitiendo sus absurdos esquemas y
su visión unilateral de las cosas. Por ejemplo; el sitio de Ollantaytambo, que
es en realidad una gran universidad espiritual ubicado un elevado lugar
sagrado, fue considerado por los conquistadores como fortaleza militar. Y yo
en mis balbuceantes inicios divulgaba ese punto de vista y lo transmitía a
todos los turistas que viajaban conmigo. Repetía lugares comunes y, por
ignorancia, escondía la maravilla de las revelaciones que nos ofrece cada
paisaje del mundo andino. Más valía el mundo material desprovisto de
espíritu. Sin embargo, los grupos de turistas a los que guiaba lo componían
gente de orientación espiritual que siempre me obsequiaban cristales.

Aquí reflexiono sobre un tópico. La vida nos conduce por caminos que
si tenemos entendimiento y voluntad, no nos oponemos a sus designios. Ella
nos guiara hacia el amor y respeto por la gente, hacia la comprensión del
valor del "otro" y hacia el trabajo que más provecho ofrece a nuestra
evolución personal. Ese fue mi caso. Quise ser un hombre racional y lógico,
pero felizmente me convertí en hombre que combina la sabiduría y las
costumbres Inkas con los negocios modernos. Me convertí en Chakaruna,
persona puente. Hombre que comunica y libera al comunicar.

En la tradición lnka, Chakaruna es el que ayuda a otros a pasar de un


estado de conciencia a otro y que ayuda a la gente a crear puentes hacia sus
mentes y hacia sus corazones. En mi caso, soy Chakaruna que construye
puentes entre las antiguas formas espirituales en especial del mundo andino y
la vida moderna que no se despega ni ignora a ese mundo de Los Andes tan
maravilloso.
Soy Chakaruna: Puente al servicio del amor

Encontrando mi alma en la luz energética

Hablaré en primera persona. Mi trabajo incluía guiar a visitantes en sus


viajes por el Titikaka, Machu Picchu y el Valle Sagrado, pero ahora crecí y
soy dueño de una agencia de turismo "Kontiki Tours”, "El Dios Viajero" y
también conduzco varios hoteles con el nombre de "Taypikala”, palabra que
alude el centro más íntimo de la piedra. Mi trabajo gira en torno al turismo
que humaniza y espiritualiza con la revelación que nuestros entornos Nazca.
Cusco, Puno, La Paz, producen. Mi inspiración y gestión no solamente
potencian la perspectiva de negocios en exclusiva, lo que me volvería
ambicioso con visión tubular de las cosas y de las personas, sino que
equilibra y armoniza recursos para ofrecer condiciones que permitan que los
visitantes conozcan el verdadero mundo andino. Soy hombre, un hombre de
negocios que es Chakaruna. Amar y servir diariamente son fuerzas que
orientan mi trabajo y todas las manifestaciones de mi vida.

La transición que ocurrió en mí no sucedió rápida y fácilmente. Ocurrió


con dosis y cantidad de magia. Fui conducido por un designio particular que
me alcanzó saberes y prácticas especiales. Caminé, Como en espiral
ascendente, de una experiencia a otra, de un entendimiento a otro, de una
visión espiritual a otra, hasta que asumí convencido el papel de servir y
trabajar para crear amor entregando mis conocimientos y mi tiempo. Así
construí mi vida al servicio de las personas. Servir se ha convertido en la
actividad central de mi existencia y de mi trabajo. Es decir en hacer sin
padecer y con absoluta convicción entregándome íntegro a las personas para
encontrar valores de vida eterna alcanzados desde la acción y proyección de
uno mismo.
Llankay es liberación
La historia de mi vida se relaciona con la segunda ley lnka como
herramienta para vivir una vida extraordinaria y es el Llankay, que es la ley
del trabajo pero no del trabajo como castigo bíblico del sufrimiento y del
penar. Eso no es correcto. Es una visión sesgada y distorsionada de ver y
valorar nuestra fuerza para el emprendimiento. El trabajo se asocia a menudo
con esfuerzo, servidumbre y fatiga, incluso, los diccionarios hablan del
trabajo de esa forma. En castellano, la palabra trabajo no solo es sinónimo de
esfuerzo, sino de problemas. De adversidad, de obstáculos que hay que
vencer. Quien no trabaja no alcanza el bienestar y para lograrlo hay que
inclusive deslomarse, desvivirse y nunca estar conforme con lo que se
alcanza. Esas son versiones distorsionadas que dañan la calidad intrínseca del
trabajo que es hacer para crecer y de la voluntad de servir que es dar por
saber amar y, además, de calidad de vida que enfrenta las ambiciones
desmedidas. La distorsión además de la versión bíblica, obedece a combinar
dos palabras del castellano: traba, que significa obstáculo e impedimento, y
abajo, que significa que se subordina a algo que está encima. El trabajo, es
entonces. Una condena y traba que nos rebaja y humilla. La versión
castellana es clara. Trabajo es estorbo y "barrera". Es adversidad que nos
lleva hacia abajo. Pero eso es literal y no verdadero

Estorbo y fatiga no integran lo que se entiende por Llankay que es el


trabajo que hacemos en el mundo y es afirmativo, constructor de
personalidad, es comprensión y expresión del hacer como servicio. Es servir
a un propósito útil que demanda ayudar y apoyar a los demás y contribuir a la
totalidad a la asunción de plenitud para uno y para los demás. A ello apoya y
orienta el Chakaruna. Llankay es inclusivo e integrador y suma a la familia, a
la comunidad, así como la necesidad de trabajar para vivir.

Crear es vivir varias veces

Pero Llankay no es sólo trabajo y servicio es, también, creatividad. No


olvidemos que aún en las peores circunstancias y ante las más difíciles
realidades de oprobio que todo ser humano padece, que la persona tiene
talento y capacidad de inventiva y posee fuerzas ingénitas para ser superior.
Sin embargo, a todo ese contingente de potencialidades hay que darle
alimento para que el desempeño sea óptimo. Todos somos capaces de crear,
aunque por desidia y por prácticas indebidas postergamos nuestra capacidad
creativa y la hacemos dormir al extremo que nunca la despertamos y
morimos sin usar esa gran capacidad con la que llegamos al mundo y que
crece si nos enlazamos con el Padre Sol y afirmamos nuestros filamentos de
luz.

No obstante, más allá de nuestra negligencia tendremos siempre


oportunidad de manifestar nuestra potencia creativa activando nuestro Sol
Interior que da "luz verde" a una corriente sin fin de creatividad. El tema está
en empezar a ser para hacer, para amar y comprender desde nuestro Sol
Interior. La única limitación es la mente que nos dice: "Si, pero y...”, y allí
surge la duda. La mente nos impone, nos fija condiciones que limitan nuestra
capacidad de expansión y sojuzga nuestra confianza, todo ello para anular
nuestra creatividad y limitar nuestros viajes imaginativos y resolutivos. Esta
limitación proviene de las energías pesadas, surge racionalmente de Hucha.

Un “yo” no egoísta

Llankay es expresión externa de lo que internamente somos y está


conectado al cumplimiento de nuestro propósito de vida de una manera tal,
que nos conduce a la alegría interna y a la satisfacción. Para vivir nuestras
vidas con Llankay, primero tenemos que estar al servicio de nosotros mismos
y dar cabida sin tapujos a nuestra capacidad de crear, porque crear es vivir
dos veces o más. Es cuestión de hábilmente conseguir resultados en
conjunción con la energía solar, de centrarse en sí mismo, pero no de manera
egoísta, narcisista y egocéntrica en la que caemos cuando valoramos nuestro
ser. No debemos pensar en términos de egolatría y de oscuridad del entorno.
Al contrario debemos irradiar luz para nosotros y para los demás y alcanzar
sabiduría , sabiendo quiénes somos en el fondo de nosotros mismos y actuar
desde ese punto.

Entonces hay un egocentrismo poderoso y vivificante que no es egoísmo


ni egolatría. Llankay nos exige ser para hacer, nos induce a aprender para
construimos y luego saber dar y proteger a los demás a través de nuestras
obras de bien y así alcanzar la plenitud del trabajo que sirve, de la obra que
madura y estabiliza. Llankay es un don, una maravilla a utilizar porque es un
conjunto de acciones que tomamos en la vida y fluyen como torrente de
voluntad cuando educarnos y dominamos nuestra consciencia que nos ayuda
a saber lo que somos y que podemos ser dadores de bien. Es alegría de ser
por lo que somos. Cuando estamos alegres, lo manifestamos en todas nuestras
actividades, en nuestro trabajo y en todo nuestro discurrir por la vida que
pinta con colores y con luz esplendente nuestro recorrido humano por la
existencia. Todo se convierte en servicio gozoso que fluye de nuestra fuente
inagotable de amor y de capacidad de servir.

En ese proceso de crear vida, de afirmar nuestra personalidad con


capacidad de realizar mediante el uso constante de la energía solar, podemos
construir porque contamos con capacidad para servir y hacer del trabajo un
bien. Así hemos alcanzado el estadio de ser capaces de crear alegría, de hacer
retozar a nuestro espíritu, avivar y energizar el espíritu de los demás ante todo
el mundo.

Una acotación. En castellano la palabra “servicio” se puede dividir en


dos partes: “servir": que significa "ser" como expresión del espíritu" y vicio,
que significa "pasión”. Así servicio, es la pasión hacia el espíritu como unión
con el auténtico yo.

Solo desde el centro

Solamente podemos actuar bien y con provecho desde el centro de


nuestro ser donde se proyecta el auténtico “yo”, que surge y se anida en
nuestro Sol Interior. Nuestra actuación en provecho propio y del prójimo, se
tangibilizará cuando practiquemos, al principio con nosotros mismos. el bien
del servicio concretando nuestra voluntad de trabajar aplicando y uniendo,
como dijimos, la ley del Munay, del amor, a nosotros con fuerza para trabajar
haciendo crecer y fluir el mundo interior que poseemos y que va creciendo.
Nuestra riqueza interna, iluminada día a día por la energía del Padre Sol, sale
a flote e ingresa a nosotros como ectoplasma perfecto que llega al espíritu de
los demás. Así desde nosotros llegamos a los otros que son los nuestros por la
fuerza del Chakaruna.

Toda nuestra vida, suceda lo que suceda, es expresión del espíritu pese a
que por la actual educación materialista se fracciona la realidad y se separa el
espíritu de la materia, se distancia y diferencia lo físico de lo emocional , lo
mental y de lo espiritual. Recordemos que somos expresión indisoluble e
inseparable de cuerpo y espíritu. Si no admitimos esa ligazón que es unión,
sobrevendrán los problemas que crecen por falta de amor. Para actuar desde
el centro de nuestro ser, para que todo lo que hacemos tenga espíritu, es
requisito que apliquemos la ley del amor a nosotros mismos. Así creceremos
internamente cuando reconozcamos que somos, junto al espíritu, creadores de
todo lo que hacemos. Creceremos internamente y la divinidad residirá dentro
de nosotros que somos filamentos de luz que irradiamos energía.

Llankay es, por tanto camino para crecer espiritualmente reconociendo


nuestro rol en la creación de cada día que dota y coloca el espíritu y la
voluntad de hacer con amor en todo lo que hacemos. Cuando materialicemos
esa convicción como práctica cotidiana en nosotros, cada acción que
emprendamos será la mejor acción a asumir y estará dotada de afecto, porque
lo mejor de nosotros surge desde el Sol Interior, no del ego. Ninguna acción
es mala si viene del amor.

No a presiones ni imposiciones

En lo que a trabajo se refiere es importante preguntarnos, ¿qué nos


motiva a trabajar y medir qué estamos haciendo ahora? Ejemplo;
¿Estudiamos con sacrificio y duramente para aprender? ¿Elegimos ese
trabajo sólo porque pensamos que podemos hacer buen dinero con él? ¿Lo
elegimos porque nuestra familia espera que cumplamos un rol social especial
o tal vez se espera que realicemos el mismo trabajo que nuestros padres o
madres hicieron? ¿Escogemos nuestro trabajo porque es fácil para nosotros
hacerlo? Ninguna de estas razones nos conducirá a nuestra satisfacción o
realización.

¿Ampliamos nuestras mentes para ser personas racionales? ¿Deseamos que


crezca nuestro cerebro que tenga nuestros pensamientos como fuerza motriz
que nos hace elegir el trabajo que debemos desempeñar o cumplir casi como
una cadena de la cual no podremos liberarnos? Todo ello nos introducirá en
medio de una energía sobrante del ciclo de la noche y nos esclavizará. Se
impondrá la mente en detrimento del amor.
Durante el tiempo de oscuridad, como fueron los últimos quinientos
años antes del advenimiento del Nuevo Pachakuti, nos concentramos en
exclusiva en nuestras mentes y en lo que ellas nos decían e imponían.
Creíamos que nuestra mente nos encaminaba correctamente para transitar por
el sendero de la vida para optar por un trabajo elegido racionalmente. Nuestra
mente nos decía que teníamos que hacer ciertas cosas para tener éxito y que si
lo hacíamos, alcanzaríamos un status social y por ende comodidad, seguridad
familiar y hasta felicidad. Nos allanábamos a esas normas estándares y no las
enfrentábamos. Pero, como es claro, la felicidad no viene de la mente.
Cuando estamos a la medida de los números fríos y con las estadisticas de
moda e inclusive con las tendencias del mercado laboral que influye por la
evidencia de tendencias masivas, nos convertimos en seres míseros y pobres
de espíritu, sin fuerza para trascender.

Hagamos un paréntesis y reflexionemos sobre el éxito personal y sus


connotaciones. Alcanzar el éxito es bueno, pero depende de cómo definimos
y cómo nos relacionamos con ese éxito que puede ser circunstancial,
absorbente y capaz de enajenarnos. El éxito es bueno sólo si nos trae alegría.
¿Qué es lo que nos trae alegría? ¿Es suficiente que nuestras acciones, nuestro
desplazamiento anímico, nuestro quehacer cultural, nuestras disposiciones
para crear economía, etc., incluyendo el trabajo que desarrollamos para
alcanzar objetivos y cumplir metas sea todo?

Por el contrario debemos cumplir con autenticidad las prácticas de servir


y amar, el éxito no nos aplastará ni domina, ni nos volverá avaros o
codiciosos. El éxito llegará de manera natural si somos buenos y cumplimos
con servir, amar y alcanzar la sabiduría del Yachay. Y con el éxito natural
sobreviene la libertad. El éxito, entonces no es sinónimo de egoísmo y
ambición: es alcanzar metas compartiendo y amando. Allí se corona la vida
solar y humanizada por la energía cósmica.

Admitamos que todos podemos ser más sabios si solamente utilizamos a


nuestra mente y que con el Nuevo Pachakuti tendremos la oportunidad de
desarrollar más que mentes brillantes, desarrollaremos hombres, mujeres
plenos, completos y radiantes a través de la activación del amor que hace
gigantes de espíritu y buenos de corazón. ¿Qué más pedirle a la vida si a
través del amor desinteresado nos proyectamos y crecemos? Con ello
tendremos la oportunidad de desarrollamos y expandirnos entregando amor
que se proyecta dentro de nosotros y nos devuelve a nuestro estado de
equilibrio y serenidad lo que nos satisface, fluye e influye el entorno y nos
congracia con nosotros mismos. Somos Hijos del Padre Sol y nuestros
filamentos de luz están limpios y transparentes. Ojo, que filamento no es una
hilacha o un débil hilo, es un potente rayo láser que abre camino e ilumina.

Encontrar el verdadero trabajo

Es muy probable que el uso predominante de nuestra mente o de la


mente ajena cambiemos de pareceres y convicciones, y que el trabajo que
estamos cumpliendo en este tiempo, en estos días o meses o inclusive que nos
tenga ocupados por años. No sea el trabajo que creemos representa nuestra
más íntima apetencia y no se condiga con la finalidad que creemos debería
alcanzar la existencia que tenemos. Tal vez estemos trabajando para lograr
fines egoístas para placer nuestro y nada o poco para dar vida a los demás; o
probablemente estemos en una fase de transición, preparándonos para
alcanzar otras ocupaciones que aún son inalcanzables o quizá estemos
ocupados trabajando en la única ocupación disponible para nosotros en este
momento. Sin embargo, hay que potenciar las épocas de transición y con la
fuerza del corazón. Crear amor, servicio y sabiduría al trabajo que
emprendemos todos nuestros días. Ello nos hará sentir más satisfechos y
tendremos más que ofrecer a los demás de lo que haríamos si trabajáramos
solo por dinero, por sobrevivencia o por una eventualidad que no nos trae
amor, servicio, y sabiduría hacia el propio trabajo y por añadidura hacia
nosotros mismos.

No estamos solos

En esas circunstancias el cosmos acude en nuestra ayuda. El infinito


sideral encuentra maneras asombrosas para que cada uno de nosotros use sus
dones naturales y propios y descubra sus reales propósitos y su verdadera
misión en la Tierra. Todo lo que experimentamos nos guía hacia esa misión.
Cada día ocurre algo que da forma a esa misión. Es importante tener
conciencia de ello. Esa conciencia nace del entendimiento de que a medida
que conocemos los muchos aspectos de nuestra vida, hay algo y alguien que
cuida de nosotros. Los descendientes de los Inkas creemos que ese "alguien”
que nos guia es el Padre y la Madre Cósmicos, junto con el Padre Sol y la
Madre Tierra.

Les cuento la historia de una sobrina cuya experiencia es buen ejemplo


de la forma cómo somos guiados por el Cosmos. Ella posee una comprensión
básica de los principios del Llankay. Una vez le pregunté sobre el servicio, y
ella a su vez, quiso saber mi opinión y consejo sobre lo que podría ser bueno
para que ella estudiara. Le sugerí que como Puno y el lago Titikaka estaban
creciendo en interés turístico sería bueno que se involucre, estudie y active
propuestas e innove conceptos sobre turismo.

Aceptó las sugerencias. Después que terminé sus estudios en turismo


vino a mí solicitando trabajo. Y se lo di para que ocupara la plaza de
recepcionista en uno de los hoteles de la empresa "Taypikala Hotel”. Pensé
que haría un buen trabajo. Luego de un tiempo le pregunté al gerente del
hotel su opinión sobre cómo evaluaba el actuar profesional de mi sobrina y
cómo hacia su trabajo. Me respondió que su inglés no era lo suficientemente
bueno. Le transmití esa información a ella, y le dije que siguiera estudiando
el idioma para mejorar. Después de dos meses su inglés no mejoró. Le
cambié su horario de trabajo a tiempo parcial a efectos que tuviera más
tiempo para estudiar inglés. Aun así no hubo mejoría.

Finalmente, se fue a otra ciudad donde se presentaban más


oportunidades de estudiar idiomas. Su madre, mi hermana, me dijo que
estaba estudiando alemán. Esa información me sorprendió, no sólo por sus
pocas habilidades con el inglés, que parecía la postergaría en sus
proyecciones, sino también porque el alemán es un idioma más difícil de
aprender. Después de un tiempo, algunos de sus compañeros de estudios de la
clase de alemán, le informaron que tenían contactos para que viaje a Estados
Unidos y si quería viajar para fortalecer su aprendizaje y trabajar en ese país.
Ella admitió que eso era lo que siempre había querido realizar. Sus
compañeros le dijeron que había grandes oportunidades para desarrollarse.
Así que obtuvo su visa, se fue a Estados Unidos y por supuesto, su inglés
mejoró mucho en el proceso. Fue guiada y conducida a caminar por rutas y
propuestas que nadie había imaginado o previsto. ¿Casualidad, designio,
destino? Son fuerzas que existen e influyen en nuestro ánimo y se presentan
cuando somos buenos de corazón.

En la medida que nos entreguemos al servicio y deseemos que Llankay


sea nuestra ruta, siempre seremos guiados. La comprensión lnka de que
somos gobernados, cuidados y conducidos por el Padre y la Madre Cósmicos,
que asumen el aspecto del Padre Sol y de la Madre Tierra es evidencia de que
no debemos consideramos los dueños de la Tierra.

La Tierra es superior

Es exactamente así. No somos dueños de la Tierra ni debemos expoliar a


la Pacha Mama. La Tierra es nuestra dueña, porque entendemos que nosotros
pertenecemos a nuestro planeta Tierra como un niño pertenece a su madre.
Nosotros cuidamos de ella, porque sabemos que ella es un aspecto de la Gran
Madre y, en realidad, ella cuida de nosotros abasteciendo este hermoso lugar
para vivir y proporcionándonos todo lo que nos da vida aquí. Así que estamos
a su servicio. Y el Llankay también es para ornamentarla y honrarla.

En lugares de poder como Machu Picchu o Tiwanaku sentimos fluir la


energía de las personas que allí vinieron hace cientos de años y lo hicieron
viviendo con amor, en trance de servicio y de sabiduría. No intentaron
adueñarse de la tierra porque entendían que lo único de lo que podían ser
dueños era de su propia alma y que cuando murieran, su cuerpo volvería a la
Tierra, a la Madre Tierra, y su alma regresaría al Padre Sol.
Se entregaron en servicio a la Tierra. La energía de su amor, la fuerza de
su capacidad de servicio y lo magnifico de su sabiduría se corporiza y hace
evidente que su vida así ya no exista es energía. Esto es, también, la razón
que explica que esos sitios especiales sean lo que denominamos "Lugares de
poder". De la misma manera, el amor, el servicio, y la sabiduría que traemos
a nuestro trabajo de hoy, serán percibidos por aquellos que vivan la
experiencia del Nuevo Pachakuti y sus 500 años a partir de ahora.

Aceptemos con capacidad de valorar argumentos y realidades poco


conocidas que las personas que moraron en Machu Picchu y Tiwanaku no
sólo actuaron en función a trabajar sirviendo, sino que se proyectaban
asistiendo y atendiendo a sus familias, amistades y a toda la comunidad en
general. Hay una realidad que debemos desentrañar para que los enigmas del
mundo andino, no sean tales y pasen a ser certidumbres. ¿Por qué el mundo
andino fue sobrio y sensato en su relación con el Cosmos y por qué alcanzó
cotas envidiables en el perfeccionamiento de las personas que vivían en ese
tiempo?

Reparemos que nuestra actitud hacia el servicio debe ser precisa y


permanente por lo que es necesario conectar nuestra mente con el corazón y a
continuación, expandir... y expandir... y expandir, hasta que nos demos
cuenta que la mente y el corazón son realmente unidad indisoluble y que todo
lo realizable se debe efectuar con predisposición de servicio. Esto nos lleva a
una superlativa comprensión, no a una tenue o baja comprensión, acerca de la
naturaleza del servicio y del trabajo. Munay que es amor nos trae realización
y Llankay que es servicio, nos trae comprensión.

Ambos en conjunto, nos ayudan a empezar a conocernos a plenitud y


empezar a probar nuestro auténtico yo y degustarlo con placer y fruición.

Ayni: todo está conectado

Cuando llegamos a probar nuestro auténtico "yo" estamos en


condiciones de expresar mediante nuestro trabajo lo que realmente somos. Y
advenimos al estadío superior de saber servir a todos y a todo y, por tanto nos
sentimos conectados a todo y a todos. Nada nos es extraño ni nada nos hace
daño. Esa conexión implica dar y recibir, o lo que llamamos Ayni, en la
tradición lnka.

Ayni es reciprocidad, pero no sólo un acto mecánico de reciprocidad. Es


intercambio de energía. Es la comprensión de que el alma y el espíritu de las
personas son susceptibles de interconectarse. Es la convicción de que todo
está conectado y que todo depende de esa conexión. La Madre Tierra nos
provee el aire que llena nuestros pulmones y nos alcanza agua que es
necesaria para la vida y nos ofrece espacios de tierra para que cultivemos
nuestros alimentos. Ella nos entrega y, también nos provee de fuego para
enfrentar el frio y conseguir calor humano y calor ambiental

Cuando tratamos en nuestras vidas con respeto, tanto a la gente como a


los animales, a los árboles y a todo tipo de plantas, a las montañas y a los
campos, somos superiores. En el momento de darnos libertad de amar y de
servir a nosotros mismos y a los demás, estamos mostrando nuestro
agradecimiento a la Madre Tierra por lo que ella nos da y por lo que nos dará,
que es cuidado. Con ello honramos la interconexión de todas las cosas que
provienen del orden establecido en el infinito tiempo del firmamento, al que
absurdamente consideramos inextricable universo cuando debemos admitir
que somos parte de él y que nuestra energía es poderosa si sabemos respetar y
acatar las leyes de amor, del servicio y del conocimiento en camino a la
sabiduría.

Reciprocidad que reproduce

Ayni valora el don de vivir

Ayni es una actitud y un proceder con respecto a la vida y cuya función


es enaltecerla. Es una actitud de reciprocidad con la vida. La reciprocidad
tiene que ver con la forma como entendemos nuestra existencia y cómo
apreciamos y valoramos el don de vivir para sentir. Para amar, servir y
aprender. Cuando entendemos la vida con una actitud de gratitud nos invade
el satisfactorio sentimiento de la celebración. Cuando albergamos odio, la
vida es miserable porque hay ausencia de celebración y hay presencia de
resentimiento que nos aplasta y disminuye.

La reciprocidad es un eco benéfico. Cualquier mensaje de actitud


positiva y de servicio efectivo y auténtico que enviamos al Cosmos para
engrandecer la vida regresa a nosotros. Es una medida exacta de lo que
damos y de lo que recibimos que se multiplica. Porque el eco se repite
muchas veces.

Algunas personas son excelentes y buenas para dar. Ellas son como un
pozo que no se seca, no hay fin ni cansancio en sus donativos. Les hace
felices dar. Tanto si se trata de tiempo, de dinero o energía; dan porque al dar
se sienten bien y saben que eso es bueno para ellos y para los demás. Pero eso
es incompleto si no estamos abiertos y dispuestos a dar y recibir. De hecho, si
todo el mundo está abierto sólo a dar, ¿quién recibirá los regalos? Así no
funciona. Asimismo, no funcionará si sólo algunas personas están dispuestas
solo a dar, asumiendo que siempre habrá otros que están dispuestos a recibir.
Cada persona tiene que estar dispuesta a recibir tanto como a dar, pero no a
dar esperando recibir. La retribución viene por añadidura como parte de un
paquete de agradecimiento y congratulación no exenta de afecto.

Algunas personas son muy buenas solo para recibir, son felices de tomar
cualquier cosa que otras personas y el mundo alrededor de ellos les alcanzan
y da. Recibir es bueno y sin esa predisposición no habrá ninguna posibilidad
de entrega. Sin receptor el emisor se queda al aire. Sin embargo, durante el
ciclo de la oscuridad, hubo demasiadas personas y pueblos que solamente
querían "recibir" de la Madre Tierra sin el suficiente Ayni en retribución de
agradecimiento y compensación. En muchas décadas tomamos todo en
demasía de la Madre Tierra como niños con guía o personas mayores de
apetito voraz que no paran de decorar y esquilman. Esas conductas han
causado demasiado daño.

Haz y envés

Los seres humanos somos como las baterías que para funcionar
disponen de carga positiva que es, digamos, haciendo un simil con la persona
humana. De capacidad de dar y de una carga negativa, que es la capacidad de
recibir. Si se armoniza y dinamiza la relación, la batería funciona y la
persona, también. La carga positiva es energía masculina externa y la carga
negativa es energía femenina interna. Todos tenemos energía masculina y
energía femenina como componentes de nuestra composición sicosomática.
Esas dos energías tienen que ser equilibradas y armonizadas. Si no es así,
careceremos del equilibrio interno y también careceremos del equilibrio
externo con el mundo. Por eso es importante dar como recibir.

Para que el trabajo realizado sea gratificante se debe experimentar Ayni.


Algunas personas que trabajan en este mundo moderno y tecnificado solo
experimentan el "dar” y poco el recibir. Se cansan de dar y seguir dando.
Sienten, por ejemplo, que las empresas donde trabajan son como niños de
apetitos voraces o similares a las personas mayores golosas e insaciables:
entonces, dan sin sentir satisfacción y terminan agotados al final de cada día.
Su existencia es un calvario. Recogen un cheque de pago a fin de mes, pero
no reciben afecto ni amor y su servir no es retribuido con la calidez deseada y
esperada. Sienten que el equilibrio entre dar y recibir no es algo que les
alcance a ellos. Y para ellos más es dar y seguir dando con un recibir, escueto
y despersonalizado.

A veces las personas que trabajan más cerca de la tierra, como lo hacen
los agricultores, tienen un mejor sentido del equilibrio entre dar y recibir.
Experimentan con mayor frecuencia y asiduidad Ayni con la Madre Tierra.
Ellos dan su tiempo y esfuerzo a sus cultivos a los que tratan con amor y a
cambio reciben quinua o papas o algodón. El intercambio de energía es
visible y tangible. Por supuesto, a veces hay inundaciones y en otras
ocasiones hay sequías, por lo que incluso los agricultores saben lo que es
sentirse fuera de balance y en trance de desequilibrio, pero persisten.

Y entonces los agricultores viven y proceden a diario más cerca del


intercambio de energía que es Ayni que del solo recibir y esperar. Ello sucede
porque están trabajando directamente con la Madre Tierra y el trabajo con la
Madre Tierra requiere algo más que un quehacer físico y más que energía
mental. Requiere corazón.

Este es un aspecto muy importante de Ayni que debemos entender y


apreciar. Ayni no es solo toma y da o un tas con tas. No es intercambio de
cosas o incluso de energía que surge de lo que la mente dispone y organiza y
que redunda en beneficio directo para la persona. Es intercambio de energía
en la que se pone corazón y comprensión de la interconexión de todas las
cosas. Un corazón abierto es fundamental para este intercambio. Ayni es
riqueza de comunicación y solidaridad. Es más que acción de reciprocidad.
Se trata de compartir sin esperar nada a cambio, admitiendo que se puede
recibir. Lo importante es seguir forjando y atemperando nuestro corazón
manteniendo la conciencia de que la Madre Tierra nos proporciona todo y
todo es de ella.

Esta idea del trabajo al servicio con Ayni con corazón abierto es
realmente el verdadero rostro de la disposición para servir sin sacrificarse,
eso sí con esfuerzo y entrega. A veces pensamos que el trabajo y el servir son
sacrificio que nos obligan a renunciar a algo apetecido o deseado y que por lo
general es algo a lo que no queremos renunciar. Eso no es verdad.

No olvidemos que la palabra sacrificio tiene como raíces la connotación


de "sagrado" que suma "acción", por lo que sacrificio es acción sagrada, que
no debe reportar sometimiento, sino esfuerzo superior consagrado a servir y
hacer el bien. A menudo, cuando decimos que nos estamos "sacrificando” por
nuestras carreras, no queremos decir que estamos realizando una acción
sagrada. En ese caso es sólo un esfuerzo penoso que nos apena, pero que no
debería poseer el significado de que estudiar o ejercer la profesión es un
sacrificio. Allí pesa la elección y la calidad del trabajo que realizamos.

Recalcamos que una acción sagrada beneficia a otros y también nos


ayuda a crecer a nosotros. Y la acción sagrada no es algo que se restrinja al
concepto de religión o se circunscriba a ciertos días de la semana donde es
necesario guardar recato y oficiar ritos. No. La acción sagrada es la que vive
y activa en nuestra vida cotidiana que dotamos de visos y matices de
heroicidad sin muerte, de esfuerzo sublime y calidad de vida con amor.
Entonces es sacrificio y grandeza por el esfuerzo que implica coronar la tarea
emprendida de hacer Ayni con amor y con evidentes resultados del verdadero
servir o Llankay.

Minería del “Sol Interior”

Una vez conversé con un hombre partidario del Perú que funcionaba
como empresario adscrito al Congreso de la República como representante
político por Puno. En ese tiempo era un político importante que poseía y
explotaba minas. Me preguntó qué estaba haciendo en esos días. Le dije que
yo también estaba en la actividad minera.
Él se sorprendió y me retrucó: "¡Oh, también estas en la minería en Puno,
explotando plata u oro!"

Le repliqué que estaba en la actividad minera del oro puro que brotaba
del "Sol Interior". Se quedó sorprendido y sin reacción. Luego le expliqué
que el mundo no solo es materia y que había mundos interiores de mayor
riqueza que la explotación de la pura materia.

Esta es mi intención en todo lo que hago. Evidenciar que en las


actividades que realizo tanto, en la empresa que conduzco, como en mi
trabajo de "Hombre puente” o Chakaruna, así como en mi vida personal mi
intención es efectuar "sacrificios” cotidianos con visos de acción sagrada para
servir a los demás de manera que nunca se pierda de vista el Sol Interior de
nuestra energía y de la disposición para amar y servir tanto a mí mismo como
a los demás.

El propósito viene del corazón. La intención viene de la mente. Si


tenemos la intención de hacer algo, pero nuestro propósito no coincide con la
intención estamos creando un plan frio y puramente mental que desdeña el
corazón que es lo más gravitante. Recalco que mi propósito proviene de mi
Sol Interior y viene de un lugar de gratitud por todo. Y, por ello mi servicio
fluye desde allí.

En última instancia, Llankay es a la vez un estado anímico mental


nutrido de la fuerza del corazón y del amor. Es un estado de lúcida
conciencia. Conciencia de abundancia. Es el entendimiento de que la Madre
Tierra comparte abundancia con todos nosotros, en todos los sentidos y en
todos los aspectos de nuestra vida. No hay ninguna restricción a la
abundancia ni a la felicidad que prodiga y distribuye la Madre Tierra que
sabe que en cualquier lugar del planeta se puede vivir, aunque sea el lugar
más inaparente e inhóspito.

El retorno a la felicidad, entonces, no es algo que logramos y


experimentamos en un pequeño rincón de nuestras vidas. En realidad es un
retorno a la felicidad si luchamos en el trabajo todo el día, y luego,
regresamos a casa con la esperanza de que nuestra familia compense la falta
de alegría que experimentamos en el trabajo. Cuando combinamos Munay y
Llankay, amor y servicio, en lo que hacemos llenamos todos los días con
alegría.
YACHAY O LA SABIDURIA
Una tríada indisoluble

Saber para amar y hacer

Munay es una intensa palabra quechua que la traducimos como amor y


ternura, así como respeto por las diferencias ante toda manifestación de la
vida, ante todo lo que enriquece y sintetiza el conocimiento y la experiencia
de la entrega. Munay junto a Llankay que sabemos es capacidad de servicio
que nos lleva a la comprensión, humanamente experimenta mediante el
trabajo pleno e íntegro, ya es una fuerza indisoluble de energía. Y si a Munay
junto a Llankay le sumamos Yachay, que es sabiduría y conocimiento,
conformaremos una tríada indisoluble sobre la cual se construye la nueva ruta
de la plenitud del ser humano sobre la faz de la Pacha Mama en consonancia
con el Padre Sol. Entonces Yachay es un pilar que nos lleva a la comprensión
y experiencia de la sabiduría que no es solo acumulación de conocimientos y
aprendizajes.

Se piensa que Yachay es aprendizaje para alcanzar conocimiento.


Muchos creen por influencia de las comunicaciones y del poder que emana
de la información que la sabiduría proviene del conocimiento, del manejo de
nuevos saberes y técnicas. Es un punto de vista. Albert Einstein dijo que la
imaginación es más importante que el conocimiento. En el mundo andino, el
amor es más poderoso que cualquier cosa. Si adquirimos conocimiento
basado en el amor que es conocernos a nosotros para conocer a los demás y
hacer de ese saber un vehículo que nos alcanza felicidad y que permite
descubrir arcanos y persuadir a las personas para que usen más el inmenso
corazón que la fría y racional mente, se convierte en sabiduría, porque
realmente viene del Sol Interior, vibra con el Sol Interior.
Las personas que adiestran y detallan conocimientos no necesariamente
viven una existencia de plenitud, armonía, menos impregnada y nutrida de
sabiduría. Vivir con el ego que obnubila, conduce a callejones sin salida, a
frustraciones y depresiones, engreimientos limitantes que provocan
sufrimiento. Pero una vida que se vive con Yachay, es decir con sabiduría
que es más que conocimiento formal, no tiene estas limitaciones ni
sufrimientos. Es una vida de libertad plena.

Mentes que brillan siendo opacas

En el mundo moderno las personas que alcanzan a tener mentes


brillantes lo son por la importancia de sus aportes científicos o artísticos
dimensionados por la promoción publicitaria y que los mantienen en la más
alta estima del gran público que es depósito de la cultura mediática. La mente
brillante es considerada como producto final del raciocinio lógico, del
conocimiento científico lleno de aciertos técnicos y descubrimientos
metodológicos, pero aun así, su brillo no es completo; es sólo como el que
irradia una estrella opaca y distante. Lo que realmente hace que exista una
mente brillante de verdad es que ella establezca una auténtica relación con el
Padre Sol con la energía que de él provine y que se asienta en nuestro
corazón.

Pero avancemos en la diagnosis y preguntémonos ¿de dónde viene la


palabra "racional"? Proviene de "ratio", que significa "medida" con el
añadido de "mente" que le confiere el significado de desarrollo en casi
exclusiva de los ejercicios abstractos del conocer frio y metodológico
despojado de la imaginación. Cuando somos racionales, queremos medir
todo. Pero si el amor es el componente más importante en la vida, ¿cómo lo
medimos?

Es interesante comprobar que en la mayoría de nuestras universidades


los profesores y los estudiantes solo se concentran en la mente y aún de
manera deficitaria. Preguntémonos ¿Quiénes son nuestros líderes, los
presidentes de gobierno y los congresistas que pululan los parlamentos del
mundo? ¿Acaso son "mentes brillantes", que representan la manera racional
de pensar? Son lamentablemente, "mentes brillantes” que están
desconectadas del corazón y por tanto deficitarias e incompletas, con
honrosas excepciones. Cuando esto sucede el poder refleja el ego en lugar del
amor y el Sol Interior va desprotegido e ignorado, hasta que se descubre
tarde, el poder del amor.

Cuando se combina el poder del amor con la lucidez de la mente, se


encuentra la verdadera sabiduría que se traduce en servicio, en función
desinteresada para alcanzar el bien común y otorgarles a las personas el uso
de la energía para que avisen sus filamentos de luz que, infelizmente los
tienen apagados. Cuando ello ocurre se comienza y alcanza en todo lo que se
hace nuevas y gratificantes actitudes ante la vida.

Experimentemos la verdadera vida

Nuestras creencias y actitudes acerca de nosotros y del cosmos


determinan como experimentamos la vida, incluyendo el amor, el servicio y
la sabiduría. Cuando traemos la luz del amor a la lucidez de la mente
generamos un crecimiento ascendente en lugar de un estancamiento que
paulatinamente nos deteriora y envejece física y emocionalmente. Ésta es la
esencia de la evolución. Creamos o no en este proceso los descendientes de
los Inkas creemos en el proceso de crecimiento de nuestro auténtico "yo" y
no sólo en ese proceso evolutivo y su relación con los seres humanos, las
plantas y los animales, sino que entendemos que la Madre Tierra, en sí
misma, está viva, en constante apertura hacia nosotros. Su evolución es para
hacernos bien. Tenemos una oportunidad única ahora, en este "Nuevo
Pachakuti”, para evolucionar realmente, porque estamos en el amanecer de
este nuevo ciclo de luz.

Un anciano sabio de las alturas más ignotas e incontaminadas del Perú


explicó que estamos dejando la última noche. No habrá más noches.
¿Nosotros lo creemos? La disyuntiva es clara. Creemos en la luz o no y si no
creemos las tinieblas junto a nosotros se desplazarán haciéndonos vivir a
tientas. Admitamos que somos Hijos del Sol, creemos en la luz y tenemos la
oportunidad única para recordar, expandir, crecer y anclar en este nuevo
ciclo. Donde es necesario creer en la luz y vivirla todos los días, así no habrá
más noches de desconcierto de duda y zozobra.

Para vivir esa intensa luz todos los días tenemos que vivir desde nuestro
auténtico ser que es el Sol Interior dejando de lado nuestra resistencia a lo
que somos realmente porque las influencias actuales de la cultura de la razón
nos han endosado malas prácticas. Debemos entregamos de manera íntegra y
fundamental a esa energía.

Entrega, convicción e insistencia

Permítanme compartir con ustedes una historia acerca de rendición y


entrega desde una experiencia personal. Cuando niño no tuve ocasión de
aprender a nadar. Cuando adulto, decidí aprender y me preparé empezando
por conseguir un libro sobre el tema. Aprendí teóricamente Cómo mover en
el agua brazos, manos y piernas. Acepté que para no ahogarse se debía
respirar acompasadamente y perder miedo a la cantidad de agua reunida y
tranquila en las piscinas. Turbulenta en los ríos o inmensa y magnifica en los
mares, transparente y celestial en el Titikaka. Sin embargo, en la primera
sesión práctica arguyendo que tenía todo bajo control al momento de ingresar
al agua, me olvidé de todo. Pensé que iba morir. De hecho necesité ayuda
para salir vivo de la piscina. Pensé que era fácil y que por mi comprensión
teórica podía aprender a nadar sin práctica y solo con abstracción y memoria
de procedimientos. Por mi frustración decidí que era incompetente y no
estaba destinado a retozar en el agua reunida. La natación no era para mí.

Pero después en un viaje recalé en un paraje cálido rodeado de mucha


agua. Un diligente entrenador me ayudó a aprender a nadar. Me aprovisioné
de chaleco salvavidas, paletas para manos y pies y me dijo que para nadar
tenia que aprender a flotar y que era necesario relajarse y dejarse llevar. ¡Qué
revelación! Todo lo que hice fue semejar que estaba muerto. Admití que hay
que dejarse llevar y despojarse de preconceptos, de ideas fijas y eliminar
excesivas teorizaciones. Como descendiente de los Inkas caminé sin
resistencias dejándome llevar rumbo hacia donde la luz se refleja. Confirmé
que el mundo de la energía existe y que para hallarlo hay que avisar el
corazón en camino de sabiduría. Después de comprender esto, el aprendizaje
de las técnicas de natación surgió por añadidura. No antes, sino después de la
revelación y la entrega.

Conocimiento es solo eso: conocimiento


Esta historia es de utilidad por lo instructiva que nos recuerda que todo
conocimiento no es sabiduría y que quien sabe necesariamente aprende a ser
persona a plenitud, dado que aprender demanda entregarse. Yo de joven
estudié natación debido a que de niño no tuve ocasión de aprender a nadar.
Leí libros instructivos y, por ende, adquirí algo de conocimiento sobre
técnicas y modalidades. Esos Conocimientos no fueron suficientes.
Personalmente aprendí que exclusivamente conocimiento no es sabiduría.
Cuando no estamos despiertos y alertas activando el corazón con la mente
clara, el conocimiento no es más que información y nada más. Podemos
utilizar el conocimiento como algo más que información cuando estamos
despiertos. Pero para lograr estar despiertos se requiere, tanto de entrega
como de toma de conciencia.

Para rendirse, hay que dejar que ocurra y se manifieste la energía que
guardamos dentro de nosotros, confiando en nuestro Sol Interior. Admitiendo
que tenemos un Sol Interior y permitiendo que el Padre Divino y la Divina
Madre nos guien. Un buen momento para comenzar a desarrollar la
conciencia, es renunciando a nuestras creencias de sólo lo que "sabemos” y lo
que "aprendemos". ¿Cómo sabe un perro cuando su amo está volviendo a
casa? ¡Conciencia! Sus padres animales no le informan que su amo va a
volver a casa: no la ha leído en un libro. Ello sabe a través de la conciencia.
El proceso de toma de conciencia es la creencia en la vida, y en todo lo que
está vivo. Pueda que el perro no sea capaz de hablar de ello en la forma en
que los seres humanos utilizamos esa condición y atributo y tengamos la
posibilidad de entender, pero el perro tiene un sentido innato de la vitalidad
de todas las cosas y de la unidad inherente que enlaza a todas esas cosas. Esa
sensación le permite saber cuando su amo está volviendo a casa.

No nos resistamos contra la vida

Si bien para los perros puede ser fácil ser conscientes es un poco más
difícil para los seres humanos que tienden a vivir solo operando la mente, en
lugar de vivir dentro de todo su cuerpo que es recipiente físico, emocional y
espiritual. Así como mental. Aun así, podemos empezar a ser conscientes
observando nuestras mentes. Podemos empezar a ser conscientes observando
nuestros pensamientos. ¿Qué nos estamos diciendo a nosotros mismos? ¿En
qué creemos? Nuestra resistencia contra la creencia en la vida nos lleva a
aceptar mansamente que es más seguro quedarnos donde estamos en lugar de
buscar más. Realmente no es seguro quedarse donde estamos porque nuestra
única seguridad real es la seguridad interna que viene de vivir desde y con el
Sol Interior. No es conveniente quedarnos donde estamos, porque reprimir
nuestra evolución es desperdiciar demasiada energía. Es como tratar de
mantener una planta sin que brote del suelo durante la primavera. Evitar que
la planta brote de la tierra demandaría aplicar una vigilancia constante y
esforzarse mucho o al final si la plántula brota, arrancarla de cuajo. Si se tiene
éxito en ese afán se maltrata la vida de la planta y se termina matándola.

Es importante ser amables con nosotros mismos a medida que


empezamos a ser conscientes y apreciar que si somos capaces de gastar
energía en mantenernos inconscientes, entonces, podemos relajarnos un poco
y llegar a ser conscientes. Para empezar, el simple hecho de observar nuestros
pensamientos, es una práctica que vale la pena hacerla. Puede ser muy
sorprendente y muy esclarecedor hacerlo. La mente es muy activa y la
mayoría de las veces ni siquiera nos damos cuenta de cuan activa es.

Somos conscientes incluso sólo por momentos

Hay personas que se refieren al proceso de observar sus pensamientos


como algo propio y característico de la meditación. No es necesario poner
etiquetas a ese proceso. Usar etiquetas hace más difícil el aprendizaje real, las
personas que se dicen no a sí mismas y que no pueden "aprender" a meditar,
porque es demasiado difícil. No hay problema. No la llamen meditación
simplemente llámenla observación de sus pensamientos. No hay que aprender
a hacer nada al respecto, solo observar sus pensamientos. ¡Es fácil!

Somos más de lo que pensamos

Cuando empezamos a observar nuestros pensamientos, es interesante


darnos cuenta de que nosotros no somos lo que pensamos. Somos más que
nuestros pensamientos. ¿Cómo sabemos eso? Porque alguien realiza, observa
y evalúa nuestros pensamientos, así que no podemos ser solamente nuestros
pensamientos. ¿Quién es ese alguien? ¡Es usted mismo, es la persona y su
auténtico "yo”! Esto es muy curioso y muy interesante. Uno puede percatarse
de su auténtico "yo" con sólo darse cuenta de que alguien está observando sus
pensamientos.

No solamente somos nuestros pensamientos. No sólo somos nuestras


emociones. ¿Es la persona solamente cuerpo físico? Que la persona piense y
sienta nos informa que no somos solo cuerpo físico. Que alguien nos toque y
empuje y nos dé un golpe nos dice que efectivamente tenemos cuerpo físico
que siente. Y ante la experiencia elemental del contacto sabemos que tenemos
cuerpo físico, pero aun así percibimos que no solo somos cuerpo físico, hay
reacciones, aceptación, rechazo, ideación y respuesta ante esos contactos
externos que nos demuestran que tenemos cuerpo físico y... algo más.

Cuando nos damos cuenta que somos unidad física, mental y emocional,
sabemos instintivamente, que hay algo que nos explica que somos mucho
más que la suma de emociones y reacciones. Ese algo mas es el espíritu, la
esencia del auténtico "yo" que hay que percibirlo, contactarlo, educarlo y
proyectarlo para el bien en consonancia con lo externo y con nuestra más
íntima inferioridad. El más profundo conocimiento del espíritu puede ser
activado de muchas maneras. Distintas tradiciones espirituales utilizan
diferentes técnicas para activar esa conciencia. En la tradición lnka se activa
la conciencia conectándose con la Madre Tierra que nos entregará Munay,
Llankay y Yachay.

A menudo es más fácil conectar con el Sol Interior en la naturaleza que


en ningún otro lugar, porque toda la naturaleza es consciente y envía su
conciencia en forma de energía que puede ser fácilmente sentida por los seres
humanos. El Yachay es saber supremo e integral.
LAS SIETE RELACIONES
Capacidad de dar y recibir sabiendo

Si vivimos protegidos y proyectándonos con Munay abrimos nuestro corazón


y nos sentimos invencibles. Cuando vivimos sintiendo y haciendo Llankay
porque hemos adquirido la capacidad de dar y entregar, al tiempo de estar
aptos para recibir, nuestros corazones laten felices, viven abiertos y
despiertos, ágiles y cariñosos y encuentran satisfacción al saber que el
servicio junto al amor nos vuelve personas grandes de espíritu. Ahí estamos
aptos para aprender a vivir en unión y con activación de Yachay o la
sabiduría, que nos conecta con nuestro auténtico “yo", y pone todo nuestro
amor y nuestro espíritu al favor del sin número de cosas que realizamos y
realizaremos a lo largo de nuestra existencia. Y nuestro "yo" no será
sinónimo del concepto occidental de egoísmo, sino será personalidad
cósmica, plena de vida, de amor, de entrega y de sabiduría. Nuestro "yo” será
energía personal y limpia al servicio de la humanidad.

Evolución de la vida

Sin embargo, en el proceso de construcción de nuestra existencia y


como aún somos seres humanos frágiles, a veces creemos que hemos crecido
lo suficiente y evolucionado espiritualmente y ya no necesitamos nada,
porque nuestra mente fría o soberbia nos dice que ya logramos y coronamos
nuestras aspiraciones. Presumimos que alcanzamos la meta y que todo lo
tenemos en cuanto a Munay, Llankay y Yachay. Como resultado suponemos
que hemos alcanzado un alto grado de perfección que mejora nuestro
desempeño, porque evaluamos nuestra armonía interna y nuestra armonía
externa, sintiéndonos seguros y confiados. Creemos que ya logramos la
perfección y, así, nos volvemos rutinarios en la satisfacción, lo que en vez de
proyectarnos nos empobrece. ¡Siendo pobres y limitados nos creemos
grandes! Suponerse perfecto o correcto es vanidad, y eso solo viene de la
mente. En el Sol Interior está el gozo de la gracia divina.

No todo es fácil

En el proceso de retorno de construcción de nuestro verdadero "yo” no


todo es fácil. En ciertas ocasiones y a la inversa de lo anterior cuando
acumulamos el cáustico miedo, no nos sentimos seguros de cuan bien
estamos usando los medios del amor, del servicio y de la sabiduría en
nuestras vidas y nos ponemos a pensar, con pena y angustia. Si lo que hemos
logrado sirve al prójimo y nos hace bien a nosotros. Cuando se nos presentan
esas incógnitas hay que resolverlas con humilde firmeza y permanente
autoevaluación acudiendo a la Madre Tierra y al Padre Sol en jornadas diarias
de espiritualización.

Y, entonces, en los procesos para conocer nuestro avance y


perfeccionamiento, la naturaleza humana que por momentos es veleidosa y
cambiante o sacrificada y serena, nos alimenta en muchas ocasiones y nos
informa de lo que nos sucede y de lo que acontece en el entorno a través de
un conjunto de relaciones que devienen en revelaciones. Pero vamos por
partes y en camino de alcanzar lo que son las siete relaciones que también se
denominan las "Siete Armonías" que establecen una dinámica de gestión y
acción, de procedimiento y activación de conciencia con el mundo externo a
partir de nuestra Anterioridad.

Un GPS espiritual

Si queremos saber dónde estamos parados y medir cuán lejos hemos


llegado y averiguar hacia donde suponemos que debemos llegar, es preciso
que obtengamos esa información sin urgencias ni desesperaciones a través de
las siete relaciones de las que ya nos ocuparemos. Reparemos que no
debemos plantearnos urgencias porque la vida no es un récord a batir, ni una
meta a vencer. La vida verdadera luce colmada de serenidad y concentración
con ingresos permanentes hacia nosotros y con retornos constantes y de
vuelta, también, hacia nosotros. De nosotros surgen los valores de Ayni y
reciprocidad, de empatía con el entorno dado que somos filamentos de luz.
No lo olvidemos.

Para conocernos y saber con serenidad cómo crecemos y qué


interrelaciones debemos alcanzar, hay que utilizar de manera armónica las
siete relaciones sobre las que debemos reflexionar, habida cuenta que nos
ayudaran a ver dónde estamos y a conocernos y, lo harán como si fuera un
GPS, que nos ubica en la estelaridad de nuestras relaciones, que nos
contextúa ante los demás, ante el entorno y ante nosotros mismos. Midiendo
la intensidad y autenticidad de nuestro ser en función a nuestros mundos
externo e interno.

Las siete relaciones nos mostrarán lo mucho que hemos crecido y cuanto
nos falta para ser lo que realmente debemos ser. Y que ello suceda de manera
real y completa nos realizara como personas con valores del Munay, Llankay
y Yachay. Las siete relaciones son el mapa que nos muestra los avances y el
progreso en el desarrollo de nuestra verdadera naturaleza y de nuestra luz
interior, debido a que somos filamentos de luz en el firmamento y nuestro
”yo" es expresión de amor y de gran capacidad para servir y para generar la
ecuación del saber, hacer y sentir.

Desde nosotros el mundo es armónico en todas sus


direcciones

Toda experiencia y toda relación devienen en sucesos concatenados y


entrelazados de gran importancia por las oportunidades que acarrean para
crecer espiritualmente, porque en realidad no hay separación entre nuestra
vida cotidiana y nuestra vida espiritual. Cada experiencia es alimento de vida,
es suma y no resta, así sea experiencia frustrante, porque educa y alecciona e
instruye, sirviéndonos de sustento y de afirmación de conocimientos y
sensaciones para conducir y orientar nuevas experiencias.

No olvidemos que la sabiduría andina en la tradición lnka, que ha llegado a


nosotros, nos informa que nuestros antepasados sintetizaron todas las
relaciones en siete categorías. A veces se referían a ellas como las "Siete
Armonías” y las llamaron así porque cuando concordamos y entrelazamos
concertadamente cada una de estas relaciones, el equilibrio armónico dentro
de nosotros aumenta; sumamos y crecemos cada vez más en la construcción
de nuestro auténtico y proyectivo "yo".

Una forma de manejar y llegar a ser más conscientes de la maravilla que


es activar y actuar en función a las "Siete Armonías" es pensando en nosotros
mismos parados firmemente sobre la Madre Tierra. Empecemos.

Por debajo de nosotros convengamos que se ubica la Madre Tierra que


es la primera relación. Por encima de nosotros luce su esplendor el Padre Sol
y esa relación la ubicamos, por asuntos explicativos, como si fuera una
segunda relación, pero puede convertirse en la primera. Como estamos
parados y enhiestos nuestras orientaciones están bien definidas. Seguimos. A
nuestra derecha tenemos a la familia y al conjunto de allegados y seres
queridos que conocemos y con los cuales mantenemos parentesco. Esa
podemos señalarla como la tercera relación. A la izquierda se ubican los
vecinos de nuestro entorno de relaciones a los que les asignamos la condición
de cuarta relación, siempre con fines explicativos y didácticos.

Continuando con el mapa de interrelaciones que tiene como eje a la


persona, tenemos que por delante de nosotros como un escenario de ayer que
plenamente abarca nuestra vida, se encuentra el pasado. Ello no es paradoja,
es verdad educativa que funge como guía. Al pasado hay que mirarlo para
alcanzar futuro estable. Detrás de nosotros, sin ser una medida u orientación
contradictoria, se ubica y vive el futuro. Ambas, pasado y futuro, unidos por
el tiempo, podrían ser la quinta y la sexta relaciones.

Finalmente en el interior de nosotros, en nuestro mismo ser corporal,


estamos nosotros con la intensidad y luminosidad de nuestra energía. Esta
podría ser la séptima relación o, también, la primera. Al final el orden y la
ubicación de las relaciones no tienen una precedencia fija o ineludiblemente
rígida que cual protocolo formal establece que una relación es más
importante que otra. Todas juntas suman integridad y establecen un mapa de
acción y gestión espiritual. Lo importante es que nos activan y deben
mantenernos con el corazón abierto, latiendo despierto y contento.

Si visualizamos las siete relaciones de esta manera, será más fácil que
permanezcamos en contacto con ellas para preguntarnos muy a menudo y de
manera cotidiana, si actuamos en función al amor, al servicio, y a la sabiduría
con cada una de las siete relaciones en el espacio y en el tiempo para
suministrarle integridad a nuestra vida.
El futuro nace del ayer

No es errado pensar en el futuro como algo que se ubica detrás de


nosotros y menos que el pasado se ubique delante de nosotros. A medida que
analizamos con más detalle las siete relaciones el panorama de la ubicación
del futuro en el pasado y del pasado en el mañana educador y orientador es
incógnita que se nos aclara si admitimos, sin dudas, que, por ejemplo, se hace
camino al andar y que cada paso proviene de un paso anterior, de un paso que
llega desde atrás, que es nuestro paso y que nos guía y enseña hacia donde
debemos ir, lo que nos explica que conociendo como caminamos y cuantos
pasos hemos dado sabremos hacia dónde vamos, que es lo mismo que decir
que mirando al pasado llegaremos a construir un futuro promisorio y sin
yerros.

Desde atrás vamos hacia delante y al conocer lo que sucedió atrás


conoceremos con mayor certeza lo que nos puede sobrevenir o nos
sobrevendrá. El mañana surge de la fuerza impulsora del ayer al que hay que
mirarlo siempre. Así sabremos qué tipo de energía nos conduce, si es pesada
o es refinada.

Explicación metodológica

En este capítulo, después de explicar cada una de las siete relaciones,


llegaremos a una estación donde planteamos varias preguntas que se pueden
considerar como ejercicios pertinentes. Al respecto tomémonos un tiempo
para reflexionar y luego nos las responderemos para cada vez profundizar
más en el conocimiento pleno de nosotros con auto diagnósticos precisos y
permanentes. Mientras más nos conozcamos, es decir, mientras más
intensifiquemos nuestra interrelación con la "Siete Armonías”, más
llegaremos a conocer nuestro verdadero "yo” y hacerlo operativo, funcional y
proyectivo.
Es posible que reflexionemos sobre las respuestas que en proceso de
indagación y de correspondencia con la siete relaciones habremos de
encontrar, por eso es necesario que escribamos y precisemos nuestros
pensamientos y sistematicemos y detallemos nuestros puntos de vista para
alcanzar e instrumentar una imagen más clara con respecto a las siete
relaciones y su vinculación con nosotros y, lo hagamos, por ejemplo, al
principio de manera individual con cada relación y luego procedamos a la
interrelación e interactividad entre ellas para potenciar sus conectivos y vasos
comunicantes.

A partir de esos ejercicios cotidianos de auto evaluación arribaremos a


conclusiones que nos evidenciará n con claridad qué es lo que debemos y
deseamos liberar, qué enfatizar y qué debemos desterrar y cambiar.

Vamos con la primera relación

Madre, Mama Pacha y Pachamama

La primera relación que es necesario e imprescindible conocer,


profundizar y armonizar es con la madre. Esto incluye a nuestra progenitora,
a la mujer que nos trajo al mundo y, también, si es el caso, a la madre que nos
crió, que puede ser la misma persona. También incluye a la Mama Pacha, que
es la Madre Tierra y la Pachamama que es la Madre Cósmica.

Podemos preguntarnos, por ejemplo, cómo habrá de ser, cual será


nuestra relación con la Madre Cósmica, que es el principio femenino y la
divinidad femenina que mora dentro de cada uno de nosotros. Sea cual fuere
la respuesta, no debemos temer al lado femenino que toda persona de sexo
masculino posee. Todos los hombres disponen de un ángulo femenino que no
es el caricaturesco de la feminización o afeminamiento de la persona o de la
tergiversación de la conducta, sino que es el ángulo del equilibrio de la
belleza y de la sensibilidad con la acción y el emprendimiento en cada
persona.

Somos suma de principios masculinos y femeninos


Para cualquier hombre o mujer que aspira a la plenitud y anhela alcanzar
la condición de "todo”, el aspecto femenino debe existir y dársele cabida y
conocerlo para que su presencia y vigencia nos equilibre y nos otorgue una
especie de homeostasis emocional.

Durante los 500 últimos años de oscuridad que el mundo padeció y en


cuyo extremo final se sucedieron las dos Guerras Mundiales, las energías
femeninas retrocedieron perdiendo equilibrio ubicándose en la retaguardia,
mientras dominaba y se enseñoreaba el aspecto exclusivamente masculino.
Durante este Nuevo Pachakuti, que reinará con medio milenio de luz y
transparencia, es importante admitir que las energías femeninas resurgirán y
protagonizarán acontecimientos de belleza y transparencia emocional, debido
a que las nuevas frecuencias en el planeta Tierra están anuladas a través de la
divinidad femenina y que en muchos caso se manifiesta en los grandes y
pequeños cuerpos de agua. Como caso emblemático tenemos al lago
Titikaka, que es reflejo de la eternidad celeste y del ozono transparente en los
Andes Meridionales. Obviamente, el resurgimiento del principio femenino no
significa el eclipse o arrinconamiento del principio masculino.

Es necesario e imprescindible que las personas valoren su relación con la


divinidad femenina viéndola a través de los lentes del amor, del servicio y de
la sabiduría. El principio femenino no tiene sexo aunque sea entidad y
principio fecundante de vida, de estética y de percepción de sentimientos de
entrega, de sexto sentido y de trascendencia, pero que para fructificar deben
empatar y coincidir con los principios masculinos cuya mayor inmanencia,
arrojo y sentido de oportunidad no deben ignorarse ni desdeñarse.
Convengamos, entonces, que el principio femenino pleno de sutileza y
delicadeza no es, sinónimo de mujer, así como lo masculino no es principio
ni fundamento de los atributos de fuerza y violenta irracionalidad atribuida a
los hombres. Lo femenino y lo masculino son los componentes de un todo
inextricable que es la dotación de una unidad energética asignada al ser
humano como síntesis de los principios que sustentan la creación.

Pero retornemos a la relación con la Madre. Otro aspecto de la primera


relación alude a los enlaces de las personas con su madre biológica y/o con la
madre no biológica que los crió. Nuestros antepasados biológicos nos han
conectado con una larga línea de vida de la que hemos heredado una serie de
atributos. Es importante ser conscientes de ello, para que seamos agradecidos
por todos los dones y por el regalo de vida que vino y se concretó a través de
nuestra madre biológica en un indetenible proceso de continuidad y
permanencia. Ella nos trajo a la vida con un bagaje de información que es
parte constitutiva de nuestra existencia, y en ese entendido, no importa cuán
difícil o alegre haya sido nuestra primera infancia. El hecho de que estemos
vivos, aquí y ahora. Y que tengamos cuerpo, es suficiente razón para vivir
agradecidos a la madre biológica, porque a través de ella tenemos apertura
hacia las demás madres.

Considerar ello es necesario, porque nos alcanzara luces para valorar a la


familia que es una de las siete relaciones que muchas personas consideran
controversial y prescindible, como veremos cuando arribemos a analizar
dicha relación. Cuando la persona alcanza armonía con el principio femenino
se abrirá para recibir amor, tanto como para darlo, y deseará expandirse y
proyectarse creando aún más espacios para recibir amor y por añadidura,
prodigarlo.

Preguntas cuyas respuestas nos potenciarán

1.- ¿A medida que practicas la vida en armonía con el amor lo asumes


como un don que hay que recibir y ante el que hay que ser receptivo? ¿Cómo
específicamente la asumes? ¿Dar y recibir es parte de tu práctica cotidiana?
¿De qué manera recibes los dones que llegan a ti?

2. — También puedes preguntarte a ti mismo ¿cómo va tu relación con


la Madre Tierra? ¿Cómo demuestras el amor a la Madre Tierra?
¿Lo haces de manera permanente o de manera eventual? ¿De qué manera
te dispones y ubicas al servicio de ella y con ella? ¿Lograste conectarse con la
Madre Tierra profundamente y con tu conciencia interna activa? Respóndete
sin ambages ni opacidades.

3. — ¿Cuán consciente eres sobre la sabiduría de la Madre Tierra?


¿Valoras la sabiduría de la Madre Tierra y de la Pachamama sólo mediante
la observación, el testimonio y la contemplación de la naturaleza o mediante
otras percepciones?
4.- ¿Para ti, la Madre Tierra expresa su sabiduría en el mundo natural?
¿Cuál es tu relación con el mundo natural? ¿Te toma tiempo conectarte y
estar con la naturaleza, escuchando sus voces y haciendo eco con ellas en tu
interior?

5. — ¿Cómo aprecias la belleza natural de la Madre Tierra? ¿De qué


manera la sientes?

6. — Desde la perspectiva del Munay, Llankay y Yachay, ¿Cómo


evalúas tu relación con tu Madre Biológica?

Padre, Padre Sol y Padre cósmico

Nuestra segunda relación es con el Padre. Ya saben que su ubicación es


meramente expositiva. Cuando hablamos del Padre incluimos al Padre
Biológico y/o al Padre que nos crió. Una vez más, este puede ser la misma
persona o no sería. También incluimos al Tayta Inti, Padre Sol y al Sol detrás
del sol, que es el Padre Cósmico.
El legado ancestral es eterno - Tiahuanaco Bolivia
El principio masculino vive, se expresa y se expande dentro de esta
relación. Si bien el principio masculino ha sido hegemónico y predominante
durante los últimos 500 años y eclipsó las expresiones primigenias del
principio femenino, no es momento de abandonarlo por completo o
desdeñarlo. Más bien, es el momento, reiteramos, de equilibrarlo y
armonizarlo ante el principio femenino. Recalcamos que tanto hombres como
mujeres poseen las divinidades femenina y masculina dentro de sí para
alcanzar Munay, Llankay y Yachay, el principio masculino es componente
irrenunciable. El quid radica en saber equilibrar estas dos fuerzas de la
creación que no deben antagonizarse sino complementarse armónicamente.

No se necesita leer demasiados libros para saber sobre el Padre


Cósmico. Para ello nos será útil soltar las amarras del descreimiento a efectos
de eliminar resistencias y luego, sentir que es real su existencia, que hay una
efectiva conexión que llega a nosotros y que nos permite admitir que el Padre
Cósmico nos protege.

Por otro lado, que puede ser el mismo o una extensión, el Padre Sol es
más que lo que vemos cuando miramos al Sol en el cielo. La luz del Padre
Sol nutre, alimenta y vivifica todos nuestros cuerpos sea nuestro cuerpo
físico, mental o el cuerpo emocional y espiritual. Para que lleguemos a ser
transparentes en nuestros pensamientos y acciones, claros en nuestras
decisiones, y listos para brillar dondequiera que estemos.

Es necesario que evaluemos cotidianamente la relación que fijamos con


nuestro padre y con el Padre Sol, no aplicando las técnicas de los exámenes
escolares y de conocimientos que reclaman resultados aprobatorios y
sancionan lo desaprobatorio, sino visitándonos a nosotros mismos, para, a
través de ese buceo interno, conocer la efectiva relación que establecemos
con el Padre Sol y con nuestro padre biológico que contribuyó a darnos vida
como seres humanos y nos crió.

La relación equilibrada y armoniosa con el principio del Padre debe ser


cotidiana desde el saludo hasta la opción de mirarlo de frente. Esa práctica
nos reportara beneficios espirituales y traerá paz, alegría y fortalecen la
energía positiva para nuestra vida. También, nos permitirá profundizar y
expresamos con más y más autenticidad para alcanzar el ser verdadero que
todos tenemos.
Analízate respondiendo

Conócete conversando contigo mismo

1 ¿Cuál es la relación que desde el punto de vista del amor


mantienes con el Padre Biológico y Terrenal? ¿Practicas la
reciprocidad del amor que él te envía todos los días de la vida?
2 ¿Amas al Padre Sol? ¿Conoces y admites los dones del Padre
Sol? Aprende amar como el Padre Sol que no discrimina, que brilla y
da su amor a todos ya todo sin categorizar ni juzgar.
3 ¿Expresas a tu Padre Biológico y terrenal amor de manera
significativa? ¿Cómo lo haces?
4 ¿Cuál es tu relación con tu Padre Biológico y Terrenal desde el
punto de vista del servicio?
5 ¿Eres consciente de los servicios que ofrece y brinda el Padre
Cósmico de traer, de hacer y de generar vida y prodigar, con su luz,
bendición de vida a todo lo que es vida? ¿Eres consciente de que eres
un rayo de Sol? ¿Te saludas a ti mismo y a tu Padre Biológico y
Terrenal mientras saludas al Padre Sol?
6 ¿Expresas gratitud por todas las formas en las que tu Padre
Biológico o Terrenal ha servido en tu vida? ¿Te ofreces a ti mismo
en servicio de él?
7 ¿Cuál es la relación que mantienes con tu Padre Biológico o
Terrenal desde el punto de vista de la sabiduría? ¿Has permitido que
tu Sol Interior se fortalezca al mostrar a tu Padre Biológico y
Terrenal y hacerle conocer la sabiduría del Padre Cósmico? ¿Has
prestado atención a la sabiduría inherente a la vida que surge de las
cualidades del Padre Sol?
8 ¿Honras la sabiduría de tu Padre Biológico y Terrenal e
incorporaste en tu vida y en tu práctica algo de su sabiduría?
9 ¿Cuál es tu relación con el Padre Cósmico? ¿Es el aspecto
masculino de la "Fuente de Todas las Cosas"? ¿Tienes de hecho
relación con la Fuente de Todas las Cosas?

La Familia, antecedente y consecuente


Reconozcamos que hay razones para vivir y relacionarse con la familia
que tenemos. La Madre Cósmica y el Padre Cósmico saben la razón e
importancia de contar con la familia, aunque nosotros no la sepamos medir
oportunamente y en muchos casos la convirtamos en incógnita o
prejuzguemos y consideremos a la familia como lastre.

Al contrario de esa percepción sesgada y hasta desdeñosa de los valores


de convivencia, la familia es un núcleo vital de identidad que juega papel
importante en nuestra vida. A veces decimos, de manera equivoca, que
preferimos a nuestros amigos por encima de nuestras familias, puesto que a
los amigos los elegimos conscientemente, posibilidad que nos es esquiva e
inalcanzable cuando se trata de nuestra familia, dado que ella existía y era
realidad aún antes de que nosotros hayamos sido existencia y concretado
nuestra realidad. A la familia la tenemos y debemos admitirla, y aprender a
integrarnos a ella. Nadie puede elegir a sus parientes, entonces, paciencia,
amor y creatividad.

No olvidemos que nuestra familia biológica es antecedente y


consecuente y existe aún antes de nuestra presencia física en el mundo,
porque es herencia y continuidad. Y allí radica su gran importancia que si nos
adentramos en el conocimiento de los valores que emanan de la madre
Cósmica y del Padre Cósmico, sabremos que ese es el gran secreto "la familia
somos nosotros". Nuestro "yo" verdadero la representa porque ella es una
continuidad que proviene del ayer y se proyecta al futuro.

Familia extendida

Por ello, existe una sabiduría cósmica detrás de la elección de a qué


personas y a quienes consideramos como nuestra familia biológica que es una
entidad permanente y a quiénes tomamos como familias circundantes con las
que tendremos oportunidad de expandir nuestro amor, nuestra capacidad de
servicio y de vitalidad motivadora para proyectar nuestra sabiduría a través
de ellas.

Familia es, entonces, además de continente y contenido, proyección y


realización. Conjuntamente a la presencia real que significa nuestra familia
biológica tenemos otras familias. Estas incluyen a nuestros amigos, nuestro
linaje, nuestra herencia cultural. Es por tanto, la familia extendida ampliación
de nuestro espectro de realización que debemos valorar y potenciar para
mejorar nuestras relaciones con las demás familias para que sean una red de
familias extendidas.

Si nos parece muy difícil establecer relaciones armoniosas con nuestras


familias biológicas inmediatas y extendidas, porque hay muchos sentimientos
no expresados, o, a menudo resentimientos, vergüenza o culpa que surge de
diferentes actores familiares, debemos esforzamos en desterrar esos
sentimientos negativos y de carga pesada. Las energías del Nuevo Pachakuti,
luchan por darnos claridad, ampliar nuestro espectro de luz y extender la
armonía en búsqueda de paz dentro de la propia familia.
Para muchas personas armonizar con la familia es tarea difícil que debe
trocarse en voluntad de cambio y de armonización. Por eso es importante
bucear en nuestro ser interior para encontrar amor, aprecio y gratitud por la
familia, contando y aceptando que nuestra esencia divina ha elegido a las
personas y determinado las circunstancias para que enfrentemos retos y
cambiemos la pesadez por la liviandad. Todos los involucrados en el
”proyecto familia" han de disponer sus mejores prácticas y evidenciar valores
de amor, servicio y sabiduría para que la luz del Sol Interior brille, ilumine,
energice y se esparza cada vez más.

Nuestras experiencias de vida pueden conducirnos a que aceptemos con


mayor comodidad ser miembros activos de otros enlaces familiares y solo
administremos manifiesta voluntad para aceptar la presencia de nuevos
suegros, más cuñados y cuñadas. El tema pasa por admitir nuevas relaciones
que hay que construir. Evitemos convertirnos en madrastra y padrastro,
hermanastro o hermanastra de nuestros allegados.

Lo deseable es que si nos orientamos a construir otras relaciones


familiares, no olvidemos a la nuestra originaria, porque el reto de
construcción de nuestro verdadero "yo" pasa por amar, servir y adquirir
sabiduría sin ninguna exclusión y menos instrumentando una especie de
apartheid hacia nuestra familia biológica, que al final somos nosotros
mismos.

¿Cuánto de Munay, Llankay y Yachay hay en ti?

La medición sale de las respuestas positivas que realices. En caso que


sean respuestas deficitarias esfuérzate por mejor tu índice de asertividad.

1.- ¿Cuál es la relación que instauras con tu familia inmediata, con tus
hermanos y hermanas, tías y tíos abuelos y con todos los demás miembros de
tu familia biológica?

2.- ¿Hay experiencias que expresen amor en esas relaciones?


¿Cuáles son? Enuméralas y relátalas.
3. - ¿Hay un sentido de servicio sagrado y de reciprocidad en las
relaciones que instituyes con la familia? ¿Es tu relación con ella una relación
que nace desde tu auténtico ser o sientes que la trabajas como algo máquinas
y casi impuesto?

4.- ¿Estas en armonía con tu familia y vives en Munay, Llankay y


Yachay para ella? Si lo haces, explícate cómo

5.- ¿Eres capaz de expresar tu amor, tu voluntad de servicio y tu


sabiduría dentro de la familia?

Los vecinos: buen entorno o mala relación

Así como contamos y vivimos con la familia que tenemos, por alguna
razón organizada, conocida y hasta instrumentada por la divinidad, debemos
relacionarnos de manera positiva con el entorno, aunque sea ajeno y distante.
Porque el reto es, amar por sobre todas las cosas, a todas las cosas, personas y
sucesos.

Por eso la relación con el entorno de vecinos y conocidos es crucial. Ese


entorno puede ser positivo con actuar adecuado y provechoso de sus
integrantes que evidencian bondad en sus sentimientos, como a contrapeso,
su actuar y sentir, puede ser negativo, corrosivo y envenenar las relaciones.
Ante ello hay que actuar con sensatez aplicando la sabiduría que nace del
corazón.

Vecinos los próximos y los lejanos

Cuando evaluamos a nuestros vecinos para conocerlos lo primero que


hacemos es indagar sobre sus generales de ley: quiénes son, qué hacen, qué
sienten y así establecer opinión sobre ellos conociendo su idiosincrasia: es
decir, sabiendo con buena intención sobre sus maneras de ser y de sentir. La
evaluación la efectuamos en términos muy severos y estrechos o en términos
amplios, tolerantes y generosos. Si lo hacemos con amplia apertura,
repararemos que la gente que vive a nuestro lado por su condición de vecinos
inmediatos y próximos, deberá ser nuestra primera preocupación; no
obstante, no debemos descuidar el análisis de entornos más amplios. En esa
línea no es exagerado que llamemos vecinos a las personas que viven en otras
ciudades, latitudes y países.

De hecho, todos los seres humanos que viven en este planeta son
nuestros hermanos y forman la magna comunidad de vecinos de la gran
humanidad. No obstante, el tema no queda ahí, no se circunscribe a lo
culturalmente animado y permanentemente frecuentado. Observemos con
claridad que nuestros vecinos no son objetos, sino que por su actuar y sentir,
nos ponen en claro que son seres humanos que habitan el mundo.

Dentro de ese amplio espectro, debemos considerar como seres vivientes


a las plantas, a los animales y a todas las expresiones de vida silente o
elocuente de los reinos, mineral y vegetal y especies con las que
establecemos relación de apertura. Si potenciamos esas relaciones subiremos
al altar de la tolerancia y de la infinita comprensión de la maravilla de la vida
real que nos enseña a desentrañar los enigmas de la creación.

Algunas personas poseen más talento e inclinación natural a desarrollar


relaciones óptimas y buenas con animales y plantas o en general con el
mundo natural de piedras, nubes, tormentas, silencios, agua y movimiento de
vientos, etc. No les atrae relacionarse propia- mente y en exclusiva con los
seres humanos, porque los encuentran disminuidos y los consideran vecinos
conflictivos y por ello difíciles de tratar... y prefieren maximizar relaciones
con animales y plantas. Lo deseable es crear condiciones para mantener
relaciones adecuadas con toda la creación.
"Oda a la Alegría"

Nunca dejemos de considerar que nuestros vecinos son personas


similares a nosotros a los que debemos imaginar y tratar como nuestros
queridos hermanos y hermanas que son hijos del Padre Sol. Para llegar a ese
entendimiento y vivir en paz creativa y en plenitud con todos, potenciemos
nuestra existencia con interacciones armoniosas hacia nuestros vecinos de al
lado, con nuestros compatriotas, con las personas de nuestro continente y
finalmente, con todas las personas que viven en nuestra querida Madre
Tierra. De ser así, habremos tangibilizado verdaderamente al Nuevo
Pachakuti que ya llegó a nosotros.

Cuando nos demos cuenta de que todos somos hermanos y hermanas la


"Oda a la Alegría” de Schiller con la música de Ludwig van Beethoven en su
Novena Sinfonía, será exultante verdad de hermandad y probidad y de
emoción fecundante.

Del mismo modo, las interacciones pacíficas y armoniosas con nuestros


animales, con las plantas, con la naturaleza y con el medio ambiente serán un
paso más hacia una nueva era de amor, de servicio y de sabiduría.

¿Cuánto eres en el amor a los otros? Reflexiona

1 ¿Cuál es tu relación con los vecinos? ¿Es una relación de amor?


¿Es una de servicio? ¿Es una de sabiduría?

2 ¿Cuán tolerante eres con tus vecinos?

3 ¿Organizas y alimentas tu solidaridad hacia ellos? ¿Entiendes que los


vecinos son, en muchos sentidos, un reflejo tuyo, porque en reciprocidad y
equivalencia, también tú eres vecino de los otros?
4 ¿Sabes sentirte otro respecto de ti mismo para entender que los demás
son semejantes a ti?

5 ¿Sientes que la humanidad es una ecúmene donde todos somos o


debemos ser Hijos del Sol?

El pasado hace al mañana

No debe ser oscuridad sino Luz

El pasado, como perspectiva para alcanzar logros influye en nuestro


crecimiento emocional y marca líneas en las proyecciones que desarrollamos
a lo largo de nuestra existencia. El pasado es una relación interesante que
debemos establecer y fijar de manera armónica.

Admitamos que nuestra relación con el pasado, que es sumatoria de


experiencias gozadas o padecidas, es una ventana abierta que nos marca y
liga las historias que confrontamos en variadas y diferentes ocasiones y ante
diversos temas. Puede ser luz como puede ser oscuridad.

El pasado es importante, porque si bien es algo que sucedió y pasó y


constituye un hecho pretérito, por la tradición andina es enseñanza del
camino de la liberación. No obstante, si las personas padecieron un
malpasado, lo primero que deben hacer es liberarse de esos malos recuerdos,
exorcizar y expulsar las malas energías. El pasado debe ser fresco, aromático
e irradiar alegría y buenos recuerdos.

Si una persona se dice a si misma que tuvo una infancia maravillosa su


pasado será memorable y se sentirá feliz corroborando que ese ayer se integró
a su vida y constituye argamasa y materia con la que construye su
personalidad. Si, por el contrario, recuerda que tuvo una infancia terrible con
escenas y acontecimientos dolorosos, su pasado será escenario que proyecta
amputación y pérdida porque se lo vivió de muy mala manera y sin
materiales que rescatar ni buenos recuerdos que atesorar. Ante ello es posible
que no se desee mantener ninguna relación con el ayer y se rechace de
manera absoluta toda vinculación y memoria con ese nefasto período.
Sin embargo, si la persona reabre la posibilidad de recrearse con el
pasado, lo más probable es que acuda a sesiones de terapia y reconstrucción
emocional para que los recuerdos de esa época nefasta le restituyan confianza
y serenidad, pese a que padeció innúmeras frustraciones. Venciendo al mal
pasado lo recordaremos sin que nos genere traumas y así el pasado nos hará
mirar mejor nuestro futuro.

Las excepciones no deben dominarnos

Algunas personas expresamos: "Me encanta todo sobre mi pasado,


excepto...” Ese "excepto” nos detiene como una fuerte muralla con la que
chocamos y nos ocasiona heridas. Para superar y dejar atrás lo nefasto hay
que liberarse de las energías pasadas. Escojamos entre las experiencias de
nuestro pasado afirmaciones valientes y lúcidas que nazcan del corazón
diciéndonos: "Yo puedo aceptar esto y construir". Si así lo hacemos, vamos
camino a la edificación de un adecuado "yo". Pero si decimos: "No puedo
aceptar aquello”, entonces no estamos realmente en buena relación con
nuestro pasado: es decir con nosotros mismos. Tan pronto como nos
liberemos de las energías pesadas, podremos aceptar el pasado tal como es y
comprenderlo, perdonar y no juzgar a los protagonistas que nos hicieron
padecer. El objetivo es no permanecer hurgando la herida, enconando malas
experiencias y dándole vida a malas energías.

Tenemos tendencia a apegarnos y convivir, hasta con cierta satisfacción,


con las energías pesadas que provienen del pasado. No es agradable
victimizarnos. Para desembarazarnos de las malas fibras y de los recuerdos
dolorosos, acudamos a la valentía del puma y con sus arrestos y fuerza de
voluntad enfrentemos lo que tengamos que enfrentar y dejemos de lado, lo
pernicioso del pasado.

Si nos es difícil despojarnos de nuestras malas experiencias pasadas, nos


enfermaremos de cuerpo y de mente envenenando nuestras emociones. En
ese escenario de pesadez y pesadumbre nuestro espíritu agonizará huérfano
de alegría y sucumbirá ante el peso de la energía muerta para la verdadera
vida. La enfermedad surgirá de una gama de sentimientos pesados.
Recalcamos por enésima vez que uno de los sentimientos principales, pero
letales, de donde surge, renace y se multiplica lo negativo, es el sentimiento
de miedo asociado a la pesadumbre que nos aplana y aplasta si lo llevamos a
cuestas al extremo que modifica nuestro acontecer, daña nuestro ser y
devalúa nuestro sentir.

Limpieza profunda del pasado pesado

Si consentimos que el pasado se ubica delante de nosotros será necesario


liberarlo de malas cargas y transparentarlo para que nuestro mañana sea
limpio y promisorio. Si no lo liberamos, seguiremos viviendo con lo negativo
que emana de él y seguiremos padeciendo malas vibras. Nuestro ser será
lastre convirtiendo nuestro futuro en carga que no vislumbra un mañana
pletórico de luz y transparencia.

Para evitar ello debemos actuar en posesión de conciencia aceptando que


nuestro pasado, siempre se ubica frente a nosotros y no detrás y, por eso, para
mirar bien el mañana, será urgente y necesario limpiarlo de malas vibras y
enterrar las experiencias funestas, perdonando a quienes nos maltrataron y
dejaron heridas vivas y sangrantes.

Cuando amamos al pasado, al que hemos tenido el valor de limpiar nuestro


andar hacia delante ya no sufrirá dilaciones y el camino no se alargará de
manera torpe porque nos habremos despojado de los malos recuerdos. Ya
perdonamos y por ello caminamos libres de ataduras hacia la construcción y
restitución de nuestro verdadero "yo".

Y nuestro camino de integración con la creación lo desarrollaremos sin


demora gozando del tiempo y volviéndolo precioso. Despojados de los malos
recuerdos es obligatorio esforzamos para dignificar nuestra existencia.

Ojo que mira hacia atrás proyecta futuro

En aymara la palabra “nayra” significa “ojo”, pero también significa


"pasado". Esa connotación idiomática es ilustrativa porque explica que
nuestros ojos están aptos para ver hacia delante y hacia atrás. El que se
ubiquen delante de nosotros les permite enfocar un escenario de historia con
presencia proyectiva y de perspectiva hacia delante premunido de
experiencias previas. Nuestros ojos ven el mañana pero luego que observaron
el pasado. Si lo que vemos delante de nosotros solo son males y penurias
sufridas en el pasado, tendremos una realidad pretérita que no instruye ni
potencia y al contrario desequilibra y debilita nuestro presente e impide la
construcción de futuro. Si esto persiste caminaremos presos, condenados a no
liberarnos. Viviremos obnubilados.

Cuando no hemos liberado el mal pasado y miramos todo a través del


filtro de los malos recuerdos nuestros ojos no son claros y transparentes. Nos
hacen ver situaciones y personas a través de la lente distorsionada de malas
experiencias pasadas. Allí, los juicios asociados, las actitudes y creencias
creadas, concebidas y mantenidas sobre la base de ese pasado nos humillarán.

Es necesario liberar energías pesadas y mirar hacia el pasado en sí


mismo como si fuera una unidad libre de ataduras que no nos encadenen y
que, ahora, en este hoy, el pasado camine limpio de malos recuerdos que,
felizmente y por nuestro corazón activo, ya no nos atosiga. Alcanzar ello
tiene mucho que ver con el perdón, con perdonar a los demás; perdonar las
circunstancias y perdonamos a nosotros mismos y, en muchos casos, dejar de
victimizarnos. Liberar energías pesadas es un camino necesario que hay que
recorrer como aprendizaje liberador y renovador. Si el tema es grave y
amerita mayor esfuerzo de perdón, es viable, incluso, perdonar a nuestro
"creador" y hasta agradecerle por darnos la oportunidad de enfrentar escollos
y vencerlos. Situación de serena hidalguía que nos hará más grandes.

Antes que fórmulas, corazón abierto

Cada una de las malas vibras que perviven y provienen del pasado
necesitan abordaje realista y profundo para extirparlo desde la raíz y no sólo
cumpliendo formalidades superficiales o siguiendo rituales o modelos
establecidos. Liberarnos de los males padecidos en el pasado, "pasa" porque
nuestro corazón los resuelva y disuelva. No se alcanza renovación y limpieza
acudiendo solamente a fórmulas, porque vivir con los tormentos y la
impaciencia que nos provoca el recuerdo de los males soportados en el
pasado es gravísima. Nos corroe y fagocita rápidamente. La falta de perdón
que nos hace quedar atrapados en los malos recuerdos es más crítica que la
recaída, por ejemplo en el consumo de estimulantes como drogas, que con ser
aniquiladoras, nos destruyen como la torpeza de vivir alimentando malos
recuerdos. La mala energía que anclamos en nuestro pasado determina
nuestras creencias y pesa mucho sobre nosotros.

En muchos casos para liberar energía pesada tenemos que compartirla y


transferirla, para el caso de la Madre Tierra que siempre está allí para
nosotros y lista para comer y asimilar nuestras energías pesadas y
transformarlas. Hay una historia que cuenta que los llamativos y refulgentes
cristales y piedras preciosas que pueblan el subsuelo de nuestro planeta Tierra
fueron energías pesadas que la Madre Tierra transformó y embelleció.
Cuando estamos dispuestos y listos para liberar nuestro pasado,
podemos estar seguros que la Madre Tierra se ocupará y manejará
adecuadamente esas energías aplicando el arte de la alquimia y las
transforman en algo lleno de belleza y de amor, porque en el fondo de todo
siempre hay amor, porque nuestro ”creador" es amor y procede con amor.

Entonces, admitamos que si aprendemos a amar y exculpar a nuestro


pasado, reconquistar y recuperar recuerdos positivos y alegres del pasado
aleccionador y pletórico de sabias enseñanzas, nos liberaremos.

Examinémonos respondiendo

1. ¿Cómo relacionas tu pasado con tu capacidad de servicio?


¿Caminan juntos y se proyectan?

2. ¿Has usado tu pasado como herramienta de aprendizaje y de


transformación para desarrollar y cultivar la sabiduría y para lograr
que goces de tu auténtico “yo”?

3. ¿Hay algo en tu pasado que reclame que debes perdonarte y


también que perdones a otros?

4. ¿Cuánto de tu pasado es rescatable? ¿Lo rescatable, si lo hay en


tu pasado, te fortalece y engrandece?

5. ¿Estás en capacidad de convertir tu pasado en guía y norte que


ilumine tus acciones y te haga viajar y caminar por el futuro?
6. ¿Admites que observando tu pasado y conociéndolo a cabalidad
alcanzarás un buen futuro y lo conquistarás desde el conocimiento
real de lo que te sucedió? Tu pasado debe ser un arma que te libere
de la opresión.

El futuro: mirar atrás para mirar adelante

No atascarse en el mal pasado

El futuro es otra relación interesante a considerar que por la capacidad


que tiene de revelar acontecimientos que han de suceder, se convierte en
relación difícil y compleja. Como se mencionó anteriormente recalcamos que
en la tradición andina, fijamos el futuro como algo que se ubica y posiciona
detrás de nosotros, no frente a nosotros. Sus efectos parten de atrás hacia
delante, como una permanente lección que nos enseña a aceptar que solo
conociendo lo sucedido podremos conocer lo que vendrá y podremos
proyectar lo que ha de suceder.

En realidad, hay dos razones para ello. La primera es que el futuro no


podemos verlo, es todavía desconocido para nosotros. La segunda, es que el
futuro depende de cómo nos ubicamos frente al pasado y lidiamos con él para
conocerlo y dominarlo. Si nos quedamos atrapados en nuestro pasado,
entonces nuestro futuro solamente será un pasado esclavizado. Hay que
conocer el ayer para proyectar con sabiduría el mañana. Si odiamos nuestro
pasado por las tribulaciones que en determinado momento padecimos,
entonces reproduciremos esos odios que enturbiarán nuestro futuro y nos
harán odiar, tanto el pasado como el futuro al que alimentaremos de cargas
pesadas.
¿Podemos soñar nuestro futuro y desear un mañana promisorio y con
libertad de crear uno hermoso, si nos quedamos atascados en un pasado de
oprobio?

Cuando liberemos el mal pasado, abriremos realmente las puertas de la


libertad, y podremos tener sueños nuevos y diferentes. Si no nos liberamos
del pasado, seguiremos repitiendo las mismas experiencias en una espiral que
cada día crecerá para peor. Alcanzar una plena liberación del mal pasado es
realmente mágico, porque entonces nos abriremos a nuestra verdadera
esencia, al poder del amor. El amor es magia transformadora. ¿Alguien lo
duda? Y no es amor carnal y deseo por la pareja, es amor liberador que
engrandece y nos equilibra con el cosmos y la eternidad: ¡Es amor a la
humanidad y a nosotros mismos!

Cuando nos aferramos al pasado y a las energías pesadas, no tenemos la


mente abierta ni la vista clara ni libertad para soñar un futuro amplio e
iluminado. Cuando delineamos perspectivas, fatigados y en medio de
energías pesadas estas serán estrechas, limitadas y no avanzaremos, sino que
por el contrario retrocederemos porque las energías pesadas del pasado serán
lastre. ¿Cómo podemos soñar e imaginar un brillante, tranquilo y alegre
futuro de amor, de servicio y sabiduría si estamos poseídos por la energía de
la pesadez y la pesadumbre? Nosotros mismos seremos lastre y carga.

Responde positivamente y avanzarás

1. ¿Has sanado tu pasado de manera que en tu presente alcanzas más


momentos buenos y estas apto para crear un futuro hermoso?

2. ¿Amas tu presente? ¿Te amas a ti mismo en el día a día que


experimentas y vives? Si lo haces tendrás oportunidad de crear un
futuro extraordinario, porque la misma frecuencia de amor que
atraes hoy para ti, en el futuro se extenderá a ti mismo y a tu
entorno por el buen "ahora” que gozas.

3. ¿Estás viviendo en el momento presente con mentalidad de


servicio amoroso y de Ayni que es reciprocidad? Si es así, entonces
traerás esa misma mentalidad de servicio amoroso y Ayni hacia ti a
medida que te desplazas en la vida y avanzas caminando y dando
pasos adelante.

4. ¿De qué manera utilizas lo que experimentas y aprendes en tu


presente, hoy para construir un futuro de sabiduría?
5. Si amas y eres pródigo en servicio, ¿cuál crees que debe ser el
futuro que has de alcanzar? ¡Imagínatelo!

El "Ser" somos nosotros mismos

Todo empieza en nosotros

La séptima relación es con uno mismo, con la parte interior y auténtica de


cada uno de nosotros: es decir, con nuestro Sol Interior. Si no hemos
construido al menos una mínima relación de amor, servicio y sabiduría con
nosotros, con nuestra anterioridad y propia personalidad entonces es
imposible establecer, mantener y proyectar una relación de amor, servicio y
sabiduría con el entorno y con lo demás.

Tengamos presente que nuestra proyección hacia fuera surge y vive


influenciada y enriquecida por nuestro Sol Interior que si no se activa
emanando amor, servicio y sabiduría, tendrá opacas respuestas ante nuestro
entorno. Seremos oscuros y no transparentes. Nunca olvidemos que la vida
del ser nace de nosotros, básicamente porque nuestro Sol Interior activa
voluntad para que las demás relaciones tengan en nosotros interactividad y
dinamismo sugestivo y creativo. Como Hijos del Sol tenemos Sol Interior
porque somos Sol Interior, no obstante, si no lo activamos es como si no lo
tuviéramos y desperdiciáramos una potencialidad inmejorable. Todo radica
en nosotros y en avisar nuestra condición de filamento de luz y de la energía
que poseemos.

Cada día deberá ser un nuevo amanecer

Debemos plantearnos la gran pregunta de si nos sentimos a gusto,


conformes y contentos con nosotros mismos. ¿Nos toleramos?
¿Nos queremos y vivimos plácidamente proyectados a hacer el bien porque
sentimos que el bien vive en nosotros? Si no nos sentimos a gusto con
nosotros mismos nuestra vida será un eterno vía crucis, un calvario
interminable. Si no estamos conformes ni a gusto con nosotros mismos,
menos lo estaremos con el resto y con el entorno al que inclusive podremos
envenenar o influenciar mal. Pero si nosotros nos sentimos a gusto con
nosotros mismos es porque ya liberamos todas las energías dañinas
producidas por el mal ego y porque ascendimos y construimos un verdadero
"yo". Si ya no somos esclavos del miedo, del odio y del rencor invencible y
nos alejarnos de la fatuidad y desdeñamos la autosuficiencia que es soberbia,
habremos vencido al mal y al miedo. No olvidemos que todo comienza y
acaba en nuestro interior.

La experiencia de alcanzar conformidad y serenidad porque estamos a


gusto y en armonía con nosotros mismos se hace evidente cuando nos fijamos
en la armonía o en su carencia, por ejemplo ante la desigual relación entre lo
masculino y lo femenino, tanto dentro de nosotros como frente al mundo.

Reiteramos que la clave es comenzar cada día en armonía con el saludo


al Padre Sol, que es también un saludo a uno mismo. Cuando procedemos
con esa enriquecedora y liberadora práctica, recordamos quiénes somos, qué
debemos hacer, cuanto debemos amar y qué acciones de serena sabiduría
debemos recordar o aprender en nuestro indetenible camino al equilibrio que
nos hará actuar y sentir sin temor. Y se preguntara}án, ¿para qué tanto
esfuerzo, tanto saludo y reverencia si tenemos una sola vida que no merece
demasiada ceremonia? La respuesta es única: ¡Para alcanzar la revelación y
saber sobre nuestra vinculación con el cosmos y conocer la real y eterna
divinidad estelar!

Subvertir lo femenino y lo masculino

Durante los últimos 500 años de oscuridad hombres y mujeres a menudo


utilizaron sus cualidades distintivas para protagonizar actos negativos que se
evidenciaron por la manipulación a discreción que efectuaron en su afán de
controlar y dominar a los demás, es decir, a los otros, para ejercer sobre los
considerados diferentes.
Los hombres usaron su fuerza para dominar los escenarios de
realización social y política aplicando su inherente naturaleza protectora y
dominante para suprimir o subyugar la acción y presencia del valor femenino
a veces encarnado en las mujeres. Las mujeres, supuestamente
portaestandartes de lo femenino usaron su receptividad como interruptor
eléctrico donde encendían y apagaban energía y la desconectaban para
desestabilizar las relaciones esperadas y así, alcanzar control maximizando su
inherente naturaleza protectora y de sutil delicadeza. Con ello obtenían
sumisiones voluntarias de sus supuestos adversarios. El afán era dominar y
suprimir diferencias.

Ambos hombres y mujeres incautándose de los principios masculino y


femenino perturbaron el equilibrio de la creación que, como sabemos, se
funda en la interrelación equilibrada entre los principios masculino y
femenino. Los hombres creyéndose dueños de lo masculino y las mujeres
suponiéndose propietarias de lo femenino utilizaron sus cualidades innatas
para enfrentarse entre sí o para efectuar pactos de circunstancias, pero
siempre bajo la óptica de la exclusión de otros y de la sumisión. Y por ello
hubo 500 años de oscuridad, muerte y pobreza espiritual.

Durante este mismo periodo de oscuridad, lo masculino y femenino


innatos, es decir verdaderamente imbricados y complementarios en unidad
dinámica, estuvieron fuera de equilibrio. La falta de integración saludable de
lo masculino con lo femenino y viceversa, creó un desequilibrio malsano
perjudicando la historia en el mundo. Ese mismo desequilibrio dio lugar a
guerras, a la dolorosa separación del amor y de la sexualidad, al abuso, a la
inseguridad y uso de la fuerza sobre el derecho.

Por eso cuando examinamos nuestro interior, que es masculino y


femenino innatos, buscando equilibrio en ellos. No sólo optimizamos las
cualidades positivas dentro de nosotros, sino que nuestra proyección y el
conjunto de nuestras expresiones hacia el mundo exterior son también más
equilibradas.

Ahora vivimos la aparición y el retorno de la salida del Padre Sol


protector en el Nuevo Pachakuti, tenemos la oportunidad de poner fin a la
batalla en curso entre los principios masculino y femenino dentro de
nosotros, y también a terminar la batalla actual entre hombres y mujeres en el
mundo exterior. El resultado será el advenimiento de claras relaciones
basadas en el amor, el servicio y la sabiduría que nos permitirán alcanzar
respeto y alegría de vivir porque se desterró la manipulación, el control
mutuo y receloso.

1. ¿En qué medida amas hoy lo que hiciste ayer? ¿Es más? ¿Es
menos? Y si es más. ¿Cuánto más te amas a ti mismo?

2. ¿Cuánto más armonizas hoy día el Llankay o el servicio a ti


mismo respecto de ayer?

3. ¿Escuchas a tu Sol Interior hoy de manera más apropiada y


conforme a lo que sentiste ayer? ¿Sientes que avanzas en la
comprensión de ti mismo?

Muchas veces, sólo por el hecho de plantearse estas preguntas, los filtros
y trabas que impone la mente desaparecen y varios bloqueos se disuelven.
4. ¿Cómo te reconoces? ¿Qué aprecias cuando te amas a ti
mismo?

5. ¿Respondes a las necesidades e intereses de tu ser interior y


percibes que en ti surge o se estabiliza el sentido de proyección que
has planeado para tu vida? ¿Qué propósito de vida activas?

6. ¿Cómo influye en tu ánimo todo lo que haces con amor, que es el


fundamento de la verdadera sabiduría? ¿Sientes que hacer el bien

desinteresadamente te engrandece y te hace agradecido y feliz?


¿Amarte hace bien?

Armonizando las Siete Relaciones

Igualdad y simetría

Tenemos la inconveniente tendencia a concentrar nuestro quehacer


emocional o nuestra práctica diaria en una o en solo dos relaciones y no en la
totalidad de las "Siete Armonías”. Actuar así es sesgar la integridad y limitar
la proyección. Las constataciones son bastante ilustrativas porque las
prácticas desiguales son evidentes. Ejemplo; Podemos vivir en armonía con
la familia y no con el vecindario. Y además hay otras delicadas
interrelaciones. Veamos.

Podemos en nuestra relación con la familia actuar con asimetría e


inarmonía dentro de ella pese a que la consideramos y tratamos con afecto,
porque potenciamos óptimamente solo el Munay pero no el Llankay y menos
el Yachay. Eso es asimétrico. Impide que nuestro camino a la perfección se
tangibilice. Cuando hagamos operar por igual las relaciones armónicas de
amor, servicio y sabiduría encontraremos que si hay armonía con la familia
porque ellas caminan juntas y sin desequilibrio. Las tres manifestaciones y
expresiones constitutivas del ser real como son amor, servicio y sabiduría,
deben aplicarse de manera conjunta e integral

Del mismo modo, es posible que, mientras nuestra relación con nuestro
Padre Biológico sea fuerte, a contrapelo sea débil con la Madre Biológica.
Allí hay que sanar y sanear la relación equilibrándola. Hay que lograr que
ambos se asuman en conjunto y vivan y se desarrollen en equilibrio. Eso no
será difícil e inusual a medida que nos desperezamos al despertar cada
mañana y nos propongamos, luego de saludar al Padre Sol cuya luz resurge
después de 500 años de tinieblas, actuar dispuestos a proceder con discreción
y sin discriminación ni preferencias. Todos merecen trato igualitario. En el
último Pachakuti, en gran parte, la Madre fue relegada a un lado, pero en el
nuevo Pachakuti, no solo es importante restablecer la relación con la Madre,
sino reintroducir los principios masculino y femenino al interior de cada uno
de nosotros y fusionar lo masculino y femenino en unidad dinámica...

Amando sin juzgar

Sé amable contigo mismo mientras observas y te interrelacionas


activamente con las "Siete Armonías”, así alcanzarás equilibrio benéfico y
saludable. Se trata de ser conscientes, de aprender a no juzgar, sino sólo a ser
conscientes. Las siete relaciones, las "Siete Armonías", nos ayudan a crecer.
Tenemos que perdonar y dar las gracias por todas estas relaciones, ya que son
importantes, importantísimas para nuestro crecimiento.

Las “Siete Armonías” configuran un mapa que nos ayuda a alcanzar


conciencia más elevada.

Si disponemos de un mapa geográfico para ubicar al lago Titikaka en el


Altiplano peruano—boliviano y decidimos ir allí, porque es un lugar que
genera felicidad y limpia las malas energías, pero el lugar se encuentra lejos
porque estamos en Texas, Estados Unidos, es materialmente imposible llegar
al Titikaka en un santiamén, en un abrir y cerrar de ojos. Es quimérico llegar
al Titikaka inmediatamente, así como es difícil ser perfecto de la noche a la
mañana. Así que debemos darnos tiempo, llenamos de paciencia y considerar
la eventualidad de viajar al Altiplano peruano—boliviano para, manejando
adecuadamente los tiempos, las circunstancias, los recursos, la oportunidad.
etc... Conocer la maravilla de un lago de altura que limpia.
La lección se desprende de que las cosas se efectúan organizando un
mapa de interrelaciones que deben armonizarse a través del conocimiento que
surge de un paciente corazón que sabe cómo dosificarnos y como
equilibrarnos. ¿Cuánto tiempo tardaremos en concretar ese deseo? No
importa cuánto tardemos. Lo importante es admitir que en este Nuevo
Pachakuti todos, pase el tiempo que pase, tienen la oportunidad de construir,
conocer y vivir con su felicidad, pues el mejor destino lo tenemos
especificado en el mapa y podemos llegar a él porque sabemos donde está.
¡El quid es saber encontrar la oportunidad!

Es cierto, sin embargo, que estando en Texas y con ganas de ir al


Titikaka el viaje podría ser más fácil y propiamente estelar, espectacular e
inclusive de aventura trascendente, si pudiéramos volar hasta el lugar,
sentados en la espalda de un magnifico cóndor. Pero ¿cómo podría suceder
eso? Mediante nuestra perfección interior, mediante la activación de nuestro
Sol Interior, habida cuenta que somos filamentos de luz y somos Hijos del
Sol. Todo está en perfeccionarse. Podemos transportarnos sin movernos y
viajar con la fuerza de nuestro corazón premunido de la intensidad lumínica
que surge del Munay, de la capacidad de dar y recibir que aflora del diario
Llankay y permite superamos a través del Yachay.

Liberar energías pesadas con siete piedrecillas

Representando a las siete relaciones

Ubiquémonos en un lugar quieto y tranquilo en la naturaleza, de


preferencia donde haya agua que discurra de un pequeño arroyo o de un río
que podamos contemplar y sentirnos cómodos y a gusto. A continuación,
busquemos siete pequeñas piedrecillas o guijarros con los que nos
compenetramos acariciando sus formas. Sintamos que ellas nos hablan y que
podemos establecer un diálogo. A cada piedrecilla le asignamos la
representación de una de las siete relaciones.

Procedemos a coger una por una cada piedrecilla e identificar qué


energía negativa deseamos liberar en función a las malas percepciones que
padecemos y son pésima energía que entorpece cada una de nuestras
relaciones y nos impiden potenciarlas. Ponemos la piedrecilla en nuestro
ombligo para percibir su carga negativa y ubicamos, señalamos el problema
que se resiste a ser liberado y expulsado. Pedimos por última vez su presencia
y nos concentramos para expulsar lo negativo. Luego soplamos las energías
malas hacia la piedrecilla y la energizamos pidiendo a la Madre Tierra su
apoyo. Finalmente colocamos la piedrecilla en el agua esperando que se
hunda. Una vez hundida, la Madre Tierra la transforma y nos liberará.

Aquí la fuerza del corazón es parte importante de la ceremonia, habida


cuenta que a veces las energías pesadas son difíciles de identificar. Si
ponemos convicción sentiremos y sabremos cual es la energía pesada que
tenemos que expulsar: sin embargo, si realizamos la ceremonia
maquinalmente y con poca concentración emocional no sabremos cual es la
energía pesada que concretamente deseamos eliminar.

Repitamos esta práctica después de algún tiempo porque siempre habrá


malas concentraciones y hasta acumulación de pesadez y muchas situaciones
sutiles que se presentan y generan reacciones indeseadas, porque nosotros a
pesar de estar liberados, volveremos a concentrar pesadez y hasta crear
energía inconveniente en el transcurso de nuestra vida cotidiana. Pensar en
las "Siete Armonías” y contemplarlas siempre nos inspiran y engrandecerá y
dará pistas sobre el derrotero y el cómo acumulamos nuestra buena energía.
Las siete relaciones nos permitirán saber lo que trae alegría a nuestras vidas y
las llenan de plenitud. Por ello es necesario que diariamente vivamos
agradecidos y saludemos al Padre Sol henchidos de gusto mirándolo al
amanecer y comunicándonos con él a través de nuestro Sol Interior.
LOS TRES MUNDOS
Abajo, al medio y más arriba

Interconexión permanente

Por nuestra condición de Hijos del Sol estamos en condiciones de


comunicarnos con los mundos Superior, Inferior o Interno y con el mundo del
Medio y lo hacemos con solo abrir nuestra conciencia saludando al Padre Sol
todas las mañanas. Cada mundo es un cúmulo de posibilidades, de
sugerencias y realidades. Conocer los Tres Mundos es un privilegio gozoso
que nos ofrece la oportunidad de ser hombres puente entre esos mundos
manejando energías que nos permiten actuar en armonía con todos los
aspectos de la creación, tanto dentro de nosotros, como con el mundo exterior
de nuestro Cuerpo. Ello nos trae bienestar, alegría y paz. Experimentar la
comunicación amorosa interna conmueve e impresiona nuestras interacciones
con el mundo y los seres que nos rodean. Nos hace bien.
Los Apus, las montañas y las majestuosas cordilleras que son seres de
luz, no solo existen en el Hanan Pacha, el Mundo Superior. Sino también en
el Kay Pacha que es el Mundo del Medio habitado por los seres humanos; es
decir por nosotros con todas nuestras vicisitudes y avatares. Como los Apus
existen simultáneamente en ambos mundos, los seres humanos interactúan
con ellos; y los Apus, a su vez, actúan como vehículos que transportan las
oraciones y deseos de los humanos a la Esencia Divina.

Debido a que las altas y poderosas montañas son puentes entre el Mundo
Superior y el Mundo del Medio la comunicación estelar es más viable.
Conectamos con un Apu es el medio, el vehículo que hace más fácil la
conexión con los ancestros, abuelos y abuelas.

Serpiente renovadora

El Mundo de Abajo o Uku Pacha es el inframundo al que también se le


denomina Mundo Interior. Es el mundo de Amaru, de la serpiente sabía que
vive en proceso de transformación, de cambio positivo, mudando su piel y
enseñando a los seres humanos cómo aprender a cambiar y renovarse.

La serpiente nos lleva al Mundo Interior ayudándonos a lidiar con


nuestras cargas del pasado. Nos enseña a acceder a nuestra sabiduría innata
ayudándonos a desprendernos de las energías pesadas. Si reconocemos las
energías pesadas y las expulsamos accedemos a nuestra sabiduría interior.

La serpiente ayuda a que entendamos los secretos de nuestro dolor, a


conocerlos midiendo el tamaño de las penas del pasado. Nos ayuda a
liberárlas. A veces ocultarnos y negamos el dolor y los sentimientos
incómodos del pasado, sobre todo, cuando experimentamos impotencia, ira,
culpa, vergüenza o cuando la sensación de no ser dignos nos domina. Mirar y
evaluar las experiencias del pasado y reconocer nuestra contribución a su
creación y permanencia incómoda y nos produce dolor debido a que tenemos
la tendencia a suprimir y escondernos de ellas. Esa práctica alimenta el
miedo.

La serpiente ingresa profundamente en nuestro interior para limpiamos.


Ingresa a nuestros lugares oscuros, asustadizos y desconocidos ayudándonos
a descubrir y aceptar el mal para vencerlo y reconocer la joya de la sabiduría
que sobrevive de nuestras experiencias pasadas. Cuando estamos dispuestos a
eliminar la vieja piel que se volvió demasiado estrecha para nosotros y no
deja que respiremos libremente, la serpiente nos ayuda a eliminar lo malo con
amor y gratitud. Así empezamos a crecer y expandirnos.

Trabajar con la serpiente y los mundos del interior o de abajo nos hace
fuertes para enfrentar nuestros miedos y reconocer nuestra verdadera
naturaleza como Hijos del Padre Sol. Liberar más y más capas de piel que
nos atosigan y aprietan en demasía nos acerca a nuestra verdadera esencia, a
nuestro Sol Interior. Con ayuda de Amaru irradiamos renovación emoción
noble y limpia reduciendo cada vez más la vitalidad de nuestros translucidos
filamentos de luz.

Yacu Mama y Sacha Mama

En un valle cercano a la ceja de la sierra en Perú se cuenta la leyenda


que recrea la vida y acción de las serpientes madres, Yacu Mama y Sacha
Mama. La mitología cuenta que ellas eran las más grandes serpientes jamás
conocidas, incluso más grandes que las Anacondas de las selvas bajas e hijas
del caudaloso río Amazonas. Ellas aprendieron muchas cosas. Entendieron
que la liberación de las energías pesadas era vital y que para ello había que
conectarse con la Madre Tierra. Para alcanzar alta calidad en esa relación la
condición básica era lidiar con las malas emociones y vencerlas trabajando
con el agua y viviendo y gozando del líquido vital. Tal su condición de ser
anfibia, de vivir en la tierra y en el agua. Gozar del oxígeno y del hidrógeno
ambiental.

Después de mucho lidiar para liberar energías pesadas Yacu Mama se


elevó y alzó cuan larga era levantándose en su cola. Era tan alta que todos
podían verla, incluso aquellos que estaban lejos. Todos al verla se admiraron
de sus siete colores. De la cara verde de los Andes surge la leyenda del origen
del Arco lris, que no es sino la estatura combada de Yacu Mama colorida y
chorreando agua bañada por los rayos de luz que descubren y expanden los
colores de la Madre Serpiente.

La otra gran serpiente, Sacha Mama, emuló el mismo proceso


acumulando en el Mundo Interior lo innecesario y continuar liberando
energías pesadas. Ella también se sostuvo en su cola y se levantó. Todos los
seres vivos la vieron y disfrutaron del rayo brillante, celador y
relampagueante. Incluso los seres que vivían lejos sintieron el chispazo de luz
que irradiaba Sacha Mama. Todos la sintieron y vieron como un rayo. Su
súbita aparición se convirtió en leyenda que dio origen al rayo, al relámpago
y a la luz atronadora y fugaz.

Arco Iris y rayo

Se dice que la serpiente nos enseña a liberarnos y renovarnos, mientras


navegamos en el proceso de liberación abrimos los libros de la sabiduría. Los
mensajes de estas leyendas son claros. Cuando elaboramos y conducimos los
trabajos propios del Mundo Interior nos convertimos en Arco Iris y en rayo.
Ambas son expresiones únicas de la luz, y por ende, conectamos el Mundo
Superior con el Mundo del Medio y con el Mundo Interior.

Las energías oscuras desprendidas son digeridas por las energías del
inframundo y por la misma Madre Tierra. En la tradición aymara el
inframundo es llamado Mancca Pacha. Mancca significa "comer". Ese
término se refiere a la capacidad de la Madre Tierra para comer las energías
pesadas y transformarlas en productos preciosos como ya sabemos. Una de
las formas como la Madre Tierra come energías
pesadas es a través del fuego: otra es luego de soplar las energías pesadas
frente a hojas de coca, pétalos de flores o piedras seleccionadas; los
productos de la naturaleza vuelven al seno materno llevando nuestros
mensajes a la Madre Tierra.

Esto no solo es un acto de amor por parte de ella sino que es un acto de
humildad. Nada es demasiado oscuro o demasiado pesado para la Madre
Tierra que humildemente consume todo. Para la Madre Tierra nosotros somos
perfectos, porque somos Hijos del Sol y perfectos a partir de nuestro cuerpo
espiritual. Sin embargo, cuando nos domina el miedo creemos que no somos
perfectos, ese es un prejuicio que surge del cuerpo mental.

Con oro y plata hacia lo profundo

Es interesante confirmar que los minerales oro y plata se encuentran en


lo profundo de la tierra. Eso evidencia que para alcanzar un bien brillante y
refulgente en cualquier relación hay que ir hacia lo profundo. Nunca ser
epidérmico. Oro y plata son símbolo de la necesidad de ir más profundo para
encontrarnos con los bienes más preciados. También simbolizan la capacidad
de la Madre Tierra para trasformar energías oscuras y pesadas, vencer a la
Hucha y llenar de luz los recintos y los corazones con valor y útil como Sami.
El oro simboliza al Padre Sol, a la naturaleza masculina, y la plata simboliza
a la Luna, la naturaleza femenina. Cuando trabajamos con el mundo Interior y
liberamos energías pesadas, lo masculino interno y lo femenino interno se
equilibran de forma natural

Es fundamental admitir que la conexión con la serpiente es la conexión


con el Mundo Interior. La serpiente conoce los secretos de la transformación
y nos conecta con el Mundo Interior. Nos informa de las energías pesadas
identificándolas apoyada en la claridad y el poder de nuestra luz interior que
coadyuva a la acción benefactora y limpiadora de la serpiente. Nuestra
conciencia de amor purifica haciendo desaparecer lo que no proviene del
amor.

Afirmémonos con las convicciones que surgen de activar el corazón que


nos señala que siempre podremos transformarnos cuando vamos hacia la
Madre Tierra y la honramos y celebramos. Cuanto más nos liberamos más
abiertos estaremos y simbólicamente también tendremos más espacio para
expandir nuestras energías lumínicas.
El Mundo de los seres humanos

El Mundo del Medio, el Kay Pacha, es el mundo de los seres humanos y


de todos los seres vivos en el planeta Tierra. Es el mundo en el que estamos
conscientes de que somos Chakarunas, personas puente, que se conectan con
la Madre Tierra y con el Padre Sol. Es el mundo de nuestra vida cotidiana, el
mundo del aquí y del ahora. Es el mundo del presente con el que vivimos y
actuamos familiarizados.

El Kay Pacha se representa por el Puma y es el escenario directo donde


enfrentamos nuestros miedos y aprendemos cómo enterrar nuestro vetusto
"yo” enfrentando nuestro miedo a la muerte y sus secuelas de más miedos
concatenados. Enfrentar esos miedos reclama valor, consume energía
guerrera y alimenta nuestra vitalidad conduciéndonos al camino verdadero
donde se sabe lo que se debe hacer con buena y serena voluntad.

La forma del “Puma”

Es interesante conocer que todas las ciudades de poder y muchos lugares


interesantes que desempeñan roles particulares en la relación con el cosmos y
el poder en Perú y Bolivia fueron diseñados reproduciendo el cuerpo del
Puma en diversas posiciones. Tales lugares incluyen a Cusco, Pucará, el lago
Titikaka, Ollantaytambo, Huayna Picchu y Tiwanaku. Fueron diseñados de
tal manera que sus límites dibujaron los Contornos de un Puma saltando,
estirado, parado u observando, etc., debido a que ese sagaz animal representa
y contiene las virtudes necesarias para vivir en este mundo. El Puma
representa el ahora, el Mundo del Medio, de interacciones cotidianas con la
existencia.

Los descendientes de los Inkas nos referimos al Puma como el: "animal
con menos ego". El Puma hace lo que tiene que hacer sin llamar la atención.
Muy a menudo, la gente no nota su presencia y los efectos de sus actos sólo
los percibe más tarde, luego que él dejó el lugar donde estuvo. Dejó como
evidencia solamente sus huellas. Él caza con sigilo y en silencio. Acecha con
visión completa y estereoscópica el entorno y permanece infinitamente
flexible y plástico sin amedrentarse ante las amenazas y los peligros. El Puma
es tan flexible y se adapta a las contingencias porque puede caminar tanto en
las alturas como en los llanos. Tiene la capacidad para vivir en muchos
lugares.

El Puma es la personificación del coraje puro, sin ego y sin prejuicio. El


Puma es el acosador de la mente, el testigo de nuestras experiencias y
conversaciones internas que las atestigua observando nuestros pensamientos
y actitudes. Nos ayuda a ver si nuestros sentimientos provienen del amor o se
reproducen por el miedo. El Puma dispone de gran control, combinado su
coraje que ayuda a enfrentar los miedos.

Soledad que fortalece

El Puma es solitario y por ello nos enseña que parte del camino
espiritual victorioso es aprender a estar solos. Parte de nuestro camino
espiritual exige eliminar y sacar lo que tenemos que sacar pero en ejercicios y
acciones emprendidas por nosotros mismos, sin intermediarios y así
distanciarnos efectivamente y con convicción de lo que no nos pertenece.
Reiteramos, zafarnos de las energías que no pertenecen a la luz. Ese proceso
puede ser muy solitario y doloroso, pero nos enseña que debemos alcanzar y
manejar coraje para enfrentar el miedo a la soledad. La palabra "coraje” viene
de "coer”, que es corazón, por lo que el Puma es un gran maestro del corazón
con fuerza de voluntad. El Puma es para nosotros inflexible e invencible.

El Puma vive muy conectado con el mundo real en el "aquí” y el


"ahora", que son nuestro momento presente. La flexibilidad del Puma enseña
que mientras existan Tres Mundos, los debemos activar en nuestras
relaciones porque funcionan interconectados. Nosotros tenemos la capacidad
de ir tanto del Mundo Superior al Mundo Inferior, así como navegar a través
del Mundo del Medio. Actuemos en consonancia con esas posibilidades.

El "cóndor de las alturas”

El Hanan Pacha o Mundo Superior es el mundo de la luz y de los seres de


luz. Es el mundo de los Grandes Maestros. Es el mundo de la Esencia Divina.
Está representado por el Cóndor que nos enseña la infinitud de las distancias
y su inmensidad, nos grafica con su vuelo la libertad inconmensurable y el
panorama general abierto hacia la eternidad y su relación con el cosmos. Esta
enseñanza simbólica se consideró tan importante que algunos lugares de
poder se construyeron reproduciendo la forma de un Cóndor.

El Cóndor se eleva por encima de la tierra y con su vuelo observa


panoramas grandes que se emparentan con el futuro. Luego, vuelve a la tierra
y nos recuerda nuestra conexión con el cosmos. El camino del Cóndor es el
camino de la aceptación que avizora y se esperanza de conformidad e ilusión
mística. A medida que liberamos las energías pesadas nos transformamos y
nos damos cuenta de quiénes somos, de qué clase de poder tenemos. Es por
eso que el primer lnka, como resultado de la liberación de sus energías
pesada, se convirtió en un "Mallku”, que significa, como dijimos, Cóndor.

Cuando el Cóndor ve algo en lontananza lo acepta y luego lo separá para


eliminarlo. Previamente viaja hacia lo alto y al irse hacia arriba, desde la
elevada distancia que alcanza, estudia la situación y maneja perspectivas de
solución más integrales y amplias. Luego toma decisiones en cuanto a qué es
necesario eliminar. De esta manera no carga nada pesado y permanece libre
para volar muy alto.

Aprendamos a volar sabiendo que vamos a aterrizar

El Cóndor dispone y usa perspectivas de gran visión y amplia acción


que le permiten entender que todo está interconectado. Conociendo los viajes
y vuelos del Cóndor aceptemos que la vida siempre nos ofrecerá formas para
aprender, para expandirnos y recordar. Seamos como el Cóndor que se
distancia de los acontecimientos volviendo ligero su vuelo sin cargas
innecesarias y pesadas. Domina los horizontes y sabe qué hay detrás de ellos.

El Cóndor al simbolizar la libertad nos enseña a volar y, también, nos


enseña acerca de la importancia de las alas para aterrizar para que seamos
capaces de aterrizar con seguridad. Volar y aterrizar es importante para los
seres humanos porque sabiendo que podemos inter actuar con el cosmos,
vivimos nuestras vidas humanas en la Tierra y es en la Tierra donde tenemos
que hacer nuestros nidos y alimentar nuestra vida.
Ello implica manejar con mucha lucidez nuestra capacidad de vuelo
cósmico complementado por un aterrizaje cotidiano y realista. Así como el
Cóndor se encarga de los cóndores bebés, tenemos que encontrar equilibrio
para apreciar la vida en todas sus expresiones y niveles. Los bebés y los niños
copian a sus padres a los que consideran ejemplo, así que es importante
alimentarlos, enseñarles, pero también es ineludible ser buenos modelos.
Cualquier Cosa que venga del corazón y del amor acarrea valor supremo y
potencia la libertad y la alegría.
Todo nos habla
Vivimos con mundos interconectados

Como seres humanos que somos nacemos y nos relacionamos, tanto del
Mundo Inferior como del Mundo Superior, de la misma forma que nacemos
de la Madre Tierra y del Padre Sol, pero residimos en el Mundo del Medio
situación que no impide que vivamos interconectandos con los Tres Mundos
y podamos movernos y viajar entre ellos.

Los Tres Mundos y los animales de poder como el Cóndor y el Puma


nos enseñan que para ser plenamente humanos, para vivir nuestro Sol
Interior, tenemos que recorrer todos los mundos incorporando sus enseñanzas
que fundan una relación con sentido y sabiamente concebida en el mundo
andino como modelo de equilibrio y belleza verosímil.

Se sostiene que el Mundo Inferior es el mundo del pasado, que el


Mundo del Medio es el mundo del presente y que el Mundo Superior es el
mundo del futuro y puede ser un punto de vista útil; sin embargo, hay que
admitir que para los lnkas los conceptos de tiempo y espacio; pasado,
presente y futuro no eran realidades antagónicas ni adversarias u opuestas y
tampoco eran realidades aisladas y desconectadas entre sí. ¿Dónde,
exactamente, culmina el pasado y se inicia el presente? ¿Cuál es el espacio
que media entre la vida y la muerte habiendo otra existencia en el más allá?
Son varias interrogantes que tenemos que responderlas con la fuerza del
corazón y en relación al Padre Sol.

Horizontes más amplios

La vitalidad e interconexión de los Tres Mundos enriquecen la


concepción de la vida y nos enseñan e ilustran bastante sobre la sabiduría
lnka. Nos abren las compuertas de la comprensión de la existencia con
horizontes más vastos, estelares y cósmicos.

Los Tres Mundos son un mapa que nos guía hacia una vida plena no
encasillada. En ese escenario acudimos al poder de la serpiente en el Mundo
Inferior para penetrar lo profundo de nosotros, liberando lo pesado y oscuro,
aceptando las energías transmutadas. Usamos el poder del Puma en el Mundo
del Medio para acceder al valor, reeducar y entregar el ego. Luego, usamos el
poder del Cóndor y del Mundo Superior para conectamos con el cosmos y
con la conciencia elevada llevándola, ya libre de regreso a la tierra. Vivimos
con coherencia estelar.

Esto es, por supuesto, también una enseñanza y un mapa para abrir
nuestro corazón y expandirlo. A medida que aprendamos las lecciones de
humildad y de liberación de las energías pesadas nuestro corazón comienza a
expandirse.

En la medida que nos enfrentamos a nuestros temores y los veamos


desaparecer llegaremos a un acuerdo que nos reafirmará que no solo somos
mente con contenido, sino que somos plenitud de emoción y de corazón
energético y luminoso. Cuando el dinero de nuestra cuenta bancaria o
cualquier otra cosa relacionada con el ego no importen demasiado,
advendremos a un Mundo Superior con el corazón expandido más y más
hacia más allá. Allá en el confín de la inconmensurable eternidad de la alegría
y el amor.

A medida que recordamos quiénes somos y abrazamos la libertad que esa


memoria nos proporciona, seremos trasportados hacia el Mundo Superior,
donde nuestros corazones se expandirán aún mucho

Hay otro mundo conocido como Fawac Pacha. "Fawa" significa


"lejano”, "oculto”. Este es el mundo en el que se encuentra el Sol detrás del
Sol. Es el misterio el "Mundo del Más Allá". La mayoría de los aymaras
creen que "Illa“, que es "la luz más importante", proviene del Centro del
cosmos, del vacío estelar, del misterio de las distancias inalcanzables y nos
ilumina y protege.

Los Tres Mundos viven conectados a través de dos grandes espirales con
ese "Cuarto Mundo". Uno de esos espirales se mueve siguiendo las agujas del
reloj, la otra se mueve en sentido anti horario. Este nuevo Pachakuti es el
tiempo del Cóndor, el tiempo para ver desde una perspectiva más amplia y
activar el Sol Interior de forma que podamos expandirnos hacia arriba en esas
espirales. Cuarto mundo Fawac Pacha, o cuarto mundo.
Tal vez el menos conocido es la que está muy lejos y muy cerca al
mismo tiempo representado por el disco solar que a su vez representa el
Muyuki. El circulo de lo eterno.
EL CUERPO DE LA PACHAMAMA
Para todos sin excepción

La Madre Tierra personifica la vida

El Planeta Tierra vive y palpita, siente y se manifiesta a través de diversas


expresiones cuya representación la personifica la Madre Tierra que no sólo
nos proporciona un lugar hermoso para vivir, sino que nos ofrece todo lo
necesario para crear vida armoniosa para cada uno de sus habitantes. Para
todos sin excepción.

En ese espacio de realización los animales, las plantas y el mundo


mineral son energizados por el Padre Sol y por la Madre Tierra que proveen
terreno fértil para que todo crezca y se desarrolle. Nuestro mundo es
correspondencia estelar organizada armónicamente donde cada manifestación
es permanencia y existencia con el objetivo central de celebrar la vida con
todo el equipamiento propio de nuestro
mundo, convocando a lo animado y lo supuestamente inanimado. La
celebración de la vida pasa por honrar al cosmos y vivir en armonía con la
Pacha Mama y la Mama Pacha.

La Mama Pacha es la Madre Tierra que nos enseña la abundancia que


viene de su corazón y nos provee de lo que encontramos en todos los
aspectos físicos y materiales. Ella es la que nos guía en el camino tangible de
la vida y nos enseña a transformar y liberarnos: nos ayuda a eliminar las
energías pesadas que no vienen del amor. Esta madre es la más próxima a
nosotros. Está con nosotros todos los días a través de los alimentos, a través
del vestido y a través de la vivienda.

La Pacha Mama es la Madre Divina. En nuestra cultura no existe la


divinidad en un solo aspecto, sino que la divinidad es dual: femenina y
masculina; Por eso tenemos Pacha Mama y Pacha Tata. En algunas regiones
Pacha Mama y Pachacamac. Esta Madre Divina tiene muchos asistentes o
emisarios; una de ellas es Mama Pacha o Madre Tierra. Otra es Mama Kocha
y otras madres, tema que abordaremos en otra publicación.

Montañas, valles, ríos, lagos, colinas, quebradas y la inseparable


característica morfológica de la geografía fueron consideradas sagradas por
los Inkas y deben ser reconsideradas como tales por nosotros que en este
tiempo habitamos el mundo actual.

Por tanto, ya aterrizando en un pequeño escenario, diremos que la


arquitectura, construcción de arte y belleza para cultivar los campos para la
siembra de cultivos mediante surcos, camellones, andenería, regadíos y sus
actividades de barbecho, aporque, etc... Han sido preparados y construidos
para seguir y delinear las formas naturales del magnífico territorio que es la
cara visible de la Madre Tierra.
Reciprocidad al más alto nivel

”Queremos ayudar a que la Madre Tierra sea aún más hermosa y para
ello le tejemos ropa bonita mediante la plantación de nuestros campos,
dándole un aspecto atractivo a las quebradas y llanuras, a las pampas y
valles”, nos explica en alocución emotiva el Chakaruna convencido de que
hay una sutil reciprocidad entre quienes habrán la tierra dándole colorido a la
Madre Tierra y las respuestas de ella que como reacción generosa alcanza
nutrición al pueblo con los alimentos que brotan de los sembríos como parte
de su colorida vestimenta de temporada. Es un Ayni silencioso y de bella
factura. La Madre Tierra recibe semillas que colorean su faz y meses después
entrega sustento de agradecimiento a quienes colorearon su faz. Su vestido se
convirtió en nuestro alimento.

En esa ruta de reciprocidad los Inkas desarrollaron sofisticadas


tecnologías para sembrar una amplia gama de cultivos en altura, y en
condiciones en las que era, es aún, difícil alcanzar o conseguir generosas y
seguras cosechas agrícolas.

Los sistemas de riego mediante canales de regadío y de acopio y


almacenamiento de agua mediante cochas pequeñas en los Waru Waru o
mediante la construcción y diseño de terrazas y andenes en los lugares más
escarpados y hasta inverosímiles venciendo a la Ley de la Gravedad, son
aporte único para el mundo a la agricultura de altura, así como las variedades
de plantas como su ”majestad la papa” o cereales distintos y tubérculos de la
más prodigiosa composición de minerales y proteínas aptas para que
mediante su consumo las poblaciones que viven a más de 3,500 metros de
altura continúen su vida y la engrandezcan porque se nutren de minerales y
proteínas.

¡Es que la Madre Tierra en su gran sabiduría produce alimentos aptos


para que la gente, las personas, estén donde estén, reciban de ella nutrientes
especiales!

Por ejemplo, a más de 4000 metros de altura donde aparentemente no


crece casi nada y todo es yermo. brotan productos de gran capacidad nutritiva
y energizante como la quinua, papa, cañihua, maca, izaño, mashua, oca,
olluco, etc., que permiten que las personas que habitan esos parajes se sientan
protegidos por la Madre Tierra que les prodiga alimentación suficiente para
que vivan y gocen de buena salud, consigan alimentos nutritivos aún en los
parajes más hostiles y yermos.

En esa reciprocidad hombres y mujeres de los Andes se encargan


anualmente y en diferentes estaciones del año del cuidado de la Madre Tierra
y de engalanarla, y ella en intensa e indetenible reciprocidad cuida de
nosotros.

No olvidemos que a través del arte del tejido, también, los andinos
reflejan y proyectan su amor por la Pacha Mama y por la Pacha Tata. Los
textiles son como oraciones tejidas y ceremonias de la vida que reproducen
ciclos de unión y veneración con el tiempo estelar y, también, con las
manifestaciones terrenas.

La "Gran Diagonal”

“Ruta de los maestros”

La leyenda del Disco Solar vive y se manifiesta conectada con nuestro


planeta y con la generación de energía o de líneas energéticas. El lago
Titikaka considerado como uno de los centros vitales que el mundo cuenta
por ser el lugar de nacimiento de los Hijos del Sol es un espacio de
confluencia y de concentración de energía limpia y pura que ayuda a la
liberación y redención de las personas.

Se dice que los Maestros Aramu Muru y Amara Mara llevaron el Disco
Solar a través del portal de Aramu Muru desde Lemuria para dárselo a los
Hijos del Sol. Fue un regalo muy especial de los maestros
Wilka Uta
Casa del Sol, Casa de la Luz
de Lemuria que con la venia de sus habitantes y henchidos de amor, de
servicio y desplegando su gran sabiduría. Arribaron a las orillas del Titikaka.
Sus presentes no fueron hechos de oro tradicional, sino con oro transmutado
como expresión destilada de refinada energía que brota de los corazones de
los maestros lemurianos.

El camino desde Puno partiendo de las orillas occidentales del Lago


Titikaka hacia Cusco o Qosqo, considerado el "Ombligo del Mundo" por ser
centro vital de gran energización, sigue a la llamada línea energética en la
Gran Diagonal, que conecta a todos los principales lugares de poder que se
ubican desde el septentrión o extremo norte, en el Monte Shasta en
California, Estados Unidos, hasta Tiwanaku en Bolivia pasando por varios
templos y santuarios donde los más importantes se disponen alrededor del
Cusco y de Pucará en el Titikaka. Esa línea energética se la conoce como
"Ruta de los maestros": que no es sino un ángulo análogo al eje del planeta.
Los antiguos sabían de esta relación y construyeron sus templos como un
continuado oratorio a lo largo de la Gran Diagonal.

En el centro vital de Cusco se juntan muchas líneas energéticas. El


primer lnka fue enviado por el Padre Sol para fundar una cultura donde las
personas pudieran recordar que eran Hijos del Sol. El fundador siguió la línea
energética desde el lago Titikaka y llegó al Cusco, donde vió que todas las
líneas convergían. Allí construyó el Templo del Sol para que luzca el Disco
Solar que llegó desde el firmamento estelar de una constelación de estrellas
hacia Lemuria e inició su periplo hasta el Titikaka y se le trasladó al Cusco a
lo largo de la línea energética, para recabar en el Templo del Sol, llamado
Koricancha.

A lo largo de su recorrido se detuvo en muchos lugares como Pucará y


Raqchi. En todos los lugares donde el Disco Solar paró, irradió su energía a
los habitantes de las culturas de la zona que se desarrollaban en varios niveles
de realización. Luego de esa magnífica irradiación y de su posterior
influencia educativa los pobladores empezaron a construir terrazas y sistemas
de riegos dando forma a su civilización que tuvo como centro de acción y
resolución el respeto y culto a la Madre Tierra.

Ayudando a liberarnos
El Disco Solar fue el tesoro más grande que almacenó el Koricancha. El
primer lnka inició su peripecia fundacional frente al Disco Solar que le
transmitió la fuerza ingénita y constructiva del Munay, Llankay y Yachay. El
Disco Solar lucía muchos poderes, dones y los exornaba sin soberbia. Uno de
ellos es que, apoyaba a que las personas venzan la resistencia de la energía
pesada, obstinada y pertinaz que no quería desaparecer y ser eliminada. El
Disco Solar propiciaba la liberación de esas malas y recalcitrantes energías.

El primer lnka no tuvo resistencia alguna porque era un espíritu de bien


que volaba como Cóndor y dominaba las alturas oteando el futuro para
observar las dimensiones del más allá. Por eso, también se le llamaba Mallku
lnka. Otro regalo del Disco Solar, además de recordamos el poder del amor,
es ayudarnos a aceptar lo multidimensional del ser. Bajo su influjo
adquirimos conciencia de nuestro Sol Interior, de la vitalidad y bondad del
Padre Sol y de la existencia infinita y bienhechora del Sol detrás de Sol.

Cuidémonos de los foráneos del pasado

En su perspectivas predictivas y en el manejo de los tiempos los Inkas


sabían que llegarían foráneos y gente extraña que haría mal uso del poder del
Disco Solar porque sería gente desaprensiva, codiciosa y sin voluntad de
crear cultura y civilización al servicio de la Madre Tierra, por lo que
decidieron protegerlo y ocultarlo lejos de las miradas angurrientas y
desestabilizadoras. Lo llevaron de vuelta al lago Titikaka ubicándolo, aún no
se sabe si fue en las profundidades más hondas del lago o en los confines
menos visibles de su entorno pero propiciatorios de culto, instalando su
aposento en un paraje debidamente acondicionado.

Hoy el poderoso Disco Solar que detenta gran energía y es vehículo de


sabiduría y armonía reside en el Altiplano-Titikaka. Una leyenda nos cuenta
que los maestros de Lemuria lo custodian esperando el advenimiento del
Nuevo Pachakuti para contribuir a la generación del bien y que los hombres y
mujeres vuelvan a ser buenos aplicando y viviendo con Munay, Llankay y
Yachay. Ya empieza a reactivar su poder.
Los ancianos también nos hablan sobre el comienzo de un nuevo tipo de
hermandad del Disco Solar que no se expresara con manifestaciones visibles
propias de un material, sino como activadora de una frecuencia de nivel
diferente y al alcance de quienes creen en él.

Templos sagrados del Poder

Los templos que se encuentran en puntos especiales de energía o lugares


de poder sirven a múltiples propósitos por su condición multidimensional
Cumplen la función de concentrar energía por ser observatorios astronómicos
aptos para calcular los tiempos y las estaciones exactas de los días ideales y
adecuados para iniciar la siembra y producción de cultivos, así como para
conocer las alineaciones de estrellas que marcan el inicio y final de
equinoccios y solsticios. En ese abanico de funciones múltiples, también, se
abocan a la enseñanza e instrucción para la práctica de artes y oficios
necesarios para que surja la especialización y el florecimiento de
determinadas comunidades, tanto en alfarería, textilería, música, etc.

Los Templos de Poder cumplen tareas de centro de poder político.


Algunos fueron diseñados para reflejar ese complejo y necesario nivel que
forja los valores de una sociedad. Por supuesto, que desde ellos no se
descuida el aspecto espiritual de comunicarse e interactuar con el espíritu
porque es su función esencial, inherente a la naturaleza de su razón
vitalizadora y orientadora.

La mayoría de los sitios sagrados disponen de pasos para la conexión


con los Tres Mundos que se conectan en lugares aptos para las ceremonias de
iniciación. El relámpago, por ejemplo, conecta este mundo con los Mundos
Superior e Inferior, de manera que también es símbolo de iniciación.

Convengamos, entonces, que todas las manifestaciones de la vida, de


esperanza y realización se anudan e integran en estos Templos Sagrados.
Quienes acuden a ellos no efectúan banales distintos entre los bienes
materiales y los avances espirituales. Todo es uno, en un conjunto de varias
expresiones porque todos los aspectos de la vida caminan y se manifiestan
integrados. Todo lo existente pese a la hegemonía de malos tiempos y de
épocas de lóbrega oscuridad pertenece al mundo de la Madre Tierra que
conduce y vigila el Padre Sol que es uno, en un solo flujo de armonía con la
existencia. Un estadio inmortal donde empieza a gobernar el Nuevo
Pachakuti.

Esta es una de las razones por las que las personas se sienten atraídas
por los Templos Sagrados de Poder donde experimentan sensaciones y
revelaciones de diferente nivel.
ALGUNOS INSTRUMENTOS DE
PODÉR INKA
Nada está muerto, así lo parezca

Todo vive y late

En la civilización Inka se considera que todo está vivo y que en ese mundo
aparentemente inanimado y yerto hay objetos que actúan como
"instrumentos” de conexión e interrelación que por sí mismos son poderosos.
Esa condición de poder y de vehículo de transmisión se visibiliza en las
ceremonias y ritos de ofrenda y petición a los manes de la naturaleza cuando,
por ejemplo, se saluda a la Pacha Mama, se solicita su apoyo y su auxilio o se
suplica que deposite una mirada preferente en uno de sus hijos. Siempre hay
niveles de entendimiento y de conocimiento de la energía y su uso.
Por ejemplo; la confección textil con forma de manta pequeña llamada
"lliclla" en quechua o "aguayo" en aymara es elaborada con fibras de alpaca o
vicuña, a veces con lana de oveja y va profusamente ilustrada y diseñada con
simbología y semiótica particular plena de imágenes de la cosmovisión
andina y son producidas por hombres y mujeres de Los Andes y usadas con
diferentes fines, como para cargar papas, frutas, para trasladar a un bebé y
mantenerlo próximo a la madre porque va aupado a la espalda materna o, es
también utilizada como base de una "Mesa Sagrada” que así se denomina al
conjunto de actos propiciatorios y rituales que se ubican sobre la "lliclla” o
"aguayo". Es por eso que a todo lo existente, así sea supuestamente inerte, se
le trata con respeto y gratitud. Primero por provenir de la naturaleza Madre
Tierra y del Padre Sol benefactor y, segundo porque es obra facturada por las
personas en honor a los seres estelares.

Puntualizamos que en el arte de la textilería los conceptos de femenino y


masculino se unen y sintetizan en la acción humana que no distingue
hombres de mujeres cuando se trata de tejer y de armar urdimbres y tramas en
los telares y confeccionar frazadas, chalecos, fajas, etc. Allí hay armonía y
bello equilibrio.

Por su formación los foráneos consideran los objetos de poder solamente


como piedra yerta o pluma colorida y punto, creen que los tejidos son obras
interesantes, pero sin mayor poder propiciatorio. Para una persona consciente
de la energía y de saber como usarla, esas “cosas" son poderosos
instrumentos que fungen de vehículos de transporte en una ceremonia que
favorece y convoca sanación y solicita atención preferente.

Plumas que convocan

Por ejemplo, las plumas de Cóndor se utilizan para anclar nuestras


energías finas y refinadas debido a que él representa el Mundo Superior, el
Sami y también el Kawsay, haciéndolo más fuerte porque es un tipo de
energía vital propia de ánimo y del ánima. Uno de los dones de la pluma de
Cóndor nos permite abrirnos y expandirnos. Es buena para llamar el ánimo,
es decir al espíritu. Debido al miedo que experimentamos y padecemos
ahuyentamos nuestro ánimo que desaparece, no porque esté perdido, sino que
se fue a otro lugar alejándose de las malas vibraciones que el miedo nos
inocula volviendo frágil nuestro corazón y en ocasiones, inhabilitándolo por
el temor, cuando nuestro corazón debería ser el motor que nos prepara para
discurrir con solvencia por todos los lugares que transitamos. El corazón
orienta todos los actos que emprendemos

La "Mesa Sagrada" no solamente se utiliza para solicitar favores y


atenciones especiales, sino, también para llamar el ánimo y volverlo a traer
hacia nosotros. Recuperar el ánimo demanda realizar una ceremonia especial.
Recordemos que ante la falta de armonía perdemos energía y entronizamos al
miedo que, como sabemos, es Hucha, es energía pesada. Recordemos,
también, que hay diferentes tipos de Hucha.

No es inexacto afirmar que mucha energía pesada vive y se reproduce en


nosotros porque está en la naturaleza de los seres humanos y cohabita con las
personas débiles de convicciones y de fácil tendencia a alimentarse de lo
negativo, porque son proclives a sentir odio, rencor y envidia, a masticar
deseos de venganza y no saben liberarse de las malas experiencias que como
humanos se padece en diferentes situaciones y ante experiencias fuertes que
no se pueden enfrentar fácilmente y con solvencia triunfadora. Los seres
humanos no deben fagocitarse a ellos mismos, como ocurre cuando son
poseídos por el miedo que los consume.

Lemuria y Atlántida, recuerdos que duelen

Una historia relata cómo desde el pasado los miedos se acumulan en


gran cantidad y variedad, multiplicando la energía pesada que padecemos y
pervive en los humanos. Esa realidad la sufrimos desde el preciso momento,
en el terrible cataclismo que la especie humana sufrió luego del hundimiento
y desaparición de La Atlántida y de Lemuria que fueron "Ciudades
Continente”, civilizaciones insuperables que no están más con nosotros, pese
a que los seres superiores que vencieron al miedo, las presienten.

Tengamos como verdad contundente que para liberarnos de lo pesado


hay que saber conducir un proceso arduo y complejo, porque las personas
crecemos en diferentes niveles, muchos de los cuales contienen energía
pesada e invaden varias de nuestras decisiones. Sin embargo, ante la
magnitud de los retos y complejidad del combate para vencer al miedo o a los
miedos, acude en nuestro auxilio el advenimiento de este nuevo tiempo, del
Nuevo Pachakuti, que con un conjunto de fresca energía nos hará conocer lo
que estamos haciendo y sintiendo, nos mostrara cómo orientamos para gozar
de este nuevo ciclo, de este nuevo día donde es urgente y necesario liberar
todos los tipos de miedo provenientes de nuestro pasado y que en varios
casos son mala herencia.

Una manera es recordar la vitalidad de nuestro cuerpo, de recordamos


sabiendo y afirmando que somos hombres y mujeres de luz y que, por tanto,
atesoramos poder inigualable porque como somos Hijos del Sol, somos
filamentos de luz estelar y tenemos la oportunidad y capacidad de utilizar y
acudir a la Mesa Sagrada. Saber ello nos hará fuertes y convencidos de la
gran energía que poseemos y que solo hay que activarla.

Dentro de la Mesa Sagrada se ubica piedras que provienen de diferentes


montañas o de diferentes Apus y de lugares de poder como lagos, ríos,
montañas u otros parajes donde los antepasados moraron. Y no solo piedras
sino, también meteoritos que son instrumentos mensajeros. Una Mesa
Sagrada es una ocasión inapreciable, puesta a nuestro servicio. Es como tener
el cosmos en las manos para aprovechar la posibilidad de conectamos con el
mundo estelar de la verdadera divinidad y anclarnos en él.

Mesa Sagrada, piedras convocantes y Apus

Con todo ello afirmamos que hay diferentes formas de preparar y utilizar
la Mesa Sagrada. En las comunidades del norte de Perú las utilizan de manera
similar a la "Rueda de Medicina" armando un círculo con cuatro piedras
direccionales dirigidas a honrar a los cuatro elementos. En otras regiones se
utiliza siete piedras para las siete relaciones. Las piedras por sus variadas
formas lucen diferentes y se utilizan para representar, por ejemplo, una
relación debido a su forma y por la apariencia que exhiben de formas
sinuosas, romboidales, alongadas, circulares, de cono truncado, rectangular,
etc.

Cuando nos disponemos a hacer frente a cualquier aspecto de la vida es


conveniente usar y acudir a la Mesa Sagrada. Otra forma de curación es
conferirle a la piedra la condición de representante plenipotenciaria de algún
Apu en particular de los excelsos nevados que exornan el escenario andino.
El objetivo es convocar a los poderosos espíritus de la montaña o al alma de
maestros expertos para que acudan y participen en la ceremonia y escuchen lo
que se les solicita.

En el Cusco se trabaja con 12 Apus, en el lago Titikaka con 19 Apus


teniendo como espacio de realización y convocatoria las plataformas y
explanadas de las islas de Amantani y Taquile, en ellas y una vez armada la
Mesa Sagrada, se pone las hojas de coca para los 19 Apus en forma de
espiral. A veces, un Apu no es visible desde un lugar determinado y ello no
es un escollo insalvable, acudimos a un Apu-Puente al que utilizamos como
vehículo de contacto. Es un magnifico diálogo con los manes andinos en el
inmenso e inacabable escenario del Altiplano y de sus montañas. Entonces
conversamos con el Apu que visualizamos y nos acercamos dialógicamente a
él para que funcione como puente que nos llevará y acercará al Apu que no
vemos y con el que deseamos establecer contacto y diálogo.

Apus humanizados y sensibles

Los distintos Apus, al igual que los seres humanos, tienen dones
diferentes. Cada uno es poderoso y ostenta dones especiales y diferenciados
aptos para alcanzar un propósito específico. Cuando solicitamos un favor a
los Apus, sostenemos un Kintu, que como se sabe, son tres hojas de coca que
cogemos con las dos manos coloca- das en la punta de nuestros dedos, para
dimensionar nuestra disposición y entrega, recalcando que nuestras facetas y
todos nuestros aspectos, masculino y femenino, etc., están involucrados y nos
vuelven unidad potente e intensa. Vivimos en trance y dispuestos a que se
nos escuche y a hablar con los dioses de la montaña, es decir con los Apus
rodeados de nubes que son como las palabras de los Apukunas. Una nube
camina o se enreda alrededor de un Apu y entrega un mensaje, recoge otro
mensaje y continúa su camino hacia la siguiente montaña. Las nubes son
palabras que se desplazan trasladando mensajes.

Reiteramos que tanto en las regiones costeras, como en la sierra, y en


especial en el Altiplano, que es una plataforma cósmica sin igual, así como en
la selva nuestros antepasados utilizaron las Mesas Sagradas.
Hablar y susurrar

Hablarle al cuerpo expresándole gratitud, trasmitiéndole emociones, etc.,


es importante porque en las tradiciones de curación andina hay mucha
conversación en curso donde se profiere sonidos suaves, se articula silbidos
musicales acompasados o se musitan canciones en voz baja o en
temperamentales y altisonantes estados de ánimo. El afán es conmover y
llamar la atención del Apu excelso y distante que debe oírnos y aproximarse a
nosotros, así esté ubicado a kilómetros de distancia y no se mueva. Se trata de
establecer conversación con el cuerpo y con el espíritu del Apu y también,
con nuestro cuerpo y espíritu que vibra. Se agradece al firmamento por
liberar las nefastas resistencias y purificarnos enalteciéndonos de alegría y
energía.

Para mover la energía usamos una cara de madera de chonta. Nosotros


creemos que los hermanos del espacio trajeron del más allá la chonta y la
enraizaron en los suelos de nuestra tierra. Un hermano de la selva, fue a la
Casa Blanca sede gobierno de EE.UU., e hizo allí una ceremonia con la
madera de chonta. El compartió la leyenda diciendo que una vez los
hermanos del espacio vinieron a la tierra ayudando a las personas, curando a
sus enfermos y enseñando a la gente para que aprendan a vivir en armonía;
no obstante, en determinado momento tuvieron que marcharse.

La gente de los pueblos les pidió quedarse, pero ellos antes de irse para
ayudar y proteger a las personas les alcanzaron palmeras de madera muy dura
y vibrátil. Del corazón de estas palmeras se obtiene la chonta que también
produce un fruto llamado palmito que es apetecible y saludable.

Chonta firme y vibrátil


Desde tiempos pre Inkas el 80 al 90Po de los bastones de mando de los
personajes importantes fue confeccionado con madera de chonta y decorado
con oro y plata. Ahora los lideres andinos y los ancianos lucen alguna pieza
de madera de chonta mezclados con símbolos de la tradición católica, por
ejemplo con una cruz hecha con madera flexible.

Para nosotros estas caras son importantes. En muchas ceremonias las


colocamos en la esquina de una habitación para abrir una posibilidad e
iluminarla para que la petición sea tangible llamando las energías de
luz que nos conectarán con el Padre Sol. Cuando nos conectamos de esa
forma la relación deviene poderosa.

Ofrendas a la Pachamama (madre Tierra) y a la Mama Killa (madre luna)


En las ceremonias de curación con la Mesa Sagrada se usa varas de
chonta para abrir y cerrar la ceremonia. Cuando enfrentamos energías
pesadísimas sucede que no quieran irse. La resonancia del sonido de dos
chontas que trepidan es altamente eficiente y efectiva. Hace huir a la mala
energía que vibra de temor y se acobarda escapando.

Efectuando sonidos con la chonta y blandiendo plumas de Cóndor


ansiamos las energías refinadas, alcanzamos bendiciones y nos acercamos a
nuestro cometido, en función a lo que solicitamos que, básicamente es
liberarnos de la pesadez que nos aplasta.

Disminuyen en lo racional y creciendo en lo emocional

En esta realidad mundana y frívola ambicionamos realizar las cosas de


manera racional, exacta y medible para alcanzar éxito y gozar de la
excitación del triunfo material y reconocimiento de la gente, pero ese es
pensamiento solo de la tercera dimensión. Cuando utilizamos nuestro amor y
tenemos la conciencia de que todo está vivo, tratamos con la cuarta, y
también con la quinta dimensión. Entonces no todo es racional.

Ante esas constataciones de que existen otras dimensiones alcanzables


nos comenzamos a abrir. Cuando más nos encontramos en amor y en
servicio, más nos expandirnos realmente, y más son los dones curativos que
cada uno de nosotros almacena para el nuevo día que llega y nos ilumina
como los rayos del Padre Sol y entonces, reasumimos nuestra convicción de
que somos rayos y filamentos de luz e hijos del Padre Sol. Es importante que
en grupo o individualmente apoyemos esta gran ola para hacer que la
transición sea fácil y más alegre.

Nuestras comunidades andinas son ricas en sabiduría, en trabajo


solidario y armónico. En conjunto asignan calidad, belleza y significación
trascendente a todo lo que realizan, por ejemplo, cuando elaboran y
construyen, con sus propias manos, figuritas de arcilla, para restaurar el
equilibrio de energía corporal La esencia de esa práctica en la tradición
andina es la liberación de energías pesadas. Eso es muy importante. A lo
largo de todas estas páginas hemos insistido de manera reiterada en lo crucial
e importante que es liberarse de las energías pesadas porque de lograrlo serán
otros. Grandes, extensos y humanos de gran dimensión. ¿No es bello en este
mundo material ser espíritus ligeros que no temen a la muerte y que se
desplazan haciendo el bien? Esa condición es un don. ¡Qué está al alcance de
nosotros!

La forma en que la Madre Tierra nos ayuda a eliminar energías pesadas


es "comiendo" lo malo que deseamos eliminar, para transformarla en algo
bello. Dijimos que todas las piedras preciosas provienen de procesos de
transformación en el seno de la Madre Tierra; no obstante, la técnica es
secundaria porque la liberación es lo más importante.

Textiles que hablan y emiten energía

Los textiles Incaicos grafican símbolos construidos mediante figuras


coloridas que matizan un lienzo que alcanza dimensiones y combinaciones
muy especiales y únicas. Similares a la construcción de una lingüística textil
de un idioma o escritura que nos transporta a un nivel de intelección de alta,
altísima calidad y de especial y elevada frecuencia sonora. Esto quiere decir
que los textiles andinos no solo expresan una lectura gráfica y textual, sino
que comunican mediante las altas vibraciones y sonidos que emanan de los
tejidos construidos con técnicas inmemoriales, nuevas relaciones y contactos
para tener la fortaleza y convicción de ser personas que practican Munay,
Llankay y Yachay.

Uno de los mensajes que nos trajeron los hermanos del espacio era
recordar que si amamos y vivimos practicando la esencia de servir podremos
expandirnos a través de la geometría sagrada y de los sonidos estelares. Si
admitimos esta revelación comenzaremos a entender que no podemos
percibir esa verdad con la mente racional y, que no es necesario encontrar un
sentido lógico para cada símbolo o pretender darle una interpretación
metódica y seriada a los textos y a la música que emana de los textiles
andinos. Los patrones de frecuencia despiertan algo en nosotros. Para la gente
de Los Andes los textiles son oraciones a la vida. Son también, oraciones al
cosmos.

“Despacho”: mensaje que da y ofrece

"Los Despachos” son ofrendas a la Pacha Mama y a los Apukunas que


les encanta "comer" las ofrendas que en las ceremonias se les alcanza y
entrega con unción y amor. Nosotros en nuestra bondad creemos que
cuidamos de ellos, y que ellos cuidan de nosotros. Eso es Ayni, que es
reciprocidad.

Siempre podremos usar un "Despacho” como portal para enviar


mensajes a la Madre Tierra y a los Apukunas. Con ellos pondremos a flote y
haremos navegar por el firmamento nuestras nobles intenciones de servir y lo
haremos desde el fondo del corazón para crear oportunidades que permitan
que el espíritu de la montaña y de la Madre Tierra venga y lleguen a nosotros.
En ese proceso cada chamán instrumenta y diseña su propia forma de
expresarse y de manejar los rituales dimensionando su particular “toque” para
llamar y conectarse con el espíritu.
No al llamado “Pago a la Tierra”

Hagamos una salvedad. Las ceremonias de entrega y afecto a la Madre


Tierra equivocadamente se las denomina como ”Pago a la Tierra”, lo que es
ofensivo y evidencia que aún tenemos rezagos de la cultura mercantilista que
da algo para recibir un favor o establecer un negocio no exento de ganancias
y de especulación. No hay "Pago a la Tierra”, sino ofrendas meticulosamente
elaboradas y respetuosamente conducidas para alcanzar bienes y dones que se
obtienen, no por la cantidad de productos que se ofrecen, sino por la
verdadera entrega y sinceridad de los sentimientos de cambio y por el real
amor, servicio y sabiduría que despliegan los que efectúan ofrendas a lo largo
de su vida.

Un florilegio de obsequio

Después de esta digresión volvamos al tema. Tratemos de utilizar los


mejores y más hermosos ingredientes en un "Despacho" como bellas y
simétricas hojas de coca, maíz grande o menudo, pero brillante, algodón o
lana que representa a las nubes, quinua, kiwicha, azúcar, anís, dulces con los
colores del arco iris, la melaza de la caña de azúcar, higos secos, galletas,
vino, imanes para llamar el alma, arroz, pétalos de flores de diferentes
colores, semillas oleaginosas, garbanzos, fideos de sopa en forma de letras de
alfabeto, incienso, harina, símbolos de piedras preciosas que representen la
belleza de la naturaleza, frijoles, pasas, como símbolos que la felicidad de las
personas: abundancia y armonía, etc., pero, básicamente entreguémonos en
cuerpo y alma y sinceridad a la ceremonia de ofrenda y contacto.

Hay muchas maneras de armar y conformar un "Despacho",


dependiendo de la finalidad y de los materiales. Luego de la ceremonia, el
"Despacho” se entierra o quema para que se fusione y una
imperecederamente con la Madre Tierra y con el espíritu de los Apus.

Es todo acerca de la conciencia de las conexiones que podemos


establecer ante la multidimensional de la vida apoyándonos en la Madre
Tierra, saliendo de ella y llegando a ella como un eterno mecanismo de
energización que nos retroalimenta.
EJERCICIOS PRÁCTICOS Y
ENTRENAMIENTO
Convicción para la acción

Las prácticas que a continuación explicitamos, sin duda, ayudarán a que las
personas interesadas alcancen niveles elevados y permanentes de conciencia,
manejen con solvencia las situaciones que se les han de presentar mejorando
su desempeño personal y su salud para influir positivamente en el entorno
donde gozan de vida y esparcen bienaventuranza.

Todos esos procedimientos prácticos tendrán la fuerza de recordar y


afirmar la convicción de que quien lo desee puede adquirir la invalorable
condición de Hijo del Sol, siempre y cuando sus prácticas siderales sean
permanentes y sobre todo, los ejercicios que practican los ejecuten con el
propósito de traer más alegría y gratitud a su vida personal y a la vida de la
gente con la que se relacionan e instrumentan formulando convicciones
mutuas, propuestas de sereno y saludable transporte hacia la vida verdadera
que surge de uno en relación con el Padre Sol y va hacia uno y se proyecta en
los demás.

Es importante que las prácticas y ejercicios los desarrollen partiendo de


lo más íntimo del corazón, no por obligación o como resultado de un
monótono y repetido ritual, que es necesario, pero que puede volverse
fatigante cuando pesa más la forma que el fondo. Y el fondo somos nosotros
y nuestras convicciones. Hay que revivir en cada ejercicio. No se trata de
valorar en demasía lo que sucede en el exterior y que observemos y acatemos
una precisa disciplina para que los ejercicios cumplan su cometido. Más
importante es lo que sucede en nuestro interior, lo que como personas
sentimos y pensamos. Más pesa y valora la actitud de la persona y su apertura
de corazón y espíritu que redunda en la óptima conexión alcanzada y vuelta
estable sin mayor inestabilidad.

Que huya la Hucha

Hay que dejar ir a la Hucha, que escape y huya para que desaparezca la
energía pesada que es indeseable y negativa. Admitamos que las prácticas
deben ser continuadas porque muchas de ellas se integran fácilmente a
nuestra vida diaria y con el paso del tiempo se integrarán a nuestro modus
vivendi para que sea saludable y energético.

Para esta ceremonia es recomendable seleccionar un lugar especial y


elegir un tiempo adecuado para aprovechar las energías ambientales y
preparar el escenario invitando a más personas a participar de los ejercicios.
Recordemos que se trata de utilizar y alcanzar conciencia para tener firme
convicción, para ofrecer gratitud y respetar con amor al prójimo y al sumo
Hacedor Cósmico.

Además, se debe oír con nitidez y claridad emocional los latidos de nuestro
corazón y darle continuidad a nuestra emoción e inspiración. Seamos
flexibles y creativos. En lugar de hojas de coca es posible usar como
sucedáneo pétalos de flores o incluso algunas briznas especiales de hierbas
del entorno. La naturaleza es pródiga al respecto.

Instalar lugares de poder

Encuentra, organiza y crea tus propios lugares de poder

Selecciona un lugar preferido o especial que se acomode a la


particularidad de las acciones que vas a realizar, incluso, puede ser un parque
público o un recodo especial aún si es concurrido por la población de una
determinada ciudad. Allí desarrolla la ceremonia personal cuando haya
asiduidad y frecuencia el espacio elegido se convertirá en lugar sagrado de
poder. Recordemos que la Madre Tierra es inmortal y está presente en todas
partes, incluso en las zonas más urbanizadas donde aparentemente la vida
languidece. Ella no nos juzga ni sanciona. Su amor, su aceptación y su apoyo
siempre están para que nosotros. Acudamos a ella con fruición y respeto. Por
ello debemos agradecerla y honrarla en todas partes y en cuanta ocasión
tengamos que hacerlo.

Admitamos finalmente que la luz del Padre Sol tampoco discrimina.


Llega diariamente a todos y nos ilumina aún si no queremos que nos ilumine.
Está presente para todo. Ante ello qué mejor que abrirse de cuerpo y alma y
estar dispuestos para él y para recibir más de él. Con el Padre Sol nos
energizamos y rejuvenecemos a diario en corazón y amor.

El agua purifica

Dejemos de lado las energías pesadas y deshojémonos de las malas


vibraciones. No importa dónde estemos. Podemos, por ejemplo, soplar
nuestra energía pesada al viento, de manera que se trasforme y se sublimice o
desaparezca. Podemos proyectarla soplándola en dirección a la fogata o a la
luz de una vela, para que el calor y el fuego la transformen o volatilicen. Por
supuesto, el agua transporta nuestra energía pesada y la Madre Tierra la
recibe la limpia y purifica. Si no tenemos agua natural cerca, como agua de
arroyo, río o mar, podemos usar la ducha para lavarnos y limpiar nuestra
energía pesada. Incluso en las ciudades más pobladas, se encuentra un parque
o un lugar con verdor para liberar Hucha y no aplastarnos por la energía
pesada que apesadumbra.

No tenemos excusas para no liberarnos y hacerlo con pausa y con


manejo adecuado de la respiración. ¡Ah, finalmente, no olvidemos que
cuando estamos con vida y somos Hijos del Sol, podemos darle más vida a
nuestra vida practicando y ejecutando estos ejercicios!

¿Cómo liberarse?: Técnicas básicas

Primero contemplamos el entorno, nos miramos internamente a nosotros


mismos y reflexionamos sobre la situación. Pedimos los sentimientos que nos
dominan y las emociones que horas antes o desde tiempo atrás guardamos y
queremos que, por un lado, desaparezcan, en especial los malos sentimientos
y permanezcan las buenas sensaciones. Luego ingresamos a nuestra reflexión
evaluándonos. Aceptemos que muy a menudo los sentimientos estándar que
nos agobian son los de temor, ira, resentimiento y vergüenza o sensaciones
desagradables similares. Hay que salir de ellos.

Concentrándonos empezamos a eliminar sentimientos malos y


percibimos por última vez despojándonos de la pesadez emocional y anímica.
Agradecemos la sabiduría y el conocimiento que nos ha traído nuestra nueva
alegría porque sabemos perdonar. Dejamos ir lo malo entregándolo a la
Madre Tierra para que los disuelta y transforme. Botar malos sentimientos
requiere concentración y real propósito de mejora interna.

Apacheta o montículo de piedras

Apacheta significa además de "montículo de piedras", "botar o sacar


fuera, dejar lejos”. Tomamos una piedra o guijarro y con fuerte aliento
soplamos nuestra energía pesada dirigiéndola hacia la piedra que lanzamos
hacia la Apacheta para liberarnos de la energía pesada. Si no es posible lanzar
la piedra que recibió nuestras energías malas la dejamos en una Apacheta,
que como dijimos, es similar a un montículo de piedras.

Si deseamos liberar malos hábitos y no solo malos sentimientos


acudimos a una variante o cambio disponiéndonos a crear un nuevo espacio
para albergar nuevos hábitos que estamos dispuestos a practicar. En el nuevo
espacio nos proponemos solo atesorar y ubicar todo lo que venga del amor,
del Llankay servicial y activo y del Munay inmortal y benefactor. Nada malo
en el nuevo espacio. Debemos renacer liberándonos y abriéndonos a lo nuevo
que aún no conocemos, pero que esperamos será bueno porque nuestros
sentimientos de cambio así lo solicitan. No conocemos ese mundo de nuevos
hábitos y deseos, ni sabemos lo que tendremos por delante, debido a que
propiciamos un cambio con apertura a lo desconocido que pronto
conoceremos y nos liberara del mal.

En Machu Picchu y en otros Templos de Poder andinos se encuentran


muchas pequeñas piedras que fueron vehículos que transportaron las Hucha
de la gente y que ahora yacen libres limpiadas por la Pacha Mama. Las
piedras arribaron por la mano y voluntad de diversas personas y de diferentes
lugares de las cuatro direcciones del Tahuantinsuyo. La gente las deja antes
de entrar a la ciudad para purificarse.
Conexión de Girasol

Este ejercicio compromete los músculos del cuello y es bueno para que
desarrollemos con mayor ahínco nuestra paciencia. El cuello es sede del valor
de la paciencia y de la voluntad de afirmar la paz.

Al empezar nos relajarnos y quedamos de pie si es posible sin zapatos.


Cerramos los ojos, respiramos profundamente y nos relajarnos. Movemos
nuestra Cabeza hacia el lado izquierdo, inhalamos por la nariz, movemos la
cabeza hacia el frente y de allí hacia la derecha, mantenemos la respiración,
movemos la cabeza a lo largo de la espalda y exhalamos mientras de nuevo
giramos hacia la izquierda. Repetimos el movimiento con calma y
detenimiento. Lo hacemos un par de veces, siempre con respiración profunda.

El objetivo del ejercicio es purificarnos y empezar a acumular paciencia


y paz, tranquilidad y dominio de nuestro cuerpo en función a nuestro
corazón.

Nutrición Solar

Dirigimos nuestra mirada y nuestro cuerpo hacia el punto Este. No hay


que mirar directamente al Padre Sol durante el día, cuando aún no tenemos
práctica. Sólo podemos mirarlo de frente al inicio de su salida para coger su
primer destello, su primer rayo y energizarnos alimentando el alma.

También podemos observar al sol directamente sin peligro en la puesta


del sol con gratitud sabiendo que los últimos destellos, se quedan en nuestro
corazón.
Cuando el Padre Sol está más alto, sólo lo miramos brevemente,
cerramos los ojos y lo visualizamos en nuestro corazón. Es muy brillante,
brillantísimo dentro de nosotros.

Recordemos que desde el Sol Interior podemos ir a las células de nuestro


cuerpo físico. Si no sentimos dolor o cualquier cosa en el cuerpo físico, es
posible que deseemos quedarnos más tiempo allí, con esta luz interior.
Cuando hemos terminado llevamos nuestra mano derecha al corazón y
la mano izquierda al Plexo Solar y nos saludamos el uno al otro como luz, ya
que somos destellos y filamentos de luz que reconocemos y valoramos en
todos y en cada uno. No vemos el pasado, solo la luz.

Cuando efectuamos esta práctica con nuestros acompañantes del grupo o


en pareja, aceptemos el valor de nuestra conciencia para dimensionar el amor
y aceptarlo como única expresión valedera de la verdadera existencia. El
amor es único, ni más ni menos. Es luz, nuestra autenticidad es una
contribución muy importante a la evolución de la vida para lograr armonía,
alcanzar belleza interna.

Cuando existe armonía, siempre hay paz porque el amor está allí.
Nosotros no tenemos que luchar por la paz, está ya, en nosotros como un bien
natural. También nos alimentamos con la luz a través de mirar al fuego.

Activación de los cristales etéreos en las palmas de las


manos

Todos los días hay regalos que los espíritus nos alcanzan y que los
maestros nos hacen disfrutar mediante la intervención de los Chakarunas que
ponen en evidencia valores que en muchos casos no percibimos. Sólo
debemos abrir la puerta o las varias puertas, y dar la bienvenida a todo lo que
provenga del amor, del servicio y de la sabiduría. Ya estamos gozando de una
gratificante realidad, ya conocemos a la divinidad cósmica.

Con Ayni que es el bello nombre andino de la reciprocidad


desinteresada y solidaria, usamos las manos para tomar y para dar, para
permitir el crecimiento del flujo y para continuar en él, siempre podemos usar
las flores más bellas para honrar a la Madre Tierra y enviar nuestro mensaje.

Con los ojos cerrados y el pensamiento libre transmitimos esperanza y


agradecimiento por lo que deseamos liberar. Muchas veces nos enfrascamos
en discusiones internas y nos peleamos ante la persistencia de recuerdos de
malas pasiones que se resisten a ser eliminadas y son obstáculo para
liberarnos. Se trata de no tolerar las sombras de nuestro pasado y poco a poco
vencerlas. Es interesante que como resultado sintamos que el amor junto a la
energía efectivamente transforman las malas vibraciones y las ondas
negativas se eliminan y nos llega paciencia y paz liberadora.

Usando el Kintu y con apoyo de nuestro aliento y fuerza liberaremos lo


malo que queremos. A continuación se lo ofrecemos a la Madre Tierra para
ser trasformados. Nos rendimos al amor, y recordamos que estamos de
acuerdo en amarnos a nosotros mismos. Recalco que no es fácil amarse a sí
mismo, sobre todo si no tenemos práctica. Podemos estar orgullosos de
nosotros, pero para que ese sentimiento se fortalezca es necesario empezar a
fortalecer el amor a nosotros, que no es amor egoísta y no admite soberbia.
Empecemos por amarnos siendo agradecidos por nuestra vida, por nuestro
cuerpo, por todos los obsequios que nos alcanzaron la Madre Tierra, el Padre
Sol, el Padre Cósmico y la Madre Cósmica. A veces es más fácil alcanzar ese
sentimiento de ser uno que se ama recordando al pequeño niño que tenemos
en nuestro interior. Cuando podemos abrazar a ese niño, es más fácil
experimentar el amor. Cada quien es único, pero tenemos muchas
oportunidades y lugares, donde podemos elegir qué acuerdos tomar.

Abrir la fuente inagotable del amor y amarnos a nosotros es una de las


experiencias más importantes y gratificantes, porque por paradójico que
parezca, amarse a uno mismo en este proceso demanda ser bondadoso y
deseoso de servir al prójimo.

Trayendo luz al corazón

Y ya eres luz. Eres la luz. Abre los brazos y las manos y tómalas,
enlázalas y entrelázalas. Toca tu corazón con las manos y lleva más luz a tu
interior que ya es luz. Es allí donde se reúnen el Padre y la Madre. Ese es el
sitio, dentro de cada uno que nunca fue herido, que permite encontrarse a uno
mismo y consigo mismo. Ahí está el quién es quién. Qué eres tú, la luz, el
amor, la vida, el brillo en el día. Trae luz a tu corazón y toma conciencia de
como miras el exterior.

Trayendo luz a todos los chakras y a todo nivel

Empezamos este ejercicio permaneciendo de pie cómodamente y nos


conectamos con el Padre Sol. Luego, ponemos nuestros pulgares y los dedos
índices juntos para al acercar las manos crear un triángulo. Traemos el
triángulo a la corona y conscientemente recibimos la luz del Padre Sol con
gratitud, amor, servicio y sabiduría.

Seguimos haciendo esto con todos los chakras, con el tercer ojo, con la
garganta y con el corazón. Para el Plexo Solar, así como para el segundo y
primer chakra. La punta de nuestro triangulo debe apuntar a la Madre Tierra.

Para completar el ejercicio respiramos nuestro propósito, lo recreamos


con conciencia hacia la espiral cósmica.

Rindiéndose a la luz

Utilizamos hojas de coca o pétalos de flores como ofrenda. Luego


ubicamos un lugar en la naturaleza para acostarnos y reclinarnos y
entregamos a la luz. Ponemos nuestra espalda y la columna vertebral en el
suelo o en una piedra. Ofrecemos nuestro saludo al Padre Sol, a la montaña,
al mar o a un prado, a la Madre Tierra, precisando dentro de las hojas de coca
o pétalos de flores nuestro agradecimiento por el día y nos liberamos.

El Padre Sol se conecta con el Sol Interior. Ante ese acontecimiento


como encuentro cósmico, como rendez vous debemos quedarnos quietos y
silenciosos y muy tranquilos relajando todos los músculos, todo el cuerpo.
Nos rendimos a la placidez del encuentro y nos dejamos llevar por ese calor y
energía interna que nos invade. Mediante la Conexión con el Padre Sol
recibimos energía y filamentos de luz a través del Sol Interior y allí surge una
eclosión, una explosión vivificante y vivificadora gozamos de la conexión
con el Sol detrás de Sol. Y todas las células de nuestro cuerpo son luz. Y
respiramos luz y exhalamos luz, con amor y sin temor.
Metamorfosis Cutimbo - Puno
Liberando ataduras

Los lnkas construyeron las llamadas Chullpas como monumentos que se


proyectan hacia el cosmos y aspiran a elevarse hacia el cielo y que se pueden
interpretar como recintos de viaje. No fueron concebidos como túmulos para
albergar cuerpos muertos, sino que fueron concebidos como naves y lugares
aptos para la iniciación estelar como vehículos de viaje para el permanente
proceso de liberación y del gozo de la iluminación sin fin. Fueron,
posteriormente al periodo lnka y en tiempo de la llegada de los hispanos que
se consideraron como tumbas de acuerdo a la concepción naturalista y no
trascendente de la cultura judeo cristiana; no obstante y en muchos casos por
los baqueanos y lugareños hasta hoy son considerados lugares para el
renacimiento. En las explanadas donde se ubican las Chullpas en
conglomerados especiales arriban los OVNIS que usan esas plataformas
como espacios de conexión con la Pacha Mama, relación y experiencia que
precisamos en nuestro libro "Andean Awakening" o "Despertar Andino".

Para el espíritu trascendente una de las iniciaciones más importantes


para nosotros es liberar el miedo a la muerte. Al eliminar y vencer el miedo a
la muerte liberamos toda clase de temores. Es como la muerte del mal ego y
el resurgimiento del "yo” que se magnifica porque al ser uno e indivisible,
poderoso y efectivo, es, también, amor y servicio con sabiduría. Es
interesante practicar e ingresar a la Chullpa para experimentar el mundo
interior, sin embargo si no hay a la mano esa posibilidad se puede emplear
cualquier espacio cerrado y sin luz directa para liberar las ataduras.

Cuando la persona ingresa a la Chullpa y se ubica en el recinto oscuro y


cerrado sugerimos que organice su propio funeral, para que se despoje de las
angurrias materiales y defina qué hacer con sus pertenencias, sus tesoros, su
apartamento y sus propiedades. No es necesario sentir que uno se muere, sino
que este es un ejercicio que enseña a anticipar bienes y legarlos. Evalúe a
quiénes quiere invitar a la ceremonia y qué tipo de música desea que toquen.
Se trata de la experiencia de la sensación de liberar todas las ataduras.

Y, al salir de nuevo, verá todo de manera diferente. Esto es similar a


entrar y reingresar al vientre de la madre.
Volando sobre la historia

Finalmente encuentra un lugar quieto y tranquilo, y acomódate a él. Es


posible que desees cerrar tus ojos físicos para que tu imaginación y tu mente
ya libres de ataduras se centren y alcancen a visionar tu espacio interno.

Imagina que eres un Cóndor, esa majestuosa ave de los Andes que vuela
tan alto en el cielo. Ya eres Cóndor y miras a través de los ojos del Cóndor.
Vuelas más y más alto. Y entonces recuperas visiones de ayer y descubres
visiones del mañana y la historia de toda tu vida se
acerca a ti en la línea del tiempo que se vuelve un punto. En ese viaje
sideral obtienes las imágenes y el mapa más grande de las experiencias y
situaciones que has vivido. Al igual que el Cóndor, solo observa y estudia las
situaciones. Si es necesario asciende todavía más arriba para obtener una
mejor y más completa imagen.

Con el conocimiento de la perspectiva más amplia y la sabiduría del


Mundo de Arriba se percibe, se nota y se palpa que todo es perfecto. Es
necesario tomar conciencia de esta perfección y volver a ella con gratitud.

Haz llegado a un mundo de autocontrol y de perfección porque Munay,


Llankay y Yachay son parte indisoluble de ti. Ya estas gozando de la vida
plena. La luz y la plenitud están en ti.
AGRADECIMIENTO

Al Padre divino a la Madre divina


por la vida. Mi reconocimiento a las personas que han aportado con su
energía e inspiración que son mi familia. Dionny, Claudia, Juan
Rodrigo y Amara.

Así como a Mary Ann y Theron Male, Margarete Scheipner, y Yolanda


Quispe
por su gran apoyo.

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