Este documento presenta el fundamento bíblico de la salvación por la sola gracia y la sola fe en Jesucristo. Explica que el hombre no puede salvarse por sus propias obras, sino que la justicia solo se alcanza a través de la fe en Cristo. También destaca que la gracia de Dios es un regalo gratuito, y que Jesús es el autor y consumador de la fe. Finalmente, señala que el bautismo es una evidencia externa de la fe interior obrada por el Espíritu Santo.
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Este documento presenta el fundamento bíblico de la salvación por la sola gracia y la sola fe en Jesucristo. Explica que el hombre no puede salvarse por sus propias obras, sino que la justicia solo se alcanza a través de la fe en Cristo. También destaca que la gracia de Dios es un regalo gratuito, y que Jesús es el autor y consumador de la fe. Finalmente, señala que el bautismo es una evidencia externa de la fe interior obrada por el Espíritu Santo.
Este documento presenta el fundamento bíblico de la salvación por la sola gracia y la sola fe en Jesucristo. Explica que el hombre no puede salvarse por sus propias obras, sino que la justicia solo se alcanza a través de la fe en Cristo. También destaca que la gracia de Dios es un regalo gratuito, y que Jesús es el autor y consumador de la fe. Finalmente, señala que el bautismo es una evidencia externa de la fe interior obrada por el Espíritu Santo.
Este documento presenta el fundamento bíblico de la salvación por la sola gracia y la sola fe en Jesucristo. Explica que el hombre no puede salvarse por sus propias obras, sino que la justicia solo se alcanza a través de la fe en Cristo. También destaca que la gracia de Dios es un regalo gratuito, y que Jesús es el autor y consumador de la fe. Finalmente, señala que el bautismo es una evidencia externa de la fe interior obrada por el Espíritu Santo.
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SERMON 3: EL FUNDAMENTO DE LA GRACIA Texto Base: Romanos 1:16-17
Propósito de la Lección: Que el estudiante conozca el fundamento, carácter y proceso de
la salvación por la sola gracia y sola fe. INTRODUCCIÓN: Al introducirnos en el pasaje base de este sermón, es preciso hacer comentario sobre la necesidad de Pablo, según la mayoría de comentaristas bíblicos, de presentar con claridad a la iglesia en Roma este fundamento de salvación únicamente en Jesucristo. Pues por la discusión acalorada que había entre gentiles y judíos, se concluía por los escépticos de la fe en Jesucristo, hacer obras para salvación en la Ley y perder como centro, rescate y Salvador a Jesús. Por lo tanto, es necesario analizar este tema partiendo de las mismas necesidades que llevaron a Pablo a esta tarea pastoral de clarificar el evangelio, que, dicho sea de paso, han tratado de corromper hoy mismo algunos liderazgos y movimientos repletos de falsos maestros, influenciados por las corrientes ideológicas del mundo, los cuales pretenden salvar a la humanidad con ofertas religiosas nacidas de sus propias debilidades pecaminosas. Así pues, aclararemos el fundamento y proceso de salvación únicamente proporcionado y cumplido por medio de Jesucristo, para ser conscientes de la obra que Él está haciendo en nosotros, por medio del verdadero evangelio y la doctrina de salvación que ha revelado. I. JUSTICIA PARA SALVACIÓN EN EL EVANGELIO DE JESUCRISTO (Romanos 3:20-24) A. El hombre es destituido por intentar ser justo y comprar la vida eterna sin Dios (v.20). El apóstol en el capítulo 3:10, afirmaría con extrema razón que: No hay justo, ni aun uno. Sus palabras tienen el peso histórico de la humanidad intentando ganarse su salvación, llenándose de cualidades culturales de virtud, volviéndose modelos de justicia humana, más a la hora de presentarse frente al pecado, ni uno solo ha salido a podido superar la prueba por sus propias fuerzas. La Biblia misma no omite las faltas de los hombres más justos que podían recopilarse dentro de los datos históricos de Israel: David falló con Betsabé, Jacob mintió, Moisés se enfureció, los apóstoles, cada cual tuvo su falta y algunos se inclinaban a querer seguir la Ley, donde creían encontrar la revelación cumbre de la justicia y moral para el hombre. Sin embargo, Jesucristo revelaría que el hombre por sus propios esfuerzos jamás podría ser libre de la mancha, la culpa y la esclavitud del pecado que lo separa eternamente de Dios. Es por eso que en el v. 23, Pablo diría: por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Usando elocuentemente la palabra “destituidos”, que en su original griego su significado es “inferior” e “insuficiente”. B. Jesucristo es el único justo y por lo tanto Él que justifica. El apóstol sustentaría la salvación en Jesucristo, afirmando que esta se debe a la justicia revelada en Él y regalada por Él mismo a los creyentes. Es decir, lo que la justicia de la Ley nunca pudo lograr, Jesucristo lo reveló y lo hizo realidad en sus seguidores por la fe. Podemos completar una frase de Romanos 3 parafraseándolo de la siguiente manera: por tanto, todos pecaron son destituidos de la gloria de Dios, pero, por tanto, Jesucristo no pecó y fue justo, el que cree en Él, es instituido justo, acepto delante de Dios y glorificado por Él. Así pues, con esta frase basada en las escrituras, podemos resumir el proceso salvífico del Señor al hombre. La justicia de Dios no fue la que por años el hombre intentó alcanzar por sus propios esfuerzos y virtudes por medio de la ley, por eso fariseos y escribas estaban en su contra. Cristo vino a establecer una justicia fundamentada realmente en el carácter de Dios, no según virtudes humanas que se subordinan a nuestros placeres y se rinden ante el pecado; fue, es y será conforme a la imagen divina, pura y santa de Dios manifestada en Jesucristo y donada por la fe a todos los hombres que se entregan a él. C. El evangelio se fundamenta en la justicia de Dios manifestada en Jesucristo. Retomando la oración inicial del texto base: Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Nuestra tarea evangélica es demostrar el poder del evangelio para salvación, porque lo tiene en Jesucristo, no nos cabe la menor duda. II. POR LA SOLA GRACIA (Romanos 6:4-8) A. El Señor justifica gratuitamente En el v. 24 la palabra menciona que somos justificados gratuitamente por su gracia, esta afirmación contiene un enorme énfasis de favor y misericordia de parte de Dios. Ser justificados no es por mérito de nosotros, sino por el de Jesucristo. Es decir, la justificación, el perdón de los pecados es un don, un regalo gratuito que nos es dado sólo en Cristo, él por su gracia aplica a nuestro favor su propia justicia por medio de la fe, haciéndonos libres de condenación y capacitándonos para ser justos, es decir, libres y capaces de vivir una vida de santidad habilitados por el poder transformador de su gracia para una vida nueva. Cristo hace que por su gracia salvífica pasemos de una justicia recibida, a una que nos hace vivir una vida nueva. En virtud de ello, la gracia de Jesucristo propicia una salvación y justicia tangible, la cual se mira en los hechos en una vida transformada a imagen de Cristo. III. CRISTO FUNDAMENTO DE LA FE (hebreos 12:1-2) A. Él es el Autor y Consumador. La vivencia del poder del evangelio en nuestras vidas porla fe, no podría ser sin un autor que así lo manifestara. En Cristo, es constituida la autoría de la fe. La palabra autor del original griego: arquegos, significa que Cristo es la fuente de quien procede la fe y además es caudillo, líder y director de ella. Además, consumador, significaría el que completa o perfecciona. Así como lo demostraría en su propia persona, esto da paso a interpretar la obra de su fe que se confirma y Él mismo perfecciona en nosotros, por su propio Espíritu Santo (Jn. 14:19-21). Él es el autor y consumador de la fe en nuestras vidas para salvación. B. El bautismo se fundamenta en Jesucristo como un acto generado por el don de la fe en nuestras vidas. Con la expresión “la salvación por la sola fe”, no nos referimos a la fe del hombre que surge de la habilidad pensante natural, con la que autónomamente determina si cree o no en Dios, en ese caso, la fe de la persona no salva; el Señor es el que salva, el hombre natural no tiene la fe de Jesús. Y es por obra interna del Espíritu Santo, que la fe de Él se nos es dada y permite creer, arrepentirse y decidir seguirle. Como acabamos de observar, todo inicia por la gracia y la fe que planta en el corazón; pero el acto de fe, donde se da testimonio público del fruto de esa gracia para salvación en el hombre, es el bautismo en el nombre de Jesucristo, acompañado del arrepentimiento que trae vida nueva, y sigue siendo parte de la misma obra que Cristo hace para cumplir toda justicia. A manera de referencia sobre esto, Pablo diría lo siguiente: ((Ro. 6:1-5). Estas palabras claras del apóstol permiten disipar las siguientes dudas: El bautismo no es un rito de integración social a una denominación, ni mucho menos, sino que es parte del proceso de la salvación, un acto de fe y de compromiso de vida nueva generado por el Espíritu Santo. Es indiscutiblemente la evidencia externa de la fe que el Señor obra internamente (Jn. 3:5- 6). Al bautizarnos, nos hemos identificado con su muerte y resurrección, hemos declarado en un clímax de fe que solo en Cristo hay salvación, y no en nuestras obras, ni en ninguna otra cosa creada; sólo en Jesucristo. CONCLUSIÓN: En la carta universal a los hebreos 12:2, el autor pide encarecidamente que pongamos nuestros ojos en Jesús, que nuestra mirada debe disciplinadamente colocarse en Él. Así, pues, fe, arrepentimiento, invocación del nombre de Jesucristo, perdón de pecados, santidad, perseverancia, victoria contra las aflicciones y las pruebas, vida eterna, todo proviene de Jesucristo. Todo es resultado de la fe de Jesucristo que trae como fruto nuestra fe y todos los frutos de justificación, santificación, perseverancia y glorificación final para vida eterna.