Los Asesinos de Cristo
Los Asesinos de Cristo
Los Asesinos de Cristo
Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, traicionó personalmente a Jesús por treinta monedas
de plata (Mateo 26:15).
Los líderes religiosos judíos tomaron la iniciativa de un complot para matar a Jesús. Además de
ponerse de acuerdo con Judas para arrestar a Jesús, trabajaron juntos para formular un plan para
su muerte. Mateo 26:3-4 revela, “Se reunieron entonces los jefes de los sacerdotes y los ancianos
del pueblo en el palacio de Caifás, el sumo sacerdote, y con artimañas buscaban cómo arrestar a
Jesús para matarlo.”
Más allá de los líderes judíos, el pueblo judío en Israel también estaba involucrado en condenar a
muerte a Jesús. Cuando se le ofreció la liberación de Jesús, en su lugar solicitaron la liberación de
un preso llamado Barrabás (Mateo 27:21). Cuando Pilato les preguntó qué hacer con Jesús,
gritaron: "¡Crucifícalo!" (Lucas 23:21).
Los líderes romanos y soldados militares participaron personalmente en la muerte de Jesús. Entre
ellos fueron los que le azotaron, autorizaron su muerte, lo clavaron en la cruz (Mateo 27:27-37), le
abrieron el costado con una lanza (Mateo 27:27-35), y guardaban Su cuerpo mientras Él murió en
la cruz . Tanto Pilato, el líder romano de la provincia, como muchos soldados romanos estuvieron
personalmente involucrados en la muerte de Jesús.
A lo largo de la historia, han habido algunos que han tratado de echarle la culpa por la muerte de
Jesús a un grupo u otro. Sin embargo, la Biblia deja en claro que muchos estuvieron involucrados
en la muerte de Cristo, tanto judíos como gentiles (no judíos). Además, la razón por la que Jesús
murió voluntariamente se debía a los pecados de todas las personas (2 Corintios 5:21). En efecto,
todos somos responsables de su muerte.
José ben Caifás
o Yosef Bar Kayafa (en hebreo y arameo: יוסף בַּ ר ַּקיָּפָּ אIosef ben Cayafás) fue un Sumo Sacerdote
judío, de la secta de los saduceos, que vivió durante el reinado del emperador César Augusto.[cita
requerida] Según las Escrituras canónicas cristianas, fue uno de los líderes de la conspiración que
logró la condena a muerte de Jesús de Nazaret.
Después de la crucifixión
Después de la crucifixión de Jesús, Caifás continuó persiguiendo a los primeros cristianos hasta su
cese como máxima autoridad religiosa en el año 36. En una ocasión llevó a los apóstoles ante los
líderes religiosos para advertirles de la prohibición de diseminar las enseñanzas de Jesucristo.
Aunque la Biblia no dice nada más de él, se cree que Caifás murió asesinado, en la toma de
Jerusalén por los romanos
Caifás aparece en la “Divina Comedia” de Dante. Por su rol decisivo en la muerte de Cristo, el
poeta italiano condenó al Sumo Sacerdote a permanecer crucificado en el suelo por toda la
eternidad en la fosa infernal destinado a los hipócritas.
Herodes Antipas
Herodes, más conocido como Herodes Antipas o Herodes el Tetrarca (Judea, 20 a. C. - Lugdunum
Convenarum, 39) fue tetrarca de Perea y Galilea desde 4 a. C. hasta su muerte. Es célebre merced
a los extractos del Nuevo Testamento que relatan su participación en los acontecimientos que
desembocarían en las muertes de Juan Bautista y Jesús de Nazaret.
Su vida sentimental le trajo muchos problemas. Estando casado con la hija del rey árabe Aretas IV,
decidió dejar a su esposa para contraer matrimonio con su sobrina Herodías, quien a su vez
también estaba casada con otro tío suyo. El antiguo suegro, enfurecido, le declaró la guerra a su ex
yerno y lo derrotó en el campo de la batalla. Solo la intervención de Roma evitó que aquello
derivara en una auténtica catástrofe.
En el año 39 después de Cristo Antipas, quien nunca se resignó a ser un simple tetrarca, partió a
Roma a solicitarle el título de rey al entonces emperador, Calígula. Éste último, haciéndose eco de
ciertas acusaciones tendenciosas contra Antipas, no solo le negó su solicitud, sino que le quitó su
tetrarquía y lo desterró. A Calígula le irritó la ambiciosa solicitud de Antipas, y haciendo caso de las
acusaciones de Agripa, lo desterró a la Galia (a la ciudad de Lyon, Francia). Antipas finalmente
murió en España Su esposa Herodías lo acompañó voluntariamente en su destierro.
Poncio Pilato
a —también conocido en español como Poncio Pilatos— fue un miembro del orden ecuestre y
quinto prefecto de la provincia romana de Judea, entre los años 26 y 36. Los evangelios canónicos
lo presentan como responsable ejecutivo del suplicio y crucifixión de Jesús de Nazaret, siendo este
uno de los pocos episodios en los que se menciona a este personaje conocido también por autores
judíos (Filón, Flavio Josefo), romanos (Tácito) y un testimonio arqueológico epigráfico.
Durante su gobierno, Pilato protagonizó diversos incidentes que ofendieron a sus súbditos judíos.
En una ocasión entró en Jerusalén portando estandartes con la efigie del emperador, violando la
prohibición judía de usar imágenes en la Ciudad Santa. Solo la firme voluntad de los judíos de
dejarse matar por sus principios obligó a Pilato a revertir la decisión. Tiempo después, el
gobernador se apoderó de una parte del tesoro del Templo para construir un acueducto. En esta
ocasión, Pilato infiltró soldados disfrazados entre la gente que protestaba por la medida y ordenó
una violenta represión.
La gota que derramó el vaso ocurrió cuando Pilato hizo que sus tropas masacraran a una
muchedumbre que seguía a un seudoprofeta samaritano. Como consecuencia, el gobernador fue
llamado a Roma para que respondiera por su acción.
Poncio Pilato fue relevado del mando de Judea en el año 36, después de reprimir fuertemente una
revuelta de los samaritanos, durante la cual crucificó a varios alborotadores, donde según varios
historiadores mencionan que se suicidó.
Judas Iscariote
Judas Iscariote (en griego: Ὶούδας Ὶσκαριώτης, del hebreo [ יהודה איש־קריותYəhûḏāh
ʾΚqərayyôṯ]); Keriot, ¿? – Jerusalén, 27-33 d. C) fue uno de los apóstoles de Jesús de Nazaret.
Siguió a su maestro durante su predicación por Judea y Galilea y, según los evangelios canónicos,
fue el apóstol traidor que reveló a los miembros del Sanedrín el lugar donde podían capturar a su
Maestro sin que sus seguidores interfiriesen, tal como había anunciado el propio Jesús durante la
Última Cena (Mateo 26:14-75 y Lucas 22:20)
Judas fue uno de los apóstoles de Jesús, no se menciona sobre su llamada ni cuándo se unió a los
apóstoles, pero el Evangelio de Juan pone un antecedente importante de la felonía de Judas, ya
que él era el tesorero y, según ese evangelio, Judas se apropiaba del oro destinado a los pobres
(Juan 12:6).
Al poco tiempo, Judas se arrepintió de sus actos, intentó devolver las monedas a los sacerdotes
que se las habían dado, y al no aceptarlas estos, las arrojó en el templo. Luego, desesperado ante
la magnitud de su delación, se suicidó ahorcándose (Mateo 27:5) en un árbol (abril de 29–33).
Ampliando más el relato de como murió, Judas compró un campo con el dinero que obtuvo gracias
a su traición, pero «cayendo de cabeza, se reventó por en medio, y todas sus entrañas se
derramaron» (Hechos 1:18), por lo que «aquel campo fue llamado en su lengua Aceldama, que
quiere decir «Campo de Sangre» (Hechos 1:19).
En su “Divina Comedia”, Dante Alighieri destina el rincón más profundo del infierno a los traidores.
Allí, un monstruoso Lucifer devora a los mayores felones de la historia en cada uno de sus tres
rostros. En los dos laterales purgan pena eterna Bruto y Casio, los asesinos de Julio César. Y en la
cara del centro, el príncipe de los demonios mastica sin descanso a Judas Iscariote.