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Manual Poltica Criminal

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Escalas de política criminal: Una introducción a través de la lectura crítica

Book · December 2015

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Gema Varona
Basque Institute of Criminology, University of the Basque Country, Donostia / San Sebastián, Spain
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ESCALAS DE
POLÍTICA
CRIMINAL: UNA
INTRODUCCIÓN
A TRAVÉS DE
LA LECTURA
CRÍTICA
GEMA VARONA MARTÍNEZ

Esta obra está bajo una licencia Reconocimiento-No comercial-


Compartir bajo la misma licencia 3.0 Internacional de Creative
Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite:
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/es/.
ISBN/ISSN: 978-84-9082-226-5
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

GUÍA DOCENTE DEL CURSO

1. OBJETIVOS

Como se apunta en su título, el objetivo fundamental del presente curso es introducir al


lector en algunas dimensiones de la subdisciplina criminológica de la política criminal.
Se facilitan instrumentos que posibiliten una mirada crítica para clarificar, cuestionar y
profundizar en los diferentes conceptos clave de cada lección, ampliando los
interrogantes –siempre inacabados-. Al concebirse como una introducción, en caso de
interés, el curso incluye una bibliografía de ampliación.

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

2. COMPETENCIAS

Con el fin de lograr ese objetivo, el aprendizaje ofrecido a través de este texto persigue
obtener las siguientes cinco competencias:

1) Comprender el valor de la política criminal dentro de las ciencias penales.

2) Analizar y manejar adecuadamente sus conceptos clave para evaluar las diferentes
posibilidades de diseño y ejecución de políticas criminales en diversas áreas.

3) Utilizar de forma adecuada recursos bibliográficos que permitan guiarse en estudios


más profundos.

4) Plantear hipótesis que inciten a futuras investigaciones.

5) Elaborar documentos o presentaciones propias en el campo de la política criminal.

3
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

3. PRERREQUISITOS

Este curso está destinado para estudiantes del grado de Criminología, fundamentalmente
a partir del segundo curso inclusive, si bien también puede servir de material de
aprendizaje para estudiantes de Sociología, Derecho, Trabajo Social, Ciencias Políticas,
Ciencias de la Comunicación u otras disciplinas desde las que se aborden temas comunes
o relacionados. Además, su carácter didáctico permite su utilización por profesionales
cuyo trabajo tenga que ver con el diseño, ejecución y/o evaluación de políticas penales
y/o victimales.

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

4. DESCRIPCIÓN

La política criminal puede definirse como la parte de la política que responde a los
procesos de delincuencia, victimización y control social. Podemos concluir que el objeto
fundamental de estudio de la política criminal son las opciones de control social en un
lugar y momento dados. En la Introducción se plantea la relación entre la política
criminal, victimal, policial, judicial, penitenciaria, educativa, sanitaria, social,
económica, etc.

Aunque la competencia para legislar en materia penal corresponde al Estado, en una


concepción amplia de control social, veremos cómo influyen diferentes agentes sociales
(también locales, regionales, supranacionales e internacionales) en la demanda, diseño,
aplicación y evaluación de las diversas políticas criminales, en diferentes países y
tiempos. Después nos centraremos en cinco posibles dimensiones de la política criminal,
concretando aspectos relativos:

a) a algunas tipologías delictivas (en relación con las drogas, la delincuencia de cuello
blanco, el terrorismo, la violencia de género, de carácter sexual y las infracciones contra
la propiedad),

b) a algunos perfiles sociodemográficos de los infractores y/o víctimas (condición


migratoria o étnica y minoría de edad),

c) a la perspectiva territorial (local y global),

d) a la perspectiva tecnológica (captación digital de datos con diferentes usos de control


social)

e) y a la evolución en el recurso a diferentes tipos de sanciones.

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

5. PROGRAMA

I. INTRODUCCIÓN

1. ¿Qué es la política criminal y cuál es su relación con el control social?

2. Formas y estilos de control social que condicionan la extensión y las propias opciones
de política criminal

3. ¿Qué agentes crean e influyen en los diferentes estilos de política criminal? ¿Qué papel
juegan los criminólogos? Culturas profesionales: el reto de la colaboración

4. Principios teóricos de una política criminal respetuosa con los derechos humanos

5. ¿Cuáles han sido las consecuencias de determinadas políticas criminales? ¿Cómo han
sido evaluadas las políticas y cuál es la tendencia actual?

6. Conceptos clave de la lección

II. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (1): POLÍTICA CRIMINAL Y


DELINCUENCIA DE CUELLO BLANCO

1. Sobre el concepto de delincuencia de cuello blanco

2. La invisibilidad de la delincuencia de cuello blanco

3. El contexto de los delitos de cuello blanco

4. Entidad del daño

5. Realidad estadística internacional, comparada e interna

6. Algunos resultados de investigaciones empíricas sobre la validez de las teorías


aplicadas a las políticas preventivas

7. Conceptos clave de la lección

III. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (2): POLÍTICA CRIMINAL Y


TERRORISMO

2. Fuentes de conocimiento

3. Teorías explicativas y normativas

4. Prevención

5. Consideraciones finales en torno a las políticas antiterroristas de restricción de los


derechos fundamentales

6. Conceptos clave de la lección


6
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

IV. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (3): POLÍTICA CRIMINAL Y


VIOLENCIA DE GÉNERO

1. Evolución en el control jurídico-penal de la violencia contra las mujeres,


particularmente la violencia familiar

2. Estadísticas, encuestas y estudios empíricos orientadores de la política criminal en


violencia de género

3. Teorías sobre la violencia contra las mujeres que puedan orientar la política criminal

4. La condición migratoria, particularmente en violencia de género

3. Conceptos clave de la lección

V. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (4): POLÍTICA CRIMINAL E


INFRACCIONES CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL

1. Violencia sexual: imaginario y realidad

2. La respuesta penal

2. Alternativas a las políticas criminales puramente represivas: perspectivas victimales y


los círculos de apoyo y responsabilidad (circles of support and accountability, CoSA)

4. Conceptos clave de la lección

VI. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (5): POLÍTICA CRIMINAL E


INFRACCIONES CONVENCIONALES CONTRA LA PROPIEDAD AL HILO DE LA
TEORÍA DE LAS VENTANAS ROTAS

1. ¿Un Derecho penal que criminaliza la exclusión social?

2. La teoría de las ventanas rotas en relación con las últimas tendencias del Código penal
en materia de delitos contra la propiedad de escasa gravedad
3. La reforma de la Ley Orgánica 1/2015 del Código penal
4. Conceptos clave de la lección

VII. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (6): POLÍTICA CRIMINAL Y


POLÍTICA EN MATERIA DE DROGAS

1. La relación entre delincuencia y drogas desde un punto de vista criminológico

2. De la lucha contra las drogas a las políticas de reducción de daños

3. Aspectos destacados de la reforma de la LO 1/2015 de la Ley Orgánica del Código penal

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

4. Conceptos clave de la lección

VIII. LA PERSPECTIVA DEL SUJETO (PRESUNTO AUTOR/VÍCTIMA) (1): POLÍTICA


CRIMINAL, POLÍTICA MIGRATORIA Y DISCRIMINACIÓN

1. Introducción

2. El multiculturalismo como hecho y debate político

3. Las agencias de control formal en el sistema penal y la imposible tarea de medir el


delito

4. Teorías criminológicas que explican la relación entre los delitos y las migraciones

5. Estudio de un caso ¿del pasado?: las oportunidades de la interculturalidad en la


definición de la identidad

6. Epílogo

7. Conceptos clave de la lección

IX. LA PERSPECTIVA DEL SUJETO (PRESUNTO AUTOR/VÍCTIMA) (2): POLÍTICA


CRIMINAL Y MENORES

1. El concepto de delincuencia juvenil y la exigencia de una política criminal diferente

2. Evolución de la delincuencia juvenil en volumen, estructura y factores explicativos

3. Políticas de prevención e investigación científica

4. Justicia restaurativa en el campo de la justicia de menores

5. Conceptos clave de la lección

X. LA PERSPECTIVA TERRITORIAL (1): LAS POLÍTICAS MUNICIPALES ENTRE LA


GLOBALIZACIÓN Y LA LOCALIZACIÓN

1. Introducción

2. Origen, desarrollo y marco teórico de las auditorías de seguridad

3. La polémica integración de las auditorías de seguridad de las mujeres en las auditorías


locales de seguridad: ¿Supone la transversalidad una vuelta a la invisibilidad?

4. Límites y retos: Hacia un concepto de seguridad humana


5. Conceptos clave de la lección

XI LA PERSPECTIVA TERRITORIAL (2): POLÍTICA CRIMINAL Y ABUSOS DE PODER:


LAS OPCIONES EN TORNO A LA JURISDICCIÓN UNIVERSAL
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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

1. Crímenes internacionales

2. La jurisdicción universal

3. Conceptos clave de la lección

XII. LA PERSPECTIVA TECNOLÓGICA: VIDEOVIGILANCIA Y CONTROLES


ELECTRÓNICOS

1. Videovigilancia

2. Controles electrónicos o telemáticos de las personas condenadas

3. Conceptos clave de la lección

XIII. LA POLÍTICA CRIMINAL Y LAS SANCIONES PENALES EN GENERAL: DESDE LA


TORTURA Y LA PENA DE MUERTE A LAS ALTERNATIVAS A LA PRISIÓN

1. Un modelo erróneo de política criminal bajo un concepto erróneo de seguridad

2. La propuesta de un modelo reduccionista favorecedor de alternativas a la prisión

3. Conceptos clave de la lección

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

6. METODOLOGÍA

El hilo conductor de las diecisiete unidades lo constituye la reflexión en torno al


concepto de control social, sus diferentes modalidades, estilos y límites en una sociedad
democrática respetuosa de los derechos humanos. Utilizamos en el título del curso la
palabra “escala” como metáfora de la sucesión ordenada de valores distintos de una
política y la medida para dibujar o identificar los bienes jurídicos, derechos e intereses en
juego, desde distintas dimensiones o perspectivas.

Hemos dividido estos materiales en trece lecciones. Cada una de ellas sigue la misma
estructura: una introducción y una definición de conceptos clave que se completan, en
diferentes apartados, con textos de lectura1 con preguntas para el debate, la propuesta de
ejercicios prácticos y un test de autoevaluación.

En el curso se recoge un apartado final con una bibliografía conjunta ya que las mismas
obras pueden estar citadas en varias lecciones. También se aporta un listado de recursos
electrónicos para que el propio estudiante decida hasta dónde está dispuesto a
profundizar.

La estrategia de aprendizaje propuesta implica fomentar la capacidad de aprender por


uno mismo, en lugar de una mera transferencia del saber. Para ello se ofrecen conceptos
de política criminal a modo de lentes que permitan ampliar la mirada, de forma crítica,
para aprender a mirar y ver. Mediante la lectura de los extractos de los textos propuestos,
así como la realización de otras actividades prácticas, el lector podrá, por sí mismo,
establecer un diálogo de ideas en una materia, la política criminal, siempre abierta al
debate sobre los valores implicados en ella. En este sentido, no se incluyen los resultados
de estas actividades ni pautas específicas para su realización, ya que se trata de que el
lector pueda, con base en el ejercicio propuesto, responder por sí mismo a las preguntas,
más allá de la respuesta que pueda encontrar en el texto inicial.

1
El criterio de selección de las lecturas ha sido tanto el de su carácter clásico como innovador y, cuando
se han incluido varios textos, la diversidad de perspectivas. Si bien sólo se reproducen extractos, el
lector puede profundizar localizando en línea el texto completo que puede encontrarse en Internet en
acceso abierto. De hecho, algunas de las preguntas establecidas para el debate no podrán entenderse y
responderse correctamente sin una lectura completa del texto.
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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

7. CRONOGRAMA

Este curso está concebido para una asignatura cuatrimestral a la que debe dedicarse
aproximadamente unas sesenta horas, es decir, unas cuatro horas por lección,
dependiendo de su dificultad y de los conocimientos previos del lector. En todo caso, el
aprendizaje se basa en el tiempo dedicado a la internalización de los conceptos tratados
en los materiales (una hora), la lectura de documentos relevantes (dos horas) y la
realización de los ejercicios prácticos propuestos (una hora).

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

MATERIALES DE ESTUDIO

LECCIÓN I. INTRODUCCIÓN

1. ¿Qué es la política criminal y cuál es su relación con el control social?

A finales del siglo XIX, la escuela sociológica alemana -dentro de las teorías penales
eclécticas-, representada por von Liszt, se refirió a una ciencia total del Derecho penal,
donde el Derecho penal, la Criminología y la Política criminal cobran sentido. La política
criminal debería elaborar criterios políticos, como sistema de principios, derivados de las
investigaciones empíricas. Sobre esos criterios se podría proceder a una crítica y reforma.
En este sentido, en la actualidad entenderíamos la política criminal como el conjunto de
criterios, valores o decisiones que han de inspirar al legislador, extraídos de la
Criminología (que estudia los hechos) y la Dogmática penal (que estudia la norma), a fin
de construir un sistema penal más justo o adecuado a las necesidades de la sociedad.
Feuerbach se refería a dicha política como la “sabiduría legislativa del Estado” para
decidir cuándo una conducta es delictiva y qué respuesta le corresponde.

El Derecho penal es un medio de control social de carácter jurídico altamente


formalizado. Desde su origen moderno, las sociedades han ido experimentando procesos
de mayor complejidad y heterogeneidad, debilitándose, en cierta forma, algunos
controles sociales informales, los cuales también pueden ser opresivos –particularmente
para ciertas minorías-. En el Antiguo Régimen la política criminal estaba basada en gran
parte en el escarmiento, con una confusión entre delito y pecado. En el Estado liberal
predomina la idea de retribución, pero limitada. En un Estado social se pretende que el
Estado sea eficiente reduciendo la delincuencia y preocupándose, no sólo de la
prevención general (en su sentido positivo y negativo), sino también de la prevención
especial (particularmente en sentido positivo).

El Derecho penal, al menos en sistemas democráticos, es un instrumento de control


social complementario, no crea un nuevo sistema de valores ni constituye un sistema
distinto de motivación del comportamiento humano.

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

La política criminal sería el conjunto de respuestas de los diferentes poderes públicos


para identificar, prevenir y reaccionar ante los procesos de delincuencia y victimización.
Como toda política, aún informada por la evidencia científica disponible, el margen de
decisión dependerá de la primacía de ciertos valores que, en nuestras sociedades
actuales, deben corresponderse con los derechos humanos.

Según el art. 28 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona


tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos”.

Toda política criminal busca un orden social que no siempre se corresponde con ese
ideal. Incluso, dentro de una misma sociedad democrática que, en principio, limita el ius
puniendi según una concepción garantista de los fines y funciones del Derecho penal,
podemos encontrar –al menos en la práctica- diversas políticas criminales o de control
social dependiendo de la tipología delictiva, de los sujetos afectados, del agente que la
aplica o del instrumento utilizado, entre otros factores.

En un sentido amplio, la política de control social formal la conformarían las políticas


criminales en sentido estricto, las políticas victimales –explícitas e implícitas-, las
políticas policiales, judiciales y penitenciarias. Todas ellas, en una concepción de
prevención social extensa, se relacionan con las políticas educativas, sanitarias, sociales,
económicas, etc., es decir, con los marcos que delimitan los controles sociales
informales, mucho más efectivos a la hora de minimizar las conductas delictivas, como
ya han demostrado numerosas investigaciones criminológicas internas y comparadas.

2. Formas y estilos de control social que condicionan la extensión y las propias


opciones de política criminal

Donald Black para quien el control social significa la definición y respuesta a la


desviación, es decir, el tratamiento de los conflictos a través de fenómenos tan diversos
como la litigación, la violencia, la mediación, los rumores, el ostracismo, la sicoterapia, la
brujería, el sabotaje y el suicidio (1993, xiii; 6-8). En su entendimiento estricto del control
social, este autor distingue entre formas y estilos, de acuerdo con el cuadro siguiente2:

2
Extracto de Varona (1998).
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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Formas (por número y calidad de los Estilos (por estructuras relacionales y


intervinientes) percepciones de la gravedad)

Unilaterales (autoayuda, murmuración, -penal


críticas, evitación y tolerancia); bilaterales
-terapéutico
(negociación)
-compensatorio

Trilaterales marginales (negociadores y -conciliatorio


(por curanderos)
diferencias en
la actividad, parciales (informantes,
imparcialidad consejeros, abogados,
y autoridad aliados, subrogados)
del tercero)

imparciales (pacificadores,
mediadores, árbitros,
jueces)

Divide las formas en dos grandes categorías –aunque se produce una gran
permeabilidad entre ambas-: aquellas que sólo involucran a sus participantes o
protagonistas, incluyendo a los que les apoyan, y aquellas en las que interviene además
una tercera parte, que actúa como agente para llegar a un acuerdo. En la primera forma,
el control social puede ser unilateral -autoayuda, murmuración, críticas, evitación o
tolerancia-, o bilateral -negociación sin intervención de un tercero-. La segunda forma de
control -por propia definición, al intervenir un árbitro, mediador o juez- es trilateral. A

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

este respecto, y en relación con el cambio social, el aumento del individualismo y de la


igualdad resultan ambiguos: al disminuir los lazos informales, se demanda la
intervención oficial de terceras partes para resolver conflictos que, anteriormente, al
desarrollarse entre conocidos no estaban regulados legalmente o no se acudía a
instancias oficiales. Pero, al mismo tiempo, el anonimato fomenta la tolerancia o la huida
del tratamiento del conflicto (Horwitz 1990, 248-9).

Black se para a analizar una forma de control social unilateral que él denomina
autoayuda y define como “la expresión de un agravio mediante una agresión unilateral”
(1993, 43, nota 2). Se refiere a actos, intencionados o impulsivos, que expresan
desaprobación, en el sentido de “tomarse la justicia por su propia mano”, y que pueden
tener el fin de lograr la compensación o restitución, pero que como actos de violencia, o
realización por la fuerza de lo que se considera como el propio derecho, pueden estar
penalizados. Como ejemplo histórico cabe pensar en determinados actos de violencia
que forman parte de la justicia indígena en la época colonial (y aún en la actualidad).
Otros ejemplos de nuestras sociedades serían la acción de los llamados “vigilantes”
callejeros, las mujeres que agreden o matan a sus compañeros maltratadores o las
venganzas entre mafias y subculturas (bandas y grupos étnicos). Adicionalmente, dado el
elevado número de delitos entre personas que se conocen, podría sostenerse que, en
muchos de estos casos, se trata de algún modo de lo que el agresor percibe como un
ajuste de cuentas. Incluso, aunque no se conozcan, los infractores pueden considerar a
sus víctimas “culpables”. Además, en delitos contra la propiedad, podría operar cierta
“compensación unilateral” (Black, 1993, 51). Estos ejemplos cuestionarían la función de
prevención del Derecho penal y el monopolio del control formal violento por el Estado.
Black concluye que los “delitos de autoayuda” (concebidos como venganza o rebelión)
tienen su caldo de cultivo entre personas de una posición social baja, que cuentan con
escasa protección jurídica, y entre personas con una relación familiar en la que el Estado
suele inhibirse por considerarlo un asunto privado. Es lo que Black llama situaciones sin
Estado, “stateless locations”, donde se verificaría la teoría de Hobbes (1993, 40). En
términos de mercado, la escasez de “oferta de derecho” favorece esta autoayuda.

Respecto de las formas trilaterales, Black, junto con M. P. Baumgartner, formula una
teoría del tercero, con resultados provisionales, que intenta explicar cuándo y cómo éste,

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

independientemente de su imparcialidad, interviene en los conflictos de otras personas,


a la luz de la Antropología, la Sociología y la Historia (1993, 95-6), pudiendo aplicarse a
distintos agentes de control formal e informal. En su opinión, este cuerpo teórico ofrece
infinitas oportunidades para la ingeniería jurídica y supone un reto para las concepciones
tradicionales de la justicia. En lo que nos interesa, dicha teoría permite una clasificación
de once categorías de terceros, según su grado de intervención, imparcialidad y
autoridad. Habría dos posiciones marginales y dos grandes grupos. La dificultad de su
clasificación hace que los negociadores y curanderos (“healers”) sean considerados como
roles marginales. Los negociadores tienen una participación híbrida en cuanto a su
imparcialidad, ya que representan a una de las partes, pero, en todo caso, trabajan para
que las dos lleguen a un acuerdo, como sucede con los abogados de compañías de
seguros y también en el proceso penal estadounidense respecto de la figura del plea
bargaining. Asimismo, pueden encontrarse ejemplos históricos europeos si se piensa en
los portavoces de distintos grupos y en los “segundos” o asistentes de cada duelista. Por
su parte, los curanderos se acercan al conflicto de una manera distinta, ya sea como
magos, exorcistas o terapeutas. No se preocupan por la justicia, sino por la salud, el
bienestar o la normalidad de la persona, que consideran necesitada de su ayuda o
tratamiento, y lo hacen con cierta autoridad (1993, 118-20; 124).

Black relaciona la autoridad con variaciones en el formalismo (producción y aplicación


de normas escritas), la decisión de quién tiene la razón y quién no, la coerción y la
punición. Estos elementos están en función directa con la distancia relacional y
jerárquica (1993, 145-9). Por distancia relacional entiende el grado cuantificable en que
las personas participan en la vida de otra. Así, según este autor, existe una relación
curvilínea entre distancia relacional y derecho. El derecho disminuye cuanto más
pequeño y más grande sea el espacio relacional (1995, 4, nota 15).

En cuanto a los dos grandes grupos de formas de intervención de un tercero, el primero


está integrado por intervenciones que, en principio, no son imparciales, como ocurre con
los informantes, consejeros, abogados, aliados y subrogados. El segundo recoge
actuaciones de terceros, en principio imparciales, tendentes a hacer llegar a un acuerdo a
las partes en conflicto. Éstas sí serían, propiamente, formas trilaterales de control social y
comprenderían la actuación de los pacificadores, mediadores, árbitros y jueces. Los

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

pacificadores no se fijan ni en la causa, ni en el contenido de la disputa, sino en hacer


que se olvide el conflicto y alcanzar la paz. La pacificación puede realizarse de forma
amistosa o represiva, amenazando con un castigo a ambas partes si no cesa el conflicto.
Los mediadores fomentan el llegar a un acuerdo, sin imponerlo a las partes. Según
palabras de Hart y Sacks sería como una “negociación supervisada”. En opinión de Black,
los antropólogos han calificado como mediaciones, intervenciones de terceros que se
acercan más al arbitraje, como en el caso de los monkalun en Filipinas, y han
infravalorado las actividades de mediadores pasivos, que sólo intervienen con su
presencia, lo cual ocurre también hoy en día entre amigos. Los árbitros proponen una
resolución al conflicto, pero no tienen capacidad para ejecutarla. En todo caso, la
legislación actual puede hacer que los arbitrajes sean jurídicamente vinculantes. Esto es
la regla general cuando hablamos de jueces que pueden imponer sanciones si no se
obedece su resolución y que, en una concepción amplia, comprende casos de sociedades
sin Estado, familias y organizaciones, que, por ejemplo, pueden sancionar con la
expulsión (Black 1993, 110-2; 114-5).

Ahondando en la distinción entre formas bilaterales y trilaterales, para Horwitz, la


mediación es más cercana a las primeras, dado el carácter del mediador de mero
facilitador hacia la negociación de ambas partes por sí mismas (1990, 134, nota 4). Aquí
entiendo la mediación como forma trilateral, ya que el papel del mediador resulta
fundamental. La mediación funcionará si ambas perciben la equidistancia o
imparcialidad del mediador y están relacionadas con él de alguna forma, como ya puso
de relieve Felstiner (1974). Esta relación puede ser de jerarquía o autoridad, como ocurría
con el clero en Europa occidental. En comparación, según Horwitz, verdaderas formas
trilaterales de autoridad -como la adjudicación o el arbitraje- surgen cuando se
incrementa la distancia relacional: “La intromisión de terceras partes formales en las
disputas es un signo de que la intimidad ha desaparecido”. Además se utilizan cada vez
más por personas pertenecientes a grupos desfavorecidos o que sufren discriminaciones
(mujeres, inmigrantes, discapacitados, niños, etc.), pero que poseen un cierto grado de
organización o posibilidad de ayuda, considerando que el tratamiento informal de estos
conflictos opera generalmente en desventaja suya (1990, 135; 162-3).

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Se puede hablar también, según Black (1993, 18-9), de macromodelos de control,


distinguiendo sociedades de mediación, de arbitraje o de adjudicación, según el grado de
complejidad social y diferenciación de status.

Respecto de los estilos, siguiendo el orden indicado por Black y desarrollado por
Horwitz, se distinguen los cuatro siguientes: penal, terapéutico, compensatorio y
conciliatorio, los cuales dependen de las estructuras relacionales -en cuanto a distancias
de intimidad y poder- y de las percepciones de la gravedad del daño. Todos estos estilos
se encuentran en la vida contemporánea en distintas situaciones, aunque su intensidad
está siendo alterada. En lo relativo a la eficacia de los controles sociales, Horwitz
contiende que cuanto más consensuales, mas eficaces, ya que los coercitivos difícilmente
pueden crear conformidad a largo plazo (1990, 23-100; 248; 211). Cada estilo tiene su
propio lenguaje y lógica, y su utilización varía en cada contexto cultural, puesto que un
mismo caso puede tratarse con estilos diversos (Black 1993, 47-8).

El estilo penal utiliza un lenguaje de prohibiciones, infracciones, culpa y retribución. Se


centra en el comportamiento del sujeto, castigándolo cuando viola las prohibiciones
(Black 1993, 47). Principalmente se utiliza en sociedades individualistas donde ocurren
muchas victimizaciones entre gente extraña y muy diferente entre sí, que tampoco están
relacionadas con posibles terceras partes que intervengan en el conflicto. La distancia
entre víctimas, delincuentes y agentes de control social retroalimenta el estilo penal, por
lo que Horwitz predice su crecimiento. A él también contribuirá la mayor independencia
de determinadas minorías, como mujeres y jóvenes, que ahora se relacionan
demandando y siendo objeto de castigo. Sin embargo, este crecimiento no se producirá
para todo tipo de conductas. Comportamientos relacionados con la moralidad de las
relaciones sexuales entre adultos, por ejemplo, ya no serán objeto de control social penal.
En todo caso, Horwitz concluye que los estilos penales continuarán expandiéndose en el
mundo moderno pero difícilmente proporcionarán respuestas efectivas a las raíces de los
problemas (1990, 245).

El estilo terapéutico se centra en personas que sufren anomalías y buscan ayuda (Black
1993, 48). Se da en contextos de individualismo creciente, donde se verifica la teoría
general de Black de que, a menor distancia social, menor intervención de terceros. Por
tanto, en los conflictos con uno mismo, en la actualidad, en caso de que alguien

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ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

intervenga, será frecuentemente un terapeuta. El número de psiquiatras, psicólogos,


trabajadores sociales, asesores en educación, mediadores sociales, etc. se ha
incrementado, junto con el número de sus pacientes y los problemas que se consideran
apropiados para ser tratados por aquéllos. La movilidad disminuye los lazos de la familia
y el aislamiento hace que uno se centre en su propia existencia y llegue a buscar ayuda
terapéutica. Sin embargo, este tipo de asistencia no lo es tanto, en cuanto no se acepte
voluntariamente y haya grandes distancias entre el terapeuta y el paciente. Además, esta
asistencia pude provocar un mayor aislamiento o resultar muy limitada (Horwitz 1990).
De acuerdo con el estudio de Cohen y Taylor (1993, 21), el poder terapéutico no es
represivo, en el sentido de la sociedad contra el individuo, sino que se dirige a crear
formas de subjetividad que encajan en un discurso particular de control y ciudadanía. Se
da una construcción de lo personal por lo político.

El estilo compensatorio se basa principalmente en las consecuencias de la conducta.


Habla de obligaciones, daños, deudas y restitución. Se trata de reparar el daño
ocasionado a la víctima (Black 1993, 48). La reparación suele consistir generalmente en la
entrega de un bien considerado valioso, pero también pueden darse prestaciones de
servicios. Sucede principalmente en contextos de responsabilidad de grupos o personas
jurídicas, donde la vida se centra en la pertenencia a una serie de colectivos u
organizaciones, entre las que se crean obligaciones, y donde la responsabilidad
individual se diluye. Así ocurre, según Horwitz, tanto en las sociedades tribales de clanes
como en las sociedades modernas, aunque en las primeras se enfatiza la reparación de las
relaciones rotas, como expresión de los valores de pertenencia al grupo, conformidad y
armonía. En contraste, en las sociedades modernas, más individualistas, la compensación
gira en torno al reconocimiento de un derecho de resarcimiento económico de los daños,
ya que no existe una relación previa víctima-infractor que deba ser reparada. Por tanto,
externamente, las formas de compensar pueden ser similares en las sociedades holísticas
e individualistas, pero no lo son en su fundamento y el intento de las segundas de
aproximarse al fundamento de las primeras conduce al fracaso. Horwitz estima que los
sistemas de las sociedades modernas de hacer pagos o prestar servicios a sus víctimas
suelen tener corta duración y son ineficaces, ya que carecen de la base de
responsabilidad colectiva (1990, 63, nota 5). En este sentido, Garland y Simon se han
referido a la tendencia de las políticas penales recientes de traer a colación estilos

19
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

penales del pasado, “...produciendo una especie de efecto pastiche, en el que las prácticas
más antiguas se reviven no porque sean funcionales, sino porque evocan el sentido de
una época pasada” (Garland 1995, 206, nota 8). Simon habla de “nostalgia” (1993, 248). En
cualquier caso, este estilo tiene la ventaja de evitar, al mismo tiempo, la venganza y la
estigmatización respecto del agresor y otorgar una reparación a las víctimas. Estas
ventajas disminuyen en las sociedades actuales que monetarizan la respuesta y,
especialmente entre organizaciones o personas jurídicas, que asumen los riesgos y
reparaciones como parte de los costes, sin distinguir claramente entre responsabilidad
objetiva e intención, por lo que este estilo no puede proporcionar una base moral.

De acuerdo con Black, el punto de partida clásico en lo que él denomina teoría de la


compensación es la obra de Durkheim La división del trabajo (1893). El paso de una
solidaridad mecánica a otra orgánica o de interdependencia conllevará también la
evolución de las sanciones penales a las restitutorias. En todo caso como variables de la
compensación, Black tiene en cuenta la estructura social y del caso concreto. Respecto de
la primera, puede ocurrir que sea socialmente vergonzoso aceptar una reparación y que
se prefiera otra forma de compensar (quizá a través de la venganza o la evitación, como
en el caso de grupos gitanos en Finlandia -véase en la Parte Cuarta el estudio de
Grönfors-). Además, la compensación suele ser más frecuente entre grupos que entre
individuos (piénsese en casos de consumidores). De alguna manera, históricamente, se
puede apreciar una evolución de un tipo de responsabilidad colectiva (en el seno de la
familia, clan, etc.) a otro (en el seno de las organizaciones modernas). Respecto de la
estructura del caso concreto, como variable de la compensación, ésta es más frecuente en
distancias relacionales intermedias (incluyendo la situación de poder) (1993, 52-5; 61).

El estilo o control conciliatorio se apoya en las relaciones y busca restaurar la armonía


entre las personas en conflicto (Black 1993, 48). Disminuye en las sociedades actuales que
promueven la individualización, ya que este estilo es propio de comunidades pequeñas,
homogéneas y estrechamente unidas, las cuales, en opinión de Horwitz (1990, 246),
básicamente han desaparecido. Aquí sería aplicable el concepto de distancia social,
incluso con más motivo, ya que la conciliación requiere relaciones más estrechas en
forma de familia, amistad... Sin embargo, para este autor, paradójicamente las
actividades de un gran número de abogados, en la dirección de promover negociaciones

20
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

y el hecho constatado de que, en los conflictos entre organizaciones y entre


organizaciones e individuos, se promueve la conciliación, hace que pueda darse cierto
espacio para este estilo de control en las sociedades contemporáneas.

3. ¿Qué agentes crean e influyen en los diferentes estilos de política criminal?


¿Qué papel juegan los criminólogos? Culturas profesionales: el reto de la
colaboración

A la hora de determinar esos estilos, según veremos en las siguientes lecciones,


diferentes agentes sociales cobran una importancia diversa en una sociedad dada:
los medios de comunicación, los grupos de víctimas o de defensa de intereses de algunos
sectores de la sociedad (asociaciones ecologistas, feministas, LGTB, anti-racistas, contra
la corrupción, animalistas, antiabortistas, etc.), los partidos políticos, la opinión pública
en general, los profesionales de la administración de la justicia penal en sentido amplio
(sindicatos policiales, asociaciones de jueces, fiscales, secretarios judiciales, funcionarios
de prisiones, representantes de personal de los servicios sociales, etc.), y/o los expertos
teóricos e investigadores (en Derecho penal, Criminología, Ciencia Política, Sociología,
etc.). Además, en un mundo globalizado, todo ello debe pensarse en clave local, regional,
estatal, europea3 y mundial.

Sin perjuicio de su diferente función, poder y/o autoridad, como subrayaremos a


continuación, no puede verse a cada uno de estos agentes como eslabones
independientes en la cadena de la política criminal, al menos si ésta desea ser eficiente
en términos de derechos humanos.

La Criminología debe proporcionar información, desde la realidad observable, a cuatro


preguntas fundamentales: ¿qué se incrimina?, ¿quién y cómo transgrede?, ¿contra quién?
y ¿a quién y cómo se castiga?4. En definitiva, las principales áreas de estudio
criminológico son la delincuencia, los infractores, las víctimas y el control social.

1. Sobre la primera pregunta, qué se incrimina, es preciso partir de la


heterogeneidad delictiva. Los criminólogos han discutido si las normas penales obedecen
a una coyuntura moral y/o política determinada. Sobre la función de la incriminación se

3
Sobre las posibilidades de una política criminal europea, vid. Muñoz de Morales (2010).
4
Se trata de una adaptación de los presupuestos sociológicos para la investigación criminológica de Philip
Robert (1999).
21
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

pueden adoptar perspectivas jurídico-penales (protección de bienes jurídicos


fundamentales dentro del principio de mínima intervención y ultima ratio) y/o socio-
jurídicas (funciones de visibilidad –en su caso, simbólica-, de control social, ideológicas,
etc.). El criminólogo puede estudiar la evolución de las normas penales, la introducción y
modificación, por ejemplo, de los delitos de conducción temeraria, bajo influencia del
alcohol, de tráfico de drogas, de corrupción, contra el medio ambiente, contra la
seguridad de los trabajadores, de terrorismo, de tráfico de personas, de genocidio…

2. En el origen de la Criminología, y prácticamente hasta la segunda mitad del siglo XX,


el estudio científico del crimen pivotó casi exclusivamente sobre la segunda pregunta,
sobre el autor y su acto. Este enfoque trajo como consecuencia tres aspectos que
limitaron la Criminología como ciencia (Robert 1999, 329), a saber:

-la consideración del delito como una categoría de comportamiento particular.

-una cierta cosificación del delincuente.

-el olvido del papel de las víctimas, de los profesionales de las instituciones
penales, de los políticos, de la sociedad (opinión pública)…

Con el desarrollo de las diferentes teorías de corte sociológico y, especialmente, con el


llamado enfoque del etiquetaje (labelling approach), el interés criminológico se fue
desplazando del delito y del delincuente hacia el control social. Actualmente, resulta
indispensable integrar los paradigmas etiológicos y del control dentro de su evolución
teórica. Así pueden explicarse cambios en el planteamiento de las preguntas
criminológicas: de por qué se delinque a cómo se delinque y, también, de por qué se
delinque a por qué no se delinque, es decir, la Criminología debe ofrecer un marco
teórico sobre la resistencia o renuncia a delinquir.

3. Sobre contra quién se delinque, al margen de consideraciones jurídico-penales sobre


el interés público, a esta pregunta dará respuesta la Victimología en la segunda mitad del
siglo XX, primero como Victimología etiológica y después como Victimología moderna y
crítica.

4. Hemos visto cómo la segunda pregunta se entiende, hoy en día, íntimamente


relacionada con la cuarta, a quién y cómo se castiga. Sabemos que la mayor parte de

22
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

las personas que delinquen no entran dentro del circuito penal. Muchas no son
descubiertas, muchas no son detenidas, muchas no son procesadas, muchas no son
condenadas, muchas no ingresan en prisión… Sabemos que el control jurídico penal es
selectivo y, en determinados casos, discriminatorio con las personas de escasos recursos,
de determinado sexo, edad, etnia… Sabemos que a algunas personas se les aplica
alternativas a la prisión y a otras no, sabemos que muchas personas salen de la prisión
igual o peor de lo que entraron, sabemos que, dependiendo del delito, la reincidencia
sobrepasa el cincuenta por cien. Podremos comprobarlo al referirnos más adelante a las
estadísticas penales e investigaciones criminológicas.

En definitiva, como afirma Robert (1999), la efectividad del derecho penal es resultante
de un juego complejo de personas (infractores, víctimas, agentes de control…),
desiguales, en torno a un recurso institucional, la justicia penal.

La relevancia y la responsabilidad de los criminólogos no puede entenderse si no se tiene


en cuenta la relación de su trabajo con el ius puniendi, un poder estatal fundamental.
Consciente de sus prejuicios, con la capacidad para controlarlos a la hora de estudiar un
tema, elegir un método y redactar sus conclusiones y propuestas, el criminólogo
científico ha de ser objetivo. No puede limitarse a revestir con el adjetivo “científico”
unas conclusiones predeterminadas por sus superiores o patrocinadores, si estas no se
ajustan a la realidad analizada con rigor. Esto no impide la existencia de compromisos
del criminólogo con una mejor organización social, más respetuosa con los derechos
humanos, entendidos de forma indivisible e interdependiente.

El profesor Fattah (1997) distingue los distintos papeles del criminólogo según el tipo de
Criminología: desde un reformador de las instituciones y leyes, pasando por su interés en
el tratamiento clínico y la rehabilitación, en la crítica y el cambio social, hasta un agente
de prevención, mediación y/o reconciliación.

Cabe preguntarse por su relevancia práctica, es decir, si los criminólogos pueden influir
en los procesos de la delincuencia y el control jurídico-penal. Para Robert (1999), agentes
como los policías tienen menos influencia en cuanto la sociedad no les contempla como
expertos teóricos. Dependerá, entre otros factores, del grado de institucionalización de la
disciplina en cada sociedad. Sobre cómo será esa influencia, Fattah distingue la

23
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

adscripción del criminólogo a distintas teorías que iremos analizando en la siguiente


lección.

Para evitar confusiones y falsas expectativas, el criminólogo debe ser consciente de sus
limitaciones. Las limitaciones son inherentes a su acción, al contexto en que trabaja y a
las características de la Criminología como saber empírico provisional, que no es infalible
ni contrario a la teoría. Además, como sostiene Braithwaite, en la Criminología pueden
encontrarse tanto teorías normativas como explicativas, ambas basadas en datos
contrastados.

4. Principios teóricos de una política criminal respetuosa con los derechos


humanos

El Derecho penal debe considerar cuáles son las conductas más reprochables, que
merecen ser tipificadas penalmente (he aquí la primera decisión de la política criminal)5,
para después valorar cómo se incriminan, cómo se valora la proporción entre gravedad y
pena, qué sanción acarrean, cómo será su ejecución, una vez dictada sentencia, y cómo
se pueden prevenir conductas similares y reparar a las víctimas.

Respecto de esa primera decisión, el Derecho penal tiene carácter fragmentario, de


última ratio o subsidiario, es decir, el Derecho penal no protege todos los bienes
jurídicos, sino los más fundamentales y cuando son atacados de forma grave. El principio
de fragmentariedad o selección de lo más grave se complementa con el principio de
última ratio, reivindicado principalmente tras la II Guerra Mundial, es decir, el legislador
sólo debe utilizar el instrumento penal cuando considere que otros medios sociales o
jurídicos de control son insuficientes para prevenir conductas calificadas como delictivas.
Aparece entonces el criterio de la necesidad de pena en tanto en cuanto los otros
recursos sean insuficientes. Por tanto, el carácter fragmentario junto con el principio de
última ratio se viene a denominar principio de intervención mínima. Este principio,
junto con los de legalidad, humanidad, culpabilidad, proporcionalidad y resocialización
conforman los límites del ius puniendi o derecho a castigar de un Estado social y
democrático de Derecho.

5
Protegiendo los bienes jurídicos fundamentales para el desarrollo de los individuos en sociedad. El
Derecho penal se limita a establecer la responsabilidad penal, no la maldad o bondad de la persona,
asegurando la convivencia pacífica, al margen de la moralidad de los diferentes grupos sociales.
24
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Contradiciendo dicho principio, y otros de los enumerados anteriormente, una política


criminal puede tender en algunos Estados actuales –e independientemente del partido
gobernante- hacia el expansionismo (punitivista) mediante el uso del llamado Derecho
penal simbólico y promocional y/o del rigorismo penal. Esta es una tendencia que se
advierte por diversos expertos en nuestro país.

En cuanto a la decisión político criminal sobre cómo responder, el criminólogo


australiano John Braithwaite propone un modelo piramidal donde el grueso de la
pirámide correspondería a modelos conciliatorios o restaurativos (reparadores) y sólo en
la cúspide, para los comportamientos más graves, se utilizaría el punitivo, sin renunciar
nunca al restaurativo, aunque sea residual. Estas consideraciones operarían tanto a nivel
legislativo como judicial, en caso de existir margen de discrecionalidad reglada para el
juez a la hora de optar por una u otra sanción.

Respecto del proceso de elaboración, cualquier norma penal, por afectar derechos
fundamentales, exige su aprobación como ley orgánica6, requiriéndose unas mayorías
que puedan asegurar un consenso político entre las diversas formaciones, aunque en
ocasiones no sucede así cuando el partido en el gobierno tiene la mayoría parlamentaria.

Finalmente, enumeraremos a continuación los principios de las Naciones Unidas sobre


buenas prácticas en materia de prevención7 que, en nuestra opinión, deberían informar
toda política criminal:

Para todos los ámbitos interrelacionados de prevención (social, local, situacional,


individual, etc.), las Naciones Unidas señalan ocho principios de actuación:

1. Iniciativa y responsabilidad pública. Los gobiernos deben desarrollar estrategias


preventivas, efectivas y respetuosas con los derechos humanos, entendidos de forma

6
Sin perjuicio de su desarrollo reglamentario. Una fuente importante para el análisis de la política
criminal son los Diarios de Sesiones del Congreso de los Diputados y del Senado, disponibles
actualmente en acceso abierto en sus respectivas páginas web. Asimismo las Exposiciones de Motivos de
las normas aprobadas permiten estudiar los objetivos teóricos y su adecuación práctica.
7
Cfr. los Principios para la Prevención de la Delincuencia, aprobados por el Consejo Económico y Social
de las Naciones Unidas, mediante su Resolución 2002/13; y la Resolución sobre la prevención de la
violencia cotidiana en Europa, aprobada en noviembre de 2004, en la Conferencia ad hoc de los
ministros de justicia e interior del Consejo de Europa.
En estos estándares se pone de relieve el necesario respeto de los derechos humanos, entendidos de
forma interdependiente e indivisible. Las políticas preventivas realmente efectivas a largo plazo sólo
pueden serlo si respetan la dignidad humana.
25
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

interdependiente. Asimismo, deben crear y mantener contextos institucionales para su


aplicación y evaluación.

2. Desarrollo socioeconómico e inclusión social. Todas las políticas públicas


deben integrar consideraciones preventivas, concretamente, los programas públicos
sociales y económicos (empleo, vivienda, educación, salud, planificación urbanística).

3. Cooperación y participación. Dados los amplios factores criminógenos y las


capacidades y responsabilidades requeridas, deben establecerse políticas preventivas
coordinadas y participativas, a diversas escalas8, entre las diferentes autoridades
públicas, empresas privadas y la sociedad civil. Los miembros de la sociedad civil, a
escala local, juegan un papel relevante en la identificación de prioridades, en la
aplicación, en la evaluación y en las posibilidades de sostenibilidad.

4. Sostenibilidad y control. La prevención requiere recursos adecuados para su


creación y mantenimiento. Los programas deben ser evaluados objetivamente en todos
sus aspectos (financieros, normativos, de desarrollo y logro de objetivos).

5. Conocimiento fundado. Las estrategias preventivas deben basarse en


conocimientos fundados, de carácter multidisciplinario, incluyendo los programas
evaluados positivamente, sin perjuicio de su adecuada adaptación o transferencia a cada
país.

6. Derechos humanos. El principio de legalidad y los derechos humanos


reconocidos internacionalmente deben ser respetados en todos los aspectos preventivos.
En la prevención del delito debe promoverse la cultura del estado de derecho.

7. Interdependencia. Cuando sea apropiado, en los diagnósticos y estrategias


estatales sobre la prevención de la delincuencia deben considerarse los vínculos entre los
problemas delincuenciales locales y la criminalidad organizada internacional. Debe
evitarse que los beneficios obtenidos por ésta se introduzcan en los mercados legales,
que se capten a jóvenes de barrios marginales, se victimicen personas vulnerables, etc.

8
En la esfera internacional debe considerarse el Centro para la Prevención Internacional de la
Delincuencia, dentro de las Naciones Unidas.
26
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

8. Diferenciación. Cuando sea apropiado, los programas de prevención incluirán


aspectos de consideración a las diferentes necesidades en razón de la etnia, el género, la
orientación sexual, la edad, la situación socio-económica… y, en general, las diferentes
necesidades de miembros vulnerables de la sociedad.

Basándose en programas preventivos de diferentes países –fundamentalmente


occidentales-, evaluados positivamente, establece una serie de estándares relativos a la
organización y métodos de toda política preventiva. Sobre la organización, debe
trabajarse en la estructura gubernamental, la formación, el partenariado y la
sostenibilidad. Los gobiernos deben integrar la prevención como una parte permanente
de sus estructuras y programas para controlar la delincuencia, asegurándose de que
existen unas responsabilidades y objetivos claros. Para ello, entre otros aspectos, debe
considerarse la creación de centros especializados con recursos adecuados; el diseño de
un plan con prioridades y objetivos precisos; y la coordinación entre los diferentes
departamentos gubernamentales, con organizaciones no gubernamentales, empresas,
sectores privados y profesionales y la sociedad civil a escala local, buscando su
participación activa.

Sobre la formación, los gobiernos deben favorecer el desarrollo de las habilidades en la


prevención del delito proporcionando formación al personal público; fomentado los
cursos básicos y avanzados –en colaboración con personas que tengan práctica- por parte
de las universidades y otras instituciones educativas; colaborando con sectores
educativos y profesionales para desarrollar certificados de calidad y capacitación
profesional; y fomentando la participación de la sociedad civil en la identificación y
atención de las necesidades.

Respecto del partenariado, el gobierno debe fomentar el conocimiento de este concepto


en el que cada parte involucrada debe tener claro su papel; y promover y facilitar la
coordinación participativa en diferentes niveles. Sobre la sostenibilidad, el gobierno y
otras entidades financiadoras deben conseguir la sostenibilidad de programas que han
demostrado su efectividad mediante la revisión de la distribución de recursos entre la
prevención y la justicia penal; el establecimiento de controles; y la promoción de la
participación social en la sostenibilidad.

27
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Los métodos preventivos deben caracterizarse por su cientificidad en cuanto a la


obtención de conocimientos, la planificación y la evaluación. Sobre el principio de
prevención informada o basada en conocimientos fiables, los gobiernos y la sociedad
civil deben proporcionar la información necesaria para que las comunidades puedan
definir sus prioridades; apoyar la investigación científica aplicada; promover la síntesis
de conocimientos y la identificación de sus lagunas; compartir los datos entre los
investigadores, las autoridades y cualquier otra persona con interés en el problema;
adaptar programas efectivos y desarrollar iniciativas que anticipen nuevas necesidades;
establecer sistemas de información que ayuden a gestionar la prevención de forma más
efectiva y menos costosa, incluyendo encuestas de victimización y autoinformes; y
promover la aplicación del conocimiento para reducir la revictimización, las carreras
criminales y las áreas de altos índices delictivos.

Dentro de la planificación, deben: analizarse sistemáticamente los problemas,


incluyendo las distintas escalas pero enfatizando la local, identificando los factores de
riesgo y sus consecuencias; diseñarse un plan adecuado a cada contexto, eficiente, eficaz
y sostenible, incluyendo sus medidas de aplicación; movilizarse las agencias e
instituciones afectadas; y efectuarse un control y evaluación. Esta evaluación debe
desarrollarse a corto, medio y largo plazo para verificar rigurosamente qué funciona, para
quién, cómo, dónde y por qué, así como cuáles son las consecuencias, intencionadas o
no, del programa. Se incluirá el análisis de los costes y beneficios, no sólo económicos,
por ejemplo, cómo se reduce la delincuencia y la victimización, en cantidad e intensidad,
así como la inseguridad ciudadana.

5. ¿Cuáles han sido las consecuencias de determinadas políticas criminales?


¿Cómo han sido evaluadas las políticas y cuál es la tendencia actual?9

Tradicionalmente las políticas criminales no han sido evaluadas de forma científica (e


independiente) en España hasta el caso de que la reforma del Código penal aprobada en
2015 tampoco ha contado con estudios previos criminológicos sobre la eficiencia de las
respuestas recogidas en él.

9
Extracto de Igartua, Olalde, Pedrola y Varona (2015).
28
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

La evaluación es una práctica, basada en el método científico, que mediante un proceso


sistémico de observación, medida, análisis e interpretación proporciona información útil
socialmente para conocer el diseño, aplicación e impacto de una intervención o un
servicio10. La evaluación permitiría, por tanto, fomentar la transparencia y la
responsabilidad social, así como la mejora de los procedimientos dentro de una cultura
democrática que no teme tanto la crítica constructiva, sino la opacidad que dificulta
conocer la realidad.

Cualquier estudio de evaluación de políticas criminales no puede restringirse a un mero


análisis cuantitativo de costo-beneficio de carácter actuarial o de gestión presupuestaria,
sino que supondría una cartografía más amplia del significado de coste en los programas
o acciones evaluados. Ese modo de cartografiar permite incluir voces y actores que no
siempre son escuchados, contextualizando su visibilidad. Todo ello, dentro de un
enfoque interdisciplinar y una metodología mixta cuantitativa-cualitativa, para estudiar
si las necesidades complejas y cambiantes de las personas a quienes se destina el servicio
evaluado se encuentran bien recogidas entre sus propios objetivos. En segundo lugar,
resulta importante comprobar si se cumplen dichos objetivos y cuáles son los efectos
reales en la práctica.

El diseño de los estudios costo-beneficio fue introducido por los economistas como un
método para evaluar si las decisiones que se toman en determinadas políticas o campos
incrementan el bienestar social (Moohr 2005, 785). Tras identificar los costes como
consecuencias negativas y los beneficios como consecuencias positivas, se les asigna un
valor económico y se compara su diferencia para determinar si esa acción que se evalúa
resulta adecuada, inefectiva o contraproducente.

Desde la década de los ochenta diversas agencias federales de los Estados Unidos
requirieron el desarrollo de análisis sobre los beneficios y los costes de diversas políticas
públicas (Cohen, s.f.). En el marco de la Criminología el interés por estimar los costes de
la delincuencia y la justicia penal comenzó más tarde, también en el ámbito
estadounidense e inglés -desde la óptica del análisis económico del delito-, bajo el

10
Véase la página web de la Agencia española de evaluación y calidad en
http://www.aeval.es/es/index.html.
29
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

objetivo de medir su impacto económico en comparación con otros problemas sociales


(Gray 1979; Shapiro 1999; Chalfin 2013). Si bien, en un primer momento, los estudios se
centraron el impacto económico de los delitos convencionales, y después de cuello
blanco (Levi et al. 2013), más tarde se comenzaron a realizar investigaciones sobre las
consecuencias económicas de las políticas y programas destinados a las diversas
tipologías delictivas (Montero y Torres 1998)11.

El análisis coste-beneficio (ACB) se define como una herramienta económica para


comparar los costes y beneficios de una inversión a medio-largo plazo (Farrow y Zerbe
2013; Downey y Roman 2014)12. En la actualidad resulta muy importante en el ámbito
anglosajón donde el ahorro en determinados costes de la justicia penal (como puede ser
el encarcelamiento) se está reinvirtiendo en programas evaluados positivamente en
términos de prevención de la delincuencia y fomento de la reinserción social (Fox,
Albertson y Wong 2013).

En política criminal nos interesa, de forma particular, la estimación de los costes en


relación con la eficacia de las distintas respuestas a la delincuencia y la victimización. En
todo caso, la cuestión central reside en identificar y determinar cómo se miden esos
costes, cuestión que plantea numerosos problemas teóricos y metodológicos aún sin
resolver (Cohen 2000; Cohen 2005; Cohen y Bowles 2010). Ello es así porque la
estimación de los costes tiene una relación estrecha con los objetivos o fines, teóricos y
prácticos, que persigue el Derecho penal (Czybanski 2008).

Una vez identificados los costes y los beneficios de diferente naturaleza (tangibles o
intangibles) (Brand y Price 2001) debemos preguntarnos sobre las fuentes que permiten
acceder a la información para estimarlos, generalmente encuestas específicas (fuentes
primarias) y datos de las instituciones (fuentes secundarias). Este estudio plantea el reto
de estimar los costes y beneficios intangibles del programa observado. Dentro de esos
intangibles se encuentran el bienestar de las partes, la pacificación de las relaciones, la

11
Con un interés creciente en la evaluación económica del uso de diversas tecnologías, ofrecidas por
empresas privadas, en relación con el control telemático como alternativa a la prisión o como medida
complementaria (Morales 2013, 447).
12
Véase el portal de la Sociedad Internacional para el Análisis Beneficio-Coste
(http://benefitcostanalysis.org/).
30
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

prevención de futuros conflictos, la confianza en la justicia y las instituciones en general,


etc.

La diferencia entre los estudios costo-beneficio y los estudios sobre el costo-eficiencia es


que en estos últimos no es necesario monetizar los beneficios, aunque sí los costes13 y los
indicadores de resultados que permitan comparar programas. En todo caso, sólo deben
aplicarse cuando se comparan programas con objetivos comunes.

Autores como Kelman (1981) se han referido a los problemas éticos que presenta la
medición económica de valores como la seguridad y que podríamos extender a otros
como la reparación, la reinserción, etc. En opinión del autor citado debemos ir más allá
de la asunción de que la eficacia económica es la máxima meta por encima de la igualdad
o la justicia. En todo caso, Cohen (2002, 280) entiende que el valor de estos estudios
sobre coste-eficiencia reside en su carácter complementario con otros enfoques para
evaluar programas y políticas en la justicia penal.

Un buen ejemplo de enfoques más amplios es el estudio de Quigley, Martynowicz y


Gardner (2014) sobre un proyecto restaurativo con menores en Limerick (Irlanda). En él
se ha utilizado un análisis de rentabilidad social de la inversión (Social Return on
Investment Analysis, SROI). Se ha calculado que cada euro invertido en el proyecto
revierte en 2,80 euros en valor social, con un alto beneficio, en particular, para la
comunidad y las víctimas.

Según otro estudio del Reino Unido, con base en las investigaciones de la profesora
Joanna Shapland, la justicia restaurativa puede ahorrar aproximadamente 12 euros por
cada euro gastado en sus programas, considerando especialmente la reducción de la
reincidencia (Rosetti y Cumbo 2010, 29; Restorative Justice Consortium 2010, 4)14. En el

13
Diferenciando los costes sociales de los costes externos, lo cual puede presentar dificultades en algunas
modalidades delictivas. Los costes sociales son costes que reducen el bienestar agregado de la sociedad
(Cohen 2000, 272). En todo caso, debe diferenciarse quiénes son las instituciones o personas que soportan
dichos costes (y, en su caso, resultan más beneficiadas).
14
Sobre el ahorro que suponen los programas restaurativos en la jurisdicción de menores en Inglaterra y
Gales, véase Barrow Cadbury Trust (2009). Sobre este mismo punto en el Reino Unido, aplicado a los
Círculos de Apoyo y Responsabilidad (CoSA) para la reinserción de delincuentes sexuales –los cuales
contienen algunos principios restaurativos-, véanse Elliott y Beech (2012), quienes concluyen que
31
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

ámbito noruego se calcula que una intervención de justicia restaurativa supone un gasto
de alrededor de 695 euros frente a un tratamiento institucional que costaría alrededor de
463.680 euros (Naciones Unidas 2013, 33).

La metodología SROI se basa una investigación participativa con todos los actores
concernidos en los programas, quienes ayudan a identificar cuáles son los cambios
positivos y negativos experimentados. Para poder medir en términos económicos valores
como el aumento de la autoestima, se consideran esas experiencias y, en su caso,
estimaciones del coste de una terapia que la refuerce. Estos cálculos y estimaciones
deben hacerse con total transparencia y rigor metodológico, desechando variables que
no sean importantes ya que apenas afectan al proceso, estudiando qué otros factores
producen cambios, además del programa, y considerando la sostenibilidad de esos
cambios a lo largo del tiempo.

Finalmente, otro valor interesante que se mide en este tipo de estudios es la cooperación
y la confianza interinstitucional para conseguir los objetivos propuestos.

6. Conceptos clave de la lección

-Control social.

-Fines del Derecho penal y de la pena.

-Modelo garantista/reduccionista o de contención/moderación punitiva versus modelo


de la seguridad ciudadana o modelo rigorista o expansionista.

-Inseguridad.

-Seguridad humana.

-Límites al ius puniendi.

-Principio de mínima intervención.

suponen un ahorro de hasta 23.494 libras que podría ser mayor considerando otros beneficios generales
para la sociedad. Sobre la especificación de estos beneficios sociales para los programas restaurativos,
vid. Naciones Unidas (2013, 32).
32
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

-Principio de humanidad.

33
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN II. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (1): POLÍTICA


CRIMINAL Y DELINCUENCIA DE CUELLO BLANCO15

1. Sobre el concepto de delincuencia de cuello blanco

Pueden encontrarse antecedentes de la preocupación criminológica por la delincuencia


económica (Geis 2006), pero debe reconocerse a Sutherland su teorización. Su teoría de
la asociación diferencial, incluyendo la ubicuidad de la delincuencia, fue formulada en
1939, en el contexto de una depresión económica mundial. Sutherland buscaba
desarrollar una teoría (sociológica, no jurídica16) comprensiva de la delincuencia
convencional y económica (teoría de la asociación diferencial) y puso el acento en cómo
el sistema penal opera de manera diferente para este último tipo de delitos (se penalizan
menos las conductas, se persiguen menos y se condenan aún menos17).

Sutherland se refirió a una gran modalidad de conductas en el ámbito de muy diferentes


ocupaciones, si bien en su monografía de 194918, White Collar Crime, se centró en los
delitos corporativos. Las tres características clásicas de este tipo de delincuencia son que
se desarrolla por personas de un alto nivel económico, con respetabilidad social, y que
cometen el delito en relación con su actividad profesional. Estas características son las
que la diferencian de la delincuencia económica convencional.

A pesar de la crítica constante al término de white collar crime (Tombs y White 2003), un
estudio sobre el estado de la cuestión actual en la bibliografía criminológica y
victimológica comparada nos ofrece algunas claves sobre su potencialidad como
herramienta metodológica de investigación en este campo, si bien en los países europeos

15
Extraído de Varona (2003).
16
Desde la perspectiva jurídica se le ha criticado su ambigüedad y escaso rigor. Cfr., ya en su origen,
Tappan (1947).
17
Sutherland citó una reflexión originaria de Anacaris de Sythia, en el siglo V a.C., si bien la atribuyó a un
especulador ferroviario: “La ley es como una telaraña. Está hecha para moscas y para los tipos más
pequeños de insectos, por así decirlo, pero los grandes abejorros la rompen. Cuando los tecnicismos se
ponen en mi camino, siempre he sabido apartarlos con toda facilidad” (citado en Geis 2006). Geis recoge
una lista de ejemplos proporcionados por Sutherland, entre los que se encuentran los políticos que
favorecen a sus anteriores empresas o personal de agencias reguladoras contratados después por ellas
(2006, 5).
18
Traducida al español, en 1969, por Rosa del Olmo y publicada por la Biblioteca de la Universidad
Central de Venezuela.
34
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

predomina el uso del término “delincuencia económica”, en el que, para algunos autores,
se subestima el factor de abuso de poder o confianza.

La delincuencia de cuello blanco difiere de la delincuencia convencional contra el


patrimonio porque la primera se refiere a conductas cometidas a través de empresas,
públicas o privadas, o por personas en el contexto de actividades comerciales,
industriales o financieras19. El lucro puede ser el móvil, pero las consecuencias de su
acción trascienden el orden socioeconómico y afectan el medio ambiente, la fe pública o
la confianza en las instituciones.

Desde los años cuarenta, cuando Sutherland desarrolló su teoría, el fenómeno más
destacable como cambio socioeconómico es la globalización, propiciada por la
revolución tecnológica en medios de transporte y comunicación. Muchos criminólogos
critican precisamente los déficits de las teorías criminológicas en cuanto que no
consideran este aspecto crucial (Viano 2009).

Para Hazel Croall, independientemente de su estatus social, lo importante es que los


delincuentes de cuello blanco ejercen un poder, respecto de sus víctimas, relacionado
con la confianza o el conocimiento que les da su ocupación. Implica un abuso de poder
en el ejercicio de una actividad legítima que puede suponer un ilícito –abarcando tanto el
ámbito penal como administrativo-. Respecto de la victimización, este autor destaca las
particularidades del daño producido.

Otros autores prefieren distinguir entre delitos ocupacionales y corporativos,


considerando si el beneficio es individual o entra dentro de la dinámica de empresa
(Clinard y Yeager 1980)20.

19
Fuera de estos marcos, podría discutirse la comisión delictiva de delitos de cuello blanco en el ámbito
lúdico, como en ciertos delitos informáticos o medioambientales (caza y pesca ilegales).
20
La delincuencia corporativa abarca comportamientos ilegales o ilícitos, según diferentes órdenes
jurídicos –no sólo el penal-, dentro de una organización legal y para su beneficio, ya sea por acción u
omisión. Esos comportamientos suelen inscribirse dentro de la práctica empresarial rutinaria (en este
sentido se aplica el concepto de carreras criminales y, desde la Victimología, el de victimización múltiple
y reiterada).
35
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

En última instancia, las controversias sobre el término de delincuencia de cuello blanco


se centran en las disputas sobre el locus de control o las explicaciones causales o
factoriales sobre la delincuencia en general (individuales21, grupales, sociales, culturales,
contextuales, situacionales...).

A finales de los años ochenta se potenció la investigación empírica en la Escuela de


Derecho de Yale, con resultados que matizaron en diversos aspectos las conclusiones de
Sutherland, si bien, posteriormente, también éstas han sido matizadas por autores como
Wheeler o Daly. En la actualidad existen diversas teorías integradoras con base empírica
(Braithwaite y Fisse)22.

Sobre la crítica a algunas bases epistemológicas (método de crítica social) y


metodológicas (ausencia de datos estadísticos y debilidad de los estudios de casos) de las
investigaciones sobre este tipo de delincuencia, cuestionando los resultados respecto de
la victimización, Shover indica (2006)23: “... una proporción considerable de delitos de
cuello blanco no son complejos, tienen pocas víctimas y dan lugar a un daño modesto ...
La situación tras muchos delitos económicos de cuello blanco probablemente sería que
las víctimas estarían enfadadas y molestas tras sufrir pérdidas financieras modestas, más
que emocionalmente abrumadas y en la indigencia. Dicho lo cual, prácticamente no cabe
duda de que para algunas víctimas de delitos de cuello blanco, el impacto de la
victimización es equiparable en cuanto a la intensidad y duración a las experiencias de
las víctimas de delitos callejeros”.

21
Vid., actualmente, la teoría del autocontrol de Michael Gottfredson y Travis Hirschi.
22
Resulta también innovadora la perspectiva de Balloni (2009) de aplicar la Psicología topológica o
teoría del campo de Kurt Lewin, con su concepto de espacio vital, al estudio de la delincuencia de cuello
blanco y al crimen organizado.
23
Auspiciado por el Centro Internacional de Criminología Comparada de Montreal, vid. la investigación
desarrollada en diversos países latinoamericanos, teniendo en cuenta el componente transnacional.
Sobre sus bases epistemológicas y metodológicas, vid. Aniyar de Castro. Se parte de una perspectiva
radical y se indica que: “Así como el estereotipo de delincuente convencional facilita la impunidad del
delincuente de cuello blanco, hay también un falso delito de cuello blanco que es a veces sancionado y
tiene visibilidad en los medios de comunicación. El mismo es cometido por funcionarios, profesionales o
empresarios de categoría intermedia o inferior, quienes son víctimas propiciatorias que representan la
ilusión de que estos hechos pueden ser perseguidos y sancionados, permitiendo la impunidad del
verdadero delincuente de cuello blanco” (p. 80). Utilizan análisis de noticias y encuestas sociales sobre la
formación de estereotipos.
36
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Esta última afirmación debe matizarse ya que dependerá de lo que se deje entrar dentro
del concepto de delincuencia de cuello blanco. En todo caso, en ocasiones, en algunos
textos de académicos activistas sí puede advertirse ese carácter moralizante o, en su caso
–como lo denominan algunos autores- populista que exige un Derecho penal
promocional.

Finalmente, en los delitos de cuello blanco, conviene señalar la relación de la macro y la


microcriminalidad. En este sentido podemos pensar, por ejemplo, en la relación entre el
delito de trata, el blanqueo de capitales, el tráfico de drogas, etc.

2. La invisibilidad de la delincuencia de cuello blanco: ¿es hoy más visible?

Podemos detenernos en diversos aspectos victimológicos interrelacionados, que


caracterizan la delincuencia de cuello blanco, ocupacional o empresarial, y que
explicarían su falta de atención por parte de la Criminología y la Victimología24, si bien
sensibles a cambios25. Así algunos autores señalan los siguientes siete aspectos:

A) El concepto de delincuencia atado al Código Penal y al imaginario social y profesional.

B) La ambivalencia de sus efectos al producir simultáneamente victimización y


beneficios sociales. Esto se relaciona con su actuación en los mercados legales e ilegales y
el valor social, por ejemplo, de las empresas respecto del empleo. Según el Director de la
Policía, al presentar el Plan de Acción de lucha contra la delincuencia económica y
blanqueo de capitales (2012), el 17% de los grupos organizados que operan en España
comete actividades criminales relacionadas con la corrupción, solapando actividades
económicas lícitas con actividad ilícita y generando una distorsión del sistema
económico.

C) La complejidad en la definición y persecución de estos delitos. En general, en los


delitos de cuello blanco la actividad procesal de la acusación no va dirigida, como en los
delitos convencionales, a destruir la presunción de inocencia del sospechoso, sino que se
centra en si esa conducta constituye o no delito y aquí radica la complejidad de delimitar

24
Los autores citados documentan la persistencia de lo que denominan un “enfoque convencional sobre
las víctimas de los delitos” que señalan como particularmente paradójico por cuanto, en las dos últimas
décadas, los delitos convencionales se han estabilizado o reducido en muchos países.
25
Algunos expertos apuntan a que la crisis económica ha favorecido la escasa tolerancia hacia la
corrupción y otros delitos de cuello blanco.
37
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

hasta dónde nos encontramos con un mero ilícito administrativo. En todo caso, pueden
darse también dificultades a la hora de individualizar la responsabilidad dentro de una
empresa u organización, sin perjuicio de la nueva regulación de la responsabilidad penal
de las personas jurídicas. En definitiva, los problemas de detección, persecución y
enjuiciamiento agrandan la cifra negra.

D) La difusión del tipo de victimización (victimización difusa).

E) La existencia de una gran victimización oculta26, no solo por la victimización difusa,


sino también por los aspectos particulares del componente subjetivo de este tipo de
victimización –no saben que son víctimas o no se consideran como tales-; prefieren no
dar publicidad al caso; las posibilidades de poder y contextuales de evitar la
criminalización, investigación y condena penal del infractor, etc. El entendimiento, por
parte de las víctimas, de las circunstancias que definen los delitos de cuello blanco
retroalimenta la falta de conciencia y de denuncia de este tipo de delitos (“son
demasiado poderosos”, “no van a hacer nada”, “todo funciona igual, en todos los
ámbitos”...).

F) La escasa organización ciudadana en comparación con otros movimientos de víctimas


frente a los lobbies y fortaleza de los infractores27.

G) El uso del Derecho penal para recabar la atención de los medios de comunicación,
dentro de pugnas por el poder económico y/o político (Geis 2006)28.

26
Más visible cuando se producen muertes, heridos o enfermedades, especialmente en delitos contra el
medio ambiente, contra los consumidores, en relación con transportes, etc. Vid. Goodey (2011), si bien
en la preocupación por desarrollar el acceso a la justicia o la tutela judicial efectiva en general, respecto
de la normativa europea existente sobre las víctimas en la UE, no se realiza una consideración particular
sobre las víctimas de la delincuencia de cuello blanco.
27
Geis se refiere a cambios en “una opinión pública emergente que exige unas prácticas comerciales
justas y equitativas, visión quizá relacionada con el sorprendente crecimiento de las inversiones de la
clases media, con frecuencia como parte de planes de jubilación. Asimismo, hoy en día las personas
están mejor formadas, pueden comprender más fácilmente los detalles de los abusos de poder. Y, a
medida que los ciclos vitales se van prolongando, las personas desean optimizar su bienestar y luchar
contra circunstancias que amenazan la vida tales como la contaminación del aire y del agua, los
ingredientes nocivos en la comida y las capas de amianto en sus hogares” (2006, 12).
28
Sobre el papel de los medios de comunicación españoles en la denuncia de delitos urbanísticos, vid.
Galiacho y Rubio (2011).
38
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

A continuación consideraremos algunos factores contextuales que favorecen la


victimización oculta para determinadas tipologías delictivas, centrándonos en
determinados segmentos de población y en los delitos de cuello blanco.

Modelo explicativo de la precariedad del


conocimiento sobre la victimización oculta o
ignorada. El ejemplo de los delitos de cuello blanco
(Davies, Francis y Jupp 1999):
Falta de
concienciación Falta
individual de
y pública estadísticas

No se
Falta de
produce
marco teórico
alarma social

Falta
Carencia
de
de
políticas
investigación
públicas Déficit
de
control penal

3. El contexto de los delitos de cuello blanco

Dentro de la delincuencia de cuello blanco, al hablar de tipologías recogidas en nuestro


Código penal, podemos considerar los delitos relativos a la propiedad intelectual e
industrial, al mercado y a los consumidores, los delitos societarios, el blanqueo de
dinero, los delitos contra la Hacienda Pública y contra la Seguridad Social, contra los
derechos de los trabajadores, relativos a la ordenación del territorio y la protección del
patrimonio histórico y del medio ambiente, ciertas falsedades y ciertos delitos contra la
administración pública y la administración de justicia, relacionados con la corrupción.

El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, anunció en noviembre de 2012 la puesta


en marcha del Plan de Acción de lucha contra la delincuencia económica y blanqueo de
capitales. Con el Plan se busca la neutralización de las vías de financiación y mejorar las
respuestas de las unidades de investigación ante fenómenos delictivos emergentes, -

39
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

asociados a las nuevas tecnologías-, la delincuencia económica, el blanqueo de capitales,


los fraudes electrónicos, los delitos fiscales o los delitos de corrupción. Se incluye, entre
otras cuestiones, la colaboración con organismos externos, una nueva aplicación
informática para reforzar el análisis operativo, la creación de una Unidad Central de
Investigaciones Tecnológicas, -que prestará servicio a otras unidades centrales de Policía
Judicial dedicadas a la investigación del crimen organizado, la corrupción o el blanqueo
de capitales-, y la implantación de un servicio central unificado de investigaciones
patrimoniales y de localización de activos.

Si consideramos las menciones a las víctimas en el Preámbulo de la LO 5/2010, de 22 de


junio, de reforma del CP, éstas son escasas, aunque en él se dice expresamente que una
de las líneas que caracteriza esta reforma es la protección de las víctimas, en cuanto que
se introducen reformas específicas, aunque no vinculadas a la delincuencia de cuello
blanco. Sí encontramos referencias en los siguientes términos: “La impunidad debida a la
prescripción de ciertos delitos castigados con penas de no excesiva gravedad (estafas,
delitos urbanísticos, por ejemplo, o algunos delitos contra la Administración Pública),
cuyo descubrimiento e investigación pueden sin embargo resultar extremadamente
complejos y dilatados, ha redundado en descrédito del sistema judicial y en directo
perjuicio de las víctimas. En este sentido, se opta por elevar el plazo mínimo de
prescripción de los delitos a cinco años, suprimiendo por tanto el plazo de tres años que
hasta ahora regía para los que tienen señalada pena de prisión o inhabilitación inferior a
tres años”.

En relación con la reducción de la impunidad, también se hace referencia a la


responsabilidad de las personas jurídicas, siguiendo la tendencia de la normativa
internacional (especialmente para la corrupción en el sector privado, las transacciones
comerciales internacionales, la pornografía y prostitución infantil, la trata de seres
humanos, el blanqueo de capitales, la inmigración ilegal, los ataques a sistemas
informáticos...), pero no se alude a aspectos victimales.

Sobre la corrupción se dice en dicho Preámbulo: “Otro de los aspectos importantes de la


reforma es la transposición de la Decisión Marco 2003/568/JAI, relativa a la lucha contra
la corrupción en el sector privado. La idea fuerza en este ámbito es que la garantía de
una competencia justa y honesta pasa por la represión de los actos encaminados a
40
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

corromper a los administradores de entidades privadas de forma similar a lo que se hace


a través del delito de cohecho. Porque con estos comportamientos, que exceden de la
esfera de lo privado, se rompen las reglas de buen funcionamiento del mercado. La
importancia del problema es grande si se repara en la repercusión que pueden tener las
decisiones empresariales, no solo para sus protagonistas inmediatos, sino para otras
muchas personas”.

En relación con el daño social producido por la delincuencia organizada, entendida


contra el orden público, se dice: “… el fenómeno de la criminalidad organizada atenta
directamente contra la base misma de la democracia, puesto que dichas organizaciones,
aparte de multiplicar cuantitativamente la potencialidad lesiva de las distintas conductas
delictivas llevadas a cabo en su seno o a través de ellas, se caracterizan en el aspecto
cualitativo por generar procedimientos e instrumentos complejos específicamente
dirigidos a asegurar la impunidad de sus actividades y de sus miembros, y a la ocultación
de sus recursos y de los rendimientos de aquéllas, en lo posible dentro de una falsa
apariencia de conformidad con la ley, alterando a tal fin el normal funcionamiento de los
mercados y de las instituciones, corrompiendo la naturaleza de los negocios jurídicos, e
incluso afectando a la gestión y a la capacidad de acción de los órganos del Estado./ La
seguridad jurídica, la vigencia efectiva del principio de legalidad, los derechos y las
libertades de los ciudadanos, en fin, la calidad de la democracia, constituyen de este
modo objetivos directos de la acción destructiva de estas organizaciones. La reacción
penal frente a su existencia se sitúa, por tanto, en el núcleo mismo del concepto de orden
público, entendido éste en la acepción que corresponde a un Estado de Derecho, es
decir, como núcleo esencial de preservación de los referidos principios, derechos y
libertades constitucionales”.

Otro ejemplo normativo de alusión al daño social de la delincuencia de cuello blanco, es


el Real Decreto Ley de Medidas para el Afloramiento y Control del empleo sumergido,
aprobado por el Consejo de Ministros el 3 de mayo de 2011. Establece un plazo para un
proceso de regularización voluntaria del empleo irregular de trabajadores, hasta el 31 de
julio de 2011, tras el cual se endurecen las sanciones administrativas relacionadas con las
conductas fraudulentas de empleo irregular o sumergido en sus distintas modalidades.
También se establece un plan para intensificar la eficacia de la vigilancia y control por

41
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

parte de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Además, con el fin de “incrementar


la conciencia social contra el fraude a la Seguridad Social que supone el empleo irregular,
el Plan incluye también la realización de campañas de sensibilización pública”. Se
entiende el empleo irregular como “uno de los elementos de la economía sumergida más
perjudiciales para la consecución de un crecimiento económico capaz de generar empleo
de calidad, competencia empresarial, reequilibrio de las cuentas públicas, protección
social de los trabajadores y justicia y solidaridad”29.

Por su parte, en la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley
Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, según se dice en su Exposición
de Motivos: “se refuerza la punición de los llamados delitos de corrupción en el ámbito
de la Administración pública. Con carácter general, se elevan las penas de inhabilitación
previstas para este tipo de delitos, y se añade la imposición de penas de inhabilitación
especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo. Además, se introducen nuevas
figuras delictivas relacionadas con la financiación ilegal de partidos políticos… Se crea,
dentro del Capítulo XI del Título XIII del Libro II del Código Penal, una nueva sección
referida a los «Delitos de corrupción en los negocios», en el que se incluyen los delitos de
pago de sobornos para obtener ventajas competitivas (se trate de corrupción en el sector
privado o de la corrupción de un agente público extranjero)”.

Se introducen determinadas modificaciones para reforzar la punición de los llamados


delitos contra la corrupción en el ámbito de la Administración pública: “De una parte, se
establece una previsión especial en materia de libertad condicional: podrá denegarse
cuando el penado hubiere eludido el cumplimiento de las responsabilidades pecuniarias
o la reparación del daño económico causado a la Administración a que hubiere sido
condenado. Con ello se pretende que los condenados a penas privativas de libertad por
delitos contra la Administración pública, cuando se haya acreditado una sustracción de
fondos públicos o un daño económico a la Administración, no puedan acceder al
beneficio de la libertad condicional si no han procedido a la correspondiente reparación
económica. Por otro lado, se revisan las penas previstas para todos los delitos
relacionados con la corrupción en el ámbito de la Administración pública, con el fin de
elevar las condenas previstas en la actualidad”.

29
Cfr., por comparación, las críticas a la denominada “amnistía fiscal” de 2012 que sólo ha conseguido
aflorar la mitad del dinero negro previsto.
42
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Por último, la reforma introduce un nuevo Título XIII bis con la rúbrica «De los delitos
de financiación ilegal de los partidos políticos», definiendo un tipo penal específico para
estos actos delictivos que castigará a aquellas personas que acepten y reciban donaciones
ilegales o que participen en estructuras u organizaciones cuyo principal objeto sea el de
financiar ilegalmente a un partido político.

La pregunta es si, más allá de la agravación de las penas o las ampliaciones de los plazos
de prescripción y otras modificaciones, la administración de justicia española cuenta con
medios suficientes para la prevención y persecución de este tipo de delitos en los que
parece haber aumentado la concienciación social hasta el extremo de que se tiende a
identificar toda la clase política con personas corruptas, afirmación que no se
corresponde con la realidad y que supone un gran peligro para la confianza en las
instituciones democráticas. Junto a esa pregunta, desde el punto de vista de los valores,
podemos interrogarnos sobre las cuestiones culturales que hacen que algunos países –
amén de la fiabilidad de las estadísticas y encuestas- aparezcan en diferentes posiciones
dentro del ranking de organismos como Transparencia Internacional o del
Eurobarómetro sobre la corrupción de la Unión Europea.

4. Entidad del daño

Dentro de la Criminología transnacional y comparada, se estudian los efectos de la


globalización en relación con la amenaza del crimen organizado sobre la seguridad. Se
habla así, para casos extremos, de los “ángulos ciegos de seguridad internacional y zonas
al margen de la ley” (Magaz 2011).

La tipología delictiva, en atención a los bienes jurídicos afectados, puede relacionarse en


términos victimológicos con la victimización producida y su carácter violento. En
Criminología por delincuencia violenta se entiende el comportamiento externo
criminalizado que supone un daño, físico, psíquico y/o social, a determinadas personas o
cosas. Otra definición válida de violencia consiste en calificarla como interacción social
con un resultado intencional de daño o amenaza, a una persona o a una cosa. En
términos generales, pueden diferenciarse distintos tipos de violencia: física y psíquica;
instrumental (ocasional o profesional) e intrínseca, gratuita, expresiva o simbólica
(patológica); estructural o institucional (macrovictimización)... Las explicaciones

43
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

tradicionales sobre la violencia, centradas en la física, dominan la cultura popular y


mediática (Stanko 2001, 317) y están claramente asociadas con las percepciones de
inseguridad.

Los delitos de cuello blanco han sido calificados por algunos autores como no violentos.
La característica de la ausencia de violencia puede relacionarse, en un plano teórico, con
la Victimología radical que cuestiona los márgenes de la definición jurídica de la
violencia y con la Victimología feminista en cuanto que se ha demostrado la pervivencia
de los estereotipos en los operadores jurídicos. Incluso en delitos contra la Hacienda
Pública, la corrupción entre particulares o el blanqueo de capitales puede pensarse que,
en última instancia, se producen daños físicos o psicológicos en el ámbito de la salud,
particularmente en épocas de restricción presupuestaria. Esta consideración se realiza
desde una perspectiva criminológica, conscientes de su difícil, e incluso peligrosa,
plasmación jurídica en un Derecho penal garantista, más allá de una utilización retórica.
En todo caso cabe preguntarse si, aunque el Derecho penal no configure o defina un
comportamiento como violento, ¿es así como lo perciben las víctimas, los autores, o la
sociedad en general?

Aquí debe considerarse de forma particular la delincuencia transnacional en relación con


los derechos humanos, así como la actividad de empresas multinacionales en países
donde se vulneran los derechos humanos –no sólo civiles y políticos, incluyendo el
derecho al medio ambiente y los derechos de los trabajadores-. En agosto de 2003, la
Subcomisión de las Naciones Unidas para la Promoción y Protección de los Derechos
Humanos aprobó las Normas de la ONU sobre las Responsabilidades de las Empresas
Transnacionales y Otras Empresas Comerciales en la Esfera de los Derechos Humanos.
En agosto de 2005, el secretario general de la ONU nombró al profesor John Ruggie
representante especial sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas
transnacionales y otras empresas comerciales30.

30
Según Ruggie (2009), profesor de la Universidad de Harvard: “los últimos veinte años han demostrado
un incremento continuo de casos de estados que ejercen la jurisdicción extraterritorial sobre individuos
en relación a crímenes internacionales, como son por ejemplo crímenes de guerra o crímenes de lesa
humanidad. También se incrementa el potencial para que estados ejerciten este tipo de jurisdicción
sobre empresas, como personas jurídicas, cuando los estados han adoptado el Estatuto de Roma y
donde la responsabilidad legal corporativa ya existe. En relación a este tipo de crímenes como por
44
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Se habla ya, incluyendo en el seno de la Comisión Internacional de Juristas, de abusos de


derechos humanos relacionados con el mundo empresarial, si bien particularmente a
escala transnacional31. Se demanda: “Identificar, y siempre que sea posible, facilitar
servicios de capacitación y asesoramiento a gobiernos, sociedad civil y víctimas de abusos
relacionados con la empresa en colaboración con la Oficina del Alto Comisionado para
los Derechos Humanos”32. Todo ello en relación con la llamada responsabilidad social

ejemplo el terrorismo y el lavado de dinero, ya existen acuerdos internacionales generales que tratan
directamente a la responsabilidad corporativa”. Cassel entiende que el art. 25 del Estatuto de Roma no
permite interpretar la existencia de responsabilidad corporativa, pero sí advierte una tendencia
internacional a reconocerla, de forma preferente, en el ámbito penal –apoyada en el número de
ratificaciones de otros convenios que sí lo permiten (Convenio de 1997 de la OECD sobre el soborno a
funcionarios; la Convención de 1999 de las Naciones Unidas sobre la financiación del terrorismo y la de
2000, también de Naciones Unidas, sobre el crimen organizado transnacional)-. A través de las Leyes
Orgánicas 3/2000 y 15/2003 se incorporó a nuestro Código Penal el delito de corrupción de funcionario
público extranjero en las transacciones comerciales internacionales, en cumplimiento del Convenio de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de Lucha contra la Corrupción de
Agentes Públicos Extranjeros en las Transacciones Comerciales Internacionales. Vid. el art. 445 CP, tras
la reforma de 2010.
Vid. también Good practice guidance on internal controls, ethics, and compliance, adoptadas el 18 de
febrero de 2010, por el Consejo de la OECD, en relación con la Convención para combatir los sobornos
de funcionarios extranjeros en transacciones comerciales internacionales. Cfr. los Principios Rectores en
Materia de Prevención del Delito y Justicia Penal en el Contexto del Desarrollo y de un Nuevo Orden
Económico Internacional fueron aprobados por el Séptimo Congreso de las Naciones Unidas sobre el
Delito y Tratamiento del Delincuente, en Milán, del 26 agosto al 6 de septiembre de 1985, y por la
Asamblea General de dicha Organización, en su resolución 40/32. Vid. también la Nueva Declaración de
Haven sobre la Transparencia financiera corporativa, donde se reconoce que, aunque una de las
primeras responsabilidades de las empresas hacia la sociedad es pagar una contribución justa de
impuestos, las estrategias fiscales agresivas y creativas a escala global se han convertido en una
tendencia común entre las corporaciones multinacionales.
Al profesor Ruggie, que inició su labor en 2005 y ha continuado hasta 2011, se le solicita que, “yendo
más allá de la esfera legal, valore las políticas y mejores prácticas de los estados y empresas e incluso
idee metodologías para la valoración del impacto de la actividad empresarial en los derechos humanos”.
Los Principios rectores finalmente redactados en el seno de la ONU han causado insatisfacción en
algunos organismos de defensa de los derechos humanos. Si bien mencionan el acceso a la justicia para
las víctimas de abusos por parte de empresas, no hacen referencia concreta al derecho humano
internacional a un recurso efectivo.
31
Véase la Declaración Conjunta de la Sociedad Civil sobre los Principios rectores en relación con las
empresas y los derechos humanos, de junio de 2011 (Joint Civil Society Statement on the draft Guiding
Principles on Business and Human Rights).
32
El Observatorio español de Responsabilidad Social Corporativa se adhiere a la declaración impulsada
por ONG internacionales, en la que se pide al Consejo de Derechos Humanos que reafirme su objetivo
45
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

corporativa. El Observatorio Español de Responsabilidad Corporativa desarrolla la


campaña: Derechos para las personas, reglas para los negocios, en la que se solicita a los
jefes de estado de la Unión Europea y al presidente de la Comisión Europea, que se
considere que: “Las empresas europeas deben asumir su responsabilidad legal cuando
causan impactos negativos sobre las personas y el medio ambiente, en cualquier país
donde estén operando. Las empresas multinacionales deben publicar información veraz
sobre sus actividades. Las víctimas de terceros países deben tener acceso a la justicia en
la UE”.

5. Realidad estadística internacional, comparada e interna

Sobre la realidad en datos de este tipo de victimizaciones, podemos aludir a diversas


encuestas de las organizaciones no gubernamentales y agencias gubernamentales en el
ámbito internacional y comparado.

Desde hace más de diez años, Transparencia Internacional realiza una encuesta sobre las
percepción de la corrupción en los países33 –o, en su caso, en las comunidades
autónomas-. También deben considerarse aquí los informes de otras organizaciones
como Global Financial Integrity o la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio
y Desarrollo (UNCTAD)34, así como los Eurobarómetros de la Unión Europea.

de avanzar en la protección de los derechos humanos en relación con la actividad empresarial y evaluar
los progresos en este sentido. También se solicita que se establezca un sólido mecanismo para dar
seguimiento de la labor del profesor John Ruggie, Representante Especial de la ONU sobre empresas y
derechos humanos, cuyo mandato finalizó en junio de 2011. Vid. http://www.observatoriorsc.org. Este
observatorio trabaja en el ámbito de la banca responsable, evitación de paraísos fiscales y
transparencia.
33
Según las percepciones recogidas en el Eurobarómetro de la Unión Europea de 2009, el 75% creía que
en su país había corrupción. En España se elevaba al 89%, porcentaje similar al de quienes consideraban
que hay corrupción en los ayuntamientos. En 2010, sobre datos policiales, sólo el Cuerpo Nacional de
Policía contabiliza 750 investigaciones con políticos implicados; 1.000 personas implicadas y más de
3.000 millones de euros incautados en casos de corrupción (El País).
34
Se estudia cómo la conversión del mercado de productos alimentarios o materias primas en un
mercado financiero distorsiona los precios. Los inversores no se preocupan de producir alimentos a
precios asequibles, sino de que sus inversiones les hagan más ricos (Knaup, Schiessl y Seith 2011).
46
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Asimismo son públicas las Encuestas del Centro Nacional sobre Delincuencia de Cuello
Blanco –organización no lucrativa, financiada federalmente-35, de EE. UU. En 2007 se
estimó que uno de cada tres hogares era víctima de este tipo de delitos, aunque sólo lo
denunciaba un 41% y el porcentaje iba disminuyendo a medida que se estrechaba el
embudo penal.

Contamos también con resultados de encuestas recientes, desde 2009, de organizaciones


privadas, que trabajan en el mundo empresarial, y se centran principalmente en los
fraudes y el blanqueo de capitales30. Así en Suiza se concluyó, en 2010, que los inversores
eran las principales víctimas de la delincuencia de cuello blanco (KPMG Forensic Fraud
Barometer)36, seguidas por las instituciones financieras. Se advierte una disminución en
el número de condenas de los últimos años, achacada a los acuerdos a los que se llegan
para evitar el juicio penal, valorando las ventajas en relación con la rapidez, los costes
económicos y la discreción.

Se cifraba en un 20% la delincuencia conocida en este ámbito y menor aún los casos que
llegan a condena. La mayor parte de las personas responsables pertenecían a la gestión
de empresas en la zona de Zurich –donde se concentra la actividad financiera-. Este
estudio también cifraba los costes económicos de este tipo de delincuencia, desglosando
por el tipo de infractor y víctima37.

En el ámbito interno38, además de los estudios y encuestas internacionales que abarcan


nuestro país, podemos preguntarnos sobre la información contenida en las estadísticas

35
Esta organización sirve de apoyo a la policía estatal y federal en la prevención, investigación y
persecución de los delitos económicos y tecnológicos.
36
Se tienen en cuenta los casos que hayan sido instruidos o hayan llegado a un juicio penal, así como los
conocidos a través de la prensa, siempre y cuando el daño económico supere los 50.000 francos suizos.
Vid. www.kpmg.ch.

37
Vid. también la Encuesta sobre la Delincuencia Económica en Europa, desarrollada por Price
Waterhouse Coopers en 2009 (http://www.pwc.com). Se trata de una encuesta internacional que
analiza el contexto de la crisis económica y se centra en el fraude. Debe subrayarse que estas encuestas
no abarcan todas las modalidades delictivas que pueden entenderse dentro de la criminalidad de cuello
blanco.
38
Véanse, en el ámbito internacional y supranacional, las agencias de las Naciones Unidas y de la Unión
Europea que se ocupan de estos asuntos e influyen en la política criminal estatal mediante la creación d
normas de obligado cumplimiento (convenios ratificados, Directivas, etc.), en un campo donde la
47
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

oficiales. En septiembre de 2011, según datos del CGPJ, durante la apertura del año
judicial, se destacó respecto del año anterior el incremento de delitos de cuello blanco y
la disminución de la delincuencia convencional. Estos datos parecen corresponderse con
los policiales39 y las memorias de la Fiscalía General del Estado.

También se puede acudir, con las limitaciones propias de esta metodología, a fuentes
periodísticas, si bien diversos estudios constatan la menor presencia en los medios de
este tipo de delitos –en relación con la ausencia de morbosidad y por su complejidad-,
contribuyendo al proceso de invisibilidad. Por otra parte, más de 100 candidatos
implicados en causas judiciales relacionadas con corrupción y delitos contra la
ordenación del territorio y urbanismo, concurrieron en las listas electorales, por
diferentes partidos, en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2011 (El
País, 10 de abril de 2011, p.16-17).

Los delitos de cuello blanco ocasionan daños económicos que repercuten en el orden
socio-económico del país y daños inmateriales, como el efecto resaca o espiral
(conversión de la ilegalidad en costumbre); la reacción en cadena (repercusión de los
daños en los empleados y los ciudadanos); el poder corruptor (al involucrar a
funcionarios públicos y políticos); y la deslegitimación de la justicia (al sentir los
ciudadanos que estos infractores son intocables frente a otros que cometen delitos
menos graves)40.

Sobre la precariedad de los datos estadísticos en relación con la victimización oculta por
la complejidad derivada de la persecución de estos delitos, podemos aludir a la Memoria
de la Fiscalía General del Estado, relativa a 2010: “Hoy en día no cabe hablar de
delincuencia económica de especial trascendencia sin vincularla necesariamente al
crimen organizado, la delincuencia transnacional o el blanqueo de capitales a gran

prevención del blanqueo de capitales se relaciona, de forma creciente, con la prevención del terrorismo,
particularmente tras los ataques del 11-S.
39
Véanse datos del Departamento de Interior del Gobierno Vasco sobre la actividad de la Ertzaintza en
diversas modalidades delictivas. Cfr., en la constatación del estrechamiento del llamado embudo penal,
los datos de las personas condenadas por estos delitos en las memorias de Instituciones Penitenciarias .
40
Puede reflexionarse sobre la relación de los conceptos de impacto o daño social (social harm)
(intangible), interés público, moralidad y victimización difusa y secundaria a través del daño
institucional.
48
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

escala”41. Asimismo se dice: “También este año debemos hacernos eco de la aspiración de
la mayor parte de las Fiscalías de contar para mejorar el despacho de los asuntos de
nuestra competencia con un equipo de expertos en las materias relacionadas con aquella
(contabilidad, negocios bancarios, urbanismo, etc.), y por supuesto con un grupo de
funcionarios de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, adscritos de forma exclusiva y
permanente a la Fiscalía, para la mejor investigación de los hechos de su
competencia./Una vez más hemos de dejar constancia del generoso esfuerzo de los
fiscales delegados de la materia y/o los Fiscales Jefes en mantener una cordial relación
con las entidades y organismos que intervienen de alguna forma en la investigación de
los delitos que nos están encomendados: Agencia Tributaria, y Haciendas Forales,
Abogacía del Estado, Vigilancia Aduanera, Policía Judicial especializada, entre otros./
Podemos decir que gracias a ello se ha creado un clima de estrecha colaboración que,
desde luego, redunda muy positivamente en el éxito del trabajo respectivo”.

Al mismo tiempo: “Una vez más debemos lamentar que a día de hoy no dispongamos
todavía de un sistema informático integrado que nos permitan reflejar de una forma
clara y precisa las estadísticas de nuestra Sección. Únicamente el celo (y a veces el
denodado esfuerzo de algunos compañeros que como el de Badajoz han creado un Libro
Registro de Delitos Económicos) de los Fiscales, permite un acercamiento no del todo
fiable en su exactitud, a la evolución de la delincuencia en la materia. Es evidente que los
factores a los que se ha aludido en el epígrafe anterior, han contribuido a aumentar
sensiblemente el número de asuntos incoados. En todo caso y refiriéndonos solo a
tendencias generales, en lo que se refiere a delito fiscal se observa un ligero incremento
de las investigaciones por defraudación del Impuesto de Sociedades y del IVA, mientras
permanecen estabilizadas las investigaciones referentes al IRPF (p. 1170). Desde la
Fiscalía de Alicante se constata la dificultad que presentan la mayoría de los asuntos
remitidos a la Sección. «Se trata –dice– de verdaderas operaciones de ingeniería financiera,
organizadas además por consumados expertos (juristas, economistas, etc.) cuyo desbroce
requiere conocimientos y preparación jurídico-tributaria, y una dedicación temporal muy
amplia, que la dinámica de trabajo no siempre permite» (p. 1171).

41
Disponible en http://www.fiscal.es, p. 324. A continuación se señalan una serie de procedimientos en
los que ha intervenido la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada. En las
páginas 731 y ss. se detalla su actividad procesal en el último año.
49
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Desde la Fiscalía de Bizkaia, se sorprenden de que no se haya llevado ninguna denuncia


relativa a delitos contra la Tesorería General de la Seguridad Social. Otros señalan la
tardanza en la tramitación de expedientes. En Barcelona, se refleja que se ha producido
un notable aumento del número de denuncias presentadas directamente en la Fiscalía, lo
que a su juicio es señal del progresivo aumento de la confianza de la ciudadanía en la
Institución.

Se indica que: “Por el contrario se incrementan, en casi un 10 por 100 los delitos de
receptación y blanqueo de capitales que en el año 2010 determinaron la incoación, en
conjunto de un total de 2.063, de los que 130 lo fueron por la segunda de las figuras
delictivas mencionadas. Al respecto es también importante mencionar en este apartado,
las nueve diligencias previas incoadas por los órganos de la Audiencia Nacional por
delitos de blanqueo de capitales” (p. 278).

Además: “A diferencia de lo constatado en otros títulos del Código Penal, los


comportamientos delictivos previstos en el Título XIV dedicado a delitos contra la
Hacienda Pública y la Seguridad Social determinaron un claro incremento, de un 40,87
por 100, en el volumen de incoaciones, respecto del anterior ejercicio. Suben en un 11,73
por 100 los expedientes relativos a defraudaciones tributarias, y en más de un 200 por 100
los relativos a fraudes a la seguridad social, índice elevadísimo que sin embargo
únicamente es reflejo de un incremento en 254 en el número de expedientes incoados
que alcanzan la cifra de 358 en el año 2010. Se mantiene, sin embargo estable, el número
de nuevas diligencias por delitos de fraude de subvenciones, que suman 35 en cada uno
de los dos últimos ejercicios” (p. 279).

En cuanto a las explicaciones contextuales sobre los delitos de cuello blanco, debe
considerarse la aplicación de las teorías de la elección racional, en relación con la
Victimología. Así puede aludirse a las teorías sobre el estilo de vida y de las actividades
rutinarias. Tomando como ejemplo la corrupción, esta conducta está relacionada con lo
que victimológicamente se conoce como abuso o desviación de poder. Jiménez Villarejo
señala cuatro ámbitos específicos de riesgo dentro de la Administración: la contratación
pública, la financiación de los partidos, la regulación urbanística y el régimen de
incompatibilidades (2000). Existen diferentes índices de percepción de la corrupción, a
modo de encuestas de victimización a agentes específicos, como el que elabora y puede

50
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

verse en su web, Transparency International. Si consideramos que algunos países más


industrializados tienen menos corrupción, debe rechazarse el determinismo de la
afirmación "a mayor desarrollo económico, más corrupción". Una explicación más válida
es la que conecta estas conductas con déficits en la cultura democrática y en los
mecanismos de prevención (por ausencia de procedimientos basados en la objetividad y
la transparencia e instrumentos de control, incluyendo las sanciones).

6. Algunos resultados de investigaciones empíricas sobre la validez de las teorías


aplicadas a políticas preventivas

En este campo de la investigación criminológica y, concretamente, victimológica queda


todo por hacer. Por volumen de investigaciones, a escala interna y comparada, hemos de
decir que la Criminología y, concretamente, la Victimología se han ocupado mucho más
de los delitos contra las personas y contra el patrimonio. Esta cuestión queda reflejada en
la elección de temas para trabajos, tesinas y tesis en disciplinas afines a la Criminología.
Diversos autores señalan las dificultades de encontrar financiación por parte de las
instituciones, a veces objeto de estudio, así como de acceder a las fuentes de datos. Ello
explica la búsqueda de información por parte de los investigadores más allá del campo
penal, criminológico y victimológico.

Cabe recordar que la relevancia del término “delincuencia de cuello blanco” no reside en
su capacidad de sistematización o comprensión, sino más bien, de forma contraria, en su
capacidad de ampliar nuestra mirada sobre la complejidad de la realidad. Este mismo
valor es el que posee el término de victimización oculta y la combinación de ambos en
estos apartados pretende precisamente profundizar en él. No se trata de una
contribución técnica, jurídica o policial, sobre estos temas, sino sociológica sobre su
concepción y aplicación. Junto a equipos estables de investigación que, de forma
reciente, se están consolidando en el ámbito jurídico-penal sobre la delincuencia
económica y organizada, cabe aludir ahora, a diversas conclusiones de investigaciones
criminológicas en este campo, dentro y fuera de nuestro país. Estas conclusiones resultan
particularmente relevantes, ante la precariedad de las estadísticas oficiales y la ausencia

51
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

de consistencia y escasez de las encuestas de victimización y autodenuncia, cuando se


refieren a estudios que combinan diversas metodologías42.

Algunas investigaciones han concluido que la crisis económica actual conllevará un


replanteamiento de valores ante una cierta quiebra moral de la economía de mercado, tal
y como la hemos conocido hasta ahora. Los fundamentos éticos de la economía se
encuentran en valores como la confianza, la equidad, la justicia o la buena fe en las
relaciones económicas y el entendimiento de las consecuencias negativas de la
desigualdad, el fraude, el expolio o la corrupción (Costas 2011, 27)43.

Sobre esta cuestión han tratado diversos estudios sobre la confianza interpersonal y
pública44 (en las instituciones públicas y privadas) y sobre capital social45. Pueden citarse,
a modo de ejemplo, el European Mindset (2009, Fundación BBVA), la European Social
Survey y el estudio Pulso de España 2010 (Fundación Ortega y Gasset- Gregorio
Marañón). Estos estudios ponen de relieve la relación entre confianza social, política y
satisfacción democrática.

En la Encuesta 2007 sobre capital social desarrollada por Eustat, se entiende éste como
participación y confianza. A su vez la confianza puede configurarse como la seguridad de
que una parte no explotará la vulnerabilidad de otra en cualquier tipo de intercambio o
interacción. Según diversos estudios, la desconfianza se origina y se mantiene con la
corrupción, asociada a bajos niveles de eficacia de los gobiernos, malas burocracias y a
Estados de Derecho débiles46.

42
Más allá de las encuestas y los estudios de casos, pueden considerarse el trabajo de campo en
determinados lugares de trabajo y el desarrollo de grupos de discusión con segmentos de la población
más vulnerable.
43
Desde el punto de vista histórico, vid. Reinhard y Rogoff (2011).
44
Vid. también World Justice Project Rule of Law Index 2010.
45
Véase el reciente estudio europeo SPAN (Study of Peer, Activities and Neighbourhoods), cuestionarios
de autoinforme a más de 800 jóvenes. Se resalta la importancia del alcohol, la disponibilidad de armas,
la ausencia de control parental y las actividades desestructuradas, entre otras, como factores
situacionales, aunque no se puede determinar bien si son causas o efectos. Se subraya la importancia
del capital social (Putnam 2000) como un valor colectivo que permite la conexión entre diferentes
individuos en los barrios; interacciones frecuentes entre gente diversa; así como la confianza y la
participación social.
46
Vid. Informe de la Democracia 2011 del Laboratorio de la Fundación Alternativas.
52
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

En el IV Barómetro Externo de la Abogacía, elaborado por Metroscopia para el Consejo


General de la Abogacía Española en 2011, se relacionaba la crisis económica con la
desconfianza en el Estado de Derecho, ante el aumento del porcentaje de respuestas que
consideran que España tiene un Estado de Derecho en peor situación que el resto de
países avanzados.

La prevención de la delincuencia de cuello blanco pasa por una normativa coherente,


especialización y dotación de medios de las agencias de control, así como una mejor
coordinación internacional, la difusión de información a los ciudadanos y su
concienciación, y el apoyo a las organizaciones de consumidores u otras. Asimismo debe
evaluarse la eficacia de las distintas sanciones posibles: desde la pena privativa de
libertad, la multa, el trabajo al servicio de la comunidad, la inhabilitación, hasta las
consecuencias accesorias para las personas jurídicas.

Como algunos aspectos preventivos específicos se recalcan los siguientes:

A) En el ámbito de la prevención primaria y secundaria:

-Concienciación social y dotación de recursos47.

-Importancia de aspectos culturales48. Incidir en los factores que influyen en la educación


ética en las escuelas de negocio (Wallas, Tassabehji y Cornelius 2006).

-Fomento de la transparencia como prevención y del pensamiento creativo de los fiscales


para recuperar los bienes defraudados u ocultados a la Administración Pública.

-Los llamados análisis de redes en relación con la criminalidad organizada suponen una
nueva herramienta metodológica para estudiar la complejidad de estas conductas y su
visualización.

-Necesidad de armonización legislativa49.

47
Es precisa la dotación de medios, la creación de unidades especializadas de policías y fiscales y la
asistencia judicial a través de un cuerpo de peritos (biólogos, químicos, ingenieros...).
48
Vid. la investigación de Tänzler, Dirk y Angelos Giannakopoulos, coords. (Universidad de Constanza,
Alemania), 2006-2009, Crime and Culture: Seeing Corruption. Comparative Research on Perceptions of
Corruption in Bulgaria, Croatia, Germany, Greece, Romania, Turkey and the United Kingdom.
53
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

-En EE. UU., donde existe el principio de oportunidad, se utiliza de forma creciente la
amenaza de investigación penal y se llegan a una serie de acuerdos para evitarla, de
forma que se acude a otro tipo de mecanismos de control. Se critica que los acuerdos son
demasiado suaves, que no se supervisa lo suficiente su cumplimiento y que pueden
existir disparidades de criterios en los fiscales que llegan a ellos (Barkow y Barkow 2011).

-Desde los años noventa se advierte una tendencia a la expansión de la responsabilidad


penal empresarial en diversos países, particularmente del ámbito anglosajón (Pieth 2011),
que ha sido seguida en la reforma de 2010, si bien no existen estudios concluyentes sobre
su aplicación.

-Desplazamiento de la prevención más allá del ámbito penal (Turner 2011).

B) Dentro de la prevención terciaria, conviene resaltar:

-Las palabras, pronunciadas o escritas, sobre la “lucha” contra la delincuencia económica


u organizada no sirven de nada sin acciones concretas destinadas a mejorar el
reconocimiento y el trato digno hacia las víctimas, en un concepto amplio, por parte de
distintos profesionales50. Se necesita incidir en la información, el apoyo, el acceso a la
justicia, la reparación y la prevención desde un plano victimal, con especial énfasis en las
víctimas vulnerables (Goodey 2011). Esta ha sido la idea inspiradora de la Comisión

49
Que evite, de algún modo, la dispersión normativa. Sobre la necesidad de armonización a escala
global, cfr. las iniciativas ya existentes por parte de las Naciones Unidas, del Consejo de Europa y la
Unión Europea. Véase la ley canadiense de 2011, Standing Up for Victims of White-Collar Crime Act (Bill
C-21), en http://laws.justice.gc.ca/eng/AnnualStatutes/2011_6/page-1.html. Sobre ella vid. Caylor y
Groia (2011). Esta ley básicamente endurece las penas por fraude, ante el entendimiento del
“devastador impacto de la delincuencia de cuello blanco” en muchas poblaciones canadienses. Se
producen agravaciones atendiendo a la vulnerabilidad victimal, a la falta de cumplimiento de los
estándares profesionales y a la magnitud, complejidad y duración del fraude y su planificación. Además
se incide en la compensación a las víctimas como parte de la condena, aludiendo a la posibilidad de
“community impact statements” para valorar la victimización sufrida por barrios u organizaciones.
50
Shichor (1998) señala una tendencia en jueces y jurados de buscar la “víctima ideal”, más difícil de
encontrar en la delincuencia de cuello blanco. Tienden a ser más severos en casos en que se visualiza
más a las víctimas y cuando la relación entre el delito y el daño victimal es directa, también si la víctima
muestra mayor indefensión o vulnerabilidad.
54
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Europea, para las víctimas en general, en consideración del Tratado de Lisboa, al elaborar
una nueva Directiva sobre los derechos de las víctimas en la UE51.

-Las investigaciones indican que la gravedad de la victimización, en términos


cuantitativos y cualitativos, puede ser mucho mayor en este tipo de delitos que en la
delincuencia económica convencional. Algunos autores han demostrado su mayor
impacto en los segmentos de la población más desfavorecidos –incluyendo las mujeres-,
otras investigaciones señalan las circunstancias que propician una menor visibilidad en
segmentos mejor posicionados.

-La importancia de la reparación de los daños52, respetando el principio de igualdad de


trato respecto de otras tipologías delictivas. Estudios como los de Croall señalan que en
aquellos delitos en que se producen daños personales, se dan escasas políticas de
prevención y de asistencia a las víctimas (consumidores, trabajadores, empresarios...).
También se indica que las sentencias condenatorias se centran en la prevención especial
o general y no en la reparación a las víctimas.

-La justicia restaurativa ha proporcionado buenos resultados en este ámbito, aplicada


también en el ámbito sancionador administrativo para superar las críticas al llamado
enfoque “compliance”, centrado en controles más o menos internos de carácter
preventivo (Braithwaite). Las perspectivas de las víctimas son necesarias para desarrollar
respuestas restaurativas y, en general, innovadoras y eficientes penal y socialmente ante
la delincuencia de cuello blanco.

-La necesidad de programas específicos ante la existencia de victimización reiterada y


múltiple.

7. Conceptos clave de la lección

-Victimización difusa.

-Entidad del daño.

51
Directiva 2012/29/UE del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2012 por la que se
establecen normas mínimas sobre los derechos, el apoyo y la protección de las víctimas de delitos, y por
la que se sustituye la Decisión marco 2001/220/JAI del Consejo.
52
Véanse los delitos en que la reparación voluntaria del daño se contempla como atenuación, así como
la alusión a la orden judicial de medida de restauración. Puede considerarse también la relación entre el
concepto de reparación y las posibilidades de regularizar la situación en delitos, por ejemplo, contra la
Seguridad Social.
55
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

-Derecho penal simbólico.

56
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN III. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (2): POLÍTICA


CRIMINAL Y TERRORISMO

I. Terrorismo53

1. Concepto y características criminológicas54

1. 1 Concepto criminológico y jurídico-penal

Las prácticas violentas que pretenden causar terror para conseguir cambios en el poder
se remontan a la Antigüedad, pero el surgimiento del término terrorismo está vinculado
a la modernidad.

Waldmann señala cuatro elementos definidores del terrorismo (1999):

a) la comisión de atentados violentos escandalosos o que producen alarma social;

b) ideados y perpetrados desde la clandestinidad;

b) dirigidos contra un orden político establecido;

c) con el fin de provocar un sentimiento de inseguridad general, pero también de


simpatía y complicidad entre la minoría de la población que les apoya.

Respecto del segundo aspecto, Waldmann destaca dos características del cálculo
terrorista:

a) el quebrantamiento ofensivo de unas normas que están supeditadas a un fin más justo,
y

b) el ataque sorpresivo y provocador.

Si el adversario reacciona con un contragolpe más duro, el agresor aparecerá como


víctima. A pesar de este cálculo, la historia demuestra que apenas tiene éxito a largo
plazo. En cuanto al tercer aspecto, hay quienes legitiman el terrorismo explicando que

53
Este texto procede de Varona (2002).
54
Los delitos de terrorismo se encuentran regulados dentro del Título XXII del CP dedicado a la
criminalidad contra el orden público, donde se hallan también los atentados contra la autoridad, sus
agentes y los funcionarios públicos, la resistencia y desobediencia, los desórdenes públicos y la tenencia,
tráfico y depósito de armas, municiones o explosivos.
57
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

las acciones no son tales si se trata de movimientos de liberación nacional o si el estado


contra el que se dirigen no es democrático. Estas definiciones olvidan que lo esencial es
el objetivo de provocar terror en la población mediante el uso de la violencia. Por otra
parte, el ataque al orden político establecido deja fuera, por incorrecto, el uso del
término terrorismo para aplicarlo a la violencia familiar y debe interpretarse en sentido
amplio para abarcar el terror estatal.

Fisas se ha referido al "síndrome del 11-S" por el que se interpreta "... todo lo que ocurre
en el mundo bajo el prisma del terrorismo, sin distinguir la naturaleza diferenciada de
cada una de sus expresiones..." (2002, 6). Dentro de los tipos de terrorismo, suelen
destacarse:

a) por su ámbito: estatal55 e internacional (minoritario, pero después del 11-S más
alarmante ante la globalización)56. Tras el 11-S, se alude al término de terrorismo global o
reticular (en red);

b) por sus fines, Waldmann distingue (1999): social-revolucionario; étnico-nacionalista;


religioso; y vigilante (p. ej.: GAL, Ku-Klux-Klan).

c) por su gravedad, después de la reforma del Código penal de 1995, Martín Pallín señala
tres categorías de delitos (2002, 13): terrorismo de acción; terrorismo de colaboración; y
terrorismo de opinión.

Conviene citar aquí el auto de la Sala Penal del Tribunal Supremo de 23 de mayo de 2002,
sobre el caso Otegi, en el que se niega la jurisdicción universal respecto del delito de
apología del terrorismo por no entenderlo como terrorismo en sentido estricto57. En el
auto de 14 de junio de 2002, el Tribunal Supremo ratificó el archivo de la querella contra
Otegi, en la resolución del recurso presentado por la Fiscalía, al considerar que por
delitos de terrorismo se comprenden exclusivamente las prácticas "de quien recurre a la
violencia contra las personas o las cosas para provocar alarma o pánico, haciéndolo
generalmente de forma organizada e invocando fines políticos". El delito de apología del

55
En España consideramos principalmente a ETA, GRAPO, Terrra Iure y GAL.
56
Vid. Enders y Sandler (2000).
57
Según dicho auto: "... la apología del terrorismo, cuando se persique penalmente, es un delito (de
opinión) que versa sobre otro delito distinto, o delito-objeto: el de terrorismo, con el que no puede
confundirse...".
58
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

terrorismo se califica como un "delito de opinión que tiene al terrorismo como referente
necesario pero externo". Por otra parte, en dicho auto se afirma: "Está fuera de duda que
el enjuiciamiento de las acciones constitutivas de terrorismo, como, por lo demás, el de
las que pudieran serlo de genocidio o de tortura, se encuentra imperativamente sujeto al
principio de jurisdicción universal, cuestión que como tal es ajena a esta causa"58.

Normativa internacional

Todas estas disquisiciones nos llevan a señalar las dificultades políticas de definir
jurídicamente qué es terrorismo, tanto por parte de instituciones internacionales como
internas. En la normativa internacional de las Naciones Unidas existían ya, antes del 11-
S, una serie de instrumentos jurídicos59, entre los que destacan la resolución del Consejo
de Seguridad, de 19 de octubre de 1999, sobre el terrorismo en general, y otra de
diciembre de dicho año sobre su financiación. El 29 de septiembre de 2001 se aprobaron
medidas imperativas a través de la resolución 1. 373 del Consejo de Seguridad, que ha
conseguido el consenso de países que representan intereses muy diversos. El
compromiso supone negar cualquier tipo de apoyo político y financiero al terrorismo y
cooperar en las investigaciones60. Este compromiso será vigilado por un Comité de
Seguimiento. No se define el terrorismo, ni se diferencia entre su alcance interno o
internacional, y tampoco se incluye una lista de organizaciones terroristas, como las
elaboradas por el gobierno estadounidense y la Unión Europea.

La Posición Común del Consejo de la Unión Europea n.º 931, de 27 de diciembre de


2001, sí establece una definición de terrorismo y una lista de personas, grupos y
entidades relacionadas con el mismo61. Son actos terroristas aquellos que pueden

58
Esta aclaración puede interpretarse en referencia al polémico auto de 31 de mayo de 2002 de la Sección
Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional que extrapola las conclusiones del auto de 23 de mayo para
revocar la orden de prisión y detención del ex ministro de Defensa chileno en el caso Soria.
59
Tras numerosos debates, en 1985, la Asamblea General de las Naciones Unidas definió de forma
imprecisa el terrorismo como actos “que ponen en peligro o arrebatan vidas inocentes, violan libertades
fundamentales y dañan seriamente la dignidad de los seres humanos”. Desde 1963 se han elaborado
instrumentos jurídicos universales para la prevención y la represión del terrorismo. Cfr.
http://www.unodc.org. Consúltese la normativa del Consejo de Europa en la materia, a través de su
página web en http://www.coe.int.
60
En 2009 la Unión Europea indicó que España aún fallaba en esta labor de detección de las entidades
bancarias de posible financiación de actos terroristas.
61
En ella se incluían ETA y los GRAPO. Dentro de ETA se citaban KAS, Xaki, Ekin, Jarrai-Haika-Segi,
Gestoras Pro Amnistía y, desde mayo de 2002, Askatasuna. Para posteriores actualizaciones y sobre
actuaciones de la UE en esta materia, concretamente en relación con las víctimas, consúltese la Red
59
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

perjudicar gravemente a un país o a una organización internacional (¿han quedado fuera


las acciones de Israel contra dirigentes palestinos o sus familiares o las acciones rusas en
Chechenia?). Se citan específicamente los atentados contra la vida o integridad de las
personas, secuestros o tomas de rehenes, destrucción de infraestructuras, fabricación o
suministro de armas o explosivos, liberación de sustancias peligrosas o provocación de
incendios, inundaciones o explosiones cuyo efecto sea poner en peligro vidas humanas,
interrupción del suministro de agua, electricidad u otro recurso natural con el mismo
efecto anterior.

En el ámbito de la Unión Europea, la Decisión marco 2002/475/JAI del Consejo, de 13 de


junio de 2002, relativa a la lucha contra el terrorismo se refería a todo acto terrorista
cometido de forma intencionada contra una organización internacional o un país. Estos
actos deberán ser cometidos con el fin de amenazar a la población y destruir o afectar
seriamente a las estructuras políticas, económicas o sociales del país (asesinato, daños
corporales, toma de rehenes, chantaje, fabricación de armas, atentados, amenaza de
cometer tales actos, etc.) cometidos por uno o más individuos y contra uno o más países.
La Decisión marco define a un grupo terrorista como una asociación estructurada de más
de dos personas que actúa de manera concertada. Además serán punibles la incitación, la
ayuda, la complicidad y las tentativas para cometer un acto terrorista. Con el fin de
castigar los actos terroristas los Estados miembros deberán prever en su legislación
nacional sanciones penales efectivas, proporcionadas y disuasivas que pueden conllevar
la extradición (De Prada 2013, 31-32). La Decisión marco 2008/919/JAI, de 28 de
noviembre de 2008, modificó la Decisión Marco del Consejo 2002/475/JAI27. La
Comisión extiende el ámbito de la Decisión marco a tres nuevos delitos: la provocación
(incitación pública), el reclutamiento a efectos de cometer actos terroristas y la
formación o entrenamiento con fines terroristas (De Prada 2013, 32).

En el marco del Consejo de Europa, puede citarse el Convenio para la prevención del
terrorismo [STCEn° 196]. De Prada (2013, 35) destaca del mismo: “que pretende
trascender del establecimiento de mecanismos tendentes a la mera sanción del
terrorismo como medio de prevención y para ello presta atención sobre determinados

Europea de Víctimas del Terrorismo (European Network of Victims of Terrorism) que, con financiación
de la Comisión Europea, agrupa a diferentes organizaciones que trabajan en el campo de los derechos e
intereses de las víctimas del terrorismo, http://www.europeanvictims.net.
60
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

temas, tales como la cooperación internacional en la prevención y no solo en la


persecución del terrorismo. Dentro de la idea central de la prevención específica del
terrorismo, introduce específicamente como conductas a perseguir la provocación
pública para cometer actos terroristas, la recluta de terroristas, el entrenamiento o
formación de terroristas, estableciendo la obligación de contemplarlas como delitos en
los códigos penales de los Estados, la responsabilidad de las personas jurídicas o
entidades legales por dichos hechos. También establece la obligación de adoptar por los
Estados partes medidas para proteger a las victimas por los atentados cometidos en su
territorio”. Cabe mencionar el Convenio del Consejo de Europa relativo al blanqueo, al
descubrimiento, a la incautación y al decomiso de los productos del crimen y a la
financiación del terrorismo [STCE n° 198] de 2005.

Código penal español

Puede advertirse una progresiva inclusión de nuevas conductas. A modo de mero


ejemplo, puede recordarse la Ley Orgánica 2/1998, de 15 de junio, por la que se modificó
el Código penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal. En su Exposición de Motivos se
motivos se indicaba: “La denominada violencia callejera se ha constituido en uno de los
fenómenos más relevantes para la convivencia ciudadana a lo largo de los últimos años.
Los medios de comunicación y los más diversos foros de reflexión y debate político han
dejado constancia de la gravedad de esta nueva forma de terrorismo, dada su
extraordinaria capacidad para alterar la paz social”. Se pretendía, en una posición común
de los partidos políticos del Pacto de Madrid, la protección de los derechos de los
ciudadanos ante acciones a las que no resultaba aplicable las previsiones legales de los
delitos de terrorismo del Código penal. En años posteriores se ha endurecido la
normativa penal y penitenciaria en la materia62.

Según la Memoria Anual de la Fiscalía General del Estado, relativa a 2006 (en
http://www.fiscal.es): “En el momento presente la lucha contra el terrorismo, desde la
perspectiva judicial y del Ministerio Fiscal, ha pasado a sustentarse en varios ejes
esenciales de actuación: 1.º La prevención y evitación de atentados criminales tan
brutales e indiscriminados se ha convertido en el fin prioritario de muchas de las

62
Cfr. la LO 7/2003, de 30 de junio, de medidas de reforma para el cumplimiento íntegro y efectivo de las
penas, y el proceso de reforma, iniciado a finales de 2008, sobre medidas de control tras el cumplimiento
de la condena.
61
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

investigaciones penales. 2.º Se ha producido un adelantamiento de la respuesta penal


recurriendo a las figuras delictivas de integración en grupo terrorista, colaboración,
financiación y actos preparatorios, en particular la conspiración, cuya aplicación resulta
absolutamente necesaria para garantizar la prevención de estos hechos criminales. 3.º La
utilización de la prueba indiciaria y de las técnicas especiales de investigación,
mecanismos que tan buenos resultados han producido en la investigación de otros
fenómenos criminales organizados, adquiere una importancia extraordinaria dada las
enormes dificultades que suscitan, desde la perspectiva probatoria, las actuaciones
judiciales contra las fases preparatorias de la actividad criminal. 4.º La investigación de
las conductas delictivas antecedentes e instrumentales que constituyen el soporte, la
infraestructura y la cobertura imprescindible de sus últimos objetivos criminales
(falsificación de documentos, delitos contra el patrimonio, tráfico ilícito de drogas,
blanqueo de capitales, etc.) se ha convertido también en una pieza básica para asegurar
un reproche penal adicional y complementario a los integrantes de estas células. 5.º El
reforzamiento de la cooperación internacional no sólo en el ámbito de la inteligencia
sino también en el plano judicial ha venido a demostrar la relevancia de sus
instrumentos, potenciando, más allá de las tradicionales formas de colaboración, la
constitución de equipos de investigación y de grupos de trabajo con intercambio de
información operativa, y la implantación de espacios jurídicos de cooperación reforzada.”

La Ley Orgánica 2/2015, de 30 de marzo, modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de


noviembre, del Código Penal, en materia de delitos de terrorismo, previo pacto entre los
Partidos Popular y Socialista63, en el contexto de los ataques yihadistas en París, el 7 de
enero de 2015, contra la publicación satírica Charlie-Hebdo.

En su Exposición de Motivos se indica que: “La Resolución del Consejo de Seguridad de


Naciones Unidas 2178, aprobada el 24 de septiembre de 2014, recoge la honda preocupación
de la comunidad internacional por el recrudecimiento de la actividad terrorista y por la
intensificación del llamamiento a cometer atentados en todas las regiones del mundo. En el
catálogo de medidas que constituyen la parte dispositiva de esta Resolución, aparece en el
punto sexto un recordatorio de la Resolución 1373 (2001), en virtud de la cual todos los
Estados miembros deben velar por el enjuiciamiento de toda persona que participe en la

63
Criticado por permitir indirectamente la entrada de la prisión permanente revisable para estos delitos
cuando se atente contra la vida, si bien el PSOE se ha comprometido a eliminar esta pena del CP.
62
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

financiación, planificación, preparación o comisión de actos de terrorismo o preste apoyo a


esos actos. … Las acciones terroristas a las que alude detalladamente la Resolución 2178
constituyen el máximo exponente de las nuevas amenazas que el terrorismo internacional
plantea a las sociedades abiertas y que pretenden poner en riesgo los pilares en los que se
sustenta el Estado de Derecho y el marco de convivencia de las democracias del mundo
entero.

El terrorismo internacional de corte yihadista se caracteriza, precisamente, por haber


incorporado esas nuevas formas de agresión, consistentes en nuevos instrumentos de
captación, adiestramiento o adoctrinamiento en el odio, para emplearlos de manera cruel
contra todos aquellos que, en su ideario extremista y violento, sean calificados como
enemigos. Estas nuevas amenazas deben, por tanto, ser combatidas con la herramienta
más eficaz que los demócratas pueden emplear frente al fanatismo totalitario de los
terroristas: la ley.

Este terrorismo se caracteriza por su vocación de expansión internacional, a través de


líderes carismáticos que difunden sus mensajes y consignas por medio de internet y,
especialmente, mediante el uso de redes sociales, haciendo público un mensaje de extrema
crueldad que pretende provocar terror en la población o en parte de ella y realizando un
llamamiento a sus adeptos de todo el mundo para que cometan atentados.

Los destinatarios de estos mensajes pueden ser individuos que, tras su radicalización y
adoctrinamiento, intenten perpetrar ataques contra los objetivos señalados, incluyendo
atentados suicidas.

No menos importante es el fenómeno de los combatientes terroristas desplazados que


deciden unirse a las filas de las organizaciones terroristas internacionales o de sus filiales
en alguno de los escenarios de conflicto bélico en que los yihadistas están participando,
singularmente, Siria e Irak. Este fenómeno de los combatientes terroristas desplazados es,
en este momento, una de las mayores amenazas a la seguridad de toda la comunidad
internacional y de la Unión Europea en particular, toda vez que éstos se desplazan para
adiestrarse en el manejo de armas y explosivos, adquirir la capacitación necesaria y
ponerse a las órdenes de los grupos terroristas.

63
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

La experiencia de la lucha contra el terrorismo en España nos ha permitido contar con una
legislación penal eficaz en la respuesta al terrorismo protagonizado por bandas armadas
como ETA o el GRAPO, esto es, grupos terroristas cohesionados alrededor de uno o varios
líderes, con estructura orgánica clara, reparto de roles dentro de la organización y
relaciones de jerarquía definidas y asumidas por los integrantes del grupo terrorista. La
respuesta penal al terrorismo se articulaba, por tanto, en la sanción de quienes
pertenecían, actuaban al servicio o colaboraban con organizaciones o grupos terroristas. El
eje del tratamiento penal del terrorismo era, por tanto, la definición de la organización o
grupo terrorista y la tipificación de aquellas conductas que cometían quienes se integraban
en ellas o, de alguna forma, prestaban su colaboración.

El Código Penal no debe, en ningún caso, perder esa perspectiva de tipificación de las
conductas articuladas en torno a organizaciones o grupos terroristas, pero es evidente que
las nuevas amenazas exigen la actualización de la normativa para dar cabida al fenómeno
del terrorismo individual y a las conductas que constituyen la principal preocupación de la
comunidad internacional, en línea con la Resolución 2178 del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas anteriormente citada.

Esta Ley Orgánica modifica el Capítulo VII del título XXII del libro II de la Ley Orgánica
10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, de tal forma que el rigor de la respuesta
penal frente a crímenes tan graves contemple, además de las modalidades de terrorismo ya
conocidas, las que proceden de las nuevas amenazas.

El Capítulo VII del título XXII del libro II de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre,
del Código Penal, se divide en dos secciones y comprende los artículos 571 a 580.

La sección 1.ª lleva por rúbrica «De las organizaciones y grupos terroristas» y mantiene la
misma lógica punitiva que la regulación hasta ahora vigente, estableciendo la definición de
organización o grupo terrorista y la pena que corresponde a quienes promueven,
constituyen, organizan o dirigen estos grupos o a quienes se integran en ellos.

La sección 2.a lleva por rúbrica «De los delitos de terrorismo» y comienza con una nueva
definición de delito de terrorismo en el artículo 573 que se inspira en la Decisión Marco
2002/475/JAI del Consejo de la Unión Europea, de 13 de junio de 2002, sobre la lucha contra
el terrorismo, modificada por la Decisión Marco 2008/919/JAI, de 28 de noviembre de 2008.

64
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

La definición establece que la comisión de cualquier delito grave contra los bienes jurídicos
que se enumeran en el apartado 1 constituye delito de terrorismo cuando se lleve a cabo con
alguna de las finalidades que se especifican en el mismo artículo: l.ª) Subvertir el orden
constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el funcionamiento de las
instituciones políticas o de las estructuras económicas o sociales del Estado, u obligar a los
poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo; 2.ª) Alterar gravemente la
paz pública; 3.a) Desestabilizar gravemente el funcionamiento de una organización
internacional; 4.ª) Provocar un estado de terror en la población o en una parte de ella.

El artículo 573 bis establece la pena que corresponde a cada delito de terrorismo, partiendo
de que si se causa la muerte de una persona se aplicará la pena de prisión por el tiempo
máximo previsto en el Código Penal.

El artículo 574 establece la tipificación de todas aquellas conductas relacionadas con el


depósito de armas y explosivos, su fabricación, tráfico, suministro o la mera colocación o
empleo de los mismos, cuando se persigan las finalidades enumeradas en el apartado 1 del
artículo 573. Se recoge de manera particular la agravación de la pena cuando se trate de
armas, sustancias o aparatos nucleares, radiológicos, químicos o biológicos, o cualesquiera
otros de similar potencia destructiva.

El artículo 575 tipifica el adoctrinamiento y el adiestramiento militar o de combate o en el


manejo de toda clase de armas y explosivos, incluyendo expresamente el adoctrinamiento y
adiestramiento pasivo, con especial mención al que se realiza a través de internet o de
servicios de comunicación accesibles al público, que exige, para ser considerado delito, una
nota de habitualidad y un elemento finalista que no es otro que estar dirigido a
incorporarse a una organización terrorista, colaborar con ella o perseguir sus fines.
También se tipifica en este precepto el fenómeno de los combatientes terroristas
extranjeros, esto es, quienes para integrarse o colaborar con una organización terrorista o
para cometer un delito de terrorismo se desplacen al extranjero.

El artículo 576 establece la pena para las conductas relacionadas con la financiación del
terrorismo incluyendo a quien, por cualquier medio, directa o indirectamente, recabe,
adquiera, posea, utilice, convierta, transmita o realice cualquier otra actividad con bienes o
valores de cualquier clase con la intención de que se utilicen, o a sabiendas de que serán

65
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

utilizados, en todo o en parte, para cometer cualquiera de los delitos comprendidos en este
Capítulo. La tipificación incluye las formas imprudentes de comisión del delito, como la
negligente omisión de los deberes emanados de la normativa sobre blanqueo de capitales y
prevención de la financiación del terrorismo.

El artículo 577 recoge la tipificación y sanción de las formas de colaboración con


organizaciones, grupos o elementos terroristas, o que estén dirigidas a cometer un delito de
terrorismo. Se contemplan específicamente las acciones de captación y reclutamiento al
servicio de organizaciones o fines terroristas, agravando la pena cuando se dirigen a
menores, a personas necesitadas de especial protección o a mujeres víctima de trata.

En los artículos 578 y 579 se castiga el enaltecimiento o justificación públicos del


terrorismo, los actos de descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas, así como la
difusión de mensajes o consignas para incitar a otros a la comisión de delitos de
terrorismo. En la tipificación de estas conductas se tiene en especial consideración el
supuesto en que se cometan mediante la difusión de servicios o contenidos accesibles al
público a través de medios de comunicación, internet, o por medio de servicios de
comunicaciones electrónicas o mediante el uso de tecnologías de la información,
articulando, además, la posibilidad de que los jueces puedan acordar como medida cautelar
la retirada de estos contenidos.

El artículo 579 bis incorpora, siempre que se den las circunstancias enumeradas en dicho
precepto, las penas de inhabilitación absoluta y la novedosa pena de inhabilitación especial
para profesión u oficio educativos, en los ámbitos docente, deportivo y de tiempo libre, por
un tiempo superior entre seis y veinte años al de la duración de la pena de privación de
libertad impuesta en su caso en la sentencia. Además, se prevé la posibilidad de atenuación
de la pena a quienes hayan abandonado voluntariamente sus actividades delictivas y
colaboren con las autoridades, y también en el caso de que el hecho sea objetivamente de
menor gravedad, atendidos el medio empleado o el resultado producido.

Finalmente, el artículo 580 contempla que, en todos los delitos de terrorismo, la condena
de un juez o tribunal extranjero será equiparada a las sentencias de los jueces o tribunales
españoles a los efectos de aplicación de la agravante de reincidencia”.

66
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Esta nueva reforma ha sido tachada por algunos expertos como un ejemplo más del
Derecho penal del enemigo, según veremos más adelante, recalcando que se prima más
el Derecho simbólico y la idea de seguridad por encima de la libertad de los ciudadanos.

1. 2 Características criminológicas

El terrorismo es claramente un tipo grave de delincuencia violenta, si bien es


difícilmente clasificable en sus subtipos ya que provoca violencia física y síquica, existe
un fin último pero, al mismo tiempo, el medio es el mensaje, y en casos de terrorismo
estatal nos encontramos ante violencia institucional.64

Respecto de las técnicas de la violencia, existen pruebas de la posible utilización futura


de armas biológicas, químicas y/o nucleares. No obstante, tras el 11-S, se ha puesto de
manifiesto el potencial letal del terrorismo suicida o sacrificial. Esta violencia nihilista se
vincula al fundamentalismo religioso65 y debe relacionarse con el valor de la vida en las
diferentes culturas66. De acuerdo con Beck sobre los suicidas del 11-S: "En ellos se funden
directamente un movimiento fanático antiglobalización, el antimodernismo y el
pensamiento y la acción globales propios de la modernidad" (2001, 25). Se aprovechan de
la globalización respecto de los medios de comunicación y el sistema financiero67.

El terrorismo constituye también una modalidad de delincuencia organizada, aunque


siempre habrá excepciones como el caso estadounidense Unabomber68. Esta tipología

64
Cfr. Santos (1979) y Green y Ward (2000).
65
Vid. Jürgensmeyer (2001).
66
El primer atentado suicida de un grupo islámico palestino fue en 1993, desde entonces se han
producido cerca de doscientos casos que han causado cerca de quinientos mil muertos y multitud de
heridos israelíes. Nasra Hassan ha entrevistado, desde 1996 hasta 1999, a cerca de doscientos cincuenta
palestinos (voluntarios suicidas que no consiguieron llevar a cabo su misión, familias de suicidas y sus
entrenadores). El perfil resultante de su estudio coincidía con el de un varón, de edad entre 18 a 38 años.
No eran analfabetos ni deprimidos (El País, 17 de marzo de 2002, 8-9). Desde la Criminología
comparada, cabe analizar la similitud de sus testimonios con los de condenados por terrorismo de ETA,
que han cumplido su pena. Así, uno de ellos declaraba haber asesinado "... Por necesidad histórica ... por
responsabilidad ante el pueblo vasco..." (extracto de la entrevista publicada por Der Spiegel y reproducida
parcialmente en El País, 14 de agosto de 2001, p. 14).
67
Cfr. Sherman (2001).
68
Por otra parte, en abril de 2002 la Audiencia Nacional ha aplicado la doctrina del terrorismo individual
en el caso del asesinato de María Norma Menchaca Gonzalo para considerar a ésta como víctima
respecto de la Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo. No se pide la integración en un grupo
terrorista, sino la comisión de determinados actos delictivos con el fin de subvertir el orden
constitucional o alterar gravemente la paz pública. Se admiten criterios más discrecionales ya que la ley
tiene como fin la solidaridad con las víctimas. En todo caso, los partidos políticos han elaborado diversas
normas para compensar a las víctimas del franquismo, con resultados diversos.
67
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

pertenece al campo de la delincuencia transnacional y económica (Varona 2001). El


estadounidense Donald Cressey fue el primero en analizarla criminológicamente, en
1969, en su obra The Theft of the Nation, donde investigó las sociedades secretas italianas
y las definió por sus relaciones de red, su organización burocrática y su orden
jerárquico69. Por los diferentes niveles de organización o estructura pueden trazarse
clasificaciones. La definición de crimen organizado suscitó un debate similar al de
crimen de cuello blanco y, sin pretensiones jurídicas, sí puede apoyarse su uso como
instrumento didáctico sistematizador. En todo caso, debe considerarse el intento de
acotar su definición a través del Convenio de 2000 de las Naciones Unidas contra el
crimen organizado transnacional. Según su artículo segundo, por grupo delictivo
organizado se entiende un colectivo estructurado, sin necesidad de una división formal
de funciones, de tres o más personas, que durante cierto tiempo actúan concertadamente
con el propósito de cometer uno o más delitos graves tipificados en dicho Convenio y
con el propósito de obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico o
material. Sobre la aplicación de este Convenio al terrorismo trataremos más adelante.

Dentro del concepto criminológico de crimen organizado, queda claro que la


planificación o realización no meramente ocasionales de funciones financieras o de
actuación violenta, la venta asidua de armas, el proporcionar información precisa sobre
posibles víctimas, el entrenamiento en el uso de armas o explosivos, la captación de
militantes y su adoctrinamiento... también son actuaciones terroristas ya que
constituyen actividades esenciales para el funcionamiento de la organización, que se
realizan de forma coordinada y frecuente, sin perjuicio de los distintos niveles de
responsabilidad penal que les corresponda dentro del delito de asociación ilícita
terrorista (Garzón Leal y Gómez Benítez 2002, 13). Según los autores citados: "Las
organizaciones terroristas menos recientes han conseguido formar un entramado
económico, político y de adoctrinamiento que pretende aparecer como autónomo con

69
Sobre los lados más cotidianos y míseros de la jerarquía de la organización ETA, vid. Domínguez
(2002), quien ha examinado escritos, comunicados, correspondencias y documentos policiales. Sobre la
psicología organizativa y las dificultades de la disidencia, vid. Sánchez-Cuenca (2001). Sobre los
terroristas como víctimas de los castigos de las bandas terroristas en caso de disidencia, vid. el ejemplo
del IRA en Hoyle y Young (2002).

68
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

respecto a la propia organización, aunque quienes lo integran sirven a sus fines y a los
medios violentos y delictivos utilizados para conseguirlos. Así, han conseguido altas
cotas de impunidad, pese a que de esta forma la organización como tal alcanza uno de
sus objetivos operativos fundamentales, a saber, presentar sus acciones terroristas como
actos de contenido político sin recibir una respuesta penal adecuada desde la legalidad".

Finalmente, al hablar de terrorismo global éste se encuadra dentro de la categoría más


amplia de delincuencia internacional que, si supone graves abusos de derechos
humanos -sin olvidar el terrorismo de estado-, nos enfrenta ante crímenes contra la
humanidad70. El atentado contra el World Trade Center y el Pentágono constituye un
crimen contra la humanidad. Sin embargo, fue calificado de acto de guerra.
Contradictoriamente, los prisioneros de EE. UU. no han sido considerados como tales,
sino como "combatientes ilegales" (Castresana 2002, 6)71, situándolos en un limbo legal.

2. Fuentes de conocimiento

Delimitado y caracterizado criminológicamente el terrorismo, nos adentramos ahora en


las dificultades metodológicas de su estudio. Una de las obsesiones criminológicas es la
medición de la delincuencia a través de las estadísticas. Hasta hace poco no se recogían
de forma sistemática en lo que se refiere al terrorismo. Entre las instituciones dedicadas
al estudio del terrorismo internacional podemos destacar el Departamento de Estado de
los EE. UU., la Universidad de St. Andrew en Escocia (con colaboración de la RAND
Corporation), y el Jaffee Center for Strategic Studies (Tel Aviv). Según Waldmann (1999),
si en 1968 se contabilizaban unas once organizaciones terroristas, en 1990 ascendían a
unas setenta, de las que sólo unas cuarenta y cinco tenían manifestaciones frecuentes,
destacando el aumento de las motivaciones religiosas. En Europa, de 1968 a 1988, se
produjeron 120.000 atentados, resaltando los producidos en Turquía e Irlanda del Norte.

Para estadísticas internas podemos acudir a datos policiales y memorias de las Fiscalía.
Respecto de la victimización, puede consultarse la base de datos de la Fundación de
Víctimas del Terrorismo, de COVITE y de la Dirección de Víctimas y Derechos Humanos
del Gobierno Vasco. Estos datos cuantitativos pueden completarse con otros estudios
70
En el citado informe de Amnistía Internacional sobre el año 2001, los sucesos del 11-S se definen como
crimen contra la humanidad.
71
Sobre el terrorismo actual como una nueva forma de guerra cuyo objetivo es mantener la inseguridad
manejando una política de identidades excluyente, vid. Kaldor (2001).
69
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

históricos como los del Instituto Valentín de Foronda, u otros más cualitativos
desarrollados por el Instituto Vasco de Criminología, entre otros organismos.

3. Teorías explicativas y normativas

La escasez de datos empíricos sobre el terrorismo dificulta la sistematización teórica


criminológica. En Sociología y Psicología, existen diversas teorías generales sobre el
surgimiento y la permanencia del terrorismo, siendo más precario el conocimiento
científico sobre su cese. En todo caso, una vez más, resulta más adecuado indicar factores
antes que causas. Entre los exógenos o socio-políticos puede hablarse de un conflicto
social como condición necesaria, aunque no suficiente, de unos factores estructurales
propios de las sociedades industrializadas (medios y sistemas de comunicación,
urbanización, clases medias, explosivos), de unas precondiciones democráticas político-
culturales y de unos precipitantes o circunstancias específicas (Reinares 1998, 49-50).

Como explica Ramoneda (2001, 22): "La herida norteamericana no debe hacer olvidar la
realidad del mundo: inhabitable en sus tres cuartas partes. Pero tampoco debemos caer
en la ingenuidad de creer que el terrorismo es fruto de la desigualdad que se resolvería
haciendo el mundo más justo. La violencia nihilista siempre encontrará caminos para
reproducirse". En esos caminos pueden influir factores endógenos o personales.

De acuerdo con Francisco Alonso-Fernández, autor de Psicología del terrorismo (1994),


los jóvenes en la búsqueda de su identidad son un grupo potencial para el fanatismo.
Interviene también la experiencia de la violencia en la infancia, de privación afectiva y
una instrucción escolar distorsionada. Dicho autor analiza las siguientes características
psicológicas relativas al terrorismo: falta de empatía, impulsividad, falta de capacidad de
argumentación, intransigencia, sacralización de un ideario político, alterofobia
(selectiva)... Félix Novales, ex terrorista del GRAPO, se refiere a la inmadurez,
infantilismo, estados emocionales de frustración y búsqueda de identidad (1989).

Desde una perspectiva sociológica, tras analizar datos de unos seiscientos terroristas de
ETA (extraídos de expedientes de la Audiencia Nacional), el Prof. Fernando Reinares
señala que el perfil de los jóvenes reclutados en los últimos años es muy distinto al de los
años setenta: se trata de individuos más jóvenes, urbanos e inmigrantes de origen,
varones -nueve de cada diez militantes de ETA han sido y son varones-, solteros y

70
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

guipuzcoanos (2001). La conclusión es que el perfil sociológico de quienes han ingresado


en ETA a lo largo de la última década coincide, en gran medida, con la caracterización
del radicalismo juvenil y urbano, sumido en una crisis normativa, actualmente
observable en la mayor parte de los países europeos72.

En un estudio hecho público en febrero de 2002, encargado por el Parlamento vasco y


realizado por el Centro de Investigación de Expectativas Sociales, bajo la dirección de
José Ignacio Ruiz de Olabuenaga, se concluye que entre los activistas de la kale borroka
tiene más peso la familia o los amigos que las ikastolas. La violencia se justifica por el
derecho a liberar al País Vasco de la opresión, siendo la única vía para conseguirlo y,
además, se sienten respaldados por la sociedad vasca (al menos su sociedad). Según la
tesis de Sáez de la Fuente (2002), sólo el 2% de los jóvenes del MLNV es católico
practicante y el 48% ateo. Para esta autora, su religión, entendida como instrumento de
dar sentido a la vida o de compromiso existencial es la patria vasca73. Este objeto de culto
por el que pueden sacrificarse se define como una Euskalherria independiente, con
integridad territorial y con lengua propia.

Hasta aquí hemos visto teorías y análisis de la Sociología y la Psicología, nos queda
aventurar cuál sería el resultado de aplicar las teorías propiamente criminológicas,
clásicas y actuales, al estudio del terrorismo. Así, antes de ponerse en práctica los
principios del Derecho penal con el surgimiento del Estado moderno, cabe aludir a las
teorías demonológicas que entendían el delito como expresión del mal74. Al cabo de
los siglos vemos como pervive esta concepción, en las palabras de Bush, cuando se refiere
al "eje del mal". Por su parte, la primera Criminología, la Criminología positivista
convivió con el terrorismo anarquista75 y esta experiencia quedó reflejada en la

72
Desde la mirada de la Antropología social, estudiando historias de vida de militantes de ETA, de los
sesenta a los ochenta, tenemos la tesis doctoral de Miren Alcedo (1996). Se centra en las emociones, en
sus conceptos de territorio y comunidad y en la posibilidad de morir y matar. Al tratarse de historias de
vida ofrecen conclusiones muy diversas.
73
Vid. Beristain (2000).
74
Sobre la confusión entre el bien y el mal por parte de los gobiernos totalitarios, pero también
democráticos, vid. Todorov (2002).
75
Cfr. Núñez (1983).
71
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

elaboración de sus tipologías de delincuentes76. Entonces se habló de delitos políticos -


hoy sabemos que el terrorismo no es clasificable como delito político dentro de un
Estado de Derecho- y de delincuentes por convicción que, como los mal llamados
pasionales, son teóricamente sordos ante el lenguaje preventivo de las penas.

Entre la Moderna Sociología, resultan interesantes las teorías subculturales que nos
hacen comprender que la conducta desviada goza de una cobertura normativa como
opción de grupo. La subcultura tiene su propio código como conjunto de entendimientos
que les permite alcanzar sus necesidades materiales y emocionales. Según las teorías del
aprendizaje social, los valores y técnicas del terrorismo se aprenden en la interacción
social. Interpretando la teoría sobre las técnicas de neutralización de Sykes y Matza
(1957), vemos que la mayoría de los terroristas no son locos o monstruos, sino que
utilizan una serie de técnicas, más o menos conscientes, que dotan de sentido y justifican
sus conductas: niegan que su acción sea delito, culpan a la víctima, atribuyen su
responsabilidad a otros factores...

Desde una perspectiva más psico-pedagógica, las teorías del control interno indican
que el potencial delictivo de cualquier individuo se neutraliza mediante los vínculos
sociales -se relaciona el escaso apego hacia los padres, con el bajo rendimiento escolar,
un compromiso débil hacia las metas convencionales y la identificación con compañeros
infractores-. Por su parte, la Criminología del etiquetaje se fija en el control social como
creador de terrorismo que no existe en esencia, sino que es producto de un proceso de
criminalización discriminatorio y estigmatizante.

No tanto como teoría, sino como perspectiva, no debe olvidarse la visión feminista en
Criminología. Podemos interrogarnos por el interés mediático cuando las mujeres son
terroristas, especialmente ante los casos de terroristas suicidas en Oriente Próximo.
Según algunos autores (Cutter 2002), estas mujeres proceden de los estratos más bajos de
la sociedad árabe y, en comparación con los terroristas más jóvenes: "... cuando se trata
de niños, hay una conciencia popular y una creciente oposición, mientras que la difícil
situación de las jóvenes terroristas se pasa por alto, porque en la sociedad musulmana

76
Como reminiscencia del positivismo de corte bio-psicológico, en la VI Reunión Internacional sobre
Biología y Sociología de la Violencia (2002), organizada por el Centro Reina Sofía para el Estudio de la
Violencia, se dedicó una sesión a la "mente terrorista".

72
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

éstas "no cuentan", son proscritas de las que se puede prescindir". Las sociedades en las
que la vergüenza es peor que la muerte pueden propiciar estos suicidios.

En conexión con la llamada Criminología cultural, en las investigaciones sobre el 11-S


se ha subrayado que es en las comunidades musulmanas de Europa donde se han
reclutado y/o formado seguidores del terrorismo islámico: "... es en el interior de los
colectivos musulmanes donde se juega la partida entre la tolerancia y el pluralismo de un
lado, y el integrismo, de otro. Y esto no se resuelve con policías, sino con crítica de los
planteamientos islámicos que llevan al terrorismo y con voluntad de integración" (Elorza
2002, 14)77. Echeverría explica la génesis de "Al Qaida" (La Base), creada en 1989 por
Osama Bin Laden y distingue entre ésta como ejemplo de islamismo radical
internacionalista, del islamismo radical nacionalista (2001: 14): "... Al Qaida no busca en
ningún caso forzar una negociación política a través de sus acciones, sino que éstas se
inscriben en su combate hasta la victoria o el martirio contra infieles y apóstatas...". Por
ello su lógica terrorista es diferente y, por ejemplo, puede no interesarle reivindicar sus
atentados de forma inmediata. Tampoco tiene una estructura piramidal pura: "Es más
horizontal que vertical, desestructurada y flexible y, omnipresente, con miembros en
todas las capas sociales, profesionales y raciales sus redes demuestran ser mucho más
tentaculares de lo que se podía prever" (Echeverría 2001, 15).

Por otra parte, dentro de la Criminología cultural puede analizarse la mitificación del
terrorismo en los medios de comunicación y el riesgo de presentar a los terroristas como
revolucionarios legítimos78.

Dentro de la Victimología y respecto del efecto victimal, uno de los objetivos del
terrorismo es provocar un sentimiento de inseguridad general79, donde el concepto de
víctimas indirectas, en sentido amplio, se dota de sentido. Las víctimas adquieren un
valor simbólico, como meros objetos o instrumentos de la estrategia terrorista de

77
Dentro de las historias de vida, a través de los ojos de la mujer de un terrorista islámico, cfr. el libro de
la periodista Marie-Rose Armesto (2002). Sobre la amenaza del terrorismo islámico en España, vid.
Valenzuela (2002). Cfr. Echeverría (2001). En 2009 el gobierno mauritano comenzó un programa de
reinserción de presos yihadistas a través de charlas con imanes que acudían a las prisiones con el objetivo
de cuestionar la violencia.
78
Cfr. Reinares (2002).
79
El terrorismo más reciente busca "... suscitar cotas más elevadas de alarma social mediante
innovaciones en sus pautas de victimización. Tratando, en concreto, de que los atentados resulten, además
de muy espectaculares, altamente indiscriminados y extraordinariamente letales" (Reinares 2000, 29).
Cfr. Hoffman (1996).
73
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

comunicación80 de la inseguridad y falta de capacidad del estado, así como de cierta


esperanza a la minoría que les apoya (Waldmann 1999; Dane 1991).

Dentro de la Victimología, debe analizarse también el coste del terrorismo. Según datos
de la Subdirección General de Atención al Ciudadano y Asistencia a las Víctimas del
Terrorismo del Ministerio de Interior, desde 1996 y hasta 2001, los atentados terroristas
han costado al estado en concepto de indemnizaciones más de 44. 000 millones de
pesetas, sin contar los daños ocasionados en edificios públicos. Entre los costos deben
considerarse el trabajo de los escoltas y la ausencia de inversión ante la amenaza de
extorsión.

Existe un amplio campo para la investigación victimológica sobre el riesgo real y la


percepción del riesgo o sobre el miedo al delito y la inseguridad. Se afirma: "Quien ve el
mundo como una amenaza terrorista queda incapacitado para actuar. Esa es la primera
trampa que han tendido los terroristas. La segunda es que la amenaza terrorista
percibida y políticamente instrumentalizada provoca las demandas de seguridad que
anulan la libertad y la democracia, es decir, precisamente eso que hace superior a la
modernidad ... Por lo tanto, el mayor peligro no radica en el riesgo, sino en la percepción
del mismo, ya que ésta desata las fantasías sobre los peligros... " (Beck 2001, 25).

4. Prevención

En la pretensión de un mundo seguro, el concepto de prevención resulta fundamental


(Beck 2002). La educación en los valores de la no violencia, la evitación de la pobreza, de
la ausencia de democracia, la existencia de leyes penales eficaces y de agencias de control
jurídico-penal especializadas y coordinadas, así como de políticas de reinserción para
víctimas y victimarios tejen un entramado de medidas de prevención primaria,
secundaria y terciaria que deben valorarse en cada lugar y momento histórico.

Si nos centramos en la legislación, podemos distinguir las esferas internas, supranacional


e internacional. De la legislación estatal observamos escasos resultados de la aplicación
de las leyes represivas anteriores (como la pena de muerte durante el franquismo)81. Los

80
El terrorismo, como violencia, es un monólogo.
81
Sobre los antecedentes de la política criminal antiterrorista en el siglo XIX, en el franquismo, en la
transición y en democracia, vid. brevemente Aranda (2005, 367-391).
74
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

efectos del endurecimiento de las penas por el Código penal de 1995 y sus reformas82 han
de analizarse desde la Sociología jurídica, abarcando también las políticas de reinserción
y dispersión83.

Respecto de las víctimas, la Ley de Solidaridad de 1999 ha planteado un cierto conflicto


con otras víctimas de delitos violentos, que se sienten discriminadas, y con su aplicación
a algunas víctimas sospechosas de haber sido torturadores y la exclusión de otras del
terrorismo de estado o de la violencia franquista84.

En el marco de esta legislación, en cuanto a la eficacia de las agencias de control jurídico-


penal, sobre la actuación policial contra el terrorismo en el transcurso de la democracia
española, Jaime Jiménez (2002) entiende que existen cinco variables que explican la
respuesta policial ante el terrorismo: la organización policial, la legislación, la opinión
pública, el consenso político y la cooperación internacional.

En nuestro contexto, las fracturas en el consenso político quedan reflejadas, por ejemplo,
en la polémica Ley Orgánica de Partidos Políticos. Aprobada por el Congreso el 5 de
junio de 2002, permite ilegalizar por vía civil un partido político que apoye grave y
repetidamente, de forma expresa o tácita, al terrorismo, legitimando sus acciones. La
mayoría de las críticas iniciales al proyecto, de carácter técnico, se han subsanado para
no dar lugar a conceptos jurídicos indeterminados que propicien la arbitrariedad. Sin
embargo, se discutió su oportunidad, sus efectos y su eficacia (Gil Calvo 2002; Sánchez-
Cuenca 2002), y algunos temen que pueda dañarse el principio de inclusión dentro del
pluralismo político.

En lo que respecta a la legislación comparada, tras el 11-S se ha producido un


endurecimiento de la represión, que choca en ocasiones con los derechos fundamentales.
Particularmente en EE. UU. se ha puesto el énfasis en los aspectos militares y
82
Ley Orgánica 7/2000, de 22 de diciembre, de modificación del Código Penal, y de la Ley Orgánica
5/2000, de 12 de enero, reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores, en relación con los
delitos de terrorismo. En el informe sobre España del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones
Unidas, de 7 de junio de 2002, se muestra la preocupación por la ausencia de alternativas, las penas de
prisión tan altas y el aumento del tiempo de incomunicación por la policía respecto de los menores
acusados de terrorismo. Por su parte, se planteó una cuestión de inconstitucionalidad por considerar que la
Ley Penal del Menor viola los principios de igualdad y reeducación respecto de la suspensión o la
sustitución del internamiento.
83
Vid. Zuñiga (1999). Sobre las diferencias de vida carcelaria de presos terroristas del IRA, vid. Borland,
King y McDermott (1995).
84
Cfr. la Ley vasca de 2008.
75
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

tecnológicos. En cualquier caso, la rapidez con que se han llevado a cabo los cambios
legislativos no tiene precedentes, tanto en diversos países de la Unión Europea, como en
el seno de la propia Unión. Dentro de Italia se ha criminalizado "la asociación con el
propósito de cometer terrorismo internacional". Alemania ha permitido buscar
información sobre sospechosos de terrorismo a través de instituciones financieras,
empresas de telecomunicaciones y compañías aéreas, además se han prohibido
organizaciones religiosas que tengan como objetivo promover ideas vinculadas al
terrorismo. En Inglaterra también se han extendido los poderes policiales respecto de la
investigación (Joutsen 2002, 12-3) e incluso se han suspendido algunos preceptos del
Convenio Europeo de Derechos Humanos.

En el seno de la Unión Europea se ha reforzado la cooperación policial y judicial. El


Consejo Europeo extraordinario de 21 de septiembre de 2001 aprobó el Plan de Acción
para combatir el terrorismo. Entre otras cuestiones Arteaga plantea si: "La lucha contra
el terrorismo ha pasado a ser una prioridad de la Unión y sólo queda por ver si la
cooperación policial y judicial acabará desplazando por razones de urgencia a la
cooperación militar y diplomática o si la interacción entre la seguridad interior y exterior
europea se traducirá en una amalgama de ambos" (Arteaga 2001, 33). En EE. UU. queda
clara la expansión de la jurisdicción militar tras la promulgación del "USA Patriot Act",
de 26 de octubre de 2001, y otras medidas similares.

Las rápidas iniciativas de la UE dieron como fruto los acuerdos respecto de la orden de
detención europea85, la confiscación de bienes, la cooperación policial -reforzando el
papel de Europol- y judicial -Eurojust-, la definición de terrorismo y de una lista de
organizaciones terroristas (Joutsen 2002, 13-4). En la Posición Común sobre la definición
de terrorismo, que requiere la adaptación legislativa de los países miembro para finales
de 2002, se incluye en su preámbulo que no puede interpretarse para reducir o restringir
derechos y libertades fundamentales, como las de huelga, manifestación, reunión,
asociación o expresión -se pensaba concretamente en los movimientos antiglobalización-
. Como ya se ha indicado, la definición del terrorismo se basa en un tipo de acciones, su
objetivo y su grado de organización. Por grupo organizado se entiende la estructura de
más de dos personas, establecida por un periodo de tiempo y que actúa de común

85
Simplifica lo que hasta ahora era un proceso de extradición.
76
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

acuerdo -esta definición se inspira en la Convención de las Naciones Unidas contra la


Delincuencia Organizada Transnacional-.

También la normativa internacional tiene como finalidad facilitar la persecución,


especialmente mediante la simplificación de los procedimientos de extradición86. En el
ámbito europeo contamos con la Convención europea de 1977 para la represión del
terrorismo y en el ámbito universal, desde los años sesenta, existen Convenciones de las
Naciones Unidas sobre actos concretos respecto de aeronaves, plataformas petrolíferas,
etcétera. Más recientes son la Convención de 1997 sobre la supresión de los atentados
terroristas con bomba y la de 1999 sobre la supresión de la financiación del terrorismo,
algunas de cuyas normas han sido actualizadas87. Respecto de las medidas financieras, las
iniciativas tras el 11-S demuestran que no tendrán éxito mientras algunos países toleren
los paraísos fiscales (Castresana 2002, 7)88.

La redacción de la mencionada Convención de las Naciones Unidas contra la


Delincuencia Organizada Transnacional, conocida también como la Convención de
Palermo, dificulta la comprensión dentro de la misma del terrorismo al requerirse
objetivos económicos o materiales (Rubio 2001, 98). Por ello, son cada vez más firmes las
propuestas de una convención específica, más allá de la Resolución 1373 que se dictó
dentro del Capítulo VII de la Carta.

Simultáneamente, en el contexto internacional debe considerarse la normativa respecto


de los graves abusos de los derechos humanos, especialmente los crímenes contra la
humanidad y los crímenes de guerra, así como la futura eficacia de la Corte Penal
Internacional. En relación con ello, el asesinato de civiles como medida de prevención
por parte de los estados para evitar futuros atentados terroristas es un crimen de guerra
(Castresana 2002, 9).

86
Antes del 11-S, vid. Reinares (2000).
87
Para una actualización de los textos de las Naciones Unidas, véase
http://www.un.org/es/terrorism/instruments.shtml; del Consejo de Europa:
http://www.coe.int/t/dlapil/codexter/default_EN.asp; y de la Unión Europea: http://eur-
lex.europa.eu/search.html?qid=1428496952269&OBSOLETE_LEGISUM=false&type=named&SUM_2
_CODED=2307&SUM_1_CODED=23&name=summary-eu-legislation:justice_freedom_security y
http://www.europarl.es/es/sala_de_prensa/communicados_de_prensa/pr-2015/enero/ter.html.
88
Este autor indica que tras la adhesión española a las medidas adoptadas por EE. UU. después del 11-S,
hasta principios de 2000, apenas se han incautado veinte millones de pesetas, que pueden compararse con
los noventa y seis millones de dólares en efectivo que se llevó el mulá Omar en su huida de Kabul
(Castresana 2002, 7).
77
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

En definitiva, los escasos estudios criminológicos sobre la prevención del terrorismo en


España evidencian que la dureza de la normativa antiterrorista -internacional o estatal-
no ha disminuido las víctimas mortales89, y que resultan más eficaces los acuerdos
políticos -como los de Ajuria-Enea y Madrid- que resaltan la injustificación del
movimiento terrorista (Jaime-Jiménez 1996). También resulta importante la protección a
las víctimas y la aplicación efectiva de las leyes existentes, con un cuidado respeto de los
derechos de los implicados, para evitar la deslegitimación de las agencias de control -
deslegitimación buscada por todo grupo terrorista-. En todo caso, los acuerdos no deben
impedir el papel de una oposición democrática y reformista, ya que en democracia sí
cabe cierta violencia verbal y no lleva a nada -salvo al triunfo de los objetivos terroristas-
la censura moral del que expresa su desacuerdo con el gobierno (Eco 2002, 10), dentro de
los límites democráticos. Además, debe potenciarse la participación voluntaria de las
víctimas en el debate social.

5. Consideraciones finales en torno a las políticas antiterroristas de restricción de


los derechos fundamentales90

En el trabajo doctoral del profesor belga, Stefan Sottiaux (2008), se estudia en qué
medida la obligación internacional de un Estado democrático de prevenir el terrorismo
justifica limitaciones de los derechos humanos. Un principio básico de la normativa
sobre los derechos humanos consiste en que su ejercicio debe realizarse dentro de ciertos
límites. Por otra parte, existe un consenso en que la prevención del terrorismo debe ser
específica dados sus objetivos y su modus operandi. Sottiaux sostiene que el equilibrio
entre la prevención eficaz del terrorismo y el respeto de los derechos humanos depende,
en gran parte, de cómo se diseñan las normas limitativas o restrictivas de los derechos,
dirigidas a dicha prevención. Este autor analiza, de forma comparada, la Convención
Europea de Derechos Humanos y la Constitución estadounidense, así como la
jurisprudencia al respecto. Ha sido aceptado tradicionalmente que toda limitación de
derechos debe regularse taxativamente para evitar abusos que sólo pueden beneficiar a

89
En relación con ellos, debe estudiarse el impacto efectivo de la aplicación de la polémica LO 7/2000,
de 22 de diciembre, de modificación del Código penal y de la Ley Orgánica reguladora de la
Responsabilidad Penal de los Menores, en relación con los delitos de terrorismo. Véase, en general, el
Informe sobre los Derechos civiles y políticos en Euskadi, elaborado por el IVAC-KREI en 2008, para la
Dirección de Derechos Humanos del Gobierno Vasco.
90
Extracto de Varona (2009).
78
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

los propios fines terroristas en cuanto que terminan deslegitimando el Estado de


Derecho. Por tanto, generalmente se prefiere un modelo categórico o cerrado de
limitación de derechos y garantías frente a otro flexible.

Sin embargo, las conclusiones del análisis comparado de Sottiaux cuestionan esta
asunción. Sottiaux afirma que, en principio y dicho ahora de una forma simplista, dicho
equilibrio entre seguridad y libertad, puede satisfacerse mejor con modelos flexibles o
abiertos a la interpretación, siempre y cuando se cuente con una tutela judicial efectiva e
independiente. Si el criterio de una categorización estricta parece fortalecer la seguridad
jurídica y evitar extralimitaciones en tiempos de crisis, también puede conllevar una
prevención ineficaz del terrorismo y, por tanto, la incapacidad estatal de cumplir con su
deber en el ámbito de los derechos humanos de garantizar los derechos frente al
terrorismo. Como consecuencia práctica –con el caso paradigmático estadounidense-, la
percepción estatal de esta incapacidad puede conllevar derogaciones del propio sistema
de los derechos humanos, especialmente en estados de emergencia, mientras que en un
sistema más flexible existen márgenes mayores de equilibrio entre la seguridad y la
libertad. Así, en la ponderación judicial, pueden considerarse no sólo las libertades
individuales sino el tipo de amenaza terrorista.

Además, en un sistema legal democrático que permite reducir el nivel de protección de


determinados derechos y libertades, bajo ciertas circunstancias, existirán controles
efectivos que revisen su justificación. Se clarifica así la asimetría ética entre un Estado de
Derecho y las acciones terroristas. En un Estado de Derecho nunca está justificada la
violencia para alcanzar objetivos políticos, pero sí tienen fundamento legítimo
constitucional ciertas limitaciones de los derechos fundamentales. Por contra, un grupo
terrorista argumentará que está justificado matar, amenazar, dañar propiedades y atacar
el sistema democrático, pero no limitar legítimamente los derechos humanos de sus
integrantes y/o colaboradores en orden a prevenir sus acciones, aunque dichas
limitaciones respeten la normativa estatal e internacional. Siguiendo a Sottiaux (2008),
para las democracias actuales, el terrorismo constituye probablemente el reto del siglo
XXI más acuciante respecto de los derechos humanos, tanto en lo relativo a su acción
como a la reacción gubernamental. Según se ha mencionado, la normativa internacional
de los derechos humanos controla a los gobiernos en dos direcciones: si éstos reaccionan

79
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

ante el terrorismo tanto insuficiente como excesivamente no están protegiendo los


derechos humanos. En cierta medida, estamos ante un conflicto de derechos individuales
y de obligaciones gubernamentales. En lo que se refiere a las obligaciones nos
encontramos con la de proteger los derechos atacados por el terrorismo y la de respetar
los derechos de los sospechosos, procesados y condenados por terrorismo.

¿Está constatada la existencia real de un derecho penal del enemigo o de excepción en


materia de terrorismo en España? Feindstrafrecht es un concepto acuñado por el
penalista alemán Jakobs, en 1985, para referirse a un “Derecho penal de índole peculiar
que se diferencia nítidamente del Derecho penal de ciudadanos: el Derecho penal de
enemigos optimiza la protección de bienes jurídicos, el Derecho penal de ciudadanos
optimiza las esferas de libertad”. Así, en el derecho penal de enemigos se anticipa la
tutela penal sin rebajar la pena y se prescinde de ciertas garantías procesales. En nuestra
opinión, debe evitarse la expresión acuñada por Jakobs como comodín asumido a modo
de crítica general contra las políticas antiterroristas. La tradicional invisibilidad de las
víctimas para el Derecho penal y procesal ha impedido analizar los derechos individuales
que se ven afectados bajo la noción de bien jurídico protegido en los delitos de
terrorismo. Todo ello sin caer en manipulaciones utilitaristas o partidistas de las
reivindicaciones de los movimientos victimales. Por otra parte, deben realizarse estudios
rigurosos sobre la restricción de las garantías procesales para poder concluir que
conculcan la normativa estatal e internacional.

Siguiendo a Faraldo (2005, 406): “Un derecho penal de enemigos … se olvida que lo que
desea la organización terrorista es que el Estado reconozca la existencia de una guerra y
le conceda el estatus de interlocutor en ella: hablar de paz, de tregua, de guerra contra el
terrorismo es hacer el juego a los terroristas, reconocerles una posición al mismo nivel
que el Estado. Frente a ello se les ha de negar la excepcionalidad a todos los niveles: no
merecen reacciones desproporcionadas desde el Estado porque sólo pueden poner en
peligro las bases esenciales de la sociedad si la propia sociedad se lo permite percibiendo
el riesgo que representan como un peligro real de desestabilización, cuando lo cierto es
que por los medios de que disponen y la índole de los ataques que realizan no son más
que picaduras de mosquito en la piel de un elefante”, si bien esas picaduras producen un
intenso dolor humano y podrían ser cada vez más dañinas.

80
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

6. Conceptos clave de la lección

-Derecho penal del enemigo.

-Lógica de la excepcionalidad y su vis expansiva.

81
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN IV. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (3): POLÍTICA


CRIMINAL Y VIOLENCIA DE GÉNERO

1. Evolución en el control jurídico-penal de la violencia contra las mujeres,


particularmente la violencia familiar91

La política criminal en materia de violencia de género resulta de especial interés porque


permite estudiar cómo se ha ido haciendo público un problema social y cómo, a pesar de
los esfuerzos invertidos, no se han obtenido todos los resultados esperados.

Las definiciones legales determinan a priori qué y cómo se cuantifica en las estadísticas
penales y estudios oficiales. La violencia familiar92 es una "novedad perpetua" porque
siempre ha suscitado interés en la opinión pública -lo que no significa que se hayan
promovido acciones preventivas-. En todo caso, en el pasado sus manifestaciones han
sido distintas a las que contemplamos hoy, cuando existen ya políticas de prevención.
Éstas han sido impulsadas por la influencia de las asociaciones de mujeres que, desde los
años setenta, han conseguido crear un movimiento que ha tenido eco en los foros
internacionales. Precisamente, fueron las Naciones Unidas las que, en 1975, señalaron la
gravedad de la violencia contra las mujeres en la I Conferencia Mundial sobre las
Mujeres, celebrada en Méjico. Cinco años más tarde, reconocieron que la violencia
contra las mujeres en el entorno familiar era el crimen encubierto más frecuente en el
mundo (APDH 1999, 17).

Un repaso histórico a nuestra legislación permite comprobar cómo la consideración


jurídica del uxoricidio ha variado en el tiempo (Larrauri 1994). En el Código penal
español vigente se tipifica expresamente el delito de violencia habitual en el ámbito
familiar. El actual art. 153 CP es heredero del art. 425 ACP, según la redacción de la LO
3/1989 que introdujo la figura dentro de los delitos de lesiones con la técnica del delito
habitual93. El CP de 1995 incrementó la pena, exigió que la relación análoga de

91
Las siguientes páginas suponen una adaptación del texto redactado por Gema Varona Martínez como
investigadora principal dentro del estudio Género y víctimas. Participación en la Encuesta Internacional
sobre Violencia contra las Mujeres. Estudio Piloto. Investigación dentro del Convenio 2002 de
colaboración entre el IVAC/KREI y el Departamento de Interior del Gobierno Vasco (trabajo inédito).
92
Aunque nos centramos en la violencia contra las mujeres, el término de “violencia familiar” abarca las
conductas contra personas menores, ancianas y hombres.
93
La redacción dada por la LO 1/2004, de 28 de diciembre, hizo desaparecer el concepto de habitualidad.
82
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

afectividad fuera estable94, amplió las personas protegidas y dejó clara la compatibilidad
de las sanciones en caso de lesiones u otras conductas delictivas. Posteriormente, se
fueron introduciendo reformas al CP, así sucedió, por ejemplo, con las leyes orgánicas
11/1999 y 14/1999 modificaron el CP95 (Varona 2001c). En todo caso, las órdenes de
alejamiento como medidas cautelares que podían adoptar los jueces siguieron sin
resultar lo suficientemente efectivas96. En 2002, el PP, mayoritario en el Congreso,
rechazó la promulgación de una Ley Integral contra la Violencia de Género97, que,

94
Actualmente resulta independiente la convivencia.
95
La primera, dentro de una reforma de los delitos sexuales, amplió la medida y la pena accesoria de
prohibición de residencia o aproximación. La segunda, en materia de protección a las víctimas de malos
tratos, y con el ánimo de corregir ciertas incongruencias al no haberse aprobado por el Congreso
determinadas enmiendas del Senado a la anterior ley, introdujo una mención específica a la violencia
psíquica, consideró innecesaria la subsistencia de la relación matrimonial o análoga en el momento del
maltrato, estableció un cierto criterio para interpretar la habitualidad y dejó aún más clara la
compatibilidad con las penas por lesiones y otros tipos delictivos. Además, para proteger a las víctimas
potenciando la justicia cautelar y tutelando sus declaraciones en el proceso judicial, se realizaron una
serie de reformas en la LECrim (Moral García 1999). Cfr. Fernández-Pacheco (2002, 83-9) y Mayordomo
(2000).
96
En un principio, las órdenes de alejamiento no solían adoptarse porque los operadores judiciales,
haciendo caso omiso de la específica naturaleza del tipo contenido en el art. 153 CP, solían limitarse a
calificar como falta los hechos denunciados. En definitiva, en lugar de vislumbrar si era una situación de
terror o sometimiento constante a entornos violentos, se limitaban a examinar de forma individualizada
los hechos sujetos a su conocimiento como si fueran realidades vitales desconectadas de su contexto.
Como señalamos en la nota siguiente, la calificación de falta conllevaba, entre otros efectos, la
imposibilidad legal de adoptar medidas cautelares.
97
El 5 de diciembre de 2002, tras dos años de trabajo, la Comisión Mixta parlamentaria de los Derechos
de la Mujer aprobó el Informe sobre la Erradicación de la violencia doméstica, que servió como
documento base para la ley de 2004. En él se recogían una serie de propuestas: tipificación del delito de
apología de la violencia contra las mujeres, la posibilidad de que los jueces civiles que llevasen
separaciones pudieran ordenar detenciones, que suspendieran o limitaran el derecho de visitas del padre
maltratador, que las faltas pasasen a tipificarse como delito, que por delito de violencia psíquica se
entendiese "trato degradante, amenazas e injurias, insultos, privaciones de libertad, humillaciones,
vejaciones, daño de autoestima, temor fundado...", retirada inmediata de la licencia de armas y su porte al
denunciado, extensión de los programas de rehabilitación a los maltratadores sin que puedan ser
sustitutivos de la pena, etcétera (El País, 6 de diciembre de 2002, p. 31). La cuestión de la conversión de
las faltas en delitos estribaba en que la condena por faltas no se registraba y no creaba antecedentes, la
acusación de falta no conllevaba medidas cautelares y las penas por falta solían ser multas -lo que
repercutía en el patrimonio familiar- o arrestos domiciliarios -que suponía ahondar en el riesgo victimal al
convivir el agresor con la víctima-. Sobre la polémica que suscitan algunas medidas, puede verse la
réplica de la Asociación de Mujeres Juristas Themis respecto del Informe sobre la problemática derivada
de la violencia doméstica, elaborado por la Comisión de Estudios del CGPJ y aprobado el 21 de marzo de
2001 por el CGPJ, en http://www.themis.matriz.net. Rechazaban claramente la mediación en este campo
por el desequilibrio de poder existente. Se incluían además ocho párrafos interesantes sobre "Qué esperan
las víctimas de la violencia de la Administración de Justicia". Véanse también las propuestas de
modificaciones legislativas de los sucesivos Planes Integrales contra la Violencia Doméstica del Instituto
de la Mujer, así como del actual Ministerio de Igualdad. Por otra parte, la propuesta del Presidente de
Castilla-La Mancha de publicar las sentencias de maltrato, cuando el delito y la pena aún no han sido
cancelados, tuvo, finalmente, el visto bueno de la Agencia de Protección de Datos, si bien se le criticó de
forma mayoritaria la posible vulneración de los derechos de intimidad y reinserción de los agresores, así
como los posibles roces con su dignidad y el principio de legalidad.
83
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

finalmente, fue aprobada, bajo legislatura socialista98. Entre otras cuestiones, el art. 153. 1
pasó a referirse únicamente a víctimas mujeres. La STC, de 14 de mayo de 2008,
determinó la constitucionalidad de dicho precepto en relación con la dignidad de la
persona, la igualdad y la presunción de inocencia (arts. 10, 14 y 24. 2 CE).

En la Exposición de Motivos de la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se


modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal se expresa lo
siguiente: “En materia de violencia de género y doméstica, se llevan a cabo algunas
modificaciones para reforzar la protección especial que actualmente dispensa el Código
Penal para las víctimas de este tipo de delito. En primer lugar, se incorpora el género como
motivo de discriminación en la agravante 4.ª del artículo 22. La razón para ello es que el
género, entendido de conformidad con el Convenio n.º 210 del Consejo de Europa sobre
prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica,
aprobado en Estambul por el Comité de Ministros del Consejo de Europa el 7 de abril de
2011, como «los papeles, comportamientos o actividades y atribuciones socialmente
construidos que una sociedad concreta considera propios de mujeres o de hombres», puede
constituir un fundamento de acciones discriminatorias diferente del que abarca la
referencia al sexo. Además, se amplía el ámbito de la medida de libertad vigilada. Esta
medida, que fue introducida en el Código Penal mediante la reforma operada por la Ley
Orgánica 5/2010, de 22 de junio, también se podrá imponer en todos los delitos contra la
vida, y en los delitos de malos tratos y lesiones cuando se trate de víctimas de violencia de
género y doméstica. Por otro lado, la desaparición de las faltas, y la adecuación de los tipos
penales que ello comporta, no impide mantener la diferenciación en el tratamiento de los
delitos relacionados con la violencia de género y doméstica, con el fin de mantener un nivel
de protección más elevado. De este modo, aunque la nueva categoría de delitos leves
requiera, con carácter general, de la denuncia previa del perjudicado, este requisito de
perseguibilidad no se va a exigir en las infracciones relacionadas con la violencia de género
y doméstica. Tampoco se exigirá denuncia en estos casos para la persecución del nuevo
delito de acoso. Otra previsión destacable en esta materia es la corrección que se introduce
en materia de imposición de penas de multa, con el fin de que no genere consecuencias
negativas en el ámbito familiar. Con carácter general, sólo será posible la imposición de

98
Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, LO 1/2004, de 28 de diciembre.
Sobre su contenido, en relación con la creación de los Juzgados especializados en la materia, aspectos
procesales, sancionadores y cautelares, véase Villacampa (2008).
84
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

penas de multa en este tipo de delitos cuando conste acreditado que entre agresor y víctima
no existen relaciones económicas derivadas de una relación conyugal, de convivencia o
filiación, o existencia de una descendencia común. Finalmente, en relación con los
dispositivos telemáticos para controlar las medidas cautelares y las penas de alejamiento
en materia de violencia de género, se están planteando problemas sobre la calificación
penal de ciertas conductas del imputado o penado tendentes a hacerlos ineficaces, a las que
se alude en la Circular 6/2011, de la Fiscalía General del Estado, sobre criterios para la
unidad de actuación especializada del Ministerio Fiscal en relación a la violencia sobre la
mujer. Por ello, se considera adecuado tipificar expresamente estas conductas dentro de los
delitos de quebrantamiento, a fin de evitar que queden impunes los actos tendentes a
alterar o impedir el correcto funcionamiento de dichos dispositivos”.

Comparativamente, en la década de los noventa se han producido una serie de


modificaciones o innovaciones legislativas en muchos países, a raíz del movimiento
internacional contra la violencia hacia las mujeres del que se hicieron eco las Naciones
Unidas. Más de cuarenta países han adoptado legislación específica sobre violencia
doméstica, destacando un número importante de países latinoamericanos ante la firma,
en 1994, de una Convención regional internacional en la materia (Kapoor 2000, 17).

De acuerdo con el informe sobre violencia doméstica aprobado por la Asamblea General
del Consejo de Europa, el 27 de septiembre de 2002, en algunos países del centro y este
de Europa no existe legislación que proteja a las víctimas, siendo la situación más grave
en países con raíces islámicas99.

En el marco de la UE, desde asuntos de empleo y asuntos sociales se trabaja en un marco


normativo para todos los países de la Unión, de manera que se implante una pena
mínima para los agresores y que la violencia doméstica se considere como delito
transfronterizo100. Además, debe considerarse el alejamiento del agresor del domicilio
común y ampliar el número de casas de acogida.

99
Según el informe, en Rusia mueren cada año 35 mujeres al día.
100
La cuestión de la protección a las víctimas se abordó de forma especial en el programa de la
presidencia española de la UE durante 2010, consiguiéndose finalmente la aprobación de la Directiva
2011/99/UE del Parlamento Europeo y del Consejo de 13 de diciembre de 2011 sobre la orden europea de
protección.
85
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Por parte del derecho internacional de los derechos humanos se han desarrollado tres
principios respecto de la responsabilidad estatal en el tratamiento de la violencia contra
las mujeres (Coomaraswamy 2000, 10)101:

-principio de la diligencia debida: los estados deben actuar con la diligencia debida para
prevenir, investigar y castigar la violencia, así como para proporcionar compensación.
Por lo tanto, las normas existentes no son suficientes por sí mismas, deben cumplirse y
ser eficaces.

-principio de protección igual ante la ley, ya que de lo contrario supondría una


discriminación por parte de las agencias encargadas de su aplicación.

-principio de considerar la violencia doméstica como tortura o tratamiento inhumano o


degradante, dependiendo de las circunstancias.

2. Estadísticas, encuestas y estudios empíricos orientadores de la política


criminal en violencia de género

2. 1 Estadísticas

En un estudio llevado a cabo por el Instituto de la Mujer, Díaz-Aguado y Martínez


(2002a, 161-176)102 se recomienda incrementar, tanto para las denuncias como para las
sentencias, "... la recogida de información sociodemográfica relevante respecto a las
víctimas y los agresores, para poder obtener así datos desagregados por diferentes
variables y avanzar en la comprensión de las condiciones que incrementan la
vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia”. Entre estas informaciones, son

101
Radhika Coomaraswamy fue Relatora Especial sobre Violencia contra las Mujeres de la Oficina del
Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Vid.
http://www.unhchr.ch/huridocda. Cfr. los recursos proporcionados en la Red de Derechos Humanos de las
Mujeres, en http://www.whrnet.org.
102
Respecto de los países de la Unión Europea se llevó a cabo un cuestionario, en cierta forma similar al
realizado en la investigación de Varona (2001b), donde se puede ver, por ejemplo, en qué países se
registra la relación entre autor y víctima por tipos de delitos, así como la realización de investigaciones
complementarias por parte del Ministerio del Interior y otras instituciones. Así, en Austria como ejemplo
de buena práctica se realizó una investigación sobre más de mil registros policiales, a partir de los cuales
se seleccionó a un conjunto de víctimas y agresores y se llevaron a cabo 32 entrevistas en profundidad
para evaluar la aplicación de la Ley de protección frente a la violencia doméstica. También sobre esa ley
se realizó un estudio con mujeres vulnerables, en concreto, con migrantes y sus hijos mediante 60
entrevistas a víctimas, agresores y personas expertas (Instituto de la Mujer, Díaz-Aguado y Martínez
2002a, 165).
86
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

importantes las referidas a la edad, el sexo, el nivel educativo103, la nacionalidad y la


relación de la víctima con el agresor, que se recogen ya en varios de los estados
miembros. Además, debería disponerse de otros datos (como los relativos al consumo de
sustancias estupefacientes, en el momento de la comisión del acto delictivo, y el lugar en
el que se produce la agresión), que pueden incrementar el conocimiento sobre las
situaciones de riesgo. Asimismo, se recomienda ampliar la información de los registros y
estadísticas oficiales con las de otras fuentes de información, "... como las ONG que
trabajan con las víctimas, o los servicios sociales implicados en este problema, como los
centros de información, emergencia y acogida" (ibídem, 174-5).

Estudios de organismos internacionales

Aunque dentro de las Naciones Unidas existen más organismos preocupados por la
violencia contra las mujeres, aquí vamos a citar sólo cuatro que inciden en la necesidad
de estudios al respecto –si bien ninguno de ellos ha elaborado estadísticas propias-. Son:
ONU-Mujeres, la Organización Mundial de la Salud, el Fondo de las Naciones Unidas
para la Población y UNICEF.

ONU Mujeres colabora con gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y otras


instituciones para aumentar la sensibilización sobre las causas y consecuencias de la
violencia de género y fortalecer las capacidades de prevención y respuesta.. ONU
Mujeres apoya la ampliación de acceso a respuestas multisectoriales de calidad para
sobrevivientes de la violencia, que incluyen seguridad, refugio, salud, justicia y otros
servicios esenciales. Prestan orientación para políticas públicas para ayudar a maximizar
las inversiones destinadas a la prevención, entendida como la solución más rentable y de
largo plazo para detener la violencia104.

La OMS achaca a la violencia el 7% de la mortalidad femenina en el mundo entre


mujeres de 15 a 44 años. Para los hombres la cifra se eleva al 14%. En general, se aprecia
un aumento de la violencia contra las personas mayores. Por cada víctima de muerte
violenta se registran unos veinte casos que necesitan atención médica y/o psicológica.

103
Algunos estudios, holandeses e italianos, demuestran el gran porcentaje de agresores con título
universitario.
104
Vid. http://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-
women#sthash.k3xH95ua.dpuf.
87
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Casi la mitad de las mujeres víctimas de homicidio son asesinadas por su actual o
anterior marido o compañero105 -mientras que sólo el 5% de las muertes masculinas se
debe a ataques de sus parejas-. Una de cada cuatro mujeres adultas sufre, al menos, un
ataque sexual a lo largo de su vida por parte de su pareja. Un 20% de las niñas y un 5% de
los niños padecen abusos sexuales, casi siempre por familiares o conocidos. Tanto en
países desarrollados como en vías de desarrollo, las mujeres tienden más a contar
incidentes de abuso por parte de compañeros sentimentales a amigos y familiares, antes
que a la policía. Algunos grupos son más vulnerables a la violencia doméstica, por
ejemplo, las personas de ingresos bajos. La mayor parte de las víctimas de agresiones
físicas sufren múltiples actos de violencia, de diferente carácter, durante mucho tiempo.
Estos son datos extraídos de su Informe mundial sobre violencia y salud, hecho público en
el año 2002, y que se basa en estudios de diferentes países. En este informe se define la
violencia como "el uso intencional de la fuerza física o el poder, amenazado o real, contra
uno mismo, otra persona, o contra un grupo o comunidad, que produce o tiene una alta
probabilidad de producir una lesión, muerte, daño sicológico, un mal desarrollo o
pérdidas" (WHO 2002, 4). Mediante esta definición queda incluida, según el autor, la
siguiente tipología de la violencia: violencia contra uno mismo (suicidios y abusos),
interpersonal (cometida por familiares, conocidos o extraños) y colectiva (de carácter
social, política o económica). La OMS recomienda aumentar la capacidad de recopilar
información sobre la violencia. Esta recomendación es más específica para temas
globales de alta prioridad, como la violencia familiar y sexual, que requieren
investigación comparada a escala internacional (WHO 2002, 31-2).

Además del informe comentado, la OMS coordina estudios multiculturales en varios


países sobre la salud de las mujeres y la violencia doméstica, cuyo objetivo es desarrollar
metodologías para su medición y para analizar su efecto en la salud.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Población, basándose en más de cincuenta


encuestas de victimización y otros estudios desarrollados internamente por diferentes
países, estima que la victimización por compañeros sentimentales se da entre el 10 al

105
Vid. http://www.who.int/violence_injury_prevention/vaw/violencia.htm. La OMS ha establecido una
base de datos con la investigación existente sobre violencia contra las mujeres. Cfr.
http://www.who.ch/frh-whd.
88
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

50% de las mujeres106. Entre las situaciones que provocan una respuesta violenta están:
no obedecer, contestar, rechazar relaciones sexuales, no tener la comida lista, descuidar
algún aspecto de los hijos o la casa, preguntar sobre el dinero u otras relaciones con
mujeres, salir sin permiso o ser sospechosa de infidelidad -aunque no exista motivo
alguno-.

El Fondo para la Población da toda una serie de cifras de las diversas modalidades de
violencia contra las mujeres107. Así, en el mundo, al menos una de cada tres mujeres ha
sufrido violencia física, sexual u otros abusos, fundamentalmente por hombres conocidos
y una de cada cuatro ha sufrido el abuso durante un embarazo. Una alta proporción de
mujeres que han sufrido violencia física son víctimas reiteradamente. Al menos, sesenta
millones de mujeres dejan de nacer o vivir por abortos selectivos, infanticidios o
negligencias. Dos millones de niñas entre cinco y quince años son introducidas
anualmente en el mercado del sexo. Al menos ciento treinta millones de mujeres han
sido forzadas a mutilaciones genitales y otras dos millones están en riesgo cada año.
Anualmente, miles de mujeres mueren por asesinatos en pro del honor familiar,
principalmente en Asia y África.

A instancias del Instituto Innocenti UNICEF (Florencia), cabe destacar la elaboración


del informe La violencia doméstica contra las mujeres y niñas. Fue realizado por Sushma
Kapoor y hecho público en 2000108. Considerando diversos estudios nacionales y
regionales, los porcentajes de victimización por violencia física varían de país a país, sin
bajar del 20%: del 59% de las encuestadas en Japón, hasta el 58% en Kenia, y el 28% en
EE. UU y otros países occidentales109. Este informe recoge datos sobre veintitrés países y
resulta interesante la cuantificación de las consecuencias o costes de la violencia
doméstica contra las mujeres, a saber (Kapoor 2000, 12-3)110:

-Costes directos: gastos médicos, policiales, judiciales, de servicios sociales y alojamiento.

106
En los EE. UU. una mujer sufre violencia física cada quince segundos, generalmente por su
compañero sentimental.
107
Vid. http://www.unfpa.org/swp/2000/english/ch03.html.
108
Puede obtenerse en http://www.unicef-icdc.org.
109
Este estudio no se realizó en España. Según detallaremos más adelante, de acuerdo con la
Macroencuesta realizada por el Ministerio de Asuntos Sociales, en el año 2000, para mujeres mayores de
18 años el porcentaje de mujeres maltratadas era del 12,4%.
110
Los únicos estados que han realizado estudios al respecto cifran los costes económicos en 50 millones
de euros (Finlandia) y 150 millones de euros (Países Bajos). Cfr. WHO (2002, 8).
89
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

-Costes económicos: pérdida de horas laborales, descenso de la productividad, bajada de


ingresos y pérdida de ahorro.

-Costes sociales: transmisión de valores violentos, bajada de la calidad de vida y menor


participación.

-Costes no monetarios: incremento de la morbilidad, incremento de homicidios y


suicidios, abuso de alcohol y drogas y desórdenes depresivos.

Además de las Naciones Unidas, podemos citar algunas cifras ofrecidas por otras
instituciones inter o supranacionales, así como por ONGs internacionales.

En el informe sobre violencia doméstica aprobado por la Asamblea General del Consejo
de Europa, el 27 de septiembre de 2002, redactado por la ex ministra de Eslovaquia Olga
Keltosová, se afirma que la violencia en el seno de la familia es la principal causa de
muerte y de invalidez de las mujeres de 16 a 44 años, por delante del cáncer o los
accidentes de tráfico.

La UE, según declaraciones de 2002 de la comisaria para asuntos de empleo y asuntos


sociales, Anna Diamontopoulou, maneja el dato de que una de cada cinco mujeres
europeas ha sufrido malos tratos alguna vez en su vida. En la actualidad, la UE trabaja en
la preparación de estadísticas homogéneas.

Dentro de las ONGs, el Centro Europeo para promoción de una política contra la
violencia hacia las mujeres, creado en 1997 por el Lobby Europeo de las Mujeres, creó
el Observatorio Europeo sobre Violencia contra las Mujeres, compuesto por expertos de
los países miembros de la UE111. Este Observatorio identifica los fallos existentes en la
legislación, las estadísticas, los estudios y las acciones al respecto y realiza las
recomendaciones pertinentes, contribuyendo a la creación de indicadores de evaluación.
Ha desarrollado un estudio Unveiling the Hidden Data on Domestic Violence (1999), que

111
Las iniciativas del Lobby se han beneficiado del programa DAPHNE. En 1996 el Parlamento europeo
adoptó una nueva línea presupuestaria para fomentar la potencialidad de las ONGs en la lucha contra la
violencia ejercida sobre los niños, adolescentes y mujeres. Se ha ido renovando anualmente.

90
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

contiene información oficial sobre la violencia doméstica en los quince países de la UE 112.
Su objetivo era proponer indicadores a los estados miembros y al EUROSTAT para
recopilar sistemáticamente datos sobre la violencia doméstica. Estos indicadores deben
permitir revelar cuatro aspectos:

-la manera en que se define la violencia doméstica;

-el número de mujeres víctimas;

-las eventuales tendencias regionales;

-y su tratamiento por los servicios policiales y de asistencia.

En definitiva, se criticaron las estadísticas penales y se valoraron las encuestas de


victimización llevadas a cabo por Universidades y ONGs, de donde se podían extraer más
datos. En este estudio, se dice, por ejemplo, que el 50,7% de las mujeres encuestadas en
Portugal a mediados de los noventa habían sufrido violencia psicológica a manos de su
pareja o que en España -según un estudio de la Asociación Themis de 1999- en el 56% de
los casos las mujeres retiran su denuncia. Se concluye que es una práctica cotidiana que
trasciende clases y culturas y se relativiza la influencia del alcohol y otras drogas. Así
según el estudio citado de Themis, el alcohol y las drogas sólo intervienen en un 20% de
los casos, es decir, en una de cada cinco veces. Además, en el informe europeo se
apuntan momentos de mayor vulnerabilidad para las mujeres como el embarazo, el
puerperio, la crianza de niños pequeños y los períodos de separación.

Estadísticas penales en el estado español

Estadísticas policiales113. Desde 1984 existe una sección estadística propia del
Ministerio del Interior sobre las infracciones en el ámbito familiar según las víctimas
(por sexo y edad)114, los agresores (sexo y relación de parentesco o sentimental), los
medios empleados, el lugar y el resultado. Se elaboran estadísticas nacionales, regionales
y locales con periodicidad mensual. En todo caso, habría que añadir determinadas

112
Vid. http://www.womenlobby.org/en/themes/violence/centre.html.
113
Para el ámbito vasco, consúltese la página web de la Ertzaintza.
114
También se recoge la nacionalidad de la víctima, así como la identidad del denunciante y lugar de
comisión del delito. Véanse algunas comparaciones diacrónicas, recogidas en Núñez y Alonso (2002,
460-6), de fuentes del Ministerio del Interior. Cfr. Valenzuela (2002).
91
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

amenazas, detenciones ilegales, delitos contra la libertad sexual y otra serie de delitos
que entran dentro del término más amplio de violencia contra las mujeres. Se estima que
anualmente se presentan una media de más de 19.000 denuncias de delitos y faltas de
lesiones en el ámbito familiar, la mayoría faltas115. El número de denuncias tiende a
aumentar en los últimos años (Cerezo 2000, 169-73)116.

No hay estudios policiales específicos sobre la cifra negra, pero diversos organismos
estiman que sólo entre un 10% y un 30% del total de malos tratos en la pareja se
denuncian (ibídem 2000, 210). Las organizaciones Federación Nacional de Mujeres para
la Democracia y Federación de Mujeres Progresistas, teniendo en cuenta las mujeres
atendidas en sus casas de acogida y programas de apoyo en 2002, calculan que en España
el 15% de las mujeres adultas ha sido víctima de maltrato de su pareja y que la media de
duración de maltrato antes de abandonar al agresor es de 10 años (El País, 26 de
noviembre de 2002, 30).

En relación con las estadísticas policiales, puede acudirse, como de hecho nos
encontramos en diversas investigaciones españolas sobre malos tratos a mujeres, a los
archivos policiales para extraer información que no llega a las estadísticas oficiales
(Cerezo et al. 1995).

Hasta 2005, las estadísticas judiciales no resultaban relevantes en esta materia porque
en ellas no existía una referencia expresa a la violencia contra las mujeres, dentro y/o
fuera del hogar. Algunos estudios pusieron de relieve que en un 62% de las sentencias en
casos de delitos de malos tratos se absuelve al presunto agresor y el porcentaje se eleva

115
Véanse los datos elaborados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, a partir de fuentes
policiales. Se encuentran en http://www.mtas.es/mujer/mcifras/violencia.htm. Consúltese, actualmente,
las cifras del Ministerio de Igualdad. Además, véanse los datos recogidos en el Centro Reina Sofía para el
Estudio de la Violencia en http://www.gva.es/violencia/, donde se incluye una tabla provincial de
incidencia y prevalencia.
116
Según la información difundida por servicios de asistencia a la mujer, la media de muertes de mujeres
a manos de sus parejas en los últimos años es de unas cincuenta –cifra que se eleva a unas setenta, en los
últimos años-, es decir, muere una mujer cada semana (Cerezo 2000, 185-6). La Federación Nacional de
Mujeres Progresistas contabiliza las muertes a manos también de amigos, conocidos y familiares fuera de
la pareja y eleva los números oficiales. En todo caso, el mayor número de muertes corresponde a los
maridos o ex maridos, seguidos por los compañeros o ex compañeros sentimentales, señalando una alta
proporción por parte de novios jóvenes. La forma más habitual es el apuñalamiento, seguida por los
golpes. Por el lugar en que se producen , en 2002, destacaron Cataluña, Valencia, Andalucía y Canarias.
En el País Vasco, para el periodo indicado, sólo se contabilizó una muerte (El País, 26 de noviembre de
2002, 30). Respecto de las llamadas al teléfono 016, el mayor número, para 2008, se produjo en Madrid,
seguida de Andalucía, Catalunya y Valencia.
92
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

hasta el 71% en los juicios de faltas (El País, 23 de noviembre de 2002, País Vasco 5). Del
mismo modo que con los archivos policiales, puede investigarse sobre las sentencias y
extraer de ellas datos relevantes117. Así, en el estudio realizado por el IVAC-KREI sobre la
criminalidad registrada judicialmente en Gipuzkoa en la década de los noventa (Varona
2001c), a pesar de las modificaciones legislativas y del énfasis en su persecución por las
agencias de control jurídico-penal, en la muestra analizada sólo aparecieron dos casos de
delito de violencia familiar, que podían ponerse en relación con determinadas faltas
contra las personas.

Estas deficiencias se han paliado actualmente mediante la creación del Observatorio


sobre la Violencia de Género, cuyos datos pueden consultarse a través de su página
web118.

Por su parte, salvo determinadas Memorias anuales de algunas Fiscalías119, hasta hace
poco no se llevaba un seguimiento específico por parte de la Fiscalía General. En la
Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2001 se indicaba que se dictaron 1.502
condenas por faltas referidas a violencia familiar, frente a 536 condenas por delito y se
afirmaba que en los tres últimos años las medidas de protección a las víctimas habían
crecido de forma espectacular, sin perjuicio de que también lo hubieran hecho las
muertes y agresiones graves (Montalbán 2002). Desde 2006 funciona la figura del Fiscal
de Sala Delegada Coordinadora contra la Violencia sobre la Mujer120. Según datos de la
Memoria, en 2007, en la mayoría de las ocasiones no se habían presentado denuncias;
aumentó el número de extranjeras muertas que se aproxima al de las españolas; se
advierten las situaciones de convivencia consentida a pesar de la adopción previa de
medidas de protección; y es el apuñalamiento el modo mayoritario de ejercer violencia
homicida.

117
Véase al respecto la investigación monográfica desarrollada a iniciativa del Gobierno Vasco y el CGPJ
en los años 2000-2001. Como ejemplos de estudios de sentencias, véanse Cerezo (2000) y Fernández-
Pacheco (2002). Cfr. Larrauri y Cid (2002).
118
El 26 de septiembre de 2002, el Gobierno central y el CGPJ firmaron el convenio de creación del
"Observatorio contra la Violencia Doméstica" para el seguimiento de las sentencias sobre malos tratos,
encomendado a los vocales Montserrat Comas y Enrique López. Véanse sus estadísticas en
http://www.poderjudicial.es.
119
Véanse las últimas memorias en http://www.mir.es.
120
Véase la Instrucción 7/2005 de la Fiscalía General del Estado.
93
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Las estadísticas penitenciarias no hacen ningún desglose en relación con la víctima121.


Sin embargo, podemos aludir a un estudio de la Central de Observación Penitenciaria
que contabilizó el número de personas en prisión por delitos relacionados con el ámbito
familiar a finales de los noventa. El porcentaje de internos en prisión por delitos
cometidos en el ámbito familiar122 era de un 2,3% (879 sujetos: cuatro de ellos estaban en
Martutene, uno en Basauri y once en Nanclares). Para el conjunto del estudio, las
víctimas fueron principalmente hijos (29,8%) y mujeres (27,3%). Un 47,3% de los
agresores consumían drogas, incluyendo el alcohol y, en el momento del estudio, un
64,6% de los agresores no asumían su responsabilidad (Valero et al. 2000). El objetivo de
este estudio era diseñar programas preventivos específicos. Precisamente, en octubre de
2002, IIPP emprendió un estudio en ocho cárceles -entre ellas Nanclares de la Oca- con
decenas de maltratadores a los que se pedía que escribieran una carta a su víctima para
tratar de explicarse ante ella. En estos casos, sí asumían la culpa e indicaban que seguían
queriendo a la mujer y que habían sufrido mucho con los hechos, si bien, se detectaba en
ellos falta de autocontrol, ideas equivocadas sobre las mujeres y baja autoestima.

Otras estadísticas oficiales proceden de los servicios de asistencia a las víctimas123, de


centros de la mujer y casas de acogida. Éstas deben ponerse en relación con las
estadísticas no oficiales de asociaciones como la Asociación para la Investigación de
Malos Tratos a Mujeres y la Asociación Española de Mujeres Separadas y Divorciadas.
Según la primera, desde su creación en 1983 han atendido a más de 100.000 mujeres, de
las que un 95,5% han sufrido malos tratos físicos y/o psíquicos por su marido (Cerezo
2000, 186). No obstante, si bien en estas fuentes se recogen muchos detalles, cuentan con
el inconveniente de su dispersión. Lo mismo ocurre con otros documentos oficiales
como los partes facultativos de lesiones de los hospitales.

2. 2 Estudios empíricos y encuestas sobre la violencia contra las mujeres

Debe reiterarse la necesidad de complementariedad cautelosa de los diferentes métodos


de investigación acerca de la victimización (Varona 2001b). Esta conclusión es aplicable
al campo de la victimización violenta contra las mujeres. No obstante, como veremos a

121
Véase la publicación digital de su último informe anual en http://www.mir.es.
122
Este término es más amplio que el de delito de violencia habitual familiar.
123
Véanse, en relación con los servicios vascos, la información publicada por el Gobierno Vasco en
http://www.euskadi.net.
94
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

continuación, predominan las entrevistas y los análisis estadísticos. En todo caso,


diferentes estudios españoles y extranjeros se han referido y han aplicado otras técnicas
de investigación que resultan especialmente pertinentes respecto de la violencia familiar
contra las mujeres. Así las historias de vida124 y los grupos de discusión. Éstos últimos
como técnica cualitativa permiten indagar sobre los porqués, las percepciones y las
construcciones sociales de las mujeres maltratadas -y, en su caso, de los hombres
violentos-. Esta técnica ha sido utilizada, por ejemplo, en VV. AA. (2000).

Las primeras investigaciones empíricas comenzaron en el ámbito anglosajón en la


década de los sesenta referidas a la violencia contra los menores en la familia125. En la
década siguiente se extendieron a la violencia contra las mujeres en el seno familiar
(Cerezo 2000, 108-12) y, posteriormente a los abusos sexuales y a la violencia contra los
ancianos (Saraga y Muncie 2001, 117). Tanto en el ámbito norteamericano como europeo
proceden principalmente de disciplinas como la Sociología, la Psicología y la
Antropología (O'Leary 1998, 221). Bard y Zacker (1974) estudiaron las llamadas a la
policía para concluir que el alcohol no es un factor influyente en las disputas
familiares126. La psicóloga Leonore Walker comenzó en 1978 un estudio en Colorado con
una muestra de mujeres maltratadas de casas de refugio, de reservas indias y de prisiones
-incluyendo mujeres que habían matado a su maltratador- (1983). Realizó entrevistas
personales que duraron de seis a ocho horas (con un cuestionario de unas doscientas
páginas). De su estudio se extrae la teoría del ciclo de la violencia doméstica y el término
"síndrome de la mujer maltratada".

El matrimonio Dobash (1979) entrevistó a 109 mujeres maltratadas en casas de acogida


escocesas -con una duración media de dos horas por entrevista-. Por su parte, Bowker
(1983) realizó una campaña en los medios de comunicación de Milwaukee para solicitar
el testimonio de mujeres maltratadas físicamente por su pareja y en nueve meses obtuvo
136 entrevistas telefónicas. Russell (1982) se centró en la violencia sexual en la pareja

124
Vid. el estudio escocés de Carnegie (1998) y sus posibilidades para la sensibilización pública.
125
Si bien a finales del siglo XIX hubo un cierto interés público por la crueldad hacia los niños, éste no
renacería hasta la segunda mitad del siglo siguiente. Por ejemplo, Saraga y Muncie indican cómo la
primera Sociedad para la Protección de los Niños se creó en 1871 en Nueva York, cuando un juez tuvo
que interpretar que las leyes que prohibían la crueldad contra los animales podían ser extensibles a los
niños (2001, 117-8).
126
Por otra parte, no existen muchos estudios empíricos específicos sobre la influencia de la religión,
aunque sí se suele hacer alusión al sometimiento de las mujeres en los países árabes. Cfr. sobre la
influencia del culto a la Virgen María en Polonia, Kwiatkowska (1998).
95
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

mediante una encuesta de victimización en San Francisco127. Sobre la eficacia de la


respuesta policial en Minneapolis ante la violencia doméstica, nos encontramos con el
estudio de Sherman y Berk (1984). Hamberger y Hastings (1986) crearon una tipología de
las perturbaciones psicológicas sufridas por 105 hombres estadounidenses sometidos a
tratamiento. Por su parte, con el fin de estudiar la cifra negra, el sociólogo
estadounidense Murray Straus realizó varias encuestas de victimización nacionales en
EE. UU. sobre violencia doméstica mostrando su incidencia y llamando la atención
pública (1995). La primera se materializó en 1975 mediante entrevistas personales a 8.145
personas utilizando un cuestionario denominado Conflict Tactics Scales (Escala de
Tácticas de Conflicto)128, de manera que se señalase, de una lista de 19 posibilidades, la
reacción del entrevistado/a y de su compañero/a ante una diputa de pareja (desde
discutir el asunto con calma hasta usar una pistola). En posteriores estudios se llegó a
estimar que un 16% de las parejas estadounidenses experimentaron, al menos, un acto de
violencia en 1985 y que, a comienzos de los noventa, se apreciaba un decrecimiento
achacable a la concienciación social (Cerezo 2000, 192-3).

En las encuestas de victimización generales se tiende a incluir preguntas específicas


sobre la violencia familiar129. Así en el Reino Unido se calcula que una de cada cuatro
mujeres ha sufrido violencia doméstica en algún momento de su vida, dos mujeres
mueren cada semana a manos de su compañero o excompañero, miles de niños son
testigos cada día de violencia y la violencia familiar ocupa una cuarta parte de toda la
delincuencia violenta (Saraga y Muncie 2001, 117). Excepcionalmente, algunos países han
llevado a cabo encuestas de victimización específicas sobre violencia contra las mujeres
como Canadá y Australia130. En el primero, a través de la Statistics Canada Violence
Against Women Survey, se entrevistaron en 1993 a 12.300 mujeres, de las cuales la mitad
declararon haber sufrido al menos un incidente violento en su vida adulta.

A la hora de sistematizar el conjunto de encuestas de victimización realizadas a lo largo


del planeta, algunos autores hablan de cuatro generaciones que, en general, tienden a

127
Con una muestra de 930 mujeres, de las 644 que estaban o habían estado casadas el 14% habían sido
víctimas de una agresión sexual consumada o intentada.
128
Véase su traducción en Cerezo (2000, 191).
129
Cfr., por ejemplo, en el estado español la Encuesta sobre Seguridad Pública del Departamento de
Interior catalán (Varona 2001b).
130
Community Safety Survey, realizada en 1994 sobre 3.061 ciudadanos en la ciudad de Perth (Australia).
96
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

mostrar un incremento de la victimización en el tiempo (Instituto de la Mujer, Díaz-


Aguado y Martínez 2002a, 147-9)131:

-Encuestas de victimización generales.

-Encuestas de victimización generales con un apartado especial de violencia


contra las mujeres, prioritariamente de violencia doméstica.

-Encuestas de victimización dedicadas exclusivamente a la violencia doméstica,


como la Macroencuesta sobre violencia doméstica contra las mujeres, llevada a cabo
telefónicamente por el Instituto de la Mujer (1999), con una muestra de 20.552 mujeres
de 18 a 64 años; o la encuesta postal sueca sobre Prevalencia de la violencia doméstica
(1997 y 2001), sobre muestras de 10.000 mujeres. Como comentaremos más adelante,
también existen encuestas de victimización destinadas exclusivamente a la violencia
sexual.

-Encuestas de victimización específicas sobre todo el abanico posible de violencia


contra las mujeres (en el hogar, en el trabajo y en la esfera pública, sea de tipo físico,
sexual, psicológico, social y/o financiero). Siguiendo el modelo canadiense de 1993,
además de las realizadas en EE. UU., en Europa pueden citarse las siguientes: la encuesta
francesa Enquête Nationale sur les Violences Envers les Femmes (entre 1997 y 2000), con
una muestra de 6.970 mujeres de 20 a 59 años; la finlandesa Fe, Esperanza y Maltrato
(1998), que se realizó por correo con una muestra de 7.051 mujeres de 15 a 74 años, con
una tasa de respuesta del 70%; y la encuesta italiana, realizada en 1998, por el ISTAT con
una muestra de 50.000 familias. Alemania finalizará en 2002 una encuesta (Erhebung zu
Gewalt gegen Frauen) sobre una muestra de 10.000 mujeres mayores de 16 años. En la
realización de estas encuestas destaca la participación de la Universidad, de los
Departamentos de Estadística y de los Institutos de la Mujer, más que de los Ministerios
o Departamentos de Interior132.

En cuanto a los estudios de autoinforme no conocemos ninguno específico relativo a


la violencia contra las mujeres. Cerezo lo rechaza como instrumento válido ya que los

131
Aunque se refieren a encuestas sin utilizar la palabra victimización.
132
Como excepción puede citarse el estudio realizado en 1996 por la policía danesa sobre violencia en la
calle, doméstica y en el lugar de trabajo mediante 26.000 entrevistas (Instituto de la Mujer, Díaz-Aguado
y Martínez 2002a, 148).
97
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

maltratadores tienden a negar o minimizar la violencia (2000, 202). Sin embargo, sí


existen estudios generales que combinan la encuesta de victimización con el autoinforme
y se observa cómo muchos agresores no tienen inconveniente en afirmar que son
agresivos o en considerar que determinadas prácticas son aceptables, por lo que el reto
reside en plantear un buen cuestionario. Este es el caso de la investigación de Straus y
también en Sevilla del estudio que llevaron a cabo Castellano et al. (1999), donde
obtuvieron un mayor porcentaje de hombres que reconocieron haber sido agresores -
ejerciendo principalmente violencia psíquica- frente al de mujeres que afirmaron haber
sido agredidas por su pareja133. Esto se corresponde con los resultados de otros estudios
anglosajones con adultos, aunque cuando estamos ante escolares se han obtenido
resultados que indican que las mujeres han hecho mayor uso del esperado de la violencia
física, si bien, en muchos casos, de carácter defensivo ante relaciones sexuales no
deseadas (O'Leary 1998, 225).

En el estado español una búsqueda bibliográfica sobre la materia que nos ocupa revela
que existen, fundamentalmente desde los años noventa hasta principios de 2000, más de
un centenar de publicaciones sobre violencia contra las mujeres, cuya práctica totalidad
se dedica a la violencia familiar y son, principalmente, de carácter teórico o descriptivo 134,
echándose en falta más estudios empíricos y de victimización, que se han ido
incrementando a partir de entonces al convertirse esta temática en un verdadero
problema público. Además de las encuestas de victimización generales (Varona 2001b, 16;
37-9), puede mencionarse el proyecto de la Sección de Sevilla del Instituto Andaluz
Interuniversitario de Criminología para una encuesta de victimización nacional sobre

133
Se trata de un estudio realizado sobre estudiantes de Derecho de Sevilla en el que se pasaron 868
cuestionarios autoadministrados válidos, a hombres y mujeres. Los cuestionarios diferían para cada sexo
y se utilizó como modelo el desarrollado en Canadá por los profesores Dekeseredy y Schwartz a
mediados de los noventa.
134
Como muestra monográfica citaremos los siguientes: Comas de Argemir et al. (2002), desde el
Derecho procesal civil; Secretaría General Técnica (1991), Martín Espino (1998), Aguinaga (2000),
Osborne (2001), Lamo, Ganzenmüller y Escudero (2002) y Morillas (2002), de carácter jurídico-penal;
Soriano (2002), de carácter pedagógico; Instituto de la Mujer (1986), de carácter sociológico; Sotomayor
(2000) y Consejería de Bienestar Social (2002), desde el ámbito de la asistencia social; Unión Nacional
de Asociaciones Familiares (1991), Lorente y Lorente (1998), González de Rivera (2002) y Gracia
(2002), desde la Psicología; e incluso desde la Técnica teatral, Fernández Morales (2002). Sobre el
maltrato infantil, vid. García (1992), desde la Sociología; Pino (1996), Moreno (2002) y Clemente et al.
(2002), desde la Psicología.
98
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

violencia familiar, así como su participación en la Encuesta Internacional sobre Violencia


contra las Mujeres (IVAWS) (Cerezo 2000, 186-93). De forma pionera, en los primeros
meses de 1997, la Unidad de Criminología de la Facultad de Derecho de Albacete llevó a
cabo una encuesta de victimización en dicho municipio con una muestra de 200 mujeres
de entre 15 y 75 años. Se les seleccionó aleatoriamente dentro de cinco secciones censales
elegidas al azar, teniendo en cuenta el porcentaje representativo por cada grupo de edad.
La muestra se redujo a 149 mujeres ante la negativa a contestar, siendo el grupo con
mayor tasa de no respuesta el de mujeres de 30 a 39 años. Además se seleccionó una
muestra de 17 mujeres "con problemas" de entre quienes acudían al Centro Asesor de la
Mujer y a la Casa de Acogida. Del primer grupo, un 14,8% habían padecido maltrato
alguna vez y sólo habían presentado denuncia un 7,7%. En el segundo grupo se presentó
denuncia en un 53,8% de los casos135. Como consecuencias del maltrato destaca
especialmente el miedo tanto a corto como a largo plazo. En años sucesivos se ha
realizado esta encuesta con el objeto, entre otros, de comprobar si, ante las campañas de
sensibilización, aumenta el porcentaje de denuncias (Benítez 1999; Rechea y Benítez
1999; Benítez 2001).

Como se ha podido leer anteriormente, en el año 2000 el Ministerio de Trabajo y Asuntos


Sociales realizó una macroencuesta a 20.552 mujeres mayores de dieciocho años que
arrojó un porcentaje de mujeres maltratadas de un 12,4%136. El objetivo fundamental de
esta macroencuesta era averiguar cuántas mujeres eran víctimas de la violencia
doméstica, cuáles eran las causas o circunstancias que la originaron y contribuyeron a su
aparición y sus efectos en las víctimas. Se consideró que existía maltrato técnicamente -
aunque no lo declarasen expresamente las propias mujeres- cuando respondían
"frecuentemente" o "a veces" a, al menos, una de las siguientes trece frases:

•Le impide ver a la familia o tener relaciones con amigos / vecinos.

•Le quita el dinero que usted gana o no le da lo suficiente que necesita para mantenerse.

•Le insulta o amenaza.

•Decide las cosas que usted puede o no hacer.

135
Las bajas tasas de denuncia se corresponden con un estudio de los registros policiales de la provincia
de Albacete, en 1996, que las cifra en un 90%.
136
Cfr. http://www.fundacionmujeres.es/fondo/Estadisticas/institutomujer.htm.
99
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

•Insiste en tener relaciones sexuales aunque sepa que usted no tiene ganas.

•No tiene en cuenta las necesidades de usted (le deja el peor sitio de la casa, lo peor de la
comida).

•En ciertas ocasiones le produce miedo.

•Cuando se enfada llega a empujar o golpear.

•Le dice qué y a dónde va a ir sin él, ella (que no es capaz de hacer nada por sí sola).

•Le dice que todas las cosas que hace están mal, que es torpe.

•Ironiza o no valora sus creencias (ir a la iglesia, votar a algún partido, pertenecer a
alguna organización).

•No valora el trabajo que realiza.

•Delante de sus hijos dice cosas para no dejarle a usted en buen lugar.

La macroencuesta se realizó al finalizar el I Plan de acción contra la violencia doméstica


y se preveía repetirla periódicamente137. Así, a finales de 2002, se presentó ante la
Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer del Congreso y Senado, la segunda encuesta
Violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico138. En ella, la proporción de quienes
se declaraban víctimas había descendido dos décimas y las maltratadas que no se
reconocían como tales bajaban del 12,4% al 11,1%. Las mujeres entre 45 y 64 años sufren
en mayor medida la violencia doméstica. Por zonas, los mayores índices correspondían a
Andalucía, Extremadura y Madrid.

Por su parte, los estudios empíricos sobre la violencia familiar han proliferado en el
estado español desde mediados de los ochenta y suelen centrarse en muestras que se
obtienen de casas de acogida, centros de salud y asistencia psicológica139. Cerezo valora
su carácter interdisciplinar, pero reprocha su parquedad porque su principal objetivo es

137
Véase http://www.mtas.es/mujer/planviol2.htm. También en el año 2003, al término del II Plan, con el
objeto de conocer variaciones significativas y valorar el impacto de dicho Plan.
138
Se realizaron 20.652 entrevistas telefónicas y 402 entrevistas personales con víctimas declaradas de
violencia doméstica.
139
Cfr., en el ámbito de Albacete, la muestra específica de Rechea y Benítez (1999) y Benítez (2001).
100
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

conocer las características sociodemográficas de víctimas y agresores140 y presentan


problemas metodológicos que impiden comparar los resultados141 (Cerezo 2000, 112-24).

Sobre el País Vasco, pueden citarse los estudios pioneros de Zubizarreta et al. (1994),
mediante entrevistas estructuradas y medidas de autoinforme a 70 mujeres víctimas de
maltrato doméstico que acudieron a los centros de asistencia psicológica específicos 142.
Sarasua et al. (1994) realizaron entrevistas estructuradas a 131 mujeres maltratadas de
dichos centros para conocer el perfil sicológico del agresor. Medina (1994) entrevistó a 80
hombres participantes en un programa de prevención de violencia familiar en los
Juzgados de Instrucción de San Sebastián para conocer su perfil psicosocial y los
resultados del tratamiento que, en general, fueron satisfactorios. Echeburúa et al. (1996)
realizaron 62 entrevistas semiestructuradas con escalas de gravedad de síntomas a
mujeres víctimas de maltrato doméstico que acudieron a los centros específicos de
asistencia psicológica en Bilbao y Vitoria. Se trataba de valorar un programa terapéutico
cognitivo-conductual para tratar el trastorno de estrés postraumático. Este estudio puede
completarse con otro dedicado a estudiar las variables sociodemográficas y
psicopatológicas de las víctimas (Echeburúa et al. 1997)143. De forma similar, pero
centrados en los maltratadores, mediante entrevistas a pacientes del Servicio de
Violencia Familiar de Bilbao, pueden considerarse los estudios de Echeburúa y
Fernández Montalvo (1997).

De forma más específica, el estudio de Cerezo sobre homicidios en la pareja concluye que
las víctimas potenciales son las mujeres que reciben malos tratos físicos, llevan poco
tiempo separadas y reciben amenazas de muerte (2000)144.

140
Sin embargo, cabe citar otros estudios que hemos mencionado en nuestra investigación y que se basan
más en las estructuras sociales, así sobre las instituciones y los medios de comunicación (APDH 1999;
Fagoaga 1999) y mediante grupos de discusión (VV.AA. 2000).
141
Estos problemas metodológicos son tres: en muchos casos no se utiliza un grupo de control que
permita contrastar las variables estudiadas; las muestras no son representativas de la población objeto de
estudio; y se utilizan diferentes instrumentos de evaluación para medir las mismas variables.
Adicionalmente, se echa en falta un marco teórico (Cerezo 2000, 113).
142
La mayor parte de las víctimas presentaban síntomas propios del trastorno de estrés postraumático.
143
Cfr. mediante datos de consultas de 314 mujeres que acudieron a los centros vascos de asistencia
psicológica para este tipo de víctimas, entre 1995 y 1996, Emakunde (1998).
144
Sin embargo, en la mayor parte de los casos se queda en una falta de amenazas. De acuerdo con el
estudio hecho público en 2002, realizado sobre 46 maltratadores, 20 de ellos homicidas, por parte del
Centro Abad Oliba, adscrito a la Universidad de Barcelona y por encargo del Instituto Catalán de la
Mujer, los homicidas tienen una media de 40 años, matan a sus compañeras para hacerlas responsables
101
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Sobre la victimización secundaria y la evaluación de las instituciones sanitarias, socio-


asistenciales y de la administración de justicia, existen principalmente estudios basados
en fuentes documentales, dada la ausencia de tradición de evaluaciones externas en
nuestro país145.

Finalmente, como precedente de investigación comparada en la materia, sólo


conocemos el trabajo de Miller y Barberet (1994) que comparó las respuestas socio-
legales a las violencia familiar en las ciudades de Madrid y Washington, concluyendo que
en la primera existen menos recursos de protección a mujeres y que en ambas se
mantienen los estereotipos sexuales en las familias, a pesar de la acción de los
movimientos de mujeres146. En otros países también son escasos los ejemplos de
investigación comparada147, probablemente por las dificultades inherentes a la misma a
la que se suman las diferencias culturales y la ausencia de metodologías comunes, sin
perjuicio de que muchos objetivos coincidan, tales como la búsqueda de factores
etiológicos (O'Leary 1998, 220)148.

Como perspectivas de futuro, entre los temas que tienden a imponerse en diversos países
de nuestro entorno se encuentran los siguientes: los costes de la violencia contra las
mujeres, la vulnerabilidad de algunas mujeres, la acumulación de violencia o
multivictimización dentro del mismo ámbito o en diferentes esferas y, para el caso
español -dada la ausencia de este tipo de estudios sociojurídicos o de evaluación externa-
, la eficacia de la medidas existentes para paliar la violencia contra las mujeres.

del fracaso de su relación y se escudan en la bebida. Su nivel intelectual y social es más bajo que el del
maltratador que no llega al homicidio. Cfr. la nota a pie n.º 65.
145
Como ejemplos que detallaremos más en el estudio final de 2003, véanse Cerezo (2000) y Fernández-
Pacheco (2002).
146
Cfr. sobre las contradicciones prácticas del movimiento feminista en Alemania en materia de malos
tratos, Hagemann-White (1998).
147
En España, véanse también Medina (2002) e Instituto de la Mujer, Díaz-Aguado y Martínez (2002a y
b). En otros países, cfr., entre otros, Easteal, Hosoi y Wolff (2000).
148
En todo caso, la investigación comparada se impulsa a través de organizaciones como la Red de
Investigación Europea sobre Conflictos Familiares y la Violencia Doméstica (European Research
Network on Family Conflict and Domestic Violence), fundada y coordinada, curiosamente, por una
profesora estadounidense, Renate C. A. Klein. Dentro del campo de la investigación, también existe una
Red Europea sobre Conflicto, Género y Violencia (European Network on Conflict, Gender and Violence).
Sobre la misma, incluyendo modelos de buenas prácticas y un listado de ONGs y otras instituciones,
estatales e internacionales en la materia, vid. http://www.wave-network.org/links.asp.

102
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

En cuanto a la vulnerabilidad, según las estadísticas policiales y estudios provisionales al


respecto, existe una escasa o nula incidencia del maltrato en mujeres de etnia gitana. Ello
ofrece diversas interpretaciones: desde algunas asociaciones gitanas se dice que actúa su
control social al contar con sus propias instituciones culturales para prevenir y castigar la
violencia contra las mujeres, mientras que otros autores entienden que las cifras son
reflejo de un contexto cultural de sumisión de la mujer al hombre.

A modo de resumen, de todos los estudios señalados pueden apuntarse algunos datos -a
veces contradictorios-, aunque el primero de ellos debe ser que no existen conclusiones
definitivas sobre los factores explicativos y las medidas preventivas:

-Se puede llegar a definir con cierto acuerdo la violencia contra las mujeres como abuso
de poder que provoca o puede provocar un daño físico, sexual, síquico y/o social.

-Los tipos de violencia contra las mujeres en el ámbito familiar pueden clasificarse
atendiendo a cuatro criterios diferentes (VV. AA. 2000, 20-1):

*Por la forma: física, psicológica, sexual, económica, decisional...

*Por la gravedad149.

*Por los sujetos implicados: por compañeros o maridos; madres por hijos o hijastros;
hijas por padres o padrastros; hermanas por hermanos o hermanastros; abuelas por
nietos o por hijos (biológicos o políticos); suegras por yernos; otras relaciones de
parentesco o estrechas.

*Por el momento: durante la relación; durante y después de la ruptura.

-Los comportamientos agresivos más serios contra las mujeres en el hogar casi siempre
se ven precedidos por una progresión sistemática, aunque varían los factores predictivos
de la violencia grave -abuso de drogas, variables étnicas- y menos grave -desaveniencias,
violencia verbal o psicológica, amenazas de la mujer de romper la relación-. Además,
muchos de los factores predictivos de la violencia contra la pareja también predicen la
violencia contra los menores (O'Leary 1998, 222-3). Se calcula que en un 60% de los casos
el maltrato se extiende también a los hijos de la pareja.

149
Con diferentes percepciones subjetivas, etcétera.
103
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

-Según la teoría del ciclo de violencia se pueden distinguir cuatro fases: fase de
formación de tensión, de explosión o agresión, de arrepentimiento o reconciliación y de
reanudación del ciclo (VV. AA. 2000, 47-8).

- Sólo un 10% de los maltratadores presenta un trastorno serio de conducta (APDH 1999,
25). Por tanto, la mayoría de los hombres violentos no difieren en términos
psicopatológicos de los no violentos, pero sí presentan determinados rasgos en su
personalidad (O'Leary 1998, 223), como lo que algunos autores denominan "síndrome de
la doble fachada": ser agradables en el ámbito laboral y comunitario y violentos en el
doméstico.

-El problema de la violencia familiar es multifacético y en él intervienen elementos


como: los valores asociados a los roles de género y la estructura de poder jerárquico
basada en esos valores, los conceptos de propiedad y privacidad, el lenguaje, etcétera
(VV. AA. 2000, 14-5). Muchas mujeres entienden que no hay delito, que la violencia es
normal en la familia.

-Si bien las mujeres mayores han sido victimizadas en mayor grado, parece
incrementarse el riesgo de las mujeres jóvenes que están adoptando nuevos roles y con
ello desafían el poder del varón ("descuidando sus tradicionales servicios reproductivos y
asistenciales"). Al mismo tiempo, las mujeres jóvenes tienden a trabajar
remuneradamente lo que reduce la precariedad económica, factor criminógeno.

-En general, las mujeres maltratadas sufren trastornos como: temor, insomnio, falta de
concentración y amnesia selectiva, dolores de cabeza, pérdida de apetito, mareos,
dificultad para respirar, pensamientos obsesivos, pesadillas, sentimiento de culpa difuso,
descenso de la autoestima, estados depresivos, reducción de la capacidad intelectual,
indecisión para actuar y dificultad en las relaciones sexuales. Otros efectos psicosociales
son: interiorización del machismo y la dependencia del varón, estrés, ansiedad e
incomunicación (APDH 1999, 27).

-La violencia psicológica está muy extendida y abarca supuestos de diferente gravedad
(insultos, insinuaciones, amenazas, mentiras, manipulaciones, coacciones, humillaciones
públicas, intimidaciones, acoso, destrucción de bienes, imposición de creencias...).

104
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Afectan a la autoestima y llegan a repercutir en la salud física, incluyendo los supuestos


de suicidio150.

-A pesar de la concienciación y de la inversión pública en medidas preventivas de toda


índole, no se sabe cómo éstas están afectando realmente a la victimización primaria y
secundaria. Los medios de comunicación y algunas políticas públicas inciden más en los
aspectos coyunturales, personales y de urgencia que en los socio-estructurales (VV.AA.
2000, 13)151.

Sobre el clima o nivel de tolerancia en la sociedad española, de los diferentes estudios


realizados se desprende que el maltrato se considera un problema grave y una práctica
no aceptable, pero en menor medida si es de carácter psicológico. Por otra parte, se
achaca principalmente a causas individuales y, a veces, se tiende a responsabilizar a la
víctima por seguir conviviendo con su agresor (Cerezo 2000, 72-80). En el Barómetro del
CIS de 2002, el 87% consideraban que la violencia doméstica contra las mujeres estaba
muy o bastante extendida y, en concreto, el 67% creían que eran muy o bastante
frecuentes las agresiones físicas en la pareja, considerando que era mayor que la violencia
física y sexual hacia niños y ancianos152. Uno de cada tres españoles creía que ha
aumentado la violencia contra las mujeres y dos de cada tres estimaban, sin embargo,
que salían a la luz más casos. Los porcentajes de quienes opinaban que las mujeres

150
Se ha establecido una correlación entre violencia familiar y suicidio en diversos estudios de EE. UU.,
Fiji, Papua Nueva Guinea, Perú, India, Bangladesh y Sri Lanka. En España se está investigando en la
actualidad. Se calcula que las mujeres que sufren violencia tienen doce veces más probabilidades de
intentar suicidarse. En EE. UU. se calcula que el porcentaje de mujeres apaleadas en el hogar que intentan
suicidarse llega al 35-40% (Kapoor 2000, 4).
151
Fue a finales de los noventa cuando, dada la repercusión en los medios de comunicación de
continuos sucesos de violencia familiar, se produjo un cambio sustancial: "... en definitiva, estamos
viviendo la revolución doméstica que tuvo lugar hace 20 años en Estados Unidos y que ahora llega a
nuestro país" (Cerezo 2000, 49). La dramatización de los medios de comunicación de casos escandalosos
ha provocado una concienciación, aunque quizá se quede en lo morboso y superficial, siendo un objeto
más de espectáculo mediático a la caza de audiencia (APDH 1999). Por su parte, la campaña del
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, difundida entre el 2 y el 28 de diciembre de 2002, tenía como
objetivo incrementar la confianza y autoestima de las víctimas a través de un mensaje positivo, frente a
otras campañas que mostraban a mujeres llorosas o imágenes victimistas (El País, 26 de noviembre de
2002, 30).
152
En el Eurobarómetro de 1999 también se pretendió evaluar el grado de conocimiento y sensibilidad
sobre la violencia contra las mujeres, principalmente doméstica. En la mayor parte de los países de la UE
no se incluyen preguntas sobre violencia contra las mujeres en las encuestas de opinión generales y
periódicas, si bien algunos expertos entienden que sería recomendable (Instituto de la Mujer, Díaz-
Aguado y Martínez 2002a, 149). Sobre los ancianos, desde la intervención psicosocial, vid. Touza et al.
(2002). Sobre el maltrato de personas mayores en general, véase de la Cuesta (2006).
105
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

tenían información suficiente o no para defenderse de las agresiones de su pareja eran


similares. Además, el 29% de las personas encuestadas por el CIS en 1990 afirmaba
conocer la existencia de malos tratos a mujeres en el ámbito de su hogar. Un 17% de los
encuestados al año siguiente afirmaba conocer algún caso de niño o niña maltratado 153
(APDH 1999, 24; 17). Estas opiniones podrían contrastarse con las denuncias efectivas por
parte de vecinos y familiares, así como con el registro de intervenciones directas en caso
de ser testigos de maltrato.

-Ante la reciente concienciación por parte de las instituciones y de la sociedad, existen


diversas propuestas sobre su prevención, más o menos punitivas.

3. Teorías sobre la violencia contra las mujeres que puedan orientar la política
criminal

En cuanto a la etiología de la violencia familiar, suelen distinguirse cuatro grupos: las


teorías individuales (biológicas, sociobiológicas, psicopatológicas); psicosociales o
intermedias; socioculturales o estructuales; y multifactoriales o integradoras (Cerezo
2000, 80-102). De todas ellas vamos a comentar a continuación las que encontramos más
relevantes.

Puede adoptarse una teoría culturalista que explica el desarrollo de un Derecho penal
que ha apoyado tradicionalmente los intereses de una sociedad patriarcal. Esta tesis ha
sido defendida por la catedrática italiana de Derecho romano, Eva Cantarella (1991), para
quien la regulación permisiva de la muerte de las mujeres a manos de sus maridos o
padres persistió desde el derecho romano. Este es el caso de España, hasta 1963, e incluso
posteriormente mediante la posibilidad de atenuación por medio del ejercicio del
derecho de corrección del marido (subsumible en el deber de obediencia, que perduró en
el Código civil hasta 1975)154. A lo largo de los siglos se mantuvo la idea de que el honor
familiar, como asunto social, estaba ligado a la moral sexual femenina. La progresiva
igualdad de los sexos ha llevado a una cierta crisis en algunos hombres que necesitan
reafirmar su identidad atentando contra sus compañeras, especialmente en el momento

153
Por su parte, López Sánchez calculaba que el 71% de las víctimas de abusos sexuales son niñas (1994).
154
Hasta 1983 el padre que causaba lesiones en un exceso de corrección no era condenado.
106
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

en que éstas deciden separarse de ellos. Una problemática especial, donde intervienen
aspectos culturales y de identidad, se da con las mujeres extranjeras o pertenecientes a
minorías étnicas que, en algunos países como Canadá y, progresivamente en el nuestro,
ocupan un porcentaje muy importante de víctimas de malos tratos (Varona 2001c).

En relación con las tesis culturalistas, puede pensarse qué ocurre cuando se unen
aspectos de una cultura violenta con una cultura machista. Así, la teoría de la
brutalización se refiere a la relación entre el número de homicidios y delitos violentos en
los estados sureños de EE. UU. y la aplicación de la pena de muerte (Varona 2001a).
Cuando las agencias de control jurídico-penal avalan la utilización de la violencia como
solución o lenguaje contribuyen a su aprendizaje. Esta teoría podría ser extensible a la
violencia contra las mujeres en los conflictos bélicos. Además, en referencia a la violencia
doméstica y a la violencia sexual, algunas investigaciones apuntan a que es más probable
que ocurran en países donde se dan índices altos de otros tipos de violencia (WHO 2002,
18).

Para evitar simplificaciones, junto con las perspectivas culturalistas, podemos referirnos
a las teorías psicológicas sobre las personalidades violentas, y ello porque la mayoría de
los hombres de todos los países, aunque los porcentajes varíen y la cifra negra sea muy
alta, no son violentos en el seno de la familia. Por tanto, es una simplificación muy
peligrosa en sus efectos presuponer que todas las mujeres son víctimas innatas155 y que
todos los hombres son delincuentes natos, como a veces insinúan algunos sectores
radicales feministas156. De hecho, serían necesarias investigaciones centradas en por qué
la mayor parte de los hombres no son violentos157.

Ya que la mayor parte de los hombres violentos tampoco sufren enfermedades o


anomalías psíquicas, las tesis culturalistas y psicológicas se pueden relacionar con las

155
Aunque por parte de algunos representantes del feminismo y la Victimología radicales prefiere
utilizarse el término más positivo de "supervivientes".
156
Ello sin perjuicio de reconocerles el gran mérito de exponer públicamente la extensión de la
victimización violenta femenina, incluyendo la de carácter secundaria o provocada por las propias
instituciones de control jurídico-penal, donde debe incluirse el mismo Derecho penal, en su lenguaje,
formulación y contenido. Cfr. Larrauri (1994).
157
Cfr. Fisas (1998). En este sentido se pronuncia O'Leary (1998, 228) y concluye: "Por tanto, mantener
una mente abierta sobre las tendencias y las intervenciones prometedoras es probablemente la mejor
prospectiva para ayudar a avanzar en este campo" (ibídem, 229). Por ejemplo, aunque minoritarias, sería
interesante realizar investigaciones con parejas de homosexuales y lesbianas y la misma violencia de las
mujeres contra los hombres.
107
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

situacionales y del estilo de vida, como teorías de corto o medio alcance, y pueden
explicar también la escasa, pero existente, violencia protagonizada por las mujeres en el
ámbito familiar. Se distinguen los siguientes factores de riesgo: el estrés en el entorno
familiar, las dificultades económicas, las relaciones de pareja insatisfactorias -con deseos
de separación de la mujer, pero no del hombre, o al revés-, la violencia en la familia de
origen, el consumo de drogas... Además, paradójicamente, en la motivación del autor
puede intervenir la denuncia de la víctima, que él interpreta como un reto. Una
intervención ineficaz de la administración de justicia puede traer consecuencias
fatales158.

Como ejemplo de teorías integradoras puede considerarse el modelo ecológico que ha


manejado la OMS en su informe anual sobre violencia y salud (WHO 2002, 9-10). Este
enfoque fue introducido por vez primera en los setenta para el estudio del abuso de
menores y se extendió más tarde para analizar otros tipos de violencia. Según este
modelo, se distinguen cuatro grupos de factores -superpuestos en ciertas áreas- que
influyen en el comportamiento o que incrementan el riesgo de cometer o ser víctima de
violencia:

*Factores biológicos y de la historia personal del individuo. Aquí nos referimos,


por ejemplo, a características demográficas como la edad, el sexo, la educación y los
ingresos; a desórdenes psicológicos o de la personalidad; al abuso de sustancias; y a
acontecimientos pasados de violencia o de experiencia de abusos.

*Factores interpersonales cercanos o de relaciones con personas de los grupos


primarios (familia, amigos, compañeros). Por ejemplo, el tener un grupo de amigos que
se involucran o fomentan la violencia puede incrementar el riesgo de ser víctima o
agresor.

*Contextos comunitarios (relaciones sociales en los colegios, trabajo y barrios).


Aquí se estudia la influencia de factores como la movilidad residencial, la densidad de la
población, los niveles de desempleo o la existencia de un comercio local de drogas.

158
Durante la vigencia del Plan contra la Violencia Doméstica del Ministerio de Asuntos Sociales
aumentaron en un 14% las denuncias y en un 25,7% las muertes.
108
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

*Factores sociales amplios (disponibilidad de armas159 y normas sociales y


culturales sobre las relaciones familiares y entre sexos, la forma de resolver conflictos, el
valor de la vida, de la persona frente a la comunidad, el valor de la seguridad pública y la
libertad personal, condiciones de salud, económicas, educacionales y políticas).

En última instancia se trata de potenciar la prevención a través de modelos integradores


ecológicos, es decir, que tienen en cuenta factores individuales, interpersonales,
comunitarios y sociales. Todo ello dentro de un contexto internacional donde los demás
países nos servirán de espejo y la cooperación en la investigación resulta especialmente
fructífera.

4. La condición migratoria, particularmente en violencia de género

Amnistía Internacional denuncia que la violencia contra las mujeres “es la violación de
derechos humanos más extendida, oculta e impune”. Asimismo: “Las mujeres
inmigrantes en España están sobre-expuestas al riesgo de sufrir violencia de género y a
morir asesinadas a manos de su pareja o expareja. Así, la tasa de víctimas mortales por
millón de mujeres es, para las extranjeras, mucho mayor que para las españolas: en esos
ocho años, como promedio, la vulnerabilidad de las extranjeras es más de seis veces la de
las españolas”160. Se consideran cuestiones culturales, idiomáticas, administrativas y de
dependencia.

Debe considerarse la correcta aplicación y adaptación de las Recomendaciones en la


atención a las mujeres inmigrantes víctimas de la violencia de género, promovidas por los
Departamentos de Interior y Empleo del Gobierno Vasco, en colaboración con diferentes
administraciones y asociaciones. Una tesina presentada en el Posgrado de Asistencia a
Víctimas de Experiencias Traumáticas (UPV/EHU), en 2012, analizó desde la óptica del
Trabajo Social distintas medidas preventivas en nuestro contexto161.

159
En nuestro país existe un control mucho más estricto, si bien se dan casos llamativos de mujeres
asesinadas con armas por parte de agentes de las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad. Cfr. Cerezo
(2000, 360). Por su parte, en EE. UU. una mujer tiene casi tres veces más posibilidades de ser disparada
por su compañero sentimental que de ser asesinada de otra forma por un extraño (Kapoor 2000, 19).
160
Cfr. su página web y el informe “Más riesgos y menos protección: mujeres inmigrantes en España
frente a la violencia de género" (2007).
161
Realizada por María Cordón y centrada en la creación de grupos de detección.
109
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Debe reflexionarse si las medidas específicas de protección para paliar la vulnerabilidad


de las mujeres migrantes, en relación con los estudios sobre interseccionalidad (o
interrelación de factores de desigualdad micro-meso-macro), están dando resultados.

5. Conceptos clave de la lección

-derecho penal promocional

-interseccionalidad

110
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN V. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (4): POLÍTICA


CRIMINAL E INFRACCIONES CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL

1. Violencia sexual: imaginario y realidad

Datos recogidos de diversos países apuntan que una de cada cuatro mujeres ha sufrido
violencia sexual por parte de su compañero sentimental o marido y hasta un tercio de las
adolescentes informan sobre su iniciación sexual forzada (WHO 2002, 18; Howe 2008). El
imaginario social sobre la delincuencia sexual está plagado de mitos. Algunas personas,
incluso profesionales, tildan a los infractores de monstruos y demandan penas cada vez
más severas; otros los consideran enfermos y reivindican tratamientos específicos. Por su
parte, las víctimas también reciben diferente valoración según el contexto, llegando en
ocasiones a culpabilizarlas.

En todo caso, este tipo de delincuencia suele despertar una gran alarma social y recibe
un tratamiento no siempre adecuado por parte de los medios de comunicación. Sin
embargo, los estudios empíricos –comparados e internos- concluyen que la mayoría de
los delincuentes sexuales (donde entran una gran variedad de conductas) no reinciden.

En el ámbito español, si bien debe ponderarse la alta victimización oculta, destaca el


estudio coordinado por Santiago Redondo (2002a)162, donde se indica que, a pesar de la
amplificación en los medios y de las creencias generales, los delitos sexuales tienen un
nivel de prevalencia bajo, tanto internacionalmente como en el caso de España: suponen
en torno al 1% de los delitos conocidos, aunque, dado su carácter, el porcentaje
aumentaría teniendo en cuanta la alta cifra negra163. Según las encuestas de victimización
españolas, las violaciones se denuncian en un porcentaje aproximado de 45%, mientras
que en los abusos sexuales sólo se llega a un 10%. Si se consideran los datos de la
Encuesta Internacional de Victimización (ICS), en 1996, el índice promedio de
victimización sexual en los veintinueve países en que se llevó a cabo fue de un 2,7%164. En

162
En este libro pueden encontrarse diferentes teorías explicativas sobre la violencia sexual por parte de
expertos extranjeros, así como consideraciones sobre la legislación penal española y comparada en la
materia, las reacciones sociales hacia las víctimas y los tratamientos dirigidos a agresores y víctimas, en
España y otros países.
163
Con todas las limitaciones señaladas en Varona (2001b), Interpol publica cada año estadísticas
internacionales relativas a los delitos sexuales. Vid.: http://www.interpol.com/.
164
Según una encuesta de Inglaterra y Gales realizada por el Home Office y hecha pública en 2002, una
de cada 20 mujeres británicas, mayores de 16 años, ha sido violada a lo largo de su vida. La mayoría de
las violaciones se producen en el hogar, a manos del marido, compañero sentimental o un conocido. Sólo
111
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

concreto, las tasas europeas se encontraban en un 2,2% -Cataluña obtuvo un índice


inferior: 1,2%165-, siendo las más altas las asiáticas, africanas y latinoamericanas.

De las estadísticas policiales estatales se observa un ascenso en las denuncias por delitos
sexuales contra menores, mientras que el número de denuncias por violación de mujeres
tiende a disminuir166. Cada año se registran unos 6.000-7.000 delitos contra la libertad
sexual (lo que supone entre el 0,6-0,8% del total de las denuncias registradas). En las
estadísticas judiciales el índice es menor y, por razones de la mayor duración de algunas
penas, en las estadísticas penitenciarias se llega al 5%. Por otro lado, como ya se ha
indicado, en contra de la creencia popular, si las tasas de reincidencia para el conjunto de
los delitos se sitúa aproximadamente en el 50%, para los delincuentes sexuales es de
alrededor del 20% (Redondo 2002b, 37-42).

Al igual que con la violencia física y psíquica, no existen teorías generales que expliquen
de forma satisfactoria la violencia sexual, sino que deben considerarse factores
individuales (excitación sexual mediante la violencia, falta de autocontrol, carencia de
habilidades para relacionarse...), sociales (valores sexistas en la sociedad...) y
situacionales o de oportunidad (Redondo 2002b, 43-52). Adicionalmente, la evidencia
científica es ambivalente respecto de si los delincuentes sexuales son preferentemente
especializados -sólo comenten delitos sexuales o algún tipo de ellos- o generalistas -
también cometen otro tipo de delitos como robos y agresiones- (ibídem, 2002b, 43).

En un estudio empírico sobre internos en prisión, de Garrido, Beneyto y Canet (1999), se


distinguen los perfiles de los agresores sexuales contra adultos de los agresores sexuales
contra niños. En los primeros se destacan cuatro motivaciones:

una quinta parte de las violaciones se denuncian y de éstas sólo lo hace directamente la mujer afectada en
la mitad de los casos. El estudio se realizó con entrevistas a 6.944 mujeres, entre 16 y 59 años, dando
unos índices de victimización sexual del 0,9%. En España, la Federación de Asociaciones de Asistencia a
Mujeres Violadas, calcula que sólo se denuncian el 20% de las agresiones sexuales (El País, 24 de julio,
p. 24).
165
En 1999 descendió al 0,9%.
166
En el 90% de los casos de abusos sexuales a menores las víctimas son niñas, según el estudio Maltrato
infantil en la familia, hecho público en 2002 por el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia. En
general, véanse las estadísticas para el año 2000, y algunas comparaciones diacrónicas, recogidas en
Núñez y Alonso (2002, 434-7), de fuentes del Ministerio del Interior. A grandes rasgos, estos datos
coinciden con los de la Ertzaintza que ofrece otra serie de datos situacionales: la mayor parte de los
delitos se producen los fines de semana, entre las diez de la noche y las ocho de la mañana. El 89% de las
víctimas de agresiones sexuales son mujeres jóvenes, la mitad se producen en la vía pública y un 16% en
los portales. En el 90% de las violaciones el agresor conoce a la víctima y pertenece a su entorno (El País,
8 de abril de 2001, p. 6 País Vasco).
112
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

-como medio de venganza y castigo contra determinadas mujeres -pero bajo la idea
de una responsabilidad colectiva femenina-;

-como medio de autoafirmación o ejercicio de poder;

-como conducta adicional durante la comisión de otros delitos;

-y como acceso a mujeres inaccesibles o a la realización de fantasías sexuales.

Cuando las agresiones son contra niños, los agresores parecen están mayormente
integrados en la sociedad y emplean la violencia en un menor grado (Varona 2001c).

En otro estudio muestral sobre la victimización sexual en la Comunidad de Madrid,


durante 1993 y 1994, se indica que los agresores sexuales son, en más de la mitad de los
casos, conocidos de las víctimas (círculo familiar, barrio, amigos, simples conocidos)
(Varona 2001c). Existen supuestos de victimización reiterada por parte del mismo
agresor en que éste aprovecha las relaciones familiares, académicas, laborales, etc. El
lugar más frecuente de la agresión sexual es el domicilio del infractor, seguido de los
descampados y carreteras, y el domicilio de la víctima. La mayor incidencia se presenta
entre las ocho de la tarde y las doce de la noche. La principal reacción de la víctima es
defenderse, pero: "Las reacciones de cada víctima dependen de su estado personal en ese
momento, de su forma de reaccionar ante la vida, de su edad, de su relación con el
agresor, de la coacción que se utilice contra ella, de la violencia que se esté ejerciendo, y
de diferentes factores que se entrecruzan en esos momentos límite". Las razones por las
que no se denuncian van desde el miedo al agresor, la reacción de sus familiares, el
miedo a perder el puesto de trabajo, la falta de acompañamiento a la hora de denunciar,
hasta la desinformación sobre cómo actuar. Respecto de investigaciones anteriores, se
advierte una mayor predisposición de las mujeres a denunciar a los agresores conocidos y
a denunciar las agresiones sexuales, no sólo las violaciones (Roig et. al. 1996, 49-51; 58).

Complementariamente, en el estudio citado se realizaron entrevistas a diecisiete


agresores sexuales en libertad condicional y en tercer y segundo grado. Se subraya el
elevado número de sujetos que niega o tergiversa su participación en las agresiones.
Según las relaciones autor-víctima y el tipo de agresión, se trazan cinco grupos de
violaciones para los casos estudiados -que completan y especifican el estudio de
motivaciones de Garrido, Beneyto y Canet (1999)-: 1. la violación como mecanismo de
compensación o autoafirmación, general o respecto de una persona concreta, donde se
113
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

busca provocar humillación y temor y tener sensación de poder, lo que supone un móvil
más agresivo que sexual; 2. la violación justificada porque lo quería la víctima; 3. la
violación enmarcada en una conducta antisocial generalizada; 4. la violación como forma
de obtención de un objeto sexual; y 5. la violación como forma de conseguir contactos
sexuales con un menor (1996, 156-7)167.
En la esfera laboral, destacan dos informes de la Unión Europea sobre el acoso sexual en
los países miembros con el objetivo de recopilar información sobre la prevalencia,
gravedad y consecuencias de esta forma de violencia (Instituto de la Mujer, Díaz-Aguado
y Martínez 2002a, 157-60). El primero se publicó a mediados de los ochenta y el segundo
revisó todos los proyectos de investigación relevantes -unos setenta-, realizados entre
1987 y 1997 en la UE. En todo caso, quedan por comprobar hipótesis, planteadas también
en estudios norteamericanos, sobre la importancia de las características y el clima de la
organización del trabajo en el acoso sexual que podrían explicar las diferencias en las
tasas de acoso por sectores laborales.

2. La respuesta penal

En los artículos 178 y siguientes, dentro del Título VIII referido a los delitos contra la
libertad e indemnidad sexual, modificado en diferentes ocasiones con una tendencia más
punitiva, nuestro Código penal recoge las agresiones sexuales, los abusos sexuales, el
acoso sexual, el exhibicionismo y la provocación sexual y los delitos relativos a la
prostitución y la corrupción de menores168.

La reforma operada por la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, se justifica, en parte, para
dar cumplimiento a la Directiva 2011/93/UE, relativa a la lucha contra los abusos sexuales
y la explotación sexual de los menores y la pornografía infantil; la Directiva 2011/36/UE,
relativa a la prevención y lucha contra la trata de seres humanos y a la protección de las
víctimas; y el Convenio del Consejo de Europa para la protección de los niños contra la
explotación y el abuso sexual, hecho en Lanzarote el 25 de octubre de 2007

167
Sobre tratamientos cognitivo-conductuales dentro de la prevención terciaria en los delitos sexuales,
cfr. Fernández-Montalvo y Echeburúa (1998).
168
Para un completo análisis de la normativa internacional respecto de los delitos sexuales, vid. de la
Cuesta (1999).
114
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

(introduciendo, en este último caso, la posibilidad de incluir perfiles de condenados en la


base de datos de ADN)169.

Esas normas internacionales no obligaban en modo alguno a introducir la prisión


permanente revisable. La reforma prevé la imposición de una pena de prisión
permanente revisable para los asesinatos especialmente graves, definidos en el artículo
140 del Código Penal: asesinato de menores de dieciséis años o de personas
especialmente vulnerables; asesinatos subsiguientes a un delito contra la libertad sexual;
asesinatos cometidos en el seno de una organización criminal; y asesinatos reiterados o
cometidos en serie.

Según se expresa en la Exposición de Motivos de la LO 1/2015: “Como novedad más


importante, se eleva la edad del consentimiento sexual a los dieciséis años … la edad
prevista en el Código Penal era de trece años, y resultaba muy inferior a la de los restantes
países europeos –donde la edad mínima se sitúa en torno a los quince o dieciséis años– y
una de las más bajas del mundo. Por ello, el Comité de la Organización de las Naciones
Unidas sobre Derechos del Niño sugirió una reforma del Código penal español para elevar
la edad del consentimiento sexual, adecuándose a las disposiciones de la Convención sobre
los Derechos de la Infancia, y así mejorar la protección que España ofrece a los menores,
sobre todo en la lucha contra la prostitución infantil.

De esta manera, la realización de actos de carácter sexual con menores de dieciséis años
será considerada, en todo caso, como un hecho delictivo, salvo que se trate de relaciones
consentidas con una persona próxima al menor por edad y grado de desarrollo o madurez.
Y se establecen agravaciones si, además, concurre violencia o intimidación, o si los abusos
consisten en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros
corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías. En el caso de los menores de edad
–de menos de dieciocho años– pero mayores de dieciséis años, constituirá abuso sexual la
realización de actos sexuales interviniendo engaño o abusando de una posición reconocida
de confianza, autoridad o influencia sobre la víctima.

Por otra parte, se tipifica expresamente la conducta de hacer presenciar a un menor de


dieciséis años actos o abusos sexuales sobre otras personas y se prevé la imposición, en
estos casos, de penas de hasta tres años de prisión.

En los delitos contra la prostitución, se establece una separación más nítida entre los
comportamientos cuya víctima es una persona adulta, de aquellos otros que afectan a
menores de edad o a personas con discapacidad necesitadas de especial protección. En este

169
Se prevé, en los supuestos de delitos graves contra la vida, la integridad física, la libertad o la libertad
o indemnidad sexual, cuando además se confirma por el tribunal la existencia de un riesgo relevante de
reiteración delictiva, la anotación de los perfiles genéticos de condenados en la base de datos policial
(véase el art. 129 bis).
Por su parte, la reforma de la Ley de protección del menor establece una serie de prohibiciones para
ejercer determinadas profesiones en contacto con menores.
115
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

segundo caso, se elevan las penas previstas con el fin de armonizar las legislaciones
europeas, y se introducen nuevas agravantes para combatir los supuestos más lesivos de
prostitución infantil.

Se modifica el artículo 187 con el objetivo de perseguir con mayor eficacia a quien se lucre
de la explotación de la prostitución ajena. Con este fin, se sanciona separadamente el lucro
de la prostitución cuando concurran determinadas conductas que evidencien una situación
de explotación, dado que la jurisprudencia del Tribunal Supremo había exigido unos
requisitos para la apreciación de la exigencia de esta situación similares a los que se
aplican en el ámbito de actividades laborales reglamentadas, lo que imposibilitaba en la
práctica su persecución penal.

Se presta especial atención al castigo de la pornografía infantil. En primer lugar, se ofrece


una definición legal de pornografía infantil tomada de la Directiva 2011/93/UE, que abarca
no sólo el material que representa a un menor o persona con discapacidad participando en
una conducta sexual, sino también las imágenes realistas de menores participando en
conductas sexualmente explícitas, aunque no reflejen una realidad sucedida.

En relación con la pornografía infantil, se castigan los actos de producción y difusión, e


incluso la asistencia a sabiendas a espectáculos exhibicionistas o pornográficos en los que
participen menores de edad o personas con discapacidad necesitadas de especial
protección. También se castiga el mero uso o la adquisición de pornografía infantil, y se
incluye un nuevo apartado para sancionar a quien acceda a sabiendas a este tipo de
pornografía por medio de las tecnologías de la información y la comunicación, en la
conciencia de que las nuevas tecnologías constituyen una vía principal de acceso a los
soportes de la pornografía. Por esta misma razón, se faculta expresamente a los jueces y
tribunales para que puedan ordenar la adopción de medidas necesarias para la retirada de
las páginas web de internet que contengan o difundan pornografía infantil o, en su caso,
para bloquear el acceso a dichas páginas.

La protección de los menores frente a los abusos cometidos a través de internet u otros
medios de telecomunicación, debido a la facilidad de acceso y el anonimato que
proporcionan, se completa con un nuevo apartado en el artículo 183 ter del Código Penal
destinado a sancionar al que a través de medios tecnológicos contacte con un menor de
quince años y realice actos dirigidos a embaucarle para que le facilite material
pornográfico o le muestre imágenes pornográficas”.

3. Alternativas a las políticas criminales puramente represivas: perspectivas


victimales y los círculos de apoyo y responsabilidad (circles of support and
accountability, CoSA)

3. 1 Perspectiva victimal

116
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Marta Simón Gil ha abordado recientemente los abusos sexuales a menores desde la
perspectiva de las víctimas con una orientación de evaluación desde el Trabajo Social
forense (2014). En este sentido, se señalan no sólo los daños y secuelas físicas y
psicológicas, sino también sociales. Se propugna una intervención reparadora hacia la
víctima que abarque los daños de la dinámica interaccional autor-víctima, así como en el
sistema familiar, social, escolar y cultural.

Resulta importante destacar que en los delitos sexuales, además de cumplir con la
protección obligada por la Ley del Estatuto de la Víctima de 2015, se contemple una
visión centrada no sólo en el castigo del culpable, sino en la recuperación de las víctimas.

3. 2 Los círculos de apoyo y responsabilidad (circles of support and accountability,


CoSA)

Estos círculos también buscan, de algún modo, una perspectiva victimal en cuanto que
persiguen garantizar que no haya más víctimas de un infractor por delitos sexuales
cuando regresa a la comunidad (Igartua, Olalde y Varona 2012).

Los círculos de apoyo y responsabilidad se originaron en Canadá, a mediados de los años


noventa, y se han extendido con éxito dentro de programas de reinserción social para
personas que han cometido delitos de carácter sexual. Frente al miedo y el rencor
justificado, se pretende articular una respuesta, simultáneamente respetuosa y exigente
con el infractor que sale de prisión y desea rehabilitarse, que coordine los recursos
sociales locales para evitar victimizaciones.

En Europa, diversas organizaciones académicas, penitenciarias y de voluntariado,


británicas, holandesas y belgas han creado Circles Europe: Together for Safety,
redactando un manual de buenas prácticas, con financiación de la Unión Europea.
Supone una manera de contrastar los intereses de fondo de las personas e instituciones
afectadas por este tipo de delitos. Por ejemplo, a las víctimas de delitos graves o muy
graves, según constatan numerosos estudios empíricos, les importa más que los hechos
no vuelvan a producirse, por encima de la severidad del castigo. En el caso de las
víctimas de delitos sexuales, los estudios criminológicos apuntan también a la necesidad
de que los infractores asuman y reconozcan su responsabilidad ya que muchas víctimas,
particularmente menores, se culpan a sí mismas y necesitan oír ese reconocimiento y

117
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

asunción de responsabilidad por parte del victimario. Estas cuestiones no resultan


incompatibles con las garantías procesales (el derecho a un proceso contradictorio, a la
defensa, a la igualdad de armas, a no sufrir dilaciones, a la presunción de inocencia...) y
el fin resocializador de la pena, sino que requieren de una articulación técnico-jurídica y
procesal integrada, en que se permita y valore las posibilidades de procesos restaurativos,
sin merma de los derechos e intereses legítimos de víctimas y victimarios.

El objetivo de los círculos de apoyo y responsabilidad es evitar que el ofensor pueda


causar más victimización. En ellos participan personas condenadas por delitos graves
que admiten haber cometido el delito, tienen un riesgo elevado de recaída, necesitan
apoyo social y están dispuestas a participar. En el mismo círculo del infractor se
encuentran una serie de voluntarios que le sirven de apoyo en su vecindario. Éstos están
rodeados por otro círculo de profesionales, como red (temporal) de apoyo social
adicional Esta red puede mantenerse entre un año y medio a toda la vida. Esto implica
consideraciones relativas a las garantías jurídicas, incluyendo el control de posibles
malas prácticas y abusos por parte de los voluntarios y profesionales de apoyo. Un
coordinador supervisará la acción entre voluntarios y profesionales.

4. Conceptos clave de la lección

-peligrosidad

-evaluación del riesgo

118
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN VI. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (5): POLÍTICA


CRIMINAL E INFRACCIONES CONVENCIONALES CONTRA LA PROPIEDAD AL
HILO DE LA TEORÍA DE LAS VENTANAS ROTAS

1. ¿Un Derecho penal que criminaliza la exclusión social?

Los delitos contra la propiedad, especialmente el robo y el hurto, siguen siendo los más
representados en las estadísticas penales y, particularmente, penitenciarias. Los índices
de reincidencia son altos y existe una relación, aún no explicada satisfactoriamente, entre
delincuencia económica y drogas. No obstante, frente a la delincuencia económica
convencional, cuya autoría y victimización recaen especialmente sobre los estratos
sociales medios y bajos, los estudios de la cifra negra nos indican que la delincuencia de
cuello blanco provoca cuantiosos daños, materiales e inmateriales.

La crisis económica de finales de la década de los dos mil, a la luz de las estadísticas
oficiales, no corrobora la idea de que a mayor desempleo, pobreza y exclusión social,
mayores tasas delictivas, en particular en delitos contra la propiedad. Aunque, quizá,
hemos de fijarnos más bien en las tasas de encarcelamiento o permanencia en prisión.
Existen multitud de estudios criminológicos en este sentido, apoyados por las corrientes
de la Criminología crítica y radical.

Según ha declarado en prensa el sociólogo francés Michel Wieviorka: “En una situación
de crisis los actores están cansados y las dificultades para sobrevivir provocan situaciones
difíciles que rebajan la moral. La violencia y la conflictividad son más frecuentes cuando
hay dinero y recursos. Pero cuando empieza la crisis la gente no entiende bien lo que
pasa y está a la espera. El conflicto surge siempre que hay dominadores y dominados,
pero en caso de crisis es todo el sistema el que no funciona, se crea desánimo y por esos
no hay más conflicto. Existe un estudio muy famoso de la pequeña ciudad austriaca de
Marienthal, muy industrial y con un partido socialdemócrata fuerte, que en los años
veinte era muy conflictiva. Pero llega la crisis del 29, la capacidad de revuelta de la clase
obrera desaparece y se entra en un estado de debilidad que incluso impide pensar. El
siguiente paso fue el ascenso del nazismo” (Estefanía 2011).

119
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Estefanía cita el estudio de la Fundación Pfizer, titulado Los españoles y la enfermedad del
miedo, de 2010, indicando que más del 40% de los encuestados temía perder su trabajo
en el próximo año, mientras que el 86% de los desempleados consultados veía difícil
encontrar una ocupación laboral en un plazo razonable. Se afirmaba que el miedo
paraliza y que “del pavor puede pasarse a la desesperanza y de ahí a la rabia social, que
hará que el problema sea infinitamente peor”170.

En todo caso, puede afirmarse que existe una bolsa permanente de personas cuya
entrada en el sistema penal se ve favorecida por situación de exclusión social, en sus
diferentes modalidades, y, en este sentido, el sistema penal –consciente o
inconscientemente- reproduce desigualdades.

2. La teoría de las ventanas rotas en relación con las últimas tendencias del
Código penal en materia de delitos contra la propiedad de escasa gravedad

El profesor de Psicología de la Universidad de Stanford, Phil Zimbardo, realizó un


experimento en 1969 abandonando dos coches del mismo modelo y color, sin matrícula,
en un barrio conflictivo del Bronx (Nueva York) y otro en Palo Alto (California). Al poco
tiempo el primer vehículo fue saqueado y dañado. No ocurrió así con el de Palo Alto.
Cuando el equipo de investigación rompió una ventana de este segundo vehículo, el
coche fue destrozado. Se concluyó que, independientemente del nivel socioeconómico
del barrio, las imágenes de deterioro y abandono fomentan los comportamientos
incívicos.

Más tarde, dos profesores de Harvard, James Q. Wilson y George L. Kelling indicaron que
la presencia policial en las calles permitía evitar esa sensación de deterioro. Esta teoría ha
recibido muchas críticas en cuanto que no se ha probado efectivamente que “la
tolerancia cero” con las pequeñas faltas evite la comisión de delitos más graves (Varona
2011a). En todo caso, se relaciona con la Criminología ambiental y las teorías

170
Cfr. sobre el totalitarismo de la indiferencia, Wolin (2008). En concreto sobre el desempleo, véase su
relación como factor desencadenante de los delitos contra la propiedad, en la revisión bibliográfica de
Martín, Navarro y Martín (2011).
120
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

situacionales y de las actividades rutinarias171. Estas teorías han tenido una influencia
fundamental en las políticas preventivas actuales si bien se ha criticado su falta de miras
más amplias hacia la prevención social y las relaciones seguras, más allá de los espacios
peligrosos o crimípetos.

3. La reforma de la Ley Orgánica 1/2015 del Código penal


Los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico están previstos y sancionados
en el Título XIII del Libro II del Código Penal. Incluyen la delincuencia común o
convencional y los delitos económicos de cuello blanco.
En la Exposición de Motivos de la LO 1/2015 que modifica el Código Penal se dice: “La
revisión de la regulación de los delitos contra la propiedad y el patrimonio tiene como
objetivo esencial ofrecer respuesta a los problemas que plantea la multirreincidencia y la
criminalidad grave.
Con esta finalidad se suprime la falta de hurto, y se introduce un supuesto agravado
aplicable a la delincuencia habitual. Los supuestos de menor gravedad, que anteriormente
se sancionaban como falta, se regulan ahora como delitos leves; pero se excluye la
consideración como leves de todos aquellos delitos en los que concurra alguna
circunstancia de agravación –en particular, la comisión reiterada de delitos contra la
propiedad y el patrimonio–. De este modo, se solucionan los problemas que planteaba la
multirreincidencia: los delincuentes habituales anteriormente eran condenados por meras
faltas, pero con esta modificación podrán ser condenados como autores de un tipo
agravado castigado con penas de uno a tres años de prisión.
En cualquier caso, por razones de seguridad jurídica y de mayor precisión posible en la
descripción penal, se mantiene el límite cuantitativo para una clara delimitación entre el
nuevo delito leve de hurto y el tipo básico.
Se modifica el catálogo de agravantes específicas del hurto, también aplicables a los delitos
de robo con fuerza en las cosas, y se incluyen los supuestos de aprovechamiento de la
situación de desamparo de la víctima, multirreincidencia delictiva, utilización de menores
de dieciséis años y comisión del delito por miembro de una organización o grupo criminal,

171
Véase el proyecto de los alumnos del Título de Especialista en Criminalidad y Seguridad Pública de la
Universidad de Extremadura en http://www.criminologiaambiental.com.
121
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

dedicados a la comisión de delitos de la misma naturaleza. También se ofrece respuesta al


grave problema que plantean actualmente los delitos cometidos en explotaciones agrarias
o ganaderas con causación de perjuicios relevantes a sus titulares; se trata de infracciones
cometidas en explotaciones en las que difícilmente es posible adoptar medidas eficaces de
protección, circunstancia que es aprovechada para la comisión de estos delitos, y que
conllevan la causación a sus propietarios de un perjuicio extraordinariamente elevado, muy
superior al que corresponde a la mera valoración de los productos sustraídos, y son causa
de una grave sensación de desprotección e inseguridad para quienes los sufren.
Asimismo, debido al grave problema generado por la sustracción de cable de cobre de las
redes de servicio público e interés general, también se ha considerado conveniente
incorporar una agravación cuando los delitos de hurto o robo afecten a conducciones de
suministro eléctrico o de telecomunicaciones. Esta misma agravación se prevé para las
conducciones o infraestructuras de hidrocarburos.
Y, del mismo modo, se ha incluido un tipo agravado en el delito de receptación, cuando se
trate de bienes o efectos de especial protección o cuya sustracción da lugar a un delito
contra el patrimonio de mayor gravedad. Con ello se pretende desincentivar tanto la
sustracción de dichos bienes como su venta o tráfico ilícito.
Se modifica la definición de robo con fuerza, que pasa a incluir los supuestos en los que la
fuerza se utiliza para abandonar el lugar con el botín (el problema habitual se planteaba en
los supuestos de desactivación de los sistemas de alarma desde el interior del lugar). Y se
incluye un nuevo supuesto agravado de robo con fuerza determinado por el modo de
comisión (butrones, alunizajes) o la gravedad de los daños causados.
Se regula como supuesto agravado el robo con violencia cometido en establecimiento
abierto al público, que anteriormente no existía.
El catálogo de supuestos agravados de estafa regulado en el artículo 250 del Código Penal
es revisado para incorporar, al igual que el hurto, una referencia a los supuestos de
multirreincidencia. Se añade, asimismo, una referencia a los supuestos en los que el delito
se comete de un modo que llega a afectar a un elevado número de personas”.

Las consideraciones que hemos hecho anteriormente sobre la teoría de las ventanas rotas
pueden ponerse en relación fundamentalmente con la mayor punición de lo que se
considera delincuencia habitual o multirreincidente la cual, en muchas ocasiones, se

122
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

refiere a tipos penales concretos protagonizados por colectivos determinados. No parece


que dentro de ese concepto se esté pensando en la delincuencia económica de cuello
blanco y, en todo caso, las medidas adoptadas pueden no respetar el principio de
proporcionalidad.

Además, diferentes investigaciones señalan la importancia de la intervención con los


infractores reincidentes, lo más tempranamente posible y mediante penas alternativas a
la prisión (Redondo 1998). Sin embargo, la apreciación de la reincidencia como agravante
dificulta esta posibilidad. En estudios realizados en el IVAC/KREI, con muestras
pequeñas, no pudimos confirmar la hipótesis de que la reincidencia sea más probable
cuanto más joven sea el condenado y más tiempo haya estado en prisión. Tampoco si el
mayor porcentaje de condenados reincidentes pertenecía a la etnia gitana y tenía
dependencia a la heroína172 u otras sustancias.

En relación con todo ello y las teorías de la prevención situacional, otro aspecto
estudiado es el desplazamiento de las actividades delictivas de un barrio a otro cuando se
dificultan las oportunidades y se intensifica el control173.

4. Conceptos clave de la lección

-teoría de las ventanas rotas

-desigualdad

172
Estos son parte de los resultados del análisis de la delincuencia habitual en una muestra de 578
detenidos en Bilbao en 1994 (Morentín y Gostín 1998). En este estudio por reincidencia o delincuencia
habitual se entiende, siguiendo un concepto diferente del legal, el hecho de que una persona haya sido
detenida con anterioridad en, al menos, cinco ocasiones.
173
En cuanto a posibles medidas de intensificación del control, en la prevención contra el hurto, el
rediseño de las tiendas ha dado mejor resultado, a menos a corto plazo, que el empleo de alarmas o de
vigilantes, según diversas investigaciones inglesas. Respecto de la prevención del robo en viviendas,
algunos autores proponen la recuperación de la figura del portero. Para evitar el robo en comercios,
además de las medidas de seguridad impuestas legalmente para determinados establecimientos, los
investigadores recomiendan favorecer el contacto visual y los controles informales de otros usuarios.
123
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN VII. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (6): POLÍTICA


CRIMINAL Y POLÍTICA EN MATERIA DE DROGAS

1. La relación entre delincuencia y drogas desde un punto de vista criminológico

Si partimos del dato de que, en 2009, más de la mitad de la población penitenciaria


española es consumidora de drogas, la relación entre drogas y delincuencia parece
evidente. Sin embargo, una profundización en el tema arroja más interrogantes que
respuestas (Bean 2008)174. En la relación drogas-delincuencia debe distinguirse el
consumo del tráfico, si bien muchos consumidores son traficantes a diferente escala.
Respecto del consumo, ha de distinguirse, a su vez, en qué medida el consumo previo
influye en la comisión delictiva. Por otra parte, si consideramos el alcohol como la droga
legal más consumida, el panorama de su influencia se amplía ostensiblemente, como
condición determinante, aunque no suficiente, en la delincuencia violenta (incluyendo
los delitos contra la seguridad del tráfico).

Las complejas relaciones entre las drogas prohibidas y la delincuencia se han estudiado
en un sentido bidireccional (Herrero 529; South 413-5). Conviene distinguir entre el
consumo, que en nuestra legislación no es un ilícito penal, y el tráfico. Dentro del
consumo se diferencia entre consumidores ocasionales, habituales y toxicómanos,
trazándose para cada uno de ellos perfiles definidos por el género, la edad, la etnia y la
clase social, generalmente asociada al desempleo y/o la exclusión social. Aunque el
consumo no es delito, en la opinión pública suele relacionarse el mismo con
enfermedades o conductas desviadas, produciéndose una cierta alarma social, que varía
dentro de la llamada historia social de las drogas175. La ley orgánica sobre protección de la
seguridad ciudadana, de 1992, consolidó un modelo represivo al sancionar
administrativamente el consumo de drogas en lugares públicos (art. 25) (Usó 1997).

El tráfico de drogas prohibidas como delito –aunque algunos autores aboguen por su
despenalización para determinadas sustancias-, en su sentido más grave, pertenece

174
Este profesor de Criminología británico se centra, entre otros aspectos, en la reducción de la oferta a
escala local, estatal e internacional, así como en la respuesta penal a los drogodependientes, incidiendo
en cuestiones de género.
175
Todo ello independientemente de su gravedad cuantitativa y cualitativa. Diferentes estadísticas sobre
la mortandad arrojan un número mayor de muertes como consecuencia de las drogas legales (alcohol,
tabaco, medicamentos...).
124
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

propiamente al campo de la criminalidad económica organizada, relacionada con el


blanqueo de dinero como delito contra el orden socioeconómico (art. 301-4 CP).

En cuanto a los infractores adictos, el TS, en su sentencia 628/2000, de 11 de abril, se


pronunció a favor de su tratamiento, independientemente de la gravedad de la pena y de
la reincidencia176. La sentencia parte de que, si se aprecia la adicción como atenuante, el
infractor es un enfermo e introduce un criterio interpretativo por el que se sustituye la
pena por una medida de seguridad, como el internamiento en centros de deshabituación,
siempre con carácter voluntario. En dicho tratamiento, como queda reflejado en las
diferentes Memorias fiscales, el País Vasco ha sido pionero y las distintas instancias de la
administración de justicia, así como el Gobierno Vasco, han denotado una sensibilidad
especial.

El primer problema que plantea todo estudio sobre la criminalidad de las toxicomanías y
el narcotráfico es el concepto de droga y sus clasificaciones, atendiendo a su origen y
efectos. El mismo puede abordarse desde una preocupación médica (Gazzaniga 1998),
social (South 1994), jurídica (Alonso Pérez 1999, 228), antropológica (Gamella 2000) o
política (del Olmo 1996). En todo caso, se trata de una preocupación global que queda
reflejada en la normativa internacional en la materia (de la Cuesta 1999b; Arana 1996,
186-8).

Los criminólogos positivistas estudiaron el consumo de drogas, fundamentalmente el


alcohol, como factor criminógeno, dentro de los problemas propios del orden urbano y la
salud pública de las sociedades industrializadas. Edwin Schur (1965) habló por primera
vez, en referencia a estos delitos, de la criminalidad "sin víctimas", algo que ha sido
replicado por otros criminólogos por considerar que todo delito produce víctimas,
directas y/o indirectas, si bien algunas políticas pueden obedecer más a la protección de
ciertos intereses estatales o grupales. Dentro de la etiología cabe mencionar las teorías
ecológicas, de la anomia, las subculturas y el labelling. Esta última parece consistente
porque el peso de la actuación policial, y por tanto judicial, recae sobre las llamadas
drogas blandas y los pequeños traficantes (Arana 1996, 201).

176
En torno a un 30% de la población penitenciaria en el estado lo es por delitos cometidos contra la salud
pública.
125
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

2. De la lucha contra las drogas a las políticas de reducción de daños

En materia de prevención, tras pasar por fases de "lucha o guerra contra las drogas", hoy,
con las consecuencias del SIDA, se habla de políticas de reducción de riegos y daños, es
decir, de políticas que apliquen realmente el principio de intervención mínima y ultima
ratio del Derecho penal, de manera que éste no cause más daño del que trata de
prevenir, y, en su lugar, actúen mecanismos de control no estigmatizantes (Henman
1996; van Swaaningen y Zaith 1996).

Dentro de estas políticas tenemos medidas como la dispensa de metadona; planes para
suministrar heroína –siendo pionera Andalucía-; el intercambio de jeringuillas -en el
centro penitenciario de Basauri, desde 1997; en Martutene comenzó en el año 2001-; las
"narcosalas" o espacios de consumo higiénico -en funcionamiento en Madrid, desde
mayo del año 2000-, etcétera. En el punto extremo de estas políticas se inscribe el debate
sobre la liberalización, normalización o descriminalización de las drogas, que no significa
desreglamentación o desregulación total (Baratta 1989). A favor se encuentran las
consideraciones sobre el control sanitario, la eliminación de los mercados ilegales y la
recaudación de impuestos y, con diferentes matices, en ella se inscribe la Propuesta
alternativa del Grupo de Estudios de Política Criminal del estado español. En contra se
sitúan la posición doctrinal mayoritaria y la normativa estatal e internacional177, al
considerar que se incrementaría el consumo y, en todo caso, sería imposible la
armonización legislativa de los diferentes países, especialmente los más empobrecidos.

Dentro de las coordenadas actuales, en la prevención primaria y secundaria se hace


referencia al porqué las personas (y ciertos grupos de población en concreto, en relación
con ciertas actividades) demandan drogas. Para los jóvenes se promueven actividades
que, impulsadas por los ayuntamientos, se centran en la apertura nocturna de
polideportivos, centros de internet, etc. Para las mujeres se están analizando políticas de
prevención del abuso de tranquilizantes o antidepresivos. Respecto de la prevención
terciaria, Gamella advierte de la necesidad de reciclaje de los profesionales del trabajo
social y de los centros de deshabituación, en atención a la variación de las tendencias de
consumo (Gamella 2000, 192), ya que, en cierto momento, los ingresos hospitalarios por

177
Véase la Recomendación de la Asamblea Parlamentaria 1441 (1991), del Consejo de Europa, sobre el
abuso y tráfico ilícito de drogas y la cuestión de su legalización que incide en la necesidad de reducir la
demanda.
126
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

consumo de cocaína y drogas de síntesis comenzaron a superar los de heroína que


dominaron las décadas de los ochenta y noventa.

En todo caso, las agencias de control, en la llamada "guerra" contra las drogas, por lo
demás internacionalizada a través de la acción de las Naciones Unidas, Interpol y
Europol, no deben ir más allá del garantismo penal. Esto tiene especial sentido en la
promoción de medidas como la protección a testigos, las entregas vigiladas o los agentes
encubiertos, el control de los precursores, y la colaboración de los implicados.

En definitiva, la droga ha pasado de ser un problema social fundamental, ligado a la


cultura del paro, a una preocupación institucional que se divide entre la represión del
narcotráfico y la disminución de los riesgos asociados al consumo (Recasens, Domínguez
y Rodríguez 2000, 11), especialmente con la prevención respecto del ocio juvenil.

Van Swaaningen y Zaitch se refieren a la “tolerancia” de la cultura holandesa (en


ocasiones interpretada como humanismo, indiferencia o ingenuidad), que para ellos es,
fundamentalmente, una forma de control social basada en un pensamiento pragmático:
“...parece ser más un medio que un fin, no un principio per se, sino más bien un llamado
moral al autocontrol y un modus vivendi pragmático para mantener las cosas lo más
tranquilas posible sin provocar malestar innecesario en la sociedad” (cursivas de los
autores) (1996, 234).

3. Aspectos destacados de la reforma de la LO 1/2015 de la Ley Orgánica del Código


penal

Podemos destacar un aspecto positivo de la última reforma operada en el ámbito


español. Tal y como se subraya en la Exposición de Motivos de la LO 1/2015, en la
suspensión de la ejecución de las penas impuestas a los delincuentes drogodependientes,
condicionada a que no abandonen el tratamiento de deshabituación hasta su
finalización, se establece como novedad que no se considerará abandono las recaídas
durante el tratamiento si éstas no evidencian su abandono definitivo. En todo caso,
deberá evaluarse cómo se evalúa esa “no evidencia” por los operadores jurídicos en los
diferentes juzgados.

4. Conceptos clave de la lección

127
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

-políticas de tolerancia cero

-políticas de reducción de riesgos

-políticas de reducción de daños

-despenalización

128
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN VIII. LA PERSPECTIVA DEL SUJETO (PRESUNTO AUTOR/VÍCTIMA) (1):


POLÍTICA CRIMINAL, POLÍTICA MIGRATORIA Y DISCRIMINACIÓN

En esta lección abordaremos fundamentalmente la relación entre la criminalidad y las


minorías étnicas e inmigrantes, incidiendo en el trato de las agencias de control social y
en las investigaciones criminológicas en torno a la sobrerrepresentación en las diferentes
estadísticas penales178.

1. Introducción

Contemplamos ahora la etnia u origen inmigrante como sistemas de clasificación y de


diferencia que han construido nuestra identidad y nuestra organización social,
incluyendo en ella el control jurídico-penal.

Debe entenderse el término de minorías étnicas en un sentido amplio, de manera que no


se olvide que los gitanos constituyen, desde la Edad Media, la principal minoría étnica de
nuestro país. A ellos hay que añadir, particularmente desde finales de los ochenta, las
minorías inmigrantes que no siempre difieren étnicamente de las poblaciones de
acogida. En cualquier reflexión en torno a la multiculturalidad, debe precisarse que la
Criminología ha sido “una ciencia del otro”, muchas veces excluyente, como han
demostrado Zaffaroni (1993) y Carlen (1988). Basta recordar que el padre de esta
disciplina habló dentro de la categoría de delincuentes de la mujer prostituta, de los
gitanos y de la inferioridad de las tribus nómadas del norte de África. Por otro lado, las
teorías procedentes de la Escuela de Chicago se preocuparon de examinar la delincuencia
en relación con el auge de la urbanización e industrialización, donde la ciudad se
convertía en lugar de desencuentro, especialmente para las bandas de jóvenes
inmigrantes. Thomas y Znaniecki (1918-20) analizaron el desarraigo del campesino
polaco en unos EE.UU. de progresivo capitalismo, donde se desmoronaban sus vínculos
sociales comunitarios, por lo que propugnaban la generación de un nuevo instinto social
o una solidaridad activa.

178
Adaptación de Varona Martínez, Gema. 2000. Las policías como símbolo de la fuerza pública en las
sociedades multiculturales, Eguzkilore. Cuaderno del Instituto Vasco de Criminología 14: 159-190.
129
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Recientemente, la Criminología realista o pragmática de izquierdas ha asumido un


compromiso para evitar que la extrema derecha monopolice la preocupación por la
seguridad pública (Matthews y Young 1992), y la llamada Criminología republicana ha
dado entrada a las variables culturales dentro de su estudio del control social
(Braithwaite y Pettit 1990). Por todo ello, la Criminología parece una plataforma
adecuada para acercarse a los estudios sobre la multiculturalidad y las diferentes
agencias de control jurídico-penal, esta vez dentro de los procesos de globalización
económica.

Como en otros temas por ella estudiados, la Criminología no ha ofrecido respuestas


definitivas a las preguntas: ¿por qué hay tantos extranjeros que entran en las redes del
control jurídico-penal? ¿Están más controlados, más marginados, delinquen más,
delinquirían si estuvieran en su país? Afortunadamente, ha arrojado más interrogantes a
lo que promete ser una cuestión compleja que no admite una explicación causal o lineal,
fácilmente manipulable en los medios de comunicación. La sobrerrepresentación de los
extranjeros en las estadísticas penales es patente si consideramos, sin ser precisos y en
términos globales179, que más de un 30% del total de detenidos por la policía son
extranjeros, que más de un 10% de las sentencias penales se refieren a extranjeros (la
inmensa mayoría por delitos contra la propiedad y el tráfico de drogas) y que el número
de internos extranjeros comienza a ser llamativo en algunos centros penitenciarios180.

179
Pueden consultarse en la página web correspondiente las estadísticas de la policía (www.mir.es); de la
Fiscalía en materia de delitos contra la salud pública –según detallamos en la lección III- (www.fiscal.es);
del CGPJ (sólo para violencia de género en www.poderjudicial.es); y de Instituciones Penitenciarias
(www.mir.es). Para Euskadi, cfr. los datos de la Ertzaintza.
180
Respecto de las estadísticas penitencias, debe considerarse la posibilidad de expulsión previa. Existen
dos modalidades legales por las que se permite sustituir el proceso penal incoado contra un extranjero
no residente legalmente en España por su expulsión del territorio nacional: mediante la autorización
judicial para ejecutar una sanción gubernativa de expulsión impuesta a extranjero imputado en un
proceso penal, con el consiguiente archivo del mismo (artículo 57.7 LEX) o mediante la sustitución por
expulsión de la pena privativa de libertad impuesta ya en sentencia penal firme (artículo 89 CP, en su
nueva redacción tras la reforma de 2015). En todo caso, debe recabarse información sobre la existencia
de otras condenas, lo cual choca con las limitaciones informáticas y de coordinación del actual sistema
policial y, particularmente, judicial. Según se expresa en la Memoria de la Fiscalía General del Estado,
relativa a 2007: “Resultaría extraordinariamente útil, por no decir indispensable, una base de datos
nacional de causas penales en trámite y de sentencias penales pendientes de ejecución para evitar
situaciones nada deseables en las que la acción de un Juzgado, ejecutando una medida judicial de
expulsión, o la de la autoridad gubernativa, ejecutando una resolución administrativa de expulsión,
130
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Dentro de la percepción del sospechoso se incluyen los estudios sobre los estereotipos y
prejuicios, que todos usamos para maniobrar en un mundo complejo, pero que nos
impiden valorar a las personas más allá de sus características externas (Morales y Yubero
1996). Dichos estudios ofrecen diversas explicaciones sobre la sobrerrepresentación de
determinados colectivos, especialmente de minorías étnicas, en las estadísticas
policiales181. Pueden señalarse, al menos, cuatro teorías sobre:

a) el racismo sistemático;

b) los prejuicios de individuos concretos;

c) los procesos de criminalización social general; y

d) los elementos propios de la cultura profesional.

La hipótesis que pretendemos desarrollar en este texto es la siguiente: La construcción


social de nuestra identidad como opuesta a “otros” muestra sus rasgos más excluyentes
en el estereotipo de los inmigrantes de países empobrecidos como delincuentes. Los
prejuicios se crean y existen en todos los segmentos de la sociedad, pero resultan
especialmente peligrosos cuando operan inconscientemente en la actuación de las
agencias de control jurídico-penal relacionadas con el monopolio de la violencia. Los
prejuicios conllevan discriminaciones, es decir, tratamientos desfavorables no
justificados, manifestando una devaluación de la persona involucrada que, en última
instancia, permite la criminalización de los otros (de los distintos) e incluso
comportamientos degradantes que no respetan los derechos humanos182.

pueda venir a colocar fuera de la acción de la justicia española a un imputado o incluso condenado, en
alguna causa seguida por delito grave y violento, crimen organizado o delito contra la libertad sexual, en
una provincia diferente, frustrando así no sólo el ius puniendi del Estado sino también el derecho de las
víctimas a ser resarcidas”.
181
Respecto de su elaboración, algunos estudios han señalado que, cuando se introducen los controles
adecuados, el delito no es tan prominente entre las minorías étnicas y extranjeras respecto de grupos
nacionales comparables (Albrecht 1996, 99).
182
Siguiendo a Lopez (1997, 142), la tortura entraña una exclusión simbólica.

131
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Esta hipótesis se desarrolla mediante el estudio del reflejo del multiculturalismo en las
estadísticas de las agencias de control jurídico-penal que arrojan una
sobrerrepresentación de los extranjeros y, en particular de los inmigrantes del mal
llamado Tercer Mundo, en comparación con su presencia en nuestra sociedad. A partir
de aquí describimos las distintas teorías e investigaciones criminológicas que han tratado
de reflexionar sobre la misma, para llegar a los desafíos con que nos encontramos en el
País Vasco.

2. El multiculturalismo como hecho y debate político


Partimos del multiculturalismo como categoría descriptiva, es decir, como el hecho o la
vivencia de una pluralidad de culturas (minorías) en mismo espacio183. El término cultura
indica un vocabulario o mundo de significados compartidos, un universo simbólico que
otorga una identidad a un grupo. Si la cultura es un concepto dinámico y relacional,
también lo es el multiculturalismo. Éste ha existido a lo largo de toda la historia de la
humanidad, pero a finales del siglo XX se ha convertido en un problema “inesperado” y
evidente, en diverso grado184, para todas las sociedades, pero especialmente para las
occidentales.

Aunque, a continuación, señalaremos que la reflexión sobre la inmigración no es nueva


en Criminología, la evidencia del multiculturalismo ha sido impulsada por los estudios
actuales sobre el comunitarismo, enmarcado en el debate sobre la igualdad y la
ciudadanía, la identidad, los derechos colectivos e individuales, lo público y lo privado...
Para algunos autores, mantener a los inmigrantes como no ciudadanos alienta su
consideración como súbditos, lo que se traslada al trato diario de las diversas
instituciones (de Lucas 1994, 196).

183
Surgen problemas de inmediato con la elección del término multiculturalismo que algunos ven
vinculado a la cultura anglosajona (Lopez 1997, 27).
184
En los años noventa, en Alemania la población extranjera llegaba al 9%, mientras que en España
estaba por debajo del 2%, si bien ha aumentado espectacularmente. En 1994: Luxemburgo (32%), Suiza
(17,5%), Bélgica (9%), Austria (6,5%), Francia (6,3%), Suecia (5,7%), Países Bajos (4,8%) y Reino Unido
(3,5%) (Izquierdo 1996, 277-8).
132
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Algunas soluciones que se predican desde la Teoría política se fijan en el proceso de la


interculturalidad como meta ideal de convivencia a alcanzar, es decir, como categoría
axiológica. Implicaría unas políticas de reconocimiento (Taylor 1993), una superación de
la tolerancia del liberalismo occidental hacia la igualdad económica y política,
manteniendo la diversidad cultural. Siendo un hecho el multiculturalismo, no tiene
sentido preguntarse si es posible y deseable una sociedad multicultural185, sino, en todo
caso, intercultural186.

3. Las agencias de control formal en el sistema penal y la imposible tarea de


medir el delito

En la distinción entre control formal e informal, es preciso preguntarnos por los agentes,
destinatarios, campo de acción, estrategias, legitimación, procesos (incluyendo
garantías), sanciones, medios... En cuanto a los agentes o portadores del control social,
en terminología de Kaiser (1988, 111), podemos distinguir agentes de la socialización
(control informal) y agentes de control jurídico penal. Forman parte de las agencias de
socialización las siguientes instancias: la familia, los amigos, las organizaciones
relacionadas con el deporte y otros juegos o actividades de tiempo libre, la iglesia, la
ciencia, la escuela, el arte, el trabajo, los medios de comunicación, etc.

Respecto de los agentes de control formal jurídico-penal, que -especialmente desde


su moderna profesionalización- contribuyen a la producción y mantenimiento de
categorías penales, pueden distinguirse los siguientes, ordenados flexiblemente en
cuanto al momento de su intervención, en lo que ampliamente se denomina el proceso
penal: la policía187, los abogados (piénsese en la acusación particular o popular y la

185
Cfr. el número 4 de la Revista del Instituto de Estudios Económicos, p. XXIII.
186
Sobre el debate político en torno al multiculturalismo, véanse Lamo de Espinosa (1995), Cohn-Bendit
y Schmid (1996) y Kymlicka (1995).
187
Su labor es fundamental para la reconstrucción del relato fáctico o “verdad”, en la que se basa el
proceso penal (Recasens 1996). Véanse Recasens y Domínguez (1996). Sobre la policía como agencia de
control social en general, y el caso del País Vasco en particular, Olabarri (1993, 17-34). Para un estudio
constitucional de la policía y las fuerzas armadas, vid. Domínguez-Berrueta y otros (1997).

133
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

defensa), los testigos, los fiscales, los jueces y jurados, los funcionarios y técnicos de
prisiones, los trabajadores sociales, los voluntarios (que intervienen en la prevención, en
el cumplimiento del tercer grado, en alternativas a la prisión, o que trabajan dentro de la
cárcel), etc. En una tendencia reciente, cabe incluir también a la víctima -aunque no se
trata de una agencia formal- como denunciante, promotora de la acusación particular,
testigo, colaboradora en la realización de determinadas alternativas como la mediación,
etcétera. En todo caso, estos agentes de control jurídico-penal ejercen también un cierto
control informal, especialmente si su distancia relacional con el sujeto controlado
disminuye, lo que ocurre frecuentemente con determinados agentes como la policía
comunitaria, los trabajadores sociales, etc. En definitiva, el criterio fundamental de
división entre control formal e informal parece encontrarse en la naturaleza de los
portadores, instancias o agentes. El control del delito está caracterizado por su
formalización institucional, contando con instancias de definición, localización y
detección, esclarecimiento, enjuiciamiento del delito y ejecución de la respuesta.
Respecto de los destinatarios del control formal, según Horwitz, éstos serían aquellas
personas marginales que no están sujetas a controles informales, así como personas que
han cometido infracciones contra otras de status superior o que se consideran muy
graves (1990, 192).

Por otra parte, tal y como ya se ha explicado anteriormente, Black distingue, como
aspectos variables del control social, su forma (unilateral, bilateral, trilateral), su estilo
(penal, compensatorio, terapéutico, conciliatorio) y su cantidad aplicada (1993, xiv).
Podemos relacionar las formas con los procesos de control (incluyendo las garantías).
Los procesos del control formal jurídico-penal han sido estudiados, teórica y
empíricamente, por la Criminología del labeling como elemento fundamental. Ésta ha
subrayado las discriminaciones que se producen en la criminalización (en la definición
de lo que es ilícito penal, en su persecución y respuesta). El estilo puede conectarse con
las estrategias de control.

Aquí el concepto de poder adquiere importancia. Amitai Etzioni, en su obra de 1961 A


Comparative Analysis of Complex Organizations, desarrolló una tipología ideal (Coser
1982, 17-8), de manera que, atendiendo a la motivación del cumplimiento de las normas,

134
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

enumera tres tipos de mecanismos de control social: coercitivo, utilitario y normativo. El


coercitivo se da en organizaciones donde se cumplen las normas, bajo la amenaza de la
utilización de la fuerza o sanciones negativas, como ocurre en las prisiones. Las
organizaciones que ejercitan un control utilitario compensan o retribuyen a los
individuos que, generalmente, no se adaptarían de otra forma a las normas de la
organización, como ocurre en los lugares de trabajo. Finalmente existen organizaciones
que ejercen un control normativo en cuanto que se da una internalización de las normas
aceptadas como legítimas, como ocurre en las iglesias, algunos partidos políticos y
sindicatos. Existe así una conformidad en el comportamiento que emana de una
conformidad en la conciencia o actitud, por lo que es posible prescindir de sanciones
negativas.

Por su parte, Gibbs realiza la siguiente tipología de controles sociales, teniendo en


cuenta que para él siempre existen tres partes (1982b, 86-8): referencial -el control sobre
otro se produce mediante la referencia a un tercero, como cuando un niño dice que, si
otro no hace tal cosa, se lo dirá a su madre-; alegador -cuando se alegan elementos de
otra persona ante un tercero, que puede obligar a ésta a actuar de una manera-; vicario -
cuando se castiga o premia a una persona para disuadir o incentivar a terceros-;
modulador -que tiene por fin promover determinados intereses presentando modelos-; e
introductorio, que según Gibbs es el tipo más organizado de control social -cuando se
utiliza a un tercero, bien para recoger información sobre las personas a controlar, para
investigar la efectividad de instrumentos alternativos de control, para crear condiciones
que faciliten el mismo, o para excluir a determinadas personas de ciertos contextos
sociales, como ocurre con las normas de inmigración-.

Kaiser distingue las estrategias más preventivas de las más represivas, que suponen, en
todo caso, sanciones negativas. Según este autor, la bibliografía estadounidense de los
años ochenta ha resumido en las llamadas cuatro “D” las estrategias modernas de control
social jurídico penal, seguidas en la mayor parte de los países: descriminalización,
desinstitucionalización, diversion y due process (1988, 111 y 113). Las tres primeras derivan
del labeling approach. En todo caso, la estigmatización como diferenciación de una
persona, de forma positiva o negativa, adscribiéndole cualidades características, siempre

135
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

ha ocupado un lugar especial entre los medios de control social, según han destacado
von Hentig y Schüler-Springorum (Kaiser 1988, 117; 119).

M. Cusson describe el control social del delito como todos los medios específicos para
prevenir o limitarlo. Este control se percibe cuando, en el momento de violar una ley, la
persona encuentra resistencia social que le impide llevar a cabo la acción, o al menos le
hace dudar. Teóricamente, diferencia cuatro tipos de control social: tratamiento,
moralidad, disuasión y justicia, los cuales tienen un impacto diverso sobre la
delincuencia (1986). Finalmente, podría incluirse la distinción de García-Pablos de
sanciones positivas (ascensos, recompensas, distinciones, etc.) y negativas (tratamiento
clínico, reparación del daño causado, sanción pecuniaria, privación de libertad, etc.)
(1988, 105).

Una vez que he enmarcado conceptualmente lo que se entiende por agencia de control
social, paso a señalar una serie de datos sobre los porcentajes de extranjeros en nuestras
estadísticas sobre la delincuencia. Nos encontramos ante una tarea doblemente
imposible: la medición del delito y de la inmigración, dos categorías camaleónicas188. Por
ejemplo, antes la entrada ilegal era un delito -y aún lo es en otros países- o se
cuantificaba en las estadísticas de las agencias de control jurídico-penal189. Por ejemplo,
también, si soy una ciudadana canadiense blanca de origen británico pero que nací y me
crié en África y tengo un pasaporte de la Unión Europea, ¿cómo me tendrían que
calificar en las estadísticas? Éste era el ejemplo que daba Roberts para explicar la
complejidad y conveniencia de incluir la variable de extranjería en las estadísticas

188
Si tomásemos la noción de minoría étnica, podríamos pensar en la comunidad gitana (alrededor del
2% de la población -aunque no existe acuerdo-), pero no existen estadísticas que oficialmente realicen
esta categorización. Cfr. Barberet y García-España (1997, 181).
189
En 1993 se publicó el informe de la Delegación del Gobierno (Seguridad Ciudadana) de Madrid
(Jueces para la Democracia, 1993), titulado “La negativa influencia de las acciones criminales de los
extranjeros”, estableciendo una correlación entre extranjería y criminalidad, ante la información
“suficientemente conocida” -aunque no aportada al documento- por el registro de la Sección de
Documentación Provincial de la Policía de Madrid referida a la capital. Se decía que se había detenido a
11.653 personas -sin especificar si había varias detenciones de la misma persona-, de ellas 16,45% por
no tener papeles, 17,69% por no tener papeles pero probar más tarde que eran solicitantes de asilo,
13,33% por ilícitos administrativos en el curso de procedimientos de expulsión. Por tanto sólo 300
personas, 2,57% de aquellos 11.653 terminó en juicio por un ilícito penal. A principios de 2009 se suscitó
otra polémica en Madrid en cuanto a los cupos de detención de inmigrantes en situación irregular que
parecía deteminarse oficialmente para cada comisaría, si bien, para entonces, quedaba claro que dichas
detenciones nunca pueden contabilizarse en relación con la efectividad ante la delincuencia.
136
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

penales en Canadá, más allá de lo políticamente correcto (1994). Además, delito e


inmigración incluyen experiencias muy heterogéneas y que no siempre son visibles.

Conviene seguir recordando que existen tres formas de intentar cuantificar el delito: a
través de las estadísticas oficiales (policiales, de la FGE, judiciales y penitenciarias), las
encuestas de victimización y los autoinformes.

1. Las estadísticas oficiales presentan muchos sesgos, siendo quizá las más fiables las
policiales, aunque dependerá del propósito de la investigación. Sus límites se encuentran
en la cifra negra –estimada en un 42, 1% para los delitos en general, y un 65,5% para el
abuso o coacción por parte de agente de seguridad (Álvarez 1997, 11)-, en la diligencia de
su elaboración y en las dificultades de comparación. Respecto de su elaboración, como ya
se ha indicado, algunos estudios han señalado que, cuando se introducen los controles
adecuados, el delito no es tan prominente entre las minorías étnicas y extranjeras
respecto de grupos nacionales comparables (Albrecht 1996, 99). Las estadísticas deberían
advertir de su parcialidad, ofrecer información completa sobre su elaboración y sobre
aspectos contextuales, lo que aminoraría los riesgos de abusos en su interpretación -por
otro lado, siempre presentes-.

2. Las encuestas de victimización, que datan de los años sesenta, han sido promovidas
por la Victimología y la Criminología realista. Aunque el Instituto de Estudios de la
Policía, como también el Departamento de Interior del Gobierno Vasco, han realizado
análisis sobre la inseguridad, realmente no nos sirven para cuantificar la criminalidad o
victimización de los extranjeros190.

3. Lo mismo ocurre con los llamados informes de autodenuncia, iniciados en Nueva York
por Wallerstein y Wyle en 1947191. En Holanda existen estudios que indican que los

190
Sobre los problemas estadísticos y su resolución para incluir en las muestras de las encuestas de
victimización británicas, véase Holdaway (1996, 34).
191
En el caso de EE.UU. resulta clara la sobrerrepresentación en todas las fases del proceso penal (en
1994 la población negra constituía el 12%, pero el 50% en prisión), incluyendo la aplicación de la pena
capital. Volviendo los ojos a la historia, resulta muy interesante el registro de jesuitas que de 1690 a
1815 acompañaron a condenados a muerte en los patíbulos de Lisboa. Entre dichos condenados,
137
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

jóvenes de Turquía y Marruecos son más reticentes a la autodenuncia por lo que resultan
más fiables las cifras de detenciones (Junger 1989).

La conclusión general acerca de la sobrerrepresentación de inmigrantes -pero también


de otras minorías étnicas, como los gitanos o los aborígenes en América y Oceanía- debe
ser, por tanto, problematizada. En el apartado siguiente añadiremos una serie de
reflexiones teóricas e investigaciones empíricas que, desde la Criminología, han
estudiado la correlación de las variables delincuencia-extranjería.

4. Teorías criminológicas que explican la relación entre los delitos y las


migraciones

Las distintas teorías que exponemos a continuación, mayormente de alcance medio, se


han intentado validar a través de técnicas de investigación no sólo cuantitativas, sino
también cualitativas.

4. 1 Teorías generales

Como ya se ha indicado, la Criminología se presenta desde su origen como una ciencia


del otro y, generalmente, de exclusión192. Tan sólo hace un siglo que su fundador
positivista identificaba el criminal nato con ciertas tribus nómadas del Norte de África,
tenía a los gitanos por raza criminal -aspecto profundizado en la obra Hampa de Salillas-
y a la prostituta como arquetipo de mujer delincuente.

A partir de la Criminología positivista, es preciso recordar otras teorías generales del


delito193:

muchos eran negros, moros, extranjeros y esclavos, como representantes de las capas marginales
(Hespanha 1990a, 178-9).
192
Cfr. la obra editada por Cook y Hudson (1993).
193
En este punto no tengo en cuenta las de carácter psicológico o biológico. Respecto de estas últimas,
no estrictamente en el ámbito criminológico, es preciso recordar el polémico libro de Hernnstein y
Murray The Bell Curve, donde recogiendo test de inteligencia e índices de natalidad, se concluía que
existía el riesgo de empobrecer a la sociedad estadounidense, ya que el número de las personas menos
capacitadas (los negros) estaba creciendo, al mismo tiempo que contribuían a la criminalidad. Diferentes
investigaciones señalaron la endeble metodología utilizada.
138
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

a) Las teorías estructurales funcionalistas, a partir de Durkheim, que nos hablan sobre el
rol del “chivo expiatorio” y la formación de la identidad social, hoy relacionada con el
derecho penal simbólico.

b) La Escuela de Chicago presenta una reflexión más específica sobre la sociedad


estadounidense como crisol de culturas y destacaríamos las teorías ecológicas en relación
con la urbanización.

c) Las teorías subculturales, del aprendizaje social, del control interno (que quizá
pudieran explicar un mayor control en la minoría asiática), del conflicto (sea cultural, tal
y como fue definido por Sellin (1938), o socioestructural), críticas, y del labelling.

d) El realismo de izquierdas (influido por el feminismo y la Victimología crítica, con un


enfoque motivacional y situacional que se aleja de la etiología)194.

e) En EE. UU. se ha llegado a hablar incluso de la anti-Criminología y, de forma


fragmentaria, de la Criminología feminista, negra, aborigen...

4. 2 Resultados de investigaciones particulares

Como en otros temas (Fattah 1997), la Criminología no ha ofrecido soluciones o


respuestas a las preguntas ya formuladas: ¿por qué hay tantos extranjeros que entran en
las redes del control jurídico-penal? ¿Están más controlados, más marginados, delinquen
más, delinquirían si estuvieran en su país? Antes de agrupar unos resultados de las
investigaciones al respecto, señalaré que existe una Red, dentro del programa COST A/2,
financiado por la UE, que ha estudiado “El derecho, el delito, los controles policiales y las
minorías raciales, étnicas y extranjeras en los países europeos”. Las conclusiones de su

194
En una entrevista, el fallecido líder del Partido Austriaco Liberal, el extremista Jörg Haider, declaraba
que unos 250.000 inmigrantes irregulares constituían la base del crimen organizado en su país (El País,
1994, 11 de noviembre, p. 37). En 2008 y 2009 diferentes organizaciones defensoras de derechos
humanos denunciaron el trato de las instituciones italianas hacia la minoría rumana identificándola con
ciertos delitos.
139
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

tercera reunión de trabajo quedaron reflejadas en la obra compilada por Palidda (1996)195
y pueden resumirse en la dificultad en los estudios sobre este tema por la sensibilidad
que suscita y su politización, lo que permite decir que muchos de ellos contribuyen a la
estigmatización.

A continuación examinaré cuatro explicaciones ofrecidas por diversas investigaciones


criminológicas, tal y como han sido mencionadas anteriormente:

A. Racismo (discriminación) institucionalizado. Racismo sistemático o abuso de


poder

En enero de 1996 la Comisión de Investigación de Ontario documentó el tratamiento


discriminatorio sistemático por todas las agencias del sistema penal. Este tipo de trato
también ha sido documentado en otros países anglosajones y, de forma sistemática, en
los EE. UU. (Alexander 2014).

Influidos por el labelling, la historia del control social -rotación de colectivos- y el


construccionismo, se llega a la conclusión de que nuestras sociedades comparten, en
todos sus estratos y profesiones (catedráticos, doctores, policías...), una serie de
estereotipos constituidos socialmente, si no conspirativamente, al menos
196
inconscientemente . El resultado son leyes discriminatorias, eurocentristas,
generadoras y reproductoras del “otro delincuente”. Así nos encontramos, en materia de
inmigración197, con normas en la esfera europea (Schengen) e interna que consagran un
modelo de política de orden público que ha de aplicar la policía. Para algunos autores,
esa política está en función de la construcción de una identidad excluyente, en el marco
de la crisis de los Estados de bienestar. Según dicho modelo, el inmigrante es objeto,
pero no sujeto de derechos en lo que se concibe como políticas de eficacia preventiva,
creando unas categorías de sujetos/objetos peligrosos, dando pie a ambigüedades
calculadas. Con la Ley de extranjería y de protección de la seguridad ciudadana se abren

195
Véase su actualización en Palidda y Brandariz (2010).
196
Según algunos estudios realizados, en 1994, el 35% de los encuestados consideraba que la
criminalidad estaba causada po los gitanos e inmigrantes (El Mundo, 10 de noviembre 1994, p. 16).
197
Habría que analizar también la imagen del extranjero en el CP, LECrim y otras leyes relacionadas con
el sistema penal.
140
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

a la interpretación de los agentes de control jurídico-penal una serie de conceptos


indeterminados, señalándoles una serie de funciones, sin concretar sus potestades. Se
contribuye a una politización del delito, a un fomento de las alarmas públicas como
procesos de dramatización y mitificación del delito198 -en los que la inmigración debe ser
considerada como variable dependiente-.

B. Prácticas discriminatorias de individuos concretos de las agencias de control


jurídico-penal al no controlar los prejuicios (Waldman).

En Canadá, el Comité de investigación sobre las relaciones entre los cuerpos policiales y
las minorías visibles y étnicas, así como el Comité de intervención contra la violencia
racista han denunciado una serie de ejemplos de “comportamientos inaceptables” por
parte de ciertos policías respecto de miembros de minorías étnicas (Clarkson y Clermont
1996, 378-9). En la Cuarta Conferencia de los Ministros europeos responsables de
inmigración se afirmó que las investigaciones muestran que el riesgo de ser detenido por
la policía es mayor para los inmigrantes que para los autóctonos, por lo que las
estadísticas deben interpretarse muy cuidadosamente (Fundación Encuentro 1991, 83).

El aumento del índice de delitos registrados cometidos por inmigrantes se debe a un


aumento en la denuncia de éstos, al bajar el nivel de tolerancia de las víctimas; a una
mayor actuación de la policía; a integrarse dentro del perfil de la población que más
posibilidades tiene de ser encarcelada (Jefferson) frente a los delitos de los inalcanzables
e intocables. Los delitos de los inmigrantes son los delitos de los sacrificables e
indeseables (Fattah 1997).

Los prejuicios son juicios prematuros. Los estereotipos son impresiones sólidas,
imágenes aceptadas, en este caso, sobre la inferioridad o maldad de las minorías étnicas.
Sobre ellos pueden traerse a colación dos estudios:

198
El mito como modelo poderoso imaginario.
141
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

a) Harding alude a las discriminaciones sistemáticas de los policías canadienses hacia los
nativos, según ha quedado reflejado también en investigaciones parlamentarias, sin que
las medidas propuestas hasta ahora parezcan haber aminorado el problema (1991).

b) Wortley y Homel han estudiado los prejuicios de la policía en función de su formación


y contacto con grupos en cuestión (estudio longitudinal en Australia). Según su
investigación sobre una muestra de 412 policías de Nueva Gales del Sur, tras seis meses
de formación, se mostraban menos autoritarios, aunque igualmente etnocéntricos. Tras
doce meses trabajando en la calle, la muestra parecía más autoritaria y etnocéntrica -
especialmente en zonas con mayor número de población aborigen-. Llegaron a la
conclusión de que la formación era insuficiente (no sólo en sus contenidos)199.

C. Procesos de criminalización social general, donde cuentan toda una serie de


estigmas no sólo étnicos (Tony Jefferson, dentro de la Criminología del conflicto o
crítica)

Los inmigrantes tienen más probabilidades de entrar en comisaría, en un juzgado y en


prisión simplemente porque pertenecen al grupo que por sus características
sociodemográficas (sexo, edad, status social) entra más en la red de control social. Esta es
también la conclusión, también para el Reino Unido, de la investigación sobre la policía
llevada a cabo por Robert Reiner (1992, 479): “La probabilidad diferencial de cometer un
delito y de ser objeto de prejuicios y discriminación policiales son aspectos mutuamente
reforzadores de la posición estructural de los grupos al fondo de la jerarquía socio-
económica. Es esta situación estructural la que explica el círculo vicioso de las diferentes
presiones hacia el delito y del diferente riesgo de ser capturado... La policía es más una
reproductora que una creadora de la injusticia social, a pesar de que los prejuicios
pueden amplificarla”.

199
Cfr. el concepto de reconciliación aplicado a la policía australiana por Chan (1997, 87).

142
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Desde el realismo, se señalaría que también esas mismas características


sociodemográficas constituyen el perfil de la víctima, con lo que sería conveniente
establecer una dialéctica entre los procesos de criminalización y victimización.

D. Cultura profesional de las agencias de control jurídico-penal (policías)

Las estadísticas estadounidenses son claras al señalar la sobrerrepresentación de


minorías étnicas como objeto de uso de la fuerza policial en el caso de armas de fuego
(Locke 1996, 135), aunque su justificación se debate -en este país se llevan unos cuarenta
años estudiando empíricamente esta cuestión-. Algunos estudios han relacionado la
brutalidad policial (uso de fuerza innecesaria o presión psicológica) con la variable de
etnicidad, en cuanto que aquélla se utiliza más respecto de personas pertenecientes a
minorías étnicas. Así se comprueba en las estadísticas de Estados Unidos sobre el tema,
en un país en el que el caso de Rodney King simboliza el nexo entre violencia policial y
racismo200. De esta manera, como han probado algunos estudios de James J. Fyfe para el
caso estadounidense, el elemento étnico es contingente en el contexto organizacional.

La cultura organizacional fue objeto de especial estudio en los años setenta, definida
como el significado, entendimiento y sentido compartidos, es decir, la construcción de la
realidad. Diversos autores han descrito el poder de la cultura de la policía para moldear
el comportamiento de sus miembros, incluso de forma más fuerte que las normas,
instrucciones201 o autoridad de los superiores. Asimismo, se ha distinguido entre la
subcultura del policía que trabaja en las oficinas y el que lo hace en la calle (Kelling y
Kliesmet 1996, 204-5). También se marca la diferencia entre la cultura del policía en
general y la organizacional de cada comisaría (Worden 1996, 30).

200
La detención en 1991 por cuatro oficiales de policía de los Ángeles de Rodney G. King, un joven
negro, fue grabada en video, mostrando su brutalidad. Los policías fueron absueltos por un jurado
estatal, dando lugar a graves incidentes ante el sentimiento de injusticia de la comunidad negra y otras
minorías étnicas. El veredicto fue revocado por otro jurado federal.
201
Cfr. distintas instrucciones policiales, como la Instrucción de 14 de noviembre de 1995, de la
Dirección General de Policía, sobre actuación policial en relación con las personas o grupos
pertenecientes a etnias o culturas diferenciadas.
143
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

La mejor literatura sobre la cultura profesional de la policía ha sido escrita por policías o
trabajadores de campo (Locke 1996, 142), señalando la división entre “ellos y nosotros” y
la ley del silencio respecto de ciertas conductas de sus compañeros. En el caso de exceso
de fuerza por policías negros contra otras minorías, algunas investigaciones lo achacan
precisamente a la inmersión subcultural y a otros factores como su destino a barrios más
problemáticos.

Chan ha propuesto que el concepto de cultura policial se explique en la interacción entre


el contexto socio-político del trabajo de la policía y las percepciones, valores, estrategias
y modelos institucionalizados. De esta manera pueden comprenderse mejor las
aportaciones individuales y los posibles cambios (1997, 92).

Dentro de la cultura policial profesional podrían destacarse ocho aspectos:

a) Medición de la eficacia policial en las detenciones y esclarecimientos, en lugar de en la


reducción de las victimizaciones primarias (prevención), secundarias y
estigmatizaciones. La eficacia tiene su importancia en el olvido de los medios para
conseguir los fines.

b) Percepción de poder, en la que intervienen aspectos psicológicos (personalidades


autoritarias –ya descritas por Adorno- o bajo estrés), que han dado lugar a diferentes
tipologías (Worden 1996, 26); pero, especialmente aspectos situacionales (Uildriks y van
Mastrigt 1991, 71). Sykes y Clark utilizaron su teoría del intercambio de respeto para
explicar el abuso de la fuerza respecto de minorías. Según estos autores, la policía espera
un alto respeto de los ciudadanos, reconociendo éstos la asimetría existente, lo cual no
parecía ser el caso de ciertas personas negras, especialmente jóvenes (1975). Diferentes
investigaciones arrojan la siguiente conclusión: es más probable el uso de fuerza excesiva
en un encuentro proactivo, es decir, iniciado por un oficial de policía, no un
denunciante; cuando más de un policía está presente; cuando éstos pertenecen a un
departamento o equipo en que el abuso de la fuerza se considera una infracción no
grave; y, especialmente, cuando el sospechoso se muestra irrespetuoso hacia el policía o
trata de escapar y les obliga a perseguirlo, como en el caso de Rodney King, según quedó

144
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

grabado un comentario de un policía tras golpearle: “tuvimos que perseguirle ... creo que
eso nos irritó un poco” (Locke 1996, 144).

c) Conceptos de masculinidad.

d) Visión de lucha contra la criminalidad, como su principal tarea, y de un mundo hostil


en el que se les pide que realicen un trabajo desagradable, sin que se les reconozca, ni
económica ni socialmente, y con la paradoja añadida de poder ser demandados.

e) Saben lo que hacen, son los expertos en la delincuencia, por lo que no merece la pena
escuchar a otros (políticos, vecinos, investigadores...).

f) Fidelidad corporativa. Un estudio de 1978 de Estados Unidos mostraba que los policías
encuestados consideraban la brutalidad policial como el comportamiento menos
desviado, equiparable a quedarse dormido durante servicio y, simultáneamente, uno de
los comportamientos más frecuentes (40% declararon haber hecho uso de la misma a lo
largo de su carrera), pero que menos denunciarían (Locke 1997, 140-1).

g) La cultura profesional de los policías de países no democráticos fomenta la brutalidad


ante las ausencias de control.

h) A su vez, el trato discriminatorio, incluso violento hacia las minorías, condiciona la


cultura jurídica de los inmigrantes, es decir, sus actitudes hacia el sistema penal y, en
concreto, hacia la policía -a la que temen y con la que no desean colaborar, lo que
contribuye al círculo vicioso del desencuentro y los estereotipos202-. Esto ha sido
estudiado en nuestro país respecto de los gitanos por la antropóloga Teresa San Román.
La desconfianza hacia la policía hace que aumente la cifra negra y que no se visualicen

202
De acuerdo con la Encuesta sobre el Delito de Islington de 1986, aproximadamente el 52,7% de los
hombres negros por debajo de los 25 años habían sido parados por la policía durante los últimos doce
meses -comparado con el 31% respecto de los blancos-. Según una investigación longitudinal alemana,
el 14% de niños extranjeros de 14 años de edad habían tenido por lo menos un contacto con la policía.
Al llegar a los 18 años, el porcentaje era del 29% (Albrecht 1996, 96). Los detenidos también esperan
respeto, cfr. los conceptos de justicia procedimental y terapéutica.

145
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

sus índices de victimización, asimismo, surgen otros mecanismos de tratamiento de


conflictos.

El Comité Europeo de Prevención de la Tortura (CPT), del Consejo de Europa, ha puesto


de manifiesto en diversas ocasiones la vulnerabilidad de los extranjeros respecto del
maltrato policial -constatable, por lo demás, en todos los países miembros- (Morgan
1996, 338-9). Por otra parte, en mayo de 1998 se hizo público el informe de la Comisión
de Derechos Humanos del Consejo de Europa que condenaba a Francia por haber
violado el art. 3 de la Convención (no sólo tratamiento inhumano y degradante, sino
tortura) respecto de una persona marroquí en comisaría, tras ser arrestado en 1991 por
sospecharse tráfico de drogas. Durante seis horas de interrogatorio fue apaleado y
abusado sexualmente, según confirman los informes médicos. Asimismo, la Comisión
estima que se violó el art. 6 en cuanto que tuvo que esperar hasta 1996 para que los
policías que había identificado anteriormente fueran acusados. El Informe vuelve a
recordar que incluso en las dificultades más difíciles, como el combate del terrorismo y el
delito organizado, la Convención prohíbe categóricamente cualquier trato inhumano o
degradante.

5. Estudio de un caso ¿del pasado?: las oportunidades de la interculturalidad en la


definición de la identidad

No hay cifras totalmente fiables sobre el número de los inmigrantes en Euskadi, Por otra
parte, de acuerdo con el Registro de detenidos, los extranjeros ascienden a un 15-7%
(30% en Bizkaia, llegando al 50% en la zona de San Francisco de Bilbao). Algunas
nacionalidades son vinculadas al tráfico de drogas (ciudadanos de Guinea Bissau), otras a
los delitos contra la propiedad (personas de Argelia) y otras a una serie de redes de
explotación de mujeres, inmigrantes y crimen más o menos organizado (Inda 1998). Las
detenciones deben respetar los derechos constitucionales y procesales de los sospechosos
-aunque en la práctica los derechos a un intérprete o a la comunicación con el consulado
sean objeto de renuncia para que no se descubra su país de origen-. La identificación, en
todo caso, corresponderá a la Policía Nacional.

146
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

En un informe elaborado por Beatriz Díaz y Javier Fontana, titulado El color de la


sospecha. El maltrato policial a personas inmigrantes en el Barrio de San Francisco
(Bilbao), se relatan más de 60 experiencias de abusos, de enero de 1997 a marzo de 1998,
en que están principalmente implicados funcionarios de la Policía Autónoma Vasca.
Estos hechos conllevaron también una actuación del Ararteko y conversaciones entre
ambas instituciones. En la mayoría de las ocasiones la policía actuó uniformada, en
pareja o grupo. Daré algunos ejemplos de actuaciones vejatorias narradas en esta obra:

-no dar explicaciones en los primeros momentos de la intervención,


-realizar afirmaciones como la siguiente que narra una persona entrevistada:

“Nos sobrepasó un coche de la Ertzaintza, paró delante y nos gritaron: ‘eh, vosotros ...
que nos han dicho que unos chicos de color han robado una cartera’ ... ‘¿qué pasa?’ -les
dije- ‘¿tenemos pinta de robar carteras?’, ‘pues claro’ -me dicen-” (p. 41)
-abordar violentamente.
-hacerles quitar la ropa en plena calle.
-hacerles vaciar el bolso/bolsa y bolsillos en el suelo de la calle.
-registrar un local sin orden.
-requisar objetos sin dar un justificante.
-ante la reacción de los inmigrantes, los policías reaccionan violentamente
(insultando, golpeando, amenazando, hostigando, no ofreciendo identificación,
deteniendo...).
-cometer arbitrariedades durante la detención (no avisar al tutor de un menor,
no explicar los motivos de la detención, humillando, amenazando, no ofrecer abogado,
ni intérprete, etc.).

En el Informe se relata también aspectos que hemos señalado anteriormente sobre la


cultura policial y que pueden verse en las siguientes declaraciones:

“Y después de hacerme desnudar por completo en el portal, me dicen: ‘este es mi trabajo


... ya lo siento ... es lo que tenemos que hacer”; “Uno de ellos (de los policías) estaba muy
de mala leche, hablando muy mal, con palabrotas ... yo creo que estaba borracho ... el

147
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

otro no decía nada, estaba a un lado sin decir nada...” (p. 62); “Le pregunto que para qué
cuenta el dinero de la persona que está registrando y me responde que soy el único
vecino que conoce que apoya el narcotráfico. O sea, que como el piensa que esa persona
es traficante no entiende que yo me preocupe por lo que le pasa ... y además, como me
preocupo por lo que hace con esta persona, resulta que también yo soy traficante” (p.
65); “Sí, tengo miedo por nosotros. A mí la Ertzaintza me da miedo...” (p. 83). Se
concluye que: “Las violaciones descritas, pues, no son hechos aislados ni casuales. Por el
contrario, se producen de manera continua, con una forma y contexto similares, y con
una aparente intencionalidad” (p. 70). Existen mecanismos de impunidad permitidos por
los compañeros y superiores (p. 72).

El día 11 de junio de 1998, El País, en la página 8 de su edición dedicada al País Vasco,


publicó la siguiente información: “El mercado de la droga de Bilbao ha sufrido una
auténtica revolución: la heroína es el estupefaciente elegido por las grandes mafias del
narcotráfico, que se valen de ciudadanos africanos para su venta.../ Las investigaciones
policiales y judiciales han constatado la concentración de los puntos de venta, que se
reducen al barrio de San Francisco -el más degradado de la capital- y el Casco Viejo.
Según sus datos, la organización es compleja: existen tres o cuatro bandas... En el primer
nivel, están los boleros, africanos que se dedican a la venta en San Francisco o el Casco
Viejo. ‘Llevan introducidas en el ano dosis de cinco gramos y las van sacando con una
habilidad inimaginable. Luego, lo dividen en bolas del tamaño de garbanzos, las llevan
en su boca y las van vendiendo. Así, lo máximo que se les puede aprehender son unas
cuantas bolas si antes no se las han tragado. Cuando terminan de venderlas vuelven a
sacar más del ano’, señalan fuentes consultadas.../ ‘El 85% de los arrestados tienen
papeles de Guinea-Bissau y ha habido gente con hasta 18 filiaciones diferentes, porque
antes la documentación era ilegal pero ahora es legal... en su país’. Los métodos de
defensa son peculiares: no recurren a la vía penal, sino que interponen quejas ante el
Ararteko ‘para presionar psicológicamente a los policías’”.

Ante la aludida falta de competencia en materia de inmigración, algunos autores se han


referido a una política micro por parte del Departamento de Interior: modelo de policía
de prevención específica, educación en derechos humanos -en mi opinión también en

148
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

multiculturalismo -como en Cataluña203-, algo parecido al módulo existente de


formación en cultura gitana-, y desarrollo de mecanismos de control interno
(deontológicos -art. 30, 34 Ley 4/1992-; y disciplinarios -art. 92 de la Ley 4/1992).
Conviene recordar que la política policial viene establecida en la Constitución, donde se
recogen sus principios y, aún más importante, ciertos derechos fundamentales -que
como derechos humanos de protección internacional pertenecen a toda persona
inmigrante más allá de su situación administrativa-: art. 15 (integridad) y 17 (libertad)204.
En este sentido, como ha determinado ya el Tribunal Constitucional, la seguridad no es
un derecho y se encuentra, por tanto, supeditada a la libertad. Hemos de considerar
también la LOFCS y la Ley 4/1992 de la PPV -que se aplica también a los cuerpos
dependientes de la administración local- (art. 3 y 26).

6. Epílogo

El multiculturalismo como hecho y la interculturalidad como propuesta van más mucho


más allá de la esfera policial. De hecho, es hora de que salgan de ésta. Para ello, pueden
considerarse los siguientes cinco puntos:

1. No demonización de la policía. La mayor parte de los policías actúa correctamente y


realiza una función esencial en la sociedad que así ha de ser reconocida. Todos los
miembros de la sociedad debemos ser educados en el compromiso de controlar los
prejuicios más graves y romper con la expectativa irreal de que sólo control jurídico-
penal más intenso acabará con la delincuencia. Por otro lado, debe reconocerse que, en
términos amplios, la definición del art. 173 Cp existe cotidianamente, “normalmente”, en
muchos ámbitos de la vida, no sólo de la actuación policial, por lo que deben
considerarse aspectos culturales.

2. Insistir en la formación de todos los agentes de control jurídico-penal, incluyendo los


gabinetes de prensa. En general, ello implica la colaboración e integración de minorías
(P. ej: desde 1991, la comunidad gitana controla la gestión de las políticas sociales de

203
Para esta formación, considerando su contexto estadounidense, véase el libro de Hendricks y Byers
(1994).
204
Cfr. art. 104 CE.
149
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

prevención de las toxicomanías, ante el fracaso anterior de Proyecto Hombre y


Osakidetza. Pero se ha de tener cuidado en no olvidar otras redes sociales, más allá de las
ONGs que pueden no ser representativas; la formación de mediadores interculturales); el
acercamiento a ONGs -participación en distintos foros205-; y mayor control interno y
externo (incluso por parte de las propias minorías, mediante una mayor concienciación
de sus derechos).

3. Potenciar el concepto de una seguridad integral, dentro de la justicia social, no


excluyente, integrando factores estructurales, en detrimento de los elementos binarios
(cfr. el papel de las policías comunitarias).

4. Fomentar la reforma de las leyes que regulan la extranjería para constituir a los
inmigrantes en sujetos de derechos y deberes, lo que tendría su máxima expresión en
una futura Constitución europea. Se trata de fomentar una perspectiva de los derechos
humanos como inseparable de la de la seguridad.

5. Los estudios criminológicos críticos no deben contribuir a la construcción del “otro


criminal”. Por otra parte, los análisis estadísticos resultan insuficientes y podemos
preguntarnos cuál es el último propósito de saber “cuántos son” y “de dónde vienen”, sin
antes saber quiénes son y quiénes somos.

7. Conceptos clave de la lección

-Criminalización del “otro”.

-Chivo expiatorio.

-Enfoque de derechos humanos versus enfoque de seguridad ciudadana en la política


migratoria.

205
El contacto con personas “no desviadas” puede ayudar a romper estereotipos.

150
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN IX. LA PERSPECTIVA DEL SUJETO (PRESUNTO AUTOR/VÍCTIMA) (2):


POLÍTICA CRIMINAL Y MENORES

1. El concepto de delincuencia juvenil y la exigencia de una política criminal


diferente

Hoy en día estas cuestiones se estudian, de forma particular, desde la llamada


Criminología del desarrollo donde el factor edad cobra especial relevancia.

Según las estadísticas del Ministerio de Interior, para todo el Estado, la mayor parte de
los menores y jóvenes son detenidos por delitos contra la propiedad, fundamentalmente
robos. Sin embargo, existe una percepción de su aumento cuantitativo y cualitativo -en
una escalada de violencia- (Fernández et al. 2009). Esta percepción es también de
carácter internacional y los estudios comparados no parecen ponerse de acuerdo. Así, en
1998, se presentó dentro del Congreso Internacional de Criminología de Seúl un estudio
suizo que mostraba la estabilidad de la delincuencia juvenil en los países occidentales,
mientras que la investigación del Instituto de Investigación Criminológica de Hanover
apuntaba un aumento desde principios de los noventa, centrado en la criminalidad
violenta206. En él se destacaba que las víctimas de la criminalidad juvenil eran también
jóvenes y se vinculaba a los problemas inherentes de la integración de las minorías
étnicas y/o inmigrantes en determinados barrios de los centros urbanos207. Se ha llegado
a afirmar que el principal reto en materia de prevención para los países europeos es la
integración social y económica de los jóvenes inmigrantes de las zonas urbanas
(Kangaspunta et al. 1998; 1999)208.

206
Según el estudio del Ararteko, referido a datos de 1996 y 1997 de los Juzgados de Menores, el perfil
del menor infractor se correspondeíacon un varón (80%), entre 14 y 15 años, que actúa solo. Un 26% de
los expedientes de la muestra estudiada se referían a menores pertenecientes a la etnia gitana. Más de un
34% pertenecían a familias que carecían de recursos económicos suficientes. La mayoría de las
infracciones eran contra la propiedad y un 30% contenían algún tipo de violencia contra las personas
(Ararteko 1998, 97-100).
207
Su convivencia en las zonas rurales es también importante, ya que ahora se da un fenómeno de
llamada ante la falta de mano de obra en labores agrícolas, circunstancias radicalmente diferentes de las
que motivaron el pensamiento criminológico de la Escuela de Chicago y las teorías que la siguieron,
vinculadas a la presencia de bandas juveniles de minorías étnicas en las ciudades estadounidenses de
progresiva industrialización, a finales del siglo XIX.
208
Sobre la involucración de los jóvenes inmigrantes en la microdelincuencia, vid. Serrano (2002).
151
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Nos encontramos aquí, al igual que con la violencia familiar, con "una novedad
perpetua", con un concepto elástico, en el que el término "joven" adquiere diferentes
significados (Pearson 1994). El joven delincuente como objeto propio de estudio es
producto de finales del siglo XIX, cuando los reformadores trataron de crear tribunales y
centros de internamiento especializados para sacarlos de las prisiones. En el caso
español, el primer tribunal tutelar de menores fue creado en Bilbao en 1918, con un límite
máximo de edad de quince años, aumentado uno más en 1925. Los primeros
reformatorios fueron establecidos como entidades privadas de carácter provincial que
recogieron una ideología correccionalista. Con el paso del tiempo, del modelo
paternalista o tutelar, se pasó al garantista y hoy se debate el llamado modelo de la
responsabilización, basado en la mediación y/o reparación. Este tipo de respuesta ha
recibido el respaldo de la normativa internacional, tanto del Consejo de Europa como de
las Naciones Unidas, que busca hacer realidad el principio de mínima intervención para
evitar la estigmatización del menor o joven, quien, en la mayoría de los casos, no volverá
a delinquir según demuestran las investigaciones criminológicas.

En la evolución de la política criminal juvenil española, el Código penal de 1995 destaca


por haber fijado la edad penal mínima en los 18 años y haber establecido ciertos matices
hasta los 21, siguiendo en parte el ejemplo alemán. Sin embargo, hasta la entrada en vigor
de la LO 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal del menor ese
cambio no se había producido.

La idea central de la política criminal en relación con la delincuencia juvenil, según los
estándares internacionales de derechos humanos, es que debe presidir el interés del
menor, creyendo en su recuperación y en los efectos dañinos que puede provocar su
estigmatización por parte del control jurídico-penal, en lo que se refiere a
comportamientos leves o aislados, como suelen ser la mayoría.

2. Evolución de la delincuencia juvenil en volumen, estructura y factores


explicativos

152
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Según datos de la Fiscalía General del Estado, referidos a 2013209, en dicho año se
tramitaron 6 expedientes por asesinato consumado (8 en 2012 y 4 en 2011) y 2 en grado de
tentativa (4 en 2012 y 4 en 2011); por homicidio consumado han sido 3 (5 en 2012 y 2 en
2011) y 6 expedientes por 7 homicidios en grado de tentativa, de los que sólo 5 han sido
calificados como tales (15 homicidios intentados en 2012). Un total de 9 personas
perdieron la vida por estos hechos.

Los expedientes tramitados por distintas modalidades de delito de violación (arts. 178 y
179 del CP) se cifran en torno a la treintena.

En resumen, se afirma en la Memoria de la Fiscalía, “la delincuencia juvenil más grave se


mantiene en niveles muy bajos en relación con la cifra total de población. Con todo, el
historial de cada uno de los autores evidencia la necesidad de prevención mediante
políticas encaminadas a disminuir la desigualdad y la marginación, a contrarrestar las
creencias que fomentan la violencia, y a facilitar la integración de los emigrantes y sus
familias, en línea con la Rec (2009) 10 del Comité de Ministros del Consejo de Europa
sobre estrategias nacionales para una protección integral de los niños frente a la violencia.
Dada la incuestionable influencia del soporte familiar en las expectativas de
recuperación, son también indispensables las políticas decididas de apoyo a la familia y
al ejercicio positivo de la parentalidad que recomienda el mismo Comité en su Rec.
(2006) 19, sobre políticas en esta materia”.

Para la Fiscalía de Madrid, en 2008: “el estudio sociológico de la etiología de la


delincuencia juvenil pone de relieve las siguientes siete causas:

a) la desestructuración de las familias de origen de los menores infractores, aderezada de


ausencia de límites y de control parental,

b) la marginación socio-económica del medio, que dificulta el proceso de socialización


del menor infractor;

209
Véase en http://www.fiscal.es.
153
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

c) el fenómeno determinante del fracaso escolar;

d) el acuciante desempleo juvenil,

e) la influencia de los medios de comunicación, que incide en la adquisición de valores


en los que la violencia es un recurso aceptable socialmente;

f) el consumo de sustancias estupefacientes o de alcohol;

g) y, finalmente, no se debe olvidar tampoco el fenómeno de la falta de autocontrol, con


presencia de factores psicológicos como son la impulsividad, la hiperactividad, la falta de
capacidad de concentración, la inteligencia límite del sujeto y la presencia de corrientes
contraculturales de incitación a la violencia”.

Por tanto, se pone de relieve que, aunque sigue siendo mayoritario el control jurídico-
penal sobre la población de estatus medio y bajo –con presencia creciente de menores
extranjeros no acompañados y de origen inmigrante210-, existen conductas que no
pueden explicarse por razones de exclusión social, aunque sí de “conflictos familiares,
falta de límites, permisividad e inconsistencia de pautas educativas, fracaso escolar,
consumo de tóxicos…”. Este último factor no debe infravalorarse en el caso de menores
agresores en el ámbito de la familia.

210
Por ejemplo, siempre para el año 2007, la Fiscalía de Barcelona ha registrado el triple de menores
infractores procedentes de países del Este, “especialmente de Rumania, los cuales son sometidos a
explotación por mafias de adultos, y de los que no puede decirse propiamente que estén desamparados,
por cuanto, o bien están casados o mantienen una situación de emancipación de hecho, o bien
mantienen contactos estrechos con su familia «amplia». Menores que cometen multitud de pequeños
hechos delictivos, que en ocasiones son detenidos varias veces en el mismo día y respecto de los cuales,
cuando empieza a intervenirse, desaparecen, o mejor dicho, son «trasladados» de ciudad o país por las
mafias que les explotan … no se dedican a hechos con violencia o intimidación, sino a pequeños hurtos.
Y que van desapareciendo a lo largo de la instrucción, son llevados a otros países y a otras comunidades
autónomas, menores a los que resulta muy difícil localizar y a los que pueden prescribírseles las
actuaciones, o menores, en muchas ocasiones de menos de catorce años, utilizados precisamente por
tener menos de 14 años, para evitar ser juzgados”.
154
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

En 2007, la Fiscalía Provincial de León ponía de relieve: “que la política criminal, en


contra de lo perseguido por el legislador en la última reforma, aumentando la duración
de las medidas, no influiría apreciablemente en una modificación o descenso de las
conductas infractoras de los jóvenes. No hay efecto intimidatorio ni mucho menos
preventivo. Y sí se aprecia un descenso en la edad de los jóvenes delincuentes. Algunos
especialistas se refieren a la “sensación de impunidad” o “invulnerabilidad percibida” por
los propios menores infractores”, en consonancia con diversos estudios
neurocientíficos211.

Violencia familiar

Algunas Fiscalías han indicado el aumento de las denuncias de los padres contra sus
hijos por casos de violencia. El internamiento no resulta adecuado por su posible riesgo
criminógeno de contagio. En ocasiones, si así lo aceptan ambos, los jóvenes conviven con
sus abuelos, figuras a las que, curiosamente frente a la de sus padres, siguen respetando
en algunos supuestos. En ciertas provincias el menor es destinado a los llamados “pisos
de convivencia”, junto con educadores y con otros menores en condiciones similares. En
algunas Comunidades existen programas específicos para afrontar este tipo de
conductas, como en Gipuzkoa. En Asturias se creó por la Consejería de Justicia, en
colaboración con Cruz Roja, el Programa de Terapia y Orientación Familiar con
Menores. Se trata de un recursos específico indicado para los casos menos graves o
incipientes de maltrato familiar, mediante una intervención con el menor y su familia,
con medidas educativas, psicoterapéuticas y actuaciones de orientación y apoyo. En A
Coruña se sigue desarrollando el programa «Intervención con Menores Maltratadores de
sus padres», llevado a cabo por el Departamento de Psicología de la Facultad de
Sociología de la Universidad.

Sobre el perfil criminológico de los menores que cometen violencia en el entorno


familiar, algunas Fiscalías destacan los siguientes factores: “se trata de menores

211
En la transición a la edad adulta: “Para la mayoría de los individuos, el desarrollo del cerebro en este
periodo indica unas capacidades crecientes para realizar planes personales y para llevarlos a cabo, así
como para una toma de decisiones más reflexiva. Durante esta etapa, los jóvenes están adquiriendo una
mayor capacidad cognitiva a partir de una progresiva mielinización y maduración funcional de la corteza
prefrontal” (Thornberry et al. 2013, 31).
155
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

intolerantes a la menor frustración, hijos educados de manera permisiva, a quienes los


padres les dan todo lo que ellos no tuvieron, lo que suele dar lugar a un fuerte egoísmo
que no admite negativas, prohibiciones, sacrificios o exigencias. Los enfrentamientos
surgen cuando los progenitores intentan reprimir su conducta. En la gran mayoría de las
ocasiones son las madres las que denuncian –mayor y reiteradamente víctimas, aunque
no lo denuncian hasta que se llega a un extremo-, con un gran cargo de conciencia, ya
que se hacen responsables de lo que a partir de la denuncia le ocurra al menor; además
en muchas ocasiones denuncian con la urgencia de que ese mismo día se les solucione el
problema, viniendo a pedir que se ingrese a sus hijos en un centro, o incluso solicitando
una medida de alejamiento para con el menor … Muchos de estos menores han sido
víctimas de agresión por parte de sus progenitores, especialmente de su padre, o han
sido testigos de esta violencia del padre hacia la madre”. En contraste con otros delitos
violentos en menores y, en general, con toda la criminalidad de adultos y menores, el
número de chicas agresoras es equiparable en algunas Fiscalías al de chicos.

Violencia de género

Aunque se ha avanzado en la educación por la igualdad, en estos casos, las Fiscalías


observan patrones criminógenos similares a los de los adultos: “machismo, celos
enfermizos, intento de sometimiento de la pareja…”.

Agresiones a educadores

En los centros escolares si se producen agresiones pueden llegar a considerarse como


atentados contra la autoridad, si bien se hace un esfuerzo por no llegar a judicializar los
casos, siempre que no sean casos graves y se produzca la reparación debida e intervengan
diferentes instancias socioeducativas.

La Fiscalía Provincial de Guipúzcoa informa de “las numerosas denuncias interpuestas,


en su mayoría, por los educadores y trabajadores de los centros de menores,
particularmente, de protección, dependientes de la Diputación Foral de Guipúzcoa:
insultos, amenazas, vejaciones, maltratos de obra, que terminan desembocando en

156
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

agresiones físicas o, incluso, en alteraciones colectivas del orden interno en los centros. Y
todo ello sin olvidar los cuantiosos daños que causan los menores en los citados centros
o, incluso, en los bienes particulares de los educadores y trabajadores de los mismos. En
este orden de cosas, la situación más crítica se vivió en el albergue de Segura,
dependiente de la Diputación Foral de Guipúzcoa, que fue parcialmente destruido por
un incendio. Los protagonistas de esta clase de delitos, en más del 50 por 100 de los
casos, son menores no acompañados de origen magrebí, que en el año 2007 han llegado a
Guipúzcoa en número cercano a los 200”.

En todo caso, debe fomentarse la formación de los trabajadores y el apoyo técnico, social
e institucional hacia los mismos, de manera que cuenten con los recursos necesarios.

Delincuencia cometida por bandas y grupos

Si bien las noticias al respecto pueden producir alarma social, las Memorias fiscales
entienden que el fenómeno sigue estable y controlado. Se han dado casos de grupos que
cometen delitos contra la propiedad y también peleas entre grupos de jóvenes de
diferente origen o de ideología radical.

Por otra parte, según la Fiscalía de Barcelona “tras la «legalización» de un grupo de


«Latin Kings», a través de la Asociación de Reyes y Reinas Latinas en Cataluña, inscrito
en el Registro de Asociaciones, con unos «portavoces» que, al parecer, expresan la
opinión de gran parte de sus integrantes, han dejado de ser noticia y han dejado de
cometerse hechos delictivos por dichos grupos. El proceso ha continuado con el grupo de
los «Ñetas», a los que igualmente se les ha proporcionado una Asociación Cultural. En
realidad no se trata de ninguna legalización, de lo único que se trata es de proporcionar
un espacio donde se respeten todos los derechos, en el que puedan participar chicos con
una determinada estética… la Policía sigue investigando sus actuaciones y, como sea que
actualmente tienen un espacio público y legal donde participar, están controlados, se
hace un seguimiento continuo de los mismos, en los barrios más conflictivos la Policía
patrulla visiblemente para que nadie se haga dueño de ningún espacio público, se realiza
una política preventiva en centros escolares e institutos, y, por razones de edad, muchos

157
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

de sus integrantes ya no son menores, sin que se aprecie que tengan capacidad para
captar gran número de menores, mientras no se les haga publicidad, puesto que darles
publicidad es completamente contraproducente”.

La violencia identitaria de ciertas bandas de minorías de origen inmigrante coincide, en


ocasiones con la de carácter gratuito y lúdico. Una Fiscalía relata el caso de un joven que,
en el día que cumplía 17 años, “adquirió una navaja y sobre las 3 de la madrugada se
apostó en una calle céntrica dirigiéndose a una persona que en ese momento pasaba por
allí y sin mediar palabra le asestó una puñalada que por suerte sólo causó lesiones que no
fueron graves. Del modus operandi se deducía la posibilidad de que los hechos fueran
para demostrar su valor delante de ese grupo que se estaba formando y que el menor
frecuentaba”.

Sobre la respuesta penal, para determinadas Fiscalías, “la sola aplicación del Derecho
Penal como sistema de solución de problemas revela tres lagunas (Goldstein, 1990):

1) etiquetar el problema bajo una sola respuesta legal desdibuja diferencias importantes
que ayudarían a desarrollar respuestas efectivas;

2) utilizar este esquema implica que la respuesta se centre en el arresto y la acusación de


forma primaria cuando, a pesar de su utilidad cuando son necesarios, el castigo sucede
cuando el daño ha sido ya causado y tiene sólo un reducido impacto en la prevención de
los comportamientos dañosos recurrentes;

3) muchos de los comportamientos no entran dentro del marco concreto de la norma


penal y, sin embargo, tienen incidencia negativa evidente en el marco de la comunidad.

Una vez detectado el problema y procedido a su análisis (que incluya la comprensión de


los aspectos referentes a los afectados, incidentes y las reacciones y la determinación de
las metas y objetivos), procede la adopción de respuestas, su implantación y el desarrollo
de procesos de evaluación de resultados. El elenco de respuestas es muy amplio y puede
incluir, entre otras, las siguientes ocho estrategias:

158
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

1) concentrar la atención en el grupo reducido de individuos que normalmente muestran


una desproporcionada incidencia del problema;

2) fomentar la coordinación de los distintos servicios, públicos y privados;

3) utilizar sistemas de mediación y negociación;

4) difundir la información;

5) movilizar a la comunidad;

6) utilizar las formas de control social existentes (como el derivado de las relaciones
parentales, escolares, laborales o de la pertenencia a una comunidad religiosa);

7) desarrollo de formas de autoridad intermedia para crear mecanismos de intervención


que ayuden a detener la escalada hacia el comportamiento criminal;

8) utilizar el sistema de justicia penal sólo cuando resulte apropiado, incluyendo la


sencillez en las formas de investigación, detención y proceso, protocolos y líneas de
actuación definidos, tipificación adecuada de conductas, intervenciones que no siempre
impliquen privación de libertad”. La respuesta rápida, sin esperar a una escalada de la
violencia, y el control del líder o dirigente de la banda parecen estar entre las respuestas
más adecuadas.

Por otra parte, sin que lleguen a ser bandas sí tienen probablemente mayor importancia
numérica –especialmente si considerásemos la cifra negra- los actos vandálicos por
grupos de jóvenes nacionales en las noches de fin de semana, vinculados al consumo de
alcohol y drogas, en forma de violencia gratuita e interpersonal.

Delincuencia juvenil y nuevas tecnologías

159
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Se están dando casos de menores que comenten “delitos contra el honor, la intimidad
personal y contra la propia imagen o delitos de descubrimiento y revelación de secretos
en concurso, generalmente, con otro u otros delitos o faltas de injurias, realizados
mediante los ordenadores, a través de comunicaciones electrónicas y mediante
fotografías y videos grabados utilizando teléfonos móviles, que luego son colgados en
Internet”.
Estos hechos se caracterizan por la dificultad en su investigación respecto de la
identificación del autor y, de forma preocupante, por la victimización síquica que
producen (vergüenza, depresión…), especialmente, en las víctimas chicas. Además, no
siempre es fácil conseguir el cese de la difusión.

Robos y hurtos de uso

Algunos fiscales denuncian ciertas situaciones de impunidad. En muchos casos, al ser


acusados de cometer determinado tipo penal, los menores conocen que siempre serán
condenados a medidas no privativas de libertad y “que además, aunque las quebranten,
nunca se les podrá sustituir dicha medida por una medida de internamiento en régimen
semiabierto porque la Ley no lo permite por exigencia de los principios de legalidad y
proporcionalidad”.

Delincuencia juvenil y minorías étnicas y de origen inmigrante

Aun cuando el Ministerio Fiscal opera con dos Secciones distintas (Menores y
Extranjería), se propugna una colaboración intensa, especialmente, respecto de la
determinación de la edad en los casos dudosos212 y la tramitación de los expedientes

212
La determinación de la edad es crucial para dilucidar si, en su caso, debe ir a la jurisdicción penal de
adultos o de menores. Según la Fiscalía General del Estado, en su repetidamente citada Memoria
relativa a 2007: “La prueba más utilizada es la controvertida radiografía de muñeca y mano izquierda
(método Greulich-Pyle) para su comparación con unas tablas previamente elaboradas para estudios
estadísticos sobre crecimiento de estos huesos a diferentes edades, cuyo margen de error oscila entre
los 6 y los 24 meses. La discutible validez de este método, que está fundado en tablas o atlas de
contraste elaborados en los años 30 del siglo XX respecto de la población europea o norteamericana de
raza blanca, se agrava si tomamos en cuenta que en muchas provincias españolas los informes de
interpretación de los resultados de las pruebas no son realizados por médicos forenses expertos en la
materia sino por los mismos médicos de Urgencias de los Hospitales donde se practican, que muchas
veces carecen de la debida especialización y del tiempo necesario para profundizar en sus informes. La
160
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

repatriativos (para su reagrupación familiar o para ser asumida su guarda por los
servicios competentes de protección de menores de sus países de origen). Según datos de
la Comisaría General de Extranjería, en 2007 se han ejecutado 18 repatriaciones de
menores extranjeros no acompañados (13 marroquíes y el resto de Ucrania, Paraguay,
Bolivia y Colombia). Ello supone un gran descenso, respecto de las 111 ejecutadas en 2006,
justificable por la dificultad de obtener información precisa sobre los padres o los
servicios de protección de su país213; por la complejidad de los propios procedimientos
burocráticos de repatriación; y por la falta de acuerdo jurisprudencial respecto de la
necesidad de audiencia del menor (art. 92. 4 RE).

Sobre la delincuencia juvenil general, diversos autores han advertido un cambio


paulatino en los perfiles sociodemográficos y de género, de manera que la presencia de
jóvenes de clase-media y alta y de mujeres estaría aumentando. No existen estudios
claros al respecto y serían necesarias investigaciones concretas por cada tipo delictivo. Si
entre los años cincuenta a setenta, la palabra clave de la delincuencia juvenil era la
inadaptación, hoy la preocupación se centra en el uso de la violencia214, que, como se ha
dicho anteriormente, quedan desplazados. En todo caso, son extrapolables diferentes
conclusiones relativas a la actuación violenta en grupo, donde se diluye la
responsabilidad y se refuerza una identidad o sentimiento de pertenencia que la sociedad
no es capaz de ofrecer y/o que el joven, con ciertos déficits en su personalidad215, prefiere
no buscar. Se resalta la socialización de estos jóvenes a través de su familia y su grupo de
amigos, más que la escuela o los medios de comunicación.

solución de este problema es muy complicada toda vez que las alternativas existentes además de que
no son absolutamente fiables, tienen un costo muy elevado y son muy lentas en su realización. En este
sentido, en algunas regiones (Orense y Guipúzcoa) se llevan a cabo ortopantomografías (radiografías
panorámicas de ambos maxilares) que valoran la edad tomando en consideración el desgaste de dientes
y muelas. Se utiliza para contrastar y depurar los resultados preliminares derivados del estudio de la
radiografía común de muñeca y mano”.
213
En parte, esta dificultad puede salvarse mediante la firma de convenios, como el suscrito entre el
Reino de España y el Reino de Marruecos sobre Cooperación en el Ámbito de la Prevención de la
Emigración Ilegal de Menores No Acompañados, su Protección y su Retorno Concertado, firmado en
Rabat el 6 de marzo de 2007.
214
En referencia a grupos como los skin heads, algunos autores se han referido al "desequilibrio en la
constelación de identidades" que provoca una falta de confianza en las instituciones sociales tradicionales
en el seno de una sociedad que, simultáneamente, exige una mayor confianza en uno mismo. Para una
investigación empírica en España sobre la relación entre las víctimas y los autores de delitos relacionados
con la violencia xenófoba, vid. Jabardo (1996). Cfr. Malewska-Peyre (1991).
215
Rasgos de autoritarismo o dogmatismo.
161
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Otra causa de alarma social es la llamada violencia gratuita protagonizada por algunos
jóvenes. Creemos que todo acto de violencia, por rechazable y absurdo que pueda
parecer, tiene un significado para su autor. En este sentido, frente al concepto de
violencia instrumental o incidental resulta más correcto el término de violencia
simbólica o expresiva que violencia gratuita. Diversos actos protagonizados por jóvenes,
en el escenario escolar, deportivo o de ocio propio del fin de semana, expresan, aunque
de forma errónea, su búsqueda de identidad (incluso sexual), de emociones fuertes, su
no aceptación de los límites, su frustración...

Las distintas teorías sobre la delincuencia juvenil han ofrecido siempre una visión parcial
del fenómeno, siendo necesaria su integración y validación a través de estudios
empíricos desarrollados en nuestro país con población masculina y femenina, que
permitan verificar las teorías ecológica, estructural-funcional (oportunidad diferencial),
subcultural, del etiquetaje y neutralización, del control (informal), etcétera.

3. Políticas de prevención e investigación científica

Dentro de la prevención primaria deben incentivarse cambios estructurales que ofrezcan


mayores oportunidades a los jóvenes y apoyo a sus padres, así como deslegitimar la
violencia a través de las instituciones, escuelas y medios de comunicación. Por otra parte,
quedan todavía por evaluar más profundamente proyectos de prevención temprana. En
todo caso, parecen necesarios espacios para posibilitar la disidencia (incluso ruidosa pero
nunca violenta), propia de la edad, y para facilitar puntos de encuentro entre jóvenes de
diferentes estratos y culturas que eviten prejuicios y estereotipos.

La prevención secundaria estaría centrada más específicamente en los grupos de riesgo a


través de actuaciones con familias y escuelas concretas. En la prevención terciaria
debería impulsarse el modelo garantista responsabilizador, donde los intereses de las
víctimas no se vean en contradicción con los intereses de los menores, como demuestran
diversos programas existentes (Varona 1998).

162
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Thornberry et al. (2013, 39-40), concluyen su estudio sobre las transiciones delictivas de
la siguiente manera: “Tal vez uno de los temas fundamentales de la política criminal y
preventiva, al que habría que atender en años venideros, es al análisis de las consecuencias
criminogénicas que a largo plazo pueden tener las transiciones vitales desordenadas o
fuera de edad. Por ejemplo, experiencias como haber fracasado en la finalización de la
escuela secundaria, o una paternidad adolescente, pueden tener efectos perjudiciales graves
y prolongados para el individuo y su familia. Lo anterior sugiere, en primer término, la
conveniencia de desarrollar programas de prevención eficaces para reducir la incidencia
perjudicial de estas transiciones precoces. Tales intervenciones preventivas, no solo pueden
contribuir, en general, a mejorar el nivel educativo de los individuos y a favorecer un
proceso más maduro de constitución familiar, sino que también podrían tener otros efectos
positivos muy relevantes aquí, como una reducción de la prevalencia y frecuencia delictivas
durante las etapas de la juventud y la adultez temprana. Obviamente, las iniciativas
preventivas en las direcciones señaladas no serán siempre completamente exitosas. Por
ello, también sería muy importante crear servicios específicos, cuyo cometido sea reducir o
amortiguar las posibles consecuencias negativas futuras que podrían precipitarse sobre
aquellos jóvenes que abandonan la escuela o que devienen padres adolescentes (o que
experimentan alguna otra suerte de transición vital especialmente problemática).
Igualmente, la investigación y las teorías comentadas aquí, también avalan la
consideración de que los programas de intervención temprana podrían comportar
importantes beneficios preventivos a largo plazo. Por último, como se ha puesto de relieve,
la criminología contemporánea ofrece un espectro completo de teorías estáticas y
dinámicas bien desarrolladas, que permiten explicar las diferencias en las trayectorias
infractoras que se producen durante la transición a la edad adulta. Sin embargo, el hecho
mismo de que existan distintas trayectorias delictivas, requiere a las teorías a dar una
explicación más completa sobre la maleabilidad y cambio del comportamiento antisocial.
Aunque los investigadores y criminólogos académicos claramente se decantan por la
necesidad de explicaciones teóricas dinámicas (más que estáticas), que tomen en cuenta la
plasticidad de la conducta delictiva a lo largo del tiempo, en función de los múltiples
factores cambiantes de la vida, tales perspectivas apenas han comenzado a difundirse en el
discurso más popular y en las políticas públicas, que tienden en general a interpretar la

163
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

conducta delictiva como un rasgo invariable y a percibir al conjunto de los delincuentes


como manifiestamente irrecuperables.
La conclusión de que puedan producirse cambios sustanciales en las trayectorias delictivas
individuales (lo que realmente constituyen la regla habitual) debería tener implicaciones
renovadoras, y en cierto sentido revolucionarias, tanto para las percepciones de los
ciudadanos acerca del delito, como, más aún, para los gestores públicos en esta materia.
Siendo norma general la plasticidad y el cambio de la conducta delictiva durante el periodo
de la adolescencia y la juventud, carece de justificación racional y empírica la aplicación de
sanciones prolongadas, o permanentes, a los delincuentes jóvenes. En Estados Unidos y
otros países (no pocos), políticas penales tales como la cadena perpetua sin posibilidad de
libertad condicional, o la incapacitación o privación permanente de derechos civiles,
estarían presuponiendo que la criminalidad es una especie de rasgo personal fijo y estable,
que cristaliza en las primeras etapas de vida y resulta casi inmutable a partir de entonces.
Sin embargo, las revisiones teóricas y la investigación empírica aquí realizada pone en tela
de juicio tal presunción, y sugiere más bien que el cambio de la conducta delictiva es lo más
habitual y probable”.

4. Justicia restaurativa en el campo de la justicia de menores216

En la constatación de que la intervención penal en ocasiones arroja más problemas que


soluciones, y recogiendo algunas tesis de las teorías del etiquetaje, las diferentes
alternativas a la prisión han tenido casi siempre su comienzo en la jurisdicción penal de
menores para, luego, extenderse a la de adultos. Así ha ocurrido también con los
programas de justicia restaurativa.

En el ámbito del Consejo de Europa y de las Naciones Unidas se han promovido textos
normativos sobre justicia restaurativa particularmente para menores infractores, según
se detalla a continuación de forma no exhaustiva.

NACIONES UNIDAS

216
Extraído de Varona (2014).
164
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

-Convención sobre los derechos del niño de 1989.


-Reglas mínimas para la administración de la justicia de menores de 1985 (Reglas de
Pekín).
-Directrices para la prevención de la delincuencia juvenil (Reglas de Riad).

CONSEJO DE EUROPA (COMITÉ DE MINISTROS)

-Recomendación (1987) 20 sobre las reacciones sociales ante la delincuencia de menores.


-Recomendación (2003) 20 sobre nuevas formas de tratar la delincuencia juvenil y sobre
la función de la justicia de menores.
-Directrices sobre una justicia favorable a los niños, adoptadas el 17 de noviembre de 2010
(Memorandum explicativo de 31 de mayo de 2011).

Centrándonos en la política criminal y el derecho comparados, así como de la


investigación empírica, cabe destacar que, en 2013, se publicó la obra Promoting
restorative justice for children (Naciones Unidas, 2013). Anteriormente, en 2009, se
celebró el I Congreso Mundial de Justicia Juvenil Restaurativa en Perú que dio lugar a la
llamada Declaración de Lima.

En el portal de la UE sobre el estado de la mediación en la justicia penal de menores en


España se indica que, para este tramo de edad (de 14 a 18 años), la mediación está
expresamente normada en la LORRPM como medio para alcanzar la reeducación del
menor. En este ámbito la mediación la realizan los equipos de apoyo a la Fiscalía de
Menores, aunque también puede realizarse por organismos de las Comunidades
Autónomas y otras entidades como asociaciones. Las diferentes evaluaciones de los
planes de justicia juvenil en el País Vasco, por ejemplo, dan cuenta del incremento
creciente de estos procesos restaurativos, si bien sería necesario analizar su naturaleza e
impacto con datos adicionales más completos, tal y como tuvimos ocasión de comentar
en la mesa redonda del Congreso.

Por otra parte, aunque no exista regulación expresa –y como suele ser habitual en
muchos procesos restaurativos, particularmente en sus inicios-, existen experiencias de

165
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

justicia restaurativa en la fase de la ejecución de la medida en un centro de


internamiento, salvando las posibles limitaciones sobre los delitos más graves o la
reincidencia. Asimismo, y también sin regulación expresa, se han ido desarrollando
procesos más restaurativos con menores, siguiendo el ejemplo iniciado en Nueva Zelanda
en 1989 –dirigido a jóvenes de minorías sobrerrepresentadas en la justicia penal-, con
conferencias y círculos, particularmente en Catalunya (Guardiola, Albertí, Casado,
Martins y Susanne, 2012). Por otra parte, cabe destacar las iniciativas o proyectos
híbridos en el campo de la convivencia escolar y la prevención de los conflictos.

La justicia restaurativa se entiende especialmente adecuada con menores infractores


porque supone evitar su estigmatización, centrándose en su responsabilidad activa de
forma que puedan prevenirse otros conflictos en el futuro (Walgrave y Zinsstag, 2014).
Esta visión se relaciona con el modelo más amplio de justicia juvenil positiva promovido
por el Centro de Investigación y Evaluación del John Jay College of Criminal Justice de
Nueva York.

A modo de ejemplo podemos pensar en el caso real de unos menores que quemaron una
vivienda y que, además de reparar económicamente –cuestión que, en lo que respecta a
la responsabilidad civil, va a recaer sobre sus progenitores-, deciden comprometerse
activamente en una reparación simbólica o de petición de disculpas que, en este caso
concreto, interesa también a la víctima. En otros casos, la reparación se materializa en
una prestación personal, en el sometimiento a una terapia o programa o en la promesa
de fomentar o evitar determinadas conductas. No obstante, existe un riesgo real, como se
indica en algunos estudios, de que la interpretación del interés del menor infractor
convierta los procesos en mínimamente o nada restaurativos, siguiendo la clasificación
de Howard Zehr (2002). En este sentido cabe buscar un entendimiento restaurativo del
interés del menor, víctima y/o autor, lo que supone pasar, en determinados casos, de un
enfoque de vulnerabilidad a otro de interseccionalidad e interdependencia. Quizá este
último enfoque ha sido más estudiado en la complejidad de la violencia contra los
progenitores (Daly y Nancarrow, 2009).

166
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Por otra parte, dentro de las formas innovadoras de justicia, cobran creciente
importancia las iniciativas de justicia terapéutica, con enfoque restaurativo, para
menores infractores con problemas de salud mental (Shufelt y Cocozza, 2006).

En la justicia penal juvenil los procesos restaurativos también aportan beneficios a las
posibles víctimas menores porque, aunque se ha ido aumentando las posibilidades de
participación de las víctimas en el campo de menores, dicha participación no satisface
cuestiones relativas al protagonismo real, la evitación de la victimización secundaria y los
intereses de las víctimas en ser reparadas, más allá de lo económico. En todo caso, aquí
también existe el riesgo de una falta de equilibrio entre los derechos de las personas
víctimas e infractoras (Eliaerts y Dumortier, 2002), cuando ambos son menores, bajo una
visión antagónica, promovida por los intereses mediáticos y políticos, particularmente en
delitos graves.

Existen diferentes estilos de justicia restaurativa. No obstante, para denominar una


práctica como mayor o totalmente restaurativa, deben darse los siguientes cuatro
elementos distintivos en el campo penal, también de menores, que exigirían una mínima
regulación que no encorsete su carácter innovador:

a) autonomía personal interdependiente (víctimas y/o victimarios),


b) diálogo (encuentro flexible para intercambiar razones y emociones),
c) apoyo público y social (facilitadores, operadores jurídicos, comunidad),
d) reparación de daños personales, interpersonales, sociales…

Asimismo sería deseable una mayor transparencia en la práctica mediante la promoción


de evaluaciones e investigaciones que permitan la identificación de factores que
constituyen contextos inhibidores o favorables de los procesos mayor o totalmente
restaurativos (Igartua, Olalde y Varona 2012), según se detalla a continuación:

A) Contextos inhibidores:
-Actitudes negativas, vulnerabilidades preexistentes y aislamiento social de los posibles
participantes.

167
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

-Respuestas retributivas automáticas ante posibles incumplimientos.


-Ausencia de formación interdisciplinar en los facilitadores y equipos.
-Carácter burocrático del proceso si sólo se dirige a la agilización o acoplamiento
respecto de la administración de justicia convencional.
-Carencias normativas y disparidad de criterios.
-Desconexión con el tejido comunitario del lugar donde se presta el servicio de justicia
restaurativa.
-Desconexiones (inter)profesionales e (inter)institucionales.
-Falta de educación cívica para una cultura jurídica basada en el carácter
interdependiente e indivisible de los derechos humanos de todas las personas afectadas
por la justicia penal.
-Instrumentalización de los intereses de los participantes (utilización corporativa,
política o partidista de los programas de justicia restaurativa).
-Visión estereotipada o alarmista, relativa a la delincuencia y la victimización, por parte
de los medios de comunicación.

B) Contextos favorables:
-Enfoque inclusivo respecto de los tipos penales y los perfiles sociodemográficos de las
personas participantes.
-Disponibilidad de instrumentos de empoderamiento individual y de desarrollo de
competencias sociales a corto, medio y largo plazo.
-Posibilidad de abordar o aminorar las circunstancias de fondo.
-Innovación en tipos de procesos restaurativos adecuados a cada caso concreto.
-Entendimiento común de la justicia restaurativa por los diferentes operadores jurídicos,
gestores públicos y sociedad.
-Normativa básica y modulación flexible.
-Financiación pública estable.
-Estatus definido de las personas facilitadoras.
-Existencia de una agencia pública de coordinación, apoyo, supervisión y evaluación.
-Apertura a la investigación científica y las evaluaciones externas.

168
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

El Foro Europeo de Justicia Restaurativa, entidad científica y asociativa que promueve


esta forma de justicia, en 2013 y 2014 indicaba que es una forma de inspirar la innovación
en este campo. Sólo mediante una mirada crítica interdisciplinar, interprofesional y
participativa será posible.

5. Conceptos clave de la lección

-Transición delictiva.

-Interés del menor.

-Criminología del desarrollo.

-Mielina.

169
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN X. LA PERSPECTIVA TERRITORIAL (1) Y DE GÉNERO: LAS POLÍTICAS


MUNICIPALES ENTRE LA GLOBALIZACIÓN Y LA LOCALIZACIÓN217

1. Introducción

Cuando surgió la Criminología, a finales del siglo XIX, influida por el darwinismo y el
desarrollo de las ciencias naturales, la mayor parte de los criminólogos –todos eran
hombres entonces218- creían firmemente que era posible validar empíricamente una serie
de hipótesis acerca de las causas de la delincuencia con el fin de erradicarla. Hoy, las
personas que se dedican a la Criminología, son menos ingenuas y controlan mejor sus
prejuicios. Con un concepto más elaborado y complejo de la delincuencia y de los
factores de riesgo y protección frente a ella, tras numerosos estudios empíricos y marcos
teóricos –incorporando la perspectiva victimológica y preventiva-, desde la Criminología
se ofrece un conocimiento más modesto y, paradójicamente, más completo.

¿Qué tiene que ver todo lo anterior con el urbanismo desde la visión de las mujeres,
particularmente respecto de la seguridad? Este texto explora las posibles respuestas a
esta pregunta desde un enfoque interdisciplinar, de carácter participativo y preventivo
local. Las fuentes utilizadas para ello se encuentran básicamente en el informe de 2010
sobre Programa y en la experiencia del desarrollo de una auditoría local de seguridad
(ALS) en el municipio de Barakaldo en 2011219.

Se pretende aportar algunos elementos del conocimiento criminológico y victimológico


que amplíen el debate actual sobre urbanismo con perspectiva de género220. Se trata de
relacionar dicho conocimiento221 con la perspectiva de género en el urbanismo, es decir,
con el enfoque de igualdad ciudadana sobre el tema de mujeres y ciudad y,
particularmente, de mujeres y seguridad en la ciudad. Una mirada más amplia quizá
permita evitar conceptos populistas, reduccionistas y/o manipulables, respecto de los

217
Adaptación de Varona (2012).
218
Paralelamente, de forma general y como en otras ciencias empíricas, validaban sus teorías sobre
muestras formadas exclusivamente por hombres. Este hecho ha perdurado hasta tiempos recientes.
219
Sobre el primero, vid. Varona (2011). El segundo fue publicado a comienzos de 2012.
220
Es por ello que hablamos de perspectivas para evitar caer en la asunción de que los intereses y
expectativas de las mujeres son siempre opuestos a los de los hombres y de que constituyen un bloque
monolítico sin posibilidad de divergencia entre ellas mismas.
221
Particularmente dentro de la Victimología crítica y feminista.
170
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

verdaderos intereses y derechos legítimos de las mujeres víctimas, en el diseño de las


políticas penales actuales. No se trata sólo de mejorar una herramienta metodológica,
sino de incidir en la mejora real de la seguridad cotidiana de la población en general.

Como se señala en el Foro Europeo para la Seguridad Urbana, organismo que agrupa
diferentes municipios de Europa, la escala municipal resulta fundamental para entender
la política criminal en acción y formular estrategias preventivas acordes con los derechos
humanos.

Partiendo de una distribución desigual del derecho a la seguridad, los movimientos a


favor de los derechos de las víctimas, particularmente el feminista, han hecho esta
desigualdad visible –tanto en el ámbito público como privado- y han propuesto una serie
de políticas públicas y estrategias concretas para lograr la igualdad formal222 y material.
Uno de los retos actuales es ampliar la mirada sobre el concepto de seguridad para evitar
la manipulación de los verdaderos intereses de las víctimas y el populismo punitivo.

La preocupación por la seguridad se ha incrementado de forma espectacular en los


últimos años. Sin embargo, los estudios empíricos nos dicen que esa preocupación no se
corresponde con un incremento correlativo de los índices de delincuencia y
victimización, incluyendo los estudios sobre la cifra negra o la victimización oculta223. Se
resalta así las divergencias entre las dimensiones subjetivas y objetivas de dicha
preocupación, sin que, por el momento, puedan ofrecerse explicaciones satisfactorias
generales para los diversos grupos de población.

Ello se relaciona con numerosos estudios, desde diversas perspectivas –Urbanismo,


Psicología social, Criminología, etc.- que ponen de relieve que las ciudades224 son más

222
Basta recordar el uxoricidio.
223
Si bien, éstos siempre serán imprecisos, particularmente en algunos delitos contra las mujeres tanto en
la vía pública, como en espacios privados –incluyendo no sólo la violencia doméstica, sino también en los
lugares de trabajo-, así como los relativos a la delincuencia organizada a escala transnacional –piénsese,
por ejemplo, en el delito de trata-. Por último, no cabe olvidar los espacios virtuales en Internet.
224
Por comparación con otras grandes metrópolis, en el caso vasco no contamos con grandes urbes. Esta
cuestión ha de considerarse cuando se realizan estudios de caso o se trata de extrapolar las conclusiones
de otras investigaciones urbanas. Por otra parte deben estudiarse de forma interrelacionada los procesos
de urbanización, industrialización, migración, surgimiento de Criminología y expansión de la prensa
como factores que configuran el problema social del miedo al delito.
171
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

emancipadoras que opresivas para las mujeres, sin perjuicio del riesgo de crear guettos225.
Steven Pinker ofrece el dato de que el índice de asesinatos en las comunidades Inuit es
muy parecido al de los barrios más peligrosos de Detroit (2011). También subraya que la
empatía y la mayor participación de las mujeres en la sociedad contribuyen a menores
índices de violencia porque se da una mayor sensibilidad y rechazo hacia la misma.

2. Origen, desarrollo y marco teórico de las auditorías de seguridad

Las autorías locales de seguridad, cuyo origen se encuentran en las auditorías o


diagnósticos de seguridad de las mujeres iniciadas a finales de los años ochenta en
Canadá y que actualmente promueven diferentes organismos internacionales, pretenden
recoger toda la información disponible sobre problemas relacionados con la delincuencia
y la victimización en una localidad concreta, incluyendo una metodología participativa,
para analizarla y proponer y evaluar medidas preventivas concretas.

La auditoría de seguridad de las mujeres fue diseñada originalmente por el Metropolitan


Action Committee on Violence Against Women and Children ( METRAC ) (Comité
Metropolitano de Acción sobre la Violencia Pública hacia la Mujer y los Niños) en
Toronto para uso de las mujeres con el propósito de empoderamiento y creación de
comunidades más seguras226. Hoy en día las auditorías de seguridad han sido evaluadas
como una práctica prometedora en materia de intervención y prevención de la
delincuencia y la victimización y su práctica se promueve en los diferentes continentes227.

Desde un punto de vista teórico, la preocupación por la seguridad urbana bebe de las
perspectivas de la llamada Criminología ambiental (Vozmediano y San Juan 2010),
heredera de la Escuela Cartográfica o Estadística moral y de la Escuela de Chicago, junto
con los resultados de las investigaciones criminológicas y victimológicas más recientes.

225
Sobre la realidad francesa y la creación de chivos expiatorios sobre determinados grupos de población
extranjera, vid. Muchielli.
226
Información extraída del Centro virtual de conocimiento sobre la violencia contra las mujeres en
http://www.endvawnow.org/?ciudades-seguras&menusub=490&id=2528&haga-preguntas-sobre-la-
seguridad-de-las-mujeres-en-la-ciudad.
227
En el País Vasco tenemos los llamados mapas del miedo, de la ciudad prohibida o de puntos críticos,
desde una perspectiva de género. Sin embargo, su enfoque no es tan ambicioso como el de las auditorías,
las cuales, en todo caso, habrán de tenerlos en cuenta.
172
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Medina sitúa en 1938, en el ensayo de Louis Wirth sobre el urbanismo como modo de
vida, las bases de la Sociología urbana contemporánea y el pensamiento criminológico
ambiental o ecológico (2010). Para este autor, el nivel de análisis no son los individuos,
sino los hábitats y, en concreto, el contexto urbano, en que se explora la distribución e
interacción de objetivos (víctimas), infractores y oportunidades en diferentes franjas
horarias y zonas. Se relaciona con las teorías de la actividad rutinaria que se centra en la
concurrencia, en el espacio y en el tiempo de las rutinas diarias, de un posible infractor
con una víctima apropiada y una ausencia de control (Cohen y Felson 1979). Esta teoría
supone una precisión respecto de las teorías generales de la oportunidad y de la elección
racional que explican que el infractor toma la decisión de delinquir buscando su
beneficio, si bien la racionalidad de dicha decisión depende del tiempo concreto, las
habilidades cognitivas del infractor y la disponibilidad de información relevante (Cornish
y Clarke 1986).

Por su parte, la Victimología crítica pretende observar científicamente los procesos


complejos, dinámicos y muy diversos de la criminalidad, la victimización y la
criminalización (Walklate 1992), así como su construcción cultural en relación con la
vulnerabilidad social. Esta perspectiva teórica permite conjugar las implicaciones micro,
meso y macro del estudio de la criminalidad y salvar determinados obstáculos que se nos
plantean al preguntarnos cómo definir la inseguridad y el miedo; cómo establecer si el
miedo es fundado, proporcional y razonable, siguiendo los términos de la cita
introductoria; cuál es el impacto personal y social del miedo; si es sólo un problema
urbano; o si el estudio del miedo al delito realmente redundará en la democratización del
espacio urbano228.

Debe subrayarse el riesgo de enfocar el problema de la delincuencia en determinados


tipos delictivos y en determinados contextos, olvidándose de los delitos de cuello blanco,

228
Debe considerarse el manejo de este concepto realizado, en gran parte, por los urbanistas, así como
su recepción en la teoría política y la Psicología social. Sobre acciones prácticas en torno al concepto de
“democracia local”, deben resaltarse las actividades de la Comisión de Descentralización y Autonomía
Local de CGLU (Ciudades y Gobiernos Locales Unidos).

173
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

la criminalidad organizada, la cibercriminalidad o la violencia doméstica, es decir, de los


delitos menos visibles en la vía pública. Al mismo tiempo, debe distinguirse entre ilícitos
penales y otro tipo de actividades sancionadas civil y/o administrativamente o
simplemente molestas –apreciándose cierto punitivismo en las propias ordenanzas
municipales-.

Podemos ilustrar el desarrollo del marco teórico del que se nutren las auditorías de
seguridad, en relación con la preocupación por la seguridad, de la siguiente manera
(Varona 2011):

Genealogía
del
término
“miedo al delito”

Contexto socioeconómico y
Científica: Política criminal/victimal:
político:
Victimología moderna, Seguridad, proximidad y Medios de comunicación
Urbanización, inmigración,
feminista; Criminología realista, participación (movimientos
globalización y nuevas
ambiental y cultural ciudadanos)
tecnologías

Con base en la revisión bibliográfica de dichas tradiciones teóricas, en las auditorías se


parte de los siguientes seis principios:

1. No existe sociedad libre de delito ni de miedo al delito, pero sí contextos en que puede
reducirse la victimización, incluyendo la anticipada, y proporcionar recursos efectivos,
individuales, relacionales, ambientales y estructurales, para una adecuada
desvictimización, contemplando el derecho a la seguridad humana de forma
interdependiente.

2. Las personas, particularmente las mujeres por razones obvias, temen más sufrir un
delito violento causado por desconocidos en la vía pública que por conocidos o

174
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

familiares, pero los estudios sobre la realidad delictiva indican que el riesgo objetivo es
mayor respecto de conocidos o familiares229.

3. El miedo al delito y, especialmente la seguridad, no compete única ni principalmente


a la policía porque depende de numerosos factores interrelacionados que le son ajenos o
difícilmente controlables. Por ello, un incremento de la percepción de inseguridad no es
un síntoma de fracaso en la gestión policial.

4. La seguridad como riesgo objetivo de victimización puede medirse, con márgenes de


error, si se parte de modelos complejos que interrelacionan variables individuales,
contextuales y sociales de diversa índole.

5. La medición del miedo al delito (o si se prefiere de las “percepciones de inseguridad”)


o la precupación por la victimización230 resultará siempre más compleja porque el miedo
al delito es un fenómeno subjetivo, mucho más difícil de fotografiar y, por tanto, no
resulta adecuado hablar de sus causantes. Con todo, el contraste entre el riesgo objetivo
y el riesgo percibido de victimización a través de representaciones cartográficas resulta
un instrumento metodológico interesante. Permite incluir la variable temporal y
múltiples correlaciones con variables sociales.

6. La seguridad, tanto en su dimensión subjetiva como objetiva, se encuentra


desigualmente repartida en la sociedad e influye en el comportamiento cotidiano. Los
factores de riesgo, protección, recuperación y restauración deben contextualizarse para
los distintos grupos de población y relaciones sociales.

Generalmente, tras establecerse un grupo coordinador de la auditoría y un plan de


acción, una auditoría de seguridad comienza con un grupo de miembros de la
comunidad reunidos para hablar sobre los espacios de su comunidad que se perciben
como inseguros. Los grupos de auditoría de seguridad generalmente trabajan mejor

229
En todo caso, algunos estudios con entrevistas en profundidad sobre el riesgo de las mujeres a sufrir
delitos de carácter sexual parecen apuntar a que el miedo no es exagerado (McLaughlin y Muncie 2001,
118-9).
230
Con este término se engloba también a los delitos de cuello blanco, menos visibles cuando se habla de
miedo ya que no suponen violencia, al menos tal y como se entiende de forma tradicional.
175
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

cuando hay diversidad de integrantes y por lo tanto representan una variedad de


inquietudes sobre seguridad (WISE, 2005, 13). Una vez que el grupo de auditoría de
seguridad haya seleccionado un lugar inseguro, se organizan marchas exploratorias hasta
el lugar y se toman nota de los factores o características que ellas piensan que lo hacen
inseguro (generalmente con ayuda de una lista de control), a diferentes horas del día,
debatiendo con otros agentes implicados una serie de propuestas que se contrastan con
otras fuentes de información.

El uso de cámaras fotográficas permite ayudar a los grupos a comunicar sus opiniones y
sus inquietudes a una audiencia más amplia. Además: “la índole práctica del proceso le
confiere un realismo que los vecinos suelen encontrar más atractivo que una sala de
reunión, y los participantes parecen pasar naturalmente de los problemas a las
respuestas”.

3. La polémica integración de las auditorías de seguridad de las mujeres en las


auditorías locales de seguridad: ¿Supone la transversalidad una vuelta a la
invisibilidad?

Como indica Anne Michaud231, la perspectiva de género para la igualdad en cualquier


política pública implica al menos ocho pasos:

1. Obtener datos desglosados por género en función de la problemática estudiada.


2. Establecer las diferencias debidas al género.
3. Analizar las causas de estas diferencias (en particular las causas sistémicas).
4. Formular objetivos específicos para eliminar estas diferencias.
5. Elaborar indicadores que permitan medir la reducción de las diferencias
(evaluación).
6. Identificar los recursos necesarios para ello.
7. Instrumentar estrategias para reducir estas diferencias.
8. Llevar a cabo evaluaciones periódicas y corregir las estrategias.

231
Coordinadora del programa mujeres y ciudad en Montreal, desarrollado entre 1994 y 2004, vid.
www.womenincities.org.
176
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

En la Carta Europea de las Mujeres en la ciudad, promovida por la UE en 1995232, se


afirma que: «Todas las mujeres, en particular las mujeres solas y las más desfavorecidas,
deben tener fácil acceso al transporte para poder desplazarse libremente y con toda
seguridad. Es indispensable para entrar verdaderamente en la vida económica, social y
cultural de la ciudad. Las mujeres también tienen “derecho a la ciudad”233. Por ello es
preciso reconsiderar el concepto de seguridad urbana, diurna y nocturna, dando
prioridad a los puntos de vista de las mujeres, especialmente las que sufren de una
exclusión social o cultural. El sentimiento de vivir en seguridad se entiende como parte
de la cohesión social y la refuerza».

Siguiendo la exposición de Anne Michaud, en 1996, a raíz de la Cumbre de las Ciudades


(Hábitat II, Estambul), los países miembros de las Naciones Unidas decidieron
"incrementar la seguridad de la mujer en la comunidad, teniendo en cuenta en las
políticas y los programas de prevención de la delincuencia las necesidades de uno y otro
sexo; ello puede lograrse procurando que los encargados de aplicar esas políticas
conozcan y comprendan mejor las causas, las consecuencias y los mecanismos de la
violencia contra la mujer" (párrafo 123, Programa de Hábitat). Asimismo, los países
miembros se comprometieron a incorporar la dimensión de género en la gestión de las
políticas y servicios locales (párrafo 46, Programa de Hábitat). Además, se trató de
abarcar las violencias, domésticas y sexuales, en el marco de las políticas sociales y
sanitarias y de programas específicos para las mujeres.

En 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas evaluó la ejecución del Programa
de Hábitat, concluyendo con su escaso desarrollo gubernamental, aunque se destacaron
avances llevados a cabo por diversas organizaciones. Así, los intercambios
internacionales a través de las Naciones Unidas (PNUD, UNIFEM y ONU-Hábitat) y
organizaciones como el Foro Europeo de la Seguridad Urbana, Mujeres y Ciudad234,

232
Debe considerarse asimismo la celebración en 1995 de la Cuarta Conferencia Mundial de las Mujeres
(Beijing, 1995).
233
Este frase fue acuñada por el sociólogo francés Lefebvre (1968) frente a la creciente privatización del
espacio urbano. Se recoge como derecho en el art. 1 de la Carta Europea de Salvaguarda de los
Derechos Humanos en la Ciudad, de 2002, elaborada a iniciativa de diferentes ciudades.
234
Destacando su actividad en la ciudad de Montreal.
177
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Ciudades más Seguras235, y la Comisión Huairou han impulsado las perspectivas de


género en la seguridad urbana236.

En 2009 se adoptó la Declaración de Seúl durante el Segundo Foro Internacional de


la Red Internacional Mujeres de Metropolis237. Se trabajó con el concepto de
ciudades amigables para las mujeres. En el punto tres, sobre la creación de ciudades
seguras para las mujeres, se requerían medidas apropiadas para combatir todas las
formas de violencia contra las mujeres en todos los espacios públicos, lugares de trabajo
y hogares; para concienciar al público sobre la necesidad de combatir la violencia
doméstica y apoyar los esfuerzos de la comunidad y de organizaciones no
gubernamentales en este campo; y para promover la seguridad de mujeres y de niñas, y
su propia percepción de la seguridad, eliminando el riesgo de acoso y violencia en todos
los espacios públicos. Para ellos se proponía:

- Realizar auditorías consultivas sobre seguridad según el género.


- Mejorar el diseño de espacios públicos e infraestructuras.
- Mejorar los servicios, particularmente el transporte público.

Hay tres principios clave que rigen a las auditorías de seguridad de las mujeres que
pueden trasladarse a cualquier auditoría o diagnóstico de seguridad:

1) las personas afectadas son consideradas expertas en su propio ambiente y seguridad;


2) las auditorías de seguridad promueven la búsqueda de soluciones locales y específicas
al contexto para los problemas de inseguridad; y
3) las auditorías de seguridad promueven alianzas y soluciones conjuntas entre las
personas afectadas y sus gobiernos locales.

4. Límites y retos: Hacia un concepto de seguridad humana

235
Considérese la recepción por las instituciones internacionales (especialmente, UNIFEM y ONU-
HABITAT) de las demandas del movimiento feminista en relación con la perspectiva de género sobre la
seguridad en las ciudades.
236
Algunos grupos que trabajan en este sector señalan como riesgo de la transversalidad una vuelta a la
invisibilidad.
237
El primer Foro y Declaración fueron realizados en 2007 en Bruselas.
178
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

En definitiva, las perspectivas de género han supuesto innovaciones tanto de carácter


temático como metodológico. Impulsada por el movimiento feminista a finales de los
años ochenta, la mirada de género implica una preocupación por la igualdad de derechos
y de oportunidades en la vida ciudadana, pero también por una nueva concepción de lo
cotidiano –que suele pasar desapercibido- y sobre el cuidado y responsabilidad ante el
bienestar de niños, jóvenes, ancianos y personas con alguna incapacidad. En ese sentido,
la perspectiva de género puede transformarse en una perspectiva universal ya que el
derecho a la seguridad que se reclama en la práctica no es en contra de nadie, ni se
pretende exacerbar los miedos ni las actitudes punitivas, sino contribuir a una seguridad
humana integral e inclusiva, respetando la diversidad individual (Varona 2011).

The Death and Life of Great American Cities fue publicado por la escritora y activista Jane
Jacobs en 1961. En esta obra critica la creación modernista de espacios urbanos aislados.
Fue muy influyente en el denominado movimiento de nuevo urbanismo que surge en la
década de los ochenta. Este libro, convertido en un clásico de la planificación urbanística
del siglo XX, trata entre otras cuestiones de la degradación del centro de las grandes
ciudades y de la necesidad de calles multifuncionales. De ella es la expresión eyes on the
street en relación con la seguridad. Quizá, recordando el caso de Kitty Genovese, deba
añadirse a “ojos en la calle”, “ojos empáticos”, para limitar la difuminación del
sentimiento de responsabilidad o indiferencia social238.

Las auditorías de seguridad que integren la perspectiva de la diversidad pueden


convertirse en un indicador complejo de los derechos humanos, en el ámbito normativo
y particularmente en la realidad social. Además, permiten la comparación longitudinal y
espacialmente.

238
Esta difuminación o desaparición de la responsabilidad individual, junto al miedo, en determinadas
circunstancias se conoce como el “síndrome Genovese”, en alusión al caso de Kitty Genovese, una mujer
que murió apuñalada el 13 de marzo de 1964 en Queens, Nueva York. Treinta y ocho personas oyeron sus
gritos durante más de media hora, pero nadie llamó a la policía ni bajó a ayudarla. Una consecuencia de
este hecho fue la creación del 911 para llamar a la policía. Vid. Decoin (2010).
179
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

El Programa mundial de ONU Mujeres239 sobre ciudades seguras y libres de violencia


contra las mujeres y las niñas (2010-2015), en colaboración con ONU-Hábitat y las redes
locales de mujeres “se centra en la identificación y prevención de la violencia basada en
el género contra la mujer en las ciudades, especialmente en los espacios públicos”. Se
otorga “importancia especial a la prevención de la violencia, la rendición de cuentas de
los gobiernos, la movilización y participación de la comunidad, el empoderamiento de la
mujer y la mejora de los barrios y el entorno urbano en general”. El objetivo final consiste
en “elaborar el primer enfoque de eficacia probada sobre cómo prevenir y reducir la
violencia contra las mujeres y las niñas en espacios públicos (mediante una evaluación
rigurosa), que podría constituirse en un modelo (o modelos) aplicable en distintos
contextos, promoviendo el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género y
mejorando la calidad de la vida urbana de todos”.

Del estudio de los documentos desarrollados dentro de este Programa de ONU Mujeres
puede observarse que, en línea con los conocimientos criminológicos y victimológicos, se
elige una óptica preventiva comunitaria, situacional y victimal de reducción de riesgos
que, si bien es específica para las mujeres, tiene una vocación universal y no antagónica.
Ello se relaciona con la elaboración teórica actual del concepto interdisciplinar de
seguridad humana.

Preocupación por la vulnerabilidad como esencia de la condición humana, el


entendimiento de su pluralidad, dinamismo e interdependencia con multitud de factores
y en distintos niveles, puede llevar a un perfeccionamiento en el entendimiento popular
de la seguridad humana y en el perfeccionamiento de la protección de los derechos
humanos.

El movimiento feminista, junto con otros movimientos en favor de personas que padecen
diversas victimizaciones, ha logrado la visualización y la toma de conciencia respecto del
reparto desigual de la seguridad tanto en espacios privados como públicos, donde, sin
duda, el urbanismo inclusivo puede influir positivamente. Además, una de sus
aportaciones más importantes del feminismo es la visión interdependiente de dichos

239
Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres. Vid.
en http://www.endvawnow.org/es/about.
180
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

espacios, y de su escala global y local, como lugares donde se desarrollan relaciones de


poder. No obstante, creo necesario fomentar los estudios empíricos e interdisciplinares
que permitan generar nuevos conceptos, instrumentos y metodologías de análisis sobre
dicha desigualdad, junto con respuestas más complejas para elaborar, ejecutar y evaluar
políticas públicas a corto, medio y largo plazo.

En este sentido, el concepto de seguridad humana y la metodología de análisis de las


auditorías locales de seguridad, que incluyen de forma destacada la perspectiva de
género, permiten entretejer de forma participativa y rigurosa los conocimientos del
Urbanismo y de la Victimología crítica. Ello permitirá un mejor entendimiento de las
variables que definen los contextos de vulnerabilidad, de resistencia, de recuperación y
de restauración240 frente a la victimización de las mujeres, así como la intersección de
condiciones de otros grupos que sufren discriminaciones en su derecho a la seguridad
humana241.
5. Conceptos clave de la lección

-Criminología ambiental.

-Ojos en las calles.

-Auditoría o diagnóstico de seguridad local.

LECCIÓN XI LA PERSPECTIVA TERRITORIAL (2): POLÍTICA CRIMINAL Y ABUSOS


DE PODER: LAS OPCIONES EN TORNO A LA JURISDICCIÓN UNIVERSAL

1. Crímenes internacionales

Los crímenes internacionales son aquellos que atentan contra toda la humanidad. Se
trata de conductas graves contra el derecho internacional de los derechos humanos y el
derecho humanitario. En este sentido, constituyen formas de abuso de poder (político o
institucional), tal y como son descritos en la Resolución de las Naciones Unidas, de 1985,
sobre las víctimas de delitos y de abusos de poder242. En nuestro ordenamiento están

240
Víctimas y justicia restaurativa, según se propone en el informe de 2011 de ONU Mujeres.
241
Cfr. el proyecto de las Naciones Unidas de creación de una Universidad mundial de Seguridad y
Desarrollo Social, con sede en Brasil, donde se maneja dicho concepto de seguridad humana, dentro de
los objetivos del milenio.
242
En este concepto también deben entenderse los abusos de poder económico.
181
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

recogidos como delitos en el Titulo XXIV del CP, si bien han sido aplicados en escasas
ocasiones. Dentro de los crímenes internacionales se distinguen los crímenes contra la
humanidad, el genocidio, los crímenes de guerra y el de agresión. La reforma de la LO
1/2015 ha introducido la prisión permanente revisable para las formas más graves de
genocidio y de crímenes de lesa humanidad.

Aunque pueden encontrarse otros orígenes más remotos, el moderno derecho penal
internacional nace de un hecho traumático: la Primera Guerra Mundial. Tras la Segunda
Guerra Mundial surgió con más fuerza la conciencia de “nunca más” y, sin embargo,
desde entonces más de 300 conflictos internos e internacionales, junto con dictaduras,
han producido más de 170 millones de muertes y una cuantía inconmensurable de daños
físicos, emocionales y materiales. En realidad, estas cifras representan el verdadero
carácter del derecho penal internacional: se trata de un derecho condicionado a la
adhesión de cada estado, a la voluntad política. Incluso frente a las normas de obligado
cumplimiento como son los crímenes contra la humanidad, de genocidio y de guerra ha
faltado una institución capaz de enjuiciar a los responsables de semejantes
macrovictimizaciones.

Es cierto que los convenios internacionales en esta materia vinculan jurídicamente a los
estados que los han ratificado, pero no debe caerse en la ingenuidad de que bastan por sí
solos, especialmente tras situaciones de crisis políticas y transiciones donde las elites del
pasado condicionan las del futuro.

2. La jurisdicción universal

Los crímenes internacionales y otras conductas se estiman de tal gravedad que los
tribunales españoles pueden perseguirlos aunque se hayan cometido más allá de nuestras
fronteras. La justicia o jurisdicción universal supone un principio de aplicación
extraterritorial de la ley penal interna. El caso en España con mayor repercusión jurídica
y social fue el de Pinochet243, cuando la justicia española solicitó su extradición a Londres
en relación con los crímenes de genocidio, terrorismo y tortura cometidos contra
españoles durante su dictadura. En el segundo fallo de los lores británicos, en marzo de
1999, seis contra uno rechazaron la inmunidad del entonces jefe de estado chileno en

243
Para más información véanse los textos relativos al caso en
http://www.derechoshumanos.net/lesahumanidad/pinochet/pinochet.htm.
182
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

materia de tortura. Bien es verdad, que la posible extradición quedó limitada a los
hechos acaecidos desde 1988 –cuando entró en vigor en el Reino Unido la Convención
Internacional contra la Tortura y se promulgó su Ley de Justicia Penal-. Fuera de la
incomprensión para los no juristas de los límites de la cronología legal favorables a
Pinochet, lo importante es que se rechazó la tortura como acto de estado amparado por
la inmunidad y se envió así un mensaje a los dictadores futuros y a las víctimas pasadas.
Finalmente, dados los informes médicos y su edad, el Reino Unido no extraditó a
Pinochet por razones humanitarias. A su regreso a Chile, tuvo que enfrentarse a varios
juicios sin que llegase a ser condenado. Murió en 2006, a los 91 años de edad.

Desde el punto de vista victimológico la jurisdicción universal tiene sentido para


garantizar los derechos de las víctimas ante la injustica o la impunidad. Si bien su
alcance fue polémicamente restringido en 2014244, según el art. 23. 4 LOPJ existen una
serie de delitos en que pueden intervenir los tribunales penales españoles,
independientemente del lugar donde se haya cometido el delito y del vínculo de la
nacionalidad, precisamente por la gravedad de los hechos y para evitar la impunidad (en
supuestos susceptibles de tipificarse según la ley española como delitos de genocidio,
terrorismo, piratería y apoderamiento ilícito de aeronaves, falsificación de moneda,
corrupción de menores, trata de personas, tráfico de personas migrantes, tráfico de
drogas, blanqueo de bienes de origen ilícito… y cualquier otro según tratado o convenio
internacional)245.

En la STC 237/2005 (caso Rigoberta Menchú), anterior a la última reforma, se indicaba


que la única limitación es la cosa juzgada, es decir, que el acusado ya haya sido absuelto,
indultado o penado.

Con la reforma actual, se exige una conexión con España que, en muchos casos, desvirtúa
la esencia de la justicia universal. Los jueces españoles solo podrán investigar delitos
cuando la causa se dirija contra ciudadanos españoles o ciudadanos extranjeros que
residan habitualmente en España o cuya extradición hubiera sido denegada por España.

244
Vid. La Ley Orgánica 1/2014, de 13 de marzo, de modificación de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de
julio, del Poder Judicial, relativa a la justicia universal. Cuando se aprobó la ley, la Audiencia Nacional
tenía abiertas al menos doce causas sobre justicia universal. Véase el debate público sobre los Principios
de Jurisdicción Universal promovidos por la asociación de derechos humanos FIBGAR en el blog:
http://principiosju.wordpress.com/.
245
Téngase en cuenta que la reforma de 2009 también restringió la jurisdicción universal.
183
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Si bien, los jueces españoles se reservan la posibilidad de continuar ejerciendo su


jurisdicción si el Estado que la debe ejercer no está dispuesto o no puede llevar a cabo la
investigación.

En la reforma de la Ley Orgánica 1/2014, a pesar de que su fundamentación parece


obedecer más a la política internacional que a tecnicismos jurídicos, según se dice en su
Exposición de Motivos: “… se precisan los límites positivos y negativos de la posible
extensión de la jurisdicción española: es necesario que el legislador determine, de un modo
ajustado al tenor de los tratados internacionales, qué delitos cometidos en el extranjero
pueden ser perseguidos por la justicia española y en qué casos y condiciones. La
persecución de delitos cometidos fuera de España tiene además un carácter excepcional
que justifica que la apertura de los procedimientos deba condicionarse a la presentación
de querella por el Ministerio Fiscal o la persona agraviada por el delito. También se
delimita con carácter negativo la competencia de los tribunales españoles, definiendo con
claridad el principio de subsidiariedad. En ese sentido, se excluye la competencia de los
tribunales españoles cuando ya se hubiese iniciado un procedimiento en un Tribunal
Internacional o por la jurisdicción del país en que hubieran sido cometidos o de
nacionalidad de la persona a la que se impute su comisión, en estos dos últimos casos
siempre que la persona a que se imputen los hechos no se encuentre en España o, estando
en España vaya a ser extraditado a otro país o transferido a un Tribunal Internacional, en
los términos y condiciones que se establecen.

En todo caso, los jueces y tribunales españoles se reservan la posibilidad de continuar


ejerciendo su jurisdicción si el Estado que la ejerce no está dispuesto a llevar a cabo la
investigación o no puede realmente hacerlo. La valoración de estas circunstancias, que por
su relevancia corresponderá a la Sala 2.ª del Tribunal Supremo, se llevará a cabo conforme
a los criterios recogidos en el Estatuto de la Corte Penal Internacional. La regulación
introduce límites a la jurisdicción española que deben ser aplicados a las causas
actualmente en trámite, pues los Tribunales españoles no pueden continuar
procedimientos sobre los que ya carezcan de jurisdicción”.

La pregunta que hemos de plantearnos, en toda su complejidad, es si la reforma de la


regulación de la jurisdicción universal obedece a una política criminal respetuosa con los

184
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

derechos humanos o a una orientación práctica respecto de las posibilidades reales de


enjuiciamiento y/o los intereses políticos y comerciales españoles.

3. Conceptos clave de la lección

-crímenes internacionales

-jurisdicción universal

185
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN XII. LA PERSPECTIVA TECNOLÓGICA: VIDEOVIGILANCIA Y


CONTROLES ELECTRÓNICOS246

Diversos autores se han referido a la idea del panóptico digital, donde “nadie se siente
realmente vigilado” ya que se trata de un control que se ha naturalizado o interiorizado
ante una apariencia de libertad de movimientos y comunicación: “La técnica de poder
del régimen neoliberal adopta una forma sutil. No se apodera directamente del
individuo. Por el contrario, se ocupa de que el individuo actúe de tal modo que
reproduzca por sí mismo el entramado de dominación que es interpretado por él como
libertad”, yendo más allá del análisis foucaultiano del poder (Han 2014, 60-61; 46).

1. Videovigilancia

“Tuvo más suerte la generación de mis padres y abuelos, que llevó una vida
tranquila, llana y clara de principio a fin. Sin embargo, no sé si los envidio por
ello... ¡Cómo vivían al margen de todas las crisis y los problemas que oprimen el
corazón, pero a la vez lo ensanchan! Ovillados en la seguridad, las posesiones y
las comodidades... Ni siquiera en sus noches más negras podían soñar hasta qué
punto puede ser peligroso el hombre, pero tampoco cuánta fuerza tiene para
vencer peligros y superar pruebas. Nosotros, perseguidos a través de todos los
rápidos de la vida... para quienes el bienestar se ha convertido en una leyenda y la
seguridad en un sueño infantil... Sufriendo y gozando, hemos vivido el tiempo y
la historia mucho más allá de nuestra pequeña existencia.... Por eso, cada uno de
nosotros, hasta el más insignificante de nuestra generación, sabe hoy en día mil
veces más de las realidades de la vida que los más sabios de nuestros antepasados.
Pero nada nos fue regalado: hemos tenido que pagar por ello su precio total y
real” (Stefan Zweig, El mundo de ayer. Memorias de un europeo)247.

246
Adaptación de Varona (2013).
247
En la primera edición en Acantilado, en 2001 (pp. 48-49).
186
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

1. 1 Introducción: marco jurídico

Antes de aludir al marco jurídico interno, como punto de partida básico pero insuficiente
si no estudiamos la práctica, es preciso considerar el contexto global de la extensión del
uso privado y policial de la videovigilancia y la reacción normativa al respecto,
particularmente en el ámbito europeo.

En el prefacio de su obra sobre esta cuestión, citando a Kammerer (2008, 67), Arzoz hace
referencia a la lógica expansiva de la videovigilancia, más allá de que se haya probado su
eficacia, en un contexto de inseguridad general y de políticas preventivas ante el miedo
de ataques terroristas o de otro tipo (2010).

Las videocámaras comenzaron a utilizarse en los años cincuenta en Alemania en relación


con el control del tráfico y en los años sesenta y setenta en los Estados Unidos y en el
Reino Unido en manifestaciones y desórdenes públicos. No obstante, su extensión ha
sido protagonizada por las empresas de seguridad, primero, en centros comerciales, y
luego ofreciendo sus servicios en los edificios públicos y en el transporte urbano. Fue en
una ciudad del sur de Inglaterra, Bournemouth, donde se instaló por primera vez de
forma permanente una videocámara, en 1984, y es precisamente en el Reino Unido
donde más cámaras, públicas y privadas, funcionan. En el caso de España, fueron las
policías locales, y en menor grado las autonómicas, las que comenzaron a hacer un uso
de las cámaras en determinadas zonas, días y épocas festivos, a partir de la década de los
noventa (Arzoz 2010).

187
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Dentro de los estudios jurídicos, destacan las consideraciones constitucionales248. Se


trata principalmente de una perspectiva crítica ante el impacto de la videovigilancia en
los derechos fundamentales.

La imagen es un dato personal que debe protegerse. Si bien el derecho a la intimidad y a


la propia imagen (art. 18. 1 CE), afectado por la videovigilancia249, no es un derecho
absoluto, hay límites infranqueables, según la STC 186/2000, de 10 de julio: "el derecho a
la intimidad no es absoluto, como no lo es ninguno de los derechos fundamentales,
pudiendo ceder ante intereses constitucionalmente relevantes, siempre que el recorte
que aquél haya de experimentar se revele como necesario para lograr el fin legítimo
previsto, proporcionado para alcanzarlo y, en todo caso, sea respetuoso con el contenido
esencial del derecho (SSTC 57/1994, y 143/1994, por todas)".

Ante la determinación de una posible injerencia en los derechos fundamentales según se


reconoce en el art. 2 de la LO 4/1997, de 4 de agosto, por la que se regula la utilización de

248
Si bien Arzoz apunta que también deben considerarse las parcelas del ordenamiento (en gran
parte administrativas) referentes a la protección de datos y a la actividad policial (2010, 28). Dentro
de esta perspectiva, conviene llamar la atención, de cara a futuros estudios, sobre la falta de
garantías “para el control adecuado de las videocámaras móviles. Un régimen de garantías
adecuadas frente a eventuales vulneraciones de los derechos fundamentales pertenece al contenido
esencial de esos derechos. De la ubicuidad de las videocámaras móviles, que las hace menos
controlables por naturaleza y del propio régimen de autorización más flexible que les dispensa la
propia Ley Orgánica se deduce la necesidad de establecer garantías apropiadas suficientes para el
control efectivo de las videocámaras móviles, que eviten o permitan corregir eventuales
vulneraciones de los derechos fundamentales” (Arzoz 2010, 247). Destaca la falta de conocimiento
ciudadano, previo y posterior, a la instalación en lugares públicos de cámaras móviles, ya que no
existe un registro específico ni una identificación precisa de cada cámara. Asimismo subraya la
inseguridad jurídica respecto de la posibilidad de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad realicen un
tratamiento automatizado de las imágenes y sonidos captados (art. 2. 2 LOV) hasta el punto de que
pueda constituir un motivo de inconstitucionalidad en cuanto afecte a los derechos fundamentales
(Arzoz 2010, 248). Arzoz adopta una perspectiva crítica desde el Derecho constitucional, pero
también cita obras criminológicas sobre la videovigilancia. Concretamente cita a Lyon (1995), Möller
y von Zezschwitz (2000), Norris y McCahill (2006), Kammerer (2008), Klauser (2006), Hempel (2007),
y Hempel y Töpfer (2009).
249
Según se concluye en el estudio específico de Arzoz (2010, 195) –trasladable a la regulación en el
ámbito deportivo-, el uso de videovigilancia en lugares públicos por las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad supone una injerencia en el derecho a la intimidad y a la propia imagen (art. 18. 1 CE) y a la
protección de datos personales frente a la informática (art. 18. 4 CE) y podría serlo también, según
las circunstancias en que se utilicen las cámaras, respecto de los derechos fundamentales a la
libertad ideológica (art. 16. 1 CE), el derecho de reunión y manifestación (art. 21 CE) y la libertad
sindical y el derecho de huelga (art. 28 CE).
188
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

videocámaras por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lugares públicos 250, la siguiente
cuestión jurídica y social reside en establecer la legitimidad, adecuación y
proporcionalidad en el uso de la videovigilancia, respetando el contenido esencial de los
derechos fundamentales afectados.

En todo caso, conviene advertir que el principio de seguridad jurídica quedaría mejor
garantizado con una normativa coherente y uniforme respecto del grado de protección
de los derechos en la utilización de la videovigilancia, cuya regulación ha sido aludida en
ocasiones como “puzzle normativo”. En el cuadro siguiente indicamos algunas de las
normas clave en esta materia.

250
Respecto de la afectación de otros derechos relativos tanto a la vida privada como a la libertad,
más allá del derecho al honor, a la propia imagen y a la intimidad de las personas, el derecho de
reunión y a la protección de los datos personales frente al tratamiento informático, vid. Arzoz (2010,
31).
189
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

NORMATIVA ESPAÑOLA Y VASCA (PARTICULARMENTE RESPECTO DE LA


VIDEOVIGILANCIA POR MOTIVOS DE SEGURIDAD)

-Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre de Protección de Datos de Carácter Personal


y Reglamento de Desarrollo de la LO (RDLOPD), aprobado por el Real Decreto
1720/2007, de 21 de diciembre

-LO 1/1992, de 21 de febrero, de Protección de la Seguridad Ciudadana, sustituida por


la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de Protección de la Seguridad Ciudadana

-Ley 23/1992 de Seguridad Privada, sustituida por Ley 5/2014, de 4 de abril, de


Seguridad Privada

-RD 2364/1994, de 9 de diciembre, que aprueba el Reglamento de Seguridad Privada

-LO 4/1997, de 4 de agosto, por la que se regula la utilización de videocámaras por las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lugares públicos (LOV)

-Real Decreto 596/1999, de 16 de abril, por el que se aprueba el Reglamento de


desarrollo y ejecución de la Ley 4/1997, de 4 de agosto, que regula la utilización de
videocámaras por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lugares públicos

-Instrucción 1/2006, de 8 de noviembre, de la Agencia Española de Protección de


Datos (AEPD), sobre el tratamiento de datos personales con fines de vigilancia a
través de sistemas de cámaras o videocámaras.

-Ley 4/1992, de 17 de julio, de Policía del País Vasco

-Decreto 309/1996, de 24 de diciembre, por el que se regula el ejercicio de las


competencias de la Comunidad Autónoma del País Vasco en materia de seguridad
privada

-Decreto 168/1998, de 21 de julio, por el que se desarrolla el régimen de autorización y


utilización de videocámaras por la Policía del País Vasco en lugares públicos regulado
en la Ley Orgánica de 4 de agosto de 1997

-Orden de 7 de abril de 2008, del Consejero de Interior, por la que se procede a crear
los ficheros automatizados denominados red de videovigilancia y huellas de calzado

1. 2 Conclusiones sobre los estudios relativos a su expansión, eficacia y eficiencia

1. Aunque la demanda, oferta y extensión de la videovigilancia no cesan en la mayor


parte de los países, los ciudadanos deben estar informados de que no está
permitido su uso ante cualquier alarma social o percepción de inseguridad. Dada

190
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

la afectación de derechos fundamentales, deben observarse una serie de normas


que aseguren el respeto, entre otros, del principio de proporcionalidad. Para
valorar dicho principio es necesario un debate sereno lejos de las urgencias de
controversias políticas, demandas ciudadanas con perspectivas poco realistas y el
clima general de inseguridad. Ello no impide, en su caso, actuar inmediatamente
sobre los problemas que afectan cotidianamente a las personas, con otro tipo de
medidas como puede ser más presencia policial o una presencia especializada,
orientada a la mediación, de carácter comunitario o centrada en la solución de
los problemas, dependiendo del conflicto o tipo de criminalidad en cuestión.
2. El problema de cuantificar el impacto preventivo de la videovigilancia es común a
cualquier otra medida teóricamente preventiva, como el Código penal. Es difícil
evaluar la eficacia de la videovigilancia en general y, en particular, en espacios
públicos porque no existe un único baremo para medir sus múltiples efectos,
deseados o no. En todo caso, ninguna medida preventiva tiene verdadero sentido
fuera de una estrategia coordinada de seguridad en cada municipio. Esto es algo
en lo que están de acuerdo “videoescépticos” y “videoseguidores”, las cámaras en
los espacios públicos no arreglarán nada por sí solas, pero sí puede ser una
interesante medida complementaria en la prevención.
3. Considerando las dificultades metodológicas de aislar todas las variables en juego
en el aumento y disminución de las tasas de delitos -diferenciando cámaras,
espacios y tipos delictivos-, la eficacia de la videovigilancia como medida
disuasoria para evitar delitos es relativa. En todo caso, parece más disuasoria en
delitos contra la propiedad que en delitos contra las personas. No obstante debe
considerarse el efecto del desplazamiento (o en su caso de difusión) en calles
adyacentes respecto de los delitos contra la propiedad.

Lo mismo ocurre respecto de las tasas de victimización oculta y de


esclarecimiento. Aunque el impacto tampoco es excesivamente significativo en
los estudios mencionados en las anteriores páginas, tanto en el ámbito interno
como comparado, la videovigilancia parece tener más eficacia tras la comisión
delictiva para ayudar en la investigación, aunque no siempre como medida
probatoria.

191
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Sí resulta mucho más evidente la opinión favorable de los ciudadanos a la


instalación de las cámaras, su confianza en que los delitos se podrán prevenir
mejor y la sensación de estar más seguros. No obstante, los estudios indican que
este efecto respecto de la percepción de seguridad no dura mucho.

En todo caso, diversos estudios muestran que las personas se sienten más seguras
y prefieren la presencia policial o de vigilantes privados a las cámaras, siempre y
cuando no resulte agobiante o no se lleven a cabo prácticas basadas meramente
en el control.

4. Ahora bien, todo estudio sobre la efectividad de la videovigilancia debe partir del
marco jurídico existente en una visión garantista de los derechos que se ven
afectados por las cámaras de seguridad.
5. No se trata de negar los problemas de los ciudadanos sobre su seguridad, sino de
reflexionar de forma serena sobre la implantación de unas medidas costosas que
no han demostrado de forma clara ser eficaces y que, en todo caso, conllevan una
afectación de derechos fundamentales.
6. El presente estudio lo hace para adentrarse, después, en cuestiones de carácter
criminológico, indudablemente relacionadas con elementos éticos y jurídicos,
como también con aspectos culturales, tecnológicos y económicos.
7. Entre las variables que pueden explicar la creciente extensión global de la
videovigilancia en multitud de espacios, públicos y privados, se encuentran las
percepciones de inseguridad de las poblaciones, aún más en momentos de crisis
económica y las posibilidades tecnológicas que permiten un control que, cada vez
más, se internaliza por los ciudadanos como algo rutinario: al ir a sacar dinero, ir
a trabajar o a estudiar, circular por la carretera, entrar en ciertos edificios, pasear
por ciertas calles, visitar un museo, comprar en un comercio, coger el metro, un
taxi o un autobús, entrar en una comunidad de vecinos, donde la persona que
ejercía como portera ha sido sustituida por una cámara...
8. Si bien es cierto que la normativa española es garantista, aunque en materia de
videovigilancia se echa en falta una cierta regulación más uniforme, son
necesarios más estudios que indaguen en la práctica de dicha normativa, por
ejemplo a través del estudio de las actuaciones de las agencias de protección de

192
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

datos y de las comisiones de videovigilancia y organismos similares. Los casos


estudiados también reflejan esa cultura jurídica garantista.
9. No obstante, se percibe una brecha entre la normativa y la opinión de la
población en general251 y de algunos profesionales en particular, por ello resulta
importante la labor de la Agencia Vasca de Protección de Datos en la
concienciación sobre qué nos jugamos al defender y ser conscientes de posibles
vulneraciones de derechos fundamentales, arduamente conseguidos a través
generaciones, y que fundamentan la convivencia democrática.
10. Ello no implica caer en maniqueísmos ideológicos que amenazan
inexorablemente con la omnipresencia de la videovigilancia, que ha venido para
quedarse y evolucionar, sino en educar, particularmente a nuestros jóvenes, en
una actitud crítica que se resista a la naturalización de todo tipo de medida de
vigilancia, sin valorar primero, de forma serena, razonable y científica, cuestiones
como: ¿es éticamente válido?, ¿se respetan los derechos?, ¿cuáles son las
consecuencias de optar por esas formas de control?, ¿cuál es su coste en términos
económicos y humanos?, ¿es sostenible la videovigilancia como política local de
seguridad?, ¿son irreales las expectativas de la población?, ¿cuál es la formación
de las personas que operan las cámaras?, ¿hay desequilibrios en la pretensión de
una distribución justa de la seguridad?, ¿cuentan nuestros organismos con
recursos suficientes para garantizar un control efectivo del respeto de la
regulación?...
11. La videovigilancia en los espacios públicos por parte de las FCS refleja en nuestro
país, como en muchos otros europeos, la demanda de seguridad local a través de
las corporaciones municipales. Dentro de ese concepto se confunden, en
ocasiones, cuestiones relacionadas con actos incívicos o molestos que deben
hallar una solución adecuada y razonable, muchas veces fuera de la
videovigilancia y, en todo caso, siempre debiéndose acudir a políticas de
partenariado democrático.

251
La Agencia Vasca de Protección de Datos realiza periódicamente un estudio sobre esta cuestión,
junto con el Gabinete de Prospección Sociológica. En el último estudio hecho público en mayo de
2012, con encuestas en todo Euskadi, más del 80% de los encuestados, de todas las edades, decían
sentirse más seguros con las cámaras, sin valorar la posible afección de derechos. Véase este estudio
en la página web de la Agencia Vasca (accesible en http://www.avpd.euskadi.net/s04-
5249/es/contenidos/informacion/estudio/es_cuali/adjuntos/12tef3_avpd_es.pdf).
193
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

12. En este sentido, los municipios podrían adherirse a la carta Ciudadanos, Ciudades
y Videovigilancia, del Foro Europeo para la Seguridad Urbana. En ella se trata de
evaluar soluciones eficientes y adecuadas con las necesidades previamente
identificadas, valorando la participación ciudadana y el respeto de su privacidad.
La Carta supone un documento sobre el buen uso de la videovigilancia en las
ciudades europeas.
13. La hegemonía actual del enfoque situacional en Criminología contribuye a
minusvalorar la importancia de las relaciones sociales seguras duraderas. Si la
videovigilancia utilizada por las FCS en espacios públicos se está justificando para
reducir los puntos negros de la criminalidad, debe exigirse un debate sereno
sobre cómo se definen esos puntos, qué consecuencias acarrea dicha definición y
cuáles son otras posibles respuestas complementarias.
14. La prevención situacional debe compaginar la prevención victimal y la
recuperación de los victimarios para ser plenamente democrática y eficiente, en
términos de seguridad humana. Según los principios internacionales de buenas
prácticas en materia de prevención del delito, debe conjugarse la prevención
situacional con la victimal, sin olvidar la comunitaria y social. La prevención
comunitaria se basa en la participación activa, afectiva y efectiva y en el trabajo
en red. La prevención social supone un paso más para abarcar aspectos
estructurales (sociales, económicos, culturales…) (Varona 2010,100-101)252.
15. La videovigilancia es efectiva, es decir, es real y verdadera en sus efectos,
deseados o no, positivos para la convivencia democrática o no. Ahora bien, no
siempre resulta eficaz, es decir, puede no conseguir los propósitos que motivaron
su instalación, y hay dudas razonables sobre su eficiencia, respecto de los
recursos empleados. Respecto de la eficacia ya hemos indicado anteriormente,
entre las medidas no deseadas, la afectación grave de derechos fundamentales, el
incremento de la percepción de inseguridad –particularmente a medio o largo
plazo-, de la indiferencia social, el riesgo de estigmatización de determinados
lugares y colectivos, de ampliar la inseguridad, o la imposibilidad de invertir en
más políticas de mediación policial, que requieren de más presencia de efectivos,

252
Cfr. la idea de que debe invertirse más en educación y salud, frente a las políticas de seguridad, en
la entrevista a César Ortiz, presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana de Perú, Revista
Futuros 18, V: 1-5 (accesible en http://www.resvistafuturos.info).
194
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

dentro de la policía comunitaria o de proximidad, o en políticas de prevención


social ante la prioridad en el destino de los recursos hacia la videovigilancia. Se
trata más bien de hablar de eficiencia en términos de derechos fundamentales, de
convivencia a medio y largo plazo, para considerar también cuestiones
económicas.
16. Debe garantizarse una formación uniforme para las personas que gestionan,
supervisan y/o son operadores de los sistemas de videovigilancia, escuchando sus
propias preocupaciones y propuestas.
17. Dentro del enfoque garantista, resulta importante que, salvo para casos
excepcionales justificados253, se prohíba la utilización de las cámaras fuera de las
finalidades previstas254, controlándose estas actuaciones. Para ello, puede
considerarse la posibilidad de colaboración de la AVPD, en ámbitos concretos,
con la Comisión Vasca de Videovigilancia, de forma que se refuerce la perspectiva
de la protección de los derechos fundamentales. Del mismo modo, el IVAC/KREI
podría colaborar con dicha Comisión y con la Agencia para aportar estudios
criminológicos, a medio y largo plazo, sobre temas relacionados con la seguridad
que puedan resultar de su interés, incluyendo la visualización de los resultados a
través de mapas electrónicos.
18. Son necesarias más investigaciones, favorecidas y favorecedoras de transparencia
administrativa en esta materia, siempre y cuando garanticen su independencia.

1. 3 Propuesta de indicadores

“Dentro del marco de la desorganización social, la eficacia colectiva es una


dimensión endógena de las dinámicas de los barrios que mitiga la influencia de
los determinantes estructurales sobre la delincuencia y se define como el nexo de
confianza mutua y de voluntad de intervenir para el bien común. Por tanto, la
eficacia colectiva es una construcción social con dos dimensiones específicas: una

253
Valorando la proporcionalidad, como se ha puesto de relieve en una reciente sentencia del TS
relativa a la derogación de un artículo del Reglamento de la Ley Orgánica de Protección de Datos.
254
En la actualidad, por ejemplo, puede haber cámaras que, sin cobertura legal para esta finalidad, se
utilicen con afán recaudatorio, para facilitar la imposición de multas, más que para evitar accidentes
de circulación o delitos contra la seguridad del tráfico.
195
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

dimensión de control social y una dimensión de cohesión social. La dimensión


del control social se centra en la probabilidad de que a los vecinos se les
presupone que actuarán de determinada forma en varios escenarios ... mientras
que la cohesión social se mide por elementos que capturan la confianza local, la
voluntad de ayudar a los vecinos, y la existencia de valores compartidos”
(Sampson 2004, 108)

Las solicitudes de autorización ante las Comisiones de Videovigilancia no tienen que ser
estudios científicos sobre las distintas dimensiones de la videovigilancia, pero sí
considerar algunos resultados de los mismos. En este sentido, si bien hemos indicado
que las cámaras poseen ciertos efectos preventivos, dependiendo de cada contexto,
recordamos un texto mencionado anteriormente:

En un informe del Ministerio del Interior francés de 2009, se concluía que la videovigilancia
era eficaz en materia de prevención de la delincuencia. Sin embargo, autores como Le Goff
y Heilmann (2009) afirman que la misma no quedó probada a la luz de las conclusiones de
dicho informe, recalcando cuatro. En primer lugar, respecto de su efecto disuasorio,
medido considerando un análisis comparativo entre las cifras globales de la delincuencia y
el conjunto de las ciudades equipadas con videovigilancia en relación con las que carecían
de ella, no se consideraron otras variables que influyen en dichas cifras. Por tanto no se
respetaron las reglas metodológicas elementales, como han puesto de relieve estudios
desarrollados por el Ministerio del Interior británico. En este sentido, debe diferenciarse la

196
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

eficacia respecto de los distintos lugares donde operan las cámaras, los diferentes tipos
delictivos, etc.

En segundo lugar, sobre la valoración del efecto del desplazamiento de la delincuencia a


otras zonas no vigiladas, el informe del Ministerio del Interior francés no parece tener en
cuenta que deben compararse zonas similares, en períodos de tiempo iguales. Depende del
tipo de delitos y espacios, por lo que deben realizarse estudios contextualizados.

En tercer lugar, sobre el incremento de las tasas de esclarecimiento, no puede decirse que
se hayan producido avances significativos.

Finalmente, en cuarto lugar, sobre la densidad de las cámaras como refuerzo de su eficacia
preventiva y de mejora de las tasas de esclarecimiento, el análisis realizado no permite
concluir que existe una causalidad entre el número de cámaras y la delincuencia
constatada ni las tasas de esclarecimiento.

Aun sabiendo que algunas de las propuestas de este apartado pueden no tener cabida
dentro del funcionamiento y la normativa de la Comisión Vasca de Videovigilancia,
creemos que pueden funcionar como proyectos de futuro y, en todo caso, como
instrumentos para el debate de posibles criterios homogéneos para valorar las
solicitudes, siguiendo el ejemplo de otros países.

Los siguientes puntos constituyen nuestra propuesta criminológica de un sistema de


indicadores sobre la idoneidad, indispensabilidad y proporcionalidad de la
videovigilancia en materia de seguridad, por parte de las FCS. La idoneidad se refiere a la
existencia de una situación concreta (un riesgo razonable, en el caso de las cámaras fijas)
que hace que las videocámaras resulten adecuadas para mantener la seguridad
ciudadana, para prevenir delitos, en un lugar determinado. La indispensabilidad permite
valorar si no existen otras alternativas menos lesivas. La proporcionalidad, en sentido
estricto, implica ponderar la finalidad de prevenir delitos con una posible afectación de
derechos.

1. Aportación de las tasas delictivas del municipio,


comparando la media de la misma con las de los

197
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

barrios o calles que quedarán afectados por la


videovigilancia. Por tanto, será necesario considerar la
densidad de la población en estas zonas.
 Además debe considerarse la delincuencia
IDONEIDAD registrada por los diferentes cuerpos policiales que
operen en esa zona, fundamentalmente la
Ertzaintza. Esto exigirá que la policía local elabore
una suma de sus datos y los de la Ertzaintza, con las
precisiones metodológicas que sean necesarias, ya
que, hoy por hoy, no contamos con tasas conjuntas
de las policías locales y autonómica.
 Deben diferenciarse también los tipos delictivos.
 Junto con las tasas de delitos, podrían adjuntarse el
número de detenidos, indicando, en su caso
variables que podrían ser de interés al objeto de
valorar la adecuación de la videovigilancia.
 Asimismo debe valorarse el posible efecto de
desplazamiento hacia otras calles.
2. Aportación de las tasas de esclarecimiento, definiendo
cómo se calculan (si se considera la existencia de
detenidos, imputados, etc.). En particular, puede
valorarse el número de extracciones de grabaciones
que han sido utilizadas por los Juzgados.
3. Aportación de datos sobre la percepción de inseguridad,
incluyendo propuestas alternativas de instalación de
las cámaras, y, en su caso, datos sobre la victimización
oculta.

4. Aportar planes de medidas de prevención victimal: si se


producen tantos delitos en esa zona, ¿cómo se atiende
a las víctimas más allá de la victimización difusa?
5. Información sobre otras medidas complementarias en
INDISPENSABILIDAD esa zona (no sólo más efectivos, sino políticas sociales,

198
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

etc., dependiendo de la tipología delictiva), siguiendo


los estándares internacionales en materia de
prevención del delito.

6. Valoración de la realización de campañas para informar


al público sobre estos sistemas de videovigilancia.
7. En caso de renovaciones, información sobre el número,
fecha y motivo de solicitudes ciudadanas de acceso a
los ficheros y de cancelación en relación con las
cámaras analizadas. Esta cuestión compete a los
Ayuntamientos.
PROPORCIONALIDAD 8. Consideración de la opinión de los operadores de las
cámaras respecto de las nuevas propuestas que hagan
de la videovigilancia una tecnología más proporcional
y efectiva.
9. Garantías técnicas sobre la fiabilidad de los equipos, si
pueden recoger imágenes que son de la suficiente
calidad y en un formato utilizable, etc.
10. Aportar planes en la zona para minimizar los efectos no
deseados o negativos de la videovigilancia.
11. Si la videovigilancia se prolonga a lo largo de los años,
adjuntar informes longitudinales, avalados por
investigaciones científicas independientes.
12. Certificar la formación de los operadores y supervisores.
13. Aportar cómo el trabajo de los operadores y
supervisores se enmarca dentro de una estrategia
coordinada de seguridad local.

Sólo nos queda concluir con la propuesta de fomentar espacios de debate técnico,
jurídico, policial, académico y público sobre estas cuestiones que permitan identificar
buenas prácticas, según los estándares internacionales, para considerar las distintas

199
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

preocupaciones legítimas y razonables de los diversos actores implicados sobre un tema


común que les une, la seguridad en el municipio, en su compleja dinámica.

2. Controles electrónicos o telemáticos de las personas condenadas

Aquí nos centraremos, a modo de ejemplo255, en dos supuestos distintos.

2. 1 Control telemático para evitar la estancia mínima diaria en prisión en


régimen abierto
La clasificación en tercer grado permite disfrutar de un régimen abierto. En general
cuando se está en medio abierto se suele permanecer un mínimo de ocho horas en el
centro penitenciario, salvo que se solicite y apruebe el control telemático. Según se
indica en la propia página web de instituciones penitenciarias256: “Los medios telemáticos
son un conjunto de sistemas electrónicos que Instituciones Penitenciarias utiliza para el
control de presencia a distancia de personas que se encuentran en el ámbito de sus
competencias. El art. 86.4 del vigente Reglamento Penitenciario posibilita una forma
específica de cumplir condena en régimen abierto, sustituyendo el tiempo de estancia
mínimo obligatorio en el establecimiento por medios telemáticos u otros sistemas
adecuados de control”.

2. 2 Pena de localización permanente

Según el art. 33. 4 del CP, tras la reforma de 2015, la pena de localización permanente se
configura como una pena leve con duración de un día a tres meses, pudiendo operar, en
su caso, como una pena sustitutiva de otra. En todo caso, para relaciones de pareja o
familiares, se especifica que dicha localización nunca será en el mismo domicilio de la
víctima257.

Como señala Torres (2012): “Uno de los aspectos más problemáticos en relación con las
penas de cumplimiento en la comunidad –y que la pena de localización comparte, a

255
Habría que considerar también el control de medidas cautelares y de penas de alejamiento.
256
Véase en
http://www.institucionpenitenciaria.es/web/portal/cumplimientoMedioAbierto/controlTelematico.htm.
257
Como había sucedido cuando existía la pena de arresto domiciliario, precedente de la actual pena de
localización.
200
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

pesar de otorgársele naturaleza de pena privativa de libertad- es garantizar el efectivo


cumplimiento de la pena. En el caso que nos ocupa, se trata de garantizar que el penado
permanece efectivamente en su domicilio o en el lugar determinado por el juez en
sentencia, siendo que en sendos lugares no se dispone por naturaleza de un mecanismo
de vigilancia como sucede para los internos en prisión y que, en consecuencia, el efecto
incapacitador de la pena es relativo. Ello comporta la necesidad de diseñar estrategias de
control, ya sea mediante recursos humanos o bien contando con recursos tecnológicos”.

La LO 5/2010 reguló la posibilidad de acordar la utilización de medios electrónicos que


permitan la localización del reo, dándose cobertura legal a una práctica que ya se daba, y
proporcionando al Juez o Tribunal sentenciador la facultad para acordar la utilización de
medios electrónicos o mecánicos para supervisar el cumplimiento de la pena.

En todo caso, Torres (2012) advierte que: “La expresión mediante la que se autoriza la
utilización de medios “que permitan la localización del reo” parece evocar a un ejercicio
de rastreo del lugar en que se halle el sujeto cuando, en realidad, los términos en los que
se describe la pena más bien obligan al sujeto a permanecer en lugar determinado
debiendo limitarse la comprobación a corroborar la ubicación de éste en el sitio fijado.
Este último cometido puede ser fácilmente efectuado mediante sistemas de verificación
de voz y sistemas de radio frecuencia (RF). Estos últimos determinan la proximidad del
dispositivo emisor que porta el penado respecto del receptor ubicado en el domicilio o
lugar de permanencia designado por el juez. De este modo, se podrá comprobar la
presencia del individuo en el lugar determinado judicialmente en las horas previamente
convenidas, pues el dispositivo captará la presencia o ausencia del sujeto en su radio de
acción, sin más efectos fuera de este ámbito.

Considerando su carácter de pena leve, Torres (2012) subraya que: “de lo que se trata no
es de conocer la concreta ubicación del penado en cualquier momento sino de garantizar
que, en las horas señaladas el individuo se encuentra recluido en el lugar señalado
judicialmente. Por ello, el control telemático estático vinculado a la previa concreción de
las horas en las que durante el día el sujeto deba poder ser localizado, resulta suficiente a

201
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

los fines de esta sanción sin que sea necesario recurrir a sistemas de seguimiento
permanente que suponen una mayor intervención sobre la intimidad del penado”.

Finalmente, según Torres (2012): “La configuración legal y reglamentaria de la pena de


localización permanente debería pretender un equilibrio entre los fines retributivos y
preventivos que se atribuyen a la sanción penal. Para ello, en el desarrollo del plan de
cumplimiento de la pena debería perseguirse algo más que la mera permanencia del
sujeto en un lugar concreto y por un tiempo determinado con fines puramente punitivos
-realizando, también tangencialmente, fines preventivo especiales, al evitar el contacto
criminógeno que implica el ingreso en prisión. Ello supone, en primer lugar, la necesidad
de establecer un régimen de cumplimiento que, en los términos propuestos, permita al
penado mantener sus responsabilidades laborales, formativas o familiares, en caso de
tenerlas –o bien recuperarlas o asumirlas en caso de no tenerlas-“.

2. 3 Sistemas tecnológicos de vigilancia electrónica disponibles

Según se detalla en su propia página web, la Secretaría General de Instituciones


Penitenciarias dispone actualmente de los siguientes sistemas de vigilancia electrónica:

 Sistema de monitorización mediante pulseras por red telefónica, bien vía red
conmutada (fija), bien vía móvil, a través de las denominadas unidades celulares.

 Sistemas de verificación de voz, tanto a través de los teléfonos fijos ubicados en


los lugares de control, bien a través de dispositivos que transmiten la información
usando líneas celulares.

 Sistemas de seguimiento continúo de internos mediante tecnologías GPS, que


permiten conocer la ubicación geográfica del sujeto en todo momento, y
establecer zonas de estancia obligatoria o acceso no permitido (zonas de
inclusión o de exclusión).

 Unidades de seguimiento móviles para el control de internos con pulseras


telemáticas en lugares distintos al habitual (por ejemplo, su lugar de trabajo).

202
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

 Sistemas combinados de localización mediante pulseras telemáticas, con control


del consumo de alcohol a distancia.

Todos estos sistemas de vigilancia telemática permiten también establecer


previamente las restricciones de movimiento que se estimen convenientes en cada caso
para hacer compatible la integración social y la seguridad ciudadana.

2. 4 Ventajas y desventajas del control telemático

Ventajas del control telemático

Según el portal de Instituciones Penitenciarias: “Este tipo de medidas de vigilancia evitan


el ingreso en prisión, tanto de los internos en régimen ordinario como en régimen
abierto y de infractores no peligrosos que no hayan cometido delitos graves. Facilitan
también que se cumpla la condena en el entorno familiar y social, evitando la
desestructuración familiar. Permite, además, que el penado continúe su vida laboral y
pueda atender así a la indemnización de la víctima.

La persona sometida a control telemático no sufre los efectos desocializadores del


internamiento en prisión”.

Desventajas del control telemático

Además de las cuestiones apuntadas anteriormente sobre la escasa finalidad


resocializadora, la invasión de la privacidad y la restricción de derechos, se señalan como
desventajas de los controles telemáticos, entre otras:

a) su coste de instalación, mantenimiento y actualización.

En la reforma operada en 2015 en el CP, en la Exposición de Motivos, se señala lo


siguiente: “… en relación con los dispositivos telemáticos para controlar las medidas
cautelares y las penas de alejamiento en materia de violencia de género, se están
planteando problemas sobre la calificación penal de ciertas conductas del imputado o
penado tendentes a hacerlos ineficaces, a las que se alude en la Circular 6/2011, de la
Fiscalía General del Estado, sobre criterios para la unidad de actuación especializada del
Ministerio Fiscal en relación a la violencia sobre la mujer. Por ello, se considera adecuado
tipificar expresamente estas conductas dentro de los delitos de quebrantamiento, a fin de

203
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

evitar que queden impunes los actos tendentes a alterar o impedir el correcto
funcionamiento de dichos dispositivos.”

b) el posible efecto de ampliación de la red de control social –controlando a personas


que, de no existir esta pena, quizá no hubiesen sido condenadas o lo habrían sido a
sanciones menos restrictivas de derechos.

3. Conceptos clave de la lección

-Panóptico digital.

-Eficacia/eficiencia de la videovigilancia.

-Efecto de ampliación de la red de control social (net-widening).

204
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

LECCIÓN XIII. LA POLÍTICA CRIMINAL Y LAS SANCIONES PENALES EN


GENERAL: DESDE LA TORTURA Y LA PENA DE MUERTE A LAS ALTERNATIVAS A
LA PRISIÓN

Esta lección nos sirve a modo de recapitulación de las anteriores. En ella recordaremos
algunos conceptos y plantearemos la posibilidad de una política criminal distinta.

1. Un modelo erróneo de política criminal bajo un concepto erróneo de seguridad

Una política criminal basada en la idea del Derecho penal del enemigo o en el uso
simbólico o promocional del Derecho penal resulta una política errónea por injusta y
contraproducente.

En el fondo, una política así puede expresarse en la idea de la “tolerancia cero” que, en
cierto modo, ha sido apoyada por una interpretación sesgada de la teoría de las ventanas
rotas. Sin embargo, desde un enfoque de derechos humanos e integral, resulta irreal y
punitiva dicha intolerancia en nuestras sociedades complejas. No se trata de no
responder o de responder inadecuadamente, sino de encontrar una política de
prevención, intervención y reparación eficiente y justa.

Recordemos que, según la teoría de las ventanas rotas, al menos en sus elaboraciones
más recientes, los desórdenes producen delincuencia (Larrauri 2007). Larrauri explica
cómo la tesis de Wilson (1975) partía de la existencia de un miedo mayor al riesgo
objetivo de ser víctima. De ahí derivaba la construcción del miedo como problema social
y la explicación de que la inseguridad se relaciona no sólo con los delitos, sino también
con la percepción de los desórdenes. Esta teoría fue reelaborada por Wilson y Kelling
(1982) para indicar que el desorden produce más miedo y, sucesivamente, más delito.
Larrauri señala una tercera versión de esta teoría realizada por Skogan (1990) que explica
cómo finalmente se produce un deterioro físico urbano que puede relacionarse con
factores estructurales como la pobreza y los conflictos raciales. Esta teoría ha sido
criticada por carecer de base empírica por Sampson y Raudenbush (1999). Estos autores
indican cómo existen factores explicativos comunes a los desórdenes y los delitos
(condicionantes estructurales de un barrio y el grado de cohesión, confianza y
expectativas compartidas), sin que puedan establecerse líneas de causalidad directa.
Larrauri afirma que se ha desarrollado una política criminal de las ventanas rotas tanto

205
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

en Norteamérica como en Europa (2007). Ruiz Rodríguez también señala la peligrosa


asociación entre prevención situacional y comunitaria, con la confusión entre delito y
acto incívico, siendo más perceptible este riesgo en la prevención situacional (2010, 12).
Larrauri estima conveniente “una política criminal progresista de prevención local del
delito” orientada “por los siguientes principios expuestos por Bottoms (2006: 273-278)…:
a) tomarse en serio los actos incívicos porque estos guardan relación con el orden social,
lo cual conlleva no desconectarlos del contexto local urbano en el cual se producen y
afrontarlos por ello de forma conjunta; b) resolver la problemática ocasionada por los
actos incívicos comporta buscar soluciones que impliquen a la comunidad más allá de la
ejecución de ordenanzas jurídicas; c) la intervención efectiva en un barrio debe estar
compuesta por elementos horizontales (la participación de la comunidad) y verticales (la
intervención de instituciones exteriores), ambas son necesarias para emitir la señal de
que en esta comunidad existe el control y el orden social necesarios; d) la intervención
puede estar guiada por el resentimiento (valor normativo), pero no por la venganza
(sentimiento basado en el poder); e) el aviso que las autoridades debieran emitir no es
cuántas sanciones se han impuesto al amparo de las diversas ordenanzas, sino el mensaje
normativo de que los actos incívicos persistentes causan daño a los vecinos; f) no se
debería invocar al derecho penal para perseguir actos incívicos que no causen daño
(harm), a no ser que estos fueran ofensivos de forma persistente (wrongful offence), y aun
en este caso deberían recordarse los principios expuestos anteriormente” (Larrauri 2007).

Por tanto, cabe advertir el peligro, desde las últimas décadas, de que el concepto de
seguridad resulte meramente instrumental para el desarrollo de la sociedad global de
consumo: “En un contexto en el que las ciudades compiten entre sí para atraer
inversores, visitantes y residentes de clase media, la seguridad se convierte en una
comodidad deseable que debe ser parte de la nueva imagen que quienes venden las
ciudades en el mercado global tienen que conseguir” (Medina 2010, 27)234. Existe el
riesgo de políticas de tolerancia cero, en línea con una interpretación radical de la teoría
de los cristales rotos o ventanas rotas, que vulnera los principios de legalidad,
proporcionalidad e igualdad, como respuesta a la inseguridad que generan los espacios
más explícitamente degradados. Se aplicó en Nueva York a partir de 1993 y se habló de
policía “de calidad de vida” (Medina 2010, 28).

206
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Redondo establece tres categorías de países por su relación entre tasas reales de
victimización y temor al delito (2009): a) países realistas, como Francia, Suiza e
Inglaterra, donde se ha medido un cierto equilibrio entre la tasa de victimización y la
percepción de inseguridad. b) países optimistas, como Suecia y los Países Bajos, en los
que el miedo al delito es inferior a la tasa real de victimización. y c) países pesimistas,
como España y Portugal, en los que el miedo al delito es muy superior a sus índices
fácticos de victimización. Esta situación se relaciona con políticas criminales de la
seguridad ciudadana que sólo miran a corto plazo y se basan en la punición y la inflación
normativa, frente a la evidencia empírica sobre el modelo rehabilitador o social. No
obstante, debe considerarse la aplicación de esta política en países “realistas” como
Francia o Inglaterra. Pablo Rando Casermeiro sostiene que, principalmente desde el año
2003, el legislador español “ha asumido el modelo del derecho penal de la seguridad
ciudadana en casi todas sus iniciativas de reforma del código penal… además, este
modelo se está extendiendo al derecho administrativo sancionador. Ello se refleja en
algunos preceptos recientemente incorporados al derecho punitivo administrativo,
marcados por un aumento del carácter aflictivo del ius puniendi, así como por una
intensificación de elementos estigmatizantes” (2010, 2)247.

Esta tesis se apoya a su vez en la de Díez Ripollés (2004) que considera que el modelo
penal garantista, desde el que analizar las transformaciones jurídicopenales actuales que
parecen tener respaldo social y político generalizado, no es el que se está aplicando por el
legislador. El nuevo modelo, antagonista del garantista, es el de la seguridad ciudadana
que se basa en una serie de rasgos o tendencias, tal y como han sido estudiadas en el
ámbito anglosajón por Garland (2001) y como parecen reproducirse en nuestro contexto.
El modelo de la seguridad ciudadana se nutre, como fundamentación ideológica, de las
tesis del derecho penal del enemigo y de la reconstrucción del derecho de la
peligrosidad. Según Díez Ripollés, son nueve las ideas motoras del modelo de la
seguridad ciudadana, como fenómenos o “actitudes sociales” actuales: 1. Protagonismo
de la delincuencia clásica; 2. Prevalencia del sentimiento colectivo de inseguridad
ciudadana; 3. Sustantividad de los intereses de las víctimas; 4. Populismo y politización;
5. Revalorización del componente aflictivo de la pena; 6. Redescubrimiento de la prisión;
7. Ausencia de temor de los ciudadanos de excesos en el ejercicio del ius puniendo; 8.
Implicación de la sociedad en la lucha contra la delincuencia; 9. Pensamiento

207
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

criminológico sintomático, centrado en la mejora del control social. Se trataría de


constatar unos fenómenos sociales sin entrar, en principio, en su valoración. Sin
embargo, la valoración es finalmente negativa y se responsabiliza a los medios de
comunicación, a la comunidad, a la clase política y a los propios expertos, penalistas y
criminólogos: “El modelo de la seguridad ciudadana satisface muchas de las necesidades
antedichas: Se asienta sobre un conjunto de valores que se estiman incuestionables,
distingue nítidamente entre ciudadanos y delincuentes, preconiza la dureza frente a
intrusos y extraños, ignora las desigualdades sociales… Suministra, en suma, certezas en
extremo convenientes para desenvolverse en un mundo desregulado e imprevisible”
(Díez Ripollés 2004, 23; 25-26; 29).

Es un modelo que responde a la llamada sociedad del riesgo en el sentido de una


sociedad con una elevada sensibilidad al riesgo de cierto tipo de delincuencia, la común
o clásica (Díez Ripollés 2005, 3-9; 17)250, lo que ha acarreado una expansión del derecho
penal simbólico –especialmente útil en momentos de crisis económica-, como única
forma de adaptación a los cambios sociales, frente al estudio empírico de su aplicación y
efectos reales. Pero, ¿cómo se generan las demandas de la sociedad del riesgo y cómo se
traducen a la política criminal?¿Es cierto, como sostiene Díez Ripollés (2005, 30): “que el
modelo penal de la seguridad ciudadana tiene interés en socavar subprincipios tales
como el monopolio estatal del ius puniendi, otorgando un protagonismo creciente a las
demandas de las víctimas”?, pero: ¿es correcto referirse a las demandas de las víctimas de
forma monolítica?

El penalista italiano Bernardi ha propuesto recientemente un marco conceptual que


distingue una acepción finalista o sentido negativo de la seguridad con otra acepción que
entiende la seguridad como un bien merecedor de protección o un derecho de las
personas (2010), pero resulta confusa la descripción de su carácter como público o
privado, según la acepción. En su descripción del modelo penal actual, Díez Ripollés
utiliza el significado de seguridad ciudadana enmarcado en una determinada ideología -
que critica con razón-, pero no contempla la posibilidad de que el eje de la seguridad
ciudadana sea la protección a través de la justicia social y no principalmente el uso de la
fuerza o las limitaciones de derechos. Es posible explicar a los ciudadanos que las
garantías jurídicas constituyen un elemento de la seguridad. En definitiva, es posible

208
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

hablar de modelos de seguridad ciudadana teniendo un enfoque estructural de la


delincuencia. Así algunos movimientos se refieren a la seguridad inclusiva. Por su parte,
Díez Ripollés alude al modelo penal bienestarista como alternativa al que critica y al
propio modelo garantista que no utiliza el lenguaje actual de la efectividad y eficacia de
la intervención social. Por otra parte, este modelo teórico explicativo de la seguridad
pública no encuentra una verificación clara en la realidad empírica y puede resultar
confuso al mezclar tendencias distintas, con diferentes significados dependiendo de su
contexto. Finalmente, se trata de un modelo normativo que intenta sistematizar y
explicar los cambios actuales en la política penal y sancionadora administrativa, pero no
el miedo al delito.

2. La propuesta de un modelo reduccionista favorecedor de alternativas a la


prisión

Es conocido el capítulo sobre los cinco estudiantes que, en el libro Peines perdues. Le
système pénal en question (1982), desarrollaron Hulsman y Jaqueline Bernat de Celis.
Estos autores, abolicionistas, plantean el caso de cinco estudiantes que viven juntos. Uno
de ellos se lanza sobre el televisor y otros objetos y los rompe. Plantean las diferentes
formas de reaccionar de sus compañeros, todos disgustados por los hechos. Las
diferentes formas de ver y concebir la acción de su compañero les permite dar respuestas
distintas. Uno, el más enfadado, plantea echarlo a la calle, expulsarle (estilo punitivo).
Otro, el más práctico, opina que lo mejor es reponer los objetos rotos y que sean pagados
por el estudiante en cuestión (estilo compensatorio). Otro, muy afectado por lo ocurrido,
opina que seguramente está enfermo y hay que llevarlo al médico (estilo terapéutico).
Finalmente, el último estudiante, más reflexivo, opina que, aunque creían que todo iba
bien entre ellos, evidentemente algo no marchaba adecuadamente para que esto haya
sucedido y convendría pararse a pensar todos sobre ello (estilo conciliatorio).

Este ejemplo nos recuerda que existen diferentes alternativas ante un hecho indeseable o
un delito. En la vida real no resultan excluyentes, sino más bien complementarias, según
el caso concreto. Así Braithwaite nos recuerda que en la cúspide de la pirámide, donde
estarían los delitos más graves, el estilo de control social sería más punitivo, sin perder
nunca la orientación restaurativa, base de su propuesta de intervención.

209
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

En numerosas ocasiones oímos citar la frase de Dostoievski cuando aludía a que estado
de civilización de un país se medía por el estado de sus cárceles. Quizá las tesis
abolicionistas resultan inadecuadas y utópicas en nuestras sociedades, también lo fueron
en su día las tesis abolicionistas sobre la pena de muerte, pero en todo caso urge una
reflexión sobre cómo podemos promover un sistema de justicia penal más humano y
justo. En esa reflexión es preciso recordar la importancia de los movimientos a favor de
las alternativas a la prisión y los derechos humanos de los presos, de los derechos
humanos de las víctimas y de las formas restaurativas de resolución de conflictos
(Varona 1998). Junto con ello debe considerarse el peso de la opinión pública y su
articulación a través del llamado populismo punitivo.

El movimiento en favor de los derechos de los internos y, en concreto, de las alternativas


a la prisión está inspirado, en parte, en las argumentaciones de los teóricos del
etiquetaje, aunque éstos recalcaron más tarde el efecto de ampliación de la red de la
mayoría de ellas, llegándose a afirmar por algún autor que “nada funciona” (Martinson
1974). En la actualidad, se habla de penas no privativas de libertad, penas alternativas -
aun cuando pueden ser autónomas y no sustitutivas de la prisión-, penas vinculadas a la
comunidad -término (community sanctions) introducido por el Informe de 1987 de la
Canadian Sentencing Commission- y penas intermedias258. En Alemania se ha
diferenciado entre consecuencias jurídicas de internamiento y ambulatorias.

Por otra parte, respecto del movimiento en favor de los derechos de las víctimas, a
principios de los sesenta empezaron a escucharse con más fuerza reivindicaciones de
grupos muy diversos de minorías discriminadas (Joutsen 1991), pudiendo destacarse el de
las mujeres. Algunos autores subrayan que, a medida que las reivindicaciones sobre los
derechos se multiplican, surge un conflicto aparente entre ellos, así entre los de las
víctimas y los acusados (Ferrari 1991, 456; Viano 1991, 440-8; Kirchhoff 1992).

En concreto, las víctimas del delito pidieron un “reajuste de la balanza”, “una


introducción del punto de vista de la víctima” (Shapiro 1990). Se crearon distintas

258
Sobre la crítica del término alternativas en cuanto que se sobreentiende la preeminencia de la pena
privativa de libertad, vid. Morris y Tonry (1990) y su propuesta de castigos intermedios, estudiada por
Huber (1994), Davies (1993), Byrne, Lurigio y Petersilia (1992). Cid y Larrauri entienden que en su
creación influyó, en los años ochenta el movimiento del “justo merecido” (1997, 18).

210
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Asociaciones: Victim Support en Gran Bretaña, en 1974, y NOVA (Organización Nacional


para la Asistencia a la Víctima) en Fresno (EE.UU.), en 1976. Les siguieron, un año
después, el Weisser Ring en la República Federal Alemana -luego extendido a Austria,
Suiza y Hungría-. En Canadá, Francia, el Reino Unido y otros países surgieron
asociaciones similares (Kirchhoff 1994, 25; 1997; Jung 1995, 6).

Las demandas del movimiento en favor de las víctimas, que incluyen posiciones más o
menos represivas, se centran en la reparación (Schafer 1965), la participación, la
protección durante el proceso y una protección abstracta, como interés en la
criminalización, frente a la percepción de la inseguridad pública. Algunas de estas
preocupaciones se reconocen ya como derechos en Cartas o Declaraciones, de valor
jurídico relativo, existentes en el Reino Unido, en algunos estados de Australia y de EE.
UU. Se distingue así un modelo personal-estatutario anglosajón de otro continental del
bienestar (Herrera 1996, 269-73), que se manifiesta en el Foro Europeo de Apoyo a las
Víctimas. Con todo, Groenhuijsen recalca la interrelación entre los derechos y los
servicios (1993, 18). En este sentido, la política criminal del siglo XXI se enfrenta al reto
de un diseño que entienda que se trata de los derechos humanos, de víctimas e
infractores. Es una cuestión universal e interdependiente.

La insatisfacción con la actual administración de justicia ha promovido también un


enfoque alternativo al enjuiciamiento como forma exclusiva de resolver conflictos que se
traduce en el llamado movimiento Alternative Dispute Resolution, si bien las
características de algunos ilícitos penales y los posibles desequilibrios de poder deben ser
considerados en la esfera penal (Olalde 2015).

En conexión con los distintos movimientos que favorecen un contexto de alternativas,


puede destacarse la importancia de la opinión pública -y su reflejo en los medios de
comunicación-. En la promoción y legitimación del cambio de paradigma, según García-
Pablos, las actuales investigaciones empíricas parecen demostrar que el sistema penal no
obtiene una legitimación homogénea ni total de la opinión pública y en todo caso esa
legitimación dista mucho de ser un consenso válido basado en el conocimiento real de la
actuación efectiva del sistema y en su valoración racional, pareciendo más bien asentarse
en una ausencia de conocimiento y en imágenes parcialmente ficticias del mismo (1988,

211
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

689). También sabemos que, a medida de que las personas poseen más información,
parecen menos punitivas.

Como ejemplo de estudios genuinamente cualitativos sobre la opinión pública en


relación con el delito, realizado mediante entrevistas en profundidad en EE.UU., puede
citarse el de Gaubatz (1995). Esta investigación demostró las contradicciones relativas al
consenso de la población en la respuesta al delito: las personas que ofrecían índices más
altos de victimización y miedo, no eran más punitivas que el resto. Además, la mayoría,
en un razonamiento moral sobre el merecimiento o la justicia, unían castigo y
compensación a la víctima.

También pueden indicarse una serie de consideraciones más abstractas. El filósofo


francés Gaston Bachelard estudió lo imaginario y la fantasía en varias obras como
Psicoanálisis del fuego (1938), La poética del espacio (1957) o La poética de la ensoñación
(1960). No hay que rechazar el valor de las percepciones porque lo imaginario constituye
una forma de conocimiento más profundo, así como el fundamento intuitivo de las
concepciones. Específicamente, Melossi habla de la “cadena discursiva ideológica” y de
los “vocabularios de motivo punitivo” apuntando a que las sensibilidades variables de la
sociedad se mueven de acuerdo con las sensibilidades de sus elites. Los individuos de
una sociedad aprenden a creer que las preocupaciones y los enemigos de las elites son los
suyos propios. Es parte de la “hegemonía” o dominación cultural de una óptica
omnicomprensiva del mundo, mantenida por los miembros de una sociedad concreta,
para organizar sus relaciones en un momento dado (1995, 175 y 160). En todo caso,
existen otros factores más allá de estas explicaciones de carácter marxista.

En definitiva, debe abogarse por una propuesta reduccionista o proporcionalista para


nuestro país. Cid y Larrauri (1997) -siguiendo a Wasik y von Hirsch (1988)- se posicionan
en favor de un modelo de justificación de las alternativas como sanciones principales, en
función de la gravedad del delito -lo que permite aplicarlas a casos graves-, más allá de
sus objetivos rehabilitadores o, en su caso, reparativos.

No se trata de pensar en la alternativas como utopía o “esperanto penológico” (Davies


1996), sino como posibilidad real de una política criminal más adecuada. Es cierto, como
afirma Rennie (1978, xviii): “...existen muy pocas cosas en este campo que no hayan sido

212
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

probadas en algún momento y consideradas atractivas, olvidadas durante una o dos


generaciones, y después recibidas como la respuesta al problema del delito. En ningún
otro área la historia del fracaso práctico ha proporcionado una garantía más segura de
inmortalidad ideológica.” La prisión ha sido una de ellas.

Pensemos en la progresiva abolición de la tortura, la pena de muerte y las penas


inhumanas o degradantes. El avance en términos de derechos humanos puede parecer
lento en la actualidad pero, sin duda, resulta gigantesco –aunque vulnerable- respecto de
la convivencia humana. El control social resulta inevitable pero pueden elegirse sus
formas y estilos, deseablemente a la luz de la investigación criminológica259.

3. Conceptos clave de la lección

-alternativas a la prisión

-Efecto de ampliación de la red de control social (net-widening)

-abolicionismo

-populismo punitivo

-punitivismo

-políticas de tolerancia cero

-teoría de las ventanas rotas

259
Véase el portal del movimiento “Otro derecho penal es posible”.
213
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

PRÁCTICAS, EJERCICIOS Y ACTIVIDADES

Mediante la lectura de los extractos de los textos propuestos, así como la realización de
otras actividades prácticas, el lector podrá, por sí mismo, establecer un diálogo de ideas
en una materia, la política criminal, siempre abierta al debate sobre los valores
implicados en ella y donde prima la perspectiva de los derechos humanos en toda su
complejidad. En este sentido, se incluyen algunas pautas para su realización de forma
que sirvan al estudiante para comprobar en qué grado podrían ser acertados los
resultados de los ejercicios planteados. En todo caso, se trata de que el lector pueda, con
base en el ejercicio propuesto, responder por sí mismo a las preguntas, más allá de la
respuesta que pueda encontrar en el texto inicial.

Por cada lección se proponen dos ejercicios.

I. INTRODUCCIÓN

1) Lea el texto de Enzo Musco. 2014. La irracionalidad en el Derecho penal, Revista


Electrónica de Ciencia Penal y Criminología 16, accesible en
http://criminet.ugr.es/recpc/16/recpc16-r1.pdf y explique en qué medida sus
observaciones se corresponden con el Manifiesto de catedráticos de Derecho penal
contra la reforma del CP, de 21 de enero de 2015, que reproducimos a continuación.

Manifiesto de catedráticos de Derecho Penal contra la reforma CP (enero 2015)

Los abajo firmantes, todos Catedráticos de Derecho Penal de treinta y tres Universidades
Públicas españolas, ante la grave situación que atraviesa la legislación sancionadora penal
y administrativa en España, quieren poner de manifiesto y hacer públicas las siguientes
consideraciones.

1ª) El Gobierno, abusando de una mayoría absoluta obtenida legítimamente en las últimas
elecciones, está impulsando unas reformas penales que padecen, al menos, de los
siguientes defectos:

a) En primer término evidencia una enorme pobreza técnica, lo que se ha puesto de relieve
por los juristas que han informado ante la Comisión de Justicia del Congreso de los
Diputados. Así, y paradójicamente, en unos tiempos en los que la calidad de la doctrina

214
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

penal española está en uno de sus mejores momentos históricos, el Gobierno da a luz una
pésima legislación de la mano de ignotos asesores. Lo anterior es lo que, seguramente,
explica el que se hayan introducido en el texto de la reforma preceptos que superan la
Constitución, pero no solamente por sus propuestas de fondo sino también por el
deliberado y constante uso de términos ambiguos en la redacción de las normas, lo que
compromete seriamente exigencias básicas del principio de legalidad penal;

b) En la elaboración de las dichas reformas el Gobierno, además, ha prescindido de la


tradición jurídica española, olvidando las esforzadas elaboraciones jurisprudenciales y
doctrinales que han permitido en los últimos decenios superar problemas que nos
perseguían desde hace siglos. Pues bien, cuando buena parte de las dificultades ya estaban
solucionadas con las últimas reformas penales y las aportaciones de la doctrina y
Jurisprudencia, el Gobierno vuelve a arrojarnos en los brazos de la inseguridad y de la
incertidumbre;

c) Las reformas propuestas, además, beben político criminalmente de las peores fuentes del
siglo XX, de las corrientes más reaccionarias, más autoritarias, de aportaciones en suma
que han sido por todos denostadas;

d) Algunas de las iniciativas legislativas llevadas al texto de la reforma, profundizan en una


línea dirigida conscientemente a alejar a los ciudadanos del servicio público de la
Justicia, “privatizando” no pocas infracciones actualmente consideradas faltas y
en las que se ven involucrados anualmente decenas de miles de ciudadanos: es el
caso de los accidentes de tráfico. Esa privatización va a provocar que el ciudadano
cargue con el pago de tasas, costas y peritajes, lo que le llevará en no pocas
ocasiones a renunciar a reclamaciones para mayor beneficio de las compañías de
seguros;

e) Se produce un indeseado incremento de la gravedad de no pocas conductas,


especialmente por la conversión de faltas en delitos, a lo que se suma el aumento
de unas penas de prisión que ya son de por sí demasiado altas (pueden llegar hasta
los cuarenta años) y a la previsión de una injustificable pena de cadena perpetua.
Con todo ello el único efecto seguro va a ser el del aumento de una población penitenciaria
ya suficientemente elevada, lo que por otra parte no se traducirá en una mayor seguridad

215
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

ciudadana. Pero, quizá, lo más grave de esta iniciativa legislativa –por si lo anteriormente
expuesto no fuera ya suficiente- es el claro abandono que se produce del principio de
culpabilidad y su sustitución por criterios de peligrosidad: la dignidad humana va a
resultar pisoteada en aras de un defensismo a ultranza, y los ciudadanos van a verse
entregados no a la seguridad de la norma sino a la indeterminación de los criterios
personales con los que se va a “administrar” la peligrosidad.

2ª) El Gobierno ha decidido privatizar, también, la seguridad, prescindiendo del modelo de


seguridad pública que ha permitido mantener a España como uno de los países menos
violentos del mundo. Para ello ha reducido drásticamente las plantillas de Guardia
Civil y Policía Nacional y entregado a las empresas privadas ámbitos enteros de la
seguridad –comenzando por las prisiones-, y habilitando a estas entidades para
que mediante las oportunas comisiones provinciales, autonómicas y nacional
decidan en cada momento el modelo de seguridad y las iniciativas a tomar a ese
respecto. Este nuevo paradigma resulta reforzado por modificaciones como las
contenidas en el Proyecto de reforma del Código Penal, mediante las que se
equiparan, a efectos penales, los vigilantes privados de seguridad a los
funcionarios públicos.

3ª) Mediante el Proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana que en estos momentos se está
tramitando en el Congreso, el Gobierno pretende restringir el derecho de reunión y
manifestación. Para ello eleva a concepto de referencia no el de “orden público” entendido
como normalidad en las manifestaciones colectivas de la vida ciudadana (que obviamente
comprende las manifestaciones y reuniones y otro tipo de expresiones con las cuales se
quiere poner de relevancia un cierto estado de opinión), sino el del mero “orden en las
vías públicas” que en las opciones del Proyecto de Ley resulta siempre alterado por el
ejercicio de derechos fundamentales. De ahí las fortísimas sanciones con las que se
amenaza a los participantes en las manifestaciones y los exorbitantes poderes reconocidos
a las fuerzas de seguridad (que podrán estar apoyadas, no se olvide, por miembros de las
policías privadas). Se trata, en definitiva, de un intento de poner sordina a las protestas
ciudadanas indignadas ante el constante recorte del Estado del Bienestar. Se trata de una
ley claramente regresiva, con la que se pretende convertir en papel mojado buena parte de
la declaración de derechos contenida en la Constitución.

216
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

4ª) El Gobierno burla continuamente los trámites legalmente establecidos para la


tramitación de las leyes que afectan a derechos y libertades fundamentales. En efecto, y
valga como ejemplo lo que está sucediendo con la reforma del Código Penal, tras presentar
un determinado texto a informe de la Fiscalía General del Estado y del Consejo General del
Poder Judicial, se termina llevando a las Cámaras Legislativas un nuevo Proyecto que
incluye materias que no han sido objeto previamente de dictamen; e incluso, en el
seno del trámite parlamentario se introducen -bajo la cobertura de enmiendas del
Grupo Parlamentario que sostiene al Ejecutivo- nuevas regulaciones referidas a
delitos que no habían sido sometidas tampoco a dictamen previo. Todo esto
constituye un evidente fraude de ley del que ha advertido ya el Consejo de Estado y la
misma Sala 3ª del Tribunal Supremo. De esta forma no sólo se conculca la legalidad vigente
sino que al hacerlo se hurta a las leyes de los controles debidos: una forma, pues, de
auténtica utilización arbitraria del poder, sólo que en el ámbito de la producción
legislativa. Entendemos que nos encontramos ante un verdadero estado de necesidad
política provocado por la deslealtad democrática del actual Gobierno, quien mediante las
denunciadas iniciativas legislativas está elaborando una urdimbre jurídica
extraordinariamente alejada de un sistema democrático atento a las libertades y derechos
fundamentales, y mucho más próxima a un sistema autoritario que francamente creíamos
ya olvidado. Por todo lo anterior reclamamos a la mayoría parlamentaria que se
constituya tras las próximas elecciones generales, que considere la necesidad de
derogar, de raíz y sin excepciones, las leyes de seguridad privada, seguridad
ciudadana y la nueva reforma penal; y que sólo posteriormente, y con el consenso
más amplio posible y los mejores modos democráticos, pacten con los grupos
parlamentarios las reformas penales, administrativas y procesales que
verdaderamente resulten necesarias para el mejor gobierno de la nación y la
tutela de todos los ciudadanos.

Álvarez García (Universidad Carlos III); Abel Souto (Santiago de Compostela); Acale Sánchez
(Cádiz); Alonso Álamo (Valladolid ); Benítez Ortuzar (Jaén); Berdugo Gómez de la Torre
(Salamanca); Boldova Pasamar (Zaragoza); Cancio Meliá (Autónoma de Madrid); Carbonell Matéu
(Valencia); Carmona Salgado (Granada); Cervelló Donderis (Valencia); Corcoy Bidasolo
(Barcelona); Cuerda Arnau (Jaume I); Cuerda Riezu (Rey Juan Carlos); De la Cuesta Aguado

217
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

(Cantabria); De Vicente Martínez (Castilla-La Mancha); Demetrio Crespo (Castilla-La Mancha);


Díaz y García Conlledo (León); Díez Ripollés (Málaga); Dopico Gómez-Aller (Carlos III); Doval País
(Alicante); Esther Hava (Cádiz); Faraldo Cabana (Coruña); Fernández Teruelo (Oviedo); Ferré Olivé
(Huelva); García Albero (Lérida); García Arán (Autónoma de Barcelona); García Pérez (Málaga);
García Rivas (Castilla-La Manc ha); Gimbernat Ordeig (Complutense); González Cussac (Valencia);
González Rus (Córdoba); Gracia Martín (Zaragoza); Guanarteme Sánchez-Lázaro (La Laguna);
Iglesias Río (Burgos); Juanatey Dorado (Alicante); Lamarca Pérez (Carlos III); Laurenzo Copello
(Málaga); Lorenzo Salgado (Santiago de Compostela); Maqueda Abreu (Granada); Martínez Buján
(Coruña); Martínez Escamilla (Complutense); Miró Linares (Miguel Hernández); Morales Prats
(Autónoma de Barcelona); Muñoz Conde (Pablo de Olavide); Muñoz Sánchez (Málaga); Nieto
Martín (Castilla-La Mancha); Nuñez Paz (Huelva); Orts Berenguer (Valencia); Otero González
(Carlos III); Paredes Castañón (Oviedo); Peñarando Ramos (Autónoma de Madrid); Pérez Cepeda
(Salamanca); Pérez Manzano (Autónoma de Madrid); Peris Riera (Murcia); Portilla Contreras
(Jaén); Queralt Jiménez (Barcelona); Quintero Olivares (Rovira i Virgili); Rebollo Vargas
(Autónoma de Barcelona); Robles Planas (Pompeu Fabra); Rodríguez Montañés (Alcalá de
Henares); Rueda Martín (Zaragoza); Sola Reche (La Laguna); Terradillos Basoco (Cádiz); Zúñiga
Rodríguez (Salamanca).

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Qué ocurre en
el contexto
español con las
¿En qué medida últimas
se están reformas?
respetando en la
actualidad?
¿Cuáles son los
principios del
Derecho penal en
un Estado
democrático de
Derecho y por
qué son
importantes?

218
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

2) Lea los artículos del Profesor José Luis Rodríguez Ripollés e identifique las
características de un modelo de política criminal reduccionista frente a otro rigorista.

(2013) Rigorismo y reforma penal. Cuatro legislaturas homogéneas (1996-2011): Parte I y


II, Boletín criminológico 142-143 (accesibles en
http://www.boletincriminologico.uma.es/boletines/142.pdf y
http://www.boletincriminologico.uma.es/boletines/143.pdf).

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Cuáles serían
los principales
obstáculos para
¿En qué se basa optar por un
el autor para modelo
afirmar que el reduccionista en
modelo actual es el contexto
rigorista? español actual?
¿El modelo
reduccionista se
corresponde con
los principios
indicados en el
anterior
ejercicio?

219
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

II. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (1): POLÍTICA CRIMINAL Y


DELINCUENCIA DE CUELLO BLANCO

1) Tras leer el texto de los Inspectores de Hacienda del Estado (2014) “El grave problema
de la corrupción en España”, accesible en http://www.inspectoresdehacienda.org/,
identifique qué medios demanda este colectivo para la prevención e investigación de la
corrupción.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿En qué medida


los inspectores
de Hacienda
¿Qué propuestas pueden actuar
de intervención solos o es
se sugieren para necesaria la
cada uno de cooperación y, si
ellos? es así, como se
¿Cuáles son los propone
contextos en los articularla a
que se detecta escala estatal e
mayor corrupción internacional?
en el Estado?

2) Busque los últimos eurobarómetros de la Unión Europea sobre la percepción


ciudadana respecto de la corrupción en cada país y clasifique, de mejor a peor, los países
cuya población percibe que el problema de la corrupción es menor260. Reflexione sobre
los posibles factores culturales y estructurales explicativos de esas diferencias.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

260
Véanse, entre otros portales, http://ec.europa.eu/spain/sobre-la-ue/euro-barometro/index_es.htm.
220
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

¿Qué otros
factores
culturales,
¿La percepción, económicos y
es decir, la sociopolíticos
corrupción pueden explicar
subjetiva se las diferencias
correspondería de percepción
¿Hay países con la corrupción entre países?
europeos donde objetiva o real?
la percepción de
corrupción es
mucho mayor
que en otros o
estamos ante
porcentajes
similares?

221
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

III. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (2): POLÍTICA CRIMINAL Y


TERRORISMO

1) Reflexione sobre el llamado Derecho penal del enemigo, leyendo el texto de: Álvarez,
R. R. (2012). El derecho penal del enemigo. El problema de su legitimidad a la luz de
algunos de sus defensores y detractores. Ars Boni et Aequi, 8(2), 145-184, accesible en
http://www.ubo.cl/icsyc/wp-content/uploads/2012/07/03-Rodrigo-R%C3%ADos.pdf.
Resuma en un párrafo en qué sentido la política criminal actual en diferentes países sigue
este modelo o no.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Ha empeorado
el panorama en
Europa tras los
¿Se trata a las ataques de París
personas que del 13 de
comenten delitos noviembre de
de terrorismo 2015?
como enemigos?
¿De dónde
procede el
término de
Derecho penal
del enemigo?
¿Quién lo acuñó
y para qué tipo
de delitos?

2) Después de leer las propuestas del Grupo de Estudios de Política Criminal, (2013) “Una
propuesta de renovación de la política criminal sobre terrorismo”, accesible en
http://www.gepc.es/web/contenido/una-propuesta-de-renovaci%C3%B3n-de-la-
pol%C3%ADtica-criminal-sobre-terrorismo-2013, ¿cree que debería cambiar la política
criminal en el momento actual en la línea apuntada por dicho Grupo? ¿Por qué?

222
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Qué propone
exactamente?

¿Por qué la
critica?

¿Cómo define el
GEPC la política
criminal española
actual sobre
terrorismo?

223
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

IV. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (3): POLÍTICA CRIMINAL Y


VIOLENCIA DE GÉNERO

1) Consulte y comente los puntos principales de la última memoria publicada del


Observatorio contra la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder
Judicial, accesible en http://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Temas/Violencia-domestica-y-
de genero/Actividad-del-Observatorio.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Está
cambiando en
los últimos años
¿Y la violencia el perfil de
doméstica? autores y
víctimas?

¿Está
aumentando la
violencia de
género según esa
memoria?

2) Compare dichos datos, y su metodología de recogida y análisis, con la última memoria


disponible de la Fiscalía General del Estado, en su sección específica sobre violencia de
género, accesible en http://www.fiscal.es.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

224
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

¿En qué medida


son
comparables
¿Qué aspectos ambas
quedan mejor memorias?
recogidos en una
memoria u otra?
¿Cuál es la fuente
de obtención de
datos de la
memoria de la
FGE en
comparación con
la del
Observatorio?

225
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

V. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (4): POLÍTICA CRIMINAL E


INFRACCIONES CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL

1) Según el texto de Concepción Rodríguez Yagüe. 2013. Delincuencia sexual: reforma y


ejecución penal. Revista del Instituto Universit. de investigación en Criminología y
Ciencias Penales de la UV, accesible en http://www.uv.es/recrim, ¿por qué se critican la
reformas en esta materia?

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Consiguen esas
reformas
prevenir los
¿Cuál es el perfil delitos contra la
de las personas libertad sexual?
condenadas por
delitos contra la
libertad sexual?
¿Son más
punitivas las
reformas
realizadas
recientemente
respecto de los
delitos contra la
libertad sexual?

2) ¿Qué conclusiones extrae de la lectura del siguiente texto? Meritxell Pérez Ramírez,
Santiago Redondo Illescas, Marian Martínez García, Carlos García Forero y Antonio
Andrés Pueyo. 2008. Predicción de riesgo de reincidencia en agresores sexuales,
Psicothema 20, 2: 205-210, accesible en http://www.psicothema.com.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

226
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

¿Cuáles serían
los factores más
importantes
¿En qué medida para predecir el
la recogida de riesgo?
variables
necesarias para
esa predicción es
¿Hay algún posible y
instrumento más adecuada?
fiable que otros
para predecir el
riesgo de
reincidencia en
delitos sexuales?

227
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

VI. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (5): POLÍTICA CRIMINAL E


INFRACCIONES CONVENCIONALES CONTRA LA PROPIEDAD AL HILO DE LA
TEORÍA DE LAS VENTANAS ROTAS

1) ¿Cuál es el mensaje fundamental de la teoría de las ventanas rotas de Wilson y Kelling?


Por favor, lea el texto de James Q. Wilson y George L. 1982. Broken Windows. The police
and neighborhood safety, he Atlantic Monthly, 249, 3: 29-38. Traducido por Daniel
Fridman, 2001. Delito y sociedad. Revista de Ciencias Sociales 15-16: 67-79. accesible en
http://catedras.fsoc.uba.ar/pegoraro/Materiales/Broken_Windows.PDF.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Tiene un apoyo
empírico
consistente?
¿Es una teoría
que apoye o
fomente una
intervención más
punitivista?
¿Por qué se
denomina esta
teoría "ventanas
rotas"?

2) ¿Por qué Santiago Redondo se opone a las políticas de tolerancia cero? Lea la
recensión de su libro “In-tolerancia cero”, por Andrea Giménez Salinas y César San Juan.
2009. Revista Española de Investigación Criminológica 7, accesible en
http://www.criminologia.net.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

228
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

¿Cuál es su
opinión al
respecto con
¿Cuándo se base en la
empezó a hablar argumentación
de políticas de de S. Redondo?
tolerancia cero y
en qué
¿Qué significa la contextos?
tolerancia en las
sociedades
democráticas?

229
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

VII. LA PERSPECTIVA DE LA TIPOLOGÍA DELICTIVA (6): POLÍTICA CRIMINAL Y


POLÍTICA EN MATERIA DE DROGAS

1) ¿En qué basa Cuerda Riezu sus propuestas despenalizadoras? Por favor, lea el texto de
Cuerda Riezu, A. R. 1994. La despenalización de las drogas: tres parábolas históricas y
una conclusión, Jueces para la democracia 22: 25-28, accesible en
www.juecesdemocracia.es.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Cuáles serían
sus
inconvenientes?
¿Qué ventajas
traería la
despenalización?

Cuando se habla
de
despenalización,
¿se piensa en
todo tipo de
drogas?

2) ¿En qué medida la realidad Latinoamericana es distinta? Lea el texto de Medrano


Umaña, Karla Ivonne; Escobar de Bermudez, Ana Jessenia y Siguenza Ventura, Nancy
Vanessa. 2012. Estudio sobre la propuesta de despenalización de drogas en
Centroamérica y sus efectos en la política exterior de los países centro americanos, año
2012. Tesis de Licenciatura de la Universidad de El Salvador, accesible en
http://ri.ues.edu.sv/2728/.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

230
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

¿Por qué la
despenalización
afectaría a la
¿Cuáles han sido política exterior
los costes y cómo?
sociales y
económicos de
las políticas en
¿Por qué en materia de
Latinoamérica el drogas seguidas
debate de la hasta el
despenalización momento en
es mayor que en Centroamérica?
Europa, al menos
en algunos
países?

231
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

VIII. LA PERSPECTIVA DEL SUJETO (PRESUNTO AUTOR/VÍCTIMA) (1): POLÍTICA


CRIMINAL, POLÍTICA MIGRATORIA Y DISCRIMINACIÓN

1) Tras leer el texto de Juan R. Méndez (2014) “Discursos y prácticas racistas en la


Administración española”
(http://www.ujaen.es/huesped/rae/articulos2014/7mendez14.pdf), ¿cree que las
administraciones con las que usted se relaciona son racistas o discriminatorias? ¿En qué
sentido?

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿En qué medida es


posible cambiar
prácticas que se
¿Por qué hacen realizan consciente e
tanto daño a las inconscientemente?
víctimas que las
sufren?
¿Qué son
prácticas
racistas?

2) Tras leer el texto de Javier De Lucas (2014) ”Derechos humanos: Los derechos de los
inmigrantes: decálogo para las políticas europeas de inmigración y asilo”
(http://alrevesyalderecho.infolibre.es/?p=3461) y ver el reportaje “Al otro lado de la
valla”, de La Sexta, sobre el control de la valla en Melilla
(http://www.lasexta.com/videos-online/programas/salvados/jordi-evole-otro-lado-
valla_2014040300214.html), ¿qué propuestas de política migratoria haría con un enfoque
de derechos humanos?
232
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Qué obstáculos
de diferente
índole habría
¿Qué elementos que vencer para
habría que ello?
incorporar para
que así fuese?
¿Por qué la
política
migratoria actual
no se basa en los
derechos
humanos?

233
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

IX. LA PERSPECTIVA DEL SUJETO (PRESUNTO AUTOR/VÍCTIMA) (2): POLÍTICA


CRIMINAL Y MENORES

1) Lea el texto de Thornberry, Terence P. Peggy C. Giordano, Christopher Uggen, Mauri


Matsuda, Ann S. Masten, Erik Bulten, Andrea G. Donker, David Petechuk y Santiago
Redondo. 2013. Explicaciones teóricas de las transiciones delictivas, Revista Española de
Investigación Criminológica 11, accesible en http://www.criminologia.net/pdf/reic/ano11-
2013/a112013monografias2.pdf.

¿En qué medida las perspectivas biológicas o neurocientíficas condicionarán en un


futuro el conocimiento y la política criminal respecto de la delincuencia de menores?

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Hay riesgo de un
nuevo determinismo
¿Cuáles son los criminológico en las
diferentes grupos perspectivas biológicas
de teorías que y neurocientíficas?
existen sobre las
transiciones
¿Qué son las delictivas?
transiciones
delictivas?

234
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

2) Lea el texto de Montero H., T. (2014). La criminalidad juvenil en España (2007-2012).


Revista Criminalidad 56 (2): 247-261, accesible en
http://www.policia.gov.co/imagenes_ponal/dijin/revista_criminalidad/vol56_2/08.pdf.
¿En qué medida ha cambiado la delincuencia juvenil en los años analizados? ¿Debería
haber un cambio de política criminal? ¿En qué sentido?

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿La tendencia en la
política criminal
¿Existe alarma española hacia los
social al respecto menores es más o
y está menos punitivista? ¿Por
justificada? qué?
¿Ha aumentado
la delincuencia
juvenil en
nuestro país?

235
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

X. LA PERSPECTIVA TERRITORIAL (1): LAS POLÍTICAS MUNICIPALES ENTRE LA


GLOBALIZACIÓN Y LA LOCALIZACIÓN

1) Lea la introducción y las conclusiones, así como los apartados que le resulten de mayor
interés de las auditorías locales de seguridad desarrolladas por el Instituto Vasco de
Criminología en Irun
(http://www.ehu.eus/documents/1736829/2153017/Auditoria+local+de+seguridad+y+polit
icas+preventivas+irun.pdf) y Barakaldo
(http://www.ehu.eus/documents/1736829/2159238/Analisis+local+de+seguridad+desde+l
a+criminologia+auditoria+barakaldo.pdf). Seleccione un municipio e intente reunir toda
la información relevante sobre el mismo en relación con la delincuencia y la
victimización mediante información en línea de las diferentes estadísticas municipales
(web del Ayuntamiento) y penales (web de la Ertzaintza, Ministerio de Interior, Fiscalía).

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Qué habría que hacer


para garantizar la
¿Existen datos existencia,
fiables sobre la sostenibilidad y
victimización en comparabilidad de los
los municipios? datos a escala
¿Es sencillo municipal?
obtener datos
fiables y
comparables
respecto de las
estadísticas
penales por
municipios?

236
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

2) Tras leer el texto de Elena Larrauri. 2007. Ayuntamientos de izquierdas y control del
delito, InDret 3, accesible en http://www.indret.com/pdf/449_es.pdf, infórmese sobre si
existe una ordenanza de civismo en su población y si su contenido sería también
criticable a tener de la lectura propuesta.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

Consultando la página
web de su
¿Qué tipo de Ayuntamiento u otras
conductas fuentes, ¿existe alguna
sancionan y ordenanza similar en su
cómo? municipio? ¿Existen
¿Qué son las memorias o
ordenanzas evaluaciones sobre su
municipales aplicación y los efectos
sobre civismo u que está teniendo
orden público? respecto de los fines
perseguidos? ¿Son
legítimos esos fines y
los medios utilizados?

237
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

XI. POLÍTICA CRIMINAL Y ABUSOS DE PODER: LAS OPCIONES EN TORNO A LA


JURISDICCIÓN UNIVERSAL

1) Lea el artículo de Javier Chinchón. 2015. Caso Sahara: ¿justicia universal sólo para
españoles? Eldiario.es, 16.04.15, accesible en http://www.eldiario.es/contrapoder/Sahara-
justicia_universal_6_378022215.html. Comente por qué critica el autor la última reforma
de la justicia o jurisdicción universal.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Cuáles son las


consecuencias de esa
¿Cuáles han sido mayor limitación?
los motivos de su
restricción en
España?
¿Qué es la
jurisdicción
universal?

238
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

2) Visite la página web de la Fundación FIGBAR Pro Derechos Humanos y Justicia


Universal en http://www.fibgar.org/ y véase y comente la propuesta de principios sobre
la jurisdicción universal (https://principiosju.wordpress.com/principios/) aprobados en
su Congreso de Madrid en 2014.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿En qué medida es


realista esta propuesta?
¿Cuáles son los
principios que se
proponen en el
texto?
¿Por qué es
importante la
jurisdicción
universal desde
el punto de vista
de los derechos
humanos?

239
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

XII. LA PERSPECTIVA TECNOLÓGICA: VIDEOVIGILANCIA Y CONTROLES


ELECTRÓNICOS

1) Según la lectura de S. Ruiz Chasco, S. 2014. Videovigilancia en el centro de Madrid:


¿Hacia el panóptico electrónico? Revista Teknokultura 11(2), 301-327, accesible en
http://teknokultura.net/index.php/tk/article/view/226, ¿tiene alguna relación el
fenómeno de la gentrificación con la videovigilancia?

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Qué tipo de seguridad


crea la videovigilancia
¿Qué sifinifica el en estos barrios?
panóptico
electrónico?

¿Qué es la
gentrificación?

240
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

2) Tras leer el texto de José Luis Díez Ripollés. 2014. El control de espacios públicos como
técnica de exclusión social. Algunos contrastes regionales, Revista Española de
Investigación Criminológica 12, accesible en http://www.criminologia.net/pdf/reic/ano12-
2014/a122014art4.pdf, reflexione en qué modo la utilización de la videovigilancia es
diferente en los países nórdicos.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

Además de su polémica
efectividad, ¿existen
¿Con qué otros factores
finalidad se socioeconómicos y
utiliza la culturales que puedan
videovigilancia explicar el diferente uso
en los diferentes de la videovigilancia en
¿Qué países países?
hacen más uso los distintos países?
de la
videovigilancia?

241
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

XIII. LA POLÍTICA CRIMINAL Y LAS SANCIONES PENALES EN GENERAL: DESDE


LA TORTURA Y LA PENA DE MUERTE A LAS ALTERNATIVAS A LA PRISIÓN

1) Según el texto de José Cid. 2010. La política criminal europea en materia de sanciones
alternativas a la prisión y la realidad española: una brecha que debe superarse, Estudios
Penales y Criminológicos 30, 55-83, accesible en http://dspace.usc.es/handle/10347/4155,
¿qué factores explican esa brecha?

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Existe apoyo social en


nuestro país para la
¿Por qué el autor aplicación de las
cree que existe sanciones alternativas?
una brecha con
la política de
otros países
¿Cómo definiría europeos y de la
la política propia UE?
criminal española
en materia de
sanciones
alternativas?

242
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

2) Considerando todas las lecciones desarrolladas, ¿en qué medida está usted de acuerdo
con el texto de Pablo Castaño. 2014. ¿Otra política penal es posible? Un estudio de la
viabilidad de una política criminal alternativa al populismo punitivo, Estudios Penales y
Criminológicos 34, 561-638, accesible en
http://www.usc.es/revistas/index.php/epc/article/view/2059/2225.

PAUTAS ORIENTADORAS PARA REALIZAR CORRECTAMENTE EL EJERCICIO:

¿Qué recursos
económicos, sociales y
¿Cuáles serían culturales serían
los ejes necesarios para diseñar,
fundamentales aplicar y evaluar esta
de esta política política alternativa?
alternativa?
¿Por qué debe
plantearse una
política
alternativa?

243
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

BIBLIOGRAFÍA261

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261
Véanse también las lecturas recomendadas en las actividades y ejercicios.
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OTROS RECURSOS ELECTRÓNICOS

1. NORMATIVA:

-Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de
23 de noviembre, del Código Penal:

http://www.boe.es/boe/dias/2015/03/31/pdfs/BOE-A-2015-3439.pdf

-Ley Orgánica 2/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de
23 de noviembre, del Código Penal, en materia de delitos de terrorismo:

http://www.boe.es/boe/dias/2015/03/31/pdfs/BOE-A-2015-3440.pdf

-Ley Orgánica de la Seguridad Ciudadana:

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de-la-seguridad-ciudadana.html

2. PORTALES DE INSTITUCIONES Y ENTIDADES:

A) INTERNACIONALES

-Oficina de las Naciones Unidas sobre las Drogas y la Delincuencia:

http://www.unodc.org/

-Comité del Consejo de Europa sobre asuntos penales:

http://www.coe.int/t/DGHL/STANDARDSETTING/CDPC/default_en.asp

-Unión Europea. Justicia penal:

http://ec.europa.eu/justice/criminal/index_es.htm

B) ESTATALES

-Congreso de los Diputados:

259
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

http://www.congreso.es

-Ministerio del Interior:

http://www.mir.es

-Ministerio de Justicia:

http//www.justicia.es

-Consejo General del Poder Judicial:

http://www.poderjudicial.es

-Fiscalía General del Estado:

http://www.fiscal.es

-Colegio de Abogados de Pamplona (área derecho penitenciario)

http://www.derechopenitenciario.com

-Grupo de Estudios de Política Criminal

http://www.gepc.es

-Penal Reform International:

http://www.penalreform.org/

3. REVISTAS ELECTRÓNICAS:

-Revista Política Criminal:

http://www.politicacriminal.cl.

-Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología:

http://criminet.ugr.es/recpc/

-Revista para el Análisis del Derecho:

260
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

http://www.indret.com

-Revista Foro Fundación Internacional de Ciencias Penales:

http://www.ficp.es/revista-foro-ficp/

-Revista del Instituto Universit. de Investigación en Criminología y Ciencias Penales de la


UV:

http://www.uv.es/recrim

-Revista Española de Investigación Criminológica:

http://www.criminologia.net

-Revista de Estudios Penales y Criminológicos:

http://www.usc.es/revistas/index.php/epc

-Eguzkilore. Cuaderno del Instituto Vasco de Criminología:

http://www.ehu.eus/es/web/ivac/revista-eguzkilore

-Boletín Criminológico:

http://www.boletincriminologico.uma.es

-Cuadernos de Criminología y Política Criminal:

http://www.inpeccp.org/index.php?option=com_k2&view=itemlist&layout=category&tas
k=category&id=5&Itemid=11

4. OTROS /MATERIALES AUDIOVISUALES:

-Reportaje “Al otro lado de la valla”, de La Sexta, sobre el control de la valla en Melilla y
las políticas migratorias:

http://www.lasexta.com/videos-online/programas/salvados/jordi-evole-otro-lado-
valla_2014040300214.html)

261
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

-Para todos La 2 –Debate: Drogas:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-21-03-12/1355126/

-Para todos La 2 –Debate: Consecuencias del cannabis:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-debate-consecuencias-
cannabis/2772413/

-Sobre la vida en prisión en España y a su salida de ella:

https://vimeo.com/13509072

-Sobre el régimen FIES en las cárceles:

http://www.documentales-online.com/la-tortura-en-las-carceles-espanolas-fies/

262
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

AUTOEVALUACIÓN

Por favor responda a las siguientes preguntas tipo test. Se ha incluido una pregunta por
lección. Debe elegir entre una de las cuatro respuestas opcionales. Al final del ejercicio
encontrará las respuestas correctas.

1. El concepto de control social, en relación con los estudios de política criminal,


se refiere a:

a) la represión de las conductas indeseables en una sociedad.

b) el control de las poblaciones en general.

c) las opciones sobre cómo mantener el orden social en una sociedad dada.

d) ninguna de las anteriores.

2. Entre las teorías criminológicas que explican la delincuencia de cuello blanco y


su posible impacto en la prevención de estas conductas, destaca:

a) la teoría de las ventanas rotas.

b) las teorías críticas.

c) la teoría del control social.

d) la teoría de la asociación diferencial.

3. Cuando se habla de la aplicación de un derecho penal del enemigo en materia


de terrorismo, se quiere decir que:

a) el terrorismo es una de las conductas más graves.

b) el terrorismo causa daños personales, sociales y políticos.

c) se trata al infractor como un no ciudadano o un ciudadano con menos derechos


básicos.

d) todas las anteriores.

263
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

4. El empleo de un derecho penal promocional en materia de violencia de género


significa:

a) que los intereses del movimiento feminista son utilizados para obtener réditos
políticos.

b) que se cree que el derecho penal es un buen instrumento para fomentar los derechos
de los colectivos discriminados o de las minorías.

c) que se quiere enviar un mensaje a la sociedad sobre el rechazo de esas conductas,


aunque no se aseguren los recursos necesarios para su detección y prevención.

d) todas las anteriores.

5. ¿En qué medida el populismo punitivo tiene que ver con la agravación de las
penas para los delitos sexuales?

a) porque se aprovecha la desinformación y las emociones de rechazo suscitadas en la


opinión pública para hacer un uso simbólico del derecho penal.

b) porque las personas conocen perfectamente a través de los medios la dinámica de los
delitos sexuales.

c) porque causa una gran alarma social el hecho de que los delitos sexuales estén
escasamente penados.

d) porque la reincidencia de los delincuentes sexuales, según las investigaciones


empíricas, es muy alta.

6. ¿En qué medida puede hablarse de la criminalización de la exclusión social?

a) cuando no se consideran las circunstancias económicas de la persona que ha cometido


el delito.

b) cuando se penalizan conductas de forma que dicha penalización recae casi


exclusivamente sobre un colectivo que ya sufre en mayor medida desigualdad y/o
estigmatización o rechazo.

c) ninguna de las dos anteriores.

264
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

d) en los dos casos anteriores (respuestas a y b).

7. ¿Qué significa una política de reducción de riesgos en materia de drogas?

a) Que se adopta se adopta una cierta política de tolerancia.

b) Que se parte de la base de minimizar los daños y riesgos, conscientes de que la


política criminal puede aumentarlos.

c) Que se facilita testar las drogas, proporcionar jeringuillas, etc.

d) todas las anteriores.

8. ¿Qué significa la criminalización del “otro”?

a) Se refiere a las políticas migratorias que se realizan desde una óptica del derecho penal
o de la seguridad.

b) Supone plasmar en el derecho penal el temor a los otros, a los inmigrantes, a modo de
chivos expiatorios.

c) Implica relacionar la delincuencia con la inmigración.

d) todas las anteriores.

9. ¿Por qué la política criminal en materia de delincuencia de menores difiere de


la de adultos?

a) porque el menor no puede ser responsable civilmente.

b) porque se parte de la base de la recuperabilidad del menor.

c) porque no existe una pena similar a la cárcel.

d) porque la estructura cerebral de los menores es distinta.

10. ¿Qué es una auditoría local de seguridad?

a) Un estudio sobre la mendicidad y la prostitución en los municipios.

b) Un análisis del coste de la policía local.

265
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

c) Un diagnóstico participativo y científico que permite identificar los principales


problemas de seguridad en un municipio y proponer políticas preventivas desde un
enfoque de derechos humanos.

d) Un mapa de las necesidades de los colectivos más vulnerables.

11. La última reforma de la jurisdicción universal en España:

a) establece que los jueces españoles solo podrán investigar delitos cuando la causa se
dirija contra ciudadanos españoles o ciudadanos extranjeros que residan habitualmente
en España o cuya extradición hubiera sido denegada por España. Si bien, los jueces
españoles se reservan la posibilidad de continuar ejerciendo su jurisdicción si el Estado
que la debe ejercer no está dispuesto o no puede llevar a cabo la investigación.

b) establece que los jueces españoles podrán investigar siempre casos como el de
Pinochet.

c) permite que España juzgue los casos independientemente de su conexión con este
país.

d) ninguna de las anteriores.

12. ¿En qué lugares parece ser más efectiva la videovigilancia?

a) en parkings y espacios privados.

b) en las calles más transitadas.

c) en lugares de ocio.

d) en ninguno de los anteriores.

13. ¿Qué movimientos han favorecido la introducción de las alternativas a la


prisión?

a) el movimiento a favor de los derechos de los internos en prisión, de los derechos de las
víctimas y de las alternativas al enjuiciamiento.

b) el movimiento no abolicionista.

266
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

c) la opinión pública en general menos punitiva.

d) todos los anteriores.

267
ESCALAS DE POLÍTICA CRIMINAL: UNA INTRODUCCIÓN A
TRAVÉS DE LA LECTURA CRÍTICA

Respuestas correctas:

1. a)

2. d)

3. c)

4. d)

5. a)

6. b)

7. d)

8. d)

9. b)

10. c)

11. a)

12. a)

13. a)

268

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