Foro 4 El Discutible Valor de Las Normas Deontologicas
Foro 4 El Discutible Valor de Las Normas Deontologicas
Foro 4 El Discutible Valor de Las Normas Deontologicas
Tomás IGLESIAS
1 Díaz, Elías. Sociología y Fisolofía del Derecho, 2." edic., 3 Publicado en La Toga, Boletín del Ilustre Colegio de Aboga-
reimp. 1989, p. 26. dos de Sevilla, de febrero de 1988, pp. 5-8, sin indicación de la
2 Sentencia Tribunal Constitucional 132/89, de 18 de julio, fecha de celebración de dicha asamblea.
F.J.6. 4 El País, 25-4-91, p. 25.
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co por quienes gestionen la dirección de unas aso- 1990, carece ya de cualquier intervención adminis-
ciaciones a las que se pudiera libremente pertene- trativa, ni siquiera fuera como la de su precedente.
cer y también abandonar; este aspecto, la obligato- Un caso especial resulta el de los abogados, que
riedad de la colegiación de estos profesionales, lo además de sus nn.dd. tienen una regulación, ésta sí
abordaré más adelante. jurídica, en el Real Decreto 2090/82, de 24 de julio,
No existe ninguna intervención ni refrendo estatal, que aprobó el Estatuto General de la Abogacía. Se-
sin ninguna necesidad de explicación, en los su- guramente estos profesionales, por sus conocimien-
puestos de los arquitectos, abogados y farmacéuti- tos técnicos y por la cercanía de sus dirigentes cor-
cos cuya fuerza aprobatoria dimana de sus máxi- porativos a los centros de poder de los que emana
mos órganos corporativos nacionales. Alguna expli- la producción legislativa, consiguieron lo que otros
cación si requiere, y no dejará de ser curiosa, el caso no lograron. Respecto a este texto no cabe discutir
del Código de 1978 de los médicos. su encuadre dentro del ordenamiento jurídico, sin
En el texto publicado por la Organización Médica perjuicio de que particularmente algunas de sus dis-
Colegial, Consejo General de los Colegios Oficiales posiciones desprendan un fuerte olor corporativo si-
de Médicos, se inserta una «presentación» que es milar al de las nn.dd.; sobre ello insistiré pos-
bien expresiva de la «sanción» (¿?) legal del Códi- teriormente.
go Deontológico. En dicha presentación se contiene Por si no fuera suficiente también existe un Códi-
el siguiente relato: go Deontológico de los abogados de la Comunidad
«Desde que por la renovación de la reglamen- Europea aprobado por unanimidad por los represen-
tación colegial, en 1967, quedaron derogadas tantes de los colegios de dicha Comunidad en Es-
prácticamente las normas éticas vigentes para la trasburgo, el 28 de octubre de 19885.
profesión médica española que figuraban como 2.C. Su reconocimiento jurisprudencia!. La juris-
anexo al Estatuto de 1945, se habían venido su- prudencia del Tribunal Supremo ha tenido ocasión
cediendo diversos intentos dentro de la Corpora- de valorar la trascendencia legal y la eficacia de las
ción Médica para estructurar un auténtico Código nn.dd., afrontando la cuestión en sede disciplinaria
de Deontología Médica. (...) El día 17 de noviem- suscitada por los recursos de colegiados que habían
bre de 1978, el secretario general del Consejo (...) sido sancionados.
presenta personalmente al subsecretario de la Sa- y cuando lo ha hecho, y a pesar de cuanto he-
lud duplicado ejemplar del Código de Deontología mos dicho, no ha hecho sino declarar el carácter dis-
Médica, para que, sin perjuicio de la independen- ciplinario de las nn.dd. y consiguientemente la nor-
cia de la Organización Médica Colegial, se proce- matividad jurídica de éstas; en tal sentido pueden ci-
da a la sanción oficial correspondiente, dado el ca- tarse las SS. de 30 de septiembre de 1980; 14 de
rácter de corporación de derecho público de aqué- octubre de 1980; 14 de mayo de 1982 y 28 de sep-
lla, reconocido por la ley y amparada por el Esta- tiembre de 1982.
do a tenor de la Ley de Colegios Profesionales. Una sentencia más reciente, también del Tribunal
( ... ). Supremo de 3 de julio de 1987 al haber sido recurri-
Ante la demora de la Administración en anten- da en amparo ha dado lugar a un procedimiento del
der la aspiración de la O.M.C. se realizaron diver- Tribunal Constitucional que en su Sentencia 219/89,
sas gestiones y elevaron escritos al Ministerio de de 21 de diciembre, ha venido a confirmar esa línea
Sanidad y Seguridad Social, hasta que, el 23 de jurisprudencial con la argumentación que trataré de
abril de 1979, se obtuvo la esperada sanción me- sintetizar.
diante una fórmula que, respetando la competen- En el supuesto fáctico contemplado se trataba de
cia y autonomía de la corporación, proclamaba ofi- un arquitecto sancionado por la Comisión de Depu-
cialmente la recepción pública y vigencia del Có- ración de su colegio profesional, quien, tras agotar
digo de Deontología Médica. (...)>>. la vía administrativa, interpuso recurso contencioso-
administrativo ante la sala correspondiente de la Au-
La fórmula no dejaba de ser curiosa; se trataba
diencia Territorial respectiva que desestimó su re-
de una corta carta del 23 de abril de 1979 del mi-
curso; habiendo apelado al Tribunal Supremo, éste
nistro del ramo que decía exactamente:
dictó sentencia parcialmente estimatoria reduciendo
«El Ministerio de Sanidad y Seguridad Social ha la cuantía de la sanción, pero manteniendo la vali-
recibido el texto del Código Deontológico elabora- dez del núcleo argumental central de la sentencia
do y aprobado por el Consejo General de Cole- de instancia.
gios Oficiales de Médicos de España. El Ministe- La sanción impuesta se apoyaba en el artículo 39
rio expresa su satisfacción y declara la utilidad de los Estatutos de los Colegios de Arquitectos apro-
profesional y pública de las normas éticas y deon- bado por Decreto de 13 de junio de 1931 y en va-
tológicas que deben presidir el ejercicio profesio- rios preceptos de las nn.dd. El recurso de amparo,
nal de la Medicina, acordando su publicación y di- a su vez, planteaba la infracción del principio cons-
fusión para general conocimiento». titucionalizado en el artículo 25,1 de la CE, que in-
Curiosa forma de recepción, que en términos ju- corpora la regla nullum crimen, nulla poena, sine
rídicos carece de validez alguna, máxime si se tiene lege por infracción de la doble garantía que com-
en cuenta que la acordada publicación no tuvo lugar. porta:
El nuevo Código de Etica y Deontología Médica, a) de orden material que exige la predetermina-
publicado por la Organización Médica Colegial en ción normativa de las infracciones, de las sanciones,
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y de la correspondiente adscripción y proporcionali- d) En último lugar, la sentencia contiene una re-
dad entre unos y otros; ferencia más en calidad de obiter dicta que otra
b) de orden formal, que hace referencia a la re- cosa: «Por otra parte, también tiene declarado este
serva de ley en materia punitiva entendiendo el re- Tribunal (...) que no es posible exigir la reserva de
currente que las normas aplicadas en el caso, los ley de manera retroactiva para considerar nulas e
Estatutos aprobados por Decreto y unas normas inaplicables disposiciones reglamentarias respecto
deontológicas aprobadas por una Asamblea de Jun- de las cuales esa exigencia formal no existía antes
tas de Gobierno de los colegios, chocan frontalmen- de la Constitución» (F.J. 2). El carácter con que se
te con las exigencias constitucionales de legalidad formula esta observancia puede estar fundado en la
material. dificultad de equiparar nn.dd./disposiciones regla-
Voy a prescindir del tratamiento dado por la sen- mentarias, así como que de asumirse esta línea ar-
tencia del Tribunal Constitucional a la problemática gumental como básica se dotaría a la solución del
de orden material (a), para ceñirme a lo que aquí problema de una trascendencia meramente tran-
nos interesa: la garantía formal de reserva de ley (b). sitoria.
Para el Tribunal Constitucional «no hay duda (...) Al margen de su fallo y fundamentación central, a
de que las sanciones impugnadas no han conculca- lo largo de la lectura de la sentencia en tres ocasio-
do la garantía formal de reserva de ley» (F.J. 3) Y nes se observan posiciones críticas sobre la situa-
basa su tesis en una cuádruple vía argumental: ción actual de la regulación de las nn.dd. de los ar-
a) Existe un argumento primero y central: «Es quitectos. En dos ocasiones en relación con la ga-
cierto que la única cobertura legal que las normas rantía, exigible ex artículo 25,1 de la Constitución, de
sancionadoras aplicadas poseen viene determinada orden material (predeterminación normativa) y que
por el artículo 5,i) de la Ley 2/1974, de 13 de febre- aquí no hemos abordado; así se dice que el criterio
ro, de colegios profesionales, que faculta a los mis- adoptado es «sin perjuicio de la conveniencia de que
mos para ordenar en el ámbito de su competencia los órganos competentes refuerce n el nivel de pre-
la actividad profesional de los colegiados, velando visibilidad del ordenamiento disciplinario corporativo,
por la ética y dignidad profesional y por el respeto mediante las refundiciones o modificaciones norma-
debido a los derechos de los particulares y ejercer tivas a que haya lugar.oo» (F.J. 5); «es cierto -se
la potestad disciplinaria en el orden profesional y co- dice más adelante- que (...) resultaría más adecua-
legial. Esta norma legal contiene una simple remi- do a las exigencias constitucionales la tipificación de
sión a la autoridad colegial o corporativa, vacía de las conductas y la determinación de las sancio-
todo contenido sancionador material propio. Ahora nes ...» (F.J. 6). No existe, sin embargo, ninguna re-
bien, si tal tipo de remisión resulta manifiestamente ferencia explícita a nuestro tema, de la garantía de
contrario a las exigencias del artículo 25,1 de la C., orden formal, de reserva de ley, o aún más básica-
cuando se trata de relaciones de sujeción general mente de existencia de una normativa estatal siquie-
(.oo)no puede decirse lo mismo por referencia a las
ra fuera reglamentaria (sobre esto último, volvere-
relaciones de sujeción especial (...)>> (F.J. 3).
mos). Pero existe una referencia en el último párra-
En esta misma línea se concluye: «En efecto, fren-
fo de la sentencia que, por los preceptos invocados,
te a lo que el recurrente sostiene, las normas de
pudiera referirse a la doble garantía material y for-
deontología profesional aprobadas por los colegios
mal: «(oo.)en garantía de una mayor seguridad jurí-
profesionales (...) no constituyen simples tratados de
dica sería conveniente que por los organismos com-
deberes morales sin consecuencias en el orden dis-
petentes se adaptase la normativa disciplinaria de
ciplinario. Muy al contrario, tales normas determinan
obligaciones de necesario cumplimiento por los co- los Colegios Profesionales de Arquitectos de una
legiados y responden a las potestades públicas que manera más clara a las exigencias constitucionales
la ley delega en favor de los colegios (...)>>(F.J. 5). de los artículos 9,3 y 25,1 de la Norma fundamen-
b) El segundo razonamiento es de tipo histórico tal» (F.J. 6).
y resulta sin duda poco convincente: «Es general-
mente sabido (oo.)que las transgresiones de las nor-
mas de deontología profesional, cosntituyen, desde 3. EL CUESTIONAMIENTO DE LA
tiempo inmemorial y de manera regular, el presu- CONSTITUCIONALIDAD DE LAS NORMAS
puesto del ejercicio de las facultades disciplinarias DEONTOLOGICAS
más características de los colegios profesionales»
(F.J. 5).
c) La tercera línea de fundamentación se limita 3.A. Colegiación obligatoria y normas deonto-
a un argumento de autoridad, de la autoridad del Tri- lógicas.
bunal Supremo, que en boca del Tribunal Constitu- García Murcia ha expuesto en un reciente trabajo
cional y en materia de su competencia no resulta de- sobre Derecho de sindicación y colegios profesiona-
masiado coherente: «Y, en último extremo, este mis- les en la Jurisprudencia ConstitucionaF un sugeren-
mo criterio por el que se considera el incumplimien- te planteamiento sobre la relación entre colegios
to de dichas normas como merecedor de las san- profesionales, asociaciones y sindicatos al hilo de la
ciones previstas en el ordenamiento corporativo es jurisprudencia constitucional sobre el tema.
el que viene manteniendo la jurisprudencia del Tri- En el conjunto de ideas defendidas por dicho au-
bunal Supremo (oo.)>> (F.J. 5). tor hay dos de especial relieve:
6 García Murcia, Joaquín. Derecho de sindicación y colegios ñola de Derecho Constitucional, año 11, n.O31, enero-abril, 1991.
profesionales en la Jurisprudencia Constitucional. Revista Espa-
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a) "La colegiación obligatoria (...) parece chocar tatal, con los componentes de coercibilidad, pero
(.oo) con la libertad negativa de asociación y sindica- también de legitimación que ello comporta. Pero
ción que, de forma implícita en el primer caso (.oo) y además el contenido de las nn.dd. tampoco tiene por
de manera expresa en el se9undo, se contempla en qué reflejar, y no lo hacen, el espectro ideológico del
los artículos 22 y 28,1 C.E." ; esta tesis se defiende conjunto social, ni en su pluralismo ni en sus mayo-
aún explicitando las escasas posibilidades de pros- rías explicitadas primordialmente por las vías elec-
perar a la luz de recientes pronunciamientos del Tri- torales. En ocasiones las nn.dd. simplemente con-
bunal ConstitucionalB• tradicen la producción legislativa o la propia Consti-
b) "Pero lo que sí exigen -continúa García Mur- tución, expresión de esas mayorías. En todos esos
cia- los artículos 22 y 28,1 de la Constitución, es casos las nn.dd. vuelven a lesionar la libertad y otro
que la opción por la colegiación obligatoria, acogida de los valores superiores del ordenamiento: el plu-
como sabemos por la vigente LCP, venga acompa- ralismo -artículo 1.1 CE.
ñada por la máxima restricción de las funciones y ac- Bastará algún ejemplo para poner de relieve lo
tividades de los colegios profesionales que tengan que decimos: el artículo 114 del Código de Deonto-
por objeto la mera defensa de intereses profesiona- logía Médica de 1978 establece: "El médico está
les, de tal manera que no se invada el campo pro- obligado a respetar la vida humana en gestación";
pio de los sindicatos y de las asociaciones de de- el115 del mismo: "La esterilización irreversible, sólo
fensa profesional. Por ello. los fines (oo.) que el artí- está permitida cuando se produce como consecuen-
culo 1 de la LCP atribuye a los colegios han de ser cia inevitable de una terapéutica encaminada a tra-
entendidos y reinterpretados a la luz del sistema tar o prevenir un estado patológico grave". El artí-
constitucional, con objeto de que su alcance quede culo 25.1 del Código actualmente vigente, de 1990.
restringido a lo que constituye propiamente protec- indica: "No es deontológico admitir la existencia de
ción de intereses de relevancia pÚblica,,9. un período en que la vida humana carece de valor.
Este doble planteamiento del autor citado me per- En consecuencia el médico está obligado a respe-
mite una tercera reflexión relacionada con el tema tarla desde su comienzo. No obstante, no se san-
que voy abordando. Me refiero a la incompatibilidad cionará al médico que dentro de la legalidad actúe
entre colegiación obligatoria y nn.dd. En unos cole- de forma contraria a este principio." Las interpreta-
gios profesionales de adscripción voluntaria no cabe ciones de los máximos mandatarios corporativos no
duda de que los miembros de los mismos podrían se andan por las ramas y expresan la disociación en-
dotarse de unas normas estatutarias y compromisos tre legalidad, por corta que ésta sea, y la deontolo-
asociativos vinculantes en cuanto basados en el va- gía por ellos elaborada: "Nuestro Códito Etico reco-
lor superior de la libertad y en la voluntariedad de ge el aborto como una falta grave castigada con la
pertenencia y de separación de tales profesionales. excolegiación, porque tiene resultado de muerte.
Donde no hay margen para la obligatoriedad de las Esa excolegiación conlleva la inhabilitación profesio-
nn.dd. es en aquellos espacios de adscripción obli- nal a nivel nacionaL .." 11 .
gatoria, y, por tanto, ajenos a la fundamentación li- Entre los fat macéuticos existen igualmente refe-
bre y voluntaria que pudiera servirle de base en que rencias reveladoras; el artículo 27 de su Código se
apoyarse, a la par que extraños también a cualquier refiere a que: "El amparo que la Constitución Espa-
forma de producción normativa inserta en el siste- ñola reconoce al embrión humano en su derecho a
ma constitucional de fuentes del derecho. la vida y a la integridad física, concede al farmacéu-
3.B. Falta de fundamentación constitucional de tico el derecho a considerar como violación de ese
las nn.dd. Una normativa de espaldas y ajena al cua- amparo cualquier intento de conexión entre diagnós-
dro de fuentes carece de la juridicidad que le da fuer- tico prenatal y aborto". Y por si hubiera alguna duda,
za vinculante y, como razón última de ello, se en- el secretario del Consejo General de Farmacéuticos
cuentra el no venir refrendada ni de forma directa ni aclara el tema: "Si un farmacéutico realiza una prue-
mediata por la soberanía nacional -artículo 1.2 ba de embarazo y sospecha que ese diagnóstico va
CE-. a provocar una interrupción voluntaria del embara-
La ausencia de la autonomía de la voluntad, de la zo, puede negarse a dar los resultados» 12.
libre opción de los ciudadanos, y la presencia de la En multitud de ocasiones, por último, las nn.dd.
obligatoriedad de la colegiación, priva a las nn.dd. no tienen siquiera textura normativa. Su entramado,
del sustento que en última instancia pudiera darle su contenido, no se adecua a la naturaleza de una
uno de los valores superiores del ordenamiento: la disposición legal. Por más que a una poesía o una
libertad -artículo 1.1. CE_10. exclamación se le otorgara rango de ley no tendría
No cabe duda en relación a lo anterior que el con- naturaleza jurídica ni generaría obligaciones de nin-
tenido de las nn.dd. puede responder, y de hecho lo guna clase. Algo similar ocurre con algunas de la
hace, a criterios no compartidos por la totalidad de nn.dd.
los colegiados sin que éstos tengan la opción por Sirvan de ejemplo algunas de ellas. El artícu-
ello de separarse de tales corporaciones; esa desin- lo 33.1 del vigente Código de Deontología Médica in-
tonía de los colegiados no se produce, por otra par- dica: "La confraternidad entre los médicos es un de-
te, respecto a lo regulado por ninguna instancia es- ber primordial». El artículo 50 de las normas deon-
7 Pág. 182 del articulo citado. 10 En el sentido expresado en la Sentencia del Tribunal Cons-
8 Sentencia del Tribunal Constitucional 89/89 de 11 de mayo titucional ya citada 132/89, de 18 de julio, F.J. 6).
y 131/89, de 19 de julio. 11 El País. 11-4-91, p. 22.
9 Pág. 185 del artículo citado. 12 El País. 25-4-91, p. 25.
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tológicas de los arquitectos se refiere a que «todo ar- culo 25. 1 Y obviamente, el principio de legali-
quitecto tiene la obligación de relacionarse con sus dad del artículo 9.3 de la Constitución. (...)
compañeros con lealtad y rectitud (...)>>. El 51 de los Desde luego una sanción carente de toda base
mismos: «Todo arquitecto deberá ser objetivo en sus normativa legal devendría, incluso en estas re-
críticas a las obras de sus colegas (... »>. En el Có- laciones, no sólo conculcadora del principio
digo Deontológico de los Abogados, en el apartado objetivo de legalidad, sino lesiva del derecho
sobre relaciones entre los colegiados se prescribe fundamental considerado (...»> (F.J. 2).
en su párrafo 1: «Entre abogados debe haber fra- B) La S.T.Co. 69/89 contempla una sanción im-
ternidad, lealtad y respeto recíproco (...)>>; en el 2: puesta a un policía por el director general de Policía
«El abogado con antigOedad en el ejercicio profe- y el recurrente en amparo también señala la vulne-
sional debe prestar desinteresadamente orientación, ración del principio de legalidad contenido en el ar-
guía y consejo, de modo amplio y eficaz, a los de re- tículo 25.1 de la Constitución.
ciente incorporación que lo soliciten (... »>. Este tipo
La solución en este caso se puede sintetizar en
de afirmaciones a lo más que llegan es a constituir
cuatro líneas de argumentación, tres de ellas coin-
consejos morales o expresar buenas intenciones
cidentes con el caso anterior de la S.T.Co. 2/87:
pero, como decíamos, su contenido no está dotado
de la mínima textura que permita considerarlos en- - el caso se refiere a una relación de sujeción
tre las normas jurídicas. especial tan característica y peculiar como la
que se mantiene entre los funcionarios de po-
3.C. La facultad sancionadora en las relaciones
licía y sus superiores jerárquicos;
de sujeción especial.
- a la vista de ello la aplicación al recurrente de
Con anterioridad me refería a que la S.T.Co.
una sanción prevista en el Reglamento Orgá-
219/89 tenía un argumento central: que la exigencia
nico de la Policía Gubernativa, de 17 de julio
de reserva de ley como cobertura para la facultad
de 1975, no infringe el artículo 25.1 de la
sancionadora, no resulta inexcusable en referencia
Constitución;
a las relaciones de sujeción especial. Como prece-
dentes de la aplicación de este criterio se mencio- - un tercer aspecto supone una variante respec-
naban las SS.T.Co. 2/87, de 21 de enero y 69/89, to al caso de la sentencia anteriormente ana-
de 20 de abril y cuyos análisis pueden resultar de in- lizada: no es posible aplicar el requisito formal
terés para ver las coincidencias y diferencias de ta- de reserva de ley a normas anteriores a la
les supuestos con el contemplado en la S.T.Co. Constitución, como aquella en que se funda la
219/89. sanción impuesta al recurrente;
A) En el supuesto contemplado en la S.T.Co. - por último, de nuevo el Tribunal Constitucional
2/87 nos encontramos con un recurso de amparo considera conveniente repetir que «incluso en
formulado contra los acuerdos de un órgano admi- este ámbito (el de las relaciones de sujeción
nistrativo de la prisión de Basauri y ciertos autos del especial) una sanción carente de toda base
correspondiente Juez de Vigilancia Penitenciaria. normativa legal devendría lesiva del derecho
Por lo que respecta al tema que nos ocupa, en el fundamental que reconoce el artículo 25. 1 »
recurso entre otras muchas cuestiones, se mantie- (F.J. 1).
ne que las sanciones impuestas estarían contra el De la doctrina resumida en los anteriores aparta-
artículo 25.1 de la Constitución, al estar tipificadas dos a) y b) cabe hacer una doble conclusión:
en una norma reglamentaria; esta problemática se - en ambos supuestos la sanción impuesta es-
aborda desde una triple perspectiva: taba contemplada en una norma reglamenta-
- el interno al integrarse en una institución pe- ria: Reglamento Penitenciario y Reglamento
nitenciaria adquiere un status específico que Orgánico de la Policía Gubernativa;
no es el de la relación común de los ciudada- - en los dos casos se repite una clara posición
nos con el Estado, sino que se encuentra liga- de principio: incluso en las relaciones de suje-
do con la administración penitenciaria por una ción especial una sanción carente de toda
relación de sujeción especial; base normativa sería contraria al principio de
- de lo anterior se deduce que «la propia reser- reserva de ley en materia sancionadora.
va de ley pierde parte de su fundamentación y ello es justamente lo que ocurre con las normas
material «y habría cobertura suficiente cuando deontológicas: no se trata ya de que el texto donde
la ley, en este caso la Ley General Penitencia- vienen recogidos no es una ley formal, sino que ni
ria( ...), se remite, en la especificación y gra- siquiera es un reglamento, no son normas que go-
duación de las infracciones, al Reglamento» cen de algún tipo de reconocimiento estatal, sino
(F.J. 2). Esta referencia va a servir para de- normas corporativas elaboradas por las cúpulas de
sestimar este motivo del recurso ya que la san- los colegios profesionales, siendo éstos además de
ción impuesta lo fue en base al artículo 108 del adscripción no voluntaria. No estamos ante una ley
Reglamento Penitenciario (antecedente 3, f); que remita a un reglamento para la ordenación dis-
- si de las dos afirmaciones anteriores nace ya ciplinaria de que se trate, sino que según la propia
la respuesta negativa al problema debatido, el Sentencia 219/89, la única cobertura legal genérica
Tribunal Constitucional parece querer poner es la del artículo 5, i) de la Ley de Colegios Profe-
coto y freno a su propia doctrina añadiendo un sionales, ya citado anteriormente, y que se remite
argumento aparentemente innecesario: «Cla- no a un desarrollo reglamentario, sino que «esta nor-
ro está que también a estas relaciones de su- ma legal contiene una simple remisión a la autori-
jeción especial sigue siendo aplicable el artí- dad colegial o corporativa, vacía de todo contenido
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sancionador material propio» (F.J. 3, Sentencia ca, salvo que éstas vengan sustentadas por un re-
219/89). frendo normativo determinado. Entre las razones
Pero es que, además, la propia doctrina del Tri- que posiblemente justificaron la opción del constitu-
bunal Constitucional expuesta necesita ser matiza- yente en el artículo 26 de la Constitución se encuen-
da. En tal sentido la Sentencia de 15 de marlO de tra el carácter secular del estado moderno, el carác-
1991 de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, ter unificado-centralizado y no estamental de sus
en Sevilla, del Tribunal Superior de Justicia de An- normas, así como el pluralismo que en cuanto a las
dalucía ha precisado: ideas éticas y morales existe en la sociedad actual.
«Baste entonces señalar que por mucho que se La libertad ideológica e incluso la prohibición de obli-
quiera relativizar el principio de legalidad en las re- gar a declarar sobre las creencias -artículo 16, 1 Y
laciones de sujeción especial, por el camino em- 2- mal puede compaginarse con órganos depura-
prendido por el Tribunal Constitucional en SSTC dores de actuaciones calificadas desde perspectivas
2/87, de 21 de enero, y 69/89, de 20 de abril, y morales y éticas.
consolidado en STC 219/89, ello nunca puede lle- Probablemente una referencia que puede ayudar-
var a la negación absoluta de tal principio, ya que nos a comprender que las nn.dd. se configuren
ello vulneraría frontalmente el artículo 25.1 de la como los códigos a que se atienen los tribunales de
Constitución. Por eso el propio Tribunal ha recal- honor la encontremos en la propia ley de 17 de oc-
cado más tarde en Sentencia 61/90, de 29 de mar- tubre de 1941 sobre organización y procedimiento
zo, que, aun en este tipo de relaciones, «siempre de los tribunales de honor13. La base primera defi-
deberá ser exigible ... el cumplimiento de los requi- ne la materia justiciable: «los actos deshonrosos co-
sitos constitucionales de legalidad formal y tipici- metidos por individuos pertenecientes a colectivida-
dad como garantía de la seguridad jurídica del ciu- des civiles que las haga desmerecedor en el con-
dadano», de modo que tales principios puedan ser cepto público e indignos de desempeñar las funcio-
objeto de una «adaptación», pero «nunca su- nes que les están atribuidas y causen el despresti-
presión». gio del cuerpo u organismo a que pertenecen»; des-
3.0. Normas deontológicas y prohibición de honra, desmerecimiento, indignidad y desprestigio
los tribunales de honor. corporativo configuraban el ámbito de la Ley Regu-
Los colegios profesionales o los órganos de que ladora de los Tribunales de Honor y son conceptos
disponen para llevar a cabo la actuación disciplina- en torno a los que se nuclean hoy los códigos de
ria es claro que no se constituyen formal y explícita- nn.dd.
mente como tribunales de honor, o, dicho de otra Los criterios expresados por la doctrina son tam-
manera, no se autodenominan de esa forma. Pero bién bastante coincidentes al respecto. Oscar Alza-
ello no impide que puedan actuar como tales tribu- ga, comentando el citado artículo 26 de la Constitu-
nales de honor. Es sabido que los contratos y las re- ción, señala que en los trámites parlamentarios «( )
laciones jurídicas son lo que realmente son y no el criterio que prosperó al fin y a la postre fue ( )
como se las denomina o como se constituyen for- que el honor estamental, profesional o de cuerpo
malmente, es decir, independientemente de cual sea debe encontrar su protección en el entramado del
su apariencia externa. Derecho disciplinario del Estado, considerado glo-
Los colegios profesionales actúan como tribuna- balmente, en las normas jurisdiccionales de aplica-
les de honor cuando no aplican un ordenamiento ju- ción general» 14.Garrido Falla se refiere a que la pro-
rídico, sino un conjunto de reglas que se sitúan en hibición del artículo 26 de la Constitución guarda re-
el ámbito de la ética y la moral estamentales y no lación con la exigencia del artículo 36 de que la es-
del derecho, tanto por su contenido como también tructura y funcionamiento de los colegios profesio-
por no estar recogidas en ningún instrumento nor- nales sean democráticos; en este sentido, agrega di-
mativo legal. cho autor, «hay que entender que se considera pro-
Buena muestra de esta autonomía de la normati- hibida una institución que (...) no ofrece más que
va deontológica e incluso de su contradicción con la connotaciones antidemocráticas» 15. Aurelio Guaita
legalidad la constituye el artículo 100 del Código Eti- mantiene que «la unidad jurisdiccional (...) no es fá-
co Farmacéutico, cuando se refiere a que el profe- cil de casar con unos organismos estamentales, cor-
sional de que se trata «debe cumplir con toda exac- porativos y sociales (...)>>. El mismo autor nos ofre-
titud las normas legales dictadas por la Administra- ce una información sobre la tramitación parlamenta-
ción Pública, siempre y cuando se respeten las ria del artículo 26 de la Constitución bien reveladora
deontológicas de este código» 12 bis. de la relación de los tribunales de honor y las nn.dd.
Un organismo que aplica normas ajenas al orde- «(...) el grupo de senadores vascos pedía la su-
namiento jurídico deja de actuar como una corpora- presión del artículo que se proyectaba, porque a
ción de derecho público que aplica la legalidad y se su juicio los tribunales de honor en los colegios
constituye en Tribunal de Honor que aplica criterios profesionales constituyen una imprescindible ga-
gremiales ajenos a la legalidad, la libertad y el plu- rantía del comportamiento ético y deontológico de
ralismo social. No son exigibles conductas que res- sus miembros, pero esta enmienda fue retira-
pondan a parámetros determinados de actuación éti- da»16.
12 t>sEl Pais. 25-4-91. p. 25. 15 Comentarios a la Constitución. AA.VV. dirigido por Fernan-
13 AA Nuevo Diccionario Legislativo, 8.316. do Garrido Falla, p. 335.
14 La Constitución Española -Comentarios Sistemáticos-, 16 Comentarios a las leyes políticas, AA.VV. dirigidos por Os-
1978, p. 248. car Alzaga, C.E. de 1978, tomo 111, artículos 24 a 38.
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En la misma dirección de ideas que vengo defen- nos: ¿real y prácticamente las nn.dd. suponen que,
diendo puede citarse la justificación de una enmien- aparte de la rigurosa aplicación del conjunto de la le-
da que en la tramitación parlamentaria del texto galidad, se quiere para los destinatarios de tales pre-
constitucional presentó el senador Lorenzo Martín ceptos una mayor exigencia ética, un plus añadido
Retortillo postulando la abolición de los tribunales de y que supere a las demandas que ya el conjunto de
honor «tanto civiles como militares o profesionales». la legalidad impone?, ¿o no es más cierto que en
Esta enmienda no prosperaría pues en el texto de- conjunto las nn.dd. con algunos de sus conceptos y
finitivo nada se dice respecto al ámbito militar; pero con el «clima» que introducen no sólo no contribu-
la justificación de la enmienda presentada por el yen a un grado mayor de exigencias respecto al ba-
mencionado administravista es bien expresiva y remo fijado por la legalidad, sino más bien favore-
trasladable al texto definitivo: «La modalidad disci- cen la inaplicación de los propios preceptos legales?
plinaria que constituyen los tribunales de honor no En definitiva, ¿no constituye un mecanismo corpo-
se explica a la altura de nuestros tiempos. El estado rativo más que sobre la apariencia de una nueva exi-
moderno se rige por el cumplimiento de la ley, y el gencia lo que favorece es el funcionamiento de la im-
principio de legalidad, que bien proclama el proyec- punidad de conductas vulneradoras del ordenamien-
to de Constitución, debe informar a todos los secto- to jurídico en sus distintas ramas? Más bien parece
res. Queda así sin justificación alguna la patente ar- que hay que contestar afirmativamente estas dos úl-
bitrariedad que implicaban los viejos tribunales de timas interrogantes.
honor. Y esto, para todos los ámbitos, sin distinción. y ello no es un fenómeno nuevo. Ya a primeros
Procedimientos sobrados hay para sancionar las del siglo XX, don Mariano Ripollés, rector de la Uni-
conductas ilegales y para garantizar el adecuado y versidad de Zaragoza, al responder a la encuesta
diligente cumplimiento de los oficios» 17. sobre oligarquía y caciquismo, suscitada por el Ate-
neo de Madrid, afirmaba: «(oo.)Y hasta los tribuna-
les de honor sirven hoy para conmutar muchas pe-
4. LA FUNCION SOCIAL DE LAS NORMAS nas aflictivas y socialmente infamantes por una mera
DEONTOLOGICAS licencia absoluta solicitada por el interesado o, cuan-
do más, por una separación del servicio.» 18.
Pero el criterio que defiendo no sólo se basa en
En las últimas palabras citadas se apunta la innece-
citas de autoridad y en la observación de nuestra co-
sariedad de las nn.dd. Buena prueba de ello la cons-
tidianeidad, sino que aun se deduce de los propios
tituyen los largos períodos pasados en algunos co-
textos de nn.dd. que hemos venido analizando.
legios profesionales sin ellas y sin que haya pasado
El capítulo VII del vigente Código Deontológico
nada: citábamos el caso de los colegios de médicos
Médico, bajo el título «Relaciones de los médicos en-
en que desde 1967 quedaron prácticamente dero-
tre sí» y bajo la indicación de la confraternidad como
gadas las normas éticas, según cita textual que ha-
deber primordial (art. 33.1), contiene toda una con-
cíamos, y no se entiende sancionado oficialmente el
cepción corporativa a que antes me refería y que
nuevo Código Deontológico hasta abril de 1979; en
comporta la recíproca protección frente a las respon-
el caso de los abogados, citábamos un texto donde
sabilidades en que pudieran incurrir tales profesio-
se indicaba que por primera vez en 1988 se regulan
nales. Entre las concreciones de dicho título se en-
de manera sistemática el cuerpo de principios deon-
cuentra el artículo 33.1 que literalmente dice: «Los
tológicos; el primer Código Etico de los Farmacéu-
disentimientos sobre cuestiones médicas, ya sean
ticos es de 1991.
científicas, profesionales o deontológicas, no darán
También en la cita de Martín Retortillo se apunta- lugar a polémicas públicas y deben discutirse en pri-
ba que la legalidad ofrece «procedimientos sobra- vado o en el seno de sesiones apropiadas». Este
dos» para exigir la responsabilidad de los profesio- mandato, además de limitar sin fundamento la liber-
nales; las actuaciones constitutivas de delito deben tad de expresión, es bien expresivo del apoyo mu-
ser sancionadas por la aplicación de las normas pe- tuo frente a actuaciones negligentes o generadoras
nales; cuando se produzcan responsabilidades civi- de responsabilidad.
les los perjudicados podrán postular el amparo de En la misma línea se sitúa el artículo 51, párrafo
los preceptos correspondientes; cuando o bien tra- segundo, de las normas deontológicas de los arqui-
bajan los profesionales en la Administración Pública tectos cuando preceptúa que: «El arquitecto deberá
o bien sus actuaciones lesionan intereses públicos de abstenerse de hacer manifestaciones personal-
debidamente regulados en la legislación administra- mente perjudiciales para sus compañeros o para la
tiva, ésta será la que habrá que aplicar; por último, profesión. (oo.»>.Bien difícil será acreditar solvente-
cuando los profesionales prestan sus servicios por mente la responsabilidad de uno de estos profesio-
cuenta ajena les será de aplicación la normativa la- nales, sin contar con el asesoramiento técnico de
boral con sus exigencias y medidas disciplinarias. Si otro por más que ello pueda ser perjudicial para el
se aplicase la legalidad en todas estas facetas hay primero.
motivos sobrados para que nadie sienta el vértigo Pero donde el agua llena y rebosa el cubo y la fun-
del horror vacui ante el planteamiento de la falta de ción social de las nn.dd. se revela en su mezquin-
valor jurídico de las nn.dd. dad corporativa es en el caso de los abogados. El
Pero podemos avanzar un poco más y preguntar- artículo 106, no de las nn.dd., sino del propio Esta-
17 Martín Retortillo, Lorenzo. Materiales para una Constitución, 18 Transcrito de la obra citada anteriormente de Martín Retor-
1984, p. 138. tillo, Lorenzo, p. 132.
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tuto General de la Abogacía, aprobado por Real De- gados de Cáceres y al Ministerio de Justicia, la
creto 2090/82, de 24 de julio, establece: "El aboga- correspondiente recomendación».
do que reciba el encargo de promover actuaciones En dicha recomendación se analiza separada-
de cualquier clase contra otro sobre responsabilida- mente la incidencia de la previsión estatutaria en el
des relacionadas con el ejercicio profesional, debe- ejercicio de la acción penal, de un lado, y de la ac-
rá acudir previamente al decano del colegio por si el ción civil, de otro. En lo que respecta a la acción pe-
mismo considera oportuno realizar una labor de me- nal, el criterio de la recomendación no recoge nin-
diación». Es evidente la inconstitucionalidad de este gún tipo de matiz y es contundente: las notas «de
precepto como en su día lo declaró la Sala Tercera irrenunciabilidad y oficialidad previstas todas ellas
de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia de en la Ley de Enjuiciamiento Criminal excluyen cual-
Barcelona afirmando que esta obligación es contra- quier labor de mediación previa a su ejercicio»; por
ello tal mediación trasciende a los fines esenciales
ria al derecho de ejercer la acción penal de la que
que la legislación atribuye a los colegios de aboga-
gozan todos los ciudadanos, contraria al derecho a
dos y vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva
la tutela judicial y al principio de igualdad regulados
en su primera fase de acceso a la jurisdicción.
en los artículos 24 y 14 de la Constitución; por tales
En relación a la acción civil el pronunciamiento es
razones dicho tribunal lo inaplicó dado su rango re-
más matizado, si bien igualmente claro. Se parte de
glamentario. Pero si bastante impresentable es el ci-
que en materia de derechos subjetivos, que son dis-
tado artículo 106, donde su espíritu se expresa de
ponibles, son permisibles figuras jurídicas de com-
forma más brusca y sin cortapisas es en el punto 3
posición de conflictos como son la mediación o el ar-
del apartado, "Relaciones entre los colegiados», de
bitraje, de naturaleza estrictamente voluntaria. Aho-
las nn.dd. de la Abogacía. Según este punto, para ra bien, en este caso la imposición de este deber
el supuesto del ejercicio de una acción penal será preceptivo al letrado repercute en legítimos dere-
obligatoria la comunicación al decano para su labor chos e intereses de terceros, ajenos a la relación co-
de mediación sin que se circunscriba ello al caso de legial, suponiendo una traba al particular accionan-
que tales responsabilidades estén relacionadas con te, no prevista en las leyes procesales ni sustanti-
el ejercicio de la profesión, sino en todos los casos; vas. De donde se concluye que «el derecho funda-
solamente para los supuestos de reclamaciones ci- mental a la tutela judicial efectiva ..., así como el pro-
viles se exige que se siga el mismo procedimiento pio principio de igualdad, no parecen justificar la per-
cuando la reclamación se derive de una actuación vivencia de un trámite de esta naturaleza ...». Se se-
profesional. Es incomprensible que unos juristas ha- ñala, por último, efectos perjudiciales que puede pro-
yan establecido en un Estado de Derecho esta exi- ducir el mismo: «De una parte ... una demora en el
gencia de antes de ejercer la acción penal, pasar un ejercicio de la acción ... De otra, al ponerse en cono-
preceptivo trámite conciliatorio, obligatorio para to- cimiento del futuro demandado la intención de ac-
dos los supuestos, cuando el denunciado sea un cionar por parte del cliente del letrado futuro deman-
abogado, y aun ese requisito para las reclamacio- dante, pudiere incidir, en su caso, de un lado, en la
nes civiles por mucho que la reclamación se derive libertad e independencia que el ejercicio de la Abo-
de una actuación profesional. gacía requiere, y de otro, restar eficacia a la acción».
En consecuencia, el Defensor del Pueblo sugirió
La regulación del artículo 106 del Estatuto Gene-
al ministro de Justicia y al presidente del Consejo
ral de la Abogacía ha dado lugar, incluso, a una in-
General de la Abogacía la modificación del artícu-
tervención del Defensor del Pueblo. En el informe a
lo 106 del Estatuto General de la Abogacía «en el
las Cortes Generales de 198719 se recogía una que-
sentido de suprimir dicho precepto en relación al
ja de un ciudadano que interpuso querella criminal ejercicio de acciones penales y eliminar el carácter
contra determinadas personas, entre las que se en- preceptivo de la comunicación al decano que en di-
contraba un letrado, lo que le había acarreado al in- cho precepto se contiene, en relación con el ejerci-
teresado dificultades en virtud del señado artícu- cio de acciones civiles».
lo 106. Iniciada por el Defensor del Pueblo la pre- En el informe de 1988 el Defensor del Pueblo vuel-
ceptiva investigación, el Colegio de Abogados de ve a considerar el tema al no haber sido resuelto el
Cáceres informó en el sentido de que efectivamente mism020. Se da cuenta de que el Ministerio de Jus-
tenía establecida en sus estatutos «la norma de que ticia, acogiendo íntegramente la recomendación, ha
se pida consejo al decano, antes de presentar ac- elaborado un proyecto de Real Decreto de modifi-
ción penal frente a un compañero». Como justifica- cación del artículo 106 del EGA, que se encuentra
ción de ello se argUía que ésta «es una norma in- en trámite de informe por el Consejo de Estado a la
terprofesional derivada del espíritu de hermandad fecha de elaboración de dicho informe y sin que has-
que entre los colegiados debe existir». Finalmente ta el presente haya sido promulgado. Sobre la acti-
se hace mención a que esta norma se encuentra re- tud ante el tema del Consejo General de la Aboga-
producida en el ya indicado artículo 106 del Estatu- cía se contiene una referencia bien expresiva: «Con-
to General de la Abogacía. El Defensor del Pueblo tinúa manifestándose en la comunicación elaborada
consideró que "la posible incidencia de esta norma por el Consejo General de la Abogacía, que dicho
en el derecho fundamental a la tutela judicial efecti- Consejo ha solicitado intervenir en trámite de au-
va aconsejó remitir al Consejo General de la Abo- diencia ante el Consejo de Estado para exponer su
gacía, así como al decano del Ilustre Colegio de Abo- disconformidad con la modificación del precepto,
19 Defensor del Pueblo. Informe a las Cortes Generales 1987. 20 Defensor del Pueblo. Informe anual 1988 y debates en las
Cortes Generales. 1988. pp. 150 a 152. Cortes Generales. Cortes Generales, 1989, pp. 79-82.
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pero comprendiendo la necesidad de que sea inter- ni el refrendo de la soberanía nacional, ni respon-
pretado de forma que se protejan en todos los ca- den al principio de libertad, ni son respetuosos con
sos y con las exigencias constitucionalmente esta- el valor del pluralismo (que en una sociedad libre
blecidas. el acceso a la justicia». Trata el Consejo debe alcanzar su máxima expresión en materia de
de compatibilizar lo incompatible, pero, en definitiva, ética y moral). Por el contrario, reflejan ideas de mo-
que no se modifique el precepto. ral estamental, en ocasiones contrarias a la propia
legalidad, propias de tribunales de honor.
3." Es más que discutible que una norma en
5. CONCLUSIONES blanco, cual es la del artículo 5.1 de la Ley de Co-
legios Profesionales, pueda dar cobertura legal a
Podemos resumir algunos aspectos de cuanto se elaboraciones normativas sancionadoras colegiales,
ha expuesto. sin que ello vulnere los requisitos constitucionales
1." En un Estado democrático la validez jurídica de legalidad formal y tipicidad.
y la obligatoriedad nacen o bien de la existencia de 4." La función social de las nn.dd. no responde
normas legales o del libre acuerdo de los ciudada- al saludable interés de añadir un plus de exigencias
nos. Las normas deontológicas no son normas le- morales a las que ya imponen las distintas ramas
gales ni responden a una voluntaria convergencia del ordenamiento jurídico, sino que contribuyen a es-
de voluntades mientras los colegios sean de inscrip- camotear la aplicación de éste bajo los principios de
ción obligatoria para el ejercicio profesional. la confraternidad, el compañerismo y la defensa de
2." Las nn.dd. expresan criterios que no tienen los intereses corporativos.
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JURISDICCION CONSTITUCIONAL y PROCESOS CONSTITUCIONALES
Tomo 1:JURISDICCION CONSTITUCIONAL y PROCESOSDECONTROL DE LA CONSTlTUCION
Tras breves anotaciones generales en torno a los procesos constitucionales, el autor hace un estudio de los bloques que tienen por objeto,
directo o indirecto, la verificación de la constitucionalidad de las Leyes, Disposiciones e incluso ciertos actos: Recursos y Cuestiones de
inconstitucionalidad, Conflictos constitucionales y Recursos frente a Tratados internacionales
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