Fundamentos Geo Radar
Fundamentos Geo Radar
Fundamentos Geo Radar
Capítulo 3
Resumen.
3.1 Introducción.
La base teórica de este método de prospección es, por un lado los conceptos de
óptica geométrica, y por otro la teoría de campos electromagnéticos, cuyas
ecuaciones básicas fueron formuladas por Maxwell en 1867 relacionando los
campos eléctrico y magnético con sus fuentes. Estas relaciones se completan con
las denominadas ecuaciones de continuidad, que especifican el comportamiento de
estos campos en las zonas en las que existen distribuciones superficiales de carga,
es decir, ahí donde tenemos discontinuidades en el medio. A partir de estas
ecuaciones se puede determinar el comportamiento de una onda de radar durante
su propagación por un medio determinado.
r
∇D = ρ f
r
∇B = 0
r
r ∂B r (3.1)
∇×E = − +M
∂t
r
r ∂D r
∇×H = − +J
∂t
r r
Donde E es la intensidad del campo eléctrico (medido en V/m), B es la
r r
inducción magnética (medida en W/m2), M es la imanación (en A/m), H es la
r
intensidad del campo magnético (A/m), D es el vector de desplazamiento
r
eléctrico (medido en C/m2), ρf es la densidad de carga libre (C/m3) y J (A/m2) es
la densidad de corriente debida al movimiento de cargas en la materia, y
comprende tanto la densidad de corriente de cargas libres como la densidad de
corriente de polarización y la densidad de corriente equivalente en materia
imanada.
r r
D = εE
r
r B
H= (3.2)
µ
r r
J = σE
En general, los medios estudiados son anisótropos. En este caso, la relación que
existe entre estas magnitudes se expresa a través de los tensores de la
permitividad, permeabilidad y conductividad (Carcione, 1996):
78 Capítulo 3. Fundamentos de la prospección con radar de subsuelo.
r
r ~ ∂E
D= ε∗
∂t
r ~r
B = µH (3.3)
r
r ~ ∂E r
J = σ∗ + Jm
∂t
r
Donde J m es la densidad de corriente debida tanto a polarización como a
magnetización del material a consecuencia de los campos eléctrico y magnético
aplicados, y las expresiones ~ε , µ
~ y σ
~ suelen aproximarse por tres tensores de
3.3.1. Conductividad.
r r
J f = σE (3.4)
r r
Donde E es el campo eléctrico externo aplicado, J f es la densidad volúmica de
corriente debido a las cargas libres y σ es la conductividad del material que se
expresa en mhos/m.
En muchos medios sucede que el contenido de agua en los poros del material y la
composición química de ésta son los factores que determinan su conductividad,
más que los granos minerales que lo componen.
r r
D = εE (3.6)
ε = ε0εr (3.7)
r r r r r r r
D = P + ε 0 E = χε 0 E + ε 0 E = (1 + χ)ε 0 E = ε r ε 0 E (3.8)
σ dc
ε' ' = ε 'd' + (3.10)
ω
σ
ε = ε'−i ε d ' '+ dc (3.11)
ω
Para altas frecuencias (entre 10 MHz y 1000 MHz), en la mayor parte de los
materiales del subsuelo, los fenómenos de desplazamiento (o polarización)
dominan sobre los fenómenos de conductividad. De esta forma, los medios suelen
caracterizarse a partir de su constante dieléctrica. Para frecuencias algo menores el
término de la conductividad estática predomina sobre el otro. Para frecuencias
bajas (por debajo de los 100 Hz) no se ha observado que este parámetro dependa
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico 83
de la frecuencia del pulso, pero para frecuencias más altas se aprecia una
dependencia entre ambos. Tanto la parte imaginaria como la parte real de la
permitividad dieléctrica presentan variación en función de la frecuencia (figura
3.1). Hay diferentes mecanismos que caracterizan esta dependencia (Robert,
1996). Los dos utilizados más comúnmente son el modelo de Debye (ecuación
3.12 y figura 3.1) y el modelo de Cole-Cole (1941),también llamado de Maxwell-
Wagner (ecuación 3.13).
100
Permitividad dieléctrica
75 Modelo de Debye
(real y compleja)
Permitividad real
Permitividadcompleja
50
25
1E-1 1E+0 1E+1 1E+2 1E+3 1E+4 1E+5 1E+6 1E+7 1E+8
Frecuencia (MHz)
εs − ε∞ σ(0)
ε(ω) = ε ∞ + −i (3.12)
1 + (iωτ) ωε 0
εs − ε∞ σ(0)
ε(ω) = ε ∞ + 1− ξ
−i (3.13)
1 + (iωτ) ωε 0
r
Este parámetro (µ) es el que relaciona la inducción magnética, B , con la
r
intensidad de campo magnético, H . Se mide en Henri/metro y se puede escribir
como el producto entre la permeabilidad magnética del vacío ( µ 0 = 4π × 10 −7
H/m) y la permeabilidad relativa del material:
r r r r
B = µ 0 µ r H = µ 0 (1 + χ m )H = µH (3.14)
r r
M = χmH (3.15)
En la mayor parte de los materiales que nos encontraremos en los estudios con
georradar (excepto en aquellos que contengan materiales ferromagnéticos) se
cumple que la permeabilidad magnética es próxima a 1, no dependiendo de la
frecuencia del campo magnético.
~ = µI
µ (3.17)
1
c= = 2.998 × 10 8 m/s (3.18)
ε 0µ 0
A partir de las cuatro ecuaciones formuladas por Maxwell en 1867 y una onda
plana que se propaga en un medio, se pueden calcular las relaciones que definen la
propagación de las ondas electromagnéticas en un material. Considerando el caso
r
de una onda plana que se propaga en la dirección r , se obtiene la siguiente
ecuación, habiendo supuesto una variación del campo armónica respecto al
tiempo, es decir, dependiente de eiωt:
86 Capítulo 3. Fundamentos de la prospección con radar de subsuelo.
r r r r
E( r , t ) = E 0 e (iω t − γ r )
r r r r (3.19)
H( r , t ) = H 0 e (i ωt − γ r )
Se observa que la expresión tiene una parte que define la propagación de la onda
con el tiempo, mientras que el otro término muestra la disminución de la amplitud
de la onda con la distancia recorrida, es decir, considera la atenuación de la onda
electromagnética durante su propagación por el medio. El término de la amplitud
(que consta de una amplitud inicial en un punto dado y de un término de
atenuación con la distancia a dicho punto) depende de un factor de decaimiento γ:
r r r
E (r ) = E 0 e − γr
r r r (3.20)
H (r ) = H 0 e − γr
ω 2π
γ = iω ε 0 ε r µ 0 µ r = i εrµr = i εrµr (3.21)
c λ0
γ = α +i β (3.22)
ω
α = ω Im ε r ε 0 µ r µ 0 = Im ε r µ r
c
(3.23)
ω
β = ω Re ε r ε 0 µ r µ 0 = Re ε r µ r
c
ω
β= (3.24)
v
ω ω 1
v= = ≅ (3.25)
β ω
Re ε r µ r µε σ
2
c 1 + + 1
2 ωε
c
v= (3.26)
Re ε r
88 Capítulo 3. Fundamentos de la prospección con radar de subsuelo.
Dieléctrico ω γ = α + iβ =
v= (m / s)
σ β σ −1
ε = ε'−i iω µε' 1 − i (m )
ω ωε '
Dieléctrico de bajas pérdidas γ = α + iβ =
σ ω σ −1
P= << 1 v= (m / s) iω µε' 1 − i
ωε ' β (m )
2ωε '
Buen conductor ω γ = α + iβ ≈
v= (m / s)
σ β ≈ πfµσ (1 + i )(m −1 )
P= >> 1
ωε '
1 c
v= = (3.27)
ε0εrµ0 εr
30 Aire
25
Velocidad de la onda (cm/ns)
20
15
10
5
Agua
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85
Permitividad dieléctrica relativa
La velocidad más elevada se obtiene para el aire, mientras que el punto que
presenta menor velocidad en la gráfica representa al agua. Los materiales del
subsuelo están situados entre estos dos valores. La gráfica representa la
comparación entre los valores experimentales (tabulados) y la curva obtenida al
representar la ecuación 3.27. Se observa que la aproximación que proporciona la
ecuación 3.27 se ajusta adecuadamente a los resultados experimentales.
90 Capítulo 3. Fundamentos de la prospección con radar de subsuelo.
2π 2π 2π c λ0
λm = = v= = (3.28)
β ω ω Re ε r µ r Re ε r µ r
λ
λm = (3.29)
Re ε r
3.5. Atenuación.
ω
α= Im ε r µ r (3.30)
c
r
E0 r
r r = e αr (3.31)
E( r )
r
E0 r
L = ln r r = α r (3.32)
E( r )
r
E0 r r
L = 20 log r r = 20(log e)α r = 8.686α r (3.33)
E( r )
1 54.6
Γ = L = 8.686α = Im ε r µ r (3.34)
r λ
Las corrientes en fase respecto al campo eléctrico producen una conductividad que
se denomina efectiva y que es el valor mensurable de este parámetro (Turner y
Siggins, 1994; Sutinen, 1992), mientras que las corrientes en desfase, junto con el
efecto de las cargas libres para altas frecuencias (Carcione, 1996), producen un
retardo del campo eléctrico. De esta forma se definen los parámetros efectivos. La
conductividad efectiva es la suma de los efectos de la componente real de la
conductividad compleja y del efecto de la componente imaginaria de la
permitividad dieléctrica, que genera un campo eléctrico en fase con el campo
externo:
σ' '
ε ef = ε'− (3.36)
ω
Son estos parámetros los que se pueden medir en experiencias de laboratorio y los
que se utilizan para calcular la velocidad de propagación de la onda
electromagnética por el medio así como la atenuación de la energía que se produce
durante esta propagación. En los siguientes capítulos, aunque no se mencionen
explícitamente los parámetros efectivos, se entiende que son los utilizados para
realizar todos los cálculos y para definir el comportamiento de las ondas
electromagnéticas en los medios.
La ley de Snell relaciona los ángulos de incidencia, reflexión y refracción con las
velocidades de propagación de las ondas en los dos medios que están en contacto.
En la figura 3.3. se presenta esquemáticamente el proceso de incidencia de una
onda electromagnética plana en un contacto entre dos materiales diferentes, siendo
el contacto también plano. La polarización de la onda electromagnética plana es
perpendicular al contacto en el caso de la figura 3.5.b y paralela al mismo en el
caso de la figura 3.5.a.
r r
E i µ 0 µ r E r µ 0 µ r
η1 = r = =r = (3.37)
H i ε 0 ε r H r ε 0 ε r
r
E t µ 0µ r 2
η2 = r = (3.38)
H t ε0ε r2
r
E r η 2 cos (at ) − η1 cos (ai)
R 1→2 = r =
E i η1 cos (ai) + η 2 cos (at )
r (3.39)
E 2η 2 cos (at )
T1→2 = r t =
E i η1 cos (ai) + η 2 cos (at )
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico 95
Donde T1Õ2 es el coeficiente de Fresnel de refracción entre los medios superior (1)
e inferior (2), R1Õ2 es el coeficiente de Fresnel de reflexión en el contacto entre
r r r
los dos medios, E i el campo incidente, E r el campo reflejado y E t el campo
refractado o transmitido.
η1 − η2 ε r1 − ε r2
R= =
η1 + η2 ε r1 + ε r2
(3.40)
2η2 2 ε r2
T= =
η1 + η2 ε r1 + ε r2
De las expresiones (3.39) y (3.40), se puede deducir que cuanto mayor sea la
diferencia entre los parámetros electromagnéticos de los medios, mayor será el
coeficiente de reflexión, es decir, que a mayor contraste entre los dos medio en
contacto, mayor porcentaje de la energía incidente será reflejada en la
discontinuidad, y por lo tanto, tendremos un menor porcentaje de energía
transmitida al medio inferior.
mientras que por otro lado la penetración del método disminuye y las reflexiones
producidas en contrastes posteriores son de menor amplitud, ya que el porcentaje
de energía refractada es menor, lo que contribuye a que la amplitud de la onda en
posteriores reflexiones sea menor.
Antenas
Emisora Receptora
at Ángulo de refracción
ai Ángulo de incidencia
ar Ángulo de reflexión
Medio 1: σ , ε
1 r1
,µ
r1
Superficie de reflexión
a
Medio 2: σ , ε
2 r2
,µ
r2
Antenas
Emisora Receptora
at Ángulo de refracción
ai Ángulo de incidencia
ar Ángulo de reflexión
Medio 1: σ , ε
1 r1
,µ
r1
Superficie de reflexión
b
Medio 2: σ , ε
2 r2
,µ
r2
Ar
r=
Ai
(3.41)
A
t= t
Ai
R = r2
(3.42)
T = t2
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 99
Capítulo 4
Resumen.
4.1 Introducción.
σ
P= (4.1)
ωε
c
v= (4.2)
εrµr
( ) + 1
1
1 + P
2 2
2
Por otro lado, para materiales que presentan lo que se denomina pequeñas
pérdidas, es decir, para aquellos medios en los cuales el factor de pérdidas es
próximo a cero porque se cumple la condición:
σ << ωε (4.3)
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 103
c
v= (4.4)
εr
Las dos causas más importantes son la expansión geométrica del frente de ondas y
los fenómenos de absorción (más importantes para conductividades mayores y
estrechamente relacionados con el porcentaje de agua contenido en el medio).
que la antena radia la mayor parte de la energía en un haz cónico cuyo ángulo
mayor (en la dirección de desplazamiento de la antena) es de unos 90º. En este
caso o en el caso de poder considerar el dipolo emisor como puntual, si se
considera además que el medio por el que se propaga la energía es homogéneo y
no absorbente, la reducción de energía es inversamente proporcional al cuadrado
de la distancia recorrida. Para un medio en el que la permitividad dieléctrica varía
espacialmente, la velocidad también irá variando y, por lo tanto, la atenuación
geométrica deberá calcularse a partir de integrar la atenuación en cada punto para
toda la trayectoria de la onda. Estas propiedades están desarrolladas en trabajos de
simulación de propagación de ondas de radar, como los de Cai y McMechan
(1995), en los que se define la atenuación geométrica a partir estudios anteriores
aplicados a sismología.
4.2.2. Absorción.
εs − ε∞
ε' = ε ∞ + (4.5)
1 + ω2 τ 2
(ε s − ε ∞ )ωτ
ε' ' = (4.6)
1 + ω2 τ 2
∂v f
vg = vf − λ (4.7)
∂λ
En los tres casos, cuando la frecuencia tiende a valores muy elevados, la velocidad
tiende al valor que se calcula a partir de la ecuación 4.4. La tendencia hacia este
valor es más rápida cuanto más baja es la conductividad del medio.
a.
9
Conductividad
8
Conductividad = 10 S/m
7 Conductividad = 1 S/m
Conductividad = 0.8 S/m
6
Velocidad (cm/ns)
0
1E+6 1E+7 1E+8 1E+9 1E+10
Frecuencia (Hz)
110 Capítulo 4. Características de la propagación de las ondas de radar en medios materiales.
10 b.
9
7
Velocidad (cm/ns)
4
Conductividad
3
Conductividad = 0.8 S/m
Conductividad = 0.5 S/m
2
Conductividad = 0.2 S/m
1 Conductividad = 0.1 S/m
0
1E+6 1E+7 1E+8 1E+9 1E+10
Frecuencia (Hz)
9.5 c.
9.0
8.5
Velocidad (cm/ns)
8.0
7.5
Conductividad
7.0
Conductividad = 0.002 S/m
Conductividad = 0.001 S/m
6.5
Conductividad = 0.0008 S/m
6.0
1E+6 1E+7 1E+8 1E+9 1E+10
Frecuencia (Hz)
Ex
= e − αx (4.8)
E0
1
1
2
µε σ2
− 1
2
α = ω 1 + 2 2 (4.9)
2 ω ε
σ
P= = tg D (4.10)
ωε
{( }
1
ω µ ε
) 1 2
α = r r 1 + P 2 2
−1 (4.11)
c 2
1
d= (4.12)
α
Los materiales en los que el factor de pérdidas es mucho menor que 1, es decir,
aquellos que cumplen σ<<εω y que, por lo tanto tgD=P<<1, son los denominados
materiales dieléctricos o casi dieléctricos. Para medios formados por este tipo de
materiales (que también reciben el nombre de materiales de pequeñas pérdidas) el
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 113
1
1 2 ε 2
d = ≈ (4.13)
α σµ
εr
d = 5.31 ⋅ 10 −3 (4.14)
σ
Como segundo ejemplo se considera un terreno arcilloso. Para las arcillas secas
pueden considerarse los siguientes valores de los parámetros electromagnéticos:
σ≈0.01S/m, εr≈3 y µr≈1 (Reynolds, 1997; Sutinen, 1992; Carmichael, 1990). En
este caso el factor de pérdidas P es de 0.6 cuando la frecuencia es de 100 MHz y
de 0.06 cuando la frecuencia es de 1000 MHz. En el primer caso no puede saberse
a priori si es posible efectuar la aproximación de pequeñas pérdidas. En el
segundo caso podemos considerar que nos encontramos con este tipo de medios
ya que P<<1. Lo que quiere decir que, en este segundo caso podremos calcular d a
partir de la ecuación simplificada 4.14, obteniendo para la profundidad pelicular
de penetración un valor 0.92 m. Si el cálculo se realiza obteniendo el coeficiente
de atenuación a partir de la ecuación 4.11 (que resulta de α=1.087 m-1), aplicando
la expresión 4.12 se llega a d=0.91107 m, es decir, que se ha obtenido de nuevo
una profundidad pelicular de penetración de aproximadamente 0.9 m, muy
parecida a la calculada utilizando las ecuaciones simplificadas. Sin embargo, si el
terreno arcilloso considerado presenta un grado importante de humedad, los
parámetros del medio varían sustancialmente, aumentando la permitividad
dieléctrica relativa y la conductividad. Unos valores característicos para este caso
pueden ser: σ≈1S/m, εr≈15 y µr≈1 (García, 1997; Carmichael, 1990; Orellana,
1972). En este caso, para una frecuencia de 1000 MHz el valor del factor de
pérdidas es P=tgD=0.4796. Si este medio puede considerarse de pequeñas
pérdidas y, por lo tanto, son aplicables las ecuaciones 4.13 y 4.14 se obtiene un
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 115
En general se puede decir que para rocas secas el valor de d aumenta ya que la
conductividad efectiva del medio disminuye sustancialmente cuando los poros del
material están llenos de aire en lugar de agua disminuyendo también el factor de
atenuación. Esto quiere decir que al realizar una prospección en un medio seco se
espera una mayor penetración que si se realiza en el mismo medio húmedo.
10
profundidad pelicular de penetración, d (m)
9
ε = 81
8
1 ε =1
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Conductividad (mS/m)
En las dos figuras se puede observar que para conductividad alta la penetración es
pequeña, aumentando para un mismo valor de σ si las permitividades dieléctricas
relativas presentan valores más elevados.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 117
3 ε =30
ε =25
ε =15
2
ε =12
ε =10
ε =8
1
ε =5
ε =1
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Conductividad (mS/m)
La gráfica de la figura 4.4 se puede utilizar para aquellas frecuencias por encima
de la que permite efectuar la aproximación de pequeñas pérdidas. Si se da este
caso, por ejemplo, para obtener la profundidad pelicular de penetración en un
terreno formado por arenas húmedas y por lo tanto caracterizado por los
118 Capítulo 4. Características de la propagación de las ondas de radar en medios materiales.
siguientes parámetros: σ≈40 mS/m, εr≈25 y µr≈1 (García, 1997; Hänninen, 1992;
Carmichael, 1989), se obtiene sobre la gráfica la intersección de la curva de εr=25
con la conductividad σ=40 mS/m. El valor de la profundidad que nos proporciona
la gráfica, en este caso, es de d=7.7 cm. En el caso de las arcillas secas de unos de
los ejemplos anteriores (σ≈0.01 mS/m, εr≈3 y µr≈1) se observa que la profundidad
que proporciona la gráfica es ligeramente superior a los 0.9 m.
Las curvas patrón pueden obtenerse para dos casos diferentes: para medios de
pequeñas pérdidas y para medios de grandes pérdidas dieléctricas. En el segundo
caso las relaciones dependen de la frecuencia y son las curvas más generales
posibles. En los medios de pequeñas pérdidas la dependencia con la frecuencia
puede despreciarse.
a.
Medios que presentan conductividad alta.
Aproximación para medios de pequeñas pérdidas.
0.10
σ = 4 S/m
Profundidad pelicular de penetración, d (m)
0.09
σ = 2 S/m
σ = 1 S/m
0.08 σ = 0.5 S/m σ = 0.5 S/m
0.07
0.06
0.05 σ = 1 S/m
0.04
0.03
σ = 2 S/m
0.02
σ = 4 S/m
0.01
0.00
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85
b.
Caso de materiales con conductividad media.
Aproximación para P<<1.
0.9
σ = 0.05 S/m
0.8
0.7
0.6
0.3
σ = 0.2 S/m
0.2
σ = 0.4 S/m
0.1
0.0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85
50 c.
Medios de baja conductividad.
P<<1
σ = 0.001
Profundidad pelicular de penetración, d (m) 45
σ = 0.01 S/m
40 σ = 0.005 S/m
σ = 0.002 S/m
35 σ = 0.001 S/m
30
25 σ = 0.002
20
15
10 σ = 0.005
5 σ = 0.01
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85
500
σ = 0.0001 S/m
400
300
200
100
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
En estas gráficas se puede ver que los materiales más conductores tienen una
penetración menor que los materiales más resistivos.
En las curvas del primer grupo (materiales de conductividad elevada, figura 4.5.a)
el valor de 4 S/m es característico del agua de mar. Los otros tres valores pueden
presentarse en suelos en los que existe intrusión marina, contaminación o
abundante presencia de materiales metálicos (la conductividad del cobre, por
ejemplo, es de orden de 108 mS/m). También son valores que se pueden obtener
en terrenos arcillosos o en areniscas saturadas, cuya conductividad puede estar
próxima a 1 S/m.
En las curvas del segundo grupo (medios de conductividad media, figura 4.5.b) las
curvas están calculadas para valores de σ de 0.4 S/m, 0.2 S/m, 0.1 S/m y 0.05
S/m. Materiales que pueden presentar estos valores son algunos suelos arcillosos
con un alto grado de humedad cuya conductividad altamente variable en función
de la composición y del grado de humedad, principalmente, puede presentar
valores alrededor de los 100 mS/m y los 200 mS/m (Ulriksen, 1992). También
pueden darse en arcillas saturadas cuya conductividad está comprendida entre 1
S/m y 0.1 S/m (Reynolds, 1997). En suelos contaminados por aguas ácidas
procedentes de vertidos mineros se han obtenido valores alrededor de los 50
mS/m (Reynolds, 1997). Dentro de este grupo también pueden incluirse los
cementos, dependiendo de su composición y de su humedad.
(García, 1997; Hänninen, 1992), el permafrost, que puede oscilar entre 1 mS/m y
0.01 mS/m (García, 1997; Ulriksen, 1992), el hielo polar, con valores entre los
0.02 mS/m y 0.003 mS/m (Reynolds, 1997), las rocas calizas secas y las areniscas
secas (García, 1997). Dentro de este último grupo la profundidad de penetración
es elevada y se suele hablar de materiales muy transparentes, sobre todo en los
casos de menor conductividad y mayor permitividad dieléctrica relativa. En los
estudios efectuados en hielos antárticos y en glaciares se han alcanzado
profundidades de penetración de unos 300 m y 400 m (García, 1997) con antenas
que trabajan a 700 MHz. Otro ejemplo de gran penetración son algunos de los
estudios efectuados en medios salinos, en los que se ha llegado hasta los 100 m de
profundidad (Halleux et al., 1992).
En el mismo anexo 5 se incluyen también las curvas patrón que permiten calcular
el coeficiente de atenuación α en función de εr para diferentes conductividades y
para cuatro de las frecuencias más habituales en los estudios con radar de
subsuelo. Estas curvas se han representado a partir de la ecuación 4.11,
considerando medios no magnéticos. Son válidas para todo tipo de medios
siempre que se cumpla que µr≈1.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 123
0.22
0.21
0.20
0.19
0.18 Frecuencia: 10 MHz.
0.16 σ = 4 S/m
0.15 σ = 2 S/m
0.14
σ = 1 S/m
σ = 0.5 S/m
0.13
0.12 σ = 2 S/m
0.11
0.10
0.09
0.08
σ = 4 S/m
0.07
a.
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85
Permitividad efectiva relativa, ε
1.1
σ = 0.05 S/m
Profundidad pelicular de penetración, d (m)
1.0
0.9
0.8
Frecuencia: 10 MHz
Conductividad media.
0.7
σ = 0.4 S/m
σ = 0.1 S/m σ = 0.2 S/m
0.6
σ = 0.1 S/m
0.5 σ = 0.05 S/m
0.4
σ = 0.2 S/m
50
Frecuencia: 10 MHz
σ = 0.001 S/m
Conductividad baja.
Profundidad pelicular de penetración, d (m)
45
σ = 0.01 S/m
40 σ = 0.005 S/m
σ = 0.002 S/m
35 σ = 0.001 S/m
30
25 σ = 0.02 S/m
20
15
10
σ = 0.005 S/m
5
σ = 0.01 S/m
0 c.
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85
Permitividad efectiva relativa, ε
900
σ = 0.0001 S/m
Frecuencia: 10 MHz.
Profundidad pelicular de penetración, d (m)
500
400
σ = 0.0001 S/m
300
200
100
0 d.
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85
Permitividad efectiva relativa, ε
Figura 4.6. Curvas patrón que permiten obtener d (en m) en función de
εr efectiva, para el caso general (incluyendo aquellos medios en los
que no se cumple la relación σ<<ωε. Frecuencia de 10 MHz. a) Medios
de conductividad alta. b) Medios con conductividad media. c) Medios
de conductividad baja. d) Medios muy resistivos (casi transparentes).
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 125
0.09
Frecuencia: 1000 MHz
Medios de conductividad alta.
σ = 0.5 S/m
Profundidad pelicular de penetración, d (m)
0.08
σ = 4 S/m
0.07 σ = 2 S/m
σ = 1 S/m
0.06 σ = 0.5 S/m
0.05
σ = 1 S/m
0.04
0.03
σ = 2 S/m
0.02
σ = 4 S/m
0.01
a.
0.00
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
Permitividad efectiva relativa, ε
0.9
Frecuencia: 1000 MHz
Conductividad media. σ = 0.05 S/m
Profundidad pelicular de penetración. d (m)
0.8
σ = 0.4 S/m
0.7 σ = 0.2 S/m
σ = 0.1 S/m
0.6 σ = 0.05 S/m
0.5
0.4
σ = 0.1 S/m
0.3
σ = 0.2 S/m
0.2
0.1
σ = 0.4 S/m
0.0 b.
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
Permitividad efectiva relativa, ε
126 Capítulo 4. Características de la propagación de las ondas de radar en medios materiales.
45
Frecuencia: 1000 MHz.
Profundidad pelicular de penetración, d (m)
40
Conductividad baja.
σ = 0.001 S/m
σ = 0.01 S/m
35 σ = 0.005 S/m
σ = 0.002 S/m
30
σ = 0.001 S/m
25
σ = 0.002 S/m
20
15
10 σ = 0.005 S/m
5 σ = 0.01 S/m
0 c.
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
Permitividad efectiva relativa, ε
600
Frecuencia: 1000 MHz.
Profundidad pelicular de penetración, d (m)
500
σ = 0.0001 S/m σ = 0.00005 S/m
σ = 0.00005 S/m
400
σ = 0.0001 S/m
300
200
100
0
0 5 10 15 20 25 d.
Permitividad efectiva relativa, ε
Figura 4.7. Curvas patrón que permiten obtener d (m) en función de εr
efectiva, para el caso general (incluyendo aquellos medios en los que
no se cumple la relación σ<<ωε. Frecuencia de 1 GHz. a) Medios de
conductividad alta. b) Medios con conductividad media. c) Medios de
conductividad baja. d) Medios muy resistivos (casi transparentes).
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 127
Para obtener las curvas patrón de la figura 4.5 se ha realizado una aproximación al
considerar el factor de pérdidas, P, pequeño. En estos casos la ecuación 4.11 que
permite calcular α se simplifica y deja de depender de la frecuencia. Queda en
función de los parámetros electromagnéticos del medio (ecuación 4.13). Esta
aproximación es válida en muchos casos y, cuando puede realizarse, simplifica los
cálculos. Pero no siempre tendremos una combinación de parámetros que permita
que, para una frecuencia dada, el medio pueda considerarse de pequeñas pérdidas.
En este apartado se analiza el rango de validez de la aproximación, tanto en
algunos casos particulares como en el caso más general. El resultado final se
muestra en unas gráficas que permiten, conocidos los valores de la permitividad
dieléctrica relativa y de la conductividad del medio (se consideran medios no
magnéticos), determinar si es posible la utilización de las curvas patrón de la
figura 4.5 y de las ecuaciones 4.13 y 4.14 o, si por el contrario, hay que utilizar las
ecuaciones 4.11 y 4.12 así como las curvas de las figuras 4.6, 4.7 y del anexo 5,
que ya son específicas para cada frecuencia.
Pare ello ser representa una gráfica que muestra la conductividad en función de la
permitividad dieléctrica relativa para diferentes frecuencias en el caso particular
de que el factor de pérdidas sea la unidad. Según recoge Reynolds (1997) la
aproximación P<<1 es correcta si la conductividad del medio estudiado es 0.05
veces la conductividad que se obtiene partiendo de la constante εr en el caso de
P=1.
σ = ωε (4.15)
Las gráficas de la figura 4.8 se han calculado para las frecuencias más bajas: 1
MHz, 5 MHz y 10 MHz. Las de la figura 4.9 están dibujadas considerando las
frecuencias más habituales en este tipo de prospección, que van desde los 100
MHz hasta los 1000 MHz.
128 Capítulo 4. Características de la propagación de las ondas de radar en medios materiales.
30
f = 10 MHz
20
15 f = 5 MHz
10
5
f = 1 MHz
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
Permitividad dieléctrica relativa
2600
f=900 MHz
2400
2200
2000
1800
1600
1400 f=500 MHz
1200
f=400 MHz
1000
800 f=300 MHz
600 f=200 MHz
400
f=100 MHz
200
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
Permitividad dieléctrica relativa
Como primer caso se considera un terreno arcilloso con los siguientes parámetros
electromagnéticos: εr≈8, σ≈0.23 S/m y µr≈1 (ver la tabla 6.2). Se utiliza una
antena de 500 MHz. En primer lugar hay que calcular el factor de pérdidas
(ecuación 4.10). Se obtiene P=1.034. Este valor, ligeramente por encima de la
unidad indica que no es posible aproximar por pequeñas pérdidas. La profundidad
pelicular ha de calcularse sin realizar aproximaciones. Calculando el factor de
atenuación en el caso general (ecuación 4.11) se tiene que α=13.875 m-1. Con este
valor de α se calcula la profundidad pelicular de penetración (ecuación 4.12),
resultando d=7.21 cm. Veamos el error que se comete en el caso de haber
efectuado esta aproximación sin haber tenido en cuenta el valor de P. Si esta
misma profundidad se calcula utilizando la ecuación 4.14 el resultado es d=6.53
cm, es decir, un valor de 0.68 cm menos que en el caso general. El uso incorrecto
de la aproximación P<<1 introduce en este ejemplo un error del 9.4% del
resultado.
conductividad está próxima a los 0.001 S/m y de nuevo se supone que µr ≈1. El
factor de pérdidas es P=0.03597. Utilizando el criterio de validez para la
aproximación considerada (figura 4.9) se obtiene que la conductividad para un
P=1 es de 0.0278 S/m. Esto quiere decir que todos los valores de la conductividad
iguales o inferiores a 0.05 veces esta conductividad permiten, dados los valores de
ω y εr, considerar que P<<1. Este valor máximo que puede tener la conductividad
es de σmáx=0.00139 S/m. Como en el caso particular considerado se tiene que
σ < σmáx podremos aplicar el criterio de pequeñas pérdidas. Calculando la
profundidad partiendo de esta aproximación se llega a d=11.874 m. Calculando de
forma general el factor de atenuación se tiene que α = 0.0842 m-1, lo que implica
una profundidad pelicular de penetración de d=11.87 m. El error cometido en este
caso es del 0.0337%, es decir, inferior al 1%, siendo totalmente despreciable.
De forma general puede decirse que las pérdidas que presenta una radiación
electromagnética durante su propagación, a una distancia dada del emisor, son:
En la figura 4.7 se presenta un esquema realizado por Davis y Annan (1989) que
muestra el proceso de pérdidas de energía desde el emisor hasta el receptor. Todos
los aspectos esquematizados en la figura 4.7 se representan en la ecuación del
radar, de la que se habla con mayor extensión en el capítulo 5. Esta ecuación es un
balance energético entre la potencia generada y la recibida por la antena. De
forma general se expresa como:
E E G G v 2 (RF)e −4αz
Q = 10log TX RX TX 3RX2 4 (4.16)
64π f z
v2
A= (4.17)
4πf 2
P
Q = 10log min (4.18)
Pg
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 133
Potencia generada Pg
e −2 α z
Potencia que alcanza al reflector P3 = P2
4πz 2
e −2 α z
Potencia que alcanza al receptor P6 = P5
4πz 2
R = 10D 2 (4.19)
Siendo D2 un parámetro que depende del tipo de reflector que se tenga, de las
antenas emisora y receptora y de la frecuencia, definido mediante la expresión:
E E G G
( )
− Q + 10log TX RX 3TX RX + 10log v 2 + 10[B1 + (B 3 − 2) log(f )]
64π
D2 = (4.20)
40 − 10B 2
D2
R= (4.21)
D1
siendo:
2A
D1 = (4.22)
40 − 10B 2
Para el caso de un reflector plano, la señal que se registra tras una reflexión es una
imagen de la fuente aunque reducida en intensidad según el coeficiente de
reflexión R, radiando en dirección ascensional (hacia la superficie) desde una
distancia dos veces mayor que la distancia entre el contacto y el emisor.
Tipo de RF B1 B2 B3
reflector
Plano y liso πz 2 R log(πR ) 2 0
v 2 2 vz πvR
π f + f R log
Plano y rugoso 16 2 2 1 -1
64π 5 a 6 f 4 64π 5 a 6 f 4
R log
Finito (puntual) v4 v4 0 4
Para definir las zonas de Fresnel se supone una onda esférica producida por una
fuente puntual que se propaga libremente, según el esquema de la figura 4.8. En
ésta se muestra el foco, el frente de ondas Σ y dos puntos H y P. El punto H
situado está situado a una distancia z1 del foco y le llega un frente de ondas, Σ, de
densidad de energía EH(z1). El punto P situado a una distancia z2 del foco. El
frente de ondas que alcanza el punto P tiene una densidad de energía EP(z2). La
energía generada en el foco es E0 (Casas, 1985).
EH(z1) EP(Z 2 )
Foco H P
E0
Σ Σ
z1
z2
Figura 4.11. Esquema de la propagación de un frente de ondas
esférico.
Estas esferas definen las que se denominan zonas de Fresnel. En la figura 4.9 se
pueden observar los radios d1, d2, d3, ... que definen a cada una de las zonas de
Fresnel. El radio de la primera zona de Fresnel tiene la siguiente expresión:
1
λ2
2
d1 = + r0 λ (4.24)
4
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 137
Estas zonas se llaman también semiperiódicas ya que las vibraciones emitidas por
los puntos de las circunferencias que rodean al punto P (ver el esquema de la
figura 4.9) llegan a P con una diferencia de λ/2, es decir, con una diferencia de
fase de π radianes.
1
∆t = (4.25)
∆f
De esta forma, para una antena con frecuencia central de 500 MHz, la duración
del pulso es de 2 ns. Si la antena es de 900 MHz la duración del pulso es de 1.1
ns; si es de 100 MHz su duración del pulso es de 10 ns; para una frecuencia
central de 200 MHz la duración del pulso resultante es de 5 ns; para una
frecuencia de 1 GHz esta duración es de 1 ns y para una frecuencia de 10 MHz se
obtiene un valor de 100 ns.
La longitud equivalente del pulso que se propaga (en metros) es el producto entre
la duración del pulso y la velocidad de la onda electromagnética en el medio por
el que se está propagando. Esta longitud equivalente determina la resolución
vertical que podremos esperar. A mayor longitud del pulso, menor resolución
vertical.
La separación entre los dos eventos de la figura 4.10 que permiten distinguir la
capa intermedia es completa si cuando la señal incide en la superficie que separa
al medio 2 del medio 3 la señal que ha incidido en la superficie superior que
separa el medio 1 del medio 2 se ha reflejado en su totalidad. Con esto se asegura
que no se produce solapamiento entre las dos señales reflejadas, que quedan
registradas en el radargrama como eventos totalmente separados. Con esta
consideración se define la resolución vertical, Rv a partir de la siguiente expresión
(Lorenzo, 1994):
v v∆t
Rv = = (4.26)
∆f 2
Si la distancia vertical (temporal) entre dos eventos es igual o mayor que el valor
obtenido para Rv se pueden detectar como reflectores separados (ver la figura
4.10), ya que no se produce solape entre la energía procedente de las dos
reflexiones.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 141
Por ejemplo, utilizando una antena de 100 MHz y considerando un suelo húmedo
que presenta para esta frecuencia una velocidad de propagación de v = 0.06 m/ns,
la duración del pulso es de ∆t = 10 ns y la longitud de onda calculada como el
producto del pulso por la velocidad es λ = 60 cm. Esto da, para este caso, una
resolución vertical de Rv = 15 cm.
banda). Sin embargo, la resolución vertical que se tiene finalmente es peor que
este valor teórico, a causa, principalmente, de la forma del pulso y de la respuesta
del suelo.
1E+4
Espesor mínimo detectable, Rv (cm)
1E+3
1E+2
Velocidades
1 a.
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100
1E+5 Duración del pulso, ∆t (ns)
1E+4 Velocidades
Espesor mínimo detectable, Rv (cm)
1E+2
1E+1
1
0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000
b.
Ancho de la banda de frecuencias (MHz)
La velocidad de la antena y el número de trazas por segundo son dos factores que
se pueden controlar. No ocurre lo mismo con la geometría del haz emitido, que
depende de las características de la antena y de las del medio. Este haz se puede
considerar aproximadamente como cono de energía que intersecta con la
superficie del reflector, iluminando un área que se denomina huella de la antena.
La primera zona de Fresnel describe el área mínima detectable. Los rasgos del
medio con dimensiones menores no se detectan. Por ejemplo, en un suelo húmedo
en el que se propaga la onda con una velocidad de 0.06 m/ns, el radio de la
primera zona de Fresnel es de 43 cm (ecuación 4.24) si se utiliza una antena de
500 MHz y la superficie reflectora está a 1.5 m de la antena. Esto indica que se
pueden detectar elementos de diámetro medio mayores que 90 cm.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 145
El tamaño finito de esta superficie de incidencia del cono de energía afecta tanto a
la resolución vertical como a la horizontal. Para la resolución horizontal, cuanto
mayor sea la primera zona de Fresnel, peor será el coeficiente de resolución
horizontal. Un cono estrecho mejora considerablemente la resolución. La anchura
del cono de emisión afecta la resolución vertical cuando las superficies reflectoras
están fuertemente inclinadas o cuando las irregularidades de la superficie son
grandes comparadas con la longitud de onda de la energía incidente.
Son varios los criterios que se pueden considerar para determinar la resolución
horizontal.
λ h
ra = + (4.27)
4 εr + 1
2h
nt = ( tr / s) (4.28)
va
Capítulo 5.
Resumen.
5.1 Introducción.
Las primeras radian la energía en todas direcciones del espacio por igual y no
tienen direcciones privilegiadas. Si se considera que el medio en el que la antena
radia la energía es homogéneo e infinito (sin discontinuidades), el frente de ondas
que se propaga a partir de su radiación es esférico. Estas antenas son llamadas
ideales, ya que en la práctica es imposible conseguir una perfecta isotropía en la
emisión.
Las antenas direccionales son aquellas que tienen una dirección privilegiada de
radiación. La emisión que produce no es homogénea para todas las direcciones.
δP(θ, ϕ, r )
D= (5.1)
Pr
4πr 2
Pr
δP(r, θ, ϕ) = (5.2)
4πr 2
Pr
δP(r, θ, ϕ) = D(θ, ϕ) (5.3)
4πr 2
Pmax . radiada
G= Ω (5.4)
Ptotal
4π
Si nos encontramos con antenas que presentan una cierta direccionalidad (es el
caso de las antenas más comunes empleadas en prospección geofísica) la
definición de directividad de la antena es similar a la que se ha presentado de
ganancia. En este caso se puede decir que la direccionalidad de una antena es el
cociente entre la potencia máxima entregada a la antena por unidad de ángulo
sólido entre la potencia total radiada dividida entre 4π:
Pmax . entregada
Gd = Ω (5.5)
Ptotal
4π
Pr D(θ, ϕ) Pe G (θ, ϕ)
δP = = (5.7)
4πr 2 4πr 2
Por otro lado, la potencia que recibe una antena se relaciona con la densidad de
potencia del frente de ondas como su producto con la que se denomina área
efectiva, Aef, que es el área de captación de energía del frente de ondas que
alcanza la antena receptora. Esta área efectiva también está relacionada con la
directividad (D) de la antena receptora y con la longitud de onda (λ) tal como se
muestra, por ejemplo, en Cardama (1993) mediante la expresión:
λ2
A efr =D = DL 0 (5.8)
4π
Siendo la expresión:
λ2
Lo = (5.9)
4π
la que se denomina pérdida en el espacio libre (la pérdida de potencia que tiene
lugar entre la transmisión y la recepción de la señal si las dos antenas involucradas
son isotrópicas).
De esta forma puede escribirse la potencia recibida por una antena (Pc) mediante
la expresión:
Pr
Pc = D t A efr (5.10)
4πr 2
2
Pc λ
= D t D r (5.11)
Pr 4πr
Pr
S= (5.12)
Pc
Pr
Q = 10 log(S) = 10 log (5.13)
Pc
La ecuación del radar es una referencia importante para definir un sistema de radar
ya que relaciona las características de la antena emisora y las propiedades del
medio (que producen una atenuación de la señal) con la potencia emitida por dicha
antena y la potencia recibida tras una reflexión.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 159
Conociendo la potencia máxima que puede emitir una antena y determinando: cual
es la mínima potencia que debe tener una señal recibida para que se pueda
discriminar del ruido de fondo, los factores de atenuación de la señal en un medio
dado y la frecuencia central del pulso emitido, es posible determinar la máxima
profundidad que se alcanzará.
Pr G 2 θ
Pc = (5.14)
ω 2 r 4 (4π) 3
A ( r , α ) = e −2 α r (5.15)
Como el georradar tiene una antena emisora y una antena receptora se suele
escribir la ecuación del radar a partir de la ecuación de transmisión
(ecuación 5.11), considerando que la energía que recibe la antena receptora no es
una emisión directa de la receptora, sino que llega tras sufrir una reflexión. Para
ello se considera la directividad de las antenas en función de su ganancia y de su
efectividad, la longitud de onda en función de la velocidad y la frecuencia, la
sección eficaz del reflector y el coeficiente de reflexión del mismo. De este modo
se obtiene una relación entre la potencia emitida por una antena y la recibida por la
otra tras la reflexión. Este balance suele darse en decibelios, en forma del factor Q
160 Capítulo 5. Instrumentación, equipos y métodos de adquisición de datos.
de sensibilidad del aparato. Este factor Q queda definido a partir de las ecuaciones
4.12 y 4.13.
Los equipos comerciales actuales trabajan con un valor de Q situado entre los 120
dB y los 160 dB. Los valores de Q entre los que trabajan los equipos más antiguos
están comprendidos entre los 80 dB y los 120 dB. Davis y Annan (1989)
determinaron la penetración (o rango del radar) en función de este factor Q y de la
atenuación α dependiente del medio y de la frecuencia (ver la figura 5.1). De
forma general, el rango del radar (penetración) disminuye conforme aumenta la
atenuación. También puede observarse que el rango del radar es mayor para
valores mayores de la sensibilidad Q del equipo.
Los diagramas de radiación son representaciones gráficas del frente de ondas que
radia una antena en las diferentes direcciones del espacio. Estos diagramas indican
en qué dirección del espacio la antena es más sensible, así como el área efectiva
(ángulo efectivo) que podrá ser detectada por la energía radiada por la antena. Las
gráficas representan la densidad de potencia relativa a una distancia dada (medida
en dB) en función de las tres direcciones del espacio. El tamaño y la forma de los
lóbulos de radiación del campo electromagnético generado por una antena
dependen también de la constante dieléctrica del medio en el cual se produce la
emisión.
Las antenas del georradar suelen ser antenas de media longitud de onda, es decir,
antenas con una espira que funciona como un dipolo, emitiendo energía según un
modelo de radiación ya conocido (Duke, 1990). El modelo de radiación de las
antenas de georradar es diferente si se considera la antena en un mismo medio
homogéneo o si se consideran discontinuidades en el medio por el que se propaga
la energía. También existen modificaciones que dependen de las características
electromagnéticas de los medios en contacto (Conyers y Goodman, 1997; Arcone,
1996). De forma general, conforme aumenta la permitividad dieléctrica efectiva de
un medio, la direccionalidad de la antena aumenta también. Esto conlleva una
anchura del lóbulo de radiación menor, de forma que un mayor porcentaje de
energía se propaga en la dirección deseada y una parte menor es la que se propaga
por el exterior del medio a analizar. La dependencia entre la anchura del lóbulo
principal y la constante dieléctrica efectiva del medio viene dada por la expresión
5.17, siendo β el ángulo entre la vertical y el límite del haz principal (semianchura
del lóbulo) y εr la permitividad dieléctrica efectiva relativa del medio que se está
estudiando y que se encuentra en contacto con el aire.
1
β = arcsin (5.17)
εr
El equipo básico consta de una unidad central, una o varias antenas (se explican en
este mismo capítulo) y una unidad de registro de datos. A estos elementos básicos
se les pueden añadir algunos accesorios para facilitar las tareas de adquisición de
datos. Con la misma finalidad se pueden utilizar equipos complementarios.
Accesorios.
Los accesorios con los que puede complementarse este equipo básico son
diversos. Podemos separarlos en dos grupos: los complementos para la
visualización y almacenamiento de los registros y los accesorios para situar los
perfiles.
2. Pantallas. Se pueden conectar a la unidad central para tener una visión clara de
los registros que se adquieren.
Equipos complementarios.
Entre los equipos para situar los perfiles se encuentran aquellos instrumentos que
pueden facilitar el posicionamiento de los perfiles en un plano. Entre otros,
destacan:
Los equipos destinados a porte del equipo y al manejo de antenas son muy
diversos:
1. Para transportar el material hay que tener en cuenta el tipo de terreno donde se
debe efectuar el estudio. La utilización de un vehículo cuando existen accesos
168 Capítulo 5. Instrumentación, equipos y métodos de adquisición de datos.
5.4.3. Antenas.
Las antenas son una parte fundamental del equipo básico ya que son los elementos
encargados tanto de emitir el pulso electromagnético al medio como de recibir la
energía que regresa a la superficie tras haber sufrido una reflexión.
Las antenas se conectan con la unidad de control mediante un cableado que puede
ser metálico u óptico. Este último es el más adecuado para el caso de frecuencias
bajas (por debajo de los 100 MHz), ya que los metálicos generan corrientes
parásitas que quedan registradas en la señal como ruido electrónico de fondo
(ruido termal). Este efecto es más notable cuando se trabaja con bajas frecuencias,
necesarias para rangos mayores de tiempo doble de propagación.
Las antenas se utilizan para realizar dos funciones básicas en la prospección con
georradar: deben radiar la energía que se les suministra en forma de potencia con
la direccionalidad y las características adecuadas a la aplicación pensada, y deben
recibir la parte que se refleja en las discontinuidades electromagnéticas del medio
y regresa hacia la superficie sobre la que se coloca la antena. Cuando utilizamos
las antenas en estudios de prospección es importante que la mayor parte de la
energía radiada lo haga en una única dirección. Esto permite mejorar la relación
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 169
señal / ruido, permitiendo obtener registros nítidos con un rango más elevado
(mayor profundidad de estudio). La disminución del ruido se produce porque al
emitir la energía únicamente hacia el interior del medio de estudio se evitan las
reflexiones en objetos externos. Por este motivo es habitual el empleo de antenas
direccionales y apantalladas.
Una forma muy común de caracterizar a las antenas es por la frecuencia central de
su emisión. La longitud de onda del pulso emitido depende de esta frecuencia y de
la velocidad de la onda en el medio a través de la conocida expresión:
v
λ= (5.18)
f
De este modo, las antenas que se utilizan en prospección con radar de subsuelo
quedan determinadas totalmente por la frecuencia del pulso que emiten al radiar,
ya que la longitud de onda de la energía radiada dependerá de las características
del medio por el que se propaga. Se puede definir una antena dando únicamente la
frecuencia central a la que está emitiendo y su ancho de banda. Normalmente, en
los radares de subsuelo esta banda tiene una anchura frecuencial aproximadamente
del mismo orden que su frecuencia central.
Por otro lado, la existencia de los lóbulos secundarios ocasiona que puedan
producirse reflexiones en elementos externos al medio estudiado, como puede ser
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 173
La frecuencia central de una emisión es uno de los parámetros de las antenas más
importantes. Éste determina la penetración de la señal emitida en los materiales
del medio a estudiar.
El ancho de banda de este tipo de antenas provoca una pérdida de energía por
dispersión. La atenuación de la señal para una misma frecuencia central aumenta
cuando la banda de frecuencias es más ancha, haciendo que la sensibilidad del
aparato y el alcance del estudio disminuya.
Cada método debe seleccionarse en función del problema que se debe estudiar y
los resultados que se desean.
Adquisiciones en perfiles.
Para efectuar un perfil se desplaza la antena (monoestática) o las dos antenas sin
variar la separación existente entre ellas (biestáticas) a lo largo de una línea.
Durante el desplazamiento se emite un elevado número de pulsos por segundo. Se
pueden emitir desde 1 hasta 100 pulsos cada segundo. Esto permite que la
adquisición de datos, aunque sea en realidad puntual se pueda considerar continua
por la cantidad de trazas que se tienen en todo el perfil, dependiendo siempre de la
velocidad de desplazamiento de la antena. Este desplazamiento debe realizarse a
una velocidad lo más constante posible, siendo conveniente utilizar un odómetro
durante la adquisición de datos. La antena puede estar situada tocando la
superficie del medio que se desea estudiar, aunque no es imprescindible (figura
5.6).
Pueden obtenerse registros largos de forma rápida colocando, por ejemplo, las
antenas sujetas a un coche que se desplaza a una velocidad constante (los equipos
de última generación permiten una exhaustiva adquisición de datos a una
velocidad de 80 Km/h). La reflexión en estos casos puede considerarse casi
vertical.
Desplazamiento de
la antena sobre la
superficie
Antena
Adquisiciones puntuales.
Antena
Transiluminación y tomografía.
Estos métodos de estudio se aplican a muros y medios que tienen dos superficies
paralelas en las que se puedan situar las antenas. Suele aplicarse, con antenas de
alta frecuencia, a elementos constructivos: muros, columnas, etc.; y con antenas de
baja frecuencia a túneles (siempre que existan dos túneles paralelos), a minas
(realizando el estudio entre dos galerías paralelas), etc. El estudio de pozos de
sondeo que se comenta más adelante es una variación de la transiluminación.
Este método permite realizar tomografías con GPR (figura 5.10.a). Con la
tomografía se pueden obtener imágenes bidimensionales de variaciones de
velocidad dentro de un mismo medio. Estas variaciones de velocidad se
corresponden con cambios o variaciones suaves de la permitividad dieléctrica
efectiva, que a su vez se relaciona con cambios de material o variaciones en las
condiciones de éste (humedad, zonas de fractura, compactación, etc.). También se
realizan tomografías en las que se analizan los cambios de amplitud en la onda,
trabajando sobre atenuaciones en lugar de hacerlo sobre velocidades.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 179
receptora
emisora
Antena
Desplazamiento de la antena emisora
Antena
emisora
Antena
emisora
Antena
la antena receptora
Posiciones de
Posiciones de
a. b.
Este método de estudio se realiza con antenas biestáticas. Consiste en dejar fija
una de las dos (la emisora o la receptora) y desplazar la otra aumentando la
distancia entre ambas. En la figura 5.11 se presenta un esquema de este método de
adquisición de datos. Este tipo de aplicación se realiza en medios donde las
superficies reflectoras son, aproximadamente, planas y paralelas a la superficie. En
este caso, realizando la hipótesis de medios homogéneos (sin variaciones
diferenciales de velocidad en la propagación de las ondas) es posible estimar las
velocidades verticales de cada material entre discontinuidades. La permitividad
dieléctrica efectiva del medio se calcula una vez conocida la velocidad de
propagación de la onda.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 181
Ondas directas
Ondas reflejadas
Sondeos.
Pozo de sondeo
monoestática
Antena
monoestática
Antena
Los registros se realizan de forma similar a los de perfiles. Hay que tener en
cuenta la direccionalidad de la antena, ya que los radargramas pueden ser el
resultado de las reflexiones en una única dirección o de reflexiones en todas las
direcciones.
Con antenas biestáticas se puede proceder de igual manera que con monoestáticas
(figura 5.13.a) en un sólo sondeo, o pueden utilizarse de forma similar a las
tomografías (figura 5.13.b).
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 183
Receptora
Antena
Emisora
Antena
Emisora
Antena
Receptora
Antena
Receptora
Antena
Receptora
Antena
a b
Para finalizar este capítulo se describe el equipo empleado para realizar los
trabajos prácticos y la experimentación de esta tesis: un georradar modelo SIR-10
de la casa "Geophysical Survey Sistems Inc." (“GSSI”). Se analizan dos aspectos:
las características físicas del equipo y las de radiación.
Unidad central.
las señales provenientes de los diferentes reflectores del medio que se estudia.
Para la recepción de las señales se utiliza una técnica de muestreo con la
información que se recibe cada 2· 10-5 s. El proceso se detalla en la tesis doctoral
de E. Lorenzo Cimadevila (1994). La precisión de la señal final depende del
número de pulsos de reflexión utilizados para su reconstrucción, pudiendo
seleccionar este parámetro desde la unidad central (trazas por segundo).
La figura 5.14 muestra la unidad central junto con el monitor del georradar
SIR-10.
Antenas.
Las antenas son otra parte importante del equipo. Éstas actúan como un
transductor electromagnético que transforma los impulsos eléctricos que recibe de
la unidad central en una serie de pulsos u ondas electromagnéticas de corta
duración que se emiten en el medio a estudiar. Las utilizadas en todos trabajos que
se presentan en esta tesis son antenas monoestáticas. La ventaja de este tipo de
antenas frente a las biestáticas es su mayor facilidad de manejo para trabajos de
campo. El inconveniente es que no permiten efectuar la estimación de las
velocidades del medio con perfiles de punto medio común o de reflexión de gran
ángulo. De esta forma la estimación de la velocidad si se han empleado antenas
monoestáticas debe realizarse a partir de experimentación de laboratorio o
mediante el conocimiento de los materiales que componen el medio. Otra función
de las antenas es captar la energía reflejada y transformarla en pulsos eléctricos
que envía a la unidad central.
186 Capítulo 5. Instrumentación, equipos y métodos de adquisición de datos.
Cada antena se caracteriza por su frecuencia central y por la duración del pulso
emitido. Las señales radiadas por una antena presentan un espectro de amplitudes
centrado en una frecuencia determinada. A esta frecuencia se le llama frecuencia
central de la antena. La duración de esta señal radiada es un parámetro que
determina la resolución de la antena. La anchura de la banda de frecuencias del
espectro de amplitudes es inversamente proporcional a la duración del pulso
(ecuación 4.25 y figura 4.11). Una duración menor de la señal emitida equivale a
un mayor ancho de banda alrededor de la frecuencia central.
Las antenas son direccionales. Están apantalladas en todas sus superficies excepto
en aquella por la que se produce la emisión y recepción de la señal. El
apantallamiento es una característica importante cuando se realiza un estudio en el
interior de un edificio o en cualquier área cerrada o parcialmente cerrada. Cuando
las señales, debidas a reflexiones externas al medio de estudio, alcanzan las
superficies apantalladas se atenúan fuertemente y no se registran en el radargrama.
Esto mejora la relación señal/ruido al eliminar los eventos procedentes del exterior
del medio de interés.
Todas las antenas utilizadas en los ejemplos que se presentan en esta tesis
(trabajos de campo y de experimentación) han sido fabricadas por la misma casa
que la unidad central: "Geophysical Survey Systems Inc". (“GSSI”). Las
frecuencias centrales de trabajo han sido 1000 MHz, 900 MHz, 500 MHz y 100
MHz. La selección, en cada caso, de la antena se ha realizado teniendo en cuenta
el tipo de trabajo, el lugar de trabajo, la resolución requerida y la profundidad de
penetración deseada. Para trabajos muy superficiales y que requerían precisión
(interior de muros, pavimentos, etc.) las antenas seleccionadas han sido las de
1000 MHz y 900 MHz. En trabajos que requerían una penetración media
(alrededor de los dos metros) la antena seleccionada ha sido la de 500 MHz
(localización de elementos arqueológicos). Para mayores profundidades (hasta
unos nueve metros) se utilizó la antena de 100 MHz (localización de estructuras
geológicas superficiales, niveles culturales, etc.). En muchos de los ejemplos
presentados se han utilizado varias antenas para obtener informaciones
complementarias o para analizar zonas de características diferentes.
Las antenas de 500 MHz y de 900 MHz de frecuencia central poseen dos dipolos
triangulares de media longitud de onda, uno de ellos como circuito emisor y el
otro como circuito receptor. Los registros obtenidos con estas antenas no presentan
retardo. Son antenas monoestáticas de dos dipolos. Estas dos antenas pueden verse
en las fotografías de las figuras 5.17 (900 MHz) y 5.18 (500 MHz).
La teoría de radiación de una antena (con las mismas características que las
utilizadas en este trabajo) está desarrollada con detalle en numerosos tratados, por
ejemplo en Marshall et al. (1989) y en Lorrain y Corson (1972).
En los trabajos realizados por Glover (1987) y por Duke (1990) se realiza una
descripción detallada de las antenas, de sus propiedades físicas y de los diferentes
modelos de radiación. En la tesis doctoral de Lorenzo (1994) se recopila un
resumen de estos dos trabajos. En ella se describen las características geométricas
del dipolo para las antenas modelo 3101 y 3102, recogidas en la tabla 5.4, siendo
el dipolo del tipo presentado en la figura 5.4.
190 Capítulo 5. Instrumentación, equipos y métodos de adquisición de datos.
P la
no
de
H
Pl
an
o
de
Figura 5.19. Diagrama de radiación de la antena 3102 de “GSSI” E
(monoestática con una separación entre dipolos de 15 cm.) en hielo, en
el plano perpendicular a la superficie (Arcone, 1996).
El diagrama de radiación que presenta Lorenzo (1994) para esta misma antena fue
obtenido por Glover (1987) para la radiación de una antena en el aire de forma
experimental (figura 5.21).
En los dos diagramas se observa que la máxima energía se radia según la normal a
la superficie de la antena, presentando el mayor ángulo de radiación para la
dirección longitudinal de los dipolos. La anchura de los lóbulos obtenida por
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 193
Arcone (1996) para el hielo es de 43º en el caso del campo eléctrico y de 92º para
el campo magnético. Los valores que presenta Glover (1987) para el aire son de
40º a 50º para el campo eléctrico y unos 100º para el magnético. Duke (1990)
estudia la variación del ángulo de anchura del lóbulo en función de diferentes
valores de la permitividad dieléctrica, apreciando su disminución cuando aumenta
el valor de ε. A partir de los resultados de los distintos autores y considerando la
focalización de la energía, puede considerarse que la mayor parte de la energía
radiada por la antena se concentra en un cono asimétrico de unos 90º, de tal
manera que la huella de la antena es una elipse.
0.5
1000 MHz
0.0
0 500 2000 4000 6000
Frecuencia (MHz)
La figura 5.25 muestra la forma del pulso emitido por las antenas 3101 de “GSSI”
(de 900 MHz de frecuencia central) y 3100 (1000 MHz). En los dos casos la
duración del pulso es aproximadamente del orden de 1 ns.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 195
En las figuras 5.22, 5.25 y 5.26, aparece un impulso al inicio de la traza. Es una
señal electrónica que indica el comienzo del registro y en las cuatro gráficas está
situada a los 0 ns.
a)
1
Amplitud relativa
-1
-2 0 2 4 6
Tiempo (ns)
b)
1
Amplitud relativa
-1
0 2 4 6 8 10
Tiempo (ns)
La figura 5.26 muestra los pulsos de las antenas 3207 (100 MHz) y 5106 (200
MHz).
c)
1
Amplitud relativa
-1
0 50 100 150 200 250
d) tiempo (ns)
1
Amplitud relativa
-1
-20 0 20 40 60
Tiempo (ns)
En las figuras 5.27, 5.28, 5.29 y 5.30 se presentan los espectros de amplitud de las
cuatro trazas de las figuras 5.25 y 5.26. En los cuatro casos, al igual que ocurría
con la antena de 500 MHz ya analizada, el ancho de banda es aproximadamente
dos veces el valor de la frecuencia central.
Los espectros aquí mostrados son de las trazas obtenidas radiando hacia el aire
(medio sin reflectores), de forma que corresponden con la frecuencia de la onda
producida por acoplamiento entre el emisor y el receptor. Los resultados se
corresponden con lo que indica el fabricante de las antenas.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología en patrimonio histórico-artístico. 197
1.0
Amplitud relativa
0.5
0.0
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
Frecuencia (MHz)
1.0
Amplitud relativa
0.5
0.0
0 100 200 300 400
Frecuencia (MHz)
1.0
Amplitud relativa
0.5
0.0
0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000 1100
Frecuencia (MHz)
Capítulo 6
Resumen.
A lo largo de este capítulo se analiza el comportamiento de las ondas
electromagnéticas durante su propagación por medios materiales, en función de
las características que presentan dichos medios. Se examinan los factores de
composición del medio, saturación y porosidad para relacionarlos con
parámetros tales como velocidad característica promedio, penetración y
atenuación. Se presentan los resultados obtenidos por diferentes autores en
trabajos de laboratorio para determinar la dependencia entre la conductividad y
la permitividad del medio y sus características. Además se realiza una
recopilación de valores y de resultados (de parámetros electromagnéticos) para
distintos materiales y medios. También se incluyen clasificaciones de medios
realizadas por distintos autores, en función de parámetros tales como la
atenuación, la velocidad de propagación y la penetración.
6.1 Introducción
Los medios que se estudian con georradar suelen estar formados por mezclas de
diferentes materiales. Las rocas, los suelos y los materiales constructivos
(hormigón, mampostería, asfalto, etc.) se componen de distintos elementos, cada
uno con unas propiedades electromagnéticas características. La conductividad,
permeabilidad magnética y permitividad dieléctrica del medio dependen del valor
de los parámetros electromagnéticos de cada uno de sus elementos componentes y
del porcentaje de cada uno de ellos en el medio analizado.
En general se puede considerar que un medio está compuesto por tres fases: la
fase sólida, formada por la parte mineral u orgánica sólida; la fase líquida,
compuesta por el fluido intersticial; y la fase gaseosa, que normalmente es el aire
que llena los poros no saturados.
Dado que los tiempos de propagación y la penetración de las ondas depende de las
características electromagnéticas del medio y, por lo tanto, de su composición, el
conocer las proporciones minerales de los suelos estudiados permite determinar el
valor de los parámetros electromagnéticos del medio y, por lo tanto, proporciona
los factores que determinan el estudio: la profundidad de penetración de las ondas,
la anchura del haz en el medio, la velocidad de propagación de la onda (que a su
vez permite situar correctamente los valores de profundidad para cada reflector) y
la atenuación esperada.
los valores para el aire, el agua, la nieve y el hielo. En la tabla 6.2 se muestran
estos valores para distintas rocas. En la tabla 6.3 se recopilan los resultados para
distintos tipos de suelos y en la tabla 6.4 para materiales que no pueden incluirse
en ninguna de las tres tablas anteriores.
Las permitividades dieléctricas del agua (tabla 6.1), en los diferentes estados,
también dependen de la temperatura. Las relaciones propuestas están basadas en
muchos casos en resultados experimentales. Wobschal (1977) sugiere la siguiente
relación para el agua en fase líquida:
Los valores que se presentan en la tabla 6.1 para el agua se han recopilado de
trabajos en los que no se especifica la temperatura de medida. Normalmente, para
simplificar el cálculo de velocidad (ver la ecuación 4.4), se considera la
permitividad relativa del agua líquida como 81, lo que corresponde a una
temperatura ligeramente por encima de los 18º. El hielo y la nieve presentan
valores mucho menores a los que proporciona la ecuación 6.1 debido al porcentaje
de aire que contienen estos medios.
Los elevados valores de la permitividad dieléctrica relativa del agua hacen que las
rocas y los suelos tengan un amplio rango de valores de este parámetro
electromagnético, dependiendo principalmente de su contenido en agua. En la
figura 6.1.a muestra gráficamente la dependencia lineal de la ecuación 6.1. Se
observa que el rango de variación de εr parece relativamente grande, lo que podría
señalar la importancia de considerar el factor temperatura en aquellos casos en los
que la presencia de agua en el medio sea importante.
a. 88 87.8
Permitividad dieléctrica relativa, ε
86
84.1
84
82
80.4
80
78
76.7
76
74
73
72
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Temperatura (C)
b. 3.6
3.5
Velocidad (cm/ns)
3.4
3.3
3.2
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Temperatura (ºC)
ε n = (1 − f h − f a ) + ε h f h + ε a f a (6.2)
Hasta ahora se han considerado medios no magnéticos, sin embargo, no todos los
materiales pueden considerarse como tales. En estos casos también hay que tener
en cuenta la permeabilidad magnética, que, a su vez, depende en gran manera del
contenido de magnetita o de otros minerales ferromagnéticos o ferrimagnéticos.
Además, este parámetro tiene una gran influencia en la propagación de las ondas
de electromagnéticas por el medio ya que los valores elevados de permeabilidad
magnética ocasionan una mayor atenuación de la energía electromagnética
durante su transmisión. Esto quiere decir, que los medios con un alto contenido de
materiales magnéticos son malos transmisores de la energía electromagnética. A
estos medios que no permiten una buena propagación de la onda se les suele
denominar medios opacos.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 209
La granulometría da idea del tamaño de los granos materiales del medio (parte
sólida). La porosidad total se refiere a todo el espacio del medio que no está
relleno de partículas sólidas (los huecos). Dentro de este concepto tienen cabida
los poros interconectados entre sí y las fracturas, fisuras y poros que no presentan
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 213
Los resultados que obtienen para probetas sólo con arena muestran un aumento
pequeño, aunque constante, de la permitividad dieléctrica efectiva al disminuir la
porosidad (aumento de compactación) en el caso de muestras secas (figura 6.2.a).
Se observa también para estas muestras una dependencia de la permitividad con la
frecuencia pequeña, aunque el valor es ligeramente superior para frecuencias más
bajas (figura 6.2.a) y una dependencia frecuencial de la conductividad efectiva
con la porosidad algo mayor (figura 6.3.a). Los valores de la conductividad
efectiva más elevados se obtienen para las frecuencias más bajas. Un aumento de
la compactación también provoca un aumento de la conductividad (figura 6.3.a).
Para el caso de arena pura saturada se observa una disminución de la permitividad
dieléctrica efectiva con la compactación y un aumento con la frecuencia. El valor
de la conductividad para muestras saturadas resulta más elevado que el de
muestras secas, y la dependencia frecuencial de este parámetro es menor en el
caso de saturación que en el de muestra seca. Las observaciones efectuadas sobre
unas muestras de arcilla pura (figuras 6.2.b y 6.3.b) indican una disminución, más
brusca que en el caso de arenas, tanto de la permitividad como de la conductividad
al aumentar la porosidad (disminuir la compactación) y una dependencia
frecuencial de estos parámetros más evidente. La conductividad medida en
muestras de arcilla seca es mucho más elevada (unos tres órdenes de magnitud)
que la obtenida para las arenas. Los ensayos que realizaron con otro tipo de
arcillas (kaolinítica) dieron resultados para la permitividad muy similares a los de
la arena, aunque los valores efectivos para las muestras saturadas resultaron
mucho más elevados que en el caso de las arenas. Las medidas de conductividad
mostraron que en este caso el valor efectivo es unas diez veces mayor que para las
arenas con la misma compactación y grado de humedad. La conductividad, en este
caso, es aproximadamente independiente de la frecuencia.
216 Capítulo 6. Propiedades y características de los medios.
100 kHz
4 1 MHz
10 MHz
a
0
200
Frecuencias
Permitividad dieléctrica
100 kHz
1 MHz
10 MHz
100
b
0
30 1 MHz
10 MHz
20
10
c
1 E -4
a
Conductividad (S/m)
1 E -5
1 E -6
1 E -7
1E-2
1E-3
Frecuencias
100 kHz
1E-4
1 MHz
10 MHz
1E-5
1E-4
Frecuencias
1E-5
100 KHz
1 MHz
1E-6
10 MHz
1E-7
40
Frecuencias a
P erm itividad dieléctrica relativa
100 kHz
30 1 MHz
10 MHz
20
10
1E-2
b
1E-3
Conductividad (S/m)
1E-4
Frecuencias
1E-5
100 kHz
1 MHz
1E-6
10 MHz
1E-7
40 a
P erm itividad dieléctrica relativa
30
20
Frecuencias
100 kHz
10
1 MHz
10 MHz
80
Frecuencias b
P erm itividad dieléctrica relativa
100 kHz
60 1 MHz
10 MHz
40
20
La conductividad efectiva medida por estos autores (figuras 6.6) presenta una
tendencia a la dispersión frecuencial mayor cuanto menor es el grado de
saturación de agua, que desaparece para contenidos de agua superiores al 60%. En
este punto, en el caso de un contenido de arcillas en la muestra elevado, se
produce en la gráfica un brusco cambio de pendiente (figura 6.6.b). Por debajo de
este punto, las menores conductividades se obtienen para las frecuencias más
bajas, en los dos casos analizados.
1E-2
a
1E-3
C o n du ctivida d (S /m )
1E-4
Frecuencias
1E-5
100 kHz
1 MHz
1E-6
10 MHz
1E-7
1E-3
1E-4
Frecuencias
1E-5 100 kHz
1 MHz
1E-6
10 MHz
1E-7
0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0
Saturación de agua
Los resultados obtenidos por Knoll y Knight (1994) a partir del modelo de la
expresión 6.3 y de los experimentos de laboratorio mostraron divergencias en las
constantes dieléctricas efectivas de algunas de las mezclas, obteniendo ajustes
mejores para valores elevados de la porosidad y mucha divergencia en los
resultados para pequeña porosidad. Estos autores sugieren una explicación de este
comportamiento a partir de efectos superficiales y geométricos, asociados con las
arcillas.
Robert (1996) realiza también estudios experimentales que compara con los
resultados de un modelo para calcular la permitividad dieléctrica del medio. El
material que emplea en los ensayos son mezclas de hormigón. Los dos modelos
que utiliza son el modelo CRIM (Complex Refraction Index Model) para medios
totalmente saturados (ecuación 6.4) y el modelo SSC (Sen, Scala y Cohen)
propuesto por Sen et al. (1981) para materiales porosos sedimentarios (ecuación
6.5) y designado también por algunos autores como modelo BHS (Bruggeman,
Hanai y Sen).
ε m = (1 − φ) ε matriz +φ ε a (6.4)
1
ε matriz − ε m ε a 3
=φ (6.5)
ε matriz − ε a ε m
224 Capítulo 6. Propiedades y características de los medios.
ε r (material)ε r (agua )
ε r (medio) = (6.7)
[(1 − φ)ε r (material) + φε r (agua )]
Para los mismos medios (matriz y agua y matriz y aire) se estudia la variación de
la permitividad dieléctrica relativa con la porosidad del medio. Los resultados se
resumen en la gráfica de la figura 6.8.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 225
20
15
Medios
0 20 40
Porosidad (%)
40
Permitividad dieléctrica relativa
Medios
0 20 40
Porosidad (%)
Otra relación es la que proponen Hara y Sakayama (1984) para medios de tres
fases (ecuación 6.8). Esta relación es muy similar a la utilizada por Knoll y Knight
(1994) (ecuación 6.3). En ella se relacionan también las permitividades
dieléctricas relativas del material (εm), el aire (εaire) y el agua (εagua) con la
porosidad (φ) y la saturación (Sa).
( )
ε = φ (1 − S a ) ε aire + S ε agua + (1 − φ) ε m (6.8)
Los resultados de Robert (1996) muestran que el modelo CRIM (ecuación 6.4) no
permite obtener el comportamiento de los parámetros debido a las
inhomogeniedades del medio ni en función de la frecuencia. La variación de la
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 227
εs − ε∞ σ
ε(ω) = ε ∞ + 1− α
− i dc (6.9)
1 + (iωτ ) ωε 0
40
Permitividad dieléctrica efectiva del medio
20
Modelo de CRIM
Modelo SSC
Modelo expresión 6.6
0
0 40 80
Porosidad (%)
Los resultados obtenidos por Saarenketo (1996) a partir de ensayos con distintos
tipos de suelos arcillosos también son de especial interés para poder determinar el
comportamiento de la permitividad dieléctrica con el contenido de humedad en los
suelos y con su compactación. Este autor observa en sus experimentos que el
comportamiento de la permitividad dieléctrica y de la conductividad de diferentes
tipos de arcillas depende de: el tipo de agua que contenga (diferencia entre agua
de absorción, agua de capilaridad y agua libre), la frecuencia, los cationes
intercambiables de la arcilla y la compactación. Obtiene, para diferentes tipos de
arcillas saturadas y secas, la variación de la permitividad dieléctrica con la
frecuencia. Los resultados son variables para los distintos tipos de arcillas, pero
todos ellos muestran una tendencia hacia un aumento de la permitividad, tanto de
la parte real como de la imaginaria, al disminuir la frecuencia. Esta tendencia es
mucho más fuerte en las muestras saturadas. En el caso de muestras secas los
valores de la permitividad dieléctrica relativa (tanto reales como imaginarios) son
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 229
más bajos y casi constantes para todo el rango de frecuencias utilizado por este
autor en los ensayos (de 10 MHz a 3 GHz).
Saarenketo (1996) también observa que existe una buena correlación entre la
capacidad de intercambio de cationes de las muestras y las medidas obtenidas para
la parte imaginaria de la permitividad dieléctrica relativa, realizadas utilizando
una frecuencia de 120 MHz. Otros autores, como Campbell (1990), también
sugieren la relación entre la parte imaginaria de la permitividad dieléctrica relativa
y la conductividad iónica de un suelo.
2000
Nivel de compactación
Conductividad (mS/cm)(1E-3)
fuerte
1500 media
poca
1000
Agua de
Agua de absorción capilaridad Agua libre
500
a
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Grado de humedad (%)
70
Nivel de compactación
Permitividad dieléctrica relativa
60 fuerte
50 media
débil
40
30 Agua de
capilaridad
Agua de absorción
20 Agua libre
10
b
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Grado de humedad (%)
Otros autores, como Reynolds (1997) indican que la porosidad que efecta a la
propagación de las ondas electromagnéticas no es la porosidad total, sino la
porosidad efectiva. La primera es toda la proporción del volumen del medio que
no está relleno de material sólido. Sin embargo, dentro de ésta, pueden
encontrarse poros no comunicados entre sí. Estos poros aislados (porosidad
residual) son todos aquellos que no corresponden con la porosidad efectiva, ya
que esta última excluye todos aquellos poros no conectados entre sí (de modo que
no permiten la presencia de fluido libre).
dicho trabajo, partiendo de la ley de Archie (ecuación 6.10) que relaciona el índice
de resistividad de una roca porosa parcialmente saturada con su nivel de
saturación de agua, se elabora el modelo de un medio poroso a partir de una malla.
De esta forma se analiza de forma teórica el comportamiento de la resistividad de
este modelo frente a su estructura de poros. Es decir, analizando la respuesta al
variar la distribución espacial de los poros y la distribución de sus tamaños,
determinando los efectos de la saturación en la resistividad y los efectos que se
producen cuando la saturación se consigue con un fluido oleoso.
ρt
I= = S a− n (6.10)
ρ0
Para este ejemplo concreto, dada una porosidad de 0.1, la permitividad calculada
pasa desde un valor de 4.46 cuando la saturación es cero a un valor de 5.16
cuando la saturación es 0.2, a 5.92 cuando la saturaciónes 0.4, a 6.72 cuando
Sa=0.6, a 7.58 cuando Sa=0.8 y a 8.48 cuando Sa=1. Se aprecia la importancia del
porcentaje de agua en el medio cuando se quiere obtener un valor de la
permitividad del mismo. Para una porosidad mayor el aumento que observado en
la figura 6.11 es todavía mayor. Por ejemplo, para una porosidad de φ=0.2, la
permitividad alcanza un valor de εr=3.96 cuando Sa=0, siendo de εr=5.33 cuando
Sa=0.2, de ε=6.91 cuando Sa=0.4, de εr=8.7 cuando Sa=0.6, de εr=10.69 cuando
Sa=0.8 y de εr=12.88 cuando Sa=1. Cuando nos encontramos con medios que
presentan una porosidad importante, por ejemplo, de un 40%, tenemos que la
permitividad alcanza un valor de εr=3.03 cuando Sa=0, de εr=5.67 cuando Sa=0.2,
de εr=9.13 cuando Sa=0.4, de εr=13.41 cuando Sa=0.6, de εr=18.5 cuando Sa=0.8
y de εr=24.42 cuando Sa=1. El resumen de los valores presentados en este
ejemplo se recoge en la tabla 6.5.
Todo esto indica que, si los medios analizados se pueden representar con el
modelo de la ecuación 6.8, la fuerte dependencia del parámetro medido con el
contenido de agua y con la porosidad hace que sea imprescindible determinar
estos dos factores para conocer su valor con una mayor exactitud. La dependencia
con la saturación y la porosidad es más importante que la dependencia con la
permitividad dieléctrica del material que forma la matriz del medio.
Saturación
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0
0.0 εr=4.462 εr=5.164 εr=5.917 εr=6.72 εr=7.576 εr=8.48
Porosidad
ε
90
85
80
75
70
65
60
55
50
45
ε=80
ε=70
40
ε=60
35
30
25 ε=50
20 ε=40
15 ε=30
10
ε=20
5
0 ε=10
ε=5
ε=1
ε=1
ε=2
ε=3
ε=4
ε=5
La figura 6.12 presenta otra gráfica asociada al modelo para tres fases y dos
materiales de grano que utilizan Knoll y Knight (1994), considerando en este caso
un medio formado por arena, arcilla, agua y aire, con un porcentaje de arcilla en la
mezcla del 1%. Se ha considerado que el valor de la permitividad dieléctrica para
la arena seca es de 6, para la arcilla seca se ha tomado un valor de 3 mientras que
para el aire se ha aproximado a 1 y para el agua se ha aproximado a 81. Puede
observarse que para este modelo también se tiene una fuerte dependencia de la
permitividad del medio con su contenido de agua y con su porosidad.
valor medido cuando φ=0 hasta un valor de εr=1 cuando φ=1, obteniendo valores
de εr=4.59 cuando φ=0.2, de εr=3.46 cuando φ=0.4, de εr=2.48 cuando φ=0.6 y de
εr=1.66 cuando φ=0.8. Cuando la saturación del medio aumenta en un 10%, en la
gráfica de la figura 6.12 observamos que la permitividad todavía disminuye al
aumentar la porosidad, aunque en menor medida que cuando Sa=0. Para valores de
porosidad de 0, en este caso, se tiene una permitividad igual a la de la mezcla de
arena y arcilla, alcanzando un valor de 5.88. Cuando la porosidad es 1, tenemos
que la permitividad medida tiene un valor de εr=3.24. Por ejemplo, en este caso,
para φ=0.2 se tiene que εr=5.30; para φ=0.4, εr=4.75; para φ=0.6, εr=4.22 y para
φ=0.8, εr=3.72. Para una saturación de Sa=0.2 la permitividad se mantiene casi
constante para cualquier valor de porosidad, aunque, tiene una ligera tendencia a
aumentar cuando el porcentaje de poros crece, invirtiendo la tendencia observada
para valores más bajos de saturación. Se tiene un valor de εr=5.88 para la mínima
porosidad y de εr=6.76 para la porosidad máxima. A partir de esta saturación del
20%, la tendencia de la pemitividad es claramente a aumentar cuando la porosidad
aumenta, tendiendo al valor de la permitividad del agua cuando tanto la porosidad
como la saturación tienden al 100%. En la tabla 6.6 se recogen los valores
indicados en este ejemplo de forma sintáctica.
ε
80
75
70
65
60
55
50
45
40
35 ε=80
30
25 ε=70
ε=60
20
15
10
5
ε=50
4
3
ε=40
2
1
ε=30
0
ε=20
ε=10
ε=8
ε=2 ε=1
ε=7 ε=3
Saturación
ε=6 ε=4
ε=5
Comparando las figuras 6.12, 6.13, 6.14 y 6.15 se puede concluir que el
porcentaje de agua en el medio es un factor que influye más en la permitividad
relativa medida en el medio que el tipo de material matriz que lo forma (los
elementos sólidos que componen el medio y los porcentajes de cada uno de ellos
en la mezcla). La porosidad es junto con la saturación, los dos factores que
determinan en mayor medida el valor de la permitividad del medio. Esto indica
que cuando se realizan estudios de campo es importante considerar el posible
contenido de agua del medio y la compactación del medio (porosidad).
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 239
ε
80
70
60
50
ε=80
40
30
20 ε=70
ε=60
10
8
6
ε=50
4
2 ε=40
0
ε=30
ε=20
ε=10
Saturación
ε=2 ε=1
ε=4 ε=3
ε=5
1.0
0.9
εr
0.8 76
71
0.7 66
61
56
0.6
51
Saturación
46
0.5 41
36
31
0.4
26
21
0.3 16
11
0.2 6
1
0.1
0.0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1.0
Porosidad
Figura 6.14. Modelo de cuatro fases utilizado por Knoll y Knight para
un medio de tres fases formado por arena, agua y aire. En este caso se
ha supuesto que el porcentaje de arcilla en el material matriz es nulo.
1.0
0.9
εr
0.8 77
73
69
0.7 65
61
57
0.6 53
49
Saturación
45
0.5 41
37
33
0.4 29
25
21
0.3 17
13
9
0.2 5
1
0.1
0.0
0.0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1.0
Porosidad
Figura 6.15. Modelo utilizado por Knoll y Knight (1994) para un medio
de tres fases y dos elementos sólidos formado por arena y arcilla (fase
sólida), agua (fase líquida), aire (fase gaseosa). El porcentaje de arcilla
respecto al elemento sólido es del 10%.
Para utilizar el modelo SSC, se aplica dos veces la ecuación 6.5 que define este
modelo. La primera vez que se aplica, se calcula la permitividad para un medio
formado por dos elementos: agua y aire. De este modo se obtiene la permitividad
de la mezcla de estos dos elementos para diferentes concentraciones de agua. En
este cálculo, la porosidad definida en la ecuación 6.5 es la saturación del medio.
La permitividad calculada para esta mezcla, que varía entre 1 cuando no tenemos
nada de agua y 81 cuando no tenemos presencia de aire, se define como εaa. Con
la permitividad de esta mezcla en función del contenido de la saturación, se utiliza
de nuevo la ecuación 6.5 considerando en este caso un medio con dos elementos:
la arena y la mezcla agua-aire. Para cada porcentaje de agua obtenido en el caso
anterior y, por lo tanto, para cada permitividad εaa calculada, se obtiene un nuevo
valor de la permitividad de la nueva mezcla (en la que se consideran las arenas
con permitividad 6), dependiendo de la porosidad del medio. En este caso el
parámetro que en la expresión 6.5 se denominaba permitividad del agua pasa a ser
este valor εaa calculado para cada porcentaje de saturación, y el parámetro
denominado permitividad de la matriz es la permitividad de la arena. El resultado
final es una función que, para cada valor de la saturación, muestra la variación de
la permitividad de la mezcla de tres elementos (agua, aire y arena) con la
porosidad.
Este proceso se puede aplicar para medios con más de cuatro materiales de forma
iterativa, de tal manera que el valor de εa que aparece en la ecuación 6.5 sea el
obtenido en el caso de tres elementos, y el valor de εmatriz de la ecuación 6.5 sea la
permitividad del nuevo material que se añade. Y el porcentaje de este nuevo
material lo tendremos a partir del valor de la porosidad φ que nos proporciona la
expresión 6.5.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 243
85
80 Sa=1
75
70 Sa=0.9
65
60
Sa=0.8
Permitividad del medio
55
50
Sa=0.7
45
40
Sa=0.6
35
30 Sa=0.5
25
Sa=0.4
20
15 Sa=0.3
10
Sa=0.2
5 Sa=0.1
0 Sa=0
0.0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1.0
Porosidad
Figura 6.16. Modelo SSC para un medio formado por tres agua, aire y
arena. Variación de la permitividad del medio en función de la
porosidad y de la saturación, Sa.
porcentaje de poros que presenta un medio son los dos factores con mayor
influencia sobre su permitividad. Siendo por lo tanto, dos parámetros a tener en
cuenta para realizar una correcta interpretación de los registros obtenidos con
radar de subsuelo.
La segunda categoría engloba gran parte de los sulfuros, los arsénidos, los
selénidos y algunos óxidos (semiconductores). Se caracterizan por presentar
resitividades mayores que 10-6 Ωm y que no superan los 1011 Ωm. La mayor
parte de estos minerales presenta unas permitividades relativas superiores a 80.
La clasificación que recoge García (1997) para los suelos comprende cuatro
grupos.
Los suelos del segundo grupo se caracterizan por una atenuación algo menor que
los suelos del primer grupo. En este caso, para frecuencias inferiores a 108 Hz la
permitividad dieléctrica relativa presenta una importante dependencia frente a la
frecuencia, disminuyendo cuando ésta aumenta. Mientras que, para frecuencias
superiores a 108 Hz la variación de la permitividad con la frecuencia es muy
pequeña. Suelos característicos de este grupo son todos los terrenos arcillosos y
las arcillas que presentan una baja humedad (inferior al 5%), el hielo marino y las
arenas y areniscas que presentan un alto grado de saturación (superior al 5%).
El tercer grupo, comprende, entre otros, a las arenas secas y húmedas (no
saturadas), a las calizas, pizarras, carbón y granito (húmedo). También quedan
incluidos en este grupo algunos elementos constructivos como el hormigón, el
asfalto y los ladrillos. Las características generales de este conjunto de medios son
una suave dependencia frecuencial de la permitividad dieléctrica relativa para
frecuencias menores a 108 Hz, presentando un valor prácticamente constante para
frecuencias superiores. La atenuación de estos materiales se caracteriza por ser
inferior a 1 dB/m para frecuencias menores a 108 Hz, y estar comprendida entre
10 y 20 dB/m para frecuencias de 10 GHz.
El último grupo (cuarta categoría) asocia aquellos medios caracterizados por una
permitividad dieléctrica relativa prácticamente constante para todas las
frecuencias y una atenuación igual o inferior a 1 dB/m para frecuencias de hasta
10 GHz. Dentro de éste en encuentran, por ejemplo, los diferentes tipos de hielo
de agua dulce y la nieve, el mármol, el carbón, los granitos secos, el yeso y la sal
gema.
Los medios de agua y de turba, elementos que se presentan en las tablas 6.2 y 6.4,
no los incluye el autor dentro de ninguno de estos grupos por presentar unas
características particulares: permitividad dieléctrica relativa muy alta,
prácticamente independiente de la frecuencia dentro del intervalo comprendido
entre 1 MHz y 1 GHz (el intervalo más común de trabajo del georradar), pero que
depende de la temperatura (ecuación 6.1). La atenuación de la señal en el agua
también tiene su comportamiento característico, ya que presenta variaciones muy
fuertes dentro del intervalo de frecuencias utilizado comúnmente en prospección
246 Capítulo 6. Propiedades y características de los medios.
con georradar. El agua del mar, por ejemplo, pasa de una atenuación de 2 dB/m
para frecuencias próximas a 1 MHz a 3700 dB/m para frecuencias cercanas a 1
GHz.
Los intentos de clasificar los medios para prospección han sido diversos. En el
ejemplo de clasificación anterior me refería a un análisis más o menos teórico de
la atenuación de una onda electromagnética en ellos y al valor de la permitividad
dieléctrica. Un estudio interesante que puede interpretarse como una clasificación
de medios es el realizado por Cook en 1975. Este autor analiza la profundidad de
penetración de las ondas de radar. Calcula lo que denomina la constante de
pérdidas de las rocas para frecuencias de radio y los medios, L, definida como:
Γ
L= (6.11)
f
Γ = 8.686α (6.12)
µε 1
α=ω 1 + 2 2 2 − 1 (6.13)
2 ωρ ε
Estos factores de atenuación de la señal los considera Cook (1975) juntamente con
los factores de ganancia de las antenas (ecuaciones 5.3 y 5.4) y de ruido termal
(ecuación 5.15) que define la relación señal/ruido que debe existir para tener una
señal que pueda ser interpretada correctamente. El autor considera también que
muchos de los elementos geológicos que se analizan con georradar no presentan
una superficie en la que pueda producirse una perfecta reflexión especular, de
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 247
1000
750 Medios
Penetración (m)
granito
500 calizas
esquisto
carbón
250
carbón-arcillas
Capítulo 7
Resumen.
7.1 Introducción
En ocasiones es posible dar una interpretación directa a los datos de campo. Sin
embargo, muchas veces, antes de llegar a una conclusión final se requiere un largo
proceso de interpretación. Parte de este proceso consiste en el tratamiento previo
de los registros con objeto de mejorar los radargramas, destacando aquellas
anomalías que se corresponden con señales de interés y disminuyendo al máximo
el ruido.
Carcione y Cavallini (1995) comparan las ondas sísmicas con las ondas
electromagnéticas, analizando sus analogías y comparando el tratamiento
matemático de las segundas con el de las ondas SH. Este trabajo es de lectura
obligada si se quiere profundizar en el tema y, sobre todo, si se desea aplicarlo a la
simulación y modelado. También es básico si se quieren utilizar programas
informáticos diseñados para sismología, aplicándolos a las ondas
electromagnéticas y a los registros resultantes de las prospecciones con radar de
subsuelo.
En todos los ejemplos de cada uno de los procesados explicados que se presentan
en este trabajo se ha realizado un tratamiento de señales utilizando el programa
informático RADAN III, un paquete específico para el georradar SIR 10 de GSSI.
Este programa permite editar los registros, efectuar operaciones matemáticas entre
las trazas (sumas, restas y productos), realizar correcciones estáticas y dinámicas,
aplicar filtros, seleccionar partes de un registro y aplicar otros tipos de tratamiento
y análisis de series temporales.
pueden influir en los registros, así como los posibles eventos que pudieran
introducir ruido en el radargrama. Ejemplos de las anotaciones que es conveniente
efectuar durante la adquisición de datos en campo son, entre otros, la rugosidad de
la superficie sobre la que se desliza la antena, la existencia de posibles reflectores
externos a lo largo del perfil efectuado (en qué punto del perfil se encuentran y
cual es la distancia más próxima entre la antena y el elemento anómalo), la
existencia de líneas eléctricas de alta tensión, cambios de material superficial,
eventos que pueden ocurrir durante el desplazamiento de la antena (tropiezos,
saltos de la antena, etc.), escalones, tuberías. Una superficie muy rugosa o con
irregularidades importantes puede introducir en los registros ruido de alta
frecuencia. La presencia de reflectores externos y de líneas de alta tensión se
comenta en el capítulo 17. Los dos factores son una fuente importante de ruido
que, además, es difícil de distinguir de la señal ya que presentan el mismo
contenido frecuencial y la antena lo registra del mismo modo que registraría un
elemento anómalo en el medio. El resultado es que se introduce en lo registros una
anomalía causada por estos elementos externos, que se localiza verticalmente a un
cierto tiempo doble de propagación.
Otros efectos que introducen ruido en los registros son los cambios laterales de
materiales. Éstos suponen cambios laterales de velocidad, de tal forma que los
tiempos dobles de propagación registrados para un reflector a la misma
profundidad, en las dos zonas diferenciadas, son distintos. Un salto de la antena,
un tropiezo o la existencia de un escalón durante el desplazamiento de la antena
introducen anomalías en la zona concreta del perfil donde se han producido. En
definitiva, conocer previamente estas condiciones y eventos permite identificar las
anomalías debidas a influencias externas al medio estudiado o bien, en el caso de
que fuese posible, eliminarlas o disminuir su efecto al máximo mediante el
filtrado.
• Editar los registros para poder determinar las zonas en las que existen
anomalías.
• Descartar las anomalías que están producidas durante el proceso de
adquisición de datos por efectos externos al medio a analizar (si es posible).
• Selección de la escala para las amplitudes.
• Aplicación de filtros pasa altas, pasa bajas y pasa banda para eliminar las
frecuencias no deseadas.
• Aplicación de tratamientos de señales: migración, deconvolución y
transformada de Hilbert.
• Correcciones estáticas.
• Ganancia.
• Suma de las trazas (“stacking”).
• Obtención de los tiempos de propagación para cada una de las anomalías
registradas.
• Obtención de velocidades de propagación en cada uno de los medios (si se
conocen o se pueden estimar los parámetros electromagnéticos).
• Obtención de las profundidades correspondientes a cada una de las anomalías.
• Correlación de los resultados con los obtenidos en otros perfiles próximos o
perpendiculares al estudiado.
• Correlación con los resultados de otros estudios geofísicos o geológicos y con
las informaciones y observaciones previas al estudio efectuado.
• Interpretación final de los perfiles y obtención de un modelo de medio que
explique todas las anomalías observadas o la mayor parte de ellas, observando
coherencia con los datos previos obtenidos y con los conocimientos
geológicos que se dispongan.
Antes de continuar hablando de los registros, hay que explicar una serie de
parámetros que definen al radargrama. Estos parámetros están asociados
principalmente a la adquisición de datos (algunos de ellos se refieren a posteriores
modificaciones de los registros) y se recogen en la cabecera de los radargramas.
Esta información es necesaria para interpretar correctamente los resultados.
En casi todos los equipos de georradar que actualmente existen en el mercado hay
una serie de parámetros que se pueden modificar y ajustar al inicio de cada
prospección. Es importante realizar algunas pruebas antes de iniciar la adquisición
de datos para que los resultados sean satisfactorios. Es importante conocer la
profundidad a alcanzar, así como la resolución que requiere el estudio, para que,
con estos datos junto con los resultados preliminares de las pruebas que se
realizan en campo, podamos determinar los valores más adecuados de los
parámetros de adquisición de datos.
Todos los registros contienen una cabecera de texto con información sobre el
radargrama. Esta información incluye el nombre del fichero, la fecha de registro y
las fechas de posteriores modificaciones, su rango, la posición del inicio, el
número de pulsos emitidos por segundo durante la adquisición de datos y los
filtros que se han aplicado sobre el radargrama durante la adquisición o en
posteriores tratamientos. En la figura 7.1 se presenta una cabecera de registro
característica. Esta cabecera indica que el nombre del registro es N40. Fue creado
el día 28 de marzo de 1998 a las 14:42 horas. Las modificaciones de este fichero
se realizaron el 18 de febrero de 1999 a las 10:40 horas. El muestreo seleccionado
para definir cada traza es de 512 puntos. La velocidad de emisión de pulsos ha
sido de 20 trazas cada segundo. El rango del registro es de 40 ns y la posición del
inicio del registro se encuentra a -5.1 ns. La cabecera también informa que se han
aplicado tres filtros durante la adquisición de datos: dos verticales (uno pasa altas
y uno pasa bajas) y un filtro horizontal (pasa bajas). A continuación se explica
cada elemento de la cabecera.
258 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
El rango de un registro.
Sobre la traza, el inicio de la ventana temporal queda marcado con una señal de
inicio que se suele situar justo antes de la emisión del pulso hacia el medio (figura
7.2). El tiempo límite de la ventana se selecciona de tal forma que el registro de la
anomalía que se busca quede asegurado. Conviene, sin embargo, que este
parámetro sea lo suficientemente grande para que una velocidad más baja de la
esperada para el medio no impida detectar los elementos anómalos que se desean
localizar. El ajuste de esta ventana requiere, por lo tanto, un conocimiento
preliminar acerca de la posible profundidad máxima de estudio y acerca de la
velocidad aproximada a la que se propaga la onda electromagnética por el medio,
pero también requiere unas pruebas preliminares en el emplazamiento del estudio,
para determinar posibles cambios de velocidad del medio o variaciones en la
profundidad del reflector no consideradas al principio.
Este parámetro determina el muestreo de cada traza, es decir, los puntos utilizados
para su representación. Cada uno de estos puntos es un valor digital que define
una porción de la traza de la onda reflejada. Es posible seleccionar cualquier
muestreo, pero usualmente se utilizan los valores de 128, 256, 512, 1024 o 2048
muestras por traza (Conyers y Goodman, 1997). Si se considera un muestreo de
512 puntos por traza (el valor más utilizado), y se tiene un rango de 256 ns, quiere
decir que para reconstruir la traza, se tienen dos puntos por cada nanosegundo de
tiempo doble de propagación. Normalmente, para obtener una buena
representación de la traza, cuanto mayor sea la ventana temporal de registro
(rango), más elevado tiene que ser el número de puntos de muestreo. Aunque
siempre debe considerarse la resolución que se desea obtener y el tamaño de los
registros que se grabarán. Un muestreo con excesivos puntos puede llegar a
generar ficheros enormes, que deben ser almacenados en soporte magnético y
posteriormente tratados con programas informáticos de procesado de datos. Este
tamaño excesivo puede exceder el espacio de almacenado previsto o puede
ralentizar excesivamente el procesado posterior de los datos. Sin embargo siempre
conviene asegurar que el muestreo permite detectar aquellos eventos de interés,
registrando los puntos necesarios para poder dibujar correctamente la traza.
Aunque los equipos de radar habituales pueden trasmitir más de 25000 pulsos por
segundo (Conyers y Goodman, 1997), la tecnología actual no permite estas
velocidades de registro. Los radares no pueden registrar cada una de las trazas
individuales reflejadas a partir de cada pulso transmitido a causa de la alta
velocidad de propagación. Para solventar este problema los equipos efectúan un
muestreo de la señal obteniendo información de varios pulsos emitidos para
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 261
reconstruir una única traza. En muchos equipos modernos, para obtener una traza
registrada se utiliza la información procedente de 16 trazas emitidas (Conyers y
Goodman, 1997). Esto quiere decir, que, como para cada traza se suelen utilizar
512 puntos para reconstruirla, cada traza registrada proviene de 8192 pulsos
emitidos por segundo (scans/s).
El radar SIR 10 de GSSI permite emitir 50000 pulsos por segundo, lo que equivale
a una velocidad de transmisión de 50 kHz, aunque se recomienda una velocidad
de transmisión menor (de 30 kHz) en el caso de efectuar el registro gráfico por
impresora.
Superposición de trazas.
Por ejemplo, durante una adquisición de datos en la que se trabaja con los
siguientes parámetros:
Se han emitido 50000 pulsos por segundo, lo que quiere decir que cada metro se
emiten 10000 pulsos por segundo. La velocidad de registro (50 scans/s) es inferior
a la velocidad máxima de registro dada la velocidad de emisión de 50 kHz, lo que
indica que es posible realizar un muestreo de 512 puntos por traza. Como para
obtener una única traza registrada se superponen 10 trazas, el radargrama que se
obtiene registra 5 trazas cada segundo. Considerando la velocidad de
desplazamiento de la antena (5 m/s), se obtiene que para cada metro de avance de
la antena se registra una traza en el radargrama. Para aumentar la resolución
horizontal, es decir, el número de trazas registradas cada metro de avance de la
antena sin modificar ni las velocidades de emisión y registro ni la velocidad de
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 263
Una superposición de trazas excesiva, sobre todo en una zona donde se producen
eventos hiperbólicos (ocasionados en elementos finitos) puede disminuir sus
amplitudes hasta un nivel en que no se puedan distinguir, obteniendo un
radargrama característico de un medio continuo (Maijala. 1992). Normalmente no
es posible efectuar una superposición de más de 3 a 6 trazas para poder obtener
una imagen del medio que pueda considerarse continua (Maijala, 1992).
Ganancia.
Cuando se aplican ganancias, hay que tener en cuenta que se amplifica toda la
señal recibida, aunque se trate de ruido. Una ganancia excesiva, para tiempos de
propagación grandes en los que la señal tiene una amplitud similar a la del ruido,
puede amplificar el ruido electrónico del aparato y del cableado o emisiones de las
mismas frecuencias que se estén registrando, dando lugar a registros confusos.
Los filtros verticales son los denominados filtros F-k o filtros temporales, ya que
se aplican a cada una de las trazas del registro, siendo por lo tanto unos filtros
aplicados en la coordenada temporal (eje vertical) de los registros. Casi todas las
técnicas desarrolladas para este tipo de filtrado provienen del procesado de datos
sísmicos para la exploración petrolífera (Maijala, 1992). Sin embargo hay que ir
con cuidado al aplicar estas técnicas porque existen diferencias sustanciales entre
los datos sísmicos y los datos de radar de subsuelo (Conyers y Goodman, 1997).
En general esta técnica de filtrado consiste en transformar las reflexiones
registradas en tiempo en datos en el dominio de las frecuencias utilizando una
transformada de Fourier. El filtrado se aplica en el espacio transformado, en el
cual los datos temporales (y por ello, las distancias) se han transformado en datos
frecuenciales (o en número de onda). Este tipo de filtros puede ser pasa altas, pasa
bajas y pasa banda. Los filtros pasa altas impiden que se registren bajas
frecuencias, normalmente aquellas que se encuentran por debajo de los 10 MHz,
consideradas como ruido del sistema (si se está trabajando con antenas de
frecuencias superiores a ésta). Por lo tanto, tienen por objeto eliminar el ruido de
baja frecuencia, que depende en gran parte de la antena que se utiliza, del
cableado (óptico o eléctrico) y de su longitud. Estos filtros se suelen seleccionar
cuando al visualizar la traza durante el perfil previo de prueba del que ya he
hablado antes, se observan efectos similares a una desviación de la línea base
(efecto que se produce cuando una señal de muy baja frecuencia se superpone con
las señales que se desean registrar) o bien cualquier superposición de señales de
baja frecuencia sobre los registros. Los filtros pasa bajas se utilizan durante la
adquisición de datos para eliminar aquellas señales de frecuencias más elevadas
que las esperadas. El ruido de alta frecuencia puede estar ocasionado en señales
eléctricas o de emisiones de radiofrecuencias o de microondas, externas al aparato
y al medio analizado. En este caso hay que tener en cuenta que estas señales
parásitas pueden tener frecuencias muy similares a las señales de prospección, de
266 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
forma que un filtrado excesivo puede eliminar además gran parte de la señal. En
los registros de las trazas durante el perfil de prueba se podrá observar este ruido
como una vibración de pequeña longitud de onda (de muy alta frecuencia)
superpuesta a la señal.
Otro tipo de ruido de fondo horizontal de los radargramas son los efectos de
rizado en el registro, debidos, por ejemplo, a las rugosidades existentes en la
superficie del medio por la que se desliza la antena o, en ocasiones, a la existencia
de plantas (Conyers y Goodman, 1997). En este caso se trata de un ruido de alta
frecuencia y se utilizan los filtros horizontales pasa bajas, que eliminan los efectos
que se observan en pocas trazas consecutivas. El tratamiento, realizado también en
el dominio temporal consiste en promediar las trazas incluidas dentro de una
ventana seleccionada, situando el valor calculado en el centro de dicha ventana
para eliminar lo que se puede llamar ruido de fondo de la señal. La ventana se
desplaza a lo largo del registro.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 267
Cada una de las trazas que forman parte del radargrama es un registro de
amplitudes debidas a las reflexiones producidas en el interior del medio. El
conjunto de trazas permite el seguimiento de estas amplitudes a lo largo de la
gráfica, representando a los reflectores que las han producido, tal como puede
observarse en la figura 7.3. Los incrementos de amplitud que se producen en las
trazas son debidos al aporte de energía proveniente de las reflexiones ocasionadas
durante la propagación de la señal por el medio. Los registros son, por lo tanto, de
amplitudes y de tiempos de propagación.
En la figura 7.3, para resaltar los aumentos de amplitud se han rellenado de color
blanco las amplitudes más marcadas de cada una de las trazas.
268 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
a.
b.
La figura 7.5 ilustra con una traza la asociación de intervalos de amplitud con los
diferentes colores. Con este tipo de representación cada uno de los colores del
radargrama corresponde a un intervalo de amplitudes diferentes, de forma que es
sencillo visualizar rápidamente las reflexiones más energéticas, que se distinguen
de las zonas en las que no se observa ninguna reflexión apreciable y de las
reflexiones más atenuadas (menos energéticas y por lo tanto de menor amplitud).
En la figura 7.6 se presenta un ejemplo del resultado final tras aplicar este proceso
para pasar de amplitudes a escalas de colores al segmento de un radargrama
obtenido en la Catedral de Valencia, utilizando una escala en tonos azules no
lineal, tal como se muestra en la gráfica de la figura 7.4.b, sin diferenciar
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 271
a. b.
No se puede decir que una escala de colores sea más adecuada que otra. La
selección depende del criterio del operador que trabaja con los ficheros. En
muchas ocasiones es preferible trabajar con registros en amplitudes o con escalas
de un único color (ya sean tonos de grises o de cualquier otro color), con la
variación de tonalidad aplicada de forma gradual. Es más sencillo (aunque no tan
vistoso) localizar las anomalías, ya que un registro con muchos colores puede
resultar confuso, y además se debe tener siempre presente la escala utilizada y qué
amplitudes se han asociado a cada color para no confundir las anomalías de cierta
importancia con pequeños cambios en la amplitud de la onda. La utilización de
escalas de colores puede resultar útil para destacar los elementos identificados en
una presentación final.
consistencia comparándolas con otros datos (por ejemplo, con los conocimientos
geológicos), con lo que se conoce acerca del objetivo del estudio y con las
anotaciones de las libretas de campo. Este primer análisis orienta la selección de
filtros para eliminar algunas de las anomalías ocasionadas en elementos externos o
por incidencias durante la adquisición de datos.
Para obtener este modelo de velocidades y espesores hay que conocer los
parámetros electromagnéticos que determinan tanto la velocidad de propagación
como la atenuación de la onda y la amplitud de la reflexión. Para un estudio
práctico, los parámetros de mayor interés son los parámetros electromagnéticos
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 273
t ct
x=v = (7.1)
2 2 ε ef
R
T =l (7.2)
L
T c⋅l ⋅ R
x=v = (7.3)
2 2 ⋅ L ⋅ ε ef
Para facilitar la obtención de los parámetros del medio a partir de los registros e
identificar mejor las anomalías debidas a las reflexiones de interés, a menudo es
necesario realizar un tratamiento de los radargramas obtenidos en campo, previo a
la interpretación final de los registros. Con estos trabajos se pretende minimizar el
ruido que puede superponerse a la señal, corregir el registro para la topografía por
la que se ha deslizado la antena y resaltar las anomalías que corresponden a
reflectores importantes. Para una correcta interpretación de los registros pueden
ser necesarios varios filtrados de los mismos datos, trabajando con todos ellos en
paralelo, ya que los diferentes tratamientos permiten resolver problemas
diferentes, pero pueden eliminar también señales de interés.
Los diferentes tratamientos que se describen a continuación son los que permite
efectuar el programa de análisis de radargramas Radan III. Se trata de filtros
horizontales, filtros verticales, deconvolución, migración, transformada de Hilbert,
correcciones topográficas, amplificaciones, transformadas de Fourier, etc.
Este tipo de tratamiento de datos consiste básicamente en unos filtros pueden ser
pasa altas, pasa bajas o pasa banda, aplicados horizontalmente sobre el registro.
Permiten el paso de las componentes frecuenciales de la señal que se sitúan entre
unos valores dados, o bien a partir o hasta un cierto valor de corte para las
frecuencias. Se aplican horizontalmente a todas las trazas del registro, tratándose
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 277
Los filtros pasa bajas disminuyen los efectos de ruido de fondo que se observa en
pocas trazas consecutivas. Los filtros paso altas disminuyen los efectos de líneas
continuas que se observan en los registros durante un número elevado de trazas.
En el primer caso, estos efectos pueden ser debidos a irregularidades en la
superficie, pero también pueden estar provocados por variaciones laterales en el
interior del medio o por variaciones laterales en la superficie (una zona, por
ejemplo, de vegetación junto a otra asfaltada). Debido a estas anomalías y
cambios, se obtienen variaciones laterales del registro de pequeña duración
espacial (horizontal). Cuando estas anomalías de corta duración espacial son
numerosas y continuas producen sobre el radargrama un efecto denominado
rizado, por su aspecto (figura 7.7).
diferentes zonas. Este registro no ha sido tratado todavía. Las bandas continuas
pueden estar causadas por la reverberación de la antena o por reflectores próximos
a ella a lo largo de todo su desplazamiento. El efecto de rizado observado,
probablemente esté inducido por el movimiento ligeramente oscilatorio que sufría
la antena durante su recorrido al ser deslizada sobre un campo irregular de hierba
alta.
Este tipo de tratamiento de datos puede realizarse con dos tipos de filtros: los
denominados filtros de respuesta finita (FIR) y los denominados filtros de
respuesta infinita (IIR).
Un filtro de respuesta finita (FIR) se caracteriza por ser un sistema lineal discreto
e invariante en el tiempo que presenta una respuesta a la señal impulso que tiene
una longitud finita. Este tipo de operadores funcionan convolucionando la señal
del radar con una función de longitud finita. Comparándolos con los filtros de
respuesta infinita tienen la desventaja de ser lentos para el filtrado de bajas
frecuencias, ya que se precisan operadores muy largos. Sin embargo tienen la
ventaja de que la salida del filtro se corresponde, tanto temporal como
espacialmente a la señal de entrada, cosa que no sucede con los filtros de respuesta
infinita (los conocidos filtros analógicos), que presentan un cierto sesgo.
El otro tipo de filtro es el llamado filtro de respuesta infinita (IIR). Este tipo de
filtrado es el correspondiente a los filtros analógicos (GSSI, 1990), comunes en
cualquier tratamiento de señales (por ejemplo en el caso de señales sísmicas),
existiendo mucha literatura a la cual se puede acudir para ilustrar este tipo de
procesado. Cabe citar, por ejemplo, Yilmaz, (1987) y Sheriff y Geldart, (1991),
donde junto con los filtros citados se mencionan con detalle otros tipos de
procesado, como la deconvolución predictiva, siempre aplicados a señales
sísmicas.
Para los filtros horizontales, las frecuencias de corte se determinan a partir de una
constante temporal de corte (TC) que, para un filtro pasa bajas tiene que ser menor
que el cuerpo anómalo más pequeño que interese detectar. El tamaño de estos
cuerpos anómalos se determina dividiendo la longitud del registro (número de
puntos en una pantalla de ordenador) por el tamaño que presentan las anomalías
en dicho registro, obteniendo el número de trazas por anomalía. Un filtro paso alta
debe tener una constante TC de valor superior al tamaño de la mayor de las
anomalías de interés que se desee detectar.
El registro que se presenta en la figura 7.7 ha sido tratado de tres formas distintas.
Los tres resultados se presentan en las figuras 7.8, 7.9 y 7.10. En el primer caso
(ver la figura 7.8) el radargrama ha sido tratado con dos filtros horizontales paso
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 281
a. b.
Otro tipo de ruido que aparece en el registro de la figura 7.7 es el efecto de las
bandas (posibles efectos exteriores o laterales o bien reverberaciones de la antena).
Para eliminar este tipo de ruido se utilizan filtros horizontales paso altas, es decir,
filtros que eliminan aquellos efectos que aparecen con un mismo tiempo de
registro en un número de trazas consecutivas mayor que el valor de la constante
introducida (N para un filtro FIR y TC para un filtro IIR). En la figura 7.9 se
muestran de los resultados obtenidos aplicando dos filtros: IIR y FIR al registro de
la figura 7.7. En los dos casos se ha seleccionado una misma constante de tiempo,
de valor 200. La mayor diferencia entre los dos gráficos consiste en que en el caso
de la figura 7.9.a se ha aplicado el filtro a todo el registro, en toda su longitud
vertical, es decir, a las 512 muestras de cada traza; mientras que en el caso de la
figura 7.9.b el tratamiento se ha aplicado solo en el intervalo temporal
comprendido entre los 100 y los 300 puntos de muestreo, es decir, a una ventana
comprendida en el intervalo temporal entre los 58.6 ns y los 175.8 ns. La primera
imagen (figura 7.9.a) es el resultado de aplicar un filtro FIR, mientras que la
segunda imagen lo es de la aplicación de un filtro IIR. Comparando los dos
resultados observamos que en la zona que ambos has sufrido el procesado -la
ventana vertical situada entre los 100 y los 300 puntos de muestreo (entre los 58.6
ns y los 175.8 ns de tiempo doble de propagación)- los resultados difieren poco
entre sí, aunque tenemos algunas diferencias concretas. En los dos casos se ha
logrado el resultado buscado: se han eliminado los efectos del ruido horizontal de
baja frecuencia (que aparece en extensas zonas del registro con el mismo tiempo
doble de propagación). Comparando los dos registros en su totalidad se observan
las diferencias por haber aplicado los procesados a diferentes zonas de la señal.
Por ejemplo, al inicio del registro tenemos una serie de marcados eventos en la
figura 7.9.b que no aparecen en la figura 7.9.a. Se trata de la onda directa y de su
acoplamiento con la reflexión en la superficie del terreno y de la reflexión en un
cambio muy superficial. En la figura 7.9.b aparecen estos eventos porque no están
incluidos en la ventana vertical seleccionada. De la misma forma, una reflexión
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 283
continuada que en el gráfico 7.9.b aparece y queda registrada a partir de los 370
puntos de muestreo (t=216.8 ns), no se observa en la figura 7.9.a.
Para eliminar los dos ruidos indeseables (o para reducirlos lo máximo posible) de
la figura 7.7 (las bandas juntamente con el rizado) han de aplicarse conjuntamente
filtros pasa altas y filtros pasa bajas, quedando únicamente tras el procesado los
registros que presentan una longitud comprendida entre un valor máximo y un
valor mínimo determinados por las dos constantes de corte (una de cada filtro). El
284 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
efecto final es igual al que se obtendría aplicando un filtro paso banda con las
mismas constantes de corte. En la figura 7.10 se presenta un resultado obtenido
aplicando sobre la figura 7.7 un filtro horizontal IIR paso bajas de TC=20 a todo el
registro (ventana vertical entre 3 y 512 puntos de muestreo) para eliminar el
rizado, y un filtro horizontal IIR paso altas de TC=200 para eliminar el ruido de
fondo en forma de bandas continuas. Este segundo filtro se ha aplicado a una
ventana vertical situada entre los 100 y los 300 puntos de muestreo por considerar
que es la zona más afectada por este tipo de ruido y para evitar eliminar los
primeros eventos que, aunque aparecen en casi todas las trazas para los mismos
tiempos dobles de propagación, no son ruido.
El filtro puede ser pasa altas, pasa bajas o pasa banda, dependiendo de las
frecuencias de corte introducidas. Estas frecuencias se pueden determinar
conociendo las frecuencias de los datos y de los eventos que se desean filtrar. Para
introducir estas frecuencias en el programa RADAN III hay que transformarlas en
ciclos por traza (cycles/scan) (c/sc). Para pasar de frecuencias en MHz a
frecuencias en ciclos por traza, se divide la longitud de una traza por la longitud
de un ciclo (GSSI, 1990). Si la operación que se desea efectuar es la inversa, es
decir, pasar de frecuencias en ciclos por traza a frecuencias en Hz se divide la
frecuencia dada en ciclos por traza por el rango de la traza (longitud temporal del
registro).
Para realizar este tratamiento de los datos se pueden utilizar, como en el caso
anterior, filtros de respuesta finita (FIR) y filtros de respuesta infinita (IIR).
Con los filtros FIR verticales o temporales, en el caso de paso alta se eliminan las
bajas frecuencias de cada traza, mientras que en el caso de paso baja el filtro
realiza un promediado de una muestra alrededor de un punto central, a lo largo de
toda la traza. El resultado del promediado es un valor que se asocia en el tiempo
con el punto central de la muestra. Esto se realiza para todas las trazas
seleccionadas en las que interese aplicar el filtrado, teniendo en cuenta que, en la
dimensión temporal, las frecuencias para tiempos de propagación mayores son
más altas que para tiempos menores de propagación, siendo el ruido de frecuencia
alta. Esta diferencia es importante sobre todo si el rango del registro es grande.
Al utilizar los filtros IIR verticales, se multiplica la señal por un operador que
tiene amplitud máxima igual a 1 para la banda de frecuencias que corresponde a la
286 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
señal que se desea analizar, siendo una función que decae, a partir de esta banda,
hacia un valor cero. El resultado es que se eliminan aquellos componentes
frecuenciales que quedan fuera de la banda de frecuencias limitada por los valores
de corte del operador. Son filtros recursivos que se corresponden con los
conocidos filtros analógicos.
Como ejemplo de los resultados que se obtienen al aplicar este tipo de filtros, se
incluye a continuación una serie de figuras en las que se presenta un mismo
radargrama tratado de diferentes formas. En la figura 7.11, se muestra un
segmento de un registro de campo obtenido en Alcántara (Extremadura). La
longitud vertical, en tiempo, del tramo seleccionado es de 40.36 ns. La longitud
total del registro (horizontal) es de 18 metros.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 287
banda es similar a la del caso anterior, destacan dos picos, uno a los 8 c/sc (223
MHz) y otro entre los 11 c/sc y los 15 c/sc (272.5 MHz y 371.7 MHz
respectivamente). En la figura 7.12.d (espectro de la traza situada a los 5 m del
origen del registro) se observa un máximo principal que se sitúa entre los 6 c/sc y
los 2 c/sc (148.7 MHz y 49.6 MHz respectivamente), y un segundo máximo entre
los 16 c/sc y los 25 c/sc (396.4 MHz y 619.4 MHz respectivamente). Puede
tratarse de la superposición de una señal proveniente de una reflexión externa al
medio, que se ha propagado por el aire, o bien de una señal proveniente de una
reflexión más superficial. En el espectro de la figura 7.12.e de la traza situada a 7
m del origen, estas dos bandas quedan más marcadas, apareciendo los mayores
máximos a los 11 c/sc (272.5 MHz), 17 c/sc (421.2 MHz) y 19 c/sc (470.8 MHz).
En el radargrama se aprecia que en esta zona se ha registrado una anomalía a poco
tiempo doble de propagación de la onda. El espectro de la traza obtenida a 9 m del
origen (figura 7.12.g) vuelve a mostrar el desplazamiento hacia las bajas
frecuencias observado en un inicio, efecto que se agudiza en las trazas resultantes
a los 11 m y a los 13 m del origen (figuras 7.12.g y 7.12.h, respectivamente). En el
espectro de la traza obtenida a 15 m del origen, que se corresponde con la posición
de una anomalía próxima a la superficie, (figura 7.12.i) destacan cuatro picos de
cierta importancia, situados a 7 c/sc (173.4 MHz), 11 c/sc (272.5 MHz), 14 c/sc
(346.9 MHz) y 18 c/sc (446 MHz). Sin embargo, tal como se observa en la figura
7.12.j (espectro para la traza situada a 17 m del origen), el espectro está
básicamente centrado a los 9 c/sc (223 MHz), resultando unas amplitudes
pequeñas para las demás frecuencias. En la figura 7.12.k, que muestra el espectro
de la traza a los 18 m del origen, se observan diversos máximos, situados
principalmente a los 7 c/sc (173.4 MHz), 9 c/sc (223 MHz), 11 c/sc (272.5 MHz),
15 c/sc (371.7 MHz) y 19 (470.8 MHz).
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 289
290 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
Para calcular las constantes temporales en tiempo (ns) hay que tener en cuenta que
su valor se da en puntos de muestreo y que cada traza de las consideradas en el
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 291
registro de la figura 7.11 tiene 222 muestras (es un segmento de un registro de 512
muestras). La frecuencia de corte del filtro (en Hz) se obtiene como la inversa de
la constante temporal dada en segundos.
Tabla 7.2. Constantes aplicadas a los filtros pasa bajas utilizados para
obtener los registros de la figura 7.13. Rango del radargrama: 40.36 ns.
figura (i) a estar muy amortiguadas las anomalías principales que casi desaparecen
en los registros (k) y (l).
En los últimos casos únicamente han quedado las bajas frecuencias. En la figura
7.14 se muestra el espectro de una traza del radargrama filtrado de la figura 7.13.l.
Podemos observar que presenta el máximo a 1 c/sc, es decir, a unos 24.8 MHz, y
que las amplitudes decrecen fuertemente para las demás bandas de frecuencias.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 293
Aplicando dos filtros frecuenciales verticales, uno paso altas y otro paso bajas, a
un mismo registro, se obtiene el efecto de un filtro pasa banda, disminuyendo las
componentes frecuenciales que se encuentran fuera del intervalo comprendido
entre los dos tiempos de corte (o constantes de corte TC) seleccionados. En la
figura 7.15.a presento un registro filtrado con un IIR vertical pasa altas de TC=20
muestras (9.91 ns) y con un IIR vertical pasa bajas de TC=7 muestras (1.37 ns).
En la figura 7.15.b se presenta el espectro de amplitudes característico que se
obtiene de una traza del radargrama filtrado de este modo. El máximo se obtiene a
los 15.7 c/sc, es decir, a los 389 MHz. Y la banda de frecuencias que presenta
amplitud más importante está situada entre las dos frecuencias de corte utilizadas
en el filtro: una frecuencia de corte paso altas de 256 MHz (10.3 c/sc para este
radargrama) y una frecuencia de corte paso bajas de 731 MHz (29.5 c/sc).
Es útil aplicar estos filtros (tanto horizontales como verticales) antes de realizar
otro tratamiento de la señal, pudiendo aplicar distintos filtros a diferentes zonas
del registro. A menudo se emplean estos filtros durante la adquisición de datos,
cuando, al realizar las pruebas preliminares, se observa que la señal no es lo
suficientemente buena. Estas técnicas permiten una mejora de la señal registrada
en campo.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 295
Introducción.
r ( t ) = p i ( t ) ∗ s( t ) + n ( t ) (7.4)
Donde r(t) es la traza registrada, pi(t) es el pulso inicial emitido por la antena, s(t)
es la respuesta del terreno y n(t) el ruido. El símbolo ∗ indica convolución de las
dos funciones adyacentes.
Estos efectos de convolución hacen que un pulso que proviene de una reflexión
simple que se propaga por el medio, se ensanche a la vez que su forma se
complica.
Cada traza del registro consiste en un pulso inicial estrecho que se va dispersando
a medida que la onda se propaga por el medio, con la consiguiente disminución de
la resolución vertical y la consiguiente adición de ruido, como es el caso de las
reflexiones múltiples. El registro se complica conforme aumenta el tiempo de
propagación.
Se trata, por lo tanto, de compensar tanto la anchura del pulso inicial como los
efectos de filtrado del medio, creando un nuevo filtro que sea el inverso del
proceso no deseado que se produce durante la propagación de la onda.
como la convolución entre la señal inicial, p(t), y la respuesta del terreno, s(t), de
manera que la ecuación 7.4 se puede aproximar por:
r ( t ) = p( t ) ∗ s ( t ) (7.5)
Donde las funciones R(ω), P(ω) y S(ω) son respectivamente las transformadas de
Fourier de las funciones temporales r(t), p(t) y s(s).
R (ω)
P(ω) = (7.7)
S(ω)
Asumiendo que existe un filtro f(t) tal que, convolucionado con la señal inicial
p(t), se obtiene una función delta, este filtro será el inverso de p(t):
p ( t ) ∗ f ( t ) = δ( t ) (7.8)
1
F(ω) = (7.9)
P(ω)
Donde F(ω) es la transformada de Fourier del filtro inverso f(t). Se procede de este
modo porque se considera que la respuesta del terreno al impulso es aleatoria, lo
que implica que las probabilidades para las amplitudes de todas las frecuencias
son iguales. Esto también implica que no se puede predecir una reflexión por el
hecho de conocer las reflexiones más superficiales que ésta, lo que indica que la
autocorrelación es muy pequeña. Esto equivale a encontrar un filtro inverso a
partir de la ecuación 7.9 de modo que el producto de F(ω) por P(ω) es una
constante. Se suelo tomar la unidad como valor de esta constante, ya que otro
300 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
Sin embargo, este método tiene un pequeño inconveniente: como se realiza para
una ventana frecuencial, este procesado puede amplificar el ruido si la señal P(ω)
es especialmente débil en la ventana frecuencial determinada alrededor de una
frecuencia concreta ω1 (Sheriff y Geldart, 1991). Para prevenir la amplificación
excesiva del ruido se suele añadir el mencionado porcentaje de ruido blanco,
A(ω). Como la magnitud de A(ω) es pequeña comparada con el promedio de P(ω),
este proceso no cambia sustancialmente el filtro a la mayoría de las frecuencias,
pero lo hace más pequeño para la frecuencia problemática, ω1, es decir (Sheriff y
Geldart, 1991):
1 1
≈ (7.10)
P(ω) + A(ω) P(ω)
El ruido blanco se añade únicamente a efectos de diseño del filtro, para solventar
este inconveniente, y su presencia en una señal indica que el ruido generado por la
deconvolución en la señal resultante tras el procesado es menor (Sheriff y Geldart,
1991) de forma que la función de salida de la deconvolución, F(ω), se suaviza y se
estabiliza (se evitan determinantes cero de la matriz de correlación) (GSSI. 1990).
parámetro “a”, que debe ser igual o similar al intervalo temporal entre las
múltiples, determina la longitud deseada del pulso de salida del filtro.
Para entender el proceso hay que tener en cuenta que una traza recibida, r(t) es la
resultante de diversas reflexiones profundas, en la que cada una de ellas
contribuye con un pulso-tren de ondas b(t). Pero como todos estos trenes de ondas
se superponen en distinto grado unos con otros, no es posible obtener una medida
directa de la forma individual de cada b(t). El método de deconvolución predictiva
está basado en el siguiente modelo estadístico: la traza recibida r(t) (incluida
dentro de una ventana temporal apropiadamente escogida) se considera como el
resultado de convolucionar las ondas b(t) con series de puntos aleatorios e(t).
Estas series de puntos aleatorios representan las reflexiones de los horizontes
reflectores profundos (Robinson y Treitel, 1978). Esto quiere decir que el
intervalo temporal de un punto representa el tiempo directo de llegada de una
reflexión, y la amplitud del punto representa la intensidad de la reflexión.
1
Aplicar ganancias a un registro consiste en amplificar la señal. Este procedimiento se explica con
mayor detalle dentro de este mismo capítulo.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 303
a. b.
Los siguientes ejemplos mostrados son aplicaciones del filtro sobre segmentos
pequeños de registros obtenidos durante el estudio de la Catedral de Valencia. Se
trata de segmentos sencillos, en los cuales aparecen pocos elementos que se
puedan destacar, habiendo sido registrados, como mucho, dos reflectores
diferentes. En los dos también hay ruido. Aplicando una deconvolución a estos
304 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
a b
Se concluye que, para aplicar este tipo de tratamiento hay que ir con mucho
cuidado para evitar eliminar señal que puede interesar y sobre todo para no
obtener imágenes irreales que pueden provocar una interpretación incorrecta. En el
caso de registros obtenidos en medios complejos la aplicación de una
deconvolución es complicada y no aporta resultados satisfactorios. En el caso de
registros sencillos, en los que tenemos pocos reflectores, es más sencillo
seleccionar la distancia a la reflexión primaria para determinar el parámetro l, así
como la longitud de salida del pulso que puede interesar (el parámetro a). En estas
condiciones la deconvolución ofrece resultados más satisfactorios.
306 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
Zonas ruidosas a. b.
a b
7.6.2. Migración
a.
b.
Figura 7.21. Esquema que explica el motivo de los registros del tipo
que se presenta en la figura 7.20, suponiendo un medio homogéneo en
con un único elemento anómalo finito. (a) Durante la adquisición de
datos la antena registra el elemento anómalo antes de estar situada
sobre él. Las trayectorias de propagación de las ondas son mayores
cuanto mayor es la distancia entre el elemento y la antena. Esto
produce una variación en los tiempos dobles de propagación y en la
atenuación de la señal. (b) Esquema del posible registro obtenido en
este caso. La primera señal está causada por el acoplamiento entre la
antena y el suelo. La reflexión en el elemento anómalo se observa
como una hipérbola, marcada por la línea discontinua.
- Suma hiperbólica.
- Migración de Kirchoff.
Suma hiperbólica:
x2
t 2 (x ) = t 2 (x 0 ) + 4 (7.10)
v 2m
y = a + bz (7.11)
Migración de Kirchoff.
El otro método de migración que puede aplicarse con los programas disponibles,
es la denominada migración de Kirchoff. El principio es el mismo que el de la
suma hiperbólica: se considera la hipérbola que se forma a partir de las reflexiones
en el objeto finito, se suman las amplitudes y se coloca el resultado en el vértice
de la misma. Una vez realizado este proceso, se tienen en cuenta una serie de
factores que están asociados tanto con la amplitud como con la fase de los
registros que se incluyen en la hipérbola.
a b
Por una lado está el ángulo de directividad, es decir, el ángulo formado entre la
recta normal a la superficie que va desde ésta hasta el vértice de la hipérbola y la
recta que va desde el punto que intersecta la recta anterior con la superficie hasta
un punto cualquiera de la hipérbola contenida en los datos del registro. La
variación de este ángulo con la distancia define la anchura y forma de la hipérbola.
Hay que tener en cuenta que la amplitud de la onda en la posición del vértice de la
hipérbola es mayor que la de la onda situada sobre la hipérbola pero fuera de este
vértice. Este efecto, que se ha esquematizado en la figura 7.21 queda claramente
visible en la figura 7.22.a, donde las mayores amplitudes (correspondientes con
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 313
Por otra parte, hay que tener en cuenta el factor de atenuación de las amplitudes
por dispersión geométrica del frente de ondas al propagarse por el medio. Esto se
puede simplificar considerando que las ondas que se propagan son ondas internas,
por que el frente de ondas se puede considerar esférico, de tal manera que el factor
de atenuación geométrica para la energía resulta inversamente proporcional al
cuadrado de la distancia. Para tener en cuenta este factor es necesario corregir las
amplitudes por dispersión geométrica antes de efectuar la suma.
Con la migración de Kirchoff se tienen en cuenta estos tres factores. Para ello se
multiplican los datos del registro por el factor de oblicuidad y por el de dispersión
o atenuación geométrica. Una vez realizado este proceso, se aplica la ecuación
7.10 de la hipérbola, y se efectúa la corrección por suma hiperbólica de
amplitudes. Una vez situado el reflector en el vértice de la hipérbola se aplica el
filtro para corregir los efectos debidos al principio de Huygens y a la
superposición de las ondas secundarias. Este filtrado mejora la resolución y
destaca las altas frecuencias al mismo tiempo que efectúa correcciones de fase
(GSSI, 1990). Hay que tener en cuenta que las variaciones laterales de la
velocidad de propagación pueden alterar la forma de la hipérbola, añadiendo una
dificultad más al procesado y a la interpretación de los registros. Para una mayor
314 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
a. b.
Hay que comentar también que éste tratamiento hay que aplicarlo con cautela ya
que usualmente trabaja en dos dimensiones, mientras que los registros de
georradar proporcionan información de sectores tridimensionales debido al haz de
emisión de la antena que se representan en dos dimensiones (Conyers y Goodman,
1997).
Para una función real temporal f(t) que cumple las condiciones de Dirichlet, su
transformada de Fourier, F(ω) se define como:
∫ f ( t )e
− iωt
F(ω) = dt (7.12)
−∞
∞
1
2π −∫∞
f (t ) = F(ω)e iωt dω (7.13)
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 317
∞ ∞ ∞
∞
R (ω) = ∫ f (t )cos(ωt )dt
−∞
(7.15)
∞
X(ω) = ∫ f (t )sen(ωt)dt
−∞
(7.16)
X(ω)
ϕ(ω) = a tg (7.19)
R (ω)
En la mayor parte de los casos las señales que se tratan no son funciones
continuas, sino registros discretos. En el caso de los estudios de georradar se
suelen tener trazas formadas por 512 puntos de muestreo (aunque se pueden tener
también otros valores). Esta sucesión de puntos representa la señal a lo largo de un
cierto intervalo temporal. En estos casos se define la transformada discreta de
318 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
n =∞
F̂(ωk ) = ∑f
n = −∞
k e− iωTk (7.20)
π
T
T
∫ F̂ e
iωTk
fk = dω (7.21)
2π
k
π
−
T
Sin embargo, como se trabaja con un intervalo finito de puntos se debe emplear la
denominada transformada de Fourier finita. Para una función fk formada por un
número finito de N puntos de muestreo se define la transformada finita de Fourier
como:
N −1
FN (nΩ) = ∑ f k e− iΩTnk
~ (7.22)
k =0
1 N −1 ~
fk = ∑
N n =0
FN (nΩ) e iΩTnk (7.23)
donde k=0,1,...,N-1.
1 n
fn = (7.24)
TN
+∞
1 1 X ( y)
R ( w ) = X( w ) ⊗ = ∫ dy (7.25)
πw π −∞ w − y
+∞
1 1 R ( y)
X( w ) = −R ( w ) ⊗ =− ∫ dy (7.26)
πw π −∞ w −y
Z( t ) = A( t )e iϕ( t ) (7.27)
1
y ( t ) = −f ( t ) ⊗ (7.28)
πt
+ 1 para ω > 0
Sgn (ω) = 0 para ω = 0 (7.30)
− 1 para ω < 0
Z( t ) = f ( t ) + i y( t ) (7.31)
A( t ) = f 2 ( t ) + y 2 ( t ) (7.32)
y( t )
ϕ( t ) = a tg (7.33)
f (t )
dy df
f (t) − y( t )
dϕ dt dt
ω( t ) = = 2
(7.34)
dt A (t)
Veamos unos de ejemplos que muestran el efecto de este procesado sobre una
señal. La transformada de Hilbert en amplitud aplicada sobre una única traza
proporciona la envolvente de dicha traza. En la figura 7.24 se puede ver una traza
de un registro (a) y la envolvente obtenida tras realizar su transformada de Hilbert
en amplitud (b). Este resultado, como puede observarse, se corresponde con la
envolvente de la señal inicial.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 323
a b
a b
a b
En las figuras 7.31 y 7.32 se muestra la traza tratada con un filtro FIR vertical
cuadrado pasa bajas y pasa altas, respectivamente. La diferencia con el filtro FIR
vertical triangular es que en el primer caso (figuras 7.31 y 7.32) se realiza un
promediado simple, mientras que con un filtrado triangular (figuras 7.29 y 7.30) el
promediado efectuado es ponderado mediante una función triangular (GSSI,
1990). Con el filtro cuadrado pasa bajas la salida de cada pulso tiene una longitud
mayor y una amplitud menor cuanto mayor es el valor de N introducido (figura
7.31). Las amplitudes son menores y las longitudes del pulso algo mayores para
valores más pequeños de N en el caso del filtro cuadrado pasa altas (figura 7.32).
En las figuras 7.33 y 7.34 se observa el efecto de un filtro IIR vertical paso bajas y
paso altas, respectivamente.
a b c d e f g
Figura 7.33. Efecto que produce la aplicación de un filtro IIR paso bajas
vertical sobre la traza de la figura 7.28, con: (a) TC=1 (frecuencia de
corte, fc=12.8 GHz), (b) TC=5 (fc=2.56 GHz), (c) TC=10 (fc=1.28 GHz), (d)
TC=20 (fc=640 MHz), (e) TC=30 (fc=427 MHz), (f) TC=40 (fc=320 MHz) y (g)
TC=50 (fc=256 MHz).
330 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
Se han considerado diversas constantes de corte, desde TC=1 (que equivale a una
frecuencia de corte de 12.8 GHz) hasta una TC=50 (equivalente a una frecuencia
de corte de 256 MHz). Para relacionar las constantes temporales de corte (TC) con
las frecuencias de corte se tiene en cuenta que el rango de la traza es de 40 ns y
que contiene 512 puntos de muestreo. Aunque la antena utilizada tiene una
frecuencia central de 900 MHz y un ancho de banda de unos 2000 MHz,
experimentalmente se ha determinado que la traza registrada tras la reflexión que
aparece en las figuras tiene una frecuencia central cercana a los 700 MHz y que la
anchura de banda pasa de ser 2000 MHz (emisión de la antena) a ser de unos 1500
MHz.
a b c d e f
Se puede observar que, cuando se aplica el filtro pasa bajas (figura 7.33) el filtrado
es mayor cuanto más elevado es el valor de TC.
Cuando se aplica el filtro paso altas (figura 7.34) el efecto es el contrario, tal como
era de esperar, siendo más importante la disminución de la amplitud del evento
registrado para el valor más pequeño de TC.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 331
En las figuras 7.35 y 7.36 puede verse el efecto que tiene la deconvolución sobre
la misma traza, en función de los distintos parámetros que se pueden modificarse
para diseñar el filtro. La longitud de predicción, l, se ha mantenido constante en el
primer caso (figura 7.35). Se trata del parámetro que indica el tamaño del filtro
(por ejemplo el número de muestras). Generalmente se obtienen mejores
resultados con filtros largos (GSSI, 1990). En el segundo caso (figura 7.36) se
mantiene constante el intervalo de predicción, a. Se trata de un parámetro que
indica el tamaño deseado de los pulsos de salida del filtro.
a e
b f
c g
d h
Figura 7.35. Efecto que produce una deconvolución predictiva para una
misma longitud de tiempo de predicción (l=31), variando el intervalo de
predicción, a. El parámetro de preblanqueado ha sido, en todos los
casos, de 0.1. (a) Traza original (la misma que la de la figura 7.28); (b)
a=20; (c) a=15; (d) a=10; (e) a=8; (f) a=5; (g) a=3; (h) a=1. El número de
muestras de cada traza es de 512 puntos.
ver que la amplitud de los eventos (onda directa y reflexión) disminuye, pero al
mismo tiempo se introduce ruido de alta frecuencia en la señal de salida.
a f
b g
c h
d i
e j
Las correcciones estáticas son un tipo de procesado que tiene como objetivo
corregir los efectos producidos en los registros por la topografía de la superficie en
la que se han trazado los perfiles y también los efectos ocasionados por
variaciones bruscas de la velocidad de propagación de la onda en el medio.
Pero aunque los efectos de topografía son relativamente sencillos de corregir, los
efectos de variación de permitividad son complicados y pueden producir errores
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 335
b c
7.7.2. Ganancia
Si en el punto A se ha emitido una cierta energía E0, es decir, una onda cuya
amplitud inicial A0 es proporcional a E01/2, en el punto B, la amplitud de la onda
que incide en la discontinuidad (considerando únicamente la expansión
geométrica del frente de ondas) viene dada por:
1
ε 2
A = A0 ∆t −1 (7.34)
c
AE
= 6.53 ⋅10 −10 (7.35)
A0
En la figura 7.39 se resumen en una gráfica los valores del ejemplo de la tabla 7.3.
En cada zona del registro correspondiente con uno de los materiales caracterizado
por su permitividad efectiva la amplitud y, por lo tanto, la energía de la señal
decrece de forma diferente. Los saltos que se observan en la gráfica de la figura
7.39 son los producidos en las discontinuidades bruscas del medio (cambios de un
material caracterizado por una determinada permitividad a otro que se representa
con otro valor para la permitividad).
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 339
El equipo SIR-10 y el programa RADAN III permiten una ganancia que consiste
en una amplificación según una función lineal, con una cierta pendiente, desde el
340 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
inicio del registro hasta el final del mismo, amplificando, de este modo, de forma
progresiva y escalada los registros según el tiempo de propagación. Este tipo de
ganancia es útil para tiempos de propagación pequeños, como puede verse en la
gráfica de la figura 7.39. Para ellos es suficiente con aproximar la atenuación
sufrida por la señal por una recta que relaciona la energía (o amplitud) con el
tiempo de propagación.
1E+0
1E-1
1E-2
Amplitud relativa (A/Ao)
1E-3
1E-4
1E-5
1E-6
1E-7
1E-8
1E-9
1E-10
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70
Tiempo simple de propagación (ns)
Tal como se observa en el ejemplo de la figura 7.39, se tienen zonas con diferente
atenuación, existiendo saltos bruscos en la amplitud de la señal a consecuencia de
los contrastes fuertes en las permitividades dieléctricas del medio. Tampoco es
correcto aproximar por una recta la curva que resulta para un tiempo de
propagación grande. Por este motivo no siempre es útil emplear una ganancia
lineal. Para ello el equipo permite también utilizar diferentes funciones lineales,
cada una correspondiente a una zona diferente del registro. En la figura 7.40 se
presenta un ejemplo de aplicación de ganancia al registro de campo que aparece en
la figura 7.16: la gráfica que muestra la amplificación (en dB) respecto al tiempo
de propagación (en ns) y el resultado de aplicar esta ganancia a dicho registro.
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 341
Comparando los dos radargramas se ve que tras aplicar la ganancia quedan mejor
resaltados los reflectores situados a mayores tiempos de propagación, de forma
que pueden visualizarse eventos que, aunque poco energéticos por estar a mayor
profundidad, corresponden a contrastes importantes en las permitividades
dieléctricas del medio. En la misma figura se presenta también una traza (7.40.a)
del radargrama sin amplificar (7.40.d), la curva de ganancias seleccionada para los
100 ns de rango (7.40.c), la misma traza tras aplicar la ganancia (7.40.b) y el
radargrama resultante (7.40.e).
En los dos casos es útil un cálculo de la atenuación mínima esperada por aquellas
causas conocidas o que se puedan suponer, para no realizar una amplificación
excesiva de algunos eventos y al mismo tiempo para amplificar lo suficiente, de
forma que el registro permita detectar las anomalías buscadas.
342 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
11
10
7
Ganancia (dB)
0 c
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100
Tiempo doble de propagación (ns)
d e
La aplicación de esta metodología a los estudios con georradar depende del tipo de
antenas utilizado y del tipo de adquisición de datos. En el caso de trabajar con
antenas biestáticas, utilizando una metodología de CMP, el equivalente con
sismología es casi inmediato. Este tipo de configuración, tal como se explica en el
capítulo 5, consiste en desplazar las antenas en direcciones opuestas y situarlas
simétricamente respecto a un punto central común (ver la figura 5.8). De esta
forma la antena receptora capta la energía que se refleja teóricamente en un único
punto. Para cada punto fijo central entre la antena emisora y la receptora se
obtiene toda una serie de trazas (una traza para cada punto en el que se ha situado
equidistantes del punto central la antena emisora y la receptora) que proporcionan
información del mismo punto en profundidad. Los mismos eventos registrados por
la antena receptora tienen diferentes tiempos de propagación debido a que ésta se
sitúa a diferentes distancias de la emisora, según una configuración simétrica
344 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
2
2 x
t= +h
2
(7.36)
v 2
Esta es la ecuación de una hipérbola centrada en el punto medio entre las dos
antenas, donde v es la velocidad de la onda en el medio, t es el tiempo de
propagación, h la profundidad a la que se encuentra el reflector y x es la distancia
en superficie entre el emisor y el receptor.
x2
t2 = + t 02 (7.37)
v2
x2
∆t = t + 22
0 (7.38)
v
1
n 2 2
∑ vi t i
VRMS = i =1n (3.39)
∑ ti
i =1
tn =
(x 2
+ 4h 2n ) (3.40)
VRMS
Una vez que se ha aplicada esta corrección temporal a cada uno de los diferentes
grupos de trazas correspondientes a un mismo CMP, se realiza la suma de trazas
conocida como “stacking” que consiste en la superposición de todas las trazas que
corresponden a un mismo grupo (a un mismo CMP). Con esto se consigue sumar
toda la información que contienen las diferentes trazas de un mismo punto,
mejorando la relación entre la señal y el ruido del registro, de la misma forma que
se realizaba en el procesado de datos sísmicos.
T
(ns)
T
(ns)
7.8.1. Planificación.
Hay que recordar que una buena interpretación de registros empieza con un buen
planteamiento del problema que se quiere analizar. En primer lugar, antes de
realizar la adquisición de datos, es necesario tener claro el objetivo del estudio. A
partir de este objetivo se decide, en primer lugar, el tipo de prospección adecuado
para alcanzarlo. Cada tipo de estudio tiene sus limitaciones y posibilidades, y la
prospección con georradar no es una excepción. Si se opta por los estudios con
radar de subsuelo, el conocer el objetivo nos permite seleccionar también el
equipo que se utilizará (tipo de georradar, antenas, información previa que
necesitamos, etc.). A continuación hay que realizar la adquisición de toda aquella
información previa acerca de la zona y del objetivo de estudio. Esto nos permite
una planificación adecuada de la campaña de adquisición de datos y un
conocimiento de las condiciones de la zona para poder ajustar los datos obtenidos.
La existencia de un sondeo o el conocimiento de la estratigrafía de un medio
pueden permitir calibrar los registros de georradar en aquellas zonas en las que
existe esta información, de manera que podremos ajustar mejor los parámetros de
estudio en el resto de las áreas. La información de interés que debe obtenerse antes
de realizar la planificación de la campaña y la adquisición de datos es variada. Hay
que conseguir mapas topográficos de la zona, tanto para poder planificar la
situación y el trazado de los perfiles como para identificar las zonas estudiadas y
poder situar posteriormente las anomalías en áreas concretas. Además de la
cartografía también es interesante conseguir material fotográfico de la zona,
incluidas fotografías aéreas. Por otro lado, otro tipo de información interesante son
los datos de sondeos o de cortes estratigráficos realizados en las proximidades, los
datos de otros estudios geofísicos en la misma zona o en sus proximidades y,
desde luego, toda la información geológica posible (mapas, estudios,
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 349
El siguiente paso que se realiza son los trabajos de campo propiamente dichos.
Antes de realizar la adquisición de datos es preciso efectuar toda una serie de
tareas preliminares. En primer lugar será necesario comprobar que el trazado de
los perfiles que hemos planificado a partir de la información previa es correcto y
factible en realidad. Hay que tener en cuenta que deben haberse trazado en zonas
poco abruptas por las que sea posible desplazar de la manera seleccionada
(perfiles continuos, adquisición de datos punto a punto, mallas, etc.) la antena o
las antenas seleccionadas. Hay que tener en cuenta, por lo tanto, el tamaño de
éstas. En los perfiles trazados no debe haber obstáculos que dificulten su paso. Si
esto ocurre, es necesario cambiar los trazados, realizando las anotaciones
pertinentes, en campo, sobre los mapas. Una vez determinados estos perfiles, se
procede a marcarlos. Usualmente se señaliza el inicio y el final del perfil, así como
la dirección de desplazamiento de la antena. Y se colocan fitas intermedias que
permiten situar la antena entre los dos puntos extremos. Estas fitas, equidistantes,
permiten también introducir en los registros las marcas de distancia horizontal que
posteriormente utilizaremos. Los métodos de señalizar los perfiles dependen tanto
del equipo de trabajo como del estudio que se está realizando, y pueden ser
diversos. Por ejemplo, en ocasiones se utilizan banderolas de colores llamativos
clavadas en el suelo cada cierta distancia (por ejemplo, cada cinco metros de
distancia). Este método, aunque es sencillo para los operarios que trabajan con la
antena porque son fácilmente visibles, resulta problemático cuando no es posible
clavar elementos en el suelo, o cuando se trabaja en zonas pequeñas o sobre
muros. Otro método utilizado, también cuando se trabaja sobre el suelo, es
extender una cinta métrica partiendo de un punto inicial señalizado y tomando la
dirección del trazado. En este caso la distancia está claramente señalizada y los
350 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
operarios sólo tienen que seguir la cinta con la antena e introducir las marcas de
distancia necesarias señalizadas por las divisiones de la cinta métrica. Este método
es rápido y sencillo, pero tiene el inconveniente de que, en algunos casos, las
divisiones de la cinta métrica son difíciles de ver. También puede utilizarse, para
trabajar sobre superficies horizontales, un carrete con una cuerda de longitud y
grosor adecuados, sobre la cual se hayan marcado (por ejemplo, con plástico de
colores) las fitas que indicarán las marcas de distancia a introducir. Estas fitas
pueden estar situadas, por ejemplo, cada dos metros. Las fitas, utilizando este
método, son claramente visibles, y el trabajo de los operarios se simplifica, ya que
han de limitarse a seguir la cuerda extendida con la antena e introducir una marca
de distancia cada fita. Sin embargo, tiene el problema de que no permite variar el
espaciado entre fitas, es decir, que en zonas donde, por ejemplo, interesa una
mayor densidad de marcas de distancia (puede tratarse de zonas más
problemáticas donde interesa situar con mayor exactitud los eventos registrados),
no podremos adaptar el método a menos que lo combinemos con otro (por
ejemplo, el uso de una cinta métrica u otros carretes en los que se haya preparado
una mayor densidad de marcas de distancia). Otro método, que también puede
utilizarse en trazados verticales, es el de marcar con pintura o con yeso los puntos
inicial y final del perfil y las marcas equidistantes entre ellos a la distancia
deseada.
Y antes de empezar a adquirir datos, aun son necesarias unas pequeñas pruebas.
En primer lugar hay que comprobar que, situando la antena sobre el medio que
estamos estudiando, la señal que ésta recibe es correcta. Si se observan
desviaciones de línea base en la señal, o superposición de ruido de frecuencias
distintas a las bandas de trabajo, se tiene que utilizar algún tipo de filtro
frecuencial vertical. Si no es imprescindible es preferible prescindir del filtrado
durante la adquisición de datos para perder la mínima información posible y
porque se puede realizar el mismo procesado posteriormente, una vez obtenidos
todos los registros. También se ajusta el rango que ya tiene que haberse estimado
Radar de subsuelo. Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico. 351
Hay que seleccionar también otros parámetros de adquisición, como puede ser la
velocidad de transmisión de datos entre la antena y la unidad central, el muestreo
(normalmente se seleccionan 512 puntos de muestreo por traza, pero pueden
considerarse otros valores) y la posición del inicio del registro. Puede decidirse
también si se realiza registro de datos o si solo se observan los registros en
pantalla o se envían a impresora. También se prepara la introducción de marcas de
distancia: utilizando un odómetro si lo consideramos necesario y las
características de la zona lo permiten o bien introduciendo las marcas
manualmente cada fita seleccionada, mediante un dispositivo marcador. Si
interesa realizar una interpretación rápida en campo, pueden utilizarse parámetros
(que se pueden cambiar al realizar el procesado e interpretación posterior de los
352 Capítulo 7. Tratamiento de datos e interpretación de registros.
registros) tales como la permitividad dieléctrica efectiva (que nos permite obtener
en campo una primera aproximación de las profundidades de los reflectores) y la
escala de colores asociada a amplitudes deseada (también podemos trabajar con
amplitudes directamente).
(por ejemplo, si se pasa de una superficie asfaltada a una zona de hierba), o por
ejemplo si se atraviesan zonas de arbolado o zonas despejadas.
Los incidentes que suceden durante la adquisición de datos también deben ser
cuidadosamente anotados, situando el punto del perfil en el que han sucedido.
Ejemplos de estos incidentes puede ser que la antena se enganche con el cable en
un momento dado, que el operario no vea una fita y no introduzca la marca de
distancia correspondiente, que la antena sufra una elevación o un salto, etc. Esto
es básico para poder descartar algunos eventos, y poder realizar una interpretación
más adecuada de los registros. Un reportaje fotográfico de la zona y de la
adquisición de datos también puede ser de gran ayuda en los trabajos posteriores
de interpretación.
ser útil trabajar al mismo tiempo con el registro tratado y con el registro original
de campo.