Modilo I-Dsi
Modilo I-Dsi
Modilo I-Dsi
Doctrina Social de
la Iglesia
La Doctrina Social de
la Iglesia y su
fundamento bíblico.
Programa de Segunda
Especialidad.
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1. ¿QUÉ ES LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (DSI)?
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpea
ce_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html
También se te propone revisar el siguiente video en el cual se explica de forma muy breve
qué es la doctrina social de la iglesia.
https://www.youtube.com/watch?v=I9IzKxeCRjw
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«El objeto primario de la Doctrina Social es la dignidad personal del hombre, imagen de
Dios, y la tutela de sus derechos inalienables. La Iglesia
fue explicitando sus enseñanzas en los diversos campos
de la existencia: en lo social, lo económico, lo político,
según las necesidades. Por tanto, la finalidad de esta
doctrina de la Iglesia que ofrece su visión propia del
hombre y de la Humanidad es siempre la promoción y
liberación integral de la persona humana, en su
dimensión terrena y transcendente, contribuyendo así, a
la construcción del Reino último y definitivo, sin
confundir, con todo, progreso te-rrestre y crecimiento del
Reino de Cristo».
Varias son las razones por las que, según enseña León XIII en la Rerum Novarum, la Iglesia
no sólo tiene el derecho para hablar de la «cuestión social», sino el deber.
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a) Los problemas sociales no se reducen únicamente a aspectos técnicos, sino que, como
problema humano, lo social tiene dimensión ética. La fe forma la conciencia del ser humano
para que asuma sus tareas históricas, y ello, con plena apertura a lo transcendente. Por
eso la fe apoya el orden social robusteciendo el sentido moral de la persona.
2. JUSTIFICACIÓN DE LA DSI:
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- La Iglesia nuevo Pueblo de Dios: cuerpo de Cristo, comunidad de personas cristianas
que “peregrinan” en medio de este mundo y sus formas de CONVIVIR. (λαός– δῆμος)
La caridad cristiana es la forma de vida del pueblo de Dios: “ama a tu prójimo como
a ti mismo” esta es una una gran idea para poder convivir.
- El cristiano como sal de la tierra y luz del mundo: todo cristiano asume una triple
función al configurarse en la dignidad de CRISTO: Constitución Lumen Gentium (31).
La función sacerdotal: puente entre lo humano y lo divino.
La función profética: anuncia la buena nueva y denuncia la injusticia.
La función real: liderazgo de servicio.
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- La conformación de grupos de intervención efectivos: Lo expuesto anteriormente nos
debe llevar a concluir que los cristianos estamos en el mundo y debemos actuar en
él. La DSI es una oportunidad para generar nuevos cristianos, capaces de entender
los problemas del hombre y la sociedad en un contexto de salvación, de caridad y
de esperanza liberadora en Jesús. La DSI tiene su razón de ser pues se convierte
en una guía para la vida política de todo buen cristiano y establece una sólida
reflexión que permite que la Iglesia fomente un equilibrio de poder frente a las
diversas amenazas de los “nuevos dioses” presentes en la sociedad (el poder, el
dinero, el placer); la voz de la Iglesia se hace sentir a favor del ser humano en
contraste con los intereses puramente materiales y de poder que existen. La Iglesia
recuerda que no se pueden servir a dos amos, a Dios y al dinero.
3. ¿QUÉ NO ES LA DSI?
Remarcamos la idea que la DSI es una forma de entender la realidad social a partir
del Evangelio (la buena noticia salvadora que Jesús nos trae) para tratar de
mejorarla. Para esto la Iglesia, reflexiona y propone principios directivos para que los
cristianos tengamos un comportamiento práctico en la sociedad.
Sin embargo debemos resaltar el hecho que la DSI NO ES UNA PROPUESTA
POLÍTICA, no es, como algunos teólogos y políticos han pretendido afirmar, una
“tercera vía” entre el capitalismo y el comunismo. Recordemos que la DSI nace en
un contexto histórico en el cual se están conformando los grandes capitales e
intereses económicos del mundo, de manera que la DSI enfrenta la desigualdad
social de los obreros frente a los grandes capitalistas. Después la historia de la
humanidad nos golpeó con las terribles guerras mundiales, que para mediados del
siglo XX habían dividido el mundo en dos bloques identificados con formas político-
económicas en disputa: la democracia capitalista de occidente y el comunismo
socialista de oriente; la DSI no es una tercera opción político-económica en medio
de estos dos bloques mundiales. La Iglesia reflexiona sobre todo lo social y denuncia
las formas político-económicas que atentan contra el ser
humano y propone los fundamentos humanos para que los
hombres de buena voluntad trabajen política y
económicamente por el bien de la humanidad es decir, realicen
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lo que en el catecismo de la Iglesia se denomina: la participación en la vida social
(Cf. CIC 1897 – 1927) Como señala el compendio de la doctrina social de la Iglesia,
la DSI es para que las personas, iluminadas por ella, sean capaces de interpretar la
realidad de hoy y de buscar caminos apropiados para la acción (Cf. CDSI 7)
https://www.youtube.com/watch?v=7yGy1Tzzv8I
La industrialización
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clase obrera que acude en busca de mejores condiciones de vida. Esta afluencia masiva
de mano de obra, en cantidad muy superior a lo que puede absorber la industria naciente,
se une a la fiebre de ganancia económica típica del capitalismo liberal: todo ello da lugar a
una explotación alarmante de esta nueva clase obrera industrial, que se hunde
progresivamente en una situación de miseria extrema y de malestar creciente.
Ahí queda descrito en sus rasgos más relevantes lo que se conocerá como la cuestión
social. Esta situación nueva suscita una fuerte inquietud en toda la sociedad, especialmente
en los sectores más acomodados. La Iglesia, por su parte, tampoco permanece indiferente
ante un cambio tan sustancial de las condiciones sociales. Es ahí donde nace la Doctrina
Social de la Iglesia, como un esfuerzo para dar respuesta a los nuevos problemas de esta
sociedad emergente. El primer gran documento de la Doctrina Social (la encíclica Rerum
novarum de León XIII, publicado en 1891) es una excelente muestra de esta preocupación
que invade a la Iglesia en Europa y en los restantes países industrializados.
4. LA BASE DE LA DSI:
La DSI es una propuesta de la Iglesia, pero no nace de la nada o del capricho de intereses
particulares de uno o de otro Papa u obispo o sacerdote o de algún interés particular de los
grupos religiosos de la Iglesia Católica.
La DSI surge del mensaje evangélico y sus exigencias éticas en contacto con la
problemática de la convivencia humana; nace del encuentro entre la Revelación de Dios y
el hombre que acoge el mensaje divino y trata de vivirlo y plasmarlo en su historia personal
y obviamente social. Por lo tanto las fuentes de donde nace la DSI son: Las Sagradas
Escrituras, la tradición de la Iglesia (los documentos eclesiásticos) y la reflexión teológica
sobre la realidad y los conocimientos humanos.
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La DSI está constituida por principios (fruto de
la revelación y el magisterio) fundamentales en
torno a la naturaleza del ser humano, su
dignidad, su vocación social y su vocación hacia
la trascendencia. También está constituida por
juicios críticos (de parte de la reflexión teológica del magisterio) en base a la misión de la
Iglesia en medio del mundo y sus afanes. Por último, la DSI está compuesta de directrices
para la acción de los cristianos que viven día a día en contacto con la realidad social y los
conocimientos científicos que de ella tenemos.
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determina el valor supremo de la humanidad: Dios se hace hombre y el camino
que debe seguir la humanidad: ser como Jesús.
El auténtico cristiano es aquel que sigue se encuentra personalmente con Jesús
y configura su vida con la de él y de esa manera puede alcanzar su divinización.
En la encarnación Dios asume la naturaleza humana y la santifica por ello que la
DSI, bíblicamente se sustenta en la encarnación como condición y exigencia de
un auténtico cristianismo encarnado en la humanidad y sus necesidades
sociales.
d. La nueva Jerusalén: bíblicamente, el cristianismo se funda en una aspiración
que trasciende las realidades humanas y se proyecta hacia la eternidad, lo que
comúnmente llamamos “el cielo”.
La revelación de Dios es un mensaje para superar la muerte y vivir eternamente,
¿vivir dónde? La vida eterna no podrá ser en esta tierra y su realidad social; sino
que será en “La Nueva Jerusalén”, hacia dónde camina el Pueblo de Dios,
peregrino en esta tierra.
Muchos pensadores han acusado a la Iglesia de alienar a las personas con la
idea falsa de un “paraíso” para que de esa manera se desentiendan de los
problemas reales de este mundo; pero esa acusación es falsa; pues la
Revelación divina exige que los seres humanos construyamos el Reino de Dios,
“el Cielo” a partir de nuestra convivencia en este mundo, en esta sociedad; por
eso Jesús dijo “El Reino de Dios ha llegado…” y el pasaje bíblico del rico y el
pobre Lázaro queda claro como la vida eterna se canjea con una vida temporal
bien vivida.
Fundamento específico:
e. Las bienaventuranzas:
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Muchos teólogos están de acuerdo que si se
perdieran las Sagradas Escrituras, quedarnos con el
sermón de la montaña (el texto bíblico donde se
encuentran las bienaventuranzas) bastaría para que
podamos entender cuál es la Revelación de Dios.
Las bienaventuranzas son un programa de vida que enmarca tres elementos
fundamentales:
- La vida eterna: la bienaventuranza propiamente dicha.
- La circunstancia humana: pobreza, llanto, corazón limpio, etc.
- El imperativo de hacer algo: ser cristianos activos y no padecer en este
mundo.
f. Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. (Mt. 22, 16 -21)
Este pasaje bíblico es el fundamento del compromiso político del cristiano. Dios
no está en contra de la autoridad; por eso el mismo Jesús se sometió a las
autoridades judías y a las romanas. El cristiano asume que toda autoridad viene
de Dios y debe ser respetada; pero al mismo tiempo queda claro que las cosas
de Dios son de Dios y no deben ser usurpadas por la autoridad humana; pues si
la autoridad humana viene de Dios entonces la autoridad divina está sobre la
autoridad humana y ésta no puede contravenirla. La DSI entiende que en este
pasaje bíblico reside la necesidad del cristiano de comprometerse
respetuosamente con su comunidad.
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h. El prójimo: (Lc. 10, 29 -37)
La revelación de Dios al hombre, si bien es cierto establece una relación muy
personal con cada una de las personas, no es una revelación que se reduce a la
intimidad y las puras decisiones personales; no podemos pasar de largo ante
ente los problemas de los demás porque “se nos hace tarde para ir a la Misa”.
La salvación de cada cristiano depende de su relación con el prójimo, es decir
con aquel a quien te aproximas, con tu próximo. Y Este próximo no es el que está
físicamente cerca de ti, sino aquel que es como tú. El prójimo es cualquier otro
ser humano porque es como tú. Ser cristiano auténtico es ser el buen samaritano
en medio de la sociedad, esto es básico para la DSI.
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