Homicidio Doloso para El Apoderamiento Del Patrimonio

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Homicidio doloso para el apoderamiento del patrimonio

En el acuerdo plenario N° 3-2008/CJ-116, se discutió un problema sobre la aplicación de dos tipos


penales, que son el delito de asesinato (homicidio con la agravante de matar para facilitar la
comisión de otro delito, regulado en el inciso 2 del artículo 108 del código penal) y el delito de
robo con el agravante de muerte subsecuente (regulado en el artículo 188 del código penal con el
agravante del último párrafo del artículo189), ya que parecían ser aplicables a un mismo supuesto,
en donde la persona que es víctima de un robo muere durante la comisión del delito. En dicho
acuerdo, se establecieron algunas pautas para diferenciar estos supuestos por las distintas penas
que contienen ambos artículos. La pena de homicidio calificado es de 15 a 35 años, mientras que
la pena del delito de robo con muerte subsecuente es de cadena perpetua.

La Corte Suprema desarrolla la diferencia en la aplicación de ambos tipos penales en los


fundamentos siete y ocho del Acuerdo Plenario antes señalado, indicando que se aplicará el delito
de robo agravado con muerte subsecuente cuando producto de la violencia ejercida contra la
víctima durante el robo, esta muere y el autor si bien no tuvo la intención de matar la pudo prever
ese resultado, es decir que si bien hubo dolo en sustraer el bien a través de la violencia realizada
sobre la víctima, esta muere pero no porque el autor buscaba ese resultado, sino que se produce
por una conducta culposa(imprudente) del autor al excederse en la violencia utilizada en el robo,
pero al autor se le representaba esa posibilidad, vale decir que la víctima podía morir, siendo
entonces según la interpretación de la Corte Suprema un delito preterintencional.

En tanto que sería aplicable el delito de homicidio calificado por el agravante de facilitar la
comisión de otro delito cuando el autor, buscando asegurar el apoderamiento de bien mueble,
mata intencionalmente a la víctima, es decir dolosamente, facilitándose así la comisión del delito
fin que busca cometer. Por otro lado, la Corte Suprema parece entender que, aunque se llegue a
sustraer el bien de la víctima, la sanción que recibirá el autor será únicamente la del homicidio
calificado. ¿Pero este último supuesto es así? ¿Es indiferente si el autor del homicidio calificado
intenta o logra apoderarse del bien mueble que quería? ¿O si debe merecer una sanción
independiente por esa otra acción?

Doctrina Nacional:

Sobre esta supuesto bajo análisis, “matar para apoderarse del bien mueble de la víctima”, algunos
autores, como por ejemplo Luis Alberto Bramont-Arias Torres [1] y Alonso Peña Cabrera Freyre [2],
no se pronuncian sobre si en estos casos debe o no responder el autor del asesinato además por el
intento o la comisión del delito fin (apoderarse del bien mueble). Sin embargo, otros penalistas si
se han pronunciado sobre ello, como Ramiro Salinas Siccha [3], quien es claro al señalar que:

“Aquí no estamos ante un concurso real de delitos como sostiene Castillo Alva, sino frente a una
sola conducta punible, el asesinato para facilitar la comisión de otro delito (…) no es posible
jurídicamente hacer una doble valoración, es decir, no es posible atribuir al agente el delito de
asesinato por el delito precedente y otro delito por el delito- fin (…)”.

Refuerza su posición apoyándose en jurisprudencia, como las Ejecutorias Supremas del 30 de


marzo de 1999- R. N. 375-99 Piura y la del 3 de noviembre del 1998  Exp. 3551-98-Cusco.Casos
precisamente en los que los autores mataron con la finalidad de apoderarse de los bienes de la
víctima, donde se resalta que "(…) coligiéndose pues que el delito fin era el robo; por ello el hecho
criminoso no puede ser calificado como robo agravado ya que se estaría  incurriendo en una doble
valoración de la  conducta  incriminada, pues  se trata de tipos penales excluyentes.” 

 Como se ve esta posición es coincidente con la señalada por la Corte Suprema sobre este
supuesto. Pero esta no es la única posición en la doctrina nacional, hay otros autores que, si son
de la opinión de que además del homicidio calificado, debe sancionarse también el intento o
consumación del apoderamiento del bien. Así se tiene por ejemplo a José Luis Castillo
Alva [4], quien señala que:

“Cuando se consuma tanto el homicidio como el delito fin y existe separación temporal, estamos
frente a un concurso real de delitos y no ante un concurso ideal (…)” 

Según este autor entonces, la sanción por el homicidio calificado, no absorbe a la merecida por la
comisión del delito fin, sin embargo, no precisa cuál es el otro delito por el que debería
sancionarse al autor en este caso. Otro autor nacional que comparte esa opinión es Fidel Rojas
Vargas [5], quien señala que

“(…) si el agente mata primero y después se apodera del bien (…) el agente ha ido
deliberadamente a matar para luego sustraer y apoderarse, perfeccionándose típicamente la
figura del homicidio para facilitar el robo (…) si la violencia no es aplicada sobre persona distinta
de la víctima que es muerta o lesionada, no pudiendo ser ubicada o sub
subsumida  por  la  acción  instrumental  del  robo  ante  laimposibilidad de aplicar una doble
valoración que supondría infringir el ne bis in idem (…) El concurso que
se  presenta  en  tal  caso  es  el  real  entre  un  homicidio calificado y delito de hurto (simple o
agravado en base a  la modalidad de la comisión)(…)”.

    Aquí  el  profesor Fidel  Rojas  es  claro  al  afirmar  entonces que en caso se mate a la víctimas para
apoderarse de su patrimonio, se comete el delito de homicidio calificado por el agravante de
facilitar otro delito, pero además de ello, deberá considerarse adicionalmente el apoderamiento
del patrimonio de la víctima, señalando el autor que si la violencia que causa la muerte de la
víctima fue utilizada solo en ella, no puede sancionarse además por robo porque se estaría
valorando doblemente la violencia, la cual en este caso  ya fue sancionada con el homicidio
calificado, configurándose por ello un hurto que será simple o agravado dependiendo de la
modalidad dela comisión.

Doctrina Extranjera:

  Este supuesto también es analizado en la doctrina extranjera, por ejemplo en Argentina, cuyo
artículo 80 inciso 7 de su código penal  [6], sobre homicidio calificado por el agravante de facilitar
la comisión de otro delito, tiene una redacción similar al artículo 108 inciso 2 del código penal
peruano. El doctor Carlos Creus  [7], señala sobre ello que:

“(…) El homicidio tiene como finalidad asegurar los resultados del otro delito, cuando mediante él
se procura afirmar la  pertenencia  de  los beneficios  que se  han  obtenido del  otro delito ya
consumado o de lo que se piensa obtener del delito que se va a cometer”, y al plantearse el caso
de la comisión del delito fin del autor del homicidio este concluye

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