Diferencia Entre Ética Empresarial y RSE

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La responsabilidad social ha cobrado una fuerza tal que se ha

convertido en una vertiente casi crucial en el sistema de operaciones


de una compañía. La ética empresarial, por su parte, es prácticamente
obligatoria para asegurar el funcionamiento correcto, pero sobre todo,
confiable, de cualquier negocio. Ahora, es importante resaltar que aún
cuando entre ambos conceptos se preconcibe un vínculo fundamental,
la presencia de la ética empresarial no garantiza que la compañía lleve
a cabo acciones de, o dedique una porción de su ideología a, la
responsabilidad social.
Para comprender mejor la interacción entre la ética empresarial y la
responsabilidad social, es básico tener en claro de lo que estamos
hablando, las implicaciones de cada quién. El portal de
negocios Pymempresario define responsabilidad social como la “forma de
hacer negocios que toma en cuenta efectos sociales, ambientales y
económicos (…), integrando en ella el respeto por los valores éticos que
inciden en las personas.”  No ha de confundirse con la ética empresarial,
delimitada por Forbes como el “conjunto  de principios y normas bajo las
cuales se rigen las actividades que desempeña una empresa.” La
responsabilidad social, de ser un valor ya existente en la compañía, está
contemplada dentro de la ética empresarial; a su vez, la ética empresarial
se encarga de regir el modelo de conducta de la responsabilidad social
según los principios de la organización.
Ejemplificando cada uno de los anteriores, acciones de responsabilidad
social serían la donación de útiles escolares a instituciones de gobierno,
invertir en campañas que promuevan la reducción de emisiones de CO2, o
sesiones de reforestación en zonas afectadas. Dejando de lado la forma y
analizando el fondo a detalle, se puede concretar que la responsabilidad
social es una actitud “madura, conciente y sensible a los problemas de
nuestra sociedad pro-activa para adoptar hábitos, estrategias y procesos
que nos ayuden a minimizar los impactos negativos que podemos generar
al medio ambiente y a la sociedad.”
La ética empresarial, por otro lado, contempla los valores y principios de la
compañía, como responsabilidad, respeto, igualdad, equidad, tolerancia,
etcétera. Se manifiesta al proveer un producto o servicio con altos niveles
de calidad que satisface eficazmente las necesidades del consumidor a un
precio justo, puesto que sería sencillo para la empresa facilitar un bien o
servicio de mala calidad a un precio promedio (producto que no sería capaz
de cubrir las expectativas básicas del cliente dejando así de lado su
propósito principal) o, por el contrario, ofertar un bien de alta calidad a un
precio excesivo.
Hoy día, en una sociedad de mercados saturados de productos y servicios de baja
calidad, una sociedad de monopolios que se aprovechan de la falta de oferta para
obligar al público a pagar cantidades incongruentes con la calidad de los bienes
suministrados, una sociedad cuyos miembros son consumidores cada vez más
inteligentes, una ética empresarial marcada es básica para la subsistencia y el
buen manejo de las Relaciones Públicas de la compañía. La responsabilidad social,
si bien podría considerarse como “opcional”, es un valor agregado dentro de la
mente del público, sin mencionar sus efectos en el desarrollo integral de una
economía sana. Finalmente, la responsabilidad social es cuestión de reciprocidad:
la sociedad hace posibles las condiciones para el crecimiento de la empresa y la
empresa le responde atacando las áreas de oportunidad que frenan su desarrollo
o afectan negativamente la calidad de vida en general. La responsabilidad social es
cuestión de agradecimiento, un pacto que reafirma el compromiso entre la
organización y su público y, como efecto secundario, incentiva la lealtad del cliente
para con la compañía: es la forma en que la empresa le retribuye el apoyo
brindado a su principal benefactor que no son ni los directivos ni los
inversionistas, sino la sociedad misma.

Los conceptos de ética empresarial y responsabilidad social


corporativa son diferentes, pero están íntimamente relacionados entre
sí. Existen muchas definiciones que pretenden precisar el significado
de cada término, cada una con sus matices, pero todas tienen una
base común. El término ética empresarial hace referencia
al conjunto de valores que la empresa define como propios y al
conjunto de normas y principios que regulan la actividad
empresarial.

En el entorno VUCA los cambios e innovaciones van más rápido que


las regulaciones y leyes, que son incapaces de adaptarse tan
rápidamente a los cambios, por este motivo las empresas se
enfrentan a dilemas de actuación mucho antes de que exista una
ley. La incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad que generan los
cambios hace más necesaria que nunca la ética en las
organizaciones.

Una organización se comporta éticamente cuando en la


consecución del beneficio económico dentro de su actividad
asume que existen los intereses de los stakeholders.
El término stakeholder se refiere a todas aquellas personas u
organizaciones afectadas por las actividades y las decisiones de
una empresa. Estos grupos de interés son un elemento esencial que
debe ser tomado en cuenta en la planificación estratégica de los
negocios. En toda organización, además de sus propietarios,
participan diversos actores claves y grupos sociales que están
constituidos por las personas o entes que, de una manera u otra,
tienen interés en el desempeño de una empresa porque están
relacionadas, bien directa, bien indirectamente, con ella. En estos
grupos podemos contar a los empleados, clientes, proveedores,
accionistas, inversores, entes públicos, organizaciones no
gubernamentales, sindicatos, organizaciones civiles, la
comunidad y la sociedad en general.

Existen dos categorías fundamentales de stakeholders.

 Los stakeholdersprimarios, que son aquellos imprescindibles


para el funcionamiento de la organización, es decir, todos
aquellos que tienen una relación económica directa con la
empresa, como los accionistas, los clientes o los trabajadores.

 Los stakeholderssecundarios, que son aquellos que no


participan directamente en las actividades de la empresa, pero
que, sin embargo, se ven afectados por ella, como, por ejemplo,
los competidores o la comunidad, entre otros.

Una organización ética debe considerar su entorno no sólo como una


fuente de ventajas o clientes, sino también como algo a conservar y
mejorar que le permite crecer, ganar dinero y prosperar.

La responsabilidad social corporativa estaría integrada dentro de


esta ética empresarial y va más allá del cumplimiento de la legislación
vigente o del respeto a las normas y principios establecidos, es
una actitud que las empresas asumen de manera voluntaria, con
el fin de contribuir al desarrollo social y a la mejora del
medioambiente.
Las empresas socialmente responsables son conscientes de la
importancia que tiene su papel en la sociedad y de la repercusión de
sus actos, por eso promueven acciones que beneficien a la sociedad y
que eliminen o minimicen las consecuencias negativas que pueda
ocasionar su actividad. Estas empresas, movidas a veces por
convicción propia y otras por la presión social , deciden adoptar
procesos responsables y contribuir a la mejora de la sociedad y del
medioambiente, muchas veces invirtiendo parte de sus beneficios para
la realización de proyectos y campañas diversas.

Uno de los factores impulsores de la RSC es el poder de los


consumidores, los riesgos regulatorios, la necesidad de generar
intangible en torno a la marca, o la atracción de talento. Los
consumidores de hoy, en especial los más jóvenes, son mucho más
críticos con las empresas y con los productos que consumen. Se
preocupan por las repercusiones, tanto sociales como ambientales,
que puedan tener las prácticas empresariales y se manifiestan en
contra de aquellas que no cumplen con las normas y derechos
establecidos, utilizando, entre otros, medios tecnológicos. Esta actitud
está provocando un cambio en el comportamiento de muchas
empresas, que comienzan a comprender la importancia de asumir su
responsabilidad con la sociedad.

La responsabilidad social corporativa está cada vez más presente en


el Business Travel. El viajero se encuentra en el centro de la política
de viajes, el programa de gestión de viajes ha de adaptarse al perfil de
un viajero de negocios hiperconectado, que exige más flexibilidad,
calidad de vida, preocupación por la conciliación de la vida
profesional-personal o la posibilidad de combinar ocio con trabajo
durante el viaje.

La RSC también está presente en las RFPs en las que se incluyen


como condición criterios relacionados con el respecto al
medioambiente, ahorro energético, políticas sociales, etc. En este
sentido, las empresas turísticas han de hacer un esfuerzo.
El próximo día 17/04 en nuestra Jornada Técnica y de Innovación II
trataremos el tema de la Responsabilidad Social Corporativa y la
influencia del TM y la gestión de viajes.

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