Los fariseos eran una secta judía que surgió en el siglo III a.C. como una reacción contra la influencia helenística y para preservar la ley mosaica. Aunque comenzaron con buenas intenciones de defender el patriotismo y la religión judíos, con el tiempo se volvieron legalistas e hipócritas, poniendo más énfasis en las tradiciones que en los principios importantes de la ley. Jesús los criticó por ser ciegos, falsos maestros y por cerrar el reino de los cielos a
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Los fariseos eran una secta judía que surgió en el siglo III a.C. como una reacción contra la influencia helenística y para preservar la ley mosaica. Aunque comenzaron con buenas intenciones de defender el patriotismo y la religión judíos, con el tiempo se volvieron legalistas e hipócritas, poniendo más énfasis en las tradiciones que en los principios importantes de la ley. Jesús los criticó por ser ciegos, falsos maestros y por cerrar el reino de los cielos a
Los fariseos eran una secta judía que surgió en el siglo III a.C. como una reacción contra la influencia helenística y para preservar la ley mosaica. Aunque comenzaron con buenas intenciones de defender el patriotismo y la religión judíos, con el tiempo se volvieron legalistas e hipócritas, poniendo más énfasis en las tradiciones que en los principios importantes de la ley. Jesús los criticó por ser ciegos, falsos maestros y por cerrar el reino de los cielos a
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Los fariseos eran una secta judía que surgió en el siglo III a.C. como una reacción contra la influencia helenística y para preservar la ley mosaica. Aunque comenzaron con buenas intenciones de defender el patriotismo y la religión judíos, con el tiempo se volvieron legalistas e hipócritas, poniendo más énfasis en las tradiciones que en los principios importantes de la ley. Jesús los criticó por ser ciegos, falsos maestros y por cerrar el reino de los cielos a
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¿QUIENES ERAN LOS FARISEOS?
Muchos estudiantes de la Biblia se preguntan
frecuentemente: ¿Quiénes eran estos hombres, los fariseos? En realidad, no se enseña mucho desde los púlpitos en cuanto a aquel tipo de religiosos. Por lo tanto, no es de sorprender que tanta gente no sepa mucho acerca de ellos.
El origen de la palabra “fariseo” lo tenemos en el hebreo “perúsim” y el
griego “pharisaioi”, del cual se deriva nuestra actual palabra castellana “fariseo”. El significado es: separado, aparte o separatista.
Se cree que la secta de los fariseos se haya originado en el tercer siglo
A.C. en los días anteriores a las guerras de los Macabeos (véase la Biblia Católica Nacar & Colunga, AT), cuando, bajo el dominio griego y el esfuerzo griego para helenizar a los judíos, había entre los judíos una marcada tendencia de aceptar la cultura griega y sus paganas costumbres religiosas.
El surgimiento de los fariseos fue una reacción y una protesta contra
esta tendencia entre sus compatriotas. Su propósito era conservar su integridad nacional y la conformidad estricta a la ley de Moisés. Nacidos de esta manera en un espíritu de férvido patriotismo y devoción religiosa, más tarde se volvieron una secta cuyos formalismos eran una expresión hipócrita del hombre buscando su propia justificación (“Compendio Manual de la Biblia” por Henry H. Halley).
Si comprendemos la intención de los griegos de dominar a los judíos,
política y militarmente, eliminando poco a poco las tradiciones judaicas y las tradiciones bien establecidas por la ley de Moisés, era necesario el levantamiento de un grupo de hombres llenos de un espíritu de fervor y amor a esos valores espirituales que mantenían a flote la nación hebrea por siglos, ya que era imposible, para todo judío ortodoxo el rechazar los ideales de su nación. La respuesta natural fue: hombres audaces como los Macabeos, que se levantaron en una especie de revolución contra tan infame intento de imponer una cultura foránea por la fuerza de parte de los griegos. Era preciso que este grupo de hombres, llamados los fariseos, naciera bajo un fuerte espíritu de patriotismo y de devoción religiosa. El pueblo judío tenía motivo de mirar hacia ellos como un grupo especial, pues especiales eran.
Pero, ¿cuántas cosas iniciadas por los hombres no tuvieron un buen
comienzo y terminaron mal? Así pasó con los fariseos. Así deben haber sido los fariseos: Hechos 5:34.39; Hechos 23:6. Hombres como Gamaliel o el apóstol Pablo, que también eran fariseos, eran hombres educados, cultos y que conocían la ley y los profetas como nadie: pero todo ello llegó a ser una débil educación superficial sin participación del corazón y de los pensamientos puros. Llegaron a olvidarse de los principios importantes de la ley, y terminaron siendo hombres religiosos legalistas.
He aquí un pequeño estudio bíblico, a la luz de la Escritura, que nos
mostrará la tremenda realidad en que este grupo de hombres, una vez aclamados como bienhechores, se encontraban en los días de Cristo.
LA LUCHA DEL SEÑOR JESUS CON LOS FARISEOS:
1. Mateo 23:3,5 quieren ser vistos
2. Mateo 23:26 son ciegos
3. Mateo 12:24-28 falsas acusaciones
4. Mateo 16:6,12 fermento
5. Mateo 23:15 promulgan y aman falsa enseñanza
6. Mateo 23:23 injustos
7. Mateo 23:13 cierran las puertas del reino de los cielos
a los que quieren entrar.
8. Marcos 7:12 aman sus tradiciones
9. Mateo 12:12 exigen un culto sabático exagerado por tener
sentimientos religiosos equívocos.
EL CARACTER DE LOS FARISEOS:
1. Lucas 5:30 murmuraban
2. Mateo 23:28 eran hipócritas
3. Mateo 23:29 llenos de falsedad
4. Mateo 23:30 justicia propia
5. Mateo 23:33 eran como serpientes, repugnantes en sus
actitudes
6. Mateo 23:16-19 eran de mente materialista, liberales en su
religión.
Jesús pronunció una sentencia contra ellos: “¿Cómo escaparéis de la
condenación del infierno?” (Mateo 23:33).
UNA ADVERTENCIA PARA NOSOTROS
Jesús dice: “Si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5:20). “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7). “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones” (Santiago 4:8). “Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana” (Santiago 1:22,26). “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:17, 26).