Camino Hacia El Dorado
Camino Hacia El Dorado
Camino Hacia El Dorado
España del siglo XVI, Tulio y Miguel son dos trileros que pasan los días haciendo
trampas con dados trucados. En una de esas partidas, los dos amigos ganan un mapa, pero
deben huir de sus rivales cuando su trampa es descubierta. Sin saberlo, se esconden en el
barco del mismísimo Hernán Cortés y llegan a las orillas del Nuevo Mundo: el continente
americano. Lo que no imaginan es que el mapa que tienen entre manos indica la ubicación
exacta dónde se encuentra la mítica ciudad de El Dorado. Al llegar allí, ambos amigos son
considerados como dioses y, por miedo a ser ejecutados si descubren la verdad y también
por la comodidad que comporta ser considerado un dios, Tulio y Miguel deciden fingir que
son dos deidades que han decidido visitar la ciudad. La única a quién no han conseguido
engañar es a Chel (aunque eventualmente también son descubiertos por el jefe de la
ciudad, Tanabok, quién no se lo revela a nadie por amistad, así como por Tzekel Kan,
supremo sacerdote de la ciudad), de la que ambos amigos quedarán encandilados.
SINOPSIS Tulio y Miguel son dos jóvenes que se dedican a robar y engañar para ganarse la
vida. En un juego de dados ganan un mapa que muestra el camino hacia El Dorado, pero al
verse descubierta su trampa se ven obligados a escapar. Por azares del destino, terminan
encerrados en el barco del ambicioso Hernán Cortés, allí encuentran a Altivo, un
inteligente caballo que les ayudará a escapar en una balsa. Pasan varios días a la deriva en
el mar y, cuando creen que van a morir, finalmente llegan al Nuevo Mundo.
Siguiendo los indicios del mapa llegan a un lugar donde está una piedra enorme y creen
que "Dorado" es el nombre que los nativos le dan a las piedras enormes, en medio de su
discusión llega Chel, una bellísima nativa que acaba de robar un objeto de oro del templo.
Los soldados que perseguían a Chel ven a Tulio y a Miguel montados en Altivo y piensan
que son los dioses que, según la profecía tallada en la roca, llegarían a purificar al pueblo
azteca. En el pueblo los reciben con grandes honores, especialmente el sacerdote y el jefe,
quienes compiten por "comprar" el cariño de los dioses: el primero insiste en ofrecerles
sacrificios de sangre, creyendo que eso les agradará; mientras el segundo los obsequia con
toda clase de objetos de oro. Los falsos dioses prefieren las ofrendas proporcionadas por
el jefe y le piden un barco para poder volver a España con sus tesoros. Chel descubre la
farsa y Tulio y Miguel se ven obligados a darle parte de la riqueza y la promesa de que la
llevaran con ellos, a partir de ese momento, Chel se convierte en su aliada y los guía a por
el mundo azteca y sus costumbres. Uno de los pocos días que permanecen allí, juegan a
Tlachtli, un juego que consiste en meter una "pelota" en un pequeño círculo a los dos
lados de las paredes con los codos, piernas o la cadera (muy parecido al baloncesto
actual). Tulio y Miguel ganan, pero el sacerdote les comunica que el grupo perdedor será
sacrificado; de nuevo, los "dioses" se oponen y el sacerdote nota que uno de ellos está
sangrando, es decir, que en realidad no son dioses.
Después de crear un monstruo que aterroriza la ciudad, el vengativo sacerdote es vencido
y se encuentra, desafortunadamente, con Cortés y creyendo que éste era el verdadero
dios lo conduce al camino del Dorado. Tulio, Miguel y Chel deciden ayudar a los aztecas,
ideando Tulio un plan para sellar la entrada del Dorado, logrando así salvar la ciudad,
aunque pierden buena parte de su fortuna. Tulio, Miguel, Chel, Altivo y Bibo se marchan, a
la intemperie de la selva, en busca de nuevas aventuras.
ANÁLISIS DE PERSONAJES
Personajes principales:
Tulio: Hombre joven español de cabellera oscura con un gran carisma para hacer apuestas
y tratar de ganar el mayor oro posible, es por ello que es codicioso, le gusta razonar las
cosas antes de hacerlas por eso siempre anda planeando las cosas, muestra una gran
amistad por su amigo Miguel y juntos hacen “dramas” de que se pelean para salir zafados
de las estafas que hacen.
Miguel: Hombre joven español de cabellera rubia, cuenta con un enorme espíritu
aventurero, le gusta viajar y conocer lugares, siempre trata de ayudar a los demás, toca la
guitarra, muestra una inseparable amistad y lealtad a su compadre Tulio.
Chel: Atractiva nativa originaria de El Dorado, se le considera traidora por su pueblo por
tratar de huir con una pieza valiosa de uno de los templos, ayuda en la farsa que planean
Miguel y Tulio con el propósito de que le toque una parte del tesoro, es ambiciosa,
mentirosa y un tanto pícara, con Tulio tiene una relación amorosa.
Altivo: Es el caballo de Hernán Cortés, salva a Tulio y Miguel de donde los tiene presos su
amo, es orgullo y le brinda amistad a Miguel por que le tiene más confianza.
Personajes secundarios:
Tanabok: Es considerado el Jefe del pueblo de El Dorado, al igual que Tzekel-Kan trata de
ganarse la admiración de los supuestos dioses con ofrendas de oro y comida, es amable
con las personas del pueblo por lo que lo admiran.
Son variadas las enseñanzas reflejadas en valores que nos puede dejar esta película como
son:
La amistad: Una de las más grandes satisfacciones que tiene el ser humano, es la
seguridad de contar con grandes amigos. Con el paso del tiempo la amistad se fortalece
sin darnos cuenta, la convivencia ha traído aficiones, gustos e intereses en común,
compartiendo preocupaciones, alegrías, triunfos y la seguridad de contar con un apoyo
incondicional.
La lealtad: No hay riqueza más valiosa que un buen amigo seguro. Ser leal supone ser
persona de palabra, que responda con fidelidad a los compromisos que la amistad lleva
consigo; los amigos nobles no critican, ni murmuran, ni traicionan una confidencia
personal y siempre se encuentra veracidad en sus palabras. Son verdaderos amigos
quienes defienden los intereses y el buen nombre de sus amigos. Ser leal también es
hablar claro y ser franco; la lealtad también se demuestra al corregir a un amigo que se
equivoca.
La verdad: Si el concepto que tenemos de las cosas en la mente es adecuado, refleja una
comprobación real, entonces atendemos a la verdad. Es una importante congruencia
entre nosotros y el mundo que nos rodea, tanto objetos como personas y acciones.
Atender a la verdad requiere un espíritu crítico, que se aleja de las apariencias y
simulaciones para llegar a la esencia de algo.
La libertad: Cuando tenemos varias opciones y de entre todas escogemos una, varias o
ninguna, hacemos uso de la libertad: la ropa que usamos, lo que comemos, la película que
vemos. Las personas existimos y somos alguien sólo en la medida en que nos realizamos
cada día con nuestros pensamientos y deseos, en las decisiones que tomamos, en las
acciones que emprendemos. La libertad es la responsabilidad máxima de nuestras
elecciones, porque cuando elegimos algo que nos afecta de manera individual, también
elegimos cómo será el mundo de los hombres y la forma que tendrá.
La perseverancia: Es un valor que depende por entero de nuestra voluntad. Nadie puede
lograr nada si no se hace a la idea de que las cosas cuestan tiempo, dedicación y esmero.
Perseverar es someterse a las pruebas necesarias y no rendirse cuando todavía podemos
continuar. La constancia y firmeza al emprender los propósitos nos acerca
constantemente a una vida llena de experiencias, donde las sensaciones interiores
manifiestan un deseo de hacer bien las cosas para satisfacer, corregir o ampliar nuestras
necesidades.
La solidaridad: Es un vínculo que enlaza a las personas y representa todo lo que son y
pueden lograr juntas. Mediante la convivencia y las relaciones cotidianas compartimos
intereses, sentimientos, propósitos, nos comprendemos en una forma amplia.
Necesitamos encontrar la voluntad de comprender a otras personas y distinguir cuando
requieren apoyo y dedicación de nuestra parte, o bien, cuando lo que necesitan es
alejarse un poco del mundo para reflexionar consigo mismos.