Vidas Privadas
Vidas Privadas
Vidas Privadas
Amanda Prynne
Sibyl Chase
ACTO PRIMERO
ACTO SEGUNDO
ACTO tercero
Época: la actual.
Empero, la obra es más que eso, pero, en conjunto, no mucho más. Es un diálogo
razonablemente bien construido para dos actores experimentados, con un par de títeres más
incluidos para respaldar la trama y proporcionar contraste. Hay una escena de amor bien
escrita en el primer acto, y cierta cantidad de sólida psicología sexual por debajo de la escenas
de riña del segundo acto.
Como cada obra completa, deja mucho que desear, principalmente debido a mi cobarde e
inconsciente conducta hacia Sibyl y Victor, los personajes secundarios. Éstos, pobres cosas, son
poco menos que bolos de matera, ligeros y existen nada más que para ser repetidamente
derribados y vueltos a poner en pie. Aparte de eso, Vidas Privadas, desde el punto de vista del
dramaturgo, puede ser considerada interesante o no, pero, al menos desde el ángulo de la
actuación técnica, es sumamente interesante.
Por empezar, después del primer acto no hay ya argumento ni acción, aparte de la lucha
cuerpo a cuerpo al final del segundo acto. Antes de ello, hay exactamente cuarenta minutos de
diálogo entre los principales protagonistas, Amanda y Elyot, cosa que, naturalmente, les exige
el máximo de recursos y de experiencia en material de comedia, ya que todas las noches,
según el grado de receptividad del público, el ataque y el tempo de la actuación deben,
inevitablemente, variar. Eso implica un oído constantemente aguzado en dirección de las
tertulias, para captar la primera y siniestra tos de aburrimiento. Y, cuando ella llega, una
mirada de advertencia rápidamente intercambiable, y un apresuramiento inmediato y – es de
desear- imperceptible de la escena, hasta que estalla la carcajada siguiente y se puede aflojar
la tensión y respirar más libremente por un momento.
Sin embargo, en el segundo acto de Vidas Privadas no hubo ayuda alguna del autor, aparte de
unos bocadillos cómicos cuidadosamente colocados, y, tomada en conjunto fue más peligrosa
y llena de trampas que nada que haya intentado jamás como actor. Pero afortunadamente
para mí, tuve la inestimable ventaja de actuar en la obra con Gertrude Laurence, y, así, tres
cuartas partes de la batalla estaban ganadas antes de que subiese el telón.
ACTO PRIMERO
Escena: la terraza de un hotel en Francia. Al foro hay dos ventanales franceses que comunican
con dos departamentos distintos. El espacio de la terraza está dividido por una hilera de
arbolitos de macetas, y sobre el proscenio, paralelas a las candilejas, hay una baja balaustrada
de piedra. A ambos lados de la hilera de macetas, un juego de muebles adecuados para la
terraza, una mecedora, dos o tres sillas y una mesa. Hay toldos anaranjados y blancos que
sombrean los ventanales, ya que es verano.
Cuando se levanta el telón, son aproximadamente las ocho de la noche. Una orquesta toca no
muy lejos. Sibyl Chase abre los ventanales e la derecha y sale a la terraza. Es hermosísima y
rubia, y va elegantemente vestida con ropa de viaje. Se acerca a la boca del escenario, abre
ampliamente los brazos y se despereza con un pequeño suspiro de satisfacción; contempla el
paisaje con una expresión extática.
Elyot (adentro).- Un minuto ( luego de una pausa, sale Elyot. Tiene unos treinta años, es
delgado y de aspecto agradable y también lleva ropa de viaje. Se encamina a la balaustrada y
contempla pensativamente el paisaje. Sibyl está junto a él, y lo toma del brasero) No está mal.
Sibyl.- es divino. Mira las luces de ese yate reflejadas en el agua. Oh, querido soy tan dichosa…
Sibyl.- ¿y tú no?
Sibyl.- no te rías de mí. No tienes que mostrarte blasé en cuanto a las lunas de miel por el
hecho de que esta sea la segunda para ti.
Elyot.- un poquito.
Sibyl.- ¿cuánto?
Elyot.- Hermosísima
Sybil.- ¡ Elyot!
Elyot.- era hermosa y refinada, y sus manos largas y delgadas, y sus piernas largas y delgadas, y
bailaba como los ángeles. De paso, tú bailas muy mal.
Elyot.- tonterías. Creo que el único motivo que tuviste para casarte fue el de alejarte de ella.
Sybil.- te amo mucho más de lo que te amó Amanda. Nunca te haría sentirte desdichado, como
lo hizo ella.
Sybil.- pero me alegro, porque si no hubiese sido malvada e infiel, si hubiese sabido dominarse,
ahora no estaríamos aquí.
Sybil.- ¿tú que sabes? Apuesto a que sí. Apuesto a que te era infiel cada cinco minutos.
Elyot.- se necesitaría una mujer mucho más concentrada que Amanda para serle infiel a uno
cada cinco minutos.
Sybil (ansiosa).- la odias, ¿no es cierto?
Elyot.- porque está signada por la tragedia. Es inevitable que haga un embrollo de todo.
Sybil.- teniendo en cuenta el infierno que hizo de tu vida, te portas demasiado bien con ella. La
mayoría de los hombres se mostrarían vengativos.
Elyot.- ¿de qué sirve eso? Todo ha terminado ya, hace mucho tiempo.
Elyot.- tienes razón. El amor no sirve de nada a menos de que sea juicioso, bondadoso y
carente de dramatismo. Algo firme y dulce, algo que te calme los nervios cuando estas
cansado. Algo tremendamente cómodo, y no perturbado por escenas y celos. Eso es lo que
quiero, lo que en realidad siempre he querido. Oh, querida mía, espero que no te resulte
insípido.
Sybil.- no tanta.
Elyot.- muy bien, pues no te tostarás. Espero que no lo odies en los hombres.
Sybil.- me gusta que un hombre sea un hombre, si eso es lo que quieres decir.
Sybil.- ¿ y bien?
Elyot.- me preguntaba qué pasa en el interior de tu cerebro, cuáles son realmente tus planes…
Sybil ( volviendo a deslizar su brazo en el de él) ¿qué te ocurre querido, tienes hambre?
Elyot.- ni un poco
Sybil.- de pronto te muestras sumamente extraño, y más bien cruel. Sólo porque soy femenina.
Eso no significa que sea marrullera y calculadora.
Sybil.- odio esas mujeres semimasculinas que van por todas partes haciendo ruido.
Elyot.- se divorció de mí por crueldad y por fragante infidelidad. Pasé todo un fin de semana
en Brighton con una dama llamada Vera Williams. Tenía el más desagradable cepillo para el
cabello que jamás haya visto.
Sybil.- caballerosidad mal entendida, lo llamo yo. ¿ Por qué no te divorciaste tú de ella?
Elyot.- no habría sido la acción de un caballero, signifique eso lo que quiera significar.
Elyot.- eso sería fatal. (Entran en sus habitaciones. Hay una pequeña pausa, y luego aparece
Victor Prynne desde el departamento de la izquierda. Es bastante bien parecido, de unos
treinta o treinta y cinco años. Está vestido don un liviano traje de viaje. Husmea el aire,
contempla el paisaje y luego se vuelve hacia el ventanal.)
Amanda.- todavía estoy mojada de baño. Espera un minuto (Victor enciende un cigarrillo. Al
rato sale Amanda a la terraza. Es exquisita, de rostro alegre una silueta perfecta. En ese
momento usa un peinador). Pescaré una pulmonía, eso es lo que pescaré.
Victor.- apenas puedo creer que sea cierto. ¡ Tú y yo aquí, solos, juntos, casados!
Amanda ( frotando el rostro contra el hombro de él) esta tela es muy áspera.
Victor.- no tanto
Victor.- ¡cerdo!
Victor.- ¿dónde?
Amanda.- yo también lo golpeé. Una vez le rompí cuatro discos de fonógrafo en la cabeza. Fue
sumamente satisfactorio.
Amanda.- mira las luces de ese yate reflejadas en el agua. Me pregunto de quién será.
Amanda.-¿por qué?
Amanda.- estoy del todo decidida. Tengo enormes cantidades de un aceite encantador para
frotarme el cuerpo
Amanda.- espera y verás. Cuando esté de un bello color moreno, volverás a enamorarte de mí
Amanda.-oh caramba, tenía muchas esperanzas de que nuestra luna de miel fuese progresiva.
Victor.- ¿y lo amabas?
Amanda.- sí, Victor.
Victor.- pobrecita
Amanda.- sufrí mucho, y el corazón se me quebró- pero un corazón inocente, juvenil. Estaba
mellado por mi intelectualismo. Siempre he sido intelectual, siempre supe mucho. Eso provocó
gran parte de mis pendencias con Elyot. Lo irritaba porque creía que podía ver hasta el fondo
de él.
Amanda.- ¿si?
Victor.- creo que me amas de una forma distinta de cómo amabas a Elyot
Amanda.- sí
Victor.- no lo advertí
Victor.- ¡Mandy!
Amanda.- te prohíbo que vuelvas a mencionar su nombre. Me enferma ese sonido. Debes
estar loco de remate. Henos aquí , en la primera noche de nuestra luna de miel; la luna está
subiendo, suena la música… y lo único que puedes hacer es hablar de mi primer esposo ¡Es
absolutamente sacrílego!
Victor .- no te enojes
Victor. – te lo prometo
Amanda.- no, odio la buena y vieja Boul. Jugaremos una hermosa partida de chermin de fer.
Victor.-ahora eres un tanto distinta, más alocada de lo que pensé que eras, más tensa-
Amanda.-¡ más alocada! Oh, Victor, jamás me he sentido menos alocada en toda mi vida. Un
poco de tensión, lo admito, pero es la atmósfera del casamiento reciente. La luna de miel es
una diversión sumamente exagerada.
Amanda.- la luna de miel no fue en realidad una experiencia tan espantosa; lo posterior fue lo
terrible.
Amanda.- no te preocupes. No resulta necesariamente de ese modo ; se supone que debe ser
así
Victor.-¡ oh, Mandy, por supuesto que lo eres: dulce, divinamente normal!
Amanda.- no tengo avideces especiales por chinos o por zapatos viejos, si te refieres a eso.
Victor (escandalizado).- ¡Mandy!
Amanda.- creo que pocas personas son en realidad completamente normales, en lo profundo
de su vida privada. Todo depende de una combinación de circunstancias. Si los distintos no sé
cuántos cósmicos se funden en el mismo momento y surge la chispa conveniente, resulta
imposible saber lo que podrá hacer uno. Eso fue lo que sucedió con Elyot y yo: fuimos como
dos violentos ácidos burbujeando en una desagradable botellita matrimonial.
Victor.- no me parece que seas tan compleja como piensas que eres.
Amanda.- no creo tener complejidades especiales, pero sé que no soy digna de confianza.
Amanda.- gracias, Victor, eso es sumamente alentador. Y ahora tienes que ir a bañarte. Ven
Victor.- bésame
Amanda (haciéndolo).- vaya, ahí tienes, querido; y ahora date prisa. Yo no tengo más que
ponerme el vestido y estaré lista.
(Entran a sus habitaciones. Luego de una pausa, Elyot sale a la terraza caminando
cuidadosamente, con una bandeja en la que hay dos “cocktails” de champaña. Pone la bandeja
sobre la mesa.)
Amanda.- completamente
Amanda.-¿ y tú?
Sibyl.- ¿irnos?
Sibyl.- ¡Elli!
Elyot.- escucha, querida. Quiero que seas dulce y paciente y comprensiva, y que no te
inquietes ni hagas preguntas ni nada. Tengo la absoluta convicción de que toda nuestra dicha
futura depende de que nos vayamos de aquí ahora mismo.
Elyot.- no he perdido el seso, pero lo perderé si nos quedamos una hora más.
Elyot.- no son tonterías histéricas. Los presentimientos están muy lejos de ser tonterías. Ahí
tienes a la mujer que canceló su pasaje en el Titanic. Todo por un presentimiento
Elyot.- tiene muchísimo que ver. Obedeció a sus instintos, eso es lo que hizo, y salvó su vida. Lo
único que pido yo es que se me permita hacer caso de mis instintos.
Elyot.- es muy posible, muy posible, por cierto, o quizás una violenta explosión
Sibyl.- y en cuanto a las explosiones, aquí no hay nada que pueda estallar.
Elyot.-no te hago nada sólo te suplico, te imploro, que nos vayamos de este lugar
Sibyl.- sí, ¿pero por qué te comportas así, por qué, por qué, por qué?
Elyot.-no me preguntes por qué. Hazme caso. Te juro que jamás te pediré que me hagas caso
en ninguna otra cosa.
Sibyl (absolutamente resuelta).- no pienso irme de aquí esta noche. Es totalmente ridículo. Ya
he viajado bastante en un día, y estoy cansada.
Elyot ( acalorado)).- tienes los feos piececitos clavados en el suelo, y no piensas moverte ni un
centímetro, ¿eh?
Elyot.- si hay algo en el mundo que me enfurece, es la pura y simple terquedad , me gustaría
cortarte la cabeza con un hacha
Elyot.- ¡maldita sea nuestra noche de luna de miel! ¡maldita sea, maldita sea, maldita sea!
Sibyl.- ¡ He sido tan desdichada en mi vida! ¿ eres odioso y bestial! Mamá tenía muchísima
razón. Dijo que tenías mirada huidiza.
Elyot.- bien puede hablar. Ella tiene los ojos tan juntos que no podrían clavarle una aguja entre
los dos.
Victor ( sale violentamente por uno de los ventanales francesa de la izquierda, seguido de
Amanda).- por cierto que tenías razón cuando dijiste que no eras normal. Te estás
comportando como una lunática.
Amanda.- de ningún modo. Lo único que hice fue pedirte un pequeño favor.
Victor.- si cruzásemos Siberia en tren, estaríamos en China dentro de dos semanas, pero no
veo motivo alguno para hacerlo.
Amanda.- ¡Oh, Victor querido… por favor, por favor… sé sensato, por mí!
Victor.- ¡Sensato!
Amanda.- me olvidé
Amanda.- hace años, pero es como si hubiese sucedido ayer. Aún puedo verla, muerta, con
esa espantosa expresión en el rostro… y ese atroz viaje con su cadáver a Inglaterra… ¡ Fue
perfectamente espantoso!
Amanda.- ya no la tengo
Amanda.- ¡ Victor!
Amanda.-sí, Victor.
Victor.- ¡qué!
Amanda.- lo vi.
Victor.- ¿cuándo?
Victor.- ¿Dónde?
Amanda.- no puedo gozar de la luna de miel contigo, cuando hay posibilidades de que Elyot
aparezca en cualquier momento.
Amanda.- ¿no te das cuenta de cuán espantoso es todo esto? Es la cosa más embarazosa que
jamás me ha sucedido en la vida.
Victor.- ¿ y él te vio?
Victor.- bueno, puesto que no te vio, todo está bien, ¿no es así?
Victor.- maldito si entiendo por qué la presencia de Elyot tiene que arruinarnos la luna de miel
Victor.-probablemente fue una ilusión óptica. Esta media luz es sumamente engañosa.
Victor.- me niego en absoluto a cambiar todos nuestros planes a último memento, sólo porque
tú pienses que has visto a Elyot. Es irrazonable y ridículo, y no tienes que exigirlo. Aun cuando
esté aquí, no creo que importe mucho. Probablemente se sentirá mucho más turbado que tú y
hará perfectamente bien. Si te molesta de algún modo, lo derribaré a golpes.
Amanda.- ¿ y pretendes quedarte ahí, tan serio, e imaginarte que es posible pasar por alto la
cosa con tanta facilidad?
Victor.- no pienso irme, Mandy. Si empiezo a ceder ante ti desde el comienzo, nuestra vida se
hará insoportable.
Amanda ¡ Victor!
Victor ( sereno).- tú misma te has excitado hasta el punto de colocarte en una situación que en
realidad sólo existe en tu cerebro.
Amanda ( dominándose con un esfuerzo).- por favor, Victor, por favor, te lo imploro por última
vez. Vayamos a París ahora mismo, esta noche. Te lo ruego con todo el corazón… ¡ por favor!...
Amanda.-veo con suma claridad que fui una tonta al casarme con un gordo anciano caballero
que se la pasa sentado en un sillón del club.
Amanda (enfurecida).- ¡ un asno pomposo, eso es lo que dije y eso es lo que quiero decir!
Hinchado con tu propia impotencia.
Victor.- ¡ Mandy, domínate
Amanda.-¡ apártate de mí! No puedo soportar el pensamiento de que estoy casada con una
grandeza tan severa
Victor (con enorme dignidad).- me encontrarás en el bar. Cuando estés lista para bajar a cenar,
avísame.
Amanda ( dejándose caer en una sillas).- ¡véte, véte! (Vico hace mutis majestuoso Elyot, por el
orto lado, seguido de una llorosa Sibyl.)
Sibyl.- ¡ ojalá no te hubiese visto nunca en mi vida, y no hablemos siquiera de casarme contigo!
Ni me extraña que Amanda te dejase, si te comportabas con ella como te portas conmigo.
Bajaré a cenar, y tú puedes hacer lo que quieras.
Sibyl.- ¡ Oh Elli, Elli!... ( entra, gimiendo. Elyot se acerca a la balaustrada, pisando fuerte, y
enciende un cigarrillo, evidentemente tratando de dominar sus nervios. Amanda lo ve y se
acerca)
Elyot.- No sé
Elyot.- si que la hay, toda la necesidad del mundo. Nunca en mi vida sentí mayor impulso de
mostrarme grosero.
Elyot .- si empiezas a reñir conmigo, Amanda, te juro que te arrojaré al otro lado.
Elyot.- desde el primer momento en que tuve la desdicha de posar mi mirada sobre ti, mi vida
ha sido insoportable.
Elyot.- primeramente beberemos los míos ( Amanda cruza a la parte de la terraza en que esta
Elyot, este le entrega un cocktail y conserva otro para si)
Elyot.- no creo que ayude mucho; una vez lo hicimos y fue un lamentable fracaso.
Elyot.- tienes una memoria inmoral Amanda, a ti. ( levantan los vasos solemnemente y beben )
Elyot (brindando). - Por Mr. Y Mrs. Prynne. ( bebe) la mía tampoco quiere moverse
Elyot.- Sibyl
Amanda (brindando).- por Mr. Y Mrs. Elyot Chase. (bebe) Que Dios se apiade de la pobre
chica.
Elyot.- naturalmente
Amanda.- ahí tienes.
Elyot.- no, fingí que tenía un presentimiento, hice todo lo posible para persuadirla que nos
fuésemos a París.
Amanda.- yo también intente; y es una suerte que no tuviéramos éxito los dos, ¿verdad?. De lo
contrario probablemente nos hubiéramos vuelto a encontrar en Rouen o algún otro lugar
Elyot.- ya nos veo a todos levantándonos por la mañana temprano para salir lo antes posible.
Elyot.- yo reservare mi opinión acerca de tu elección hasta que conozca al querido Victor.
Elyot.- así lo veo. Regordete y rubio, sumamente atento de anteojos. El querido Victor
Amanda.- como dije antes prefiero no hablar de él, por lo menos yo tengo el buen gusto de
contentarme y no hacer bromas baratas en relación con Sibyl.
Amanda.- eso no tiene nada que ver, al menos que ella lo hicese mas chato aun.
Elyot.- tu voz adquiere una cualidad acida cada vez que mencionas el nombre de ella.
Amanda ( con dignidad) .- gracias ( hay un momento de silencio la orquesta rompe a tocar la
misma melodía que ellos canturrearon antes.)
Amanda.- parece que no supiera otra cosa que eso ¿verdad? ( se sienta en la balaustrada y
canta suavemente la canción, mira hacia al mar y sus pensamientos están muy lejos Elyot la
contempla, cuando Amanda se vuelve para mirarlo, al final, tiene lagrimas en los ojos. Él aparta
la mirada torpemente y enciende otro cigarrillo)
Elyot.- espero que todo te salga espléndidamente, y que seas muy dichosa.
Amanda.- y yo te deseo lo mismo ( la música a continuado sonando sobre esta escena y ahora
vuelven insistentemente al refrán, ellos se miran y rompen a reír)
Amanda.- la pista de patinaje de Palace hotel, por las mañanas la fuerte y luminosa luz del sol,
y todos gritando, colores vividos, y tú arrodillándote para ponerme los patines…
Amanda.- fue malvado de tu parte reírte de ese modo, me sentía tan humillada.
Elyot.- ¡pobrecita!
Elyot.- sombras azules en la nieve blanca una pureza imposible de recorrer, arriba por encima
de todas las cosas del mundo.
Elyot.- fueron unos cuantos, no, muchos en realidad; solo que se deslizan hacia atrás y uno
recuerda únicamente los malos.
Amanda.- si. Que tontos fuimos al echarlo todo a perder ‘¡ que tontos! Rematadamente tontos
Amanda.- egoísmo, crueldad, odio, posesividad, mezquinos celos… todas esas cosas surgieron
en nosotros solo porque nos amábamos.
Elyot.- no
Amanda.- elyot…
Elyot.- no estamos enamorados otra vez, y tú lo sabes. Buenas noches Amanda ( se vuelve
bruscamente y se dirige hacia los ventanales francés)
Amanda.- por favor… me siento espantosamente. Quédate un minuto más, me volveré loca si
te vas, no seguiremos hablando de nosotros; hablaremos de las cosas exteriores de lo que
quieras, pero no me dejes hasta que me haya repuesto.
Elyot.- ¿ el mundo?
Amanda.- si
Amanda.- ¿ y Japón?
Amanda.- ¿ comiste aletas de tiburón Y te quitaste los zapatos, y usaste palillos para comer y
todo eso?
Amanda.- Supongo que habrá sido a causa de la luna; seguramente lo viste a la luz de la luna…
Amanda.- Y no se parecía a una caja de bizcochos, ¿verdad? Siempre pensé que tendría ese
aspecto
Amanda.- Y seguramente habrás encontrado un elefante sagrado. Tengo entendido que son
blancos como la nieva, y buenos, bonísimos
Amanda.- (levantando la mano en débil protesta) No, no… no digas eso, Elyot… Cállate
Elyot.- Tú también me amas, ¿verdad? No hay duda ninguna en ese sentido, no es cierto.
Elyot.- Estás hermosísima, ¿sabes? Con esta condenada luz de luna. Tu piel es clara y fresca, y
te relucen los ojos, y te pones más y más encantadora cada segundo que pasa. No guardas
ningún misterio para mí querida, ¿te importa?
Elyot.- Más que ningún otro deseo, en lo más hondo de mi ser interior, quiero volver a
tenerte… por favor…
Amanda.- (cubriéndole la boca con la mano) No digas nada más, me hacés llorar
espantosamente… (Él la trae con dulzura a sus brazos y se quedan de pie en silencio,
contemplando ajenos a todo lo que no sean ellos mismos y ese momento. Cuando, al cabo, se
separan se sientan casi faltos de aliento, en la balaustrada.) ¿Y ahora qué? Oh, querido. ¿Y
ahora qué?
Amanda.- Tenemos que pensar con rapidez, oh, con mucha rapidez…
Elyot.- ¿Huir?
Amanda.- ¿Juntos?
Elyot.- Y probablemente también a Sybil. Pero de cualquier modo tendrán que sufrir. Piensa a
qué infierno los llevaríamos si nos quedásemos. Infinitamente peor que ninguna otra crueldad
en el mundo es esa de fingir que los amamos y al mismo tiempo amarnos desesperadamente.
Elyot.- ¿Qué?
Amanda.- Es honrado.
Elyot.- No me importa cuán honrado sea, pero me resulta horrible pensar en eso. ¿Qué le
diríamos? ¿Por dónde empezaríamos?
Elyot.- Es preciso que tomemos una decisión ahora mismo, en un sentido o en el otro. Irnos
juntos ahora o quedarnos con ellos, y no volver a vernos nunca más.
Amanda.- No, esperá, esto es una locura. Nos ha sucedido algo… No estamos cuerdos
Elyot.- Magnífico.
Amanda.- Está en la Avenue Montaigne. Se lo alquilé a Freda Lawson, pero ella se encuentra
en Biarritz, de modo que ahora está desocupado.
Amanda.- No, sabe que lo tengo pero no tiene la menor idea de dónde está ubicado.
Amanda.- Nos estamos portando mal, terriblemente mal. Sufriremos por esto, estoy segura.
Amanda.- Eso no modifica nada. En cuanto uno de nosotros se sienta nervioso, volveremos a
las andadas.
Elyot.- (precipitándose hacia ella y besándola) ¡Querida, querida, no quise decir eso!
Amanda.- no, no; eso empieza siempre con las discusiones. En cuanto advirtamos que estamos
discutiendo, cualquiera de los dos que lo note tenemos que prometer por nuestro honor que
nos callaremos. Inventaremos alguna frase o lema que cuando cualquiera de nosotros lo diga
interrumpa automáticamente la conversación por lo menos durante cinco minutos.
Amanda.- ¿ y la ropa?
Sibyl.- encantador
Victor.- hay dos aquí en la mesa ( Sibyl ve los vasos vacios que están sobre la balaustrada y
sacude la cabeza con gesto de desafío)
Victor.- muy bien aquí tiene ( Sibyl pasa al lado de la terraza donde esta Victor, este le entrega
un vaso y toma el otro para si)
Sibyl.- gracias.
Sibyl (haciendo lo propio).- por los amigos ausentes. ( Ríen, sin alegría y se sientan en la
balaustrada, sonriendo pensativamente los “cocktails” y contemplando el paisaje) Bellísimo
¿verdad? La luna, y las luces de ese yate reflejándose sobre el agua…
Cae lentamente el
TELÓN