Alma de Ciprés
Alma de Ciprés
Alma de Ciprés
2
Cuál es mi verbo?
¿cuál es mi verbo?
3
A la tumba me llevo
A la tumba me llevo
sólo un par de palabras indispensables.
4
aunque de todas formas vida.
Me lo llevo porque canta.
Me lo llevo porque canta.
A la muerte me llevo la palabra dios
o su ausencia de palabra que es un hueco muy grande.
Y una lengua con arrugas, unos ojos
desnudos y otros de hombre, la esperanza
de no saberlo todo, la luz celeste de una mano clara
y un gesto de ojos bondadosos.
Me llevo la palabra
mujer
a la tumba
para que exista otro horizonte
como el que soy, pero frente a mí
y conversar todas las gaviotas que existan.
5
Lengua
No hay dolor
como el parto de una boca pequeña
que quiere ser madre
y hay un gemido entonces
de tumba silenciosa
de flechas con aire agónico,
de grito divorciado
de su eco.
6
Sangre de caracol
7
Manos septuagenarias
8
Tata, cuide sus manos, como lo ha hecho,
entregándolas como un pan.
9
Gato
Y si se trata de piel
el gato conoce los códigos
mejor que todo incendio.
Entre todo el reino
es el más parecido a un fuego
oscuro.
Dos segundos de gato
socavan más soledad
que todo silencio.
El gato.
El
gato.
El gato da la espalda
como despidiendo la alcoba del amante,
camina con actitud de olvido, como adiós en cada paso,
como ausencia interminable.
Es el gato un amante oscuro
y no puede el hombre mirarlo
sin ser mirado
hasta el fondo del esqueleto.
10
Lluevo
11
Mujer
12
Venus
Mi duda en el fondo
es por qué eres de pétalos, por qué vienes de la mar
menstruante, por qué con el viento te entiendes
y flameas de cabello a corazón, y me sube la belleza
en un canto que es viento y tú.
Mi duda
es por qué y cómo y para qué.
13
y dime si aún eres
y soy.
14
Arte de ojos
15
Alma azul
16
Criatura de cenizas
17
Tengo un alma
Tengo un alma
que se quiere dar
es el verso escrito
dentro de todos los versos
que he escrito.
18
Lengua mecánica
19
Bolsa de basura rota
y el siglo representado
en la inmortal
bolsa de plástico.
20
Alelu Alelu
A la plaza no le sobran
los círculos de las palomas revueltas,
ni los niños llorando, ni menos riendo.
A la plaza le quedan bien los juegos y los perros,
izquierda
suelo
y pasos y pasos
de transeúntes.
21
Canto sensorial
Leer, oler, saborear, lo que sea…
Tu aroma,
por ejemplo,
tu aroma existe, tu aroma
a pocos centímetros
y olvidos
es mi hogar hecho con brazos,
y me abraza antes que tú,
como si fueras su eco.
22
Me golpea el pez muerto, su cruda plata,
su dura fragancia, hedionda lección,
y las humitas luego, me hablan por dentro
con su aliento risible.
23
rostros horribles que hacen trampa al sonreír
y vuelvo.
Como que vuelvo al mundo - que está entre paréntesis-
como un despertar sangriento, como entrar a una oficina,
24
las rejas oxidadas que exclaman su chirrido?
Compara el calor
y la humedad de las monedas
el micrero que las recibe?
25
Preludio a una conversa
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y con el miedo a quedar a solas con el silencio.
2
Camino una casa nunca vista, siempre vivida,
de absoluta tranquilidad, deshabitada atmósfera,
laguna planicie,
con pasos nunca antes escritos
a lentitud fantasmal.
y luego un computador,
teclas,
teclas,
27
la virtualidad del ser, el fácil ego,
difícil abismo, me caigo me caigo
3
Habitaciones, la escalera.
Segundo, tercer,
¡tac!, ¡tac! exclama el cuarto, el décimo escalón,
y entro a mi pieza,
creyéndome ya, experto domador de abismos,
28
como flecha contra el viento,
pues
nunca creí que sería tan difícil
cruzar de cocina
a computador, de guitarra a espejo,
y más y más reflejos,
de pantallas y luces, del sueño, de piel, del aire
y la sed de verse en todo.
4
Pero luego, quinto, segundo, ¡tac!,
primero.
Y lo irresponsable de existir
con las riendas escondidas,
lo grave de una voz horadada,
29
un gesto sin sombra, ojos sin miradas,
donde no sé
si todo río que hablo
y sueño,
son parte del río grande que soy.
5
Quinto, segundo, por cuarta vez
y tercero y décimo
y primero,
30
-Permiso para guardar
el recuerdo en su lugar-.
31
Días en que ando callado
32
Tengo más ausencia
33
Post amor
34
Siglo lento
35
Humo
36
Tengo a una mujer atrapada
37
Desnudos frente al espejo
Yo no entiendo la desnudez,
la erectud, la luz mordida del cuerpo,
el frío secreto que te cruza
erizando vellos y cumbres, el tacto confuso
del alma que te toco en el cuerpo,
del cuerpo que se cruza cuando te estoy amando,
torcidos y retorcidos, estrellados contra el otro. Yo no
entiendo
el secreto de la desnudez, el abrazo que nos hace uno,
la piel que nos hace infinitos,
la mirada que pones siempre que estás desnuda,
que me hace creer en más allá,
las manos inquietas como un niño que corre
porque es libre sobre los prados.
Yo
no lo entiendo,
mujer amada y desnuda, en esta noche
en que nos retratamos frente al espejo
como un ascenso de flores erectas
que corroen la dulzura del pubis,
a la luz de la noche y las lámparas,
habitando un mundo cuyas esquinas
son tus ojos
y los míos,
y tú
me respondes secretamente,
y siempre que pregunto, me vuelves a explicar.
38
Mañana
39
Ciertas costumbres
En la micro
el paisaje es un regalo para nosotros,
me imagino con ella en las praderas,
me imagino sumergido en su aroma
en la solemnidad de una montaña,
siento su voz buscando respuesta...
Me pongo a caminar
y al llegar saludo a mis amigos,
a mis no amigos, pero no la veo,
no la encuentro pero la siento venir.
De pronto
se acerca a lo lejos
seguida por dos sombras,
su mano no es ausencia de calor ni de historia
y sus latidos cantan melodías que no conozco,
por lo que me golpeo la frente
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y recuerdo que está con otro.
No volveré a olvidarlo.
41
Las miradas
Hagamos caso
a las miradas.
42
Bastan tus labios
43
Donde estés, de donde seas
44
Lo que busco
45
La cruel mitad
Es un chiste esto del amor cuando lloro sin amor, cuando estás llena
en esta gota de lágrima, cuando eres el agua de mi pena,
y es un chiste si no se puede decidir nada, si
la sangre hierve habla y ordena,
y entonces nada, problema resuelto, hacer caso y volver a ser.
Es un chiste cuando se es un río más grande que tus deseos,
cuando no es vía irse en contra de la corriente, imposible ganar,
estúpido querer hacerlo pero querer hacerlo y no ganar el intento.
Perder aquella voz que siempre responde, esa mano que siempre llena,
esa boca más grande que otros hogares, por el mismo y simple capricho, y
enojarse
sin querer entender nada, ni si quiera ganas de sentirse fuerte:
caer es una deliciosa solución cuando se trata de llorar,
pero de pronto llega el escalón celeste, y el alma recuerda que existe,
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y el adiós de arena, se esfuma la arena, la piedra del adiós entonces,
y agitas tu mano a lo lejos sin pañuelo pero con dolores,
y ya que estamos celestes, subir el escalón, por primera vez ser feliz
amargamente, saborear tu sonrisa como una imagen lejana,
como un paisaje en el que no tengo casa, una cordillera que solo puedo ver y
retratar
pero no vivir, y es extraña siempre esta felicidad, y entonces recordamos
cómo nos gusta el estilo de la flecha, envuelta
por las fuerzas del remolino
y amo tu felicidad, amo la lejanía que te hace feliz, y el amor vuelve quizás como
por alquimia,
y de pronto somos algo que nunca fuimos:
del fuego a la piedra; a la estatua del fuego,
47
El aire que nos esperaba en su esqueleto
48
Una mujer pasa
49
y no dejas de quemarte en el juego de la intriga.
50
Esta noche
51
de cada átomo que baila en las brisas pasajeras.
Y me lleva a deseos extraños,
a peticiones absurdas...
Y ahora me queman las manchas
de mi alma blanca
y bajo el frío destello de la luna llena,
de los faroles en las calles vacías,
siento que el aire como un poderoso tren
se lleva las sombras a su estación sombría.
52
Pobre lamento
Aún
no se sumergir el humor
en una palabra escrita.
Y la risa? Se preguntará el antipoeta.
Le pido perdón, pero más bien,
le pido paciencia y le imploro
que rece por mí y mis musas.
53
Poema en una servilleta
La escena:
una mano, una mesa,
un lápiz,
una cocina fría y cotidiana,
una máquina calculadora,
una servilleta
con un montón de cálculos apresurados,
una taza de café.
54
La poesía no va a cambiar nada.
Pero
lo que se puede hacer,
es creer
55
No vas a salvar al mundo,
pero te salvarás a ti mismo.
56
Se apaga el fuego
57
Poeta antipoetizado
Dolor de un poeta
que gota a gota
se antipoetiza
- que se entienda bien -.
Y ve entonces sus sueños,
en su condición de quimeras,
ve las flores
hechas un cadáver secular
y ve en sus ojos
posada, con delicadeza
de paloma en los faros,
una luz ficticia.
El poeta
que queriendo solidarizar
58
escribe de sí mismo.
El poeta que queriendo
caminar en el bosque
o buscar entre los días
del calendario, no pudo
perderse sin encontrarse.
59
INVENTARIO DE ROSTROS
60
1. Galatea de las esferas
61
2. Contraste de Venus y la muerte
Y si clavaran en tu aire
un suspiro de esqueleto, o si la secreta
mariposa de la muerte pasara bautizando
te parecerías a un bellísimo
faro que ilumina oscuridad
entre luces exageradas.
62
3. Pelirroja
63
4. Niño de la micro que observa
64
5. Rostro deformado por el fuego
Y entonces me pregunté,
¿qué ojo me resuelve la ecuación del rostro?
65
6. Hombre con felicidad
Me permito creer
que entre la carcajada y la lágrima
prefiere ambas, porque sus ojos
de mariposa agitada suben y bajan,
entran y salen, vuelan, se posan,
o conquistan con levedad severa,
sin negarse ningún dulce vestigio
de lo que acontece.
Me permito creer
que no se entrega ni un segundo
a la asustada mentira
de la perfección.
66
7. Mujer que mira a dios
Entro en su silencio
y salgo al mío, solo por contrastar
devociones.
67
8.
68
9. Canto
69
10. Hombre que vive solo
70
De lo alto la lágrima
cae sin terminar
repitiendo
tu susurro.
71
11.
72
12. El niño no entiende el ruido
73
y nuestras metálicas razones.
74
13. Deseo ardiente de alteridad
75
14. Encandilación
hay en la atmósfera
calor y aroma
el sexo y su secreto.
Balas precipitadas
pómulos bellos, detalles ebúrneos,
76
15. Gesto místico
Hay
mariposas
que no conocen la estela que dejan detrás
como una patria destellante
que persigo en sensaciones de exilio.
77
16. Pitido bueno
78
17. Límite difuso de la alteridad
79
18. Ciego que pide monedas
Yo no los veo,
pero ellos tampoco me ven,
somos todos ciegos, desde la luz
al alma, culpa de párpados inútiles
y días rápidos.
80
19.
Dejo un caño
debajo del chaleco moteado
al lado del encendedor roto
y la manzana mordida,
en el colchón enmohecido
81
20. Días de plaza
82
ÍNDICE
ALMA DE CIPRÉS 2
Cuál es mi verbo? 3
A la tumba me llevo 4
Lengua 6
Sangre de caracol 7
Manos septuagenarias 8
Gato 10
Lluevo 11
Mujer 12
Venus 13
Arte de ojos 15
Alma azul 16
Criatura de cenizas 17
Tengo un alma 18
Lengua mecánica 19
Bolsa de basura rota 20
Alelu Alelu 21
Canto sensorial 22
Preludio a una conversa 26
Días en que ando callado 32
Tengo más ausencia 33
Post amor 34
Siglo lento 35
Humo 36
Tengo a una mujer atrapada 37
Desnudos frente al espejo 38
Mañana 39
Las miradas 42
Lo que busco 45
La cruel mitad 46
El aire que nos esperaba en su esqueleto 48
Una mujer pasa 49
83
Esta noche 51
Pobre lamento 53
Poema en una servilleta 54
La poesía no va a cambiar nada. 55
Se apaga el fuego 57
Poeta antipoetizado 58
INVENTARIO DE ROSTROS 60
1. Galatea de las esferas 61
2. Contraste de Venus y la muerte 62
3. Pelirroja 63
4. Niño de la micro que observa 64
5. Rostro deformado por el fuego 65
6. Hombre con felicidad 66
7. Mujer que mira a dios 67
8. 68
9. Canto 69
10. Hombre que vive solo 70
11. 72
12. El niño no entiende el ruido 73
13. Deseo ardiente de alteridad 75
14. Encandilación 76
15. Gesto místico 77
16. Pitido bueno 78
17. Límite difuso de la alteridad 79
18. Ciego que pide monedas 80
19. 81
20. Días de plaza 82
84