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Investigacion Agropecuaria

Este documento analiza los desafíos y oportunidades de la investigación agropecuaria en América Latina y el Caribe. Explora la evolución de la institucionalidad de investigación en la región y la paradoja de su limitado financiamiento a pesar de su riqueza institucional. También discute cómo la estructura productiva regional ha cambiado y los nuevos retos en temas como sostenibilidad y agregación de valor.
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Investigacion Agropecuaria

Este documento analiza los desafíos y oportunidades de la investigación agropecuaria en América Latina y el Caribe. Explora la evolución de la institucionalidad de investigación en la región y la paradoja de su limitado financiamiento a pesar de su riqueza institucional. También discute cómo la estructura productiva regional ha cambiado y los nuevos retos en temas como sostenibilidad y agregación de valor.
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LA INVESTIGACION AGROPECUARIA EN ALC Y

LA PARADOJA DE SU FINANCIAMIENTO1

1. INTRODUCCION

La agricultura primaria contribuye aproximadamente con un 8% del Producto Interno Bruto de


América Latina y el Caribe (ALC). Bajo una concepción ampliada del sector, incluyendo sus
encadenamientos con la industria, dicha contribución llega en promedio al 20% del valor total
de la economía. Lo anterior indica que a pesar de la disminución de la contribución de la
agricultura a la economía en la región, su aporte económico es todavía innegable. Las
fluctuaciones en su crecimiento no han sido tan grandes en comparación el PIB total, lo que le
otorga al sector un importante papel estabilizador en la economía de los países. Por otra parte
también se destaca en los últimos años un crecimiento importante en las exportaciones
agropecuarias, sin embargo estas se contrarrestan en forma significativa con el pago de la
importación creciente de alimentos.

Producir de manera competitiva alimentos suficientes y materias primas para la agroindustria,


aumentar el saldo comercial agrícola latinoamericano per capita y proteger al mismo tiempo
el medio ambiente, implica un gran desafío en el diseño y aplicación de tecnologías y de
políticas. Igualmente se requiere de instituciones y organizaciones sólidas para el diseño, la
promoción y desarrollo del cambio tecnológico agrícola y para conservar y aprovechar
competitivamente la riqueza de recursos naturales existentes en ALC.

La Región posee una de las estructuras institucionales mas elaboradas para la investigación
agropecuaria a nivel global. No obstante, la conectividad entre los actores que conforman
dicha estructura es aun deficiente y la disponibilidad de recursos para que pueda cumplir
con su mandato y estrategias ha estado declinando sistemáticamente. Las interrogantes que
plantea esta situación son muchas y las respuestas no son simples.

Este trabajo analiza el entorno cambiante de la región, algunos retos y oportunidades de


investigación, el desarrollo e impacto de las instituciones regionales y también hace
reflexiones en torno al contraste entre la riqueza institucional, su conectividad y la paradoja de

1
Documento de trabajo preliminar preparado como insumo para la Mesa Redonda del FONTAGRO “Hacia una Mejor
Utilización de la Infraestructura Institucional de ALC, en Apoyo a la Investigación y Desarrollo Tecnológico Agropecuario”
su limitado financiamiento. A través del mismo y especialmente en la sección de conclusiones
y recomendaciones, los autores exponen ideas y puntos de discusión que podrían incidir en
una mayor eficiencia de la institucionalidad existente y un financiamiento mas apropiado de la
investigación agropecuaria regional.

2. EL ENTORNO REGIONAL Y GLOBAL

El mundo ha cambiado y la región de ALC no es la excepción. La estructura productiva se ha


modificado como producto de la liberalización y globalización, la base científica y
tecnológica evoluciona aceleradamente y los temas de protección ambiental y uso sostenible
de los recursos naturales han pasado a un primer plano. La pobreza se ha agudizado tanto a
nivel urbano como rural y los retos de productividad y sostenibilidad se han vuelto mas
elusivos.

La relevancia de la agricultura, si aprendemos de algunos países como Canadá que


modificaron la estrategia utilizada en los años 70s, estará cada vez mas ligada a la generación
y aplicación del conocimiento y a una visión que considere nuevas oportunidades,
especialmente opciones de agregar valor a la producción primaria. Las generalizaciones no
son muy útiles en ALC ya que lo países y subregiones presentan diferencias abismales entre
si desde todo punto de vista. Los análisis y recomendaciones deberían, por lo tanto, dirigirse
en forma diferenciada a países individuales o grupos de países bajo condiciones similares. A
pesar de esta heterogeneidad inherente a la región si se pueden aventurar algunas
generalizaciones:

? ? La producción agrícola ha tenido como objetivo central el incremento de la


productividad, pero no necesariamente el de sostenibilidad;
? ? La erosión de la biodiversidad es marcada y la diversidad genética ha disminuido en la
agricultura;
? ? Las prácticas agrícolas tienden a ser contaminantes;
? ? El manejo de los recursos naturales donde se asienta la producción agropecuaria,
suelos y aguas en particular, ha sido deficiente;
? ? Las instituciones de investigación del sector público han concentrado sus esfuerzos en
la producción primaria, dando menos énfasis a otras actividades en la cadena
productiva que agreguen valor;

2
? ? El énfasis de la investigación en los países tropicales ha sido en cultivos tradicionales
alimenticios con menos ventajas competitivas en el comercio nacional e internacional,
descuidando productos como las frutas tropicales y las hortalizas, en las cuales la
región posee claras ventajas.

Este panorama no pretende dar una visión negativa, porque existen resultados positivos en la
investigación y desarrollo agrícola regional, pero si reconocer que quizás la institucionalidad
actual de la investigación agrícola, a menos que logre mejor conexión y ajustes, no responde a
los nuevos desafíos del entorno: por ejemplo, la exportación potencial de excedentes que
podría llevar a cabo ALC basado en las demandas por urbanización creciente, los cambios en
los patrones de consumo mundial y los aumentos en el ingreso per capita.

La diversidad social y económica de la región es solamente una parte del reto, la otra es la
increíble diversidad ecológica que caracteriza a ALC: desde trópicos bajos muy húmedos
hasta regiones desérticas en los Andes altos pasando por una gama impresionante de pisos
ecológicos con características muy distintas. Como armar un rompecabezas que conduzca a
una investigación que responda a esta realidad, que se nutra de los recursos humanos y
financieros necesarios y que de manera articulada brinde una nueva visión, son los retos que
enfrentan los países de ALC. Estos retos deben ser debatidos en los Foros de Ministros de
Agricultura como la JIA, mecanismos como FORAGRO Y FONTAGRO, los mecanismos de
integración económica y los PROCIs.

Es necesario recalcar, además, que las tendencias de mercado y de consumo regional


continúan evolucionando y algunos rubros como las frutas, las hortalizas, raíces y tubérculos
así como plantas ornamentales y medicinales han agregado un gran dinamismo a la
producción y exportación. Curiosamente estas actividades no representan un porcentaje
prioritario en la asignación de recursos para la investigación pública en la región, salvo pocas
excepciones. Un estudio realizado por el IICA, con el apoyo del BID, indica que en los
primeros años de la década de los 90s escasamente un 14% del total de las inversiones de
los INIAs se concentraba en el rubro de frutas tropicales, frente a un 70% en los alimentos
tradicionales. En apariencia la tecnología requerida por estos sectores es importada,
comprada o desarrollada en buena parte por el sector privado. Esta tendencia es también
cierta en el caso de la soya transgénica en los países que están autorizando su uso en la
región, como Argentina, la cual ha dado importantes beneficios económicos a los productores.
Estos hechos de por si plantean una serie de preguntas.

3
Valga un solo ejemplo para ilustrar los cambios, oportunidades y retos que enfrentan los
sistemas establecidos de investigación: el consumo por persona de jugos de naranja (y otros
jugos naturales) puros y de alta calidad aumentó en Colombia de 1.1 litros en 1994 a 4.1 litros
en 1997. El consumo de otras frutas, hortalizas, carne y leche van también por el mismo
camino.

3. LA INSTITUCIONALIDAD PARA LA INVESTIGACION AGROPECUARIA EN ALC

La región de ALC es conocida por su riqueza en experiencias, estructuras y mecanismos de


investigación agropecuaria. Esta situación no es ajena al desarrollo económico del continente,
íntimamente vinculado a la agricultura.

Hasta fines de los años 40, la agricultura como sector primario fue centro de la actividad
económica y la fuente principal de las relaciones comerciales con el resto del mundo.
Adicionalmente, los principales productos agropecuarios (café, banano, cacao, ganadería,
entre otros) contribuyeron a formar la estructura social y política de muchos países de la
región.

Es precisamente durante la década de los años 40, que se produce en ALC un hecho que
afectó profundamente el comportamiento y posibilidades de la agricultura y que consistió en
una estrategia de crecimiento que privilegiaba la producción industrial para el mercado interno.
En paralelo, en esta época se dan en la región los primeros pasos en la organización
institucional de la investigación agrícola con el surgimiento del modelo de estaciones
experimentales agropecuarias.

La instauración de un nuevo modelo económico en los años 40s y la influencia de la Comisión


Económica para América Latina (CEPAL) apuntaron hacia impuestos explícitos o implícitos a
la agricultura, según los países. Parece ser que los visionarios de la agricultura de ese
entonces visualizaron que un sector agropecuario que no incorporase tecnología, no podría
sobrevivir en el nuevo paradigma de “producción industrial para el mercado interno”. Así fue
como las estaciones experimentales se transformaron, más tarde, en los institutos
semiautónomos de investigación agrícola o INIAs para adoptar y generar tecnologías que
aumentaran la productividad de la agricultura y el bienestar de los productores.

4
Pero estos orígenes en la organización formal de la investigación agrícola de la región,
también han arrastrado inercias que aún hoy perduran en la institucionalidad existente de fin
del milenio. Las más importantes son el énfasis aún marcado en la producción agrícola
primaria, el productor rural como beneficiario principal de la investigación agrícola, y la falta de
integración entre la investigación, la educación agrícola y la extensión. La ausencia del sector
privado, posiblemente se justificó en esos primeros años, bajo el concepto de que la
tecnología agropecuaria era considerada bien público por excelencia. Hoy por hoy, esos
factores inerciales y el sector privado, representan mas bien los desafíos de transformación de
la institucionalidad para la investigación agrícola hacia el futuro.

Las primeras estaciones experimentales y los INIAs han cumplido importantes funciones para
mejorar la productividad de la agricultura, actuando como verdaderos “convertidores
tecnológicos” en disciplinas agronómicas, mejoramiento genético vegetal y sistemas de
producción animal, entre otros. En el contexto de economías relativamente cerradas que se
vivía en esa época, e independientemente de que se tratara de países templados o tropicales,
los INIAs o las diferentes estructuras de investigación de los países tenían similitudes que
conviene resaltar. En primer lugar, más que generar nuevas tecnologías adaptaban las
existentes en países más desarrollados, de aquí el concepto de “convertidor tecnológico”; en
segundo lugar, las prioridades de investigación estaban relativamente sesgadas hacia
productos de la agricultura templada, en donde los cereales (trigo y maíz) y la ganadería
(especializada de leche o carne) eran los comunes denominadores. Este segundo punto
representa un desafío adicional para los sistemas de investigación de países tropicales, ya
que el conocimiento científico-tecnológico producido durante los últimos 40 o 50 años 40s no
es completamente pertinente frente a los desafíos de apertura y sistemas productivos de estas
regiones, incluyendo frutales, productos forestales y la ganadería de doble propósito, entre
otros.

En los años 40, nace también el Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA), con
sede en Turrialba, Costa Rica, que integró el desarrollo tecnológico en cultivos tropicales con
la capacitación y la extensión. Este IICA inicial, se transformó en el Instituto Interamericano de
Cooperación para la Agricultura durante los años 80s, con un mandato hemisférico en el
desarrollo agrícola sostenible de ALC.

5
La sede del IICA, en Turrialba, se convirtió en el Centro Agronómico Tropical de Investigación
y Enseñanza (CATIE), en el año 1970. Su misión actual es la de investigación y educación
superior para los trópicos americanos. El otro centro subregional creado en 1975, el Instituto
Caribeño para la Investigación Agrícola y el Desarrollo (CARDI), opera como red en el ámbito
de los países del Caribe incluyendo Belice y Guayana.

El reconocimiento de la existencia de problemas y oportunidades comunes de desarrollo


tecnológico agropecuario a nivel regional y subregional por un lado, y la imposibilidad de que
los países mas pequeños pudieran desarrollar programas completos de investigación agrícola
por otro, hicieron surgir las primeras iniciativas para el intercambio de conocimientos y la
investigación cooperativa. Los más longevos de estos esfuerzos son ACORBAT, el PCCMCA,
PROMECAFE y PROCISUR:

? ? ACORBAT (Asociación para la Cooperación de Investigaciones Bananeras en el


Caribe y América Tropical) fue la primera red de musáceas en el mundo establecida
en el año 1966 con el propósito de intercambiar resultados de investigación, coordinar
nuevas investigaciones entre los socios y difundir en forma amplia el conocimiento
generado (Jaramillo, 1987). ACORBAT mantiene hoy día su vigencia y fortaleza.

? ? PCCMCA (Programa Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento de Cultivos


Alimenticios) es una red informal que ha estado activa por más de 45 años, con
énfasis inicial en el mejoramiento y protección de los cultivos alimenticios básicos y
que cuenta con un amplio apoyo de gobiernos, instituciones de investigación y el
sector privado de los países de Centro América y otros países de las Américas.

? ? PROMECAFE (Programa de Mejoramiento del Café) con ámbito de acción en América


Central nació en los años 70, con el apoyo del IICA y los países, con el objetivo de
mejorar la producción y productividad cafetera de la región. Este programa tuvo la
particularidad de incorporar desde el principio la experimentación a nivel de finca y la
participación de los productores en la investigación adaptativa.

? ? PROCISUR (Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agropecuario del


Cono Sur) fue establecido en el año 1980, como esfuerzo conjunto del IICA y los INIAs
de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, para institucionalizar un

6
sistema permanente de intercambio de conocimientos, así como acciones de
cooperación en investigación y transferencia de tecnología.

Estos programas regionales y subregionales de cooperación recíproca en investigación


agrícola han crecido notablemente, tanto en número como en la amplitud de los temas
considerados, habiéndose incorporado la investigación en recursos naturales, el desarrollo
institucional y la agroindustria entre otros, y pasando del intercambio de conocimientos a la
investigación conjunta.

El ejemplo del PROCISUR fue seguido por otros programas similares en la región, conocidos
genéricamente como PROCIs. PROCIANDINO para los países de la zona andina, desde
Bolivia hasta Venezuela; PROCITROPICOS para Brasil y los países de la cuenca amazónica;
PROCICARIBE para los países asociados al CARDI en el Caribe, incluyendo República
Dominicana; PROCINORTE para México, EE.UU. y Canadá, actualmente en formación; y
SICTA (Sistema Integrado Centroamericano de Tecnología Agropecuaria) para los países de
América Central.

Casi todas estas iniciativas han tenido apoyo del IICA y del BID durante la etapa de formación
institucional y pueden considerarse entre las redes más importantes de ejecución de proyectos
subregionales de investigación agrícola en ALC. Merecen destacarse también, otros
consorcios y redes como CONDENSAN (Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la
Ecoregión Andina), RIMISP, PRECODEPA, PROFRIJOL, el Programa Regional de Maíz
coordinado por CIMMYT, varias redes auspiciadas por la FAO y los Centros Internacionales y
otras redes por producto como los CRISPs (Programas Colaborativos de Apoyo a la
Investigación Agrícola) administrados por Universidades de EE.UU. con financiamiento de la
AID y el PRIAG (Programa de Investigación en Granos Básicos) en América Central.

Independientemente de la heterogeneidad que caracteriza a estos distintos programas de


cooperación recíproca de la región, ya sea en su financiamiento, la profundidad en el
tratamiento de los diferentes temas de investigación y a sus actores públicos o privados, el
objetivo común ha sido mejorar la eficiencia y el alcance de la investigación por medio de
acciones conjuntas.

Cuando se describe la arquitectura institucional para la investigación agrícola en la región,


suelen citarse cuatro componentes. Los tres ya presentados: INIAs, los centros regionales

7
(CATIE y CARDI) y los programas subregionales como los PROCIs. El último componente
está representado por los Centros Internacionales de Investigación del Grupo Consultivo
sobre Investigaciones Agrícolas Internacionales (GCIAI).

Estos Centros Internacionales de Investigación, dieciséis en todo el mundo, algunos creados


en la década de los 60 y cuatro localizados en las Américas (CIMMYT, CIAT, CIP e IFPRI),
constituyen la principal red mundial de investigación agrícola y llevan a cabo trabajos
importantes de desarrollo tecnológico conjuntamente con científicos de los programas
nacionales. Otros de estos centros, por ejemplo ISNAR, IPGRI, ILRI, CIFOR e ICRAF tienen
oficinas o acciones directas en la región. El principal énfasis de investigación ha sido el
mejoramiento genético de cultivos alimenticios como trigo, maíz, arroz, frijol, papas y yuca.
Mas recientemente han desarrollado investigaciones en recursos naturales, conservación de
recursos genéticos y en política agrícola y fortalecimiento institucional.

La riqueza de ALC, tanto en experiencias como en estructuras y mecanismos de investigación


agropecuaria está directamente relacionada con la existencia y desarrollo de estos cuatro
componentes, los cuales han recibido amplio apoyo de dos organismos regionales activos en
la promoción de la investigación agrícola, el IICA y el BID.

Este panorama institucional se ha enriquecido mas recientemente con la puesta en marcha de


otros mecanismos regionales denominados FORAGRO y FONTAGRO, que intentan cubrir dos
vacíos observados en el funcionamiento de los cuatro componentes descritos anteriormente.

FORAGRO (Foro Regional de Investigación y Desarrollo Tecnológico Agropecuario), se


constituyó para facilitar la cooperación y promover la integración hemisférica en el campo del
desarrollo tecnológico agropecuario. Busca ser un mecanismo de concertación para facilitar
las alianzas estratégicas y mejorar la conectividad entre los diversos actores que “deberían”
conformar los sistemas de Investigación y Desarrollo Tecnológico Agropecuario en la región.
Reflejando la diversidad institucional agrícola en ALC, el FORAGRO está constituido no sólo
por los INIAs sino también por los PROCIs, los centros subregionales (CATIE, CARDI), las
universidades, el sector privado y las ONGs con responsabilidad en investigación agrícola. El
FORAGRO se articula asimismo con un mecanismo a nivel mundial denominado Foro Global
de Investigación Agropecuaria. El FORAGRO espera promover el desarrollo de un sistema
Interamericano de Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación, objetivo explícito en el
Plan de Mediano Plazo 1994-1998 del IICA.

8
El segundo mecanismo es el FONTAGRO (Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria),
establecido inicialmente por doce países y con el patrocinio del BID, el IICA, el CIID de
Canadá y la Fundación Rockefeller, para el desarrollo de investigación multinacional y para
contrarestar el subfinanciamiento crónico de la investigación regional. El FONTAGRO es un
fondo dotal, organizado como un programa cooperativo para el financiamiento competitivo de
proyectos regionales y subregionales. En este sentido el FONTAGRO se convierte en una
fuente de financiamiento para consorcios subregionales, los PROCIs por ejemplo, pero
también para otros consorcios, temporales o permanentes, que se constituyan para desarrollar
propuestas que respondan a las pautas establecidas por el fondo.

El esquema representado en la Figura 1 muestra las interacciones “esperadas” de los cuatro


componentes y los dos mecanismos descritos, en apoyo a una investigación agrícola de
avanzada, tanto a nivel de país como a nivel regional y subregional. Cada componente y
mecanismo de ese esquema está sujeto a mejoras, algunas de las cuales se han venido
dando gradualmente alrededor de los factores inerciales mencionados y la participación del
sector privado, entre otros. El modelo INIA original, si bien exitoso como organización, ha sido
también resistente a incorporar cambios que consideren no sólo los programas de
investigación per se sino verdaderos sistemas de innovación agropecuaria, con algunas
excepciones calificadas que incluyen por ejemplo a EMBRAPA y al INTA.

Aún admitiendo que esta estructura organizacional puede y debe perfeccionarse en sus
componentes y mecanismos de apoyo, estos últimos de reciente creación y en proceso de
consolidación, no cabe duda que el sistema regional constituye una plataforma valiosa para
construir y enfrentar los desafíos tecnológicos de la región en el nuevo milenio.

La diferencia entre la situación de hoy y la década de los 40s, es que en esta última la
agricultura tuvo que enfatizar y mejorar la productividad para sobrevivir en un ambiente que
discriminaba contra el sector. Hoy día el reto lo constituyen las oportunidades derivadas de la
globalización para que la agricultura pueda contribuir mas decididamente al desarrollo
económico de los países. Esta argumentación muestra que las condiciones presentes y
futuras son muy distintas a las del pasado y que la estrategia de desarrollo debe incorporar a
la producción agropecuaria como un eje central de la actividad económica, ambiental y de
generación de empleo. Vuelve a ser cierto, en este nuevo contexto, el valor estratégico de la

9
tecnología para aprovechar retos y oportunidades en el marco actual de hipercompetitividad
de la producción agrícola y del comercio internacional.

La pregunta fundamental es entonces la siguiente: ¿porqué este sistema institucional no ha


sido exitoso en promover una inversión mínima en investigación agrícola que garantice una
agricultura competitiva, conservacionista y con impacto en la reducción de la pobreza rural? La
pregunta es pertinente dado que la subinversión en investigación se puede demostrar desde
dos puntos de vista: es baja cuando se la compara con países más desarrollados e incluso
con algunos en vías de desarrollo como la China y la India y es baja también, cuando se le
compara con el retorno económico generado por la investigación agrícola.

El propósito fundamental del sistema institucional descrito en este documento no es asegurar


un nivel mínimo de inversión en investigación agrícola, pero sin ese mínimo el sistema no
puede operar efectivamente. La paradoja estriba en que los países de ALC han creado este
sistema y resulta difícil por lo tanto pensar que lo han creado para que funcione a medias!

Figura 1. Esquema simplificado del sistema regional de investigación agrícola en ALC

SNIAs PROCIs
INIAs
Universidades Otras redes
Sector Privado
ONGs

CENTROS
INTERNACIONALES
CENTROS
REGIONALES CIMMYT
CIAT
CARDI CIP
CATIE OTROS

10
FORAGRO / FONTAGRO

4. EVOLUCIÓN E IMPACTO DE LOS RESULTADOS Y MODELOS DE INVESTIGACIÓN


AGROPECUARIA

Ha sido demostrado que las inversiones en investigación se pagan con creces por los
beneficios económicos que generan; ejemplos claros existen tanto en ALC como en el mundo
desarrollado. Sin embargo, los retos persisten respecto al desarrollo de tecnologías que en
forma simultánea mejoren la productividad y conserven los recursos naturales.

Con respecto a impactos y modelos conviene plantearse algunas preguntas: es, por ejemplo,
la estructura productiva suficientemente competitiva? La respuesta parece ser no, por lo
menos para los pequeños productores de alimentos básicos, los cuales no logran fácilmente
su inserción en el mercado global y esto tiene implicaciones para la investigación pública.
Deben los investigadores, como ha sido tradicional, tomar la mayoría de las decisiones sobre
prioridades de investigación o deben los beneficiarios potenciales de esta investigación tener
una mayor influencia sobre la misma? Cuál es la mobilización de actores requerida para la
gestión tecnológica? Considerando los cambios aludidos anteriormente en el entorno regional,
resulta claro que los INIAs por si mismos no tienen todos los recursos y capacidad requerida y
deben asociarse con otros actores relevantes que complementen su mandato.

Muchos pensadores del tema concuerdan que en el mundo actual la investigación


agropecuaria, realizada con fondos públicos, debe considerar al menos tres objetivos para
que sea relevantes y tenga el impacto esperado:

? ? Productividad y calidad en apoyo a la competitividad


? ? Equidad
? ? Conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales

11
Cada uno de estos objetivos muestra indicadores y resultados preocupantes que hacen dudar
si las estructuras y modelos actuales responden a las necesidades y expectativas de la
sociedad del 2010 o más allá.

Con respecto a productividad debe recordarse que la población actual se volverá a duplicar
en 40 años y que la producción de alimentos y productos derivados debe guardar relación con
este cambio, dentro de un marco de escasez de áreas aptas para cultivos y producción
animal. Por otra parte, el incremento de la población urbana y el aumento esperado en los
ingresos per capita harán que la demanda de alimentos, regional y mundial, también se
duplique en ese lapso de tiempo. Existen casos concretos de aumentos significativos de
productividad de café, soya y otros cultivos (incluyendo granos básicos y otros alimentos como
resultado de la revolución verde y la investigación nacional e internacional) pero estos
aumentos tienden a estabilizarse o disminuir o deben mantenerse a través del uso incremental
de fertilizantes y plaguicidas. Algunos estudios de largo plazo de la FAO indican que la
productividad global ha disminuido en el tiempo en ciertos cultivos esenciales (Cuadro 1)
resaltando de nuevo el reto para la investigación en el nuevo milenio respecto a productividad
y sostenibilidad. Por otro lado la brecha de productividad, entre los principales países
productores de ALC y sus principales competidores, se ensancha en forma preocupante
(Cuadro 2). Esta situación merece análisis, por cuanto, si bien es cierto se nota un crecimiento
positivo en la productividad factorial agrícola, en algunos países, en los últimos años este
crecimiento parece entrar ahora en una etapa de desaceleración.

Cuadro 1. Incrementos anuales globales en la producción total de arroz, maíz y trigo, en


porcentaje
1963-1983 1983 1993
Cultivo Total por ha. Total por ha.
Arroz 3.1 2.2 1.8 1.5
Maíz 5.1 3.6 2.5 2.5
Trigo 3.8 2.9 3.5 2.5
Fuente: FAO, 1995

Cuadro 2. Rendimiento de granos básicos y tasas de crecimiento actuales y requeridas


para igualar en el 2010 los rendimientos de los países líderes en el mundo

Cultivo Rendimiento Tasa de Rendimiento Tasa anual de

12
medio actual en crecimiento anual actual de líderes crecimiento (%)
ALC (1995-97) ton- actual (%) de ALC mundiales* (1995- en rendimientos
ha (1985-1997) 97) ton-ha requerida para
igualar a los
líderes
Arroz 3,18 2,93 6,19 5,26
Frijol 0,64 2,87 1,83 8,45
Maíz 2,56 2,81 7,71 8,85
Sorgo 2,70 -0,39 4,18 3,41
Trigo 2,34 1,83 6,76 8,49

* Muestra de países que combinan altos rendimientos y alto volumen de producción.


Fuente: FAOSTAT. Datos transformados por Area II, IICA. 1998.

Con respecto a equidad la polarización de la sociedad que practica y depende de la


agricultura es un hecho real. Los pequeños productores tienden a marginalizarse, por razones
de competitividad e infraestructura, lo que a menudo les impide aprovechar oportunidades de
mercado. Algunas de las nuevas tecnologías eluden o no son aplicables a estos grupos. En
este sentido y a pesar del crecimiento y desarrollo relativo alcanzado en los últimos 25 años,
la región de ALC no ha progresado en la reducción de la pobreza. El porcentaje de pobreza
en 1970 era de 46%, el mismo que en 1990. La localización de la pobreza si ha variado ya que
el 75% de los pobladores de la región viven en zonas urbanas. En 1990 el total de pobres
viviendo en zonas rurales y urbanas fue 80 y 115 millones respectivamente. La polarización de
la sociedad también es evidente en las cifras siguientes: el porcentaje de ingreso nacional que
recibe el 40% de la gente más pobre en Brasil, Guatemala y Honduras es solamente 8%
(Garrett, 1998). Lo que ha logrado menos consenso, en los pensadores de este tema, es el
hecho de que la pobreza en zonas rurales ha sido el punto de partida de la pobreza en general
y que es mas caro y complejo atacar las causas y consecuencias de la pobreza en las zonas
urbanas, que en el campo.

La investigación ha mostrado tener efectos indirectos para ayudar a combatir la pobreza, por
ejemplo al aumentarse la disponibilidad de alimentos y reducir el costo de los mismos para los
consumidores. En cuanto a los efectos directos de la investigación hay opiniones en pro y en
contra. Bajo el actual paradigma de desarrollo, la agenda de investigación debería
relacionarse más con la pobreza rural y no puede argumentarse que dicha investigación es

13
neutra. En la práctica la tecnología puede influir en reducir los costos en sistemas de
producción de bajos insumos, disminuir el deterioro de los recursos naturales evitando
"marginar" más tierras y productores, mejorar la calidad nutricional de la dieta y reducir al
contaminación ambiental, entre otros efectos.

De lo anterior se desprende un reto para los países y las instituciones de desarrollar un


nuevo papel de la investigación para combatir la pobreza, como lo hizo en su tiempo y con
otros medios, la revolución verde. El desafío de la investigación es mejorar la productividad
de los pequeños productores, determinar el impacto de las nuevas agrobiotecnologías y aun
de las tecnologías e innovaciones tradicionales. No puede soslayarse la necesidad de ajustes
institucionales, políticas tecnológicas y estrategias de investigación y transferencia que
abaraten costos a los consumidores, pero que también incorporen a los "pobres rurales" al
proceso de reconversión, a un mejor manejo del ámbito rural y a la inserción de la familia rural
a los mercados de mayor valor agregado.

El deterioro de los recursos naturales ha sido un hecho ligado frecuentemente a la agricultura


y sus causas no son solamente económicas o biológicas sino también de políticas deficientes
o de falta de las mismas.

Un productor, por ejemplo, que no tenga certeza de la tenencia de sus tierras no estará
inclinado a invertir en la sostenibilidad de los recursos donde se asienta su producción.

De acuerdo con Trigo (1997) la devaluación de las monedas de ALC en los 80s dieron como
resultado mejores términos comerciales para la agricultura, pero estas mejoras fueron
contrarestadas por una clara subinversión en investigación y desarrollo agrícola y el impacto
negativo de políticas proteccionistas en países desarrollados. Esta situación creó incentivos
para la degradación del ambiente y el incremento de la pobreza.

La degradación de las áreas de cultivo incluye los efectos de pérdida de fertilidad, salinización,
compactación, erosión y contaminación por agroquímicos, entre otros. Un informe reciente de
Scherr y Yadav (1997) indica que de las 1.5 billones de ha de tierra arable en el mundo un
38% han sido degradadas de una forma u otra y que América Latina y Africa poseen los
porcentajes mayores de degradación. En términos mas específicos el debate en ALC se ha
centrado sobre los efectos de la agricultura en la deforestación, pérdida de la biodiversidad,
erosión de los recursos genéticos, la degradación de los suelos, uso inapropiado de

14
plaguicidas, contaminación por desechos agroindustriales y el manejo no adecuado de los
recursos hídricos. Por ejemplo, hay cerca de 11 países en ALC considerados como de
"vocación agropecuaria" en los cuales si se continúa con las políticas actuales de uso de la
tierra y patrones tecnológicos no benignos desde la perspectiva ambiental, presentarán un
déficit de tierras agrícolas para alimentar su población en los próximos 20 años (IICA, 1997,
adaptado de Winograd).

El panorama se hace más complejo en términos del impacto ambiental por el uso
indiscriminado de agroquímicos. Repeto y Baliga (1996) anticipan que el uso de plaguicidas
en ACL se triplicará para el año 2000 en comparación con 1980. La mayor parte del aumento
ocurrirá en Brasil aunque la intensidad de uso es y será mayor en países pequeños como
Costa Rica, Belice y Panamá. Utilizando un índice desarrollado por la Organización
Panamericana de la Salud, los autores reportan que Costa Rica ocupa el lugar mas alto en la
región en el uso de plaguicidas por trabajador agrícola por año (Cuadro 3). Estos datos
corroboran la situación real que viven los productores de varios cultivos. En el caso del cultivo
de banano en Costa Rica el control de una sola enfermedad, la Sigatoka Negra
(Mycosphaerella fijiensis), requiere la aplicación de fungicidas 30 o 40 veces por año
comparado con 12 a 15 pocos años atrás. Situaciones similares se encuentran principalmente
en el cultivo de hortalizas tales como tomate, papa y repollo.

Cuadro 3. Uso de plaguicidas en países selectos de América Latina

País Kg/trabajador agrícola por año


Costa Rica 14.0
Panamá 10.0
Colombia 6.0
Brasil 2.3
Guatemala 1.7
Fuente: Repeto y Baliga (1996)

Con base en el análisis anterior se puede inferir, con excepciones calificadas, que los
resultados y enfoque de la investigación en ALC no han respondido completamente a los tres
objetivos mencionados ni a las necesidades y expectativas de la región. Algunos otros ángulos
y aspectos que merecen consideración son los siguientes:

15
? ? El aporte de la agricultura al crecimiento económico regional ha sido importante en el
pasado pero no es suficiente en la actualidad, tal como podría esperarse de un siglo
marcado por la "revolución verde" y por la instalación en la región de una capacidad
importante en investigación y desarrollo tecnológico.

? ? La brecha tecnológica de la agricultura de la región con los países líderes en el


mundo (en numerosos rubros de importancia económica y en especial en alimentos
básicos) se está ampliando, tal como se ilustra en el Cuadro 2.

? ? El desarrollo tecnológico es insuficiente frente a los resultados alcanzados en otros


continentes y pone en evidencia la escasa competitividad de la región, especialmente
en cultivos básicos, y la necesidad de progresar tecnológicamente en aquellos rubros
con potencial en el mercado internacional tales como los frutales tropicales.

? ? Lo anterior señala que la región, con algunas excepciones, ha trabajado más en


productos con desventajas comparativas, especialmente en los países tropicales. Los
países con ecosistemas templados, como varios del Cono Sur, pudieron sacar mejor
provecho de sus ventajas comparativas. Por otra parte la oferta de tecnología foránea
disponible casi siempre se ajusta mejor a los países templados.

? ? Existen grandes retos tecnológicos para la región que requieren compatibilizar las
agendas de competitividad con aquellas que presuponen un adecuado nivel de
inversiones públicas y no despiertan suficiente interés de sector privado (protección
ambiental, recuperación de suelos degradados, inversiones en conservación y
utilización de la biodiversidad, entre otras).

Es pertinente, por lo tanto, plantearse que se requiere para llevar a cabo modificaciones que
se ajusten a las necesidades inmediatas y futuras. Para abordar este tema resulta útil analizar
ejemplos exitosos como el caso de Canadá (Cuadro adjunto)que si ha hecho la
transformación no solo de sus estrategias y estructuras, sino más importante aún, de su
mentalidad nacional de investigación y desarrollo. Canadá, a pesar de las diferencias que
tiene con el resto de ALC ha transitado por un camino que se inició en un punto donde se
encuentran ahora la mayoría de los países de esta región.

16
Resulta innegable que la experiencia descrita encierra lecciones de mucho interés para ALC.
No tiene ningún sentido recomendar que se copie el modelo canadiense, pero si es prudente
analizarlo como experiencia piloto y tomarlo como referencia.

Es bien conocido que la situación de América Latina y el Caribe es muy diferente a la


Canadiense: seguimos produciendo y exportando harina de soya, pescado fresco, azúcar a
granel, bananos verdes, café en grano, madera en trozas y hasta animales vivos. También
es conocido el axioma que la riqueza y ventaja competitiva se inicia con el producto primario,
continúa a través de su transformación y valor agregado, pero no termina con éste!

17
Canadá: un ejemplo exitoso de transformación agropecuaria
Canadá, al igual que la mayoría de los países de ALC ha basado su economía en la
producción primaria (trigo, avena, canola, algunas frutas y producción animal). En los años 70
Canadá exportaba casi el 80% de su producción sin transformación alguna mientras que la cifra en
los años 90 es solamente el 40%, el resto ha tenido un proceso de agregación de valor que ha
promovido el desarrollo socioeconómico y ha llevado al país al puesto No. 1 en desarrollo humano
a nivel mundial. Ese valor agregado se da en gran medida en industrias paralelas que resultan en
nuevos productos y servicios a partir de la producción primaria. Canadá ha apostado al desarrollo
tecnológico y al conocimiento como un eje central de su desarrollo, usando mecanismos de
financiación novedosos y sistemas de generación de tecnología mas novedosos aún. Agriculture
and Agri-Food Canada (parte del Ministerio de Agricultura), por ejemplo, ha creado un fondo anual
de contrapartida de $35 millones de dólares para investigación agropecuaria. El sector privado
aporta al menos otros $35 millones para llevar a cabo investigación de interés común, cada
proyecto se negocia caso por caso y se pone a disposición de los intereses del país una suma de
mas de $70 millones en lugar de los $35 de partida! Otros ejemplos ilustran este punto: la
Universidad de Guelph cuenta con 14,000 estudiantes y un presupuesto de investigación de $85
millones anuales y la Universidad de Laval cuenta con 35,000 estudiantes e invierte $125 millones
en investigación. En ambos casos, al igual que en muchas otras Universidades del país, el 50% o
más de los presupuestos de investigación provienen del sector privado!

El sector privado no hace estas inversiones desde el punto de vista filantrópico sino desde
el punto de vista de su conveniencia de trabajar con socios, en el sector gobierno y universitario,
que tienen la capacidad y los medios para producir resultados. Las estructuras también se han
modificado. El Ministerio de Agricultura en lugar de mantener las 58 estaciones experimentales
que existían en forma aislada las ha agrupado en 17 "clusters" o conglomerados en los cuales se
trabaja en forma directa y coordinada con el sector privado y las universidades en proyectos
comunes. Estos conglomerados logran una sinergia impresionante respecto a conocimiento y
desarrollo tecnológico. Algunos miembros de los conglomerados, las universidades en particular,
no solo hacen investigación sino que prestan servicios esenciales a la sociedad. La Universidad de
Guelph, por ejemplo, tiene la responsabilidad del control de calidad de todos los productos lácteos
que se producen en la Provincia de Ontario y para ello recibe apoyo del gobierno de la Provincia.

Es necesario reconocer, por otro lado, que si se están dando transformaciones institucionales
de investigación en ALC pero no con la celeridad que requieren los cambios descritos en el
entorno regional y mundial. Este tema ha sido analizado por Ardila (1999) quien describe
algunas de las tendencias principales que se están dando en algunas instituciones de
investigación en ALC, por ejemplo: transformaciones orientadas a mejorar la coordinación y
mobilizar las capacidades nacionales de investigación; orientadas a incrementar la apropiación
de tecnología disponible regional o internacionalmente; orientadas a incrementar la
participación del sector privado en el financiamiento y ejecución de la investigación; para
mejorar la eficiencia del modelo INIA y transformaciones orientadas a mejorar los instrumentos
de política y determinación de prioridades a nivel nacional. Otros casos donde es importante
este proceso de transformación hacia la innovación es precisamente en los PROCIS,

18
especialmente en PROCISUR y PROCIANDINO, así como en algunas redes como las de frijol
y maíz en mesoamérica.

Como conclusión inicial la situación de la investigación en ALC no parece requerir solamente


de ajustes y conectividad en las estructuras existentes sino también de una nueva visión y
mentalidad. La investigación a nivel de parcela experimental es muy simple de hacer pero la
aplicación de esos resultados a nivel de finca, cuenca o ecorregión o en la generación de
productos transformados requiere una habilidad analítica y de innovación que todavía es
incipiente en ALC.

5. EL FINANCIAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN ALC

El financiamiento total para la infraestructura de investigación en ALC se ha deteriorado de


una manera importante en los últimos años. La inversión disminuyó alrededor de un 10% en
dólares constantes de 1985, entre los períodos 1981/85 y 1992/93, de acuerdo con datos del
IICA, lo que significó pasar de una suma disponible de US$424,2 millones, a US$384,4. Esta
situación, sin embargo, es aun mas grave al analizar lo que sucede por subregiones. Así por
ejemplo, la disminución en Centroamérica alcanzó un 47,4 %, para los países del grupo
Andino un 21,9%, mientras que para el Cono Sur fue de solo un 3,1 % para el mismo periodo
considerado. Adicionalmente entre Brasil y Argentina, invirtieron para el período 1992/93 el
75% de los gastos totales regionales y si se incluye a Colombia, Perú y Venezuela, este
porcentaje sube a un 86 %.

La inversión total en investigación para 1992-93 es equivalente a $588 millones corrientes y la


misma tuvo una recuperación aparente al ubicarse en un total cercano a $1000 millones en
1997. Sin embargo, este crecimiento es explicado en gran parte por el incremento del
presupuesto de EMBRAPA, y en menor grado por el del INTA. Cabe anotar que para 1999,
de acuerdo con datos preliminares del IICA, se presentará una disminución sustancial en el
presupuesto regional con una cifra cercana a $640 millones corrientes, atribuibles a la
devaluación del Real en Brasil que impacta negativamente en el presupuesto de EMBRAPA y
recortes de presupuesto en el INTA de Argentina. Otras organizaciones que están afrontando
recortes en sus presupuestos al final de la década de los noventa son CORPOICA de
Colombia, IBTA en Bolivia (en la práctica esta institución no existe debido a un decreto
gubernamental reciente), DIEAF en Paraguay y CENTA de El Salvador, de acuerdo con
información generada por el ISNAR y el IICA.

19
El porcentaje de gastos de investigación agrícola de la región en relación al PIBA también
disminuyó entre los dos períodos analizados de 0,49% a 0,45%, a pesar de que el ingreso per
capita continuó creciendo en la gran mayoría de los países. Los datos existentes con
posterioridad a este período son incompletos, pero, de igual manera confirman la gran
concentración de inversiones en los países mas grandes: 81% al incluir a Brasil, Argentina,
México y Colombia, en una muestra de 12 países, según datos del ISNAR de 1991. La nueva
perspectiva del financiamiento de la investigación, con base en las consideraciones anteriores,
implica que el porcentaje de financiamiento de la misma en relación al PIBA sería aun inferior
a las cifras de 1992 y 1993, situándose en promedio para ALC alrededor de 0.4 por ciento.

Es una realidad entonces que la región está invirtiendo menos en Investigación Agrícola y que
esta reducción es mas fuerte en el sector público, que aún representa alrededor del 70% de
los gastos totales. Lo que ha ocurrido históricamente en países mas desarrollados es que a
medida que la importancia relativa (no absoluta) de la agricultura es menor, las inversiones
en investigación y desarrollo tecnológico son superiores, como porcentaje del PIBA.
Ciertamente la región de ALC esta en contravía de esta tendencia.

En relación con la capacidad para producir resultados, medida por los recursos disponibles por
investigador, la situación es delicada. La reducción de los presupuestos, sumada a una
tendencia general de incrementar el número de investigadores, ha propiciado una caída en
la capacidad para producir resultados que se dramatiza, mas aún, al contabilizar los pocos
recursos disponibles para operación después de pagar salarios. Otra variable importante para
explicar la capacidad de producción de resultados es el índice de capacitación de los
recursos humanos dedicados a investigación. En este sentido la situación parece haber
mejorado en la región, de acuerdo con ISNAR, ya que el porcentaje de investigadores con
postgrado se incrementó de un 43 % en 1981/85 a un 57,8% en 1992/93. Sin embargo, este
efecto positivo es prácticamente atribuible a tres instituciones: EMBRAPA, INIFAP y el
INTA. Si se descuentan estos países, la situación ha empeorado en la mayoría restante, con el
agravante de que la edad promedio de los investigadores se acerca a los 50 años y los
programas de reemplazo han sido prácticamente eliminados, de nuevo con la notables
excepciones de EMBRAPA, INIFAP y el INTA.

20
De acuerdo al grado de desarrollo de la región, la meta de financiamiento de la investigación
agrícola debería estar alrededor de un 1% del PIBA, lo cual en la práctica implicaría duplicar
las inversiones en investigación.

La situación del financiamiento para la investigación cooperativa entre países y subregiones


es aún mas precaria dado que los recursos invertidos en programas tipo PROCIS
escasamente alcanzan un uno por mil de los presupuestos totales de investigación de ALC.
El presupuesto estimado de los PROCIS es aproximadamente $1.6 millones por año
considerando los aportes del IICA y los países. El surgimiento de FONTAGRO, asumiendo una
inversión anual inicial de US$ de 4.0 millones, sin contar la contrapartida nacional, representa
un salto cuantitativo importante en investigación colaborativa en ALC. Si sumamos a lo
anterior una cifra aproximada de otros $4 millones invertida en programas de investigación
regional por CONDESAN, MINGA, INIBAP y otras iniciativas similares, nos acercamos a un
total de poco menos de $10 millones. Sin embargo, esta inversión es todavía claramente
insuficiente frente a las enormes posibilidades que brinda este tipo de cooperación al
disminuir significativamente el tiempo de producción de resultados, lograr economías de
escala en la investigación y aprovechar los recursos y resultados disponibles a nivel
internacional.

Con respecto al financiamiento agregado de la región en relación a otros continentes, el


panorama es muy crítico y desfavorable para ALC. Las tasas de crecimiento de la inversión
en investigación pública agropecuaria son negativas para la región estimándose en - 1.1 entre
1971 y 1991. Comparativamente y para el mismo periodo, las tasas en Asia y Pacífico y en
Africa Subsahariana fueron positivas, 6.2 y 0.8 respectivamente ( Pardey , et al, adaptado por
Ardila). La Región está invirtiendo en investigación 10 veces menos que Australia , 7 menos
que Israel y 5 veces menos que Canadá (Trigo, 1999).

En síntesis, la inversión en investigación en la región no requiere solamente el mejorar la


eficiencia del gasto (mayor capacitación, presupuestos apropiados por tema de investigación
y prioridades mas acotadas a las demandas de la clientela) sino aumentar el volumen de
inversiones para el mantenimiento de las capacidades existentes y para atender las nuevas
demandas del complejo agroproductivo. Ejemplos concretos incluyen las frutas (tropicales y
de clima templado) hortalizas, cultivos tropicales como el café, la caña de azúcar y el
complejo aceitero: soya y girasol pero también palma africana y el ajonjolí.

21
A pesar de la situación planteada conviene recordar que en ALC la rentabilidad social y
privada de inversiones en investigación es aún muy elevada. Esta elevada rentabilidad, de
acuerdo con Siebec (1970), es un indicador de la subinversión actual. En este sentido,
estudios recientes en la región confirman esta situación de elevadas Tasas Internas de
Rentabilidad o TIRs, como se indica a continuación: en el caso del arroz la tecnología para
ALC ha sido generada a través de una alianza entre el CIAT, el IRRI y los INIAS y los
beneficios económicos derivados de la misma representan, para el período 1965-95, un flujo
anual (para productores y consumidores) equivalente a US$858 millones, descontados a una
tasa del 3% por año (Sanint y Wood, 1998). Esto significa que los beneficios económicos
derivados de la investigación en ALC en un solo cultivo, pagarían casi por completo las
inversiones totales anuales de la región en investigación agrícola, en todos los rubros! Una
situación similar se de para el caso del maíz en Centroamérica, Panamá y El Caribe (Gómez,
1999). Según este trabajo, los efectos de desborde (spillover) producidos por el programa
regional, con el apoyo del CIMMYT y los países y medidos por los cambios en el excedente
económico para 1996, representaron un total de US$71,8 millones de dólares de 1996, cifra
suficiente para cubrir 4 veces toda la inversión de investigación de Centroamérica en todos los
cultivos y especies animales en un año!

Estas cifras confirman que la agricultura, después de la Revolución Verde, ha demostrado y


aún demuestra elevadas tasas de incremento en la productividad factorial total como resultado
de la incorporación de tecnologías modernas (Timmer, 1995). Esto significa que la agricultura
puede ser, como lo ha sido en el pasado, una importante fuente no solo de crecimiento
económico, sino de buenas oportunidades de inversión para la región. Con frecuencia, según
este autor, la rentabilidad de la agricultura producto del insumo de tecnologías modernas y de
infraestructura rural, muestra beneficios económicos superiores a otras alternativas.

En el caso del Brasil (Dias y Evenson, 1994) los índices agregados de productividad total
factorial entre 1970 y 1985, presentaron los resultados mas elevados para los Cerrados,
donde se efectúa un volumen importante de la investigación por EMBRAPA. Así, las tasas
anuales de incremento en los índices de productividad factorial total alcanzaron en esta zona
un promedio de 3,07 %, frente a un promedio de 1.52% para el resto del país.

La región debería encontrar nuevas formas de invertir en investigación a medida que confirma
que la rentabilidad de las inversiones en programas selectos de cooperación son más
elevadas que la alternativa de invertir localmente. Este hecho es una razón poderosa para

22
incrementar los recursos de investigación y las inversiones en los PROCIS. En este sentido,
el FONTAGRO representa una valiosa opción, ya que está encaminada a maximizar los
retornos a inversiones de grupos de países con problemas comunes, en los cuales la solución
requiere economías de escala y el concurso de una masa crítica a menudo no disponible en
un país individual.

No puede descartarse que parte de la explicación de la disminución del financiamiento resida


en las fuertes reducciones del gasto público en países de ALC, aunque también podría caber
la hipótesis de que una selección de prioridades de investigación mas relevantes y cercanas
a las demandas del sector agroproductivo, podría resucitar el interés por el desarrollo
tecnológico. La meta es revertir el agudo proceso de subinversión, que a mediano y largo
plazo podría influir negativamente en el desarrollo agrícola de la región y en la adecuada
explotación de las ventajas comparativas en nuestro países.

6. NUEVAS OPORTUNIDADES PARA AGREGAR VALOR A LA AGRICULTURA DE ALC

El impacto de cambios en la producción, consumo y exportación de cultivos no tradicionales,


particularmente frutas y hortalizas, ha sido aludido anteriormente. Los cambios y retos que
plantean las nuevas biotecnologías, en particular el tema de bioseguridad a partir del cultivo
masivo de plantas transgénicas, han sido bien documentados por otros autores y no es
necesario retomarlo aquí.

Sin embargo otra revolución, la de los alimentos funcionales y los nutracéuticos, parece ser
un tema ignorado por la mayoría de las instituciones de investigación de ALC. Canadá,
Estados Unidos y Europa han tomado de nuevo la delantera en este campo el cual reporta
beneficios impresionantes a las sociedades de estos países.

Los alimentos funcionales (por ejemplo aquellos que posean un alto contenido de fibra o la
presencia significativa de un aminoácido esencial) y los nutracéuticos (componentes o
productos derivados de plantas y animales que tienen un efecto no solo nutricional sino
medicinal) se perfilan como una de las actividades productivas y comerciales de mayor
impacto a nivel mundial. Las razones son muy simples: la población mundial, especialmente
en los países desarrollados, envejece paulatinamente y espera y exige fuentes alternativas de
bienestar que complementen la medicina occidental tradicional. Otras razones son el precio
mas bajo de los nutracéuticos comparados con los medicamentos tradicionales, las nuevas

23
pruebas científicas que avalan la eficacia de algunos de estos productos y su mayor
disponibilidad.

A nivel mundial el mercado de alimentos funcionales y nutracéuticos se estima entre $15 y $20
billones de dólares con una proyección increíblemente acelerada de crecimiento: $500 billones
en el 2010! Solamente en los EEUU estos cultivos y productos, mas los suplementos
dietéticos y cosméticos naturales, generaron $23.4 billones en ventas al consumidor en 1997,
un aumento de 11% con respecto a 1996 y esperado de 15% en los próximos tres años. El
crecimiento del valor de los alimentos tradicionales, en comparación es solamente de 2 a 3%.
Encuestas recientes revelan que el 42% de los canadienses usan medicinas alternativas, un
aumento de 81% sobre los 5 años anteriores. Algunas de las especies con mayor demanda
son el ginseng, Hierba de San Juan o St. John's wort (Hypericum perforatum), echinacea
(Echinacea angustifolia, E. purpurea), valeriana (Valeriana officinalis) y saw palmetto
(Fitzpatrick, 1999). Una sola de estas plantas medicinales, La Hierba de San Juan, utilizada
para el tratamiento de depresión moderada, le reporta ventas de $2.5 billones a la compañía
Ely Lilly. Algunas de las áreas terapéuticas de mayor interés para estos productos son
envejecimiento, artritis, cáncer, sistema cardiovascular e inmunológico, energía física y sexual
y terapia de reemplazo hormonal (Weatherby, 1997).

De nuevo, la región de ALC con su impresionante riqueza de ambientes ecológicos y


diversidad de plantas medicinales y alimentos funcionales parece que esta dejando pasar de
lado una oportunidad única de investigación y desarrollo. Ni siquiera existe documentación
sobre las tendencias de producción y consumo en ALC. Es claro que lo que hace falta es una
serie de "antenas" al resto del mundo que identifique y sintetice nuevas tendencias y
oportunidades de mercado para la agricultura de la región.

7. ES POSIBLE CONTAR CON UN SISTEMA MAS EFICIENTE DE COOPERACION E


INTEGRACION TECNOLOGICA EN ALC?

Los arreglos institucionales para la investigación y desarrollo tecnológico deben concebirse de


manera más sistémica y con mayor conectividad entre los actores que la componen y los
roles que ellos desempeñan. Con la reciente organización del FORAGRO y del FONTAGRO
se esta completando la plataforma de un sistema de investigación regional que puede y debe
contribuir a un mejor aprovechamiento de la capacidad instalada, que evite duplicaciones,

24
promueva un mejor aprovechamiento de "spillovers" en temas estratégicos y use
eficientemente los recursos asignados. Dicho sistema se sustenta en las instituciones de
investigación ya existentes en los países de ALC mas otras que deberían incorporarse.

Al hacer un repaso sobre los componentes se identifica en primer lugar el elemento que
facilita la discusión de temas estratégicos, promueve acciones sobre la agenda regional de
investigación y desarrollo tecnológico y tiene un papel político para influenciar el
posicionamiento de la agricultura y de la ciencia y tecnología para su desarrollo sostenible y
competitivo: este es el caso del FORAGRO. Por otra parte, reconociendo la heterogeneidad
de la región y la importancia de enfrentar oportunidades y problemas comunes a dos o mas
países surge la necesidad de contar con tipos de tecnologías que puedan generarse y
financiarse multinacionalmente: este es el papel que debe jugar FONTAGRO con base en su
plan de mediano plazo y la estrategia para movilizar y asignar recursos a la investigación.
Como brazo operativo del sistema subregional o multinacional están los PROCIs y otras
redes ejecutando proyectos a través de alianzas o consorcios, figura esta última que se había
dado en la región pero no con la intensidad que ahora se proyecta con el FONTAGRO. Por
otra parte, como parte del sistema están CATIE y CARDI y los Centros Internacionales de
Investigación, estos últimos si bien tienen una proyección mundial, desarrollan una parte
importante de su agenda en la región.

Con base en las consideraciones y análisis anteriores a continuación se enuncian algunas


conclusiones como insumo de discusión para FORAGRO, FONTAGRO y la JIA. Un trabajo
complementario, cuya preparación se hará en el futuro cercano, tratará mas específicamente
sobre prioridades y oportunidades de investigación en la región considerando el nuevo
entorno regional y global.

1. La estructura de I y D regional es prolífica pero no ha podido generar el impacto y los


resultados deseados que permitan revertir la subinversión actual en este sector. Con
base en ejemplos exitosos de la región y de otras latitudes parece necesario no solo
fortalecer y ajustar las estructuras sino además plantear un cambio de mentalidad y de
estrategias. Los dos grandes ausentes en la I y D han sido el valor agregado a la
producción primaria regional y la participación activa de otros socios, particularmente
el sector privado, en el continuum de investigación y desarrollo tecnológico.

25
2. A pesar de los resultados positivos en investigación agropecuaria documentados en
las Américas, todavía hay vacíos significativos en competitividad, productividad,
equidad y protección del ambiente donde se practica la agricultura. Debe enfatizarse
que la investigación per se, sin políticas claras y adecuadas, no puede tener el impacto
deseado. La falta de esas políticas incide a menudo en infraestructura deficiente, poco
énfasis en el desarrollo de capital humano y desarrollo oportunista o mal organizado en
el sector rural.

3. El mundo ha cambiado y ALC debe posicionarse mejor, incluyendo una mayor


participación en los mercados y en la agenda internacional de investigación. Además
de las tendencias macroeconómicas y sociales a las cuales se da seguimiento
adecuado, es indispensable que ALC mantenga una serie de "antenas" al mundo para
evaluar y sintetizar nuevas oportunidades de investigación en el sector agrícola que
puedan incidir en su desarrollo. Los ejemplos de alimentos funcionales y nutracéuticos
ilustran este punto. FORAGRO, FONTAGRO, los PROCIs y los otros elementos del
sistema regional de investigación deben asumir un rol importante en la reconversión
institucional de ALC, y los dos primeros en particular, deben promover y financiar
"antenas" selectivas hacia el resto del mundo que identifiquen las nuevas tendencias,
aumenten la capacidad de negociación y posicionamiento de la región.

4. Derivado de la conclusión anterior parece oportuno que la región experimente con la


formación de conglomerados de excelencia (sector gobierno, universidades e institutos
tecnológicos, sector privado) que permitan agregar valor a la producción primaria de la
región previos estudios de factibilidad y de mercado. Conglomerados que consideren
por ejemplo café, soya, trigo, cacao, animales, nutracéuticos, frutas, hortalizas, etc. y
que logren reconocimiento internacional de marcas a través de promoción de la
imagen de la región y el desarrollo de productos novedosos, podrían poner la C y T al
mejor servicio de la sociedad. En paralelo, dentro y fuera de los conglomerados
mencionados, debe fortalecerse la investigación colaborativa entre países para lograr
masa crítica, economías de escala y aumentar la competitividad internacional.

5. Es indispensable concluir con un mensaje dual tanto de optimismo como de alarma.


Con respecto al primero la región de ALC tiene excelentes recursos humanos y
naturales, en cantidad y calidad, los cuales proveen una plataforma única para
mejorar las bases de C y T, hacer los ajustes necesarios y afrontar los retos del nuevo

26
milenio. Con respecto al segundo resulta claro y perentorio la necesidad de un cambio
de mentalidad, institucionalidad y estrategias de financiamiento regional que sirva
para enfrentar los retos de productividad, equidad y sostenibilidad, pero más
importante aun, que aproveche y genere nuevas oportunidades con base en
competitividad e innovación.

27
REFERENCIAS

Ardila, J. 1997. Cambio técnico e Inversión en Investigación Agrícola: La experiencia


Latinoamericana. IICA, Diciembre de 1.997, Costa Rica. Los datos presentados en este
trabajo no incluyen a México, pero incorporan respuestas de mas de 70 organizaciones
públicas y privadas de Investigación, incluyendo algunas Fundaciones y ONGs.

Ardila, J. 1999. Problemas Institucionales en la Investigación Agropecuaria en América Latina


y el Caribe. Presentación en la Universidad de Campinas, UNICAMP, Brasil, Mayo de 1999.

Días Avila, A. and Evenson R. 1994, Total Factor Productivity Growth in Brazilian Agriculture
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Programa Regional de Maíz, PRM. CIMMYT, San José Costa.

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Jaramillo, R. 1987. ACORBAT: Balance de dos Decenios. Memoria de la Reunión Regional de


INIBAP para ALC. Editores: R. Jaramillo y N. Mateo. CATIE/INIBAP, p. 170-78
Pardey, P, Alston, J and Roseboom J. 1997. Financing Agricultural Research: International
Investments Patterns and Policy Perspectives. Invited paper at the Conference of the
International Association or Agricultural Economist.

28
Repetto, R. y S.S. Baliga. 1996. Los Plaguicidas y el Sistema Inmunitario: Riesgos para la
Salud Pública. World Resources Institute. p. 5

Sanint, L, R y Wood, S. 1998. Impacto de la Investigación de arroz en Latinoamérica y El


Caribe durante las tres últimas décadas. Proyecto IICA/IFPRI/BID, Abril de 1.998, San José,
Costa Rica.

Scherr, S.J. 1997. 1997. Land Degradation in the Developing World: Issues and Policy Options
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Siebec, E. W et al. 1970. Strengthening Protection of intellectual Property in developing


Countries, A survey of the Literatrure. World Bank, Discussion Papers 112, 1970. Washington.
De acuerdo con estos autores, tasas elevadas de rentabilidad generalmente implican que el
país en cuestión no está asignando recursos suficientes, o no los está asignando
eficientemente, en el sentido de que sería una buena decisión reducir recursos en áreas de
baja rentabilidad, y asignarlos a áreas de actividad con rentabilidades (privadas y sociales)
mas elevadas. De igual manera, si se incrementan significativamente los recursos en estas
áreas de mayor impacto en I&D, puede esperarse una caída de las TIR a niveles "normales"
en el futuro.

Timmer, C. P. 1995. Agriculture and Economic Development revisited. In: Research in


Domestic and International Agribusiness Management. Volume 11, pages 73 - 116 . 1.995.
Trigo Eduardo, trabajo en preparación. Julio 1999. Buenos Aires.

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2020 perspective. IFPRI 2020 Brief 45. June 1997.

Weatherby, C. 1997. Nutriceuticals: the New Way? Natural Pharmacy. Vol 1, No. 7, July 1997.
p.1 & 8.

29
CONTENIDO

1. INTRODUCCION… … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … 1

2. EL ENTORNO REGIONAL Y GLOBAL… … … … … … … … … … … … … … … .. 2

3. LA INSTITUCIONALIDAD PARA LA INVESTIGACION AGROPECUARIA


EN ALC… … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … .. 4

4. EVOLUCION E IMPACTO DE LOS RESULTADOS Y MODELOS DE


INVESTIGACION AGROPECUARIA… … … … … … … … … … … … … … … … … 11

5. EL FINANCIAMIENTO DE LA INVESTIGACION AGROPECUARIA EN


ALC… … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … . 19

6. NUEVAS OPORTUNIDADES PARA AGREGAR VALOR A LA


AGRICULTURA DE ALC… … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … 23

7. ES POSIBLE CONTAR CON UN SISTEMA MAS EFICIENTE DE


COOPERACION E INTEGRACION TECNOLOGICA EN ALC?… … … … … . 25

REFERENCIAS… … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … 28

30

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