Arboloco
Arboloco
Arboloco
PAUCHE
(Montanoa quadrangularis)
El arboloco, una especie pionera de los bosques andinos de Colombia y Venezuela, debe su nombre a su
rápido crecimiento y probablemente también al efecto que las hojas secas producen sobre quien las fuma en
tabacos rústicos. Este árbol, común en sitios perturbados por derrumbes y la caída de árboles, sobresale entre
las especies propias de etapas tempranas de la sucesión vegetal por el hecho de formar madera de buena
calidad. Las varas, rectas y huecas en el centro, son muy apreciadas por su resistencia y durabilidad.
prácticamente petrificada en el interior de las paredes de bahareque (mezcla de barro y estiércol de bovino,
armada sobre tallos de bambú o madera, muy utilizada en las construcciones tradicionales de la zona andina).
El arboloco o anime, especie nativa de las zonas de bosque secundario y sucesiones iniciales de las regiones
de montaña andina tropical de Colombia y Venezuela, entre los 1.400 y 2.500 m.s.n.m. Esta es una planta
maderable que ha sido tradicionalmente utilizada por su madera dura como componente estructural en casas
como poste para el tendido de redes de electrificación o telefonía, como leña y también como cerca viva. Su
médula corchosa color crema ha sido un elemento de expresión del arte popular a través de la elaboración de
Además de lo anteriormente anotado están sus múltiples bondades ecológicas, ya sea como albergue y
promotor de la biodiversidad en zonas de alta intervención humana, participando también en la regulación del
médula procesadas, la primera como tablas, enchapes y molduras y, la segunda aprovechando sus
¿Comó es el arboloco?
Bibliografía
Anexos
INTRODUCCIÓN
Dentro del grupo de plantas que han acompañado los procesos de colonización y desarrollo
de las comunidades humanas de las cordilleras en la zona tropical se encuentra una serie
de especies que, a pesar de la variedad de servicios que prestan, han permanecido de
alguna manera olvidadas o simplemente no se les ha dado el suficiente reconocimiento; no
obstante de ser actualmente componentes de los ecosistemas que, aunque en alguna
medida han sido remplazadas por materiales sintéticos o de concreto, siguen siendo
recursos de cualidades especiales que, una vez sometidos a procesos de redescubrimiento y
recuperación cultural sumados a la investigación de nuevas posibilidades de uso, manejo y
aprovechamiento, surgen como alternativas adecuadas y sostenibles para ser incluidas en
los sistemas de producción, ofreciendo dividendos en lo social, en lo ambiental y en lo
económico.
Dentro de las posibilidades antes mencionadas surge el arboloco o anime, especie nativa de
las zonas de bosque secundario y sucesiones iniciales de las regiones de montaña andina
tropical de Colombia y Venezuela, entre los 1.400 y 2.500 m.s.n.m. Esta es una planta
maderable que ha sido tradicionalmente utilizada por su madera dura como componente
estructural en casas y construcciones campesinas. Es frecuente encontrarlo como soporte
en cercas y trinchos o tablestacados como poste para el tendido de redes de electrificación
o telefonía, como leña y también como cerca viva. Su médula corchosa color crema ha sido
un elemento de expresión del arte popular a través de la elaboración de artesanías de gran
belleza.
Además de lo anteriormente anotado están sus múltiples bondades ecológicas, ya sea como
albergue y promotor de la biodiversidad en zonas de alta intervención humana,
participando también en la regulación del ciclo del agua y en la recuperación de suelos
erosionados.
El Convenio Andrés Bello, al cual el autor expresa sus más sinceros agradecimientos, se ha
vinculado a este propósito mediante la publicación y difusión de esta Guía para el cultivo y
aprovechamiento de arboloco o anime, que corresponde a la décima cartilla que se ha
publicado de esta serie, y se complementa con un microprograma de vídeo de esta especie
y una ficha técnica para el sistema de información sobre especies vegetales promisorias de
los países del Convenio Andrés Bello (Bioflora).
El autor
¿QUÉ ES EL "ARBOLOCO"?
Produce inicialmente un solo tronco, pero rápidamente las ramas bajas laterales igualan en
diámetro y altura al tallo principal, lo que hace que la planta parezca como un grupo de
árboles muy juntos.
Los tallos pueden aprovecharse de diversas maneras, desde leña hasta construcción de
viviendas, lo mismo que como madera procesada; su médula, que tradicionalmente se ha
empleado en la elaboración de artesanías es, también, útil para la fabricación de empaques
y aislantes.
Posee también el arboloco o anime una médula corchosa que, especialmente en la zona
central de Colombia, ha sido empleada para la confección de artesanías, como bellas
estatuillas con réplicas de pájaros, plantas y frutas de la zona. Esta médula se muestra
promisoria para la elaboración de materiales sonoaislantes y termorresistentes.
En Colombia el nombre más conocido para esta planta es arboloco, lo mismo que en
algunas partes de Venezuela, aunque la denominación con que más se le conoce allí, lo
mismo que al oriente colombiano es anime, anime blanco o tara blanca; el nombre de koya
se registra al sur de Colombia.
¿CÓMO ES EL ARBOLOCO?
Si bien en un principio emite un solo tallo, al cabo de unos meses desde la parte baja del
tronco emergen varios tallos que dan la apariencia de ser varios árboles muy juntos; el
número de troncos rectos de más de ocho metros de altura que puede formarse a partir de
una misma cepa de arboloco varia de uno o dos hasta más de quince en algunos casos.
El tallo
Los tallos tiernos del arboloco, de las plantas jóvenes o de las partes terminales de las
ramas presentan cuatro ángulos, poseen unas pequeñas glándulas con excrecencia algo
pegajosa y moderada pubescencia ferrugínea, son bastante elásticos y flexibles; a medida
que se consolida el tronco, se tornan redondos y glabros, de color café brillante, para luego
tomar una coloración gris parda con numerosas lenticelas, y la superficie de la corteza se
desprende en pequeñas cascarillas.
En las plantas jóvenes y vástagos recientes casi la totalidad del diámetro lo constituye la
médula de consistencia similar al corcho, mientras que el cilindro cortical, bastante duro,
apenas alcanza unos pocos milímetros.Una vez termina de formarse esta médula, lo cual
ocurre alrededor de los 10 meses de edad del tallo o del vástago, el desarrollo del cilindro
cortical se hace más activo, para constituir luego la dura madera del arboloco.
El tronco maduro puede tener desde una médula muy pequeña hasta casi la mitad de su
diámetro constituido por ésta, ello depende de la edad, de la formación genética de la
población y de las condiciones ambientales.
Un mismo individuo puede emitir simultáneamente más de un tronco recto y vertical, con
diámetros que pueden superar los 25 centímetros, aunque el promedio, en general, se sitúa
alrededor de los 18 centímetros.
Las hojas
Las hojas son variables en forma y tamaño, desde ovadas hasta pentagonales y desde
totalmente lampiñas hasta densamente glandulares y pubescentes, con pelos de 0.5 a 1
milímetro de longitud; tal variación al parecer obedece a diversos factores como la edad o
la posición de la hoja, la edad de la planta, la condición genética de la población o, incluso,
el hábitat donde se encuentra.El pecíolo puede medir entre 1 y 50 centímetros de largo;
algunas veces es cuadrangular, otras redondo o acanalado, puede presentar o no alas y
aurículas, el limbo foliar varía entre 4 y 50 centímetros de largo, lo mismo que de ancho,
con márgenes que pueden ser enteras 0 aserradas y el ápice agudo o acuminado, con uno
a tres lóbulos.
Las flores
Como una característica general de todas las plantas de la familia del arboloco las flores
están dispuestas sobre una cabezuela o disco convexo llamado capitulo; sobre éste se
ubican hacia el centro las flores hermafroditas, que son tubulares y de color amarillo, y
alrededor de las anteriores se encuentran las flores liguladas blancas que, si bien son
sexualmente neutras, cumplen la importante función de atraer a los polinizadores.
La floración tiene una duración de uno a tres meses, se presenta a partir del mes de
septiembre, aunque es frecuente observar algunos individuos con floración poco profusa en
época intermedia.
Los frutos
El fruto del arboloco, llamado aquenio, está conformado por una pequeña semilla parecida a
un girasol, pero cuyo tamaño no supera los 2.5 milímetros de longitud y 1.5 de ancho, de
color castaño oscuro, con pequeños dientes en los bordes.
El arboloco es un habitante natural de las zonas entre 1.500 y 2.500 metros sobre el nivel
del mar de los Andes tropicales, especialmente las cordilleras Central y la Oriental de
Colombia, y en la región andina de Venezuela.
constituye en constructor dei ecosistema, ya que la dispersión de las semillas por el viento
y su condición de adaptarse a libre exposición solar desde los estados iniciales de su
crecimiento le permiten desarrollarse en áreas altamente disturbadas donde muchas veces
se ha eliminado la capa orgánica del suelo, o en lotes de cultivo abandonados.
Rara vez se encuentra solo, y si esto ocurre, se debe a que el hombre lo ha plantado como
cerca viva o ha eliminado los demás componentes de la población original, aunque al cabo
de un tiempo en esos lugares se observará el surgimiento de nuevos individuos de la
misma especie.
Las mayores poblaciones naturales de la especie que nos ocupa se han encontrado hacia el
centro de Colombia, especialmente en los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío,
Cundinamarca y Santander.
En los primeros estadios del desarrollo de las sucesiones vegetales aparece el arboloco
asociado a otras especies arbóreas que, como él, son eminentemente heliófilas y
colonizadoras, entre ellas se cuentan los yarumos (Cecropía spp.), guacamayos o
sangregados (Croton spp.), camargo (Verbesina arbórea), encenillos ( Weinmannia spp.) y
guamos (Inga spp.).
Una vez la semilla germina transcurren de 2 a 3 meses para que las plántalas alcancen una
altura cercana a 0.5 metros, y al cabo de un año superan los tres metros de altura, su
porte máximo lo logran al cabo de 2 a 3 años. Antes de alcanzar la altura máxima se activa
el crecimiento de los tallos laterales que, al igual que el primero, se desarrollan en forma
vertical.
La vida de la planta no termina con el envejecimiento y muerte del primer tallo central,
algunos de los brotes laterales alcanzan alturas y diámetros iguales 0 superiores al primero,
lo que permite que ya sea cultivado o por extracción a partir de poblaciones naturales se
puedan obtener varios troncos maduros y a su vez, se puedan retirar brotes laterales para
el empleo de la médula.
A lo largo de su vida el arboloco aporta una elevada cantidad de materia orgánica, gracias
al abundante follaje que cae de él, de igual manera crea en forma rápida la sombra y las
condiciones de humedad necesarias para el desarrollo de una copiosa flora herbácea y
arbustiva que paulatinamente se asocia, ya sea porque se estimula la germinación del
banco de semillas del suelo o porque éstas van llegando progresivamente traídas por el
viento o por los animales que van también encontrando un nuevo hogar. Finalmente, se
constituye el hábitat necesario para ei crecimiento de otras especies arbóreas para las
cuales es necesaria la luz difusa durante los primeros estados de desarrollo.
Sirve el arboloco de sostén también de numerosas especies epífitas como cardos y quiches
del grupo de las Bromeliceae ( Tillandsia spp., Bromelia spp., Guzmania spp.), numerosas
orquídeas, trepadoras, bejucos y enredaderas, como los ñames (Dioscorea spp.),
atacorrales (Smilax spp.), Passifloraceae (Passiflora spp.) batatilla (Ipamoea spp.,
Convolvulus spp.), tripa de perro (Phyladendron spp.), entre muchos otros, además de
helechos y musgos.
Propagación
Se puede reproducir por semillas y por estacas, aunque este último sistema resulta menos
eficiente en cuanto al número de plantas obtenidas y, además, debe tenerse en cuenta el
no generar una alta homogeneidad genética en el cultivo, especialmente si se está en su
área de distribución natural o centro de origen, pues es allí donde ha evolucionado su
mayor número de enemigos naturales, lo que hace necesario el preservar la variabilidad
genética que asegure una amplia capacidad de respuesta a las diferentes presiones
ambientales; as' mismo, la multiplicación sexual asegura la continuidad del flujo genético
entre los individuos y el mantenimiento de la variabilidad.
La semilla no se debe separar de la cabezuela floral, sino que se colecta toda la estructura,
para luego exponerla al aire y a la sombra por tres o cuatro días. Una vez secas las semillas
toman un color café claro.
Es necesario verificar que la colecta tenga una buena cantidad de semillas, puesto que a
veces se pueden reunir muchos restos de flores viejas, ya que pasan varios días después
que las semillas han sido liberadas al viento y las antiguas inflorescencias comienzan a
descomponerse pegadas aún a la planta
Madre. Para ello, se abren algunas cabezuelas y con la ayuda de una lupa se verifica la
presencia de semilla.
Colectar un material que todavía tenga un color brillante en las estructuras asegura la
presencia de una buena cantidad de semilla.
El sustrato para el semillero puede elaborarse con partes iguales de tierra negra y arena,
algunas veces se acostumbra adicionar materia orgánica. Este semillero puede elaborarse a
nivel del suelo o levantado en camas, ello depende de las características particulares de
cada lugar donde se piense establecer.
Una vez elaborada la cama de siembra se distribuyen sobre ella las semillas y no se tapan,
sino que la aplicación de agua es suficiente para que las plántalas comiencen a emerger
luego de tres a seis días; es recomendable la protección del semillero con algo de sombra
suave, ello evitará la desecación y muerte de las plantitas.
El periodo de duración del estado de almáciga varia entre tres y diez semanas, durante este
lapso las plantas deben regarse con frecuencia, es aconsejable dejar las bolsas en un lugar
poco sombreado, pues desde pequeño el arboloco aprovecha bastante bien la radiación
solar.
Para la siembra por estaca se cortan secciones de tallo, leñosas o semileñosas, del tercio
medio de las ramas, con diámetro entre 2 y 4 centímetros y longitud entre 20 y 40
centímetros, estas se entierran directamente en las bolsas de almáciga, cuidando siempre
de mantener la polaridad; es decir, que se conserve la dirección normal en que crecen las
ramas. Las condiciones de cuidado y manejo de los materiales propagados por estaca son
similares a las plantas transplantadas.La propagación vegetativa presenta varias
desventajas:
Menor anclaje de las plantas, pues como sucede con la mayoría de las especies propagadas
vegetativamente, el desarrollo radicular es pobre, así como que es menor la duración de la
vida de la planta.
Por ser ésta una especie pionera y de vocación conservacionista es necesario que las
siembras y cultivos posean una alta variabilidad genética, lo cual se pone en peligro con la
propagación vegetativa, por cuanto no se presenta recombinación sexual y puede llegar un
momento en que las poblaciones sean tan uniformes genéticamente que respondan
homogéneamente a las presiones ambientales de cualquier tipo; ello significa que si un
individuo de esa población procedente de propagación vegetativa resulta enfermo o
afectado por cualquier elemento del ambiente todos los miembros de la misma población se
comportarán de igual manera, mientras que si privilegiamos la recombinación genética
siempre habrá mayores posibilidades para responder favorablemente a cualquier problema
que se presente.
Trasplante
Al cabo de dos o tres meses y medio de permanencia en la bolsa, cuando las plantas han
alcanzado unos 20 a 40 centímetros de altura, se deben llevar a su lugar definitivo; para
ello, el arboloco no es demasiado exigente en preparación de suelos, tampoco lo es en
cuanto a abonamiento, aunque responde bien a la aplicación de materia orgánica.
La siembra se realiza con una distribución tal que se asegure una mínima erosión, también
esta distribución debe estar de acuerdo con la asociación de otras especies animales o
vegetales, ya sea que se introduzca ganado, en un sistema silva-pastoril, o se asocie con
cultivos como lulo o naranjilla (Solanum quitoense), en sistemas agroforestales o, que se
aproveche su sombrío y nutrientes para establecer otras especies arbóreas de lento
crecimiento y con necesidades de sombrío en los estados juveniles, por ejemplo, roble
(Quercus humboldtii), cedro negro (Juglans neotropica), cedro rosado (Cedrella spp.),
laureles (Nectandra spp, Ocotea spp, Beilchmiedia spp), entre muchas otras posibilidades.
Manejo
Si se desea pueden realizarse podas, ello debe permitir el desarrollo de unos pocos tallos
gruesos, en lugar de muchos delgados, aunque esto también depende de las características
genéticas propias de cada material.
La poda consiste en la eliminación de brotes laterales, estos se cortan con machete a una
altura de 10 a 15 centímetros y pueden utilizarse para la extracción de la médula o
simplemente dejarlos secar para ser usados como leña, también, dado que algunos
alcanzan un grosor apreciable, pueden dejarse secar y emplearse para la confección de
cercas.
Cosecha
Después de tres y medio a cuatro años se pueden cosechar los primeros troncos que han
alcanzado entre 15 y 25 centímetros de diámetro, su corteza es de color grisáceo y de la
superficie se desprenden pequeñas cascarillas.
El corte se hace en bisel a unos 30 centímetros de altura para obtener troncos entre 6 y 12
metros de largo, una vez eliminadas las ramas y las hojas.
Dependiendo del uso que se le ha de dar el tronco cortado debe procesarse rápidamente,
ya sea rajarlo para cercos, cortarlo para postes y horcones o acondicionarlo para vigas;
debe transportarse rápidamente para la elaboración de pisos, enchapes, tablillas y
molduras.
Un año después del primer corte pueden obtenerse otros troncos a partir de la misma
planta madre, los cuales deben tratarse de igual manera que el primero.
El arboloco continúa produciendo tallos a partir de la misma cepa, lo que hace que no sean
necesarias resiembras para continuar con la explotación; y contribuye a un sistema
sostenible de aprovechamiento.
El arboloco cumple una importante función ecológica como formador del ecosistema por ser
uno de los primeros componentes que surgen en ambientes altamente intervenidos; es uno
de los miembros arbóreos de la comunidad vegetal de media montaña andina que en
condiciones de sucesión inicial interviene, en mayor medida, en el ciclo de los nutrientes y
en el del agua y del carbono. Construye, además, el hábitat del que numerosas especies se
sirven de él para proliferar.
La madera de su tronco.
La médula de su tronco.
Medicina popular.
La madera
Los troncos tanto enteros como partidos (rajados) se emplean como horcones, postes o
estantillos en la construcción de cercas, corrales y alambrados, ya sea alrededor de lotes de
cultivo o de pastoreo, como tutor de especies de crecimiento voluble como la curuba
(Passiflora mollissima), la granadilla (Passiflora ligularis), la badea (Passiflora
quadrangularis), la mora (Rubus glaucus) y varias especies de legumbres, entre otras.
Estas formas de empleo aprovechan su alta dureza y durabilidad, pues como dicen algunos
agricultores: se vuelve pétreo con el paso del tiempo y es tan fuerte que no le entra el
clavo ni el comején, por esta misma característica el mayor uso es como tronco redondo o
rajado, puesto que como se afirma popularmente una vez seco no se deja aserrar y
solamente se raja. En las casas y construcciones campesinas se combina con guadua,
dejando el arboloco para los lugares donde se concentra el mayor peso y resistencia de la
estructura.
Estos mismos autores al procesar la madera obtuvieron tablillas de excelente textura, color
y dureza, recomendándolas para pisos, baldosas, enchapes y molduras, superior a maderas
generalmente usadas para tal fin en la región como el algarrobo (Hymenaea courbaril) y el
chanul (Humiriastrum procerum.), o el sajo (Campnosperma panamensis), además, su fácil
maquinado cuando se trabaja poco después de cortado ofrece otros productos como el
triplex o chapas decorativas. Se sugiere que dado su fácil laboreo y alta producción de
biomasa maderable puede emplearse en la confección de tableros y aglomerados, que
permitiría un aprovechamiento total de la madera cosechada.
La médula
Contrastando con la dureza de la madera la médula del arboloco posee una consistencia
similar al corcho, a las espumas y aglomerados sintéticos, gracias a su color claro, bajo
peso y facilidad de manejo.
Una vez cortados estos retoños, con una longitud entre 1 y 5 metros y diámetro entre 8 y
15 centímetros se les retira la corteza, que no supera generalmente los 5 milímetros de
espesor, y se dejan secar a la sombra por algunos días.
Si lográsemos sustituir con esta médula al menos una parte de la elevada cantidad de
espumas y aglomerados sintéticos, especialmente en empaques, estaríamos contribuyendo
a liberar a nuestro medio de uno de los más fuertes contaminantes.
Ese gusto particular del arboloco por vivir en zonas altamente intervenidas y en alrededores
de los bosques secundarios nos da una primera referencia sobre su vocación como planta
adecuada para el manejo de zonas con alto grado de erosión
Gracias a que la planta desde muy temprano emite raíces laterales gruesas que le aseguran
un fuerte anclaje y una profusa invasión del perfil del suelo y a que, además,
posteriormente desarrolla raíces fúlcreas (zancos) que incrementan el amarre del suelo se
constituye en un estabilizador de las laderas y en un eficaz agente antierosivo.
Es el arboloco una planta pionera, con bajos requerimientos nutricionales, que logra
sobrevivir y desarrollarse en lugares donde no existe o es muy escasa la capa orgánica y
generalmente se presenta alta exposición solar. En esos lugares en los que logra
establecerse se constituye en un buen aportante de materia orgánica, que paulatinamente
va enriqueciendo el suelo.
Esta planta, que además de ser capaz de desarrollarse en zonas despejado con suelos
empobrecidos posee una buena capacidad de regeneración natural en esas áreas. Por su
abundante desarrollo radicular se constituye en una eficiente esponja reguladora del
movimiento del agua en el perfil del suelo de la ladera, lo que se suma a la acumulación de
humedad tanto en su tronco, especialmente en la médula, como en la medida que va
incrementándose la materia orgánica en forma de hojarasca, de mantillo o de suelo.
Su hábitat natural, ubicado entre los 1.500 y 3.000 metros sobre el nivel del mar es, a su
vez, una zona clave para la producción, regulación y conservación de las aguas.
Su rápido crecimiento hace que en igual forma construya el hábitat propicio para que otras
especies con mayores requerimientos de sombra o materia orgánica puedan proliferar,
contribuyendo así en forma clara a la recuperación de la biodiversidad.
Por lo descrito antes el arboloco ofrece otra alternativa para el aprovechamiento, pues
puede sembrarse y aprovecharse su sombra estableciendo otras especies como el lulo
(Solanum quitoense), que la requieren para lograr adecuado crecimiento y producción, o
como muchas plantas maderables tropicales de lento crecimiento, que en sus estados
juveniles necesitan sombrío para contar con adecuadas condiciones de desarrollo.
Medicina popular
Por otra parte, el humo, producto de la combustión de la médula se emplea por algunas
personas en la misma región como una alternativa contra la sinusitis. En otras regiones se
registra el uso del cocimiento de las hojas en baños externos para el tratamiento del bocio
o coto.
BIBLlOGRAFÍA
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Montanoa:
The forest and flora of British Honduras. Field Mus. Nat. Hist. Bot. Ser 12: 1 -432.
TAMIREZ-GOYENA, M.
ANEXO
Aniba
spp.Laurel
Beilchmiedia
spp.Laurel
Bromelia
spp.Cardo o Quinche
Campnosperma panamensisSajo
Cecropia
spp.Yarumo
Cedrella
spp.Cedro Rosado
Convolvulus
spp.Batatilla
Croton
spp.Guacamayo, sangregado
Dioscorea
spp. Ñame
Guzmania
spp.Cardo o Quinche
Helianthus annuusGirasol
Humiriastrum procerumChanul
Hymenaea courbarilAlgarrobo
Inga
spp.Guamo
Ipomoea
spp.Batatilla
Nectandra
spp.Laurel
Ocotea
spp.Laurel
Passiflora mollissimaBadea
Passiflora
spp.Curuba
Phylodendrom
spp.Tripa de perro
Quercus humboldtiiRoble
Smilax
spp.Atacorral
Tillandsia
spp.Cardo o quinche
Verbesina arboreaCamargo
Weinmannia
spp.Encenillo
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