Transacción Mutuo Disenso e Inejecucion de Las Obligaciones

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“AÑO DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANÍA NACIONAL”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA ESCUELA


PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA

TRANSACCION MUTUO DISENSO E INEJECUCION DE LAS OBLIGACIONES

INTEGRANTES

AICACHA SANTIBAÑEZ JOSEPH RAFAEL (NO TRABAJÓ)

GRECIA YURASI WILLISS ROMAN

QUISPE YAYA JOSE ORESTES

REGALADO CADILLO YADYRA KATY

RUJEL TEJADA KAREN MELISSA

TAVARA MARIÑAS JACLIN MARIANELLA

VILLARREAL SAAVEDRA FABIO JUNIOR

2022
INDICE

INTRODUCCION ............................................................................................................ 1
TRANSACCION MUTUO DISENSO E INEJECUCION DE LAS OBLIGACIONES 3
LA TRANSACCIÓN .................................................................................................... 3
CONCEPTO ................................................................................................................. 3
CARACTERÍSTICAS .................................................................................................. 4
ASUNTO DUDOSO O LITIGIOSO ............................................................................ 5
CONCESIONES RECÍPROCAS ................................................................................. 7
CAPACIDAD PARA TRANSIGIR ............................................................................. 7
LA NECESIDAD DE QUE LA TRANSACCIÓN CONTENGA RENUNCIA
EXPRESA DE CUALQUIER ACCIÓN FUTURA ..................................................... 8
FORMALIDAD DE LA TRANSACCIÓN .................................................................. 9
DERECHOS SOBRE LOS QUE SE PUEDE TRANSIGIR ...................................... 10
TRANSACCIÓN SOBRE RESPONSABILIDAD CIVIL PROVENIENTE DE
DELITO ...................................................................................................................... 11
TRANSACCIÓN EFECTUADAPOR REPRESENTANTES LEGALES DE
AUSENTES O INCAPACES ..................................................................................... 11
TRANSACCIÓN SOBRE NULIDAD O ANULABILIDAD. EFECTOS ................ 12
SUPUESTOS EN LOS CUAL ES LA CUESTIÓN SOBRE LA QUE SE TRANSIGE
ES, PRECISAMENTE, LA NULIDAD O ANULABILIDAD DEL ACTO. ... 13
INDIVISIBILIDAD DE LA TRANSACCIÓN. EFECTOS ..................................... 14
SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS A TRAVÉS DE LA SUERTE.
APLICACIÓN A ESTE SUPUESTO DE LAS NORMAS DE
TRANSACCIÓN ........................................................................................................ 15
MANERAS DE EJECUTAR LA TRANSACCIÓN JUDICIAL Y
EXTRAJUDI CIAL .................................................................................................... 16
MUTUO DISENSO ........................................................................................................ 17
CONCEPTO ............................................................................................................... 17
ÁMBITO DE APLICACIÓN DEL MUTUO DISENSO DENTRO DE LOS ACTOS
JURÍDICOS. ............................................................................................................... 18
INEJECUCION DE LAS OBLIGACIONES ................................................................. 20
DEFINICIÓN DE LAS OBLIGACIONES ................................................................ 20
INIMPUTABILIDAD POR DILIGENCIA ORDINARIA (Articulo 1314) .............. 21
Noción de La Diligencia Ordinaria. ........................................................................ 21
CASO FORTUITO O FUERZA MAYOR (Articulo 1315) ....................................... 21
EXTINCION DE OBLIGACION POR CAUSA NO IMPUTABLE AL DEUDOR
(Articulo1316)............................................................................................................. 22
DAÑOS Y PERJUICIOS POR EJECUCION NO IMPUTABLE (Articulo 1317). .. 23
DOLO (1318). ......................................................................................................... 24
CULPA INEXCUSABLE (Articulo 1319). ................................................................ 25
CULPA LEVE (Articulo 1320). ................................................................................. 25
INDEMNIZACION POR DOLO; CULPA LEVE E INEXCUSABLE (Articulo 1321)
..................................................................................................................................... 26
INDEMNIZACION POR DAÑO MORAL (Articulo 1322) ..................................... 27
INCUMPLIMIENTO DE PAGO EN CUOTA (Articulo 1323) ................................ 27
INCUMPLIENTO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR SUMA DE DINERO
(Articulo 1324)............................................................................................................ 28
RESPONSABILIDAD EN OBLIGACIONES EJECUTADAS POR
TERCEROS (Articulo 1325) ...................................................................................... 29
DOLO O CULPA DEL ACREEDOR (ARTICULO 1326) ....................................... 29
DAÑOS EVITABLES POR EL ACREEDOR (Articulo 1327) ................................ 30
NULIDAD DE ESTIPULACIONES (Articulo 1328) ................................................ 30
PRESUNCION DE CULPA LEVE DEL DEUDOR (Articulo 1329) ................ 31
PRUEBA DE DOLO Y CULPA INEXCUSABLE (Articulo 1330)......................... 31
PRUEBA DE DAÑOS Y PERJUICIOS (Articulo 1331).......................................... 32
VALORACION DEL RESARCIMIENTO (Articulo 1332) ...................................... 32
CONCLUSIONES .......................................................................................................... 33
REFERENCIAS ............................................................................................................. 35
INTRODUCCION

Conforme a lo establecido en el reglamento de investigación de la ULADECH

CATOLICA VERSION N°16, utilizando el CÓDIGO DE ÉTICA, el presente trabajo

fue realizado aplicando los valores y principios del derecho para desarrollar el tema de

la “Inejecución de las Obligaciones”.

En este trabajo que se ha elaborado se propone en general conocer con mayor grado

de certeza y análisis sobre mutuo disenso, transacción y sus características de Asuntos

Dudosos o Litigiosos, asimismo el acuerdo debe versar sobre la forma de extinción

de un conflicto, ya sea que este se encuentre fuera del ámbito judicial asunto

dudoso o forma parte de un asunto judicial asunto litigioso.

La Existencia de Concesiones Recíprocas, debe quedar claro que no se exige la

existencia de concesiones equivalentes sino concesiones reciprocas.

En efecto, la mayor o menor concesión que efectúa una parte respecto de la otra en

una transacción estará directamente relacionada con el interés que tenga esa parte en

concluir la transacción o, en la mayoría de los casos, con su buena capacidad de

negociación, la ley, entonces, exige reciprocidad no equivalencia en las concesiones.

Por otra parte también se estudiará la inejecución de obligaciones sobre las causas y

consecuencias, porque una obligación no se cumple, ya sea por imposibilidad de la

prestación o por causas imputables al deudor. La inejecución de obligaciones es todo

caso de incumplimiento de la obligación, sea cual fuere su causa determínate, esto es

todo supuesto de no cumplimiento de la prestación debida en los términos pactados.

Autores mencionan que:

1
En el campo jurídico, el término de obligaciones se pueden expresar realidades

diferentes, pero en un sentido más restringido se le menciona como un deber de

personas individualizadas en el momento de pago, concepto que comprende tanto las

llamadas obligaciones institucionales del derecho de familia, como los que no son: la

obligación se caracteriza por su “relatividad y su patrimonialidad”.

Las obligaciones nacen para ser cumplidas, para satisfacer el interés del acreedor

mediante la realización de lo prometido por el deudor. Sin embargo, es posible que el

deudor no cumpla con la prestación debida o la cumpla en forma parcial, tardía o

defectuosa, (cumplimiento inexacto). Cuando esto se verifica nos enfrentamos ante un

supuesto de insatisfacción del interés del acreedor (total o parcial).

2
TRANSACCION MUTUO DISENSO E INEJECUCION DE LAS

OBLIGACIONES

LA TRANSACCIÓN

CONCEPTO

La Real Academia Española define a la transacción como «acción y efecto de

transigir y por extensión, «trato, convenio, negocio». (RAE)

Transigir, se define como; consentir en parte con lo que no se cree justo, razonable o

verdadero, a fin de llegar a un ajuste o concordia, evitar algún mal, o por mero espíritu

de condescendencia. También como; ajustar algún punto dudoso o litigioso,

conviniendo las partes voluntariamente en algún medio que componga y parta la

diferencia de la disputa.

En su acepción cotidiana, la palabra transacción se emplea para designar toda clase

de convenciones. Se transige diariamente, en muchos ámbitos; por ejemplo, se habla en

este sentido de las transacciones de la Bolsa, de transacciones financieras, de la

industria o del comercio, etc. Pero en su sentido jurídico, si bien en cuanto al fondo hay

identidad en la definición, la palabra transacción tiene un alcance bastante más

restringido, puesto que lo enfoca a un acto jurídico cuya finalidad es resolver mediante

concesiones recíprocas, un asunto dudoso o litigioso.

Nuestro Código Civil define esta figura en su artículo 1302:

Artículo 1302.- Por la transacción las partes, haciéndose

concesiones recíprocas, deciden sobre algún asunto dudoso o

litigioso, evitando el pleito que podría promoverse o finalizando

el que está iniciado.

3
Con las concesiones recíprocas, también se pueden crear,

regular, modificar o extinguir relaciones diversas de aquellas

que han constituido objeto de controversia entre las partes.

La transacción tiene valor de cosa juzgada.

Como se desprende de la lectura de la norma transcrita, nuestro ordenamiento

jurídico adopta un concepto restringido de transacción, pues cuando utiliza este

término se refiere a un medio extintivo de obligaciones y no lo emplea en su acepción

más amplia, esto es, como un negocio o acuerdo entre las partes.

CARACTERÍSTICAS

La transacción, como acto jurídico que es, debe reunir condiciones legales, algunas

de las cuales son comunes a cualquier acto jurídico, pero otras como la relación jurídica

y las concesiones mutuas le son específicas. Respecto a estas dos características

particulares de la transacción, debemos destacar que constituye en el eje sustancial y no

meramente formal de la figura. La esencia de la transacción reside en una relación

jurídica incierta y controvertida, susceptible de derivar en litigio o ya latente en el

terreno judicial, la misma que las partes deciden llevar a término en forma definitiva; de

esta manera, encausan su voluntad a esa finalidad a través de concesiones recíprocas.

Esta última característica, a saber, la voluntad de prevenir o terminar un litigio judicial,

traducida en concesiones recíprocas, distingue a la transacción, no solamente de los

demás modos de extinción de obligaciones, sino de los otros contratos, aparte de todas

las otras formas de conclusión de una controversia, como son, por ejemplo, la sentencia

judicial, el allanamiento, el desistimiento de la demanda, el reconocimiento de títulos y

hasta el advenimiento o conciliación.

4
ASUNTO DUDOSO O LITIGIOSO

Debemos advertir, en primer lugar, que la transacción no es la solución de cualquier

problema, sino la solución de un asunto que debe tener carácter dudoso o litigioso.

Dudoso es aquello que ofrece duda, que tiene duda, que es poco probable, que es

inseguro o eventual. Duda es la suspensión o indeterminación del ánimo entre dos

juicios o dos decisiones, o bien acerca de un hecho o una noticia. También es una

cuestión que se propone para ventilarla a resolverla. Por último, dudar es estar el ánimo

perplejo y suspenso entre resoluciones y juicios contradictorios, sin decidirse por unos o

por otros.

En realidad, la definición de un asunto dudoso es sencilla. Un asunto resulta dudoso

cuando es susceptible de más de una interpretación que lleve a soluciones jurídicas

distintas y por lo cual podría suscitarse una controversia judicial o extrajudicial. Por

tanto, el que un asunto sea dudoso no es obstáculo para que sea litigioso, ya que puede

revestir ambas características.

Basta, en consecuencia, que el asunto sea dudoso, sin que sea necesariamente

litigioso. De mantenerse la duda, no es difícil que devengue en un asunto litigioso. En

efecto, puesto que la transacción puede recaer sobre derechos y obligaciones

meramente dudosos, no hace falta que haya pleito pendiente, sino que se dé el elemento

de incertidumbre en la relación jurídica entre las partes. Entonces las partes, si así

libremente lo desean, pueden prevenir el eventual litigio por medio de la transacción.

Sin embargo, cabe precisar que para que se produzca una transacción no

necesariamente tendremos que estar frente a un asunto estrictamente dudoso. Podría

ocurrir que nos encontremos ante un asunto de meridiana claridad, en el cual se precisen

con nitidez los derechos y obligaciones que surgen para cada parte, y que incluso estas

5
últimas tengan la certeza de lo que consiste aquello a lo que se han obligado. Aquí,

como se puede apreciar, entramos a la esfera de lo litigioso.

Para que se considere litigioso un asunto basta el hecho de una eventual negativa de

una de las partes a cumplir con la ejecución de la prestación a la que se ha obligado, por

más pueriles que sean sus argumentos o aun careciendo de ellos. Lo litigioso puede

consistir simplemente en la apreciación o negativa del supuesto deudor. Creemos que

aquí el término dudoso se confunde con litigioso, ya que al primero habría que

combinarlo con la expresión que le sigue en el artículo 1312 del Código: evitando el

pleito que podría promoverse. Dentro de un raciocinio lógico, si el deudor, aunque

claramente tenga esta condición rehusase efectuar el pago, el acreedor tendría que

demandarlo judicialmente y entonces estaríamos ante un asunto estrictamente litigioso

(por más clara que fuere la posición del acreedor, que sería susceptible de transacción,

en virtud de la expresión que utiliza el artículo 1302: … finalizando el pleito que está

iniciado.

También podría ocurrir, debido a las más diversas razones, como por ejemplo un

sorpresivo estado de insolvencia del deudor, que las partes se pusiesen de acuerdo para

transigir respecto de una determinada obligación, concluyendo en una situación diversa

de la originalmente pactada. En esto podría haber una gran arbitrariedad por parte del

deudor, pero cómo evitaríamos tal arbitrariedad y el subsiguiente litigio y en un litigio

insistimos, por más claro que él sea, siempre procede celebrar una transacción. Por

ello las palabras duda y litigio, para efectos de la transacción, están íntimamente

vinculadas

6
CONCESIONES RECÍPROCAS

La segunda de las características esenciales de la transacción la cual también se

encuentra establecida en el artículo 1302, es la presencia de concesiones recíprocas.

Esta situación significa que necesariamente las partes que la celebran deben ceder en

algo respecto de sus posiciones de origen, para finalmente llegar a un acuerdo por el que

ellas, si bien no satisficieron sus expectativas originales, sí lograron un convenio

cercano a dichas posiciones. Decimos que debe ser cercano, pues es precisamente esta

cercanía la que les habrá permitido ceder en algo y todavía encontrarse satisfechas con

lo acordado.

La valoración de las concesiones es realizada por las propias partes. Por otro lado, la

ley no exige que las concesiones mutuas sean de igual valor; la exigencia en una

transacción es que haya concesiones recíprocas, no siendo relevante el que una de las

partes transija (o ceda) más o menos que la otra. Basta que cada una lo haga voluntaria y

espontáneamente, con la finalidad de dar por terminado el conflicto y evitar el litigio

que podría promoverse o terminar el ya iniciado. En ese sentido, la transacción no

necesariamente va a recaer en un punto medio, equidistante de las posiciones de origen

de las partes. En estricto y en definitiva, lo importante no es que ella recaiga en un

punto medio, sino que ella recaiga en un punto intermedio acordado por las partes.

CAPACIDAD PARA TRANSIGIR

Ciertamente sólo puede transigir quien puede disponer de los objetos de la

transacción. Entonces, la persona con plena capacidad sobre los bienes

comprendidos en la transacción es quien puede realizar los actos de disposición

correspondientes. Esta capacidad se traduce en aptitud para desprenderse, gravar, limitar

o modificar los derechos comprendidos en la transacción. Ya hemos manifestado que la

transacción es un acto complejo y por ello hemos señalado que comprende concesiones

7
recíprocas de diversa y variada índole en cada una de las cuales puede haber un

desprendimiento, una renuncia, o una limitación a un derecho, por lo que se deberá

analizar la capacidad en función del acto en sí mismo, así como en torno a los bienes

que abarca la transacción respecto a los cuales se harán concesiones, es decir,

enajenaciones. Entonces, la capacidad de disposición de los bienes comprendidos en la

transacción se refiere a cada uno de ellos en forma individual y autónoma, siendo nula

la transacción si una de las partes no podía disponer de alguno de dichos bienes

LA NECESIDAD DE QUE LA TRANSACCIÓN CONTENGA RENUNCIA

EXPRESA DE CUALQUIER ACCIÓN FUTURA

El artículo 1303 del Código Civil nuevamente deja en claro la relevancia del

elemento reciprocidad en esta figura extintiva. Ambas partes se hacen concesiones

recíprocas y renuncian a cualquier acción sobre el objeto de la transacción. Se trata de

una renuncia recíproca, esencial para la existencia de la transacción. Ambas partes

deben perder algo y ganar algo con la pérdida de la otra y, por último, ambas renuncian

expresamente a accionar en contra de la otra respecto al punto materia de la

transacción. La onerosidad y bilateralidad sinalagma se encuentran presentes como

elemento eje de este acto.

El texto del referido artículo es el siguiente:

Artículo 1303.- “La transacción debe contener la renuncia de

las partes a cualquier acción que tenga una contra otra sobre el

objeto de dicha transacción”.

Ahora bien, el sentido del artículo bajo comentario resulta evidente, tomando como

punto de partida la finalidad de la transacción, su razón de ser, la misma que consiste en

no reabrir el asunto que dejó de ser controvertido, dudoso o litigioso o terminar el

8
pleito judicial en curso o evitar iniciar uno. La eficiencia y practicidad, que

constituyen las ventajas de la transacción, giran alrededor de esta economía en términos

de tiempo, recursos e incertidumbre. Tales beneficios se tornarían estériles si la

transacción no tuviera la calidad de definitiva, es decir, si pudiera iniciarse, reiniciarse o

proseguir un proceso judicial sobre el mismo tema, al cual las propias partes

encontraron solución y convinieron en ella.

FORMALIDAD DE LA TRANSACCIÓN

De acuerdo con su formación, los contratos pueden ser consensuales, formales o

reales.

La transacción es un contrato formal, ya que la ley le impone una forma, bajo

sanción de nulidad (ad solemnitatem). De esta manera, en el artículo 1304 del Código

Civil Peruano se dispone lo siguiente:

Artículo 1304.- «La transacción debe hacerse por escrito, bajo

sanción de nulidad, o por petición al juez que conoce del litigio».

Es requisito indispensable para su formación o celebración el que se haga por

escrito, en el caso de transacción extrajudicial o por petición al juez (evidentemente

también por escrito) en el caso de la transacción judicial. Esto no obsta, naturalmente,

para que, existiendo juicio, las partes puedan transigir por convenio privado y

cualquiera de ellas presente un ejemplar del mismo en el litigio, con lo que concluiría el

proceso.

Resulta interesante observar cómo el criterio de formalidad o solemnidad para este

acto tiene diverso tratamiento, en función al tipo de obligación que se contraiga por

medio de las concesiones recíprocas.

9
Al examinar la solución adoptada por el Código Civil de 1984, es claro que,

habiendo considerado la existencia previa de un contrato o relación jurídica

obligacional, además de un conflicto respecto de algún punto interno de ésta, sumado a

los actos de disposición que implican las concesiones recíprocas y al carácter de cosa

juzgada de la transacción, el legislador de 1984 llegó a la conclusión de que era

indispensable otorgar seguridad plena a las partes, exigiendo una formalidad ad

solemnitatem.

DERECHOS SOBRE LOS QUE SE PUEDE TRANSIGIR

El artículo 1305 del Código Civil Peruano de 1984 prescribe que únicamente los

derechos patrimoniales pueden ser objeto de transacción:

Artículo 1305.- «Sólo los derechos patrimoniales pueden ser

objeto de transacción».

El sentido de esta disposición es claro: los derechos extrapatrimoniales, esto es, los

derechos inherentes a la persona, no son susceptibles de renuncia por las partes. En este

punto la doctrina no tiene resquicios de discrepancia, admitiendo como materia de

transacción a todos los derechos dudosos o litigiosos que, siendo de interés privado y

estando en el comercio, sean susceptibles de disposición y renuncia por los particulares.

Sabemos que los derechos extrapatrimoniales no pueden formar parte del contrato,

encontrándose fuera del comercio de los hombres, por lo que se infiere claramente

que no pueden ser objeto de transacción. Y ello porque la transacción, siendo un medio

para la extinción de las obligaciones, es básicamente un mecanismo contractual.

10
TRANSACCIÓN SOBRE RESPONSABILIDAD CIVIL PROVENIENTE DE

DELITO

En la mayoría de delitos, ocurrirá que de ellos se derive cierta responsabilidad civil,

ya sea titular de ésta el Estado o algún particular. El artículo 1306 del Código Civil

señala claramente que sobre esta materia sí cabe transigir:

Artículo 1306.- «Se puede transigir sobre la responsabilidad

civil que provenga de delito».

El Estado no considera de interés público la responsabilidad civil derivada de actos

delictuales. En este aspecto los particulares tienen la más amplia libertad para

concertar una transacción.

Resulta evidente, por lo demás, que, si cabe transigir acerca de la responsabilidad

civil proveniente de delito o falta, con mayor razón será posible transigir sobre la

responsabilidad civil proveniente de cualquier acto ilícito que no llegue a revestir tal

carácter en el ámbito del Derecho Penal, como sería el caso de las faltas.

TRANSACCIÓN EFECTUADAPOR REPRESENTANTES LEGALES DE

AUSENTES O INCAPACES

El artículo 1307 del Código Civil Peruano regula la transacción celebrada por los

representantes de ausentes o incapaces:

Artículo 1307.- «Los representantes de ausentes o incapaces

pueden transigir con aprobación del juez, quien para este efecto

oirá al Ministerio Público y al consejo de familia cuando lo haya

y lo estime conveniente».

La norma regula supuestos especiales, ya que los ausentes e incapaces requieren

la máxima protección por parte del ordenamiento jurídico. Puesto que la transacción

11
supone concesiones, las cuales pueden consistir en verdaderas renuncias o disminución

de derechos, resulta indispensable cautelar el interés de los ausentes e incapaces,

mediante la exigencia imperativa de que sus representantes legales obtengan la

aprobación del Juez, quien por su parte debe oír previamente al Ministerio Público y al

consejo de familia (si lo hubiere).

Así, en el caso de los ausentes, son de aplicación los artículos 52 y 56 del Código

Civil, que establecen que quienes hubiesen obtenido la posesión temporal de los bienes

de los ausentes no pueden gravarlos ni menos aún enajenarlos, salvo casos de necesidad,

en la medida de lo indispensable y previa autorización judicial.

En cuanto a los incapaces, se entiende que dentro del término «incapaces» el artículo

1307 comprende tanto a los incapaces absolutos como a los relativos, ya que no cuentan

con capacidad de ejercicio plena y ambos, por disposición del propio Código, deben

tener representantes.

TRANSACCIÓN SOBRE NULIDAD O ANULABILIDAD. EFECTOS

Podría ocurrir que la obligación sobre la cual se transija fuera nula o anulable. Estos

casos se encuentran previstos por el artículo 1308 del Código Civil:

Artículo 1308.- «Si la obligación dudosa o litigiosa fuera nula,

la transacción adolecerá de nulidad. Si fuera anulable y las partes,

conociendo el vicio, la celebran, tiene validez la transacción».

Al analizar la norma contenida en el artículo 1308 resulta necesario distinguir la

nulidad de la anulabilidad en las transacciones.

La nulidad, como bien sabemos, tiene lugar de pleno derecho, independientemente

de la voluntad de las partes. En caso de anulabilidad, la nulidad existe potencialmente

(el acto tiene una «validez actual», pero una «invalidez pendiente»); sólo se requiere,

12
conforme al artículo 222 del Código Civil de 1984, que el magistrado la compruebe y la

declare.

Una vez pronunciada la sentencia que declara la nulidad, ya no es posible transigir,

porque la transacción se refiere a la acción que pueden intentar las partes respecto de

una obligación o un asunto que existe, y la nulidad lo ha eliminado: ya no existe. No se

puede transigir sobre lo que ya no existe. Por ello la transacción es también nula.

Entonces están excluidas de la transacción las obligaciones que adolezcan de nulidad

absoluta y las obligaciones anulables que han sido judicialmente declaradas nulas.

SUPUESTOS EN LOS CUAL ES LA CUESTIÓN SOBRE LA QUE SE

TRANSIGE ES, PRECISAMENTE, LA NULIDAD O ANULABILIDAD

DEL ACTO.

Al tratar acerca del artículo 1308 hemos precisado las consecuencias que tendría una

transacción celebrada sobre actos nulos o anulables. Ahora corresponde, en primer

lugar, aclarar que no debemos confundir la transacción celebrada sobre actos nulos o

anulables, con la transacción sobre la nulidad o anulabilidad de dichos actos, que es el

Supuesto del numeral 1309 del Código Civil Peruano:

Artículo 1309.- «Si la cuestión dudosa o litigiosa versara sobre

la nulidad o anulabilidad de la obligación, y las partes así lo

manifestaran expresamente, la transacción será válida».

En efecto, el artículo 1309 legisla los casos en que la materia central de la

transacción sea zanjar las diferencias existentes entre las partes sobre si el acto

originario era nulo, o sobre si el acto originario era anulable. De no adoptarse este

criterio, sería imposible transigir respecto a actos jurídicos cuya nulidad o validez se

discute. Creemos que se podría esbozar una interpretación en el sentido de que, en el

13
caso de los actos nulos de pleno derecho, la transacción sobre dicha nulidad no sería

válida, a pesar de lo expresado por nuestra norma positiva. La nulidad absoluta quiere

decir que el acto jamás se celebró, por lo que no cabría transigir sobre algo que no

existe. En cualquier caso, las partes podrían intentar celebrar otro acto nuevo que no

adolezca de nulidad.

Por ultimo consideramos que la transacción sería indiscutiblemente válida cuando

hubiese versado sobre la anulabilidad del acto o título. Sobre este tema parecen

innecesarios comentarios adicionales, pues lo anulable es susceptible de confirmarse.

INDIVISIBILIDAD DE LA TRANSACCIÓN. EFECTOS

Constituye regla general en el Derecho Peruano, respecto al tema de la divisibilidad

o indivisibilidad de las nulidades en un acto jurídico, lo prescrito por el artículo 224 del

Código Civil: La nulidad de una o más de las disposiciones de un acto jurídico no

perjudica a las otras, siempre que sean separables. La nulidad de disposiciones

singulares no importa la nulidad del acto cuando éstas sean sustituidas por normas

imperativas. La nulidad de la obligación principal conlleva la de las obligaciones

accesorias, pero la nulidad de éstas no origina la de la obligación principal.

Como puede observarse de la lectura del primer párrafo del artículo transcrito, ese

precepto está enmarcado dentro del espíritu general del Código Civil de 1984, en el

sentido de optar, en esa hipótesis, por la conservación de los actos jurídicos o contratos

celebrados, en lugar de sancionarlos con la nulidad o pérdida de eficacia. El artículo

1310 del Código Civil Peruano, relativo a la transacción, constituye la excepción a la

regla del artículo 224:

14
Artículo 1310.- «La transacción es indivisible y si alguna de

sus estipulaciones fuese nula o se anulase, queda sin efecto, salvo

pacto en contrario.

En tal caso, se restablecen las garantías otorgadas por las partes, pero no las

prestadas por terceros. Existen motivos que justifican lo dispuesto en la norma bajo

comentario.

Si la transacción se anulase, el acto dudoso o litigioso permanecería inalterado y la

situación de controversia continuaría presente. Es respecto del acto controvertido

cuya transacción es nula o anulable que se restablecen las garantías otorgadas por las

partes. Sin embargo, la ley no concede tratamiento similar a las garantías prestadas

por terceros, las mismas que no se restablecen, ya que lo contrario equivaldría a

someter a esas personas a una permanente inestabilidad jurídica.

SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS A TRAVÉS DE LA SUERTE.

APLICACIÓN A ESTE SUPUESTO DE LAS NORMAS DE

TRANSACCIÓN

Conforme a lo dispuesto por el artículo 1311 del Código Civil, cuando las partes se

sirven de la suerte para dirimir cuestiones, ello produce los efectos de la transacción y

le son aplicables las reglas del respectivo Título del Código Civil:

Artículo 1311.- Cuando las partes se sirven de la suerte para

dirimir cuestiones, ello produce los efectos de la transacción y le

son aplicables las reglas de este título.

De esta manera, conforme a lo previsto en la norma citada, podría darse el caso de

una transacción en la cual las partes no lleguen al acuerdo transaccional como fruto de

una negociación que implica un ceder voluntario y recíproco en cuanto a las

15
pretensiones de origen. Aquí las concesiones recíprocas estarían sometidas a opciones

que la suerte o el azar dirimirán.

Puede ocurrir, en efecto, que las partes tengan más de una alternativa de solución al

conflicto y no lleguen a ponerse de acuerdo en cuanto a la decisión de cuál es la más

beneficiosa. En este caso, la suerte puede jugar un papel decisivo. Este tipo de

transacción implica concesiones recíprocas, mas no en su sentido estricto, pero no deja

de ser transacción, en la medida en que existe de por medio la concesión de ambas

partes, así como el acuerdo de recurrir al mecanismo de la suerte para solucionar sus

conflictos, fruto, este último, que podría entenderse como una recíproca concesión. Ello,

en tanto al aceptar que la controversia sea resuelta mediante la suerte, las partes asumen

a priorizar la posibilidad de que resulte victoriosa fruto del azar la posición de la

contraria.

MANERAS DE EJECUTAR LA TRANSACCIÓN JUDICIAL Y

EXTRAJUDI CIAL

La última de las normas en las que se regula la transacción en el Código Civil de

1984, esto es, la contenida en el artículo 1312, se refiere a la forma en que aquélla se

ejecuta:

Artículo 1312.- «La transacción judicial se ejecuta de la misma

manera que la sentencia y la extrajudicial, en la vía ejecutiva».

El artículo 1312 del Código Civil Peruano abarca también a los supuestos en que

existan derechos dudosos, pero no sometidos a debate judicial. La finalidad d, al igual

que en la transacción judicial, es agilizar la ejecución de la transacción. Por ello, a fin de

asegurar su eficaz cumplimiento, el legislador le atribuyó carácter de título que apareja

ejecución, además de la fuerza obligatoria que el ordenamiento jurídico confiere a

16
todo contrato. Luego de entrar en vigor el Código Procesal Civil que hoy nos rige, desde

el 28 de julio de 1993, el tema de la ejecución de la transacción extrajudicial, así como

el de la transacción judicial han pasado a tener regulación expresa en el referido cuerpo

normativo, quedando derogadas las normas que, al respecto, recogía el Código de

Procedimientos Civiles de 1912. Conviene señalar que los procesos de ejecución se

encuentran normados en los artículos 688 y siguientes del Código Procesal Civil.

MUTUO DISENSO

CONCEPTO

El mutuo disenso, también denominado resciliación (resciliación en Francia), es un

modo de extinción de las obligaciones que, por sus características particulares,

resulta uno de los pilares en que se fundamenta la base de nuestro sistema, es decir, el

libre ejercicio de la autonomía privada.

En efecto, así como el contrato privado celebrado libremente entre dos partes cuyas

únicas restricciones o limitaciones se encuentran en la frontera de los derechos de los

terceros y las normas que interesan a la moral, al orden público y a las buenas

costumbres constituye la consagración del postulado de la autonomía de la voluntad

privada, la misma que incluye la libertad de contratar y la libertad contractual, el mutuo

disenso es la coronación de esta libertad, ya que es el acuerdo de los mismos

contratantes para dejar sin efecto el contrato que los liga. Sólo las propias partes que por

medio del contrato crearon una relación jurídica obligacional pueden decidir y llevar a

la práctica tal decisión ponerle fin, extinguirla; la misma voluntad que tuvo la facultad

de crear el vínculo es la que puede resolverlo.

Es, pues, en mérito a la autonomía de la voluntad privada, como eje de nuestro

sistema de Derecho, que el legislador delega en los particulares la potestad de crear,

17
organizar y deshacer la mayor parte de sus relaciones mediante actos jurídicos,

particularmente las relaciones de contenido económico o patrimonial.

El mutuo disenso es un medio extintivo obligacional que proviene de un

consentimiento prestado de manera opuesta o contraria al primigenio. Se trata, entonces,

de un contrato cuyo contenido es justamente lo inverso a la constitución del vínculo

obligatorio, con el cual se elimina, en virtud de la voluntad de ambas partes, el acuerdo

anterior. De esta forma las partes, que como requisito deben tener la libre disposición de

sus bienes, convienen en dejar sin efecto un contrato previo. Por esta razón ya que lo

consideran innecesario, no todos los Códigos Civiles lo regulan, pues, basándose en la

libre autonomía de la voluntad, la persona, en función de la satisfacción de sus

necesidades, o de su interés jurídico, es libre tanto para generar vínculos jurídicos, como

para hacer surgir obligaciones contractuales y extinguirlas.

ÁMBITO DE APLICACIÓN DEL MUTUO DISENSO DENTRO DE LOS

ACTOS JURÍDICOS.

El artículo 1313 del Código Civil peruano de 1984 define el mutuo disenso como el

acuerdo de las partes para dejar sin efecto el acto jurídico que han celebrado

anteriormente:

Artículo 1313.- Por el mutuo disenso las partes que han

celebrado un acto jurídico acuerdan dejarlo sin efecto. Si

perjudica el derecho de tercero se tiene por no efectuado.

A pesar de la amplitud de la definición del Código, según la cual se permite resolver

un acto jurídico preexistente, el mutuo disenso no es un modo genérico de extinguir

obligaciones (como es el caso del pago, la condonación, la consolidación, etc.,

18
mediante los cuales también se pueden extinguir obligaciones extracontractuales), ya

que su ámbito está limitado a extinguir obligaciones derivadas de los contratos.

En primer lugar, constituye requisito básico para un mutuo disenso, que

previamente las partes hayan celebrado un contrato cuyas prestaciones aún no estén

cumplidas, al menos en su totalidad, pues no se puede extinguir ni lo que aún no existe

ni lo que ya no existe.

En relación al grado de ejecución de las prestaciones contractuales y el mutuo

disenso, debe tenerse en cuenta que el único requisito será el que ambas partes que han

celebrado el contrato tengan prestaciones cuyo cumplimiento se encuentre todavía

pendiente, no importando el grado de ejecución que haya revestido dicho cumplimiento,

siempre y cuando el mismo no haya sido total. Este contrato debe ser de prestaciones

recíprocas y debe encontrarse en estado de perfección, es decir, debe tener existencia y

ser susceptible de producir efectos jurídicos. El mutuo disenso no opera en relaciones

obligacionales en las que sólo una de las partes se encuentra obligada con la otra, pues

aquí la extinción por acuerdo de partes de dicha obligación sería una condonación. Sólo

es posible que se configure el mutuo disenso cuando se ha perfeccionado un contrato

bilateral. Asimismo, este instituto importa un consentimiento en sentido contrario al ya

formado. Y siendo el contrato una especie del género (acto jurídico) en que debe

existir como elemento sustancial el consentimiento (además de sujeto capaz, objeto

lícito y forma establecida o no prohibida por la ley), se infiere sin lugar a dudas que el

mutuo disenso sólo puede convenirse dentro de un contrato y no en cualquier acto

jurídico.

El mutuo disenso, como sabemos, se sustenta en el ejercicio de la autonomía de la

voluntad y es el resultado del acuerdo basado en la recíproca conveniencia de las partes

de la relación obligacional de no dar curso ulterior al contrato, es decir, de eliminarlo.


19
Por ello es que el mutuo disenso es un contrato por el que se resuelve el contrato

existente, cuya causal el mutuo interés de las partes para dejarlo sin efecto) es

sobreviniente a su celebración artículo 1371. Debemos destacar que el mutuo disenso

podrá ser calificado como una resolución convencional únicamente cuando nos

encontremos dentro del ámbito de los contratos. Ello será así dentro del Derecho

peruano, por razones de evidente sistemática, en la medida en que la resolución es

una figura que está contemplada únicamente para dejar sin efecto los contratos, más

no los otros actos jurídicos plurilaterales que no tengan carácter contractual. Dentro de

tal orden de ideas, solamente se podría decir que el mutuo disenso es equivalente a la

resolución en el ámbito contractual.

INEJECUCION DE LAS OBLIGACIONES

DEFINICIÓN DE LAS OBLIGACIONES

La obligación es entendida como aquel vínculo de carácter jurídico a través del cual

una parte denominada deudora y otra parte denominada acreedora se encuentran

relacionadas, la primera destinada a cumplir con una prestación el cual es el llamado

“objeto de obligación” y la segunda que es quien recibe la prestación u objeto de

obligación.

Situación jurídica concreta de cooperación concreta entre el deudor que se obliga a

cumplir una prestación patrimonial a favor del acreedor, la misma que estaría dirigida a

la satisfacción de un interés que puede ser patrimonial o no patrimonial; así mismo, el

concepto de relación jurídica bajo esta óptica será entendida como vinculación

intersubjetiva concreta de cooperación. (Torres, A. 2014)

20
INIMPUTABILIDAD POR DILIGENCIA ORDINARIA (Articulo 1314)

El art. 1314 de nuestro CC. Señala que: “Quien actúa con la diligencia ordinaria

requerida, no es imputable por la Inejecución de la Obligación o por sus

cumplimiento parcial, tardío o defectuoso”. Cuando el Incumplimiento o el

cumplimiento inexacto no sea el resultado de una “Falta de Diligencia” el deudor es

exonerado por la ley de responsabilidad. Implica que pese al esfuerzo (ordinario)

realizado por el deudor no ha podido lograr la satisfacción de su acreedor. De tal forma

que la ausencia de la culpa exonera de la responsabilidad, ya sea para el caso de

Inejecución de la obligación o por su cumplimiento Inexacto o irregular. Ello puede

deberse a múltiples causas, tales como el caso fortuito y la fuerza mayor, la falta de

colaboración del propio acreedor, etc.

Noción de La Diligencia Ordinaria. Es aquel comportamiento del deudor que

consiste en usar “todos los cuidados y las cautelas que- habida consideración a la

naturaleza de la determinada relación obligatoria y a cada circunstancia- lo pongan

en condiciones de poder cumplir (Messineo). Actuar diligentemente desde el ángulo

del deudor, implica lo que normalmente se puede pretender que este haga para lograr la

satisfacción del acreedor.

CASO FORTUITO O FUERZA MAYOR (Articulo 1315)

El art. 1315 del CC. Señala: “Caso fortuito o fuerza mayor es la causa no imputable,

consistente en un evento extraordinario, imprevisible e irresistible, que impide la

ejecución de la obligación o determine su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso”.

En general se considera que el Caso fortuito está dado por eventos naturales (granizada,

terremoto, sequía, etc.), mientras que la fuerza mayor se debe a hechos ajenos, ya

sea de terceros (estado de guerra, choque ferroviario, naufragio de naves) o actos

21
atribuibles a la autoridad (expropiación, requisición, poner el bien fuera del comercio,

poner fuera del curso una especie monetaria). El caso Fortuito está referido a los

accidentes naturales (hechos de Dios) y la Fuerza mayor se encuentra referida a los

actos de terceros o del gobierno o autoridad (hechos de príncipe).

Colin y Capitant, (1923) señalan que en el caso fortuito La Imposibilidad Relativa de

Cumplimiento, la que ha podido impedir la acción del deudor considerado como un

Bonus Pater Familias, con una voluntad mejor armada hubiera podido triunfar. La

fuerza mayor será la imposibilidad absoluta procedente de un obstáculo Irresistible,

Imprevisto e Imprevisible.

Esto está conforme con la equidad, pues no se puede exigir del deudor más que lo

que un hombre inteligente del término medio es capaz de dar. Las consecuencias del

caso fortuito o de la fuerza mayor son las mismas. En ambos casos hay ausencia de

culpa por cuanto ambos eventos son independientes de la voluntad del deudor. La causa

no imputable debe concebirse en sentido negativo, o sea, como la circunstancia genérica

impeditiva cuya paternidad no puede hacerse remontar a la voluntad o conciencia del

deudor y cuya presencia basta para exonerarlo, el caso fortuito o fuerza mayor es un

hecho positivo que en determinadas circunstancias se exige para la Exoneración.

EXTINCION DE OBLIGACION POR CAUSA NO IMPUTABLE AL

DEUDOR (Articulo1316)

La Obligación quedara extinguida si la prestación no se ejecuta por causa no

imputable al deudor. Si la causa que impide la ejecución de la prestación fuese

temporal, mientras la misma perdure, el deudor no será responsable por el retardo en su

cumplimiento, más aún, que la obligación quedará extinguida si la causa que impide la

ejecución perdura hasta el momento en que con relación al título de la obligación, a la

22
naturaleza de la propia prestación, el deudor no puede ser considerado Obligado a

ejecutarla, o al acreedor ya no tenga interés en su cumplimiento o deje de serle útil.

Asimismo se extingue la obligación que solamente es susceptible de ejecutarse

parcialmente y por esa razón dejare de ser útil para el acreedor o, en todo caso, si el

acreedor no tuviese un justificado interés en su ejecución parcial. En caso contrario, el

deudor queda obligado a ejecutarla, con reducción de la contraprestación si la hubiere.

“el deudor incurre en culpa y por consiguiente es responsable del perjuicio causado

al acreedor, desde el momento en que la obligación no ha sido cumplida por Obra Suya.

Por el contrario, el deudor no incurre en culpa y está libre de toda responsabilidad

cuando el incumplimiento de la obligación es imputable a una Causa que le es Extraño”.

(Colin y Capitant, 1924)

DAÑOS Y PERJUICIOS POR EJECUCION NO IMPUTABLE (Articulo

1317).

Si la consecuencia de la imposibilidad sobreviviente de la prestación por causa no

imputable al deudor es la extinción de la obligación, el deudor tampoco responde por

los daños que hubiera ocasionado su incumplimiento. Tampoco responde por los daños

y perjuicios que hubiera ocasionado al acreedor el cumplimiento parcial, tardío o

defectuoso. Art. 1317 del CC. Se permite así, que el título de la obligación pueda prever

la responsabilidad a pesar de la no imputabilidad, basándose para ello en el principio de

la libertad de las convenciones en tanto que no comprometan el orden público.

En cierta forma el deudor al pactar así estaría actuando como asegurador, libraría

al acreedor de los riesgos inherentes a la inejecución aunque este fuese

consecuencia de causas no imputables al deudor. Este precepto es de carácter

excepcional, debe constar en forma clara para que no ofrezca dudas.

23
Ferrero Costa R. (2004) manifiesta que el resarcimiento tiene como propósito el

colocar al acreedor en la misma situación como si la obligación hubiese sido cumplida,

lo cual comprende tanto el resarcimiento del daño patrimonial (daño emergente y lucro

cesante) como el daño extramatrimonial (daño moral) en cuanto sean consecuencia

inmediata y directa de la ejecución.

Los daños y perjuicios constituyen obligación del deudor, cuando cae en

responsabilidad por el incumplimiento de sus obligaciones convencionales.

DOLO (1318). El artículo 1318 define el dolo. Dolo es la intención de no cumplir,

aunque al proceder así el deudor no desee causar un daño. El dolo existe cuando el

deudor tiene la voluntad de no cumplir su obligación, ya sea con el propósito de

causar un daño al acreedor o no. Y esto lo diferencia de la culpa, sea que se trate de

culpa inexcusable o de culpa leve, según Osterling; Es pues un incumplimiento

intencional.

Según Giorgi, es una voluntad dirigida a un fin no necesariamente para producir

daños al acreedor, sino ventajas para quien incurre en él.

El dolo se manifiesta como:

• Acción: Forma propia de las obligaciones de no hacer.

• Omisión: Se aplica, generalmente, a las obligaciones de dar y hacer.

La intención es elemento subjetivo, difícil de precisar. Puede darse el caso, por

ejemplo, de que exista negligencia con una dosis de intención. Por ello el código señala

igual responsabilidad para los casos en que el sujeto proceda con dolo o con culpa

inexcusable, señala Osterling.

Para Messineo, el dolo es perverso propósito, mala fe objetiva de no cumplir.

24
En el dolo siempre hay mala fe, al paso que la culpa se configura por la negligencia y

la ausencia de mala fe.

CULPA INEXCUSABLE (Articulo 1319).

Incurre en culpa inexcusable quien por negligencia grave no ejecuta la obligación.

Esta culpa inexcusable es justamente la negligencia (culpa lata dolo aequiparatur)

que linda con el dolo; por la gravedad que ella reviste; y al ser los límites entre el dolo y

la culpa inexcusable con frecuencia borrosos, se atribuye iguales consecuencias

jurídicas a quien actúe de cualquiera de estas dos maneras, según Osterling.

Para Messineo consiste en la omisión del grado mínimo de diligencia. El Código

Civil de 1852 calificaba la culpa lata (inexcusable) como “la acción u omisión

perjudicial a otro, en que se incurre por ignorancia, impericia o negligencia, pero sin

propósito de dañar”

Santos Briz, indica que es la conducción voluntaria contraria al deber de prevenir las

consecuencias previsibles del hecho propio. No prestar la diligencia que se debe prestar,

ocasionando el incumplimiento de la obligación.

CULPA LEVE (Articulo 1320).

Se presenta cuando el obligado omite aquella diligencia ordinaria exigida por la

naturaleza de la obligación y que corresponda a las circunstancias de las personas, del

tiempo y del lugar.

Desde el derecho romano se considera que la Culpa Lata consistía en la omisión de

aquellas precauciones o diligencias que están al alcance de los hombres menos cautos,

la leve consistía en la omisión de las precauciones o diligencias que un Buen Padre de

familia toma ordinariamente en sus negocios. Y La levísima por los descuidos en que

caen los hombres extraordinariamente cuidadosos.

25
En la culpa leve, a diferencia del dolo, no hay intención de no cumplir ni mala fe de

parte del deudor. Se distingue de la Culpa Inexcusable en que en esta existe negligencia,

mientras que en la leve solamente falta la diligencia.

La calificación de la culpa corresponderá en última instancia al Juez, la culpa debe

ser verificada teniendo en consideración las cuestiones de hecho. La apreciación en

abstracto del comportamiento del “buen padre de familia” o la de comerciante Honesto

y Leal no es posible.

Lo que deberá juzgarse en cada caso será la conducta de determinado deudor ante un

evento específico.

INDEMNIZACION POR DOLO; CULPA LEVE E INEXCUSABLE (Articulo

1321)

El resarcimiento o indemnización debe comprender todos los daños perjuicios que

sean consecuencia inmediata y directa del incumplimiento, sean daños y perjuicios

previstos o no previstos. O sea que para ser completo el resarcimiento debe comprender

todo eso, a fin de colocar al acreedor en la misma situación jurídica en que se

encontraría di la obligación hubiese sido cumplida. Por ello tiene derecho a exigir el

resarcimiento del daño emergente y el lucro cesante.

Daño Emergente. Es el empobrecimiento del patrimonio del acreedor. Las pérdidas

que sufre el acreedor como consecuencia de la inejecución de la obligación, o de su

cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, corresponden al daño emergente.

Lucro Cesante. Corresponde al legítimo enriquecimiento que se frustró, es el

correspondiente a las ganancias que deja de percibir el acreedor por el incumplimiento o

el cumplimiento inexacto. Las utilidades que deja de percibir, por iguales motivos,

corresponden al lucro cesante.

26
INDEMNIZACION POR DAÑO MORAL (Articulo 1322)

El daño moral es el daño no patrimonial que afecta a los derechos de la persona o sus

valores y pertenecen más a su mundo afectivo que a su circunstancia económica. El

daño moral recae sobre bienes inmateriales. Lesiona derechos de la personalidad y, de

acuerdo con el art. 1322 del CC., es susceptible de resarcimiento. Este daño irroga un

perjuicio sobre facultades de la personalidad o sentimientos legítimos, ocasionando un

daño material.

Según Larenz: Daño material es el daño patrimonial que puede originarse

directamente en forma de privación, destrucción, menoscabo o deterioro de un bien

patrimonial. Ej. En forma de pérdida de adquisiciones o ganancias o de causación de

gastos necesarios originados por el daño. Daño Inmaterial o Ideal, es el daño directo que

alguien sufre en un bien de la vida- como la salud, el bienestar corporal, la libertad,

el Honor, que no puede ser valorado con bienes patrimoniales.

Según Osterling, Daño Moral es el daño no patrimonial. Es el inferido en derechos

de la personalidad o en valores que pertenecen más al campo de la afectividad que al de

la realidad económica. Son, en cuanto a la naturaleza del derecho vulnerado, aquellos

que recaen sobre bienes inmateriales, tales como los que lesionan los derechos de la

personalidad; y también sobre los que recaen sobre bienes inmateriales, pero

independientemente del daño moral, originan un daño material. Y en cuanto a sus

efectos, son susceptibles de producir una pérdida pecuniaria, o son morales ¨strictu

sensu¨, cuando el daño se refiere a lo estrictamente espiritual.

INCUMPLIMIENTO DE PAGO EN CUOTA (Articulo 1323)

Cuando el pago debe efectuarse en cuotas periódicas, el incumplimiento de tres

cuotas, sucesivas o no, concede al acreedor el derecho de exigir al deudor el inmediato

27
pago del saldo, dándose por vencidas las cuotas que estuviesen pendientes, salvo pacto

en contrario.

Según OSTERLING. En este caso la falta de pago dará lugar al vencimiento

automático de las demás cuotas, cuya cancelación podrá exigir el acreedor. La norma

admite pacto en contrario.

Según Ferrero Costa. La regla resulta útil y práctica a fin de que el acreedor no tenga

que esperar hasta el vencimiento de todas las cuotas para poder exigir el pago del saldo

pendiente.

INCUMPLIENTO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR SUMA DE

DINERO (Articulo 1324)

En este caso, estas devengan el interés legal que fija el Banco central de reserva del

Perú desde el día en que el deudor incurra en mora, sin necesidad de que el acreedor

pruebe haber sufrido daño alguno. El art. 1324 del CC. Agrega que si antes de incurrir

en mora el deudor se debían intereses mayores, estos continuarán devengándose después

del día de la mora, pero en calidad de intereses moratorios.

El banco también fija un límite a la tasa de interés moratorio. Admite que la

indemnización puede ser superior al interés legal que fija BCR o a los intereses mayores

que se debían antes de la mora. Lo acepta en el caso que se hubiera pactado sobre el

resarcimiento del daño ulterior y el acreedor demostrara que ha sufrido tal daño

En esta eventualidad tendrá derecho a una indemnización adicional, probando que ha

sufrido un daño mayor que el compensable por los intereses. En puridad, en las

obligaciones pecuniarias el daño emergente consiste en el pago de la cantidad de

dinero objeto de la prestación. El lucro incesante en el importe de los intereses

correspondientes a la cantidad debida.

28
RESPONSABILIDAD EN OBLIGACIONES EJECUTADAS POR

TERCEROS (Articulo 1325)

Si en el cumplimiento de la obligación del deudor se vale de terceras personas, el art.

1325 del CC. Señala que deberá responder por los hechos dolosos o culposos en

que estas incurran, salvo estipulación en contrario.

Es frecuente que el deudor recurra a un tercero para cumplir con la Obligación, más

aun en la actualidad que para la ejecución de ciertos contratos se requiere de una distinta

gama de especialidades que exigen la subcontratación de terceros, en cuyo caso el

obligado responderá por los hechos de dichos terceros.

Según Osterling. Esto se da sobre todo en contratos que exigen una amplia gama de

especialidades y por tanto requieren la subcontratación de terceros.

Lorenz, comenta que el deudor responde en todo caso únicamente por la culpa de las

personas por él empleadas en el cumplimiento de la obligación, en el más amplio

sentido, pero la culpa del personal auxiliar ha de radicar en el cumplimiento de las

obligaciones y no ha de tener lugar solo ocasionalmente con motivo de una actividad

que esté en relación con ella. Ej. El pintor responde por tanto de la rotura de una

luna del cliente producida por su empleado al manejar sin precaución la escalera, y no

responde si dicho empleado comete un robo aprovechando la ocasión de hallarse solo en

la vivienda del cliente., ya que el robo no es una acción que consiste precisamente en

la omisión de especial deber contractual.

DOLO O CULPA DEL ACREEDOR (ARTICULO 1326)

 Se refiere a los hechos dolosos o culposos del acreedor que hubiesen

concurrido a ocasionar el daño.

29
 La inejecución de la obligación puede también obedecer a culpa del

acreedor; a culpa exclusiva de éste, o a culpa del acreedor concurrente con la del

deudor.

1. Aquí tiene efecto liberatorio y origina la inimputabilidad del deudor.

2. Si el hecho doloso o culposo del acreedor ha concurrido a ocasionar el

daño (hipótesis más compleja) la entidad del resarcimiento se reduce en

proporción a la gravedad de tal hecho y a las consecuencias que se hayan

derivado del mismo. La responsabilidad es compartida entre el acreedor y el

deudo, hay una situación intermedia entre el daño inimputable y el daño

debido por entero o culpa del deudor. Se le llama concurso de culpas. Donde

cada sujeto responde en proporción al grado de su culpa eficiente. También es

ejemplo de lo que se denomina compensación de culpas, en el cual no se hace

referencia, naturalmente a la compensación en sentido estricto.

DAÑOS EVITABLES POR EL ACREEDOR (Articulo 1327)

El Art. 1327 dispone que el deudor no debe resarcimiento por aquellos daños en que

el acreedor hubiere podido evitar utilizando una diligencia ordinaria. Se entiende que

esta regla se refiere a los daños posteriores al incumplimiento y ocurren como

consecuencia de una acción que el acreedor pudo evitar y no lo hizo.

NULIDAD DE ESTIPULACIONES (Articulo 1328)

La norma admite que el acreedor puede renunciar, antes de la época señalada para el

cumplimiento de la obligación, a hacer efectiva la responsabilidad en que incurra el

deudor por inejecución bajo culpa leve. Pero sanciona la nulidad estas cláusulas

cuando por ellas se trata de restringir o exonerar de responsabilidad al deudor que

incumple la obligación por dolo o por culpa inexcusable. Es una regla similar al artículo

1986 de responsabilidad extracontractual o delictual.

30
Equiparar la culpa inexcusable al dolo, es perfectamente válido.

 Según Mazeaud, la asimilación de la culpa grave al dolo tiene por

finalidad evitar “que el malvado se haga pasar por imbécil”. Por tanto al ser

borrosos los linderos entre el dolo y la culpa inexcusable, pues el factor

determinante, la intención, es un elemento psicológico, su simulación, podrá

significar en la práctica, liberar al deudor de cumplir, a su antojo, la obligación.

El segundo párrafo del artículo 1328, que dispone que sea nulo cualquier pacto

de exoneración o de limitación de responsabilidad para los casos en que el deudor o

sus auxiliares violen obligaciones derivadas de normas de orden público, tiene

singular importancia. No puede el deudor liberarse previamente de responsabilidad o

restringirla, cuando la inejecución de la obligación puede causar daño a la persona.

PRESUNCION DE CULPA LEVE DEL DEUDOR (Articulo 1329)

Estos daños serán los que normal y necesariamente deben ser cubiertos por la

indemnización, según lo establece el art. 1329 del CC., la Culpa Leve del deudor

presume. Por lo cual al acreedor le bastará acreditar la existencia de la obligación así

como de los daños producidos por el incumplimiento o el incumplimiento inexacto. La

carga de la Prueba de haber actuado con la diligencia ordinaria le corresponderá al

deudor. Se trata de una presunción Juris tantum, por lo que admite prueba en contrario,

pudiendo el deudor exonerarse de responsabilidad probando su inculpabilidad.

PRUEBA DE DOLO Y CULPA INEXCUSABLE (Articulo 1330)

La prueba del Dolo o de la Culpa Inexcusable compete al perjudicado por la

inejecución de la obligación o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso. Si el

incumplimiento o el cumplimiento inexacto es atribuible al Dolo o ala culpa

31
inexcusable del deudor, la indemnización comprenderá todos los aspectos vistos, vale

decir, todos los daños patrimoniales o extramatrimoniales que se haya ocasionado.

PRUEBA DE DAÑOS Y PERJUICIOS (Articulo 1331)

El acreedor siempre estará obligado a probar que ha sufrido un perjuicio por la

inejecución o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, y a probar su

cuantía.

VALORACION DEL RESARCIMIENTO (Articulo 1332)

El art. 1332 del CC. Determina que si el resarcimiento del daño no pudiera ser

probado con exactitud en su monto preciso, este deberá ser fijado por el juez mediante

valoración equitativa.

El deudor responsable responde por el resarcimiento del daño en términos generales,

pero será de cargo del acreedor la prueba del daño específico. Como quiera que la

valuación del daño no es siempre fácil y está sujeta a una serie de factores que muchas

veces se sustentan en criterios técnicos, como pueden ser valorizaciones,

cotizaciones, consideraciones relativas a la oferta y la demanda, etc.

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CONCLUSIONES

La transacción es un contrato en el que las partes disponen de sus legítimos derechos

e intereses, dado que se producen recíprocas concesiones para las cuales, es necesario

poseer la facultad de disponer de los derechos que se pretendan transigir.

En conclusión, pese a que las partes que integran una relación jurídica obligacional

son absolutamente libres para optar por el mutuo disenso, empero, éste es ineficaz si

perjudica a un tercero.

En cuanto al incumplimiento o inejecución de las obligaciones, no obstante ser

común a toda clase de obligaciones, cualquiera quesea su fuente, ha sido y sigue siendo

tratado como incumplimiento del contrato. Dentro de la sistematización adoptada en el

presente estudio, se le considera como una de las grandes ramas de la responsabilidad

(derecho de daños): la concreta (usualmente llamada “contractual”), por haber

incumplido el deudor su obligación, frente a la abstracta o genérica, por encuentro

social ocasional (usualmente llamada “extracontractual”).

Nadie puede ser responsable por los casos fortuitos o de fuerza mayor pues la

equidad así lo exige; sin embargo, esta disposición puede ser modificada con cláusula

expresa. También se puede establecer taxativamente qué tipos de casos fortuitos o

fuerza mayor tendrá que responder la persona del deudor.

Existe dolo cuando la ejecución de la obligación es impedida por causa de una acción

u omisión imputable al deudor con el ánimo de dañar o perjudicar al acreedor. Es el

acreedor el que debe probar el dolo cuando le parece ser víctima de este.

La culpa es el punto medio entre el caso fortuito y el dolo y por esa razón, se le

otorga una graduación de cada tipo de culpa.

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En el dolo, el deudor sabe de la existencia de una obligación cuya ejecución debe

realizar, pero no lo hace, y es consciente de este incumplimiento; no hay negligencia,

pero si hay intencionalidad.

Respecto al caso fortuito y fuerza mayor es un hecho positivo no imputable. Quiere

decir que en la ausencia de culpa del deudor no está obligado a probar el hecho positivo

del caso fortuito o la fuerza mayor, es decir la causa del incumplimiento debido a un

evento fuera de la responsabilidad del deudor.

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Referencias

Código Civil Peruano. (1984). Código Civil Peruano. Obtenido de:

https://lpderecho.pe/codigo-civil-peruano-realmente-actualizado/

Ferrero Costa, R. (2004). Curso de Derecho de las Obligaciones. Lima: Grijley.

Giorgi, G. (1910). Teoría de las obligaciones en el derecho moderno expuesta conforme

a la doctrina y a la jurisprudencia italiana, francesa, alemana, etc., etc. (Vol. 3). La

Revista de legislación.

Meneses, E. E. (1923). Concepción de la fuerza mayor o caso fortuito en el derecho

civil colombiano. Estudios de Derecho, 9(94), 2175-2179.

Messineo, F. (1979). Derecho Civil y Comercial (Vol. II). (S. S. Melendo, Trad.)

Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23. ª ed., [versión

23.5 en línea]. <https://dle.rae.es> [Fecha de la consulta].

Torres Vásquez, A. (2014). Teoría General de las Obligaciones (Vol. I). Lima: Instituto

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