Juanmanuel CETRERIA
Juanmanuel CETRERIA
Juanmanuel CETRERIA
Juan Manuel
PRÓLOGO
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
tre ellos otra deferençia sinon que los neblís son to-
mados andando bravos, et los baharís son tomados en
los nidos, et son mayores los neblís que los baharís.
Et para provar esto pornía él muchas razones, si non
que tañe más a la teórica [d’]esta arte que non a la
prática. Pero todo esto dize porque querría fazer onra
a los baharís porque lo meresçen ellos mucho et son
muy sus naturales.
De los bornís non quiso don Johan fablar mucho
porque se non paga mucho de la su caça nin de las
sus maneras. Pero el que bien entendiere las talles de
los falcones que desuso dicho es, et señaladamente de
los girifaltes, et de los sacres, a que llos remedan al-
gún poco, entendrá quáles son de mejor talle et de
mejor plumage. Pero, aunque sea yerro, non puede
venir grant pro ende nin grant dapño.
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
LOS falcones con que agora más usan caçar las grúas
son los baharís. Et quando los quieren afeitar para
matar grúas sin maestro, dévenles echar un ánsar
parda que tenga atado el pico et las alas en guisa que
non le pueda morder nin ferir con las alas, et desque
travare d’ella, fazérgela degollar et çevarle bien et
darle sus cañadas en el ojo así como quando matan la
grúa; et otro día tenprarle et otro día echarle otra. Et
esto le deven fazer tantas vezes fasta que la tome
yendo el ánsar volando. Et quando el falconero en-
tendiere que el falcón la tomará volando, deve dexar
ir con él un can que l’ acorra porque la mate ante que
pueda ferir el falcón con las alas; [et] de que la toma-
re d’esta guisa, cevarle muy bien et fazerle mucho
plazer. Et después abaxarle ya quanto de las carnes
et darle muy grant fanbre; et quando el falconero en-
tendiere que el falcón está muy fanbriento, catarle
muy buen lançe de grúas que sea una o dos o fasta
tres, et lançarle lo más çerca que pudieren. Et si el
falcón derribare o travare d’ella o endereçare a ella o
fiziere qualquier señal que va a ellas, dévenle çevar
muy bien. Et otro día tenprarle mucho et tenerle en
un portal muy frío et fazerle albergar de noche ý; et
otro día de mañana ponerle un rato al sol et darle dos
o tres picaduras de carne caliente et meter[le] en una
CAPÍTULO VIII
chos, que en tienpo del rey don Alfonso, que doze fal-
cones o más eran un lançe de grúa et que los lança-
van estando las grúas posadas et que las más vezes
la tomavan ante que se levantassen o quando ivan
muy vaxas, en ante que viniesen entrar en buelo, que
la tenía el maestro fasta que llegava el can que la to-
mava, et si de aquella caida non la matava, dende
adelante non iva ningún falcón en pos ella. Et dize
don Johan que aun él, fasta que don Remón Durche
vino, que así las via caçar, salvo ende que non lança-
van tantos falcones, et aun dize que el primer falcón
gruero lançavan estando ellas en tierra. Et a cabo de
un año murió don Anrique et ovo don Johan un fal-
cón que fuera suyo que dizían Galván, et era sardo, et
éste matava bien la grúa et a muchas caidas, pero
que l’ lançava estando las grúas posadas. Et después,
a cabo de otro año, fueron las vistas del rey de Cas-
tiella et del rey de Aragón et del rey de Portogal en
Ágreda et en Taraçona [et] vénose entonçe don Re-
món Durche con don Johan, et esto era en agosto; et
luego de la muda, tomó dos falcones de los de don Jo-
han, et dizían al uno Plomate et al otro Real; et en
quanto don Johan morava en Huempt, fuése don
Remón para tierra de Alarcón et afeitó los falcones en
tal manera que matavan las grúas viniendo atrabe-
sadizas. Et la primera grúa que mataron ante don
Johan desta guisa fue entre Palomares et Buruanos,
cabo un arroyo que dixen Xuherón. Et dende adelan-
te començó don Johan a caçar las grúas así como don
Remón le mostró, et fizo falcones que matavan las
grúas así como dize desuso en el capítulo que dize de
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XII