Juanmanuel CETRERIA

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Libro de la caza

Juan Manuel

PRÓLOGO

ENTRE muchos conplimientos et buenas cosas que


Dios puso en el rey don Alfonso, fijo del sancto et bie-
naventurado rey don Ferrando, puso en el su talante
de acresçentar el saber quanto pudo, et fizo por ello
mucho; assí que non se falla que, del rey Tolomeo
acá, ningún rey nin otro omne tanto fiziesse por ello
como él. Et tanto cobdiçió que los de los sus regnos
fuessen muy sabidores, que fizo trasladar en este
lenguaje de Castiella todas las sçiençias, tan bien de
theología como la lógica, et todas las siete artes libe-
rales, como toda la arte que dizen mecánica. Otrosí
fizo trasladar toda la secta de los moros, porque pa-
resçiesse por ella los errores en que Mahomad, el su
falso propheta, les puso et en que ellos están oy en
día. Otrosí fizo trasladar toda [la] ley de los judíos et
aun el su Talmud et otra sçiençia que an los judíos
muy escondida a que llaman Cabala. Et esto fizo
porque paresç[iess]e manifiestamente por la su ley
que toda fue figura d’esta ley que los christianos
avemos, et que tanbién ellos como los moros están en
grant error et en estado de perder las almas. Otrosí

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


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romançó todos los derechos ecclesiásticos et seglares.


¿Qué vos diré [más]? Non podría dezir ningún omne
quánto bien este noble rey fizo señaladamente en
acresçentar et alunbrar el saber. ¡O Dios padre, et
criador et poderoso et sabidor sobre todas las cosas:
bendicho et loado seas tú de todas las criaturas, et
speçialmente quieras que te loen en buenas obras et
en buenas voluntades las criaturas razonables que tú
señaladamente crieste para te conosçer, lo que de ti
se puede alcançar, et para te loar; et marabillossos et
derechureros son los tus juizios et marabillosso fue el
que vino contra este tan noble rey! Tú, Señor, sabes
lo que feziste; bendito seas tú por quanto feziste et
quanto fazes et por quanto farás.
Et [e]l dicho rey don Alfonso deseando el saber,
como dicho es, et pagándose de todas las cosas nobles
et apuestas et sabrosas et aprobechosas, entendiendo
que en la caça ha estas quatro cosas muy conplida-
mente a los que quieren usar d’ella como deven, et
non dexar por ella otros fechos mayores, ca los que en
otra manera caçassen, aunque guardassen el sabor et
la apostura de la caça, non guardarían la nobleza nin
el aprovechamiento, por ende mandó fazer munchos
libros buenos en que puso muy conplidamente toda la
arte de la caça, tanbién del caçar, como del benar,
como del pescar. Et puso muy conplidamente la teóri-
ca et la prática como conviene a esta arte; et tan
conplidamente lo fizo, que bien cuidan que non po-
dría otro emendar nin enader ninguna cosa más de lo
que él fizo, nin aun fazer tanto nin tan bien como él.

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 5

Et porque don Johan, su sobrino, fijo del infante


don Manuel, hermano del rey don Alfonso, se paga
mucho de leer en los libros que falla que conpuso el
dicho rey, fizo escrivir algunas cosas que entendía
que cunplía para él de los libros que falló que el dicho
rey abía conpuesto, señaladamente en las Crónicas
de España et en otro libro que fabla de lo que perte-
nesçe a[l] estado de cavallería, et quando llegó a leer
en los dichos [libros] que el dicho rey ordenó en razón
de la caça, porque don Johan es muy caçador, ley[ó]
mucho en ellos et falló que eran muy bien ordenados
además; et quien pudiesse usar de la caça como la él
ordenó, non erraría en ninguna cosa en arte de la
caça, tanbién en la teórica como en la prática. Et teó-
rica quiere dezir saber omne la raíz et la entençión de
la arte conplidamente, et prática quiere dezir saber
omne usar en aquella arte en guisa que traya acaba-
miento aquello que quiere dezir. Et porque don Johan
entendió que él et los otros caçadores que agora son
non an conplidamente la teórica de aquesta arte, et
otrosí porque entendió que lo que más cunple para
esta arte es la prática, que quiere dezir el uso, fízola
escrevir en este libro. [Et por] lo que non se usa en es-
ta arte, et [por] lo que oyó dezir al infante don Johan,
que fue muy grant caçador, et a falconeros que fueron
del rey don Alfonso et del infante don Manuel, su pa-
dre, como se usava quando ellos eran bivos, que eran
muy grandes caçadores, tovo que él vio cómo se mudó
la manera de la caça de aquel tienpo fasta aqueste
que agora está. Et lo que él entendió et acordó con los
mejores caçadores con quien él departió muchas ve-

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gadas sobre esto, et otrosí lo que falló en la arte del


venar, que quiere dezir la caça de los venados que se
caça[n] en el monte, escriviólo en este libro segund lo
acordó con Sancho Ximenes de Lanchares et con Gar-
ci Álvarez et con Roi Ximenes de Mesco et con Fe-
rrant Gomes, fijo del dicho Garci Álvarez, et con otros
cavalleros de Galliçia que saben mucho d’esta arte et
con otros monteros que andan en casa del rey nuestro
señor et con don Johan et con estos omnes bonos di-
chos que saben d’esta arte. Pero toda la arte del be-
nar ponerse á en este libro después que fuere acaba-
do [el] del arte del caçar. Et quanto de la arte del pes-
car non lo fizo escrivir porque tovo que non fazía
mengua. Et partió este libro en doze capítulos:
Et el primero departe cómo las naturas de los fal-
cones con que agora usan caçar son çinco, conviene a
saber: girifaltes, sacres, neblís, baharís, bornís.
El II° capítulo demuestra por qué pone ante la
caça et la conosçençia de los falcones que de los aço-
res.
El III° capítulo fabla cómo se deven conosçer los
falcones por talle et por façiones et por plumage et
por enpeñolamiento.
El IIII° capítulo dize cómo se deven amansar los
falcones que son tomados bravos, et cómo se deven
criar los que son tomados en los nidos.
El V° capítulo muestra cómo les deven fazer seño-
leros.
El VI° capítulo muestra cómo deven fazer traína
de garça a los falcones que quieren fazer garçeros, et

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cómo [deven] afeitar los falcones que quieren fazer al-


taneros.
El VII° capítulo desparte cómo deven afeitar los
falcones para matar grúas non aviendo maestro, et de
cómo los deven afeitar aviendo maestro.
El VIII° capítulo fabla cómo usan caçar agora con
los falcones después que son afeitados, et cómo farán
en guisa que puedan matar con ellos todas las caças
que deven caçar et non dexen la una por la otra, et
cómo se mudó la manera del caçar de cómo la usavan
en tienpo del rey don Alfonso et se usa agora, et en
quál manera et de quál tienpo acá se començó la caça
de los falcones en Castiella.
El IX° capítulo dize cómo los deven mudar.
El X° capítulo muestra cómo los deven desainar.
El XI° capítulo fabla en cómo [deven usar] de las
purgas et las me--lezinas que les deven dar para las
dolençias que an, et de las otras cosas que les deven
fazer para algunas menguas que pueden aver en sí a
menos de aver dolençias.
El XII° capítulo muestra qué caças ha et qué loga-
res para do pueden mejor caçar en las tierras do él á
andado.

CAPÍTULO I

YA es dicho desuso que los falcones con que los omnes


usan a caçar son de çinco naturas. La primera et más
noble es los falcones girifaltes, et éstos son mayores
que todos los otros falcones et más ligeros et caçan

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más ligeramente et más apuesta, et por ende son más


preçiados et es razón que sean puestos primeramente
que otros falcones. Et en pos estos son los sacres, et
éstos son grandes falcones et matan grandes prisio-
nes et muchas, et los buenos d’ellos son muy buenas
aves de caça, et de grandeza son entre los girifaltes et
los neblís. Et en pos los sacres son los neblís et éstos
son muy buenos falcones et ligeros et muy apuestos;
et como quier que matan muchas prisiones, lo que
agora usan de caçar con ellos es caça de ribera, así
como garças et ánades et otras aves de ribera. Et en
pos éstos son los baharís, [et] éstos son otrosí muy
buenos falcones et caçan con ellos todas las caças que
caçan con los neblís, et usan al tienpo de agora de
matar con ellos las grúas más que con otros falcones,
et otrosí caçan con ellos liebres et perdizes et las otras
caças que se fallan por los canpos; et son muy plazen-
teros et duran mucho et piérdense muy pocas vezes,
et por ser de muchas mudas non pierden su vondat;
pero en todo esto non son tan presçiados como los ne-
blís, et esto es porque non son tan ligeros nin tan
reçios nin montan tanto como los neblís. Et en pos és-
tos son los bornís, et son buenos falcones, pero
[por]que non son muy ligeros usan caçar agora con
ellos liebres et perdizes. Et d’estos ay dos naturas: los
unos son de aquen mar, los otros de allen mar; et a
los de aquen mar llaman bornís, et a los de allen mar
llaman alfaneques. Et estos alfaneques matan la
[misma] caça que los bornís, et d’ellos ay que matan
muy bien cornejas, que es fermosa caça, et son alta-
neros et aun a las vezes algunos d’ellos matan garça.

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LIBRO DE LA CAZA 9

CAPÍTULO II

PUES en el capítulo ante d’este dize quáles et quántas


son las maneras de los falcones con que al tienpo de
agora usan caçar, dirá en este capítulo por quál razón
se pone ante la caça et la conosçençia de los falcones
que de los azores.
Ya desuso, en el capítulo primero, es dicho que la
caça es cosa noble et apuesta et sabrosa. Et pues que
tal es, toda la manera por que la caça se puede fazer
que aya más d’estas tres cosas, quánto más d’ellas
oviere, será más verdaderamente dicha manera de
caça; et porque en la de los falcones se faze más
conplidamente que en la de los azores, et por ende la
puso don Johan ante en este libro. Ca los falcones
matan la garça después que los azores la dexan et por
esto es más noble, et la manera cómo la matan la faz
ser muy sabrosa et muy apuesta. Otrosí matan las
ánades aguándolas muchas vegadas, et montando et
desçendiendo et firiendo muchos colpes estraños et
marabillosos en que los omnes toman muy grant pla-
zer, lo que con los azores non se faze; ca non pueden
tomar las ánades sinon de un buelo et muy acerca. Et
porque en todas las cosas en que ha plazer quanto
más duran son de mayor plazer, por ende es [de] ma-
yor plazer esta caça con los falcones que con los azo-
res et por esso mismo es más apuesta. Et si caçan
grúas con los azores, tómanlas muy acerca et muy de
rebato, et con los falcones caçan las grúas derribán-
dolas muchas vezes, así que las más vegadas tardan
mucho ante que sea muerta. Et an los omnes muy

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grant plazer quando veen que la apartan los falcones


entre las otras, et cómo la derriba[n] et cómo la fa-
ze[n] estar penada et cómo acorren los canes a los fal-
cones por la tomar o por la levantar, et cómo acorren
los falconeros et los omnes de cavallo et aun los de las
mulas. Ca muy pocos son los que veen quando los fal-
cones van con las grúas et la apartan et la derriban,
et veen cómo sus conpañas vienen acorrer a la derri-
bada, et entienden el peligro en que los falcones se-
rán sinon fueren acorridos, que allá acorran todos, lo
uno por matar la grúa, lo ál por acorrer los falcones,
lo ál por el plazer que toman de los falcones et de los
canes quando bien se ayudan los unos a los otros. Por
ende corren allá todos quanto pueden et non catan
por do van; dellos çahondan et están en grant
priessa, dellos caen et vánse--les las bestias, los otros
corren quanto pueden. Et assí por todas estas cosas
es caça muy plazentera de veer. Otrosí quando los
canes llegan a las grúa que está derribada, quánto
bien la toman, [et] en guardar los falcones, que les
non fazen ningún mal, et es muy marabillosa cosa.
Otrosí porque en afeitar los falcones et caçar con ellos
á mester muy mayor maestría que en la caça de los
azores, por todas estas cosas es la caça de los falcones
más noble et más sabrosa et más apuesta, et por ende
es más razón que sean puestos ante en este libro los
falcones que caçan en esta manera que los azores que
lo non pueden fazer. Pero desque fuere acabado lo de
la caça de los falcones, ponerse á en este libro lo de la
caça de los açores que don Johan sabe, et lo que oyó
dezir et usar del infante don Johan et a don García

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de Villa Mayor et a Gómez Páez Bugallo et a Gonzalo


Méndez de Abielos et a otros cavalleros de Portogal
que saben mucho de caça de açores, et señaladamen-
te a Remir Llorençio, que es agora clavero de Cala-
trava, et a Pero Ximenes, fijo de Johan García de Al-
cabdote, que son los mejores caçadores que él nunca
vio, et que más saben d’esta caça, nin que mejores
açores fagan. Et dize don Johan que lo que estos dos
omnes fazen en caça de açores, que más lo tiene él
por maravilla que por sabiduría de caça.

CAPÍTULO III

PUES en el capítulo ante d’este dize por quál razón se


pone en este libro la manera del caçar con los falcones
et su conoscençia ante que de los açores, dirá en este
cómo se conosçe[n] por talle et por façiones et por
plumaje [et] por enpeñolamiento; et porque, entre to-
dos los falcones, los girifaltes son mayores et mejores,
departir ha en este libro primeramente d’ ellos, et
después de los otros, segund desuso faze mençión de
quáles naturas son. Et dezirse á primeramente de
quál talle et de quáles façiones fallan agora que son
los mejores, et después dirá lo que pertenesçe en el
color de plumage et en el enpeñolamiento.
Los girifaltes de que se agora más pagan [et] fallan
que recuden mejores son los que an la cabeça grande
et redonda, et los ojos grandes et reguilados et ya
quanto adormidos, et que an el pico grande et gordo
et la voca grande et las quixadas muy abiertas et las

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bentanas muy anchas et el pescueço muy luengo et


más gordo que delgado, et la faz del papo muy grande
que desçenda mucho por los pechos, et los pechos
muy anchos, et los onbriellos de las alas que se as-
condan en los pechos; et que sean muy anchos entre
las piernas et que ayan las ijadas muy pequeñas, et
las ancas muy duras et de poca carne, et [el] bispiello
que sea muy llegado en las ancas et entre las ancas,
et el lugar do están las péñolas mayores de la colla
que aya muy poco que sea gordo et duro, et el bispete
do andan las péñolas que sea de poca carne, et las
piernas desde’l anca fasta la rodiella muy ancha[s] et
muy dura[s] et corta[s], et desde la rodiella fasta el
çanco, luenga et que sea la carne poca et dura et ner-
biosa. Et el uesso de la rodiella muy gordo, et el çanco
que sea corto et gordo et muy duro et muy crespo, et
los dedos luengos et delgados et leznes, et las uñas
duras et gordas, et las palmas blandas et enxutas et
muy se--cas. Pero dize Sancho Martines, que es de los
mejores falcone[ro]s que don Johan nunca vio et que
más sepa d’esta arte et que mejores falcones faze, que
querría él que oviesse los dedos cortos et gruesos et
crespos, et don Johan dize que lo querría él como de-
suso es dicho et con estas façiones, et bien grande, se-
gund fallan agora que éstos son los mejores; pero los
que son más luengos et más delgados, si son grandes,
non dexan por esso de seer muy buenos.
Otrosí lo que agora fallan del su plumage es esto:
los girifaltes son de dos colores: los unos blancos del
todo, et los otros pardos, et entre los unos et los otros
ay muchas maneras de plumage. Pero los que agora

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LIBRO DE LA CAZA 13

fallan por mejores son los blancos todos o quanto más


se llegan a los blancos; ca otros ay que son muy blan-
cos, mas an por las espaldas unas pintas como mane-
ra de letras mori[s]cas muy prietas et por los pechos
algunas pintas pocas muy prietas. Et como quiera
que non los tienen por tan nobles como los blancos del
todo, ésos et éstos son los mejores et llámanlos “letra-
dos”. De todas las otras maneras de plumage, la fin
de la razón es que quanto el color del plumage es más
blanco et las pintas de los pechos más pocas et más
prietas et las espaldas más cárdenas, tanto es la color
mejor.
Otrosí del enpeñolamiento, que sea de poca péñola
et muy allegada al cuerpo, et que aya las espaldas
muy deserradas, et las enpeñoladuras de las alas cor-
tas et anchas et redondas, et las llanas luengas et an-
chas et delgadas, et los cochiellos anchos et delgados
et muy cortos, en manera que quando estudieren en
la mano o en la vara, que non llegue la una punta del
ala a la otra, que l’ paresca[n] las ancas, et que aya la
cola muy delgada et que se cubra bien con las cober-
turas, pero que non se atraviessen las péñolas, las de
la una parte con las de la otra, et que sea luenga, mas
non mucho, et que sea muy tesa et non floxa, et las
péñolas del overo que desçenda[n] mucho por la cola
et que cubran mucho d’ella, et las péñolas de la pier-
nas que long[u]en el çanco que sean pocas et muy
luengas [et] que cubran bien los pies.
Et el girifalte que oviere tal talle et tales faziones
et tal plumage et tal enpeñolamiento et fuere sano, si
lo traxiere buen falconero et morare en buena tierra

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de caça, lo que l’ menguare de seer bueno será por


desaventura et non por razón. Et los otros girifaltes
que en todo non fueren tales como aquí es dicho,
quanto más se llegaren a estas façiones et a este talle
et a este plumage, tanto serán mejores; et quanto
más d’esto fueren alongados, tanto les menguará más
de su vondat.
Los sacres de que se agora más pagan et que fallan
que recuden mejores son los que an la cabeça muy
ancha et llana et los ojos redondos et fondos et las
barvas grandes et el pico pequeño et muy duro et el
colodriello redondo et las orejas anchas et el pescueço
luengo et delgado et las quixadas muy abiertas et la
faz del papo grande et redonda et los pechos anchos
et redondos, et en las otras façiones fasta el çanco que
lo aya assí fecho como es dicho que las deven aver los
girifaltes, mas del çanco ayuso son mejores de otra
guisa, ca deven aver los dedos cortos et muy gordos et
muy crespos et las uñas pequeñas et non muy corvas.
Otrosí lo que agora fallan del su plumage es esto:
los sacres son de dos maneras de plumages: los unos
son rubios et amariellos et los otros son muy negros,
et todas sus colores se allegan a la una o a la otra
d’estas colores, et los mejores son los que son del todo
bien prietos o bien rubios o amariellos. Et aun fallan
agora por mejores los que an la cabeça muy rubia et
unas pintas pequeñuelas como halheñadas et el pes-
cueço rubio, mas non tanto como la cabeça, et los pe-
chos amariellos et las pintas grandes et muy prietas,
en guisa que veyéndolo omne de parte de los pechos,
que paresçe más prieto que amariello et las espaldas

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LIBRO DE LA CAZA 15

entre amariellas et pardas, et que sea de poca pluma


en los pechos et muy allegada a la carne et muy me-
nos en las espaldas et que aya las enpeñoladuras cor-
tas et muy llanas et anchas et las corvas cortas et
muy delgadas et los cuchiellos luengos et muy delga-
dos et agudos encima, et que cruzen las alas una so-
bre la otra, mas poco, et la cola luenga et ancha et
muy delgada et [en] las dos coberturas que non aya
pinta ninguna, et las otras péñolas de la colla que
aya en las unas d’metes redondos et que sean entre
blancos et amariellos, et del cuerpo et de la peñoladu-
ra de las piernas que aya assí como es dicho de los gi-
rifaltes. Et como quiera que los que tales fallan agora
por mejores, pero los que son prietos muy buenos son,
aviendo tal talle et tales façiones como éstas que son
dichas. Et tanbién los unos como los otros et todos los
sacres non se conosçen [quá]les son pollos o quál mu-
dados en ninguna cosa, sinon que los pollos an todas
las péñolas de las espaldas de una color et los muda-
dos an las péñolas de las espaldas orladas de una co-
lor entre bermeja et amariella.
Los neblís de que se agora más pagan et fallan que
recuden mejores son los que an la cabeça muy grande
et ancha et llana et el collodriello muy ancho et los
pestorejos anchos et las sobrecejas muy grandes, en
guisa que cubran mucho los ojos, [et los ojos] muy pe-
queños et tristes et adormidos et muy encobados et el
pico muy luengo et muy gordo et las ventanas muy
anchas et la voca muy grande et las quixadas mucho
aviertas et la faz del papo que l’ descenda mucho por
los pechos et que sea muy ancha, et los pechos sali-

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dos, pero que el su talle sea más contra luengo que


contra redondo. Et en todas las otras façiones de las
ancas et de las ijadas et del bispete et de las piernas
et del çanco et de las manos et de los dedos et de las
uñas, et que aya la color de las piernas verdes como
la color de los pies del prieto, que sean tales como de-
suso es dicho de los girifaltes.
Otrosí lo que agora fallan del su plumage es esto:
todos los falcones neblís son de dos plumages, o blan-
cos o prietos, [et] entre estos dos colores son todos, pe-
ro los mejores son los bien blancos. Et los que son
bien prietos, si son grandes, muchos d’ ellos recuden
buenos, et los que non son bien prietos, sinon los que
son entre prietos et blancos, quanto más se allegan a
los blancos, son llegados más a las sus vondades, et
quanto más llegan a los prietos, tanto son peores. Et
de todas las naturas de los neblís los peores son los
amariellos. Et la enpeñoladura de los pechos et de las
espaldas deve seer tal como es dicho desuso de los gi-
rifaltes; mas las péñolas de las alas et de la cola de-
ven ser de la enpeñoladura de los sacres, salvo que
non sean las alas tan luengas nin cruçen tanto nin
sea la cola tan luenga.
Los baharís de que se agora más pagan son los que
an tales façiones et tal talle como desuso es dicho de
los neblís. Et del plumage et del enpeñolamiento esso
mismo, salvo que así como los neblís son blancos, son
los baharís entre bermejos et amariellos. Et dize don
Johan que si non porque de tienpo acá les llaman ne-
blís et baharís et fazen entre ellos este departimiento,
que él por una natura los judgaría, ca non fallan en-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 17

tre ellos otra deferençia sinon que los neblís son to-
mados andando bravos, et los baharís son tomados en
los nidos, et son mayores los neblís que los baharís.
Et para provar esto pornía él muchas razones, si non
que tañe más a la teórica [d’]esta arte que non a la
prática. Pero todo esto dize porque querría fazer onra
a los baharís porque lo meresçen ellos mucho et son
muy sus naturales.
De los bornís non quiso don Johan fablar mucho
porque se non paga mucho de la su caça nin de las
sus maneras. Pero el que bien entendiere las talles de
los falcones que desuso dicho es, et señaladamente de
los girifaltes, et de los sacres, a que llos remedan al-
gún poco, entendrá quáles son de mejor talle et de
mejor plumage. Pero, aunque sea yerro, non puede
venir grant pro ende nin grant dapño.

CAPÍTULO IV

LOS más de los girifaltes que vienen a este señorío de


Castiella non an meester de amansar, que tan man-
sos vienen que les es grant daño et grant peligro de
los cuerpos. Ca los traen de luengas tierras et bienen
luengo tienpo sobre mar, et por el gran quebranta-
miento del camino vienen más mansos de quanto les
era mester; et los que vienen por tierra, tan luengo
camino andan con ellos, que quando acá llegan, son
mansos assaz. Et así quanto de los girifaltes non
cunple el dezir cómo se deven amansar, mas cunple
mostrar cómo deven pensar d’ellos para que cobren

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su salud et fuerça. Et por ende lo que agora usan de


les fazer quando vienen es esto: dévenlos començar a
dar buenas carnes, pero non de[n] cada día, mas
darles tres vezes en la semana carne de gallina et dos
días vaca o liebre et otros dos de otra aljaba que [non]
sea muy fresca, et la otra semana menguarles la al-
jaba que non fuere fresca et darles tres días aljaba
fresca et quatro días carne de gallina; et por esta ma-
nera, poco a poco, les deven menguar las malas car-
nes et tornarles a [dar a] comer gallinas et aves et
otras buenas carnes que usan comer las aves de caça.
Et si purgas o melezinas ovieren mester, dévengelas
fazer segund dirá en el títolo que fabla cómo usan dar
las purgas agora et las melezinas.
Los sacres que vienen a esta tierra son de dos ma-
neras: los unos traen por mar et los otros toman an-
dando bravos, et los más tómanlos cerca de Toledo en
una tierra que llaman Almozondigan, et éstos son
muy grandes et muy fermosos et recuden muy bue-
nos; pero aún son más grandes et más fermosos los
que toman en tierra de Salamanca, en la ribera de
Araduey et en los enzinares de Mayorga et de Vilal-
pando. Et todos éstos, quanto más aína vienen a po-
der de buen falconero después que son tomados, tanto
es mejor, porque los amansan et los costunbran bien
et los tienen más sanos et más reçios. Et la manera
que les deven fazer, luego que llegan, es ésta: si traen
los ojos cosidos, dévenles poner el capirote et tenerlo
con él todo el día fasta en la noche, et a la noche des-
coserle los ojos et ponerle el capirote et tirárgelo et
ponérgelo muy mansamente en guisa que non tome

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 19

enojo con él. Et quando quisiere[n] comer, dévenles


dar quanto quisieren; ca los más d’ ellos poco quieren
comer fasta que van amansando. Et si los trae[n con]
los ojos descosidos, dévenles usar el capirote et el co-
mer como dicho es. Et de que quisieren bien comer,
dévenles dar tres o quatro días grandes papos de
buena gallina gorda, et después otros tres o quatro
días grandes papos de pollos o de liebre o de vaca, et
después dévenles dar a las vegadas de gallina gorda
et a las vegadas de carnes livianas; et mientre lo
amansare[n], nunca le deven dar plumada, porque
quando la quieren echar, anles a tirar el capirote; et
porque ellos son muy bravos de natura et muy sañu-
dos, luego que le[s] tiran el capirote et veen la gente,
por la gran braveza que an non quieren echar la
plumada et con el capirote non la pueden echar et
fíncase la plumada en el cuerpo, et si ante que la
plumada echassen les diessen de comer, podría el fal-
cón venir a peligro de muerte. Et dize don Johan que
ya l’ contesçió a él esto. Et todo lo que les dieren a
comer dévengelo dar poco a poco et muy a menudo et
mostrándol’ la carne çerca del rostro del omne, ca es-
to les faze perder miedo del rostro, que es la cosa del
mundo de que se ellos más espantan; otrosí les faze
catar sienpre ar[r]iba et debatirse ar[r]iba, que son
cosas que les cunple mucho. Et dévenles fazer saltar
de la una mano a la otra mostrándoles la carne, et de
tierra sobir a la mano et de la mano a la rodiella et
fazerle[s] andar ar[r]ededor de sí a pos la carne, dán-
doles sienpre bien de roer et faziéndoles quanto pla-
zer pudieren porque tomen amor et plazentería con

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


20 JUAN MANUEL

los omnes. Otrosí les deven tirar el sueño en guisa


que non duerman quanto ellos quisieren, et señala-
damente fasta que sea çerca de medianoche non les
deven dexar dormir en ninguna manera, nin de ora
de matines adelante; mas quanto de la me--dianoche
fasta ora de matines dévenlos dexar dormir en la
mano del omne o en vara o en ropa o en piedra que
esté cerca del falconero, en guisa que cada que des-
pertare el falconero traya las manos al falcón por los
pies et por el cuerpo et lo despierte, porque entienda
que está en poder del omne, et deve sienpre tener
lumbre sin humo ant’ él, porque entienda el falcón
que non está en yermo nin en su poder, et non le de-
ven tener en logar do le dé el aire de la noche porque
es una de las cosas que más les enbraveçe. Et en esta
manera deve el falconero pensar del falcón bravo fas-
ta que entienda que es bien manso et que non ha
reçelo de las gentes; et si se quisiere bañar et oleer en
la mano de día sin capirote et entre la gente, es grant
señal de mansedat, mas si non se vaña, non deve
consentir que se eche de noche. Et porque los falcones
non son todos de un talante, finca en el entendimien-
to del falconero que entienda el talante et la manera
del falcón quál es, et assí sabrá cómo deven pensar
dél.
Et de los sacres que vienen por mar non ha porqué
poner en este libro ninguna cosa del su amansamien-
to, ca ellos vienen tan mansos que vallen menos por
ello, así que los demás son rebatados en guisa que po-
cos o ninguno mata nunca buena caça, pero matan
liebres et perdizes et alguno[s] d’ellos matan d’estas

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 21

garças malfadadas que fallan vençidas. Pero si ay al-


gunos d’ellos que guarden los otros falcones en guisa
que les non fagan mal sobre la prisión, éstos tales son
muy buenos para grueros, non ya porque ellos por su
cabo la maten, mas quando la derriban los otros fal-
cones, nunca ellos después la pierden, ca la tienen en
tierra como si fuesse can, et si se levanta, vénçe[n]la
et máta[n]la por buelo.
Los neblís se deven amansar todos en la manera
que dicho es; mas son más ligeros de amansar et non
han meester tan grant premia como los sacres. Pero
finca en el entendimiento del falconero que faga
amansar el falcón lo que l’ conviene segund el talante
que entendiere en el falcón.
En esta tierra se toman los baharís en los nidos et
dévenlos tomar desque son ya çerca del tienpo en que
pueden volar; et quanto los toman más pequeños,
tanto les enpeçe más para la salud del cuerpo et para
la fuerça. Et desque los traen, dévenlos poner en casa
muy lumbrosa et llena de paja granada et a lugares
deve[n] poner varas et piedras en que los falcones
puedan sobir, pero que non sean más altas de tierra
que un estado; [et] deven guardar que non aya en la
casa viga nin forado nin finiestra nin cosa alta a que
los falcones ayan sabor de sobir, ca por talante que an
de sobir a lo alto podrían caer et venirles ía grant da-
ño. Et cada que les den a comer, dévenles picar la
carne delante en guisa que lo oyan ellos et entiendan
que los quieren çebar, porque vengan a la tabla en
que pican la carne cada que oyan picar en ella. Et
desque son en tienpo que pueden volar, dévenlos po-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


22 JUAN MANUEL

ner cada dos cascavelles et non piuelas ningunas et


dévenlos dexar salir de casa et andar do quisieren; et
quando quisieren darles de comer, piquen en la tabla,
ca ellos vernán todos a comer así como suelen; et dé-
venlos dexar assí andar et alvergar cada noche do
quisieren fasta que sean enxutos; et faziéndolo assí
son más reçios et más sanos et toman el buelo natu-
ral et buelan por ello más et an mejor buelo et más
fermoso; et desque son bien enxutos, dévenles poner
piyuelas et sus capirotes.
Et dize don Johan que en esta guisa los crió él mu-
chas vezes, et los que assí fueron criados fueron más
sanos et más reçios et más ligeros de afeitar et [de]
más fermoso buelo a qualquier caça en que los quisie-
ron poner; et los que fueron criados de otra guisa
meng[u]óles mucho d’estas todas cosas, et es çierto
que si alguno non lo tomasse, que ellos non se parti-
rían de allí.
C[omo y]a desuso es dicho en el capítulo ante
d’este, dize don Johan que de la conosçençia nin de la
caça de los bornís non se entremete nin se paga mu-
cho, et esso mismo dize en la su criança. Pero bien
tiene que los bornís que fuessen criados en la manera
que es dicho que se deven criar los baharís, que se-
rían mejor criados et baldrían más que los otros que
lo fuessen en otra manera.

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 23

CAPÍTULO V

PUES en el capítulo ante d’este muestra cómo se de-


ven amansar los falcones que son tomados bravos, di-
rá en este cómo se deven meter en el señuelo porque
sean bien señoleros.
La primera cosa que los falcones deven aver, de
qualquier natura que sean, es que sean bien señole-
ros, ca si lo non fuessen, más sería la su caça enojosa
que sabrosa; et demás que los falcones que non son
bien señoleros fazen muchos enojos a los que los tra-
en et an poco [sabor] en ellos como los otros omnes es-
traños. Por ende los que bien quieren caçar con los
falcones, ante que caçen con ellos, dévenles fazer bien
señoleros. Et la manera cómo se deven fazer es ésta:
Luego que los falcones son tomados bravos et son
bien mansos et non an ningún reçelo de los omnes,
dévenlos desçender mucho de las carnes, pero non
tanto porque pudiessen venir a muerte o a dolençia.
Et desque fueren desçendidos en la manera que en-
tendiere el falconero que l’ cunple asaz et que está el
falcón muy fanbriento, deven encarnar el señuelo con
dos tetiellas o dos piernas de buena gallina et llamar
el falcón a la mano et amostrarle el señuelo todo. Et
desque veniere a la mano et se asentare en el señue-
lo, dévenle dar a roer de aquella buena carne et po-
nerle el capirote, et poner aquel señuelo mismo en
tierra cerca del falconero que tiene el falcón, et en-
tonçe tirarle el capirote et mostrarle aquel señuelo
bien encarnado; et el falcón, con la grant fambre que
ha et porque ya vino al señuelo a la mano del falcone-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


24 JUAN MANUEL

ro, por fuerça saltará en el señuelo en que vee estar


la carne. Et desque se assentare et començare a co-
mer, dévenle dar muy grandes vozes et sacarle del
señuelo et llamarle a él un poco más lueñe. Et desque
el falcón entrare en él, dévenle cevar de aquella ga-
llina, pero non de aquella carne que estava sobre el
señuelo porque ya sería fría et non puede seer limpia,
et dévenle dar tanto a comer porque el falcón se tenga
por bien çevado, pero que finque con sabor de comer.
Et esto por fuerça á de fincar en el entendimiento del
falconero, ca unos falcones ay que son más comedores
que otros et más fanbrientos. Et por ende, quantos
escrivanos en el mundo son non podrían escrivir
quantas cosas son mester, si el falconero non ha en-
tendimiento de suyo para conosçer la manera del fal-
cón et lo que l’ cunple de fazer. Et en quanto el falcón
comiere, dévenle dar muy grandes vozes porque los
conosca et entienda que quando aquellas vozes oyere,
que es señal que l’ quieren dar a comer en aquel día.
[Et] primero no l’ deven amostrar el señuelo más de
aquellas tres vezes dichas: la una quando biene al
señuelo teniéndo[lo] el falconero en la mano, la otra
quando gelo pone en tierra muy cerca, et la otra un
poco más alueñe; pero si el falconero viere que el fal-
cón viene bien de grado al señuelo, la primera vez
puédel’ rodear el señuelo un poco et entonçe, de que
entrare en él, darle de comer como es dicho. Et fa-
ziéndolo d’esta guisa, entrará el falcón sienpre bien
en el señuelo; non se acostunbran[do] de asentarse
primeramente en tierra et después entrar en el se-
ñuelo, ca ésta es cosa que enpesçe mucho a los falco-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 25

nes para seer bien señoleros, et demás, los que los


veen esto fazer, si algo saben de caça, non tienen por
tan buen falconero al que primeramente fizo señolero
al falcón. Et otro día lo deven dar aun muy menos et
de peor carne et non le fazer ningún plazer, et al ter-
cer día dévenle señolar la primera vez muy cerca et
de pie rodeando el señuelo poco; et luego que el falcón
sale de la mano, echarle el señuelo alongando del
omne et en lugar escanpado, et desque el falcón en-
trare en él, dévenle dar bien de roer; et la otra vez
alongársele más et la terçera aún más, et entonçe ce-
varle en la manera que desuso es dicho como se deve
fazer el primer día. Et otro día non le mostrar el se-
ñuelo et darle a comer como fizieron al otro día pasa-
do, el que non señolaron, et el otro tercer día seño-
larle más lueñe. Et finca en el entendimiento del fal-
conero que dexe venir al falcón suelto al señuelo
quando entendiere que lo puede fazer sin peligro de
perderle; ca ante d’esto, sienpre deve venir al señuelo
con un cordel delgado et luengo atado a la lonja o a
las piyuelas. Et el señuelo deve seer bien llano en tal
manera que, quando cayere en tierra, por fuerça aya
de caer la carne bien descubierta de la una parte, et
el falcón se pueda asentar et poner entre anbas las
manos ençima del señuelo. Por [ende] el falcón que
feziere estas señales quando veniere al señuelo, bien
le pueden dexar suelto: la primera, que quando l’ ti-
raren el capirote, luego que él viere el señuelo, que se
debata muy reçio por ir a él et que non cate a otra
parte, et quando fuere al señuelo, que vaya muy reçio
et, quando llegare a él, que [l’] trave muy firmemente

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


26 JUAN MANUEL

con amas las manos et que comiençe luego a comer


muy apriessa, et aunque vayan a él omnes de pie o de
bestia corriendo apriessa o de bagar por delante o por
las espaldas, o canes, que non se despante nin dexe
de comer por ellos.
Quando el falcón estas cosas fiziere, es çierto que
irá al señuelo do quier que lo vea et que lo pueden
soltar sin peligro et sin reçelo ninguno. Pero muchos
falconeros a que se atreven a los soltar ante d’estas
señales todas, et a vezes se fallan ende bien et a vezes
non. Et el falconero que el falcón señolare dével’ se-
ñolar estando de bestia et traer el señuelo enderre-
dor, mas non dar voz fasta que el falcón salga de la
mano, et desque saliere, mientre veniere por el cami-
no, darle muy grandes vozes, et esso mismo desque
llegare al señuelo et en quanto comiere. Pero dize don
Johan que todo esto ha de fincar en el entendimiento
del falconero: ca ya vio los falcones que el primer día
fueron al señuelo sueltos, sin cordel ninguno, et otros
que los señolavan çinco o seis días ante que los osas-
sen soltar.

CAPÍTULO VI

PUES en el capítulo ante d’este departe cómo deven


fazer los falcones señoleros, dirá agora en éste cómo
les deven fazer traínas de la garça qua[ndo] les quie-
ren meter en ella.
Quando quieren fazer traína al falcón, ha mester
que esté muy fanbriento et si fuere descendido algún

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 27

poco de las carnes, será mejor. Et la primera garça


que l’ echaren, si la pudieren aver viva, si non, pué-
dengela echar muerta, mas ha mester que sea muer-
ta de poco rato porque esté aún caliente. Et de que
entrare en ella, déxenle mesar et después desconbrar
la carne et tomar un poco en los pechos, et denle car-
ne de gallina tanto quanto viere el falconero que lo
guardare que se tiene el falcón por e[n]tregado et que
aya mejoría de lo que come los otros días, pero que
finque en fanbre. Et si fuere biva, dévenle coser los
ojos et atarle un cordel luengo al un pie et ponerla en
un canpo et deve tener un omne el cabo del cordel en
la mano; et desque la garça estidiere en pie, deven ti-
rar el capirote al falcón et mostrárgela et si quisiere
ir a ella, dévenle dexar ir [et si non, tirar] por el cor-
del el que l’ tiene el cabo dél en guisa que faga abrir
las alas a la garça; et si por esto quisiere ir et travare
della, dévenle dar a mesar en ella et sacarle d’ella
dándol’ a roer en carne de gallina caliente, et
pónga[n]l[e] otra vez la garça en el canpo et deve el
falcón ir a ella. Et si travare d’ella, déxenle pellear
con ella et non lleg[u]e ninguno a él fasta que la aya
degollado et después lleg[u]e a él et çévele en los pe-
chos; pero que non coma mucho de la carne, mas
denle carne de gallina según viere el falconero que
cunple. Et si faziéndol’ esto que dicho es non quisiere
entrar con ella, dévenle atar una pierna de gallina en
las espaldas entre las alas, et quando el falcón fuere
por travar de la carne, dévenle tirar por el cordel en
guisa que gela derriben; et desque travare de la garça
a bueltas de la carne, dévenle asconder la carne et

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28 JUAN MANUEL

dexarle mesar en la garça, et después ponerla en el


canpo et dexar ir el falcón a ella; et desque travare
d’ella, çevarle et darle de comer et fazerle dar todas
las otras cosas según que dicho es desuso. Et el falcón
que por todas estas cosas dichas non quisiere entrar
en la garça, dize don Johan que non ha en él buen
esperança que nunca sea buen garçero, pero que al-
gunos falcones ay que son luego de comienço muy co-
vardes et son después buenos. [Et] todo esto que se
dize [es] de lo que deve[n] fazer el primero día que l’
echaren la traína biva; et deven fazer porque con
carne o sin carne que trave d’ella et la degüelle el fal-
cón por sí; et después que l’ ceven en los pechos et
que l’ den de comer tanto qu’ el falcón se tenga por
pagado, pero que finque con fanbre. Et dévenle sacar
de la garça et después echárgela çerca et dexarle ir a
ella et fazerle mesar et que coma algunas picaduras
en los pechos de la garça, et después darle sus caña-
das et fazerle mucho plazer. Et si fiziere buen tienpo
et el falcón lo oviere menester, et lo quisieren, dé-
venlo poner en el agua; et desque se bañare, dévenlo
poner al sol si non fuere muy caliente, et dévenle de-
xar olear. Et este día tanbién en el comer como en la
vara como en el dormir en la noche, dévenle fazer
quanto plazer pudieren; et otro día non le dar de co-
mer cosa del mundo sinon una plumada seca et dos o
tres nudos del pescueço de la gallina, o de las alas o
de las rodiellas o del pie de la liebre; et guisar como
aya otra garça biva para el terçer día, et dévenle co-
ser los ojos et ponerle una piquera porque non pueda
ferir al falcón, et dexarle ir bolando. Et si el falcón la

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 29

quisiere tomar volando es ya buena señal, et dévenle


çevar según es dicho del terçer día passado. Et si la
non quisiere tomar volando, dévenle tirar por el cor-
del porque abra las alas, et desque el falcón travare
d’ella, dévenla sacar ante que la mate et después
échengela volando de la mano en guisa que la vea él
salir de la mano, et desque la tomare, çevarle en ella
como es dicho desuso. Et dévenle echar tantas garças
a cada terçer día fasta que’l falcón la tome yendo vo-
lando, et que entienda el falconero que lo trae que co-
nosçe el falcón el buelo et las vozes de la garça. Et en-
tonçe dévenle echar una traína muy reçia et los ojos
descosidos et dexarla ir tanto volando porque se pue-
da acoger al agua ante que el falcón la alcançe, pero á
mester que sea el agua poca, en guisa que la non
pierda ý; et desque la tomare, çevar[le] como es dicho
et después tenprarle como dicho es. Et otro día
lançarle el otro falcón a la garça, et desque la troxiere
mal traída, lançar aquel falcón, et desque la mataren,
sacar el falcón maestro con carne de la garça et dexar
en ella el falcón que afeitan et darle de comer en los
pechos quanto la meitad de la tabla de la garça et el
coraçón, et lo ál dárgelo de buena gallina quanto en-
tendiere el falconero que l’ cunple, et después sus ca-
ñas et después lo ál, como dicho es. Et otro día tem-
prar como dize desuso et al terçer día tenerle la garça
en buen lugar et lançarle el falcón que afeita[n] pri-
mero. Et después que fuere a ella, dévenle acorrer
con otro falcón maestro en guisa que lleg[u]e a ella,
ante que el otro falcón que afeita[n] la dexe o quiera
afloxar, et desque la mataren, çevar el falcón nuebo

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


30 JUAN MANUEL

et fazerle todas las cosas que desuso dizen. Et otro


día tenprarle et al tercer día lançarle a otra garça; et
si la recabdare él por su cabo, si non, dévenle acorrer
con otro maestro como desuso es dicho. Et tantas ve-
gadas le deven acorrer con el falcón maestro fasta
que entienda el falconero que el falcón nuebo podría
et sabría matar la garça en su cabo si quisiesse. Et
desque esto vieren, dévenle dar muy grand fambre
además et catarle una garça en el mejor lugar que
pudiere et lançarle por su cabo et non le acorrer con
otro falcón ninguno, et si la matare, cevarle como di-
cho es; et si la non matare, darle muy grant fanbre
fasta que mate por su cabo. Ca si dende adelante
usassen de l’ acorrer con otro falcón, tomaría tal ma-
nera que non querría matar por su cabo et sería muy
malo de sacarle d’ella. Et desque el falcón por su cabo
matare dos o tres garças, dévengela fazer montar al-
gún poco en guisa que la falle el falcón ya quanto al-
ta, et desque la assí matare, dévengela montar con
otros falcones et con vozes et con atanbores cada día
más, fasta que suba por ella tan alto quanto enten-
diere el falconero que puede conplir el su buelo; et
desque d’esta guisa matare, deven fazer quanto pu-
dieren por fazerle matar en grant agua et que sea
vien agüero. Et desque estas cosas fueren fechas, es
el falcón afeitado et deven caçar con él como dirá
adelante en el capítulo que fabla cómo deven caçar
con los falcones afeitados.
Et dize don Johan que para fazer buen falcón ga-
rçero que ha mester seis cosas: la primera es que el
falcón que sea bien ligero et ardit et fanbriento, et la

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 31

segunda que [l’] traya buen falconero, et la terçera


que l’ tenga en tierra que aya muchas garças, et la
quarta que aya açor garçero que tome garças para
que l’ puedan fazer traí-nas quales las oviere mester,
et la quinta que aya otro falcón garcero con que l’
acorran ante que la mate por sí, et la sexta que aya
otro falcón que monte la garça desque él fuere bien
afeitado. Pero dize que todo esto á de fincar en el en-
tendimiento del falconero; ca ya él vio falcones que
sin todas estas cosas fueron muy buenos garçeros, et
aunque mataron nunca les echando traína, et otros
que faziéndoles todas estas cosas, nunca quisieran
ser buenos. Et assí por fuerça á de fincar en el enten-
dimiento del falconero. Que como quiera que todo es-
tá aquí escripto como se deve fazer, pocas vezes se
guisa que se puede fazer assí; et si el falconero non
sopiesse nada de suyo, sinon lo que está escripto en el
libro, tarde fará buen falcón; ca si quier quando llo-
viesse o quando se aguasse la garça en el río, si en-
tonce oviesse de abrir el libro para leerle, mojarse ía
et sería perdido el libro, et dende adelante non
sabr[í]a cómo caçar. Por ende á meester que el falco-
nero aya tal entendimiento que de suyo sepa poner
consejo para afeitar su falcón; que si buen entendi-
miento oviere, aunque algunas cosas mengüen que se
non pueden fazer como aquí está escripto, a todas sa-
brá dar recabdo et [non] dexará por esso de fazer
bueno el falcón que troxiere.
Otrosí quando quisiere començar afeitar el falcón
neblí para fazerle altanero, dévenle fazer d’esta gui-
sa:

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


32 JUAN MANUEL

Después que el falcón fuere manso et bien señolero


et biere el falconero que l’ trae que conosçe bien las
vozes et el señuelo et los omnes, entonçe deve muy
bien encarnar el señuelo et tirar el capirote al falcón
et mostrarle el señuelo bien encarnado et darle a roer
un poco en él. Et mientre el falcón en él royere, tirár-
gelo de la mano et escondérgelo adesora et estonçe
lançar el falcón reçio de la mano; et luego que de la
mano saliere, darle vozes, et la primera buelta que fi-
ziere a omne, echarle el señuelo et darle de comer
quanto entendiere el falconero que l’ cunple. Et si por
aventura el falcón se asentare en tierra et non se qui-
siere partir del falconero, dize don Johan non es mala
señal. Et otro día dexarle fazer más bueltas et cevarle
esso mismo. Et esto le deven fazer tantos días fasta
que entienda el falconero que non ha el falcón que-
rençia en ál sinon en el omne et en el señuelo et que
conosçe bien las vozes. Et desque el falcón estudiere
en este estado, dévenle lançar a las picaças; et será
mejor si fueren muchas que si fuere una señera; et
las picaças son buenas para esto porque buelan poco
et se enbarran aína. Et desque el falcón la[s] enba-
rrare, dévengela[s] levantar et fazerle andar con ellas
enbarrándolas quanto entendiere el falconero que
cunple, en guisa que non tome ninguna nin se enoje
nin se asiente, et entonçe echarle el señuelo et ce-
varle muy bien. Et esso le deven fazer tantos días
quantos entendiere el falconero que cunple. Et deven
algunas vegadas levantar la picaça tan de lueñe por-
que la vaya enbarrar a muy lexos, et el falconero deve
estar quedo et darle muy grandes vozes, et desque

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 33

viere que el falcón torna contra él, deve él ir corriendo


contra otra parte et todavía dando grandes vozes et
trayendo la lúa enderredor, en aquella manera que lo
fazen quando quieren que el falcón monte. Et desque
el falcón alcançare al falconero, dével echar el se-
ñuelo et darle de comer. Et desque el falconero en-
tendiere que el falcón torna a él cada que l’ llama, si
acaesçe que por aventura alguna vez tira con alguna
ralea et después torna a las vozes, non le enpesçe, an-
te es bueno; pero non lo deve omne lançar adrede a
ninguna ralea, salvo ende a la picaça. Et desque el
falcón estas cosas fiziere, deven lanzar un falcón al-
tanero a las ánades; et desque oviere aguado et finca-
re una por su cabo, deven lançar el falcón que afei-
tan; et desque andudiere con el otro, deven lançar el
ánade en guisa que la agüe el falcón maestro et que
la bea el nuebo et después dévenla levantar en guisa
que la agüe el nuebo. Et desque la aguare, darle vo-
zes porque torne al falconero; et desque tornare, deve
el falconero ir corriendo a otra parte como desuso es
dicho, et quando el falcón lo alcançare, echarle el se-
ñuelo et darle de comer et non fazer fuerça que se
pierda el ánade que está aguada. Et esto le deven fa-
zer tantos días fasta que entienda el falconero que el
falcón mayor querençia á en él et en las vozes et en el
señuelo que en otra cosa ninguna. Et a las vezes lo
deven levantar el ánade en guisa que tire con ella et
quanto más lueñe fuere con ella et la aguare et la de-
xare et tornare después al omne, tanto es mejor et le
deven cevar mejor. Et desque el falcón todas estas co-
sas fiziere, deven guisar que recabde alguna, et des-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


34 JUAN MANUEL

que la toviere en las manos, dévenle dexar estar en


ella fasta que la comiençe a degollar; et deve el falco-
nero llegar a él dándol’ vozes et sacarle del ánade
mansamente et echarle el señuelo et darle sobre el
señuelo el coraçón et la lengua del ánade et çevarle
en la mano et non sobre el señuelo et darle tanto
quanto entendiere el falconero que l’ cunple. Et esto
le deven fazer dende adelante fasta que entienda el
falconero que l’ puede lançar por su cabo. Et desque
matare por su cabo, dévenle fazer aguar las ánades
dos o tres vezes et después fazerle recabdar; et des-
que matare, ponerle el coraçón del ánade en quatro o
en çinco péñolas, et mientre lo él comiere, cavalgar el
falconero et darle vozes, [et] de que se levantare et
començare a gridar el omne, echarle el señuel[o] et
darle de comer. Et desque el falcón estas cosas fiziere,
es afeitado et deven caçar con él en la manera que di-
rá adelante en el capítulo que fabla cómo deven caçar
con los falcones afeitados.
Pero dize don Johan que todo esto á de fincar en el
entendimiento del falconero; ca él vio muchos falco-
nes que sin todas estas maestrías se fizieron muy
buenos et otros que fueron muy malos de fazer. Pero
si el falconero fuere bueno, él porná recabdo a todo,
ca non se podría poner en escripto todas las maneras
que en los falcones á; ca los unos montan bien et non
desçenden bien, et otros descenden et non montan
bien, et otros tiran con las ánades et non quieren tor-
nar et los otros buelan bien et non quieren desçender
al señuelo et los otros fázenlo todo mal et son desco-
nosçidos et los [otros] fázenlo todo bien. Et así por

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 35

fuerça todas estas cosas an de fincar en el entendi-


miento del falconero.

CAPÍTULO VII

LOS falcones con que agora más usan caçar las grúas
son los baharís. Et quando los quieren afeitar para
matar grúas sin maestro, dévenles echar un ánsar
parda que tenga atado el pico et las alas en guisa que
non le pueda morder nin ferir con las alas, et desque
travare d’ella, fazérgela degollar et çevarle bien et
darle sus cañadas en el ojo así como quando matan la
grúa; et otro día tenprarle et otro día echarle otra. Et
esto le deven fazer tantas vezes fasta que la tome
yendo el ánsar volando. Et quando el falconero en-
tendiere que el falcón la tomará volando, deve dexar
ir con él un can que l’ acorra porque la mate ante que
pueda ferir el falcón con las alas; [et] de que la toma-
re d’esta guisa, cevarle muy bien et fazerle mucho
plazer. Et después abaxarle ya quanto de las carnes
et darle muy grant fanbre; et quando el falconero en-
tendiere que el falcón está muy fanbriento, catarle
muy buen lançe de grúas que sea una o dos o fasta
tres, et lançarle lo más çerca que pudieren. Et si el
falcón derribare o travare d’ella o endereçare a ella o
fiziere qualquier señal que va a ellas, dévenle çevar
muy bien. Et otro día tenprarle mucho et tenerle en
un portal muy frío et fazerle albergar de noche ý; et
otro día de mañana ponerle un rato al sol et darle dos
o tres picaduras de carne caliente et meter[le] en una

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


36 JUAN MANUEL

casa muy escura et dexarle estar ý fasta después de


nona et entonçe catarle muy buen lançe de grúas. Et
si el falconero viere que el falcón faze algo de lo que
deve, ha mester que tenga presta un ánsar parda et
que l’ ceven muy bien en ella. Et otro día que l’
tienpren como dicho es, o más si más pudieren, et que
l’ lançen a las grúas como es dicho; et así lo deven fa-
zer fasta que mate la grúa. Pero dize don Johan que
todo esto á de fincar en el entendimiento del falcone-
ro; ca él vio muchos falcones que sin todas estas
maestrías ellos de suyo se atreviero[n] a matar la
grúa et otros que matan ante garça et ante que la
uvien del todo conosçer por la querençia de la garça,
matan la grúa et otros que, assí nin así, non lo quie-
ren fazer. Et por esto ha mester que en el falconero
aya tal entendimiento porque sepa con quál falcón á
de porfiar.
Otrosí quando an maestro para afeitar los falcones
nuebos, dévenlo fazer d’esta guisa: el primero día,
quando el maestro matare la grúa después que l’
ovieren çevado, deven echar la grúa al falcón que
quisieren afeitar, et desque travare d’ella et co-
mençare a mesar, dévenle dar unas pocas picaduras
en la tabla de la grúa et después sacarle d’ella et po-
nerle el capirote, et poner la grúa enpalancada en el
canpo, et dexar ir el falcón a ella; et desque travare
d’ella et començare a mesar, llegar el falconero et ta-
jar una pieça de la carne de la grúa et ponerla entre
los picos de la grúa et fazer al falcón que trave en la
cabeça de la grúa et que se ceve en aquella carne que
está en el pico. Et desque oviere comido tanto quanto

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 37

entendiere el falconero que l’ cunple, dévenle poner


las cañadas en el ojo de la grúa, et fazer el falcón sal-
tar de la mano a la cabeça de la grúa et que coma las
cañadas en el ojo, et ese día dévenle fazer mucho pla-
zer. Et a la tarde dévenle dar otra vez unas pocas de
cañadas en la cabeça de la grúa, como fizieron en an-
te, et essa noche ponerle en una vara en muy buena
casa; et otro día darle muy grant fanbre además, et
de noche fazerle albergar en un portal muy frío. Et
otro día, quando lançare el maestro, non lançar a él
luego; mas de que la grúa fuere derribada et biere el
falconero que troxiere el falcón nuevo que non puede
guaresçer la grúa, deve tirar el capirote al falcón
nuebo et mostrárgela; et desque entendiere que la
vee et que ha sabor de ir a ella, dével’ dexar ir; et
desque llegare a la grúa et entrare en ella, dével’ çe-
var en la cabeça como dicho es et llamarle a las caña-
das un poco más lueñe que’l día primero et fazer en
guisa que salte de la mano et que coma las cañadas
en el ojo de la grúa como desuso es dicho, et a la tarde
eso mismo, et otro día tenprarle como le fizieron el
día de ante. Et otro día, quando lançaren el falcón
maestro, el que toviere el falcón que quiere afeitar
deve ir a más andar en un rocín quanto pudiere, [et]
quando viere que el falcón [maestro] sale por tomar la
grúa et la reviesa, dével’ tirar el capirote al falcón et
mostrárgela; [et] en ante que venga a tierra, entonçe
dével dexar ir a ella; pero si viere que va él tan açerca
et con recabdo, et que los acorredores ayudan bien al
maestro, [et] que es la grúa apartada de las otras, et
desque la mataren, dévenle çevar muy bien et fazerle

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


38 JUAN MANUEL

todas aquellas cosas que son dichas. Et el otro terçer


día quando lançare[n] el maestro, ante que llegue a
las grúas, para que vaya en guisa que es çierto que
puede alcançar et que va él tan en guisa que puede
acorrer, deven tirar el capirote al falcón que afeitan
et dévenle dexar ir. Et desque llegare a las caídas de
la grúa et la grúa moriere, dévenle çevar et fazerle
todas aquellas cosas que son dichas, et otro día
tenprarle como suele[n]; et al terçer día después
quando lançaren el maestro et fuere a la meitad del
camino, dévenle dexar ir; et desque llegare a la grúa,
si travare d’ella o se enpeñolare, desque la grúa mu-
riere, dévenle çevar et fazer todas las otras cosas se-
gund desuso dize. Et al terçer día después quando
lançaren, dévenle lançar luego con el maestro et non
le dar otro acorredor porque bean qué es lo que él fa-
ze, et desque mataren la grúa, çevarle como dicho es.
Et si vieren que l’ derriba por sí, al otro terçer día de-
ven lançar a él primero, et el maestro en pos él, por-
que [desque] él derribare et apartare que gela re-
cabde el maestro. Et desque así oviere muertas unas
dos grúas, dévenle apartar por sí et darle sus acorre-
dores et dende adelante caçar con él como dirá en el
capítulo que fabla cómo [se] deve caçar con los falco-
nes grueros después que son maestros.
Pero dize don Johan que todo esto va de como el
falconero sopiere caçar. Et como quier que se pone en
este libro en cómo se deve fazer, las más vegadas non
se faze así; ca algunas vegadas non falla omne la caça
como querríe o la fallará quando los falcones non son
tenprados. Et quando los falcones fueren bien

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 39

tenprados, por aventura que non la fallarán; et por-


que si de cada día se tenprassen los falcones, podrían
venir a muerte o a peligro, áles por fuerça a dar de
comer, en guisa que non serán tenprados, et fallarán
entonçe la caça; o por tienpos fuertes que faze o por-
que a las vegadas sobra la voluntad et lança el omne
en guisa que saca el pleito de regla o que yerran los
falcones o los omnes o [por] muchos acaescimientos
que acaesçen porque [non] pueden todo fazer segund
está en este libro escripto, et por ende forçadamente
[todo esto] á de fincar en el entendimiento del falco-
nero porque faga en toda cosa que él entendiere por-
que mejor pueda afeitar su falcón.

CAPÍTULO VIII

PUES que en el capítulo ante d’este dize cómo deven


fazer traínas a los falcones para matar garças et cómo
los deven afeitar para ser altaneros et otrosí cómo los
deven afeitar con maestro o sin maestro para ser
grueros, dirá en éste cómo los deven guardar et caçar
con ellos et fazer en guisa que non dexen la una caça
por la otra.
La cosa que los falcones an más meester para que
puedan caçar bien es que sean sanos del cuerpo et de
las péñolas, que aunque las péñolas sean sanas, si el
falcón fuere doliente o flaco o muy magro, nunca po-
dría fazer buen buelo nin caçar como deve; et aunque
del cuerpo sea sano et reçio, si las péñolas non fueren
sanas, non podrá volar como deve. Et por ende es

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40 JUAN MANUEL

mester que el falconero faga todo su poder por guar-


dar esto. Pero si el falcón oviere mengua de cada una
d’estas cosas, deve[n] poner recabdo segund dirá
d’aquí adelante en el capítulo que departe de las en-
fermedades de los falcones. Pero para que sean sanos
et caçen bien, dévenlos fazer d’esta guisa:
Primeramente que el falconero que trae el falcón
deve catar que [l’] traya muy bien en la mano et que
l’ dé a comer sienpre de buenas carnes et que guarde
que l’ non dé a comer nunca de una carne sobre otra
nin le dé a comer fasta que entienda que á tollido et
es bien desenbargado de lo que ante avía comido; et si
plumada le diere el día ante, que guarde que non le
dé a comer fasta que sea çierto que la aya echado.
Otrosí que l’ ponga en el agua porque pueda bañarse
et bever, si quisiere, dos vegadas o a los menos una
en la semana; [et] si quisiere vañar en casa en ga-
miella o en libriello o en otra cosa semejante entre las
gentes, es mejor, et si non, dévenle bañar en ar[r]oyos
o en unas lagunas que se fazen en los prados o en
otros lugares sus semejantes; et desque fueren vaña-
dos, dévenlos dexar olear et pensar de sí, dellos en
baras, dellos en las rodiellas o en las manos de los
omnes, segund entendiere el falconero que pertenesçe
al falcón. Otrosí les deven poner sienpre buenas ba-
ras tanbién de cada quando an de estar al sol o al ai-
re o en casa como de [...] et dévenlos guardar que los
non pongan en ningún lugar do aya olor de vino nin
de vinagre nin do aya albergado ganado nin do aya
ningund mal olor [nin] en casa úmida. Otrosí le[s]
deven guardar que non alberg[u]e[n] de noche al se-

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LIBRO DE LA CAZA 41

reno. Et dize don Johan que ésta es grand marabilla:


que’l sereno guaresçe a los falcones dolientes si yazen
a él andando sueltos, et faze enfermar a los sanos si
yazen a él estando atados. Otrosí les deven mucho
guardar que si fuere el falcón quexoso, que el falcone-
ro non sea contra él sañudo nin le faga enojo, mas
puñe en tirarle la saña et la quexa lo más que pudie-
re, a las vezes mudándol’ de la mano de una a otra et
tirándol’ el capirote et dándol’ a roer o a mesar, a las
vezes poniéndol’ en la rodiella o catando aquellas
maneras que’l falconero entendiere porque’l falcón
puede seer más sin quexa, guardándol’ todabía que l’
non fagan enojo.
Pero dize don Johan que como quiera qu’ él puso
aquí muchas maneras en cómo los falcones se deven
guardar porque sean más sanos, que todo esto á de
fincar en el entendimiento del falconero; que muchas
vegadas, por muchas cosas que acaescen, non se pue-
den guardar todas estas [cosas] assí como aquí están
escriptas et por ende á mester que’l falconero aya tal
entendimiento que quando todo esto pudiere fazer
bien, que lo faga, et quando alguna cosa errare, que
lo sepa emendar.
Otrosí la manera de caçar con los falcones dévese
fazer en esta guisa: quando quieren caçar con los fal-
cones altaneros, caçan mejor quando es más mañana
et quando faze mayor frío, pero que non faga muy
grand biento. Et el lugar mejor para caçar con ellos es
do aya lagunas tales de que puede omne levantar las
ánades quando quisiere, et si el arroyo es tal en que
aya cadoços a logares, es mejor.

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42 JUAN MANUEL

Et la manera cómo los deven lançar es ésta: deve el


falconero saber [el] lugar çierto do yazen las ánades
et subir el viento arriba en guisa que finquen las
ánades una pieça deyuso del viento, et estonçe fazer
el falcon[ero] aquella señal qu’ él suele fazer quando
quiere lançar et tirarle el capirote et tenerle de cara
al viento, et si quisiere sacudir o toller, es bien, et si
esto non quisiere fazer et quisiere salir de la mano,
dével’ dexar ir, pero dévese guardar quanto pudiere
porque non ponga el falcón los ojos en ninguna ralea.
Et desque el falcón saliere de la mano, deve el falco-
nero tirarle la luva et andar en la vestia que andu-
diere de una parte a otra; et desque viere que’l falcón
va monta[n]do, dével’ dar vozes, aquellas que l’ suele
dar quando quiere que monte; et desque’l falcón fuere
puesto en su altura, aquella que el falconero enten-
diere que es la mayor a que el falcón suele sobir, deve
lenvantar las ánades del viento ayuso en guisa que
las pueda aguar; et desque las oviere aguado, dévese
tirar el falconero afuera de la ribera et sobir el viento
arriba et fazer tornar el falcón et subir a su altura et
después levantarlas otra vegada en guisa que las
agüe. Et desque el falcón fuere tornado otra vez a su
altura, si quisiere, puede atravessar la ribera et le-
vantarlas el viento ayuso en guisa que mate; ca las
más vegadas que levantan viento arriba, o el falcón
non alcançará, o si alcançare, levará en mano, mas
non cobrará bien; et si fuere viento ayuso, et aunque
non levante muy a punto, alcançará et cobrará bien
et nunca levará en mano. Et desque matare, si fueren
algunas ánades aguadas et non las quisieren guardar

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LIBRO DE LA CAZA 43

para lançar otro falcón, deven sacar aquel falcón


d’aquel ánade et poner el coraçón d’ella en quatro o
en çinco péñolas et dexar el falcón en tierra comiendo
aquel coraçón d’aquel ánade; et el falconero deve ca-
valgar mientre lo él come, et desque lo oviere comido,
darle vozes et el falcón levantarse á luego, como lo á
costunbrado, segund fue dicho en el capítulo que fa-
bla cómo deven afeitar los falcones; et desque fuere
puesto en su altura, dévenle levantar las ánades co-
mo dicho es. Et desque oviere aguado, si el falconero
quisiere que mate bien, le puede fazer matar; o si
quisiere echarle el señuelo, non será mala falconería.
Pero si el falcón fuere garçero, quando matare ánade,
non le deven çevar, mas dévenle fazer plazer; et
quando matare garça o grúa, dévenle çevar conpli-
damente, et así non dexa la prisión mayor por la me-
nor.
Et como quier que esto así está escripto, dize don
Johan que todo esto á de fincar en el entendimiento
del falconero, que las más vezes [non] acaesçe como
aquí está escripto. Et a las vegadas los falcones tiran
por las raleas et van tan lueñe que an de ir los falco-
neros en pos ellos et los an a tomar allá do son idos et
non pueden tornar a la ribera; et a las vegadas que
tornan, et después que tornan, non quieren volar; et
otra vez, desque an aguado, porque siente el ánade
colpada et porque la cuida tomar con el agua, asién-
tase en la ribera; et otras cosas muchas que acaesçen
que si se oviessen a poner en escripto, que sería muy
luengo et muy enojo[so] de escrivir et aun de leer. Et
por ende dize don Johan que todo esto á de fincar en

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44 JUAN MANUEL

el entendimiento del falconero. Ca si tanto sopiere


porque [por] drecho le llamen falconero, a todas estas
cosas sabrá poner recabdo.
Otrosí si quisiere caçar garça et se atreviere en el
falcón que traen que l’ non pierda por alto, deven po-
ner gentes en los lugares do entendiere que se rendrá
quando fuere vençida, et quando se levantare, deve
lançar un falcón que la monte et fazerle muy grand
roído de vozes et de atanbores. Et desque fuere tan
alta quanto entendiere el falconero que trae el falcón
que puede conplir el su buelo, dévele tirar el capirote,
et aunque’l falcón se debata, non le deve dexar ir fas-
ta que bea que pone los ojos en ella. Et desque el fal-
cón començare a sobir a ella et andudiere montando,
deven todos callar et veer lo que fará.
Et dize don Johan que en este lugar ay grand de-
partimiento et grand porfía entre los falconeros; que
unos dizen que es bueno el falcón que monta mucho
en la garça et después que la vençe, que viene a ella
muchas vezes; et otros dizen que es mejor el que, lue-
go que la vençe, que la primera vez que viene a ella o
a la segunda, que la toma luego, et nunca la dexa fas-
ta que caye en tierra; [et] otros dizen que es mejor el
que se aluenga d’ella et faze bueltas luengas. Et de
todas estas maneras dize don Johan que lo más que
él pudo saber, departiéndolo con el infante don Jo-
han, que fue el mejor caçador que él nunca vio, que
fue esto:
Dize que el falcón más ligero que puede seer et que
mejor mata la garça es el que la mata a dos tanto así
que si la garça and[ud]iere mill estados asmamiento

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 45

sobre la gente quando lançare[n] el falcón, que la to-


me suso o la faga rendir quando llegare a dos mill es-
tados, et esto dizen que es el mejor que puede seer;
pero el que la non puede matar o vençer tan aína et
la mata o la vençe a tres tanto que si fuere la garça
asmamiento mill estados sobre la gente quando
lançaren el falcón et la matare o la venciere quando
fuere a tres mill estados, tiene que es buen falcón, et
quando mata más aína o más tarde d’esto que dicho
es, tanto es mejor et más ligero, o menos ligero o me-
nos bueno.
Pero dize don Johan, et cuéntalo por muy grant
marabilla, que vio a un falcón sacre que traía el in-
fante don Johan, que llamavan Perlado et traía un
falconero que dizíen Pero Núñez, que andando un día
entre don Johan, el infante, et él a caça cabo de León,
en el río de Bernesga, que fallaron dos garças ayun-
tadas et que les lançaron un falcón sacre ma[s]lo que
traía un falconero que dizían García Ferrandiz; et
desque fueron muy altos, que lançaron un neblí de
don Johan que traía un falconero que dizían Ferrant
Gomes et que subió con ellas tanto que quando las
ovo vençidas, que paresçía el falcón muy abés et traxo
la una et desque fue en tierra con ella, que la otra
que fincava muy poco mayor que una palloma; et
desque lançaron entonçe aquel falcón sacre del infan-
te don Johan, et que la vençió tan aína que ante fue
con ella que la perdiese[n] de vista; et si omne lo pu-
diesse asmar por çierto, bien diríe don Johan que si la
garça andava a quinze mill estados, que la ovo el fal-
cón alcançada ante que llegasse a mill estados más,

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46 JUAN MANUEL

que fuessen por todos XVI mill estados, et dize que


ante nin después nunca tal marabilla él viera fazer a
falcón nin a girifalte nin a sacre nin a neblí; [que]
bien bi[ó] que muchos falcones fueron lançados a ga-
rça muy alta et que la mataron tan alta que non pa-
resçía el falcón nin la garça, mas la grand marabilla
non fue sinon en tan poco rato pudo andar tan grand
camino.
Otrosí dize don Johan que tiene por mejor el falcón
que assí como llega a la garça, que la toma luego, si
quier la falle alta si quier vaxa, que non el que la fa-
lla vaxa et que la monta et la mata después, que dize
que él que la así mata non lo faze sinon con mengua
de buelo et con falsedat. Otrosí dize que si la rende al
agua, que gela deven sienpre levantar viento arriba
et contra la gente et faziendo quanto pudiere[n] por
la echar fuera del agua, et por guisa que non vaya a
los árboles o a los sotos o a las presas de los molinos o
a los almarjales o a los lugares do ella mejor se puede
defender. Et desque el falcón tal garça mata, dévenle
çevar et fazerle mucho plazer segund diz en el capí-
tulo que fabla en cómo deven çevar al falcón quando
mata la garça. Et porque muchas otras cosas pue-
de[n] acaesçer en esta caça que se non podrían escri-
vir, dize don Johan que todo á de fincar en el enten-
dimiento del falconero, et dize que la caza de la garça
se faze mejor de terçia adelante o a los menos de me-
diodía, que non más de mañana.
Otrosí la caça de las grúas se deve fazer en esta
guisa: el lançe de las grúas son tres [falcones]: un
maestro et dos acorredores. Pero como quier que así

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LIBRO DE LA CAZA 47

sea, bien puede el falcón maestro seer lançado con un


acorredor; et otrosí bien pueden lançar con él tres o
quatro o çinco acorredores. Et quando an de lançar,
deven llegar lo más que pudiere[n] a las grúas, et
desque levantaren, tiren el capirote al falcón maestro
e déxenle ir; et desque el falcón fuere yendo, dexar ir
en pos él uno de los mejores acorredores et después
los otros. Pero si oviere ý algún [a]corredor que apar-
te o derribe por sí, non lo deven lançar fasta que en-
tienda[n] que ante avrá apartado el maestro que él
pueda llegar a las grúas. Otrosí si oviere ý algún fal-
cón o que sea muy de ralea o que trave de los otros
falcones, non le deven lançar fasta que la grúa sea
der[r]ibada et bea el falconero que l’ trae que pone
bien los ojos en la grúa et non tiene ojo nin mientes
por el buelo de los falcones nin por otra ralea. Et lue-
go que lançaren los falcones, deven dexar el can ir en
pos ellos et deven lançar biento ar[r]iba et fazer
quanto pudiere[n] porque la grúa non se acoja al
agua nin almarjal nin a lugar do aya malos pasos
porque l’ puedan mejor acorrer las gentes et más sin
peligro de los omnes et de los falcones; et desque la
grúa fuere muerta, dévenlo cevar como dixo en el ca-
pítulo que fabla cómo deven çevar los falcones des-
pués que an muerta la grúa. Otrosí deven çevar et fa-
zer mucho plazer al can que acorre a los falcones. Et
tiene que es mejor lançe quando non es más de una
grúa o dos o tres que quando son muchas.
Et dize don Johan que como quier que estas cosas
son puestas en este libro, que [por] fuerça ha de fin-
car [todo] en el entendimiento del falconero, ca dize

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


48 JUAN MANUEL

que él vio que él ovo falcones, señaladamente uno a


que llamavan Lançarote que traía Alfonso Périz
Amigo, que era sardo, que l’ lançava a las grúas
quando andavan tan altas que avés podía paresçer el
falcón quando a ellas legava et matava sin ayuda de
can nin de otro falcón. Et eso mismo fazía un neblí
que traía Diego del Congosto et otro falcón sardo que
traía Diego Pérez Davia, et aun matava mejor otro
neblí que l’ dio el prior don Ferrando Rodríg[u]es.
Et por ende á el falconero de catar de qué talante
es el su falcón et qué buelo á et cómo se deve lançar,
et deve fazer quanto pudiere porque el su falcón mate
estrañamente et marabillosa, ca esto se puede fazer
mejor en la caça de las grúas que en otra caça. Ca en
los falcones altaneros et en los garçeros, si buenos
son, poca avantaja ay entre los buenos garçeros et al-
taneros; mas entre los grueros non es así. Ca todo fal-
cón que lançan a las grúas desque fueren levantadas
et la matare con ayuda de can o de acorredores, tie-
nen que es buen falcón, et tiene[n] verdad, pues el
que lançan a las grúas, quando andan rodeando muy
altas además o bienen atravesadizas muy lueñe, et
lançan a él por su cabo et la mata sin ayuda de aco-
rredor nin de can, bien manifiestamiente paresçe que
mayor avantaja ay entre ellos que entre los otros fal-
cones que fagan otra caça.
Et dize don Johan que como quier que esto paresçe
muy estraño et muy grave de fazer, que para buen
falconero non es grave, ante es muy ligero de fazer.
Et dize que d’esta caça se quiere él alabar, que tiene
sin duda que aviendo falcón ligero et comedor et

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 49

aviendo vagar para lo fazer, que en menos de dos me-


ses fará a tal falcón matar grúa tan alta como anda la
garça quando lança el falcón et la matará sin ayuda
de otro falcón nin de can. Et dize que ya lo fizo él mu-
chas vezes; et aun dize que fizo a un falcón baharí
torçuelo, que dizían Picardit, matar grúa por su cabo;
et desque fue fecho, que lo dio al rey don Ferrando.
Otrosí dize que fizo dos esmerejones que acorriessen
[et] enpeñolavan en la grúa, et cada que la grúa mu-
ría, fallavan a ellos en ella assí como a los otros falco-
nes, et tiene, sinon porque los perdió una vez que los
lançó a una guadarniz en el campo de Xorquera et se
fueron perder con ella en guisa que los nunca falló,
[et] cuida que por ventura fiziera tal cosa que fuera
marabilla de dezir. Pero non lo quiere él aquí nonbrar
porque non lo tengan por muy chufador; ca ésta es
una cosa que aponen mucho a los caçadores. Pero di-
ze don Johan que en todo quanto á dicho fasta aquí
que en buena verdat non á dicho chufa ninguna.
Otrosí dize todo quanto sabe d’esta caça de las
grúas que todo lo más et lo mejor aprendió de don
Remón Durche, que fue el omne que él nunca vio que
más sopiesse de caça de grúa, et adelante dirá cómo
solía caçar las grúas en Castiella ante que don Re-
món Durche viniesse, et cómo mostró a don Johan fa-
zer[lo] en la guisa que agora usa don Johan caçar las
grúas. Et dize don Johan que él oyó al infante don
Johan et a Gonçalo Roiz de Isla, que fue falconero
mayor del rey don Alfonso et después del rey don
Sancho, et a Pero López, un cavallero falconero que
era del infante don Manuel, et a otros falconeros mu-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


50 JUAN MANUEL

chos, que en tienpo del rey don Alfonso, que doze fal-
cones o más eran un lançe de grúa et que los lança-
van estando las grúas posadas et que las más vezes
la tomavan ante que se levantassen o quando ivan
muy vaxas, en ante que viniesen entrar en buelo, que
la tenía el maestro fasta que llegava el can que la to-
mava, et si de aquella caida non la matava, dende
adelante non iva ningún falcón en pos ella. Et dize
don Johan que aun él, fasta que don Remón Durche
vino, que así las via caçar, salvo ende que non lança-
van tantos falcones, et aun dize que el primer falcón
gruero lançavan estando ellas en tierra. Et a cabo de
un año murió don Anrique et ovo don Johan un fal-
cón que fuera suyo que dizían Galván, et era sardo, et
éste matava bien la grúa et a muchas caidas, pero
que l’ lançava estando las grúas posadas. Et después,
a cabo de otro año, fueron las vistas del rey de Cas-
tiella et del rey de Aragón et del rey de Portogal en
Ágreda et en Taraçona [et] vénose entonçe don Re-
món Durche con don Johan, et esto era en agosto; et
luego de la muda, tomó dos falcones de los de don Jo-
han, et dizían al uno Plomate et al otro Real; et en
quanto don Johan morava en Huempt, fuése don
Remón para tierra de Alarcón et afeitó los falcones en
tal manera que matavan las grúas viniendo atrabe-
sadizas. Et la primera grúa que mataron ante don
Johan desta guisa fue entre Palomares et Buruanos,
cabo un arroyo que dixen Xuherón. Et dende adelan-
te començó don Johan a caçar las grúas así como don
Remón le mostró, et fizo falcones que matavan las
grúas así como dize desuso en el capítulo que dize de

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 51

cómo él [caça] las grúas. Et dize don Johan que él oyó


dezir al infante don Johan que aún en aquel tienpo
matavan las grúas como desuso es dicho, que vio él a
un falcón sacre del infante don Manuel en Murçia, do
estava[n] entonçe el rey don Alfonso et don Manuel,
que matava la grúa quando andava muy alta de ro-
deo et vinía atravesadiza, et aunque se veían en muy
grand coíta él et don Alfonso, fijo del infante don Ma-
nuel, quando avían acorrer aquel falcón por razón de
las grandes açequias que ay en la huerta de Murçia.
Et dize que él oyó dezir que don Manuel era el mayor
caçador et que más aves tenía, et que jurava el infan-
te don Johan que dexara una vegada al rey don Al-
fonso et a don Manuel con él en Sevilla et que tenía ý
don Manuel consigo muchos falcones, et el infante
don Johan viníase para Castiella, et quando llegó a
Medelín, que falló ý çient et sesenta falcones de don
Manuel que estavan ý de morada caçando, porque es
buena tierra de caça, et éstos eran demás de los que
él tenía en Sevilla et tenía[n] por marabilla si en tres
o en quatro años podían fazer un maestro. Otrosí a la
ribera lo más caçavan con baharís. Et los neblís que
traían tenían que el primero año fazían asaz en
amansar et en señolar el falcón, et otro año, después
que era mudado en poder de omne, que l’ fazía[n]
volar a la ribera; et si al cabo del terçer año, si lo po-
dían fazer buen falcón, tenía[n] que era buen falcone-
ro el que lo traía. Pero tanbién entonçe, como agora,
caçaron con girifaltes et de una guisa et sienpre ma-
taron garça mejor que otros falcones. Et aun dize don
Johan que él oyó dezir que la caça de los falcones al-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


52 JUAN MANUEL

taneros vino a Castiella después que el sancto rey


don Ferrando, que ganó Alendeluzía, casó con la rei-
na doña Beatriz, que en ante d’esto dizen que non
matavan la garça con falcones, sinon con açores. Et el
primero que començó a matar garça con falcones fue
un omne bono que dizían don Rodrigo Gomes, de Ga-
llizia, et matá[va]las con falcones bornís et lançávan-
gelos quando estava la garça asentada. Otrosí oy[ó]
dezir [que] en Portogal avía un conde que dizían don
Gonçalo Garçía, et éste fazía tomar los falcones neblís
pollos et tajávales las péñolas de las alas et de la cola
et poníales cascabeles et piuelas, et dexávales andar
todo el año en su casa entre los omnes et los canes et
las gallinas; et al tienpo de la muda, fazíales una já-
vola en medio del corral et mudávalos allí, et desque
eran mudados, fazíales matar garça et non otra cosa
ninguna. Et d’esta guisa caçava[n] fasta que nasçie-
ron los fijos del rey don Ferrando, que fueron muy
grandes caçadores, señaladamente el rey don Alfonso
et don Anrique et don Felipe et don Manuel. [Et] és-
tos usavan caçar en la manera que desuso es dicho, et
agora usan de caçar segund está escripto en este li-
bro. Et dize don Johan que tanto se paga él de la caça
et por tan aprovechosa la tiene para los grandes se-
ñores et aun para todos los otros, si quieren usar
d’ella como deven et pertenesçe a sus estados, que
[a]sí como fizo escrivir lo que él vio et oyó en esta arte
de la caça, que si alguna cosa viere d’aquí adelante
que se mude o se faga mejor et más estrañanmente,
que así lo faré escrivir.

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LIBRO DE LA CAZA 53

CAPÍTULO IX

PUES en el capítulo ante d’este dize cómo deve[n]


caçar con los falcones después que son afeitados et
cómo usan de caçar agora con ellos et cómo usavan
caçar con ellos en los tienpos pasados et cómo se co-
mençó en esta tierra la caça de los falcones, dirá ago-
ra en éste cómo deven fazer porque los falcones mu-
den bien et metan buena péñola.
Ya es dicho desuso que los mejores falcones son los
girifaltes, et por ende es razón que en todas las cosas
fablen primeramente d’ellos et después de los otros
así como son mejores et más preçiados.
Quando los girifaltes quieren meter en muda, de-
ven guisar los falconeros que los traen que entren
bien çevados en aquellas prisiones que usan de caçar
con ellos et que les fagan mucho plazer en ellas; et
que fagan en guisa que quando entraren en muda,
que sean magros et cansados et sanos et que ayan ya
començado a echar algunas péñolas de las alas o de
la cola, et que les den sus purgas del cuerpo et de la
cabeça et les fagan perder los piojos, segund se dirá
todo esto en el capítulo que fabla de las purgas et de
las melezinas que deven fazer para guaresçer los fal-
cones de las enfermedades que ovieren. Et desque es-
to fuere fecho, dévenle[s] meter en la muda, et luego
en los primeros días, non les deven dar de comer
quanto quisieren, ca porque están magros et fan-
brientos comerían tanto que lo nunca podrían toller,
mas déven--les dar tanto porque engorden aína, et
deve seer carne de palominos o de tórtolas o de ansa-

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54 JUAN MANUEL

rones o, si estas aves no[n] pudieren aver, de gallinas


gordas que non sean pollas o de puerco fresco o de
carnero maslo o de cabrón. Pero de ninguna d’estas
carnes non le[s] deven dar de comer dos días uno en
pos otro, salvo ende de palominos o de tórtolas o de
gallinas. Et de que entendieren que son bien gordos
et ensainados, dende adelante dévenles dar de comer
quanto quisieren, mudándoles las carnes como dicho
es. Et desque oviere[n] echado todas las péñolas et
fincare el cuchiello mayor et la tisera, dende adelante
dévenles dar de comer de gallinas gordas, si las qui-
siere[n] comer, fasta que aya[n] echado las tiseras. Et
desque oviere[n] echado las tiseras, dévenle[s] dar
gallinas nuebas así que non sean viejas nin pollas et
dévenles menguar ya quanto, pero sea poco, de quan-
to suele[n] comer; et de que fueren saliendo las tise-
ras, así como fueren cresçiendo, dévenles dar las po-
llas más nuebas en guisa que, quando fueren las tise-
ras mediadas, ayan los falcones sabor de comer et se-
an desçendidos ya quanto de las carnes en guisa que
los puedan sacar de la muda, si quisieren, sin peligro;
et mientre estudieren en la muda, dévenle[s] poner
agua delante en que se puedan bañar o bever si qui-
sieren. Et dize don Johan que como quier que muchos
falcone[ro]s usan de non les poner agua delante en
que se puedan bañar en la muda, que a él semeja que
es mejor ponérgela.
Otrosí las mudas de los girifaltes deve ser en la
más tierra fría que pudieren fallar, pero do fallen las
carnes que an mester. Et en la casa do mudaren de-
ven guisar que quando quisieren que sea lumbrosa et

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 55

quando quisieren que sea muy lóbrega et que pueda


entrar el sol en ella una vez en el día, pero quando
quisieren, que puedan guisar que non entre; et deven
fazer poyos en que se asienten los falcones que sean
tan altos que non pueda llegar la su cola a tierra con
un palmo. Et si pudieren aver una piedra de marmol
en que esté el falcón, será mejor; et si la non pudieren
aver, dévenle poner una teja ençima del poyo et a las
vegadas ruçiárgelas con vinagre a lo menos dos vezes
en la semana; et pueden [poner] ante el poyo, si qui-
sieren, céspedes de prado verde en que se pueda el
falcón asentar quando quisiere. Cabo de los céspedes,
et todo enderredor del poyo, deven echar mucha are-
na menuda blanca porque se pueda el falcón bolcar
quando quisiere. Et en medio del poyo deve aver una
sortija de fierro o de llatón o de cuerda en que esté
atada la lonja. Et la lonja deve seer de luengo tanto
quanto pueda el falcón [saltar] del un poyo en el otro.
Et si oviere un torniello çerca de las piuelas porque se
non pueda revolver el falcón, será mejor.
Et dize don Johan que el falconero que bien muda
los falcones él sabrá todo esto fazer con razón, et
quando alguna cosa se errasse que se non pudiese
conplir como aquí está escripto, el buen falconero sa-
brá ý poner recabdo. Ca muchas cosas contesçe a los
falcones en las mudas que se non puede[n] poner en
escrito; ca muchas vezes adolesçen et otras vezes de-
xan de comer seyendo sanos, et muchas vezes que
non quieren comer aquellas carnes que les dan et
quieren más otras. [Et] por ende á de fincar todo en el
entendimiento del falconero.

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56 JUAN MANUEL

Otrosí dize don Johan que les es muy bueno a los


falcones que les den en la muda un día cada semana
o baca o liebre o carne de pollos o de pollos eguados;
otrosí que les es bueno que los echen d’estas guijas
blanquiellas en el arena, ca muchos falcones las co-
men et échanlas por plumada et fázeles muy grant
pro.
Otrosí a los sacres que son tomados bravos déven-
les mudar et fazer las mudas bien así como a los giri-
faltes, salvo ende porque non an por qué fazer tan
grant fuerça en buscarles tierra tan fría para en que
les fagan las mudas. Otrosí deven fazer en esa misma
guisa a los neblís. Mas los baharís se deven mudar en
casa do entre el sol et que sea bien lumbrosa et deven
andar sueltos et quantos más mudaren en uno, tanto
mudarán mejor. Et dize don Johan que ya bio él mu-
dar quinze et beinte baharís en una casa et que un
omne dava de comer a todos, [et] como quier que es-
tavan sueltos, que nunca binía[n] a la carne sinon
primeramente los maestros et después los otros uno a
uno.
Ya desuso es dicho que de la caça nin de la co-
nosçençia de los bornís non se paga mucho nin se en-
trimitía de favlar en ellos; [et] eso mismo dize en lo
que les deven fazer en las mudas. Pero tiene que en
todos los falcones non ay ningunos que tan ligeros se-
an de mudar nin que tan poca guarda ayan mester.

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LIBRO DE LA CAZA 57

CAPÍTULO X

PUES en el capítulo ante d’este se muestra cómo se


deven mudar los falcones, departirá en éste cómo los
deven desainar.
Ya desuso es dicho en el capítulo ante d’este que
después que el falcón á echado los cuchiellos mayo-
res, que l’ deven dar a comer gallinas et después po-
llas. Et como fueren cresçiendo las tiseras, que así les
deven menguar la quantía et darles pollas más pe-
queñas, fasta que entiendan que el falcón á sabor de
comer, et [des]que entendiere el falconero que el fal-
cón está en tal estado que comerá lo qu’ él quisiere
darle, dende adelante dévenle dar grandes papos de
pollos pequeños et la carne mojada en el agua fría et
bien lavada, en guisa que non finque en ella sangre
ninguna. Et dévenle dar en uno con la carne de los
huesos et del pescueço et de las alas et los pies del
pollo, et mucha pluma et bien mojada, en guisa que
faga muy grant papo; et otro día carne de baca o de
liebre mojada et lavada tanto en el agua fasta que
non finque ý sangre ninguna, et d’esto otrosí darle
grant papo. Pero si non pudiere[n] aver baca o liebre,
bien le pueden dar pollos en la manera que dicho es.
Et si non pudieren aver pollos, otrosí bien le pueden
dar baca o liebre. Pero estas viandas en esta guisa
non gelas deven dar cada’l día, mas a cabo de dos o
tres días dévenle dar de buena gallina caliente co-
munalmente a comer. Et d’esta manera los deven go-
vernar et mantener fasta que entienda el falconero
que el falcón es bien desainado, et deven mucho

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58 JUAN MANUEL

guardar que non desçenda de las carnes tanto porque


pueda venir a muerte o a peligro. Otrosí les deven fa-
zer de noche alvergar en portal do les dé el aire, et
que sea guardado que non les dé el sereno en la ca-
beça, et si el portal fuere en guisa que entre el çierço
bien por él, será mucho mejor. Otrosí les deven traer
en las manos des--de ante de matines fasta que el sol
sea escalentando, et después dévenlos poner en casas
bien frías et tener en ellas en las manos fasta des-
pués de viésperas, et después andar con ellos fuera al
aire fasta cerca del primer sueño, et después ponerlos
en los portales como desuso es dicho. Et en esta ma-
nera deven pensar d’ellos fasta que sean para seño-
lar. Et quando quisieren señolarlos, á mester que el
falcón sea bien desainado et que aya muy grand fan-
bre; et desque viniere al señuelo, que l’ den buena
carne de gallina caliente comunalmente a comer. Et
dende adelante que l’ señuelen cada día más lueñe,
faziéndol’ sobir recuestos porque cobre el buelo et el
fuelgo, en tal manera que entienda el falconero que
dende adelante podrá caçar con él.
Et dize don Johan que tanbién en el desainar como
en todas las otras cosas que pertenesçen a los falco-
nes á de fincar en el entendimiento del falconero. Ca
como quier que se escrive en este libro cómo se deve
fazer, las más vezes non se faze todo así; ca vezes ay
que an a sacar a los falcones de la muda ante que se-
an descendidos de las carnes, et vezes antes que sean
todos mudados, et vezes que an de mudar muchos en
el[l]as. Et otrosí que non se guisa de poder aver las
viandas o las moradas en guisa que todas estas cosas

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LIBRO DE LA CAZA 59

se pueden fazer así como aquí están escriptas. Et por


ende conviene que el falconero aya tal entendimiento
que quando alguna[s] d’estas cosas non se pudieren
fazer como deven, que lo sepa él enderesçar.

CAPÍTULO XI

PUES en el capítulo ante d’este fabla en cómo deven


dasainar los falcones, dirá en éste de las purgas et de
las melezinas que deven fazer en las enfermedades
que an.
Dize don Johan que en todas las cosas que de caça
son, non le semeja a él que ninguna cosa sea tan gra-
ve de fablar conplidamente et con verdad como en es-
ta teórica. Ca todas las otras cosas, tan[bién] de la
conosçencia de los falcones como del afeitamiento,
como del caçar con ellos, todo esto paresçe por vista,
et por ende es más ligero de obrar en ello. Et aun dize
que es muy más grave la teórica en las aves que en
los omnes; [...] mas en las [en]fermedades de las aves
non es así, ca las más d’ellas son encubiertas et non
se pueden veer, porque son dentro en los cuerpos de
los falcones, sinon por algunas señales que paresçe[n]
en ellas; nin las aves non pueden dezir lo que sien-
te[n] nin en quál lugar, lo que non faze el omne. Ca el
omne dirá lo que siente, et por lo que siente, el físico
que fuere buen teórico entenderá lo que ha mester, et
saberlo ha praticar. Et porque esto non se puede fa-
zer en las enfermedades et menguas de las aves, por
fuerça conviene que finque el fecho en las señales que

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60 JUAN MANUEL

paresçe[n] de fuera. Et en conosçer estas señales por


que él entienda las enfermedades que an, dize que
tanbién él como los otros falconeros que él vio fasta
aquí, que todos yerran muy grandes yerros en mu-
chas vezes et aun las más cuidan que an los falcones
una enfermedat et fázenle la melezina que entienden
que cunple para ella et el falcón non ha aquella en-
fermedat, et por ventura la melezina que l’ fazen es
contraria de la enfer--medat que ha; et por ende en
lugar de l’ fazer pro fázel’ daño. Ca esto es porque
non saben verdaderamente las dolençias que an. Et
este conosçimiento más pertenesçe a la teórica et a la
anatomía d’esta arte que non a la prática.
Como desuso es dicho, teórica es saber omne
conplidamente la raíz et la razón de la çiençia del ar-
te que quiere aprender; et anatomía es saber cómo
son fechos todos los mienbros et los nerbios et las be-
nas et los uesos et la carne et la sangre et el cuerpo et
las telas et todas las cosas que son en los cuerpos de
las aves, tanbién de dentro como de fuera. Et prática
es saber usar d’ella como cunple en guisa que traya
aquella cosa que quiere a acabamiento. Por ende to-
das las cosas que fasta aquí son dichas en este libro
de la caça se pueden fazer por prática, mas las en-
fermedades non se pueden conosçer nin melezinar
como deven, sinon por teórica et por prática. Ca por la
teórica conosçrán los movimientos del çielo et de los
cuerpos çelestiales et de las influençias que fazen en
los cuerpos terrenales, et conosçrán en qué lugar es-
tán el sol et las otras planetas et qué catamientos fa-
zen los unos con los otros. Et otrosí por la teórica co-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 61

nosçrán los elementos et cómo son los umores


conpuestos de los elementos et qué quantía á cada
falcón de cada umor que se engendra de los elemen-
tos, et quando el falcón enferma, entendrá[n] quál
umor peca en él; et esto e[n]tendrá[n] por las señales
que paresçen de fuera. Otrosí por la teórica sabrá
muy bien la anatomía por que puede saber en quál
mienbro es la enfermedat o la mengua, tanbién de los
mienbros de dentro como de los de fuera. Et dize don
Johan que sepan todos los que este libro leeyeren que
el que bien sopiere la teórica del arte de la caça et la
prática et usare por ella como deve en todas las cosas
que son dichas et pertenesçen a la prática et en las
que non son dichas que pertenesçe[n] a la teórica, que
usando en todo como deven, que non errarían en nin-
guna cosa. Ca tanbién catarían los movimientos del
çielo et los cursos de las planetas et de los elementos
para’l caçar, et para catar en quál punto salen de ca-
sa para caçar et en quál punto lança[n] las aves et en
quál punto se pierden [et] salen buscarlas, [et] si las
podrán fallar o non, o para conprarlas, como de todas
las otras cosas que podrían acaesçer. Et estas cosas
todas pertenesçen a la teórica et muchas más de
quantas aquí se dizen. Et porque la teórica del arte
de la caça es muy grave de se saber verdaderamente,
dize don Johan que non se atrevió él a fablar en ella
ninguna cosa, salvo ende quanto tañe, a lo que se
allega la teórica, a lo que se agora usa en las enfer-
medades de los falcones. Et porque él nin los otros
falcone[ro]s non saben esta teórica verdaderamente,
non pueden usar d’ella. Et pues que él nin ellos non

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62 JUAN MANUEL

la saben, non quiso don Johan fablar d’ella en este li-


bro, mas quiso escrivir aquello que agora usan él et
los otros en las enfermedades que an en los cuerpos,
et otrosí en las menguas que an porque, aunque sean
sanos, non pueden caçar como deven. Et las enferme-
dades que an en los cuerpos a que agora usan me-
lezinar fízolas escrivir don Johan fablando primera-
mente en las de la cabesça et después en el papo et en
el cuello, et así irá desçendiendo fasta las uñas et a
las péñolas.
En las del cuerpo, las dolençias que agora fallan
que los falcones an en la cabeça son dos: aguas et
güérmezes. Et las señales para conosçer estas enfer-
medades son que quando an agua, tienen los ojos
más çerrados de lo que deven et más tristes, et a las
vezes córreles agua por las ventanas. Et si más d’esto
non á, es bueno que l’ den a mesar et tirar, et si por
esto guaresçiere, non le fagan otra melezina. Ca to-
das las melezinas son contrarias de los cuerpos de los
falcones et non gelas deven dar sinon quando non se
puede escusar en ninguna manera. Et si por esto non
guaresçen, usan agora de echarle habarrás por las
bentanas; et otros usan de ponerle ramos de ruda
çerca de la carne, et quando el falcón pica en ellas,
segude mucho et tienen que es más sin peligro que el
habarrás. Pero esta melezina faze muy grand daño a
los falcones et les faze enegresçer la color de las ma-
nos et la çera del pico, [et] esto es señal que les que-
ma la sangre et les corronpe los umores. Ca una de
las cosas que más paresçe que el falcón está bien sano
en el cuerpo es quando las manos et la çera del pico

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LIBRO DE LA CAZA 63

están bien collorados. Et por esta razón dize don Jo-


han que es mejor la melezina del habarraz que non la
otra. Et quando gelo quisieren echar, dévengelo fazer
en día claro que faga buen sol, et poner el falcón un
rato al sol ante que gelo echen; et después destenprar
el habarraz en el agua tibia, et fazerlo tan flaco o tan
rezio et echar ende quanto entendiere el falconero
que l’ cunple, catando la fuerça del falcón et a cómo
es el agua, delgada o espessa. Et esta melezina le de-
ven fazer tantas vezes fasta que entienda[n] que es
purgado del agua que tiene en la cabesça, pero non
gelo deven fazer mucho a menudo. Et si el agua fuere
muy espessa, es la su señal que non sale agua por las
ventanas et estornuda el falcón muchas vezes et sa-
gude la cabeça et fínchen[se]le las lagrima[le]s de los
ojos, et otras señales que non faze mengua de scrivir,
que pues esto oviere, çierto es que tiene agua en la
cabeça. Para esto á mester que l’ den a comer mante-
ca crua et que la faga[n] desdeir entre los dedos et
gela metan en las ventanas, trayéndol’ los dedos por
ellas, así como quando l’ quieren alinpiar el pico. Et
si por esto esblandiçiere el agua en guisa que comien-
ce a correr por las ventanas, dende adelante dévenle
fazer la melezina del habarraz como desuso es dicho.
Et si por aventura non salliere por las ventanas el
agua, dévenle usar tanto la manteca a comer et meter
por las narizes fasta que corra el agua por ellas. Et
aun dévenle echar por las ventanas agua tibia, et si
las toviere atapadas, línpiengelas; et dévenle chupar
las ventanas, et dévenle usar mucho mesar et tirar.
Et faziéndol’ todas estas cosas, non se puede escusar

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64 JUAN MANUEL

una de dos cosas: o madura[rá]l’ el agua et co-


mençar[á] a salir por las ventanas, o será tan espessa
que non podrá salir et averse á podresçer et tornarse
á en güérmezes. Et desque començare a ser delgada
et salir por las ventanas, faziéndoles las cosas dichas,
deven guaresçer con ellas, et si non adelgazare nin
corriere et si [se] fizieren los güérmezes, desque los
güérmezes paresçieren en la lengua o en las quixa--
das o en el paladar o do quier que los tengan, déven-
gelos sacar con una péñola tajada en manera que
quiera semejar a la péñola con que escriben. Et des-
que bien fueren sacados, dévenle alinpiar la l[l]aga
con un trapo de lino mojado en binagre bien fuerte.
Et después, algunos usan de echarle bidrio molido et
cernido, et otros usan echar ý limaduras de fierro. Et
dize don Johan que ya l’ contesçió que un su girifalte
avía tantos güérmezes que por muchos que l’ sacaban
sienpre tenía las llagas llenas. Et don Johan aventu-
rólo et quemól’ las llagas con fuego et llegó el falcón a
peligro de muerte, ca por razón del fuego que teníe en
la voca non podíe comer. Pero a la çima, quando fue-
ron guaridas las llagas del fuego, fincó el falcón gua-
rido de los güérmezes. Otrosí dize que la mejor et más
çierta melezina que falla para esto es tomar el estier-
col del moço chico que mama et dévenlo poner en una
cuchar de fierro et ponerlo en el forno o sobre el fuego
et desque fuere seco en guisa que lo pueden fazer
polvos, dévenle echar en la llaga d’ellos. Et con esta
melezina nunca vio falcón a que los echassen que non
guaresçiesse, salvo si los güérmezes eran llegados a
las orejas: ca desque ý llegan, pocos o ningunos son

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LIBRO DE LA CAZA 65

los que ende escapan. Et la señal que los güérmezes


son en las orejas es que el falcón tiene la cabeça tuer-
ta et los ojos çerrados, et quando quiere comer, non
lieva el pico a la carne acordadamente, et todas éstas
son señales mortales. Et dize que esta melezina le
mostró Johanete, un su falconero que andava con él,
que solía bevir con el infante don Johan.
Otrosí los falcones an a vezes dolençia en el papo,
[et] la señal de la dolençia es que l’ ruye el papo et si
se quexa o se debate, rúyele más; et si entonçe non
abre la voca nin se le mueben los pechos, non es la
dolençia en el cuerpo, mas es en el papo porque faze
aquel roído, et es señal que non á otra dolençia en el
cuerpo que l’ faze mover los pechos et abrir la voca.
Et si non á otra señal sinon tan solamente que l’ ruye
el papo, dize don Johan que para esto non bio él fazer
otra maestría sinon darle buenas carnes, et usar de
darle plumadas secas, así como pie de liebre o pes-
cueço de gallina en que non aya cañones con sangre,
o de algodón. [Et] si el falcón estodiere gordo et reçio,
es mejor la del algodón; pero quando gela dieren, de-
ven en ella meter tres o quatro guijuelas pequenue-
llas. Et si con esto non guaresçiere, dévenle enchir un
día el papo de vino bermejo et que sea bien fuerte et
sin agua et que non sea verde nin sepa agro. Et si es-
tudiere muy frío, ante que gelo echen, dévenlo llegar
al fuego en guisa que pierda el frior, pero non tanto
fasta que sea tibio, et dévenle dexar estar tanto con
ello fasta que lo aya tol[l]ido. Et después, a cabo de
rato, dévenle dar sangre de ave biva que degüelle él,
et non le deven dar a comer entonçe más de un co-

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66 JUAN MANUEL

raçón o dos de aquel[l]as aves que él obiere degolla-


das; et desque lo obiere tollido, cevarle así como de-
ven çevar a las aves sanas, pero que l’ non deven dar
grant papo. Et si con esto non guaresçiere, dize don
Johan que tiene que han otra dolençia, mas quanto
para esto non sabría él fazer más maestrías.
Otrosí dize que los falcones an muchas dolencias
en los cuerpos, pero las que agora más an et que los
omnes usan meleszinar son éstas: huélfago et dese-
camiento et enfastío et lonbrizes et piedra. Et la señal
del huélfago es que se le mueven los pechos et el
cuerpo et abre la voca quando se debate. Et quando
esto á, dévenle dar de comer gallinas nuebas et man-
teca crua. Et si con esto non guaresçiere, dévenle dar
unos vocadiellos de carne en que aya[n] metido de
riobarvo quanto peso de çinco o seis granos de trigo,
et esto non gelo den cada día sinon a cabo de terçer
día o de quarto. Et si con esto non guaresçiere, dé-
venle dar en lugar de riobarvo, polvos de breteónica
mayor. Et quando esta enfermedat oviere, cada’l día
le deven poner agua [en] que se pueda bañar o bever,
si quisiere, et tenerle en buena casa et ponerle a be-
gadas al sol, pero guardarle que non esté mucho a
grant frío nin a grant calentura. Et si por aventura
obiere huélfago et non desecare, con estas maestrías
deve guaresçer. Mas si desecare, abiendo huélfago,
dize don Johan que pocos falcones vio él que ende
guaresçiessen. Otrosí el desecamiento dize que tiene
que biene por dos maneras: o porque el que l’ guarda
le dio tan grant trabajo o tan mal de comer por que
ovo de desecar, et le vino esta dolençia por culpa del

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que [l’] guarda. Et si l’ acaesçió por fanbre o por laze-


ría, la señal es que se le afloxan et se le acuelgan las
alas et se le desparze la cola, et otrosí tiene las péño-
las del cuerpo espeluznadas, pero á grant sabor de
comer et come bien et tuelle bien. Et dize don Johan
que para esto non á mester otra melezina sinon darle
de comer et de buenas carnes et mucho a menudo et
poco a poco, en guisa que todo el día non pase sin pa-
po, et a la tarde darle de comer comunalmente, en tal
manera que lo aya tollido entre media noche et ora de
maitines; et dévenle poner en una vara et en casa ca-
liente et al sol et dexarle folgar. Et faziéndol’ esto, si
otra enfermedat non oviere, en dos o tres días pa-
resçrá luego la mejoría; mas si fuere desecado por en-
fermedat, á mester que l’ den cosas luvianas de toller,
así como pásaros et sangre de ánade o de paloma. Et
algunos usan de mesar los pechos a la paloma et ba-
tírgelos con una vara, et después dexar al falcón picar
en aquel lugar et bever de aquella sangre. Et dize
don Johan que ésta non es buena maestría. Mas dé-
venle dexar degollar la paloma o el ánade, mas de la
su carne non le deven dar de comer sinon muy poca.
Mas si pudiere[n] aver çerçeta biva o muerta, ésta es
buena carne para comer; et si esto non pudieren aver,
dévenle dar gallina nueba. Et otrosí las natas de las
vacas o de cabras son muy buenas para esta dolençia,
et dévengelas usar. Et si non pudiere[n] aver natas
de vacas o de cabras, puédenle dar de ovejas, et son
muy buenas, mas non tan buenas como las otras, que
las natas es la cosa del mundo que mayor pro tiene
para el desecamiento. Otrosí le deven guardar que l’

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non tengan en casa muy fría nin le dexen estar mu-


cho al sol quando fuere muy caliente, et dévenle tener
lo más del día el agua delante porque pueda bever o
bañar se si quisi--ere.
Otrosí para [el] enfastío, una señal para l’ conosçer
si lo á, porque está gordo et non de otra dolençia, es
que quando pone el pico en la carne et toma el vocado
et sagúdelo et non lo quiere tragar et págase más de
mesar que de comer, pero non deseca nin se le aflo-
xan las péñolas. Et esta enfermedat, si más non ha,
non es peligrosa, et para esto dévenle poner en una
casa lóbrega et fría; et dévenle dexar estar una noche
et un día que non coma, et otro día dévenle dar a co-
mer carne de pollo o de liebre o del lomo entraño de la
vaca, et de qualquier d’estas non mucho; et d’esto le
deven usar fasta que cobre el sabor de comer; et dé-
venle poner mucho a menudo el agua delante.
Et este enfastío lo más contesçe a los falcones
quando salen de la muda o quando están muy gordos,
et non les viene sinon por sobra de salud. Et por ende
non se deve omne espantar nin doler del su falcón
para darle fanbre, ca dize don Johan que él vio falcón
que estava quinze días [que] non comía una pierna
[de] gallina. Et si por aventura, non estando muy
gordo, dexa el comer et deseca et espelúznansele las
péñolas, esto es ya otra enfermedat. Pero si mucho
non le dura, puede guaresçer. Et para que sane, dé-
venle mostrar aves vivas; et si las quisiere degollar,
dévenles dexar bever la sangre et darle muy poca de
la carne, et el su comer deve seer poco a poco et a me-
nudo, mas non mucho. Et dévenle dar a bueltas de la

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carne los polvos de la bretónica mayor et tenerle el


agua delante. Et si con estas cosas cobrare el comer,
dévenle fazer, para cobrar la carne que á perdida
mientre non quisiere comer, la guarda que dize desu-
so que deven fazer a los falcones quando an deseca-
miento. Mas si mucho le dura el non comer [et] dese-
ca en ello, non es buena señal para guaresçer.
Otrosí quando el falcón á lonbrizes, la señal es que
se le descoloran las manos et la çera del pico, et el fal-
cón mésase en aquel logar do lo siente, et de noche,
quando duerme, quéxase entre sueños. Et para esta
enfermedat dévenle dexar degollar ánades, ca la san-
gre es provado que mata las lonbrizes. Et si por esto
non guaresçiere, dévenle dar la carne mojada en el
çumo que sale de la camisa del saúco. Et si con esto
non guaresçiere, dévenle echar por la garganta unas
cucharadas de pimienta molida destenprada con
agua tibia, pero que sea el agua mucha et la pimienta
poca. Et dize don Johan que todas las cosas que él vio
para guaresçer las lonbrizes, que esto es lo mejor. Et
esto aprendió él por aventura: que un día, vañando
los falcones en pevrada para meterlos en la muda,
cayó de aquella pevrada en la voca a un falcón que
avíe lonbrizes, et a muy poco rato, que començó a to-
ller las lonbrizes muertas. Et después acá sienpre usó
don Johan de lo fazer a los falcones que an lonbrizes
quando con todas las otras melezinas non pueden
guaresçer.
Otrosí la señal que el falcón ha la piedra es que
non puede toller desenbargadamente et parte la to-
lledura en dos o en tres vezes, et cada vez tuelle poco

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et pone el pico mucho a menudo en aquel lugar por do


á de toller. Et para esta enfermedat ha mester que l’
den la carne remojada en la manteca que sea retida
en el rávano, et fázese d’esta guisa: deven tomar el
rávano más gordo que puedan fallar et cavar en él un
grant foyo con un gañivete et fenchirle de manteca
crua de vacas, et si non la pudieren fallar, sea de
ovejas o de cabras; et poner el rávano en el fuego que
non sea muy fuerte, et de que la manteca fuere retida
en aquel rávano, dévenle dar la carne mojada en
aquella manteca; et desque esto usare tres o quatro
días, si con ello non guaresçiere nin medrare, dévenle
dar del açúcar candio metido en el cuerpo del ervero
de la gallina en guisa que non sienta la su dulçura, si
non non la querría comer. Et si non gelo pudieren fa-
zer tragar, dévenle meter un pedaço dél por la gar-
ganta. Et dize don Johan que ésta es la más provada
melezina que omne nunca vió, que así, a ojo, verá
omne que el falcón que non podía toller ante, que fará
una tolledura luego muy grande et muy luenga; [et]
diz que él vio ya con esta maestría echar la piedra por
el lugar do tuelle una tamaña como una castaña.
Otrosí para alinpiarles el vondejo, fazen otra me-
lezina a los falcones que les es muy buena, quando
entiende[n] que el falcón lo ha meester. La melezina
que les deven dar es siete o nuebe granos de tártago
et fázelos purgar et alinpiar muy bien el cuerpo. Et
esta melezina deven dar a todos los falcones a la en-
trada de la muda, [et] otrosí echarle[s] habarraz para
sagudir el agua de la cabeça. Et eso mismo les deven

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LIBRO DE LA CAZA 71

fazer después que son desainados, ante que co-


miençen a caçar con ellos.
Et después que don Johan fizo este libro, falló otra
manera para fazer a los falcones purgar de los von-
dejos; et la maestría es purga con los lardones, et
fázese d’esta guisa: deven tomar de lo gordo del toçi-
no et fazer dél tres bocados tan grandes como esca-
ques, et d’esa façión, et echarlos en una escudiella de
agua fría, et desque estudieren ý un rato, deven bol-
ver la sal molida et la pimienta tanto por tanto, et
enbolver aquellos lardones en la sal et pimienta et
meterlos al falcón por la voca; et desque los oviere
tragado, echarle del agua fría por la voca quanto una
cucharada et ponerlo al sol, et con esto echará quanto
tobiere en el bondejo; et aun echar[á] una como bal-
sada que está en el vondejo del falcón muy enbargado
et de que l’ viene mucho daño, señaladamente que l’
faze perder el sabor de comer. Et ese día non le deven
dar de comer si non media pierna de gallina o su
quantía.
Otrosí á en los falcones otras menguas por que,
aunque sean sanos de los cuerpos, non pueden caçar
como deven. Et estas menguas son quando se les
tuerçen et se les quiebran los picos o [las] alas o las
uñas, en guisa que non puede[n] comer con el pico
nin bolar con las péñolas nin travar con las uñas co-
mo deven, et quando an alguna ferida o otra cosa por
que non pueden bolar et caçar como deven. Et para
los picos torçidos o quebrados, deven guisar de gelos
endereçar mojándolo[s] o cavándolo[s] en la manera
que viere el falconero que lo puede mejor fazer. Et la

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72 JUAN MANUEL

mejor maestría para esto es que non los dexen estar


tanto los picos por fazer fasta que l’ se les comiençe[n]
a quebrar et a desgajar; pero si lo oviere[n] ya can-
teado, dévengelo[s] adobar muy mansamente et non
a redropelo et guardarle[s] que non desgaje más. Et
para las péñolas quebradas, dévenles dar remedio
enxeriendo las péñolas quebradas de otras péñolas
que convengan o de las suyas mismas, si lo pudieren
fazer con ellas. Et las péñolas se enxieren en dos ma-
neras: la una es de cañón, la otra de aguja. Pero las
más vezes se usa ante de enxerir de aguja que de ca-
ñón, pero quando se puede enxerir de aguja, es mejor
de enxerir que de cañón; [mas] de una guisa o de otra
es mejor de enxerir que non dexarlo con las péñolas
quebradas. Otrosí quando tiene[n] las uñas muy
luengas et muy corvas, non pueden trabar muy bien
con ellas; et si las tienen mucho agudas, enpéçenles
señaladamente para la caça de las grúas et de las
ánades. Et para esto á mester que gelas fagan en gui-
sa que puedan travar con ellas como deven, et non le
enpesca a la caça que an de fazer con él.
Otrosí quando an alguna ferida de garça o de grúa,
dévenle melezinar en esta manera: si fuere la ferida
de garça por los pechos, en guisa que reçele omne en-
trar adentro en el cuerpo, non les deven echar ningu-
nos polvos con que se çierre la llaga, mas dévenle me-
sar las péñolas derredor de la llaga et ponerle del un-
güento blanco que faze don Johan, et luego será sano
et guarido. Et aun dize don Johan que ya vio él falcón
que avía el ala quebrada en el somizo et que gua-
resçió con este ungüento et cobró su buelo tan bien

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LIBRO DE LA CAZA 73

como ante que l’ quebrasse el ala. Et si fuere la ferida


de garça por las piernas o por las alas, que passe de
la una parte a la otra o que non passe, para la ferida
que fuere en tal lugar, dévengela salmorar con vino
caliente et con sal, et non ha mester otra melezina. Et
si fuere ferido de grúa, porque la ferida de la grúa
rasga et non entra muy fonda, dévengela salmorar
como dicho es, et después coser la ferida, si fuere ta-
maña que lo aya mester, et echarle ençima de la llaga
polvos de sangre de dragón et ençienço et almazaque
tanto de lo uno como del otro. Esto le deven fazer, si
non pudieren aver del ungüento de don Johan; mas si
de aquel pudieren aver, para qualquier manera que
la ferida o quebradura sea, sol’ que non sea salidura,
dize don Johan que non ha mester otra maestría, ca
sin dubda con aquel ungüento luego será guarida. Et
si fuere la ferida de humidat de otro falcón o de otra
ave, dévengela salmorar como dicho es. Et en qual-
quier manera que el falcón sea ferido, non le deven
dexar bañar nin estar en guisa que ninguna agua li
pueda llegar a la llaga.
Et dize don Johan que, como quier que él pone
aquí lo más conplidamente que él sabe de las do-
lençias de los falcones et las señales et lo que an mes-
ter para guaresçer, que ya desuso es dicho que él nin
los falconeros que agora son non podrían fablar
conplidamente lo que es mester para esto por las ra-
zones que desuso son dichas. Et el mejor para esto
remedio que él falla para las enfermedades de los fal-
cones et para las ocasiones que les acaesçen et para
[que] qualquier señor que sea caçador non dexe de

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caçar como deve, es que traya tantas aves, porque si


las unas morieren o enfermaren o se perdieren, que
tenga en las que fincaren conplimiento para poder
caçar todas las caças que fallare, et que aya muy
buenos falconeros que sepan muy bien afeitar los fal-
cones et caçar muy bien con ellos et guaresçerlos de
las enfermedades que ovieren; et fazerles todas las
cosas así como las ovieren meester. Et que faga el se-
ñor tanto bien a los falconeros porque ellos ayan ta-
lante de lazdrar con los falcones por les fazer tan
buenos que el señor tome muy grant plazer con ellos
en veyéndolos et en caçando con ellos; et con el bien
fecho que el señor les fiziere, sufran et olviden el muy
grant lazerío et trabajo que lievan en amansar los
falcones et en afeitarlos et en caçar con ellos.
Et dize don Johan que las menos aves que el grant
señor deve traer para fazer caça conplida deven seer
dieziocho, en esta manera: dos girifaltes o un girifalte
et un sacre que sean muy buenos garçeros, et quatro
neblís altaneros, et aun que todos o d’ellos maten ga-
rça, et seis baharís grueros que son dos lançes, et un
açor garçero que tome mientes en las otras raleas, et
otro açor anadero et un açor torçuelo perdiguero de
que se omne non duela mucho, et un borní para ma-
tar liebres, et un gavilán çercetero et que tome las
otras prisiones de gavilán, et un esmerejón que mate
bien copada. Et en quanto estas aves troxiere, trae la
caça conplida; mas si algunas d’estas [le] menguare
en qualquier manera, luego la caça será menguada.
Et por ende conviene que el grant señor que quiere
caçar como deve traya más aves de quantas ha mes-

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LIBRO DE LA CAZA 75

ter, porque quando quisiere dar d’ellas, lo que


pert[en]esçe mucho a los caçadores, o si se muriesen
algunas o enfermasen o se perdiesen en alguna ma-
nera, que non dexe por esto de caçar conplidamente
de todas las caças que fallaren. Et si non lo fazen,
caçarían com[mo] otro omne, mas non como perte-
nesçe caçar al grant señor. Et aun dize don Johan
que tiene que es mengua al grant señor, pues quiere
ser caçador, si falla ninguna caça por la tierra que
passare et non trae recabdo para la tomar.

CAPÍTULO XII

PUES en el capítulo ante d’éste dize lo que agora usan


fazer a las enfermedades que los falcones ha[n], dirá
en éste qué caças ha et qué lugares para las caçar en
las tierras que don Johan a andado. Et esto fizo don
Johan porque quando él acaesçiese en algunas de las
tierras que en este libro son escriptas et se non acor-
dare de los nonbres de las riberas o de los pasos o de
los lugares, que los pueda saber leyendo en este libro,
porque pueda fallar la caça más çierta et más sin tra-
bajo et la pueda caçar más a su voluntad; et esto
mismo podrán fazer todos los que este libro tovieren
et leyeren tan bien en su vida de don Johan como
después. Et porque fuese más ligero de leer et de en-
tender púsolo todo por obispados. Et fabla primera-
mente de las caças et de los lugares que an para las
caçar en el obispado de Cartagena, et después en el
obispado de Cuenca, et después en el obispado de Çi-

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76 JUAN MANUEL

güença, et [después] en el obispado de Osma, et des-


pués en el obispado de Palençia, et después en el
[arçobispado] de Burgos, et después en el obispado de
Calahorra, et después en el obispado de León, et des-
pués en el obispado de Estorga, et después en el obis-
pado de Çamora, et después en el obispado de Sala-
manca, et después en el obispado de Ávila, et después
en el obispado de Sogovia, et después en el arçobis-
pado de Toledo, et después en el obispado de Jahén,
et después en el obispado de Córdoba, et después en
el arçobispado de Sevilla, et después en la tierra de la
orden de Sanctiago que ellos llaman tierra de León.
La tierra Chinchella ha muchas lagunas en que ha
muchas ánades et en algunas, flamenques, et comu-
nalmente si non es Billena, en el regno de Murçia,
non ha tan buen lugar de caça para falcones como en
el término de Chinchella, mas non en la villa. Otrosí
en Xorquera nin en su término non ay lugar en que
aya buena caça [de] ribera, nin en Ves nin en Alcalá,
pero en el río de Xúcar á alguna garça, mas non en
buen lugar para la matar con falcones, et en Alvorem,
en Fuente Alviella ay ánades segund dizen. Mas dize
don Johan que él nunca caçó en estos lugares. En Al-
pera ay garças et grúas et ánades, mas muy mala ri-
bera de cavalgar porque ay muchos armajales et muy
malos pasos. En Almasa non ay caça de ribera, sinon
por ventura en ese arroyo. En Billena ay mejor lugar
de todas las caças que en todo el regno de Murçia, et
aun dize don Johan que pocos lugares vio él nunca
tan bueno[s] de todas las caças, ca de çima del alcáçar
verá omne caçar garças et ánades et grúas con falco-

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LIBRO DE LA CAZA 77

nes et con açores et perdizes et codornizes, et a otras


aves [que] llaman flamenques, que son fermosas aves
et muy ligeras para caçar, si non porque son muy
graves de sacar del agua, ca nunca están sinon en
muy grant laguna de agua salada; et liebres et cone-
jos.
Otrosí del alcaçar mismo verán correr montes de
javalís et de çiervos et de cabras montesas. Et dize
don Johan que todas estas caças fizo él yendo a ojo
del alcáçar, et dize que tan açerca matava[n] los ja-
valís, que del alcáçar podían muy bien conosçer por
cara el que ante llegava a él. Et dize que si non por-
que ay muchas águilas et que á lugares en la huerta
ay muy malos pasos, que él diría que era el mejor lu-
gar de caça que él nunca biera.
En Xecla et en Xax non ay otra ribera sinon la que
viene de Billeña et non es muy buena nin de buenos
pasos, pero desde Billeña fasta Xax a lugares ay ga-
rças et ánades. En la laguna de las Salinas ay garças
et flamenques, mas es la laguna muy grande. De Xax
fasta Elda va el arroyo que viene de Billeña et va por
lugares muy estrechos de xierras et de montes et non
es buen lugar de caça para falcones; et de Elda ayuso,
fasta la huerta de Novelda, non ay lugar de caça para
falcones. Desde Novelda fasta en Azpe por aventura
ay algunas ánades et alguna garça. En Nepod a vezes
ay garça et ánades en la fuente. En Elche a vezes re-
cude la garça a la ribera et ay algunas ánades et ay
muchas grúas et muy buen lugar para las caçar. Et
en Alvante non ay otra ribera sinon la mar. Et en los
armajales [et] en las lagunas cerca el puerto de Santa

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78 JUAN MANUEL

Pola, ay muchas garças et muchos bítores, mas son


muy graves de tomar et non se pueden tomar con fal-
cones, sinon en la manera que dirá adelante cómo
caça don Johan las garças en la mar del puerto de
Cartagena. Las lagunas et armajales de los Barcos et
de Caral et de Almuradí et de Ladaxa et de Ca-
beçuelos que dizen de don Manuel, et en el acequia
que don Manuel mandó fazer, et en Albadera, en to-
dos estos lugares dichos ay muchas garças et muchos
bítores, mas son muy graves de tomar con falcones.
Et a las oriellas d’estos armajales, contra Crivillén, a
las vezes falla omne ánades en lugares que las pue-
den caçar con falcones, et en todo ese canpo ay mu-
chas grúas et buen lugar para las caçar. En Guarda-
mar non ay otra ribera sinon la mar et el río de Segu-
ra, et son muy graves de caçar las garças con falco-
nes, et non ay grúas nin ánades en lugar que se pue-
dan caçar. En Orviella ay muchas garças en el río de
Segura, et a las vezes [las] falla omne en una açequia
que está fuera de lla villa, que está a la puerta contra
do van a Murçia. Et dize don Johan que ya la falló él
ý, et costó muy cara, que en queriendo acorrer a los
falcones, cayó con él un mulo en guisa que lo oviera
de matar. De Orviella fasta en Murçia, el río de Se-
gura arriba, ay muchas garças, mas son muy graves
de matar con falcones porque es el río muy grande et
non ay ningún paso et es mucho arbolado et ay mu-
chas açequias. En el armajal de Monteagudo ay mu-
chas garças et muchos bítores, mas son muy graves
de matar con falcones, et a las oriuellas del armajal, a
vegadas, falla omne ánades en lugares que las puede

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LIBRO DE LA CAZA 79

caçar con falcones. En Murçia ay muchas garças en el


río de Segura, mas son muy graves de matar con fal-
cones. Otrosí, a las vezes, las fallan en la laguna que
está a la puerta de las Menoretas. Otrosí las falla
omne a vezes en las açequias que están del [un] cabo
et del otro de la villa, tanbién contra la torre de las
lavanderas, como contra Churra, como contra el Real
del Pino. Et aun allende del río, por essas açequias
que son entre la villa et la xierra de Yelo, otrosí ay
muchas grúas, mas son muy fuertes de caçar por mu-
chas açequias que ay; et quanto ánades, non ay muy
buena caça d’ellas para falcones, salvo algunas, si las
fallan, al canpo de Sangunera, o por aventura en al-
gunas açequias que se pueden caçar. En Cartageña
non á otra ribera sinon la mar et el açequia de que se
riega la huerta, et en essa açequia ay garças a vezes,
et do entra essa açequia en la mar ay muchas garças
además; et las que fallan en el acequia son más lige-
ras de matar con falcones; mas las que fallan en la
mar o allí do entra el açequia en la mar, non se pue-
den caçar con falcones, sinon quando faze biento reçio
que venga de contra la mar, et estonçe meten atanbo-
res en barcos, et levantan las garças el viento ayuso
contra la tierra; et desque son algún poco altas,
lánçanles algún falcón que las faga montar. Et por-
que las garças an mucha péñola et muy ancha et muy
blanda, non pueden montar viento arriba et montan
sienpre viento ayuso. Et desque toman dos bueltas o
tres, et si el viento es rezio ya quanto, échalas tanto
fuera de la mar que non pueden tornar a ella. Et des-
que fueren tan altas quanto entendiere el falconero

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80 JUAN MANUEL

que trae el falcón que la podrá matar segund el su


buelo et la su ligereza, lánçalo estonçe. Et la garça,
guardándose del falcón, hase de alongar tanto de la
mar el viento ayuso que la puede matar muy bien en
seco, et d’esta guisa se pueden caçar las garças con
falcones en Cartagena et non en otra manera. Otrosí
en Cartagena ay una laguna çerca de lla villa et non
ha sienpre agua en ella; mas quando ha ý agua, es-
tán muchas garças et a vezes muchos flamenques; et
quando ý están, son más ligeros de caçar en la mane-
ra que es dicho que non quando están en la mar. Et el
río de Sangunera viene de Lorca et entra en la huerta
de Murçia, et do entra en la huerta, ay muchas ga-
rças et bítores, mas non ha pasos sinon muy pocos et
muy fuertes, et todo el río es armajal; et fasta Librie-
lla ha más garças, et dende arriba, quanto más sube
contra Halhama et contra Tutana et contra El So-
rrajo et fasta la huerta de Lorca, tanto es peor ribera,
et ay más caça et más grave de caçar. En Lorca non
ay otra ribera sinon la que dizen la Ranbra et non es
buena ribera nin ay mucha caça, pero algunas pocas
vezes vienen ý alguna garça et pocas ánades et pocas
çerçetas. Et en el fondo que dizen de la huerta, vie-
nen ý grúas pocas vezes.
Otrosí dize don Johan que porque la caça de las
perdizes et de las liebres non es caça tan noble nin
tan apuesta como la de la ribera, que non quiso fazer
en este libro mençión de los lugares do ha estas caças;
mas dize que en todo el regno de Murçia ha mucho
d’esta caça, et en todo lugar aguisado do la buscar[en]
fallarán mucha d’ella. Et aun será ý otra caça que

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LIBRO DE LA CAZA 81

non es tan apuesta como la de la ribera, mas es lo


más que [la] de las perdizes et de las liebres: ésta es
que ay muchos sisones et muchos alcaravanes; et dize
don Johan que para falcón que lo[s] mata bien, que
poco deve la caça de los sisones a la caça de las ána-
des; et porque los alcaravanes son más aves de paso,
ha muchos d’ellos en el ivierno en el regno de Murçia
et es buena caça para falcones o de braço torpicado o
andando altaneros; mas los sisones, desque passa[n]
el agua, non se deven caçar sinon andando los falco-
nes altaneros.

Pues es acabado de contar las caças en el obispado


de Cartagena [et] de los lugares para caçar, de aquí
adelante dirá de las caças que á en el obispado de
Cuenca et de los lugares para las caçar.
El ar[r]oyo que passa por Viana naçe sobre Selana
et entra en Tajo desuso de Parejuela. Este ar[r]oyo va
todo entre sierras et non es buen lugar de caça para
los falcones, pero a las vezes, por aventura, ay alguna
caça en él. El arroyo de Salmerón nasçe de la una
parte sobre Castilforte et la otra desçende de la sierra
de Sant Venito, et ayúntase so la villa et entra en
Guardiella so el monasterio de Sant Miguel de Al-
coçer; et en este ar[r]oyo ay pocas ánades et malos
pasos et es muy fondo, pero a las vezes salen ánades
cabo Salmeronçiello deyuso, et en el arruyello que
viene de Molina. Cabo del monesterio, desde el mes
de setienbre fasta en Todos Santos, á muchas grúas
en las viñas de Alcoçer et en la ribera de Guardiella.
El arroyo de [...], dél dize don Johan que nunca andi-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


82 JUAN MANUEL

do a caça en él et que por esto non sabe qué caças ý


ha o qué lugar para las caçar. El arroyo de Alcantud
nasce en el Ravenco et entra en Guediella sobre Lla-
ñas, et en este arroyo [et] en las lagunas de Alcantud
ay garças et ánades et buen lugar et para las caçar
con falcón, et ha buenos pasos, [et] en las lagunas
demás muchas ánades et a las vegadas, por aventu-
ra, garças et grúas. Et el río de Esomas viene toda
por sierras fasta el escaleruela del puerto de
Abençaiç. Et dende fasta la foz de Priego a vezes ay
ánades et non es buen lugar de caça para falcones. El
arroyo de Trabanque nasçe en la sierra de Menia et
cae en Escavas çerca de Cesma. En este ar[r]oyo ay
muchas ánades et garças a vegadas et lo más çerca de
Luadid, et es comunal lugar para caçar con falcones.
El arroyo de Milana nasçe sobre Bilalva et cae en Xú-
car deyuso de Enlid. En este ar[r]oyo ay muchas
ánades et garças muy çiertas et muchas grúas al
tienpo de las uvas et de la cimençera. Et dize don Jo-
han que es mejor lugar de todas las caças. El arroyo
de [...] nasçe çerca de Moneda del Ojuelo et cae en
Xúcar, cerca de Alvaldejo de los Monges; et en [e]ste
arroyo ay pocas ánades et malos pasos, mas ay mu-
chas grúas al tienpo de la[s] uvas et de la çimencera.
Et el ar[r]oyo [...] et [el] de Huélamo et el de Tragaçe-
te et el de [...] et otros que ay en la sierra de Cuenca,
dize don [Johan] que él nunca andido a caça por ella,
mas que l’ dixieron que en el río de Camente que ay
muchas garças et muy buen lugar para las caçar. Et
dize don Johan que cree que ay muchas garças por-
que sabe que ay muchas truchas, et esto es regla ge-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 83

neral çierta que non puede mentir; que en todas las


aguas en que á muchas truchas que sienpre ha mu-
chas garças, et mayormente si es el agua llana et cla-
ra. El arroyo de Xúcar nasçe en la sierra de Cuenca,
en la fuente del infante García, et cae en la mar en
Cullera, deyuso de Algezira. Este río lo de más va por
sierra et por peñas, et lo uno por esto et lo ál porque
es grant río, non es buen lugar para [caça] de falco-
nes, pero a lugares pueden matar garças con falcones.
El ar[r]oyo de Tordera naçe en [...] et entra en Xúcar
deyuso de Cuenca; et en este ar[r]oyo ay ánades et
puédense matar con falcones, mas ay en él muy ma-
los pasos. Las lagunas de Fuentes [...] et de Baleste-
ros ay muchas ánades et muchos gallarones; et la
caça de los gallarones es muy sabrosa et muy apare-
jada para fazer reir et tomar plazer a los que la
caçan, et al passo ay muchas garças, et al tienpo de
las uvas et de la cemençera muchas grúas, et aun en
ivierno ay algunas grúas de morada. El arroyo de
Guardaçahón naçe en la sierra [...] sobre Valdemoro,
aldea de [...] et entra en [...] deyuso de Ymeda; et en
este arroyo ay ánades et garças, señaladamente çerca
del aldea de Valdemoro et dende fasta Ymeda por do
se acaesçe, et en esa vega, cabo del almarjal de Yme-
da, á un par o dos de grúas de morada. Et el arroyo
de Mira, porque non es buen lugar de caça, non fizo
don Johan fuerça de saber do naçe nin en quál río en-
tra, pero dize que deyuso de Mira ay algún [lugar] de
ánades. En las lagunas de Canpos Robres ay muchas
ánades et [...] et muchas garças al tienpo del paso. El
ar[r]oyo de Ovel nasçe sobre Alcaudete, et fasta en

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


84 JUAN MANUEL

Requena ay muchas ánades et asaz buen lugar para


las caçar con falcones, mas porque de Requena ayuso
non ay lugar para las caçar, non se trabajó don Johan
de s[...] río entra [...], en este arroyo ay muchas ga-
rças [...] del [...] Cabriel donde nasçe fasta do entra en
Xúcar non ha ende ninguna buena caça. El arroyo de
Ynesta non solía correr por él agua, et de poco tienpo
acá ay en él agua a lugares et corre fasta un poco de-
yuso de la villa de Ynesta; et en este arroyo ay mu-
chas ánades et muchas çerçetas et asaz buen lugar
para las caçar [...], [et] enderredor de Ynesta [ay]
agutardas. Et el arroyo de Valfermoso nasçe sobre
Valfermoso et entra en Xúcar en la foz de Alarcón,
deyuso del Parral, et ay ánades et asaz buen lugar
para las caçar con falcones fasta que passa el camino
que va de Valfermoso a Alarcón. El ar[r]oyo de Gas-
cas naçe sobre Gascas et entra en Xúcar entre la
fuente de Gascas et la Peña Quebrada. En este arro-
yo ay pocas ánades en todo el valle de Gascas, mas ay
muchas de que passa el arroyo por el calze sobre
Buenache. [El arroyo de Buenache] nasçe sobre Bue-
nache et entra en Xúcar deyuso de [...], ay ánades et
muy buen lugar para las caçar con falcones. Desde
Peña Quebrada fasta La Molina del Obispo, que son
cerca de Olucares, a lo demás fallarán ý tres o quatro
garças et comunalmente sienpre las caças están cerca
de las presas de los molinos et cabo de los sotos et de
las huertas et de las verdug[al]es do ay ríos. El
ar[r]oyo de Mesquites nasçe sobre el [...] de Cuenca et
cae en Xúcar et cae deyuso de Talahuela, et en este
ar[r]oyo ay garças et ánades et lo demás dos o tres

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 85

grúas de morada. El Záncara nasçe sobre Huerta en


el Vilarejo et cae en Guadiana en la Roidera. En este
ar[r]oyo ay garças et muchas ánades, et do es descu-
bierta ay buen lugar de caça con falcones, mas en
muchos lugares ay grandes almorjales et grandes
aguachares; et desque comiença el paso, mediado fe-
brero fasta setienbre, et aun fasta Sant Miguel, ay
muchas garças pardas, et de abril fasta setienbre ay
muchas garças ramias, et aun ý en todo el tienpo del
paso del verano ay muchas abdarramías, et en el
ivierno ay muchas garças blancas et muy pocas par-
das et non ninguna rubia nin abdarramía; mas [en]
toda Záncara, de que passa de Çafra fasta que entra
en G[u]adiana, del un cabo et del otro, ay muchas
grúas además en ivierno et en verano, mas las del
ivierno son muchas además, et muy buen lugar para
las caçar de que salen del agua a qualquier parte que
vayan. El arroyo de la Torre [d]el Monge nasçe sobre
Villar de Saz, et entra en Çáncara sobre Congosto.
En este arroyo ay muchas ánades desde las lagunas
que están sobre Villar de Saz fasta el angostura de
sobre la Torre, et a las vezes recude ý garça, et a la
çimencera et a las uvas muchas grúas, et después
finca ý un par o dos de morada, et es asaz buen arro-
yo para caçar con falcones, pero que ay muchos malos
pasos. El arroyo de Alconchel nasçe çerca de la lagu-
na de la Çelada et cae en Çáncara en Castiel Nuevo.
En este arroyo ay muchas ánades et muy buen lugar
et muy llano para las caçar con falcones, pero que
non ay buenos passos en todos lugares. Et en todo
esse campo, desde Alcolea fasta Finojosa et fasta

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


86 JUAN MANUEL

Montalvanejo et fasta Alconchel, señaladamente en-


derredor de los Olmiellos, ay muchas grúas además.
Et dize don Johan que en toda su tierra non ha tan
buen lugar para caçar las grúas, quando los falcones
sallen de muda fasta mediado março, como en este
canpo dicho et en el canpo de Montalvo et del Fito. El
arroyo del canpo de Finojosa nasçe de muchos arro-
yos que salen por esse canpo et cae en la laguna de la
Çelada et súmese ý, et cuidan que éste es el que salle
sobre los Olmiellos et va Alconchel. Et en este arroyo
del canpo de Finojosa ay ánades en ivierno et muy
buen lugar para las caçar con falcones. En la laguna
de la Çelada ay pieça de ánades sienpre, et en una
poca de agua que sale del pozo que está en el camino
como van de Finojosa a Montalvanejo, ay sienpre un
par o dos de avecastas. El arroyo del Almarcha sale
del Almarcha et entra en Xúcar deyuso de ýzero et
pasa çerca del pozo Ayrón. En este arroyo ay parada
de ánades et logar para las caçar con falcones, pero á
en él malos pasos. El arroyo de Belvis nasçe sobre
Belmonte de Cuenca et cae en Xúcar sobre Villaver-
de. En este arroyo ay muchas ánades et muy buen
lugar para las caçar con falcones. Et en este ar[r]oyo
cae otro que nasçe cerca de Corvera, en que á muchas
ánades et muy buen lugar para las caçar con falco-
nes. El arroyo de Alcanavate nasçe so Los Cubos en
la fos del Castiello et entra en Záncara en el Pro-
vençio; et éste es muy buen arroyo de caça et va por
muy buena tierra et muy llana et ay en él muchas
ánades además et es todo buen lugar para caçar con
falcones, pero en algunos pocos lugares ay malos pa-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 87

sos et como almarjales. Et en este arroyo ay muchas


garças al paso et muchas cigüeñas prietas et es muy
fermosa caça para los falcones que la quieren matar,
et maguer que en tierra de Alarcón ay pocas garças
en ivierno desde Torralva fasta Rus, lo demás nunca
está sin dos garças. El arroyo de Sancta María del
Campo nasçe sobre Sancta María et entra en el arro-
yo de Alcanavate en derecho de Villar de Cantos; en
este arroyo ay muchas ánades et muy buen lugar pa-
ra las caçar con falcones. Otrosí por ese canpo ay mu-
chas buenas lagunas et muchas grúas et muy buen
lugar para las caçar. Entre el Castiello et Alcanavate,
çerca de la Montiella, ay dos lagunas para caça de
ánades con falcones [mas] son grandes, mas para la
caça de los gallarones dize don Johan que es muy
apuesta et muy sabrosa, et que él mató ý en un día
con aves et con omnes [más] de quatro çientos galla-
rones, et otras vezes muchas que vinía por ý de
passada, que matava quarenta o çinqüenta. Otrosí
cerca del Castiello, ençima del páramo, entre Sancta
María del Canpo et el Castiello, ay lagunas, et quan-
do ay agua, vienen ý ánades et ay buen lugar para
las caçar con falcones. Otrosí entre Volado Rey et Vi-
llar de Cantos ay muy buenas lagunas para caçar
ánades con falcones. El arroyo de Monreal nasçe en-
tre la Osa et Monreal et cae en la laguna de Voze Ga-
te, et este arroyo á poco tienpo que se descubrió, que
non solía aver agua en toda esa tierra. Et en este
arroyo ay muchas garças además, et ay muchas la-
gunas en el campo de Pedernoso et del Algibe, et muy
buen lugar para caçar ánades con falcones, et en el

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88 JUAN MANUEL

arroyo et en las lagunas ay muchas garças al tienpo


del paso, pero a los más lugares ay muy malos pasos
et en el arroyo grandes almarjales. Et en todos estos
canpos ay muchas grúas además et muy buen lugar
para las caçar. Et el arroyo de Tresjuncos [nasçe en-
tre Tresjuncos] et Albinas, et súmese en la Quebrada,
deyuso de la presa. En este arroyo ay muchas ánades
et buen lugar para las caçar con falcones; et porque
en la Quebrada ay muchos peçes, a lo demás está ý
garça de morada. Et el arroyo de la fuente de Mizope-
res nasçe sobre la fuente et cae en Xuela sobre Men-
brellera. En este arroyo ay muchas ánades et muy
buen lugar para las caçar con falcones desde que
nasçe fasta que entra en el angostura deyuso de la
fuente, et a vegadas recude ý garça; et dize don Jo-
han que ya la mató ý con falcones; et al tienpo de la
çimençera et de las uvas ay muchas grúas, et lo de-
más sienpre ay dos o tres pares de grúas de morada.
Entre Vallescusa et el río de Záncara ay lagunas en
que ay ánades et buen lugar para las caçar con falco-
nes. Entre Záncara et Villar del Ençima ay una grant
laguna en que ay muchas ánades et muchos gallaro-
nes, et dize don Johan que ya los caçó muchas vega-
das, pero que non son tan rehezes de tomar como en
las otras lagunas de la Menella. Otrosí dize que vio
en esta laguna un día que vino ý en verano para
caçar los gallarones, et eran ý con él don Johan, fijo
de don Alfonso, et Johan Rodrígues de Villalovos et
Johan Vélez de Vegara et muchos otros cavalleros et
escuderos, et acaesçió que este día, andando por la
laguna en varcos la gente por tomar los gallarones,

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LIBRO DE LA CAZA 89

que un rosinor nuebo que estava en el nido tomó una


çiguñuella d’estas que llaman garçuela de gavilán, et
de que la çiguñuela se sintió presa, començó a bollar,
et el rosinor nunca la dexó et tomáronlos amos et tro-
xiéronlos a don Johan. Et después que se vino don
Johan para la posada, tomava el rosinor en la mano,
et a la ora que beía la çiguñuela, travával’ de la pier-
na et teníala en guisa que non podía volar la çigu-
ñuella. Et dize don Johan que si él dixese toda la
manera como esto se fazía, que los que lo oyessen non
lo ternían por maravilla, mas que dize él lo que
acaesçió et que es verdat.
Et por[que] en la caça acaesçe[n] cosas muy mara-
billosas et muy graves de creer, et quando los caçado-
res las dizen, [dizen] los que lo non son tan caçadores
que son chufadores, et fazen grant tuerto et grant pe-
cado. Ca bien crean los que este libro leyieren que lo
que los caçadores dizen de las aventuras et marabi-
llas que les acaesçen en la caça, que todo lo más es
verdat, mas los que lo non quieren creer [et] lo tienen
por mentira, acaésçeles porque ellos non son tales
que quieran trabajar por veer nin por saber las sa-
brosas et marabillosas cosas que acaesçen en las
caças, tan bien de las aves como de los venados. Et
dize don Johan que a éstos acaesçe segund dize un
philósopho que fue de Çerdeña que dize así: “Vitupe-
rator sçiençie testis est ygnorançie”. Et esto quiere
dezir que el mal traedor de la sçiençia que es testigo
de la neçedat.
Otrosí el arroyo de Villarzordo nasçe cerca de Vi-
llarzordo, et entra en Záncara, deyuso de Haro, cerca

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90 JUAN MANUEL

del Molino Blanco. En este ar[r]oyo ha muchas ána-


des desque faze grant ivierno et son muy buenas para
las caçar con falcones. Et el ar[r]oyo que dizen de
Valde Almoneçir nasçe en çima del valle et entra en
Xuella deyuso de Villavieja. En este ar[r]oyo á pocas
ánades et malos pasos. En la laguna de Montalvo ha
muchas ánades, et a las oriellas, a logares, pueden
caçar con falcones et al paso ha muchas garças, et
desde febrero fasta que se seca la laguna, ay muchos
flamenques, et dize don Johan que ya mató él ý dos
con un falcón neblí que traía Sancho Martines, un su
falconero. Otrosí en la lagu--na et en ese canpo contra
Çafra ay muchas ánsares bravas, et bienen ý ante de
Nabidat et fincan ý fasta la entrada de março. Et el
ar[r]oyo de Guzires [nasçe çerca de Guzires] et entra
en Xuhela mucho deyuso de Añador. En este arroyo
ay muchas ánades et buen lugar para las caçar con
falcones, et por todo ese canpo á muchas grúas et
muy buen lugar para las caçar con falcones. El arroyo
de la Entrada del Prior nasçe sobre la cañada, cabo la
laguna, et [entra] en Xuhela sobre Castillejo. En este
arroyo ha pocas ánades, pero son en buen lugar para
las caçar con falcones; en esa laguna ha muchas ána-
des et logar para las caçar con buenos falcones, et al
tienpo del paso ay garças, et por ese canpo ay grúas
et muy buen lugar para las caçar. El ar[r]oyo de
Hueles nasçe sobre Roçalém et entra en Riansares,
deyuso de Belmonte; et en este ar[r]oyo ay muchas
ánades et buen lugar para las caçar con falcones; et
en la Fuente Redonda ay lo demás garça de morada.
Et entre Roçalém et Arbolete ha una laguna en que

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LIBRO DE LA CAZA 91

ay muchas ánades et puédense caçar con buenos fal-


cones, et al tienpo del paso ay garças; et en término
de Hueles, desde el tienpo de las vindimias fasta la
Navidad, ay muchas grúas et muy buen lugar para
las caçar. El ar[r]oyo de Arbolete nasçe sobre Arbolete
et entra en el arroyo de Riansares deyuso de Alcáçar.
En es[t]e ar[r]oyo ay muchas ánades et buen lugar
para las caçar et algunas vezes ay grúas çerca de Ar-
bolete. El ar[r]oyo de Riansares nasçe en Novafermo-
sa et entra en Xuela, deyuso de Quero. En este
ar[r]oyo [ay] muchas ánades et buen lugar para las
caçar con falcones, et desde Paredes fasta las Al-
deuela[s] ay sienpre dos o tres garças de morada, et
al paso muchas pardas et ramias et abdar[ra]mías, et
duran ý las garças ruvias todo el mes de setienbre. Et
desde Belmonte ayuso ay muchas grúas et muy buen
lugar para las caçar. El ar[r]oyo de Valdejudíos nasçe
sobre Carrascoyo [...] ay muchas ánades, et ó se pue-
de cavalgar, puédense caçar con falcones, mas en los
más lugares ay muy malos pasos. Et dize don Johan
que tan bien en este ar[r]oyo como en los otros ríos o
ar[r]oyos que él caçó, que non quiere dezir en qué lu-
gares ha buenos passos o non tan buenos, como quie-
ra que sabe él los passos que agora ay. Et esto faze
porque los pasos de los ríos non son sienpre en unos
lugares, que a las vezes lo an [en] un lugar et a las
vezes en otro, et los unos pasos se confonden et otros
se fazen. Et porque los caçadores an presçio de chu-
fadores, et aun quando dizen verdat de las cosas que
les acaesçe[n], dizen las gentes que chufan, et pues
esto dizen en cosas que non enpesçe mucho, mas lo

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


92 JUAN MANUEL

dirían si non fallasen por verdat lo que él puso en es-


te libro en razón de los pasos, ca dize que él vio mu-
chos ríos et ar[r]oyos que solía correr mucha agua por
ellos, que se fincheron de juncares et de almarjales et
se çegaron; et vio otros que non solían correr, que se
avrieron et corre por ellos mucha agua, et ay molinos,
et do suele aver buen paso, confóndese et álo en otro
lugar do non lo solía aver. Mas pone una regla gene-
ral et dize que todos los ríos et ar[r]oyos que an el
arroyo de cascajo et duro et bien firme et sin çieno et
buena salida et buena entrada et sin lodo, que por
seer mucha agua, sol’ que las vestias non naden, que
todos son buenos pasos et non los deven dubdar los
buenos caçadores; mas los que son de grandes çienos
o tremedales o que ha[n] las riberas altas, aunque
sean estrechas, dize que en tales lugares a las vezes
salen bien et a las vezes caen ý, en guisa que fazen
reir et tomar [tanto] plazer a los que lo veen, como en
la otra caça que fazen. Et aun dize que sienpre ovo él
por costumbre de engañar muy de grado a los [que]
andan con él a caça por les fazer entrar en tales luga-
res que cayan o lleg[u]en a tal lugar que se ayan a
reir d’ellos, et quando por otra manera non los podía
engañar, que iba apriesa al logar do él dizía que solía
que era el paso, et fazíales creer que quería entrar et
que los que venían con él que se metían delante et
caían o afondavan, en guisa que avían todos razón de
reir. Et dize que esto tiene él por uno de los plazeres
de la caça, pero que esto guarda sienpre de fazer en
lugar do el omne nin la vestia non tome daño nin pe-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 93

ligro, et dize que l’ pesa mucho quando se guardan


d’este su engaño los que l’ saben esta manera.
El ar[r]oyo de Villalva nasçe sobre Loranca et cae
en la grant laguna de Fuente el Pez, cabo el Castiello.
En este ar[r]oyo ay muchas ánades, et do se puede
cavalgar, es buen lugar para las caçar con falcones, et
al paso á muchas garças, et en muchos lugares lo más
ay muy malos pasos et por todo ese canpo de Amasa
Trigo ha muchas grúas et buen lugar para las caçar
con falcones. Et el ar[r]oyo de Villar Parid nasçe so-
bre Valdeparaíso et entra en el de Villalva deyuso de
Villar Pardo. En este ar[r]oyo las ánades que ý á son
en buen lugar para las caçar con falcones. Xuela
nasçe en la xierra sobre Villar del Forno et entra en
G[u]adiana cerca de Arenas. En este río ha muchas
ánades et garças et grúas et todas las caças; mas de
Fuente el Pez ayuso lo de más todo es agora carriza-
les et almarjales et muy malos pasos, et adelante co-
mo se mudare fal[l]arlo an los que estonçe fuere[n].
Xuherón nasce sobre Villar del Puerto et entra en
Xuhela deyuso de Burbanos. El río mayor de Huepte
nasçe en el puerto del Villar del Maestro et entra en
Guadiela sobre La Milana. En este río á partida de
ánades, pero non son [en] muy buen lugar para las
caçar con falcones; pero cáçalas ý don Johan con tra-
bajo, et ay garças al paso et pocas de morada et un
par o dos de grúas por ventura. El ar[r]oyo de Valde-
javalera nasçe sobre Mazaranleque et entra en Gua-
diella en la foz deyuso de Javalera. En este ar[r]oyo á
partida de ánades et una garça o dos de morada; et a
vezes, cabo las Cuevas, fallan ý grúas. El ar[r]oyo de

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


94 JUAN MANUEL

Tomellosa nasçe ý et entra en el río Mayor, deyuso de


Ferrant Nez. En este ar[r]oyo, fasta Valdequemado,
ha pocas ánades; mas en Valquemado, al tienpo del
paso, ay garças et un par o dos de grúas de morada.
Guardamexu nasçe en Villar de Domingo Garçía et
entra en el río Mayor deyuso de Caraçeniella. En este
ar[r]oyo ay partida de ánades et puédense caçar con
falcones, mas es de muy malos pasos. Çerca de Buen-
día á una laguna et a vezes ay ánades et garça por
ventura al paso. Cerca del Castiello, en el páramo, ay
tres o quatro lagunas en que ay muchas ánades et
gallarones et garças al tienpo del paso.
Et dize don Johan que él non sabe más riberas en
el obispado de Cuenca, sinon si se li olvidó alguna,
pero si fue, tiene que non es de las mejores. Otrosí di-
ze que en todo el obispado de Cuenca ha mucha caça
et muy buena de perdizes et de liebres; et de que co-
miença el paso fasta San Miguel, ay muchos alca-
ra[va]nes et muchos sisones, et dize que non faze
mengua dezir en quáles lugares fallarán estas caças;
ca todo buen caçador que quiera buscar esta caça, en
veyendo la tierra, entendrá quál es lugar para las fa-
llar; et aun dize que en este obispado an las caças de
las perdizes esta aventaja del obispado de Cartagena,
que son muy mejores et más sabrosas de comer.

Pues es acabado de contar las caças que ha en el


obispado de Cuenca et de los lugares para las caçar,
dirá de aquí adelante de las caças que ha en el obis-
pado de Çigüença. [El obispado de Çigüença] co-
miença en Ayl[l]ón et acábase en Berlanga. Et co-

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


LIBRO DE LA CAZA 95

miença por ende en este libro a dezir de las caças que


en él ha do se comiença, et acabará do se acaba.
El río de Ayllón nasçe sobre Grado et entra en
Riaça, deyuso del Aldea Luenga. En este río, mientra
va por la sierra, nin ay muchas ánades nin buen lu-
gar para las caçar con falcones; mas de que llega çer-
ca de Ayllón et de la villa ayuso, ay muchas ánades et
garças et buenos pasos et buen lugar para las caçar
con falcones. El ar[r]oyo de Valdanço nasçe en Val-
dançuelo et entra en Duero en Oradejo. En este
ar[r]oyo ay muchas ánades, et como quier que es el
valle estrecho, puédense caçar con falcones, et á en él
malos pasos et a vezes fallan ý garça. El ar[r]oyo de
Bierbol nasçe en Santoyo et entra en Duero en Soto.
En este ar[r]oyo ay ánades et garças et asaz buen lu-
gar para las caçar con falcones et á en él buenos pa-
sos, pero non en todos lugares. El río de Caraçena [...]
et entra en Duero sobre Nava[s] de Palos. En este río
á pocas ánades et pocas garças et mal lugar para las
caçar con falcones. El ar[r]oyo de Leridiella, en quan-
to dura esa vega, fallando ý ánades, es buen lugar
para las caçar con falcones. El ar[r]oyo de río Tortie-
llo, en quanto dura esa vega, á algunas ánades, et
son en buen lugar para las caçar con falcones. El
ar[r]oyo de Bartones [nasçe sobre Bartones] et entra
en el ar[r]oyo de Rello. En este ar[r]oyo ay ánades et
garças, et como quier que ay muy malos pasos, pué-
dese caçar con falcones. El ar[r]oyo de Rello nasçe so-
bre Rello et entra en el ar[r]oyo de Berlanga sobre
Calataojar. En este ar[r]oyo ay ánades et a vezes ga-
rças, et á muy malos pasos, et va por valle estrecho,

© José Manuel Fradejas Rueda, 2001


96 JUAN MANUEL

pero a lugares pueden caçar ý con falcones. Las lagu-


nas de Varahona son enderredor del lugar. Por ese
canpo ay muchas ánades et garças et grúas et lechu-
zas, que es caça muy sabrosa et muy plazentera; al
tienpo del verano, que son en la tierra, á muchos al-
caravanes et muchos sisones, et en todo tienpo, mu-
chas liebres et muchas perdizes. Et dize don Johan
que en tierra que él fuese, nunca vio tan buen lugar
de todas caças de falcones, et señaladamente para
afeitar falcones altaneros et garçeros. Entre Baraho-
na et Paredes á un ar[r]oyo et lagunas en que ha mu-
chas ánades et muy buen lugar para las caçar con
falcones. El arroyo de Cañamares nasçe entre Ba-
ñuelos et Romañuelos et cae en Fenares deyuso de
Bragadera. En este arroyo á muchas ánades et ga-
rças, et desde Torruvía ayuso es de muy buenos pa-
sos; en lo demás es buen lugar para caçar en él con
falcones, salvo en quanto va por grandes peñas. El
ar[r]oyo de Bornova nasçe en la fuente que está sobre
la laguna de Siete Molinos et entra en Fenares deyu-
so de Caraceniella. En este arroyo ay ánades et ga-
rças desde Sancta María de Sopeña fasta dentro de
Fenares, mas en pocos lugares se pueden caçar con
falcones. El ar[r]oyo de Cogolludo [...] et entra en Fe-
nares en Fuentiana. En este ar[r]oyo á pocas ánades,
pero do las fallan bien se pueden caçar con falcones.
El ar[r]oyo de Sobrel se ayunta de muchos ar[r]oyos,
dellos que nasçen so Cantasavalos et dellos cabo Gal-
ve, et dellos del un cabo et del otro de Cantalojas, et
entra en Fenares en Peña Hora. En estos ar[r]oyos,
fasta que llegan al angostura deyuso de la puente

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LIBRO DE LA CAZA 97

que dizen de Valdallo, ay muchas ánades et buen lu-


gar para las caçar con falcones; mas del angostura
ayuso fasta Beleña, non se pueden caçar con falcones,
et desde Beleña fasta do entra en Fenares, ha buen
lugar para las caçar et algunas vegadas recude ý ga-
rça. El ar[r]oyo de Çertadiello nasçe en la dehesiella
de Atiença sobre Tor de Rey et entra en el río de
Aymón sobre Sancta María. En este ar[r]oyo ha pa-
rada de ánades et garças a las vezes, et buen lugar
para las caçar con falcones, salvo por do va entre pe-
ñas. El ar[r]oyo de la Riba nasçe [una parte] dél çerca
de Atiença, et otra parte dél sobre Paredes et ayúnta-
se a él el ar[r]oyo de Val del Cubo, et otro que se llega
a él cabo de la riba un poco desuso. En todos estos
ar[r]oyos á muchas ánades et parada de garças et en
lo demás son en buen lugar para las caçar con falco-
nes; pero a lugares ay malos pasos et tremedales, et
por ese valle a las más vezes falla[n] ý un par o dos
de grúas de morada. Çerca de las salinas de Aymón,
viene un ar[r]oyo en que ha buenas ánades para
caçar con falcones. El ar[r]oyo de Río Salido nasçe en
el aldea que á nonbre Río Salido, et fasta que llega al
ar[r]oyo de las Salliniellas, á en él ánades a logares et
buen lugar para las caçar con falcones. Et en el
ar[r]oyo de las Salinas fasta que entra en las salinas
de Boniella, á muchas ánades et buen lugar para las
caçar con falcones. Los ar[r]oyos de Valdeparaíso son
bien tres o quatro et en todos ha muchas ánades et
buen lugar para las caçar con falcones, salvo dos que
llegan al carriçal çerca de las salinas. El río de Fena-
res nasçe sobre Çigüença çerca de Orna, et fasta de-

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98 JUAN MANUEL

yuso de la villa ha muchas ánades et parada de ga-


rças, et salvo por do va por hozes et grandes angostu-
ras de peñas, puédense bien caçar con falcones; et
ayúntase con Río Salido en Vaydes, et dende adelan-
te lieva Fenares el nonbre et piérdelo Río Salido. El
ar[r]oyo de Aragosa nasçe una parte dél sobre Sauca,
et la otra parte dél çerca Borjarraval, et ayúntasse
sobre Xodara. En estos ar[r]oyos á muchas ánades et
parada de garças, et fasta Xodara es buen lugar para
las caçar con falcones; et de Xodara ayuso, fasta que
pasa por la foz de Haragosa, va por muy fuertes luga-
res tan bien para caçar como para andar. El ar[r]oyo
de Valfermoso nasçe sobre Almodrones, et entra en
Fenares deyuso de Sancta María de Sopeña, et ha en
él pieça de ánades; et el mejor lugar que ay para las
caçar con falcones es desde Algeziella fasta çerca de
ýtande. El ar[r]oyo de Çifuentes nasçe en Çifuentes
et entra en Tajo çerca de la casa de Crillo. En este
ar[r]oyo et en las lagunas çerca de Sant Blas ay mu-
chas ánades et parada de garças, et en lo más ay
buenos lugares para caçarlas con falcones. En tierra
de Medina á muchas buenas riberas en que ay mu-
chas ánades et partida de garças, et a lugares algu-
nas grúas de morada. Et dize don Johan que non se
acuerda de los no[n]bres de los lugares do nasçen,
mas las una es un ar[r]oyo que passa por Balbazil et
es muy buen ar[r]oyo de caça; et el otro que pasa por
la riba de Sant Felizes et Tajuña, que nasçe sobre
Luzón, et el ar[r]oyo que pasa çerca de Miño et va por
el Altobiella et va a Calatahojar, do se ayunta en el
ar[r]oyo que viene de la Riba d’Escalote. En todos es-

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LIBRO DE LA CAZA 99

tos ar[r]oyos á muchas ánades et pieça de garças, et


como quier que a lugares van por tierra fragosa et ay
malos pasos, pero lo de más todo se caça muy bien
con falcones. Et [en] tierra de Molina, si non es el río
que pasa por Molina, dize don Johan que non sabe él
ý buena ribera ninguna, como quier que l’ dixieron
que contra el canpo que avía buenas riberas et otrosí
que en el río de Mesa que avía muchas garças. Otrosí
en tierra de Almaçán, dize don Johan que l’ dixieron
que avíe ý pieça de buenas riberas, mas dize que non
se le açertó de caçar en ellas.
Pues es acabado de contar las riberas que don Jo-
han sabe en el obispado de Çigüença, dirá d’aquí
adelante de las riberas que él sabe en el obispado de
Osma.

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