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Itinerarios de Afrodita Marta Alesso

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Itinerarios de Afrodita

Itinerarios de Afrodita

¿Es Afrodita la diosa oriental que nació del Caos y que bailó sobre
el mar, como la diosa acadia Ishtar o la semítica Ashtarté? ¿Es la
bíblica Ashtarot, diosa de los sidonios, por quien Salomón se alejó
de Jehová (1 Reyes, XI, 5)1 ? El Mito del reino celeste grabado en las
antiguas tablillas procedentes de los archivos reales de Boghazkale,
la antigua Hattusa (capital del imperio hitita) escritas entre 1400-
1200 a.C. reproducen un mito "de la tierra de Hatti", que remonta a
su vez a relatos hurritas mucho más antiguos. El poema relata que
Kumarbi (Cronos) arrancó de un mordisco los genitales de Anu
(Urano), el dios babilónico que representaba el firmamento,

"cuando Kumarbi había tragado en sus entrañas


la virilidad de Anu/ se regocijaba y reía"

tragó parte del semen y escupió el resto en el monte Kansura. De


ese esperma divino nació una diosa.

Hesíodo en la Teogonía (188-195) relata cómo los genitales de


Urano, cercenados por el acero de Cronos, fueron arrojados al mar y
del despojo inmortal, brotó blanca espuma y de ella salió una joven;
primero fue llevada a Citeres y luego a Cipros; cuando abordó la
tierra, la hierba crecía bajo sus pies encantadores. Afrodita, la de
párpados redondeados (EA1Ko~AÉq,apoc;'Aq,p08hll Th. 16) fue

1 Ashtarot, mencionada con frecuencia como diosa sidonia es en realidad el plural


de "Ashtoret" que a su vez conjuga el nombre "Ashtarté" con la palabra hebrea
boshet (vergüenza, ignominia), y es un nombre que se generalizó para señalar el
desprecio por el paganismo.

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Marta Alesso

llamada así por haber nacido de la espuma (a<ppoYEVÉa).Citeres

(Ku8ÉpEl<XV), porque abordó a Citeres (ótt pocáxopoe Ku8~pOlC;),

Ciprigenia (KunpoYEVÉa ) porque arribó a Cipros la rodeada de olas

y Filomedea (<P1AOIlIlEl8É<x) porque había salido de las partes

genitales; Eros la acompañaba y el hermoso Himero la seguía


cuando se presentaba a la asamblea de los dioses; por elección de
la moria, participa entre los hombres y los dioses inmortales, en las
entrevistas de las vírgenes, las sonrisas, las seducciones, el dulce
encanto las ternuras y las caricias".

Según el Himno Homérico a Afrodita (11, 1-5) la lleva el húmedo


Zéfiro, "sobre las olas del mar rugiente, entre la delicada espuma"

f]VE1KEVKa'ta KUIl<XnOAu<pA01.a~OlO8<XAáaaTl~ a<ppepEVl

Il<xAaKep.
La gran diosa del Mediterráneo debió tomar por esposo a Hefesto,
pero cometió el adulterio más célebre de la antigüedad (Od VIII, 266-
369 ) cuando Ares "le hizo muchos regalos y deshonró el lecho y la
8' nax,UVE Kal EUVllV
cama de Hefesto (noAAeX8t 8cDKE, AÉX,OC;

2 'tfi 8' 'Epo; cDlláp'tT]CJE KCÚ "IIlEpOC; ECJ1tE'tOKaA.6~


yElVollÉvn 'ta. 1lpona 8Erov 't' E~ <j>ÜA.OV loúcrn·
ro.órnv O' El; apxil~ 'tq..lT¡v EXEt t¡OE AÉA.0YXE
uoipcv EV av8pcímOtOl. Ka\. a8avá'to1.CJt 8colCJ1.,
1lap8EVloU~ 't' bápou~ IlEtoT¡lla'tá 't' l:.l;a1tá'ta~ 'tE
tápurív 'tE yA.UKEpT¡v <j>lA.Ó'tll'tá 'tE IlEtA.1.XtllV 'tE: (Th 201-206)

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Itinerarios de Afrodita

'H<j)(X1.cr'tOlO
aVaK'tOC;)". Hefesto lo SUpO por boca de Helios,

"construyó una trampa de hilos irrompibles e indisolubles


(xórcte oE oEcr).l.OUC;
áPP1ÍK'tOUC;áil:ú'touC;)", muchos estaban

tendidos sobre la cama desde arriba, como hilos de araña. No se


percató Ares; cuando vio que Hefesto se marchaba a Lemnos, entró
en el palacio y tomó de la mano a Afrodita diciendo: "Ven acá,
querida, vayamos al lecho y acostémonos
(OEUpO, <1>1.11.11,
AÉK'tpovoE, 'tpanEÍo).l.Ev EUV118Év'tE)".Hefesto llama

indignado a los demás dioses para que vean ese acto ridículo y
vergonzoso (tpy' ayÉAacr'ta xcct OUK EnlE1K'tcX): los amantes

desnudos y enredados en la red invisible. Hefesto quiere que Zeus


le devuelva todos los regalos de esponsales
(mina na'tllP ánooepmv EEova) que le entregó por la

muchacha "cara de perro" (Kuveónlooc; Ko'6Pl1C;)."Porque su hija

era bella, pero incapaz de contener sus deseos"


(OÜVEKcX.
01 KaAll 8uycX.'tl1P,a'tcXp OUK EXÉ8u).l.0C;).

Apolo le pregunta a Hermes si le gustaría dormir en la cama con


la dorada Afrodita, sujeto por fuertes ligaduras. No se hace esperar
la respuesta del Argifonte, "[aunque lo sujetaran interminables
ligaduras, tres veces más que esas! Y que miraran los dioses y
todas las diosas! (8EOt nacrai.. 'tE 8ÉalVCU)". Poseidón deslumbrado

también por la belleza de Afrodita, se ofreció a pagar la deuda si

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Ares no lo hacia. Entonces Hefesto liberó a los amantes. "Afrodita, la


que ama la risa" (<l>lAQl!-lE181lC;
, A<l>p08Í'tr¡)se marchó a Chipre. "Allí

la lavaron las Gracias y la ungieron con aceite inmortal"


(Ev8a bÉ !-llV Xcprte; AouO'av xo.t XP10'av EAaiep)3.

El tema principal del episodio es !-lOlXEla, es decir, un

comportamiento sexual inadecuado, el cual, sin embargo, no sufre


un castigo ejemplar. En verdad, quien aparece escarnecido es
Hefesto, y su insistencia en cobrar una compensación pecunaria por
la falta, lo pone totalmente en ridículo. Es éste el episodio de Odisea

- subsidiario del eje temático principal -, comentado, transmitido,


parodiado e interpretado en los siglos posteriores con mayor
frecuencia. Afrodita sale indemne, y aún más, ayudada por las
Gracias, renueva su virginidad en el mar.
La divinidad femenina del solsticio de verano, tiene un solo deber:
hacer el amor. Un día, "la laboriosa Atenea ('t<XA<XEpyOC;
, A8lÍVTl)",

- dice Nonno (Dionysiaca, XXIV, 274-281) - en el siglo V d.C. -, la


sorprendió trabajando a escondidas en el telar. La diosa se quejó
amargamente ante Zeus de que Afrodita le había arrebatado la tarea

que a ella correspondía (to'tortóvo; yap KATlPOVEuo V O'ÚATlO'E'tEll

8uyá'tr¡p 'A<l>pobÍ'tr¡). Cipris debió renunciar a esa labor doméstica y

nunca más tocó un telar.

3 En el artículo de Alden (1997: 513, n1) sobre las "resonancias de la canción de


Ares y Afrodita" se hace un listado de los autores contemporáneos que afirman

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Itinerarios de Afrodita

Afrodita en el Banquete
El pecado de Platón y el platonismo que no perdonaron los
filósofos racionalistas" fue que utilizara el mito - es decir, una forma
discursiva elemental y hasta primitiva - como vía anagógica para
develar lo inefable. Platón manifestó con frecuencia que las
narraciones de Homero y otros poetas, no podían ser, de ningún
modo, apropiadas para los más jóvenes, poco adiestrados aún para
descubrir el significado oculto de algunos mitos. Realiza una
aseveración que suscitó innumerables comentarios en los filósofos
posteriores. Dice en Rep. 606,d

"con respecto a los placeres del amor (nept a<pp081O-lCDV),


a la cólera y a todas las pasiones agradables o penosas
del alma. que son inseparables de nuestros actos [...] la
imitación poética (n rrorrrcucf ~í~1l(J1C;) produce en
nosotros los mismos efectos. Riega y alimenta lo que
debería secarse poco a poco y da el gobierno de nuestra
alma a lo que debería ser gobernado para que fuéramos
mejores y más felices, en vez de peores y más
desdichados (avil XElp6VCDV Kal a8AlO'tÉpCDV
yl YVcD¡.LE8cx.).
11

En El Banquete nos encontramos en presencia el mito del


andrógino primitivo, por boca del comediógrafo Aristófanes, quien

que este episodio es una interpolación.


4 Brunschvicg en Le progress de la conscience dans la phi/osophie occid. (1927),
citado por Jean Brun (1981: 79) ve en la utilización del mito por Platón "el retorno
ofensivo" de una forma de pensar primitiva. del mismo tipo que la que se
encuentra en Hesíodo.

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Marta Alesso

discurre sobre una construcción inconsciente frecuente en muchas


otras mitografías para explicar las razones de la compulsión al
apareamiento humano. En este diálogo platónico - prosa articulada
como una composición dramática - encontramos otros discursos
conmovedores sobre la belleza y el amor.
Erixímaco propone que sea Fedro quien empiece a hablar sobre
el Amor. Sócrates no se opone (Symp. 177.e), si bien sostiene "no

entender de otra cosa más que de cuestiones amorosas l::ycü

á7w<j>1Íaat~t, OC;ou8Év <j>l1~taAAO búa'taaeat 11 'teXspertucó) ",

tampoco se opondrán Aristón, ni Pausanias, ni Aristófanes "cuya


ocupación versa por entero sobre Dioniso y Afrodita (nept

Atóvocov xcct ' A<j>po8í'tl1Vmxaa t¡ 8ta'tptf3ií)".


Es por boca de Pausanias que Platón va enunciar su célebre
concepción del Amor (Symp. 180.d): "Todos sabemos que no hay
Afrodita sin amor (ón OUK Ea'tlV aVE\) 'Eportor; 'A<j>po8íul)", dice

Pausanias. En el caso de que fuera única, habría tan sólo un Amor,


pero como existen dos, necesariamente habrá dos amores. ¿Y cómo
negar que son dos las diosas? Una de ellas, la mayor

probablemente, "no tuvo madre y es hija de Urano

(6.~1Í'tÚ)P Obpccvoii eU'yci'tl1p)", por lo cual le damos el

nombre de Urania (Obpccvíccv Enovo~ci~o~EV); y la otra, la

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ttineretios de Afrodita

más joven" es la hija de Zeus y. de Dione y la llamamos


Pandemos

(t] 8E' vecotápo; ~10<; K(Ü ~lcbvll<;, ilv 811 rráv81l~ov KaAou~Ev).

De ahí que sea necesario también llamar con propiedad al Amor que
colabora con esta última, Pandemos, y al otro Uranio. Pues bien
-continúa diciendo Pausanias- en El Banquete, "el amor de Afrodita
Pandemos verdaderamente es vulqar'' y obra al azar (6:A:r18wc;

1táv81l~6C;ECY"Cl
Ka1 E~EpyáSE'tal O"Cldv 'túx:n)". El amor que

provoca Afrodita Urania no participa de hembra, smo tan sólo de


ou'tOC;o 1:WV n:ai8cov
varón, "es este amor a los muchachos (ECY'tLV

EpCOC;)",y es además de mayor edad, y está exento de

intemperancia. Es a lo masculino adonde se dirige este amor,


"sintiendo predilección por lo que es más fuerte y tiene mayor
entendimiento

(tó epÚCYEl Ka1 voóv ~éiAAOV EXOV6:yan:wv'tE<;)".


EppCO~EVÉCY'tEpOV

5 Aunque Platón afirma que la Afrodita Urania que proviene de la versión de


Hesíodo (Th. 117 ss.) es la mayor, la más antigua (n:PEcr/3U'tÉpo:),"sin madre" por
haber nacido de los genitales de Urano, mutilado por Cronos, Homero la considera
ya como hija de Dione: "La diosa Afrodita se 'refuqió en los brazos de su madre
Dione; la cual recibiéndola en sus brazos y halagándola con la mano le dijo:
"¿Cuál de los celestes dioses hija querida, de tal modo te maltrató, como si en si
presencia hubiera cometido alguna falta?" (11. V 370-4).
6 Aquí el término que traducimos por "vulgar" es justamente " rráv8TJIlÓ~ "que en
principio significaba "protectora de todos los demos", aunque ya en la época de
Platón el término era equivalente a n:avKolví~, con un claro valor peyorativo el
epíteto designaba a la Afrodita patrona de las hetairas y protectora del amor
carnal.

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Marta Alesso

Cuando Agatón, el anfitrión, pronuncia su discurso sobre el Amor,

afirma que, en lo que a valentía toca, con Amor "ni siquiera


Ares compite (o'tJo'vAp11c;Cx.v8tcr'tO:W.lf"; no es Ares quien se

adueña del amor, sino el amor (Afrodita) de Ares, y es superior "lo

que domina a lo dominado (b EX,CDV


'tOD EXO~Évou)".

Una bella historia va a colocar Platón en los labios de Diotima,


la sacerdotisa de Mantinea (Symp. 203.b): "Cuando nació
Afrodita (O'tE EyÉVE'tO11' A<jlpOOÍ't11)", los dioses celebraron un

banquete, y entre ellos estaba también el hijo de Metis, Poros",


cuando terminaron de comer se presentó a mendigar la Pobreza
en Ilevícc). Poros, embriagado, se echó a dormir en el huerto,

la Pobreza "se acostó a su lado y concibió el Amor


(Ka'tadtvE'taí 'tE 1tap' a'tJ't(9 Ka\. EKÚ11o"t'tOV Eprotc)".
V Por

esta razón
"el Amor es acólito y escudero de Afrodita
('tllc; 'AQ>pooí't1lc; Cx.K6A.ou80c;Ka\. 8Epá1tCDVytYOVEV o'
EpCDc;)"
,

por haber sido engendrado en su natalicio; y así, porque Afrodita


es bella, le es natural a Amor buscar la belleza. Pero como es hijo

7 Platón está citando en esta oportunidad un verso de la tragedia perdida de


Sófocles, Tiestes (Fr. 235 Nauck), lo pone en boca de Agatón, poeta trágico que
está celebrando su primera victoria en las competiciones de tragedias de las
Leneas del 416 a.C.
8 Poros es toda "salida" o "medio para conseguir un fin", podemos traducirlo como
el Recurso.

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Itinerarios de Afrodita

del Recurso y la Pobreza, se encuentra en situación bien peculiar; es


pobre, rudo y escuálido, por la condición de su madre, anda
descalzo y carece de hogar. Por otra parte, según la condición de su
padre, acecha a
"los bellos y buenos (KaA.OVKCx:ya8ov), es valeroso,
intrépido y diligente; cazador temible, que siempre urde
alguna trama; es apasionado por la sabiduría y fértil en
recursos: filosofa a lo largo de toda su vida y es un
charlatán terrible, un embelesador y un sofista
(DEtVOC; YÓl1C;KCÚ epapl-laKEuc;Ka1 CJoeptCJ't'!ÍC;)".

¿Existe acaso otra definición más poética de Amor?

Afrodita en la Roma Imperial

La discusión sobre si la mitología romana tiene entidad propia o si


es expresión artificial y tardía de composiciones realizadas por
autores griegos o bajo influencia griega, continúa". Afrodita era
venerada especialmente por los romanos porque haber sido la
madre de Eneas, es decir, se inscribe en la mitografía romana en
relación con los orígenes de la civitas, más que como agonista de
una epopeya protohistórica. El sobrenombre de Venus Ericina, que
tenía en un templo del Capitolio, a las afueras de la Puerta Colina,
deriva del santuario del monte Eryx, en la costa noroccidental de
Sicilia.

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Marta Alesso

Según Diodoro Sículo, en su Bibliotheca historica (IV,6), escrita


entre el 60 y el 30 a.C., ya los antiguos referían el mito de que
Afrodita y Dionisos fueron los padres de Príapo (1..l:USOAoyoucHvouv

01 ncxAcx101 rov Ilpícotov ulov ~EV dvcxt Lhovúcrou KCXt

'Acpp08hl1C;), el feo niño de enormes genitales. Pero cita también

otra versión (IV, 6.5) según la cual Afrodita pasó una noche con
Hermes. El fruto de esa unión fue Hermafroditos
(yEyEvT¡crSCXl'tov bVOIlCX~ÓIlEVOV • Eoucópóórto», OV E~ . EPIlOU

KCXt'Acpp08hr¡C; yEVVr¡SÉV'tcx'tUXE1V), un ser de doble sexo.

También concedió algunas noches de amor a Poseidón, encuentro


del que nacieron dos hijos: Rodos y Herófilo 10. Más adelante (IV, 83),
relata Diodoro, que en cierta ocasión, con el objetivo de despertar
los celos de Adonis, Afrodita enamoró al argonauta Butes, quien tuvo
de ella un hijo, Eryx, rey de Sicilia que se distinguió por su fama
CEpUKá «oiv ulov ~EV YEVÉcrSCXt'Acpp08íU1C; Kcx1 Bcútc,
~CXcrtAÉCDC;
'ttVOC;EYXCDpíou8ó~n 8t<xepÉpov'toc;)
11.

9 Al respecto, realiza una interesante reflexión Ana María García Otaola (1998: 95
ss.)
10 Cf. con Scholia in Pindarum (VII, 25).
11 Cf. con Apolonio de Rodas (IV, 914-9) quien también menciona que se acostó
con el argonauta Butes y tuvo un hijo, Eryx. Butes en realidad no puede sustraerse
a la voz de las Sirenas (Bo'Ú'tT]C;,LEtp1'¡vwv Atyupñ onL eu~ov laVeEl~, Arg.IV,
914) pero Cipris, apiadándose de él (Ktrnpu; E't' EV 8lvatC; ávepÉ",a'to) le sale al
encuentro solícita para instalarlo en el cabo Lilibeo.

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Itinerarios de Afrodita

Los bellísimos amores de Afrodita y Adonis - que el Ps. Apolodoro


retoma en Bibl. 111.14, 3_412 - se explican como un mito de la
vegetación en el que el dios muere cada año y vuelve a la vida en la
época de las cosechas. La raíz semítica adon, sugiere que el
nombre de Adonis puede ser de origen oriental. Afrodita se
enamorará del joven que disputará a Perséfone, con el que pasará
las dos terceras partes del año, hasta que Adonis sea herido por un
jabalí y muera.
El imperio romano fue particularmente afecto a este relato en el
que Afrodita se enamora del bellísimo Adonis. Ovidio lo narra en
Met. X 431 ss. Afirma, como la mayoría de los mitógrafos, que
Esmirna da a luz a Adonis cuando ya está convertida en árbol; la
corteza se resquebraja y de ella emerge el bellísimo niño (X 503 ss).
Pero la más bella versión mitográfica la logra un autor prácticamente
desconocido, Antonino Libera!" - quien pudo haber vivido hacia
finales del siglo II - Y que pertenece al género de las Metamorfosis
de Ovidio o de los Catasterismos de Eratóstenes de Cirene, es decir,

12. Esmirna, hija del rey de los asirios, no quería venerar a Afrodita, la diosa del
amor no tardó en vengarse, hizo que Esmirna se enamorara de su padre, con él
se acostó durante doce noches sin que él se diera cuenta que su amante era su
propia hija. Cuando el padre se dio cuenta de su involuntario incesto persiguió a
su hija con la espada desenvainada, la muchacha se transformó en el árbol de
esmirna y a los diez meses reventó el tronco y el hermosísimo Adonis vio la luz.
Cf. esta versión con Higino (Fáb. 58, 164 Y 251) Y Ovidio (Metam. X, 476 ss.)
13. El códice Palatinus graecus Heidelbergensis 398 transmite esta colección. Su
nombre aparece en el título de la obra (fol. 189 r) y en el colofón de ella (fol. 208
v). El cognomen Antonino está atestiguado en el Bajo Imperio, no antes. Se infiere

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Marta Alesso

una recopilación de sagas, leyendas o relatos transmitidos por otros


autores o por la tradición popular, sin realizar ningún tipo de
interpretación. La Met. XXXIV de Antonino Liberal cuenta que
Esmirna era muy bella y la pretendían "innumerables hombres de
incontables ciudades", pero ella había concebido un amor violento
por su padre. Cuando la pasión la superó, reveló su secreto a
Hipólita, su nodriza 14, ésta hizo los arreglos para que el padre
recibiera a una doncella en su lecho. No sabía el hombre que se
trataba de su propia hija hasta que ocultó una antorcha que cuando
iluminó a la joven la hizo parir prematuramente un niño, Adonis.
Esmirna, convertida en árbol, deja escapar cada año, lágrimas de
mirra. Su hermosísimo hijo fue amado más tarde por Afrodita a
causa de su belleza.
La versión que relaciona a Afrodita con la estirpe latina, diosa
madre de la gran civilización que va a nacer en Roma, proviene, en
lengua griega del Himno Homérico a Afrodita (45-200)15; relata que

la diosa (qnAoI-lI-lEl8T¡<;'A<j>po8Í'tTl) durmió con un mortal y ambos

fueron los padres de Eneas. Afrodita se enamoró de Anquises, rey


de los Dardanios y nieto de 110,cuando lo vio en el monte Ida,

que su nombre puede hacer referencia a un autor que vivió en el siglo de los
Antoninos o de los Severos (Calderón Dorda, 1989: 164).
14 En la versión de Ovidio (X, 376 ss), Esmirna - allí es llamada Mirra -, intenta
quitarse la vida para sofocar tan insana pasión. A punto de ahorcarse, la nodriza
impide el suicidio y promete ayudarla. En Higino, Fáb 58, la nodriza también
impide la muerte de Esmirna.
15 Cfr. con Teócrito (ldil. 1, 105-7) e Higino (Fab. 94).

24
Itinerarios de Afrodita

apacentando el ganado (~o'UK:oAd:O'l(EV~OUC;). Para hacerse amar

por él, Afrodita le dijo que era también mortal, hija del rey de Frigia.
La Eneida de Virgilio es la obra más importante de la tradición
clásica que menciona que Afrodita es la madre de Eneas, cuyo
descendiente Rómulo fundará Roma.
En el Libro Quinto de las Metamorfosis (341 ss.) de Ovidio se
narra, por boca de la musa Calíope, el rapto de Proserpina por
Plutón, y la búsqueda desesperada de Ceres, madre de la
muchacha. Patricia Johnson (1996) opina que este episodio -donde
Venus y Cupido son los mentores del rapto -, es la excusa que toma
Ovidio para burlarse de las leyes sobre moralidad de Augusto. La
aparición posterior de Venus y Cupido en el rapto de Arethusa (V,
572-641) justifican también la correlación ovidiana entre poder
imperial, poder divino y fuerza del amor en el Libro V. Venus y
Cupido no aparecen en las versiones anteriores como los
responsables del rapto de Proserpina (Himno homérico a Deméter y
Fastl). Venus asciende desde su rol tradicional de inspiradora del
amor, en la poesía elegíaca latina, a las alturas de una ambiciosa
constructora de imperios, y Cupido oficia como su agente. Abunda la
terminología de estilo político (matrisque tuumque imperium, pars
tertia mundi, pro socio regno) en consonancia con el lenguaje de
corte marcial respecto de Cupido (arma, potentia, tela). Venus le
recuerda a Cupido con un expresivo tono imperial, que él ya controla
a Júpiter a los dioses olímpicos, a las divinidades marinas y a su rey,

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Marta Alesso

(V 369-70), Y urge a su hijo a extender su imperio hasta su último


límite (V 371-72).
Este retrato de la diosa - con fuertes pinceladas de agresividad
imperialista -, no es del todo infrecuente, se corresponde con lo que
Cahoon 16 llama la libido dominandi romana. Roma misma se
identifica con Venus y es su diosa tutelar; de Eneas de Troya se
supone que descendía la gens Julia, a la que pertenecieron Julio
César y' Augusto. César fue quien emprendió la construcción del
templo de Venus Genetrix en el foro Juliano, donde una vez recibió
al Senado completo, de acuerdo a la versión de Suetonio (Divus
lulius 78). Así como Júpiter se convierte en el más alto símbolo del
estado a partir del comienzo de la república, los poetas de la Roma
imperial conectan, a Venus con el imperio 17.
La arquitectura y escultura de la época imperial" rememoran de
continuo a Venus como diosa ancestral y tutelar. El friso del lado sur

16 Citado por Johnson P. (1996) Cahoon, L. (1988) "The Bed as Battlefield: Erotic
Conquest and Military Metaphor in Ovid's Amores," TAPA 118.293-307.
17 El famoso Proemio a De rerum Natura de Lucrecio comienza precisamente "
Aeneadum genetrix, hominum diuomque voluptas, alma Venus", Propercio 1114
(19-20) relaciona a Venus con Augusto, y en IV 1.46-47 conecta a Venus y Eneas
con Augusto y Roma; Horacio en Odas IV 15 (31-32) pone en conexión a Venus y
Eneas con Augusto; el Carm. Saec. 50 relaciona a Venus con Augusto
nuevamente; Anquises en Eneada VI (756-807) detalla cuidadosamente la línea
de descendencia desde Eneas a Julio César y Augusto: hic vir, hic est [... ]
Augustus Caesar, divi genus (VI 791-92).
18 En el ábside del templo estaba la estatua de la diosa, obra de Arquesilao,
escultor griego de la escuela neoática. En el templo del Divino Julio estaba la
famosa pintura de Venus emergiendo del mar que describe Plinio (NH XXXV 91).

26
itineierios de Afrodita

del Ara Pacis - construido en el campo de Marte (13 a.C.) por orden
del Senado para conmemorar el regreso del emperador Augusto de
la Galia el año anterior - muestra a una diosa con todas las
características de Venus. En el período de Julio César (49-44 a.C.)
se construye la basílica Julia y el Foro de César con el templo de
Venus Genetrix, de forma cuadrada y estilo corintio, con un
magnífico techo artesonado.
Imaginamos que la asociación entre el régimen imperial y la diosa
adúltera no careció de problemas y cuestionamientos, más aún en
la época en que el Augusto curator legum el morum impuso su
impronta moral en la Res Gestae. Las leyes del período de Julio
César del 19 a.C. castigaron con impuestos e inhibición de recibir
herencia, la falta que Venus habitualmente protege, es decir, las
relaciones extramatrimoniales. Dice A.M. García Otaola (1998: 98)
que "mientras para los griegos, mitología es cosmogonía y
teogonía", para los romanos el universo no excede los propios
límites territoriales, "y sólo a la creación y desarrollo de la res publica
se refieren sus mitos", de modo que Roma (lo percibimos
especialmente en el caso de Venus-Afrodita), tiene una perspectiva
particular en relación con la función fundante propia de toda
mitología.

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Marta Alesso

Afrodita en Alejandría
Alejandría en el norte de Egipto fue, en muchos sentidos, la
heredera de Atenas; su ubicación estratégica, donde confluyeron las
rutas que unían Asia y África la convirtió en una ciudad cosmopolita,
donde confluían las corrientes culturales griegas, orientales y
egipcias. No podía faltar en este contexto la presencia de la
polifacética Afrodita, con su encanto oriental y sus rasgos helénicos,
protectora de los marineros y diosa del amor y la guerra. La
influencia de la tradición hebrea en Alejandría dejó su impronta
mucho tiempo antes de que Pompeyo en el 63 a.C. venciera la
resistencia judía de Jerusalén, matara a sus cabecillas y declarara al
país tributario de Roma.
Filón de Alejandría, en la segunda mitad del siglo 1, es el jefe
intelectual de la diáspora judía. Profundamente influido por el
helenismo y las lecturas de Platón, mantenía asimismo una fidelidad
inquebrantable hacia el judaísmo al que quería reconciliar con la
concepción griega del mundo. Filón trataba de demostrar que la
religión judía podía - y debía - ser comprendida en los términos
racionales de la filosofía griega. Howatson (1991: 369) afirma que
"fue el representante más notable del judaísmo helenístico de su
época". Desarrolló una interpretación alegórica de la Escritura, que
le permitió encontrar muchas huellas de la cultura griega en el
Antiguo Testamento. Sus trabajos tuvieron un fuerte ascendiente
para lograr la mediación - y hasta el sincretismo -, entre la filosofía

28
Itinerarios de Afrodita

neoplatónica y el cristianismo posterior. Para Filón, Hera representa


el aire y Hefesto, el fuego (Hpav oE tov Cx.Épa xcd 10 nup

"Hóccio-tov): Apolo representa el sol y Artemis, la luna (1lAlOV


, AnóAAÚ.wa Kal O"EA1Ívl1v"Ap'tE¡...L1V);
Afrodita representa la estrella

de la mañana (ECOO"<j>Ópov'
A<j>poOí'tl1v).

David Dawson en su excelente libro (1992: 183-234) sobre la


lectura alegórica en la antigua Alejandría, dedica un meduloso
capítulo a Filón y otro, titulado "Clement: the New Song of the
Lagos", a Clemente de Alejandría, uno de los primeros padres de la
Iglesia. Nacido aproximadamente en el año 150 de padres
atenienses, viajó por Italia meridional, Siria y Palestina en busca de
los grandes maestros que finalmente encontró en Egipto 19. En

efecto, Alejandría en el siglo 11 había llegado al millón de habitantes y


contaba con una Biblioteca incomparable que según Tzezes
contenía 490.000 volúmenes en el ámbito del palacio, mientras que
la biblioteca "externa" contaba con 42.888.
La literatura de Clemente se caracterizó por su carácter
apologético; no está reñido su exaltado entusiasmo hacia la nueva
religión con su calidad de converso, que había frecuentado otros
ritos y misterios además de numerosas escuelas filosóficas

19 Murió en Capadocia aproximadamente en el 215 cuando la violenta


persecución de Septimio Severo hizo huir a los cristianos de Alejandría.

29
Marta Alesso

(platonismo y estoicismo, pero también los filósofos epicúreos,


cínicos, escépticos y neopitagóricos).
La diferencia fundamental entre Filón y Clemente es que el
primero distingue claramente el texto bíblico de su propio discurso
interpretativo y sigue de continuo la secuencia de los versículos del
Pentateuco, y a pesar de sus frecuentes digresiones vuelve al orden
establecido según el texto sagrado. Clemente, por el contrario,
mezcla peligrosamente el hipotexto interpretado con su personal
lectura de los filósofos platónicos y estoicos, adjudicando allogos de
la divinidad todo el discurso hermeneútico; el resultado es una
concepción del cristianismo impregnada de helenismo y por ende,
más bien heterodoxa desde el punto de vista de la patrística
posterior.
En el Protréptico o Exhortación a los griegos donde pretende
demostrar la superioridad del cristianismo sobre las religiones y
filosofías paganas, su curiosa fundamentación se basa en la relación
de los mitos con los misterios órficos y eleusinos de los griegos.
La primera cita de Afrodita en el Protrepticus coincide con la
manifestación de develar los misterios que se introdujeron desde
Chipre o desde Egipto como "semilla de maldad y corrupción"
(Cap.lI, 13: crnÉp/J.cx KcxK1CXC;Kcxl <j)80pac;). Cíniras de Chipre, -

según Clemente- tuvo la audacia de introducir las lascivas orgías


dedicadas a Afrodita sólo con la intención de divinizar una prostituta
(nópvrj) de su propio país. Del mismo modo, un tal Melampoda, hijo

30
Itinerarios de Afrodita

de Amythaon, introdujo desde Egipto los festivales de Deméter.


Estos hombres serían los "padres" de los mitos impíos que los
griegos no debieran venerar. Cita a continuación la Teogonía de
Hesíodo y los epítetos "á<j>pOyEV1Í~"
y "KunpoyEv1Í~" atribuidos a la

diosa. El nombre de Filomedea (<j>lAOI-lT]8Éa)


proviene de las "partes

(1-lT]8Éa)"cercenadas a Urano.

"Cuán obscenas (c:o~áaEAycOv), exclama, son esas partes

(uopícov)" de las que nace la diosa a quien los griegos prestan

reverencia, y todo porque en el rito introducido por el chipriota


Círinas una torta de sal y un falo (aAcOv X6v8po<; Ka1. <j>aAA6~)era

el presente que se le ofrecía al joven que iba a ser iniciado en el arte


de la fornicación, y el muchacho a su vez, ofrecía una moneda a la
diosa "como los amantes dan a una hetaira".
En el capítulo segundo de su Protrepticus (11,9) se vanagloria
Clemente de conocer en profundidad los autores griegos, y toma
como ejemplo a Afrodita a quien los argivos adoran con el epíteto
de "la diosa de las piernas separadas' A<j>p08í'ttl nEpl13aaOl.)",

los atenienses como hetaira y los siracusanos como "la de las bellas

nalgas""(KaAAlTIúycp 8úoualv LupaKoúaalOl)", así como el poeta

Nicandro la llamó "la de bellos glúteos (KaAAíyAoU'tOV)".

Más adelante (IV. 58), vuelve Clemente a quejarse amargamente


de que los dioses griegos comenten adulterios y se embriagan sin

31
Marta Alesso

pudor. "Ay de ese ateísmo (oíuot "CT¡c;


a8EóTll"COC;),
habéis hecho del

cielo una representación para la escena" (LKTJVllVnE1wli]Ka"CE -tóv

obpcevóv) y entonces incorpora la cita de Odisea donde Demódoco

acompaña con la sonora cítara el relato de los amores de Ares y

Afrodita, "Cántanos Homero la bella canción (IV. 59 00V 'Ílfl1v,

"Ourjpe, "CT]V <pCDVllV


"Cllv KaA lÍv )", los amores de Ares y Afrodita, la

de linda corona.
Unas líneas más abajo se arrepiente, "Pero cesa tu canción,
Homero ( Ka"Cánau00v, "Ounpe, 'tllv cp8i]v);1lno es bella, enseña el
adulterio. Los cristianos no deben escuchar esas historias, "nosotros
somos la raza elegida ('Íl!-lE1C;
"Ca')'ÉVOC;
"CaEXAEK"CÓV,)
el sacerdocio

real ( "Caf3a0íAElOV lEpá"CEu!-la), una nación pura (E:8voC;aywv) y

un pueblo selecto ( Aaac; nEpwú01OC;)".

Clemente se refiere a Afrodita cuando apostrofa a las mujeres en


el Paedagogus, aduciendo que al usar joyas pareciera que las

mujeres quieren mostrarse encadenadas (mpéic;au"Cac; cpaívE08al

nEnE8rU.lÉvac;) .

"Tal vez el mito de los pasajes poéticos, según el cual, a


Afrodita, al cometer adulterio, se le pusieron semejantes
cadenas, signifique que los adornos no son más que el
símbolo del adulterio (ou8tv aAA' f¡ !-lOlXEÍac; 0ÚI-lf30AOV
atVl"C"CóI-lEVOC;
"CaK601-l1a)" (II, 12)

32
ltineretios de Afrodita

Afrodita es Eva, y Eva son todas las mujeres, según Clemente.


Así como "la serpiente engañó a Eva (Emv o O<j)H;t¡ná:tTj0EV)" así
también los adornos de oro, tomando la forma de serpiente, como un
anzuelo, hacen perder el juicio a las mujeres. La llama "astuta
Afrodita" '(E11:Í1cAonov 'A<j)pooi'tTjv) en 111.11, cuando cita Proverbios

9, 13-17:
"La mujer loca es alborotadora, se sienta a la puerta de su
casa (EKá810EV Enl. 8úpalC; 1:0Dtamf¡c; 01KOU), en lo
alto de la ciudad, para llamar a los que pasan por el
camino (np00KaAou~ÉVTj1:0UC; rtccptóvtc«; oóóv), a los
faltos de cordura dice: 'probad con placer el pan
escondido y las dulces aguas robadas' (ap1:c.ov KpU<j)tc.oV
Í1oÉc.oC;
a\Va08E xcci üoa'toc; KAonílc; yAUKEpOÜ)".

Clemente afirma que inspirándose en la Escritura, el beocio


Píndaro exclama ''Es algo dulce la furtiva solicitud de Cipris

( yAUKÚ 'tl KAEn1:Ó~EVOV ~ÉATj~a K únPlooc;f' pero el infeliz no

sabe que "los hijos de la tierra (YTjyEvE1C;)"perecerán por Afrodita, y

se juntan sobre el tablado de Hades (nup' amñ OAODV1:al, Kal. srrt

nÉ1:EUpOV"A100U cruvav1:<i). "Los que invocan a Dios", - dice más

adelante (111.11.75) - no deben tener trato "con los impuros


(éxxa8áp't0lC;)" que, como cerdos se regocijan "en las placeres del

cuerpo (Í1oovalC; 0c.o~a'tlKaic;)", "con alimentos fangosos y con

cosquilleos lujuriosos (ELcraAÉalC; 1:po<j)alC;xo.t yapyaA10~01C;

33
Marta Alesso

cXCJEA
'YÉCJ1)deseando escarbar en el placer de Afrodita que se goza

en el mal (n:po~ cX<j>pocí


'tllv K<XK6Xap'tov i1covTlV XaípouCJw)".

34
Itinerarios de Afrodita

Afrodita entre los estoicos

"¿De qué modo leyeron los estoicos a Homero?" Se pregunta


Long20 en un capítulo sumamente interesante, del volumen editado
por Lamberton que recopila las expresiones de los primeros
exégetas de llíada y Odisea. La respuesta es compleja. En general,
los estoicos (si es que realmente pueden agruparse en un mismo
movimiento filosófico personalidades tan dispares como Zenón y
Posidonio), recurrieron a Homero como a una fuente inagotable de
explicaciones de la estructura física del mundo, su origen y su
devenir. Ya se ha mencionado en otros artículos de esta misma
publicación" que la interpretación estoica en relación con Homero
debe entenderse como un tipo de lectura donde hay por lo menos
dos niveles: a) un locus in qua un episodio mítico del texto homérico
es citado o parafraseado, y b) la doctrina que el intérprete dice estar
implícita en ese locus, en una suerte de anticipación profética.

Es notable que el episodio de los amores de Ares y Afrodita,


evocado por Demódoco ante los feacios (Od. VIII, 266-369) haya
sido uno de los favoritos entre los estoicos que interpretaban a
Homero en el primer siglo de nuestra era.

20 "How did the Stoics read Hotner?" Long AA (1992): 41.


21 Alesso, M. (1998) "Circe en la trama de las alegorías" en Circe, de cfásicos y
modernos 111; 11-35.

35
Marta Alesso

Con acierto, opina M.J. Alden (1997: 516) que 1l00XEl.a que se

traduce habitualmente como "adulterio" , tiene un significado más


amplio y comprende todo comportamiento sexual inapropiado, que
puede ser castigado sin más por el kyrios. El episodio fue
condenado por Platón, como es sabido, en Rep. 390c, pero bien
señala el escoliasta en VI 267, que el emisor directo del relato no es
Odisea sino Demódoco en la situación de una celebración de los
feacios.
En De Vita et Poesi HomerP, cuya autoría ha sido adjudicada a
Plutarco, a Porfirio e incluso a Dionisia de Halicarnaso'", el mito de
Ares y Afrodita representa (101-102) la amistad y el odio. Afrodita
significa lo que en Empédocles es la amistad (il qnAilx) y Ares, lo

que en Empédocles es el odio ('to VElKOC;), "razón por la que tan

pronto están unidos como separados; los acusa Helios, los aprisiona
Hefesto y los libera Poseidón". Para el autor de De Vita resulta
evidente que "lo cálido y lo seco (il Ev8EPIlOC;Kal. il ~Epa)" y su

opuesto, "lo frío y lo húmedo (il 'Vu~pa re Kal. Uypá)". tan pronto

reúnen todo como lo separan. Congruente con ello es lo que "se dice

22 El autor incierto pero la cronología es bastante segura, corresponde al siglo 1.


Consta de dos partes: la primera, breve, sería posiblemente un prefacio a alguna
edición de Homero, se refiere a la vida y muerte del poeta; comenta parcialmente
su obra. La segunda parte analiza los aspectos formales, los tropos y figuras y
finaliza con el estudio del lagos humano en sus tres vertientes: histórico, teorético
y politico.

36
Itinetarios de Afrodita

en los demás poetas'", "en el sentido de que de la unión de Ares y

Afrodita nació Harmonía, a partir de los contrarios (E~ Evav'ttCDv) de

lo pesado y agudo (~apÉCDv'tE xcct 6~ÉCDV), por mezcla mutua de

manera conveniente (xipvcuávcov aAA:rlAOl cXvaAóyCD~)".


Heráclito, el rétor en Allegoriae Homericae, retoma el episodio de
los amores de Ares y Afrodita para explicar un saber filosófico
(eplAOCYÓepOU
'tlv6~ EnlCYTfl~il~ EXECY8al). Confirma también la

teoría de Empédocles y las creencias de la escuela siciliana


'(tó; LlKEAlKa 8óy~a'taKa\ 'tllv 'E~nE8óKAElOV yvc.6~l1v)

Ares es la discordia y Afrodita es la amistad. "A estos dos


principios, separados en su origen, Homero los presenta, después
de su antigua rivalidad, unidos en íntima concordia". Hay aquí "una

alegoría sobre el arte de la forja '(nEpl 'til~ xaAKEU'tlKí1( 'tÉxvll~'

Cx.AAllyopEuElv)" - sigue diciendo Heráclito -. Ares es el hierro

(CYí81lPo~)Hefesto es el fuego (nüp) que lo ablanda, y Afrodita es el

arte encantador (Enaeppó8l'to~) que necesita todo artista.

Respecto de la función social de la lectura alegórica utilizada por


los estoicos con la finalidad de desconstruir los mitos, señala
Dawson (1992: 3) que podría existir una especie de paralelo entre
esta teología apofática - o negativa - y el desconstructivismo

23 Bernardakis en la edición de Teubner la incorpora a los Moralia y defiende por


tanto, la tesis de Plutarco como autor de la obra (La traducción de la Biblioteca
Clásica Gredas sigue la edición de Bernardakis.

37
Marta Alesso

posmodernista que dice que la alegoría manifiesta una ausencia


total de significado. La diferencia estaría en que las 'lecturas"
desconstructivistas no tienen una finalidad hermeneútica, primordial
para los alegoristas estoicos y neoplatónicos, quienes hacen un uso
"retórico" de la interpretación, es decir, con estrategias tendientes a
organizar un discurso convincente para presentar su propia
cosmovisión como la única verdadera.

En este largo lapso de siglos Afrodita recorre numerosos


senderos: pasa por la épica heroica y la lírica intimista, la rescata la
filosofía, y la ofrece, transformada, a la teología; la utiliza el primer
cristianismo y es a la vez, - como Venus -, la personificación del
poder temporal del imperio; estoicos y neoplatónicos le otorgan la
impronta de lo místico. Polifacética y singular, eternamente
seductora, su pasión se renueva en cada uno de sus amantes.
Saludable y sensual, joven y hermosa, - nunca inocente -, avanza a
través de los tiempos encendiendo la llama eterna que sigue
haciendo girar el mundo.

24 Aquí se refiere indudablemente a Hesíodo, Teogonía, 937 y 975.

38
Itinerarios de Afrodita

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