Reseña Dia de Muertos

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El 

Día de Muertos es una tradición muy especial en México, la cual consiste en


montar altares u ofrendas en memoria de las personas que ya murieron.
La celebración del Día de Muertos es producto de la mezcla de culturas, pues retoma
el culto a la muerte de los indígenas y el catolicismo impuesto durante la época
colonial en México.
En 2003 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO) reconoció al Día de Muertos como Patrimonio Oral e Inmaterial de
la Humanidad.
Los altares u ofrendas de muertos son los elementos más importantes de esta
celebración.
El 1 y 2 de noviembre se coloca un altar en honor a las almas de los difuntos que nos
visitan en esas fechas. Se cree que el 1 de noviembre (Todos Santos) nos visitan las
almas de los niños y el 2 de noviembre (Fieles Difuntos) llegan los adultos.
Aunque lo más común es colocar la ofrenda el 1 de noviembre, ésta se puede poner
desde el 28 de octubre.

El altar de muertos se puede poner en casa o en algunos estados y localidades existe


la tradición de visitar los panteones y montar ahí las ofrendas.

Elementos del altar de muertos


Los elementos de la ofrenda son muy característicos y cada uno tiene un significado.
Por ejemplo, no debe faltar la flor de cempasúchil, pues se cree que esta flor es la que
indicará el camino a las almas.
Otros elementos importantes en una ofrenda son la comida favorita de los difuntos, su
fotografía, agua y bebidas para que se refresquen, veladoras, sal, papel picado, pan de
muerto, calaveritas de azúcar, entre otros.

Significados de algunos elementos de la  ofrenda de muertos.

1. Agua: para refrescar a las almas sedientas que han hecho un largo viaje.
Significa la pureza de las almas.
2. Arco: simboliza la entrada al mundo de los muertos.
3. Calaveritas: principalmente de azúcar, aunque también hay de
chocolate, cartonería, barro, cerámica… Representan los cráneos
humanos que se ofrendaban a los Dioses.
4. Comida: el alimento tradicional o el que era del agrado de los difuntos.
5. Copal: es un elemento prehispánico que limpia y purifica.
6. Cruz: símbolo introducido por los evangelizadores españoles.
7. Fotografías: fotos del difunto o difuntos a quienes se dedique el altar.
8. Cempasúchil: es la flor de los muertos. Sirve para guiar al difunto hacia
la ofrenda.
9. Licor: según el agrado del difunto, se puede poner tequila, ron, cerveza, u
otra bebida.
10. Pan de muerto: algunos señalan que este tipo de pan recuerda los
sacrificios humanos en las culturas prehispánicas (por aquello de los
huesos). En la tradición católica, evoca la eucarestía. El pan fue
incorporado por los evangelizadores españoles. Puede ser en forma de
muertito de Pátzcuaro o de domo redondo, adornado con formas de
huesos en alusión a la cruz, espolvoreado con azúcar y hecho con anís.
11. Papel picado: representación del viento y la alegría por festejar el Día de
los Muertos.
12. Sal: elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa
en su viaje.
13. Velas o veladoras: es la luz que ilumina el camino de las almas.
14. Cruz: que puede ser de cal, sal, pétalos de flores, aserrín, etc.
15. Objetos personales de los difuntos: para que puedan recordar sus
momentos en vida.
En la época prehispánica el culto a la muerte era uno de los elementos básicos de
la cultura, cuando alguien moría era enterrado envuelto en un petate y sus
familiares organizaban una fiesta con el fin de guiarlo en su recorrido al Mictlán.
De igual forma le colocaban comida que le agradaba en vida, con la creencia de
que podría llegar a sentir hambre.

El Día de Muertos en la visión indígena implica el retorno transitorio de las


ánimas de los difuntos, quienes regresan a casa, al mundo de los vivos, para
convivir con los familiares y para nutrirse de la esencia del alimento que se les
ofrece en los altares puestos en su honor.

En esta celebración de Día de Muertos, la muerte no representa una ausencia sino


a una presencia viva; la muerte es un símbolo de la vida que se materializa en el
altar ofrecido. En este sentido se trata de una celebración que conlleva una gran
trascendencia popular ya que comprende diversos significados, desde filosóficos
hasta materiales.

Su origen se ubica en la armonía entre la celebración de los rituales religiosos


católicos traídos por los españoles y la conmemoración del día de muertos que
los indígenas realizaban desde los tiempos prehispánicos; los antiguos mexicas,
mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos
originarios de nuestro país, trasladaron la veneración de sus muertos al calendario
cristiano, la cual coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, principal
cultivo alimentario del país.

La celebración del Día de Muertos se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre ya


que esta se divide en categorías: De acuerdo con el calendario católico, el 1 de
noviembre corresponde a Todos los Santos, día dedicado a los “muertos
chiquitos” o niños, y el día 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, es decir, a los
adultos

Cada año muchas familias colocan ofrendas y altares decorados con flores de
cempasúchil, papel picado, calaveritas de azúcar, pan de muerto, mole o algún
platillo que le gustaba a sus familiares a quien va dedicada la ofrenda, y al igual
que en tiempos prehispánicos, se coloca incienso para aromatizar el lugar.

Asimismo, las festividades incluyen adornar las tumbas con flores y muchas
veces hacer altares sobre las lápidas, lo que en apocas indígenas tenía un gran
significado porque se pensaba que ayudaba a conducir a las ánimas a transitar por
un buen camino tras la muerte.

La tradición también indica que, para facilitar el retorno de las almas a la tierra,
se deben esparcir pétalos de flores de cempasúchil y colocar velas trazando el
camino que van a recorrer para que estas almas no se pierdan y lleguen a su
destino. En la antigüedad este camino llegaba desde la casa de las familias hasta
el panteón donde descansaban sus seres queridos.

El Día de Muertos se celebra en todo México, teniendo algunas variantes


dependiendo la región o el estado.

Cabe mencionar que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,


la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró en 2008 esta festividad como
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por su importancia y
significado en tanto se trata de una expresión tradicional -contemporánea y
viviente a un mismo tiempo-, integradora, representativa y comunitaria.
Los elementos de la ofrenda son muy característicos y cada uno tiene un significado.
Por ejemplo, no debe faltar la flor de cempasúchil, pues se cree que esta flor es la que
indicará el camino a las almas.
Otros elementos importantes en una ofrenda son la comida favorita de los difuntos, su
fotografía, agua y bebidas para que se refresquen, veladoras, sal, papel picado, pan de
muerto, calaveritas de azúcar, entre otros.

Significados de algunos elementos de la  ofrenda de muertos.

1. Agua: para refrescar a las almas sedientas que han hecho un largo viaje.
Significa la pureza de las almas.
2. Arco: simboliza la entrada al mundo de los muertos.
3. Calaveritas: principalmente de azúcar, aunque también hay de
chocolate, cartonería, barro, cerámica… Representan los cráneos
humanos que se ofrendaban a los Dioses.
4. Comida: el alimento tradicional o el que era del agrado de los difuntos.
5. Copal: es un elemento prehispánico que limpia y purifica.
6. Cruz: símbolo introducido por los evangelizadores españoles.
7. Fotografías: fotos del difunto o difuntos a quienes se dedique el altar.
8. Cempasúchil: es la flor de los muertos. Sirve para guiar al difunto hacia
la ofrenda.
9. Licor: según el agrado del difunto, se puede poner tequila, ron, cerveza, u
otra bebida.
10. Pan de muerto: algunos señalan que este tipo de pan recuerda los
sacrificios humanos en las culturas prehispánicas (por aquello de los
huesos). En la tradición católica, evoca la eucaristía. El pan fue
incorporado por los evangelizadores españoles. Puede ser en forma de
muertito de Pátzcuaro o de domo redondo, adornado con formas de
huesos en alusión a la cruz, espolvoreado con azúcar y hecho con anís.
11. Papel picado: representación del viento y la alegría por festejar el Día de
los Muertos.
12. Sal: elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa
en su viaje.
13. Velas o veladoras: es la luz que ilumina el camino de las almas.
14. Cruz: que puede ser de cal, sal, pétalos de flores, aserrín, etc.
15. Objetos personales de los difuntos: para que puedan recordar sus
momentos en vida.

En México la celebración del Día de Muertos varía de estado en estado, de


municipio en municipio y de pueblo en pueblo, sin embargo, en todo el país tiene
un mismo principio, reunir a las familias para dar la bienvenida a sus seres
queridos que vuelven del más allá.

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