Mejoramiento Pastizales Naturales

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Pastizales Naturales:

propuestas para su mejoramiento

La ganadería argentina, como ocurre con la mayoría de las actividades


productivas, periódicamente exige ajustes tanto de sus sistemas de
producción como de la tecnología aplicada.
Si comparamos la capacidad de uso de los suelos de los partidos de la
cuenca del Río Salado observaremos que el 40% de sus tierras
(2.444.357 ha) son de aptitud VI y VII ws. (Cabria y col. 1993).
Considerando algunas acciones a realizar, podríamos diferenciarlas
según los relieves, en dos grandes grupos:

1. Relieves llanos y con heterogeneidad de suelos:

La planicie de la Pampa deprimida bonaerense es una planicie que


muestra heterogeneidad en sus suelos y vegetación. Las mayores
limitaciones son la alcalinidad por sodio, drenaje deficiente y la
presencia de la napa freática a poca profundidad (Agnusdei, 1991).
Autores como Vervoorst (1967) y León y col. (1985) clasificaron la
vegetación, determinando que las comunidades vegetales no abarcan
un área delimitada, sino que alternan y se superponen formando un
mosaico de vegetación.

Existen grandes áreas cubiertas por agua ó que reciben inundaciones


periódicas que mantienen estable la producción de los pastizales
naturales, reduciendo los problemas de compactación y salinización
causados por el pastoreo (Sala y col, 1991).

El 80% de la ganadería de cría se realiza sobre pastizal natural, un


15% sobre pasturas y el resto corresponde a verdeos de invierno y
verano.
Históricamente, se desarrollaron sistemas de producción extensivos,
con baja carga animal y nivel tecnológico. En los últimos 10 años, se
produjo la degradación forrajera del pastizal debido a los cambios
climáticos y el sobre pastoreo. Los resultados han sido la disminución
de gramíneas invernales y el incremento de malezas y especies como
paja vizcachera, paja colorada, cola de zorro y malezas compuestas
con tolerancia a herbicidas específicos y no selectivos.

Los pastizales con elevada participación de paja colorada (Paspalum


quadrifarium) desde 30 al 50%, de gran crecimiento primaveral-
estival, tienen baja calidad y palatabilidad en estados maduros. Por
efecto de la competencia que ejercen, demuestran baja presencia de
leguminosas naturales de alto a mediano valor forrajero.
Ocupan alrededor de 1,2 millones de hectáreas ubicándose en campos
húmedos y en las laderas de las sierras.
Sin embargo, es posible aplicar técnicas integradas de manejo y
control que mejoran y/ó cambian en gran medida éstos suelos,
aumentando la productividad.
R elieve, S u elos y V egetación
D eficiencia de drenaje
P erfil topográfico

L om a M edia B ajo D ulce B ajo alcalino


A Lom a B C D

Pasto Puna C entenillo


Stipa trichotom a H ordeum s.
Paja vizcachera A rrocillo
Stipa brachichaeta Leersia h.
Paja colorada Pelo de C hancho
C anutillo D istchlis s.
Paspalum quadrifarium Paspalidium p.
Pasto m iel D istichlis scop.
C ola de zorro
Paspalum dilatatum Setaria g.
Pasto baqueta Flechilla m ansa
C ola de zorro L otus tenuis
Sporobolus i. Stipa p.
Bothriochloa laguroides
Pasto colchón
R aigrás anual
Stenotaphrum s.
Lolium m .
C ebadilla c.
Brom us cath.
T rébol blanco
Trifolium r.

Indice: ranking del valor forrajero de las especies.

Categorización de las especies de la depresión


del Salado. (M. Cauhépé y col., 1985)
Categorías Especies Indice
Excelentes Lolium multiflorum 5
Bromus unioloides
Muy buenas Festuca arundinácea 4
Paspalum dilatatum
Bothriochloa laguroides
Poa lanígera
Buenas Sporobolus indicus 3
Agropyron elongatum
Chaetotropis elongata

Medianas Stipa neesiana 2


Stipa papposa
Panicum sp.
Stipa formicarum
Hordeum stenostachys
Cynodon dactylon
Stenotaphrum secundatum

Mediocres Distichlis scoparia 1


Distichlis spicata
Paspalum quadrifarium
Las alternativas de manejo a considerar son: el uso del fuego
mediante la aplicación de un protocolo de quema sobre estos pastizales
con predominancia de dicha paja. Diversos estudios han demostrado
que la quema crea una excelente cama de siembra con las cenizas, las
que aportan nutrientes minerales. También se modifica la incidencia
lumínica, provocando aumentos de temperatura y humedad sobre la
superficie del suelo. Estas modificaciones favorecen la implantación y el
establecimiento de las semillas presentes. Las prácticas modifican el
ecosistema abriendo nichos ecológicos para el establecimiento de
nuevas plantas, siendo las malezas las que normalmente lo aprovechan.
Además, se logra un cambio sustancial en la calidad del forraje post-
quema, alcanzando valores de PB cercanos al 12%.
También es posible incorporar especies a dichos pastizales, si así
fuera necesario: como Lotus tenuis, trébol blanco ó raigrás. Es
importante considerar la fertilización para lograr el establecimiento de
las especies sembradas ó favorecer las forrajeras naturales existentes.
Los controles químicos son factibles sobre las malezas de semilla que
germinan post-quema y sobre el rebrote de las perennes que subsisten
al fuego. Sobre los rebrotes de paja colorada en febrero/marzo ó sobre
pajonales que no fueron quemados.
La aplicación de esta tecnología persigue el objetivo de transformar
racionalmente la composición botánica del pastizal, mejorando la
cantidad y calidad de forraje, cubriendo un déficit estacional e
incrementando la carga animal. Es posible que no deba repetirse todos
los años. Debe analizarse cuidadosamente la presencia de especies de
valor zootécnico.
Los sectores definidamente de loma tendrían la alternativa de
continuar hacia la siembra de una pradera permanente tendiendo a
lograr el equilibrio.

2. Áreas serranas

Las experiencias realizadas no han sido tan numerosas, pues los


conceptos y criterios a aplicar deben ser estudiados con mayor
detenimiento.
El objetivo de avanzar sobre estos suelos es aumentar su carga
animal potencial y que a su vez coincide con los sectores de presencia
de especies poco preferidas.
Es posible implantar forrajeras perennes, reemplazando al pajonal y
otras especies naturales de menor calidad forrajera. Podría ser Festuca,
Pasto Ovillo ó Raigrás. Actualmente, existen nuevas variedades de
gramíneas forrajeras, con fechas de floración más tardía, buena
producción estacional y adaptación.
Una posibilidad, en el camino de desplazamiento de las especies de
escaso valor forrajero, es incorporar primeramente gramíneas, para
facilitar el control posterior en post-emergencia de las malezas que
provienen del banco de semillas. Su germinación es favorecida al
desaparecer la competencia por luz y nutrientes. Posteriormente, al
disminuir la presencia y presión de aquellas consideradas como
malezas, podría incorporarse leguminosas adaptadas.
Bibliografía:
- Cabria, Gómez y Culot (1993) Cartas de Suelo
- Control de Paja colorada. C. Angió y D. Grassi.1999
- Comunicaciones personales. Fabián Tommasone. 2002
- Ecosistemas de Pastizales Naturales: Pampa Deprimida Bonaerense.
Mónica Sacido. FA-UNICEN.1991
- Implantación y establecimiento de Lotus tenuis post-quema de
Paspalum quadrifarium. V. Juan, M. Sacido, M. Cauhépé y R.
Balleto. 1998
- Calidad de los rebrotes post-quema en Pajonales de Paspalum
quadrifarium. M. Sacido y M. Cauhépé. 1998
- Variaciones en la Composición Florística de un Pastizal por efecto de
quema, siembra de Lotus tenuis y controles químicos. M. Sacido y
M. Cauhépé y L. Monterroso. Congreso Latinoamericano de malezas.
1998
- Forrajeras de la Pampa Deprimida. M. Cauhépé. INTA Balcarce 1998

Ing. Agr. Mariano de la Vega, INTA Agencia Extensión Azul.


EEA Cuenca del Salado. Febrero de 2010

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