STSJ Cat 1608 2019

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JURISPRUDENCIA

Roj: STSJ CAT 1608/2019 - ECLI:ES:TSJCAT:2019:1608


Id Cendoj: 08019330012019100175
Órgano: Tribunal Superior de Justicia. Sala de lo Contencioso
Sede: Barcelona
Sección: 1
Fecha: 31/01/2019
Nº de Recurso: 524/2016
Nº de Resolución: 98/2019
Procedimiento: Contencioso
Ponente: JUAN ANTONIO TOSCANO ORTEGA
Tipo de Resolución: Sentencia

Resoluciones del caso: STSJ CAT 1608/2019,


ATS 9475/2020,
STS 2160/2021

TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA


SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN PRIMERA
RECURSO ORDINARIO (LEY 1998) 524/2016
Partes: Jose Augusto C/ TEAR
En aplicación de la normativa española y Europea de Protección de Datos de Carácter Personal, y demás
legislación aplicable hágase saber que los datos de carácter personal contenidos en el procedimiento tienen
la condición de confidenciales, y está prohibida la transmisión o comunicación a terceros por cualquier
medio, debiendo ser tratados única y exclusivamente a los efectos propios del proceso en que constan,bajo
apercibimiento de responsabilidad civil y penal.
S E N T E N C I A Nº 98
Ilmos/as. Sres/as.:
PRESIDENTE:
Dª. MARIA ABELLEIRA RODRÍGUEZ
MAGISTRADO/AS
D. JUAN ANTONIO TOSCANO ORTEGA
D. JOSÉ LUIS GÓMEZ RUIZ
En la ciudad de Barcelona, a treinta y uno de enero de dos mil diecinueve .
VISTO POR LA SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE
CATALUÑA (SECCIÓN PRIMERA), constituida para la resolución de este recurso, ha pronunciado en el nombre
del Rey, la siguiente sentencia en el recurso contencioso administrativo nº 524/2016, interpuesto por Jose
Augusto , representado por la Procuradora Dª. MARTA PRADERA RIVERO, contra TEAR, representado por el
ABOGADO DEL ESTADO.
Ha sido Ponente el Ilmo. Sr. Magistrado DON JUAN ANTONIO TOSCANO ORTEGA, quien expresa el parecer
de la SALA.

ANTECEDENTES DE HECHO

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JURISPRUDENCIA

PRIMERO.- Por la representación procesal de Jose Augusto se interpone recurso contencioso-administrativo


contra la actuación administrativa que se cita en el fundamento de derecho primero mediante escrito registrado
en este Tribunal en fecha 21 de julio de 2016.
SEGUNDO.- Acordada la incoación de los presentes autos, se les da el cauce procesal previsto por la Ley
29/1998, de esta jurisdicción, habiendo despachado las partes actora y demandada, llegado su momento y por
su orden respectivo, los trámites conferidos de demanda y de contestación, en cuyos escritos respectivos, en
virtud de los hechos y los fundamentos de derecho que en ellos constan, solicitan respectivamente la anulación
de la actuación administrativa objeto del recurso y la desestimación de éste, en los términos que aparecen
en los mismos.
TERCERO.- Continuando el proceso su curso por los trámites procesales que aparecen en autos, habiéndose
formulado escritos de conclusiones por las partes actora y demandada, se señala día y hora para votación y
fallo, el día 30 de enero de 2019, lo que tiene lugar en la fecha fijada.
CUARTO.- En la sustanciación del procedimiento se han observado y cumplido las prescripciones legales.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El objeto del presente recurso contencioso-administrativo reside en las pretensiones formalizadas
por las partes litigantes en el proceso en torno a la impugnación jurisdiccional por la parte actora de la
resolución de 11 de abril de 2016 del Tribunal Económico-Administrativo Regional de Cataluña, por la que se
acuerda: 1) " - Estimar en parte la reclamación NUM000 anulando la liquidación practicada, declarando prescrito
el ejercicio 2005 y ordenando en lo demás su sustitución por otra acorde a lo dispuesto en la presente resolución
", por relación al acuerdo de liquidación dictado por la Dependencia Regional de Inspección Financiera y
Tributaria de la Agencia Estatal de Administración Tributaria en Cataluña, por el concepto de Impuesto sobre
el Valor Añadido, períodos 2005 a 2007, por importe de 40.244,81 euros (liquidación NUM001 ). 2. " - Estimar
la reclamación NUM002 anulando el acuerdo sancionador impugnado ". 3. " - Reconocer, en su caso, el derecho
a la devolución de las cantidades indebidamente ingresadas así como sus respectivos intereses ".
SEGUNDO.- A través de su demanda el recurrente interesa de la Sala que " dicte Sentencia por la que se anule la
Resolución desestimatoria dictada por el Tribunal Económico- Administrativo Regional de Cataluña en fecha 11
de abril de 2016 (reclamaciones económico-administrativas números NUM000 y NUM003 (acumuladas); anule
la liquidación impugnada; y declare la prescripción de los dos primeros trimestres del ejercicio 2006 del IVA; y
condene en costas". En defensa de dichas pretensiones, consistentes en la declaración de la prescripción de
los dos primeros trimestres del ejercicio 2006 y anulatoria de la liquidación del Impuesto sobre el Valor Añadido
en los períodos no prescritos, tras exposición de antecedentes que considera relevantes, viene a reiterar en
lo sustancial en su demanda los argumentos invocados en la reclamación económico-administrativa número
NUM000 en parte estimada por la resolución económico-administrativa impugnada, esto es, las alegaciones
rechazadas por dicha resolución por el orden que sigue: 1. " Prescripción del derecho a liquidar y sancionar el
IVA 1T y 2T/2006 ". 2. " Correcta deducción de los gastos ": a) " Gastos de vestuario ". b) " Gastos por vehículos
". c) " Gastos de suministro y amortizaciones del inmueble sito en la C/ DIRECCION000 NUM004 ". d) "Gastos
por el inmueble sito en la CALLE000 ". e) " Gastos correspondientes a restaurantes y adquisición de bienes y
servicios relacionados con la actividad profesional ".
La parte demandada contesta a la demanda con oposición a la misma y solicitud de dictado de " sentencia por
la que se desestime el presente recurso contencioso-administrativo, con expresa imposición de costas ", ello,
por los propios fundamentos del acuerdo económico-administrativo recurrido al resultar adecuado a derecho,
sin concurrir las infracciones jurídicas procedimentales y sustantivas denunciadas, que se rechazan por el
mismo orden: 1. " Ausencia de prescripción 1T y 2T IVA 2006 ". 2. " Conformidad a Derecho de la regularización
practicada ": gastos por vestuario, vehículos, inmuebles de la DIRECCION000 NUM004 y la CALLE000 de
Barcelona, restaurantes y adquisición de bienes y servicios.
TERCERO. No habiéndose opuesto en el proceso por la parte demandada óbice procesal alguno que impida
el conocimiento de las cuestiones suscitadas por las partes en el debate procesal, procede abordar en esta
resolución el examen de los motivos impugnatorios del recurso articulados por la parte actora en su demanda,
y los correlativos alegatos de oposición a éste alzados de contrario por la parte demandada en su contestación
a la demanda, que ha de principiar por tratar la " Prescripción del derecho a liquidar y sancionar el IVA 1T y
2//2006 ", por razón de la " Aplicación improcedente de la jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre los efectos
interruptivos del modelo 390 ", en los términos de la demanda y escrito de conclusiones, con mención a la
resolución de 22 de septiembre de 2016 del Tribunal Económico-Administrativo Central, dictada en unificación
de criterio.

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JURISPRUDENCIA

Sobre la cuestión, la resolución económico-administrativa recurrida, en el penúltimo párrafo de su fundamento


de derecho 5, argumenta:
" No resulta prescrito el derecho a determinar la deuda tributaria del IVA del 1T y 2T de 2006, como alega el
interesado, pues obra en el expediente declaración anual modelo 390, presentada por el interesado, pues obra
en el expediente declaración anual modelo 390, presentada por el interesado en fecha 30/01/2007. El Tribunal
Supremo, en Sentencia de fecha 25 de noviembre de 2009 (Recurso de Casación núm. 983/2004 ) declaró el
efecto interrruptivo de la declaración resumen anual 390 argumentando:
<Una primera apreciación pone de relieve que el contenido propio de la declaración-resumen anual no es
liquidatorio. Siendo esto cierto no se puede ignorar que a dicha declaración se acompañan las declaraciones-
liquidaciones trimestrales cuyo contenido ha de ser congruente con el de la declaración-resumen anual, pues
si así no fuera la declaración-resumen anual y las liquidaciones (en este caso trimestral) serían contradictorias,
y, por tanto, rechazables. Ello permite concluir que aunque la declaración-resumen anual no tiene en sí misma
un contenido liquidatorio, implica y comporta una ratificación de las distintas liquidaciones efectuadas durante
el año.
Este elemento de la declaración-resumen anual, de ratificación de las liquidaciones efectuadas durante el año,
permite imputar a tales declaraciones un contenido interruptivo de la prescripción, por efecto de su contenido
liquidatorio y al que el artículo 66.1 de la L.G.T confiere carácter interruptivo> ".
Entre otras, en la sentencia número 263/2018, de 16 de marzo (recurso ordinario número 303/2015),
concretamente en el fundamento de derecho cuarto, esta Sala y Sección sostiene " el efecto interruptivo que
se produce con la presentación de la declaración resumen anual -modelo 390- como máximo el 30.1.2008,
por lo que la prescripción se hubiera producido, como acertadamente mantiene la resolución impugnada, el
30.1.2012 ( artículo 66.1 a) LGT ). Al no haber transcurrido el plazo de 4 años no existe prescripción para la
determinación de la deuda tributaria mediante la oportuna liquidación ". Como es obvio, no puede desconocer
este Tribunal Superior de Justicia que precisamente contra dicha sentencia se interpone recurso de casación,
que, registrado con el número 3578/2018, se admite por auto de 10 de octubre de 2018 la Sala de lo
Contencioso-Administrativo (Sección Primera) del Tribunal Supremo , y que acuerda en el apartado 2º) de su
parte dispositiva: " 2º) La cuestión que presenta interés casacional objetivo para la formación de jurisprudencia
consiste en ": " Determinar si la presentación de la declaración-resumen anual del Impuesto sobre el Valor
Añadido, modelo 390, constituye un supuesto de interrupción de la prescripción del derecho de la Administración
a determinar la deuda tributaria o si carece de virtualidad para interrumpir tal derecho ". A la fecha del dictado
de esta sentencia, no tiene constancia este Tribunal de que haya recaído pronunciamiento del alto Tribunal
sobre dicha cuestión.
CUARTO.- Despejada esa cuestión, procede entrar en el fondo del asunto y examinar si resulta ajustado a
derecho el acuerdo liquidatorio del Impuesto sobre el Valor Añadido en los ejercicios no declarados prescritos
y en la parte confirmada por la resolución económico-administrativa aquí recurrida, en la medida en que la
regularización practicada no admite como fiscalmente deducibles determinados gastos incluidos por el sujeto
pasivo recurrente en sus autoliquidaciones trimestrales de Impuesto sobre el Valor Añadido, por relación
a determinados gastos no relacionados con la actividad económica consistentes en vestuario, vehículos,
suministro y amortizaciones del inmueble sito en la DIRECCION000 , NUM004 , gastos por el inmueble de
la CALLE000 NUM005 , NUM006 NUM006 , de Barcelona, y gastos correspondientes a restaurantes,
adquisición de bienes y servicios.
Procede observar que, como ha venido ya reiterando esta Sala y Sección en numerosos pronunciamientos
anteriores (así, por ejemplo entre otros muchos los contenidos en las sentencias números 1077/2014 y
470/2017 ), la realidad del gasto al que se refiere la cuota del Impuesto sobre el Valor Añadido soportado es
una cuestión fáctica que está sometida a las reglas de la carga de la prueba, que antes se contenían en el
artículo 114 de la anterior Ley 230/1963 , General Tributaria, que señalaba que tanto en los procedimientos de
gestión como en los de resolución de reclamaciones quien haga valer su derecho deberá probar los hechos
normalmente constitutivos del mismo, y que actualmente se contiene en similares términos en el artículo 105
de la vigente Ley 58/2003 , General Tributaria. Con ello, se trata de aplicar en los procedimientos tributarios los
principios generales en materia de distribución de la carga de la prueba, proclamados reiteradamente por la
jurisprudencia en el sentido que compete en todo caso a cada parte la carga de probar su pretensión ( sentencia
del Tribunal Supremo, Sala 3ª, de 22 de enero de 2000 ) y recogidos actualmente en el artículo 217 de la vigente
Ley 1/2000 , de Enjuiciamiento Civil, aunque la exigencia a cada parte de probar el supuesto de hecho de la
norma que invoca a su favor puede verse matizada, e incluso alterada, en determinados casos aplicando los
criterios de razonabilidad, normalidad y facilidad probatoria ( artículo 217.7 de la citada Ley 1/2000 ), regla
esta que permite desplazar en tales supuestos el onus probandi a quien se encuentra en mayor disposición de
acreditar el hecho o hechos con el fin de evitar la imposición de pruebas diabólicas. Así, para la justificación

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JURISPRUDENCIA

del gasto contabilizado y de la cuota soportada deducida, en principio, bastará con que el obligado tributario
esté en posesión de la correspondiente factura o documento sustitutivo, que cumpla con las formalidades
legales, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 97 de la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto
sobre el Valor Añadido , y los artículos 3 y 8 del Real Decreto 2402/1985, de 18 de diciembre , regulador
del deber de expedición y entrega de factura que incumbe a los empresarios y profesionales. Ahora bien, el
estar en posesión de la factura no comporta una presunción iuris et de iure de la efectiva entrega de bienes
o la prestación de los servicios documentados en dicha factura, sino que la factura habrá de ser valorada
como cualquier otro medio de prueba. Así, justificado el gasto contabilizado y la cuota soportada deducida
mediante la correspondiente factura, corresponde normalmente a la administración actuante el acreditar la
mendacidad de la factura que lo justifica para no admitir dicho gasto. La exigencia de la carga probatoria
puede ser atemperada con arreglo al principio de mayor facilidad probatoria, por lo que siendo lógicamente
de más fácil prueba el hecho positivo plasmado en la factura, cuando la administración acredita un serie de
hechos indiciarios que por su significado apuntan a la falta de realidad de la entrega o de la realización del
servicio facturado, según las circunstancias de cada caso, se traslada entonces al obligado tributario la carga
procesal de acreditar la efectividad o la realidad de la operación facturada. Así, en numerosas sentencias
hemos considerado que una vez que la administración cuestiona y pone en duda de una manera razonada la
realidad de un gasto con el que se pretende reducir la base imponible, mediante datos indiciarios bastantes
que lleven a la conclusión de la inexistencia o de la falta de realidad total o parcial de los mismos, corresponde
entonces a la parte recurrente la carga de la prueba de la realidad de los servicios o entregas facturados, sin
que de nada o de poco sirva que la parte se remita simplemente a la formalidad de las facturas cuestionadas,
sin aportar otros datos o medios de prueba que justifiquen la realidad de los servicios que se dicen prestados.
Hemos de insistir en que la factura, que justifica en principio la deducción, no constituye una prueba plena e
indestructible sobre la realidad de los hechos que documenta, ya que es un documento privado sometido al
mismo régimen probatorio que los demás de esta clase, sin privilegio alguno, y, por ende, sometido también a
la apreciación conjunta con los restantes medios de prueba. La jurisprudencia dictada en orden a la valoración
de la prueba contenida, entre otras, en sentencias del Tribunal Supremo de 24 de enero de 1997 y 9 de febrero
de 1999 , tiene ya desde antiguo establecido que en el proceso contencioso administrativo la prueba se rige
por los mismos principios que la regulan en el proceso civil y que la base de la convicción del juzgador para
dictar la sentencia descansa en la valoración conjunta y ponderada de toda la prueba practicada. Conviene
abundar en que pese a tratarse de algo casuístico que ha de apreciarse en cada supuesto, cabe afirmar la
importancia que tiene la descripción de la entrega o del servicio que se contiene en la factura en que se ampara
el sujeto pasivo. En efecto, siendo uno de los requisitos de la factura la consignación del concepto facturado,
una descripción escasa o genérica supone, de un lado, un incumplimiento o cumplimiento defectuoso de uno
de los requisitos formales del documento justificativo y, de otro, una circunstancia que obviamente dificulta a
la Administración la prueba de la inexistencia de la operación facturada, lo que lógicamente ha de tenerse en
cuenta en el trance de enjuiciar el reparto de la carga probatoria conforme a lo antes expuesto.
Además de las anteriores apreciaciones sobre la acreditación de la realidad del gasto documentado en la
factura, sobre todo interesa aquí significar que, a tenor de la controversia de autos y como ha venido reiterando
la Sala en supuestos procesales similares, la efectiva relación de determinados gastos con los ingresos por
actividades económicas o profesionales, presupuestos éstos, es asimismo cuestión fáctica que se encuentra
sometida a las reglas de la carga de la prueba ex artículo 105 de la Ley 58/2003 y 217 de la Ley 1/2000 , aunque
ciertamente la exigencia a cada parte de probar el supuesto de hecho de la norma que invoca a su favor puede
verse matizada, e incluso alterada, aplicando los criterios de razonabilidad, normalidad y facilidad probatoria
( artículo 217.7 de la citada Ley 1/2000 ), regla esta que permite desplazar en determinados supuestos el
onus probandi a quien se encuentra en mejor disposición de acreditar el hecho controvertido. Bien, acerca
del principio de correlación de los gastos con los ingresos por la actividad, por ejemplo dijimos en nuestra
sentencia número 257/2014, de 20 de marzo (recurso ordinario número 157/2011), concretamente en su
fundamento de derecho segundo:
" SEGUNDO.- El criterio mantenido por esta Sala y Sección, aplicable al presente supuesto en cuanto que no se
ha producido un cambio sustancial de la normativa, aparece reflejado, en las siguientes sentencias; seguidas
de otras muchas:
-De 25 de junio de 2008, número 684/2008, recurso 1194/2004, cuyo Fundamento Tercero expresaba:
"TERCERO: El artículo 10.3 de la Ley 43/1995, de 27 de diciembre, del Impuesto sobre Sociedades (LIS ), prevé
que "En el régimen de estimación directa la base imponible se calculará corrigiendo, mediante la aplicación de
los preceptos establecidos en la presente Ley, el resultado contable determinado de acuerdo con las normas
previstas en el Código de Comercio, en las demás leyes relativas a dicha determinación y en las disposiciones
que se dicten en desarrollo de las citadas normas". A su vez, en el la letra e) del apartado 1 del artículo 14LIS

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JURISPRUDENCIA

se contemplan entre los gastos que no tienen la consideración de gastos fiscalmente deducibles, los donativos
y liberalidades.
Esta Sala ha declarado que de la interpretación de tales preceptos y de la doctrina jurisprudencial hay que
concluir:
1.º) Que ha de estarse al concepto de "gasto contable" como el que se realiza para obtener los ingresos, en suma
el beneficio, superándose los criterios de obligatoriedad jurídica, indefectibilidad, etc. y los negativos de gastos
convenientes, oportunos, acertados, etc, como contrarios al de gastos necesarios. No cabe ya estar al concepto
siempre conflictivo y retrógrado de gasto necesario.
2.º) Que al margen de gastos groseramente desproporcionados, las sutiles distinciones como la de gasto
suntuario, inadecuado, oportuno, excesivo, etc, es decir, innecesario, implican una intromisión de la Hacienda
Pública en la calificación y juicio crítico de la gestión empresarial, y, además, llevadas a su máxima expresión,
implicó la deriva al concepto de liberalidades, de modo que todo lo que no era estrictamente necesario, era una
liberalidad, silogismo que es sustancialmente erróneo.
3.º) Que en el procedimiento tributario la carga objetiva de la prueba recae sobre la Administración en base,
sobre todo, a la vigencia del carácter inquisitivo de este tipo de procedimientos.
4.º) Que ha de ser la Administración tributaria, la que por medio de los procedimientos específicos que para ello le
legitiman, y particularmente el procedimiento de las actuaciones de comprobación e investigación inspectoras,
forme prueba de los hechos normalmente constitutivos del nacimiento de la obligación tributaria, verificado lo
cual, la carga probatoria a tenor del artículo 114 de la Ley General Tributaria , se desplaza hacia quien aspira
a acreditar que tales hechos son reveladores de otra relación distinta, cualesquiera sean las consecuencias
tributarias que se deriven. La doctrina jurisprudencial viene admitiendo la validez del uso de las presunciones
en el ámbito tributario, siempre que cualquier actuación no pueda acreditarse por pruebas de carácter objetivo;
señalando la sentencia del Tribunal Supremo de 20 septiembre 2005 "que la mencionada clase de pruebas
indiciarias o de presunciones no sólo son idóneas sino que son, incluso, necesarias y, a veces, imprescindibles
cuando se trata de acreditar la simulación, especialmente en lo que se refiere al elemento subjetivo que la integra".
Para la deducibilidad de los gastos, resulta pues exigible su correlación con los ingresos, de manera que aquellos
coadyuven a la obtención de ingresos de la actividad empresarial desarrollada por la sociedad. Ha de partirse del
principio que, salvo patente desproporción, no corresponde al sujeto pasivo probar la correlación de los gastos
con los ingresos de la actividad más allá de lo que resulta de su declaración-liquidación y contabilización, por lo
que habrá de ser la Inspección la que pruebe que, en contradicción con tal contabilidad, los gastos son ajenos
a la actividad. La incertidumbre probatoria respecto de este extremo ha de perjudicar pues a la Administración,
en virtud de las normas legales sobre la carga de la prueba, que no tienen otro alcance que el de señalar las
consecuencias de la falta de prueba. No obstante, cumplida por la Administración tal carga de la prueba, debe ser
el interesado quien peche con la carga de desvirtuar la prueba de adverso, mediante la oportuna contraprueba
o prueba de lo contrario, debiéndose añadir que en cada caso la carga de la prueba podrá ser modulada por la
regla de la facilidad probatoria."
- De 30 de junio de 2005, número 773/2005, recurso 150/2001, cuyo Fundamento Tercero expresaba:
"TERCERO: La sentencia de esta Sala y Sección núm. 1250/2004, de 2 de diciembre de 2004 (rec. núm. 950/2000
), ya declaró, en relación con la afectación de un vehículo a la actividad empresarial, que en los supuestos de
incertidumbre probatoria, al constar sólo sospechas, conjeturas o a lo sumo indicios parciales y contradictorios
sobre la afectación o no a la actividad, tal incertidumbre probatoria obliga a determinar a quién perjudica la
misma en virtud de las normas legales sobre la carga de la prueba, que no tienen otro alcance que el de señalar
las consecuencias de la falta de prueba, partiendo del hecho indiscutido de que el vehículo consta contabilizado
como activo inmaterial de la empresa.
Pues bien, según señalábamos en tal sentencia y hay que reiterar ahora, ha de partirse del principio que no
corresponde al sujeto pasivo probar la correlación de los gastos con los ingresos de la actividad más allá de lo
que resulta de su declaración- liquidación y contabilización, por lo que habrá de ser la Inspección la que pruebe
que, en contradicción con tal contabilidad, los gastos son ajenos a la actividad. Cualquier incertidumbre sobre
tal circunstancia habrá de perjudicar a la parte que asume la carga de la prueba, esto es, a la Inspección, pero
no podrá implicar que se produzca una inversión de la carga de la prueba que no esté prevista legalmente.
Tal conclusión resulta, en primer lugar, de la doctrina más actual, que sostiene que en un procedimiento tributario
la carga objetiva de la prueba recae sobre la Administración en base, sobre todo, a la vigencia del carácter
inquisitivo de este tipo de procedimientos ( arts. 111.1.b y 109.1.I LGT/1963 ). Es a la Administración a la que
compete averiguar la verdad material, más allá de la que presenta el contribuyente, y debiendo desplegar al efecto
todos los medios a su alcance, medios absolutamente exorbitantes, declarando en tal sentido la sentencia del

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JURISPRUDENCIA

Tribunal Superior de Justicia de La Rioja de 9 julio de 1996 que dada la posición de la Administración, es lógico
que sobre ella recaiga la carga de la prueba, pues si es una parte interesada, pero que goza de prerrogativas
inherentes al régimen administrativo para decidir por sí los conflictos que se planteen con alguno de los sujetos
que con ella se relacionan, debe utilizar tales prerrogativas, no sólo en orden a la decisión, sino también en orden
a la instrucción del procedimiento.
En segundo término la misma concreta cuestión relativa a la afectación de vehículos a actividades empresariales
o profesionales ha sido abordada con posterioridad a los ejercicios aquí enjuiciados y para un tributo diferente,
por el propio legislador, sin duda consciente de las dificultades prácticas que acarrea. En efecto, el art. 6.12.º de
la Ley 66/1997, de 30 diciembre , de medidas fiscales, administrativas y del orden social, modifica el art. 95 de
la Ley del Impuesto sobre el Valor Añadido , con el siguiente tenor:
"Los apartados tres y cuatro del art. 95 quedarán redactados de la siguiente forma:
Tres. No obstante lo dispuesto en los apartados anteriores, las cuotas soportadas por la adquisición,
importación, arrendamiento o cesión de uso por otro titulo de los bienes de inversión que se empleen en todo o en
parte en el desarrollo de la actividad empresarial o profesional podrán deducir-se de acuerdo con las siguientes
reglas:
1. ª Cuando se trate de bienes de inversión distintos de los comprendidos en la regla siguiente, en la medida en
que dichos bienes vayan a utilizarse previsiblemente, de acuerdo con criterios fundados, en el desarrollo de la
actividad empresarial o profesional.
2. ª Cuando se trate de vehículos automóviles de turismo y sus remolques, ciclomotores y motocicletas, se
presumirán afectados al desarrollo de la actividad empresarial o profesional en la proporción del 50 por 1 OO.
A estos efectos, se considerarán automóviles de turismo, remolques, ciclomotores y motocicletas los definidos
como tales en el anexo del Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo, por el que se aprueba el texto
articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, así como los definidos
como vehículos mixtos en dicho anexo y, en todo caso, los denominados vehículos todo terreno o tipo "jeep".
No obstante lo dispuesto en esta regla 2. ª, los vehículos que se relacionan a continuación se presumirán
afectados al desarrollo de la actividad empresarial o profesional en la proporción del 100 por 100:
a) Los vehículos mixtos utilizados en el transporte de mercancías.
b) Los utilizados en la prestación de servicios de transporte de viajeros mediante contraprestación.
c) Los utilizados en la prestación de servicios de enseñanza de conductores o pilotos mediante contraprestación.
d) Los utilizados por sus fabricantes en la realización de pruebas,, ensayos, demostraciones o en la promoción
de ventas.
e) Los utilizados en los desplazamientos profesionales de los representantes o agentes comerciales.
f) Los utilizados en servicios de vigilancia.
3. ª Las deducciones a que se refieren las reglas anteriores deberán regularizarse cuando se acredite que el
grado efectivo de utilización de los bienes en el desarrollo de la actividad empresarial o profesional es diferente
del que se haya aplicado inicialmente.
La mencionada regularización se ajustará al procedimiento establecido en el capítulo I del título VIII de esta
Ley para la deducción y regularización de las cuotas soportadas por la adquisición de los bienes de inversión,
sustituyendo el porcentaje de operaciones que originan derecho a la deducción respecto del total por el
porcentaje que represente el grado de utilización en el desarrollo de la actividad empresarial o profesional.
4. ª El grado de utilización en el desarrollo de la actividad empresarial o profesional deberá acreditarse por
el sujeto pasivo por cualquier medio de prueba admitido en derecho. No será medio de prueba suficiente la
declaración-liquidación presentada por el sujeto pasivo ni la contabilización o inclusión de los correspondientes
bienes de inversión en los registros oficiales de la actividad empresarial o profesional.
5. ª A efectos de lo dispuesto en este apartado, no se entenderán afectos en ninguna proporción a una actividad
empresarial o profesional los bienes que se encuentren en los supuestos previstos en los números 3° y 4° del
apartado dos de este artículo.
Cuatro. Lo dispuesto en el apartado anterior será también de aplicación a las cuotas soportadas o satisfechas
por la adquisición o importación de los siguientes bienes y servicios directamente relacionados con los bienes
a que se refiere dicho apartado:
1. º Accesorios y piezas de recambio para los mencionados bienes.

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JURISPRUDENCIA

2. ° Combustibles, carburantes, lubrificantes y productos energéticos necesarios para su funcionamiento.


3.º Servicios de aparcamiento y utilización de vías de peaje.
4.º Rehabilitación, renovación y reparación de los mismos".
De esta forma, cuando el legislador ha querido restringir las normas generales sobre la carda de la prueba en
materia de gastos y correlación con la actividad, lo ha hecho explícitamente, y adoptando un sistema porcentual
expreso, añadiendo una regla, la transcrita regla cuarta del apartado Tres del art. 95 de la Ley del IVA , en la que
se establece, por una parte, que "El grado de utilización en el desarrollo de la actividad empresarial o profesional
deberá acreditarse por el sujeto pasivo por cualquier medio de prueba admitido en derecho", y se añade que "No
será medio de prueba suficiente la declaración-liquidación presentada por el sujeto pasivo ni la contabilización
o inclusión de los correspondientes bienes de inversión en los registros oficiales de la actividad empresarial o
profesional".
En este precepto legal sí que hay una inversión en la carga de la prueba para separarse de los porcentajes
legalmente fijados como presuntivos y una limitación respecto de la suficiencia de los medios de prueba, no
siendo suficientes ni la declaración-liquidación del sujeto pasivo, ni tampoco la contabilización. Por tanto, "a
sensu contrario", cuando no existe una expresa determinación legal en otro sentido, habrán de entenderse como
medios de prueba suficientes para acreditar el grado de utilización en el desarrollo de la actividad empresarial o
profesional tanto las declaraciones-liquidaciones del sujeto pasivo como la contabilización.
De esta forma, la contabilización por la recurrente ha de estimarse suficiente prueba por su parte,
correspondiendo a la Inspección acreditar lo contrario, lo que exige algo más que meras conjeturas o sospechas,
insuficientes por sí solos para tal acreditación ".
Bien, la controversia de autos en lo esencial es idéntica a la suscitada en el marco del recurso ordinario
interpuesto por el mismo actor, Jose Augusto , y seguido ante este mismo Tribunal con el número 469/2016,
resuelto por sentencia de 14 de noviembre de 2018 , lo que ha de comportar que no puede resultar en modo
alguno ajena esta resolución al debate suscitado ante esta misma Sala y Sección en aquel supuesto, como se
ha dicho, en lo esencial paralelo, no en vano coincide en lo sustancial la argumentación relativa a ese motivo
de fondo del recurso consistente en la deducibilidad de gastos y la oposición al mismo (de hecho, sobre
esa cuestión de fondo la resolución económico-administrativa aquí impugnada reproduce literalmente en sus
fundamentos de derecho 15, 16 y 17 la argumentación contenida en la resolución económico-administrativa
de la misma fecha, 11 de abril de 2016, relativa al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, objeto de
aquel recurso contencioso-administrativo número 469/2016, concretamente en relación a la deducibilidad de
gastos correspondientes a restaurantes, adquisiciones de bienes y derechos, inmuebles de la DIRECCION000 ,
NUM004 , y CALLE000 , NUM005 , NUM006 NUM006 ), y ello por la necesaria efectividad de los principios de
unidad de doctrina y seguridad jurídica por cuya mayor efectividad deben siempre velar los órganos judiciales,
siendo así que tales principios demandan, con carácter general, igual solución jurisdiccional para aquellos
casos procesalmente idénticos en lo esencial, en aras a la necesaria efectividad del principio de igualdad en la
aplicación judicial de la ley (así, entre otras, sentencias del Tribunal Constitucional números 2/2007, de 15 de
enero , 147/2007, de 18 de junio , 31/2008, de 25 de febrero , y 13/2011, de 28 de febrero ), que obligan a tener
presentes aquí los criterios establecidos al respecto por este Tribunal también al resolver aquel supuesto, sin
perjuicio de las circunstancias propias del caso particular dimanantes del concepto tributario (allí, Impuesto
sobre la Renta de las Personas Físicas, aquí, Impuesto sobre el Valor Añadido, en relación a la deducibilidad de
gastos por vestuario, vehículos, suministro y amortizaciones del inmueble sito en la DIRECCION000 , NUM004
, gastos el inmueble sito en la CALLE000 NUM005 , NUM006 NUM006 y gastos correspondientes a
restaurantes, adquisición de bienes y servicios) que en nada alteran la misma conclusión que ha de alcanzar
este órgano judicial. Se reproduce seguidamente el fundamento de derecho séptimo:
" SÉPTIMO.- Sentado lo anterior y de acuerdo con la prueba practicada, procede analizar las distintas partidas
de gasto cuya deducibilidad pretende la actora y rechazan las actuaciones inspectoras teniendo en cuenta que
el actor se encuentra dado de alta en el epígrafe del IAE 741, Economistas, habiendo ejercido, en los ejercicios
objeto de comprobación, la actividad de asesoramiento jurídico en el despacho CUATRECASAS, según contrato
que consta en las actuaciones de fecha 01/05/2005, en virtud del cual el recurrente adquiere la condición de
socio del citado despacho.
Con carácter previo, debe admitirse que la totalidad de los ingresos de la actividad económica del recurrente
derivan de los servicios facturados a CUATRECASAS. A su vez, el contrato de colaboración profesional que
mantiene con CUATRECASAS como socio contiene la cláusula 3.2 con el siguiente contenido:

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JURISPRUDENCIA

"3.2 Reembolso de gastos: Los gastos en que incurra el Socio como consecuencia de su colaboración con la firma
en el asesoramiento o defensa de los clientes de ésta o a resultas de las labores organizativas o de promoción
que asuma, le serán reembolsados por la Firma mediante la correspondiente factura o nota de gastos. "
En base a ello, la Inspección requirió a la entidad CUATRECASAS además del contrato de colaboración
profesional, la relación de gastos incurridos por el recurrente, aportándose por aquella desglose detallado de
los mismos por meses y conceptos (kms, peajes, parkings, restaurantes, taxis, hoteles y otros) y adjuntado
las solicitudes de autorización de gasto mensuales así como tiques y demás documentos justificativos de los
mismos. El importe de dichos gastos coincide con el importe de los gastos incluidos por el interesado en las
facturas emitidas por CUATRECASAS bajo el concepto de "gastos incurridos".
A su vez, se ha señalar que los acuerdos de liquidación en disconformidad impugnados han tenido en cuenta la
regularización en conformidad, quedando desglosados e identificados los gastos regularizados en conformidad
y disconformidad.
Pues bien, visto lo actuado, este Tribunal debe compartir la valoración efectuada al respecto por la resolución del
TEARC aquí recurrida, en punto a su no deducibilidad de los ingresos por la actividad económica o profesional
por la falta de acreditación actora de su correlación efectiva con dichos ingresos de los gastos registrados bajo
el concepto de "vestuario".
Ciertamente, el ejercicio de la profesión de abogado requiere el uso de una vestimenta formal; por lo que,
de entrada, quedarían fuera del ámbito de deducibilidad los gastos por vestuario informal (pantalones sport,
tejanos...) cuya no exclusiva afectación a la actividad es palmaria.
Tampoco pueden considerarse deducibles las facturas en las que no existe una descripción clara del vestuario
adquirido. En este grupo se incluyen las facturas de TEGERCO SA, FUREST SA y DENVER SA que simplemente
detallan en sus conceptos "uniforme laboral", "uniforme", "vestuario profesional" o "artículos varios", Ciertamente,
como señala la resolución impugnada, la genérica definición de estas facturas, con alusión a su carácter
"profesional" o "uniforme laboral" por parte del emisor de la factura no otorga ninguna naturaleza a las prendas y
por tanto, no puede, sin más, tomarse como prueba irrefutable de su utilización en la actividad, de su correlación
con los ingresos o, en definitiva, de su necesariedad a estos efectos.
Asimismo, no se considera deducible el gasto registrado como SERMAN 92 SL de fecha 28/05/2007 que recoge
el concepto de "corbatas, gemelos/fajín/pajar, gemelos/fajín pajar y traje de ceremonia", más propio de un evento
social que de la actividad económica del recurrente. Y ello por cuanto el recurrente no acredita el uso obligatorio
de esta vestimenta en Congresos internacionales al aportar únicamente extractos de programas de los que no
se deduce ni la obligación de utilizar dicha vestimenta de gala ni su asistencia efectiva a dichas cenas de gala.
Además, de todos los programas que aporta sólo dos se refieren a los ejercicios objeto de regularización a los
que se refieren estas actuaciones.
Tampoco cabe admitir la deducibilidad de los gastos relacionados con los vehículos del interesado (parking,
seguros, reparaciones, compra de una motocicleta...) correspondientes a las motocicletas Scooter marca Piaggo
(Vespa) y Scooter marca Yamaha X-Max que sustituyó a la anterior, al no haber acreditado que tuviesen un
uso exclusivo profesional. Debe tenerse en cuenta, de entrada, que el recurrente dispone de otros vehículos, un
turismo Audi A3 y una motocicleta marca Ducati Monster 600 que estaban afectados en parte al uso privado y
en relación a los cuales prestó conformidad a la minoración de los gastos.
Alega la actora que el TEAR admitió la deducción del 50 % en el IVA por considerar que existía una presunción
legal a favor del contribuyente sobre la deducibilidad. Sin embargo, no acredita este extremo y además se trata
de normas que regulan distintos tributos y las relativas al IRPF aplicables al caso no contienen dicha deducción
proporcional.
Sostiene el TEAR que ninguno de los vehículos referidos consta anotado en el Libro Registro de Bienes de
Inversión aportado por la Inspección y que no están destinados exclusivamente al desarrollo de la actividad,
según deduce de los kilómetros que señalan las reparaciones y revisiones de los mismos, respecto de los
gastos repercutidos a CUATRECASAS. Ciertamente, ante la alegación formulada por el interesado relativa
a que las motocicletas eran utilizadas exclusivamente en el desarrollo de la actividad profesional en los
desplazamientos en el área metropolitana, la Inspección detalla los kilómetros recorridos por cada uno de ellos
(reflejados en las respectivas facturas de reparaciones y revisiones aportadas), así como los gastos y kilómetros
repercutidos a CUATRECASAS como gasto incurrido en el ejercicio de la actividad (aportados por CUATRECASAS
en contestación a requerimiento), resultando que los kilómetros realizados en cada uno de ellos eran superiores
a los totales que el obligado tributario realizó para atender a los clientes de CUATRECASAS según las notas de
gastos.

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JURISPRUDENCIA

Pues bien, conforme al artículo 27.2 del RDL 3/2004 y artículo 29.2 de la Ley 35/2006 , así como los
correspondientes artículos reglamentarios de desarrollo ( artículo 21.4 del RIRPF 1775/2004, hoy artículo 22.4
del vigente RIRPF 439/2007), tratándose de automóviles de turismo resultaba precisa su afectación exclusiva
a la actividad, al tiempo que su registro en el correspondiente Libro de Registro de Bienes de Inversión, de
llevanza obligatoria conforme al artículo 67 del indicado RIRPF 1775/2004 (hoy artículo 68 del RIRPF 439/2007),
para poder ser considerado como afectos a la actividad empresarial o profesional. Y ello, sin la posibilidad
normativamente excluida de su consideración como elemento patrimonial afecto a la actividad pero utilizado
para necesidades privadas de una forma accesoria y notoriamente irrelevante, se requiere que sean necesarios
para la obtención de los rendimientos profesionales o empresariales del sujeto pasivo, lo que no sólo no se
acreditó por el recurrente sino que, además, ajustándose ello al criterio de este Tribunal sentado, entre otras,
en la Sentencia núm. 858/2013, de 13 de septiembre, dictada por esta Sala y Sección en recurso ordinario
832/2010 para supuesto de la contabilización por el contribuyente del vehículo entre los bienes de inversión,
por la inspección actuante se constató que, efectivamente, dicho vehículo turismo había sido utilizado por el
contribuyente para fines personales o familiares, como así resultaba de los importes acreditados de peajes, de
combustible y de aparcamientos en domingos y en días vacaciones de verano.
En nuestro caso, no cabe sino concluir que no se acreditó su afectación exclusiva a la actividad económica
o profesional, ni tampoco de forma accesoria y notoriamente irrelevante a necesidades privadas. Por una
parte, ninguno de los vehículos referidos consta anotado en el Libro Registro de Bienes de Inversión. Por otra,
la Inspección detalla los kilómetros recorridos por cada uno de ellos (reflejados en las respectivas facturas
de reparaciones y revisiones aportadas por el recurrente), así como los gastos y kilómetros repercutidos a
CUATRECASAS, resultando que los kilometrajes realizados en cada uno de ellos eran superiores a los totales que
el obligado tributario realizó para atender a los clientes de CUATRECASAS, sin que se justifique adecuadamente
el motivo por el que no se repercuten los desplazamientos de menos de 30 km cuando precisamente alega
el actor que son los más frecuentes y cuando la cláusula de reembolso del contrato de colaboración no tiene
limitación de clase alguna ("los gastos en que incurra el Socio .... le serán reembolsados por la Firma"). Y todo
ello, teniendo en cuenta que consta la póliza de seguro y recibos suscritos por la esposa del recurrente de la
Vespa Piaggio y la factura de cambio de batería de la misma a nombre también de su esposa; direccionando
dichos gastos a la también utilización de la motocicleta por parte de la esposa del recurrente.
Todo ello (no anotación de los vehículos en el Libro Registro de Bienes de Inversión, existencia de una pluralidad
de vehículos de cuyos gastos el TEAR aceptó mayormente su deducibilidad, existencia de diversos recibos de
taxis, diferencia entre los kilómetros de los vehículos y los repercutidos a CUATRECASAS, no repercusión de los
gastos a CUATRECASAS a pesar de no existir limitación de reembolso, existencia de recibos relacionados con
los vehículos a nombre de la esposa del recurrente) pone de manifiesto la falta de acreditación de la afectación
exclusiva de los vehículos en cuestión a la actividad económica o profesional lo cual debe llevar a este tribunal
a considerar ajustada a derecho, también en este punto, la resolución impugnada.
En cuanto a la deducibilidad de los gastos correspondientes a restaurantes, adquisiciones de bienes y servicios;
alega el recurrente que los gastos de atención a clientes son necesarios en el desarrollo de la actividad y
captación de clientes y que son admitidos por el Tribunal Supremo. Afirma que se trata de gastos no repercutidos
a CUATRECASAS en tanto que sus destinatarios no son clientes a los que ya se presten servicios jurídicos , sino
que tienen por objeto el incremento del negocio mediante la captación de nuevos clientes.
La Inspección consideró únicamente deducibles los gastos repercutidos a CUATRECASAS por cuanto sino los
repercutió es porque dichos gastos no lo son como consecuencia de su colaboración con la Firma (Cláusula
3.2 del contrato de colaboración profesional). Añadiendo además que la cláusula 3.2 incluye entre los gastos a
repercutir "las labores de promoción", las cuales se refieren precisamente a la captación de clientes. Señala la
Inspección que en el caso de gastos de restaurantes, en la documentación no consta la identificación del receptor
de los servicios y aparecen fechas que se corresponden con días no laborables (festivos, puentes o vacaciones)
y en el caso de adquisición de bienes y servicios, de la visualización de las facturas y justificantes resulta que
se corresponden a actividades particulares del obligado tributario (ciclismo, cremas, utensilios domésticos,
hamacas, pantalones para gatear los niños...). El TEAR coincide con el criterio de la Inspección y añade que
entre los gastos deducidos por el interesado ha incluido gastos de diverso tipo: cochecito de bebé bugaboo
y accesorios, mochilas portabebés, gatones, hamacas, aspirador, servilletas, lámparas, sintonizador USB TV,
cámara de fotos, reloj de señora, sillas de playa, pulsera de perlas, libros no relacionados con la actividad, DVDs,
números y cuantioso material de ciclismo....).
Pues bien, esta Sala no puede más que coincidir con la resolución impugnada y con el criterio de la Inspección en
tanto que únicamente se han considerado deducibles los gastos repercutidos a CUATRECASAS. Y ello por cuanto
el contrato suscrito con CUATRECASAS deja claro y sin límites el reembolso de este tipos de gastos y así han
sido reembolsados al interesado los que han sido repercutidos. Además, el recurrente no explica adecuadamente

9
JURISPRUDENCIA

porqué, siendo gastos de promoción, no han sido repercutidos a CUATRECASAS como si lo han sido otros, es
decir, porque tiene que asumir por su cuenta y riesgo este tipo de gastos que tienen por finalidad fomentar la
actividad del despacho CUATRECASAS.
Por lo que respecta a la deducibilidad de los gastos de suministros y amortizaciones del inmueble sito en la
DIRECCION000 NUM004 , alega el recurrente que el inmueble estaba afecto a la actividad en un 40 %, pues
el mismo disponía de un despacho de 90 m2 (el 40 % del inmueble). Añade que está declarada la afectación
del despacho en el IAE 2002 y figura registrado en el Libro de Bienes de Inversión. Aportó como prueba de
la división del inmueble las facturas emitidas por el constructor que efectuó la reforma de la zona habilitada
como despacho (el 40 % a nombre del recurrente y el 60% a nombre de su esposa), el contrato de ejecución y
la sentencia que resuelve el litigio por reclamación de cantidad entre el recurrente y el constructor. Añade que
su trabajo conlleva una especial dedicación, lo que le supone tener que trabajar fuera de la jornada de trabajo;
lo que se demuestra con el hecho que CUATRECASAS ha dotado a sus colaboradores de sistemas avanzados
de conexión a internet que permiten trabajar fuera de las oficinas. Aportó certificado emitido por CUATRECASAS
de los profesionales que tienen a su disposición tecnologías que permiten el trabajo fuera de las instalaciones.
También aportó facturas de teléfono para acreditar que tiene dos líneas de teléfono, una de uso exclusivamente
profesional y otra de uso exclusivamente personal y declaraciones de clientes de CUATRECASAS reconociendo
la existencia de reuniones profesionales en el inmueble sito en DIRECCION000 , NUM004 . También aportó el
plano relativo al proyecto de decoración elaborado por un despacho de arquitectura. En base a ello, entiende el
recurrente, que procede la admisión como gasto de amortización de las facturas por obras y línea de teléfono
de la zona de despacho así como el 40 % de los gastos por consumo eléctrico, agua, gas y seguridad.
Por su parte, la Inspección valora que el inmueble de la DIRECCION000 , NUM004 NUM006 NUM006 es la
vivienda habitual del interesado y su cónyuge y que de acuerdo con las cláusulas del contrato de colaboración
profesional del obligado tributario con CUATRECASAS y los datos que aparecen en la página web del mismo
despacho, se desprende que no es necesario para el desarrollo de la actividad profesional del obligado tributario
un despacho en su vivienda habitual. Añade que resulta ilógico pensar que los clientes de CUATRECASAS,
prestigioso despacho de abogados tanto en España como a nivel internacional, no sean atendidos en sus oficinas
propias y sitas, en Pº de Gracia 111 de Barcelona, sino que lo sean en despachos particulares de sus socios.
Expone que las declaraciones de IAE y la declaración censal que se aportan son del año 2002 y 2003 y las
facturas aportadas también son anteriores a la firma de su contrato de colaboración con CUATRECASAS (en
vigor desde 01/05/2005). Concluye que aunque el piso fuese afecto parcialmente a la actividad profesional, los
gastos tampoco serían deducibles porque serían utilizados simultáneamente en la actividad profesional y en las
actividades privadas.
En efecto, visto lo actuado y acreditado, este apartado no podrá experimentar mejor suerte que la de los
anteriores por cuanto los gastos cuya deducibilidad se pretende no resultan proporcionados. En efecto, en cuanto
a las partidas correspondientes a suministros de agua, electricidad, gas y teléfono, por cuanto que, conforme a lo
previsto al respecto por el artículo 27 del TRLIRPF 3/2004 -elementos patrimoniales sólo parcialmente afectados
a la actividad económica- y al artículo 21 del RIRPF 1775/2004 los gastos proporcionales correspondientes no
podrán ser objeto de deducción fiscal al no poderse diferenciar de los correspondientes a consumos particulares
de los habitantes o usuarios de la vivienda particular, salvo contratación independiente de los suministros
correspondientes a la vivienda y al despacho, lo que no es aquí del caso.
Unido a ello, frente a la declaración municipal del IAE presentada en 2002 en la que hace constar una superficie
para la actividad de 90 metros, y la declaración censal modelo 037 presentada en la AEAT (en la que únicamente
se designa como domicilio de la actividad la DIRECCION000 NUM004 , NUM007 NUM006 ), las declaraciones
presentadas en los ejercicios objeto de comprobación (2005, 2006 y 2007) no consta declarado por el recurrente
ningún inmueble afecto a la actividad económica, figurando el inmueble de la DIRECCION000 , NUM004 como
vivienda habitual.
La Firma CUATRECASAS dispone de estructura organizativa propia y pone a disposición de todos sus
profesionales y colaboradores los medios necesarios (materiales y humanos) para el ejercicio de sus funciones.
A su vez, constan en el expediente los datos de contacto del recurrente y los mimos están dentro de la firma
CUATRECASAS, tanto el correo, como el teléfono y el fax, sin que aparezcan direcciones o teléfonos de contacto
diferentes; por lo que debe concluirse que el recurrente desarrolla su actividad profesional en las oficinas de
CUATRECASAS sitas en Pº de Gracia 111. Además, el inmueble constituye la vivienda del recurrente y de su
esposa y los suministros van a nombre de la misma. Más allá de que, puntualmente, el profesional recurrente
pudiera ultimar algún aspecto de su desempeño profesional en su domicilio particular en fines de semana, días
festivos o fuera de su horario habitual, tampoco ha quedado acreditada en autos la efectiva afectación relevante
de parte de dicha vivienda habitual a la actividad económica o profesional.

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JURISPRUDENCIA

Finalmente, en cuanto a los gastos del inmueble sito en CALLE000 , NUM005 NUM006 NUM006 de Barcelona;
alega el recurrente que fue visitado por el inspector sin que opusiera nada en la diligencia. Añade que el acta
notarial aportada acredita su uso exclusivamente profesional y que las declaraciones de clientes reconocen la
existencia de reuniones en la citada oficina.
La Inspección considera que de las cláusulas del contrato de colaboración profesional se desprende que no
es necesario para el desarrollo de la actividad profesional del recurrente un despacho situado fuera de las
oficinas de la Firma. Señala que tampoco consta en las bases de datos de la Agencia Tributaria la presentación
del modelo censal 036 en el que el obligado tributario haya declarado como inmueble afecto a la actividad
profesional el citado inmueble, concurriendo además que el recurrente declaró su imputación inmobiliaria en las
declaraciones del IRPF de 2007 y 2008. Es más, según la resolución impugnada, queda patente su no declaración
como elemento afecto hasta el inicio de actuaciones inspectoras en el año 2009.
El inmueble objeto de discusión consiste en un dúplex de nueva construcción de 93,18 m2, compuesto de
recibidor, salón-comedor, cocina completa y terraza en la primera planta y distribuidor, dos dormitorios, vestidor,
dos baños y dos terrazas en la planta segunda. El acta notarial haciendo constar la existencia de mobiliario
en sólo una de las dependencias del dúplex y los escritos de los representantes de entidades a las que presta
servicios CUATRECASAS , además de señalar el carácter excepcional de las reuniones fuera de las oficinas de
CUATRECASAS, no acreditan ni la afectación del gasto a la actividad, ni su necesidad ni su correlación con los
ingresos ".
En lo esencial por las mismas razones, como se dijo, sin perjuicio de las circunstancias propias del caso
particular dimanantes del concepto tributario (allí, Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, aquí,
Impuesto sobre el Valor Añadido, en ambos impuestos con relación a la deducibilidad de gastos por vestuario,
vehículos, suministro y amortizaciones del inmueble sito en la DIRECCION000 , NUM004 , gastos el inmueble
sito en la CALLE000 NUM005 , NUM006 NUM006 y gastos correspondientes a restaurantes, adquisición de
bienes y servicios) que en nada alteran la misma conclusión que ha de alcanzar este órgano judicial, procede el
rechazo del motivo impugnatorio de fondo dedicado a combatir los diversos conceptos de gastos deducidos
por el contribuyente y no admitidos por la regularización fiscal practicada mediante el acuerdo de liquidación
tributaria aquí impugnado por su falta de fundamento en los términos indicados, y decaídos con este último
los dos motivos impugnatorios del recurso, resulta obligada su desestimación, a tenor de lo dispuesto en el
orden procesal por los artículos 68.1. b ) y 70.1 de la Ley 29/1998 , reguladora de esta jurisdicción, al no resultar
disconforme a derecho la resolución económico-administrativa recurrida, en los extremos controvertidos en
el presente recurso.
QUINTO.- A tenor de los artículos 68.2 y 139.1 de la Ley 29/1998 , reguladora de esta jurisdicción, modificado
este último por Ley 37/2011, las costas procesales se impondrán en primera o única instancia a la parte que
haya visto rechazadas todas sus pretensiones en la sentencia, salvo que por el órgano judicial, razonándolo
debidamente, se aprecie la eventual concurrencia de circunstancias que justifiquen la no imposición, sin
que obste a ello, en su caso, la falta de solicitud expresa de condena en costas por las partes, ya que tal
pronunciamiento sobre costas procesales es siempre imperativo para el fallo sin incurrir por ello en vicio
de incongruencia procesal ultra petita partium ( artículo 24.1 de la Constitución española y artículos 33.1 y
67.1 de la Ley 29/1998 ), al concernir dicha declaración judicial a cuestión de naturaleza jurídico procesal,
según al propio tenor del artículo 68.2 de la Ley jurisdiccional y de la ya reiterada jurisprudencia contencioso-
administrativa y constitucional sentada al respecto (entre otras, sentencia del Tribunal Supremo, Sala 3ª, de
12 de febrero de 1991 ; y por sentencia del Tribunal Constitucional, Sala Primera, número 53/2007, de 12 de
marzo , y sentencia del Tribunal Constitucional número 24/2010, de 27 de abril ). Se recoge así el principio del
vencimiento mitigado que debe conducir aquí a la no imposición de costas habida cuenta que la singularidad
de la cuestión debatida veda estimar que se hallare totalmente ausente en este caso " iusta causa Iitigandi ",
de serias dudas de derecho, concretamente en lo concerniente al primer motivo del recurso y la cuestión de "
si la presentación de la declaración-resumen anual del Impuesto sobre el Valor Añadido, modelo 390, constituye
un supuesto de interrupción de la prescripción del derecho de la Administración a determinar la deuda tributaria
o si carece de virtualidad para interrumpir tal derecho ", a tenor del auto de 10 de octubre de 2018 de Sala de
lo Contencioso-Administrativo (Sección Primera) del Tribunal Supremo, de admisión del recurso de casación
número 3578/2018 , referido en el fundamento de derecho tercero de esta sentencia.
Vistos los preceptos citados y demás de general y pertinente aplicación, y resolviendo dentro del límite de las
pretensiones procesales deducidas por las partes en sus respectivas demanda y contestación a la demanda,
en nombre de Su Majestad El Rey y en el ejercicio de la potestad jurisdiccional que emana del pueblo y que
nos confieren la Constitución y las leyes,

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JURISPRUDENCIA

FALLAMOS
Desestimar el recurso contencioso-administrativo número 524/2016 interpuesto por Jose Augusto contra la
resolución de fecha 11 de abril de 2016 del Tribunal Económico- Administrativo Regional de Cataluña, por la
que se acuerda: " - Estimar en parte la reclamación NUM000 anulando la liquidación practicada, declarando
prescrito el ejercicio 2005 y ordenando en lo demás su sustitución por otra acorde a lo dispuesto en la presente
resolución ", " - Estimar la reclamación NUM002 anulando el acuerdo sancionador impugnado ", " - Reconocer,
en su caso, el derecho a la devolución de las cantidades indebidamente ingresadas así como sus respectivos
intereses ", por no resultar disconforme a derecho en los extremos controvertidos en el recurso. Sin costas.
Notifíquese esta resolución a las partes, con la indicación de que contra la misma cabe la interposición de
recurso de casación ante la Sala Tercera del Tribunal Supremo, que deberá prepararse ante este órgano judicial
en el plazo de treinta días a contar desde el día siguiente al de la notificación de esta resolución, conforme a lo
previsto por los artículos 86 y siguientes y concordantes de la Ley 29/1998 , siguiendo al efecto las indicaciones
dadas por acuerdo de 20 de abril de 2016 de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, publicado mediante
acuerdo de 19 de mayo de 2016 del Consejo General del Poder Judicial en el Boletín Oficial del Estado número
162, de fecha 6 de julio de 2016, sobre extensión máxima y otras condiciones extrínsecas de los escritos
procesales referidos al recurso de casación ante la Sala Tercera del Tribunal Supremo, y, luego que gane firmeza
la misma, líbrese una certificación de ella y remítase, junto al expediente administrativo de autos, al órgano
demandado, quien deberá llevarla a puro y debido efecto, sirviéndose acusar oportuno recibo.
Así por esta sentencia, de la que se llevará testimonio literal a los autos principales, definitivamente juzgando,
lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
E/
PUBLICACIÓN.- Leída y publicada ha sido la anterior sentencia por el magistrado ponente que en la misma se
expresa, hallándose celebrando audiencia pública en el mismo día de su fecha. Doy fe.

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