La Muerte
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Medicina forense[editar]
Artículo principal: Medicina forense
Históricamente, los intentos por definir el momento preciso de la muerte han sido
problemáticos. Antiguamente se definía la muerte como el momento en que cesan los latidos
del corazón y la respiración, pero el desarrollo de la ciencia ha permitido establecer que
realmente la muerte es un proceso, el cual en un determinado momento se torna irreversible.
Hoy en día, cuando es precisa una definición del momento de la muerte, se considera que
este corresponde al momento en que se produce la irreversibilidad de este proceso. Existen
en medicina protocolos clínicos que permiten establecer con certeza el momento de la muerte,
es decir, que se ha cumplido una condición suficiente y necesaria para la irreversibilidad del
proceso de muerte.
Muerte cerebral[editar]
Forma irreversible de la pérdida de conciencia que se caracteriza por una desaparición
completa de la función cerebral, con mantenimiento de la contracción cardiaca.3 Gracias al
avance tecnológico de la medicina, hoy es posible mantener una actividad cardiaca y
ventiladora artificial en cuidados intensivos en una persona cuyo corazón ha dejado de latir y
que no es capaz de respirar por sí misma, por lo cual esto demuestra que no ha fallecido. El
protocolo utilizado para el diagnóstico de la muerte en este caso es diferente y debe ser
aplicado por especialistas en ciencias neurológicas, y se habla entonces de "muerte cerebral"
o "muerte encefálica". En el pasado, algunos consideraban que era suficiente con el cese de
actividad eléctrica en la corteza cerebral (lo que implica el fin de la conciencia) para
determinar la muerte encefálica, es decir, el cese definitivo de la conciencia equivaldría a estar
muerto, pero hoy se considera, en casi todo el mundo, difunta a una persona (incluso si
permanece con actividad cardiaca y ventiladora gracias al soporte artificial en una unidad de
cuidados intensivos), tras el cese irreversible de la actividad vital de todo el cerebro, incluido
el tallo cerebral (la estructura más baja del encéfalo, encargada de la gran mayoría de las
funciones vitales), comprobada mediante protocolos clínicos neurológicos bien definidos y
respaldada por pruebas especializadas.
En estos casos, la determinación de la muerte puede ser dificultosa. Un electroencefalograma,
que es la prueba más utilizada para determinar la actividad eléctrica cerebral, puede no
detectar algunas señales eléctricas cerebrales muy débiles o pueden aparecer en él señales
producidas fuera del cerebro y ser interpretadas erróneamente como cerebrales. Debido a
esto, se han desarrollado otras pruebas más confiables y específicas para evaluar la vitalidad
cerebral, como la tomografía por emisión de fotón único (SPECT cerebral), la panangiografía
cerebral y el ultrasonido transcraneal.
Muerte súbita[editar]
La muerte súbita o muerte instantánea sobreviene de manera abrupta con la invalidación
instantánea de uno o más órganos esenciales para el sustento de la vida,4 un
fulminante derrame cerebral, un síncope cardíaco agudo o por medio de un suceso violento
abrupto (onda expansiva de una explosión) o un accidente con mucha energía desarrollada.
La concepción de la muerte como fin o como tránsito, su creencia en una vida después de la
muerte, en el Juicio Final, actúan como condicionantes para la actuación de los individuos en
un sentido u otro. La idea de inmortalidad y la creencia en el Más allá aparecen de una forma
u otra en prácticamente todas las sociedades y momentos históricos. Usualmente se deja al
arbitrio de los individuos, en el marco de los conceptos dados por su sociedad, la decisión de
creer o no creer y en qué creer exactamente. La esperanza de vida en el entorno social
determina la presencia de la muerte en la vida de los individuos, y su relación con ella. Su
presencia en el arte es constante, siendo uno de los elementos dramáticos a los que más se
recurre tanto en el teatro, como en el cine o en novelas y relatos.
Mas lo característico de la experiencia humana de la muerte es que en todos los casos desemboca no
sólo en la comprensión del hecho de que hay muertes, sino del hecho de que la muerte es algo
indisolublemente ligado a la existencia. La experiencia de la muerte, en sus diversas formas, conduce a
la convicción del «tener que morir».
José Ferrater Mora, Diccionario de la filosofía.9
Existen cinco fases por las que pasa todo[fuente cuestionable] enfermo terminal (es decir, el aquejado
por un mal incurable, cuyo desenlace fatal ocurrirá dentro unos pocos años o incluso meses):
Muerte en el arte[editar]
La mayor parte de los escultores cristianos representan la muerte en la figura de
un esqueleto empuñando una guadaña y, algunas veces, también un reloj de arena o armas.
Los etruscos la pintaban con el rostro horrible o bajo una cabeza de Gorgona erizada de
serpientes o en figura de lobo rabioso. La más común de las alegorías de esta divinidad entre
los romanos fue un genio triste e inmóvil con una antorcha apagada y vuelta del revés.
Los helenos le daban un aspecto mucho menos lúgubre, según el emblema que se encuentra
en algunas cornalinas: es un pie alado cerca de un caduceo y encima una mariposa que
emprende el vuelo. El pie alado es indicio del que ya no existe y va a seguir a través del
espacio a Mercurio y su caduceo; la mariposa es imagen del alma que sube al cielo.13
En la Grecia clásica, uno de los temas principales de la obra Fedro de Platón es la muerte.14
Una importante investigación realizada por el historiador italiano Giordano Berti sobre el
cráneo en el arte occidental se publicó en la revista Terzo Occhio.1516
Danza de la Muerte, texto que señala lo que se cree que se representó y se bailó en
el siglo XIV.
Representación de una Gorgona, con serpientes en la cabeza (Bernini).
Véase también[editar]
Wikiproyecto:Muerte
ataúd
cementerio
coma (medicina)
cremación
derecho a morir
entierro
funeral
muerte cerebral
muerte clínica
muerte presunta
muerte súbita
personificación de la muerte
necrosis
suicidio
tanatología
Culturas orientales
Aokigahara, bosque en Japón, célebre porque se considera ideal como lugar para
suicidarse
El completo manual del suicidio (1993), en el que Wataru Tsurumi describe
explícitamente distintas maneras de quitarse la vida
funeral japonés (en inglés)
harakiri o seppuku, el suicidio ritual japonés por desentrañamiento
kegare, condición de "impureza", en el sintoísmo
Nōkanshi o yukanshi, persona que dirige en Japón los rituales funerarios
Okuribito (2008), película japonesa de Yōjirō Takita acerca de un joven que trabaja
como preparador de cadáveres en una funeraria
Shinigami, dioses o espíritus sobrenaturales que invitan a los seres humanos a la
muerte, en Japón
Sokushinbutsu, monjes budistas que intentaron automomificarse (siglo XV)
Culturas occidentales
La muerte
Referencias[editar]
1. ↑ Muñiz, Carlos (2012). Fin de la existencia de las personas. El Derecho. ISBN 978-950-
9805-74-3. Consultado el 7 de marzo de 2022.
2. ↑ Saltar a:a b Real Academia Nacional de Medicina de España (2011). Diccionario de
términos médicos. Madrid: Editorial Médica Panamericana. ISBN 9788498351835.
3. ↑ Diccionario de medicina Oceano Mosby. Oceano. pp. 883. ISBN 84-494-0368-5.
4. ↑ Diccionario de medicina Oceano Mosby. Oceano. pp. 884. ISBN 84-494-0368-5.
5. ↑ Bayés, Ramón (2001). Psicología del sufrimiento y de la muerte. Barcelona:
Ediciones Martínez Roca. p. 255. ISBN 9788427026995.
6. ↑ Kübler-Ross, 8 de junio de 2017, «Sobre el miedo a la muerte», pp. 7.
7. ↑ Kübler-Ross, 8 de junio de 2017, «Actitudes con respecto