La Muerte

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La 

muerte (a veces referida por


los eufemismos deceso, defunción, expiración, fallecimiento u óbito, entre otros) es un
efecto terminal e irreversible que resulta de la extinción del proceso homeostático en un ser
vivo y por ende el fin de la vida. Puede producirse por causas naturales (vejez, enfermedad,
consecuencia de la cadena trófica, desastre natural) o inducidas
(suicidio, homicidio, eutanasia, accidente, pena de muerte, desastre medioambiental, etc).
El proceso de fallecimiento, si bien está totalmente definido en algunas de sus fases desde un
punto de vista neurofisiológico, bioquímico y médico, aún no es del todo comprendido en su
conjunto desde el punto de vista termodinámico y neurológico, y existen discrepancias
científicas al respecto.
La muerte no solo marca el fin de la vida de la persona humana y, además, el fin de su
existencia como sujeto de derecho. 1

Índice

 1Muerte en biología y medicina


o 1.1Evolución de las estimaciones del estado de muerte
o 1.2Medicina forense
o 1.3Muerte cerebral
 2Muerte súbita
 3La muerte como contraste
 4Consecuencias psicológicas, muerte humana
o 4.1Definiciones y significados emotivos
 5El deseo y la capacidad de morir
 6El miedo a la muerte
 7La muerte en la sociedad humana
o 7.1Vida después de la muerte
o 7.2Tradiciones religiosas cristianas
 8Muerte en enfermos terminales
 9Muerte en el arte
 10Véase también
 11Referencias
 12Bibliografía
 13Enlaces externos

Muerte en biología y medicina[editar]


La ciencia médica define la muerte como el «cese irreversible de las funciones
cardiorrespiratorias o de todas las funciones del encéfalo»,2 un suceso resultante de la
incapacidad orgánica de sostener la homeostasis. Dada la degradación del ácido
desoxirribonucleico (ADN) contenido en los núcleos celulares, la réplica de las células se hace
cada vez más costosa hasta que se produce el desenlace fatal.

Evolución de las estimaciones del estado de muerte[editar]


En el siglo XX la muerte se definía como el cese de la actividad cardíaca (ausencia de pulso),
ausencia de reflejos y de la respiración visible. No obstante, con base en estas evidencias
insuficientes muchas personas fueron inhumadas estando en estado de vida latente o
afectadas por periodos de catalepsia.
Posteriormente, gracias a los avances tecnológicos y al mejor conocimiento de la actividad del
cerebro, la muerte pasó a definirse como la ausencia de actividad bioeléctrica en el cerebro,
verificable con un electroencefalograma. Más tarde aun esta evidencia resultó ser insuficiente,
al demostrarse que el fenómeno de ausencia de actividad bioeléctrica en algunos casos muy
excepcionales podía ser reversible, como en el caso de los ahogados y dados por fallecidos
en aguas al borde del punto de congelación.

Medicina forense[editar]
Artículo principal: Medicina forense

Históricamente, los intentos por definir el momento preciso de la muerte han sido
problemáticos. Antiguamente se definía la muerte como el momento en que cesan los latidos
del corazón y la respiración, pero el desarrollo de la ciencia ha permitido establecer que
realmente la muerte es un proceso, el cual en un determinado momento se torna irreversible.
Hoy en día, cuando es precisa una definición del momento de la muerte, se considera que
este corresponde al momento en que se produce la irreversibilidad de este proceso. Existen
en medicina protocolos clínicos que permiten establecer con certeza el momento de la muerte,
es decir, que se ha cumplido una condición suficiente y necesaria para la irreversibilidad del
proceso de muerte.

Muerte cerebral[editar]
Forma irreversible de la pérdida de conciencia que se caracteriza por una desaparición
completa de la función cerebral, con mantenimiento de la contracción cardiaca.3 Gracias al
avance tecnológico de la medicina, hoy es posible mantener una actividad cardiaca y
ventiladora artificial en cuidados intensivos en una persona cuyo corazón ha dejado de latir y
que no es capaz de respirar por sí misma, por lo cual esto demuestra que no ha fallecido. El
protocolo utilizado para el diagnóstico de la muerte en este caso es diferente y debe ser
aplicado por especialistas en ciencias neurológicas, y se habla entonces de "muerte cerebral"
o "muerte encefálica". En el pasado, algunos consideraban que era suficiente con el cese de
actividad eléctrica en la corteza cerebral (lo que implica el fin de la conciencia) para
determinar la muerte encefálica, es decir, el cese definitivo de la conciencia equivaldría a estar
muerto, pero hoy se considera, en casi todo el mundo, difunta a una persona (incluso si
permanece con actividad cardiaca y ventiladora gracias al soporte artificial en una unidad de
cuidados intensivos), tras el cese irreversible de la actividad vital de todo el cerebro, incluido
el tallo cerebral (la estructura más baja del encéfalo, encargada de la gran mayoría de las
funciones vitales), comprobada mediante protocolos clínicos neurológicos bien definidos y
respaldada por pruebas especializadas.
En estos casos, la determinación de la muerte puede ser dificultosa. Un electroencefalograma,
que es la prueba más utilizada para determinar la actividad eléctrica cerebral, puede no
detectar algunas señales eléctricas cerebrales muy débiles o pueden aparecer en él señales
producidas fuera del cerebro y ser interpretadas erróneamente como cerebrales. Debido a
esto, se han desarrollado otras pruebas más confiables y específicas para evaluar la vitalidad
cerebral, como la tomografía por emisión de fotón único (SPECT cerebral), la panangiografía
cerebral y el ultrasonido transcraneal.

Muerte súbita[editar]
La muerte súbita o muerte instantánea sobreviene de manera abrupta con la invalidación
instantánea de uno o más órganos esenciales para el sustento de la vida,4 un
fulminante derrame cerebral, un síncope cardíaco agudo o por medio de un suceso violento
abrupto (onda expansiva de una explosión) o un accidente con mucha energía desarrollada.

La muerte como contraste[editar]


Opuesto al nacimiento, la muerte es la culminación de la vida de un organismo vivo.
Sinónimos del
sustantivo muerte son deceso, defunción, expiración, fallecimiento, fenecimiento, finamiento, ó
bito o perecimiento); la palabra occiso, empleada tanto como sustantivo como con valor
adjetivo, se aplica cuando la persona fallece violentamente.
Se suele decir que una de las características clave de la muerte es que es definitiva, y en
efecto, los científicos no han sido capaces hasta ahora de presenciar la recomposición del
proceso homeostático desde un punto termodinámicamente recuperable.[cita  requerida]
El período transitorio entre la vida y la muerte que aparece en la fase final de muchas
enfermedades se conoce como agonía.2

Consecuencias psicológicas, muerte humana[editar]

Guerrilleros del Viet Cong 1968 muertos en combate.

Definiciones y significados emotivos[editar]


El tipo de muerte más importante para el ser humano es sin duda la muerte humana, sobre
todo la muerte de seres queridos. Conocer con certeza el instante de una muerte sirve, entre
otras cosas, para asegurar que el testamento del difunto será únicamente aplicado tras su
muerte y, en general, conocer cuándo se debe actuar bajo las condiciones establecidas ante
una persona difunta.
Existe la muerte psicológica, donde la persona es consciente de que va a morir. En este
sentido, la persona es capaz de percibirlo. Esta muerte psicológica causa con frecuencia
ansiedad y depresión en las personas. La muerte psicológica aceptada permite que la persona
pueda adaptarse, con los recursos que le quedan, a su entorno.5

El deseo y la capacidad de morir[editar]


Algunas personas, en momentos determinados de su vida, experimentan el sentimiento
autodestructivo de terminar su existencia. El acto para conseguirlo es lo que
llamamos suicidio.
Lo contrario es el deseo de vivir, el cual no contraría al instinto de supervivencia, ya que este
nos impulsa a esquivar la muerte. Por ejemplo, si un suicida que salta al vacío intenta
inconscientemente agarrarse a algo para no morir, es por el instinto de supervivencia.[cita  requerida]
El miedo a la muerte[editar]
El miedo a la muerte se debe a dos hechos que ocurren dentro de nuestro inconsciente:

 En primer lugar, la muerte nunca es posible con respecto a nosotros mismos; es


decir, la causa de la muerte es externa, en este sentido, se le atribuye un carácter
maligno; la muerte es mala y se encuentra en el ambiente, no en nosotros
mismos. Siguiendo esto, para nuestro inconsciente es inconcebible morir por
alguna causa natural o vejez.
 En segundo lugar, la persona no es capaz de distinguir entre un deseo y la
realización de este (un hecho); esto justifica la muerte sobre la base de la culpa,
donde el deseo y la realidad generan un conflicto. Así, la persona se considera
responsable de la muerte del otro en el sentido de que el deseo de matarlo y el
hecho de la muerte genera culpabilidad.
Asimismo, el proceso del dolor siempre lleva consigo ciertas dosis de ira. En este sentido, se
depositan en la persona muerta dos sentimientos diferenciados: el amor que se tiene y ha
tenido por esta a lo largo de su vida, y el odio generado por la sensación de abandono que
genera la pérdida de este ser querido. El miedo a la muerte surge como una negación hacia la
existencia de esta..67
El punto de vista de la persona atea es diferente. Así, en palabras del filósofo y físico Mario
Bunge:
La muerte no es un misterio para quien sepa algo de biología. La muerte no asusta a un ateo, porque
sabe que nada podrá ocurrirle después de muerto. Lo único que podrá asustarle es una muerte lenta y
dolorosa, pero la muerte asistida nos libera de este temor.
Mario Bunge8

La muerte en la sociedad humana[editar]

Saqueadores fusilados luego del Terremoto de 1906 en Valparaíso, Chile.

La concepción de la muerte como fin o como tránsito, su creencia en una vida después de la
muerte, en el Juicio Final, actúan como condicionantes para la actuación de los individuos en
un sentido u otro. La idea de inmortalidad y la creencia en el Más allá aparecen de una forma
u otra en prácticamente todas las sociedades y momentos históricos. Usualmente se deja al
arbitrio de los individuos, en el marco de los conceptos dados por su sociedad, la decisión de
creer o no creer y en qué creer exactamente. La esperanza de vida en el entorno social
determina la presencia de la muerte en la vida de los individuos, y su relación con ella. Su
presencia en el arte es constante, siendo uno de los elementos dramáticos a los que más se
recurre tanto en el teatro, como en el cine o en novelas y relatos.
Mas lo característico de la experiencia humana de la muerte es que en todos los casos desemboca no
sólo en la comprensión del hecho de que hay muertes, sino del hecho de que la muerte es algo
indisolublemente ligado a la existencia. La experiencia de la muerte, en sus diversas formas, conduce a
la convicción del «tener que morir».
José Ferrater Mora, Diccionario de la filosofía.9

Vida después de la muerte[editar]


Artículo principal: Vida después de la muerte

La vida después de la muerte es la creencia de que la parte esencial de la identidad o el flujo


de consciencia de un ser vivo continúa después de la muerte del cuerpo físico.
Según diversas ideas sobre esta vida, la esencia del que vive después de la muerte puede ser
el de algún elemento parcial o la supervivencia del alma, espíritu o consciencia que lleva
consigo y puede conferirle una identidad personal. No obstante, la posición científica
mayoritaria es que no hay pruebas de la existencia de la vida después de la muerte. También,
la creencia en una vida después de la muerte contrasta con la creencia en el olvido después
de la muerte o no-existencia.
Muchos antropólogos, como William Rendu del Centro de Investigación Internacional en
Humanidades y Ciencias Sociales (CIRHUS) en Nueva York, creen que los entierros delicados
de los Neandertales son evidencia de su creencia en la vida después de la muerte.1011

Papiro egipcio que describe el viaje después de la muerte. Guía de la vida después de la muerte para el


guardián del templo de Amón. Museo Egipcio de Berlín.

Tradiciones religiosas cristianas[editar]


La segunda pregunta que surge acerca de la muerte humana y tal vez la más interesante es:
¿Qué ocurre a los seres humanos tras la muerte? Realmente, lo que se preguntan es qué
ocurre con las facultades mentales de la persona que ha fallecido. Unos creen que se
conservan gracias al espíritu que impelía a su mente, elevando su estado de conciencia a
realidades aún mayores, otros creen en la migración del alma de un ser humano tras su
muerte a un plano físicamente inalcanzable.
La religión cristiana considera la muerte como el fin de la permanencia física del ser humano
en su estado carnal, el espíritu abandona el cuerpo físico que se deteriora y que es incapaz de
sostenerse bajo las leyes de este universo finito, e inmediatamente vuelve a Dios (Eclesiastés
12:7). El alma, dependiendo de si conoció y reconoció a Jesucristo como su Dios y salvador
(Romanos 10:9), se va a un lugar de reposo a la espera de la segunda venida de Jesucristo (1
Tesalonicenses 4:16). En ese lugar de reposo su relación con el Ser Supremo sería directa (el
Paraíso), y el otro, el de los espíritus encarcelados, quienes no reconocieron a Jesús como su
Señor y Salvador, deberán presentarse en el Juicio Final. Este lugar es llamado el Infierno. El
Paraíso es un mundo dinámico donde se realiza una interacción con la obra de Dios y con las
personas en la tierra mediante ministerio de ángeles.
Según la religión cristiana de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos
Días (mormona), el espíritu que abandona el cuerpo es semejante en apariencia al que deja
en estado carnal, pero en su forma más joven. Los conocimientos adquiridos, la apariencia
física se conservan pero en un estado de perfección intangible para este mundo y más puro.
Luego continuará con la resurrección universal por la gracia de Jesucristo, quien fue las
primicias de la resurrección. Luego vendrá un juicio según las obras individuales de esta vida
terrenal de las personas responsables. Según la religión de los Santos de los Últimos Días, la
obra de Dios se resume en el siguiente versículo que muestra las palabras del Dios de
Israel: "Esta es mi Obra y mi Gloria, llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre.”
Moíses 1:39, La Perla de Gran Precio.
Para los Testigos de Jehová, la gran mayoría de los muertos se encuentran en un estado de
inconsciencia absoluto y que incluso, ni el Rey David ascendió a los cielos (Eclesiastés
9:5,6,10; Hechos 2:34). Creen que cuando la "nueva tierra" (nuevo sistema, 2 Pedro 3:13) se
encuentre establecida bajo el reinado milenario de Cristo, la resurrección —tanto de Justos
como de Injustos— se llevará a cabo en todo el globo, y es allí donde serán juzgados según
sus obras realizadas durante el milenio, los que obren mal a la muerte eterna (Muerte sin
esperanza de resurrección) y los que obren bien a la vida eterna en un paraíso terrenal (Juan
5:28,29; Apoc. 20:11-15; Hechos 24:15). Creen también en otra categoría minoritaria de
cristianos que abrigan otra esperanza. Estos son los 144.000 "ungidos por el Espíritu Santo"
que, según ellos, al fallecer van al cielo para ser reyes y sacerdotes y gobernar con Cristo
“Sobre la Tierra” en el reinado Milenario. Según los Testigos de Jehová, la recolección de
estos “Ungidos” que tienen esperanza celestial comenzó con los apóstoles de Cristo, cuando
Jesús les ofreció moradas en el Cielo, oferta que continúa hasta el día de hoy, pero solo con
algunos pocos (Apoc. 5:9,10; 7:4; 14:1-3). Asegurando que "la muerte será reducida a nada".

Muerte en enfermos terminales[editar]


Artículo principal: Modelo de Kübler-Ross

Existen cinco fases por las que pasa todo[fuente  cuestionable] enfermo terminal (es decir, el aquejado
por un mal incurable, cuyo desenlace fatal ocurrirá dentro unos pocos años o incluso meses):

1. Negación: el enfermo no asume la realidad que aparece ante sus ojos.


2. Ira: ya se ha interiorizado la condición irreversible, pero se responde a ella con
un estado de cólera, envidia y resentimiento.
3. Negociación: la persona busca llegar a un pacto con la muerte, aspirando a
prolongar el tiempo de vida a cambio de algo.
4. Depresión: el individuo comienza a perder interés por su entorno.
5. Aceptación: la persona enferma asume su condición y se predispone a morir.12

Muerte en el arte[editar]
La mayor parte de los escultores cristianos representan la muerte en la figura de
un esqueleto empuñando una guadaña y, algunas veces, también un reloj de arena o armas.
Los etruscos la pintaban con el rostro horrible o bajo una cabeza de Gorgona erizada de
serpientes o en figura de lobo rabioso. La más común de las alegorías de esta divinidad entre
los romanos fue un genio triste e inmóvil con una antorcha apagada y vuelta del revés.
Los helenos le daban un aspecto mucho menos lúgubre, según el emblema que se encuentra
en algunas cornalinas: es un pie alado cerca de un caduceo y encima una mariposa que
emprende el vuelo. El pie alado es indicio del que ya no existe y va a seguir a través del
espacio a Mercurio y su caduceo; la mariposa es imagen del alma que sube al cielo.13
En la Grecia clásica, uno de los temas principales de la obra Fedro de Platón es la muerte.14
Una importante investigación realizada por el historiador italiano Giordano Berti sobre el
cráneo en el arte occidental se publicó en la revista Terzo Occhio.1516

El día de la Muerte, de William-Adolphe Bouguereau (1825-1905).


 

Azrael, el ángel de la muerte, de Evelyn De Morgan (1855-1919).


 

Danza de la Muerte, texto que señala lo que se cree que se representó y se bailó en
el siglo XIV.
 


Representación de una Gorgona, con serpientes en la cabeza (Bernini).
 

Muerte sin fin, del artista mexicano Mauricio García Vega.


 

El triunfo de la Muerte (1562), de Pieter Brueghel el Viejo.

Véase también[editar]
 Wikiproyecto:Muerte
 ataúd
 cementerio
 coma (medicina)
 cremación
 derecho a morir
 entierro
 funeral
 muerte cerebral
 muerte clínica
 muerte presunta
 muerte súbita
 personificación de la muerte
 necrosis
 suicidio
 tanatología
Culturas orientales
 Aokigahara, bosque en Japón, célebre porque se considera ideal como lugar para
suicidarse
 El completo manual del suicidio (1993), en el que Wataru Tsurumi describe
explícitamente distintas maneras de quitarse la vida
 funeral japonés (en inglés)
 harakiri o seppuku, el suicidio ritual japonés por desentrañamiento
 kegare, condición de "impureza", en el sintoísmo
 Nōkanshi o yukanshi, persona que dirige en Japón los rituales funerarios
 Okuribito (2008), película japonesa de Yōjirō Takita acerca de un joven que trabaja
como preparador de cadáveres en una funeraria
 Shinigami, dioses o espíritus sobrenaturales que invitan a los seres humanos a la
muerte, en Japón
 Sokushinbutsu, monjes budistas que intentaron automomificarse (siglo XV)
Culturas occidentales

 Conmemoración de los Fieles Difuntos


 Día de Muertos
 escatología cristiana
 Infierno
 Keres
 Moiras
 momificación
 Paraíso
 Purgatorio
 Santa Muerte
 Tánatos
En la literatura

 La muerte

Referencias[editar]
1. ↑ Muñiz, Carlos (2012). Fin de la existencia de las personas. El Derecho. ISBN 978-950-
9805-74-3. Consultado el 7 de marzo de 2022.
2. ↑ Saltar a:a b Real Academia Nacional de Medicina de España (2011). Diccionario de
términos médicos. Madrid: Editorial Médica Panamericana. ISBN 9788498351835.
3. ↑ Diccionario de medicina Oceano Mosby. Oceano. pp. 883. ISBN 84-494-0368-5.
4. ↑ Diccionario de medicina Oceano Mosby. Oceano. pp. 884. ISBN 84-494-0368-5.
5. ↑ Bayés, Ramón (2001). Psicología del sufrimiento y de la muerte. Barcelona:
Ediciones Martínez Roca. p. 255. ISBN 9788427026995.
6. ↑ Kübler-Ross, 8 de junio de 2017, «Sobre el miedo a la muerte», pp. 7.
7. ↑ Kübler-Ross, 8 de junio de 2017, «Actitudes con respecto

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