Cartilla Adoracion

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 29

1

Manual del Adorador


3
4

Manual del Adorador


Este manual servirá para proporcionar información sobre el Apostolado
INTRODUCCIÓN

de Adoración. Contiene información general para los Adoradores y


explica los procedimientos y directrices para garantizar el éxito de la
jornada.

En un mundo lleno de problemas, estrés y ruido es difícil encontrar


un espacio para desarrollar nuestra relación con Jesús. Esta Jornada
de adoración es una oportunidad de vivir un momento de cielo en 5
la tierra , un espacio donde podemos encontrar paz y escuchar lo que
Jesús quiere decirnos.

La divina Presencia real del Señor, éste es el fundamento primero de


la devoción y del culto al Santísimo Sacramento. Ahí está Cristo, el
Señor, Dios y hombre verdadero, mereciendo absolutamente nuestra
adoración y suscitándola por la acción del Espíritu Santo. No está,
pues, fundada la piedad eucarística en un puro sentimiento, sino
precisamente en la fe.

No se trata de sentir bonito ni de emociones, se trata “de hablar de


amor con aquel que sabemos que nos ama, con amor eterno, amor
infinito, amor santo, amor incondicional, amor omnipotente,
amor omnisciente, …… ”

La Eucaristía es el mayor tesoro de la Iglesia ofrecido a todos,


para que todos puedan recibir por ella gracias abundantes y
bendiciones. La Eucaristía es el sacramento del sacrificio de
Cristo del que hacemos memoria y actualizamos en cada misa y
es también su presencia viva entre nosotros. Adorar es entrar en
íntima relación con el Señor presente en el Santísimo Sacramento.
Adorar a Jesucristo en el Santísimo
Sacramento es la respuesta de fe y de
amor hacia aquel que siendo Dios se hizo
hombre, hacia nuestro Salvador que nos
ha amado hasta dar su vida por nosotros
y que sigue amándonos de amor eterno.
Es el reconocimiento de la misericordia
y majestad del Señor, que eligió el
Santísimo Sacramento para quedarse
con nosotros hasta el fin de mundo.

66
«Padre eterno, ¡bendita sea la hora en que los
PAUTAS PARA EL labios de vuestro Hijo unigénito se abrieron en la tierra
ADORADOR para dejar salir estas palabras: «Sabed que yo estoy
todo los días con vosotros hasta la consumación de los
siglos»! San Manuel González García

Tal vez hace mucho tiempo que no estás un rato a solas con Jesús en la capilla, o
quizás ésta sea la primera vez que te dispones a rezar frente a Jesús expuesto en el
Santísimo Sacramento. Por eso pensamos en ofrecerte unas pautas y una guía que
puede servirte como orientación.

Busquemos solamente a Dios en la oración, y todo lo demás, ideas, soluciones,


gustos sensibles, tengámoslo como añadiduras, que sólo interesan si Dios nos las
da; y si no nos las concede en la oración, no deseemos encontrarlas en ella. No es
cosa en la oración de «contentarse a sí, sino a Él» (Santa Teresa Vida 11,11)

Cuidemos nuestra actitud corporal: –San Juan Clímaco, monje en el Sinaí, gran
maestro de espiritualidad (+649) decía: «Impongámonos en el exterior la actitud
de la oración, pues en los imperfectos con frecuencia el espíritu se conforma al
cuerpo». Y San Ignacio de Loyola proponía que el orante se colocara «de rodillas
o sentado, según la mayor disposición en que se halla y más devoción le acompañe,
teniendo los ojos cerrados o fijos en un lugar, sin andar con ellos variando»

Manual del Adorador


Sé fiel a tu compromiso con tu hora y puntual a tu cita con Dios. Si veés que no
puedes estar en tu hora, busca alguien que pueda sustituirte.

No dejar solo el Santísimo Sacramento. Si debes ausentarte de la capilla


asegúrate antes que al menos esté uno de los adoradores de tu hora presente.
No asumas que cualquier otro adorador se quedará hasta la llegada del siguiente
adorador.

No olvides firmar el libro de registro con la hora de ingreso al llegar. Este es el


“santo y seña” que usamos para asegurar que el relevo de turno se ha producido
correctamente.

Respeta y cuida todos los elementos de la capilla. Recuerda que el Santísimo


Sacramento es verdaderamente Jesús, que está presente y merece todo honor y
toda gloria. No toques ningún objeto litúrgico. Ni la custodia, ni el sagrario ni la
Sagrada Forma pueden ser manipulados bajo ningún concepto.

Mantén el teléfono móvil siempre en silencio. 7

Anime a otros a inscribirse para la Adoración. Invite a otros a unirse a usted en


calidad de invitado.

Directrices para la Conducta en la Capilla


El Respeto por nuestro Señor se demuestra de las siguientes maneras:

1. Si puede, haga genuflexión al entrar o salir de la Presencia del Señor.

2. Vista apropiadamente y en forma respetuosa.


3. Mantenga una reverencia austera en la Presencia del Señor. No se
está permitido la conversación casual.

4. Comer y beber en la capilla no está permitido.

5. El uso de teléfonos celulares en modo audible no está permitido.


Para llamadas de emergencia, por favor salga de la Capilla.
GUIA PARA LA
ADORACIÓN

Esta guía es una mera orientación de como puedes vivir una hora ante el Santísimo, lo
importante es disponernos a la acción del Espíritu Santo.

Antes de llegar para la adoración prepara el material de lectura, o lo que necesites


para la jornada de oración. Y lo más importante, ves disponiéndote al encuentro con
8 el amado desde antes de entrar a la capilla. Asegúrate tener el celular en silencio, y
que no tengas distractores.

Al llegar a la Adoración:
1. Saludo inicial (entrar en silencio): Ingresa en silencio y con
reverencia a la iglesia o a la capilla del Santísimo. Arrodíllate con las dos rodillas
frente a Él y realiza la señal de la Cruz. Recuerda que es Dios quien se encuentra en
ese pedazo de pan.

2. Oración de preparación: Luego de acomodarte , realiza una oración


para preparar tu corazón. Puede ser una que tú mismo hagas espontáneamente
o una que saques de algún devocionario. Te recomendamos esta oración del S.S.
Pio XII:
«Oh Dulcísimo Jesús, que escondido bajo los velos eucarísticos, escuchas piadoso
nuestras súplicas humildes, para presentarlas al trono del Altísimo, acoge ahora
los anhelos ardientes de nuestros corazones. Ilumina nuestras inteligencias,
reafirma nuestras voluntades, revitaliza nuestra constancia y enciende en
nuestros corazones la llama de un santo entusiasmo, para que, superando nuestra
pequeñez y venciendo toda dificultad, sepamos ofrecerte un homenaje no indigno
de tu grandeza y majestad y adecuado a nuestras ansias y santos deseos. Amen».
Manual del Adorador
3. Adora al Señor en absoluto silencio. Dios nos inspira y de ese
modo nos habla. Respeta el diálogo íntimo y la oración de los otros.

4. Puedes pasar tu hora de adoración como lo desees,


recordando siempre que estás ante la presencia de tu Señor.
Te sugerimos que, preferiblemente de rodillas arrodilles delante de Jesús, lo mires
sobre el altar y hagas una breve oración de adoración, en la que reconozcas toda
su grandeza como verdadero Hijo de Dios hecho hombre, todo el amor que te ha
manifestado a lo largo de tu vida y le pidas que sea Él mismo quien disponga tu
corazón para poder escucharlo y aceptar sinceramente lo que Él quiera decirte.
Luego te puedes sentar, mirarlo e imaginar que estás con Él en Galilea, cerca del
lago, con los discípulos y rodeado de toda la gente que lo seguía. Es el mismo Jesús,
bajo apariencia de pan, el que está delante de tí.

5. Lectura espiritual y meditación: Lo ideal es que lleves preparada


la lectura que vas a realizar delante del Santísimo , pero también es conveniente
que leas el Evangelio del día, o escojas una lectura de tu devocionario. Luego de 9
esta lectura haz silencio y medita lo que acabas de leer. Es importante que en este
momento trates de silenciar tu mente y tu corazón para escuchar lo que Dios te
dice. El silencio es aquella puerta que predispone al alma para escuchar. Si lees una
escena del Evangelio puedes imaginarte la escena y meditar sobre lo que te dice,
sobre como participas tú y sobre los sentimientos y pensamientos que esta lectura
suscita en tu corazón.

6. Ora : Luego de tu meditación puedes rezar un rosario, el vía crucis,


alguna oración sobre la Eucaristía o la Liturgia de las horas (esto último de
acuerdo a la hora en que te encuentres).

7. Realiza una comunión eucarística o la estación eucarística:


Frente al Santísimo expuesto puedes recibirlo en tu corazón realizando una
comunión espiritual. Luego de la comunión espiritual puedes realizar la llamada
Estación ante el santísimo que consiste en rezar cinco veces el padrenuestro,
el avemaría y el Gloria en memoria de las cinco llagas de Jesús crucificado y un
padrenuestro más por las intenciones del Santo Padre.

«Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo


Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte
dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al
menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y
me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén».
+Estas prácticas son meras sugerencias

8. Oración Final (alabanzas de desagravio)


Al terminar tu adoración realiza una oración de despedida, puede ser propia o
también del devocionario. Agradece por el momento vivido, ofrece la adoración por
alguien necesitado y pide lo que necesites. Así también puedes decir las alabanzas
de desagravio que son oraciones que tiene la finalidad de luchar contra el mal del
mundo:

Bendito sea Dios.


Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
10
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito. Bendita sea la excelsa Madre de Dios,
María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. Amén».

Manual del Adorador


INFORMACIÓN PARA
ADORADORES
Los Adoradores son un grupo de personas que
desean construir una relación más íntima y amorosa
con Jesús. Una de las formas en que lo hacen es
ofreciendo una hora o más horas a la semana según
su posibilidad y disposición para adorar y estar en la
presencia del Señor.

TIPOS DE ADORADORES:
a) El adorador inscrito es aquel adorador que se compromete
con el Señor a acompañarle al menos con 1 hora de adoración semanal,
siempre el mismo día y a la misma hora. Gracias a estos adoradores la
jornada podrá realizarse las 24 horas del dia. Cuantos más adoradores
inscritos haya más fácil es garantizar el funcionamiento. Cuando un 11
11
adorador inscrito no puede asistir a su hora semanal
b) El adorador no inscrito: alguien que viene a adorar con
regularidad o que puntualmente es llamado por el Señor a visitar la
capilla. Si coincides regularmente con algún adorador no inscrito,
puedes invitarle a formar parte de la comunidad de adoradores, a
inscribirse como adorador.

La semana está dividida en 168 turnos (7 días x 24 horas cada día).


La Adoración es 24 horas y en la mayoría del tiempo se hará en la Capilla
San Agustin (capilla externa) ; sin embargo, hay algunas excepciones, tales
como:
1. Durante las Misas programadas o regulares .
2. Durante las misas o actividades de la actividad escolar que requieran la
Capilla Externa (San Agustin).
En estas circunstancias la adoración NO SE SUSPENDE, sino que se
realizará EN LA CAPILLA DEL SEGUNDO PISO al interior del Colegio.
ORACIONES:
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
Oh Jesús, redención, amor y deseo nuestro, yo os invoco y clamo a ti con un
clamor grande y de todo corazón, te suplico que vengas a mi alma, entres en ella
y la ajustes y unas tan bien contigo que la poseas sin arruga ni mancha alguna;
pues la morada en que ha de habitar un Señor tan santo como Tú, muy justo
es que esté limpia. Tú has fabricado este vaso de mi corazón; santifícalo, pues;
vacíalo de la maldad que hay en él, llénalo de tu gracia, y consérvalo lleno para
que sea templo perpetuo y digno de ti.
12
Dulcísimo, benignísimo, amantísimo, carísimo, potentísimo, deseadísimo,
12 preciosísimo, amabilísimo y hermosísimo Señor, Tú eres más dulce que la miel,
más blanco que la nieve, más suave que el maná, más precioso que las perlas
y el oro, y más amado de mi alma que todos los tesoros y honras de la tierra.
Pero cuando digo esto, Dios mío, esperanza mía, misericordia mía, dulzura mía,
¿qué es lo que digo? Digo, Señor, lo que puedo y no digo lo que debo. ¡Oh si yo
pudiese decir lo que dicen y cantan aquellos celestiales coros de ángeles! ¡Oh
cuán de buena gana me emplearía todo en tus alabanzas, y con cuánta devoción,
en medio de tus predestinados, cantaría mi alma tus grandezas, y glorificaría
incesantemente tu santo nombre!
Como no hallo palabras para glorificarte dignamente te suplico no mires tanto
a lo que ahora digo, cuanto a lo que deseo decir. Bien sabes Tú, Dios mío, a quien
todos los corazones están manifiestos, que yo te amo y quiero más que al cielo
y a la tierra y a todas las cosas que hay en ella. Yo te amo con grande amor y
deseo amarte más. Dame gracia para que siempre te ame cuanto deseo y debo,
para que en Tí solo me desvele y medite, en Tí piense continuamente de día; en Tí
sueñe de noche; contigo hable mi espíritu, y mi alma siempre platique contigo.
Ilustra mi corazón con la lumbre de tu santa visitación, para que, con tu gracia y
dirección camine yo de virtud en virtud. Te suplico, Señor, por tus misericordias,
con las cuales me libraste de la muerte eterna, que ablandes mi corazón, y que
me abraces con el fuego de la compunción, de manera que merezca yo ser cada
hora tú hostia viva. Amén.
Manual
Manual del
del Adorador
Adorador
SALMO 51
(50) MISERERE
Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra
mi delito, lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame. Pues
mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí; contra ti,
contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí. Porque aparezca tu
justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas. Mira que en la culpa
ya nací, pecador me concibió mi madre. Mas Tú amas la verdad en lo
íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la sabiduría. 13
Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la 13
nieve. Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que machacaste
Tú. Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas.

Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu dentro de mí renueva; no me


rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu. Vuélveme la alegría
de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame; enseñaré a los rebeldes tus
caminos, y los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, Dios de mi salvación, y aclamará mi lengua tu justicia; abre


Señor mis labios, y publicará mi boca tu alabanza. Pues no te agrada el sacrificio,
si ofrezco un holocausto no lo aceptas. El sacrificio a Dios es un espíritu contrito;
un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias. ¡Favorece a Sión en tu
benevolencia, reconstruye las murallas de Jerusalén! Entonces te agradarán los
sacrificios justos, -holocausto y oblación entera- se ofrecerán entonces sobre tu
altar novillos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Con la confianza de haber obtenido de tu infinita
Misericordia, el perdón por mis innumerables culpas,
ofensas y negligencias me permito, oh Jesús, pedirte
perdón también por mis hermanos.

Pienso en los innumerables pecados que se cometen


en el mundo día a día: pecados de los individuos y de las
naciones, pecados de los súbditos y de los gobernantes;
pecados de orgullo, de sensualidad y de codicia; pecados
de pensamiento, de palabra, de obras y de omisión.

Por todos estos pecados y por los pobres infelices que los cometen, me atrevo a
14 pedir, oh Jesús, la efusión de Tu infinita misericordia. Son los pecados los que te
14 hicieron agonizar en el Huerto de los Olivos y sumergieron tu alma santísima en
un mar de tristeza.

No olvides, oh Jesús, que libremente quisiste cargar con ellos; que has querido
“hacerte pecado”, para borrar los nuestros; no olvides, oh Jesús, que te ofreciste a
la ira del Padre, para rescatar a tus hermanos culpables.

Oh Jesús, te ruego renueves tu ofrecimiento al Padre, presentándole nuevamente


tus llagas; muéstrale las espinas, los flagelos y los clavos que traspasaron tus
carnes; pero, especialmente, hazle ver tu Corazón herido y rebosante de amor por
Él y por nosotros, y pide su perdón.

Recuerda, oh Jesús, que mayor que todas nuestras culpas es tu misericordia.


Viértela, oh Jesús, sobre el mundo culpable. Busca las ovejas que se alejaron de
tu redil y muéstrales cuán grande es la potencia de tu amor de Salvador.

Y ya que tu Corazón está herido por las culpas de los más íntimos, para los que
renuevan el beso de Judas o la negación de Pedro, también para ellos, oh Jesús,
invoco tu perdón. Que ninguno de ellos cumpla el gesto desesperado de Judas,
sino que tu gracia los induzca, como a Pedro, a una reparación de amor.

Manual
Manualdel
delAdorador
Adorador
ADORACIÓN

Eterno Padre, yo te agradezco porque tu infinito amor me ha salvado, aún


contra mi propia voluntad. Gracias, Padre mío, por tu inmensa paciencia que
me ha esperado. Gracias, Dios mío, por Tu inconmensurable compasión que
tuvo piedad de mí. La única recompensa que puedo darte en retribución de
todo lo que me has dado es mi debilidad, mi dolor y mi miseria.
15
Estoy delante tuyo, Espíritu de Amor, que eres fuego inextinguible y quiero
permanecer en tu adorable presencia, quiero reparar mis culpas, renovarme
en el fervor de mi consagración y entregarte mi homenaje de alabanza y
adoración.
Jesús bendito, estoy frente a ti y quiero arrancar a tu Divino Corazón
innumerables gracias para mí y para todas las almas, para la Santa
Iglesia, tus sacerdotes y religiosos. Permite, oh Jesús, que estas horas sean
verdaderamente horas de intimidad, horas de amor en las cuales me sea
dado recibir todas las gracias que tu corazón divino me tiene reservadas.
Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, me uno a Ti y te suplico me hagas
partícipe de los sentimientos de tu Corazón Inmaculado.
¡Dios mío! Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no
creen, no adoran, no esperan y no te aman.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te
ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor
Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de todos
los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por
los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de
María, te pido la conversión de los pobres pecadores.
ACTO DE FE
Y ADORACIÓN
Creo, oh Jesús, con mi más viva fe, que flagelación, la cruel y humillante
estás realmente presente, aquí, delante coronación de espinas, el martirio
mío, bajo las especies Eucarísticas; Tú, cruel de la crucifixión. Eres quien quiso
el Verbo eterno del Padre, engendrado agonizar y morir por mí. Tú eres Jesús
desde todos los siglos y encarnado Resucitado, el vencedor de la muerte,
luego en las entrañas de la Virgen del pecado y del infierno. Quien está
Madre, Jesucristo Redentor y Rey. Creo, deseoso de comunicarme los tesoros
realmente, que estás presente en la de la vida divina que posees en toda su
verdad inefable de Tu Divinidad y de Tu plenitud.
16 Humanidad.
Jesús mío, Te encuentras aquí,
Jesús, eres el mismo de Belén, el presente en la Hostia Consagrada, Santa,
divino Niño que aceptara por mí, con un Corazón desbordante de ternura,
el aniquilamiento, la pobreza y la un Corazón que ama infinitamente.
persecución. Eres el Jesús de Nazaret, En Tu Corazón, Jesús, encuentro el
que por mi amor abrazó el ocultamiento, Amor Infinito, la Caridad divina: Dios,
las fatigas y la obediencia. Eres el principio de vida, existente y vivificante.
Divino Maestro, aquel que vino para ¡Qué dulce me es, Dios mío, Trinidad
enseñarme las dulces verdades de Santísima, adorarte en este Sagrario en
la fe, a traer el gran mandamiento el que ahora estás!
del amor: Tu mandamiento. Eres el
Salvador Misericordioso, el que te Por ello me uno a los Angeles y Santos
inclinas sobre todas mis miserias con quienes, invisibles pero presentes y
infinita comprensión y conmovedora vigilantes junto a Tu Sagrario, Te adoran
bondad, pronto siempre a perdonar, a incesantemente. Me uno, sobre todo, a
curar, a renovar. Eres la Víctima Santa, Tu Santísima Madre y a los sentimientos
inmolada para gloria del Padre y bien de de profunda adoración y de intenso amor
todas las almas. Eres el Jesús que por mí que brotaron de Su alma desde el primer
sudó sangre en el Huerto de Getsemaní; instante de Tu Encarnación y cuando te
quien por mí sufrió la condenación de llevaba en Su seno inmaculado.
tribunales humanos, la dolorosísima
Manual del Adorador
Y mientras te adoro en este Sagrario, es este Jesús con su Corazón desbordante
lo hago en todos los del mundo y, de ternura! Un tesoro que jamás se agota:
especialmente, en aquellos en los cuales mientras más saco, él más aumenta.
estás más abandonado y olvidado. Te
adoro en cada Hostia Consagrada que Oh, Dios Padre, tanto has amado a tus
existe entre el Cielo y la tierra. criaturas que les diste a tu único Hijo
y, para que la Majestad de Tu Verbo no
Te adoro, Dios Padre, porque por nos infundiese temor y nuestras almas
medio de Cristo has descendido hasta se pudieran dirigir a Él con confianza,
mi humanidad y porque, por Su lo revestiste de una carne semejante a
Corazón adorable, te has unido tan la nuestra. Lo has embellecido con las
estrechamente al hombre, a mí, pobre gracias más atrayentes y, sobre todo,
criatura ingrata. Te adoro en este templo, le has dado un Corazón infinitamente
santificado por la presencia siempre perfecto; tanto que debía ser la morada
actual de Tu Ser divino; me postro de tus delicias, porque Tu divina plenitud
hasta la nada, en adoración delante de vive en Él y la más humilde de las criaturas
Tu Majestad Soberana pero, al mismo tiene allí su lugar de privilegio.
tiempo, el amor me eleva hasta ti. 17
Ese adorado Corazón, inmenso como Tú,
Te adoro, Dios Padre, y te amo; el Dios mío, porque te contiene, es también
amor y la adoración están totalmente mi morada, pues me ama. En Él me
confundidos y mezclados en mi alma, encuentro con tu divinidad y, al verme en
tanto que no sabría decir si más adoro este Sagrado asilo, Tu justa ira se aplaca y
que amo o si más amo que adoro... Te Tu justicia se desarma.
adoro porque encuentro en ti todo poder
y toda santidad, justicia y sabiduría; Te adoro, Dios Padre, por Jesús y en
porque Tú eres mi Creador y mi Dios. Jesús. Adoro a Jesús, Tu Hijo, quien por
Te amo porque encuentro en ti toda Su Humanidad es mi hermano y por Su
belleza, toda bondad, toda ternura y Divinidad es mi Dios. Te amo por Jesús y
toda misericordia. Te amo porque me has con Jesús. Te amo por el Corazón de Jesús,
hecho el regalo de un tesoro invalorable. que el amor hizo mío. Te amo en Jesús.
Por Él Te llega mi amor, por El puedo
Jesús es mi tesoro, es mío y a cada alcanzarte y abrazarte.
instante puedo sacar de Él, gracias a
manos llenas, pues lo encuentro siempre R/: Dios mío, reconozco que Tú eres
abundante. De El tomo cuanto necesito la Bondad Infinita y creo en
para pagar mis deudas, para remediar Tu amor por mí.
mis necesidades, encontrar delicia,
ganarme una corona. ¡Qué don inefable
En el misterio sublime de la Unidad de tu n aturaleza y de la Trinidad de tus Personas, R/.
En la armonía de tus perfecciones innumerables, R/.
En la riqueza inagotable con que haces los seres de la nada, R/.
En la pacífica posesión de tu eterna Bienaventuranza, R/.
En la sabiduría infinita con que gobiernas todas las cosas, R/.
En la bondad inefable con que elevas al hombre a la dignidad de hijo tuyo, R/.
En la Misericordia infinita con que toleras y conservas al pecador, R/.
En el misterioso decreto que estableció la Redención, R/.
En el infinito abajamiento de tu Encarnación, R/.
En las humillaciones, en los ocultamientos, en los trabajos de tu vida terrena, R/.
En los oprobios de tu Pasión y muerte, R/.
En la gloria de tu Resurrección, de tu Ascensión y de tu triunfo en los cielos, R/.
18 En tu divino corazón, abierto por la lanza en el Calvario,R/.
En tu divino corazón revelado a tus Santos en el transcurso de los siglos, R/..
En tu divino corazón que late de amor por nosotros en tu pecho adorable y presente en
nuestros Sagrarios, R/.
En tu divino corazón, desbordante de misericordia para los pobres pecadores,
especialmente en el Sacramento de la Penitencia, R/.
En tu Sacerdocio, que a través de los siglos continúa tu obra de Misericordia y de salvación,
R/.
En tu Vicario, que te representa visiblemente en la tierra, R/.
En la Iglesia, que conserva y dispensa a las almas los tesoros de tu divina gracia, R/.
En su magisterio infalible, en su sabio gobierno, en su inefable poder de santificación, R/.
En María Santísima, tu Madre, enriquecida con tantos privilegios y constituida también
Madre, corredentora y abogada nuestra,R/.
En la exhuberante fecundidad con que produces Santos, R/.
En la conmovedora generosidad con que dispensas tus dones, R/.
En el misterioso trabajo de la gracia en la intimidad de las almas, R/.
En el don purificador de tu Cruz, R/.
Manual del Adorador
En la maravillosa providencia con que sigues a cada criatura en el curso de su vida, R/.
En tu gloria infinita, que comunicas a tus elegidos haciéndolos eternamente felices en el
Cielo, R/.
Señor: La Iglesia, en la recitación del Gloria de la Santa Misa, me invita a darte gracias por
tu gran gloria, me invita a agradecerte, glorificarte y alabarte por lo que Tú eres, Dios mío.
Por este motivo, me es grato repetirte: Te doy gracias, porque eres el amor Infinito.

Después de haberme postrado para


adorarte en el Corazón de Jesús, quiero
agradecerte. Te agradezco, mi Dios, porque
tú eres el amor y te agradezco por los
dones de tu amor. Y ya que los dones más
preciados, los de la vida sobrenatural, nos
los diste por Jesús, es también por Él, con
El y en El que quiero elevar hasta ti el himno
de reconocimiento. 19

En unión con Jesús te agradezco, Dios Padre,


por todas las gracias personales que me has
concedido. tú me diste la vida, sacándome
de la nada y me la conservaste día a día
hasta este momento. Pero tú me has dado
otra vida más valiosa, la de la gracia, que
me hace partícipe de tu misma vida divina
y, después de la primera gracia con la que
me santificaste en el día del bautismo,
¡cuántas gracias me han sido concedidas,
que conservaron, aumentaron y, tal vez,
reconquistaron la vida sobrenatural!
Pienso en los dones de tu amor de los que tanto he gozado:
En la Iglesia, que me has dado para que sea mi maestra y guía hacia la eternidad.
En los Sacerdotes, que me han otorgado los dones de tu amor.
En los perdones continuadamente renovados.
En la Eucaristía, que ha sido para mí, alimento, sostén y consuelo.
En la Virgen, que es mi buena Madre, mi consoladora, mi ayuda, mi especial
protectora en cada instante de mi vida.
En el paraíso, que me has preparado y que con tu gracia espero alcanzar.
Contemplo mi vida sembrada de alegrías y dolores y comprendo que todo en ella
ha sido amor. Todo, oh mi Dios, porque de tu corazón amante no puede salir nada
que no sea gracia y amor.
Por todo ésto, R/: Te doy gracias, Dios mío.
Por las alegrías que me has permitido gozar, así como por los dolores y las pruebas
20
con que has sembrado mi camino, R/.
Por las gracias conocidas y por las desconocidas, R/.
Por los favores del pasado y los del futuro, R/.
Por todo lo que has hecho en mí y por mí, y por todo lo que todavía querrás hacer
en el futuro, R/.
Sobre todo, por haberme llamado al conocimiento de tu amor y a consagrarme
a él, R/.
Por la luz y la alegría tuyas, que estoy tan lejos de merecer, R/.
Por la luz y la alegría que el conocimiento de tu amor trajo a mi vida, R/.
Por la posesión de tu amor que te hace mío y a mí me hace tuyo, R/.
Nuestra Santísima Virgen María

Pero no quiero y no puedo darte gracias sólo por mí. Te doy gracias también por todos
los dones que tu amor ha derramado en la Iglesia. Por los beneficios otorgados a los
Angeles y a los Santos, alabanzas perennes de Tu Amor. Y sobre todo, por los beneficios
innumerables que has hecho a María Santísima, nuestra dulce Madre. Te doy gracias
por haberla hecho tan grande, tan santa, tan hermosa. Te doy gracias por los privilegios
que le concediste, por el trono de gloria sobre el cual la colocaste, por la misión que le
Manual del Adorador
confiaste. Te doy gracias por haber hecho de esta criatura predilecta, una madre en la
que puedo y debo colocar todas mis esperanzas.

Para que mi reconocimiento sea más eficaz me permito, oh Señor, vivificarlo con el
amor. Por eso te digo y te repito: que te amo con todo mi corazón, con toda mi alma,
con toda mi mente y con todas mis fuerzas.

A Ti, que eres el amor infinito, R/: Te amo, Dios mío.


A ti, que me has salvado por tu amor, R/.
A tí, que me ordenas amarte, R/.
Con todo mi corazón, R/.
Con toda mi alma, R/.
Con todo mi espíritu, R/.
Con todas mis fuerzas, R/.
Por encima de todos los bienes y honores, R/.
Por encima de todos los placeres y las alegrías, R/. 2121
Más que a mí mismo y que a todo cuanto me pertenece, R/.
Más que a mis padres y que a mis amigos, R/.
Más que a todos los hombres y ángeles, R/.
Por encima de todas las cosas creadas en el cielo y en la tierra, R/.
Solamente por ti mismo, R/.
Porque tú eres el Sumo Bien, R/.
Porque tú eres infinitamente digno de ser amado, R/.
Porque tú eres infinitamente perfecto, R/.
Aunque no me hubieras prometido el Paraíso, R/.
Aunque no me amenazaras con el infierno, R/.
Aunque me probases con la miseria y la desventura, R/.
En la abundancia y en la pobreza, R/.
En la prosperidad y en el infortunio, R/.
En los honores y en los desprecios, R/.
En las alegrías y en los dolores, R/.
En la salud y en la enfermedad, R/.
En la vida y en la muerte, R/.
En el tiempo y en la eternidad, R/.
En unión al amor con que todos los Santos y Angeles te aman en el cielo,R/.
En unión al amor con que te ama la Bienaventurada Virgen María, R/.
En unión al amor infinito con que nos amas eternamente, R/.
Oh, Dios mío, que posees en una abundancia incomprensible todo cuanto
puede haber de perfecto y digno de amor, extingue en mí todo amor culpable,
sensual y desordenado hacia las criaturas, y enciende en mi corazón el fuego
purísimo de tu amor, a fin de que ame sólo a ti, por ti, hasta el punto que,
22 consumido en tu santísimo amor, pueda yo ir a amarte eternamente en el
Cielo, con los elegidos. Amén.

Señor, ahora quiero hacer ante ti reparación. Oh, Jesús, Víctima divina de
nuestros altares, grande y único Reparador, yo también me uno a ti para
cumplir, contigo y por medio tuyo, el oficio de pequeña alma reparadora.

Y me dirijo también a ti, oh Madre mía, para que así como en el Calvario
ofreciste al Padre a tu Jesús, que se inmolaba por su gloria y por la salvación de
las almas, así renueves en este momento el místico ofrecimiento en mi lugar.

En el cáliz de tu corazón Inmaculado ofrece, oh Virgen dulce, los dolores de


Jesús junto a los tuyos, para invocar la Divina Misericordia sobre mí y sobre el
mundo entero. Después de haberte dado gracias por tus dones sin fin, ¿cómo
puedo no confundirme a la vista de mis culpas y de mis infidelidades? ¡Con
cuánta ingratitud y frialdad he respondido a tus beneficios!

Postrado ante Tti, que tanto me has amado, lleno de confusión y de


arrepentimiento, invoco tu perdón y tu Misericordia.

Por el mal uso que hice de los dones naturales recibidos: mi vida, mis energías,
mi tiempo, mis sentidos, mi inteligencia, mi lengua,

Manual del Adorador


R/: Oh, Jesús, ¡ten piedad de mí!
Por las desobediencias, pequeñas y grandes a tu ley, R/.
Por los deberes descuidados o mal cumplidos, R/.
Por el bien que pude hacer y no hice, R/.
Porque dejé triunfar muchas veces en mí las malas inclinaciones del orgullo, de
la vanidad y del egoísmo, R/.
Porque no practiqué el mandamiento de caridad, como tú lo ordenaste, R/.
Porque dejé estériles en mí tantas gracias, R/.
Por la tibieza con que practiqué mi vida de piedad,R/.
Por la indiferencia y frialdad con que respondí a los dones de tu amor, R/.
Por haber preferido muchas veces a las criaturas y las satisfacciones humanas,
en lugar de ti y de tus consolaciones, R/.
Por la poca fidelidad y generosidad con que he vivido mi consagración,R/.
Por la falta de fe y abandono en tu amor, R/.
Por la falta de dedicación a las almas y a la Iglesia, R/. 23
Por mis rebeliones y mi poco amor a tu Voluntad y a tu cruz,R/.
Me confundo en tu presencia, oh mi Dios.
Me arrodillo a tus pies.

Me postro junto a ti, oh Jesús, Hostia Divina, Redentor y Salvador mío,


como un día la Magdalena. Y si bien es cierto que soy indigno de tu amor,
estoy seguro que tendrás para mí, la misma ternura misericordiosa.
SANTO ROSARIO
MISTERIOS GOZOSOS: Lunes y Sábado
1. La Encarnación del Hijo de Dios
«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a
una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de
David; el nombre de la virgen era María» (Lc 1,26-27).

2. La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa


Isabel
«En aquellos días María se puso en camino y fue aprisa a la región
montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó
a Isabel. Y sucedió que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó
de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo;
y exclamando a voz en grito, dijo: “Bendita tú entre las mujeres y
24 bendito el fruto de tu seno”» (Lc 1, 39-42)
24
3. El Nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén
«Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se
empadronase todo el mundo. ..Subió también José desde Galilea, de la ciudad de
Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y
familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y
sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento,
y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre,
porque no tenían sitio en el alojamiento» (Lc 2,1-7).

4. La presentación de Jesús en el Templo


«Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de
Jesús, como lo había llamado el ángel antes de ser concebido en el seno. Cuando se
cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús
a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón
primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o
dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor» (Lc 2, 21-24).

5. El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo


«Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce
años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el
Manual del
Manual del Adorador
Adorador
niño Jesús se quedó en Jerusalén,
sin saberlo sus padres...
Y sucedió que al cabo de tres días,
le encontraron en el Templo sentado
en medio de los maestros, escuchándoles
y preguntándoles; todos los que le oían,
estaban estupefactos por su inteligencia
y sus respuestas» (Lc 2, 41-47)

MISTERIOS LUMINOSOS: Miércoles


1. El Bautismo en el Jordán
«Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al
Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía 25
de los cielos decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”». (Mt 3,16-17)
25
2. Las bodas de Caná
«Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de
Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino,
porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: “No tienen
vino”. Jesús le responde: “¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi
hora”. Dice su madre a los sirvientes: “Haced lo que él os diga”». (Jn 2, 1-5).

3. El anuncio del Reino de Dios


“El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el
Evangelio”. (Mc 1, 15)

4. La Transfiguración
«Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y
los llevó aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso
brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz» (Mt 17, 1-2).

5. La institución de la Eucaristía
«Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a
sus discípulos, dijo: “Tomad, comed, éste es mi cuerpo”» (Mt 26, 26).
MISTERIOS DOLOROSOS: Martes y Viernes:

1. La oración en el Huerto: «Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado


Getsemaní, y dijo a sus discípulos: “Sentaos aquí mientras voy a orar”. Y tomando
consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia.
Entonces les dijo: “Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad
conmigo”. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: “Padre mío,
si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras
tú”» (Mt 26, 36-39).

26 2. La flagelación de Jesús atado a la columna : «Pilato puso en libertad


a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera
26 crucificado» (Mt 27, 26).

3. La coronación de espinas : «Entonces los soldados del procurador llevaron


consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron
y le echaron encima un manto de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la
pusieron sobre la cabeza, y en su mano derecha una caña, y doblando la rodilla delante
de él, le hacían burla diciendo: “Salve, Rey de los judíos”». (Mt 27, 27-29)

4. Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario: «Y obligaron a


uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de
Rufo, a que llevara su cruz. Lo condujeron al lugar del Gólgota, que quiere decir de la
“Calavera”» (Mc 15, 21-22).

5. La crucifixión y muerte de Jesús: «Llegados al lugar llamado “La


Calavera”, le crucificaron allí a él y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la
izquierda. Jesús decía: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”... Era ya eso
de mediodía cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la
media tarde. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito
dijo: “Padre, en tus manos pongo mis espíritu” y, dicho esto, expiró» (Lc 23, 33-46).

Manual del Adorador


MISTERIOS GLORIOSOS:
Jueves y Domingo

1. La resurrección del Hijo de Dios: «El primer día de la semana, muy


de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Pero
encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron
el cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante
ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Ellas, despavoridas, miraban al
suelo, y ellos les dijeron: “¿Por qué buscáis ente los muertos al que está vivo? No está
aquí, ha resucitado”» (Lc 24, 1-6).

2. La Ascensión del Señor al cielo «El Señor Jesús, después de hablarles,


ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios» (Mc 16, 19).

3. La venida del Espíritu Santo: «Al llegar el día de Pentecostés, estaban 27


todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una 27
ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les
aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada
uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse» (Hch 2, 1-4).

4. La Asunción de María al cielo: «Todas las generaciones me llamarán


bienaventurada porque el Señor ha hecho obras grandes en mí» (Lc 1, 48-49).

5. La coronación de María como Reina y Señora de todo lo


creado: «Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la luna
bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza» (Ap 12, 1).

Después de cada lectura se hace una breve pausa de reflexión,


se reza un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.

Al final de cada misterio: ¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo!


¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran,
no esperan, no te aman! (Tres veces).
28

Manual del Adorador


29

También podría gustarte