Articulo Conductividad Eléctrica
Articulo Conductividad Eléctrica
Articulo Conductividad Eléctrica
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1 Resumen de las ideas clave
Los materiales metálicos suelen presentar buenas propiedades conductoras de calor y
electricidad, sin embargo, siempre existe cierta resistencia al paso de corriente eléctrica. Esta
restricción de conductividad genera pérdidas energéticas y debe ser considerada por el
ingeniero en el diseño de la línea. Con este fin, se suele consultar la hoja de características de un
hilo conductor y en raras ocasiones realizar un ensayo experimental para determinar la
resistividad real del metal.
Por otro lado, suele ser necesario llegar a un compromiso entre propiedades eléctricas y
resistentes, además de otras características propias de un material como la densidad (afecta al
peso de la línea). Por desgracia, los ingenieros eléctricos y electrónicos no suelen profundizar en
la naturaleza microestructura del material que gobierna las características tanto eléctricas como
resistentes del mismo. Estas propiedades pueden modificarse mediante la elección del material,
uso de aleantes e incluso, tratamientos mecánicos y térmicos.
Este artículo pretende servir de introducción a la propiedad de conductividad eléctrica de los
metales desde el punto de vista de la naturaleza del metal, es decir, relacionaremos la historia
térmica y el procesado del cable con sus propiedades conductoras y resistentes. Además, se
propondrá un sencillo método experimental para determinar empíricamente la conductividad.
El documento será de interés para estudiantes de grado relacionados con las ingenierías y
máster en ciencia de materiales, electricidad y electrónica. Es recomendable haber adquirido
conocimientos previos a nivel básico sobre, enlace químico y cristalografía, así como conceptos
generales sobre tipos de deformación mecánica y metalografía.
2 Objetivos
Una vez finalices la lectura de este documento, habrás alcanzado las siguientes habilidades:
Adquirir los conceptos necesarios para modelizar el comportamiento eléctrico de
un hilo conductor metálico, esto es, comprender el concepto de conductividad y
resistividad de un material metálico.
Descubrirás una configuración experimental muy sencilla que permite determinar
empíricamente la conductividad/resistividad eléctrica de un material metálico a
temperatura ambiente.
Sabrás relacionar cómo afecta la historia térmica y mecánica en la microestructura
de un cobre y por lo tanto, cómo se comportará desde un punto de vista eléctrico y
mecánico.
Serás capaz de proponer tratamientos para mejorar la conductividad de un metal
Descubrirás alguna aplicación basada en los mecanismos descritos.
3 Introducción
Los materiales metálicos presentan una elevada conductividad eléctrica al aplicar una fuerza
electromotriz (f.e.m.) entre dos puntos del mismo. Esta f.e.m. suele generarse mediante una
diferencia de potencial eléctrico (E, volts) o mediante potenciales galvánicos. Bajo este
potencial, los electrones deslocalizados o débilmente enlazados, circulan por el seno del material
dada su carga negativa, generando lo que comúnmente denominamos, corriente eléctrica.
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Como curiosidad, citar que esta nube electrónica débilmente enlazada en la estructura cristalina
del metal, otorga la capacidad de flujo electrónico, pero también la de elevada conducción
térmica, la característica de brillo y elevada sensibilidad a la oxidación de estos materiales.
Sin embargo, la movilidad de las cargas eléctricas en el seno del metal no es ilimitada. Los
electrones encuentran obstáculos que dificultan su desplazamiento y esta restricción genera lo
que comúnmente denominamos resistividad eléctrica. Los electrones pueden desplazarse solo
a través de ciertos ‘caminos’, por las capas electrónicas más externas de los átomos.
Considerando un modelo atómico como el de la Figura 1, se puede observar que el viaje del
electrón se ve interrumpido por la propia estructura electrónica‐atómica1. Esta explicación se
basa en un modelo descriptivo muy elemental con el fin de que resulte fácil de visualizar.
Figura 1. Modelo atómico que representa la movilidad del electrón limitada por las colisiones contra la
propia estructura electrónica del material.
Como existe una limitada movilidad de los electrones, la corriente eléctrica (I, Amperios) se ve
restringida en función de la resistencia eléctrica que genera el hilo conductor. La resistencia de
un determinado conductor se mide en Ohmios (Ω, Ohm). Para medir la resistencia de un
elemento conductor se suele utilizar un aparato denominado multímetro, polímetro o téster.
Básicamente, consiste en un instrumento con una pequeña batería interna que genera el
potencial (V), que fuerza el paso de corriente (I), desde dos puntos concretos de nuestro
conductor, Figura 2. Un amperímetro interno A, colocado en serie con el circuito, mide la I que
circula por el mismo. Con estos datos, un pequeño procesador calcula la resistencia (Ω) de ese
circuito según la ecuación de la ley de Ohm (ecuación 1). Restando la resistencia propia del
instrumento (proceso automático), se obtiene la resistencia de nuestro conductor.
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Figura 2. Esquema interno, por el que un multímetro calcula la resistencia de un elemento conductor.
Sin embargo, la resistencia obtenida depende no sólo del material conductor, sino que también
de (i) la distancia entre los dos puntos de medida y (ii) de la geometría del conductor. Hay que
tener en cuenta que cuanto mayor es la sección de un hilo conductor, menor será la resistencia
ofrecida al paso de corriente. Por otro lado, cuanto mayor sea su longitud, mayor la resistencia
obtenida. De este modo, la resistencia que estamos obteniendo con un sistema de dos sondas,
depende de las propiedades geométricas del conductor.
Llegados a este punto, se hace necesario encontrar una configuración que nos permita
determinar la resistencia propia del material independientemente de su forma y tamaño, lo que
denominamos resistividad eléctrica del material, que a partir de ahora no confundiremos con
resistencia. En el siguiente apartado se describirá el método para obtener la resistividad de un
material metálico. Solo entonces, se podrá comparar entre la capacidad de conducción eléctrica
de diferentes metales.
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4 Resistividad y conductividad eléctrica en metales
Con esta configuración disponemos de una intensidad de corriente I, circulando por la sección A
de un metal, cuya resistividad ρ genera una caída de potencial V, según la distancia entre sondas
L34. Bajo esta premisa, es sencillo describir la resistencia R como un valor proporcional al
coeficiente resistivo y la longitud del cable, e inversamente proporcional al área de la sección
del conductor, A:
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La constante de resistividad ρ, es propia para cada metal e independiente de su geometría, lo
que nos permite, por un lado, (i) modelizar la resistencia de cualquier línea, dada una sección y
longitud cualquiera o bien (ii), comparar la conductividad entre diferentes metales. De hecho, la
constante de conductividad σ, es la inversa de la resistividad y sus unidades son Siemens por
metro S/m, (Ω∙m) −1 ò S∙m‐1.
Figura 5. a) Conductividad eléctrica de diferentes metales por método de 4 sondas obtenido en práctica
de laboratorio en la UPV. b) Dureza mecánica obtenida por indentador Brinell (Hardness B).
De la respuesta de la Fig. 5a, se puede extraer varias conclusiones. La más evidente es que cada
metal posee una conductividad notablemente diferente. Por ejemplo, el aluminio es más
resistivo (menos conductor) que el cobre. En este caso, hay que pensar que el primero es mucho
más ligero (menos denso) que el segundo, propiedades a tener en cuenta para ciertas
aplicaciones como el peso de una línea, además del aspecto económico y la resistencia mecánica.
Observando las micrografías de la figura 6, se puede ver que, en el caso del cable de suministro,
la microestructura es muy fina, es decir, apenas se distinguen unos granos de otros. Sin embargo,
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cuando ese metal es tratado térmicamente, sí se revelan formas geométricas con dominios de
la misma tonalidad y brillo de decenas de micras. Cada una de estas zonas indica la presencia de
un grano metálico, es decir, de un dominio donde los átomos de la red cristalina mantienen un
orden y orientación determinada.
Lo que ha ocurrido en estas microestructuras es lo siguiente. El cable de suministro es un hilo
que para su fabricación se ha procedido a trefilar. Esto es, una barra o lingote de cobre se estira
en frío para aumentar su longitud a medida que se reduce su sección. Esto implica un enorme
trabajo mecánico de deformación plástica que, según lo comentado, ha producido una
importante distorsión en la red cristalina, cuya deformación ha hecho prácticamente
desaparecer cualquier signo de orden atómico.
Por otro lado, al calentar el metal bajo el tratamiento térmico de recocido, se le otorga energía
suficiente para que los átomos regresen a posiciones de mínima energía, mayor orden atómico.
En este caso, el tratamiento fue suficiente para recristalizar el material, aumentando el tamaño
de grano. Además, se reducen o eliminan tensiones mecánicas, distorsiones, maclas y
dislocaciones.
Por esta recristalización, se explica la respuesta observada en la figura 5c, en la que el Cu con
tratamiento térmico presenta mayor conductividad que el metal de suministro. De hecho, el
ingeniero puede determinar las condiciones de un incendio –temperatura, tiempo y atmósfera‐
, a la que ha estado sometido un hilo conductor. Es un trabajo forense en el que el científico
observa la microestructura de un cable implicado en un incendio para ayudar a los peritos a
determinar causas y condiciones del siniestro.
Y esta conclusión nos conduce a otra más general e importante, que justifica y motiva la
redacción del presente artículo docente: “un metal puede presentar importantes variaciones en
su conductividad eléctrica en función de la historia térmica y mecánica a la que haya sido
sometido. De este modo, nunca debemos de dar por sentado la respuesta eléctrica de un metal
por el mero hecho de conocer su composición química”
5 Conclusiones
En este artículo docente hemos descubierto un método experimental sencillo basado en un
método de 4 sondas, que nos servirá para calcular la conductividad y resistividad propia de un
metal. Además, hemos visto y comprobado que esta constante resistiva depende, no sólo de
cada metal analizado, sino de posibles elementos aleantes y de la historia térmica y mecánica a
la que haya sido sometido. Por un lado, alear un metal nos permite mejorar algunas propiedades
resistentes que son necesarias para soportar las condiciones mecánicas a las que están
sometidas las líneas. Sin embargo, el aumento de resistencia mecánica suele ir acompañado de
una pérdida en conductividad, viéndonos obligados a llegar a soluciones de compromiso. Por
otro lado, un metal deformado en frío o solidificado bajo ratios de enfriamentiento moderado
puede afinar el grano metalográfico, lo que implica un aumento resistivo del metal. Ha sido
importante demostrar, que un mismo metal puede ver variada su conductividad bajo este tipo
de deformación y que mediante un tratamiento térmico adecuado, se puede lograr restablecer
sus propiedades eléctricas.
6 Bibliografía
1
Modelo de conductividad eléctrica según Drude. Disponible en:
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https://en.wikipedia.org/wiki/Drude_model Fecha de consulta: 01 de junio de 2021.
2
William F. Smith. “Fundamentos de la Ciencia e Ingeniería de Materiales”. Tercera Edición,
ISBN: 844811429, pág. 412–483.
3
Introducción a la ciencia de materiales para ingenieros, 7ª ed. James F. Shackelford. Pág, 45‐
105
4
Introduccion a la ciencia e ingeniería de los materiales. William D. Callister, ed. Reverte. págs.
20‐85
Introduction to electrical
conductivity in metallic materials.
Effect of alloying and modifying the
microstructure. Testing method
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On the other hand, It is usually necessary to reach a compromise between electrical and
resistant properties, in addition to other characteristics of a material such as density (affects the
weight of the line). Unfortunately, electrical and electronic engineers do not often delve into the
microstructural nature of the material that governs both the electrical and strength
characteristics of the material. These properties can be modified through the choice of material,
the use of alloys and even mechanical and thermal treatments.
This article aims to serve as an introduction to the property of electrical conductivity of metals
from the point of view of the nature of the metal, that is, we will relate the thermal history and
the processing of the cable with its conductive and resistant properties. In addition, a simple
experimental method to empirically determine conductivity will be proposed. The document
will be of interest to undergraduate students related to engineering and masters degree in
materials science, electricity and electronics. It is advisable to have acquired prior knowledge at
a basic level about chemical bonding and crystallography, as well as general concepts about
types of mechanical deformation and metallography.
2. OBJETIVES
Once you finish reading this document, you will have achieved the following skills:
Acquire the necessary concepts to model the electrical behavior of a metallic conductive
wire, that is, understand the concept of conductivity and resistivity of a metallic
material.
You will discover a very simple experimental setup that allows you to empirically
determine the electrical conductivity / resistivity of a metallic material at room
temperature.
You will know how to relate how the thermal and mechanical history affects the
microstructure of a copper and, therefore, how It will behave from an electrical and
mechanical point of view.
You will be able to propose treatments to improve the conductivity of a metal.
You will discover some application based on the mechanisms described.
3. Introduction
Metallic materials present a high electrical conductivity when applying an electromotive force
(f.e.m.) between two points of the same. This f.e.m. it is usually generated by a difference in
electrical potential (E, volts) or by galvanic potentials. Under this potential, delocalized or weakly
bonded electrons circulate within the material given its negative charge, generating what we
commonly call electric current. As a curiosity, it is worth mentioning that this electron cloud
weakly linked in the crystalline structure of the metal, gives the capacity of electronic flow, but
also that of high thermal conduction, the characteristic of brightness and high sensitivity to
oxidation of these materials.
However, the mobility of electric charges within the metal is not unlimited. Electrons encounter
obstacles that make it difficult for them to move, and this restriction generates what we
commonly call electrical resistivity. Electrons can move only through certain 'paths', through the
outermost electronic shells of atoms. Considering an atomic model like the one in Figure 1, it
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can be seen that the electron travel is interrupted by the electron-atomic structure itself1. This
explanation is based on a very elementary descriptive model in order to be easy to visualize.
Figure 1. Atomic model that represents the mobility of the electron limited by collisions against
the material's own electronic structure.
As there is limited mobility of the electrons, the electric current (I, Amps) is restricted as a
function of the electrical resistance generated by the conductive wire. The resistance of a certain
conductor is measured in Ohms (Ω, Ohm). To measure the resistance of a conductive element,
a device called a multimeter, multimeter or tester is usually used. Basically, it consists of an
instrument with a small internal battery that generates the potential (V), which forces the
passage of current (I), from two specific points of our conductor, Figure 2. An internal ammeter
A, placed in series with the circuit, measures the I that circulates through it. With this data, a
small processor calculates the resistance (Ω) of that circuit according to the equation of Ohms
law (equation 1). By subtracting the resistance of the instrument (automatic process), the
resistance of our conductor is obtained.
Figure 4. Test of 4 probes to determine the resistivity / conductivity of a material. The junctions
U12 force the passage of a current, while the potential or voltage drop between U34 is measured.
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With this configuration we have a current intensity I, circulating through section A of a metal,
whose resistivity ρ generates a potential drop V, depending on the distance between probes
L34. Under this premise, it is easy to describe the resistance R as a value proportional to the
resistive coefficient and the length of the cable, and inversely proportional to the area of the
conductor section, A:
𝑅 𝜌 Equation 2. Modified Ohm's Law
Equating equation 1 with equation 2, we will have all the necessary data to solve for and
calculate the resistivity ρ.
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From the answer in Fig. 5a, several conclusions can be drawn. The most obvious is that each
metal has a markedly different conductivity. For example, aluminum is more resistive (less
conductive) than copper. In this case, we must think that the first is much lighter (less dense)
than the second, properties to take into account for certain applications such as the weight of a
line, in addition to the economic aspect and mechanical resistance.
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4.2.2 Effect of microstructure on conductivity
Metals have their atoms arranged in cells of a few angstroms, which repeat themselves until
they form ordered crystalline domains of a few microns or even millimeters or centimeters2.
These domains are called grains and are formed during the solidification of the metal. In this
way, the metal is made up of several grains of one or more crystalline phases4. The edge of each
grain is atomically disordered and its structure highly distorted. Each grain border is the border
of another grain that has a different orientation or phase. The analysis of these structures inside
a metal is called metallography. Using an optical microscope, it is easy to observe the
metallography of a metal.
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Figure 6. a) Microstructure of the cross section of a copper monofilament according to its state
of supply. b) Same conductor after heat treatment at 400oC for 30 minutes. Photograph by
means of a metallographic optical microscope.
Observing the micrographs of figure 6, it can be seen that in the case of the supply cable, the
microstructure is very fine, that is, some grains are hardly distinguishable from each other.
However, when this metal is heat treated, geometric shapes are revealed with domains of the
same hue and brightness of tens of microns. Each of these areas indicates the presence of a
metallic grain, that is, of a domain where the atoms of the crystal lattice maintain a certain order
and orientation.
What has happened in these microstructures is the following. The supply cable is a wire that has
been drawn for its manufacture. That is, a copper bar or ingot is cold drawn to increase its length
as its section is reduced. This implies an enormous mechanical work of plastic deformation that,
according to what has been commented, has produced an important distortion in the crystal
lattice, whose deformation has practically made any sign of atomic order disappear.
On the other hand, when the metal is heated under the annealing heat treatment, it is given
enough energy for the atoms to return to positions of minimum energy, higher atomic order. In
this case, the treatment was sufficient to recrystallize the material, increasing the grain size. In
addition, mechanical stresses, distortions, twins and dislocations are reduced or eliminated.
By this recrystallization, the response observed in figure 5c is explained, in which the Cu with
heat treatment has higher conductivity than the supply metal. In fact, the engineer can
determine the conditions of a fire –temperature, time and atmosphere-, to which a conductive
wire has been subjected. It is a forensic work in which the scientist observes the microstructure
of a cable involved in a fire to help the experts determine the causes and conditions of the
accident.
And this conclusion leads us to another more general and important one, which justifies and
motivates the writing of this teaching article: “a metal can present important variations in its
electrical conductivity depending on the thermal and mechanical history to which it has been
subjected. In this way, we should never take for granted the electrical response of a metal for
the mere fact of knowing its chemical composition "
5. Conclusions
In this teaching article we have discovered a simple experimental method based on a 4-probe
method, which will help us calculate the conductivity and resistivity of a metal. Furthermore, we
have seen and verified that this resistive constant depends, not only on each analyzed metal,
but also on possible alloying elements and the thermal and mechanical history to which it has
been subjected. On the one hand, alloying a metal allows us to improve some resistant
properties that are necessary to withstand the mechanical conditions to which the lines are
subjected. However, the increase in mechanical resistance is usually accompanied by a loss in
conductivity, forcing us to reach compromise solutions. On the other hand, a cold deformed or
solidified metal under moderate cooling rates can refine the metallographic grain, which implies
a resistive increase of the metal. It has been important to demonstrate that the same metal can
see its conductivity varied under this type of deformation and that by means of a suitable heat
treatment, its electrical properties can be restored.
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