De La Acción de Tutela
De La Acción de Tutela
De La Acción de Tutela
Magistrada Ponente:
MARÍA VICTORIA CALLE CORREA
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
Las peticionarias Dalia Viviana Olarte Brijaldo e Icela Yojana Osorio Luquez
instauraron acción de tutela contra el Ejército Nacional de Colombia y contra
el Hospital Eduardo Arredondo Daza respectivamente porque a su juicio
dichas entidades vulneraron su derecho fundamental a la estabilidad laboral
reforzada de la mujer embarazada, al no renovar el contrato de prestación de
servicios por medio del cual estaban vinculadas a tales entidades públicas.
Expediente T 3411554
1. Hechos
1.2. El primero (1º) de noviembre de dos mil once (2011) la actora informó de
manera verbal su estado de gravidez a la rectora del colegio donde prestaba
sus servicios, hecho que a su juicio, motivó la no renovación de su contrato
para el año siguiente, pues antes de dar aviso sobre su estado a la accionada,
ya le habían solicitado allegar los documentos necesarios para renovar su
contrato. Sin embargo, después de conocer esa situación, la entidad procedió a
comunicarle que su contrato terminaría en diciembre. 2 Agregó que, de hecho.
1 Contrato de Prestación de servicios técnicos No. 051 Celic 2011. Folios 4-6 cuaderno principal del
expediente ( en adelante cuando se haga mención a un folio deberá entenderse que forma parte del cuaderno
principal del expediente a menos que se diga lo contrario).
2 Escrito de tutela. Folios 1-3. Específicamente en el folio 1 la accionante manifiesta “(…) tan pronto como
manifesté mi estado de embarazo fui informada de que el próximo año no seré contratada (...)”.
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el contrato ya había sido prorrogado en una ocasión en el año dos mil diez
(2010).
2. Solicitud de tutela
3 Incapacidad aportada al proceso por el accionante y la entidad accionada. Reposan en los folios 18 y 36.
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Impugnación
Expediente T-3413576
Hechos
4 Contrato de prestación de servicios No. SF-164 suscrito por la accionante y la ESE Hospital Eduardo
Arredondo Daza. Folios 16-20.
5 Memorial Dirigido a las directivas del Hospital Eduardo Arredondo Daza. Folio 38.
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2. Solicitud de tutela
4.2 Impugnación
1. Competencia
Esta Sala es competente para revisar el fallo de tutela proferido dentro del
trámite de la referencia, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 86,
inciso 3°, y 241, numeral 9°, de la Constitución Política, en concordancia con
los artículos 33, 34, 35 y 36 del Decreto 2591 de 1991.
Por su parte, los jueces de instancia denegaron las solicitudes de las tutelas
impetradas alegando, en términos generales, que no se presentaron pruebas en
los expedientes de que las actoras hubieran notificado a las accionadas de su
estado de embarazo, ni de la afectación a su mínimo vital. Además, estimaron
que las accionantes contaban con otro medio judicial de defensa.
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6 De hecho, el Decreto 2591 de 1991, en su artículo 6.1, de manera expresa dispone que la eficacia de los
medios ordinarios de defensa judiciales será apreciada en el caso concreto, atendiendo a las circunstancias en
que se encuentre el solicitante.
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8 Ver las Sentencias C-470 de 1997 (MP. Alejandro Martínez Caballero) en la que se declaró exequible el
artículo 239 del Código Sustantivo del Trabajo, tal y como fue modificado por el artículo 35 de la Ley 50 de
1990, en el entendido de que carece de todo efecto el despido de una trabajadora durante el embarazo, o en los
tres meses posteriores al parto, sin la correspondiente autorización previa del funcionario del trabajo
competente, quien debe verificar si existe o no justa causa probada para el despido, y C-199 de 1999 (MP.
Eduardo Cifuentes Muñoz) que resolvió declarar exequible el aparte “a título de indemnización por
maternidad, el valor de doce (12) semanas de descanso remunerado a que tiene derecho como licencia de
maternidad” del artículo 62 de la Ley 443 de 1998, demandado. Ello, bajo el entendido de que la expresión
“la indemnización a que tendría derecho”, a la que se refiere la primera parte del tercer inciso del mencionado
artículo, incorpora (1) la compensación por la totalidad de los salarios dejados de percibir en el interregno
entre el retiro y la fecha del parto y, (2) el pago mensual, a la correspondiente entidad promotora de salud, de
la parte de la cotización al Sistema General de Seguridad Social en Salud que corresponde a la entidad pública
en los términos de la ley, durante toda la etapa de gestación y los tres meses posteriores al parto.
9 Ver entre otras, las sentencias: T-420 de 1992 (MP. Simón Rodríguez Rodríguez); T-179 de 1992 (MP.
Alejandro Martínez Caballero), T-273 de 1992 (MP. Carlos Gaviria Díaz), T-437 de 1992 (MP. Carlos Gaviria
Díaz), T-495 de 1992 (MP. Alejandro Martínez Caballero) y SU-491 de 1993 (MP. Eduardo Cifuentes
Muñoz); T-292 de 1993 (MP. Fabio Morón Díaz), T-339 de 1993 (MP. Vladimiro Naranjo Mesa), T-341 de
1993 (MP. Carlos Gaviria Díaz) y T-503 de 1994 (MP. Vladimiro Naranjo Mesa); T-211 de 1994 (MP.
Alejandro Martínez Caballero) y T-358 de 1995 (MP. Alejandro Martínez Caballero); T-568 de 1996 (MP.
Eduardo Cifuentes Muñoz); T-662 de 1997 (MP. Alejandro Martínez Caballero); T-656 de 1997 (MP. Eduardo
Cifuentes Muñoz) y T-792 de 1998 (MP. Alfredo Beltrán Sierra); T-104 de 1998 (MP. Eduardo Cifuentes
Muñoz), T-149 de 1998 (MP. Eduardo Cifuentes Muñoz), T-205 de 1998 (MP. Alfredo Beltrán Sierra), T-316
de 1998 (MP. Eduardo Cifuentes Muñoz), T-339 de 1998 (MP. Vladimiro Naranjo Mesa), T-347 de 1998 (MP.
Eduardo Cifuentes Muñoz), T-362 de 1998 (MP. Alfredo Beltrán Sierra, T-365 de 1998 (MP. Alejandro
Martínez Caballero), T-380 de 1998 (MP. Eduardo Cifuentes Muñoz) y T-458 de 1999 (MP. Alfredo Beltrán
Sierra).
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3.2. En ese orden de ideas, la Sala considera que las acciones de tutela objeto
de estudio son procedentes. En efecto, ambas peticionarias fueron
desvinculadas de las entidades accionadas mientras estaban en embarazo y lo
que pretenden es precisamente obtener la protección especial derivada de la
maternidad y el goce efectivo de sus derechos fundamentales al trabajo y al
mínimo vital durante el periodo del parto y lactancia, con el fin de cubrir las
necesidades básicas de sus hijos que están por nacer, el cual, de acuerdo con
varios pronunciamientos de esta Corte, es un derecho fundamental cuya
protección puede pedirse por medio de la acción de tutela.10
10 Sentencia T-373 de 1998 (M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz). En esta oportunidad la corte sostuvo que: “el
derecho a no ser discriminada por razón del embarazo - del cual surge el derecho a una estabilidad laboral
reforzada -, se encuentra consagrado, entre otros, en los artículos 43 y 53 de la Constitución. En este sentido
se ha afirmado que el mismo no constituye un derecho constitucional fundamental, pues las mencionadas
normas establecen derechos sociales o económicos de naturaleza programática. No obstante, tal afirmación
ignora que el derecho a no ser discriminada a causa del embarazo se deriva del derecho fundamental a la no
discriminación por razón de género, consagrado en el artículo 13 de la Constitución Política. Por
consiguiente, debe sostenerse que la estabilidad reforzada a la que se ha hecho referencia no es sino una
derivación del derecho fundamental a la igualdad de la mujer embarazada”. En el mismo sentido, la
Sentencia C-470 de 1997 (M.P. Alejandro Martínez Caballero).
4.2. Ahora bien, el Código Sustantivo del Trabajo dispone en su artículo 239
que ninguna mujer trabajadora puede ser desvinculada por motivo de
embarazo o lactancia, y que se presume que ha sido despedida por estos
motivos cuando la terminación unilateral de la relación por el empleador tiene
lugar dentro del periodo de gestación, o los tres meses siguientes al parto, sin
que medie autorización de la autoridad laboral competente; además, establece
que la trabajadora despedida sin autorización tiene derecho al pago de una
indemnización equivalente a sesenta (60) días de salario, y doce (12) semanas
de descanso remunerado, sin perjuicio del reconocimiento de las prestaciones
e indemnizaciones de ley, causadas durante la vigencia del contrato.
A su vez, el artículo 240 (ibídem) señala que el despido de una mujer gestante
debe ser autorizado por el inspector de trabajo o el alcalde municipal, en los
lugares en los que no exista inspector, después de oír a la trabajadora, y de
constatar que la solicitud se hizo con fundamento en alguna de las causales
consagradas en los artículos 6212 y 6313 del mismo Código, que le permiten al
empleador dar por terminado unilateralmente el contrato de trabajo.
4.3. Por su parte, la jurisprudencia constitucional ha sostenido que la
protección a la mujer trabajadora gestante, a través del desarrollo
constitucional y legal señalado, constituye una concreción de una garantía
general denominada “fuero de maternidad”, que comprende la protección
específica prevista en el ordenamiento jurídico en favor de la mujer
embarazada, con un receso remunerado antes y después del parto, la
prestación de los servicios médicos y hospitalarios, la licencia remunerada
para la lactancia del recién nacido y la estabilidad laboral reforzada. Por
medio de esta última se busca que el vínculo laboral entre trabajador y
empleador no se rompa injustificadamente, y que tal hecho vulnere o amenace
derechos fundamentales de los trabajadores y de sus familias, especialmente
su derecho al mínimo vital.
la Declaración Universal de Derechos Humanos (Art. 25: la maternidad y la infancia tienen derecho a
cuidados y asistencia especiales) ratificada por Colombia mediante la Ley 74 de 1968, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Art. 10.2: se debe conceder especial
protección a las madres durante un período de tiempo razonable antes y después del parto) ratificado por
Colombia mediante la ley 74 de 1968, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer de la Asamblea General de la ONU (Art. 11: los Estados partes deben adoptar
“todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera del empleo)
ratificada por Colombia mediante ley 51 de 1981, el Convenio 111 de la OIT que prohíbe la discriminación en
materia de empleo y ocupación, aprobado por Colombia mediante la Ley 22 de 1967 y ratificado en 1969 y la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño ratificada por Colombia mediante la Ley 12 de 1991.
12 El artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo establece las causas para terminar unilateralmente el
contrato de trabajo por parte del empleador y del trabajador.
13 El artículo 63 del Código Sustantivo del Trabajo consagra la terminación unilateral del contrato de trabajo
por una justa causa.
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4.5. Por esa razón, esta Sala de Revisión considera que si bien no son
exigibles pruebas formales sobre la notificación de el estado de embarazo por
parte de la trabajadora al empleador, sí debe desprenderse de todos los indicios
y pruebas relevantes que obren en el expediente que el empleador conocía o
debía conocer el estado de embarazo para que la tutela prospere, aspecto que
deberá ser analizado en el marco de los casos concretos.
14 Requisitos señalados en las sentencias T-373 de 1998 (MP. Eduardo Cifuentes Muñoz), T-426 de 1998 y
T-778 de 2000 (MP. Alejandro Martínez Caballero), T-550 de 2004 (MP. Manuel José Cepeda), T-185 de 2005
(MP. Alfredo Beltrán Sierra) y T-291 de 2005 (MP. Manuel José Cepeda), entre otras.
16 Este tipo de contratos se rigen por las disposiciones contenidas por el libro cuarto del Código Civil “de
las obligaciones en general y de los contratos”.
17 Al respecto, la Corte explicó en la sentencia T-031 de 2011 (MP. Luis Ernesto Vargas Silva) a propósito
del estudio de dos acciones de tutela interpuestas por mujer que habían suscrito un contrato de prestación de
servicios con entidades públicas : “[e]n el caso de que las actividades con ellos atendidas demanden una
permanencia mayor e indefinida, excediendo su carácter excepcional y temporal para convertirse en
ordinario y permanente, será necesario que la respectiva entidad adopte las medidas y provisiones
pertinentes a fin de que se dé cabal cumplimiento a lo previsto en el artículo 122 de la Carta Política, según
el cual se requiere que el empleo público quede contemplado en la respectiva planta y previstos sus
emolumentos en el presupuesto correspondiente.”
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Igualmente en el fallo T-992 de 2005 la Corte revisó el caso de una mujer que
estuvo vinculada al Hospital Santa Clara E.S.E. durante siete meses, mediante
órdenes de prestación de servicios. En la ejecución del contrato, la accionante
quedó embarazada, y la parte accionada decidió dar por terminado el contrato
correspondiente. La Sala Octava de Revisión tuteló de manera transitoria el
derecho a la estabilidad laboral reforzada de la peticionaria. En el estudio del
asunto, consideró la Sala que, aunque el vínculo sostenido entre las partes era
de prestación de servicios, esa denominación encubría un contrato laboral. Por
ello, ordenó a la entidad reintegrar a sus labores a la accionante. Sin embargo,
advirtió a la peticionaria que debía acudir dentro de cuatro (4) meses
siguientes a la jurisdicción ordinaria para reclamar el pago de las prestaciones
sociales.
En la sentencia T-031 de 2011 a propósito del estudio de dos acciones de
tutela interpuestas por mujeres que habían suscrito contratos de prestación de
servicios con entidades públicas, sostuvo la Sala Novena que, en
consideración del principio según el cual la realidad prima sobre las
formalidades establecidas por los sujetos de las relaciones laborales, se
desvirtúa la existencia material del contrato de prestación de servicios si se
verifica que la relación entre el contratista y la entidad contratante está
mediada por la subordinación. Y, bajo esa consideración no sólo concedió el
amparo a la estabilidad laboral reforzada, también declaró la existencia de un
contrato realidad en ambos casos y ordenó a las entidades accionadas a (i)
cancelar la indemnización de que trata el artículo 239 del Código Sustantivo
del Trabajo; (ii) reconocer la licencia de maternidad; y (iii) pagar los salarios y
21En esta oportunidad la Corte sostuvo que, cuando el juez de tutela advierta que una mujer es despedida de
su empleo a causa de su embarazo o por el hecho del parto, y que tal hecho ha puesto en peligro el mínimo
vital de ella y su hijo recién nacido, o que la desvinculación constituye una flagrante violación al derecho a la
igualdad de las mujeres, sea cual sea su vinculación, debe concederse la tutela como mecanismo transitorio
para evitar un perjuicio de sus derechos fundamentales y los del nasciturus.
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26 MP. Luis Ernesto Vargas Silva (SPV. Mauricio González Cuervo. AV. María Victoria Calle Correa).
28En dicha oportunidad esta Corporación señaló: “(…) la estabilidad laboral se predica de todos los
contratos, sin importar su clase y sin importar que el patrono sea público o privado, pues lo que la
Constitución busca es asegurarle a la trabajadora que su vínculo no se romperá de manera abrupta y por
tanto su sustento y el de su familia no se verá comprometido por una decisión arbitraria del empleador. Esta
estabilidad se predica también para los contratos de prestación de servicios, en los cuales a pesar de
conocerse que su naturaleza no genera una relación laboral de subordinación, se debe aplicar el criterio
establecido por la jurisprudencia, mediante el cual se ha dicho que para los contratos a término fijo el solo
vencimiento del plazo o del objeto pactado, no basta para no renovar el contrato de una mujer embarazada.
Lo anterior, teniendo en cuenta los principios de estabilidad laboral y primacía de la realidad sobre las
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formalidades establecidas por las partes del contrato laboral; tal figura se aplica siempre que (i) al momento
de la finalización del plazo inicialmente pactado subsistan la materia de trabajo y las causas que los
originaron (ii) y el trabajador haya cumplido efectivamente sus obligaciones, por lo que se le deberá
garantizar su renovación.”
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Así las cosas, esta Sala pasará a verificar si en los casos concretos se cumplen
los presupuestos establecidos por la jurisprudencia para proteger el derecho a
la estabilidad laboral reforzada de la mujer en estado de embarazo.
29 En los folios 34-38 reposan copias de la ecografía de la accionante, examen de embarazo donde se puede
constatar que la accionante en octubre de 2011 tenía 16 semanas de embarazo.
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actividades para las cuales fue contratada, hasta tanto la oficina de trabajo
verificara que, en efecto, se presentaba una casual objetiva para terminar el
vinculo y procediera a autorizar la no renovación del contrato. Sin el
cumplimiento de este requisito, el despido se torna ineficaz.
3. Que el despido amenace el mínimo vital de la actora o del niño que está
por nacer. Esta demostrado que, como consecuencia de la desvinculación de
la demandante se afectó su mínimo vital y el del menor por nacer, en tanto lo
devengado en la ejecución del contrato sostenido con Liceos del Ejército
constituía su único sustento.
5. Que el despido sea una consecuencia del embarazo y no de circunstancias
objetivas que lo justifiquen: como ya se mencionó, de conformidad con la
jurisprudencia de la Corte correspondía a la entidad contratante, en virtud del
fuero de maternidad, acudir ante el inspector de trabajo para obtener su
30 Inclusive la entidad acepta en la contestación de la acción de tutela que no solicitó permiso para terminar
el vínculo con la accionante expresa: “(…) la autorización del inspector de trabajo, lo cual para el caso de
los contratos de prestación de servicios no tiene aplicación”.
31 En los folios 34- 38 reposa prueba del examen de sangre que se realizó la accionante el 31 de octubre de
2011, así como de las ecografías y demás imágenes diagnosticas en donde consta que a esa fecha tenía 16
semanas de embarazo.
32 Así lo expresa la accionante en el escrito de tutela. Folios 1-3. Específicamente en el folio 1 afirma “en el
mes de octubre me entere de que estoy embarazada se lo hice saber a y el 01 de noviembre se lo hice saber a
la señora María del Carmen Rincón Mesa quien es mi jefe en mi lugar de trabajo”.
Sin embargo, la entidad no sólo no asumió dicha carga, sino que tampoco
logró en el trámite de la tutela sustentar que concurría un factor objetivo para
desvirtuar la presunción de terminación del contrato por razón del embarazo,
pues únicamente expuso que el plazo de ejecución del mismo había vencido
en diciembre de dos mil once (2011), sin probar que el objeto por el cual se
suscribió, había desaparecido. Además, la actora manifiesta que el contrato ya
había sido renovado en una oportunidad y que, incluso, antes de informar a la
rectora del colegio su estado, le habían solicitado los documentos pertinentes
para la renovación del contrato, afirmación frente a la cual la entidad guardó
silencio. El conjunto de indicios y elementos de prueba allegado al expediente
permiten a la Sala concluir que se vulneraron en este caso los derechos
fundamentales de la actora y de su hijo por nacer.
Ahora bien, comoquiera que en el expediente obra prueba que demuestra que
en estos momentos la peticionaria ya no está embarazada ni en periodo de
lactancia,34 la Sala ordenará a la demandada que dentro las cuarenta y ocho
(48) horas siguientes a la notificación de este fallo efectúe el pago de las
remuneraciones dejadas de percibir desde la fecha de su desvinculación y
hasta la terminación del período de lactancia. De igual manera se le ordenará a
la entidad accionada a reconocerle la licencia de maternidad a la señora Dalia
Viviana Olarte Brijaldo si la EPS no lo ha hecho.
34 En la ecografía que adjunto la peticionaria como prueba se puede constatar que el 31 de octubre de 2011
tenía dieciséis semanas de embarazo. Folios 34-37. De igual manera esta Sala de Revisión constató por medio
de una solicitud telefónica de información, que la actora dio a luz el 6 de abril del año en curso, lo que
significa que el menor tiene más de tres meses.
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3. Que el despido amenace el mínimo vital de la actora o del niño que está
por nacer. La actora es madre cabeza de familia, cuenta con escasos ingresos,
y está a cargo de dos menores de edad así que la no renovación de su contrato
la dejó en situación de debilidad económica, al no contar con una fuente de
ingresos para garantizar una vida en condiciones de dignidad a su núcleo
familiar.
35 Contrato de prestación de servicios No. SF-164 suscrito por el Hospital Eduardo Arredondo Daza ESE y
la señora Icela Yojana Osorio Luquez. Folio 16-20.
36 Ultrasonido aportado por la accionante al proceso. En este se puede constatar que para el 28 de marzo de
2011 tenía 27 semanas, de lo anterior se puede deducir que al 31 enero tenía aproximadamente 20 semanas.
Folios 80-83 del expediente
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Por lo expuesto, la Sala considera que en el caso bajo estudio, se dan los
elementos necesarios para conceder el amparo, razón por la cual revocará los
fallos de instancia y, en su lugar, concederá la protección de los derechos
fundamentales al mínimo vital y la estabilidad reforzada de la mujer gestante
en las diversas alternativas de desempeño profesional, así como los derechos
al mínimo vital y la especial protección de los menores de edad, de sus hijos.
Sin embargo, toda vez que del expediente se puede deducir que la accionante
dio a luz en el mes de julio del año dos mil once (2011) 39 y ya transcurrió su
periodo de lactancia, la Sala le ordenará a la entidad accionada que en el
término de cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la notificación de este fallo
efectúe el pago de las remuneraciones dejadas de percibir desde la fecha de su
desvinculación y hasta la terminación del período de lactancia. De igual
ordenará al Hospital demandado que, si la EPS no lo ha hecho, proceda a
cancelar la licencia de maternidad a que tiene derecho la señora Icela Yojana
Osorio Luquez.40
38 En efecto en los folios 32 y 33 del expediente reposa copia de certificados de cumplimiento de funciones
expedidos y entregados por la entidad los días 29 de octubre de 2010 y 28 de enero de 2010. Así como
también en el folio 22 se encuentra una copia de un certificado de disponibilidad presupuestal expedido por el
un profesional del Hospital el 13 de diciembre de 2010.
39 Ultrasonido con fecha de junio 17 aportado por la accionante junto con el escrito de impugnación. En este
se puede constatar que la actora tenia 39.3 semanas.
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III. DECISIÓN
RESUELVE:
Yojana Osorio Luquez, así como los derechos al mínimo vital y la especial
protección de los menores de edad, de sus hijos.
43 Sobre el particular, esta Corte en la sentencia T-637 de 2008, señaló que la subordinación se presume
por el cumplimiento de los siguientes requisitos: (i) el trabajador desempeña una actividad por sí mismo
(actividad personal), (ii) la cual realiza de manera subordinada o dependiente del empleador, lo que se
refleja en el cumplimiento de órdenes impartidas por éste, relativas al modo, tiempo o cantidad de trabajo y
(iii) recibe un salario como retribución del servicio prestado.
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Así las cosas, frente al presente caso no comparto la decisión tomada por la
Sala, frente a la tutela de los derechos a la estabilidad laboral reforzada de la
mujer embarazada cuando la vinculación se produce a través de contrato de
prestación de servicios, toda vez que en este caso se concedió el amparo de
forma directa, sin declarar antes la existencia de un verdadero contrato de
trabajo.