Textiles OBREGON
Textiles OBREGON
Textiles OBREGON
CENTRO DE ESTUDIOS ECONÓMICOS REGIONALES (CEER) CARTAGENA CENTRO DE ESTUDIOS ECONÓMICOS REGIONALES (CEER) CARTAGENA
ADOLFO MEISEL ROCA
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Meisel Roca, Adolfo, 1954-
¿Por qué perdió la costa Caribe el siglo XX? / Adolfo Meisel Roca. – Cartagena:
Banco de la República, 2009.
320 p.: il. mapas; 23 cm. – (Historia económica del siglo XX)
Incluye bibliografía.
Contenido: ¿Situado o contrabando? La base económica de Cartagena de In-
dias a fines del Siglo de las Luces; Entre Cádiz y Cartagena de Indias: la red familiar
de los Amador, del comercio a la lucha por la independencia americana; La crisis
fiscal de Cartagena en la era de la Independencia, 1808-1821; Puertos vibrantes y
sector rural vacío: el Caribe neogranadino a fines del período colonial; Cartagena
1900-1950: a remolque de la economía nacional; ¿Por qué perdió la costa Caribe el
siglo XX?; La Fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1957; Enfermedad
holandesa y exportaciones de banano en el Caribe colombiano, 1910-1950; Bajo el
signo del cóndor: empresas y empresarios en el Caribe colombiano, 1982-2009; La
estructura económica de San Andrés y Providencia en 1846.
ISBN 978-958-664-236-1
1. Economía – Historia – Caribe (Región, Colombia) 2. Estudios económicos –
Historia – Caribe (Región, Colombia) 3. Caribe (Región, Colombia) – Historia I. Tít.
II. Serie.
330.918611 cd 21 ed.
A1277016
Primera edición
Banco de la República
Marzo de 2011
ISBN: 978-958-664-236-1
Diseño de portada
Fredy Chaparro
Corrección de estilo
Luis Fernando García Núñez
Diagramación
G. Dimitrov
Derechos reservados
Banco de la República
Impresión
Litocamargo S. A. S.
CONTENIDO
EN 1964, O TAL VEZ 1965, leí con gran alegría y deleite el libro Una historia
con alas, del coronel Herbert Boy, quien fue uno de los jóvenes aviadores
alemanes que, concluida la I Guerra Mundial, atravesaron el Atlántico para
trabajar en la recién fundada empresa, Sociedad Colombo Alemana de Trans-
porte Aéreo, Scadta. Nacido en 1897, durante sus actuaciones como piloto
en la aviación alemana se apuntó cinco victorias. El 7 de octubre de 1918
fue derribado y capturado por los franceses. En 1924 uno de sus antiguos
compañeros de la aviación militar, Hellmut von Krohn, lo invitó a Colombia
para trabajar con la Scadta.
Sin lugar a dudas, la ágil prosa que se enriqueció con la colaboración del
escritor Eduardo Caballero Calderón ayudó para engancharme con el libro.
Lo que me cautivó desde un principio fue la presencia de muchos lugares
del Caribe colombiano, que durante mi infancia se fijaron en mi mente para
siempre, bien sea porque muchas veces escuché hablar de ellos a mis mayores,
o porque eran parte de mi entorno. En estas páginas leí por primera vez acerca
del hidropuerto de Veranillo, Bocas de Ceniza, los caimanes del río Magdalena,
los primeros viajes aéreos entre Cartagena y Barranquilla. Así mismo, el autor
nos cuenta sobre el profesionalismo de los pilotos y mecánicos alemanes de la
Scadta, y cómo esta última se transformó en Avianca y el recorrido siguiendo
la orientación de “radio río”: El Banco, Mompox, Gamarra, Ocaña. Lugares y
temas sobre los que había oído hablar una y otra vez. Pero ahora, por primera
vez, los encontraba en un texto. Con el tiempo he constatado que Una historia
con alas resultó siendo un amor a primera lectura con la historia económica
del Caribe colombiano.
Tal vez por el entusiasmo que entre mis primeras lecturas despertó el re-
lato de Herbert Boy, el interés por la historia económica del Caribe nuestro
me ha acompañado durante toda mi vida profesional. En 1980 publiqué mi
primer artículo académico, “Esclavitud, mestizaje y haciendas en la Provin-
cia de Cartagena, 1533-1851”, la cual salió en la revista Desarrollo y Sociedad
del Cede. Ese ensayo fue producto de la búsqueda en fuentes primarias que
5
sobre las haciendas coloniales de la provincia de Cartagena realicé en 1976,
en el Archivo General de la Nación, para lo que iba a ser mi tesis de econo-
mía. Finalmente, esa tesis no se concretó, pues opté por otra modalidad de
grado, por lo que decidí usar el material recopilado para escribir un artículo.
Mi interés al acometer esa investigación era conocer mejor los obstáculos al
desarrollo económico de la costa Caribe, algo que se me hizo muy evidente
durante mis años de estudio en Bogotá, 1972-1977, cuando por primera vez
recorrí otras zonas del país. Por limitaciones de tiempo, tuve que limitarme,
casi que exclusivamente, al período colonial. Sin embargo, cuando terminé
mis estudios de maestría y doctorado en economía y sociología e ingresé
al Banco de la República, volví a retomar el interés inicial por el desarrollo
económico costeño en el largo plazo. Un primer ensayo en esa perspectiva
fue “¿Por qué se disipó el dinamismo industrial de Barranquilla?”, publicado
en 1987 en Lecturas de Economía, de la Universidad de Antioquia. En los diez
años siguientes, 1988-1997, publiqué artículos sobre la historia de los bancos
y los banqueros de la costa Caribe, la industria manufacturera de Barranquilla
y el creciente rezago de la región, con respecto a la zona andina, en la segunda
mitad del siglo XX.
Los ensayos que se incluyen en este volumen fueron desarrollados en el
período 1998-2009 y en casi todos ellos se profundizan y amplían temas que
ya había tratado en artículos anteriores. La excepción es el que trata sobre la
estructura económica de San Andrés y Providencia, tema relativamente nuevo
para mí, y que surgió del hallazgo afortunado de una valiosa información sobre
la estructura de la producción de las islas en 1847.
Hay dos grandes temáticas que están presentes en los ensayos incluidos
en este libro, excluido de este análisis San Andrés y Providencia. El primer
aspecto que hay que resaltar es el papel central de Cartagena en la economía
colonial costeña y durante las primeras décadas del siglo XIX. Los primeros
cinco artículos de esta compilación se refieren, principalmente, a la economía
cartagenera y a su relación con su entorno rural y con el interior andino en el
período colonial. Luego se discute la crisis de la ciudad después de la inde-
pendencia, cuando perdió importancia militar y portuaria, y su recuperación
a comienzos del siglo XX, hasta alcanzar una posición secundaria dentro de
la economía nacional.
El segundo tema que está presente en este libro, desarrollado en los ensayos
seis a nueve, es el creciente rezago de la economía de los departamentos del
Caribe con respecto a los del interior a medida que avanzó el siglo XX. Aquí se
6
sostiene que la causa principal para ese resultado se encuentra en los efectos
macroeconómicos de la expansión cafetera de la primera mitad del siglo XX,
que le quitó competitividad a las exportaciones diferentes a las del café. Para
caracterizar esa situación se discute la hipótesis de la enfermedad holandesa
y se ilustra, en forma detallada, en el caso del banano, que se producía en el
Departamento del Magdalena. Por supuesto, hubo otros factores y en uno
de los ensayos se argumenta que la recomposición del sistema nacional de
transporte influyó negativamente, cuando se generalizaron las carreteras y el
transporte automotriz, con el consecuente abandono del río Magdalena. Así
mismo, el centralismo y la alta tasa de crecimiento demográfico de la región
Caribe a lo largo del siglo XX, limitaron sus posibilidades de crecimiento
económico.
Así como se presentan varios factores que considero que influyeron en el
rezago económico de la costa Caribe, también descarto uno que se ha discutido
de manera marginal, o en torno a casos específicos como el de la Fábrica de
Tejidos Obregón, a la cual le dediqué uno de los ensayos. Me refiero a la su-
puesta falta de capacidad empresarial en la región debido a razones culturales.
También en el artículo “Bajo el signo del cóndor: empresas y empresarios del
Caribe colombiano, 1982-2009”, se documenta como esas razones culturales
no parecen haber sido un factor relevante para el rezago de la economía cos-
teña en el siglo XX.
Antes de finalizar este prólogo, quiero reconocer todo lo que ha signifi-
cado para mí la amistad y camaradería intelectual de Eduardo Posada Carbó
y Haroldo Calvo Stevenson, con quienes, de manera constante, he intercam-
biado ideas y opiniones que han hecho más placentera la tarea de avanzar
en la construcción de una nueva visión de la historia económica de la costa
Caribe. A lo largo de los años he encontrado en sus consejos, comentarios,
críticas y discusiones sobre mis trabajos, una ayuda invaluable para mejorarlos.
También los diálogos con muchos amigos han enriquecido mi conocimiento
sobre el Caribe nuestro. En particular estoy muy agradecido con Alberto
Abello Vives, Gustavo Bell, Humberto Mora, Fabio Sánchez, Roberto Steiner,
Adelaida Sourdís, Gerardo Ardila, Roberto Luis Jaramillo, Weildler Guerra,
Jaime Bonet, Carlos Dávila, Roberto Burgos Cantor, Salomón Kalmanovitz,
Miguel Urrutia y Jorge García García. No puedo terminar sin referirme a la
diaria interacción intelectual con mis compañeros del Centro de Estudios
Económicos Regionales, CEER, del Banco de la República en Cartagena. Las
diferencias y controversias que siempre hemos tenido al interior del grupo
7
tal vez no nos hayan llevado a cambiar nuestros puntos de vista, pero sí a
clarificarlos. A todos ellos les expreso mi enorme gratitud: María Aguilera,
Juan David Barón, Leonardo Bonilla, Laura Cepeda, Luis Armando Galvis,
Javier Pérez, Julio Romero, Irene Salazar y Joaquín Viloria.
8
Mapa 1. Provincias de la Nueva Granada (siglo XVIII)
lán no
At céa
o
tic
O
Santa
Marta
Panamá
Cartagena Venezuela
Antioquia
Tunja
Océano Pacífico
Santafé
Los Llanos
Neiva
Popayán
Límite de la Audiencia
de Santafé
Límite provincial
Durante parte del siglo XVIII
Popayán y Quito formaron parte
Quito de la Audiencia de Quito
300 km
Fuente: Marta Herrera. “Las divisiones político-administrativas del Virreinato de la Nueva Granada a finales del período colonial”,
Historia Crítica, núm. 22, julio-diciembre, 2001, p. 89.
Cartagena era el epicentro del comercio exterior legal, y buena parte del
ilegal, en el norte de Sudamérica, y a través de su puerto se embarcaba hacia
España la plata del Perú y Bolivia y el oro de la Nueva Granada. Por ello, la
12
flanco oriental por el imponente Castillo de San Felipe, ubicado cerca de la
puerta de entrada al casco urbano desde la tierra firme.
lán no
At céa
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Marta
Panamá
Cartagena Venezuela
Antioquia
Tunja
Océano Pacífico
Santafé
Los Llanos
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Popayán
Límite de la Audiencia
de Santafé
Límite provincial
Durante parte del siglo XVIII
Popayán y Quito formaron parte
Quito de la Audiencia de Quito
300 km
Fuente: Juan Manuel Zapatero. Historia de las fortificaciones de Cartagena de Indias, 1979.
14
La Fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla,
1910-1957
I. Introducción
1 Al respecto véase Adolfo Meisel Roca. “¿Por qué se disipó el dinamismo industrial de Ba-
rranquilla”, en Adolfo Meisel Roca y Eduardo Posada Carbó. ¿Por qué se disipó el dinamismo industrial
de Barranquilla? Y otros ensayos sobre historia económica de la costa Caribe, Barranquilla, Ediciones Gober-
nación del Atlántico, 1993.
203
en el análisis agregado e hizo una incursión en la sociología empresarial con muy
pocas observaciones y con los testimonios de solo unos cuantos informantes. En
el caso de la Fábrica de Tejidos Obregón, FTO, Chu se limitó a entrevistar a una
sola persona, y sobre esa base construyó una explicación ad hoc, que entra en
contradicción con los hechos que aquí narramos. Simplificando mucho, se puede
decir que de acuerdo con Chu la razón por la cual la FTO dejó de ser rentable
fue que las nuevas generaciones de la familia propietaria no tenían interés en el
negocio y se fueron a vivir cómodamente en Europa, dejando toda la responsa-
bilidad en las manos de sus empleados. En la mayoría de los trabajos posteriores
se aceptaron los argumentos de Chu. Por ejemplo, eso fue lo que hizo Santiago
Montenegro en su libro El arduo tránsito a la modernidad: historia de la industria textil
colombiana en la primera mitad del siglo XX, al igual que Sergio Paolo Solano y Jorge
Conde Calderón, en su trabajo sobre la elite empresarial e industrial barranquillera.
Una excepción a la tendencia anterior fue Eduardo Posada Carbó, quien en su
libro de 1998, El Caribe colombiano, una historia regional, 1870-1950, se apartó de la
tesis de Chu. En su opinión tres factores le fueron restando competitividad a la
industria barranquillera en relación con la del interior, en las décadas de 1930 y
1940: mayores costos de producción debido a problemas laborales, el limitado
mercado regional y las dificultades de transporte. Sobre el primer argumento
señalaremos que la evidencia empírica no revela que en Barranquilla los costos
de la mano de obra fueran mucho mayores a los de las ciudades del interior. En
relación con la estrechez de los mercados, habría que explicar por qué razón ésta
no fue un obstáculo para el éxito de la FTO en las décadas de 1910 y 1920 y si lo
fue después. Por último, con respecto a los costos de transporte, coincidimos con
Posada en que estos adquirieron una creciente importancia a partir de la década
de 1930 y fueron uno de los componentes, pero no el principal en la decadencia
de la FTO. Por último, es bueno resaltar que en lo que estamos completamente de
acuerdo con Posada Carbó es en que las causas para la pérdida de competitividad
de la FTO hay que buscarlas en factores objetivos y no en explicaciones ad hoc
sobre la supuesta superioridad de la mentalidad del empresariado antioqueño.
Aunque al repasar los argumentos de Chu uno podía intuir que éstos eran
empíricamente muy frágiles, la inexistencia de los archivos de la FTO hacía que
fuera difícil refutarlos de manera contundente. Por esa razón, consideramos de
la mayor importancia el reciente hallazgo de los diarios del ingeniero catalán
Ramón Carreras Arimany, quien trabajo en la FTO entre 1932 y 1934. Ese
documento, que hasta ahora era desconocido por los historiadores económi-
cos, pues estaba en manos de los descendientes, nos ha servido para conocer
204
detalles del funcionamiento técnico de la planta en su día tras día, los cuales han
servido para rebatir las ideas simplistas de Chu sobre cómo fue la dirección de
la fábrica y el papel de los hijos de Evaristo Obregón Díaz Granados.
En la siguiente sección, se hace un breve repaso de la actividad económica de
la familia Obregón antes de radicarse en Barranquilla. Luego se estudia la evolu-
ción de la fábrica en sus primeros años, cuando aún era exitosa. A continuación
se discuten los años 1932-1934, haciendo uso de los diarios de Ramón Carreras
Arimany. Ellos nos brindan una radiografía incomparable de lo que sucedía en la
textilera por esa época. Le sigue el análisis de los años 1935-1957, período en que ya
la empresa había perdido su empuje inicial. La sección siguiente utiliza la evidencia
presentada para discutir las diferentes tesis que se han presentado sobre las causas
del “fracaso” de la Fábrica de Tejidos Obregón. En la sección final, se concluye.
posible que en 1872, hubieran llegado a Barranquilla tanto Evaristo Obregón Díaz Granados, lo cual
está documentado, como Andrés Obregón Ujueta, padre del anterior, lo cual no está registrado.
3 Banco de Barranquilla. Informes y balance general, Barranquilla, Imprenta Americana, 1889 y 1899.
205
De acuerdo con el registro de los pagos de impuesto a la renta que hicieron
los principales empresarios de Barranquilla en 1877, el negocio de Evaristo
Obregón D. era apenas de mediano tamaño4. En efecto canceló 100 pesos,
mientras que 19 comerciantes pagaron más de esa suma. El que más pagó fue
Esteban Márquez, quien entregó 600 pesos.
Aunque la actividad económica principal de Evaristo Obregón Díaz Gra-
nados, EOD, era el comercio exterior, se involucró también en otras activi-
dades. De acuerdo con el historiador Sergio Paolo Solano, cuando se creó la
Compañía Colombiana de Transportes, EOD se hizo socio y fue su director
durante algún tiempo5.
Evaristo Obregón Díaz Granados hizo una primera incursión en la industria
cuando en 1901 estableció la fábrica de jabones “La Costeña”6. Inicialmente
estaba en un pequeño local y luego, en 1903, se mudó para unas instalaciones
más adecuadas.
En 1905 se fundó el Banco Comercial de Barranquilla, en el cual partici-
paron los principales comerciantes y empresarios de la ciudad en la época.
EOD fue una de las personas que compró más acciones, un total de 20, y sólo
la Compañía de Transporte, que adquirió 500, de la cual EOD también era
accionista, lo superó7.
Evaristo tuvo negocios en el sector ganadero y agrícola. En 1908, por ejemplo,
tenía sembradas 100 hectáreas de banano en el Departamento del Magdalena8.
Hacia 1909, Evaristo Obregón Díaz Granados tenía ya un buen capital,
y unos hijos mayores que habían estudiado ingeniería en Inglaterra. Eso lo
impulsó para promover la instalación de una fábrica de tejidos de algodón
en Barranquilla. Evaristo alcanzó a participar en el proceso de escogencia y
compra de los telares ingleses que se importaron para ese efecto, pero nunca
los vio en funcionamiento, pues murió el 9 de octubre de 1909 en París. En
su partida de defunción se informa que su ocupación era la de rentista, lo
cual indica que ya sus hijos mayores habían tomado las riendas de los nego-
cios familiares9.
206
Ilustración 1. Genealogía de los Obregón Arjona
Dolores
Andrés Ángel María
Díaz Granados Isabel
Obregón Arjona
Munive Sardá Munive
Ujueta Lizarralde
(1825-1849)
Evaristo Isabel
Obregón Arjona Sardá
Díaz Granados (1852-1938)
(1848-1909)
Fuente: Genealogías de Santa Fe de Bogotá, tomo VI, Gente Nueva Editorial, 1998 y Mausoleo de la familia Obregón en el Cementerio Universal, Barranquilla.
207
III. La Fábrica de Tejidos Obregón en su primera etapa, 1910-1932
10 “La importante Fábrica de Hilados y Tejidos Obregón”, Mundo al Día, s. f., pp. 30-31.
11 Isabel Arjona de Obregón tuvo doce hijos, de los cuales nueve alcanzaron la mayoría de edad,
Pedro Obregón. Obregón ¿Siempre fue un genio?, Bogotá, Grijalbo, 1995, p. 29.
12 Ibíd., p. 36.
13 League of Nations, Treaty Series, No. 4694, “International Act Concerning Intellectual Co-
208
Carlos se radicó en Bogotá donde tenía una importante casa de comercio,
Carlos Obregón y Compañía. Era considerado uno de los empresarios más impor-
tantes de la capital. Por esa razón, Edwin W. Kemmerer se reunió con Obregón el
26 de marzo de 1923, cuando le dio a conocer al asesor financiero norteamericano
algunos aspectos de la actividad mercantil local14. Carlos Obregón & Cía. actuaba
de agente comercial de la Fábrica de Tejidos Obregón en Bogotá y Cali. Carlos
murió el 7 de enero de 1936 en Bogotá15. Tres hermanos Obregón Arjona nunca
se involucraron en la marcha de la fábrica: Andrés, Dolores y José María.
Andrés Obregón Arjona nunca estuvo directamente vinculado con el ma-
nejo de la Fábrica de Tejidos Obregón, FTO. Sin embargo, fue socio de ésta
hasta su muerte. En 1935, era propietario de 732 acciones de un total emitido
de 10.00016. La razón para mantenerse alejado de la fábrica de tejidos era que
hasta 1915 su actividad principal fue la administración de la Fábrica de Jabones
La Costeña, de la cual era propietario17. La Costeña había sido fundada en 1901
por Evaristo Obregón Díaz Granados. En 1915, Andrés se radicó en Barce-
lona, España, donde se casó con María Roses Ibotson, hermana de la esposa
de Pedro Obregón A. En 1917, La Costeña producía 100 toneladas mensuales
de jabón18. Todavía en 1928 la fábrica de jabones era de su propiedad19. Murió
en París, en 1938, sin descendencia.
Al igual que Andrés, los hermanos Dolores y José María tuvieron poco que
ver con la FTO. No hay evidencia que José María hubiera trabajado alguna
vez en ella, pues se había radicado desde muy joven en Bogotá. Ni en 1918 ni
en 1935 apareció en la lista de accionistas de la FTO20. En cuanto a Dolores
Obregón Arjona, murió joven y en 1935 sus tres hijos, Dolores, Isabel y Andrés,
sólo tenían el 2,78% de las acciones de la fábrica21.
14 Adolfo Meisel Roca et ál. (comps.). Kemmerer y el Banco de la República, Bogotá, Banco de la
209
Nos hemos detenido en detalle en el análisis de la relación de los hermanos
Obregón Arjona con la FTO, pues en una familia tan grande es claro que no
todos podían, o querían estar, en el negocio. Además, debido a las grandes
diferencias de edades entre ellos, esa vinculación cambió a través del tiempo.
Terminal
Río Magdalena
Acueducto Tropical
Escolar
Papelería
Pompeya Textiles
Obregón
Loma del cuartel
La Popa
Cervecería
Barranquillita
La María
Mercado
de granos
Intendencia
Plaza Ujueta Ujuetas
Arjona
carnes
Los Juliao
Paseo Bastidas españoles
Las vacas
Progreso K. 41
S. Roque
Gaitán EEPPM Muvdi
Correo nacional
Montes
K. 44 Cuartel
Comercio
Molinos Carbonell
Teatro Emiliani
K. 46 Olaya Herrera
Roncallo Alzamora
20 de Julio
K. 45
Sarasua Volpe
Parque Heraldo
Carbón C. 33 Real
Toledo La coraza Alambre de oro
C. 35
Notarías Urueta Salazar
Club Banco Comercial de Barranquilla
Alemán Pellet Buitrago
Cañon verde
Obregón Café Roma
Cuartel Nariño
Camellón Abello C. España - 34
Paseo Colón
Paseo Bolívar
La Estrella Alzamora
Fuente: Jacinto Sarasua, Recuerdos de Barranquilla, Barranquilla, Editorial El Cid, 1998, p. 12.
1910 72
1913 200 400-500
1916 300 450
1917 312 600
1924 400 600
1933 400 600
1935 400 600
1941 550 600
1943 580 916
Nota: el dato de obreros de 1943 incluye también a los empleados.
Fuentes:
(1) 1910, Eduardo Posada Carbó. El Caribe colombiano, una historia regional, 1870-1950,
Bogotá, Banco de la República, 1988, p. 235.
(2) 1913, G.T. Milne. Report to the Board of Travel on the Conditions and Prospects of British
Trade in Central America, Colombia and Venezuela, London, T. Fisher and Unwin, 1913, p.
132.
(3) 1916, Informe del ministro de hacienda al Congreso, 1916, Bogotá, p. XCXI, República de
Colombia.
(4) 1917, Libro azul de Colombia, Bogotá, 1918.
(5) 1924, Luis Ospina Vásquez. Industria y protección en Colombia, 1810-1930, Medellín,
Editorial Oveja Negra, 1974, p. 475.
(6) 1933, Santiago Montenegro. El arduo tránsito hacia la modernidad: historia de la indus-
tria textil colombiana durante la primera mitad del siglo XX, Bogotá, Norma, Universidad de
Antioquia, 202, p. 75.
(7) 1941, Alirio Bernal. Barranquilla industrial, Barranquilla, 1942, p. 44.
(8) 1943, Eduardo Posada Carbó. Una invitación a la historia de Barranquilla, Barranquilla,
Cede, Bogotá, 1987, p. 97.
(9) 1935, Contraloría General de la República. Geografía Económica de Colombia, Atlántico,
tomo II, Bogotá, 1936, p. 158.
211
Desde su inicio en 1910, con sólo 72 telares, la Fábrica de Tejidos Obregón
se expandió muy rápidamente hasta alcanzar a tener 400 telares y 600 obreros
(véase Cuadro 1). A mediados de la década de 1913 era la principal textilera
del país24 y conservó esa posición hasta aproximadamente 1932.
Inicialmente la Fábrica de Tejidos Obregón no tenía personería jurídica
propia sino que era propiedad de la empresa Evaristo Obregón y Compañía.
Una escritura pública de 1910, muestra que sólo tres de los hermanos mayores
estaban involucrados individualmente como socios de la firma. En efecto, en
ese año se acordó que las utilidades de la empresa familiar se repartirían así:
40% Isabel Arjona de Obregón, 25% Evaristo Obregón Arjona, 25% Gregorio
Obregón Arjona y 10% Andrés Obregón Arjona25.
Los Obregón se involucraron en otros negocios como resultado de los
encadenamientos hacia atrás de su empresa textilera. Uno de ellos fue la
venta de energía eléctrica que producían con la planta que habían instalado
para suministrarle este fluido a la fábrica. Esa planta eléctrica quedaba al lado
de la fábrica, sobre el Caño Arriba. En 1909, Evaristo Obregón y Compañía
firmó un contrato para “dar en venta a la Compañía de Energía Eléctrica de
Barranquilla, el alumbrado eléctrico público y privado y la fuerza eléctrica que
esta Compañía necesita en todo el radio del municipio…”26. La Compañía
de Energía Eléctrica también era de propiedad de los Obregón. Ese negocio
eléctrico lo conservaron hasta 1928, cuando lo vendieron a la Electric Bond
& Sherer Company27.
Otro negocio que surgió a raíz de los encadenamientos hacia atrás de la
FTO fue la siembra de algodón. Los Obregón se involucraron directamente
en el cultivo y en la promoción, por medio de la entrega gratuita de semilla a
los campesinos y dándoles asistencia técnica.
El 17 de diciembre de 1914 varios de los socios de la FTO constituyeron
en Barranquilla la Compañía Agrícola y Comercial. Éstos fueron Evaristo,
Gregorio y Andrés Obregón Arjona. Dos colaboradores suyos también par-
ticiparon con una acción cada uno (véase Cuadro 2).
24 G. T. Milne. Reports to the Board of Trade on the Conditions and Prospects of British Trade in Central
America, Colombia, and Venezuela, London, T. Fisher and Unwin, 1913, p. 132.
25 Escritura pública núm 26, 11 de enero de 1910, Barranquilla, Notarias, Archivo Histórico
Departamental.
26 Escritura pública núm. 862, 23 de diciembre de 1909, Barranquilla, Notarias, Archivo His-
tórico Departamental.
27 Alirio Bernal. Barranquilla, Barranquilla industrial, s. e., 1942, p. 15.
212
Cuadro 2. Socios de la Compañía Agrícola y Comercial (1914)
Nombres Número de acciones
Evaristo Obregón A. 15
Gregorio Obregón A. 14
Andrés Obregón A. 14
José M. Goenaga 1
Fernando Pérez 1
Total 45
Fuente: Escritura pública núm. 1584. “Constitución de la Compañía Agrícola y Comercial”,
17 de diciembre de 1914, Barranquilla, Notarías, Archivo Histórico Departamental.
República, p. 129.
31 Contraloría General de la República. Geografía económica de Colombia, Atlántico, tomo II, Con-
213
puerta de la fábrica. La viajera norteamericana Kathleen Romoli, quien estuvo
en Barranquilla hacia 1939, comentó luego32:
32 Kathleen Romoli. Panorama de una gran democracia, Buenos Aires, Editorial Claridad, 1944, p. 221.
33 G. T. Milne. Report to the Board of Trade on the Conditions and Prospects of British Trade in Central
America, Colombia, and Venezuela, London, T. Fisher Unwin,1913, p. 132.
34 Escritura pública núm. 658, 1 de junio de 1914. “Constitución de la Fábrica de Tejidos
214
La composición accionaria muestra que casi desde un principio sólo una parte
de los Obregón Arjona estuvieron vinculados a la fábrica como propietarios.
Ese mismo año, un funcionario del Departamento de Comercio de Estados
Unidos hizo un recorrido por Colombia para evaluar el tamaño de sus mercados
y presentó un informe en el cual se refirió a la FTO35:
35 Department of Commerce. South America as an Export Field, Special Agents Series, No. 81,
215
Es decir, desde 1914 habían ingresado como accionistas tanto la madre como
Rafael y Pedro, dos de los hermanos menores (véase Cuadro 4).
En 1919 empezó a funcionar la sección de hilandería de la FTO y dejaron,
por lo tanto, de importar la hilaza. Un informe británico de 1922 describió a la
FTO como: “… una empresa moderna y bien administrada, propiedad de una
familia de colombianos quienes han tenido mucha experiencia en el comercio
con Lancashire”39.
Total 3.879
Nota: estas acciones representaban más de las 2/3 partes de las emitidas.
Fuente: Escritura pública núm. 640, 10 de mayo de 1918. “Protocolización del Acta de la
Junta General de Accionistas de la Fábrica de Tejidos Obregón”, Barranquilla, Notarias,
Archivo Histórico Departamental.
216
una tasa anual promedio de sólo 4,05% entre 1925 y 193040. En el caso de la
producción textil la situación fue peor, pues entre 1925 y 1929 su producción
cayó a una tasa anual de -10,3%41.
eth Century”, en Albert Berry (ed.). Essays on Industrialization in Colombia, Tempe, Center for Latin
American Studies, University of Arizona, 1983, p. 31.
41 Berry, óp. cit., p. 31.
42 David Chu. “The Great Depression and Industrialization in Latin America: Response to
Relative Price Change in Argentina and Colombia, 1930-1945”, Ph.D. Dissertation, Yale University,
1972, p. 8.
217
que se dieron entre 1925 y 192943. Toda esta abundancia de dólares llevó a la
revaluación del peso colombiano. En efecto, la tasa de cambio real cayó de
un índice de 100 a 53 en 192944. Como resultado se abarataron los textiles
extranjeros y se estancó la industria nacional.
La situación se agravó a finales de 1929 con el comienzo, a nivel inter-
nacional, de la Gran Depresión, lo cual ocasionó una contracción del PIB y
del comercio exterior mundial. Uno de los resultados de todo esto fue que la
capacidad instalada de las principales firmas textileras colombianas, incluida
la de los Obregón, no creciera en el período 1925-1932. De acuerdo con San-
tiago Montenegro de 1926/7 a 1932/3, la capacidad instalada de telares de la
fábrica de Bello no cambió nada, como tampoco lo hizo en Rosellón, Samacá
y Obregón45. Estas cuatro firmas tenían en 1932/3 el 64,3% de los telares de
la industria textil colombiana46.
Un informe de la sucursal de Barranquilla del Banco de la República co-
rrespondiente al tercer trimestre de 1929 señaló que47:
venson y Adolfo Meisel Roca (eds.). El rezago de la costa Caribe colombiana, Cartagena, Banco de la Re-
pública-Fundesarrollo-Uninorte-Universidad Jorge Tadeo Lozano, Seccional del Caribe, 1999, p. 77.
45 Santiago Montenegro. El arduo tránsito a la modernidad: historia de la industria textil colombiana duran-
te la primera mitad del siglo XX, Medellín, Cede-Uniandes-Norma-Universidad de Antioquia, 2002, p. 75.
46 Ibíd.
47 Banco de la República, Sucursal Barranquilla. Información adicional de estadística, Tercer tri-
mestre, 1929.
218
total de seis empresas del sector textil con una capacidad instalada de 15.508
husos (véase Cuadro 6). Sólo Medellín, con 20.730, superaba en ese sentido
a Barranquilla48.
De las seis firmas mencionadas, a comienzos de la década de 1940 sólo sub-
sistía la FTO. La Empresa de Tejidos La Nacional, cuyos propietarios eran los
inmigrantes sefardíes Gabriel Pinedo y Juan Weeber, desapareció hacia 192749.
Así mismo, la Manufacturera de Barranquilla se disolvió en 1927. Los socios
de esta última eran Alejandro Echavarría e Hijos (39%), Ricardo Echavarría
y Cía. (39%), De La Espriella Hermanos (10%), Vicente Villa (5,5%), Pedro
Olarte (3%), Gustavo Uribe (3%) y Víctor Álvarez (2%)50. Los Echavarría
estaban vinculados a la industria textil desde 1907, pues fueron los fundado-
res, en ese año, de Coltejer, la empresa textil más exitosa después de la Gran
Depresión51. Llama la atención que en Barranquilla no hubieran tenido éxito
en este negocio.
5. Genaro Salazar ND
Total 15.508
Fuente: Arno S. Pearce. Colombia with Special Reference to Cotton, London, 1926, p. 100.
48 Arno S. Pearse. Colombia With Special Reference to Cotton, London, 1926, p. 100.
49 Sergio Paolo Solano. “Acumulación de capital e industrias. Limitaciones en el desarrollo
fabril de Barranquilla, 1900-1934”, Historia y Cultura, Universidad de Cartagena, año II, núm. 2,
1994, p. 223.
50 Ibíd., p. 224.
51 Enrique Echavarría. Historia de la industria textil en Antioquia, Medellín, s. e., 1943.
52 Banco de la República, Sucursal Barranquilla, Informe trimestral, Segundo trimestre, 1930.
219
… han continuado paralizadas en los almacenes y en la mayor parte de las
fábricas. Solamente la Fábrica de Tejidos Obregón informa haberse mejo-
rado bastante sus ventas, especialmente para el interior.
Comprada cerca de las dos terceras partes de la cosecha de algodón por los
señores Obregón, fueron compradas alrededor de 200.000 arrobas por los
agentes de las fábricas de Antioquia, con destino a ese departamento.
53 Para esta época la Fábrica de Tejidos Obregón se abastecía casi completamente con algodón
costeño que producía en la finca de Remolino, Magdalena, o que compraba a los agricultores. Entre
1921 y 1924, sólo importó algodón en 1931 y 1934, pero en pequeñas cantidades, Contraloría General
de la República. Geografía Económica de Colombia, Atlántico, tomo II, Bogotá, Contraloría General de
la República, 1936, p. 103.
54 Banco de la República, Sucursal Barranquilla. Informe trimestral, primer trimestre, 1930.
55 Banco Comercial de Barranquilla. Banco Comercial de Barranquilla, decano de los bancos de la ciudad,
220
samarios llegaron a Barranquilla en la década de 187057. Allí se producían maderas
para construcción, puertas y ventanas. Es probable que los Parrish y los Obregón
hubieran decidido comprar este negocio para esta época, pues estaban conside-
rando la construcción del más moderno e importante hotel del país, El Prado.
El 8 de julio de 1927, mediante Escritura Pública N.º 1271, se constituyó en
Barranquilla la Compañía Hotel El Prado. El objetivo era la construcción de un
moderno hotel que estaría ubicado en el recién urbanizado barrio El Prado. Ba-
rranquilla era un lugar indicado para establecer un hotel de este tipo, pues era el
principal puerto marítimo y fluvial del país, razón por la cual era la ciudad por donde
se salía y se llegaba en los viajes hacia Europa y el este de los Estados Unidos.
De la Compañía del Hotel El Prado se expidieron un total de 3.000 acciones
de 100 pesos oro. La familia Obregón Arjona suscribió dos terceras partes del
total de las acciones, Atilio Correa 250 acciones y la Compañía Urbanizadora
de El Prado, de la cual eran socios los Parrish y los de la Rosa, 750 acciones
(véase Cuadro 7)58.
57 Sergio Paolo Solano y Jorge Conde Calderón. Elite empresarial y desarrollo industrial en Barran-
quilla, 1875-1930, Ediciones UniAtlántico, 1993, p. 52.
58 Escritura pública núm. 1271. “Constitución de la Sociedad Anónima Compañía de El Prado”,
221
Prado a $ 500.000. La razón fue que se necesitaban recursos para la compra
de los muebles y equipos61.
En 1930 se inauguró el Hotel El Prado. Éste se enorgullecía de que todas sus
habitaciones contaban “con baño privado y teléfono”. Rápidamente se convirtió
en un ícono de la nueva Barranquilla. Ernest Young, un viajero norteamericano
que se alojó allí en 1936, comentó sobre su grata estadía en Barranquilla62:
El Hotel El Prado fue un negocio muy rentable para sus socios63 y du-
rante las décadas de 1930 y 1940 fue considerado el mejor hotel del país. Los
Obregón mantuvieron el control del Hotel hasta 1950. En ese año la cadena
Intercontinental Hoteles y varios inversionistas norteamericanos compraron
la mayoría de las acciones64.
61 Escritura pública núm. 513. “Aumento del capital social de la Compañía Hotel El Prado”,
conversaciones sobre el Hotel El Prado y rara vez sobre la Fábrica de Tejidos Obregón. Conversación
con Pablo Gabriel Obregón Santodomingo, 21 de septiembre de 2007, Bogotá.
64 Hotel El Prado, óp. cit., p. 90. Sin embargo, todavía en 1957 los Obregón y sus descendientes
tenían el 37,5% de las acciones del hotel. Estas acciones las fueron vendiendo en los años subsiguientes
y ya para 1977 quedaron sin participación accionaria, pues Salomón Kassim y Boris Spivak compraron
cada uno el 50% del Hotel. Estos últimos se lo vendieron a Sheila Nasser en 1986. A esta última el
Gobierno colombiano le expropió el Hotel en 1997, en razón de sus vínculos con el narcotráfico.
El Gobierno se lo adjudicó a la Fundación Gustavo Matamoros, su actual propietaria.
222
ha dificultado el estudio de su evolución. Esa situación sirvió para que las ase-
veraciones de un único informante que entrevistó el investigador David Chu en
1967, sirvieran de base para una serie de apreciaciones erróneas que ese autor
hizo sobre la marcha de esta empresa, el estilo gerencial de sus propietarios y
la causa de su decadencia65. Infortunadamente, esas opiniones de Chu fueron
aceptadas posteriormente por investigadores de la historia industrial como
Santiago Montenegro, Sergio Paolo Solano y Jorge Conde Calderón, razón
por la cual han tenido amplia difusión66.
A pesar de la desaparición de los archivos de la FTO, hemos logrado ubicar en
España los diarios de un ingeniero químico catalán que trabajó como director de
la tintorería de esa empresa entre 1932 y 1934. Al leerlo casi podemos recorrer los
galpones de la fábrica y sentir sus ruidos, olores, la conversación de sus obreros,
técnicos y administradores. También nos permiten acercarnos a los problemas
técnicos, laborales y personales, que día tras día vivió en la FTO ese ingeniero.
Ramón Carreras Arimany, RCA, nació en la población catalana de L’Espluga
de Francoli, el 18 de abril de 187967. Estudió en la Escuela Especial de Inge-
nieros Industriales en Barcelona. Se graduó con especialidad en química en
1902 y con especialidad en mecánica en 1904. En 1905 trabajó con la firma
francesa Gas Lebon en Barcelona y luego, hasta 1908, en la empresa textilera
Casa Ricart, en la sección de tintorería. Luego pasó a la Casa Riba. A partir de
1910 entró como director de la Colonia Güell, una de las empresas textileras
más importantes de Barcelona. En 1924 dejó de trabajar allí debido a que
cambiaron los principales accionistas68.
Después de la Colonia Güell, Carreras probó suerte en varios negocios,
como el montaje de una planta de aceite en su población natal, pero ninguno
de ellos resultó exitoso. En 1931 lo contrató el gobierno del dictador Juan
65 David S. Chu. “The Great Depression and Industrialization in Latin America: Response to
Relative Price Incentives in Argentina and Colombia, 1930-1945”, Ph.D. Dissertation, Yale University,
1972, p. 213. Cabe señalar que el trabajo estadístico y analítico de Chu es muy sólido, pero cuando
trata de hacer reflexiones sobre las capacidades de las elites regionales colombianas incurre en juicios
muy ligeros, que reflejan la poca documentación, e incluso información incorrecta, a la cual tuvo
acceso y el limitado conocimiento que en este aspecto tenía sobre la realidad colombiana.
66 Santiago Montenegro. El arduo tránsito a la modernidad: historia de la industria textil colombiana
durante la primera mitad del siglo XX, Medellín, Norma/Uniandes/Universidad de Antioquia, 2002 y
Sergio Paolo Solano y Jorge Conde Calderón. Elite empresarial y desarrollo industrial en Barranquilla,
1875-1930, Barranquilla, Ediciones Uniatlantico, 1993.
67 http://usuaris.tinet.org/aarimany/ARIMANY_archivos/BIOGRAFIES.htm
68 “Memóries professionals de l’enginyer industrial Ramon Carreras i Arimany” (traducción
223
Vicente Gómez para que fuera a Venezuela a montar una empresa textilera
estatal. Allí estuvo casi un año69.
En 1932 se encontraba en serias dificultades económicas y con una familia
de nueve hijos por sostener. Los efectos de la Gran Depresión sobre la industria
catalana no auguraban buenas posibilidades para establecer otros negocios. Por
eso diría uno años después70:
A los pocos días un amigo suyo lo puso en contacto con Rafael Obregón,
quien estaba buscando un jefe para la tintorería de la FTO. Obregón le ofreció
un sueldo mensual de 200 dólares. Carreras aceptó el cargo y como una de
las necesidades de la FTO era el uso de tinturas de indantrenos, se aplicó en
los días siguientes a conocer sobre el tema en algunas empresas textileras de
Barcelona. Se embarcó para Barranquilla, con su hija Montserrat quien fue el
único miembro de la familia que lo acompañó en Colombia, el 20 de agosto
de 1932 y llegó el 12 de septiembre71. Después de tres días en un hotel, los
Carreras pasaron a vivir en un apartamento ubicado en el Edificio Roncallo.
Es bueno explicar que Ramón Carreras Arimany, RCA, no llevó su diario
de manera continua durante su estadía en la FTO. Durante largos períodos no
escribía y luego entraba en una etapa en que cada día hacía extensas anotaciones.
Otra cosa que se debe mencionar es que el diario es principalmente técnico y
laboral. Rara vez hace comentarios sobre cosas personales, tal vez la excepción
fue cuando Montserrat estuvo muy enferma con paludismo. Nunca hizo obser-
vaciones sobre Barranquilla, su gente, su desarrollo urbano, su clima. Tampoco
expresó cómo se sentía, excepto en relación con temas estrictamente laborales.
La personalidad que emerge de una lectura detallada de los diarios barran-
quilleros de RCA es la de una persona muy correcta, de buenos modales, pero
bastante acartonado en sus relaciones sociales, muy rígido y conservador, con un
69 http://usuaris.tinet.org/aarimany/ARIMANY_archivos/BIOGRAFIES.htm
70 Diario de Ramón Carreras Arimany. “Mi estancia en Barranquilla” (traducción del catalán
de Josep Rodríguez).
71 El historiador económico Albert Carreras, nieto de Ramón Carreras, comenta que en la
tradición familiar se recuerda los años de la estancia en Barranquilla como unos años muy difíciles
y poco gratos. Conversación con Albert Carreras, Helsinki, Finlandia, 22 de agosto de 2006.
224
alto sentido de la justicia social y tal vez con poco sentido del humor. Tenía una
sensibilidad a flor de piel, lo cual le producía dificultad para ganarse a los jefes.
La estructura organizacional que se observa en la fábrica es la siguiente: arriba
estaba un Obregón como gerente de la empresa, dando la orientación general
de la empresa, pero muy metido en el día tras día del negocio. Los Obregón
Arjona se turnaban la gerencia. En el tiempo en que Carreras estuvo en la FTO
estuvieron al frente Rafael, Evaristo y Pedro Manuel. Luego había dos directores
ingleses: Mr. Edward Hughes en la parte técnica y Mr. Claude Martin72 en la parte
financiera. Hughes estaba desde que comenzó la empresa. De Martin dependía
el jefe de personal, Aurelio Consuegra. En la parte técnica había dos jefes en
la parte de telares, Novell y Martí, y Ramón Carreras, jefe de tintorería. A la
tintorería después llegó el alemán Hans Bräutigam, que tenía un nivel similar a
RCA, pero hacía otras cosas de tintes. De todas maneras, Carreras no esperaba
el nombramiento de otro experto en tintorería e hizo varios comentarios dis-
plicentes sobre su nuevo colega, Hans Bräutigam, cuando éste llegó73:
72 Claude Martin se casó con una barranquillera, pero regresó a vivir a Inglaterra más adelante.
de Josep Rodríguez).
74 Ibíd.
225
Cuadro 8. Personas que menciona en su diario de Barranquilla el ingeniero Ramón
Carreras Arimany
Nombres de la FTO Número de veces Quién era
Edward Hughes 122 Director técnico
Novell 81 Jefe Sección Tejeduría
Aurelio Consuegra 21 Jefe de personal
Rafael Obregón Arjona 24 Uno de los propietarios
Pedro Obregón Arjona 7 Uno de los propietarios
Evaristo Obregón Arjona 9 Uno de los propietarios
Gregorio Obregón Arjona 4 Uno de los propietarios
Carlos Obregón Arjona 1 Uno de los propietarios
Ricardo Obregón Echeverría 10 Hijo de Evaristo Obregón A.
Mr. Martín 9 Director financiero
Martí 17 Catalán, encargado de la hilandería
Alfaro 5
Camps 4 Tintorero de FTO antes de Guillamon
Josep Babra 4
Colom 2
Andrés Miranda 2 Encargado de las aspaderas
Geraldino 2 Carpintero de FTO
Guillamon 4 Persona a quien RCA reemplazó
Hans Bräutigam 33 Alemán que trabajaba en la sección de tintes
Prado 1 Trabajador sección tintorería
Borelly 2
Silva 1
Montiel 4
Lavergne 10
A. Álvarez 1 Obrero sección tintorería
Rojas 4
Mier 4
Corsica 1
Schwamberger 2 Topógrafo austríaco que le estaba haciendo un trabajo a FTO
Sarmiento 2 Obrero sección tintorería
Nombres que no eran de la FTO Número de veces Quién era
Hadamowski 2 Alemán que trabajaba con la I.G.
Müller 3 Alemán que trabajaba con la I.G.
Peirsel 16 Alemán que trabajaba con la I.G.
Tick 1 Alemán que trabajaba con la I.G.
Cornet 1 Amigo de los Obregrón en Barhrand
Pere 1 Amigo de los Obregón en Barcelona
Rosés 1 Cuñado de Rafael Obregón A.
Montserrat 11 Hija de RCA
Assumpció 1 Esposa de RCA
Dr. Latorre 12 Médico
Dr. Lafuente 1 Médico
Dr. Rebhein 4 Médico
Los Levi 1 Dueños de la Empresa Filta
Enric Cases 2 Amigo de RCA en Barcelona
Fuente: Diario de Ramón Carreras, 1932-1934.
226
Otra cosa que llama mucho la atención es la cantidad de extranjeros que
estaban vinculados directamente con la FTO. Algunos de estos nombres eran:
Hughes, Novell, Carreras, Martí, Guillamon, Geraldino, Hans Bräutigam, La-
vergne, Schamberger, Braba. Además, tenían contacto con muchos alemanes,
especialmente de la firma IG.
Del diario de RCA se puede concluir que los dueños de la Fábrica de Te-
jidos Obregón estaban al tanto del día tras día de la empresa, sus problemas
técnicos y laborales, que son los que Ramón Carreras conocía y comentaba.
No se refiere a los temas financieros, y probablemente no los conocía, pero
sería lógico pensar que estaban igualmente al tanto de esos temas. Esto último,
porque Carreras alude varias veces a la preocupación de los Obregón con los
gastos. Por ejemplo, escribió que75:
D. Gregorio fue a ver los Levi y les dijo que “hacían mal pagando tanto a
los obreros”. Con una opinión como aquella, de alguien del país, los Levi
se hicieron fuertes y bajaron el sueldo que pagaban a sus obreros.
Un aspecto de las ideas de Carreras que vale la pena destacar es que aunque
parece que era de un talante muy conservador en estilo de vida y muy rígido en
las relaciones interpersonales, tenía un alto sentido de la justicia social y, por lo
general, hallaba los reclamos y peticiones de los obreros bastante razonables.
75 Ibíd.
76 Ibíd.
77 Ibíd.
227
Por ejemplo, el 2 de noviembre de 1933 hubo una huelga en la FTO en la cual
RCA encontró justos los reclamos de los obreros. El origen de la protesta fue
que en 1930, como resultado de la crisis económica mundial, se habían bajado
los salarios nominales en 30%. Los obreros consideraban que esa crisis había
sido superada pues78:
228
Sobre los cuatro telares por trabajador con que trabajaba la FTO en 1934, hay
que decir que para un país como Colombia esa era una proporción aceptable.
Por ejemplo, en México el promedio de telares por trabajador en ese mismo
año era de 3,4480. Ahora bien, si los Obregón estaban intentando pasar a ocho
telares tenía que ser porque habían adquirido en 1933 telares automáticos, pues
con telares mecánicos esto sería imposible. Para ese año muchas textileras co-
lombianas sólo empezaban el proceso de introducir telares automáticos. Por
ejemplo, Fabricato en ese momento tenía casi la totalidad de sus telares todavía
mecánicos (295) y sólo unos pocos automáticos (10)81.
La compra por parte de la FTO de telares automáticos hacia 1933 pone de
presente, como lo hacen otras fuentes que comentaremos, que la información
que en 1967 le dio a David Chu el antiguo empleado de la textilera Arturo
Samudio, era equivocada. Este último le dijo a Chu que la empresa se equivocó
cuando desde 1928 dejó de comprar maquinaria nueva, limitándose a adquirir
equipos de segunda mano82.
En una comunicación de la firma Saco Loewy Shops a Fabricato de 1929, se
les comenta que Textiles Obregón estaba renovando completamente su equipo83.
Esto concuerda con el diario de Carreras, quien nunca habla de que los equipos
de la FTO estuvieran obsoletos, pero si habla sobre la continúa adquisición de
nuevas máquinas. Por ejemplo, en su contrato de trabajo se dice que84:
1920 y 1950”, Coyuntura Económica, vol. XIV, núm. 1, marzo, 1984, p. 239.
82 Chu, óp. cit., p. 213. Samudio le dijo a Chu que trabajó en la FTO desde 1918 hasta 1945.
En el diario de Carreras nunca aparece mencionado, por lo que uno pensaría que tenía en esa época
un cargo más bien bajo en la jerarquía administrativa. Sin embargo, sí pudimos constatar que en los
años 1930 y 1940, Samudio trabajó en la FTO. Conversación con Rodolfo Zambrano, 6 de agosto
de 2007, Barranquilla. Zambrano conoció a Samudio en la década de 1960, cuando este último era
comerciante y miembro de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Barranquilla.
83 Juan José Echavarría. óp. cit., p. 235.
84 Contrato de trabajo entre Rafael Obregón Arjona, en representación de la Fábrica de Tejidos
229
Las máquinas anteriores eran para la tintorería. Más adelante, en sus pri-
meros días en Barranquilla, comentó que se recibieron “cajas de maquinaria
y resultó que eran seis jiggers… dos de ellas de madera, para el descrudado, y
cuatro más, de hierro fundido y forrados de caucho, para indantrenos”85. Estas
últimas máquinas eran inglesas.
El 2 de marzo de 1933, Carreras escribió en su diario que en el fin de semana
trabajaron “para ensanchar la cuadra de los telares”. En otra ocasión Carreras
le informó a Hughes que la madera de los cilindros de la clapot estaba muy
podrida. Al respecto este último86:
Es decir, la FTO que se observa en los diarios de RCA es una empresa que
está comprando equipos, innovando y en contacto continuo con los provee-
dores extranjeros.
Carreras hizo alusiones al talante de cada uno de los Obregón que estuvo al fren-
te de la empresa durante el tiempo que él trabajó allí. Sobre Pedro Manuel Obregón
señaló que87: “D. Pedro tenía una impaciencia que no lo dejaba vivir…”
Sobre Evaristo comentó88: “D. Evaristo no es ni tan astuto ni tan pícaro
como los demás… los otros no dicen nada, sólo actúan”.
En general sus comentarios sobre Rafael Obregón son más benignos. Sin
embargo, en una ocasión un comentario de este último, que intentó ser jocoso,
molestó mucho a RCA, quien no tenía al parecer mucho sentido del humor, cosa
complicada en una ciudad caribeña como Barranquilla. Hubo un pequeño inci-
dente cuando Rafael Obregón Arjona se despedía de los empleados de la FTO,
pues viajaba a Barcelona para pasar una larga temporada, y RCA le solicitó al
primero que si podía visitar a su familia para contarles que estaban bien de salud.
Obregón le contestó que lo haría con gusto y que le diría a Assumpcio, la esposa
de Carreras, que su marido había conseguido novia y lo pasaba muy bien. Esto
enfureció a Carreras, seguramente para sorpresa de todos, quien contestó89:
85 Diario de Ramón Carreras Arimany, “Mi estancia en Barranquilla” (traducción del catalán
de Josep Rodríguez).
86 Ibíd.
87 Ibíd.
88 Ibíd.
89 Ibíd.
230
Dígale lo que usted crea conveniente decirle, que yo ya sé que si le dice
esto no le va a creer.
Ese día, 26 de julio de 1933, RCA escribió en su diario los siguientes co-
mentarios, a raíz del incidente anterior90:
Algunas discusiones que tuvo a fines de 1934 con los directivos de la fábrica
sobre su remuneración y los impuestos sobre los giros que enviaba a su familia
dificultaron la permanencia de RCA en la FTO. El 14 de noviembre, Hughes le
había dicho que “las puertas estaban abiertas”. Tal vez a petición de los Obre-
gón, el alemán Peirsel, quien trabajaba para la IG, a comienzos de diciembre
invitó a RCA a cenar y se ofreció a conseguirle empleo en otra empresa.
Gracias a las gestiones de Peirsel, el 17 de diciembre Carreras se embarcó
en un vapor del río Magdalena, en el primer trayecto de un viaje cuyo destino
final era Cali. Allí iba a trabajar en la empresa Industrias Textiles de Colombia,
cuyo propietario era Jorge Garcés. Allí trabajó sólo unos meses, pues el 3 de
agosto estaba de regreso en Barcelona. A partir del año 1937 volvió a trabajar
en la Colonia Güell, de donde se jubiló anticipadamente por motivos de salud
en 1947. Murió en Barcelona el 15 de agosto de 1949 dejando una amplia
descendencia.
90 Ibíd.
231
y luego el comienzo de la guerra, permitieron un rápido proceso de indus-
trialización por sustitución de importaciones, que fue especialmente claro
en el sector de textiles de algodón. La producción de ese sector creció al
19,5% anual en promedio entre 1930 y 1945, en contraste con 7,7% anual
para 1945-195791.
Ello se reflejó en el despegue de algunas pocas empresas de Medellín y el
estancamiento relativo de las del resto de Colombia92. Por ejemplo, Coltejer
aumentó su número de obreros de 562 a 3.817 entre 1936 y 1943, es decir
en 679,2%, mientras que en un período similar los obreros de la FTO sólo
crecieron el 5,3%93.
A pesar de lo anterior todavía en 1937 los Obregón estaban importando
telares ingleses para tratar de aumentar la productividad de la fábrica. En efec-
to, en ese año Diego Torrents, un obrero catalán del sector textil, trabajó en
la FTO armando unos telares ingleses que habían llegado en piezas sueltas94.
Diego era hijo de Bienvenido Torrents, técnico textil que ya estaba trabajan-
do en la FTO. En la armada de los telares participaron los dos Torrents, un
ingeniero inglés de apellido Greengood y Alejandro Obregón Rosés95. Este
último, quien tenía 17 años en ese momento, participó como traductor, pues
el inglés no sabía español96.
A partir de 1934, empiezan a aparecer en el sector textil de Barranquilla varias
empresas productoras de seda artificial. En el censo industrial de 1945, esas
empresas superaban al sector de textiles de algodón en el número de obreros
Diego Torrents en esa época también trabajaba en la fábrica Rafael Obregón Egea, quien era hijo de
Rafael Obregón Arjona con Dilia Egea, barranquillera. Obregón Egea murió en 1990.
95 Alejandro Obregón Rosés llego a ser un pintor de gran renombre. Se le considera el primer
pintor moderno en Colombia, véase Carmen María Jaramillo. Alejandro Obregón el mago del Caribe,
Bogotá, Asociación de Amigos del Museo Nacional de Colombia, 2001. Sobre su experiencia la-
boral en la fábrica en esa época Alejandro comentó algunos años después: “Vuelvo a Barranquilla
y trabajo en la fábrica de textiles de mi padre: tragaba todo el día algodón por las narices. Revisaba
telares en medio del chasquido de las lanzaderas…”, en Carlos Perozzo (ed.). Forjadores de Colombia
contemporánea, Bogotá, Planeta, 1986, p. 291.
96 Entrevista con Diego Torrrents Traserra, 21 de diciembre, 2007, Barranquilla. De acuerdo
con Diego Torrents en esa época también trabajaba en la fábrica Rafael Obregón Egea, quien era
hijo de Rafael Obregón Arjona con Dilia Egea, barranquillera. Obregón Egea murió en 1990.
232
y en el capital. Mientras que en los textiles de algodón había 1.317 obreros
en seda había 1.92697. En el caso del capital, la seda tenía en ese mismo año
$ 14.935.703 y el algodón $ 4.378.77198.
En 1944, entre las principales empresas del sector textil en Barranquilla había
un total de ocho empresas (véase Cuadro 9). De esas empresas es probable que
sólo la Fábrica de Tejidos Obregón fuera del sector de los textiles de algodón,
pues Marisol, Indurayon, Celta, Alfa y Textiles Atlántico eran productores de
seda artificial99. Filta producía artículos de lana y Jaar y Co., la más pequeña,
producía lonas e hilos100.
Es muy curioso que a partir de 1934 las nuevas y más importantes em-
presas del sector textil barranquillero se hubieran dedicado principalmente
a la seda. Consideramos que hay dos factores que explican eso, y que como
veremos son los mismos factores que llevaron al estancamiento de la FTO.
Lo primero es que desde la década del treinta, el transporte en Colombia
cambió completamente con la difusión del transporte automotriz. La costa
Caribe quedó aislada de los principales mercados nacionales, razón por la cual
los costos de transporte se elevaron, en términos relativos para la industria
97 Contraloría General de la República. Primer Censo Industrial de Colombia, 1945, Atlántico, Bogotá,
1937 y año II, enero, 1938; Alirio Bernal. “Barranquilla industrial”, 1942, s. i. y s. l.; José Ramón Vergara
y Fernando E. Baena. Barranquilla, su pasado y su presente, Segunda edición, 1946, p. 172.; la información
sobre Tejidos Atlántico se obtuvo de una entrevista con Hugo Faillace, 3 de enero de 2008, Barranquilla.
100 Entrevista con Margarita Zaher, 12 de mayo de 2008, Barranquilla.
233
de la región. En el caso de la seda, producto con alto valor por unidad de
peso, el transporte no es tan importante como en el algodón. Eso se aprecia
en el censo industrial de 1945, donde se muestra que en el valor por metro
de seda producido en Barranquilla era de $ 1,18 y en el caso del algodón era
de $ 0,29. Por esa razón, era cuatro veces más caro, en términos de valor,
transportar telas de algodón101.
Lo otro que favoreció las posibilidades de ser competitivos desde Ba-
rranquilla en esa época en la producción de seda, fue que en esa rama no
había grandes economías de escala, así que las empresas pequeñas podían
ser competitivas. Esto no ocurría en el sector de textiles de algodón, donde
desde mediados de la década de 1930 las economías de escala se volvieron
determinantes.
Es bueno resaltar que un análisis de los propietarios de las nuevas empre-
sas textiles creadas en Barranquilla en las décadas de 1930 y 1940 muestra la
gran capacidad empresarial que estaba disponible en la ciudad en esa época.
La empresa Filta la creó Ralph Levy, inmigrante judío nacido en Esmirna,
Turquía. Levy, también fue el fundador de la Empresa de Plásticos Ralco102.
Los dueños de Celta y de Indurayon eran Jacobo Safdeye Dabah y Rafael
Tchira. El primero había nacido en Jerusalén en 1902 y llegó a Barranquilla
en 1920. Además de Celta, fundó una fábrica de grasas, La Campeona. Fue
un activo miembro de la comunidad judía de Barranquilla, y fundó la Sina-
goga Share Sedek.
Los propietarios de Tejidos Atlántico eran los Faillace, italianos que prove-
nían de Morano Calabro103. Marisol era propiedad de Industrias Mattarazo de
Brazil. En cuanto a Alfa, ésta era de Ramón Emiliani Vélez, de origen cartage-
nero, y de Y. Afflack, sirio nacionalizado. Finalmente, los Jaar eran palestinos,
pero habían vivido en Francia antes de radicarse en Colombia104.
En el Informe económico de la sucursal del Banco de la República en Barran-
quilla, correspondiente al segundo trimestre de 1946, ya ni se menciona a la
FTO y se informa que105: “Al departamento llegan textiles de Medellín y muchos
víveres procedentes del interior…”-
101 Contraloría General de la República. Geografía económica de Colombia, Atlántico, tomo II, Bogotá,
2000, p. 176.
103 Entrevista con Hugo Faillace, 3 de enero de 2008, Barranquilla.
104 Entrevista con Margarita Zaher, 12 de mayo de 2008, Barranquilla.
105 Banco de la República, Sucursal Barranquilla. Informe económico 1946, Barranquilla.
234
Los años que van de 1946 a 1957 son los de la crisis y liquidación de la em-
presa. El gerente liquidador fue Joaquín Villegas106. Antes de que él asumiera,
el gerente había sido Rafael Obregón Egea107.
En 1957 la FTO suspendió su producción. Los activos que quedaban eran
el edificio y una hilandería que tenía 7.000 husos, que aunque “… no eran
muy modernos eran eficientes”. Los equipos más actualizados habían sido
adquiridos por Coltejer un poco antes108.
Los activos de la FTO fueron adquiridos por el inmigrante palestino José
Demetrio Abuchaibe por $ 750.000109. Los Abuchaibe tenían almacenes en
Riohacha y le compraban desde hacía años telas a los Obregón para vender
por toda La Guajira. Con los bienes adquiridos tuvieron hasta 1992 una em-
presa textil que se llamó primero Fábrica de Tejidos Barakat y luego Fábrica
de Hilados y Tejidos del Caribe.
quilla una empresa textil de su propiedad que duró muy poco (véase Cuadro 6).
235
En contraste con el caso anterior, Chu encuentra la explicación de la pér-
dida de influencia de Barranquilla en el sector textil, en la falta de una gran
capacidad empresarial, lo cual se veía claramente, en su opinión, en el caso
de los Obregón Arjona. Ya hemos señalado que Chu aceptó la información
de un único entrevistado que le dijo que desde 1928 la FTO no compró más
maquinaria nueva. Sin embargo, testimonios como los del ingeniero Ramón
Carreras, y otros más, muestran que esta información es equivocada.
La causa principal para el fracaso relativo de la FTO, sería según Chu, que112:
Luego agrega que este “orientalismo interno”, para usar el lenguaje que años
después popularizó el crítico literario Edward Said114, hace que115:
112 Ibíd.
113 Albert O. Hirschman. The Strategy of Economic Development, USA, Yale University Press, 1970,
p. 185.
114 Para una aplicación del concepto de orientalismo al análisis de las relaciones entre regiones
de desarrollo desigual en un mismo país, véase Jane Schneider (ed.). Italy´s Southern Question, Oriental-
ism in One Country, USA, Berg, 1998.
115 Albert O. Hirschman. The Strategy of Economic Development, USA, Yale University Press, 1970,
p. 185.
236
… los grupos y regiones exitosos proclamen amplia y extravagantemente
su superioridad sobre el resto del país y de sus conciudadanos… Aunque el
éxito inicial del grupo sea a menudo el resultado de la suerte o de factores
del medio ambiente, tales como la dotación de recursos, las cosas no se
dejan allí… y tratan de convencer a los demás, de que sus logros se deben
principalmente a sus cualidades morales y su conducta.
237
cuadrados119, permitió que se pudieran presentar grandes economías de escala,
que hasta la fecha no habían sido muy importantes dado el reducido tamaño
de la producción. Ello permitió que aquellas regiones que tenían mayores
mercados regionales, debido al mayor ingreso de sus habitantes, pudieran
expandir más su producción y, por lo tanto, producir a menores costos que
los demás. Como el tamaño total del mercado era pequeño en relación con
la tecnología de la época, en este punto estamos de acuerdo con Chu: se
consolidó un pequeño grupo de empresas que pudo obtener primero esas
economías de escala.
Costos
unitarios
CU0, CU1
CU2
Qo Q1 Q2
Cantidad
Antes de 1934 Después de 1934
119 Ibíd.
238
similares, pues en ese volumen los costos unitarios eran más o menos cons-
tantes, es decir, entre Q0 y Q1. Después de 1934, al ampliarse la producción
se obtuvieron costos unitarios menores debido a las economías de escala. Es
decir, si se duplicaban todos los insumos variables, los costos por unidad se
reducían. Lo que pudieron explotar en ese momento Coltejer y Fabricato, fue el
hecho de que estaban ubicadas cerca del mercado más dinámico de Colombia,
la zona cafetera, y por eso se ubicaron en una posición como Q2 antes que
las demás empresas.
En el caso de la FTO, su localización en una región en la cual dos de los
tres departamentos que la componían, Bolívar y Magdalena, tenían un ingreso
por debajo de la media nacional. Además, aunque Atlántico tenía un PIB per
cápita por encima del promedio nacional, éste venía cayendo desde comienzos
de la década de 1930120 (véase Gráfico 1). Ello no permitió obtener grandes
economías de escala en la industria barranquillera.
Gráfico 1. Participación del PIB del Atlántico dentro del PIB nacional (1934-1960)
20
18
16
14
Porcentaje
12
10
0
1933
1935
1937
1939
1941
1943
1945
1947
1949
1951
1953
1955
1957
1959
239
Caribe, el abogado y economista José Raimundo Sojo, expresó sus inquietudes
en ese sentido121:
240
nacional. Hasta ese momento el sistema de transporte colombiano había girado
en torno al río Magdalena, lo que era una ventaja comparativa para la FTO y la
ciudad. Sin embargo, en la década de 1930 esto empezó a cambiar acelerada-
mente debido a la difusión del transporte automotriz y la construcción de una
red de carreteras, y en menor medida de ferrocarriles. Esas vías interconectaron
al interior del país entre sí dejando a la costa Caribe por fuera de las principales
redes de comunicación, pues no había carreteras hacia el interior del país y
todavía había que conectarse a través del río Magdalena123.
VII. Conclusiones
123 Al respecto véase, Adolfo Meisel Roca. “¿Por qué perdió la osta Caribe el siglo XX?”, en
Haroldo Calvo Stevenson y Adolfo Meisel Roca (eds.). El rezago de la costa Caribe colombiana, Bogotá,
Banco de la República-Fundesarrollo-Universidad del Norte-Universidad Jorge Tadeo Lozano,
Seccional del Caribe, 1999, pp. 87-95.
241
sustitución de importaciones en el sector textil, se empezaron a manifestar
grandes economías de escala. Las empresas que primero pudieron cosechar
esos beneficios de la ampliación de la producción fueron las más próximas a
los mayores mercados regionales, que eran las de Medellín. Dado el reduci-
do tamaño del mercado nacional, en relación con la de la época, unas pocas
empresas antioqueñas lograron acaparar la mayor parte del mercado. Por eso
la FTO, que hasta 1934 fue exitosa, se fue rezagando y concentrando en la
producción de nichos de mercados para telas burdas en la región Caribe, no
pudiendo invertir en maquinaria, como lo hacían Coltejer y Fabricato, debido
a las grandes utilidades que tenían en ese momento.
242
Referencias
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Entrevistas
1. José Antonio Abuchaibe, 19 de diciembre de 2005, Barranquilla.
2. Diego Torrents Trasera, 21 de diciembre de 2005, Barranquilla.
3. Pedro Obregón Rosés, 2 febrero de 2006, Barranquilla.
4. Pablo Gabriel Obregón S., 21 de septiembre de 2006, Bogotá.
5. Mario Faillace, 3 de enero de 2008, Barranquilla.
243
6. Delma Navarro, 9 de agosto de 2007, Barranquilla.
7. Albert Carreras, 22 de agosto, 2006, Helsinki.
8. Margarita Zaher, 12 de mayo de 2008, Barranquilla.
Otros
Información obtenida del mausoleo de la familia Obregón en el Cementerio Universal de
Barranquilla.
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