Guía No 1 Filosofía 10° 2021
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Desempeños de aprendizaje:
COMPONENTE EPISTEMOLÓGICO
Mythos y lógos
En nuestro entorno cultural, la voz "mito" posee una carga semántica añadida que
asimila el mito a lo ficticio y compele a contemplar, valorar y juzgar una supuesta
forma de pensamiento típica de una mentalidad prelógica y mística, desde el supuesto
y correlativo modelo lógico-racional que se considera propio del pensamiento
científico.
"En la cultura occidental la palabra mito suele ir asociada a los relatos de las hazañas
de las divinidades y héroes del mundo antiguo y suele sugerir un tiempo fabuloso y
lleno de encanto, pero también ingenuo y sometido a creencias erróneas, propias de
civilizaciones primitivas que se caracterizan por la existencia de formas de
pensamiento no sólo anteriores, sino también inferiores al conocimiento científico."
Si bien en sus orígenes o, al menos, hasta donde tenemos noción de su uso, la voz
mythos no entraba en oposición directa con lógos (sino que, en algunos casos, la
Esta crítica a los relatos sagrados fue posible por la ausencia de castas sacerdotales
propiamente dichas -al modo egipcio, por ejemplo-, que a su vez preservaran la
escritura (y los conocimientos astronómicos y técnicos55). Las cuestiones relativas a
la escritura ocupan un importante lugar en la investigación de los mitos, tanto
respecto de la definición del mythos mediante contraste con el entonces incipiente
lógos, como del surgimiento de la filosofía en relación con la teogonía que plasmaban
los mitos.
Cabe señalar que ambas maneras de entender el mundo (mythos y lógos), coexistían
en la cultura griega, como lo prueba el hecho de que Platón -el primer filósofo del que
poseemos buena parte de su obra escrita- apele frecuentemente al relato tradicional
(esto es, al mito) en sus diálogos filosóficos, cuando alude a cuestiones que no puede
-o no considera adecuado- explicar mediante el logos.
"¿Pero os parece bien que, como mayor a más jóvenes, os haga la demostración
relatando un mito, o avanzando por medio de un razonamiento?"
Sin embargo, cada una de esas maneras de demostración posibles se adecua mejor a
un tipo de público concreto ("niños" o "adultos"), y a unas determinadas
conveniencias en la comunicación: el mito es un discurso largo, narrativo, ilustrativo,
fácil y agradable de seguir (esto es, el mito ilustra con imágenes lo que el logos
argumenta razonadamente, lo que hace que, para según qué auditorio, sea más
conveniente uno u otro modelo de discurso).
"Por tanto, Sócrates, si en muchos temas, los dioses y la generación del universo, no
llegamos a ser eventualmente capaces de ofrecer un discurso que sea totalmente
coherente en todos sus aspectos y exacto, no te admires. Pero si lo hacemos tan
verosímil como cualquier otro, será necesario alegrarse, ya que hemos de tener
El punto de vista de Platón también aparece confirmado por Aristóteles, quien asimila
a teólogos y mitólogos para luego ponerlos en relación con aquellas explicaciones que
no pueden ser hechas por la vía demostrativa (bien empírica o razonada), propia de la
entonces incipiente ciencia o episteme.
"Ciertamente, los que siguen a Hesíodo y los teólogos todos, tuvieron solamente en
cuenta lo que les resultaba verosímil a ellos mismos, pero no se preocuparon de
nosotros. (Pues tras establecer que los principios son dioses y que de dioses proceden
las generaciones, afirman que son mortales aquellos que no han probado el néctar y
la ambrosía: evidentemente, utilizaban estas palabras como quien conoce bien su
significado. Sin embargo, lo que dijeron acerca de la introducción misma de estas
causas supera nuestra comprensión: pues si tomaron tales bebidas por placer, el
néctar y la ambrosía no pueden, en absoluto, ser causas de su ser; pero si son causas
de su ser, ¿cómo podían ser inmortales si necesitan alimentarse?). Pero no merece la
pena examinar con detenimiento las especulaciones de carácter mítico."
Como vemos, Aristóteles analiza el mito como si se tratase de un texto filosófico, esto
es, buscando la coherencia interna del mismo, y es a él a quien debemos la
radicalización y consumación del hiato entre mythos y lógos. "Entre mythos y lógos la
separación ahora es tal que la comunicación ya no existe (...) escoger un tipo de
lenguaje es desde ahora despedirse del otro.
"La palabra griega <mythos> que los latinos tradujeron por 'fábula', entra entonces
en una oposición conceptual con el lógos que piensa la esencia de las cosas y de ese
pensar obtiene un saber de las cosas constatable en todo momento."
"El mito se convierte en fábula en tanto que su verdad no sea alcanzada mediante un
lógos."
Con todo, hasta llegar al momento histórico que Platón y Aristóteles vivieron,
conviene tener en cuenta que, siglos antes (aproximadamente a partir del siglo VII a.
C.), acontece una profunda transformación en la sociedad griega, resultante a un
tiempo del aumento de la tasa demográfica junto al consecuente incremento de las
relaciones comerciales entre los distintos pueblos. Estos cambios sociales prepararán
el camino conducente a la crítica de la tradición homérica y hesiódica que arranca en
los yambos de Jenófanes y encuentra su punto culminante en los escritos de Platón y
Aristóteles. Así, el comercio cobra una gran importancia y aparece la moneda
acuñada, la cual posibilitará un mecanismo de homogeneización mucho más preciso
que el trueque o intercambio arbitrario65. La invención y empleo de la moneda
permite al menos dos cosas: de un lado, posibilita el nacimiento de una economía de
mercado que sitúa al ágora como centro y eje de la vida económica de las polis; de
otro lado, propicia uno de los rasgos fundamentales que paulatinamente se irán
atribuyendo al logos, esto es, su carácter de representación universal. La moneda
aparece, así como un factor homogeneizante válido para todo tipo de mercancías y
transacciones, en tanto que permite establecer correspondencias y equivalencias
entre objetos muy diferentes entre sí. Dicho de otra manera y en lenguaje coloquial,
"la moneda otorgó alas al intercambio" y permitió superar, tanto las inconveniencias
propias del trueque (el hecho de tener que transportar consigo la mercancía saliente
para poder cambiarla con la mercancía entrante), como los problemas derivados de
las valoraciones subjetivas de los comerciantes, ya que al establecer un sistema de
valoración que hace abstracción de las características particulares de las mercancías y
las homogeneiza, se está estableciendo también una forma de valorar un tanto más
objetiva.
"Una moneda posibilita, de un modo mucho más ágil que los bueyes o calderos
usados antiguamente, establecer correspondencias exactas entre series de objetos
absolutamente dispares. El logos, tal como habla de él Heráclito, por ejemplo, recoge
este carácter: tratar de ser un principio de inteligibilidad abstracto que permita
homogeneizar toda la multiplicidad de lo real bajo una medida universal."66
De otro lado, los viajes (terrestres y, sobre todo, marítimos67), trajeron consigo la
adquisición de nuevos conocimientos, tanto técnicos, como geográficos y etnológicos,
dado que se establecen contactos con otras civilizaciones y formas de vida. Esto
traerá consigo dos importantes consecuencias: por una parte, los valores sociales
aristocrático-guerreros quedarán progresivamente obsoletos conforme las relaciones
comerciales vayan exigiendo nuevas formas de Justicia y Derecho como base
necesaria para poder hacer efectivas las transacciones mercantiles (esto es, se va
pasando de una "ética del honor" a una "ética de la responsabilidad", la cual surge
"En oposición a aquello que refiere una noticia de la que sólo sabemos gracias a una
simple narración, "ciencia" es el saber que descansa en la fundamentación y en la
prueba."
"Por su origen y por su historia, la noción de mito que hemos heredado de los griegos
pertenece a una tradición de pensamiento que es propia de Occidente y en la que el
mito se define por lo que no es, en una doble oposición a lo real, por una parte (el
mito es ficción), y a lo racional, por otra (el mito es absurdo)."
Al margen de este breve recorrido histórico, valga considerar que, desde una
perspectiva humanística, los mitos poseen a la par aspectos ficticios y racionales que,
a pesar de la aparente contradicción, no entran en conflicto entre sí. Elementos
ficticios porque, de hecho, no ha ocurrido lo que dice el relato mítico (o, si ocurrió, no
puede comprobarse empíricamente), y elementos racionales porque lo que narra el
relato mítico apunta hacia cuestiones insoslayablemente humanas que poseen su
propio orden de sucesión, esto es, su propia lógica. Dicho de otra manera, si bien los
mitos remiten a eventos ficticios, tales relatos proponen un modelo de realidad
intemporal que atañe a lo invariable, a lo que no cambia (esto es, a la condición
humana que discurre en un mundo y en un tiempo). En términos de José Echeverría y
de Hans Georg Gadamer, respectivamente:
Puede afirmarse que, a la hora de tratar la oposición entre mito y logos, resulta
ineludible la referencia a la diversidad de medios de transmisión de "lo pensado" y "lo
conocido", i.e., las peculiaridades relativas a la oralidad y la escritura. Sin embargo,
cabe apuntar que, como numerosos autores han señalado, la cultura griega del
periodo clásico se encuentra "con un pie en la palabra hablada y con el otro en la
palabra escrita", dado que la difusión de la escritura precisó de un cierto lapso para
llegar a ser efectiva y hacerse extensiva a prácticamente toda la población. De otro
lado, valga señalar que, una vez consumada la separación entre el mythos y el logos,
la oposición entre ambos términos se produce en un doble plano: de un lado, como ya
dijimos, en las formas de expresión (esto es, la oral y la escrita) y, de otro lado -y
Actividad en clase: