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POEMAS

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PODER

Vivir en los sedimentos de tierra de nuestra historia


Hoy un azadón reveló de un terrón de tierra desmoronada
una botella ámbar perfecta un remedio centenario
para la fiebre o la melancolía un tónico
para vivir en esta tierra en los inviernos de este clima

Hoy leía sobre Marie Curie:


debe haber sabido que enfermaba de irradiación
su cuerpo bombardeado durante años por el elemento
que ella había purificado
Al parecer negó hasta el final
la fuente de las cataratas en sus ojos
la piel quebrajada y supurante de la yema de sus dedos
hasta que no pudo asir una probeta o un lápiz

Murió como mujer famosa negando


sus heridas
negando que
sus heridas provenían de la misma fuente que su poder

-Adrienne Rich-
Hombre pequeñito

Hombre pequeñito, hombre pequeñito,


Suelta a tu canario que quiere volar...
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
déjame saltar.

Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,


hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
ni me entenderás.

Tampoco te entiendo, pero mientras tanto


ábreme la jaula que quiero escapar;
hombre pequeñito, te amé media hora,
no me pidas más.

-Alfonsina Storni-
A Una Mujer
Eres más fuerte que una máquina

hasta ahora has hecho el trabajo

tuyo y el de otros

eres más inteligente que el tiempo

has ganado más batallas que los

que las han provocado

eres más suave que el rocío

más ligera que el viento

y todavía preguntas ¿qué hacer?

pon tu corazón donde lo cubra la ternura

anida tus manos junto al fuego sin temor

no desanimes no cedas no des un paso atrás

no tires por la borda lo ganado

el futuro sólo guarda para tí

despejada la senda nueva vida

- Bertalicia Peralta-
Combate (fragmento)

En la lucha
contra tus sentimientos
perdiste un diente
una costilla
el dibujo
del labio superior
Sangraron las mejillas
zumbó el oído
y un ojo se volvió negro.

Alzaste el brazo
pidiendo tregua:
el combate había finalizado
tus sentimientos,
destruidos, yacían por el suelo,
vencidos.
¿A qué viene, entonces,
esta melancolía crepuscular,
la casa en silencio,
tú sola en la habitación,
los recuerdos tumefactos?

-Cristina Peri Rossi-


Hombres necios que acusáis (fragmento)

Hombres necios que acusáis


a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual


solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo


de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,


hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro


que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

-Juana Inés de la Cruz-


MEDITACIÓN EN EL UMBRAL
No, no es la solución

tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi

ni apurar el arsénico de Madame Bovary

ni aguardar en los páramos de Ávila la visita

del ángel con venablo

antes de liarse el manto a la cabeza y comenzar a actuar.

No concluir las leyes geométricas, contando

las vigas de la celda de castigo

como lo hizo Sor Juana. No es la solución

escribir, mientras llegan las visitas,

en la sala de estar de la familia Austen

ni encerrarse en el ático

de alguna residencia de la Nueva Inglaterra

y soñar con la Biblia de los Dickinson

debajo de la almohada de soltera.

Debe haber otro modo que no se llame Safo

ni Magdalena ni Clemencia Isaura.

Otro modo de ser humano y libre.

Otro modo de ser.

- Rosario Castellanos-
La mujer de Lot

Tal vez miré hacia atrás por curiosidad.

Pero además de curiosidad pude tener otras razones.

Miré hacia atrás porque me dio tristeza la escudilla de plata.

Por distracción: amarrándome el cordón de la sandalia.

Para no mirar más la nuca justa

de mi marido, Lot.

Por la seguridad repentina de que si yo muriera,

él no se detendría.

Por la desobediencia natural de los humildes.

Escuchando cómo nos perseguían.

Conmovida por el silencio, pensando que Dios cambiaría de idea.

Nuestras dos hijas se perdían ya tras la colina.

Sentí la vejez en mí. El alejamiento.

Lo inútil de viajar. Sueño.

Miré hacia atrás mientras ponía mi hatillo en el suelo.

Miré hacia atrás preocupada por el siguiente paso.

En mi camino aparecieron serpientes,

arañas, ratones de campo y polluelos de buitre.

Ni buenos, ni malos; simplemente lo vivo, todo,

brincaba y se arrastraba por un temor colectivo.

Miré hacia atrás por soledad.

Por la vergüenza de huir a escondidas.


Por las ganas de gritar, de regresar.

O porque justo entonces se soltó el viento,

desató mi pelo y me levantó el vestido.

Sentí que me veían desde los muros de Sodoma

y se morían de risa, una y otra vez.

Miré hacia atrás llena de rabia.

Para gozar plenamente su ruina.

Miré hacia atrás por todas las razones mencionadas.

Miré hacia atrás sin querer.

Fue sólo que una roca giró gruñendo bajo mis pies.

Que una grieta de pronto me cortó el paso.

En la orilla un hámster agitaba las patas delanteras.

Y entonces ambos miramos hacia atrás.

No, no. Yo seguí corriendo,

arrastrándome y trepando

hasta que la oscuridad cayó del cielo,

y con ella grava ardiendo y aves muertas.

Por falta de aliento varias veces perdí el equilibrio.

Si alguien me hubiera visto, pensaría que bailaba.

Es posible que haya tenido los ojos abiertos.

Que haya caído mirando hacia la ciudad.

-Wislawa Szymborska-
Mujeres (fragmento)

La mujer debe ser bonita


La mujer debe ser callada
Se mira y se toca
Y no dice nada

De repente sentí algo


Llegó por mi espalda
Me sacudió, voces fuertes
Tan enojadas

Pañuelo en mano para nombrar


A cada mujer desaparecida
Cada muerta solitaria
Por quién no hicimos nada

Puño en alto esto no va más


No callaremos si aquí presentes
Tus viejas maneras derrumbamos ya

Las mujeres se están revelando


Los hombres no saben que hacer
Todas las fechas en movimiento
Las reglas se vuelven a hacer

-Julieta Venegas-
Sobrevivientes

Yo conozco tu locura porque también es la mia.

Somos locas rebeldes


locas de estar vivas
locas maravillosas
estrafalarias, floridas

ovejas negras
descarriadas sin remedio
vergüenza de la família

piezas de seda fina


amazonas del asfalto
guerrilleras de la vida

locas de mil edades


llenas de rabia y gritos
buscadoras de verdades
locas fuertes
poderosas
locas tiernas
vulnerables

cada día una batalla


una norma que rompemos
un milagro que creamos
para poder seguir siendo

locas solas
tristes
plenas

mujeres locas, intensas


locas mujeres ciertas.

-Rosamaría Roffiel-
Juego de espejos

Cuando se toca fondo


y se mastica el polvo,
te das cuenta, aprendés,
que aún no lo has perdido todo,
que hay más para perder,
que el fondo, en realidad, no tiene fondo,
que aún se puede descender
y descender.
Se piensa que ya no se puede estar más solo
Y, sin embargo, sí se puede…
hay más soledad, te lo aseguro.
Pero un día…
Un día cualquiera, se te da por mirarte en el espejo
(no abundan los espejos en el manicomio,
por razones obvias, se me ha dicho).
No importa, el espejo del que hablo, está en otro
lado, adentro. Y te das cuenta, por ejemplo,
que tenés dos piernas,
te las mirás, las sometés a prueba,

y te vas a dar una vuelta por el parque del


hospicio. Y te cruzas entonces, con otro espejo que
deambula,más valioso y fidedigno…
¡Y acaece la revelación!
¡Qué voy a estar sola… si somos
mil setenta locos acá dentro!
Y cuando nos juntamos los espejos
Uno le da coraje a otro y resistimos.
La subestimación.
La discriminación.
Los abandonos.
Pero, bueno, estas ya no son cosas de locos.

-Marisa Wagner-
Es cosa seria estar viva
en esta fresca mañana,
en este mundo roto.
-Mary Oliver-

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