Este documento resume un ensayo sobre la ideología de género. Explica que la ideología se basa en tradiciones y autoridad en lugar de demostración, sometiendo a quienes no conocen sus propias limitaciones. También discute cómo la ideología de género ha pasado de ser un tema académico a una ideología política con leyes en algunos países. Finalmente, argumenta que la humanidad debe liberar su pensamiento para comprender las diferencias individuales, respetar las libertades y lograr equidad e igualdad.
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Este documento resume un ensayo sobre la ideología de género. Explica que la ideología se basa en tradiciones y autoridad en lugar de demostración, sometiendo a quienes no conocen sus propias limitaciones. También discute cómo la ideología de género ha pasado de ser un tema académico a una ideología política con leyes en algunos países. Finalmente, argumenta que la humanidad debe liberar su pensamiento para comprender las diferencias individuales, respetar las libertades y lograr equidad e igualdad.
Este documento resume un ensayo sobre la ideología de género. Explica que la ideología se basa en tradiciones y autoridad en lugar de demostración, sometiendo a quienes no conocen sus propias limitaciones. También discute cómo la ideología de género ha pasado de ser un tema académico a una ideología política con leyes en algunos países. Finalmente, argumenta que la humanidad debe liberar su pensamiento para comprender las diferencias individuales, respetar las libertades y lograr equidad e igualdad.
Este documento resume un ensayo sobre la ideología de género. Explica que la ideología se basa en tradiciones y autoridad en lugar de demostración, sometiendo a quienes no conocen sus propias limitaciones. También discute cómo la ideología de género ha pasado de ser un tema académico a una ideología política con leyes en algunos países. Finalmente, argumenta que la humanidad debe liberar su pensamiento para comprender las diferencias individuales, respetar las libertades y lograr equidad e igualdad.
Materia: Teoría y filosofía del conocimiento Programa de Derecho Fecha: 10 de agosto de 2021
Estanislao Zuleta señala en su ensayo Acerca de la ideología, que bien cabe distinguir,
como lo hiciera Platón en un principio, la diferencia entre opinión y ciencia. Zuleta afirma que “la única autoridad que la ciencia admite es la demostración”. Así, las tradiciones son las representaciones autoritarias de la ignorancia, la cual se puede definir como el “conjunto inmenso de opiniones en las que tenemos una confianza loca”. Una característica típica de la ideología, a saber, que “se funda siempre en las tradiciones, en los modos de vida, en una autoridad de cualquier tipo que sea, y deja de lado la demostración como fundamento de su validez”. En la ideología somete “aquel que no sabe en absoluto que hay muchas cosas que ignora”. Tenemos, “un sinnúmero de cosas que no tenemos claras, pero sobre las cuales tenemos una inmensa serie de prejuicios”. Ante la carencia de debate científico y la censura en la que permanecen todos los que piensan diferente, es bueno analizar la importancia que tiene hoy la ideología de género, que está presente cada vez más en todos los ámbitos de la vida pública. Hace algunos años la ideología de género era tan solo un tema de conversación de algunos académicos y transexuales. Ahora es una ideología política que se rige incluso con leyes en algunos países, es anticientífica, va más allá de la ciencia, pero si está llena de muchas mentiras que dañan las libertades y la sociedad en general incluidos los niños y las familias. Marx decía que dialéctica siempre estaría en la historia y que el conflicto más directo sería entre dos clases sociales, la burguesía y el proletariado, pero otros dicen que este conflicto es en la actualidad entre hombre y la mujer, que siempre ha estado sometida, y que ha tenido que luchar para conquistar sus derechos, luego el feminismo bien pudiera ser hijo del marxismo. En un futuro cercano como toda una revolución marxista la lucha será entre sexo y género, teniendo en cuenta al sexo como la condición genital humana, y género como la condición psicológica que asume el individuo en sus diferencias. Surge con esto un despertar a una verdad natural y con ello la necesidad de enseñar o educar a la sociedad que no es indispensable que el sexo de cada uno corresponda con el género, debemos liberarnos de esa ideología que nos oprime y nos impone actuar y a vivir conforme a ciertos parámetros o patrones de conducta que vayan acorde a nuestra genitalidad, debemos ser libres y actuar según lo que cada uno es, aunque nuestra conducta sea contraria a lo que se espera de acuerdo con el sexo que poseemos, no debemos seguir fomentando la cultura de conductas varoniles o femeninas, esto solo contribuye con la discriminación que hemos vivido desde que existe la humanidad, lo que debemos hacer es salir de ese sometimiento engañoso de esa vieja ideología en la que nos encontrábamos sumergidos, eso que podríamos llamar un “error encarnado”, esa opinión generalizada con la que nos acostumbraron a crecer y que “se caracteriza por tener horror al vacío” por lo que nos cuesta tanto salir de esa zona de confort y aceptación, tenemos que comenzar a enseñar a nuestros niños y jóvenes que la genitalidad no puede ni debe determinar la conducta y que si se puede actuar en contra de ella o cambiarla. En Colombia nos encontramos atrasados en el desarrollo de esta ideología, llevar a cabo la complementariedad masculina y femenina, modas más varoniles en la mujer y metrosexualización del varón; limitación o prohibición de enseñanza diferenciada en las escuelas; normativa legal para implementar igualdad laboral entre hombres y mujeres; baños transgender, para personas que no se sientan varones ni mujeres, es un sueño de muchos que hoy comprender con mayor naturalidad su condición, el despojarse de esas teorías y esos preceptos ha sido una victoria del saber que nos multiplica el conocimiento y nos acerca a la verdadera libertad del espíritu. Esta aceptación ideológica por parte de las clases intelectuales está aún lejana en nuestro país pese a que existen hoy programas de educación progresista ejecutándose, la costumbres, los arraigos, la cultura machista que poseemos nos ha encasillado en “una sola verdad “, que para la ciencia el sexo con el que naces define para toda la vida quién es varón y quién es mujer sin tener en cuenta que el ser humano más allá de condiciones físicas, esta surtido de emociones, sensaciones, gustos, diferencias y de igual forma todos estos factores hacen parte esencial en el desarrollo del ser, aun discriminamos a quien pinesa diferente, no aceptamos que como el tiempo y el espacio cambia, nosotros también cambiamos y con ello nuestros pensamientos y nuestras realidades, es factible que al vivir nuevas experiencias nos encontremos con aquello que nos llena, nos hace plenos, nos inhibe y nos hace felices y no por esto podemos juzgar y pensar que esto es malo, solo porque la sociedad y las normas de comportamiento creadas por otros hombres así lo dicen. La religión también incide en que no comprendamos ni aceptemos esta ideología, nos muestra su propia verdad de las cosas, se vale de la fe o la creencia del individuo que no es mas que tomar algo por verdadero, los poderes políticos y económicos de mundo han usado por generaciones este concepto para dominar el pensamiento humano, limitando y doblegando su voluntad, vivimos encarcelados creyendo que todo lo que este por fuera de estos preceptos es moralmente incorrecto y tendremos un castigo eterno por ello y ese temor que domina al ser humano lo cierra a la posibilidad de salir de esa zona y encontrarse nuevas realidades. Por quedarnos estancados en esa vieja ideología seguimos consintiendo la prisión de aquellos que se sienten encadenados a vivir una vida que nos les pertenece, ser quienes no son, por temor a ser rechazados, los que con valentía, coraje se enfrentan al mundo para defender su identidad, deben aun vivir episodios de bulling, discriminación laboral, social e incluso muchos han concluido en homicidios y suicidios, por considerarlos los raros, confundidos, que carecen de racionalidad cuando los únicos aferrados a una realidad equivoca son aquellos que no se desprenden de su zona de confort para no aceptar que lo o que determina la identidad y el comportamiento masculino o femenino no es el sexo biológico, sino el hecho de haber vivido desde el nacimiento las experiencias, ritos y costumbres atribuidos a los hombres o las mujeres; además, la asignación y adquisición de una identidad es más importante que la carga genética, hormonal y biológica. El día que la humanidad libere su pensamiento y aprenda a comprender el comportamiento de la naturaleza, los estados y actitudes de la mente podrá aceptar las diferencias entre los individuos, respetar las libertades y de esta forma lograr un mundo donde reine finalmente la equidad y la igualdad.