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Derecho Público Iberoamericano, n° 17, pp.

13-94 [octubre 2020] ISSN 0719-5354

EL CASO MANUELA
Y LAS 17+ CONTRA EL SALVADOR:
UN FRAUDE ANTE
LA CORTE INTERAMERICANA
DE DERECHOS HUMANOS
Y LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

THE CASE OF “MANUELA’ AND “THE 17+”


AGAINST EL SALVADOR:
A FRAUD BEFORE THE INTER-AMERICAN
COURT OF HUMAN RIGHTS
AND THE INTERNATIONAL COMMUNITY
Ligia de Jesús C astaldi

Resumen
En el artículo se analizan los hechos y el contexto político del caso “Manue­
la” ante la Corte IDH, que busca la despenalización del aborto voluntario
en El Salvador. También se examinan los hechos y contexto de la petición
presentada ante la C ID H sobre los casos de nueve mujeres condenadas
por el homicidio agravado de sus hijos recién nacidos en El Salvador. La
demanda de la C ID H ante la Corte, al igual que la petición, acusa a El
Salvador de violar derechos humanos contenidos en la Convención A m e­
ricana sobre Derechos Humanos por la supuesta penalización de abortos
involuntarios y emergencias obstétricas en el país. Asimismo, se analiza la
veracidad de los argumentos presentados en esta denuncia sobre la base
de la evidencia existente en el expediente judicial y documentación oficial
del caso “Manuela” y de los casos de “Las 17+”, incluyendo sentencias de
cortes de primera instancia, escritos y solicitudes presentados en juicio,
sentencias de revisión, dictámenes de la Corte Suprem a de Justicia de El
Salvador e informes de la C ID H hasta el año 2019.

Palabras clave: Aborto, infanticidio, El Salvador, emergencia obstétrica,


Sistem a interamericano.

* LL.M ., Harvard Law School. Profesora de Derecho Internacional, Ave María School
o f Law. La autora agradece especialmente a José Gilberto Solís Jim énez por su asistencia
con esta investigación. También a Sara I. Larín Hernánndez, fundadora y presidenta de
Fundación V ID A SV y miembro de la Asociación de Bioética de El Salvador. Artículo

13
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

Abstract
This paper analyzes the facts and political context o f the “Manuela” case
before the Inter-American Court o f Human Rights, which seeks the decrimi-
nalization o f abortion in El Salvador. It also examines the facts and context of
the Petition filed before the LACHR on the cases o f nine women convicted
o f aggravated homicide against their newbom children in El Salvador. The
lawsuit by the LACHR before the Court, like the Petition, accuses El Salvador
o f violating human rights contained in the American Convention on Human
Rights by allegedly penalizing miscarriages and obstetric emergencies in the
country. This paper inquires into the veracity o f arguments presented in the
complaint in light o f existing evidence in judicial and official documents
o f the “Manuela” case and the cases o f “The 17+”, including first instance
court judgments, motions and requests before tribunals, appeals judgments,
El Salvador Supreme Court opinions and LACHR reports as o f 2019.

Keywords: abortion, infanticide, El Salvador, obstetric emergency, mis-


carriage, stillbirth, Inter-American system.

I. Introducción

La C ID H ha presentado una dem anda contra El Salvador ante la Corte


ID H , M anuela y familia, El Salvador*1, alegando que El Salvador es res­
ponsable de violaciones de derechos hum anos en contra de una m ujer
que habría sido condenada a pena de prisión por supuesto parto extra­
hospitalario. En 2015, dos de las O N G peticionarias del caso “M anuela”,
el Centro de D erechos Reproductivos y la Agrupación Ciudadana por la
D espenalización del Aborto Terapéutico, Etico y Eugenésico, presentaron
otra petición sobre nueve casos del grupo de “Las 17+” ante la CID H ,
la cual no tiene aún informe de adm isibilidad2. Sin embargo, ha exigido
y logrado la liberación de una de las condenadas: Teodora del Carm en
V ázquez de Saldaña, com o se describe m ás adelante, y ha concedido, al
menos, una audiencia tem ática titulada “El Salvador: M ujeres privadas

recibido el 1 de mayo de 2020 y aceptado para su publicación el 25 de agosto de 2020.


Correo electrónico: [email protected]
1 CID H , “Manuela y Familia, El Salvador”, Informe n.° 29/17. Este y todos los do­
cumentos a los que se hace referencia en las notas al pie se encuentran más detalladamente
citados en la extensa sección de bibliografía al final de este artículo, y se puede acceder a
ellos en línea a través de los enlaces allí indicados.
2Véase C entro de D erechos R eproductivos y A grupación C iudadana por la D es -
penalización del A borto T erapéutico, É tico y E ugenésico de E l S alvador, “Petición ante
la Comisión Interamericana de Derechos Hum anos”.

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de libertad por emergencias obstétricas”, a las O N G peticionarias3. A si­


mismo, el principal propósito de las denuncias en el ámbito nacional e
internacional ha sido la prom oción de la despenalización del aborto en
El Salvador, según lo expresado por las organizaciones peticionarias del
caso “M anuela” en los m edios de comunicación masiva y en las audiencias
tem áticas de la C ID H 4. C om o resultado, organismos internacionales de
derechos humanos han exigido al país la exoneración y liberación de estas
mujeres, denunciando su detención y penas de cárcel com o una grave
violación de derechos hum anos5. La C ID H , por su parte, desde 2017,
tras su visita de trabajo a El Salvador, ha recom endado la liberación de
“Las 17+”, indicando que estas m ujeres han sido “encarceladas tras sufrir
complicaciones obstétricas, resultado de la criminalización total del aborto
en el país”6. El gobierno de El Salvador, en ocasiones, ha rechazado estos
alegatos, aunque no ha tenido una clara posición al respecto.
La dem anda ante la Corte ID H , la petición ante la C ID H y la pro­
m oción por parte de esta de la liberación de “Las 17 + ” se enmarcan en el
contexto político de una cam paña realizada por O N G que prom ueven la
despenalización del aborto en El Salvador, peticionarias en el caso “M a­
nuela” y en la petición sobre nueve condenadas por homicidio agravado:
el Centro de D erechos Reproductivos; la Agrupación Ciudadana por la
Despenalización del Aborto Terapéutico, Etico y Eugenésico y la Colectiva
Feminista para el Desarrollo Local7. Estas organizaciones han llevado a
cabo, por varios años, una cam paña jurídica, política y m ediática en el
ám bito nacional e internacional para presionar al gobierno salvadoreño a
que despenalice el aborto en el país y a que libere de la cárcel a veinticinco
m ujeres presas por supuestos partos extrahospitalarios en El Salvador,
designadas m ediáticam ente com o “Las 17+”8.

3 CID H , “Audiencia tem ática “El Salvador: Mujeres privadas de libertad por emer­
gencias obstétricas”.
4 CID H , Audiencia tem ática “El Salvador...” [O N G que incluyen el Center for
Reproductive Rights y la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto Terapéutico,
Ético y Eugenésico de El Salvador denuncian que mujeres han sido encarceladas en el país por
emergencias obstétricas, lo cual niegan los representantes del Estado). Véase, CIDH, Audiencia
temática “Situación de derechos humanos de las mujeres y las niñas en El Salvador”, 147
periodo de sesiones, [comisionadas Tracy Robinson, Rose Marie Antoine y Rosa María Ortiz
expresan preocupación por mujeres encarceladas por abortos espontáneos en El Salvador).
5V éase CID H , “Conclusiones y observaciones sobre la visita de trabajo de la C ID H
a El Salvador”.
6 CIDH, “C ID H urge a El Salvador a terminar con la criminalización total del aborto”.
7 CID H , “Manuela y Familia, El Salvador”, Informe n.° 153/18.
8 V éase Alejandra C árdenas, “CR R in the Field”, quien detalla la estrategia jurídica
para utilizar el sistema internacional de derechos humanos a fin de conseguir la despen­
alización del aborto en El Salvador.

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D ichas cam pañas han estado dirigidas a persuadir al público salvado­


reño y extranjero de que El Salvador condena a injustas penas de cárcel a
mujeres pobres que sufren emergencias obstétricas; supuestam ente debido
al excesivo celo de sus autoridades en perseguir el delito de aborto pro­
vocado. Organism os internacionales de derechos hum anos han exigido al
país la exoneración y liberación de estas mujeres, denunciando su deten­
ción y penas de cárcel como una grave violación de dichos derechos9. El
gobierno de El Salvador en ocasiones ha rechazado estos alegatos, aunque
no ha tenido una clara posición al respecto10.
Ello, debido a que El Salvador es uno de los ocho países en Am érica
Latina y el Caribe que reconocen el derecho a la vida del niño por nacer
en su Constitución, la cual “reconoce com o persona hum ana a todo ser
hum ano desde el instante de la concepción”11. También form a parte de
los nueve países de la región donde se penaliza el aborto directo, volun­
tario o provocado bajo cualquier circunstancia, no estando contem plados
supuestos de aborto no punible o excusas absolutorias por vida o salud
de la madre, violación o malform ación fetal “incom patible con la vida”,
existentes en otros países de la región12.
En, al menos, tres ocasiones, en 2007, 2011 y 2013, la Corte Suprema
de Justicia de El Salvador ha afirmado la constitucionalidad de la penali-
zación del aborto en el país y su armonía con los tratados internacionales
de derechos humanos ratificados por el Estado, particularmente con la
Convención Americana sobre Derechos Hum anos y la Convención sobre
Derechos del N iño13. La Sala Constitucional, además, interpretó en 2011 y

9 Véase, CID H , “Saluda la decisión de las autoridades de El Salvador de conmutar


la pena y conceder la libertad a Teodora del Carmen Vásquez, tras 10 años de prisión
por haber sufrido un aborto espontáneo” y CID H , “C ID H llama a El Salvador a revisar
detenidamente las condenas en cada uno de estos casos y a reformar la legislación que
prohíbe actualmente el aborto en todas circunstancias, de conformidad con los estándares
internacionales de derechos hum anos”].
10V éase U.S. D epartment of S tate, “El Salvador 2016 Hum an Rights Report”, p. 23
(describiendo denuncias e indicando que el Instituto de Medicina Legal ha respondido
que estas mujeres han cometido infanticidio y no aborto],
11 Constitución Política de la República de El Salvador, artículo 1.
12 Los nueve países de la región donde se penaliza el aborto directo, voluntario o
provocado bajo cualquier circunstancia son: Dominica, El Salvador, Haití, Honduras,
Guatemala, Nicaragua, República Dominicana, Paraguay y Surinam. Véase Código Penal de El
Salvador, artículos 133-41; Código Penal de República Dominicana, artículo 317; Code Pénal
de Haití, article 262; Código Penal de Honduras, artículos 126-32; Código Penal de Nicaragua,
artículos 143-49; Código Penal de Surinam, articulo 309(1), 355-358. Chile estuvo incluido
entre esta categoría hasta 2017, cuando su legislatura despenalizó el aborto bajo tres causales.
13 Véase C entro de D ocumentación J udicial de C orte S uprema de J usticia de E l
S alvador, S ala de lo C onstitucional de la C orte S uprema de J usticia, Am paro 310-

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2013 la defensa de “estado de necesidad” contemplada en el articulo 27 del


Código Penal, indicando que esta permitiría el aborto indirecto, es decir, a
través de actos propios del parto prematuro en situaciones de grave e inmi­
nente peligro para la vida y la salud de la madre, pero no el aborto directo
donde se procura la destrucción del feto o muerte de la persona por nacer14.
En este artículo se refutan los hechos denunciados en la dem anda
contra El Salvador ante la Corte ID H y en la cam paña por la liberación
de “Las 17+” ante la CID H , m ediante el análisis de veinticinco casos que
incluyen el caso “M anuela” y los nueve casos objeto de la petición de
2015 ante la C ID H , al igual que otros, pertenecientes al m ism o grupo
de “Las 17+”, litigados en cortes nacionales. L a investigación se basa en
expedientes judiciales y docum entación oficial de estos veinticinco casos,
la cual incluye sentencias de cortes de primera instancia, escritos y solici­
tudes presentados en juicio, sentencias de revisión, dictámenes de la Corte
Suprem a de Justicia e informes de la CID H , evidencia que demuestra,
sin lugar a duda, que los casos de “M anuela” y “Las 17+” son ejem plos de
penalización del homicidio agravado y no de penalización de emergencias
obstétricas ni de abortos provocados.

II. El aborto espontáneo, el parto extrahospitalario


y el homicidio en el derecho salvadoreño

Los hechos son im portantes al considerar seriam ente las acusaciones


contra El Salvador, pues un aborto espontáneo o un parto extrahospi­
talario seguido de la m uerte no provocada del niño son situaciones por
com pleto diferentes de un aborto y de un homicidio. N o existe en un
aborto espontáneo o en un parto extrahospitalario la intención de acabar
con la vida del hijo o hija por parte de la m adre o de terceros, com o existe
en el aborto provocado. Si el Estado, en efecto, privara de libertad a una
m ujer que ha sufrido aborto involuntario o emergencia obstétrica, sin
duda caracterizarían estos hechos una violación de derechos humanos.

2013; C entro de D ocumentación J udicial de C orte S uprema de J usticia de E l S alvador,


S ala de lo C onstitucional de la C orte S uprema de J usticia, Am paro 166-2009; C entro
de D ocumentación J udicial de C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, S ala de lo
C onstitucional de la C orte S uprema de J usticia, Inconstitucionalidad 67-10; S ala de lo
C onstitucional de la C orte S uprema de J usticia, Inconstitucionalidad 18-98.
14 C entro de D ocumentación J udicial de C orte S uprema de J usticia de El S alvador,
S ala de lo C onstitucional de la C orte S uprema de J usticia, Inconstitucionalidad 67-10;
C entro de D ocumentación J udicial de C orte S uprema de J usticia de El S alvador, S ala
de lo C onstitucional de la C orte S uprema de J usticia, Am paro 310-2013.

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El aborto involuntario, ya sea o no producto de un parto extrahospi­


talario, no es un delito punible en ningún país del m undo y tam poco en
El Salvador. El Código Penal de El Salvador, al igual que el de Guatem ala,
M éxico y Nicaragua, por ejemplo, establecen específicamente que el aborto
involuntario no es punible, aun cuando la conducta de la m adre pueda
haber causado o contribuido a la m uerte natural del niño o la niña por
nacer: “El aborto culposo ocasionado por la propia m ujer em barazada, y
la tentativa de ésta para causar su aborto no serán punibles”15. Tam poco
es punible la m uerte natural de la persona, incluyendo el niño o niña
recién nacida, donde no ha m ediado dolo, negligencia o responsabilidad
penal alguna.
El homicidio del propio hijo, por otra parte, sí es un delito punible
en El Salvador, al igual que en todos los ordenamientos jurídicos de la
región y sistem as legales del mundo. El homicidio del niño después del
nacimiento con vida, perpetrado ya sea por la madre o el padre, se penaliza
bajo la figura de homicidio agravado en el Código Penal salvadoreño. En
El Salvador, com o en otros países latinoamericanos, este crimen consiste
en un homicidio con factores agravantes de tal malicia o crueldad, que a
juicio del legislador justifican la aplicación de una pena mayor. Entre otros
actos tipificados com o homicidio agravado, el Código Penal salvadoreño
incluye la figura penal antes llam ada “parricidio” e “infanticidio”:

“Se considera homicidio agravado el com etido con alguna de las circuns­
tancias siguientes: [...] En ascendiente o descendiente, adoptante o adop­
tado, hermano, cónyuge o persona con quien se conviviere maritalmente
[...] En estos casos la pena será de treinta a cincuenta años de prisión”16.

Las sentencias del caso “M anuela” y de los otros veinticuatro casos


analizados en esta investigación revelan que ni una sola de estas indaga­
ciones o condenas se relaciona con la penalización de abortos espontáneos,
emergencias obstétricas o m uerte natural del recién nacido, sino con el
delito común de homicidio agravado, donde la m adre acaba intencional­
m ente con la vida de su hijo o hija después de su nacimiento con vida.
La pena im puesta a las m adres condenadas por homicidio agravado de
sus hijos fue, en su m ayor parte, la pena m ínim a establecida por la ley
salvadoreña, de treinta años de prisión, con la única excepción de M aría

15 Código Penal de El Salvador, artículo 137(2); Código Penal de G uatem ala,


artículo. 139; Código Penal Federal de México, artículo 333; Código Penal de Nicaragua,
artículo 145. V éase “aborto imprudente” en Código Penal de Nicaragua, artículo 145 (que
específicamente excluye la sanción penal en el caso donde la conducta negligente de la
madre haya contribuido al aborto involuntario).
16 Código Penal de El Salvador, artículo 129(1) (énfasis añadido).

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Teresa Rivera, quien fue sentenciada a la pena m áxim a de cuarenta años


y luego exonerada.

III. “M anuela" y “L as 17+


tras la impunidad del infanticidio para despenalizar el aborto

El Centro de D erechos Reproductivos y la Agrupación Ciudadana por la


Despenalización del Aborto Terapéutico, Etico y Eugenésico, organiza­
ciones peticionarias del caso M anuela, han utilizado al menos veinticinco
casos de infanticidio para promover la legalización del aborto voluntario en
El Salvador, solicitando la liberación y absolución de las siguientes m ujeres
condenadas por homicidio agravado de sus hijos en instancia judicial17:
1. A lba Lorena Rodríguez Santos
2. Carm en G uadalupe V ásquez Aldana
3. Cinthia M arcela Rodríguez Ayala
4. Elsi Marlene Rosales García
5. Ena Vinda M unguía Alvarado
6. Evelyn Beatriz Hernández Cruz
7. Evelyn del Carm en Sánchez Cabrera
8. Imelda Isabel Cortez Palacios
9. Isabel Cristina Quintanilla
10. Johana Iris Rosa Gutiérrez
11. Karina del Carm en Herrera Clím aco
12. Katherine Jocelyn M azariego Orellana
13. Maira Verónica Figueroa M arroquín
14. M aría del Carm en García Alvarenga
15. M aría del Tránsito Orellana
16. M aría Edis Hernández M éndez de Castro
17. M aría M arina Pérez M artínez
18. M aría Teresa Rivera
19. M ariana López Zelada
20. M aricela Em peratriz Albizuri
21. Marina de los Ángeles Portillo
22. M aritza de Jesús G onzález
23. M im a Isabel Ram írez de Martínez

17 Véase Fundación V ida SV, “Las 17 y M as” (nombres de abogados representantes


de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, en sentencias y solicitudes
de indultos originales de casos listados, incluyendo, por ejemplo, Morena Soledad Herrera
Argueta y Dennys Estanley Muñoz Rosa).

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24. Salvadora Carolina Rivas


25. Teodora del Carm en V ázquez de Saldaña
Los casos fueron designados com o “Las 17 + ” en las cam pañas m ediá­
ticas; un número nada más que simbólico, pues algunos m edios de com u­
nicación han dicho que la Agrupación Ciudadana por la D espenalización
del Aborto ya ha conseguido la liberación de cuarenta y una m ujeres y
procurado la exoneración o indulto de alrededor de otras dieciséis más,
sum ando cincuenta y siete casos de m ujeres investigadas o condenadas
por homicidio agravado de sus hijos18. En esta investigación se ha logrado
docum entar el litigio de veinticinco casos cuya información es de acceso
público en los tribunales salvadoreños de los cuales dieciséis, com o se
explica m ás adelante, han resultado en la liberación de la condenada o
im putada por homicidio agravado.
Al m enos diez de estos casos han sido presentados a través de peti­
ciones individuales ante la C ID H , la cual ha recom endado la liberación
de “Las 17+”, indicando que estas han sido injustam ente “encarceladas
tras sufrir complicaciones obstétricas, resultado de la criminalización total
del aborto en el país”19. Uno de los casos presentados ante la C ID H ha
sido declarado admisible y llevado ante la Corte ID H a través de una
dem anda contra El Salvador bajo la designación de “M anuela y familia,
El Salvador”. Además, la C ID H ha recibido una petición y concedido una
audiencia tem ática sobre al menos nueve casos y ha exigido a El Salvador
la liberación de una de estas condenadas, com o se describe a continua­
ción. Los otros quince han sido litigados en juzgados nacionales de El
Salvador y, aunque, por el momento, no han sido form alm ente escalados
a instancias interamericanas de derechos humanos, form an parte de la
cam paña por la liberación de “Las 17+”, que ha recibido am plio apoyo
por parte de la C ID H .

3 .1 H echos y evolución del caso “M anuela ”

El Centro de D erechos Reproductivos y la Agrupación Ciudadana por la


D espenalización del Aborto solicitaron a la C ID H que se mantuviera en
el anonimato la identidad de M aría Edis Hernández M éndez de Castro
y que se le llamara por el seudónim o de “M anuela”; tam bién pidieron
reserva para la identidad de los familiares y la “información m édica” de
M aría Edis20. A unque sí ha utilizado el seudónim o de “M anuela” en los

18 Véase “La O N G que logró liberar a 41 mujeres pobres...”, p. 12.


19 CID H , “C ID H urge a El Salvador...”.
20 CID H , “Manuela y Familia, El Salvador”, Informe n.° 29/17, p. 2, nota 1.

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informes y la dem anda del caso, la C ID H no hizo ninguna resolución


explicita sobre esa solicitud, ni ha declarado reserva sobre la identidad o
información m édica de M aría Edis, probablem ente porque esta últim a
solicitud im plicaría la im posibilidad de exam inar evidencia sobre los
hechos en instancias interamericanas. El Salvador da acceso público a la
sentencia de M aría Edis sin ocultar su nom bre ni utilizar seudónimo, ya
que casi siem pre perm ite la reserva de la identidad solo para las víctimas
de ciertos crímenes y no para los victimarios, a menos que sean menores
de edad, que no es el caso de M aría Edis.
“M anuela”, la presunta víctima nombrada en la dem anda de la C ID H
contra El Salvador, fue condenada en un juzgado rural de El Salvador en
2008, en la aldea de Cacaopera, por homicidio agravado en contra de su
hijo varón recién nacido21. Los m edios de prueba aportados en el único
juicio en que se examinaron los hechos del caso acreditaron que M aría
Edis terminó con la vida de su hijo recién nacido al arrancarle violenta­
m ente el cordón umbilical y tirarlo en una letrina, donde el bebé murió
asfixiado en heces fecales22.
Sobre la base de los medios probatorios aportados en juicio, el tribunal
de prim era instancia concluyó que “ha existido en el hecho la relación
causal” entre la expulsión del recién nacido en la letrina y su muerte,
llegando a un grado de “certeza positiva” sobre la m uerte provocada del
recién nacido y la “autoría directa de la im putada” en la comisión del cri­
m en23. Por ello, el tribunal de sentencia, integrado por tres jueces condenó
por unanim idad a M aría Edis a treinta años de prisión, la pena mínima
por homicidio agravado, tom ando en cuenta a su favor su “bajísim o nivel
cultural”24.
M aría Edis estuvo tan solo dos años en prisión después de ser conde­
nada en 2008, debido a que m urió de cáncer linfático avanzado en 2010,
enferm edad que padecía desde antes de que ocurriera el crimen, al menos
desde 2 0 0 6 25. El Centro de D erechos Reproductivos, la Agrupación por
la D espenalización del Aborto y la Colectiva Feminista presentaron una
petición sobre el caso “M anuela y fam ilia” ante la C ID H dos años después
de la m uerte de M aría Edis, en 2012.
En la demanda, la C ID H disputa los hechos probados en juicio y alega
que M aría Edis fue indebidam ente condenada por homicidio agravado

21 CID H , op. cit., p. 3.


22 T ribunal de S entencia de S an Francisco G otera, causa penal número TS066-
2008, sentencia del 11 de agosto de 2008, l|[V.
23 Ibid.
24 Op. cit., (J[VI(4].
25 CID H , “M anuela y Familia, El Salvador”, Informe n.° 29/17, p. 2.

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cuando, en realidad, se trataba de un aborto espontáneo, proponiendo


así que la Corte ID H actúe com o una corte de apelaciones o tribunal de
revisión de cuarta instancia, lo cual requeriría que la Corte reevalúe la
prueba, a la cual no tiene acceso, y absuelva a la condenada, que falleció
hace casi diez años. La demanda de la C ID H relata, también, otros hechos
relativos a problem as de condiciones carcelarias y acceso a servicios de
salud, que nada tienen que ver con la condena por homicidio agravado,
donde alegan que habría negligencia por parte de las autoridades salva­
doreñas y responsabilidad del Estado por la m uerte de M aría Edis26.
Por último, la C ID H sugiere, en la demanda, que la Corte Interameri-
cana condene al Estado de El Salvador, entre otros, a despenalizar el aborto
bajo tres causales a través de una regulación ejecutiva, en especial un pro­
tocolo, en lugar de una ley o reforma penal que implique aprobación de la
Asam blea Legislativa27. También solicita que se condene al Estado a pagar
compensación económica por daño material e inmaterial a la familia de María
Edis, que se restrinja los informes médicos sobre aborto e infanticidio bajo
la excusa de proteger el secreto profesional, como se explica en la sección
5, y que se den capacitaciones a empleados del Poder Judicial destinadas a

“eliminar el uso de estereotipos discrim inatorios sobre el rol de las


m ujeres tom ando en cuenta su im pacto negativo en las investigaciones
penales y en la valoración probatoria y sobre responsabilidad penal en
decisiones judiciales”28.

3 .2 In d u lt o s y e x o n e r a c io n e s d e “L a s 1 7 + ”

El indulto de condenados por delitos comunes es permitido en El Salvador


por el Código Penal y la Ley Especial de O cursos de Gracia. El Código
Penal perm ite la extinción de la pena mediante indulto y define el m ism o
com o “la extinción de la pena im puesta por sentencia ejecutoriada dejando
subsistente la responsabilidad civil”29. La Corte Suprem a de Justicia ha
interpretado este artículo indicando que su

“finalidad es suprimir o moderar el rigor excesivo de la ley, corrigiendo


m ediante el m ism o injusticias producto de graves errores judiciales; así
com o también, lograr la reinserción del condenado”30.

26 CID H , “Manuela y Familia, El Salvador”, Informe n.° 29/17, pp. 3-4.


27V éase CID H , “C ID H presenta caso sobre El Salvador a la Corte ID H ”, p. 3; CIDH,
“Manuela y Familia, El Salvador”, Informe n.° 153/18.
28 CID H , “C ID H presenta caso sobre El Salvador...”, p. 4; CID H , “Manuela y Familia,
El Salvador”, Informe n.° 153/18.
29 Código Penal de El salvador, artículos 96(5), 105.
30 V éase C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 18-IN D-2014, (|[IL

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Cuando el reo se encuentra en prisión, la Ley de O cursos de Gracia re­


quiere la valoración de un informe sobre conducta emitido por el C on ­
sejo Criminológico regional o nacional que informara sobre la conducta,
antecedentes y peligrosidad del im putado31.
La Ley Especial de O cursos de Gracia perm ite el indulto no como
un derecho, sino com o una “gracia” que concede la A sam blea Legislativa,
con aprobación de la Corte Suprem a de Justicia, por lo general cuando el
reo ha cumplido, al menos, la m itad de la pena, por razones humanitarias
(com o cuando el reo padece de una enferm edad degenerativa} o cuando
existen factores que disminuyen la culpabilidad moral o legal de un reo32.
La Corte Suprem a de Justicia debe emitir una “opinión razonada acerca
de la conveniencia o inconveniencia de la concesión de la gracia, tom ando
en cuenta m ás que todo, razones de índole m oral” como en casos en que
en la comisión del delito “medió algún estímulo poderoso y disculpable”
com o “la pasión, la miseria o el error [y no] la malicia y la depravación”,
de acuerdo a la Ley Especial de Ocursos de Gracia33.
La Corte Suprem a de Justicia ha interpretado esta ley de la siguiente
manera:

“Es im portante aclarar que la estim ación de la conveniencia o no de la


gracia requerida, no atiende a parámetros estrictamente de legalidad, sino
m ás bien, com o su m ism o significado gramatical lo encierra, ‘gracia’, no
es m ás que un favor que se hace sin estar obligado a realizarlo, por tal
razón su análisis se inclina a valoraciones sociales, éticas y políticas, pues
no se constituye en un recurso que permitiría conocer de defectos de
fondo o form a que hayan podido concurrir a lo largo del proceso, sino tal
y como antes se indicó a motivaciones de m oralidad, justicia y equidad”34.

La Corte Suprem a de Justicia ha tam bién señalado que:

“no debe concebirse el Indulto como un medio para recurrir de la decisión


judicial, al grado de impugnar defectos de fondo o form a que pudieron
concurrir en el desarrollo del proceso, porque eso implicaría una injerencia
del Legislativo en el Poder Judicial”35.

Por ello, es im portante resaltar que cuando algunas de las m ujeres priva­
das de libertad m encionadas en este estudio han obtenido un beneficio
de indulto o una conm utación de pena, ello no significa que hayan sido

31 Ley Especial de Ocursos de Gracia, artículo 25.


32 Op. cit., artículos 13, 15, 17, 18, 25.
33 Op. cit., artículo 39 [énfasis añadido].
34 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 1 l-IN D -2014, (j[II.
35 Op. cit., 23-IN D -2014, f l l .

23
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

absueltas o que se les condenó injustam ente por haber tenido abortos
espontáneos o com plicaciones obstétricas; para el sistem a judicial estas
m ujeres continúan siendo culpables del crimen que cometieron, no obs­
tante, han recibido un perdón total o parcial de su condena por parte de
la Asam blea Legislativa.
D icha A sam blea puede conceder o denegar la solicitud de indulto
cuando la Corte Suprem a de Justicia ha em itido dictam en favorable a la
m ism a, m as no puede en ningún caso otorgar un indulto cuando la Corte
Suprem a ha emitido dictamen desfavorable36. La libertad por indulto pue­
de ser concedida de manera absoluta o condicionada y con restricciones37.
Asimismo, la libertad puede ser otorgada a un condenado o condenada
por “conm utación de la pena”, com o ocurrió en cinco de los casos m en­
cionados en este estudio, en los que la Ley de O cursos de Gracia otorga
al Presidente de la República la facultad de sustituir la pena principal
im puesta por sentencia ejecutoriada por otra menor, incluso, una que no
fuese privativa de libertad38. Esta gracia tam poco constituye una absolu­
ción o exoneración por el crimen cometido.
L a Agrupación Ciudadana por la D espenalización del Aborto, O N G
peticionaria del caso “M anuela”, ha solicitado ante la Corte Suprem a de
Justicia de El Salvador, el indulto de al menos diecisiete m ujeres condena­
das por cometer homicidio agravado en contra de sus hijos recién nacidos y
la exoneración de siete mujeres acusadas o condenadas por el mismo delito.
Las solicitudes ante la Corte Suprem a de Justicia fueron, en la mayoría
de los casos (quince de diecisiete), rechazados y en dos casos concedi­
dos. Adicionalmente, la Agrupación Ciudadana por la D espenalización
del Aborto tam bién obtuvo la exoneración de siete m ujeres acusadas o
condenadas por infanticidio, com o se describe en la últim a subsección.

3.3 S olicitudes de indulto denegadas

En abril de 2014, abogados de la Agrupación Ciudadana por la D espena­


lización del Aborto, solicitaron indultos para diecisiete m ujeres condena­
das por homicidio agravado de sus hijos en diversos tribunales del país,
invocando la Ley Especial de O cursos de Gracia. En quince casos, dichos
indultos fueron denegados y en dos concedidos.
En cada caso descrito en esta sección, la Corte Suprem a de Justicia
denegó el indulto solicitado sobre la base de un informe desfavorable del

36 Ley Especial de Ocursos de Gracia, artículos 17-18.


37 Op. cit., artículos 18-24.
38 Op. cit., artículos 28-36.

24
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

Consejo Criminológico regional o nacional sobre cada m ujer privada de


libertad, que, generalmente, concluía que la condenada tenía un rango
m edio de peligrosidad, capacidad criminal y adaptabilidad social, poco
o ningún cam bio de conducta en prisión, poca o ninguna em patia por la
víctima, justificación del delito com etido y poca o ninguna garantía de no
repetición, factores que no favorecerían su reinserción en la sociedad39.
O tro factor com ún de estos casos es que en cada uno de ellos la Corte
Suprem a de Justicia ha señalado que las pretensiones de los solicitantes
eran incom patibles con la naturaleza y finalidad del indulto según el Có­
digo Penal, señalando, por ejem plo:

“las razones mencionadas por los solicitantes para ser concedida la gracia
[...] únicamente se limitan a establecer una crítica a la form a en que
fueron ponderados los distintos elementos de prueba que se produjeron
en juicio, situación que [...] poco o nada corresponde a una solicitud de
gracia de esta naturaleza”40.

Evelyn del Carm en Sánchez Cabrera

Condenada en 2010 por apuñalar a su hija recién nacida en el pecho y el


cuello y lanzarla en una fosa séptica, de donde fue rescatada para luego
morir a causa de las lesiones sufridas41. D e acuerdo con la evidencia dispo­
nible, que incluía el reconocimiento m edicolegal y autopsia de la víctima,
el reconocimiento m edicolegal, adem ás del análisis de su A D N , peritaje
psiquiátrico, por un lado, análisis serológico y testimonio de cinco testigos,
se m uestra que la im putada lesionó a la niña con una navaja y la tiró lue­
go a una fosa séptica bajo el servicio sanitario de su residencia, donde la
hermana y m adre de la acusada encontraron a la niña aún con vida42. La
hermana, Eva Rosalina Sánchez Cabrera, rescató a la bebé, escuchándola
gemir y encontrándola envuelta en varios trapos y se la dio a Evelyn del
Carmen, quien le quitó el trapo con que estaba envuelta y trató de tirarla
nuevamente. A nte esto, la madre tom ó a la m enor y com enzó a limpiarla,
ya que todavía se encontraba con vida. Eva Rosalina decidió cambiarse de

39 Véase, por ejemplo, Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de Maira Verónica


Figueroa Marroquín; C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 18-IN D-2014, <j[II, op.
cit. [énfasis añadido],
40 Ibid.
41 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Proceso penal con referencia judicial 19-
C2-2010, sentencia del 26 de febrero de 2010; Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de
Evelyn del Carmen Sánchez Cabrera.
42 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Proceso penal con referencia judicial 19-
C2-2010.

25
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

ropa y en ese m om ento su madre dice que la menor estaba apuñalada en el


pecho y en el cuello; poco tiem po después la bebé falleció43. Eva Rosalina
se fue hacia el pueblo y reportó a los policías lo sucedido. M ientras que
su m adre observó que Evelyn Sánchez quem ó el pantalón utilizado para
sacar a la recién nacida y enterró los trapos encontrados44.
En audiencia judicial, la m ujer confesó el delito, indicando que su
com pañero de vida tenía la culpa, porque no quería a la recién nacida,
que desde el m om ento del em barazo la había rechazado y la golpeaba
diciendo: “ese bicho no era de él”, y le “llevaba aguas para que las tom a­
ra y se le viniera la niña”45. La im putada relató que habían discusiones
y que el hom bre la golpeaba enfrente a su otro hijo, que eso la afectó,
que a “causa de eso pasó todo lo que dice ya que si él hubiera apoyado
no hubiera pasado”46. Indicó, además, que después de dar a luz, le había
enseñado la niña a su compañero, para ver si cam biaba de opinión, pero
que él se puso furioso, afirmando que no quería nada con ella, ni la quiso
conocer. L a im putada relata que fue entonces que enloqueció, se tiró al
suelo y encontró una navajita y le hizo lesiones a su hija sin saber nada
de lo sucedido; indicó que sí sabía que había lanzado a la recién nacida
al inodoro de la casa y que estaba arrepentida47. Los jueces evaluaron la
totalidad de la evidencia, contrastando el testim onio de Evelyn junto con
el dictam en psiquiátrico y las declaraciones de los testigos, y concluyeron
que no sufría de incapacidad mental al grado de no com prender la norma
penal que prohíbe matar, por lo que fue condenada por unanim idad a la
pena m ínima por homicidio agravado de treinta años de prisión48.
El dictamen criminológico em itido ante la solicitud de indulto con­
firmó la capacidad mental de Evelyn del Carmen, indicando que poseía
“procesos psicológicos funcionales que le perm iten diferenciar la licitud
de sus actos”, pero que dem ostraba

“escaso desarrollo en la vida carcelaria [...] posturas egocéntricas, narcisis-


tas, pesimistas y [...] acepta el delito pero lo hace fríamente, justificándolo
y racionalizándolo; por lo tanto, no ha desarrollado capacidad para sentir
em patia hacia la víctim a”49.

43 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Proceso penal con referencia judicial 19-


C2-2010.
44 Ibid.
45 Op. cit., p. 13 (bis).
46 Ibid.
47 ibid.
48 Op. cit., p. 23 (bis).
49 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 13-IN D-2014, f 2 .

26
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

El dictam en tam bién indicó que presentaba un

“nivel de agresividad, labilidad afectiva, egocentrismo, impulsividad media


y por tanto una adaptabilidad social e índice de peligrosidad m edia”50.

Por ello, la Corte Suprem a de Justicia denegó el indulto solicitado.


A pesar de que este caso no tenga ninguna relación causal con el abor­
to, en noviembre de 2019, las congresistas dem ócratas M erika Colem an,
Stephanie Howse, Cindy Polo, N ikem a W illiams y Raquel Terán de los
estados de Alabam a, Georgia y Ohio de Estados Unidos, visitaron el penal
de m ujeres de Izalco donde se fotografiaron junto a Evelyn del Carm en
y otras doce m ujeres privadas de libertad, abogando por su liberación y
por la despenalización del aborto en El Salvador51.

M aría del Carm en G arcía Alvarenga

Condenada en 2000 por homicidio agravado de su hijo por estrangula­


ción52. D os testigos encontraron a la mujer, que laboraba com o em pleada
dom éstica en una residencia, en m al estado de salud y con obvios signos
de haber dado a luz, por lo que sospecharon aborto provocado y llamaron
a la policía, pero cuando llegó, no encontró el cuerpo de la víctim a53. Al
siguiente día, los testigos encontraron en una cerca de su residencia, en
el interior de una bolsa plástica, el cuerpo de un recién nacido con restos
de la placenta y enrollado alrededor del cuello un suéter manchado de
sangre a m odo de estrangulación. Reportaron el hecho a la policía. D e
acuerdo con la prueba aportada, que incluía, en el caso de la víctima,
autopsia, análisis de A D N , reconocimiento m édico forense; y en el caso
de la sospechosa, peritaje psicológico, análisis de A D N y reconocimien­
to m édico forense. Además, el testim onio de cuatro testigos. Todo ello,
evidencia que el bebé nació con vida y su causa de m uerte fue asfixia
m ecánica, por “obstrucción de vías aéreas superiores”54. L a inculpada
negó recordar nada de lo sucedido. Su peritaje psiquiátrico indicó: “la
im putada referida presenta un trastorno ansioso reactivo a los hechos, lo

50 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 13-IN D-2014, (|[2.


51 Véase Kelly B adén , “State Lawmakers Visited El Salvador for a Fact-Finding
Mission on Abortion Bans”.
52 T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 56-2000-2; Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de M aría del Carmen García
Alvarenga.
53 T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 56-2000-2.
54 Ibid.

27
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

cual no es una enajenación m ental”55. D e este modo, fue condenada por


unanim idad a la pena mínima por homicidio agravado en el año 2000,
que era de veinticinco años de prisión56.
L a Corte Suprem a de Justicia denegó la solicitud de indulto debido
a que, al m om ento de la solicitud, el 1 de abril de 2014, la condenada
se encontraba ya gozando de libertad condicional anticipada y estaba
fuera del sistem a penitenciario desde el 26 de junio de 2013, por lo que
no pudo obtenerse un dictam en actualizado sobre su conducta y nivel
de criminalidad57. En 2015, el Centro de D erechos Reproductivos y la
Agrupación Ciudadana por la D espenalización del Aborto, presentaron
una petición ante la C ID H donde M aría del Carm en fue presentada como
una de nueve presuntas víctim as de violación a sus derechos humanos.
La C ID H recom endó su liberación tras su visita de trabajo al país en no­
viem bre de 2 0 1 758.

M aría Marina Pérez Martínez

Condenada en 2002 a treinta años de prisión por el homicidio agravado


de su hija recién nacida59. La causa de m uerte fue indeterminada, pues el
cadáver de la niña fue hallado entre 48 y 72 horas después de su muerte,
en estado de descom posición y habiendo sido parcialm ente devorado por
un perro y aves de rapiña60. Al igual que en los casos anteriores, se contó
con reconocim iento m édico-legal tanto de la m ujer com o del recién
nacido; análisis de A D N para am bos y cuatro testigos. El peritaje psiquiá­
trico realizado a la m ujer indicó un “retardo m ental leve”, pero no una
incapacidad para discernir entre lo lícito e ilícito de sus actos. Los jueces
hicieron un análisis minucioso de cada elemento probatorio, concluyendo:

“resulta evidente que la procesada es de bajísim o nivel cultural, desarro­


llada en el campo, dentro de un hogar con patrones conductuales auto­
ritarios, que propenden al tem or reverencial, sin embargo, tal situación
no justifica sem ejante conducta criminal de la im putada”,

55 T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia


judicial 56-2000-2.
56 Op. cit., p. 14 (bis].
57 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 1 l-IN D -2014, op. cit., ‘RII.
58 CID H , “C ID H urge a El Salvador...”.
59 T ribunal de S entencia de S an Francisco G otera en M orazán, Proceso penal
con referencia judicial T S 036/2002; Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de María
Marina Pérez Martínez.
“ T ribunal de S entencia de S an F rancisco G otera en M orazán, Proceso penal con
referencia judicial TS 036/2002.

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Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

e im pusieron una sentencia de treinta años de prisión, la pena mínima


por el delito de homicidio agravado61.
La Corte Suprema de Justicia denegó el indulto solicitado debido al dic­
tamen criminológico desfavorable, que encontró que María Marina tenía un
“nivel de agresividad, labilidad afectiva, egocentrismo, impulsividad media” y
también un rango medio de “adaptabilidad social e índice de peligrosidad”62.
Respecto a la capacidad mental de la condenada, la Corte observó:

“no obstante padecer retraso mental leve denota procesos sicológicos


funcionales que le perm iten diferenciar entre lo socialmente instituido
com o bueno y m alo”,

a pesar de lo cual “justifica y racionaliza el delito, tal situación com prom ete
su capacidad em pática hacia la víctima”63. En 2015, el Centro de Derechos
Reproductivos y la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del
Aborto Terapéutico, Etico y Eugenésico, presentaron una petición ante la
C ID H donde M aría Marina fue presentada com o una de nueve presuntas
víctimas de violación a sus derechos humanos. La C ID H recomendó su
liberación tras su visita de trabajo al país en noviembre de 2 0 1 764.

Marina de los Ángeles Portillo

Condenada en 2007 a treinta años de prisión por el homicidio agravado


de su hija recién nacida, a quien causó la m uerte mediante “asfixia por
estrangulación”, de acuerdo con las pruebas aportadas (reconocimiento
médico-legal, análisis de A D N , peritaje psicológico de la sospechosa y tres
testigos, entre otros)65. La im putada cometió el acto en la residencia donde
habitaba y al percatarse sus com pañeros de vivienda de su m al estado de
salud fue llevada al hospital, casi a la fuerza, para recibir atención médica.
Cuando la atendieron en el hospital, dijeron a los m édicos que se trataba
de un aborto, y estos informaron a la policía nacional civil66.
Los oficiales de policía se apersonaron a la vivienda donde residía la
M aría Portillo encontraron el cadáver de la bebé con un calcetín con do­
ble nudo al cuello y otro calcetín en la boca, envuelto en varias bolsas de

61 T ribunal de S entencia de S an F rancisco G otera en M orazán, Proceso penal


con referencia judicial T S 036/2002.
62 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 8-IN D-2014, <j[II.
63 Ibid.
64 CID H , “C ID H urge a El Salvador...”.
65 T ribunal de S entencia de S ensuntepeque, Proceso penal con referencia judicial
81-07-01; Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de Marina de los Ángeles Portillo.
66 T ribunal de S entencia de S ensuntepeque.

29
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

plástico y m etido en una caja de cartón67. Posteriormente, se determinó


que la recién nacida tenía lesiones ocasionadas cuando ya había tenido
vida extrauterina68. El peritaje psiquiátrico ofrecido por la defensa en­
contró que M aría Portillo tenía un alto nivel de ansiedad, pero: “no hay
indicadores que denoten que haya actuado bajo enajenación mental, grave
perturbación de la conciencia o desarrollo psíquico retardado”, que:

“la paciente no presenta indicadores de depresión post parto, trastorno


mental u otro padecimiento que le impida discernir [...] la evaluada
comprendía entre lo bueno y lo malo de sus actos”69.

Los jueces condenaron por unanimidad a Marina de los Ángeles por hom i­
cidio agravado a treinta y cinco años de prisión, tom ando en cuenta las cir­
cunstancias del crimen, que el tribunal calificó como un “acto de violencia
que no se justifica y que no excluye de responsabilidad penal”70.
L a Corte Suprem a de Justicia denegó el indulto solicitado debido al
dictam en desfavorable emitido por el Consejo Criminológico Nacional,
que atribuyó a M arina de los Ángeles una “capacidad criminal media,
por sus niveles de agresividad, labilidad afectiva, egocentrismo e im pul­
sividad”, al igual que un rango m edio de “adaptabilidad social e índice de
criminalidad”71. La Corte tam bién notó que:

“en el área psicológica, se expresa que aún persisten deficiencias, pues no


presenta locus de control interno, es decir, que sigue evadiendo la respon­
sabilidad del hecho delictivo, no ha reflexionado sobre el daño cometido y
en consecuencia, no ha desarrollado capacidad empática hacia la víctima”72.

M aritza de Jesús González

Condenada en el año 2009 por el homicidio agravado de su hijo recién na­


cido, a quien mató a golpes “con la cacha de una cum a” es decir, con el m an­
go de una especie de m achete curvo, que es utilizado para cortar grama,
según los m edios probatorios aportados en juicio. Ponerlo en nota al pie
porque se repite siem pre el m ism o contenido73.

67 T ribunal de S entencia de S ensuntepeque.


68 Ibid.
69 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 23-IND-2014, <j[II, (|[II(B).
70 T ribunal de S entencia de S ensuntepeque, p. 18.
71 C orte S uprema de J usticia de E l S alavador, 23-IN D -2014, (pi(F).
72 Ibid.
73 T ribunal de S entencia de L a U nión, Proceso penal con referencia judicial 135/
2009; Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de Maritza de Jesús González. Véase “C um a”:
cuchillo grande que se usa para rozar y podar césped, en Léxico Oxford, Oxford English
and Spanish Dictionary, Thesaurus, and Spanish to English Translator.

30
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

Según declaraciones de un testigo y de la im putada misma, el em ba­


razo era producto de una infidelidad matrimonial, y ella y la suegra, de co­
mún acuerdo, decidieron m atar al recién nacido, pues el marido de Maritza
González se encontraba en Estados Unidos, y el motivo por el que decidió
terminar con la vida del niño era no perder la ayuda económ ica que él le
enviaba74. La sentencia indica, sin embargo, que la suegra fue absuelta du­
rante el proceso75. El cuerpo del recién nacido, ya sin vida, fue encontrado
en un terreno del m ism o caserío donde vivían la sospechosa y la suegra.
Los jueces la condenaron por mayoría de votos a la pena mínima de treinta
años de prisión por homicidio agravado76.
La Corte Suprem a de Justicia denegó el indulto debido a que la con­
denada fue diagnosticada con

“capacidad criminal media, por sus niveles de agresividad, labilidad afecti­


va, egocentrismo e impulsividad; y en el m ism o sentido, su adaptabilidad
social e índice de criminalidad se encuentran aún en un rango m edio”

y el dictam en em itido por el Consejo Criminológico Nacional fue desfa­


vorable77. Tomó nota el dictam en de que:

“impresiona la frialdad con la que reconoce el com etim iento del delito,
sin mostrar capacidad em pática hacia la víctima, refleja que aún no prevé
las consecuencias de sus actos”

y concluyó: “hay aspectos [...] que deben continuar desarrollándose para


concretizar la reinserción de la interna en la dinámica social”78.
En la petición de 2015 ante la CID H , el Centro de D erechos R epro­
ductivos y la Agrupación Ciudadana por la D espenalización del Aborto
Terapéutico, Ético y Eugenésico, presentaron a Marina de los Ángeles como
una de nueve presuntas víctim as de violación a sus derechos humanos.
La C ID H recom endó su liberación tras su visita de trabajo al país en
noviembre de 2 0 1 779. M aritza es uno de los casos utilizados por Revista
Factum y Colectiva Alharaca para la producción de una revista documental
de “Las 17+”, titulado “M am as asesin as" que fueron presentados en un
foro m ediático en las instalaciones del Centro Cultural de la Em bajada de
España y organizado junto a la colaboración de la Em bajada de Canadá80.

74 T ribunal de S entencia de L a U niOn , p. 11 [bis],


75 Ibid.
76 Ibid.
77 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 17-IN D-2014, ^II(F)-
78 Ibid.
79 CID H , “C ID H urge a El Salvador...”.
80 Véase, Julia G avarrete, “Madres Asesinas/M aritza”.

31
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

Salvadora Carolina D iaz Rivas,

Condenada en 2009 por homicidio agravado de su hija recién nacida, cuya


causa de m uerte fue determ inada com o “asfixia por estrangulación”.81 El
cuerpo de la niña fue encontrado

“en el interior de una bolsa negra, sobre el m onte al que ya se estaban


comiendo los animales, el cual se observaba m utilado de los brazos y de
la pierna derecha, teniendo alrededor del cuello un trapo color rojo fuer­
tem ente amarrado”82.

La mujer aparentemente había ingresado con un diagnóstico de aborto, pero


luego se comprobó que había sido homicidio, pues la bebé nació viva83. Los
jueces hicieron una valoración íntegra de los medios probatorios y tomaron en
cuenta el indicio de la entrevista hecha a la acusada, y condenaron por unani­
midad a Salvadora Carolina a treinta años de prisión por homicidio agravado84.
L a Corte Suprem a de Justicia denegó el indulto solicitado debido
al dictam en desfavorable del Consejo Criminológico Nacional sobre la
conducta de la condenada, atribuyéndole un rango m edio tanto de capa­
cidad criminal como de adaptabilidad social y de peligrosidad85. Respecto
al alegato de que la condenada habría tenido un aborto espontáneo, la
Corte respondió que esta posibilidad “ha sido refutada probatoriam ente
en la sentencia condenatoria firme”86.

Ena Vinda M unguía Alvarado

Condenada en 2010 por intento de homicidio, es decir, homicidio agravado


en grado de tentativa, de su hijo recién nacido, a quien tiró y abandonó en
una fosa séptica87. Según los hechos probados en juicio por tres testigos,
reconocimiento m édico forense del recién nacido y de su madre, análisis
de A D N de ambos, peritaje psicológico, estudio social a la im putada, acta
de inspección ocular de la policía, certificación de los expedientes clínicos
y confesión de la misma, Ena Vinda dio a luz a su hijo en un baño con
fosa séptica de una vecina. A l caer el niño en la fosa, Ena Vinda indicó

81 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Proceso penal con referencia judicial 04-


08-1.
82 Ibid.
83 Ibid.
84 Ibid.
85 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 21-IN D -2014, ‘fllV.
86 Ibid.
87T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Proceso penal con referencia judicial 20-C3-
2010 .

32
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

que escuchó su llanto, pero lo dejó ahí y se fue a la calle a ver los desfiles
patrios que se celebraban ese día.
Los vecinos escucharon el llanto del niño y llamaron a dos agentes de
policía que desm ontaron el servicio sanitario para poder acceder a la fosa.
Pablo M ancía Velásquez bajó a la fosa y rescató al niño, entregándoselo
a los agentes, quienes lo trasladaron al H ospital Nacional de Cojutepe-
que, donde fue auxiliado e ingresado en la sala de neonatos88. Ena Vinda su­
frió hemorragia mientras observaba el desfile y fue trasladada en ambulan­
cia al m ism o hospital donde fue atendido su hijo. Posteriormente confe­

“que es culpable de los hechos que se han dicho, ya que el papá del bebé
le dijo que no se iba a [hacer] cargo, se sintió desesperada, por ello lo hi­
zo”,

alegando que “nunca pensó matarlo solo tirarlo, no se le ocurrió regalarlo”89.


La Corte Suprem a emitió un dictam en desfavorable a la solicitud de
indulto sobre la base de que el dictamen emitido por el Consejo Crim ino­
lógico Nacional le diagnosticó a Ena Vinda capacidad criminal media, por
sus “niveles de agresividad, labilidad afectiva, narcisismo e im pulsividad”,
con un “rango m edio de adaptabilidad social e índice de criminalidad”90.
Luego, el Centro de D erechos Reproductivos y la Agrupación Ciudadana
por la Despenalización del Aborto presentaron una petición ante la C ID H
donde Ena Vinda fue presentada com o una de nueve presuntas víctimas
de violación a sus derechos humanos. La C ID H recom endó su liberación
tras su visita de trabajo al país en noviembre de 20 1 791.

Johana Iris Rosa Gutiérrez

Condenada en 2008 por tentativa de homicidio agravado, denominado


homicidio agravado im perfecto en comisión por omisión, de su hijo recién
nacido, a quien expulsó y abandonó en una fosa séptica, pese a lo cual el
bebé sobrevivió el acto92. D e acuerdo con la evidencia93 y el testimonio

88 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Proceso penal con referencia judicial 20-


C3-2010.
89 Ibid.
90 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 14-IN D-2014, (¡[II(C}.
91 CID H , “C ID H urge a El Salvador...”, op. cit.
92 T ribunal de S entencia de S anta T ecla , Proceso penal con referencia judicial 27-
1-2008; Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de Johana Iris Rosa Gutiérrez.
93 Q ue incluía el reconocimiento medicolegal de sanidad y de sangre, el peritaje
psicológico realizado a la imputada, análisis de A D N de im putada con víctima.

33
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

de ocho testigos, Johana Gutiérrez dio a luz a su hijo y lo expulsó en la fosa


séptica, sin reportar a nadie lo ocurrido ni pedir ayuda94.
L a m ujer indicó que lo había hecho porque su m am á le habría di­
cho que si tenía otro hijo la dejaría sola para que lo criara y la echaría de
casa95. La m adre de la im putada reportó el hallazgo del niño en la fosa
séptica a la policía. L a fiscalía argumentó que Johana Gutiérrez tuvo el
recién nacido a propósito en la fosa séptica; la defensa sostuvo que fue un
accidente. Los jueces establecieron que, con independencia de la voluntad
de dar a luz al bebé en la fosa séptica, este fue encontrado ahí y se tiene
certeza que Johana sabía que su hijo se encontraba allí y no hizo nada
por auxiliarlo. Los jueces la condenaron unánim em ente a quince años de
prisión por homicidio agravado im perfecto96.
L a Corte Suprem a de Justicia denegó la solicitud de indulto debido
al dictam en criminológico, que determ inó que la Johana Gutiérrez

“posee un nivel de agresividad, labilidad afectiva, egocentrismo, im pulsi­


vidad m edia y por tanto una adaptabilidad social e índice de peligrosidad
m edio”97.

La Corte desestim ó los argum entos sobre la supuesta falta de capacidad


m ental de la mujer, quien podría haber sido víctima de violación sexual,
señalando:

“la prueba que consta en el proceso refleja que la penada no está inhibida
para discernir entre lo lícito e ilícito de sus actos, por consiguiente, m e­
diante estas probanzas se evidencia que no concurre alguna de las citadas
causas de exclusión de responsabilidad penal establecidas en el [Código
Penal]”98.

En 2015, Johana Iris fue presentada com o una de nueve presuntas víc­
tim as de violación a sus derechos hum anos en la petición del Centro de
Derechos Reproductivos ante la CID H . La C ID H recomendó su liberación
tras su visita de trabajo al país en noviembre de 2 0 1 7 99.
Siete solicitudes de indulto en el grupo de diecisiete fueron tam bién
denegadas por la Corte Suprem a de Justicia, pero, hasta la fecha de este
artículo, siete de las m ujeres condenadas por homicidio de sus hijos re­

94 T ribunal de S entencia de S anta T ecla , Proceso penal con referencia judicial 27-
1-2008.
95 Ibid.
96 Ibid.
97 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 12-IN D-2014, (j[II.
98 Ibid.
99 CID H , “C ID H urge a El Salvador...”.

34
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

cién nacidos han salido libres bajo la gracia de conm utación de la pena,
otorgada por el Poder Ejecutivo, com o se detalla a continuación.

Cinthia M arcela Rodríguez

Condenada en 2009 por el homicidio agravado de su hijo recién nacido,


a quien cortó con una navaja y fracturó el cuello al nacer, de acuerdo con
la prueba aportada en juicio, que incluía la autopsia de la víctima, análisis
de A D N de la im putada y víctima, exam en psiquiátrico y diligencias de
secuestros de objetos, entre otros100. D espués de com eter el acto, la madre
puso al bebé en una acera pública, cerca de su casa, junto a su propio
certificado patronal del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, por lo que
la policía, ante el hallazgo del cadáver, pudo identificarla inmediatamente,
y al encontrarla y consultarle si tenía conocimiento de un recién nacido
que se encontraba sobre la acera de la senda su hogar, indicó que era su
hijo101. La inculpada afirmó que en verdad no había querido cortar parte
del cuello del niño, pero los jueces desvirtuaron ese argumento sobre la
base del peritaje respecto al uso de la tijera: utilizó el filo del arma blanca
de form a intencionada para causar las lesiones evidenciadas en que esta
había sido usada indicaban una intención de causar lesiones en el recién
nacido102. Los jueces condenaron a Cinthia M arcela a la pena m ínima por
homicidio agravado de treinta años de prisión.
La Corte Suprem a de Justicia posteriorm ente denegó el indulto so­
licitado debido al dictamen criminológico que determinó que Cinthia Mar­
cela tenía un “nivel de agresividad, labilidad afectiva, egocentrismo, im pul­
sividad m edia y por tanto una adaptabilidad social e índice de peligrosidad
medio”, que:

“su discurso es incoherente, circunstancia que com prom ete su capacidad


em pática hacia la víctima, reflejando no prever las consecuencias de su
conducta, baja tolerancia a la frustración, escasa habilidad social y poca
capacidad para resolver problem as de manera asertiva”103.

100 T ribunal de S entencia de S anta T ecla , Proceso penal con referencia judicial
186-1-2008; Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de Cinthia M arcela Rodríguez Aya-
la.
101 T ribunal de S entencia de S anta T ecla , Proceso penal con referencia judicial
186-1-2008.
102 Ibid.
103 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 7-IN D-2014.

35
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

A lba Lorena Rodríguez Santos

Condenada en 2010 por el Tribunal de Sentencia de Santa Tecla por el


hom icidio agravado de su hijo recién nacido104. Los hechos probados en
juicio revelaron que el día 23 de diciembre de 2009, m om entos en que
la im putada se encontraba sola en su casa, dio a luz a un bebé. Encerrada
en un cuarto al interior de la vivienda, puso la m úsica a alto volum en y
golpeó y estranguló al recién nacido después del alumbramiento. D os ve­
cinas tocaron su puerta debido al alto volumen de la música, y al abrirles,
observaron que la m ujer tenía las piernas llenas de sangre y que en el lugar
se encontraba una bolsa negra, en cuyo interior se encontraba un recién
nacido agonizante. U na de ellas sacó al pequeño de la bolsa y observó que
tenía laceraciones en la región nasal y en el cuello, adem ás de tener el cor­
dón umbilical aún adherido a su cuerpo.
D e acuerdo con las pm ebas aportadas105, el bebé murió a causa de un “trau­
m a craneoencefálico severo, de tipo contuso, más compresión del cuello”106.
Alba Rodríguez declaró en la indagatoria, que el niño se le había caído acci­
dentalmente, y que

“su em barazo nunca lo ocultó, era su hijo tam bién. [...] Ella estaba sola
cuando de repente le vinieron los dolores. H abía ido al centro a comprar
unas cosas. Le dicen que ella lo pudo haber matado, pero ella no lo m a­
tó. Si ella lo hubiera planeado, lo hubiera planeado desde que supo que
estaba em barazada [...]”,

en apariencia, aludiendo a que hubiera abortado si hubiera querido m a­


tar al niño107.
L a autopsia del recién nacido indicó:

“Difícilm ente una caída de 50 cm al nacer con la m adre de pie pudo


haber causado esa fractura. Pudo haber sido causado agarrando el bebé
y golpearlo o bien el cuerpo quieto y darle con algo”108.

D e acuerdo con el reconocimiento medicolegal, análisis de A D N y peritaje


psicológico realizado a la im putada, el recién nacido era hijo de esta y ya
había tenido vida extrauterina cuando recibió las lesiones que le causaron

104 T ribunal de sentencia de S anta T ecla , sentencia 220-1-2010.


105 Q ue incluía un reconocimiento medicolegal de la im putada y de la víctima,
reconocimiento medicolegal de sanidad, peritaje psicológico realizado a la imputada,
autopsia de recién nacido, y análisis de A D N de im putada con la víctima.
106 T ribunal de sentencia de S anta T ecla , sentencia 220-1-2010.
107 Ibid.
108 Op. cit., p. 4.

36
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

la muerte. A lba Lorena fue condenada por unanimidad, en un tribunal


de tres jueces, por homicidio agravado y sentenciada a la pena mínima
establecida por el Código Penal por dicho delito, treinta años de prisión109.
Ante la solicitud de indulto de 2014, la Corte Suprem a de Justicia
em itió un dictam en desfavorable, citando la peligrosidad m edia de la
condenada, sus problem as de salud mental, desorden sexual, falta de
adaptación social y mala conducta en prisión, entre otros110. Seguidamente,
el Centro de Derechos Reproductivos y la Agrupación Ciudadana por la
Despenalización del Aborto Terapéutico, Etico y Eugenésico, presentaron
una petición ante la C ID H donde Alba Rodríguez fue presentada como
una de nueve presuntas víctimas de violación a sus derechos humanos.
La C ID H recomendó su liberación tras su visita de trabajo al país en no­
viembre de 2 0 1 7111.

M aría del Tránsito Orellana Martínez

Condenada en 2010 por m atar a su hija recién nacida con los cordones de
un delantal, identificándose la causa de m uerte com o “asfixia por estran­
gulación”112. Los hechos probados en juicio revelaron que M aría Orellana
dio a luz a una m enor del sexo femenino en el servicio sanitario de su ha­
bitación en la casa donde trabajaba como em pleada doméstica, tratando de
ocultar tal evento, pero al no lograr expulsar la placenta tuvo una hemorragia
abundante. Sus patrones llamaron a una ambulancia al encontrar a M aría
del Tránsito sangrando en su cam a113.
El médico de turno verificó que la im putada había dado a luz y tenía
aún restos de la placenta, pero no daba información sobre su hija. A raíz de
ello, se contactó a unas em pleadas amigas de la imputada, quienes llegaron
a su habitación y encontraron el cadáver de la recién nacida en el área de
la ducha con unos trapos y los cordones todavía atados a su cuello. En de­
claración indagatoria, M aría del Tránsito declaró que ella solo envolvió a la
recién nacida y no sabe qué pasó. D ebido a la prueba aportada en juicio,
que incluyó la autopsia de la recién nacida, resultados de análisis de sero-
logía forense, prueba de A D N , peritaje social y psiquiátrico a la im putada
y el testimonio de siete testigos, los jueces condenaron, por unanimidad a

109 T ribunal de sentencia de S anta T ecla, sentencia 220-1-2010, cit.


110 Solicitud de indulto de Alba Lorena Rodríguez Santos; Corte Suprema de Justicia,
15-IND-2014.
111 CID H , “C ID H urge a El Salvador...”.
112 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Proceso penal con referencia judicial
187-1-2010.
113 Ibid.

37
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

M aría del Tránsito a treinta años de prisión, por homicidio agravado114. El


indulto fue denegado por la Corte Suprem a de Justicia, sobre la base del
informe criminológico negativo sobre M aría del Tránsito, que concluyó
que existía poca probabilidad de rehabilitación de la condenada debido a:

“im posibilidad de com probar algún [...] cambio de actitud en relación


a los hechos por los cuales se dictó la condena, por no demostrar su
conducta em patia con los hechos por los que se le condenó y por tanto
su decisión de que éstos ya no se repitan”115.

N o obstante los dictám enes negativos de la Corte Suprem a, el 7 de


m arzo de 2019 A lba L orena R odríguez S antos, M aría del T ránsito
O rellana y C inthia M arcela R odríguez fueron liberadas de la cárcel
al conseguir una conm utación de la pena facilitada por el exministro de
Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde116. Cabe destacar que el m ism o
funcionario del Poder Ejecutivo, que autorizó y lideró el evento mediático
de la liberación de estas mujeres, fue denunciado en junio de 2019 por
el actual Presidente de la República, Nayib Bukele, por supuestos actos
de corrupción117.
A pesar de ello, la noticia fue titulada por el periódico español El
País de la siguiente manera: “La liberación de tres m ujeres presas por
abortar aviva el debate sobre la despenalización en El Salvador”. En esa
m ism a línea, desde Alem ania el canal de noticias D eutsche Welle tituló
así: “El Salvador: Liberadas tras casi diez años encarceladas acusadas de
abortar1') a la vez que el titular de Rewire New s desde Estados Unidos,
tergiversó aún m ás los términos, afirmando: “Una emergencia obstétrica la
envió a prisión por una década. Ahora, Alba Lorena Rodríguez Santos es
finalmente libre”118. La Agrupación Ciudadana por la Despenalización
del Aborto, entre otros, manifestó sentirse satisfecha, ya que este tipo de
“litigios estratégicos” estarían generando cam bios institucionales y juris­
prudenciales a favor de la equidad de género119.

114 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Proceso penal con referencia judicial


187-1-2010.
115 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 20-IN D -2014.
116 V éase “3 mujeres celebraron su libertad tras 10 años en prisión”.
117 Véase “Presidente Bukele denunció presuntos actos de corrupción de Mauricio
Ramírez Landaverde”.
118Véase, Carlos Salinas Maldonado, “La liberación de tres mujeres presas por abor­
tar aviva el debate sobre la despenalización en El Salvador”, énfasis añadido; “El Salvador:
Liberadas tras casi diez años encarceladas acusadas de abortar”, énfasis añadido; “Una
emergencia obstétrica la envió a prisión por una década. Ahora, Alba Lorena Rodríguez
Santos es finalmente libre”.
119 V éase “Tres salvadoreñas recuperan la libertad por conmutación de pena”.

38
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

Este fue un hecho sin precedente: nunca en la historia de El Salvador


había ocurrido la liberación sim ultánea de tres m ujeres convictas durante
un evento mediático, a las afueras de un centro penitenciario con la par­
ticipación de un ministro que ofreció un discurso y ramos de flores para
las im putadas, que habían com etido crímenes tan serios. Se promovió,
además, la percepción ante la opinión pública de que las tres condenadas
eran inocentes, cuando su liberación se dio en realidad debido a conm u­
taciones de pena, no exoneraciones120.

Teodora del Carm en V ásquez de Saldaña

Condenada en 2008 por homicidio agravado de su hija recién nacida, a quien


dio a luz en un baño de la institución educativa donde laboraba, metiéndola
en el tanque de agua de un servicio sanitario121. Ante el hallazgo del cuerpo
de la bebé en ese lugar, que ocurrió solo unas horas después del acto, la policía
investigó y encontró a Teodora en el cafetín de la institución donde laborada,
acompañada de compañeros de trabajo. Al ser interrogada, esta confesó que la
niña que estaba en el tanque era de ella y afirmó que lo había hecho porque
el papá de la recién nacida la había abandonado y su m amá le había dado
la espalda122. El peritaje psicológico y psiquiátrico la misma determinó que
tenía suficiente “capacidad para comprender la naturaleza, alcance y efectos
de su conducta”123. Por ello, la im putada fue condenada por unanimidad a la
pena mínima por homicidio agravado de treinta años de prisión.
La Corte Suprem a de Justicia emitió un dictam en desfavorable al
indulto de Teodora del Carmen sobre la base del dictamen del Consejo Cri­
minológico Nacional que determinó un “rango m edio tanto de capacidad
criminal, como de adaptabilidad social y de peligrosidad”124. Seguidamente,
el Centro de D erechos Reproductivos y la Agrupación Ciudadana por la
Despenalización del A borto Terapéutico, Etico y Eugenésico, presentaron
una petición ante la C ID H donde Teodora del Carm en fue presentada co­
m o una de nueve presuntas víctimas de violación a sus derechos humanos.
La C ID H recom endó su liberación tras su visita de trabajo al país en
noviembre de 2 0 1 7125. En octubre de 2019, Teodora fue liberada por una

120 V éase “3 mujeres recuperaron su libertad...”.


121 Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de Teodora del Carm en V ásquez de
Saldaña; T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 53-2008-2.
122 Ibid.
123 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 19-IND-2014.
124 Ibid.
125 CID H , “C ID H urge a El Salvador...”.

39
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

conm utación de pena, aprobada por la Corte Suprem a de Justicia y orde­


nada por el Ministerio de Justicia y Seguridad126. M ediante com unicado
de prensa, la C ID H celebró la decisión de liberar a Teodora “tras 10 años
de prisión por haber sufrido un aborto espontáneo”, y exhortó a que se
liberara también a las otras veintiséis mujeres que “siguen encarceladas tras
sufrir complicaciones obstétricas, resultado de la criminalización total del
aborto en el país” (sic].127 En 2018, el Centro de D erechos Reproductivos
presentó el caso de Teodora del Carm en V ásquez frente al Parlamento
Europeo con el objetivo de conseguir el respaldo político extranjero para
acelerar otros procesos de conmutación de pena y solicitudes de indulto128.
A bogados de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del
Aborto solicitaron tam bién la liberación de I s a b e l C r is t in a Q u in t a n il l a
mediante un recurso de habeos corpas, solicitud que fue denegada129130. Isabel
Cristina fue condenada en 2005 a treinta años de prisión por el delito
de homicidio agravado en perjuicio de su hija, a quien introdujo en la taza
del servicio sanitario de su casa, de donde fue rescatada sin vida, de acuer­
do con el testim onio de seis testigos m ás la videncia probatoria130,131. La
im putada alegó desconocer su estado de em barazo y no tener la inten­
ción de m atar a su hija, pero los jueces desestim aron dichos argumentos,
indicando que el tener un hijo

“no es una expulsión instantánea y rápida, lo anterior lo conocía la im ­


putada Quintanilla, ya que al ser su segundo parto no podía confundir
los dolores de parto con los dolores estomacales, com o lo dijo en su de­
claración de defensa”132.

L a solicitud de habeos corpas se basaba, en esencia, en que la causa


de m uerte de la niña recién nacida en la autopsia había sido “indeterm i­
nada”133. La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprem a de Justicia
declaró im procedente la solicitud debido a que el solicitante pretendía la

126 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, Acta correspondiente a la sesión de


Corte Plena (acta de Corte plena en la que se emite el dictamen favorable de la C S J para
la conmutación desde la web de la C orte].
127 CID H , “C ID H urge a El Salvador...” (énfasis añadido].
128 “Visita al Parlamento Europeo. Conferencia Nuestros cuerpos nuestras vidas”.
129 T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 102-2005-3.
130 El peritaje psicológico de la imputada, la autopsia, examen de A D N de la im pu­
tada y de la víctima.
131 Ibid.
132 T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 102-2005-3, fV .
133 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, H abeos Corpus 4-2009, (J[I(2],

40
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

revisión del fallo, la revaloración de la prueba y de la sentencia, aspectos


que están “fuera del control constitucional” de la Sala Constitucional,
que en este caso no encontró violaciones constitucionales que afectaran
la libertad física de la persona, com o com pete según el recurso de habeos
corpus134. Medios de prensa reportaron, sin embargo, que posteriormente se
le conmutó la pena a tres años de prisión y que Isabel Cristina se encuentra
en libertad, después de haber sido condenada “por supuesto aborto”135.
Teodora del Carm en e Isabel Cristina han sido dos de los casos más
instrum entalizados por la prensa internacional para presionar con la
agenda de la despenalización del aborto en El Salvador. En julio de 2019
se estrenó una miniserie docum ental de seis capítulos titulado “Cristina
Quintanilla” y fue transmitido en el canal 33 de televisión de audiencia
nacional136. También en 2018 se realizó una película titulada “L a s l7 ” ba­
sada en la versión de los m edios de comunicación y el caso específico de
Cristina Quintanilla137. Mientras tanto, Teodora V ásquez atrajo la atención
m ediática un año previo a su liberación por causa de una reunión que tuvo
junto al A lto Com isionado de los D erechos H um anos de la O N U , Zeid
R a’ad Al Hussein, fue seleccionada por parte de la Agrupación Ciudadana
por la D espenalización del Aborto para realizar una gira por Europa con
el propósito de obtener apoyo para continuar prom oviendo la agenda por
la despenalización del aborto en El Salvador138.

M ariana López Zelada

Condenada en 2000 a veinticinco años de prisión por el homicidio de su hija


recién nacida, asfixiándola con algodón, tapándole la nariz con esparadrapo y
estrangulándola con su ropa interior139. La niña fue descubierta por la herma­
na de Mariana López, quien la interrogó sobre el paradero del bebé cuando
supo que había dado a luz, a lo que la imputada respondió que la había de­
jado en su habitación debajo de la cama donde dormía. La recién nacida fue

134 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, H abeos Corpus 4-2009, (|[III(2].


135 V éase “El Salvador deja en libertad a una condenada a 30 años de prisión por
abortar”, énfasis añadido; Acuerdo número veinte, p. 22.
136 V éase Jessica F lores, “Estrenaran serie salvadoreña sobre controvertido caso de
aborto”.
137 V éase “Las 17”.
138Véase N aciones U nidas, “Ser pobre y sufrir un aborto: una condena de cárcel en
El Salvador”; Javier G onzález Á lvarez y Tamara de Gracia, “Teodora Vásquez, activista
salvadoreña: Para la justicia salvadoreña, cuando una m ujer está embarazada el único ser
que tiene derechos es el feto, ella no cuenta”.
139 T ribunal C uarto de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 141-2-2000; Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de Mariana López Zelada.

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L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

encontrada ya sin vida. D e acuerdo con la prueba acreditada en juicio140, y


el testimonio de alrededor de cuatro testigos, la causa de muerte fue “asfixia
por sofocación y estrangulación, las docimasias indican que la recién nacida
nació con vida”141. Mariana fue condenada por unanimidad a la pena mínima,
de veinticinco años de prisión142, por homicidio agravado en el año 2000.
En 2014, la Corte Suprem a de Justicia denegó el indulto, pues, si bien
el dictamen favorable del Consejo Criminológico Nacional atribuyó a la
condenada un rango bajo de “capacidad criminal, agresividad, labilidad
afectiva, egocentrismo e im pulsividad”, tam bién indicó la

“im posibilidad de com probar algún tip o de reinserción o cam bio de ac­
titu d en relación a los h echos p or los cuales se dictó la condena, por no
dem ostrar su con du cta em patia con los hechos p or los qu e se le condenó
y p or tan to su decisión de qu e éstos ya no se repitan ”143.

Sin embargo, en 2018, la Corte Suprem a le concedió la libertad por con­


m utación de pena, considerando que había cumplido ya dos terceras partes
de su condena y que presentaba alto índice de readaptabilidad social144.

Maira Verónica Figueroa M arroquín

Em pleada doméstica, fue condenada en 2003 por homicidio agravado de su


hijo recién nacido, ultim ado a golpes en la cabeza. El cadáver del niño fue
encontrado por sus patrones cubierto de piedras en una huerta adyacente
a su residencia145. La prueba aportada146 acreditó que la causa de m uerte
del bebé fue “traum a cráneo encefálico severo por golpes contusos”, y
que su cuerpo tam bién presentaba escoriaciones y hem atom as hechos en
vida147. M aira Verónica fue condenada por unanim idad a la pena mínima
de treinta años de prisión por homicidio agravado.

140 Q ue incluía el reconocimiento medicolegal de la imputada, autopsia de víctima,


peritaje psicológico realizado a la imputada, análisis de A D N de imputada con víctima, reco­
nocimiento médico forense de recién nacido.
141 T ribunal C uarto de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 141-2-2000, p. 11 (Lis).
142 Ibid.
143 C orte S uprema de J usticia de E l Salvador, 16-IND-2014, *pi.
144 V éase C orte S uprema de J usticia de E l Salvador, A cta/n.° 32, pp. 3-4.
145 T ribunal de S entencia de A huachapán, Proceso penal con referencia judicial 104-
A P-1-2003.
146 Q ue incluía peritaje psicológico realizado a la imputada, acta de ratificación de
secuestro de objetos encontrados en el recién nacido, autopsia del recién nacido, examen de
sangre de la imputada, ropa del recién nacido, prueba de A D N y testimonio de tres testigos.
147 T ribunal de S entencia de A huachapán, Proceso penal con referencia judicial 104-
A P-1-2003.

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La Corte Suprem a de Justicia emitió dictamen desfavorable al indulto


solicitado debido a que el informe criminológico le atribuyó un rango medio
de “capacidad criminal, agresividad, labilidad afectiva, egocentrismo e
im pulsividad”, concluyendo en un resultado desfavorable para la conde­
nada148. También observó el informe que Maira Figueroa

“no ha desarrollado capacidad em pática, no ha reflexionado sobre el da­


ño ocasionado, denota una frialdad emotiva, con rasgos de personalidad
com o infantilidad [...]”149.

M aira Verónica fue presentada com o una de nueve presuntas víctimas de


violación a sus derechos humanos en la petición ante la C ID H en 2015. La
C ID H recomendó su liberación tras su visita de trabajo al país en noviem­
bre de 2 0 1 7150.
En m arzo de 2018, Maira Verónica fue puesta en libertad, en medio
de un evento m ediático que presentó la noticia de su liberación como
consecuencia de haber com probado que sufrió un aborto151, cuando, en
realidad, se trató de una conm utación de la pen a152.

3.4. S olicitudes de indulto concedidas

D entro de los indultos concedidos por la Corte Suprem a de Justicia, está


el de Mirna, condenada en 2003 por tentativa de homicidio agravado en
perjuicio de su hija recién nacida, Briseyda Damaris, a quien expulsó y
abandonó en una fosa séptica, acto que la niña sobrevivió gracias a que fue
rescatada a tiem po153. Los hechos probados en ju icio indican que el 23 de
mayo de 2010 la herm ana de la im putada fue inform ada en su casa por
una de las testigos que Mirna Isabel había dado a luz y que se escuchaban
los llantos de un bebé dentro de la fosa séptica de su casa. Por ello, decidió
avisarle a dos personas. Uno de ellos, José Francisco Hernández Ventura,
quitó la tapa de la fosa séptica en la que se encontraba una recién nacida,
a quien procedieron a retirar de aquel lugar.
El expediente judicial indica que la m enor se encontraba llena de
gusanos y excrem entos humanos, y le faltaba la respiración. La hermana

148 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 18-IND-2014, <|[II.


149 Ibid.
150 CID H , “C ID H urge a El Salvador...”.
151 V éase A mnistía Internacional, “El Salvador, el gobierno debe despenalizar el
aborto tras la liberación de una mujer encarcelada por una emergencia obstétrica”.
152 Véase Saraí A las, “Reducen pena a otra mujer condenada por homicidio”.
153T ribunal Q uinto de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia 16-
1-2003.

43
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de la im putada le dio los prim eros auxilios. Se avisó a la policía y se tras­


ladó a la menor al hospital. Todo esto lo observaba la madre de la víctima
desde el interior de su vivienda. Se valoró com o un punto im portante
que, ante lo dicho por los testigos al m om ento de sacar a la víctima de la
fosa séptica, la sospechosa

“no hizo nada por tratar de ayudar a su hija, lo cual no es lógico de una
madre que desea salvar a un hijo, circunstancia esta que hace pensar a los
suscritos Juzgadores que la im putada [...] es la autora del hecho cometido
en perjuicio de su hija recién nacida”154.

Los vecinos interrogaron a la Mirna Ramírez y ella aceptó ser la m a­


dre de la recién nacida, pero señaló que no quería que su esposo se diera
cuenta, ya que este era estéril y la niña era producto de una relación ex­
tramarital, y si se daba cuenta su esposo la podía dejar. Ella le pidió a los
vecinos que guardaran su secreto y que se la fueran a dejar com o si se la
daban en adopción para que su esposo pensara que no era de ella y le ayu­
dará con la manutención. Mirna Isabel fue condenada por unanimidad por
hom icidio agravado tentado a doce años y seis m eses de prisión155.
L a Corte Suprem a de Justicia dio un dictam en favorable a la soli­
citud de indulto debido a su buen com portam iento durante el periodo
de prisión, el restablecim iento de sus vínculos familiares y el informe
criminológico que indicaba altas probabilidades de rehabilitación156. La
Corte indicó que se encontraba en fase de sem ilibertad y que presentaba
buen comportamiento, “no presenta faltas a los perm isos otorgados, ni
disciplinarias, ni sanciones en todo su internamiento”157. El exam en psi­
cológico de Mirna Isabel concluyó que:

“la interna denota un desarrollo personal significativo en vida carcelaria, a


través de la incorporación de diversas actividades y programas que le han
ayudado a superar carencias que la llevaron a cometer el delito que le fue
acreditado; su evolución se ve reflejada en procesos psicológicos funcionales
que le permiten diferenciar ahora lo lícito o ilícito de sus actos, buen juicio,
raciocinio, desarrollo de empatia con la víctima, reconoce el daño causado y
demuestra arrepentimiento, reflexión, contando además con apoyo familiar
y se ha trazado metas concretas a futuro, manteniendo incluso un vínculo
afectivo con su hija, quien en su momento figuró como víctima”158.

154T ribunal Q uinto de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia 16-
1-2003, p. 14.
155 Ibid.
156 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 10-IND-2014.
157 Ibid.
158 Ibid.

44
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

Adem ás, el informe criminológico determinó que “su capacidad criminal


y el índice de peligrosidad son bajos y su adaptabilidad social alta”159. La
Asam blea Legislativa emitió un dictamen desfavorable al indulto porque la
condenada al m om ento de analizarse su caso ya se encontraba en libertad
condicional en septiem bre de 2 0 1 4 160.
En el m ism o grupo de solicitudes de 2014, la Agrupación Ciudadana
por la Despenalización del Aborto solicitó el indulto de C armen G uadalu­
pe V ásquez A ldana , em pleada dom éstica de dieciocho años de edad, fue
condenada en 2008 por homicidio agravado de su hijo recién nacido, cuyo
cuerpo sin vida fue encontrado en la residencia donde trabajaba, envuelto
en una bolsa de superm ercado161. Según la prueba aportada, que incluía
la autopsia del recién nacido, acta de levantamiento del cadáver, expe­
diente clínico y exam en de A D N de víctima e im putada, el testim onio de
aproxim adam ente cinco personas y un álbum fotográfico del lugar de los
hechos, la joven ocultó su embarazo, parto y el delito cometido, indicando
a su jefa que se trataba de su periodo menstrual cuando esta notó que
sangraba162. La jefa la llevó al hospital donde la Carm en V ásquez indicó
que el sangrado se debía a una relación sexual que había tenido, pero al
examinarla el m édico observó que el útero y vagina estaban dem asiados
dilatados, com o ocurre cuando ha habido un parto.
El médico, después de hablar con ella, indicó a la jefa que había que
buscar al bebé163. L a sentencia indicó que la jefa se com unicó con su es­
poso, y él encontró, en el cuarto de la madre, un recién nacido dentro de
una bolsa de un supermercado, que se encontraba ya sin vida. El Tribunal
Segundo de Sentencia de San Salvador exam inó la evidencia disponible y
los jueces decidieron por unanimidad condenarla a treinta años de prisión,
pena m ínima por el delito de homicidio agravado.
Los jueces razonaron que la m uerte del bebé, el hallazgo de su cuerpo
en una bolsa de plástico, el hecho de que la im putada ocultó el delito tanto
a sus jefes como al personal del hospital donde fue atendida en emergencia,
constituían indicios suficientes para una condena:

“Este Tribunal habiendo examinado críticamente la conexión de los indi­


cios en forma global, dicha conexión conduce unívocamente a una con­
clusión cierta de participación en el ilícito, arribando a un juicio de cer­

159 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 10-IND-2014.


160 Ibid.
161 T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 18-2008-2.
162 Ibid.
163 Ibid.

45
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

teza, legitimado por el método de examen crítico seguido, que la impu­


tada Carmen Guadalupe Vásquez Aldana es responsable y consecuente­
mente culpable del delito de homicidio agravado, en perjuicio de recién
nacido”164.

N o obstante, la Corte Suprem a decidió, al exam inar la solicitud de


indulto, que:

“[...] la autopsia realizada al recién nacido, no determinó la causa de su


muerte, estableciéndose únicamente que el examinado tenía 38 a 40
semanas de gestación, que respiró al nacer, con 18 a 24 horas de falleci­
do, sin evidencia -interna o extema- de traumas, cordón umbilical con
desgarro, en extremo distal, todo lo cual no es revelador de que la muerte
del recién nacido haya sido producto de una acción humana o si lo fue
por razones naturales”165.

Por ello, la Corte concluyó que hubo una violación a los derechos
procesales de la procesada:

“En consecuencia, la sola ocultación -por parte de la imputada- de que


se trataba de un parto extra hospitalario y el hallazgo de una faja junto
al menor, no son indicios suficientes para destruir su estado de inocencia
que le garantiza la Constitución en su art. 12, por tanto, no es posible
tener por acreditada su culpabilidad en dicha muerte [...] recomen­
dándose por tal motivo la concesión del indulto de la pena de treinta
años de prisión que se le impuso por la muerte de su hijo recién nacido
(homicidio agravado)”166.

Carm en G uadalupe se encuentra en libertad, pues tras el dictamen


de la Corte Suprem a, la A sam blea Legislativa concedió tam bién el indul­
to 167. En 2017, viajó a Suiza en representación del Centro de D erechos
Reproductivos, para contar su testim onio frente al Com ité de CED A W
durante el “L X V I Aniversario de la CED A W ”, después de haber obtenido
la libertad a través del único indulto que otorgó la Asam blea Legislativa168.

164 T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia


judicial 18-2008-2, fV .
165 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 22-IN D -2014.
166 Ibid.
167 V éase República de E l S alvador, Asam blea Legislativa, decreto n.° 930.
168 C entro de D erechos R eproductivos LA C (R eproR ightsLA C ), “Carmen G ua­
dalupe V ásquez Aldana, m ujer Salvadoreña indultada por el gobierno de #ElSalvador
después de pasar siete años y tres meses encarcelada por sufrir una emergencia obstétrica,
representó a # L asl 7 en nuestra gala de 25 años”; C enter for R eproductive Rights, “Comité
de la O N U le pide a El Salvador despenalizar el aborto”.

46
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

3 . 5 E x o n e r a c io n e s d e m u je r e s c o n d e n a d a s o in v e s t ig a d a s

POR HOM ICIDIO DE SU S H IJO S

M aría Teresa Rivera

Fue representada por un abogado de la Agrupación Ciudadana por la Des-


penalización del Aborto en un recurso de revisión que llevó a su exonera­
ción, después de haber sido condenada en 2012 por el homicidio agravado
de su hijo recién nacido, a quien expulsó y abandonó en una fosa séptica,
según la prueba aportada en juicio, que incluía el reconocimiento medico-
legal y peritaje psicológico de la responsable, la autopsia de la recién nacida,
análisis de A D N de la inculpada con la víctima y el testimonio de alrededor
de cinco testigos169. El caso fue reportado inicialmente como aborto, pero
luego la evidencia determinó que el niño nació vivo, y la separación del
cordón umbilical fue “producto de una acción mecánica de separación del
recién nacido de la madre”170. D e acuerdo con los hechos probados en juicio,
la m ujer ocultó su embarazo y ocultó que dio a luz “para evitar dejar de
percibir” la ayuda económica que percibía de la familia de su otro hijo de
ocho años de edad, y luego declaró que no sabía que estaba embarazada
ni sabía que había dado a luz un niño en la fosa séptica. El juez la condenó
por homicidio agravado a cuarenta años de prisión171.
La Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto solicitó
indulto a su favor, pero la Corte Suprem a de Justicia lo denegó debido a
un dictamen criminológico desfavorable172. En dicho dictamen, la Corte
Suprem a tam bién concluyó que el crimen no fue aborto consentido, sino
homicidio agravado, desestim ando la sugerencia de los peticionarios:

“no tiene cabida el cambio de calificación jurídica de los hechos de Ho­


micidio Agravado a Aborto Consentido y Propio, pues si las pruebas
científicas determinaron que el producto de la gestación era de término
y sobrevivió al parto, es decir que nació vivo porque a las pruebas rea­
lizadas, sus pulmones flotaron, y esto descarta que se esté en presencia de
un aborto”173.

169 T ribunal T ercero de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia


judicial 113-2012-3a.
170 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 24-IN D -2014.
171 T ribunal T ercero de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 113-2012-3a; T ribunal T ercero de S entencia de S an S alvador, Sentencia del
11 de mayo de 2016.
172 Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de María Teresa Rivera; C orte S uprema
de J usticia E l S alvador, 24-IN D -2014.
173 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 24-IN D -2014.

47
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

En el 2015, el Centro de Derechos Reproductivos y la Agrupación Ciudadana


por la Despenalización del Aborto Terapéutico, Etico y Eugenésico, presen­
taron una petición ante la C ID H donde María Teresa Rivera fue presentada
como una de nueve presuntas víctimas de violación a sus derechos humanos174.
En el 2016, en sentencia de revisión, el juez Martín Rogel Zepeda anuló
la condena y la absolvió del delito de homicidio agravado175. El ju ez fue
distinto al que la condenó porque se admitió la excusa del juez José A n­
tonio Flores, quien la había condenado176. La sentencia concluyó que la
causa de m uerte del recién nacido no fue una acción directa de la madre,
sino, m ás bien, un hecho ajeno a su voluntad. El ju ez en concreto aseveró,
en el fundam ento siete párrafo últim o de su sentencia:

“En conclusión, queda suficientemente justificado a mi entender que la


asfixia perinatal no implica que María Teresa, haya realizado la acción
de matar a su hijo, puesto que no hay evidencia externa, ni interna que
pueda ser vinculada con la madre, los desgarros del cordón umbilical
pueden ser producidos por el peso mismo del recién nacido y la fuerza
que lo expulsa, no hay datos objetivos de una sofocación criminal, sino
conjeturas que no son serias, ni mucho menos científicas que nos permitan
sostener a ultranza una sentencia judicial errónea”177.

A dem ás de anular la sentencia, el juez indicó que la condenada podría


recurrir a los tribunales para exigir pago de daños y perjuicios al Estado
por el tiem po de prisión que injustam ente habría cum plido178.
En junio de ese m ismo año se dio a conocer que la Fiscalía General de
la República presentó una apelación ante la decisión del ju ez de revisión
argumentando que la sentencia ha violentado los principios de la sana
crítica y dado una errónea valoración de la prueba179. Por esta razón la
Agrupación Ciudadana por la D espenalización del Aborto solicitó asilo
político para M aría Teresa, quien fue acogida como refugiada en Suecia, el
prim er caso de asilo por “persecución política por abortar” según algunos
com unicadores de la prensa internacional180.

174 CID H , “C ID H urge a El Salvador...”.


175T ribunal T ercero de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia ju ­
dicial 113-2012-3c.
176 Ibid.
177 Ibid.
178 Ibid.
179 V éase Cecilia VAsquez, “FG R apela liberación de mujer acusada por m uerte de
su hijo”.
180Véase Icíar G utiérrez, “Refugiada en Suecia por abortar en El Salvador: ‘Ninguna
mujer es libre mientras haya otras en la cárcel’ ”.

48
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

Im elda Isabel Cortez Palacios

Fue representada por abogados de la Agrupación Ciudadana por la Des-


penalización del Aborto en enero de 2019, y absuelta por haber intentado,
sin éxito, terminar con la vida de su hija recién nacida al tirarla en una
fosa séptica y echarle cal m om entos después de nacer, según acreditó la
prueba aportada enjuicio, que incluía el acta de inspección ocular realizada
por los agentes de policía, un álbum fotográfico, el acta de entrevista de
testigos y la certificación del expediente clínico de la recién nacida181. La
sentencia absolutoria del 9 de enero di 2019 indica que Imelda Cortez,
de diecinueve años de edad, el 17 de abril del año 2017 a las dieciocho
horas llegó a la Sala de Em ergencias del H ospital Nacional de Jiquilisco,
por un sangramiento excesivo, llevando consigo la placenta com pleta al
hospital182. A las 18:30 hrs. le dieron ingreso bajo el diagnóstico de parto
extrahospitalario. La Dra. A na Sosa, m édico de tum o, le preguntó dónde
había dejado al bebé, al principio negaba que estaba em barazada, pero
luego confesó que había tenido dolores de parto y que había expulsado
algo en el servicio. En ese m om ento la doctora avisó a la policía y en m i­
nutos lograron rescatar a la bebé de la fosa séptica.
El soldado que rescató a la bebé indicó que al llegar al lugar de la fosa
séptica logró retirar la tapa con ayuda de una barra metálica y alumbró con
una lámpara de mano, donde vio al fondo a un neonato que se movía y no
paraba de llorar, y en ese momento se introdujo a la fosa séptica y logró
sacarlo, observando que estaba cubierta de heces y de un polvo blanco, al
parecer cal. El soldado entregó a la recién nacida, quien fue llevada al hos­
pital para recibir asistencia médica. Los vecinos manifestaron que en ningún
momento escucharon que Imelda pidiera ayuda o dijera que su hija había
caído en la fosa séptica. N o fue sino hasta ser confrontada en el hospital
cuando indicó que la bebé estaba ahí183. Su proceso inició con una acusación
de la fiscalía por el delito de homicidio agravado tentado, pero a raíz de un
incidente de ampliación de la acusación de cambio de tipificación del delito
en vista pública, la fiscalía solicitó el cambio por el delito de abandono y
desamparo de persona prescrito en el del Código Penal con pena de uno a
tres años o una pena excarcelable por trabajo de utilidad pública184.

181 V éase “Imelda Cortez, la joven salvadoreña acusada de intento de homicidio tras
tener un bebé producto de una violación”.
182T ribunal de S entencia de U sulután, Proceso penal con referencia judicial U -173-09-18.
183 T ribunal de S entencia de U sulután .
184 Véase Código Penal de El Salvador, artículos 74, 199, 384 (sobre pena por dehto
de abandono y desamparo de persona, Amphación de la acusación y reemplazo de la pena
de prisión).

49
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

En una larga y com plicada sentencia, el ju ez H ugo N oé García G ue­


vara la absolvió por am bos delitos, encontrando factores exculpatorios
en los actos cometidos, específicamente, cuando ella declara que el em­
barazo había sido producto de una violación por parte de su padrastro y
su estado em ocional185. Los trastornos psiquiátricos son factor mitigante,
no eximente, en el derecho penal salvadoreño, pero la sentencia en todo
caso hizo poca o ninguna lógica relación entre la violación sexual y los
trastornos psiquiátricos que padecía al m om ento del delito, cuya existen­
cia no fue dem ostrada en este caso. L a sentencia sim plem ente concluyó
que el dictam en del m édico psiquiatra forense que establece que Imelda
Cortez es capaz de com prender el carácter ilícito o licito de sus actos, no
tiene validez porque el m édico psiquiatra solo determinó que “en estos
m om entos” ella se encontraba lúcida, y por ello “no tiene relevancia y
no es conducente a los hechos que se quieren acreditar e interpretar”186.
El juez citó también el resultado de un estudio de una psicóloga forense
que indicó que Imelda tiene un “retraso sociocultural” y que su m adre
y ella actuaron con “inocencia” al llevar la m ism a placenta que la iba a
inculpar187. Esta conclusión podría objetarse con notar que el hecho de
haber llevado la placenta por sí solo no dem uestra inocencia, pues Imelda
o su madre, debido a su “retraso sociocultural”, podrían haber pensado que
se trataba de su matriz, o de otro órgano interno que debería ser reinser­
tado, pero la fiscalía no parece haber hecho esta observación. Tam poco
se señaló com o despectiva la sugerencia de que una m ujer cam pesina no
sabe reconocer su propio estado de em barazo por el sim ple hecho de ser
iletrada o de bajo nivel educativo, cuando a la edad de diecinueve años es
del todo probable que haya visto a m ujeres embarazadas, dar a luz y criar
a sus hijos, obteniendo un mínimo de información sobre la naturaleza del
proceso del embarazo, sus síntomas y escenarios previos al alumbramiento.
L a C ID H celebró la exoneración y su liberación, en cum plim iento
con sus recomendaciones:

“Saludamos decisión de autoridades de El Salvador de absolver a Imelda


Cortez, acorde a las recomendaciones que formulamos tras visita al país
el año pasado y reiteramos nuestro llamado al Estado salvadoreño a ter­
minar con la criminalización total del aborto en el país”188.

185 T ribunal de S entencia de U sulután.


186 Op. d t., p .
187 Op. d t., <¡5.
188 Véase CID H , “Saludam os decisión de autoridades de El Salvador de absolver a
Imelda Cortez, acorde a las recomendaciones que formulamos tras visita al país el año pasado
y reiteramos nuestro llamado al Estado salvadoreño a terminar con la criminalización total
del aborto en el país”.

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Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

Evelyn Beatriz Hernández Cruz

Fue condenada en 2017 y luego absuelta en 2018 por el homicidio agra­


vado de su hijo recién nacido, lanzado y abandonado en una fosa séptica.
Estudiante de medicina, fue condenada en primera y segunda instancia, y,
en su momento, exonerada en sentencia de casación que anuló la sentencia
de apelación, la cual respectivam ente anuló la sentencia condenatoria en
primera instancia y mandó a repetir su audiencia189. Las cortes de primera y
segunda instancia razonaron que los hechos probados por reconocimiento
médico, estudio social y peritaje psiquiátrico de la imputada, la autopsia de
la recién nacida y testim onio de alrededor de siete testigos, demostraron
que la joven dio a luz a su hijo, lo lanzó dentro de una fosa séptica y lo
abandonó sin buscar atención m édica para ella ni para su niño190.
D e acuerdo con las sentencias de prim era y segunda instancia, estos
hechos por sí m ism os eran evidencia de mens rea,
“ante los síntomas de alumbramiento no se apersonó a la unidad de salud
o establecimiento clínico más cercano, al contrario prefirió lanzarlo al
lugar más nauseabundo en que fue encontrado, además nunca dio razón a
nadie sobre la existencia del recién nacido, esos comportamientos hacen
que se tenga por acreditada la intención de Evelyn Beatriz Hernández
Cruz de causar la muerte de su hijo recién nacido, ya que si lo arrojó a
la referida fosa es lógico que tal acción se hizo con una doble intención
primero que perdiera la vida y segundo ocultar el cuerpo del delito [... ] ”191.

La joven acusada, era estudiante de tercer año de la carrera de medicina, y,


por ello, el argumento de que no sabía que estaba em barazada no resultó
persuasivo para el ju ez de primera instancia192.
La Sala de lo Penal de la Corte Suprem a de Justicia, sin embargo, anu­
ló el fallo de segunda instancia, absolviendo a Imelda sobre la base de los
argumentos de la defensa, a cargo de la Agrupación Ciudadana por la Des-
penalización del Aborto, que alegó que se dio una vulneración al principio
de inocencia en prim era y segunda instancia al atribuir a la inacción de
Evelyn Beatriz respecto a su embarazo, parto y la caída del niño en la fosa
séptica un indicio de culpabilidad. La Sala de lo Penal indicó:
“[...] la Cámara considera, erróneamente, que el derecho de los justiciables
a no declarar, protegido constitucionalmente [...] constituye un hecho

189Véase T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Causa 64-U1-17; C ámara de la S e­


gunda S ección del C entro, Causa 64-U1 -17; S ala de lo P enal de lo P enal de la C orte
S uprema de J usticia de E l S alvador, Causa 64-U1-17.
190 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Causa 64-U1-17.
191 C ámara de la S egunda S ección del C entro .
192 Ibid.

51
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

incriminatorio a ser valorado en detrimento de la procesada. No obstan­


te, resulta imperioso aclarar que el silencio del imputado es un derecho
fundamental, y considerarlo como un indicio de culpabilidad supone una
vulneración al mismo y por consiguiente a la presunción de inocencia”193.

Además, la Cám ara anuló la sentencia porque consideró que la causa por la
que aspiró heces fecales pudo haber ocurrido por aspiración de “m econio”
durante el parto194.
Vale mencionar que, mientras conocía del caso, la m agistrada y pre­
sidenta de la Sala de lo Penal de la Corte Suprem a de Justicia estuvo como
participante en el Centro Cultural de España junto con la abogada repre­
sentante de Im elda en el recurso de casación, Bertha M aría Deleón, que
tam bién fue abogada del caso de Evelyn Beatriz Hernández Cruz, en un
conversatorio titulado: “El Estado Salvadoreño y la Criminalización de
los partos en la pobreza” patrocinado por las em bajadas de España y C a­
nadá195. El hecho de que la m agistrada presidenta de la Sala de lo Penal
acom pañó la discusión de estos casos junto a una de las partes interesa­
das de los procesos que conoció a través del recurso de casación, parece
violar de manera flagrante el principio de im parcialidad contem plado en
la Constitución y el Código Procesal Penal de la República de El Salvador,
sin embargo, la m agistrada no se recusó de conocer el caso196.
L a C ID H celebró la absolución y liberación de Im elda Cortez como
una m edida de seguimiento a las recomendaciones emitidas hacia el Estado
salvadoreño para despenalizar el aborto197.

Karina del Carm en Herrera Clím aco

También representada por abogados de la Agrupación Ciudadana por la


Despenalización del Aborto, salió libre en 2009 por una sentencia de revi­
sión tras ser condenada en 2002 a treinta años de prisión por el homicidio
agravado de su hijo recién nacido. La denuncia penal del caso fue origi­

193 S ala de lo Penal de lo Penal de la C orte S uprema de J usticia, considerando 28.


194 C ámara de la S egunda S ección del C entro .
195 V éase C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, “Doris Luz Rivas Galindo
(C V )”; “Absuelven a Evelyn Hernández por el homicidio agravado de su bebé”; C orte
S uprema de J usticia de E l S alvador, “En conversatorio ‘El Estado salvadoreño y la
criminalización de los partos en la pobreza’ participó Presidenta Sala de lo Penal”;
C ooperación E spañola C ultura/ S an S alvador “Conversatorio El Estado salvadoreño y
la criminalización de los partos en la pobreza”.
196 Véase C entro C ultural de E spaña en E l S alvador, “Conversatorio sobre cri­
minalización de partos en la pobreza”; C onsejo N acional de la J udicatura, Código Pro­
cesal Penal Comentado, artículo 4.
197 V éase CID H , “Saludam os decisión de autoridades...”.

52
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

nalmente por aborto: la m adre de Karina Herrera reportó a la policía que


había encontrado un feto bajo la cam a de su hija, pero la prueba aportada
en juicio (reconocimiento m edicolegal, peritaje psicológico realizado a la
im putada, autopsia de la recién nacida, análisis de A D N de im putada y de
la víctima y el testimonio de alrededor de seis testigos, entre otras pruebas)
determinó que se trataba de un homicidio, debido a que el niño nació vivo
y la causa de m uerte fue identificada com o asfixia por estrangulación198.
Fue absuelta por el m ism o ju ez que exculpó a M aría Teresa Rive­
ra, el ju ez M artín Rogel Zepeda, en recurso de revisión, por el cual un
condenado puede recurrir por casos de error judicial ante el m ism o tri­
bunal que dictó la sentencia, que no tiene un plazo m áxim o y se puede
ejercer en cualquier m om ento durante el cum plim iento de la condena,
aun y cuando falte un día para que el recurrente cum pla la totalidad de
la pena, incluso cuando en apelación y casación confirme su condena199.
O scar Luna, exprocurador de la Procuraduría de los D erechos H um anos
había adoptado com prom isos con grupos a favor de la despenalización
del aborto en El Salvador para pedir la liberación de Karina Clímaco, por
lo que intervino para dialogar directam ente con el ju ez M artín Zepeda y
solicitar una primera audiencia de revisión, lo cual podría ser incompatible
con el principio de independencia judicial200.
La sentencia concluyó, en suma, que la causa de muerte de la recién
nacida no fue asfixia por estrangulación, sino que el niño “nació m uerto”,
según el testimonio del Dr. René Alfredo Baillieau, perito argentino, Doctor
especializado en medicina legal, retirado, que declaró haber sido consultado
sobre el caso por “una abogada penalista de Mar de Plata, que es miembro
de una Organización Feminista”201. En 2009, Karina quedó en libertad202.

Katherine Jocelyn M azariego Orellana

Representada tam bién por la Agrupación Ciudadana por la D espenaliza­


ción del Aborto, tam bién fue absuelta y liberada en 2018 tras ser acusada
por la m uerte de su hija en la taza del servicio sanitario de su casa, primero
bajo el cargo de aborto consentido y propio, que la fiscalía luego solicitó

198 T ribunal T ercero de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia


judicial 148-02-3a.
199 C onsejo N acional de la J udicatura, artículos 489-497.
200Véase “Raquel Caballero apoyando a Karina Clímaco - 2009”; Magdalena F lores,
“Karina: en busca de una justicia perdida”.
201 A cta de Audiencia Especial de Revisión de Sentencia, Causa 148-02-3a, p. 11.
202 Véase A bogados y N otarios de E l S alvador, “Jueces corrigen condena y dejan
libre a una m ujer”.

53
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

se modificara a hom icidio agravado203. La joven, em barazada de su pareja


con quien ya había procreado un hijo, fue encontrada inconsciente, junto
al servicio sanitario donde yacía boca abajo su hija recién nacida. En un
comienzo, el caso fue reportado com o aborto, pero la autopsia y su am ­
pliación y aclaración luego determinaron que la bebé tenía aparentemente
treinta y siete sem anas de gestación, que nació viva y habría estado viva
entre quine minutos y una hora después del nacimiento204.
Su defensa solicitó que se le procesara por aborto consentido y propio
y no por homicidio agravado, alegando que “el delito acusado se adecúa
m ás a esa acusación”205. El juez Mauricio Marroquín Medrano evitó decidir
sobre el tem a concluyendo que “no se puede determinar a ciencia cierta
si la asfixia perinatal [de la víctima], fue antes, durante o después del par­
to ”, pero concluyó que, en todo caso, “no es posible llegar a la conclusión
de que Katherine Jocelyn M azariego Orellana, haya realizado la acción
típica de abortar o incluso de m atar”206. El juez concluyó que los elementos
probatorios le dejaban en estado de duda, no convencido de que Kathe­
rine haya com etido el delito ni que provocó la m uerte del recién nacido,
debido a que la im putada fue encontrada cerca del servicio sanitario en
estado de inconsciencia:

“En todo caso, al encontrarse la imputada inconsciente, puedo afirmar


que en este caso hay una ausencia de acción, y que lo que se dio fue un
proceso natural, sin que la imputada haya ostentado influir en el resultado
del mismo, ni por acción, ni por omisión, ya que ella estaba en un estado
de incapacidad, inconsciente”207.

M aricela Em peratriz Albizuri

Fue un caso similar al de Katherine Jocelyn defendido por la Agrupación


Ciudadana por la Despenalización del Aborto en 2019, donde hubo una
acusación fiscal y luego una resolución de sobreseim iento definitivo208.
La m ujer fue acusada del homicidio de su hija recién nacida en la taza
del servicio sanitario de su residencia209. Según declaraciones de su pa­

203 T ribunal P rimero de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia


judicial 102-3-2018; F iscalía G eneral de la República de E l S alvador, Acusación REF:
590-U D M M -2016-S. S.
204 T ribunal Primero de S entencia de S an S alvador, pp. 12, 73.
205 Op. cit., p. 3.
206 T ribunal Primero de S entencia de S an S alvador, p. 102.
207 Op. cit., p. 103.
208 J uzgado N oveno de Instrucción de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 87-2/17.
209 Ibid.

54
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

reja, Pablo Ovidio, presunto padre de la niña, M aricela se encerró en el


baño de su casa a dar a luz, mientras él tocaba la puerta, rogándole que
le abriera. Cuando Pablo Ovidio escuchó el llanto de un recién nacido
dentro del baño, intentó ver a través de una ventana, y pudo observar
únicamente a Maricela, no así al bebé. Insistió pidiéndole que abriera la
puerta, diciendo que se iba a ahogar el niño y ofreciéndole ayuda, pero
indicó que ella le contestó “ahí que se m uera”. D espués de m edia hora,
abrió la puerta y salió del baño, entró Pablo Ovidio y encontró a la recién
nacida en el inodoro, boca abajo con la cabeza dentro del agua. La tom ó
e intentó revivirla, pero la niña no respondió, mientras la joven le decía
que llevara una bolsa y que la sacara. Pablo Ovidio declaró que cuando le
recriminó por lo que había hecho, ella solo indicó que se iba a bañar. En
ese m om ento el Pablo Ovidio dejó a la infante sin vida en el lavamanos
y fue a buscar a la Policía, según declaró.
A pesar de que se aportó cierta prueba en el juicio, incluyendo la au­
topsia de la niña, acta de levantamiento de cadáver, expediente clínico de
Maricela, acta de entrevistas de agentes policiales que llegaron a su casa y
resultado de peritaje gineco-obstétrico, entre otros, no se presentó resultado
de A D N ni peritaje psiquiátrico210. Se afirmó que la im putada tenía proble­
m as psiquiátricos, pero que desde el año 2009 no se encontraba en control.
En el peritaje gineco-obstétrico se aludió a que podría encontrarse en
un brote psicótico, pero la jueza N ora M ontoya no entró en el análisis de
la capacidad m ental de M aricela211. Le bastó para sobreseerla el hecho de
que no haya prueba de A D N que com pruebe el vínculo madre-hija, y que
la autopsia no determinó si la causa de m uerte fue el golpe de la cabeza
de la niña en la taza del inodoro o la asfixia por inmersión en el agua212.
Finalmente, la ju eza no le dio valor al testim onio de Pablo Ovidio, consi­
derándole com o testigo de referencia, indicando que como no estuvo en el
lugar de los hechos, adentro del baño sino fuera, por lo que su testimonio
quedaba sin valor213. La acusada se encuentra libre y la fiscalía no apeló.

Elsi M arlene Rosales García

Tam bién representada en 2 0 1 7 -2 0 1 8 por una de las organizaciones


peticionarias en el caso “M anuela”, fue acusada por la fiscalía de acabar
con la vida de su hija recién nacida expulsándola y abandonándola en

210 J uzgado N oveno de Instrucción de S an S alvador, cit.


211 Ibid.
212 Ibid.
213 Ibid. (testigo de referencia es aquel que sabe por lo dicho de otro, pero que no
sabe porque le conste a él de forma directa).

55
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

una fosa séptica, con aparente com plicidad de sus padres214. A pesar de
contar con la autopsia de la víctima, la fiscalía solicitó el sobreseimiento
de la inculpada, el cual fue otorgado por el ju ez con base en que no se
podía determinar la causa de m uerte de la víctima por el avanzado estado
de putrefacción en que el cuerpo de la niña fue encontrado, ni se podía
establecer el vínculo genético de la víctima y la im putada215.

IV. Desinformación y presión internacional

En su visita de trabajo a El Salvador en noviembre de 2017, la C ID H


declaró que, en el país,
“muchas mujeres que sufren complicaciones obstétricas o abortos espon­
táneos son condenadas por homicidio agravado y sentenciadas hasta con
40 años de cárcel, en base a la sospecha de haberse inducido un aborto
y en posible violación de su derecho al debido proceso”216.

También exhortó a El Salvador


“a emprender un moratorio a la aplicación del artículo 133 del Código
Penal [sobre aborto consentido y propio]; a revisar detenidamente las
condenas en cada uno de estos 27 casos mencionados en miras a asegu­
rar el juicio justo y libre de estereotipos a cada una de las mujeres y, de
probarse lo contrario, a poner en libertad a estas mujeres”217.

Adem ás, la C ID H instó a El Salvador

“a tener presentes los estándares interamericanos desarrollados en la


sentencia del caso Artavia Murillo y otros v. Costa Rica (“Fecundación in
Vitro”) donde la Corte Interamericana de Derechos Humanos concluyó
que el embrión no puede ser entendido como persona para efectos del
artículo 4.1 de la Convención Americana”218,

a pesar de que este caso no crea jurisprudencia y no tiene valor vinculante para
ningún otro Estado que no sea el Estado parte en esa disputa, Costa Rica219.
Asimismo, algunos gobiernos europeos y del gobierno canadiense

214 J uzgado de Primera Instancia en S onsonate, Proceso penal con referencia ju ­


dicial 87-2/17.
215 Ibid.
216 CID H , “Conclusiones y observaciones...”, cit.
217 Ibid.
218 Ibid.
219 Véase Ligia de J esús C astaldi, “L os casos sobre fecundación in vitro ante la Cor­
te Interamericana de Derechos Humanos: un análisis de sus argumentos de fondo y posi­
bles efectos”.

56
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

han condenado a El Salvador por la supuesta penalización de emergencias


obstétricas y han tenido gran injerencia en el tem a en el ámbito nacional.
El 16 de octubre de 2018, Peter Derrek Hof, embajador de los Países Bajos,
realizó una visita a doce mujeres del mencionado grupo “Las 17+” en el
Centro de Readaptación para Mujeres de Ilopango, y posteriormente desde
su cuenta de Twitter afirmó:

“Quedé impactado de oír las historias de injusticia de 12 mujeres en la


cárcel Ilopango, con condenas de 30 años por aborto. Urgimos a El Sal­
vador a respetar los #DDHH de mujeres, a no encarcelar esas mujeres,
a despenalizar el aborto y a ofrecer un debido proceso en sus juicios”220.

Representantes de España, Francia, Países Bajos y Reino Unido tam ­


bién han realizado actividades de injerencia a favor de la despenalización
del aborto, apoyando la liberación de “Las 17+”. Los exem bajadores de
estos países tom aron parte directa en asuntos internos del Estado salvado­
reño, actos que son considerados una falta grave según la Ley Orgánica del
Servicio Consular de la República de El Salvador221. El entonces em baja­
dor de Francia ante El Salvador, D avid Izzo m antuvo un involucramiento
constante en la prom oción del aborto y apoyo incondicional a la cam paña
“Las 17 + ” a lo largo de su gestión222. La Em bajada de Francia escogió como
ganadora del Programa de Invitación de Personalidades 2018 a la activista
Sara G arcía Gross, m iem bro fundador de la Agrupación Ciudadana por
la D espenalización del A borto223.
Por su parte, el entonces em bajador del Reino Unido en El Salvador,
Bernhard Garside, publicó en uno de los periódicos m ás im portantes del
país una colum na de opinión titulada: “La política en la aldea”, en medio
de la coyuntura por el debate de la despenalización del aborto en el año
2 0 1 8224. D icha publicación resultó útil para el exdiputado Johnny W right
Sol quien prom ovió durante días la colum na de opinión del exem bajador
Bernhard Garside com o respaldo a la presión por legalizar el aborto en El
Salvador225. Un año antes, el 28 de septiem bre de 2017, fecha conocida
por ser el D ía M undial por la D espenalización y Legalización del Aborto,
Bernhard Garside publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente: “Se cree
que la prohibición del aborto es la segunda causa principal de m ortalidad

220 Peter-ÜERREK H of : @pd_hoff.


221 V éase Ley Orgánica del Servicio Consular, artículos 101, 103.
222Véase Yolanda M agaña, “Soy curioso de ver cuál será el rumbo de este Gobierno”.
223 V éase France au Salvador: @FR_El_Salvador.
224 V éase Bernhard G arside, “La política en la aldea”.
225 V éase Johnny W right S ol : @JohnnyWSol.

57
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

m aterna en El Salvador”226. Esto a pesar de que en 2018 el Ministerio


de Salud reportó a El Salvador com o uno de los países con m ortalidad
m aterna m ás baja de la región227.
El 26 de junio de 2019 se llevó a cabo un conversatorio titulado: “El
Estado Salvadoreño y la Criminalización de los partos en la pobreza”, pa­
trocinado por las em bajadas de España y Canadá228. Durante el desarrollo
de este conversatorio participó Maryse Guilbeault, entonces embajadora de
Canadá en El Salvador y confirmó el financiamiento por parte del gobierno
canadiense para el proyecto “M am ás asesinas, un cuento del Estado” reali­
zado por la Colectiva Alharaca y revista Factum, además, dio a conocer su
interés por continuar financiando espacios de discusión para la propuesta
de legalizar el aborto en El Salvador229. Maryse Guilbeault también se hizo
presente el pasado 15 de julio de 2019 en el Centro Judicial de Ciudad
Delgado, para una de las audiencias públicas del caso Evelyn Beatriz Her­
nández Cruz; junto a Bernard Finke, entonces em bajador de Alemania en
El Salvador y N orbert Eichler cónsul encargado de la cooperación alemana
en el país230. La inusual asistencia de estos diplomáticos a una audiencia de
un caso mediático como el de Evelyn Beatriz, sin duda podría haber gene­
rado presión política para los fiscales y jueces, quienes ya estaban siendo
presionados por activistas y la prensa nacional e internacional.

V Supuestas violaciones de derechos procesales


A ) E sfu e r z o s p a r a r e s t r in g ir d e n u n c ia s d e m é d ic o s

SOBRE ABORTO E INFANTICIDIO

Los m édicos com o Ana Sosa, en el caso de Imelda Isabel Cortez Palacios,
que reportan posibles crímenes contra la vida de un recién nacido a la
policía, han sido objeto de censura por parte de los grupos a favor de la
despenalización del aborto en El Salvador y de la C ID H en el caso “M a­
nuela”. Las organizaciones peticionarias del caso “M anuela” y la C ID H
alegan que un m édico viola el secreto profesional al reportar la posible

226 Bernhard G arside: @HMAGarside.


227Véase G obierno de E l S alvador, M inisterio de S alud , “El Salvador entre los paí­
ses con mortalidad materna más baja de la región”.
228 Véase: C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, “En conversatorio ‘El Estado
salvadoreño...”, cit.; C ooperación E spañola C ultura/S an S alvador, cit.
229 Véase, C entro C ultural de E spaña en E l S alvador, cit.; “Madres asesinas, un
cuento del Estado”.
230Véase Iliana C ornejo , “Hacen nuevo juicio contra Evelyn a puerta cerrada”.

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Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

comisión de un crimen en contra de un recién nacido a las autoridades


o al pedir que se busque al niño cuando encuentran una paciente que
m uestra evidencia de haber tenido un parto y no da información sobre
el paradero del niño231. Según estos grupos, el secreto profesional m édico
crearía una obligación absoluta de encubrir posibles delitos contra la vida
y la integridad personal contra un no nacido o contra un niño o niña recién
nacido por parte de su m adre232.
Recientemente, la C ID H ha abogado para que se use un “derecho al
secreto profesional” com o m edio de silenciar a los m édicos que reportan
casos de aborto e infanticidio a las autoridades. En su visita de trabajo a
El Salvador en 2017, indicó, respecto de las sentencias condenatorias de
“Las 17+”, que:

“la normativa en la que se basan estas sentencias estaría en clara contra­


dicción con el derecho al secreto médico, lo que impediría que los
profesionales de salud cuenten con condiciones de seguridad jurídica
necesarias para el correcto ejercicio de su responsabilidad como garantes
de la salud de sus pacientes”233.

Este esfuerzo por restringir las denuncias m édicas sobre infanticidio


ha sido bien recibido en el ám bito nacional por autoridades del Ministerio
de Salud, que por m edio del Consejo Superior de Salud Pública han dado
entrada para que las organizaciones y abogados que llevan la defensa penal
de “Las 17+”, realicen jornadas de capacitación a los profesionales de la
salud, tal como se puede observar en una presentación en diciembre 2018
por el abogado Dennis Estanley M uñoz Rosa, de la Agrupación C iuda­
dana por la D espenalización del Aborto, y en el m ás reciente D iplom ado
Especializado en D erechos Humanos, Bioética y D erechos Sexuales y
Reproductivos impartido por IPAS Centroamérica, La Colectiva Feminista
y la Agrupación Ciudadana por la D espenalización del A borto234.
Sin embargo, la Corte Suprem a de Justicia ha rechazado repetida­
m ente la interpretación de un derecho al secreto profesional com o una
restricción que prohíba a los m édicos o personal de salud reportar casos
de aborto e infanticidio a las autoridades. En el caso de M aría del Tránsito
Orellana Martínez, por ejemplo, la Corte determinó que “el personal m édi­

231 Véase C ID H . “C ID H presenta caso...”, cit., p. 2; CID H , “Manuela y Familia, El


Salvador”, Informe n.° 153/18, cit.
232Véase Código Penal de El Salvador, 1997 artículos. 187,308-309 (donde el delito
de revelación del secreto profesional no excluye la denuncia de los delitos).
233 CID H , “Conclusiones y observaciones...”, cit.
234 V éase Rosa M uñoz, “Secreto profesional en El Salvador, obligaciones jurídicas e
im pacto en la vida de las mujeres”.

59
L igia D e J esús D PI N ° 17 - Estudios

co no vulneró el deber al secreto profesional”, al reportar lo sucedido a las


autoridades235. En el caso de Teodora del Carm en V ásquez de Saldaña la
Corte tam bién desvirtuó el argumento de los solicitantes de que el reporte
m édico del parto extrahospitalario violaba el secreto profesional. Expresó
que el informar sobre un parto extrahospitalario donde se desconoce el
paradero del niño o niña recién nacido

“va más allá de los límites del secreto profesional propiamente dicho,
porque en aquel momento se tenía ya una sospecha razonable de la co­
misión de un delito relativo a la vida de un ser humano, ya nacido o en
formación”236.

L a Corte Suprem a tam bién ha observado que las denuncias de m é­


dicos a las autoridades frecuentem ente provienen de sus propias conclu­
siones sobre el exam en físico de una m ujer que ha dado a luz y no de la
revelación de información confidencial proporcionada por las inculpadas,
que m ás bien trataban de ocultar su estado de em barazo o parto. Por
ejemplo, en el caso de Salvadora Carolina D íaz Rivas la Corte observó,
en cuanto al argumento sobre la violación del secreto profesional, que la
denuncia de los m édicos a las autoridades se basó

“no en la declaración o confesión que la condenada hiciera al personal


médico que la atendió de emergencia, sino en las evidencias físicas que
presentó al momento de ser examinada por los médicos”,

que incluso:

“la hoy condenada ocultó el producto de la gestación, al haber proporcio­


nado diferentes versiones de la razón del sangramiento que presentaba”237.

En el caso de M aría Teresa Rivera, el tribunal señaló, en cuanto a la


supuesta vulneración del secreto profesional alegada por los peticionarios:

“[...] el conocimiento que el personal de salud de aquel nosocomio tuvo


acerca de la posible comisión de un delito por parte de la imputada, tuvo
origen, no en la declaración o confesión que ésta les hiciera, sino en las
evidencias físicas que presentó al momento de ser examinada (evidencia
de parto vaginal, sangrado profundo, salida de cordón umbilical, placenta,
etc.); de tal manera que, el conocimiento que tuvo el personal de salud del
Hospital donde fue auxiliada, no se encontraba bajo el amparo del secreto
profesional”238.

235 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 20-IN D -2014, cit.


236 Ibid .
237 O p . cit., < p i.
238 Ibid . (énfasis añadido).

60
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

También ha reiterado la Corte Suprem a de Justicia la existencia de


una obligación legal de los médicos de reportar posibles delitos o crímenes,
especialm ente contra los niños y niñas, que se encuentran en particular
estado de vulnerabilidad e indefensión. En el caso de M aría Teresa Rive­
ra, por ejemplo, la Corte recalcó la obligación de los profesionales de la
salud de dar aviso de la posible comisión de un delito de acción pública,
en particular, uno en contra de un m enor de edad, com o es el homicidio
agravado239. En el caso de Teodora del Carmen Vásquez de Saldaña la Corte
estableció que los médicos

“tenían la obligación jurídica de dar aviso a las autoridades encargadas


de la investigación del delito, tratándose éste de acción pública [...] pues
-incluso- su abstención podría haber dado lugar a un proceso penal en
su contra por el delito de Omisión del Deber de Poner en Conocimiento
Determinados Delitos [...]”24°.

B) La p r e s u n c ió n d e in o c e n c i a y l a d is c r e c i ó n ju d i c i a l

PARA EVALUAR LA PRUEBA

La C ID H y las O N G peticionarias del caso “M anuela” alegan en la de­


m anda contra El Salvador el error judicial, la inexistencia del delito, la
inocencia de la condenada y la violación al principio de presunción de
inocencia por parte de los tribunales de primera y segunda instancia al
valorar ciertos elem entos probatorios, argumento que la Corte Suprem a
de Justicia de El Salvador ha rechazado in limine com o infundado. En el
caso de M aría del Carm en García Alvarenga, en cuanto al argumento de
error judicial por parte de los solicitantes, la Corte indicó:

“no se logra comprobar ningún error judicial, dado que, el planteamien­


to de los peticionarios [...], va dirigido a cuestionar la forma en que
los Sentenciadores verificaron su ponderación probatoria sin expresar
algún quebranto a las reglas de la sana crítica, las cuales se constituyen
como limitantes a la libertad en el análisis de la prueba de la que goza
el Juzgador”241.

En los casos de Maira Verónica Figueroa Marroquín, María Marina Pérez


Martínez y Mariana López Zelada, la Corte Suprema observó además que:

“en el proceso penal aplicable al caso, se contempla que el sistema de


valoración de la prueba tiene como base el principio de libertad probatoria

239 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 20-IN D -2014, ‘RUI, cit.


240 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 19-IN D-2014, p .
241 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 1 l-IN D -2014, <J[II (énfasis añadido).

61
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

con la única limitante de que las conclusiones generadas del análisis de la


prueba han de estar conforme a las reglas del recto pensamiento humano;
es decir, que deben responder a las leyes fundamentales de la lógica, a
las máximas de la experiencia y a la sicología, situación que implica que
al Juzgador no se le puede imponer la forma en que debe ponderar las
probanzas, pero sí la obligación de dar las justificaciones del porqué de
su decisión, circunstancia que de no ser cumplida por existir una falta de
fundam entación de la sentencia, o existir juicios de valor contradicciones o
deducciones que sean opuestas entre sí o que no gocen de derivación”242.

Respecto al alegato de error judicial porque una condenada habría


tenido un aborto espontáneo y no un aborto, en el caso de Salvadora C a­
rolina D íaz Riva, la Corte respondió que esta posibilidad “ha sido refutada
probatoriam ente en la sentencia condenatoria firme” y que “las inferencias
fácticas que condujeron a la condena están fundam entadas en elementos
de prueba esencialmente aportados”243. D el m ism o modo, en el caso de
M aritza de Jesús González, la Corte Suprem a señaló:

“el hallazgo del cadáver enterrado de la víctima, que conforme a la autop­


sia respectiva, el Tribunal sentenciador tuvo por acreditado que la causa
de muerte fue traumatismo cráneo contuso y lesión de tejido blando,
producido con objeto cortante y no alguna complicación obstetricia como
se ha intentado aducir”244.

Por su parte, en cuanto al proceso de Marina de los Ángeles Portillo, la


Corte Suprem a respondió:

“según se estableció en el Juicio, el personal médico, después de los exá­


menes pertinentes diagnosticó que se había producido un parto de término,
no un aborto, y el proceso se incoó a partir del hallazgo del cadáver de la
recién nacida, con calcetas amarradas en el cuello y cubriendo la boca y
fosas nasales; asimismo, se determinó en el Juicio, conforme a la Autopsia
respectiva, que la cau sa de muerte fue asfixia por estrangulación y no una
complicación obstétrica como se aduce en la solicitud”245.

En relación con la objeción a la existencia de un delito por omisión,


en el caso de Johana Iris Rosa Gutiérrez, la Corte dio una respuesta si­
milar a aquella dada en otros casos del grupo de diecisiete solicitudes de
indulto, específicamente, que el argumento de los peticionarios se basaba

242 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 18-IN D-2014, cit., *pi, 8-IN D-2014,
•fíll y 16-IND-2014, cit., f l l (énfasis añadido).
243 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 21-IN D -2014, cit., '¡[IV.
244 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 17-IN D-2014, (J[II(B).
245 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 23-IN D -2014, (J[II(D).

62
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

“en la inexistencia del delito por considerar que no fue cometido por
acción u omisión, sino por comisión por omisión, dejando de lado que
ésta es una forma de cometer ilícitos que emana de la omisión propia [son]
afirmaciones que se basan en la propia apreciación probatoria [...]”246.

La Corte Suprem a ha rechazado la solicitud de los peticionarios de


reevaluar la prueba sobre la base de una supuesta violación al principio
de la presunción de inocencia en vista de la naturaleza del ocurso de gra­
cia de indulto; por ejemplo, en los casos de Cinthia M arcela Rodríguez,
M aría M arina Pérez M artínez, M ariana López Zelada y M aritza de Jesús
González, la Corte señaló que las pretensiones de los peticionarios
“son afirmaciones que se basan en la propia apreciación probatoria [...]
que únicamente se limitan a establecer una crítica a la forma en que
fueron ponderados los distintos elementos de prueba que se produjeron
en juicio, situación que [...] denota la pretensión, en cierta medida de la
configuración de un recurso de alzada que poco o nada corresponde a
una solicitud de gracia de esta naturaleza”247.

En el caso de Ena Vinda M unguía Alvarado, la Corte Suprem a determinó


que dicho argumento era una mera
“crítica a la valoración que hicieron los juzgadores de los elementos de
prueba inmediatos”, “reclamos o vicios de carácter procesal, susceptibles
de ser atacados vía recurso de casación o revisión y no a través de los ocur­
sos de gracia”248.

C ) E sfu e r z o s p o r r e d e f in ir l a f ig u r a d e f l a g r a n c ia

La C ID H y los peticionarios del caso “M anuela” alegan contra la validez de


la prueba indirecta presentada en juicio y piden a la Corte Interamericana
redefinir la figura de flagrancia del delito para que la Corte concluya que
solo la prueba directa y el testimonio de testigos presenciales es válido de
acuerdo con la Convención Americana, a pesar de que la Convención no
establece dicho estándar probatorio y que la validez de la prueba indirecta
tiene una vasta aceptación en todos los sistem as penales ya sea de derecho
civil o del C ommon Law 249. Dicho argumento podría estar basado en que
“M anuela”, o M aría Edis, fue aprehendida “en flagrancia” en el hospital
donde había sido intemada, seguido a que los agentes de policía rescataron

246 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 12-IN D-2014, *pi [énfasis añadido].
247 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 8-IN D-2014, <J[II, 16-IND-2014, C|[II
y 17-IND-2014, cit., <pi(C).
248 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 14-IN D-2014, (|[II[C).
249 V éase CID H . “C ID H presenta caso...”, cit., pp. 1, 3; CID H , “Manuela y Familia,
El Salvador”, Informe n.° 153/18, cit.

63
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

el cadáver de su hijo recién nacido de la letrina, lo cual podría tam bién


ocurrir en casos de aborto provocado, por lo que la redefinición de la fla­
grancia podría ser una manera de buscar la im punidad de ambos delitos250.
L a Corte Suprem a de Justicia de El Salvador, sin embargo, ha desvir­
tuado este argumento en repetidas ocasiones. En los casos de Marina de
los Ángeles Portillo y M aritza de Jesús González, por ejemplo, la A grupa­
ción Ciudadana por la Despenalización del Aborto alegó que la falta de
prueba testimonial directa o plena de la responsabilidad constituía una
violación al principio de inocencia, a lo que la Corte Suprem a de Justicia
respondió indicando que la prueba aportada enjuicio, aun siendo indirecta,
consistía en

“datos objetivos circundantes al hecho [...] conexos y verificables, per­


mitiendo inferir el hecho desconocido y la atribución de responsabilidad
a la encartada”251.

La Corte aclaró tam bién que “si bien no se obtuvo prueba directa sobre la
ejecución del ilícito [la] prueba por indicios es válida y adm isible”, y que:

“la falta de prueba directa per se, no toma arbitraria o injusta la decisión
judicial, cuando existen otros elementos, hechos base acreditados, datos
periféricos o concomitantes, que se encuentran interrelacionados y que
son susceptibles de ser hilvanados en un mismo sentido, de los cuales se
deducen los hechos desconocidos. Otro asunto es, que los postulantes no
concuerden con la forma en la que se ponderó esa prueba indirecta, siendo
impugnable la racionalidad de las inferencias efectuadas, pero tal desave­
nencia no es materia para ser analizada en ocasión de la gracia solicitada”252.

En el caso de M aira Verónica Figueroa Marroquín, de M aría Marina


Pérez M artínez y Mariana López Zelada, la Agrupación Ciudadana por
la Despenalización del Aborto alegó que se había violado el principio in
dubio pro reo, presunción de inocencia, porque se las había condenado
en ausencia de testigos presenciales que hubieran observado la comisión
del crimen253. A ello, la Corte Suprem a respondió que estos argumentos

“son afirmaciones que se basan en la propia apreciación probatoria que


verifican los peticionarios de las probanzas, situación que como antes se

250 T ribunal de S entencia de S an F rancisco G otera, cit., <¡[IV.


251 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 23-IN D -2014, f l l y 17-IND-2014,
cit., <j[II.
252 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 23-IN D -2014, <p i(B ) (énfasis
añadido].
253 Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de Maira Verónica Figueroa Marroquín,
op. cit. (énfasis añadido).

64
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

dijo, es potestad exclusiva del Tribunal sentenciador la ponderación de los


elementos probatorios conocidos en la vista pública, siempre y cuando la
asignación del valor dado a éstos esté debidamente justificada”254.

En el caso de M aría Teresa Rivera, la Corte Suprem a encontró que:


“la construcción de la culpabilidad de la imputada se encuentra conforme
a las reglas de la sana crítica y apoyada en pruebas lícitas, aunque éstas no
se traten de testimonios presenciales del acto humano que causó la muerte
del recién nacido, el fallo de condena es válido”255.
D ichas conclusiones no son inesperadas, pues la absurda pretensión de
declarar inadmisible la prueba indirecta según la Convención Am ericana
haría im posible la persecución penal no solo del infanticidio sino de una
gran variedad de serios crímenes en el ordenamiento jurídico de un Estado.

D) R ig o r e x c e s iv o d e l a p e n a p o r h o m ic id io a g r a v a d o

Y DISCRIM INACIÓN CONTRA LA MUIER

En los tribunales nacionales de El Salvador, la Agrupación Ciudadana por


la Despenalización del Aborto alegó un rigor excesivo de la pena im puesta
a las condenadas por homicidio agravado de sus hijos, argumento que la
Corte Suprem a de Justicia desvirtuó en sus dictámenes sobre los indul­
tos requeridos. En la solicitud de indulto de M aría del Tránsito Orellana
Martínez, por ejemplo, determinó la Corte que la sentencia de treinta
años de prisión “no corresponde[n] a los supuestos de un rigor excesivo
de la ley”256. En los casos de M aría del Carm en G arcía Alvarenga, M aría
Marina Pérez Martínez, Mariana López Zelada, Cinthia Marcela Rodríguez
y Maira Verónica Figueroa Marroquín, la Corte rechazó que la pena por
homicidio agravado fuera excesivam ente rigurosa, señalando:
“la misma goza de entera validez al encontrarse debidamente justificada
de acuerdo a los parámetros que establece la ley, y por consiguiente, no
podría alegarse que ésta es injusta, pues el espíritu del legislador fue san ­
cionar con esa dureza el ataque a l bien jurídico vida por las implicaciones
que éste conlleva, y a su vez porque se contempló que así se cumpliría
la finalidad de resocialización para permitir posteriormente la debida
inclusión en la sociedad”257.

254 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 18-IN D-2014, (j[II; 8-IN D-2014,
f l l y 16-IND-2014, f ll.
255 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 24-IN D-2014, <J[III (énfasis añadido).
256 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 20-IN D -2014.
257C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 11-IN D -2014,CJ[II; 8-IN D -2014,fII;
C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 16-IND-2014, •pi, •p il; C orte S uprema de
J usticia de E l S alvador, 18-IND-2014, *j[II (énfasis añadido).

65
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

Asimismo, en el caso “M anuela”, la C ID H condenó el hecho de que


la sentencia de primera instancia hiciera referencia al deber jurídico que
tiene toda madre de cuidar y dar auxilio a su hijo y que se mencionara el
instinto maternal de dar protección al hijo, y a no privar de la vida a su
recién nacido, alegando que El Salvador violó el principio de igualdad y
no discriminación al aplicar
“algunos estereotipos de género [...] en la sentencia condenatoria, los
cuales generaron que el tribunal de conocimiento omitiera valorar con
exhaustividad cierta prueba, y tuvieron un impacto en la determinación
de la responsabilidad penal”258.

Sin embargo, el Código Penal de El Salvador es neutro en cuanto al crimen


de homicidio agravado en casos de infanticidio, en que am bos el padre y
la m adre son sujetos a la m ism a pena por el m ism o crimen, sin distinción
de género259. Adem ás, la sentencia de M aría Edis se refirió tam bién a “la
irresponsabilidad paterna advertida de parte del padre biológico”, a pesar
de que este no tuvo participación en el delito260.
Respecto de los alegatos de los solicitantes en cuanto a discriminación
de género, en el caso de Evelyn del Carm en Sánchez Cabrera, la Corte
encontró que no presentaron “evidencias objetivas de que la condena cons­
tituya una m anifestación de discriminación en razón de género”261. En los
casos de Maira Verónica Figueroa Marroquín, M aría del Carm en García
Alvarenga, María Marina Pérez Martínez y Mariana López Zelada, la Corte
desestim ó las acusaciones sobre discriminación de género de los solici­
tantes, indicando:
“éstas carecen de relevancia para estimarlas como motivos que inclinen
a favorecer o no la concesión de la gracia del indulto de la pena que fue
impuesta [...], ya que no se mencionan hechos concretos que conlleven
a demostrar vulneraciones a los derechos ahí relacionados, ni evidencias
objetivas de que la condena constituya una manifestación de discrimina­
ción en razón de género”262.
Tam poco mencionaron los peticionarios que la víctima de homicidio agra­
vado, en la mayoría de los casos, fue una niña o recién nacida identificada
com o de sexo femenino.

258 CID H , “C ID H presenta caso...”, cit., p. 3; CID H , “Manuela y Familia, El Salvador”,


Informe n.° 153/18, cit.
259 Código Penal de El Salvador, artículo 129(1].
260 T ribunal de S entencia de S an F rancisco G otera, ‘HV.
261 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 13-IN D-2014, %2 (énfasis añadido].
262 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 18-IN D -2014, cit.,(][II, 8-IN D-2014,
<P, 16-IN D-2014,^11 y ll-IN D -2 0 1 4 , f l l (énfasis añadido].

66
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

E) R e v i s ió n in t e g r a l d e l f a l l o

A TRAVÉS DEL RECURSO DE CASACIÓN

La C ID H sostiene ante la Corte Interamericana que:

“El Salvador violó el derecho a recurrir el fallo pues al momento de los


hechos no existía un recurso que permitiera la revisión integral de un
fallo condenatorio penal, ya que solo se encontraba disponible el recurso
de casación por inobservancia o errónea aplicación de un precepto legal”,

argumento que la Corte Suprem a de Justicia ya ha rechazado en los


indultos solicitados para los diecisiete casos de homicidio agravado263.
En los casos de Cinthia M arcela Rodríguez, Alba Lorena Rodríguez
Santos, Salvadora Carolina D íaz Rivas, M aría del Carm en García Alvaren-
ga, M aría del Tránsito Orellana M artínez, M aría Marina Pérez Martínez,
Johana Iris Rosa Gutiérrez, Maira Verónica Figueroa M arroquín y Mariana
López Zelada, la Corte Suprem a salvadoreña identificó el recurso de casa­
ción com o el recurso que, al m om ento de la condena, hubiera perm itido
la revisión del fallo, indicando:
“si bien es cierto, a la fecha del pronunciamiento de la sentencia definitiva
de condena, ésta no era recurrible ante un tribunal de segunda instancia,
sin embargo, estas decisiones judiciales eran impugnables por la vía del
recurso de casación, el cual, de acuerdo a la normativa procesal penal
derogada, permitía una revisión integral del fallo tratándose de nulidades
absolutas o de violaciones a garantías fundamentales [...]”;
y señalando:
“de tal manera que, las justificaciones expresadas en el escrito para
sostener tal vulneración, no favorecen de ninguna manera la situación
jurídica de la penada, dado que, los errores que invocan los peticionarios
pudieron ser alegados y analizados por el Tribunal Casacional, por tanto,
se reafirman que no se ha quebrantado el derecho a la revisión integral del
fallo y los principios procesales que fueron señalados como vulnerados”264.
Respecto al argumento, de que el recurso de casación no sería ade­
cuado porque no permitiría una revisión integral del fallo, la Corte indi­
có, en el caso de Ena Vinda M unguía Alvarado y M arina de los Ángeles
Portillo, que:

263 CID H . “C ID H presenta caso...”, p. 2. Véase CID H , “M anuela y Familia, El Sal­


vador”, Informe n.° 29/17, cit., p. 4.
264 C orte S uprema de J usticia, de E l S alvador, 21-IN D -2014, *¡[111; 8-IN D-2014,
III; 16-IN D-2014, <j[II; 17-IN D -2014,1II(E ); 7-IN D-2014, <11111; 15-IND-2014, p. 5; 20-
IN D -2014; 12-IN D-2014, f ü ; 18-IND-2014, <¡11 y ll-IN D -2 0 1 4 , <|[II.

67
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

“la posición de los peticionarios no trasciende de una mera especulación,


en tanto que, no se intentó impugnar la sentencia condenatoria por la
vía de la casación, siendo indeterminado si la posible censura al fallo en­
contró algún obstáculo legal o procesal para ser examinado por un tri­
bunal superior”265.

En estos últim os casos, la Corte tam bién desestim ó la analogía con la


Ley Penal Adjetiva derogada y el que tenía C osta Rica al m om ento de
tram itarse el caso Herrera Ulloa ante la Corte ID H:

“por cuanto, ignora la flexibilización del recurso, mediante el tratamiento


jurisprudencial desarrollado por la Sala de lo Penal, respecto de los re­
quisitos legalmente establecidos para su admisión, de tal suerte que los
mismos no constituyeran restricciones que mermaran la esencia del dere­
cho de impugnación de las decisiones judiciales sometidas a su conside­
ración”266.

VI. L as verdaderas víctimas de violaciones


a los derechos humanos

El sufrimiento de los niños y niñas víctimas de homicidio agravado en cada


uno de los veinticinco casos analizados es indescriptible. Los actos que
produjeron la muerte de los niños fueron de una violencia inconcebible en
contra de cualquier persona, pero m ás aún en contra de un recién nacido:
estrangular, golpear con herramientas, piedras, objetos contusos, causarle
fracturas, asfixiarle, apuñalarle, lanzar al bebé en una fosa séptica, m eterle
en un servicio sanitario o en un tanque de agua y abandonarle. Sus cuerpos
sin vida fueron tratados sin el mínimo reconocimiento de su dignidad hu­
mana, abandonados en lugares indignos, desechados en bolsas de plástico
y cajas de cartón y, en ocasiones, abandonados en prados, a la intemperie,
donde fueron parcialm ente devorados por animales.
El niño de “M anuela”, que fue arrojado en una letrina y murió ahoga­
do en excremento, la mayoría de los niños y niñas victimizados en los casos
estudiados sufrieron una m uerte indigna y degradante, ahogados en fosas
sépticas, lugar por lo común inaccesible, por su repugnancia, en las zonas
pobres o rurales de Centroam érica, que carecen de agua y saneamiento.

265 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 14-IN D-2014, *pi(F) y 23-IND-


2 0 1 4 ,1II(E].
266 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 14-IND-2014, cit., fII(F ); 17-IND-
2014, P C D ) y 23-IN D -2014, <pi(E).

68
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

El hijo de Evelyn Beatriz Hernández C ruz tam bién fue arrojado en


una letrina y murió ahogado en excremento. Falleció por “neum onía es-
pirativa [...] producida por un daño en los pulm ones [...] por absorción
de líquido y m ateria fecal”, según determinó su autopsia267. Asimismo,
el hijo de M aría Teresa Rivera pereció por “asfixia perinatal” en una fosa
séptica, ahogado por heces fecales y otros desechos hum anos268.
El hijo de Cinthia M arcela Rodríguez Ayala Santos fue apuñalado con
una tijera al nacer, sufrió “sección de grandes vasos del cuello, tráquea y
corazón producida por arma blanca [...], lesión de m úsculos intercostales
y corazón”269. D e acuerdo con la sentencia, sufrió tam bién fractura en el
cuello, luego de lo cual su m adre lo abandonó en una bolsa de plástico
en una acera pública. La autopsia luego determ inó que “el recién nacido
tenía 12 horas o 14 de fallecido” al ser encontrado por agentes de policía270.
El bebé de M aritza de Jesús G onzález fue ultim ado a golpes en la
cabeza y varias partes del cuerpo con una “cum a” o especie de espada
curva que se usa para cortar grama271. Las notas del hallazgo de su cuerpo
indicaron que presentaba

“lesiones de fractura de pie derecho, destrucción del cráneo con bicet


irregulares, otra lesión el toráx anterior que presenta destrucción de su
lado derecho, presentando además sus miembros superiores e inferiores
un estado de putrefacción”272.

El hijo de M aira Verónica Figueroa M arroquín tam bién sufrió graves


golpes obtusos que le fracturaron el cráneo y le produjeron la m uerte273.
El hijo de A lba Lorena Rodríguez tam bién fue golpeado y estran­
gulado hasta morir, identificándose la causa de m uerte com o un “traum a
craneoencefálico severo, de tipo contuso, m ás com presión del cuello” por
parte de la m adre274. Cuando el bebé recién nacido fue encontrado agoni­
zante por una de las vecinas, esta observó que tenía todavía laceraciones
en la región nasal y en el cuello, adem ás de tener el cordón umbilical aún
adherido a su cuerpo. El juzgado observó que las lesiones eran extensas
en el recién nacido, y que resultaba evidente que fueron ocasionadas in­

267 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Causa 64-U1-17, p. 61.


268 T ribunal T ercero de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 113-2012-3a.
269 T ribunal de S entencia de S anta T ecla , Proceso penal con referencia judicial
186-1-2008.
270 Ibid.
271 T ribunal de S entencia de L a U nión, p. 1 l(b is).
272 Ibid.
273 T ribunal de S entencia de A huachapán, op. cit.
274 T ribunal de sentencia de S anta T ecla, sentencia 220-1-2010.

69
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

tencionalmente, causando, por último, la m uerte del m ism o275. La hija de


M aría del Tránsito Orellana M artínez fue estrangulada y asfixiada con el
lazo de un delantal276. El hijo de M aría del Carm en G arcía Alvarenga fue
estrangulado con un suéter, que todavía tenía alrededor del cuello cuando
su cadáver fue encontrado en estado de putrefacción277.
L a bebé recién nacida de M ariana López Zelada fue estrangulada y
asfixiada de la manera m ás cruel y calculada:
“alrededor del cuello le sujeta en forma de lazo una tira de tela y lo hala
hasta ahorcar a la misma, en el interior de la boca de la recién nacida, la
imputada le introduce un algodón y la nariz se la tapa con una cinta ad­
hesiva, todo ello obviamente con el objeto de evitar que la recién nacida
respirara y así causarle la muerte”278.
Igualmente deliberado y cruel fue el homicidio de la bebé de Marina
de los Ángeles Portillo, asfixiada por estrangulación, a quien los policías
la encontraron con un calcetín o calceta tapándole la boca y otra calceta
amarrada al cuello con un doble nudo279.
L a hija de Teodora del Carm en V ásquez de Saldaña, fue ahogada en
el tanque de agua de un servicio sanitario, m om entos después de nacer, su
cuerpo aún unido a la placenta280. El juzgado de prim era instancia indicó,
sobre la base de la evidencia proporcionada, que la niña víctim a nació
viva, con treinta y ocho a cuarenta semanas de gestación, y que la causa
de m uerte fue “asfixia perinatal de tipo m ecánica por inmersión”281.
L a hija de Isabel Cristina Quintanilla tam bién murió dentro de la
taza de un servicio sanitario, determinando la autopsia que la bebé vivió
alrededor de dos horas previo a morir282. La hija de Katherine Jocelyn
M azariego Orellana, abandonada en la taza de un servicio sanitario, so­
brevivió entre quince minutos y una hora después del nacimiento y su
causa de m uerte fue determ inada com o “asfixia perinatal”283.

275 T ribunal de sentencia de S anta T ecla , sentencia 220-1-2010.


276 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Proceso penal con referencia judicial
187-1-2010.
277 T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 56-2000-2.
278 T ribunal C uarto de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 141-2-2000, p. 2.
279 T ribunal de S entencia de S ensuntepeque.
280 T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 53-2008-2.
281 Ibid.
282 T ribunal S egundo de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 102-2005-3.
283 T ribunal Primero de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia
judicial 102-3-2018.

70
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

Tres niñas recién nacidas sobrevivieron intentos de homicidio por


parte de sus madres, sufriendo graves am enazas a su vida, su integridad
personal y su salud al ser expulsadas y abandonadas por varias horas en
fosas sépticas. En el caso de Im elda Isabel Cortez Palacios, el soldado que
rescató a la bebé indicó que esta estaba cubierta de heces y de un polvo
que parecía cal284. La prueba aportada acreditó que, al recibir asistencia
m édica en el hospital, fue necesario hacer a la infante un lavado de estó­
mago, pues tenía restos de heces fecales en su sistem a digestivo; fue tam ­
bién necesario lim piar sus oídos, nariz y ojos los cuales estaban irritados
y cubiertos de heces fecales285. También observaron los médicos que tenía
un hem atom a de seis a ocho centímetros en la espalda286.
D e igual manera, el expediente clínico de la hija recién nacida de
M im a Isabel Ramírez de Martínez, que fue encontrada en una fosa séptica,
indicaba que se encontraba llena de gusanos y excrem entos hum ano y
por ello se trasladó a la m enor al hospital287.
El hijo de Ena Vinda M unguía Alvarado, que tam bién fue expulsado
y abandonado en una fosa séptica, fue rescatado y trasladado a un hospital,
donde la doctora de turno declaró que al exam inar al recién nacido lo
encontró bañado de excrem ento por lo que le dio atención preventiva,
entre ellos un lavado gástrico, encontrando en su estóm ago excrem ento288.
Los cuerpos de los bebés que perecieron fueron sin un mínimo re­
conocimiento de su dignidad humana, abandonados en lugares indignos,
desechados en bolsas de plástico y cajas de cartón y, en ocasiones, aban­
donados en prados, a la intemperie, donde fueron parcialm ente devorados
por animales. Por ejemplo, respecto de la hija de Salvadora Carolina D iaz
Rivas la sentencia condenatoria indicaba que:

“fue hallado en un predio ubicado en [...] el cuerpo sin vida de una niña
con el cordón umbilical aún unido a la placenta, presentando surco
apergaminado de dos centímetros de ancho que le rodea completamente
el cuello, antropofagia con desmembramiento completo en am bos miembros
superiores, y en miembro inferior derecho a nivel de rodilla, concluyéndose en
la autopsia que la causa de la muerte fue por asfixia por estrangulación”289.

284 T ribunal de S entencia de U sulután .


285 Ibid .
286 Ibid .
287 T ribunal Q uinto de S entencia de S an S alvador.
288 T ribunal de S entencia de C ojutepeque, Proceso penal con referencia judicial
20-C3-2010.
289 C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, 21-IN D -2014, '¡[IV [énfasis añadi­
do].

71
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

D e manera similar, la descripción del hallazgo del cuerpo de la hija


de M aría M arina Pérez M artínez indica que se observaba:
“[...] un recién nacido de término, en la posición de cúbito dorsal con
la cabeza al costado oriente, únicamente se observan restos del cadáver,
conservándose el cráneo, miembros superiores, parte superior del torso
y el resto ha sido devorado por los animales de rapiña, sin visceras, con­
servándose también la columna vertebral, la pelvis y los huesos de las
extremidades inferiores, así también manifiesta el señor X, que como
a eso de las 14 horas observó que un perro venía del costado sus de su
vivienda devorando un cadáver, razón por la que se lo quitó”290.
El cuerpo de la menor fue encontrado entre 48 y 72 horas después de falle­
cida.
L a cam paña por la despenalización del aborto basada en estos casos
ha ocultado o m inim izado estos hechos, evitando utilizar el término ‘in­
fanticidio’ u ‘homicidio agravado’, refiriéndose a “partos extrahospitalarios”
y omitiendo, de m odo deliberado, información sobre las circunstancias de
la m uerte de los niños y niñas víctim as de estos crímenes, ignorando la
indecible violencia que padecieron, a pesar de contar con la información
legal de cada caso.
Los peticionarios del caso “Manuela” contra El Salvador y la C ID H han
presentado a las madres que causaron intencionalmente la muerte violenta
de sus bebés com o víctimas de violaciones a sus derechos humanos por la
supuesta penalización de emergencias obstétricas y del aborto provocado
en El Salvador. Las organizaciones peticionarias han solicitado, en tribunales
nacionales, no solo el indulto, sino la exoneración de madres que mataron a
sus hijos recién nacidos, celebrando su liberación com o un acto de justicia,
em poderam iento de la m ujer y progreso en la protección de los derechos
humanos. A l abogar por la exoneración (postum a en el caso de “M anuela”}
de m ujeres que m atan a sus propios hijos recién nacidos, la C ID H y las
O N G peticionarias han promovido, de hecho, la tolerancia e im punidad
del infanticidio en El Salvador, un extremo -hasta hace po co - inconcebible
para organizaciones que dicen promover los derechos humanos.

Conclusiones

La caracterización de los casos de homicidio agravado de niños recién na­


cidos a manos de sus madres, “M anuela” y “Las 17+”, com o casos de pena­
lización de emergencias obstétricas y partos extrahospitalarios, producto

290 T ribunal de S entencia de S an F rancisco G otera en M orazán.

72
Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

de la prohibición del aborto en El Salvador, es una deliberada falsificación


de los hechos y del derecho aplicado en cada caso: un fraude m ediante el
cual se busca lisa y llanamente provocar una sentencia de la Corte Inte-
ramericana que ordene a El Salvador despenalizar el aborto provocado,
com o así lo han indicado la C ID H y las organizaciones peticionarias. Las
cam pañas m ediáticas en torno a los casos de “M anuela” y “Las 17+” son
una perfecta ilustración de una campaña de desinformación masiva que ha
convencido a la opinión pública, la com unidad internacional y organismos
internacionales de derechos hum anos que El Salvador com ete violacio­
nes de derechos hum anos inexistentes y que las cortes salvadoreñas han
errado al penalizar el homicidio agravado de niños y niñas recién nacidos
por parte de sus madres.
La desinformación ha creado confusión entre el público y la com u­
nidad internacional, y ha generado presión m ediática y política sobre
funcionarios y jueces salvadoreños, que han hecho maniobras jurídicas y
llegado a conclusiones irracionales en el intento de satisfacer las exigencias
de aquellos que promueven la despenalización del aborto en El Salvador291.
Ello ha dado a las solicitudes de la Agrupación Ciudadana por la D espena­
lización del Aborto un relativo éxito, pues, si bien solo siete de veinticinco
acusadas de homicidio de sus hijos han sido exoneradas, nueve m ás han
salido libres bajo conm utación de la pena, libertad condicional e indulto,
para un total de dieciséis de veinticinco presas liberadas, de las cuales
catorce fueron condenadas con anterioridad por el homicidio agravado
de sus hijos recién nacidos y dos form alm ente acusadas de dicho delito.
La sim patía ideológica de algunos gobiernos europeos y estadou­
nidenses con la causa de la despenalización del aborto ha llevado a sus
em bajadores y representantes consulares a entrar en activismo a favor
de la despenalización del aborto en el territorio de El Salvador junto a
organizaciones feministas, lo cual es incom patible con la neutralidad p o ­
lítica característica de la diplom acia internacional y con alta probabilidad,
violatorio de varias normas de derecho internacional. En el caso de Su e­
cia, la afinidad política con la legalización del aborto llevó al gobierno al
extrem o de dar asilo político y estatus de refugiada a M aría Teresa Rivera
por una supuesta investigación criminal por aborto provocado, delito por
el que nunca fue acusada ni condenada, com o indicó la Corte Suprem a
de Justicia en su dictam en de indulto, rechazando las pretensiones de los

291 Véase C orte S uprema de J usticia de E l S alvador, A cta/n.° 32, p. 4 (en el caso de
Mariana López Zelada, por ejemplo, durante la sesión en que se decidió la conmutación
de la pena, el magistrado Florentín Meléndez notó que “se trata de uno de los casos de las
denominadas ‘diecisiete’ ” y propuso que “se haga publicidad del contenido del dictamen”) .

73
L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

solicitantes de cambiar la calificación del delito de homicidio al delito de


aborto provocado292.
La afinidad política con la causa del aborto parece tam bién haber
cegado a la C ID H y a otras agencias internacionales de derechos humanos,
que han ignorado selectivam ente ciertos hechos de cada caso individual
y los fundam entos jurídicos básicos de cada condena, en particular, los
brutales hom icidios de niños y niñas recién nacidos, calificándolos como
penalización de emergencias obstétricas y aborto espontáneos, sin eviden­
cia de ningún tipo ni apoyo concreto en la realidad. En este sentido, la
deliberada omisión de cualquier consideración de los derechos del niño y
tergiversación de los hechos por parte de la C ID H en el caso “M anuela”,
a pesar de contar con toda la información legal a la mano, es inexcusable
y cuestiona, en su esencia, el profesionalism o y credibilidad de la institu­
ción, que ya perdió fondos por parte de Estados Unidos por su agresiva
prom oción del aborto en el continente293.
A pesar de la tergiversación de los hechos y la enorme presión m e­
diática y política por satisfacer las pretensiones de los grupos que pro­
m ueven la despenalización del aborto en El Salvador, en la mayoría de los
casos prevaleció la razonabilidad de la Corte Suprem a de Justicia de El
Salvador, de los tribunales de primera instancia, que aplicaron las penas
establecidas por el derecho salvadoreño por los delitos com etidos contra
los niños y niñas que fueron victim izados en cada uno de estos crímenes,
y de la fiscalía que buscó la sanción penal de estos crímenes. La Asam blea
Legislativa solo otorgó dos indultos, y ha sido el Poder Ejecutivo, el que
la m ayor parte de las veces, ha prom ovido la conm utación de penas que
ha llevado a la liberación de varias condenadas.
En El Salvador, fuentes oficiales confirman que entre 2013 y 2019 ha
habido un prom edio de una im putada condenada por aborto voluntario
cada año, en el ám bito nacional, de las cuales ninguna ha, aparentemente,
cum plido una pena de prisión, pues el delito (cuya pena es de dos a ocho
años de prisión) es conm utable por una pena no privativa de libertad294.
Q uizá por esta razón, las organizaciones peticionarias del caso “M anuela”
han utilizado casos de infanticidio para prom over la despenalización del
aborto en el país. Contrario a las afirmaciones de la C ID H , El Salvador

292 Solicitud de ocurso de gracia “indulto” de María Teresa Rivera, op. cit.; C orte
S uprema de J usticia de E l S alvador, 24-IN D-2014.
293Véase Carol M orello , “Pompeo cuts O A S funds over advocacy o f legal abortion”
(reportando sobre los fondos que retiró Estados Unidos al financiamiento de la C ID H
debido a su promoción del aborto en América Latina).
294 F iscalía G eneral de la R epública, U nidad de A cceso a la Información Pública,
Solicitud n.° 170-UAIP-FGR-2019.

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Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

parece no estar aplicando el artículo 133 del Código Penal sobre aborto
provocado, al menos respecto a las m ujeres que abortan a sus hijos.
La dem anda del caso “M anuela” y la petición sobre nueve conde­
nadas no establecen ninguna relación causal entre la condena penal por
homicidio agravado y la prohibición del aborto en el país. En el caso de
“M anuela”, la prohibición de aborto provocado en El Salvador nada tuvo
que ver con la investigación y condena del delito cometido, pues M aría
Edis aseveró desconocer su propio estado de em barazo y haber tenido
un aborto espontáneo. En ningún m om ento indicó haber tratado abortar,
ni solicitó un aborto provocado o intentó obtenerlo, ni fue investigada o
condenada por el delito de aborto. D e los veinticinco casos estudiados,
solo tres contenían una acusación inicial por aborto, que luego se modificó
a homicidio agravado al com probarse que el niño o niña víctim a había
nacido con vida: los de Katherine Jocelyn M azariego Orellana, Karina del
Carm en Herrera Clím aco y Salvadora Carolina D íaz Rivas. D os de ellas
fueron eventualm ente absueltas por el homicidio de sus hijos recién naci­
dos. Estas denuncias iniciales por aborto provocado podrían explicar por
qué la Agrupación Ciudadana por la D espenalización del Aborto estuvo
involucrada en estos casos en sus comienzos. Sin embargo, la organización
no ha docum entado ningún caso de condena penal, ju sta o injusta, por
aborto provocado en El Salvador, ni por tentativa de este.
La Agrupación Ciudadana por la D espenalización del Aborto, en
varias de los casos estudiados, intentó, sin éxito, hacer pasar algunos ca­
sos de homicidio agravado por aborto en los tribunales salvadoreños, por
ejemplo, en el caso de M aría Teresa Rivera y en el de Katherine Jocelyn
M azariego Orellana, donde la defensa, llevada por abogados de la A gru­
pación, específicamente pidió que se procesara a la im putada por aborto
consentido y propio y no por homicidio agravado, alegando que “el delito
acusado se adecúa m ás a esa acusación”295. En el caso de M aría Teresa R i­
vera, la Corte Suprem a de Justicia consideró im procedente esta solicitud:

“no tiene cabida el cambio de calificación jurídica de los hechos de Homici­


dio Agravado a Aborto Consentido y Propio, pues si las pruebas científicas
determinaron que el producto de la gestación era de término y sobrevivió
al parto, es decir que nació vivo porque a las pruebas realizadas, sus pul­
mones flotaron, y esto descarta que se esté en presencia de un aborto”296.

La auténtica relación de estos casos de infanticidio con la despenali­


zación del aborto provocado tal vez radica en que las m edidas de reform a

295 T ribunal Primero de S entencia de S an S alvador, Proceso penal con referencia


judicial 102-3-2018, p. 3.
296 Ibid.

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L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

procesal penal que propone la C ID H en la demanda del caso “Manuela”


están con claridad, dirigidas a inhibir la investigación, persecución penal y
condena de los delitos contra la vida del no nacido y del recién nacido y,
por ende, a promover la impunidad del infanticidio y el aborto voluntario.
Por ejemplo, la propuesta de restringir o limitar la discreción judicial en
cuanto a la evaluación de los medios probatorios, sugiere una intención de
limitar la autoridad de los jueces para emitir condenas por estos crímenes.
Asimismo, la redefinición de la presunción de inocencia y la flagrancia del
delito para exigir prueba directa, testigos presenciales y requisitos de comi­
sión -n o om isión- podría, en la práctica, no solo dificultar, sino imposibilitar,
las condenas penales por homicidio agravado de un niño recién nacido o
por aborto provocado, crímenes que casi siempre se cometen en secreto, sin
testigos, y donde con frecuencia m edia la destrucción de la prueba directa,
sobre todo si no ocurre la detención preventiva en lina situación de flagrancia.
L a propuesta de crear restricciones para las denuncias de m édicos
sobre posibles delitos de aborto provocado o infanticidio bajo la excusa
del “derecho al secreto profesional”, demuestra, en efecto, el objetivo de
los peticionarios y la C ID H de inhibir las denuncias de aborto e infan­
ticidio por parte de m édicos y personal de salud, y, por ende, inhibir la
investigación y condena penal de delitos com etidos en contra de niños y
niñas por nacer y recién nacidos, donde el m édico es el primero en ente­
rarse que ha habido un aborto provocado o un parto donde se desconoce
el paradero del bebé. L a restricción de dichas denuncias dificultaría así
la tarea de las autoridades de investigar y condenar delitos contra la vida
del niño no nacido y del recién nacido, imponiendo, a su vez, un deber
de encubrimiento del delito al personal de salud.
Es aún m ás evidente el objetivo de prom over la im punidad del
aborto provocado y el infanticidio en las recom endaciones en favor de la
adopción de políticas que prom uevan “una perspectiva de género en la
persecución penal”, definida com o una política que cam bia por com ple­
to el tipo penal, o prevé una pena disminuida o la extinción total de la
pena por un delito contra la vida de un nacido o no nacido sobre la base
del género del victimario. El Salvador ya cuenta con este tipo de política
pública, la Política de Persecución Penal en M ateria de Violencia contra
las M ujeres de El Salvador, que contribuyó a la exoneración de Imelda
Cortez Palacios en 2019, al solicitar la fiscalía el cam bio en la calificación
del delito de tentativa de homicidio agravado al delito de abandono y
desam paro de persona, com o se explicó297. Bajo este tipo de política, el

297 V éase Fiscalía G eneral de la República de E l S alvador, “Fiscal General lanzó


política de persecución penal en materia de violencia contra las m ujeres”.

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Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

sim ple hecho de ser m ujer justifica un crimen o cam bia por com pleto el
tipo penal, con independencia de factores mitigantes y exim entes de la
pena por incapacidad o enajenación mental y otros trastornos psicológicos
ya contem plados en la ley, en detrimento del principio de igualdad ante
la ley y no discriminación.
El litigio de estos veinticinco casos podría ya haber tenido un efec­
to inhibitorio en las autoridades sanitarias, policiales y judiciales de El
Salvador, que podrían razonablem ente tener aprehensión en investigar o
perseguir delitos de aborto o infanticidio en el actual clima de hostilidad
a la aplicación de la ley penal, al m enos en ciertos círculos políticos y m e­
diáticos. Por ejemplo, en el caso de Elsi Marlene Rosales García, la fiscalía
se inhibió de procesar a la im putada por homicidio agravado después de
haberse hecho la acusación formal, al menos en parte, por cuestionamien-
tos que podrían haberse hecho contra la prueba de autopsia de la recién
nacida. Asimismo, en el caso de M aricela Em peratriz Albizuri, la fiscalía
se inhibió de apelar a pesar de que había prueba directa inculpando a
la procesada y de que pudo haberse solicitado am pliación de la prueba.
Por otra parte, el litigio de los casos de “Manuela” y “Las 17+” no ha
logrado promover la despenalización del aborto esperada, pues los proyectos
de ley presentados hasta 2019, no han logrado un consenso democrático
para despenalizar el aborto a través de una reforma penal o la adopción de
una nueva ley en la Asam blea Legislativa de El Salvador, posible razón por
la cual la C ID H solicita a la Corte Interamericana que ordene a El Salvador
aprobar la despenalización del aborto provocado a través de un reglamento
o protocolo del Poder Ejecutivo. Dicho protocolo, sin embargo, carecería
de legitimidad democrática y respaldo legislativo, lo cual podría hacerle
susceptible a acciones constitucionales ante la Corte Suprem a de Justicia.
En todo caso, lo que sí ha resaltado en el litigio de los casos de “Las
1 7 + ” y del “caso M anuela”, es la lógica infanticida de la prom oción del
aborto com o derecho humano. La com pleta indiferencia de las O N G
peticionarias y la C ID H ante la brutal m uerte y sufrimiento del niño o
niña recién nacido en cada caso puede sorprender a cualquier lector de
los informes de la C ID H en el caso “M anuela” y en los escritos presenta­
dos por los peticionarios en las diecisiete solicitudes de indulto, pero en
m uchos aspectos es idéntica a la falta de respeto por la vida y sufrimiento
de la persona por nacer que m uere por aborto.
El intento de hacer pasar infanticidios por abortos podría no ser
ilógico bajo la óptica de la prom oción de un supuesto derecho humano
a abortar. En él, la diferencia entre un niño recién nacido y un niño no
nacido podría verse com o puram ente técnica, contingente a detalles insig­
nificantes, com o la supervivencia o respiración fuera del útero por horas

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L igia C astaldi DPI n.° 1 7 - Estudios

o m inutos después del parto. D espués de todo, del aborto al infanticidio


hay un solo paso, com o lo dem uestran los casos de algunas inculpadas
para quienes se hizo cam bio en la calificación del delito al descubrirse
que la víctima había tenido vida extrauterina. A l procurar garantizar la
im punidad del infanticidio y desensibilizar a la población sobre la vida del
recién nacido, sin duda se allana el camino para la legalización del aborto,
invisibilizando a la persona nacida o por nacer, y presentando la práctica
del aborto o el infanticidio com o un asunto que solo afecta a la mujer,
ocultando, por supuesto, el hecho de que gran parte de las víctimas de
infanticidio en los casos de “Las 17 + ” fueron mujeres, niñas recién nacidas
ultim adas por sus madres. N i los peticionarios ni la C ID H hacen distinción
alguna entre la m uerte del niño o niña por aborto dentro del vientre de
la m adre y la del recién nacido por infanticidio, y exigen la im punidad
de am bas conductas bajo la m ism a figura de la despenalización del abor­
to 298.
La macabra propuesta de promover la impunidad del infanticidio para
despenalizar el aborto en El Salvador muestra la reciente radicalización del
movimiento por la creación de un derecho al aborto, que parece haber llega­
do a extremos antes insospechados. La lógica infanticida de la promoción de
un derecho al aborto, sin embargo, no es única a El Salvador, pues en otros
países, como Argentina, se han hecho similares propuestas en el caso Belén,
y en Estados Unidos, se han se adoptado leyes que permiten el infanticidio
de recién nacidos que sobreviven un aborto quirúrgico, por ejemplo, en el
Estado de Virginia299. Los elementos m ás m oderados dentro de los grupos
a favor de la legalización del aborto deberían, sin embargo, resistir esta
propuesta, pues existen obvias diferencias jurídicas entre el infanticidio y el
aborto provocado, y la ilegalidad del infanticidio es ampliamente aceptada,
incluso entre aquellos que aceptan la legalización del aborto.
A dem ás de ser un caso sobre la despenalización del aborto y la im ­
punidad del infanticidio, el caso “M anuela” contra El Salvador es un caso
sobre derechos de la niñez, donde la Corte ID H considerará las propuestas
de la C ID H y los peticionarios de crear un derecho superior de la m ujer a
disponer de la vida del hijo no nacido o recién nacido, ya sea a través del
aborto u homicidio, pero tam bién tendrá la oportunidad de reivindicar

298 Véase CID H , “Manuela y Familia, El Salvador”, Informe n.° 229/17, cit.; CID H ,
“C ID H urge a El Salvador...”, cit.; CID H , Audiencia tem ática “El Salvador: M ujeres
privadas...”, cit.
299 Véase Bárbara B ustamante, “Caso Belén: Manipulan infanticidio para legalizar
el aborto en Argentina”; Justin D yer, “W hat’s the Difference Between Abortion and In-
fanticide?” [críticas al caso Belén en Argentina y a la legislación del Estado de Virginia
en Estados Unidos).

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Octubre 2020 ISSN 0719-5354 El caso M anuela y las 17+ contra El Salvador....

los derechos del niño. Estos se encuentran protegidos en el artículo 19


de la Convención Am ericana y por la Convención sobre D erechos del
Niño, de la cual todos los Estados americanos, incluyendo El Salvador,
son parte. D icha convención contiene un deber de protección de la vida
del niño por parte de los padres, ya que

“el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y


cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como des­
pués del nacimiento”300.

La penalización del infanticidio no caracteriza una violación de de­


rechos hum anos bajo ningún tratado internacional y El Salvador puede,
por lo tanto, legalmente resistir las recom endaciones de la C ID H y de
cualquier organismo internacional de derechos hum anos que le exija la
despenalización del aborto y la tolerancia del infanticidio en el caso “M a­
nuela”. En prim er lugar, porque la Convención Am ericana perm ite a los
Estados parte proteger la vida del no nacido y del recién nacido a partir del
m om ento de la concepción de manera am plia y general, no excepcional,
com o su texto m ism o indica301. Segundo, porque aun en el caso de una
sentencia condenatoria por parte de la Corte ID H, el país podría rechazar
una eventual interpretación restrictiva y ultra vires del derecho del niño a
la vida, com o violatoria del principio pro hornine de la Convención m ism a
y del objeto y fin del tratado, que es el de dar protección al derecho a la
vida desde la concepción, no de removerla302.

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ADN Ácido desoxirribonucleico


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cit. citado
C ID H Com isión Interamericana de D ere­
chos H um anos
Corte ID H Corte Interamericana de Derechos Hu­
manos
C R R Center for Reproductive Rights
C S J Corte suprem a de Justicia
D D H H Derechos humanos
Dr. doctor
Dra. doctora
hrs. horas
IA C H R Inter-American Commission on H u­
m an Rights
ibid. Ibidem (allí, en ese m ism o lugar)
LL.M M asters in Law
n.° número
O N G Organización no gubernamental
op. cit. opus citatis (obra citada)
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pp. páginas
SV El Salvador
WWW World W ide Web (red informática
mundial)

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