EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN - Apuntes de Clase

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EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN

1. Existencia del sacramento de la Confirmación


Los protestantes del siglo XVI negaron que la Confirmación que era un sacramento. Lo
consideraron un rito añadido arbitrariamente por la Iglesia al rito del Bautismo. Los
modernistas afirman que no existen pruebas del origen apostólico de la Confirmación.
Trento sec. VII, can 1 (Dz 871) confirma que la Confirmación es sacramento.
a. Fundamentos bíblicos:
Joel 2, 28 ss: profetizó que en la Era mesiánica descendería el Espirtiu Santo sobre
todos.
Los Profetas aseguraron (Is 44, 3-5; Ez 39, 29) que el Espíritu Santo es un don del
Mesías.
Las promesas de Cristo sobre el envío del Espíritu Santo como consuelo, como
maestro, como dispensador de Gracia.
La realización de estas promesas tiene un momento especial en Pentecostés (no
significa que en este momento de instituya el Sacramento)
San Pedro (Hech 2, 39)
En lo sucesivo, los apóstoles comunicaban el Espíritu Santo a los bautizados por medio
del rito exterior de la imposición de manos. Act 8, 14 ss nos refiere : «Cuando los apóstoles,
que estaban en Jerusalén, oyeron cómo había recibido Samaria la palabra de Dios, enviaron
allá a Pedro y Juan, los cuales, bajando, oraron sobre ellos para que recibiesen el Espíritu
Santo, pues aún no había venido sobre ninguno de ellos; sólo habían sido bautizados en el
nombre del Señor Jesús. Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo.»
Este pasaje es importante porque marca una distinción con el Bautismo.
Según Act 19, 6, San Pablo comunicó el Espíritu Santo a unos doce discípulos de
Éfeso, una vez que éstos hubieron recibido el bautismo: «E, imponiéndoles Pablo las manos,
descendió sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban lenguas y profetizaban.» Según Hebr 6, 2,
la imposición de manos, que hace descender al Espíritu Santo (v 4), pertenece, juntamente con
el bautismo, a los fundamentos de la religión cristiana.
Notas características que emergen de estos datos bíblicos:
 Los apóstoles efectuaban un signo sensible consistente en la imposición de
manos.
 Especificado por palabras: la oración o forma del sacramento.
 Productivo de la Gracia: Esa gracia se advierte externamente con la venida del
Espíritu Santo, pero esta venida no está atada a esta manifestación sensible.
b. En los Santos Padres
 Tertuliano: menciona la unción con el óleo, la imposición de manos, la
invocación del Espíritu Santo, y todo esto después de la administración del
Bautismo.
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 San Cipriano: “A aquellos que han sido bautizados en la Iglesia se les conduce
a los prepósitos de la Iglesia [= a los obispos], y por nuestra oración y nuestra
imposición de manos reciben el Espíritu Santo y son consumados por el sello
del Señor” (Ep. 73, 9); cf. Ep. 74, 5 y 7. Aparecen nuevamente los tres
elementos bíblicos.
 San Cirilo de Jerusalén: dedica a la confirmación su tercera catequesis
mistagógica, que lleva el título: Sobre la unción. Lo interesante es que su
argumento se fundamenta en la SSEE (AT y NT) y muestra cómo en el
confirmado se conjugan las diversas figuras.
 San Agustín: reconoce en este sacramento la misma sacralidad de la del
Bautismo, dentro de estos signos visibles que la Iglesia usa para transmitir la
Gracia. (De Trinit. xv, 26, 46; In ep. 1 loh., tr. 6, 10). Importante porque acentúa
la dignidad sacramental de la Confirmación.
c. El ministro
El ministro ordinario es el Obispo. Santo Tomás da como razón de conveniencia el
hecho de que la confirmación, por ser sacramento de consumación, conviene que sea
administrada por aquellos que poseen la plenitud del poder sacerdotal; por ser juramento de
lucha espiritual, está bien que la administren los caudillos de la milicia cristiana que son los
obispos. (S.th. III 72, 11; S.c.G. Iv 60.)
El ministro extraordinario es el presbítero.
Se plantea el problema teológico sobre la naturaleza de la potestad del presbítero que
administra la Confirmación (sin delegación). Al respecto podemos afirmar lo siguiente:
 Con cierta probabilidad podemos afirmar que no consiste en la potestad de
jurisdicción (como la del párroco con respecto a hacer los casamientos en su
parroquia).
 No consiste simplemente en la potestad de Orden (opinión teológica), es decir,
por el hecho de ser presbítero no tengo potestad de confirmar.
 Se trata de la potestad de Orden (opinión teológica) con un cierto complemento
negativo del Romano Pontífice, una cuasi-desvinculación de la potestad de
Orden, que se encuentra como ligada para la administración de este sacramento.
No debemos considerar ese poder extraordinario de confirmar que posee el simple
sacerdote como una dimanación del poder pontificio de jurisdicción, ni como un poder de
orden concedido de forma extra-sacramental, sino como elemento del poder sacerdotal de
santificar, recibido en la ordenación sacerdotal. Pero tal poder solamente puede ser actuado
por concesión pontificia (manifestado en el derecho común de la Iglesia, que permite al
simple sacerdote, en determinados casos, sin tener la delegación del Obispo, administrar la
Confirmación)
Es de la potestad de Orden pero es una facultad que se encuentra limitada y ligada. No
es algo nuevo que me dan, sino que yo lo tengo pero limitada y ligada.

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2. Esencia del rito sacramental
a. Materia del sacramento
No existe ninguna definición del magisterio eclesiástico sobre la materia esencial del
sacramento de la confirmación. Las opiniones de los teólogos están divididas a este respecto:
a) Teniendo en cuenta las variaciones a lo largo de los siglos respecto a la materia,
se sostiene que Cristo determinó genéricamente la materia. Cristo dejó a la
Iglesia la potestad de precisar la materia más oportuna. Pueden distinguirse
varias etapas a lo largo de la historia:
1.º. imposición de las manos en general;
2.º. imposición de las manos en particular;
3.º. el signo de la cruz sobre la frente;
4.º. la unción con el crisma.
Como se han dado estas variantes a lo largo de la historia la institución por
Cristo ha sido genérica.
b) Sostiene que la materia es la imposición de las manos y la unción, luego de la
imposición de las manos en general (esta última no forma parte de la materia
esencial del sacramento). Tal determinación ha sido establecida específicamente
por Cristo y ha permanecido inmutable a través de los siglos, al menos en lo
sustancial, es decir, que siempre se hizo imposición y unción aunque variando
el modo, el tipo de aceite, etc.
Lo que podemos concluir es que:
1. Cristo instituyó el sacramento de la Confirmación;
2. En las SSEE no se habla de una unción crismal propia de la confirmación, lo cual
parece avalar la primer hipótesis (al comienzo la Confirmación se administraba solo con la
imposición de las manos). Por otra parte, es verdad que en la Escritura la efusión del Espíritu
Santo se entiende como unción (Lc 4, 18), lo cual favorece a la segunda hipótesis.
3. Actualmente hay que afirmar que la materia de la Confirmación es la imposición de
las manos individual con la unción.

b. Forma de la Confirmación
La forma usada en los diversos ritos es variada en cuanto a las palabras pero no en
cuanto al significado.
En el rito latina es actualmente: “Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo”.

3. Efectos de la Confirmación
Hay dos efectos: el carácter y la Gracia Sacramental.

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 El Carácter:
Cf. S. Th. III, q 72, art. 5:
“El carácter es una potestad espiritual destinada a ejercer acciones
sagradas. Pero hemos dicho también (a.l; q.65 a.l) que, como el bautismo es
una generación espiritual para la vida cristiana, así la confirmación es un
crecimiento espiritual por el que el hombre alcanza la edad espiritual
perfecta. Ahora bien, por analogía con la vida corporal, es evidente que el
comportamiento de un recién nacido es diferente del comportamiento de un
hombre maduro. Y, por ello, el sacramento de la confirmación otorga al
hombre una potestad espiritual para ejercer unas acciones sagradas distintas
de las que puede realizar con la potestad del bautismo. Por el bautismo, en
efecto, se recibe la potestad de ejercer actos encaminados a la propia
salvación, ya que en esta etapa uno se ocupa de sí mismo. Pero por la
confirmación uno recibe la potestad para ejercer acciones destinadas al
combate espiritual contra los enemigos de la fe. Esto es lo que resulta del
ejemplo de los Apóstoles, los cuales, antes de recibir la plenitud del Espíritu
Santo, estaban en el cenáculo perseverando en la oración (Act 1,13.14), pero
cuando salieron no temían confesar su fe públicamente, aun ante los enemigos
de la religión cristiana. Por lo que queda probado que el sacramento de la
confirmación imprime carácter.”
1. Aspecto Cristológico: completa la configuración con Cristo Sacerdote,
perfeccionando el ser sacerdotal (nueva consagración del alma) y perfeccionando el
poder sacramental (profesar, propagar y defender ex oficio la Fe).
2. Aspecto antropológico: aumenta la exigencia de la Gracia a causa de un nuevo
título exigitivo de la misma, al amplificar la fuerza y receptividad vital propia del
organismo sacramental.
3. Aspecto eclesiológico: asigna un puesto especial dentro de la Iglesia
introduciendo al confirmado específicamente en la vida pública de la Iglesia.

 La Gracia sacramental:
1. Aspecto cristológico: incorpora al fiel a Cristo por un título más perfecto;
2. Aspecto antropológico: conduce a la madurez del organismo espiritual, desde la
infancia recibida en el Bautismo;
3. Aspecto eclesiológico: incrementa el mutuo influjo de la comunión de los santos
bajo 2 dimensiones: interna (se fortalece la unidad eclesial) y externa (se
incrementa el poder de difusión del Reino de los Cielos).

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