Vásquez Durand y Otros v. Ecuador
Vásquez Durand y Otros v. Ecuador
Vásquez Durand y Otros v. Ecuador
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Corte Interamericana”, “la Corte”
o “este Tribunal”), integrada por los siguientes jueces:
presentes además,
de conformidad con los artículos 62.3 y 63.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (en adelante “la Convención Americana” o “la Convención”) y con los artículos 31, 32,
42, 65 y 67 del Reglamento de la Corte (en adelante “el Reglamento” o “Reglamento de la
Corte”), dicta la presente Sentencia que se estructura en el siguiente orden:
*
El Juez Patricio Pazmiño Freire, de nacionalidad ecuatoriana, no participó en el conocimiento y deliberación del
presente caso, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 19.1 del Reglamento de la Corte.
-2 -
TABLA DE CONTENIDO
I
INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA
1
Los días 8 de abril y 7 de julio de 2003 la Comisión informó a las partes que, en aplicación del artículo 37(3) de su
Reglamento, decidió diferir el tratamiento de admisibilidad hasta el debate y decisión sobre el fondo.
-5 -
ii. Llevar a cabo los procedimientos internos relacionados con las violaciones a
los derechos humanos declaradas en el caso e iniciar un proceso penal por
el delito de desaparición forzada en agravio de Jorge Vásquez Durand, de
manera imparcial, efectiva y oportuna con el objeto de esclarecer los hechos
en forma completa, identificar a todos los responsables e imponer las
sanciones que correspondan.
iv. Adoptar las medidas necesarias para evitar que en el futuro se produzcan
hechos similares, conforme al deber de prevención y garantía de los
derechos humanos reconocidos en la Convención Americana. En particular,
implementar programas permanentes de derechos humanos y derecho
internacional humanitario en las escuelas de formación de las Fuerzas
Armadas.
II
PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE
5. Notificación al Estado y a los representantes. - El sometimiento del caso fue notificado a los
representantes de las presuntas víctimas y al Estado los días 25 y 27 de agosto de 2015,
respectivamente.
10. Audiencia Pública. – El 29 de junio de 2016 el Presidente emitió una Resolución mediante la
cual convocó al Estado, a los representantes y a la Comisión Interamericana a la celebración de
una audiencia pública, respecto a las excepciones preliminares y eventuales fondo, reparaciones y
costas, para escuchar los alegatos finales orales de las partes y las observaciones finales orales
de la Comisión respecto de dichos temas 4. Asimismo, mediante dicha Resolución se ordenó recibir
declaraciones rendidas ante fedatario público (afidávit) por una presunta víctima y un testigo, así
como cinco peritajes, los cuales fueron presentadas por los representantes el 27 de julio de 2016
y por el Estado el 29 de julio de 2016. La Comisión posteriormente desistió de la declaración por
afidávit de la perita ofrecida. Las partes tuvieron oportunidad de formular preguntas y
observaciones a los declarantes ofrecidos por la contraparte. Adicionalmente, mediante la referida
resolución, se convocó a declarar en la audiencia pública a otra presunta víctima y dos peritos.
Dicha audiencia pública fue celebrada el 23 de agosto de 2016 durante el 55 Período
Extraordinario de Sesiones de la Corte, llevado a cabo en la Ciudad de México, México 5. En el
2
El Estado designó como agente a Ricardo Velasco Cuesta, Agente Director Nacional de Derechos Humanos y como
agentes alternos a Carlos Espín Arias y a Alonso Fonseca Garcés.
3
Cfr. Caso Vásquez Durand y otros Vs. Ecuador. Resolución del Presidente de la Corte de 3 de febrero de 2016.
Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/vasquez_fv_16.pdf
4
Cfr. Caso Vásquez Durand y otros vs. Ecuador. Resolución del Presidente de la Corte de 29 de junio de 2016.
Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/vasquez_29_06_16.pdf. El 22 de julio de 2016 el Estado impugnó
la Resolución de convocatoria a audiencia, objetando la decisión del Presidente de rechazar la recusación del perito
Alejandro Valencia Villa, propuesto por la Comisión. La Corte desestimó el recurso interpuesto por el Estado y, en
consecuencia, ratificó la Resolución de 29 de junio de 2016 en todos sus términos. Cfr. Caso Vásquez Durand y otros vs.
Ecuador. Resolución de la Corte de 22 de agosto de 2016. Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/vasquez_22_08_16.pdf.
5
A esta audiencia comparecieron: a) por la Comisión Interamericana: José de Jesús Orozco Henríquez, Comisionado;
Silvia Serrano Guzmán, Asesora, y Jorge H. Meza Flores, Asesor; b) por las presuntas víctimas: Christian Henry Huaylinos
Camacuari, miembro del área legal de APRODEH y Caroline Dufour, asesora jurídica voluntaria de Abogados Sin Fronteras
Canadá en APRODEH, y c) por el Estado: Ricardo Velasco Cuesta, agente principal, Carlos Espín Arias, agente alterno y
Alonso Fonseca, agente alterno.
-7 -
curso de dicha audiencia los Jueces de la Corte solicitaron cierta información y explicaciones a las
partes y a la Comisión.
13. Prueba e información para mejor resolver. – Las partes presentaron la información y prueba
para mejor resolver solicitada por los Jueces en la audiencia pública junto con sus alegatos finales
escritos. Adicionalmente, los días 8 y 28 de noviembre y el 2 de diciembre de 2016 el Presidente
de la Corte solicitó al Estado la presentación de información y otra prueba para mejor resolver.
Ecuador presentó dicha información el 25 de noviembre y el 19 de diciembre de 2016.
14. Observaciones a la información y prueba para mejor resolver. – Las partes y la Comisión
presentaron sus observaciones a los anexos presentados junto con los alegatos finales escritos
del Estado y de los representantes los días 5 y 19 de octubre y 4 de noviembre de 2016.
Adicionalmente, los días 30 de noviembre y 9 de diciembre de 2016, 9 y 13 de enero de 2017 los
representantes y la Comisión presentaron, respectivamente, sus observaciones a la
documentación presentada por el Estado el 25 de noviembre y 19 de diciembre de 2016.
15. Escrito sobre presuntos hechos supervinientes.- El 7 de febrero de 2017 el Estado presentó
un escrito, mediante el cual informó de alegados hechos supervinientes. El 13 de febrero de 2017
los representantes presentaron sus observaciones al respecto. La Comisión no presentó
observaciones en el plazo establecido para ello.
16. Deliberación del presente caso. - La Corte inició la deliberación de la presente Sentencia el
15 de febrero de 2017.
III
COMPETENCIA
17. La Corte es competente para conocer el presente caso, en los términos del artículo 62.3 de
la Convención, en razón de que Ecuador es Estado Parte en la Convención Americana desde el 28
de diciembre de 1977 y reconoció la competencia contenciosa de la Corte el 24 de julio de 1984.
IV
EXCEPCIONES PRELIMINARES
18. En su escrito de contestación, el Estado presentó tres excepciones preliminares sobre: (i) la
alegada falta de competencia temporal con respecto a la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada; (ii) la alegada falta de competencia material para utilizar el derecho
internacional humanitario; y (iii) la alegada falta de competencia de la Corte por la
“subsidiaridad” del sistema interamericano de derechos humanos.
19. El Estado alegó que la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada “no es de
aplicación al presente caso, dado que los hechos alegados […] sucedieron […] 11 años antes de
que el Estado ecuatoriano haya ratificado dicha Convención”. De acuerdo al Estado, en virtud del
principio de irretroactividad de los tratados, la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada obliga a los Estados
Partes, desde que el tratado entró en vigencia para cada uno de
ellos y “no se
aplica de ningún modo, a situaciones anteriores a esa fecha”.
20. La Comisión señaló que, dado el carácter permanente del delito de desaparición forzada,
sus efectos se prolongan en el tiempo mientras no se establezca el paradero de la víctima, lo que
lleva a “una situación de violación continua de [las] obligaciones internacionales [del Estado]”.
Asimismo, agregó que el deber de tipificar adecuadamente la desaparición forzada es una
obligación que asumen los Estados al momento de ratificar dicha Convención, por lo que “su
cumplimiento o incumplimiento se analiza en el marco temporal posterior a [la] ratificación”.
21. Los representantes resaltaron que el razonamiento del Estado “omite tomar en cuenta la
naturaleza continua del crimen de desaparición forzada de personas”. Señalaron que, siendo que
aún no se tiene conocimiento del paradero de Jorge Vásquez Durand, ni tampoco sobre las
circunstancias de su aprehensión y detención, y que el Estado todavía no realiza una
investigación seria de los hechos, la desaparición forzada del señor Vásquez Durand permanece
vigente a la fecha. Por lo anterior, alegaron que la Corte tiene competencia ratione temporis para
analizar y decidir sobre el presente caso tanto con base en la Convención Americana, como con
base en la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada, y solicitaron que se declarara
infundada la excepción preliminar interpuesta por el Estado.
22. La Corte reitera que, como todo órgano con funciones jurisdiccionales, tiene el poder
inherente a sus atribuciones de determinar el alcance de su propia competencia (compétence de
la compétence/Kompetenz-Kompetenz).
24. La Corte recuerda que, en principio, no puede ejercer su competencia contenciosa para
aplicar la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada y declarar una violación a sus
normas cuando los hechos alegados o la conducta del Estado que pudieran implicar su
responsabilidad internacional son anteriores a dicho reconocimiento de la competencia6.
25. Sin embargo, de conformidad con el principio de pacta sunt servanda, a partir de la fecha
en que entró en vigor para el Estado rigen para el Ecuador las obligaciones del tratado y, en tal
virtud, es aplicable a aquellos hechos que constituyen violaciones de carácter continuo o
permanente, que iniciaron antes de la entrada en vigor del tratado y persisten aún después de
6
Cfr. Caso Blake Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares. Sentencia de 2 de julio de 1996. Serie C No. 27, párrs. 39
y 40, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de noviembre de 2016. Serie C No. 328, párr. 19.
-9 -
esa fecha, de manera que no se infringe el principio de irretroactividad 7. De igual forma, las
obligaciones contraídas al amparo de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada
podrían ser analizadas respecto de hechos independientes que en el transcurso de un proceso
podrían configurar violaciones específicas y autónomas de denegación de justicia 8. Sostener lo
contrario equivaldría a privar de su efecto útil al tratado mismo y a la garantía de protección que
establece, con consecuencias negativas para las presuntas víctimas en el ejercicio de su derecho
de acceso a la justicia9.
26. Por todo lo anteriormente expuesto, esta Corte desestima la primera excepción preliminar
planteada por el Estado, en tanto es competente para examinar y pronunciarse respecto de las
alegadas violaciones permanentes a la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada,
así como respecto de aquellos hechos ocurridos a partir del 26 de agosto de 2006, fecha de su
entrada en vigor para el Ecuador.
27. El Estado alegó que la Corte “carece de competencia para contextualizar el presente caso
utilizando las normas del derecho internacional humanitario, y menos aún para aplicar dicho
derecho, pues la propia Convención Americana limita su competencia a la aplicación de lo
establecido en ella”. Afirmó que la petición inicial “no incluía factores jurídicos relacionados con
Derecho Internacional Humanitario”, por lo que “rechaza[ba] enérgicamente que para justificar
una presunta agenda de interés público interamericano, se incluya de forma poco prolija, no solo
prueba pericial para apuntalar una tesis de derecho internacional humanitario sin sustento, […]
sino que se haya sometido también el caso, para conocimiento de la Corte, bajo esta apreciación
experimental que no tiene fundamentos jurídicos precisos”. De acuerdo al Estado, la presunta
desaparición del señor Vásquez Durand habría ocurrido fuera de cualquier contexto de hostilidad
bélica, ya que las hostilidades en el conflicto del Alto Cenepa ocurrieron a cientos de kilómetros
de distancia e involucraron solo a militares y no a la población civil, por lo cual “no parece
razonable establecer ningún rango de particularidades para población civil” y “las condiciones
fácticas del caso demostradas” no permiten una interpretación del caso “bajo criterios de derecho
internacional humanitario relacionados con un contexto de conflicto armado internacional”. En
consecuencia, afirmó que “la Corte […] debe pronunciarse únicamente sobre las competencias
que le han sido atribuidas de manera taxativa en la Convención” y declarar su incompetencia
para conocer y pronunciarse sobre normas de derecho internacional humanitario.
7
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz Vs. El Salvador. Excepciones Preliminares. Sentencia de 23 de noviembre
de 2004. Serie C No. 118, párrs. 65 y 66, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de junio de 2016. Serie C No. 314, párr. 31.
8
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz Vs. El Salvador. Excepciones Preliminares, supra, párr. 84, y Caso Tenorio
Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 31.
9
Cfr. Caso Radilla Pacheco Vs. México. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de
noviembre de 2009. Serie C No. 209, párr. 24, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 31.
- 10 -
29. Los representantes por su parte alegaron que solamente se solicitó que la responsabilidad
de Ecuador sea declarada bajo varios artículos de la Convención Americana y de la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada y que “[d]e ningún modo se ha pedido a la Corte […]
declarar que el Ecuador haya violado sus obligaciones según los Convenios de Ginebra”.
Afirmaron que “la excepción elevada por el Estado queda […] sin pertinencia”. Por tanto,
solicitaron que la presente excepción se declare infundada.
30. Este Tribunal tiene competencia para decidir si cualquier acto u omisión estatal, en tiempos
de paz o de conflicto armado, es compatible o no con la Convención Americana10. En el presente
caso, ni la Comisión ni los representantes han solicitado que el Estado sea declarado responsable
por posibles violaciones a normas del derecho internacional humanitario. De conformidad con el
artículo 29.b) de la Convención Americana y las reglas generales de interpretación de los tratados
recogidas en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, la misma Convención
puede ser interpretada en relación con otros instrumentos internacionales11, tales como las
disposiciones relevantes de los Convenios de Ginebra 12. Por tanto, al examinar la compatibilidad
de las conductas o normas estatales con la Convención Americana, la Corte puede interpretar a la
luz de otros tratados las obligaciones y los derechos contenidos en la misma Convención 13.
31. En este caso, al utilizar el derecho internacional humanitario como norma de interpretación
complementaria a la normativa convencional, ello no implica que la Corte está asumiendo una
jerarquización entre órdenes normativos, puesto que no está en duda la aplicabilidad y relevancia
del derecho internacional humanitario en situaciones de conflicto armado 14. Eso sólo implica que
la Corte puede observar esas regulaciones, en tanto normativa concreta en la materia, para dar
aplicación más específica a la normativa convencional en la definición de los alcances de las
obligaciones estatales15. Ahora bien, los alegatos del Estado según los cuales la presunta
desaparición forzada del señor Vásquez Durand no incluye factores jurídicos relacionados con
derecho internacional humanitario porque habría ocurrido fuera de cualquier contexto de
hostilidad bélica (supra párr. 27) son cuestiones de fondo que se analizarán en el capítulo
correspondiente.
10
Cfr. Caso Las Palmeras Vs. Colombia. Excepciones Preliminares. Sentencia de 4 de febrero de 2000. Serie C No. 67,
párr. 32, y Caso Masacre de Santo Domingo Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones. Sentencia de
30 de noviembre de 2012. Serie C No. 259, párr. 21.
11
Cfr. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
31 de agosto de 2001. Serie C No. 79, párr. 148, y Caso I.V. Vs. Bolivia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 30 de noviembre de 2016. Serie C No. 329, párr. 168. Al respecto, el artículo 31.3.c de la referida
Convención de Viena establece como regla de interpretación que “[j]untamente con el contexto, habrá de tenerse en
cuenta: […] c) toda forma pertinente de derecho internacional aplicable en las relaciones entre las partes”.
12
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 25 de noviembre de 2000. Serie C No. 70, párr.
209, y Caso Cruz Sánchez y otros Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de
abril de 2015. Serie C No. 292, párr. 270. En particular respecto a este caso, se advierte que Ecuador ratificó los
Convenios de Ginebra de 1949 el 11 de agosto de 1954. Asimismo, ratificó el el Protocolo Adicional a los Convenios de
Ginebra de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales el 10 de abril de 1979.
13
Cfr. El Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el marco de las Garantías del Debido Proceso Legal.
Opinión Consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999. Serie A No. 16, párr. 113, y Caso I.V. Vs. Bolivia, supra, párr.
168.
14
Cfr. Caso Masacre de Santo Domingo Vs. Colombia, supra, párr. 24, y Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos
del Palacio de Justicia) Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 14 de
noviembre de 2014. Serie C No. 287, párr. 39. En sentido similar, Caso Cruz Sánchez y otros Vs. Perú, supra, párrs. 270
a 272.
15
Cfr. Caso Masacre de Santo Domingo Vs. Colombia, supra, párr. 24, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y
comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 31.
- 11 -
32. Por tanto, en lo que se refiere a su competencia material, en caso de ser necesario, la Corte
podrá referirse a disposiciones de derecho internacional humanitario al interpretar las
obligaciones contenidas en la Convención Americana, en relación con los hechos del presente
caso. Consecuentemente, la Corte desestima la segunda excepción preliminar interpuesta por el
Estado.
33. El Estado alegó que “cuenta con un mecanismo de reparación de víctimas que garantiza los
derechos de las personas” y “ha generado las mejores condiciones jurídicas e institucionales no
solamente para dar a conocer la verdad de los hechos, sino también, para generar una reparación
de modo integral, a favor de las víctimas”. Asimismo, señaló que la Comisión “contaba con
información suficiente” al momento de la emisión de su Informe de Admisibilidad y Fondo “para
efectuar un examen riguroso de admisibilidad que habría implicado que el caso no pas[ara] a
conocimiento de la Corte”, con base “en el principio de complementariedad y subsidiariedad […],
dado que se genera un mecanismo interno para subsanar los asuntos en el fuero interno, por lo
que no se justifica la intervención del sistema interamericano”. Alegó que la Corte “no debería
declarar su competencia para conocer el asunto, toda vez que su intervención pondría en riesgo
todos los procedimientos de reparación nacional implementados”. En virtud de lo anterior, solicitó
que “el Tribunal […] aco[ja] esta excepción preliminar con respecto al carácter subsidiario del
sistema interamericano, y permit[a] al Estado reparar internamente a través de sus propios
mecanismos legales, previo al tratamiento del caso ante los órganos del sistema interamericano”.
34. La Comisión señaló que “el principio de complementariedad no implica que los Estados
deban contar con oportunidades ilimitadas para resolver la cuestión”. Afirmó que “[d]e lo
contrario, se estarían imponiendo cargas excesivas a las víctimas [… y] llevaría […] a retardar
injustificadamente la justicia internacional”. Añadió que en el caso concreto “no existía avance
alguno en la investigación” y que “el Estado no había dispuesto medida alguna de reparación a
los familiares del señor Vásquez Durand”.
35. Los representantes alegaron que esta excepción preliminar era extemporánea, “ya que la
misma no se presentó en el momento procesal oportuno”. Afirmaron que, aun cuando el Estado
ha adoptado “algunas medidas positivas desde los hechos, sobre todo en el ámbito de la
Comisión de la Verdad, no es cierto que esas constituyan acciones suficientes para afirmar que el
Estado haya cumplido con sus obligaciones”. Destacaron que el propio Estado ha afirmado que
“esas medidas representan ‘pasos’, ‘avances’ en la buena dirección, con ‘objetivos’ o ‘propósitos’
que ‘pueden contribuir’ al cumplimiento del Estado de Ecuador con sus obligaciones
internacionales”. Resaltaron que luego de 20 años del inicio de la desaparición forzada de la
presunta víctima y más que cinco años después de la publicación del Informe de la Comisión de la
Verdad, “aún no exist[e] ninguna decisión judicial al respecto”. Insistieron que el Estado “no
puede limitarse a tener un rol pasivo […], limitándose con describir los objetivos de la Comisión
de la Verdad, sus conclusiones y recomendaciones, las políticas públicas que implantó luego y las
normas legislativas que adoptó; omitiendo brindar explicaciones claras sobre el caso, mientras las
víctimas siguen esperando justicia”. Por tanto, solicitaron que la Corte declare improcedente esta
excepción.
- 12 -
36. La presunta desaparición forzada del señor Vásquez Durand inició hace más de veintidós
años, sin que hasta la fecha el Estado haya reconocido el hecho ilícito internacional, hubiera
esclarecido el caso judicialmente o reparado a sus familiares.
37. Por medio de la Ley para la Reparación de las Víctimas y la Judicialización de Graves
Violaciones de Derechos Humanos y Delitos de Lesa Humanidad Ocurridos en el Ecuador entre el
4 de octubre de 1983 y el 31 de diciembre de 2008 (en adelante “Ley para Reparación de
Víctimas y Judicialización”)16 se creó un programa de reparación para los casos documentados
por la Comisión de la Verdad (en adelante el “Programa de Reparación”), entre los cuales se
encuentra el caso del señor Vásquez Durand (infra párr. 42). Ecuador alega que, por medio del
Programa de Reparación habría podido reparar a las presuntas víctimas. Sin embargo, éstas no
se han acogido al mismo. Por tanto, en primer lugar no sería aplicable la complementariedad
alegada por Ecuador en este caso.
38. En segundo lugar, el Estado solicita que la Corte se abstenga de conocer el presente caso
en virtud de la disponibilidad del Programa de Reparación creado a nivel interno. No obstante,
este Tribunal recuerda que los recursos destinados exclusivamente al otorgamiento de
reparaciones no constituyen recursos que deban ser agotados por las presuntas víctimas, por lo
que no inhibe la competencia de la Corte para conocer de un caso 17.
39. Sin perjuicio de ello, la Corte tomará en cuenta, de ser necesario, los mecanismos de
reparación establecidos a nivel interno en la determinación completa y adecuada de la
responsabilidad estatal, así como en lo que corresponde a la fijación de una reparación integral a
favor de las presuntas víctimas18. Tales apreciaciones y valoraciones deben realizarse en atención
a las circunstancias de cada caso específico, según la naturaleza del derecho que se alega violado
y de las pretensiones de quien lo ha incoado. Sin embargo, este análisis puede corresponder,
consecuentemente, al fondo del asunto o, en su caso, a la fase de reparaciones 19.
40. Por lo anterior, la Corte desestima la tercera excepción preliminar opuesta por el Estado.
V
CONSIDERACIÓN PREVIA
41. La Comisión y los representantes alegaron que, mediante el artículo 2 de la Ley para
Reparación de Víctimas y Judicialización, el Estado reconoció su responsabilidad objetiva sobre las
violaciones documentadas por la Comisión de la Verdad, entre las que está la presunta detención
y posterior desaparición forzada del señor Vásquez Durand. El Estado hizo referencia y citó el
16
Cfr. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, publicada en el Registro Oficial No.143 el 13 de diciembre de
2013 (en adelante “Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización”) (expediente de prueba, folios 130 a 136).
17
Cfr. Caso de las Masacres de Ituango Vs. Colombia. Sentencia de 1 de julio de 2006. Serie C No. 148, párrs. 340 y
376, y Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, supra, párr. 549.
18
Cfr. Caso Masacre de Santo Domingo Vs. Colombia, supra, párr. 38, y Caso Chinchilla Sandoval Vs. Guatemala.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de febrero de 2016. Serie C No. 312, párr. 25.
19
Cfr. Caso Masacre de Santo Domingo Vs. Colombia, supra, párr. 38, y Caso Chinchilla Sandoval Vs. Guatemala,
supra, párr. 25.
- 13 -
referido artículo 2 de la Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización. Sin embargo, señaló
que “el contenido de la Ley nacional solamente generó efectos internos para la institucionalidad
de reparación ecuatoriana, por lo que no puede hablarse de ningún modo de responsabilidad
internacional del Estado imputable al Ecuador por efecto de su legislación interna”. Insistió en que
“los mecanismos que generó, obedecen a un esfuerzo para todo este mecanismo interno de
reparación. Mas no [tenían] el objetivo de generar un reconocimiento que tenga un alcance de
nivel internacional, sino como un mecanismo interno, que posibilita ir a un proceso de
reparación”.
42. En mayo de 2007 Ecuador creó una Comisión de la Verdad y le asignó la labor de investigar
y esclarecer violaciones a derechos humanos ocurridas entre 1984 y 2008 (infra párr. 73). El
Informe Final de la Comisión de la Verdad se presentó en junio de 2010 y en el mismo se
documentó el caso del señor Vásquez Durand (infra párr. 73). En dicho informe, la Comisión de la
Verdad concluyó que respecto de Jorge Vásquez Durand se habrían cometido las violaciones
“Tortura – Desaparición Forzada – Privación ilegal de la libertad”20.
43. Luego de la presentación del referido informe, en noviembre de 2013 la Asamblea Nacional
del Ecuador aprobó la Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización (infra párr. 74). El
artículo 2 de la referida ley establece que:
El Estado ecuatoriano será responsable por error judicial, retardo injustificado o inadecuada
administración de justicia, violación del derecho a la tutela judicial efectiva y, por violaciones
de los principios y reglas del debido proceso documentados por la Comisión de la Verdad y
reparará de manera integral a las personas que hayan sufrido vulneraciones y violaciones de
los derechos humanos21.
44. Mientras la Comisión y los representantes alegan que el artículo 2 de la ley previamente
citada, tiene toda la validez de un reconocimiento de responsabilidad internacional, el Estado ha
sido poco claro en cuanto al valor que otorga a dicha norma. Si bien no ha negado su existencia y
contenido e inclusive se apoya en esa ley para solicitar la inadmisibilidad del caso ante la Corte,
el Estado ha rechazado que dicha ley constituya un reconocimiento internacional ante la Corte.
45. Este Tribunal recuerda que el artículo 62 de su Reglamento regula la “aceptación de los
hechos o el allanamiento total o parcial” realizados ante la propia Corte22. Dicha norma establece
la posibilidad de un reconocimiento internacional, el cual tendría el efecto de finalizar, parcial o
totalmente, la controversia planteada.
20
Comisión de la Verdad de Ecuador. Informe titulado “Sin verdad no hay justicia”. Mayo de 2010. Tomo 4. Relatos de
casos. Período 1988-2008 (en adelante “Informe de la Comisión de la Verdad”) Introducción, págs. 82 a 84. Disponible
en: http://www.alfonsozambrano.com/comision_verdad/index.htm.
21
Artículo 2 de la Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización (expediente de prueba, folio 133).
22
Dicho artículo establece que “[s]i el demandado comunicare a la Corte su aceptación de los hechos o su allanamiento
total o parcial a las pretensiones que constan en el sometimiento del caso o en el escrito de las presuntas víctimas o sus
representantes, la Corte, oído el parecer de los demás intervinientes en el proceso, resolverá, en el momento procesal
oportuno, sobre su procedencia y sus efectos jurídicos”.
- 14 -
46. Lo anterior, sin embargo, no impide que otro tipo de actos del Estado, tales como sus actos
internos o aquellos realizados en otros foros internacionales, tengan efectos internacionales y
que, en consecuencia, sean examinados por este Tribunal. Por ejemplo, ha considerado que los
actos de reconocimiento realizados durante el trámite ante la Comisión resultan necesariamente
relevantes para la determinación de la aplicación del principio de estoppel respecto de posiciones
contrarias alegadas durante el procedimiento del caso ante la Corte23.
47. Por otra parte, de la jurisprudencia de la Corte se desprende que para considerar un acto
del Estado como un allanamiento o reconocimiento de responsabilidad su intención en este
sentido debe ser clara24, por lo que es necesario analizar la naturaleza y características de las
declaraciones del Estado, así como las circunstancias en las que éstas fueron realizadas25. Por ello
este Tribunal ha establecido que el análisis de los actos de reconocimiento de responsabilidad se
realiza en cada caso concreto26. Corresponde entonces determinar si el artículo 2 de la Ley para
Reparación de Víctimas y Judicialización muestra la intención clara del Estado de comprometerse
internacionalmente, por medio de un reconocimiento de responsabilidad que tuviera el efecto de
finalizar la controversia ante esta Corte. Por tanto, es necesario analizar las circunstancias que
rodean el acto interno del Estado que se alega constituye un reconocimiento de responsabilidad
internacional.
48. En este sentido, en primer lugar la Corte advierte que la Ley para Reparación de Víctimas y
Judicialización no menciona expresamente la intención de que el reconocimiento de
responsabilidad obligue al Estado internacionalmente. En segundo lugar, la mencionada ley
establece como objeto “regular la reparación en forma integral a las víctimas de graves
violaciones de derechos humanos y delitos de lesa humanidad cometidos en el Ecuador entre el 4
de octubre de 1983 y el 31 de diciembre de 2008, que fueron documentadas por la Comisión de
la Verdad; y, garantizar su judicialización”27. Asimismo, la ley crea el Programa de Reparación por
vía administrativa y reconoce el derecho alternativo de demandar judicialmente la reparación
integral28 (supra párr. 37 e infra párrs. 195 a 197). De esta forma, el reconocimiento de
responsabilidad objetiva establecido en el artículo 2 busca que en el programa de reparaciones
administrativo no se tenga que demostrar la responsabilidad estatal sino directamente acordar las
reparaciones pertinentes.
23
Cfr. Caso Acevedo Buendía y otros (“Cesantes y Jubilados de la Contraloría”) Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de julio de 2009 Serie C No. 198, párr. 59, y Caso Flor Freire Vs. Ecuador.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2016. Serie C No. 315, párr. 41.
24
Cfr. Caso Gelman Vs. Uruguay. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 24 de febrero de 2011 Serie C No. 221, párr.
28, y Caso Flor Freire Vs. Ecuador, supra, párr. 42.
25
En lo relativo a declaraciones unilaterales en general, véase, Corte Internacional de Justicia (CIJ), Caso relativo a los
ensayos nucleares (Nueva Zelanda Vs. Francia). Sentencia del 20 de diciembre de 1974, párrs. 52 y 53; CIJ, Caso relativo
a la controversia fronteriza (Burkina Faso Vs. República de Mali). Sentencia de 22 de diciembre de 1986, párr. 40, y CIJ,
Caso relativo a actividades armadas en el territorio del Congo (República Democrática del Congo Vs. Uganda). Sentencia
de 19 de diciembre de 2005, párr. 49.
26
Cfr. Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2003.
Serie C No. 101, párr. 105, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs.
Guatemala, supra, párr. 54.
27
Artículo 1 de la Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización (expediente de prueba, folio 133).
28
Cfr. Artículos 4 y 8 de la Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización (expediente de prueba, folios 134 y 135).
- 15 -
VI
PRUEBA
50. Este Tribunal recibió diversos documentos presentados como prueba por la Comisión y las
partes, adjuntos a sus escritos principales (supra párrs. 1, 3, 6 y 7). De igual forma, la Corte
recibió de las partes documentos solicitados por los jueces de este Tribunal como prueba para
mejor resolver, de conformidad con el artículo 58 del Reglamento (supra párr. 13). Además, la
Corte recibió las declaraciones rendidas ante fedatario público (afidávit) por la presunta víctima,
Jorge Luis Vásquez Gomero y por el testigo Mario Jesús Puente Olivera, así como los dictámenes
periciales de Carolina Loayza Tamayo, Carlos Alberto Jibaja Zárate y Lesly Muñoz Lascano y el
peritaje conjunto de Diego Pérez Enríquez, Daniel Pontón y Carla Álvarez 29. En cuanto a la prueba
rendida en audiencia pública, la Corte escuchó la declaración de la presunta víctima, María Esther
Gomero Cuentas, y los peritajes de Alejandro Valencia Villa y Pablo Alarcón Peña.
B. Admisión de la prueba
51. En el presente caso, como en otros, este Tribunal admite aquellos documentos presentados
oportunamente por las partes y la Comisión o solicitados como prueba para mejor resolver por la
Corte o su Presidencia cuya admisibilidad no fue controvertida ni objetada 30.
53. Tanto el Estado como los representantes presentaron determinada documentación junto con
sus alegatos finales escritos. Al respecto, Ecuador solicitó que se excluyera el anexo 3 aportado
por los representantes junto con sus alegatos finales escritos, consistente en una “cuadro de las
comunicaciones entre instituciones del Estado de Ecuador y los familiares de la víctima y/o sus
representantes en cuanto al Programa de Reparación”. De acuerdo al Estado, dicho anexo
constituye “únicamente una guía-registro de comunicaciones” y en él se han “incluido notas y
conclusiones que son manifiestamente subjetivas y sin sustento”. La Corte constata que el anexo
referido por el Estado no es una prueba documental, sino que constituye parte de los alegatos de
29
Los objetos de estas declaraciones se encuentran establecidos en la Resolución de la Presidencia de 29 de junio de
2016 (supra nota 4).
30
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo. Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C No. 4, párr. 140, y
Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de diciembre de 2016. Serie C No. 330,
párr. 16.
- 16 -
los representantes. Sobre el particular advierte que no existe ningún impedimento para que las
partes precisen sus alegatos en documentos anexos, siempre y cuando se presenten en la fecha
establecida para la presentación del escrito respectivo. El referido anexo 3 fue presentado junto
con los alegatos finales escritos, en la fecha establecida para ello por el Presidente, por lo cual no
existe fundamento para su exclusión. Lo anterior sin perjuicio de que sea tomado en cuenta como
alegatos y, de esa manera, sea valorado en el contexto del acervo probatorio.
54. El 7 de febrero de 2017 el Estado remitió un escrito mediante el cual aportó determinada
documentación relativa a comunicaciones de septiembre de 2016 entre la Defensoría del Pueblo
del Ecuador y los representantes de las presuntas víctimas sobre el programa nacional de
reparaciones, alegando su carácter superviniente. Los representantes hicieron notar al Tribunal
que dichas comunicaciones ya habían sido remitidas como parte de sus anexos a los alegatos
finales escritos. Por tanto, la Corte estima que no procede la admisión del escrito del Estado de 7
de febrero de 2017 y sus anexos.
55. Asimismo, la Corte estima pertinente admitir las declaraciones de las presuntas víctimas, el
testigo y los dictámenes periciales rendidos en la audiencia pública y ante fedatario público, en lo
que se ajusten al objeto que fue definido por la Presidencia en la Resolución mediante la cual se
ordenó recibirlos y al objeto del presente caso.
56. En sus alegatos finales escritos el Estado reiteró su solicitud para que se inadmitiera el
peritaje de Alejandro Valencia Villa. La Corte recuerda que, mediante la resolución del Presidente
de 29 de junio de 2016 se rechazó la recusación planteada por el Estado contra el referido
perito31. El 22 de julio de 2016 el Estado impugnó dicha Resolución, específicamente en lo
referente al rechazo de la recusación del perito Alejandro Valencia Villa. Mediante una Resolución
de 22 de agosto de 2016, el pleno de la Corte desestimó el recurso interpuesto por el Estado y,
en consecuencia, ratificó la Resolución del Presidente de 29 de junio de 2016 en todos sus
términos32. Dicha decisión fue adoptada previamente por medios electrónicos y comunicada a las
partes y a la Comisión, mediante una nota de Secretaría el 5 de agosto de 2016 “debido a la
proximidad de la celebración de la audiencia pública en este caso”, advirtiéndose que la
Resolución respectiva sería notificada durante el período extraordinario de sesiones 33. No
obstante, en sus alegatos finales escritos el Ecuador nuevamente solicitó la inadmisibilidad del
referido peritaje alegando que: (i) en la resolución de 22 de agosto no consta el voto del Juez
Sierra Porto, quien había votado en contra de la Resolución del Presidente, conforme a la decisión
comunicada el 5 de agosto de 2016; (ii) el recurso presentado por el Estado “en ningún momento
puede ser considerado un recurso de reconsideración” pues el Estado “recurrió ante un órgano
superior” y no pretendía que fuera la misma instancia impugnada la que reviera y se pronunciara
sobre el la decisión dictada, y (iii) el quórum para las deliberaciones de la Corte es de cinco
jueces y “[es] claro que la autoridad recurrida debía abstenerse de votar por tratarse de un
31
Cfr. Caso Vásquez Durand y otros vs. Ecuador. Resolución del Presidente de la Corte de 29 de junio de 2016.
Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/vasquez_29_06_16.pdf.
32
Cfr. Caso Vásquez Durand y otros vs. Ecuador. Resolución de la Corte de 22 de agosto de 2016. Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/vasquez_22_08_16.pdf.
33
En la referida nota de Secretaría se indicó que: “Respecto a la solicitud de reconsideración interpuesta por el Estado,
[se] informa[ba] a las partes y a la Comisión que el pleno de la Corte, en una decisión de cuatro votos a favor y dos en
contra (disienten los jueces Eduardo Vio Grossi y Humberto Sierra Porto), decidió ratificar la decisión del Presidente de 29
de junio de 2016, por medio de la cual se desestimó la recusación interpuesta en contra del perito Alejandro Valencia
Villa. Esta decisión se comunica[ba] a las partes y a la Comisión mediante nota de la Secretaría de la Corte debido a la
proximidad de la celebración de la audiencia pública en este caso. La Resolución de Reconsideración respectiva ser[ía]
notificada a las partes y a la Comisión durante el próximo período extraordinario de sesiones que comenzará el 22 de
agosto de 2016”.
- 17 -
57. La Corte advierte que, de conformidad con el artículo 31.3 de su Reglamento, contra las
resoluciones de este Tribunal no procede ningún medio de impugnación. Por tanto, la Resolución
del pleno de la Corte de 22 de agosto de 2016, por medio de la cual decidió desestimar el recurso
interpuesto por el Estado contra el peritaje de Alejandro Valencia Villa y ratificar la decisión de su
Presidencia, no es susceptible de impugnación.
C. Valoración de la prueba
58. De acuerdo a lo establecido en los artículos 46, 47, 48, 50, 51, 57 y 58 del Reglamento, así
como en su jurisprudencia constante respecto de la prueba y su apreciación, la Corte examinará y
valorará los elementos probatorios documentales remitidos por las partes y la Comisión, las
declaraciones, testimonios y dictámenes periciales, así como las pruebas para mejor resolver
solicitadas e incorporadas por este Tribunal al establecer los hechos del caso y pronunciarse
sobre el fondo. Para ello se sujeta a los principios de la sana crítica, dentro del marco normativo
correspondiente, teniendo en cuenta el conjunto del acervo probatorio y lo alegado en la causa 34.
VII
HECHOS
60. El presente caso se refiere a la presunta desaparición forzada del ciudadano peruano Jorge
Vásquez Durand en territorio ecuatoriano, durante un conflicto armado internacional entre el
Ecuador y el Perú que inició en 1995. En este capítulo, la Corte expondrá los hechos relativos al
(A) contexto en el cual se produjeron los hechos del caso, (B) la presunta detención y
desaparición forzada de Jorge Vásquez Durand, (C) el Informe de la Comisión de la Verdad y la
Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, así como (D) las diligencias y gestiones
iniciadas en consecuencia.
A. Contexto36
61. En el mes de enero de 1995 inició la llamada Guerra del Cenepa o Conflicto del Alto Cenepa
entre Ecuador y Perú37. Dicho conflicto se originó por una disputa territorial en la zona de la
34
Cfr. Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros) Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 8 de marzo de 1998.
Serie C No 37, párrs. 69 al 76, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 22.
35
Cfr. Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 17 de septiembre de 1997. Serie C No 33, párr. 43, y Caso
I.V. Vs. Bolivia, supra, párr. 60.
36
La Comisión y los representantes presentaron un análisis contextual de este caso, sin embargo, en el presente
acápite la Corte establece el contexto que se desprende del acervo probatorio aportado al Tribunal.
37
Cfr. Perú – Ecuador: En el camino de la paz y el desarrollo. Libro virtual. 2da. Edición. Volumen 1. Disponible en:
http://www4.congreso.gob.pe/comisiones/1999/exteriores/libro1/1volum/indice.htm, y Nota de prensa del Ministerio de
Defensa Nacional de Ecuador publicada en enero de 2014, titulado “FF.AA. Conmemoran XIX Aniversario de la Gesta
Heroica del Cenepa”. Disponible en: http://www.defensa.gob.ec/ff-aa-conmemoraron-xix-aniversario-de-la-gesta-heroica-
del-cenepa/.
- 18 -
Cordillera del Cóndor y el río Cenepa 38. De acuerdo al peritaje conjunto de Diego Pérez Enríquez,
Carla Álvarez Velasco y Daniel Pontón Cevallos, históricamente Ecuador y Perú habían tenido una
relación tensa alrededor de esa frontera como consecuencia de las imposibilidades de ejecución
de los protocolos de Pedemonte Mosquera de 1829 y de Río de Janeiro de 1942 39. Dichos peritos
explicaron que las dificultades prácticas para su implementación condujeron a un sistemático
cuestionamiento de los límites entre ambos países y “el cíclico incremento de las tensiones, al
punto de la confrontación bélica en 1941, 1981 y 1995”40.
62. Durante el período de hostilidades, las fuerzas armadas de ambos países se movilizaron y
enfrentaron. Perú, Ecuador y organizaciones de la sociedad civil difieren sobre las cifras de
fallecidos y detenidos, militares o civiles, que habrían sido consecuencia del conflicto armado 41.
Adicionalmente, durante el conflicto Perú y Ecuador intercambiaron prisioneros de guerra, por
intermedio y bajo los auspicios del Comité Internacional de la Cruz Roja (en adelante “CICR”) 42.
38
Cfr. Nota de prensa del Ministerio de Defensa Nacional de Ecuador publicada en enero de 2014, titulado “FF.AA.
Conmemoran XIX Aniversario de la Gesta Heroica del Cenepa”. Disponible en: http://www.defensa.gob.ec/ff-aa-
conmemoraron-xix-aniversario-de-la-gesta-heroica-del-cenepa/.
39
Cfr. Peritaje conjunto de Diego Pérez Enríquez, Carla Álvarez Velasco y Daniel Pontón Cevallos rendido ante fedatario
público el 29 de julio de 2016 (expediente de prueba, folio 1517).
40
Peritaje conjunto de Diego Pérez Enríquez, Carla Álvarez Velasco y Daniel Pontón Cevallos rendido ante fedatario
público el 29 de julio de 2016 (expediente de prueba, folio 1517).
41
Al respecto una nota de BBCMUNDO señala que: “[l]a cifra oficial de muertos varía, según cada país. Ecuador
informó oficialmente la muerte de 33 soldados. Una cifra que controvirtió en su momento el Comando Conjunto de las
FF.AA. del Perú, que afirmó que las bajas ecuatorianas habían sido 350. Perú reconoció la muerte de 60 de sus soldados.
Es difícil establecer si hubo un ocultamiento de la verdad por parte de los dos países. Algunos estimativos de
organizaciones no gubernamentales hablan de una cifra total de 500 muertos, mientras que otros centros de
documentación hablan de una cifra de 120 muertos”. BBC Mundo, “Así fue la última guerra”, 3 de marzo de 2008.
Disponible en: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7274000/7274638.stm. Por otra parte, de acuerdo
al peritaje remitido por el Estado, el conflicto del Alto Cenepa ha sido considerado de baja intensidad con un número
relativamente pequeño de bajas y donde no existió́ declaración de guerra expresa por parte de los Estados en disputa”.
Peritaje conjunto de Diego Pérez Enríquez, Carla Álvarez Velasco y Daniel Pontón Cevallos rendido ante fedatario público
el 29 de julio de 2016 (expediente de prueba, folio 1521). Respecto al número de detenidos, durante el conflicto la
Comisión fue informada “por los Estados de Ecuador y Perú, por peticionarios y mediante información pública, sobre la
detención en Ecuador de varios peruanos”. Informe de Admisibilidad y Fondo (expediente de fondo, folio 17). Al respecto,
la Comisión cita la nota de la Representación Permanente del Perú ante la OEA de 12 de mayo de 1995, y su anexo
titulado “Detenidos cuya libertad se viene gestionando (Al 11-05-95 4.00 P.M.)” (expediente de prueba, folios 4 a 7). De
acuerdo a este último documento, para esa fecha, veintiún ciudadanos peruanos habrían sido detenidos en Ecuador. No
obstante la misma nota habla de veintitrés y veinticuatro detenidos en otras partes (expediente de prueba, folios 4 a 7).
Además, en el expediente constan otras notas y documentos que aportan información diferente en relación con personas
detenidas durante el conflicto: nota de la Representación Permanente del Ecuador ante la OEA de 22 de mayo de 1995,
donde se indica que había cinco prisioneros de guerra peruanos, dos de los cuales ya habían sido liberados y que no se
tenía información de Jorge Vásquez Durand (expediente de prueba, folios 9 y 10); nota de 13 de septiembre de 1995,
mediante la cual la Dirección Nacional de la Policía Nacional del Perú remite a la Directora de Asuntos Consulares del
Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, un parte policial de 3 de mayo de 1995 con información sobre el movimiento
migratorio de veintitrés ciudadanos peruanos “que se encuentran en la lista de detenidos en el Ecuador”, y mencionó los
nombres de doce de las personas indicadas en la nota de la Representación Permanente del Perú ante la OEA de 12 de
mayo de 1995, así como de otras once personas adicionales (expediente de prueba, folios 1996 a 1999), y nota de 29 de
abril de 1995 enviada por el Subsecretario de Policía de Ecuador en respuesta a una solicitud de información al Ministerio
de Relaciones Exteriores del Ecuador, donde remite “la nómina proporcionada por el Comando Provincial El Oro No. 3 el
12 de marzo de 1995 relativa a los ciudadanos peruanos detenidos a partir de enero de 1995”. Dicha nómina da cuenta
de la detención de 242 personas. Si bien varias de estas personas aparecen detenidas por la Inteligencia Militar
ecuatoriana, del documento no es claro si dichas personas fueron detenidas en el marco del conflicto armado (expediente
de prueba, folios 2308 a 2313).
42
Cfr. Certificado de Entrega del Comité Internacional de la Cruz Roja de 1 de marzo de 1995 (expediente de prueba,
folio 1856), y oficio del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Ecuador de 4 de abril de 1995 (expediente de
prueba, folio 1846).
- 19 -
63. Asimismo, entre enero y febrero de 1995 el Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador
emitió al menos cinco boletines de prensa desmintiendo que ciudadanos peruanos hubieran sido
objeto de ataques y reafirmando el respeto por sus derechos en territorio ecuatoriano. Uno de
estos comunicados señalaba:
El Ministerio de Relaciones Exteriores ante los insistentes rumores propagados desde Lima, se ve
obligado a reiterar que las autoridades nacionales han impartido las instrucciones pertinentes a
fin de que se garantice la seguridad personal y patrimonial de los ciudadanos extranjeros
residentes en el Ecuador, así como de quienes se encuentran de visita temporal en el territorio
nacional. Estas instrucciones están siendo observadas en forma estricta.
Esta es una materia de especial preocupación para el Gobierno ecuatoriano, pues una de sus
principales y tradicionales características se basa en el irrestricto cumplimiento de las
obligaciones contraídas internacionalmente sobre este asunto, así como porque entre los
postulados del régimen del Presidente Duran Ballén, se pone énfasis en el respeto y la defensa de
los derechos humanos.
La Cancillería ecuatoriana desmiente de modo categórico que ciudadanos extranjeros hayan sido
víctimas de ataques o de irrespeto, con motivo de la situación que el país vive a raíz de las
violentas agresiones de que está siendo objeto por parte del Perú. Se trata de una campaña
difamatoria cuyos objetivos son fáciles de comprender.
Como es obvio, agrega la nota divulgada por la cancillería, los ciudadanos extranjeros residentes
o visitantes, tienen que, a su vez, respetar las leyes ecuatorianas43.
43
Boletín de Prensa de 1 de febrero de 1995 del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana (expediente
de prueba, folio 1858). En el mismo sentido, cfr. Boletín de Prensa de 27 de enero de 1995 de la Cancillería (expediente
de prueba, folio 2535); boletín de Prensa de 29 de enero de 1995 de la Cancillería (expediente de prueba, folio 2534);
Boletín de Prensa de 2 de febrero de 1995 del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana (expediente de
prueba, folio 1860); boletín de Prensa de 6 de febrero de 1995 del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad
Humana (expediente de prueba, folio 1862), y nota enviada por el Subsecretario Administrativo del Ministerio de
Relaciones Exteriores al Embajador del Ecuador en Brasil de 8 de febrero de 1995 (expediente de prueba, folio 2529).
44
En los considerandos de dicho decreto se lee: “Que fuerzas militares peruanas continuamente vienen provocando
incidentes en la zona fronteriza, los mismos que se intensificaron desde el 9 de enero del presente año, en el área general
de las cabeceras del río CENEPA. Que el Gobierno, a través de la Cancillería y Organismos Internacionales, ha venido
realizando actividades tendientes a eliminar las tensiones entre ambos países, sin obtener resultados positivos. Que las
actividades evidencian claramente las intenciones del Perú, de apoderarse de las cabeceras del río Cenepa y territorio
ecuatoriano, donde se encuentran nuestras Fuerzas Armadas desde hace muchos años. Que, en las últimas horas, se han
producido enfrentamientos con patrullas peruanas, infiltradas en la zona con el indudable propósito de efectuar
operaciones militares, lo que configura una inminente agresión externa que atenta a la Soberanía y Seguridad del Estado.
En uso de las atribuciones que le confieren los Arts. 79 de la Constitución Política de la República, literales e), g), i), y m);
y, 7, literales d) y k) de la Ley de Seguridad Nacional”, decretó que se declarara “el Estado de Emergencia Nacional en
todo el territorio del Estado”. Decreto No. 2487 de 27 de enero de 1995 (expediente de prueba, folio 2390). En octubre de
1995 este decreto fue revocado por el Tribunal de Garantías Constitucionales debido a que los motivos que ocasionaron
las medidas ya no existían y que por lo tanto el perjuicio a las libertades del individuo no podían seguir justificándose. Cfr.
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Ecuador, 24 de abril de 1997. Capítulo II, Introducción, A.
Garantías Jurídicas e Institucionales en la República de Ecuador. 4. Suspensión de Garantías Constitucionales. Disponible
en: http://www.cidh.org/countryrep/Ecuador-sp/Capitulo%202.htm
45
Cfr. Informe de la Comisión de la Verdad, Resumen Ejecutivo, págs. 39.
- 20 -
65. El 17 de febrero de 1995 los Estados del Ecuador y del Perú suscribieron la Declaración de
Paz de Itamaraty en Brasil, donde acordaron la retirada de las tropas de ambos países e iniciaron
las negociaciones de paz. El 28 de febrero de 1995, mediante la Declaración de Montevideo,
ambos Estados reiteraron su compromiso con el “inmediato y efectivo cese del fuego”46.
Finalmente, el 26 de octubre de 1998 los presidentes del Perú y del Ecuador dieron por terminado
en forma global y definitiva el conflicto relativo a esta frontera entre ambos países 47, mediante el
Acta o Acuerdo de Brasilia48.
46
Perú – Ecuador: En el camino de la paz y el desarrollo. Libro virtual. 2da. Edición. Volumen 1. Disponible en la Web
del Congreso de la República del Perú:
http://www4.congreso.gob.pe/comisiones/1999/exteriores/libro1/1volum/indice.htm, y nota de prensa del Ministerio de
Defensa Nacional de Ecuador publicada por el Ministerio Público de la Defensa en enero de 2014, titulado “FF.AA.
Conmemoran XIX Aniversario de la Gesta Heroica del Cenepa”. Disponible en: http://www.defensa.gob.ec/ff-aa-
conmemoraron-xix-aniversario-de-la-gesta-heroica-del-cenepa/.
47
Cfr. Nota de prensa de El País “Los presidentes de Perú y Ecuador firman la paz en Brasilia y delimitan su frontera”.
Disponible en: http://elpais.com/diario/1998/10/27/internacional/909442811_850215.html.
48
Cfr. Acta Presidencial de Brasilia, en “Perú – Ecuador: En el camino de la paz y el desarrollo”. Libro virtual. 2da.
Edición. Volumen 2, páginas 5 y 6 Disponible en:
http://www4.congreso.gob.pe/comisiones/1999/exteriores/libro1/2avolum/indice.htm.
49
Cfr. ONU. Informe del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias al Consejo Económico y
Social. E/CN.4/1996/38, 15 de enero de 1996, párrs. 160 a 165. Disponible en: https://documents-dds-
ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G96/102/18/PDF/G9610218.pdf?OpenElement.
50
Cfr. ONU. Informe del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias al Consejo Económico y
Social. E/CN.4/1996/38, 15 de enero de 1996, párr. 165. Disponible en: https://documents-dds-
ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G96/102/18/PDF/G9610218.pdf?OpenElement.
51
Cfr. Comunicación de 23 de junio de 1995 del Grupo de Trabajo de Desapariciones Forzadas o Involuntarias de
Naciones Unidas dirigida al Representante Permanente de Ecuador ante la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra,
mediante la cual se informa al Estado que “la información proporcionada respecto al caso del señor Jorge Vásquez Durand
[…] no fue considerada por el Grupo de Trabajo suficiente para iniciar los trámites de aclaración de dicho caso[, mientras
que] sobre la base de la información proporcionada por los denunciantes, el Grupo de Trabajo decidió considerar
aclarados [otros] dos casos” (expediente de prueba, folio 2289). La aclaración de un caso ante el Grupo de Trabajo de
Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas implica haber recibido una respuesta del gobierno con
información detallada sobre la suerte y el paradero de la persona desaparecida. El Grupo de Trabajo mantiene los casos
en sus archivos hasta que se determina el paradero exacto de las personas desaparecidas. Véase también, inter alia,
oficio de 18 de junio de 1996 del Ministerio de Relaciones Exteriores sobre casos pendientes ante el Grupo de Trabajo de
Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas que incluye a Jorge Vásquez Durand (expediente de prueba,
folio 2286), y nota de 23 de abril de 2008 suscrita por el Director General de Derechos Humanos y Asuntos Sociales del
Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración y dirigida al Ministro Fiscal del Ecuador solicitando información
sobre los casos ante el Grupo de Trabajo de Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas (expediente de
prueba, folio 2288).
52
Véase, inter alia, oficio de 18 de junio de 1996 del Ministerio de Relaciones Exteriores sobre casos pendientes ante el
Grupo de Trabajo de Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas que incluye a Jorge Vásquez Durand
(expediente de prueba, folio 2286), y oficio de 14 de julio de 2006 suscrito por la Revisadora de Antecedentes Personales
del Archivo Central de la Policía Nacional y dirigido al Jefe del Archivo Central Policial (expediente de prueba, folio 2290);
- 21 -
señaló en su Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Ecuador de 1997 que ante
ella se hallaban una serie de peticiones en las que se alegaba la desaparición y presunta
detención de peruanos dentro del territorio ecuatoriano durante el período del conflicto en la
región fronteriza, y que “aún est[aba] procurando aclarar la situación de una persona
supuestamente detenida a fines de enero de 1995, que aparentemente aún no ha podido
localizarse”53.
67. Jorge Vásquez Durand tenía 44 años en enero 1995, era peruano, estaba casado con María
Esther Gomero Cuentas54, con quien tuvo dos hijos, Jorge Luis Vásquez Gomero y Claudia Esther
Vásquez Gomero, quienes tenían 12 y 11 años, respectivamente, al inicio de la desaparición de
su padre55. El señor Vásquez Durand era periodista y relacionista público de profesión 56, pero
desde 1993 se dedicaba al comercio de artesanías entre el Perú y el Ecuador57, por lo que viajaba
dos o tres veces al mes entre ambos países 58.
68. El 26 de enero 1995 Jorge Vásquez Durand viajó por vía terrestre al Ecuador desde Lima,
Perú59. El 27 de enero ingresó al Ecuador por la localidad de Huaquillas60. De acuerdo a lo
ficha del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias donde se registra la recepción del documento
anterior (expediente de prueba, folio 2336); oficio de 8 de mayo de 2007 suscrito por el Asesor del Ministro de Gobierno y
dirigido al Director General de Derechos Humanos, Asuntos Sociales y Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores,
por medio de la cual se remite información en respuesta a una solicitud del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones
Forzadas o Involuntarias (expediente de prueba, folio 2315), y nota de 23 de abril de 2008 suscrita por el Director
General de Derechos Humanos y Asuntos Sociales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración y
dirigida al Ministro Fiscal del Ecuador solicitando información sobre los casos ante el Grupo de Trabajo de Desapariciones
Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas (expediente de prueba, folio 2288).
53
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Ecuador, 24 de abril de 1997, Capítulo IV. Derecho a
la vida. E. Denuncias relativas a desapariciones. Disponible en: http://www.cidh.org/countryrep/Ecuador-
sp/Capitulo%204.htm
54
El señor Vásquez Durand nació el 22 de febrero de 1950. Cfr. Libreta Electoral No. 07185940 (expediente de prueba,
folio 29); documento nacional de identidad de María Esther Cuentas Gomero (expediente de prueba, folio 242), y
constancia de matrimonio emitida por el Obispado de Huaraz el 10 de agosto de 1989 (expediente de prueba, folio 39).
55
Jorge Luis Vásquez Gomero nació el 14 de enero de 1983 y Claudia Esther Vásquez Gomero nació el 28 de enero de
1984. Cfr. Documento nacional de identidad de Jorge Luis Vásquez Gomero (expediente de prueba, folio 244), y
documento nacional de identidad de Claudia Esther Vásquez Gomero (expediente de prueba, folio 243).
56
Cfr. Diploma de Periodista-Relacionista Público emitido por el Ministerio de Educación del Perú (expediente de
prueba, folio 37).
57
Cfr. Escrito suscrito por clientes del señor Vásquez Durand en febrero de 1995, donde dan fe que era “comerciante
provey[é]ndo[los] de Artesanías a los puestos de ‘Polvos Azules’” (expediente de prueba, folio 31 y 33); carta del Rector
del Colegio de la Inmaculada de Lima de 1 de marzo de 1995 (expediente de prueba, folio 35); declaraciones
simplificadas Nos. 6186, 3186 y 2924 de fechas 9 y 23 de agosto y 6 de diciembre de 1994 realizadas por Jorge Vásquez
Durand ante la Intendencia de Aduanas de Tumbes, Perú por mercancías procedentes de Ecuador, transportadas por
tierra desde Huaquillas, Ecuador (expediente de prueba, folios 63, 65 y 67), y facturas de venta de diferentes artesanías a
nombre del señor Jorge Vásquez por artículos comprados en tiendas de Artesanías entre junio de 1994 y enero de 1995
(expediente de prueba, folios 69, 71 y 73).
58
Cfr. Declaraciones simplificadas Nos. 6186, 3186 y 2924 de fechas 9 y 23 de agosto y 6 de diciembre de 1994
realizadas por Jorge Vásquez Durand ante la Intendencia de Aduanas de Tumbes, Perú por mercancías procedentes del
Ecuador, transportadas por tierra desde Huaquillas, Ecuador (expediente de prueba, folios 63, 65 y 67); carta de Carlos
Cardó Franco, s.j. de 9 de mayo de 1995 dirigida a Jorge Carrión, s.j. en Ecuador (expediente de prueba, folio 75 y 76), y
documento de Control Migratorio, emitido el 21 de junio de 1995 en Huaquillas, Ecuador por el Jefe de Control Migratorio
ecuatoriano. (expediente de prueba, folio 78).
59
Cfr. Carta manuscrita de María Esther Gomero Cuentas de 29 de mayo de 1995, dirigida a la Directora General de
Asuntos Consulares, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (expediente de prueba, folio 106).
60
Cfr. Documento de Control Migratorio, emitido el 21 de junio de 1995 en Huaquillas, Ecuador por el Jefe de Control
Migratorio ecuatoriano (expediente de prueba, folio 78).
- 22 -
declarado por el comerciante Mario Jesús Puente Olivera, amigo del señor Vásquez Durand, de
Huaquillas se trasladaron a la ciudad de Otavalo, donde compartieron un hostal 61. El 28 de enero,
ante el conflicto fronterizo el señor Vásquez Durand habría decidido regresar al Perú por lo que
viajó de vuelta a Huaquillas62.
69. El 30 de enero desde Aguas Verdes, localidad peruana limítrofe con Huaquillas, Jorge
Vásquez Durand llamó por teléfono, durante la mañana, dos veces a su esposa y le informó que
aún tenía que trasladar la mercancía de Huaquillas hacia Perú 63. Esa fue la última vez que el
señor Vásquez Durand tuvo contacto con su familia64.
70. De acuerdo a información recibida por su esposa de parte de dos comerciantes peruanos,
A.J. y J.B., el mismo 30 de enero el señor Vásquez Durand cruzó nuevamente al Ecuador para
trámites de migración e internación de su mercadería y, “en circunstancia de que se aprestaba a
sellar su pasaporte en Migración [e]cuatoriana”, habría sido detenido por miembros del Servicio
de Inteligencia ecuatoriana65. El señor Mario Jesús Puente Olivera, amigo del señor Vásquez
Durand con quien se encontraba en el Ecuador (supra párr. 68), declaró haber sido detenido y
que sus captores le indicaron que el señor Vásquez Durand había sido detenido en la frontera 66.
Además, otro ciudadano peruano, E.H.A.M., que también habría sido detenido durante el conflicto
armado, señaló haber visto al señor Vásquez Durand “[b]astante decaído” en el patio del cuartel
militar Teniente Ortiz en varias oportunidades67. Desde ese momento no se conoce del paradero o
destino del señor Vásquez Durand.
71. La Corte advierte que existe controversia sobre los movimientos migratorios del señor
Vásquez Durand. De un lado, en el registro de entradas y salidas del Ecuador se indica que “el
señor Vásquez Durand habría ingresado por última vez el 27 de enero de 1995 y habría salido el
30 de enero de 1995”68, sin que existan registros de una detención69. Esta versión coincide con el
registro de movimiento migratorio del Perú, según el cual, la presunta víctima habría reingresado
a Perú por última vez el 30 de enero de 1995 70. Sin embargo, los representantes han cuestionado
la veracidad del documento de migración del Ecuador, señalando que el mismo “no es prueba de
las entradas y salidas de Jorge Vásquez […] pues dicho documento adolece de contradicciones
61
Cfr. Declaración de Mario Jesús Puente Olivera en formato DVD (expediente de prueba, folio 83).
62
Cfr. Carta manuscrita de la señora María Esther Gomero Cuentas de 29 de mayo de 1995, dirigida a la Directora
General de Asuntos Consulares, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (expediente de prueba, folio 106 a 109).
63
Cfr. Testimonio escrito de María Esther Gomero remitido el 27 de mayo de 2009 y reproducido parcialmente en el
Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo 4. Relatos de casos, pág. 84.
64
Cfr. Testimonio escrito de María Esther Gomero remitido el 27 de mayo de 2009 y reproducido parcialmente en el
Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo 4. Relatos de casos, pág. 84.
65
Carta manuscrita de la señora María Esther Gomero Cuentas de 13 de febrero de 1995, dirigida a la Directora
General de Asuntos Consulares, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (expediente de prueba, folio 81). Véase
también, Testimonio escrito de María Esther Gomero remitido el 27 de mayo de 2009 y reproducido parcialmente en el
Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo 4. Relatos de casos, pág. 84.
66
Cfr. Declaración de Mario Jesús Puente Olivera en formato DVD (expediente de prueba, folio 83).
67
Cfr. Declaración de E.H.A.M., presunto detenido peruano, rendida ante empleados de APRODEH (expediente de
prueba, folios 87 y 88).
68
Documento de Control Migratorio, emitido el 21 de junio de 1995 en Huaquillas, Ecuador por el Jefe de Control
Migratorio ecuatoriano (expediente de prueba, folio 78).
69
Cfr. Nota N° 079\MPE\OEA de la Misión Permanente de la República de Ecuador ante la Organización de Estados
Americanos dirigida a la Comisión Interamericana de 6 de julio de 1995 (expediente de prueba, folios 633 y 667).
70
Cfr. Oficio No. 1458 de la Dirección General de la Policía Nacional del Perú dirigida a la Directora General de Asuntos
Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores (expediente de prueba, folio 648).
- 23 -
que se pueden apreciar a simple vista”71. En concreto, resaltan que “de acuerdo a este
documento el señor Vásquez [Durand] habría ingresado 6 veces al Ecuador, y sin embargo consta
en este documento que habría salido 9 veces en el año 1993” 72. Por otro lado, la señora María
Esther Gomero Cuentas señaló que, “si bien es cierto que [su] esposo, de acuerdo al movimiento
migratorio ingresó a [Perú], también es cierto y seguro que reingresó nuevamente a Huaquillas
[en Ecuador] a encargar su mercadería [y] en esas circunstancias fue detenido”. Además,
aseguró que “desde mucho antes y hasta la fecha no es necesario presentar pasaporte o
salvoconducto para ingresar a dicho lugar, debido al intercambio comercial [entre los dos
países]”73.
72. A pesar de lo indicado en el Informe de la Comisión de la Verdad (infra párr. 73), el Estado
ha controvertido ante esta Corte que el señor Vásquez Durand hubiera sido detenido y
posteriormente desaparecido por parte de agentes estatales. La Corte resolverá dicha
controversia en el capítulo de fondo respectivo de esta Sentencia (infra Capítulo VIII-1).
73. El 3 de mayo de 2007 se creó la Comisión de la Verdad del Ecuador74, mediante Decreto
Ejecutivo75, con el objeto de investigar las violaciones de derechos humanos ocurridas “entre
1984 y 1988, y otros casos especiales76. Una vez instalada, la Comisión de la Verdad amplió su
mandato hasta el año 200877. Por tanto, la Comisión de la Verdad no fue instalada
específicamente para investigar las posibles violaciones a derechos humanos cometidas durante
el conflicto armado internacional del Alto Cenepa. La Comisión de la Verdad sustentó su análisis y
71
Comunicación de APRODEH dirigida a la Comisión Interamericana con fecha de 11 de marzo de 1996 (expediente de
prueba, folio 79).
72
Comunicación de APRODEH dirigida a la Comisión Interamericana con fecha de 11 de marzo de 1996 (expediente de
prueba, folio 79).
73
Carta manuscrita de Maria Esther Gomero Cuentas dirigida a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de
fecha 15 de febrero de 1996 (expediente de prueba, folios 694 y 695), y declaración rendida por María Esther Gomero
Cuentas en la audiencia pública celebrada ante la Corte.
74
“La Comisión de la Verdad del Ecuador se creó́ como resultado de un proceso histórico impulsado por diversas
organizaciones de víctimas de violaciones de derechos humanos y familiares de éstas durante más de veinte años (Comité
de Familiares de Presos Políticos, Comité de Familiares contra la Impunidad y en los últimos años el Comité Ecuatoriano
No Impunidad -CENIMPU-en el que a más de familiares se integraron también algunas víctimas directas), que venían
exigiendo al Estado ecuatoriano una satisfacción adecuada de sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación”.
Informe de la Comisión de la Verdad, Resumen Ejecutivo, pág. 17.
75
El Presidente de Ecuador creó la Comisión de la Verdad mediante el artículo 1 del Decreto Ejecutivo 305 de 1998,
con el objeto de “investigar y esclarecer e impedir la impunidad respecto de los hechos violentos y violatorios de los
derechos humanos ocurridos entre 1984 y 1988 y otros períodos”. Decreto Ejecutivo 305 de 18 de mayo de 2007, artículo
1 (expediente de prueba, 246).
76
Los objetivos de la Comisión de la Verdad ecuatoriana fueron: “1.Realizar una investigación profunda e
independiente sobre las violaciones de derechos humanos ocurridas entre 1984 y 1988, y otros casos especiales, como el
llamado caso Fybeca, así como las causas y circunstancias que las hicieron posibles. 2. Solicitar la desclasificación de
archivos del Estado que tengan carácter confidencial o de seguridad nacional. 3. Promover un reconocimiento a las
víctimas de dichas violaciones y diseñar las políticas de reparación. 4. Recomendar las reformas legales e institucionales
necesarias, así como los mecanismos efectivos para la prevención y sanción de las violaciones de derechos humanos. 5.
Determinar la existencia de probables indicios de responsabilidades civiles, penales y administrativas para derivarlas a las
autoridades pertinentes. Decreto Ejecutivo 305 de 18 de mayo de 2007, artículo 2 (expediente de prueba, 246).
77
“Ante la demanda de atención de casos de violaciones de los derechos humanos posteriores al período 1984-1988,
los comisionados resolvieron no discriminar ninguno de los casos que se presenten, siempre que se presuma que las
violaciones hayan sido cometidas por agentes del Estado y que éstas se enmarquen en uno de los cinco descriptores
señalados”, esto es: a. ejecución extrajudicial, homicidio, muerte bajo custodia; b. desaparición forzada; c. tortura; d.
violencia sexual; e. detención arbitraria”. Informe de la Comisión de la Verdad, Resumen Ejecutivo, pág. 25.
- 24 -
conclusiones en 119 casos78 y el 6 de junio de 2010 presentó su Informe Final: “SIN VERDAD NO
HAY JUSTICIA”. En dicho informe se incluyó la desaparición de Jorge Vásquez Durand, respecto
del cual se estableció como violaciones cometidas “Tortura – Desaparición Forzada – Privación
ilegal de la libertad”79.
74. El 26 de noviembre de 2013 la Asamblea Nacional del Ecuador aprobó la Ley para
Reparación de Víctimas y Judicialización80, en cuyo artículo 2 el Estado ecuatoriano reconoce su
“responsabilidad objetiva” por las violaciones a los derechos humanos documentadas por la
Comisión de la Verdad (supra párr. 43).
75. La Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización busca garantizar una reparación
integral a las víctimas directas de las violaciones de derechos humanos documentadas por la
Comisión de la Verdad, sus cónyuges o parejas por unión de hecho, y sus familiares hasta el
segundo grado de consanguinidad81. Asimismo, dicha ley prevé la implementación de medidas de
reparación para: (i) el conocimiento de la verdad de los hechos y la restitución; (ii) las
indemnizaciones de daños materiales e inmateriales; (iii) rehabilitación; (iv) garantía de no
repetición, y (v) satisfacción del derecho violado82. Para ello, la ley creó un Programa de
Reparación por vía administrativa a cargo de la Defensoría del Pueblo83 (supra párrs. 37 y 48 e
infra párrs. 195 a 197).
76. Entre las medidas de reparación establecidas por dicha ley, se incluye la búsqueda,
localización y liberación de las personas desaparecidas y, en caso de fallecimiento, la
exhumación, identificación y restitución de sus restos84.
77. En relación con la investigación y juzgamiento de los responsables de las violaciones a los
derechos humanos documentadas por la Comisión de la Verdad, la mencionada ley establece lo
siguiente:
Artículo 10: Reglas generales del proceso en caso de graves violaciones de derechos
humanos documentados por la Comisión de la Verdad. El Estado ecuatoriano adoptará,
durante la etapa preprocesal y procesal penal, las medidas constitucionales, legales,
administrativas y judiciales que fueren necesarias para hacer efectivos los derechos y
garantías de las víctimas y sus familiares en la investigación y juzgamiento de las violaciones
a los derechos humanos documentados por la Comisión de la Verdad, de conformidad con la
legislación interna y los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos y
juzgamiento de delitos de lesa humanidad85.
78. Con base en la referida ley, el 3 de febrero de 2015 entró en vigor el “Reglamento de
procedimiento para acuerdos reparatorios, los montos a pagarse por concepto de indemnización y
las medidas para su cumplimiento” (en adelante “Reglamento para los acuerdos reparatorios”). El
objeto de dicho reglamento es establecer un procedimiento administrativo para acordar el monto
78
Cfr. Informe de la Comisión de la Verdad, Resumen Ejecutivo, pág. 50. El Informe de la Comisión de la Verdad
registra 118 casos, pero como aclaró el Estado se registró un caso como 118-A, por lo que en total se podría considerar
que se trata de 119 casos. Escrito de alegatos finales del Estado del Ecuador (expediente de fondo, folio 630).
79
Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo 4. Relatos de casos, págs. 82 a 84.
80
Cfr. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización (expediente de prueba, folios 406 a 410).
81
Cfr. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 5 (expediente de prueba, folio 408).
82
Cfr. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 3 (expediente de prueba, folio 408).
83
Cfr. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 4 (expediente de prueba, folio 408).
84
Cfr. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 6.3 (expediente de prueba, folio 409).
85
Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 10 (expediente de prueba, folio 410).
- 25 -
de indemnización en los casos pertinentes, y las medidas para su cumplimiento 86. Este
reglamento aplica a todas las víctimas de los casos de violaciones de derechos humanos y delitos
de lesa humanidad documentados por la Comisión de la Verdad, con ciertas excepciones para
personas que hubieran recibido una indemnización efectiva por parte del Estado por los mismos
hechos87. Los detalles y alcance de dicho programa se exponen y describen, en la medida de lo
pertinente, en el capítulo correspondiente a reparaciones de la presente sentencia (infra Capítulo
IX).
79. Los familiares del señor Vásquez Durand realizaron múltiples gestiones para dar con su
paradero88. Estas gestiones fueron realizadas ante autoridades peruanas, con el objetivo de que
estas indagaran ante sus pares ecuatorianos, así como por medio de organizaciones religiosas y
de derechos humanos para que estas a su vez hicieran gestiones en el Ecuador. Asimismo, la
familia del señor Vásquez Durand denunció su desaparición ante la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos desde febrero de 1995 y ante el Grupo de Trabajo de Desapariciones
Forzadas de Naciones Unidas en marzo de 1995 89 (supra párr. 66). De acuerdo a la señora
Gomero Cuentas, estas gestiones no tuvieron resultado porque “todo depend[ía de que] el
Gobierno Ecuatoriano notificara la detención a la Cancillería Peruana” 90.
María Gomero al no recibir más noticias de su esposo presentó denuncias ante el Congreso
Nacional de Perú, Asociación Pro Derechos Humanos del Perú (APRODEH), Consejo por la
Paz, Comité Internacional de la Cruz Roja Internacional, Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, cancillerías de Ecuador, Brasil y Argentina, Conferencia Episcopal, sin
obtener ninguna información.
86
El artículo 1 establece: “Objeto.- El presente reglamento tiene por objeto establecer el procedimiento administrativo
para acordar el monto de la indemnización en los casos en que haya lugar, y las medidas para su cumplimiento, conforme
lo establece el artículo 7 de la Ley de Reparación de Víctimas y la Judicialización de Graves Violaciones de Derechos
Humanos y Delitos de Lesa Humanidad ocurridos en el Ecuador entre el 4 de octubre de 1983 y el 31 de diciembre de
2008”. Reglamento de procedimiento para acuerdos reparatorios, los montos a pagarse por concepto de indemnización y
las medidas para su cumplimiento. Acuerdo Ministerial 865. Registro Oficial Suplemento 444 de 24 de febrero de 2015 (en
adelante “Reglamento para los acuerdos reparatorios”) (expediente de prueba, folio 443).
87
Cfr. Reglamento para los acuerdos reparatorios, artículos 2 y 3 (expediente de prueba, folio 443).
88
Cfr. Comunicación de María Esther Gomero Cuentas de 22 de mayo de 1995 dirigida a la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (expediente de prueba, folio 102); carta manuscrita de María Esther Gomero Cuentas de 29 de
mayo de 1995, dirigida a la Directora General de Asuntos Consulares al Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú
(expediente de prueba, folios 106 a 108); declaración rendida por María Esther Gomero Cuentas en la audiencia pública
celebrada ante la Corte, e Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo 4. Relatos de casos, págs. 82 a 84.
89
Cfr. Comunicación dirigida al Ecuador por el Presidente del Grupo de Trabajo de Desapariciones Forzadas o
Involuntarias el 23 de junio de 1995 (expediente de prueba, folio 2289); ficha de la denuncia presentada ante el Grupo de
Trabajo de Desapariciones Forzadas en marzo de 1995 (expediente de prueba, folio 2263), y nota de APRODEH sobre el
caso de Jorge Vásquez Durand con relación de fechas sobre denuncias y acciones relacionadas al caso que consta en el
expediente judicial (expediente de prueba folios 2251 a 2254).
90
Comunicación de María Esther Gomero Cuentas de 22 de mayo de 1995 dirigida a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (expediente de prueba, folio 102), y declaración rendida por María Esther Gomero Cuentas en la
audiencia pública ante la Corte.
- 26 -
81. Entre las solicitudes enviadas por la esposa del señor Vásquez Durand, consta que en
febrero de 1995 escribió a la Directora General de Asuntos Consulares del Ministerio de
Relaciones Exteriores del Perú solicitando que realizara gestiones para su liberación92. El gobierno
del Perú, junto con el CICR, realizaron distintas gestiones ante el Ecuador para averiguar el
destino del señor Vásquez Durand93. El 27 de noviembre de 1995 el Director de Asuntos
Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú informó al Director de APRODEH que
se había recibido una comunicación del Consulado General del Perú en Machala, Ecuador sobre
las indagaciones realizadas por el Obispo de Machala ante autoridades militares. En la nota
además se señala que el señor Vásquez Durand habría sido “detenido el 30 de enero de 1995 por
efectivos del Ejército ecuatoriano en Huaquillas y posteriormente trasladado a Quito” 94.
82. El 12 de mayo de 1995 el Perú entregó a la Comisión Interamericana una lista actualizada
al 11 de mayo de ese mismo año con los nombres de veintiún ciudadanos peruanos
presuntamente detenidos en el Ecuador. En dicha lista aparece Jorge Vásquez Durand como
“detenido el 30.01 en Huaquillas por ejército ecuatoriano”. Agrega la nota que “[h]abría sido
trasladado a Quito”95. Al respecto, el 22 de mayo de 1995 el gobierno del Ecuador informó a la
Comisión Interamericana sobre la situación de cuatro de estos ciudadanos peruanos. Con
respecto al señor Vásquez Durand, señaló que “las autoridades policiales y militares del Ecuador
no t[enían] registro de [su] detención”. Agregó que “se ha[bían] efectuado exhaustivas
investigaciones para conocer su paradero, pero no se ha[bía] logrado obtener información sobre
su presencia en el Ecuador”96. Al respecto, consta en el expediente que en abril de 1995 el
Subsecretario de la Policía del Ecuador, informó al Ministerio de Relaciones Exteriores que:
hasta el momento no se ha logrado tener ningún dato que ayude a ubicar el paradero del señor
Vásquez Durand, habiendo recabado la información posible […]. Corroborando esto pongo a su
disposición la nómina proporcionada por el Comando Provincial El Oro No 8 el 12 de marzo de
1995 relativa a los ciudadanos peruanos detenidos a partir de enero de 1995, así como el
telegrama oficial de 22 de mayo de 1995 suscrito por el Jefe de Migración de El Oro.
91
Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo 4. Relatos de casos, págs. 82 a 84.
92
Cfr. Cartas manuscritas de María Esther Gomero Cuentas de 13 y 29 de febrero de 1995, dirigidas a la Directora
General de Asuntos Consulares, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (expediente de prueba, folios 81, 106, 107
y 108).
93
Cfr. Nota Informativa de 3 de julio de 1995 del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú donde señala que
“cumple con informar a la opinión pública que continua sus gestiones para determinar el paradero de los siguientes
ciudadanos peruanos: 1. Jorge Vásquez Durand [y otras 9 personas más …] Para determinar la ubicación de las citadas
personas, se ha venido actuando con la valiosa colaboración del Comité Internacional de la Cruz Roja que, junto con el
gobierno del Perú, efectúa intensas gestiones para obtener información sobre su paradero. Sin embargo, hasta el
momento, no se han obtenido datos específicos sobre las mencionadas personas” (expediente de prueba, folio 2291);
Carta de 14 de mayo de 1995 suscrita por el Jefe de Misión del CICR dirigida al Ministro de Defensa poniéndole en
conocimiento de la presunta desaparición y detención del señor Vásquez Durand y solicitando su colaboración para
“encontrar algún rastro que nos permita dar con [su] paradero” (expediente de prueba, folio 2302).
94
Nota del Director de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú de 27 de noviembre de
1995, dirigida al Director de APRODEH (expediente de prueba, folio 110).
95
Oficio de 12 de mayo de 1995 suscrito por la Representación Permanente del Perú ante la Organización de Estados
Americanos dirigido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (expediente de prueba, folios 4 a 7).
96
Oficio de 22 de mayo de 1995 suscrito por la Misión Permanente del Ecuador ante la Organización de los Estados
Americanos (expediente de prueba, folios 9 y 10).
- 27 -
Además la circunstancia de que el ciudadano peruano Jorge Vásquez Durand en razón de sus
actividades de comercio viajaba al norte del país, llevó a verificar en el sector sin que se haya
realizado su detención ni movimiento migratorio por esa frontera. La búsqueda fue incluso
ampliada en otras provincias sin ningún resultado positivo.
83. Asimismo, consta en el expediente que el Superior de la Compañía de Jesús del Perú realizó
gestiones ante el Superior de la Compañía de Jesús del Ecuador 98, a instancia de los familiares
del señor Vásquez Durand. Además, existe en el expediente copia de un afiche confeccionado por
el CICR y por la Cruz Roja ecuatoriana invocando la ayuda pública para encontrar a Jorge
Vásquez Durand y a otros ciudadanos peruanos 99.
84. Adicionalmente, los representantes del señor Vásquez Durand intentaron averiguar sobre su
destino, por intermedio de una organización de derechos humanos con sede en Ecuador, a la cual
consultaron sobre la viabilidad de plantear acciones de hábeas corpus en períodos de estado de
excepción, y en particular, sobre el mecanismo y procedimiento para interponer esta acción en el
caso del señor Vásquez Durand100. Dicha organización les informó que el decreto No. 2487 de
1995 “no […] restring[e] las garantías constitucionales del artículo 19 [de la Constitución
Política]”, por lo que “cualquier persona a nombre del detenido” podía interponer un hábeas
corpus “ante el Alcalde o Presidente del Concejo según el lugar donde haya sido detenida la
persona”. Para tal efecto le sugirieron enviar la información a la Comisión Diocesana de Derechos
Humanos, organización que contaba con sede en Ecuador101. El 14 de febrero de 1996 los
peticionarios informaron a la Comisión Interamericana que habían solicitado a la Comisión
Diocesana que interpusiera el hábeas corpus 102 y esta les había respondido por teléfono “que no
se podía presentar la acción de hábeas corpus, al no saberse el paradero de la víctima” 103.
Nacional habían realizado las “debidas investigaciones tendientes a determinar el paradero del
ciudadano peruano Jorge Vásquez Durand” y, como resultado, habían “establec[ido] que [había]
ingres[ado] a Ecuador el 27 de enero de 1995 con pasaporte número 030459, [y…] salid[o] del
país el 30 de enero del [mismo] año sin existir otros movimientos migratorios” 105. El 27 de
diciembre de 1995 Ecuador informó a la Comisión que el Jefe del Departamento de Inteligencia
de la Brigada de Infantería El Oro, Jefe Encargado del Destacamento Militar “Tte, Hugo Ortiz”,
que “en los archiv[o]s de sus respectivas Unidades no se registra[ba] el nombre del ciudadano
peruano Jorge Vásquez Durand”106.
87. La Comisión de la Verdad entregó toda la información y documentación recabada sobre las
violaciones a derechos humanos documentadas en su informe en 2010 109. La Fiscalía General del
Estado creó una Unidad Especializada para conocer de dichos casos en julio de 2010, la cual pasó
a ser la Dirección de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos en marzo de 2012, como un
organismo técnico dentro la Fiscalía General del Estado110.
88. El 22 de marzo de 2010 se inició la Indagación Previa No. 178-2010 ante la Fiscalía de
Misceláneos y Tránsito del Cantón Huaquillas por la presunta desaparición del señor Jorge
Vásquez Durand111. En 2011 el caso fue asignado a un nuevo agente fiscal de la unidad
especializada de personas desaparecidas de la Fiscalía Provincial de Machala. De acuerdo a un
informe de la Fiscalía General del Estado de Ecuador, el expediente fue remitido integralmente y
105
Nota del Embajador de Ecuador a la Comisión Interamericana de 6 de julio de 1995 (expediente de prueba, folio
633).
106
Nota No. 160\95\MPE\OEA de la Misión Permanente de la República de Ecuador ante la Organización de Estados
Americanos dirigida a la Comisión Interamericana de 27 de diciembre de 1995 (expediente de prueba, folio 676 y 677).
107
Oficio del Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de 29 de julio de 2009, citado en el Oficio del Director
Nacional de Derechos Humanos de la Procuraduría General del Estado del Ecuador dirigido a la Comisión Interamericana
de 25 de agosto de 2014 (expediente de prueba, folio 1329). Véase también, Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo
4. Relatos de casos, págs. 83 y 84.
108
Cfr. Oficio del Director de Inteligencia del Ejército (interino) de 27 de julio de 2009, citado en el Oficio del Director
Nacional de Derechos Humanos de la Procuraduría General del Estado del Ecuador dirigido a la Comisión Interamericana
de 25 de agosto de 2014 (expediente de prueba, folio 1329). Véase también, Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo
4. Relatos de casos, págs. 83 y 84.
109
Cfr. Oficio del Director de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación de 23 de
noviembre de 2016 (expediente de prueba, folio 2187).
110
Cfr. Oficio del Director de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación de 23 de
noviembre de 2016 (expediente de prueba, folio 2187).
111
Cfr. Acción Personal No. 2744-ORH-FGE, de 21 de agosto de 2011, suscrito por el Fiscal General del Estado, citado
en el Oficio No. 18531 de 25 de agosto de 2014 suscrito por el Director Nacional de Derechos Humanos de la Procuraduría
General del Estado del Ecuador y dirigida a la Comisión Interamericana (expediente de prueba, folios 1329 a 1331);
Memorando suscrito por un experto de la Unidad de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos de la Fiscalía General
del Estado sobre el expediente por la presunta desaparición del señor Vásquez Durand de 12 de septiembre de 2016
(expediente de prueba, folio 1735) (en adelante “Memorando sobre el expediente ante la Fiscalía sobre el caso del señor
Vásquez Durand”), y Oficio del Director de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos de la Fiscalía General de la
Nación de 23 de noviembre de 2016 (expediente de prueba, folio 2187).
- 29 -
90. Asimismo, en distintas oportunidades entre junio de 2014 y mayo de 2016 Ecuador solicitó
asistencia penal internacional a la República del Perú, sin que haya sido aportada información a la
Corte sobre el contenido o resultado de dichas solicitudes118.
91. Actualmente, el caso del señor Vásquez Durand continúa a cargo de la Fiscalía Provincial de
Machala (supra párr. 88), con asesoría directa de la Dirección de la Comisión de la Verdad y
Derechos Humanos119.
112
Cfr. Oficio del Director de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación de 23 de
noviembre de 2016 (expediente de prueba, folio 2187).
113
Cfr. Oficio de un Subteniente de la Policía de 17 de febrero de 2011, suscrito por, citado en el Oficio del Director
Nacional de Derechos Humanos de la Procuraduría General del Estado del Ecuador dirigido a la Comisión Interamericana
de 25 de agosto de 2014 (expediente de prueba, folio 1330). Véase también, memorando sobre el expediente ante la
Fiscalía sobre el caso del señor Vásquez Durand (expediente de prueba, folio 1736).
114
Cfr. Oficio del Director Provincial de Turismo de Imbabura de 27 de octubre de 2011, citado en el Oficio del Director
Nacional de Derechos Humanos de la Procuraduría General del Estado del Ecuador dirigido a la Comisión Interamericana
de 25 de agosto de 2014 (expediente de prueba, folio 1330).
115
Oficio del Director Provincial de Turismo de Imbabura de 27 de octubre de 2011, citado en el Oficio del Director
Nacional de Derechos Humanos de la Procuraduría General del Estado del Ecuador dirigido a la Comisión Interamericana
de 25 de agosto de 2014 (expediente de prueba, folios 1329 a 1331)
116
Cfr. Memorando sobre el expediente ante la Fiscalía sobre el caso del señor Vásquez Durand (expediente de prueba,
folio 1736).
117
Oficio del Director Nacional de Derechos Humanos de la Procuraduría General del Estado del Ecuador dirigido a la
Comisión Interamericana de 25 de agosto de 2014 (expediente de prueba, folio 1330).
118
Cfr. Memorando sobre el expediente ante la Fiscalía sobre el caso del señor Vásquez Durand (expediente de prueba,
folios 1737 y 1738).
119
Una vez creada la Dirección de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos de la Fiscalía General no se abrió una
nueva indagación, sino que se entregó el expediente remitido por la Comisión de la Verdad al Fiscal a cargo de la
investigación en la ciudad de Machala, con quien “se han realizado reuniones de trabajo en virtud del mandato que tiene
la [referida Dirección] de ‘Coordinar, apoyar e investigar los casos de violaciones a los Derechos Humanos en el territorio
nacional, orientando al Estado y a la sociedad a enfrentarse críticamente con su pasado, con el fin de superar las crisis o
traumas que les hayan producido y evitar que tales hechos se repitan en el futuro’”. Oficio del Director de la Comisión de
- 30 -
92. Por otra parte, según el Estado, la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes
Violentas, Desapariciones, Extorción y Secuestros (DINASED), en el marco de sus competencias y
funciones como parte de la Policía Nacional de Ecuador, ha dado un seguimiento exhaustivo a
nivel nacional acerca de la desaparición del señor Jorge Vásquez Durand, “sin obtener resultados
positivos”120.
VIII
FONDO
93. De acuerdo a los alegatos de las partes y la Comisión, en el presente caso la Corte
examinará, (1) la alegada desaparición forzada de Jorge Vásquez Durand, (2) las alegadas
violaciones a las garantías judiciales y a la protección judicial, y (3) la integridad personal de sus
familiares.
VIII-1
DESAPARICIÓN FORZADA DE JORGE VÁSQUEZ DURAND
DERECHOS A LA LIBERTAD PERSONAL121, INTEGRIDAD PERSONAL122, VIDA123 Y
RECONOCIMIENTO DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA 124, EN RELACIÓN CON LA
OBLIGACIÓN DE RESPETAR LOS DERECHOS125
la Verdad y Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación de 23 de noviembre de 2016 (expediente de prueba,
folio 2187).
120
Oficio de la Asesora del Despacho del Ministerio del Interior de junio de 2014, citado en el Oficio No. 18531 de 25 de
agosto de 2014 suscrito por el Director Nacional de Derechos Humanos de la Procuraduría General del Estado del Ecuador
y dirigida a la Comisión Interamericana (expediente de prueba, folio 1330).
121
El artículo 7 de la Convención establece que: “1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad
personales. 2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano
por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas. 3. Nadie puede ser
sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios. 4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada de las
razones de su detención y notificada, sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella. 5. Toda persona detenida o
retenida debe ser llevada, sin demora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones
judiciales y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que
continúe el proceso. Su libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en el juicio. 6. Toda
persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que éste decida, sin
demora, sobre la legalidad de su arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales. En
los Estados Partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazada de ser privada de su libertad tiene
derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a fin de que éste decida sobre la legalidad de tal amenaza, dicho
recurso no puede ser restringido ni abolido. Los recursos podrán interponerse por sí o por otra persona. 7. Nadie será
detenido por deudas. Este principio no limita los mandatos de autoridad judicial competente dictados por incumplimientos
de deberes alimentarios”.
122
El artículo 5 de la Convención establece que: “1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física,
psíquica y moral. 2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda
persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. 3. La pena no
puede trascender de la persona del delincuente. 4. Los procesados deben estar separados de los condenados, salvo en
circunstancias excepcionales, y serán sometidos a un tratamiento adecuado a su condición de personas no condenadas. 5.
Cuando los menores puedan ser procesados, deben ser separados de los adultos y llevados ante tribunales especializados,
con la mayor celeridad posible, para su tratamiento. 6. Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial
la reforma y la readaptación social de los condenados”.
123
El artículo 4 de la Convención establece que: “1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho
estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida
arbitrariamente. 2. En los países que no han abolido la pena de muerte, ésta sólo podrá imponerse por los delitos más
graves, en cumplimiento de sentencia ejecutoriada de tribunal competente y de conformidad con una ley que establezca
tal pena, dictada con anterioridad a la comisión del delito. Tampoco se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no
se la aplique actualmente. 3. No se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido. 4. En ningún caso
se puede aplicar la pena de muerte por delitos políticos ni comunes conexos con los políticos. 5. No se impondrá la pena
de muerte a personas que, en el momento de la comisión del delito, tuvieren menos de dieciocho años de edad o más de
setenta, ni se le aplicará a las mujeres en estado de gravidez. 6. Toda persona condenada a muerte tiene derecho a
- 31 -
94. En el presente capítulo la Corte expondrá los alegatos de las partes y de la Comisión para
posteriormente determinar, en primer lugar, si el señor Vásquez Durand fue víctima de una
desaparición forzada y, de ser el caso, en segundo lugar, las violaciones a la Convención
Americana y a la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada cometidas en su
perjuicio.
95. La Comisión alegó que miembros del Ejército ecuatoriano habían detenido a la presunta
víctima el 30 de enero hasta, al menos, mediados de junio y trasladado a diferentes recintos
militares, con base en el Informe de la Comisión de la Verdad y en los testimonios recogidos por
dicha comisión. Igualmente indicó que “[l]as autoridades militares y policiales ecuatorianas en
forma reiterada negaron que el señor Vásquez Durand hubiera sido detenido [sin haber] realizado
una investigación seria y eficaz”. En consecuencia, la Comisión consideró que “los anteriores
elementos son suficientes para concluir que el señor Vásquez Durand fue detenido por miembros
del Ejército ecuatoriano el 30 de enero de 1995 y trasladado a diferentes recintos militares”. Por
otra parte señaló que “los hechos ocurrieron en el contexto de un conflicto armado de carácter
internacional”. En este contexto, la Comisión “destac[ó] la relevancia de que la Corte considere
los artículos 35 a 46 del Convenio IV de Ginebra, conforme a los cuales se […] califica [a los
extranjeros en el territorio de una parte en conflicto] como personas protegidas”. Por último,
resaltó que sobre los artículos 4, 5 y 7 de la Convención, “el Estado ecuatoriano ni en el texto ni
en el petitorio solicita que la Corte establezca que no viol[ó] estos derechos con relación al señor
Vásquez Durand tal como si lo hace con relación a las demás disposiciones que acabo de
invocar”.
96. Los representantes alegaron, con base en “la prueba aportada al presente procedimiento,
[que] agentes del Estado de Ecuador fueron responsables de la detención y la posterior
desaparición de Jorge Vásquez Durand”. Asimismo, indicaron que dicha detención se produjo en
un “contexto de una práctica generalizada de detenciones de ciudadanos peruanos por parte del
Estado ecuatoriano bajo el marco de un conflicto armado de carácter internacional”. En particular,
señalaron que “el Estado de Perú gestionó ante el Estado ecuatoriano la liberación de al menos 21
personas que habrían sido detenidas en diversas regiones del Ecuador, como: Guayaquil, Loja,
Machala y Quito en mayo de 1995”. Lo anterior, unido al “desconocimiento del paradero de la
víctima a 20 años de su desaparición permiten presumir que Jorge Vásquez Durand fue privado
de su vida mediante una ejecución extrajudicial por agentes del Estado ecuatoriano”. Asimismo,
indicaron que “[s]egún la información recabada, [el señor Vásquez Durand] habría estado
detenido en varios cuarteles militares, siendo uno de ellos el Cuartel Militar Teniente Ortiz y al
parecer en malas condiciones físicas, situación que […] no fue única ya que se cometieron una
serie de detenciones de ciudadanos peruanos en Ecuador -en circunstancias similares a Jorge
Vásquez Durand- quienes señalan haber sido víctimas de tortura; por lo cual resulta razonable
presumir que la víctima fue sometida a dichas prácticas contrarias al derecho recogido en los
artículos 5.1º y 5.2º de la Convención”. Los representantes resaltaron que el señor Vásquez
Durand era un civil durante el conflicto armado, por lo que le eran aplicables las protecciones
solicitar la amnistía, el indulto o la conmutación de la pena, los cuales podrán ser concedidos en todos los casos. No se
puede aplicar la pena de muerte mientras la solicitud esté pendiente de decisión ante autoridad competente”.
124
El artículo 3 de la Convención establece que: “[t]oda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad
jurídica.”.
125
El artículo 1.1 de la Convención establece que: “[L]os Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar
los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su
jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social”.
- 32 -
97. El Estado manifestó que “en el caso particular del señor Jorge Vásquez Durand [la
Comisión de la Verdad había] determin[ado] la existencia de desaparición forzada”. No obstante,
al mismo tiempo señaló que el señor Vásquez Durand “no registraba detención en el Ecuador y
que su último registro de salida del país era de 30 de enero de 1995”. Señaló que “[a] pesar de
que el Informe […] señala de manera específica [el] caso Vásquez Durand […], se debe indicar
que el presente caso, responde únicamente a una situación particular y no a un patrón
sistemático de vulneraciones a derechos humanos”. Con referencia a las alegadas violaciones al
derecho a la vida, a la integridad personal y libertad personal, el Estado hizo mención a
disposiciones de derecho interno que protegían dichos derechos. Por otra parte, alegó que no en
todos los casos de desaparición forzada necesariamente se vulneraba el derecho a la personalidad
jurídica y que, en el presente caso, no se había sido vulnerado dicho derecho porque: (i) “los
derechos del señor Vásquez Durand, no fueron suspendidos, no se restringió su derecho al
nombre, identidad y nacionalidad”; (ii) “es precisamente a través de este derecho que se
produjeron diferentes gestiones de investigación y búsqueda, y actualmente incluso un proceso
de reparación”; y (iii) los representantes no aportaron ninguna prueba que acreditara esta
violación.
B. Consideraciones de la Corte
98. En el presente caso, a pesar de lo determinado por la Comisión de la Verdad del Ecuador, el
Estado niega que el señor Vásquez Durand hubiera sido víctima de una desaparición forzada y, de
manera específica, ha insistido en que la presunta víctima no fue detenido por las autoridades
estatales ecuatorianas.
100. En virtud de lo anterior, la Corte determinará si el señor Vásquez Durand fue detenido en el
Ecuador por agentes estatales o personas actuando con la aquiescencia de estos y si existió una
negación de reconocer la detención y de revelar su suerte o su paradero. Una vez establecidos los
hechos, se analizará en lo pertinente las alegadas violaciones de los derechos al reconocimiento
de la personalidad jurídica, a la vida, a la integridad personal y a la libertad personal, en relación
con la obligación de respeto establecida en el artículo 1.1 de la Convención Americana, así como
del artículo I128 de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada, en perjuicio del
señor Vásquez Durand.
126
En particular, los representantes hicieron referencia a los artículos 4, 27, 29 y 32 del Convenio de Ginebra IV.
127
Cfr. Caso Gómez Palomino Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C
No. 136, párr. 97, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs.
Guatemala, supra, párr. 133.
128
El artículo I de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada establece que: “Los Estados Partes en esta
Convención se comprometen a: a) No practicar, no permitir, ni tolerar la desaparición forzada de personas, ni aun en
estado de emergencia, excepción o suspensión de garantías individuales; b) Sancionar en el ámbito de su jurisdicción a
los autores, cómplices y encubridores del delito de desaparición forzada de personas, así como la tentativa de comisión
del mismo; c) Cooperar entre sí para contribuir a prevenir, sancionar y erradicar la desaparición forzada de personas; y d)
Tomar las medidas de carácter legislativo, administrativo, judicial o de cualquier otra índole necesarias para cumplir con
los compromisos asumidos en la presente Convención”.
- 33 -
101. Adicionalmente, la Corte resalta que no existe controversia en cuanto a que la alegada
desaparición del señor Vásquez Durand ocurrió durante un conflicto armado internacional. No
obstante, el Estado señaló que el derecho internacional humanitario no era aplicable al presente
caso ya que “el señor Vásquez no pertenecía a la milicia peruana, ni tenía interés alguno en el
conflicto armado entre Ecuador y Perú”. Resaltó que “tales hostilidades se restringieron
esp[e]cialmente al lado oriental de la Cordillera del Cóndor[,] cientos de kilómetros de donde
[presuntamente habría desaparecido el] señor Vásquez Durand”. Asimismo, indicó que “para
establecer un umbral de protección a la población civil dentro de cualquier escenario de
hostilidades, se debe estudiar al componente poblacional a través de características o
particularidades que pueden volver a esta población vulnerable en algún tipo de ataque”.
102. La Corte advierte que el derecho internacional humanitario, aplicable a conflictos armados
internacionales, protege a los civiles de la otra parte del conflicto en cualquier parte del territorio,
inclusive después de la finalización de las operaciones militares en caso de que la liberación,
repatriación o reasentamiento tenga lugar después 129. Al respecto, el Tribunal Penal Internacional
para la Ex Yugoslavia (en adelante “TPIEY”) en el caso Fiscal vs. Tadic señaló que:
Si bien los Convenios de Ginebra guardan silencio en cuanto al alcance geográfico de los
“conflictos armados” internacionales, las disposiciones sugieren que al menos algunas de las
disposiciones de los Convenios se aplican a todo el territorio de las Partes en conflicto, no solo a
las zonas cercanas a las hostilidades. Ciertamente, algunas de las disposiciones están
claramente relacionadas con las hostilidades y el alcance geográfico de esas disposiciones
debería ser igual de limitado. Otras, particularmente las relacionadas con la protección de los
prisioneros de guerra y los civiles, no son tan limitadas. Con respecto a los prisioneros de
guerra, la Convención se aplica a los combatientes en el poder del enemigo; sin importar si se
detienen cerca de las hostilidades. En el mismo sentido, la Convención de Ginebra IV protege a
los civiles en cualquier parte del territorio de las Partes. Esta construcción está implícita en el
párrafo 2 del artículo 6 de la Convención, que estipula que: ‘En el territorio de las Partes en
conflicto, la aplicación del presente Convenio cesará al cierre general de las operaciones
militares’130.
103. En este sentido, este Tribunal considera que, a diferencia de los conflictos armados no
internacionales, en el presente caso, al existir un conflicto armado internacional, el derecho
internacional humanitario obligaba a Ecuador a proteger a las personas civiles de la otra parte en
conflicto que se encontraran en cualquier parte de su territorio.
104. Por tanto, tal y como lo ha hecho en otras oportunidades131, el Tribunal considera útil y
apropiado interpretar el alcance de las obligaciones convencionales en forma complementaria con
129
El artículo 6 del Convenio de Ginebra IV el cual establece que “[e]l presente Convenio se aplicará desde el comienzo
de todo conflicto u ocupación mencionados en el artículo. En el territorio de las Partes en conflicto, la aplicación del
Convenio terminará con el cese general de las operaciones militares. En territorio ocupado, la aplicación del Convenio
terminará un año después del cese general de las operaciones militares; no obstante, la Potencia ocupante estará
obligada mientras dure la ocupación -- si esta Potencia ejerce las funciones de gobierno en el territorio de que se trata --,
por las disposiciones de los siguientes artículos del presente Convenio: 1 a 12, 27, 29 a 34, 47, 49, 51, 52, 53, 59, 61 a
77 y 143. Las personas protegidas, cuya liberación, cuya repatriación o cuyo reasentamiento tenga lugar después de
estos plazos, disfrutarán, en el intervalo, de los beneficios del presente Convenio”. En el mismo sentido, el artículo 3.b del
Protocolo Adicional I establece “la aplicación de los Convenios y del presente Protocolo cesará, en el territorio de las
Partes en conflicto, al término general de las operaciones militares y, en el caso de territorios ocupados, al término de la
ocupación, excepto, en ambas circunstancias, para las personas cuya liberación definitiva, repatriación o reasentamiento
tenga lugar posteriormente. Tales personas continuarán beneficiándose de las disposiciones pertinentes de los Convenios
y del presente Protocolo hasta su liberación definitiva, repatriación o reasentamiento”.
130
TPIEY, Caso Fiscal Vs. Dusko Tadic a/k/a “Dule”, No. IT-94-1-AR72. Sentencia de 2 de octubre de 1995
(Jurisdicción), párr. 68 (traducción al castellano realizada por la Secretaría de la Corte Interamericana). Véase también,
Caso Fiscal Vs. Zejnil Delalić et al., No. IT-96-21-T. Sentencia de 16 de noviembre de 1998, párrs. 182 a 185.
131
Cfr., inter alia, Caso de las Masacres de Ituango Vs. Colombia, supra, párr. 179; Caso de la "Masacre de Mapiripán"
Vs. Colombia. Sentencia de 15 de septiembre de 2005. Serie C No. 134, párrs. 114, 153 y 172; Caso Masacres de El
- 34 -
106. En tal sentido, el análisis de la desaparición forzada debe abarcar la totalidad del conjunto
de los hechos que se presentan a consideración del Tribunal. Sólo de este modo el análisis legal
de la desaparición forzada es consecuente con la compleja violación a derechos humanos que
esta conlleva136, con su carácter permanente y con la necesidad de considerar el contexto en que
ocurrieron los hechos, a fin de analizar sus efectos prolongados en el tiempo y enfocar
integralmente sus consecuencias137, teniendo en cuenta el corpus juris de protección tanto
interamericano como internacional.
107. Adicionalmente, como se mencionó previamente (supra párrs. 102 a 104), Ecuador debía
cumplir con el derecho internacional humanitario. El Protocolo Adicional I establece una obligación
general de proteger a la población civil138. Por su parte, el Convenio de Ginebra IV establece que
“[t]oda persona protegida que desee salir del territorio al comienzo o en el transcurso de un
conflicto, tendrá derecho a hacerlo, a no ser que su salida redunde en perjuicio de los intereses
nacionales del Estado”139. Asimismo, establece que “[l]as personas protegidas que estén en
detención preventiva o cumpliendo un castigo de privación de libertad serán tratadas, durante su
Mozote y lugares aledaños Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de octubre de 2012. Serie C
No. 252, párr. 141, y Caso Cruz Sánchez y otros Vs. Perú, supra, párr. 270.
132
Véase, en particular, Convenio de Ginebra relativo a la protección de personas civiles en tiempo de guerra, aprobado
el 12 de agosto de 1949 por la Conferencia Diplomática para Elaborar Convenios Internacionales destinados a proteger a
las víctimas de la guerra, celebrada en Ginebra del 12 de abril al 12 de agosto de 1949. Entrada en vigor: 21 de octubre
de 1950, ratificado por Ecuador el 11 de agosto de 1954 y por el Perú el 15 de febrero de 1956 (en adelante “Convenio de
Ginebra IV”). Al respecto, la Corte advierte que el Convenio de Ginebra IV distingue entre los territorios bajo ocupación y
los territorios de las partes en conflicto. En el presente caso solo se utilizará, como criterio de interpretación, las
disposiciones sobre territorios de las partes en conflicto y no las relativas a territorios bajo ocupación, incluidas del
artículo 47 al 78 del Convenio de Ginebra VI.
133
Cfr. Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos
armados internacionales (Protocolo I), adoptado el 8 de junio 1977. Entrada en vigor: 7 de diciembre de 1978, ratificado
por Ecuador el 10 de abril de 1979 y por el Perú el 14 de julio de 1989.
134
Cfr. CICR, El derecho internacional humanitario consuetudinario, editado por Jean-Marie Henckaerts y Louise
Doswald-Beck, 2007.
135
Cfr., inter alia, Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párrs. 155 a 157, y Caso Miembros de la
Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 133.
136
Cfr. Caso Heliodoro Portugal Vs. Panamá. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 12
de agosto de 2008. Serie C No. 186, párr. 112, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del
Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 134.
137
Cfr. Caso Goiburú y otros Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de septiembre de 2006.
Serie C No. 153, párr. 85, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 155.
138
Cfr. Protocolo Adicional I, artículos 48 y 51.
139
Convenio de Ginebra IV, artículo 35.
- 35 -
108. La Corte observa que los Convenios de Ginebra y el Protocolo Adicional I no incluyen una
prohibición expresa a la desaparición forzada. Sin embargo, esta prohibición ha sido considerada
como una norma de derecho internacional humanitario consuetudinario. En efecto, la
investigación del CICR que compiló el derecho humanitario consuetudinario señaló que:
[L]as desapariciones forzadas infringen, o podrían infringir, una serie de normas consuetudinarias
de derecho internacional humanitario, en particular la prohibición de la privación arbitraria de la
libertad (véase la norma 99), la prohibición de la tortura y de otros tratos crueles o inhumanos
(véase la norma 90) y la prohibición del homicidio (véase la norma 89). Además, en los conflictos
armados internacionales, la existencia de requisitos estrictos en cuanto al registro de los datos de
las personas privadas de libertad, las visitas y la transmisión de información que les concierna
tiene, entre otros, como objetivo prevenir las desapariciones forzadas142.
109. Asimismo, el Protocolo Adicional I incluye “el derecho que asiste a las familias de conocer la
suerte de sus miembros”143. Al respecto, establece la obligación de que “[t]an pronto como las
circunstancias lo permitan, y a más tardar desde el fin de las hostilidades activas, cada Parte en
conflicto buscará las personas cuya desaparición haya señalado una Parte adversa. A fin de
facilitar tal búsqueda, esa Parte adversa comunicará todas las informaciones pertinentes sobre las
personas de que se trate”144. Asimismo, existe una obligación de respeto de los restos de las
personas fallecidas y de “facilitar a los miembros de las familias de los fallecidos y a los
representantes de los servicios oficiales de registro de tumbas el acceso a las sepulturas, y
determinar las disposiciones de orden práctico para tal acceso” 145.
110. Por otro lado, en casos como el presente donde no existe prueba directa de la desaparición,
la Corte ha resaltado que es legítimo el uso de la prueba circunstancial, los indicios y las
140
Convenio de Ginebra IV, artículo 37.
141
Cfr. Convenio de Ginebra IV, artículo 147.
142
CICR, El derecho internacional humanitario consuetudinario, vol. I, norma 98, editado por Jean-Marie Henckaerts y
Louise Doswald-Beck, 2007. Véase también, Declaración en la audiencia pública de Alejandro Valencia Villa.
143
Protocolo Adicional I, artículo 32.
144
Protocolo Adicional I, artículo 33.1. Dicho artículo 33 además señala que “2. Con objeto de facilitar la obtención de
información de conformidad con lo dispuesto en el párrafo anterior, cada Parte en conflicto deberá, con respecto a las
personas que no se beneficien de condiciones más favorables en virtud de los Convenios o del presente Protocolo: a)
registrar en la forma dispuesta en el artículo 138 del IV Convenio la información sobre tales personas, cuando hubieran
sido detenidas, encarceladas o mantenidas en cualquier otra forma de cautiverio durante más de dos semanas como
consecuencia de las hostilidades o de la ocupación o hubieran fallecido durante un período de detención; b) en toda la
medida de lo posible, facilitar y, de ser necesario, efectuar la búsqueda y el registro de la información relativa a tales
personas si hubieran fallecido en otras circunstancias como consecuencia de las hostilidades o de la ocupación. 3. La
información sobre las personas cuya desaparición se haya señalado, de conformidad con el párrafo 1, y las solicitudes de
dicha información serán transmitidas directamente o por conducto de la Potencia protectora, de la Agencia Central de
Búsqueda del Comité Internacional de la Cruz Roja, o de las Sociedades nacionales de la Cruz Roja (Media Luna Roja,
León y Sol Rojos). Cuando la información no sea transmitida por conducto del Comité Internacional de la Cruz Roja y de
su Agencia Central de Búsqueda, cada Parte en conflicto velará por que tal información sea también facilitada a esa
Agencia. 4. Las Partes en conflicto se esforzarán por ponerse de acuerdo sobre disposiciones que permitan que grupos
constituidos al efecto busquen, identifiquen y recuperen los muertos en las zonas del campo de batalla; esas disposiciones
podrán prever, cuando proceda, que tales grupos vayan acompañados de personal de la Parte adversa mientras lleven a
cabo esas misiones en zonas controladas por ella. El personal de tales grupos deberá ser respetado y protegido mientras
se dedique exclusivamente a tales misiones”.
145
Protocolo Adicional I, artículo 34.2.a).
- 36 -
presunciones para fundar una sentencia, siempre que de ellos puedan inferirse conclusiones
consistentes sobre los hechos146. Adicionalmente, ha establecido que no existe ningún
impedimento en utilizar prueba indiciaria para demostrar la concurrencia de cualquiera de los
elementos de la desaparición forzada, incluyendo la privación de libertad 147. Adicionalmente, la
prueba indiciaria o presuntiva resulta de especial importancia cuando se trata de denuncias sobre
desaparición forzada, ya que esta forma de violación se caracteriza por procurar la supresión de
todo elemento que permita comprobar la detención, el paradero y la suerte de las víctimas 148.
112. Esta Corte recuerda que, al analizar un supuesto de desaparición forzada, se debe tener en
cuenta que la privación de la libertad del individuo solo debe ser entendida como el inicio de la
configuración de una violación compleja que se prolonga en el tiempo hasta que se conoce la
suerte y el paradero de la víctima. Al respecto, es importante resaltar que resulta indistinta la
manera que adquiere la privación de la libertad a los fines de la caracterización de una
desaparición forzada149, es decir, cualquier forma de privación de libertad satisface este primer
requisito.
113. La Corte advierte que el mayor esfuerzo para esclarecer lo sucedido al señor Vásquez
Durand hasta el momento ha sido el realizado por la Comisión de la Verdad (supra párr. 73). El
Informe de la Comisión de la Verdad estableció que Jorge Vásquez Durand “fue detenido en la
ciudad de Huaquillas, fronteriza con Perú” el 30 de enero de 1995 y concluyó que fue víctima de
tortura, desaparición forzada y privación ilegal de libertad 150. Para arribar a dicha conclusión, la
Comisión de la Verdad solicitó información sobre la desaparición del señor Jorge Vásquez Durand
al Ministro de Defensa Nacional del Ecuador, a la organización APRODEH, al Embajador del Perú
en el Ecuador, y a los Cónsules Generales del Perú de cinco ciudades ecuatorianas 151. Por otro
146
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párrs. 130 y 131, y Caso Rodríguez Vera y otros
(Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, supra, párr. 230.
147
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párrs. 130 y 131, y Caso Rodríguez Vera y otros
(Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, supra, párr. 233.
148
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párr. 131, y Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos
del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, supra, párr. 230.
149
Cfr. Caso Heliodoro Portugal Vs. Panamá, supra, párr. 112, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párrs. 148 y
150.
150
Cfr. Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo 4. Relatos de casos, pág. 82.
151
Cfr. Oficio del Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Verdad al Ministro de Defensa Nacional en el Ecuador de 2 de
junio de 2009 (expediente de prueba, folio 1988); oficio del Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Verdad al Ministro
de Defensa Nacional en el Ecuador de 5 de junio de 2009 (expediente de prueba, folio 1991); oficio del Secretario
Ejecutivo de la Comisión de la Verdad a la organización APRODEH de 29 de mayo de 2009 (expediente de prueba, folio
1980); oficio del Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Verdad al Embajador del Perú en el Ecuador de 1 de junio de
2009 (expediente de prueba, folio 1987); oficio del Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Verdad al Cónsul del Perú en
Machala de 29 de Mayo de 2009 (expediente de prueba, folio 1982); oficio del Secretario Ejecutivo de la Comisión de la
Verdad al Cónsul General del Perú en Guayaquil de 1 de junio de 2009 (expediente de prueba, folio 1983); oficio del
Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Verdad al Cónsul General del Perú en Quito de 1 de junio de 2009 (expediente
de prueba, folio 1984); Oficio del Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Verdad al Cónsul General del Perú en Loja de 1
de junio de 2009 (expediente de prueba, folio 1985), y Oficio del Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Verdad al
Cónsul General del Perú en Macará de 1 de junio de 2009 (expediente de prueba, folio 1986).
- 37 -
lado, solicitó al Ministro de Defensa Nacional del Ecuador que facilitara información sobre
ciudadanos peruanos detenidos en Ecuador entre enero y agosto de 1995, sitios donde hubieran
sido recluidos y autoridades que hubiesen conocido en esas detenciones, como así también sobre
personas detenidas en el Cuartel Militar “Teniente Hugo Ortiz” y autoridades a cargo del
mismo152.
114. La Corte estima que el establecimiento de una comisión de la verdad, según el objeto,
procedimiento, estructura y fin de su mandato puede contribuir a la construcción y preservación
de la memoria histórica, el esclarecimiento de hechos y la determinación de responsabilidades
institucionales, sociales y políticas en determinados períodos históricos de una sociedad 153. En
este mismo sentido, el uso de dicho informe no exime a este Tribunal de realizar una valoración
del conjunto del acervo probatorio, de acuerdo con las reglas de la lógica y con base en la
experiencia, sin que deba sujetarse a reglas de prueba tasada 154. En consecuencia, este Tribunal
tomará en cuenta el Informe de la Comisión de la Verdad del Ecuador como un medio de prueba
que debe ser valorado junto con el resto del acervo probatorio. Sin embargo, la Corte al mismo
tiempo tendrá en cuenta que en el presente caso no existe ninguna investigación o determinación
posterior que desvirtúe las conclusiones del Informe de la Comisión de la Verdad respecto a la
desaparición forzada de Vásquez Durand.
115. Sin perjuicio de lo anterior, la Corte nota que ante este Tribunal el Estado alegó que el
señor Vásquez Durand no registraba detención en el Ecuador y que su último registro de salida
del país era de 30 de enero de 1995. Los representantes y la Comisión señalaron, con base en
testimonios, que el mismo 30 de enero el señor Vásquez Durand “volvió a cruzar la línea de la
frontera para sellar su pasaporte peruano en la oficina ecuatoriana de migraciones y trámites de
migración e internación de su mercadería […], en donde fue arrestado”. Asimismo, añadieron
como otro indicio a considerar “la existencia de un contexto no controvertido conforme al cual el
Estado ecuatoriano mantuvo detenidos a ciudadanos peruanos en el marco del conflicto armado
internacional”.
116. La Corte advierte que, de acuerdo al registro migratorio del Ecuador, la presunta víctima
salió del Ecuador el 30 de enero de 1995, día en que presuntamente habría desaparecido, sin que
se registrara una nueva entrada a territorio ecuatoriano posterior 155. Tomando en cuenta los
argumentos y la prueba presentada, este Tribunal procederá a realizar sus propias
determinaciones sobre la supuesta detención del señor Vásquez Durand, para lo cual analizará lo
siguiente: a) los registros migratorios; b) las declaraciones recibidas respecto a la supuesta
detención del señor Vásquez Durand; c) el alegado contexto de detenciones de peruanos durante
el conflicto, y d) la falta de registro de la detención.
117. En relación con los registros migratorios, este Tribunal observa que los representantes y la
Comisión no niegan que el señor Vásquez Durand haya salido el 30 de enero de 1995 del
152
Cfr. Oficio del Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Verdad Ministro de Defensa Nacional en el Ecuador de 8 de
Junio de 2009 (expediente de prueba, folio 1992).
153
Cfr. Caso Zambrano Vélez y otros Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2007. Serie
C No. 166, párr. 128, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs.
Guatemala, supra, párr. 73.
154
Cfr. Caso Ríos y otros Vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de
enero de 2009. Serie C No. 194, párr. 101, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio
de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 74.
155
Cfr. Telegrama Oficial del Control Migratorio de 21 de junio de 1995 (expediente de prueba, folio 78). En el mismo
sentido el registro migratorio del Perú también registraba la entrada al Perú el 30 de enero como su último movimiento
migratorio. Cfr. Oficio No. 1458 de septiembre de 1995 de la Dirección General de la Policía Nacional del Perú dirigida a la
Directora General de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores (expediente de prueba, folio 648).
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Ecuador, sino que señalan que salió al Perú y ese mismo día habría reingresado al Ecuador, sin
que se registrara su entrada. Al respecto, la Corte resalta que, de acuerdo a declaraciones, el
señor Vásquez Durand habría sido detenido cuando reingresó al Ecuador a pasar su mercancía
por aduanas y precisamente cuando se disponía a sellar su pasaporte (supra párrs. 70 y 71).
Asimismo, la Corte advierte que los registros migratorios, que muestran las entradas y salidas del
señor Vásquez Durand entre 1993 y 1995, presentan ciertas inconsistencias, ya que registran que
en el año 1993 el señor Vásquez Durand habría ingresado seis veces y salido nueve veces 156. La
Corte destaca que el Subsecretario de la Policía del Ecuador explicó, en abril de 1995, que esta
diferencia “se deb[ía] a que en pocas ocasiones ciudadanos peruanos han logrado […] burlar el
control migratorio, de esta manera su ingreso al Ecuador no es registrado” (supra párr. 82). Por
otra parte, la señora Gomero Cuentas señaló que “desde hace mucho antes y hasta la fecha no es
necesario presentar pasaporte o salvoconducto para ingresar a dicho lugar, debido al intercambio
comercial [entre los dos países]” 157. En virtud de estos elementos, los registros migratorios del
señor Vásquez Durand por sí solo no son evidencia suficiente para descartar que la presunta
víctima hubiera reingresado al Ecuador, donde habría sido detenido. De este modo, el Tribunal
pasa a pronunciarse sobre los demás indicios relacionados con la supuesta detención del señor
Vásquez Durand.
118. A estos efectos, en primer lugar la Corte examinará la información recibida respecto a lo
sucedido al momento de la alegada detención inicial y posteriormente se referirá a los demás
indicios reportados sobre la alegada detención de la presunta víctima.
119. De acuerdo a la señora Gomero Cuentas, el 30 de enero habló con su esposo cuando este
se encontraba en Perú y este le indicó que iba a “ingresar nuevamente a Ecuador[,] a Huaquillas,
[a] encargar [su] mercadería y luego sal[ía]”158. Asimismo, la señora Gomero Cuentas habría
recibido información de otros dos comerciantes peruanos, A.J. y J.B., quienes le habrían indicado
que el señor Vásquez Durand había sido detenido en Huaquillas cuando se disponía a sellar su
pasaporte en Ecuador159 (supra párr. 70).
120. Por otra parte, el comerciante Mario Jesús Puente Olivera, amigo del señor Vásquez Durand
con quien compartió hostal en la ciudad de Otavalo, Ecuador, declaró que él también fue detenido
y que en una oportunidad le informaron que habían detenido “a [su] amigo Jorge en la
frontera”160. Asimismo, otro ciudadano peruano, E.H.A.M., quien también habría sido detenido
durante el conflicto armado, señaló haber visto al señor Vásquez Durand “[b]astante decaído” en
el patio del cuartel militar Teniente Ortiz seis veces 161. Indicó que la última vez que lo vio fue 4 o
156
Cfr. Telegrama Oficial del Control Migratorio de 21 de junio de 1995 (expediente de prueba, folio 78).
157
Carta manuscrita de Maria Esther Gomero Cuentas dirigida a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de
fecha 15 de febrero de 1996 (expediente de prueba, folio 694).
158
Declaración en la audiencia pública de María Esther Gomero Cuentas.
159
Cfr. Declaración en la audiencia pública de María Esther Gomero Cuentas. La señora Gomero Cuentas señaló que su
esposo le habría entregado a uno de los comerciantes peruanos en Ecuador un paquete de chalecos que posteriormente
fueron entregados a la señora Gomero Cuentas. Cfr. Declaración en la audiencia pública de María Esther Gomero Cuentas.
Véase también, carta manuscrita de la señora María Esther Gomero Cuentas de 13 de febrero de 1995, dirigida a la
Directora General de Asuntos Consulares, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (expediente de prueba, folio 81),
y carta manuscrita de la señora María Esther Gomero Cuentas de 29 de mayo de 1995, dirigida a la Directora General de
Asuntos Consulares, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (expediente de prueba, folio 106 a 109).
160
Declaración rendida ante fedatario público (afidávit) por Mario Jesús Puente Olivera el 25 de julio de 2016
(expediente de prueba, folio 1404), y declaración de Mario Jesús Puente Olivera en formato DVD (expediente de prueba,
folio 83).
161
Cfr. Declaración de E.H.A.M., presunto detenido peruano, rendida ante empleados de APRODEH (expediente de
prueba, folios 87 y 88), y comunicación suscrita por E.H.A.M, presunto detenido peruano, de 24 de julio de 1995 dirigida
a la Directora de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú (expediente de prueba, folio 95). Este
- 39 -
3 días antes de ser liberado, esto es, 4 o 3 días antes del 19 de junio de 1995 162. Además explicó
que supo el nombre del señor Vásquez Durand cuando “pasaban la lista y posteriormente lo
reconoc[ió] cuando vi[o] su foto” 163. Adicionalmente, en mayo de 1995 la señora Gomero Cuentas
señaló que “por información de otras personas confiables se tiene también conocimiento que mi
esposo habría sido trasladado a Machala donde permaneció o permanece aún detenido” 164.
121. En este sentido, las declaraciones referidas sugieren que el señor Vásquez Durand habría
reingresado al Ecuador donde habría sido detenido. Esto constituye un indicio que debe ser
valorado junto con los demás elementos indiciarios que se analizarán a continuación respecto de
lo sucedido.
123. Esta Corte constata que, de acuerdo a fuentes del Estado peruano, durante el conflicto
Ecuador detuvo entre veintiún y treinta y dos ciudadanos peruanos (supra párr. 122), más
documento fue posteriormente remitido a la Comisión de la Verdad. Cfr. Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo 4.
Relato de casos, página 83.
162
Cfr. Declaración de E.H.A.M., presunto detenido peruano, rendida ante empleados de APRODEH (expediente de
prueba, folio 87).
163
Comunicación suscrita por E.H.A.M, presunto detenido peruano, de 24 de julio de 1995 dirigida a la Directora de
Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú (expediente de prueba, folio 95).
164
Carta de María Esther Gomero Cuentas a la Directora General de Asuntos consulares, Ministerio de Relaciones
Exteriores del Perú de 29 de mayo de 1995 (expediente de prueba, folio 108).
165
Parte Policial de 3 de mayo de 1995, anexado a la nota de 13 de septiembre de 1995 de la Dirección Nacional de la
Policía Nacional del Perú dirigida a la Directora de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú
(expediente de prueba, folio 1998). En dicho parte policial se mencionan los nombres de 23 ciudadanos peruanos “que se
encuentran en la lista de detenidos en el Ecuador”, doce de los cuales se encontraban en la nota de la Representación
Permanente del Perú ante la OEA de 12 de mayo de 1995 infra y once de los cuales son personas adicionales (expediente
de prueba, folios 1998 y 1999).
166
Cfr. Nota de la Representación Permanente del Perú ante la OEA de 12 de mayo de 1995, y su anexo titulado
“Detenidos cuya libertad se viene gestionando (Al 11-05-95 4.00 P.M.)” (expediente de prueba, folios 4 a 7). Si bien en la
nota se indica que Perú se encontraba gestionando la libertad de veintiún ciudadanos peruanos que habrían sido
detenidos en Ecuador, y se detallan sus nombres y alegadas circunstancias de detención, en otras partes del mismo
documento se menciona que los detenidos eran veintitrés y veinticuatro personas (expediente de prueba, folios 4 a 7).
167
Cfr. Afiche del CICR (expediente de prueba, folio 27).
168
Cfr. Oficio No. 1458 de septiembre de 1995 de la Dirección General de la Policía Nacional del Perú dirigida a la
Directora General de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores (expediente de prueba, folio 648), y
Listas de detenidos cuya libertad se viene gestionando al 11 de mayo de 1995 (expediente de prueba, folio 6).
169
Declaración de E.H.A.M., presunto detenido peruano, rendida ante empleados de APRODEH (expediente de prueba,
folio 86). Véase también, comunicación suscrita por E.H.A.M., presunto detenido peruano, de 24 de julio de 1995 dirigida
a la Directora de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú (expediente de prueba, folio 95).
- 40 -
algunos prisioneros de guerra 170. Esta información no fue negada por Ecuador. Lo anterior no
implica que el Estado ecuatoriano haya sistemáticamente detenido a ciudadanos peruanos en su
territorio. No obstante, sí constituye un elemento indiciario adicional, sobre la posible detención
del señor Vásquez Durand, el hecho que ocurrieron detenciones de ciudadanos peruanos en el
marco del conflicto.
124. Por último, el Estado alegó la falta de registro de la detención del señor Vásquez Durand
como un elemento que demostraba que este no había sido detenido. Al respecto, la Corte
recuerda que uno de los elementos característicos de una desaparición forzada es precisamente
“la negativa de reconocer la detención y de revelar la suerte o el paradero de la persona
interesada”, por lo cual resulta incorrecto descartar la posible desaparición de una persona con
base en la ausencia de información171. Dicha negativa con frecuencia implica la falta de registro
de la detención. No es lógico ni razonable utilizar la falta de registro de la detención del señor
Vásquez Durand como evidencia de la no ocurrencia de su detención.
125. Esta Corte considera que todos los indicios presentados son consistentes y conducen a la
conclusión de que Jorge Vásquez Durand reingresó al Ecuador el 30 de enero de 1995 donde fue
detenido. Asimismo, este Tribunal estima que dicha detención fue realizada por agentes estatales
o al menos con la aquiescencia de estos. Además, la Corte destaca que el señor Vásquez Durand
era una persona protegida por el derecho internacional humanitario al ser un nacional peruano,
civil, en poder del Estado ecuatoriano, la otra parte del conflicto172.
170
Cfr. Nota de la Representación Permanente del Ecuador ante la OEA de 22 de mayo de 1995, donde se indica que
había cinco prisioneros de guerra peruanos, dos de los cuales ya habían sido liberados y que no se tenía información de
Jorge Vásquez Durand (expediente de prueba, folios 9 y 10); certificado de Entrega del Comité Internacional de la Cruz
Roja de 1 de marzo de 1995 (expediente de prueba, folio 1856), y oficio del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas
del Ecuador de 4 de abril de 1995 (expediente de prueba, folio 1846).
171
Cfr. Caso González Medina y familiares Vs. República Dominicana. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 27 de febrero de 2012. Serie C No. 240, párr. 162, y Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos
del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, supra, párr. 265.
172
Al respecto, el artículo 4 del Convenio de Ginebra IV establece que “[e]l presente Convenio protege a las personas
que, en cualquier momento y de la manera que sea, estén, en caso de conflicto o de ocupación, en poder de una Parte en
conflicto […]”. Los comentarios del CICR 1958 a dicho artículo señalan que cuando comenzó el trabajo de elaboración de
los textos, siempre estuvo claro que habían dos clases principales de civiles cuya protección contra actos arbitrarios
provenientes del enemigo era esencial en tiempos de guerra. Por un lado, personas de nacionalidad enemiga viviendo en
el territorio de un Estado Beligerante, y por otro lado, los habitantes de territorios ocupados. La idea que la Convención
debía cubrir esas dos categorías fue aceptada desde el principio y nunca fue disputada. Cfr. Comentarios al artículo 4,
párr. 4. Disponible en: https://ihl-
databases.icrc.org/applic/ihl/ihl.nsf/Comment.xsp?action=openDocument&documentId=18E3CCDE8BE7E2F8C12563CD00
42A50B. Véase también, Protocolo Adicional I, artículos 50 y 51, y declaración en la audiencia pública de Alejandro
Valencia Villa.
173
El artículo II de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada establece que: “se considera desaparición
forzada la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado
o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la
falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la
persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes”.
- 41 -
127. En primer lugar, la Corte advierte que el Estado no registró la detención del señor Vásquez
Durand (supra párr. 124)175. Al respecto, la Corte ha considerado que toda detención,
independientemente del motivo o duración de la misma, tiene que ser debidamente registrada en
el documento pertinente, señalando con claridad las causas de la detención, quién la realizó, la
hora de detención y la hora de su puesta en libertad, así como la constancia de que se dio aviso
al juez competente, como mínimo, a fin de proteger contra toda interferencia ilegal o arbitraria de
la libertad física176. Además, en los conflictos armados internacionales, los Estados tienen la
obligación de constituir “una oficina oficial de información encargada de recibir y de transmitir
datos relativos a las personas protegidas que estén en su poder”177. Dicha información debe
incluir:
[P]ara cada persona, por lo menos, el apellido, los nombres, el lugar y la fecha completa de
nacimiento, la nacionalidad, el domicilio anterior, las señales particulares, el nombre del padre
y el apellido de la madre, la fecha y la índole de la medida tomada con respecto a la persona,
así como el lugar donde fue detenida, la dirección a la que pueda dirigirse la correspondencia,
el nombre y la dirección de la persona a quien se deba informar178.
128. Sobre este punto, el CICR consideró como una norma consuetudinaria aplicable a conflictos
armados la obligación de “registr[ar] los datos personales de las personas privadas de
libertad”179. Asimismo, los Estados deben facilitar al CICR el acceso a todas las personas privadas
de libertad180.
174
Cfr. Caso Anzualdo Castro Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de
septiembre de 2009. Serie C No. 202, párr. 91, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del
Municipio de Rabinal vs. Guatemala Vs. Perú, supra, párr. 140.
175
El 27 de junio de 1995 el Coronel de Policía de E.M. informó al Ministro de Defensa Nacional que el señor Vásquez
Durand “no se encuentra detenido en ningún Centro Carcelario de esa provincia”. Asimismo, el 15 de agosto de 1995 el
Estado informó que Jorge Vásquez Durand no “registra[ba] detención alguna”. Nota del Coronel de la Policía E.M. al
Ministro de Defensa Nacional de 27 de junio de 1995 (expediente de prueba, folio 2075), y respuesta del Estado al Grupo
de Trabajo de Desapariciones Forzadas o Involuntarias (expediente de prueba, folio 2042). Por otra parte, la Corte
advierte que en el memorando sobre la investigación ante Fiscalía se indica que el 12 de abril del 2010, el Fiscal del
Canton Huaquillas informó al Fiscal Provincial de El Oro encargado, que “no se ha[bía] podido cumplir con las diligencias,
ya que al no existir bases de datos a las Instituciones Policiales solicitadas, no puede informar sobre lo requerido”. No
obstante, dicha afirmación no se desprende de los oficios incluidos en el expediente. Cfr. Memorando sobre la
investigación ante Fiscalía de 12 de septiembre de 2016 (expediente de prueba, folio 1735).
176
Cfr. Caso Torres Millacura y otros Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de agosto de 2011.
Serie C No. 229, párr. 76, y Caso Galindo Cárdenas y otros Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 2 de octubre de 2015. Serie C No. 301, párr. 193.
177
Convenio de Ginebra IV, artículo 136. Al respecto, el Protocolo Adicional I señala que dicho registro se debe realizar
“cuando [las personas] hubieran sido detenidas, encarceladas o mantenidas en cualquier otra forma de cautiverio durante
más de dos semanas como consecuencia de las hostilidades o de la ocupación o hubieran fallecido durante un período de
detención”. Protocolo Adicional I, art. 33.2.a).
178
Convenio de Ginebra IV, artículo 13.
179
Al respecto, la Corte advierte que gran parte de los documentos utilizados para determinar la existencia de la
costumbre internacional son previos a 1995. Cfr. CICR, El derecho internacional humanitario consuetudinario, Volumen I:
Normas, editado por Jean-Marie Henckaerts y Louise Doswald-Beck, 2007, norma 123, págs. 388 y 497. Disponible en:
https://www.icrc.org/spa/assets/files/other/icrc_003_pcustom.pdf. .
180
Cfr. Convenio de Ginebra IV, artículos 76.6, 142 y 143; Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros
de guerra, aprobado el 12 de agosto de 1949 por la Conferencia Diplomática para Elaborar Convenios Internacionales
destinados a proteger a las víctimas de la guerra, celebrada en Ginebra el 12 de abril al 12 de agosto de 1949. Entrada en
vigor: 21 de octubre de 1950 y ratificado por Ecuador el 11 de agosto de 1954 (en adelante “Convenio de Ginebra III”),
arts. 125 y 126. Asimismo, véase, CICR, El derecho internacional humanitario consuetudinario, Volumen I: Normas,
editado por Jean-Marie Henckaerts y Louise Doswald-Beck, 2007, norma 124, pág. 500. Disponible en:
https://www.icrc.org/spa/assets/files/other/icrc_003_pcustom.pdf. .
- 42 -
129. En este sentido, la Corte considera que la falta de registro de una detención, a pesar de
existir obligaciones claras al respecto, muestra la intención de ocultar la misma. Asimismo, este
Tribunal resalta que se desprende del expediente que en 1995 la Comandancia Provincial de
Policía El Oro No. 3, el Director Nacional de Inteligencia de la Policía Nacional y la Subsecretaría
de la Policía indicaron que el señor Vásquez Durand “no registra[ba] detención alguna” 181. En
efecto no consta el nombre de Jorge Vásquez Durand en la nómina de ciudadanos peruanos
detenidos en el Ecuador entre enero y abril de 1995, elaborada por la Comandancia Provincial El
Oro en abril de 1995182. Esta negativa de la detención del señor Vásquez Durand fue reafirmada
en 1996 por el Subsecretario de Defensa Nacional del Ministerio de Defensa Nacional y por el
Subsecretario de la Policía del Ministerio de Gobierno183, y en 2006 y 2007 por autoridades de la
Policía Nacional del Ecuador184.
130. Adicionalmente, dicha negativa continuó durante las indagaciones realizadas por la
Comisión de la Verdad, a quien el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, señaló
que “una vez revisados los archivos de las diferentes Direcciones de Inteligencia de las Fuerzas
Terrestre, Naval y Aérea, no se dispone ningún tipo de información sobre [la presunta detención
del señor Vásquez Durand]”185.
131. El Tribunal estima suficientemente acreditado que el señor Vásquez Durand reingresó al
Ecuador el 30 de enero de 1995, donde fue detenido por agentes del Estado, quienes se han
negado a reconocer su detención y a revelar su suerte o paradero, por lo que fue víctima de una
desaparición forzada.
181
Oficio de 3 de julio de 1995 suscrito por el Coronel de Policía de E.M. en su función de Subsecretario de la Policía y
dirigido al Director General de Asuntos Humanitarios y Medio Ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, por medio
del cual se transmiten oficios de del Comandante Provincial de la Policía El Oro No. 3 y del Director Nacional de
Inteligencia de la Policía Nacional (expediente de prueba, folio 2303); oficio recibido el 21 de noviembre de 1995 suscrito
por el Subsecretario de la Policía y dirigido a la Subsecretaria de Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones
Exteriores donde se reitera la información remitida por la Comandancia Provincial de Policía El Oro No. 3 y el Director
Nacional de Inteligencia de la Policía Nacional (expediente de prueba, folio 2306).
182
Cfr. Oficio de 29 de abril de 1996 del Subsecretario de la Policía dirigido al Director General de Organismos
Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores y anexo constitutivo de una nómina de 30 de abril de 1995,
proporcionada por el Comando Provincial El Oro No. 3 (expediente de prueba, folios 2085 a 2090).
183
Oficio de 1 de marzo de 1996 suscrito por el Subsecretario de Defensa Nacional del Ministerio de Defensa Nacional y
dirigido al Director General de Asuntos Humanitarios y Medio Ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador
(expediente de prueba, folio 2305); oficio de 29 de abril de 1996 suscrito por el Subsecretario de la Policía y dirigido al
Director General de Organismos Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores (expediente de prueba, folio 2308),
y oficio de 16 de mayo de 1996 suscrito por el Subsecretario de Defensa Nacional del Ministerio de Defensa Nacional y
dirigido al Director General de Organismos Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores (expediente de prueba,
folio 2304).
184
Oficio de 14 de julio de 2006 suscrito por la Revisadora de Antecedentes Personales del Archivo Central de la Policía
Nacional y dirigido al Jefe del Archivo Central Policial (expediente de prueba, folio 2290); oficio de 8 de mayo de 2007
suscrito por el Asesor del Ministro de Gobierno y dirigido al Director General de Derechos Humanos, Asuntos Sociales y
Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores (expediente de prueba, folio 2315); oficio de 13 de junio de 2007
suscrito por el Subsecretario de la Policía y dirigido al Ministro de Gobierno y Policía (expediente de prueba, folio 2316);
memorando del Comando General de la Policía de 12 de junio de 2007 (expediente de prueba, folio 2317); oficio de 29 de
mayo de 2007 suscrito por el Director Nacional de la Policía Judicial e Investigaciones y dirigido al Comandante General de
la Policía Nacional (expediente de prueba, folio 2318), y oficio de 24 de mayo de 2007 suscrito por el Jefe de la Oficina
Central Nacional–Interpol Quito y dirigido al Director Nacional de la Policía Judicial e Investigaciones (expediente de
prueba, folio 2319).
185
Oficio No. MJ-3-2009-1216 de día y mes ilegibles de 2009 suscrito por el Jefe del Gabinete Ministerial del Ministerio
de Defensa Nacional y dirigido al Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Verdad (expediente de prueba, folio 1989).
- 43 -
132. La única evidencia presentada por el Estado en contra de dicha conclusión es el registro
migratorio del señor Vásquez Durand, que marca una salida el 30 de enero de ese año, y la
ausencia de registro alguno de la detención de la presunta víctima. La Corte recuerda que la
salida del señor Vásquez Durand de Ecuador el 30 de enero de 1995 no descarta por sí sola la
posibilidad que hubiera entrado nuevamente al Ecuador sin que se registrara dicha entrada
(supra párr. 117), particularmente teniendo en cuenta los testimonios y la información recibida
por la esposa de la presunta víctima que son consistentes en cuanto a que fue detenido y
permaneció privado de libertad en el Ecuador por un tiempo después de dicha fecha (supra párrs.
119 y 120). Por otra parte, tomando en cuenta las características de una desaparición forzada, la
falta de registro de la detención de la presunta víctima no es evidencia de que esta no fue
detenida (supra párr. 124). Adicionalmente, la única investigación que hasta ahora ha concluido
el Estado sobre estos hechos, fue llevada a cabo por la Comisión de la Verdad y determinó que el
señor Vásquez Durand “fue detenido en la ciudad de Huaquillas, fronteriza con Perú” el 30 de
enero de 1995, por lo cual concluyó que fue víctima de tortura, desaparición forzada y privación
ilegal de libertad186. Concluir que los anteriores indicios no son suficientes para establecer que el
señor Vásquez Durand fue desaparecido forzadamente implicaría admitir el argumento del Estado
de que no hay elementos probatorios en este sentido, permitiendo al Estado ampararse en la
negligencia e inefectividad de la investigación penal para sustraerse de su responsabilidad
internacional187. En virtud de todo lo anterior, la Corte concluye que Jorge Vásquez Durand fue
víctima de desaparición forzada.
133. Este Tribunal determinó que el señor Vásquez Durand fue desaparecido forzadamente
(supra párr. 131). La Corte recuerda que una desaparición forzada se configura por una
pluralidad de conductas que, cohesionadas por un único fin, vulneran de manera permanente,
mientras subsistan, distintos bienes jurídicos protegidos por la Convención188. Por tanto, el
examen de una posible desaparición forzada debe ser consecuente con la violación compleja de
derechos humanos que ésta conlleva y no debe enfocarse de manera aislada, dividida y
fragmentada solo en la detención, la posible tortura o el riesgo de perder la vida189.
134. Respecto del artículo 7 de la Convención Americana, el Tribunal constata que la detención
del señor Vásquez Durand fue realizada por agentes estatales quienes posiblemente lo
trasladaron al cuartel Teniente Ortiz. Sin perjuicio de que la detención inicial y privación de la
libertad del señor Vásquez Durand fuera o no realizada conforme a la legislación, dicha detención
constituyó el paso previo para su desaparición, por lo que es contraria a la Convención (supra
párr. 112). Por otro lado, la Corte recuerda que la existencia de un conflicto armado internacional
entre Perú y Ecuador no era una razón suficiente para detener a ciudadanos peruanos que se
encontraran en territorio ecuatoriano. Por el contrario, las personas protegidas, como el señor
Vásquez Durand, tienen derecho a salir del territorio del Estado en conflicto, “a no ser que su
salida redunde en perjuicio de los intereses nacionales del Estado”, lo cual no ha sido demostrado
ni alegado en el presente caso (supra párr. 107). Adicionalmente, el Estado no registró la
186
Cfr. Informe de la Comisión de la Verdad, Tomo 4. Relato de casos, pág. 82.
187
Cfr. Caso Kawas Fernández Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de abril de 2009. Serie C
No. 196, párr. 97, y Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, supra, párr. 305.
188
Cfr. Caso Radilla Pacheco Vs. México, supra, párr. 138, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades
vecinas del Municipio de Rabinal vs. Guatemala Vs. Perú, supra, párr. 134.
189
Cfr. Caso Heliodoro Portugal Vs. Panamá, supra, párr. 112, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades
vecinas del Municipio de Rabinal vs. Guatemala Vs. Perú, supra, párr. 134.
- 44 -
detención del señor Vásquez Durand ni puso la misma en conocimiento de las autoridades
competentes. Todo lo anterior implica una privación de libertad contraria al artículo 7 de la
Convención Americana.
135. Respecto del artículo 5 de la Convención Americana, en primer lugar la Corte estima que,
por la naturaleza misma de la desaparición forzada, esta implica que el Estado colocó a las
personas en una grave situación de vulnerabilidad y riesgo de sufrir daños irreparables a su
integridad personal y vida190. En este sentido, la desaparición forzada es violatoria del derecho a
la integridad personal porque el solo hecho del aislamiento prolongado y de la incomunicación
coactiva, representa un tratamiento cruel e inhumano en contradicción con los artículos 5.1 y 5.2
de la Convención191. En segundo lugar, la Corte advierte que las declaraciones de otros dos
peruanos detenidos durante el conflicto indican que fueron víctimas de torturas e
interrogatorios192, y uno de ellos aseguró haber visto al señor Vásquez Durand “bastante
decaído”193. Al respecto, la Corte nota que el derecho internacional humanitario también prohíbe
la tortura y la coacción para obtener información de las personas protegidas194. Además, cuando
se demuestra la ocurrencia de una desaparición forzada, este Tribunal considera razonable
presumir, con base en los elementos del acervo probatorio, que las víctimas sufrieron un trato
contrario a la dignidad inherente al ser humano mientras se encontraban bajo custodia estatal,
por lo cual se configura una violación de los artículos 5.1 y 5.2 de la Convención Americana, en
relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento.
136. Respecto del artículo 4 de la Convención Americana, la Corte ha considerado que, por la
naturaleza misma de la desaparición forzada, la víctima se encuentra en una situación agravada
de vulnerabilidad, de la cual surge el riesgo de que se violen diversos derechos, entre ellos, el
derecho a la vida. Además, el Tribunal ha establecido que la desaparición forzada ha incluido con
frecuencia la ejecución de los detenidos, en secreto y sin fórmula de juicio, seguida del
ocultamiento del cadáver con el objeto de borrar toda huella material del crimen y procurar la
impunidad de quienes lo cometieron, lo que significa una violación del derecho a la vida,
190
Cfr. Caso Radilla Pacheco Vs. México, supra, párr. 152, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades
vecinas del Municipio de Rabinal vs. Guatemala Vs. Perú, supra, párr. 158.
191
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párrs. 156 y 187, y Caso Miembros de la Aldea
Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal vs. Guatemala Vs. Perú, supra, párr. 158.
192
Mario Jesús Puente Olivera, comerciante amigo del señor Vásquez Durand, relató que habría sido torturado mientras
lo interrogaban sobre la razón por la cual estaba en Ecuador y qué militar lo había enviado. Cfr. Declaración rendida ante
fedatario público (afidávit) de Mario Jesús Puente Olivera el 25 de julio de 2016 (expediente de prueba, folio 1404), y
declaración de Mario Jesús Puente Olivera en formato DVD (expediente de prueba, folio 83). En el mismo sentido, otro
ciudadano peruano E.H.A.M, quien también habría sido detenido durante el conflicto armado, relató que fue golpeado. Cfr.
Declaración E.H.A.M., presunto detenido peruano, rendida ante empleados de APRODEH (expediente de prueba, folio 86),
y comunicación suscrita por E.H.A.M, presunto detenido peruano, de 24 de julio de 1995 dirigida a la Directora de Asuntos
Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú (expediente de prueba, folio 95).
193
Declaración de E.H.A.M., presunto detenido peruano, rendida ante empleados de APRODEH (expediente de prueba,
folio 87).
194
En este sentido, el artículo 31 del Convenio de Ginebra IV establece que “[n]o podrá ejercerse coacción alguna de
índole física o moral contra las personas protegidas, en especial para obtener de ellas, o de terceros, informaciones”; el
artículo 32 establece que “[l]as Altas Partes Contratantes se prohíben expresamente emplear toda medida que pueda
causar sufrimientos físicos o la exterminación de las personas protegidas que estén en su poder. Esta prohibición se aplica
no solamente al homicidio, a la tortura, a los castigos corporales, a las mutilaciones y a los experimentos médicos o
científicos no requeridos por el tratamiento médico de una persona protegida, sino también a cualesquiera otros malos
tratos por parte de agentes civiles o militares”; y el artículo 37 señala que “[l]as personas protegidas que estén en
detención preventiva o cumpliendo un castigo de privación de libertad serán tratadas, durante su detención, con
humanidad”. Cfr. Convenio de Ginebra IV, arts. 31, 32 y 37.
- 45 -
195
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párr. 157, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y
comunidades vecinas del Municipio de Rabinal vs. Guatemala Vs. Perú, supra, párrs. 140 y 158.
196
Caso Anzualdo Castro Vs. Perú, supra, párr. 90, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del
Municipio de Rabinal vs. Guatemala Vs. Perú, supra, párr. 159.
197
Caso Anzualdo Castro Vs. Perú, supra, párrs. 90 y 92, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 160.
198
Cfr. Caso Anzualdo Castro Vs. Perú, supra, párrs. 90 a 101; Caso Radilla Pacheco Vs. México, supra, párr. 157; Caso
Chitay Nech y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de mayo de
2010. Serie C No. 212, párr. 102; Caso Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña Vs. Bolivia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 1 de septiembre de 2010. Serie C No. 217, párrs. 98 a 102; Caso Gomes Lund y otros (Guerrilha do Araguaia) Vs.
Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2010. Serie C No. 219,
párr. 122; Caso Gelman Vs. Uruguay, supra, párr. 92; Caso Torres Millacura y otros Vs. Argentina, supra, párr. 106; Caso
Contreras y otros Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2011. Serie C No. 232,
párr. 88; Caso González Medina y familiares Vs. República Dominicana, supra, párrs. 186 a 188; Caso Gudiel Álvarez y
otros ("Diario Militar") Vs. Guatemala. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 noviembre de 2012. Serie C No.
253, párrs. 208 a 210; Caso García y familiares Vs. Guatemala. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 noviembre
de 2012 Serie C No. 258, párrs. 102 y 108 a 110; Caso Osorio Rivera y familiares Vs. Perú. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2013. Serie C No. 274, párr. 170; Caso Rodríguez Vera y
otros (Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, supra, párrs. 321, 323 y 324; Caso Comunidad Campesina de
Santa Bárbara Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de septiembre de 2015.
Serie C No. 299, párr. 190; Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 160 y Caso Miembros de la Aldea Chichupac
y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal vs. Guatemala Vs. Perú, supra, párr. 159.
199
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Fondo, supra, párr. 179, y Caso Pueblos Kaliña y Lokono Vs. Surinam.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2015. Serie C No. 309, párr. 87.
200
Cfr. Caso Radilla Pacheco Vs. México, supra, párr. 156; Caso González Medina y familiares Vs. República Dominicana,
supra, párr. 188 y, mutatis mutandi, Caso Pueblos Kaliña y Lokono Vs. Surinam, supra, párr. 88.
- 46 -
B.3 Conclusión
140. En suma, teniendo en cuenta que la Corte concluyó que el señor Vásquez Durand fue
víctima de una desaparición forzada, este Tribunal concluye que el Estado es responsable de la
violación de los derechos reconocidos en los artículos 7, 5.1, 5.2, 4.1, y 3 de la Convención
Americana, en relación con el artículo 1.1 de la misma y en relación con lo dispuesto en el
artículo I.a de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada, que entró en vigor para
Ecuador el 26 de agosto de 2006, en perjuicio de Jorge Vásquez Durand.
VIII-2
DERECHOS A LAS GARANTÍAS JUDICIALES201 Y A LA PROTECCIÓN JUDICIAL 202, EN
RELACIÓN CON LAS OBLIGACIONES DE RESPETAR Y GARANTIZAR LOS DERECHOS Y EL
DEBER DE ADOPTAR DISPOSICIONES DE DERECHO INTERNO 203
142. Esta Corte ya ha considerado que, una vez ocurrida una desaparición forzada, es necesario
que la misma sea efectivamente considerada y tratada como un hecho ilícito que pueda tener
como consecuencia la imposición de sanciones para quien la cometa, instigue, encubra o de
cualquier otra forma participe en la perpetración de la misma207.
201
El artículo 8.1 de la Convención establece que: “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad
por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus
derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”.
202
El artículo 25.1 de la Convención establece que: “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea
cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales”.
203
El artículo 2 de la Convención establece que: “Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el artículo 1
no estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados Partes se comprometen a
adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de esta Convención, las medidas
legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades”.
204
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párr. 166 y, Caso I.V. Vs. Bolivia, supra, párr. 207.
205
Cfr. Caso Goiburú y otros Vs. Paraguay, supra, párr. 128, y Caso Pollo Rivera y otros Vs. Perú. Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 21 de octubre de 2016. Serie C No. 319, párr. 277.
206
El artículo I.b de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada establece: “Los Estados Partes en esta
Convención se comprometen a: […] b) Sancionar en el ámbito de su jurisdicción a los autores, cómplices y encubridores
del delito de desaparición forzada de personas, así como la tentativa de comisión del mismo”.
207
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párrs. 176 y 177; Caso Contreras y otros Vs. El
Salvador, supra, párr. 128, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 168.
- 47 -
143. Además, esta Corte recuerda que el presente caso se enmarcó en un conflicto armado
internacional. Por ello, la obligación de investigar las infracciones a las normas de derecho
internacional humanitario se encuentra reforzada por el artículo 146 del Convenio de Ginebra IV
relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra, por el cual los Estados
tienen la obligación de judicializar a los responsables de las infracciones graves a dicho
instrumentos208, entre ellas, la desaparición forzada y las otras violaciones a normas de derecho
internacional humanitario convencional y consuetudinario209, que esta conlleva por su carácter
múltiple y complejo, tales como las prohibiciones de la privación arbitraria de la libertad, de la
tortura y de otros tratos crueles o inhumanos y del homicidio (supra párrs. 107 y 108).
144. Frente a los alegatos realizados por las partes y la Comisión sobre los derechos a las
garantías y protección judiciales, esta Corte examinará: (a) el deber de iniciar de oficio una
investigación y desarrollarla en un plazo razonable, así como la obligación de adoptar todas las
medidas razonables para dar con el paradero de una víctima de desaparición forzada y el derecho
a conocer la verdad; (b) la alegada ausencia de un recurso efectivo al inicio de la desaparición del
señor Vásquez Durand, y (c) la alegada ausencia de una tipificación adecuada del delito de
desaparición forzada en el Ecuador.
145. La Comisión alegó que, trascurridos más de 19 años desde la desaparición de la presunta
víctima, el Estado no ha informado sobre las gestiones específicas para dar con su paradero y no
ha brindado una explicación que justificara la ausencia de una decisión judicial firme por un
órgano competente en torno a su desaparición. Además, señaló que la Comisión de la Verdad
determinó la existencia de “un contexto de impunidad en el cual actuaron los militares en la
época de los hechos”. Resaltó que el Estado “no inició investigación alguna por los hechos del
presente caso, no obstante tuvo conocimiento de los mismos”. Al respecto, indicó que “las
autoridades ecuatorianas fueron informadas a través de distintas vías -diplomáticas, sistema
interamericano de derechos humanos, Cruz Roja Internacional, entre otras-, sobre la detención
en enero de 1995 y posterior desaparición del señor Jorge Vásquez Durand”. Sostuvo que la falta
de investigación “no solo permite que la desaparición forzada de la víctima continúe ejecutándose
al día de hoy sino que constituye una forma de extender el encubrimiento de lo sucedido y de
perpetuar la referida situación de impunidad”. Concluyó que por el largo tiempo transcurrido
desde lo sucedido, “sin que se conozca aún toda la verdad sobre los hechos, sin que se hayan
iniciado procesos internos en el ámbito penal para determinar el paradero de la víctima, ni para
208
Al respecto, el artículo 146 del Convenio IV de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en
tiempo de guerra establece que: “Las Altas Partes Contratantes se comprometen a tomar todas las oportunas medidas
legislativas para determinar las adecuadas sanciones penales que se han de aplicar a las personas que hayan cometido, o
dado orden de cometer, una cualquiera de las infracciones graves contra el presente Convenio definidas en el artículo
siguiente. Cada una de las Partes Contratantes tendrá la obligación de buscar a las personas acusadas de haber cometido,
u ordenado cometer, una cualquiera de las infracciones graves, y deberá hacerlas comparecer ante los propios tribunales,
sea cual fuere su nacionalidad. Podrá también, si lo prefiere, y según las condiciones previstas en la propia legislación,
entregarlas para que sean juzgadas por otra Parte Contratante interesada, si ésta ha formulado contra ella cargos
suficientes. Cada Parte Contratante tomará las oportunas medidas para que cesen, aparte de las infracciones graves
definidas en el artículo siguiente, los actos contrarios a las disposiciones del presente Convenio. Los inculpados se
beneficiarán, en todas las circunstancias, de garantías de procedimiento y de libre defensa, que no podrán ser inferiores a
las previstas en los artículos 105 y siguientes del Convenio de Ginebra de 12 de agosto de 1949 relativo al trato debido a
los prisioneros de guerra”.
209
Cfr. CICR, El derecho internacional humanitario consuetudinario, vol. I, norma 98, editado por Jean-Marie
Henckaerts y Louise Doswald-Beck, 2007.
- 48 -
146. Los representantes por su parte alegaron que, a pesar de que “las autoridades
ecuatorianas fueron informadas a través de distintas vías […] sobre la detención en enero de
1995 y posterior desaparición del señor Jorge Vásquez Durand, el Estado de Ecuador s[o]lo se
limitó a indicar de manera reiterada que las autoridades policiales y militares no tenían registro
de la detención del señor […] [Vásquez] Durand y que se habían realizado exhaustivas
investigaciones para conocer su paradero, pero no se había logrado obtener información sobre su
presencia en el Ecuador”. Alegaron que el Ecuador solo ha informado que el caso se encontraría
en indagación previa, y que la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas,
Desapariciones, Extorsión y Secuestros (DINASED) ha dado un seguimiento exhaustivo, pero no
ha aportado información específica ni detallada respecto a las “exhaustivas investigaciones” a las
que hace referencia. Resaltaron que “[a] más de 20 años de ocurridos los hechos aún no se
cuenta con un proceso penal que comprenda a los que resulten responsables de su desaparición,
sean autores materiales e intelectuales”. En consecuencia, consideraron que “el Estado de
Ecuador violó las garantías de una debida diligencia de las investigaciones y la realización de las
mismas dentro de un plazo razonable respecto a la investigación de la detención y posterior
desaparición [así como] […] el derecho a la verdad y la reparación integral de las consecuencias
de los hechos, a través la investigación y sanción a los responsables”. Finalmente, sostuvieron
que “[e]l Estado no puede limitarse a tener un rol pasivo como intenta señalar, limitándose con
describir los objetivos de la Comisión de la Verdad, sus conclusiones y recomendaciones, las
políticas públicas que implantó luego y las normas legislativas que adoptó; omitiendo […] brindar
explicaciones claras sobre el caso, mientras las víctimas siguen esperando justicia”.
147. El Estado afirmó “que son los mismos representantes quienes hacen constar las diferentes
gestiones efectuadas por el Ecuador […], así los diferentes esfuerzos de la Brigada Militar de la
Provincia del Oro, la Comandancia de la División Militar Tarqui (también de la Provincia del Oro),
el Arzobispado de la ciudad de Cuenca, el Obispado de Fuerzas Armadas del Ecuador y
principalmente de los funcionarios de migración del Ecuador que demostraron contar con los
registros de entrada y de salida del señor Jorge Vásquez Durand desde el año 1993 hasta el año
1995”. Resaltó que el recurso de hábeas corpus “no fue activado por los familiares de la presunta
víctima” y que, “si bien el Alcalde o el Presidente del Consejo no eran jueces formalmente,
actuaban como tales”, por lo que podían incluso destituir de su cargo a los funcionarios públicos
que se negaren a acatar sus órdenes en el marco de la aplicación de dicho recurso.
Adicionalmente, Ecuador hizo referencia a la gestión mencionada por los representantes,
alegando que la DINASED “ha dado un seguimiento exhaustivo a nivel nacional acerca de la
desaparición del señor Jorge Vásquez Durand”. Alegó que es un “asunto claramente impreciso y
erróneo” el argumento de la Comisión de que no se ha llevado una investigación de carácter
judicial, “por cuanto está documentado en el caso la intervención oficial de investigación de la
Fiscalía General del Estado”. Además, negó haber tenido un rol pasivo en la investigación, por
cuanto “tanto autoridades civiles, militares como religiosas del Ecuador efectuaron sendas
gestiones de búsqueda para dar con el paradero del señor Jorge Vásquez Durand”. Ecuador
explicó que para la investigación de los casos documentados por la Comisión de la Verdad, la
Fiscalía General del Estado “ha desplegado un sinnúmero de acciones en base a un esfuerzo serio
y consciente por investigar técnicamente las violaciones de derechos humanos. Ha desarrollado
una metodología de investigación concreta, misma que es implementada por la Dirección de la
- 49 -
Comisión de la Verdad y Derechos Humanos […] y que para el año 2016, cuenta con 6 equipos
fiscales para la investigación de graves violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa
humanidad”. Respecto del caso del señor Vásquez Durand, manifestó que en el 2010 la Fiscalía
General del Estado inició las investigaciones para el esclarecimiento de este caso, las cuales se
encuentran en fase de indagación penal y en la cual “se han realizado múltiples diligencias
propias de un proceso de investigación de alta complejidad”, incluyendo la solicitud de asistencia
penal internacional al Perú.
148. Por otra parte, el Estado señaló que el derecho a la verdad no era un derecho autónomo
sino que debía verse como subsumido fundamentalmente en el derecho de la víctima o de sus
familiares a obtener de los órganos competentes del Estado el esclarecimiento de los hechos
violatorios y las responsabilidades correspondientes, a través de la investigación y el juzgamiento
que previenen los artículos 8 y 25 de la Convención. Por tanto, alegó que “evidentemente no cabe
declarar la vulneración del derecho a la verdad, puesto que el mismo no es parte del Tratado”. De
acuerdo al Estado, “estos son los aspectos cubiertos de forma integral por el Ecuador, a partir de
la publicación del Informe de la Comisión de la Verdad, la entrada en vigencia de la Ley [para
Reparación de Víctimas y Judicialización], su reglamento y […] la suscripción de los acuerdos
reparatorios […] por parte de la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Justicia, Derechos
Humanos y Cultos”.
149. Respecto al deber de iniciar de oficio una investigación, este Tribunal ha señalado que toda
vez que haya motivos razonables para sospechar que una persona ha sido sometida a
desaparición forzada debe iniciarse una investigación penal 210. Esta obligación es independiente
de que se presente una denuncia, pues en casos de desaparición forzada el derecho internacional
y el deber general de garantía, imponen la obligación de investigar el caso ex officio, sin dilación,
y de una manera seria, imparcial y efectiva, de modo tal que no dependa de la iniciativa procesal
de la víctima o de sus familiares o de la aportación privada de elementos probatorios 211. En
cualquier caso, toda autoridad estatal, funcionario público o particular que haya tenido noticia de
actos destinados a la desaparición forzada de personas, deberá denunciarlo inmediatamente 212.
Asimismo, la Corte ha establecido que el deber de investigar hechos de esta naturaleza subsiste
mientras se mantenga la incertidumbre sobre la suerte final de la persona desaparecida, pues el
derecho de los familiares de la víctima de conocer cuál fue el destino de ésta y, en su caso, dónde
se encuentran sus restos, representa una justa expectativa que el Estado debe satisfacer con
todos los medios a su alcance213.
150. En este caso se ha demostrado que los familiares del señor Vásquez Durand pusieron en
conocimiento de las autoridades ecuatorianas su posible desaparición desde 1995. Como se
desprende de los hechos, por vía diplomática e inclusive por intermedio de organizaciones
internacionales como la Comisión Interamericana y el Grupo de Trabajo de Desapariciones
210
Cfr. Caso Anzualdo Castro Vs. Perú, supra, párr. 65, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 168.
211
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párr. 177, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra,
párr. 168.
212
Cfr. Caso Anzualdo Castro Vs. Perú, supra, párr. 65, y Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos del Palacio de
Justicia) Vs. Colombia, supra, párr. 475.
213
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párr. 181, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y
comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 221.
- 50 -
Forzadas de Naciones Unidas214, los familiares del señor Vásquez Durand pusieron en
conocimiento del Ecuador desde el primer momento en 1995 la posible desaparición de la
presunta víctima (supra párrs. 79 a 86). Frente a autoridades ecuatorianas la señora Gomero
Cuentas denunció la desaparición de su esposo ante el Cónsul ecuatoriano en el Perú 215, además
por intermedio de autoridades peruanas, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o
Involuntarias y el CICR, autoridades ecuatorianas tales como el Ministerio de Defensa Nacional 216,
el Ministerio de Relaciones Exteriores 217 y el Ministerio Fiscal218 fueron puestas en conocimiento
de la posible desaparición del señor Vásquez Durand, así como de datos sobre el caso y posibles
testigos en 1995, 1996, 2007 y 2008 (supra párrs. 66, 79 a 85). De acuerdo a los propios
alegatos del Estado, en el presente caso intervinieron “la Cruz Roja ecuatoriana y peruana y la
propia Cancillería del Ecuador, la Iglesia Católica Ecuatoriana, e incluso las Fuerzas Armadas del
Ecuador”.
151. No obstante, solo a partir de 2010 se inició una investigación ante la Fiscalía por estos
hechos, luego de la publicación del Informe de la Comisión de la Verdad (supra párr. 88). El
Estado no ha aportado ninguna explicación sobre la ausencia de investigación penal del caso por
más de quince años. Si bien los familiares del señor Vásquez Durand no interpusieron una
denuncia o recurso formal ante las autoridades penales ecuatorianas, la Corte recuerda que la
obligación de iniciar de oficio una investigación penal es independiente de que se presente una
denuncia formal. Esta obligación surge apenas el Estado tenga noticia de motivos razonables para
sospechar que una persona ha sido sometida a desaparición forzada (supra párr. 149).
152. Este Tribunal advierte que diferentes autoridades competentes del Estado tuvieron noticia
de la posible desaparición del señor Vásquez Durand. Aun cuando en los registros oficiales no se
evidenciaba su detención, las características de una desaparición forzada y la información de
testigos que en 1995 indicaron haber visto al señor Vásquez Durand detenido en instalaciones
militares hasta por lo menos mediados de ese año (supra párr. 120), constituían motivos
suficientes para iniciar una investigación penal sobre lo ocurrido a la presunta víctima mucho
antes de 2010. Por tanto, la Corte concluye que el Estado incumplió su obligación de iniciar una
investigación de oficio frente a los hechos que fueron puestos en su conocimiento sobre la
desaparición de Jorge Vásquez Durand.
214
Cfr. Oficio de 18 de junio de 1996 del Ministerio de Relaciones Exteriores sobre casos pendientes ante el Grupo de
Trabajo de Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas que incluye a Jorge Vásquez Durand (expediente
de prueba, folio 2286); memorandum de la Comandancia General de la Policía Nacional de 9 de julio de 1996 (expediente
de prueba, folio 2287).
215
Cfr. Nota de 4 de julio de 1995 de la Embajada del Ecuador en el Perú dirigida al Ministerio de Relaciones Exteriores
(expediente de prueba, folio 2300).
216
Cfr. Oficio de 30 de junio de 1995 del Ministerio de Defensa Nacional dirigido al CICR (expediente de prueba, folio
2299), y oficio No. 951468 de 27 de junio de 1995 del Ministerio de Gobierno dirigido al Ministerio de Defensa Nacional
(expediente de prueba, folio 2298).
217
Cfr. Comunicación de 23 de junio de 1995 del Presidente del Grupo de Trabajo de Desapariciones Forzadas o
Involuntarias dirigida y recibida por el Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador (expediente de prueba, folio 2289).
218
Cfr. Oficio de 23 de abril de 2008 del Director de Derechos Humanos y Asuntos Sociales del Ministerio de Relaciones
Exteriores, Comercio e Integración dirigido al Ministro Fiscal (expediente de prueba, folio 2288).
- 51 -
154. En múltiples oportunidades, esta Corte se ha pronunciado sobre la obligación de los Estados
de realizar una búsqueda seria, por la vía judicial o administrativa adecuada, en la cual se
realicen todos los esfuerzos, de manera sistemática y rigurosa, con los recursos humanos,
técnicos y científicos adecuados e idóneos para dar con el paradero de las personas
desaparecidas222. Recibir el cuerpo de una persona desaparecida es de suma importancia para
sus familiares, ya que les permite sepultarlo de acuerdo a sus creencias, así como cerrar el
proceso de duelo que han estado viviendo a lo largo de estos años. Además, los restos son una
prueba de lo sucedido y, junto al lugar en el cual sean encontrados, pueden proporcionar
información valiosa sobre los autores de las violaciones o la institución a la que pertenecían223.
155. En el presente caso, la Corte constata que el Estado intercambió oficios con sus autoridades
de migración y militares (supra párrs. 66, 82 y 85 a 92), las cuales respondieron indicando que
no tenían información o evidencia de la detención del señor Vásquez Durand. De esta forma, se
desprende del expediente que en julio de 1995 la Comandancia Provincial de Policía El Oro no. 3
y el Director Nacional de Inteligencia de la Policía Nacional informaron que el señor Vásquez
Durand habría salido del Ecuador el 30 de enero de 1995 y que “no registra[ba] detención
alguna”224. Esta información fue posteriormente reafirmada en noviembre de 1995 225, así como
en marzo, abril y mayo de 1996, en la medida en que “no se ha obtenido ninguna otra
información acerca de referido ciudadano peruano” 226. Asimismo, consta en el expediente que en
219
Cfr. Caso Ticona Estrada y otros Vs. Bolivia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 2008.
Serie C No. 191, párr. 80, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 178.
220
Cfr. Caso Anzualdo Castro Vs. Perú, supra, párr. 134, y Caso Comunidad Campesina de Santa Bárbara Vs. Perú,
supra, párr. 226.
221
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párr. 174, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra,
párr. 179.
222
Véase, inter alia, Caso Gudiel Álvarez y otros (Diario Militar) Vs. Guatemala, supra, párr. 334; Caso Osorio Rivera y
Familiares Vs. Perú, supra, párr. 251; Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia,
supra, párr. 480, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 275.
223
Cfr. Caso Masacre de las Dos Erres Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 24 de noviembre de 2009. Serie C No. 211, párr. 245, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas
del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 292.
224
Oficio de 3 de julio de 1995 suscrito por el Coronel de Policía de E.M. en su función de Subsecretario de la Policía y
dirigido al Director General de Asuntos Humanitarios y Medio Ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, por medio
del cual se transmiten oficios de del Comandante Provincial de la Policía El Oro No. 3 y del Director Nacional de
Inteligencia de la Policía Nacional (expediente de prueba, folio 2303).
225
Cfr. Oficio recibido el 21 de noviembre de 1995 suscrito por el Subsecretario de la Policía y dirigido a la
Subsecretaria de Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores donde se reitera la información
remitida por la Comandancia Provincial de Policía El Oro No. 3 y el Director Nacional de Inteligencia de la Policía Nacional
(expediente de prueba, folio 2306).
226
Oficio de 1 de marzo de 1996 suscrito por el Subsecretario de Defensa Nacional del Ministerio de Defensa Nacional y
dirigido al Director General de Asuntos Humanitarios y Medio Ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores (expediente
de prueba, folio 2305); oficio de 29 de abril de 1996 suscrito por el Subsecretario de la Policía del Ministerio de Gobierno y
dirigido al Director General de Organismos Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores (expediente de prueba,
2308), y oficio de 16 de mayo de 1996 suscrito por el Subsecretario de Defensa Nacional del Ministerio de Defensa
Nacional y dirigido al Director General de Organismos Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores (expediente de
prueba, folio 2304).
- 52 -
julio de 2006 el Archivo Central de la Policía Nacional del Ecuador verificó si existían registros en
sus expedientes del señor Jorge Vásquez Durand, concluyendo que “no se encuentra registrado
en la Base de Datos del Registro Civil, [n]i en el Sistema de Antecedentes Personales del Archivo
Central”227. Adicionalmente, en mayo de 2007, en respuesta a una solicitud de información del
Grupo de Trabajo de Desapariciones Forzadas e Involuntarias de Naciones Unidas, consta en el
expediente un intercambio de oficios mediante los cuales el Jefe de la Oficina Central Nacional-
Interpol Quito trasladó información al Director Nacional de la Policía Nacional, luego al
Comandante General de la Policía Nacional, después al Ministro de Gobierno y Policía, y de este
último al Ministerio de Relaciones Exteriores para transmitir “los datos recopilados” sobre, inter
alia, el caso del señor Vásquez Durand 228. La información recopilada consiste en un parte
informativo en que se indica que:
una vez revisado los archivos de dicha dependencia, no encuentra la documentación referente al
ciudadano VASQUEZ DURAND Jorge, ya que debido al pasar de los años esta documentación se
encuentra deteriorada e ilegible229.
156. Un intercambio similar ocurrió desde el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, quienes
informaron al Ministerio de Relaciones Exteriores, en respuesta a la solicitud de información del
Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas, que “no existe registro alguno del ingreso o
detención del ciudadano de nacionalidad peruana Jorge Vásquez Durand” 230.
227
Oficio de 14 de julio de 2006 suscrito por la Revisadora de Antecedentes Personales del Archivo Central de la Policía
Nacional y dirigido al Jefe del Archivo Central Policial (expediente de prueba, folio 2290).
228
Cfr. Oficio de 8 de mayo de 2007 suscrito por el Asesor del Ministro de Gobierno y dirigido al Director General de
Derechos Humanos, Asuntos Sociales y Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores (expediente de prueba, folio
2315); oficio de 13 de junio de 2007 suscrito por el Subsecretario de la Policía y dirigido al Ministro de Gobierno y Policía
(expediente de prueba, folio 2316); memorando del Comando General de la Policía de 12 de junio de 2007 (expediente de
prueba, folio 2317); oficio de 29 de mayo de 2007 suscrito por el Director Nacional de la Policía Judicial e Investigaciones
y dirigida al Comandante General de la Policía Nacional (expediente de prueba, folio 2318), y de 24 de mayo de 2007
suscrito por el Jefe de la Oficina Central Nacional–Interpol Quito y dirigida al Director Nacional de la Policía Judicial e
Investigaciones (expediente de prueba, folio 2319).
229
Informe elaborado por la Dirección Nacional de la Policía Judicial e Investigaciones de 24 de mayo de 2007 sobre
ciudadanos desaparecidos en el Ecuador (expediente de prueba, folio 2321), y oficio de 12 de mayo de 2007 suscrito por
el Jefe de la Subjefatura de la Policía Judicial del Cantón Huaquillas y dirigida al Director Nacional de la Policía Judicial e
Investigaciones (expediente de prueba, folio 2324).
230
Oficio de 29 de agosto de 2007 suscrito por el Subsecretario de Defensa Nacional del Ministerio de Defensa Nacional
y dirigido al Director General de Derechos Humanos, Asuntos Sociales y Ambientales del Ministerio de Relaciones
Exteriores (expediente de prueba, folio 2331), y oficio de 24 de agosto de 2007 del Director General de Inteligencia del
Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas dirigido al Subsecretario de Defensa Nacional (expediente de prueba, folio
2332).
- 53 -
forzada propiamente o de otras circunstancias tales como su muerte u otras razones relacionadas
o no al conflicto armado231.
158. Por tanto, la Corte concluye que el Estado ha omitido realizar una labor de búsqueda seria,
coordinada y sistemática de la víctima, lo cual constituye una violación del acceso a la justicia de
sus familiares.
159. La Corte ha establecido que el derecho de acceso a la justicia requiere que se haga efectiva
la determinación de los hechos que se investigan en tiempo razonable232. Este Tribunal ha
señalado que el “plazo razonable” al que se refiere el artículo 8.1 de la Convención se debe
apreciar en relación con la duración total del procedimiento que se desarrolla hasta que se dicta
la sentencia definitiva233. Asimismo, ha considerado que una demora prolongada constituye en
principio, por sí misma, una violación a las garantías judiciales234.
231
Conforme al derecho internacional humanitario, los Estados deben “tomar[…] todas las medidas factibles para
averiguar lo acaecido a las personas dadas por desaparecidas a raíz de un conflicto armado y transmitirán a los familiares
de éstas toda la información de que dispongan al respecto”. Cfr. CICR, El derecho internacional humanitario
consuetudinario, vol. I, norma 117, editado por Jean-Marie Henckaerts y Louise Doswald-Beck, 2007.
232
Cfr. Caso Radilla Pacheco Vs. México, supra, párr. 191, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 157.
233
Cfr. Caso Suárez Rosero Vs. Ecuador. Fondo. Sentencia de 12 de noviembre de 1997. Serie C No. 35, párr. 71, y
Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 157.
234
Cfr. Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros Vs. Trinidad y Tobago. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
21 de junio de 2002. Serie C No. 94, párr. 145, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 157.
- 54 -
el marco de dicho expediente235 (supra párrs. 87 a 91). Este Tribunal estima que, si bien dicho
informe revelaría que se han realizado o solicitado algunas diligencias adicionales después de la
investigación realizada por la Comisión de la Verdad, esas acciones no constan en la copia del
expediente remitida a este Tribunal, lo que impide determinar si después de 2010 ha habido un
actuar diligente por parte de las de las autoridades encargadas de la investigación penal.
162. Por otra parte, al finalizar la audiencia pública celebrada ante la Corte en el presente caso
varios jueces del Tribunal solicitaron al Ecuador remitir información sobre la investigación
actualmente abierta a nivel interno. Como resaltaron tanto la Comisión Interamericana como los
representantes, “gran parte de la documentación [hasta ese momento remitida por el Estado] se
relaciona con las iniciativas generales en materia de judicialización y reparación de las violaciones
de derechos humanos documentadas por la Comisión de la Verdad”, pero no fue aportada
información concreta sobre la investigación y judicialización de la desaparición forzada de Jorge
Vásquez Durand. Si bien este Tribunal valora los esfuerzos realizados por el Ecuador para la
investigación y posterior judicialización de todos los casos documentados por la Comisión de la
Verdad236, advierte que tales esfuerzos no mitigan la falta de actuación diligente en la
investigación de la desaparición forzada del señor Vásquez Durand.
163. Teniendo en cuenta lo anterior, esta Corte considera que, si bien el caso podría considerarse
complejo, luego de más de veintidós años de iniciada la desaparición del señor Vásquez Durand y
de 6 años de iniciada la investigación penal, esta aún se encuentra en una etapa muy preliminar,
sin que se hubieran identificado a los posibles responsables o demostrado una actividad diligente
por parte de las autoridades estatales al respecto. Por tanto, la Corte concluye que el Estado
incumplió su obligación de llevar a cabo la investigación en un plazo razonable.
164. Por otra parte, la Corte toma nota que las violaciones alegadas por la Comisión y los
representantes a la debida diligencia se relacionan con la omisión del Estado en iniciar la
investigación y el transcurso del tiempo sin avances significativos en la investigación penal
iniciada en 2010. Ambas falencias ya fueron examinadas previamente, por lo cual la Corte estima
innecesario un pronunciamiento adicional y separado al respecto.
165. Por último, este Tribunal recuerda que toda persona, incluyendo los familiares de las
víctimas de graves violaciones a derechos humanos, tiene el derecho a conocer la verdad. En
consecuencia, los familiares de las víctimas y la sociedad deben ser informados de todo lo
sucedido con relación a dichas violaciones237. Si bien el derecho a conocer la verdad se ha
enmarcado fundamentalmente en el derecho de acceso a la justicia 238, aquel tiene una naturaleza
235
Cfr. Memorando sobre el expediente ante la Fiscalía sobre el caso del señor Vásquez Durand (expediente de prueba,
folios 1734 a 1738), y oficio del Director de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos de la Fiscalía General de la
Nación de 23 de noviembre de 2016 (expediente de prueba, folio 2187).
236
De los 119 casos documentados por la Comisión de la Verdad, el Estado informó que habrían pasado a etapa de
judicialización (sea porque ya fue presentada una acusación fiscal, se llevó a cabo el juicio o inclusive se condenaron a los
responsables) siete de los casos documentados por la Comisión de la Verdad.
237
Cfr. Caso Trujillo Oroza Vs. Bolivia. Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de febrero de 2002. Serie C No. 92,
párr. 100, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra,
párr. 260.
238
Cfr., inter alia, Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra, párr. 181; Caso Bámaca Velásquez Vs.
Guatemala. Fondo, supra, párr. 201; Caso Barrios Altos Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 14 de marzo de 2001. Serie C No.
75, párr. 48; Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C No. 154, párr. 148; Caso La Cantuta Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 29 de noviembre de 2006. Serie C No. 162, párr. 222; Caso Heliodoro Portugal Vs. Panamá, supra,
párrs. 243 y 244; Caso Kawas Fernández Vs. Honduras, supra, párr. 117, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y
comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 260.
- 55 -
167. Por tanto, este Tribunal declara la violación del derecho a conocer la verdad, en perjuicio de
los familiares de Jorge Vásquez Durand. En este caso, como en otros, dicha violación se enmarca
en el derecho de acceso a la justicia.
A.3 Conclusión
168. En virtud de que el Estado i) incumplió su obligación de iniciar una investigación de oficio
una vez que tuvo conocimiento de la desaparición forzada del señor Vásquez Durand; ii) no ha
llevado a cabo la investigación que eventualmente inició en un plazo razonable, y ii) ha omitido
realizar una búsqueda seria para localizar el paradero del señor Vásquez Durand, la Corte
concluye que el Estado es responsable de una violación de los artículos 8.1 y 25.1 de la
Convención, en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento y el artículo I.b de la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada, este último a partir del 26 de agosto de
2006, en perjuicio del señor Vásquez Durand y de sus familiares, María Esther Gomero Cuentas,
Jorge Luis Vásquez Gomero y Claudia Esther Vásquez Gomero. Además, el Estado violó el derecho a
conocer la verdad de los familiares de la víctima desaparecida.
169. La Comisión y los representantes alegaron que, según la legislación vigente al momento
de los hechos, el recurso de hábeas corpus debía ser presentado ante una autoridad
239
En este sentido, en su estudio sobre el derecho a conocer la verdad, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos recogió que distintas declaraciones e instrumentos internacionales han reconocido el derecho a
conocer la verdad vinculado con el derecho a obtener y solicitar información, el derecho a la justicia, el deber de combatir
la impunidad frente a las violaciones de derechos humanos, el derecho a un recurso judicial efectivo y el derecho a la vida
privada y familiar. Además, en relación con los familiares de las víctimas, ha sido vinculado con el derecho a la integridad
de los familiares de la víctima (salud mental), el derecho a obtener una reparación en casos de graves violaciones a los
derechos humanos, el derecho a no ser objeto de tortura ni malos tratos y, en ciertas circunstancias, el derecho de las
niñas y los niños a recibir una protección especial. Cfr. Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos. Estudio sobre el derecho a la verdad, U.N. Doc. E/CN.4/2006/91 de 8 de febrero de 2006.
240
Cfr. Caso Gudiel Álvarez y otros ("Diario Militar") Vs. Guatemala, supra, párrs. 300 y 302, y Caso Rodríguez Vera y
otros (Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, supra, párr. 510.
241
Cfr. Caso Zambrano Vélez y otros Vs. Ecuador, supra, párr. 128, y Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos del
Palacio de Justicia) Vs. Colombia, supra, párr. 510.
- 56 -
170. Por su parte, el Estado afirmó que el recurso de hábeas corpus “no estaba suspendido
dentro del conflicto bélico, era plenamente accesible, y además no exigía el conocimiento del
lugar de detención para interponerlo”. De acuerdo al Ecuador, los familiares del señor Vásquez
Durand “pudieron haber interpuesto, cu[á]ntos recursos de habeas corpus hubieran considerado
necesarios, en los lugares en los que supuestamente había sido visto el señor Vásquez Durand,
como Huaquillas, Quito y cualquier otro lugar en donde existieran indicios de su presunta
detención”. También argumentó, que “si bien el Alcalde o Presidente del Consejo no eran jueces
formalmente, actuaban como tales” y agregó que este recurso permitía la obtención de
información oficial orientada a la localización del paradero de una persona. Por lo tanto, los
familiares de la presunta víctima habrían podido “acceder libremente al mencionado recurso”.
Asimismo, señaló que de haberlo interpuesto y considerado que la resolución de estas
autoridades vulneraba sus derechos, habrían podido interponer una queja ante el Tribunal de
Garantías Constitucionales. En este contexto, consideró que la falta de interposición del recurso
de hábeas corpus no podía ser atribuible al Estado. Resaltó que los familiares de la presunta
víctima “en ningún momento [presentaron] la acción de hábeas corpus, a pesar de que [...] el
mismo no se encontraba suspendido ni existían impedimentos para su presentación, ni existe
prueba alguna de que las autoridades ecuatorianas le hayan manifestado la imposibilidad de
presentar tal recurso”. En virtud de lo anterior, alegó que “cumplió a cabalidad” con su obligación
de proveer recursos efectivos.
171. No existe controversia entre las partes y la Comisión en cuanto a que al inicio de la
desaparición forzada del señor Vásquez Durand se encontraba disponible un recurso de hábeas
corpus a nivel interno, dispuesto en el artículo 19 de la Constitución Política del Ecuador 242. No
obstante, en el presente caso los familiares del señor Vásquez Durand no interpusieron dicho
recurso. La Comisión y los representantes han alegado que dicho recurso no era efectivo. Sin
embargo, esta Corte estima que no resulta procedente un análisis en abstracto de la efectividad
del referido recurso, en tanto el mismo no fue interpuesto por las presuntas víctimas.
242
El texto del artículo establecía que: “Sin perjuicio de otros derechos necesarios para el pleno desenvolvimiento moral
y material que se deriva de la naturaleza de la persona, el Estado le garantiza: […] 17.- La libertad y seguridad
personales. […] En consecuencia: […] i) Toda persona que creyere estar ilegalmente privada de su libertad puede
acogerse al habeas corpus. Este derecho lo ejercerá por sí o por interpuesta persona, sin necesidad de mandata escrito,
ante el Alcalde o Presidente del Concejo bajo cuya jurisdicción se encuentre o ante quien haga sus veces. La autoridad
municipal ordenará inmediatamente que el recurrente sea conducido a su presencia y se exhiba la orden de privación de
la libertad. Su mandato será obedecido sin observación, ni excusa por los encargados del centro de rehabilitación social o
lugar de detención. Instruido de los antecedentes, el Alcalde o Presidente del Concejo dispondrá la inmediata libertad del
reclamante, si el detenido no fuere presentado o si no se exhibiere la arden, o si esta no cumpliere los requisitos legales,
o si se hubieren cometido vicios de procedimiento o, en fin, si se hubiere justificado el fundamento del recurso. El
funcionario o empleado que no acatare la orden será destituido inmediatamente de su cargo o empleo sin más trámite por
el Alcalde o Presidente del Concejo, quien comunicara la destitución a la Contraloría General del Estado y a la autoridad
que deba nombrar su reemplazo. El empleado destituido, luego de haber puesto en libertad al detenido, podrá reclamar
ante los órganos competentes de la Función Judicial, dentro de ocho días de notificado de su destitución”. Constitución
Política del Ecuador, Codificación 1993, publicada en el Registro Oficial No. 183 de 5 de mayo de 1993 (expediente de
prueba, folio 394).
- 57 -
172. Por tanto, este Tribunal concluye que, en el presente caso, el Estado no es responsable de
una violación del artículo 25.1 de la Convención, en relación con los artículos 1.1 y 2 del mismo
instrumento.
173. La Comisión y los representantes alegaron que el Estado había incumplido con su
obligación convencional derivada del artículo 2 de la Convención, al no incluir expresamente la
naturaleza permanente del delito de desaparición forzada, mientras no se estableciera el
paradero de la víctima. Por su parte, el Estado alegó haber cumplido con las obligaciones
generales del artículo 2 de la Convención, dado que “dentro de su legislación se encuentra
establecido el delito de desaparición forzada de personas”, cuya tipificación es conforme con el
estándar interamericano en la medida en que “recoge la característica jurídica de que en la
desaparición forzada, la conducta del agente estatal o quien actúe en su consentimiento [consiste
en] somet[er] a privación de libertad a una persona con la ausencia de información sobre la
suerte o el paradero de las personas”.
la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida
por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la
autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de
243
Cfr. Caso Heliodoro Portugal Vs. Panamá, supra, párr. 181, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 225.
244
Cfr. Caso Osorio Rivera y familiares Vs. Perú, supra, párr. 205, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr.
225.
- 58 -
Desaparición forzada.- La o el agente del Estado o quien actúe con su consentimiento, que
por cualquier medio, someta a privación de libertad a una persona, seguida de la falta de
información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el
paradero o destino de una persona, con lo cual se impida el ejercicio de garantías
constitucionales o legales, será sancionada con pena privativa de libertad de veintidós a
veintiséis años245.
178. La Corte constata que el Estado tipificó el delito de desaparición forzada en su derecho
interno. Dicha norma incluye los elementos que debe contener este tipo penal en el ordenamiento
jurídico interno conforme al artículo II de la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada, e inclusive adopta una redacción casi idéntica a la definición contenida en dicho tratado.
Si bien el artículo 84 del COIP no incluyó expresamente lo relativo al carácter permanente de la
desaparición forzada, la Corte estima que del artículo III de la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada no se deriva una obligación de tipificar el carácter continuo o permanente
de dicho delito de manera expresa. Dicha norma exige que este delito sea “considerado” como
permanente en el derecho interno, sin que ello signifique que ello deba ser parte del tipo penal.
180. Por tanto, la Corte concluye que Ecuador cumplió con su obligación de tipificar el delito de
desaparición forzada, contemplada en el artículo III de la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada y, en consecuencia, no es responsable de una violación en este sentido.
VIII-3
DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL DE LOS FAMILIARES DEL SEÑOR VÁSQUEZ
DURAND, EN RELACIÓN CON LA OBLIGACIÓN DE RESPETAR Y GARANTIZAR LOS
DERECHOS
245
Artículo 84 del Código Orgánico Integral Penal. Ley 0, Registro Oficial Suplemento 180 de 10 de febrero del 2014
(expediente de prueba, folio 280).
246
En este sentido, el Estado aportó una sentencia de la Corte Constitucional donde se establece que: “la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en varios casos ha señalado […] que la desaparición forzada de seres humanos
constituye una violación múltiple y continuada de numerosos derechos reconocidos en la Convención y que los Estados
Partes están obligados a respetar y garantizar, de igual forma en el caso Radilla Pacheco, sentencia de 23 de noviembre
de 2009, ha dicho que dentro de esta categoría de actos se encuentra la desaparición forzada de personas, cuyo carácter
continuo o permanente ha sido reconocido de manera reiterada por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos,
siendo obligación de los Estados sancionar a los responsables”. Sentencia No. 214-12-SEP-CC, CASO N° 1641-10-EP de
17 de mayo de 2012 (expediente de prueba, folio 1774).
- 59 -
181. La Comisión alegó que la presunta desaparición forzada del señor Jorge Vásquez Durand
afectó la integridad de sus familiares y la falta de avance en las investigaciones constituiría una
fuente de sufrimiento y angustia adicional. Los representantes alegaron que los familiares del
señor Vásquez Durand también serían víctimas en el presente caso, por cuanto se habría
vulnerado su integridad psíquica y moral como consecuencia directa de: a) la desaparición
forzada del señor Vásquez Durand; b) la incertidumbre respecto a lo ocurrido con Jorge Vásquez
Durand; y c) la impunidad en el caso concreto. Al respecto, destacaron las secuelas psicológicas
que habrían sufrido su esposa, su hijo y su hija. El Estado alegó que “está demostrado que puso
a su disposición el recurso de hábeas corpus para mitigar en el medida de su alcance, el dolor y
la preocupación por el desconocimiento del paradero del señor Vásquez Durand”.
B. Consideraciones de la Corte
182. Este Tribunal ha considerado que, en casos que involucran la desaparición forzada de
personas, es posible entender que la violación del derecho a la integridad psíquica y moral de los
familiares de la víctima es una consecuencia directa de ese fenómeno, que les causa un severo
sufrimiento por el hecho mismo, que se acrecienta, entre otros factores, por la constante
negativa de las autoridades estatales de proporcionar información acerca del paradero de la
víctima o de realizar una investigación eficaz para lograr el esclarecimiento de lo sucedido 247.
Estas afectaciones hacen presumir un daño a la integridad psíquica y moral de los familiares 248.
En casos anteriores, la Corte ha establecido que dicha presunción se establece juris tantum
respecto de madres y padres, hijas e hijos, cónyuges, compañeros y compañeras permanentes,
hermanos y hermanas siempre que corresponda a las circunstancias particulares del caso 249. Tal
presunción no ha sido desvirtuada por Ecuador en este caso.
183. Asimismo, las declaraciones rendidas ante la Corte permiten constatar que la señora María
Esther Gomero Cuentas y sus hijos han padecido una gran incertidumbre y un profundo
sufrimiento y angustia en detrimento de su integridad psíquica y moral debido a la desaparición
forzada de Jorge Vásquez Durand y a la actuación de las autoridades estatales respecto de la
investigación de lo sucedido250. Además, la Corte toma en cuenta el peritaje del psicólogo Carlos
Alberto Jibaja Zárate, según el cual “[l]a desaparición de Jorge en el año 1995 trastoca
247
Cfr. Caso Blake Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 24 de enero de 1998. Serie C No. 36, párr. 114, y Caso Tenorio
Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 254.
248
Cfr. Caso Valle Jaramillo y otros Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 2008.
Serie C No 192. párr. 119, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 254.
249
Cfr. Caso Blake Vs. Guatemala. Fondo, supra, párr.114; Caso Gudiel Álvarez y otros (“Diario Militar”) Vs. Guatemala,
supra, párr. 286, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 254.
250
En su declaración María Ester Gomero Cuentas declaró que “no le des[aba] a nadie todo lo [han] pasado:
limitaciones, frustraciones, hasta soledad, con quien compartir [sus] cosas, con quien ver, con quien decidir ciertas cosas,
realmente muchas carencia también”. Resaltó que cuando su esposo no fue incluido en el intercambio de presos entre
Ecuador y Perú, fue “muy doloroso para [ella], ya que tenía la esperanza de que lo liberaran. Además relató que a su hija
“se le comenzaron a caer los cabellos hasta la fecha[, por lo que la tuvo que llevar a un psicólogo] porque tenía que
superar ello, se le caía demasiado el cabello, mientras que su hijo observó “una timidez, [y] a veces uno no puede
exteriorizar lo que tiene dentro”. Por su parte, el hijo del señor Vásquez Durand, Jorge Luis Vásquez Gomero, declaró que
“[no sabe] a quién enterrar, a quién llorar, […] si está detenido, vivo o muerto. Estas son las grandes interrogantes que
tenemos. No pued[e] vivir para toda la vida con esta angustia y frustración”. Asimismo, señaló que “[c]uando desapareció
[su] padre, [su] madre se sintió bastante vacía y angustiada. […]Hasta ahora, cada vez que mi madre recuerda a mi
padre o que de repente los domingos se reúne con [sus] tías y habla de [su] padre, se pone a llorar”. Señaló que su
hermana “tuvo un problema psicológico, se le empezó a caer el cabello y estuvo en terapias físicas y psicológicas, a pesar
de ello las secuelas se mantienen”. Declaración rendida por María Esther Gomero Cuentas en la audiencia pública
celebrada ante la Corte, y declaración rendida ante fedatario público por Jorge Luis Vásquez Gomero el 29 de junio de
2016 (expediente de prueba, folios 1400 y 1401).
- 60 -
completamente [la] vida [de la señora Gomero Cuentas] y la de su familia nuclear”251. El perito
hizo referencia a los efectos psicológicos que ha tenido la desaparición y la falta de investigación
en María Esther Gomero Cuentas252, Jorge Luis Vásquez Gomero253 y Claudia Esther Vásquez
Gomero254.
184. Respecto a la madre de Jorge Vásquez Durand, María Durand, la Corte constata que esta
presunta víctima murió en los meses siguientes de su desaparición 255, sin que ella tuviera
conocimiento de la posible desaparición forzada de su hijo. De acuerdo a la señora Gomero
Cuentas, “la mamá de [su] esposo falleció [después que él había] desaparecido, [pero] la señora
[había sufrido] un derrame cerebral [por lo] que estaba inconsciente, [y] falleció sin saber nada,
o sea la señora falleció sin saber nada de [la desaparición de su] esposo”. La Corte considera que
estas circunstancias desvirtúan la presunción de un posible sufrimiento de la señora María Durand
como consecuencia de la desaparición forzada de su hijo. Por tanto, este Tribunal concluye que
Ecuador no es responsable de una violación de la integridad personal en su perjuicio.
185. Con base en las consideraciones anteriores, el Tribunal concluye que el Estado violó el
derecho a la integridad personal reconocido en el artículo 5.1 y 5.2 de la Convención Americana,
en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento, en perjuicio de María Esther Gomero
Cuentas, Jorge Luis Vásquez Gomero y Claudia Esther Vásquez Gomero. Respecto a María
Durand, el Estado no violó el derecho a la integridad personal reconocido en el artículo 5.1 y 5.2
de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento.
IX
REPARACIONES
(Aplicación del artículo 63.1 de la Convención Americana)
186. Sobre la base de lo dispuesto en el artículo 63.1 de la Convención Americana 256, la Corte ha
indicado que toda violación de una obligación internacional que haya producido daño comporta el
251
Declaración rendida ante fedatario público por Carlos Alberto Jibaja Zárate el 25 de julio de 2016 (expediente de
prueba, folio 1459).
252
Respecto a la señora Gomero Cuentas, señaló que “presenta principalmente síntomas crónicos a un nivel moderado
de tipo depresivo como sentimientos de tristeza y episodios de llanto” además de insomnio y ansiedad. Asimismo, señaló
que “[e]n ciertos períodos luego del hecho traumático, la examinada presentaba una ideación suicida pasiva sin la
compulsión a dejarse llevar principalmente por su amor y obligaciones hacia sus hijos”. Declaración rendida ante fedatario
público por Carlos Alberto Jibaja Zárate el 25 de julio de 2016 (expediente de prueba, folios 1460 y 1461).
253
Respecto a Jorge Luis Vásquez Gomero, señaló que “presenta insomnio a un nivel moderado”. Además indicó que
“[l]a tristeza acompañada de ganas de llorar y accesos de llanto han sido síntomas crónicos que ocurren hasta la
actualidad luego de la desaparición”, lo cual ha incrementado desde que asumió la responsabilidad de darle seguimiento al
caso del padre. Señaló que “[a]ctualmente experimenta intrusión de pensamientos y afectos relacionados a la
desaparición del padre y que pueden provocar llanto, ansiedad y sentimientos de culpa en el examinando”. Declaración
rendida ante fedatario público por Carlos Alberto Jibaja Zárate el 25 de julio de 2016 (expediente de prueba, folios 1474 y
1476).
254
Respecto a Claudia Esther Vásquez Gomero, señaló que “[e]n la actualidad, la examinada presenta principalmente
síntomas crónicos de tipo depresivo a un nivel moderado como sentimientos de tristeza y episodios de llanto”. Indicó que
“[l]a ansiedad en la examinada es moderada y se expresa a través de tensión corporal, dolor muscular, pero
principalmente por la caída del cabello, siendo este el síntoma más relevante, recurrente y crónico que Claudia relaciona
directamente con el nivel de ansiedad y estrés. No ha habido necesidad de medicar su nivel de ansiedad”. Declaración
rendida ante fedatario público por Carlos Alberto Jibaja Zárate el 25 de julio de 2016 (expediente de prueba, folios 1487 y
1488).
255
No consta en el expediente la fecha exacta de la muerte de la señora Durand, sin embargo la misma ocurrió antes
del 9 de mayo de 1995. Cfr. Carta de Carlos Cardó Franco, s.j. de 9 de mayo de 1995 dirigida a Jorge Carrión, s.j. en
Ecuador (expediente de prueba, folio 76).
256
El artículo 63.1 de la Convención Americana establece que: “[c]uando decida que hubo violación de un derecho o
libertad protegidos en [la] Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o
- 61 -
deber de repararlo adecuadamente, y que esa disposición recoge una norma consuetudinaria que
constituye uno de los principios fundamentales del Derecho Internacional contemporáneo sobre
responsabilidad de un Estado257.
187. La reparación del daño ocasionado por la infracción de una obligación internacional requiere,
siempre que sea posible, la plena restitución (restitutio in integrum), que consiste en el
restablecimiento de la situación anterior258. De no ser esto factible, como ocurre en la mayoría de
los casos de violaciones a derechos humanos, el Tribunal determinará medidas para garantizar
los derechos conculcados y reparar las consecuencias que las infracciones produjeron259. Por
tanto, la Corte ha considerado la necesidad de otorgar diversas medidas de reparación, a fin de
resarcir los daños de manera integral, por lo que además de las compensaciones pecuniarias, las
medidas de restitución, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición tienen especial
relevancia por los daños ocasionados260.
188. Este Tribunal ha establecido que las reparaciones deben tener un nexo causal con los
hechos del caso, las violaciones declaradas, los daños acreditados, así como las medidas
solicitadas para reparar los daños respectivos. Por lo tanto, la Corte deberá observar dicha
concurrencia para pronunciarse debidamente y conforme a derecho 261.
A. Parte Lesionada
191. Este Tribunal reitera que se considera parte lesionada, en los términos del artículo 63.1 de
la Convención, a quien ha sido declarada víctima de la violación de algún derecho reconocido en
la misma. Por lo tanto, esta Corte considera como “parte lesionada” al señor Jorge Vásquez
Durand, así como su cónyuge María Esther Gomero Cuentas, sus hijos Jorge Luis Vásquez
libertades conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la medida o
situación que ha configurado la vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte lesionada”.
257
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de julio de 1989. Serie C No.
7, párr. 25, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 188.
258
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, supra, párr. 25, y Caso I.V. Vs. Bolivia, supra,
párr. 325.
259
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, supra, párr. 29, y Caso I.V. Vs. Bolivia, supra,
párr. 325.
260
Cfr. Caso De la Masacre de las Dos Erres Vs. Guatemala, supra, párr. 226, y Caso I.V. Vs. Bolivia, supra, párr. 325.
261
Cfr. Caso Ticona Estrada y otros Vs. Bolivia, supra, párr. 110, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 188.
262
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, supra, párr. 25 a 27, y Caso Andrade Salmón
Vs. Bolivia, supra, párr. 189.
263
Cfr. Caso Neira Alegría y otros Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de septiembre de 1996. Serie C No.
29, párr. 56, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 189.
- 62 -
Gomero y Claudia Esther Vásquez Gomero, quienes en su carácter de víctimas de las violaciones
declaradas en el capítulo VIII serán acreedores de lo que la Corte ordene a continuación.
192. El Estado señaló que “cuenta, en el ámbito interno, con un mecanismo de reparación
acorde a los estándares interamericanos de protección a derechos humanos, motivo por el cual,
la Corte […] deberá excluir de su conocimiento las reparaciones de este caso”. Resaltó que “los
contenidos de la reparación propuestos por el Ecuador cumplen con el parámetro interamericano
de restitutio-in-integrum y que el diseño normativo de la Ley y el Reglamento de Reparación,
están basados en fuentes jurídicas del corpus iuris interamericano, principalmente en los fallos de
la Corte Interamericana”. Al respecto, si bien afirmó que el programa de reparación interno es de
carácter voluntario, resaltó que las víctimas y sus representantes “se neg[aron] a participar del
mecanismo estatal de reparación integral, afectando de esta manera al principio de
subsidiariedad del Sistema”. Además, solicitó a la Corte “excusarse de conocer el punto vinculado
a reparaciones y disponga a las presuntas víctimas se acojan al procedimiento interno”, puesto
que en su entender “Ecuador se encuentra mejor posicionado” para garantizar una reparación
integral a las presuntas víctimas.
193. Los representantes alegaron que Ecuador se ha “limit[ado a] describir los objetivos de la
Comisión de la Verdad, sus conclusiones y recomendaciones, las políticas públicas que implantó
luego y las normas legislativas que adoptó; [pero ha] omiti[do] brindar explicaciones claras sobre
el caso”. Destacaron que el Estado tuvo la oportunidad de declarar una violación en este caso y
de reparar el daño, pero que “falló en hacerlo” a pesar que el caso fue documentado en el
Informe de la Comisión de la Verdad concluido en 2010. Alegaron que teniendo en cuenta “la
ausencia de verdad y justicia en el presente caso, el principio de subsidiaridad planteado por [el
Estado …] no requiere un análisis extenso y debería más bien llevar la Corte a ordenar las
medidas de reparación solicitadas por los familiares de la víctima”. Informaron que los familiares
de Jorge Vásquez Durand y sus representantes no lograron obtener información precisa sobre las
acciones concretas que se realizarán a su favor en el marco de las líneas de trabajo del Programa
de Reparación, sobre las autoridades o instituciones que estarían encargadas de realizar dichas
acciones ni sobre los medios que tendrían que utilizar las víctimas para un acceso efectivo a las
medidas de reparación, una vez registrados en el Programa de Reparación. Esta falta de
información concreta agudiza la desconfianza que los familiares ya sentían frente al Estado, por lo
cual el 20 de septiembre de 2016 comunicaron a la Defensoría del Pueblo del Ecuador que los
familiares habían decidido no presentar una solicitud para integrarse al Programa de Reparación
sino esperar a lo que resolviera la Corte en su sentencia.
194. La Comisión señaló que no existe controversia sobre el hecho de que la familia del señor
Vásquez Durand no ha recibido reparación alguna a nivel interno. Por ello, alegó que la Corte
Interamericana está llamada a establecer la totalidad de las reparaciones a la luz de su
jurisprudencia constante en materia de desaparición forzada. Señaló que “esto no implica
desconocer los esfuerzos estatales en el diseño e implementación de programas de reparación
administrativa”, sino que implica “reconocer que: i) la fuente de la reparación integral que dicta la
Corte Interamericana es la responsabilidad internacional del Estado; y ii) las víctimas que acuden
al sistema interamericano y llegan a la Corte Interamericana han asumido las cargas de litigar un
proceso de naturaleza judicial, por lo que no sería razonable exigir que activen los mecanismos
de reparación administrativa a los que hubieran podido acceder sin acudir al sistema
interamericano”.
- 63 -
195. Como se mencionó previamente, por medio de la Ley para Reparación de Víctimas y
Judicialización se creó un programa para garantizar la reparación integral de las víctimas de
violaciones de derechos humanos de los casos documentados por la Comisión de la Verdad (supra
párrs. 75 a 78). Dicha ley creó un Programa de Reparación, por vía administrativa, a cargo de la
Defensoría del Pueblo264, para el otorgamiento de medidas tales como la rehabilitación, la
anulación de antecedentes personales, la búsqueda y localización de personas desaparecidas,
entre otras265. Respecto de las posibles indemnizaciones, materiales o inmateriales, la misma ley
delega en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos su negociación y otorgamiento, en los
casos a que hubiere lugar266. Adicionalmente, la investigación penal de los casos documentados
por la Comisión de la Verdad se asignó a una Dirección especial a cargo de la Fiscalía General del
Estado (supra párr. 87). El procedimiento para acceder al Programa de Reparación, así como para
obtener las indemnizaciones correspondientes y los principios que lo rigen se encuentran
regulados por las “Directrices para regular el procedimiento para el programa de reparación por
vía administrativa para las víctimas de violaciones de los derechos humanos documentadas por la
Comisión de la Verdad”, dictadas por la Defensoría del Pueblo en noviembre de 2014 y por el
Reglamento para los acuerdos reparatorios emitido por el Ministerio de Justicia, Derechos
Humanos y Cultos en febrero de 2015267 (supra párr. 78).
264
Cfr. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículos 4 y 5 (expediente de prueba, folio 408).
265
Al respecto, dicha ley establece que “[c]on adecuación a cada caso concreto, las víctimas directas de violaciones de
derechos humanos documentadas por la Comisión de la Verdad y también sus cónyuges o parejas por unión de hecho y
familiares hasta el segundo grado de consanguinidad, tienen derecho a beneficiarse de las siguientes medidas individuales
de reparación tales como: 1. La rehabilitación física y atención psicosocial. 2. La supresión, a solicitud de parte, de todos
los datos y antecedentes personales constantes en los diferentes archivos judiciales, policiales, militares u otros,
relacionados con los hechos documentados por la Comisión de la Verdad. 3. La búsqueda, localización y liberación de la
persona desaparecida, que estará a cargo de la Policía Nacional, con la dirección de la Fiscalía General del Estado; y, en
caso de fallecimiento, las mencionadas instituciones se encargarán de la exhumación, identificación y la restitución de sus
restos a sus allegados, quienes tendrán derecho a ser informados del avance en la búsqueda de la persona y a participar
en las diligencias que se adelanten con ese fin. 4. La declaratoria, a petición de parte, de muerte presunta y de la
posesión definitiva de los bienes de las víctimas de desaparición forzada, en virtud de la presunción de muerte por
desaparecimiento, de conformidad con los artículos 68 a 80 del Código Civil. Para el efecto, no serán aplicables los
artículos 66 y 67 del referido Código. 5. La capacitación laboral, formación técnica o asesoría para el desarrollo de
iniciativas de inclusión económica. 6. La restitución de los apellidos paterno y materno de los hijos e hijas de las víctimas
que fueron inscritos en el Registro Civil como hijos de otras personas, para evitar que sean perseguidos o violentados por
los perpetradores de las graves violaciones de derechos realizadas en contra de sus padres biológicos. Una vez
corroborada la situación, la autoridad competente del Registro Civil, Identificación y Cedulación correspondiente realizará
la inscripción de la modificación del registro de nacimiento”. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 6
(expediente de prueba, folios 408 y 409).
266
“Art. 7. Indemnización.- En los casos en que haya lugar a indemnización por los daños materiales o inmateriales que
se produjeron a consecuencia de las graves violaciones de derechos humanos documentadas por la Comisión de la
Verdad, el Estado ecuatoriano efectivizará el pago de dicha indemnización ya sea en cumplimiento de lo establecido en el
acuerdo indemnizatorio al que pueden llegar las víctimas con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, o en
cumplimiento de lo ordenado en sentencia ejecutoriada. El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, en coordinación
con el Programa de Reparación indicado en la presente ley, reglamentará el procedimiento para los acuerdos reparatorios,
los montos a pagarse por concepto de indemnización y las medidas para su cumplimiento. La determinación de los
montos de indemnización se establecerá sobre la base de los parámetros y criterios más actuales que hayan sido
desarrollados para tales fines por el Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos”. Ley para Reparación
de Víctimas y Judicialización, artículo 7 (expediente de prueba, folio 409).
267
Cfr. Directrices para regular el procedimiento para el programa de reparación por vía administrativa para las víctimas
de violaciones de los derechos humanos documentadas por la Comisión de la Verdad, dictadas mediante la Resolución No.
198-DPECGAJ-2014 de 13 de noviembre de 2014 de la Defensoría del Pueblo (expediente de prueba, folios 412 a 420), y
Reglamento para los acuerdos reparatorios (expediente de prueba, folios 442 a 450).
- 64 -
culminaría en un acuerdo reparatorio268. Una vez concluido el proceso ante la Defensoría del
Pueblo, “a petición de parte, en un término no mayor a cinco (5) días se trasladará una copia
certificada de todo el expediente al Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos”, a partir
de lo cual se iniciaría un proceso de negociación respecto de las indemnizaciones con dicho
órgano del Estado, “[e]n los casos en que haya lugar a indemnización por los daños materiales
y/o inmateriales”269.
197. Ahora bien, conforme ha sido afirmado por el propio Estado y de acuerdo a lo establecido en
la referida ley, acceder al Programa de Reparación es voluntario y constituye una de los
mecanismos a través de los cuales las víctimas de los casos documentados en el Informe de la
Comisión de la Verdad pueden obtener las reparaciones que les corresponden. En dicha ley
también se establece la posibilidad de demandar judicialmente al Estado para obtener las
reparaciones correspondientes270. Asimismo, la ley establece la posibilidad de que el Estado
ecuatoriano “efectivi[ce] el pago de [la] indemnización [a que hubiere lugar] ya sea en
cumplimiento de lo establecido en el acuerdo indemnizatorio al que pueden llegar las víctimas con
el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, o en cumplimiento de lo ordenado en sentencia
ejecutoriada”271.
268
El artículo 23 de las Directrices de la Defensoría para regular el procedimiento para el programa de reparación por
vía administrativa para las víctimas de violaciones de los derechos humanos documentadas por la Comisión de la Verdad
establece: “Del Acuerdo Reparatorio.- El Acuerdo Reparatorio es un instrumento mediante el cual, las víctimas y la
Defensoría del Pueblo definirán las medidas reparatorias de carácter inmaterial a las que hubiere lugar. Para constancia de
las medidas de reparación acordadas, el Defensor del Pueblo o su delegado suscribirá con las personas beneficiarias el
respectivo acuerdo reparatorio. El acuerdo reparatorio deberá ser suscrito en cuatro ejemplares: uno que será entregado
a la o las personas beneficiarias, uno para la Defensoría del Pueblo, uno para la Procuraduría General del Estado, y uno
para el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos” (expediente de prueba, folio 419).
269
Artículo 25 de las Directrices de la Defensoría para regular el procedimiento para el programa de reparación por vía
administrativa para las víctimas de violaciones de los derechos humanos documentadas por la Comisión de la Verdad
(expediente de prueba, folio 420). Además, el artículo 9 del Reglamento para acuerdos reparatorios establece que: “[e]n
los casos en que haya lugar a indemnización por los daños materiales y/o inmateriales que se produjeron a consecuencia
de las graves violaciones de derechos humanos documentados par la Comisión de la Verdad se iniciará un proceso de
negociación con las víctimas directas o personas beneficiarias de conformidad con la Ley, a cargo del Ministerio de
Justicia, Derechos Humanos y Cultos, para lo cual la Defensoría del Pueblo a través del Programa de Reparación, remitirá
el expediente debidamente documentado, con el establecimiento de las medidas de reparación integral adoptadas e
implementadas dentro [d]el Programa de Reparación por vía administrativa, en caso de haberse acogido al mismo”.
Reglamento para los acuerdos reparatorios (expediente de prueba, folio 445).
270
Al respecto, la referida ley establece: “[artículo] 8.- Reparación por vía judicial.- Las víctimas y, a falta de ella, su
cónyuge, su pareja en unión de hecho y sus familiares hasta el segundo grado de consanguinidad, en ese orden, podrán
demandar judicialmente la reparación integral de los daños ocasionados por las graves violaciones de derechos humanos.
Se prohíbe otorgar o recibir doble indemnización por el mismo hecho, o por error judicial. La víctima y, a falta de ella, su
cónyuge, su pareja por unión de hecho y sus familiares hasta el segundo grado de consanguinidad, que obtuvieren o
hubieren recibido indemnización a través de un acuerdo indemnizatorio suscrito con el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos, no podrán demandar al Estado otra indemnización por el mismo hecho a través de la vía judicial, ni en el
Sistema Interamericano o Universal de Protección a los Derechos Humanos”. Ley para Reparación de Víctimas y
Judicialización (expediente de prueba, folio 135). Asimismo, el Reglamento respectivo establece en su artículo 9 que “[e]n
los casos en que las víctimas o personas beneficiarias manifiesten su voluntad de no acogerse a las medidas establecidas
por el Programa de Reparación por vía administrativa, la Defensoría del Pueblo deberá remitir al Ministerio de Justicia,
Derechos Humanos y Cultos, el expediente respectivo debidamente documentado”. Reglamento para los acuerdos
reparatorios (expediente de prueba, folio 445).
271
Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 7 (expediente de prueba, folio 409).
- 65 -
199. La Comisión solicitó a la Corte que establezca como reparación “[l]levar a cabo los
procedimientos internos relacionados con las violaciones a los derechos humanos declaradas en el
caso e iniciar un proceso penal por el delito de desaparición forzada en agravio de Jorge Vásquez
Durand, de manera imparcial, efectiva y oportuna con el objeto de esclarecer los hechos en forma
completa, identificar a todos los responsables e imponer las sanciones que correspondan”.
200. Los representantes alegaron que “no se llevó a cabo investigación o proceso judicial
alguno […], hubo falta de debida diligencia y rigurosidad en la investigación”, por lo que “los
actos de violencia cometidos en contra de [la víctima] permanecen en completa impunidad”. En
consecuencia, solicitaron que la Corte ordene al Ecuador “llevar a cabo, dentro de un plazo
razonable, una investigación completa, imparcial, y efectiva a fin de identificar, juzgar y
sancionar [a] todos los autores materiales e intelectuales de las violaciones a los derechos
humanos de las víctimas con penas proporcionales a la gravedad de los hechos cometidos contra
[…] Jorge Vásquez Durand”. Asimismo, indicaron que el Estado debía mantener informada a la
familia de los avances de la investigación.
201. El Estado señaló que “cuenta, en el ámbito interno, con un mecanismo de reparación
acorde a los estándares interamericanos de protección a derechos humanos”. En consecuencia,
solicitó a la Corte “excusarse de conocer el punto vinculado a reparaciones y [que] disponga
[que] las presuntas víctimas se acojan al procedimiento interno”.
202. Este Tribunal declaró en la presente Sentencia que el Estado es responsable de una
violación del derecho a acceso a la justicia de las víctimas, en la medida en que incumplió su
obligación de iniciar una investigación de oficio una vez que tuvo conocimiento de la desaparición
forzada del señor Vásquez Durand, no ha llevado a cabo la investigación que eventualmente inició
en un plazo razonable y ha omitido realizar una búsqueda seria para localizar el paradero del
señor Vásquez Durand, incurriendo asimismo en una violación del derecho a conocer la verdad
(supra párr. 168).
203. Teniendo en cuenta que actualmente se encuentra abierto un proceso penal con respecto a
la desaparición forzada del señor Vásquez Durand y considerando la jurisprudencia constante de
este Tribunal272, la Corte dispone que el Estado debe continuar eficazmente y con la mayor
diligencia las investigaciones y el proceso penal en curso, así como abrir las investigaciones que
sean necesarias con el fin de identificar, juzgar y, en su caso, sancionar a los responsables de la
desaparición forzada de Jorge Vásquez Durand en un plazo razonable, con el fin de establecer la
verdad de los hechos en atención a los criterios señalados sobre investigaciones en casos de
desapariciones forzadas273, y removiendo todos los obstáculos que mantienen la impunidad274 en
272
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo. Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C No. 4, párr. 174, y
Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr. 268.
273
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo. Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C No. 4, párr. 174, y
Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 285.
- 66 -
este caso. La debida diligencia en la investigación implica que todas las autoridades estatales
correspondientes están obligadas a colaborar en la recolección de la prueba, por lo que deberán
brindar al juez, fiscal u otra autoridad judicial toda la información que requiera y abstenerse de
actos que impliquen la obstrucción para la marcha del proceso investigativo. En particular, el
Estado deberá velar por que se observen los siguientes criterios:
a. realizar la o las investigaciones pertinentes en relación con los hechos del presente
caso evitando omisiones en la recolección de prueba y en el seguimiento de líneas
lógicas de investigación;
b. investigar con debida diligencia abarcando de forma integral los elementos que
configuran la desaparición forzada;
204. Conforme a su jurisprudencia constante275, la Corte reitera que el Estado debe asegurar el
pleno acceso y capacidad de actuar de las víctimas o sus familiares en todas las etapas de la
investigación y el juzgamiento de los responsables. Dicha participación deberá tener como
finalidad el acceso a la justicia y el conocimiento de la verdad de lo ocurrido.
205. La Comisión solicitó a la Corte que ordene al Estado “[i]nvestigar de manera completa,
imparcial y efectiva el paradero de Jorge Vásquez Durand”. Además, solicitó que en caso de
establecerse que la víctima no se encuentra con vida, se ordene a Ecuador “adoptar las medidas
necesarias para entregar sus restos a los familiares, según sus deseos”.
274
Cfr. Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala, supra, párr. 277, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y
comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 285.
275
Cfr. Caso del Caracazo Vs. Venezuela. Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de agosto de 2002. Serie C No. 95,
párr. 118, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra,
párr. 286.
- 67 -
206. Los representantes alegaron que “transcurrido[s] más de 20 años desde la desaparición
de Jorge Vásquez Durand, el Estado no viene realizando ninguna diligencia específica con relación
a la ubicación de la víctima”. Por lo tanto, solicitaron que Ecuador “realice con la debida diligencia
las actuaciones necesarias tendientes a localizar y hacer entrega de los restos de [la víctima] a
sus familiares, a fin de que estos puedan realizar los ritos funerarios según sus costumbres y
creencias”. Asimismo, afirmaron que “el Estado debe brindar las condiciones necesarias para
trasladar y dar sepultura a dichos restos en el lugar de elección de sus familiares, sin costo
alguno para ellos”.
207. El Estado solicitó que la Corte se excuse de conocer el punto vinculado a reparaciones y
disponga a las presuntas víctimas se acojan al procedimiento interno”, dado que el Estado
contempla en su ordenamiento interno mecanismos de reparación a violaciones de derechos
humanos acordes a los parámetros determinados por la Corte.
208. En el presente caso aún se desconoce el paradero del señor Vásquez Durand y hasta la
fecha el Estado no ha adoptado todas las medidas tendientes a determinar su destino. El Tribunal
resalta que el señor Vásquez Durand fue desaparecido forzadamente hace más de 22 años, por lo
cual es una expectativa justa de sus familiares que se identifique su paradero, lo que constituye
una medida de reparación y, por lo tanto, genera el deber correlativo para el Estado de
satisfacerla276. A su vez, esto permite a los familiares aliviar la angustia y sufrimiento causados
por dicha incertidumbre277.
209. La Corte ha establecido que la entrega de los restos mortales constituye un acto de
reparación en sí mismo y que recibir el cuerpo de una persona desaparecida forzadamente es de
suma importancia para sus familiares, ya que les permite sepultarlo de acuerdo a sus creencias,
así como cerrar el proceso de duelo que han estado viviendo a lo largo de estos años278.
210. En consecuencia, es necesario que el Estado efectúe una búsqueda rigurosa por la vía
judicial y administrativa pertinente, en la cual realice todos los esfuerzos para determinar, a la
mayor brevedad, el paradero de Jorge Vásquez Durand, la cual deberá realizarse de manera
sistemática y contar con los recursos humanos, técnicos y científicos adecuados e idóneos y, en
caso de ser necesario, deberá solicitarse la cooperación de otros Estados. Para las referidas
diligencias se debe establecer una estrategia de comunicación con los familiares y acordar un
marco de acción coordinada, para procurar su participación, conocimiento y presencia, conforme
a las directrices y protocolos en la materia279. En caso de que luego de las diligencias realizadas
por el Estado, la víctima se encontrare fallecida, los restos mortales deben ser entregados a sus
familiares, previa comprobación fehaciente de identidad, a la mayor brevedad posible y sin costo
alguno para ellos. Además, el Estado deberá cubrir los gastos fúnebres, en su caso, de común
acuerdo con sus familiares280. El Estado podrá cumplir con este medida dentro del mecanismo
276
Cfr. Caso Neira Alegría y otros Vs. Perú, supra, párr. 69, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades
vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 292.
277
Cfr. Caso Ticona Estrada y otros Vs. Bolivia, supra, párr. 155, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y
comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 292.
278
Cfr. Caso Trujillo Oroza Vs. Bolivia. Reparaciones y Costas, supra, párr. 115, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac
y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 237.
279
Cfr. Caso Contreras y otros Vs. El Salvador, supra, párr. 191, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades
vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 294.
280
Cfr. Caso del Caracazo Vs. Venezuela. Reparaciones y Costas, supra, párr. 124, y Caso Miembros de la Aldea
Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala, supra, párr. 295.
- 68 -
creado a nivel interno para la búsqueda y localización de las personas desaparecidas por medio
de la Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización (supra párrs. 74 a 78 y 195).
212. La Corte estima pertinente ordenar, como lo ha hecho en otros casos 281, que el Estado, en
el plazo de seis meses, contado a partir de la notificación de la presente Sentencia, realice las
siguientes publicaciones: a) el resumen oficial de la Sentencia elaborado por la Corte, por una
sola vez, en el diario oficial y en un diario de amplia circulación nacional, en un tamaño de letra
legible y adecuado, y b) la presente Sentencia en su integridad, disponible al menos por un
período de un año, en el sitio web del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos accesible
al público desde la página de inicio del referido sitio web.
213. El Estado deberá informar de forma inmediata a esta Corte una vez que proceda a realizar
cada una de las publicaciones dispuestas, independientemente del plazo de un año para presentar
su primer informe dispuesto en la parte resolutiva de la Sentencia.
214. Los representantes señalaron que “la desaparición forzada de Jorge Vásquez Durand […]
produjo […] un gran impacto en el bienestar psicológico de sus familiares”, y que “ellos han
padecido años de dificultades a raíz de los hechos […], así como por las insuficientes acciones
gubernamentales para esclarecer los hechos e imponer sanciones a los responsables”. Asimismo,
alegaron que la “ausencia [del señor Vásquez Durand] fue una experiencia dura, triste y
traumática, dolor del cual [los familiares] no logran recuperarse a la fecha”. Por lo tanto,
solicitaron que la Corte ordene al Estado “garantizar un tratamiento médico y psicológico, gratuito
y permanente, a favor de los familiares de las víctimas”, suministrado en el país y ciudad de
residencia de los mismos e incluyendo la provisión de los medicamentos que sean requeridos.
Asimismo solicitaron que “[e]l Estado debe hacerse cargo de otros gastos que sean generados
conjuntamente a la provisión del tratamiento”.
215. El Estado indicó que el Programa de Reparación por vía administrativa “contempla
reparaciones inmateriales, las cuales se asemejan a las reparaciones determinadas por la Corte
[…] en cuanto a mecanismos de satisfacción y garantías de no repetición”, y que este programa
281
Cfr., inter alia, Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de diciembre de 2001.
Serie C No. 88, párr. 79; Caso Granier y otros (Radio Caracas Televisión) Vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de junio de 2015. Serie C No. 293, párr. 386; Caso Omar Humberto Maldonado
Vargas y otros Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 02 de septiembre de 2015. Serie C No. 300, párr.
162, y Caso Pollo Rivera y otros Vs. Perú, supra, párr. 279.
- 69 -
también incluye la rehabilitación física y atención psicosocial. Por tanto afirmó que “se encuentra
mejor posicionado, para poder garantizar medidas de satisfacción, las cuales buscan reparar de
manera integral a los peticionarios”.
216. La Corte estima, como lo ha hecho en otros casos282, que es preciso disponer una medida
de reparación que brinde una atención adecuada a los padecimientos psicológicos o psiquiátricos
sufridos por los familiares del señor Jorge Vásquez Durand (supra párrs. 182 a 185). Ahora bien,
este Tribunal nota que las víctimas no residen en el Ecuador. Por tanto, como lo ha dispuesto en
otros casos283, la Corte dispone que el Estado deberá otorgarles, por una única vez, la suma de
US$ 7.500,00 (siete mil quinientos dólares de los Estados Unidos de América) a cada una de las
siguiente víctimas, María Esther Gomero Cuentas, Jorge Luis Vásquez Gomero y Claudia Esther
Vásquez Gomero, por concepto de gastos por tratamiento psicológico o psiquiátrico, así como por
medicamentos y otros gastos conexos, para que puedan recibir dicha atención en el lugar donde
residan.
217. La Comisión solicitó que la Corte ordene al Estado “[a]doptar las medidas necesarias para
evitar que en el futuro se produzcan hechos similares, conforme al deber de prevención y
garantía de los derechos humanos reconocidos en la Convención”, e “implementar programas
permanentes de derechos humanos y derecho internacional humanitario en las escuelas de
formación de las Fuerzas Armadas”. Además, solicitó que el Estado efectúe “un reconocimiento
público de responsabilidad internacional y realizar una disculpa pública por las violaciones
declaradas en el caso”. Los representantes solicitaron que se realice “[u]n acto de disculpas
públicas que dignifique […] la memoria de Jorge Vásquez Durand por las más altas autoridades
del Estado”.
218. Este Tribunal advierte que el Programa de Reparación a cargo de la Defensoría del Pueblo
cuenta con cinco líneas de trabajo que incluyen la educación en derechos humanos, la
implementación de medidas simbólicas y medidas de satisfacción, así como el archivo y custodia
de la memoria documental de las violaciones de derechos humanos 284. En particular, la Corte
nota que el Estado presentó información sobre la realización de capacitaciones a miembros de las
Fuerzas Armadas en diferentes ciudades del país285. Asimismo, Ecuador remitió documentos
sobre las gestiones realizadas con respecto a la implementación de un Museo de la Memoria y
placas conmemorativas con los nombres de las víctimas que constan en el Informe de la
Comisión de la Verdad286.
219. La Corte reconoce y valora los avances llevados a cabo por parte del Estado en materia de
garantías de no repetición y otras gestiones simbólicas. El Tribunal estima oportuno que el Estado
siga implementando estas medidas para proveer a las víctimas de los casos documentados en el
Informe de la Comisión de la Verdad una reparación integral, pero no considera necesaria la
282
Cfr. Caso Barrios Altos Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de noviembre de 2001. Serie C No. 87,
párrs. 42 y 45, y Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio de Rabinal Vs. Guatemala,
supra, párr. 303.
283
Cfr., inter alia, Caso de la Masacre de las Dos Erres Vs. Guatemala, supra, párr. 270; Caso J. Vs. Perú. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 2013. Serie C No. 275, párr. 397, y Caso
Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, supra, párr. 569.
284
Cfr. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 9 (expediente de prueba, folio 135).
285
Cfr. Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos. Oficio No. MJDHC-SDHC-DDH-2015-0157-0 de 11 de
diciembre de 2015 (expediente de prueba, folios 433 a 440).
286
Cfr. Defensoría del Pueblo. Oficio No. DPE-DNRVPI-2016-0091-0 de 21 de septiembre de 2016 y anexos (expediente
de prueba, folios 1877, 1878 y 1890).
- 70 -
F. Indemnizaciones compensatorias
222. El Estado indicó que la Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización en su artículo 7
contempla como elemento de reparación integral la indemnización, acogiendo los parámetros del
sistema interamericano de derechos humanos en cuanto a daño material y daño inmaterial. Alegó
que “el propio artículo […] realiza la determinación de una justa compensación”, utilizando “los
parámetros contemplados en la jurisprudencia de la Corte […] en cuanto a daño material como
daño inmaterial” de manera que “la participación [del Tribunal …] en la determinación de estos
rubros sería innecesaria”. Asimismo, afirmó que la adaptación de la normativa interna al estándar
internacional de reparación “evidencia la buena fe del Ecuador en cuanto a reparar de manera
integral a quienes han sido víctimas de violaciones a sus derechos humanos”, por lo que “la Corte
[…] en aplicación del principio de subsidiariedad deberá abstenerse de ordenar reparaciones”.
223. Este Tribunal constata que el Programa de Reparaciones creado para los casos
documentados por la Comisión de la Verdad por medio de la Ley para Reparación de Víctimas y
Judicialización y su Reglamento287 prevé un procedimiento de indemnización a cargo del
Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos. Ahora bien, dicha ley también prevé la
posibilidad de que el Estado pague las indemnizaciones materiales o inmateriales debidas en
casos de violaciones de derechos humanos, “en cumplimiento de lo ordenado en sentencia
ejecutoriada”288. Asimismo, para el establecimiento de los montos indemnizatorios, la referida ley
287
Cfr. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 7 (expediente de prueba, folios 134 y 135), y
Reglamento para los acuerdos reparatorios (expediente de prueba, folio 445).
288
Al respecto, el artículo 7 de la referida ley establece: “Indemnización.- En los casos en que haya lugar a
indemnización por los daños materiales o inmateriales que se produjeron a consecuencia de las graves violaciones de
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remite a “los parámetros y criterios más actuales desarrollados por el sistema interamericano” 289.
Adicionalmente, para evitar la doble indemnización por un mismo hecho, el Reglamento establece
de manera expresa que “[q]uienes hayan recibido indemnización en forma efectiva por parte del
Estado, ya sea por cumplimiento de acuerdos de solución amistosa, sentencias y acuerdos de
cumplimiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos o resoluciones del Sistema
Universal de Derechos Humanos, por los mismos hechos documentados por la Comisión de la
Verdad”, “no podrán beneficiarse de un acuerdo indemnizatorio”290.
224. La Corte reconoce y valora los avances llevados a cabo por el Estado en materia de
reparación de víctimas de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, los cuales se han
venido desarrollando a partir de la promulgación de la Ley para Reparación de Víctimas y
Judicialización, así como su Reglamento. En el presente caso, la Corte advierte que el sistema
administrativo de reparaciones no ha sido utilizado por las víctimas. Al respecto, estima que el
mismo sistema establecido a nivel interno, previó la posibilidad del otorgamiento de
indemnizaciones directamente por los órganos internacionales de derechos humanos, y más
concretamente por la Corte Interamericana.
225. Este Tribunal halla que, de conformidad con sus atribuciones y deberes establecidos por el
artículo 63.1 de la Convención, una vez que determina que se configuró la vulneración de los
derechos contenidos en la Convención Americana debe determinar el pago de una “justa
indemnización”. Por ello, corresponde a la Corte establecer las medidas de reparación que estime
pertinentes, entre ellas las indemnizaciones compensatorias, tal como procederá a hacerlo en
este caso.
226. Teniendo en cuenta que en el presente caso la Corte ha determinado que se configuraron
una serie de violaciones a la Convención Americana, el principio de economía procesal, el hecho
que para el establecimiento de las indemnizaciones el programa interno de reparación utiliza los
criterios y parámetros de este mismo Tribunal y que el Estado no ha precisado los montos que
otorgaría a las víctimas como consecuencia de las violaciones determinadas en esta Sentencia, la
Corte estima que le corresponde determinar de manera autónoma las indemnizaciones debidas
por las violaciones declaradas en esta Sentencia.
derechos humanos documentadas por la Comisión de la Verdad, el Estado ecuatoriano efectivizara el pago de dicha
indemnización ya sea en cumplimiento de lo establecido en el acuerdo indemnizatorio al que pueden llegar las victimas
con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, o en cumplimiento de lo ordenado en sentencia ejecutoriada”. Ley para
Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 7 (expediente de prueba, folios 134 y 135).
289
Cfr. Ley para Reparación de Víctimas y Judicialización, artículo 7 (expediente de prueba, folios 134 y 135). En el
mismo sentido, el artículo 13 del Reglamento establece que “[l]a Propuesta de Indemnización deberá tomar en
consideración los parámetros y criterios establecidos por el Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos
para la fijación de daño material e inmaterial”. Reglamento para los acuerdos reparatorios (expediente de prueba, folio
446).
290
Reglamento para los acuerdos reparatorios, art. 3.1 (expediente de prueba, folio 444).
291
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de febrero de 2002. Serie C
No. 91, párr. 43, y Caso I.V. Vs. Bolivia, supra, párr. 354
292
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas, supra, párr. 43, y Caso Andrade Salmón Vs.
Bolivia, supra, párr. 204.
- 72 -
228. Este Tribunal advierte que, pese a que no fueron aportados comprobantes de gastos, es de
presumir que los familiares del señor Jorge Vásquez Durand incurrieron en diversos gastos con
motivo de su detención y posterior desaparición. Al respecto, la Corte recuerda que, ante la
desaparición de la víctima la señora Gomero Cuentas realizó varias gestiones dirigidas a
diferentes instituciones y organizaciones peruanas y ecuatorianas para obtener información sobre
la suerte y el paradero de su esposo y con el propósito de su liberación (supra párrs. 79 a 84).
Asimismo, la señora Gomero Cuentas declaró que se trasladó hasta Aguas Verdes en la frontera
entre Ecuador y Perú para dar con el paradero de su esposo 293. Tomando en cuenta el contexto
internacional de estas gestiones, la Corte estima que el Estado debe otorgar una indemnización
por dichos gastos, pues tienen un nexo causal directo con los hechos violatorios de este caso 294.
Como fue expresado, en el expediente no constan comprobantes para determinar con exactitud el
monto de los gastos que dichas diligencias ocasionaron a los miembros de la familia del señor
Jorge Vásquez Durand. Sin embargo, en atención a las circunstancias particulares del caso, la
Corte estima pertinente fijar en equidad la cantidad de US$ 15.000,00 (quince mil dólares de los
Estados Unidos de América), como indemnización por concepto de daño emergente, la cual
deberá ser entregada a María Esther Gomero Cuentas.
229. Respecto a los ingresos dejados de percibir por el señor Jorge Vásquez Durand, los
representantes se basaron en el salario mínimo vital para realizar el cálculo respectivo, que
ascendería, hasta el año 2015, al monto de US$ $46.320,91. Sobre esta cifra descontaron el 25%
en concepto de gastos personales, resultando en un monto de US $34.740,68. No obstante,
indicaron que esta cifra era “solo de carácter referencial”, porque los salarios de la víctima
“estaban muy por encima del salario mínimo”. Por ello, solicitaron a la Corte calcular el monto
correspondiente al lucro cesante de la víctima en equidad (supra párr. 221).
230. La Corte considera, como lo ha hecho en otros casos sobre desapariciones forzadas295, que
en este caso en que se desconoce el paradero de la víctima, es posible aplicar los criterios de
compensación por la pérdida de ingresos de esta, lo cual comprende los ingresos que habría
percibido durante su vida probable. Teniendo en cuenta la edad de la víctima al inicio de su
293
La esposa de Jorge Vásquez Durand declaró en la audiencia pública de este caso que: “en un momento doctora,
realmente con la desesperación de no saber cómo encontrar, como ver cómo comunicarme con mi esposo, […] [la] idea
fue viajar a Ecuador, inocentemente pensábamos llegar a Ecuador, entonces preparé una maleta con todos sus objetos
personales, con su ropa pensando que ya él lo necesitaba y había pasado varios días, entonces hemos viajado hasta
Tumbes, hemos pasado hasta Aguas Verdes, me acerque al puesto policial de la frontera en mi país, y le pedí las
garantías para poder ingresar y me dijeron que ellos no podían hacer eso, y me dijo ‘que tenga cuidado, porque habían
peruanos detenidos y que si yo tenía hijos […] no vaya a ser que se queden sin padre y sin madre’. […] Y así […] esperé
hasta las cuatro de la tarde donde el cónsul salió en una camioneta, estaba de pie, y en ese momento se presentaron
muchísima gente, de toda condición social e incluso gente muy humilde que abogaba y pedían a gritos por sus hijos, por
sus esposos, entonces yo trate de entrar entre ellos y le alcance una nota al cónsul y […] y le dije que […] mi
preocupación es mi esposo, el recibió la nota y me dijo que lo iba a ver y nada más. Y quedo ahí, pero quiero aclarar que
antes de llegar a la frontera, en Ecuador, perdón en Tumbes, hay un consulado […] de Ecuador, entramos ahí, pusimos,
estaba la señorita secretaria, no había más nadie, entregue la nota con referencia de mi esposo, me recibió la nota
totalmente indiferente y bueno nosotros con mucha tristeza salimos”. Declaración rendida por María Esther Gomero
Cuentas en la audiencia pública ante la Corte.
294
Cfr. Caso Castillo Páez Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 1998. Serie C No. 43,
párr. 76, y Caso Yarce y otras Vs. Colombia. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de
noviembre de 2016. Serie C No. 325, párr. 364.
295
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, supra, párrs. 46 y 47, y Caso Osorio Rivera y
familiares Vs. Perú, supra, párr 280.
- 73 -
desaparición y su actividad comercial (supra párr. 67), así como la esperanza de vida en el
Perú296 y con base en el criterio de equidad, la Corte decide fijar la cantidad de US$ 50.000,00
(cincuenta mil dólares de los Estados Unidos de América) por concepto de ingresos dejados de
percibir a favor del señor Jorge Vásquez Durand. Esta cantidad deberá ser distribuida entre sus
familiares de la siguiente forma: la mitad de dicha cantidad deberá ser entregada a la señora
María Esther Gomero Cuentas, y la otra mitad deberá ser repartida en partes iguales, entre sus
hijos, Jorge Luis Vásquez Gomero y Claudia Esther Vásquez Gomero.
231. Esta Corte ha establecido reiteradamente que la sentencia puede constituir por sí misma
una forma de reparación297. No obstante, la Corte ha desarrollado en su jurisprudencia el
concepto de daño inmaterial y ha establecido que este puede comprender tanto los sufrimientos y
las aflicciones causados a la víctima directa y a sus allegados, el menoscabo de valores muy
significativos para las personas, así como las alteraciones, de carácter no pecuniario, en las
condiciones de existencia de la víctima o su familia298.
232. En consideración de las circunstancias del presente caso, las violaciones cometidas, los
sufrimientos ocasionados y experimentados en diferentes grados, el tiempo transcurrido, la
denegación de la justicia, así como el cambio en las condiciones de vida de algunos familiares, las
comprobadas afectaciones a la integridad personal de los familiares de las víctimas y las
restantes consecuencias de orden inmaterial que sufrieron, el Tribunal pasa a fijar en equidad las
indemnizaciones por daño inmaterial a favor de las víctimas.
233. En primer término, la Corte considera que las circunstancias que rodearon la detención y
desaparición del señor Jorge Vásquez Durand fueron de una naturaleza tal que le causaron
profundo temor y sufrimiento. En casos anteriores 299, la Corte Interamericana estimó que
circunstancias similares habían causado a la víctima un grave perjuicio moral que debía ser
valorado en toda su dimensión a la hora de fijar una indemnización por ese concepto. A la luz de
este criterio, la Corte considera que el señor Jorge Vásquez Durand debe ser compensado por
concepto de daño inmaterial y ordena en equidad el pago de US$ 80.000,00 (ochenta mil dólares
de los Estados Unidos de América). Este monto deberá ser distribuido entre sus familiares de la
siguiente forma: la mitad de dicha cantidad deberá ser entregada a la señora María Esther
Gomero Cuentas, y la otra mitad deberá ser repartida en partes iguales entre sus hijos, Jorge
Luis Vásquez Gomero y Claudia Esther Vásquez Gomero.
234. En segundo término, la Corte estima que María Esther Gomero Cuentas, Jorge Luis Vásquez
Gomero y Claudia Esther Vásquez Gomero se vieron afectados como consecuencia de la
desaparición forzada del señor Jorge Vásquez Durand y han experimentado grandes sufrimientos
que repercutieron en sus proyectos de vida. Por lo anterior, la Corte fija en equidad la cantidad
de US$ 45.000,00 (cuarenta y cinco mil dólares de los Estados Unidos de América), por concepto
296
Cfr. Datos del Banco Mundial sobre esperanza de vida al nacer en el Perú en 1995
http://datos.bancomundial.org/indicador/SP.DYN.LE00.IN?locations=PE&view=chart, y Tablas de indicadores del
desarrollo Mundial del Banco Mundial, respecto de Perú, disponible en: http://wdi.worldbank.org/table/2.21. Además, los
datos del Banco Mundial coinciden con datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú, disponible en:
https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib0015/cap-59.htm.
297
Cfr. Caso Suárez Rosero Vs. Ecuador. Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de enero de 1999. Serie C No. 44,
párr. 72, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 189.
298
Cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia de
26 de mayo de 2001. Serie C No. 77, párr. 84, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 207.
299
Cfr. Caso Osorio Rivera y familiares Vs. Perú, supra, párr. 288, y Caso Tenorio Roca y otros Vs. Perú, supra, párr.
268.
- 74 -
de daño inmaterial, la cual debe ser pagada a cada una de las siguientes víctimas: María Esther
Gomero Cuentas, Jorge Luis Vásquez Gomero y Claudia Esther Vásquez Gomero.
G. Costas y gastos
235. Los representantes alegaron que “la familia contrató los servicios de abogados, quienes
suscribieron conjuntamente con [la señora] Gomero Cuentas, de lo cual no han conservado los
recibos de los gastos incurridos”, por lo que solicitaron que la Corte fije una suma en equidad.
También solicitaron a la Corte que “fije en equidad una cantidad, por concepto de los gastos
incurridos por APRODEH, en calidad de representantes legales de las víctimas en los procesos
internos e internacionales, pero no especificaron un monto de referencia. Además señalaron, que
en los gastos anteriormente mencionados no se incluyeron “aquellos de las víctimas y sus
representantes en lo que resta del trámite del caso ante la Corte y en eventuales procesos a
seguirse ante instancias ecuatorianas”. El Estado no se refirió a estos alegatos.
236. La Corte reitera que, conforme a su jurisprudencia300, las costas y gastos hacen parte del
concepto de reparación, toda vez que la actividad desplegada por las víctimas con el fin de
obtener justicia, tanto a nivel nacional como internacional, implica erogaciones que deben ser
compensadas cuando la responsabilidad internacional del Estado es declarada mediante una
sentencia condenatoria. En cuanto al reembolso de las costas y gastos, corresponde al Tribunal
apreciar prudentemente su alcance, el cual comprende los gastos generados ante las autoridades
de la jurisdicción interna, así como los generados en el curso del proceso ante el sistema
interamericano, teniendo en cuenta las circunstancias del caso concreto y la naturaleza de la
jurisdicción internacional de protección de derechos humanos. Esta apreciación puede ser
realizada con base en el principio de equidad y tomando en cuenta los gastos señalados por las
partes, siempre que su quantum sea razonable301.
237. Este Tribunal ha señalado que las pretensiones de las víctimas o sus representantes en
materia de costas y gastos, y las pruebas que las sustentan, deben presentarse a la Corte en el
primer momento procesal que se les concede, esto es, en el escrito de solicitudes y argumentos,
sin perjuicio de que tales pretensiones se actualicen en un momento posterior, conforme a las
nuevas costas y gastos en que se haya incurrido con ocasión del procedimiento ante esta
Corte302. Asimismo, la Corte reitera que no es suficiente la remisión de documentos probatorios,
sino que se requiere que las partes hagan una argumentación que relacione la prueba con el
hecho que se considera representado, y que, al tratarse de alegados desembolsos económicos, se
establezcan con claridad los rubros y la justificación de los mismos 303.
238. En el presente caso, no consta en el expediente respaldo alguno probatorio en relación con
las costas y gastos en los cuales incurrieron las víctimas o sus representantes. Ante la falta de
comprobantes de estos gastos, el Tribunal fija, en equidad, que el Estado debe entregar la
cantidad total de US$ 25.000,00 (veinticinco mil dólares de los Estados Unidos de América) por
concepto de costas y gastos en el litigio del presente caso. Ese monto deberá ser pagado
directamente a los representantes de las víctimas en el presente caso, la organización APRODEH.
300
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, supra, párr. 42, y Caso Andrade Salmón Vs.
Bolivia, supra, párr. 210.
301
Cfr. Caso Garrido y Baigorria Vs. Argentina. Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de agosto de 1998. Serie C No.
39, párr. 82, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 210.
302
Cfr. Caso Garrido y Baigorria Vs. Argentina. Reparaciones y Costas, supra, párr. 82, y Caso Andrade Salmón Vs.
Bolivia, supra, párr. 211.
303
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 277, y Caso Andrade Salmón Vs. Bolivia, supra, párr. 211.
- 75 -
Los gastos que podría haber incurrido la señora María Esther Gomero Cuentas durante el litigio
del caso a nivel interno, ya fueron considerados bajo el concepto de daño emergente. En la etapa
de supervisión de cumplimiento de la presente Sentencia, la Corte podrá disponer el reembolso
por parte del Estado a las víctimas o sus representantes de gastos posteriores, razonables y
debidamente comprobados304.
241. En razón de las violaciones declaradas en la presente Sentencia, la Corte ordena al Estado
el reintegro a dicho Fondo de la cantidad de US$ 1.674,35 (mil seiscientos setenta y cuatro
dólares con treinta y cinco centavos de los Estados Unidos de América) por los gastos incurridos.
Este monto deberá ser reintegrado en el plazo de seis meses, contados a partir de la notificación
del presente Fallo.
242. El Estado deberá efectuar el pago de las indemnizaciones por concepto de daño material e
inmaterial y el reintegro de costas y gastos establecidos en la presente Sentencia directamente a
las personas indicadas en la misma, en un plazo de un año contado a partir de la notificación de
la presente Sentencia, sin perjuicio de que pueda adelantar el pago completo en un plazo menor.
243. En caso de que los beneficiarios hayan fallecido o fallezcan antes de que le sea entregada la
cantidad respectiva, esta se entregará directamente a sus derechohabientes, conforme al derecho
interno aplicable.
244. El Estado deberá cumplir con las obligaciones monetarias mediante el pago en dólares de
los Estados Unidos de América.
304
Cfr. Caso Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña Vs. Bolivia, supra, párr. 291, y Caso I.V. Vs. Bolivia, supra, párr. 363.
- 76 -
246. Las cantidades asignadas en la presente Sentencia como indemnización por daños
materiales e inmateriales, y como reintegro de costas y gastos deberán ser entregadas a las
personas indicadas en forma íntegra, conforme a lo establecido en esta Sentencia, sin
reducciones derivadas de eventuales cargas fiscales.
247. En caso de que el Estado incurriera en mora, incluyendo en el reintegro de los gastos al
Fondo de Asistencia Legal de Víctimas, deberá pagar un interés sobre la cantidad adeudada
correspondiente al interés bancario moratorio en la República del Ecuador.
X
PUNTOS RESOLUTIVOS
LA CORTE
DECIDE,
Por unanimidad,
DECLARA,
Y DISPONE,
9. El Estado debe continuar y llevar a cabo, en un plazo razonable y con la mayor diligencia,
las investigaciones que sean necesarias para identificar, juzgar y, en su caso, sancionar a los
responsables de la desaparición forzada de Jorge Vásquez Durand, en los términos de lo
establecido en los párrafos 202 a 204.
10. El Estado debe realizar, a la mayor brevedad, una búsqueda rigurosa, sistemática y con los
recursos humanos y económicos adecuados, en la cual realice todos los esfuerzos para
determinar el paradero de Jorge Vásquez Durand, la cual deberá realizarse de conformidad con lo
establecido en los párrafos 208 a 210.
11. El Estado debe realizar las publicaciones indicadas en el párrafo 212 de esta Sentencia, de
conformidad con lo establecido en dicho párrafo y el siguiente.
12. El Estado debe otorgar a María Esther Gomero Cuentas, Jorge Luis Vásquez Gomero y
Claudia Esther Vásquez Gomero, por una única vez, la cantidad fijada en el párrafo 216 de la
Sentencia, por concepto de gastos por tratamiento psicológico o psiquiátrico, para que puedan
recibir dicha atención en su lugar de residencia, de conformidad con lo establecido en dicho
párrafo.
13. El Estado debe pagar las cantidades fijadas en los párrafos 228, 230, 233, 234 y 238 de la
presente Sentencia, por concepto de indemnizaciones por daños materiales e inmateriales y por
el reintegro de costas y gastos, en los términos de los referidos párrafos y de los párrafos 242 a
247.
15. El Estado debe rendir al Tribunal un informe, dentro del plazo de un año contado a partir de
la notificación de esta Sentencia, sobre las medidas adoptadas para cumplir con la misma.
Corte IDH. Caso Vásquez Durand y otros Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 15 de febrero de 2017.
Roberto F. Caldas
Presidente
Comuníquese y ejecútese,
Roberto F. Caldas
Presidente