Una Vista Al Futuro

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TEMA 1

CREACIÓN DE ÓRGANOS ARTIFICIALES: ¿DÓNDE ESTÁN LOS LÍMITES?


Los riñones humanos fabricados mediante impresora 3D son un ejemplo actual de la biología sintética y la ingeniería de
tejidos, disciplinas que se basan en imitar órganos y funciones ya existentes. Pero, ¿podrían crearse nuevos órganos que
mejoren estas funciones? Científicos de la Universidad Pompeu Fabra han evaluado estos límites y definen un
morfoespacio que contempla todas las formas y funciones biológicas posibles para organizar el universo de órganos
naturales y artificiales. El estudio revela un espacio vacío en su interior que supondría un amplio abanico de
posibilidades biológicas inexploradas por la evolución.
  

Riñón bioimpreso mediante impresora 3D. / UPF


La creación de nuevos organismos vivos es el objetivo final de la biología sintética, que apareció a principios del siglo.
Durante estos años, hemos visto a científicos manipular genéticamente bacterias para que degraden polímeros de
plástico o incluso fabricar riñones humanos mediante las impresoras 3D.

"Podríamos pensar en la creación de nuevos órganos que mejoren las funciones de los órganos ya existentes”,
proponen los autores
 
Pero, ¿son viables todas las estructuras biológicas que podemos imaginar? A medida que avanzan esta rama de la
ciencia y la ingeniería de tejidos, resulta necesario conocer los límites de lo posible en lo que a nuevos organismos se
refiere. Científicos del Laboratorio de Sistemas Complejos de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) han definido el espacio
de las estructuras biológicas conocidas y proponen utilizar la biología sintética como herramienta para indagar en
aquellos caminos inexplorados por la evolución.
Los avances de cada una de estas disciplinas, biología sintética e ingeniería de tejidos, han sido notorios. Entre ellos
destaca la creación de los llamados  organs-on-a-chip, dispositivos que recrean a microescala las funciones de un órgano
real y permiten su estudio. También despunta la creación de organoides en cultivos 3D, que llevan a cabo procesos de
desarrollo generando una estructura similar a los órganos naturales, teniendo la autoorganización un papel crítico.
Sin embargo, estos ejemplos se basan en imitar órganos o funciones que ya existen en la naturaleza. "No hay ninguna
razón para limitarnos a fabricar órganos y tejidos tal y como existen en la naturaleza. Podríamos pensar en la creación de
nuevos órganos que mejoren las funciones de los órganos ya existentes”, proponen los autores de un estudio publicado
en la revista  Integrative Biology.
Esta fisiología mejorada podría incluir funciones completamente nuevas o incluso la capacidad de diagnosticar y curar
enfermedades. Un ejemplo ya existente es la generación de oídos biónicos con una antena de bobina integrada
(“órganos cyborg”). Pero existen ciertas restricciones que dificultan el progreso. Para los científicos, esto no significa que
haya que limitar el diseño de estructuras celulares complejas, sino que es necesario establecer cuáles son los límites
asociados a la organización de las estructuras biológicas.
El morfoespacio para organizar el universo de órganos
Muchas de las nuevas estructuras y funciones biológicas se encuentran lejos del camino marcado por la evolución. “Si
nos liberásemos de los límites vinculados a los procesos embrionarios, entrarían en juego nuevas reglas quizás
asequibles para la ingeniería biológica”, apuntan los investigadores, que han categorizado las estructuras conocidas en
función de un conjunto de variables. Estas variables definen el morfoespacio en el que las estructuras se ordenan,
mostrando aquellas regiones olvidadas por la evolución.
Morfoespacio diseñado por el Laboratorio de Sistemas Complejos de la UPF. / UPF
El equipo liderado por Ricard Solé ha definido este morfoespacio de órganos y organoides con el que contemplar el
universo de todas las estructuras biológicas posibles. Los tres ejes que lo conforman son: la complejidad de desarrollo, la
complejidad cognitiva y el estado físico.
Los grados de complejidad de desarrollo abarcan desde las mezclas de células que no se relacionan entre sí, hasta los
órganos totalmente desarrollados, con células que interactúan entre ellas y llevan a cabo una misma función, como
sería, por ejemplo, el hígado. Sistemas poco desarrollados serían los llamados quimiostatos, cultivos bacterianos
utilizados comúnmente en la industria para la elaboración de sustancias determinadas, como algunos antibióticos.
En cuanto al grado de complejidad cognitiva, se define como la capacidad de los órganos para recibir información y
procesarla. Así, el cerebro, con sus innumerables conexiones neuronales y su plasticidad, o el sistema inmune, con la
capacidad de detectar tanto amenazas nuevas como las ya conocidas y responder ante todas ellas, suponen dos
ejemplos del más alto grado de complejidad cognitiva.
El tercer eje del morfoespacio, el estado físico, toma como referencia las fases de la materia inorgánica y pretende
describir la movilidad de los componentes de los órganos y organoides. Así se encuentra la gran mayoría de las
estructuras biológicas en estado “sólido”, con algunos notables contraejemplos como la sangre o el microbioma,
caracterizados por una mayor movilidad de sus elementos.
Tomando estos tres ejes, el equipo de investigación ha realizado una instantánea del panorama actual de las estructuras
biológicas posibles. Una de las características más interesantes del morfoespacio es la presencia de un espacio vacío
que puede tener dos significados. El primero es que no sea posible la combinación propuesta en esa región. El segundo,
mucho más alentador, es que se trata de diseños inaccesibles para la evolución en condiciones naturales pero que sí
podrían ser alcanzables mediante estrategias de ingeniería biológica. En cualquier caso, el morfoespacio supone una
herramienta muy útil para plantear las posibilidades de éxito que tendrían nuevos diseños biológicos.

https://www.agenciasinc.es/Noticias/Creacion-de-organos-artificiales-donde-estan-los-limites
TEMA 2
MIEMBROS ARTIFICIALES
Propósito
Los principales objetivos del uso de órganos artificiales son:
 Proporcionar soporte vital para prevenir una muerte inminente mientras se espera un trasplante (por
ejemplo, corazón artificial );
 Evitar los diversos problemas bioéticos y médicos que conlleva el uso de órganos humanos para
trasplantes;7
 Mejorar la autonomía del paciente (por ejemplo, una extremidad artificial);
 Mejorar la capacidad del paciente para interactuar socialmente (por ejemplo, implante coclear); o
 Mejorar la calidad de vida de un paciente mediante la restauración estética después de una cirugía de
cáncer o un accidente.
La construcción e instalación de órganos artificiales es un proceso inicialmente costoso y que requiere mucha
investigación.
El uso de cualquier órgano artificial por parte de los humanos casi siempre está precedido por extensos experimentos
con animales. Las pruebas iniciales en humanos se limitan con frecuencia a aquellos que ya se enfrentan a la muerte o
que han agotado todas las demás posibilidades de tratamiento.
Miembros artificiales

Una prótesis de un brazo y mano.


Los miembros artificiales o prótesis se usan para restaurar un cierto grado de función normal a los amputados o
personas que carecen una extremidad superior o inferior. Los dispositivos mecánicos para poder caminar o asir objetos
probablemente se hayan utilizado desde la antigüedad, siendo el más notable la simple pata de palo. La adopción de
materiales como el plástico o la fibra de carbono ha tenido como resultado un rápido progreso en el desarrollo de
extremidades artificiales con un aspectdo más realista y más fuertes y ligeras, lo que limita la cantidad de energía
necesaria para servirse de la extremidad. 14 Las prótesis pueden adoptar muchas formas y tamaños.
Las nuevas extremidades artificiales se caracterizan por un mayor nivel de integración con el cuerpo humano. Con la
ayuda de electrodos dispuestos el tejido nervioso, se puede entrenar al sujeto para que controle la prótesis
mentalmente. Esta tecnología se ha utilizado tanto en animales como en humanos. 15 El cerebro puede controlar la
prótesis mediante la regeneración y la conexión de los nervios del miembro amputado. 16
Vejiga
Los métodos principales para reemplazar la función de la vejiga consisten en redirigir el flujo de orina o reemplazar la
vejiga in situ.17 Se puede formar una bolsa similar a la vejiga capaz de almacenar la orina en el cuerpo a partir de tejido
intestinal.17 Desde 2017 se intenta hacer crecer la vejiga a partir de células madre, pero el procedimiento en la
investigación clínica, pero el procedimiento no está totalmente exento de problemas prácticos y aún no ha sido
adoptado como una terapia viable.
Cerebro
Las prótesis neurales son una serie de dispositivos que pueden sustituir una modalidad motora, sensorial o cognitiva que
pudiera haber sido dañada como consecuencia de una lesión o enfermedad.
Los neuroestimuladores, incluidos los estimuladores cerebrales profundos, envían impulsos eléctricos al cerebro para
tratar trastornos neurológicos y del movimiento, incluida la enfermedad de Parkinson, la epilepsia, la depresión
resistente al tratamiento y otras afecciones como la incontinencia urinaria. En lugar de reemplazar las redes neuronales
existentes para restaurar la función, estos dispositivos a menudo sirven para interrumpir la salida de los centros
nerviosos que funcionan mal existentes para eliminar los síntomas. 202122En 2013, los científicos crearon un mini cerebro
que desarrolló componentes neurológicos clave hasta las primeras etapas gestacionales de la maduración fetal. 23
Corpora cavernosa
Para tratar la disfunción eréctil, ambos cuerpos cavernosos pueden reemplazarse quirúrgicamente de manera
irreversible con implantes de pene inflables manualmente. Se trata de una cirugía terapéutica drástica destinada
únicamente a los hombres que sufren de impotencia total y que se han resistido a todos los demás enfoques de
tratamiento. Una bomba implantada en la (ingle) o (escroto) puede manipularse a mano para llenar estos cilindros
artificiales, normalmente dimensionados para ser reemplazos directos de los cuerpos cavernosos naturales, a partir de
un depósito implantado para lograr una erección. 24
Oído

Una ilustración de un implante coclear.


En los casos en que una persona es profundamente sorda o tiene una gran dificultad para oír en ambos oídos, se puede
implantar quirúrgicamente un implante coclear. Los implantes cocleares evitan la mayor parte del sistema auditivo
periférico para proporcionar una sensación de sonido a través de un micrófono y algunos componentes electrónicos que
residen fuera de la piel, generalmente detrás de la oreja. Los componentes externos transmiten una señal a una serie de
electrodos colocados en la cóclea, que a su vez estimula el nervio coclear. 25
En el caso de un traumatismo del oído externo, puede ser necesaria una prótesis craneofacial .
Thomas Cervantes y sus colegas, que son del Hospital General de Massachusetts, construyeron una oreja artificial a
partir de cartílago de oveja con una impresora 3D. Con muchos cálculos y modelos, lograron construir una oreja con la
forma de una típica humana. Modelado por un cirujano plástico, tuvieron que ajustar varias veces para que el oído
artificial pudiera tener curvas y líneas como un oído humano. Los investigadores dijeron que "la tecnología está ahora en
desarrollo para ensayos clínicos y, por lo tanto, hemos ampliado y rediseñado las características destacadas del andamio
para que coincida con el tamaño de una oreja humana adulta y para preservar la apariencia estética después de la
implantación". Sus oídos artificiales no han sido anunciados como exitosos, pero todavía están desarrollando el
proyecto. Cada año, nacían miles de niños con una deformidad congénita llamada microtia, donde el oído externo no se
desarrolla completamente. Este podría ser un gran paso adelante en el tratamiento médico y quirúrgico de la microtia.
Ojo
El ojo artificial que reemplaza la función de mayor éxito hasta ahora es en realidad una cámara digital en miniatura
externa con una interfaz electrónica unidireccional remota implantada en la retina, el nervio óptico u otras ubicaciones
relacionadas dentro del cerebro. El estado actual de la técnica proporciona solo una funcionalidad parcial, como el
reconocimiento de niveles de brillo, muestras de color y / o formas geométricas básicas, lo que demuestra el potencial
del concepto.26
Varios investigadores han demostrado que la retina realiza un preprocesamiento de imágenes estratégicas para el
cerebro. El problema de crear un ojo electrónico artificial completamente funcional es aún más complejo. Se espera que
los avances para abordar la complejidad de la conexión artificial con la retina, el nervio óptico o áreas del cerebro
relacionadas, combinados con los avances en curso en la informática, mejoren drásticamente el rendimiento de esta
tecnología.

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TEMA 3
CREAR ÓRGANOS ARTIFICIALES: EL FUTURO MIRA AL ESPACIO
Uno de los proyectos ganadores de un concurso de la NASA viajará pronto a la EEI para fabricar tejido hepático. Ante el
avance de las misiones espaciales, ahora hay que saber cómo se comportan en situaciones de baja gravedad. Otros
desafíos se encuentran en replicar las funciones de los humanos y que los resultados se mantengan en el cuerpo por un
largo periodo de tiempo 
22 Junio, 2021
En Estados Unidos, al menos 17 personas mueren cada día esperando un trasplante de órgano. Pero, en vez de aguardar
la muerte de un donante, ¿qué pasaría si algún día pudiéramos crear nuestros propios órganos?
Hace unos días, seis años después de que la NASA anunciara su Vascular Tissue Challenge, la competición organizada
para acelerar la investigación que algún día podría conducir a órganos artificiales, la agencia nombró a dos equipos
ganadores. El desafío requería que los equipos crearan tejido grueso y vascularizado de órganos humanos que pudiera
sobrevivir durante 30 días.
Los dos equipos, Winston y WFIRM, ambos del Instituto Wake Forest de Medicina Regenerativa, utilizaron
diferentes técnicas de impresión 3D para crear tejido hepático cultivado en laboratorio que cumpliera con todos los
requisitos de la NASA y mantuviera su función. El líder del equipo de WFIRM y director del instituto, Anthony Atala,
explica: "Teníamos dos enfoques diferentes porque, cuando se observan los tejidos y la vascularización, se ve que el
cuerpo hace dos cosas principales".
Los dos enfoques difieren en la forma en la que se consigue la vascularización (cómo se forman los vasos sanguíneos
dentro del cuerpo). Uno utilizó estructuras tubulares y el otro estructuras del tejido esponjoso para entregar los
nutrientes celulares y eliminar los desechos. Según Atala, el desafío representó un hito para la bioingeniería: el hígado,
el órgano interno más grande del cuerpo, es uno de los tejidos más complejos de replicar debido a la gran cantidad de
funciones que realiza. Atala recuerda: "Cuando se publicó el concurso hace seis años, ya llevábamos tiempo intentando
resolver este problema por nuestra cuenta".

Foto:  Tejido hepático creado por el equipo Winston para el Vascular Tissue Challenge de la NASA.  Créditos:  Instituto
Wake Forest de Medicina Regenerativa
Además de avanzar en el campo de la medicina regenerativa y facilitar la creación de órganos artificiales para personas
que necesitan trasplantes, el proyecto podría algún día ayudar a los astronautas en sus futuras misiones en el espacio
profundo.
La idea de la ingeniería de tejidos ha existido durante más de 20 años, resalta la profesora de anestesia e ingeniería
biomédica de la Universidad de Yale (EE. UU.) Laura Niklason, pero el creciente interés en la experimentación espacial ha
empezado a transformar el campo: "Especialmente ahora que se están planteando los viajes espaciales privados y
comerciales, los impactos biológicos de la baja gravedad se volverán cada vez más importantes, y esta es una buena
herramienta para ayudar a comprenderlo".
Pero los equipos ganadores aún deben superar uno de los mayores obstáculos en la ingeniería de tejidos. La directora de
ingeniería biomédica de la Universidad de Melbourne (Australia) Andrea O'Connor, que considera ambiciosos este
proyecto y otros similares, admite: "Conseguir que el tejido sobreviva y mantenga su función durante un largo tiempo
es un desafío".
Con el premio de 300.000 dólares (252.343 euros), el equipo que ocupa el primer lugar (el de Winston), pronto tendrá la
oportunidad de enviar su investigación a la Estación Espacial Internacional (EEI), donde ya se ha llevado a cabo una
investigación de órganos parecida.
En 2019, la astronauta Christina Koch activó la BioFabrication Facility (BFF), que fue creada por la empresa de
investigación aeroespacial Techshot, con sede en Greenville, (Indiana, EE. UU.), para imprimir tejidos orgánicos en
microgravedad.
Ese proyecto de investigación tiene objetivos similares a los del Vascular Tissue Challenge de la NASA, afirma el científico
jefe de Techshot, Eugene Boland, excepto que en vez de imprimir el tejido hepático en 3D, su objetivo es crear tejido
cardíaco trasplantable en algún momento en los próximos 10 años.
Este año habrá que actualizar BFF y eso, según el vicepresidente de avance corporativo de Techshot, Rich Boling, podría
hacer que la tecnología para salvar vidas sea más adecuada para la futura comercialización tanto en el espacio como en
la Tierra. En los próximos meses, esa actualización implicará añadir la posibilidad de imprimir con agujas romas, el
mismo tipo que se usa para imprimir en la Tierra.
"Esto siempre se ha hecho, en su mayor parte, fuera de la Tierra, para la Tierra. Siempre pensábamos que lo hacíamos
para, por ejemplo, la falta de donantes de órganos", aseguró Boling. Techshot también prevé el uso de tejidos y órganos
artificiales para ayudar algún día a tratar las enfermedades e incluso los trastornos congénitos.
Pero los órganos artificiales y los tejidos humanos son solo dos de los muchos recursos que pueden estar en demanda en
las futuras misiones espaciales. Pronto, Techshot planea participar en la competición Deep Space Food Challenge de la
NASA, que tendrá como objetivo desarrollar opciones de alimentos sostenibles para misiones tripuladas más largas. La
empresa cree que las mismas técnicas de impresión 3D que se utilizan en la ingeniería biomédica podrían ser igualmente
útiles para crear una fuente de alimento.
Aunque pasará mucho tiempo antes de que los astronautas puedan trasplantarse tejidos artificiales entre sí o comer
sus hamburguesas favoritas de bioingeniería, la bioimpresión en 3D ha empezado a abrir esas posibilidades

https://www.technologyreview.es//s/13460/crear-organos-artificiales-el-futuro-mira-al-espacio
TEMA 4
ORGANOS ARTIFICIALES: ÓRGANOS IN VITRO E IMPRESORAS 3D
Alrededor de la mitad de todas las personas que necesitan un trasplante mueren mientras están en lista de
espera, lo que aumenta la presión sobre los investigadores para desarrollar otras fuentes de órganos y tejidos:
cultivo de tejidos y órganos, órganos artificiales,  utilización de células madre.

Los avances en la creación de órganos in vitro y en la creación de tejidos celulares con impresoras 3D, están
logrando importantes avances en la creación de órganos artificiales.
En los últimos años están  construyéndose órganos in vitro con células madre vivas cultivadas en una matriz
natural o artificial, sobre un andamiaje de fibras de colágeno. La técnica empleada, la «descelularización»
consiste en la extracción de las células de un órgano de un individuo muerto, dejando sólo el “andamiaje” de
los tejidos internos, de forma que esta estructura se va repoblando con células del paciente, hasta lograr un
órgano compatible creado en un laboratorio. El procedimiento sigue con un agitado y ruptura de las
membranas celulares, tratar el tejido aislado con un fluido para lavar el material celular y dejar sólo la matriz
extracelular y posteriormente comenzar a repoblar el órgano, mientras mantenemos el órgano en un fluido que
imita las condiciones del paciente.
Estos órganos artificiales, nos evitan un gran problema como es el de los rechazos, ya que son células del
propio individuo y si en poco tiempo somos capaces de producirlos de una forma segura, podríamos estar
hablando de una posible solución a problemas sanitarios, con la obtención de una nueva fuente de órganos,
además de los trasplantes (llegar a no depender de los trasplantes, es algo que de momento sería de ciencia
ficción).

En 2006 el experto en ingeniería tisular, Anthony Atala, director del Instituto de Medicina Regenerativa de la
Universidad Wake Forest, presentó una vejiga artificial,  que se puso en 7 pacientes. Para hacer la vejiga, se
extrajeron células de los propios pacientes que fueron cultivadas y modificadas para poder regenerar ese
tejido y posteriormente volver a ponerlo en el paciente.
En  2010, se conoció que se había logrado un hígado y un corazón artificial en ratones, con un notable éxito.
En el tejido se logró construirlo al injertado de células hepáticas sanas en la estructura de un hígado dañado,
algo que parece sencillo, pero es muy complejo debido a las funciones metabólicas que tiene dicho órgano.

En cuanto al corazón, se repobló un corazón vacío de una rata muerta con células cardíacas de ratas recién
nacidas. A los 4 días el órgano, comenzó a contraerse y a los 8 días ya latía con normalidad. En la siguiente
imagen, en el lado izquierdo una imagen de un corazón de un fallecido y en el derecho, el de un corazón
descelularizado.
En Abril de 2013, se anunció la creación riñones de rata capaces de generar orina con este mismo sistema.

La revolución: Las impresoras 3D


Las impresoras 3D pueden usar como materiales células madre embrionarias o bio ink , una solución que
contiene entre 10.000 y 30.000 células a las que un láser les da forma según lo que se quiera crear, con los
que podemos crear tejidos vivos en laboratorio y poder reproducirlos punto por punto y con diferentes capas
para crear estructuras en 3D como serían los órganos que conocemos, con células del propio paciente,
reduciendo las posibilidades de rechazo.
Un ejemplo  ha sido el de Kaiba Gionfriddo, un bebé estadounidense de un año ocho meses que nació con
una traquea que no dejaba pasar correctamente el oxígeno a sus pulmones y gracias a la una impresora 3D
se pudo crear un tubo tráquea para el bebe, con un plástico bioasimilable que a los 3 años será asimilado por
el cuerpo y evitará la cirugía para retirar esta pieza artificial.

https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoblog/ncarroq/2014/11/30/organos-artificiales-organos-in-
vitro-e-impresoras-3d/

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