La suerte no está bajo nuestro control, sino que es determinada por Dios. Esto se ilustra en la Biblia cuando los apóstoles oran a Dios para que elija entre dos candidatos idóneos para reemplazar a Judas, y echan suertes, reconociendo que el resultado está en manos de Dios. Otro pasaje bíblico afirma que Dios decide el resultado de las suertes. Por lo tanto, aunque las personas buscan la suerte en actividades como los juegos de azar, en última instancia la suerte de cada persona la determin
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La suerte no está bajo nuestro control, sino que es determinada por Dios. Esto se ilustra en la Biblia cuando los apóstoles oran a Dios para que elija entre dos candidatos idóneos para reemplazar a Judas, y echan suertes, reconociendo que el resultado está en manos de Dios. Otro pasaje bíblico afirma que Dios decide el resultado de las suertes. Por lo tanto, aunque las personas buscan la suerte en actividades como los juegos de azar, en última instancia la suerte de cada persona la determin
Descripción original:
Fragmento del libro Gracia de Vida de Emerson Hernández
La suerte no está bajo nuestro control, sino que es determinada por Dios. Esto se ilustra en la Biblia cuando los apóstoles oran a Dios para que elija entre dos candidatos idóneos para reemplazar a Judas, y echan suertes, reconociendo que el resultado está en manos de Dios. Otro pasaje bíblico afirma que Dios decide el resultado de las suertes. Por lo tanto, aunque las personas buscan la suerte en actividades como los juegos de azar, en última instancia la suerte de cada persona la determin
La suerte no está bajo nuestro control, sino que es determinada por Dios. Esto se ilustra en la Biblia cuando los apóstoles oran a Dios para que elija entre dos candidatos idóneos para reemplazar a Judas, y echan suertes, reconociendo que el resultado está en manos de Dios. Otro pasaje bíblico afirma que Dios decide el resultado de las suertes. Por lo tanto, aunque las personas buscan la suerte en actividades como los juegos de azar, en última instancia la suerte de cada persona la determin
Cuando alguien mencionaba la palabra suerte siempre venía a mi mente algo pagano algo que no era de parte de Dios. Me recuerdo cuando era adolescente y otros ganan premios o la chica más guapa del aula andaba con el más feo, bueno para ella no era feo, siempre decía que" suerte tiene"
La suerte son circunstancias que no están bajo nuestro control es decir, son situaciones que sobrepasan nuestro entendimiento. Muchas personas cuando" tienen suerte" exclaman: "nunca me imaginé que me pasaría esto", prácticamente la suerte es como algo positivo es decir es lo contrario a la desgracia, aunque la desgracia también la llaman mala suerte.
La suerte se relaciona más con la lotería, esta es una fuente de ingresos millonarios para las empresas privadas que generan este tipo de actividades, un ejemplo claro es la ciudad de las vegas en Estados Unidos, los juegos al azar.
Las Vegas, en el desierto de Mojave de Nevada, es una ciudad turística famosa por su activa vida nocturna, que se centra en casinos abiertos las 24 horas del día y otras opciones de entretenimiento. Su calle principal y su núcleo es "The Strip", con un poco más de cuatro millas de extensión. Este bulevar alberga hoteles temáticos con elaboradas exhibiciones, como fuentes sincronizadas con la música o réplicas de una pirámide egipcia, el Gran Canal de Venecia y la Torre Eiffel.(Wikipedia)
Allí van muchas personas a probar su "suerte".
Ahora quiero responder la pregunta del título de este blog.
Si la suerte no está en nuestro control alguien debe tenerla y la respuesta es Si, la suerte es de Dios, la suerte no proviene del mal, ni del azar ni tampoco de opciones aleatorias.
La suerte la determina Dios.
Para reafirmar mi respuesta quiero basarme en la biblia.
En primer lugar encontramos una historia de una vacante para ser el doceavo discípulo de Jesús esto debido a la falta de Judas el traidor, este decidió extinguir su vida y esto dejó una vacante en la fila de los doce. Ahora leamos la Biblia en cuanto Dios actúa en el reemplazo de Judas y cómo interactúa la suerte en esa situación.
Leemos en el libro de Hechos capítulo 1 y comencemos en el versículo veintidós hasta el
veintiséis:
Es necesario que seleccionemos a alguien que haya estado con nosotros desde que Juan bautizó al Señor hasta que este ascendió al cielo. Así, junto con nosotros, será testigo de su resurrección». Y escogieron a dos: a José Justo (llamado también Barsabás) y a Matías. Luego oraron: «Señor, tú que conoces los corazones, muéstranos a cuál de estos hombres has escogido para asumir el apostolado de Judas el traidor, quien ya está donde le corresponde estar». Y a continuación echaron suertes y la suerte cayó sobre Matías. Desde entonces, Matías se sumó a los once apóstoles. (Hechos 1:22-26 NBV)
Los apóstoles se reunieron para seleccionar de dos candidatos que tenían los mismos requisitos para ser apostol, en primer lugar, ver a Cristo desde que lo bautizó Juan el bautista hasta que subió a los cielos, esto nos hace reconocer que estos dos nominados tenían en su corazón las enseñanzas de Jesús, habían platicado con Jesús y habían comido con Jesús no eran personas distantes conocían el evangelio predicado por Jesús ahora hay un dilema en los once apóstoles a quien escogen si los dos tienen los características para que realicen muy bien sus funciones como apóstol.
Los apóstoles realizaron dos cosas que son vitales para que Dios haya escogido a Matías, en primer lugar oraron es decir le dijeron a Dios que él elegía por ellos y por último realizaron una actividad para que Dios a firmara ya su decisión. Echaron suertes pueda ser que tiran un dado o una moneda o una paja para conocer la decisión de Dios en este tema.
En el libro de proverbios encontramos una afirmación importante acerca de la suerte, en el
capítulo 16 versículo 33, se afirma lo siguiente:
Se puede echar suertes, pero el Señor es quien decide el resultado.
(Proverbios 16:33 NBV)
Algo interesante que las suertes realizadas por los apóstoles encajan perfectamente en que el resultado lo decide Dios.
Otro pasaje en eclesiastés nos indica lo siguiente:
Cuando las nubes están cargadas, cae la lluvia; y si un árbol cae, sea hacia el norte o hacia el sur, allí se queda, su suerte está echada. (Eclesiastés 11:3 NBV)
Dios es quien decide la suerte de cada ser humano.
Una suerte eterna.
Si conocemos que Dios da lo bueno como nos indica en el libro de Santiago:
De lo alto nos viene todo lo bueno y perfecto. Allí es donde está el Padre que creó todos los astros del cielo, y que no cambia como las sombras. (Santiago 1:17 NBV)
Dios nos ha provisto a Jesucristo su hijo amado que representa lo bueno y perfecto del reino de Dios, él demuestra el verdadero amor que recoge los pedazos de nuestros corazones y los une con su propia sangre. Cristo es nuestra suerte, es lo mejor que le puede pasar al ser humano, un mortal volátil, inmoral, deshonesto, amargado, frío y vil. Lo bueno y perfecto cubre la mortalidad y la limpia. Es un hecho miles de lenguas a través de los siglos no han cantado y hablado.
