Método Hitórico de 1 Timoteo

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MÉTODO HISTÓRICO DE 1 A TIMOTEO

Fecha Probable: 64 d.C. (difiere entre 63 a 66 d.C.)


Pablo visitó éfeso alrededor del año 63 d.C., a continuación de ser liberado
de su primera prisión romana. Poco después se marchó, dejando a Timoteo a
cargo de la iglesia en ese lugar. Probablemente escribió la carta alrededor del
año 64 d.C.

Lugar:
Posiblemente desde Roma donde Pablo habría salido recientemente de la
llamada primera prisión en Roma. Por el contrario, quienes consideran que la
carta no está escrita por Pablo, creen que fue escrita por algún discípulo suyo
tras su muerte.

San Lucas en (Hec 19 y 20), referentes a la evangelización de Éfeso, salida de


Pablo para Macedonia, adonde antes había enviado a Timoteo, para
continuar más tarde viaje a Jerusalén, sin haber vuelto a Éfeso (Hec 20:16), y
de Jerusalén volverá el Apóstol a Roma en calidad de prisionero. Es, pues,
evidente que la situación histórica que supone la primera carta no pudo
tener lugar antes de la cautividad romana de Pablo, sino después de ella.
Por otra parte, la gran difusión de las doctrinas erróneas y la recomendación
hecha a Timoteo de no elegir para el episcopado a ningún neófito (3:6)
indican y hacen suponer que la Iglesia no se ha fundado allí recientemente,
sino que está bastante desarrollada, y esto nos lleva igualmente a una época
de tiempo posterior a la primera cautividad de Pablo. Por eso, hay que poner,
como reconocen la tradición y los diversos autores, la composición de la
carta en los años 63-66 d.C., más probablemente en 64-65 d.C.

Propósito del escrito:


El propósito principal de la epístola era alentar a Timoteo en la difícil tarea de
enfrentar los errores doctrinales y prácticos en la iglesia de Éfeso, y darle
instrucciones sobre las responsabilidades pastorales y las cualidades y
deberes del liderazgo de la iglesia.

Ocasión del escrito:


De la lectura de la carta se deduce que Pablo ha estado recientemente en
Éfeso y ha observado el estado de cosas en la comunidad cristiana: hay falsos
predicadores que ponen en peligro la fe de aquellos fieles; éstos están
necesitados de una mejor formación religiosa; hay que hacer una elección
esmerada de los ministros sagrados; el culto cristiano está necesitado de
mejor organización. Pablo tiene que ir a Macedonia y, al partir con intención
de volver, ruega a Timoteo que se quede en Éfeso para ir solucionando estos
problemas, comenzando por el de los falsos doctores (1:3; 4:13). Ausente de
Éfeso, sin saber cuándo volverá, decide escribir esta carta: «Esto te escribo
con la esperanza de ir a verte pronto, para que, si tardo, veas cómo te
conviene conducirte en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo,
columna y fundamento de la verdad» (3:14-15). La preocupación de Pablo
por la Iglesia en Éfeso, donde ha evangelizado durante tres años, el deseo de
echar una mano al discípulo querido en su difícil apostolado, su ausencia
forzada y la urgencia de los problemas son los motivos que dieron ocasión a
esta preciosa carta, escrita con toda probabilidad desde Macedonia

Trasfondo De La Elección De Timoteo:


En su primer viaje misionero, Pablo y Bernabé predicaron en Listra, ciudad de
Licaonia, y tuvieron éxito en medio de la persecución. Parece que durante
ese ministerio una judía llamada Loida y su hija Eunice se convirtieron a
Cristo. Eunice estaba casada con un gentil, con el cual tuvo a Timoteo, quizás
único hijo. Evidentemente, Timoteo había sido instruido en la religión judía,
pero su padre había rehusado que fuera circuncidado. Una estrecha relación
se desarrolló desde el principio entre Pablo y Timoteo.
Cuando Pablo regresó a Listra en su segundo viaje, halló que Timoteo era
miembro de la iglesia y muy estimado entre los líderes allí en Iconio. Bajo la
dirección del Espíritu Santo Pablo añadió a Timoteo a su comitiva apostólica.
Como iban a estar trabajando entre judíos, Pablo le recomendó a Timoteo
que se circuncidara, no porque fuera necesario, sino para no ofender a los
judíos en vista de que su madre era judía.

Autor:
Todas las epístolas pastorales (1 Ti, 2 Ti, Tit) indican que el apóstol Pablo es
su autor. Por añadidura, la tradición insiste unánimemente en que Pablo las
escribió. Sin embargo, muchos especialistas cuestionan (no fueron escritas
por el apóstol Pablo o que no fue él mismo quien les dio su forma literaria,
sino alguno de sus discípulos) esta afirmación sobre la base de varias
dificultades. Las epístolas pastorales incluyen palabras que no aparecen en
las cartas que sin duda pertenecen a Pablo. Por otra parte, las pastorales
recogen ciertos acontecimientos difíciles de armonizar con el relato de los
viajes de Pablo en el libro de Hechos. Por ejemplo, Pablo ha dirigido una
misión en Creta (Tit_1:5), planea pasar el invierno en Nicópolis (Tit_3:12), y
ha visitado éfeso (1Ti_1:3), Mileto (2Ti_4:20) y Troas (2Ti_4:13). Además,
algunos especialistas piensan que estas epístolas describen una organización
eclesiástica muy avanzada para los tiempos de Pablo.
En lo que se refiere al vocabulario, podemos concluir que la temática de las
pastorales es tan diferente de las demás cartas de Pablo que éste tenía
necesariamente que utilizar algunas palabras que no había empleado antes.
Sería inadecuado poner límites al vocabulario de un hombre educado como
Pablo. También debe tomarse en consideración que estaba escribiendo a
asociados cercanos.
La respuesta obvia al problema de armonizar los relatos sobre los viajes de
Pablo en las cartas pastorales con los descritos en el libro de los Hechos, es
que Pablo fue liberado de la prisión romana que se describe en Hechos, y
continuó su ministerio durante varios años más. Hay una sólida evidencia en
los escritos de los líderes de la iglesia primitiva que confirman esto. Durante
este período de continua actividad Pablo escribió 1 Timoteo y Tito. Después
fue de nuevo arrestado y escribió 2 Timoteo, durante su segunda prisión
romana.
La mención de ancianos, obispos y diáconos en las epístolas pastorales no
quiere decir que existiera una jerarquía episcopal, lo cual obligaría a fechar
estas epístolas en una época posterior a la de Pablo. El apóstol designó
ancianos en las iglesias durante su primer viaje misionero (Act_14:23) y
saludó a obispos y diáconos en su carta a los filipenses. Aun más,
indistintamente usó el término «obispo» y «anciano» (véase Tit_1:5-7).
De forma abrumadora, la evidencia de que disponemos sostiene que Pablo es
el autor de las epístolas pastorales.

Los destinatarios:
Destinatario primario: Timoteo, un encargo pastoral
Destinatario secundario: iglesia en Éfeso, una renovación doctrinal
Destinatario general: líderes jóvenes de la iglesia en y a todos los creyentes
en todo lugar

Ambiente:
Efeso era un puerto orgulloso, rico y activo, rival de Alejandría y Antioquía de
Siria. Construido cerca del santuario de una antigua diosa anatoliana de la
fertilidad, Efeso se convirtió en el centro de un culto oriental. La deidad
anatoliana había sido asumida por los griegos bajo el nombre de Artemisa, la
Diana de los romanos. Representada grotescamente con cabeza torreteada y
muchos pechos, la diosa y su culto hallaron expresión en el famoso templo
servido, como la de Afrodita en Corinto, por una hueste de sacerdotisas
cortesanas.

Había mucho comercio centrado en el culto. Efeso se convirtió en un lugar de


peregrinaje para los adoradores-turistas, todos ansiosos por llevarse
talismanes y recuerdos; de ahí el próspero gremio de plateros que vivía de la
fabricación de altares e imágenes de plata de la piedra meteórica que se
suponía ser la imagen de Diana caída del cielo. Efeso se apoyaba cada vez
más en el comercio que seguía el culto y decayó el comercio en su
encenagado puerto.

Cristo Revelado:
La deidad de Jesús es evidente, de ahí que Pablo lo coloque a la misma altura
que Dios el Padre (1.1, 2; 3.16) y proclame su soberanía universal y su
naturaleza eterna (6.15, 16). Jesús es fuente de gracia, misericordia y paz
(1.2, 14), quien le encargó el apostolado a Pablo (1.1) y lo preparó para su
misión (1.12). Cristo es Señor (1.2, 12, 14; 5.21; 6.3, 14, 15) y Salvador (1.1,
15), «el cual se dio a sí mismo en rescate por todos» (2.6). En virtud de su
obra redentora Cristo es el único «mediador entre Dios y los hombres» (2.5),
la vía de acceso a Dios. El que se encarnó ha ascendido (v. 16). Mientras
tanto, el Señor es nuestra esperanza (1.1), y la promesa de su retorno es un
incentivo para la fidelidad en el servicio y la pureza en la vida (6.14).

El Espíritu Santo en Acción:


En 1 Timoteo son raras las referencias directas al Espíritu Santo, pero su
acción se pone de manifiesto desde que nació la iglesia de Éfeso (véase
Act_19:1-17). Las «peticiones» (Act_2:1) son oraciones que solicitan la ayuda
del Espíritu Santo (Rom_8:26-27). La afirmación de que «el Espíritu dice
claramente» (Rom_4:1) subraya la continua actividad del Espíritu Santo y la
receptividad de Pablo a sus manifestaciones. En 4.14 Pablo le recuerda a
Timoteo del «don» que le había sido dado «mediante profecía», una cualidad
especial para el desempeño del ministerio, recibida como un «carisma» del
Espíritu cuando le fueron impuestas las manos. Además, un «buen
testimonio» (3.7) supone también un líder «lleno del Espíritu Santo», como
sucedió cuando fueron designados los primeros líderes de la iglesia (Act_6:3).
Aplicación Personal:
Esta carta no sólo guio a Timoteo en el cumplimiento de sus
responsabilidades como líder cristiano, sino que ha servido de manual para
pastores a través de toda la historia de la Iglesia. Una clara lección se destaca
entre las instrucciones de Pablo: La iglesia debe contar con un ministerio bien
preparado, profundamente devoto y totalmente consagrado. Aún más, los
ministros deben mantenerse en contacto permanente con Dios a través de la
oración y el estudio de la Biblia (véanse 2.1, 8; 4.6, 12-16). El pastor debe
primero nutrir su propia alma en las palabras de la fe y la buena doctrina
(4.6) y entonces enseñarle a los creyentes lo esencial de la vida cristiana
(4.11). Practicando la santidad en su propia conducta, debe guiar a su
congregación por ese mismo camino (4.16).

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