Dale Globo #74 - Diciembre 6

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LA REVISTA PARA

EL HINCHA DE HURACÁN
AÑO 51 / Nº 74

VOLVIÓ
EL ZORRO
Y MARCÓ
LA DIFERENCIA DISEÑO: PATRICIO BRUNO
STAFF
CREADOR Y DIRECTOR DIRECCIÓN DE ARTE
CARLOS ALBERTO BRUNO Y DIAGRAMACIÓN:
PATRICIO BRUNO
SECRETARIA DE REDACCIÓN
DALE GLOBO
VALENTINA BRUNO
SEGUNDA ÉPOCA
EDITORIAL
COLUMNISTA
EDICION DIGITAL.
JORGE VACATELLO
AÑO 51. Nº 74

DEPARTAMENTO DE CORRECCIÓN:
REGISTRO: A-956249.
FLORENCIA CHOL
REGISTRO PROPIEDAD
INTELECTUAL: Nº1199542
REDACTOR
LAS NOTAS FIRMADAS SON
CARLOS ALBERTO BRUNO
RESPONSABILIDAD DEL AUTOR

1
EDITORIAL
Es difícil decir algo cuando se ven partidos como este frente a
Racing. Es difícil encontrar las palabras, porque si queremos hablar
de fútbol, solamente nos queda el resultado. El hincha tal vez se fue
contento porque se obtuvo un triunfo. Pero, o sin peros, creo que
enfrentamos al peor rival del campeonato. Pensábamos otra cosa.
Que si bien a jugar enteros por sumar puntos, que nos iban a dar
batalla durante los 90 minutos, y sinceramente me dieron mucha
lástima. A mí me importa Huracán, no Racing, pero no son esos
triunfos que te dejan satisfechos cuando vez 11 energúmenos
peores que los once nuestros deambulando por el campo, sin crear,
sin jugar, dando ventajas y marcando muy mal. Y casi, casi, nos em-
patan. ¿Por qué?, Porque Huracán sigue jugando mal. Encontró un
gol de un rechazo de M. Díaz (se roba 10’ por partido en el suelo) de
un disparo de Martínez y el pase que recibió Ibáñez sobre el lateral
a 10 metros de mitad de cancha, lo convirtió en un centro a la
cabeza Cóccaro que con ese gol se despidió del partido. Y Huracán
sin rival que lo apretara pateó solo 6 veces al arco, 3 afuera, un gol
y dos atajadas de Gómez.
Muy poco, o nada. No se mejoró a través de 24 fechas la línea. Si
hacemos un gol, jugamos de contra, todos cerca de Díaz, muchas
veces tuvimos que lamentarlo. Este equipo rival es otro de los que
vienen en picada. Qué mejor oportunidad que meterlos en su arco y
definir el partido mucho antes. Pero no cambió, por eso cuando se
ganó salvo 2 excepciones siempre fue por un gol. Y el hincha se
enfervoriza, ve lo que no existe o cree ver otra cosa, o la da lo
mismo siempre que se gane. Y está bien, él no analiza, el no piensa
en los desarrollos del partido, en los cambios, en la buena o mala
suerte. Y está en su derecho. Pero lo vuelvo a repetir. Cuidemos la
euforia. Siempre habrá una esperanza de que algo cambie. Pero les
voy a ser sinceros, así no. Con este equipo no. Ya está, no hay
vuelta atrás. Después de la fecha 25 saquemos conclusiones. Sean
las que fueren, no lo voy a querer convencer de nada nadie, esto es
fútbol, pero yo siempre pretendí otra cosa. Vayamos a Rosario si
queda una luz y veamos qué pasa. Vayamos a ganar. Aunque exis-
ten otros dos resultados. Pero que alguna vez pueda decir, hoy me
quede conforme.

LA DIRECCIÓN
2
EL DESPILFARRO
POR ABUNDANCIA

En el número anterior decíamos que se conocía el despilfarro


de dinero por escasez de jugadores... “La Máquina” produjo el
caso opuesto: despilfarro de jugadores por abundancia de ju-
gadores....
Y era justo ese despilfarro. Inevitable.
Era tal la abundancia de elementos que producía aquella incu-
badora montada en 1931/32 que no menos de 30 jugadores
debieron ser desechados para que no se malograran dentro de
la institución, o postergados mediante una “invernada” en otros
clubes (Ramos, Di Stefano, Fernando Sánchez).No tenían sitio
en River Plate.
En el plantel de 1945 eran suplentes sin puesto: Ferrari, Coll,
Daniel Steimberg Martínez, Di Stefano, Néstor Rossi, Deambro-
si, Carrizo, Grisetti, Corvalan y Kelly.
3
De los 22 jugadores de ese plantel, solamente 4 no habían
pasado por las divisiones inferiores del club: Giudice (el colora-
do), Rodríguez (El Zurdo), Corvalan y Soriano.
Veamos otros jugadores que debieron marcharse de River por
no tener sitio: Sabbatella, Curti, Báez, Javier Novello, Quevedo,
Bernasconi, Fain, el centre half Vega, Felipe Stemberg, Mon-
tagnini, Pesaola, Fernando Sánchez, José Sánchez Lage (que
luego regreso a River) Turcato, Susini, Ernesto Grillo, Alberto
Evaristo Filippo Robero Aballay, Antonio Rodríguez (arquero de
Racing), Pablo López, Rogelio Domínguez (años después con-
tratado por River). Ese fue el único defecto de aquella fábrica
de producir demasiado.

ACOPLAMIENTO Y GRUPO HUMANO


Dentro de los muchos aspectos de la maravillosa creación que
fue “La Máquina”, uno de los más recordados es la precisión
admirable en el movimiento más coordinado de Adolfo Pedern-
era y Ángel Labruna. El acoplamiento entre ellos llegó a ser la
perfección que justifica la aseveración de que “jugaban de me-
moria”.

En el centro del ataque fueron el uno para el otro. Como ala


izquierda nunca habían combinado.
¡Y estaban profundamente distanciados en la intimidad por in-
compatibilidades en sus diferentes conductas en el trato con los
dirigentes al hablar de dinero! La enemistad era muy conocida.
El juego la negaba por completo. No había el grupo humano de
ahora. Había acoplamiento de cuando se dan jugadores difer-
entes que producen lo coherente. Aun disgustados entre sí.

4
MUÑOZ DEMASIADO JUGADOR
Juan Carlos Muñoz llegó de Dock Sud como insider derecho.
Jugador de gran habilidad en el juego corto. Su desplazamiento
a la punta no le resto vocación creadora. Muñoz tenía más
ganas de jugar que de volar. Eso determinó que en algún mo-
mento se pensara dentro del equipo, que Deambrosi era más
útil en esa punta por ser menos jugador y no querer tanto la
pelota. El problema se diluyó al irse Moreno, ya que la mayor
simpleza de Gallo le permite a Muñoz desplegar más abierta-
mente su personalidad, en tanto que con Moreno podría repe-
tirse el problema de “exceso de fútbol” que había producido
años antes, Moreno-Pedernera en el ala izquierda. He allí otro
muestrario de aquellos singulares pecados de
“La Máquina”: abundancia…

ABUNDANCIA DE GRANDES EQUIPOS


Sobre ese mismo tema se destaca la ausencia de River en
esos años como ganador del campeonato de los pesos. Nunca
obtuvo la mayor recaudación de la temporada. En boletería 4to.
de San Lorenzo en 1941. En 1942 2do. de San Lorenzo, En
1943, 2do de Boca. En 1944 2do. de Boca lo mismo en 1945 y
3ro de Boca en 1946.
¿Es que no interesaba en aquella época esto que ahora es un
mito nacional? ¿Lo más perfecto que se vio jugar, no le llamó la
atención a sus contemporáneos? La explicación es fácil. “La
Máquina” cautivó. Pero no estaba sola como gran fútbol. La
hinchada que no veía a River podía ver a Boca con Sarlanga o
a Independiente De la Mata; o a San Lorenzo con Pontoni y
Martino después; o a Racing con Bravo y Aguirre. En suma “La
Máquina” no fue novedad absoluta. El fútbol tenía público para
todas las canchas que ahora están semivacías.
5
LA ASAMBLEA DE LOS CRACKS
La palabra inglesa “crack” indica aquello que rompe lo normal.
Que quiebra lo masivo. Respetando como tal y en razón de
haber habido en el fútbol decenas o centenares de jugadores
prodigiosos, de hecho que el “crack-crack” tiene que contarse
con los dedos de una mano. No puede incluir a las decenas de
superdotados que formaron legión y por lo tanto rutina. Vul-
garizaron al gran jugador, otro pecado de abundancia. Hay que
buscar al crack entre los superdotados, dentro de los superdo-
tados.

Esos fueron y serían muy pocos. Dentro del fútbol argentino


cada uno puede elegir el suyo según recuerdos y edad. Por
caso: Antonio Sastre. Se puede coincidir en que el más grande
de todos, comparable con Pelé, fue José Manuel Moreno, pero
hay un punto en que no habrá discusión y es que únicamente
en el caso de “La Máquina” se reunieron tres jugadores que
siempre estarían incluidos en las reducidas listas de
“cracks-cracks” que se pueden integrar con los diferentes
gustos de todos: Moreno, Pedernera y Loustau.

Carlos Peucelle
Fútbol TODO TIEMPO
1975
6
7
UN RESULTADO
IMPREVISTO
Y SUS CAUSAS

Por tener su cancha clausurada el primer equipo de Boca Juniors


debía realizar su cotejo final con el de Racing, en el estadio de
River Plate. Como acto preliminar jugaban las terceras divisiones
de las mismas entidades. Este encuentro había despertado tanto
interés como el de la primera categoría, por una circunstancia
casual: si ganaba Racing se adjudicaba el campeonato, pero si
Boca vencía, se clasificaba campeón… River Plate.
Los integrantes de River de tercera no actuaron ese día, pues
habían terminado su programa de encuentros con un punto de
ventaja sobre Racing.

8
Para conservar su lugar de privilegio era indispensable que el
último fuera derrotado. Todo dependía pues, de Boca, a quién no
interesaba mayormente el resultado por su mal puntaje. Esta
falta de aliciente para el equipo boquense era motivo de comen-
tarios suspicaces, atribuyéndoles el propósito de “jugar liviano”,
es decir, de no oponer resistencia al rival, de manera que todos
los pronósticos se inclinaban por la victoria racinguista (en ningún
deporte hay tanto suspicaces como en el fútbol).

Contra todo esos cálculos de probabilidades, y ante asombro de


cien mil espectadores, finalizó el primer tiempo con un tanteador
casi definitivo, cuatro a uno en favor de Boca Juniors .Cuando su
equipo se dirigía al vestuario, un muchacho alegre, luciendo su
airoso jopo colorado, decidor, siempre inclinado a la broma, inte-
grante de la línea media, y factor principalísimo de la ventaja ob-
tenida, observó con evidente disgusto que sus parciales los sil-
baban. ¡Sí! Parecía increíble. Los de Boca silbaban el triunfo de
Boca. Los de River… lo aplaudían. Los de Racing… guardaban
un fúnebre silencio. Una vez en la casilla, aquel dijo a sus com-
pañeros:
-¡Muchachos! Les estamos haciendo el juego a estos fanáti-
cos de River, ¿No vieron como nos aplaudían?
-Lo vimos. Pero qué querés hacerle si estos maestros de la
“academia” son analfabetos.
-Lo que yo, me paro.
-¡Cómo no! Te paras si querés, pero nos pagas de tu bolsillo
el premio por los puntos ganados.
- Por pesos más o menos no va a ser millonario... salvo que
ya seas “millonario”.
- ¡Dios me libre!
- A mí también. Prefiero ser un modesto “académico” y no un
prepotente millonario. Lo dicho, me paro. Ustedes hagan lo
que quieran pero yo me paro. ¡Al diablo con el premio!...

Y se paró nomás. En el segundo tiempo del partido se dedicó, en


forma mal disimulada, a favorecer el juego de sus adversarios,
equivocando deliberadamente las jugadas y cometiendo trans-
gresiones innecesarias y peligrosas para su equipo, no obstante
lo cual aquellos no conseguían disminuir la ventaja.
9
Como último recurso provocó un tiro penal.
Al convertir el tanto en favor de Racing se oyó una clamorosa
ovación en las graderías adictas a… Boca. Fueron fatales esos
aplausos. Influyeron decisivamente en el ánimo de los jugadores.
Primero unos, después otros, y finalmente todos se fueron conta-
giando del íntimo y oculto deseo de ver triunfar a sus rivales, los
de Racing, o mejor dicho, de ver “derrotados” a los que no jugab-
an, los de River, de no consagrarlos campeones por su interme-
dio. Lo consiguieron. El tanteador de 4-1 del primer periodo,
quedó invertido en un 5-4 en el segundo. Y esta vez al retirarse
del campo de juego el autor principal de la mala jugarreta, ob-
servaba sonriente que no solo había cambiado el resultado del
partido, sino el estado anímico de los espectadores. Los de Boca
ya no silbaban. Aplaudían jocosa y regocijadamente. En la tarea
de reprobación habían sustituidos los de River, en tanto los de
Racing continuaban en melancólico silencio. Evidentemente no
les agradaba esa clase de victoria.

Como era de suponer, nadie se llamó a engaño y al día siguiente


los devoradores de crónicas deportivas, buscaban afanosamente
en los periódicos el “comunicado” que seguramente habría dado
a publicidad el club River Plate, condenando lo ocurrido. Racing
con elevado concepto del deporte, rechazo el triunfo, renuncian-
do al campeonato y Boca apercibe a sus futbolistas.
Fuimos espectadores del partido relatado y frecuentemente
vuelve a nuestro recuerdo. En estos apuntes nos proponemos,
únicamente analizarlo a través de frías disposiciones disciplinar-
ias y jurídicas, pero nos parece un buen tema para un ensayo
sobre la psicología de las multitudes que colman los estadios. Lo
hemos insinuado a psicoanalistas y filósofos profesionales
amigos nuestros. Como respuesta, observamos casi siempre una
sonrisa, entre si es o no burlona. Cuando les hablamos del pugi-
lismo o del fútbol, salen a relucir las disquisiciones del criminalis-
ta italiano GIUSEPPEDEL VECCHIO, quien clasificó a los depor-
tistas en dos especies: “Deportistas delincuentes, natos” y “Crimi-
naloides por predisposición y por imitación”
LA DELINCUENCIA EN EL DEPORTE
Carlos Broudeur - 1956
10
ALEJANDRO
GIUNTINI
EN EL RINCÓN DE MIS RECUERDOS

“DE CADA DT SAQUE ALGO, DE ALGUNOS


MÁS COSAS MALAS QUE BUENAS…” 11
El fútbol es una caja de Pandora. Te da reconocimiento,
amigos, enemigos. Encontrás buena gente, de la otra, y
también amigos. Y hoy quiero recordar a uno de esos
amigos, que se nos fue demasiado pronto sin que pudiera
despedirme, quién jugó 3 años en Huracán, siendo un ju-
gador que se fue afianzando respetado y fundamentalmente
querido por sus compañeros. Quiero extractar algunos pár-
rafos de la nota que recibí allá por 1995 en homenaje a una
persona que se convirtió en un amigo de la vida, donde
compartimos, buenas, malas, silencios, pero que nunca
mintió. Para vos ALEJANDRO VICTOR GIUNTINI (Q.E.P.D.) a
modo de homenaje.

-Tenés una historia para arrancar que todavía te duele. Fue un 7


de marzo de 1993, Vélez-Boca igualaron 1-1. Giuntini fue desig-
nado para el antidoping junto a Mac Allister, lo que parecía sen-
cillo, terminó convirtiéndose en una pesadilla.
-“Ese día me bañe al finalizar el partido y fui al control con
el Dr. Denari, dos periodistas de Clarín y Mac Allister. Cru-
zamos la cancha porque el antidoping está al lado del
vestuario local. Estaba cortado, pero los utileros que me
conocían cuando jugué allí, me dejaron pasar. Cuando en-
tramos el médico ya no estaba, puso en el acta que se retiró
20:30 horas y no 19:30. Ese día había que atrasar el reloj y
el médico cometió un error grosero, que no quiso aclarar
para no quedar como un tonto.”

-A pesar de contar con varios testigos, dos periodistas radiales,


mi compañero, comenzó su odisea.
-“Inicié una demanda que en principio era contra el médico,
pero mis abogados, que eran los de Boca, me dijeron que
debía ser contra la A.F.A. y yo pensé « ¡Caso perdido! » Era
pelear contra un gigante.
A los 10 diez días se me presentó a un señor y me pidió que
retire la demanda. Si yo jugaba con la orden del juez de no
innova, Boca podía perder los puntos.
12
Y la tuve que retirar, aunque estoy arrepentido de haberlo
hecho, pero el seguir adelante significaba irme del
club...Hoy no me cabe duda que la ganaba.
El médico desapareció y no se aceptó un careo entre él y
yo frente a la prensa. Boca perdió el punto, Vélez ganó 2-0.
Hace un mes cuando fui a registrar mi pase como jugador
libre, en A.F.A. los empleados me dijeron «Giuntini quedate
tranquilo, acá adentro sabemos cómo fueron las cosas, que
vos fuiste al control y hubo un error del médico»
Tampoco existió lógica en el Tribunal de Disciplina ya que
de 1 año que me correspondía me suspendieron 4 meses
solamente.
Volví a jugar y ser titular, el maestro Tabárez dio su apoyo
total. Ganamos el apertura 92, el Master sudamericano y la
Copa de Oro Nicolás Leoz.”

Luego del brillo y las luces al año siguiente, por el episodio nar-
rado se le oscureció todo.
“Luego jugué con Habegger, y Menotti. Un día que le gana-
mos a Palmeiras 2-1 e Boca (30-3-94) tuve un problema con
algunos plateistas. Me acerque a los que me insultaron y
les dije cosas que no debía. A partir de allí me quitaron el
respaldo”.

-¿Jugar en Huracán significa para vos una revancha?


-“No para nada, la palabra revancha no existe. Me suena
medio pesado. No me gusta. Llevo 8 años como profesional
y deje más que sentado lo que es Giuntini como jugador de
fútbol.

13
-¿Te encontrás bien físicamente?
-“Bien, bien. Lo mío siempre fue querer ganar a todo, esa es
mi mayor virtud, no entregarme en nada y estar siempre
peleando cosas importantes.
Entrené hasta Marzo en Boca, luego en Mar del Plata, volví
a la Candela. Viajé a Suiza al Sion y no me ficharon por el
cupo de extranjeros, aunque jugué algunos partidos amis-
tosos”.

-¿Al profesor Habegger lo conocías de Boca y del Bolívar?


-“Si por supuesto. Como persona es excelente, vive las 24
horas para el futbol buscando los mínimos detalles y es
muy meticuloso.
Su trato con el jugador es bárbaro. Dice las cosas de frente,
como se deben decir y no se guarda nada. Hay mucha
gente que no actúa así y debería aprender.”

-¿Cómo te gusta jugar en defensa?


-“En zona”.

-¿Tenés libertad para proyectarse, para ir al ataque?


-“En pelotas paradas, sí, seguro. Me gusta ir arriba y me
tengo mucha confianza. Con pelota en movimiento se da en
contados casos, pero si aparece el callejón, sí. Ahora ir por
ir, no. Sería molestar y a veces complicar”.

-¿Esta modalidad de campeonatos a una sola rueda presionan


más al jugador?
-“Sí. No te da la posibilidad de equivocarte y eso significa
mayor presión. Yo me quedo con los de antes, donde si te
caías tenías la posibilidad de levantarte”.

-¿Te consideras titular?


-“No eso lo decide el profesor Habegger. Él considera a
todos por igual y les da las mismas alternativas. Vine a Hu-
racán para tratar de conseguir un lugar y poner todo mi
sacrificio y experiencia para el bien del equipo”.

14
La nota toca a su fin, pero seguimos recordando a Giuntini en
alguna de sus frases:
“El soborno en el fútbol no debería existir y ser penado”.
“A mis verdaderos amigos los cuento con los dedos de una
mano y me sobra”.
“Mi familia es lo mejor que poseo”.

Marplatense, nació un 10-07-1967 en Mar del Plata, 28 años,


casado con Fabiana y padre de dos nenas. Se inició en la
primera de Kimberley a los 15 años, pasó a Deportivo Norte,
Vélez, Lanús, Bolívar y Boca. Se incorporó a préstamo por un
año a Huracán, donde estuvo 3 (1995-1998) jugando 38 parti-
dos sin marcar goles. Siguió su derrotero por varios países y se
retiró a los 34 años. Se convirtió en DT, sin querer serlo y
estuvo 15 años más ligado al fútbol. Se nos fue 3 días después
de haber cumplido 49 años, un 14 de julio de 2016, víctima de
una leucemia en su ciudad natal Mar del Plata.

HASTA SIEMPRE AMIGO…

Carlos Alberto Bruno

“OPINIÓN HURACANENSE”
RADIO SPLENDID 8/95

15
UN TRAJE

El fútbol profesional fue establecido en 1931. Antes de esa


fecha, se jugaba por amor al arte. Nuestro deporte popular tuvo,
como la poesía, su época romántica. ¡Maravillas del progreso!
Hoy, hasta las más modestas instituciones futbolísticas manejan
millones. Antes ni moneditas… ¿De qué vivían? Del aire… Al-
gunos clubes nacieron al aire libre, como los hijos de los pája-
ros. (Platense, en un boliche de la esquina de Posadas y
Callao.
16
San Lorenzo, en el umbral de un conventillo de Almagro,
desde donde el virtuoso sacerdote salesiano Padre Lorenzo
Massa lo llevo al patio de su oratorio de la calle Méjico entre
Quintino Bocayuva y Treinta y Tres. Boca nació a la gloria el
3 de abril de 1905 en un banco de la “Plaza Solís”... Todos
fueron hijos humildes que se levantaron a fuerza de coraje.
Los jugadores tenían que comprarse desde los zapatos
hasta las camisetas. ¡Qué digo el traje! Para ir a jugar a
otras canchas cada uno se pagaba el tranvía…

Desde 1913 a 1919, Racing ganó siete campeonatos segui-


dos. Los dirigentes resolvieron premiar con dinero a sus he-
roicos paladines, pero como eran “amateurs”, los reunieron
en un sótano, y a cada uno le pusieron en la mano un billete
de banco de 10 pesos.

En otra ocasión, Racing jugaba los domingos en los domin-


ios de Barceló, un partido homenaje al gobernador de la pro-
vincia doctor Marcelino Ugarte. Racing estaba en la obli-
gación de ganar para alegría de sus hinchas y en homenaje
al mandatario. Fue entonces que el Intendente Alberto Bar-
celó, llamó al más admirado y deslumbrante de los go-
leadores, el admirable Pichín Hospital.

-“¡Óyeme Pichín! si tu cuadro gana, te regalo un traje”

Al día siguiente Pichín se paseaba orgulloso por Avella-


neda luciendo un traje nuevo.

-“¿Cuánto te costó Pichín?”


-“Tres goles hermano”.

17
LECCIÓN DEL PASADO
El fútbol tuvo como Hernán Cortes, su “noche triste”. Se había
infiltrado tan hondamente en el alma del pueblo, que llegó a
convertirse en una pasión, pujante, ciega, arrolladora, tanque.
Así empezó en nuestras canchas, la incultura de los botellazos,
de los naranjazos, de los adoquinazos. En Lanús, ¿recuerdan?
un vigilante sacó un revólver, hizo fuego y mató a un niño ino-
cente. En el Parlamento un diputado dijo:
-“Hay que prohibir el fútbol”.

Consulté con Caras y Caretas la opinión de personas de todos


los ambientes. El que mejor me contestó fue el veterano Jorge
Brown.

“¿Debe prohibirse el fútbol como han prohibido las corridas de


toros?” -le pregunté.
-“¡No, nunca! Lo que debe prohibirse es la incultura. El
fútbol es un juego de caballeros, cuando lo juegan los ca-
balleros”

Juan José de Souza Reilly


“LITERATURA DE LA PELOTA”
1971

18
LA COLUMNA
DE JORGE
POR JORGE VACATELLO

ARREDONDO, VIDAL,
SANTOS, CAP,
ALARCÓN, NOVARINI
JUAREZ, REZNICK,
DOMÍNGUEZ,
MENÉNDEZ, DIZ
SAN LORENZO 5
HURACÁN 2
(PARTIDO 1 DE 1961)

Este equipo me produjo la primera desilusión como hincha de Hu-


racán.
Hasta entonces, todos los planteles que se armaban en el globo
eran más o menos un rejunte de jugadores por retirarse que en
otros tiempos a lo mejor fueron figuras.
Y apareció Luis Seijo y prometió armar un equipo de estrellas para
pelear contra Boca y River. Y cumplió (Seijo es el único presidente
que cumplió con lo que se comprometió). Compró el pase más caro
ese año (Menéndez).
Lamentablemente se dejó asesorar por alguien que le dijo que el
técnico para ese plantel era “Pepe” Peña y entonces, oyéndolo,
echó a “Pipo” Rossi y contrató a este señor. Duró poco, 3 partidos
(un empate y dos derrotas, con 6 goles a favor y 11 en contra) pero
el mal ya estaba hecho. Y como siempre, terminamos por allá
abajo en la tabla.
La ilusión duró poco. Apenas desde las 15 hasta las 16 en que ya
perdíamos 5 a 0 ese 16 de abril de 1961.
19
ITAL PARK EN CALLAO Y LIBERTADOR
En esta pista eléctrica todos nos sentíamos pilotos. De fórmula 1
algunos y de TC otros.
Estaban los que eran Fangio, los que eran Gálvez, Froilán. Yo era
Marcos Ciani. Duraba el juego 5 minutos. Y eran nuestros 5 minu-
tos de gloria.

20
SAINT TROPEZ.
LA COSTA AZUL FRENTE AL AEROPARQUE
Los que no podían ir a la costa atlántica, disfrutaban en los 60 y 70
de esta playa a la que el imaginario popular bautizó como “Saint
Tropez”.
Cuantos lucimos orgullosos el bronceado del sol porteño y pre-
sumíamos que era del atlántico.
Y después, unos choripanes en alguno de los carritos.
Qué hermoso que eras, mi Buenos Aires querido.
21
COLIMBA
En aquellos tiempos, los varones teníamos que cumplir tres etapas.
A los 13 o 14 años, la primera y tal vez, la más gloriosa, ponernos los
pantalones largos. Terminar con ese escarnio de “bajalos a tomar agua”
que nos decían los que ya los lucían. El traje de pantalón largo nos
daba imagen de hombre.
El segundo, a los 18, sacar la libreta de enrolamiento. Con ese paso
nos convertíamos en ciudadanos con derecho al voto y la obligación de
cumplir con el servicio militar. La lucíamos en el bolsillo de atrás del
pantalón, del que sobresalían unos 4 o 5 centímetros para hacer pinta.
Ya podíamos entrar al café, al Maipo o al Nacional y a los cabarets. Ya
éramos hombres. Además, la libreta venía con la llave de la puerta de
calle y las recomendaciones del “viejo”.
Y después venía la tercera, que era la mañana más angustiosa de los
20 años hasta allí vividos. Lo que muestra la foto, el sorteo para la “co-
limba”. Las tres cifras finales de nuestra libreta de enrolamiento eran el
número de orden, y de ese enorme bolillero iban saliendo por orden
sorteo las que indicaban el número de sorteo. Lo más corriente era la
promesa a la Virgen de Luján: “si me salvo, te llevo una vela tan alta
como yo”.
Los niños de hoy nacen con DNI, no hay más libreta de enrolamiento.
Van al jardín de infantes con pantalón largo. No existe más el servicio
militar.
No saben lo que se pierden.
22
COLIMBA

GUILLERMO VILAS
EL MÁS GRANDE
23
HELADOOOOO, LAPONIA HELADOOOOO
Cremas heladas Laponia. Tacita, palito, bombón helado.
Cómo esperábamos ese grito en las tardes de calor de verano.
Qué premio maravilloso a cambio de una moneda.

24
EDEMIL ARAQUEM DE MELHO
Llegó a Huracán en 1968 por una cifra record: 28 millones de
pesos, después de haber sido rechazada su incorporación a
Rosario Central por su técnico Miguel Ignomiriello. Este monto
era una cifra impensada para un club argentino. Hizo unos
cuantos goles. En total 19 en 60 partidos.
Su trayectoria terminó dándole la razón a Ignomiriello.
25
BAT MAN NO ES BRUNO DÍAZ
BAT MAN ES BUTICCE
Llegó a Huracán por accidente. Pero su corta actuación, solo
24 partidos en ese año (1965), le sirvió para consagrarse. Y
culminó como campeón del mundo sénior cuando Argentina le
ganó 1 a 0 en Brasil la final y siendo él, la extraordinaria figura
del equipo.
26
PIZZA DE CANCHA
¿Quién no comió a la salida de alguna de las canchas donde
jugaba Huracán un par de estas porciones de pizza? Algunas
veces el resultado nos había cerrado el estómago, pero frente a
este personaje, el deseo se hacía irrefrenable.

27
28
LOS DELANTEROS
NETOS
Todavía sigue vigente una discusión de los puestos de ataque.
Se dijo alguna vez que había terminado la era de los especialis-
tas, que el fútbol era total: todos atacaban y todos defendían.
Como siempre insisto en que las teorías que pretenden ser de
fierro, no sirven y conducen a engaños. Todo debe flexibilizarse
para adaptarlo a la realidad. Si alguien afirma que no hay más
especialistas, yo les preguntaría qué hacemos con Gerd Müller
y con Garrincha, por ejemplo. ¿No podrían jugar? Estoy con-
vencido de que para el Mundial del 78 Ernst Happel no hubiera
despreciado a Mané ni a Müller. Por eso digo que hay que
tener mucho cuidado. No habrá jamás épocas especiales para
que se desarrollen los grandes jugadores de fútbol. Los talen-
tos tienen lugar y tiempo siempre, por encima de tendencias,
teorías y modas.

LOS ESPECIALISTAS NO SIRVEN EN LA MEDIDA QUE NO


CUMPLAN CON SU ESPECIALIDAD. Eso sí es cierto. Pero si
tengo a Garrincha y el mío es un equipo de rotación permanen-
te, ¿para qué quiero que Garrincha rote? Si cada vez que toma
contacto con la pelota se saca de encima al marcador, va al
fondo y la pone como con la mano para la entrada de cualqui-
era o hace goles. Rotará solo en el caso de que no pueda agar-
rar nunca la pelota, pero es muy difícil que le suceda eso a un
jugador de su jerarquía.
El peligro que se corre con este tipo de hombres, los llamados
especialistas, es que si uno los saca de su papel puede llegar a
anularlos definitivamente. Una vez, durante la preparación para
el Mundial, Houseman me decía: “Vio Cesar, ahora corro
mucho más que antes, marco, me tiro a los pies….”

29
Le dije que era cierto, que en eso había progresado, pero le
advertí: “Ojo, René está bien, pero yo lo traje para que juegue y
no para que se revuelque. En vez de tirarse a los pies marque
en zona y cuando tenga la pelota juegue como siempre. Lo
quiero para eso.”

Esta es la idea. No matar en el jugador aquello que tiene de


positivo. Convertir a Houseman en un peleador hubiese sido
tan criminal como pretender que Nicolino Locche se transfor-
mara en un noqueador.

Algo parecido afirmó respecto de los centrodelanteros. Per-


sonalmente, nunca hubiese mandado a Luis Artime a que se
volcara sobre los laterales. ¿A qué? ¿A jugar de puntero dere-
cho o izquierdo? ¿Va a desbordar, a mandar centros? Eso hu-
biese sido absurdo. Artime podía salir del área dos veces por
partido para distraer al rival, pero no más que eso, porque si
saco de su zona natural a un jugador como él, significaría
guardar los cañones antiaéreos cuando están llegando los avi-
ones.

Ofensivamente es muy difícil crear parámetros de medición. Ya


dije, incluso, que el fútbol mismo no los tiene. Lo que sucede, y
esto hay que aceptarlo como una realidad; es que los especial-
istas son cada vez menos porque las marcaciones, van siendo
cada vez más estrictas. Entonces, el real secreto de la rotación,
pero enviando a distintos lugares del ataque a hombres que
sepan manejarse con igual destreza en sectores diferentes.

Sí sé que hay tres nuevos que son capaces de jugar tanto por
dentro como por afuera, los pongo en la cancha, sin dudarlo,
sin pensar en el esquemático “dos punteros sin centrodelante-
ro”. Por otra parte, ya lo hice. En el Mundial Juvenil de Japón,
contra Polonia, jugaron Lanao, Torres y Calderón. Los dos
primeros, nueves, el de Racing, un hombre que puede desen-
volverse por las dos puntas y por el medio. Torres va por la
raya y sabe mucho; Lanao sabe jugar por cualquiera de los dos
laterales, igual que Calderón.
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El ejemplo está aquí: ninguno de los tres iba al sacrificio de
tener que jugar en zonas desconocidas para ellos o que los
anularan. Los tres manejaban con comodidad todo el frente de
ataque. De ahí nace la afirmación de que las rotaciones están
reglamentadas por las posibilidades de cada uno de los
hombres con que se cuenta.

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Por eso prefiero que Luque vaya a la derecha una o dos veces,
toque la pelota y salga de ahí en procura de otra posición. En
cambio, si pretendo que se tire unos metros atrás y por la
izquierda, porque en ese lugar consigue mejores jugadas.
Cuando Luque va como puntero izquierdo difícilmente se la
entregue a nadie: encara y no afloja hasta crear una situación
de gol.

Se trata de manejar aquellas dos clásicas actitudes, que son


elementales. Una la jugada en que el hombre va a participar
activamente de la acción, otra, la que lo muestra yendo a un
lugar para sacar gente y permitir que un compañero entre. Es
más, ahí va sabiendo que no recibirá la pelota.

De la misma manera yendo a los punteros, solo puedo pedirles


que entre en diagonal si estoy seguro de adentro van a saber
resolver; o puedo pedirle a uno de ellos que se tire atrás si me
convenzo de que es capaz de armarse bien para iniciar un
ataque. Nunca le diría a Galletti que fuera de 10 para relevarlo
a Alonso porque, por idiosincrasia, Galletti haría como volante
lo mismo que hace como wing; picar y darle al arco o llegar al
fondo, pero nunca armar, que es propio de un volante.
Repito que todo esto está más allá de lo puramente anecdótico.
La anécdota seria decir que un puntero debe desbordar y no
para desentenderse de la jugada, que debe imponer su
habilidad o su velocidad como elemento desequilibrante. Esto
es lo corriente. Me parece mucho más interesante el manejo de
conceptos que ayudan a mejorar las condiciones naturales de
un jugador. Para un centrodelantero, al margen de lo que
puede aportar por sí; el mejor ejemplo (ya lo he mencionado
antes y volveré a hacerlo en un próximo capítulo) será siempre
COUTINHO y su maravillosa capacidad para hacer creer a
todos exactamente lo contrario de lo que pretende. Difícilmente
haya un modelo mejor.

“FÚTBOL: Juego-Deporte y Profesión”


Cesar Luis Menotti -El Gráfico 1980

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Cultura & Arte

Carlos Regazzoni
“Pintura Ferroviaria”

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Un plástico
transparente
Abrí la puerta y te estabas bañando.
Los vidrios empañados, el ruido del agua
detrás de las cortinas,
las cosas esenciales instaladas
fuera de la razón.
Me llamaste, acercaste la cara
y nos besamos a través del plástico
transparente: fue un instante.
Las parejas y las revistas literarias
duran casi siempre dos números.
Sin embargo, de a poco,
le fuimos ganando terreno al río:
días interminables en los que el caos
tomaba tu forma para envolverme mejor.

Fabián Casas

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35
HUMOR

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SE GANÓ CON POQUITO
AL PEOR EQUIPO
QUE ENFRENTAMOS
Huracán 1 - Racing 0
Se necesitaba ganar. Se ganó. Y aquí debería terminar mi co-
mentario. Les aseguro que hacía mucho tiempo que no veía un
rival tan pero tan malo como Racing. Un equipo que ya cambio
3 técnicos, que pierde partidos en cadena, pero que no genera
nada. Ni jugadas de gol, ni tenencia de pelota. Ni algo vistoso
que te saque del letargo de ver cómo la pelota va y viene sin ton
ni son de un campo al otro o de un lateral otro, mientras pasan
los minutos. Claro, en frente estaba Huracán que como en el
tango era la segunda guitarra. Que juega mal, no tanto como el
rival, pero que no crea situaciones y si tiene la suerte (y la tuvo)
de embocar un gol, cierra el partido, lleno de miedos y sacando
adonde fuere, mientras se refugia en su campo. Y lo hizo siem-
pre. Y así ganó. Porque tras una salvada de Díaz ante un dispa-
ro de Martínez, la pelota salió hacia la izquierda donde el pase a
Ibáñez hizo que el centró a la cabeza de Cóccaro, metido entre
dos centrales y un arquero de utilería, con un cabezazo al piso
convirtiera el gol. Tal vez de no ser por Díaz un minuto antes lo
hubiera hecho Racing.

Por eso no da para comentar nada serio. Cuando la pelota


vuela, donde se rechaza sin mirar adonde, y no se llega al arco
contrario, no creo que haya mucho para festejar.
Una sola jugada de gol en el segundo tiempo gestada por el
paraguayo Ibáñez surgido de los lugares más recónditos que
tiene Kudelka escondidos sus jugadores. ¿Usted recuerda
cuando fue su único partido? No importa, tal vez fue el primero,
pero esta vez el arquero le adivinó la intención.
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Después o antes, nada. ¿Y Racing? menos, pero a mí no me
importa Racing, me importa Huracán. Y sabe que no miento,
que digo lo que veo. Y no vi nada que me entusiasme, que me
guste, que haga lucir frente a una PC. Por eso no entiendo ese
desahogo del hincha. No entiendo que pueda sentirse satis-
fecho. ¿Cuál es su intención, una copa? ¿Y usted cree que en
partidos en serio estaríamos en los diarios de Europa? No es
fútbol, bien o mal jugado. Pero este lo superó, fue pésimo. Tal
vez nos queden esperanzas. La mía es que se vaya el técnico.
Jugar con jugadores de nivel para Huracán.

Ganar jugando un rato al fútbol por lo menos. Lo demás no me


importa. Piense lo que quiera, está en su derecho, como yo.
Pero si le gusta al fútbol, haga lo que le dije hace varios númer-
os. Modérese.
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Porque lleguemos a donde lleguemos, solo la pasión del hincha
podrá justificar un campeonato donde llegamos a una fecha del
final en el lugar que debemos estar. ¿Mérito nuestro? No. De
mérito de los otros. El fútbol de hoy dejó de serlo. No hay figuri-
tas, ni figuras, hay mucho en juego, pero de dinero, el juego que
se realiza con una pelota, quedo guardado en el rincón de los
recuerdos. Ojalá juguemos un gran partido, y me tenga que rec-
tificar, pero con este equipo, aun ganando, nunca me sentí sat-
isfecho. Vayamos a Rosario, nos queda una bala y tenemos al
Zorro.

Carlos Alberto Bruno

SÍNTESIS:

HURACÁN: M. Díaz, Quilez, Moya, Galván. Ibáñez,


Cristaldo, Hezze, Acevedo, Candia, Cóccaro y Cabral.
D.T.: F. Kudelka.

RACING: Gómez, Pillud, Sigali, Domínguez, Prado,


Martínez, Alcaraz, Cvitanich, López, Chancalay y Copetti.
D.T.: F. GAGO.
GOL: Cóccaro.

CAMBIOS: Núñez x Candia, Henríquez x Acevedo,


Lozano x Quilez, Triverio x Coccaro, Silva x Cabral.
Garre x Cvitanich, Galván x Prado, Córdoba x Chancalay

ÁRBITRO: Hernán Mastrangelo

CANCHA: Huracán

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V

Nº 74

Todas las notas publicadas son de Exclusiva responsabilidad del autor / diciembre 1 de 2021

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