Manual 04msec
Manual 04msec
Manual 04msec
EMOCIONAL Y
HABILIDADES
SOCIALES. LA EMPATÍA
Dra. D.ª Carmen Martorell Pallás y Dra. D.ª Mª Olatz Gómez Llorens
Edita
Universidad Internacional de Valencia
Máster Universitario en
Formación del Profesorado de
Educación Secundaria Obligatoria,
Bachillerato, Formación Profesional
y Enseñanza de Idiomas
Los términos resaltados a lo largo del contenido en color naranja se recogen en el apartado GLOSARIO.
Índice
Índice
1.3.1. ¿Qué relación tiene la teoría de las inteligencias múltiples con la IE? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
2.5. La empatía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
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Índice
Internacional
de Valencia
GLOSARIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
BIBLIOGRAFÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
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Unidad de aprendizaje 1
Objetivos específicos
•• Conocer el concepto, funciones y tipología de las emociones como paso previo a la
conceptualización de la inteligencia emocional.
1.1. Introducción
“No hay separación de mente y emociones: las emociones, pensamientos y aprendizaje están
relacionados". Eric Jensen (2004).
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
Internacional
de Valencia
Comenzar esta unidad con esta cita de Jensen (2004) tiene como propósito recalcar desde el
principio la íntima relación que tienen las emociones con el proceso de aprendizaje del ser humano.
De ahí la importancia de incorporar la inteligencia emocional como una de las competencias de la
práctica docente.
Para ello, se comenzará delimitando en esta unidad el concepto de emoción y todos los elementos
que configuran toda una teoría científica al respecto. A continuación, se conceptualizará la propia
inteligencia emocional relacionándola con la teoría de las inteligencias múltiples y se describirán
sus principales características y principios básicos, los elementos que la componen y los principales
modelos teóricos en los que se sustenta.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
La palabra emoción proviene del latín emoveo, emotum. El prefijo “e-” significa “hacia fuera” y “moción”
significa “movimiento”. Por lo tanto, el significado de esta palabra se aproximaría a “algo que ocurre en
el interior que genera un movimiento hacia fuera”.
Es necesario destacar, también, que no existe una definición definitiva del concepto en sí y que,
pese a las numerosas investigaciones que se llevan a cabo en torno a las emociones, no se ha podido
delimitar una teoría de la emoción aceptable (Scherer, 2000; 2001).
Ya a finales del siglo XIX, algunas investigaciones intentaron profundizar en el mundo de las
emociones para intentar comprender qué era ese hecho que ocurría en los seres humanos y que
manejaba todo su comportamiento, fueran estos hechos (es decir, las emociones) actos voluntarios o
involuntarios.
En el marco de la psicología experimental, el psicólogo y filósofo Wundt (1896) evidenció que las
emociones eran respuestas fisiológicas que se daban en función de tres dimensiones:
•• Agrado/desagrado (placer/displacer)
•• Tensión/relajación
•• Excitación/calma
Wundt dedujo que las emociones eran una respuesta de combinación específica de estas dimensiones.
Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XX y precisamente por la irrupción en el campo de la
psicología del concepto de inteligencia emocional, que las emociones ganaron importancia en la
investigación científica.
A continuación se ofrecen algunas definiciones del concepto de emoción aportadas por diferentes
investigadores en la materia:
•• Oatley (1992): “una experiencia afectiva en cierta medida agradable o desagradable, que supone
una cualidad fenomenológica característica y que compromete tres sistemas de respuesta,
cognitivo-subjetivo, conductual-expresivo y fisiológico-adaptativo”.
•• Goleman (1995): “utilizo el término emoción para referirme a un sentimiento y sus pensamientos
característicos, a las condiciones psicológicas o biológicas que lo caracterizan, así como a una
serie de inclinaciones a la actuación”.
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
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de Valencia
•• Scherer (2000): “la interfaz del organismo con el mundo exterior […] refleja la evaluación de la
importancia de un estímulo en particular en términos de las necesidades del organismo,
preferencias, intenciones, etc., […] prepara fisiológica y físicamente al organismo para la acción
apropiada y comunica el estado del organismo y sus intenciones de comportamiento a otros
organismos que le rodean”.
•• Bisquerra (2003): “una emoción es un estado complejo del organismo, caracterizado por una
excitación o una perturbación que predispone a una respuesta organizada. Las emociones se
generan como respuesta a un acontecimiento externo o interno”.
El punto en común entre las diferentes investigaciones al respecto, tal y como se infiere de las
anteriores definiciones, es que, para poder hablar de emoción, se deben producir una serie de cambios
psicofisiológicos en la persona. Por ello, la definición de Scherer es la que más rigor científico proyecta.
Siguiendo la teoría de la emoción de Scherer (2000), se describen tres cambios fundamentales que se
dan en la producción de todo tipo de emociones, lo que él denominó “triada de respuesta”:
•• Activación fisiológica.
•• Expresión motora.
•• Sentimiento o experiencia subjetiva: para que se produzca una emoción, debe existir
previamente un estímulo (interno o externo) que genere un movimiento emocional. Estos
estímulos son interpretados como relevantes para el organismo.
Ante estos estímulos relevantes se produce una respuesta concreta, una emoción que es observada
a través de la expresión motora. Tras esta emoción aparece el sentimiento, es decir, la interpretación
subjetiva que se hace de la emoción y que perdura más que la propia emoción, que suele manifestarse
de forma puntual y en muy corto tiempo.
Para establecer una teoría general y comprensible, en términos científicos, es posible afirmar que la
emoción se compone de tres elementos o dimensiones:
•• La valencia, es decir, si la emoción tiende al eje del placer o el agrado (valencia positiva) o si
tiende al eje del displacer o desagrado (valencia negativa).
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
En 1905, los psiquiatras Binet y Simon crearon el primer test de inteligencia, que consistía en una serie
de problemas lógico-matemáticos y verbales, para medir así el coeficiente de inteligencia (CI) de una
persona. Sin embargo, en 1983, el psicólogo Howard Gardner planteó que, además de la capacidad
lingüística y la lógico-matemática, el ser humano tiene otras habilidades que definen su inteligencia
y el grado de esta. Después de años investigando con pacientes que habían padecido accidentes
vasculares, concluyó que no existe una única inteligencia, sino que es múltiple y diversa, y que cada
persona tiene una forma diferente de ser inteligente.
En su Teoría de las inteligencias múltiples (Gardner, 1995), definió hasta doce tipos de inteligencia,
y determinó que cada persona podía tener más de una de estas inteligencias de manera más
significativa que otras.
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
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3. Inteligencia musical: se relaciona con la percepción del sonido y del tiempo. Es característica
de músicos y cantantes.
4. Inteligencia espacial: está relacionada con el dominio y comprensión del espacio, así como el
cálculo de volúmenes. Se observa en pilotos, escultores, arquitectos y decoradores.
7. Inteligencia intrapersonal: hace posible comprender los propios sentimientos, emociones, mo-
tivaciones y deseos, y sirve para el crecimiento personal. Es característica de personas preocu-
padas por su propio desarrollo espiritual.
10. Inteligencia emocional: propia de aquellas personas que destacan al mismo nivel tanto en la
inteligencia interpersonal como la intrapersonal.
11. Inteligencia creativa: se refiere a aquellas personas con habilidad para la innovación y la crea-
ción de nuevos objetos o conceptos.
12. Inteligencia colaborativa: personas que poseen la especial habilidad de alcanzar sus propias
metas facilitando también las metas del resto de las personas a través del trabajo en equipo.
1.3.1. ¿Qué relación tiene la teoría de las inteligencias múltiples con la IE?
Según la teoría de Gadner, todas las personas poseen todos los tipos de inteligencias anteriormente
descritas, aunque algunas se manifiesten de manera más evidente que otras dependiendo de
múltiples factores (genéticos, personalidad, experiencias, etc.). A partir de estas investigaciones,
resulta irracional insistir en que el alumnado aprenda de una manera homogeneizada.
Aunque Gadner clasifica la IE como un tipo más de inteligencia, se comprobó que esta actúa como
motor de aprendizaje: “son las emociones, y no la estimulación cognitiva, las que constituyen los
cimientos de la arquitectura mental primera” (Greenspan, 1998:55). Esto habla del papel decisivo que
juegan las emociones en las funciones cerebrales más importantes.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
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Por su parte, Salovey y Mayer (1990) sostienen que las emociones estimulan la inteligencia y que
ayudan a las personas a dar prioridad a sus procesos mentales. Goleman (1996) también sostiene que
emoción e inteligencia actúan conjuntamente, en equilibrio, para procurar el bienestar de la persona.
De todo lo expuesto anteriormente se puede deducir el papel fundamental que tienen las emociones
en el desarrollo de los diferentes tipos de inteligencia ya que, aunque cada persona destaca en
algunas de ellas discriminando otras, la inteligencia, no es un proceso estático e inmutable, sino que
se puede ejercitar y entrenar. Es aquí donde la emoción juega su papel fundamental.
El troncoencéfalo (cerebro reptil) es la parte más primitiva del cerebro y la que regula las funciones
básicas como la respiración, el latido cardíaco o el metabolismo. Inmediatamente por encima del tronco
se encuentra el sistema límbico, donde tienen lugar las reacciones emocionales. Su función es la de
facilitar la adaptación al medio y a sus continuos cambios, de ahí que se relacione con la memoria y el
aprendizaje. En esta zona también se encuentra la amígdala, lugar donde quedan registrados todos los
recuerdos emocionales que, a posteriori, serán utilizados por el neocórtex para interpretar la experiencia
emocional. Por encima del sistema límbico encontramos el neocórtex. Es en esta parte del cerebro donde
radica la diferencia entre seres humanos y animales, ya que gracias al neocórtex el ser humano tiene la
habilidad del lenguaje, de la razón, y de la comprensión simbólica del arte y la cultura. Esta parte del
cerebro también se encarga de dar el formato final en forma de sentimiento a una emoción dada.
Estos tres cerebros trabajan siempre de forma coordinada (Palmera Cantero, 1996), lo que
provoca que exista una relación directa entre pensamiento, sentimientos y emociones. Es decir, la
primera reacción emocional se produce en el cerebro reptil, que envía una señal al sistema límbico
para que la interprete. Finalmente, el sistema límbico envía una nueva señal neuronal al neocórtex,
que se encarga de interpretar la emoción, basándose en gran parte en los recuerdos emocionales
que se almacenan en el sistema límbico.
Aunque una gran mayoría de nuestras emociones pueden ser previstas y controladas por el neocórtex,
existe un tipo de reacciones emocionales que utilizan otros circuitos cerebrales más cortos, de manera
que es la propia amígdala la encargada de elaborar la valoración que se hace de esas emociones
concretas.
Gracias a esta posibilidad de “atajo” de algunas reacciones emocionales, el ser humano gana en
capacidad de adaptación al medio, ya que normalmente las reacciones emocionales que se producen
se perciben como un riesgo mortal, ya sea real o interpretado como real (por ejemplo, el miedo ante
un animal salvaje provoca que nos protejamos rápidamente, sin pensar). Sin embargo, este “atajo”
también puede provocar que se produzcan reacciones emocionales de manera inconsciente en
momentos poco adecuados, actuando sin pensar.
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
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•• La corteza cingulada
•• La amígdala
•• El hipocampo
Enlace de interés
El circuito emocional de Papez:
https://www.youtube.com/watch?v=rpKQonDYx_Q&feature=youtu.be
El sistema límbico está involucrado tanto en los procesos de aprendizaje y memoria como en el
control emocional. Este circuito comprende dos canales para el procesamiento de las emociones. La
información sensorial llega al tálamo y desde allí puede seguir dos caminos:
•• El canal del sentimiento: la información viaja hasta el hipotálamo, donde se origina la respuesta
física y se transmite hacia la corteza cingular a través de otros núcleos talámicos. Esta es una
vía subcortical de activación del cíngulo.
•• El canal del pensamiento: la información viaja desde el tálamo a la corteza sensorial, donde se
perciben los estímulos y se activan los recuerdos, y de ahí al cíngulo. Esta es la vía cortical de
activación del cíngulo.
Enlace de interés
Cómo funciona el cerebro a nivel emocional:
https://www.youtube.com/watch?v=o4K7GY8nics
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
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El afecto se relaciona con la preferencia, con otorgar un valor concreto a las distintas situaciones que
se pueden producir. Según esto, un estímulo dado, dependiendo del valor que se le tenga atribuido
previamente, provocará una emoción u otra que, además, tendrá una valencia e intensidad concreta.
Profundizando en la distinción entre emoción y sentimiento, debe tenerse en cuenta que ambos
conceptos presentan diferencias sutiles, aunque de base y características sean muy similares. Damsio
(2010) alude a que “una emoción está siempre referida a una secuencia de acciones y los sentimientos
se refieren a los resultados de esa secuencia de acciones”. Pongamos como ejemplo una situación de
peligro, de miedo. El miedo es el sentimiento, la huella que deja el estímulo ante el que nos exponemos.
La emoción es el conjunto de cambios y acciones que se desencadena a partir del miedo que sentimos (la
presión arterial sube y los músculos se tensan, el cuerpo se prepara para poder huir o atacar).
De ese comportamiento emocional es posible hacer una evaluación posterior para extraer un
aprendizaje. En este caso, lo que aprendido es que ante una situación de peligro sentiremos miedo.
Y ese miedo es el sentimiento, es decir, la huella o aprendizaje de la situación vivida. De este ejemplo,
Damasio concluye que “mientras que las emociones son unos programas de acción, los sentimientos
de esas emociones son las percepciones compuestas que provienen del estado del cuerpo durante
una emoción y es esa percepción la que te da el feeling o sentimiento”.
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
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En conclusión, la diferencia entre ambos conceptos radica en que, mientras que la emoción es una
respuesta básica, primitiva y unidireccional (es decir, una reacción ante un estímulo), el sentimiento
incluye la capacidad de pensar y reflexionar de manera más o menos consciente sobre lo que se ha
sentido con la emoción experimentada.
No obstante, es importante tener presente que ambos conceptos son inseparables, ya que donde
hay una emoción siempre habrá un sentimiento. La intensidad y duración de ese sentimiento siempre
dependerá de lo significativa que haya sido la emoción sentida.
Retomando el análisis de la teoría de la emoción, podría decirse que las emociones permiten el
entendimiento entre los seres humanos. Al interactuar con otras personas, las emociones permiten
enviar señales, que expresen cómo nos sentimos, para que los demás nos entiendan.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
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En 1872, Darwin escribió La expresión de emociones en hombres y animales y contrastó que ante
las mismas emociones se producían los mismos gestos faciales, por lo que las decisiones son el
resultado de las emociones.
Las emociones sirven como la fuente más poderosa, auténtica y motivadora de energía humana
(Lazarus, 1991). Por lo tanto, se podría entender la emoción como “una respuesta mental organizada a
un evento que incluye aspectos psicológicos, experienciales y cognitivos”.
En la actualidad, se acepta que las emociones tienen tres componentes (López Mejías et al., 2009):
•• Fisiológicos
•• Cognitivos
•• Conductuales
En la tabla siguiente se describen las características generales de cada uno los componentes.
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
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El esquema general de toda emoción es el siguiente: ante un estimulo (interno o externo), se produce
una respuesta fisiológica que es procesada mentalmente, lo que genera una respuesta conductual.
1. Función adaptativa: alude a la idea de que las emociones funcionan tanto como facilitadoras
de la respuesta ante las exigencias ambientales (estímulos), como inductoras de la expresión
de la reacción afectiva a otros individuos. Así, por ejemplo, el miedo favorecería la huida o la in-
movilidad corporal defensiva, además de que su expresión podría ser útil para apaciguar una
reacción intensa por parte de la persona agresora.
2. Función social: la expresión de las emociones permite predecir a las demás personas el com-
portamiento que vamos a desarrollar y viceversa, lo que tiene un indudable valor para las rela-
ciones interpersonales y para la adaptación al entorno social. La emoción es visible y por medio
de ella realizamos un intercambio informativo con las personas con las que interactuamos.
3. Función motivacional: la relación entre motivación y emoción es íntima, toda conducta motiva-
da produce una reacción emocional y, a su vez, la emoción facilita la aparición de unas conduc-
tas motivadas y no otras. La relación entre motivación y emoción no se limita al hecho de que
en toda conducta motivada se producen reacciones emocionales, sino que una emoción puede
determinar la aparición de la propia conducta motivada, dirigirla hacia determinado objetivo y
hacer que se ejecute con intensidad.
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Esta función no depende del tipo de emoción sino de la dimensión de agrado/desagrado (placer/
displacer) de la emoción y de la intensidad de la reacción emotiva. Por ejemplo, la tristeza (emoción)
nos llevaría a realizar una determinada conducta, fundamentalmente de duelo (conducta motivada) y,
dependiendo no de la emoción sino de su intensidad y agrado/desagrado, puede hacer que la persona
llore a solas o que busque compañía.
•• La especificidad: tiene que ver con la cualidad específica de la emoción que la hace diferente a
otras emociones. Por ejemplo, resulta sencillo diferenciar la alegría del odio, mientras que dife-
renciar la alegría del optimismo es más complejo. La especificidad es la característica que hace
posible distinguir dos emociones, aunque la diferencia entre ellas sea sutil.
La especificidad también permite clasificar las emociones por familias o grupos. Cada familia
de emociones está compuesta por la emoción primaria y por otras secundarias y terciarias.
•• La intensidad: característica que se refiere a la fuerza con la que se experimenta una emoción.
En este sentido, la intensidad permite diferenciar cuantitativamente una emoción de otra de la
misma familia. Por ejemplo, tanto el enfado como la ira pertenecen a la misma emoción, pero se
diferencian entre sí por la intensidad con la que se manifiesta. Por regla general, las emociones
primarias son las que mayor grado de intensidad tienen en su expresión.
A la hora de realizar una clasificación de los tipos de emociones existe un gran número de ellas, debido
a la propia complejidad del estudio de las emociones y a su carácter subjetivo (Plutchik, 1980; Salovey
y Mayer, 1990; Goleman, 1995; TenHouten, 2007). Atendiendo al modelo de Goleman, derivado de
Salovey y Mayer, las emociones se dividen en dos grupos, según estas sean emociones innatas al ser
humano o emociones aprendidas:
•• Emociones primarias: son aquellas emociones innatas y proceden directamente del instinto de
supervivencia, por lo que normalmente surgen de una manera involuntaria.
•• Emociones secundarias: son emociones que derivan de las primeras y surgen como fruto de un
proceso de aprendizaje. Es decir, las emociones primarias se filtran a través de un proceso
mental, de manera que su expresión pueda ser mejor controlada.
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
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Por su parte, TenHouten (2007) también habla de emociones terciarias, que son aquellas que se
derivan de la combinación de una emoción primaria con una secundaria.
Bisquerra (2000), además de entender esta división entre emociones primarias y secundarias, realizó
también una clasificación de las emociones que obedece al principio de placer/displacer (agrado/
desagrado) y establece, de esta manera, distintos tipos de emociones.
El primer tipo son las emociones positivas, aquellas cuya evaluación racional, denominada appraisal,
es favorable. Es decir, son emociones aproximadas al eje del placer (alegría, amor, afecto, alivio,
felicidad, orgullo).
Las emociones negativas son aquellas cuyo appraisal es desfavorable, cercanas al eje del displacer.
Son emociones relacionadas con la amenaza, frustración o retraso de un objetivo perseguido, o bien
un conflicto entre diferentes objetivos (miedo, ira, ansiedad, tristeza, culpa, vergüenza, envidia, celos,
asco, etc.). Las emociones negativas, según Bisquerra (2014), se experimentan:
Ante acontecimientos que son valorados como una amenaza, una pérdida, una meta que se bloquea,
dificultades que surgen en la vida cotidiana, etc. […] Las emociones positivas, en cambio, se experimentan
ante acontecimientos que son valorados como un progreso hacia los objetivos personales. Estos objetivos
son, básicamente, asegurar la supervivencia y progresar hacia el bienestar. La supervivencia y el bienestar
tienen una dimensión personal y social.
Bisquerra utiliza el concepto de polaridad emocional para explicar que las emociones se clasifican en
un eje con dos polos, el positivo y el negativo. El polo positivo tiende al placer (agrado) y el negativo al
displacer (desagrado).
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Existe también un tercer tipo de emociones, las emociones ambiguas, que se pueden clasificar dentro
de este eje de placer/displacer. Bisquerra (2000) alude a este concepto para referirse a un tipo de
emociones que son difíciles de posicionar en uno u otro lado del eje. Son emociones con un carácter
equívoco, que en el momento de sentirlas no se puede definir hacia qué lado del eje placer/displacer
se inclinan (sorpresa, esperanza, compasión, sospecha, etc.). La emoción de una sorpresa puede ser
positiva cuando el estímulo que causa esa sorpresa es algo agradable. Por ejemplo, si dos personas se
encuentran por la calle después de mucho tiempo sin verse, dependerá de la relación que tuvieran. Si
esas personas se tienen aprecio, la sorpresa será positiva. Por el contrario, si no existe buena relación
entre ellas, la sorpresa del reencuentro será negativa.
Por último, también existen las denominadas emociones estéticas, aquellas en las que su inclinación
hacia un lado u otro del eje viene determinada por el appraisal, es decir, la evaluación cognitiva que
hagamos acerca del estímulo que las ocasione. En este sentido, habría que considerar también las
preferencias y experiencias previas de la persona que las siente.
Siguiendo con la diferenciación entre emociones positivas y negativas, esta denominación no obedece
en absoluto a la dualidad buenas/malas. Todas las emociones, positivas y negativas, cumplen una
función específica que, por lo general, tiene que ver con la propia supervivencia o adaptabilidad al medio.
También es importante mencionar un elemento más que diferencia a las emociones positivas de las
negativas y tiene que ver con su duración. Muchas investigaciones confirman la evidencia de que, por
lo general, las emociones negativas son las que presentan una mayor temporalidad de manifestación,
lo que se conoce como la ley de la asimetría hedónica (Frijda, 1988).
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
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En esencia, todas las clasificaciones descritas (Salovey y Mayer, 1990; Goleman, 1995; Bisquerra,
2000; TenHouten, 2007) derivan de un modelo inicial común. El psiquiatra Plutchik (1958) es
considerado el precursor de la teoría de las emociones, entre otras cosas por su conocida rueda de
las emociones. Si bien es verdad que el análisis que se ofrece a continuación puede incidir en algunos
aspectos ya explicados previamente, su modelo no debe pasarse por alto debido a la importancia de
los estudios de Plutchik.
En 1980 elaboró una clasificación denominada la rueda de las emociones. A lo largo de los años, esta
rueda se ha representado de diferentes formas, las más comunes son la de una flor de ocho pétalos y
la de una figura cónica.
•• Tipología
•• Antagonismo
•• Intensidad
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1. Tipología
–– Básicas: son las situadas en el círculo que rodea al núcleo de la rueda, y son la alegría, la con-
fianza, el miedo, la sorpresa, la tristeza, la aversión, la ira y la anticipación.
–– Compuestas: son el resto de las emociones que se derivan de las ocho básicas, tanto las que
están situadas dentro del núcleo como las que se sitúan en el resto de los círculos.
2. Antagonismo
Dentro de la rueda, Plutchik sitúa las emociones dependiendo del grado de similitud o
discrepancia entre ellas. De esta manera, en los lados opuestos sitúa a las antagonistas,
creando cuatro ejes de oposición:
–– Alegría/Tristeza
–– Anticipación/Sorpresa
–– Asco o aversión/Confianza
–– Ira/Miedo
3. Intensidad
La rueda está atravesada por eje vertical que representa los diferentes niveles de intensidad
con los que pueden ser expresadas las emociones básicas. Cuánto más cercana al núcleo se
encuentre la emoción, mayor intensidad tendrá. Cuanto más lejana se encuentre del núcleo,
menor será su intensidad.
Además de esta clasificación, Plutchik estableció otra clasificación de las emociones a la que
denominó las diadas emociones, para referirse a esas emociones que estaban compuestas por dos
emociones, estableciendo tres diadas:
1. Diada primaria: se compone de la combinación entre las emociones básicas que se encuentran
juntas, que son:
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
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2. Diada secundaria: formada por dos emociones básicas con un grado de separación, que son:
3. Diada terciaria: formada por dos emociones básicas separadas por dos grados, que son:
Para llevar a cabo una lectura de la rueda de las emociones, se tiene que partir del primer círculo que rodea
al núcleo. En este círculo se sitúan las ocho emociones básicas. Estas ocho emociones están situadas por
pares en los extremos. A partir de estas, se sitúan el resto de las emociones secundarias, que, según estén
más cerca o más alejadas del núcleo, se diferencian de su emoción primaria por la intensidad.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
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De esta manera, y a modo de ejemplo, para determinar la emoción antagonista de la confianza primero
se debe localizar esta en el círculo y buscar el lado opuesto donde esté situada. Encontraremos el
asco (aversión). En cuanto a la intensidad, tomando como emoción básica la ira, se aprecia que la furia
es de mayor intensidad que la ira por estar situada en el núcleo, mientras que el enfado tiene menos
intensidad por estar más alejado del núcleo.
Desde la Universidad de Cambridge se sigue investigando la inteligencia emocional y aporta cada vez
más conocimiento a este ámbito. Destaca la reciente investigación The ability model of emotional
intelligence: principles and updates de Mayer, Caruso y Salovey (2016), en la que se ofrecen las
últimas actualizaciones de esta disciplina desde la neurociencia. Estos autores están reorganizando la
definición de la IE. En España destacan las aportaciones de Rafael Bisquerra (2011), doctor en Ciencias
de la Educación que, concretamente, investiga sobre las aplicaciones de la IE en el espacio educativo.
Recordando el origen etimológico de la palabra “emoción” y la definición que hace Bisquerra (2000) de
este concepto, el autor propone una definición simbólica del concepto de IE, aludiendo a ella como un
“pensador con un corazón” que “percibe, comprende y maneja relaciones sociales”.
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Todo ser humano percibe e interpreta la realidad relacionando la razón (mente) con el sentimiento
(corazón). En la medida que esta relación entre mente y corazón se dé de una manera u otra, su
comportamiento observable (emoción) será de diferente manera.
Es decir, siguiendo a Goleman (1995), la IE se define como “la capacidad de reconocer nuestros propios
sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”.
1. Percepción emocional
Se refiere a la habilidad para identificar y reconocer las emociones propias y las de las
personas que nos rodean. La percepción emocional implica prestar atención a un estímulo
dado (externo o interno) y tener la habilidad de decodificar la información que trae consigo
ese estímulo a través de las diferentes señales emocionales (expresión facial, movimientos
corporales, tono de voz, etc.).
3. Comprensión emocional
El ser humano tiene la capacidad de dotar de significado a cada una de las emociones que
siente, por lo que es capaz de comprender lo que está sucediendo. Este elemento resulta
primordial a la hora de comprender las emociones del resto de personas dentro de las distintas
dinámicas de relaciones interpersonales que se producen.
4. Regulación emocional
Se refiere a la capacidad del ser humano de gestionar cada una de sus emociones de manera
que, a priori, suponga un beneficio y bienestar tanto para sí mismo como para las personas que
le rodean. Alude a la capacidad del ser humano para poder mitigar las emociones consideradas
“negativas” y potenciar aquellas consideras “positivas”.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
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En el mismo sentido, en su libro Inteligencia emocional (1995), Goleman explica todos estos
componentes de una manera más sencilla y determina cinco pilares básicos de la IE:
3. La automotivación.
El estudio sobre la inteligencia es algo relativamente nuevo, ya que hasta finales del siglo XIX no
cobró relevancia científica de la mano de los nuevos perfiles y necesidades sociales que surgieron a
partir de la Revolución Industrial.
El psiquiatra investigador Alfred Binet (1817-1911) ideó en 1905 el primer test psicométrico
para medir la inteligencia de una persona que, hasta entonces, se especulaba que esta estaba
relacionada con su capacidad intelectual. De hecho, la elaboración de este test fue por encargo del
ministro de Educación en Francia, que llegó a afirmar que “el órgano fundamental de la inteligencia
es el juicio”. Sin embargo, el propio Binet se dio cuenta, a través de sus investigaciones, de que la
inteligencia humana no solo tenía que ver con la capacidad intelectual, no al menos en relación con
el éxito escolar, y empezó a evidenciar la existencia de otros factores más allá del intelecto que
tenían que ver con el nivel de inteligencia de la persona.
Aun así, en 1909 Binet dio a conocer el primer test para medir el coeficiente intelectual, definiendo
este coeficiente como la razón entre la edad mental de una persona y su edad cronológica. La
aparición de este test aceleró toda una serie de investigaciones al respecto entre quienes defendían
la teoría del coeficiente intelectual como signo de inteligencia y quienes defendían, incluyendo al
propio Binet, la existencia de otros factores de la inteligencia.
Los aportes de la psicología cognitiva dieron lugar a nuevas visiones de la inteligencia humana, y esta
empezó a ser concebida de distinta manera. Primero, como una capacidad que, si bien tiene un fuerte
componente innato, también es una capacidad adquirida. Además, la determinación de otros factores
más allá de la propia razón o capacidad lógica para definir la inteligencia evidenció la influencia
de las emociones en el desarrollo de esta. A finales del siglo XX comenzó a evidenciarse de forma
rotunda esta otra forma de inteligencia humana que podría estar incluso por encima de la inteligencia
intelectual (Molina de Colmenares, 2002).
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
Internacional
de Valencia
Los siguientes epígrafes se dedicarán a describir algunos de estos modelos teóricos acerca de la IE,
aquellos que más impacto científico han podido tener, como son el modelo de habilidades de Salovey y
Mayer (1990), y otra serie de modelos que se agrupan bajo el nombre de modelos mixtos, representados
principalmente por Goleman (1995) y Bar-On (1997). Se darán también algunas pinceladas sobre un
nuevo enfoque de explicación de la IE que se recoge bajo el nombre de modelo integrador.
Salovey y Mayer (1990), basándose en los resultados de sus investigaciones, definen la inteligencia
emocional como “la capacidad de controlar y regular los sentimientos y emociones de uno mismo y
de los demás, discriminar entre ellos y utilizarlos como guía del pensamiento y la acción”. También
distinguieron entre inteligencia y emoción (Mayer y Salovey, 1997), indicando que:
En 1997, estos mismos investigadores hacen una revisión de su modelo y destacan la existencia de
cuatro habilidades básicas en el desarrollo de dicha inteligencia, es decir, indican las habilidades que
son necesarias para poder considerar a una persona como emocionalmente inteligente.
De forma esquemática (figura 2), se pueden observar las habilidades propuestas por estos
investigadores.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Goleman (1995) elaboró en sus investigaciones un modelo un modelo mixto de configuración de la IE,
basado en las habilidades descritas en el modelo de Mayer y Salovey, pero usando también el modelo
de inteligencias múltiples de Gardner (1983), en concreto aludiendo a la inteligencia interpersonal e
inteligencia intrapersonal de dicho modelo.
1. Conocer las propias emociones. Hace referencia a la capacidad de reconocer los propios sen-
timientos. Este es uno de los puntos más importantes de la inteligencia emocional. Las perso-
nas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas.
2. Saber manejar las emociones. Es una habilidad básica que permite el control de los propios
sentimientos según la circunstancia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que es-
tar constantemente luchando con las tensiones desagradables.
4. Reconocer las emociones de las demás personas. Es la capacidad de sintonizar con las demás
personas a través de la empatía. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales so-
ciales sutiles.
5. Manejar las relaciones interpersonales. Habilidad para relacionarse eficazmente con las de-
más personas.
I. Intrapersonal I. Interpersonal
Autoconciencia emocional Autoconciencia emocional
Reconocimiento
Fiabilidad Comunicación
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
Internacional
de Valencia
En cuanto a Bar-ON (1997), este también utiliza en la configuración de su modelo, igual que hace
Goleman, elementos tanto del modelo de Mayer y Salovey como de Gardner, pero aporta factores
adicionales como el aspecto de la personalidad, la felicidad y el humor, por lo que su modelo es
considerado como un modelo de bienestar.
Bar-On define la Inteligencia emocional como la “capacidad de reconocer y expresar sus emociones,
comprenderse a sí misma/o, actualizar sus capacidades potenciales y llevar una vida saludable y feliz”.
Sus componentes básicos son:
•• Inteligencia intrapersonal. Capacidad para expresar sus emociones y sentimientos. Para ello es
necesario desarrollar el autoconocimiento, la asertividad, la autoestima, el autodesarrollo y la
independencia emocional.
•• Gestión del estrés. Habilidad para manejar y controlar las propias emociones.
•• Estado del ánimo. Capacidad de generar actitudes positivas y para automotivarse. Se refiere al
optimismo y la felicidad.
Los modelos de Goleman y Bar-On son solo una representación de la infinidad de modelos teóricos
que surgieron a partir del modelo de Mayer y Salovey. Estos modelos se fueron diferenciando entre
sí en el aporte adicional que cada uno iba haciendo al modelo inicial. De esta manera, el modelo
de Goleman introduce conceptos de la teoría de las inteligencias múltiples, y Bar-On introduce
elementos derivados de la teoría del bienestar personal.
En los últimos diez años han ido emergiendo nuevos modelos que prácticamente son similares los
unos a los otros, lo que da lugar a que exista una gran confusión a la hora de decidir a qué modelo
acogerse en cuanto al trabajo con la IE.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Por esta misma razón, García y Giménez (2010) elaboraron un modelo nuevo de IE que podría
considerarse también como un modelo mixto, en el que han recogido todos los aportes que se han ido
haciendo al respecto desde Mayer y Salovey, con el fin de ofrecer un modelo integrador de la IE. Este
modelo es el que, poco a poco, empieza a reconocerse y a ser utilizado, sobre todo en el ámbito de la
educación y la intervención social.
•• Factores internos. Se refieren a las características personales de cada individuo. También son
denominados factores endógenos.
Por otro lado, en relación con la dimensión de características innatas/adquiridas, aluden a que los
factores endógenos no solo son características innatas, sino que también tienen que ver con una
idiosincrasia adquirida, es decir, aprendida en relación con la manera subjetiva de interpretar el mundo.
Los principales factores endógenos que intervienen en la configuración de la IE son (García y Giménez,
2010, pp. 8:1-10):
•• Voluntad. Habilidad de los individuos para seguir obteniendo resultados, aunque estos no sean
positivos.
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Unidad de aprendizaje 1. Aproximación conceptual a la Inteligencia Emocional
Internacional
de Valencia
Por otra parte, los principales factores exógenos en relación con la IE son (García y Giménez, 2010, pp.
9:1-10):
•• Habilidad de crear modelos mentales. Capacidad de los individuos de crear modelos, a partir
de sus experiencias con el entorno, con el fin de no volver a utilizar otra vez todos los recursos
utilizados en primera instancia, ya que la nueva situación puede estar incrustada de forma
general en los modelos mentales preestablecidos.
•• Capacidad para relacionarse y comunicarse. Esta capacidad está relacionada con la habilidad
de un individuo para establecer lazos sociales con otros individuos.
•• Capacidad para comunicarse. Se explicita en la habilidad que puede tener un individuo para
comunicarse con otros, o con organizaciones, sistemas o sociedades, pero de forma verbal.
Este modelo integrado de la IE se diferencia del resto de los modelos en un aporte sustancial para
el espacio científico. Cada uno de los factores, tanto endógenos como exógenos, están definidos en
forma de constructos medibles, de manera cuantitativa y cualitativa.
Según García y Giménez, este modelo es el que ofrece mayores implicaciones en el ámbito de la
educación, ya que todos estos factores definidos en forma de constructos pueden ser utilizados
en la planificación curricular y la evaluación. Además, este modelo ofrece también un práctico
marco de aplicación dentro del aula, ya que permite el diseño de actividades en relación con cada
uno de estos constructos.
En definitiva, a lo largo de esta unidad se ha expuesto que la inteligencia emocional tiene un esquema
muy simple. Quizá su complicación radica en el carácter totalmente subjetivo que tiene el principal
elemento: las emociones.
En cualquier caso, la inteligencia emocional se presenta como la principal herramienta con la que
poder desarrollar todo el potencial humano en nuestro beneficio propio y colectivo. Como futuros
docentes, si queremos poner nuestra práctica al servicio de la consecución de este desarrollo
personal y colectivo de nuestro alumnado, debemos asumir la responsabilidad no solo de acercarnos
teóricamente a la IE, sino realizar nuestro propio aprendizaje en el desarrollo de esta inteligencia para
convertirnos en docentes inteligentes no solo a nivel intelectual, sino también a nivel emocional.
32
Unidad de aprendizaje 2
Objetivos específicos
•• Comprender la importancia de la Inteligencia emocional dentro de la práctica docente
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
Internacional
de Valencia
2.1. Introducción
En esta unidad se profundizará en los aspectos prácticos de la inteligencia emocional, es decir, en
cómo desarrollar las competencias y habilidades necesarias para mejorar este tipo de inteligencia
en nuestras vidas, partiendo de un principio básico: para educar en inteligencia emocional, primero
es necesario ser emocionalmente inteligentes. A continuación, se describirá y analizará cómo se
concreta el marco de la inteligencia emocional dentro del ámbito de la educación, la importancia
de esta en la formación del profesorado y su tratamiento dentro del currículo normativo actual en
España. Se analizará también el universo emocional de la adolescencia, etapa en la que se encuadra el
alumnado, así como la importancia de enfocar la práctica docente hacia el desarrollo de la inteligencia
emocional de dicho alumnado. Se abordará el análisis de los principales problemas que actualmente
se encuentran en el espacio educativo formal, como el bullying, trastornos del comportamiento
y conductas disruptivas, etc., y cómo la inteligencia emocional se presenta como un espacio de
tratamiento eficaz de dicha problemática.
Todo esto lleva irremediablemente a una exigencia personal de adaptación a los nuevos entornos, que
es donde la inteligencia emocional cobra todo el valor que ha generado en los últimos treinta años.
Esta revolución social actual ha obligado a la comunidad científica a mirar hacia el universo emocional
para buscar la fórmula que facilite la reorganización adaptativa del ser humano ante estas nuevas
circunstancias, que suponen un cambio sobre la manera de estar en el mundo.
Sin embargo, no se puede hablar de facilitar al alumnado las habilidades y competencias necesarias
en su proceso de adaptación al mundo si el profesorado, como personas que habitan el mismo mundo,
carece de dichas habilidades y competencias.
Una vez contextualizada la IE, se tratará de profundizar en la necesidad del espacio de la educación,
y más concretamente en la educación formal, de incluir el universo emocional como una herramienta
necesaria en la generación de los nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje y, sobre todo, en la
importancia de la IE a la hora de adquirir las habilidades y competencias necesarias para afrontar una
vida lo más satisfactoria posible.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Por ello, se reflexionará sobre la importancia que tienen las competencias emocionales dentro de la
práctica docente, competencias que tienen que ver tanto con el profesorado como con el alumnado. Se
tratará una conceptualización de las competencias emocionales como variables que miden la IE y se
analizarán cuáles son las principales competencias en el marco de la educación, describiendo, para ello,
varios modelos teóricos. Para finalizar, se reservará un espacio para reflexionar acerca de la necesidad de
que el profesorado haga un trabajo personal previo y paralelo en relación con la adquisición y puesta en
valor de las competencias necesarias en su práctica docente, para lograr ser docentes emocionalmente
inteligentes, en la evidencia de que el profesorado emocionalmente inteligente podrá facilitar a un
alumnado también emocionalmente inteligente. Esto tendrá como consecuencia inmediata la mejora del
propio proceso de enseñanza-aprendizaje y la generación de ambientes positivos de convivencia.
•• Interacciones interpersonales: entendidas como los valores, actitudes y emociones que surgen en
la relación con otras personas (sentimiento de pertenencia, cooperación versus competición, etc.).
•• Interacciones extrapersonales: entendidas como los valores, actitudes y emociones que surgen
en el contacto con otros elementos que también intervienen en el proceso de enseñanza-
aprendizaje (programa educativo, la organización del aula, el propio sistema escolar, etc.).
Zapata afirma que este tipo de interacciones dependen del factor motivacional, es decir, de las
relaciones afectivas que se producen entre la persona que enseña y la persona que aprende. Sin
embargo, otros autores, como Rizo García (2007), sostienen que el elemento principal que unifica el
proceso de enseñanza-aprendizaje es la voluntad de cooperación de las personas que intervienen
en ambos elementos del proceso, es decir, profesorado y alumnado. De ahí la importancia que se le
da al tipo de comunicación que se establece entre ambas partes, profesorado y alumnado, y del cual
dependerán las distintas interacciones que se producen dentro del proceso.
En cualquiera de los dos casos, ya sea por un componente motivacional-afectivo o bien por una
voluntad de cooperación entre ambas partes, lo cierto es que lo que se pone de manifiesto es el papel
crucial que juegan las emociones en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje.
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
Internacional
de Valencia
Esto garantiza una de las mayores certezas que hoy en día se tienen en torno a cómo se producen
los aprendizajes significativos, que es que el aprendizaje significativo siempre dependerá de las
diferentes interacciones que se den dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, y que este
aprendizaje será medido a través de una variable emocional (Hinton, 2008). Las emociones, junto
con los procesos cognitivos que se derivan de estos, son determinantes para la adquisición de
conocimiento. De esta manera, se ha demostrado que las emociones negativas, tales como el miedo
o el estrés intenso, tienen un efecto negativo sobre el aprendizaje al bloquear el proceso cognitivo
(Casey et al., 2016) y, por el contrario, las emociones positivas activan los núcleos dopaminérgicos, lo
que facilita los procesos cognitivos y el aprendizaje significativo.
Este proceso emocional descrito se da en la persona que aprende, pero, teniendo en cuenta la
indivisibilidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, dichos procesos emocionales de aprendizaje
deben considerarse siempre a través de las interacciones con los procesos emocionales de
enseñanza. A toda esta dinámica de interacciones emocionales se la denomina estados afectivos,
entendidos estos como “el conjunto del acontecer emocional que ocurre en la mente de las personas y
se expresa a través del comportamiento” (Rodríguez, 2016).
Esto significa que los procesos afectivos (emociones) forman parte de la interacción profesorado-
alunnado. Por ello, la formación, o la educación en IE, debería formar parte de la propia práctica
docente. Afortunadamente, cada vez existe más conciencia por parte del profesorado en incorporar
este aprendizaje emocional para la mejora de su práctica docente.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
En definitiva, la IE se presenta como el elemento crucial dentro del ámbito educativo en dos
direcciones:
Para ser emocionalmente inteligente es necesario adquirir una serie de competencias emocionales. Por
ello, se definirá el concepto de competencias emocionales y se analizarán todos los elementos que la
configuran,y también se expondrá de las principales teorías para el desarrollo de tales competencias.
•• Aprender a conocer.
•• Aprender a hacer.
•• Aprender a ser.
Para ello, es necesaria la adquisición de una serie de habilidades o el desarrollo de capacidades a las
que Delors denominó “competencias”: saber, saber hacer y saber ser.
Este término se podría definir pues como “una combinación de conocimientos, habilidades prácticas,
motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y comportamentales,
que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz” (Ministerio de Educación, 2016).
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
Internacional
de Valencia
En España, este marco se contextualizó en la LOMCE (2013), en la cual se incide sobre la necesidad de la
adquisición de una serie de competencias clave “por parte de la ciudadanía como condición indispensable
para lograr que los individuos alcancen un pleno desarrollo personal, social y profesional que se ajuste a
las demandas de un mundo globalizado”, definiendo para ello un total de siete competencias:
A priori, en ninguna de esas siete competencias clave aparece el término “emoción” o cualquier otro
derivado de este. Sin embargo, las emociones son un elemento crucial para la producción de una
serie de interacciones tanto intrapersonales como interpersonales, que son decisivas también para
la adquisición de aprendizajes significativos, y, desde esta premisa, fácilmente se puede relacionar
entonces a las competencias emocionales con al menos tres de las competencias clave: aprender a
aprender, competencias sociales y cívicas, y sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor.
Carolyne Saarni (1999), psicóloga de la Universidad de Nueva York, fue la primera en delimitar el
concepto de competencias emocionales a través de la enumeración de una serie de componentes:
•• La habilidad para nombrar las emociones, todos sus procesos y factores que las determinan.
•• La habilidad para diferenciar todos los elementos que configuran cualquier proceso emocional.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
No vamos a pararnos a describir cada uno de los enunciados de competencias emocionales existentes
según los diferentes modelos de la IE. Nos centraremos en la delimitación que ofrece Bisquerra
(2020), dado que este autor es el que mejor marco ofrece dentro del ámbito de la educación.
Concebimos una competencia como la capacidad para movilizar adecuadamente un conjunto de conocimientos,
capacidades, habilidades y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y
eficacia. Se pueden destacar las siguientes características en el concepto de competencia:
–– Lleva implícito un conjunto de conocimientos (saber), habilidades (saber hacer) y actitudes y conductas (saber estar
y saber ser).
–– Las competencias se pueden manifestar en una o varias áreas concretas y en diferentes contextos.
Enlace de interés
Acerca de las competencias emocionales. Entrevista a Rafael Bisquerra:
https://www.youtube.com/watch?v=OZk37Ne2zgw
•• Conciencia emocional
•• Regulación emocional
•• Autonomía personal
•• Competencia social
•• Habilidades de vida
1. Conciencia emocional
Bisquerra (2020) define la conciencia emocional como “la capacidad para tomar conciencia de
las propias emociones y de las emociones de las demás personas, incluyendo la habilidad para
captar el clima emocional de un contexto determinado”. A su vez, subdivide esta competencia
en otras competencias (Bisquerra, 2020):
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
Internacional
de Valencia
–– Toma de conciencia de las propias emociones. Es la capacidad para percibir con precisión los
propios sentimientos y emociones; identificarlos y etiquetarlos. Contempla la posibilidad de
experimentar emociones múltiples y de reconocer la incapacidad de tomar conciencia de los
propios sentimientos debido a inatención selectiva o dinámicas inconscientes.
–– Dar nombre a las emociones. Es la eficacia en el uso del vocabulario emocional adecuado y
utilizar las expresiones disponibles en un contexto cultural determinado para designar los
fenómenos emocionales.
–– Comprensión de las emociones de las demás personas. Es la capacidad para percibir con
precisión las emociones y sentimientos de los demás y de implicarse empáticamente en
sus vivencias emocionales. Incluye la pericia de servirse de las claves situacionales y
expresivas (comunicación verbal y no verbal) que tienen un cierto grado de consenso
cultural para el significado emocional.
2. Regulación emocional
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Capacidad para diferir recompensas inmediatas a favor de otras más a largo plazo, pero de
orden superior, etc.
3. Autonomía emocional
Entendida esta competencia como una serie de habilidades relacionadas con la autogestión personal.
Bisquerra (2020) nombra, entre otras:
–– Autoestima
–– Automotivación
–– Autoeficacia emocional
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
Internacional
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–– Responsabilidad
–– Actitud positiva
–– Resiliencia
Enlace de interés
Resiliencia: definición, características y utilidad del concepto (Becoña Iglesias, 2006). UNED.
http://revistas.uned.es/index.php/RPPC/article/view/4024
4. Competencia social
–– Dominar las habilidades sociales básicas. La primera de las habilidades sociales es escuchar.
Sin ella, difícilmente se puede pasar a las demás: saludar, despedirse, dar las gracias, pedir un
favor, manifestar agradecimiento, pedir disculpas, aguardar turno, mantener una actitud
dialogante, etc.
–– Respeto por las demás personas. Es la intención de aceptar y apreciar las diferencias
individuales y grupales y valorar los derechos de todas las personas. Esto se aplica en los
diferentes puntos de vista que puedan surgir en una discusión.
–– Practicar la comunicación activa. Es la capacidad para atender a las demás personas tanto
en la comunicación verbal como no verbal para recibir los mensajes con precisión.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Bisquerra (2020) se refiere a este tipo de competencia emocional para definir un “conjunto de
habilidades útiles para gestionar todos nuestros procesos vitales de manera que se obtenga
como resultado el propio bienestar y satisfacción personal en todos los ámbitos de la vida”.
–– Tomar decisiones.
De alguna manera, esta última competencia definida por Bisquerra hace alusión a saber
seleccionar el conjunto de las competencias emocionales anteriores en cada momento de la
vida, de manera que siempre se pueda tener la máxima capacidad de adaptación evolutiva
en nuestras vidas.
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
Internacional
de Valencia
De las cinco competencias emocionales del modelo de Bisquerra, las tres primeras (conciencia
emocional, regulación emocional y autonomía emocional) son llamadas también competencias
intrapersonales, en relación con la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (1995), y aluden
al conjunto de habilidades para gestionar las propias emociones. Las dos últimas competencias
(competencia social y competencias para la vida) aluden a las competencias interpersonales,
referidas también por Gardner, y que se definen como el conjunto de habilidades para comprender y
entender los procesos emocionales dados en las interacciones interpersonales.
–– Reconocer el conjunto de emociones que definen nuestra propia forma de ser y cuáles son los
estímulos (internos y externos) que las producen.
–– Discriminar bien entre distintos estados emocionales y saber regular nuestra conducta ante
estos estados.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Regulación
emocional
Habilidad
para producir Habilidades de
emociones afrontamiento
positivas
–– La capacidad para diferir la recompensa inmediata en pro de metas a largo plazo o de mayor
impacto.
De la competencia para regular las emociones se deriva otra competencia intrapersonal, las
habilidades de afrontamiento (Lazarus y Folkman, 1986).
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
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2. Competencias interpersonales
–– La empatía
–– La asertividad
–– La comunicación activa
2.5. La empatía
Afrontar la conceptualización de la empatía es una ardua tarea, ya que no existe aún ningún consenso
en definir exactamente qué es la empatía o en delimitar cuál es el elemento clave que la define.
Es innegable la predisposición de algunos seres vivos, entre ellos los humanos, a afligirse ante el
dolor y sufrimiento de otros seres de su especie (Preston y Waal, 2002) y necesitar hacer algo para, al
menos, poder calmar dicho dolor.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
La falta de consenso en la definición del concepto viene justificada por las dos posturas que existen
a la hora de intentar analizar qué es la empatía y por qué se produce de forma innata. Por un lado,
encontramos a aquellos que defienden la empatía como la habilidad innata de “ponerse mentalmente
en el lugar del otro”. Por otro lado, encontramos a quienes se inclinan a la definición de la empatía como
“sentir la misma emoción que siente otra persona de forma vicaria”, sin negar el mecanismo mental. El
término “vicario” hace alusión al aprendizaje a través de la observación e imitación. De esta manera,
según esta última interpretación, la empatía no tendría un carácter innato como el que hace alusión a la
teoría de la mente, sino que sería una habilidad adquirida, es decir, que puede ser entrenada.
Empatía Empatía
cognitiva emocional
Capacidad innata
Capacidad aprendida
Habilidad para
Habilidad para sentir
inferir lo que otra
lo que otra persona
persona está
está sintiendo.
sintiendo.
•• El enfoque cognitivo de la empatía: desde este enfoque, la empatía puede definirse como la
capacidad de poder inferir, es decir, de interpretar o emitir un juicio de valor sobre lo que
otras personas están sintiendo.
A partir de ahora nos enfocaremos en un modelo integrador de las dos posturas, la cognitiva y la
emocional, en el que actualmente se apoya toda la teoría de la IE. En este contexto, fueron Mayer
y Salovey (1997) quienes la pusieron en valor y se refirieron a la empatía como una forma primitiva
de “contagio emocional”. Poco después, dentro de su modelo teórico sobre la configuración de las
emociones, Bar-On (2000) se refirió a la empatía como “la competencia para reconocer las emociones
o sentimientos de otras personas, comprendiéndolas y mostrando interés por la otra persona”.
De todas las definiciones existentes acerca del concepto de empatía, la más completa desde ese
enfoque integrador es la de Íñiguez (2016), que se atiene al modelo planteado por Hoffman (2000),
y define la empatía como “la capacidad de hacerse cargo cognitivamente de la situación de otra
persona, además de hacerse eco de sus sentimientos y sentirlos como propios”.
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
Internacional
de Valencia
En definitiva, la empatía es una habilidad que ayuda a la comunicación entre las personas y facilita la
interacción de forma sana: se trata de entender a nivel cognitivo y emocional lo que le ocurre a la otra
persona para sentir y actuar de la manera en la que lo hace. Esta habilidad nos ayuda también a poder
regular nuestras propias emociones y conductas, ya que la empatía nos ayuda a anticipar cómo se
posiciona la otra persona con respecto a nosotros, y a poder actuar en consecuencia.
Enlace de interés
Cómo se contagian las emociones. Elsa Punset (2019).
https://www.youtube.com/watch?v=91Ga3tgZLn8
La empatía, como constructo de carácter multidimensional, se configura a partir de cuatro fases que
se interrelacionan entre sí:
•• Identificación. Se refiere a la habilidad de interiorizar las emociones que siente otra persona
como si fueran propias. Este componente tiene un carácter más cognitivo, ya que, en realidad,
hace referencia a la inferencia. Es decir, ante la situación que está viviendo la otra persona,
comprendemos (mediante la cognición) que se esté sintiendo de una manera determinada.
•• Incorporación. Se refiere a la habilidad de sentir lo que la otra persona está sintiendo, bajo un
enfoque emocional y no cognitivo. Por ejemplo, si una persona está triste y le expresa los
motivos de su tristeza a otra persona, probablemente esta termine sintiéndose triste también,
aunque no esté viviendo su misma situación. Este componente se relaciona con las experiencias
previas, ya que, si se ha vivido una experiencia similar a la de la otra persona en el pasado, más
capacidad se tendrá para incorporar y sentir lo que la otra persona está sintiendo.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Por lo tanto, todo proceso empático se define a partir de tres componentes (Bermejo, 2012):
•• Resonancia emocional
Afectvo con la otra persona.
•• Comprensión intelectual y
Cognitivo reformulación de lo que está
sientiendo la otra persona.
•• Actitud comportamental
Conductal con respecto a lo que está
sintiendo la otra persona.
Por mucho que una persona pueda comprender a nivel cognitivo lo que le está ocurriendo a otra,
si no se produce una resonancia emocional, es decir, sentir o tratar de sentir lo que la otra persona
está sintiendo, no se produce una interacción empática real. Sin embargo, esta empatía cognitiva es,
fundamentalmente, la interacción. Si no es así, lo que se produce es el denominado contagio emocional
(Smither, 1977), y se refiere a la resonancia emocional con lo que está sintiendo la otra persona, pero
sin llegar a comprender lo que está sintiendo y cuál es la situación que lo está provocando.
En relación con el ámbito de la práctica docente, es muy importante tener en cuenta todo lo
descrito anteriormente, sobre todo, respecto a las fases de la conducta empática. Por un lado, es
muy importante tener la capacidad de comprender y ponerse en el lugar del alumnado, ya que esto
facilitará la habilidad de gestionar la interacción de manera efectiva, sobre todo si se trata de una
interacción conflictiva. Sin embargo, al mismo tiempo, el profesorado debe tener la capacidad
de realizar una separación afectiva, ser consciente de que lo que está sintiendo en relación con
las emociones del alumno o del alumnado no son emociones propias para así tener la máxima
disponibilidad para responder y atender de la mejor manera.
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
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Un espacio escolar poco propicio a comportamientos empáticos por parte del profesorado, donde
no se pone en valor el reconocimiento afectivo del alumnado, siempre será un entorno propicio para
la irrupción de múltiples problemas, más aún si se trata de la enseñanza a adolescentes, dada la
complejidad de esta etapa evolutiva del ser humano (Morris, 2014).
Enlace de interés
El efecto Pigmalión, la profecía autocumplida. Sobre las expectativas del profesorado
sobre el alumnado:
https://www.youtube.com/watch?v=6qhPWvIfgUc&t=6s
Pese a que no se esté centrando mucha atención sobre ello, uno de los problemas existentes en la
generación de conflictos y conductas disruptivas en el espacio escolar, sobre todo con adolescentes,
tiene relación con la actitud altiva con la que parte del profesorado se relaciona, en ocasiones, con el
alumnado. Ciertos sentimientos de superioridad del profesorado provocan que el alumnado pueda
percibirse en situación de inferioridad, lo que puede desembocar en múltiples problemas: además
de conductas disruptivas, que es lo que normalmente se suele identificar con más facilidad, puede
generar procesos depresivos y falta de autoestima en los alumnos que tengan ciertos rasgos de
personalidad que tiendan a la autodesvaloracion y, por lo tanto, la posibilidad de desembocar en el
fracaso escolar.
Una actitud empática del profesorado abre las puertas siempre al diálogo y a la posibilidad de
resolución de conflictos o cualquier otro problema que pueda surgir en la interacción con el alumnado.
En definitiva, el desarrollo de la actitud empática es un trabajo complejo que exige de un equilibrio
continuo entre el universo emocional del profesorado y el universo emocional del alumnado.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
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Enlace de interés
¿Cómo educar la empatía? Debate entre profesionales de la educación emocional en el ámbito
educativo acerca de cómo educar en empatía desde la práctica docente.
https://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-coloquio-educar-
empatia/3155036/
Dentro de la práctica docente, el profesorado no solo tiene la responsabilidad de facilitar los logros
de aprendizaje académico de su alumnado, sino también la de facilitar la construcción de un clima
favorable basado en relaciones armoniosas, de respeto y confianza entre el alumnado y entre este
y el profesorado. Para conseguir ese objetivo, las competencias emocionales son clave en el trabajo
personal y profesional.
La comunicación asertiva se puede definir como la capacidad que tiene una persona para poder
expresar sus necesidades, intereses y demás vivencias de manera clara y con libertad, evitando en
todo momento la posibilidad de herir con sus palabras las necesidades, intereses y demás vivencias
de otra persona.
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
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Comunicación
•• Conducta que busca la expresión de las propias necesidades
asertiva
y posiciones, teniendo en cuenta las necesidades y
posiciones de la persona con la que se interactúa.
Comunicación
•• Conducta que se manifiesta a través de la evitación de la
pasiva
confrontación, evadiendo la propia defensa ante la otra per-
sona con la que se interactúa.
•• Sabe expresar sus propias necesidades de una forma eficaz sin tener que menospreciar las
necesidades de la persona con la que interactúa.
•• Sabe defenderse frente a la conducta inapropiada de la persona con la que interactúa, sin tener
que recurrir a la imposición o la pasividad.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Para poder ser una persona asertiva, se tienen que dar una serie de competencias intrapersonales
como la toma de conciencia y control sobre las propias emociones. Llevar a cabo un proceso de
comunicación de manera asertiva resulta muy difícil, por no decir imposible, si no se tiene conciencia
de la propia necesidad, no se sabe nombrar el proceso emocional que surge ante cualquier situación
de interacción y, por supuesto, si se carece de las habilidades necesarias para poder gestionar los
propios procesos emocionales.
D E
Describir de Expresar el
manera clara el mensaje en
mensaje primera persona
A
P
Agradecer
Pedir lo que se
la atención
necesita
prestada
Las doctoras Llacuna y Pujol (2007), especialistas en comunicación asertiva, liderazgo y mediación,
proponen el método DEPA para facilitar una comunicación basada en la asertividad:
53
Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
Internacional
de Valencia
Enlace de interés
El proceso comunicativo dentro del aula (Cañas Tirado, 2019). A través de este libro, este
profesor de vocación trata de facilitar al profesorado una reflexión acerca de la importancia
de la comunicación dentro de la práctica docente para la creación de un clima de aula nutritivo
para que se puedan dar aprendizajes significativos.
https://docplayer.es/45696786-El-proceso-comunicativo-dentro-del-aula-juan-manuel-
canas-tirado.html
La escucha activa se puede definir como la habilidad o competencia de captar todo lo que nuestro
interlocutor dice, además de lo que expresa mediante su lenguaje no verbal. No se trata de oír sino
de enfocar toda la atención y voluntad en recibir lo que la otra persona está expresando, sin juzgar ni
pensar en si tiene razón o no. Se trata, simplemente, de escuchar y comprender.
Es importante tener en cuenta que por lo general se tiende a oír más que a escuchar, por las
siguientes razones:
•• Preocupación: a menudo, mientras una persona está hablando, habitualmente pensamos más
en la respuesta que le queremos dar a la persona que en escuchar con atención lo que expresa.
Esto se debe a varios factores:
54
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
•• Ideas preconcebidas: es habitual creer que ya sabemos lo que la otra persona quiere decir, ya
sea porque la conocemos o por los prejuicios que podamos tener.
•• Deseo de llevar razón: las personas tienden a desear llevar la razón, justificar su propia verdad
y compararla con la verdad de la otra persona.
•• Ruido mental: en ocasiones, debido a las distracciones de la vida cotidiana, tenemos la mente
en otra parte y no podemos centrarnos en la persona que nos habla.
Aunque es normal que se den estas situaciones, es importante esforzarse por evitarlas, deteniendo la
actividad mental durante un momento y recurriendo a la empatía para poder ponerse en el lugar de la
otra persona.
Dentro del contexto educativo y más concretamente en el espacio del aula, la escucha activa es la
competencia emocional más importante que se debe tener en cuenta, ya que, como ya se mencionó
anteriormente, sin escucha no puede darse la posibilidad de una comunicación empática ni asertiva.
Sin embargo, la escucha activa es el elemento más difícil dentro del proceso comunicativo. El
profesorado, por lo general, está más pendiente de lo que tiene que decir o explicar que de prestar
atención a lo que necesita el alumnado. Por el contrario, también sucede que el alumnado, sobre
todo en la adolescencia, se encuentra más absorto en sus propias preocupaciones que en lo que el
profesorado está queriendo transmitir.
•• Que el profesorado pueda discernir cuáles son las verdaderas necesidades del alumnado y si
este está recibiendo correctamente lo que se le pretende transmitir.
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
Internacional
de Valencia
Los elementos básicos a tener en cuenta dentro de la escucha activan en la interacción profesorado-
alumnado son:
•• Saber detectar el contenido relevante dentro de todo el mensaje. ¿Qué es lo que el alumno o
alumna quiere decir realmente?
•• Saber detectar a través del lenguaje no verbal el proceso emocional, es decir, lo que está
sintiendo el alumno o la alumna.
•• Es necesario evitar interrumpir al alumno o alumna que está hablando. En este error se cae con
mucha frecuencia, sobre todo en situaciones de conflicto, ya que se le piden explicaciones de su
comportamiento sin dejar que se exprese, se le interrumpe constantemente, ya sea para negar
su justificación o para darle algún consejo o advertencia, lo que deriva en el aumento de la
tensión en el conflicto. Esto ocasiona que el alumno se sienta frustrado por ello, y se refuerza su
comportamiento disruptivo.
•• Hay que permitir que el alumno o alumna se explique y no hacerle sentir que está haciéndonos
perder el tiempo. Cuando termine, hay que transmitirle que se le ha entendido y comprendido.
Si, como docentes, deseamos asegurar el aprendizaje integral de nuestro alumnado no solo a nivel
académico, sino posibilitándoles todas las habilidades y recursos necesarios para que puedan
ser personas felices y satisfechas con sus vidas, cabe entonces reflexionar sobre la necesidad de
emprender un proceso personal con respecto a la IE. Dicho proceso debe concretarse a través de
dos líneas de trabajo:
•• Trabajo personal. Dado que no se puede educar en lo que no se es, no se puede enseñar lo que no
se sabe. Cuanto más se conozca de las emociones propias, más capacidad se tendrá para
comprender las emociones de las otras personas, en concreto, del alumnado. Las competencias
interpersonales son fundamentales para desarrollar las interacciones personales. Es decir,
competencias como la escucha activa, la empatía y la asertividad son cruciales para el desarrollo
personal e interpersonal.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Por otro lado, la IE puede beneficiar al profesorado siendo un factor de protección ante uno de los
problemas más graves, el estrés laboral o síndrome de burnout. Numerosas investigaciones avalan la
evidencia de que, cuanto mayor sea el número de competencias emocionales que posea el profesorado,
menor será el riesgo de sufrir este síndrome de desgaste profesional (Extremera et al., 2003).
Existe un modelo, planteado por Vivas de Chacón (2004), en el que se describen cuatro tipos de
competencias emocionales en el profesorado:
•• Competencias interpersonales para poder atender las necesidades emocionales del alumnado,
liderar sus procesos de aprendizaje y saber resolver los conflictos.
•• Habilidades didácticas para la educación emocional que sean capaces de facilitar el desarrollo
emocional del alumnado.
•• Saber percibir el flujo de los afectos emocionales que se producen dentro del espacio del aula y
saberlo dirigir en beneficio del proceso de enseñanza-aprendizaje.
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Unidad de aprendizaje 2. Las competencias emocionales en la práctica docente
Internacional
de Valencia
58
Unidad de aprendizaje 3
Objetivos específicos
•• Conocer el marco donde se contextualiza la educación emocional dentro del contexto educativo.
•• Conocer una propuesta práctica para abordar la educación emocional dentro del aula.
3.1. Introducción
En esta unidad se ofrecerán una serie de aportaciones y estrategias prácticas para poder trabajar
la inteligencia emocional de manera transversal en la práctica docente, con el fin de que las aulas
se conviertan no solo en espacios académicamente inteligentes, sino también emocionalmente
inteligentes. Así, el binomio intelecto/emociones guardará el equilibrio necesario para que el
alumnado pueda afrontar los nuevos retos del siglo XXI con todas las garantías que aseguren su
bienestar personal y profesional.
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Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
de Valencia
En relación con el alumnado y dado que la etapa a la que se refiere la formación de este máster es
la adolescencia, se ofrecerá un marco descriptivo de las principales características evolutivas de
dicha etapa, para continuar con una reflexión acerca de la importancia que tienen las competencias
emocionales en el desarrollo adolescente y cómo el profesorado puede contribuir a la adquisición de
dichas competencias a través de la educación emocional.
Dicho proceso educativo, tal y como marcan las recomendaciones de la LOMCE, debe estar presente
a lo largo del currículo escolar de manera transversal, con el objetivo de dotar al alumnado de las
habilidades necesarias para afrontar la vida adulta.
Dentro del contexto de la educación formal, la educación emocional se concreta a través de estos
factores:
•• Planificación curricular desde los diferentes documentos normativos de cada centro escolar
(plan educativo del centro, plan curricular del centro, programaciones curriculares de nivel,
acción tutorial, actividades, etc.).
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
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De todo lo anterior, se deriva que la educación emocional en el contexto educacional formal tiene dos
importantes funciones:
En relación con estas dos funciones, Bisquerra (2001) enumera los siguientes objetivos de la
educación emocional:
•• Aprender a fluir.
61
Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
de Valencia
Por ello, cualquier programa de educación emocional debe estructurarse en los siguientes contenidos:
–– Facilitación para la regulación emocional: manejo de las propias emocionales para su propio
beneficio y el beneficio de las personas que le rodean. Aunque los conceptos de regulación
emocional y control emocional se refieren a lo mismo, es conveniente no usar el término
control, ya que este se presta a confusión o a una interpretación que suele hacer el profesorado
en general, la represión de las emociones. Se deben facilitar herramientas para que el
alumnado aprenda a regular sus emociones, lo que no significa aprender a reprimirlas, sobre
todo si se trata de emociones negativas como la ira y la frustración, tan castigadas en
múltiples contextos y, sobre todo, en el aula. La función del profesorado es facilitar al
alumnado las estrategias necesarias para la regulación de sus emociones de manera que
mejoren la vida personal y la convivencia escolar.
Dentro del contexto educativo, las principales competencias intrapersonales que deben
ponerse en valor son:
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
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–– La empatía.
–– La asertividad.
–– La escucha activa.
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Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
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Por otro lado, dentro del Real Decreto 1105/2014, de 26 de diciembre, por el que se establece el
currículo básico de la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato, aludiendo al aprendizaje
por competencias como el enfoque que debe tomar el proceso de enseñanza y aprendizaje dentro
del currículo, se expresa que “la competencia supone una combinación de habilidades prácticas,
conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones, y otros componentes sociales y de
comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz”.
Sin embargo, mientras que el resto de las competencias clave se concretan dentro del currículo
escolar a través de los diferentes planes de estudios de asignaturas obligatorias, la competencia
social y cívica ha quedado relegada dentro del currículo a una asignatura optativa bajo el nombre de
“valores sociales y cívicos”. La LOMCE se justifica aludiendo a que esta competencia debe ser tratada
de manera trasversal en todas las áreas de conocimiento.
La respuesta a esta falta de definición concreta de cómo abordar esta competencia pasa por la reflexión
del enfoque tradicional de la enseñanza, centrado siempre en los aspectos puramente académicos. Según
el doctor en Ciencias de la Educación Santos Guerra (2010), la escuela ha estado y sigue estando aún
“despojada de la dimensión emocional. La escuela ha sido tradicionalmente el dominio de lo cognitivo. […]
se pregunta casi obsesivamente ‘¿tú qué sabes?’ y no es tan frecuente escuchar ‘¿tú qué sientes?’”.
Con la aprobación de la LOMCE en 2013 se dio la opción a todas las comunidades autónomas de incluir en
sus currículos escolares programas específicos de libre configuración. Todas las comunidades, menos
una, incorporaron programas de refuerzo académico de las asignaturas denominadas instrumentales,
lingüística y matemáticas. Solo la comunidad de Canarias incluyó en 2014 una asignatura denominada
“Emocrea” (educación emocional y para la creatividad) en su currículo de primaria.
Por otro lado, y en relación con el significado otorgado a las denominadas “asignaturas
instrumentales”, cabe reflexionar sobre la posibilidad de incluir la educación emocional como una
asignatura más. El concepto de “instrumental” se asocia a la idea de considerar la asignatura como
un medio para conseguir un fin. Habiendo quedado fuertemente evidenciada la relación del universo
emocional con los procesos de aprendizaje, la conclusión es obvia.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Es cierto que poco a poco se van dando cada vez más pasos en este camino de incluir la educación
emocional como un instrumento más (y además fundamental) en la preparación del alumnado para
poder afrontar los nuevos retos de la sociedad. La propia OCDE (Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico), institución que otorga un marco referencial importante en la organización
de la educación, está desarrollando ya un nuevo modelo PISA para evaluar al alumnado no solo en sus
conocimientos académicos, sino también en sus competencias y habilidades para la vida, mediante
la elaboración y configuración de una serie de competencias en ese sentido, las global competences,
cuyo objetivo será el de evaluar las capacidades del alumnado para “examinar problemas locales,
globales e interculturales, comprender y apreciar las perspectivas y visiones del mundo de las demás
personas, participar en interacciones abiertas, apropiadas y efectivas con personas de diferentes
culturas, y actuar para el bienestar colectivo y desarrollo sostenible” (OCDE, 2018).
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Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
de Valencia
Las unidades de evaluación de dichas competencias se plantean en torno a las siguientes áreas de
contenido:
•• Sostenibilidad medioambiental
Es cierto que en ningún momento se nombra el término emoción en dicha descripción, pero resulta obvio
que la adquisición de dichas competencias pasa por la educación emocional. La pretensión de que el
alumnado alcance este conjunto de “competencias globales” pasa por desarrollar las capacidades para
hacerse preguntas muy concretas, por saber relacionarse y dialogar con lo diferente de manera empática.
“Hay una base científica muy fuerte sobre la relación entre la capacidad para aprender y el estado
emocional. Lo que más importa es que se haga un cambio de mirada y se tenga en cuenta cómo siente el
alumnado. Hemos centrado la educación en los contenidos durante demasiados años” (Boix, 2019).
La adolescencia se caracteriza por ser una etapa de grandes cambios a todos los niveles de la vida
que preparan para la vida adulta:
El término “adolescencia” proviene del verbo latino adolescere, que significa crecer, desarrollarse.
Según esto, el o la adolescente (presente del participio de adolescere) sería “el o la que está creciendo”.
Este estado de crecimiento se establece en oposición a un pasado que tiene que ver con la niñez y en
relación con un futuro, adultum, que significa “el que ya ha crecido”. La etapa de la adolescencia, por lo
tanto, se puede definir como ese espacio de tiempo donde “se deja de ser” y “aún no se es”.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
La adolescencia se presenta como ese camino de transición entre la niñez y la adultez, y se divide en
dos subetapas: la pubertad y la juventud.
La pubertad hace referencia sobre todo a los cambios físicos y psíquicos del ser humano que deja
la niñez, mientras que la juventud tiene que ver más con los procesos de formación personal que se
deben dar para la incorporación al mundo de la adultez.
Sería erróneo pensar en la homogeneidad de un modelo de ser adolescente o joven. Hasta hace poco
tiempo puede que existiera cierta homogeneidad al respecto, no solo en esta etapa del desarrollo, sino
en todas las etapas evolutivas del desarrollo humano. Sin embargo, el nuevo modelo social, relacionado
con el concepto de globalidad que caracteriza los tiempos actuales, ha marcado un antes y un después
en la definición de “modelo de ser”, y habría que hablar, más bien, de “modelos de ser” (Morales, 2019).
El desarrollo evolutivo de la persona no solo tiene que ver con factores biológicos, sino que también
se encuentra condicionado por una serie de factores externos referidos al ambiente (cultura) que
determinan ese “modelo de ser”. En cuanto a la adolescencia y juventud, podría decirse que esta etapa
también se refiere a un proceso de construcción social. Si el modelo social actual se caracteriza
precisamente por un criterio de heterogeneidad, el análisis de la adolescencia se tiene que hacer
precisamente siguiendo este modelo heterogéneo de la sociedad actual.
El antropólogo Martín Barbero, en su artículo Jóvenes: educación e identidad (2002), hace mención a
las transformaciones que está experimentando actualmente la adolescencia. Barbero basó parte de
sus reflexiones en las investigaciones de la antropóloga Margaret Mead (1962).
Mead, inmersa en la corriente del interaccionismo simbólico, describió tres tipos de cultura de
la sociedad en relación con la adolescencia: una “sociedad simbólica”, en la que el futuro de la
adolescencia está marcado por el pasado; una “sociedad configurativa”, en el que el comportamiento
de la adolescencia está en relación con sus contemporáneos; y una “sociedad prefigurativa”, que
enlaza directamente con la idea de los cambios profundos del modelo social actual.
Estamos asistiendo al testimonio de una ruptura generacional del desarrollo de la adolescencia con
los tradicionales modelos de referencia. Hasta hace poco, los modelos de referencia eran la familia
primaria, el barrio y la escuela. La globalización y la tecnificación el la sociedad nos ha traído un nuevo
modelo referencial de la adolescencia, modelo que sería “el mundo entero”, en palabras de Mead.
La adolescencia y juventud de hoy en día no solo representan la tradicional esperanza del futuro, sino
que se erigen como la representación de los profundos cambios vitales a los que se está asistiendo,
con una ruptura frontal con los modelos culturales y sociales tradicionales. Por esto, la necesidad de
comprender sus comportamientos es una necesidad de comprender cómo se está configurando la
sociedad actual: nuevas sensibilidades, nuevas formas de entender el mundo y, por supuesto, nuevas
formas de comunicación.
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Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
de Valencia
Evidentemente, toda esta reflexión abarca también al espacio de la educación formal. Estos “nuevos
modelos de ser” de la adolescencia también chocan sin remedio con un sistema educativo en el
que el conocimiento sigue estando demasiado centrado en el espacio físico de la escuela (en los
libros y asignaturas, en las pizarras, en las clases magistrales, etc.), sin tener en consideración que el
conocimiento se encuentra en una infinidad de espacios y que trasciende los muros de los centros
escolares y se presenta como espacios más motivadores para la adolescencia por diversas razones,
entre ellas, la adaptación de estos espacios a los nuevos lenguajes interaccionales y procesos de
comunicación. Frente al profesorado tradicional, se siente un alumnado adolescente que “se halla
empapado de otros lenguajes, saberes y escrituras que circulan por la sociedad” (Barbero, 2002).
Es en este punto donde la educación emocional añade el eslabón que se necesita para conectar con
esas nuevas necesidades y transformaciones sociales que se materializan y se representan a través
de los comportamientos y conductas de la adolescencia y juventud.
•• Facilitar los contenidos en relación con los valores, actitudes y hábitos saludables en cuanto a la
salud física y psicológica.
Resulta necesario analizar las principales características de esta etapa evolutiva, debido a
que será el principal perfil del alumnado. El interés por este análisis resulta de reactualizar el
conocimiento que tenemos en esta etapa, ya que la mayoría de las personas adultas basan dicho
conocimiento más en su propia experiencia y dan por hecho que ya conocen en qué se basa
dicha etapa. Sin embargo, se pasan por alto algunos rasgos significativos que se desconocen y
que justifican muchas de las conductas adolescentes, sobre todo aquellas que pueden resultar
incomprensibles en la adultez, como los comportamientos o conductas en las que el adolescente
pone en riesgo su integridad sin ser consciente de ello.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Este análisis estará enfocado en destacar los rasgos psicosociales que son susceptibles de
enmarcarse dentro del tratamiento de la educación emocional.
Enlace de interés
La adolescencia como etapa crucial en el desarrollo de la madurez: el cerebro adolescente.
https://www.youtube.com/watch?v=LPZKyMn_ZRQ
La pubertad, como primera etapa, comienza aproximadamente a partir de los 11 o 12 años, aunque
recientemente se está evidenciando un desarrollo precoz de la adolescencia (Núñez, 2015), sobre
todo entre las chicas adolescentes, que parece obedecer a factores medioambientales. Sin embargo,
el rasgo más característico de esta etapa es el desarrollo físico de los rasgos que conformarán la
adultez, por lo tanto, sí se puede hablar de un perfil más o menos homogéneo de las chicas y chicos
de esta etapa en la cual, además, sus comportamientos vienen aun muy definidos por la infancia. De
los cambios físicos como rasgos característicos de los dos años que, más o menos, dura esta etapa,
se derivan una serie de rasgos psicológicos, como el florecer de la sexualidad y la identidad sexual, el
sentimiento de inseguridad, el mal humor y los primeros comportamientos antisociales ocasionados
por esta crisis de ruptura con la infancia. Sin embargo, estos comportamientos antisociales son
puntuales al principio, ya que aún domina psicológicamente la niñez, caracterizada por la emotividad
espontánea y el entusiasmo ante el descubrimiento del mundo. Evidentemente, conforme se va
avanzando hacia la adolescencia, estos comportamientos puntuales se van convirtiendo en una tónica
general hasta terminar definiéndose como comportamiento característico.
Sin embargo, no se puede decir lo mismo de la adolescencia, etapa que empieza a aflorar a partir de los
14 y 15 años y que se alarga hasta los 18 años aproximadamente, aunque en este sentido, también las
investigaciones apuntan a un letargo de duración de esta etapa hasta los 24 o 25 años aproximadamente
(Sawyer et al., 2018) cuya explicación hay que buscarla en factores medioambientales y, sobre todo,
culturales. Si la pubertad se caracteriza por ser más o menos homogénea a toda la población de esta
etapa, la adolescencia se encuentra en el lado opuesto. Precisamente por el modelo cultural y social
actual, esta etapa se caracteriza por un sinfín de perfiles adolescentes que, como rasgo común, nada
tienen que ver con el perfil adolescente de hace apenas 30 años.
El ser joven se construye en razón del contexto histórico que le ha tocado vivir, del modelo o modelos de
sociedad propuestos en el que se está haciendo, de las estructuras sociodemográficas de la sociedad en la
que vive, de los grupos sociales que la componen, de los valores dominantes en ascenso y descenso, de los
pesos de los diferentes agentes de socialización (Elzo et al., 1999).
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Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
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A partir de los 14 o 15 años, comienzan a materializarse todos los cambios devenidos en la pubertad y
comienza la etapa adolescente, con las siguientes características:
En cuanto a esta última característica, es necesario mencionarla en relación con cómo es percibida
por las personas adultas de referencia, ya que se vive como una pérdida del niño o niña. Los adultos
no entienden el paso de un niño adorable, afectivo y más o menos obediente a un chico sin apenas
simpatía, actitudes afectivas, desobediente y hostil. La explicación hay que buscarla en cómo se
construyen los vínculos dentro de la teoría del apego (Becerril y Álvarez, 2012).
La adolescencia se extiende desde los 16 hasta los 19 años en las chicas y desde los 18 hasta los 21
en los chicos. La segunda adolescencia constituye la última fase de maduración y desarrollo de la
personalidad. Es el momento en el que el joven ha dejado de reaccionar de manera imprevisible contra
todo y contra todos. Lejos quedan ya los conatos de rebeldía propios de su vida anterior.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
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Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
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A partir de los 18 años aproximadamente podría decirse que el cambio más intenso ya ha pasado. La
crisis existencial en la que se sumerge la adolescencia se supera y los primeros rasgos de la madurez
emergen, caracterizados por una relajación del sentimiento de inseguridad y el compromiso con las
responsabilidades. Las relaciones afectivas con la familia se van reconstruyendo y se empieza a
manifestar una actitud positiva hacia el futuro.
Un rasgo característico de esta última etapa de la adolescencia es que dejan de manifestar una
actitud eminentemente egoica y la puesta en valor de la empatía, al principio aún hacia el grupo de
iguales y, luego, hacia el resto de las personas.
•• La percepción de invulnerabilidad
•• Reafirmación de la identidad
La causa de esta falta de percepción del riesgo hay que buscarla dentro del comportamiento de la llamada
materia gris del cerebro (Marina, 2014). También obedece a esta materia gris el hecho de que parezca que
la adolescencia presenta una actitud pasiva ante los mandamientos de las personas adultas.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
El universo emocional de la adolescencia, que hasta ahora había estado relegado a una función
puramente de supervivencia, va adquiriendo mayor complejidad en relación con el desarrollo
cognitivo que también se experimenta en esta etapa.
•• Se toma conciencia de que se puede sentir una emoción negativa hacia una persona querida sin
que esta anule el sentimiento de cariño hacia esa persona.
•• Se comprende que el resto de las personas también tienen más emociones y cómo estas pueden
influir en las emociones propias, es decir, pasan de la manifestación egoica a la empática.
•• Se aprende que existen múltiples factores, más allá de las necesidades básicas, que pueden
influir en la manifestación emocional.
•• Desarrollan las primeras estrategias para la regulación de sus propias emociones sin necesidad
del sostén afectivo de otra persona. Es decir, desarrollan autonomía emocional.
•• Comienzan a manifestar actitudes proactivas para transformar una emoción negativa para que
esta resulte menos dañina.
•• Se aprende que su identidad como personas no depende de su universo emocional. Por ejemplo,
si están tristes, no se consideran personas tristes.
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Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
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Antes de seguir avanzando en el análisis de esta cuestión, hay que aclarar que, cuando se habla
de problemas de conducta en la adolescencia, a la vista de todo lo anteriormente expuesto, nos
referimos más que a la conducta en sí (normal dentro del propio desarrollo evolutivo) a la intensidad
y prevalencia con la que se manifiesta la conducta, es decir, a aquella conducta que puede resultar
“excesiva”, aunque también en esta delimitación de lo que significa excesivo hay que tener cuidado,
dado que es una interpretación muy subjetiva que se deriva de muchos factores, entre ellos, el número
y tipo de competencias y habilidades para gestionar la vida adolescente.
Es evidente que las conductas perturbadoras del alumnado que impiden el buen desarrollo de
la dinámica escolar son uno de los problemas que más preocupan a la comunidad educativa. Las
principales de estas conductas consideradas disruptivas entre adolescentes de secundaria se
describen en la siguiente tabla (Ruttledge y Petrides, 2012):
En cualquier caso, es necesario resaltar que todos estos comportamientos disruptivos no son nada
más que una manifestación de la propia complejidad adolescente, aunque evidentemente no se
pueden normalizar, sino que deben ser tratados para que no deriven en una conducta. Es decir, que no
pasen de un comportamiento puntual a una forma de ser problemática que pueda llegar a derivar en
otras formas de conductas más graves que dejarían de definirse como disruptivas para englobarse
dentro de la definición de conductas violentas.
Ante todo, debe incidirse de nuevo sobre la diferenciación de lo que es un comportamiento, como
un hecho o acto puntual, y una conducta, como un modelo automatizado de acción comportamental.
Es importante incidir sobre esta diferenciación, ya que, dependiendo de una situación u otra,
el posicionamiento que debe adoptar el futuro profesorado tendrá que ser diferente. En los
comportamientos disruptivos se tiene que llevar a cabo un proceso de prevención, mientras que
frente a conductas violentas se tendrá que trabajar desde un punto de vista de intervención.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
A continuación, se ofrece una breve reflexión sobre cómo incidir a través de la educación emocional en
dos graves situaciones que acontecen entre la población adolescente: bullying y violencia de género.
•• Abuso de poder: existencia de algún tipo de desequilibrio entra las dos partes, maltratador
y víctima.
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Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
de Valencia
Este mecanismo emocional es lo que sustenta cualquier dinámica de violencia. Es, evidentemente,
un mecanismo totalmente disfuncional causado por una serie de factores también emocionales.
En este sentido, hay que dirigirse a los niños, niñas y adolescentes con baja autoestima, ya que eso
refiere mayor dificultad para establecer relaciones interpersonales sanas y satisfactorias y, por lo
tanto, pueden correr el riesgo de desarrollar comportamientos disruptivos (lo que puede derivar en
conductas violentas en caso de la parte agresora) o comportamientos de retraimiento (que pueden
derivar en conductas sumisas en el caso de la víctima).
•• El fortalecimiento de la autoestima.
•• La resolución de conflictos.
Con carácter de intervención y tratamiento, incidiendo sobre el niño, niña o adolescente que acosa:
•• Reforzamiento de la autoestima.
En el caso de la víctima:
•• Reforzamiento de la autoestima.
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
La violencia de género se define como la violencia (de cualquier tipo) que un hombre ejerce sobre una
mujer por el hecho de ser mujer, bajo la creencia de la supremacía del hombre sobre la mujer. También
se caracteriza por los dos elementos que configuran cualquier conducta violenta: la recurrencia y la
dominación.
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Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
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Sin embargo, también es importante trabajar de manera concreta para el desarrollo de competencias
emocionales que ayuden al alumnado a una mejora en la gestión de sus propias vidas, de sus
relaciones interpersonales y, por supuesto, a la mejora del clima escolar, sobre todo en la prevención
de comportamientos problemáticos o disruptivos y conductas violentas.
A continuación, se ofrecerá una propuesta de cómo estructurar un trabajo específico en IE dentro del
aula, basada en el modelo pentagonal de competencias emocionales de Bisquerra (2018), que clasifica
dichas competencias en cinco grandes bloques:
•• Conciencia emocional
•• Regulación emocional
•• Autonomía emocional
•• Competencia social
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Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Conciencia emocional
Objetivo general Objetivos específicos Contenidos Propuestas de actividades
•• Adquirir vocabulario en •• Conceptualización de la •• Presentación y
relación con las teoría de la emoción. exposición en clase de
emociones y saber contenidos.
•• Vocabulario emocional.
organizar un discurso •• Emocionario
Aprender a tomar verbal para expresar las •• Mi universo emocional. adolescente: https://
conciencia del emociones. www.palabrasaladas.
propio universo •• Somos tres: tú, yo y las
com/emocionario.html
emocional, así •• Saber diferenciar los emociones.
distintos estados •• Mi mapa emocional:
como de las
emocionales. •• Teoría de la mente. https://educayaprende.
emociones de
com/juego-educativo-
otras personas •• Identificar las •• Comportamiento
el-mapa-de-las-
a través de un emociones de otras psicomotor de las
emociones/
trabajo de auto- personas. emociones.
observación y •• Dime lo que siento y te
observación de •• Darse cuenta de la diré si me conoces
otras personas. relación entre emoción (reconocer las
y conducta. emociones en otras
personas).
•• Visionado de la película
Del revés.
Regulación emocional
Objetivo general Objetivos específicos Contenidos Propuestas de actividades
•• Expresar las emociones •• La regulación de las •• Presentación y
de forma apropiada emociones. exposición en clase de
según el contexto. contenidos.
•• Habilidades de
•• Tomar conciencia del afrontamiento. •• Técnicas de relajación.
impacto de las propias
Aprender a •• Mi universo emocional. •• Mindfulness.
emociones sobre las
gestionar las
vidas de las personas
emociones para el •• Psicología y
que nos rodea.
propio beneficio y pensamiento positivo.
el beneficio de las •• Desarrollar estrategias
personas que nos para el control de la
rodea. impulsividad, la
tolerancia a la
frustración, el control
de emociones
negativas, la promoción
de la resiliencia.
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Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
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Autonomía emocional
Objetivo general Objetivos específicos Contenidos Propuestas de actividades
•• Adquirir una valoración •• Autoestima positiva. •• Autorretrato.
positiva de uno mismo.
•• Soy un ser completo:
•• Automotivación.
•• Adquirir competencias http://www.
intrapersonales para la •• Autoeficacia juntadeandalucia.es/
propia automotivación. emocional. educacion/portals/
ishare-servlet/
•• Adquirir competencias •• Responsabilidad content/7fe87c4f-9110-
Adquirir las para percibirse como emocional. 4299-b9e8-
competencias autoeficaz. a52a8721beba
necesarias para •• Resiliencia.
alcanzar la autonomía •• Adquirir competencias •• La ventana de johari:
sobre el propio para asumir la dinámica de grupos para
universo emocional. responsabilidad de los que los universitarios
propios procesos aprendan a identificar lo
emocionales. que conocen y
desconocen de sí
•• Adquirir competencias
mismos, así como la
para el desarrollo de
dinámica de las
actitudes resilientes
relaciones
ante la adversidad.
interpersonales.
80
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Competencia social
Objetivo Objetivos específicos Contenidos Propuestas de actividades
general
•• Facilitar el desarrollo de •• Habilidades •• ¿Qué me hacen sentir?:
relaciones interpersonales sociales. saber distinguir los
basadas en el respeto a la diferentes tipos de escucha
diferencia y diversidad. •• Escucha activa. (activa, pasiva y crítica).
•• ¿Negociamos?
81
Unidad de aprendizaje 3. La educación emocional del alumnado adolescente
Internacional
de Valencia
Recuperado de https://es.slideshare.net/LCErickaDeLaParraTru/educacion-emocional-se-
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promocion_desarrollo_adolescente.pdf
•• Propuestas para la promoción del desarrollo positivo adolescente. También presentado por la
Junta de Andalucía. En este recurso se describe una propuesta de intervención diseñada tras
una investigación acerca de cómo influyen variables familiares, del centro escolar y del barrio
en el desarrollo y ajuste biopsicosocial en la adolescencia.
Recuperado de https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/Propuestas_Promocion_
Desarrollo_Adolescente_2012.pdf
•• Prácticas restaurativas en instituciones educativas. Una guía para construir relaciones de cuidado.
Recuperado de https://www.academia.edu/17325251/Pr%C3%A1cticas_restaurativas_en_
instituciones_educativas._Una_gu%C3%ADa_para_construir_relaciones_de_cuidado
•• Aulas felices. Programa educativo basado en la psicología positiva y que se orienta hacia el
desarrollo de las fortalezas personales y el bienestar del alumnado.
Recuperado de https://www.aragon.es/-/aulas-felices
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de-la-diputacion-de-guipuzcoa
83
Glosario
Appraisal
Interpretación cognitiva y automática que se genera a partir de una emoción.
Actitud antisocial
Conducta que un individuo realiza y que resulta ser contraria a los intereses o valores del conjunto de
la sociedad.
Actitud egoica
Valoración excesiva de uno mismo.
Adolescencia
Etapa evolutiva del crecimiento humano, situada entre la infancia y la edad adulta, que se caracteriza
por el aumento acelerado del crecimiento físico y desarrollo psicológico.
Asertividad
Capacidad para defender y expresar los propios derechos, opiniones y sentimientos, al mismo tiempo
que se respetan los derechos, opiniones y sentimientos de las demás personas.
Autoestima
Representación mental que se tiene de la propia identidad e imagen.
Automotivación
Habilidad para implicarse por motivos intrínsecos en actividades, tareas, situaciones, etc.
Autoeficiencia emocional
Percepción de la propia habilidad para gestionar las emociones, tanto intrapersonales como
interpersonales.
Bullying
Tipo de violencia que se ejerce en el espacio educativo y que se da entre el alumnado.
85
Glosario
Internacional
de Valencia
Comportamiento
Respuesta puntual a nivel psicomotor que manifiesta una persona en relación con su entorno o mundo
emocional.
Comprensión emocional
Capacidad para dotar de significado a cada una de las emociones que se sienten, es decir, para
comprender qué está sucediendo a nivel emocional.
Competencia
Combinación de conocimientos, habilidades prácticas, motivación, valores éticos, actitudes,
emociones y otros componentes sociales y comportamentales, que se movilizan conjuntamente para
lograr una acción eficaz.
Competencia emocional
Capacidad para movilizar adecuadamente un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y
actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia.
Competencia social
Habilidad para gestionar las relaciones interpersonales.
Competencia interpersonal
Habilidad para comprender y entender los procesos emocionales dados en las interacciones interper-
sonales.
Competencia intrapersonal
Habilidad para comprender, entender y gestionar las emociones propias.
Comportamiento prosocial
Capacidad para realizar acciones a favor de otras personas, sin que lo hayan solicitado.
86
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Comunicación asertiva
Conducta que busca la expresión de las propias necesidades y posiciones, teniendo en cuenta las
necesidades de la persona con la que se interactúa.
Comunicación impositiva
Conducta que busca afirmar las propias necesidades y posiciones sin tener en cuenta las necesidades
y posiciones de la persona con la que se interactúa.
Comunicación pasiva
Conducta que se manifiesta a través de la evitación de la confrontación, eludiendo la propia defensa
ante la otra persona con la que se interactúa.
Conciencia emocional
Conducta
Conjunto de respuestas psicomotoras con carácter recurrente que presenta una persona en relación
con su entorno o mundo emocional.
Educación emocional
Proceso educativo, continuo y permanente que pretende potenciar el desarrollo emocional como
complemento indispensable del desarrollo cognitivo, ya que ambos constituyen los elementos
esenciales del desarrollo de la personalidad integral. Para ello, se propone el desarrollo de
conocimientos y habilidades sobre las emociones con objeto de capacitar al individuo para afrontar
mejor los retos que se plantean en la vida cotidiana.
Emoción
Respuesta de un individuo ante un estímulo, ya sea externo o interno, caracterizada por la activación
fisiológica de determinadas funciones orgánicas que se expresan a nivel motor y que generan una
experiencia subjetiva del estímulo a nivel cognitivo, llamada sentimiento.
Emociones estéticas
Emociones que surgen a partir de la evaluación cognitiva que hacemos acerca del estímulo que las
ocasiona. En este sentido, entran en juego las preferencias y experiencias previas de la persona que
las siente.
87
Glosario
Internacional
de Valencia
Emociones negativas
Emociones cuyo appraisal es desfavorable, cercano al eje del displacer. Son las emociones que tienen
que ver con la amenaza, frustración o retraso de un objetivo perseguido o bien un conflicto entre dife-
rentes objetivos (miedo, ira, ansiedad, tristeza, culpa, vergüenza, envidia, celos, asco, etc.).
Emociones positivas
Emociones cuya evaluación racional, denominada appraisal, es favorable. Es decir, emociones aproxi-
madas al eje del placer (alegría, amor, afecto, alivio, felicidad, orgulloso, etc).
Emociones primarias
Aquellas emociones innatas al individuo que se derivan del instinto de supervivencia y que, por lo
general, surgen de manera espontánea y no controlada.
Emociones secundarias
Aquellas emociones que se derivan de las emociones primarias y que surgen como fruto de un proceso
de aprendizaje a partir de un proceso cognitivo, de manera que su expresión puede ser controlada.
Empatía
Capacidad para poder inferir y conectar emocionalmente con lo que está sintiendo otra persona.
Empatía cognitiva
Capacidad para inferir y entender cognitivamente lo que otra persona está sintiendo.
Empatía emocional
Habilidad para sentir lo que otra persona está sintiendo.
Escucha activa
Habilidad para inferir lo que un interlocutor expresa mediante el lenguaje verbal y no verbal.
Estilo educativo
El conjunto de ideas, creencias, valores, actitudes y hábitos de comportamiento que madres, padres o
profesorado mantienen respecto a la educación de sus hijas, hijos o alumnado.
88
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Factores de protección
Conjunto de rasgos, características o exposiciones que ponen en peligro la integridad o la propia vida
de un individuo.
Factores de riesgo
Conjunto de rasgos, características o exposiciones que provocan la puesta en valor de la integridad y
el aumento de las posibilidades de supervivencia de un individuo.
Factor motivacional
Tipo de relaciones afectivas que se establecen entre la persona que enseña y la persona que aprende.
Grupo de iguales
Grupos de personas que comparten un estatus igual o similar, que por lo general poseen
aproximadamente la misma edad y tienden a circular e interactuar con el mismo conjunto social.
Habilidades de afrontamiento
Habilidad para afrontar retos y situaciones de conflicto, con las emociones que generan.
Identificación emocional
Habilidad para interiorizar las emociones que siente otra persona como si fueran propias.
Inteligencia emocional
Tipo de inteligencia que se refiere a la habilidad de identificar y gestionar las propias emociones y a la
de reconocer las de otras personas, lo que posibilita las buenas interacciones interpersonales.
Interacciones intrapersonales
Conjunto de valores, actitudes y emociones de las personas que intervienen en el proceso interactivo.
Interacciones interpersonales
Conjunto de valores, actitudes y emociones que surgen en la relación con las personas con las que se
interactúan.
89
Glosario
Internacional
de Valencia
Interacciones extrapersonales
Conjunto de valores, actitudes y emociones que surgen en el contacto con otros elementos que inter-
vienen en un proceso de interacción entre personas.
Juventud
Etapa del desarrollo humano que comienza después de la adolescencia, justamente antes de la
adultez.
Percepción emocional
Habilidad para identificar y reconocer las emociones propias y las de las personas que nos rodean.
Polaridad emocional
Concepto que explica la clasificación de emociones en torno a un eje con dos polos o variables, el posi-
tivo y el negativo. El polo positivo tiende al placer (agrado) y el negativo al displacer (desagrado).
Procrastinar
Posponer o aplazar tareas, deberes y responsabilidades por otras actividades que resultan más
gratificantes pero que son irrelevantes.
Pubertad
Regulación emocional
Capacidad para gestionar cada una de las propias emociones de manera que, a priori, supongan un
beneficio y bienestar para la persona y para aquellas que la rodean.
Regulación emocional
Capacidad para expresar las emociones de forma apropiada.
Responsabilidad
Capacidad para responder por los propios actos.
90
Educación emocional y habilidades sociales. La empatía
Internacional
de Valencia
Resiliencia
Capacidad para poder reponerse de situaciones adversas.
Reverberación
Habilidad para entender lo que estamos sintiendo en relación con lo que siente otra persona, sabiendo
que lo que sentimos no es propio, sino de la otra persona.
Separación emocional
Habilidad para separarse emocionalmente de lo que otra persona está sintiendo, tomando distancia
emocional para poder analizar con mayor objetividad lo que la otra persona siente.
Violencia de género
Cualquier acto violento o agresión basada en una situación de desigualdad, en el marco de un sistema
de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres, que tenga o pueda tener como
consecuencia un daño físico, sexual o psicológico.
91
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99
Autor/a
Dra. D.ª Carmen Martorell Pallás
Dra. D.ª Mª Olatz Gómez Llorens
Internacional
Reservados todos los derechos© de Valencia
Universidad Internacional de Valencia - 2020