Globalización y Cultura
Globalización y Cultura
Globalización y Cultura
Mundial
Globalización y política
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1. Globalización y cultura
Del mismo modo que es criticable ensalzar exageradamente las bondades de la
globalización o pretender defender la objetividad del discurso sobre la misma
por parte de determinados sectores e intereses económicos y políticos, tampoco
podemos creer que las dificultades sean tan extremas como para que no sea
posible modificar determinadas tendencias negativas que se desarrollan en la
actualidad.
3
concepto de cultura como contexto en el que se desenvuelve el proceso de la
globalización. BARKER1 la define como:
«El orden de vida en el que los seres humanos conferimos significados a través de la
representación simbólica».
«La intensificación de las relaciones sociales en todo el mundo, por las que se ligan lugares
lejanos de tal manera que los acontecimientos locales están configurados por
acontecimientos que suceden a muchos kilómetros de distancia».
1
Barker, C. (2003). Televisión, globalización e identidades culturales. Barcelona, Paidós, p.31.
2
Tomlinson, J. (2001). Globalización y cultura. México, Oxford University Press, p. 21.
3
En este sentido se expresa Beck al afirmar que la cultura global no puede entenderse estáticamente, sino
solo como un proceso contingente y dialéctico (Beck, U. Op. Cit., pp. 79 y ss.
4
Lucas, J. de (2003). Globalización e identidades. Barcelona, Icaria, p. 29.
5
Este autor define a la globalización en virtud de su «creciente conectividad», es decir, de la cada vez
mayor proximidad espacial del mundo (Tomlinson, J. Op. Cit., p. 3).
6
Ibíd, p. 25.
4
1.1. Características de la globalización cultural
Entre las múltiples definiciones que ULRICH BECK da sobre la globalización, existe
una que analiza las consecuencias del fenómeno sobre la interrelación de las
diferentes culturas. En este sentido7:
7
Beck, U. (1998). ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización .
Barcelona, Paidós, p. 71.
8
Berger, P. L., Huntington, S. P. (2002). Globalizaciones múltiples. La diversidad cultural en el mundo
contemporáneo. Barcelona, Paidós.
9
García Segura, C. Op. Cit., pp. 325 y ss.
10
Beck, U. Op. Cit., pp. 75 y ss.
11
Berger, P. L. y Huntington, S. P. Op. Cit., pp. 23 y 120.
5
locales encuentran un espacio de desarrollo en su seno, por ejemplo, a través
de la instalación de doble cocina en sus establecimientos de la India, para
separar la comida vegetariana de la no vegetariana.
12
Ibíd, p. 28.
13
Ibíd, p. 25.
14
García Segura, C. (1999). ―La globalización en la sociedad internacional contemporánea: dimensiones y
problemas desde la perspectiva de las relaciones internacionales‖. En: Cursos de Derecho Internacional de
Vitoria–Gasteiz 1998. Madrid, Tecnos, p. 320.
6
Muchos autores ven a este fenómeno no como una posibilidad de mutuo
enriquecimiento intercultural, sino como un riesgo, aprovechado principalmente
por las empresas transnacionales para introducir una dinámica de
uniformización cultural.
15
En este sentido se expresa, por ejemplo, Fernández de Rota, J. A., (2002). ―Identidad y ciudadanía en
un mundo pluricultural‖. En: Alvárez Munárriz, L., Antón Hurtado, F. (Eds.). Identidad y pluriculturalidad
en un mundo globalizado. Murcia, Godoy, p. 45.
16
López Segrera, F. (1999). ―Globalización y diversidad cultural‖. En: Brovetto, J., Rojas Mix, M.,
Globalización e identidad. Cáceres, Universidad Iberoamericana, Cexeci, p. 159.
17
Moreno, I. (2002). ―Globalización y localización. Las dinámicas de nuestro tiempo‖. En: Alvárez
Munárriz, L., Antón Hurtado, F. (Eds.). Identidad y pluriculturalidad en un mundo globalizado. Murcia,
Godoy, p. 22.
18
Barker, C. Op. Cit., pp. 74.
7
En el otro lado de las posiciones mencionadas con anterioridad, se sitúan
posiciones mucho menos críticas con los efectos de la globalización sobre la
cultura. Entre estos autores se sitúa, por ejemplo, VARGAS LLOSA, para quien la
invocación por parte de determinados sectores del riesgo de homogeneización
cultural no es sino19:
En palabras de SEGURA20:
19
Gómez Isa, F. Derechos humanos y globalización. Mimeo, p. 8.
20
García Segura, C. (1999). ―La globalización en la sociedad internacional contemporánea: dimensiones y
problemas desde la perspectiva de las relaciones internacionales‖. En: Vitoria-Gasteiz (1998). Cursos de
Derecho Internacional. Madrid, Tecnos, pp. 341 y ss.
8
defiende que se está produciendo en la actualidad una paulatina
universalización de modos de vida, símbolos culturales y modos de conducta
transnacionales.
Existe otra visión que defiende que el mundo continúa mostrando una
extraordinaria diversidad cultural. Se afirma que el resultado de la globalización
en este ámbito específico no sería una uniformidad cultural, sino una
«diversidad cultural crecientemente interconectada». La opinión de FERNÁNDEZ
22
DE ROTA sirve de síntesis de las posturas principales mantenidas en torno a
esta cuestión.
Asimismo, esta dicotomía existente entre las posibilidades de los emisores tiene
su reflejo en la otra cara de la moneda. En palabras de ANN BERNSTEIN24:
«La difusión de las fuerzas culturales globales se produce con mayor facilidad en unos niveles
que en otros».
21
Beck, U. (1998). ¿Qué es la Globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización .
Barcelona, Paidós, pp. 71 y ss.
22
Fernández de Rota, J. A. (2002). ―Identidad y ciudadanía en un mundo pluricultural‖. En: Alvárez
Munárriz, l., Antón Hurtado, F. (Eds.). Identidad y pluriculturalidad en un mundo globalizado. Murcia,
Godoy, pp. 45-57.
23
Moreno, I. (2002). ―Globalización y localización. Las dinámicas de nuestro tiempo‖. En: Alvárez
Munárriz, L., Antón Hurtado, F. (Eds.). Identidad y pluriculturalidad en un mundo globalizado. Godoy,
Murcia, p. 37.
92
Berger, P. L., Huntington, S. P. Op. Cit., pp. 221 y ss.
9
Es decir, los receptores de la cultura (las culturas autóctonas) tampoco cuentan
con la misma capacidad de reacción
e incidencia frente a la influencia de
las culturas emisoras. Esta
argumentación permite a
HUNTINGTON diferenciar entre
culturas «fuertes» y «débiles». De
igual modo, se afirma que el
establecimiento de esta
diferenciación se basa
exclusivamente en la creación de
categorías descriptivas, pero no en
la elaboración de juicios de valor.
Por otro lado, en cuanto a las influencias externas que pueden alentar el
proceso globalizador destacan las argumentaciones, generalmente defendidas
25
García Segura, C. (1999). ―La globalización en la sociedad internacional contemporánea: dimensiones y
problemas desde la perspectiva de las relaciones internacionales‖. En: Vitoria-Gasteiz (1998). Cursos de
Derecho Internacional, Barcelona, Tecnos, pp. 325 y ss.
26
Berger, P. L., Huntington, S. P., Op. Cit., p. 23.
27
Beck, U. Op. Cit., p. 79.
10
por los grupos económicos e informativos interesados en las dinámicas
económicas que la globalización arrastra, que presentan a este fenómeno como
un discurso hegemónico.
La tendencia actual es la
concentración de los medios de
comunicación en grupos
multimedia, con sede en países
occidentales y que controlan la
mayor parte del mercado cultural
mundial. Asimismo, los flujos de
información tienen, en su mayor
parte, una única dirección, de norte a sur.
Se podría acudir en este punto a los conceptos, acuñados por FEDERICO MAYOR
ZARAGOZA29, de «globalizadores» y «globalizados», es decir, a los dominadores y
los excluidos del proceso de la globalización. No hay que olvidar que entre los
«globalizados» se encuentran más de tres cuartas partes de la población
mundial.
28
Moreno, I. (2002). ―Globalización y localización. Las dinámicas de nuestro tiempo‖. En: Alvárez
Munárriz, Antón Hurtado, F. (Eds.). Identidad y pluriculturalidad en un mundo globalizado. Murcia, Godoy,
pp. 19-43.
29
Gómez Isa, F. Derechos humanos y globalización. Mimeo, p. 4.
11
BARKER30 cuestiona esta consideración al estimar que, incluso en el caso de que
«el flujo del discurso cultural imperante sea de occidente a oriente y de norte a
sur, esto no debe entenderse necesariamente como una forma de dominación».
Este autor considera que el proceso de globalización es cada vez menos
unidireccional, y se configura como «un proceso de desigual desarrollo que se
fragmenta al combinarse e introduce nuevas formas de interdependencia
mundial». Estas ideas llevan al autor a cuestionar la idea de la
unidireccionalidad del proceso de globalización cultural basándose en la
existencia de un «flujo (cultural) inverso», es decir, de un impacto en occidente
de las ideas y prácticas culturales no occidentales. Coincide con él TULASI
SRINIVAS31 cuando pone como ejemplo la manifiesta e importante presencia de
aportaciones no occidentales al proceso de globalización, que lo convierten en
bidireccional.
30
Barker, C. (2003). Televisión, globalización e identidades culturales. Barcelona, Paidós, p. 81.
31
Berger, P. L., Huntington, S. P. (2002). Globalizaciones múltiples. La diversidad cultural en el mundo
contemporáneo. Barcelona, Paidós, p. 112.
32
BECK, Ulrich (1998). ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización.
Barcelona, Paidós, p. 71.
12
«Se está produciendo una paulatina universalización, en el sentido de unificación de modos de
vida, símbolos culturales y modos de conducta transnacionales. (...) En una palabra: que la
industria de la cultura global significa cada vez más la convergencia de símbolos culturales y
de formas de vida».
13
BENJAMIN BARBER33, por su parte, afirma que los dos ejes axiales de nuestro
tiempo son:
De mercado.
De recursos.
Tecnológico-
informacional.
Ecológico.
33
Barber, Benjamin R. Jihad vs. McWorld (1996). How globalism and tribalism are reshaping the world.
Toronto, Ballantine Books.
34
Moreno, Isidoro. Los nacionalismos: globalización y crisis del Estado-nación. En: Corcuera Atienza,
Javier (1999). (Dir.). Mundialización y nacionalismos: la quiebra del modelo de Estado-nación. Madrid,
Consejo General del Poder Judicial, pp. 11-33.
14
La mundialización es un proceso iniciado en el siglo XVI, con los
orígenes del desarrollo capitalista, por el cual el mundo deviene cada vez
más interdependiente en lo económico, aunque sobre la base de una
lógica asimétrica.
35
García Segura, C. Op. Cit., pp. 341 y ss.
36
Diferentes autores coinciden en considerar estos dos objetivos del discurso del ―pensamiento único‖
como los más peligrosos para las culturas receptoras por la carga acrítica que encierran respecto del
fenómeno: Moreno, I. Op. Cit, pp. 37 y 38; Berger, P. L., Huntington, S. P. Op. Cit., pp. 141 y 142; García
Segura, C. Op. Cit., p. 341.
15
Por otro, la proclamación de la objetividad de los discursos
bondadosos sobre la globalización. En este sentido, este fenómeno se
manifiesta como inherentemente bueno y deseable, y no susceptible de
ser discutido ni cuestionado porque se legitima a sí mismo.
37
Este autor profundiza sobre la cuestión al considerar una concepción utilitarista de la teoría, ―la teoría
siempre está al servicio de alguien y de algún objetivo‖: García Segura, C. Op. Cit., p. 343.
38
Ibíd, p. 342.
39
Robertson, R. (1997). Glocalization: Time-Space and Homogeneity-Heterogeneity. In: Featherstone,
Mike; Lash, Scott y Robertson, Roland. (Eds.). Global modernities. London, Sage, pp. 25-44.
16
El primer concepto implica la creciente homogeneización de experiencias
básicas e instituciones en el transcurso de la modernidad. Por su parte,
la globalidad alude a un conjunto de condiciones que son diferenciables
o distinguibles de las de la modernidad.
La globalidad es entendida como la condición general que facilita la
difusión de la modernidad y permite separar, como relativamente
independientes, las dimensiones de tiempo (evolución histórica) y
espacio (geografía).
El mismo ROBERTSON40 critica las nociones comunes del imperialismo cultural por
asociar globalización con homogeneización. Este enfatiza cuatro aspectos:
«(..) Las generalizaciones a nivel mundial, así como la unificación de instituciones, símbolos
y modos de conducta (por ejemplo, McDonald, los vaqueros, la democracia, la tecnología de
la información, la banca, los derechos humanos, etc.) y el nuevo énfasis, descubrimiento e
incluso defensa de las culturas e identidades culturales (islamización, renacionalización, pop
alemán y rai norteafricano, carnaval africano en Londres o la salchicha blanca de Hawai), no
constituyen alguna contradicción».
40
Robertson, R. (1997). Glocalization: Time-Space and Homogeneity-Heterogeneity. En: Featherstone,
Mike; Lash, Scott y Robertson, Roland. (Eds.). Global modernities. London, Sage, pp. 37-40.
41
Beck, U. (1998). ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización .
Barcelona, Paidós, p.80.
42
Nederveen P., Jan. (1997). Globalization as Hybridization. En: Featherstone, Mike; Lash, Scott y
Robertson, Roland. (Eds.). Global modernities. London, Sage, p. 62.
17
estandarización le parece incompleta. La hibridación cultural supone la mezcla
de todas las culturas continentales con la consiguiente generación de
resistencia locales, de tipo étnico, nacionalista o religioso.
Este argumento se puede justificar por el hecho de que las continuas mezclas e
intercambios desdibujan los contornos de las culturas, suponen incorporar
nuevas prácticas, adaptar otras. Sitúa el multiculturalismo en un primer plano,
muy próximo al interculturalismo, desde el momento en que se considera que
existen relaciones culturales fluidas, mezcla e interrelación.
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