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La ciudad monstruosa en los cuentos de Mariana Enriquez

En los cuentos de Mariana Enríquez, los espacios y sus habitantes son


marginados y horrorosos. Por los hechos que se abordan y su forma de
narrarlos, algunos críticos hacen referencia al ‘’gusto por el gótico, la
oscuridad, por el horror’’.
En sus relatos, la acción transcurre en Capital Federal, Buenos Aires,
específicamente en el barrio de Constitución y en una villa miseria asentada a
orillas del Riachuelo. La influencia del espacio en el desarrollo de la diégesis es tan
importante que se constituye como un actante que moldea el carácter de los
personajes y los predispone a un destino trágico.
La ciudad de Buenos Aires es una ciudad de excesos y transgresiones, características
las dos del gótico. Tiene espacios periféricos que son descritos como barrios y villas
marginales, deformes, anormales, monstruosas y los personajes que las habitan
poseen sus mismas características. Sin embargo, en los cuentos de Enríquez, el
horror no sólo habita en ese espacio marginal y público, sino que también opera
desde los recovecos de las mentes retorcidas de sus protagonistas.
El espacio y la atmósfera en los que transcurren los sucesos no sólo moldean la
estructura de un relato sino también el accionar de los personajes.
Desde la especie de historia del barrio que hace la narradora al comienzo del relato,
sabemos que es un espacio tensionante, un espacio con una tradición negativa que
expulsa a sus habitantes.
Desde la mirada de la protagonista, en el barrio existen dos espacios: el aquí y
el “allá atrás”. En el aquí existen peligros reales ocasionados por la ausencia
de políticas sociales del Estado; mientras que los de “allá atrás” son
sobrenaturales.
Así como en los primeros años de vida del barrio la fiebre amarilla había
expulsado a los primeros habitantes –la aristocracia porteña– hacia otras
zonas de la ciudad, ahora este espacio monstruoso excluye a la narradora a su
interior, a la locura.
Por otro lado, el barrio, su hostilidad, la violencia, el narcotráfico, el Estado ausente
y lo sobrenatural –los altares a santos pocos amigables y los sacrificios- son
los que empujan a la marginalidad al niño y a su madre. La culpa, la desidia y
el miedo llevan a la diseñadora a la locura.
En esta narrativa, el barrio, la villa y la ciudad son fuerzas que impulsan el
desencadenamiento de los hechos. Las acciones en estos cuentos transcurren en
lugares hostiles y monstruosos, espacios con los que cualquier lector puede
identificarse debido a la verosimilitud de los personajes y los espacios que recorren y
habitan.
La narrativa de Mariana Enríquez
En la obra de Mariana Enríquez hay un componente social que se vincula con el
terror: lo incierto o desconocido. Emerge algo inquietante en lo desconocido que
el hombre trata de eludir pero que, al mismo tiempo, le despierta curiosidad.
Hay un mal social: un ente de incalculable proporción que se nutre de los miedos
colectivos y se presenta como una fuente de terror que atormenta sin descanso a los
personajes de los cuentos.
Este mal es social porque la autora trabaja con temas que se vinculan con toda la
sociedad y ciertos ‘’males’’ que la aquejan, como la pobreza, los crímenes o el
racismo.
La noción de poder trabajar con lo cotidiano para el horror. Con los horrores
cercanos y conocidos, lo que se llama factores de presión fóbica sociales
Hiperrealismo
La representación de ciertos aspectos desagradables de la realidad sobre los que se
enfoca una atención escrupulosa, a través de descripciones que ponen en un
primerísimo plano detalles que vinculan lo repugnante y lo repulsivo con lo
sobrenatural, para provocar, así el buscado efecto de terror.
El hiperrealismo está ligado con los sentidos. Se desarrolla un campo semántico de
lo asqueroso, que sirve de base estructural, sobre la que se construye la descripción
de lo marginal. El olfato y la vista son los responsables de transmitir la
exacerbación de lo asqueroso.
• Configuración de los espacios:
Construcción de entornos en escenarios verídicos que, por su condición extrema,
habilitan la aparición de elementos sobrenaturales.
• Configuración de la mentalidad de los personajes:
Plantea una transformación en el modo de actuar, pensar y enjuiciar la realidad de
los personajes generado por los elementos sobrenaturales.
Creencias populares
• Manifestaciones espirituales de la cultura popular.
• Las utiliza como elementos que propician la irrupción de lo sobrenatural.
Horizonte cultural entre las diversas clases que componen una sociedad
determinada
Lala le explica que, por vivir en el barrio, uno no se convierte del barrio. La
protagonista es de otro mundo.
• Las creencias populares, códigos y conductas son propios de un sistema cultural.
Espacios
Los espacios actúan como personajes en sí mismos
• Los barrios del sur de la ciudad están cargados de significado que escapa a lo
meramente geográfico.
• La falta de precisión con respecto a sus límites genera el traspaso de los personajes
de un espacio a otro.
• Interviene en la configuración de la mentalidad y el carácter de los personajes que
lo habitan. Puede desquiciar a sus personajes, ponerlos en el límite de la normalidad
– la protagonista atraviesa el límite de la cordura.
Territorio
Se denomina territorio a un área, incluyendo tierras, aguas y espacio aéreo poseída
por una persona física o jurídica sea una organización, una institución o un Estado.
• Entendido en Occidente como un espacio que debe ser ordenado, explotado y
regulado para beneficiar a la/s persona/s que creen poseer ese territorio.
El territorio y sus componentes
Desde la Geografía:
Territorio: construcción social resultado del ejercicio de relaciones de poder.
Relaciones de poder implicadas en prácticas espaciales y temporales
• MATERIALES: Relaciones basadas en factores materiales: diferencia de fuerza
física o diferencia de poder adquisitivo, clase social, nacionalidad, etc.
• SIMBÓLICAS: Basadas en la autoridad, la popularidad o el afecto, la belleza, el
prestigio.
Esas relaciones son el resultado de un espacio que se construye de forma distinta
según vivencias, percepciones y concepciones particulares de los individuos y grupos
sociales.
Identidad territorial
EL ESPACIO COMO CONSTRUCCIÓN (CONSENSO)
• El territorio no está dado solo por características geográficas o espaciales sino por
los grupos sociales que lo habitan.
• Identidad territorial atribuida por los grupos sociales (‘control simbólico’ sobre el
espacio en el que viven). Apropiación: un grupo se instala en un determinado
espacio y le impone ciertos rasgos.
Carácter político disciplinar del territorio
• Apropiación y ordenación del espacio como forma de dominio y disciplinamiento
de los individuos.
Existencia de un control que puede ser el Estado u otro agente con autoridad que
regule las relaciones dentro de ese espacio.
• ¿Qué situación actual podemos dar como ejemplo?

El PODER no es solo represivo


• Para Foucault el poder es productivo y no solo represivo, constitutivo de toda
relación social.
• Debemos dejar de pensar que existe un poder absoluto: ‘’No existe algo llamado
Poder, con mayúscula (…) o un poder que existiera globalmente (…)’’.
• Existen relaciones de poder en donde el hombre es actor principal. No tiene
sentido pensar en la distinción de ‘’quienes lo tienen vs. quienes no lo tienen”
porque el poder no es una propiedad.
El PODER como ACCIÓN
Conjunto de acciones sobre posibles acciones.
• El poder nunca está quieto, no hay un poder inactivo. Se ejercen acciones en una
misma dirección desde alguien hacia alguien, y eso puede desencadenar acciones
posteriores.
Ejemplo:
• Acción: prohibir o permitir algo dentro de un contexto (espacio, relación, etc.)
Desencadena: rebelión ante la prohibición lo que provocaría una disputa de dos
sectores por el poder.
LA CIUDAD EN LOS CUENTOS DE DANIEL MOYANO
En “Una partida de tenis” y otros cuentos de Moyano el pueblo de origen no se
describe (...) y la vida de pueblo está relacionada con alguna carencia que obliga a los
hombres a partir. Estas carencias debilitan el sentido de pertenencia al lugar de
origen, ya que los hombres no pueden proyectarse en ese lugar con esas condiciones.
La pertenencia está ligada, sobre todo, a su sueño de ser otros: descubrir el mundo
(“Artista de variedades”), alejarse de la miseria y de la bestialidad (“Una partida de
tenis”). Se huye a la ciudad, que se percibe como generosa y llena de posibilidades.
En todos los cuentos, los personajes eligen ésta, con su forma de vida, al pueblo y
sus valores. No hay nostalgia ni añoranza. Ya en la ciudad, ellos mismos cuestionan
su pertenencia al pueblo y a sus costumbres. A la vez, es allí donde deben asumir su
condición de provincianos, porque ésa es la imagen que ella les devuelve de sí
mismos.
Los personajes fluctúan en la necesidad de dejar de ser lo que eran y de
establecer un nuevo arraigo. El intento de cortar lazos con el pueblo es también un
intento de separarse de su vida anterior y de la manera en que ésta los definía (como
campesinos, como pobres, como huérfanos). El deseo de inclusión en la vida de la
ciudad se manifiesta en la necesidad de ser parte del cuerpo social de la misma, que
se canaliza a través de la incorporación en algún grupo o estrato.
Todos los personajes parten a la ciudad buscando mejores condiciones de vida, que
según el imaginario y las necesidades de cada personaje, están condicionadas por la
sorpresa y la realización personal (Ismael) y el éxito social y la posibilidad de escapar
de la miseria y perversión familiar (“Una partida de tenis”). Los personajes necesitan
marcharse a la ciudad para ser otros. Las fronteras entre la ciudad y el pueblo son
más afectivas, internas, que físicas. La frontera está en el sentirse otro una vez que
han dejado el lugar de origen.
La situación personal del migrante presentada en estos cuentos es la de la
desacomodación. Hay en ellos un desajuste permanente entre lo que son y lo que
querrían ser, entre sus sueños y la realidad tal como se presenta, entre la mirada que
tienen de sí mismos y cómo los ven los otros.
Las miradas sobre la ciudad
a) La mirada deslumbrada
Para el personaje de “Una partida de tenis”, la aprehensión de la ciudad es la
conquista de un espacio social apenas rozado, gracias a su esfuerzo, pero que quiere
consolidar por medio del casamiento con María. Había estado en Santa Fe, hacía
mucho tiempo. Él había huido lo más lejos posible para no verlos nunca más.
“Hubiera querido que el límite entre Santa Fe y la provincia donde ahora vivía fuese
por lo menos la Cordillera de Los Andes o algún enorme rio lleno de caimanes
hambrientos. Desde su lejana fuga de la casa, que ahora se convertía en un suceso
recientemente, no los había vuelto a ver. En verdad, parecía existir ese límite
infranqueable entre la ciudad donde vivían los monstruos y la plácida ciudad de
María” (“Una partida de tenis”).
Para el personaje la ciudad está definida sólo por la referencia a María, que implica
para él la apertura hacia otra clase de vida; no sólo en términos de ascenso social,
sino como posibilidad de alejarse de la miseria y depravación familiar.
b) La mirada ajena: la búsqueda de la pertenencia
En “Una partida de tenis” el personaje ha logrado adaptarse exteriormente al
cuerpo social de la ciudad y busca una posición social y económica elevada mediante
el casamiento ventajoso. Pero, en su interior, sus lazos de pertenencia continúan
ligándolo con su familia adoptiva de la infancia. Teme a la miseria y a la bestialidad
porque siente que él mismo participa en su esencia de esas condiciones de su
familia, aunque externamente no lo parezca:
Ya casi dormido pensó que vivía en una ficción, que había cambiado el traje pero
era un condenado, y que como estaba solo apenas lo advertía. […] En realidad había
vivido siempre con ellos [con su familia adoptiva], pese a la fuga y a los ciclos. Todo
estaba en su mismo punto y jamás podría dejar de ser lo que fue (“Una partida de
tenis”).
c) La mirada relegada: ciudad y marginación espacial
El personaje de “Una partida de tenis” goza de los juegos y placeres de esa “otra
ciudad”, pero es un intruso. Los disfruta con temor porque es un polizón de esa vida
burguesa. Sabe que él es diferente, que pertenece al grupo de los que están con los
dedos enredados en la tela metálica tratando de ver “la maravilla” que se desarrolla
adentro. El pasado (pueblo, familia, identidad) se vuelve intuiciones acechantes y
amenazantes, siempre prontas a incorporar y a mostrarle especularmente lo que él
es en verdad. En “Una partida de tenis”, los mundos familia-pasado-miseria / María
Futuro-“buen pasar”, que el protagonista desea ver como distantes y ajenos entre sí,
convergen en el mismo espacio físico de la ciudad y, sobre todo, en el espacio
afectivo del personaje. La presencia del tío y de los primos supone para el personaje
el conflicto entre lo que se pretende ser y lo que se es. (...)

En “Una partida de tenis”, la dualidad interior del personaje entre lo que se quiere
ser y lo que se es está representada por la coexistencia en el mismo espacio físico de
las correlaciones familia-pasado-miseria / María-futuro-“buen pasar” que se
corresponden con los términos pueblo / ciudad. Pueblo y ciudad están presentados
por medio de un recorte espacial que permite la convergencia final de ambos en el
mismo espacio. La cancha de tenis es, metonímicamente, la ciudad y el gran patio
familiar, el pueblo. El personaje concibe su vida como una serie de ciclos que oscilan
entre la degradación primigenia y el progreso social aún no consolidado. Este
movimiento tiene su correlación en el ir y venir de la pelota que saca al personaje de
la cancha/ciudad y que lo lleva al patio familiar/pueblo/pasado, donde lo reconocen
y lo asumen como igual:
“Pedro, al pasar, había enlazado mundos, la base y el último ciclo. […] En el centro
de un patio grande de tierra, sentados a una mesa enorme, estaban todos sus
parientes: Pedro, en la cabecera, lo saludó familiarmente con su horrible brazo
corto.
Los demás empezaron a dar exclamaciones de júbilo. Algunos chicos, que él no
conocía, se prendían de su ropa y le pedían monedas. Su tío, que no había envejecido
nada, se abría paso entre todos para saludarlo” (“Una partida de tenis” p. 56).
d) La mirada desamparada: ciudad y orfandad afectiva
En la ciudad presentada en los cuentos los personajes tienen una imposibilidad
de establecer relaciones afectivas sinceras. La ida a la ciudad implica una ruptura de
los lazos que el hombre tenía en su pueblo y que convergen en la conformación y
consolidación de su identidad. Los lazos de pertenencia a la tierra, los lazos
familiares y los lazos de amor y de pareja. Los textos muestran como únicas
relaciones verdaderas las del pasado, las del pueblo, que subsisten como marcas en
la vida afectiva del personaje (“Una partida de tenis”)

Las puertas del cielo (Julio Cortaza)


Lo monstruoso:
• Fuerte rechazo a la cultura popular y a la ‘’invasión’’ de los ‘’cabecitas negras’’
Cita: “Me parece bueno decir aquí que yo iba a esa milonga por los monstruos, y que
no sé de otra donde se den tantos juntos.” (pág. 6).
• Los personajes son, directamente, ‘’monstruos’’.
Cita: “(…) las mujeres casi enanas y achinadas, los tipos como javaneses o mocovíes,
apretados en trajes a cuadros o negros, el pelo duro peinado con fatiga, brillantina
en gotitas contra los reflejos azules y rosa, las mujeres con enormes peinados altos
que las hacen más enanas, peinados duros y difíciles de lo que les queda el cansancio
y el orgullo.”

Construcción de la otredad:
El abogado Hardoy tiene como una contradicción sobre el territorio y el cariño que le
tiene a Celina y Mauro. Por ejemplo: el los quería mucho y les tenía respeto porque
tenían una amistad pero no se sentia comodo en el espacio de ellos, como cuando
decía que nunca podría entrar en su simpleza o que no les gustaba los tragos o lo
sentía muy vulgar algunas cosas. (METER LO DE LA MILONGA CON OTREDAD)

● La ciudad aparece en el relato como un territorio donde distintos sectores


sociales están en lucha: la clase dominante intenta preservar su dominio
frente al avance de los sectores populares

1. El concepto de monstruosidad en el chico sucio se da en cómo son sus


espacios y sus personajes ya que tienen algo de gótico y sombríos. Como
espacios tenemos al barrio de Constitución, cercanos a la Villa Miseria,y se
puede observar como un territorio sobrio en que las personas que viven ahí y
también se consideran que son góticos(locura) y qué le es difícil encajar en
ese tipo de espacios y por eso se terminan yendo. Se nos muestran dos
miradas en este cuento la del “aquí” y el “allá atrás”: el aquí es un lugar
donde hay peligros reales que son ocasionados por la culpa de la falta de
política social mientras que en la “alla atrás” los peligros son causados por
cosas sobrenaturales. La razón por la cual las personas que habitan terminan
cayendo en la marginalidad es la hostilidad, violencia o demás cosas sombrías
que pertenecían al barrio.
2. Lo fantástico en las puertas del cielo se puede observar cuando Mauro y
Marcelo ven a una persona parecida a Celina o a la misma celina después de
que haya muerto; esto rompe con el realismo que se venía viendo durante el
principio del cuento pero no se dejan en claro si la persona que vio Mauro
simplemente era Celina o si era una alucinación generado por el alcohol que
estaba tomando.
3. En el texto de Beatriz Sarlo, demuestra a las personas que habitan en el
territorio en el que nosotros transitamos a diario y el cómo coexiste lo
“monstruoso” con lo “normal”, ignorándose entre sí y dándole el nombre de
los ocupantes de la noche. Estos personajes son nómades y se nos muestra
cómo es que viven de noche y todo lo que hacen cuando nosotros los
ignoramos. También habla de lo difícil que es encajar en esos territorios de la
noche ( ejemplo de la chica joven)

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