Antecedentes de Los Salarios

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Antecedentes históricos del

salario en el mundo y en
México
Informacion

Introducción

Desde los principios de la historia nuestros antepasados trabajaban para garantizar su


subsistencia. Este objetivo, con muchas y diversas variaciones, se conserva hasta la actualidad.

Los salarios son tan antiguos como el trabajo humano.

Aunque es evidente que en aquel entonces no se pagaba de la misma forma como en la


actualidad, ya que el pago se hacía en especie. Después de la caza de animales, se procedía a la
repartición de bienes como carne, pieles y huesos, que servían para fabricar armas y otros
utensilios.

Edad antigua

Los trabajadores agrícolas en el poblado de Eschuna, Mesopotamia, a principios del segundo


milenio a.C., y que, según las narraciones, se pagaban de la siguiente manera: Se asignaba una
unidad de trigo como forma de pago por jornal: era el salario que ganaba un trabajador por cada
día de labores. La cantidad de alimentos asignada se entregaba ya sea en forma de ración diaria
o como provisión al inicio del periodo de trabajo, tiempo en el cual el trabajador debería
preocuparse de conservarla. A la cantidad de alimentos mencionada se le llamaba sila, que era
equivalente a un poco menos de un litro de cebada tostada con un poco de aceite y una especie
de jarabe.

Las mismas leyes de Eschuna fijaban lo siguiente:


20 silas diarias era el salario de un segador
1 sila diaria era el salario de los esclavos
2 silas diarias era el salario de los trabajadores libres

Egipto

A continuación se reproduce uno de los pasajes escritos en el antiguo Egipto, el cual ilustra la
forma en que se pagaba a los trabajadores: “Todas las gentes que han trabajado en la
construcción de mi tumba lo han hecho a cambio de pan, tejidos, aceite y trigo en gran
cantidad…” .

Grecia
Los trabajadores recibían comida, vestido y calzado y, a veces, una pequeña porción de tierra
que un dueño les ofrecía, pero que con frecuencia se negaba a entregar alegando falsos
pretextos. Ser thete era a menudo una condición peor que la de esclavo. En Grecia y Roma había
trabajadores esclavos y libres, pero no es sino hasta el reinado de Cayo Aurelio Valerio
Diocleciano (año 300) que se encuentra una lista de salarios. Este monarca preparó la lista a
causa del encarecimiento de las mercancías y del trabajo. El edicto fijó el salario de un
trabajador del campo en 25 denarios, es decir, 27.6 artabas anuales.

Roma

En el mundo romano del trabajo, el ejercicio de las actividades laborales dependía directamente
del estatus personal del trabajador. Así, quienes carecían de toda libertad jurídica se veían
obligados a prestar sus servicios forzosamente (esclavos), mientras otros poseían una libertad
restringida (libertos, ingenuos y patrocinados), en tanto que el grupo de condición jurídica libre
ejercía su trabajo con libertad.Los esclavos se consideraban objetos; su trabajo, un fruto físico
natural. Su relación con el dueño no era propiamente laboral, sino de tipo posesional, pues este
podía enajenarlos o adquirirlos, e incluso imponerles trabajos indignos, así como exigirles
jornadas de trabajo exhaustivas

Edad Media

En aquellos tiempos abundaban las ordenanzas que fijaban los salarios. Por ejemplo, la
ordenanza que, a causa de la peste, expidió el rey Juan de Francia en 1351 fijó el salario de los
trabajadores en su casa en 12 denarios al día, y en seis si se les daba alimento; las sirvientas
cobraban 30 sueldos anuales. Estos salarios representaron un aumento de un tercio respecto a
los que regían antes de la peste. En Inglaterra se dictaron ordenanzas en 1349 y 1350, en las
cuales se amenazaba con prisión al que pidiera un salario más elevado del que recibía desde
hacía 20 años.

A partir de 1350, la población disminuyó a causa donde la peste y se abandonaron los campos,
además de que comenzaron el pillaje y la barbarie. La población se redujo de 15 millones a cinco
millones de habitantes. En este tiempo en que la vida humana valía tan poco, los brazos del
hombre valían mucho, lo cual se observa en la comparación del nivel de los salarios con el precio
de las mercancías.

Salarios

Los salarios, que habían permanecido estáticos hasta 1350, aumentaron 4% en un principio y así
se mantuvieron hasta 1375; después registraron un aumento del 14%, que estuvo vigente lo

Fue gracias a la intervención del tercer elemento que, en los 25 años siguientes (1451-1475), se
presentó una nueva alza de los salarios, que se incrementaron 13% al mismo tiempo que
aumentó la población.

Edad Moderna

Revolución Industrial
Para incrementar la rapidez en la producción, dividieron y subdividieron el trabajo, haciendo
que los obreros se especializaran cada vez más en operaciones simples y sencillas. Sin embargo,
Capítulo 1 Antecedentes del salario en el mundo 7 aunque muy favorable para mejorar la
rapidez, la división del trabajo aumentó el número de operarios y, por consiguiente, los salarios
a pagar. Fue entonces cuando surgieron las invenciones que buscaban sustituir las operaciones
sencillas de los obreros especializados por ciertos mecanismos. Las máquinas aplicadas a la
producción multiplicaban la rapidez y la cantidad de mercancías, reduciendo al mismo tiempo el
pago de salarios. Eran, por lo tanto, la solución ideal para el auge de la producción capitalista. La
aplicación de las máquinas a la producción industrial, que se inició a fines del siglo xvii en
Inglaterra y se intensificó durante los siglos xviii y xix, originó una gran transformación técnica y
económica, a la que se llamó Revolución Industrial.

Durante la introducción de las máquinas en la industria, la primera etapa fue terrible para el
obrero, pues resultó víctima de una explotación excesiva, que afectó su salud y su estado de
ánimo, así como la institución de la familia, ya que esta se desintegró por la incorporación al
campo laboral de mujeres y niños. Las injusticias que padecían los obreros fomentaron la
aparición de las doctrinas socialistas que iban contra el liberalismo económico y el capitalismo,
para redimir al trabajador.

Como consecuencia del desarrollo del capitalismo, surgió, por un lado, la doctrina económica
llamada liberalismo; por otro, en el aspecto político, la Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano, propuesta por Lafayette, la cual contemplaba los siguientes principios, base
fundamental de muchas constituciones en el mundo:

Acceso a la justicia.

Igualdad de todos ante la ley.

Soberanía del pueblo.

Igualdad de impuestos.

Igualdad en la repartición de las herencias.

Libertad de expresión y de prensa.

Libertad de trabajo.

Libertad de cultos.

Derecho de resistencia ante la opresión.

Soberanía nacional.

Antecedentes en México

Época precortesiana

El origen de los aztecas se remonta al año 1325. Desde entonces, este pueblo dio muestras de
orden y organización. En cuanto a la fuerza de trabajo y la organización social, los aztecas
estaban agrupados en comunidades llamadas calpullis (barrios), que eran porciones de tierra o
parcelas. La mayoría de los miembros del calpulli eran familiares; todos se dedicaban a una
misma profesión o al mismo oficio, de modo que había calpullis de agricultores, cazadores de
aves, pescadores, artesanos y comerciantes. Los aztecas pagaban sus impuestos al Estado
entregando bienes, trabajando por turnos en las obras de beneficio colectivo y enviando
guerreros a combatir al enemigo. El salario que recibían los miembros del calpulli era en especie
y representaba la parte que les correspondía por la repartición en el trabajo comunal. No existía
un salario por una actividad específica, sino simplemente se le daba sustento y vestido al jefe de
la familia, además de una porción de tierra para cultivar. Cabe señalar que el trueque jugaba un
papel importante en la economía mexica, ya que de ello dependía el comercio de esta cultura.

Epoca Colonial

Hernán Cortés, en su segunda Carta de Relación escrita al emperador Carlos V, el 30 de octubre


de 1520 en Segura de la Frontera, decía: “Hay en todos los mercados y lugares públicos todos
Capítulo 1 Antecedentes del salario en el mundo 9 los días muchas personas, trabajadores y
maestros de todos los oficios esperando quien los alquile por sus jornales”. El salario para la
mano de obra calificada tiene sus antecedentes en la misma época, como señala Francisco Javier
Clavijero: “Existieron oficiales de varios oficios, siendo primero aprendices y después maestros;
destacando plateros, lapideros, carpinteros, canteros, albañiles, cantores, médicos, hechiceros,
astrólogos, procuradores, etc., quienes recibían un salario por su trabajo”.

El maltrato a los indígenas, las precarias condiciones de trabajo que prevalecían en Nueva
España y la esclavitud que se hacía patente en cada hacienda o mina fueron el sello de la época
colonial en cuanto a relaciones laborales.

Prueba de ello son los sistemas de trabajo empleados por los españoles en la agricultura y la
minería:

-La encomienda era el reparto de nativos entre los conquistadores, para que estos se encargaran
de cristianizarlos y protegerlos a cambio de utilizar sus servicios. A pesar de este espíritu
humanitario de la encomienda, la explotación de los aborígenes fue sistemática y los abusos
constantes, pues frecuentemente los encomendadores alquilaban a sus indígenas para el
peligroso y agobiante trabajo de las minas.

-El repartimiento consistía en la facultad de los alcaldes mayores de sacar de los pueblos a los
nativos que fueran indispensables para atender el cultivo de los campos, propiedad de
españoles, y el trabajo de las minas durante el término de una semana. Este trabajo tenían que
desempeñarlo en lugares distantes de sus pueblos, por periodos de dos o tres semanas;
prestaban servicio en minas y campos, para regresar después con sus familias, hambrientos,
miserables y a veces enfermos.

-El peonaje puso fin a la encomienda, pues el indígena encomendado se convirtió en peón de las
haciendas (laicas y eclesiásticas), de las minas y de los obrajes.

La independencia y la Reforma

Durante la Independencia y la Reforma, continuó la diferencia de salarios entre los llamados


peones y los jornaleros, con respecto a aquellos con algún oficio o grado de capacitación. Hacia
1862, en Estadística de la República Mexicana, de José Pérez Hernández, se señala la existencia
de remuneraciones diferenciales, como se observa en el cuadro siguiente:

El porfiriato

Durante el mandato del presidente Porfirio Díaz, con la finalidad de fomentar la industrialización
del país, se otorgaron diversas prerrogativas y facilidades a los capitalistas nacionales y
extranjeros (concesiones, subsidios y tierras), además de que se controló con mano firme a los
obreros, quienes no tenían el derecho de huelga, servicios médicos, previsión social ni, sobre
todo, leyes que reglamentaran las condiciones de trabajo, entre ellas la jornada (que era de 12 a
14 horas).

Las fábricas, al igual que las haciendas, implementaron las tiendas de raya para reducir los
salarios y sujetar económicamente más al trabajador. La migración del campo a la ciudad
abarató la mano de obra y agudizó el desempleo urbano.

El 1 de julio de 1906 se expidieron los programas del Partido Liberal y el Manifiesto a la Nación
convocados por los hermanos Flores Magón, Antonio I. Villarreal, Juan y Manuel Sarabia,
Librado Rivera y Rosalío Bustamante

En 1908, el salario mínimo general para la República Mexicana era en promedio de poco más de
33 centavos, en tanto que un kilogramo de carne costaba 24 centavos; un kilo de maíz, cinco
centavos; el kilo de frijol, 10 centavos, lo mismo que el de trigo. Es importante mencionar que
pocos libros de historia mencionan que el salario mínimo, aunque no era una figura oficial, fue
instituido en 1877 por el General Díaz y ascendía a $0.20.

La Revolución

La actividad industrial en México se incrementó a finales del siglo xix por las actividades de las
fábricas textiles que implantaban también el sistema de tiendas de raya, donde se
proporcionaban a los trabajadores artículos de consumo, pero posteriormente se les descontaba
de su sueldo la cantidad comprada en los días anteriores al pago.

Se calcula que hacia 1900, los salarios en México eran aproximadamente equivalentes a los que
se pagaban en la mayoría de los países europeos. El dinero mexicano se basaba en el patrón
plata. Para 1914, el general Eulalio Gutiérrez, gobernador de San Luis Potosí, decretó que el
salario mínimo general debería ser de $0.75 diarios y en la minas, de $1.25, sin la posibilidad de
reducirlo en aquellos lugares donde ya fuera más alto.

Los salarios bajos disminuían aún más al pagar parte en vales, que debían redimirse en la tienda
de raya y a los que a menudo se les descontaba del 10% al 12% de su valor nominal. Cuando el
obrero salía de la fábrica el sábado después de cobrar, de depositar sus vales en la tienda de la
compañía y de pagar las deudas que iba acumulando, comenzaba a solicitar préstamos a cuenta
del salario de la semana siguiente en la tienda de la compañía donde, por fuerza, tenía que
comprar, porque era el único lugar donde aceptaban los vales y le daban crédito. A esto había
que añadir que en la tienda de raya los precios eran entre un 10% y un 15% más altos que en
cualquier otro lugar, lo cual agravaba todavía más la situación económica
Los informes de la época clasifican a los trabajadores de diferentes formas, pero en general se
distinguían los jornaleros, a quienes se les pagaba a destajo y cuyo jornal se calculaba cada día;
así como los empleados, que eran trabajadores asalariados, a quienes se pagaba por meses y
que, por lo general, eran capataces o especialistas extranjeros.

Época Actual

El 18 de agosto de 1931, durante el mandato del Presidente Pascual Ortiz Rubio, se promulga la
primer Ley Federal del Trabajo en México. Esta legislación estableció la obligación del Estado
para crear una institución que determinará el salario mínimo; sin embargo, no fue sino hasta
1934 cuando en México el presidente de la República, Abelardo L. Rodríguez, fundó la Comisión
Nacional de los Salarios Mínimos

En los inicios de la década de 1970, los problemas seguían creciendo, por lo que se requería un
cambio en la estrategia. El gobierno intervendría con mayor determinación en la vida
económica, permitiendo a los sectores obreros ganar influencia. En la legislación laboral se
adicionó un artículo que obliga a los patrones a revisar en forma anual los sueldos de sus
trabajadores, así como, cada dos años, las condiciones generales y prestaciones de los contratos
colectivos de trabajo

Al iniciar la década de 1990, la economía volvió a enfrentar cambios significativos; la entrada en


vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), la globalización y el 16
Administración de la compensación: sueldos, salarios y prestaciones surgimiento de la Unión
Europea (UE), entre otros sucesos, trajeron una competencia global sin paralelos. Al enfrentarse
a los productos extranjeros, la primera reacción de las empresas fue buscar eficiencia,
productividad y mayor calidad.

Las empresas empezaron a perder la costumbre de aumentar los sueldos con base en el
desempeño. Asimismo, se reconocía el costo de la vida y el gobierno emitió una recomendación,
con carácter casi obligatorio, de incrementar entre un 10% y un 30% los sueldos de toda la
población trabajadora.

En 1996, de acuerdo con la base de datos del autor, de una muestra de 517 empresas, el 61.2%
incluía en sus contratos colectivos de trabajo una cláusula de incentivos o bonos por
productividad. Lo anterior indica que el sector obrero también se incorporó a esa corriente. En
los inicios del nuevo milenio se han desarrollado nuevos e ingeniosos sistemas de compensación
que, en muchas organizaciones empresariales, están a prueba. El tiempo aún es muy corto para
evaluar los resultados, por lo que persiste la pregunta: ¿será este camino la solución a mediano
plazo de los problemas de las empresas y sus trabajadores? En el corto plazo, al menos, parece
adecuado.

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