Sistemas de Referencia y Ensenanza de La

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DOCTORADO EN ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS

MENCIÓN FÍSICA

Universidad Nacional del Centro de la Provincia de


Buenos Aires

Facultad de Ciencias Exactas

Departamento de Formación Docente

Núcleo de Investigación en Educación


en Ciencia y Tecnología (NIECyT)

TESIS DOCTORAL

“Sistemas de referencia y enseñanza de las


ciencias: el caso de los fenómenos
astronómicos cotidianos”

Diego Javier Galperin

Tandil, noviembre de 2016


DOCTORADO EN ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS
MENCIÓN FÍSICA

TESIS DOCTORAL

“Sistemas de referencia y enseñanza de las ciencias:


el caso de los fenómenos astronómicos cotidianos”

Tesis Doctoral realizada por el Prof. Diego Javier


Galperin para optar por el título de Doctor en
Enseñanza de las Ciencias, Mención Física, con la
dirección del Dr. Andrés Raviolo.

Tandil, noviembre de 2016.


DOCTORADO EN ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS
MENCIÓN FÍSICA

TESIS DOCTORAL

“Sistemas de referencia y enseñanza de las ciencias:


el caso de los fenómenos astronómicos cotidianos”

Diego Javier Galperin

Director: Dr. Andrés Raviolo


A quienes todavía creemos
que educar es una tarea posible
y extremadamente fantástica.

A mis compañeros de ruta,


del pasado como del presente.

A Matilde y Víctor,
quienes me brindaron todo
lo que tuvieron a su alcance.

A Mati, Maga y Anabel,


por el amor
y el acompañamiento
de todos los días.
Agradecimientos
A la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia
de Buenos Aires, por la oportunidad brindada mediante la organización de este
programa de doctorado y, especialmente, a su coordinadora, la Dra. María Rita Otero.

A la Universidad Nacional de Río Negro, por la beca de posgrado otorgada, la cual hizo
posible la concreción de esta tesis y la inclusión de la didáctica de la astronomía como
temática de desarrollo e investigación dentro de esta institución.

A mi director de tesis, el Dr. Andrés Raviolo, quien me guió en este nuevo camino de la
investigación educativa brindándome todo su apoyo para el desarrollo de mis ideas y, a
la vez, cuestionándome adecuadamente aquellas cuestiones que así lo requerían.

Al Instituto de Formación Docente Continua de El Bolsón, donde fueron gestadas


muchas de las propuestas presentes en esta tesis a partir de la realización de
actividades de enseñanza y divulgación de las ciencias durante los últimos quince años.

A la docente Ana Paula Rodríguez, de la Escuela 318 de El Bolsón, quien puso a


disposición su grupo de clase para poder llevar a cabo la propuesta de enseñanza
diseñada para esta tesis.

A los coordinadores del proyecto "Miradas al cielo", quienes han hecho propias muchas
de mis ideas y las han potenciado a partir de ponerlas en práctica en los distintos niveles
educativos.

A todos los alumnos de nivel medio que han integrado el Grupo Astronómico Osiris a lo
largo de estos diez años de trabajo continuo en la zona de El Bolsón, quienes me han
motivado en la búsqueda de estrategias innovadoras para la enseñanza de las ciencias,
tanto en el ámbito formal como en el no formal.

A todos los docentes y alumnos de diferentes escuelas que han participado en


actividades organizadas en el marco del proyecto "Miradas al cielo", con la convicción de
que dicha participación ha sido realmente significativa.

A todos los docentes que a lo largo de mis diversas trayectorias educativas me han
inspirado la pasión por la educación y me han dado esperanzas de que otra realidad
educativa es posible.

A los docentes que hoy en día siguen estando al frente del aula, dando clases todos los
días, intentando pese a todo.
ÍNDICE
RESUMEN ................................................................................................................... 1-1

ABSTRACT .................................................................................................................. 1-3

RÉSUMÉ ...................................................................................................................... 1-5

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1: ………................INTRODUCCIÓN Y PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA


......................................................................................................................................... 1-9

1.1. INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………….... 1-9


1.2. MOTIVACIÓN POR EL TEMA ....................................................................................... 1-9
1.3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA ………………………………………………………... 1-11
1.4. LA IMPORTANCIA DE ESTUDIAR ASTRONOMÍA TOPOCÉNTRICA EN LA ESCUELA .......... 1-13
1.5. INTERÉS DEL TEMA PARA LA INVESTIGACIÓN EN ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS ......... 1-15
1.6. OBJETIVOS ………………………………………………………………………......... 1-17
1.7. PREGUNTAS DE LA INVESTIGACIÓN .......................................................................... 1-17
1.8. PRESENTACIÓN SINTÉTICA DE LA TESIS ……………………………………………..... 1-18
1.9. ETAPAS DE LA INVESTIGACIÓN ……………………………………………………..... 1-20

PARTE 1: MARCOS TEÓRICOS

CAPÍTULO 2: ..FUNDAMENTOS COGNITIVOS, EPISTEMOLÓGICOS Y DIDÁCTICOS


....................................................................................................................................... 2-29

2.1. INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 2-29


2.2. FUNDAMENTOS COGNITIVOS .................................................................................. 2-29
2.2.1. REPRESENTACIONES INTERNAS Y EXTERNAS ...................................................... 2-30
2.2.2. EL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO DE AUSUBEL ...................................................... 2-31
2.2.3. LOS MODELOS MENTALES DE JOHNSON-LAIRD .................................................... 2-33
2.2.4. LOS MODELOS CONCEPTUALES ……………………………………………………. 2-35
2.3. FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICOS ........................................................................ 2-37
2.3.1. TEORÍAS, MODELOS Y MODELIZACIÓN EN CIENCIAS ............................................. 2-37
2.3.2. LAS CORRESPONDENCIAS ENTRE MODELO Y REALIDAD ....................................... 2-39
2.3.3. MODELOS Y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS .......................................................... 2-40
2.3.4. CLASIFICACIÓN DE LOS MODELOS ....................................................................... 2-41
2.4. FUNDAMENTOS DIDÁCTICOS .................................................................................. 2-42
2.4.1. LA TRANSPOSICIÓN DIDÁCTICA ............................................................................ 2-43
2.4.2. IMPLICANCIAS EMOCIONALES EN EL PROCESO DE RECONSTRUCCIÓN DEL CONO-
CIMIENTO ..................................................................................................................... 2-46
2.4.3. LA ENSEÑANZA BASADA EN MODELOS ................................................................. 2-48

CAPÍTULO 3: ..………………………………...……….FUNDAMENTOS DISCIPLINARES


....................................................................................................................................... 3-53

3.1. INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 3-53


3.2. LA ELECCIÓN DEL SISTEMA DE REFERENCIA ........................................................... 3-53
3.3. SISTEMAS DE REFERENCIA ASTRONÓMICOS ........................................................... 3-55
3.4. CARACTERÍSTICAS DE LOS DISTINTOS SISTEMAS DE REFERENCIA ASTRONÓMICOS 3-58
3.4.1. SISTEMA HORIZONTAL O ALTACIMUTAL ................................................................ 3-58
3.4.2. SISTEMA ECUATORIAL HORARIO .......................................................................... 3-59
3.4.3. SISTEMA ECUATORIAL ABSOLUTO ....................................................................... 3-60
3.4.4. SISTEMA ECLÍPTICO ............................................................................................ 3-61
3.4.5. SISTEMA HELIOCÉNTRICO …............................................................................... 3-61
3.5. LA ELECCIÓN DE UN DETERMINADO SISTEMA DE REFERENCIA ASTRONÓMICO …….. 3-62
3.6. UN EJEMPLO ASTRONÓMICO DE ELECCIÓN DEL SISTEMA DE REFERENCIA ............... 3-63
3.6.1. SISTEMA DE REFERENCIA INERCIAL CENTRADO EN LA TIERRA (SIN ROTACIÓN) …. 3-64
3.6.2. SISTEMA DE REFERENCIA NO INERCIAL CENTRADO EN LA TIERRA (CON ROTA-
CIÓN) ........................................................................................................................... 3-65
3.7. LA MEDICIÓN DEL TIEMPO ...................................................................................... 3-65
3.8. LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS COTIDIANOS EXPLICADOS EN FORMA TOPO-
CÉNTRICA ..................................................................................................................... 3-67
3.9. MOVIMIENTO DIARIO DEL SOL: EL DÍA Y LA NOCHE .................................................. 3-68
3.10. CARACTERÍSTICAS DEL MOVIMIENTO DIARIO DEL SOL ........................................... 3-69
3.11. MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL: LAS ESTACIONES DEL AÑO ..................................... 3-72
3.12. CARACTERÍSTICAS DEL MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL ........................................... 3-75
3.13. MOVIMIENTO PROPIO DE LA LUNA EN EL CIELO: LAS FASES LUNARES .................... 3-81
3.14. UN MODELO TOPOCÉNTRICO PARA LA ENSEÑANZA DE LA ASTRONOMÍA ................. 3-85

PARTE 2: ESTUDIOS PREVIOS

CAPÍTULO 4: ..........ANÁLISIS DEL ESTADO DEL ARTE SOBRE EL APRENDIZAJE


Y LA ENSEÑANZA DE LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS COTIDIANOS........ 4-89

4.1. INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 4-89


4.2. CONCEPCIONES DETECTADAS EN ALUMNOS Y DOCENTES ....................................... 4-89
4.2.1. ENFOQUES DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL CONOCIMIENTO DE ALUMNOS Y DOCEN-
TES ………………........................................................................................................ 4-89
4.2.2. LA FORMA DE LA TIERRA ..................................................................................... 4-90
4.2.3. EL DÍA Y LA NOCHE ............................................................................................. 4-93
4.2.4. LAS ESTACIONES DEL AÑO .................................................................................. 4-99
4.2.5. LAS FASES DE LA LUNA ....................................................................................... 4-105
4.2.6. CONCLUSIONES DE LA REVISIÓN SOBRE CONCEPCIONES ..................................... 4-110
4.3. PROPUESTAS DE ENSEÑANZA ACERCA DE LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS COTI-
DIANOS ......................................................................................................................... 4-115
4.3.1. DIFICULTADES QUE CARACTERIZAN LA ENSEÑANZA DE LA ASTRONOMÍA …........... 4-117
4.3.2. SUPERACIÓN DE ALGUNAS DIFICULTADES: LA OBSERVACIÓN A SIMPLE VISTA DEL
CIELO ........................................................................................................................... 4-118
4.3.3. PROPUESTAS DE ENSEÑANZA QUE INCLUYEN LA OBSERVACIÓN DEL CIELO .......... 4-120
4.3.4. ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS PARA EL DISEÑO DE PROPUESTAS DE ENSEÑANZA .…. 4-123
4.3.5. ESTRATEGIAS RELACIONADAS CON EL DESARROLLO DE HABILIDADES MENTALES . 4-126
4.4. SISTEMAS DE REFERENCIA EN LA ENSEÑANZA DE LA ASTRONOMÍA .......................... 4-128
4.5. CONCLUSIONES DE LA REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA .................................................... 4-132

CAPÍTULO 5: ……............ANÁLISIS DE LOS SISTEMAS DE REFERENCIA EN LAS


INVESTIGACIONES SOBRE ENSEÑANZA DE LA ASTRONOMÍA ...................... 5-135

5.1. SISTEMAS DE REFERENCIA EN LA ENSEÑANZA DE LA ASTRONOMÍA ......................... 5-135


5.2. SISTEMAS DE REFERENCIA ASTRONÓMICOS ........................................................... 5-135
5.3. METODOLOGÍA ...................................................................................................... 5-136
5.4. FRASES QUE IDENTIFICAN SISTEMAS DE REFERENCIAS ........................................... 5-137
5.5. RESULTADOS.................................................................................................................................................
5-139
5.6. ANÁLISIS DE RESULTADOS..........................................................................................................
5-145 5-153
5.7. CONCLUSIONES SOBRE EL USO DE LOS SISTEMAS DE REFERENCIA ASTRONÓ-
MICOS……………...................................................................................................... 5-146
5.8. CONCLUSIONES RELACIONADAS CON EL TEMA DE INVESTIGACIÓN ……...…………. 5-147

CAPÍTULO 6: ANÁLISIS DE LAS IMÁGENES SOBRE LOS FENÓMENOS ASTRO-


NÓMICOS COTIDIANOS EN TEXTOS DE ENSEÑANZA PRIMARIA..................... 6-149

6.1. LA ASTRONOMÍA EN LOS LIBROS ESCOLARES ......................................................... 6-149


6.2. LAS IMÁGENES EN LOS LIBROS ............................................................................... 6-149
6.3. IMÁGENES EXTERNAS Y REPRESENTACIONES INTERNAS ......................................... 6-151
6.4. CONCEPCIONES SOBRE LAS CAUSAS DE LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS COTI-
DIANOS ……................................................................................................................. 6-152
6.5. METODOLOGÍA ...................................................................................................... 6-155
6.6. ANÁLISIS DE IMÁGENES SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE Y EL MOVIMIENTO DIARIO DEL
SOL .............................................................................................................................. 6-157
6.7. ANÁLISIS DE IMÁGENES SOBRE ESTACIONES Y EL MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL ... 6-159
6.8. ANÁLISIS DE IMÁGENES SOBRE FASES DE LA LUNA Y MOVIMIENTO PROPIO EN EL
CIELO ........................................................................................................................... 6-162
6.9. CONCLUSIONES SOBRE LAS IMÁGENES PRESENTES EN LOS LIBROS DE TEXTO ........ 6-164
6.10. CONCLUSIONES RELACIONADAS CON EL TEMA DE INVESTIGACIÓN ........................ 6-165

CAPÍTULO 7: ……............ ANÁLISIS DE LAS CONCEPCIONES SOBRE EL DÍA Y LA


NOCHE PRESENTES EN ALUMNOS Y DOCENTES DE LA ZONA....................... 7-167

7.1. CONCEPCIONES DE ALUMNOS Y DOCENTES DE LA ZONA SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE 7-167


7.2. INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 7-167
7.3. CONCEPCIONES MÁS COMUNES DETECTADAS EN ALUMNOS Y DOCENTES ............ 7-168
7.4. SISTEMAS DE REFERENCIA ASTRONÓMICOS: DOS EXPLICACIONES DEL DÍA Y LA
NOCHE ......................................................................................................................... 7-169
7.5. METODOLOGÍA ................................................................................................... 7-169
7.6. RESULTADOS ..................................................................................................... 7-171
7.7. DISCUSIÓN ......................................................................................................... 7-179
7.8. CONCLUSIONES SOBRE LAS CONCEPCIONES DETECTADAS SOBRE EL DÍA Y LA
NOCHE ......................................................................................................................... 7-180
7.9. CONCLUSIONES RELACIONADAS CON EL TEMA DE INVESTIGACIÓN ……............... 7-181

PARTE 3: PROPUESTA DIDÁCTICA

CAPÍTULO 8: ........LA ESTRUCTURA CONCEPTUAL PROPUESTA PARA ENSEÑAR


ACERCA DE LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS COTIDIANOS EN LOS ÚLTIMOS
AÑOS DE LA ESCUELA PRIMARIA......................................................................... 8-185

8.1. INTRODUCCIÓN …….............................................................................................. 8-185


8.2. PROPÓSITOS ......................................................................................................... 8-185
8.3. CONTENIDOS ......................................................................................................... 8-186
8.4. CONCEPTOS Y PRINCIPIOS CLAVE .......................................................................... 8-186
8.5. LA SECUENCIA ....................................................................................................... 8-189
8.5.1. ACTIVIDAD 1: "PENSANDO ACERCA DE DÍA/NOCHE, ESTACIONES Y FASES LUNA-
RES" ............................................................................................................................ 8-189
8.5.2. ACTIVIDAD 2: "REFLEXIONANDO SOBRE LA RELATIVIDAD DEL MOVIMIENTO" ......... 8-190
8.5.3. ACTIVIDAD 3: "SIMULANDO EL MOVIMIENTO DIARIO DEL SOL MEDIANTE STELLA-
RIUM" ........................................................................................................................... 8-193
8.5.4. ACTIVIDAD 4: "REPRESENTACIÓN DEL MOVIMIENTO DIARIO DEL SOL EN UNA MA-
QUETA Y EXPLICACIÓN DEL DÍA Y LA NOCHE" ................................................................. 8-195
8.5.5. ACTIVIDAD 5: "SIMULANDO EL MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL MEDIANTE
STELLARIUM" ............................................................................................................... 8-198
8.5.6. ACTIVIDAD 6: "REPRESENTACIÓN DEL MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL EN UNA
MAQUETA Y EXPLICACIÓN DE LAS ESTACIONES DEL AÑO" ............................................... 8-200
8.5.7. ACTIVIDAD 7: "SIMULANDO EL MOVIMIENTO DIARIO DE LA LUNA MEDIANTE
STELLARIUM" .................................................................................. ............................. 8-204
8.5.8. ACTIVIDAD 8: "SIMULANDO EL MOVIMIENTO PROPIO DE LA LUNA MEDIANTE
STELLARIUM" ............................................................................................................... 8-205
8.5.9. ACTIVIDAD 9: "REPRESENTACIÓN DEL MOVIMIENTO PROPIO DE LA LUNA Y
EXPLICACIÓN DE LAS FASES LUNARES" .......................................................................... 8-207
8.5.10. ACTIVIDAD 10: "PONIENDO EN ACCIÓN LOS CONOCIMIENTOS ADQUIRIDOS
SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE, LAS ESTACIONES Y LAS FASES LUNARES" ............................. 8-213
8.6. REFLEXIONES FINALES ACERCA DE LA ECPE ......................................................... 8-217

CAPÍTULO 9: …......…………….DESCRIPCIÓN DE LA ESTRUCTURA CONCEPTUAL


EFECTIVAMENTE DESARROLLADA...................................................................... 9-219

9.1. INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 9-219


9.2. METODOLOGÍA ………………………………………………………………………... 9-219
9.2.1. LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN EDUCACIÓN .................................................. 9-219
9.2.2. LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO ......................................... 9-221
9.2.3. LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN EN EL MARCO DE ESTA INVESTIGACIÓN ...................... 9-223
9.3. LA IMPLEMENTACIÓN DE LA PROPUESTA DIDÁCTICA ................................................ 9-224
9.4. ANÁLISIS DE LA PROPUESTA Y DEL PROCESO DE CONCEPTUALIZACIÓN ................... 9-224
9.4.1. ACTIVIDAD 1: "PENSANDO ACERCA DE DÍA/NOCHE, ESTACIONES Y FASES LUNA-
RES"............................................................................................................................. 9-227
9.4.1.1. LAS CAUSAS DEL DÍA Y LA NOCHE .... ................................................................ 9-228
9.4.1.2. LAS CAUSAS DE LAS ESTACIONES .................................................................... 9-230
9.4.1.3. LAS CAUSAS DE LAS FASES LUNARES ............................................................... 9-235
9.4.2. ACTIVIDAD 2: "REFLEXIONANDO SOBRE LA RELATIVIDAD DEL MOVIMIENTO" …...... 9-239
9.4.3. ACTIVIDAD 3: "SIMULANDO EL MOVIMIENTO DIARIO DEL SOL MEDIANTE STELLA-
RIUM" ........................................................................................................................... 9-244
9.4.4. ACTIVIDAD 4: "REPRESENTACIÓN DEL MOVIMIENTO DIARIO DEL SOL EN UNA MA-
QUETA Y EXPLICACIÓN DEL DÍA Y LA NOCHE" ................................................................. 9-248
9.4.5. ACTIVIDAD 5: "SIMULANDO EL MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL MEDIANTE STELLA-
RIUM" ........................................................................................................................... 9-252
9.4.6. ACTIVIDAD 6: "REPRESENTACIÓN DEL MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL EN UNA MA-
QUETA Y EXPLICACIÓN DE LAS ESTACIONES DEL AÑO" ................................................... 9-256
9.4.7. ACTIVIDAD 7: "SIMULANDO EL MOVIMIENTO DIARIO DE LA LUNA MEDIANTE STE-
LLARIUM" ...................................................................................................................... 9-259
9.4.8. ACTIVIDAD 8: "SIMULANDO EL MOVIMIENTO PROPIO DE LA LUNA MEDIANTE STE-
LLARIUM" ...................................................................................................................... 9-263
9.4.9. ACTIVIDAD 9: "REPRESENTACIÓN DEL MOVIMIENTO PROPIO DE LA LUNA Y EXPLI-
CACIÓN DE LAS FASES LUNARES" .................................................................................. 9-273
CAPÍTULO 10: …......…………….ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA CONCEPTUAL
EFECTIVAMENTE RECONSTRUIDA...................................................................... 10-283

10.1. INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………. 10-283


10.2. ACTIVIDAD 10 (GRUPAL): " PONIENDO EN ACCIÓN LOS CONOCIMIENTOS ADQUI-
RIDOS SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE, LAS ESTACIONES Y LAS FASES LUNARES" ................ 10-283
10.2.1. EXPLICANDO EL DÍA Y LA NOCHE EN FORMA GRUPAL ...................................... 10-283
10.2.2. EXPLICANDO LAS ESTACIONES DEL AÑO EN FORMA GRUPAL ........................... 10-287
10.2.3. EXPLICANDO LAS FASES DE LA LUNA EN FORMA GRUPAL ................................ 10-291
10.3. EVOLUCIÓN INDIVIDUAL DE LOS CONOCIMIENTOS EN RELACIÓN AL DÍA Y LA
NOCHE ....................................................................................................................... 10-296
10.4. EVOLUCIÓN INDIVIDUAL DE LOS CONOCIMIENTOS EN RELACIÓN A LAS ESTA-
CIONES ……............................................................................................................... 10-298
10.5. EVOLUCIÓN INDIVIDUAL DE LOS CONOCIMIENTOS EN RELACIÓN A LAS FASES ….. 10-301
10.6. ANÁLISIS DEL NIVEL DE EVOLUCIÓN CONCEPTUAL DEL GRUPO DE CLASE ............ 10-304
10.7. ANÁLISIS DEL PROCESO DE CONCEPTUALIZACIÓN A PARTIR DE ENTREVISTAS
INDIVIDUALES ............................................................................................................. 10-312
10.7.1. EVOLUCIÓN CONCEPTUAL SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE Y EL MOVIMIENTO DIARIO
DEL SOL ..................................................................................................................... 10-312
10.7.2. EVOLUCIÓN CONCEPTUAL SOBRE LAS ESTACIONES Y EL MOVIMIENTO ANUAL
DEL SOL ..................................................................................................................... 10-316
10.7.3. EVOLUCIÓN CONCEPTUAL SOBRE LAS FASES Y EL MOVIMIENTO PROPIO DE LA
LUNA ......................................................................................................................... 10-321
10.7.4. ANÁLISIS DEL PROCESO DE CONCEPTUALIZACIÓN …....................................... 10-325
10.8. ANÁLISIS CUANTITATIVO DEL PROCESO DE CONCEPTUALIZACIÓN ...................... 10-328
10.9. LOGROS Y DIFICULTADES DEL PROCESO DE IMPLEMENTACIÓN …………………. 10-332

CONCLUSIONES FINALES

CAPÍTULO 11: ......................................................CONCLUSIONES E IMPLICACIONES


................................................................................................................................... 11-337

11.1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 11-337


11.2. CONCLUSIONES A PARTIR DE LOS ESTUDIOS PREVIOS AL DESARROLLO DE LA
PROPUESTA ………….………………………………………………............................. 11-337
11.3. CONCLUSIONES A PARTIR DEL DISEÑO Y LA IMPLEMENTACIÓN DE LA PROPUESTA 11-339
11.4. CONCLUSIONES SOBRE LA EVOLUCIÓN CONCEPTUAL DE LOS ESTUDIANTES ....... 11-340
11.5. REFLEXIONES FINALES ...................................................................................... 11-343
11.6. PROYECCIONES FUTURAS ................................................................................. 11-344

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y ANEXO

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ...................................................................... 12-347

ANEXO ............................................................................................................... 13-365

13.1. TRANSFORMACIONES ENTRE SISTEMAS DE COORDENADAS ................................ 13-365


13.1.1. LA PARALAJE ................................................................................................. 13-365
13.1.2. TRANSFORMACIÓN DE COORDENADAS TOPOCÉNTRICAS A GEOCÉNTRICAS ..… 13-367
13.1.3. TRANSFORMACIÓN DE COORDENADAS GEOCÉNTRICAS A HELIOCÉNTRICAS .… 13-368

13.2. EXPLICACIÓN HELIOCÉNTRICA DE LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS COTIDIA-


NOS …………………………….................................................................................. 13-369
13.2.1. ROTACIÓN DE LA TIERRA: EL DÍA Y LA NOCHE ................................................. 13-369
13.2.2. TRASLACIÓN DE LA TIERRA E INCLINACIÓN DEL EJE: ESTACIONES DEL AÑO ...... 13-372
13.2.3. MOVIMIENTO DE REVOLUCIÓN DE LA LUNA: LAS FASES LUNARES .................... 13-374

13.3. DEFINICIONES ASTRONÓMICAS DE TIEMPO Y SUS CORRECCIONES ..................... 13-376


13.3.1. EL TIEMPO SIDÉREO ....................................................................................... 13-376
13.3.2. EL TIEMPO SOLAR .......................................................................................... 13-376
13.3.3. TIEMPOS CIVIL, OFICIAL Y UNIVERSAL ............................................................. 13-377
13.3.4. TIEMPO DE EFEMÉRIDES ................................................................................ 13-378

13.4. CÁLCULO CUANTITATIVO TOPOCÉNTRICO DE LA POSICIÓN DEL SOL .................... 13-380


13.4.1. EJEMPLO DE CÁLCULO CUANTITATIVO DE LA POSICIÓN TOPOCÉNTRICA DEL
SOL …....................................................................................................................... 13-381
13.4.2. ASPECTOS CUANTITATIVOS ADICIONALES DEL MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL EN
EL CIELO ………………………………….................................................................... 13-384
13.5. CÁLCULO CUANTITATIVO DE LA POSICIÓN DE LA LUNA ........................................ 13-386

13.6. SISTEMAS DE REFERENCIA EN LA ENSEÑANZA DE LA ASTRONOMÍA ..................... 13-391

13.7. GUÍA DE ACTIVIDADES DE OBSERVACIÓN DEL CIELO ........................................... 13-401


13.7.1. MOVIMIENTO DEL SOL DURANTE SU SALIDA Y PUESTA ..................................... 13-401
13.7.2. EL MOVIMIENTO DE LAS ESTRELLAS EN EL CIELO ............................................. 13-402
13.7.3. CAMBIOS ANUALES EN LA SALIDA Y PUESTA DEL SOL ...................................... 13-403
13.7.4. EL MEDIODÍA SOLAR Y LA LÍNEA NORTE-SUR ................................................... 13-404
13.7.5. MOVIMIENTO PROPIO DE LA LUNA ................................................................... 13-405
13.8. MATERIAL INFORMATIVO PARA LOS ALUMNOS SOBRE DÍA/NOCHE Y ESTACIONES 13-406
13.9. REGISTROS DE OBSERVACIONES DEL CIELO ...................................................... 13-407
13.10. MATERIAL INFORMATIVO PARA LOS ALUMNOS SOBRE LAS FASES LUNARES ....... 13-409

13.11. ANÁLISIS CUANTITATIVO DE LAS RESPUESTAS DE LOS ALUMNOS ...................... 13-411


ÍNDICE DE FIGURAS
FIGURA 1-1: SÍNTESIS DE LAS ETAPAS DE LA INVESTIGACIÓN ……………. 1-25

FIGURA 2-1: EL APRENDIZAJE A TRAVÉS DE MODELOS INTERMEDIARIOS 2-49


FIGURA 2-2: MODELO DEL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE MODELOS . 2-50

FIGURA 3-1: ELEMENTOS PRINCIPALES DE LA ESFERA CELESTE ……..…. 3-56


FIGURA 3-2: COORDENADAS DE UN ASTRO EN LA ESFERA CELESTE ....... 3-57
FIGURA 3-3: COORDENADAS HORIZONTALES DE UN ASTRO …….……..…. 3-58
FIGURA 3-4: COORDENADAS HORARIAS DE UN ASTRO …………………….. 3-59
FIGURA 3-5: COORDENADAS ABSOLUTAS DE UN ASTRO ……..……………. 3-60
FIGURA 3-6: COORDENADAS ECLÍPTICAS DE UN ASTRO ……..…………….. 3-61
FIGURA 3-7: MOVIMIENTO DIARIO DE LA CRUZ DEL SUR EN EL CIELO …... 3-63
FIGURA 3-8: MODELO DE UNIVERSO DE LAS DOS ESFERAS ……………..... 3-64
FIGURA 3-9: MOVIMIENTOS DE PRECESIÓN Y NUTACIÓN …………………... 3-66
FIGURA 3-10: MOVIMIENTO DIARIO DEL SOL EN EL BOLSÓN ………………. 3-68
FIGURA 3-11: ECUACIÓN DEL TIEMPO …………………………………………… 3-70
FIGURA 3-12: SISTEMA DE HUSOS HORARIOS ………………………………… 3-71
FIGURA 3-13: CAMBIOS ANUALES EN EL ARCO SOLAR (HEMISF. SUR) ….. 3-73
FIGURA 3-14: MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL (HEMISF. NORTE) ……………. 3-73
FIGURA 3-15: "VISTA" ANUAL DE GRAN BRETAÑA DESDE EL SOL ………… 3-74
FIGURA 3-16: ANALOGÍA ENTRE LA INCLINACIÓN DE UNA LINTERNA Y LA
INCIDENCIA DE LA RADIACIÓN SOLAR …………………………………………... 3-75
FIGURA 3-17: DESPLAZAMIENTO ANUAL DEL SOL POR LA ECLÍPTICA …… 3-76
FIGURA 3-18: MOVIMIENTO DEL SOL EN LA ESFERA CELESTE ……………. 3-77
FIGURA 3-19: REPRESENTACIÓN DEL MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL EN-
TRE LOS TRÓPICOS …………..……………………………………………………... 3-78
FIGURA 3-20: MEDICIÓN DE LA ALTURA DEL SOL EN EL MEDIODÍA SOLAR 3-78
FIGURA 3-21: RELOJ DE SOL ECUATORIAL ……………………………………... 3-80
FIGURA 3-22: EXPLICACIÓN DE LAS FASES DE LA LUNA ……………………. 3-81
FIGURA 3-23: ESQUEMA EXPLICATIVO TOPOCÉNTRICO DE LAS FASES
CRECIENTES DE LA LUNA (HEMISFERIO SUR) ………………………………… 3-83
FIGURA 3-24: ESQUEMA EXPLICATIVO TOPOCÉNTRICO DE LAS FASES
MENGUANTES DE LA LUNA (HEMISFERIO SUR) ……………………………….. 3-83
FIGURA 3-25: RED CONCEPTUAL CON LOS CONCEPTOS PRINCIPALES
DE LA ECR ……………………………………………………………………………... 3-86

FIGURA 4-1: MODELOS DETECTADOS SOBRE LA FORMA DE LA TIERRA ... 4-92


FIGURA 4-2: MODELOS CIENTÍFICAMENTE INAPROPIADOS SOBRE EL DÍA
Y LA NOCHE (ALUMNOS Y DOCENTES) ………………..………………………… 4-96
FIGURA 4-3: IMAGEN DE LIBRO QUE ASOCIA LA NOCHE CON LA LUNA ..... 4-97
FIGURA 4-4: PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE MODELOS Y CREENCIAS
SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE EN NIÑOS …………………………………………... 4-98
FIGURA 4-5: RESTRICCIONES EN LA CONSTRUCCIÓN DE MODELOS Y
CREENCIAS SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE EN NIÑOS ……….………………….. 4-99
FIGURA 4-6: MODELOS DE ALUMNOS Y DOCENTES PARA EXPLICAR LAS
ESTACIONES DEL AÑO POR LA VARIACIÓN DE LA DISTANCIA AL SOL ….. 4-100
FIGURA 4-7: MODELOS DE ALUMNOS Y DOCENTES PARA EXPLICAR LAS
ESTACIONES DEL AÑO SIN VARIAR LA DISTANCIA AL SOL …………………. 4-100
FIGURA 4-8: MODELO DE ECLIPSE PARA EXPLICAR FASES DE LA LUNA ... 4-105
FIGURA 4-9: EXPLICACIÓN HELIOCÉNTRICA DE LAS FASES LUNARES ...... 4-109
FIGURA 4-10: CATEGORIZACIÓN DE LOS MODELOS MENTALES ................. 4-111
FIGURA 4-11: PROPUESTA DE APRENDIZAJE SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE
Y LAS ESTACIONES DEL AÑO ............................................................................. 4-122

FIGURA 5-1: TIPOS DE ARTÍCULOS ANALIZADOS ............................................ 5-139


FIGURA 5-2: ARTÍCULOS CLASIFICADOS POR DÉCADA ................................. 5-140
FIGURA 5-3: ARTÍCULOS CLASIFICADOS POR SISTEMA DE REFERENCIA . 5-140
FIGURA 5-4: ARTÍCULOS POR CATEGORÍA Y NIVEL EDUCATIVO ................. 5-141
FIGURA 5-5: ARTÍCULOS DE NIVEL PRIMARIO POR CATEGORÍA ................. 5-141
FIGURA 5-6: ARTÍCULOS CLASIFICADOS COMO HELIOCÉNTRICOS ……..... 5-142
FIGURA 5-7: ARTÍCULOS EN LA CATEGORÍA DUAL ………………………….... 5-142
FIGURA 5-8: ARTÍCULOS CLASIFICADOS COMO TERRESTRES ……………. 5-143
FIGURA 5-9: ARTÍCULOS CON PROPUESTAS DIDÁCTICAS ………………….. 5-143
FIGURA 5-10: ARTÍCULOS QUE RELEVAN CONCEPCIONES ………………… 5-144
FIGURA 5-11: ARTÍCULOS QUE ANALIZAN MATERIALES CURRICULARES .. 5-144
FIGURA 5-12: ARTÍCULOS CLASIFICADOS POR DÉCADA Y CATEGORÍA ..... 5-145

FIGURA 6-1: IMÁGENES DE LIBROS CON ERRORES CONCEPTUALES ….. 6-156


FIGURA 6-2: IMÁGENES DE LIBROS CON ERRORES DIDÁCTICOS ............. 6-156
FIGURA 6-3: IMÁGENES CON ERRORES DIDÁCTICOS DEBIDO A QUE RE-
QUIEREN HABILIDADES DE ORIENTACIÓN ESPACIAL ………………………... 6-157
FIGURA 6-4: PORCENTAJE LIBROS CON ERRORES SOBRE DÍA Y NOCHE 6-158
FIGURA 6-5: EJEMPLO DE IMAGEN CON ERRORES SOBRE DÍA/NOCHE ... 6-159
FIGURA 6-6: PORCENTAJE LIBROS CON ERRORES SOBRE ESTACIONES 6-160
FIGURA 6-7: EJEMPLO DE IMAGEN CON ERRORES SOBRE ESTACIONES 6-161
FIGURA 6-8: PORCENTAJE DE LIBROS CON ERRORES SOBRE FASES ........ ........
6-162 5
FIGURA 6-9: EJEMPLO DE IMAGEN CON ERRORES SOBRE FASES ……… 6-163

FIGURA 7-1: REPRESENTACIONES HELIOCÉNTRICAS CIENTÍFICAMENTE


APROPIADAS ………………………………………………………………………….. 7-172
FIGURA 7-2: REPRESENTACIONES TOPOCÉNTRICAS CIENTÍFICAMENTE
APROPIADAS ………………………………………………………………………….. 7-174
FIGURA 7-3: DIBUJO DEL MOVIMIENTO DIARIO DEL SOL ……..……………... 7-174
FIGURA 7-4: MODELOS HELIOCÉNTRICOS CIENTÍFICAMENTE INAPRO-
PIADOS …………….……………………………...……………………………………. 7-175
FIGURA 7-5: REPRESENTACIONES HELIOCÉNTRICAS CIENTÍFICAMENTE
INAPROPIADAS ……………………………………………………………………….. 7-176
FIGURA 7-6: REPRESENTACIONES TOPOCÉNTRICAS CIENTÍFICAMENTE
INAPROPIADAS ……………………………………………………………………….. 7-178

FIGURA 8-1: RED CONCEPTUAL CON LOS CONCEPTOS CLAVE


GENERALES DE LA ECPE .................................................................................... 8-187
FIGURA 8-2: RED CONCEPTUAL CON LOS CONCEPTOS CLAVE DE LA
ECPE ....................................................................................................................... 8-188
FIGURA 8-3: IMÁGENES DE LA SALIDA Y LA PUESTA DEL SOL USANDO EL
PROGRAMA STELLARIUM .................................................................................... 8-194
FIGURA 8-4: REPRESENTACIÓN DEL MOVIMIENTO DIARIO DEL SOL .......... 8-195
FIGURA 8-5: REPRESENTACIÓN DEL MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL .......... 8-200
FIGURA 8-6: RESOLUCIÓN DE LA ACTIVIDAD 9 ………………………………... 8-209
FIGURA 8-7: ESQUEMAS EXPLICATIVOS TOPOCÉNTRICOS DE LAS FA-
SES LUNARES ……....………………………………………………………………… 8-210
FIGURA 9-1: PROPORCIÓN DE ESTUDIANTES QUE SOSTIENE LAS
OPCIONES SOBRE CÓMO ASCIENDE O DESCIENDE EL SOL ........................ 9-245
FIGURA 9-2: MAQUETA QUE REPRESENTA LA TRAYECTORIA DIARIA DEL
SOL EN LOS EQUINOCCIOS ................................................................................. 9-248
FIGURA 9-3: MAQUETAS ARMADAS POR ALUMNOS QUE REPRESENTAN
LA TRAYECTORIA DEL SOL EN SOLSTICIOS Y EQUINOCCIOS ...................... 9-256
FIGURA 9-4: PROPORCIÓN DE ALUMNOS QUE RESPONDE ADECUADA-
MENTE LA MAYORÍA, LA MINORÍA O PORCENTAJES INTERMEDIOS EN LA
ACTIVIDAD "DE COMPLETAMIENTO" .................................................................. 9-259
FIGURA 9-5: MOVIMIENTO PROPIO DE LA LUNA. CAMBIO DE POSICIÓN
DE LA LUNA EN EL CIELO TRES NOCHES A LA MISMA HORA ....................... 9-266
FIGURA 9-6: RESOLUCIÓN DE LA CONSIGNA 1 SOBRE EL MOVIMIENTO
PROPIO DE LA LUNA Y LA FASE CRECIENTE REALIZADA POR UN
ALUMNO …………………………............................................................................. 9-267
FIGURA 9-7: MOVIMIENTO PROPIO DE LA LUNA. CAMBIO DE POSICIÓN
DE LA LUNA TRES MAÑANAS SEGUIDAS A LA MISMA HORA ......................... 9-269
FIGURA 9-8: RESOLUCIÓN DE LA CONSIGNA 2 SOBRE EL MOVIMIENTO
PROPIO DE LA LUNA Y LA FASE MENGUANTE POR UN ALUMNO ................. 9-270
FIGURA 9-9: RESOLUCIÓN DE LA ACTIVIDAD 9 POR UN ALUMNO ............... 9-274
FIGURA 9-10: RESOLUCIÓN DE LA CONSIGNA 2 POR UN ALUMNO ............. 9-274
FIGURA 9-11: RESOLUCIÓN DE LA CONSIGNA 1 EN EL PIZARRÓN .............. 9-275
FIGURA 9-12: ESQUEMA EXPLICATIVO DE LA FASE CRECIENTE DE LA
LUNA, DESDE NUEVA HASTA LLENA (HEMISFERIO SUR) ……………………. 9-276
FIGURA 9-13: ESQUEMA EXPLICATIVO DE LA FASE MENGUANTE DE LA
LUNA, DESDE LLENA HASTA NUEVA (HEMISFERIO SUR) ……………………. 9-277
FIGURA 9-14: MAQUETAS QUE MUESTRAN LA POSICIÓN DE LA LUNA EN
LAS DISTINTAS FASES EN EL HORARIO DE PUESTA DEL SOL ……………... 9-280

FIGURA 10-1: DIBUJOS Y FRASES ELABORADAS EN GRUPO QUE


EXPLICAN EL DÍA Y LA NOCHE ………………………………..…………...…….. 10-284
FIGURA 10-2: DIBUJOS ELABORADOS EN GRUPO QUE EXPLICAN LAS
ESTACIONES DEL AÑO …………………………................................................. 10-287
FIGURA 10-3: DIBUJOS Y TEXTOS ELABORADOS EN GRUPO PARA
EXPLICAR LAS FASES DE LA LUNA .................................................................. 10-291
FIGURA 10-4: DIBUJO INICIAL Y FINAL DE UN MISMO ALUMNO SOBRE
DÍA Y NOCHE AL INICIO Y AL FINAL DE LA SECUENCIA ............................... 10-297
FIGURA 10-5: DIBUJOS SOBRE LAS ESTACIONES DEL AÑO REALIZADOS
POR ESTUDIANTES AL INICIO Y AL FINAL DE LA SECUENCIA DE
ACTIVIDADES …................................................................................................... 10-299
FIGURA 10-6: DIBUJOS SOBRE LAS FASES LUNARES REALIZADOS POR
ESTUDIANTES AL INICIO Y AL FINAL DE LA SECUENCIA DE
ACTIVIDADES ……………………………………………………………….............. 10-303
FIGURA 10-7: EVOLUCIÓN CONCEPTUAL DEL GRUPO DE CLASE A
PARTIR DE LOS RESULTADOS DE LA SEGUNDA ACTIVIDAD FINAL ……… 10-306
FIGURA 10-8: EVOLUCIÓN CONCEPTUAL DE LOS ALUMNOS EN
RELACIÓN AL MOVIMIENTO DIARIO DEL SOL Y AL FENÓMENO DEL DÍA
Y LA NOCHE ......................................................................................................... 10-307
FIGURA 10-9: EVOLUCIÓN CONCEPTUAL DE LOS ALUMNOS EN
RELACIÓN AL MOVIMIENTO ANUAL DEL SOL Y AL FENÓMENO DE LAS
ESTACIONES ....................................................................................................... 10-307
FIGURA 10-10: EVOLUCIÓN CONCEPTUAL DE LOS ALUMNOS EN
RELACIÓN AL MOVIMIENTO PROPIO DE LA LUNA Y A LAS FASES ............. 10-308
FIGURA 10-11: EVOLUCIÓN CONCEPTUAL DE LOS ALUMNOS EN RELA-
CIÓN A LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS COTIDIANOS ………..……….. 10-309
FIGURA 10-12: PUNTAJES DEL 1 AL 10 OBTENIDOS POR CADA ALUMNO
AL REALIZAR LA SEGUNDA CONSIGNA FINAL INDIVIDUAL ………………… 10-311
FIGURA 10-13: RED CONCEPTUAL DE LA ESTRUCTURA CONCEPTUAL
EFECTIVAMENTE RECONSTRUIDA POR ALUMNOS DEL CURSO ............... 10-331

FIGURA 13-1: PARALAJE DIURNA Y PARALAJE HORIZONTAL DE UN


ASTRO SITUADO EN EL HORIZONTE DEL LUGAR ……………………………. 13-365
FIGURA 13-2: PARALAJE ANUAL DE UN ASTRO ............................................ 13-366
FIGURA 13-3: ESQUEMA EXPLICATIVO HELIOCÉNTRICO DEL DÍA Y LA
NOCHE .................................................................................................................. 13-370
FIGURA 13-4: DIFERENCIA ENTRE DÍA SIDÉREO Y DÍA SOLAR .................. 13-371
FIGURA 13-5: POSICIONES CORRESPONDIENTES A SOLSTICIOS Y
EQUINOCCIOS EN LA ÓRBITA DE LA TIERRA ALREDEDOR DEL SOL ........ 13-372
FIGURA 13-6: CAMBIOS EN EL MODO DE INCIDENCIA DE LOS RAYOS
SOLARES A MEDIDA QUE LA TIERRA SE TRASLADA EN SU ÓRBITA …….. 13-373
FIGURA 13-7: ELIPSES PARALÁCTICAS DESCRIPTAS POR DISTINTAS
ESTRELLAS DEBIDO AL MOVIMIENTO DE TRASLACIÓN DE LA TIERRA .... 13-374
FIGURA 13-8: EXPLICACIÓN HELIOCÉNTRICA DE LA FASES DE LA LUNA
MEDIANTE DOS PUNTOS DE VISTA ................................................................. 13-375
FIGURA 13-9: REGISTROS DE LOS CAMBIOS EN EL LUGAR Y HORARIO
DE SALIDA Y/O PUESTA DEL SOL .................................................................... 13-407
FIGURA 13-10: REGISTROS DEL CAMBIO DE POSICIÓN DE LA LUNA EN
EL CIELO DE UN DÍA AL OTRO A LA MISMA HORA ........................................ 13-408
ÍNDICE DE TABLAS
TABLA 3-1: SISTEMAS DE REFERENCIA ASTRONÓMICOS MÁS UTILIZA-
DOS …………………………………………..…………………………………………. 3-57
TABLA 3-2: VARIACIÓN ANUAL DE LA ALTURA DEL SOL EN EL BOLSÓN … 3-79

TABLA 4-1: CONCEPCIONES DE ALUMNOS SOBRE LA FORMA DE LA


TIERRA .................................................................................................................... 4-90
TABLA 4-2: CONCEPCIONES DE ALUMNOS Y DOCENTES SOBRE EL DÍA Y
LA NOCHE ............................................................................................................... 4-93
TABLA 4-3: CONCEPCIONES DE ALUMNOS Y DOCENTES SOBRE LAS
ESTACIONES DEL AÑO ......................................................................................... 4-101
TABLA 4-4: CONCEPCIONES DE ALUMNOS Y DOCENTES SOBRE LAS
FASES DE LA LUNA …………………………………………………………………... 4-106
TABLA 4-5: TIPOS DE MODELOS MENTALES SOBRE LOS FENÓMENOS
LUNARES ………………………………………………………………………………. 4-111

TABLA 5-1: CARACTERÍSTICAS DE LOS SISTEMAS DE REFERENCIA


ASTRONÓMICOS ……………………………………………………………………… 5-136

TABLA 6-1: LISTADO DE LIBROS DE TEXTO ANALIZADOS …………………... 6-155

TABLA 7-1: CANTIDAD DE ALUMNOS Y DOCENTES EN LA INDAGACIÓN … 7-170


TABLA 7-2: CLASIFICACIÓN DE LAS RESPUESTAS DE ALUMNOS Y DO-
CENTES SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE ……..……………………………………… 7-171
TABLA 7-3: PORCENTAJE DE PERSONAS POR NIVEL QUE PRESENTA
MODELOS HELIOCÉNTRICOS CIENTÍFICAMENTE INAPROPIADOS ………… 7-176

TABLA 8-1: ANÁLISIS DIDÁCTICO DE LA ACTIVIDAD 2 ……………….………. 8-192


TABLA 8-2: ANÁLISIS DIDÁCTICO DE LAS ACTIVIDADES 3 Y 4 ……………... 8-197
TABLA 8-3: ANÁLISIS DIDÁCTICO DE LAS ACTIVIDADES 5 Y 6 ……………... 8-203
TABLA 8-4: ANÁLISIS DIDÁCTICO DE LAS ACTIVIDADES 7, 8 Y 9 …………... 8-212
TABLA 8-5: ANÁLISIS DIDÁCTICO DE LA ACTIVIDAD 10 ……………………… 8-216

TABLA 9-1: ORGANIZACIÓN Y REGISTRO DE LAS ACTIVIDADES PLAN-


TEADAS A LO LARGO DE LAS CLASES ………................................................... 9-225
TABLA 9-2: CATEGORÍAS DE MODELOS MENTALES SOBRE LA CAUSA
DEL DÍA Y LA NOCHE ………………………………………………………………... 9-228
TABLA 9-3: CATEGORÍAS DE MODELOS MENTALES SOBRE LA CAUSA DE
LAS ESTACIONES DEL AÑO ………………………………………………………… 9-231
TABLA 9-4: PORCENTAJE DE ALUMNOS ASIGNADOS A CADA UNA DE
LAS CATEGORÍAS DE MODELOS MENTALES SOBRE LAS ESTACIONES...... 9-235
TABLA 9-5: CATEGORÍAS DE MODELOS MENTALES SOBRE LAS FASES
DE LA LUNA ............................................................................................................ 9-236
TABLA 9-6: PORCENTAJE DE ALUMNOS ASIGNADOS A CADA UNA DE
LAS CATEGORÍAS DE MODELOS MENTALES SOBRE LAS FASES ………….. 9-238
TABLA 9-7: CATEGORÍAS DE MODELOS MENTALES SOBRE EL MOVI-
MIENTO ………..………………………………………………………………………... 9-239
TABLA 9-8: ANÁLISIS DE LAS RESPUESTAS DE LOS ALUMNOS A LA
CONSIGNA FINAL DE LA ACTIVIDAD 4 ………….………………………………... 9-250
TABLA 10-1: CATEGORÍAS DE MODELOS MENTALES SOBRE DÍA/NOCHE
(PORCENTAJE DE ALUMNOS AL INICIO Y AL FINAL) ………………………….. 10-296
TABLA 10-2: CATEGORÍAS DE MODELOS MENTALES SOBRE ESTA-
CIONES (PORCENTAJE DE ALUMNOS AL INICIO Y AL FINAL) ……..………… 10-298
TABLA 10-3: CATEGORÍAS DE MODELOS MENTALES SOBRE FASES
LUNARES (PORCENTAJE DE ALUMNOS AL INICIO Y AL FINAL) …………….. 10-302
TABLA 10-4: CANTIDAD DE RESPUESTAS SOLICITADAS EN LA SEGUNDA
ACTIVIDAD FINAL ……………………………………………………………………... 10-304
TABLA 10-5: RESULTADOS OBTENIDOS POR LOS ALUMNOS DEL CURSO
AL RESOLVER LA SEGUNDA ACTIVIDAD FINAL INDIVIDUAL …………........... 10-305
TABLA 10-6: CLASIFICACIÓN DEL NIVEL DE EVOLUCIÓN CONCEPTUAL
DE CADA ALUMNO SOBRE LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS ……..…….. 10-310
TABLA 10-7: DESCRIPCIÓN SINTÉTICA DE LA EVOLUCIÓN CONCEPTUAL
DE CADA UNO DE LOS ALUMNOS ENTREVISTADOS ...................................... 10-325
TABLA 10-8: CATEGORÍAS DE ANÁLISIS Y CANTIDAD DE ALUMNOS QUE
SOSTIENE CADA UNA AL INICIO Y AL FINAL ………………………………….… 10-329
TABLA 10-9: PUNTAJE TOTAL INICIAL Y FINAL DE CADA ALUMNO A
PARTIR DE LAS CATEGORÍAS DE ANÁLISIS DE LA TABLA 10-8 ……...……... 10-330

TABLA 13-1: TRANSFORMACIONES ENTRE SISTEMAS DE COORDENA-


DAS ASTRONÓMICOS ……………………………………………………………….. 13-368
TABLA 13-2: CAMBIOS EN LA ALTURA DEL SOL Y EN LA CANTIDAD DE
HORAS DE LUZ A LO LARGO DEL AÑO EN EL BOLSÓN ………………………. 13-385
TABLA 13-3: TÉRMINOS PERIÓDICOS CORRESPONDIENTES A LA
LONGITUD Y A LA DISTANCIA DE LA LUNA ……………..……………………….. 13-387
TABLA 13-4: TÉRMINOS PERIÓDICOS CORRESPONDIENTES A LA
LATITUD LUNAR ………………………………………………………………………. 13-388
TABLA 13-5: CLASIFICACIÓN DE LOS ARTÍCULOS Y EJEMPLO DE
TRANSCRIPCIÓN REPRESENTATIVA ………………………………………….…. 13-395
TABLA 13-6: RESPUESTAS DE CADA ESTUDIANTE AL INICIO DE LAS
CLASES CLASIFICADAS POR CATEGORÍAS DE ANÁLISIS …………………… 13-412
TABLA 13-7: RESPUESTAS DE CADA ESTUDIANTE AL FINAL DE LAS
CLASES CLASIFICADAS POR CATEGORÍAS DE ANÁLISIS …………………… 13-413
Resumen

Esta Tesis aborda la relevancia de los sistemas de referencia en el tratamiento de los


fenómenos físicos, focalizando la atención en el problema de la enseñanza de los
fenómenos astronómicos cotidianos (día y noche, estaciones del año y fases de la Luna)
en la escuela primaria, la cual se encuentra mayormente desarrollada en base a la
utilización del sistema de referencia heliocéntrico. El problema de este enfoque es que
implica que los estudiantes deban posicionarse "imaginariamente" en el espacio exterior
para observar el movimiento de los astros, lo que involucra una determinada
complejidad conceptual y el requerimiento de ciertas habilidades visoespaciales.

En este trabajo se describe una Estructura Conceptual de Referencia (Otero, 2006)


alternativa y se elabora un “modelo cinemático celeste” a partir de la utilización didáctica
del sistema de referencia topocéntrico, lo que permite realizar descripciones,
explicaciones y predicciones adecuadas de dichos fenómenos desde un marco de
referencia terrestre. A su vez, se desarrolla una Estructura Conceptual Propuesta para
Enseñar acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos en la escuela primaria a
partir de distintos lineamientos epistemológicos, cognitivos y didácticos, la cual fue
implementada en un curso de 6to. año de dicho nivel educativo. El análisis de esta
implementación ha permitido estudiar el proceso de conceptualización con el fin de
conocer cuál fue la Estructura Conceptual Efectivamente Reconstruida por los
estudiantes.

El análisis final llevado a cabo permitió concluir que la secuencia didáctica desarrollada
es eficaz para enseñar sobre el día y la noche, las estaciones del año y las fases lunares
a estudiantes de los últimos años de la escuela primaria, lo que implica la pertinencia en
cuanto a la utilización del sistema de referencia topocéntrico en este nivel educativo.
Esto indica un posible rumbo para una mejora de la enseñanza y el aprendizaje de la
astronomía en las escuelas.

1
2
Abstract
This thesis discusses the relevance of reference systems in dealing with physical
phenomena, and in particular the problem of teaching everyday astronomical
phenomena (day and night, the seasons of the year and the lunar phases) at primary
school level. At the present time this teaching is mainly based on the heliocentric
reference system. The problem with this approach is that it assumes pupils can “imagine”
their position in outer space in order to observe the movement of celestial bodies in
space. This implies a certain level of conceptual complexity and requires visuospatial
ability.

In this work an alternative Conceptual Structure of Reference (Otero, 2006) is described


and a “kinematic celestial model” is devised, based on didactic use of the topocentric
reference system, which allows descriptions, explanations and satisfactory predictions of
these phenomena to be made from a terrestrial frame of reference. In addition, a
proposal for a Conceptual Structure for Teaching is presented, to be employed in
teaching everyday astronomical phenomena in primary schools using different
epistemological, cognitive and didactic guidelines. This Structure was implemented with
a 6th form primary class. The analysis of this implementation has enabled us to study the
process of conceptualization, with a view to determining the Conceptual Structure
Effectively Reconstructed by the pupils.

The final analysis carried out led to the conclusion that the didactic sequence developed
here is effective in teaching day and night, the seasons of the year and the lunar phases
to pupils in the last years of primary school. This indicates that the topocentric reference
system is appropriate for this age group and suggests a possible path for improvement of
the teaching and learning of astronomy in schools.

3
4
Résumé

Cette Thèse aborde l’importance des systèmes de référence dans le traitement des
phénomènes physiques, en focalisant l’attention sur le problème de l’enseignement des
phénomènes astronomiques quotidiens (le jour et la nuit, les saisons de l’année et les
phases de la Lune) à l’école primaire, lequel est surtout développé sur la base de
l’utilisation du système de référence héliocentrique. Le problème de cette focalisation
c’est que les étudiants doivent se positionner d’une manière “imaginaire” dans l’espace
extérieur pour observer le mouvement des astres dans l’espace, ce qui implique une
certaine complexité conceptuelle ainsi qu’un besoin de certaines habiletés visuel-
spatiales.

Ce travail décrit une Structure Conceptuelle de Référence (Otero, 2006) alternative, ainsi
qu’élabore un “modèle cinématique céleste” à partir de l’utilisation didactique du système
de référence topocentrique, ce qui permet de réaliser des descriptions, des explications
et des prédictions adéquates de ces phénomènes à partir d’un cadre de référence
terrestre. En même temps, il développe une Structure Conceptuelle Proposée pour
l’Enseigenement relatif aux phénomènes astronomiques quotidiens, à l’école primaire, à
partir des différents linéaments epistémologiques, cognitifs, et didactiques, laquelle a été
appliquée dans un cours de la sixième année dudit niveau éducatif. L’analyse de cette
implémentation a permis d’étudier le processus de la conceptualisation afin de connaître
quelle a été la Structure Conceptuelle Effectivement Reconstruite par les étudiants.

L’analyse finale réalisée a permis de conclure que la séquence didactique développée


est éfficace dans l’enseignement sur le jour et la nuit, les saisons de l’année et les
phases lunaires pour les étudiants des dernières années de l’école primaire, ce qui
implique la pertinance quant à l’utilisation du système de référence topocentrique dans
ce niveau éducatif. Cela montre un chemin possible pour l’amélioration de
l’enseignement et l’apprentissage de l’astronomie dans les écoles.

5
6
IN T R OD UCC IÓN
CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN
Y PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA

1.1. Introducción

En este capítulo se presenta, delimita y justifica el problema de investigación. Para ello


se detallan las razones por las que ha sido elegido el tema, su relevancia en el ámbito
escolar y en el campo de la investigación en Enseñanza de la Física, los objetivos a
alcanzar, las preguntas que guían el proceso investigativo y el recorte del problema. A
su vez, se plantea la organización general del trabajo de tesis y las fases previstas de la
investigación, indicando el contenido del resto de los capítulos.

1.2. Motivación por el tema1

Cuando comencé a ejercer como Profesor de Física en una escuela media de la ciudad
de Buenos Aires, hace veinte años atrás, a los pocos meses tomé conciencia de que
muchas de las preguntas e inquietudes que poseían mis estudiantes, principalmente los
de los primeros años, estaban relacionadas con los fenómenos astronómicos. Sin
embargo, las mismas se orientaban a tópicos complejos y poco asociados con la vida
cotidiana, apareciendo cuestiones de lo más variadas que mostraban el entusiasmo que
la temática despertaba en los alumnos y, a la vez, el desconocimiento general acerca de
ella. Esto me llevó a comenzar a incorporar ejemplos de astronomía y astronáutica en
las clases, tratando de enfatizar la necesidad de aprender Física como modo de
comprender y explicar mejor dichos fenómenos.

A medida que la Astronomía fue incorporándose paulatinamente a mis clases de Física,


comencé a darme cuenta que, pese al entusiasmo por el tema, la mayoría de los
estudiantes nunca habían observado el cielo ni a simple vista ni a través de un
telescopio. Esto me llevó a reorientar mi práctica y a comenzar a indagar a los alumnos
de nivel medio acerca de sus conocimientos e ideas propias acerca de los fenómenos
astronómicos más cotidianos, tales como el día y la noche, las estaciones del año y las
fases lunares. Para mi sorpresa, la mayoría poseía concepciones alternativas acerca de
estos fenómenos y no poseía conocimientos certeros acerca del modo en que se
desplazan el Sol, la Luna y las estrellas en el cielo. Esto me llamaba la atención ya que
el Sol y la Luna son astros muy luminosos y extensos, fáciles de distinguir aún desde
una gran ciudad como Buenos Aires donde la contaminación lumínica provoca que sólo
sea posible la observación de una muy escasa cantidad de estrellas nocturnas.

Como consecuencia de todo esto, comencé a leer trabajos de investigación


relacionados con la enseñanza de la astronomía y con las ideas más comunes
presentes tanto en niños como en adultos y, al mismo tiempo, desarrollé un módulo de
actividades sobre estos fenómenos, el cual incorporé a las clases de Física. A su vez,
creé el primer taller de astronomía para alumnos de la escuela, con quienes nos
juntábamos a observar el cielo sumamamente iluminado de Buenos Aires desde la
terraza del edificio escolar. Esta experiencia me permitió detectar los centros de interés
de los alumnos, sus dificultades de comprensión, las ideas intuitivas más comunes y,

1
Al ser un aspecto netamente personal, se ha optado por expresarlo en primera persona.

9
sobre todo, la poca observación del cielo que caracteriza la vida en las grandes
ciudades.

Esta realidad se modificó en el año 1998, cuando cambié radicalmente mi lugar de


residencia, desplazándome a la localidad de El Bolsón, en la provincia de Río Negro,
lugar donde resido y desarrollo mis actividades profesionales desde ese momento. Dado
que esta localidad contaba en ese momento con sólo 10.000 habitantes, la observación
del cielo pasó a ser una de mis actividades centrales, aprovechando el escaso
alumbrado publico presente en esa época. Comparado con Buenos Aires, en El Bolsón
el cielo podía "tocarse con la mano" y los cambios observables a simple vista eran
realmente notorios y fácilmente registrables. En consecuencia, mis conocimientos
crecieron rápidamente a partir de cursos, investigaciones personales y del contacto con
astrónomos y especialistas en didáctica de la astronomía, quienes llevaban a cabo
proyectos que proponían revalorizar la observación a simple vista del cielo e incorporar
esta práctica dentro del contexto escolar. A partir de estos aportes, tomé conciencia que
utilizar el sistema de referencia topocéntrico, centrado en la posición de un observador
ubicado en la superficie terrestre, me permitía comprender y realizar mejores
predicciones sobre los fenómenos astronómicos más cotidianos. Por el contrario, los
cambios que observaba eran mucho más difíciles de explicar desde una posición
externa a la Tierra. De este modo, comencé paulatinamente a tratar de explicar todos
los fenómenos celestes cotidianos desde este sistema de referencia muy poco utilizado
en las aulas, lo que me permitió vivenciar personalmente su enorme potencial.

Mientras continuaba dando clases en escuelas medias, al poco tiempo advertí que, pese
a la escasa contaminación lumínica y a la ausencia de edificios altos, las personas que
vivían en El Bolsón tampoco observaban el cielo. Un tiempo después comencé a dar
clases en el Instituto de Formación Docente Continua de El Bolsón, lo que me permitió
incorporar las actividades de observación del cielo como parte de la formación de los
futuros docentes de la zona y el sistema de referencia topocéntrico como un modo
posible para explicar en forma sencilla dichas observaciones. Posteriormente, desde el
Instituto implementé un proyecto de extensión con el fin de poner a prueba estos
desarrollos en las escuelas y que, como parte del mismo, gestó la creación de un grupo
extraescolar de alumnos de nivel medio y docentes interesados en la astronomía: el
"Grupo Astronómico Osiris". Este grupo se convirtió en el eje de liderazgo de este
proyecto y lleva más de una dédaca de funcionamiento continuo.

Toda esta experiencia recogida a lo largo de estos años me ha permitido detectar que la
observación a simple vista del cielo constituye una actividad motivadora para muchos de
los alumnos con los que he trabajado, que permite desarrollar procedimientos propios de
las ciencias y, a su vez, que la utilización del sistema de referencia topocéntrico parece
resultar de utilidad para analizar e interpretar muchas de estas observaciones. Sin
embargo, la mayoría de los libros de texto, materiales curriculares, secuencias de
actividades e investigaciones a las que he podido acceder dejan de lado dicho sistema
y utilizan únicamente el sistema de referencia heliocéntrico, en el cual se observa el
movimiento de la Tierra desde el espacio exterior. Este sistema de referencia posee una
dificultad intrínseca debido a que nuestra posición de observación cotidiana es
netamente terrestre, por lo que para poder interpretar los fenómenos celestes
observables a simple vista debemos realizar, casi siempre mentalmente, lo que en
Física llamaríamos una "transformación entre sistemas de coordenadas". Esta
transformación, del sistema heliocéntrico al topocéntrico, que no es sencilla, podría ser
una de las razones por las cuales la gente desconoce muchos aspectos acerca de la
observación cotidiana del cielo.

En consecuencia, en esta tesis he decidido ocuparme en primer lugar de los sistemas


de referencia, un tema crucial de la Física que es generalmente muy poco desarrollado

10
en las escuelas. En este tema se distingue la idea errónea respecto a la existencia de un
sistema de referencia absoluto y privilegiado, que en el caso de la astronomía parecería
estar ocupado por el sistema de referencia heliocéntrico. En contraposición, la utilización
de un sistema de referencia terrestre como el topocéntrico no es visto como correcto por
muchas personas.

En este contexto, cobra relevancia el desarrollo de un "modelo cinemático celeste" que


permita describir, explicar y predecir con relativa sencillez los fenómenos astronómicos
cotidianos a partir de la utilización del sistema de referencia topocéntrico. Este modelo
debe ser correcto desde el punto de vista científico, debe facilitar la comprensión de los
fenómenos celestes por parte de los alumnos y docentes y, por sobre todo, debe
motivarlos a relacionar las enseñanzas y los aprendizajes escolares con los sucesos
que ocurren todos los días a su alrededor. De este modo, la enseñanza de la Física
contará con dos aportes significativos: la gran trascendencia del sistema de referencia al
analizar cualquier fenómeno físico y, a su vez, la relevancia de vincular los fenómenos
cotidianos con la observación a simple vista del cielo.

1.3. Formulación del problema

La elección adecuada del sistema de referencia a la hora de describir y explicar los


fenómenos físicos es un aspecto que se encuentra muy poco desarrollado en los
materiales curriculares, en los espacios educativos y en los trabajos de investigación.
Esto puede tener relación con las concepciones detectadas en alumnos, e incluso en
docentes y en libros de texto, que indican una tendencia a definir el movimiento como
una característica propia del objeto y no en relación a algún cuerpo o sistema de
referencia específico (Saltiel y Malgrange, 1980). Esta concepción no llama
especialmente la atención ya que en la vida cotidiana las personas suelen tomar al suelo
como un sistema de referencia absoluto (Driver, 1986). En contraposición, las teorías
científicas vigentes actualmente sostienen la no existencia de un sistema de referencia
natural absoluto ni preponderante: cada sistema de referencia es relativo (Lanciano,
1989).

Por su parte, la Astronomía ha sido siempre un área de especial interés a lo largo de la


historia de la humanidad. En este sentido, los astros presentes en el cielo han
despertado enorme curiosidad, cuestionamientos, formulación de preguntas, elaboración
de teorías de lo más variadas y, sobre todo, una profunda revisión del "rol" y el lugar de
los seres humanos en el Universo. Este gran interés continúa hoy en día, donde las
series, películas, artículos y demás materiales referidos a este tema son de habitual
lectura y admiración por gran parte de la población. Sin embargo, numerosas
investigaciones muestran que muchos adultos, incluidos los docentes en ejercicio,
desconocen cuestiones básicas acerca de la temática (Camino, 1995; Summers y Mant,
1995; Atwood y Atwood, 1995, 1996; Vega Navarro, 2001, 2007; Galperin et al., 2012;
Rincón Voelzke y Pereira Gonzaga, 2013; De la Torre, 2014).

A su vez, la mayoría de las personas no se encuentra acostumbrada a levantar la vista


para observar el cielo y los fenómenos que allí ocurren. Del mismo modo, la información
que habitualmente se brinda en los medios de comunicación y en los libros de texto está
relacionada con la visualización de los movimientos de los astros desde afuera de la
Tierra (Galperin et al., 2014). Por ejemplo, en muchos materiales audiovisuales se
describen las características del Sistema Solar, pero en pocos de ellos se explica qué
planetas pueden observarse a simple vista en el cielo y que, justamente, fue su
observación sistemática lo que hizo posible comenzar a construir esta idea de "Sistema
Solar" que poseemos hoy en día. Otro ejemplo de esta realidad es la existencia de gran

11
cantidad de producciones en las cuales se detalla el gran tamaño del Sol respecto a la
Tierra, su elevada temperatura, sus violentas explosiones, etc, pero se aprecian pocos
materiales que explican cómo éste astro se desplaza en el cielo a lo largo de los meses,
hecho sumamente notorio que provoca una consecuencia tan importante como las
estaciones del año.

Por otro lado, es habitual encontrar en los adultos una creencia bastante común, que el
paso por los años de escolaridad no ha logrado transformar: que en el cielo ocurren
cosas muy diferentes a las que suceden en la Tierra y que le dan a éste un carácter
“sobrenatural”. O sea, pese a que la información científica que se transmite día a día
evidencia la universalidad de los fenómenos físicos, muchas personas siguen pensando
que los fenómenos terrestres, y las leyes que los rigen, no tienen conexión con lo que
sucede fuera de la Tierra, manteniéndose una dicotomía cielo - tierra (Galperin, 2005).

Por lo tanto, la comprensión acerca de los sistemas de referencia constituye un eje


central en la enseñanza de la Astronomía ya que de ello depende que los estudiantes
logren relacionar sus conocimientos astronómicos con experiencias concretas de
observación y registro de los fenómenos celestes (Shen y Confrey, 2010). En este
sentido, existen gran cantidad de investigaciones realizadas que muestran las
dificultades presentes en estudiantes de todos los niveles educativos, y en docentes,
para comprender las causas de los fenómenos astronómicos más cotidianos: el día y la
noche, las estaciones del año y las fases de la Luna (Baxter, 1989; Nussbaum, 1992;
Schoon, 1992, 1995; Vosniadou y Brewer, 1992, 1994; Camino, 1995; Stahly, Krockover
y Shepardson, 1999; Trumper, 2001; Vega Navarro, 2001, 2007; Trundle, Atwood y
Christopher, 2002, 2006; Chiras y Valanides, 2008; Bayraktar, 2009; Iglesias, Quinteros
y Gangui, 2010; Galperin et al., 2012). Estas dificultades pueden tener su origen en el
modo de instrucción llevado a cabo con los alumnos, aunque también es posible que
sean consecuencia de no haber elegido el sistema de referencia más adecuado para
describir y comprender dichos fenómenos astronómicos desde una perspectiva centrada
en el estudiante como observador del cielo.

Al respecto, existen distintos sistemas de referencia astronómicos que permiten describir


el movimiento de los cuerpos celestes de distintas formas, aunque una de las
diferencias fundamentales entre ellos radica en el lugar en que posicionan el origen de
coordenadas: en el centro de masas del Sistema Solar (sistema heliocéntrico), en el
centro de masas del planeta Tierra (sistema geocéntrico) o en una ubicación particular
de la superficie terrestre (sistema topocéntrico). Sin embargo, los materiales curriculares
y las producciones audiovisuales parecerían sostener la existencia de un único sistema
de referencia para estudiar estos fenómenos: el heliocéntrico. Por ese motivo, en este
trabajo se focalizará la atención en la utilización didáctica del sistema de referencia
topocéntrico como un modo de aproximación de los estudiantes a la comprensión de los
fenómenos astronómicos cotidianos posibles de ser observados a simple vista en el
cielo: el día y la noche, las estaciones del año y las fases de la Luna (Camino, 1999;
Galperin, 2011).

En síntesis, las dificultades detectadas en relación al problema a analizar son:

a) Concepción de sistema de referencia como algo absoluto. Tendencia a definir el


movimiento como una característica propia del objeto y no en relación a algún
cuerpo o sistema de referencia específico.
b) Escasa comprensión de cuestiones básicas acerca de los fenómenos
astronómicos cotidianos (día/noche, estaciones y fases) por parte de estudiantes
de todos los niveles educativos y de docentes en ejercicio.

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c) Tratamiento de los fenómenos astronómicos cotidianos en los materiales
curriculares y en las producciones audiovisuales, que emplean en forma casi
exclusiva el sistema de referencia heliocéntrico.
d) Existencia de falta de práctica, hábito e interés en la observación del cielo en
gran parte de la población.
e) Escaso desarrollo del sistema de referencia topocéntrico como modo de
aproximación de los estudiantes a la comprensión de los fenómenos
astronómicos cotidianos posibles de ser observados a simple vista en el cielo.

1.4. La importancia de estudiar Astronomía en forma topocéntrica en la escuela

El tema de los sistemas de referencia constituye uno de los tópicos más relevantes en la
comprensión de los fenómenos físicos ya que la descripción y explicación de los mismos
dependen del marco de referencia elegido. Sin embargo, este tópico posee un muy
escaso desarrollo en los libros escolares, en los textos de Física de nivel universitario e
incluso en las investigaciones acerca de la enseñanza de las ciencias. En este sentido,
casi no existen artículos publicados que se centren en la comprensión de este tema por
parte de alumnos y docentes.

Por otro lado, ya se ha mencionado que la mayoría de la información astronómica


brindada por los distintos medios masivos de comunicación se encuentra desarrollada
describiendo y explicando los sucesos desde un sistema de referencia externo a la
Tierra, generalmente a través de un formato muy compactado, lo que dificulta su
comprensión y decodificación. A su vez, algunas investigaciones han mostrado que la
comprensión de los fenómenos astronómicos cotidianos desde un sistema de referencia
externo a la Tierra posee cierta complejidad, incluso para estudiantes de nivel superior,
debido a que requiere el desarrollo previo de determinadas habilidades visoespaciales
(Kikas, 2006; Dicovskiy et al., 2012). Por ejemplo, las explicaciones "heliocéntricas"
requieren habilidades de orientación espacial para lograr describir los movimientos de
los astros desde un punto externo a la Tierra y, a partir de allí, explicar lo que se observa
desde su superficie.

Esta forma comunicacional en la cual se brinda información parcial sin sustento físico,
sin relación con el entorno celeste, sin pasar de una mera descripción cualitativa de los
fenómenos y sin ahondar científicamente en cómo éstos sucesos influyen o no en la
vida de nuestro planeta, parece haber sido reproducida en gran medida por el sistema
educativo. Por ejemplo, es una práctica común en las aulas la realización de maquetas
que representan el Sistema Solar en las cuales se visualiza, en forma esquemática, el
orden de los planetas y alguna característica propia de cada uno, la cual queda casi
siempre representada por el color con el que se pinta a cada astro. Sin embargo, una
idea más aproximada acerca de nuestro sistema planetario que ponga el énfasis en las
distancias y los tamaños a escala de los cuerpos que lo forman, o que ayude a la
comprensión de las causas físicas que rigen su comportamiento, suele ser poco
trabajada pese a que se encuentra como propuesta didáctica en muchos textos.

A su vez, es poco habitual que las actividades que se proponen en las escuelas intenten
relacionar los fenómenos astronómicos con lo que los estudiantes pueden observar
cotidianamente a simple vista en el cielo. En consecuencia, pareciera ser que estudiar
Astronomía no tiene que ver con conocer el cielo que es posible distinguir a diario y, por
lo tanto, se brinda implícitamente una idea equivocada respecto a que estos fenómenos
no tienen trascendencia en la vida corriente, quedando sólo para aquellos que deseen
profundizar en su conocimiento. De esta forma, los alumnos pierden una importante

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oportunidad educativa e intelectual: la de comprender la cantidad de cambios culturales,
filosóficos y científicos que ha habido en la historia de la humanidad en relación a la
necesidad de explicar y predecir el movimiento de los astros en el cielo (Kuhn, 1957).

El desarrollo y la utilización del sistema de referencia topocéntrico en las aulas hace


posible aunar estas problemáticas al posicionar al alumno como centro de sus propios
aprendizajes astronómicos (Camino, 1999; Galperin, 2011), vinculando sus
observaciones directas con los fenómenos que observa a su alrededor. De este modo,
permite un acercamiento a la comprensión acerca de la relatividad de los sistemas de
referencia y, al mismo tiempo, hace posible la construcción de conocimiento
científicamente apropiado acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos. Al
respecto, los fenómenos celestes más fácilmente observables (día/noche, estaciones
del año y fases de la Luna) pueden ser explicados por los cambios que ocurren en las
posiciones de los astros, tanto desde el sistema de referencia heliocéntrico como del
topocéntrico. En consecuencia, una comprensión adecuada del desplazamiento de los
mismos en el cielo permite la construcción de explicaciones acordes y sumamente
predictivas, tal como hicieron las culturas de la antigüedad hace muchos siglos. De este
modo, es posible utilizar una "cinemática topocéntrica", más cercana a lo que las
personas perciben en su vida cotidiana (Galperin y Raviolo, 2014).

Enseñar Astronomía utilizando el sistema de referencia topocéntrico también permite


cuestionar las ideas inadecuadas acerca de la naturaleza de la ciencia que sostienen
que la misma se encuentra caracterizada por la formulación de explicaciones únicas,
absolutas y acabadas (Fernández et al., 2002). En este sentido, la construcción de una
"cinemática topocéntrica" con propiedades descriptivas, explicativas y predictivas, hace
posible incorporar la noción de modelo científico, el cual actúa como mediador entre el
mundo de la teoría y el de la experiencia (Lombardi, 1998; Morrison, 1999; Islas y Pesa,
2004). Tambien ejemplifica otra función de los modelos relacionada con la posibilidad de
operar con eficiencia sobre el sistema, lo que permite actuar o moverse en el sistema
anticipando su comportamiento. Esta relación modelo-realidad es compleja ya que un
cierto fenómeno puede ser representado y explicado por más de un modelo (Harrison y
Treagust, 2000), tal como sucede en el caso de los fenómenos astronómicos cotidianos.

Por estos motivos, se torna necesario comenzar a incorporar en las escuelas el


tratamiento topocéntrico de los fenómenos astronómicos con el fin de mostrar que los
mismos pueden ser descriptos y explicados a partir del análisis de sencillas
observaciones del cielo. Así, a través de descripciones y explicaciones adecuadas a
cada nivel de escolaridad, se intenta que los alumnos logren relacionar los fenómenos
celestes con los cambios periódicos visibles en la superficie terrestre.

En cuanto a la motivación de los alumnos, es destacable la fascinación que provoca el


cielo en la mayoría de ellos, generando cuestionamientos respecto al lugar que ocupa la
Tierra (y el ser humano) en el universo, a su origen y a su evolución. A su vez, la
observación a simple vista del cielo hace posible que los estudiantes puedan poner a
prueba sus propias teorías, transformándose en eje de sus propios aprendizajes en
relación a las regularidades astronómicas observables a simple vista. Mirando el cielo
con atención y sensibilidad es posible observar el pasado, percibir el presente y pensar
el futuro. Esto despierta sentimientos e ideas muy apasionantes.

En síntesis, las razones para enseñar Astronomía topocéntrica en las escuelas son:

a) El escaso o casi nulo desarrollo del tema "Sistemas de referencia" en los


distintos niveles educativos. Esto refuerza la idea intuitiva respecto a la
existencia de marcos de referencia absolutos o "privilegiados". La utilización del

14
sistema de referencia topocéntrico permite cuestionar esta idea a partir de la
construcción de la noción de relatividad de dichos sistemas.
b) El actual desarrollo de los temas de Astronomía en forma casi exclusiva desde el
sistema de referencia heliocéntrico, reforzando la idea de que existe un sistema
de referencia "privilegiado" para describir los fenómenos físicos. Sin dudas, dicho
sistema posee ciertas "ventajas" para explicar determinados eventos, pero
también ciertas "desventajas" para tratar de comprender adecuadamente lo que
observa en el cielo una persona situada en la superficie terrestre.
c) La necesidad de desarrollo de determinadas habilidades visoespaciales para
poder comprender los fenómenos astronómicos desde el sistema de referencia
heliocéntrico, donde el punto de vista es sumamente distinto al de un observador
terrestre. Las descripciones topocéntricas no requieren este cambio de "punto de
vista" del observador.
d) La necesidad de mejorar la comprensión acerca de los fenómenos astronómicos
cotidianos por parte de estudiantes de todos los niveles y de docentes.
e) Los ciclos astronómicos cotidianos (día/noche, estaciones y fases de la Luna)
ocurren debido a cuestiones cinemáticas: el cambio en las posiciones de los
astros involucrados. Por lo tanto, la utilización de una "cinemática topocéntrica"
hace posible generar explicaciones científicamente adecuadas de dichos
fenómenos.
f) La utilización del sistema de referencia topocéntrico en las aulas permite
cuestionar concepciones inadecuadas acerca de la ciencia y contribuye a la
construcción del concepto de modelo científico, poniendo en evidencia la
posibilidad de tener más de un modelo para explicar un mismo fenómeno.
g) La observación del cielo es una actividad que despierta fascinación, entusiasmo
e interrogantes en gran parte de las personas de todas las edades. A su vez,
brinda motivación a los alumnos en función de ser ellos mismos quienes pueden
evaluar la pertinencia de sus propias teorías acerca de estos fenómenos.

En función de lo expuesto, se ha buscado diseñar y poner en práctica una secuencia


didáctica topocéntrica innovadora, fundamentada científica y didácticamente, con el fin
de que los estudiantes puedan realizar descripciones, explicaciones y predicciones
adecuadas de los fenómenos astronómicos cotidianos (día/noche, estaciones y fases de
la Luna). Para ello se desarrolló un “modelo cinemático celeste”, el cual incluye
conceptos físicos actualizados, centrando su utilización desde un sistema de referencia
situado en la superficie terrestre.

1.5. Interés del tema para la investigación en Enseñanza de las Ciencias

La didáctica de las ciencias posee un extenso recorrido de investigaciones llevadas a


cabo de un modo más o menos formal en los últimos sesenta años, pasando por
diferentes etapas en los distintos países (Adúriz-Bravo e Izquierdo Aymerich, 2002). En
gran medida, estas investigaciones se centraron en dos ejes. Por un lado, se elaboraron
y pusieron en práctica distintos modelos de enseñanza en las aulas con el fin de poner
atención en el modo en que los docentes planifican y desarrollan sus actividades con los
estudiantes. Por otro lado, se analizaron las ideas intuitivas presentes en niños y adultos
en relación a distintos tópicos de las ciencias naturales con el fin de poner el acento en
las dificultades de los alumnos para comprender determinados temas o para construir
ideas y teorías acordes con el conocimiento científico.

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En el caso que nos ocupa, las investigaciones en relación a la enseñanza y el
aprendizaje acerca de los sistemas de referencia es sumamente escasa, quedando este
tópico generalmente circunscripto como una de las dificultades para la comprensión
adecuada de la Teoría Especial de la Relatividad por parte de los estudiantes
(Arriassecq, I. y Greca, I., 2005). En este sentido, los alumnos suelen considerar al
sistema de referencia como algo decorativo, sin un fin explicativo, y muestran muy poco
entendimiento del principio físico de relatividad galileana (Panse et al., 1994). Sin
embargo, la importancia de los sistemas de referencia dentro de la enseñanza de la
Física es innegable (Nuvoli, 1992; Bosman, Lazzeri y Legitimo, 1992; Dunin-Borkowski y
Mank, 1992; Jiménez Gómez y Guirao Moya, 2007), por lo que su desarrollo constituye
una tarea pendiente dentro de este área de investigación.

Por otro lado, la investigación en el área de la enseñanza de la Astronomía posee varias


décadas de desarrollo, especialmente en lo referido a la indagación de las ideas que
poseen estudiantes de todos los niveles, futuros docentes y docentes en ejercicio en
relación con las causas de los fenómenos astronómicos cotidianos (Bailey y Slater,
2003). Al respecto, Vega Navarro (2007) realizó una síntesis de muchas de estas
investigaciones en las que se indagaban las ideas de niños y adultos en relación a la
forma de la Tierra y el concepto de gravedad, el ciclo día/noche, las estaciones del año y
las fases lunares. Al mismo tiempo se han diseñado, puesto en práctica y evaluado gran
cantidad de propuestas didácticas para la enseñanza acerca de dichos fenómenos, con
las cuales se han obtenido resultados diversos (Camino, 1995, 1999; García Barros,
Mondelo y Martínez Losada, 1995, 1996; García Barros, et al., 2003; Atwood y Atwood,
1997; Moreno Lorite, 1998; Stahly, Krockover y Shepardson, 1999; Trundle, Atwood y
Christopher, 2002, 2006, 2007; Olivares Alfonso, 2003; Hannust y Kikas, 2007; Ogan-
Bekiroglu, 2007; Hans, Kali y Yair, 2008; Lanciano y Camino, 2008; Aydeniz y Brown,
2010; Shen y Confrey, 2010; Galperin, 2011; Kallery, 2011; Navarro Pastor, 2011;
Plummer, Wasko y Slagle, 2011; Plummer, Kokareli y Slagle, 2014; Sneider, Bar y
Kavanagh, 2011; Camino y Gangui, 2012; Çelikten et al., 2012; Jiménez Liso, López-
Gay y Martínez Chico, 2012; Rincón Voelzke y Pereira Gonzaga, 2013; Isik-Ercan,
Zeynep Inan y Nowak, 2014). Sin embargo, la mayoría de ellas describen y explican los
fenómenos desde el sistema de referencia heliocéntrico, como si fuese el único posible
para la descripción e interpretación de los mismos (Galperin y Raviolo, 2014).

En consecuencia, cobra relevancia la investigación en torno a los sistemas de referencia


aplicados a la enseñanza de la Astronomía ya que permite abordar la conceptualización
acerca de dichos sistemas, en conjunto con su utilización didáctica para lograr una mejor
comprensión acerca de los fenómenos astronómicos ya mencionados. De este modo, se
intenta profundizar en aspectos poco desarrollados dentro de la investigación en
enseñanza de la Física:

a) La indagación de las ideas intuitvas más comunes presentes en estudiantes y


docentes en torno a la relatividad de los sistemas de referencia.
b) El nivel de conceptualización acerca de la relatividad de los sistemas de
referencia que es posible lograr en alumnos de nivel primario. En particular, la
posibilidad de comprensión de la validez de las descripciones heliocéntrica y
topocéntrica del movimiento de los astros.
c) Las habilidades espaciales necesarias para una comprensión adecuada de los
fenómenos astronómicos cotidianos desde un punto de vista externo a la Tierra.
d) La potencialidad del sistema de referencia topocéntrico para describir, explicar y
predecir los fenómenos celestes más cotidianos y regulares.

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e) El desarrollo de una secuencia didáctica para el nivel primario acerca del ciclo
día/noche, las estaciones y las fases lunares basada en el sistema de referencia
topocéntrico y en su relación con la observación a simple vista del cielo.
f) La evaluación de los aspectos motivacionales presentes en los alumnos al poder
vincular los contenidos escolares con el entorno celeste que los rodea.

1.6. Objetivos

Generales

a) Analizar qué sistema de referencia astronómico utilizan alumnos, docentes y


textos para la descripción y explicación de los fenómenos astronómicos más
apreciables a simple vista en el cielo (día y noche, estaciones del año y fases de
la Luna).
b) Diseñar y poner en práctica una propuesta didáctica para la enseñanza de la
Astronomía en las escuelas basada en la utilización del sistema de referencia
topocéntrico.

Específicos

a) Indagar las concepciones de estudiantes y docentes de la región de El Bolsón y


Bariloche acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos.
b) Examinar la relación entre las concepciones detectadas en alumnos y docentes y
la utilización de un determinado sistema de referencia astronómico.
c) Analizar el tratamiento que se realiza de los fenómenos mencionados en los
textos de uso más frecuente en las escuelas de nivel primario.
d) Desarrollar un modelo escolar (“modelo cinemático celeste”) que permita
describir en forma sencilla los movimientos del Sol, la Luna y las estrellas
nocturnas en el cielo con el fin de poder explicar los fenómenos astronómicos
cotidianos desde el sistema de referencia topocéntrico.
e) Implementar una propuesta didáctica basada en el "modelo cinemático celeste"
desarrollado, en un curso de los últimos años del nivel primario.
f) Llevar adelante un diseño de investigación de seguimiento y evaluación de la
propuesta didáctica mencionada en el punto anterior.

1.7. Preguntas de la Investigación

a) ¿Cuáles son los conocimientos y concepciones alternativas más frecuentes en


alumnos y docentes de distintos niveles educativos de la región sobre los
fenómenos astronómicos más apreciables a simple vista en el cielo?
b) ¿Cuáles son los sistemas de referencia que emplean alumnos y docentes para
describir y explicar los fenómenos astronómicos cotidianos? ¿Pueden existir
dificultades relacionadas con la utilización de un sistema de referencia centrado
en el Sol para explicar fenómenos que son observados desde un punto de la
superficie terrestre (que no es el punto origen del sistema)?

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c) ¿Puede existir relación entre las dificultades de comprensión detectadas en los
alumnos y el tratamiento que se realiza del tema en los libros escolares? ¿Qué
sistema de referencia astronómico se utiliza en estos textos?
d) ¿Qué características debe tener un modelo escolar que permita describir en
forma sencilla los movimientos del Sol, la Luna y las estrellas nocturnas en el
cielo con el fin de poder explicar los fenómenos astronómicos cotidianos desde el
sistema de referencia topocéntrico?
e) ¿Cómo debería ser una propuesta didáctica dirigida a alumnos de los últimos
años del nivel primario que utilice el sistema de referencia topocéntrico para
comprender acerca de los fenómenos celestes más apreciables? ¿Cómo puede
implementarse esta propuesta centrada en la observación a simple del cielo,
tanto de día como de noche?
f) ¿Qué evaluación se puede hacer de la propuesta didáctica implementada? ¿Qué
ventajas y dificultades origina la utilización del sistema de referencia topocéntrico
en las aulas?

1.8. Presentación sintética de la Tesis

Este trabajo de investigación focaliza su atención en la enseñanza de los fenómenos


astronómicos cotidianos (día y noche, estaciones del año y fases de la luna) a partir de
la utilización del sistema de referencia topocéntrico. Como parte del mismo, se ha
propuesto como producto principal la elaboración, implementación y análisis de una
secuencia didáctica basada en este enfoque, muy poco incorporado dentro de la
educación formal de la temática. A la vez, se han llevado a cabo cuatro estudios previos
a la elaboración de la propuesta didáctica, los cuales han servido de insumos
fundamentales para la elaboración de la misma. Estos han sido elaborados con el fin de
poner en contexto la investigación, tanto en el marco general de la didáctica de la
astronomía como en el marco local de la enseñanza y el aprendizaje acerca de los
fenómenos astronómicos cotidianos en la zona donde se implementará la propuesta.

Con el fin de vislumbrar el itinerario seguido durante todo el proceso de investigación, se


ha decidido dividir este trabajo en secciones generales, algunas de las cuales involucran
más de un capítulo. A continuación se sintetiza la organización general de la Tesis:

Introducción

Capítulo 1: se detallan los lineamientos del trabajo de investigación, las reflexiones y


preguntas que lo han guiado y los fundamentos generales del mismo.

Parte 1: Marcos teóricos

Capítulo 2: se desarrollan los fundamentos cognitivos, epistemológicos y didácticos que


han permitido delinear el proceso de investigación en relación a la construcción de
conocimiento sobre los fenómenos astronómicos cotidianos a partir de la utilización
didáctica del sistema de referencia topocéntrico.

Capítulo 3: se detallan los fundamentos físicos de esta investigación a partir de la


reconstrucción del saber validado por la comunidad científica en relación a los sistemas
de referencia y a su utilización para la comprensión de los fenómenos astronómicos
cotidianos desde un marco de referencia particular situado en la superficie terrestre.

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Parte 2: Estudios previos

Capítulo 4: se brindan los resultados del proceso de revisión bibliográfica llevado a


cabo, el cual se orientó a conocer las concepciones más comunes presentes en
estudiantes y docentes en relación a los fenómenos astronómicos cotidianos, las
propuestas de enseñanza sugeridas e implementadas en investigaciones anteriores y el
modo de inclusión del tema "sistemas de referencia" como parte del desarrollo de los
contenidos de astronomía.

Capítulo 5: se analizan 50 artículos presentes en la revisión bibliográfica con el fin de


identificar el sistema de referencia astronómico que utilizan, tanto implícita como
explícitamente, para describir y explicar los fenómenos astronómicos cotidianos.

Capítulo 6: se estudian las imágenes sobre los fenómenos astronómicos cotidianos


presentes en 20 libros escolares que se utilizan en las escuelas de la zona con el fin de
identificar errores conceptuales y/o didácticos en ellas y en el tratamiento que se realiza
de la temática.

Capítulo 7: se analizan las concepciones sobre el fenómeno del día y la noche


presentes en alumnos y docentes de la zona donde se implementará la propuesta
didáctica con el fin de identificar similitudes y diferencias con lo detectado en los trabajos
analizados en el proceso de revisión bibliográfica.

Parte 3: Propuesta didáctica

Capítulo 8: se presenta el diseño de la propuesta de enseñanza a ser llevada a cabo en


un curso de los últimos años de la escuela primaria, y su análisis a priori del proceso de
implementación. La misma propone la enseñanza de los fenómenos del día y la noche,
las estaciones del año y las fases de la Luna a partir de un “modelo cinemático celeste”
basado en el uso del sistema de referencia topocéntrico.

Capítulo 9: se describe el proceso de implementación de la secuencia didáctica en un


aula de 6to. año de nivel primario en el que el investigador actuó como docente del
curso. Se presentan diversos registros obtenidos a lo largo de las clases con el fin de
reconstruir la estructura conceptual desarrollada, permitiendo visualizar el modo en que
evolucionan las ideas de los estudiantes en relación los fenómenos estudiados.

Capítulo 10: se presentan transcripciones de los registros de audio y de producciones


elaboradas por los alumnos en las actividades de evaluación de sus aprendizajes y en
las entrevistas individuales realizadas luego de la implementación de la secuencia
didáctica. Estos registros permiten analizar la estructura conceptual reconstruida por los
estudiantes, y su evolución, indicando diferencias significativas entre sus concepciones
iniciales y finales.

Conclusiones finales

Capítulo 11: se discuten las conclusiones y las implicaciones que se desprenden de


este trabajo de tesis en relación con los objetivos planteados al inicio del mismo. A su
vez, se analizan las proyecciones futuras acerca de la investigación en relación a la
enseñanza "topocéntrica" de los fenómenos astronómicos cotidianos.

19
Referencias bibliográficas y Anexo

Capítulo 12: se detallan la totalidad de las referencias bibliográficas mencionadas a lo


largo del trabajo de tesis.

Anexo: se presenta información que complementa desarrollos presentes en distintas


secciones, la cual es incluida aquí para no extender el contenido de cada capítulo y para
clarificar su exposición. Incluye un desarrollo teórico acerca de los sistemas de
referencia y de la explicación de los fenómenos astronómicos cotidianos, el análisis de
los artículos de la revisión bibliográfica en relación a los marcos de referencia, la guía de
actividades de observación del cielo, el material informativo para los alumnos sobre los
fenómenos astronómicos cotidianos utilizando el sistema de referencia topocéntrico y
registros de observaciones del cielo realizadas por alumnos y docentes. Por último,
contiene tablas de datos utilizadas en el análisis estadístico del proceso de
conceptualización.

1.9. Etapas de la investigación

Una investigación educativa se caracteriza por ser un proceso dinámico constituido por
una serie de etapas entre las cuales no es sencillo marcar un límite. Sin embargo, cada
fase puede caracterizarse en función de los propósitos seguidos por el investigador y por
el tipo de actividades llevadas a cabo.

A continuación se describe cada una de las partes en las que es posible dividir el
desarrollo de este trabajo, el cual se encuentra caracterizado por una secuencia
temporal ya que se desarrollaron estudios previos que han sido relevantes para la
elaboración posterior de la propuesta didáctica a ser implementada.

a) Primera parte: elaboración de los fundamentos teóricos del trabajo de investigación.


En esta fase inicial se realizó una profundización de los conocimientos sobre las
distintas teorías cognitivas que aportan a la explicación del modo en que se
construye el conocimiento científico y en cuanto a las posturas epistemólógicas que
dan cuenta de la naturaleza de la ciencia y del modo en que evolucionan los
modelos científicos. A su vez, se ahondó en el estudio del modo en que ocurre el
proceso de reconstrucción del conocimiento y de sus implicancias emocionales.
Estos fundamentos se encuentran sintetizados en el Capítulo 2.
A su vez, se avanzó en la comprensión de los sistemas de referencia astronómicos
junto con el modo en que pueden utilizarse para la descripción y explicación de los
fenómenos celestes cotidianos. Esta profundización teórica sobre los conocimientos
de la comunidad científica permitió reconstruir la Estructura Conceptual de
Referencia (Otero, 2006), en la cual se decidió adoptar el sistema de referencia
topocéntrico para la descripción del movimiento de los astros y para la explicación de
los fenómenos astronómicos cotidianos. Para ello se utilizaron libros universitarios de
astronomía (Berrocoso et al., 2003; Feinstein y Tignanelli, 2005), incluyendo algunos
que presentan algoritmos para el cálculo de las posiciones de los astros (Meeus,
1998), aunque también libros de divulgación científica (Bastero Montserrat, 2000).
Esto permitió distinguir, seleccionar y adoptar los conceptos, explicaciones y
principios que serían desarrollados en las clases, lo que hizo posible tomar las
decisiones didácticas acerca de qué es lo que sería enseñado y de qué modo. Este
marco teórico disciplinar se expone en el Capítulo 3.

20
b) Segunda parte: estudios previos al diseño de la secuencia didáctica.
Esta etapa implicó un período extenso de tiempo en que el investigador se
familiarizó con el estado del arte en relación a las publicaciones sobre enseñanza y
el aprendizaje de los fenómenos astronómicos cotidianos y, posteriormente, se
propuso conocer el estado de situación local en relación a la enseñanza y el
aprendizaje de la astronomía en la zona de desarrollo de esta investigación.
Particularmente, en cuanto a qué sistema de referencia astronómico es utilizado
habitualmente al intentar explicar los fenómenos astronómicos cotidianos.
Como parte de la revisión bibliográfica, se prestó atención a tres tipos de
publicaciones: las que indagaban las concepciones de alumnos y docentes en
relación a dichos fenómenos, las que describían y evaluaban distintas propuestas
didácticas que habían sido implementadas en los diferentes niveles educativos y, por
último, las que ponían en discusión qué sistema de referencia o modelo astronómico
era aconsejable utilizar en las aulas. El análisis exhaustivo llevado a cabo se
encuentra sintetizado en el Capítulo 4.
A partir de la elaboración del estado del arte, se desarrolló un nuevo estudio con el
fin de analizar cuál es el sistema de referencia astronómico que se utiliza implícita o
explícitamente en las publicaciones sobre educación en astronomía, quedando en
evidencia la muy escasa presencia del sistema de referencia topocéntrico. Este
trabajo se presenta en el Capítulo 5.
Posteriormente se examinaron los libros escolares presentes en las escuelas de la
zona con el fin de conocer el modo en que es desarrollada la temática en ellos y
para determinar si sería posible utilizarlos como material de soporte dentro de la
secuencia didáctica. Para ello se analizaron las imágenes sobre los fenómenos
astronómicos cotidianos presentes en estos textos con el fin de establecer qué
sistema de referencia astronómico era utilizado en ellos. Esto permitió detectar un
escaso uso de descripciones y explicaciones centradas en lo que percibe un
observador situado en la superficie terrestre y, a la vez, la presencia de gran
cantidad de errores didácticos y conceptuales. Este estudio se encuentra presentado
en el Capítulo 6.
Por último, se buscó establecer el grado de correspondencia entre las conclusiones
extraídas del proceso de revisión bibliográfica y la realidad local en cuanto a las
concepciones de los estudiantes acerca de las causas de los fenómenos
astronómicos cotidianos. Para ello se realizaron indagaciones y entrevistas con
alumnos y docentes de la zona, encontrándose coincidencias y diferencias con lo ya
publicado. El desarrollo de este estudio se presenta en el Capítulo 7.

c) Tercera parte: diseño, implementación y análisis de una propuesta didáctica basada


en la utillización del sistema de referencia topocéntrico.
Una vez analizada la información obtenida en las distintas instancias de la fase
anterior, y luego de haber establecido los fundamentos disciplinares de referencia
basados en el sistema de referencia topocéntrico, se procedió a elaborar la
propuesta didáctica a ser implementada. Esta etapa conlleva el estudio de las
transformaciones del saber hasta volverlo enseñable a un grupo de estudiantes de
los últimos años de la escuela primaria. Más particularmente, a un grupo de 6to. año
de nivel primario de una escuela urbana de la localidad de El Bolsón.

Para ello se diseñó una secuencia de actividades acerca de los fenómenos


astronómicos cotidianos (día y noche, estaciones del año y fases de la Luna) a partir
de la elaboración de situaciones didácticas que tuvieran como eje la descripción y
explicación de los fenómenos desde el sistema de referencia topocéntrico, evitando
aquellas explicaciones basadas en los movimientos de la Tierra y de la Luna vistos
21
desde el espacio exterior. Estas actividades fueron analizadas en detalle con el fin
de anticipar cuáles podrían ser las respuestas de los estudiantes al intentar
resolverlas y, a partir de ellas, cuáles debían ser las acciones a realizar por el
docente-investigador con el fin de orientar y aportar a la reconstrucción del
conocimiento por parte de los alumnos. Al mismo tiempo, se plantearon cuáles
serían los conceptos clave, y las relaciones entre ellos, junto con las explicaciones y
afirmaciones de conocimiento a reconstruir con los estudiantes.

Dado que la propuesta didáctica diseñada debía guardar relación con los
movimientos de los astros que pueden observarse a simple vista en el cielo, las
actividades debían estar enfocadas a observaciones concretas a llevar a cabo por
los estudiantes o a acceder a simulaciones de las mismas. Para esta última opción
se usó el software "Stellarium", que consiste en un planetario personal que brinda la
posibilidad de simular cómo se observa el cielo en cualquier momento y desde
cualquier lugar del mundo. La utilización de este software de código abierto y
descarga libre (www.stellarium.org) es útil debido a las dificultades que implica la
realización de observaciones sistemáticas del cielo en la zona y época del año en
que se llevó a cabo la secuencia didáctica (abril y mayo), donde predominan los días
nublados y de bajas temperaturas. A su vez, este software permite visualizar
cambios en el cielo que implicarían días y meses de observación directa, lo que
favorece la posibilidad de reconstrucción del conocimiento astronómico
observacional en los períodos de tiempo estipulados dentro del ciclo escolar.

Pese a su practicidad, sencillez de uso y atrayentes recursos gráficos, el programa


"Stellarium" ha sido poco utilizado para la enseñanza acerca de los fenómenos
astronómicos cotidianos (Galindo Bohórquez, 2014; Palomar y Solbes, 2015;
Vílchez-González y Ramos-Tamajón, 2015). Esto se debe a que es un software
"topocéntrico", que muestra cómo se observa el cielo desde la superficie terrestre,
mientras que la mayoría de las publicaciones que presentan desarrollos didácticos
para la enseñanza de la astronomía son heliocéntricas, explicando los fenómenos
desde un sistema de referencia externo a la Tierra (Galperin y Raviolo, 2014).

El desarrollo de la secuencia de actividades sobre los fenómenos astronómicos


cotidianos desde un sistema de referencia topocéntrico, y su correspondiente
análisis a priori, se encuentra presente en el Capítulo 8 de este trabajo.

A coontinuación, en forma previa al proceso de implementación de la propuesta en


un curso de nivel primario, algunas partes de la misma fueron utilizadas como parte
de un curso de capacitación dictado a docentes de dicho nivel educativo. En
particular, se analizaron las dificultades presentes a la hora de enseñar astronomía y
se introdujo la utilización del sistema de referencia topocéntrico como un modelo
científico válido. De este modo, los docentes pudieron reconocer la potencialidad de
las explicaciones topocéntricas para el trabajo con sus estudiantes y, sobre todo,
para la comprensión de los fenómenos astronómicos cotidianos por parte de ellos
mismos, dificultad que había quedado de manifiesto en una indagación de ideas
llevada a cabo al inicio del curso. En consecuencia, esta instancia permitió realizar
algunas modificaciones a la propuesta a implementarse con los alumnos y brindar
validez al enfoque elegido, el cual fue valorado muy favorablemente al finalizar la
capacitación.

Posteriormente, el trabajo de investigación se centró en la implementación de la


secuencia completa en un curso de 25 alumnos de 6to. grado del turno mañana de
una escuela primaria del centro de la localidad de El Bolsón. En esta instancia, el
investigador actuó como docente del curso durante las horas en las que la secuencia

22
fue desarrollada en el aula, dos veces por semana, durante un período de unos dos
meses. En esas horas, la docente del curso actuaba como auxiliar pedagógica del
docente-investigador, colaborando para facilitar la comprensión y realización de las
consignas por parte de los estudiantes. Sin embargo, la coordinación de la dinámica
del curso, los debates en las clases, la explicación general de las consignas y el
desarrollo de los conceptos astronómicos quedaron siempre a cargo del
investigador. Para ello se utilizaron las horas de Ciencias Naturales que tiene
asignadas semanalmente el curso y, durante esos dos meses, se llevaron a cabo
actividades de indagación de ideas de los alumnos, de discusión de situaciones
problemáticas, de observación del cielo, tanto en forma directa como mediante
simulaciones, de elaboración de modelos concretos, de profundización conceptual y
de evaluación de la evolución del conocimiento de los estudiantes.

Durante estas clases, los materiales se llevaban impresos, uno para cada
estudiante, de modo tal que cada uno de ellos pudiese leer la información y volcar
sus producciones, más allá de que la mayoría de los trabajos se realizaban en forma
grupal. Estos grupos se mantuvieron sin modificaciones durante todo el desarrollo de
la secuencia. Al finalizar cada clase, el docente-investigador se llevaba las
producciones de los estudiantes, las cuales eran devueltas para continuar con el
trabajo en el siguiente encuentro. Esto hacía posible evaluar los avances de los
estudiantes a medida que transcurrían los encuentros y, al mismo tiempo, mantener
un registro fotográfico de cada uno de los trabajos de cada alumno. Al terminar la
secuencia, se realizaron actividades de síntesis, finalizando la misma con una
evaluación escrita.

Durante el desarrollo de la secuencia, se registraron en video todas las clases, y en


formato de audio muchas de las discusiones de los distintos grupos. A su vez, se
registraron fotográficamente la mayoría de las producciones que fueron llevadas a
cabo y se guardaron las producciones escritas de cada uno de los alumnos.

En esta etapa se procedió a realizar la descripción de las acciones de los


estudiantes y del docente-investigador con el fin de reconstruir la evolución
conceptual del grupo de clase. Estas acciones involucraron actividades cognitivas,
como pensar o decidir, y actividades actuativas, como dialogar o hacer. Para ello se
utilizaron los videos y audios registrados, los cuales fueron transcriptos en su
totalidad, identificando el turno de habla de cada sujeto del grupo y numerándolos en
forma secuencial. Luego se analizaron dichas transcripciones para identificar los
modelos mentales expresados (Vosniadou, 1994; Gilbert y Boulter, 2000) presentes
en los estudiantes en relación a los fenómenos astronómicos desarrollados,
poniendo atención en el modo en que éstos fueron evolucionando. A su vez, se
llevaron a cabo distintas actividades individuales escritas a lo largo de las clases,
incluyendo una "evaluación" al finalizar la implementación. Esta evaluación fue
planteada como una nueva actividad con el objeto de que los estudiantes puedan
utilizar los conocimientos construidos durante el desarrollo de la secuencia. Este
registro de lo ocurrido en el aula se presenta en el Capítulo 9.

Una vez obtenido el registro de lo sucedido en el aula a lo largo del proceso de


implementación, se procedió a realizar un análisis del proceso de conceptualización
seguido por los alumnos a partir de sus producciones realizadas a lo largo de las
clases. En este sentido, la implementación de la propuesta determinó la
reconstrucción de una nueva estructura conceptual, la cual depende de cada
estudiante y de las interacciones que se fueron dando dentro del grupo de clase. Por
lo tanto, en esta etapa se buscó conocer la estructura conceptual personal y la red

23
de significados propia reconstruida por cada alumno con el fin de establecer, en lo
posible, conclusiones generales acerca de la evolución de todo el curso.

Para complementar la información obtenida en las clases, se llevaron a cabo


entrevistas semiestructuradas individuales a 12 alumnos del curso en las cuales se
evaluó el grado de comprensión de los estudiantes acerca del movimiento del Sol y
la Luna en el cielo y de las causas del día y la noche, las estaciones del año y las
fases lunares. Dado el nivel dispar de asistencia a la escuela, de participación en la
resolución de las situaciones planteadas y de atención en las conversaciones entre
pares y con el docente, tanto en el grupo de clase como en los subgrupos de trabajo,
los estudiantes entrevistados fueron seleccionados al azar entre aquellos que
manifestaron un compromiso cognitivo y actuativo en las clases, sin importar su
desempeño en la evaluación final. Todas estas entrevistas fueron transcriptas y
analizadas con el fin de llegar a reconstruir el proceso de conceptualización
completo seguido por algunos de los estudiantes del curso a lo largo del proceso de
implementación. El análisis de la evolución conceptual de los alumnos se detalla en
el Capítulo 10.

d) Cuarta parte: elaboración de conclusiones e implicancias del trabajo de


investigación.

A partir del análisis de todo el proceso de investigación, y de las preguntas


planteadas al inicio del mismo, se elaboraron las conclusiones generales del trabajo
realizado y las posibilidades futuras de profundización del mismo. De este modo, se
centró la atención en las ventajas y desventajas de la propuesta desarrollada basada
en la utilización del sistema de referencia topocéntrico como modo de comprensión
de los fenómenos astronómicos cotidianos. A su vez, se analizó su proyección a
futuro para su implementación masiva en el ámbito escolar. Esta etapa final se
encuentra desarrollada en el Capítulo 11.

La Figura 1-1 sintetiza las distintas etapas de esta investigación.

24
Figura 1-1: Síntesis de las etapas de la investigación.

25
26
PAR TE 1 :

MAR C OS
T E ÓR IC OS
CAPÍTULO 2: FUNDAMENTOS COGNITIVOS,
EPISTEMOLÓGICOS Y DIDÁCTICOS

2.1. Introducción

En este capítulo se detallan los aportes que realizan diferentes campos teóricos que se
conjugan en el abordaje del problema definido en el capítulo anterior en relación a la
utilización didáctica del sistema de referencia topocéntrico. En este sentido, se
desarrollan los fundamentos cognitivos, epistemológicos y didácticos que guiarán el
proceso de construcción de los conocimientos a enseñar y el proceso posterior de
análisis de los conocimientos efectivamente reconstruidos por los estudiantes.

Desde el campo cognitivo se centra la atención en la corriente constructivista del


aprendizaje y en el modo en que los estudiantes construyen sus representaciones
internas acerca de los fenómenos naturales, posando a su vez la mirada en las
actividades cognitivas vinculadas al aprendizaje de conceptos científicos.

Desde el campo epistemológico se tienen en cuenta aspectos de la naturaleza de la


ciencia, de las características de las teorías y modelos científicos, y de sus similitudes y
diferencias con los modelos de enseñanza utilizados en las aulas.

Desde lo didáctico se toman ideas relativas al proceso de transformación de los


conocimientos científicos en los contenidos de la ciencia escolar, describiendo las
etapas del proceso de transposición didáctica que van desde la reconstrucción de la
Estructura Conceptual de Referencia (ECR), la construcción de la Estructura Conceptual
Propuesta para Enseñar (ECPE), la reconstrucción de la Estructura Conceptual
Efectivamente Desarrollada (ECED) y, finalmente, el análisis de la Estructura
Conceptual Efectivamente Reconstruida (ECER) por los estudiantes (Otero, 2006, 2007;
Fanaro, 2009).

2.2. Fundamentos cognitivos

En el marco de este trabajo de investigación, las contribuciones cognitivas de relevancia


para el desarrollo del saber a enseñar se centran en la corriente constructivista, la cual
concede una gran importancia a la participación del sujeto en el proceso de aprendizaje,
construyendo sus propias representaciones o interpretaciones de la realidad por medio
de signos, imágenes, proposiciones y modelos mentales. Esta concepción
constructivista postula que el conocimiento no es una copia o reflejo de la realidad, tal
como planteaban posturas empiristas anteriores, sino que es altamente dependiente del
sujeto y del contexto en que se genera. En este sentido, existe actualmente consenso
respecto a que cada persona realiza importantes aportes al acto de conocer,
construyendo sus propias representaciones o interpretaciones de la realidad, lo que le
permite comprenderla y operar sobre ella.

En consecuencia, se puede decir que no existe un mundo o una realidad “única” ya que
la misma es construida por cada persona de un modo diferente en función de las
transformaciones que ocurren debido al complejo funcionamiento del sistema cognitivo
29
humano. En este sentido, “no conocemos el mundo directamente sino que lo
representamos por medio de signos, símbolos, esquemas, modelos mentales, imágenes
y proposiciones” (Otero, 1999, p. 94). Por lo tanto, no existe una relación directa entre
las representaciones internas (o mentales) que construyen los sujetos, y que pasan a
formar parte de su estructura cognitiva, y las representaciones externas, las cuales
pueden ser icónicas (o pictóricas), verbales o una combinación de ambas.

Sin embargo, pese al acuerdo existente en relación a cómo las personas aprenden y
construyen sus ideas sobre el mundo externo, existen diferentes explicaciones acerca
del modo en que se produce este proceso de construcción personal. En este sentido,
algunos investigadores han centrado su análisis en la dimensión individual del propio
sujeto, mientras otros han puesto el acento en el contexto sociocultural. Por otro lado,
existen investigaciones vinculadas al análisis de las representaciones internas
construidas por los sujetos, y al modo en que tiene lugar este proceso, mientras que
otros trabajos enfatizan y ponen en cuestionamiento la relación entre la mente del sujeto
y la realidad, señalando la no correspondencia unívoca entre ambos.

En esta sección se realiza una descripción de ideas de distintos autores relacionadas


con el proceso de aprendizaje y de desarrollo cognitivo, detallando algunas
consecuencias didácticas que pueden derivarse de estas investigaciones con el fin de
utilizarlas en la construcción de una propuesta fundamentada de enseñanza acerca de
los fenómenos astronómicos cotidianos en las aulas.

2.2.1. Representaciones internas y externas

El estudio científico de la mente humana representa una tarea muy compleja. Esto se
debe a que los fenómenos a analizar no son accesibles en forma directa, pudiendo
observarse solamente aspectos externos como el lenguaje y algunas manifestaciones
de la memoria y del razonamiento. Por lo tanto, se debe utilizar alguna teoría para lograr
inferir los procesos mentales internos en función de las manifestaciones externas (Otero,
1999). A su vez, los sentimientos, las emociones y los estados de ánimo influyen en
gran medida en las funciones mentales, modificando distintas capacidades tales como
las de memorizar, de comprender, de percibir, de recordar y de aprender (Izquierdo,
2004).

Al respecto, el proceso de formación de sucesivas representaciones internas en los


estudiantes es central en la elaboración de una propuesta didáctica fundamentada ya
que una de las metas de la educación escolar a la hora de enseñar ciencias es lograr
que los alumnos construyan modelos escolares que, en forma similar al modo en que lo
hacen los modelos científicos, puedan actuar como mediadores entre la teoría y la
realidad (Lombardi, 1998). Sin embargo, no debe caerse en una postura ingenua de
pensar que existe una relación directa entre las representaciones internas que
construyen los sujetos y las representaciones externas a las que éste se encuentra
expuesto. Es decir que la exposición a representaciones externas no determinará cuál
será la representación interna que se construirá, ni el formato, ni los significados a los
que arribará cada persona.

30
2.2.2. El aprendizaje significativo de Ausubel

En relación con la idea de que las construcciones mentales de los individuos no son
réplicas de las informaciones externas que reciben a través de sus sentidos, y que el
desarrollo cognitivo no se produce de la misma manera en forma individual que en forma
colectiva en las aulas, se destacan los trabajos de David Ausubel. El concepto central de
su teoría, enfocada a la actividad intelectual en el ámbito escolar, es el de “aprendizaje
significativo”, un proceso en el cual la nueva información se relaciona de manera
sustantiva y no arbitraria con un aspecto relevante de la estructura cognitiva del sujeto
que aprende. En este proceso, la nueva información interacciona con una idea,
proposición o concepto ya existente en la estructura cognitiva, llamado “concepto
subsumidor”, que sirve de “anclaje” para dicha información (Ausubel, 1968).

De esta manera, el aprendizaje significativo tiene lugar cuando se produce la


“asimilación” de la nueva información, proceso en el cual ésta “se ancla” en los
“subsumidores” existentes en la mente del sujeto, provocando la modificación de ambos
(subsumidor e información nueva). Este proceso requiere predisposición para aprender
por parte del estudiante y que el material que le sea presentado por el docente sea
potencialmente significativo en función de que el alumno posea las ideas de anclaje
adecuadas para su asimilación.

En contraposición con el aprendizaje significativo, Ausubel define el “aprendizaje


mecánico”, en el que la nueva información no se relaciona con la ya existente en la
estructura cognitiva, por lo que se aprende en forma literal y arbitraria, prácticamente sin
relación con subsumidores específicos. Sin embargo, este tipo de aprendizaje es
necesario cuando un individuo adquiere nuevas informaciones en un área de
conocimiento que le es completamente novedosa, hasta que algunos nuevos elementos
de conocimiento estén presentes en su estructura cognitiva y puedan servir como
subsumidores (Novak, 1977).

Por su parte, Ausubel sostiene que si una persona posee madurez intelectual suficiente
pero no dispone de los subsumidores necesarios para el aprendizaje significativo, se
torna indispensable el uso de “organizadores previos”, los que actúan como puente
entre lo que ya se sabe y lo que se precisa saber para aprender significativamente el
nuevo material. Estos organizadores son materiales introductorios que se presentan
antes del propio material que va a ser aprendido, pero en un nivel más alto de
abstracción. Su función es la de “llenar la laguna entre lo que el alumno ya sabe y lo que
precisa saber, para que el nuevo conocimiento pueda aprenderse de forma significativa”
(Moreira, 1999, p. 11).

Para Ausubel, el conocimiento previo es la variable que más influye en el aprendizaje ya


que sólo es posible aprender a partir de aquello que ya se conoce. En consecuencia, el
desarrollo cognitivo representa un proceso dinámico en el que nuevos y antiguos
significados se encuentran interactuando constantemente, dando como resultado una
estructura cognitiva más organizada, con una cierta organización jerárquica, en la cual
los conceptos más generales abarcan progresivamente a proposiciones y conceptos
menos inclusivos (Ausubel, 1976).

Para Ausubel, el conocimiento previo es la variable que más influye en el aprendizaje ya


que sólo podemos aprender a partir de aquello que ya conocemos:

31
"Si tuviese que reducir toda la psicología educativa a un solo principio,
enunciaría este: de todos los factores que influyen en el aprendizaje, el más
importante consiste en lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto, y enséñese
consecuentemente" (ibíd., p. 151).

La Teoría del Aprendizaje Significativo ha tenido importantes consecuencias pedagógi-


cas ya que ha incorporado el análisis de la evolución de la estructura cognitiva del sujeto
que aprende como una parte fundamental del proceso educativo. En este sentido,
propone que el docente identifique los conceptos principales que articulan una disciplina
y, por otra parte, que los desarrolle adecuadamente para que resulten significativamente
aprendidos.

Las ideas ausubelianas reconocen la existencia de concepciones anteriores al proceso


de enseñanza formal en los alumnos, las cuales deben ser conocidas para planificar
adecuadamente las estrategias didácticas a utilizar en las clases. De allí ha surgido una
línea de investigación muy fuerte con el fin de conocer estas "ideas o concepciones
alternativas" que suelen encontrarse en forma implícita en la mente de los alumnos, las
cuales es importante hacer explícitas con el fin de que puedan ser revisadas y
cuestionadas por el propio sujeto.

Para Ausubel, los conceptos constituyen un eje central en el aprendizaje significativo ya


que su asimilación en forma no literal a la estructura cognitiva produce una modificación
sustancial de la misma. Esto permite dar nuevos significados a los conceptos y
proposiciones ya presentes en ella, enriqueciendo la estructura cognitiva ante la
aparición de nuevos subsumidores que antes no se encontraban presentes. El lenguaje
juega un rol fundamental en este proceso ya que el aprendizaje significativo se logra por
medio de la verbalización y, por lo tanto, implica la comunicación entre distintos
individuos, y con uno mismo (Rodríguez Palmero, 2008).

Pese a que Ausubel plantea a la exposición verbal como el modo más eficiente de
enseñar en forma significativa, cuestión que ha sido muy criticada, hay que valorar sus
ideas en contexto ya que su teoría tomó impulso en los años setenta, en medio de la
polémica con otros dos modelos de enseñanza muy vigentes en ese momento: el
aprendizaje por descubrimiento y la enseñanza receptiva. Sin embargo, la postura de
Ausubel asume al proceso de aprendizaje del estudiante como totalmente activo
cognitivamente, lo cual ha resultado un gran aporte a la enseñanza de las ciencias y a
las investigaciones posteriores en relación al modo de construcción de las concepciones
de los estudiantes.

Algunas de las críticas realizadas al aprendizaje significativo se centran en la


persistencia de las ideas anteriores al proceso de enseñanza en la mente de los
alumnos. En este sentido, algunos autores asociaron esta dificultad con la escasa
importancia dada por la teoría de Ausubel a la toma de conciencia acerca de la
reestructuración del propio conocimiento por parte de cada sujeto. A su vez, en muchos
casos el concepto de aprendizaje significativo ha sido trivializado, utilizándose sin
conocer en profundidad su significado ni su fundamentación teórica (Moreira, 1997).

Aportes más recientes han permitido ampliar las ideas acerca del aprendizaje
significativo y sus implicancias educativas. Pese a que Ausubel había propuesto que la
predisposición del estudiante es importante en el proceso de construcción de
significados, Novak (1988) incorpora como central la influencia de la experiencia
emocional y de los sentimientos en dicho proceso.

32
A su vez, el constructo aprendizaje significativo puede considerarse actualmente como
una idea compatible con distintas teorías constructivistas, desde las piagetianas hasta
las vigotskyanas, propiciando un marco teórico común que subyace a varias de ellas.

Como ya se ha mencionado, es crucial que quien aprende sea crítico con su proceso
cognitivo, manifestando su disposición a trabajar activamente para atribuir significados.
Al respecto, Moreira (2000) plantea las ideas del “aprendizaje significativo crítico”, que
propone una serie de principios básicos a tener en cuenta al momento de planificar una
adecuada enseñanza: que el alumno pueda aprender a partir de distintos materiales
educativos, que aprenda a preguntar más que a responder, que cuestione sus propias
representaciones del mundo, que analice cómo el lenguaje influye en dichas
representaciones, que comprenda que el significado está en las personas y no en las
palabras, que pueda reconocer al error como fuente de aprendizaje y que las
definiciones y las metáforas son instrumentos útiles para poder pensar.

El aprendizaje significativo ha mostrado poseer importantes implicancias educativas,


particularmente en lo relativo a la necesidad de conocer las concepciones que poseen
los estudiantes antes de comenzar un proceso de instrucción acerca de una
determinada temática. A continuación se abordan algunas teorías psicológicas que
permiten comprender con más detalle cómo se produce el proceso cognitivo de
interpretación del mundo y de construcción de significados.

2.2.3. Los modelos mentales de Johnson-Laird

En relación con las representaciones internas que construyen los sujetos con el fin de
interpretar el mundo y construir significados, Johnson-Laird (1983) propuso la existencia
de un triple código representacional formado por proposiciones, imágenes y modelos
mentales. Esto se contrapone con las ideas anteriores, donde se pensaba que los
aspectos cognitivos estaban mediados únicamente por procesos verbales y lingüísticos.

Una proposición es una representación abstracta, es una afirmación verbalmente


expresable que toma la información explícita proveniente de distintas formas del
lenguaje verbal y que posee una estructura que puede escribirse a partir de predicados
y argumentos. Por su parte, las imágenes mentales son producto de la percepción y/o
de la imaginación y representan aspectos perceptibles de los objetos del mundo real.
Las imágenes son representaciones analógicas con una similitud estructural con aquello
que representan y no meras experiencias subjetivas (Otero, 1999). Ser una
representación analógica implica que la imagen de un objeto debe parecerse en forma,
tamaño y orientación a aquello que está representando. Las mismas no pueden
representar elementos abstractos y contienen características visuales sin poseer
capacidades explicativas. Por último, los modelos mentales constituyen una
representación interna que actúa como modelo de trabajo y permite al sujeto razonar y
explicar el funcionamiento de las cosas. En este sentido, los modelos mentales
“permiten a los individuos hacer inferencias, entender fenómenos, decidir las actitudes a
ser tomadas, controlar su ejecución y principalmente experimentar eventos” (Johnson-
Laird, 1983, p. 397).

A diferencia de las imágenes mentales, que representan los aspectos perceptibles y


concretos de una situación desde el punto de vista de un observador (por ejemplo, la
imagen de un triángulo en particular), los modelos mentales permiten representar

33
elementos abstractos no visualizables que pueden corresponder a toda una clase de
situaciones (por ejemplo, la definición de triángulo en general). El modelo mental
subyacente contiene las relaciones necesarias para definir triángulo. La proposición “la
suma de los ángulos interiores de un triángulo es 180º” puede ser evaluada como
verdadera o falsa con respecto al modelo mental. Las imágenes comparten los atributos
del modelo mental pero son apenas una visual de éstos y no poseen capacidades
explicativas.

Los modelos mentales pueden ser completamente analógicos o parcialmente analógicos


y parcialmente proposicionales. Que sea analógico se traducirá en que la persona posee
una comprensión más cualitativa del fenómeno, basada en la utilización de imágenes
mentales, que en general se expresan en sus explicaciones mediante dibujos o
movimientos corporales (Greca y Moreira, 1996). En el otro caso, el proposicional,
puede traducirse en que la persona maneje definiciones y relaciones matemáticas, que
no significa que pueda interpretarlas a la luz de un modelo. En el ámbito educativo, es
común que los estudiantes guarden de manera inconexa definiciones y leyes que serán
olvidadas después de la evaluación. En cambio los modelos mentales son más fáciles
de recordar porque requieren mayor cantidad de procesamiento para ser construidos. A
su vez, el razonamiento es perfectamente posible sin la necesidad de construir
imágenes mentales, como queda en evidencia al utilizar conceptos totalmente
abstractos como verdad o justicia (Johnson-Laird, 1996).

Johnson–Laird (1983) sostiene que los sujetos perciben el mundo y construyen modelos
a partir de los cuales pueden evaluar afirmaciones acerca del mundo y manipular dichos
modelos para realizar inferencias sobre conocimientos abstractos. Además, pueden
establecer correspondencias entre los modelos y el lenguaje, de modo que por medio de
comportamientos simbólicos como expresiones lingüísticas, los modelos pueden ser
comunicados a los demás. De esta manera, cuando otra persona decodifica una
expresión lingüística, construye un modelo que se parece, pero no es idéntico, al estado
de cosas del mundo que su interlocutor intenta comunicar. En consecuencia, los
modelos mentales desempeñan un rol central en la representación de objetos, hechos y
eventos de la vida diaria, permitiendo realizar inferencias, comprender fenómenos,
decidir actitudes y experimentar eventos. Por lo tanto, son el instrumento con el que se
aprehende la realidad exterior que no es posible incorporar directamente como tal. Sin
embargo, existe una diferencia importante entre los modelos y las imágenes: las
personas suelen ser conscientes de las imágenes mentales que poseen, aunque mucha
veces no son conscientes de los modelos mentales que utilizan.

Los modelos mentales son representaciones funcionales, funcionales a los sujetos, que
los mismos construyen para representar sistemas físicos u abstractos y que no
necesitan ser precisos, modificándose naturalmente al interactuar con el sistema hasta
alcanzar una cierta funcionalidad. En consecuencia, un modelo mental nunca es
completo ya que va siendo ampliado a medida que nuevas informaciones son
incorporadas en un proceso de revisión que depende del conocimiento del sujeto, de su
destreza y de la finalidad para la cual el modelo es construido (Greca y Moreira, 1998).

34
2.2.4. Los modelos conceptuales

En relación con la enseñanza de las ciencias, comprender un fenómeno natural


involucra la construcción de un modelo mental que permita conocer sus causas, sus
efectos y su funcionamiento, lo cual implica mucho más que conocer la lógica
proposicional de sus enunciados o formulaciones matemáticas. En este sentido, el
aprendizaje acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos desde el sistema de
referencia topocéntrico requiere construir las representaciones mentales adecuadas
para comprender el modo de desplazamiento del Sol, la Luna y las estrellas nocturnas
en el cielo, para explicar dichos fenómenos utilizando los cambios de posición
observables a simple vista y para predecir cómo ocurrirán y se repetirán estos sucesos.

Estas representaciones internas a construir tienen su correlato en los llamados modelos


conceptuales que, a diferencia de los modelos mentales, son representaciones externas
creadas por investigadores, profesores, ingenieros, con el fin de facilitar la comprensión
o la enseñanza de sistemas físicos. Son representaciones precisas, completas y
consistentes con el conocimiento científicamente compartido. En este sentido, mientras
los modelos mentales son representaciones internas, personales y funcionales, los
modelos conceptuales son representaciones externas, compartidas por una determinada
comunidad y consistentes con el conocimiento científico que esa comunidad posee. Los
modelos conceptuales son una representación simplificada de objetos, fenómenos o
situaciones reales y pueden expresarse como formulaciones matemáticas, verbales o
pictóricas, de analogías o de artefactos materiales (Moreira, Greca y Rodríguez
Palmero, 2002). En contraposición, los modelos mentales pueden permitirle al sujeto
explicar y predecir con relativa precisión determinado fenómeno físico pero, dado que
son personales y funcionales, estas ideas pueden no ser adecuadas desde el punto de
vista científico.

Esta diferencia entre modelos conceptuales y mentales posee relación con el proceso
de enseñanza y aprendizaje que ocurre en las escuelas. Las investigaciones muestran
que no existe una correlación directa entre el modelo conceptual que presenta el
docente en el aula y los modelos mentales que construyen sus alumnos. A su vez,
tampoco se verifica en muchos casos la idea de que los modelos mentales que los
alumnos traen al aula evolucionan, con el correr del tiempo, hacia los modelos
conceptuales con que son instruidos. A su vez, esto se reitera en los libros de texto,
donde los modelos y teorías científicas aparecen como estructuras acabadas,
lógicamente organizadas, sin tener en cuenta que esto no implica que las clases de
representaciones que los científicos emplean para pensar la teoría sean idénticas, ni que
para razonar en situaciones nuevas utilicen esas mismas reglas lógicas (Greca y
Moreira, 1996).

Como un ejemplo de lo anterior es posible mencionar el modelo conceptual elaborado


para intentar explicar las estaciones del año utilizando una esfera de telgopor y una
linterna, como análogo concreto del movimiento de la Tierra (la esfera), con su eje
inclinado, alrededor del Sol (la linterna). Al respecto, diversas investigaciones muestran
que, a partir de la propia interpretación de este modelo conceptual por parte de alumnos,
y también de docentes, es común la construcción de modelos mentales que continúan
relacionando inadecuadamente a las estaciones del año con su alejamiento o
acercamiento al Sol, dejando de lado en todo momento a la inclinación del eje terrestre
como el factor más importante dentro de la explicación (Vega Navarro, 2007).

Otro ejemplo de la diferencia sustancial entre los modelos mentales construidos por los
alumnos y los modelos conceptuales que intentan transmitir los docentes (o los medios
35
masivos de comunicación) se aprecia en relación a la esfericidad de la Tierra y a la
posición de las personas en ella. Al respecto, es sabido que los niños reciben mensajes
continuos desde muy temprana edad respecto a que ellos viven en un planeta, la Tierra,
y que el mismo tiene forma esférica. Esta información se transmite en forma
proposicional, “las personas vivimos en la Tierra”, o pictórica, mediante imágenes o
dibujos de nuestro planeta visto desde el espacio exterior.

De este modo, es común que gran parte de los niños de 5 años expliciten verbalmente
estas ideas en forma proposicional: “Las personas vivimos en la Tierra, que es redonda”.
Sin embargo, diversas investigaciones han permitido detectar que muchos alumnos de
entre 8 y 10 años de edad poseen un modelo mental en el que representan a la Tierra
esférica pero hueca, de forma tal que sostienen la idea de estar viviendo adentro del
planeta Tierra y no en su superficie (Vosniadou y Brewer, 1992). En este sentido,
Vosniadou (1994) propone que este modelo mental construido por los estudiantes es un
“modelo sintético” resultado de la combinación entre el modelo culturalmente aceptado
respecto a la esfericidad de la Tierra y los modelos mentales iniciales que ya poseen los
estudiantes en base a su percepción cotidiana de los fenómenos. Este modelo de
“Tierra hueca” estaría basado en dos presupuestos básicos presentes en los niños
acerca del funcionamiento del mundo físico: a) que el espacio está organizado en
función de las direcciones arriba y abajo en relación a una tierra plana y b) que los
objetos caen hacia abajo si no se encuentran sostenidos.

Los modelos mentales de los estudiantes no son accesibles directamente sino que se
infieren desde los distintos modos de la comunicación humana. Cuando los modelos
mentales son puestos en dominio público a través de cualquier modo de representación,
se convierten en modelos expresados (Gilbert y Boulter, 2000). Estos modelos
constituyen representaciones externas, expresadas a través de la acción, el habla, la
escritura, el dibujo u otra forma material de representación. El acto de expresar un
modelo mental tiene un efecto sobre el mismo dado que, al expresarlo, éste cambia.
Como se aprecia en el párrafo anterior, las investigaciones sobre los modelos mentales
de los alumnos en función de sus exteriorizaciones suele asignar rótulos, como el
“modelo de la Tierra hueca”, los cuales corresponden a modelos mentales definidos o
caracterizados por la investigación.

Existe suficiente evidencia de que la presentación de una representación externa, tal


como el modelo conceptual que el docente, los materiales curriculares o los medios de
comunicación intentan transmitir, no implica en modo alguno la construcción por parte
de los alumnos de una representación interna idéntica. Por el contrario, dado que la
construcción de los modelos mentales es una actividad personal de cada individuo,
cobra relevancia la transformación de los modelos científicos en modelos curriculares o
de enseñanza (Gilbert, Boulter y Rutherford, 1998) con el fin de adaptarlos al nivel de
desarrollo y a la estructura cognitiva de los estudiantes en función de la comprensión de
determinados fenómenos físicos que se consideran relevantes.

Dado que los modelos mentales de los estudiantes poseen la capacidad de irse
modificando a medida que se aporta nueva información o en función de nuevas etapas
de desarrollo de cada sujeto, es indispensable que los modelos de enseñanza vayan
evolucionando a lo largo de los distintos niveles educativos. Este proceso dinámico
incluye la construcción y puesta a prueba del modelo enseñado con el fin de acercarlo
paulatinamente a los modelos curriculares que han sido consensuados por la comunidad
educativa como los más adecuados para cada nivel educativo. Al respecto, Clement
(2000) propone un proceso de aprendizaje a través de modelos intermediarios
sucesivos, partiendo de las ideas iniciales de los estudiantes hasta llegar al modelo
36
objetivo de enseñanza, que no necesariamente coincide con el modelo científico
consensuado.

Los modelos conceptuales a utilizar en las clases de ciencias serán relevantes en la


medida en que puedan actuar como mediadores entre el mundo de la teoría y el de la
experiencia, cumpliendo distintas funciones: hacer predicciones, guiar la investigación,
hacer un sumario de datos, justificar resultados, proveer explicaciones y facilitar la
comunicación (Justi y Gilbert, 1999). En este sentido, dado que la relación entre modelo
y realidad es compleja, la elección del más adecuado estará determinada por los
propósitos de estudio y por las condiciones de su realización, por lo cual será preferible
aquel que sea más potente a la hora de realizar predicciones y de poder ponerlas a
prueba con el fin de legitimar la validez del modelo elegido (Islas y Pesa, 2004). En
consecuencia, dado su carácter de constructos humanos tentativos posibles de ser
modificados y ampliados, los modelos de enseñanza deben evaluarse constantemente
en función de su validez como representaciones de la realidad.

2.3. Fundamentos epistemológicos

En función de sus experiencias escolares y del contacto cotidiano con los medios
masivos de comunicación, los estudiantes y docentes en actividad suelen creer que la
ciencia es una colección de hechos, los cuales se aprenden adecuadamente a partir de
la memorización de los mismos. A su vez, conciben a los modelos científicos como
simples copias de eventos observables, de explicaciones absolutas y verdaderas y no
logran establecer la distinción entre modelo y observación (Gellon et al., 2005).

De este modo se genera una imagen de ciencia alejada de la real la cual provoca dos
líneas de pensamiento "ingenuo" muy diferentes. Por un lado, la "posición relativista
extrema" rechaza de plano a la ciencia por considerarla la "causa de todos los males de
la humanidad". En contraposición, la "posición cientificista extrema" considera a la
ciencia como un conjunto de "verdades dogmáticas" que son motivo de admiración y
que no deben ser puestas en duda (Adúriz-Bravo y Ariza, 2013). En este sentido, la
comprensión de ciertos aspectos de la naturaleza de la ciencia hace posible la reflexión
sobre la actividad científica, proporcionando una imagen de ciencia más completa,
coherente con los conocimientos actuales y con los avances recientes en la reflexión
metacientífica.

Dado que la enseñanza de las ciencias está directamente vinculada a la enseñanza y el


aprendizaje de diversos modelos explicativos, conocer su naturaleza facilita la compren-
sión de modelos específicos y lo que ellos representan (Van Driel y Verloop, 1999).

2.3.1. Teorías, modelos y modelización en ciencias

Las teorías científicas son estructuras complejas que buscan describir, explicar y
predecir fenómenos observables (Hodson, 1986), aunque las mismas no se derivan
directamente de la observación. Al respecto, los enunciados observacionales se hacen
siempre en el lenguaje de alguna teoría y, en consecuencia, ésta precede a la
observación (Chalmers, 1987). En este sentido, las teorías no son sólo los enunciados
teóricos que las componen ya que también incluyen los hechos interpretados por ellas y
37
un "saber-cómo" en relación a las explicaciones e intervenciones que se pueden hacer
con ellas (Adúriz-Bravo e Izquierdo-Aymerich, 2009).

Por su parte, las teorías se encuentran formadas por un conjunto de modelos, los cuales
se relacionan con el mundo real mediante varias hipótesis (Giere, 1988). De este modo,
los modelos constituyen una especie de intermediarios “visibles” entre el mundo
imaginario y el mundo real (Justi y Gilbert, 1999) y pueden considerarse como una
representación simplificada de un sistema cuyas principales funciones son descriptivas,
explicativas y predictivas. En este sentido, un modelo puede ser considerado como una
representación simplificada de un sistema, el cual centra la atención en un aspecto
específico y permite o facilita la visualización de algunos aspectos del mismo. Por lo
tanto, son representaciones basadas generalmente en analogías, que se construyen
contextualizando cierta porción del mundo con un objetivo específico (Chamizo, 2010) y
que se usan para hacer predicciones, guiar la investigación, resumir datos, justificar
resultados y facilitar la comunicación (Ingham y Gilbert, 1991).

Por lo tanto, una teoría queda mejor caracterizada por la familia de modelos que la
componen, los cuales se encuentran vinculados por relaciones lógicas y experimentales
que aseguran cierta coherencia al conjunto (Joshua y Dupin, 2005).

Dado que los modelos son construcciones o invenciones sociales que dan respuesta a
demandas prácticas o teóricas, la ciencia debe entenderse como un proceso imaginativo
de pensamiento, y no como un proceso puramente descriptivo de objetos: no es un
discurso sobre lo real, sino un discurso sobre los modelos posibles. De este modo, la
definición de modelo integra los dos componentes de la ciencia: el proceso y el producto
(Pozo y Gomez Crespo, 1998). El desarrollo científico es, por lo tanto, un complejo
proceso de construcción de modelos conceptuales predictivos (Gilbert S., 1991).

Como propone Giere (1988), un modelo es una entidad que sigue “las reglas” que
sostiene la teoría en la que se inscribe y que no es “verdadero”: es similar al sistema real
en aspectos que dependen tanto de factores biológicos humanos como de
convenciones y paradigmas socialmente aceptados. De este modo, el modelo se
convierte en un “mediador” entre la teoría y la realidad en el cual se consideran sólo los
factores relevantes, se suponen los elementos inobservables del sistema real e incluso
en algunos casos se introducen entidades ideales inexistentes. Por ejemplo, el modelo
de un gas ideal es construido como un conjunto de pequeñas esferas macizas que
interactúan de acuerdo con las leyes del choque elástico (Lombardi, 2010).

Este modo de concebir a los modelos puede ser explicada a partir de la analogía con un
mapa, el cual es una forma pensada e imaginada de “ver” un determinado terreno
(Smith, Snir y Grosslight, 1992). Al igual que los modelos, los mapas capturan algunos
aspectos del lugar real que han sido seleccionados por un interés determinado (relieve,
poblaciones, etc) y los representa mediante diversos recursos gráficos (letras, colores,
líneas, etc). A su vez, el mapa (que es bidimensional y tiene letras y colores arbitrarios)
no es homomórfico al terreno representado, aunque guarda similitudes y semejanzas
respecto a él: el mapa permite moverse y guiarse en el terreno, del mismo modo en que
el modelo constituye una guía para la intervención y el desempeño en el mundo (Adúriz-
Bravo e Izquierdo-Aymerich, 2009; Raviolo et al., 2010).

Además de funciones descriptivas, explicativas y predictivas, los modelos representan


una versión simplificada de un fenómeno concentrando la atención sobre algunas
características especiales del mismo y, al mismo tiempo, contribuyen a visualizar
imaginariamente el fenómeno y sus propiedades (Osborne y Gilbert, 1980).
38
Por lo tanto, la modelización es una herramienta esencial y propia de la investigación
científica en la que se pueden identificar una serie de pasos (Webb, 1993):

a) Identificar y definir el problema o sistema a ser modelizado.


b) Definir el propósito del modelo, incluyendo quién lo usará, cómo lo usará y qué
valor tendrá asignado.
c) Decidir cuales son los principales factores en el modelo.
d) Definir las relaciones entre los componentes del modelo.
e) Evaluar el modelo poniéndolo a prueba y examinando su funcionamiento en
relación a su propósito declarado, mejorándolo cuando sea apropiado.
f) Repetir este proceso desde el paso c) cuando sea necesario.

2.3.2. Las correspondencias entre modelo y realidad

Como ya se ha dicho, los modelos poseen un carácter "híbrido", a mitad de camino


entre las teorías y el mundo, por lo que pueden actuar como mediadores entre la teoría
y realidad (Lombardi, 1998; Morrison y Morgan, 1999; Greca y Moreira, 1998). Por lo
tanto, no existe una relación directa entre lo que decimos del mundo (proposiciones) y la
manera en que ese mundo se nos muestra (fenómenos). Esta relación está mediada por
los modelos, que son representaciones abstractas de la realidad que satisfacen
determinados sistemas teóricos (Adúriz-Bravo, 2012).

El proceso de modelización requiere tomar decisiones respecto a cuáles variables son


relevantes con el fin de construir una representación idealizada del objeto de estudio. De
este modo, el científico ejerce el "derecho a despreciar" cuando argumenta, por ejemplo,
que "el color de un proyectil no modifica sus propiedades balísticas" (Bachelard, 1991, p.
261). A su vez, se evalúa el ajuste del modelo con el conocimiento teórico aceptado por
la comunidad científica, lo que puede provocar que se modifique el modelo o incluso la
propia teoría. De este modo, se manifiesta que los modelos son constructos humanos
tentativos y abiertos al cambio, debiendo evaluarse constantemente su validez como
representaciones de la realidad (Gilbert S., 2000; Grosslight et al., 1991).

Según Chamizo (2006, p. 476), las características de los modelos científicos son:
a) Los modelos simplifican lo que representan para poder entenderlo. Son
siempre modelo de algo: representan objetos, sistemas, fenómenos o
procesos.
b) Los modelos se emplean para obtener información de hechos a los cuales
no se tiene acceso directo: son instrumentos para intentar responder
preguntas científicas.
c) Los modelos son similares a la realidad hasta cierto grado y permiten
derivar hipótesis susceptibles de ser puestas a prueba: guardan analogía
con los fenómenos que representan.
d) Los modelos son distintos y más simples que la realidad ya que responden
a un sentido: para qué se propusieron, de dónde vienen y adónde van.

39
e) Los modelos se pueden ampliar y corregir: se construyen en un compromiso
entre las analogías y las diferencias que tienen con la realidad que
representan.
f) Los modelos se desarrollan a lo largo de la historia, en un proceso iterativo
de revisión para acomodar la nueva evidencia empírica.
g) Los modelos deben ser consensuados por la comunidad científica ya que la
ciencia es conocimiento público y validable.
h) Los modelos se pueden clasificar en icónicos (imágenes y maquetas) y
conceptuales (relacionados con el lenguaje, como símbolos y fórmulas).

Dado que la relación modelo-realidad es compleja, los modelos no necesitan parecerse


a los entes que representan (Gilbert S., 2000). Esto implica que un mismo modelo puede
ser representativo de diferentes sistemas reales que comparten los atributos que fueron
considerados relevantes al modelizarlos y que un cierto sistema real puede ser
representado por más de un modelo. En consecuencia, la selección de uno de ellos
estará determinada por los propósitos del estudio y por las condiciones de su realización
(Grosslight et al., 1991; Harrison y Treagust, 2000; Snyder, 2000). Por ejemplo, un tipo
de mapa (político) no es mejor que otro (geográfico), depende la función que se le dará.

Por lo tanto, no existe un modelo que sea "mejor" en sentido abstracto ya que esto
depende de las características y condiciones particulares de la situación a resolver:

"Se preferirá aquel que establezca la analogía más potente a la hora de formular
predicciones, tanto respecto del curso de los fenómenos como respecto de la
manera de someter a prueba la validez del modelo" (Islas y Pesa, 2004, p. 120).

2.3.3. Modelos y enseñanza de las ciencias

El concepto de modelo ha recibido gran atención en las últimas décadas con el fin de
entender las representaciones del mundo que poseen los científicos sobre un
determinado fenómeno físico, cuáles son las que utilizan los docentes en las aulas y,
finalmente, qué representación del fenómeno terminan construyendo los alumnos. En
este sentido, se han identificado grandes diferencias entre los modelos acerca del
mundo que utilizan los científicos y los del alumnado, aunque diversas investigaciones
han mostrado la conveniencia de utilizar representaciones propias de la ciencia escolar
como paso necesario para aprender la ciencia de los científicos:

"Pretender que desde un primer momento los alumnos utilicen un lenguaje


estrictamente científico no necesariamente es una manifestación de que la
información que manejan está sustentada en representaciones científicas
cercanas a las propuestas por la ciencia erudita en ese campo" (Galagovsky y
Adúriz-Bravo, 2001, p. 232).

Como se verá en el Capítulo 4, existen notables diferencias entre el lenguaje de la


ciencia escolar, muy cercano al del sentido común, y el lenguaje más complejo de la
ciencia erudita contemporánea. Sin embargo, otorgar cierta autonomía y carácter propio
a la ciencia escolar abre la posibilidad de crear representaciones, herramientas y
lenguaje propio de este campo, de forma tal de hacer posible la transición paulatina
hacia la ciencia erudita. De este modo, la ciencia escolar no es una simplificación de la
40
ciencia de los científicos adaptada al nivel de los alumnos, sino que constituye una serie
de etiquetas lingüísticas, conceptos y modelos propios que facilitan la comprensión de
los fenómenos por parte de los estudiantes.

Por lo tanto, el concepto de modelo debe ser trabajado en las aulas con el fin de que los
estudiantes comprendan que todos los modelos, tanto los que se utilizan dentro del
contexto escolar como los que usan los científicos, son construcciones provisorias y
perfectibles ya que ninguno de ellos posee la verdad absoluta ni definitiva. Al respecto,
la elección de un determinado modelo se basa, generalmente, en aspectos tales como
la sencillez, el poder explicativo y la riqueza teórica, ocupando menor lugar los aspectos
empíricos (ibíd.).

A su vez, el reemplazo de un modelo por otro no implica en modo alguno el abandono


definitivo del primero ya que algunos modelos históricamente propuestos siguen
formando parte activa de la ciencia actual:

"Instrumentalmente, pueden utilizarse modelos perimidos cuando facilitan la


manipulación formal y constituyen aproximaciones sencillas y legítimas a un
problema científico; este procedimiento es usual en la investigación tecnológica.
De esto se sigue que todos los temas son tratables por aproximaciones
sucesivas (un abordaje «en espiral») y que los contenidos que se estudian sirven
de base provisoria para nuevas formas de pensarlos en el futuro; nunca quedan
cerrados definitivamente" (ibíd., p. 234).

En contraposición a lo anterior, en las aulas generalmente se utilizan modelos científicos


simplificados que suelen ser de difícil inserción en la estructura cognitiva de los
estudiantes. Por lo tanto, éstos suelen incorporar en forma memorística un modelo que
no es completamente científico y que, al mismo tiempo, les resulta poco significativo. De
este modo, muchos aprendizajes podrán ser inadecuados desde el punto de vista
científico y se constituirán, posteriormente, en obstáculos epistemológicos para acceder
al conocimiento científicamente validado.

2.3.4. Clasificación de los modelos

Dado los diversos usos que se le otorga al concepto de modelo, Gilbert y Boulter (2000)
realizaron una clasificación en función del origen y la evolución de los mismos teniendo
en cuenta consideraciones epistemológicas, psicológicas y educativas:

 Modelo mental: representación analógica que los individuos generan durante su


funcionamiento cognitivo que permite conocer, controlar y hacer predicciones
acerca de eventos del mundo (Vosniadou, 1994).
 Modelo expresado: representación externa de un concepto o situación blanco
generada desde un modelo mental y expresada a través de una acción, discurso
oral o escrito u otros modos de representación (Gallarreta, 2003). El expresar un
modelo mental implica que el mismo está cambiando.
 Modelo consensuado: es un modelo expresado que ha sido desarrollado y
verificado, y donde varias personas de una determinada comunidad (científicos,
docentes, etc) han alcanzado cierto grado de acuerdo sobre su uso. Estos
modelos constituyen uno de los principales productos de la ciencia.
41
 Modelo científico: es un modelo expresado que ha obtenido aceptación social
después de ser verificado y aceptado por la comunidad científica. Para Justi y
Gilbert (2003), un modelo consensuado que se encuentra a la vanguardia de la
investigación científica se transforma en modelo científico cuando ha ganado
aceptación en la comunidad científica y es publicado en revistas reconocidas con
arbitraje.
 Modelo histórico: es un modelo científico concebido en un determinado contexto
específico de creencias filosóficas, científicas, tecnológicas y sociales, pero que
ha sido reemplazado como producto del avance de la ciencia.
 Modelo curricular: es una versión simplificada de cualquier modelo consensuado
o histórico que es incluido en el currículo de ciencias en cualquier nivel del
sistema educativo.
 Modelos de enseñanza (o enseñados): suelen ser desarrollados y utilizados por
los docentes, quienes suelen recurrir a simplificaciones o a centrar su atención
en algunos atributos particulares de ciertos fenómenos dado que la comprensión
de un modelo consensuado es generalmente dificultosa.
 Modelo híbrido: se encuentra formado por combinación de algunas
características de varios modelos científicos, históricos o curriculares en un
campo de estudio. Se usan para propósitos curriculares, o de enseñanza en el
aula, como si fueran un todo coherente.
 Modelos pedagógicos: los utilizan los docentes para la planificación, práctica y
reflexión sobre las actividades de clase. Los mismos implican cuestiones
relacionadas con la naturaleza de la ciencia y la naturaleza de la enseñanza y el
aprendizaje de la ciencia.

En función de lo anterior, es posible decir que aprender ciencias implica una paulatina
comprensión de las principales características de determinados modelos históricos y/o
científicos a través del desarrollo de determinados modelos curriculares. En este
sentido, la utilización del sistema de referencia topocéntrico para la descripción,
explicación y predicción de los fenómenos astronómicos cotidianos constituye un
modelo curricular en el que se conjuga un modelo científico (la astronomía topocéntrica)
junto con algunos aspectos de un modelo histórico (el modelo de universo de las dos
esferas). Este modelo curricular no pretende sostener la idea de Tierra estática y central
correspondiente al modelo geocéntrico de universo; por el contrario, pretende sostener a
la Tierra y a los propios alumnos como centro de sus propias observaciones,
explicaciones y aprendizajes.

2.4. Fundamentos didácticos

La ciencia escolar (Izquierdo et al, 1999) implica conocimientos construidos y elaborados


en el entorno escolar a partir de una reconstrucción de la ciencia de los científicos. Este
proceso de transposición didáctica (Chevallard, 1991) transforma el conocimiento
científico en un conocimiento a ser enseñado en un aula específica a determinados
alumnos particulares. En este proceso de transformación existirán ciertas actividades de
investigación, domésticas, culturales, ideológicas, etc, que servirán como prácticas de
referencia para la construcción y definición de los contenidos de enseñanza (Martinand,
1989).

42
2.4.1. La transposición didáctica

El concepto de transposición didáctica (Chevallard, 1991) remite al proceso de


transformaciones mediante el cual el saber científico se transforma en un saber posible
de ser enseñado, poniendo en evidencia la necesidad de crear objetos de enseñanza
que guarden correspondencia, pero que no pueden ser idénticos, al objeto académico.

En este sentido, la transformación de la ciencia practicada por los científicos en ciencia


escolar depende de las interpretaciones que se hagan, de las intencionalidades
curriculares del grado y del nivel del sistema educativo del que se trate. Estas
intencionalidades están justificadas dentro del proyecto cultural, social, político y
económico que establece cuál es la concepción de ciencia vigente y para qué se
pretende socializarla entre los futuros ciudadanos. En consecuencia, esta multiplicidad
de transposiciones se encuentra determinada por las concepciones epistemológicas,
didácticas y pedagógicas de quien o quienes profesionalmente ejercen como didactas
de las ciencias (Gallego Badillo, 2004).

Esta transformación de la cultura al currículum formal del plan de estudios, y luego al


currículum enseñado, debe ser considerada a través de una transposición didáctica
ampliada, la cual involucra múltiples referencias: conocimientos, competencias, prácticas
e incluso normas, valores o actitudes (Perrenoud, 1994). Por lo tanto, la transposición
didáctica se refiere a los conocimientos de referencia elegidos como contenido que debe
enseñarse tal como se presenta en el currículum, al contenido efectivamente enseñado,
al contenido tal como es aprendido por los alumnos y al contenido de aprendizaje tal
como es evaluado por el sistema didáctico, por el sistema de enseñanza y por la
sociedad en general. En la enseñanza científica, esto produce la distinción entre la
Física del físico, la Física a enseñar, la Física enseñada, la Física aprendida por los
alumnos y la Física evaluada por los distintos sistemas (Boilevin, 2000).

En función de lo anterior, el diseño de una determinada secuencia didáctica implicará la


reconstrucción de una cierta Estructura Conceptual de Referencia (ECR) con la mirada
puesta en el conocimiento de la comunidad científica y, al mismo tiempo, en la
institución en donde este conocimiento será reconstruido:

"ECR (Estructura Conceptual de Referencia) es el conjunto de conceptos,


relaciones entre ellos, principios, afirmaciones de conocimiento y explicaciones
relativos a un cierto campo conceptual, según aparece formulado, explicado y
consensuado en las conversaciones y los textos especializados propios de una
cierta comunidad científica de referencia" (Otero, 2006, p. 47).

Como ya se ha visto, en este trabajo de investigación la ECR reconstruida se encuentra


centrada en el campo conceptual de la "astronomía topocéntrica", lo que implica la
utilización del sistema de referencia topocéntrico, el cual describe con precisión los
movimientos del Sol, la Luna y las estrellas nocturnas en el cielo vistos desde la
superficie terrestre, lo que permite explicar y predecir los fenómenos del día y la noche,
las estaciones del año y las fases lunares, entre otros. Esta reconstrucción constituye los
fundamentos físicos de esta Tesis, que se encuentran desarrollados en el Capítulo 3,
donde se distinguen, seleccionan y adoptan conceptos, explicaciones y principios del
campo disciplinar con el propósito de transformarlos y volverlos objeto de enseñanza.

Una vez establecida la ECR, será necesaria la reconstrucción de una determinada


Estructura Conceptual Propuesta para Enseñar (ECPE), la cual consiste en las

43
transformaciones necesarias para que el saber científico pueda volverse enseñable a un
determinado grupo de alumnos, lo que implica que esta nueva estructura será
totalmente relativa, tanto en lo institucional como en lo personal:

"Estructura Conceptual Propuesta para Enseñar (ECPE): conjunto de conceptos,


relaciones entre ellos, principios, afirmaciones de conocimiento y explicaciones
relativos a un cierto campo conceptual, reconstruida por los profesores a partir de
una estructura conceptual de referencia (ECR) a la que también contribuyen los
programas oficiales y textos escolares, con el objeto de convertirla en enseñable
en un contexto y en una institución dada" (ibíd., p. 47).

La reconstrucción de la ECPE origina un conjunto de situaciones que pretenden hacer


emerger conceptos clave, explicaciones, descripciones, etc, especialmente pensadas
para el grupo de clase al que se destina. La reconstrucción de esta estructura incluye el
análisis de la conveniencia de utilización de determinados soportes, como el informático,
y el análisis de qué decisiones y acciones didácticas resultan adecuadas para favorecer
una dinámica motivacional y emocional acorde (Fanaro, 2009).

Dentro del análisis didáctico de la ECPE deberán tenerse en cuenta las situaciones que
se propondrán, los conceptos y preguntas clave, las explicaciones y afirmaciones de
conocimiento, las emociones y acciones, los sentimientos, los mecanismos explicativos,
el lenguaje en el que serán formuladas las explicaciones y las afirmaciones de
conocimiento (Otero, 2006, p. 49):

Situaciones didácticas, actividades o problemas: los mismos permitirán el


surgimiento y el funcionamiento de los conceptos clave.

Conceptos clave: conceptos centrales que se espera construir como emergentes


de la situación propuesta y sin los cuales el problema formulado no podría
resolverse.

Principios clave: afirmaciones de conocimiento que se aceptan sin deducirse de


otras. Por ejemplo, la ley de gravitación universal.

Preguntas clave: conjunto cuya respuesta da lugar a un grupo de interacciones


recurrentes o conversaciones entre los miembros del grupo de clase. Surgen a
partir del carácter problemático de las situaciones o actividades propuestas a los
alumnos.

Emociones: disposiciones que determinan el dominio de acciones. No son


controlables, aunque el organismo puede modularlas. Las conversaciones de las
que las personas son parte afectan las emociones, las que a la vez afectan el
modo de vivir en una cierta cultura. La ECPE tiene que operar al nivel del alumno
como una invitación a ingresar en un cierto dominio de conocimiento y debe
contemplar el desarrollo de una dinámica emocional propicia para el aprendizaje.

Acciones: dado que el significado de un objeto de conocimiento emerge del


sistema de prácticas asociadas a él dentro de cada dominio, se trata de anticipar
cuáles acciones son adecuadas en el dominio que está en construcción. Pueden
ser biológicas, mentales o actuativas. En la ECPE se privilegia la dimensión
actuativa ya que interesan las acciones de los miembros del grupo de clase en
relación al conocimiento.
44
Explicaciones: son conjuntos sistémicos de afirmaciones de conocimiento (que
se esperan realizar) que permiten predecir los eventos físicos, o dar razón de
ellos, mediante la atribución de relaciones causales a los objetos físicos
construídos en un cierto dominio. Estas afirmaciones tienen el carácter de
explicaciones para quienes las aceptan dentro del dominio de conocimiento al
que pertenecen. En este caso, la Física escolar.

Mecanismo explicativo: es el procedimiento o conjunto de acciones aceptadas


dentro de un dominio explicativo como método para generar afirmaciones de
conocimiento válidas. En el caso de la Física, se trata de la construcción de
modelos físicos y matemáticos que generen objetos físicos, fenómenos nuevos a
ser explicados, experimentos, predicciones y contrastaciones.

Lenguaje: especifica de qué manera serán formuladas las explicaciones y las


afirmaciones de conocimiento. En sentido amplio, se refiere a los diversos modos
semióticos que constituyen, especifican, y describen a los objetos propios de
cada dominio de conocimiento.

En el marco de esta investigación, la reconstrucción de la ECPE implicó el diseño de


situaciones didácticas, actividades o problemas que permitieron poner a prueba la
utilización del sistema de referencia topocéntrico en un aula de los últimos años de una
escuela primaria. Este enfoque particular permite relacionar los conocimientos
astronómicos a construir por los alumnos con sus propias vivencias cotidianas al
revalorizar el papel fundamental de la observación del cielo para aprender acerca de los
fenómenos celestes. A su vez, coloca al aprendiz como centro de su propio proceso de
aprendizaje y posibilita una transición progresiva hacia el sistema de referencia
heliocéntrico, el cual requiere un mayor desarrollo del pensamiento abstracto debido a
que se sostiene en “evidencias" de difícil (o incluso imposible) percepción desde nuestra
vida cotidiana, como es el caso del movimiento de nuestro planeta. En contraposición, el
enfoque topocéntrico sólo requiere la observación y el registro de los movimientos del
Sol, la Luna y las estrellas nocturnas desde cualquier ubicación terrestre, permitiendo la
explicación adecuada de fenómenos tales como el día y la noche, las estaciones del
año, las fases de la Luna, los eclipses, el movimiento diario de las estrellas en el cielo, el
desplazamiento de los planetas, etc.

Dado que "las estructuras conceptuales son indisociables del conjunto de problemas y
situaciones que les dan sentido" (Otero, 2006, p. 48), las situaciones que formarán parte
de la ECPE tendrán absoluta relación con la observación de los astros a simple vista en
el cielo. El proceso de reconstrucción de la ECPE, que implica el análisis didáctico y el
diseño de las situaciones, se presenta en el Capítulo 8.

Por último, el proceso de transposición didáctica continúa cuando la ECPE es puesta en


práctica en un grupo de clase y en una institución específica. Allí aparece en juego una
nueva estructura, la Estructura Conceptual Efectivamente Reconstruida (ECER), la cual
se define como:

“El conjunto de conceptos, relaciones entre ellos, principios, afirmaciones de


conocimiento y explicaciones relativos a un cierto campo conceptual que
efectivamente resulta reconstruido por un grupo de clase, a partir de las
coordinaciones consensuales de acciones que tienen lugar en las
conversaciones de las cuales participan el profesor y los alumnos en dinámicas
emocionales adecuadas“ (Otero, 2007, p. 21).

45
Dentro de esta estructura, los significados construidos por los estudiantes deben ser
comprendidos en una doble dimensión cognitiva, tanto personal como grupal, ya que
"cada miembro del grupo de clase construirá una estructura conceptual personal y una
red de significados única -en el sentido de propia- y privada" (Otero, 2006, p. 48).

Esta ECER es la que será analizada al finalizar el desarrollo de la secuencia didáctica


topocéntrica. Con este fin se tendrán en cuenta tanto los aspectos conceptuales
reconstruidos por los estudiantes y, al mismo tiempo, los aspectos motivacionales
implicados a lo largo de las clases. Este último aspecto forma parte prioritaria del
enfoque topocéntrico ya que es el que posibilita el compromiso de los estudiantes en lo
cognitivo, para la construcción de los modelos explicativos, y en lo emocional, con el fin
de que vinculen sus conocimientos escolares con los fenómenos celestes visibles
cotidianamente en el cielo. Este análisis didáctico se desarrolla en los Capítulos 9 y 10.

2.4.2. Implicancias emocionales en el proceso de reconstrucción del conocimiento

Como se describe más arriba, el aspecto emocional, vivencial y motivacional forma parte
esencial dentro del proceso de reconstrucción de la Estructura Conceptual Propuesta
para Enseñar (ECPE) debido a que todo sistema racional posee un fundamento
emocional:

"Todo sistema racional se funda en premisas fundamentales aceptadas a priori,


aceptadas porque sí, aceptadas porque a uno le gustan, aceptadas porque uno
las acepta simplemente desde sus preferencias. Y esto es así en cualquier
dominio, ya sea el de las matemáticas, el de la física, el de la química, el de la
economía, el de la filosofía o el de la literatura" (Maturana, 1990, p. 17).

Al respecto, las explicaciones que los estudiantes toman como válidas para comprender
un determinado fenómeno también están vinculadas a lo emocional. En este sentido,
ninguna proposición explicativa constituye una explicación válida en sí misma dado que
esto depende de su aceptación por parte del otro, lo cual la mayoría de las veces
sucede de manera inconsciente. Por lo tanto, la noción de realidad constituye también
una proposición explicativa:

"La manera como uno escucha una proposición explicativa determina que uno
acepte o no tal proposición como una explicación... Es el criterio que uno usa
para aceptar o rechazar una proposición explicativa el que determina que esa
proposición sea o no una explicación" (ibíd., p. 46).

Por ese motivo, el proceso de reconstrucción del conocimiento puede considerarse


desde una base biológica y emocional (Maturana, 1990, 1995), la cual considera al
grupo de clase como una comunidad que está aceptando la invitación a ingresar en un
mundo de significados compartidos por otra comunidad. En este sentido, los Principios
Didácticos propuestos por Otero (2006, 2007) brindan un marco para la generación de
un espacio de aula donde cada uno de los miembros del grupo, incluido el docente,
acepte la legitimidad del otro como un legítimo otro en la convivencia y donde cada
sujeto pueda convivir armoniosamente con los demás:

46
1) Principio de la institución educativa como integrante del sistema de
regulación vital: la escuela puede ser entendida como una posibilidad de
convivir armoniosamente con otros y como un ámbito propicio para el
bienestar y la supervivencia.
2) Principio del grupo de clase como ámbito de convivencia: los grupos de clase
tienen que funcionar como espacios de máxima convivencia como condición
de posibilidad del desarrollo de la identidad de cada uno de sus miembros en
armonía y felicidad. Esto requiere estar en aceptación del otro.
3) Principio de aceptación del otro: cada uno de los miembros del grupo debe
aceptar la legitimidad del otro como un legítimo otro en la convivencia
(Maturana, 1995). Aceptar al otro no significa tolerarlo, lo que implica que el
otro está equivocado mientras uno está seguro de no estarlo. Esto se
contradice con la toma de conciencia de la imposibilidad de acceso a la
verdad ni a la realidad de modo trascendente, independiente de uno mismo.
4) Principio de la acción del profesor: dado que la ciencia que se desea enseñar
no trata con la verdad en un sentido trascendente, el "saber" del profesor
está ligado a la aceptación de los alumnos. Si ellos no aceptan la invitación a
ingresar en un nuevo dominio cognoscitivo, nada se podrá hacer para
enseñarles. Mientras la emoción que determina las acciones científicas es la
curiosidad y la pasión por explicar, la emoción que especifica las acciones del
profesor es la de comunicar.
5) Principio de la acción del alumno: los alumnos tienen la responsabilidad de
aceptar o no la invitación que se les realiza, que implica ingresar en un
mundo de significados compartidos pero que los estudiantes desconocen. De
este modo, mientras los científicos hacen ciencia movidos por la pasión de
explicar, los estudiantes que aceptan la invitación estarán, al menos en
principio, movidos por la pasión de comprender. Para ello, los alumnos
preguntarán, responderán, conversarán, dudarán y expresarán lo que saben
y los criterios que se aceptan para especificar que otro sabe. Al igual que el
profesor, estarán vigilantes para no caer en la tentación de la certidumbre.
6) Principio de la emoción como base de la razón: la racionalidad tiene un
fundamento emocional ya que, en general, todos los sistemas racionales se
basan en la aceptación "a priori" de las premisas que postulan. Es en esta
aceptación en la que interviene la emoción. La escuela debe ser un lugar
para romper este antagonismo entre emociones, sentimientos y razones.
7) Principio del error: es imposible reconocer un error cuando se está
cometiendo dado que, de ser así, no se cometería. Los errores son siempre a
posteriori, lo que implica la necesidad de reflexionar acerca de las
consecuencias de las propias acciones para detectarlo. Por lo tanto, se debe
naturalizar el error e incluirlo como parte de la cultura escolar ya que es
inherente al proceso de actuar.
8) Principio sobre cómo sabe que sabe, quién sabe: dentro de un grupo de
clase se podrá decir que alguien sabe cuando sus acciones satisfacen los
criterios de aceptación establecidos por el grupo. Estos criterios son producto
del consenso y forman parte del conocimiento público del grupo a partir de
haber sido formulados en documentos escritos o en conversaciones del
mismo grupo.

47
9) Principio del bienestar, la creatividad y razonamiento: las evidencias
neurobiológicas indican que los estados emocionales de bienestar
incrementan la actividad cerebral en regiones ligadas al razonamiento y la
creatividad. Por lo tanto, la construcción de un espacio relacional de
convivencia armoniosa basada en la aceptación del otro y de aceptación de
la identidad de cada uno refuerza la posibilidad de bienestar. Por ejemplo,
un alumno suele sentir malestar cuando está habituado a no comprender, y a
que esto se considere como un déficit que solo es atribuible a él. En
consecuencia, sus razonamientos disminuyen y su generación de ideas
también, con lo cual su incomprensión aumenta.

Estos principios implican una didáctica en donde se proponen acciones dirigidas a


reconstruir un determinado conocimiento físico, perteneciente a una cierta comunidad o
institución de referencia, el cual será “exportado” a otras culturas e instituciones para las
cuales deberá tener un verdadero sentido.

2.4.3. La enseñanza basada en modelos

En función de lo expresado anteriormente respecto al rol del trabajo con modelos dentro
de la actividad científica, y a la necesidad de su desarrollo en las aulas con el fin de que
los estudiantes comprendan sus usos y limitaciones, la propuesta didáctica a diseñar en
esta investigación tendrá como eje la reconstrucción de un modelo descriptivo,
explicativo y predictivo topocéntrico acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos.

Al respecto, la enseñanza basada en modelos puede concebirse como cualquier


implementación consistente en recursos informativos, actividades de aprendizaje y
estrategias de enseñanza que procuran facilitar la construcción de modelos mentales
(Johnson-Laird, 1983) en los alumnos, tanto individualmente como en grupo (Gobert y
Buckley, 2000). A su vez, posee como meta la mejora en la comprensión de los
estudiantes sobre los modelos y su rol en la ciencia a partir de la construcción de
modelos de enseñanza que, en modo similar a como lo hacen los modelos científicos,
puedan actuar como mediadores entre la teoría y la realidad (Lombardi, 1998; Morrison,
1999). En la formación de un modelo se integran piezas de información acerca de la
estructura, función o comportamiento, y mecanismos causales de un fenómeno,
partiendo de representar un sistema análogo o a través de la inducción.

Dado que los modelos científicos son frecuentemente complejos o se expresan


mediante formas de representación complejas, lo que se enseña en las clases de
ciencias son simplificaciones o adaptaciones de los mismos que reciben el nombre de
"modelos curriculares". A su vez, con el objetivo de ayudar a los a los alumnos a
aprender un determinado modelo curricular, los docentes crean y utilizan "modelos de
enseñanza", que son representaciones centradas en algún aspecto o en ciertos atributos
particulares del modelo. Los dibujos, maquetas, simulaciones y analogías son los
recursos de enseñanza más comúnmente utilizados (Justi, 2006).

Desde esta perspectiva, el proceso de aprendizaje a largo plazo consiste en recorrer un


camino paulatino desde las concepciones que poseen los estudiantes antes de la
enseñanza hasta alcanzar el modelo objetivo a enseñar, atravesando uno o más
modelos intermediarios (Clement, 2000). Este conocimiento deseable de alcanzar
después de la instrucción no necesariamente coincide con el modelo consensuado por

48
los expertos o modelo científico (Figura 2-1), debiéndose mantener una acción
examinadora que evite deformaciones durante el proceso de transposición didáctica.
Este principio de "vigilancia epistemológica" (Chevallard, 1991) tiene como objetivo
principal controlar que el saber que se enseña en las instituciones escolares no se
desvíe en lo sustancial de los conceptos y principios más relevantes del saber científico.

Figura 2-1: El aprendizaje a través de modelos intermediarios (Clement, 2000).

La concepción de modelo como cualquier representación que permite pensar, hablar y


actuar con rigor y profundidad sobre un sistema que se está estudiando posee amplia
potencialidad. Permite concebir la ciencia escolar como un espacio para pensar acerca
de ciertos hechos-clave reconstruidos para dar sentido a los fenómenos del mundo que
nos rodea, incorporando modelos de enseñanza adecuados al problema planteado, al
momento de aprendizaje y al grupo e institución en la que se trabaja (Adúriz-Bravo e
Izquierdo-Aymerich, 2009).

En relación con la enseñanza basada en modelos, las investigaciones han mostrado que
los estudiantes, y muchos docentes, no tienen en claro el concepto de modelo (Gilbert
S., 1991; Islas y Pesa, 2003), por lo que éste debe ser enseñado utilizando diferentes
estrategias (Raviolo et al., 2010). En este sentido, es relevante que el docente promueva
actividades donde se discuta y clarifique la naturaleza y el uso de los modelos,
diferenciando su significado del que se le asigna en la vida cotidiana (Justi, 2006). A su
vez, la construcción de modelos es una actividad que involucra a los alumnos en “hacer
ciencia”, “pensar sobre ciencias” y “desarrollar pensamiento científico y crítico”,
promoviendo un aprendizaje activo por parte de los estudiantes (Justi y Gilbert, 2003).

Dado que la modelización representa una de las actividades científicas centrales


(Gallego Badillo, 2004), favorecer las actividades de construcción de modelos y de
resolución de problemas en las aulas familiariza a los alumnos con las actividades
propias de la ciencia propiciando la enseñanza de métodos de razonamiento
característicos de las ciencias experimentales. En este sentido, el aprendizaje de la
Física debe contemplar tres dimensiones principales: estudiar ciencias físicas, aprender
sobre las ciencias físicas y hacer ciencias físicas. Esto implica apropiarse de los
conocimientos (hechos, conceptos, leyes, teorías, etc.), estudiar las maneras en que
funciona la ciencia (métodos, procedimientos, etc.) y comprender la estrecha vinculación
con aspectos culturales (relación ciencia y sociedad, historia de las ciencias, etc.)
(Boilevin, 2000, p. 62).

49
En relación al proceso de construcción de modelos, Justi (2006) propone un modelo
sobre este proceso organizado en cuatro etapas (Figura 2-2), lo que no implica que sea
deseable ni esperable que todos los alumnos desarrollen el mismo modelo ni de la
misma forma. Por el contrario, se espera que esta estrategia de enseñanza permita el
enriquecimiento de la estructura cognitiva y emocional de los alumnos, entendiendo que
el aprendizaje es un proceso gradual y no lineal de modificación de ideas.

Figura 2-2: Modelo del proceso de construcción de modelos (Justi y Gilbert, 2002).

Etapa 1:

 Definir el objetivo o bien tener conocimiento del mismo (Gilbert, Boulter y


Rutherford, 1998).
 Buscar observaciones iniciales (directas o indirectas, cualitativas o cuantitativas)
acerca de la entidad a modelar. Es decir, experiencias que la persona ya tiene o
que pasa a tener con el «objeto» a modelar. Estas experiencias pueden existir
como observaciones empíricas o como informaciones previamente existentes
(en la estructura cognitiva del propio individuo o en fuentes externas) acerca de
la entidad modelada y del contexto en el cual está inmersa.
 Seleccionar los aspectos de la realidad que se usarán para describir el «objeto»
a modelar. Pueden ser ser situaciones con las que parece posible establecer una
analogía (Gentner y Gentner, 1983; Wilbers y Duit, 2006) o bien recursos
matemáticos para la situación en cuestión.
 Elaborar un modelo mental inicial a partir de los elementos anteriores utilizando
la creatividad y el razonamiento crítico.
50
Etapa 2:

 Decidir cuál será la forma de representación más adecuada para el modelo:


concreta, visual, verbal, matemática, computacional (Boulter y Buckley, 2000).
 El desarrollo del modelo mental tendrá un carácter cíclico dado que el proceso
de expresar un modelo conlleva hacer modificaciones en el modelo mental que,
a su vez, se puede expresar de diferentes formas, y así sucesivamente.

Etapa 3:

 Comprobación del modelo propuesto mediante experimentos mentales y/o


mediante la planificación y realización de comprobaciones experimentales. Si el
modelo falla se debe intentar hacer modificaciones al mismo para que pueda
reincorporarse al proceso.
 El modelo puede ser rechazado en casos extremos en que la comprobación
señala problemas serios y dificultades de adecuación. Esto implica una
reconsideración radical de los elementos de la Etapa 1 de elaboración del
modelo, añadiéndole el conocimiento adquirido hasta el momento, el cual pasa a
formar parte de las experiencias anteriores del individuo.

Etapa 4:

 Socialización del modelo. Si ha tenido éxito en la etapa 3, se puede decir que el


modelo ha cumplido con el propósito para el que ha sido elaborado. Por lo tanto,
el individuo que lo creó queda convencido de su validez, por lo que su siguiente
tarea consistirá en convencer de esto a otros individuos.
 En este proceso de socialización, se debe hacer explícito tanto el ámbito de
validez del modelo como las limitaciones del mismo en relación con el objetivo
que inicialmente se había definido.

Pese a que este proceso de construcción de modelos intenta representar el modo de


trabajar y pensar de muchos científicos, esto no implica que los estudiantes deban
"pensar como" o "convertirse en" científicos. Sin embargo, esta propuesta brinda la
oportunidad de experimentar determinados aspectos de la construcción del
conocimiento científico, de pensar los propósitos de la ciencia, de formular preguntas
críticas y atinadas, de proponer explicaciones, de realizar predicciones y de evaluar el
modelo propuesto. Por lo tanto, implica a los alumnos en el "hacer ciencia" y en el
"pensar sobre la ciencia", de forma tal que los fenómenos se estudien de un modo activo
y participativo por parte de los estudiantes (Justi, 2006, p. 178).

En el capítulo siguiente se brindarán los fundamentos físicos del “modelo cinemático


celeste” (MCC), el cual tiene como eje la utilización del sistema de referencia
topocéntrico para la descripción, explicación y predicción de los fenómenos del día y la
noche, las estaciones del año y las fases lunares. Este MCC será el modelo objetivo de
enseñanza que se intentará reconstruir con los estudiantes a partir de la implementación
de una propuesta didáctica topocéntrica especialmente elaborada con este fin, la cual
representa el núcleo central de este trabajo de investigación.

51
52
CAPÍTULO 3: FUNDAMENTOS DISCIPLINARES

3.1. Introducción

En este capítulo se presentan los fundamentos físicos de esta investigación, los cuales
involucran el desarrollo de los conocimientos científicamente aceptados acerca de los
sistemas de referencia y, en particular, de los sistemas de referencia astronómicos.
Estos últimos constituyen un eje central en el diseño de la propuesta didáctica a ser
elaborada e implementada.

A continuación se reconstruye la Estructura Conceptual de Referencia (ECR) en relación


al modo de descripción y explicación de los fenómenos astronómicos cotidianos desde
un sistema de referencia centrado en el propio observador terrestre. Para ello se
desarrolla el concepto de sistema de referencia, se detallan los sistemas de referencia
astronómicos más relevantes para el proyecto y se centra la atención sobre el sistema
topocéntrico. Por último, se utiliza dicho sistema de referencia con el fin de brindar una
descripción de los movimientos del Sol, la Luna y las estrellas nocturnas en el cielo con
el fin de construir explicaciones científicamente adecuadas acerca de los fenómenos del
día y la noche, las estaciones del año y las fases lunares.

3.2. La elección del sistema de referencia

El concepto de sistema de referencia es trascendental para analizar cualquier fenómeno


físico ya que constituye un sistema de convenciones que se utiliza con el fin de poder
medir y precisar la posición y otras magnitudes físicas de un objeto. Pese a que cada
observador puede elegir el sistema de referencia que prefiera para describir el
movimiento de un cuerpo (provocando que la descripción de dicho movimiento será
diferente en cada caso), es posible afirmar que la ubicación del objeto en los distintos
momentos debe ser única ya que el mismo no puede encontrarse en dos lugares a la
misma vez. Esto parecería sugerir la existencia de un sistema de referencia absoluto,
basado en los cambios en la posición del mismo cuerpo en relación al espacio mismo.
Sin embargo, el principio de relatividad del movimiento sostiene que sólo podemos
hablar de la posición o el desplazamiento de un cuerpo en relación a otro y que carece
de sentido hablar del movimiento absoluto de un cuerpo sin referencia a ningún otro
objeto. De este modo, el sistema de referencia se define como el conjunto de cuerpos
que convencionalmente se consideran inmóviles y con respecto a los cuales se analiza y
mide el movimiento de otros objetos (Landau, Ajiezer y Lifshitz, 1973).

Dado que el sistema de referencia puede ser elegido arbitrariamente, queda claro que la
descripción del movimiento de un cuerpo será diferente en función de la elección que se
realice. Si el sistema de referencia se encuentra en el mismo objeto a analizar, éste se
hallará en reposo respecto al sistema elegido pero se encontrará en movimiento
respecto a otros posibles sistemas de referencia. A su vez, esto implica que el mismo
cuerpo se moverá diferente, siguiendo distintas trayectorias en los distintos sistemas.

Pese a que la elección de cualquier sistema de referencia es indiferente e igualmente


posible para la descripción del movimiento de un cuerpo, los fenómenos físicos no

53
ocurren igual en todos los sistemas y, en consecuencia, cobra relevancia el proceso de
decisión acerca de cuál elegir con el fin de lograr que los fenómenos de la naturaleza
aparezcan en él de la forma más simple (ibíd.).

Entre los distintos sistemas posibles existen ciertas ventajas relativas de los llamados
“sistemas de referencia inerciales”, que son aquellos en los cuales el sistema se
encuentra ligado a un cuerpo que se desplaza a velocidad constante. En consecuencia,
el desplazamiento libre de interacción de un objeto será descripto como un movimiento a
velocidad constante desde cualquier sistema inercial y, por lo tanto, existen infinitos
sistemas inerciales posibles, cada uno de ellos ligado a otros cuerpos que se desplazan
libremente. En todos estos sistemas inerciales posibles, los fenómenos físicos ocurren
de la misma manera y las leyes de la naturaleza poseen la misma forma, lo que provoca
que sean indistinguibles entre sí y, consecuentemente, que pierdan sentido los
conceptos de posición y movimiento absolutos. En contraposición, las leyes físicas se
enuncian de distinta manera en los diferentes sistemas acelerados o “no inerciales”, por
lo cual es natural que los fenómenos físicos se intente estudiarlos, la mayoría de las
veces, con mayor o menor grado de precisión, desde sistemas de referencia inerciales.

Un ejemplo de esto último es el sistema de referencia que se utilizará en este trabajo,


donde se focalizará la atención en el sistema de referencia topocéntrico, centrado en la
propia posición de un observador terrestre. Este sistema de referencia es claramente no
inercial debido a que la Tierra rota alrededor de su eje y se traslada alrededor del Sol
(además de otros movimientos en los que no será necesario ahondar aquí), lo que
provoca que los distintos puntos situados en la superficie del planeta se muevan a
velocidades diferentes y no constantes. Sin embargo, dado el lento cambio de la
dirección de las velocidades de los movimientos de rotación y traslación, un sistema de
referencia posicionado en un punto de la superficie terrestre puede ser considerado
inercial, con un muy pequeño margen de error, para la gran mayoría de las experiencias
cotidianas. Pese a ello, existen experiencias concretas en las que es imposible dejar de
lado el carácter no inercial de este sistema fijo a la Tierra. Por ejemplo, al analizar la
caída libre de una partícula en el campo gravitatorio terrestre desde una gran altura, al
hacer oscilar un cuerpo colgado de una cuerda extensa (péndulo de Foucault) o al
lanzar un proyectil que deberá recorrer grandes distancias en dirección norte-sur.

Desde la mecánica newtoniana, que es adecuada para describir la gran mayoría de los
fenómenos astronómicos que ocurren a escalas de nuestro planeta, e incluso del
Sistema Solar, un sistema inercial puede pensarse como aquel en el que el movimiento
de los cuerpos puede explicarse adecuadamente a partir de las leyes de Newton. En
cambio, en un sistema no inercial estas leyes no se cumplen ya que se deben introducir
fuerzas “inerciales” para explicar determinados fenómenos observables. A estas fuerzas
se las suele llamar “ficticias” dado que no son el producto de la interacción con un
campo producido por otros objetos, sino de la rotación o de la aceleración lineal del
origen del sistema de referencia. Como ejemplo de este tipo de fuerzas es posible
mencionar a las fuerzas centrífuga y de coriolis, indispensables para explicar algunos de
los fenómenos que se observan en la atmósfera terrestre debido al movimiento no
uniforme de nuestro planeta.

54
3.3. Sistemas de referencia astronómicos

Como se ha mencionado, la elección adecuada del sistema de referencia es un tema


crucial para determinar la posición y el movimiento de cualquier cuerpo y,
particularmente, de los astros celestes. A su vez, se ha discutido la imposibilidad de fijar
un sistema de referencia que pueda considerarse absoluto y la conveniencia de elegir,
entre todos los posibles, un sistema de referencia que sea inercial.

Sin embargo, en el caso de los fenómenos astronómicos esto último será prácticamente
imposible ya que nuestro planeta se encuentra en continua rotación, y con continuas
aceleraciones, debido la existencia de interacciones entre la Tierra y el Sol, y entre la
Tierra y los otros planetas. Lo mismo sucede con el Sol y sus interacciones con otros
cuerpos de la galaxia, lo que hace que tampoco sea posible considerar al centro del Sol
como origen de un sistema de referencia inercial. Por otro lado, la mayoría de las
observaciones astronómicas se realizan desde la Tierra, lo que implica la necesidad de
plantear un sistema de referencia que esté centrado en algún punto de su superficie o, a
lo sumo, en el centro de masas terrestre.

Por su parte, las enormes dimensiones que presenta el universo provocan la ficticia
sensación de que los cuerpos celestes se ubican a distancias similares de la Tierra y,
en consecuencia, la posición de un astro suele indicarse en función de la dirección
espacial hacia la que debe apuntar sus ojos (o un instrumento óptico) un observador
terrestre. En función de esto, resulta útil el concepto de “esfera celeste”, que constituye
una esfera de radio arbitrario, con centro en un punto determinado del espacio, sobre la
que se proyectan todos los astros con el fin de estudiar sus posiciones (Berrocoso et al.,
2003).

En función del origen elegido para la esfera celeste se podrán definir distintos sistemas
de representación del universo. En este trabajo, donde se analizarán los fenómenos
astronómicos cotidianos desde un punto de la superficie terrestre (la mayoría de las
veces) o desde algún punto del espacio exterior (en menor medida), los sistemas de
referencia astronómicos que serán de interés son:
a) Sistema topocéntrico: centrado en un punto de la superficie terrestre.
b) Sistema geocéntrico: centrado en el centro de masas de la Tierra.
c) Sistema heliocéntrico: centrado en el centro de masas del Sistema Solar.

Dado que el radio de la Tierra es muchísimo más chico que la distancia a la mayoría de
los astros, en una gran cantidad de fenómenos astronómicos puede considerarse como
origen de la esfera celeste al centro de la Tierra o, indistintamente, a un lugar sobre la
superficie de nuestro planeta. Por lo tanto, con el fin de generar sistemas de referencia
que no dependan del lugar de observación, es común que los astrónomos suelan utilizar
en mayor medida el sistema de referencia geocéntrico que el topocéntrico.

Sin embargo, dado que los fenómenos astronómicos cotidianos, tales como el día y la
noche, las estaciones del año y las fases de la Luna, se encuentran fuertemente
condicionados por la ubicación del observador, en esta investigación será relevante
utilizar el sistema de referencia topocéntrico por ser el que permite describir con
precisión lo que se observa desde un punto determinado de la superficie terrestre.

55
Para describir el movimiento de los astros se definen una serie de elementos principales
de la esfera celeste (Figura 3-1):
a) Eje celeste (o "Eje del mundo"): prolongación del eje terrestre hasta la esfera
celeste.
b) Polos celestes (P y P´): puntos en los cuales la prolongación del eje terrestre
intersecta a la esfera celeste.
c) Ecuador celeste: círculo máximo de la esfera celeste que resulta de la
proyección del Ecuador terrestre sobre ésta.
d) Meridiano celeste: círculo máximo que pasa por los polos celestes.
e) Paralelo celeste: círculo menor paralelo al Ecuador celeste.
f) Horizonte terrestre: plano tangente a la Tierra en el lugar de observación.
g) Horizonte celeste: círculo máximo que resulta de la intersección del horizonte
terrestre con la esfera celeste.
h) Cénit (Z): punto en que la vertical astronómica del lugar interseca a la esfera
celeste.
i) Nadir (Z´): punto de la esfera celeste diametralmente opuesto al cénit.
j) Meridiano del lugar: meridiano celeste que contiene al cénit y al nadir.
k) Latitud del lugar: ángulo entre la meridiana del lugar y el eje celeste.

Para indicar la ubicación de un astro en el cielo se utiliza un sistema de coordenadas


esféricas en un espacio euclídeo tridimensional, donde la posición P de un astro queda
determinada por la terna (r, φ, θ), donde r es la distancia al origen de coordenadas y φ y
θ son ángulos que indican la dirección del vector r en relación a planos convencionales
tomados como referencia.

Figura 3-1: Elementos principales de la esfera celeste.

56
Dado que se suele considerar a todos los astros ubicados sobre la esfera celeste, su
distancia r al origen de coordenadas será siempre la unidad y, en consecuencia, la
posición de cada uno quedará identificada indicando solamente los ángulos φ y θ,
medidos sobre círculos máximos de la esfera celeste perpendiculares entre sí. Por lo
tanto, para fijar la posición de un astro habrá que fijar, además del origen del sistema
(que puede ser topocéntrico, geocéntrico o heliocéntrico), un plano fundamental de
referencia que pase por el centro de la esfera, un punto fundamental en dicho plano y un
sentido para la medición de los ángulos (Figura 3-2). Combinando los orígenes de
coordenadas y los distintos planos de referencia, los sistemas más utilizados se
muestran en la Tabla 3-1.

Figura 3-2: Mecanismo general para indicar las coordenadas de un astro situado en la
esfera celeste (Berrocoso et al., 2003, p. 88).

Tabla 3-1: Sistemas de referencia astronómicos más utilizados.

Plano
Nombre Origen Punto fundamental Coordenadas
fundamental

Horizontal o Horizonte del Acimut (A)


Topocéntrico Punto sur
Altacimutal observador y altura (h)

Intersección del
Ecuatorial Ángulo horario (H)
Geocéntrico Ecuador celeste meridiano del lugar y
horario y declinación (δ)
el Ecuador celeste

Ecuatorial Ascensión recta (α)


Geocéntrico Ecuador celeste γ: Punto Aries
absoluto y declinación (δ)

Longitud (λ) celeste


Eclíptico Geocéntrico Eclíptica γ: Punto Aries
y latitud (β) celeste

Longitud (λ´) y
Heliocéntrico Heliocéntrico Eclíptica γ: Punto Aries latitud (β´)
heliocéntricas

57
3.4. Características de los distintos sistemas de referencia astronómicos

A continuación se detallan las características principales de los distintos sistemas de


referencia presentes en la Tabla 3-1 y se realiza un análisis de las ventajas y
desventajas de cada uno.

3.4.1. Sistema horizontal o altacimutal

Es un sistema de coordenadas topocéntrico horizontal cuyo origen está situado sobre la


superficie terrestre. El plano fundamental es el horizonte del lugar y las coordenadas
horizontales de un punto sobre la esfera celeste son el acimut (A) y la altura (h). El
acimut es el ángulo horizontal que se mide desde el sur en sentido retrógrado y la altura
se mide angularmente desde el plano del horizonte del lugar (Figura 3-3)

Figura 3-3: Coordenadas horizontales de un punto sobre la esfera celeste (ibíd., p. 89).

Este sistema de coodenadas posee la ventaja de representar el aspecto del cielo visto
por un observador desde un punto determinado de la superficie terrestre. A su vez, es
accesible a las vivencias cotidianas y a la experimentación física dado que tanto el plano
horizontal como la dirección vertical, perpendicular a él, son fácilmente identificables y
perceptibles mediante el uso de una plomada y un nivel. A su vez, la determinación de la
dirección sur para medir el acimut es relativamente sencilla si se aprovecha la dirección
de la sombra en el momento en que el Sol atraviesa el meridiano del lugar (válido para
localidades situadas al sur del Trópico de Capricornio).

Los inconvenientes que surgen con este sistema se deben al carácter local del mismo,
lo que dificulta la comparación con lo que se observa en otra posición de la Tierra dado
que el horizonte local cambia de un lugar a otro. Sin embargo, la comparación es posible
teniendo en cuenta la ubicación respectiva de cada observador. Es el sistema de
referencia que se utilizará en este trabajo de investigación en forma casi exclusiva.

58
3.4.2. Sistema ecuatorial horario

Es un sistema de coordenadas geocéntrico ecuatorial cuyo origen es el centro de masas


de la Tierra. El plano fundamental es el Ecuador celeste y las coordenadas esféricas
que se utilizan son el ángulo horario (H) y la declinación (δ). El ángulo horario es el arco
del Ecuador celeste que va desde el llamado punto Q´ (intersección entre el meridiano
superior del lugar y el Ecuador celeste) hasta el meridiano celeste que pasa por el astro.
Este arco se mide en sentido retrógrado u horario y se expresa en horas (1 hora
equivale a 15⁰ en el cielo). Por su parte, la declinación es el arco del meridiano celeste
que pasa por el astro que va desde el Ecuador celeste hasta el astro en cuestión. Por
convención, la declinación se mide en grados y toma valores entre 0⁰ y 90⁰ para el
hemisferio norte celeste y entre 0⁰ y -90⁰ para el hemisferio sur celeste (Figura 3-4).

Figura 3-4: Coordenadas horarias de un punto sobre la esfera celeste (ibíd., p. 91).

Este sistema de coordenadas posee la ventaja de que, a diferencia del sistema


horizontal, comienza a presentar aspectos invariantes si el observador se desplaza de
un lado a otro de la Tierra. En este sentido, la declinación de una estrella (su “distancia
angular” al Ecuador celeste) permanece constante a lo largo de gran cantidad de tiempo
(despreciando su lento movimiento propio) y la declinación de un astro del Sistema Solar
puede considerarse constante para cada día del año (salvo la Luna, que se desplaza en
el cielo con demasiada rapidez).

Por otro lado, el ángulo horario no se modifica con la latitud del lugar de observación
(aunque sí con la longitud) y su variación es uniforme (debido a ser causada por la
rotación de la Tierra). Esto provoca que, para un determinado lugar, la variación del
ángulo horario sea igual al tiempo transcurrido: 1 hora de tiempo transcurrido equivale a
1 hora de cambio del ángulo horario (15⁰). Por último, la diferencia de ángulo horario de
un determinado astro observado desde distintos lugares de la Tierra es igual a la
diferencia en longitud entre ambos sitios.

Las desventajas de este sistema de coordenadas están relacionadas con las dificultades
para medir la declinación de un astro debido a que el Ecuador celeste no es posible de
percibir a simple vista. A su vez, más allá de que el origen del sistema de coordenadas
es geocéntrico, el ángulo horario posee un carácter local dado que el plano de
referencia para su medición es el correspondiente al meridiano superior del lugar.
59
3.4.3. Sistema ecuatorial absoluto

Es un sistema de coordenadas geocéntrico ecuatorial cuyo origen es el centro de masas


de la Tierra. El plano fundamental es el Ecuador celeste y las coordenadas esféricas
que se utilizan son ascensión recta (α) y declinación (δ). La ascensión recta es un
parámetro similar al ángulo horario ya que se expresa en horas y también corresponde a
un arco medido sobre el Ecuador celeste (Figura 3-5). La diferencia es el punto de
referencia de cada uno: el ángulo horario se mide desde el meridiano superior del lugar
y la ascensión recta desde el Punto Aries (una de las dos intersecciones del plano de la
eclíptica con el Ecuador celeste).

Figura 3-5: Coordenadas absolutas de un punto sobre la esfera celeste (ibíd., p. 97).

La ascensión recta (que va de 0h a 24h) se define como el arco del Ecuador celeste
medido en sentido directo desde el Punto Aries hasta el meridiano que contiene al astro.
Dado que el Punto Aries es un punto fijo de la esfera celeste y que, por lo tanto, rota en
conjunto con ella, la ascensión recta de una estrella se mantiene constante mientras que
el ángulo horario no. Por lo tanto, este sistema de coordenadas no depende ni del
momento ni del lugar de observación.

Por otro lado, se llama día sidéreo al tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos
del Punto Aries por el meridiano superior del lugar y, en consecuencia, serán las 0 h de
tiempo sidéreo cuando el Punto Aries se encuentre atravesando el meridiano superior
del lugar. Por lo tanto, el tiempo sidéreo será igual al ángulo horario del Punto Aries en
ese momento: θ = H (del Punto Aries). En consecuencia, la expresión para relacionar el
ángulo horario (H) con la ascensión recta (α) en función del tiempo sidéreo (TS) es la
siguiente:

TS = α + H

Pese a sus similitudes con el sistema de coordenadas horario, el sistema ecuatorial


presenta la ventaja de que sus coordenadas no dependen del lugar ni del momento en
que se realice la observación, por lo que es un sistema invariante respecto al espacio y
al tiempo (en escalas normales de unos 50 años). En este sentido, este sistema es
análogo al sistema de coordenadas geográficas terrestres basado en los parámetros de
latitud y longitud.
60
3.4.4. Sistema eclíptico

Este sistema de coordenadas se utiliza cuando se desea estudiar el movimiento de


astros del Sistema Solar, como los planetas, la Luna o el Sol, cuyas coordenadas
celestes no pueden considerarse constantes y cuyo movimiento se produce en la zona
cercana al plano de la eclíptica. Es un sistema geocéntrico cuyo plano fundamental es el
de la eclíptica, que es el plano de movimiento de la Tierra alrededor del Sol o, de igual
modo, del movimiento del Sol en el cielo observado desde nuestro planeta. Las
coordenadas que se utilizan son la longitud eclíptica (λ) y la latitud eclíptica (β).

Dado que el plano fundamental de este sistema es la eclíptica, la cual se encuentra


inclinada respecto al Ecuador, los polos de este sistema no coinciden con los polos
celestes (están desplazados aproximadamente 23,5⁰). La longitud eclíptica es el arco
medido sobre la eclíptica desde el punto Aries o Vernal en dirección hacia el este y
hasta el meridiano que pasa por el astro. La latitud eclíptica se mide sobre el meridiano
en que se encuentra el astro y se considera positiva hacia el norte de la eclíptica y
negativa hacia el sur (Figura 3-6).

Figura 3-6: Coordenadas eclípticas de un punto sobre la esfera celeste.

3.4.5. Sistema heliocéntrico

Es un sistema de coordenadas análogo al sistema eclíptico geocéntrico, pero con origen


en el centro de masas del Sistema Solar, que se encuentra muy cercano al propio centro
de masas dinámico del Sol. Se utiliza con el fin de determinar la posición de los astros
en el Sistema solar, cuyos movimientos son altamente influenciados por la gran masa
solar. La eclíptica es el plano fundamental y se utilizan las coordenadas longitud
heliocéntrica (λ´) la latitud heliocéntrica (β´), tomando al punto Aries como referencia.

La desventaja de este sistema de consiste en que la mayoría de las observaciones y


mediciones de parámetros de los astros se llevan a cabo desde la superficie terrestre, o
sus “alrededores” astronómicos, por lo cual los cálculos heliocéntricos que se realicen
deberán ser convertidos a coordenadas geocéntricas o incluso topocéntricas.

61
3.5. La elección de un determinado sistema de referencia astronómico

Como ya se ha mencionado anteriormente, no existe un sistema de referencia a partir


del cual es posible medir las posiciones de los astros en forma absoluta y, en
consecuencia, para estudiar los fenómenos astronómicos existirán diferentes
posibilidades a la hora de decidir desde dónde se describirán o explicarán dichos
fenómenos. A su vez, el sistema de referencia a elegir tendrá relación con los fines del
estudio que se desee llevar a cabo: si se desea lograr la descripción del fenómeno que
se observa, si se desea explicar por qué el fenómeno ocurre de una determinada
manera, si se desea predecir cómo continuará en el futuro o si existen otros posibles
fenómenos similares que todavía no han sido observados.

Por lo tanto, es posible tomar un determinado fenómeno astronómico y analizar las


ventajas y desventajas de utilizar diferentes sistemas de referencia en función de si se
desea estudiar, por ejemplo, la cinemática (el cómo ocurre) o la dinámica del fenómeno
(el por qué ocurre). En función de esto, el sistema de referencia topocéntrico ha sido
elegido como eje principal de este trabajo de investigación por ser el que mejor
representa las descripciones de los movimientos de los astros que puede realizar
cualquier observador situado en un punto de la superficie terrestre, haciendo posible el
desarrollo de experiencias observacionales directas con los estudiantes.

A su vez, la utilización del sistema de referencia topocéntrico hace posible la


construcción de explicaciones adecuadas, y la realización de precisas predicciones,
dado que la mayoría de los fenómenos astronómicos cotidianos pueden ser
comprendidos en forma relativamente sencilla a partir de las variaciones de las
posiciones relativas de los astros en el cielo. De este modo, es posible construir con los
alumnos un "modelo cinemático celeste" con características descriptivas, explicativas y
predictivas acerca de dichos fenómenos.

En función de lo anterior, el ciclo día/noche puede comprenderse adecuadamente como


una consecuencia de la variación diaria de la posición del Sol en el cielo, desde algún
lugar del horizonte oriental hacia algún lugar del horizonte occidental, las estaciones del
año pueden explicarse a partir del movimiento anual del Sol, que provoca su ubicación
más al norte o más al sur a lo largo del año, y las fases lunares pueden interpretarse
como el resultado del desplazamiento de la Luna de un día al otro en el cielo,
cambiando su posición relativa respecto al Sol. Esta relación entre los cambios en las
posiciones relativas de los astros y los fenómenos astronómicos cotidianos será
desarrollada en las secciones siguientes.

Por otro lado, más allá de que en este trabajo se utiliza en forma exclusiva el sistema de
referencia topocéntrico, existen expresiones matemáticas que hacen posible realizar
transformaciones entre sistemas de referencia, pudiéndose pasar desde el sistema
topocéntrico al geocéntrico o al heliocéntrico. Estas transformaciones se encuentran
detalladas en la Sección 13.1. del Anexo.

A su vez, los mismos fenómenos astronómicos cotidianos mencionados anteriormente


pueden ser explicados utilizando el sistema de referencia heliocéntrico, a partir de los
movimientos de rotación y traslación de la Tierra, junto con la inclinación del eje
terrestre, y del desplazamiento de la Luna en su órbita alrededor de la Tierra. Estas
explicaciones, que son las más comúnmente presentes en los libros escolares, se
desarrollan sintéticamente en la Sección 13.2. del Anexo dado que no serán utilizadas
como parte central de la propuesta didáctica a implementar en el aula en este trabajo.

62
3.6. Un ejemplo astronómico de elección del sistema de referencia

Como ya se ha dicho, no existen sistemas de referencia absolutos y, en consecuencia,


para estudiar los fenómenos astronómicos habrá distintas posibilidades a la hora de
decidir desde dónde se describen o intentan explicar dichos fenómenos. A continuación
se brinda un ejemplo de cómo puede ser analizado desde distintos sistemas de
referencia un fenómeno astronómico extremadamente sencillo: el movimiento diario de
las estrellas nocturnas en el cielo. Para ello se discutirán las ventajas y desventajas de
cada uno de los sistemas de referencia astronómicos en función de si se desea analizar
la cinemática (el cómo ocurre) o la dinámica (el por qué ocurre) del fenómeno.

El fenómeno a estudiar es sencillo de distinguir en el cielo a simple vista ya que es


sumamente notorio que las estrellas no se encuentran fijas en la misma posición
celeste, si no que se van desplazando con el correr de las horas manteniendo siempre
la distancia entre ellas. Dado este movimiento en conjunto, desde épocas remotas
distintas civilizaciones crearon "constelaciones": grupos de estrellas que forman figuras
imaginarias con el fin de poder reconocerlas.

Este desplazamiento diario de las estrellas y constelaciones en el cielo no es azaroso ya


que es un reflejo del movimiento de rotación terrestre. Por lo tanto, cada constelación
describe un círculo cuyo centro es un punto al que se denomina “polo celeste”. Este
punto constituye la proyección del eje de rotación terrestre en el cielo y su posición tiene
relación con la latitud del lugar en el que se encuentra el observador: la altura del polo
celeste coincide con la latitud del lugar. A su vez, cuanto más alejada angularmente se
encuentra una estrella del polo, más grande es el círculo que describe en el cielo y, en
consecuencia, en algún momento se pondrá por debajo del horizonte hasta salir unas
horas después (Figura 3-7).

A continuación se discutirán dos posibles sistemas de referencia para describir y explicar


este fenómeno de movimiento circular de las estrellas en el cielo.

Figura 3-7: Movimiento diario de la Cruz del Sur en el cielo alrededor del Polo Sur
Celeste en dos localidades: en Bariloche y en Río de Janeiro (Galperin, 2011, p. 222).
Bariloche Río de Janeiro
41° Sur 22° Sur

63
3.6.1. Sistema de referencia inercial centrado en la Tierra (sin rotación)

Si se coloca el origen del sistema de referencia en el centro de la Tierra y se considera


que el mismo no rota, es sencilla la descripción del giro de las estrellas en el cielo. Sin
embargo, no resulta fácil explicar cuál es la causa de este movimiento circular ya que,
para ello, se debería tener en cuenta que esta causa debería crecer con la distancia
desde la Tierra a la estrella con el fin de que la velocidad angular sea la misma para los
diferentes astros. A su vez, tendría que explicar por qué todas las estrellas poseen el
mismo eje de rotación y a qué se debe la enorme velocidad necesaria para mantenerlas
“en órbita” alrededor de nuestro planeta.

Como se ve, este sistema de referencia inercial se muestra inconsistente para poder
explicar adecuadamente el giro diario de las estrellas a partir de los conocimientos
científicos elaborados por Newton hace más de 300 años. Sin embargo, este sistema de
referencia es la base del modelo de universo geocéntrico desarrollado en la antigüedad,
que permitió un gran desarrollo de la Astronomía de posición y la descripción y
predicción de gran cantidad de fenómenos observables. En dicho modelo, el centro del
universo coincide con el centro de una Tierra esférica, fija y estática, alrededor de la cual
se ubican las estrellas a una distancia constante, insertas sobre una gran esfera que gira
de este a oeste, sin explicación alguna de la razón de este giro. A la esfera de las
estrellas se la denominó “esfera celeste” y a este modelo, que rigió la Astronomía
durante varios siglos, se lo conoce con el nombre de “Universo de las dos esferas”
(Figura 3-8).

El modelo de "Universo de las dos esferas" permite explicar en forma sencilla la


cinemática básica de los desplazamientos diarios en el cielo: la idéntica velocidad
angular de todas las estrellas y el giro de todas ellas alrededor de un eje común. En
cambio, no permite explicar la dinámica del fenómeno: las causas del giro de la esfera
celeste según los conocimientos científicos actuales.

Figura 3-8: Modelo de Universo de las dos esferas con la Tierra fija y la esfera celeste
en rotación. Un observador situado en un hemisferio (a ó b) no puede observar el polo
celeste opuesto ya que la superficie terrestre se lo impide (ibíd., p. 223).

64
3.6.2. Sistema de referencia no inercial centrado en la Tierra (con rotación)

Otra posibilidad para explicar el fenómeno del giro de las estrellas es colocar el origen
del sistema de referencia en el centro de masas de la Tierra y suponer que dicho
sistema gira alrededor de un eje que pasa por los polos geográficos terrestres, dando
una vuelta por día. De este modo, es posible considerar a las estrellas y a su
movimiento circular como una consecuencia de la rotación del sistema de referencia
(que representa el giro de la Tierra sobre su eje), sin necesidad de incorporar variables
adicionales al fenómeno. Este sistema de referencia resulta adecuado y sencillo para
explicar la dinámica del movimiento de las estrellas en el cielo (el por qué se desplazan),
pero genera ciertas dificultades a la hora de tener que describir dicho movimiento desde
la posición de un observador concreto posicionado en un punto de la superficie terrestre.

Por lo tanto, los dos sistemas de referencia detallados anteriormente son equivalentes
cinemáticamente, aunque no lo son desde el punto de vista dinámico ya que uno es
inercial y el otro no. Lo mismo sucederá si se coloca el origen del sistema de referencia
en cualquier cuerpo del Sistema Solar, incluso en el Sol. Sin embargo, en la práctica los
sistemas de referencia astronómicos son considerados inerciales para estudiar la
mayoría de los fenómenos dado que las fuerzas de inercia suelen poder despreciarse
frente a otras fuerzas que actúan sobre el sistema, como es el caso de la fuerza
gravitatoria. En consecuencia, la elección de uno u otro sistema de referencia
dependerá, como ya se ha mencionado, de las características del fenómeno a analizar y
del tipo de conclusiones que se desean obtener.

3.7. La medición del tiempo

Para analizar el movimiento de los astros es imprescindible relacionar los cambios que
se producen en la posición de los mismos, lo cual está íntimamente vinculado a la idea
de "tiempo", que consiste fundamentalmente en la ordenación de distintas configuracio-
nes espaciales respecto a otras que se elegirán como base para la comparación. En
función de qué tipo de eventos se tomen como referencia, los métodos de medida del
tiempo pueden ser a través de sucesos periódicos (oscilaciones de un péndulo, por
ejemplo) o de movimientos continuos (el movimiento de traslación de la Tierra, por
ejemplo). Con el primer método, la escala de tiempo se construye tomando un múltiplo o
submúltiplo del período de repetición del mismo suceso. En cambio, con el segundo
método la escala temporal se construye a partir de las posiciones sucesivas ocupadas
por el cuerpo que realiza el movimiento continuo y uniforme. En ambos casos es
necesario definir un origen de la escala temporal, lo que permitirá determinar el orden en
que ocurren los sucesos (la cronología), y la duración de dichos sucesos (la
cronometría) (Berrocoso et al., 2003).

Se dice que una escala de tiempo es uniforme cuando la medición del intervalo entre
dos sucesos es siempre idéntico, sin importar cuál haya sido el tiempo elegido como
inicial. Sin embargo, una escala temporal puede ser uniforme para algunos sucesos
pero no para otros, lo que indica la no existencia de un tiempo absoluto uniforme, por lo
cual la uniformidad sólo puede ser relativa a un cierto tipo de fenómenos físicos.

Las escalas de tiempo pueden clasificarse en astronómicas (basadas principalmente en


la rotación o traslación de la Tierra) o físicas (basadas en las transiciones del átomo de
Cesio, por ejemplo). Si se considera a la rotación de la Tierra como referencia para la

65
escala temporal, se establecerá una correspondencia entre el ángulo de giro de los
astros (que indica el giro de nuestro planeta) y el tiempo. De este modo, la medida del
tiempo se reduce a una medida de ángulos: el ángulo horario del Sol determina el
llamado “tiempo solar”, mientras que el ángulo horario del punto Aries determina el
llamado “tiempo sidéreo”. De este modo, es posible definir dos días distintos, el “día
solar” y el “día sidéreo”, que son los intervalos de tiempo transcurridos entre dos
culminaciones superiores sucesivas del Sol o del punto Aries respectivamente.

Dada la existencia de irregularidades en la rotación terrestre, esta escala de tiempo


rotacional no es uniforme. Para evitar dichas irregularidades es que se define una escala
de tiempo astronómica basada en la traslación de la Tierra, la cual toma como unidad al
“año sidéreo”, que es el intervalo de tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos
del Sol por el punto Aries de la esfera celeste. Sin embargo, esta escala también posee
ciertas irregularidades debido al lento cambio que se produce en la posición del punto
Aries como consecuencia de los movimientos de precesión y nutación de la Tierra.
Dichos movimientos son producto de la atracción gravitatoria entre el Sol, la Luna y los
planetas del Sistema Solar sobre el abultamiento ecuatorial que posee nuestro planeta.
La precesión produce que el eje terrestre describa un cono alrededor del eje de la
eclíptica con un período de 26000 años, por lo cual el punto Aries se desplaza unos 50″
de arco cada año. A su vez, la nutación tiene un período de 18,66 años y provoca que el
polo celeste describa una elipse cuyo centro es el círculo de precesión. Combinando
ambos movimientos, el polo celeste describe una trayectoria sinuosa en torno al polo de
la eclíptica (Figura 3-9).

Figura 3-9: Movimientos de precesión y nutación del eje de rotación terrestre


(Berrocoso et al., 2003, p. 128).

polo de la eclíptica

Dados todos los movimientos mencionados que realiza nuestro planeta, es conveniente
definir el "Ecuador medio" como la intersección en un determinado instante del Ecuador
terrestre con la esfera celeste y el "equinoccio medio" como el equinoccio
correspondiente a un instante determinado corregido por precesión. De esta manera, es
posible definir un "tiempo sidéreo medio", el cual se diferencia del tiempo sidéreo
verdadero en que este último incluye la corrección por nutación. En función de las
irregularidades mencionadas, se define el “día sidéreo medio” como el tiempo
transcurrido entre dos pasos sucesivos del equinoccio medio por el meridiano del lugar.
66
Aunque esta escala de tiempo es relativamente uniforme, actualmente se utilizan relojes
atómicos para definir una escala de tiempo física sumamente uniforme y accesible.

Como queda en evidencia a partir de las irregularidades en los movimiento terrestres, lo


que parecería constituir un sencillo problema de determinación de las posiciones de los
astros en el cielo se convierte en un complejo sistema de definición de convenciones
espaciales y temporales. Estas convenciones poseen un cierto rango de validez, el cual
queda determinado por la comparación entre las predicciones del modelo propuesto y
las mediciones y observaciones realizadas.

En la Sección 13.3. del Anexo se detallan distintas definiciones de tiempo utilizadas en


astronomía y sus respectivas correcciones realizadas a lo largo de los años.

3.8. Los fenómenos astronómicos cotidianos explicados en forma topocéntrica

A continuación se desarrolla el "modelo cinemático celeste" que permite brindar las


explicaciones científicas de los fenómenos del día y la noche, las estaciones del año y
las fases de la Luna utilizando el sistema de referencia topocéntrico con el fin de poder
utilizarlas posteriormente dentro de la secuencia didáctica a implementar en el aula.
Estas explicaciones topocéntricas formarán parte del modelo objetivo que se intentará
alcanzar durante el proceso de enseñanza, debido a ser un modelo relativamente
sencillo con características descriptivas, explicativas y predictivas y con gran relación
con el entorno. A su vez, podrá ser utilizado como un modelo intermediario (Clement,
2000) hacia la construcción del modelo heliocéntrico durante la escuela secundaria.

Esta postura didáctica no implica en modo alguno negar la existencia del modelo
heliocéntrico, ni erradicarlo de la escuela primaria. Por el contrario, implica reconocerlo
como un modelo a alcanzar a lo largo del paso de los estudiantes por los distintos años
de escolaridad, explicitando las dificultades que implica su comprensión y, sobre todo,
enfatizando sus escasas posibilidades de relación con los fenómenos que se observan
en el cielo todos los días. Esto ha provocado serios cuestionamientos respecto al
sentido de su utilización como "único modelo explicativo válido" dentro del contexto
escolar (Lanciano, 1989; Szostak, 1992; Camino, 1995; López-Gay et al., 2009; Shen y
Confrey, 2010; Galperin, 2011; Plummer et al., 2011; Galperin et al., 2012; Jiménez Liso
et al., 2012).

Dado que la secuencia didáctica fue diseñada para ser implementada en los últimos
años de la escuela primaria, se ha decidido la utilización de explicaciones científicas
cualitativas, de modo tal de no complejizar demasiado las ideas a construir con los
estudiantes. Sin embargo, pese a que no han sido tenidas en cuenta como parte de la
secuencia, es posible incorporar aspectos cuantitativos sencillos en las explicaciones
topocéntricas. Por otro lado, el desarrollo cuantitativo topocéntrico preciso de los
movimientos del Sol y la Luna en el cielo con el fin de explicar estos fenómenos se torna
extremadamente complejo debido a la existencia de irregularidades en los movimientos
de los astros, lo que a su vez torna dificultoso el poder precisar una escala de tiempo
uniforme a la que no haya que realizarle correcciones continuamente. Como ejemplo de
esto, en la Sección 13.4. del Anexo se presenta el desarrollo cuantitativo del cálculo de
los cambios en la posición topocéntrica del Sol en el cielo.

67
3.9. Movimiento diario del Sol: el día y la noche

La gran mayoría de la gente sabe que por la mañana el Sol sale por algún lugar mirando
hacia el este, que cerca del mediodía está en su punto más alto en el cielo, y que al
atardecer se pone por algún lugar mirando hacia el oeste. También se sabe que el
horario de salida y puesta del Sol no es el mismo a lo largo del año y que el recorrido del
Sol en el cielo cambia a lo largo del año. Sin embargo, poca gente comprende la
absoluta relación entre estos cambios y los fenómenos astronómicos más visibles y
cotidianos: el día y la noche y las estaciones del año (Galperin, 2011).

Cada día que pasa, el Sol aparece por un punto del horizonte oriental, el "levante" u
"orto", aumentando su altura continuamente siguiendo una trayectoria curva o "arco
diurno" hasta alcanzar su altura máxima sobre el horizonte, momento en que la sombra
de un gnomon presenta su mínima longitud diaria. En ese momento, llamado "mediodía
solar", el centro del Sol, la varilla y su sombra se encuentran en un mismo plano. Luego
del mediodía, el Sol va disminuyendo su altura hasta que se pone por un punto del
horizonte occidental justo opuesto al levante, llamado "poniente" u "ocaso".

Esto se contrapone con lo que la mayoría de las personas piensan: que el Sol sale
siempre por el este y se pone justo por el oeste. A su vez, la ubicación del Sol en el
mediodía solar no coincide necesariamente con la posición justo por encima de la
cabeza del observador, el "cénit", ya que eso sólo ocurre uno o dos días al año en
determinados lugares de nuestro planeta. En particular, en la localidad de El Bolsón, al
situarse al sur del Trópico de Capricornio, nunca sucede que el Sol pase por el cénit.

La forma más sencilla de estudiar los movimientos del Sol en el cielo es a través de la
observación de la sombra de una estaca vertical clavada en el suelo, instrumento que
recibe el nombre de gnomon. Así es posible observar que la sombra tiene distinto largo
y orientación a medida que transcurren las horas y los días. Sin embargo, en el
mediodía solar la sombra apunta en dirección sur o norte (salvo casos muy particulares),
por lo que permite trazar la línea norte-sur o "meridiana del lugar" (Figura 3-10).

Figura 3-10: Movimiento del Sol en el cielo desde el levante hasta el poniente en El
Bolsón (42º Sur), donde la posición del Sol en el mediodía solar nunca coincide con el
cénit. Se grafica el recorrido correspondiente al mes de diciembre, saliendo al sur del
este y poniéndose al sur del oeste. En El Bolsón (42º Sur), la sombra del gnomón en el
mediodía solar siempre apunta hacia el sur.

68
Por otro lado, el "horizonte" del lugar corresponde a la línea imaginaria que parece
separar al cielo y a la tierra para un determinada ubicación terrestre, lo que hace que un
observador sólo pueda distinguir aquellos astros que se encuentran por encima de su
horizonte local, quedando fuera de su línea de observación todo astro que se ubique por
debajo del horizonte.

Al desplazamiento continuo del Sol desde el levante hasta el poniente por arriba del
horizonte local, y desde el poniente por debajo del horizonte hasta aparecer nuevamente
por el levante, se lo conoce como "movimiento diario del Sol". Este nombre proviene de
la definición de "día" como el tiempo transcurrido entre dos pasos sucesivos del Sol por
el meridiano del lugar, siendo este tiempo de aproximadamente 24 horas (existen
pequeñas variaciones a lo largo del año). No hay que confundir esta definición con el
otro uso que se le da a la palabra "día", que se contrapone con la palabra "noche", y que
está asociada con las horas de luz debidas a la presencia del Sol por encima del
horizonte.

Por lo tanto, si se desea explicar el ciclo día/noche desde el sistema de referencia


topocéntrico basta con comprender que es la presencia del Sol, por arriba o por debajo
del horizonte, lo que determina que sea de día o de noche respectivamente. Esta
alternancia se debe al movimiento diario del Sol, desde el horizonte oriental al
occidental, lo que provoca consecuencias en el aspecto del cielo y de nuestro entorno.
Como se ve, en contraposición con lo que muchos adultos, niños y jóvenes sostienen, la
Luna no guarda relación con este fenómeno ya que puede estar en el cielo tanto de día
como de noche (Camino, 1995; Vega Navarro, 2001, 2007; Galperin et al., 2012).

El aspecto del cielo diurno es muy diferente al del cielo nocturno, especialmente debido
a la presencia de la atmósfera terrestre que dispersa fuertemente la componente azul de
la luz del Sol, haciendo que durante el día el cielo se vea celeste, lo que nos impide ver
las tenues estrellas presentes en la esfera celeste. En cambio, su observación se hace
posible durante la noche, cuando el cielo se vuelve oscuro debido a la ausencia de luz
solar. En los momentos de transición entre el día y la noche y viceversa ocurren los
"crepúsculos", matutinos y vespertinos, en los cuales puede apreciarse algo de la luz
solar pese a que el Sol se encuentra por debajo del horizonte. Esto se debe a la
dispersión de los rayos solares en las altas capas de la atmósfera.

3.10. Características del movimiento diario del Sol

Debido a la rotación de la Tierra, todos los astros se desplazan en el cielo a medida que
pasan las horas. Por lo tanto, el movimiento diario del Sol no es exclusivo de este astro:
la Luna, los planetas y las estrellas nocturnas también lo realizan. Es más, cualquier
cuerpo celeste (cometa, galaxia, cúmulo de estrellas, etc) presentará este mismo
movimiento diario. Por ese motivo, este desplazamiento suele pensarse como una
rotación de toda la esfera celeste alrededor de la Tierra.

A medida que los astros se desplazan desde el horizonte oriental al occidental, en algún
momento pasan por el meridiano celeste del lugar, posición que se denomina
"culminación superior", en donde la altura del astro es máxima. Unas 12 horas después,
el astro atravesará el meridiano inferior del lugar, posición a la que se llama "culminación
inferior". En el caso del Sol, el "mediodía solar" corresponde al instante en que éste se
posiciona en el punto de culminación superior o, como se dice habitualmente, "cuando el

69
Sol culmina". En cambio, la culminación inferior ocurre cuando el Sol pasa por el
meridiano inferior del lugar, marcando la "medianoche".

Si se registra sistemáticamente el horario en que un gnomon proyecta la sombra más


corta de todo el día, es evidente que, para la gran mayoría de los lugares de la Tierra,
esto no sucede a las 12 hs de nuestro reloj. Por el contrario, existen diferencias respecto
a este horario según el lugar en que se encuentre el observador, las cuales se deben a
la convención de husos horarios, por un lado, y a las irregularidades presentes en el
movimiento de la Tierra, por el otro. Estas irregularidades se traducen en perturbaciones
en el desplazamiento del Sol en el cielo, haciendo que no todos los días solares duren lo
mismo (Berrocoso et al., 2003).

Para superar esta dificultad se creó un "Sol medio", el cual se desplaza con movimiento
uniforme y coincide con el Sol verdadero en determinados momentos. Para ello se
estableció una escala de "tiempo solar medio", cuya unidad es el día solar medio de 24
horas. Como el día solar medio comienza en la culminación superior, y es conveniente
que el cambio de fecha ocurra en horario nocturno debido a la menor actividad humana,
se definió el "tiempo civil" a partir de correr 12 horas el tiempo solar medio.

La diferencia entre el tiempo solar verdadero y el tiempo solar medio se conoce como
"ecuación del tiempo" (Et), diferencia que oscila anualmente entre los -14 y los 16
minutos. Esta diferencia puede calcularse con un error menor a 0,5 minutos utilizando la
siguiente expresión (Spencer, 1971), la cual queda representada en la Figura 3-11:
Et = (0,000075 + 0,001868 cos α - 0,032077 sen α -
- 0,014615 cos (2α) - 0,040849 sen (2α))*229,18

En la expresión anterior, = 2 (n es el número de día del año). Por lo


tanto, las irregularidades en los movimientos de la Tierra producen un atraso o un
adelanto del mediodía solar a lo largo del año de entre 0 y 16 minutos, diferencia que
puede extraerse de la ecuación del tiempo.

Figura 3-11: Ecuación del tiempo (Bergman-Terrel, 1995).

70
A su vez, el mediodía solar no coincide en casi ninguna localidad con las 12 horas del
reloj debido a la existencia de la convención de husos horarios, que fija una misma hora
para lugares con distinta longitud geográfica, pero cercanos entre sí, que poseen distinto
tiempo solar. Como la Tierra rota en 24 horas, 15º de diferencia en longitud geográfica
equivale a 1 hora de diferencia de tiempo solar medio o, del mismo modo, 1º de longitud
equivale a 4 minutos de diferencia. Por lo tanto, por ser una escala de tiempo local, una
ciudad situada 1º más hacia el oeste tendrá atrasado 4 minutos su tiempo civil.

Dada la conveniencia de evitar modificar la hora civil al cambiar de longitud dentro de


una misma zona, cada país eligió históricamente un meridiano particular de su territorio
para utilizarlo como referencia para el tiempo civil de todo su territorio. De este modo se
resolvió tener un tiempo uniforme y único en cada país, aunque el problema seguía
presente al pasar de un país a otro. El sistema de husos horarios estipuló, entonces,
cuáles son las zonas o franjas de la Tierra a las que les corresponde igual hora civil,
más allá de que les correspondan horarios solares distintos.

En el sistema de husos horarios se divide la superficie de la Tierra en 24 franjas de 15º


de ancho cada una (1 hora solar), tomando al meridiano de Greenwich como meridiano
central a partir del cual se construye el huso 0, el que se extiende desde los 7,5º E hasta
los 7,5º O. A partir de este huso se construyen las demás franjas de 15º, cada una de
las cuales tendrá 1 hora menos al desplazarse hacia el oeste o 1 hora más si uno se
desplaza hacia el este. Así surge el "tiempo legal" de cada lugar, que corresponde al
tiempo civil del meridiano central del huso horario al que pertenece. A su vez, por
razones prácticas algunos países adoptan el llamado "tiempo oficial", el cual difiere en
un número entero de la hora legal, o incluso modifican la hora en invierno y en verano
con el fin de generar un cierto ahorro energético (Figura 3-12).

Figura 3-12: Sistema de husos horarios. Se observa que el huso oficial indicado arriba
de cada país no coincide necesariamente con el huso legal indicado en la base del
mapa correspondiente a la convención de husos horarios.

En la figura anterior se encuentra señalada la "línea de cambio de fecha", la cual se fija


en el antimeridiano de Greenwich, avanzando la fecha al cruzar de este a oeste o
retrocediendo la misma si el paso se realiza en sentido contrario.

71
En función de lo anterior, es posible calcular cuál es el horario oficial correspondiente al
mediodía solar medio en la localidad de El Bolsón, Argentina, cuya longitud geográfica
es de 71,5º Oeste. Como la Argentina utiliza el huso horario -3, cuyo meridiano central
se encuentra a 45º Oeste, la diferencia en longitud con El Bolsón es de 26,5º, lo que
equivale a 106 minutos (1h 46m) de tiempo solar medio. Por lo tanto, el mediodía solar
medio en la localidad donde se llevó a cabo esta investigación ocurre a las 13:46 hs. A
este horario habrá que adicionarle la diferencia por ecuación del tiempo, lo que implica
que el mediodía solar verdadero ocurre entre las 13:30 y las 14:00 hs del reloj.

3.11. Movimiento anual del Sol: las estaciones del año

Si se observa sistemáticamente el recorrido del Sol en el cielo todos los días desde el
levante hasta el poniente a lo largo del año, y los cambios en la longitud y dirección de
las sombras de un gnomon, es indudable la existencia de diferencias, tanto en el
recorrido que realiza como en los horarios en que el Sol sale y se pone.

Las sombras de un gnomon situado en El Bolsón, o en cualquier localidad situada al sur


del Trópico de Capricornio, tienen su menor longitud cerca del 21 de diciembre, día del
comienzo del verano en el hemisferio sur. Ese día, el "solsticio de diciembre", el Sol
realiza su recorrido diario siguiendo un arco que es el más alto posible de todo el año,
desde un lugar del horizonte situado al sur del este hasta un lugar situado al sur del
oeste. En cambio, cerca del 21 de junio, día del "solsticio de junio" y comienzo del
invierno en el hemisferio sur, el Sol recorre la circunferencia más baja de todo el año y,
por lo tanto, el gnomon posee la sombra más larga en el mediodía solar, moviéndose
desde un punto situado al norte del este hasta un punto ubicado al norte del oeste.

En el período que va desde el 21 de junio hasta el 21 de diciembre el Sol recorre cada


día circunferencias más altas ya que las salidas del Sol se van corriendo hacia el sur.
Durante ese lapso, existe un solo día en el que el Sol sale exactamente por el este y se
pone por el oeste: el 22 o 23 de septiembre, día del “equinoccio” y comienzo de la
primavera. En esa fecha, el Sol realiza la mitad de su recorrido diario por encima del
horizonte y la otra mitad por debajo, razón por la cual toda la Tierra tiene un día que
posee justo 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad. De ahí proviene la palabra
equinoccio, que significa "igual duración" o "igual noche".

Durante la primavera y el verano las horas de luz son más que las de oscuridad,
sucediendo lo contrario en otoño e invierno. A su vez, durante el período que va desde
el 21 de diciembre al 21 de junio, el Sol realiza el movimiento opuesto, de sur a norte,
saliendo en consecuencia cada día más tarde. Durante ese medio año existe un solo día
en que el Sol sale justo por el este y se oculta por el punto geográfico oeste: el 20 o 21
de marzo, día del otro equinoccio y comienzo del otoño en el hemisferio sur.

En la Figura 3-13 se observan los cambios en la trayectoria del Sol en el cielo a lo largo
del año en un lugar como El Bolsón, ubicado al sur del trópico de Capricornio. El plano
por el que se mueve el Sol en el cielo se denomina "eclíptica" y su ángulo con respecto
a la superficie horizontal depende de la latitud del lugar de observación y no varía a lo
largo del año. En cambio, la altura del Sol por encima del horizonte cambia: en invierno
el Sol sigue una trayectoria más cercana al horizonte mientras que en verano lo hace
más cerca de la vertical a la superficie. A estos cambios en las trayectorias diarias que
sigue el Sol en el cielo se lo denomina "movimiento anual del Sol".

72
Figura 3-13: Cambios en el arco diario solar debido al movimiento anual del Sol en el
cielo para una latitud intermedia del hemisferio sur. La trayectoria media corresponde a
los equinoccios (1), la más alta al solsticio de verano (2) y la más baja al solsticio de
invierno (3) (Bastero Montserrat, 2000, p. 25).

En la figura anterior puede observarse que las trayectorias diarias del Sol en el cielo se
desplazan hacia el norte y hacia el sur, aunque siguen planos paralelos entre sí
inclinados hacia el norte con un ángulo θ respecto al horizonte (Figura 3-13) cuyo valor
es igual al complementario de la latitud φ. Por lo tanto, en El Bolsón (42º Sur) el ángulo θ
vale 48º. Cuando el Sol se desplaza hacia el sur, su trayectoria se observa más alta en
el hemisferio sur y más baja en el hemisferio norte. Lo contrario sucede cuando el Sol se
desplaza hacia el norte, observándose trayectorias más bajas desde el hemisferio sur.
En los equinoccios, la altura del Sol guarda relación directa con la latitud del lugar.

En contraposición al hemisferio sur, en el hemisferio norte las trayectorias diarias del Sol
en el cielo se observan inclinadas hacia el sur. Cuando el Sol se desplaza hacia el sur
del cielo (septiembre a marzo), las trayectorias se observan más bajas que en los
equinoccios y la altura del Sol disminuye. En cambio, cuando el Sol se desplaza hacia el
norte (marzo a septiembre), se observan trayectorias diarias más altas y un aumento de
la altura del Sol respecto al equinoccio (Figura 3-14)

Figura 3-14: Movimiento anual del Sol en el cielo para una latitud intermedia del
hemisferio norte. La trayectoria media corresponde a los equinoccios (1), la más alta al
solsticio de verano (2) y la más baja al solsticio de invierno (3) (ibíd., p. 25).

73
Si se desea explicar las estaciones del año desde el sistema de referencia topocéntrico
es necesario describir los cambios anuales en el recorrido diario que realiza el Sol en el
cielo y asociar cada trayectoria con la estación correspondiente. La trayectoria
correspondiente al solsticio de invierno implica una menor altura del Sol por sobre el
horizonte local y una más baja cantidad de horas luz respecto al equinoccio. En cambio,
la trayectoria correspondiente al solsticio de verano implica mayor altura del Sol y más
cantidad de horas de luz, lo que trae como consecuencia que, en el mismo tiempo,
incida una mayor cantidad de radiación solar por unidad de superficie terrestre (Figura
3-15).

Figura 3-15: Representación de cómo se vería Gran Bretaña desde el Sol durante el
solsticio de invierno (1), los equinoccios (2) y el solsticio de verano (3). (Feinstein y
Tignanelli, 2005, p. 74).

En la figura anterior se observa que, en Gran Bretaña, en el solsticio de invierno (21 de


diciembre) los rayos solares inciden con gran inclinación respecto a la perpendicular a la
superficie terrestre debido a que el Sol se desplazó hacia el sur del cielo. En el solsticio
de verano (21 de junio), en cambio, el Sol se desplazó hacia el norte, por lo cual los
rayos solares inciden con mucha menos inclinación respecto a la vertical, aunque no
llegan a incidir en forma perpendicular a la superficie. Por lo tanto, las estaciones se
deben a la variación anual del ángulo de incidencia de los rayos solares respecto a la
superficie terrestre y, a la vez, a los cambios en la cantidad de tiempo de incidencia de
dichos rayos en los distintos momentos del año.

En invierno, el Sol realiza trayectorias más bajas que en los equinoccios, lo que provoca
que su altura sea menor y que sus rayos lleguen más inclinados respecto a la vertical
del lugar. En consecuencia, los rayos solares inciden sobre una superficie mayor y la
radiación recibida por unidad de superficie disminuye. A su vez, la trayectoria diaria del
Sol se realiza en mayor medida por debajo del horizonte que por arriba del mismo. En
verano, por el contrario, el Sol realiza trayectoria más altas que en los equinoccios, lo
que hace que su altura sea mayor y que sus rayos incidan con menor inclinación
respecto a la vertical del lugar, distribuyéndose sobre una superficie menor, por lo que
ésta recibe más radiación por unidad de área (Figura 3-16). Por último, esta trayectoria
diaria más alta implica la presencia del Sol más tiempo por encima del horizonte que por
debajo del mismo.

74
Figura 3-16: Analogía entre las inclinaciones de dos linternas y la diferente forma de
incidencia de la radiación solar en invierno y en verano. Si los rayos de luz inciden con
menor inclinación (derecha), la energía se distribuye en una superficie menor y cada
punto de la superficie recibe mayor radiación.

Invierno

Verano

3.12. Características del movimiento anual del Sol

Las variaciones anuales en la trayectoria diaria que sigue el Sol en el cielo son
producidas por el lento cambio de su posición en la esfera celeste. Este desplazamiento
anual hace que el Sol vaya teniendo otras estrellas "de fondo", lo cual es imposible de
ver durante el día, pero que queda de manifiesto al observar con atención las
constelaciones presentes en el cielo justo antes o justo después del levante o el
poniente. A su vez, es relativamente sencillo distinguir que el recorrido anual del Sol no
se produce por aquellas constelaciones situadas en el plano del Ecuador celeste, sino
por las llamadas "constelaciones del zodíaco", las cuales se encuentran en el plano de
la eclíptica, que está inclinado unos 23,5º respecto al Ecuador. En consecuencia, el Sol
varía su declinación anual desde los +23,5º hasta los -23,5º, provocando que los lugares
de la Tierra que se encuentran entre estas latitudes tengan al Sol justo en el cenit en
algún momento del año en el mediodía solar local. Si el desplazamiento anual del Sol
por la eclíptica ocurriese coincidente con el plano del Ecuador, éste no cambiaría su
declinación, posicionándose siempre sobre el Ecuador, y, por lo tanto, la Tierra no
tendría estaciones del año.

El Sol, por lo tanto, realiza su movimiento diario desde el horizonte oriental al occidental
debido al giro de toda la esfera celeste, pero con la diferencia de que su posición relativa
a las otras estrellas varía lentamente, a razón de 1º por día, describiendo una curva que
se cierra sobre sí misma luego de un año (la eclíptica). Así, el complejo movimiento del
Sol puede ser considerado como la resultante de dos movimientos más simples: un
desplazamiento hacia el oeste acompañando a todo el cielo (movimiento diurno del Sol)
y un desplazamiento más lento a lo largo de la eclíptica (movimiento anual del Sol), el
cual se produce hacia el este, en sentido contrario al movimiento diario (Figura 3-17).

El Ecuador celeste y la eclíptica se cortan en una línea cuyos extremos son el "punto
Aries" o "vernal" y el "punto Libra". El equinoccio de marzo ocurre cerca del día 20,
cuando el Sol cruza el punto Aries, pasando del hemisferio sur al hemisferio norte
celeste, iniciándose el otoño y la primavera en cada hemisferio terrestre
respectivamente. Desde ese día, el Sol transita las constelaciones de la eclíptica
situadas al norte del Ecuador celeste hasta el solsticio de junio, que ocurre cerca del día
21, momento en que el Sol alcanza su máxima declinación norte (+23,5º), comenzando
el verano en el hemisferio norte y el invierno en el hemisferio sur. Luego de unos 3
meses más, el Sol cruza el Ecuador celeste por el punto Libra, esta vez en dirección
hacia el sur. En ese momento ocurre el equinoccio de septiembre, cerca del día 23,
cuando comienza el otoño en el hemisferio norte y la primavera en el hemisferio sur.

75
Figura 3-17: Desplazamiento anual del Sol por la eclíptica, que se encuentra inclinada
unos 23,5º respecto al Ecuador celeste. La intersección de ambos planos determina los
puntos correspondientes a los equinoccios (Feinstein y Tignanelli, 2005, p. 75).

Polo Norte
Celeste

Equinoccio
Solsticio de de marzo
diciembre

Equinoccio de Solsticio
septiembre de junio

Polo Sur
Celeste

Durante los siguientes meses, el Sol recorrerá constelaciones situadas al sur del
Ecuador celeste, por lo que ocurrirán las estaciones más cálidas en el hemisferio sur y
las más frías en el hemisferio norte. El solsticio de diciembre ocurre el día 21, cuando el
Sol alcanza su máxima declinación sur (-23,5º), comenzando el verano en el hemisferio
sur y el invierno en el hemisferio norte. Unos 3 meses después, el Sol vuelve a atravesar
el Ecuador celeste por el punto Aries y el ciclo comienza nuevamente.

Como la declinación del Sol varía muy lentamente durante el año entre el valor positivo y
negativo de la oblicuidad de la eclíptica, que es de 23º 26' 14" (23,4372º), es posible
decir que cada día el Sol recorre un paralelo celeste cuya declinación puede
considerarse constante (Figura 3-18).

Por lo tanto, el Sol se posiciona cada día que pasa un poco más al norte o más al sur
que el día anterior a la misma hora, lo que se visualiza como un cambio en la altura del
Sol a medida que pasan los días.

Dado que, como consecuencia de la curvatura de la superficie terrestre, los


observadores del hemisferio sur ven más altas las constelaciones situadas en el
hemisferio sur celeste, como la Cruz del Sur, también verán más alto al Sol cuando éste
se sitúa en dicho hemisferio celeste, lo que ocurre entre los meses de septiembre y
marzo. En consecuencia, estos serán los meses de las estaciones más calidas del año:
primavera y verano. En cambio, cuando el Sol se sitúa en el hemisferio norte celeste,
entre los meses de marzo y septiembre, éste será observado más bajo en el cielo desde
el hemisferio sur, lo que provoca las estaciones más frías del año: otoño e invierno.

76
Figura 3-18: Representación del movimiento diario y anual del Sol en la esfera celeste.
Los planos 2 y 3 corresponden al trópico de Capricornio y al Ecuador celestes. La
posición 4 corresponde al Sol en el solsticio de junio, recorriendo el trópico de Cáncer
celeste, lo que implica el comienzo del verano en el hemisferio norte y el invierno en el
hemisferio sur (Bastero Montserrat, 2000, p. 23).

Polo Norte Celeste

Polo Sur Celeste

Lo contrario sucede en el hemisferio norte, ya que cuando el Sol se sitúa en dicho


hemisferio celeste, de marzo a septiembre, suceden las estaciones más cálidas,
mientras que las estaciones más frías ocurren de septiembre a marzo, cuando el Sol se
posiciona en el hemisferio sur celeste.

En síntesis, el lento movimiento anual del Sol entre los trópicos de Cáncer y de
Capricornio marca el ritmo del cambio de las estaciones. A su vez, esto se visualiza en
el cambio en el levante y el poniente: durante 6 meses, el Sol sale al sur del este y se
pone al sur del oeste, mientras que los otros 6 meses sale al norte del este y se pone al
norte del oeste. En los solsticios, el levante y el poniente ocurren lo más al norte o lo
más al sur de todo el año. Sólo dos días, en los equinoccios, el sol sale justo por el este
y se pone justo por el oeste (Figura 3-19).

Si en la Figura 3-19 se coloca imaginariamente un gnomon en la latitud correspondiente


a El Bolsón (42º Sur), localidad que se encuentra bien al sur del Trópico de Capricornio,
es posible notar que su sombra al mediodía siempre apuntará hacia el sur ya que el Sol
siempre se observa hacia el norte. A su vez, dado que en junio el Sol se posiciona sobre
el Trópico de Cáncer, ubicado a unos 23,5º norte de latitud, la curvatura terrestre hará
que su altura en el cielo en el mediodía solar disminuya 23,5º respecto a su posición en
los equinoccios, haciendo que la longitud de la sombra del gnomon aumente. En
cambio, cuando el Sol se posiciona sobre el Trópico de Capricornio, su altura aumenta y
la longitud de la sombra de un gnomon disminuye.

Si se toma como referencia la posición del Sol en el mediodía solar del solsticio de
invierno, los siguientes 6 meses el Sol irá gradualmente aumentando su altura al
mediodía, hasta llegar a su altura máxima el día del solsticio de verano. Los siguientes 6
meses ocurrirá lo contrario, el Sol irá disminuyendo su altura al mediodía hasta el
solsticio de invierno, siendo la altura media la correspondiente a la fecha de los
equinoccios.

77
Figura 3-19: Representación simplificada del movimiento anual del Sol entre los
trópicos. Permite visualizar los cambios en los lugares de salida y puesta del Sol y en la
longitud y dirección de la sombra en el mediodía solar de un gnomon ubicado en
distintas latitudes (Galperin, 2011, p. 220).

En consecuencia, es posible hallar relaciones matemáticas que permiten calcular, para


solsticios y equinoccios, la altura del Sol (h) en el mediodía solar, el largo de la sombra
(L) de un gnomon de cierta altura (H) y el ángulo (α) que se forma entre los rayos de Sol
y el gnomon para una determinada ubicación terrestre (Figura 3-20).

Figura 3-20: Colocación de un gnomon para medir la altura del Sol (h) en el mediodía
solar, el ángulo entre los rayos de Sol y el gnomon (α) y la longitud de la sombra (L) en
función de la altura (H) del gnomon.

78
Para simplificar las expresiones, se considerará la latitud del lugar (φ) siempre positiva,
sin importar el hemisferio, y la oblicuidad de la eclíptica se redondeará a 23,5º. Por
cuestiones geométricas que no demostraremos aquí, el ángulo α es siempre igual a la
latitud del lugar en los equinoccios. A su vez, dado que la altura del Sol varía en ± 23,5º
desde un equinoccio al siguiente, dicho ángulo también aumentará o disminuirá en
23,5º. Por lo tanto:

α = φ equinoccios
α = φ + 23,5°(solsticio de invierno)
α = φ - 23,5°(solsticio de verano)

h = 90° - φ equinoccios
h = 90° - φ - 23,5° (solsticio de invierno)
h = 90° - φ + 23,5° (solsticio de verano)

L = H tg φ equinoccios
L = H tg (φ + 23,5°) (solsticio de invierno)
L = H tg (φ - 23,5°) (solsticio de verano)

En la Tabla 3-2 pueden verse los valores correspondientes a El Bolsón.

Tabla 3-2: Valores correspondientes a α, h y L (con la altura del gnomon H = 1 m) en la


localidad de El Bolsón (42º Sur) para el mediodía solar en solsticios y equinoccios.
Ángulo entre
Largo de la
Fecha Evento rayos de Sol y el Altura del Sol
sombra (H = 1 m)
gnomon
Equinoccio
22/9 42º 90º - 42º = 48º 0,9 m
de primavera
Solsticio de
21/12 42º - 23,5º = 18,5º 90º - 42º + 23,5º = 71,5º 2,19 m
verano
Equinoccio
20/3 42º 90º - 42º = 48º 0,9 m
de otoño
Solsticio de
21/6 42º + 23,5º = 65,5º 24,5º 0,33 m
invierno

La tabla anterior muestra que la altura del Sol en los solsticios es simétrica en relación a
su altura en los equinoccios, aunque no sucede lo mismo con la longitud de la sombra
del gnomon. Esto se debe a que el plano de movimiento del Sol en el cielo no es
perpendicular al plano del horizonte sobre el que se está colocando el gnomon y
proyectando su sombra. Para solucionar este inconveniente se desarrollaron los relojes
de Sol ecuatoriales, que levantan la superficie de proyección de la sombra un ángulo
igual al complementario de la latitud del lugar (90º - φ), haciendo que ésta quede
paralela a la eclíptica. De este modo, la varilla que proyecta sombra apunta hacia el polo
celeste (Figura 3-21).

En función de los cambios anuales en la posición del Sol, existen lugares de la superficie
terrestre en los que el polo celeste se ubica a menos de 23,5° del cénit. Esto implica que
el Sol permanece encima del horizonte local sin ponerse en ningún momento, lo cual
ocurre en lugares de la Tierra de cada hemisferio ubicados entre el círculo polar (66,5º)
y el polo (90º). Esto se invierte medio año después ya el Sol cambiará su trayectoria y
hará su recorrido diario por debajo del horizonte, teniendo una noche de 24 horas.

79
Figura 3-21: Reloj de Sol ecuatorial. Para el hemisferio sur, el cuadrante hay que
levantarlo del lado norte, de modo tal que la varilla quede apuntando hacia el polo sur
celeste (Zavelski, 1990, p. 29).

Esto no sucede en latitudes intermedias de la Tierra, como la correspondiente a El


Bolsón, donde el movimiento anual del Sol provoca diferencias en los lugares y horarios
de levante y poniente, aunque no tan pronunciadas como para experimentar 24 horas de
luz o de oscuridad seguidas. En este sentido, la duración del día en El Bolsón oscila
aproximadamente entre las 9 horas en el solsticio de invierno y las 15 hs en el solsticio
de verano, siendo de 12 horas en los equinoccios (al igual que en toda la Tierra).

En la Sección 13.4.2. del Anexo se brindan explicaciones adicionales cuantitativas en


relación al movimiento anual del Sol, las cuales exceden el nivel educativo al que estará
dirigida la ECPE acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos a implementar en
este trabajo: los últimos años de la escuela primaria. En este sentido, se presentan
algunas expresiones matemáticas que permiten calcular la altura del Sol y la duración
del día en una determinada fecha del año para cualquier localidad situada entre los
círculos polares (entre los 66,6º N y 66,6º S), lo que permite evidenciar las grandes
diferencias anuales presentes en localidades situadas en latitudes medias de ambos
hemisferios.

Como se ha visto, la causa central de las estaciones del año es la falta de coincidencia
entre el Ecuador celeste y la eclíptica, lo que provoca paulatinos cambios en la
declinación solar a lo largo del año. Esto puede explicarse desde el sistema de
referencia heliocéntrico a partir de la inclinación del eje terrestre, cuya dirección no
coincide con la dirección perpendicular a la órbita de la Tierra alrededor del Sol (la
eclíptica). Sin embargo, en esta investigación centrada en la utilización didáctica del
sistema de referencia topocéntrico se explican los cambios en la declinación solar a
partir de pensar al Sol moviéndose en el cielo en un plano inclinado respecto al Ecuador
celeste (la eclíptica), sin necesidad de justificar las causas de dicho movimiento.

Como ya se ha visto, este "modelo cinemático celeste" describe entre otras cosas el
movimiento anual del Sol en el cielo, permite brindar explicaciones adecuadas, y realizar
predicciones, acerca de los cambios estacionales. A su vez, este modelo resulta útil ya
que representa lo que las personas perciben en el cielo cotidianamente, relacionando la
enseñanza de la astronomía con las vivencias cotidianas de los estudiantes.

80
3.13. Movimiento propio de la Luna en el cielo: las fases lunares

Si se observa con atención la posición de la Luna dos días seguidos a la misma hora es
notable cómo cambia su posición, desplazándose unos 13º hacia el este cada día. Por
ese motivo, los observadores del firmamento de la antigüedad no tardaron en darse
cuenta el parecido de este movimiento con el que realiza anualmente el Sol, aunque la
velocidad de desplazamiento de este último es mucho menor (1º por día,
aproximadamente). A su vez, se dieron cuenta que cinco estrellas observables a simple
vista modifican su posición en la esfera celeste de un día al otro. En consecuencia, estos
7 astros fueron llamados "planetas", que en griego significa "estrella errante".

Dado que la definición de planeta se ha modificado a lo largo del tiempo, hoy en día el
Sol y la Luna han quedado afuera de esta categoría. Sin embargo, el pensarlos como
astros errantes permite comprender las causas de dos fenómenos astronómicos
cotidianos relacionados con esta característica: las estaciones del año y las fases
lunares. En este sentido, el desplazamiento anual del Sol en el cielo recorriendo la
eclíptica provoca los cambios estacionales debido a la variación lenta de su declinación
día a día y el cambio en la constelación "de fondo" a medida que pasan los meses. Del
mismo modo, todos los planetas de la antigüedad también se mueven prácticamente
sobre la eclíptica y modifican sus posiciones respecto a las constelaciones. En el caso
de la Luna, los cambios rápidos de posición en la esfera celeste provocan que ésta se
observe con distintas formas y en distintos horarios a medida que pasan los días,
fenómeno al que se lo conoce como "fases de la Luna".

Al igual que el Sol, el desplazamiento de la Luna puede pensarse como dos


movimientos simultáneos: el movimiento diario hacia el oeste acompañando a toda la
esfera celeste y su movimiento propio hacia el este. Este último es el que provoca las
fases al hacer que la Luna cambie de posición angular, o "elongación", respecto al astro
que la está iluminando: el Sol. Dado que la Luna es un astro opaco que brilla debido al
reflejo de la luz solar, ésta siempre posee una mitad iluminada. Sin embargo, no siempre
es posible observar totalmente dicha mitad debido a las distintas posiciones que va
ocupando la Luna en el cielo (Figura 3-22). En este sentido, el movimiento propio de la
Luna provoca diferentes situaciones: que no sea posible ver su hemisferio iluminado
desde la superficie terrestre (Luna nueva), que se pueda ver una parte de dicho
hemisferio (Luna creciente o menguante) o que sea posible observar toda la mitad
iluminada de la Luna (Luna llena).

Figura 3-22: Las fases de la Luna se deben a cómo se observa desde la superficie
terrestre el hemisferio lunar iluminado por el Sol. En esta posición, la línea AA´separa la
parte iluminada de la no iluminada, mientras que el círculo máximo MM´ separa la parte
visible desde la Tierra de la no visible (Tignanelli y Feinstein, 2005, p. 94).

Sol Luna

Superficie terrestre

81
Cuando la Luna se ubica en dirección aproximada hacia el Sol se dice que se encuentra
"en conjunción" y, en ese momento, no es posible observar la Luna ya que ésta
presenta hacia la Tierra su hemisferio no iluminado por el Sol. En esta fase de
"novilunio" o "Luna nueva", la Luna sale y se pone prácticamente junto con el Sol.

Durante los días siguientes, el movimiento propio de la Luna hacia el este provoca que
ésta se aleje angularmente del Sol cada día que pasa, por lo cual comienza a poder
verse una porción cada vez más grande de su hemisferio iluminado. Unos 7,5 días
después, la Luna se ubica en "cuadratura", a 90º del Sol, momento en que es visible
justo la mitad del hemisferio lunar iluminado; o sea, un cuarto de Luna. En esta posición
de "Cuarto creciente", la Luna se observa como un semicírculo iluminado del lado oeste
(lado izquierdo en el hemisferio sur) debido a la presencia del Sol en esa dirección.

Dado que la Luna cambia su posición hacia el este cada día que pasa, su horario de
salida y puesta también se modifica, retrasándose unos 50 minutos por día. Por ese
motivo, en Cuarto creciente la Luna sale y se pone unas 6 horas después que el Sol,
observándose aproximadamente entre el mediodía y la medianoche local.

Unos 7,5 días después, la Luna se ubica en "oposición", a 180º del Sol, por lo que es
visible toda su mitad iluminada. En ese momento de "Luna llena" o "plenilunio", el Sol y
la Luna están desfasados unas 12 horas. Por lo tanto, la Luna sale por el horizonte
oriental aproximadamente cuando el Sol se oculta por el horizonte opuesto.

A partir del plenilunio, el movimiento propio de la Luna provoca que ésta se comience a
acercar angularmente hacia el Sol, disminuyendo gradualmente su elongación. Por lo
tanto, cada vez será menos visible su hemisferio iluminado. Unos 7,5 días después del
plenilunio, la Luna se ubica nuevamente en cuadratura respecto al Sol, pudiéndose
observar como un semicírculo iluminado, pero esta vez del lado este (lado derecho en el
hemisferio sur). Esta fase se conoce como "Cuarto menguante", observándose desde la
medianoche hasta el mediodía local.

Posteriormente, luego de 29,5 días, la Luna se ubica otra vez en conjunción, volviendo a
estar en Luna nueva y comenzando su ciclo nuevamente.

El ciclo de fases lunares se divide en dos partes. Por un lado, a partir del novilunio
transcurren las fases "crecientes", donde la Luna se observa cada día más grande
debido a que va aumentando su elongación hasta llegar a la Luna llena. Este
"crecimiento" de la Luna en el cielo puede observarse en forma completa en el horario
de puesta del Sol, registrando la posición y forma de la Luna durante unos 15 días
seguidos a la misma hora (Figura 3-23).

Del mismo modo, desde el plenilunio en adelante ocurren las fases "menguantes",
donde la Luna se observa cada día más pequeña debido a que su movimiento hacia el
este continúa, lo que hace que ésta disminuya su distancia angular respecto al Sol. Este
recorrido "menguante" es posible observarlo en forma completa en el horario de salida
del Sol, registrando la posición y la forma de la Luna durante unos 15 días hasta llegar
nuevamente a la Luna nueva (Figura 3-24).

82
Figura 3-23: Esquema simplificado de los cambios en las fases crecientes para un
observador en latitudes medias del hemisferio sur. Se representan las posiciones de la
Luna (con números) y cómo la observa la persona (con letras) (Galperin, 2014).

Figura 3-24: Esquema simplificado de los cambios en las fases menguantes para un
observador en latitudes medias del hemisferio sur. Se representan las posiciones de la
Luna (con números) y cómo se ven desde la superficie terrestre (con letras) (ibíd.).

83
Como se puede observar en los esquemas anteriores, durante todas las fases
crecientes la Luna está presente en el cielo en el horario de puesta del Sol y, por lo
tanto, los observadores de latitudes medias del hemisferio sur la ven con su lado
izquierdo iluminado. En cambio, las fases menguantes pueden observarse en su
totalidad en el horario de salida del Sol y, en consecuencia, tienen su lado derecho
iluminado cuando se las observa desde esta misma ubicación. Esto permite identificar si
la Luna se encuentra en fase creciente o menguante con sólo realizar una única
observación.

Para observadores situados en latitudes medias del hemisferio norte, los esquemas
anteriores deben invertirse izquierda - derecha debido a que, en dichas ubicaciones, la
eclíptica se encuentra inclinada hacia el sur, por lo que el movimiento propio del Sol, la
Luna y los planetas en el cielo se distingue observando en dicha dirección. Por lo tanto,
al mirar la Luna en el hemisferio norte, la dirección este queda ubicada a la izquierda y el
oeste a la derecha. De este modo, el movimiento propio de la Luna hacia el este de un
día al otro se observa de derecha a izquierda, y los lados iluminados de la Luna quedan
invertidos respecto al hemisferio sur: lado derecho para las fases crecientes y lado
izquierdo para las menguantes.

A partir de estas consideraciones puede comprenderse la frase "la Luna no miente", que
permite recordar en qué fase se encuentra la Luna si se la observa desde el hemisferio
sur. La misma indica que las primeras Lunas del ciclo lunar tienen forma similar a una
letra C cuando se las observa desde latitudes medias del hemisferio sur (Luna B de la
Figura 3-23), lo que permite deducir que la Luna está creciendo. En cambio, en el
hemisferio norte la frase se transforma en "la Luna miente" ya que las que se observan
con forma de C son las Lunas menguantes, unos días antes del novilunio.

Por último, si el movimiento propio de la Luna ocurriese justo en el plano de la eclíptica,


tendría lugar un eclipse en cada novilunio o plenilunio ya que estos fenómenos ocurren
debido a la interposición de un astro delante de otro, provocando sombras. Sin embargo,
esto no sucede debido a que el plano de movimiento de la Luna alrededor de la Tierra
se encuentra inclinado 5º respecto a la eclíptica, cortándose en dos puntos llamados
"nodos". Esto hace que, generalmente, la Luna quede ubicada por encima o por debajo
de la eclíptica. Por lo tanto, un eclipse tiene lugar cuando se cumplen dos condiciones:
que la Luna se ubique en conjunción (Luna nueva) o en oposición (Luna llena) y, al
mismo tiempo, que la Luna se encuentre en uno de sus nodos, coincidiendo su posición
con el plano de la eclíptica. De esto último deriva el nombre de estos fenómenos.

El desarrollo cualitativo realizado aquí para el movimiento lunar y sus fenómenos


astronómicos asociados guarda relación con el nivel educativo al que va dirigida la
propuesta a implementar para la enseñanza de estos fenómenos cotidianos: los últimos
años de la escuela primaria. En este sentido, un cálculo cuantitativo de la posición
precisa de la Luna en el cielo representa un problema de extrema dificultad, el cual no
puede resolverse en forma analítica mediante una fórmula y, por lo tanto, debe ser
resuelto de forma numérica, utilizando una gran cantidad de términos periódicos. Al igual
que con el cálculo de la posición del Sol, en la Sección 13.5. del Anexo se presenta un
ejemplo de cálculo cuantitativo de la posición de la Luna con un error muy pequeño. La
complejidad de dicho cálculo evidencia la pertinencia de la elección del enfoque
cualitativo, y de las explicaciones dadas anteriormente, para el trabajo con estudiantes.

84
3.14. Un modelo topocéntrico para la enseñanza de la astronomía

El desarrollo realizado en este capítulo en relación a los fenómenos del día y la noche,
las estaciones del año y las fases lunares ha tenido como finalidad la construcción de un
"modelo cinemático celeste" (MCC) que brinde la posibilidad de explicar los fenómenos
astronómicos cotidianos sin necesidad de posicionarse fuera de la Tierra, describiendo
el movimiento de los astros tal como se los observa desde la superficie terrestre. Este
desarrollo centrado en el sistema de referencia topocéntrico constituye un modelo
científico válido al dar una descripción adecuada de determinados fenómenos celestes,
brindar una explicación acorde al lugar en que se posiciona cada observador (su propio
lugar de observación) y generar predicciones acertadas acerca de los movimientos del
Sol, la Luna y las estrellas nocturnas en el cielo.

A su vez, este desarrollo pone en evidencia la importancia y centralidad de los sistemas


de referencia en la Física, en su enseñanza, y en la enseñanza y el aprendizaje de la
astronomía, ya que de ello depende que los estudiantes logren relacionar sus
conocimientos astronómicos con experiencias concretas de observación y registro de los
fenómenos celestes (Shen y Confrey, 2010). La utilización didáctica del sistema de
referencia topocéntrico es un ejemplo muy concreto de ello.

Sin embargo, este MCC presenta ciertas restricciones de utilización ya que el mismo
posee, como todo modelo, una validez limitada (Gellon et al., 2005). En este sentido,
este modelo no describe ni busca explicar el movimiento de retrogradación de los
planetas en el cielo, fenómeno que provocó, a principios del siglo XVII y luego de cientos
de años de discusión, el comienzo de un cambio sustancial en la cosmología vigente.

Más adelante, el MCC será transformado en un modelo de enseñanza con el fin de


permitir la comprensión por parte de los alumnos de las experiencias astronómicas más
cotidianas: el ciclo día/noche, las estaciones del año y las fases lunares. Esta
reconstrucción de la Estructura Conceptual Propuesta para Enseñar (ECPE), que se
desarrolla en el Capítulo 8, tendrá como ejes centrales la Estructura Conceptual de
Referencia (ECR) detallada en este capítulo y, al mismo tiempo, el grupo de estudiantes
de 6to. año de nivel primario con los cuales se abordará esta propuesta didáctica (Otero,
2006, 2007).

Esta ECPE incluirá una secuencia de actividades a implementar en el aula, buscando


que los estudiantes puedan realizar descripciones, explicaciones y predicciones
adecuadas de los fenómenos mencionados, centrando su utilización desde un marco de
referencia terrestre y utilizando conceptos físicos actualizados.

La Figura 3-25 presenta una síntesis que muestra cuáles son los conceptos físicos y
astronómicos más relevantes de la ECR reconstruida en este capítulo, incluyendo el
recorte que se hará de ella durante el desarrollo de la ECPE.

85
Figura 3-25: Red conceptual con los conceptos principales de la ECR sobre los fenómenos astronómicos cotidianos y sus relaciones. Se
presenta en color gris el recorte conceptual correspondiente a la propuesta didáctica topocéntrica desarrollada en el Capítulo 8.

86
PAR TE 2 :

E S T U D IOS
P R E V IOS
CAPÍTULO 4: ANÁLISIS DEL ESTADO DEL ARTE SOBRE EL
APRENDIZAJE Y LA ENSEÑANZA DE LOS FENÓMENOS
ASTRONÓMICOS COTIDIANOS

4.1. Introducción

En esta sección se incluyen los resultados de la revisión bibliográfica realizada como


parte de este trabajo de investigación. Como toda síntesis, la misma es parcial y se
encuentra sesgada por el tema y el rumbo de la investigación llevada a cabo. En
particular, la revisión pone el acento en 3 ejes diferentes:

a) Comprender cuáles son las ideas y concepciones más comunes presentes en


estudiantes, futuros docentes y en docentes en actividad en relación a la forma
de la Tierra, a las causas del ciclo día/noche, las estaciones y las fases de la
Luna. Se analizan cuáles pueden ser algunas de las causas de estas nociones y
se extraen conclusiones a partir de este análisis.

b) Conocer cuáles son las características de las propuestas de enseñanza


desarrolladas para lograr una comprensión adecuada acerca de los fenómenos
astronómicos cotidianos. En particular, se pondrá énfasis en analizar cuáles son
las sugerencias metodológicas que han surgido a partir de la evaluación de
dichas propuestas

c) Describir las concepciones más comunes presentes en estudiantes y docentes


acerca de los sistemas de referencia y conocer qué sugerencias metodológicas
se han realizado anteriormente en relación a la utilización de distintos sistemas
de referencia dentro de las propuestas de enseñanza de la astronomía.

4.2. Concepciones detectadas en alumnos y docentes

A continuación se sintetizan las conclusiones obtenidas en distintas investigaciones en


relación a las nociones que poseen estudiantes y docentes acerca de la forma que
posee la Tierra y sobre las causas de los fenómenos astronómicos cotidianos (día y
noche, estaciones del año y fases de la Luna). De este modo, esta revisión bibliográfica
amplía y actualiza la realizada por Vega Navarro (2007). Dada la gran cantidad de
trabajos examinados, se ha decidido volcar la información en formato de tablas para
simplificar la lectura y se han elaborado conclusiones al finalizar la revisión sobre cada
uno de los temas analizados.

4.2.1. Enfoques de investigación sobre el conocimiento de alumnos y docentes

Como ya se ha mencionado en el Capítulo 2, es sabido que los estudiantes construyen


sus propias ideas y significados acerca de los fenómenos naturales que observan
mucho antes de comenzar su tránsito por la educación formal. En consecuencia, las
explicaciones que poseen los niños son generalmente muy distintas a las explicaciones

89
científicas acerca del mundo natural, haciendo que lleguen a las aulas con su propia
comprensión acerca del mundo (Driver, Guesne y Tiberghien, 1985). Al respecto, estas
explicaciones y respuestas que brindan los estudiantes han sido identificadas y
clasificadas de distintos modos, tales como preconcepciones (Clement, 1982),
concepciones erróneas (Helm, 1980), ideas previas (Limón y Carretero, 1996),
concepciones alternativas (Gilbert y Watts, 1983), ideas ingenuas o intuitivas (Osborne y
Freyberg, 1985), modelos mentales (Johnson-Laird, 1983; Vosniadou y Brewer, 1992), o
incluso algunos autores sostienen que en muchos casos este conocimiento se
encuentra fragmentado (diSessa, 1988; Hannust y Kikas, 2007).

La utilización de una u otra denominación no es indiferente ya que cada una responde a


distintas concepciones acerca de las características de estas ideas, y del modo en que
deben ser tenidas en cuenta en el momento de la instrucción. Más allá de estas
diferencias, es posible decir que todos los autores concuerdan en que los niños elaboran
ideas acerca del mundo natural como modo de reconciliar de forma lenta y gradual las
creencias y suposiciones creadas a partir de su experiencia cotidiana con las
informaciones recibidas a través del contacto con el mundo adulto, tanto dentro como
fuera del contexto escolar.

En esta sección se utilizará el término "concepciones" al referirse a las ideas detectadas


en estudiantes y docentes en los distintos trabajos de investigación. Esto tiene como fin
englobar todas las expresiones que aparecen allí registradas, más allá del tipo de
representación o construcción conceptual a la que adhiere el trabajo analizado. Sin
embargo, al extraer conclusiones a partir de dichos trabajos se utilizará la construcción
"modelo mental" ya que se intenta precisar cuáles son las representaciones mentales
más comunes que utilizan personas de todas las edades para describir, explicar y poder
realizar predicciones acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos (Diakidoy,
Vosniadou y Hawks, 1997; Samarapungavan, Vosniadou y Brewer, 1996; Vosniadou y
Brewer, 1992).

4.2.2. La forma de la Tierra

La Tabla 4-1 sintetiza los trabajos de investigación sobre las concepciones que poseen
alumnos de distintas edades acerca de la forma que posee la Tierra. A su vez, se
señalan algunas de las conclusiones obtenidas en ellos.

Tabla 4-1: Concepciones sobre la forma de la Tierra detectadas en alumnos. Síntesis de


resultados obtenidos en investigaciones anteriores.

La forma de la Tierra
Referencia Muestra Algunas concepciones detectadas y conclusiones

 La Tierra es plana y no redonda.


 La Tierra es redonda y está compuesta por dos
hemisferios: el inferior que es sólido (la "tierra") y el
superior que es de aire (el cielo). Vivimos "adentro" de
240 alumnos
Nussbaum la Tierra.
(9 - 14 años)
(1979)  La Tierra es esférica y sólida, pero hay un arriba -
Israel
abajo independiente de la Tierra.
 Tierra esférica con un arriba - abajo ligado a ella.
 Relación entre las ideas de los niños y su edad.

90
 Nociones similares a las detectadas por Nussbaum
250 alumnos (1979).
Mali y Howe
(8 - 12 años)  Se agrega: Tierra plana y sostenida por cuatro
(1979)
Nepal elefantes.
 Se mantienen nociones elementales hasta más edad.

 Correlación entre forma de la Tierra y el concepto de


159 alumnos
Sneider y Pulos gravedad.
(9 - 14 años)
(1983)  Diferencias significativas entre las ideas estudiadas y
Estados Unidos
las mantenidas en la vida cotidiana.

 Nociones similares a las de Nussbaum (1979).


 Predomina la noción sobre Tierra esférica con arriba-
100 alumnos abajo independiente de ella, sobre todo de 13 a 16
Baxter
(9 - 16 años) años.
(1989)
Inglaterra  El modelo de Tierra esférica con gravedad asociada
con ella es mantenido por muy pocos alumnos de
mayor edad .

 Modelos alternativos al científico: Tierra rectangular,


con forma de disco, dual (Tierra redonda en el cielo y
plana donde vive la gente) o esfera hueca.
Vosniadou y 60 alumnos
 Conciben estos modelos mentales como estructuras
Brewer (6 - 11 años)
condicionadas por creencias, inferencias y
(1992) Estados Unidos
presuposiciones
 Estos modelos mentales no son ideas erróneas, son
verdaderas teorías en evolución.

 Resultados excepcionales en relación a trabajos


anteriores.
42 alumnos
Sharp  Ninguno sostuvo la idea de una Tierra plana y poseían
(10 - 11 años)
(1996) nociones sobre la gravedad.
Inglaterra
 Lo asocia con la implementación de un nuevo
currículum escolar de ciencias.

 Se comparan los resultados con los obtenidos en


Estados Unidos. No aparece el modelo dual de
Samarapungavan, Vosniadou y Brewer (1992).
38 alumnos
Vosniadou y
(6 y 9 años)  Tierra en forma de disco (24%).
Brewer
(1996)
India  Tierra flotando en agua que la rodea (34%).
 Existencia de condicionamientos culturales en la
formación de modelos mentales.

 El conocimiento de la mayoría de los niños sobre la


forma de la Tierra está fragmentado.
113 alumnos  Sólo el 11% de los niños de estas edades presenta
Hannust y (5 a 7 años) modelos consistentes.
Kikas 143 niños  Los conjuntos aparentemente coherentes de
(2007) (2 a 6 años) respuestas en realidad pueden ser al azar.
(2010) 159 alumnos  La forma de preguntar pueden influir en el rendimiento
(2012) (1º a 4º grado) en tareas de comprensión. Importancia de usar
Estonia preguntas abiertas que no guíen las respuestas.
 Recién en 4to. grado la mitad de los niños es capaz de
dar respuestas consistentes.

91
En función de los trabajos mencionados, los modelos mentales sobre la forma de la
Tierra detectados en mayor proporción en alumnos de distintas edades pueden
sintetizarse en las siguientes categorías (Figura 4-1):
a) Tierra esférica (puede estar achatada o no en los polos).
b) Tierra esférica y hueca. Las personas habitan "adentro" de la Tierra.
c) Tierra dual. Hay dos Tierras: una redonda en el cielo y otra plana donde la gente
vive.
d) Tierra plana. Puede tener forma de disco o rectangular.

Figura 4-1: Esquemas que sintetizan los modelos sobre la forma de la Tierra detectados
en mayor proporción en alumnos en investigaciones anteriores. Esquemas extraídos de
Vosniadou y Brewer (1992).

a) Tierra esférica b) Tierra hueca c) Tierra dual d) Tierra plana

Vosniadou y Brewer (1992) clasificaron los modelos mentales de los niños en tres
categorías distintas: iniciales, sintéticos y científicos. Los modelos iniciales son
anteriores a que los niños sean expuestos a información de los adultos y están basados
en la experiencia cotidiana y en determinadas presuposiciones respecto al
funcionamiento del mundo natural. El modelo de "Tierra plana", basado en lo que los
niños observan todos los días a su alrededor es un buen ejemplo de este tipo de
modelos. Por otro lado, los modelos sintéticos son construidos por los niños como forma
de conciliar sus presupuestos y creencias con la información que reciben de la cultura
de los adultos. En este sentido, el modelo de "Tierra dual" concilia las creencias de los
niños respecto a que la Tierra es plana con la información aportada por la cultura,
asumiendo que los adultos se refieren a un objeto diferente cuando hablan de la
redondez de la Tierra. A su vez, el aporte de información adicional y el propio
crecimiento personal permite que los niños revisen algunos de sus presupuestos, lo que
los libera de ciertas limitaciones, permitiendo la creación de modelos sintéticos más
avanzados. El modelo de "Tierra hueca" es un ejemplo de ello ya que implica que el niño
deje de lado la presuposición de que la Tierra debe estar apoyada en algún lado. Sin
embargo, mantiene las presuposiciones que sostienen que el terreno que pisamos es
plano y que los objetos caen hacia ese plano cuando no están apoyados. Por último, los
modelos científicos, como el de "Tierra esférica", pueden ser construidos por los niños a
partir de reinterpretar sus presupuestos dentro de un diferente marco explicativo a partir
del contacto formal con las teorías científicamente aceptadas. Es posible concluir que
este proceso no resulta nada sencillo para los niños en función de los resultados
encontrados que muestran que la mayoría de los niños de primer grado, la mitad de los
tercer grado y algo menos de la mitad de los de quinto grado poseen un modelo mental
sintético acerca de la forma de la Tierra (ibíd.). Esto llama poderosamente la atención ya
que en nuestra cultura los niños están constantemente expuestos a la información
científica sobre la forma de la Tierra.

92
4.2.3. El día y la noche

La Tabla 4-2 sintetiza los trabajos de investigación sobre las concepciones que poseen
alumnos de distintas edades y docentes acerca de las causas del fenómeno del día y la
noche. A su vez, se señalan algunas de las conclusiones obtenidas en ellos.

Tabla 4-2: Concepciones sobre el día y la noche detectadas en alumnos y docentes.


Síntesis de resultados obtenidos en investigaciones anteriores.

El día y la noche
Referencia Muestra Algunas concepciones detectadas y conclusiones

 El Sol se cierra y se abre la Luna.


27 alumnos
 El Sol y la Luna se mueven (en forma "mágica")
Yuckemberg Nivel primario
 La Luna mete el Sol en las nubes.
(1962) (6 - 7 años)
Estados Unidos  Anochecer: el Sol se va hacia donde viven los cowboys.
 Noche: el Sol está en otra parte del mundo.

 De noche el Sol está en otro lado de la Tierra debido al


movimiento vertical del Sol hacia arriba y hacia abajo o
al movimiento del Sol alrededor de la Tierra (ideas
24 alumnos
mayoritarias).
Nivel primario
Klein (1982)  De día está el Sol y no la Luna por la rotación terrestre.
(7 - 8 años)
Estados Unidos  De noche el Sol está en otro país o en otro planeta
debido a la rotación de la Tierra.
 El Sol sube durante el día y se va hacia abajo en la
noche, momento en que no se sabe dónde está el Sol.

 La Tierra rota sobre su eje.


25 alumnos
 El Sol se mueve alrededor de la Tierra.
Nivel primario
Sadler (1987)  La Luna tapa el Sol.
(14 - 15 años)
Estados Unidos  El Sol se va a otro lugar por la noche.
 Las nubes tapan al Sol por la noche.

 Acercamiento y alejamiento del Sol y de la Luna


(movimiento “milagroso”).
 Rotación de la Tierra, con el Sol y la Luna estáticos en
32 alumnos el espacio en posiciones enfrentadas.
Jones, Lynch y Nivel primario  Giro de la Luna y el Sol (que están en el espacio en
Reesinck (1987) (9 - 12 años) posiciones enfrentadas) en torno a la Tierra.
Tasmania  Giro de la Tierra y la Luna orbitando al Sol (con la Tierra
rotando sobre sí misma).
 Rotación de la Tierra, que a la vez gira alrededor del Sol
(con la Luna girando alrededor de la Tierra).

 El Sol se oculta detrás de las montañas.


100 alumnos  Las nubes tapan el Sol.
Nivel primario y
 La Luna oculta al Sol.
Baxter (1989) Nivel medio
(9 - 16 años)  El Sol se mueve en torno a la Tierra cada día.
Inglaterra  La Tierra se mueve en torno al Sol cada día.
 La Tierra rota sobre su eje cada día.

 Los modelos mentales sobre día/noche están


60 alumnos condicionados por presuposiciones ontológicas (los
Vosniadou y Nivel primario objetos son sólidos y estables) y epistemológicas (los
Brewer (1994) (6 - 11 años) fenómenos se explican por causalidad).
Estados Unidos  De estas presuposiciones y de las experiencias
cotidianas reales (el Sol no está de noche) y aparentes

93
(la Luna se ve de noche) surge la creencia de que el día
se debe al Sol y la noche a la presencia de la Luna.
 Los distintos modelos mentales se deben a los
diferentes modos en que los niños conciben la aparición
y desaparición de los objetos (los astros en este caso).

 La mayoría posee concepciones alternativas acerca de


50 futuros
Atwood y Atwood la causa del día y la noche (54%).
docentes
(1995)  Modelo en mayor proporción: revolución terrestre. La
Estados Unidos
Tierra gira alrededor del Sol.

Modelos para explicar día/noche después de un curso de


capacitación para docentes:
 Modelo científico: rotación de la Tierra (65%).
 Rotación: la Tierra rota, con el Sol y la Luna estáticos
85 maestros
Camino (1995) en el espacio en posiciones opuestas (12%).
Argentina
 Revolución: la Tierra está estática y la Luna y el Sol, en
posiciones opuestas, giran alrededor de ella (7%).
 27% de los docentes no sabe a que se debe día/noche
antes de comenzar el curso.

 Día/noche debido a la traslación de la Tierra (18%).


122 futuros
 Día/noche debido a la rotación de la Tierra (77%).
Schoon (1995) docentes
Estados Unidos  Estos porcentajes son similares a los detectados en
alumnos de 5to. grado (19,6% y 67% respectivamente).

Modelos mentales para explicar día/noche (en la mayoría,


la Luna caracteriza la noche):
 Rotacional avanzado: rotación de la Tierra sin involucrar
a la Luna.
26 alumnos  Sintético rotacional: rotación de la Tierra, con el Sol y la
Diakidoy, aborígenes Luna estáticos en el espacio en posiciones opuestas.
Vosniadou y Nivel primario  Revolución: la Tierra está estática y la Luna y el Sol, en
Hawks (1997) (6 - 11 años) posiciones opuestas, giran alrededor de ella.
Estados Unidos  Mecanicista: el Sol y la Luna suben y bajan
alternativamente.
 Cultural animista: los movimientos se basan en
explicaciones mitológicas y animistas. Tierra estática y
el Sol y la Luna "se persiguen", "están peleados", etc.

 En 3º grado, la mayor parte de los alumnos da


respuestas descriptivas sobre día/noche (76%). Una
pequeña proporción da una respuesta escolar
adecuada (13%).
 En 5to. grado, una gran proporción de las respuestas
son escolares (52%). Son escasas las de sentido
común (21%). La diferencia entre 3º y 5º es significativa.
252 alumnos
 En 7mo. grado, se reduce la proporción de respuestas
Kikas (3ro., 5to., 7mo.
escolares (37%) y crecen las de "sentido común" (43%).
(1997) y 9no. grado)
Estonia  En 9no. grado, la proporción de respuestas escolares y
de sentido común se equipara (ambas 38%).
 Salvo en 5º grado, los varones dieron más respuestas
escolares que las chicas. La diferencia es muy
significativa en 9º grado.
 Los estudiantes memorizan el conocimiento enseñado
en la escuela pero no lo integran con su conocimiento
cotidiano y pronto lo olvidan.

2087 alumnos:  Rotación de la Tierra (explicación científica): 55%


Trumper (2001)
826 secundario alumnos de secundario, 39% futuros docentes primaria,

94
y 1261 nivel 52% futuros docentes secundaria y 62% universitarios
universitario carreras no científicas.
Israel  Traslación de la Tierra alrededor del Sol (concepción
errónea más común): 33% alumnos de secundario, 51%
futuros docentes primaria, 37% futuros docentes
secundaria y 34% universitarios de carreras no
científicas.

Modelos para explicar día/noche:


 Representación científica (55,2%).
Vega Navarro 96 maestros  Rotacional: la Tierra rota, con el Sol y la Luna estáticos
(2001) España en el espacio en posiciones opuestas (29,2%).
 Revolución: la Tierra está estática y la Luna y el Sol, en
posiciones opuestas, giran alrededor de ella (5,2%).

Modelos mentales para explicar día/noche:


 Interruptor: Sol y Luna son el mismo astro sin
movimiento. El Sol se apaga y se convierte en Luna.
 Pantalla: las nubes tapan el Sol o la Luna
alternativamente. Pantalla y arrastre: las nubes tapan el
Sol mientras arrastran la Luna para que aparezca.
 Fuga: Sol y Luna desaparecen alternativamente
yéndose a otro lugar.
19 alumnos  Eclipse: uno de los dos, Sol o Luna, está inmóvil y el
Vega Navarro Nivel inicial otro astro se desplaza hasta ocultarlo. Variante a): el
(2002) (4 - 6 años) Sol oculta la Luna durante el día y se va a algún lado a
España la noche. Variante b): una nube tapa la Luna durante el
día y a la noche la Luna se corre hasta tapar el Sol.
 Ocultamiento en las nubes: Sol y Luna se mueven atrás
de las nubes de modo tal de quedar destapada la Luna
a la noche (y tapado el Sol) y al revés en el día.
 Ocultamiento en las montañas: mismo mecanismo que
el anterior reemplazando las nubes por montañas.
 Traslación: Sol y Luna se desplazan opuestos en el
cielo apareciendo la Luna y desapareciendo el Sol.

 Respuesta "correcta" (19,5% en 7mo., 31,5% en 8vo. y


39,9% en 9vo. grado).
 Parcialmente correcta (45,9%, 45,7% y 31,8%).
 No responde (12,2%, 6,7% y 9,6%).
1920 alumnos
 Tierra orbita al Sol (6,0%, 4,5% y 8,6%).
Danaia y (7mo., 8vo. y
McKinnon (2007) 9no. año)  Sol orbita la Tierra (5,2%, 4,7% y 5,0%).
Australia  El Sol sale todos los días por el Este y se pone por el
Oeste (12,4%, 15,6% y 14,3%).
 El Sol está sobre nuestras cabezas al mediodía (6,4%,
13,5% y 10,1%).
 Luna y Sol orbitan la Tierra (15,4%, 11,3% y 6,7%).

Concepciones del día y la noche:


 Representación científica: rotación de la Tierra (41,2%).
 Giro circular de la Tierra (no sobre su eje) (28,8%).
Fernández Nistal
80 maestros  El Sol gira alrededor de la Tierra (12,5%).
y Peña Boone
(2007)
España  Movimiento de la Luna provoca el día y la noche (5%).
 Traslación de la Tierra provoca día y noche (7,5%).
 Rotacional: la Tierra rota, con el Sol y la Luna estáticos
en el espacio en posiciones opuestas (5%).

Chiras y 80 alumnos  Gran persistencia de modelos "geocéntricos" pese a


Valanides (2008) Nivel primario haber recibido instrucción escolar "heliocéntrica".

95
(9 y 11 años)  Concluyen que los alumnos deben poseer
Chipre conocimientos anteriores o prerrequisitos para
comprender día/noche a partir de la rotación terrestre:
esfericidad de la Tierra, rotación terrestre como causa
del día y la noche, inclinación del eje terrestre, que no
es posible tener sólo día o noche en la Tierra, que los
rayos de luz viajan en línea recta, que la Luna no posee
luz propia y que no tiene relación con día y noche.

 Rotación de la Tierra (63,08%).


Gangui, Iglesias y 51 futuros
 Otras (27,7%).
Quinteros docentes
(2010) Argentina  Por la Luna (4,6%).
 No responde (4,6%).

A partir de lo mencionado en la Tabla 4-2, las representaciones detectadas en mayor


proporción en alumnos y docentes pueden clasificarse en las siguientes categorías
(Figura 4-2):

a) Modelo de rotación: la Tierra gira sobre su eje mientras el Sol y la Luna se


encuentran en posiciones opuestas.
b) Modelo de revolución: la Luna y el Sol se encuentran en posiciones opuestas y
giran alrededor de la Tierra.
c) Modelo de revolución terrestre: la traslación de la Tierra alrededor del Sol
provoca el ciclo día/noche.
d) Modelo científico: el ciclo día/noche es consecuencia del movimiento de rotación
terrestre.

Figura 4-2: Esquemas que sintetizan los modelos científicamente inapropiados sobre el
ciclo día/noche detectados en mayor proporción en alumnos mayores de 8 años y en
docentes (1ra. fila). En la 2da. fila se muestran dibujos realizados por docentes en
actividad en distintas investigaciones anteriores.

Fernández Nistal y
Vega Navarro (2001) Camino (1995) Peña Boone (2007)

c) Modelo de revolución
a) Modelo de rotación b) Modelo de revolución
terrestre

96
En función de las investigaciones mencionadas es posible concluir que el fenómeno del
día y la noche no es comprendido adecuadamente por una proporción importante de
docentes y por un porcentaje muy significativo de alumnos de nivel primario, pese a que
el mismo es enseñado en las aulas y que es considerado como uno de los más sencillos
de desarrollar. En este sentido, el fenómeno aparece en los libros de texto en distintos
años de escolaridad, por lo cual los alumnos suelen abordarlo más de una vez durante
su trayectoria educativa. Sin embargo, su desarrollo en los libros escolares y en los
cuentos muchas veces presenta errores conceptuales y/o didácticos que refuerzan las
nociones alternativas más comunes. Por ejemplo, es común la presentación de
imágenes nocturnas en las que siempre aparece la Luna en el cielo, reforzando la idea
errónea que asocia la noche con la Luna (Vega Navarro, 1996; Galperin et al., 2014). Lo
mismo sucede muchas veces en las películas y en los cuentos más populares,
instalando un error conceptual desde edades muy tempranas (Figura 4-3):

“Lo cierto es que actualmente la asociación de la noche con la Luna es un


proceso que comienza en los primeros años, si no meses, de vida, de forma
asistemática y no intencional en el entorno familiar, y luego se torna metódica y
persistente en el ámbito escolar ya desde las primeras lecturas”. (Vega Navarro,
2003, p. 71)

“Ciertamente, en la Luna reparamos más por la noche. Pero la Luna no puede


ser el símbolo de la noche cuando los niños y niñas comienzan su aprendizaje
científico. Y no puede serlo porque la asociación de la noche con la presencia de
la Luna es un grave error conceptual que colisionará más tarde con la
explicación correcta del fenómeno noche-día (ausencia-presencia de luz solar),
con la visión heliocéntrica del sistema solar y con la idea de un universo
dinámico”. (ibíd., p.71)

Figura 4-3: Imagen de libro escolar que asocia explícitamente la noche con la Luna
(extraída de Vega Navarro, 1996). Tomada del libro Educación primaria, Primer Ciclo, 1,
de Vicens Vives, Barcelona, 1992, p. 116-117.

Como se ha mencionado, la presencia de modelos inapropiados desde el punto de vista


científico sobre el día y la noche es algo sumamente común en niños, jóvenes e incluso
en muchos docentes. Esto llama la atención debido a ser un fenómeno muy cotidiano y,
a la vez, relativamente sencillo de explicar. Sin embargo, a partir de los resultados de las
investigaciones no cabe duda que la conceptualización acerca del ciclo día/noche es
mucho más compleja de lo que sostienen los docentes, los autores de libros escolares y
el currículum escolar. En este sentido, Chiras y Valanides (2008) indican la necesidad de
ciertos prerrequisitos o ideas que los alumnos deben poseer previamente para poder
97
comprender este fenómeno como una consecuencia del movimiento de rotación
terrestre: a) que la Tierra es esférica, b) que el ciclo día/noche es causado
exclusivamente por la rotación de la Tierra sobre su eje, c) que en la Tierra es imposible
tener sólo día o noche, d) que el eje de la Tierra está inclinado, e) que la Luna no tiene
luz propia y que no está relacionada con el ciclo día/noche y f) que todos los objetos
emiten rayos de luz que viajan en línea recta (p. 75).

Como ejemplo de estas dificultades de comprensión sobre el día y la noche, se han


detectado docentes en actividad que sostienen que el ciclo día/noche dura menos en los
planetas más alejados porque les llega menos luz, que identifican a la noche con la
presencia de la Luna o que asocian este fenómeno como una consecuencia de la
proyección de la sombra de algún astro sobre otro (Camino, 1995, p. 91).

Por otro lado, Vosniadou y Brewer (1994) sostienen que los modelos mentales sobre el
día y la noche presentes en los niños son el producto de determinadas representaciones
personales sobre los objetos junto con dos tipos de presupuestos: los ontológicos y los
epistemológicos (Figura 4-4):

"La construcción de un modelo mental sobre el ciclo día/noche depende de las


representaciones personales respecto a una serie de conceptos que interactúan
(como Sol, Tierra y Luna) y de dos tipos de presupuestos: los ontológicos (que
los objetos físicos son sólidos, estables, caen cuando no se sostienen, etc) y los
epistemológicos (presuposiciones sobre el carácter general de las explicaciones
de los fenómenos físicos, como una preferencia por las explicaciones
físicas/causales). Estos presupuestos influyen en la manera en que las personas
interpretan sus observaciones y la información que reciben de la cultura,
generando creencias específicas sobre la naturaleza del mundo físico y
restringiendo la forma en que estas creencias se integran como modelos
mentales" (ibíd., p. 129).

Figura 4-4: Esquema del proceso de construcción de modelos y creencias acerca del
día y la noche en niños propuesto por Vosniadou y Brewer (1994, p. 130).

98
Vosniadou y Brewer concluyen que los modelos mentales sobre el ciclo día/noche
guardan relación con el propio modelo acerca de la forma de la Tierra y sobre el
movimiento del Sol que posee cada niño, lo que representa una evidencia a favor de
que estos modelos son lógicamente consistentes y coherentes. Por ejemplo, los niños
que poseen un modelo de Tierra plana no brindan explicaciones del día y la noche en
las que la Tierra rota o gira alrededor del Sol (Figura 4-5).

Figura 4-5: Restricciones del proceso de construcción de modelos y creencias acerca


del día y la noche en niños. Adaptado de Vosniadou y Brewer (1994, p. 132).

En contraposición, otros investigadores han encontrado resultados que indican que las
explicaciones de los fenómenos que dan los niños están fragmentadas o débilmente
organizadas debido a que no tienden a adoptar un principio de coherencia lógica al
teorizar sobre el mundo físico (Solomon, 1983; diSessa, 1988; Hannust y Kikas, 2007).
Se desarrollará en profundidad esta discusión más adelante, en la Sección 4.2.6. sobre
conclusiones de los trabajos analizados respecto a las concepciones de los estudiantes
acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos.

4.2.4. Las estaciones del año

A continuación se detallan algunos de los trabajos de investigación acerca de las


concepciones que poseen alumnos y docentes sobre las estaciones del año. En una
gran mayoría, los trabajos detectan la idea predominante de que las estaciones del año
se deben a la distancia variable entre la Tierra y el Sol, aunque existen distintos modelos
para explicar este cambio en la distancia (Figura 4-6):

a) Modelo de distancia variable por curvatura terrestre: la forma de la Tierra causa


que algunos puntos queden más cerca del Sol y otros más lejos.
b) Modelo de distancia por excentricidad de la órbita (explicación no científica más
común): nuestro planeta se traslada en una órbita elíptica de gran excentricidad,
lo que provoca que cambie la distancia entre la Tierra y el Sol.
c) Modelo de distancia variable por inclinación del eje terrestre: esta inclinación
provoca que una persona esté más cerca o más lejos del Sol según en qué
posición de la Tierra se encuentre.

99
Figura 4-6: Esquemas que representan los modelos detectados en alumnos y docentes
para explicar las estaciones del año a partir de la variación de la distancia al Sol (1ra.
fila). En la 2da. fila se muestran dibujos realizados por docentes en actividad en
investigaciones llevadas a cabo anteriormente.

Fernández Nistal y Gil Quílez y


Peña Boone (2007) Camino (1995) Martínez Peña (1995)

a) Distancia variable b) Distancia variable por c) Distancia variable por


por curvatura terrestre excentricidad de la órbita inclinación del eje terrestre

También se han detectado otros modelos que no están basados en explicar las
estaciones a partir de variar la distancia Tierra - Sol (Figura 4-7):
d) Modelo de rotación: la rotación de la Tierra provoca las estaciones del año (se
confunde día y noche con estaciones). En la cara que da hacia el Sol es verano,
mientras que en la opuesta es invierno.
e) Modelo de calentamiento y enfriamiento solar: explica los cambios estacionales a
partir de modificaciones en la cantidad de energía que irradia el Sol.

Figura 4-7: Esquemas que representan los modelos detectados en investigaciones


anteriores que explican las estaciones del año sin recurrir a variar la distancia Tierra -
Sol (1ra. fila). En la 2da. fila se muestran dibujos realizados por docentes en actividad en
investigaciones llevadas a cabo anteriormente.

100
Sin figura

Fernández Nistal y
Peña Boone (2007)

d) Modelo de rotación e) Modelo de calentamiento


y enfriamiento solar

La Tabla 4-3 sintetiza los trabajos de investigación sobre las concepciones que poseen
alumnos de distintas edades y docentes acerca de las causas de las estaciones del año
a partir de ampliar las revisiones de la literatura llevadas a cabo por Navarrete, Azcárate
y Oliva (2004), Vega Navarro (2007) y Sneider, Bar y Kavanagh (2011). A su vez, se
señalan algunas de las conclusiones obtenidas en ellos.

Tabla 4-3: Concepciones sobre las estaciones del año detectadas en alumnos y
docentes. Síntesis de resultados obtenidos en investigaciones anteriores.

Las estaciones del año


Referencia Muestra Algunas concepciones detectadas y conclusiones

 Los planetas fríos toman calor del Sol.


 Nubes densas bloquean el Sol en invierno.
100 alumnos
 El Sol se aleja de la Tierra en invierno (noción
Nivel primario y
mayoritaria en todas las edades).
Baxter (1989) Nivel medio
 El Sol se va a otro lado de la Tierra en invierno.
(9 - 16 años)
Inglaterra  Los cambios en las plantas provocan las estaciones.
 La inclinación del eje provoca que distintas partes de la
Tierra se encuentren a diferente distancia del Sol.

Graduados
 La mayoría de los graduados de Harvard fallan al
Schnepps y universitarios
explicar las estaciones del año: sostienen que se debe
Sadler (1989) (21 - 23 años)
a la distancia variable entre la Tierra y el Sol.
Estados Unidos

 Modelos varios de variación de la inclinación de los


rayos solares (51,5%).
 Modelos teleológicos o finalistas (25,3%).
 Modelo de distancia variable por inclinación del eje: esta
inclinación provoca que la distancia Tierra - Sol cambie
87 futuros según el lugar en que la persona se encuentre (8,0%).
Ojala (1992) docentes  Modelo de distancia por excentricidad de la órbita:
Escandinavia nuestro planeta se traslada en una órbita elíptica de
gran excentricidad, lo que provoca que cambie la
distancia entre la Tierra y el Sol (4,6%).
 Modelo de distancia variable por curvatura terrestre: la
forma de la Tierra causa que algunos puntos queden
más cerca del Sol y otros más lejos (3,4%).

101
Concepciones más ampliamente detectadas en todos los
niveles educativos:
1213 alumnos  A las 12 del mediodía el Sol está verticalmente encima
Nivel primario, nuestro (82,4%).
Schoon (1992) Nivel medio y  La Tierra está más cerca del Sol en verano y más lejos
Nivel superior en invierno (77,6%).
Estados Unidos  El Sol se pone por el oeste en mayo, junio y julio (58%).
 En cada día de verano la cantidad de luz diurna es
mayor que la del día anterior (32,4%).

Modelos para explicar estaciones antes de un curso de


capacitación para docentes:
 No sabe o no contesta (53%).
 Modelo de distancia variable por excentricidad de la
85 maestros
Camino (1995) órbita (35%).
Argentina
 Modelo científico: la Tierra se traslada en una órbita
elíptica de baja excentricidad manteniendo la
inclinación constante de su eje (7%).
 Modelo distancia variable por inclinación del eje (4%).

 Modelo de distancia por excentricidad de la órbita


904 alumnos
(71,6% alumnos, 60% futuros docentes).
Nivel primario y
 Modelo científicamente aceptable (10,6% alumnos,
secundario y
22,0% futuros docentes).
De Manuel (1995) 50 futuros
docentes  Modelo de rotación: es verano en la parte de la Tierra
(12 -18 años) que apunta al Sol (7,2% alumnos, 8% fut. docentes)
España  Otros modelos: teleológico, henisferio sur es siempre
más cálido, etc (10,6% alumnos y 10% fut. docentes).

 El verano es más caluroso porque la Tierra está más


122 futuros cerca del Sol (82,8%). Dado que la mayoría del
Schoon (1995) docentes alumnado posee esta misma idea intuitiva, es posible
Estados Unidos que ésta sea enseñada y/o reforzada por los propios
docentes.

 La gran mayoría posee concepciones alternativas


acerca de la causa de las estaciones (86%).
49 futuros  Modelo de distancia por excentricidad de la órbita:
Atwood y Atwood
docentes nuestro planeta se traslada en una órbita elíptica de
(1996)
Estados Unidos gran excentricidad, lo que provoca que cambie la
distancia entre la Tierra y el Sol (37%).
 Modelo científico (2%).

 Modelo de distancia variable por excentricidad de la


órbita: la Tierra se acerca y se aleja del Sol
alternativamente.
Alumnos
 Modelo de rotación: se confunde día/noche con
Sharp (1996) (10 - 11 años)
estaciones. La parte de la Tierra que mira hacia el Sol
Inglaterra
está en verano y la opuesta en invierno.
 Modelo de calentamiento y enfriamiento solar: el Sol
varía la cantidad de calor que irradia.

149 futuros  Modelo de distancia variable: los cambios estacionales


DeLaughter et al.
docentes se deben a cambios en la distancia entre el Sol y la
(1998)
Estados Unidos Tierra (25%).

Sólo 11 docentes pudieron proporcionar una explicación


Parker y 89 docentes científica del fenómeno luego de completar un programa
Heywood (1998) Inglaterra de instrucción sobre enseñanza de la Astronomía.
Respuestas mayoritarias (76,5%):

102
 Modelo de distancia por excentricidad de la órbita:
nuestro planeta se traslada en una órbita elíptica de
gran excentricidad, lo que provoca que cambie la
distancia entre la Tierra y el Sol.
 Modelo de distancia variable por inclinación del eje: esta
inclinación provoca que la distancia Tierra - Sol cambie
según el lugar en que la persona se encuentre.

 En 3º grado, la gran mayoría de los alumnos da


respuestas descriptivas sobre estaciones del año
(93%). Muy pocas respuestas escolares (2%).
 En 5to. grado, la mayor parte de las respuestas son
252 alumnos escolares (59%). Son menos frecuentes las de sentido
Kikas (3ro., 5to., 7mo. común (25%). La diferencia entre 3º y 5º es significativa.
(1997) y 9no. grado)  En 7mo. grado, se reduce la proporción de respuestas
Estonia escolares (31%) y crecen las de "sentido común" (48%).
 En 9no. grado, la proporción de respuestas escolares
(47%) es mayor que las de sentido común (35%).
 Los varones dieron más respuestas escolares que las
mujeres (salvo en 5to. grado).

 Es verano porque la Tierra se acerca al Sol: 40%


alumnos de secundaria, 37% futuros docentes primaria,
2087 alumnos:
32% futuros docentes secundaria y 32% estudiantes
826 nivel medio
universitarios carreras no científicas.
Trumper (2001) y 1261 nivel
universitario  Sol siempre arriba de nuestras cabezas al mediodía:
36% alumnos de secundaria, 48% futuros docentes de
Israel
primaria, 44% futuros docentes secundaria y 42% de
estudiantes universitarios carreras no científicas.

Nuevos modelos no detectados en otros trabajos:


 Modelo "manguera": cuando la Tierra está lejos del Sol
50 futuros los rayos se concentran más en ella, por lo cual es
Navarrete (2003) maestros verano.
España  Modelo "linterna": es verano cuando la Tierra está lejos
porque los rayos del Sol se dispersan en una superficie
mayor y eso hace que calienten más.

 La forma de la órbita de la Tierra, que la acerca y la


aleja del Sol, es la que provoca las estaciones: 56% de
132 estudiantes
Kikas docentes y 72% de los estudiantes.
universitarios
(2003)  La inclinación del eje terrestre hace que, en verano,
198 maestros
(2004) Estonia se encuentre más cerca del Ecuador.
Estonia
 Se confirma que ni chicos ni adultos comprenden un
concepto con simplemente memorizar la explicación.

Antes y después de un proceso de instrucción:


 Alumno 1: las zonas más cálidas de la Tierra se deben
a rayos procedentes de zonas más calientes del Sol.
Luego sostuvo que los rayos del Sol pueden curvarse
Salierno, Edelson, 3 alumnos para llegar hasta Alaska con menos intensidad.
y Sherin 5to. grado  Alumno 2: en el lado que da hacia el Sol es verano.
(2005) Estados Unidos Luego cambió diciendo que en verano la Tierra está
más cerca del Sol.
 Alumno 3: los gases del Ecuador atrapan calor. Luego
cambió diciendo que en el Ecuador la luz solar es más
directa y que en la cara que da hacia el Sol es verano.

103
 Pese a que estaciones es un tema que se enseña en
3er. y 4to. grado, una gran proporción de estudiantes no
1920 alumnos puede brindar una explicación o mantiene concepciones
Danaia y alternativas varios años después.
(7mo., 8vo. y
McKinnon
9no. año)  No responde (55,0% en 7mo., 42,8% en 8vo. y 44,2%
(2007)
Australia en 9no. grado).
 Distancia variable Tierra - Sol (28,1%, 33,5% y 28,2%).
 Respuesta correcta (1,0%, 4,8% y 6,3%).

Concepciones de las estaciones:


 Distancia variable entre el Sol y la Tierra (48,8%).
Fernández Nistal
80 maestros  Diferente distancia entre el Sol y distintas
y Peña Boone
España zonas geográficas de la Tierra (32,5%).
(2007)
 Inclinación del eje de la Tierra en su órbita alrededor del
Sol (8,8%).

Comparó el conocimiento de los estudiantes acerca de


los movimientos del Sol, la Luna y las estrellas en el cielo:
 Los estudiantes de todos los grados poseían creencias
60 alumnos
ingenuas sobre el movimiento aparente del Sol.
Plummer (1ro., 3ro. y
 No hubo diferencias significativas entre los estudiantes
(2008) 8vo. grado)
Estados Unidos de tercer grado y los de octavo en relación a la
comprensión de los cambios en la altura y en la
trayectoria del Sol a lo largo del año y en su relación
con las estaciones.

 Variación de la distancia al Sol debido a la traslación de


la Tierra (40,7%).
Gangui, Iglesias y 51 futuros
 Movimientos de la Tierra (17,3%).
Quinteros docentes
 Razones climáticas (9,9%).
(2010) Argentina
 Traslación de la Tierra e inclinación del eje (3,7%).
 No responde (11,1%).

En función de estas investigaciones, y de muchas otras no mencionadas aquí, es


posible concluir que el fenómeno de las estaciones del año no es comprendido
adecuadamente por la gran mayoría de los alumnos de nivel medio y primario, y por una
gran proporción de los docentes. Pese a que es un fenómeno que es desarrollado en las
escuelas primarias, incluso en distintos años, parece no ser sencillo lograr su
comprensión ni siquiera a partir del desarrollo de propuestas de instrucción
constructivistas con fuerte presencia de trabajo cognitivo por parte de los estudiantes.

Al respecto, no es sencillo relacionar la inclinación del eje de rotación terrestre con la


cantidad de radiación recibida por unidad de superficie y con su variación a lo largo del
año. Esta explicación requiere que el estudiante se posicione imaginariamente fuera de
la Tierra y que imagine su desplazamiento alrededor del Sol mientras, al mismo tiempo,
analiza las consecuencias que esto provoca en la altura y en la trayectoria que sigue el
Sol en el cielo visto desde un punto determinado de la superficie terrestre. La utilización
de simulaciones puede facilitar la comprensión de este modelo explicativo, aunque a la
vez puede generar nuevas representaciones inadecuadas si el alumno aplica
literalmente algunos aspectos de la simulación, como la escala, a la realidad (De
Manuel, 1995). En esta línea, el tratamiento de aspectos conceptuales avanzados por
medio de simulaciones debería ser posterior al aprendizaje de conceptos referentes a la
Tierra como cuerpo cósmico, tales como tamaño, forma, inclinación del eje, etc, que a
veces no son comprendidos adecuadamente incluso por estudiantes de los últimos años
de la escuela primaria (Nussbaum, 1979).
104
Los estudios indican que los niños pequeños tienden a asociar invierno con hielo y nieve
y no comienzan a considerar mecanismos causales de los cambios estacionales hasta
los años superiores de la escuela primaria. Como se ha visto, la concepción alternativa
más común tanto en alumnos como en docentes es que hace más calor en verano que
en invierno porque la órbita de la Tierra es muy elíptica, causando que la Tierra se
acerque o se aleje del Sol a lo largo del año.

Otra explicación detectada está asociada con el hecho de que los niños aprenden en la
escuela acerca de la relevancia de la inclinación del eje de la Tierra para explicar las
estaciones y que esta información intentan integrarla con sus propias teorías y creencias
con el fin de elaborar un nuevo modelo explicativo. Por ejemplo, algunos estudiantes y
docentes sostienen que la inclinación del eje trae como consecuencia que un hemisferio
se encuentre más cerca del Sol que el otro. En cambio, otros estudiantes sostienen que
el eje de la Tierra cambia su orientación en el espacio durante el año y que este cambio
en la inclinación causa las estaciones.

Aunque cada una de estas concepciones alternativas puede considerarse un paso


adelante en el camino hacia la explicación científica, los estudiantes rara vez tienen la
oportunidad de estudiar de nuevo este tema en los niveles educativos posteriores a la
escuela primaria, lo que trae como consecuencia que puedan graduarse de una
universidad, y posiblemente convertirse en docentes, sin una comprensión adecuada del
fenómeno de las estaciones del año (Sneider, Bar y Kavanagh, 2011).

4.2.5. Las fases de la Luna

A continuación se detallan algunos de los trabajos de investigación acerca de las


concepciones que poseen alumnos y docentes sobre las fases de la Luna. En una gran
mayoría, los trabajos han detectado como predominante el "modelo de eclipse", que
sostiene que las fases lunares se deben a que la Tierra proyecta sombra sobre la Luna
(Figura 4-8).

Figura 4-8: Esquema que representa el modelo de eclipse, ampliamente detectado en


alumnos y docentes para explicar las fases de la Luna. A la derecha, un dibujo realizado
por un docente en actividad como parte de una investigación anterior.

Camino (1995)

Modelo de eclipse

La Tabla 4-4 sintetiza los trabajos de investigación sobre las concepciones que poseen
alumnos de distintas edades y docentes acerca de las fases de la Luna. A su vez, se
señalan algunas de las conclusiones obtenidas en ellos.

105
Tabla 4-4: Concepciones sobre las fases lunares detectadas en alumnos y docentes.
Síntesis de resultados obtenidos en investigaciones anteriores.

Fases de la Luna
Referencia Muestra Algunas concepciones detectadas y conclusiones

Cohen 50 maestros  Una muy pequeña parte del profesorado es capaz de


(1982) Estados Unidos explicar satisfactoriamente las fases lunares (12%).

 Sin modelo explicativo (37%).


61 estudiantes
Targan  Modelos explicativos fragmentados (22%).
Universitarios
(1988)  Modelo de eclipse (13%).
Estados Unidos
 Explicación correcta (2%).

Se identificaron 5 nociones más frecuentes para explicar


las fases lunares:
100 alumnos  Nubes cubren una parte de la Luna.
Nivel primario y  Planetas proyectan sombra sobre la Luna.
Baxter
secundario  La sombra del Sol cae sobre la Luna.
(1989)
(9 - 16 años)  Modelo de eclipse: la sombra de la Tierra cae sobre la
Inglaterra Luna (noción detectada en mayor proporción).
 Porción visible desde la Tierra de la cara iluminada de
la Luna (punto de vista científico).

1414 alumnos
 Modelo de eclipse: la sombra de la Tierra cae sobre la
Sadler Nivel
Luna (41%).
(1992) secundario
Estados Unidos  La sombra del Sol cae sobre la Luna (27%).

1213 alumnos  Modelo de eclipse: la sombra de la Tierra cae sobre la


Niveles Luna (48% en primaria).
primario,  El modelo de eclipse crece con la edad: se manifiesta
Schoon (1992)
secundario y en mayor proporción en secundaria (casi 70%).
superior  La Luna orbita a la Tierra en 1 día (36%).
Estados Unidos  La Luna orbita a la Tierra en 1 año (20%).

 Respuesta correcta: las fases de la Luna se deben a la


luz solar reflejada por la Luna (39,2%).
708 estudiantes
Bisard et al.  Explicación de eclipse: la sombra de la Tierra
Nivel medio y
(1994) proyectada sobra la Luna provoca las fases (37,6%).
universitario
 Ángulo variable de la luz del Sol sobre la Tierra (18,8%).
 Nubes que tapan la Luna (4,4%).

Frase: "La sombra de la Tierra provoca las fases lunares".


 59,3% está en desacuerdo con la frase, aunque esto no
81 futuros
Skam quiere decir que comprendan la causa de las fases.
docentes
(1994)  Del grupo anterior, un 35,8% pudo dar una explicación
Australia
adecuada acerca del fenómeno y un 42% dio una
explicación parcialmente correcta.

Modelos para explicar fases de la Luna antes de un curso


de capacitación para docentes:
 No sabe o no contesta (88%).
Camino 85 maestros
 Modelo científico: la Luna iluminada por el Sol orbita a
(1995) Argentina
la Tierra, variando cómo se la ve desde la Tierra (8%).
 Modelo de eclipse: la sombra de la Tierra proyectada
sobra la Luna provoca las fases (4%).

Schoon 122 futuros  Algo (generalmente la Tierra) se interpone en el camino


(1995) docentes de la Luna (62,3%).

106
Estados Unidos  Explicación científica (18%).

 La explicación "científica" es mayoritaria. La proporción


es aún mayor que en futuros docentes. Puede deberse
a llamar "explicación científica" a aquella en que los
Alumnos
Sharp alumnos atrbuyen las fases al movimiento de la Luna
11 años
(1996) alrededor de la Tierra, sin quedar claro que
Inglaterra
comprendan claramente la causa del fenómeno.
 Las nubes oscurecen una parte de la Luna.
 Explicación de eclipse: casi no aparece.

110 futuros
Schoon y Boone  Algo (generalmente la Tierra) se interpone en el camino
docentes
(1998) de la Luna (67%).
Estados Unidos

 Ideas divergentes en vez de concepciones científicas:


Stahly, Krockover 4 alumnos nubes cubriendo la Luna, fases que dependen de la
Shepardson 3º grado posición del observador o que pueden observarse en
(1999) Estados Unidos cualquier momento (no dependen de las posiciones
relativas de los astros).

Kallery y Silos Futuros  Explicaciones no científicas (60%): predomina la idea


(2001) docentes de fases como consecuencia de la sombra de la Tierra.

 Desde la escuela secundaria hasta la universidad los


2087 alumnos: estudiantes mantienen concepciones erróneas acerca
826 nivel medio de las fases de la luna.
Trumper (2001) y 1261 nivel  Concepción alternativa más común (sombra de la Tierra
universitario sobre la Luna): 22,6% alumnos secundaria, 16% futuros
Israel docentes primaria, 25% futuros docentes secundaria y
29% estudiantes universitarios carreras no científicas.

Trundle, Atwood y 78 futuros  Explicación científica (10%).


Christopher docentes  La sombra de la Tierra cae sobre la Luna (23%).
(2002) Estados Unidos  La rotación del eje terrestre provoca las fases (7,6%).

 No responde (44,3% en 7mo., 33,7% en 8vo. y 38,4%


1920 alumnos
en 9no. grado).
Danaia y (7mo., 8vo. y
 Sombra de la Tierra sobre la Luna (5,6%, 5,6% y 5,2%).
McKinnon (2007) 9no. año)
Australia  Nube tapa la Luna (4,8%, 2,6% y 2,6%).
 Respuesta correcta (1,7%, 9,9% y 10,1%).

 Ideas científicas (54%): comprenden que la Luna orbita


a la Tierra, que una mitad de la Luna siempre está
iluminada por el Sol y que nosotros vemos toda o una
154 futuros
parte de la mitad iluminada de la Luna debido a
docentes
cambios en las posiciones relativas de estos 3 astros.
(estudiantes de
Bayraktar (2009)  Explicación de eclipse: la sombra de la Tierra
3º año de
proyectada sobre la Luna produce las fases (26,6%).
universidad)
Turquía  La rotación de la Tierra produce las fases (5,2%).
 Otras explicaciones (14,2%): nubes tapan parte de la
Luna, cambios en la luz que recibe la Luna, distancia
variable entre Luna - Tierra, sombras de planetas, etc.

 La opción más elegida fue la científicamente adecuada:


Gangui, Iglesias y 51 futuros “La Luna refleja la luz del Sol y vemos la zona que está
Quinteros docentes iluminada”. Sin embargo, más del 56% no pudo
(2010) Argentina justificar su elección con un dibujo que la avalara. Los
esquemas están vinculados a la "teoría del eclipse".

107
 Explicación desde posición externa a la Tierra (33%).
 Explicación científicamente adecuada del fenómeno
(12,5%).
48 futuros
Dicovskiy et al.
docentes  Les resulta difícil hacer uso de una explicación de las
(2012) fases de la Luna para dar respuesta a un caso concreto
Argentina
y percibido desde la Tierra (66%).
 Teoría del eclipse para dar cuenta de por qué se
produce la Luna nueva (51,67%).

En función de estas investigaciones, es posible concluir que las fases de la Luna resulta
ser un fenómeno comprendido por una proporción muy pequeña de estudiantes y de
docentes. La explicación más común en todas las edades corresponde al "modelo de
eclipse", que sostiene que las fases lunares se deben a la proyección de la sombra de la
Tierra sobre la Luna, confundiendo este fenómeno con lo que sucede durante un eclipse
de Luna. A su vez, una proporción importante de personas no logran elaborar una
explicación acerca del fenómeno, explicando el mismo meramente a través de su
aspecto descriptivo: dibujando las distintas formas que toma nuestro satélite a lo largo
de una lunación.

Estas dificultades detectadas tanto en alumnos como en docentes están asociadas a


diferentes aspectos relativos a la explicación de las fases que aparece en la mayoría de
los libros y recursos audiovisuales, la cual requiere importantes habilidades espaciales
para su comprensión: la Luna está siempre iluminada por la mitad por el Sol mientras
gira alrededor de la Tierra; por lo tanto, dependiendo su posición, desde la Tierra vemos
una fracción, toda o ninguna porción de su superficie iluminada por el Sol (Figura 4-9).
Como se ve, esta explicación requiere determinados conocimientos anteriores y, al
mismo tiempo, la superposición de dos puntos de vista diferentes, el externo a la Tierra
con el visible desde su superficie:

"Conceptualizar qué causa las fases lunares requiere un pensamiento muy


complejo. En primer lugar, los alumnos deben saber los movimientos de rotación
y revolución de la Luna y de la Tierra y sus posiciones relativas al Sol mientras
se van moviendo. En segundo lugar, deben saber que la Luna está iluminada por
el Sol y que sólo podemos ver la parte de la Luna que está iluminada por el Sol.
Y que esa porción iluminada modifica su forma [vista desde la Tierra] en función
de los cambios en la posición del sistema Tierra - Luna respecto al Sol. Para
tener una buena comprensión de las causas de las fases lunares, los estudiantes
deben sintetizar toda esta información, y estar capacitados para la construcción
de una imagen tridimensional de este trío y sus movimientos relativos en sus
mentes". (Bayraktar, 2009, p. 12)

108
Figura 4-9: Esquema que explica las fases de la Luna tal como se observan en el cielo
del hemisferio sur. La imagen combina dos sistemas de referencia distintos: uno externo
a la Tierra donde se observa a la Luna iluminada por la mitad orbitando a la Tierra (las
"lunas" más cercanas a la Tierra) y uno correspondiente a cómo se observa la Luna
desde la superficie terrestre cuando se encuentra en cada posición (las "lunas" más
alejadas, donde las zonas grises indican lo que no se ve). La escala no está respetada.

Como se ve en el esquema anterior, explicar de este modo las fases lunares implica que
"uno tiene que cambiar de perspectiva, pasando al espacio exterior a partir de un punto
de vista basado en la Tierra" (Subramaniam y Padalkar, 2009, p. 18). En este sentido,
muchos alumnos y docentes no poseen la capacidad de poder trabajar desde una
perspectiva distinta a la de un observador terrestre (Suzuki, 2003). A su vez, la
construcción de un modelo mental adecuado sobre las causas del fenómeno requiere el
desarrollo de cierta capacidad para apreciar la escala real del sistema Sol-Tierra-Luna
(Fanetti, 2001) y un determinado nivel de razonamiento y habilidad espacial (Callison y
Wright, 1993) ya que es necesario ver y trabajar en tres dimensiones (Camino, 2004):

“Los hallazgos de este estudio indican que algunos de los estudiantes eran
capaces de enriquecer su comprensión conceptual de las fases lunares. Sin
embargo, tres de los participantes continuaron mostrando puntos de vista que
eran científicamente incorrectos. Tal vez el tema de las fases lunares es
demasiado complejo para los estudiantes de tercer grado, ya que estos tres
estudiantes siguieron mostrando información inexacta.” (Stahly, Krockover y
Shepardson, 1999, p. 175).

"Comprender las fases de la Luna supone un alto nivel de abstracción, además


de requerir una cierta habilidad para el trabajo empleando las tres dimensiones
espaciales. También requiere de una serie de conocimientos anteriores, que se
tornan fundamentales a la hora de resolver las situaciones que involucran al
sistema STL". (Dikovskiy et al., 2012, p. 227)

Pese a las enormes dificultades detectadas para comprender el fenómeno de las fases
lunares, en esta revisión no se han detectado trabajos que pongan la mirada en intentar
explicar este fenómeno únicamente desde un sistema de referencia centrado en la
superficie terrestre, sin necesidad de tener que trabajar simultáneamente desde dos
puntos de vista.

109
4.2.6. Conclusiones de la revisión sobre concepciones

Como ha quedado en evidencia, las ideas presentes en alumnos de todas las edades y
en docentes sobre la forma de la Tierra y sobre las causas del día y la noche, las
estaciones del año y las fases lunares distan de estar cercanas al conocimiento
científicamente aceptado. En particular, los últimos dos fenómenos mencionados son
comprendidos por muy pocos estudiantes y por una muy baja proporción de docentes:

"Los resultados de nuestra investigación... son bien desalentadores en la medida


en que una tercera parte de los profesores sostienen que la Luna no tiene
movimiento y que casi la mitad no son capaces de explicar correctamente algo
tan diario –nunca mejor dicho– como el ciclo día-noche" (Vega Navarro, 2001, p.
40).

"...la mayoría de los alumnos suelen acabar los estudios de primaria sin siquiera
saber dibujar correctamente la trayectoria diaria del Sol en el cielo o haber
constatado una variación en la elevación del Sol a lo largo del año... la
investigación realizada apoya la necesidad de replantear la enseñanza en
primaria priorizando los contenidos descriptivos y observacionales, lo que
posibilitaría un aprendizaje cimentado (en la percepción) de las teorías
explicativas en etapas posteriores" (Navarro Pastor, 2011, p. 171).

Esta conclusión ha sido obtenida a partir de los distintos trabajos de investigación


llevados a cabo a lo largo de los últimos 20 años, los cuales han permitido elaborar un
listado exhaustivo de los modelos mentales que poseen estudiantes y docentes en
relación a los fenómenos astronómicos cotidianos, haciendo posible su identificación y
categorización. Al respecto, Chi y Roscoe (2002) definieron el concepto de modelo
mental como una representación del conocimiento que se caracteriza por ser un
conjunto interrelacionado de proposiciones insertas dentro de una estructura. A su vez,
clasificaron estos modelos según su coherencia y completitud (Figura 4-10). En relación
con la coherencia, los autores sostienen la existencia de dos tipos de modelos mentales:

a) Modelos "coherentes": donde las proposiciones están interconectadas


sistemáticamente, por lo que pueden ser utilizados para generar explicaciones,
realizar predicciones y responder preguntas de una forma consistente y
sistemática. Estos modelos pueden ser "correctos" o "defectuosos". En este
último caso, la estructura coherente está organizada alrededor de ciertas
creencias o principios que son incorrectos. Sin embargo, los estudiantes que
poseen modelos mentales "defectuosos" son capaces de responder preguntas
de un modo adecuado y consistente ya que comparten un cierto número de
proposiciones con un modelo mental correcto, aunque éstas se encuentran
interconectadas de acuerdo a principios organizativos incorrectos.
b) Modelos "incoherentes" (o "fragmentados"): las proposiciones no se encuentran
interconectadas de un modo sistemático. En consecuencia, no pueden ser
usados para dar explicaciones previsibles y consistentes.
En relación con la completitud, los autores clasificaron los modelos mentales en:
a) Modelos "completos": poseen la mayoría de las proposiciones que son claves.
b) Modelos "incompletos": poseen varias piezas faltantes.

110
Figura 4.10: Categorización de los modelos mentales realizada por Chi y Roscoe
(2002). En base a un esquema presente en Ogan-Bekiroglu (2007).

En consecuencia, "los estudiantes pueden poseer un modelo mental muy completo pero
defectuoso, o un modelo mental básicamente correcto, pero disperso en detalles" (Chi y
Roscoe, 2002, p. 8).
En función de esta categorización, los autores definen al cambio conceptual como el
proceso de reparación de concepciones erróneas o de reasignación o desplazamiento
de un concepto erróneamente categorizado desde una categoría ontológica de un
modelo mental incompleto o defectuoso a otra categoría ontológica de un modelo mental
correcto.

En la Tabla 4-5 se brindan algunos ejemplos de los distintos tipos de modelos mentales
propuestos por Chi y Roscoe (2002) a partir de respuestas dadas por futuros docentes
de Física en relación a los fenómenos astronómicos relacionados con la Luna.

Tabla 4-5: Tipos de modelos mentales identificados en un trabajo de investigación sobre


los fenómenos lunares realizado por Ogan-Bekiroglu (2007).
Tipo de modelo Fenómeno Respuesta y razonamiento (o justificación)

Correcto La Luna sale por el horizonte oriental y se pone


Salida y puesta
la respuesta y el por el horizonte occidental porque la Tierra gira
de la Luna
razonamiento son en sentido contrario en aprox. 24 hs.
consistentes con la
Cara de la Luna Siempre vemos la misma cara de la Luna
perspectiva científicamente
visible desde la porque la rotación y la revolución de la Luna
aceptada
Tierra duran lo mismo.

Completo y defectuoso La Luna sale por el horizonte oriental y se pone


Salida y puesta
la respuesta es correcta por el horizonte occidental porque la Luna
de la Luna
pero el razonamiento no es orbita a la Tierra en 24 hs.
consistente con la
Cara de la Luna
perspectiva científicamente Siempre vemos la misma cara de la Luna
visible desde la
aceptada porque la Luna no rota.
Tierra

Defectuoso Salida y puesta La Luna no sale ni se pone ya que siempre


la respuesta no es de la Luna está en el mismo lugar del cielo.

111
consistente con la Cara de la Luna Siempre vemos la misma cara de la Luna
perspectiva científicamente visible desde la desde el mismo punto de la Tierra porque la
aceptada Tierra Tierra y la Luna rotan a la misma velocidad.
Incoherente
Sea cual sea la respuesta
Salida y puesta
dada, no se explica el La Luna sale pero no se pone.
de la Luna
razonamiento o está poco
claro

Correcto e incompleto
la respuesta incluye
Las mareas ocurren por la fuerza gravitacional
terminología científica Mareas
de la Luna.
correcta pero la explicación
es insuficiente

Por otro lado, pese al enorme desarrollo del constructo "modelos mentales", y a su
utilizacion sistemática en una gran cantidad de trabajos de investigación, existe una
controversia vigente sobre si las concepciones acerca de los fenómenos naturales
detectadas en niños pequeños constituyen o no modelos mentales coherentes o si, por
el contrario, su conocimiento está formado principalmente por hechos vagamente
relacionados. En este sentido, los resultados hallados por Hannust y Kikas (2007) no
apoyan la idea de que la mayoría de los niños construyen modelos. Según estas
autoras, los niños de entre 5 y 7 años de edad poseen un conocimiento sobre la forma
de la Tierra y la gravedad compuesto esencialmente de hechos sin relación estricta,
muchas veces memorizados, independientes entre sí y relacionados con distintas
teorías que pueden ser incompatibles unas con otras. A su vez, destacan como muy
poco habitual la aparición de modelos sintéticos coherentes (Vosniadou, 1992, 1994),
donde los hechos están fuertemente conectados, incluso después de un proceso de
instrucción.

Algunas de estas importantes diferencias entre ambas posturas pueden tener su origen
en problemas metodológicos vinculados a la realización de entrevistas personales con
niños pequeños, quienes se ven obligados a responder a preguntas del investigador que
implican un cierto modelo de razonamiento, o a la elaboración de conclusiones a partir
de los dibujos de los niños, los cuales suelen ser simplificaciones, o incluso copias,
debido a las dificultades que tienen para realizar figuras en tres dimensiones. A su vez,
otro problema metodológico detectado ha sido la modificación de los modelos mentales
propuestos previamente por los investigadores en función de las respuestas
incoherentes surgidas en los niños, descontando la posibilidad de que estas inconsis-
tencias puedan deberse a la presencia de conocimiento fragmentado (ibíd., p. 90).

Al respecto, Nobes et al. (2005) criticaron la metodología de realizar preguntas abiertas


a los niños solicitándoles que dibujen o hagan representaciones, por lo que repitieron la
investigación de Vosniadou y Brewer (1992) presentándoles fotografías a los niños con
distintas formas de la Tierra. Encontraron que incluso los niños pequeños mostraron
conocimiento científico sobre la forma de la Tierra y obtuvieron poca evidencia de la
presencia de modelos mentales iniciales o ingenuos. Por el contrario, el conocimiento de
los niños antes de adquirir el conocimiento científico parece ser incoherente y
fragmentado.

Estas dos líneas metodológicas y sus respectivas conclusiones conducen a distintas


recomendaciones para la enseñanza de la astronomía y de las ciencias en general. Si

112
los niños poseen modelos mentales iniciales basados en creencias y presuposiciones
fuertemente arraigadas vinculadas a sus experiencias con el entorno cercano, el rol del
docente será el de desafiar estas intuiciones y ayudar a los niños a construir
gradualmente el modelo científico. De este modo, la enseñanza de las ciencias
consistirá en un proceso de sustitución de conceptos erróneos estables y resistentes por
teorías científicas actualmente aceptadas.

Por el contrario, si los niños aprenden en mayor medida a partir de información de los
adultos, de los libros y de otras fuentes culturales, más que de sus propias intuiciones y
observaciones directas, será posible lograr que adquieran cierta comprensión sencilla de
los fenómenos astronómicos desde edades tempranas. En consecuencia, la adquisición
de conocimiento en la ciencia será un proceso que aumenta la sistematicidad de piezas
de conocimiento que inicialmente se encuentran fragmentadas.

En ambas líneas de investigación queda claro que los niños construyen su conocimiento
del mundo sobre la base de dos fuentes de información: las observaciones del entorno,
por un lado, y las explicaciones dadas por otras personas en base a lo culturalmente
aceptado, por el otro (Vosniadou, 2002; Kikas, 2003). La controversia está centrada en
cuánto influye cada una de estas fuentes de información en el modo en que los niños
representan internamente el mundo en el que viven y en cómo organizan esta
información recibida.

En respuesta a las críticas recibidas, Vosniadou et al. (2005) cambiaron su esquema de


entrevista incorporando modelos de plastilina para representar la Tierra además de
dibujos, encontrando modelos no científicos consistentes similares a los hallados
anteriormente. En consecuencia, sostuvieron sus ideas respecto a que el aprendizaje
sobre los fenómenos físicos y astronómicos se produce de manera informal en la vida
diaria, mucho antes que en la instrucción formal. Por lo tanto, el conocimiento previo de
los niños difiere radicalmente de lo que se enseña en la escuela, haciendo que tiendan a
reinterpretar la nueva información de acuerdo con sus modelos preliminares y a formar
nuevos modelos sintéticos en lugar de los científicos. Por ese motivo, el proceso de
instrucción debe ser planificado para poder dedicar tiempo a cuestionar las creencias
inadecuadas, a discutir los modelos anteriores y a presentar y utilizar los conceptos y
modelos nuevos de modo tal que sean entendibles y que sean vistos como útiles
(Brewer et al., 2000).

Más allá de la controversia mencionada anteriormente, los resultados de las


investigaciones muestran que comprender las causas de los fenómenos astronómicos
cotidianos no resulta nada sencillo desde un punto de vista externo a la Tierra. Por un
lado, los mismos exigen que los estudiantes posean ciertos requisitos previos, como
comprender la forma de la Tierra y el concepto de gravedad. Por otro lado, requiere
entender determinados aspectos del comportamiento de la luz, como la relación entre el
ángulo de incidencia y la energía recibida por unidad de superficie para poder explicar
las estaciones. A su vez, implica ser capaz de relacionar los movimientos en el espacio
con lo que se observa desde un punto de la superficie terrestre, como la trayectoria
cambiante del Sol en el cielo, lo cual requiere el desarrollo de determinadas habilidades
de razonamiento espacial. Por último, esta relación entre ambos puntos de vista se
encuentra presente en muy pocos materiales de instrucción utilizados en las escuelas.
(Gil Quílez y Martínez Peña, 2005; Salierno et al., 2005; Sneider et al., 2011).

Algunos autores sostienen que la conciliación entre el punto de vista externo a la Tierra
y el correspondiente a lo que se observa desde la superficie terrestre debe comenzar en
los últimos años de la escuela primaria, especialmente en relación al ciclo día/noche que

113
es relativamente sencillo de comprender. Sin embargo, el fenómeno de las estaciones
del año también debería ser desarrollado en la escuela primaria:

"A pesar de estas dificultades, y en cierto modo debido a ellas, la enseñanza del
concepto de las estaciones debe permanecer en la lista de lo que todos los
estudiantes deben aprender para estar científicamente alfabetizados. Esto es
porque el esfuerzo mental implicado en la comprensión de la explicación cientí-
fica de los cambios estacionales puede ayudar a los estudiantes a fusionar su
punto de vista local, centrado en el planeta Tierra, con la concepción moderna de
la Tierra en el espacio junto con los otros planetas, estrellas y galaxias. Una vez
que los estudiantes entienden este concepto, el mismo puede servir como un
constructo unificador para sintetizar otras ideas importantes dentro de las
ciencias físicas y del espacio" (Sneider et al., 2011, p. 19).

Respecto a la complejidad que posee la comprensión de las estaciones y de las fases


lunares, Baxter (1989) detectó que los niños pequeños utilizan objetos cercanos y
familiares para explicar los eventos astronómicos. Posteriormente, estas ideas son
reemplazadas por nociones que incluyen el movimiento de los astros hacia arriba y
hacia abajo o a través del cielo. Luego, los niños abrazan la idea de un movimiento
orbital. Todo este recorrido, que demanda varios años, indica la complejidad de una
tarea que está pensada en los materiales curriculares como si fuera extremadamente
sencilla (Baxter, 1989):

"Por lo tanto, mientras los niños pequeños son animados a observar cómo
ocurren algunos de los fenómenos astronómicos, se reconoce que la cons-
trucción de un punto de vista heliocéntrico implica un número complejo de
factores y no parece apropiado esperar una comprensión de dicha noción antes
de la adolescencia temprana. En efecto, parece importante reconocer que los
alumnos pueden construir nociones intermedias antes de moverse a un punto de
vista heliocéntrico" (Baxter, 1989, p. 511).

La complejidad del punto de vista heliocéntrico para explicar los fenómenos


astronómicos cotidianos queda en evidencia en función de que la mayoria de los
estudiantes de 7mo. grado entrevistados en las investigaciones analizadas no fue capaz
de proporcionar una explicación científicamente adecuada sobre las causas de día y
noche, las fases lunares y las estaciones, fenómenos que se supone que son tratados
en la escuela primaria. A su vez, los trabajos mostraron que existen pocos progresos en
la escuela secundaria, detectándose una gran incidencia de las concepciones
alternativas. En este sentido, parece ser que la enseñanza de la astronomía a la que los
estudiantes están expuestos tiene muy poco impacto en sus concepciones (Danaia y
McKinnon, 2007).

En sintonía con lo anterior, algunos educadores han cuestionado lo apropiado de


enseñar los movimientos de los astros en el espacio y de su relación con lo que se
observa en el cielo terrestre a alumnos de los primeros años de nivel primario dado que
es un tema muy complejo para estudiantes que no están preparados académicamente
ni desarrollados mentalmente:

"El similar tamaño del Sol y la Luna en el cielo genera dificultades para imaginar
los tamaños relativos del Sol, la Luna y la Tierra... Antes de comprender la forma
y el tamaño de la Tierra, los niños deben aprender a ver objetos en 3
dimensiones desde múltiples perspectivas" (Bryce y Blown, 2013, p. 434).

114
"Aprender a explicar el fenómeno del movimiento celeste requiere más que
entender cómo se mueven los cuerpos en el espacio. Por ejemplo, los chicos
pueden entender que la Tierra rota sin usar esto para explicar el ciclo día/noche
(Plummer et al., 2011) y pueden ser capaces de describir cómo la Luna orbita la
Tierra sin ser capaces de explicar las fases lunares (Subramian y Padalkar,
2009)". (Plummer et al., 2014, p. 1084)

"Para construir las explicaciones científicas alrededor del movimiento celeste es


central la habilidad de seguir y recordar las posiciones y movimientos de los
objetos en tres dimensiones. Por ejemplo, comprender el movimiento aparente
de las estrellas implica visualizar las observaciones desde la Tierra de las
estrellas saliendo y poniéndose, un movimiento que ocurre en la superficie 3D
del cielo. Nuestro cambio de perspectiva explica esto como nuestra rotación
alrededor del eje terrestre. Este nivel de explicación implica aspectos desafiantes
de pensamiento espacial, como rotación mental y visualización espacial
(Mathewson, 1999). La rotación mental implica girar objetos en la mente de uno
con rapidez y precisión (Linn y Petersen, 1985). La visualización espacial incluye
la capacidad de interpretar la información 3D a partir de las representaciones en
2D, imaginar objetos desde diferentes perspectivas, y visualizar la forma en que
la rotación puede cambiar la apariencia de los objetos (Barnea y Dori, 1999). La
habilidad espacial ha sido identificada como un factor que explica las diferencias
de comprensión sobre astronomía en los estudiantes (por ejemplo, Negro, 2005;
Heyer, 2012; Wilhelm, 2009)". (Plummer et al., 2014, p. 1085)

" Los resultados revelan que la enseñanza podría haber causado tanta confusión
que los niños descartan toda la nueva información y utilizan sólo su propia
experiencia para ganar un sentido de comprensión... El hecho de que el nivel
promedio de los conocimientos obtenidos se mantuvo relativamente baja y sólo
cuatro niños dieron respuestas científicamente precisas a todas las preguntas
implica que los niños de 5 a 7 años de edad no están preparados para adquirir
plenamente los temas relacionados con la Tierra y la gravedad" (Hannust y
Kikas, 2007, p.102).

Por otro lado, la repetición por parte de los estudiantes de informaciones científicas no
indica en modo alguno la comprensión de los fenómenos que se están estudiando ya
que esto puede corresponder a una mera memorización de hechos. Por ejemplo, los
niños desde pequeños recuerdan el hecho de que la Tierra es redonda pese a que
contradice la experiencia cotidiana, aunque muchas veces utilizan el modelo dual o el
modelo de esfera hueca para reconciliar las viviencias cotidianas con la información
científica recibida.

En función de lo expuesto aquí, urge preguntarse acerca de la pertinencia de enseñar


en los primeros años de la escuela primaria el modelo Sol-Tierra-Luna, y los fenómenos
astronómicos cotidianos, desde un punto de vista heliocéntrico. Como se ha visto, este
desarrollo no ha logrado una mejora en la comprensión de dichos fenómenos por parte
de alumnos de todas las edades e incluso de docentes.

4.3. Propuestas de enseñanza acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos

En esta sección se mencionan sugerencias didácticas y secuencias de enseñanza


presentes en algunos de los artículos analizados las cuales se encuentran centradas en
la enseñanza acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos a partir de la

115
observación a simple vista del cielo y de la utilización del sistema de referencia
topocéntrico. Estos artículos han sido seleccionados en función de tener relación con la
pregunta b) de esta investigación:

¿Qué sistema/s de referencia emplean los docentes para describir y explicar los
fenómenos astronómicos cotidianos? ¿Pueden existir dificultades relacionadas
con la utilización de un sistema de referencia centrado en el Sol para explicar
fenómenos que son observados desde un punto de la superficie terrestre (que no
es el punto de origen del sistema)?

Es decir, ¿es posible que un problema de la enseñanza de la Astronomía sea la


utilización casi exclusiva del sistema de referencia heliocéntrico pese a que se ha
detectado que el mismo es de difícil comprensión para los alumnos?

Antes de comenzar a intentar responder esta pregunta, es deseable ampliar la mirada y


analizar si algunas de las dificultades referidas a la enseñanza y el aprendizaje de la
astronomía no se encuentran insertas dentro de las dificultades correspondientes a la
enseñanza escolar de las ciencias en general. En este sentido, se ha detectado que las
clases de ciencias de los tres primeros años de la escuela media no parecen provocar
modificaciones sustanciales en las concepciones alternativas de los estudiantes.
Algunos de los factores que pueden explicar este resultado son la falta de tiempo
dedicado a la enseñanza de las ciencias en las escuelas, la naturaleza compactada del
currículum de ciencias, las propuestas didácticas de carácter transmisivo puestas en
práctica en las aulas, las propias concepciones alternativas de los docentes y el
contenido de los cursos de formación de pregrado de los futuros profesores (Danaia y
McKinnon, 2007).

Por otro lado, en las escuelas primarias suele ser común que se dedique poco tiempo a
la enseñanza de las ciencias, o que incluso no se enseñe en absoluto. Por ejemplo, una
investigación realizada en escuelas primarias australianas mostró que un gran
porcentaje de los estudiantes recibe menos de 41 minutos de clase de ciencias a la
semana (Angus et al., 2004). No es sorprendente, por lo tanto, la presencia de tantas
concepciones alternativas ya que el tiempo dedicado es muy escaso si el docente desea
identificar las concepciones de los alumnos, implementar actividades de aprendizaje
para desestabilizar dichas concepciones y, posteriormente, proporcionar tiempo para
que los alumnos puedan reconceptualizar sus modelos mentales. A su vez, el plan de
estudios de ciencias de la escuela primaria suele contener muchos temas, con muy
poco tiempo disponible para cada uno, por lo cual es probable que sólo un mínimo de
tiempo se dedique a temas específicos de ciencias, tales como la astronomía. Por ese
motivo, no sorprende que los docentes adopten un modelo pedagógico transmisivo, que
les permite avanzar a un ritmo más rápido con los contenidos, aunque esto redunde en
la utilización de una metodología que no necesariamente es útil para que la mayoría de
los estudiantes logren una comprensión adecuada acerca de los fenómenos naturales
(op. cit., 2007).

A su vez, las investigaciones muestran que los docentes en actividad sostienen


concepciones alternativas respecto a una amplia gama de conceptos científicos muy
similares a las que sostienen los estudiantes, por lo que es probable que éstas puedan
ser transmitidas en las clases de ciencias (Vega Navarro, 2002; Trundle, Atwood y
Christopher, 2006). Por lo tanto, resulta imprescindible que los docentes tomen
conciencia de sus propias concepciones y que puedan contrastarlas con el conocimiento
científicamente aceptado antes de comenzar a planificar sus clases de ciencias.

116
Para superar algunas de estas dificultades, el plan de estudios debe ser reducido con el
fin de poder brindar más profundidad a cada tema y de utilizar una pedagogía adecuada
que permita que los estudiantes modifiquen paulatinamente sus propias concepciones
alternativas. A su vez, será impresicindible realizar un trabajo de formación continua con
los docentes con el fin de que puedan revisar y modificar sus propios modelos
explicativos con el fin de acercarlos a los modelos científicos aceptados (op. cit., 2007).

En conclusión, una parte de las dificultades vinculadas a la enseñanza de la astronomía


pueden tener un origen común relacionado con las dificultades presentes en el proceso
escolar de enseñanza de los contenidos científicos en general. Sin embargo, existen
cuestiones específicas que se analizarán a continuación.

4.3.1. Dificultades que caracterizan la enseñanza de la astronomía

En un artículo de hace unos veinte años, García Barros et al. (1995, p. 3) mencionan
determinadas dificultades que podríamos tomar como válidas, sin muchas
modificaciones, hoy en día:

a) Excesivo énfasis en los contenidos conceptuales, introduciendo un modelo


explicativo difícil de interpretar por los alumnos [el modelo heliocéntrico] sin
relacionarlo con fenómenos cotidianos fácilmente perceptibles.
b) La utilización de metodologías que no tienen en cuenta las ideas y concepciones
de los alumnos en este tema.
c) El uso exclusivo de representaciones planas de los astros y de sus movimientos
que pueden reforzar errores ya presentes en los alumnos (Ojala, 1992).

Si se analizan las características anteriores, es posible asociar estas dificultades a la


utilización del sistema de referencia heliocéntrico para explicar los fenómenos
astronómicos cotidianos, el cual posee una compleja y dificultosa vinculación con lo que
se observa en el cielo desde la superficie terrestre.

En función de estas dificultades, los autores elaboraron un planteamiento didáctico


vinculado con la observación a simple vista del cielo, el cual resulta contradictorio con
sus fundamentos ya que propone explícitamente introducir el modelo heliocéntrico como
explicación. Esto queda aún más de manifiesto unos años después, cuando los mismos
autores amplían la propuesta didáctica y al mismo tiempo sostienen (García Barros et
al., 2003):

“Consideramos que la comprensión de la teoría heliocéntrica y su adecuada


utilización para explicar los movimientos aparentes de los astros no es fácil para
los niños del último ciclo de primaria. Tal comprensión demanda aceptar dos
hechos clave que en absoluto resultan intuitivos; uno es la esfericidad de la
Tierra y nuestra posición en ella, y otro es su movimiento continuo y regular.
Ambos encierran problemas de aprendizaje debidos fundamentalmente a la
limitada capacidad de abstracción, visión espacial, y demás, de los estudiantes
de esta edad." (p. 3)

"...no tratamos, en ningún momento, la explicación teórica de las estaciones.


Creemos que es un tema difícil y que demanda generalmente un drástico cambio
conceptual. Por tal motivo, consideramos que es más oportuno relegar su
estudio a un nivel superior (la ESO)". (p. 9)
117
Sin embargo, pese a estas grandes dificultades, los autores sostienen que trabajar estos
aspectos resulta casi obligado hoy en día debido a que los niños están acostumbrados a
ver imágenes de la Tierra vista desde el espacio exterior. Al respecto, es posible
cuestionarse qué ideas pueden construir los niños a partir de estas imágenes y si estas
ideas tendrán o no una cierta cercanía con el conocimiento científico. A partir de las
concepciones alternativas detectadas en los distintos trabajos de investigación llevados
a cabo con estudiantes, es posible concluir que ver imágenes de la Tierra desde el
espacio, o de sus movimientos, no resulta suficiente para una comprensión adecuada de
los fenómenos celestes cotidianos que podemos percibir desde la superficie terrestre.

Como sostienen los mismos autores en otro artículo (García Barros et al., 1997, p. 230):

“En este sentido debemos destacar que para enseñar a los niños que la Tierra se
mueve es imprescindible analizar previamente si tienen claro el carácter esférico
de nuestro planeta, su posición en él... pues suelen mantener concepciones
alternativas al respecto (Nussbaum, 1989). No debemos olvidar que los niños
tienen serias dificultades para comprender que la Tierra está moviéndose en el
espacio (Klein, 1982; Nussbaum, 1989)".

4.3.2. Superación de algunas dificultades: la observación a simple vista del cielo

A partir de las dificultades anteriores, distintos autores manifiestan la necesidad de


revalorizar la observación a simple vista del cielo en las propuestas a implementar en las
escuelas, restándole importancia a informaciones teóricas que circulan en las aulas y en
los libros de texto, las cuales poseen escasa vinculación con lo vivencial:

"El alejamiento de la vida en contacto con la Naturaleza y la especialización de


los estudios... conlleva el que este conocimiento de los mensajes que el Cosmos
nos envía, sea cada vez más escaso. Los movimientos tan evidentes del Sol o
de la Luna, en su camino diario o en relación con las estrellas, la marcha de los
planetas o la bóveda celeste son insospechados y desconocidos por gran parte
de la población actual" (Ten y Monros, 1984, p. 50).

"Nos encontramos, pues, ante una curiosa paradoja: un interés generalizado por
la Astronomía unido a un considerable desconocimiento de cuestiones básicas,
en especial las relacionadas con la observación. ¿Cuáles son las causas de esta
situación?... el diseño incorrecto del currículo escolar, la escasa preparación de
gran parte del profesorado y la forma de vida cada vez más urbana"... "En primer
lugar se trata de familiarizarse con el aspecto del cielo a simple vista, tanto en
sus caracteristicas inmutables como en las cambiantes. Se debe conocer qué
objetos hay en el cielo, cuáles de ellos permanecen siempre en el mismo lugar y
cuáles cambian y cómo lo hacen. Este conocimiento, que se puede conseguir a
edades relativamente tempranas, debe llevar a la explicación de todas las
apariencias y a ser conscientes de las consecuencias mas notorias e influyentes
para nuestra forma de vida. (Arribas de Costa y Rivière Gómez, 1989, p. 202-
203)

"La observación directa del cielo, de sus objetos y de sus fenómenos, tanto de
noche como de día es fundamental e insustituible... el estupor, la capacidad de
asombro de cada uno ante la belleza y la grandiosidad del cielo pueden constituir
la base para desear conocer, saber, estudiar o para gozar al máximo" (Lanciano,
1989, p. 180).

118
“La observación directa del cielo es uno de los procedimientos esenciales en el
estudio de la astronomía... además de permitir la visión tridimensional, la
recogida de datos y favorecer el aprendizaje, resulta motivadora para los niños
(Lanciano, 1989). No debemos olvidar que la enseñanza tradicional, muy centra-
da en lo conceptual y abstracto, desestimó lo evidente, lo vivencial y lo cotidiano,
que son los aspectos que tienen mayor valor educativo para el nivel al que
dedicamos este trabajo... En este caso resulta irrelevante que un niño «sepa» el
movimiento de rotación terrestre si «no sabe» explicar con él la variación de la
posición del Sol en el cielo a lo largo de la jornada y la sucesión de los días y las
noches" (García Barros et al., 1997, p. 230).

En este sentido, la enseñanza de la astronomía a partir de la observación del cielo


permite, entre otras cosas, que los alumnos comiencen a comprender el modo en que
han evolucionado las ideas acerca de nuestro universo a lo largo de los siglos, aunque
la vida en las grandes y luminosas ciudades dificulta en cierto modo el abordaje
observacional de esta temática:

"Los docentes, habitualmente, se limitan a exponer los modelos teóricos


aceptados actualmente sin ningún tipo de crítica o de discusión, sin hacer
referencia a su génesis, a los hechos que llevaron a establecer esos modelos. Y
no es tan difícil la realización de algunas actividades, con materiales sencillos,
que pueden resultar muy formativas... El aumento del porcentaje de población
residente en áreas urbanas dificulta esa familiarización con los fenómenos
celestes más inmediatos que venimos propugnando. Es claro que en las
ciudades no es fácil «ver» el cielo, aún cuando se mire hacia él: la polución
luminosa, sobre todo, limita considerablemente nuestras posibilidades" (Arribas
de Costa y Rivière Gómez, 1989, p. 202).

Este tipo de propuestas observacionales prácticamente se encuentran ausentes en los


libros de texto e incluso en los currículum escolares donde se desarrollan los contenidos
de astronomía, los cuales se encuentran volcados sobre todo hacia el conocimiento del
Sistema Solar y de los movimientos de la Tierra y de la Luna desde un sistema de
referencia externo a la Tierra. En este sentido, los libros se expresan como si los
estudiantes nunca hubiesen hecho una observación del cielo de día o de noche.

Esta ausencia de relación con el entorno celeste cotidiano se acentúa debido a


diferentes dificultades. Por un lado, la observación del cielo se torna dificultosa en las
zonas urbanas debido a la contaminación lumínica que alumbra el cielo y sólo deja a la
vista unas pocas estrellas, a que algunas de las observaciones a llevar a cabo deben
hacerse fuera del horario escolar, y a que los cambios en el cielo ocurren con relativa
lentitud, lo que obliga a realizar estas actividades en forma relativamente continua. Por
otro lado, determinadas cuestiones culturales han hecho que las personas se alejen del
contacto con la naturaleza, y con el cielo, predominando la información indirecta, el
abuso de las imágenes y la renuncia a adquirir conocimiento con los propios sentidos.
En consecuencia, las características de la bóveda celeste y los movimientos evidentes
del Sol y de la Luna son desconocidos para gran parte de la población actual, lo que
deriva en una falta de conocimientos observacionales en la mayor parte del alumnado
(Moreno Lorite, 1998).

119
4.3.3. Propuestas de enseñanza que incluyen la observación del cielo

Pese a todas las limitaciones mencionadas anteriormente, se han diseñado, implemen-


tado y evaluado diferentes programas de instrucción con alumnos de distintas edades
en los que la observación del cielo a simple vista ha sido el enfoque central. En algunos
de ellos, las observaciones del cielo se simularon mediante la utilización de un planetario
(Plummer, 2008; Plummer et al., 2014; Türk y Kalkan, 2015) o de un programa
informático como el Stellarium (Galindo Bohórquez, 2014), aunque ninguno se centró en
la utilización didáctica del sistema de referencia topocéntrico (Galperin y Raviolo, 2014).

Sebastià y Torregrosa (2005) llevaron a cabo un programa de desarrollo profesional


para 132 futuros docentes de primaria en España en el que se hizo hincapié en los
fenómenos que pueden ser observados a simple vista, tales como los cambios en la
trayectoria del Sol en el cielo y en la duración del día. El proceso de instrucción involucró
un enfoque "de los datos al modelo" en el que los estudiantes realizaban observaciones
y luego desarrollaban un modelo teórico coherente, avanzando luego hacia la
construcción del modelo heliocéntrico. El programa se evaluó mediante ítems de opción
múltiple y preguntas de desarrollo corto que indicaron que luego del curso la mayoría de
los estudiantes comprendieron la explicación científica del ciclo día/noche y de las
estaciones. A su vez, pudieron hacer predicciones complejas, tales como el recorrido
que realiza el Sol en el cielo en la misma fecha en distintas latitudes, o el cálculo de
cuáles meses tienen aproximadamente el mismo número de horas de luz.

Por su parte, Plummer (2008) realizó y evaluó un programa de instrucción basado en la


utilización de un pequeño planetario. El método de enseñanza pidió, en primer lugar,
que los estudiantes predigan los movimientos del Sol, la Luna y las estrellas en el cielo.
Luego, los alumnos observaron los movimientos de los astros simulados en el planetario
y, por último, contrastaron las predicciones con la simulación. Como resultado, más de la
mitad de los estudiantes mostró una mejora en la comprensión de las estaciones luego
de finalizada la instrucción. En función de estos resultados, la autora propuso una
progresión tentativa de aprendizaje relativa al movimiento del Sol en el cielo:
 1er. grado: los estudiantes deben ser capaces de aprender que el Sol está en el
cielo durante el día, pero no de noche, y que el Sol sale y se pone.
 2do. y 3er. grado: los estudiantes deben aprender que el movimiento del Sol es
continuo y que sale y se pone en lados opuestos del cielo.
 4to. y 5to. grado: deben aprender que el Sol se encuentra más alto al mediodía,
pero no encima de nuestra cabeza (en nuestra latitud). También que la
trayectoria del Sol en el cielo y su altura cambian a lo largo de las estaciones.

En base a este y otros trabajos, Sneider et al. (2011) elaboraron una propuesta
secuenciada de aprendizaje acerca del día y la noche y las estaciones desde los grados
4 a 12. En esta secuencia, la explicación de las estaciones del año utilizando el sistema
de referencia heliocéntrico se introduce recién a partir de 9no. año. La propuesta se
organiza en torno a 3 niveles progresivos (Figura 4-11):

Grados 4to. y 5to.: los estudiantes aprenden sobre la forma esférica de la Tierra
y la trayectoria diaria del Sol en el cielo como modo de comprender el ciclo
día/noche. Aunque los estudiantes de esta edad son capaces de entender la
forma esférica de la Tierra y la explicación del ciclo día/noche, este concepto
debe ser revisado cada vez que se enseñe astronomía en la escuela secundaria.

120
Grados 6to. a 8vo.: los estudiantes se involucran en cuatro unidades de estudio
que les permitan explicar las estaciones del año desde la perspectiva terrestre.
1) Los cambios diarios y estacionales del clima y cómo éste varía con la latitud.
2) Los cambios en la trayectoria diaria del Sol en el cielo a lo largo del año.
3) El comportamiento de la luz.
4) Los cambios en la temperatura media a lo largo del año debido a la variación
de las horas de luz y al ángulo con el que la luz del Sol incide sobre la Tierra.

Grados 9no. a 12vo.: es el nivel en el que se puede esperar que los estudiantes
reconcilien su comprensión de las estaciones desde la perspectiva de la Tierra
con una visión de la Tierra desde el espacio. Implica cuatro unidades.
1) La forma esférica de la Tierra provoca zonas climáticas debido a que la luz
del sol incide con diferentes ángulos en diferentes partes de la esfera (más
allá de si el eje está inclinado o no).
2) La órbita de la Tierra alrededor del Sol es casi circular, por lo que la forma de
la órbita no provoca las estaciones. Además, cuando es verano en el
hemisferio norte es invierno en el hemisferio sur y viceversa.
3) Presentación de un modelo simplificado en el que el eje de la Tierra no se
encuentra inclinado. Esto permite que los estudiantes analicen cómo la gente
podría ver el Sol en las diferentes zonas climáticas y las consecuencias que
traería para la longitud del día (sería igual para todos los lugares a lo largo de
la misma línea de latitud y no cambiaría mientras la Tierra orbita al Sol) y
para la intensidad de la luz solar (menor temperatura media en los polos y
mayor en el Ecuador). Luego, los estudiantes exploran cómo cambiarían las
observaciones del Sol si se inclina el eje de la Tierra.
4) Los estudiantes sintetizan su conocimiento de las zonas climáticas de la
Tierra, su comprensión de la órbita de la Tierra alrededor del Sol y la
inclinación del eje para entender por qué cambian la trayectoria y la altura del
Sol en el cielo durante el año.

En esta propuesta, el tratamiento secuenciado desde los modelos iniciales de los


estudiantes hasta el modelo científico se encuentra centrado en el trabajo con las
creencias y presuposiciones de los estudiantes, las cuales condicionan la formación de
los modelos mentales sintéticos (Vosniadou y Brewer, 1994). En este sentido, se parte
de eventos locales posibles de ser observados a simple vista en el cielo para ir
progresivamente hacia una perspectiva centrada en la Tierra, pero válida para cualquier
punto sobre ella, hasta finalizar en la construcción de un modelo explicativo centrado en
un punto externo a nuestro planeta.

121
Figura 4-11: Propuesta de aprendizaje progresiva acerca del día y la noche y las
estaciones del año elaborada por Sneider, Bar y Kavanagh (2011).

La progresión anterior da cuenta de las enormes dificultades detectadas en niños para


adoptar una perspectiva externa a la Tierra, la cual promueve la adopción de modelos
sintéticos donde donde se combinan aspectos de un modelo inicial e intuitivo basado en
la experiencia cotidiana con aspectos de la cultura aceptada (Vosniadou, 2002).

122
A su vez, la propuesta toma en cuenta los resultados que indican que determinadas
propuestas de enseñanza que son útiles y efectivas con docentes no lo son de igual
modo con estudiantes de nivel medio, quienes no logran comprender el fenómeno de las
estaciones aún después de implementado un programa de instrucción constructivista.
Esto se debe a las complejas habilidades de visualización espacial que se requieren
para comprender este fenómeno desde un punto de vista externo a la Tierra y, a la vez,
a una serie de subconceptos, actividades o ideas que son requisitos previos necesarios
para la plena comprensión de las estaciones del año (Sneider et al., 2011, p 15):
a) La observación de cómo se correlacionan los cambios en la trayectoria del Sol
en el cielo en el año con los cambios en la longitud del día y de la temperatura
media.
b) La toma de conciencia del movimiento de la Tierra sobre su eje y de su órbita
alrededor del Sol.
c) El uso de modelos para ver que mantener la orientación del eje de la Tierra en el
espacio mientras gira alrededor del Sol produce cambios en la cantidad de horas
de luz y en el ángulo de incidencia de la luz solar sobre la superficie terrestre en
diferentes latitudes y en distintas épocas del año a la misma hora del día.
d) La comprensión de cómo la luz viaja en línea recta y cómo el ángulo de
incidencia de la luz solar afecta el grado de calentamiento de la superficie
terrestre.

De igual modo que con las estaciones del año, es posible afirmar que no basta con
comprender cómo se mueven los cuerpos celestes en el espacio para poder explicar los
fenómenos astronómicos cotidianos. Por ejemplo, los niños pueden entender que la
Tierra rota sobre sí misma y, sin embargo, no poder usar este conocimiento para
explicar el ciclo día/noche (Plummer et al., 2011). A su vez, pueden ser capaces de
describir cómo la Luna orbita alrededor de la Tierra y no ser capaces de explicar las
fases lunares (Subramaniam y Padalkar, 2009). Respecto a las estaciones, pueden
saber cómo se mueve la Tierra alrededor del Sol con su eje inclinado, pero no poder
utilizar esta información para explicar los cambios estacionales en un lugar determinado
de la superficie terrestre.

4.3.4. Estrategias didácticas para el diseño de propuestas de enseñanza

Existen evidencias que muestran que los estudiantes que han podido modificar sus
concepciones respecto a un fenómeno astronómico, muchas veces regresan a sus
ideas iniciales luego de transcurrido un cierto tiempo (Kikas, 1997; Hannust y Kikas,
2010). Al respecto, Dove (2002) sugiere cuatro estrategias para prevenir que los
estudiantes vuelvan "hacia atrás" en su conocimiento astronómico: llevar a cabo
observaciones en relación a lo estudiado en clase, trabajar con modelos, realizar
preguntas para que los estudiantes utilicen el nuevo conocimiento y presentar figuras de
algún astro en posiciones imposibles. Por su parte, Chi y Roscoe (2002) proponen dos
procesos de enseñanza para remover concepciones alternativas y "reparar" modelos
defectuosos: asimilación (agregar nuevas piezas al conocimiento) y revisión (corregir
determinadas piezas de conocimiento). La asimilación de conocimiento puede lograrse a
partir de realizar observaciones periódicas y trabajar en grupo, mientras que la revisión
del conocimiento puede producirse al construir modelos concretos y al tener que
explicarlos.

123
En relación con la comprensión del movimiento diario del cielo, Plummer et al. (2014)
han hallado que niños de tercer grado (8-9 años) comprenden mejor este fenómeno si
se los involucra en actividades desde dos puntos de vista: la realización de
observaciones desde la Tierra junto con la elaboración de explicaciones desde el
espacio. En este sentido, sugieren que el aprendizaje acerca de los fenómenos
astronómicos es más efectivo si se realiza moviéndose entre estos dos sistemas de
referencia, guiando a los estudiantes "para la comprensión de la conexión entre los
movimientos reales y los aparentes" (Plummer et al., 2011, p. 23). A su vez, señalan que
los niños logran comprender adecuadamente el movimiento diario del Sol en el cielo a
partir de simulaciones en computadora, o con un planetario, apoyadas por explicaciones
basadas en la utilización de movimientos corporales por parte del docente y de los
alumnos. Estos movimientos cinestésicos permiten simular la trayectoria del Sol en el
cielo a través de gestos y desplazamientos de los estudiantes, quienes "ponen en acto"
sus propios modelos mentales. Sin embargo, los niños no obtuvieron el mismo nivel de
comprensión sobre el movimiento diario de la Luna y de las estrellas.

Para representar el movimiento diario de las estrellas en el cielo, se utilizó una


simulación en la cual se colocaron puntos brillantes en las paredes del aula y luego los
alumnos rotaban sus cuerpos para observar cómo las estrellas parecían girar alrededor
de ellos en sentido contrario. Pese a que previamente se pensó que esta representación
disminuiría la carga cognitiva al sustituir el desplazamiento de cientos de estrellas en el
cielo por un único movimiento de giro, este método parece no haber sido de suficiente
ayuda para que los niños de 3er. grado comprendan la relación entre lo que se observa
desde la Tierra y la rotación terrestre (Plummer et al., 2014).

Los distintos trabajos de estas autoras son relevantes ya que ponen en cierta igualdad
los dos marcos de referencia, desde la Tierra y desde el espacio, sosteniendo la
necesidad de desarrollar actividades con los niños desde ambos puntos de vista. En
contraposición, la mayoría de las investigaciones anteriores utilizaban como válido
únicamente el punto de vista externo a la Tierra, sobrevalorando el sistema de referencia
heliocéntrico para explicar los fenómenos astronómicos visibles desde nuestro planeta
(Galperin y Raviolo, 2014). Sin embargo, parece ser que esta igualdad es relativa ya que
Plummer et al. (2011) señalan como "aparentes" los movimientos de los astros
observados desde la Tierra, y como "reales" a los vistos desde el espacio,
desconociendo que todos los movimientos son "aparentes" en función de ser relativos al
sistema de referencia que se utilice para describirlos:

“Los resultados presentados aquí apoyan nuestra afirmación de que los


estudiantes necesitan ser guiados en la comprensión de cómo hacer las
conexiones entre los movimientos reales de los cuerpos heliocéntricos y las
consecuencias observables desde un punto de vista terrestre (Plummer et al.,
2011, p. 1986)”.

En relación con la cita anterior, desde un punto de vista físico todos los movimientos son
reales, ya que dependen del sistema de referencia desde el que se esté describiendo el
movimiento, lo que marca una equivalencia cinemática entre los dos puntos de vista. Por
lo tanto, lo que las autoras llaman "consecuencias observables" podríamos llamarlas
adecuadamente "movimientos reales", los cuales pueden ser explicados de diferentes
modos, mediante distintos modelos, cada uno de los cuales tendrá sus propias
limitaciones explicativas. A su vez, las autoras consideran que la rotación de la Tierra
corresponde al "modelo científico", el modelo heliocéntrico, desconociendo la existencia
de dos sistemas de referencia astronómicos de gran relevancia, el geocéntrico y el
topocéntrico, de importantes aplicaciones prácticas cada uno:

124
"Nos basamos en un marco de referencia en el cual la comprensión de un
modelo científico incluye hacer una conexión explícita entre el modelo y las
observaciones empíricas que el modelo supuestamente explica (Albanese et al.,
1997)". (Plummer et al., 2014, p. 1084)

En esta cita, las autoras intentan conectar el "modelo científico" de la rotación de la


Tierra con las "observaciones empíricas" correspondientes al movimiento diario del Sol,
la Luna y las estrellas, desconociendo la posibilidad de explicar estas mismas
observaciones desde otro modelo científico centrado en la superficie terrestre, el cual
posee grandes ventajas a la hora de realizar predicciones sobre el movimiento de los
astros en el cielo. Por ese motivo, en la sección siguiente se exponen citas de algunas
investigaciones anteriores que valorizan la utilización del sistema de referencia
topocéntrico para plantear propuestas de enseñanza acerca de los fenómenos
astronómicos cotidianos.

Por otra parte, algunos investigadores sostienen como inadecuado plantear propuestas
didácticas basadas en el modelo heliocéntrico en los primeros años de la escuela
primaria, cuando los niños todavía tienen dificultades para comprender nociones básicas
relacionadas con la forma de la Tierra y la gravedad, tal como muestran muchos
trabajos de investigación mencionados anteriormente:

"El peligro es que el niño va a decir y aceptará las nuevas nociones de la Tierra,
la gravedad y el espacio sin entender el sentido de la evidencia o sin pensar en
las implicaciones de las nuevas ideas" (Mali y Howe, 1979, p. 685).

"Observando regularmente el cielo de día y de noche, los niños de 4to. grado


aprenderán a identificar secuencias de cambios y a buscar patrones en ellos... El
intento de extender esta comprensión a explicaciones utilizando modelos está
limitada por la incapacidad de los niños para entender que la Tierra es
aproximadamente esférica. También tienen poca comprensión de la gravedad y
por lo general poseen ideas erróneas sobre las propiedades de la luz que nos
permiten ver objetos como la Luna" (National Research Council, 1996, p. 130).

"...el objetivo de la enseñanza de la astronomía debe ser ayudar que los niños
adquieran un modelo cada vez más sofisticado de su lugar en el universo... La
investigación citada en este trabajo indica que la construcción de un modelo de
este tipo no es fácil. En algunos casos, significa abandonar las ideas anteriores
que parecían perfectamente obvias y razonables, y la aceptación de nuevas
ideas que pueden ser contrarias a la intuición" (Agan y Sneider, 2004, p. 114).

Contrariamente, otros investigadores notaron que una tardía instrucción en conceptos


relativos a la Tierra y al día y la noche, que son parte de la vida cotidiana de los chicos,
puede conducir a la formación de concepciones iniciales que son ya evidentes en primer
ciclo (Diakidoy y Kendeou, 2001). Incluso Kikas (2006) muestra que niños de nivel
preescolar usualmente hablan sobre conceptos astronómicos elementales. En
consecuencia, las dificultades de comprensión podrían tener su origen en el tipo de
propuestas planteadas en las aulas y en el modo de intervención de los docentes:

"Los fenómenos y conceptos astronómicos como la esfericidad de la Tierra o el


ciclo día/noche, considerados difíciles para chicos muy jóvenes, pueden volverse
más accesibles si son presentados con recursos, estrategias y estilos de
enseñanza que los motiven, que despierte su interés, y que reduzca sus
dificultades de aprendizaje" (Kallery, 2011, p. 364).

125
Al respecto, Kallery (2011) estudió la efectividad de una intervención de enseñanza
sobre la forma de la Tierra y el ciclo día/noche en niños de 4 a 6 años, donde trabajó con
herramientas didácticas tales como un globo terráqueo y un video. Los resultados
obtenidos fueron alentadores, aunque no se pudo medir la permanencia de los
aprendizajes. A su vez, otros investigadores han mostrado que determinadas ideas de
los estudiantes acerca de la forma de la Tierra, la gravedad y los fenómenos
astronómicos cotidianos pueden ser modificadas mediante técnicas de instrucción
constructivistas puestas en práctica con diferentes modalidades y recursos (García
Barros et al., 1995, 2003; Moreno Lorite, 1998; Sneider y Ohadi, 1998; Stahly, Krockover
y Shepardson, 1999; Barnett y Morran, 2002; Vega Navarro, 2002; Subramaniam y
Padalkar, 2009; Navarro Pastor, 2011; Çelikten et al., 2012; Isik-Ercan, 2014; Vílchez-
González y Ramos-Tamajón, 2015; Türk y Kalkan, 2015). Sin embargo, lo que
caracteriza a todas estas secuencias es la intención última de abordar la comprensión
de los fenómenos astronómicos desde una perspectiva externa a la Tierra, pese a las
enormes dificultades de comprensión que han sido detectadas al intentar lograr este
propósito:

"Lo que se debería promover en este nivel educativo, sobre todo en los primeros
cursos, es la observación y la descripción del mundo que nos rodea. Asimilados
los fenómenos del entorno, se podría proceder a la explicación que se ha dado a
lo largo de la Historia de la Ciencia. Lo habitual, sin embargo, es actuar de forma
contraria, mostrando en las aulas una ciencia academicista poco relacionada con
la vida cotidiana. Este hecho, unido a metodologías tradicionales poco atractivas,
lo único que consigue es, como venimos observando, empeorar la actitud del
alumnado hacia las disciplinas científicas" (Vílchez-González y Ramos-Tamajón,
2015, p. 18).

Incluso Kikas (1997) ha detectado que, luego de un proceso de instrucción, el porcentaje


de estudiantes de 4to. y 5to. grado que dan respuestas adecuadas acerca de dichos
fenómenos suele superar al de alumnos de 7mo. grado que han sido instruidos de la
misma manera. Por lo tanto, pareciera ser que los resultados positivos hallados en
relación a la enseñanza de los fenómenos astronómicos cotidianos pueden deberse a
determinados modos de recabar la información, los cuales sobrevaloran el lenguaje oral
y memorístico de los alumnos, o a éxitos relativamente efímeros, que no logran
representarse significativamente en la mente de los alumnos.

4.3.5. Estrategias relacionadas con el desarrollo de habilidades mentales

Algunos resultados desalentadores obtenidos con niños en cuanto a la comprensión de


los fenómenos astronómicos a corto y largo plazo pueden estar relacionados con las
habilidades de visualización y percepción espacial que se requieren para poder
posicionarse imaginariamente fuera de nuestro planeta y para poder "ver" y analizar los
movimientos de la Tierra y la Luna en el espacio. Al respecto, Kikas (2006) detectó que
las habilidades viso-espaciales y verbales afectan el conocimiento de hechos ya que son
necesarias para comprender la información visual observada en la vida diaria y, al
mismo tiempo, para contestar preguntas y para realizar tareas de expresión mediante
dibujos.

Otros estudios han identificado a las habilidades de visualización y percepción espacial


como un factor en la explicación de las diferencias en los resultados del aprendizaje en
astronomía. Por ejemplo, Heyer (2012) encontró que el rendimiento en las habilidades
de rotación mental y en tareas espaciales de transformación se relacionaron

126
significativamente con pruebas de conocimiento en astronomía. A su vez, Wilhelm
(2010) mostró que los estudiantes de secundaria mejoraron su pensamiento en áreas de
visualización espacial tras participar en una unidad sobre fases lunares. Por lo tanto,
estos estudios apoyan la necesidad de relacionar fuertemente el aprendizaje de la
astronomía con el desarrollo de habilidades espaciales, sabiendo que alumnos de la
misma edad poseen distintas capacidades espaciales (Plummer et al. 2012).

Otro desafío cognitivo para comprender el movimiento celeste se refiere a la manera de


aprender a realizar un seguimiento y recordar las posiciones y movimientos de los
objetos en dos y tres dimensiones, lo cual es especialmente difícil para estudiantes con
habilidad espacial baja (Hegarty, 2010). En este sentido, la observación de los astros en
el cielo transcurre como si estos desplazamientos ocurriesen en dos dimensiones
debido a la gran distancia a la que se encuentran los astros, lo que no permite tener idea
de la profundidad del campo visual. De este modo, la vista proporciona información
inexacta o engañosa, por lo que es necesaria cierta ayuda para identificar formas,
tamaños y distancias, incluso para objetos relativamente cercanos como los del Sistema
Solar (Leite y Hosoume, 2009). Estas dificultades a menudo se potencian cuando los
niños interactúan con las ilustraciones presentes en los libros de texto, que al estar
representadas en dos dimensiones pueden conducir a la construcción de conceptos,
relaciones y medidas erróneas (Delizoicov et al., 2002). En este sentido, Lucas y Cohen
(1999) mencionan que la mayoría de los libros de texto modernos hacen un mal trabajo
de explicación de las estaciones del año, presentando los mismos esquemas e
ilustraciones que los presentes en libros de hace 200 años:

"Por ejemplo, un libro de texto de Física publicado por Edward Jackson en 1894
comenzó con una clara y detallada explicación de los fenómenos que son
precursores para la comprensión de las estaciones del año, incluyendo los
cambios graduales en la intensidad de la luz del Sol durante el día y durante el
año y sobre los movimientos diarios y anuales de la Tierra... Tras una minuciosa
descripción de las estaciones mediante una serie de diagramas, tanto desde la
perspectiva geocéntrica y heliocéntrica, el texto pasa a explicar por qué las
épocas más frías y más cálidas del año no se corresponden con los solsticios"
(Sneider, Bar y Kavanagh, 2011, p. 19).

En relación con las dificultades de razonamiento espacial, se ha mostrado que los niños
que gesticulan se desempeñan mejor en tareas mentales que aquellos que no lo hacen:

"Instruir a los niños usando gestos puede tener un profundo y positivo impacto en
el desarrollo de las habilidades espaciales tempranas, sobre todo en las
habilidades de transformación mental" (Ehrlich et al., 2006, p. 1267).

"[Gesticular] puede ayudar a los niños a simular mentalmente transformaciones


espaciales, posiblemente mediante la reducción (o tercerización) de la carga de
la memoria de trabajo o aprovechando los mecanismos precableados de
coordinación sensorio-motriz" (Newcombe y Frick, 2010, p. 108).

Por lo tanto, la utilización de los movimientos cinestésicos por parte del docente y de los
propios alumnos constituye una estrategia didáctica adecuada para lograr una reducción
de la carga cognitiva espacial en el aprendizaje de los fenómenos astronómicos, lo que
ayuda a los estudiantes a recordar y comprender las relaciones entre lo que se observa
desde la Tierra y desde el espacio (Plumer et al., 2011). Esto puede lograrse, por
ejemplo, simulando el recorrido del Sol en el cielo mediante un movimiento de giro del
brazo extendido, o girando el cuerpo sobre sí mismo para entender cómo la rotación de
la Tierra repercute en las observaciones terrestres de los cuerpos celestes.

127
4.4. Sistemas de referencia en la enseñanza de la astronomía

En esta sección se discutirán los antecedentes relacionados al tema central de este


trabajo de investigación: la utilización didáctica del sistema de referencia topocéntrico
para la enseñanza acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos. Los artículos han
sido seleccionados en función de tener relación con la segunda parte de la pregunta b)
de esta investigación:

b) ¿Pueden existir dificultades relacionadas con la utilización de un sistema de


referencia centrado en el Sol para explicar fenómenos que son observados
desde un punto de la superficie terrestre (que no es el punto origen del sistema)?

Es decir, aquí se mencionarán artículos y citas de ellos que han puesto el eje en
evidenciar las dificultades relacionadas con la utilización temprana de un punto de vista
externo a nuestro planeta, dejando de lado la utilización de una perspectiva centrada en
la Tierra. La pregunta específica sería: ¿Existen argumentos en la bibliografía que
indiquen que enseñar astronomía desde el sistema de referencia topocéntrico puede ser
útil para mejorar la comprensión de los alumnos?

Al respecto, hace unos 25 años atrás varios trabajos de investigación centraron su


atención en recuperar la observación del cielo como eje central para la enseñanza de la
astronomía en las escuelas. Para ello sugirieron que utilizar un modelo centrado en la
Tierra podía ser muy útil dado que ese es el punto desde el que se observan todos los
fenómenos celestes, por lo cual trabajar sólo desde una perspectiva externa a nuestro
planeta no permitiría comprender adecuadamente los fenómenos que se observan a
diario en el cielo. De este modo, se asoció la mayoría de las veces la descripción de los
movimientos de los astros desde la superficie terrestre con el modelo geocéntrico
antiguo sintetizado por Claudio Tolomeo en el siglo II:

"Nuestro punto de observación habitual para mirar la Tierra como planeta está
sobre su misma superficie. En el caso de que la Tierra se moviese en el
Universo, nosotros formaríamos un todo con ella, pero no seríamos conscientes
de este desplazamiento... Ninguna percepción directa del cuerpo nos hace
pensar en el desplazamiento de nuestro planeta sobre el que apoyamos los pies.
No existen experimentos «cruciales» en el sentido de ser intuitivos para todos de
forma inmediata..." (Lanciano, 1989, p. 174).

"No hay ninguna razón práctica evidente para hacernos abandonar el modelo de
Tolomeo... Por el contrario, esto «funciona» estupendamente para explicar y
describir lo que se ve cotidianamente" (Lanciano, 1989, p. 175).

"Cuando les planteamos qué pruebas tenemos de que la Tierra se mueva


alrededor del Sol y no al revés, la ausencia de pruebas es absoluta y los
alumnos recurren unánimemente a los argumentos de autoridad (porque lo dijo
Galileo y esto es lo aceptado por todos los científicos)" (Jiménez Liso et al., 2012,
p. 50).

Pese a las desventajas ya mencionadas de utilizar un punto de vista externo a la Tierra,


todos los trabajos analizados plantearon la utilización de un punto de vista centrado en
la Tierra como trabajo en simultáneo con el punto de vista externo a nuestro planeta. A
su vez, la mayor parte de los trabajos tomaron al punto de vista centrado en la Tierra
como una apariencia (lo que se observa) y como si la única forma de explicarlos fuese
desde el espacio exterior:

128
"Sin querer entrar en la polémica de si se deben utilizar sistemas geocéntricos o
heliocéntricos en la explicación de las apariencias, conviene hacer notar que,
aún desde un punto de vista heliocéntrico, sería conveniente una relación
constante entre la observación y la explicación del fenómeno; al ver, por ejemplo,
la órbita de Venus, no debe olvidarse relacionarla con su característica de astro
matutino o vespertino" (Arribas de Costa y Rivière, 1989, p. 204).

"...no se trata de realizar una elección que elimine una hipótesis para admitir otra:
nadie deja de ser completamente tolemáico para hacerse simplemente coperni-
cano. Se trata, más bien, de ser capaz y consciente de aceptar la posibilidad de
mantener dos modelos diferentes, dos modelos de lenguaje para hablar de lo
mismo: mantener la visión tolemáica cotidiana y su relatividad con respecto a un
sistema del mundo en el que todo se mueve y no existen centros locales...
(Lanciano, 1989, p. 175)".

"El día y la noche, las estaciones y las fases serían fenómenos fácilmente
explicables, para todos, si pudiéramos tener una perspectiva desde fuera del
sistema Tierra-Sol-Luna. Consideramos que la dificultad no radica en los
fenómenos en sí mismos sino en que buscamos comprenderlos desde una
perspectiva topocéntrica, sin generar herramientas que nos permitan imaginar
otros puntos de vista" (Camino, 1995, p. 87).

“...la instrucción sobre el movimiento celeste debe considerar el movimiento de


los objetos celestes desde la Tierra y desde un marco de referencia heliocéntrico
como parte del modelo mental del estudiante. El aprendizaje... implica «la
capacidad de parte del alumno de tomar diferentes puntos de vista y de
comprender cuándo diferentes concepciones son apropiadas según el contexto
de uso (Vosniadou, 2007, p. 58)»... dar un enfoque de un sistema de referencia
por sobre el otro puede resultar en forma no intencional en modelos sintéticos en
lugar de en una visión científica coherente y aceptada culturalmente” (Plummer
et al., 2011, p. 1969).

Para plantear este trabajo, Lanciano (1989) brinda sugerencias relacionadas con la
observación a simple vista del cielo que ayudan a "ver lo que se piensa y pensar en lo
que se ve" (p. 180):

 La posición del observador: es evidente la importancia del punto escogido


para observar un fenómeno que se desarrolla en el tiempo y en el que un
objeto recorre un espacio.

 La observación directa del cielo: si se utiliza el observatorio privilegiado de


la astronomía, que es el cielo, la verdadera naturaleza y no sus imágenes,
muchas cosas se presentan más claras y menos complejas.

 El sistema de referencia: para enseñar las estrellas se puede usar un


sistema de coordenadas «locales» [topocéntrico], como el que está basado
en el horizonte y la altura a éste, o un sistema de coordenadas «absolutas»
[geocéntrico], válidas en cualquier punto de la Tierra.

 Maravillarse al observar el cielo: la capacidad de asombro ante la belleza y


la grandiosidad del cielo pueden constituir la base para desear conocer y
saber, mucho más que cualquier lección en el pizarrón.

129
Como se ve, los trabajos ponen énfasis en desarrollar simultáneamente ambos puntos
de vista, lo que ya se ha detectado que implica el uso de determinadas habilidades
mentales que no todos los estudiantes poseen. En este sentido, existen pocos artículos
que pongan énfasis en la relativa inutilidad práctica y cotidiana del sistema de referencia
heliocéntrico, el cual no permite realizar descripciones ni predicciones sencillas respecto
a los movimientos de los astros en el cielo. En consecuencia, tampoco pueden utilizarse
estos movimientos para construir explicaciones sencillas de los fenómenos astronó-
micos cotidianos:

"La inutilidad del modelo «tan válido» y «tan aceptado por todos» de la Tierra
dando vueltas alrededor del Sol se pone de manifiesto cuando tienen que usarlo
para explicar la variación del número de horas de luz solar a lo largo de un año
en su localidad" (López-Gay et al., 2009, p. 50).

"A pesar de que no esté en discusión que la visión acumulativa-lineal es una


visión deformada de la ciencia, son numerosos los ejemplos que encontramos en
los que la presentación didáctica de un desarrollo histórico de un contenido
induce o refuerza esta visión deformada. Es el caso concreto del sistema Sol-
Tierra, en el que, desde muy pequeños, se nos indica que la Tierra da vueltas
alrededor del Sol pero no se nos ofrece ninguna prueba de que ello suceda así y,
además, se atribuye esta formulación del movimiento absoluto a Galileo, al
mismo tiempo que se estudia su principio de relatividad" (Jiménez Liso et al.,
2012, p. 49).

A su vez, la perspectiva centrada en la Tierra suele no ser desarrollada por los docentes
con sus alumnos debido a que muchos de ellos sostienen que "es un modelo que está
mal y que no debería ser usado en las clases" (Shen y Confrey, 2010, p. 22). Sin
embargo, las investigaciones muestran que esta perspectiva es cercana al pensamiento
de los estudiantes: muchos de los niños de 3er. grado creen que los movimientos que
observan en el cielo constituyen desplazamientos de los propios objetos celestes,
siendo muy pocos los niños que logran asociar el movimiento diario del Sol, la Luna y las
estrellas en el cielo con la rotación terrestre (Plummer et al., 2011).

Por lo tanto, desarrollar la enseñanza de la astronomía a partir de la observación a


simple vista del cielo y desde el sistema de referencia topocéntrico permite conectar a
los niños con sus experiencias cotidianas y brindar un adecuado marco científico a los
conocimientos construidos:

“Cualquier conocimiento que esté divorciado de la experiencia es superficial; el


aprendizaje de la astronomía debería estar conectado con la experiencia
personal, especialmente para niños muy pequeños; es muy común que a la
gente le falte experiencia observacional cuando comienzan a aprender
astronomía; y el aprendizaje del sistema de referencia geocéntrico provee alguna
ayuda” (Shen y Confrey, 2010, p. 13)

“En un sentido formal, el modelo geocéntrico se refiere a un sistema que es


cinemáticamente consistente con el modelo heliocéntrico. Los dos modelos son
paralelos: difieren solamente en la preferencia de elección del origen de un
particular sistema de referencia” (ibíd., pág. 8).

“La solución es tomar al movimiento como relativo: esto es, el origen de un


sistema de referencia para describir el movimiento es arbitrario. La elección de
un sistema de referencia es solamente una cuestión pragmática” (ibíd., pag 18).

130
Más allá que algunos autores lo toman como sinónimos, en este trabajo utilizaremos la
expresión "sistema de referencia topocéntrico" y no usaremos la de "modelo
geocéntrico", tal como figura en la cita anterior, dado que esta última expresión puede
provocar confusiones que supongan una cierta adhesión al modelo antiguo de universo,
con sus principios fundamentales incluidos (Tierra central y estática, movimientos
circulares y uniformes, diferencias entre el mundo supralunar y el sublunar, etc). Por el
contrario, lo que se sostiene en este trabajo es la adhesión a los conceptos físicos
vigentes hoy en día, como la relatividad de todos los movimientos y la posibilidad de
descripción de los mismos desde cualquier sistema de referencia. A su vez, este
desarrollo implica una concepción actual de la ciencia, que propone a los modelos como
construcciones humanas que poseen fines descriptivos, explicativos y predictivos.

Desde un punto de vista físico, la elección de un determinado sistema de referencia


espacial se basa en criterios de conveniencia (simplicidad de la descripción) y de rigidez
(las distancias entre los cuerpos tomados como referencias espaciales deben
mantenerse invariables). Este proceso de elección hace posible el estudio de la
evolución de las teorías astronómicas y de los antiguos "sistemas del mundo", los cuales
estaban naturalmente referidos a la Tierra, a la que creían central e inmóvil. Por lo tanto,
discutir los sistemas de universo y su evolución constituye una oportunidad para trabajar
sistemas de referencia con los alumnos (Nuvoli, 1992):

"...en principio cualquier sistema de referencia puede ser usado para describir el
fenómeno. No debemos sostener que algún sistema es correcto en un sentido
absoluto” (Dunin-Borkowski y Mank, 1992, p. 457).

“...Si se le pregunta a la gente, uno encuentra cierto buen conocimiento acerca


de que la Tierra es un planeta, que orbita alrededor del Sol una vez al año y que
rota alrededor de su eje una vez al día. Pero al preguntar para explicar las
estaciones, usted encontrará extraordinariamente vagas o nulas ideas... El
tratamiento de las estaciones es esencialmente un problema de transformación
de sistemas de referencia. Varios fenómenos básicos de astronomía son
cuestión de encontrar un adecuado sistema de referencia.” (Szostak, 1992, p.
491)

Luego de concluida esta sección, es posible afirmar que no existe ninguna razón
debidamente fundamentada para explicar los fenómenos astronómicos cotidianos a
niños de nivel primario, e incluso a adultos, exclusivamente desde una perspectiva
externa a la Tierra. Los criterios de sencillez, relación con el entorno y la posibilidad
concreta de realizar predicciones le brinda ciertas ventajas a la utilización del sistema de
referencia topocéntrico. Esto no quiere decir abandonar el sistema de referencia
heliocéntrico, pero sí colocarlo en el marco que le corresponde: como una posible forma
de abordar la explicación de los fenómenos del día y la noche, las estaciones del año y
las fases lunares, conociendo las dificultades de comprensión que trae asociadas.

Por estos motivos, no queda del todo claro por qué las editoriales, los docentes y los
formadores de futuros docentes continúan utilizando el sistema de referencia
heliocéntrico en forma exclusiva al momento de intentar enseñar acerca de los
fenómenos astronómicos cotidianos. La siguiente cita es sumamente representativa de
la situación actual planteada en el seno de la didáctica de la astronomía:

"Las razones por las cuales las personas aceptan el sistema heliocéntrico hoy en
día probablemente no son muy diferentes a las presentes en la antiguedad
cuando el sistema geocéntrico era la ortodoxia" (Shen y Confrey, 2010, p. 22).

131
4.5. Conclusiones de la revisión bibliográfica

En función del análisis bibliográfico realizado, es posible concluir algunas cuestiones


relacionadas con el trabajo de investigación a llevar a cabo:

 Una gran cantidad de investigaciones dan cuenta de enormes dificultades


por parte de niños, jóvenes y adultos para la comprensión de los
fenómenos astronómicos más cotidianos: día y noche, estaciones del año y
fases de la Luna. Esto llama la atención al ser fenómenos sumamente
cotidianos, sencillos de observar a simple vista y con amplio desarrollo en
los libros de texto de nivel primario y en los materiales curriculares.

 La revalorización de la Astronomía observacional como parte de los


contenidos escolares es un reclamo vigente en las publicaciones analizadas
desde hace, como mínimo, 20 años. Sin embargo, esta línea de trabajo ha
sido muy poco incorporada en la educación formal, y en los libros de texto,
donde no se relaciona la Astronomía con la observación directa del cielo.

 Los docentes en ejercicio poseen muchas veces las mismas ideas intuitivas
o modelos mentales en relación a los fenómenos astronómicos cotidianos
que poseen los alumnos. Por lo tanto, es factible la transmisión de
información inadecuada o errónea dentro del aula de clases. Esto se vuelve
aún más problemático debido a que se han detectado algunos de estos
errores en los textos escolares que se utilizan en las escuelas.

 Pese a que en varios artículos analizados se menciona que enseñar acerca


de los fenómenos astronómicos cotidianos desde una perspectiva centrada
en la Tierra puede favorecer mejores aprendizajes en niños pequeños, la
gran mayoría de estos trabajos proponen este abordaje con el objetivo de
comprender mejor a futuro el modelo heliocéntrico y los movimientos de la
Tierra y la Luna vistos desde el espacio. Incluso se toma como aparente el
movimiento de los astros vistos desde la superficie terrestre, como si
existiese algún sistema de referencia privilegiado o absoluto para definir
cuáles desplazamientos son "reales" y cuáles no.

 Algunos trabajos de los últimos años quitan del centro de la enseñanza de


la astronomía al modelo heliocéntrico, planteando la comprensión del
recorrido diario del Sol en el cielo moviéndose entre la perspectiva centrada
en la Tierra y la vista desde el espacio. Sin embargo, no se ha investigado
este planteamiento didáctico con fenómenos más complejos, tales como las
estaciones del año y las fases de la Luna.

 Ninguna de las publicaciones analizadas manifiesta en forma contundente


la posibilidad de utilizar el sistema de referencia topocéntrico como forma
de abordar la enseñanza de los fenómenos astronómicos cotidianos desde
lo cercano y concreto sin la necesidad específica de realizar el salto
conceptual hacia el sistema de referencia heliocéntrico, el cual reviste más
interés por cuestiones culturales que por ayudar en la comprensión de los
fenómenos celestes visibles desde la Tierra.

132
En consecuencia, a partir del análisis bibliográfico realizado, cobra relevancia la
necesidad de llevar adelante un trabajo de investigación centrado en la utilización
didáctica del sistema de referencia topocéntrico con el fin de que los estudiantes
logren describir, explicar y predecir los fenómenos celestes más cotidianos con una
muy aceptable precisión.

133
134
CAPÍTULO 5: ANÁLISIS DE LOS SISTEMAS
DE REFERENCIA EN LAS INVESTIGACIONES
SOBRE ENSEÑANZA DE LA ASTRONOMÍA

5.1. Sistemas de referencia en la enseñanza de la Astronomía

En este capítulo se presenta un estudio previo al diseño de la propuesta didáctica


realizado con el fin identificar cuáles son los sistemas de referencia astronómicos que
utilizan los investigadores, tanto implícita como explícitamente, cuando intentan
averiguar y categorizar las concepciones de los alumnos y docentes en relación a la
comprensión de los fenómenos astronómicos más cotidianos (día y noche, estaciones
del año y fases de la Luna) y cuando proponen secuencias de enseñanza acerca de
dichos fenómenos. A modo de hipótesis, se prevee que existirá un predominio de
artículos en los cuales los fenómenos celestes son desarrollados desde un sistema de
referencia externo a la Tierra, sin hacer mención a la posibilidad de describirlos y
explicarlos adecuadamente desde un sistema posicionado en la superficie terrestre.

5.2. Sistemas de referencia astronómicos

Como ya se ha mencionado, la elección de un sistema de referencia adecuado es un


tema crucial para el análisis y la comprensión de los fenómenos físicos ya que éstos no
ocurren igual en todos los sistemas y, en consecuencia, cobra gran relevancia el
proceso de decisión acerca de cuál elegir con el fin de lograr que los fenómenos de la
naturaleza aparezcan en él de la forma más simple (Landau et al., 1973). Dado que el
sistema de referencia puede ser arbitrario, la descripción del movimiento de un cuerpo
será diferente en función de la elección que se realice. Si el sistema de referencia se
encuentra en el mismo objeto a analizar, éste se hallará en reposo respecto al sistema
elegido pero se encontrará en movimiento respecto a otros posibles sistemas de
referencia. Esto implica que el mismo cuerpo se moverá diferente, siguiendo distintas
trayectorias, en los distintos sistemas.

El concepto de sistema de referencia presenta cierta complejidad conceptual, por lo que


debe ser desarrollado y enseñado explícitamente en las clases de Física. Esto queda en
evidencia dado que los alumnos de entre 9 y 16 años suelen describir la posición que
ocupa un cuerpo respecto a otro sin referirla a ningún sistema de referencia explícito,
estableciendo únicamente una relación lineal directa entre el observador y el cuerpo o
entre dos cuerpos (Jiménez Gómez y Guirao Moya, 2007). A su vez, los estudiantes
muestran una tendencia a definir el movimiento como algo intrínseco al cuerpo y no
como algo en relación a un sistema de referencia específico, lo que provoca que
movimiento y reposo sean considerados substancialmente inequivalentes (Saltiel y
Malgrange, 1980). En este sentido, se encuentra muy presente la idea acerca de la
existencia de un sistema de referencia absoluto, basado en los cambios en la posición
de un cuerpo en relación al espacio mismo, y que todas las descripciones realizadas
desde otros sistemas deberían ser transformadas a éste. Esta preferencia de los
estudiantes, incluso los universitarios, por un espacio o sistema de referencia absoluto
no llama la atención si se tiene en cuenta que en la vida cotidiana se suele aceptar
implícitamente la existencia de tales sistemas (el suelo, por ejemplo) (Driver, 1986).
135
Como ya se ha mencionado, en el caso de los fenómenos astronómicos se torna
imposible definir un sistema de referencia que sea estrictamente inercial ya que la Tierra
se encuentra en rotación y con continuas aceleraciones. Sin embargo, dado el lento
cambio en las velocidades, un sistema de referencia posicionado en la Tierra o en el Sol
puede ser considerado inercial para la gran mayoría de las experiencias cotidianas. Por
lo tanto, resulta conveniente definir una esfera de radio arbitrario sobre la que se
encuentran proyectados todos los astros (la “esfera celeste”). En función de dónde se
posiciona el centro de la esfera, los sistemas de referencia han sido clasificados en
topocéntrico (la superficie terrestre), geocéntrico (centro de masas de la Tierra) o
heliocéntrico (centro de masas del Sistema Solar) (Berrocoso et al., 2003). (Tabla 5-1)

Tabla 5-1: Características de los tres sistemas de coordenadas astronómicos más


utilizados para analizar las causas de los fenómenos astronómicos cotidianos.
Centro de la esfera Nombre del Plano
Origen Coordenadas
celeste sistema fundamental
Horizontal o Horizonte del Acimut y
Topocéntrico Superficie terrestre
Altacimutal observador altura
Centro de masas de Ecuatorial Ecuador Ascensión recta y
Geocéntrico
la Tierra absoluto celeste declinación
Centro de masas del Longitud y latitud
Heliocéntrico Heliocéntrico Eclíptica
Sistema Solar heliocéntricas

5.3. Metodología

El trabajo realizado consistió en la lectura minuciosa de 50 artículos presentes en la


revisión bibliográfica de esta investigación, los cuales fueron analizados teniendo en
cuenta frases que hicieran referencia a un determinado sistema de referencia, tanto en
forma explícita como implícita. De este modo, cada artículo fue clasificado en función de
utilizar un sistema de referencia centrado en el Sol (heliocéntrico), centrado en la Tierra
(terrestre) o en ambos simultáneamente (dual):

a) Heliocéntricos (He): aquellos que brindan explicaciones y descripciones


utilizando un sistema de referencia externo a la Tierra. Esta categoría incluye
la subcategoría “Heliocéntrico observacional” (He obs), que corresponde a
artículos que, a su vez, sostienen la necesidad de relacionar dichas
explicaciones y descripciones “heliocéntricas” con lo que se observa desde la
superficie terrestre.

b) Terrestres (Te): brindan descripciones y explicaciones utilizando un sistema


de referencia centrado en la Tierra. Esta categoría incluye las subcategorías
“Geocéntrico” (Geo), donde el sistema de referencia se encuentra centrado
en el centro de masas de la Tierra, y “Topocéntrico” (To), en la cual el
sistema de referencia tiene su origen en un punto de la superficie terrestre.

c) Dual (Du): se utilizan descripciones y explicaciones del movimiento de los


astros en el cielo vistos desde la superficie terrestre, haciendo referencia a
que estos movimientos pueden explicarse de igual modo desde un sistema
de referencia externo a la Tierra. Esto implica que estos artículos indican
explícitamente la posibilidad de utilizar adecuadamente un sistema de
referencia externo (He) o uno terrestre (Te), en sintonía con lo que postula el
principio de relatividad del movimiento.

136
A su vez, se identificó el o los niveles educativos que estaban siendo mencionados en
cada trabajo: alumnos y docentes de nivel primario, alumnos y docentes de nivel medio,
alumnos y docentes de carreras de formación docente o alumnos de carreras de nivel
superior en general.

5.4. Frases que identifican sistemas de referencia

A continuación se presentan algunas citas extraídas de los artículos analizados que han
permitido su categorización. Al finalizar cada cita se encuentra indicado el número de
trabajo y la página correspondiente (el listado numerado de artículos se encuentra en el
Anexo).

• C.1. Sistema de referencia “Heliocéntrico” (He)

“...se les solicitó explicar, con un diagrama o usando una esfera de poliestireno
que se les proporcionó, por qué se hace de día y de noche.” [3] (p. 504)

“La conceptualización de las causas de las fases lunares requiere un


pensamiento muy complejo. Primero, los alumnos deben saber los movimientos
de rotación y revolución de la Luna y la Tierra y sus posiciones relativas al Sol
mientras se van moviendo.” [4] (p. 12)

“En este trabajo se estudian las representaciones gráficas y los textos que
acompañan a las mismas, realizadas por estudiantes de Magisterio sobre los
movimientos de la Tierra y de la Luna y sus consecuencias. Su análisis permite
afirmar que hay una falta de comprehensión del modelo Sol-Tierra-Luna.” [20] (p.
153)

“Se le solicita al profesor... que escoja el objeto que mejor representa a la Tierra
y lo coloque en un lugar de la sala... [luego, sobre el objeto elegido] que coloque
un muñeco que represente a una persona en la superficie de Tierra.” [28] (p.
802)

“En ningún caso se advierte que [el movimiento del Sol] se trata de un
movimiento aparente.” [44] (p. 343)

C.1.1. Subcategoría: “Heliocéntrico observacional” (He obs)

“Los estudiantes destacaron los siguientes aspectos positivos de la unidad


didáctica: - Se contempla la observación de los movimientos aparentes de los
astros. - La constante relación realidad observable / modelo interpretativo.” [16]
(p. 126)

“...resulta irrelevante que un niño, «sepa» el movimiento de rotación terrestre si


no sabe explicar con él la variación de la posición del Sol en el cielo a lo largo de
la jornada y la sucesión de los días y las noches.» [17] (p. 230)

“...[los estudiantes] respondieron correctamente que en la latitud de Turquía, al


norte del Trópico de Cáncer, el Sol nunca está directamente sobre la cabeza al

137
mediodía... La mayoría de los estudiantes... indicaron que la causa de las
diferentes estaciones que experimentamos cada año son la inclinación del eje de
la Tierra con respecto al plano de su órbita y su giro alrededor del Sol.” [23] (p.
19)

• C.2. Sistema de referencia “Terrestre” (Te)

C.2.1. Subcategoría: “Geocéntrico” (Geo)

“Nuestra intención en este capítulo es presentar al sistema geocéntrico como un


modelo útil, que sirve para hacer predicciones válidas de los movimientos del
Sol, las estrellas y la Luna (y de las fases de esta última) tal como se ven en el
cielo a simple vista.” [19] (p. 136)

“Ninguna percepción directa del cuerpo nos hace pensar en el desplazamiento


de nuestro planeta sobre el que apoyamos los pies. No hay ninguna razón
práctica evidente para hacernos abandonar el modelo de Tolomeo... éste
«funciona» estupendamente para explicar y describir lo que se ve
cotidianamente.” [25] (p. 175)

C.2.2. Subcategoría: “Topocéntrico” (To)

“Una observación más atenta y extendida en el tiempo, muestra el movimiento


uniforme de la mayor parte de éstas a lo largo del día y del año y el de la luna y
algunas de estas «estrellas», respecto a las otras que parecen mantener
invariables sus posiciones relativas y permiten su agrupación en imaginarias
figuras: las constelaciones...” [42] (p. 48)

“...es decir, como el observador (los niños) está ubicado en un determinado


punto de la Tierra, todo lo que puede observar debe describirse en primer lugar
desde un sistema centrado en el lugar del observador (posición topocéntrica), y
entonces se puede hablar con total rigurosidad, de que el Sol sale y se pone...”
[6] (p. 153)

“Estas actividades han de estar dirigidas a reconocer los astros más importantes
que podemos apreciar, a conocer sus nombres y a tratar de determinar cómo
éstos modifican sus posiciones a lo largo del tiempo, siempre desde una posición
centrada en nuestro propio punto de referencia.” [13] (p. 196)

• C.3. Sistema de referencia “Dual” (Du)

“...será a través del citado diálogo entre la realidad y la utilización de los modelos
concretos como gradualmente se irán construyendo aprendizajes que incorporen
una "perspectiva dual" en el análisis de estos fenómenos: nos referimos a
imaginar al mismo tiempo dos perspectivas: la topocéntrica propia de lo
netamente vivencial, observacional, y una perspectiva propia del megaespacio,
como si estuviéramos observando el sistema desde afuera.” [7] (p. 84)

138
“La astronomía diurna es de hecho mucho más fácil de aprender, como primer
paso, cuando describimos todos los fenómenos desde el sistema de referencia
del observador... Sabemos que el arco seguido por el Sol en el cielo local es el
efecto resultante (visible) de nuestra propia rotación (la Tierra).” [9] (p. 40)

“Los resultados presentados aquí apoyan nuestra afirmación de que los


estudiantes necesitan ser guiados en la comprensión de cómo hacer las
conexiones entre los movimientos reales de los objetos heliocéntricos y sus
consecuencias observables desde una perspectiva con sede en la Tierra.” [34]
(p. 23)

“...el modelo geocéntrico se refiere a un sistema que es cinemáticamente


consistente con el modelo heliocéntrico. Los dos modelos son paralelos: difieren
solamente en la preferencia de elección del origen del sistema de referencia.”
[37] (p. 8)

El análisis completo llevado a cabo se encuentra en la Sección 13.6 del Anexo. Allí se
especifica el listado numerado de los artículos y se presenta la Tabla 13.6 en la que se
detalla cada trabajo analizado con alguna/s cita/s representativa/s que permiten
identificar el sistema de referencia utilizado en el mismo.

5.5. Resultados

De acuerdo a los objetivos formulados en los trabajos analizados, en la Figura 5-1 se


aprecia que muchos presentaban propuestas didácticas (46%), otros realizaban una
indagación de concepciones sobre los fenómenos astronómicos cotidianos presentes en
docentes y alumnos (36%) y algunos otros examinaban materiales curriculares (18%).

Figura 5-1: Tipos de artículos analizados.

A su vez, en la Figura 5-2 puede apreciarse que 30 trabajos analizados (60% del total)
han sido publicados en los últimos 12 años, y 45 en los últimos 20 años (80% del total),
dando cuenta de ser una revisión actualizada.

139
Figura 5-2: Cantidad de artículos analizados por década de publicación.

Más allá de haber examinado una muestra acotada, es posible afirmar que esta revisión
es representativa de una cantidad de trabajos mucho mayor dado que en cada uno de
los artículos analizados estaban presentes referencias bibliográficas que se encontraban
en sintonía y fundamentaban en cierto modo lo planteado en él.

Como se aprecia en la Figura 5-3, del total de artículos analizados (50), 32 de ellos
(64%) utilizan un sistema de referencia externo a la Tierra (categoría “Heliocéntrico”), 10
de los trabajos (20%) proponen el uso de un sistema de referencia terrestre para la
descripción de los fenómenos observables en el cielo y, simultáneamente, uno externo
para la explicación de los mismos (categoría “Dual”) y, por último, 8 artículos (16%)
sostienen descripciones y explicaciones desde un punto ubicado en nuestro planeta
(categoría “Terrestre”).

Figura 5-3: Porcentaje de artículos que utilizan cada sistema de referencia.

En la Figura 5-4 se presenta un análisis acerca de la categoría en que fue clasificado


cada trabajo en función del nivel educativo con el que se relaciona. En este caso,
algunos artículos fueron contados más de una vez dado que estaban dirigidos a más de
un nivel educativo y se discriminan aquellos que no especifican un nivel educativo en
particular. A su vez, en el nivel superior se diferencian aquellos trabajos relacionados
con estudiantes de carreras de formación docente de aquellos vinculados con
estudiantes de otras carreras.

140
Figura 5-4: Cantidad de artículos clasificados por categoría y por nivel educativo.

Como puede apreciarse, en prácticamente todos los niveles predominan los trabajos
que utilizan el sistema de referencia heliocéntrico, haciéndose mucho más notable esta
diferencia en el nivel primario y en la formación docente. Vale aclarar que los artículos
categorizados como “duales” involucran también explicaciones “heliocéntricas”, por lo
cual la presencia de este último sistema de referencia es sin dudas preponderante en
los artículos examinados. Por ejemplo, los 8 trabajos analizados correspondientes a la
formación docente presentan un desarrollo “heliocéntrico” de los fenómenos astronómi-
cos tratados. A su vez, de 24 trabajos analizados para el nivel primario, sólo 3 (12,5%)
proponen descripciones netamente terrestres (Figura 5-5).

Figura 5-5: Porcentaje de artículos de nivel primario por cada categoría.

El análisis de los 34 trabajos incluidos en la categoría “Heliocéntrico” se presenta en la


Figura 5-6, el cual muestra que prácticamente la mitad de los artículos (47%)
manifiestan la necesidad de relacionar las explicaciones heliocéntricas con lo que puede
observarse en el cielo desde la superficie terrestre (subcategoría “Heliocéntrico
observacional”). Esta última posición es abordada en una gran proporción de artículos
en los cuales se identifica a las observaciones del cielo como una propuesta didáctica
motivadora que favorece los aprendizajes. En consecuencia, tanto en el nivel medio

141
como en el primario, la cantidad de trabajos incluidos en la categoría “Heliocéntrico
observacional” (He obs) supera a los que no proponen la relación con el cielo cotidiano.

Figura 5-6: Cantidad de trabajos que utilizan exclusivamente el sistema de referencia


heliocéntrico, clasificados por nivel con el que se relaciona el artículo.

Algunos artículos manifiestan la importancia de enseñar a los estudiantes a moverse


entre distintos sistemas de referencia (Camino, 2004; Shen y Confrey, 2010; Plummer et
al., 2011). La Figura 5-7 muestra la presencia de esta categoría “Dual” (Du) en los
distintos niveles educativos, la cual se encuentra presente en un 20% de los artículos
analizados y, en mayor medida, en trabajos relacionados con el nivel primario.

Figura 5-7: Cantidad de trabajos incluidos en la categoría Dual por nivel educativo.

Los sistemas de referencia terrestres (Geocéntrico o Topocéntrico) son poco utilizados


en todos los niveles ya que se presentan en sólo el 16% del total de artículos
analizados, aunque llama especialmente la atención su nula presencia en los trabajos
vinculados a la formación docente (Figura 5-8). Esto puede guardar cierta relación con
su escasa utilización en las aulas de nivel primario, en contraposición con el sistema
heliocéntrico, de gran presencia en dicho nivel.
142
Figur 5-8: Cantidad de trabajos que utilizan exclusivamente un sistema de referencia
terrestre, clasificados por nivel.

Entre los 50 artículos analizados existe una preponderancia de trabajos que utilizan
exclusivamente el sistema de referencia heliocéntrico para explicar los fenómenos
astronómicos más cotidianos. Sin embargo, este predominio no se visualiza de igual
modo en todos los tipos de artículos. Por ejemplo, como puede verse en la Figura 5-9,
entre los 23 trabajos que presentan propuestas didácticas para el aula, este predominio
no se visualiza de ninguna manera ya que los porcentajes por categoría se encuentran
muy cercanos entre sí: el 39% de los trabajos son “Heliocéntricos”, el 35% presenta un
abordaje “Dual”, mientras que un 26% son “Terrestres”.

Figura 5-9: Porcentaje de artículos pertenecientes a cada categoría que presentan


propuestas didácticas.

Muy por el contrario, la Figura 5-10 muestra que al analizar los 18 trabajos que relevan
concepciones en relación a los fenómenos astronómicos cotidianos tanto de estudiantes
como de docentes, se encuentra que en dichos relevamientos predomina ampliamente
la utilización del sistema de referencia heliocéntrico para la explicación de dichos

143
fenómenos. En este caso, 17 artículos pertenecen a la categoría “Heliocéntricos”
mientras que sólo uno propone un abordaje “Dual”. Llama la atención que entre los
trabajos analizados no se encuentren investigaciones centradas en conocer las ideas de
estudiantes y docentes en relación a los movimientos de los astros en el cielo
posicionados desde un sistema de referencia topocéntrico.

Figura 5-10: Porcentaje de artículos que relevan concepciones de estudiantes y


docentes, clasificados por categoría.

La Figura 5-11 muestra el análisis de los 9 trabajos que examinan materiales


curriculares. Aquí se encuentran 6 artículos “Heliocéntricos” (67%), lo que indica un
predominio en la utilización de este sistema de referencia. A su vez, 2 de los artículos
son “Terrestres” (22%), mientras que sólo 1 fue clasificado como “Dual” (11%). Como ya
se ha mencionado, realizar este análisis desde un determinado sistema de referencia
implica privilegiar implícitamente un punto de vista, en detrimento de la posibilidad de
explicar los fenómenos cotidianos adecuadamente desde otra perspectiva.

Figura 5-11: Porcentaje de artículos que analizan materiales curriculares, clasificados


por categoría.

Por su parte, si analizamos el o los sistemas de referencia utilizados en los trabajos en


relación al año de su publicación, encontramos lo sintetizado en la Figura 5-12, que
muestra que los artículos “Heliocéntricos” son mayoritarios en el período 1990 - 2010,
tendencia que se revierte ampliamente en los últimos años, donde la cantidad de
144
artículos “duales” equipara prácticamente a la de “heliocéntricos”. A su vez, se evidencia
que la cantidad de trabajos que utilizan un sistema de referencia exclusivamente
“terrestre” disminuye en los últimos años.

Figura 5-12: Cantidad de artículos publicados en cada década, clasificados


por categoría.

5.6. Análisis de resultados

Como se ha visto, entre los 50 artículos analizados existe una preponderancia de


trabajos que utilizan exclusivamente el sistema de referencia heliocéntrico para explicar
los fenómenos astronómicos más cotidianos. A su vez, los artículos incluidos en la
categoría “Heliocéntricos” suelen indicar como “reales” a los movimientos descriptos
desde un punto de vista externo a la Tierra y, en contraposición, caracterizan como
“aparentes” a aquellos movimientos descriptos desde un sistema de referencia terrestre.
Esto último se contradice con el principio de relatividad del movimiento, que expresa que
todos los movimientos son “aparentes” ya que dependen del sistema de referencia
elegido. Las citas de los artículos [16] y [17] que figuran en la Sección 13.6. del Anexo
son un ejemplo de lo aquí expresado.

La muestra de trabajos analizada ha sido elegida sin un criterio específico de selección,


lo que le brinda ciertas ventajas y desventajas. Por un lado, las desventajas se
relacionan con ser una muestra pequeña en relación a la cantidad de trabajos
relacionados con la compresión de los fenómenos astronómicos cotidianos publicados
en los últimos 30 años. Sin embargo, dado que cada trabajo presenta en su bibliografía
otros artículos que generalmente refuerzan lo expresado en él, es posible afirmar que el
análisis realizado es representativo de una muestra muchísimo mayor a la aquí
examinada. A su vez, posee la desventaja de presentar algunos artículos pertenecientes
a los mismos autores, lo que provoca que ciertas posturas se vean reforzadas por sobre
otras. Sin embargo, puede considerarse que esta “repetición” da cuenta de la dedicación
y el compromiso de determinados autores con la investigación en el área, hecho que no
queda representado si se decide analizar un artículo por autor.

Por último, las conclusiones que se extraen de este trabajo no intentan ser concluyentes
en cuanto a porcentajes y cantidades relativas a la utilización de cada sistema de
referencia astronómico. Por el contrario, proponen centrar la mirada en un aspecto

145
didáctico en el cual ha habido exiguo desarrollo y del cual se ha investigado
escasamente: la influencia de los sistemas de referencia a la hora de generar
aprendizajes acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos en los estudiantes. En
este sentido, la elección de una muestra arbitraria de investigaciones resulta ventajosa
ya que pone en evidencia que, sin importar demasiado los artículos analizados, casi con
seguridad se encontrará una preponderancia de trabajos “Heliocéntricos”, cuyos autores
no especifican desde qué sistema de referencia se encuentran describiendo y
explicando los fenómenos astronómicos más cotidianos.

5.7. Conclusiones sobre el uso de los sistemas de referencia astronómicos

La elección de un sistema de referencia adecuado para el análisis de un determinado


fenómeno físico es central en el trabajo científico cotidiano y, en consecuencia, a la hora
de tener que proponer secuencias para la enseñanza de dichos fenómenos. Sin
embargo, muchos estudiantes, incluso universitarios, sostienen la existencia de un
sistema de referencia, con mayor validez que cualquier otro, en el cual existen objetos
en reposo absoluto y en los cuales las leyes de la Física son enunciadas de un modo
“correcto”. En esta sección se ha buscado identificar si esta creencia se manifiesta
también en el caso de los fenómenos astronómicos y, particularmente, si se pone de
manifiesto o no en los trabajos de investigación.

En función del análisis realizado, se puede evidenciar que en los artículos examinados
predomina la utilización del sistema de referencia heliocéntrico para la descripción y
explicación de los fenómenos astronómicos posibles de ser observados en el cielo
cotidianamente. Dado que la elección de un sistema de referencia determinado
responde a cuestiones de utilidad y sencillez, es llamativo que la mayoría de los trabajos
no mencionen explícitamente las razones para privilegiar un sistema de referencia por
sobre otro. Parecería ser que muchos de los investigadores consideran que las únicas
descripciones y explicaciones posibles y válidas de los fenómenos astronómicos son las
que se realizan desde un sistema de referencia externo a la Tierra, sin tomar conciencia
de que, para muchos de los fenómenos observables desde nuestro planeta, las
explicaciones “terrestres” son extremadamente sencillas y potentes desde un punto de
vista descriptivo y predictivo (Gellon et al., 2005).

En este sentido, el utilizar descripciones y explicaciones topocéntricas permite poner el


acento en la observación a simple vista del cielo, relacionando la Astronomía con lo
vivencial y cotidiano para el alumno, y potenciando sus ganas de conocer debido al
asombro que provoca la belleza y grandiosidad del firmamento (Lanciano, 1989). A su
vez, permite que el alumno utilice con total rigurosidad su lenguaje cotidiano ya que,
desde su posición, efectivamente “el Sol sale y se pone”, “la Luna sale cada día más
tarde” o “las estrellas giran” (Camino, 1999). Por lo tanto, sería importante preguntarse
qué tan relevante puede ser para la enseñanza de las ciencias que los alumnos “sepan”,
por ejemplo, el movimiento de rotación terrestre, si “no saben” explicar la variación de la
posición del Sol en el cielo a lo largo del día y de los meses (García Barros et al., 1997).

Por otro lado, pese a la existencia de una gran cantidad de investigaciones que dan
cuenta de enormes dificultades por parte de niños, jóvenes y adultos para la
comprensión de los fenómenos astronómicos más cotidianos, como el día y la noche,
las estaciones del año y las fases de la Luna, no se han detectado trabajos que pongan
énfasis en identificar si dichas dificultades pueden guardar alguna relación con el
sistema de referencia utilizado a la hora de brindar explicaciones acerca de estos
fenómenos.

146
A su vez, pese a haber encontrado que aproximadamente un cuarto (26%) de los
trabajos que proponen propuestas didácticas promueven la enseñanza de los
fenómenos astronómicos cotidianos utilizando un sistema de referencia terrestre, esto
se ve muy poco reflejado en los trabajos de investigación sobre concepciones
alternativas y, sobre todo, en los materiales curriculares presentes en las escuelas.

Esto abre un espacio importante de reflexión en relación a la necesidad de desarrollar,


profundizar y explicitar el trabajo con sistemas de referencia, de modo tal que en los
artículos sobre enseñanza de la Astronomía comience a indicarse claramente cuál es el
sistema de referencia que se está utilizando, sin dar por sentado que hay uno solo
posible para explicar un determinado fenómeno: explicitar y justificar el sistema de
referencia elegido es un requisito indispensable a la hora de desarrollar investigaciones
en esta temática.

5.8. Conclusiones relacionadas con el tema de investigación

En el análisis llevado a cabo en este estudio quedó en evidencia una sobrevaloración


del enfoque heliocéntrico, el cual posee relevancia para la construcción de una
representación mental acorde y actualizada de las características del Sistema Solar,
pero de escasa incidencia en la comprensión de los fenómenos celestes posibles de ser
observados cotidianamente a simple vista en el cielo. Para estos fenómenos, es más
adecuado su estudio desde un punto de la superficie terrestre.

En relación con la secuencia de enseñanza a desarrollar en esta investigación, basada


en la utilización didáctica del sistema de referencia topocéntrico, este trabajo preliminar
ha permitido conocer que muy pocas investigaciones han puesto el foco en esta
perspectiva y que en ninguno de los artículos analizados se ha planteado lo que se
propone en esta investigación: el desarrollo de una propuesta de enseñanza únicamente
topocéntrica acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos.

147
148
CAPÍTULO 6: ANÁLISIS DE LAS IMÁGENES SOBRE
LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS COTIDIANOS
EN TEXTOS DE ENSEÑANZA PRIMARIA

6.1. La astronomía en los libros escolares

En este capítulo se realiza un estudio centrado en el análisis de los libros escolares de


educación primaria existentes en las escuelas de la zona donde se implementará la
propuesta de enseñanza a desarrollar y, particularmente, en las imágenes presentes en
los mismos relacionadas con el ciclo día/noche, las estaciones del año y las fases
lunares. Este trabajo preliminar surgió, justamente, debido a haber detectado la
existencia de textos que poseen errores conceptuales y didácticos, lo que sugiere la
necesidad de una revisión del contenido de estos materiales educativos sumamente
utilizados en las instituciones escolares.

6.2. Las imágenes en los libros

Los textos escolares se encuentran presentes en la gran mayoría de los establecimien-


tos educativos de la Argentina debido a que en muchos casos los propios organismos
públicos los envían para ser utilizados por los docentes en sus clases. En algunas
jurisdicciones, estos textos quedan dentro de la institución escolar, mientras que en
otras son repartidos directamente a los alumnos. En otros casos es el mismo docente el
que sugiere a los estudiantes la compra de un determinado libro escolar. Esto determina
que los libros de texto ejerzan una gran influencia en la configuración de la enseñanza y
en la práctica cotidiana del docente.

Por su parte, las imágenes presentes en los libros no son un medio neutro, sino el reflejo
de los conocimientos e intenciones de los autores. En este sentido, el libro de texto
traduce de algún modo el currículum, transmite determinados métodos educativos y
determina, muchas veces, los contenidos que se desarrollan y el modo en que son
enseñados en las escuelas. Dado que están escritos con finalidad exclusivamente
pedagógica, presentando de forma especializada y organizada los aspectos básicos de
un tema o área para un determinado nivel educativo, no sólo incluyen información en
diferentes formatos, sino que también contienen una propuesta didáctica en forma
explícita o implícita (Jiménez, 2000).

Por otro lado, el uso del libro de texto puede facilitar y transformar la labor del docente
permitiendo el desarrollo de actividades de discusión y solución de problemas con los
alumnos y el manejo de grupos numerosos y heterogéneos en edades y habilidades. A
su vez, puede ayudar a los docentes a completar sus conocimientos acerca de temas en
los que no han recibido una buena formación y colaborar con los alumnos para que
puedan estudiar en forma independiente, tanto en clase como en sus casas (Uribe,
2006).

149
En la utilización del libro de texto es deseable una aproximación crítica al mismo por
parte de estudiantes y docentes, tomándolo como un material de apoyo y no como una
guía única, de modo tal de no empobrecer las capacidades de los alumnos ni el
desempeño de los docentes. De este modo se evita caer en el "textocentrismo", en
donde el docente se transforma en un administrador del libro escolar, el cual se
convierte en el fin mismo de la enseñanza y en una "verdad absoluta" imposible de ser
discutida. Para ello, tanto el docente como los alumnos deben poder cuestionar su
contenido, admitiendo que los textos son escritos por gente real en un contexto
determinado, impregnado por cuestiones culturales, económicas y políticas (Peña y
Rojas, 1997).

Los libros escolares se organizan en un formato que incluye textos e imágenes. El


hecho de que las imágenes han ido ganando cada vez más espacio en los libros se
debe a cierto "convencimiento", de la industria editorial y del "imaginario pedagógico", de
que el uso de recursos visuales constituye un modo de mejorar la comprensión del
lector, en cualquier área de conocimiento, incluida la enseñanza de las ciencias
naturales. Sin embargo, no es posible afirmar que la presencia de imágenes en los libros
de texto provoque una mejora intrínseca en el desempeño de los alumnos. Resulta
necesario profundizar en el abordaje apropiado a llevar adelante en las clases con las
imágenes presentes en los libros, de modo tal de que favorezcan la comprensión por
parte de los estudiantes (Otero, Moreira y Greca, 2002), y estudiar en qué medida
promueven la construcción de representaciones mentales adecuadas (Greca y Moreira,
1998).

En relación con las representaciones mentales, como ya se ha detallado, Johnson-Laird


(1983) propuso la existencia de un código representacional formado por proposiciones,
imágenes y modelos mentales. Una proposición es una afirmación verbalmente
expresable, las imágenes mentales son producto de la percepción y/o de la imaginación
y representan aspectos perceptibles de los objetos del mundo real. Por su parte, los
modelos mentales son representaciones analógicas que se elaboran en la memoria de
trabajo, que permiten dar sentido a las imágenes y realizar inferencias o extraer
conclusiones (Greca y Moreira, 1998). En este sentido, comprender una situación o
problema implica la posibilidad de elaborar un modelo mental con funciones
descriptivas, explicativas y predictivas (Johnson Laird, 1996).

En este trabajo se sostiene como premisa básica que el proceso de comprensión


basado en la construcción de modelos mentales puede ser influido a partir del aporte de
representaciones externas, tales como las imágenes presentes en los libros de texto. Al
respecto, Kosslyn (1986) sugiere la existencia de una transición en el modo de pensar:
los niños pequeños utilizarían principalmente imágenes mentales en sus razonamientos
mientras que los adultos tenderían a utilizar, en mayor medida, representaciones
verbales o proposiciones abstractas. Por su parte, Bruner, Olver y Greenfield (1967)
sostienen que los niños de entre uno y siete años pueden representar el mundo en
forma imaginaria mediante imágenes mentales, las cuales representan solamente
aquellas características más relevantes. En consecuencia, no es casualidad que el uso
de dibujos aparezca vinculado al pensamiento infantil. Sin embargo, la percepción de
una representación visual externa no originará, necesariamente, una imagen mental ya
que la comprensión de las representaciones externas se produce mediante un complejo
proceso personal de representación interna de la información externa. Por otro lado, la
utilización preponderante de imágenes mentales por parte de los niños no implica
necesariamente que las imágenes externas les resulten sencillas y fácilmente
comprensibles (Otero et al., 2002). En este sentido, "percepción e imaginación son
procesos diferentes, aunque están íntimamente relacionados" (ibíd., p. 133).

150
Pese a lo anteriormente expresado respecto a la falta de correspondencia estricta entre
imágenes externas e internas, los libros escolares parecerían estar sustentados en
ideas del sentido común que otorgan a las imágenes externas un carácter de facilitador
del recuerdo y de los aprendizajes, como si el contenido de la imagen fuese "evidente".
Esto queda reflejado en la cantidad de imágenes presentes en los libros de texto,
cantidad que aumenta considerablemente en los primeros años de la escuela primaria, y
en la recurrente ausencia de relaciones entre las imágenes y la información que se
presenta. En contraposición, parecería que este uso de los recursos visuales no reporta
beneficios cognitivos importantes dadas las grandes dificultades para poder representar
internamente de manera adecuada el conocimiento relevante por parte de los
estudiantes. Esto se pone particularmente de manifiesto en el tratamiento de los
contenidos de astronomía, donde los libros de texto exhiben una gran cantidad de
representaciones visuales de distinto tipo, mientras los estudiantes y docentes continúan
manteniendo ideas inadecuadas acerca de los fenómenos astronómicos más cotidianos
(Schoon, 1992; Camino, 1995; Greca y Moreira, 1997; Vega Navarro, 2007).

Dada la gran cantidad de representaciones relativas a los fenómenos astronómicos


presentes en los libros escolares, en esta sección se centrará la atención en examinar
solamente aquellas imágenes presentes en textos de nivel primario relativas a los
movimientos observables del Sol y la Luna en el cielo, y a la comprensión de los
fenómenos del día y la noche, las estaciones del año y las fases de la Luna. Se
analizarán las representaciones que presenten errores conceptuales y/o didácticos que
puedan actuar como obstáculos para una comprensión adecuada de estos fenómenos
astronómicos por parte de alumnos y docentes.

6.3. Imágenes externas y representaciones internas

Las imágenes representan uno de los medios de expresión más utilizados a la hora de
transmitir información tanto en la sociedad en general como en el ámbito educativo. En
este sentido, las representaciones externas de carácter pictórico han pasado a ocupar
un lugar central en los libros escolares, en los cuales aparecían pocas fotografías,
dibujos, gráficos, historietas, etc., hasta hace menos de dos décadas. Sin embargo,
estudios relativamente recientes muestran que, lejos de resolver las dificultades de
comprensión detectadas en los estudiantes, el uso masivo de imágenes presenta
dificultades intrínsecas debido a la existencia de una relación incierta entre la
representación externa visual que se presenta al alumno y la representación mental que
éste logra construir (Otero, Moreira y Greca, 2002; Fanaro, Otero y Greca, 2005;
Perales, 2006; Matus Leites, Benarroch y Perales, 2008; Raviolo, 2013).

En el "imaginario popular", subyace la idea de que el uso de imágenes mejora la


comprensión y el rendimiento escolar ya que éstas reducen la abstracción, promueven
el recuerdo y la imaginación, vinculan el conocimiento científico a la vida cotidiana y
motivan a los estudiantes (Otero y Greca, 2004). A su vez, existen otras concepciones
sobre el rol pedagógico de la imagen en los libros de texto (Fanaro et al., 2005): las
imágenes "se graban" en la cabeza y no se olvidan, son "sencillas" y "evidentes", "no
necesitan explicación" y "se comprenden mejor que las palabras". Todas estas ideas
contribuyen a un uso inadecuado de las imágenes en el contexto educativo.

Sin embargo, estas afirmaciones no son válidas en todos los contextos ya que la
percepción de una imagen no implica en modo alguno una relación unívoca con una
cierta representación interna. Por el contrario, la construcción de esta representación
dependerá de los conocimientos previos del estudiante, de su interés en la temática y en

151
el modo de desarrollo de las clases, de sus concepciones alternativas, de sus
capacidades propias y del proceso de construcción de significado que se lleve a cabo a
partir de la imagen. En consecuencia, los alumnos pueden perderse en el camino de la
imagen a la conceptualización, interpretar inadecuadamente las imágenes y generar
nuevas concepciones alternativas o reforzar las ya presentes (Raviolo, 2013).

Por otro lado, la interpretación de las imágenes muchas veces requiere habilidades
mentales espaciales (Harle y Towns, 2011). Estas habilidades cobran relevancia al
querer interpretar imágenes relacionadas a los fenómenos astronómicos, las cuales
muchas veces implican la necesidad de poseer destrezas en la visualización, orientación
y rotación espacial.

Todas estas consideraciones sugieren que los docentes deben ser conscientes de las
limitaciones y dificultades asociadas al uso de las imágenes presentes en los libros de
texto y en otros materiales que utilizan este tipo de recursos. En consecuencia, es
necesario que desarrollen competencias asociadas a la búsqueda, edición e
incorporación de recursos visuales en las actividades a desarrollar en las aulas,
partiendo de un análisis crítico, creativo, fundamentado y pedagógico de los mismos.
Para ello será necesario contar con un conocimiento disciplinar y didáctico del contenido
a desarrollar en las clases, lo que les permitirá realizar una selección adecuada de
dichos recursos. Para esta instancia de selección de imágenes asociadas a
determinadas actividades áulicas será importante tener conocimiento sobre las ideas
básicas fundamentales de la temática, los temas relevantes y cuestiones de interés, las
dificultades que suelen poseer los alumnos y las concepciones alternativas más
comunes (Raviolo, 2013).

6.4. Concepciones sobre las causas de los fenómenos astronómicos cotidianos

Como ya se ha mencionado en la revisión bibliográfica, la cantidad de investigaciones


acerca de las dificultades de aprendizaje del modelo Sol-Tierra-Luna y sus fenómenos
asociados es sumamente extensa. Algunas de ellas analizan las ideas de los
estudiantes sobre la forma de la Tierra (Nussbaum, 1979; Baxter, 1989), mientras que
otras indagan acerca de los modelos con los que los alumnos intentan explicar los
fenómenos del día y la noche, las estaciones del año y las fases de la Luna (Schoon,
1992; Vosniadou y Brewer, 1992, 1994; Trumper, 2001; Trundle et al., 2007; Vega
Navarro, 2007; Galperin et al., 2012). A su vez, otras investigaciones indagan acerca de
las concepciones sobre estos fenómenos presentes en maestros de primaria, o en
futuros docentes, mostrando similitudes entre los modelos explicativos que utilizan los
docentes con los que ponen en juego los alumnos (Camino, 1995; Schoon, 1995; De
Manuel, 1995; Atwood y Atwood, 1995, 1996; Martínez Peña y Gil Quílez, 2001; Trundle
et al., 2002, 2006; Vega Navarro, 2001, 2007; Fernández Nistal y Peña Boone, 2007;
Bayraktar, 2009).

Como se ha indicado en el Capítulo 4, las ideas más comunes detectadas en los


distintos trabajos respecto a las causas del día y la noche, son las siguientes:

a) El Sol se oculta y sale la Luna.


b) Cuando está el Sol, no está la Luna (acercamiento y alejamiento del Sol y de
la Luna).
c) Las nubes tapan el Sol durante la noche.
d) La Luna tapa el Sol.
152
e) La Tierra rota mientras el Sol y la Luna se encuentran estáticos en el espacio
en posiciones opuestas respecto a nuestro planeta.
f) La Luna y el Sol giran en torno a la Tierra en posiciones opuestas.
g) La Tierra orbita al Sol en 24 horas sin girar sobre su eje.
h) La Tierra rota sobre su eje.

Muchas de las concepciones anteriores tienen su origen en la idea errónea muy común
presente en niños, e incluso en muchos adultos, respecto a que la Luna se observa en
el cielo todas las noches. En consecuencia, los modelos explicativos se “adaptan” a este
supuesto conocimiento, que no es cuestionado, y la Luna termina siendo incorporada en
muchas de las explicaciones. En este sentido, algunos de los modelos explicativos
mencionados anteriormente constituyen “modelos sintéticos” (Vosniadou y Brewer,
1994), donde se combinan aspectos de un modelo inicial e intuitivo basado en la
experiencia cotidiana ("la Luna se ve todas las noches") con aspectos de la cultura
aceptada (la Tierra es esférica y rota sobre sí misma).

A su vez, las investigaciones muestran que algunas ideas alternativas de los docentes
en ejercicio, o de los futuros docentes, son similares a las que poseen alumnos de nivel
primario (Schoon, 1995; Galperin et al., 2012), y que determinados modelos explicativos
alejados del modelo científico continúan presentes aún después de finalizada una
instancia de formación específica acerca de la temática (Camino, 1995).

Por otro lado, existen muy pocas investigaciones centradas en analizar las ideas
alternativas más comunes en relación al movimiento diario del Sol en el cielo, fenómeno
indispensable para poder comprender adecuadamente la sucesión de los días y las
noches desde un sistema de referencia topocéntrico (Camino, 1999; Galperin, 2011).
Desde este sistema de referencia local, el día corresponde al lapso de tiempo en el que
el Sol realiza su movimiento diario por encima del horizonte, apareciendo por algún lugar
del horizonte oriental hasta ocultarse, varias horas después, por algún lugar del
horizonte occidental. Contrariamente a lo que muchos niños y adultos piensan, sólo dos
días al año el Sol sale justo por el este y se oculta por el oeste.

A su vez, debido a la ubicación geográfica de la Argentina, la trayectoria diaria del Sol en


el cielo se observa inclinada hacia el norte. Esto implica que, contrariamente a lo que la
mayoría de las personas creen, un observador situado en casi cualquier localidad de la
Argentina nunca tendrá al Sol en el cénit y, si mira en dirección al Sol, siempre
observará su recorrido de derecha a izquierda. Por otra parte, debido al huso horario
utilizado por nuestro país (UTC -3), el mediodía solar no ocurre nunca a las 12 hs,
dependiendo este horario de la longitud geográfica del lugar de observación. En las
localidades situadas más hacia el este, el mediodía solar ocurre cerca de las 12.20 hs,
mientras que ocurre cerca de las 13.50 hs en aquellos lugares situados hacia el oeste.
En El Bolsón, situado bien hacia el oeste, el mediodía solar medio ocurre a las 13.46 hs.

En relación con la causa de las estaciones del año, la concepción mayoritaria en niños y
adultos es la que sostiene que este fenómeno se debe a la distancia variable entre la
Tierra y el Sol a medida que nuestro planeta se traslada en su órbita. En este sentido, un
video realizado hace más de dos décadas mostró que la mayor parte de los graduados
de Harvard no podía explicar adecuadamente las estaciones del año ni las fases lunares
(Schneps y Sadler, 1989), manteniendo concepciones alternativas similares a las
identificadas en niños de escolaridad primaria y en alumnos de secundaria. A su vez, la
mayor parte de los adultos asocian las estaciones del año con la traslación de la Tierra
alrededor del Sol, dejando de lado la inclinación del eje terrestre, lo que refuerza la idea
errónea que asocia este fenómeno con la distancia de la Tierra al Sol.
153
Por otro lado, son escasos los estudios en relación a las ideas más comunes sobre el
modo en que se desplaza el Sol en el cielo de un día al otro y sobre cómo este
movimiento anual permite explicar las estaciones del año en forma topocéntrica. Desde
este sistema de referencia, las diferencias estacionales pueden comprenderse a partir
del movimiento anual del Sol hacia el norte y hacia el sur, lo que hace que su trayectoria
se observe más alta o más baja a lo largo del año, provocando la llegada de sus rayos
con diferente inclinación a medida que transcurren los meses. En consecuencia, el Sol
no sale ni se pone por el mismo lugar ni en el mismo horario todos los días, lo cual se
encuentra íntimamente relacionado con las estaciones.

Respecto a las causas de las fases lunares, las concepciones detectadas en niños y
adultos en los distintos trabajos de investigación ya analizados son las siguientes:

a) La parte que falta de la Luna está en otra parte de la Tierra.


b) Una nube tapa parte de la Luna.
c) La sombra de la Tierra impide ver toda la Luna.
d) La forma de la Luna cambia en función de cómo es vista desde la Tierra
su parte iluminada.

En prácticamente todos los estudios llevados a cabo, la noción predominante es la que


identifica a la sombra de la Tierra como causa de este fenómeno, indicando una gran
confusión entre las fases lunares y los eclipses.

Al igual que con el ciclo día/noche y con las estaciones, existen pocos estudios que
analicen las ideas presentes en niños y adultos en relación al movimiento que realiza la
Luna en el cielo, tanto durante el mismo día como de un día al otro. En este sentido, la
mayor parte de las personas desconoce que la Luna realiza su movimiento diario en
forma análoga al Sol: saliendo por algún lugar del horizonte oriental hasta ocultarse,
varias horas después, por algún lugar del horizonte occidental. A su vez, existe gran
desconocimiento respecto a que la Luna no se encuentra en la misma posición en el
cielo al observarla dos días seguidos a la misma hora: ésta se desplaza hacia el
horizonte oriental debido a su propio movimiento orbital alrededor de la Tierra. Este
desplazamiento "hacia oriente" provoca las fases: pese a que el Sol ilumina constante-
mente la mitad de la superficie de nuestro satélite, no es posible ver siempre toda la
mitad iluminada debido a que la Luna cambia su posición respecto al Sol a medida que
se desplaza en el cielo. Por otro lado, pese a que en un mismo día la fase lunar es igual
para todos los observadores terrestres, el lado de la Luna que se ve iluminado varía
según el hemisferio en que se encuentre el observador. Por ejemplo, la Luna en cuarto
creciente posee su lado izquierdo iluminado cuando se la observa desde el hemisferio
sur, mientras que posee su lado derecho iluminado cuando se la observa ese mismo día
desde el hemisferio norte.

Todas estas concepciones presentes en niños y adultos son las que deben ser muy
tenidas en cuenta a la hora de decidir qué imágenes estarán presentes en los libros
escolares y cuál será el texto que las acompañará, de modo tal que las mismas no
transmitan explícitamente ni refuercen en forma implícita dichas concepciones. Como se
verá a continuación, muchas de las imágenes presentes en los libros analizados
transmiten información errónea en relación a los fenómenos mencionados y, en otros
casos, promueven interpretaciones que pueden causar el refuerzo de las concepciones
alternativas más comunes.

154
6.5. Metodología

Se analizaron 19 libros de texto correspondientes al nivel primario que son o han sido
utilizados en las escuelas de la zona de El Bolsón en los últimos años. La mayoría de
ellos han sido editados en la última década y, para simplificar el análisis, se decidió
centrarse únicamente en las imágenes relacionadas con la explicación de los
fenómenos del día y la noche, las estaciones del año y las fases de la Luna, tanto desde
un sistema de referencia heliocéntrico, externo a la Tierra, como del sistema de
referencia topocéntrico.

Algunos libros adicionales encontrados no fueron tenidos en cuenta al no desarrollar


explícitamente estos contenidos. Los datos de los libros examinados y la cantidad de
imágenes analizadas en cada uno de ellos se presenta en la Tabla 6-1. Todos estos
libros fueron editados en la República Argentina.

Tabla 6-1: Listado de libros de texto analizados.


Imágenes
Nro. Nombre del libro Editorial Año Nivel
analizadas
1 Soy de primero EDIBA 2008 1º grado 1
2 Hola, mi libro y yo 1º EDIBA 2006 1º grado 3
3 Vamos mi libro y yo 3º EDIBA 2008 3º grado 3
4 Manual 4. Santillana Comprender Santillana 2008 4º grado 9
5 Caramelos de Coco y Dulce 3º Est. Mandioca 2010 3º grado 3
6 Quiero aprender. Manual 4º Tinta Fresca 2010 4º grado 5
7 Soy de quinto EDIBA 2009 5º grado 6
8 Ciencias Naturales 6º EGB Santillana 2004 6º grado 2
9 Ciencias Naturales 4º Kapelusz 2005 4º grado 3
10 Cs. Naturales 4: mentes en red Edebé 2011 4º grado 4
11 Ciencias Naturales 4 Federal Kapelusz 2011 4º grado 7
12 Una rana mete la pata 2: áreas Aique 2008 2º grado 2
13 Chubut pura naturaleza M. Ed. Chubut 2006 4º grado 1
14 Manual Punto de encuentro 6 Ediciones SM 2012 6º grado 4
15 ACTIVA 6 EGB Soc/Nat Fed Puerto palos 2001 6º grado 5
16 El Libro de la Naturaleza 7 Estrada 1998 7º grado 5
17 Manual 5EGB Santillana 1997 5º grado 3
18 Yo soy de sexto EDIBA 2013 6º grado 3
19 Ciencias Naturales 7 Santillana 2011 7º grado 2

El análisis llevado a cabo ha tenido en cuenta la presencia de dos tipos de errores en las
imágenes de los libros: los conceptuales y los didácticos. Los errores conceptuales son
aquellos vinculados con una compresión inadecuada del fenómeno natural que se
intenta explicar. En este sentido, relacionar explícitamente la noche con la presencia de
la Luna en el cielo es un error conceptual debido a que dicho fenómeno sólo tiene
relación con la ausencia del Sol. Otro ejemplo de este tipo de errores es indicar que la
salida del Sol permite determinar los puntos cardinales, desconociendo que el Sol sale
justo por el este sólo dos días al año y que su corrimiento anual respecto a esta posición
es realmente muy notorio (Figura 6-1).

155
Figura 6-1: Imágenes que presentan errores conceptuales. Izquierda: los puntos
cardinales pueden ser determinados a partir de observar la salida del Sol (sin especificar
ningún momento del año). Derecha: el movimiento diario del Sol en el cielo se produce
de izquierda a derecha (observando hacia el norte).

Por otro lado, los errores didácticos son aquellos que promueven aprendizajes
inadecuados en los alumnos debido al tratamiento didáctico que se realiza del contenido
que se desea enseñar. En este sentido, la interpretación de explicaciones, esquemas o
imágenes por parte de los alumnos (incluso imágenes correctas desde el punto de vista
científico) pueden provocar el refuerzo de las propias concepciones alternativas de los
estudiantes previas al proceso de instrucción.

Por ejemplo, no es adecuado colocar a la Luna girando alrededor de la Tierra en una


imagen (aunque sea en forma correcta) cuando se desea explicar el día y la noche a
partir de la rotación terrestre. Esto representa un error didáctico ya que la presencia de
la Luna refuerza la idea alternativa presente en grandes y chicos relativa a asociar a la
noche con la Luna. Otro ejemplo de este tipo de errores es dibujar la órbita de la Tierra o
indicar su movimiento de traslación cuando se desea explicar el día y la noche,
reforzando la concepción alternativa que sostiene que dicho fenómeno está relacionado
con el giro de la Tierra alrededor del Sol (Figura 6-2).

Figura 6-2: Imágenes que presentan errores didácticos. Izquierda: la imagen refuerza la
concepción alternativa que asocia la noche con la presencia de la Luna. Derecha: la
flecha grande refuerza la idea alternativa que asocia el ciclo día/noche con la traslación.
El uso de imágenes animistas puede reforzar concepciones alternativas.

156
En el caso de las imágenes, existen dificultades intrínsecas relacionadas con la
demanda de habilidades espaciales por parte del lector para poder interpretar
adecuadamente la ilustración. En particular, muchas de las imágenes acerca de los
fenómenos astronómicos requieren cierta habilidad de orientación espacial para lograr
imaginar cómo se vería un objeto o un conjunto de ellos desde una perspectiva diferente
a la del observador (la Tierra desde el espacio, por ejemplo).

A su vez, dado que los dibujos esquemáticos que se presentan en los textos constituyen
construcciones humanas que persiguen una intención específica, es común que muchas
imágenes astronómicas presenten errores didácticos debido a cualidades particulares
que dificultan su interpretación:

a) Se representa algo que no es posible ver desde ninguna posición de


observación debido a haber forzado demasiado las simplificaciones en
escala y perspectiva respecto a lo real. Por ejemplo, dibujar el Sistema Solar
fuera de escala y con todos los planetas alineados (Figura 6-3a).
b) Se representa desde una posición de observación lo que se vería desde otra.
Por ejemplo, dibujar la Luna en fase en el espacio exterior tal como se la
observa desde la superficie terrestre (Figura 6-3b.).
c) Se representa en una misma imagen lo que se vería desde dos o más
posiciones de observación. Por ejemplo, dibujar la Tierra en el espacio
exterior y representar el espacio que da hacia el Sol de color celeste y el
opuesto al Sol de color negro (tal como se vería el cielo desde la superficie
terrestre) (Figura 6-3c.).

Figura 6-3: Imágenes que presentan errores didácticos debido a que requieren el uso
de habilidades de orientación espacial para su comprensión. Las mismas promueven la
construcción de ideas erróneas.

6.6. Análisis de imágenes sobre el día y la noche y el movimiento diario del Sol

En la totalidad de los libros analizados se desarrolla el fenómeno del día y la noche


utilizando 28 imágenes asociadas con dicho fenómeno. El análisis llevado a cabo
permitió determinar que en 3 libros las imágenes no presentan errores conceptuales ni
didácticos, aunque sólo uno de ellos desarrolla el fenómeno del día y la noche a partir de
la rotación terrestre y, a su vez, de su relación con el desplazamiento diario del Sol en el
cielo. Los otros dos presentan un desarrollo basado solamente en el movimiento de
rotación de la Tierra. De los restantes libros, en 10 de ellos se identificaron imágenes
que poseen errores conceptuales, en 3 de ellos imágenes con errores didácticos y en
otros 3 se detectaron imágenes con errores conceptuales y didácticos. Como queda en
evidencia, la gran mayoría de los libros analizados (casi un 85%) poseen errores de
distinto tipo acerca de las causas del ciclo día/noche (Figura 6-4).

157
Figura 6-4: Porcentaje de libros en los que se detectaron los distintos tipos de errores
en las imágenes correspondientes al fenómeno del día y la noche.

A continuación se brinda un detalle de los errores conceptuales y didácticos detectados


en las imágenes presentes en los libros de texto analizados.

- Errores conceptuales:

a) El planeta Tierra no está iluminado adecuadamente (6 libros). Esto se debe a


que la parte iluminada no apunta hacia el Sol, a que la Tierra no posee una
mitad iluminada y una mitad oscura, o a que la parte oscura de la Tierra se
dibuja circular, como si correspondiese a la sombra de un objeto esférico no
presente en la imagen.
b) El Sol sale siempre por el este, lo que permite utilizar este evento
astronómico para ubicar los puntos cardinales (4 libros).
c) Cuando se observa en dirección al Sol desde nuestra ubicación, éste se
mueve de izquierda a derecha (3 libros).
d) Se incluye a la Luna en la explicación del día y la noche. Se la dibuja en el
espacio en posición opuesta al Sol respecto a la Tierra, como si sólo se viese
de noche (2 libros).
e) El mediodía solar ocurre a las 12 hs, momento en que el Sol se encuentra en
el cénit (1 libro).
f) El Sol sale y se pone por el mismo lado del horizonte (1 libro).
g) La Luna llena se observa mucho más grande que el Sol y sale por el mismo
punto del horizonte que el Sol ese mismo día (1 libro).

- Errores didácticos:

a) Representar el cielo nocturno visto desde la superficie terrestre e incluir en él


a la Luna para explicar el día y la noche (5 libros).
b) Incluir dibujos animistas para representar al Sol y a la Tierra (2 libros).
c) Incluir a la traslación de la Tierra en la imagen explicativa del día y la noche
(1 libro).

158
d) Asociar el ciclo día/noche con las actividades que se realizan en cada
momento del día sin hacer mención a la causa astronómica de este
fenómeno (1 libro).
e) Representar el espacio exterior con los colores del cielo terrestre: celeste del
lado de la Tierra que mira hacia el Sol y negro del lado opuesto (2 libros).
f) Superponer la representación del movimiento de la Tierra visto desde el
espacio exterior con las actividades que se realizan de día o de noche en la
superficie terrestre (1 libro).

La presencia de un determinado error en una imagen presente en uno de los libros


analizados no implica en modo alguno la ausencia de otros errores en el mismo libro o
incluso en la misma imagen. Como ejemplo de esto, en uno de los libros se analizaron
un total de 5 imágenes relacionadas con el día y la noche y con el movimiento diario del
Sol, en las cuales se detectaron 3 errores conceptuales y 1 error didáctico. Como se ve
en la Figura 6-5, una misma imagen puede tener varios errores conceptuales y
didácticos. En contraposición, 6 de los libros analizados presentaban un solo error, ya
sea didáctico o conceptual, en una de sus imágenes.

Figura 6-5: Ejemplo de imagen analizada en relación al día y la noche. Presenta los
errores conceptuales a) y d) y el error didáctico f).

6.7. Análisis de imágenes sobre estaciones y el movimiento anual del Sol

Del total de libros analizados, en 14 de ellos se desarrolla el fenómeno de las estaciones


del año utilizando 33 imágenes asociadas con dicho fenómeno. El análisis llevado a
cabo permitió determinar que en 6 libros las imágenes no presentan errores
conceptuales ni didácticos, aunque en sólo 2 de ellos se desarrolla el fenómeno de las
estaciones a partir de la traslación terrestre y la inclinación del eje, relacionando esto
con la altura del Sol en el cielo en el instante del mediodía solar. Los otros 4 libros
presentan un desarrollo basado solamente en un sistema de referencia externo a la
Tierra sin considerar qué es lo que puede observarse desde la superficie terrestre en
relación a este fenómeno. De los restantes libros, en 2 de ellos se identificaron
imágenes que poseen errores conceptuales, con errores didácticos se detectaron otros
2 libros y en otros 4 libros se detectaron imágenes con errores conceptuales y
didácticos. En conclusión, más de la mitad de los libros analizados poseen errores
relacionados con la explicación de las estaciones del año (Figura 6-6).

159
Figura 6-6: Porcentaje de libros en los que se detectaron los distintos tipos de errores
en las imágenes correspondientes a las estaciones del año.

A continuación se listan los errores, tanto didácticos como conceptuales, detectados en


las imágenes en relación al fenómeno de las estaciones del año.

Errores conceptuales:

a) Asociar las estaciones del año sólo con la traslación de la Tierra, sin mencionar
explícitamente la inclinación del eje terrestre (2 libros).
b) Al dibujar las diferentes trayectorias del Sol a lo largo del año (más altas o más
bajas), indicar que el movimiento diario del Sol se produce de izquierda a
derecha (2 libros).
c) Indicar las fechas de inicio de cada estación para el hemisferio sur como si
fuesen válidas para toda la Tierra (2 libros).
d) Representar la órbita de la Tierra muy elíptica, dando a entender que el afelio y
el perihelio terrestre son causa de las estaciones (1 libro).
e) Indicar que en verano los rayos del Sol llegan verticalmente a todo un hemisferio
(1 libro).
f) No mantener el eje de la Tierra siempre paralelo a sí mismo mientras la Tierra se
traslada (1 libro).
g) Dibujar el plano de movimiento diario del Sol en el cielo a 90º respecto del
horizonte local (1 libro).
h) Representar el Sol en el cénit en el mediodía solar correspondiente al inicio del
verano (1 libro).

Errores didácticos:

a) Representar la órbita de la Tierra como una elipse con una excentricidad


exagerada (3 libros).
b) Asociar las estaciones con los fenómenos terrestres que ocurren en cada
momento del año (caída de hojas de árboles, nevadas, etc) sin hacer mención a
las causas astronómicas de estos fenómenos (2 libros).

160
c) Dibujar la Luna en una imagen en la que se desea explicar solamente las
estaciones del año (1 libro).

Al igual que en el análisis de las imágenes acerca del día y la noche, la presencia de un
determinado error en una imagen de uno de los libros analizados no implica la ausencia
de otros errores en la misma imagen y/o en el mismo libro. Sin embargo, si se compara
el análisis sobre las imágenes relacionadas con las estaciones del año con el llevado a
cabo en relación al fenómeno del día y la noche, es notoria la diferencia en cuanto a la
proporción de libros que no presentan errores de ningún tipo: 42,8 % de los textos que
desarrollan el tema estaciones del año contra un 15,8 % de los libros que desarrollan el
día y la noche.

A continuación se presentan imágenes que poseen errores conceptuales y didácticos en


relación al fenómeno de las estaciones del año (Figura 6-7).

Figura 6-7: Ejemplos de imágenes analizadas en relación a las estaciones del año.
Imagen A: errores conceptuales d) y e); Imagen B: errores conceptuales c) y d) y el
error didáctico a); Imagen C: errores conceptuales b) y h).

161
C

6.8. Análisis de imágenes sobre fases de la Luna y movimiento propio en el cielo

Del total de libros analizados, en 9 de ellos se desarrolla el fenómeno de las fases


lunares utilizando 10 imágenes asociadas con dicho fenómeno. En la totalidad de estos
libros se detectaron imágenes relativas al fenómeno que poseían errores conceptuales
y/o didácticos.

Al analizar los 9 textos que desarrollan las fases de la Luna se determinó que 2 de ellos
incluyen imágenes que poseen errores didácticos, en 3 de ellos se identificaron
imágenes que poseen errores conceptuales y en otros 4 libros se detectaron imágenes
con errores conceptuales y didácticos. Como puede verse, el tema no se desarrolla
adecuadamente en ninguno de los libros analizados (Figura 6-8)

Figura 6-8: Porcentaje de libros en los que se detectaron los distintos tipos de errores
en las imágenes correspondientes a las fases de la Luna.

A continuación se detallan los errores didácticos y conceptuales detectados en las


imágenes relacionadas con el fenómeno de las fases lunares.

162
Errores conceptuales:

a) Representar la Luna en el espacio exterior sin que su mitad iluminada apunte


hacia el Sol (3 libros). En una imagen la mitad de la Luna que está iluminada
"mira" hacia la Tierra.
b) Indicar el giro de la Luna y su correspondiente lado iluminado por el Sol, tal como
se observa desde el hemisferio norte (2 libros).
c) Representar la Luna en el espacio exterior con fases, como se la puede observar
desde la superficie terrestre (2 libros).
d) Dibujar distintas fases y que sus nombres no coincidan con la forma
correspondiente de la Luna tal como se la observa desde la Argentina (2 libros).

Errores didácticos:

a) Representar las distintas fases de la Luna tal como se las observa en el cielo sin
indicar la causa de este fenómeno (3 libros).
b) Explicar simultáneamente las fases lunares junto con el fenómeno de la cara de
la Luna no visible desde la Tierra (2 libros).
c) No indicar la posición del Sol en el espacio exterior iluminando una mitad de la
Luna (1 libro).
d) Dibujar todas las fases (tal como se las observa en el cielo) en la misma imagen,
como si las mismas pudiesen ser observadas en la misma noche (1 libro).

Como puede verse, ninguna de las imágenes presentes en los libros analizados resulta
adecuada, lo cual muestra que el tratamiento del fenómeno es sumamente desacertado
en todos los textos que desarrollan el tema. Esto llama la atención al ser libros que
tienen como fin lograr una comprensión adecuada del fenómeno por parte de
estudiantes de diferentes años del nivel primario. A continuación se presentan algunas
de las imágenes analizadas y los errores detectados en ellas (Figura 6-9).

Figura 6-9: Ejemplo de imágenes analizadas en relación a las fases lunares. Imagen A:
errores conceptuales a), c) y d) y el error didáctico c). Imagen B: errores conceptuales b)
y d).

163
B

6.9. Conclusiones sobre las imágenes presentes en los libros de texto

Pese a que la muestra de libros analizados no abarca a la totalidad de los textos


escolares utilizados en las escuelas primarias de la Argentina, es factible suponer que el
análisis llevado a cabo brinda un diagnóstico aproximado de la situación que se
presenta sobre el modo en que son tratados los fenómenos del día y la noche, las
estaciones del año y las fases de la Luna en los libros de texto, identificando errores
conceptuales y didácticos de relevancia.

El análisis llevado a cabo permitió reconocer una gran cantidad de errores conceptuales
y didácticos en las imágenes presentes en los libros que utilizan cotidianamente los
estudiantes y docentes en las aulas. Esto permite suponer que algunas de las
concepciones alternativas presentes en niños, jóvenes y en adultos en relación a los
fenómenos astronómicos cotidianos pueden haber surgido a partir de la observación de
imágenes en los libros escolares, muchas de las cuales refuerzan creencias
equivocadas y transmiten información en forma errónea.

En sintonía con lo anterior, es posible sugerir que la gran cantidad de errores


conceptuales presentes en los libros analizados pueden ser el resultado de la
persistencia de las concepciones alternativas más comunes en relación a los fenómenos
astronómicos cotidianos en los propios dibujantes y escritores de los libros. Estas ideas
alternativas, probablemente elaboradas cuando los autores eran estudiantes y que no
fueron nunca revisadas, son las que son transmitidas en mayor medida en los libros
analizados. De lo contrario, no se entiende cómo es posible encontrar, por ejemplo,
varias imágenes que indican erróneamente que el Sol siempre sale justo por el este y se
oculta justo por el oeste, que las estaciones del año tienen su origen en la distancia
variable entre la Tierra y el Sol o que las fases de la Luna ocurren debido a su giro
alrededor de la Tierra sin tener en cuenta la posición del Sol.

A su vez, los errores didácticos detectados pueden tener su origen en la falta de


capacitación por parte de los autores de los libros en relación a la didáctica de la
astronomía, quienes parecen desconocer cuáles son las concepciones alternativas más
comunes presentes en chicos de todas las edades en relación a los distintos fenómenos
astronómicos que se desarrollan durante la escolaridad primaria. Esto queda de
manifiesto al momento de haber encontrado imágenes en las que la Luna aparece
representada en el cielo nocturno, reforzando la idea errónea respecto a la relación entre
la Luna y la noche, en las que el Sol se ubica en el cénit en el momento del mediodía,
en las que el lado iluminado de la Luna no "apunta" hacia el Sol, etc.

164
Como se puede concluir a partir del análisis realizado, las fases de la Luna resulta ser el
tema en el cual, proporcionalmente, se detectan más errores, tanto conceptuales como
didácticos. Sin embargo, llama la atención que el día y la noche sea el fenómeno que le
sigue en dificultad, detectándose una proporción muy pequeña de libros que no poseen
errores. En contraposición, casi la mitad de los libros analizados no poseen errores en
las imágenes relacionadas con las estaciones del año.

Estas diferencias podrían ser el resultado de suponer que el fenómeno del día y la
noche es sumamente sencillo de comprender, por lo que los autores no necesitarían
profundizar el tema antes de comenzar a escribir los textos. Por el contrario, el
fenómeno de las estaciones suele verse como un fenómeno más complejo, por lo que
es posible que los autores realicen una instancia previa de repaso o estudio del tema.
En cuanto a las fases, algunos de los errores pueden haber sido provocados por la
utilización inadecuada de materiales didácticos diseñados en el hemisferio norte, los
cuales no poseen validez en el hemisferio sur. Un ejemplo de esto son las imágenes que
muestran a la Luna con su lado invertido respecto a cómo se la puede ver en el cielo
cuando se observa desde la Argentina.

6.10. Conclusiones relacionadas con el tema de investigación

En el análisis de imágenes presentes en los libros escolares quedó en evidencia que


gran parte de las mismas poseen errores conceptuales y/o didácticos, tanto si los
fenómenos son explicados desde un punto de vista externo a la Tierra como si lo hacen
desde una perspectiva terrestre. En este sentido, llama la atención la cantidad de
errores en cuestiones tan básicas como el sentido de movimiento diario del Sol en el
cielo, el ciclo día/noche o los cambios en la altura del Sol a lo largo del año. En
consecuencia, es claro que los libros de texto presentes en las escuelas no podrán ser
utilizados dentro de la secuencia de enseñanza a desarrollar en el aula, lo que implica la
necesidad de elaborar nuevos materiales que posean un enfoque topocéntrico didáctica
y conceptualmente adecuado de los fenómenos astronómicos más cotidianos.

165
166
CAPÍTULO 7: ANÁLISIS DE LAS CONCEPCIONES
SOBRE EL DÍA Y LA NOCHE PRESENTES EN
ALUMNOS Y DOCENTES DE LA ZONA

7.1. Concepciones de alumnos y docentes de la zona sobre el día y la noche

En este capítulo se realiza un estudio de las ideas acerca del ciclo día/noche que
poseen estudiantes de distintos niveles educativos y docentes en ejercicio de la región
en la que se desarrolla esta investigación. Se llevó a cabo una indagación a partir de
dibujos, explicaciones escritas y entrevistas semiestructuradas individuales con el fin de
analizar si los trabajos presentes en la revisión bibliográfica sobre concepciones
alternativas sobre el día y la noche son representativos de las nociones presentes en
alumnos y docentes de nuestra zona. La información obtenida se interpretó desde una
perspectiva centrada en los sistemas de referencia utilizados para explicar el fenómeno.

7.2. Introducción

Las ideas de los niños acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos han sido
estudiadas en diferentes momentos del siglo XX. Sin embargo, como ya se ha detallado,
el auge de estas investigaciones tuvo lugar a finales de los años 80 con la indagación
generalizada de las llamadas concepciones alternativas de los estudiantes, las cuales
debían ser erradicadas o modificadas para promover el aprendizaje significativo de las
más potentes y generalizables explicaciones científicas (Posner et al.,1982).

Otra perspectiva sobre la construcción del conocimiento comenzó a partir de la noción


de modelos mentales (Johnson-Laird, 1983), concebidos como modelos de trabajo en la
mente del sujeto, que procesan proposiciones e imágenes, y le permiten describir,
explicar y predecir eventos. Estos modelos mentales evolucionan en el tiempo con el fin
de organizar coherentemente informaciones, creencias y suposiciones contribuyendo a
la comprensión del mundo en que las personas se mueven todos los días. Así se
desarrollaron diversas investigaciones para dar cuenta de los modelos mentales que
utilizan los niños al pensar y actuar en relación a los fenómenos celestes posibles de ser
observados en el cielo (Baxter, 1989; Vosniadou y Brewer, 1992, 1994; Schoon, 1995;
Chiras y Valanides, 2008).

A continuación se analizará el modo en que estudiantes de distintas edades y docentes


explican el fenómeno del día y la noche, uno de los más sencillos y cotidianos
fenómenos celestes, sistematizando estas explicaciones a partir las concepciones
detectadas en la revisión bibliográfica ya mencionada. Las ideas de los docentes en
ejercicio se estudiarán con el fin de localizar posibles coincidencias con las detectadas
en los alumnos ya que pueden ser un posible origen de las mismas. A su vez, se llevará
a cabo un análisis adicional vinculado a los objetivos de esta investigación: se
examinará cuál es el sistema de referencia astronómico que es utilizado implícitamente
por alumnos y docentes para explicar el ciclo día/noche.

167
7.3. Concepciones más comunes detectadas en alumnos y docentes

Como ya se ha detallado en la Sección 4.2.3., gran cantidad de investigaciones han


logrado sistematizar cuáles son los modelos más comunes sobre el fenómeno del día y
la noche presentes tanto en alumnos como en docentes (Sadler, 1987; Jones, Lynch y
Reesinck, 1987; Baxter, 1989; Vosniadou y Brewer, 1994; Camino, 1995; Schoon, 1995;
Vega Navarro, 2001; Chiras y Valanides, 2008):

a) Modelo de rotación: la Tierra gira sobre su eje mientras el Sol y la Luna se


encuentran en posiciones opuestas.
b) Modelo de revolución: la Luna y el Sol se encuentran en posiciones opuestas y
giran alrededor de la Tierra.
c) Modelo de revolución terrestre: la traslación de la Tierra alrededor del Sol
provoca el ciclo día/noche.
d) Modelo científico: el ciclo día/noche es consecuencia del movimiento de rotación
terrestre.

Los modelos “de rotación” y “de revolución” mencionados anteriormente pueden


considerarse como “modelos sintéticos”, tal como los definen Vosniadou y Brewer
(1994), dado que combinan aspectos de un modelo inicial e intuitivo basado en la
experiencia cotidiana (la Luna se ve todas las noches) con aspectos aprendidos en el
contexto socio cultural (la Tierra es esférica y rota sobre sí misma).

Al analizar las explicaciones inapropiadas es posible notar que varias de ellas tienen su
origen en la idea errónea presente en niños, y también en muchos adultos, que sostiene
que la Luna se encuentra presente en el cielo todas las noches. Como consecuencia de
esto, los modelos explicativos suelen “adaptarse” sin ningún tipo de cuestionamiento a
este “conocimiento”, y la Luna es incluida prácticamente en todas las explicaciones,
incluso en aquellas que indican una comprensión adecuada del día y la noche a partir
del movimiento de rotación terrestre.

Vosniadou y Brewer (1994) sostienen que la creencia de la aparición de la Luna durante


la noche, y su desaparición a lo largo del día, es consecuencia de las experiencias
personales de los niños, tanto reales (el Sol está de día y no de noche) como aparentes
(la Luna se ve durante toda la noche). Estos autores concluyeron que estos modelos
surgen a partir del modo particular que cada sujeto tiene de entender y justificar la
aparición y desaparición de los cuerpos (si lo hacen solos, si los tapa algo, si
desaparecen porque se mueven, etc.). Por otro lado, diferentes investigaciones
muestran que algunas ideas de profesores en ejercicio, o de futuros docentes, son
similares a las que poseen alumnos de nivel primario (Camino, 1995; Schoon, 1995;
Vega Navarro, 2001).

En función de lo mencionado, es posible concluir que el fenómeno del día y la noche no


es comprendido adecuadamente por una proporción importante de docentes y por un
porcentaje muy significativo de alumnos de nivel primario, pese a que el mismo es
enseñado en las aulas y que es considerado como uno de los más sencillos de
desarrollar. A su vez, el fenómeno aparece en los libros de texto en distintos años de
escolaridad, por lo cual los alumnos suelen abordarlo más de una vez durante su
trayectoria educativa.

168
7.4. Sistemas de referencia astronómicos: dos explicaciones del día y la noche

Como ya ha quedado en evidencia, existe una importante “distancia conceptual” entre


las representaciones de estudiantes y docentes sobre el ciclo día/noche y el “modelo
científico” que explica dicho fenómeno a partir de “observar” imaginariamente la rotación
de la Tierra desde un punto ubicado afuera de nuestra planeta (utilizando el “sistema de
referencia heliocéntrico”). Sin embargo, en prácticamente ningún trabajo presente en la
revisión bibliográfica se menciona la posibilidad de explicar científicamente este mismo
fenómeno de un modo distinto: utilizando un sistema de referencia astronómico
posicionado en la superficie terrestre (el “sistema de referencia topocéntrico”), lo que
permite explicar el día y la noche a partir del movimiento diario del Sol en el cielo.

Utilizando el sistema de referencia topocéntrico, el ciclo día/noche puede explicarse


adecuadamente entendiendo al día como el lapso de tiempo en que el Sol se encuentra
por encima de nuestro horizonte local, y a la noche caracterizada por la ausencia visible
de dicho astro. Como el Sol se va desplazando en el cielo, en algún momento se
posiciona por debajo del horizonte, provocando la alternancia de los días y las noches.

La explicación del día y la noche en forma topocéntrica es científicamente correcta,


aunque puede ser cuestionada si se la asocia con el antiguo modelo geocéntrico de
universo. Aquí no se sugiere enseñar desde ese modelo histórico (Justi, 2000). Por el
contrario, se propone la idea de describir los fenómenos astronómicos desde la posición
de un observador terrestre, lo que se logra colocando el origen del sistema de referencia
en dicha posición (Lanciano, 1989; Camino, 1999; Galperin, 2011).

Los dos sistemas de referencia ya mencionados son igualmente adecuados para


explicar el fenómeno del día y la noche (Dunin-Borkowski y Mank, 1992; Shen y
Confrey, 2010; Plummer, Wasko y Slagle, 2011). Sin embargo, más allá del ciclo
día/noche y algunos otros fenómenos celestes visibles desde la superficie terrestre, el
sistema de referencia heliocéntrico es más utilizado por los científicos en función de su
capacidad para describir en forma precisa y sencilla los fenómenos astronómicos que
ocurren en la totalidad de nuestro Sistema Solar. En consecuencia, la utilización de uno
u otro dependerá de su simplicidad descriptiva, explicativa y predictiva en relación a su
contexto de uso. Por ese motivo, esta sección se centra en analizar el sistema de
referencia (heliocéntrico o topocéntrico) que utilizan implícitamente estudiantes y
docentes al intentar explicar el ciclo día/noche.

7.5. Metodología

Se realizó una indagación con 279 estudiantes de diferentes niveles educativos


pertenecientes a distintas instituciones de la zona de El Bolsón, Argentina: cinco
escuelas primarias urbanas, una escuela secundaria ubicada en una zona rural y una
institución universitaria. Esta indagación se llevó adelante también con 40 docentes (32
de nivel primario y 8 de nivel medio), quienes se encontraban comenzando un curso de
capacitación en relación a la enseñanza de la astronomía (Tabla 7-1).

169
Tabla 7-1: Detalle de alumnos y docentes incluidos en la indagación.

Nivel Grado o Año Cantidad

Primario 4to. a 7mo. 183

Secundario 1ro. a 5to. 76

Universitario 1ro. y 2do. 20

Docentes Todos 40

Total Todos 319

Se entregó una hoja en blanco con el título “Poniendo en juego nuestras ideas sobre los
fenómenos celestes”. A continuación se planteó la siguiente pregunta: “¿Cómo
explicarías el fenómeno del día y la noche a través de un dibujo? Podés ayudarte
escribiendo un texto”. Posteriormente, se realizaron entrevistas semiestructuradas a 10
alumnos de 6º y 7º grado de nivel primario, 10 alumnos de 1º a 5º año del nivel medio y
4 docentes (2 de nivel primario y 2 de nivel medio). Estas entrevistas permitieron
construir categorías de análisis de los dibujos realizados por los participantes y, a su
vez, pusieron en evidencia la relación entre estas representaciones externas y los
modelos mentales que utilizan los estudiantes y docentes al intentar explicar el
fenómeno del día y la noche. Para ello, la totalidad de las entrevistas fueron transcriptas,
lo que permitió extraer de las mismas frases representativas de los distintos modelos
explicativos acerca de dicho fenómeno.

En primer lugar, las respuestas obtenidas a partir de la pregunta sobre el ciclo día/noche
fueron clasificadas teniendo en cuenta el sistema de referencia desde el cual el sujeto
describe y/o explica el fenómeno: topocéntrico (desde un punto en la superficie terrestre)
o heliocéntrico (desde un punto ubicado afuera de la Tierra). En segundo lugar, el
análisis realizado tuvo en cuenta si la respuesta brindada era apropiada o no desde el
punto de vista científico. En consecuencia, las categorías de análisis utilizadas en este
trabajo fueron:

a) Representación heliocéntrica científicamente apropiada (RHCA): el ciclo


día/noche se explica a partir de la rotación de la Tierra sobre su eje. La Luna no
tiene relación con este fenómeno.
b) Representación topocéntrica científicamente apropiada (RTCA): el ciclo
día/noche se explica a partir del movimiento diario del Sol en el cielo. La Luna no
tiene relación con este fenómeno.
c) Representación heliocéntrica científicamente inapropiada (RHCI): el ciclo
día/noche se explica observando a la Tierra desde el espacio exterior. La Luna
aparece involucrada en la explicación o se asocia el fenómeno con la traslación
de la Tierra. Generalmente, se asocia a la noche con la presencia de la Luna.
d) Representación topocéntrica científicamente inapropiada (RTCI): el ciclo
día/noche se explica observando el cielo desde un punto de la superficie
terrestre. La Luna aparece involucrada en la explicación. Generalmente, se
asocia la noche con la presencia de la Luna.

170
7.6. Resultados

A continuación se presentan resultados cuantitativos sobre el número de alumnos y


docentes que utilizan cada modelo para explicar el día y la noche. A su vez, se exponen
algunos dibujos realizados como parte de la indagación, los cuales ayudan a identificar
la representación mental que utiliza cada individuo cuando debe explicar el ciclo
día/noche. Por último, se citan frases extraídas de entrevistas llevadas a cabo con
alumnos y docentes, las cuales permiten dar validez a la categorización de modelos
llevada a cabo.

Representaciones utilizadas para explicar el ciclo día/noche

En función de la aparición de alguna de las explicaciones sobre el fenómeno del día y la


noche anteriores, se calculó la proporción de alumnos (separados por niveles
educativos) y de docentes que utilizan cada representación para explicar el ciclo
día/noche (Tabla 7-2).

Tabla 7-2: Proporción de alumnos y docentes que explican el fenómeno del día y la
noche en función del sistema de referencia que utilizan y de si las representaciones son
científicamente apropiadas o no.

Representaciones para explicar el Nivel Nivel Nivel


Docentes
día y la noche primario medio universitario

Cantidad de participantes 183 76 20 40

Heliocéntrica científicamente
2,7 % 9,2 % 40,0 % 72,5%
apropiada (RHCA)

Heliocéntrica científicamente
7,7 % 18,4 % 30,0 % 15,0 %
inapropiada (RHCI)

Topocéntrica científicamente
6,0 % 1,3 % 10,0 % 0%
apropiada (RTCA)

Topocéntrica científicamente
69,4 % 48,7 % 0% 5,0 %
inapropiada (RTCI)

Otras representaciones 8.2 % 18.4 % 20.0 % 7.5 %

No responde 6.0 % 4.0 % 0% 0%

Total 100 % 100 % 100 % 100 %

Como se muestra en la Tabla 7-2, pocos alumnos de los niveles medio y primario logran
explicar adecuadamente el fenómeno del día y la noche desde alguno de los dos
sistemas de referencia. En contraposición, casi la 3/4 parte de los docentes explica
apropiadamente el fenómeno, aunque todos ellos lo hacen utilizando el sistema de
referencia heliocéntrico. A medida que se avanza en el nivel educativo, se observa un
aumento importante del porcentaje de personas que brinda una explicación heliocéntrica
adecuada (del 2,7% de los alumnos de nivel primario al 72,5% de los docentes en
actividad). Contrariamente, la proporción de personas que utiliza adecuadamente la
explicación topocéntrica en los distintos niveles casi no asciende, e incluso se vuelve
nula en los docentes.
171
Analizando la Tabla 7-2, es posible notar que las explicaciones heliocéntricas, tanto las
apropiadas como las que no lo son desde el punto de vista científico, son minoría en el
nivel primario, representando únicamente el 10,4% de las respuestas. En el nivel medio
este porcentaje aumenta hasta llegar a tener un 27,6% de respuestas que utilizan una
representación heliocéntrica. En cambio, las respuestas "heliocéntricas" se detectan en
una proporción significativa de alumnos universitarios (70%) y en los docentes (87,5%).
Esto muestra una gran distancia conceptual entre las representaciones de los
estudiantes, la mayoría de los cuales basa sus explicaciones en el sistema de referencia
topocéntrico, y las de los docentes, que en su gran mayoría son heliocéntricas.

Por otro lado, una gran proporción de alumnos de nivel medio y primario presenta
representaciones topocéntricas, siendo la gran mayoría de ellas inapropiadas desde el
punto de vista científico. En contraposición, los alumnos universitarios y docentes
prácticamente no presentan representaciones basadas en este sistema de referencia.

En todos los niveles se encuentran representaciones confusas o que no explican el ciclo


día/noche, por lo que no pueden ser clasificadas en las categorías de análisis
planteadas. A su vez, pese a la cotidianeidad del fenómeno del día y la noche, algunos
alumnos de primaria y secundaria no lograron esbozar una respuesta acerca de la
causa de dicho fenómeno.

A continuación se brindan ejemplos de dibujos y explicaciones correspondientes a cada


una de las categorías de análisis. En algunos casos se han identificado subcategorías,
las cuales se corresponden con las identificadas previamente por otros autores ya
mencionados en la revisión bibliográfica llevada a cabo en la Sección 4.2.3.

Representaciones heliocéntricas científicamente apropiadas (RHCA)

A continuación se presentan explicaciones y dibujos correspondientes a alumnos y


docentes que explican adecuadamente el día y la noche a partir de la rotación de la
Tierra alrededor de su eje. Como se aprecia en la Figura 7-1, los esquemas explicativos
correspondientes a distintos niveles educativos son similares pese a que se encuentran
muy pocas explicaciones heliocéntricas apropiadas en los niveles medio y primario.

Figura 7-1: Representaciones heliocéntricas científicamente apropiadas (RHCA) sobre


el fenómeno del día y la noche dadas por un alumno de 6º grado de nivel primario, por
un estudiante universitario y por docentes en actividad. No se evalúa si está
correctamente representado el giro de la Tierra ni la inclinación de su eje.

Marcelo – 11 años José – 35 años

172
Elena – Docente Carmen – Docente

Algunas frases extraídas de las entrevistas llevadas a cabo que muestran una cierta
comprensión científicamente apropiada del fenómeno por parte de alumnos de todos los
niveles educativos y de docentes son las siguientes:

“La Tierra va dando vueltas y el Sol está quieto. Entonces, cuando de un lado de
la Tierra es de día, del otro lado es noche”. (Pamela, 10 años)

“Como la Tierra rota sobre sí, cuando el sol le está apuntando al continente, en
esa parte es el día. Y cuando no, es de noche.” (Mariana, 12 años)

“La Tierra gira sobre su eje y siempre tiene una cara iluminada y otra no,
marcando el día y la noche”. (Eduardo, 15 años)

“La Tierra gira sobre sí misma y cada 24 hs da una vuelta. En la cara que está
del lado del Sol es de día y en la otra es de noche”. (Paula, 15 años)

“La radiación solar ilumina una mitad de la Tierra mientras que la otra, que no
recibe radiación, está en oscuridad. Por eso en una parte es de día y en la otra
de noche”. (Lucía, 26 años)

“Es de día y de noche por el giro de 360º de la Tierra sobre su propio eje”.
(Martín, 28 años)

“El fenómeno del día y la noche se debe al movimiento de rotación que describe
la Tierra alrededor de su eje. Ese movimiento se realiza durante un período de
24 hs.” (Claudia, docente de nivel medio)

Representaciones topocéntricas científicamente apropiadas (RTCA)

En la Figura 7-2 se exponen dibujos realizados por dos estudiantes que explican
adecuadamente el día y la noche desde el sistema de referencia topocéntrico. En esta
explicación, la presencia del Sol caracteriza al día, y su ausencia a la noche (lo que
implica la posibilidad de observar a las estrellas nocturnas). A su vez, el paso del día a la
noche o viceversa puede explicarse como consecuencia del movimiento diario del Sol.

173
Figura 7-2: Representaciones topocéntricas científicamente apropiadas (RTCA) sobre el
fenómeno del día y la noche dadas por dos alumnas, una de primaria y otra de
universidad.

Diana – 11 años Morena – 20 años

Pese a la simplicidad de esta explicación, sólo fue utilizada adecuadamente en 14 de las


319 indagaciones realizadas (4,4%), y en ninguna correspondiente a docentes. Por ese
motivo es muy escasa la presencia de frases y dibujos que identifican explicaciones
topocéntricas científicamente apropiadas como la siguiente, la cual indica comprensión
del modo en que se desplaza el Sol en el cielo durante el día, más allá de que dicho
desplazamiento no se observa hacia el Sur en nuestra latitud (Figura 7-3):

“Desde la Tierra parece que el sol se va corriendo y va dando vueltas. Ponele


que acá está el [Cerro] Currumahuida y acá está el [Cerro] Motoco, cuando el Sol
se va escondiendo atrás del Motoco se hace de noche y cuando está saliendo
por encima del Currumahuida sería la mañana.” (Martín, 11 años)

Figura 7-3: Dibujo del movimiento diario del Sol realizado por un alumno de nivel
primario para explicar el día y la noche en forma topocéntrica.

Martín - 11 años

La explicación topocéntrica anterior cobra trascendencia en función de su relación con la


observación cotidiana del cielo llevada a cabo por este alumno que toma dos cerros
cercanos a su casa como referencias claras de los horizontes oriental y occidental. A su
vez, el dibujo que acompaña a su explicación es totalmente sugerente de la
representación mental que ha logrado construir en relación al movimiento diario del Sol y
a su absoluta relación con el fenómeno del día y la noche.

174
Representaciones heliocéntricas científicamente inapropiadas (RHCI)

En la Tabla 7-2 se puede observar la proporción de sujetos que utiliza el sistema de


referencia heliocéntrico para construir su explicación, pero que no responde
adecuadamente acerca del día y la noche. Este porcentaje es relativamente bajo en los
niveles primario y secundario y en los docentes (7,7 %, 18,4% y 15 %, respectivamente),
alcanzando un porcentaje relativamente alto (30 %) entre los alumnos universitarios.

En función de los modelos mencionados previamente en la revisión bibliográfica, las


representaciones heliocéntricas inapropiadas desde el punto de vista científico
detectadas pueden clasificarse en las siguientes subcategorías (Figura 7-4):

a) Modelo de rotación: la Tierra gira sobre su eje mientras el Sol y la Luna se


encuentran en posiciones opuestas.
b) Modelo de revolución: la Luna y el Sol se encuentran en posiciones opuestas y
giran alrededor de la Tierra.
c) Modelo de revolución terrestre: la traslación de la Tierra alrededor del Sol
provoca el ciclo día/noche.

Dado que los dos últimos modelos "b" y "c" involucran a astros desplazándose en el
espacio, se han unificado en una misma categoría llamada “Modelos de
desplazamiento”. En la Tabla 7-3 se detalla la proporción de personas que responde
según cada uno de estos modelos.

Figura 7-4: Esquemas explicativos de los modelos heliocéntricos científicamente


inapropiados detectados en distintas investigaciones para explicar el ciclo día/noche.

a) Modelo de rotación b) Modelo de revolución c) Modelo de revolución


terrestre

En función del análisis de la Tabla 7-2 es posible notar que no hay diferencias
significativas en el uso de uno u otro modelo científicamente inapropiado tanto en el
nivel primario como en el nivel medio. En cambio, en el nivel universitario se ha
detectado una mayor proporción de representaciones que se ajustan al "modelo de
rotación". En contraposición, en los docentes en actividad aparece un porcentaje mayor
de representaciones que pueden ser catalogadas dentro de los "modelos de
desplazamiento".

175
Tabla 7-3: Porcentaje de personas por nivel que presenta modelos heliocéntricos
científicamente inapropiados respecto al ciclo día/noche. Se diferencian los modelos de
rotación de los de desplazamiento.

Modelos heliocéntricos Nivel Nivel Nivel


Docentes
científicamente inapropiados primario medio universitario

Cantidad de participantes 183 76 20 40

Modelo de rotación 4,4 % 9,2 % 20,0 % 5%

Modelos de desplazamiento 3,3 % 9,2 % 10,0 % 10,0%

A continuación se presentan dibujos (Figura 7-5) y frases correspondientes a


estudiantes de todos los niveles y a docentes, los cuales son representativos de los
modelos heliocéntricos científicamente inapropiados identificados para explicar el día y
la noche: "de rotación" o "de desplazamiento". Como se ha visto, estos modelos
inadecuados prevalecen aún en estudiantes de nivel universitario y en docentes:

“El Sol va girando alrededor de la Tierra… y alumbra partes.” (Lautaro, 12 años)

“El lado iluminado por el Sol en la Tierra está de día, el oscuro de noche. A
medida que la Tierra gira en su órbita distintas partes del mundo amanecen o
anochecen.” (Adrián, 17 años)

“La Tierra gira alrededor del Sol. En este movimiento parte de ella está en
penumbras, se produce así la noche. Cuando “se mueve”, la parte que estaba en
la noche está alumbrada por el Sol, entonces es de día.” (Fátima, docente)

Figura 7-5: Representaciones heliocéntricas científicamente inapropiadas (RHCI)


acerca del fenómeno del día y la noche presentes en todos los niveles educativos:
"modelo de rotación" (a la izquierda) y "modelos de desplazamiento" (a la derecha).

Modelo de rotación Modelos de desplazamiento

Agustín – 15 años Marcela - 10 años

176
Natalia – 29 años Elena - 11 años

Sara – Docente Ernesto - 15 años

Como ya se ha mencionado anteriormente, las explicaciones heliocéntricas son mayoría


en estudiantes universitarios y en docentes en actividad, en donde las explicaciones
científicamente apropiadas superan a las inapropiadas. Lo contrario sucede en alumnos
de nivel medio y primario, quienes en su gran mayoría no utilizan representaciones
heliocéntricas. Sin embargo, cuando las utilizan, lo hacen en mayor proporción en forma
inapropiada desde el punto de vista científico.

Como se ve, existe una mejora sustancial en la utilización de la explicación heliocéntrica


del fenómeno del día y la noche en el nivel universitario y, sobre todo, en los docentes
en actividad. En el caso de los maestros, es posible asociar esto con la necesidad de
enseñar explícitamente este contenido a los alumnos. Sin embargo, muy pocos alumnos
de nivel primario logran explicar adecuadamente este fenómeno cotidiano, lo que
evidencia una gran distancia entre las representaciones de alumnos y de docentes.

Representaciones topocéntricas científicamente inapropiadas (RTCI)

El porcentaje de personas que explican el fenómeno del día y la noche en forma


inadecuada, y que para hacerlo utilizan el sistema de referencia topocéntrico, se
encuentra detallado en la Tabla 7-2 presentada anteriormente. Se ha denominado
“modelo de alternancia” a las explicaciones que plantean la presencia del Sol en el día y
de la Luna de noche a partir de distintos mecanismos que generan la aparición y
desaparición de alguno o de los dos astros. Todas las representaciones topocéntricas
científicamente inapropiadas detectadas en este trabajo se basan en dicho modelo. Para
simplificar el análisis, sólo se prestó atención a la presencia permanente de la Luna en el
cielo nocturno, sin importar si estaba dibujada tal como realmente se la observa, con su
lado derecho o izquierdo iluminado según corresponda.

177
Como se observa en la Tabla 7-2, el modelo de alternancia predomina ampliamente en
las representaciones de los alumnos de nivel primario (69,4 %) y de nivel medio (48,7
%), donde el sistema de referencia topocéntrico es el más utilizado. En cambio, este
modelo casi no aparece en las representaciones de docentes en actividad (5 %) y no se
detectó en estudiantes de nivel universitario, donde predomina el sistema de referencia
heliocéntrico. Es importante destacar que la no utilización del modelo de alternancia por
parte de los alumnos universitarios no implica necesariamente que los mismos
comprendan el fenómeno del día y la noche ya que, como se ha resaltado, un
porcentaje importante de ellos explican el fenómeno desde un sistema de referencia
heliocéntrico, pero recurriendo a modelos inapropiados desde el punto de vista científico.

A continuación se muestran frases y dibujos (Figura 7-6) que pueden ser asociados a la
utilización del modelo de alternancia, en el cual se explica el ciclo día/noche en forma
topocéntrica y relacionando inadecuadamente a la Luna con la noche:

“El Sol se va corriendo cada vez más, hasta que llega la noche y ahí va saliendo
la Luna.” (Rosa, 11 años)

“Decían que cuando se hacía de noche el Sol se iba alejando y se iba acercando
la Luna, y cuando era de día se iba alejando la Luna y así.” (Sol, 12 años)

“El Sol se va escondiendo y va apareciendo la Luna, y le da a la Luna y hace que


brille.” (Alfredo, 13 años)

“Se oscurece porque el Sol se va, aparece la Luna que está del otro lado.”
(Marcos, 14 años)

“El Sol sale de este lado, en el día le da todo el Sol, después se esconde y viene
la Luna que le da la luz así entre lugares nomás…” (Vanesa, 15 años)

“El día es el momento donde el Sol alumbra la Tierra. Durante la noche, el Sol
alumbra la otra parte del planeta; donde no hay Sol suele verse la Luna...” (Lidia,
docente)

Figura 7-6: Representaciones topocéntricas científicamente inapropiadas (RTCI) del


fenómeno del día y la noche: modelo de alternancia. La primera fila corresponde a
dibujos de alumnos de nivel primario, la segunda a estudiantes de nivel medio y la
tercera a docentes en actividad. No se analiza el lado iluminado de la Luna ya que sólo
interesa notar su presencia o no durante las noches.

Karina - 11 años Maira - 11 años

178
Dorys – 16 años Solange – 13 años

Marcela - Docente Lidia – Docente

7.7. Discusión

La mayoría de las representaciones correspondientes a estudiantes de nivel primario y


secundario muestran la utilización del sistema de referencia topocéntrico para describir
la sucesión de días y noches. De este modo, los alumnos intentan explicar el fenómeno
desde su posición de observadores terrestres indicando los cambios que ellos perciben
(o creen percibir) al contemplar el cielo. Por su parte, los estudiantes universitarios y los
docentes prefieren utilizar el sistema de referencia heliocéntrico, en el que explican el
día y la noche describiendo el movimiento de los astros desde afuera de nuestro
planeta.

Esta diferencia sustancial en la utilización del sistema de referencia heliocéntrico a partir


de cierto nivel educativo (y muy especialmente en los docentes) podría tener su origen
en la existencia de un proceso formal de enseñanza en el nivel superior. Sin embargo,
un 47,5% de los docentes manifiesta haber aprendido acerca de la temática únicamente
en el nivel primario. A su vez, sólo un 12,5% sostiene haber sido partícipe de un proceso
de instrucción sistemático acerca de los fenómenos astronómicos en el nivel superior,
aún cuando estos temas figuran en la mayoría de los materiales curriculares
correspondientes a la escuela primaria. Por lo tanto, resulta llamativo el salto en el nivel
de comprensión sobre el ciclo día/noche que se aprecia en los docentes, el cual a su
vez viene acompañado de un cambio en el sistema de referencia que utilizan
mayoritariamente para explicarlo (el heliocéntrico), a diferencia de los alumnos de nivel
primario, que son mayoritariamente “topocéntricos”.

Por lo tanto, las dificultades presentes en los alumnos de nivel primario para la
comprensión del día y la noche podrían tener relación con el uso del sistema de
referencia heliocéntrico en dicho nivel educativo, período en que los estudiantes
manifiestan una profunda descripción topocéntrica de los fenómenos astronómicos.
Estas dificultades parecerían no ser subsanadas por los diversos dispositivos de
enseñanza que suelen ponerse en práctica en las aulas, los cuales proponen como
179
meta, en una gran proporción, que los alumnos comprendan la explicación científica
heliocéntrica (García Barros et al., 1995, 1996; Stahly et al., 1999; Yang, Soprano y
McAllister, 2012; Çelikten et al., 2012). En este sentido, es importante aclarar que utilizar
explicaciones heliocéntricas con los alumnos no implica necesariamente que los mismos
hayan logrado construir la explicación científica heliocéntrica sobre el día y la noche. Por
el contrario, muchos alumnos y docentes proponen modelos heliocéntricos inadecuados,
como el “de rotación” o el “de revolución”, en el que “observan” los movimientos del
sistema Sol – Tierra – Luna desde una posición imaginaria externa a la Tierra, pero
ubican a ésta en el centro de dicho sistema.

Del mismo modo, emplear explicaciones topocéntricas no necesariamente implica que el


alumno o docente posea un modelo mental geocéntrico, donde la Tierra está quieta en
el universo y todo se mueve a su alrededor. Por el contrario, este sistema de referencia
funciona muy bien para describir y explicar lo que se ve cotidianamente en el cielo
(Lanciano, 1989; Gellon et al., 1995), lo que no quiere decir que se esté negando el
movimiento de la Tierra desde un punto de vista heliocéntrico.

7.8. Conclusiones sobre las concepciones detectadas sobre el día y la noche

El ciclo día-noche puede explicarse adecuadamente desde dos sistemas de referencia


distintos: el topocéntrico (con el Sol moviéndose en el cielo y ubicándose por arriba o por
debajo del horizonte local), o el heliocéntrico (con el planeta rotando sobre su eje y
alternando los sectores que reciben en forma directa la luz solar). Pese a estas dos
posibles explicaciones, los resultados de esta indagación muestran que la gran mayoría
de los estudiantes de nivel primario y de nivel medio de la zona no posee una
comprensión adecuada acerca del fenómeno. Algo similar se observa en una proporción
importante de los alumnos universitarios. Es posible que esto guarde relación con la idea
errónea que poseen muchos alumnos de primaria y secundaria respecto a que la Luna
está presente en el cielo todas las noches.

A su vez, una gran proporción de estudiantes de nivel medio y primario proponen


explicaciones del ciclo día/noche basadas en su posición topocéntrica, lo que trasluce
cierta comodidad intelectual para describir el fenómeno desde donde ellos se
encuentran posicionados. En contraposición, en los textos escolares y en los materiales
curriculares, las propuestas didácticas acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos
suelen presentarse desde edades tempranas mediante explicaciones o dibujos basados
en el sistema de referencia heliocéntrico, lo que implica cierta complejidad implícita
(Martínez Peña y Gil Quílez, 2001; Chiras y Valanides, 2008).

A pesar de esta enseñanza del ciclo día/noche basada en el movimiento de rotación de


la Tierra, queda claro que las percepciones cotidianas, amparadas o no en
observaciones directas, muchas veces son más fuertes que las enseñanzas escolares.
Esto provoca la aparición de modelos sintéticos, los cuales intentan asimilar las
explicaciones científicas enseñadas a las estructuras conceptuales preexistentes en los
estudiantes (Vosniadou y Brewer, 1992). Por ello es importante enseñar reiteradamente
el día y la noche en los distintos niveles educativos, el cual suele ser considerado por
los docentes como un contenido extremadamente sencillo y obvio y que, por lo tanto, no
necesita un abordaje en profundidad.

Como ya se ha visto, el sistema de referencia heliocéntrico se encuentra


sobrevalorizado en los libros de texto y en la mayoría de los materiales que se presentan
a los niños, apreciándose una sobrecarga conceptual en detrimento de aspectos
180
relacionados con la observación directa del cielo. Incluso algunos de estos materiales
educativos presentan errores cuyos orígenes pueden remontarse a la dificultad de poder
integrar ambos sistemas de referencia, el heliocéntrico y el topocéntrico, en los cuales
los movimientos y las apariencias de los astros presentan aspectos diferentes, lo que
implica la necesidad de poseer desarrolladas determinadas habilidades espaciales y
competencias imaginativas por parte de los estudiantes.

7.9. Conclusiones relacionadas con el tema de investigación

Los resultados obtenidos indican la tendencia a utilizar mayoritariamente el sistema de


referencia topocéntrico por parte de alumnos de primaria y secundaria. En alumnos
universitarios y docentes la tendencia se invierte: utilizan mayoritariamente el sistema de
referencia heliocéntrico. Esto parece indicar la necesidad de reorientar la enseñanza de
la Astronomía para lograr una comprensión apropiada de los fenómenos celestes más
cotidianos a partir de la utilización didáctica del sistema de referencia topocéntrico, sobre
todo en alumnos de los primeros niveles educativos, tal como se ha planteado como
objetivo principal en este trabajo de investigación.

En consecuencia, éste debería el sistema de referencia ineludible para la enseñanza y


comprensión de los fenómenos astronómicos cotidianos, principalmente en el nivel
primario. Un enfoque adecuado comenzaría por la descripción y explicación de los
sucesos astronómicos utilizando el sistema de referencia topocéntrico para ir,
paulatinamente, pasando al sistema de referencia heliocéntrico, el cual posee una
mayor complejidad conceptual. Con esto se lograría hacer frente a las dificultades
detectadas a partir de colocar al estudiante como centro de sus propias observaciones y
de sus aprendizajes acerca de los fenómenos celestes.

Por lo tanto, se torna de relevancia lo planteado en este trabajo de investigación: el


desarrollo de una propuesta de enseñanza fundamentada que ponga el acento en
describir y explicar los fenómenos astronómicos cotidianos desde el sistema de
referencia topocéntrico, así como en la utilización de sencillas imágenes,
representaciones y modelos descriptos desde la posición de observación de los propios
estudiantes.

181
182
PAR TE 3 :

P R O P U ES TA
D ID Á C T IC A
CAPÍTULO 8: LA ESTRUCTURA
CONCEPTUAL PROPUESTA PARA ENSEÑAR ACERCA DE
LOS FENÓMENOS ASTRONÓMICOS COTIDIANOS EN LOS
ÚLTIMOS AÑOS DE LA ESCUELA PRIMARIA

8.1. Introducción

En esta sección se inicia el estudio más importante de este trabajo de investigación, que
corresponde al desarrollo, implementación y análisis de una propuesta didáctica para la
enseñanza de los fenómenos astronómicos cotidianos (día y noche, estaciones del año
y fases de la Luna) dirigida a alumnos de los últimos años (6to. o 7mo. grado) de la
escuela primaria. Para ello, en este capítulo se reconstruye la Estructura Conceptual
Propuesta para Enseñar (ECPE) acerca de dichos fenómenos a partir de la Estructura
Conceptual de Referencia (ECR) basada en el modelo cinemático celeste topocéntrico
desarrollado en el Capítulo 3. A su vez, en esta etapa de diseño son tenidos en cuenta
los estudios previos detallados en los Capítulos 4 a 7 y los fundamentos presentes en el
Capítulo 2.

En consecuencia, en esta etapa de la investigación se diseña la secuencia de


actividades a llevar a cabo con los alumnos y se realizan anticipaciones respecto a
cuáles serán las acciones de los estudiantes y del docente que tendrán lugar durante el
proceso de implementación.

8.2. Propósitos

Entre los propósitos de carácter general de la propuesta a diseñar pueden mencionarse


los siguientes:
 Tomar conciencia de la importancia de los sistemas de referencia a la hora de
analizar cualquier sistema físico.
 Comprender los fenómenos astronómicos cotidianos a partir de la utilización de
un sistema de referencia distinto al que habitualmente se utiliza en las escuelas y
en los materiales curriculares.
 Valorar la importancia del sistema de referencia topocéntrico para la
interpretación y comprensión de los fenómenos astronómicos cotidianos.

Los propósitos de carácter específico de la propuesta son:


 Analizar la relación entre los movimientos de los astros en el cielo y los sucesos
cotidianos ligados a ellos.
 Elaborar un "modelo cinemático celeste" que permita explicar los fenómenos del
día y la noche, estaciones y fases a partir de una descripción adecuada del
movimiento que realizan el Sol, la Luna y las estrellas nocturnas en el cielo.

185
 Elaborar descripciones y explicaciones astronómicas relacionadas con
observaciones directas de los astros en el cielo.
 Valorizar la observación del cielo como competencia científica de relevancia y
como práctica social que merece ser rescatada.

8.3. Contenidos

A continuación se detallan los contenidos que se desarrollarán durante la


implementación de la propuesta, los cuales se encuentran secuenciados en el orden en
que serán presentados a los estudiantes:

 Relatividad de los sistemas de referencia. Utilización del sistema de referencia


topocéntrico para la descripción del movimiento de los astros.
 Cambios en la posición del Sol en el cielo. Movimiento diario: salida, puesta y
altura en el mediodía solar. Cambios en la sombra de una estaca vertical.
Mediodía solar. El fenómeno del día y la noche. Movimiento anual: variación de
los horarios y lugares de salida y puesta del Sol a lo largo del año. Cambios en el
recorrido del Sol en el cielo y en la altura del Sol en el mediodía solar. Las
estaciones del año. Solsticios y equinoccios.
 Cambios en la posición de la Luna en el cielo. Movimiento diario: salida, puesta y
culminación superior. Similitudes con el desplazamiento del Sol: rotación de la
esfera celeste. Movimiento propio de la Luna: cambio de posición en el cielo de
un día al otro en el mismo horario. Cambio de posición en relación al Sol. Las
fases de la Luna: horario de observación y lado iluminado.

Dado que la propuesta se basa en la utilización didáctica del sistema de referencia


topocéntrico, la secuencia comienza con los contenidos vinculados a la relatividad de los
sistemas de referencia con el fin lograr que los alumnos tomen como natural y
conveniente la descripción de los movimientos de los astros desde la posición de un
observador posicionado en la superficie terrestre, sin necesidad de referirse a los
movimientos que realiza la Tierra en el espacio. A continuación se desarrollan los
contenidos relacionados con la observación del movimiento diario y anual del Sol en el
cielo con el fin de explicar en forma topocéntrica los fenómenos del día y la noche y las
estaciones del año. Por último, se desarrolla el movimiento diario de la Luna,
relacionándolo con el movimiento diario del Sol y de todo el cielo, finalizando con el
desplazamiento propio de la Luna de día al otro, lo que permite explicar sus fases.

8.4. Conceptos y principios clave

En esta etapa de reconstrucción de la ECPE se decidió que los conceptos (subrayados)


y principios clave a ser enseñados serían:
1. El movimiento es relativo al sistema de referencia elegido.
2. El movimiento de los astros en el cielo puede describirse adecuadamente a partir
de la utilización del sistema de referencia topocéntrico.
3. El movimiento diario del Sol permite explicar el ciclo día/noche.

186
4. El movimiento anual del Sol provoca las estaciones del año.
5. El movimiento propio de la Luna determina la observación de las fases lunares.

La Figura 8-1 presenta los conceptos clave más generales a ser enseñados a lo largo
de la secuencia, y la relación entre ellos.

Figura 8-1: Red conceptual que relaciona los conceptos clave generales de la ECPE.

A continuación se detallan los conceptos clave (subrayados) y las explicaciones que se


encuentran involucradas en la ECPE, las cuales hacen posible la construcción de un
modelo descriptivo, explicativo y predictivo acerca de los fenómenos astronómicos
cotidianos por parte de los alumnos. Estas explicaciones se corresponden con una
comprensión adecuada de los conceptos, de sus relaciones, de los fenómenos
implicados y de sus características:
1. Todo movimiento es relativo al sistema de referencia que se utilice.
2. El sistema de referencia topocéntrico permite describir adecuadamente el
movimiento de los astros en el cielo visto desde la superficie terrestre.
3. El movimiento diario de los astros en el cielo puede pensarse como una
consecuencia de la rotación de la esfera celeste de Este a Oeste.
4. El movimiento diario del Sol determina el mediodía solar y permite trazar la línea
norte-sur. El mediodía solar no coincide con el mediodía civil.
5. El movimiento diario del Sol hace que éste se ubique por encima o por debajo
del horizonte local, lo que trae como consecuencia el ciclo día/noche.
6. El movimiento anual del Sol hace que se modifiquen los lugares y horarios de
salida y puesta del Sol y su altura, determinando los solsticios y equinoccios. La
variación anual de la cantidad de horas de luz y de la inclinación de los rayos
solares provoca las estaciones del año.
7. El movimiento propio de la Luna de Oeste a Este implica su cambio de posición
respecto al Sol, provocando la observación de las distintas fases lunares.

La Figura 8-2 presenta todos los conceptos clave involucrados en las explicaciones a
ser construidas por los estudiantes a lo largo del desarrollo de la secuencia didáctica.
187
Figura 8-2: Red conceptual ampliada con todos los conceptos clave de la ECPE y sus relaciones. En gris, los conceptos clave generales ya
indicados en la Figura 8-1.

188
8.5. La secuencia

A continuación se presentan las distintas actividades propuestas, las cuales aparecen


numeradas y recuadradas con el fin de diferenciarlas del análisis didáctico que justifica
su inclusión dentro de la Estructura Conceptual Propuesta para Enseñar acerca de los
fenómenos astronómicos cotidianos a estudiantes de los últimos años del nivel primario.
Dicho análisis incluye la explicitación de los motivos que justifican la inclusión de la
actividad, los propósitos didácticos de la misma, las posibles respuestas de los alumnos,
las dificultades con las que podrían encontrarse los estudiantes al intentar resolverla, el
modo de intervención del docente/investigador, etc.

8.5.1. Actividad 1: "Pensando acerca de día/noche, estaciones y fases lunares"

Se le reparte una copia de esta actividad de indagación a cada integrante del grupo de
clase con el fin de que la resuelva en forma individual. Cada una de las consignas (1, 2 y
3) se presenta en una página diferente con el título de la actividad, de modo tal que
quede un amplio espacio en blanco para que el alumno pueda exponer sus ideas acerca
de las causas de cada uno de estos fenómenos. Las consignas son las siguientes:

Poniendo en juego nuestras ideas sobre los fenómenos astronómicos


1. Día y noche. ¿Cómo podrías explicar el fenómeno del día y la noche a través de un
dibujo? Agregar un texto que explique lo que has querido expresar en el dibujo.
2. Estaciones del año. ¿Cómo podrías explicar las estaciones del año a través de un
dibujo? Agregar un texto que explique lo que has querido expresar en el dibujo.
3. Fases de la Luna. Es sabido que la Luna no se ve de la misma forma todos los días.
¿Cómo podrías explicar esto a través de un dibujo? Agregar un texto que explique lo
que has querido expresar en el dibujo.

Esta indagación de carácter abierto tiene como propósito didáctico que cada estudiante
puedan hacer explícitas sus propias concepciones acerca de estos fenómenos y que el
docente/investigador pueda conocerlas de modo tal de poder medir el punto de partida
del proceso de conceptualización a desarrollar a lo largo de la secuencia. A su vez, esta
misma indagación será utilizada como una actividad de evaluación al finalizar el proceso
de implementación con el fin de que los estudiantes puedan analizar si realizarían
modificaciones en las respuestas que ellos mismos dieron al inicio de la secuencia.

Desde un punto de vista cognitivo, se busca que los propios estudiantes tomen
conciencia de las dificultades que poseen para lograr explicar estos fenómenos tan
cotidianos, que incluso han observado en numerosas oportunidades, incentivando en
ellos el deseo por comprenderlos. De este modo se intenta que los alumnos acepten la
invitación a ingresar en el campo de la astronomía observacional, que comiencen a
reconocer la necesidad de prestar atención a los fenómenos que ocurren en el cielo y
que se motiven por participar activamente en las distintas clases a desarrollar.

A partir del proceso de revisión bibliográfica llevado a cabo en el Capítulo 4, y de


algunos de los resultados obtenidos en el Capítulo 7, es posible anticipar algunas de las
posibles respuestas de los estudiantes. A continuación se enuncian algunas de ellas,

189
considerando sólo aquellas que es posible que aparezcan en una proporción importante
de alumnos.

En relación a las causas del día y la noche:


 Modelo de alternancia: se hace de noche porque el Sol se va (o algo lo tapa) y
aparece la Luna.
 Modelo de rotación: la Tierra rota sobre su eje con el Sol y la Luna fijos y
opuestos en el espacio.
 Modelo de traslación: la Luna y el Sol, opuestos en el espacio, se trasladan
alrededor de la Tierra.
 Modelo de revolución terrestre: la Tierra se traslada alrededor del Sol.
 Modelo científico heliocéntrico: la Tierra rota alrededor de su eje haciendo que el
Sol incida alternadamente sobre distintas partes de su superficie.

En relación a las causas de las estaciones del año:


 Modelo de distancia variable por excentricidad de la órbita: a medida que la
Tierra se traslada, la distancia al Sol cambia debido a que la órbita no es una
circunferencia.
 Modelo de distancia variable por inclinación del eje: la inclinación del eje de la
Tierra hace que una parte de su superficie se ubique más cerca del Sol que otra.
 Modelo de rotación: como la Tierra rota sobre su eje, en la cara que da al Sol es
verano mientras en la opuesta es invierno.
 Modelo científico heliocéntrico: la inclinación del eje de la Tierra junto con su
traslación alrededor del Sol provocan las estaciones del año.

En relación a las causas de las fases lunares:


 Modelo de eclipse: la sombra de la Tierra tapa parte de la Luna.
 Descripción de las distintas formas de la Luna sin ninguna explicación.

A partir de lo desarrollado en los Capítulos 4 y 7, es esperable que en alumnos de 6to.


grado del nivel primario no aparezcan, o lo hagan en muy baja proporción, los modelos
científicos que permiten explicar adecuadamente el día y la noche, las estaciones del
año y las fases de la Luna. A su vez, es factible que algunos de los estudiantes no
tomen conciencia de sus propias limitaciones para explicar dichos fenómenos. Por lo
tanto, esta primera actividad servirá de indicador, tanto para alumnos como para el
docente/investigador, acerca de la necesidad de llevar a cabo esta propuesta didáctica
de enseñanza acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos en forma topocéntrica.

8.5.2. Actividad 2: "Reflexionando sobre la relatividad del movimiento"

Se forman grupos de trabajo de cuatro o cinco integrantes, los cuales serán de


funcionamiento continuo a lo largo de la secuencia de clases. A cada grupo se le reparte
una hoja con dos "escenarios" ficticios con el fin de que discutan si están de acuerdo o
no con lo planteado en la actividad en relación a cuál de las apreciaciones les parece
correcta y que lo justifiquen. A continuación se brinda el detalle de la actividad.

190
Poniendo en juego nuestras ideas sobre el movimiento
Discutan las siguientes situaciones. Indiquen si están de acuerdo o no con todo o con una
parte de lo expresado. Justifiquen por qué. Anoten si hay distintas opiniones dentro del
grupo.
1. Dos hermanos pequeños están subidos a una calesita que se encuentra girando. En
un momento, registran el siguiente diálogo (ver el
dibujo):
 Niño A: Mirá... ¡la abuela está girando alrededor de
la calesita! ¡Y la planta también! Y, para colmo, ¡los
dos giran para atrás!
 Niño B: No... ¡cómo se va a mover la abuela con la
edad que tiene! ¡Y ni hablar de la planta!
 Niño A: Está bien. ¿Pero vos no los ves moverse
para atrás?
 Niño B: Sí, claro. Pero eso no está bien. Como el suelo está quieto, lo correcto es
que la calesita se mueve y la abuela no.
Estamos: De acuerdo / En desacuerdo / De acuerdo parcialmente.
¿Por qué? ..........................................................................................................................

2. Dos chicos ven en la televisión una escena de una película en la que un joven se aleja
de una ciudad en su auto. La escena se filma desde el auto, por lo cual la ciudad se ve
cada vez más lejos. Entonces, los chicos comienzan a dialogar:
 Niño A: Mirá... ¡la ciudad se está alejando del auto! ¡Es como si todos los edificios
fuesen para atrás!
 Niño B: ¡Es cierto, pero es el auto el que se mueve! ¡No van a estar moviéndose
los edificios!
 Niño A: Pero si yo no supiese que estoy en el auto, podría pensar que se está
alejando la ciudad.
 Niño B: Sí, pero no es así. Lo correcto es que el auto se mueve y que los edificios
no.
Estamos: De acuerdo / En desacuerdo / De acuerdo parcialmente.
¿Por qué? ..........................................................................................................................

Dado que investigaciones anteriores han mostrado que los alumnos tienden a tomar
como sistema de referencia absoluto y sin movimiento a la superficie terrestre, se espera
que, en ambos casos, los estudiantes estén de acuerdo con lo planteado por el Niño B.
Al respecto, el planteo de dos "escenarios" tiene como fin que los estudiantes visualicen
que el mismo razonamiento puede realizarse en situaciones distintas y que las
conclusiones que ellos elaboraron para la primera situación deberían ser coherentes con
las planteadas para la segunda. Esto permitirá que, posteriormente, las conclusiones de
esta actividad puedan ser transferidas a una nueva situación similar: la de describir los
movimientos de los astros tal como se los observa desde la superficie terrestre.

Luego de discutir en forma grupal la actividad, y de anotar sus conclusiones en las


hojas, se realiza una sistematización de las respuestas de los distintos grupos. En ese
momento se busca generar la discusión de si es correcto o no decir que "la abuela va
para el otro lado" o que "la ciudad va para atrás", si es lo que realmente están
191
observando los niños desde donde están ubicados. Durante esta sistematización, el
docente aprovecha la discusión para definir el concepto de sistema de referencia y para
indicar que su elección es totalmente arbitraria, por lo que siempre el movimiento será
relativo al sistema de referencia que se decida utilizar. Por último, el docente aporta
información adicional a partir de definir el sistema de referencia topocéntrico y de
explicar su utilidad práctica para comprender en forma sencilla los fenómenos
astronómicos visibles cotidianamente en el cielo. Por ese motivo, se establece que dicho
sistema será el elegido para describir el movimiento de los astros en el cielo a lo largo
de todas las clases a desarrollar.

Para finalizar el trabajo sobre sistemas de referencia, se le entrega a cada uno de los
estudiantes una hoja para colocar en la carpeta con una síntesis de lo discutido y
acordado en la sistematización. Dicha síntesis incluye una actividad sencilla de resolu-
ción individual en la que los alumnos deben elegir una de las palabras dadas como
opción, o escribir la palabra faltante, de modo tal que la frase sea coherente con lo
desarrollado. Este tipo de actividad, que incluye "preguntas de completamiento" dentro
de la información a colocar en la carpeta, será utilizada en diferentes oportunidades
dentro de la secuencia didáctica ya que permite su corrección sencilla por parte del
docente recorriendo los distintos bancos, lo que permite acceder a cierto conocimiento
sobre cuál ha sido el nivel de comprensión individual de un tema discutido en forma
grupal durante la clase. A continuación se presenta la actividad junto con las opciones
(subrayadas) que deberían ser elegidas para que la proposición sea coherente con lo
enseñado.

Resolver a partir de lo aprendido en clase

Cuando deseamos indicar el movimiento de un objeto, PODEMOS / NO PODEMOS elegir


cualquier referencia. Por eso, SIEMPRE / NO SIEMPRE hay que elegir al suelo como
referencia. Por ejemplo, nosotros ahora estamos quietos si tomamos como referencia al
.............................. (SUELO), pero estamos en movimiento si tomamos como referencia al
................................(SOL). Por eso, para aprender acerca de cómo se mueven los astros
en el cielo conviene PENSAR EN EL MOVIMIENTO DE LA TIERRA / SUPONERNOS A
NOSOTROS QUIETOS JUNTO CON LA TIERRA. A este sistema de referencia se lo
conoce como TOPOCÉNTRICO / HELIOCÉNTRICO.

El análisis didáctico de la Actividad 2 a partir de los componentes básicos de la ECPE


(Otero, 2006; Fanaro, 2009) se encuentra sintetizado en la Tabla 8-1.

Tabla 8-1: Análisis didáctico de la Actividad 2.

 ¿El movimiento es absoluto o relativo? ¿Existe un sistema de


Preguntas referencia privilegiado respecto a otro?
clave  ¿Qué sistema de referencia astronómico es conveniente para
describir el movimiento de los astros en el cielo?

 Debatir si algo se mueve o no. Poner en juego ideas propias.


 Discutir la relatividad de los sistemas de referencia. Acordar el
Acciones
uso del sistema de referencia topocéntrico.
 Realizar una consigna sobre sistemas de referencia.
192
 Sistema de referencia.
Conceptos
 Movimiento relativo.
clave
 Sistema de referencia topocéntrico.

 El movimiento siempre es relativo a un sistema de referencia.


Explica-
ciones  La elección del sistema de referencia topocéntrico permite
describir el movimiento de los astros en el cielo.

 Posicionarse imaginariamente en distintos sistemas de


referencia y describir qué se observa desde cada uno de ellos.
Mecanismo
explicativo  Utilizar el sistema de referencia topocéntrico para describir el
movimiento de los astros en el cielo desde la superficie
terrestre.

 No existe un sistema de referencia absoluto. La descripción del


Principios movimiento puede realizarse desde cualquier sistema de
referencia.

8.5.3. Actividad 3: "Simulando el movimiento diario del Sol mediante Stellarium"

Se reparte una hoja con la actividad a cada integrante del curso, la cual será resuelta en
clase con la coordinación del docente.

¿Cómo es el recorrido diario del Sol?


1. Un compañero de tu escuela ha observado atentamente las salidas y las puestas del
Sol muchos días, por lo que ha podido dibujar cómo se mueve este astro en el cielo
cuando sale por la mañana y cuando se pone por la tarde. ¿Qué flecha (A, B o C) te
parece que representa lo que observó en cada caso?

A C B
C B A

Salida del Sol - Mirando hacia el Piltriquitrón Puesta del Sol - Mirando hacia la cordillera

2. Observando a simple vista o utilizando el programa Stellarium (www.stellarium.org),


visualizar cómo es el movimiento del Sol en el cielo en los momentos de salida y
puesta. Comparar con lo que has indicado en el punto 1. Determinar en qué dirección
se observa el Sol cuando se encuentra en la mitad de su recorrido diario (el mediodía
solar).

193
La consigna 1 de la actividad se realiza en forma previa para conocer cuáles son las
ideas que poseen los estudiantes respecto al movimiento del Sol en el cielo.
Probablemente, muchos alumnos sugerirán que el Sol asciende y desciende en forma
vertical, pasando por encima de sus cabezas en el mediodía solar (la mitad del recorrido
diario). A su vez, muy probablemente sostengan que el mediodía solar ocurre a las 12
hs, valor muy diferente del correspondiente a El Bolsón: 13.45 hs aproximadamente.
Estas ideas serán anotadas en el pizarrón, de modo tal de poder contrastarlas
posteriormente con lo que se observa en el cielo a simple vista, lo cual puede ser
obtenido de dos modos distintos: a partir de la observación directa de la salida y puesta
del Sol, o a partir de la simulación del fenómeno utilzando un programa informático de
descarga gratuita llamado "Stellarium" (www.stellarium.org). Esta útima opción será la
elegida al momento de implementar esta propuesta ya que la época del año en que se
llevará a cabo esta secuencia está caracterizada por tener muchos días nublados.

El programa Stellarium es un simulador del movimiento de los astros en el cielo con


recursos gráficos que aparentan el cielo real tal como puede observarse a simple vista.
Para comenzar a usarlo en forma adecuada hay que seleccionar de una lista la localidad
correspondiente en la que la persona se encuentra o introducir sus coordenadas
geográficas. En este caso, El Bolsón no se encuentra en el listado, por lo que fueron
ingresadas sus coordenadas: 41º 58´ Sur y 71º 31´ Oeste. A su vez, la computadora
debe estar configurada con la hora local y tener seleccionada la zona horaria
correspondiente (UTC -3 para toda la Argentina). Una vez realizadas estas calibraciones
del programa, la pantalla muestra el cielo local tal como se lo observa a una cierta hora
mirando en una determinada dirección geográfica. Por otro lado, el software permite
modificar el horario y día de observación, la dirección en la que se mira el cielo, agregar
los dibujos de las constelaciones y muchas otras funciones más. En esta ECPE
básicamente se utilizará el Stellarium para observar los cambios diarios y anuales del
Sol y la Luna en el cielo, lo que permitirá comprender desde un punto de vista local por
qué se producen el día y la noche, las estaciones del año y las fases lunares. A su vez,
el programa podrá ser utilizado para visualizar otros fenómenos astronómicos que
tengan lugar durante el desarrollo de la secuencia, como la observación de algún astro
de gran brillo en el cielo, el reconocimiento de constelaciones o de planetas a simple
vista, la observación de un eclipse, etc. La Figura 8-3 muestra un ejemplo de cómo
puede observarse el desplazamiento diario del Sol utilizando el programa Stellarium.

Figura 8-3: Imágenes del programa Stellarium mostrando el cielo mirando hacia el Este
en el momento de salida del Sol (izquierda) y una hora después (derecha) en la
localidad de El Bolsón. Puede visualizarse que el movimiento diario del Sol se produce
inclinado hacia el norte (se agregó flecha indicativa).

194
La utilización del programa Stellarium en las clases tiene como propósito independizar el
desarrollo de la ECPE de la necesidad de tener días despejados para poder
implementar la propuesta didáctica a partir de observaciones directas del cielo. Pese a
esto, la secuencia propone desarrollar en forma paralela dichas observaciones desde la
escuela, o desde las casas de los alumnos, con el fin de que aquello que se visualiza en
el software quede intímamente relacionado con lo que se observa en el cielo. En la
Sección 13.7. del Anexo se presenta la Guía de actividades de observación del
cielo, la cual fue elaborada y distribuida a los alumnos para ser realizada a lo largo de
las clases en la medida en que el estado del tiempo lo permita.

Para simplificar el desarrollo de la clase, se utiliza el programa Stellarium colocando la


fecha correspondiente a un equinoccio, de modo tal de no introducir todavía el tema de
los cambios en los lugares de salida y puesta del Sol que ocurren a lo largo del año. Una
vez visualizado que el desplazamiento del Sol se produce en forma inclinada, tal como
indican las opciones C del punto 1, y que el mediodía solar ocurre, en promedio, cerca
de las 13.45 hs (en El Bolsón), momento en que el Sol se ubica justo hacia el norte, los
estudiantes formarán nuevamente los grupos de la clase anterior para trabajar en el
armado de una representación concreta de lo observado.

8.5.4. Actividad 4: "Representación del movimiento diario del Sol en una maqueta
y explicación del día y la noche"

Luego de haber simulado el movimiento diario del Sol con el Stellarium, los estudiantes
deben mostrar dicho movimiento en una sencilla maqueta en la cual se representará el
horizonte del lugar mediante un telgopor plano que posea indicados los puntos
cardinales, el Sol con una pelota de telgopor y su recorrido con un alambre (Figura 8-4).

Figura 8-4: Representación del movimiento diario del Sol en el cielo tal como debería
ser mostrado en la maqueta (corresponde a la fecha de equinoccios).

Posteriormente, los alumnos deben utilizar lo descripto en la maqueta para explicar el


fenómeno del día y la noche y para indicar si la Luna posee alguna relación con este
fenómeno. A continuación se presentan las consignas a plantear a los alumnos.
195
¿Cómo podemos explicar el día y la noche a partir del movimiento diario del Sol?

1. Representar en forma de maqueta el recorrido del Sol observado con el Stellarium.


2. A partir de lo representado en la maqueta, ¿cómo podrían explicar cuándo es de día y
cuándo es de noche? ¿La Luna tiene relación con la alternancia de días y noches?
3. Realizar en una hoja aparte: "Explico el día y la noche mediante un dibujo y una frase".

Para resolver las consignas 1 y 2, el docente recorre los distintos grupos ayudando a los
estudiantes a pensar el modo en que pueden relacionar el recorrido del Sol con la
observación del fenómeno del día y la noche. En ese momento, se promueve que los
estudiantes construyan la idea de que el día y la noche quedan determinados,
simplemente, por la presencia o ausencia del Sol por arriba del horizonte local.
Posteriormente, cada grupo resolverá la consigna 3 sin ayuda del docente ya que las
distintas respuestas serán leídas en el frente a todo el grupo de clase, al mismo tiempo
que se muestran las distintas maquetas, de forma tal que los estudiantes de otros
grupos aprueben o propongan modificaciones o agregados a la explicación dada. A su
vez, el docente intervendrá clarificando las dudas o confusiones que aparezcan y
sistematizando la información en el pizarrón.

El trabajo grupal anterior, junto con la siguiente actividad individual "de completamiento",
permitirá analizar si se han producido cambios en los modelos que ponen en juego los
estudiantes para explicar el ciclo día/noche. El trabajo individual será retirado por el
docente, corregido y devuelto a cada alumno en la clase siguiente, donde se realizará
una breve explicación de los errores más comunes detectados durante la corrección. A
continuación se presenta la actividad junto con las opciones (subrayadas) que deberían
ser elegidas para que las frases sean coherentes con lo enseñado.

Movimiento diario del Sol. El día y la noche


Elegir o completar la opción que consideres correcta a partir de lo desarrollado en clase

El Sol sale por algún lugar del horizonte hacia el ESTE / OESTE y, a medida que van
pasando las horas, asciende en el cielo así __ y las sombras de los objetos se van
haciendo cada vez más cortas. Cuando el Sol llega a su altura máxima se ubica justo hacia
el NORTE / SUR y su sombra es la más CORTA / LARGA de todo el día, apuntando justo
hacia el NORTE / SUR . A este instante se lo llama .................................. .....................
(MEDIODÍA SOLAR) Luego, el Sol comienza a descender así __ y las sombras se
hacen cada vez más largas hasta que el Sol se pone por algún lugar del horizonte hacia el
ESTE / OESTE. De este modo, el recorrido diario del Sol se puede representar así:

196
Es de día cuando el Sol está ........................ (ARRIBA) de nuestro horizonte local y es de
noche cuando se encuentra ...................... (DEBAJO). En la noche, el cielo se vuelve
oscuro y eso permite ver estrellas, planetas y, a veces, a la Luna. De día, el cielo se ve
celeste y, por ese motivo, sólo es posible ver el Sol y, a veces, a la Luna. Por lo tanto, la
Luna no tiene relación con el día y la noche. Día = PRESENCIA / AUSENCIA de
................... (SOL). Noche = PRESENCIA / AUSENCIA de ........................ (SOL).

El análisis didáctico de las Actividades 3 y 4 se encuentra sintetizado en la Tabla 8-2.

Tabla 8-2: Análisis didáctico de las Actividades 3 y 4.

 ¿Cómo es el movimiento diario del Sol en el cielo?


Preguntas  ¿Cómo es posible explicar el fenómeno del día y la noche a partir
clave del movimiento diario del Sol?
 ¿El día y la noche tiene alguna relación con la Luna?

 Imaginar el desplazamiento del Sol en la salida y en la puesta.


 Visualizar el movimiento diario del Sol utilizando un simulador o a
partir de observaciones a simple vista.
Acciones
 Contrastar las anticipaciones con lo observado.
 Representar el movimiento diario en una maqueta.
 Explicar el día y la noche a partir del movimiento diario del Sol.

 Movimiento diario del Sol.


 Mediodía solar.
Conceptos
 Línea norte-sur.
clave
 Mediodía civil.
 Ciclo día/noche.

 El movimiento diario del Sol se produce desde el horizonte oriental


al occidental, observándose inclinado hacia el norte debido a
nuestra ubicación geográfica.
Explica-  El Sol se ubica justo hacia el norte en el mediodía solar. Por lo
ciones tanto, en ese instante, la sombra de una estaca vertical apunta
justo hacia el sur. Esto permite trazar la línea norte-sur.
 El movimiento diario del Sol es parte de la rotación de toda la
esfera celeste de este a oeste.
197
 El movimiento diario del Sol provoca el día y la noche: es de día
cuando el Sol está encima del horizonte y de noche cuando se
ubica por debajo. La Luna no tiene relación con este fenómeno.

Observa-  Registro del movimiento diario del Sol a partir de observaciones


ciones y directas o de una simulación mediante un programa informático.
registros  Visualizar que la Luna se observa tanto de día como de noche.

 El sistema de referencia topocéntrico es adecuado para describir


Principios el movimiento del Sol tal como se lo observa en el cielo y, en
consecuencia, para explicar el ciclo día/noche.

8.5.5. Actividad 5: "Simulando el movimiento anual del Sol mediante Stellarium"

Al igual que con el movimiento diario del Sol, a cada estudiante se le reparte una hoja
con la actividad a resolver, la cual consiste en un cuadro que será completado utilizando
el programa Stellarium con el fin de simular cómo cambia el recorrido que sigue el Sol
en el cielo a lo largo del año. Previo a esto, los estudiantes deben poner en juego sus
ideas en la consigna 1, donde deben indicar si les parece que se producen cambios en
los lugares y horarios de salida y puesta del Sol durante el año.

¿Cómo se desplaza el Sol en el cielo a lo largo del año?

1. A partir de tus propias ideas y de lo que has podido observar en el cielo, ¿te parece que
cambian los horarios de salida y puesta del Sol a lo largo del año? ¿Y los lugares por los
que sale y se pone el Sol? Si hay cambios, indicarlos en el dibujo.

21/3
9 hs 21/3
19 hs
Salida del Sol - Mirando hacia el Piltriquitrón Puesta del Sol - Mirando hacia la Cordillera

2. Completar la tabla sobre el movimiento anual del Sol observando los cambios utilizando
el programa Stellarium:
Altura del
Comienzo Lugar de salida y Lugar de puesta
Fecha Sol al
de horario y horario
mediodía
.Al ............ del Al ............. del
Bajo / Medio /
Hoy ............. este. A las oeste. A las
Alto
............ hs ............ hs
Lo más al norte Lo más al norte
del este de todo el del oeste de todo Bajo / Medio /
..................... ............. año. A las el año. A las Alto
............ hs ............ hs

198
Justo por el este Justo por el oeste. Bajo / Medio /
..................... ............. A las ............ hs A las ............ hs Alto
Lo más al sur del Lo más al sur del
este de todo el oeste de todo el Bajo / Medio /
.....................
............. año. A las año. A las Alto
............ hs ............ hs
Justo por el este Justo por el oeste. Bajo / Medio /
..................... ................ A las ............ hs A las ............ hs Alto

Seguramente, la mayoría de los estudiantes responderán la consigna 1 diciendo que el


Sol sale todos los días por el mismo lugar, el este, y que se oculta siempre por el oeste,
como sugieren muchas investigaciones llevadas a cabo y como se encuentra
erróneamente explicado en distintos materiales de enseñanza y divulgación de la
temática. Por otro lado, es posible que muchos alumnos indiquen que los horarios de
salida y puesta del Sol cambian a lo largo del año, algo que resulta sencillo de percibir
en la vida cotidiana. Sin embargo, esto resulta una contradicción dado que un cambio
temporal debe ir asociado a una variación espacial. O sea, no es posible que se
produzca una modificación en los horarios de salida y puesta del Sol si no existe un
cambio en la posición del Sol. Si el Sol saliese siempre por el mismo lugar, saldría a la
misma hora. Estas ideas serán anotadas en el pizarrón, de modo tal de poder
contrastarlas posteriormente con lo que se observa en el cielo a simple vista, lo cual
será obtenido, nuevamente, a partir de la simulación del fenómeno utilzando el software
libre "Stellarium".

Para realizar la consigna 2, se comenzará colocando el programa en la fecha


correspondiente al dictado de la clase y se observarán los lugares y horarios de salida y
puesta del Sol para ese día, registrándose la altura del Sol en el mediodía solar (bajo,
medio o alto), tomando como referencia la ubicación del cénit, el cual puede ser
señalado en el programa mediante la opción "Cuadrícula azimutal". Posteriormente, se
registrará lo mismo para la fecha del año en que la salida del Sol ocurre lo más al norte
del este de todo el año (21/6), día que se buscará cambiando la fecha en el programa.
Lo mismo se realizará para los días en que el Sol sale justo por el este (21/9 y 21/3) y
para el día en que el Sol sale lo más al sur de todo el año (21/12). Con el fin de
simplificar la actividad, y dado que no marca diferencias relevantes, se utilizarán las
fechas convencionales de cambio de estación mencionadas anteriormente sin tener en
cuenta que las mismas son aproximadas. Por último, se completará en el cuadro el
nombre de la estación del año que comienza en cada una de las fechas.

Al finalizar la consigna 2, el docente realiza una sistematización del modo en que se


desplaza anualmente el Sol en el cielo y de su relación con los cambios visibles en
cuanto a los lugares y horarios de salida y puesta, a la altura del Sol, a la inclinación de
los rayos solares, a la cantidad de horas de luz y, finalmente, al inicio y finalización de
cada estación del año. Durante toda esta explicación, el docente realiza movimientos
con sus brazos para representar las distintas trayectorias del Sol y explica los nombres
de los correspondientes instantes en que ocurren los cambios estacionales: "solsticio de
junio o de invierno", "equinoccio de septiembre o de primavera", "solsticio de diciembre o
de verano" y "equinoccio de marzo o de otoño", aclarando que estas estaciones
corresponden al hemisferio sur, siendo contrarias en el hemisferio norte. Al mismo
tiempo, interroga a los estudiantes sobre en qué parte del cielo debe estar el Sol si sale
temprano, si se pone temprano, si se lo observa bien bajo, si sale justo por el este y se
pone justo por el oeste, etc. El paso siguiente será volcar todo en un modelo concreto, la
maqueta, representando en ella las trayectorias diarias del Sol correspondientes a
solsticios y equinoccios con el fin de explicar los cambios estacionales.
199
8.5.6. Actividad 6: "Representación del movimiento anual del Sol en una maqueta
y explicación de las estaciones del año"

A partir de haber observado los cambios anuales en el recorrido que realiza el Sol
utilizando el programa Stellarium, los estudiantes deben mostrar dichos cambios en la
misma maqueta en la que habían representado el desplazamiento diario del Sol en una
fecha determinada del año. A continuación se presentan las consignas a plantear a los
alumnos.

¿Cómo explicar las estaciones del año a partir del movimiento anual del Sol?

1. En la misma maqueta utilizada para mostrar el movimiento diario del Sol en una
determinada fecha, representen cómo cambia ese movimiento a lo largo del año a
partir de lo observado con el programa Stellarium. Representen las trayectorias
correspondientes a solsticios y equinoccios y coloquen carteles que indiquen los
nombres de estos eventos (solsticio de verano, equinoccio de primavera, etc), en qué
fecha del año ocurre cada uno de ellos, por qué lugar sale y se pone el Sol en esos
días del año y cuál es la estación del año que está dando inicio en esa fecha.
2. A partir de lo representado en la maqueta, ¿cómo podrían explicar las estaciones del
año? Piensen qué sucede con la altura del Sol, con la inclinación de los rayos solares y
con la cantidad de horas de luz en cada uno de los cuatro recorridos.

En la consigna 1, se espera que los estudiantes armen un modelo similar al presente en


la Figura 8-5.

Figura 8-5: Representación del movimiento anual del Sol en el cielo tal como debería
ser mostrado en la maqueta. La trayectoria 1 corresponde a los equinoccios, la 2 al
solsticio de diciembre y la 3 al solsticio de junio.

En este modelo, los carteles a colocar por los alumnos deben indicar que la trayectoria 1
corresponde al recorrido que realiza el Sol en el cielo en los equinoccios, días en que el
Sol sale justo por el este y se pone justo por el oeste, lo cual ocurre el 21 de marzo,
fecha de comienzo del otoño, y el 21 de septiembre, día de comienzo de la primavera.
La trayectoria 2 corresponde al día 21 de diciembre, fecha en que el Sol sale bien al sur
del este y se pone lo más al sur del oeste de todo el año, dando comienzo al verano y
ocurriendo el llamado solsticio de diciembre. Por su parte, la trayectoria 3 corresponde al
200
día 21 de junio, día en que el Sol sale y se pone lo más al norte del este y del oeste,
respectivamente, de todo el año, fecha en que ocurre el soslticio de junio, el cual da
comienzo al invierno. Como ya se ha indicado, se simplificará la explicación utilizando el
día 21 como fecha aproximada de cambio de estación.

Dado que el modelo concreto a construir por los estudiantes representa una
construcción conceptual basada en el sistema de referencia topocéntrico, y en
observaciones o simulaciones del movimiento del Sol en el cielo realizadas desde el
ámbito local, no resulta necesario indicar que las estaciones estarán invertidas respecto
a lo que sucede en el otro hemisferio terrestre. Por el contrario, el modelo representa
adecuadamente el cambio paulatino del movimiento del Sol en el cielo visto desde El
Bolsón, y cómo esto provoca una modficación en la altura del Sol y en la cantidad de
horas de luz, haciendo posible explicar con esto las estaciones del año.

Para resolver la consigna 2, el docente reparte individualmente un material informativo


sobre estaciones del año (ver Sección 13.8.) y recorre los distintos grupos ayudando a
los estudiantes a pensar el modo en que pueden relacionar los distintos recorridos del
Sol con la observación del fenómeno de las estaciones del año. En ese momento se
promueve que los estudiantes construyan la idea de que los cambios estacionales
quedan determinados por la presencia del Sol más al norte o más al sur del cielo, lo que
hace que siga trayectorias más altas o más bajas, por lo cual se producen cambios en la
inclinación de los rayos solares y en la cantidad de horas de luz.

Posteriormente, el docente mostrará distintas maquetas con el fin de analizar si las tres
trayectorias (dos de solsticios y una de equinoccios) están bien representadas. En este
sentido, las mismas deben estar inclinadas hacia el norte, no deben pasar nunca por el
cénit y deben llegar a distintas alturas máximas (más alta la del sur y mucho más baja la
del norte). A su vez, el docente intervendrá clarificando las dudas o confusiones que
aparezcan y sistematizando la información en el pizarrón.

A continuación se plantea una actividad individual "de completamiento" con el fin de que
los alumnos pongan en juego los conocimientos adquiridos y que el docente pueda tener
una aproximación al grado de comprensión conceptual logrado por cada estudiante. La
consigna 1 tiene como propósito que los estudiantes reconstruyan los cambios anuales
en los lugares y horarios de salida y puesta del Sol observados directamente o
simulados mediante Stellarium. La consigna 2 apunta a analizar si los alumnos logran
relacionar dichos cambios anuales en la posición del Sol con los cambios estacionales
que ellos mismos observan a diario. En esta consigna, las opciones subrayadas son las
que deberían elegir los alumnos para que las frases sean coherentes con lo enseñado.

Cambios en el recorrido del Sol. Las estaciones del año


1. Completar el dibujo sobre cómo cambia la posición del Sol en la salida y la puesta para los
otros días de cambio de estación (comienzo del invierno y del verano):
21 de marzo
21 de marzo
...... hs
...... hs

Salidas del Sol Puestas del Sol


Mirando hacia el este (el Piltri) Mirando hacia el oeste (la cordillera)

201
2. Completar las siguientes frases:

Las estaciones del año se deben a que el Sol se desplaza en el cielo de norte a sur haciendo
que su recorrido se ubique hacia el SUR / NORTE en otoño e invierno y hacia el SUR / NORTE
en primavera y verano. Sólo dos días al año, el 21 de marzo y el 21 de ..........................
(SEPTIEMBRE), el Sol realiza una trayectoria justo de este a oeste. A esos días se los llama
equinoccios y marcan el inicio del ...................... (OTOÑO) y de la ..........................
(PRIMAVERA) en el hemisferio sur.
Del 21 de diciembre al 21 de junio el Sol sale cada día más al SUR / NORTE y, al desplazarse,
realiza trayectorias cada vez más bajas. El 21 de junio el Sol realiza la trayectoria más al SUR /
NORTE y más BAJA / ALTA de todo el año, por lo que las horas de luz son pocas y los rayos
del Sol nos llegan muy inclinados. Ese día, llamado solsticio de junio, comienza el
.............................. (INVIERNO) en el hemisferio sur.
Del 21 de junio al 21 de diciembre el Sol sale cada día más al SUR / NORTE y, al desplazarse,
realiza trayectorias cada vez más altas. El 21 de diciembre el Sol realiza la trayectoria más al
SUR / NORTE y más BAJA / ALTA de todo el año, por lo que las horas de luz son muchas y
los rayos del Sol nos llegan muy poco inclinados. Ese día, llamado solsticio de diciembre,
comienza el .............................. (VERANO) en el hemisferio sur.

El Sol SALE / NO SALE todos los días por el mismo lugar y TAMBIÉN / TAMPOCO a la
misma hora. Como nosotros vivimos al sur de la Tierra, es verano cuando el Sol sale al SUR /
NORTE del este y se pone al SUR / NORTE del oeste. En esa época, el Sol sigue un recorrido
BAJO / ALTO en el cielo, por lo que sus rayos nos llegan MUY / POCO inclinados. Además,
está POCAS / MUCHAS horas por encima de nuestro horizonte (días más largos). En invierno,
en cambio, el Sol sale al SUR / NORTE del Este y se pone al SUR / NORTE del oeste, época
en que realiza un recorrido BAJO / ALTO, por lo que sus rayos nos llegan MUY / POCO
inclinados y, además, el Sol sale más tarde y se pone más temprano (días más cortos).

La altura del Sol en el mediodía solar tiene relación con la estación del año en que nos
encontramos. En los equinoccios, la altura del Sol es BAJA / MEDIA / ALTA , mientras que en
el solsticio de invierno (21 de junio) el Sol al mediodía se encuentra BAJO / ALTO . En el
solsticio de verano (21 de diciembre), en cambio, el Sol se ubica BAJO / ALTO . En nuestra
zona, el Sol A VECES / NUNCA se ubica justo arriba de nuestras cabezas (el cénit).

El análisis didáctico de las Actividades 5 y 6 planteadas en relación al movimiento


anual del Sol y a las estaciones del año se encuentra sintetizado en la Tabla 8-3.

202
Tabla 8-3: Análisis didáctico de las Actividades 5 y 6.

 ¿Cómo cambian durante el año los lugares y horarios de salida y


puesta del Sol?
Preguntas  ¿Qué relación existe entre la posición del Sol en el cielo (al norte o
clave al sur) con su altura en el mediodía solar y con la cantidad de
horas de luz?
 ¿Cómo se pueden explicar las estaciones del año a partir de los
cambios anuales en la posición del Sol?
 Imaginar los cambios anuales en los lugares y horarios de salida y
puesta del Sol.
 Visualizar los cambios anuales en la trayectoria del Sol utilizando
un simulador o a partir de observaciones a simple vista.
Acciones  Contrastar las anticipaciones con lo observado.
 Representar en una maqueta las trayectorias del Sol
correspondientes a solsticios y equinoccios.
 Explicar las estaciones del año a partir del movimiento anual del
Sol.

 Movimiento anual del Sol.


 Levante y poniente.
Conceptos  Altura del Sol en el mediodía solar.
clave  Inclinación de los rayos solares.
 Solsticios y equinoccios.
 Estaciones del año.

 El movimiento anual del Sol provoca que éste no salga ni se


ponga todos los días por el mismo lugar ni a la misma hora.
 Desde diciembre a junio, el Sol se ubica cada vez más hacia el
norte, por lo cual las personas que viven al sur (como nosotros)
ven que éste realiza recorridos sucesivamente más bajos, lo que
provoca que sus rayos incidan cada vez con mayor inclinación y,
en consecuencia, que éstos se perciban con menor intensidad.
 De junio a diciembre, el Sol se ubica cada día más hacia el sur,
por lo que las personas que viven al sur observan recorridos cada
Explica- vez más altos. Por lo tanto, los rayos solares inciden con menor
ciones inclinación, provocando que se perciban con mayor intensidad.
 El Sol sale por el este y se pone por el oeste sólo dos días al año,
llamados equinoccios, los cuales ocurren cerca del 21/3 y 21/9.
Esos días comienzan el otoño y la primavera en el hemisferio sur,
respectivamente, y hay 12 hs de luz y 12 hs de oscuridad.
 Los días que el Sol se ubica lo más al norte y lo más al sur de todo
el año se llaman solsticios, los cuales ocurren cerca del 21/6 y del
21/12. En el hemisferio sur comienzan el invierno y el verano,
respectivamente, mientras que en el hemisferio norte comienzan
las estaciones contrarias.
 Registro de los lugares y horarios de levante y poniente a partir de
Observa-
observaciones directas o de la simulación mediante Stellarium.
ciones y
 Registro de la altura del Sol al mediodía a lo largo del año
registros
mediante observaciones directas o con Stellarium.

203
 El sistema de referencia topocéntrico es adecuado para describir
el movimiento del Sol tal como se lo observa en el cielo y, en
consecuencia, para explicar las estaciones del año.
Principios
 La utilización de un sistema de referencia local permite construir
explicaciones adecuadas a cada nivel de escolaridad y colocar a
los estudiantes como centro de su propio proceso de aprendizaje.

8.5.7. Actividad 7: "Simulando el movimiento diario de la Luna mediante


Stellarium"

Al igual que con el movimiento diario del Sol, a cada estudiante se le reparte una hoja
con la actividad a resolver, la cual consiste en poner en juego sus concepciones
respecto a cómo creen ellos que ocurre la salida y puesta de la Luna y su movimiento
diario (consigna a). Posteriormente se contrastan estas predicciones con lo que ocurre
en el cielo, lo cual se simula mediante el programa Stellarium (consignas b, c y d).
Finalmente, los alumnos completan la conclusión respecto a que el movimiento diario de
la Luna en el cielo es igual al movimiento diario del Sol dado que ese desplazamiento es
parte del giro de toda la esfera celeste.

Movimiento diario de la Luna en el cielo

Cambios en la posición de la Luna durante la misma noche: fecha de la próxima Luna llena
a las 20 hs y día siguiente a las 8 hs.
a) Mirando las imágenes de aquí abajo, me parece que la Luna asciende como A - B - C . Y me
parece que la Luna desciende como A - B - C .
b) Mirando el programa Stellarium, marcar cuál es la opción que se observa en el cielo:

Luna llena
A
C B
C B
A
Luna llena

Salida de la Luna: mirando hacia el Cerro Piltriquitrón Puesta de la Luna: mirando hacia la Cordillera

c) Vean si ocurre lo mismo otro día. ¿Sale y se pone de la misma forma? SI / NO .


d) En la mitad de su recorrido diario, la Luna está justo hacia el SUR / NORTE .

Conclusión: durante el mismo día, la Luna se mueve en el cielo desde algún lugar del
.................. a algún lugar del ....................... y en la mitad de su recorrido se ubica hacia el
......................... O sea, ¡hace lo mismo que el ................... !

204
Antes de comenzar a resolver las consignas, el docente explica a los alumnos que en
esta actividad sólo se buscará observar el desplazamiento diario de la Luna, sin importar
cuál es la fase en la que se encuentra, tema que será desarrollado en la siguiente clase.

A diferencia de lo sucedido anteriormente, es esperable que a esta altura de la


secuencia didáctica algunos alumnos relacionen el movimiento diario de la Luna con lo
que ya han visto respecto a cómo se desplaza diariamente el Sol. En consecuencia, se
espera que en la consigna a) una proporción importante de alumnos elija la opción C,
que fue el modo en que observaron que se desplaza el Sol cuando sale y se pone.

Posteriormente, para verificar la validez de las predicciones realizadas por los alumnos,
se proyectará el programa Stellarium en el frente del aula y se lo colocará en la fecha
correspondiente a la próxima Luna llena a las 20 hs aoproximadamente. Luego se
posicionará el programa mirando hacia el horizonte oriental para poder observar cómo la
Luna cambia su posición en el cielo de una hora a la otra. Después se avanzará el
horario hasta las 7 hs del día siguiente para poder observar cómo ocurre la puesta de la
Luna llena por el horizonte occidental y se indicará en la figura cuál es el recorrido
observado (A, B o C).

A continuación, se avanzará la fecha unos 5 días con el fin de verificar que la Luna se
desplaza del mismo modo sin importar la fase en que se encuentre, desde el horizonte
oriental al occidental, y que en la mitad de su recorrido la Luna se ubica justo hacia el
norte. Por lo tanto, será sencillo que los alumnos completen la frase final de la actividad,
en la que deben concluir que el movimiento diario de la Luna es análogo al del Sol.

8.5.8. Actividad 8: "Simulando el movimiento propio de la Luna mediante


Stellarium"

Una vez estudiado el movimiento diario de la Luna, el cual no guarda relación con el
fenómeno de las fases lunares, el docente procede a plantear la siguiente propuesta, en
la cual se pretende observar cómo se desplaza la Luna en el cielo cuando se compara
su posición varios días seguidos a la misma hora. Para ello, a cada estudiante se le
reparte una hoja con la actividad a realizar, la cual consiste en dibujar cómo cambia la
posición y la forma de la Luna cuando se la observa a la misma hora durante varios días
seguidos. Dadas las dificultades meteorológicas para poder realizar observaciones
directas con los alumnos, se decidió nuevamente utilizar el programa Stellarium,
comenzando en la fecha correspondiente a la Luna creciente, dos o tres días después
de la Luna nueva, y adelantando luego la fecha día a día. Con el fin de conocer las ideas
de los estudiantes, antes de realizar el cambio de fecha se les solicitará que predigan
cómo y dónde será observada la Luna al día siguiente. De este modo se espera que los
alumnos comiencen a realizar predicciones propias respecto a cómo se desplazan los
astros en el cielo, lo que permitirá incentivar en ellos la construcción de modelos
descriptivos y explicativos acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos.

Una vez finalizada la consigna 1, que muestra el cambio de posición de la Luna cuando
ésta es observada en el horario cercano a la puesta del Sol, los estudiantes deben
completar una frase a modo de conclusión. A continuación se utiliza el programa
Stellarium para registrar cómo cambia la posición y al forma de la Luna si se la observa
varios días seguidos a la misma hora cuando ésta puede ser vista por la mañana, en los
días siguientes a la Luna llena.

205
Movimiento propio de la Luna en el cielo. Las fases lunares

1. Cambios en la posición de la Luna de una noche a otra a la misma hora (20 hs).

Día: ……
20 hs

Mirando al Oeste (la cordillera)

Conclusión: de una noche a la otra a la misma hora, la Luna se mueve hacia ARRIBA / ABAJO
(se va corriendo hacia el OESTE / ESTE ). Eso hace que se vea cada día más CHICA / GRANDE
con su lado DERECHO / IZQUIERDO iluminado. Unos días después, la Luna se movió tanto que
se ve así: .................... (cuarto creciente). Y una semana después del cuarto creciente, la Luna se
ve así: ...................... (Luna llena). Este movimiento propio de oeste a este hace que la Luna
salga cada día más TEMPRANO / TARDE.

2. Cambios en la posición de la Luna de una mañana a otra a la misma hora (9 hs).

Día:
……
16/5
9 9hshs

Mirando al OESTE (la cordillera)

Conclusión: de una mañana a la otra a la misma hora, la Luna se mueve hacia ARRIBA /
ABAJO (se va corriendo hacia el OESTE / ESTE ). Eso hace que se vea cada día más CHICA /
GRANDE con su lado DERECHO / IZQUIERDO iluminado. Unos días después, la Luna se movió
tanto que se ve así: .................... (cuarto menguante). Y una semana después del cuarto
menguante, la Luna está en Luna ............ (no se ve). Este movimiento propio de oeste a este
hace que la Luna salga cada día más TEMPRANO / TARDE.

206
De este modo será posible que los alumnos concluyan que la Luna se va desplazando
hacia el este, y que dicho desplazamiento provoca el cambio de fase, viéndose cada día
más grande cuando se la observa en horario nocturno temprano y más pequeña cuando
se encuentra visible por la mañana. Por lo tanto, se espera lograr que los estudiantes
logren asociar el fenómeno de las fases lunares con el movimiento propio de este astro
hacia el este.

En la Sección 13.9. se presentan registros de observaciones del cielo realizadas por


alumnos de instituciones educativas de la zona en el marco de este trabajo de
investigación. Los mismos permiten visualizar el modo en que pueden registrarse los
cambios anuales en la posición de salida o puesta del Sol y el desplazamiento propio de
la Luna de un día al otro. Como ya se ha dicho, estos movimientos permiten explicar las
estaciones del año y las fases lunares utilizando el sistema de referencia topocéntrico.

8.5.9. Actividad 9: "Representación del movimiento propio de la Luna y


explicación de las fases lunares"

A partir de la resolución anterior, en la cual quedó asociado el movimiento propio de la


Luna con la observación de sus fases, resta que los estudiantes puedan construir una
explicación de por qué la Luna se ve distinta cada día. Para ello se plantea la siguiente
actividad, en la que la Luna quedará simbolizada por una esfera de telgopor mitad
blanca y mitad pintada de negro, lo que representará su parte iluminada por el Sol y su
parte no iluminada, respectivamente. El planteo de la actividad apunta a la comprensión
de que las fases guardan relación con el cómo se ve desde distintos ángulos un objeto
iluminado por la mitad, en contraposición a la concepción alternativa más común, que
apunta a pensar las fases como un fenómeno de sombras.

En la consigna 1 se propone que los estudiantes vayan girando alrededor de la esfera,


fija en una determinada posición, y que dibujen cómo la observan a medida que
cambian su ángulo respecto a la parte "iluminada". De este modo, cuando se
encuentran de frente a la superficie blanca, los alumnos observan un círculo blanco
(posición de Luna llena), cuando se ubican "de costado" observan media esfera blanca y
media negra (posición de cuarto creciente o menguante), cuando miran en diagonal ven
sólo una parte de la mitad blanca de la esfera, etc. De este modo es posible explicar en
forma sencilla a qué se deben las distintas fases: a la posición desde la que se está
observando un cuerpo como la Luna, que se encuentra siempre iluminado por la mitad.
La consigna incluye algunas frases para elegir entre las opciones allí presentes con el fin
de identificar los nombres de las distintas fases y el lado que se observa iluminado en
cada una de ellas (lado izquierdo en creciente y lado derecho en menguante).

Posteriormente, la consigna 2 consiste en una actividad "de completamiento" para que


los estudiantes puedan construir conceptualmente la explicación de las fases, la cual
guarda absoluta relación con el esquema presente en la consigna anterior. En esta
explicación se hace referencia a la relación entre las fases y la posición relativa de la
Luna respecto al Sol, incluyendo el lado que se ve iluminado en creciente o menguante.

Por último, la consigna 3 propone representar en la maqueta la posición correspondiente


a la Luna en algunas de sus fases (nueva, creciente y llena). Para llevarla a cabo, el
docente irá recorriendo los grupos, de modo tal de ayudarlos a pensar las posiciones de
la Luna en función de lo respondido en la consigna anterior.

207
Movimiento propio de la Luna en el cielo. Las fases lunares

1. Utilizando una esfera pintada mitad de negro y mitad de blanco (que representa a la Luna
iluminada por el Sol), dibujar en los recuadros cómo se ve la esfera cuando se la mira desde
distintas direcciones. Para ello, adhieran esta hoja de consignas a la mesa, peguen la esfera
sobre la hoja (justo arriba de la que está dibujada) y giren alrededor de la mesa para ver
cómo se ve la esfera desde los distintos puntos de vista indicados con flecha en la hoja. A
medida que van girando, dibujar en la hoja propia cómo ven la Luna desde cada posición.
Completen las frases sobre cómo se llama cada Luna y sus características.

Se ve toda / mitad de
Cuarto
la cara iluminada de la
creciente /
Luna. Su lado
menguante
izquierdo / derecho.

Luz
del
Sol
Luna nueva / llena Luna nueva / llena
No se puede ver la cara Se ve toda / mitad de
iluminada de la Luna la cara iluminada de la Luna.
Luna

Cuarto Se ve toda / mitad de


creciente / la cara iluminada de la
menguante Luna. Su lado
izquierdo / derecho.

2. Completar la siguiente frase:


A medida que pasan los días, la Luna CAMBIA / NO CAMBIA su posición en el cielo. A la
misma hora, cada día que pasa la vemos más corrida hacia el ESTE / OESTE. Pese a que el
Sol siempre ilumina TODA / UNA MITAD DE la Luna, SIEMPRE / CASI SIEMPRE / CASI
NUNCA podemos ver toda la mitad iluminada por el Sol. Si la Luna se ubica en dirección
hacia el Sol, PODEMOS / NO PODEMOS ver la cara iluminada por el Sol y, en
consecuencia, estamos en Luna NUEVA / LLENA. En cambio, si la Luna se ubica en la
dirección opuesta al Sol, PODEMOS / NO PODEMOS ver toda la cara iluminada por el Sol y,
en consecuencia, estamos en Luna NUEVA / LLENA. Si la Luna se encuentra hacia el norte
justo cuando el Sol se está poniendo, vemos iluminado su lado DERECHO / IZQUIERDO y,
por lo tanto, la Luna está en cuarto CRECIENTE / MENGUANTE. Cuando la Luna crece,
siempre tiene iluminado su lado DERECHO / IZQUIERDO. En cambio, cuando está
menguando se ve iluminado su lado DERECHO / IZQUIERDO.

3. Colocar en la maqueta 3 esferas pintadas por la mitad que representen la posición de la Luna
durante el horario de puesta del Sol en: a) Luna nueva, b) Cuarto creciente y c) Luna llena.
Suponer el Sol poniéndose el día 21 de diciembre y ubicar la Luna nueva en esa misma
trayectoria, la Luna en cuarto en la de equinoccio y la Luna llena en la de solsticio de invierno.

208
Con la revisión y sistematización posterior de las consignas correspondientes a la
Actividad 9 por parte del docente se buscará la construcción de una explicación
topocéntrica adecuada desde el punto de vista científico y didáctico de las fases lunares.
Como parte de la misma se mencionará la frase "La Luna no miente", utilizada en el
hemisferio sur para recordar que la Luna con forma de letra C, con su lado izquierdo
iluminado, corresponde a la fase creciente. A su vez, se reflexionará acerca de la
existencia de la misma fase lunar en todo el mundo, aunque con la correspondiente
inversión de los lados iluminados de la Luna cuando se la observa desde el hemisferio
norte. El modo de resolución de la consigna 1 por parte de los alumnos se muestra en la
Figura 8-6.

Figura 8-6: Resolución de la consigna 1 de la Actividad 9: cómo se ve la “Luna" a


medida que un observador cambia de posición en torno a ella. Este cambio de posición
es consecuencia del movimiento propio de la Luna en el cielo.

Para finalizar con el desarrollo de la secuencia de actividades en relación a las fases


lunares, el docente discute la explicación topocéntrica del fenómeno, la cual relaciona el
cambio de posición de la Luna en el cielo con la forma en que la ve un observador
ubicado en la superficie terrestre. Para ello, a cada alumno se le brinda una hoja
conteniendo los esquemas explicativos de las fases creciente y menguante (ver Figura
8-7), los cuales serán proyectados en el frente y utilizados por el docente durante la
explicación. Al mismo tiempo, el docente irá mostrando la coherencia entre los
esquemas explicativos y lo representado por los alumnos en sus maquetas.

209
Figura 8-7: Esquemas explicativos topocéntricos de las fases lunares a partir del
movimiento propio de la Luna. Los mismos no tienen en cuenta los cambios en la altura
de la Luna ni en los lugares de su salida y puesta.

FASES DE LA LUNA
Las fases lunares se deben al cambio de posición de la Luna en el cielo respecto al Sol debido a
su movimiento propio hacia el este. En consecuencia, no es posible observar siempre toda su
mitad iluminada.

FASES DE LA LUNA – Fase creciente

5
6
4
Cuarto
creciente
C
3 7

B D
8
2
Luz
del
Sol

1 A E 9
Luna Luna
nueva Mirando al norte Puesta del Sol llena
Oeste Horizonte Este

1 a 9: Cambios en la posición de la Luna en el cielo en el momento de la puesta del Sol. Fase creciente:
desde la Luna nueva hasta la Luna llena (15 días aprox.). Mitad de la Luna iluminada y mitad oscura.
A a E: Forma en que se ve desde nuestra ubicación terrestre la mitad de la Luna iluminada por el Sol. La
porción visible se modifica a medida que cambia la posición de la Luna.

FASES DE LA LUNA – Fase menguante

13
14
12
Cuarto
menguante
G
11 15

F H
16
10
Luz
del
Sol

9 E I 17
Luna Luna
llena Mirando al norte Salida del Sol nueva

Oeste Horizonte Este

1 a 9: Cambios en la posición de la Luna en el cielo en el momento de la salida del Sol. Fase menguante:
desde la Luna llena hasta la Luna nueva (15 días aprox.). Mitad de la Luna iluminada y mitad oscura.
E a I: Forma en que se ve desde nuestra ubicación terrestre la mitad de la Luna iluminada por el Sol. La
porción visible se modifica a medida que cambia la posición de la Luna.

210
Los esquemas explicativos presentes en la Figura 8-7 superponen dos puntos de vista
distintos del fenómeno, los cuales no suelen estar indicados en la mayoría de las
representaciones visuales presentes en los libros escolares o en los materiales
audiovisuales sobre el tema. Por un lado, las "Lunas" superiores, que se encuentran
numeradas, muestran el desplazamiento de nuestro satélite en el cielo, con una mitad
siempre iluminada (la parte blanca), la cual apunta en dirección al Sol. Al mismo tiempo,
las "Lunas" inferiores, indicadas con letras, muestran cómo ve la Luna un observador
terrestre situado en una latitud media del hemisferio sur. Esta persona, que observa
hacia el norte varios días seguidos a la misma hora, ve cómo la Luna se va desplazando
hacia su derecha cada día que pasa, y al mismo tiempo va cambiando su forma.

El esquema correspondiente a la fase creciente se desarrolla durante unas dos


semanas en el horario de puesta del Sol, con los rayos de luz solar provenientes del
oeste, comenzando el día de Luna nueva con nuestro satélite ubicado en la misma
dirección que el Sol (Luna 1). Por ese motivo, la persona no puede ver la parte iluminada
de la Luna, que apunta hacia el Sol, mientras que su parte no iluminada apunta hacia la
persona (Luna A). Sin embargo, a medida que pasan los días, la Luna se observa cada
día más alta, más separada angularmente de la dirección hacia el Sol, lo que permite
que la persona pueda ver una porción cada vez mayor de su parte iluminada. Unos 7
días después a la misma hora, la Luna se ubica hacia el norte (Luna 5), a 90º respecto
al Sol, por lo cual la persona ve iluminada la parte izquierda de la Luna, ya que de esa
dirección provienen los rayos de Sol, mientras que la parte derecha no (Luna C). Esta es
la posición correspondiente al cuarto creciente. Luego de transcurridos otros 7 días
aproximadamente, la Luna queda ubicada en posición opuesta al Sol (Luna 9), lo que
hace que el observador logre ver toda la mitad de la Luna iluminada por el Sol (Luna E).
Esta posición es la correspondiente a la Luna llena. Como puede notarse, durante las
dos semanas ya descriptas, la Luna se fue alejando angularmente del Sol, lo que hizo
que se vea con su lado izquierdo iluminado y cada día más grande (fase creciente).

Dado que el desplazamiento de la Luna hacia el este provoca que ésta salga cada día
más tarde, nuestro satélite ya no será visible los días siguientes en el horario de puesta
del Sol. En consecuencia, para explicar la fase menguante será conveniente cambiar
radicalmente la hora de observación, pasando a observar la Luna en el horario de salida
del Sol, con sus rayos provenientes del este (ver esquema de abajo de la Figura 8-7).
Para ello será conveniente comenzar el día de Luna llena, con el Sol saliendo por el
horizonte oriental (la derecha del esquema), y la Luna ubicada en posición opuesta,
hacia el oeste (Luna 9). Como ya se ha visto, en esa posición se puede ver toda la parte
de la Luna iluminada por el Sol (Luna E). A medida que transcurren los días, la Luna se
desplaza hacia el este hasta llegar a ubicarse hacia el norte, unos 7 días después, a 90º
respecto al Sol (Luna 13). En esa posición, la persona ve iluminada la parte derecha de
la Luna, de donde provienen los rayos del Sol, mientras que la izquierda no (Luna G).
Esa posición corresponde al cuarto menguante. Luego de aproximadamente otros 7
días, la Luna vuelve a ubicarse en dirección al Sol (Luna 17), por lo que la persona no
puede ver su parte iluminada ya que el sector no iluminado es el que apunta hacia ella
(Luna A). Por lo tanto, en estas últimas dos semanas, la Luna se fue acercando
angularmente hacia el Sol, lo que hizo que se vea con su lado derecho iluminado y cada
día más pequeña (fase menguante).

En la Sección 13.10. del Anexo se encuentra el material con los esquemas y textos
explicativos sobre las fases lunares para entregar a los alumnos.

211
El análisis didáctico de las Actividades 7, 8 y 9 planteadas en relación a los
movimientos de la Luna y a las fases lunares se encuentra sintetizado en la Tabla 8-4.

Tabla 8-4: Análisis didáctico de las Actividades 7, 8 y 9.

 ¿Cómo cambia la posición de la Luna de una hora a otra?


 ¿Cómo cambia la posición de la Luna en el cielo de un día al otro a
la misma hora?
Preguntas
clave  ¿Qué relación existe entre la posición angular de la Luna respecto al
Sol y la forma en que se la ve?
 ¿Cómo se pueden explicar las fases de la Luna a partir del
movimiento propio de la Luna en el cielo?

 Imaginar el desplazamiento de la Luna en la salida y la puesta.


 Visualizar y registrar el movimiento diario de la Luna utilizando un
simulador o a partir de observaciones a simple vista.
 Imaginar cómo cambia la posición de la Luna en el cielo si se la
observa dos noches (y dos mañanas) seguidas a la misma hora.
 Visualizar y registrar el movimiento propio de la Luna utilizando un
simulador o a partir de observaciones a simple vista.
Acciones
 Contrastar las anticipaciones con lo observado.
 Relacionar los cambios en la apariencia de la Luna con la
observación de una esfera iluminada por la mitad desde distintos
ángulos.
 Representar en una maqueta la posición de la Luna respecto al Sol
en algunas de las fases.
 Explicar las fases lunares a partir del movimiento propio de la Luna.

 Movimiento diario de la Luna.


 Movimiento propio de la Luna.
Conceptos  Fases de la Luna.
clave  Fase creciente.
 Fase menguante.
 Luna nueva, llena, cuarto creciente y cuarto menguante.

 El movimiento diario de la Luna es igual al del Sol: sale por algún


lugar del horizonte oriental y se pone por algún lugar del horizonte
occidental, ubicándose hacia el norte en la mitad de su recorrido.
 El movimiento propio de la Luna ocurre de oeste a este, haciendo
que ésta salga más tarde cada día.
 Las fases de la Luna se deben a la distancia angular entre la Luna y
el Sol. Si se encuentran en la misma dirección es Luna nueva,
Explica- mientras si se ubican en posiciones opuestas es Luna llena. Los
ciones cuartos se observan cuando la Luna se ubica a 90º respecto al Sol.
 En la fase creciente, la Luna se aleja angularmente del Sol a medida
que pasan los días, observándose de tarde o noche, con su lado
izquierdo iluminado y cada vez más grande. Dura unos 15 días.
 En la fase menguante, la Luna se acerca angularmente al Sol a
medida que pasan los días, observándose de mañana o de
madrugada, con su lado derecho iluminado y cada vez más chica.
Dura unos 15 días.

212
 Registro del movimiento diario de la Luna hacia el oeste mediante
observaciones directas o con Stellarium.
Observa-
 Registro del movimiento propio de la Luna hacia el este mediante
ciones y
observaciones directas o con Stellarium.
registros
 Registro de cómo se ve desde distintos ángulos una esfera pintada
(o iluminada) por la mitad.

 El sistema de referencia topocéntrico es adecuado para describir el


movimiento de la Luna tal como se la observa en el cielo y, en
consecuencia, para explicar las fases de la Luna.
Principios
 La utilización de un sistema de referencia local permite construir
explicaciones adecuadas a cada nivel de escolaridad y colocar a los
estudiantes como centro de su propio proceso de aprendizaje.

8.5.10. Actividad 10: "Poniendo en juego los conocimientos adquiridos sobre el


día y la noche, las estaciones y las fases lunares"

Como forma de evaluar el nivel de comprensión conceptual de los estudiantes a partir


de una actividad abierta, y reflexionar junto con el docente sobre la coherencia entre sus
concepciones actuales y lo desarrollado en las clases, se solicita que, en forma grupal,
los alumnos elaboren una explicación del día y la noche, las estaciones del año y las
fases lunares. Para ello se les pedirá que realicen un dibujo para cada uno de estos
fenómenos y que lo acompañen de una frase explicativa.

En la clase siguiente, el docente proyectará las distintas representaciones en el frente y


discutirá con todos los alumnos la pertinencia y coherencia entre cada dibujo y lo
enseñado en las clases. Esto permitirá identificar ideas alternativas persistentes y la
posible necesidad de modificaciones en varias de las explicaciones.

A continuación, como forma de evaluar individualmente los conocimientos adquiridos a


lo largo de la secuencia, cada estudiante resolverá dos actividades finales. La primera
de ellas propone realizar nuevamente la primera propuesta individual de indagación con
el fin de que la respondan en función de los conocimientos adquiridos a lo largo de la
secuencia. En esta instancia, también se les solicitará que revisen sus propias
respuestas dadas en la primera clase y que identifiquen algunas cuestiones que ahora,
a la luz de sus nuevos conocimientos, pueden afirmar que no estaban bien.

Por último, se tomará un trabajo escrito individual en el que los estudiantes deberán
completar frases a partir de agregar palabras o de elegir entre opciones y, a su vez,
responder a determinadas consignas mediante la realización de dibujos. Estas
consignas a resolver serán similares a las que fueron llevadas a cabo al finalizar el
desarrollo de las clases dedicadas a cada fenómeno astronómico. Este trabajo final
permitirá que el docente posteriormente realice una devolución individual a cada
estudiante en relación a los aprendizajes adquiridos y a la posible necesidad de
continuar reflexionando y aprendiendo acerca de estos fenómenos.

Las consignas de estas actividades finales se presentan a continuación.

213
Actividad final individual 1

Poniendo en juego TUS CONOCIMIENTOS sobre los fenómenos astronómicos

Al inicio de esta secuencia de actividades, utilizaste tus ideas y conocimientos anteriores para
responder a qué se deben el día y la noche, las estaciones del año y las fases lunares. La idea
ahora es poner en juego lo que aprendiste en estas clases. Para ello, volvé a explicar cada
fenómeno utilizando lo aprendido. A la vez, mirando lo que respondiste anteriormente, indicá si
hay cosas que habías puesto al comienzo que ahora sabés que no estaban bien.

1. Día y noche. a) ¿Cómo explicarías el fenómeno del día y la noche a través de un dibujo?
Agregá un texto que explique lo que has querido expresar en el dibujo:
b) Ahora sé que estas cosas de mi explicación inicial no estaban bien:
2. Estaciones del año. a) ¿Cómo podrías explicar las estaciones del año a través de un
dibujo? Agregar un texto que explique lo que has querido expresar en el dibujo:
b) Ahora sé que estas cosas de mi explicación inicial no estaban bien:
3. Fases de la Luna. a) Es sabido que la Luna no se ve de la misma forma todos los días.
¿Cómo podrías explicar esto a través de un dibujo? Agregar un texto que explique lo que has
querido expresar en el dibujo:
b) Ahora sé que estas cosas de mi explicación inicial no estaban bien:

Actividad final individual 2

Los fenómenos astronómicos cotidianos

1. Día y noche. Completar las frases:

El Sol sale por algún lugar mirando hacia el .................. y, luego de varias horas, se esconde por
algún lugar mirando hacia el ................ . Ese recorrido, el Sol lo realiza en forma inclinada, lo que
provoca que ascienda así (dibujar flecha) .......... y descienda así (dibujar flecha) .......... . Al
instante en que el Sol llega a su posición más alta se lo conoce como ..........................
.................. y, en ese momento, el Sol se observa justo hacia el ................... . En ese instante, una
estaca vertical posee la sombra más ......................... de todo el día, la cual apunta hacia el
................... . En El Bolsón, esto ocurre cerca de las .................... hs. En nuestra zona, el Sol
.............................. se ubica justo arriba de nuestras cabezas.

El día y la noche se deben al movimiento del .................... en el cielo, desde algún lugar del
............... a algún lugar del ................, provocando que de día el Sol se encuentre ......................
de nuestro horizonte y que por la noche se encuentre ........................ del horizonte. Así, es de día
cuando el Sol ………………...................... y de noche cuando ………………….............................. .

214
2. Estaciones del año. Señalar con un círculo la opción correcta:

El Sol SÍ / NO sale todos los días por el mismo lugar y TAMBIÉN / TAMPOCO a la misma hora.
Como nosotros vivimos al sur de la Tierra, es invierno cuando el Sol sale al SUR / NORTE del
este y se pone al SUR / NORTE del oeste y es verano cuando el Sol sale al SUR / NORTE del
este y se pone al SUR / NORTE del oeste. Por ese motivo, en invierno el Sol hace un recorrido
más BAJO / ALTO en el cielo, los días son más CORTOS / LARGOS y sus rayos nos llegan
POCO / MUY inclinados. En cambio, el recorrido del Sol en verano es más BAJO / ALTO , los
días son más CORTOS / LARGOS y sus rayos nos llegan POCO / MUY INCLINADOS. Por lo
tanto, el movimiento del Sol en el cielo de norte a sur y de sur a norte provoca el siguiente
fenómeno: DÍA Y NOCHE / ESTACIONES DEL AÑO / FASES DE LA LUNA .

3. Estaciones del año. Completar el dibujo de la salida del Sol para los días de comienzo
del invierno y del verano:

El invierno comienza el 21 de:


21 de marzo
9 hs
La primavera comienza el 21 de:

El verano comienza el 21 de:

Salidas del Sol


Mirando hacia el Este (el Piltri) El otoño comienza el 21 de:

4. Fases de la Luna. Completar la frase:

La Luna es alumbrada por el Sol y por eso NUNCA / SIEMPRE / A VECES está iluminada por la
mitad. Nosotros la vemos distinta cada día porque la Luna se mueve hacia el NORTE / ESTE /
OESTE cada día que pasa. En la fase creciente, la Luna se observa de MAÑANA / NOCHE con
su lado DERECHO / IZQUIERDO iluminado, mientras que en la fase menguante se la observa de
MAÑANA / NOCHE con su lado DERECHO / IZQUIERDO iluminado.

Dibujar las posiciones de la Luna si esta persona está viendo: a) Luna llena o b) Luna en
cuarto creciente.

215
El análisis didáctico de la Actividad 10 se encuentra sintetizado en la Tabla 8-5.

Tabla 8-5: Análisis didáctico de la Actividad 10.

 ¿Cómo es el recorrido que realiza diariamente el Sol en el cielo?


¿Qué relación tiene con el fenómeno del día y la noche?
 ¿Cómo es el recorrido anual del Sol en el cielo? ¿Qué relación tiene
Preguntas con el fenómeno de las estaciones del año?
clave  ¿Cómo es el movimiento diario de la Luna en el cielo? ¿Es similar al
que realiza el Sol?
 ¿Cómo es el movimiento propio de la Luna en el cielo? ¿Qué
relación tiene con el fenómeno de las fases lunares?

 Utilizar los conocimientos adquiridos para explicar el día y la noche,


las estaciones y las fases mediante un dibujo y una frase.
 Revisar y corregir las respuestas dadas inicialmente a la luz de los
nuevos conocimientos.
Acciones  Expresar los conocimientos adquiridos en relación al ciclo día/noche,
las estaciones y las fases.
 Resolver actividades "de completamiento" en relación a dichos
fenómenos y a su relación con los movimientos que realizan el Sol y
la Luna en el cielo.

 Movimiento diario del Sol. El día y la noche.


Conceptos
 Movimiento anual del Sol. Las estaciones del año.
clave
 Movimiento propio de la Luna. Fases lunares.

 El movimiento diario del Sol, desde el horizonte oriental al occidental,


provoca el fenómeno del día y la noche. Cuando el Sol está arriba
del horizonte es de día, cuando está debajo es de noche.
 El movimiento anual del Sol, de norte a sur, provoca el fenómeno de
las estaciones del año. Cuando el Sol se ubica al norte del cielo, los
habitantes del hemisferio sur lo ven más bajo y, por lo tanto, se lo
observa menos horas arriba del horizonte y sus rayos llegan más
inclinados, provocando las estaciones más frías del año. En cambio,
Explica- cuando se ubica al sur del cielo, el Sol sigue trayectorias más altas,
ciones estando más horas arriba del horizonte y haciendo que sus rayos
lleguen menos inclinados. En El Bolsón, y en casi toda la Argentina,
el Sol nunca se posiciona justo arriba de nuestras cabezas.
 El movimiento propio de la Luna de oeste a este provoca las fases
lunares. Como la Luna cambia de posición respecto al Sol cada día
que pasa, no siempre es visible toda la mitad de la Luna iluminada
por el Sol. Si el Sol y la Luna se encuentran en la misma dirección es
Luna nueva, mientras que si se encuentran opuestos es Luna llena.
Los cuartos se observan cuando la Luna y el Sol están a 90º.

 El sistema de referencia topocéntrico permite describir el movimiento


del Sol y la Luna en el cielo y, a partir de ellos, explicar los
Principios fenómenos astronómicos cotidianos. Esto hace posible diseñar
explicaciones y actividades adecuadas que coloquen a los
estudiantes como centro de su propio proceso de aprendizaje.

216
8.6. Reflexiones finales acerca de la ECPE

El diseño de las actividades detalladas en este capítulo ha sido un proceso complejo en


el que se tomaron gran cantidad de decisiones relativas a los conceptos a desarrollar,
las preguntas y problemas a plantear, las acciones a realizar, los mecanismos
explicativos a utilizar y los principios fundamentales a tener en cuenta para propiciar el
proceso de conceptualización en relación a los fenómenos astronómicos cotidianos.
Para ello, se buscó anticipar el desempeño de los estudiantes ante cada actividad
planteada, las posibles respuestas que sería esperable obtener y las distintas
intervenciones del docente a lo largo de las clases.

Un obstáculo importante del diseño de la secuencia fue anticipar lo que podría suceder
durante el proceso de implementación en caso de tener muchos días nublados que
imposibilten la realización de observaciones a simple vista del cielo, algo fundamental
dentro de una propuesta topocéntrica. En función de esto, y de que el docente-
investigador tendría un tiempo limitado de clases para llevar a cabo las distintas
actividades, se resolvió reemplazar las observaciones directas del cielo por simulaciones
realizadas mediante el programa Stellarium. De este modo, la utilización de este
programa informático hizo posible que las observaciones dejaran de ser indispensables
dentro de la secuencia, para pasar a ocupar un lugar relevante, pero complementario.
Esta modificación hace posible que la ECPE diseñada pueda ser implementada incluso
en lugares en los que la observación del cielo se torna compleja, como sucede en las
grandes ciudades.

Finalmente, la secuencia de actividades propuesta no constituye en modo alguno un


producto acabado y cerrado a utilizar sin ningún tipo de modificación. Por el contrario, la
secuencia se constituye como un punto de partida a partir del cual los docentes e
investigadores dedicados a la enseñanza de la astronomía puedan discutir, proponer
modificaciones, realizar sugerencias y, sobre todo, poner de algún modo en práctica. En
este sentido, en el capítulo siguiente se detalla el proceso de implementación llevado a
cabo con un grupo de alumnos de los últimos años de la escuela primaria. Se espera,
entonces, que esto pueda ser reiterado y evaluado con otros grupos de alumnos.

217
218
CAPÍTULO 9: DESCRIPCIÓN DE LA ESTRUCTURA
CONCEPTUAL EFECTIVAMENTE DESARROLLADA

9.1. Introducción

Esta etapa de la investigación corresponde al análisis de la implementación de la


Estructura Conceptual Propuesta para Enseñar acerca de los fenómenos astronómicos
cotidianos en un curso de 6to.año de la escuela primaria. Para ello, el investigador actuó
como docente del curso en las horas de desarrollo de la propuesta en el aula,
concurriendo dos veces por semana durante un período de dos meses de clases. En
este capítulo se detalla el referencial metodológico que orientó el trabajo de
investigación llevado a cabo y se describe lo acontecido en las distintas clases con el fin
de reconstruir la Estructura Conceptual Efectivamente Desarrollada (ECED) y la
paulatina evolución conceptual de los alumnos durante el proceso de implementación.
Dicha Estructura servirá de insumo para realizar, en el capítulo siguiente, el análisis de
la Estructura Conceptual Efectivamente Reconstruida (ECER) a partir de identificar el
tipo de conceptualización lograda por los estudiantes durante el proceso de enseñanza.

9.2. Metodología

Este estudio de desarrollo, implementación y análisis de una determinada propuesta


didáctica se incluye dentro de un marco de investigación cualitativa debido a que en el
mismo no se pretende corroborar teorías ni extender generalizaciones; por el contrario,
se pone el acento en la búsqueda de interpretaciones y asignación de significados
dentro de un contexto particular. Desde este marco, se decidió implementar una
metodología de investigación-acción con el fin de poder analizar e intentar transformar la
práctica educativa presente dentro del aula de clase en relación a la enseñanza y el
aprendizaje acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos.

Pese a este marco cualitativo, al finalizar el proceso de implementación se decidió


realizar un análisis cuantitativo de las respuestas de los distintos estudiantes del curso
con el fin de comparar dicho análisis con las conclusiones obtenidas anteriormente en
forma cualitativa. Este proceso de triangulación permitió brindar un grado mayor de
confiabilidad a los resultados obtenidos en relación al proceso de conceptualización
logrado con la totalidad del grupo de clase.

9.2.1. La investigación cualitativa en educación

La investigación educativa constituye un campo complejo en el cual se integran distintas


disciplinas y conviven diversas posturas metodológicas. Por lo tanto, los métodos
cualitativos suelen resultar apropiados dado que pretenden superar la dicotomía entre la
teoría y la práctica, intentando transformar la realidad a partir de modificar aspectos
sustanciales como la producción y apropiación del conocimiento. Este tipo de
investigaciones también reciben el nombre de "naturalistas" debido a su preocupación
por indagar los fenómenos educativos en su realidad natural, intentando evitar la
219
fragmentación y deformación característica de los métodos cuantitativos, los cuales
centran su preocupación en el control y la manipulación de variables provocando una
deformación artificial de la realidad educativa (Bravin y Pievi, 2008).

En términos actuales, la investigación cualitativa puede caracterizarse por: (a) intentar


captar los datos desde el campo en que se suceden, (b) explicar las formas en que las
personas comprenden sus situaciones particulares, (c) la escasa utilización de
instrumentos estandarizados y (d) por ser holística al tener en consideración a todos los
actores y a todos los informantes. Este tipo de investigación constituye un proceso
sistemático y riguroso de indagación a partir de la realización de descripciones
detalladas de personas, situaciones, interacciones y comportamientos observables,
incorporando las experiencias, pensamientos, creencias y reflexiones tal como son
expresadas por los mismos participantes en la investigación. Este enfoque aparece en el
campo de la investigación educativa a partir de la utilización de una gran diversidad de
modalidades y tradiciones que van desde estudios interpretativos como los etnográficos,
fenomenológicos o historias de vida, hasta los socio críticos o socio constructivistas,
como es el método de investigación-acción (Colmenares y Piñero, 2008) utilizado en
esta etapa de la investigación.

A continuación se detallan características del enfoque cualitativo (Hernández,


Fernández y Baptista, 2006) que justifican la elección de este marco metodológico:

 Se parte de una realidad que se intenta descubrir, construir, interpretar. La


realidad no es externa a la mente.
 No se concibe al mundo como externo al investigador. La realidad cambia en
función de las observaciones y de la recolección de datos.
 Se busca describir, comprender e interpretar los hechos a través de las
percepciones y significados producidos por los participantes.
 Se produce una interacción física y psicológica con el fenómeno, donde es
posible el contacto, la empatía y el involucramiento. No se intenta lograr una
independencia respecto del objeto de estudio.
 Se utiliza una lógica inductiva, que va de lo particular a lo general, de los
datos a las generalizaciones y teorías.
 Se reconocen los valores y creencias del investigador, los cuales son parte
del estudio. Su posición no es neutral ni imparcial.
 El planteamiento del problema y el diseño de la investigación son libres,
abiertos y flexibles. Es posible construir y modificar la investigación durante el
trabajo de campo.
 Se trabaja con casos individuales o con una muestra pequeña, la cual no es
estadísticamente representativa.
 Se busca comprender a las personas y a sus contextos.

El concepto de realidad social es clave en este enfoque dado que el mundo social es
dinámico y cambiante, siendo un ámbito donde las representaciones subjetivas de los
hechos son parte indisoluble de la realidad misma. Por lo tanto, cualquier fenómeno que
ocurre en un aula se constituye como un conjunto de manifestaciones observables de
los hechos, de carácter relativamente objetivo, junto con interpretaciones de los mismos
realizadas por los distintos participantes, de una dimensión claramente subjetiva. Por lo
tanto, no existe una única realidad en el ámbito educativo: son múltiples realidades que
220
se complementan mutuamente (Perez Gómez, 1996). En esta característica reside la
complejidad de la investigación educativa, donde los significados sólo pueden captarse
de modo situacional, dentro del contexto de los individuos que los producen e
intercambian. En este sentido, el enfoque cualitativo propone una interacción constante
entre las hipótesis de trabajo y los datos que se obtienen. De este modo, no se busca la
comprobación de determinadas teorías, sino la indagación flexible de los
acontecimientos observados con el fin de elaborar descripciones y abstracciones
provisionales de los datos, las cuales podrán ser usadas como hipótesis futuras de
trabajo. Esto permite tomar en cuenta las expresiones y motivaciones de todos los
actores, haciendo posible escuchar y analizar las voces de los estudiantes y del docente
en el mismo ámbito donde se está llevando a cabo el acto educativo.

Este enfoque supone ingresar en el ambiente escolar para observar y analizar los
factores que están involucrados y su influencia en el ámbito de esta realidad,
entendiendo que la vida del aula es compleja, por lo que es necesario profundizar
sucesivamente en aspectos que pueden no ser fácilmente distinguibles a primera vista.

Durante mucho tiempo diversos intelectuales han desarrollado teorías que debían ser
recepcionadas, utilizadas y aplicadas por los educadores, lo cual ha tenido un escaso
efecto sobre la práctica escolar debido a que partían de situaciones ideales o no reales,
muy distintas al contexto aúlico y a la realidad escolar de todos los días. En
contraposición, en este estudio se propone tomar los problemas presentes en las aulas
como eje, buscar respuestas en las teorías con una mentalidad abierta y cuestionadora,
interrelacionar la teoría y la práctica, y generar herramientas para actuar y efectuar
cambios que contribuyan al mejoramiento de la práctica educativa.

De esta manera, la enseñanza deja de ser concebida como una técnica, como un saber
aplicar la teoría, para constituirse en un proceso reflexivo que lleva a una mayor
comprensión de las prácticas y contextos institucionales. Se constituye en un fenómeno
social y cultural, una práctica social compleja, socialmente construida e interpretada,
realizada y conducida por los docentes (Latorre, 2003). Esto permite incorporar al
docente como investigador y participante de la realidad a investigar, problematizando su
propia práctica a partir de la formulación de nuevas propuestas, de la recolección de
datos en forma sistemática, del análisis y la generación de nuevas preguntas y de la
elaboración de conclusiones a ser analizadas por otros colegas e investigadores (Evans
Risco, 2010).

9.2.2. La investigación-acción en el ámbito educativo

Este modo de investigación en la acción se caracteriza por una práctica social reflexiva,
donde no se distingue entre la práctica que se investiga y el proceso de investigación de
esa práctica (Lewin, 1946). La finalidad de este tipo investigación es explorar la práctica
educativa tal y como ocurre en los escenarios naturales del aula, ocupando el docente,
en forma simultánea, el rol de investigador. De este modo, el docente deja ser objeto de
estudio para transformarse en un agente que toma decisiones constantemente, tanto en
relación al proceso de enseñanza como al proceso de investigación que se encuentra
llevando a cabo (Suarez Pazos, 2002). De este modo, se busca someter a crítica la
práctica áulica a la luz de los propios conocimientos del docente y, a su vez, dichos
conocimientos a la luz de la propia práctica (Stenhouse, 1984).

221
Esta metodología de investigación se encuentra orientada a la revisión concreta de la
práctica educativa a partir de lograr el aporte de información para guiar la toma de
decisiones y los procesos de cambio y de transformación de la realidad. Al respecto,
existe gran coincidencia en situar la investigación-acción dentro de los paradigmas
interpretativo y crítico y, a su vez, en concebir esta metodología como un proceso por el
cual se intentan estudiar científicamente ciertos problemas prácticos con el fin de guiar,
corregir y evaluar las decisiones y las acciones (Corey, 1953), buscando mejorar la
racionalidad y el entendimiento de las propias prácticas y de las situaciones en las
cuales ellas tienen lugar (Carr y Kemmis, 1988). De este modo, proporciona elementos
para facilitar el juicio práctico en situaciones concretas y el conocimiento que se genera
queda validado por su utilidad para ayudar a las personas a actuar de forma más
inteligente y acertada. Por lo tanto, las teorías no se validan de forma independiente al
ponerlas en práctica, sino a través de la misma práctica (Elliott, 1993).

Los investigación-acción educativa posee distintos propósitos, entre los que se destacan
el de remediar problemas diagnosticados en situaciones específicas de aula, el de
brindar continuidad a la formación permanente de los docentes, el de mejorar la
comunicación entre prácticos e investigadores y el de aportar enfoques nuevos e
innovadores en la enseñanza y el aprendizaje (Cohen y Manion, 1985). Este último
propósito es el centro de este trabajo de investigación, que pone en evaluación un
enfoque innovador para la enseñanza de la astronomía en el nivel primario dentro de la
práctica concreta de aula.

La investigación-acción tiene como finalidad la mejora de las prácticas educativas a


partir de tender puentes entre la teoría, la acción y la reflexión, indagando los hechos o
fenómenos relativos a los procesos de enseñanza y aprendizaje en su "realidad natural",
en contraste con los métodos experimentales y cuantificadores de la realidad. En
consecuencia, se encuentra incluida dentro de la investigación cualitativa, la cual
promueve la comprensión en profundidad de los hechos educativos desde la totalidad
contextual en que se producen las prácticas (Bravin y Pievi, 2008). Este enfoque se lleva
a cabo mediante la utilización de diferentes técnicas de recopilación de información:
registros de audio, fotográficos y fílmicos, notas de campo, entrevistas, cuestionarios,
pruebas de rendimiento de los alumnos, relatos autobiográficos, estudio de casos,
observadores externos, diarios de los alumnos, etcétera (Hopkins, 1989).

A lo largo del tiempo han existido críticas a este modo de investigación aduciendo cierta
falta de objetividad en el análisis que pueda llegar a llevarse a cabo debido a que el
docente que interviene fuertemente en el proceso de enseñanza es, a la vez, quien
actúa como investigador del proceso y de sus propios resultados. Sin embargo, diversos
autores consideran que esto no constituye un problema dado que toda investigación
educativa debe ser administrada por profesores, haciendo imposible eludir la percepción
subjetiva de la práctica. Por lo tanto, no se aspira a lograr una objetividad inalcanzable.
Por el contrario, se busca el "desarrollo de una perspectiva subjetiva, sensible y
autocrítica" (Stenhouse, 1987, p. 212) que cobra especial sentido si se tiene en cuenta
que el docente se encuentra en un lugar privilegiado dentro del aula para poder observar
y analizar el desarrollo del proceso educativo. En este sentido, dado que el conocimiento
y el interés de la mente se encuentran ligados, resulta una mera ilusión la separación
entre el objeto/sujeto de la investigación y los sesgos del investigador (Habermas, 1981).

Dado el carácter cualitativo y limitado de la investigación-acción llevada a cabo en este


trabajo concerniente a la utilización del sistema de referencia topocéntrico para la
enseñanza de los fenómenos astronómicos cotidianos, las conclusiones obtenidas
deben ser entendidas como "hipótesis de acción" a ser comprobadas por otros docentes

222
en sus propias aulas, lo cual podrá otorgar una mayor validez externa a este proceso de
investigación. De este modo, otros profesionales podrán analizar la utilidad de la
propuesta puesta en juego, lo que brindará la posibilidad de transferir conocimiento de
una experiencia a otra (Elliot, 1991).

En síntesis, la investigación-acción contribuye a la reflexión sobre la práctica educativa


con vistas a la mejora y al cambio tanto personal como social, unifica procesos
considerados a menudo independientes (la enseñanza, el currículum, la evaluación, la
investigación educativa, el desarrollo profesional), jugando un rol esencial en los ámbitos
educativos a los que se desea mejorar, transformar e innovar (Sandín Esteban, 2003).

9.2.3. La investigación-acción en el marco de esta investigación

El motivo que orienta a esta investigación, enmarcada en el enfoque de investigación-


acción, es la necesidad de conocer los logros que alcanza un grupo de estudiantes al
participar de una experiencia de aprendizaje basada en una secuencia didáctica
topocéntrica para la enseñanza de los fenómenos astronómicos cotidianos. La
implementación de esta propuesta intenta incidir directamente en la práctica escolar, en
el propio contexto de aula, actuando el investigador como docente del curso durante el
período de tiempo de implementación de la secuencia. De este modo, el docente-
investigador se convierte en un investigador de su propia práctica y del grado de
incidencia de la misma en la realidad escolar (Sandín Esteban, 2003).

Se ha decidido que el investigador asuma el rol de docente dentro del aula dado que se
detectó que la mayoría de los docentes de las escuelas de la zona no poseen la
formación específica necesaria para la enseñanza de los fenómenos astronómicos
cotidianos explicados desde el sistema de referencia topocéntrico, además de no contar
con material bibliográfico adecuado en las instituciones educativas. Pese a que a priori
podría pensarse que esta metodología dificulta el proceso de análisis de los datos, y su
relativa objetividad, posee la ventaja de hacer posible la realización de modificaciones a
la planificación pautada con el fin de tomar en consideración los emergentes de aula,
tales como los comentarios, observaciones e ideas de los estudiantes en relación a la
temática. A su vez, posibilita la realización de ciertos cambios en las actividades y en las
explicaciones del docente, lo que puede contribuir a una mejora de la propuesta
didáctica a implementar en el aula.

En función de esto, y en consenso con la docente del curso seleccionado, se decidió


que la secuencia didáctica sea llevada a cabo durante un lapso de unos dos meses de
clases en los que el investigador acudió a la escuela primaria dos veces por semana y
que, durante esas horas, el curso quedara a su cargo. En esos momentos, la docente
del curso tomó un rol auxiliar colaborando con el investigador en la organización de los
grupos de estudiantes dentro del aula o en la repetición de las consignas de trabajo a los
estudiantes que no las hayan podido comprender. En todo momento, la coordinación
general del aula, los debates entre estudiantes y las explicaciones generales estuvieron
a cargo del investigador, quien se encargó, simultáneamente, de registrar la mayor
cantidad de situaciones aúlicas en formato de textos, dibujos, audios, fotos y videos. De
este modo, la implementación de la metodología de investigación-acción permitió
explorar los actos educativos tal como tienen lugar dentro del aula, haciendo posible la
implementación de respuestas prácticas en la búsqueda de una mejora en la
comprensión de los fenómenos astronómicos cotidianos (día y noche, estaciones del
año y fases de la Luna) por parte de los estudiantes.
223
9.3. La implementación de la propuesta didáctica

La secuencia de enseñanza fue desarrollada en un curso de 6to. año de una escuela


primaria de carácter público ubicada en un barrio cercano al centro de la localidad de El
Bolsón, ciudad situada en la zona cordillerana del sur de la Argentina que posee un
poco más de 25.000 habitantes (censo 2010). La escuela posee un edificio inaugurado
hace pocos años y la mayoría de los estudiantes que allí concurren pueden
caracterizarse como de clase media.

Durante la implementación, el curso contaba con 26 alumnos de entre 9 y 11 años


(promedio 10,6 años), de los cuales 16 son varones (61,5%) y 10 son mujeres (38,5%).
El curso no cuenta con alumnos que hayan repetido algún año de escolaridad y la
mayoría de los padres de los estudiantes desarrollan trabajos no profesionales (47,8%),
como ser empleados de comercio o constructores, o poseen un empleo público (39,1%),
como ser docentes o policías.

9.4. Análisis de la propuesta y del proceso de conceptualización

Con el fin de realizar el análisis del proceso de implementación de la propuesta


diseñada, se registraron las clases en formato de audio y video. Debido a cuestiones
técnicas o de organización, en algún caso puntual la clase fue registrada solamente en
uno de los dos formatos. A su vez, se tomaron fotografías y se recogieron la totalidad de
los trabajos escritos llevados a cabo por los estudiantes, tanto en forma individual como
grupal, lo que permitió el análisis posterior del proceso de aprendizaje de cada alumno.

Para realizar el análisis de los datos se transcribieron textualmente las grabaciones de


las conversaciones del aula y se las organizó por clase o encuentro, asignándole un
número a cada una de las intervenciones o turno de habla. Esto permitió que el
docente/investigador analice su desempeño y el de los estudiantes a partir de una nueva
mirada distanciada de la labor en el salón de clases.

A su vez, cada encuentro fue subdividido en "episodios", cada uno de los cuales se
caracteriza por una pregunta o tema que nuclea a la actividad que se desarrolla en el
aula en ese momento. En la Tabla 9-1 se ha estructurado la secuencia didáctica llevada
a cabo presentando cada actividad junto con el número de clase en que fue
desarrollada, la fecha de la misma, el tipo de registro obtenido, los episodios en que se
ha subdividido la clase, los turnos de habla de cada episodio y la pregunta, el tema y/o la
actividad que caracteriza a cada uno de los episodios.

Posteriormente, se llevó a cabo un análisis del proceso de representación interna de los


estudiantes y de su evolución a lo largo de las clases. Este análisis permitió clasificar los
modelos mentales (Johnson-Laird, 1983; Greca y Moreira, 2002) iniciales que utilizaron
los estudiantes para explicar los fenómenos astronómicos cotidianos, hallando
coincidencias con los detectados en investigaciones anteriores. Como ya se ha indicado,
estos modelos se caracterizan por ser estructuras dinámicas y provisionales, las cuales
tienen como fin comprender, explicar o predecir una situación o proceso, de la cual el
modelo actúa como análogo estructural. Al finalizar la secuencia, se llevaron a cabo
actividades de evaluación y entrevistas individuales con el fin de analizar la existencia de
modificaciones en los modelos explicitados por los estudiantes para explicar los
fenómenos del día y la noche, las estaciones del año y las fases lunares.

224
Tabla 9-1: Organización y registro de las distintas actividades planteadas a lo largo de
las clases.
Organiza- Dura- Episo- Turno
Fecha Registro Pregunta/Tema/Actividad
ción ción dio habla

Actividad Explicación del día y la


Dibujos,
1 noche, las estaciones del
1y3 100 textos y
C1,2 año y las fases lunares
Clases de minu- audios 1 - 314
E1 mediante un dibujo y un
1y2 abril tos indivi-
texto. Concepciones de los
(C1,2) duales.
estudiantes.

¿Qué se mueve y qué está


C3
1 - 28 quieto? Concepciones de
E1
los estudiantes.
Audio y
Actividad video de ¿Se mueve el auto o los
2 60 clase. C3 postes de luz? Relatividad
8 de 29 - 75
minu- E2 del movimiento. Sistemas
Clase 3 abril Textos y
tos de referencia.
(C3) audios
grupales. ¿Se mueve la Tierra o se
C3 mueve el Sol en el cielo?
76 - 107
E3 Sistema de referencia
topocéntrico.

¿Cómo se mueve el Sol


Actividad
60 en el cielo cuando sale y
3 9 de Audio y C4
minu- 1 - 93 se pone? ¿Dónde se ubica
Clase 4 abril video E1
tos al mediodía? Uso del
(C4)
programa Stellarium.

¿Cómo se puede explicar


el día y la noche a partir
C5
1 - 26 del movimiento diario del
E1
Sol? Realización de
maqueta.
Actividad Audio y
4 video.
Movimiento diario del Sol y
14 y Maquetas.
C5 explicación del día y la
16 de 100 Textos 27 - 73
Clases E2 noche. Actividad escrita
abril minu- indivi-
5y6 individual.
tos duales y
(C5 y C6) grupales. Movimiento diario del Sol y
explicación del ciclo
1 - 57
C6 día/noche. Nueva
Clase
E1 sistematización.
agregada
Repetición de la actividad
anterior en forma grupal.
¿Cómo cambia el
Actividad recorrido del Sol en el cielo
45
5 22 de Audio y C7 a lo largo del año?
minu- 1 - 95
Clase 7 abril video E1 Relación con estaciones.
tos
(C7) Uso del programa
Stellarium.

225
¿Cómo se pueden
explicar las estaciones a
C8
1 - 26 partir del movimiento
Actividad Audio y E1
anual del Sol? Realización
6 23 y 100 video.
de maqueta.
Clases 29 de minu- Maquetas.
8y9 abril tos Textos
Movimiento anual del Sol
(C8 y C9) individuales Actividad
y explicación de las
C9 individual.
estaciones. Actividad
Sin audio.
escrita individual.

¿Cómo se mueve la Luna


Actividad
30 en el cielo cuando sale y
7 7 de C10
minu- Video 1 - 78 se pone? ¿Dónde se
Clase 10 mayo E1
tos ubica al mediodía? Uso
(C10)
del programa Stellarium.

¿Cómo cambia la posición


30 de la Luna y su forma de
7 de C10
minu- Video 79 - 147 una noche a otra a la
mayo E2
tos misma hora? Uso del
programa Stellarium.
Actividad
¿Cómo cambia la posición
8
de la Luna y su forma de
Clases 13 de 60 Audio y C11
1 - 97 una mañana a otra a la
10 a 12 mayo minutos video E1
misma hora? Uso del
(C10, C11
programa Stellarium.
y C12)
¿Cómo es el movimiento
propio de la Luna? ¿Cómo
14 de 30 Audio y C12
1 - 107 reconocer si la Luna está
mayo minutos video E1
creciendo o menguando?
Ejercitación en el frente.

¿Por qué la Luna cambia


C12
108 - 141 de forma? Actividad de
E2
cambio de punto de vista.
Actividad
Audio y
9 14,
video. Explicación ¿Cómo explicar las fases
Clases 20 y 120
Maquetas. C13 en frente. de la Luna a partir de su
12 a 14 21 de minutos
Textos Sin audio. movimiento propio?
(C12, C13 mayo
individuales.
y C14)
Corrección de actividad.
C14
1 - 56 Análisis de la Luna visible
E1
en el cielo ese día.

C15 Explicación grupal de día


1 - 49
E1 y noche. Revisión.
Actividad
10 Audio y
Explicación grupal de
Clases 27 de 60 video. C15
50 - 104 estaciones del año.
15 a 17 mayo minutos Trabajos E2
Revisión en el frente.
(C15, C16 grupales.
y C17)
C15 Explicación grupal de
105 - 178
E3 fases lunares. Revisión.

226
Audio y Explicación de día y
28 de 60 C16
video. 1-8 noche, estaciones y fases
mayo minutos E1
Trabajos. en forma individual

Actividad
3 de 60 Trabajos Evaluación final individual.
C17 individual.
junio minutos alumnos. Cierre de la secuencia.
Sin audio.

9.4.1. Actividad 1: "Pensando acerca de día/noche, estaciones y fases lunares"

Esta actividad implicaba que los estudiantes debían poner en juego sus ideas respecto a
la causa de los fenómenos del día y la noche, las estaciones del año y las fases de la
Luna. Para ponerlas en evidencia, se decidió optar por una actividad de carácter abierto,
de forma tal de dirigir lo menos posible la respuesta de los estudiantes ya que una de los
propósitos de la misma consistía en identificar qué sistema de referencia (heliocéntrico o
topocéntrico) elegían los estudiantes para explicar los fenómenos.

Las respuestas explicitadas por los alumnos en forma oral, escrita y mediante dibujos
permitieron realizar una clasificación de las mismas y definir categorías generales que
corresponden a distintos modelos mentales acerca de las causas de dichos fenómenos.
A continuación se detallan aquellas categorías que nuclean a una proporción importante
de alumnos o que han sido consideradas de relevancia durante el desarrollo de la
secuencia didáctica. Para cada una de ellas se transcriben partes del protocolo de las
clases y se presentan dibujos y textos realizados por distintos estudiantes, los cuales
responden en forma similar a una determinada situación didáctica y, en consecuencia,
explicitan la presencia de un modelo mental que, pese a ser de carácter netamente
personal, puede ser caracterizado e incluido dentro de una categoría más general. Por
ejemplo, más allá de que muchos alumnos sostienen que la Luna está presente todas
las noches, y que lo hacen a partir de diversos mecanismos físicos (se destapa, se
acerca, se mueve), todos ellos han sido clasificados como pertenecientes a la categoría
“modelos de alternancia” sobre el día y la noche (MD/N-1), ya que estas expresiones
explicitan un modelo mental en el que el Sol y la Luna “se turnan” para estar en el cielo.

Los criterios para asignar a un alumno una determinada categoría de modelos mentales
en relación a cada uno de los fenómenos astronómicos cotidianos, y el análisis de su
evolución durante las clases, se describen a continuación.

Para preservar la identidad de los alumnos, cada uno será identificado con la letra A
seguida de un subíndice (A n), el cual será mantenido durante todo el proceso de
descripción y análisis del proceso de implementación. A su vez, los registros obtenidos
en las entrevistas serán identificados por un par ordenado que indica el número de clase
(primer término) seguido por el turno de habla (segundo término). Por ejemplo, el par
(C3; 70) indica que la transcripción corresponde a la clase 3 y que se desarrolla a partir
del turno de habla 70. En el caso de transcripciones de trabajos o representaciones
realizadas por los estudiantes, los mismos se identificarán por un par ordenado que
indica cuál es la actividad a partir de cuya resolución se ha obtenido el registro y, en
segundo lugar, cuál ha sido el alumno que la ha realizado. Por ejemplo, el par (Ac1; A25)
implica que el trabajo presentado lo ha llevado a cabo el alumno número 25 al resolver
la Actividad 1 planteada en el Capítulo 8 como parte de la ECPE.

227
9.4.1.1. Las causas del día y la noche

A partir de las respuestas dadas por los estudiantes, se han definido 3 categorías de
modelos mentales para explicar el ciclo día/noche (MD/N). En la Tabla 9-2 se define cada
categoría a partir de proposiciones y dibujos realizados por alumnos del curso que han
sido asignados a cada una de ellas.

Tabla 9-2: Categorías de modelos mentales sobre la causa del día y la noche definidas
en base a las explicaciones orales, escritas y pictóricas de los alumnos.

Categoría

MD/N-1
Modelos de alternancia
Sol/Luna
La presencia del Sol en el cielo
dentifica al día y la de la Luna a
la noche

"Es de noche porque salió la Luna


y es de día porque salió el Sol" (Ac1; A16)

MD/N-2
Modelos de
rotación terrestre
La rotación de la Tierra
provoca el día y la noche
(con o sin presencia
de la Luna en posición
opuesta al Sol)
"Hice un dibujo y puse que la luz del Sol sólo alumbra un
lado de la Tierra y el otro está en oscuridad" (Ac1; A23)

MD/N-3
Modelos de revolución
La Luna y el Sol,
opuestos en el espacio, (Ac1; A17)
giran alrededor de la Tierra
"El Sol está de un lado y la Luna del otro...
van rotando y cuando el Sol está acá, la Luna
va a estar acá y al revés" (C12; A12; 112)

228
En sintonía con el estudio previo expuesto en la Sección 7.3. de esta investigación, la
categoría MD/N-1 es la que aparece en mayor proporción para explicar el ciclo día/noche.
En este sentido, un 65,4% de los alumnos del curso se encuentra incluido en MD/N-1,
siendo registrado tanto en los dibujos y textos realizados por los estudiantes como en las
entrevistas individuales llevadas a cabo durante las mismas clases. A continuación se
transcriben partes de las entrevistas de las clases y de los textos elaborados por los
estudiantes que han sido incluidos dentro de esta categoría.

MD/N-1: Modelos de alternancia Sol/Luna

Yo pienso que cuando es de día está el Sol... y cuando es de noche se esconde


(Ac1; A1)
el Sol, sale la Luna y empieza a oscurecer...

(C1,2; 65) A8: El Sol se está yendo y la Luna está viniendo y ahí se hace de noche.

D: ¿Qué quisiste hacer acá?


A13: Que el Sol se está yendo y que la Luna salió.
(C1,2; 147)
D: ¿Eso sería el inicio de la noche?
A13: Sí.

D: ¿Por qué es de noche acá?


(C1,2; 181)
A16: Porque salió la Luna... y es de día porque salió el Sol.

A18: Bueno, acá el Sol sale por el Este, que sería el medio del cerro Piltriquitrón...
como el Sol es lo único que alumbra toda la Tierra, recién cuando se va queda
(C1,2; 218) todo de noche y puede haber estrellas si el cielo está despejado. Entonces el Sol
se va y, si está despejado, sale la Luna y el Sol del otro lado está alumbrando y la
Luna también gira, se va la Luna y vuelve el Sol y así sucesivamente.

A20: Para mí es de día porque el Sol está alumbrando todo el cielo y de noche
(C1,2; 257)
porque el Sol se fue y pega la Luna en el valle.

Ahora es de día porque la Luna se fue y el Sol salió... Ahora es de noche porque
(Ac1; A21)
el Sol se fue y la Luna salió.

Como puede observarse, estas explicaciones son netamente topocéntricas ya que las
mismas están centradas en los estudiantes y en su entorno cotidiano, lo cual puede
identificarse a partir de frases tales como "el Sol se está yendo y la Luna está viniendo",
"el Sol sale por el Este, que sería el medio del cerro Piltriquitrón", "porque el Sol se fue y
pega la Luna en el valle", etc. Por lo tanto, se evidencia la utilización mayoritaria del
sistema de referencia topocéntrico por parte de los estudiantes.

Por otro lado, el 23,1% de los estudiantes fue incluido en la categoría MD/N-2, que asocia
el día y la noche con la rotación de la Tierra, ya que sólo 6 de los alumnos relaciona el
ciclo día/noche con este movimiento de la Tierra. Sin embargo, si se compara lo que los
estudiantes manifiestan en las entrevistas con los dibujos realizados por ellos mismos
para explicar el ciclo día/noche, existen contradicciones que parecen indicar una
inadecuada comprensión del fenómeno. Por ejemplo, en la mayoría de ellos aparece
representada la Luna en el espacio, pareciendo indicar alguna relación entre este astro y
el fenómeno del día y la noche. A continuación se transcriben algunas partes de las
entrevistas y de los textos elaborados por los estudiantes que han sido incluidos dentro
de MD/N-2.

229
MD/N-2: Modelos de rotación

(Ac1; A2) Se hace de noche porque rota la Tierra.

Es de día cuando el Sol está enfrente de nosotros y es de noche cuando damos


(Ac1; A7)
una media vuelta.

A10: Esto es como un eje que hace girar la Tierra, es de día o de noche por la
(C1,2; 79)
rotación de la Tierra sobre sí misma.

(C1,2; 275) A22: Por la rotación de la Tierra es de día o de noche.

A23: Hice un dibujo y puse que la luz del Sol sólo alumbra un lado de la Tierra y el
(C1,2; 284)
otro está en oscuridad, haciendo una sombra en el espacio.

Por último, sólo 2 alumnos (7,7%) fueron incluidos dentro de la categoría MD/N-3, la cual
se relaciona con MD/N-1 ya que también sostiene la presencia en forma alternante del Sol
durante el día y de la Luna durante la noche. Sin embargo, a diferencia de MD/N-1, MD/N-3
se basa en el sistema de referencia heliocéntrico ya que los alumnos incluidos en esta
categoría explican dicha alternancia a partir de proponer que la Luna y el Sol, opuestos
entre sí respecto a la Tierra, giran en torno a ella. Aparentemente, estos estudiantes
intentan reconciliar las imágenes heliocéntricas presentes en los materiales educativos
con sus propias percepciones cotidianas, de carácter real o imaginario.

MD/N-3: Modelos de revolución

A12: Acá está la Tierra y acá está el Sol... El Sol está de un lado y la Luna del
(C1,2; 100) otro... Es lo mismo que el Sol, van rotando y cuando uno está acá, el Sol está acá,
la Luna va a estar acá y al revés.

9.4.1.2. Las causas de las estaciones

A partir del análisis de la Actividad 1, se han definido 3 categorías de modelos mentales


para explicar las estaciones del año (MEA). A su vez, dentro de la categoría MEA-2, en la
que se explica el fenómeno de las estaciones a partir de la variación de la distancia
Tierra-Sol, se han definido 3 subcategorías. En ellas se explica la variación de la
distancia al Sol por algún movimiento propio de acercamiento o alejamiento de la Tierra
(MEA-2A), por el movimiento de la Tierra en órbita “ovalada” alrededor del Sol (MEA-2B) o
por el movimiento de acercamiento y alejamiento del Sol y también de la Luna (MEA-2C).
En esta última subcategoría, la explicación dada por los alumnos incluye a la Luna
moviéndose en sentido contrario al Sol (cuando el Sol se acerca, la Luna se aleja y
viceversa).

En la Tabla 9-3 se presenta cada categoría, y subcategoría, las cuales fueron definidas
a partir de las explicaciones orales, escritas y pictóricas de los alumnos del curso.

230
Tabla 9-3: Categorías de modelos mentales sobre las estaciones del año.

Categoría

MEA-1 "En 1) están


cayendo las hojas.
Modelos de cambios
ambientales En 2) está
lloviendo mucho
Las estaciones se deben a y hace frío.
cambios en el ambiente: En 3) hace
temperatura, lluvia, nubes, mucho calor"
vientos, caída de hojas de los (Ac1; A3)
árboles, etc.

MEA-2A
Modelos de distancia
Tierra-Sol variable: "[Es verano]
el Sol se acerca y se aleja. Porque
el Sol está
Las estaciones se deben a más cerca"
cambios en la distancia entre el (Ac1; A13)
Sol y la Tierra. El Sol se acerca
o se aleja de la Tierra

MEA-2B "...puse que la


Modelos de distancia Tierra giraba
Tierra-Sol variable: alrededor del Sol
la Tierra se aleja y se acerca no como un círculo,
al Sol al moverse en su órbita. sino como un óvalo…
Acá, en estas zonas,
Las estaciones se deben a como está más cerca
cambios en la distancia entre el hace más calor, y acá
Sol y la Tierra. Al moverse en hace más frío"
su órbita, la Tierra se acerca o (C12; A23; 284)
se aleja del Sol (Ac1; A23)

MEA-2C
"Invierno: Sol muy
Modelos de distancia lejos, Luna muy
Tierra-Sol variable: cerca. Primavera:
cuando el Sol se acerca, la Sol cerca, Luna
Luna se aleja (y viceversa) cerca. Verano: Sol
más cerca, Luna
Las estaciones se deben a más lejos. Otoño:
cambios en la distancia entre el Sol algo lejos,
Sol y la Tierra. El Sol y la Luna Luna más cerca"
se acercan y alejan (Ac1; A19)
alternadamente

MEA-3
[Sin dibujo]
Modelos de velocidad
variable del Sol "Porque el Sol se va, se queda más tiempo
en unos lugares que en otros"
Las estaciones se deben a
(C12; A8; 71)
cambios en la velocidad del Sol

231
La mayoría de los estudiantes brindan explicaciones del fenómeno de las estaciones del
año que corresponden a las categorías MEA-1 o MEA-2, hallándose una proporción similar
de respuestas correspondientes a cada una de ellas: 11 alumnos (42,3%) fueron
asignados a MEA-1, mientras que 10 estudiantes (38,5%) fueron incluidos en MEA-2. A su
vez, un solo alumno (3,8%) fue asignado a la categoría MEA-3. Los restantes estudiantes
presentaron respuestas confusas de difícil clasificación (2 estudiantes) o no pudieron dar
ninguna respuesta (2 alumnos).

A continuación se transcriben partes de las entrevistas de las clases y de los textos


elaborados por los estudiantes que han sido incluidos dentro de la categoría MEA-1, la
cual reviste un carácter meramente descriptivo.

MEA-1: Modelos de cambios ambientales

A2: En otoño, las estaciones no son cálidas, sino son frías.


D: ¿Se te ocurre por qué?
(C1,2; 9)
A2: Porque hace mucho frio. Después del otoño viene el invierno, hace muchísimo
más frío y casi no tenés días soleados, son la mayoría nublados.

Para mí en el otoño hay mucho viento y de tanto viento se caen las ramitas y las
(Ac1; A11)
hojas.

(Ac1; A15) Es verano porque hay mucho Sol. Es invierno porque en invierno nieva.

Cambia porque las nubes en invierno tapan el Sol y también en otoño. En verano
(Ac1; A18)
y primavera el Sol da a los árboles.

Como puede verse, los estudiantes incluidos en la categoría MEA-1 tienden a brindar
explicaciones en las cuales confunden las consecuencias observables de las estaciones
del año con sus correspondientes causas, que son de carácter netamente astronómico.
En este sentido, utilizando el sistema de referencia topocéntrico, las estaciones pueden
explicarse a partir de la modificación de la posición que ocupa el Sol en la esfera celeste
a lo largo del año. A su vez, desde el sistema de referencia heliocéntrico las estaciones
pueden pensarse como una consecuencia de la inclinación constante del eje terrestre a
medida que la Tierra se desplaza en su órbita alrededor del Sol. Estos cambios
astronomícos son los que provocan modificaciones en el estado del tiempo
meteorológico durante el año (temperatura media, cantidad de lluvias y días nublados,
vientos, etc), lo que genera diferencias sustanciales en el ambiente cotidiano.

Esta confusión entre causas y consecuencias presente en una proporción importante de


estudiantes queda reflejada en algunas de las respuestas brindadas por ellos, como las
que sostienen que es invierno "porque en invierno nieva" o "porque no tenés días
soleados, son la mayoría nublados", o que "es verano porque hay mucho Sol".

Más allá de que algunas de estas afirmaciones resultan ser descriptivamente ciertas
para la zona donde se realizó esta investigación, donde se viven inviernos muy fríos y
con muchos días nublados, su generalización evidencia la imposibilidad conceptual de
poder relacionar estas vivencias con cambios que acontecen en el cielo; más
particularmente, en la posición que ocupa el Sol y, en consecuencia, en sus cambios de
trayectoria a lo largo del año.

232
En contraposición a lo anterior, los alumnos asignados a la categoría MEA-2 proponen
una causa astronómica para los cambios que se perciben en el ambiente al asociar la
distancia variable al Sol con los cambios estacionales. Algunas de las frases transcriptas
de las entrevistas y de los trabajos de los estudiantes son las siguientes.

MEA-2A y MEA-2B: Modelos de distancia Tierra-Sol variable

D: Antes... dijiste que el Sol en verano, ¿qué pasaba?


MEA-2A A7: Se acercaba.
(C1,2; 39) D: En verano se acerca ¿a qué?
A7: A la Tierra.

A10: … se producen por la distancia entre el Sol y la Tierra.


D: ¿Acá cuando sería verano?
MEA-2B
A10: Cuando la Tierra está lo más posible aproximada al Sol. Una vez mi mamá
(C1,2; 83)
me contó que en el Sistema Solar los planetas giran alrededor del Sol y cuando
giran hay ciertas zonas que están más cerca del Sol.

A13: No lo tuve que escribir porque ya sé, porque el Sol en verano está más cerca
MEA-2A
de la Tierra, en otoño está un poco más lejos que en verano, en primavera porque
(C1,2; 142)
creo que está un poco más lejos y más cerca y en invierno porque está alejado.

A20: Las estaciones son porque el Sol está cada vez más lejos, en invierno está
MEA-2A
del otro lado del mundo, en otoño se va acercando más, en primavera más y en
(C1,2; 257)
verano ya está cerca.

A23: ...puse que la Tierra giraba alrededor del Sol no como un círculo, sino como
MEA-2B
un óvalo, como si fuese alargado… Acá hice esta línea que es el movimiento de
(C1,2; 284)
la Tierra y acá, como está más cerca hace más calor, y acá hace más frio.

Dentro de las explicaciones anteriores, 4 alumnos indican que la distancia al Sol cambia
debido a que "el Sol se aleja o se acerca" (MEA-2A), mientras que 2 alumnos manifiestan
que este cambio en la distancia se debe al movimiento de la Tierra alrededor del Sol
(MEA-2B). El alumno A23 es el único que llega a dibujar la órbita de la Tierra, aunque para
ser coherente con sus ideas debe indicar que hay dos momentos del año de "más
calor", cuando la Tierra se encuentra cercana al Sol, y dos momentos de "más frío",
cuando la Tierra se ubica más lejos. Este dibujo puede visualizarse en la Tabla 9-3.

Una variante de explicación correspondiente a la categoría MEA-2 no mencionada en


investigaciones precedentes fue detectada en este trabajo. En esta explicación, los
estudiantes indican que las estaciones del año se deben a la distancia variable al Sol,
pero incorporan al mismo tiempo la distancia variable a la Luna, sosteniendo que
cuando el Sol se aleja, la Luna se acerca, y viceversa. A continuación se transcriben
partes de las entrevistas realizadas en las clases, las cuales permitieron identificar esta
subcategoría, que fue detectada en 4 de los 10 alumnos incluidos en MEA-2.

MEA-2C: Modelos de distancia Tierra-Sol variable:


cuando el Sol se acerca, la Luna se aleja

A12: En verano el Sol está más cerca de la Tierra y en otoño se aleja un poco y la
Luna se va acercando y en invierno la Luna va a estar bastante cerca de la Tierra
(C1,2; 131) y en primavera se va alejando la Luna y se va acercando el Sol de a poco.
D: Entonces, ¿en invierno está la Luna cerca y el Sol lejos?
A12: Sí.

233
A17: Cuando el Sol se acerca se hace verano, cuando la Luna se acerca se hace
(C1,2; 205) invierno. Supongo que primavera es cuando el Sol se está acercando y después
va a verano, no sé...

A19: En verano: Sol más cerca, Luna más lejos. En otoño: Sol algo más lejos,
(C1,2; 231) Luna más cerca. Invierno: Sol más lejos y Luna muy cerca. Ahora pongo la
primavera.

A22: El Sol cuando está más cerca es en el verano, por eso hace más calor y la
(C1,2; 280)
Luna está en invierno por eso se hace de noche más rápido.

Lo manifestado por A22 sugiere la génesis de este tipo de explicación. Parecería ser que
estos estudiantes intentan conciliar la explicación de las estaciones con sus propias
percepciones cotidianas, las cuales asocian el invierno con bajas temperaturas y con
noches muy largas, ocurriendo lo contrario en verano. Estos cambios son notorios dado
que en la localidad en que se realizó esta investigación (El Bolsón), ubicada a 42º de
latitud sur, las diferencias estacionales son muy importantes y, en consecuencia, la
cantidad de horas de luz y oscuridad varía radicalmente a lo largo del año. Por lo tanto,
esta explicación de las estaciones del año parecería estar relacionada con el propio
modelo mental del alumno sobre el fenómeno del día y la noche, en el cual se asocia la
noche con la presencia de la Luna.

Una posible inferencia lógica para justificar la subcategoría MEA-2C podría ser:

 La presencia del Sol caracteriza al día, y la de la Luna a la noche.


 Cuando el Sol se oculta, aparece la Luna y se hace de noche. Cuando la Luna
se oculta, aparece el Sol y se hace de día. Por lo tanto, la Luna y el Sol deben
estar opuestos en el cielo o en el espacio exterior (dependiendo si los alumnos lo
piensan en forma topocéntrica o heliocéntrica).
 Como el día está asociado con la presencia del Sol, en verano, cuando las
temperaturas son mayores y los días más largos, éste debe encontrarse más
cerca. Lo contrario debe ocurrir en invierno.
 Como la noche está regida por la Luna, cuando las noches en invierno se hacen
mucho más largas, la Luna debe estar mucho más cerca. Lo contrario debe
ocurrir en verano.
 Como la Luna y el Sol están opuestos, y como hace más frío (asociado con el
Sol más lejos) cuando las noches son más largas (asociadas con la Luna más
cerca), el Sol debe alejarse cuando la Luna se acerca.

La última categoría (MEA-3) es ampliamente minoritaria ya que sólo un estudiante (3,8%)


ha sido asignado a ella. Este alumno (A8) sostiene que las diferencias estacionales se
deben a un cambio en la velocidad de desplazamiento del Sol, lo que produce que esté
más tiempo en un lado de la Tierra que en otro.

MEA-3: Modelos de velocidad variable del Sol

Me parece que pasa porque el Sol se pone lento y se queda más tiempo en un
(Ac 1; A8)
[otro] lugar y por eso se pone frío [acá].

234
En la Tabla 9-4 se sintetizan las distintas categorías de modelos mentales en relación a
las estaciones del año y su presencia porcentual dentro del grupo de clase.

Tabla 9-4: Porcentaje de alumnos del curso que han sido asignados a cada categoría
de modelos acerca de la causa de las estaciones del año.
Categorías de modelos sobre las estaciones del año (porcentaje de alumnos)
MEA-1: Modelos de cambios ambientales (42,3%)
MEA-2: Modelos de distancia Tierra-Sol variable (38,5%)
MEA-2A El Sol se acerca y se aleja 15,4%
MEA-2B La Tierra se aleja y se acerca al Sol al moverse en su órbita 7,7%
MEA-2C Cuando el Sol se acerca, la Luna se aleja (y viceversa) 15,4%
MEA-3: Modelos de velocidad variable del Sol (3,8%)

Como puede apreciarse en la Tabla 9-3, ninguno de los modelos explicativos de los
estudiantes es adecuado desde el punto de vista científico, ni desde el sistema de
referencia topocéntrico ni desde el heliocéntrico. A su vez, predominan dos tipos de
ideas que aglutinan a la misma proporción de alumnos (42,3%): aquellas en las que no
se hace referencia a ningún fenómeno celeste y aquellas en las que sí. Entre estas
últimas, la gran mayoría sostiene la variación de la distancia al Sol como causa de las
estaciones del año, concepción que ya ha sido detectada en gran cantidad de trabajos
de investigación anteriores. Sin embargo, llama la atención que en dichos trabajos no
aparezcan mencionadas explicaciones como las incluidas dentro de la categoría MEA-1,
donde los estudiantes no relacionan los fenómenos estacionales que cotidianamente
observan a su alrededor con cambios que ocurren en el cielo.

9.4.1.3. Las causas de las fases lunares

A partir del análisis de la Actividad 1, se ha detectado que 22 estudiantes del curso


(84,6%) tienen cierto conocimiento de las fases lunares dado que logran dibujar algunas
de las formas que la Luna va adquiriendo a lo largo del mes lunar. Esto puede deberse a
que los alumnos han manifestado haber tenido clases referidas a este tema unos dos
años atrás. Esto puede explicar que 7 de los alumnos (26,9%) hayan dibujado
adecuadamente las lunas crecientes y menguantes con sus lados opuestos, izquierdo o
derecho, correspondientemente iluminados. Dado que este tipo de conocimiento no es
sencillo de adquirir en forma espontánea, es factible pensar que puede ser el resultado
de un proceso sistemático de instrucción relacionado con la observación del cielo.

Sin embargo, pese a que 22 alumnos dibujaron adecuadamente algunas de las fases
lunares, 10 de estos estudiantes (38,5%) no lograron esbozar ninguna explicación
acerca de las causas del fenómeno. A su vez, 4 estudiantes (15,4%) no pudieron
esbozar ni un dibujo ni una explicación. Por último, 12 alumnos (46,2%) esbozaron
dibujos junto con distintas explicaciones, mostrando una gran dispersión en sus
respuestas. A partir de dichas respuestas se han definido 4 categorías de modelos
mentales sobre las fases lunares (MFL), las cuales se encuentran descriptas y
ejemplificadas en la Tabla 9-5.

235
Tabla 9-5: Categorías de modelos mentales sobre las fases lunares definidas a partir de
las explicaciones orales, escritas y pictóricas de los estudiantes.

Categorías

"Depende de la
posición del Sol va a
MFL-1 dar Luna llena, media
Modelos de ángulo de Luna, etc"
incidencia solar
"El Sol debe estar a la
Las fases de la Luna se deben izquierda [derecha] de
a la posición del Sol respecto la Luna"
a la Luna
(Ac1; A7)

"La Tierra le
MFL-2 hace distintas
sombras a
Modelos de eclipse la Luna.
Las fases lunares se deben a la Depende
sombra de la Tierra sobre la dónde está
Luna la Luna"
(Ac 1; A23)

MFL-3 [Sin dibujo]


Modelos de movimiento solar "Las fases de la Luna van cambiando porque el Sol se va
Las fases de la Luna se deben moviendo de lugar"
a que el Sol cambia de lugar (Ac1; A20)

MFL-4
[Sin dibujo]
Modelos de cambios
ambientales
"Con las estaciones la Luna va teniendo fases"
La Luna cambia de forma según
las estaciones del año o según
(Ac1; A17)
cómo esté el tiempo

Como muestra de la escasa comprensión del fenómeno de las fases lunares por parte
de los alumnos, el análisis de la Actividad 1 muestra una gran dispersión de respuestas
dadas por parte de los estudiantes. En este sentido, sólo 3 alumnos (11,5%) han sido
incluidos dentro de la categoría MFL-1, mientras que 2 alumnos (7,7%) han sido
asignados dentro de cada una de las categorías MFL-2, MFL-3 y MFL-4. Por otro lado,
existen respuestas que no han sido catalogadas dado que fueron dadas por un solo
estudiante. Por ejemplo, algunos alumnos sostienen que las fases de la Luna se
producen "porque el Sol está más cerca o más lejos de la Luna" (Ac 1; A12), "porque el
mundo gira" (Ac 1; A15) o "porque la Luna cambia de formas" (Ac 1; A15). Como queda en
evidencia, a la mayoría de los alumnos les resulta dificultoso pensar explicaciones
acordes para este fenómeno.

A continuación se transcriben partes de las entrevistas realizadas en clase a los 3


estudiantes que han sido incluidos dentro de la categoría MFL-1.
236
MFL-1: Modelos de ángulo de incidencia solar

D: Acá la pregunta es por qué la Luna no se ve siempre igual.


A7: Porque depende de la posición en la que esté el Sol.
D: ¿Cómo sería eso?
(C1,2; 46) A7: El Sol en Luna llena debe estar…no, no entiendo…
D: A ver, pensemos, una idea tenés, ¿cómo se ve la Luna llena?
A7: El Sol casi en frente para que alumbre toda la Luna. La media Luna el Sol está
al costado. Cuando no se ve la Luna…no sé…

D: ¿Se te ocurre alguna explicación de por qué a veces se ve llena, o creciente, o


menguante?
A10: Por el punto en el que estamos, el Sol ilumina distintos costados y cuando
hay Luna llena siempre es de noche porque el Sol sería como si estuviese más
(C1,2; 87)
atrás, como del otro lado del planeta alumbrando a la Luna…o algo así…
D: ¿Y por qué verías una Luna creciente?
A10: La Luna creciente es porque el Sol ilumina de costado, ya es de día y el Sol
ilumina a la Luna desde otra posición.

D: ¿Y por qué cambia de forma todos los días?


(C1,2; 221)
A18: Porque el Sol le da en diferentes partes.

Aunque no tienen una explicación acabada acerca del fenómeno, estos alumnos
parecen explicar adecuadamente las fases lunares a partir de pensar cómo debe incidir
el Sol sobre la Luna para que un observador terrestre la perciba tal como se la ve en el
cielo. En este sentido, manifiestan que en Luna llena el Sol debe alumbrarla "de frente",
mientras que en Luna creciente debe alumbrarla "de costado", o que la forma cambia al
darle el Sol "en diferentes partes". Este enfoque topocéntrico resulta adecuado y se
encuentra en sintonía con la ECPE sobre fases lunares planteada en el Capítulo 8 de
esta investigación, cuya implementación será analizada más adelante.

En contraposición, las explicaciones incluidas en la categoría MFL-2 presentan un


enfoque heliocéntrico ya que implican "pararse" imaginariamente en el espacio exterior
para observar cómo la Tierra genera una sombra en dirección opuesta al Sol, lo que
provoca el oscurecimiento de la Luna cuando dicho astro pasa por allí. Algunas de las
frases transcriptas de las entrevistas a los 2 estudiantes incluidos en esta categoría son
las siguientes.

MFL-2: Modelos de eclipse

A19: ...está la Luna, el Sol y la Tierra entre medio y la Tierra va tapando las partes
de la Luna y entonces el Sol no puede pegarle a la Luna y entonces le tapa
(C1,2; 253) algunas partes.
D: ¿Es como una sombra?
A19: Claro.

A23: El Sol le da la luz a la Tierra y la Tierra hace una sombra, que depende en
(C1,2; 284) donde esté la Luna, le hace distinta sombra, haciendo que la veamos de alguna
forma.

237
Las explicaciones incluidas en MFL-2 se corresponden con la concepción alternativa más
común detectada en alumnos y docentes para explicar las fases lunares (ver Capítulo
4). Pese a que es inapropiada para comprender por qué ocurren las fases, esta
explicación es adecuada para explicar, desde el sistema de referencia heliocéntrico, por
qué ocurre un eclipse lunar. Por lo tanto, la utilización de este modelo implica la
confusión entre un eclipse, que es un fenómeno debido a sombras, y un astro en fase,
que es un fenómeno debido a la posición desde la que se observa un objeto iluminado
por la mitad.

Por su parte, los 4 alumnos asignados a las categorías MFL-3 y MFL-4 esbozan alguna
explicación para el fenómeno de las fases, aunque la misma se encuentra expresada en
forma amplia o ambigua, por lo cual no se logra establecer una relación causa - efecto
entre lo que ellos mencionan y los cambios de fases. Las explicaciones dadas por los
estudiantes en las entrevistas se transcriben a continuación.

MFL-3: Modelos de movimiento solar


MFL-4: Modelos de cambios ambientales

A13: Puse una explicación para todo. Está la Luna nueva, la llena, la creciente y la
MFL-3
menguante. Por la rotación del Sol es que la Luna se pone así. [Aclaración: el
(C1,2; 144)
alumno llama "rotación" al supuesto movimiento del Sol alrededor de la Tierra]

MFL-3 A20: Y las fases de la Luna van cambiando porque el Sol se va moviendo de lugar,
(C1,2; 257) va alumbrando diferentes lados.

MFL-4 La Luna nueva sale cuando el clima está tibio, cuando no hay un hermoso cielo y
(Ac 1; A1) estrellas.

MFL-4 A17: Si, a veces es llena, a veces media o en cuartos. Tiene que ver con las
(C1,2; 215) estaciones.

En la Tabla 9-6 se sintetizan las distintas categorías de modelos mentales en relación a


las fases de la Luna y su presencia porcentual dentro del total de alumnos del curso.

Tabla 9-6: Porcentaje de alumnos del curso asignados a cada categoría de modelos
mentales sobre las fases de la Luna.
Categorías de modelos sobre las fases lunares (porcentaje de alumnos)
No dibujan la Luna ni explican las fases (15,4%)
Dibujan la Luna en distintas fases pero no explican (38,5%)
MFL-1: Modelos de ángulo de incidencia solar (11,5%)
MFL-2: Modelos de eclipse (7,7%)
MFL-3: Modelos de movimiento solar (7,7%)
MFL-4: : Modelos de cambios ambientales (7,7%)
Otras explicaciones (11,5%)

238
Como puede apreciarse en la Tabla 9-6, los modelos incluidos en MFL-1 son los únicos
que pueden considerarse adecuados para explicar las fases de la Luna desde un
enfoque topocéntrico ya que los cambios de posición de la Luna en el cielo de un día al
otro provocan, como consecuencia, que la posición del Sol respecto a la Luna también
se modifique.

Por otro lado, ninguno de los otros modelos utilizados por los estudiantes resulta
adecuado desde el punto de vista científico para explicar las fases lunares ni desde el
sistema de referencia topocéntrico ni desde el heliocéntrico. A su vez, existe poco
acuerdo en cuanto a las causas del fenómeno, lo cual queda evidenciado por una gran
cantidad de alumnos que no logran elaborar una explicación acerca del fenómeno y por
la presencia de una dispersión importante en las mismas. Por lo tanto, de los tres
fenómenos abordados, las fases lunares parece ser el más complejo de conceptualizar
para los estudiantes.

9.4.2. Actividad 2: "Reflexionando sobre la relatividad del movimiento"

A partir del análisis del trabajo grupal escrito realizado por los alumnos al resolver la
Actividad 2 detallada en la Sección 8.5.2., y de la sistematización y conceptualización
posterior del mismo coordinada por el docente mediante un diálogo continuo con los
estudiantes, se han podido definir dos categorías de modelos mentales acerca del
movimiento y de su condición absoluta o relativa (MMOV). Estas categorías se encuentran
descriptas y ejemplificadas en la Tabla 9-7.

Tabla 9-7: Categorías de modelos mentales sobre el movimiento definidas a partir de


las explicaciones dadas por alumnos durante la resolución grupal de la Actividad 2.

Categorías

MMOV-1
“Estamos de acuerdo con el niño B. En la parte 1
Modelos de movimiento absoluto porque la planta no se puede mover y en la parte
2 porque una ciudad entera tampoco se puede
Un objeto se mueve si cambia su posición
mover” (Ac2; G5)
respecto al suelo

MMOV-2
“Al niño A le parece que la abuela y la planta se
Modelos de realidad absoluta
movían, lo que no es correcto. En cambio, el niño
Cuando se observa desde un cuerpo en B cree que ellos se están moviendo, lo que es
movimiento, el movimiento que uno ve no correcto” (Ac2; G2)
es real, es lo que parece desde ahí

Las dos categorías de modelos anteriores asumen la idea implícita de la existencia de


un sistema de referencia absoluto respecto al cual podría indicarse si un objeto está o no
en movimiento. En este sentido, el modelo MMOV-1 fue identificado en todos los grupos y
sostiene la idea de que algo se mueve cuando se detecta un cambio de posición
respecto al suelo. Esto no llama la atención ya que, a partir de la experiencia cotidiana,
el sistema de referencia elegido como absoluto suele ser uno que se encuentra
“adherido” al suelo, que es el lugar donde habitualmente las personas se encuentran
paradas la mayor parte de su tiempo.

239
Por lo tanto, no es llamativo que los estudiantes también sostengan el modelo MMOV-2, en
el cual consideran que el desplazamiento de un cuerpo es "real" cuando se lo ve desde
el suelo, e imaginario si se lo observa desde arriba de un cuerpo que se encuentra
desplazándose respecto a la superficie terrestre. Por su parte, algunos alumnos
sostienen que este "engaño" sobre qué es lo que se encuentra en movimiento proviene
de un problema de percepción sensorial, y no de una condición característica de la
situación en sí misma.

Es posible que estos modelos sobre el movimiento sean una consecuencia de las
percepciones y vivencias cotidianas de los alumnos, en las cuales se encuentran
acostumbrados a "medir" la velocidad de los cuerpos desde su propio punto de vista, el
cual suele ser coincidente con una posición estática respecto al suelo. Sin embargo, los
mismos se contraponen con el principio de relatividad de Galileo, el cual postula la
equivalencia entre todos los sistemas de referencia inerciales, dando por sentado que
cualquier sistema de referencia es válido y que sólo es una cuestión de conveniencia
elegir el más apropiado para describir un determinado fenómeno físico.

A continuación se transcriben algunas de las frases esbozadas por los alumnos, las
cuales han permitido definir las categorías de modelos mentales sobre el movimiento a
partir del trabajo grupal llevado a cabo o durante la sistematización del mismo por parte
del docente. En las transcripciones se indica entre paréntesis la fuente de la cual ha sido
extraída la cita: el trabajo escrito (número de actividad, grupo al que corresponde la
respuesta) o la conversación docente - alumnos durante el proceso de sistematización y
conceptualización (número de clase, turno de habla).

MMOV-1: Modelos de movimiento absoluto

La abuela está quieta y el chico gira. Estamos en desacuerdo con que los edificios
(Ac2; G1)
se mueven.

(Ac2; G3) Pensamos que la ciudad no se mueve, pero el auto sí.

(Ac2; G6) La abuela no gira, gira el niño. El que se mueve es el auto, no la ciudad.

Pese a que es muy probable que la mayoría de los estudiantes tengan conocimiento
acerca de los movimientos de la Tierra, las explicaciones incluidas en la categoría MMOV-1
muestran que los alumnos mantienen la idea tajante de que nada tiene movimiento si
está fijo a la superficie terrestre, como es el caso de la planta o los edificios. En cambio,
le asocian movimiento a las cosas que, como el auto o la calesita, se desplazan o rotan
respecto al suelo. De este modo, toman como sistema de referencia implícito a su propio
entorno cercano, caracterizado por el suelo y todos los objetos "adheridos" a él como
principal referencia.

MMOV-2: Modelos de realidad absoluta

Estamos de acuerdo con el niño B porque al alejarse de un objeto parece que se


(Ac2; G4)
hace más pequeño o que se aleja ese objeto.

G4: Es lo mismo que pasa con la Tierra y el Sol… parece que el Sol sale de
diferentes partes, pero la Tierra se mueve y entonces parece que cambia…
(C3; 18)
Pensamos que la Tierra es la calesita y la abuela es el Sol. La Tierra se mueve y
el Sol no.

240
Por su parte, las explicaciones incluidas en MMOV-2 se caracterizan por la presencia de
proposiciones en las que los estudiantes manifiestan que "a la persona le parece" o que
"ella cree" que algo se está moviendo, pero que eso que le parece "no es así". De este
modo, los alumnos sostienen implícitamente la idea de que la "realidad" corresponde a
todo aquello que se percibe cuando se está "quieto", mientras que lo que se percibe
estando "en movimiento" sería algo "irreal" o "aparente" (de apariencia). En sintonía con
la utilización de modelos mentales “absolutos” pertenecientes a la categoría MMOV-1, aquí
"quieto" y "en movimiento" suelen definirse a partir de tomar como referencia al suelo.

En este sentido, el Grupo 4 propone que "un objeto parece que se hace más pequeño"
cuando el observador se encuentra en un móvil alejándose de él. Al mismo tiempo, el
mismo grupo logra asociar la Actividad 2 con el aspecto astronómico por el cual fue
planteada por el docente, indicando que el Sol "parece" moverse en el cielo, pero que
"es la Tierra la que se mueve y el Sol no". Estas respuestas indican implícitamente un
cambio en el sistema de referencia, que pasó de ser la superficie terrestre para describir
que la ciudad se achica debido a que "el auto se aleja", a ser el Sol para describir que el
Sol se desplaza en el cielo debido a que "la Tierra se mueve". En consecuencia, estas
respuestas podrán ser utilizadas durante el proceso de conceptualización para mostrar
que las mismas implican la ausencia de un sistema de referencia absoluto y que, por lo
tanto, ambas descripciones del movimiento del Sol en el cielo pueden ser correctas.

Para conceptualizar acerca de la relatividad de los sistemas de referencia, el docente


propone luego una sistematización de las respuestas de los distintos grupos a la
Actividad 2 y, posteriormente, comienza un diálogo con los alumnos con el fin de que
ellos mismos puedan cuestionar y reflexionar acerca de sus ideas. En principio, se les
propuso pensar en alguna situación vivida en la que no se dieron cuenta si eran ellos los
que se movían o era el otro cuerpo que estaban observando:
D: Ahora, tratemos de pensar un poco más allá. ¿Hay alguna situación en la que
ustedes no podían darse cuenta si eran ustedes los que se movían o era lo otro
que estaban viendo lo que realmente se movía? ¿Nunca les pasó?…
A20: Los chiquitos dicen que la Luna los sigue…
A23: Cuando vas en el auto y ves por la ventana, parece que todo se está yendo
para atrás. Mientras ves algo que está más lejos va más lento y lo que está más
cerca se mueve más rápido.
D: Esa es una buena observación, desde arriba del auto se ven cosas diferentes
a las que se ven desde abajo. Como que las cosas van para atrás.
A12: Aunque el auto vaya lento, igual ves por la ventana, es lo que yo veo, que las
cosas van pasando… para atrás.
A (alumno que no ha podido ser identificado en las desgrabaciones): Cuando te
(C3; 29) ponés mirando para atrás en un auto y mirás una casa, parece que la casa se
está moviendo, si te quedás atento.
D: Lo que yo pregunté es si alguna vez tuvieron la sensación de no saber si eran
ustedes lo que se movía o si se movía todo lo que estaba alrededor. A mí me
pasó de estar en una terminal, donde hay un micro al lado del otro, el micro en el
que uno está va a arrancar y parece hacer marcha atrás... lo hace tan despacio
que uno no se da cuenta si es el micro de uno el que está yendo hacia atrás o es
el micro de al lado. Toma un ratito darse cuenta que es el micro de al lado el que
se está moviendo.
A18: A mí me pasó pero yendo en tren, que estaban los dos trenes parados.
Encima, los trenes son más largos…
D: Claro, eso también pasa en el tren. Como arranca despacio, uno estando en
un tren en la estación no se da cuenta si arranca el propio o no.

241
Como puede apreciarse, algunos estudiantes comienzan a brindar ejemplos en los que
se evidencia que es posible situar el sistema de referencia en el cuerpo que se está
desplazando respecto al suelo, y describir desde allí lo que se observa. A partir de esto
queda abierta la puerta para que el docente realice una breve conceptualización acerca
de los sistemas de referencia y sobre la posibilidad de elegir el que resulte más
conveniente, incorporando una discusión a partir de un ejemplo concreto y cotidiano:

D: Eso se llama sistema de referencia, algo así como qué es lo que uno toma
como referencia para ver si las cosas están en movimiento o no. La idea es que,
en realidad, cuando uno trata de determinar si lo que está en movimiento es uno o
el de al lado, a veces no lo puede determinar… y en realidad las dos cosas están
bien, porque para mí, que estoy en el auto, las cosas se están moviendo para
atrás y para el que está afuera del auto soy yo el que pasa para el otro lado. Todo
depende de donde esté parado uno. Por ejemplo, yo ahora... ¿estoy quieto o me
estoy moviendo?
A: Estás quieto.
A2: Te estás moviendo... Estás temblando, se te mueve la mano, la boca…
D: Hagamos más fácil. Agarro esta cámara de fotos, la apoyo en la mesa... ¿se
está moviendo o está quieta?
(C3; 45) A23: Está en movimiento, porque todo en realidad se está moviendo en este
mismo momento.
D: A ver, yo ahora la veo quieta. [el docente se desplaza] Y ahora veo que se está
alejando. Lo que quiero decir con esto es que depende de mí, de lo que yo haga
que eso esté quieto o no para mí. Para ustedes que están sentados y sin
moverse, esto sigue estando quieto. Pero A23 decía algo más, ¿por qué decías
que eso se estaba moviendo?
A23: Porque en realidad en este momento todo se está moviendo con la Tierra.
D: A23 dice que si la Tierra gira, y nosotros estamos sobre ella, estamos
moviéndonos, girando… entonces eso [la cámara] no está tan quieta como
parece… ¿O será que están bien las dos cosas? Decir que está quieto o decir
que se mueve… A veces las cosas no son una o la otra, las dos pueden estar
bien, depende de cómo se las mire.

En la conversación puede apreciarse que A23 posee conocimiento explícito acerca del
movimiento de la Tierra y de que, en consecuencia, todo el aula se está desplazando
junto con ella. Sin embargo, todavía no logra conceptualizar la idea de la relatividad de
los sistemas de referencia ya que dota de "realidad" al movimiento de la Tierra en el
espacio, como si describir los movimientos de los cuerpos desde la superficie terrestre
no tuviese también un carácter "real" visto desde otro marco de referencia. Por lo tanto,
el docente insiste con la idea de la relatividad de los sistemas de referencia:
D: La idea es que todo movimiento es relativo, pero volvamos hacia atrás, ¿se
está moviendo esta cámara?
A: No…
A18: Depende de donde lo veas…
D: ...a ver A18, ¿qué quisiste decir con depende?
A18: Que vos te ponés en un punto, como vos que caminabas y veías que la
(C3; 58)
cámara se está moviendo, te ponés al frente y te das cuenta que no se está
moviendo, tenés que mirarlo fijo…
D: Sí, no tiene que ver con mirarlo fijo, tratemos de entenderlo mejor…
A18: De donde esté parado.

242
D: Eso, de donde esté parado, desde donde yo esté mirando las cosas, cuál es mi
referencia. Los que dijeron que no se movía, ¿por qué lo dijeron?… porque
también está bien decir que no se mueve…
A: No, porque desde acá no se mueve, pero si estamos allá parados en el cielo…
D: No hace falta irse al cielo... ¿Quién diría que esa cámara se está moviendo?
A: Alguien que está caminando para allá.
D: Si alguien pasa en auto por esa calle para allá… [señala la calle vista a través
de la ventana]
A: Nos ve a todos movernos…
D: Nos ve a todos nosotros movernos para el otro lado, respecto al auto. Está
bien decirlo porque es respecto al auto que se está moviendo. Entonces, ¿la
cámara se mueve?
A: Sí y no.
A: Depende.
D: Depende desde donde esté mirando, si me quedo quieto acá mirando, la
cámara va a estar quieta, pero si me voy al Sol y miro a la Tierra y la cámara en
ella, voy a decir que se está moviendo.

Una vez establecido un cierto acuerdo respecto a la relatividad de los sistemas de


referencia, el docente continúa el diálogo apuntando a encontrar la relación con los
contenidos de astronomía de la ECPE, de modo tal de llegar a visualizar la conveniencia
de utilizar un sistema de referencia que esté centrado en la superficie terrestre. El
docente propone entonces la utilización del sistema de referencia topocéntrico, el cual
permite describir los movimientos de los astros en el cielo tal como los estudiantes
pueden observarlos a simple vista desde sus propias casas o desde la misma escuela:
D: ¿Qué relación tiene esto con la astronomía?...
A19: El movimiento de las estrellas y la Tierra, porque la Tierra se mueve y vamos a
ver cómo se van moviendo las cosas en el cielo.
D: Exactamente.
A17: Como que nosotros lo vemos así y pensamos que nosotros estamos quietos y
el Sol está haciendo todo el recorrido, pero en realidad nosotros giramos en
nosotros mismos y alrededor del Sol…
D: A ver... ¿por qué decís en realidad? ¿La cámara se mueve o en realidad no se
mueve?
A17: Las dos cosas…
D: Las dos cosas, las dos son realidad, recuerden que es con respecto a qué la
mire. Entonces, que la Tierra se mueva es una realidad y que el Sol se mueva en el
cielo también es una realidad. Entonces, ¿está bien decir que la Tierra se mueve?
(C3; 76)
A: Sí.
D: ¿Por qué? ¿Desde dónde estoy mirando que la Tierra se mueve?
A: En el Sol…
D: En el Sol, por ejemplo, mirando la Tierra moverse... ¿Y desde dónde estoy
parado diciendo que el Sol se mueve?
A: Desde la Tierra.
D: Lo que queremos hacer con esto es que nos demos cuenta que decir que el Sol
y las estrellas se mueven está bien, porque lo estamos diciendo desde la Tierra o
más específicamente desde mi lugar, desde donde yo vivo, nosotros vamos a tratar
de entender cómo se mueve el Sol acá en El Bolsón. Nosotros en estas clases de
astronomía vamos a pararnos acá en la escuela o en nuestras casas para ver lo
que pasa en el cielo. Ustedes, desde sus casas, ¿pueden ver que la Tierra rota y
se traslada?

243
A: No.
A: Es un movimiento muy lento…
D: No tiene que ver con eso, tiene que ver con que estamos arriba de la Tierra
moviéndonos con ella, es como cuando estas arriba del auto, si no hay algún
bache vos no te das cuenta que se está moviendo. Nuestra referencia va a ser la
Tierra, nuestra ubicación. Este sistema de referencia se llama "topocéntrico", desde
nuestro lugar. ¿Quién me resume lo que quisimos hacer en esta clase?
A18: Que a veces nos parece que los otros se están moviendo y en realidad
nosotros nos movemos y que también depende de la ubicación y las referencias…
A: Que nuestro punto de referencia es el lugar donde nosotros estamos para
pensar y ver que nosotros estamos quietos y lo demás se está moviendo…
D: ¿Y eso está bien, decir que lo demás se está moviendo y que nosotros estamos
quietos?
A26: En realidad, para mí es las dos cosas… Se mueve la Tierra y, cuando gira, el
Sol va iluminando distintos países…
D: Eso es una forma de verlo, ¿Cuál sería la otra?
A26: Si yo me paro en la Tierra, veo el movimiento del Sol.
D: ¡Bien! ¡Viste que lo podías decir! ¿Se entiende? Traten de pensar en eso, las
dos cosas están bien, depende del lugar en el que me pare.

Como ya se ha mencionado, pensar el movimiento como relativo y utilizar el sistema de


referencia topocéntrico resultan ser ideas que se contraponen con lo que habitualmente
se sostiene en la vida cotidiana y en los medios de comunicación, donde las personas
suelen sostener la existencia de un sistema de referencia absoluto y tienden a utilizar
únicamente el sistema de referencia heliocéntrico. Sin embargo, las transcripciones de
los diálogos de clase muestran un cierto grado de comprensión por parte de los
estudiantes, quienes comienzan a tomar conciencia de que no existe una única forma de
describir el movimiento de un cuerpo y que, por lo tanto, es adecuado describir el
movimiento de los astros según como ellos lo ven desde su propio lugar de observación.

Esto resulta relevante ya que en la mayoría de los materiales curriculares presentes en


las escuelas suele llamarse "movimiento aparente" al desplazamiento del Sol en el cielo,
diferenciándolo del "movimiento real" realizado por la Tierra en el espacio, dejando de
lado que ambos desplazamientos son "aparentes" o relativos al sistema de referencia
elegido. Por lo tanto, esta clase les ha abierto a los estudiantes la libertad de describir,
hablar y pensar acerca del movimiento de los astros en el cielo sin la necesidad de
plantear la correspondencia con los movimientos que realiza la Tierra, o cualquier otro
astro, vistos desde el espacio exterior.

9.4.3. Actividad 3: "Simulando el movimiento diario del Sol mediante Stellarium"

El docente comienza repartiendo las consignas sobre el movimiento diario del Sol y el
día y la noche detalladas en la Sección 8.5.3. y proponiéndoles a los estudiantes la
resolución individual de la actividad inicial en la que se plantea que ellos elijan una de
las opciones propuestas con flechas sobre cómo les parece que se desplaza el Sol en el
cielo en los momentos cercanos al levante y al poniente. Posteriormente, estas
elecciones individuales son sistematizadas en el pizarrón, obteniéndose los resultados
presentes en la Figura 9-1.

244
Figura 9-1: Proporción de estudiantes que sostiene cada una de las opciones posibles
acerca de cómo asciende o desciende el Sol en el cielo visto desde El Bolsón (42º Sur).

Como puede verse, las opciones relacionadas con el modo en que se desplaza el Sol
luego de su salida muestran que la opción A (ascenso vertical) es la más elegida entre
los estudiantes, seguida por la opción C ("sube inclinado hacia la izquierda "). En
cambio, la opción B aparece en mucha menor proporción. Llama la atención que la
opción C obtenga más respuestas que la B dado que ambas sostienen el ascenso del
Sol en forma inclinada, por lo que es posible que algunos alumnos posean algún
conocimiento respecto al recorrido que sigue el Sol. En cambio, en las puestas del Sol
las tres opciones obtienen la misma proporción de respuestas, por lo que parecería
haber más desorientación en cuanto a cómo ocurre este desplazamiento. La siguiente
transcripción indica que algunos alumnos ya habían prestado atención al ascenso del
Sol en alguna ocasión anterior, aunque no logran indicar que lo mismo debería suceder
en la puesta del Sol.
D: ...Ahora la pregunta es, ¿por qué va inclinado para acá y no para allá? ¿Hay
alguna razón por la cual elegir una u otra opción?
A18: Bueno... O sea... Yo varias veces observé el movimiento en el cielo y también
en el Stellarium. Sale para acá [indica inclinado hacia la izquierda con los brazos],
no sale ni derecho [indica vertical] ni para allá [indica inclinado hacia la derecha]...
D: Bien, A18 dice que sale así porque ya lo vio en el cielo y en el Stellarium. Ahí hay
un conocimiento de que pasa de una determinada forma porque ya lo observó.
¿Alguno más puso así porque lo haya observado?...
A: Yo lo observé…
(C4; 43) D: ¿Esto así, inclinado?
A: En vez de pasar así derecho, pasa así [hace gesto con el brazo inclinado hacia
la izquierda].
D: O sea que ahí hay una observación. Bien, no digo que esté bien, lo que quiero
es entender qué piensan.
A23: Algunos dicen que no sale derecho, que se va un poco para el norte y después
como que vuelve…
D: ¿Y eso quién te lo dijo?
A23: No sé, lo escuché.

A continuación, el docente propone observar cómo es el desplazamiento del Sol luego


de su salida y antes de la puesta utilizando el programa Stellarium, el cual es proyectado
en el frente del aula. Dado que en esta instancia de la secuencia didáctica no se está
prestando atención a los cambios anuales en la trayectoria del Sol, la fecha de
observación no guarda relevancia y, en función del trabajo posterior a realizar, el
docente decide colocar en el programa la fecha de un equinoccio, de modo tal que la
trayectoria del Sol a representar en la maqueta sea justo de este a oeste.
245
Durante la simulación con el Stellarium, los alumnos rápidamente se dan cuenta que la
opción C es la que indica el desplazamiento ascendente del Sol y, para recordarlo, lo
registran en la carpeta mediante un dibujo.
D: ...Vamos a prestar atención a lo que dice el Stellarium, lo que vemos acá es lo
que pasa en el cielo, tal cual. La única diferencia que tenemos cuando miramos,
fíjense acá, el Este, sería como nuestra ventana, la única diferencia es que acá en
el Stellarium no está el Piltri.
A7: ¿Ponemos la fecha?
D: En realidad no hace falta poner la fecha porque esto que vamos a observar
sucede todos los días igual, porque yo quiero observar si siempre sube derecho o
lo hace inclinado. Yo les cuento que lo que vemos hoy pasa todos los días, no digo
que suba todos los días por el mismo lugar, pero si sube derecho, sube así todo el
año. Y si baja inclinado, lo hace así todo el año. Para registrar bien lo que sucede
voy a adelantar una hora al programa y ustedes me van a decir si sube derecho,
inclinado hacia la derecha o hacia la izquierda. Ahí vamos.
A18: Eh, subió para allá... [indica inclinado hacia la izquierda] Para la C, profe...
(C4; 53) D: Claramente empezó acá y se fue acá, después de dos horas. Se notó bien eso,
¿no? No importa quien tenía razón, lo importante es que uno se dé cuenta cómo
es.
A23: ¿Por qué tan pocos habrán puesto la opción B?
D: Yo creo que los que pusieron la C ya sabían algo, les habían contado que el Sol
subía inclinado hacia el norte.
A15: ¿Tenemos que dibujar eso?
D: Sí. Hagan una "ventana" rectangular en la carpeta, dibujen el Cerro Piltriquitrón
en la parte de abajo y agreguen al Sol subiendo inclinado tal como lo vimos.
¿Saben hacia dónde sube inclinado? Hacia el norte.
A18: Tenemos que ver para dónde se pone, profe.
D: Ahora vamos con la puesta del Sol... Antes copien: el Sol sube inclinado hacia el
norte. Eso de que suba inclinado tiene que ver con nuestra ubicación en la Tierra.
Nosotros vivimos muy al sur, por lo que vemos al Sol subir hacia el norte.

A su vez, la actividad planteada motiva a los alumnos, quienes comienzan a preguntar


cómo se ve el desplazamiento del Sol en otros lugares de la Tierra y hasta logran
realizar predicciones sobre cómo ascenderá el Sol en otras ubicaciones.
A: ¿Y los del Norte lo ven salir inclinado hacia el sur?
D: Exactamente. Si te vas a Nueva York, el Sol sale por el este y lo ves subir para
acá [inclinado hacia la derecha]. No hace falta que vayas, cambias la ubicación en
el Stellarium, tenés el mapa, querés ver cómo sale en Estados Unidos, te ponés
ahí, ves salir el Sol por el este pero inclinado para el otro lado. No hace falta ir, lo
podés poner en el Stellarium... No los quiero confundir así que volvamos a El
Bolsón.
(C4; 64) A: ¿Y en España?
D: Es lo mismo, están ambos al norte.
A: Profe, ¿hay algún lugar donde suba derecho el Sol?
D: Muy bien, buena pregunta.
A: En el medio…
D: En el medio de la Tierra, exactamente. En el Ecuador, sube derecho. Nosotros
que vivimos al sur vemos al Sol subir inclinado hacia el norte. Los que viven al
norte lo ven subir hacia el sur. Tiene que ver con nuestra ubicación.

246
A continuación, el docente muestra la puesta del Sol con el Stellarium y aprovecha para
proponer la idea de que el movimiento diario debe ser simétrico respecto al meridiano
local, por lo que un ascenso inclinado hacia el norte provocará, indefectiblemente, que la
trayectoria también se encuentre inclinada del mismo modo durante el descenso.
D: Vamos a la puesta del Sol. Hacemos otra "ventana" en la carpeta, dibujamos la
Cordillera al oeste. Y vamos a ver cómo baja el Sol, si lo hace derecho, inclinado
así, o así [hacia la derecha o hacia la izquierda]...
D: ...Fíjense que ahora es mucho más parejo, ahora parece que la mayoría no
sabe cómo baja y fueron tanteando, como que hay menos conocimiento acá
metido. ¿Alguno tiene información sobre cómo baja? Les cuento, las cosas se
repiten en el cielo de un lado y del otro, eso quiere decir que son simétricas, o sea,
si uno piensa que el Sol sube derecho, tiene que poner del otro lado que baja
derecho, porque las cosas son iguales de un lado y del otro. Si uno descubre algo
de este lado del cielo, del otro va a pasar lo mismo. Porque durante la mañana el
Sol sube de una manera, y por la tarde el Sol baja de la misma manera. Como no
lo sabemos, vamos a mostrarlo en el Stellarium…
A18: Pero sí, yo lo dije… Cuando yo voy andando en bicicleta, veo la puesta del Sol
bajando para la izquierda (la C). También en Las Grutas, en el departamento que
estábamos, veíamos cómo bajaba, y bajaba por la izquierda...
D: Acá A18 dice que vio bajar al Sol así [como C]. Vamos a ver si sucede eso. ¿A
qué hora se pone el Sol así avanzo la hora? ¿A qué hora está oscuro?
(C4; 71) A: A las ocho… A las nueve… Ocho y media…
D: Ocho y media [el programa] ya me pone las estrellas, así que a esa hora ya es
de noche. Seguro el Sol se está poniendo mucho antes de las ocho y media.
A: Bajá la hora.
D: Siete y media... ¿Y qué me falta para ver la puesta?
A: Dar la vuelta.
D: Claro, ir al oeste. Voy girando, olvídense de la Luna, no nos interesa por el
momento…
A: El lucero…
D: El lucero no es ese, ahora está bien brillante a la mañana mirando al "Piltri".
Bien, al oeste, ya siete y media está acá abajo. Voy a cambiar la hora, voy a poner
cinco y media. Ahora sí, adelanto… ¿cómo lo vieron bajar?
A: A la izquierda. ¡La C! ¡Sí!...
D: Completen el dibujo, poniéndose por la Cordillera hacia la izquierda, cinco y
media. Acá les puse [en el pizarrón] para que copien: el Sol baja inclinado de norte
a sur. Subió hacia el norte; luego, del norte baja hacia el sur.

Por último, el docente propone observar hacia donde se posicionará el Sol en la mitad
de su recorrido, siendo la idea más común la que sostiene que se encontrará en el cenit.
D: Y lo último para construir el recorrido del Sol... ¿Dónde está al mediodía?
A: Arriba de todo… Está más al norte… Por allá [arriba de la cabeza]…
D: Piensen que si uno sabe que el Sol sube así y baja así [inclinado], ¿puede estar
acá arriba [de la cabeza] al mediodía? ¿Cómo hace?
A: No puede estar arriba.
(C4; 87)
D: Vamos a ver dónde está el Sol al mediodía [con el Stellarium]... Tenemos que
ver justo el momento en que deja de ascender y comienza a descender. Prestemos
atención. El Sol, al mediodía, está siempre justo hacia el norte. Cuando es el
mediodía, como el Sol subió así inclinado, llegó al norte al mediodía y luego baja
inclinado allá. A estas cosas quiero que empiecen a prestar atención. Escriban que
al mediodía el Sol está hacia el norte. Es para acordarnos.

247
Al mismo tiempo que construye el recorrido utilizando el programa Stellarium, el docente
simula el movimiento diario del Sol con su brazo con el fin de que los alumnos logren
proyectar a tres dimensiones lo que se encuentran observando en dos dimensiones en
la pantalla. Para ello, coloca carteles en el aula que indican la dirección geográfica en la
que se encuentra cada una de las paredes y, posteriormente, mueve su brazo desde la
pared ubicada al este hasta la correspondiente al oeste, realizando un desplazamiento
inclinado hacia el norte y mostrando que en esa dirección, y no arriba de su cabeza, se
encuentra el Sol al mediodía.

9.4.4. Actividad 4: "Representación del movimiento diario del Sol en una maqueta
y explicación del día y la noche"

Como modo de ampliar la comprensión de los estudiantes acerca de lo desarrollado con


el grupo de clase, se propone el armado de una maqueta grupal que represente cómo
es el desplazamiento diario del Sol en el cielo en función de lo observado con el
programa Stellarium. A su vez, se les solicita que utilicen lo representado en la maqueta
para explicar el fenómeno del día y la noche. Para ello, se volvieron a organizar los
grupos de trabajo y a cada uno se le repartió una pequeña plancha de telgopor para
representar el horizonte local y una pelotita de telgopor junto con alambre para
simbolizar la trayectoria diaria del Sol vista desde El Bolsón. La Figura 9-2 muestra el
inicio del proceso de armado de la maqueta, que será luego mejorada artísticamente
para representar los accidentes geográficos que caracterizan a la zona. Para simplificar
el desarrollo de la secuencia, se comenzó representando la trayectoria diaria
correspondiente a la fecha de los equinoccios, la cual será complementada en las clases
siguientes con las correspondientes a los solsticios.

Figura 9-2: Maqueta que representa la trayectoria diaria del Sol en los equinoccios.

A partir de la representación del recorrido del Sol en formato de maqueta, los


estudiantes deben explicar el fenómeno del día y la noche. Como algunos de los grupos
no logran construir la explicación a partir del recorrido diario del Sol, el docente toma la
maqueta de uno de los grupos y dialoga con el grupo de clase para ayudarlos a
reflexionar sobre cuál podría ser la relación entre ambos fenómenos.

248
D: Creo que todos se dieron cuenta, y si no los ayudamos, de que el recorrido del
Sol lo tenían que poner inclinado hacia el norte, como está acá [en esta maqueta].
Acuérdense que esto muestra que el Sol asciende en el cielo inclinado hacia el
norte, está justo hacia el norte al mediodía y luego baja así [inclinado]. Estoy
mirando hacia el este, lo veo subir así, inclinado para allá y, si estoy mirando al
oeste lo veo bajar así, inclinado para allá. Ahora, este esquema tiene que
quedarnos en la cabeza para explicar el día y la noche. ¿Quién me cuenta qué
pusieron?...
A: A partir que el Sol sale del este hace su recorrido y se esconde en el oeste.
D: Y acá, ¿qué pusieron? Acá pusieron Sol afuera, como que el Sol sale, y Sol
adentro como que el Sol se pone. Bien, ahora ustedes saben, o se imaginan, que
si el Sol hace este recorrido, está claro que tiene que hacer un recorrido por abajo
del horizonte, que no lo vamos a dibujar porque no lo vemos, hasta que sale por el
otro lado. Entonces, sería de día cuándo el Sol está... ¿Dónde?... ¿Arriba del…?
A: Del horizonte.
D: Bien, arriba del horizonte. Cuando nosotros lo vemos y está arriba del horizonte
es de día. Cuando el Sol se pone y hace todo el recorrido por abajo del horizonte,
(C5; 8) que nosotros no vemos, es de noche. Cada grupo va a tener que escribir después
esto que estoy diciendo, es importante que lo entiendan. Última cuestión por hoy:
¿y la Luna?
A: Está abajo…
A: Está en otro lado…
D: La pregunta es: ¿La Luna tiene que ver con el fenómeno del día y la noche?
A: Sí…
A: No…
A: No, pero…
D: Tenemos que entender que el día es cuando hay claridad, cuando el cielo se ve
celeste, cuando no podemos ver las estrellas que vemos de noche. Y la noche es
cuando el cielo se ve oscuro, y puedo ver las estrellas... La Luna, ¿hace falta
ponerla acá [en la explicación del día y la noche]?
A: No, porque a veces la Luna está de día y a veces en la noche.
D: Exactamente. Ahora completen o corrijan lo que pusieron en la hoja, cuándo es
de día y cuándo de noche, según lo que acabo de decir y si a la Luna hay que
incluirla o no en la explicación.

Finalmente, los diferentes grupos logran construir explicaciones topocéntricas sobre el


día y la noche, la mayoría de las cuales vienen acompañadas por dibujos que
representan adecuadamente el movimiento diario del Sol. En la Tabla 9-8 se presentan
algunos de ellos con un comentario sobre los mismos. Dado que la trayectoria
observada en clase utilizando el programa Stellarium fue la correspondiente a los días
de equinoccios, por el momento será considerado adecuado que los alumnos sostengan
que "el Sol sale por el este y se pone por el oeste", lo cual es correcto sólo para dos
fechas al año. Sin embargo, dado que la construcción de un "modelo cinemático celeste"
sobre los fenómenos astronómicos cotidianos resulta ser un proceso progresivo de
evolución de los modelos explicativos a través de modelos intermediarios (Clement,
2000), este modelo explicativo sobre el movimiento diario del Sol será considerado
como provisorio hasta el desarrollo de las Actividades 5 y 6, donde se observará el
movimiento anual del Sol con sus correspondientes cambios en los lugares y horarios de
salida y puesta.

249
Tabla 9-8: Análisis de las respuestas de algunos grupos de trabajo a la consigna final de
la Actividad 4: "Explico el día y la noche mediante un dibujo y una frase".

Grupo Dibujo Explicación Comentario

El Sol sale por el este y


se esconde por el En el dibujo,
oeste. Cuando el Sol llaman "afuera" y
(Ac 4; está oculto es de noche "adentro" a lo que
G1) y cuando el Sol está sería "arriba" y
sobre el horizonte es "abajo" del
de día porque el Sol se horizonte.
ve.

El día se hace cuando


El dibujo muestra
sale el Sol, al este. La
la salida del Sol
noche se produce
por el Cerro
cuando el Sol termina
Piltriquitrón y la
(Ac 4; su recorrido y se va por
puesta por la
G2) el oeste. A veces sale
Cordillera. El
la Luna, pero no tiene
dibujo es confuso
nada que ver con el
en algunos
fenómeno del día y la
aspectos.
noche.

Cuando el Sol está de No parece


nuestro lado del adecuado el uso
horizonte es de día, del concepto de
cuando el Sol se "horizonte".
(Ac 4;
esconde se va del otro Parecen usar
G4)
lado del horizonte y es "lado del
de noche de nuestro horizonte" como
lado. La Luna no tiene "lado de la
nada que ver. Tierra".

En el dibujo sigue
El Sol pasa por arriba
apareciendo la
de la Tierra mientras
Luna en la parte
(Ac 4; que a la noche pasa
de noche. En la
G6) por debajo. La Luna
explicación se
está de día como de
confunde "Tierra"
noche.
con "horizonte".

Dado que el horizonte del programa Stellarium es ficticio y representa un paisaje de una
zona de campo, no resulta del todo sencillo para los alumnos relacionar los puntos
cardinales visualizados en el software con las ubicaciones reales de estos puntos en el
horizonte real local. En función de superar esta dificultad, el docente decidió pegar
carteles con los puntos cardinales en las distintas paredes del aula y observar desde las
ventanas del salón de clase (y desde el patio escolar) qué accidentes geográficos se
encuentran presentes al observar en cada dirección geográfica, prestando atención a la
presencia del Cerro Piltriquitrón hacia el este y de la Cordillera de los Andes hacia el
oeste. A su vez, las ventanas del aula se encuentran en la pared norte.

250
Por lo tanto, si en vez de utilizar el programa Stellarium como simulador se hubiese
observado en forma directa la salida y la puesta del Sol, la construcción conceptual que
se hubiese podido desarrollar para el movimiento diario del Sol podría haber sido la
siguiente, la cual sería correcta para todos los días del año vista desde El Bolsón: "El Sol
sale por algún lugar del Cerro Piltriquitrón y se oculta por algún lugar de la Cordillera,
ubicándose hacia el norte al mediodía".

Con el fin de comentar y proponer mejoras a las maquetas realizadas y a las


explicaciones elaboradas, cada grupo mostró y leyó su trabajo al grupo de clase, lo que
promovió la participación de los estudiantes y del docente para señalar constructiva-
mente aquellas cuestiones que no se entendían o que no estaban bien. Para finalizar, se
guardaron las maquetas en el aula para seguir utilizándolas en las próximas clases y se
le propuso a los estudiantes la realización de la actividad escrita individual presente en
la Sección 8.5.4. con el fin de poner en acción el conocimiento adquirido.

A partir del análisis del modo de resolución de esta actividad se detectó una evolución
positiva de los conocimientos de los estudiantes en relación al movimiento diario del Sol
y al fenómeno del día y la noche, aunque se visualizaron ciertas dificultades en los
alumnos, sobre todo en la parte relacionada con el ciclo día/noche. Es posible que esta
diferencia en las dificultades guarde relación con el modo en que se encuentra
planteada cada una de las partes de la actividad: la frase sobre el movimiento diario del
Sol posee opciones de respuesta entre las cuales elegir, mientras que la frase del día y
la noche sólo tiene el espacio vacío a ser completado.

Pese a que este tipo de actividad no permite tener un conocimiento acabado del grado
de comprensión genuina de los estudiantes, las respuestas muestran que las
Actividades 3 y 4 han permitido una modificación de las explicaciones de los
estudiantes, muchos de los cuales ahora sostienen que el Sol sale mirando hacia el este
(64% de los alumnos) y que se pone hacia el oeste (68%), que el Sol asciende en forma
inclinada de sur a norte (76%), que desciende de norte a sur (84%) y que se ubica hacia
el norte al mediodía (88%). Esta evolución de las ideas se visualiza también, aunque en
menor proporción, cuando los alumnos tienen que explicar el día y la noche a partir de la
ubicación del Sol arriba o debajo del horizonte local (48% de los alumnos), o al tener que
relacionar al día con la presencia del Sol (64%) y a la noche con su ausencia (32% de
los alumnos), Una muestra de la persistencia de las concepciones previas al proceso de
instrucción lo constituye que en un importante porcentaje de respuestas continúa
apareciendo la Luna asociada con el ciclo día/noche (40% de los alumnos).

Dada la presencia de respuestas inadecuadas en la actividad individual, y pese a que


esto no estaba planificado así en la ECPE, el docente decidió dedicar la siguiente clase
(Clase 6) para dialogar nuevamente con los estudiantes sobre cómo es el
desplazamiento diario del Sol en el cielo y sobre cómo se puede explicar el día y la
noche a partir de éste. Una vez finalizado el diálogo, se les propuso a los estudiantes
que resuelvan nuevamente la actividad individual, pero esta vez en forma grupal.
Durante esta resolución se detectó que cierta cantidad de respuestas inadecuadas de
los alumnos se debieron a dificultades en la comprensión de las frases a completar ya
que, con la ayuda del docente o de los propios compañeros del grupo, los estudiantes
lograron completar adecuadamente lo solicitado.

Para finalizar esta clase, el docente propone ampliar los conocimientos en relación al
mediodía solar analizando cuál es el horario en que éste ocurre en El Bolsón (no se
había prestado atención a esto anteriormente). Para ello, se recurre nuevamente al
programa Stellarium y se visualiza el horario en que el Sol pasa justo por el meridiano

251
local (coincidente en dirección con el norte geográfico presente en el programa) en
distintas fechas del año. Finalmente se concluye que el horario local promedio
correspondiente al mediodía solar corresponde a las 13.45 hs, presentando variaciones
de algunos minutos a lo largo del año (la "Ecuación del tiempo").
D: Vamos a ver qué nos dice el Stellarium. ¿Qué debería hacer para ver cuándo es
el mediodía?
A: Ver cuando está en el punto más alto.
D: Esa es una posibilidad, otra es…
A: Cuando está justo hacia el norte.
D: Sí. Son dos diferentes posibilidades. En realidad son tres, una es cuando el Sol
está más alto, otra es cuando la sombra es la más corta de todo el día y la tercera
es, si yo sé dónde está el norte, acá [en El Bolsón] uno más o menos puede
saberlo porque las calles están norte-sur... entonces, si uno mira el Sol justo
cuando pasa por ahí [el norte], ya sabe que es el mediodía. Hagamos esto en el
Stellarium, me ubico mirando al norte, adelanto el tiempo y me fijo cuando el Sol
está justo al norte. ¿A qué hora podría ser?
A: ¿A las diez?
D: ¿A las diez? No puede ser nunca. Si el Sol ahora sale a las nueve de la mañana
y se pone a las siete de la tarde la mitad del recorrido no puede ser a las diez...
(C6; 36) A: ¿A las doce?
A: ¿A la una?…
D: Veámoslo. Son las doce y veinticinco, ¿el Sol ya pasó por el norte?
A: No.
D: O sea que a las doce no es el mediodía del Sol, lo que se llama mediodía solar,
es el mediodía del reloj. Una y veinticinco... ¿llegó al norte?
A: No… Le falta un poquito.
D: Avancemos... Miren... El mediodía solar en El Bolsón ocurre a las 13.45.
Durante el año puede cambiar un poquito. O sea que la hora del reloj no marca lo
que hace el Sol acá, es una convención, todos nos ponemos de acuerdo en la hora
pero no está indicada por el Sol directamente. En Buenos Aires, el Sol pasa por el
norte a las 13 hs, entonces en nuestro reloj la hora sería diferente a la de acá, sería
un problema para comunicarse. Usamos la misma hora en el reloj para que no
haya problemas. La hora que indica el Sol se llama hora solar, nosotros no la
usamos en la vida cotidiana, la que usamos es la hora civil y todos nos ponemos
de acuerdo para tener la misma hora en toda la Argentina.

El docente finaliza comentando que la siguiente clase comenzarán analizando el


desplazamiento que se observa del Sol en el cielo a lo largo del año, el cual guarda
relación con el fenómeno de las estaciones del año.

9.4.5. Actividad 5: "Simulando el movimiento anual del Sol mediante Stellarium"

Se reparte la actividad sobre movimiento anual del Sol y las estaciones del año detallada
en la Sección 8.5.5. y se les propone a los estudiantes que resuelvan en forma
individual la consigna 1, donde deben dibujar si les parece que hay cambios en los
lugares de salida y puesta del Sol a lo largo del año. A continuación, el docente realiza
una puesta en común de las respuestas de los alumnos, en donde se manifiesta gran
diversidad en las mismas: algunos indican que no hay cambios, o que son pequeños,
mientras otros manifiestan la existencia de grandes diferencias anuales.

252
Para zanjar estas diferencias, el docente propone a los alumnos utilizar nuevamente el
programa Stellarium, el cual permite visualizar si existen cambios a lo largo del año.
Para ello se resuelve la consigna 2, en donde se debe completar un cuadro indicando
los lugares y horarios de salida y puesta del Sol, y su altura en el mediodía (solar), en
distintas fechas del año. Se comienza en la fecha en que se está desarrollando la clase
(22 de abril) y luego se realiza lo mismo para las fechas de solsticios y equinoccios.
D: Pongan otoño. Al lado la fecha.
A: 22 de abril.
D: No hace falta el año porque van a ver que esto se repite todos los años. Ahora
ponemos en la siguiente columna. Dice el Sol sale al... quiero saber qué va en los
puntos suspensivos.
A: Al norte.
D: Miren, ¿salió justo al este hoy el Sol? Recuerden que el este es un punto
determinado, no es todo el [cerro] Piltri, igual que el norte. Cuando nosotros
decimos que el Sol está al norte es que está justo para allá. Si ustedes quieren
saber dónde está el norte, busquen el Sol al mediodía [solar] y ahí estará el norte.
La pregunta es, ¿salió justo al este? ¿O salió corrido?
(C7; 5) A: Salió corrido.
D: ¿A qué hora buscamos la salida del Sol?
A: A las nueve… No, a las siete… A las siete y media.
D: Miren lo que muestra la pantalla. ¿Está saliendo justo al este?
A: No. Al sur.
D: Recuerden que está el Piltri. Está saliendo del este a la izquierda.
A: Noreste.
D: Norte del este... O sea, escriban eso en la primera. ¿A qué hora?
A: A las ocho y veintiséis.
D: Vamos a redondear y a poner ocho y media. Además como acá [en el
programa] no está el [cerro] Piltri, seguro la salida [del Sol] real es más tarde.

A partir de las observaciones, los alumnos van tomando conciencia de que los cambios
anuales son notorios y que mantienen una cierta regularidad, lo que hace que los
estudiantes puedan comenzar a predecir cómo se producirán dichos cambios.
D: ¿El mes que viene sale más temprano?
A: Sí.
D: Vamos a ver. Mes que viene a la misma hora... ¿Qué pasó con el Sol?¿Sale por
el mismo lugar que el mes pasado?
A: No.
D: Adelantamos unos minutos. Díganme cuando piensan que ya salió.
A: Ahí… Un poquito más… Ahí…
(C7; 27) D: Salió más tarde, claramente, en este momento del año sale más tarde, ¿está
claro? ¿Por el mismo o por otro lugar?
A: Por otro.
D: Antes estaba acá y ahora está acá. Avancemos a junio, ¿qué va a pasar?
A: Va a ser más tarde, va a ser más acá [más al norte].
D: Fíjense. Si se corrió de abril a mayo así y salió más tarde... De mayo a junio,
¿qué esperamos que suceda? Que se corra más al norte y que salga más…
A: Más tarde.

253
A su vez, el docente intenta reconstruir el recorrido anual del Sol a partir de unas pocas
observaciones y, a la vez, construir la relación entre el lugar de salida del Sol y la
estación en la que nos encontramos.
D: ...El día del año que el Sol sale más al norte es el 21 de junio. Miren todo lo que
se corrió [hacia el norte]. El horario de salida, acá dice nueve y media, pero
calculen que acá en Bolsón antes de las diez de la mañana no sale. No
confundamos claridad con salida del Sol. Claridad va a haber antes, pero el Sol
antes de las diez de la mañana no lo vamos a ver. Completemos. Fecha, 21 de
junio, comienzo del invierno, la salida del Sol ocurre lo más al norte de todo el año,
pongan a las diez. Les cuento que si ustedes pueden ver el Sol salir por ahí, ya
saben que es invierno. Es invierno porque el Sol sale al norte del este y nosotros
vivimos al sur. Ahora vamos a ver qué sucede el mes siguiente. Esta es la salida
más al norte de todo el año. ¿Qué pasará el mes siguiente? ¿Saldrá más allá?
A: No. Va a volver.
D: Va a empezar a volver. Pongamos julio, casi no volvió... fue poquito. Miren en
agosto donde está... volvió todo esto. Ahora el 21 de septiembre... ¿saben qué
estación comienza en esa fecha?
A: La primavera.
(C7; 43) D: Sí. Veamos por dónde sale el Sol...
A: Por el este justo.
D: Completemos el cuadro con esto: salida justo por el este a las siete cuarenta y
cinco, es mucho más temprano que en invierno. Recordemos qué estamos
haciendo. Hoy sale acá, luego se va corriendo, se va corriendo, 21 de junio [sale]
acá, lo más al norte y lo más tarde de todo el año, más o menos a las diez de la
mañana. A partir de ahí empieza a volver el Sol hasta que el 21 de septiembre sale
justo por el este. ¿Qué pasará el 21 de octubre?
A: Va para el otro…
D: Sigue para acá, sigue hacia el sur. Fíjense que cada vez se ve más alto a la
misma hora... Se va corriendo hacia el sur, hasta que el 21 de diciembre llega
acá... fíjense todo lo que se corrió.
A: Pareciera que está más grande...
D: El 21 de septiembre estaba acá justo en el este y el 21 de diciembre lo tenemos
acá, bien al sur [del este]. Completemos, empieza el verano y la salida es lo más al
sur del este de todo el año.

Luego de haber observado los cambios en las salidas del Sol a lo largo del año, el
docente intenta que los alumnos pongan en práctica lo aprendido solicitándoles que
indiquen lo que sucede con el Sol en la época en que se está desarrollando la clase.
D: A esta altura del año [22 de abril], cada día que pasa, ¿el Sol sale más tarde o
más temprano?
A: Más tarde.
D: ¿Más al norte o más al sur?
A: Más al sur… Más al norte…Al norte.
(C4; 65) D: Más al norte. Acuérdense que ahora estamos yendo al invierno porque nosotros
vivimos al sur y el Sol se está yendo más al norte. Piensen de esta manera, si el
Sol sale acá [el este], ¿qué estación es?
A: Otoño… O primavera...
D: Bien, si el Sol sale justo por el este comienza el otoño o la primavera. Otoño es
el cambio del verano al invierno, es lo que nos está pasando ahora. Primavera
sería el cambio del invierno al verano.

254
Por último, el docente propone observar con el Stellarium lo que sucede con las puestas
del Sol con el fin de mostrar que, cuando el Sol se ubica hacia el norte, tanto las salidas
como las puestas se corren en esa dirección, lo cual puede ser utilizado por los alumnos
para crear sus propios calendarios. A su vez, utiliza sus brazos para indicar cómo
cambian las trayectorias del Sol a lo largo del año, mostrando la estrecha relación entre
el recorrido que realiza el Sol en el cielo y la estación del año correspondiente.
D: Lo que quiero decir con esto es que podemos armar un calendario usando esto
y poner la fecha de cumpleaños de alguno de ustedes en el Piltri. Porque según la
fecha del año, el Sol sale por diferentes lados. Por ejemplo, alguien que cumpla
hoy verá al Sol salir por acá... Si lo marca desde la ventana de su casa, sabrá que
cada vez que el Sol salga por ahí [y el Sol se esté desplazando hacia el norte], ese
día será su cumpleaños. En eso consisten los calendarios... Veamos las puestas
del Sol y completemos el cuadro. Empecemos hoy, 22 de abril, adelantemos la
hora y veamos la puesta. Miren, ¿se pone hoy justo por el oeste?
A: No.
D: ¿Del oeste al?...
A: Norte… Digo sur… No, al norte…
D: Esperen, ahora estamos mirando hacia allá [oeste]. Está del oeste a la derecha.
A: Por eso, al norte.
D: Sí, es al norte. Completen: se pone al norte del oeste a las diecinueve. Hacia
allá tenemos la Cordillera, con lo cual estamos viendo al Sol ponerse un poco
antes. Pregunta: ¿en junio por dónde se pone?
A: Para el norte.
D: Vamos al 21 de junio... el Sol se pone lo más al norte de todo el año, un poco
antes de las 18 hs. Ahora, comienzo de la primavera... ¿por dónde se pone el Sol?
(C7; 77)
A: Justo por el oeste.
D: Bien. Aproximadamente a las diecinueve. Terminemos con esto. La idea era
que construyamos el recorrido del Sol. Lo que tienen que entender es esto,
estamos yendo hacia el invierno, ¿por dónde sale el Sol?
A: Al norte.
D: ¿Por dónde se pone?
A: Allá.
D: El recorrido de invierno es así. Sale al norte del este, hace un recorrido bajito y
se pone allá [al norte del oeste]. Es muy notorio cómo en invierno el Sol hace un
recorrido bajito y por eso es invierno. En verano, ¿por dónde sale el Sol?
A: Por el suroeste.
D: ¿Suroeste?
A: Sur del este.
D: El recorrido de verano es así. Sale ahí [sur del este], va al norte al mediodía, no
está arriba de mi cabeza, y se pone ahí [sur del oeste]. Como se viene hacia el sur,
el Sol sigue un recorrido alto para nosotros que vivimos al sur. En primavera y
otoño, ¿cuál es el recorrido? Sale justo al este, hace un recorrido así y se pone
justo al oeste. O sea que los recorridos son diferentes a lo largo del año y eso
marca las estaciones.

Una vez finalizado este trabajo, se les propone a los alumnos que completen la maqueta
realizada anteriormente con las trayectorias del Sol en las fechas de cambio de estación,
tal como está planteado en la Actividad 6 presente en la Sección 8.5.6.

255
9.4.6. Actividad 6: "Representación del movimiento anual del Sol en una maqueta
y explicación de las estaciones del año"

Las maquetas realizadas durante la actividad sobre el movimiento diario del Sol y el día
y la noche fueron guardadas con el fin de utilizarlas en el futuro para poder explicar
también las estaciones del año y las fases lunares. Por lo tanto, el docente organiza
nuevamente los grupos y a cada uno se le entrega su maqueta con el fin de representar
en ella cómo cambia la trayectoria del Sol a lo largo del año, tal como está solicitado en
la Actividad 6. Dado que la trayectoria representada anteriormente correspondía a los
equinoccios (salida por el este y puesta por el oeste), se propone a los estudiantes que
agreguen en la maqueta el recorrido del Sol correspondiente a los solsticios y que
coloquen en ella carteles indicando las fechas del año respectivas. Para realizar la tarea,
se reparte un texto informativo que sintetiza lo explicado por el docente, el cual describe
el movimiento diario y anual del Sol y, a partir de dichos movimientos, explica el día y la
noche y las estaciones del año (ver Sección 13.8. del Anexo). A su vez, a partir de la
lectura los alumnos tienen que indicar en la maqueta la/s fecha/s correspondiente/s a
cada recorrido, qué estación comienza en cada momento, el lugar por el que sale y se
pone el Sol ese día y si es un solsticio o un equinoccio.

La Figura 9-3 muestra dos maquetas realizadas por los alumnos para representar el
movimiento diario del Sol en las fechas de comienzo de cada estación. Como ya se ha
mencionado, este modelo permite explicar las estaciones del año en función de dos
variables: la cantidad de horas de luz solar directa (mayor en verano) y la inclinación con
la que inciden los rayos solares sobre la superficie del lugar (menor en verano).

Figura 9-3: Maquetas armadas por los alumnos que representan la trayectoria del Sol
en solsticios y equinoccios.

256
Para finalizar la explicación del tema, en la siguiente clase el docente toma una maqueta
y revisa en el frente, con la totalidad del grupo, la relación entre las distintas trayectorias
del Sol y el fenómeno de las estaciones.

D: Ahora, lo que tenemos que entender es que esto que está acá son las
estaciones del año. La mayoría de ustedes, cuando empezamos, no sabían por
qué ocurrían las estaciones o por qué a veces hacía frío y a veces calor. Esta
maqueta es la explicación: el Sol a veces hace recorrido más bajo y a veces hace
recorrido más alto. Cuando el Sol se está yendo al norte, como ahora, está más
bajo al mediodía. Entonces, a mí, los rayos me llegan inclinados y, por lo tanto, yo
siento más frío. Es lo mismo que con una linterna, si ustedes quieren iluminar este
pizarrón, más vale que la pongan así derecha [perpendicular al pizarrón], porque si
ponen la linterna torcida ilumina poco. Entonces, cuando los rayos están inclinados,
llegan con menos intensidad. Además, en esta época está pocas horas arriba del
horizonte. En cambio, en verano, el 21 de diciembre, el Sol va a estar bien alto, no
arriba de mi cabeza, pero sí bien alto, y los rayos me llegan menos inclinados, por
(C8; 17)
eso es verano, y el Sol está muchas horas arriba del horizonte. ¿Alguien puede
explicar, rápidamente lo que dije, por qué es verano o invierno?
A: Cuando el Sol se va hacia el norte, les da más Sol a ellos que a nosotros que
nos da más frío, a los que estamos en el sur…
D: Ojo. Pensemos sólo en nosotros en este momento y no en ellos, para que sea
más claro. Como el Sol se va al norte, ¿qué pasa?
A: Como los rayos son más inclinados nos da más frío.
D: Claro, rayos inclinados a nosotros nos da más frío, rayos más derechos, eso no
quiere decir que el Sol esté arriba de mi cabeza, es cerca, pero no arriba de mi
cabeza... acá en El Bolsón nunca tenemos el Sol sobre nuestras cabezas. En
algunos lugares del mundo sí, pero no acá. Casi en ningún lugar de Argentina.

257
A su vez, se les informa a los estudiantes que en la siguiente clase realizarán una
actividad individual escrita "de completamiento" (ver Sección 8.5.6.) con el fin de
evaluar el grado de comprensión conceptual logrado por cada uno acerca de las
estaciones.

D: La semana que viene cada uno en forma individual va a explicar estaciones


para ver qué entendieron. Por eso les pido que lean la hoja que les di. Tienen que
acordarse que las estaciones tienen que ver con que el Sol se va hacia el norte y el
(C8; 26)
sur... Cuando está al norte es invierno porque los rayos llegan más inclinados y
está poco tiempo por sobre el horizonte. Y es verano cuando viene al sur y lo
vemos más cerca de la vertical y los rayos nos llegan más derechos.

La corrección posterior de esta actividad por parte del docente muestra que muchos de
los alumnos mantienen dificultades de comprensión del modo en que se relaciona la
posición del Sol con las estaciones del año, aunque es posible que parte de estas
dificultades guarden cierta relación con no haber realizado este tipo de propuestas
anteriormente. En este sentido, llama la atención que muchos alumnos no logren
resolver adecuadamente la consigna 1, la cual plantea dibujar cómo cambia el lugar de
salida y puesta del Sol a lo largo del año, pese a ser una actividad realizada en el aula
utilizando el programa Stellarium y luego representada de algún modo en la maqueta.
Por su parte, la consigna 2 posee la dificultad de que los alumnos deben pensar cómo
completar las frases del mismo modo en que lo hace el docente, utilizando un lenguaje
muy distinto al que utilizan ellos en su vida cotidiana.

A partir de este análisis, se concluye la necesidad de continuar realizando actividades


que permitan que los estudiantes puedan ir modificando paulatinamente sus
representaciones internas en relación a las estaciones del año, orientando la
construcción de nuevos modelos "topocéntricos" acerca del fenómeno. A su vez, se
manifiesta la necesidad de utilizar actividades de análisis de carácter más abierto, que
permitan que los alumnos pongan en acto sus propias ideas en su propio lenguaje.

Pese a estas dificultades detectadas al resolver la actividad, puede notarse una


evolución de las ideas de algunos de los estudiantes, quienes, tal como ya se ha
analizado en la Tabla 9-3, no poseían previamente ningún modelo mental adecuado
científicamente, y mucho menos topocéntrico, para explicar las estaciones del año. En
este sentido, la actividad "de completamiento" llevada a cabo permitió identificar que 5
de los alumnos del curso (22,7%) han respondido adecuadamente a más del 70% de las
37 respuestas solicitadas como parte de las consignas 1 y 2. A su vez, si tenemos en
cuenta sólo la segunda consigna, un 40,9% de los estudiantes logró indicar
correctamente más del 60% de los 29 ítems planteados en ella. En contraposición, 15
alumnos (68,2%) no lograron responder adecuadamente más del 40% de lo solicitado
en la consigna 1, mientras que esa cantidad disminuye a sólo 6 alumnos (27,3%) al
resolver la consigna 2. Por lo tanto, es posible que haya habido dificultades de
comprensión sobre lo solicitado al tener que resolver la consigna 1 y, al mismo tiempo,
ciertas facilidades debido a la presencia de opciones al resolver la consigna 2. Estos
porcentajes están reflejados en la Figura 9-4. Como puede verse, la consigna 2 muestra
cierto avance conceptual de los alumnos en relación a sus conocimientos al inicio de la
secuencia didáctica, donde el porcentaje de respuestas adecuadas era nulo.

258
Figura 9-4: Proporción de alumnos que responde adecuadamente la mayoría de los
ítems (más del 70%), la minoría de ellos (menos del 30%) o porcentajes intermedios de
cada consigna de la actividad "de completamiento".

Consigna 1 Consigna 2

23% Menos del 23% Menos del


30% 27% 30%
Intermedio Intermedio
9% 68%
Más del 50% Más del
70% 70%

Pese a las dificultades detectadas, el docente decide continuar con las actividades
planificadas como parte de la ECPE acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos y
retomar el tema de las estaciones del año antes del cierre de la secuencia didáctica.
Esta decisión se fundamenta en la necesidad de brindar un cierto tiempo para que los
estudiantes puedan continuar reflexionando y representando internamente toda la
información presente en el abordaje del fenómeno de las estaciones: desplazamiento
del Sol en el cielo, relación con la fecha, trayectoria, altura, horario de salida y puesta,
inclinación de los rayos solares, etc. Por lo tanto, se decide continuar con la actividad
sobre el movimiento de la Luna a partir de la siguiente clase.

9.4.7. Actividad 7: "Simulando el movimiento diario de la Luna mediante


Stellarium"

Se reparte la actividad sobre movimiento diario de la Luna detallada en la Sección


8.5.7., la cual intenta construir la idea de que el movimiento diario del Sol y la Luna se
producen del mismo modo: ambos salen por el horizonte oriental y se ponen unas horas
después por el horizonte occidental, ubicándose hacia el norte cuando se encuentran en
la mitad de su recorrido diario. Para ello, en primer lugar se les propone a los
estudiantes que respondan en forma individual la consigna a), en la cual deben indicar
cómo les parece que la Luna se desplaza en el cielo durante su salida y cómo lo hace
cuando se pone. Posteriormente, estas ideas se sistematizan en el pizarrón,
encontrándose que la mayoría de los estudiantes han elegido la opción C, que coincide
con cómo efectivamente se mueve la Luna. Dado que en el caso del movimiento diario
del Sol las respuestas habían sido mucho más diversas, antes de continuar el docente
decide consultar por qué han elegido mayoritariamente la opción C, quedando en
evidencia la utilización de conocimientos adquiridos en las clases anteriores. En este
sentido, los alumnos remiten a lo aprendido respecto a cómo se desplaza el Sol,
realizando una analogía entre dicho desplazamiento y el de la Luna.

D: Pregunto, ¿alguien tiene alguna justificación? Porque puedo decir que es tal
porque se me ocurre o decir por qué elijo esa opción.
A: Yo.
D: ¿Cuál elegiste y por qué?
(C10; 8) A: La C, porque si el Sol sube así [muestra con la mano y traza una línea
ascendente de derecha a izquierda], la Luna también.

259
A: Para mí es que todo sube igual.
D: Bien. A ver, vos.
A: Yo también puse eso. Además si lees todo te vas a dar cuenta, porque en la
conclusión dice…
D: Está bien, es una respuesta…porque abajo dice que sube de esta manera. No
lo dice, pero bueno, uno lo puede deducir...
A: Yo digo que es porque todo lo del cielo va a hacer un mismo movimiento. Una
estrella no va a ir así…
A: Yo. Porque muchas veces vi la Luna por allá.
D: Viste por allá, ¿eso te da idea de cómo sube? ¿Por qué?
A: Sólo la vi por allá.
D: Está bien. La idea de esto es que, como ustedes ya vieron lo que le pasa al Sol,
puedan ver si hay una regularidad en esto. Si lo que le pasa al Sol también le pasa
a otros astros. Vamos a ir ahora con la puesta [de la Luna]. A ver…
A: Es la C.
[Los chicos van respondiendo, la mayoría elige la opción C, que es efectivamente
el modo en que se mueve la Luna al ponerse]
D: A ver. Hay alguna razón para que la bajada… no quiere decir que tengan razón,
porque en otros casos la mayoría no había tenido razón con lo del Sol. La mayoría
había dicho otra subida y otra bajada de Sol, eso se notó cuando miramos el
Stellarium. Ahora, lo que pregunto es, ¿se les ocurre por qué la mayoría puso C?
A: Porque muchas veces vemos bajar la Luna así. Además, vos el primer día
cuando observamos el recorrido del Sol nos dijiste que el Sol no subía y bajaba por
el mismo lugar [indica una subida y bajada vertical]. O sea, la opción es la misma.
D: Bien, ahí están mostrando que tienen conocimientos. Están tratando de sacar
conclusiones a partir de lo que ya saben y está buenísimo que lo estén utilizando.

Posteriormente, se propone realizar la consigna b), que consiste en utilizar nuevamente


el programa Stellarium proyectado en el frente del aula para visualizar el ascenso y
descenso de la Luna, eligiéndose para ello un día de Luna llena. Esta decisión tiene
como fin no involucrar todavía el fenómeno de las fases lunares, siendo la Luna llena
una de las más conocidas y representativas para los alumnos, especialmente porque es
la única que se observa totalmente de noche. Igualmente, el docente aclara que el
movimiento que observarán en Luna llena sucederá del mismo modo en las otras fases,
aunque en distintos horarios.

Para comenzar, el docente utiliza el programa Stellarium para observar cómo asciende
la Luna cuando está saliendo y, en función de esto, reflexiona acerca de la similitud
entre el movimiento diario de la Luna y el del Sol. Como parte de la conversación, y
como modo de dar a conocer que la misma fase lunar se repite aproximadamente cada
un mes, el docente interroga a los estudiantes sobre si recuerdan la fecha de la última
Luna llena. Esta pregunta guarda relación con algo no incluido dentro del presente
análisis: en la Luna llena anterior, ocurrida el 15 de abril de 2014, tuvo lugar un eclipse
total de Luna, el cual fue observado junto con todo el grupo de alumnos como una
actividad adicional de la secuencia didáctica. Para ello fue necesario realizar una
pernoctada en la escuela ya que el eclipse ocurrió entre las 3 y las 6 hs. Esta actividad
no se encuentra incluida como parte de la ECPE ni del análisis de la misma ya que,
pese a su relevancia, la misma fue planteada como una actividad extra y no como parte
integrante del desarrollo conceptual de la temática, el cual se encontraba, en esa fecha,
recién en sus inicios.

260
D: Bien. Entonces vamos a verificar con el Stellarium si realmente es así. Es
importante, después, poder observar esto en el cielo. Sé que está bastante
nublado, pero es importante saber si esto que estamos pensando es así o no.
Entonces, ahí tenemos la Luna [en el programa Stellarium]. Vamos a ir
modificando la fecha para ver qué pasa. Ahora estamos observando una Luna
llena, pero esto le pasa siempre a la Luna. Y recuerden también que hay Lunas
que se observan de día y otras que se observan de noche. La Luna llena la
vemos de noche. Es la única que funciona [se observa] sólo de noche.
A: ¿Pero no se puede observar también de día?
D: La Luna llena no. Por la posición que tiene. Está opuesta al Sol. Después lo
vamos a ver. Entonces, cuando se oculta el Sol, sale la Luna. Pero las otras
Lunas que no están opuestas al Sol las ves de día o de noche. No sólo de noche
como esta.
A: Pero algunas veces yo he visto que está como el Sol, en la Cordillera y se ve
[la Luna] y también se ve el Sol.
D: No, debe estar clarito. Si es Luna llena no puede estar el Sol. Son opuestos.
Cuando sale la Luna llena el Sol se pone o cuando el Sol se pone sale la Luna
llena. Si no estuvieran opuestos, no sería Luna llena.
A: Yo cuando era chiquita pensaba que la Luna estaba alumbrada porque el Sol
estaba justo… detrás.
D: Ah, a veces uno se confunde. Cuando hay nubes uno puede confundirse el
Sol con la Luna. Vieron que el Sol, atrás de las nubes se ve como un disco no tan
brillante y uno se confunde y no sabe si es la Luna o el Sol. Pero si es de día ya
sabemos que no puede ser la Luna llena porque la Luna llena no se ve durante el
día. Bueno. Vamos a ver cómo sube. Vamos a un día de Luna llena, aunque en
(C10; 30) realidad podemos ver esto cualquier día. Pongamos 15 de mayo... ¿Se acuerdan
cuando fue la última Luna llena?
A: Sí, cuando fue el eclipse.
D: Bien, los eclipses de Luna ocurren en Luna llena. ¿Qué día fue?
A: El 15 de abril.
D: Miren, más o menos cada un mes ocurre otra Luna llena. En realidad no es un
mes justo, son 29 días y medio. Ahora sólo nos importa cómo sube. Miren, 8 de
la noche, está saliendo por el [cerro] Piltri. ¿Sale justo por el este la Luna?
A: No.
D: No. Miren, sale del Piltri a la derecha, igual que le pasa al Sol. A las 21 hs, 22
hs, 23 hs... ¿Subió derecho?
A: No.
D: ¿Qué opción era la correcta?
A: La C.
D: Sí, pongan en el dibujito la C. Ahora saben cómo sube. Ya sabemos que la
Luna sube inclinada, igual que el Sol. Para que tengan idea, todo el cielo sube
así inclinado, porque tiene que ver con dónde estamos parados, como nosotros
vivimos en el sur, vemos a todos los astros salir desde algún lugar del este y
subir al norte, así. Ahora vamos a ver la puesta de la Luna... ¿A qué hora les
parece que ocurre? Miren esto antes... [La Luna] Va haciendo lo mismo que el
Sol, sale por allá [señala hacia el este con el brazo], sube inclinada así [indica
hacia el norte], a la medianoche más o menos está hacia el norte [indica el norte]
y luego va a ponerse allá [señala hacia el oeste con el brazo]. Igual que el Sol.
A: Cuando está en la mitad está hacia el norte.
D: Claro, perfecto, cuando está en la mitad de su recorrido está hacia el norte.

Durante toda esta explicación, el docente realiza movimientos con su brazo con el fin de
representar en tres dimensiones cómo es el movimiento diario de la Luna en el cielo.
261
Para ello, hace coincidir el modo en que mueve sus brazos con la orientación geográfica
del aula (indicada mediante carteles colgados en las paredes). De este modo, el docente
muestra que la Luna sube inclinada al salir por algún lugar del cerro Piltriquitrón (ubicado
hacia el este), que se pone inclinada al ponerse por algún lugar de la Cordillera (ubicada
hacia el oeste) y que al mediodía se posiciona hacia el norte (que coincide con la
dirección correspondiente a los ventanales del aula).

En función de la similitud entre el movimiento del Sol y el de la Luna, los alumnos llegan
a cuestionarse cuál de los dos astros se desplaza más rápido en el cielo. El docente
aprovecha esta pregunta para mencionar la idea de que este movimiento diario no es
propio de estos astros, sino que constituye parte del movimiento de todo el cielo.
A: ¿Qué se mueve más rápido, la Luna o el Sol?
D: Muy buena pregunta. ¿Qué les parece a ustedes?
A: La Luna [contestan dos alumnos a la vez]
A: El Sol.
D: A ver. Veo subir la Luna, a la mitad de su recorrido anda por ahí y luego baja
por allá. Resulta que veo al Sol y hace lo mismo. ¿Cuál se mueve más rápido?
A: La Luna...
(C10; 49) A: El Sol.
A: Igual.
D: Lo que vamos a aprender, y todavía no sabemos bien, es que todo el cielo se
mueve así, todo junto. No es una cuestión de la Luna o del Sol, sino que tiene que
ver con nosotros, con la rotación de la Tierra. Desde nuestro punto de vista,
nosotros no hablamos de eso, hablamos del movimiento de todo el cielo.
A: Pero entonces, profe, la Luna estaría siempre en la misma posición.
D: Después vamos a ver que la Luna tiene otro movimiento...

A continuación, la clase continúa con la observación del descenso de la Luna llena


cuando se está poniendo por el horizonte occidental. Como esto ocurre en el horario de
salida del Sol, durante la actividad algunos alumnos confunden el crepúsculo matutino
con el comienzo del día, que recién comienza con la salida del Sol. Posteriormente, el
docente visualiza en el programa, junto con los alumnos, que el recorrido diario de la
Luna no cambia si la misma se encuentra en otra fase que no sea llena.

D: Ahora, miren la bajada de la Luna. 6 de la mañana, 7 hs, 8 hs, 9 hs. Estamos


mirando hacia el oeste. Está clarito pero todavía no salió el Sol. Estamos viendo
la Luna [llena]. Miren. Está claro, baja como el Sol.
A: Pero, esa es Luna llena…
D: ¿Cuál es el problema? Es Luna llena.
A: Está de día y vos dijiste que la Luna llena no se ve de día.
D: No es de día, está clarito, pero el Sol no salió aún. Acordate que es de día
cuando sale el Sol. Que yo vea claridad no quiere decir que haya salido el Sol y
(C10; 61) haya empezado el día. Ese momento se llama crepúsculo, es el momento antes
de la salida, cuando se ve claridad. ¿Qué opción es entonces?
A: Es la C.
D: Marquen en el dibujo. Veamos si otro día pasa lo mismo: 20 de mayo. Miren,
¿recuerdan que les dije que veíamos subir la Luna y que no importaba la forma
que tuviera? Miren la de unos días después, ¿saben cómo se llama? Cuando se
ve por la mitad se llama cuarto. Después de la Luna llena, unos 7 días después
viene el cuarto menguante, porque está llena y después se empieza a ver cada
vez más chica.

262
D: Busquemos la Luna. 8 hs, 9 hs, 10 hs... Esta Luna está de día. La menguante,
está de mañana, a las doce del mediodía se está poniendo. El Sol en ese
momento está hacia el norte. La Luna baja también torcida. Ahora completen los
puntos C y D, y además la conclusión a partir de lo que vimos. Antes de seguir
con el otro trabajo, guarden esto en la carpeta...
D: Ahora sabemos que la opción C es la de la salida. La bajada también es la
opción C. Vimos que otro día también salió y se puso de la misma forma. En la
mitad de su recorrido siempre se encuentra hacia el…
A: Norte.

Una vez finalizada la visualización del movimiento diario de la Luna con el Stellarium, se
les propone a los estudiantes completar individualmente la conclusión de la actividad.
Mientras tanto, el docente pasa por los bancos para colaborar en la resolución y, al
mismo tiempo, verificar que las respuestas dadas por los estudiantes coincidan con lo
desarrollado en la clase.

9.4.8. Actividad 8: "Simulando el movimiento propio de la Luna mediante


Stellarium"

Se reparte la actividad presente en la Sección 8.5.8., en la cual se propone analizar


cómo cambia la posición de la Luna en el cielo de un día al otro cuando se la observa
siempre a la misma hora. Esta condición de mantener el horario tiene como propósito
poder dejar de lado el movimiento diario de la Luna, el cual provoca que su posición
cambie constantemente. Por lo tanto, al no modificar la hora, y al ser muy rápido su
movimiento hacia el este, será sencillo lograr visualizar y registrar dicho desplazamiento
(ver Figura 13-10).

En primer lugar, se les pregunta a los estudiantes si ellos saben a qué se debe que la
Luna se vea de distintas formas. El docente espera obtener como respuesta la idea más
común detectada en muchas investigaciones anteriores: que las fases se deben a que la
Tierra se interpone entre el Sol y la Luna y que, en consecuencia, no permite que la luz
del Sol llegue a una parte de ella. Sin embargo, algunos alumnos manifiestan una idea
alternativa interesante y no registrada en la investigación bibliográfica previa: que la
parte que se ve de la Luna tiene relación con dónde se ubica la Tierra ya que la luz le
llega por rebote de la radiación solar en nuestro planeta. Esta última idea resultó tan
novedosa para el docente que le llevó un cierto tiempo de diálogo llegar a comprenderla.

D: Ahora vamos a ver por qué cambia de forma la Luna. ¿Alguien lo sabe?
A: Sí. Porque la luz del Sol…digo, porque la Tierra le hace una sombra. De la luz
que tira [el Sol], la Tierra le hace una sombra y sólo le llega una parte de luz.
D: ¿Alguien tiene otra idea?
A: Yo. Porque el Sol, cuando está detrás de la Tierra, la parte que no llega a
reflejar de la Tierra, refleja la Luna. Es como si el Sol está de un lado y la Luna
(C10; 79)
está del otro lado de la Tierra y el Sol refleja la Tierra, pero cuando puede reflejar
más al costado, refleja una parte de la Luna.
D: Como si la Tierra tapara una parte de la luz que le llega a la Luna… [el
docente no interpreta bien la idea del alumno]
A: Sí.

263
D: Es parecido a esto entonces. Como que la Tierra no deja llegar algo de luz a la
Luna. Algo así.
A: La Luna no tiene luz, le da luz el Sol con los rayos. Cambia, porque el Sol no
está siempre en el mismo lugar para darle todos los rayos directo y que quede
llena. No está en el mismo lugar para que esté siempre llena. O sea, el Sol se
mueve y la Luna también se mueve. Como decían los chicos, el Sol tira los rayos
que rebotan en la Tierra para darle luz a la Luna, pero sólo una parte de los
rayos, porque si acá está la Tierra, acá el Sol y la Luna, le va a llegar sólo un
cuarto menguante.
D: ¿La Tierra estaría tapando una parte de la luz que está llegando? [El docente
continúa sin interpretar bien la idea]
A: La faltaría una parte de la luz.
D: ¿Tapa o no tapa la Tierra?
A: No.
D: Lo que estás diciendo vos es que la luz del Sol llega a la Tierra y de ahí rebota
hacia la Luna. ¿Eso sería?
A: ¡Claro!
D: Dependiendo de la posición de la Luna y de la Tierra, ¿sería así?
A: Eso entendí más o menos cuando me explicaron.
D: ¿Alguien más se anima a decir por qué cambia la Luna de forma? Otros
pueden decir sus ideas también, este es el momento. No estamos viendo si están
bien o no ahora, pueden decir lo que se les ocurre.
A: Yo pienso que es porque la Luna se refleja en la Tierra, dándole sólo un
pequeño rayo de luz a la Luna.
D: Vos decís que la luz llega a la Tierra, rebota y sólo le da una partecita a la
Luna. Es otra idea, es del rebote de la luz en la Tierra.
A: Me interesó la idea de él. Cuando no se ve redonda…
D: Está bien, estás de acuerdo con que rebota. Bien, son dos ideas, se las
resumo. No digo que una esté bien y otra mal. Lo que digo es que son diferentes.
Está bueno tenerlas en cuenta para trabajar y ver si uno puede entenderlas.
¿Saben cuál es la forma de saber si están bien o no? Mirando el cielo. Eso es lo
que hicieron los astrónomos, lo testeo mirando al cielo para ver si lo que pienso
está bien. A ver si todos entendemos la idea de sombra. Agarro el Sol que da
luz… ¿todos tenemos en claro que el Sol es la única fuente de luz del Sistema
Solar? Cualquier cosa que esté cercana a la Tierra, en la zona, tiene que estar
iluminada por el Sol, no hay otra cosa que le pueda dar luz. No hay otra linterna
que no sea el Sol.
A: El Sol es una estrella.
D: El Sol es una estrella porque tiene luz propia. La Luna, la Tierra y los demás
planetas que están cerca, no las otras estrellas, esas están muy lejos, las de la
noche tienen luz propia pero están muy lejos, todos los demás cuerpos no tienen
luz. A todo lo que está cerca el Sol lo ilumina. Lo que dicen acá es que para
entender que la Luna se vea diferente es: tengo el Sol que da la luz, a la Luna la
veo así [por la mitad], la explicación que dan algunos es que la parte que no veo
es porque la Tierra se pone acá adelante y tapó la luz. Algunos dicen eso. Otros,
tienen la idea de rebote. Es que la Tierra está por algún lado, la luz del Sol le da
a la Tierra, rebota e ilumina esta parte de la Luna. Es otra idea.

Como ya se ha realizado anteriormente, se le pregunta a los alumnos sobre cómo se


imaginan ellos que va a cambiar la posición de la Luna de un día al otro. Para ello se
coloca el programa Stellarium en la fecha 1 de mayo de 2014 a las 20 hs observando en
dirección noroeste y se observa la pantalla, donde estará la Luna muy pequeña. A

264
continuación se los interroga acerca de dónde creen que estará la Luna al día siguiente
a la misma hora.

D: Al otro día a la misma hora, [la Luna] ¿va a estar en el mismo lugar?
A: No.
D: ¿Cómo se imaginan que se mueve al día siguiente? [Se muestra la Luna muy
baja hacia el noroeste]
A: Para allá. [Indica hacia arriba y a la izquierda]
D: ¿Acá? Más o menos… [Muestra en la pantalla dónde dice el alumno que
estaría al día siguiente]
A: Para mí no se mueve tanto…
D: No importa mucho cuánto, yo quiero saber para qué lado se mueve. ¿Para la
izquierda?
A: Sí.
D: Allá, ¿qué piensan? No lo sabemos, después vamos a ver...
A: Para allá. [Indica hacia la derecha]
(C10; 111)
D: Él dice para la derecha. ¿Te parece que a la misma altura?
A: Para allá. [Indica hacia arriba y a la derecha]
D: Eso es lo que piensa él.
L: ¿Alguno dice que se queda quieta?
A: No.
A: Para mí más arriba y para la derecha.
D: ¿Vos qué pensás? Se mueve más para acá o para allá… [¿A la derecha o a
la izquierda?]
A: Para mí a la derecha, arriba.
A: Para mí en el mismo lugar.
D: Ven que hay tanta variedad de respuestas que quiere decir que parece que
no tenemos idea de qué es lo que va a pasar mañana con la Luna si miramos a
la misma hora. Está bueno para ver si pasa esto o no.

Una vez sistematizadas las anticipaciones de los estudiantes, el docente adelanta la


fecha sin cambiar la hora con el fin de analizar cómo se desplaza la Luna en el cielo a
partir de visualizar los cambios de posición en el programa Stellarium.

D: Ahí va... [El docente cambia de fecha. Algunos alumnos celebran haber
acertado con el modo en que se desplaza la Luna]
[El docente se acerca a un alumno que lo llama para decirle algo]
D: Acá me acaban de hacer una observación muy buena. La estrella que estaba
debajo de la Luna sigue en el mismo lugar y la Luna se corrió un montón, hacia
arriba y a la derecha. Veamos qué pasaría al día siguiente. ¿Hacia dónde se
mueve la Luna?
(C10; 132) A: Un poco más arriba para acá. [Indica arriba y la derecha]
A: Así. [Indica con el brazo hacia arriba y a la derecha]
D: A ver. Cambio de fecha. Estaba acá, ahora está acá. [Se mueve hacia arriba
y a la derecha. Algunos alumnos festejan nuevamente]
D: ¿Además de cambiar de posición hay otro cambio?
A: Sí. Se empezó a ver más.
D: Vamos para atrás a verlo de vuelta. 1 de mayo. Miren que chiquita ahí. 2 de
mayo... 3 de mayo, 4 de mayo, 5 de mayo…

265
A: Sube…
D: Sí, pero además fíjense que se ve mucho más, la parte iluminada es mucho
mayor.
A: Cuando va subiendo se va agrandando...
A: Se va iluminando más...
D: ¡Exactamente! Fíjense que esto que le pasa a la Luna, que no le pasa a las
estrellas... Las otras estrellas quedan en el mismo lugar, ¿sí?
A: Porque están más lejos...
D: No importa mucho por qué, porque lo que quiero ahora es describir lo que
pasa... Lo que vemos es que esta subida así inclinada [de la Luna] de un día al
otro provoca, de alguna manera, que cambie la forma de la Luna.
D: Quiero que antes de irnos, en la hoja que les repartí, hagan este recorrido
para no olvidarnos. Dibujen la Luna los días siguientes al 1 de mayo, que es la
Luna que ya tienen dibujada en la hoja. [Deben tener en cuenta el cambio de
posición y de forma observado en el Stellarium]

En la Figura 9-5 se presenta cómo se visualiza el cambio de posición de la Luna en la


pantalla del programa. Luego de adelantar la fecha, los alumnos realizan la consigna 1
de la actividad, en la que deben dibujar dónde se encuentra la Luna cada día que pasa y
colocar la nueva fecha de observación. Para ello el docente los guía respecto a cómo
dibujar cada Luna, teniendo en cuenta que, tal como se va viendo en la pantalla del
programa, la Luna debe ubicarse al día siguiente más arriba y a la derecha, con su lado
izquierdo iluminado y un poco más grande.

Figura 9-5: Movimiento propio de la Luna. Cambio de posición de la Luna en el cielo


tres noches a la misma hora. Para notar el cambio, se adelantó la fecha de a dos días.

1/5/2014 - 20 hs
Mirando hacia el noroeste

Luna

3/5/2014 - 20 hs
Mirando hacia el noroeste
Luna

266
Luna

5/5/2014 - 20 hs
Mirando hacia el noroeste

Finalmente, el docente conversa con los alumnos para sintetizar todo lo observado: que
este movimiento "propio" de la Luna se produce siempre hacia el este, que cada día se
ve una porción mayor de la Luna y que esta fracción iluminada se encuentra del lado
izquierdo. A su vez, se detalla que este movimiento propio produce que la Luna salga
cada día más tarde. Toda esta descripción permite caracterizar la fase creciente de la
Luna, desde la Luna nueva a la llena, y proponer a los estudiantes que completen las
conclusiones correspondientes a la consigna 1. Para tener una idea respecto a su
resolución, la Figura 9-6 muestra el trabajo llevado a cabo por uno de los estudiantes.

Figura 9-6: Resolución de la consigna 1 sobre el movimiento propio de la Luna y la fase


creciente realizada por un alumno del curso (A23).

Luego de observar el desplazamiento propio de la Luna durante toda la fase creciente,


el docente propone realizar la consigna 2, en la que se debe observar cómo se desplaza
nuestro satélite los días siguientes a la Luna llena, manteniendo constante la hora.
Debido al cambio de posición de la Luna en el cielo, para su observación será
indispensable un cambio de horario, por lo cual la actividad plantea posicionarse
mirando hacia el oeste y comenzar a registrar la posición de la Luna el día 16 de mayo
de 2014 a las 9 hs. Al igual que en las clases anteriores, el docente les propone a los
estudiantes, que indiquen dónde estará la Luna al día siguiente antes de visualizarlo en
el programa Stellarium.

267
D: Vamos a hacer la segunda parte de la observación con el Stellarium. Miren
acá. Vamos a hacer la Luna de mañana, a las 9 de la mañana... Cambio de día,
voy al 16 de mayo, 9 de la mañana, mirando hacia el oeste. Tienen que hacer lo
mismo que el otro día, dos días a la misma hora, hay que dibujar esta Luna y ver
si se mueve para arriba, para abajo...
A: Ya está dibujada.
D: Esa ya está, tienen razón, no la dibujen. Esa es Luna llena. Miramos para allá
[hacia el oeste] en este día, 16 de mayo, y está la Luna llena poniéndose a las 9
de la mañana. Pregunta, ¿al día siguiente estará en el mismo lugar o se corre?
A: Se corre.
D: Bien, ya sabemos que la Luna se corre de un día al otro. ¿Para dónde?
A: Para allá.
D: ¿Derecha o izquierda? ¿Arriba, abajo?
A: En diagonal para arriba y a la derecha.
D: Él dice así... [Dibuja flecha hacia arriba y a la derecha en el pizarrón]
(C11; 61)
A: Yo digo que se va a correr para arriba…
A: Yo también…
A: Lo mismo…
A: Todos opinamos eso…
A: No, yo digo que para abajo.
D: Bien, levanten la mano los que opinan que se va a mover así, en diagonal
hacia arriba. Son 12.
A: Yo digo que es para abajo.
D: ¿Para abajo hacia dónde?
A: Así.
D: Bien, ¿Quién opina así?
A: Yo pienso que va a bajar porque desde la Luna llena se van corriendo las
fases.
D: Vale opinar diferente... No hay problema.

A continuación se adelanta la fecha sin cambiar la hora con el fin de observar cómo se
desplaza la Luna en el cielo cuando se la observa de mañana.
D: Bien, lo hacemos ahora en el programa para ver cómo se mueve.
[Se adelanta un día la fecha. Gritos y festejos de los alumnos que pensaban que
se movía en diagonal hacia arriba]
A: Pero seguí, capaz que baje…
D: Bueno, el día siguiente, ¿para dónde creen que va?
A: Igual…
A: Más arriba, más arriba…
(C11; 83) A: El mismo lugar, más arriba…
A: Va a seguir más arriba…
D: Bueno, vamos para el 18, 19... ¿Ven que sigue igual?... Bueno, entonces
miren. Tenemos que hacer este dibujo, de la Luna llena que tienen hay que
dibujar otras dos de los días siguientes. Pero, ¿tienen que tener la misma forma?
A: No, cada vez más chica.
D: Miren en el programa. El 18 de mayo ya está casi por la mitad, ¿qué lado tiene
iluminado?
A: Lado izquierdo…

268
A: Derecho…
D: Lado derecho... La van dibujando así en el recuadro, ponen la fecha y que se
note que se va haciendo más chica. Va subiendo, de mañana y se va haciendo
más pequeña. En el otro, de noche, voy viendo cómo sube y se hace más grande
y de mañana es lo contrario. Completen la conclusión.

En la Figura 9-7 se presenta cómo se visualiza el cambio de posición de la Luna


utilizando el programa Stellarium.

Figura 9-7: Movimiento propio de la Luna. Cambio de posición de la Luna en el cielo


tres mañanas seguidas a la misma hora.

16/5/2014 - 9 hs
Mirando hacia el oeste

17/5/2014 - 9 hs
Mirando hacia el oeste

18/5/2014 - 9 hs
Mirando hacia el oeste

Al igual que con la fase creciente, el docente conversa con los alumnos para sintetizar lo
observado: que el movimiento "propio" de la Luna se produce hacia el este, que cada
día se ve una porción menor de la Luna y que esta fracción iluminada se encuentra del
lado derecho. Esta nueva descripción permite caracterizar la fase menguante de la
Luna, y proponer a los estudiantes que completen las conclusiones correspondientes a
la consigna 2. En la Figura 9-8 se presenta como ejemplo el trabajo de un alumno.

269
Figura 9-8: La consigna 2 sobre el movimiento propio de la Luna y la fase menguante
resuelta por uno de los alumnos del curso (A23).

Las conclusiones son luego sistematizadas y corregidas por el docente con todo el
grupo de clase, de modo tal de poder analizar la evolución de las ideas de los
estudiantes y escribir en el pizarrón la síntesis de las características de cada fase.

D: Yo miro al oeste, veo una Luna acá, una acá, una acá, ese avance es, ¿hacia el
este o hacia el oeste?
A: Hacia el este…
A: Al este.
D: Bien. Vemos un corrimiento hacia el este. Esto hace que se vea cada día, ¿más
chica o más grande?
A: Más grande…
A: No, más chica…
A: Más chica.
D: Miren lo que dibujaron en sus hojas.
A: Más grande…
D: O sea, yo la veo ponerse a las ocho cerca del Sol y, cada día que pasa se va
alejando [angularmente] del Sol... Se va viendo más su parte iluminada, entonces
(C12; 12)
la veo más grande. ¿De qué lado está iluminada?...
A: Izquierdo…
D: Izquierdo, bien. Esa Luna es creciente. Se va agrandando y tiene el lado
izquierdo iluminado. Fíjense que parece una C, de creciente. Unos días después, la
Luna se movió tanto que ahora se ve así, con el lado izquierdo iluminado y la mitad
de la Luna visible. Eso se llama cuarto creciente, y este es el dibujo, la Luna por la
mitad. Y una semana después la Luna se ve así…
A: Llena…
A: Llena.
D: Muy bien. Acá en el pizarrón está la síntesis de la Luna creciente, la vemos a las
20 horas, a la tarde - noche, cada día que pasa se hace más grande, porque se va
corriendo de posición, por eso la vemos más grande. Si estuviera siempre en el
mismo lugar la veríamos siempre igual. Si la vemos diferente cada día es porque
cambió de posición.

270
Durante la sistematización, el docente aprovecha para mencionar y explicar la frase "la
Luna no miente", la cual permite identificar si la Luna que se está observando es
creciente o menguante (para el hemisferio sur).

D: Hay una regla que dice: "la Luna no miente". Veamos, ¿qué lado tiene iluminado
una letra C?
A: El lado izquierdo.
D: Sí. Lo que tengo iluminado si dibujo una C es el lado izquierdo... Cada vez que
tengan la [Luna con forma de] C o lado izquierdo iluminado recuerden que la Luna
está en creciente. Siempre esta fase se ve al anochecer. Si la ven de mañana, la
Luna no está creciendo. Esta Luna es de noche temprano, fíjense que al final la
(C12; 31) Luna termina del otro lado [hacia el oeste] y está en llena. Empieza ahí a crecer al
anochecer, el Sol está por ahí [hacia el oeste]. A medida que se va alejando
[angularmente] del Sol, va creciendo. Cuando están a 90° veo la fase creciente y
cuando llegan a estar opuestos estoy viendo una Luna llena. Falta una cosa de la
consigna... ¿Esto hace que la Luna salga cada día más temprano o más tarde?
A: Más tarde.
D: Eso. No está en el dibujo, pero lo que les quiero contar es que la Luna se va
corriendo, cada día sale más tarde.

El docente también aprovecha para discutir la diferencia entre el movimiento diario de la


Luna hacia el oeste, estudiado anteriormente, con su movimiento propio hacia el este, el
cual les propone observar en el cielo en los siguientes días si es que el estado del
tiempo lo permite.

D: Una cosa importante: como ya vimos, hay dos movimientos de la Luna.


Hablamos de un movimiento de todo el cielo de ahí para allá [del horizonte oriental
al occidental]... el Sol sale por algún lugar hacia el este y hace su camino diario
para ponerse por algún lugar hacia el oeste... La Luna también hace lo mismo y
cualquier estrella a la noche va a hacer lo mismo: si sale por el Piltri [el cerro
(C12; 35) Piltriquitrón], unas horas después se va a poner por la Cordillera, todo el cielo se
mueve para allá [el horizonte occidental]. La Luna, además, tiene un movimiento
hacia el otro lado. Ese movimiento se nota de un día al otro. No se va a notar en la
misma noche, por eso ustedes tienen la tarea de observar la Luna. Dibujarla tal
cual la ven. Lo importante es ver cómo cambia de posición. No dejen pasar mucho
entre las observaciones porque la Luna se corre mucho.

Una vez discutida y analizada la fase creciente, el docente realiza lo mismo con la fase
menguante, recalcando que la Luna continúa moviéndose hacia el este y saliendo, en
consecuencia, más tarde cada día que pasa.

D: Vamos a la parte menguante, el punto dos. Cambio de la posición de la Luna de


una mañana a otra a las diez horas. Conclusión, ¿hacia dónde se mueve?
A: Hacia arriba…
A: No, hacia abajo.
D: Miren en sus hojas... De una mañana a la otra, ¿hacia arriba o hacia abajo?
(C12; 44) A: Arriba.
D: ¿Todos estamos de acuerdo?
A: Sí.
D: ¿Se corre hacia el este o el oeste? Estamos mirando de nuevo al oeste,
entonces el movimiento se repite. Piensen que si ustedes cambian sería como que
la Luna frene y vaya para el otro lado. De un día al otro siempre va para este lado.
No puede ir y volver, siempre va para el mismo lado. Hace este movimiento

271
[muestra con el brazo el movimiento propio hacia el este de la Luna]... hoy está
acá, pasado acá, eso hace que sea ese movimiento hacia el este. Teníamos hacia
arriba, hacia el este, eso hace que se vea cada día, ¿más grande o más chica?
A: Más chica.
D: Bien. Más chica en esta fase. ¿Con su lado izquierdo o derecho iluminado?
A: Derecho.
D: Muy bien. Unos días después la Luna se movió tanto que se ve así... Está en…
A: Menguante.
D: Es cuarto menguante...
A: ¿Cuándo se hace más chica también es cuarto menguante?
D: Menguante quiere decir que se hace más chica. Y eso se ve con el lado derecho
iluminado. Y una semana después del cuarto menguante, la Luna se ve así…
A: No se ve…
D: Claro. Se puede dibujar una línea punteada para representarla. En realidad no la
veo, no tengo que pintar nada, o poner no se ve. Esto hace que salga, ¿cada día
más temprano o más tarde?
A: Más tarde…
A: Más temprano…
A: Más temprano…
D: ¿Están de acuerdo que es más temprano?
A: Sí.
D: En realidad no. Como se mueve siempre hacia el este, pasa lo mismo que con
la Luna creciente: sale más tarde al día siguiente.

Para finalizar esta parte de la clase, el docente dibuja la Luna en distintas fases en el
pizarrón y propone que individualmente los alumnos tengan que decidir si cada una de
ellas corresponde a la fase creciente o menguante y por qué. Esta actividad no
planificada previamente resultó de importancia ya que mostró que varios estudiantes no
habían podido comprender cómo puede reconocerse la fase lunar a partir de observar
qué lado tiene iluminado la Luna ni en qué horario es visible en cada fase. En este
sentido, el docente selecciona estudiantes de escasa participación en las clases con el
fin de poder evaluar su desempeño y su grado de comprensión conceptual sobre las
fases de la Luna.

A: Yo digo [que esa Luna dibujada en el pizarrón es] creciente.


D: ¿Cómo te das cuenta que es creciente? ¿No sabés?... ¿Y vos?... Los que
levantan la mano ya sé que saben. Dejemos a otros chicos. ¿Allá?...
A: Creciente, porque le falta la mitad.
D: A esta otra Luna también le falta la mitad. Más que decir lo que le falta, te
conviene decir qué lado tiene iluminado...
A: Lo que tiene iluminado es el lado izquierdo. Es creciente.
(C12; 71) D: Bien, lo que hay que hacer es mirar el lado iluminado. Vamos con otro dibujo...
A: Es creciente porque está iluminado un lado que es el izquierdo.
D: Bien. No es cuarto porque para que sea cuarto tiene que estar por la mitad, esta
es sólo creciente. A ver, la siguiente, ¿qué Luna es?
A: Menguante.
D: ¿Tiene un nombre especial esa Luna menguante?
A: Cuarto… Cuarto menguante.
D: ¿Por qué?

272
A: Porque es la mitad.
D: Bien. Vamos con otra...
A: Menguante, porque está el lado derecho iluminado.
D: Vamos con otro desafío ahora. ¿Esta Luna la veo de mañana o de noche
temprano?
A: De noche, porque a veces se ve de noche o de día.
D: ¿Por qué decidiste que esta Luna la ves de noche?
A: No sé.
D: ¿Alguien sabe?
A: De noche.
D: ¿Por qué? Miro el dibujo y sé que es de noche. Cuarto creciente se vio a la
noche, todo lo que está creciente es a la noche.
A: Porque está creciendo para ser Luna llena…
D: Bien. La fase creciente se ve de noche temprano y la menguante de mañana o
antes del amanecer. Los próximos días vamos a empezar a ver la Luna en el cielo
de mañana, porque hay Luna llena ahora y los próximos días son todos de
mañana.

Como puede verse, algunos alumnos no logran relacionar todavía la fase de la Luna con
su lado iluminado ni con su horario de observación. En consecuencia, esto continuará
siendo desarrollado en las siguientes clases.

9.4.9. Actividad 9: "Representación del movimiento propio de la Luna y


explicación de las fases lunares"

Luego de caracterizar cada fase, la actividad presente en la Sección 8.5.9. tiene como
fin que los estudiantes analicen por qué el cambio de posición de la Luna provoca que la
misma se vea de forma distinta cada día. En este sentido, en la consigna 1 se propone
que los alumnos dibujen cómo se ve una esfera mitad blanca y mitad negra cuando se la
observa desde distintos ángulos. Para ello se deben juntar en grupos, fijar la esfera en el
centro de una mesa e ir girando alrededor para dibujar cómo la van viendo desde las
distintas direcciones indicadas en la hoja de actividades (de "frente", de "atrás", de
"costado", en "diagonal"). Esto permite comenzar a construir la idea de que las fases
lunares constituye un fenómeno de perspectiva, el cual tiene relación con "desde dónde"
se está observando un cuerpo como la Luna, que siempre tiene una mitad iluminada y la
otra prácticamente oscura.

Durante el desarrollo de esta actividad, el docente pasa por los grupos y colabora en su
resolución, especialmente para ayudar a los alumnos a lograr representar cómo se
observa la esfera desde las posiciones "en diagonal". La Figura 9-9 muestra el modo de
resolución de la actividad por parte de uno de los estudiantes.

273
Figura 9-9: Resolución de la Actividad 9 por parte de un alumno del curso (A7).

Una vez finalizada la consigna 1, se propone a los alumnos completar las consignas 2 y
3, para lo cual deben utilizar lo registrado en la actividad anterior. La Figura 9-10
muestra el modo de resolución de la consigna 2 por parte de uno de los alumnos.

Figura 9-10: Resolución de la consigna 2 llevada a cabo por un alumno del curso (A18).

274
A continuación, el docente propone sistematizar lo realizado a partir de la corrección de
la consigna 1 en el frente. Para ello, el docente dibuja el esquema de la consigna 1 en el
pizarrón y lo va completando junto con los alumnos mientras coloca la esfera fija y la va
observando desde distintos ángulos (ver Figura 9-11).

D: Si me voy en una nave al espacio la Luna siempre está así: mitad iluminada y
mitad no. Ahora, les pregunto, si él está ahí parado [un alumno ubicado de frente a
la parte blanca de la pelota], ¿qué Luna ve?
A: Una Luna llena.
D: Bien... Otras personas que viven en otro lado [de frente a la parte oscura de la
pelota], ¿qué verían?
A: Nueva.
D: Sí. No la pueden ver, porque el Sol está acá y ellos tienen de su lado la parte
que no está iluminada.
A: Y nosotros vemos un cuarto creciente. [Los alumnos quedan de costado
respecto a las zonas blancas y negras]
D: Bien. ¿Qué lado iluminado?
(C12; 127) A: El izquierdo.
D: Y yo, ¿qué Luna estoy viendo?
A: Menguante. El lado derecho iluminado.
D: Eso quiere decir que la fase depende de cómo esté yo posicionado con respecto
a la Luna. Pero la Luna siempre está iluminada igual. Ahora quiero hacer esto, vos,
desde tu posición, ¿ves algo de la Luna?
A: Un poquito. [Responde un alumno ubicado en una posición intermedia entre
estar "de espalda" y "de costado" a la Luna]
D: Un poquito de la parte blanca, chiquito, una parte pequeña. Estas viendo una
Luna como esta... Cuando es cuarto creciente lo que está pasando es que la Luna
siempre está iluminada por la mitad pero yo quedo en una posición respecto a la
Luna, que hace que sólo vea una parte y no todo. Tiene que ver con cómo lo
vemos nosotros. La Luna siempre está iluminada por la mitad y dependiendo de
dónde yo esté [o esté la Luna], veo más o menos de la parte iluminada.

Figura 9-11: Resolución de la consigna 1 en el pizarrón. En estos dibujos, la parte


pintada con tiza indica la zona de la Luna no iluminada por el Sol.

275
Para completar la comprensión del fenómeno, el docente reparte una hoja a los alumnos
y proyecta en el frente los esquemas explicativos topocéntricos sobre las fases lunares.
Estos esquemas permiten relacionar la posición de la Luna en el cielo respecto al Sol
con cómo es vista por un observador ubicado en la superficie terrestre en latitudes
medias del hemisferio sur.

Al presentar la fase creciente mediante la Figura 9-12, el docente explica que el


esquema presenta dos puntos de vista superpuestos, siempre con el observador
mirando hacia el norte. Por un lado, se muestra cómo cambia de posición la Luna en el
horario de puesta del Sol durante unos 15 días seguidos, desde la Luna nueva hasta la
Luna llena (dibujos 1 a 9). En todas estas posiciones, la Luna se encuentra mitad oscura
y mitad iluminada, siendo su parte iluminada la que apunta hacia el Sol; o sea, su lado
izquierdo. Por otro lado, el esquema muestra cómo va cambiando lo que ve la persona
ubicada en la superficie terrestre a medida que la Luna se va desplazando hacia el este
(dibujos A a E). En consecuencia, el esquema indica que la Luna nueva (Luna A) ocurre
cuando ésta se ubica en dirección hacia el Sol (posición 1). En cambio, cuando la Luna
se ubica a 90º respecto al Sol (posición 5), aproximadamente una semana más tarde, la
Luna se ve en cuarto (Luna C), con su mitad izquierda iluminada. Posteriormente,
cuando la Luna se ubica opuesta al Sol (posición 9), luego de unos 7 días más, es
posible ver toda la cara de la Luna iluminada por el Sol, ocurriendo entonces la Luna
llena (Luna E). Entonces, como puede apreciarse, a medida que la Luna se separa
angularmente del Sol, se la observa cada día más grande.

Figura 9-12: Esquema explicativo de la fase creciente de la Luna, desde nueva hasta
llena, para un observador ubicado en latitudes medias del hemisferio sur.

276
A continuación, el docente presenta la fase menguante mediante la Figura 9-13, la cual
muestra el desplazamiento de la Luna hacia el este durante unos 15 días seguidos,
desde Luna llena a nueva (dibujos 9 a 17), pero esta vez en el horario de salida del Sol.
Esta modificación obedece al cambio de posición de la Luna, que hace que ésta ya no
sea visible en el horario de puesta del Sol. Al igual que antes, en todas estas posiciones
la Luna se encuentra mitad oscura y mitad iluminada, siendo su parte iluminada la que
apunta hacia el Sol, que en esta ocasión corresponde a su lado derecho.

Como se ve en el esquema, la posición 9 coincide con la misma posición del esquema


anterior, en la cual la Luna estaba opuesta al Sol. En dicha posición, la Luna se ve
"llena" (Luna E), poniéndose por el horizonte occidental, a medida que el Sol sale por el
horizonte oriental. Luego de una semana aproximadamente, la Luna se ubica hacia el
norte, a 90º respecto al Sol (posición 13), por lo que la Luna se ve en cuarto (Luna G),
con su lado derecho iluminado. Posteriormente, luego de unos 7 días más, la Luna
vuelve a posicionarse en dirección hacia el Sol (posición 17), por lo que no es posible
ver la parte iluminada de la Luna, ocurriendo nuevamente la Luna nueva (Luna I), y
comenzando otra vez el ciclo.

Figura 9-13: Esquema explicativo de la fase menguante de la Luna, desde llena hasta
nueva, para un observador ubicado en latitudes medias del hemisferio sur.

Al finalizar, el docente reparte a cada estudiante una hoja conteniendo los esquemas y
una explicación de los mismos, cuyo contenido está detallado en la Sección 13-10. A su
vez, les propone que, para la siguiente clase, traten de observar en el cielo cómo cambia
la Luna de un día al otro a la misma hora.

277
Al comienzo de la clase siguiente, el docente propone corregir la consigna 2 que había
quedado pendiente luego de haber observado desde distintos puntos de vista la esfera
mitad blanca y mitad negra. Sin embargo, el docente modifica lo planificado al notar que,
en ese mismo momento, la Luna se encontraba visible en el cielo desde los ventanales
del aula. Por lo tanto, interroga a los estudiantes con el fin de que utilicen los
conocimientos adquiridos para identificar en qué fase se encuentra la Luna ese día.

D: Y fíjense que hoy tenemos la Luna acá [visible desde la ventana del aula, que
tiene orientación hacia el norte]. ¿En qué fase está?
A: Menguante…
A: Para mí, creciente…
D: ¿Qué tengo que mirar para saber si es creciente o menguante? Fijate en la
ventana...
A: Está del lado derecho, entonces es menguante.
D: Está del lado derecho... Mírenla, prestemos atención a lo que pasa. Es la
primera vez desde que estoy viniendo que tenemos la posibilidad de observar el
cielo despejado en este horario, siempre estaba nublado... Como ahora estamos
de mañana, es claro que la que corresponde es la Luna menguante. Ustedes si
miran la Luna un solo día... Si está de mañana, seguro es menguante; si está de
noche, seguro es creciente. Viendo esto ya pueden distinguir qué Luna tienen.
D: Dijimos que a medida que pasan los días la Luna cambia su posición en el cielo.
Mañana, yo no voy a estar, tienen que mirar ustedes... ¿Qué dicen? ¿Estará en el
mismo lugar a la misma hora la Luna? ¿Se moverá a la derecha o a la izquierda?
Miren el esquema y contesten. ¿En qué número de Luna [del esquema presente en
la Figura 7.14.] estamos hoy?
A: 12… 13...
D: Bien. Es la número 13. Recuerden que [la Luna] siempre está iluminada por la
mitad, el tema está en cómo yo la veo. El Sol está por salir allá [hacia oriente], la
(C14; 15) Luna está acá [hacia el norte], la mitad iluminada de la Luna que yo puedo ver
desde acá está hacia la derecha. En realidad es un cuarto de Luna lo que puedo
ver hoy, porque está iluminada la mitad, pero la que está para el otro lado no la
puedo ver, por eso veo un cuarto, la mitad de la mitad. La pregunta ahora es... La
Luna, mañana, ¿estará a la derecha o a la izquierda? [mirando en dirección a la
Luna]
A: A la derecha.
D: ¿Están todos de acuerdo? No los veo convencidos. Miren el esquema.
A: A la derecha…
D: Se correrá a la derecha. Estoy mirando al norte, me queda para acá la Luna
mañana. Siempre sale más tarde.
A: ¿Después no se va corriendo?
D: Siempre es más tarde. Ahora, más tarde, puede ser, si salió a las 11 de la
noche, después sale a la 1, a las 2…a las 6, para vos es temprano, pero salió tarde
del día anterior, cada día más tarde. No nos compliquemos mucho, lo que nos
interesa es que creciente la veo de noche, menguante de mañana y que cada día
se nos corre para allá [hacia el este]. Entonces, presten atención mañana, tendría
que estar a la derecha, ¿más grande o más chica?
A: Más chica.
D: Muy bien. Y cada día que pase, más a la derecha y más chica. Está
menguando, de acá a una semana nos quedan las lunas hasta la 17, hasta la Luna
nueva.

278
La clase continúa con la corrección de la consigna 2 con todo el grupo de clase, de
modo tal que todos los alumnos puedan corroborar o corregir las opciones elegidas al
resolver la actividad.

D: Dice la frase... A medida que pasan los días, la Luna ¿cambia o no cambia su
posición en el cielo?
A: ¡Cambia!
D: Sigamos la frase, cada día la veo corrida más al…
A: Este.
D: Bien. Ahora dice... El Sol ilumina, ¿toda o una mitad?
A: Una mitad.
D: Dice, siempre, casi siempre, casi nunca... podemos ver la mitad iluminada por el
Sol…
A: Casi nunca.
D: Eso lo vimos ayer, porque que yo vea toda la mitad iluminada por el Sol es la
Luna llena. Casi nunca se ve, sólo una vez al mes. Si la Luna se ubica en dirección
al Sol, ¿podemos o no ver la cara iluminada por el Sol?
(C14; 31)
A: No podemos.
D: Bien. Si la Luna se ubica en dirección al Sol, no puedo verla, queda la parte
oscura hacia mí y yo no veo la Luna. Fíjense bien y corrijan en sus hojas. Dice, en
consecuencia estamos en Luna nueva. En cambio, si se encuentra opuesta al Sol,
podemos ver toda la cara iluminada y estamos en Luna llena. Por otro lado, si la
Luna se encuentra hacia el norte, justo cuando el Sol se está poniendo, vemos su
lado izquierdo iluminado y está en…
A: Creciente.
D: Cuando la Luna crece siempre tiene su lado… iluminado.
A: Izquierdo.
D: Y se la ve de tarde-noche. Cuando está menguando se ve iluminado el lado…
A: Derecho.
D: Durante la mañana o la madrugada, como es el caso de ahora.

Por último, el docente muestra a la clase, y al mismo tiempo revisa, las maquetas
realizadas por todos los grupos. En cada una de ellas debían quedar bien representadas
las posiciones de la Luna respecto al Sol correspondientes a la Luna nueva, al cuarto
creciente y a la Luna llena.

D: Entonces, vamos a la maqueta. Acuérdense que lo importante acá es que yo


siempre estoy parado en [el centro de] la maqueta y que las tres lunas tienen que
estar apuntando siempre para el mismo lado [sus partes blancas siempre en
dirección al Sol]. [Para simplificar se decidió poner el Sol siempre hacia el oeste]
A: ¿Por qué tantas lunas?
D: Son tres las que vamos a poner: la nueva, cuarto creciente y llena. ¿Cuál es la
Luna nueva?
(C14; 46) A: La que está al lado del Sol.
D: Esa es nueva [Luna al lado del Sol] porque yo estoy parado desde acá, desde el
centro, y no puedo ver la cara iluminada por el Sol. Por otro lado, yo estoy parado
acá y esta es Luna llena [Luna en el horizonte oriental], porque yo estoy parado en
el centro y veo toda la cara iluminada por el Sol. La última es cuarto creciente
[Luna hacia el norte] porque estoy parado en el centro y veo el lado izquierdo
iluminado. Ahí me quedaron las tres lunas perfectas. Lo único, acuérdense, yo miro
el Sol, está ahí, pero muy lejos... por eso me ilumina la Luna siempre de este lado.

279
D: ¿Cuánto tarda la Luna en ir de acá hasta llegar a esta posición [desde el
horizonte occidental al oriental en el mismo horario]?
A: Un mes…
A: 29 días…
D: ¿De Luna nueva a llena?
A: 15 días.
D: Bien. Porque de nueva a nueva, o sea, toda la vuelta tarda un mes
aproximadamente. Así que quince días.

La Figura 9-14 muestra maquetas de algunos grupos, las cuales representan los
movimientos de la Luna y el Sol y, por lo tanto, permiten ser utilizadas para explicar
topocéntricamente el día y la noche, las estaciones del año y las fases lunares.

Figura 9-14: Maquetas realizadas por los estudiantes que muestran la posición de la
Luna en el horario de puesta del Sol correspondiente a la Luna nueva (Luna hacia el
oeste), al cuarto creciente (Luna hacia el norte) y a la Luna llena (Luna hacia el este).

280
De este modo, se dio por finalizada la secuencia de actividades correspondiente a las
fases de la Luna y, a partir de allí, se llevaron a cabo diferentes propuestas, tanto
grupales como individuales, con el fin de evaluar los conocimientos adquiridos por los
estudiantes a lo largo de la secuencia didáctica. Estas actividades de evaluación y el
análisis de la evolución conceptual de los estudiantes se detallan en el Capítulo 10.

281
282
CAPÍTULO 10: ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA
CONCEPTUAL EFECTIVAMENTE RECONSTRUIDA

10.1. Introducción

Esta etapa de la investigación se encuentra conformada por una serie de actividades


realizadas con los estudiantes con las cuales el docente-investigador se ha propuesto
evaluar la Estructura Conceptual Propuesta para Enseñar (ECPE) acerca de los
fenómenos astronómicos cotidianos a partir de analizar cuál ha sido la Estructura
Conceptual Efectivamente Reconstruida (ECER) por los estudiantes durante su
implementación. Las mismas incluyen tres actividades de evaluación, una grupal y dos
individuales, las cuales no pretenden ser un acto final de comprobación de saberes
adquiridos, sino un conjunto de propuestas para que los estudiantes reflexionen,
analicen y utilicen el conocimiento adquirido en las clases. A su vez, se realizaron
entrevistas individuales a algunos de los alumnos del curso, las cuales permitieron
analizar individualmente la evolución conceptual de cada uno de ellos. De este modo, se
lograron extraer conclusiones en relación a la secuencia didáctica diseñada e
implementada y, al mismo tiempo, acerca de su incidencia en la modificación de los
modelos mentales que utilizan los estudiantes para explicar los fenómenos astronómicos
cotidianos.

10.2. Actividad 10 (grupal): "Poniendo en acción los conocimientos adquiridos


sobre el día y la noche, las estaciones y las fases lunares"

Con el fin de interpretar y comprender el proceso de conceptualización seguido por el


conjunto de los estudiantes, se planteó una actividad de carácter grupal en la que los
alumnos debían explicar el día y la noche, las estaciones del año y las fases de la Luna
mediante un dibujo y, si querían, acompañarlo de un texto. Estas explicaciones fueron
entregadas al docente, quien las digitalizó para luego exponerlas en el aula con el fin de
que alumnos integrantes de otros grupos pudiesen analizar y reflexionar acerca de la
validez o no de las mismas, proponiendo modificaciones y agregados, a partir de lo
desarrollado en las clases.

10.2.1. Explicando el día y la noche en forma grupal

Los trabajos explicativos grupales en relación al día y la noche se presentan en la


Figura 10-1, los cuales fueron discutidos posteriormente con los alumnos en el frente.

Como puede notarse, la mayoría de los dibujos y la totalidad de las explicaciónes no


incluyen a la Luna, lo cual resulta adecuado a partir de lo desarrollado en las clases,
mostrando una evolución de los modelos utilizados para explicar el día y la noche. Como
ya se ha visto, más allá de que la Luna es visible muchas noches al mes, incluirla como
parte de la explicación del día y la noche representa conceptualmente erróneo en
función de que la misma no guarda relación con este fenómeno.
283
A partir de la proyección de los dibujos en el frente, se propuso a un integrante de cada
grupo que explique oralmente qué quisieron representar en relación a la causa del día y
la noche. A partir de allí, el docente reiteró la explicación topocéntrica del fenómeno y se
detectaron algunas cuestiones que debían ser modificadas en los dibujos.

Figura 10-1: Dibujos y frases elaboradas en grupo que explican el día y la noche.

B. "Es de día cuando el Sol está


A. Sin texto explicativo en algún lugar del cielo
y de noche cuando se esconde"

C. "Día porque sale el Sol. Noche porque D. "El día y la noche se debe a la
el Sol se esconde detrás de la montaña" presencia o ausencia del Sol"

E. Sin texto explicativo F. Sin texto explicativo

284
G. "Cuando sale el Sol es de día
H. Sin texto explicativo
y cuando se va es de noche"

Durante estas explicaciones orales, el docente interviene para comentar dos cuestiones
que surgen durante las mismas. Por un lado, se aclara que para explicar los fenómenos
astronómicos cotidianos siempre se supone un cielo despejado, aclaración que tiene
sentido dado que algunos estudiantes a veces asocian la noche, y la ausencia del Sol
en el cielo, con que éste se encuentre tapado por las nubes. Por otro lado, el docente
recuerda que siempre hay estrellas presentes en el cielo, pero que las mismas no
pueden verse durante el día debido a la presencia del Sol (y al aire que dispersa su luz).

D: Buen día. Vamos a ver los carteles que hicieron el otro día, explicando día y
noche, estaciones y fases. La idea es que veamos entre todos lo que hicimos y que
nos queden claros los temas... Vamos con los dibujos. El primero, alguien del
grupo levante la mano y explique el día y la noche con este dibujo.
A: De día es cuando se ve el Sol. No siempre…
D: ¿Por qué decís no siempre?
A: Porque a veces está nublado…
D: Entonces sí, siempre se cumple. Si es de día es porque está el Sol. Que yo no
lo vea porque hay nubes no importa, porque no estamos teniendo en cuenta las
(C15; 1) nubes. El Sol está [arriba del horizonte local], es de día. ¿Y de noche?
A: Hicimos las estrellas. A veces está la Luna nueva…
D: Entonces, ¿por qué es de noche acá?
A: Porque están las estrellas y las estrellas en el día no se ven.
D: ¿Eso quiere decir que acá en el cielo [de día] las estrellas no están?
A: Sí están... no las veo porque está el Sol.
D: Claro, están de fondo, no las puedo ver porque el Sol ilumina tanto que el cielo
se vuelve celeste y no puedo ver las estrellas, pero cuando el Sol se va puedo ver
las estrellas.

A continuación, el docente va pasando los distintos dibujos y pidiendo a los estudiantes


que los expliquen mientras, al mismo tiempo, cuestiona algunos de ellos y realiza
aclaraciones generales sobre los mismos.

285
D: Vamos a este dibujo, ¿Quién lo cuenta? [Figura 10-1.C.]
A: En este es de día porque está el Sol y es de noche porque se oscureció.
D: ¿Por qué se oscureció?
A: Porque se esconde el Sol, se pone.
D: Como se pone el Sol puedo ver las estrellas. Pero acá… [El docente señala la
parte inferior del dibujo, donde se ve una Luna tapada por estrellas]
A: Había dibujado una Luna, pero no está.
D: Ah, ¿está borrada?
A: Sí.
(C15; 11) D: Bien. Yo quiero decir esto que es importante. Cuando uno tiene que explicar el
día y la noche, la Luna no la tiene que poner, porque poner la Luna de noche da a
entender que tiene algo que ver con la noche y si yo quiero explicarlo bien, no la
necesito. Por eso no hay que ponerla, pese a que en algunas noches se ve la
Luna. Pero para explicar día y noche no la necesito. Sería como dibujar un auto,
está pero no tiene que ver con el día. Entonces, dibujo lo que tiene que ver con el
día y la noche, el Sol o la ausencia de Sol. Día sería presencia de Sol y noche,
ausencia de Sol. Sigamos con los dibujos. ¿Qué dibujaron acá?
A: Sol en el día y las estrellas en la noche. [Figura 10-1.B.]
D: Y acá pusieron “es de día cuando el Sol está en el cielo y es de noche cuando
se esconde el Sol”. ¿Y este? [Figura 10-1.D.]
A: Acá, es de día porque está la presencia del Sol y es de noche porque no está.

Dado que la alternancia del día y la noche tiene relación con el movimiento diario del
Sol, y dado que algunos dibujos representan de algún modo este movimiento, el docente
aprovecha para analizar si los estudiantes comprenden el modo en que se desplaza
dicho astro en el cielo.

D: Repasemos cómo se mueve el Sol durante el día.


A: De este a oeste, pero siempre inclinado un poco para el norte.
D: De este a oeste, ¿está bien dicho eso?
A: De algún lugar… Parte del este… De un punto del este.
D: ¿Está bien decir sale por el este?
A: Sólo dos días al año sale por el este.
D: Eso, muy bien. Tenemos que decir [que el Sol sale] por algún lugar del este, o
por algún lugar del [cerro] Piltri, o mirando hacia el este... El Sol hace su recorrido
inclinado hacia el norte, al mediodía siempre está hacia el norte, y luego se pone
en algún lugar del oeste. [El docente acompaña la explicación con el movimiento
de su brazo para representar la trayectoria]. Vamos con más dibujos. ¿Este?
(C15; 23) [Figura 10-1.E.]
A: Es de día cuando el Sol está arriba y de noche cuando se escondió.
D: Bien. Pero no dibujaron el día y la noche, sino el comienzo y el fin del día,
cuando sale y cuando se está poniendo el Sol.
[Un poco después, el docente analiza otra figura que también muestra el
desplazamiento diario del Sol]
A: Ese es el Sol, ¿no? Ahí es cuando sale el Sol y después cuando se pone el Sol
en la Cordillera… [Figura 10-1.G.]
D: Bien. Aunque dice "Este" y no habría que poner "Este" justo [el lugar de salida
del Sol]... Está bueno porque entre paréntesis dice Piltri, para indicar que sale por
algún lugar del Piltri. Y dice oeste, que no es justo oeste, pero dice Cordillera. Una
pregunta: ¿hacia dónde mira la persona en la casa para ver este recorrido así?

286
A: Para el norte.
D: Bien. Esto es mirando hacia el norte. Está muy bien dibujado esto. Miran y
dibujan al Sol yendo de derecha a izquierda [mirando hacia el norte]. Este dibujo
también indica que nunca pasa el Sol por arriba de nuestras cabezas. Dice:
"cuando sale el Sol es de día y cuando se va es de noche".

La Figura 10-1.F. es la que más claramente muestra una escasa evolución de las ideas
de los estudiantes en función de mostrar la presencia de una enorme Luna durante la
noche, mientras al mismo tiempo se está poniendo el Sol. Como ya se ha mencionado,
la Luna llena es estrictamente nocturna, pero su inclusión resulta inadecuada si se
desea explicar el día y la noche.

D: Acá hay otro. ¿A ver?


A: El día es cuando el Sol está arriba nuestro y la noche es cuando está la Luna.
D: ¿Está bien eso?
A: No. No está siempre la Luna.
D: Si no está siempre la Luna quiere decir que no se identifica con la noche. Este
dibujo habría que corregirlo, no hay que poner la Luna en la noche para explicarla,
(C15; 33) porque no identifica la Luna a la noche. A ver, un ejemplo: ¿yo [el
docente/investigador] identifico a la Escuela 318? Y, no... Porque yo a veces vengo
y muchas otras veces no.
A: Nosotros.
D: Claro, ustedes identifican a la Escuela 318 porque vienen todos los días. Y
porque son indispensables para la escuela. El edificio la identifica... Algo que a
veces está y a veces no, no suele ser algo que identifica.

10.2.2. Explicando las estaciones del año en forma grupal

Los trabajos explicativos grupales en relación a las estaciones del año se presentan en
la Figura 10-2, los cuales fueron discutidos luego con todo el grupo de clase.

Figura 10-2: Dibujos elaborados en grupo que explican las estaciones del año. Dado
que la mayoría no incluye frases explicativas, debajo de cada dibujo se brinda una
descripción sintética del mismo.

A. Muestra las fechas de comienzo de cada


B. Muestra la salida del Sol hacia el sur en
estación y el lugar correspondiente
verano y hacia el norte en invierno.
a la salida del Sol en cada una.

287
C. Muestra posiciones distintas del Sol D. Muestra posiciones distintas de salida del
(en la salida o la puesta). Sol y su relación con las estaciones (abajo).

E. Muestra el cambio de lugar de salida del Sol: al


F. No parece mostrar cambios en la posición
norte en verano y al sur en otoño. Sin embargo,
y altura del Sol en las distintas estaciones.
aparece el Sol alto en invierno.

G. Muestra el cambio de lugar de salida del Sol: a H. Muestra el cambio de lugar de salida del
la izquierda del este en invierno y a la derecha en Sol, pero invertido: a la izquierda del este en
verano. Dos días sale por el este. verano y a la derecha en invierno.

288
La gran mayoría de los dibujos evidencian la relación entre las estaciones del año y el
cambio anual en la posición del Sol en el cielo, lo que está representado por el cambio
en su lugar de salida: al norte en invierno y al sur en verano. Esto representa una
evolución conceptual en relación a los modelos utilizados por los mismos estudiantes
para explicar las estaciones antes del comienzo del desarrollo de la secuencia didáctica.

Pese a la relación evidenciada entre el lugar de salida del Sol y las estaciones
en gran parte de los dibujos, algunos de los esquemas presentan cuestiones erróneas a
ser revisadas y corregidas (dibujos E, F y H). Para ello, las representaciones fueron
proyectadas en el frente, lo que permitió su explicación por parte de los integrantes de
los grupos y el cuestionamiento de algunos aspectos por parte del docente y de los
propios alumnos del curso.

D: ¿Qué dibujaste acá? [Figura 10-2.A.]


A10: Dibujé las estaciones del año…
D: Bien, veamos... Estás dibujando la salida del Sol. Esto es estaciones del año, el
Sol saliendo por diferentes lugares a lo largo del año y sólo dos días del año
saliendo por el este. Como dice acá, 21 de marzo y de septiembre. Entonces, las
estaciones del año están asociadas con el movimiento del Sol hacia el norte y
hacia el sur. Ahora, si miro al este, ¿en invierno para dónde va el Sol?
(C15; 50)
A: Para el norte.
D: Bien. Si vivo en el sur de la Tierra es invierno porque el Sol se fue al norte. Es lo
que dibujaron acá: más a la izquierda del este. Presten atención y van a ver cuánto
se corre el Sol hacia allá [el norte] ahora. El 21 de junio llega a lo máximo del norte.
Luego empieza a volver, se empieza a ir cada vez más al sur hasta que llega el 21
de diciembre, que empieza el verano. Como nosotros vivimos al sur, vemos el Sol
más alto. En cambio, cuando se va al norte, lo vemos más bajo.

D: Acá, ¿qué dibujaron? [Figura 10-2.B.]


A6: La montaña y el Sol en invierno y en verano.
(C15; 68)
D: ¿En qué dirección está la montaña esta?
A6: Hacia el este.
D: A ver... ¿Este dibujo qué representa? [Figura 10-2.G.]
A10: Un Sol al norte, de invierno. Uno de verano que está más al sur. Y en el medio
(C15; 88) de primavera y otoño.
D: A ver... Bien al norte, comienzo del invierno. Bien al sur, comienzo del verano y
al centro comienzo del otoño y la primavera. Perfecto.

La Figura 10-2.D. es la que mejor representa las estaciones del año al mostrar los
cambios anuales en la salida del Sol (arriba), junto con las consecuencias perceptibles
en la superficie terrestre (abajo), caracterizadas por la presencia de nieve en invierno y
el consumo de helado en verano. El docente aprovecha la exposición oral para mostrar
estos dos puntos de vista representados en el mismo dibujo.

D: Bueno, miren este otro que me gustó mucho. A ver... [Figura 10-2.D.]
A24: Son 3 soles. Uno de verano, otro de otoño y primavera y uno de invierno.
D: Los señalo. Lo que se agregó es que acá abajo, relacionaron lo que se observa
(C15; 66) en el cielo con lo que pasa en la Tierra. ¿Vieron que en general los libros siempre
muestran lo de acá abajo (montaña con nieve, árbol florido, árbol sin hojas, un
helado), pero no explican que esto que percibimos tiene relación con lo que pasa
en el cielo? Lo que hicieron fue juntar las dos cosas. Muy buena la idea del grupo.

289
El análisis de la Figura 10-2.C. parecería mostrar adecuadamente que la salida del Sol
se corre hacia la izquierda (el norte) en invierno y hacia la derecha en verano. Sin
embargo, los mismos estudiantes que realizaron el dibujo no parecen comprenderlo.

D: ¿Quién explica este otro dibujo? [Figura 10-2.C.]


A: En invierno está más al norte y después se va moviendo más hacia el sur.
D: Bien. Cuando dibujaste el Sol, ¿por qué dibujaste uno acá y uno acá? ¿Hay uno
que es de invierno y uno que no? ¿Son de la misma época del año?
A: No.
D: No. ¿Cuál de estos es invierno? ¿Entienden este dibujo?
A3: No.
(C15; 56)
D: Te pregunto, entonces, ¿sale todos los días por el mismo lugar el Sol?
A3: No.
D: Bien, ahora en invierno, ¿por qué parte del [cerro] Piltri va a salir el Sol?
A3: A la izquierda.
D: Bien. ¿No está mostrando eso el dibujo de ustedes?... Miren... Parece que se
corrió para la izquierda [Sol de invierno en el dibujo], este se corrió a la derecha
[Sol de verano en el dibujo] y estos dos están en el medio [Sol de equinoccios].

A continuación, el docente se centra en identificar con los estudiantes los errores


presentes en los esquemas de la Figura 10-2.E, F y H. Para ello, se intenta que sean
los mismos alumnos que hicieron el dibujo quienes puedan reconocerlos y proponer las
correcciones pertinentes en función de lo desarrollado en las clases.

D: Seguimos. ¿Qué dibujaron? [Figura 10-2.E.]


A16: Ahí, un Sol en invierno. [Muestran el cuadro de arriba a la izquierda]
D: Sol más al norte, dice acá. Bien. Pero acá también dice…
A: Dice verano… No está bien.
D: Sí. Ahí hay un error. Sol más al norte, acá deberías poner invierno. Y Sol más al
sur, debería decir verano. En este pasa algo parecido. [Figura 10-2.F.] ¿Qué
quisieron dibujar acá? ¿Por qué es verano o invierno?
A4: Porque...
D: ¿No se acuerdan? ¿Cambiarían algo del dibujo ahora?...
A4: En invierno primero.
D: En realidad no importa mucho qué va primero. Más allá de eso, ¿qué pondrías?
¿Cómo diferenciarían el invierno del verano en el dibujo?
(C15; 74) A4: Para que sea verano para el sur.
D: Bien. Si este es el Piltri y es verano, tengo que verlo [el Sol] para la derecha del
Piltri. ¿Y en invierno?
A: A la derecha.
D: ¿En invierno a la derecha?
A4: No, para mí va al norte. Para la izquierda.
D: Bien. Para la izquierda en invierno, hacia el norte. Otra forma de ver esto sería
dibujando el Sol al mediodía. En invierno bien bajo y en verano más alto, no arriba
de mi cabeza, pero sí más alto. Como una linterna iluminando una pared: si la
coloco recta [perpendicular] a la pared ilumina mejor, si la pongo inclinada
[respecto a la perpendicular] mucho peor. A ver, ¿quién hizo este? [Figura 10-2.H.]
A18: Es como el primero que vimos. Ahí está para qué lado se va. Cuando se va
para el norte es verano, cuando se va para el sur es invierno.
D: Eso que estás diciendo, ¿está bien?

290
A: No. Es al revés.
D: Repetilo, A18, a ver...
A18: Cuando se va para el norte es verano, cuando se va para el sur es invierno.
D: ¿Está bien?
A: No. Es al revés. Al norte, invierno. Al sur, verano.
D: Acá [en la figura] está al revés. Hay que corregirlo.

10.2.3. Explicando las fases de la Luna en forma grupal

Los trabajos explicativos grupales en relación a las fases lunares se presentan en la


Figura 10-3, los cuales fueron discutidos posteriormente con todo el grupo de clase.
Como puede apreciarse, no todos los grupos lograron elaborar modelos explicativos
acerca del fenómeno, lo que parece mostrar una menor comprensión si se compara con
lo sucedido con el día y la noche y las estaciones. Sin embargo, las fases de la Luna fue
el fenómeno que más tiempo demandó dentro de la secuencia de actividades (5 clases).
Esto podría indicar ciertas dificultades de comprensión propias del fenómeno en sí, lo
que encuentra respaldo en muchas de las investigaciones previas.

Figura 10-3: Dibujos y textos elaborados en grupo para explicar las fases de la Luna. En
caso de no incluir texto, se presenta una descripción del dibujo.

A. "La Luna se va corriendo y nosotros B. Muestra las distintas fases lunares pero
la vemos diferente" no explica por qué cambia la fase

291
"En nueva el Sol
está en frente"

"En creciente el Sol


está a la izquierda"

"En menguante el
Sol está a la derecha"

"En Luna llena deben


estar enfrentados el
Sol con la Luna"
C. Muestra las distintas fases lunares. Explica: D. Explica la posición relativa de la Luna
"La Luna cambia por su propia rotación" respecto al Sol en cada fase

E. "La Luna se va moviendo


y por eso la veo distinta"

Como puede apreciarse, aproximadamente la mitad de los dibujos muestran una


relación entre el cambio de posición de la Luna en el cielo y su cambio de forma visible
desde la superficie terrestre. A su vez, la totalidad de los esquemas representan
adecuadamente las distintas fases lunares, relacionando la fase creciente de la Luna
con su lado izquierdo iluminado y la fase menguante con su lado contrario. Estas
representaciones marcan un salto conceptual significativo en relación a lo sucedido
antes del inicio de la secuencia de actividades, donde la gran mayoria estudiantes no
podía brindar ninguna explicación acerca del fenómeno ni describir adecuadamente
cómo va cambiando de forma la Luna.

Dado que los dibujos realizados pueden haber sido el producto de la comprensión del
fenómeno por parte de sólo una parte de los estudiantes que conforman el grupo, la
proyección y discusión de los mismos en el frente brinda la posibilidad de que los
alumnos reflexionen acerca de sus propios modelos mentales sobre la causa del
fenómeno y que puedan cuestionar o incorporar las ideas de otros integrantes del
espacio aúlico. Por ello, el docente propuso a cada grupo que exponga y explique su
esquema.

292
D: A ver, ¿qué dibujaron acá? [Figura 10-3.A.]
A2: Dibujamos las fases de la Luna. De nueva va pasando a creciente, hasta
menguante…
D: Ojo. Esta sigue siendo creciente porque tiene el lado izquierdo iluminado. [El
docente muestra la Luna siguiente a la de cuarto creciente]. Esta sería…
A2: Llena.
D: Sí y faltaría la parte menguante. No hacía falta igual dibujar todas las fases. Lo
que quiero saber es algo que no está en el dibujo: ¿por qué veo así la Luna [cuarto
(C15; 108) creciente] y unos días después la veo llena? ¿A qué se debe?
A: A que va girando…
D: Ojo cuando dicen va girando. ¿A qué se refieren?
A: Va moviéndose para allá mientras que también gira…
D: No metamos un giro que tal vez no influye en nada...
A: Nosotros la vemos desde distintos puntos haciendo que se vea distinta cuando
la miramos.
D: Bien. Mejor...

En función de las respuestas obtenidas por parte de los estudiantes, el docente decide
realizar un breve repaso de la explicación de las fases lunares. En el mismo se remarca
que este fenómeno se debe al movimiento propio de la Luna, a diferencia del día y la
noche y las estaciones del año, que se producen debido al desplazamiento del Sol.

A: [Las fases lunares se producen] ¡Porque va cambiando de lugar el Sol!


D: ¿El Sol?
A: No, el Sol no cambia de lugar.
(C15; 118) D: Recuerden esto: en las fases de la Luna, sólo importa la Luna. En el día y la
noche sólo importa el Sol. En las estaciones del año, sólo importa el Sol. En las
fases de la Luna, sólo importa la Luna.
A: Y nosotros.
D: Y nosotros, obviamente, que somos los que vemos la Luna.

D: Entonces, ¿por qué la veo diferente? [A la Luna]


A: Porque se va moviendo a ese lado y se va iluminando más.
D: Salvo la última parte, estabas bien... Dijiste que se fue cambiando de lugar, pero
la pregunta es: ¿la Luna está más iluminada en Luna llena?
A: No. Nosotros vemos toda la parte iluminada. Claro, vemos la parte iluminada.
D: ¿Cuánto de la Luna está iluminada?
A: La mitad.
D: ¿Siempre?
(C15; 129) A: No. Sí, siempre, porque va cambiando de posición y tiene que ver con cómo
nosotros la vemos.
D: Siempre la Luna así [muestra la esfera pintada mitad de blanco, mitad de negro],
la pienso iluminada siempre por la mitad. Cómo yo la vea no tiene nada que ver
con el Sol. Es decir, el Sol siempre ilumina a la Luna por la mitad. ¿Por qué acá la
veo así y acá así?... Porque cambió de lugar en el cielo. Porque cuando se pone el
Sol [y la Luna está en esa dirección], lo que a mí me da es la parte no iluminada.
Es lo que hicimos con la pelotita. Si esta parte de la pelotita está iluminada [parte
blanca] y esta parte está oscura [parte negra], y yo miro desde acá [desde el lado
pintado de negro de la esfera], ¿veo la Luna?
A: No, no la ves.

293
D: ¿Y si miro de acá? [desde el lado pintado de blanco]
A: Sí, ves Luna llena.
Sí. ¿Y desde acá? [de "costado"]
A: Cuarto menguante.
D: No... Creciente... Porque tiene el lado izquierdo iluminado. Y desde acá es
menguante.
D: Resumimos: siempre la Luna mitad iluminada y moviéndose, corriéndose en el
cielo. Al cambiar de lugar la veo distinta. Tiene que ver con dónde está la Luna
respecto a mí y al Sol.

Luego de reiterar la explicación del fenómeno, el docente continúa solicitando a los


distintos grupos que comenten sus dibujos, reflexionando acerca de ellos y de las
explicaciones que dan los estudiantes. Como puede notarse, en varias ocasiones los
alumnos vuelven a explicitar ideas que ya han sido puestas en cuestionamiento
anteriormente, lo que parece indicar, como ya se ha mencionado, ciertas dificultades de
comprensión intrínsecas a este fenómeno.

D: Este dibujo, ¿qué grupo lo hizo? Bien. ¿Esto que está dibujado es decir qué son
las fases o decir por qué ocurren las fases? [Figura 10-3.B.]
A: Son las fases.
D: Exacto. Esto no explica por qué son las fases. Si quiero dibujar por qué pasan
las fases de la Luna, seguro tengo que decir que la Luna se corrió de lugar en el
cielo. Eso tendría que agregarlo acá. A ver... Acá dice, la Luna cambia por su
propia rotación, ¿está bien eso? [Figura 10-3.C.]
A17: Pondría ahí que nosotros siempre vemos la mitad, la misma mitad iluminada…
D: ¿Por qué no vemos siempre la mitad?
A17: Depende de dónde le pegue el Sol, de cuál sea la parte iluminada…
D: A ver... ¿Por qué no veo siempre igual la Luna si siempre está iluminada por la
(C15; 154) mitad?
A17: Porque ella misma se va moviendo.
D: Bien. ¿La Luna está siempre iluminada por la mitad desde el espacio?
A: No. No... Sí...
D: Sí. Bien... Siempre iluminada por la mitad. Presten atención, ¿la Luna está
siempre iluminada por la mitad?
A5: Sí.
D: Perfecto. ¿Por qué no veo siempre la mitad iluminada? ¿Qué pasa en el cielo
con la Luna de un día al otro?
A5: Se mueve.
D: Muy bien. Simplemente eso. Se mueve.

La Figura 10-3.D. merece una atención especial ya que muestra una adecuada
comprensión del fenómeno en función de mostrar la relación entre la fase lunar y la
posición relativa que ocupa la Luna respecto al Sol cuando se la observa desde la
superficie terrestre. Al respecto, una forma de mejorar esa representación sería
incluyendo algún indicador de cuál sería la posición del observador en cada uno de los
dibujos explicativos de cada fase.

294
D: A ver, este dibujo, ¿quién lo hizo? [Figura 10-3.D.]
A7: En Luna nueva la Luna se va moviendo y está en frente del Sol y no ves la
parte iluminada. Después en creciente, el Sol está a la izquierda. En menguante el
(C15; 168) Sol está hacia la derecha.
D: Bien. Es de mañana y está iluminada la parte que da al Sol
A7: Y Luna llena, la Luna está enfrentada y se ve llena.

Por su parte, la Figura 10-3.E. es la que mejor representa las fases de la Luna al
asociar su posición en el cielo con la forma en que la ve un observador terrestre. En
particular, el esquema muestra las distintas posiciones de la Luna en el horario de
puesta del Sol, siendo la Luna nueva la que se ubica hacia el oeste a esa hora, la llena
hacia el este y el cuarto creciente hacia el norte. Una forma posible de mejorar esta
representación sería incluyendo, para cada posición, otro dibujo con la Luna con su
mitad que apunta hacia el Sol iluminada.

D: Bien, ¿qué dibujaron acá? [Figura 10-3.E.]


A23: Son todas las fases de la Luna y cómo van cambiando, en orden. Y ahí hay
como un mago que sería quien está viendo la Luna. Abajo dice: "la Luna se va
moviendo y por eso la veo distinta".
D: Ahí está resumido muy bien lo que son las fases de la Luna. Lo que está
(C15; 172) dibujado, ¿es la Luna tal cual está iluminada o como la vemos nosotros?
A23: Como la vemos nosotros.
D: Bien. Se dibujó la Luna corriéndose y tal cual cómo la vemos nosotros. ¿En este
dibujo dónde está el Sol? Piensen...
A: A la izquierda.
D: Bien.

Por último, algunos estudiantes manifestaron haber observado y prestado atención a la


fase lunar visible en el cielo, lo cual era uno de los propósitos iniciales de la secuencia
didáctica que no pudo ser cumplido completamente debido a haber contado con muchos
días nublados a lo largo del desarrollo de las clases.
A: Hoy a la mañana [la Luna] estaba menguante.
(C15; 124) D: Claro, ¿qué lado tenía iluminado?
A: El derecho.

A: El domingo vi la Luna, estaba viendo la parte oscura y vi apenas un pedacito…


D: ¿De qué lado estaba la parte iluminada?
(C15; 151)
A: De este lado apenitas. [Indica el lado derecho]
D: Lado derecho... Porque está menguando. Perfecto.

Como puede verse, pese a las dificultades meteorológicas mencionadas, estos alumnos
comenzaron a desarrollar hábitos de observación y registro no presentes al comienzo de
las clases. En este sentido, no sólo prestaron atención a la presencia de la Luna en el
cielo durante el día, en contraposición a sus ideas iniciales, sino que también pudieron
analizar cuál era su lado iluminado con el fin de identificar la fase lunar correspondiente.

295
10.3. Evolución individual de los conocimientos en relación al día y la noche

Luego de la actividad grupal se realizaron dos actividades finales de evaluación


individual con el fin de analizar la evolución conceptual de los estudiantes. La primera de
ellas (ver Sección 8.5.10.) consistió en que cada estudiante responda nuevamente la
indagación realizada en la primera clase utilizando ahora los nuevos conocimientos
adquiridos. A continuación, a cada alumno se le repartió su propia indagación inicial para
que la analice con el fin de tratar de reconocer en ella cuestiones que ahora sabían que
deberían ser modificadas.

Las categorías de modelos mentales sobre el día y la noche detectados en las


respuestas iniciales dadas por los alumnos para explicar dicho fenómeno (MD/N) fueron:
Categorías
MD/N-1 La presencia del Sol en el cielo identifica al día
Modelos de alternancia Sol/Luna y la de la Luna a la noche

MD/N-2 La rotación de la Tierra provoca el día y la noche (con o


Modelos de rotación terrestre sin presencia de la Luna en posición opuesta al Sol)

MD/N-3 La Luna y el Sol, opuestos en el espacio,


Modelos de revolución giran alrededor de la Tierra

Al analizar la indagación final, donde los alumnos responden nuevamente las preguntas
realizadas en la indagación inicial, se detectan explicaciones que no pueden ser
incorporadas en las categorías anteriores. Por lo tanto, se define una nueva categoría
de modelos, la cual es coherente con la explicación sobre el día y la noche construida a
lo largo de la secuencia de actividades:

MD/N-4 La presencia del Sol en el cielo identifica al día,


Modelos de alternancia solar y su ausencia a la noche

Las categorías de modelos sobre el día y la noche, y la comparación del porcentaje de


alumnos asignados a cada una antes y después, se detalla en la Tabla 10-1.

Tabla 10-1: Porcentaje de alumnos cuyas explicaciones corresponden a cada categoría


de modelos mentales sobre el día y la noche al inicio y la final de la secuencia didáctica.

Categorías de modelos sobre el día y la noche (porcentaje de alumnos)

Categoría Inicio Final

MD/N-1: Modelos de alternancia Sol/Luna 65,4% 12,5%

MD/N-2: Modelos de rotación terrestre 23,1% 0%

MD/N-3: Modelos de revolución 7,7% 4,2%

MD/N-4: Modelos de alternancia solar 0% 79,2%

Otros (confusos) 3,8% 4,2%

Como puede apreciarse, la proporción de alumnos que brindan explicaciones en las


cuales la noche queda caracterizada por la Luna, incluidos en las categorías MD/N-1 y
296
MD/N-3, descendió desde un 73,1% al inicio de las clases a un 16,7% al finalizar las
mismas. A su vez, la proporción de alumnos que logra relacionar el día y la noche con la
presencia o ausencia del Sol en el cielo (MD/N-4) ha pasado de ser nula a estar presente
en un 79,2% de los estudiantes.

Sin embargo, la proporción de alumnos que identificaba a la noche con la Luna al inicio
de la secuencia de actividades era aún mayor que la indicada anteriormente, llegando
incluso a un 88,5%, debido a que varios estudiantes asignados a la categoría MD/N-2
incluían en sus dibujos o textos la presencia de la Luna opuesta al Sol junto a la Tierra
rotando sobre su eje. Por lo tanto, es posible indicar que ha habido una gran evolución
conceptual en relación a la explicación del día y la noche, donde se ha pasado de casi
un 90% de los alumnos identificando a la Luna con la noche, a sólo un 16,7%. A su vez,
las respuestas finales sobre el día y la noche muestran la utilización adecuada del
sistema de referencia topocéntrico por parte de la totalidad de los alumnos.

En la Figura 10-4 se presentan dibujos y frases de algunos de los alumnos del curso
representativos de la evolución conceptual evidenciada en la mayoría de ellos en
relación a la explicación del fenómeno del día y la noche.

Figura 10-4: Dibujo inicial y final de un mismo alumno sobre día/noche al inicio y al final
de la secuencia. Se incluye la reflexión final del alumno respecto a su dibujo inicial.
Alumno Al inicio Al final

A6

"Estaba mal porque puse la Luna de noche"

A8

"Corregiría: La Luna no tiene que ver con el día y la noche"

A21

"Lo cambiaría porque la Luna no tiene nada que ver con el día y la noche"

297
10.4. Evolución individual de los conocimientos en relación a las estaciones

Las categorías de modelos mentales sobre las estaciones detectados en las respuestas
iniciales dadas por los alumnos para explicar dicho fenómeno (MEA) fueron:
Categorías

MEA-1 Las estaciones se deben a cambios en el ambiente:


Modelos de cambios ambientales temperatura, lluvia, nubes, vientos, caída de hojas,etc

MEA-2 Las estaciones se deben a cambios en la distancia


Modelos de distancia variable entre el Sol y la Tierra

MEA-3 Las estaciones se deben a cambios


Modelos de velocidad variable en la velocidad del Sol

En la instancia de indagación final, al responder nuevamente las preguntas de la


indagación inicial, los alumnos brindaron nuevas explicaciones coherentes con lo
desarrollado a lo largo de la propuesta didáctica, por lo que se definió una nueva
categoría de modelos:

MD/N-4 Los cambios anuales en la posición del Sol


Modelos de variación anual de la en el cielo, más al norte o más al sur,
posición del Sol provoca las estaciones del año

La presencia de esta última categoría de modelos mentales es explicitada de distintas


formas por los estudiantes, generalmente asociando el movimiento anual del Sol con el
cambio en su lugar de salida: al norte del este al comienzo del invierno, al sur del este al
inicio del verano y justo por el este cuando comienzan el otoño y la primavera.

Las distintas categorías de modelos sobre las estaciones, y la comparación del


porcentaje de alumnos asignados a cada una antes y después del desarrollo de la
secuencia de actividades, se encuentra detallada en la Tabla 10-2.

Tabla 10-2: Porcentaje de alumnos cuyas explicaciones coresponden a cada categoría


de modelos mentales sobre las estaciones al inicio y la final de la secuencia didáctica.

Categorías de modelos sobre las estaciones del año (porcentaje de alumnos)

Categoría Inicio Final

MEA-1: Modelos de cambios ambientales 42,3% 8,3%

MEA-2: Modelos de distancia variable 38,5% 4,2%

MEA-3: Modelos de velocidad variable 3,8% 0%

MEA-4: Modelos de variación anual de la posición del Sol 0% 70,8%

Otros (confusos) 15,4% 16,7%

298
Como puede verse, la proporción de alumnos que sostienen que las estaciones del año
se deben a cambios en el ambiente (incluidos en MEA-1), descendió desde un 42,3% al
inicio de las clases al 8,3% al finalizar las mismas. A su vez, la proporción de alumnos
que asocia las estaciones del año con la distancia variable al Sol (MEA-2), también
descenció considerablemente: del 38,5% al 4,2%. En contraposición, un 70,8% de los
alumnos brindó explicaciones que asocian las estaciones del año con la posición del Sol
en el cielo (MEA-4), más al norte o más al sur, al finalizar la secuencia de actividades.

Más allá que la mayoría de los alumnos no indica en sus producciones que el cambio en
el lugar de salida del Sol está asociado con un cambio en su recorrido diario, más alto o
más bajo, y que esto provoca las estaciones, la presencia de explicaciones incluidas en
la categoría MEA-4 marca una evolución conceptual de las concepciones de los alumnos,
muchos de los cuales no establecía ninguna relación entre las estaciones del año y la
ubicación del Sol en el cielo al inicio de las clases. Por otro lado, quienes lo hacían
sostenían esta relación en función de la distancia al Sol, como si se lo "viese" más
grande o más chico. Por lo tanto, es posible indicar que ha habido una importante
evolución conceptual en relación a las estaciones del año, donde se ha pasado de un
100% de respuestas inadecuadas, al comenzar la secuencia de actividades, a un 29,2%
al finalizar la misma. A su vez, del mismo modo que con el día y la noche, las respuestas
finales sobre las estaciones del año muestran una utilización adecuada del sistema de
referencia topocéntrico por parte de la mayoría de los alumnos.

Pese a este gran salto conceptual de una proporción importante de los estudiantes, que
ha logrado relacionar el movimiento anual del Sol con las estaciones del año, resta
analizar individualmente el grado de comprensión conceptual del fenómeno.

En la Figura 10-5 se presentan dibujos y frases de algunos de los alumnos del curso
representativos de la evolución conceptual evidenciada en gran parte de ellos en
relación a la explicación de las estaciones del año.

Figura 10-5: Dibujos sobre las estaciones del año realizados por estudiantes al inicio y
al final de la secuencia de actividades. Se incluye la reflexión final del alumno respecto a
su dibujo inicial.

Alumno Al inicio Al final

A10

"No expliqué el movimiento del Sol de norte a sur"

299
A18

"Yo lo había hecho súper mal. Había puesto que el Sol alumbraba a los árboles y
que los días fríos se debían a las nubes"

A20

"Yo pensaba que depende de qué tan cerca está el Sol de la Tierra. Pero aprendí
que las estaciones dependen de por dónde salga el Sol"

En la Figura 10-5, el dibujo final de A10 muestra adecuadamente la relación entre el


cambio del lugar de salida del Sol (en la parte superior) y los cambios estacionales
percibidos en la superficie terrestre (en la parte inferior). Estos últimos son
representados por un muñeco de nieve para el invierno, por un helado para el verano y
por la caída de las hojas de los árboles para el otoño. De este modo, se evidencia
comprensión de la relación causa-efecto que fue desarrollada durante las clases. Por
otro lado, los dibujos de A18 y de A20 muestran esta misma comprensión, aunque en este
caso lo hacen por medio de un texto (A20):
"Cuando el Sol sale más al norte estamos en invierno. Cuando sale más al sur
estamos en verano. Cuando sale justo por el este estamos en otoño y primavera"
Si bien la frase anterior no es estrictamente correcta, parecería que los estudiantes
desean expresar la idea de que las estaciones más frías ocurren cuando el Sol sale
hacia el norte del este, mientras que las más cálidas ocurren durante el tiempo en que
dicho astro sale al sur del este. En este sentido, las salidas del Sol al norte del este
pueden corresponder tanto al invierno como al otoño y, del mismo modo, las salidas al
sur del este pueden corresponderse con el verano, pero también con la primavera. Por
ese motivo, la explicación anterior debería revisarse con los estudiantes con el fin de
que puedan indicar que las salidas del Sol lo más al norte o lo más al sur del este
corresponden al inicio del invierno o del verano, respectivamente.

300
Pese a esto, la comparación entre las respuestas iniciales y finales de los estudiantes
evidencian una gran evolución de sus conocimientos en relación a las estaciones del
año, los cuales han sido adquiridos como parte de la ECPE ya que no se encontraban
presentes al inicio de las clases.

10.5. Evolución individual de los conocimientos en relación a las fases lunares

Las categorías de modelos mentales sobre las fases lunares detectadas en las
respuestas iniciales dadas por los alumnos para explicar dicho fenómeno (MFL) fueron:
Categorías

MFL-1 Las fases de la Luna se deben a la


Modelos de ángulo de incidencia solar posición del Sol respecto a la Luna

MFL-2 Las fases lunares se deben a la sombra


Modelos de eclipse de la Tierra sobre la Luna

MFL-3 Las fases de la Luna se deben a que


Modelos de movimiento solar el Sol cambia de lugar

MFL-4 La Luna cambia de forma según las estaciones


Modelos de cambios ambientales del año o según cómo esté el tiempo

Sin embargo, la presencia de explicaciones correspondientes a estas categorías fue


minoritaria dentro del grupo de clase (34,6%) ya que más de la mitad de los estudiantes
no lograron esbozar ninguna explicación acerca del fenómeno (53,9%). Como ya se ha
mencionado, esta falta de explicación no indica que los alumnos no conozcan el
fenómeno; por el contrario, una gran mayoría (84,6%) logra dibujar adecuadamente
alguna/s de la/s fases.

En la instancia de indagación final, al responder nuevamente la indagación inicial, los


estudiantes brindaron explicaciones acerca del fenómeno de las fases, por lo que se
definió otra categoría adicional de modelos, la cual es coherente con lo desarrollado
durante las clases:

MFL-5 El movimiento de la Luna de un día al otro


Modelos de variación provoca que se la vea de diferentes formas
de la posición lunar desde la superficie terrestre

La presencia de modelos mentales correspondientes a esta categoría es explicitada de


distintas formas por una proporción importante de los estudiantes (50%), generalmente
asociando las fases con el cambio de posición de la Luna. A su vez, algunos alumnos
agregan que las fases se deben a "cómo vemos nosotros la Luna" pese a que "siempre
está iluminada por la mitad".

Las distintas categorías de modelos sobre las fases lunares, y la comparación del
porcentaje de alumnos asignados a cada una antes y después del desarrollo de la
secuencia de actividades, se encuentra detallada en la Tabla 10-3. Se incluye la
proporción de alumnos que dibuja el fenómeno, pero no logra explicarlo, y la de aquellos
que no logran ni dibujarlo ni explicarlo.

301
Tabla 10-3: Porcentaje de alumnos cuyas explicaciones coresponden a cada categoría
de modelos mentales sobre las fases de la Luna al inicio y la final de la secuencia
didáctica. Se incluye a aquellos alumnos que no logran esbozar una explicación.

Categorías de modelos sobre las fases lunares (porcentaje de alumnos)

Categoría Inicio Final

Sin respuesta 15,4% 4,2%

Luna dibujada en distintas fases. Sin explicación 38,5% 20,8%

MFL-1 Modelos de ángulo de incidencia solar 11,5% 12,5%

MFL-2: Modelos de eclipse 7,7% 4,2%

MFL-3: Modelos de movimiento solar 7,7% 0%

MFL-4: Modelos de cambios ambientales 7,7% 0%

MFL-5: Modelos de variación de la posición lunar 0% 50%

Otros (confusos) 11,5% 8,3%

Como puede observarse, la proporción de alumnos que no logra brindar ninguna


explicación sobre la causa de las fases lunares descendió considerablemente desde un
53,9% inicial (primeras dos filas de Tabla 10-3) a un 25% al final de la secuencia de
actividades. Al mismo tiempo, las explicaciones que asocian adecuadamente las fases
lunares con el cambio de posición de la Luna en el cielo de un día al otro, las cuales se
encuentran incluidas dentro de la categoría MFL-5, pasaron de no estar presentes al
inicio, a ser brindadas por la mitad de los alumnos del curso. En este sentido, vale
aclarar que la categoría MFL-1 no es análoga a la MFL-5 dado que los alumnos incluidos
dentro de MFL-1 indican que "las fases se deben un cambio de posición del Sol respecto
a la Luna" debido a un movimiento del Sol. En cambio, quienes fueron incluidos en MFL-5
manifiestan, explícitamente, que las fases lunares se deben al cambio de posición de la
Luna en el cielo debido a su movimiento propio, y no a uno correspondiente al Sol.

La inclusión de una proporción importante de los estudiantes dentro de la categoría MFL-5


muestra una evolución conceptual de los alumnos, muchos de los cuales no podían
esbozar una explicación para este fenómeno al inicio de las clases. A su vez,
desconocían el cambio rápido de posición que realiza la Luna de un día al otro. Sin
embargo, esto no indica que los alumnos hayan logrado comprender adecuadamente
cómo se produce todo el ciclo lunar asociado a las fases, incluyendo los cambios en el
horario en que ésta se encuentra visible en el cielo local.

Por su parte, algunos resultados obtenidos luego del desarrollo de la secuencia de


actividades, como la presencia de respuestas inadecuadas en un 25% de los
estudiantes, o la imposibilidad de brindar explicaciones por parte de otro 25%,
parecerían indicar que el fenómeno de las fases lunares presenta mayores dificultades
para su comprensión que el día y la noche y las estaciones del año.

302
En la Figura 10-6 se presentan dibujos y frases de algunos de los alumnos del curso
representativos de la evolución conceptual evidenciada en una parte de ellos en relación
a la explicación de las fases de la Luna. En algunos casos, los estudiantes llamaron al
movimiento propio de la Luna en el cielo como su "rotación" alrededor de la Tierra,
quedando en evidencia esta confusión semántica al observar sus dibujos (A13).

Figura 10-6: Dibujos sobre las fases lunares realizados por estudiantes al inicio y al final
de la secuencia de actividades. Se incluyen frases propias representativas de la
evolución conceptual de los estudiantes.
Alumno Al inicio Al final

A13

"La Luna se pone así "Por la rotación de la Luna y desde qué


por la rotación del Sol" punto de vista la vemos"

A23

"Antes estaba mal porque puse que la Tierra le hace sombra a la Luna. Depende
donde esté la Luna nosotros vemos distintas partes iluminadas"

A20

"Antes puse que las fases iban cambiando porque el Sol se iba moviendo pero
aprendí que la Luna se ve distinta porque se va moviendo"

303
A26
"Cuando la Luna se mueve cambia de
lado que le da la luz. Por eso se ve de
Sin explicación
diferente forma aunque la Luna siempre
está así [iluminada por la mitad]"

10.6. Análisis del nivel de evolución conceptual del grupo de clase

La segunda actividad final individual detallada en la Sección 8.5.10. consistió en la


resolución de un trabajo escrito de "completar las frases" con el fin de cuantificar de
algún modo el nivel de comprensión conceptual alcanzado por los estudiantes a partir de
la resolución de consignas similares a las desarrolladas por los alumnos durante las
clases. En este sentido, la parte 1 estaba centrada en el movimiento diario del Sol y en
su relación con el fenómeno del día y la noche. En los ítems 2 y 3 se indagó acerca del
movimiento anual del Sol y de su relación con las estaciones del año. Por último, el ítem
4 se centró en la relación entre el movimiento propio de la Luna y sus fases.

La corrección de esta segunda actividad se realizó contando la cantidad de respuestas


correctas dadas por cada estudiante en relación con la cantidad de respuestas totales
solicitadas. A su vez, como un modo de analizar el grado de dificultad de esta tarea, se
comparó el resultado obtenido por cada alumno en las distintas actividades con el
puntaje máximo obtenido por alguno de los alumnos del curso en esa misma actividad.
En la Tabla 10-4 se detalla, para cada fenómeno, la cantidad de respuestas solicitadas
a cada estudiante y, al mismo tiempo, la cantidad máxima de respuestas correctas dada
por algún alumno del curso respecto a ese mismo fenómeno.

Tabla 10-4: Cantidad de respuestas solicitadas en la segunda actividad final.


Comparación con la cantidad máxima de respuestas correctas dadas por algún alumno.
Cantidad
Cantidad de
máxima de
Tema Ítems respuestas
respuestas
solicitadas
correctas
Movimiento diario del Sol. Día y noche. 1 17 17
Movimiento anual del Sol. Estaciones del año. 2y3 19 16
Movimiento propio de la Luna. Fases lunares. 4 8 8
Total de toda la actividad 1a4 44 40

Como puede verse, la mayor dificultad para resolver la totalidad de las consignas se
detectó en relación a las estaciones del año, donde ningún alumno pudo responder
correctamente todo lo solicitado. Esto ocurrió debido a que muchos estudiantes tuvieron
dificultades para indicar las fechas de comienzo de las estaciones y/o para relacionar el
lugar de salida del Sol, con su horario y estación. Dado que la cantidad máxima de

304
respuestas correctas por tema corresponde a distintos estudiantes, la última fila no
coincide con el puntaje máximo obtenido en toda la actividad por alguno de los alumnos.

En la Tabla 10-5 se presentan los resultados obtenidos por la totalidad del curso al
resolver los distintos ítems. Como un modo de poder dejar de lado la dificultad de la
tarea solicitada, se supuso que un alumno obtuvo puntaje "10" cuando la cantidad de
respuestas respondidas correctamente coincidía con la cantidad máxima de respuestas
correctas dadas por algún alumno del curso (100% de respuestas correctas). Por
ejemplo, en relación a las estaciones del año se consideró que un estudiante obtuvo un
"10" si dio 16 respuestas correctas o, proporcionalmente, que 13 respuestas correctas
corresponde a un "8,1". A su vez, como una forma de clasificar estos puntajes, se
consideró que un alumno había tenido una evolución conceptual importante si su
puntaje estaba entre 7 (inclusive) y 10, una evolución moderada si estaba entre 4
(inclusive) y 7, y una evolución escasa si se encontraba por debajo de 4.

Tabla 10-5: Resultados obtenidos por los alumnos del curso al resolver la segunda
actividad final individual. Proporción de alumnos del curso que han tenido una evolución
conceptual importante (puntaje 7 a 10), moderada (puntaje 4 a 7) o escasa (menor a 4).
Evolución Evolución Evolución
Tema Items
importante moderada escasa
Movimiento diario del Sol. Día y noche. 1 36% 44% 20%
Movimiento anual del Sol.
2y3 44% 44% 12%
Estaciones del año.
Movimiento propio de la Luna.
4 24% 36% 40%
Fases lunares.
Total de toda la actividad 1a4 36% 44% 20%

Los datos de la Tabla 10-5 se encuentran representados en la Figura 10-7 como una
forma de visualizar mejor los resultados obtenidos en esta segunda actividad final. Sin
embargo, vale mencionar que estos resultados revisten un carácter relativo en función
de que la actividad planteada debe ser tomada como uno más de los indicadores de
evolución conceptual, y no como un instrumento objetivo de evaluación de la efectividad
de la propuesta llevada a cabo. En este sentido, las secciones que deben responderse
sin opciones pueden infravalorar los conocimientos de los estudiantes, especialmente en
niños, al poder obtenerse respuestas incorrectas por una falta de comprensión de la
consigna a responder o del lenguaje utilizado al redactar una determinada frase. Esto
puede haber sucedido en los ítems 1 y 3, y en la segunda parte del ítem 4. En
contraposición, las actividades en las que se plantea la elección entre distintas opciones
pueden sobrevalorar las respuestas positivas ya que resulta más sencillo reconocer la
opción correcta cuando la misma se encuentra presente, que cuando no lo está. Esto
puede haber ocurrido en el ítem 2 y en la primera parte del ítem 4.

305
Figura 10-7: Evolución conceptual del grupo de clase a partir de los resultados
obtenidos en la segunda actividad final. Proporción de alumnos que ha tenido una
evolución importante, moderada o escasa en cada ítem y en el total de la actividad.

50
45
Porcentaje de alumnos 40
35
30
25
Importante
20
Moderada
15
10 Escasa
5
0
Item 1 Itemes 2 y 3 Item 4 Total
Día y noche Estaciones Fases
Actividades de la 2da. evaluación final individual

La Figura 10-7 permite visualizar a partir de la segunda actividad individual, y de un


modo cualitativo, cómo ha evolucionado conceptualmente el grupo de alumnos luego de
la implementación de la propuesta. Como puede advertirse, esta evolución no es de
ninguna manera similar en los distintos ítems, lo que implica la presencia de estudiantes
que han tenido una evolución conceptual similar en los tres fenómenos astronómicos
abordados, mientras que otros han evolucionado en forma diferenciada en función del
fenómeno. A su vez, el análisis de la columna de la derecha de la figura muestra que la
mayor parte de los estudiantes del grupo ha tenido una evolución conceptual importante
o moderada respecto a la totalidad de lo evaluado en esta actividad.

Es importante recordar que, al inicio de las clases, la mayor parte de los estudiantes
brindaba explicaciones inadecuadas desde el punto de vista científico para explicar el
día y la noche y que, al mismo tiempo, no se detectaron alumnos que puedan explicar
adecuadamente las estaciones del año o las fases lunares (Sección 9.4.1.). Esta
comparación con el punto de partida es crucial a la hora de analizar la efectividad de la
propuesta implementada dado que el proceso de conceptualización se produce siempre
en forma gradual y es netamente personal.

En la Figura 10-8 se visualiza el grado de evolución conceptual en relación al


movimiento diario del Sol y a su relación con el fenómeno del día y la noche obtenido a
partir de lo respondido en el ítem 1 de la segunda actividad final individual. En este
sentido, 9 alumnos del curso (36%) han tenido una importante evolución conceptual al
lograr dar 12 o más respuestas correctas de las 17 solicitadas. A su vez, 11 alumnos
(44%) han evolucionado en forma moderada al dar entre 7 y 11 respuestas correctas en
este mismo ítem. Por último, 5 estudiantes del curso (20%) han tenido una escasa
evolución conceptual dado que no han logrado dar más de 6 respuestas correctas.
Algunas de las posibles razones por las cuales estos alumnos han evolucionado tan
poco en relación a este fenómeno serán analizadas más adelante.

306
Figura 10-8: Evolución conceptual de la totalidad de los alumnos del curso en relación al
movimiento diario del Sol y al fenómeno del día y la noche (ítem 1).

Día y noche
20%

36% Importante
Moderada
Escasa
44%

Cabe recordar que este ítem (ítem 1 de la actividad final individual 2) carecía de
opciones para elegir la respuesta, por lo que su resolución requería una cierta
comprensión conceptual mayor que la correspondiente a otros puntos. A su vez, incluía
determinados conocimientos técnicos, como el horario local correspondiente al mediodía
solar (13.45 hs), lo cual no fue desarrollado en profundidad durante las clases. Por ese
motivo, no resulta llamativo que la mayoría de los estudiantes no haya podido brindar
correctamente este dato.

En la Figura 10-9 se visualiza la evolución conceptual en relación al movimiento anual


del Sol y a su relación con el fenómeno de las estaciones del año obtenido a partir de lo
respondido en los ítems 2 y 3. Al respecto, 11 alumnos del curso (44%) han tenido una
importante evolución conceptual al dar entre 12 y 16 respuestas correctas. A su vez,
otros 11 alumnos (44%) han evolucionado moderadamente al dar entre 7 y 11
respuestas correctas. Por último, se ha detectado que sólo 3 estudiantes del curso
(12%) han tenido una escasa evolución conceptual en relación a este fenómeno en
función de no haber dado más de 6 respuestas correctas.

Figura 10-9: Evolución conceptual de la totalidad de los alumnos del curso en relación al
movimiento anual del Sol y al fenómeno de las estaciones del año (ítems 2 y 3).

12% Estaciones
del año
44% Importante
44% Moderada
Escasa

307
Dado que el ítem 2 disponía de opciones para elegir la respuesta, es posible que esta
sea una de las razones por las cuales se ha detectado una mejor comprensión
conceptual de las estaciones del año (12% con escasa evolución conceptual) que del
fenómeno del día y la noche (20% de evolución conceptual escasa). Otra posible causa
puede ser que los estudiantes estén convencidos de comprender el fenómeno del día y
la noche antes del comienzo de las clases, lo cual no sucede con las estaciones, lo que
puede provocar gran persistencia de sus modelos y que, por lo tanto, los alumnos los
sostengan sin modificaciones aún después de un período intensivo de enseñanza.

En la Figura 10-10 se visualiza la evolución conceptual en relación al movimiento propio


de la Luna y a su relación con el fenómeno de las fases lunares obtenido a partir de lo
respondido en el ítem 4. El gráfico muestra que 6 alumnos del curso (24%) han tenido
una importante evolución conceptual al dar 7 u 8 respuestas correctas. A su vez, 9
alumnos (36%) han tenido una evolución moderada al dar entre 3 y 6 respuestas
correctas. Por último, 10 estudiantes del curso (40%) han tenido una escasa evolución
conceptual en función de no haber podido dar más de 3 respuestas correctas.

Figura 10-10: Evolución conceptual de los alumnos del curso en relación al movimiento
propio de la Luna y al fenómeno de las fases lunares (ítem 4).

Fases
24% de la Luna
40%
Importante
Moderada
36%
Escasa

Al igual que con las estaciones del año, el ítem 4 correspondiente a las fases lunares
poseía opciones entre las cuales los alumnos podían elegir la respuesta. Sin embargo,
el porcentaje de alumnos que muestra una escasa evolución conceptual es mucho
mayor para el fenómeno de las fases (40%) que para las estaciones (12%), a pesar que
la cantidad de clases dedicadas a cada uno de los fenómenos fue similar, e incluso un
poco mayor para el primero de ellos. Esto parece reforzar algo ya señalado
anteriormente: que el fenómeno de las fases lunares se caracteriza por tener una mayor
complejidad conceptual que el día y la noche y las estaciones del año.

En la Figura 10-11 se representa la evolución conceptual de los alumnos del curso en


relación a los tres fenómenos astronómicos desarrollados: día y noche, estaciones del
año y fases de la Luna. Para ello se tomó en cuenta la cantidad total de respuestas
correctas dadas por cada alumno al realizar todas las consignas de la segunda actividad
final individual. El gráfico muestra que 9 alumnos del curso (36%) han tenido una
importante evolución conceptual al dar entre 28 y 40 respuestas correctas. A su vez, 11
alumnos (44%) han tenido una evolución moderada al dar entre 16 y 27 respuestas
correctas. Por último, 5 estudiantes del curso (20%) han tenido una escasa evolución
conceptual en relación a estos 3 fenómenos en función de no haber podido dar más de
15 respuestas correctas.

308
Sin embargo, dado que este resultado total es la suma de todos los puntajes sin
discriminar a qué fenómeno corresponde, algunos de los alumnos que han tenido un
determinado tipo de evolución conceptual total, es posible que tengan otro tipo de
evolución conceptual en relación a alguno de los fenómenos. Por ejemplo, los alumnos
A3 y A5 han sido identificados con una evolución conceptual escasa en relación a la
totalidad de lo evaluado en esta actividad final, aunque fueron clasificados como de una
evolución conceptual moderada, aunque ciertamente pobre, en relación a las estaciones
del año y a las fases lunares.

Figura 10-11: Evolución conceptual de los alumnos del curso en relación a los
fenómenos astronómicos cotidianos: día/noche, estaciones y fases (ítems 1 a 4).

Total: día y noche,


estaciones y fases
20%
36% Importante
Moderada
44% Escasa

En la Tabla 10-6 se presenta a la totalidad de los alumnos del curso con su nivel de
evolución conceptual correspondiente a cada fenómeno, y a los tres fenómenos juntos,
a partir de los resultados de la segunda actividad final individual. Allí puede notarse algo
que ha caracterizado a varios de los estudiantes: la evolución conceptual diferenciada
por fenómeno. Por ejemplo, llama la atención el desempeño de los alumnos A 12 y A14,
quienes manifiestan evoluciones conceptualmente distintas para cada fenómeno. Otro
caso llamativo es el de los estudiantes A13, A19 y A20, quienes muestran una evolución
conceptual importante en dos de los fenómenos, y una evolución escasa en el restante.
Esto indica la presencia de una gran diversidad de variables dentro del aula, por lo que
parece resultar poco factible, y bastante aventurado, extraer conclusiones generales y
cuantitativas sobre el grado de efectividad de esta implementación.

De este análisis se desprende que 8 alumnos (32%) han mostrado una evolución
conceptual importante en uno solo de los fenómenos, 6 los estudiantes (24%) han tenido
este mismo tipo de evolución en dos de los fenómenos y, por último, 2 alumnos (8%)
manifestaron esta evolución importante en los tres fenómenos. Como ya se ha visto, las
estaciones ha sido el fenómeno que presenta la evolución más favorable: 44% de los
alumnos con evolución importante y sólo 12% de los estudiantes con evolución escasa.

En contraposición, 11 alumnos (44%) han manifestado una evolución conceptual escasa


en alguno de los fenómenos, detectándose a su vez 2 estudiantes (8%) con este tipo de
evolución en dos de ellos y 1 alumno (4%) con escasa evolución en los tres fenómenos.
Como ya se ha indicado, las fases de la Luna es el fenómeno que presenta la evolución
más desfavorable: 40% de los alumnos con evolución escasa, lo que representa una
proporción mayor que la correspondiente a los estudiantes con evolución importante
(24%) o con evolución moderada (36%).

309
Por último, la proporción de alumnos que tuvo una evolución conceptual moderada fue
prácticamente igual en los tres fenómenos, ubicándose cercana al 40%.

Tabla 10-6: Clasificación del nivel de evolución conceptual de cada alumno del curso
sobre cada uno de los fenómenos astronómicos cotidianos a partir de la resolución de la
segunda actividad final individual: evolución importante (IMP), moderada (MOD) o
escasa (ESC). En la última columna se incluye el grado de evolución conceptual a partir
de los resultados de toda la actividad. Para visualizar mejor los resultados se ha optado
por incluir una escala de colores: evolución importante (verde), moderada (amarillo) o
escasa (rojo). El alumno A9 no figura en la tabla porque estuvo ausente ese día.
Alumno Día y noche Estaciones Fases lunares Total
A1 MOD IMP ESC MOD
A2 MOD IMP MOD MOD
A3 ESC MOD MOD ESC
A4 ESC MOD MOD MOD
A5 ESC MOD MOD ESC
A6 MOD ESC ESC ESC
A7 IMP MOD IMP IMP
A8 IMP IMP MOD IMP
A10 IMP IMP IMP IMP
A11 ESC MOD ESC ESC
A12 IMP MOD ESC MOD
A13 IMP ESC IMP IMP
A14 MOD IMP ESC MOD
A15 ESC ESC ESC ESC
A16 MOD MOD IMP MOD
A17 MOD IMP MOD MOD
A18 IMP IMP MOD IMP
A19 IMP IMP ESC IMP
A20 IMP IMP ESC IMP
A21 MOD MOD IMP IMP
A22 MOD MOD ESC MOD
A23 IMP IMP IMP IMP
A24 MOD MOD MOD MOD
A25 MOD MOD ESC MOD
A26 MOD IMP MOD MOD

En la Figura 10-12 puede visualizarse el puntaje obtenido por cada estudiante al


responder a los ítems correspondientes a cada fenómeno en la segunda actividad final
individual. Se consideró una escala del 1 al 10 para cada uno de los fenómenos, siendo
10 el puntaje asignado si el alumno respondía correctamente todo lo solicitado. En
función de ello, el puntaje máximo correspondiente a toda la actividad es 30.

Analizando el puntaje total obtenido por los estudiantes puede notarse que 16 alumnos
(64%) ha logrado responder correctamente más de la mitad de lo solicitado en toda la
actividad (puntaje superior a 15). Esto evidencia una cierta evolución conceptual
favorable de una proporción importante de los estudiantes. En contraposición, sólo uno
de los alumnos (A11) no logró responder correctamente más de 1/3 de lo solicitado
(puntaje menor a 10).

310
Figura 10-12: Puntajes del 1 al 10 obtenidos por cada alumno al realizar la segunda
consigna final individual. No se incluye al alumno A9 debido a que estuvo ausente.

26
25
24
23
22
21
20
19
18
17
16
15
Alumno

14 Día y noche
13
Estaciones
12
11 Fases de la Luna
10
8
7
6
5
4
3
2
1
0 5 10 15 20 25 30
Puntaje para cada fenómeno (de 1 a 10)

A continuación se detallan algunos datos correspondientes al desempeño particular de


algunos estudiantes a partir del análisis de la Figura 10-12:

 A7, A10, A18 y A23: muy buen puntaje en los tres fenómenos (ítems 1 a 4).
Evidencian una gran evolución conceptual. Es posible que ciertos rasgos
personales influyan en este desempeño.
 A3, A5, A6, A11 y A15: muy bajo puntaje en el total de la actividad. Es posible que
ciertos rasgos personales influyan en este desempeño.
 A3, A4, A5, A11 y A15: muy bajo puntaje en día y noche (ítem 1). A5 no respondió
este ítem.
 A6, A13 y A15: bajo puntaje en estaciones del año (ítems 2 y 3). Sin embargo, A13
obtuvo muy buenos puntajes en día y noche y fases de la Luna.
 A6, A11, A12, A14, A15, A19, A22 y A25: bajo puntaje en fases de la Luna (ítem 4). Sin
embargo, A18 tuvo muy buen desempeño en día y noche y estaciones.

El análisis de las distintas variables involucradas dentro del desarrollo de la propuesta, y


de su incidencia en los aprendizajes de los estudiantes, debe ser complementado
mediante la realización de entrevistas individuales. Este es un insumo relevante para
analizar la relación entre los resultados obtenidos y el diseño de la ECPE con el fin de
sugerir posibles aspectos que deberían ser modificados. Por ese motivo, se llevaron a
cabo entrevistas con algunos de los alumnos del curso luego de finalizada la secuencia
de clases, las cuales han permitido continuar analizando cómo ha sido el proceso de
evolución conceptual por parte de ellos.

311
10.7. Análisis del proceso de conceptualización a partir de entrevistas individuales

Al finalizar la implementación de la secuencia de actividades se realizaron entrevistas


semiestructuradas a diez estudiantes del curso, los cuales se ofrecieron voluntariamente
para participar. Esta selección, que incluyó a alumnos que habían asistido a la mayoría
de las clases y participado activamente en ellas, no tuvo en cuenta el desempeño de los
mismos en las actividades finales individuales, por lo cual algunas entrevistas muestran
una escasa evolución conceptual en relación a alguno de los tres fenómenos abordados.

Este modo de selección de los alumnos no resulta problemático metodológicamente


dado que esta investigación no busca arribar a conclusiones generales y cuantitativas.
Por el contrario, intenta poner en discusión una metología alternativa de enseñanza de
los fenómenos astronómicos cuya efectividad masiva deberá ser validada por futuras
investigaciones a partir de su adaptación e implementación en otros contextos aúlicos.

Las entrevistas estaban planteadas en función de la comparación entre las


explicaciones dadas al principio de la secuencia didáctica para explicar los fenómenos
astronómicos cotidianos, y su modificación o no al finalizar la misma. En este sentido, se
planteó que los estudiantes expliquen la primera actividad final individual, que solicitaba
realizar en forma escrita esta misma comparación. Para ello, cada estudiante pudo
observar sus propios dibujos y explicaciones iniciales y finales con el fin de que los
analicen, puntualizando cuestiones que se deberían modificar. El entrevistador planteó
la siguiente consigna al inicio de cada una de las entrevistas:
"La idea es que mires tus dibujos y que cuentes qué aprendiste sobre el día y
noche, las estaciones y las fases: qué era lo que habías respondido antes, qué
cosas se podrían modificar, qué es lo que seguro habría que sacar y cómo lo
explicarías ahora."
A continuación se analizan las respuestas dadas en las entrevistas en relación a cada
uno de los tres fenómenos astronómicos desarrollados (día y noche, estaciones del año
y fases de la Luna) y al movimiento celeste asociado con cada uno de ellos (movimiento
diario del Sol, movimiento anual del Sol y movimiento propio de la Luna). Para este
análisis se transcriben partes de las entrevistas y se indica cuál fue el alumno
entrevistado y en qué nivel de evolución conceptual fue catalogado a partir de sus
respuestas dadas en la segunda actividad final individual (ver Tabla 10-6).

10.7.1. Evolución conceptual sobre el día y la noche y el movimiento diario del Sol

En cuanto a día/noche, casi todos los entrevistados pudieron indicar adecuadamente


que la noche se debe a la ausencia del Sol, en contraposición a las explicaciones
iniciales de la mayor parte de los alumnos, en donde sostenían que la noche estaba
identificada con la presencia de la Luna.

A: Es de día cuando nosotros vemos el Sol y de noche cuando no está el Sol.


D: ¿Antes de empezar las clases qué hubieses puesto?
A: Lo mismo.
(E1; A7; 4) D: Fijate acá, a ver si pusiste lo mismo [al inicio de las clases]. Pusiste: "La Luna
IMP está algunas veces cuando el Sol sale". ¿No está la Luna siempre de noche?
A: No.
D: Lo que habías puesto antes estaba bien, entonces, porque no decía que
estaba todas las noches.

312
(E2; A16; 4) A: La noche es la ausencia de Sol y el día cuando está el Sol.
D: ¿Y antes que pensabas?
MOD A: Cuando era de noche estaba la Luna.

A: El Sol sale por algún lugar del este, sólo dos veces al año sale por el este, y
da toda la vuelta... O sea, sale el Sol y se hace de día. Y cuando se pone el Sol
se hace de noche porque ya no hay nada que ilumine.
D: Bien, veamos qué habías dibujado antes y si le harías alguna modificación.
(E4; A18; 2) Pusiste: "El Sol sale por el este (cerro Piltri) y se pone por el oeste (cordillera) y
IMP sale la Luna alumbrada por el Sol".
A: No, eso estaba mal, lo de la Luna, pero después no estaba tan mal, excepto
por esto de que no sale por el este, sino por algún lugar del este…
D: Bien. ¿Por qué hay que sacar la Luna?
A: Porque la luna no tiene nada que ver con la noche.

A: Es de día porque el Sol está arriba y alumbra al planeta y es de noche


cuando el Sol se pone por algún lugar de la Cordillera.
D: Y antes, ¿estaba bien eso que pusiste? Tenías que explicar el día y la noche,
hiciste ese dibujo, ¿estaba bien? ¿Lo modificarías?
A: Sí, lo cambiaría.
(E5; A14; 2) D: ¿Por qué? ¿Hay algo que está mal ahí?
A: Sí, dónde se esconde el Sol y dónde está saliendo.
MOD D: Acá involucraste las nubes para el día y la noche, ¿tiene algo que ver?
A: No.
D: Bien. Ese sería el cambio fundamental que tendrías que hacer. ¿Acá pusiste
que harías a la Luna de vuelta?... ¿Eso dice acá? ¿Tendrías que dibujar la Luna
para explicar el día y la noche?
A: No

A: El día es cuando está el Sol y la noche cuando se va.


(E6; A26; 2) D: Veamos qué habías puesto antes y si cambiarías algo. Habías puesto:
"cuando es de día todo es más cálido y tranquilo, sin embargo, la noche es fría y
MOD desastrosa a veces". Bueno, ¿cambiarias algo en estos dibujos?
A: Borraría la Luna, porque no tiene que ver.

A: El día y la noche... A mí me parece ahora que es de día cuando sale el Sol y


(E7; A10; 1) de noche cuando se oculta por debajo de nuestro horizonte.
IMP D: ¿La Luna tiene algo que ver con el día y la noche?
A: No.

(E8; A15; 2) A: Es de día porque está el Sol y es de noche porque se esconde y se va.
D: Bien. Vamos a revisar día y noche para ver qué habías puesto antes.
ESC A: Le cambiaría algo acá: la Luna. Porque no tiene nada que ver con la noche.

A: Antes yo ni siquiera sabía que el Sol salía por el este. Sabía que salía por el
Piltri, pero no por el este.
D: O sea, no sabías que el Piltri estaba hacia el este.
A: Claro.
D: ¿Qué pensabas sobre el dia y la noche? ¿Por qué era de dia y por qué era
de noche?
(E9; A17; 2)
A: Yo no sabía que la Luna no tenía que ver con el dia y la noche.
MOD D: Leamos lo que escribiste antes. Habías hecho este dibujo. Y dice: "Cuando la
Tierra da vueltas queda el Sol de un lado y la Luna del otro. Cuando la Tierra da
la media vuelta pega del lado de la Luna". ¿Qué modificarías?
A: Que cuando el Sol está arriba del horizonte es cuando es de día y cuando
está por debajo es cuando es de noche.
D: Está bien, pero en este dibujo que hiciste antes, ¿qué habría que cambiar?
A: La Luna.

313
D: Cuando hablabas del Sol saliendo y poniéndose, decías sale del este. ¿Te
referís a que sale siempre por el mismo lugar?
A: No. Porque siempre va a salir por el este, pero nunca exactamente por el
este. Sale más al sur o más al norte.

D: Tenés que contarme lo que dibujaste antes. Cómo cambiarias lo que habías
hecho y cómo explicarías el día y la noche y el recorrido del Sol.
A: Acá puse una casa, como si acá estuviésemos nosotros parados, puse el
horizonte y los puntos cardinales y puse el recorrido del Sol, cómo pasa por
arriba del horizonte y por el otro lado del horizonte, por abajo. Ahí con algunas
palabras expliqué qué era cada uno. Esta línea es el recorrido que hace el Sol
por arriba de nuestro horizonte, en ese momento sería de día y cuando se
(E10; A23; 1) esconde y pasa por debajo de nuestro horizonte, sería de noche.
D: ¿Antes cómo lo habías explicado? Lo habías explicado de otra manera, ¿no?
IMP A: Antes había explicado viendo desde afuera de la Tierra: que la luz del Sol
alumbra sólo la mitad de la Tierra haciendo que el otro lado sea de noche.
Escribí: "La luz del Sol alumbra sólo un lado de la Tierra".
D: Bien, ¿habría que modificar algo de ese dibujo que hiciste?
A: No tendría que haberle dibujado la Luna…
D: ¿Por qué?
A: Porque la Luna no tiene nada que ver. También lo podría dibujar desde el
punto visto desde la Tierra y así lo podría explicar y entender mejor.

En las transcripciones anteriores queda en evidencia la evolución conceptual en relación


al fenómeno del día y la noche por parte de nueve de los estudiantes entrevistados,
destacándose algunas cuestiones particulares:
 (E4) A18 evidencia una gran evolución conceptual a partir de poder explicitar sus
aprendizajes en relación a que la Luna no tiene que ver con el día y la noche y que
la salida del Sol no es "por el este", sino "por algún lugar del este".
 (E8) A15 muestra una mayor evolución conceptual oralmente que al realizar la
segunda actividad final escrita individual, donde su desempeño hizo que se lo
catalogara con una escasa evolución. Esto puede deberse a dificultades de
comprensión de lo solicitado en la actividad individual "de completar frases".
 (E9) A17 muestra claramente su evolución conceptual a partir de poder explicitar
que al inicio de las clases no sabía que el cerro "Piltri" se encuentra hacia el este y
que "ahora sabe que Luna no tiene relación con el día y la noche".
 (E10) A23 demuestra una gran evolución conceptual en relación a la utilización y
valoración del sistema de referencia topocéntrico.

Por su parte, un solo estudiante entrevistado (A2) continuó identificando el inicio de la


noche con la salida de la Luna, lo que pareciera confirmar la persistencia de este modelo
tan utilizado por la mayoría de los niños, y también por muchos adultos.

(E3; A2;6) D: ¿Por qué se hace de noche?


MOD A: Se hace de noche cuando el Sol baja y sale la Luna y se ven estrellas.

En relación al movimiento diario del Sol, la mayor parte de los alumnos entrevistados
logró describirlo adecuadamente cuando se los consultó acerca de los lugares de salida
y puesta del Sol y de su posición en el mediodía solar. Varios estudiantes incluso
indicaron que las salidas y las puestas no se producen justo por el este o por el oeste
todos los días del año. Sin embargo, algunos de los alumnos no pudieron decir cuál es
el horario local en que ocurre el mediodía solar.
314
A: El Sol sale por el este y se pone por el oeste.
D: ¿Justo por el este y el oeste todo el año?
(E1; A7; 13) A: No, no, algunas veces nomás, creo que un día, dijimos.
D: ¿Y al mediodía? ¿Hacia dónde se ubica el Sol?
IMP A: Allá.
D: ¿Hacia el norte sería? ¿O hacia el sur?
A: Hacia el norte.

A: Sale por el este y se pone por el oeste.


(E2; A16; 8) D: ¿Es justo por el este que sale?
A: No, no siempre.
MOD D: ¿Te acordás más o menos el horario del mediodía?
A: Doce y media, una.

D: Bien. Se pone por algún lugar del oeste... ¿Y al mediodía hacia donde tengo
(E4; A18; 3) que mirar para verlo?
A: Hacia el norte.
IMP D: ¿Te acordás del horario del mediodía?
A: Sí, creo que era 13.45.

D: Y al mediodía, ¿hacia donde tengo que mirar el Sol?


(E5; A14; 12) A: Al mediodía… ¿acá?
D: ¿Justo arriba de mi cabeza? Dijiste que sale allá [hacia el este], se pone acá
MOD [hacia el oeste] y señalaste el medio... ¿Hacia dónde busco el Sol al mediodía?
A: Hacia allá. Sí, para allá. [señala el norte]

A: De día el Sol sale por alguna parte del este y se pone por el oeste.
(E6; A26; 4) D:¿Hacia dónde tenés que mirar al mediodía para ver el Sol?
A: Para el norte.
MOD D: ¿Te acordás el horario del mediodía?
A: Doce y media, por ahí.

A: El Sol sale por el este, se oculta por el oeste. En el punto más alto del Sol se
(E7; A10; 3) encuentra justo mirando hacia el norte y la sombra es la más corta del día.
IMP D: ¿A qué hora es el mediodía?
A: A las 13.45.

A: El Sol sale por el este y se esconde por el oeste.


D: Para verlo al mediodía, ¿para dónde lo tengo que buscar?
A: Estaría más o menos por acá…
D: ¿Qué punto cardinal es?... ¿Por dónde sale el Sol?
A: Por el este.
D: ¿Dónde queda? Señálalo.
A: Allá. [Señala hacia el este]
(E8; A15; 4) D: Bien. ¿Y hacia allá qué punto queda?
ESC A: El norte.
D: Bien. Entonces, al mediodía,¿para dónde mirás el Sol?
A: Al norte.
D: ¿Te acordás a qué hora el Sol está en la mitad de su recorrido?
A: No.
D: Cuando vos dijiste que el Sol sale por el este y se pone por el oeste, ¿sale
justo por el este y se pone justo por el oeste todo el año?
A: No.

315
A: El Sol hace un recorrido desde una parte del este al oeste y se va hacia el
norte y al mediodía está más cerca del norte…no sé cómo explicarte…
(E9; A17; 16) D: ¿Para dónde tengo que mirar para ver el Sol al mediodía?
MOD A: Hacia el norte.
D: ¿Te acordás del horario del mediodía?
A: Aproximadamente, acá en El Bolsón, a las 13.45.

D: Y el recorrido del Sol, ¿al mediodía hacia dónde tengo que observarlo?
(E10; A23; 9) A: Hacia el norte.
IMP D: Bien. ¿Te acordás a qué hora es el mediodía?
A: A las 13 y 40 minutos, algo así…

Del mismo modo que con la explicación del día y la noche, A 2 también mostró una
escasa evolución conceptual respecto al movimiento diario del Sol, lo cual se contradice
con su desempeño en la actividad escrita individual de cierre, la cual pudo haber sido
resuelta a partir de respuestas memorísticas. Esto parece indicar ciertas dificultades
individuales de comprensión por parte del alumno, que estuvo presente en las clases y
participó activamente de las actividades:

A: [El Sol] Sale por el este, no tan por el este, sale al sur del este.
D: ¿Todo el año sale al sur del este?
A: No. Se va cambiando de posición.
(E3; A2; 20) D: ¿Y se pone?
A: Y se pone por algún lugar del oeste.
MOD D: ¿Y al mediodía? ¿Mirando hacia dónde lo verías?
A: Mirando hacia el oeste.
D: ¿Y el horario del mediodía solar?
A: Era a las doce y algo.

Como ha quedado en evidencia, la información recabada mediante entrevistas no


coincide necesariamente con la obtenida a partir de actividades escritas. Esto justifica su
realización y evidencia las dificultades intrínsecas relacionadas con el análisis del
proceso de conceptualización. Sin embargo, la comparación entre las respuestas
iniciales y lo expresado en las actividades y entrevistas finales permite identificar una
evolución conceptual positiva sobre el fenómeno del día y la noche en la mayoría de los
estudiantes.

10.7.2. Evolución conceptual sobre las estaciones y el movimiento anual del Sol

En cuanto a las estaciones del año, todos los estudiantes entrevistados pudieron asociar
adecuadamente este fenómeno con el corrimiento anual del Sol hacia el norte y hacia el
sur. Sin embargo, sólo algunos alumnos pudieron asociar explícitamente dicho
corrimiento con el cambio en la altura del Sol al mediodía y con la variación de la
inclinación de los rayos solares. En contraposición a esto, al inicio de las clases ningún
estudiante había podido brindar una explicación adecuada acerca de este fenómeno.

D: Me hablaste de cambios en la salida del Sol, que no salía siempre justo en el


este, que iba cambiando más al norte y más al sur. La pregunta es: ¿eso tiene
(E1; A7; 27)
algo que ver con las estaciones del año?
MOD A: Sí, es que nosotros como estamos más al sur, está más lejos y eso…
D: Con “está más lejos”, ¿qué querés decir?
A: Como que está más al norte. [el Sol]

316
D: ¿Y en verano?
A: Más al sur.

D: ¿Y te acordás en esta época del año [junio] para qué lado se mueve el Sol?
A: Ahora, más al norte.
D: ¿A la izquierda o a la derecha?
A: A la izquierda. [del este]
(E2; A16; 11) D: Bien. ¿Eso tiene algo que ver con las estaciones del año?
A: Sí, porque cuando se mueve para allá [el norte] es como que se aleja el Sol,
MOD nos alumbra, no nos llegan tanto los rayos de Sol a la Tierra.
D: ¿Eso es por qué está más lejos en distancia de la Tierra?
A: No, es que está tipo más inclinado…
D: ¿Tiene relación con la altura del Sol? ¿Si está más alto o más bajo?
A: No.

A: En verano el Sol sale más temprano y llega a su punto más alto en el cielo, o
sea, no está arriba de nuestras cabezas, está a un costado de la cabeza y en el
invierno es cuando se va casi a la punta del noreste.
(E3; A2; 14) D: ¿Por dónde sale en verano?
IMP A: Sale hacia el sureste y se acuesta hacia el suroeste.
D: Y que el Sol se vaya hacia el norte... ¿por qué es invierno?
A: Es invierno porque no está en su posición más alta, está en la posición más
baja donde los rayos tienen menos calor y hace más frío.

A: Es verano cuando el Sol se inclina hacia el sur y es invierno cuando se inclina


hacia el norte y primavera y otoño es cuando está justo por el este.
D: Acá pusiste que el 21 de junio, cuando comienza el invierno, sale al norte del
este, ¿por dónde se pone?
A: Al norte del oeste.
D: ¿Por qué estar al norte genera que sea invierno?
A: Porque es su recorrido más bajo y porque el Sol nos llega menos a nosotros,
(E4; A18; 12) o sea, los rayos nos llegan menos, entonces hace más frío.
D: Con decir “nos llegan menos”, ¿a qué te referís? ¿Dónde ves el Sol?
IMP A: Más bajo. No llegan tan bien como cuando está ahí arriba, cuando es verano.
D: Cuando decís que en verano está “ahí arriba”, ¿estás diciendo que está
arriba de nuestras cabezas en verano?
A: No, nunca el Sol está arriba de nuestras cabezas.
D: Bien. A ver qué habías hecho antes de estaciones. Dice: "Cambia porque en
invierno las nubes tapan el Sol".
A: Es malísimo, lo que sucede es que yo estaba… Yo ahí pensaba que eran las
nubes las que tapaban el Sol.

A: Verano es cuando el Sol está más al sur y nos dan más los rayos. Cuando
está al norte es invierno. Cuando está en el medio es otoño o primavera.
(E6; A26; 16) D: Bien. Decís que cuando se va al norte es invierno. ¿Por qué hace más frio en
invierno?
IMP A: Porque llegan los rayos muy inclinados.
D: ¿Y las horas de luz?
A: Son pocas.

Por otro lado, a partir de los resultados de la segunda actividad escrita individual y de lo
manifestado en las entrevistas, es posible evidenciar que algunos estudiantes tuvieron
una evolución conceptual muy importante, tomando conciencia sobre cómo debían ser
modificadas sus explicaciones anteriores y pudiendo describir con precisión el
movimiento anual del Sol y, en función del mismo, explicar las estaciones del año:

317
D: Hiciste un dibujo [Figura 7-19]. ¿Cuándo es invierno y cuándo es verano?
A: Comienza el invierno cuando el Sol sale más al norte del este. Es otoño y
primavera cuando está justo en el este y en verano cuando está al sur del este.
D: Bien. Antes dijiste que está más al norte del este cuando empieza el invierno.
¿Cuándo el Sol está justo en el este es todo el otoño?
A: No. Es cuando comienza. Y más al sur del este cuando comienza el verano.
D: ¿Te acordás qué día es cuando sale más al norte del este?
A: El 21 de junio.
D: ¿Hoy la puesta del Sol por donde es?
A: Por el norte del oeste.
D: ¿Y el día del comienzo del verano?
A: Por el sur del oeste.
D: ¿Y por qué que el Sol esté saliendo más al norte genera que sea invierno?
A: Porque hace el recorrido más corto del año y por eso el Sol no alumbra tanto.
(E7; A10; 16) D: ¿Es sólo eso o hay algo más?...
IMP A: Sí, hay pocas, muy pocas horas de luz.
D: Si mirás el Sol al mediodía…¿hay diferencia entre el verano y el invierno?
A: En invierno cuando mirás al mediodía la sombra es mas larga porque el Sol
está mas inclinado hacia el norte.
D: ¿Y en verano?
A: El Sol en verano al mediodía hace un recorrido más alto, está más alto y la
sombra es mucho mas corta.
D: ¿Cuándo está en su parte más alta, pasa por sobre nuestras cabezas?
A: No.
D: Antes habias puesto que tiene que ver con la distancia entre el Sol y la Tierra.
Mirá, ¿cómo habías representado las estaciones? [Al inicio de las clases]
A: Lo había representado haciendo el Sol o más chiquito o más grande.
D: Acá decís que el Sol se ve más grande en verano y más chico en invierno.
¿Eso implica que el Sol esté más lejos nuestro? ¿Qué se alejó de la Tierra?
A: No.

A: Aprendí que [el Sol] va saliendo más al norte del este o más al sur…
D: ¿Qué estación genera cuando va al norte? ¿Y cuándo va al sur?
A: Cuando sale más al norte, acá, que vivimos en el sur, esos días es invierno,
porque los rayos llegan más inclinados. Y cuando sale más al sur sería
verano…porque llegan más... ¿verticales?
(E9; A17; 18) D: Más cerca de la vertical.
IMP D: ¿Te acordás cómo se llama cuando está más al sur, o en el medio?
A: Cuando está en el medio es 21 de marzo y de septiembre, que sería otoño y
primavera, y cuando sale más al norte es el 21 de junio y es cuando empieza el
invierno y cuando sale más al sur es el 21 de diciembre, que empieza el verano.
D: ¿Te acordás que tiene un nombre cada uno de esos instantes?
A: Sí. Solsticios y equinoccios.

A: Estaciones ahora lo expliqué con el Sol, dibujé una montaña, como si fuera el
Piltri, y dibujé un Sol de verano, más hacia el sur, un Sol de primavera y otoño,
justo en el este y uno de invierno hacia el norte.
D: Y, ¿esto de que en invierno esté más al norte, qué provoca?
A: Como nosotros estamos al sur de la Tierra y los rayos del Sol nos pegan
inclinados, hace que sintamos menos calor.
(E10; A23; 14) D: Esta es la salida del Sol el 21 de junio, pusiste que el Sol sale al norte del
este, ¿se pone por dónde?
IMP
A: Al norte del oeste.
D: ¿Y el 21 de diciembre?
A: Al sur del oeste.
D: Y a lo que habías dibujado antes, ¿qué le cambiarias?
A: Y…muchas cosas. Acá dibujé cómo me parecía que se provocaban las
estaciones del año. No tenía mucha idea e hice que el recorrido de la Tierra
alrededor del Sol sea ovalado, haciendo que hayan dos veranos y dos inviernos,
318
en toda la Tierra la misma estación.
D: ¿Cambiaste ya esta idea?
A: Sí.
D: ¿Qué te resulta más sencillo de entender? Más allá de que esta, de afuera de
la Tierra, no la trabajamos…esta que sí trabajamos, desde adentro de la Tierra,
¿te resulta más sencilla, más complicada?
A: Más fácil es pensarlo así [desde adentro].

Al igual que con el día y la noche, el alumno A 15 mostró una evolución conceptual
importante en relación a la estaciones del año y al movimiento anual del Sol en la
entrevista, mientras que en la actividad individual escrita su evolución había sido
catalogada como "escasa". Esto puede deberse a dificultades propias para la
comprensión de consignas escritas, lo cual puede haber ocurrido de igual modo con
algunos otros de los estudiantes que no han sido entrevistados:

A: Verano es porque el Sol está un poquito más cerca y te dan más los rayos.
Invierno es porque está más para allá, más lejos y da poquito y otoño… sería en
el medio de esos. [Realiza gestos con el brazo variando la altura del Sol]
D: Dijiste recién que en verano está más alto el Sol…
A: Sí. Y entonces hacía más calor.
D: En invierno está más bajo y en otoño estaría en el medio. En alturas, por lo
que señalaste recién con las manos.
A: Sí.
D: Ahora, también dijiste que el Sol estaba más lejos,¿Se va más lejos el Sol?
A: No.
D: Y qué esté más bajo el Sol, ¿tiene algo que ver con el cambio en su salida?
A: Sí. Qué no sale en el mismo lugar, se mueve para este costado o para este.
(E8; A15; 39) D: Bien. Cuándo la salida se mueve a la izquierda, ¿qué estación tenemos?
A: Otoño, no, verano. Cuando se mueve para acá [indica la derecha] es verano.
ESC D: Entonces, cuando se mueve hacia acá la salida, a la izquierda, ¿qué es?
A: Invierno.
D: ¿Y en otoño?
A: Sale por el medio.
D: En algún momento del año, ¿tengo al Sol al mediodía sobre mi cabeza?
A: No. Nunca. En El Bolsón, nunca.
D: Miremos tu dibujo anterior de estaciones, a ver si le modificarías algo. Antes
habías dibujado la playa, la nieve... ¿Le agregarías o modificarías algo ahora?
A: Creo que nada.
D: ¿Cuál sería la diferencia entre estaciones? ¿Pasa algo en el cielo?
A: Sí. El Sol se mueve de lugar.
D: Bien.¿Qué podrías agregar, entonces, en tu dibujo anterior?
A: Que el Sol esté más arriba en verano. Y en invierno, que esté más bajo.

Por su parte, el alumno A14, que ha tenido una evolución conceptual importante en la
actividad escrita individual, muestra que todavía no ha logrado construir una explicación
completa del fenómeno de las estaciones que relacione la posición del Sol en el cielo
con su altura y, en consecuencia, con la inclinación de sus rayos. En este sentido,
aunque indica apropiadamente los cambios en el lugar de salida y puesta del Sol,
manifiesta inadecuadamente que el Sol está más alto en invierno y más bajo en verano,
lo que parece estar asociado con un modelo mental que relaciona la posición del Sol en
el cielo, más al norte o más al sur, con la variación de su distancia a nuestro planeta.
Este nuevo modelo podría aparecer en los estudiantes a partir de la síntesis de dos
modelos distintos: el que indica inadecuadamente que las estaciones se deben a la
distancia variable entre la Tierra y el Sol (detectado en los alumnos antes del inicio de la
secuencia de actividades) y el que asocia las estaciones con el cambio anual de la
posición del Sol en el cielo (que fue desarrollado en las clases):
319
D: Vos dijiste que el Sol sale por el este, ¿siempre por el mismo lugar del este?
A: No. Se va corriendo con las estaciones.
D: ¿Cómo se corre?
A: Se va corriendo así: queda en el medio y se corre más [hacia el sur], queda
allá y después cuando viene la primavera, viene volviendo [hacia el norte].
D: Y ahora, en invierno, ¿por dónde sale el Sol?
A: Por algún lugar del este.
D: Sí, pero por el medio, hacia la derecha, hacia la izquierda…
A: A la izquierda.
D: Sería del este al…
A: ¿Norte?
D: ¿Y en verano?
A: Del este hacia el... sur.
D: ¿En otoño?
(E5; A14; 15) A: En el medio.
IMP D: ¿Qué punto cardinal sería?
A: Este.
D: En invierno, que la salida se fue hacia el norte del este, ¿se corrió también la
puesta? O sea, ¿por donde es la puesta del Sol en invierno?
A: Corrido del oeste hacia el norte.
D: ¿Eso tiene que ver con las estaciones?
A: Sí. Porque se va más allá [al norte] y cada vez va haciendo más frío.
D: ¿La altura del Sol cambia a lo largo del año?
A: Sí.
D: ¿Cómo cambia? ¿En verano, en invierno? ¿Está más alto, más bajo?
A: En invierno está más arriba y en verano está más abajo.
D: ¿Qué esté más abajo hace que tengamos más calor?
A: Sí.
D: ¿Qué esté más arriba hace que tengamos menos calor?
A: Sí. Más alejado…

En función de las entrevistas es posible concluir que la mayoría de los estudiantes han
tenido una evolución conceptual favorable en relación a las estaciones del año,
evolución que queda en evidencia al comparar sus explicaciones finales con las dadas
al inicio de la secuencia. Sin embargo, algunos alumnos confunden la expresión "el Sol
se desplaza hacia el sur", utilizada para indicar su cambio de posición en la esfera
celeste, con "el Sol se acerca a nosotros", la cual indica un cambio en la distancia entre
dicho astro y nuestro planeta. En contraposición, algunos de los estudiantes
entrevistados evidencian una evolución conceptual muy importante, llegando incluso a
manifestar que les resulta más sencillo pensar estos fenómenos a partir de lo que se
observa desde la superficie terrestre que desde el espacio exterior (E10; A23; 26).

320
10.7.3. Evolución conceptual sobre las fases y el movimiento propio de la Luna

En cuanto a las fases de la Luna, la mayoría de los estudiantes entrevistados pusieron


en evidencia conocimientos relacionados con el lado iluminado de la Luna y con el
horario de observación correspondiente a cada fase, logrando incluso relacionar esto
con la observación de la Luna el mismo día de realización de la entrevista (A7, A2 y A10).

D: ¿Te acordás qué lado se ve iluminado en cada fase?


A: Sí. Creciente es el lado izquierdo, menguante el lado derecho.
(E1; A7; 41) D: ¿En qué momento se ve la creciente?
IMP A: De noche, creo.
D: ¿Hoy la viste la Luna a la mañana? ¿De qué lado estaba iluminada?
A: Sí. Derecho. Era menguante.

D: ¿Viste la Luna esta mañana?


A: Sí. Estaba así y un poquito más.
(E3; A2; 45) D: ¿Qué lado tenía iluminado?
MOD A: El derecho.
D: ¿Eso quiere decir que está creciendo o menguando?
A: Menguando.

D: Y si el Sol viniera desde la derecha, ¿cómo estarías viendo la Luna [ubicada


(E4; A18; 45) hacia el norte]?
A: Cuarto menguante.
MOD D: ¿Cómo te diste cuenta?
A: Porque está iluminada del lado derecho.

A: Hoy a la mañana, hace un rato, la Luna estaba por allá [hacia el norte].
D: ¿Qué lado tenía iluminado?
(E7; A10; 73) A: Izquierdo. No, derecho.
D: ¿Por qué? ¿Dónde estaba el Sol?
IMP A: El Sol estaba saliendo por allá [hacia el este, hacia la derecha].
D: Si mirás mañana a la misma hora, ¿estará más grande o más chica?
A: Más chica.

D: Mirá, esta [Luna que dibujaste] es Luna nueva, ¿no? Luego pasás a una
Luna que ves un cachito [del lado izquierdo]. ¿Te acordás si es creciente o
menguante?
A: Creciente.
(E8; A15; 75) D: ¿Y está bien esta Luna [lado derecho iluminado e indicada como creciente]?
ESC A: No. Sería menguante.
D: ¿Viste esta mañana a la Luna? ¿Cómo estaba?
A: Estaba llena... No, más o menos por la mitad.
D: ¿Te acordás de qué lado era?
A: No.

D: Por ejemplo, ahora que es de mañana, ¿podría tener un cuarto creciente o


(E9; A17; 43) un cuarto menguante?
A: De mañana, menguante.
MOD D: Si estuviera en menguante ahora, ¿qué lado tendría iluminado?
A: El derecho.

(E10; A23; 31) D: Y esta posición que dibujaste acá, ¿qué Luna es esa? [Luna con su mitad
izquierda iluminada]
IMP A: Creciente.

321
Por otro lado, dos estudiantes entrevistados no lograron relacionar la fase con el horario
de observación de la Luna o con su lado iluminado. Esto puede estar vinculado con que
estos alumnos manifiestan no haber observado la Luna, lo cual llama la atención dado
que este astro había sido observado desde la ventana del salón de clases unos días
antes. Al respecto, A16 manifiesta inadecuadamente que la Luna creciente se observa de
mañana y la menguante de noche, mientras que A 26 sostiene que la Luna menguante
tiene su lado izquierdo iluminado.

D: ¿Por qué es creciente esta Luna que dibujaste?


A: Porque está iluminado el lado izquierdo.
D: ¿La Luna creciente se ve de noche o de mañana?
(E2; A16; 39) A: De mañana.
IMP D: ¿Y la menguante?
A: De noche. Así es como las vi yo.
D: ¿En el cielo? ¿Viste hoy a la mañana la Luna?
A: No.

(E6; A26; 59) D: Supongamos que ahora salís y ves la Luna hacia el norte. Si la ves a esta
hora [al amanecer], ¿qué lado tiene iluminado?
MOD A: Ahora, sería menguante y el lado iluminado sería el izquierdo.

Respecto a la explicación de las fases lunares, algunos estudiantes no lograron


relacionar adecuadamente este fenómeno con el movimiento propio de la Luna en el
cielo a medida que pasan los días. Esto coincide con los resultados obtenidos en la
segunda actividad escrita individual, donde el 40% de los alumnos mostró una evolución
conceptual escasa en relación a este fenómeno. Esto puede deberse a la relativa
complejidad que implica su explicación, donde debe sostenerse que la Luna siempre
está iluminada por la mitad y, al mismo tiempo, que el cambio de su posición en el cielo,
respecto al Sol, hace que se la vea de distinta forma. Sin embargo, otros alumnos
mostraron muy buena evolución de sus ideas, más aún si se tiene en cuenta que ningún
estudiante pudo dar una explicación adecuada del fenómeno al inicio de las clases.

A: Lo explicaría así: la Luna está siempre iluminada a la mitad, se va moviendo y


depende de nuestro punto de vista, de dónde estemos parados la vemos
(E4; A18; 34) distinta, pero siempre está iluminada una mitad... Al girar la Luna, uno cuando
está del otro lado la ve distinta o simplemente no la ve.
MOD D: Te hago una pregunta para clarificar lo que me estás diciendo. Cuando vos
decís “girar la Luna” ¿hablás de giro o de corrimiento?
A: No, de que se va corriendo.

A: La Luna se va moviendo, la ilumina diferente el Sol y la veo de otra forma.


(E6; A26; 52) D: A ver, la ilumina diferente el Sol…
A: Nosotros la vemos diferente.
MOD D: ¿Qué es lo que cambió de un día al otro?
A: Que la Luna se mueve.

A: Las fases de la Luna suceden por su movimiento continuo hacia el este y su


cercanía [angular] al Sol.
D: ¿Viste la Luna hoy a la mañana?
(E7; A10; 65) A: Sí… se veía en cuarto menguante. También vi que hace unos días la Luna
empezaba a aparecer más para el este.
IMP D: ¿Ese corrimiento tiene algo que ver con las fases?
A: Sí…
D: ¿Cuánto ilumina el Sol de la Luna?
A: El Sol siempre ilumina una mitad.

322
A: Dibujé al Sol a un lado de la Luna, alumbrando una mitad y yo desde mi
punto veo un cuarto de la Luna, o sea yo veo alumbrada la mitad de la mitad y
depende desde qué ángulo lo mire va a tener distinta cantidad de
alumbrado…voy a ver distinta cantidad de lo iluminado.
D: Dijiste que estaba alumbrada la mitad…
(E10; A23; 28) A: Siempre está alumbrada la mitad, nosotros lo vemos distinto porque la Luna
se va moviendo.
IMP D: ...Estás señalando que la Luna llena sería la opuesta al Sol y la nueva la que
queda en dirección hacia el Sol. En el anterior dibujo [al inicio de las clases],
¿cómo lo habías hecho?
A: Lo expliqué desde afuera de la Tierra. Yo expliqué que las fases de la Luna
se daban porque la Tierra le hacía una sombra a la Luna haciendo que veamos
así, pero ahora aprendí que eso es sólo en los eclipses.

Como puede verse en las entrevistas anteriores, los alumnos A 18, A10 y A23 logran
asociar las fases con las dos características fundamentales que permiten explicar el
fenómeno: a) que la Luna siempre está iluminada por la mitad y b) que se desplaza en el
cielo de un día al otro. En este sentido, A 23 logra incluso tomar conciencia que al inicio
de las clases confundía las fases con los eclipses, explicando inadecuadamente el
primer fenómeno a partir de proyectar la sombra de la Tierra sobre la Luna. Por su parte,
A26 menciona el movimiento de la Luna como causa de las fases, pero no queda claro si
comprende que la Luna siempre se encuentra iluminada por la mitad.

En contraposición, más de la mitad de los estudiantes no logran explicar las fases


lunares ya que utilizan explicaciones confusas y contradictorias acerca de las causas del
fenómeno. Por ejemplo, A7 asocia en primer lugar las fases con el movimiento de
nuestro satélite natural, pero luego menciona inadecuadamente el movimiento del Sol.

A: Por el movimiento de la Luna. Si la Luna está ahí [indica hacia el este] y el


Sol está saliendo, no la vamos a ver porque le está pegando del otro lado.
D: Bien. ¿Llena cómo sería, entonces?
A: La Luna está un poco más lejos, entonces le pega un poco, la ilumina,
(E1; A7; 49) haciendo que la veamos llena y los que viven más allá…
D: ¿Dónde debería estar la Luna para verse llena ahora [de mañana]?
IMP A: Acá. [Al oeste]
D: ¿Eso es porque el Sol la ilumina distinto? ¿O está iluminada siempre igual?
A: Eh...
D: ¿Entonces por qué, a veces, la veo en el cielo más grande o más chica?
A: Por el movimiento del Sol.

Por su parte, A16 sostiene que la parte que no se ve de la Luna corresponde a la sombra
proyectada por algún cuerpo, que no puede identificar. Esto evidencia que no
comprendió el trabajo con la esfera de telgopor, mitad blanca y mitad negra, lo que
implica que este alumno requeriría un tiempo mayor de dedicación con esta actividad.

D: ¿Qué es lo que tapa acá la Luna? Vos decís que eso está tapado…
A: Es una sombra.
D: ¿Sombra provocada por qué cosa?
(E2; A16; 47) A: No sé…
D: ¿Te acordás cuando trabajamos con la pelotita? ¿Cómo era la pelotita?
IMP A: Redonda. Mitad negra, mitad blanca.
D: ¿Por qué era así?
A: Porque la negra era Luna nueva, la otra era Luna llena y la íbamos moviendo
y se iba formando cuarto creciente, menguante…

323
En su explicación, A2 sostiene que el Sol se va moviendo y que, por ese motivo, la Luna
se va viendo distinta cada día. En este sentido, parece no haber podido modificar una
idea inadecuada bastante común, que sostiene que los objetos se ven tal como son, sin
tener en cuenta la perspectiva desde la cual se los observa. Por lo tanto, no logra
diferenciar el modo en que está iluminada la Luna en el espacio (una mitad), de la forma
en que se la distingue desde una determinada posición de la superficie terrestre (mayor
o menor proporción de esa mitad iluminada).

A: A medida que pasan los días el Sol se va corriendo. Nosotros vemos la Luna
en el cielo que va cambiando hasta que sea creciente, menguante…
D: Pero cuando vos te imaginás la Luna iluminada por el Sol, ¿quiere decir que
el Sol a veces ilumina más parte de la Luna y a veces ilumina menos?
(E3; A2; 40) A: No. No le da a toda la Luna. Le da a la mitad de la Luna que se ve y a la otra
MOD mitad no.
D: ¿Cuánto está iluminada la Luna por el Sol?... ¿Toda?... ¿Una parte?...
A: Una parte.
D: Esa parte, ¿cambia de un día al otro?
A: Sí, cambia. Cambia a medida que van pasando los días.

Por otro lado, A15 y A17 muestran dificultades para explicar las fases lunares, aunque sus
ideas guardan relación con lo desarrollado en las clases. En este sentido, A 15 asocia las
fases con cómo está iluminada la Luna por el Sol y A 17 sostiene que la Luna está
iluminada por la mitad, pero relaciona las fases con la rotación de la Luna.

D: Acá dibujaste que van cambiando las fases, ¿por qué la ves diferente?
(E8; A15; 72) A: Porque el Sol alumbra desde diferentes lados.
D: Entonces, cuando la ves más chiquita… a ver, la parte que no está iluminada,
ESC ¿por qué motivo no está iluminada?
A: Porque le alumbra el Sol por este lado.

D: Podríamos arrancar pensando por qué vemos diferente a la Luna.


A: ¿Por su propia rotación?
D: ¿A qué llamás rotación?
A: A que gira.
D: ¿Gira cómo?
(E9; A17; 43) A: No sé explicarlo…por cómo la vemos nosotros y por la luz que le da el Sol.
MOD D: Y, cuando ves la Luna más chica ¿es que el Sol la ilumina menos?
A: No, siempre va a tener iluminada una mitad. Nosotros, a medida que la Tierra
gira, la vamos a ver distinta.
D: ¿Decís que ver distinta esa mitad tiene que ver con el giro de la Tierra sobre
si misma?
A: No sé.

Por último, la entrevista al alumno A 14 confirma su desempeño en la actividad escrita


individual, donde se detectó una evolución conceptual escasa en relación a las fases
lunares. Del mismo modo, A14 esboza respuestas inconexas que muestran que no ha
logrado acercarse a una comprensión adecuada del fenómeno.

D: ¿Por qué a veces la veo llena y otras veces chiquita a la Luna


A: Porque va cambiando… Porque se va… se pone…
(E5; A14; 63) D: La Luna, ¿cambia la cantidad de iluminación que tiene? ¿O siempre está
iluminada la misma cantidad de la Luna por el Sol?
ESC A: Siempre está iluminada por el Sol…
D: ¿Cuánto de la Luna está siempre iluminada por el Sol?
A: ¿Los dos lados?

324
En función de las entrevistas es posible concluir que muchos de los estudiantes han
tenido una evolución conceptual favorable en relación a la descripción de las fases de la
Luna (lado iluminado y horario de observación), aunque su evolución no ha sido tan
favorable en cuanto a la explicación total del fenómeno. Como ya se ha mencionado,
esto puede deberse a que esta explicación posee una complejidad conceptual mayor
que la correspondiente a los fenómenos del día y la noche y de las estaciones del año.

Sin embargo, si se comparan las explicaciones iniciales de la mayoría de los


estudiantes, que resultaban inadecuadas o directamente nulas, con las dadas al finalizar
la secuencia de actividades, se evidencia una evolución sustancial en cuanto a la
descripción del fenómeno de las fases, a algunos aspectos relativos a su explicación y,
sobre todo, a la utilización del sistema de referencia topocéntrico. En este sentido,
prácticamente todos los alumnos utilizaron exclusivamente dicho sistema de referencia
para elaborar sus modelos explicativos al finalizar el desarrollo de la ECPE, lo cual
puede considerarse un logro de la secuencia de actividades llevada a cabo.

10.7.4. Análisis del proceso de conceptualización

En la Tabla 10-7 se muestra la evolución conceptual cualitativa de cada uno de los


alumnos entrevistados a partir de la comparación entre la información recogida en la
actividad inicial de indagación escrita y lo manifestado en las entrevistas en relación a la
causa de cada uno de los tres fenómenos desarrollados. Con esta información, se ha
catalogado nuevamente el nivel de evolución conceptual correspondiente a cada uno de
los estudiantes (IMP, MOD o ESC) con el fin de analizar la correspondencia o no con el
nivel en el que fue clasificado cada alumno teniendo en cuenta solamente su
desempeño en las actividades escritas individuales. Esta comparación permite triangular
la información respecto al resultado alcanzado con los estudiantes a partir del desarrollo
de la secuencia de actividades.

Tabla 10-7: Descripción sintética de la evolución conceptual de cada uno de los


alumnos entrevistados. En la etapa final se subrayan ideas inadecuadas en relación con
lo desarrollado en las clases. Se clasificó nuevamente el nivel de evolución conceptual
de cada estudiante (en negrita) con el fin de compararlo con la clasificación realizada
anteriormente a partir de la resolución de la actividad escrita (entre paréntesis).
Alum- Mo-
Día y noche Estaciones del año Fases de la Luna
no mento
Porque rota la Tierra En invierno el Sol calienta Muestra algunas formas
Al (no hace dibujo). menos. Está nublado y sobre cómo se ve la Luna
inicio Asocial la noche con la hace frío. Se caen las (unas bien y otras no). No
A2 presencia de la Luna. hojas. puede explicar.
MOD Por el movimiento Por el cambio de posición
Porque el Sol se va
diario del Sol. Asocia del Sol más al norte y
(MOD) corriendo, aunque siempre
Al la noche con la Luna. más al sur. Reconoce el
ilumina mitad de la Luna.
final No reconoce dónde se recorrido del Sol en cada
Reconoce fases por lado
ubica el Sol al estación. Relaciona con
iluminado y horario.
mediodía ni el horario. su cambio de altura.

325
Por la presencia o Por el cambio de posición
No indica causa.
ausencia del Sol del Sol, que la ilumina
Menciona consecuencias
Al debido al giro de la distinto. La Luna nueva no
observables: caída de
inicio Tierra (sin dibujo). La es alumbrada por el Sol.
hojas de los árboles o
A7 Luna a veces está de En Luna llena el Sol le da
que "hace mucho calor".
IMP noche y a veces no. de frente.
Por el movimiento de la
(IMP) Por el movimiento Por el cambio de posición
Luna hacia el este.
diario del Sol. del Sol más al norte y
Al Reconoce fases por lado
Reconoce dónde se más al sur. No reconoce
final iluminado y horario y
ubica el Sol al medio- los días de cambio de
posición de la Luna
día, pero no el horario. estación.
respecto al Sol.
Por la distancia variable Por el giro de la Luna
Por la rotación de la
entre el Sol y la Tierra. alrededor de la Tierra (sin
Al Tierra (con dibujo). No
Dibuja el Sol más grande dibujo). Dibuja distintas
inicio asocia la noche con la
en verano y más chico en fases de la Luna, pero no
A10 Luna.
invierno. las nombra.
IMP
Por el cambio de posición Por el movimiento de la
(IMP) Por el movimiento
del Sol más al norte y Luna hacia el este.
diario del Sol.
Al más al sur. Relaciona Reconoce fases por lado
Reconoce dónde se
final con la altura del Sol, el iluminado, horario y
ubica el Sol al
largo de las sombras y posición de la Luna
mediodía y el horario.
las horas de luz. respecto al Sol.
Por la presencia del Por la presencia del Sol
Al Porque la Luna cambia de
Sol en el día y de la en verano y de nubes en
inicio forma. No indica causa.
A14 Luna en la noche. invierno.
ESC Por el movimiento Por el cambio de posición
(MOD) diario del Sol. Recono- del Sol más al norte y Porque la Luna cambia.
Al
ce dónde se ubica el más al sur. Indica Sol No logra describir los
final
Sol al mediodía, pero más bajo en verano y cambios ni explicarlos.
no el horario. más alto en invierno.
Por el movimiento de
No indica causa: mucho
Al la Tierra (sin dibujo). La Luna cambia de forma
Sol en verano y nieve en
inicio Asocia la noche con la porque el mundo gira.
A15 invierno.
presencia de la Luna.
MOD
Por el movimiento Por el cambio de posición
(ESC) Porque el Sol ilumina
diario del Sol. Recono- del Sol más al norte y
Al desde distintos lados a la
ce dónde se ubica el más al sur. Relaciona las
final Luna. Reconoce fases por
Sol al mediodía, pero estaciones con la altura
lado iluminado.
no el horario. del Sol.
Por la presencia del No indica causa. Mencio-
Al Muestra y nombra formas
Sol en el día y de la na consecuencias: caída
A16 inicio de la Luna (no están bien).
Luna en la noche. de hojas, nieve o calor.
MOD
Por el movimiento Por el cambio de posición Porque algo la tapa.
(MOD) Al diario del Sol. No del Sol más al norte y Reconoce fases por lado
final reconoce el horario del más al sur. No asocia iluminado, pero no por
mediodía solar. con altura del Sol. horario.

326
Porque la Tierra rota, El Sol se acerca o se
Al
con el Sol y la Luna aleja de la Tierra Debido a las estaciones.
inicio
opuestos (con dibujo). (con dibujo).
A17
IMP Por el cambio de posición
Por el movimiento Debido a la rotación de la
del Sol más al norte y
(MOD) diario del Sol. Luna (no está claro a qué
Al más al sur. Relaciona
Reconoce dónde se llama "rotación").
final con la altura del Sol.
ubica el Sol al Reconoce fases por lado
Reconoce los días de
mediodía y el horario. iluminado y horario.
cambio de estación.
Por el movimiento Cambio de posición del
Al Porque en invierno las
diario del Sol. Cuando Sol respecto a la Luna
inicio nubes tapan el Sol.
se va, sale la Luna. (confuso).
A18
IMP Por el cambio de posición
Por el movimiento
del Sol más al norte y Por el movimiento de la
(IMP) diario del Sol.
Al más al sur. Relaciona Luna hacia el este.
Reconoce dónde se
final con la altura del Sol, el Reconoce fases por lado
ubica el Sol al
largo de las sombras y iluminado y horario.
mediodía y el horario.
las horas de luz.
Porque el Sol alumbra Porque la Tierra se Porque la Tierra hace
Al un lado de la Tierra traslada alrededor del sombra sobre la Luna
inicio (dibujo con la Tierra y Sol, variando la distancia (dibujo con la Tierra y la
A23 la Luna en el espacio). entre ellos (con dibujo). Luna en el espacio).
IMP Por el cambio de posición Por el movimiento de la
Por el movimiento
(IMP) del Sol más al norte y Luna hacia el este.
diario del Sol.
Al más al sur. Relaciona Reconoce fases por lado
Reconoce dónde se
final con la altura del Sol, el iluminado, horario y
ubica el Sol al
largo de las sombras y posición de la Luna
mediodía y el horario.
las horas de luz. respecto al Sol.
Al No explica. Día cálido No explica. Invierno frío y No explica. Dibuja la Luna
inicio y noche fría. verano caluroso. con distintas formas.
A26
IMP Por el movimiento Por el cambio de posición
Por el movimiento de la
diario del Sol. Recono- del Sol más al norte y
(MOD) Al Luna. Reconoce fases por
ce dónde se ubica el más al sur. Relaciona
final horario, pero no por lado
Sol al mediodía, pero con la inclinación de los
iluminado.
no el horario. rayos y las horas de luz.

Al comparar las respuestas iniciales y finales de los mismos alumnos es posible sugerir
la existencia de cambios sustanciales en los modelos mentales que utilizan para explicar
estos fenómenos y, en relación a esto, para describir el movimiento del Sol y la Luna en
el cielo. En este sentido, de los estudiantes entrevistados sólo A 14 ha mostrado una
evolución conceptual escasa, mientras que A 2, A15 y A16 han sido clasificados como de
evolución moderada. Por su parte, en los 6 estudiantes restantes se ha identificado una
importante evolución conceptual al comparar sus respuestas finales con las dadas al
inicio de la secuencia de actividades.

Por su parte, al comparar el nivel de evolución conceptual en el que han sido


catalogados los alumnos a partir de la segunda actividad escrita individual en
comparación con el correspondiente a las entrevistas, se visualiza que 4 de los
estudiantes han sido clasificados de forma distinta. De ellos, A14 es el único que tuvo un
más bajo desempeño en la entrevista, por lo cual fue clasificado como de evolución
escasa en esta instancia. En cambio, 3 alumnos tuvieron un mejor desempeño en la
327
entrevista, pasando de ser clasificados como de evolución escasa a moderada (A15) o
de moderada a importante (A17 y A26). Los 6 estudiantes restantes fueron clasificados de
igual modo en la entrevista y en la actividad escrita individual, indicando una evolución
conceptual moderada (A2 y A16) o importante (A7, A10, A18 y A23).

Este mejor desempeño de algunos alumnos en las entrevistas puede deberse a que los
mismos se encontrarían trabajando, en términos de Vygotski (1984), en la Zona de
Desarrollo Próximo, donde la interacción con el docente les permite resolver o responder
adecuadamente consignas que no serían capaces de realizar en forma individual. De
este modo, por medio de las preguntas y repreguntas de la entrevista, las cuales poseen
la misma estructura lógica que la desarrollada durante las clases, los estudiantes logran
recordar información que poseen, reorganizar y resignificar conceptos y comunicar ideas
de las que no eran del todo conscientes.

Por lo tanto, es posible afirmar que las conclusiones obtenidas a partir de la actividad
escrita individual guardan relación con el conocimiento efectivamente reconstruido por
los estudiantes respecto a los fenómenos astronómicos cotidianos ya que los mismos no
resultan de ninguna manera sobreestimados.

En este sentido, pese a que no resulta sencillo categorizar la evolución conceptual


individual de algunos de los estudiantes, el análisis de dicha evolución en el conjunto del
grupo de clase ha evidenciado cambios positivos vinculados a la utilización de nuevos
modelos mentales sobre el día y la noche, las estaciones del año y las fases de la Luna,
los cuales se encuentran basados, exclusivamente, en la utilización del sistema de
referencia topocéntrico.

10.8. Análisis cuantitativo del proceso de conceptualización

A continuación se presenta un estudio cuantitativo estadístico de las respuestas dadas


por cada uno de los alumnos del curso en las actividades iniciales y finales con el fin de
analizar si las diferencias detectadas en forma cualitativa, ya mencionadas
anteriormente, pueden ser tomadas como significativas tomando en consideración a
todo el grupo de clase.

Para ello se seleccionaron 26 categorías de análisis relacionadas con las ideas y


concepciones más comunes detectadas al inicio de la secuencia de clases y, a su vez,
con aquellas descripciones, explicaciones e inferencias que fueron consideradas como
objetivo principal dentro de la estructura conceptual a reconstruir por los estudiantes. En
la Tabla 10-8 se presentan las diferentes categorías de análisis separadas para cada
uno de los tres fenómenos astronómicos desarrollados: el día y la noche (11 categorías),
las estaciones del año (7 categorías) y las fases lunares (8 categorías). Se presenta el
porcentaje de alumnos que sostiene cada una al inicio y al final, indicando en fondo gris
aquellas que son inadecuadas desde un punto de vista científico más allá de si
coinciden o no con la estructura conceptual desarrollada. Por ejemplo, la explicación
heliocéntrica del día y la noche a partir de la rotación terrestre ha sido considerada
adecuada, más allá que ésta no ha sido la explicación del fenómeno construida a lo
largo de las clases. Sin embargo, como puede observarse, las explicaciones
heliocéntricas prácticamente desaparecen al finalizar la implementación, encontrando
casi exclusivamente explicaciones topocéntricas.

328
Tabla 10-8: Categorías de análisis y cantidad de alumnos que sostiene cada una al
inicio y al final de la secuencia de actividades (N=26 alumnos). Se indican con fondo gris
las categorías inadecuadas desde un punto de vista científico.

Fenómeno Variable Categorias de análisis NInicial NFinal


V1 La Luna identifica a la noche 21 3
V2 La Luna está cuando no está el Sol 16 2
V3 Cuando el Sol se pone sale la Luna 10 1
Día y V4 El Sol y la Luna opuestos, giran en torno a la Tierra 3 0
noche. V5 La Tierra rota (incluye la Luna) 4 1
Movimiento V6 Otras explicaciones inadecuadas 4 0
diario del V7 La Tierra rota (no incluye la Luna) 4 0
Sol V8 Cuando el Sol se pone, se hace de noche 1 21
V9 El Sol se mueve del horizonte oriental al occidental 0 20
V10 La Luna no tiene relación con el día y la noche 0 21
V11 Mediodía solar: Sol más alto y sombra más corta 0 12
V12 Se debe a cambios en la temperatura y el paisaje 14 1
Estaciones V13 El Sol varía su distancia a la Tierra 8 0
del año. V14 El Sol varía su velocidad 1 0
Movimiento V15 Otras explicaciones inadecuadas 7 3
anual del V16 Se debe a cambios en posición del Sol (norte-sur) 0 22
Sol V17 Sol cambia su altura: bajo (invierno) - alto (verano) 0 15
V18 Indican las fechas de solsticios y equinoccios 0 14
V19 Sin explicación 3 0
V20 Dibuja las fases lunares inadecuadamente 11 0
Fases V21 Asocia fases lunares con la sombra de la Tierra 2 0
lunares.
V22 Otras explicaciones inadecuadas 11 0
Movimiento
V23 Dibuja adecuadamente las fases lunares 4 9
propio de la
Luna V24 La Luna se mueve hacia el este cada día 0 20
V25 Relaciona fase de la Luna con lado iluminado 0 15
V26 Relaciona fase de la Luna con hora de observación 0 12

Para examinar si las diferencias visualizadas resultaban significativas tomando en


consideración a la totalidad del grupo de clase, se construyó una tabla de 26x26 para las
26 categorías (V1 a V26) y para los 26 estudiantes (A1 a A26) en la cual se analizaron las
respuestas de cada alumno en relación a los tres fenómenos estudiados. Se le otorgó
valor 0 (cero) en una determinada categoría inadecuada si ésta se encontraba presente
y valor 1 (uno) en caso contrario. En cambio, se otorgó valor 1 (uno) si se detectó la
presencia de una categoría adecuada desde un punto de vista científico y 0 (cero) si
ésta se encontraba ausente. De este modo, se obtuvieron dos tablas, una inicial y otra
final, con un puntaje total inicial por categoría y por alumno, las cuales se presentan en
forma completa en la Sección 13.11. del Anexo.

El procedimiento anterior pretende evaluar cuantitativamente el conocimiento obtenido


por los estudiantes de dos modos superpuestos: valorizando la presencia de ideas y
explicaciones adecuadas y acordes al desarrollo conceptual propuesto como objetivo de
la secuencia didáctica y, al mismo tiempo, remarcando la ausencia de las concepciones
inadecuadas desde un punto de vista científico detectadas al inicio de las actividades.

329
A partir de este análisis, en la Tabla 10-9 se presenta el puntaje obtenido por cada
alumno al inicio y al final del desarrollo de la ECPE, los cuales serán utilizados para
realizar un análisis estadístico con el fin de establecer si las diferencias han sido
significativas o si, por el contrario, pueden deberse solamente a diferencias aleatorias.

Tabla 10-9: Puntaje total inicial (Ti) y final (Tf) de cada alumno a partir de la presencia o
ausencia de las categorías adecuadas o inadecuadas detalladas en la Tabla 10-8.

A1 A2 A3 A4 A5 A6 A7 A8 A9 A10 A11 A12 A13 A14 A15 A16 A17 A18 A19 A20 A21 A22 A23 A24 A25 A26

Ti 7 10 9 11 9 9 12 11 13 13 9 6 11 10 9 10 7 8 7 10 9 12 13 13 9 11

Tf 23 21 17 16 21 18 24 22 17 25 11 12 21 21 20 24 25 24 21 22 21 21 25 21 19 22

Con los puntajes obtenidos se llevó a cabo la prueba t de Student para dos muestras
relacionadas, la cual compara las medias de dos variables de un solo grupo con el fin de
contrastar la hipótesis nula de que las muestras proceden de una población en que las
medias son iguales o que las diferencias observadas se deben al azar. En este caso, la
hipótesis nula (Ho) es que no hay diferencias en el nivel de conocimiento de los alumnos
entre la medición del inicio y del final.

La prueba estadística se realizó utilizando el programa SPSS Statistics versión 22.0


(Ferrán, 2001), obteniéndose los siguientes valores:
Desviación
N Media t gl p
estándar
TFinal 26 20,54 3,625
TInicial 26 9,92 2,018 14,718 25 0,000
TFinal - TInicial 26 10,615 3,678

En función de los resultados del test t de Student (t = 14,7; g.l. = 25; p <0,05), en donde
p <0,05 (valor utilizado normalmente en Ciencias Sociales), se descarta Ho. En
consecuencia, es posible concluir que las diferencias obtenidas son estadísticamente
significativas a favor de la situación final para el total del grupo de clase.

Para complementar este análisis, se decidió comparar cuantitativamente los puntajes


finales obtenidos por los varones y mujeres del grupo con el fin de estudiar la existencia
de diferencias por género. Los resultados hallados (p >0,05) indican que no se
detectaron diferencias estadísticamente significativas relacionadas con el sexo de los
estudiantes.

Por lo tanto, en función de la evolución conceptual observada en los estudiantes, y


detallada en este capítulo, queda en evidencia que la propuesta topocéntrica para la
enseñanza de la astronomía tal como fue diseñada e implementada en esta ECPE tiene
validez disciplinar, epistemológica y didáctica. También confirma su adecuación para, al
menos, los últimos años del nivel primario, donde fue testeada.

Como síntesis, la Figura 10-13 presenta una red conceptual con los conceptos
involucrados en las explicaciones dadas por los estudiantes durante el proceso de
evaluación de la propuesta didáctica implementada.

330
Figura 10-13: Red conceptual que relaciona los conceptos incluidos en la Estructura Conceptual Efectivamente Reconstruida por la mayoría de
los estudiantes del curso. En gris se presentan los conceptos clave generales de la ECPE.

331
10.9. Logros y dificultades del proceso de implementación

Dado que el proceso de desarrollo de una determinada propuesta didáctica se


encuentra siempre afectado por determinados aspectos que muchas veces no son
posibles de anticipar, a continuación se mencionan algunas de las dificultades
detectadas durante la implementación de la secuencia y durante su evaluación posterior:

 El estado del tiempo, con gran cantidad de días nublados, no permitió realizar las
observaciones a simple vista del cielo que estaban planificadas (Sección 13.7.).
Esto perjudicó en cierta medida una parte importante de la propuesta: la posibilidad
de que los alumnos pueden observar directamente en el cielo los fenómenos
cotidianos que estaban siendo estudiados en el aula. Esta imposibilidad fue suplida
mediante una mayor utilización del programa Stellarium, lo que no debe descartar,
sino aplazar, la realización de las observaciones que estaban pautadas.
 En función de las experiencias escolares previas, y de las informaciones presentes
en libros y medios masivos de comunicación, la propuesta didáctica topocéntrica
resultó “poco familiar” y "errónea" para algunos de los estudiantes, quienes
mostraron cierta resistencia a su utilización durante las primeras clases a pesar de
que esta propuesta guarda estrecha relación con lo que ellos mismos pueden
observar en el cielo. Sin embargo, la clase dedicada a la relatividad de los
sistemas de referencia fue fundamental para poder remitir a ella con el fin de que
los alumnos se posicionen en forma topocéntrica, que tomen esto como válido y
que comiencen a describir y explicar los fenómenos astronómicos desde este
sistema de referencia.
 Los modelos mentales utilizados por los alumnos al inicio de las actividades en
relación al fenómeno del día y la noche resultaron ser más persistentes y difíciles
de modificar por parte de los mismos estudiantes que lo que se había pensado
durante el proceso de diseño de la ECPE. Esto quedó en evidencia debido a su
utilización por parte de algunos de los estudiantes aún después del proceso formal
de enseñanza llevado a cabo, el cual estuvo centrado en su continua revisión y
cuestionamiento por parte de los propios alumnos.
 La relevante evolución conceptual lograda en relación a las estaciones del año se
contrapone con el desconocimento de las fechas de inicio de cada estación por
parte de muchos alumnos. Esto indica la necesidad de destacar en las clases la
importancia de recordar ciertos datos memorísticos de relevancia, los cuales hacen
posible que los estudiantes puedan comprender mejor los fenómenos naturales
que ocurren a su alrededor.
 En relación a la comprensión del fenómeno de las fases lunares por parte de los
estudiantes, los resultados obtenidos fueron menores a los que se esperaba lograr
al diseñar la secuencia didáctica. Esto sugiere la necesidad de una revisión de
estas actividades, especialmente la que propone observar desde distintos ángulos
una esfera iluminada por la mitad (con medio cuerpo pintado de negro), la cual no
fue bien interpretada por varios de los alumnos. En este sentido, algunos
estudiantes entrevistados manifestaron que la esfera debía corresponder a
distintas fases lunares, y no a la Luna misma iluminada por la mitad, lo que sugiere
la necesidad de relacionar mejor esta actividad con la correspondiente a la
observación del movimiento propio de la Luna utilizando el programa Stellarium.

332
 Como ha quedado en evidencia, la información recabada mediante entrevistas
coincide en gran medida con la recabada a partir de actividades escritas, lo cual
justifica su realización y permite validar las conclusiones obtenidas respecto al
proceso de conceptualización individual y de todo el grupo de clase.

Por su parte, algunos de los logros que se han podido visualizar son:

 Si se comparan las explicaciones iniciales con las dadas al finalizar la secuencia


de actividades por parte de los alumnos, se evidencia una evolución sustancial en
cuanto al uso del sistema de referencia topocéntrico, el cual es utilizado por los
estudiantes en forma prácticamente exclusiva, y sin cuestionamientos, para elabo-
rar sus nuevas explicaciones de los fenómenos. Esto puede considerarse un logro
significativo de la secuencia implementada.
 Se registró una clara evolución conceptual de los alumnos en relación a la
comprensión de los fenómenos del día y la noche, las estaciones del año y las
fases lunares a partir de la descripción de los movimientos del Sol y la Luna en el
cielo. Esto fue evaluado en las actividades finales y en las entrevistas, lo que
permitió determinar que más de la mitad de los alumnos tuvo una evolución
conceptual acorde con los parámetros esperados al momento del diseño de la
propuesta didáctica.
 Se detectó una gran motivación respecto a la temática por parte de la mayor parte
de los estudiantes del curso. Esto hizo que el docente decida incluir la realización
de una clase adicional luego de finalizada la implementación de la secuencia
didáctica planificada con el fin de tratar algunos de los temas que a los alumnos les
resultaban interesantes y que no pudieron ser desarrollados durante las clases al
no estar directamente relacionados con los temas astronómicos abordados. Por
ejemplo, se abordaron cuestiones relacionadas con el desarrollo de las misiones
espaciales, con las características del Sistema Solar y con el reconocimiento de
algunas constelaciones. Esto evidencia el potencial que posee esta temática para
movilizar el interés por la adquisición de nuevos conocimientos por parte de los
alumnos.
 El modelo cinemático celeste desarrollado y la ECPE, diseñada a partir de él, han
mostrado un potencial importante para su crecimiento y evolución a futuro. En este
sentido, es factible la incorporación de otros fenómenos astronómicos que pueden
ser explicados topocéntricamente de un modo relativamente sencillo: el movimien-
to diario de la esfera celeste, el desplazamiento propio de los planetas en el cielo,
los eclipses, etc.

El análisis llevado a cabo ha permitido visualizar la evolución conceptual en relación a


los fenómenos astronómicos cotidianos que ha sido motorizada por la secuencia
didáctica diseñada e implementada. Por lo tanto, este trabajo ha marcado un inicio en el
estudio del proceso de aprendizaje en relación a la utilización didáctica del sistema de
referencia topocéntrico, por lo cual serán necesarias nuevas adaptaciones e
implementaciones para poder avanzar en este análisis aquí comenzado.

En el siguiente capítulo se desarrollarán las conclusiones finales de la investigación


llevada a cabo, poniendo énfasis en el análisis de los procesos de enseñanza y
aprendizaje de los fenómenos astronómicos cotidianos desde un sistema de referencia
topocéntrico.

333
334
C ON C LUS ION E S
F IN A LE S
CAPÍTULO 11: CONCLUSIONES E IMPLICACIONES

11.1. Introducción

En este capítulo se esbozan las conclusiones e implicaciones que se desprenden del


trabajo de investigación llevado a cabo, finalizando con las posibles proyecciones futuras
relacionadas con el mismo. Como parte de este desarrollo se sintetizan las respuestas a
las cuestiones fundamentales que guiaron la investigación, enfatizando el análisis en el
proceso de conceptualización seguido por los estudiantes en relación a la explicación de
los fenómenos astronómicos cotidianos.

Este capítulo marca el final de un ciclo de investigación de varios años centrado en el


desarrollo de una propuesta de enseñanza netamente topocéntrica, con el fin de que los
docentes e investigadores puedan disponer de un modo alternativo probado y evaluado
sobre cómo es posible enseñar el día y la noche, las estaciones del año y las fases de la
Luna a alumnos de nivel primario, y a otros niveles educativos, sin necesidad de utilizar
el sistema de referencia heliocéntrico, el cual implica "observar imaginariamente" el
movimiento de la Tierra desde algún punto del espacio exterior. En contraposición, el
"modelo cinemático celeste" que se ha elaborado permite brindar explicaciones sobre
dichos fenómenos a partir de una premisa básica: describir los movimientos de los
astros desde la superficie terrestre, de modo tal de motivar a los estudiantes a realizar
observaciones a simple vista y a extraer regularidades y conclusiones a partir de ellas.

Los resultados alcanzados son discutidos en este capítulo y marcan el comienzo de un


nuevo ciclo de investigación futuro centrado en seguir profundizando en el análisis de los
logros obtenidos, y de las dificultades detectadas, con el fin de producir mejoras en este
nuevo rumbo "topocéntrico" de la enseñanza de la astronomía, de incipiente desarrollo.
Sería deseable que esta mirada topocéntrica permita una suerte de "reconexión" de la
humanidad con el cielo, provocando ciertos cambios culturales que aumenten el deseo
de las personas por disfrutar de este "espectáculo" natural y, al mismo tiempo, de
disminuir el proceso paulatino y constante de incremento de la contaminación lumínica,
que hace cada vez más difícultosa la observación del cielo desde las grandes urbes.

11.2. Conclusiones a partir de los estudios previos al desarrollo de la propuesta

Durante la primera etapa de este trabajo de tesis se intentó dar respuesta a las cuatro
preguntas iniciales de la investigación (Sección 1.7.), las cuales proponían indagar
acerca de las concepciones más frecuentes de alumnos y docentes sobre la causa de
los fenómenos astronómicos cotidianos (día/noche, estaciones y fases) y analizar cuál
es el sistema de referencia astronómico que más utilizan para describir y explicar estos
fenómenos. A su vez, se proponía indagar si las dificultades de comprensión que suelen
detectarse pueden tener su origen en el tratamiento del tema en los libros escolares, y
en el sistema de referencia que se utiliza implícitamente en ellos, proponiendo el análisis
de las características que debería tener un modelo sencillo que permita explicar los
fenómenos astronómicos cotidianos desde el sistema de referencia topocéntrico. En
función de lo realizado, las conclusiones a las que se ha arribado son las siguientes:

337
 Gran cantidad de estudiantes de todo el mundo, e incluso muchos docentes, asocian
inadecuadamente: (a) el fenómeno del día y la noche con la presencia del Sol y de la
Luna respectivamente, (b) a las estaciones del año con la distancia variable del Sol a
la Tierra y (c) a las fases lunares con la sombra de la Tierra sobre nuestro satélite. A
su vez, muchos alumnos no logran brindar una explicación astronómica sobre las
estaciones del año y las fases lunares. Esto llama la atención dado que son temas
que suelen ser desarrollados, incluso repetidamente, durante la escolaridad primaria.
 Al analizar el modo en que estudiantes de la zona pertenecientes a los distintos
niveles educativos explican el día y la noche, las estaciones del año y las fases
lunares, quedó en evidencia la presencia de gran cantidad de concepciones
inadecuadas desde el punto de vista científico, algunas de las cuales pueden estar
asociadas a la utilización mayoritaria del sistema de referencia heliocéntrico. En este
sentido, la mayoría de los alumnos de nivel primario brindan explicaciones de los
fenómenos astronómicos cotidianos desde su posición topocéntrica, lo que parece
indicar cierta comodidad intelectual al utilizar este sistema de referencia.
 Pese a la poca relevancia que se le suele dar en las clases, el concepto de sistema
de referencia es central en la Física ya que su elección es arbitraria en función de
lograr que un determinado fenómeno natural pueda ser estudiado de la forma más
simple posible. Sin embargo, la mayor parte de los libros escolares analizados no
indican la posibilidad de describir y explicar adecuadamente estos fenómenos
utilizando el sistema de referencia topocéntrico.
 Los libros escolares analizados presentan un desarrollo mayoritario basado en el
sistema de referencia heliocéntrico, apreciándose una sobrecarga conceptual en
detrimento de aspectos relacionados con lo que los alumnos pueden observar a
simple vista en el cielo. A su vez, muchos de estos textos presentan errores, tanto
conceptuales como didácticos, por lo que deben ser descartados para su utilización
durante la implementación de una propuesta de enseñanza en las aulas.
 Varios artículos de investigación analizados mencionan la relevancia de enseñar
astronomía desde una perspectiva topocéntrica, aunque la mayoría de ellos plantean
esto como un paso intermedio hacia la comprensión de los fenómenos astronómicos
desde una perspectiva heliocéntrica. Sin embargo, está investigación pone en
evidencia la poco significativa relevancia que parece tener el sistema de referencia
heliocéntrico para la comprensión de los fenómenos astronómicos cotidianos y para
que los estudiantes los relacionen con lo que pueden observar a simple vista todos
los días en el cielo.
 En esta investigación se logró utilizar el sistema de referencia astronómico
topocéntrico para desarrollar un "modelo cinemático celeste" (MCC), el cual permite
explicar los fenómenos astronómicos cotidianos (día y noche, estaciones del año y
fases lunares) de una forma sencilla y con un estrecho vínculo con lo observable a
simple vista en el cielo, sin necesidad de "trasladarse imaginariamente" al espacio
exterior para "ver" cómo se mueve la Tierra.
 Este MCC desarrollado constituye un modelo científicamente adecuado ya que se
encuentra basado en conocimientos disciplinares validados por la comunidad
científica respecto a cómo se desplazan el Sol, la Luna y las estrellas nocturnas en
el cielo local, lo que permite describir y predecir adecuadamente sus movimientos y,
a partir de esto, brindar explicaciones acerca de los fenómenos astronómicos más
cotidianos. En este sentido, el día y la noche puede ser explicado a partir del
movimiento diario del Sol, las estaciones del año a partir del movimiento anual del
Sol y las fases lunares a partir de comprender el movimiento propio de la Luna.
Como todo modelo científico, el mismo no pretende describir todos los movimientos,
ni explicar todos los fenómenos celestes, por lo que posee validez limitada.
338
11.3. Conclusiones a partir del diseño y la implementación de la propuesta

Durante la segunda etapa de este trabajo de Tesis se intentó dar respuesta a las
penúltima pregunta de la investigación (Sección 1.7.), la cual proponía analizar cómo
debería ser la transformación del modelo cinemático celeste (MCC) desarrollado, el cual
se encuentra basado en conocimientos científicamente validados por la comunidad
científica de referencia, a un saber que fuera enseñable a alumnos de 6to. año del nivel
primario (10 - 11 años). Esto dio lugar a la elaboración de la Estructura Conceptual
Propuesta para Enseñar (ECPE) acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos
presente en el Capítulo 8. Para ello se diseñaron las actividades a realizar por los
estudiantes, anticipando cuáles podrían ser las respuestas de los alumnos y las posibles
nuevas preguntas que pudiesen aparecer durante la resolución. En este proceso se
tuvieron que llevar a cabo gran cantidad de tareas, las cuales implicaron la toma de
múltiples decisiones: los conceptos a abordar, el mecanismo explicativo a utilizar para
cada fenómeno, las actividades a llevar a cabo, el diseño de las observaciones del cielo,
el modo de uso del programa Stellarium durante las clases, la forma de trabajo en el
aula, los modos de evaluación parcial y final, etc.

Durante el proceso de implementación, la dificultad más importante tuvo relación con


cuestiones que no pueden ser planificadas previamente: la posibilidad de tener muchos
días nublados durante el desarrollo de la secuencia de actividades. Más allá de que al
inicio de las clases se motivó a los estudiantes a tratar de observar el cielo con sus
propios ojos, el estado del tiempo provocó que muchas de las observaciones directas
deban ser reemplazadas por simulaciones realizadas en clase con el programa
Stellarium. La utilización de dicho programa hizo posible que las observaciones del cielo
dejaran de ser indispensables para pasar a ocupar un lugar complementario, aunque
igualmente relevante. Dado que el estado del tiempo no es algo que se conozca con
mucha anticipación, y que los docentes no pueden alterar ampliamente sus horarios de
clase, esta modificación de la secuencia de actividades hace posible que la ECPE
diseñada pueda ser implementada incluso en lugares en los que la observación del cielo
se torna compleja, como en las grandes ciudades. A su vez, el proceso de implementa-
ción efectuado a partir de la utilización del programa Stellarium ha mostrado que la
secuencia es factible de ser realizada y que los resultados alcanzados son satisfactorios.

Una limitación del análisis del proceso de implementación llevado a cabo es que el
mismo fue desarrollado en un único curso de una única escuela primaria, lo que impide
expresar conclusiones generales acerca del mismo. Por ese motivo, este trabajo de
investigación no posee rasgos cuantitativos ni prescriptivos, sino que plantea principios
orientadores de un modo de pensar distinto al habitual acerca del modo en que puede
ser enseñada la astronomía en las escuelas: a partir de lo que es posible observar a
simple vista en el cielo y de la elaboración de explicaciones exclusivamente
topocéntricas acerca de los fenómenos analizados. Por lo tanto, serán indispensables
nuevas implementaciones y nuevos desarrollos didácticos para poder ampliar la
generalización de las conclusiones acerca de la aparente "ventaja" conceptual y
motivacional de este enfoque, el cual ha permitido evidenciar un gran compromiso e
interés de los alumnos en las clases y una evolución favorable de los modelos mentales
utilizados por gran parte de ellos para explicar los fenómenos astronómicos cotidianos.

Finalmente, la propuesta didáctica no constituye en modo alguno un producto acabado y


cerrado a utilizar sin ninguna modificación. Por el contrario, la misma constituye un punto
de partida a partir del cual los docentes e investigadores en enseñanza de la astronomía
puedan discutir, proponer modificaciones, realizar sugerencias y, sobre todo, poner de
algún modo en práctica con el fin de evaluar posteriormente los resultados alcanzados.

339
11.4. Conclusiones sobre la evolución conceptual de los estudiantes

En esta última etapa de este trabajo de Tesis se intentó dar respuesta a la última
pregunta de la investigación (Sección 1.7.), la cual proponía evaluar el funcionamiento
concreto del proceso de implementación de la ECPE con el fin de conocer cuál ha sido
la evolución conceptual de los estudiantes. En este sentido, dado que el aprendizaje es
un proceso a largo plazo que no puede darse por finalizado en un período de tiempo
limitado en el que se implementa la secuencia en el aula, el desarrollo conceptual acerca
de estos fenómenos astronómicos debe continuar en los años subsiguientes.

Sin embargo, del análisis de las respuestas dadas por los alumnos en las distintas
actividades, es posible establecer conclusiones sobre la relación entre los conceptos
clave y las explicaciones a reconstruir por los estudiantes a partir de lo propuesto en la
ECPE (Sección 8.4.), los modelos mentales identificados en los estudiantes al inicio de
las clases (Secciones 9.4.1. y 9.4.2.) y los resultados obtenidos en las actividades
finales (Sección 10.2.).

Se sintetizan a continuación aquellas conclusiones del proceso de evolución conceptual


a las cuales es posible arribar a partir del análisis exhaustivo de las conversaciones
desarrolladas en el aula y de los trabajos llevados a cabo por los alumnos a lo largo de
las clases, tanto individuales como grupales. Este análisis permite vislumbrar el proceso
de desarrollo conceptual seguido por el grupo de clase, elaborando conclusiones
generales acerca del proceso personal de modificación de las representaciones internas
de cada estudiante acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos.

 En relación a los sistemas de referencia:

Inicialmente, la mayor parte de los estudiantes utilizaron explicaciones que sostienen


implícitamente la existencia de un sistema de referencia absoluto, indicando que algo se
mueve cuando cambia su posición respecto al suelo o que lo que se observa desde un
cuerpo en movimiento "no es real". A su vez, manifestaron que no es correcto decir que
el Sol se desplaza en el cielo ya que "en realidad es la Tierra la que se mueve". Pese a
esto, la mayoría de ellos utilizaron modelos netamente topocéntricos cuando tuvieron
que explicar las causas del día y la noche, las estaciones del año y las fases lunares,
mostrando al Sol y a la Luna tal como son vistos en el cielo desde la superficie terrestre.
Sólo unos pocos estudiantes elaboraron explicaciones heliocéntricas, varias de ellas
inadecuadas, en las cuales intentaron explicar dichos fenómenos a partir de la
descripción de los movimientos del Sol y la Luna vistos desde el espacio.

Posteriormente, la discusión de las actividades planteadas en la Sección 8.5.2. permitió


que los estudiantes pudieran asumir la relatividad del movimiento indicando que éste
"depende de donde estés parado" y que, por lo tanto, si "yo me paro en la Tierra, veo el
movimiento del Sol". De este modo, se legitimó la propuesta topocéntrica a desarrollar
en las clases en la cual ya no se hablaría acerca del movimiento de la Tierra y la Luna
en el espacio, lo cual hubo que reiterar en diferentes oportunidades al inicio del proceso
de implementación. Sin embargo, una vez transcurridas las primeras clases, los
alumnos comenzaron a expresarse espontáneamente sobre el desplazamiento del Sol y
la Luna en el cielo, lo que pareció dejar en evidencia que este debía ser el "lenguaje
natural" en el que los estudiantes se sentían más cómodos para analizar, reflexionar y
expresar sus ideas respecto a lo que sucede en el cielo. Esto se vio reflejado al finalizar
la secuencia de actividades, donde todos los estudiantes esbozaron explicaciones
topocéntricas de los fenómenos astronómicos cotidianos, la mayor parte de las cuales
resultaron ser acordes con lo desarrollado en las clases.
340
 En relación al día y la noche y el movimiento diario del Sol:

Inicialmente, la mayor parte de los estudiantes utilizaron modelos que asociaban al día
con la presencia del Sol y a la noche con la presencia de la Luna, realizando dibujos y
explicaciones de carácter netamente topocéntrico. Unos pocos alumnos explicaron el
fenómeno adecuadamente a partir de la rotación terrestre, aunque la mayoría de ellos
incluyeron a la Luna como parte de la noche.

Posteriormente, todas las explicaciones de los estudiantes fueron realizadas utilizando el


sistema de referencia topocéntrico, refiriéndose mayoritariamente al movimiento del Sol
en el cielo como causante del ciclo día/noche. En este sentido, la observación de la
Luna de día, tanto en forma directa como en el programa Stellarium, contribuyó a que la
mayor parte de los alumnos dejen de asociar a la noche con la presencia de nuestro
satélite natural (68%). A su vez, la mayoría de ellos logró relacionar al fenómeno del día
y la noche con la presencia o ausencia del Sol por arriba del horizonte local (80%),
explicando esta alternancia a partir del movimiento diario del Sol, desde el horizonte
oriental al occidental (72%).

 En relación a las estaciones del año y al movimiento anual del Sol:

Inicialmente, ninguno de los estudiantes del curso podía explicar adecuadamente las
estaciones del año, predominando dos tipos de explicaciones. Por un lado, un poco
menos de la mitad de los alumnos del curso no asociaba las estaciones con ningún
fenómeno astronómico, indicando solamente cambios en el ambiente, tales como "la
caída de las hojas de los árboles" o que "hace más frío porque está más nublado". Por
otro lado, un porcentaje similar de alumnos relacionaba dicho fenómeno con la distancia
variable entre el Sol y la Tierra, que coincide con la concepción alternativa más común
detectada en trabajos de investigación anteriores. Esto pone de manifiesto un
importante desconocimiento del tema por parte de los estudiantes.

Posteriormente, al igual que con el fenómeno del día y la noche, todas las explicaciones
de los estudiantes fueron realizadas utilizando el sistema de referencia topocéntrico,
refiriéndose mayoritariamente al movimiento anual del Sol, hacia el norte y hacia el sur,
como causante de las estaciones del año. De este modo, la mayoría de los alumnos
lograron vincular dicho movimiento con los cambios estacionales observables en la
superficie terrestre (72%). Para lograrlo, fue fundamental poder observar cómo ocurre
dicho desplazamiento utilizando el programa Stellarium, lo que permitió reemplazar las
observaciones directas, las cuales no pudieron realizarse debido a la presencia de
muchos días nublados. Estas "observaciones simuladas" permitieron explicar la relación
entre el movimiento anual del Sol y los cambios en su altura, para pasar posteriormente
a representar en la maqueta las trayectorias correspondientes a solsticios y equinoccios.
Este trabajo y su posterior revisión hizo posible que la mayor parte de los alumnos logre
describir la variación anual en el recorrido del Sol en el cielo y relacionarlo con la altura
de este astro en cada época del año (60%), pudiendo indicar adecuadamente los
cambios en el lugar y horario de salida del Sol y su relación con la estación del año
correspondiente (64%).

Sin embargo, pocos alumnos del curso lograron recordar cuáles son las fechas
correspondientes a los solsticios y equinoccios (32%), por lo cual la mayoría de los
estudiantes finalizó las actividades sin conocer los días de inicio de cada estación.
Aunque parezca un dato menor, las fechas de cambio de estación son relevantes para
que los alumnos puedan continuar relacionando los cambios en el ambiente que
visualizan a su alrededor con, por ejemplo, la variación en el lugar de salida o puesta del
341
Sol cuando lo observan desde sus propias casas. A su vez, los estudiantes que se
encuentran finalizando la escuela primaria deberían poder recordar estas fechas en
función de la gran cantidad de fenómenos naturales y sociales asociados con ellas.

Es factible que este déficit guarde relación con no haber enfatizado lo suficiente la
necesidad de recordar este dato a lo largo del proceso de implementación, aunque el
mismo fue desarrollado a lo largo de las clases e incluso volcado en las maquetas al
tener que representar las distintas trayectorias del Sol correspondientes a solsticios y
equinoccios (ver Figura 9-3). Por otro lado, es posible que los alumnos no hayan
visualizado como relevante el recordar estas fechas debido a la cultura actual en la cual
se encuentran inmersos, la cual suele suele desvalorizar los datos memorísticos ya que
es sencillo acceder a ellos porque "están en Internet".

 En relación a las fases de la Luna y a su movimiento propio en el cielo:

Inicialmente, aproximadamente la mitad de los estudiantes no logró brindar ninguna


explicación acerca de las fases lunares, un fenómeno que han podido observar en el
cielo incluso desde la escuela, cuando un par de años antes desarrollaron un trabajo
sobre esta temática. Por otro lado, aproximadamente un 40% de los alumnos brindó
explicaciones inadecuadas, incluyendo la idea detectada en investigaciones anteriores
que asocia este fenómeno con la proyección de sombra de la Tierra sobre la Luna. Por
último, sólo un 11% de los estudiantes pudo dar una explicación relativamente acorde
del fenómeno, indicando que el mismo se debe al cambio de posición del Sol respecto a
la Luna, aunque sin aclarar a qué se debe esto. En consecuencia, puede visualizarse
que, además de un desconocimiento acerca del fenómeno, el mismo les resulta de tanta
complejidad que muchos de los alumnos no logran ni siquiera pensar una explicación.

Posteriormente, las explicaciones de los alumnos fueron realizadas en su totalidad a


partir de la utilización del sistema de referencia topocéntrico, detectándose que una gran
proporción importante de ellos logró relacionar este fenómeno con el cambio de posición
de la Luna en el cielo de un día al otro (50%). Para ello fue fundamental poder observar
este desplazamiento utilizando el programa Stellarium, tanto para la fase creciente como
para la fase menguante, lo que permitió presentar posteriormente un esquema
explicativo que relaciona el cambio de posición de la Luna respecto al Sol con lo que se
puede observar desde la superficie terrestre. A su vez, la mayor parte de los estudiantes
pudo identificar la fase correspondiente a partir de reconocer cuál es el lado de la Luna
que se encuentra iluminado (64%) y asociar las fases con la observación desde distintas
direcciones de un objeto iluminado siempre por la mitad (60%). Para ello fue relevante la
actividad didactica con material concreto de observación desde distintas direcciones de
un objeto esférico "iluminado por la mitad" (pintado mitad de blanco y mitad de negro).

Sin embargo, pese a que el porcentaje de alumnos que no logra brindar ninguna
explicación acerca de las fases lunares desciende ampliamente (25%), esta proporción
continúa situándose en un nivel relativamente alto luego de haber implementado un
proceso específico de enseñanza durante varias clases. A su vez, un 40% de los
estudiantes no logra identificar cuál es la posición de la Luna respecto al Sol
correspondiente a cuarto creciente o a Luna llena, pese a que esto fue representado en
las maquetas por los mismos alumnos (ver Figura 9-14). Como ya se ha mencionado,
estos resultados parecen indicar que la comprensión de este fenómeno astronómico
posee una dificultad conceptual intrínseca mayor a los dos anteriores.

342
11.5. Reflexiones finales

En función de los resultados volcados en los capítulos anteriores, se enumeran a


continuación en forma sintética las conclusiones finales de esta investigación.

1. La elección del sistema de referencia a utilizar resulta crucial cuando se desea


estudiar un determinado fenómeno físico y, en consecuencia, cuando se desea
enseñar sobre él. Sin embargo, una gran proporción de alumnos y docentes, y
también de investigadores, sostienen implícitamente la existencia de un sistema de
referencia absoluto y "privilegiado", el heliocéntrico, en el cual consideran que los
fenómenos astronómicos "son enunciados en forma correcta".
2. El análisis de los trabajos de investigación en relación a la enseñanza de la
astronomía reveló la utilización predominante del sistema de referencia heliocéntrico,
tal como si fuera el único modo de describir el movimiento de los astros y de explicar
los fenómenos astronómicos cotidianos. Sin embargo, para muchos de los
fenómenos celestes observables a simple vista, las explicaciones topocéntricas
resultan más sencillas y potentes desde un punto de vista descriptivo y predictivo.
3. Las imágenes en relación a los fenómenos astronómicos cotidianos incluidas en los
libros escolares revelaron la presencia de errores conceptuales y didácticos, los
cuales refuerzan creencias indecuadas de los estudiantes y transmiten información
en forma errónea o inexacta. Pese a que la muestra analizada no fue exhaustiva, es
posible que esto represente la realidad de lo que acontece con la mayoría de los
textos que utilizan los estudiantes en las clases. Por lo tanto, este importante recurso
educativo no puede ser utilizado de modo confiable como parte de las propuestas
didácticas de enseñanza de la astronomía que se deseen implementar en las aulas.
4. La mayor parte de los estudiantes de nivel primario y secundario de la zona, a los
que se ha accedido con distintas indagaciones, evidenciaron una escasa
comprensión sobre el fenómeno del día y la noche. A su vez, en sus explicaciones
tienden a utilizar el sistema de referencia topocéntrico, por sobre el heliocéntrico, lo
que parece traslucir cierta comodidad intelectual en describir el fenómeno desde
donde ellos se encuentran posicionados. Esto brinda sustento a la tesis sostenida en
este trabajo, la cual insta a reorientar la enseñanza de la astronomía a partir de la
utilización didáctica del sistema de referencia topocéntrico.
5. La gran mayoría de los alumnos de 6to. año del curso en que fue implementada la
secuencia de enseñanza utilizaron modelos inadecuados al inicio de la misma, los
cuales en su mayoría guardan relación con los resultados hallados en estudios
previos realizados en distintas partes del mundo. Sin embargo, en el análisis
preliminar llevado a cabo como parte de este estudio se detectó una gran tendencia
a utilizar explicaciones topocéntricas, las cuales suelen ser dejadas de lado en la
mayoría de los trabajos de investigación que se encuentran publicados.
6. La propuesta desarrollada e implementada en este investigación resultó ser eficaz
ya que mostró una evolución conceptual sustancial en la mayor parte de los
estudiantes que participaron en ella, lo cual quedó en evidencia al comparar los
modelos utilizados al inicio y al final de la misma para explicar los fenómenos del día
y la noche, las estaciones y las fases de la Luna. En este sentido, los conocimientos
expresados por los alumnos en las actividades finales resultan contrapuestos con la
escasa comprensión sobre estos fenómenos al inicio de la secuencia.
7. La mayoría de los estudiantes mostraron motivación e interés en el conocimiento
acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos, y en la actividades planteadas, lo
que quedó en evidencia a partir de la continua participación de los alumnos en las
clases, mostrando compromiso y predisposición para el aprendizaje.
343
8. La propuesta de enseñanza desarrollada fomentó la discusión en relación a los
sistemas de referencia, lo que favoreció la posibilidad de tomar conciencia acerca de
la posibilidad de describir y explicar un mismo fenómeno físico de diversos modos.
En este sentido, esta secuencia didáctica permite el abordaje del concepto de
modelización, poco desarrollado en las escuelas, el cual es central para la
comprensión de las características del trabajo científico.
9. La eficacia de la propuesta llevada a cabo pone en tela de juicio muchos de los
diseños elaborados e implementados a lo largo de las últimas décadas con el fin de
que los alumnos modiquen sus modelos explicativos en relación a los fenómenos
astronómicos cotidianos, los cuales se encontraban basados, exclusivamente, en el
sistema de referencia heliocéntrico. En este sentido, esta propuesta topocéntrica ha
mostrado la factibilidad de lograr avances conceptuales sobre dichos fenómenos sin
necesidad de que los estudiantes se trasladen, imaginariamente, fuera de la Tierra.
10. La secuencia didáctica elaborada fomenta el desarrollo de habilidades de
observación sistemática, favoreciendo la construcción de descripciones y
explicaciones acordes con las mismas. Esto brinda la posibilidad de diseñar nuevas
propuestas topocéntricas que puedan ser accesibles para alumnos de otras edades,
incluyendo el nivel inicial o los primeros años de la escuela primaria.

11.6. Proyecciones futuras

Como en toda investigación científica, la culminación de esta Tesis permite dar


respuesta a una serie de interrogantes, pero a su vez implica la apertura de nuevos
problemas que pueden ser objeto de futuras investigaciones. Por lo tanto, esta
investigación se podría continuar o profundizar en varios aspectos:

 Realizar modificaciones pertinentes al diseño presente aquí y llevar a cabo nuevas


implementaciones con otros grupos de clase, en diferentes escuelas y localidades,
con el fin de evaluar la eficacia de la propuesta en diferentes contextos educativos.
 Diseñar otras actividades que permitan ampliar la variedad de oportunidades de los
estudiantes para complejizar progresivamente sus modelos mentales en relación a
los fenómenos astronómicos cotidianos a partir de la utilización del sistema de
referencia topocéntrico.
 Diseñar, implementar y evaluar una nueva propuesta didáctica que desarrolle en
forma topocéntrica otros fenómenos astronómicos: el movimiento diario de todo el
cielo, los eclipses de Sol y de Luna, el modo en que se desplazan los planetas a
través de las constelaciones, etc.
 Analizar el modo adecuado en que se debería realizar la transición desde el sistema
de referencia topocéntrico al heliocéntrico, teniendo en cuenta una etapa en la que
los estudiantes logren coexistir con ambos modelos y puedan compararlos.
 Difundir las propuestas y conclusiones obtenidas en esta investigación en artículos,
presentaciones a congresos y en actividades de capacitación docente.

Vale recordar que, aunque los resultados obtenidos en esta investigación resultan
prometedores, son indispensables otros estudios con el fin ampliar la generalidad de las
conclusiones aquí presentadas.

344
R E F E RE NCI A S
B IB L I O G R ÁF IC A S
Y A N EX O
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364
ANEXO

13.1. Transformaciones entre sistemas de coordenadas

Esta sección remite al desarrollo sobre sistemas de referencia astronómicos llevado a


cabo en la Sección 3.4. Aquí se presenta el modo en que es posible transformar en
forma estricta cualquier coordenada perteneciente a un determinado sistema astronómi-
co a otro de los sistemas de referencia mencionados en dicha sección.

13.1.1. La paralaje

Dado que la posición de un astro depende de cuál haya sido el sistema de referencia
elegido, el cambiar el origen del sistema provocará un efecto geométrico que hará que el
mismo astro se observe en una dirección distinta. Cuando la diferencia en la dirección se
debe a haber tomado como origen un punto de la superficie terrestre (sistema
topocéntrico) o el centro de masas de la Tierra (sistema geocéntrico), a este fenómeno
se lo denomina "paralaje diurna". Salvo para algunos cuerpos del Sistema Solar, este
efecto es prácticamente despreciable debido a la enorme distancia a la que se
encuentran los astros en comparación con el radio terrestre.

La paralaje diurna (p) de un astro también puede definirse como el ángulo bajo el cual
se ve el radio terrestre desde dicho astro (Figura 13-1). Suponiendo una Tierra esférica,
la paralaje puede calcularse en función del radio terrestre (R), de la distancia
geocéntrica al astro (d′) y de la distancia cenital topocéntrica (z):

FIGURA 13-1: Paralaje diurna (p) de un astro A y paralaje horizontal (P) de un astro B
situado en el horizonte del lugar (Berrocoso et al., 2003, p. 171).

365
A su vez, la paralaje será máxima cuando el astro se encuentre en el horizonte. En ese
caso, la paralaje se denomina “paralaje horizontal” (P) y su valor es igual a:

Del mismo modo, la paralaje diurna puede calcularse a partir de la distancia topocéntrica
(d) y de la distancia cenital geocéntrica (z′):

En función de las expresiones anteriores, queda claro que la paralaje diurna es mínima
cuando el astro se encuentra en el cénit (z ó z′= 0°) o cuando la distancia al astro es
mucho mayor que el radio terrestre.

Por otra parte, el fenómeno se denomina “paralaje anual” cuando la diferencia en la


dirección es consecuencia del movimiento de traslación de la Tierra, lo que provoca que
el astro se observe en distinta dirección desde el centro de masas de nuestro planeta
(sistema geocéntrico) que desde el centro de masas del Sol (sistema heliocéntrico).
Nuevamente, debido a la enorme distancia a la que se encuentran los astros, este
efecto es prácticamente despreciable para la mayoría de ellos (Figura 13-2).

FIGURA 13-2: Paralaje anual (ω) de un astro A (ibíd., p. 180).

En forma similar a la paralaje diurna, la paralaje anual (ω) de un astro puede definirse
como el ángulo bajo el cual se ve el radio de la órbita terrestre desde dicho astro.
Suponiendo una órbita circular, la paralaje anual en segundos (ω″) puede calcularse
sabiendo la distancia Tierra – Sol (ST) y la distancia geocéntrica al astro (d′), que para la
mayoría de los astros es posible aproximarla a la distancia heliocéntrica (d″):

366
Utilizando estos conocimientos, es posible calcular la distancia geocéntrica (d′) a un
astro conociendo el radio de la Tierra (R) y midiendo las distancias cenitales
topocéntricas del astro (zA y zB) vistas desde dos lugares distintos de la superficie
terrestre (A y B), con latitudes diferentes (φA y φB) :

Tanto las latitudes como las distancias cenitales deben estar en radianes.

En función de la común necesidad de analizar el mismo fenómeno desde distintos


puntos de observación es que toman relevancia las ecuaciones que permiten realizar
transformaciones entre coordenadas correspondientes a distintos sistemas de
referencia, las cuales se detallarán a continuación. Para poder deducir dichas
ecuaciones, se deben tener en cuenta algunas hipótesis que, con bastante
aproximación, permiten llevar a cabo los cálculos necesarios. En las transformaciones
entre coordenadas topocéntricas y geocéntricas será conveniente simplificar los cálculos
considerando un modelo de Tierra esférica con rotación uniforme. En cambio, para las
transformaciones entre coordenadas geocéntricas y heliocéntricas será útil postular que
la velocidad de traslación de la Tierra alrededor del Sol es uniforme, lo que implica la
suposición de una órbita circular perfecta.

13.1.2. Transformación de coordenadas topocéntricas a geocéntricas

Dado que las observaciones astronómicas terrestres suelen ser topocéntricas, pero las
posiciones de los astros en la esfera celeste suelen darse en coordenadas ecuatoriales,
cobra relevancia la transformación de unas coordenadas en otras. Las siguientes
expresiones (Meeus, 1998) permiten calcular la declinación de un astro (δ) y su ángulo
horario (H) conociendo su altura (h) y su acimut (A) medidos desde una cierta latitud (φ):

sen δ = sen φ sen h - cos φ cos h cos A


tan H sen A / cos φ tan h - sen φ cos A

En la expresión anterior, el acimut (A) se mide desde la dirección sur en sentido oeste. A
su vez, para obtener la ascensión recta (α) del astro se debe conocer el tiempo sidéreo
(TS) correspondiente y utilizar la expresión que lo relaciona con el ángulo horario (H):

TS α H

En forma análoga, para calcular las coordenadas horizontales acimut (A) y altura (h) de
un astro para determinada latitud (φ) conociendo su declinación (δ) y su ascensión recta
(α), se deberá utilizar la última expresión para transformar la ascensión recta en ángulo
horario (H) conociendo el tiempo sidéreo. Luego, las expresiones a utilizar son (ibíd.):

sen h sen φ sen δ cos φ cos δ cos H


tan A = sen H / (-cos φ tan δ sen φ cos H

367
13.1.3. Transformación de coordenadas geocéntricas a heliocéntricas

Las coordenadas ecuatoriales ascensión recta y declinación geocéntricas (α,δ) y


heliocéntricas (α′,δ′) de un astro pueden transformarse entre sí conociendo las distancias
geocéntrica (d′) y heliocéntrica (d′′) de dicho astro, la paralaje anual (ω), la longitud
eclíptica geocéntrica del Sol (λΘ) y la oblicuidad de la eclíptica (ε):

En forma similar, las coordenadas eclípticas latitud y longitud geocéntricas (λ,β) y


heliocéntricas (λ′, β′) pueden transformarse entre sí:

En estas expresiones, la longitud (λ) oeste se considera positiva, al igual que la latitud
celeste (β) norte y la latitud norte del lugar (φ). La ascensión recta (α) se calcula a partir
del tiempo sidéreo y la oblicuidad de la eclíptica (ε) equivale a 23,4392911°. La Tabla
13-1 sintetiza las expresiones matemáticas correspondientes a las diferentes
transformaciones entre coordenadas.

Tabla 13-1: Transformaciones entre sistemas de coordenadas astronómicos.


Sistema Coordena- Sistema Coordena- Transformación de
origen das origen destino das destino coordenadas

Ángulo sen δ = sen φ sen h -


Ecuatorial
Horizontal Acimut (A) horario (H) y - cos φ cos h cos A
Horario
(topocéntrico) y Altura (h) declinación tan H sen A / cos φ tan h -
(geocéntrico)
(δ) - sen φ cos A
Ángulo sen h = sen φ sen δ +
Ecuatorial
horario(H) y Horizontal Acimut (A) + cos φ cos δ cos H
Horario
declinación (topocéntrico) y altura (h) tan A = sen H / (-cos φ tan δ
(geocéntrico)
(δ) sen φ cos H
Ascensión tan tan δ sen ε
Ecuatorial Longitud (λ) y
recta (α) y Eclíptico cos ε sen α)/cos α
absoluto latitud (β)
declinación (geocéntrico) sen = sen δ cos ε -
(geocéntrico) celeste
(δ) - cos δ sen ε sen α
Ascensión tan α -tan sen ε
Longitud (λ) Ecuatorial
Eclíptico recta (α) y + cos ε sen )/cos
y latitud (β) absoluto
(geocéntrico) declinación sen δ = sen cos ε +
celeste (geocéntrico)
(δ) + cos sen ε sen
Eclíptico Longitud (λ) Longitud (λ´)
Heliocéntrico Ver expresión aquí arriba
(geocéntrico) y latitud (β) y latitud (β´)

368
13.2. Explicación heliocéntrica de los fenómenos astronómicos cotidianos

En esta sección se explican en forma sintética los fenómenos astronómicos cotidianos


(día/noche, estaciones y fases de la Luna) desde el sistema de referencia heliocéntrico.
Este punto de vista que no sera tenido en cuenta en esta investigación reviste
dificultades para su comprensión por parte de estudiantes de nivel primario, las cuales
se encuentran detalladas en el Capítulo 4.

Sin embargo, la explicación "heliocéntrica" de los fenómenos astronómicos cotidianos se


desarrolla aquí ya que constituye el siguiente modelo "objetivo" que debería ser
alcanzado por los estudiantes durante la escuela media, haciendo posible una paulatina
transición desde lo particular y cercano a lo general y lejano.

13.2.1. Rotación de la Tierra: el día y la noche

La rotación de la esfera celeste en torno a un observador terrestre constituye uno de los


fenómenos astronómicos más evidentes si se presta atención al desplazamiento diario
de los astros en el cielo. Este movimiento fue interpretado originalmente como el giro de
todo el cielo alrededor de nuestro planeta en un lapso aproximado de 24 horas. Hoy se
sabe que este fenómeno es una consecuencia del movimiento de rotación de la Tierra,
explicación que empezó a cobrar relevancia a partir de la medición de las distintas
distancias a las estrellas, lo que hizo improbable suponer y explicar físicamente el
desplazamiento continuo de esa gran esfera celeste. A su vez, a partir de la invención
del telescopio fue posible observar que el Sol y algunos planetas poseían movimiento de
rotación, por lo que pareció razonable suponer que también la Tierra lo tuviese
(Feinstein y Tignanelli, 2005).

Recién en el siglo XIX fue posible diseñar algunos experimentos físicos para demostrar
la rotación de la Tierra. El más famoso de ellos fue realizado en el año 1851 por el físico
francés León Foucault, quien colgó una bala de cañón de la bóveda del Panteón de
París con un cable de acero de casi 70 metros de largo. Adherida a la bala de cañón,
Foucault colocó un pequeño estilete que dejaba marcas en el suelo del Panteón, el cual
había sido cubierto con arena. Las marcas en la arena se iban desplazando pese a que
el plano de oscilación del péndulo no debe cambiar en ausencia de fuerzas externas.
Por lo tanto, este fenómeno sólo puede explicarse como una consecuencia de la
rotación de la superficie terrestre.

Como resultado de la rotación de la Tierra, a un observador le parecerá que el plano de


las oscilaciones del péndulo gira alrededor de la vertical del lugar. La velocidad angular
de este giro (ωφ) es igual a la proyección de la velocidad angular de rotación de la Tierra
(ω) sobre la vertical del lugar (Bakulin, Kononóvich y Moroz, 1987):

ωφ ω sen φ

Como la velocidad angular de rotación de la Tierra es de 15º/hora, en la zona donde se


realizó esta investigación (φ=42ºSur) el plano de oscilación de un péndulo rota unos
10º/hora.
369
Otro efecto de la rotación de la Tierra, aunque menos evidente que el anterior, es el
desvío hacia oriente de los cuerpos en caída libre sobre la Tierra. Esto se debe a que la
velocidad lineal oeste-este de un punto sobre la superficie terrestre es mayor cuanto
más lejos del eje de rotación se encuentre. Por lo tanto, la punta de una torre alta se
desplaza hacia el este a mayor velocidad lineal que su base. En consecuencia, un
cuerpo que cae libremente desde lo alto de la torre caerá un poco corrido hacia el este
respecto a su base. La expresión siguiente cuantifica este desplazamiento (x), donde x
se expresa en mm, h es la altura de caída en metros y φ es la latitud del lugar (ibíd.):

x = 0,022 . h . cos φ

Esto implica que en la zona donde se realizó esta investigación la caída de un cuerpo
desde una altura de 20 metros implica un corrimiento hacia el este de unos 1,5 mm.

Dado que la Tierra posee una forma prácticamente esférica, una parte de su superficie
recibe la luz solar, donde es de día, mientras que otra parte no recibe luz, donde es de
noche (Figura 13-3). El movimiento de rotación de la Tierra en torno a su eje provoca la
alternancia diaria de estos fenómenos (salvo en lugares cercanos a los polos), por lo
que un observador terrestre ve el desplazamiento del Sol en el cielo desde algún lugar
del horizonte oriental hacia algún lugar del horizonte occidental. La Luna no guarda
relación con este fenómeno y, dependiendo su posición en su órbita en torno a la Tierra,
puede observarse de día y/o de noche.

Figura 13-3: Esquema explicativo heliocéntrico del día y la noche. La situación


corresponde al solsticio de diciembre, momento del año en que los rayos solares caen
perpendiculares al Trópico de Capricornio.

La Tierra da una vuelta en dirección oeste-este en torno a su eje de rotación en un lapso


de tiempo de 23h 56′ 4″. Esto provoca que desde la superficie terrestre se observe a
todos los astros, incluido al Sol, girando alrededor de nuestro planeta en sentido
contrario. Sin embargo, debido a que la Tierra se traslada al mismo tiempo que rota, el
tiempo que tarda el Sol en ubicarse en la misma posición en el cielo luego de una
rotación (el "período solar") no es igual al tiempo que tarda una estrella nocturna en
hacer lo mismo (el "día sidéreo"). La Tierra deberá girar un poco más para poder
alinearse con el Sol que con una estrella lejana, provocando que el "día solar" sea unos
3′ 56″ más largo que el "día sidéreo" (Figura 13-4).
370
Figura 13-4: Diferencia entre día sidéreo y día solar. El poste A no queda alineado con
el Sol luego de una rotación, aunque sí lo hace con una estrella lejana. Debido a la
traslación de la Tierra, tienen que transcurrir unos 4 minutos más para que el poste
quede alineado. Para simplificar, aquí se considera que el mediodía solar es a las 12 hs.

Debido a que existen variaciones en la duración del día solar debido a la inclinación del
eje terrestre (oblicuidad de la eclíptica) y a que la órbita de la Tierra no es perfectamente
circular (excentricidad de la órbita), se define el "día solar medio" de 24 horas como el
lapso promedio que tarda el Sol en culminar dos veces consecutivas en el meridiano del
observador. La diferencia entre el día solar medio de 24 horas y el día solar verdadero,
que puede ser medido con un reloj solar, produce desviaciones de hasta 16 minutos en
algún momento del año. Esto provoca que el mediodía solar ocurra a diferentes horas a
lo largo del año, adelantándose o atrasándose respecto al mediodía solar medio
calculado por longitud.

Al lapso de tiempo que va desde la salida del Sol hasta su puesta también se lo conoce
como "día", cuya duración va cambiando a lo largo del año. La misma es de 12 horas en
los equinoccios, siendo menor en otoño e invierno y mayor en primavera y verano. Este
efecto se acentúa cuanto mayor es la latitud, los días se alargan mucho en verano y se
acortan mucho en invierno, llegándose a los extremos en las regiones polares (latitudes
mayores a 66º 34′ norte o sur), donde no hay alternancia entre día y noche en alguna
época del año. Por ejemplo, la duración del día cambia notablemente a lo largo del año
en la zona donde se realizó esta investigación (latitud 42º Sur). La cantidad de horas de
luz es de sólo 8 horas y 33 minutos en el solsticio de invierno, siendo de 15 horas y 27
minutos en el solsticio de verano.

Por otro lado, la refracción y dispersión de la luz solar en la atmósfera terrestre provoca
que se vea cierta cantidad de luz antes de la salida del Sol, momento al cual se lo llama
"orto", o luego de su puesta, instante al que se denomina "ocaso". A estos períodos se
los llama crepúsculos (matunino o vespertino).
371
13.2.2. Traslación de la Tierra e inclinación del eje: estaciones del año

Durante el movimiento de traslación, la Tierra gira en una órbita alrededor del Sol con un
período aproximado de 365 días y 6 horas, con algunas pequeñas variaciones debidas a
cuál es la referencia que se toma para medir dicho tiempo. En este sentido, el año
trópico resulta de medir el tiempo necesario para que el Sol medio complete una vuelta
completa sobre la eclíptica, dando una duración de 365d 5h 48′ 46″, equivalente a
365,2422 días de tiempo solar medio. Este tiempo es el lapso necesario para que se
repita la misma estación del año, por lo que posee gran importancia para las actividades
en la Tierra.

Por el contrario, el año sidéreo corresponde al tiempo necesario para que una estrella
nocturna se ubique en la misma posición, siendo este tiempo de 365d 6h 9′ 10″. Esta
diferencia se debe al movimiento de precesión terrestre, en el cual el eje de nuestro
planeta cambia lentamente su orientación debido a que da una vuelta sobre la
prependicular a la eclíptica en un lapso cercano a los 26.000 años. A este período se lo
denomina año platónico.

Los solsticios y equinoccios que marcan los cambios estacionales ocurren cuando el eje
de rotación terrestre se alinea o se posiciona perpendicular, respectivamente, a la línea
imaginaria Sol-Tierra (Figura 13-5). Cerca del 21 de diciembre, los rayos solares caen
perpendiculares al Trópico de Capricornio, produciéndose el Solsticio de verano en el
hemisferio sur. Seis meses después, cerca del 21 de junio, los rayos de Sol inciden
perpendicularmente sobre el Trópico de Cáncer, comenzando el verano en el hemisferio
norte y el invierno en el hemisferio sur. Entre estas dos fechas, cerca del 21 de marzo y
del 22 de septiembre ocurren los equinoccios, momento del año en que el Sol incide
perpendicularmente sobre el Ecuador y, de esta manera, comienzan las estaciones de
transición entre el verano y el invierno: el otoño y la primavera (Figura 13-6).

Dado que la inclinación del eje terrestre es de unos 23,5º, y que esta es la causa
principal de las estaciones del año, no llama la atención que los trópicos se encuentren a
23,5º de latitud norte o sur.

Figura 13-5: Posiciones correspondientes a solsticios y equinoccios según si el eje se


alinea (solsticios) o está perpendicular (equinoccios) a la dirección Tierra-Sol (Rojas
Peña, 2010, p. 57)

372
Figura 13-6: Cambios en el modo de incidencia de los rayos solares a medida que la
Tierra se traslada en su órbita.

La Tierra se traslada alrededor del Sol en una trayectoria elíptica donde el Sol se ubica
en uno de los focos de la elipse y donde la distancia Sol-Tierra varía a lo largo del año,
provocando que la velocidad de traslación de la Tierra vaya cambiando: el movimiento
es más rápido en el perihelio (posición más cercana al Sol) y más lento en el afelio
(posición más lejana al Sol). Sin embargo, las estaciones del año no se deben a estos
cambios en la distancia ya que la Tierra se encuentra unos 5 millones de km más lejos
del Sol en el afelio que en el el perihelio, lo que representa apenas un 3,3% de
diferencia, teniendo un efecto insignificante en el clima terrestre.

En cambio, las estaciones del año tienen su origen en el ángulo de unos 23,5º que
forma el eje terrestre con la perpendicular a la eclíptica. Esta "oblicuidad de la eclíptica"
junto con la traslación terrestre provocan las estaciones debido al cambio en el ángulo
de incidencia de la radiación solar sobre la superficie terrestre. Dado que el eje siempre
posee la misma inclinación y está orientado al mismo lugar (dejando de lado el lento
movimiento de precesión), los hemisferios norte y sur no son iluminados de la misma
manera la mayor parte del año.

En este sentido, observadores situados en distintos hemisferios percibirán cambios en la


altura del Sol, lo que marcará diferencias en la duración del día y en la inclinación de los
rayos solares respecto al horizonte local. Esto último provocará que los radiación solar
se distribuya en superficies distintas (en superficies menores cuando el Sol está más
alto), haciendo que cada punto superficial reciba una cantidad de energía diferente en
función de la altura del Sol. Si en cambio el eje de la Tierra no estuviese inclinado, el Sol
se situaría sobre el Ecuador durante todo el año, seguiría siempre la misma trayectoria y
tendría siempre la misma altura en el mediodía solar, por lo no habría modificaciones en
la cantidad de horas de luz. Esto haría imposible la existencia de cambios estacionales.

Una de las principales objeciones del siglo XVI a la teoría heliocéntrica propuesta por
Copérnico era que, si la Tierra se traslada alrededor del Sol, debería poder observarse
una cierta paralaje anual a partir de observar la posición de una misma estrella con seis
meses de diferencia. Como consecuencia, la diferencia en la dirección de observación
debería ser relativamente notoria al encontrarse la Tierra en puntos opuestos de su
órbita, a 300 millones de km de distancia entre sí, produciendo que la estrella describa
en el cielo una pequeña elipse llamada "paraláctica" (Figura 13-7).

373
La única posibilidad para una Tierra en movimiento pero con ausencia de paralaje anual
observable era suponer que las estrellas debían encontrarse a una distancia
extremadamente grande, por lo cual debería existir un enorme espacio vacío entre la
órbita de Saturno y la esfera de las estrellas. Esto pudo ser confirmado recién en el año
1838, cuando Friedrich Bessel pudo determinar la paralaje anual de la estrella 61 Cygni,
de la constelación de El Cisne, obteniendo una paralaje de unos 0,3″ de arco, lo que
implica que se encuentra a unos 11 años luz (unos 110 billones de km) de la Tierra.

Figura 13-7: Elipses paralácticas descriptas por distintas estrellas debido al movimiento
de traslación de la Tierra alrededor del Sol. La forma de las elipses depende de la
posición de la estrella respecto al plano de la eclíptica (Bakulin et. al, 1987, p. 130).

Otra demostración del movimiento de traslación terrestre lo constituye el fenómeno de


desplazamiento aberracional anual de las estrellas o "aberración", descubierto en 1728
por el astrónomo James Bradley al intentar calcular la distancia a una estrella midiendo
su paralaje. Bradley encontró que todas las estrellas se desplazaban de igual modo, no
dependiendo de su posición en la esfera celeste, tal como esperaba encontrarse si el
desplazamiento se debía a una cuestión de paralaje. Por lo tanto, Bradley concluyó que
este movimiento sistemático debía estar relacionado con la dirección del movimiento de
la Tierra en su órbita ya que un observador que se desplaza ve a un astro en dirección
diferente a la que vería si se encontrase en reposo.

13.2.3. Movimiento de revolución de la Luna: las fases lunares

Las fases de la Luna se deben al cambio en las posiciones relativas de la Tierra, la Luna
y el Sol a medida que la Luna recorre su órbita en torno a la Tierra. La Luna completa
este recorrido en un lapso de 27,3 días, el "mes sideral", aunque vista desde la Tierra
una misma fase de la Luna se repite cada 29,5 días, período conocido como "mes
sinódico". Esta diferencia se debe a que, al mismo tiempo que la Luna se mueve
alrededor de la Tierra, ambas giran alrededor del Sol. En este sentido, dado que la Luna
no posee luz propia, siempre tiene una mitad iluminada por el Sol. Sin embargo, la Luna
posee fases debido a que, en su movimiento orbital, no siempre es posible observar
desde la Tierra toda la mitad iluminada.

374
Debido al movimiento en su órbita, la Luna se desplaza unos 13º por día hacia el este en
la esfera celeste. Esto provoca que, luego de la Luna nueva, nuestro satélite natural irá
quedando paulatinamente más alejado angularmente del Sol hasta llegar a la Luna llena
unos 14,5 días después, cuando el Sol y la Luna se encuentren opuestos respecto a la
Tierra. Antes de eso, unos 7 días después de la Luna nueva, nuestro satélite quedará
ubicado a 90º respecto al Sol. Por lo tanto, La Luna estará en cuarto creciente ya que
desde la Tierra sólo podremos observar la mitad de la superficie iluminada por el Sol.

Luego de la Luna llena, nuestro satélite natural continuará desplazándose en su órbita,


pero esta vez esto significará un acercamiento angular hacia el Sol, lo que hará que
unos 14,5 días más tarde se vuelva a la fase de Luna nueva, cuando la Luna se
encuentra en la misma dirección que el Sol vista desde la Tierra. Como en esa posición
el Sol ilumina la mitad de la Luna que no "apunta" hacia la Tierra, no es posible ver la
Luna desde la Tierra en esos días. Unos 7 días después de la Luna llena, ésta quedará
ubicada a 90º respecto al Sol, por lo que estará en cuarto menguante (Figura 13-8).

Figura 13-8: Explicación heliocéntrica de la fases de la Luna mediante dos puntos de


vista: la Luna vista desde el espacio iluminada siempre por la mitad (lunas dibujadas
cerca de la Tierra) y la Luna cambiando sus fases en el hemisferio sur (lunas dibujadas
lejos de la Tierra). El esquema no está en escala de tamaños ni de distancias.

Debido a las posiciones relativas que toma la Luna respecto al Sol, al observarla en el
cielo habrá relación entre su lado iluminado y la fase en la que se encuentra. En el
hemisferio sur, la Luna tiene su lado izquierdo iluminado en la fase creciente y su lado
derecho iluminado en la fase menguante. Lo contrario sucede en el hemisferio norte.

Si hubiese coincidencia entre el plano orbital de la Luna y el plano de la eclíptica, cada


mes sinódico tendríamos eclipses los días de Luna nueva y Luna llena. Sin embargo,
como la órbita lunar está inclinada unos 5º respecto a la eclíptica, la alineación de la
Tierra, la Luna y el Sol no implica que ocurra un eclipse ya que para que ello suceda la
Luna debe encontrarse sobre la eclíptica justo cuando se encuentra en posición de Luna
nueva (eclipse solar) o de Luna llena (eclipse lunar).
375
13.3. Definiciones astronómicas de tiempo y sus correcciones

13.3.1. El tiempo sidéreo

Este tiempo corresponde al movimiento en ángulo horario del punto Aries respecto al
meridiano local. Como el punto Aries está determinado por la intersección de la eclíptica
con el Ecuador celeste, indicado por el paso del Sol del hemisferio sur al hemisferio
norte terrestre, este punto cambia su ubicación en el cielo debido a estar afectado por
los movimientos de precesión y nutación de la Tierra. En función de esto, se define el
"día sidéreo medio" como el intervalo de tiempo transcurrido entre dos pasos sucesivos
del equinoccio medio (corregido por precesión) por el meridiano superior del lugar.

Esta escala temporal no se utiliza en la vida cotidiana dado que la hora sidérea no
guarda relación con la posición del Sol arriba de nuestro horizonte, por lo cual a la
misma hora sidérea puede ser de día en determinadas épocas del año, y de noche en
otras.

13.3.2. El tiempo solar

Si se desea diseñar una escala temporal tomando como referencia el movimiento diurno
del Sol en el cielo, el problema que surge es que este movimiento no es uniforme, de
forma idéntica a lo que sucede con el tiempo sidéreo. Además de los movimientos de
precesión y nutación terrestres ya mencionados, en este caso se deben adicionar
dificultades debidas a que la eclíptica se encuentra inclinada respecto al Ecuador y a
que la órbita de la Tierra no es circular, provocando que la velocidad de traslación de la
Tierra no sea constante. En consecuencia, si se define el “día solar verdadero” como el
tiempo transcurrido entre dos culminaciones sucesivas del centro del Sol por el
meridiano del lugar, este día poseerá diferentes duraciones y, por lo tanto, no servirá
como escala temporal uniforme.

Para salvar esta dificultad se define un “Sol ficticio” que se mueve sobre la eclíptica a
velocidad constante y que coincide con el Sol verdadero en las posiciones de apogeo y
perigeo (mayor y menor distancia a la Tierra, respectivamente). Como la velocidad
aumenta en el perigeo y disminuye en el apogeo, el Sol ficticio adelanta al Sol verdadero
desde el apogeo al perigeo y atrasa al moverse del perigeo al apogeo. Sin embargo,
este movimiento del Sol ficticio tampoco es uniforme dado que el mismo se mueve sobre
la eclíptica, cuya oblicuidad se ve afectada por la nutación. Por eso se define el “Sol
medio”, el cual se mueve sobre el Ecuador a velocidad constante y que coincide con el
Sol ficticio en los equinoccios. De este modo, se puede definir el “día solar medio”, que
corresponde al tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos del Sol medio por el
meridiano del lugar.

Dado que el tiempo solar medio y el verdadero están por lo general desfasados, se
define la “Ecuación del tiempo” (Et) como la suma algebraica de todas las correcciones
necesarias para transformar el tiempo verdadero en tiempo medio:

Et = Tmedio – Tverdadero = Hora solar media – Hora solar verdadera


376
Como se ve, se ha establecido una escala temporal uniforme a costa de crear un Sol
medio desfasado del que puede observarse en el cielo y, por lo tanto, esto debe ser
tenido en cuenta a la hora de realizar observaciones de las posiciones que ocupa el Sol
a lo largo del tiempo.

13.3.3. Tiempos civil, oficial y universal

En función de la definición de día solar medio, el día comenzaría cuando el Sol medio
está en culminación superior, lo que implica cambiar de fecha a mediodía medio. Para
evitarlo, se decidió pautar el cambio de día cuando el Sol medio se encuentra en el
meridiano inferior; o sea, en la medianoche media. En consecuencia, se definió el
“tiempo civil” (TC) como el tiempo medio desfasado en 12 horas.

Dado que el tiempo civil es una escala de validez local, el desplazamiento en longitud
entre distintos puntos de nuestro planeta provoca complicaciones importantes, más aún
cuando los desplazamientos se producen dentro de un mismo país. Por ese motivo,
cada nación comenzó eligiendo un meridiano particular que actúe de referencia para el
tiempo civil en todo el país. Posteriormente, en 1912 se estableció el sistema de husos
horarios que divide la superficie terrestre en 24 partes de 15° de longitud cada una,
tomando como referencia al llamado “huso horario 0”, que posee como meridiano central
al meridiano de Greenwich. En función de este sistema se definió el “tiempo oficial” de
un lugar como el tiempo civil correspondiente al meridiano central del huso horario al
cual pertenece. Sin embargo, por cuestiones de conveniencia, algunos países han
decidido adelantar el huso horario que toman como referencia para establecer la hora
oficial. En particular, la Argentina utiliza el huso horario -3 cuando el huso horario que le
corresponde por convención sería el -4. Esto apareja serias dificultades, especialmente
para las localidades situadas hacia el oeste de nuestro país, en donde el huso horario
que debería corresponderles es el -5.

Por último, para superar la dificultad de utilizar escalas de tiempo locales se define un
“tiempo universal” (TU) para toda la Tierra, que corresponde al tiempo civil del meridiano
de Greenwich o, análogamente, al tiempo solar medio de Greenwich aumentado en 12
horas. A su vez, es conveniente definir un sistema de conteo de días universal e
independiente de los diversos calendarios que han sido utilizados a lo largo de la
historia. En función de esto se define el “Día Juliano”, que consiste en la numeración
correlativa de días solares medios tomando como 0 el mediodía medio de Greenwich
correspondiente al 1 de enero del año 4713 a.C. En algunos casos, el tiempo universal
se expresa en “siglos julianos” de 36525 días medios contados a partir del mediodía
medio de Greenwich del día 1 de enero de 2000. Dado que el 1 de enero de 2000
corresponde al día juliano 2451545,0 , la expresión para pasar de día juliano (DJ) a siglo
juliano (T) es la siguiente:

T = (DJ – 2451545,0)/36525

Para obtener el día juliano (DJ) a partir de una fecha de nuestro calendario expresada
en año (A), mes (M) y día (D) hay que realizar las siguientes operaciones:

377
a) Si M>2, dejar A y M sin cambios (Año, Mes, Día).
b) Si M=1 ó 2, restarle 1 al año y sumarle 12 al mes (A=Año-1, M=Mes+12, D=Día)
c) Calcular: a = el número entero de (A/100); b = 2 – a + entero(a/4)
d) Día juliano:

DJ = Entero(365,25.(A+4716)) + Entero(30,6001.(M+1))+D+b-1524,5

Una vez determinado el tiempo juliano (DJ), se puede calcular el siglo juliano (T) y, con
este valor, aprovechar la definición de tiempo sidéreo (θ 0) para saber su valor:

θ0 = 280,46061837 + 360,98564736629.(DJ – 2451545,0) + 0,000387933.T2 –


T3/38710000

Por ejemplo, el día juliano del lanzamiento del Sputnik 1 (4,81 de octubre de 1957) será:

a) Como M>2, se deja A (1957) y M (10) sin cambios.


b) Se calcula: a = 19 y b = - 13.
c) El día juliano es: DJ = 2436116,31
d) El siglo juliano es: T = - 0,42241451

Al igual que el tiempo solar medio, el tiempo universal tampoco es uniforme debido a la
precesión y a la variación del movimiento de rotación terrestre, por lo cual hay que
realizarle pequeñas correcciones, como la llamada TU2, que tiene en cuenta tanto el
movimiento del polo como las irregularidades en la velocidad de rotación de la Tierra.

13.3.4. Tiempo de efemérides

Para evitar introducir irregularidades en la determinación del tiempo debidas a las


variaciones en la rotación terrestre, se buscaron establecer escalas temporales basadas
en la traslación de la Tierra alrededor del Sol, que se traduce para un observador
terrestre en un movimiento aparente del Sol alrededor de la Tierra.

En general, para poder precisar las coordenadas de un astro en función del tiempo, lo
que se conoce con el nombre de "efemérides del astro", se deben integrar las
ecuaciones diferenciales de movimiento del cuerpo. Sin embargo, la integración de
ecuaciones dinámicas no es sencilla, por lo que una coordenada C puede obtenerse a
partir de realizar un desarrollo en serie en potencias del tiempo, en donde las constantes
(a0, a1, a2...) dependen de las constantes de integración y deben ser obtenidas mediante
mediciones (Berrocoso et al., 2003, p. 139):

C = a0 + a1 t + a2 t2 + a3 t3 + ...

Una vez hallados los coeficientes, la expresión anterior sirve a su vez para determinar la
variable t a partir de haber medido la variable C en algún determinado momento.

378
Si se toma el caso del movimiento del Sol en el cielo, lo cual será utilizado para definir
una escala de tiempo, la ecuación que representa su longitud eclíptica sería la siguiente:

Θ 0 1t 2 t2 3 t3 + ...

Dado que los términos en potencias superiores a la segunda representan oscilaciones


periódicas de la longitud, estos términos pueden suprimirse.

Θ 0 1t 2 t2

De este modo, esta ecuación puede utilizarse para definir el "tiempo de efemérides" (t) a
partir de utilizar la longitud eclíptica media (λΘM) del Sol en la ecuación anterior.

Utilizando observaciones del Sol realizadas desde 1680 a 1895, Newcomb calculó los
valores de estas constantes de integración obteniendo (t está expresado en siglos
julianos de 36525 días solares medios):

ΘM 279° 4 48 4 296 2768 3 t 89 t2

Dado que Newcomb desconocía las irregularidades en la rotación terrestre, Jones halló
la corrección que hay que aplicar a la fórmula de Newcomb (T es el tiempo universal
expresado en siglos julianos de 36525 días medios a partir de 1900 enero 0 a mediodía
medio de Greenwich):

Δ ΘM 2 97 T 23 T2

Esta corrección indica que las posiciones observadas del Sol se adelantan respecto a
las posiciones calculadas teóricamente para las efemérides, lo que implica que el tiempo
universal (T) basado en la rotación terrestre no es uniforme respecto del tiempo de
efemérides (t) que aparece como variable independiente en la expresión de Newcomb.
O sea, las diferencias entre las posiciones teóricas y observadas del Sol se deben a la
utilización de escalas de tiempo distintas: el tiempo de efemérides para la teoría y el
tiempo universal para las observaciones (Berrocoso et al., 2003).

En función de estas discrepancias y de la necesidad de utilizar una escala que sea lo


más uniforme posible, en 1958 se adoptó un nuevo “tiempo de efemérides” en donde la
unidad es una fracción del año trópico de un determinado año específico. De este modo,
se definió que un segundo de efemérides corresponde a 1/31556925,9747 de duración
del año trópico en el instante enero 0 de 1900 a las 12h.

Para determinar el tiempo de las efemérides en cualquier instante lo que se hace es


observar las posiciones aparentes de la Luna, el Sol y los planetas (especialmente de la
primera) y compararlas con las calculadas previamente en forma teórica suponiendo un
tiempo uniforme identificado con una rotación imaginaria a velocidad angular constante
de nuestro planeta.

379
13.4. Cálculo cuantitativo topocéntrico de la posición del Sol

A continuación se detallan las expresiones matemáticas que permiten obtener la


posición del Sol en el cielo visto desde un sistema de referencia centrado en un punto
de la superficie terrestre. Se comienza calculando la posición del Sol sobre la eclíptica,
suponiendo un movimiento uniforme, y luego se corrige este valor en función de tener en
cuenta las alteraciones en el movimiento debidas a la excentricidad de la órbita de la
Tierra, al movimiento de nutación terrestre y al fenómeno de aberración de la luz
(Meeus, 1998, p. 163).

Cuando no se necesita una precisión mayor a 0,01°, la posición del Sol en el cielo puede
calcularse asumiendo una órbita puramente elíptica de la Tierra, sin perturbaciones
debidas a la Luna o a los planetas. Para ello, en primer lugar se debe calcular el día
juliano (DJ) y, con él, el tiempo (T) medido en siglos julianos de 36525 días de
efemérides para la época J2000:

T = (DJ – 2451545,0)/36525

Esta cantidad debe ser calculada con una cantidad suficiente de números decimales
dado que este tiempo esta expresado en siglos, por lo que un error en la quinta cifra
decimal implica un error en el tiempo de unas 9 horas.

La longitud media del Sol (L0) se obtiene con el siguiente desarrollo en series de T:

L0 = 280,46646° + 36000,76983° T + 0,0003032° T2

Para corregir esta expresión se calcula la anomalía media (M), que es la diferencia
angular en la longitud del Sol debido a que la Tierra no se mueve en su órbita con
movimiento uniforme:

M = 357,52911° + 35999,05029° T + 0,0001537° T2

A su vez, la excentricidad de la órbita de la Tierra es igual a:

e = 0,016708634 – 0,000042037 T – 0,0000001267 T2

La ecuación del centro del Sol (C) es:

C = (1,914602° - 0,004817° T – 0,000014° T2) . sen M +


+ (0,019993° - 0,000101° T) . sen (2M) + 0,0000289° . sen (3.M)

La longitud verdadera del Sol es Θ L0 + C y la anomalía verdadera es ν M C

La distancia entre los centros del Sol y la Tierra (el radio vector del Sol) está dado por
(en Unidades Astronómicas):

R = 1,000001018 (1 – e2) / (1 + e . cos ν

380
En la expresión anterior, el numerador varía muy lentamente, siendo su valor igual a
0,9997218 U.A. para el año 2000 y de 0,9997232 U.A. en 2100.

Finalmente, para corregir la longitud verdadera del Sol (Θ) en función de tener en cuenta
el movimiento de nutación de la Tierra y la aberración de la luz, se puede calcular la
longitud aparente del Sol (λ) utilizando la siguiente expresión:

Θ – 0,00569° - , 478° sen Ω

Ω 25, 4° - 1934,136° . T

A partir de tener la longitud del Sol y sabiendo que su latitud eclíptica (β) es cero, es
posible calcular la correspondiente ascensión recta (α) y declinación (δ) del Sol para un
determinado instante de tiempo:

α tan- cos ε sen / cos

δ = sen-1 (sen ε . sen )

En la expresión anterior, la oblicuidad de la eclíptica (ε) puede calcularse con bastante


aproximación mediante la siguiente expresión:

ε 23° 26´ 21,448” - 46,8 5 ” T – , 59” T2 , 8 3” T3 , 256° cos Ω

Por último, como ya hemos visto, la ascensión recta y la declinación pueden


transformarse a las coordenadas locales acimut (A) y altura (h) mediante las
expresiones:

H = HSL (hora solar local) – 12 hs

h = sen-1 (sen δ . sen φ + cos δ . cos φ . cos H)

A = sen-1 (- cos δ . sen H / cos h )

13.4.1. Ejemplo de cálculo cuantitativo de la posición topocéntrica del Sol

A continuación se muestra cómo pueden ser utilizadas las expresiones anteriores para
calcular la posición del Sol en el cielo para un determinado lugar de la superficie
terrestre en una determinada fecha y horario. Para ello, se considerará la ubicación del
Sol el día del equinoccio de septiembre del año 2015 (23/09/2013) a las 9 hs vista desde
El Bolsón (42° Sur, 71,5° Oeste, huso horario -3).

En primer lugar, se deberá hallar el Día Juliano (DJ) para la fecha mencionada, teniendo
en cuenta que el Día Juliano se calcula a partir del Meridiano de Greenwich, por lo que
las 9 de la mañana local corresponderá a las 12 hs de Greenwich. En consecuencia, el
instante local mencionado corresponde al día 23,5 del mes juliano.
381
A continuación se detalla cómo realizar los cálculos:

 Como M>2, se deja A (2015) y M (9) sin cambios.


 Se calcula: a = el número entero de (2015/100) = 20
 Se calcula: b = 2 – a + entero(a/4) = 2 - 20 + entero (20/4) = - 13
 Entonces, el día juliano (DJ):

DJ = Entero(365,25.(A+4716)) + Entero(30,6001.(M+1))+D+b-1524,5

DJ = Entero(365,25.(2015+4716)) + Entero(30,6001.(9+1)) + 23,5 - 13 - 1524,5

DJ = 2458497 + 306 + 10,5 – 1524,5 = 2457289,0

 El siglo juliano (T):

T = (2457289,0 – 2451545,0) / 36525 = 0,157262149

 Longitud media del Sol (L0):

L0 = 280,46646° + 36000,76983° T + 0,0003032° T2 = 182,0249°

 Anomalía media (M):

M = 357,52911° + 35999,05029° T + 0,0001537° T2 = 6018,817°

 Excentricidad de la órbita de la Tierra (e):

e = 0,016708634 – 0,000042037 T – 0,0000001267 T2 = 0,01670202

 Ecuación del centro del Sol (C):

C = (1,914602° - 0,004817° . T – 0,000014° . T2) . sen M +


+ (0,019993° - 0,000101° . T) . sen (2M) + 0,0000289 . sen (3M) = -1,86966383

 Longitud verdadera del Sol:

Θ L0 + C = 180,1552405°

 Anomalía verdadera:

ν M C = 6016,947468°

 Finalmente, la longitud aparente del Sol (λ) será:

Θ – 0,00569° - 0,00478° . sen (125,04° - 1934,136° . T) = 180,1496233°

382
A partir de tener la longitud del Sol, es posible calcular la correspondiente ascensión
recta (α) y declinación (δ) del Sol para un determinado instante de tiempo. Para ello,
previamente se debe calcular la oblicuidad de la eclíptica:

ε = 23° 26´ 2 ,448” - 46,8 5 ” T – , 59” T2 , 8 3” T3 +


+ 0,00256° cos (125,04° - 1934,136° T) = 23,4346863°

δ = sen-1 (sen ε . sen ) = - 0,0595057°

α tan-1 cos ε sen / cos -179,8627184° = - 11h 59m 27,05s

El siguiente paso es pasar de coordenadas geocéntricas a coordenadas locales, lo que


implica tener en cuenta la hora local para calcular el ángulo horario (H):

H = HSL (hora solar local) – 12 hs

Para conocer la hora solar local (HSL) se debe tomar la hora civil (HC) y corregirla
teniendo en cuenta la longitud geográfica del lugar (CLG) respecto a Greenwich, la zona
horaria que se utiliza (ZH) y la ecuación del tiempo (ET), que indica la diferencia entre el
mediodía solar medio y el mediodía solar verdadero:

HSL = HC + CLG – ZH + ET (con CLG negativa para longitudes Oeste)

Con bastante aproximación, la ecuación del tiempo puede calcularse con la siguiente
expresión:

Et = y . sen (2Lo) – 2e . sen M + 4e . y . sen M . cos (2Lo) –


- ½ . y2 . sen (4Lo) – 5/4 . e2 . sen (2M)

donde y = tan2(ε/2), ε es la oblicuidad de la eclíptica, L 0 es la longitud media del Sol, e


corresponde a la excentricidad de la órbita de la Tierra y M es la anomalía media del Sol.
El valor Et está expresado en radianes, por lo que hay que convertirlo, en primer lugar, a
grados y luego a minutos multiplicando por 4 (1° de longitud corresponde a 4 minutos
del reloj):

Et (23/9/2015 - 9 hs) = 7,50 minutos

En el caso de El Bolsón, cuya longitud aproximada es de 71,5° Oeste, la diferencia con


Greenwich será:

CLG = - 71,5° . 4 = - 286 minutos = - 4:46 hs

HSL = HC + LG - ZH + ET = 9:00 hs – 4:46 hs + 3 hs + 7,50 min = 7 hs 21,50 minutos

En consecuencia, el ángulo horario será:

H = 7 hs 21,50 min – 12 hs = - 278,50 min = - 69,62°

383
Por último, se calculan las coordenadas locales acimut (A) y altura (h):

h = sen-1 (sen δ . sen φ + cos δ . cos φ . cos H) = 15,04°

A = sen-1 (- cos δ sen H / cos h 76,09° (medido desde el Norte)

Como se ve, el desarrollo necesario para calcular la altura y el acimut del Sol en un
determinado momento es sumamente extenso, por lo que se torna indispensable la
utilización de una planilla de cálculo que permita resolver automáticamente todos los
algoritmos planteados. De este modo funcionan todos los programas informáticos de
simulación del cielo que se utilizan a diario.

Sin embargo, es importante aclarar que el método utilizado no es el más preciso de


todos los desarrollados al día de la fecha y que los cálculos para un cuerpo como la
Luna o para un planeta del Sistema Solar se complejiza aún más debido a
irregularidades adicionales que aparecen en sus movimientos. Por lo tanto, resulta
sumamente adecuado plantear un desarrollo cualitativo, como el presente en el
Capítulo 3, para la elaboración de la secuencia didáctica a implementar en un aula de
nivel primario. Como es sabido, los modelos poseen su rango de validez, por lo que,
para simplificar, en el desarrollo de esta secuencia no fueron tenidas en cuenta las
múltiples irregularidades presentes en los movimientos de los astros en el cielo.

13.4.2. Aspectos cuantitativos adicionales del movimiento anual del Sol en el cielo

Si se desea calcular en forma relativamente sencilla la declinación solar para un día


determinado del año (n) es posible utilizar la siguiente expresión (Spencer, 1971), que
posee un error máximo de 0,0006 radianes (unos 0,034º):

δ , 69 8 - ,3999 2 cos α , 7 257 sen α - , 6758 cos 2α


, 9 7 sen 2α - , 2697 cos 3α , 48 sen 3α 8 /π

En esta expresión, 2 365 y el signo de la declinación es positivo cuando


el Sol se encuentra en el hemisferio norte celeste, siendo negativo al situarse en el
hemisferio sur celeste.

Para conocer la altura local del Sol en un determinado momento es necesario


transformar la declinación solar en altura sobre el horizonte local, lo que implica pasar de
de coordenadas celestes ecuatoriales a horizontales.

Para ello, como paso intermedio será necesario calcular el ángulo horario solar (H), que
es el ángulo medido sobre el Ecuador celeste entre el meridiano del observador y el
meridiano celeste en el que se encuentra el Sol. El valor de H depende de la Hora solar
local (HSL), siendo igual a:

36 ° 24 2

384
Utilizando las expresiones correspondientes a la relación entre los ángulos de un
triángulo esférico, la altura del Sol en un cualquier momento puede conocerse a partir de
la declinación solar (δ), la latitud del lugar (φ) y el ángulo horario del Sol (H):

sen h = sen φ sen δ + cosφ cos δ cos H

Para la salida o puesta del Sol, (h=0 ó h=180º), la expresión anterior se simplifica y el
ángulo horario de la salida del Sol (HS) queda como:

HS = - tan φ tan δ

La cantidad de horas de luz se calcula, entonces, duplicando el ángulo horario y


dividiéndolo por 15 para pasar de grados a horas:

2
5

Esta expresión no es válida para latitudes altas, mayores a 66,6º, donde no se cumple
siempre que el valor absoluto de (- tan φ tan δ) ≤ 1. Esto implica que en estos lugares,
dependiendo la época del año, los días pueden tener una duración igual a 24 horas
dado que el Sol no se oculta, o igual a 0 horas, si el Sol se mantiene por debajo del
horizonte pese al giro continuo de la esfera celeste.

En la Tabla 13-2 se brindan algunos valores correspondientes a los cambios anuales


para la localidad de El Bolsón en cuanto a la altura del Sol en el mediodía solar y a la
cantidad de horas de luz. Como se observa en la tabla, las estaciones del año pueden
explicarse a partir de los cambios en la altura del Sol (unos 47º anuales en cualquier
lugar de la Tierra ubicado entre los círculos polares) y en la cantidad de horas de luz
(unas 6 horas entre invierno y verano en El Bolsón).

Tabla 13-2: Cambios en la altura del Sol y en la cantidad de horas de luz a lo largo del
año en El Bolsón (42º Sur). Estos datos permiten explicar las estaciones del año.
Altura del Sol en
Declinación Horas de luz
Fecha el mediodía solar Estación del año
solar (δ) (N)
(h)
21 de marzo - 0,07º 48,07º 12h 1min Comienzo otoño
21 de abril 11,58º 36,42º 10h 35min Otoño
21 de mayo 20,02º 27,98º 9h 27min Otoño
21 de junio 23,45º 24,55º 8h 56min Comienzo invierno
21 de julio 20,64º 27,36º 9h 22min Invierno
21 de agosto 12,38º 35,62º 10h 29min Invierno
23 de septiembre 0,63º 47,36º 11h 55min Comienzo primavera
21de octubre - 10,06º 58,06º 13h 13min Primavera
21 de noviembre - 19,53º 67,53º 14h 29 min Primavera
21 de diciembre - 23,41º 71,41º 15h 4min Comienzo verano
21 de enero - 20,30º 68,30º 14h 35 min Verano
21 de febrero - 11,56º 59,56º 13h 25 min Verano

385
13.5. Cálculo cuantitativo de la posición de la Luna

Calcular la posición de la Luna implica tener en cuenta cientos de términos periódicos en


relación a la longitud, latitud y distancia lunar. Sin embargo, en función del nivel al que
va dirigido este trabajo, es razonable utilizar el desarrollo realizado por Meeus (1998, p.
337) tomando los términos periódicos más importantes y trabajando con una precisión
de unos 10" en la longitud y de 4" en la latitud lunar.

En primer lugar se debe calcular el día juliano (DJ) y, con él, el tiempo (T) medido en
siglos julianos de 36525 días de efemérides para la época J2000, tal como se realizó
anteriormente para calcular la posición del Sol (sección 13.4.1.):

T = (DJ – 2451545,0)/36525

Esta cantidad debe ser calculada con una cantidad suficiente de números decimales
dado que este tiempo esta expresado en siglos. Luego, utilizando T se calculan los
siguientes parámetros en grados, reduciéndolos a ángulos equivalentes menores a 360º
para evitar trabajar con números grandes.

Longitud media de la Luna (L′), incluyendo algunas correcciones menores:

L' = 218,3164477 + 481267,88123421 . T - 0,0015786 . T2 + T3 / 538841 - T4 / 65194000

Elongación media de la Luna (D):

D = 297,8501921 + 445267,1114034 . T - 0,0018819 . T2 + T3 / 545868 - T4 / 113065000

Anomalía media del Sol (M):

M = 357,5291092 + 35999,0502909 . T - 0,0001536 . T2 + T3 / 24490000

Anomalía media de la Luna (M′):

M' = 134,9633964 + 477198,8675055 . T + 0,0087414 . T2 + T3 / 69699 - T4 / 14712000

Distancia media de la Luna desde su nodo ascendente (F):

F = 93,2720950 + 483202,0175233 . T - 0,0036539 . T2 - T3 / 3526000 + T4 / 863310000

Se necesitan, a su vez, 3 argumentos adicionales (en grados):

A1 = 119,75° + 131,849° . T

A2 = 53,09° + 479264,290° . T

A3 = 313,45° + 481266,484° . T

386
Posteriormente deben calcularse las sumas y utilizando la Tabla 13-3 y la suma
usando la Tabla 13-4, donde figuran los términos periódicos correspondientes a la
longitud (l), a la distancia (r) y a la latitud (b) de la Luna. Las sumas a realizar son una
combinación lineal de D, M, M′ y F, donde los factores presentes a la izquierda de las
tablas indican por qué número debe ser multiplicado cada uno de estos argumentos. Por
ejemplo, las primeras 3 líneas de la Tabla 13-3 indican lo siguiente para y :
Argumentos
D M M' F Coeficientes del seno Coeficientes del coseno
0 0 1 0 6288774 -20905355
2 0 -1 0 1274027 -3699111
2 0 0 0 658314 -2955968

Por lo tanto, los 3 primeros términos de las sumas a realizar serán:

= 6288774 sen (M') + 1274027 sen (2D - M') + 658314 sen (2D) + . . . . + . . .

= -20905355 cos (M') - 3699111 cos (2D - M') - 2955968 cos (2D) + . . . . + . . .

Tabla 13-3: Términos periódicos correspondientes a la longitud (l) y a la distancia (r) de


la Luna. Los argumentos de la izquierda indican los valores por los que deben
multiplicarse los argumentos D, M, M′ y F al combinarse con los argumentos periódicos
del seno y el coseno. Las unidades correspondientes son 0,000001º para la longitud y
0,001 km para la distancia.
Argumentos
D M M' F Coeficientes del seno Coeficientes del coseno
0 0 1 0 6288774 -20905355
2 0 -1 0 1274027 -3699111
2 0 0 0 658314 -2955968
0 0 2 0 213618 -569925
0 1 0 0 -185116 48888
0 0 0 2 -114332 -3149
2 0 -2 0 58793 246158
2 -1 -1 0 57066 -152138
2 0 1 0 53322 -170733
2 -1 0 0 45758 -204586
0 1 -1 0 -40923 -129620
1 0 0 0 -34720 108743
0 1 1 0 -30383 104755
2 0 0 -2 15327 10321
0 0 1 2 -12528 0
0 0 1 -2 10980 79661
4 0 -1 0 10675 -34782
0 0 3 0 10034 -23210
4 0 -2 0 8548 -21636
2 1 -1 0 -7888 24208
2 1 0 0 -6766 30824
1 0 -1 0 -5163 -8379
1 1 0 0 4987 -16675
2 -1 1 0 4036 -12831
2 0 2 0 3994 -10445
4 0 0 0 3861 -11650
2 0 -3 0 3665 14403
0 1 -2 0 -2689 -7003
2 0 -1 2 -2602 0
2 -1 -2 0 2390 10056

387
Argumentos
D M M' F Coeficientes del seno Coeficientes del coseno
1 0 1 0 -2348 6322
2 -2 0 0 2236 -9884
0 1 2 0 -2120 5751
0 2 0 0 -2069 0
2 -2 -1 0 2048 -4950
2 0 1 -2 -1773 4130
2 0 0 2 -1595 0
4 -1 -1 0 1215 -3958
0 0 2 2 -1110 0
3 0 -1 0 -892 3258
2 1 1 0 -810 2616
4 -1 -2 0 759 -1897
0 2 -1 0 -713 -2117
2 2 -1 0 -700 2354
2 1 -2 0 691 0
2 -1 0 -2 596 0
4 0 1 0 549 -1423
0 0 4 0 537 -1117
4 -1 0 0 520 -1571
1 0 -2 0 -487 -1739
2 1 0 -2 -399 0
0 0 2 -2 -381 -4421
1 1 1 0 351 0
3 0 -2 0 -340 0
4 0 -3 0 330 0
2 -1 2 0 327 0
0 2 1 0 -323 1165
1 1 -1 0 299 0
2 0 3 0 294 0
2 0 -1 -2 0 8752

Tabla 13-4: Términos periódicos correspondientes a la latitud (b) lunar. Los argumentos
de la izquierda indican los valores por los que deben multiplicarse los argumentos D, M,
M′ y F al combinarse con los argumentos periódicos del seno y el coseno. Las unidades
correspondientes son 0,000001º.
Argumentos Argumentos (cont.) (cont.)
Coeficientes Coeficientes
D M M' F D M M' F
del seno del seno
0 0 0 1 5128122 0 0 1 -3 777
0 0 1 1 280602 4 0 -2 1 671
0 0 1 -1 277693 2 0 0 -3 607
2 0 0 -1 173237 2 0 2 -1 596
2 0 -1 1 55413 2 -1 1 -1 491
2 0 -1 -1 46271 2 0 -2 1 -451
2 0 0 1 32573 0 0 3 -1 439
0 0 2 1 17198 2 0 2 1 422
2 0 1 -1 9266 2 0 -3 -1 421
0 0 2 -1 8822 2 1 -1 1 -366
2 -1 0 -1 8216 2 1 0 1 -351
2 0 -2 -1 4324 4 0 0 1 331
2 0 1 1 4200 2 -1 1 1 315
2 1 0 -1 -3359 2 -2 0 -1 302
2 -1 -1 1 2463 0 0 1 3 -283
2 -1 0 1 2211 2 1 1 -1 -229
2 -1 -1 -1 2065 1 1 0 -1 223
0 1 -1 -1 -1870 1 1 0 1 223
4 0 -1 -1 1828 0 1 -2 -1 -220
388
Argumentos Argumentos (cont.) (cont.)
Coeficientes Coeficientes
D M M' F D M M' F
del seno del seno
0 1 0 1 -1794 2 1 -1 -1 -220
0 0 0 3 -1749 1 0 1 1 -185
0 1 -1 1 -1565 2 -1 -2 -1 181
1 0 0 1 -1491 0 1 2 1 -177
0 1 1 1 -1475 4 0 -2 -1 176
0 1 1 -1 -1410 4 -1 -1 -1 166
0 1 0 -1 -1344 1 0 1 -1 -164
1 0 0 -1 -1335 4 0 1 -1 132
0 0 3 1 1107 1 0 -1 -1 -119
4 0 0 -1 1021 4 -1 0 -1 115
4 0 -1 1 833 2 -2 0 1 107

Dado que los argumentos que contienen el ángulo M dependen de la excentricidad de la


órbita de la Tierra alrededor del Sol, la cual actualmente decrece con el tiempo, es
necesario realizar una corrección para tener en cuenta este efecto: multiplicar los
términos que contienen M ó -M por E y los que contienen 2M ó -2M por E2, donde E
representa la excentricidad de la órbita en función del tiempo:

E = 1 - 0,002516 . T - 0,0000074 . T4

De este modo, con esta corrección, los primeros términos de cada suma serían:

= E . 6288774 . sen (M') + E . 1274027 . sen (2D - M') + 658314 sen (2D) +
+ E2 . 213618 . sen (2M') + . . .

= E . (-20905355) . cos (M') - E . 3699111 . cos (2D - M') - 2955968 . cos (2D) -
- E2 . 569925 . cos (2M') + . . .

= E . 5128122 . sen (F) + E . 280602 . sen (M' + F) + E . 277693 . sen (M' - F) +


+ 173227 . sen (2D - F) + . . .

A continuación se utilizan otros parámetros no expuestos aquí, los cuales permiten tener
en cuenta el achatamiento de la Tierra en las zonas polares (L′) y la acción gravitatoria
de Venus (A1) y de Júpiter (A2) sobre la Luna. Para ello, se adicionan los siguientes
términos a las sumas anteriores:

= (anterior) + 3958 . sen (A1) + 1962 . sen (L' - F) + 318 . sen (A2)

= (anterior) - 2235 . sen (L') + 382 . sen (A3) + 175 . sen (A1 - F) +
+ 175 . sen (A1 + F) + 127 . sen (L' - M') - 115 . sen (L' + M')

Finalmente, las coordenadas lunares de longitud eclíptica (λ), latitud eclíptica (β) y
distancia (Δ) de la Luna estarán dadas por:

L (en grados)
389
= (en grados)

Δ = 385000,56 + (en kilómetros)

Las divisiones por 106 o por 103 son necesarias debido a que en las tablas anteriores
los coeficientes estaban dados en unidades de la millonésima del grado y de la
milésima del kilómetro.

Como la longitud de la Luna se modifica debido al movimiento de nutación, para


obtener la longitud real hay que sumar una diferencia de 16,595″ ó 0,004610º.

Posteriormente, conociendo la oblicuidad de la eclíptica (ε), las coordenadas de


longitud y latitud eclíptica pueden ser transformadas a coordenadas geocéntricas con
el fin de obtener la ascensión recta (α) y la declinación lunar (δ) utilizando las
ecuaciones de transformación:

tan α -tan sen ε cos ε sen /cos

sen δ = sen cos ε + cos sen ε sen

Por último, calculando el tiempo medio sidéreo en Greenwich (θ o) se puede determinar


el ángulo horario de la Luna (H) y, a partir de la latitud (φ) y longitud (L) del lugar de
observación, determinar su altura y acimut para unn determinado horario:

H = θo - L - α

sen h = sen φ sen δ + cos φ cos δ cos H

tan A = sen H / (-cos φ tan δ sen φ cos H)

El tratamiento cuantitativo expuesto en esta sección tiene por objeto mostrar cómo es el
desarrollo cinemático riguroso del movimiento del Sol y la Luna en el cielo. Como puede
verse, ha quedado en evidencia la complejidad que posee el movimiento de estos
astros, tanto desde el sistema de referencia topocéntrico como desde el heliocéntrico.
Por lo tanto, es posible concluir que las simplificaciones utilizadas en esta Tesis para el
desarrollo de un “modelo cinemático celeste” resultan acordes para el trabajo cualitativo
acerca de los fenómenos astronómicos cotidianos con alumnos de los niveles inicial,
primario y secundario.

390
13.6. Sistemas de referencia en la enseñanza de la astronomía

Esta sección remite al análisis llevado a cabo en el Capítulo 5 sobre cuáles son los
sistemas de referencia astronómicos presentes en una muestra de 50 trabajos de
investigación sobre la enseñanza y el aprendizaje acerca de los fenómenos
astronómicos cotidianos. El listado numerado de los artículos analizados es el siguiente:

[1] Afonso López, R., Bazo González, C., López Hernández, M., Macau Fábrega, M. y
Rodríguez Palmero, M. (1995). Una aproximación a las representaciones del alumnado
sobre el universo. Enseñanza de las Ciencias, 13(3), 327-335.

[2] Arribas de Costa, A. y Rivière Gómez, V. (1989). La astronomía en la enseñanza


obligatoria. Enseñanza de las ciencias, 7(2), 201-205.

[3] Baxter, J. (1989). Children’s understanding of familiar astronomical events.


International Journal of Science Education, 11(5), 502-513.

[4] Bayraktar, S. (2009). Pre-service Primary Teachers’ Ideas about Lunar Phases.
Journal of Turkish Science Education, 6(2), 12-23.

[5] Camino, N. (1995). Ideas previas y cambio conceptual en astronomía. Un estudio con
maestros de primaria sobre el día y la noche, las estaciones y las fases de la Luna.
Enseñanza de las Ciencias, 13(1), 81-96.

[6] Camino, N. (1999). Sobre la didáctica de la astronomía y su inserción en EGB. En


Kaufman, M. y Fumagalli L. (comps.), Enseñar ciencias naturales, 143-173. Buenos
Aires: Paidós.

[7] Camino, N. (2004). Aprender a imaginar para comenzar a comprender. Los "modelos
concretos" como herramientas para el aprendizaje de la astronomía. Revista Alambique,
42, 81-89.

[8] Camino, N. (2011). La didáctica de la Astronomía como campo de investigación e


innovación educativas. I Simpósio Nacional de Educação em Astronomia, 1-13, Rio de
Janeiro, Brasil.

[9] Camino, N. y Gangui, A. (2012). Diurnal Astronomy: Using Sticks and Threads to Find
Our Latitude on Earth. The Physics Teacher, 50, 40-41.

[10] Chiras, A. y Valanides, N. (2008). Day/night Cycle: Mental Models of Primary School
Children. Science Education International, 19(1), 65-83.

[11] De Manuel, J. (1995). ¿Por qué hay veranos e inviernos? Representaciones de


estudiantes y de futuros maestros sobre algunos aspectos del modelo Sol-Tierra.
Enseñanza de las Ciencias, 13 (2), 227-236.

391
[12] Dicovskiy, E., Iglesias, M., Karaseur, F., Gangui, A., Cabrera, J. y Godoy, E. (2012).
El problema de la posición del observador y el movimiento tridimensional en la
explicación de las fases de la Luna en docentes de primaria en formación. Actas de las
III Jornadas de Enseñanza e Investigación Educativa en el campo de las Ciencias
Exactas y Naturales, 219-230. La Plata, Argentina: Universidad Nacional de La Plata.

[13] Galperin, D. (2011). Propuestas didácticas para la enseñanza de la Astronomía. En


Insaurralde, M. (coord.), Ciencias Naturales. Líneas de acción didáctica y perspectivas
epistemológicas, 189-229. Buenos Aires: Novedades Educativas.

[14] Gangui, A., Iglesias, M. y Quinteros, C. (2010). Indagación llevada a cabo con
docentes de primaria en formación sobre temas básicos de Astronomía. Revista
Electrónica de Enseñanza de las Ciencias, 9(2), 467-486.

[15] García Barros, S., Mondelo, M. y Martínez Losada, C. (1995). ¿Qué vemos en el
cielo? Una introducción a la enseñanza de la Astronomía. Suplemento Aula 44, 34, 2-18.
Barcelona: Graó Educación.

[16] García Barros, S., Martínez Losada, C. y Mondelo, M. (1996). La astronomía en la


formación de profesores. Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, 10, 121-
127.

[17] García Barros, S., Martínez Losada, C., Mondelo, M. y Vega Marcote, P. (1997). La
Astronomía en textos escolares de educación primaria. Enseñanza de las Ciencias, 15
(2), 225-232.

[18] García Barros, S., Mondelo, M., Martínez Losada, C. y Larrosa Cañestro, I. (2003).
La observación del cielo. Un instrumento para estudiar el espacio y el tiempo.
Suplemento Aula 51, 40, 2-18. Barcelona: Graó Educación.

[19] Gellon, G., Rosenvasser Feher, E., Furman, M. y Golombek, D. (2005). La ciencia
en el aula. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

[20] Gil Quílez, M. y Martínez Peña, M. (2005). El modelo Sol-Tierra-Luna en el lenguaje


iconográfico de estudiantes de magisterio. Enseñanza de las Ciencias, 23(2), 153–166.

[21] González, R. (1990). La Astronomía y la reforma de la enseñanza. Enseñanza de


las Ciencias, 9(1), 111-113.

[22] Jiménez Liso, R., López-Gay, R. y Martínez Chico, M. (2012). Cómo trabajar en el
aula los criterios para aceptar o rechazar modelos científicos. ¿Tirar piedras contra
nuestro propio tejado? Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, 72, 47-54.

[23] Kalkan, H. y Kiroglu, K. (2007). Science and nonscience students’ ideas about basic
astronomy concepts in preservice training for elementary school teachers. Astronomy
Education Review, 6(1), 15-24.

392
[24] Kriner, A. (2004). Las fases de la Luna, ¿cómo y cuándo enseñarlas?. Ciência &
Educação, 10(1), 111-120.

[25] Lanciano, N. (1989). Ver y hablar como Tolomeo y pensar como Copérnico.
Enseñanza de las Ciencias, 7(2), 173-182.

[26] Lanciano, N. (1995). Mirando el cielo: obstáculos conceptuales ante el espacio. Un


enfoque transversal. Uno: Revista de didáctica de las matemáticas, 6, 85-94.

[27] Lanciano, N. y Camino, N. (2008): Del ángulo de la geometría a los ángulos en el


cielo. Dificultades para la conceptualización de las coordenadas astronómicas acimut y
altura. Enseñanza de las Ciencias, 26(1), 77–92.

[28] Leite, C. y Hosoume, Y. (2009). Explorando a dimensão espacial na pesquisa em


ensino de astronomia. Revista Electrónica de Enseñanza de las Ciencias, 8(3), 2009.

[29] Moreno Lorite, M. (1998). A cielo abierto: una experiencia de aprendizaje de


astronomía. Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, 18, 75-83.

[30] Navarro Pastor, M. (2011). Enseñanza y aprendizaje de Astronomía diurna en


primaria mediante “secuencias problematizadas” basadas en “mapas evolutivos”.
Enseñanza de las Ciencias, 29(2), 163–174.

[31] Ogan-Bekiroglu, F. (2007). Effects of Model-based Teaching on Pre-service Physics


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[32] Olivares Alfonso, J. (2003). Horologium. Uno: Revista de didáctica de las


matemáticas, 33, 89-98.

[33] Plummer, J. (2008). Students’ development of Astronomy Concepts across Time.


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[34] Plummer, J., Wasko, K. y Slagle, C. (2011). Children learning to explain daily
celestial motion: Understanding astronomy across moving frames of reference.
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[35] Plummer, J., Kocareli, A. y Slagle, C. (2014). Learning to explain astronomy across
moving frames of reference: Exploring the role of classroom and planetarium-based
instructional contexts. International Journal of Science Education, 36(7), 1083-1106.

[36] Rincón Voelzke, M. y Pereira Gonzaga, E. (2013). Analysis of the astronomical


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[37] Shen, J. y Confrey, J. (2010). Justifying Alternative Models in Learning Astronomy: A


study of K-8 science teacher´s understanding of frames of reference. International
Journal of Science Education, 32(1), 1-29.

393
[38] Sneider, C., Bar, B. y Kavanagh, C. (2011). Learning about Seasons: A Guide for
Teachers and Curriculum Developers. Astronomy Education Review, 10(3), 1-22.

[39] Stahly, L., Krockover, G. y Shepardson, D. (1999). Third grade students' ideas about
the lunar phases. Journal of Research in Science Teaching, 36, 159–177.

[40] Subramaniam, K. y Padalkar, S. (2009). Visualisation and Reasoning in Explaining


the Phases of the Moon. International Journal of Science Education, 31(3), 395-417.

[41] Ten, A. y Monros, M. (1984). Historia y enseñanza de la Astronomía, I. Los


primitivos instrumentos y su utilización pedagógica. Enseñanza de las Ciencias, 2, 49-
56.

[42] Ten, A. y Monros, M. (1985). Historia y enseñanza de la Astronomía, II. La posición


de los cuerpos celestes. Enseñanza de las Ciencias, 3, 47-56.

[43] Trundle, K., Atwood, R. y Christopher, J. (2007). Fourth-grade Elementary Student´s


Conceptions of Standards-based Lunar Concepts. International Journal of Science
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[44] Vega Navarro, A. (1996). Ideas Precopernicanas en nuestros libros de texto.


Revista de Educación, 311, 339-354.

[45] Vega Navarro, A. (2001). Tenerife tiene seguro de Sol (y de Luna):


Representaciones del profesorado de primaria acerca del día y la noche. Enseñanza de
las Ciencias, 19(1), 31-44.

[46] Vega Navarro, A. (2002). Sol y Luna, una pareja precopernicana. Estudio del día y
la noche en Educación Infantil. Tesis doctoral. Tenerife: Universidad de La Laguna.

[47] Vega Navarro, A. (2003). El día y la noche en los cuentos. Qurriculum, 16, 61-73.

[48] Vega Navarro, A. (2007). Ideas, conocimientos y teorías de niños y adultos sobre
las relaciones Sol-Tierra-Luna. Estado actual de las investigaciones. Revista de
Educación, 342, 475-500.

[49] Vosniadou, S. y Brewer, W. (1992). Mentals models of the Earth: a study of


conceptual change in childhood. Cognitive Psichology, 24, 535-585.

[50] Vosniadou, S. y Brewer, W. (1994). Mentals models of the day/night cycle. Cognitive
Science, 18, 123-183.

A continuación se presenta la Tabla 13-5, donde se encuentra cada artículo analizado


(identificado por su numeración), el nivel o los niveles educativos a los que se encuentra
dirigido y la transcripción de algún párrafo del mismo que permite clasificarlo en las
categorías mencionadas anteriormente, las cuales identifican cuál es el sistema de
referencia astronómico presente implícitamente en el trabajo.

394
Tabla 13-5: Clasificación de los artículos y ejemplo de transcripción representativa. El
número de artículo coincide con el presente en el listado anterior y la segunda columna
indica el nivel educativo con el que se relaciona el trabajo: nivel primario (NP), nivel
medio (NM), formación docente (FD), docentes en actividad (DOC), adultos en general
(AD) o todos los niveles educativos (TOD). La tercera columna especifica el sistema de
referencia (S.R.) en que ha sido categorizado: Heliocéntrico (He), Terrestre (Te) o Dual
(Du). Cuando corresponde, se presenta la subcategoría en la cual se lo ha ubicado:
Heliocéntrico observacional (He obs), dentro de la categoría Heliocéntrico, o Geocéntrico
(Geo) /Topocéntrico (To) dentro de la categoría Terrestre.

Nº Nivel S.R. Cita textual presente en el artículo


"La concepción [de universo] mayoritaria es la heliocéntrica (60,94%);
la concepción acéntrica estaría en el segundo lugar (25,44%), siendo
[1] NM He
minoritarias en estos estudiantes las concepciones geocéntrica (9,46%) y
las otras representaciones (4,14%)." (p. 333)
“Sin querer entrar en la polémica de si se deben utilizar sistemas
geocéntricos o heliocéntricos en la explicación de las apariencias... sería
NP y He
[2] conveniente una relación constante entre la observación y la explicación
NM obs
del fenómeno; al ver, por ejemplo, la órbita de Venus, no debe olvidarse
relacionarla con su característica de astro matutino o vespertino.” (p. 204)
“...explicar, con un diagrama o usando una esfera de poliestireno que se
[3] NP He
les proporcionó, por qué se hace de día y de noche.” (p. 504)
“La conceptualización de las causas de las fases lunares requiere un
pensamiento muy complejo. Primero, los alumnos deben saber los
[4] FD He
movimientos de rotación y revolución de la Luna y la Tierra y sus
posiciones relativas al Sol mientras se van moviendo.” (p. 12)
“El día y la noche, las estaciones y las fases serían fenómenos
fácilmente explicables, para todos, si pudiéramos tener una perspectiva
He desde fuera del sistema Tierra-Sol-Luna... la dificultad no radica en los
[5] NP
obs fenómenos en sí mismos sino en que buscamos comprenderlos desde
una perspectiva topocéntrica, sin generar herramientas que nos permitan
imaginar otros puntos de vista.” (p. 87)
“...es decir, como el observador (los niños) está ubicado en un
determinado punto de la Tierra, todo lo que puede observar debe
[6] TOD To describirse en primer lugar desde un sistema centrado en el lugar del
observador (posición topocéntrica), y entonces se puede hablar con total
rigurosidad, de que el Sol sale y se pone...” (p. 153)
“...será a través del citado diálogo entre la realidad y la utilización de los
modelos concretos como gradualmente se irán construyendo
aprendizajes que incorporen una "perspectiva dual" en el análisis de
[7] TOD Du estos fenómenos: nos referimos a imaginar al mismo tiempo dos
perspectivas: la topocéntrica propia de lo netamente vivencial,
observacional, y una perspectiva propia del megaespacio, como si
estuviéramos observando el sistema "desde afuera".” (p. 84)
“Cabe resaltar que esta concepción sobre la Didáctica de la Astronomía
no implica poner ningún límite a la rigurosidad conceptual ni a las
posibilidades de modelización lógico-matemática. Sólo propone que
[8] TOD Du previamente a la necesaria abstracción los aprendices deben interactuar
con los fenómenos astronómicos del mundo natural, iniciándose así un
diálogo indispensable entre lo vivido y lo interiorizado, entre la realidad y
el aula.” (p. 4)

395
“La astronomía diurna es de hecho mucho más fácil de aprender, como
primer paso, cuando describimos todos los fenómenos desde el sistema
[9] TOD Du de referencia del observador... Sabemos que el arco seguido por el Sol
en el cielo local es el efecto resultante (visible) de nuestra propia rotación
(la Tierra).” (p. 40)
“...hay algunos prerrequisitos esenciales para la comprensión del ciclo
día/noche y su duración: a) la Tierra tiene forma esférica, b) el día/noche
es causado exclusivamente por la rotación de la Tierra alrededor de su
eje, c) es imposible tener sólo día o noche en la Tierra, d) el eje de la
He
[10] NP Tierra está inclinado... Las habilidades de los chicos para proceder con
obs
observaciones sistemáticas de varios fenómenos astronómicos es una
condición básica para la comprensión de distintos conceptos
astronómicos porque constituye el primer paso para cualquier
generalización para su comprensión.” (p. 75)
“Como ya sabes, la Tierra gira alrededor del Sol mediante un movimiento
denominado traslación... ¿Cuál de estos tres dibujos se aproxima más a
la trayectoria que sigue la Tierra alrededor del Sol?...” (p. 229)
[11] TOD He “No es fácil relacionar la inclinación del eje de rotación de la Tierra con la
cantidad de radiación recibida por unidad de superficie. La comprensión
del modelo puede facilitarse con el uso de simulaciones... y diseñar un
modelo sencillo Tierra-Sol con un balón y un foco de luz...” (p. 235)
“Las fases de la Luna que percibimos desde nuestro lugar en la Tierra
son vivencias astronómicas topocéntricas. Sin embargo, para dar una
explicación sobre su origen, hay que recurrir a un punto de vista situado
[12] FD He en el espacio. En este sentido, uno de los principales obstáculos en el
aprendizaje de la astronomía es aquel que está ligado a la visión
espacial, es decir, a la capacidad mental de ver y trabajar en tres
dimensiones.” (p. 221)
“Estas actividades han de estar dirigidas a reconocer los astros más
importantes que podemos apreciar, a conocer sus nombres y a tratar de
[13] TOD To determinar cómo éstos modifican sus posiciones a lo largo del tiempo,
siempre desde una posición centrada en nuestro propio punto de
referencia.” (p. 196)
“9) ¿En qué consisten los movimientos de rotación y traslación
terrestres? Descríbalos.” (p. 472)
[14] FD He “Por su parte, en las respuestas a la pregunta ¿Por qué hay días y
noches en la Tierra?... un 63% de las respuestas obtenidas corresponde
a la explicación científicamente aceptada.” (p. 479)
"Introducimos seguidamente los movimientos aparentes de los astros
DOC He siguiendo su regularidad diaria, mensual y anual (el paso de un día, de un
[15]
NM obs mes, de un año). Todos los movimientos serán explicados a la luz del
modelo heliocéntrico." (p. 3)
“Como en el caso anterior los futuros maestros, con ayuda de objetos
reales, debían explicar teóricamente las causas de las estaciones... el
análisis de los informes presentados por los distintos grupos, nos sirvió
para detectar las siguientes ideas... - Consideraron que el cambio de
estaciones se debe a la mayor o menor distancia de la Tierra al Sol
He
[16] FD (91,7%). - No mantuvieron constante la orientación del eje de giro...
obs
(58,3%).” (p. 125)
“Los estudiantes destacaron los siguientes aspectos positivos de la
unidad didáctica: - Se contempla la observación de los movimientos
aparentes de los astros. - La constante relación realidad
observable/modelo interpretativo.” (p. 126)

396
“Dado que la comprensión de la teoría heliocéntrica no es evidente y
encierra importantes dificultades para los alumnos de educación
primaria, es necesario que los planteamientos didácticos contemplen: a)
la relación entre los movimientos reales de los astros y los aparentes; b)
las ideas e interpretaciones de los niños; c) la utilización de modelos
He manejables, dramatizaciones...” (p.21).
[17] NP
obs «La observación directa del cielo es uno de los procedimientos
esenciales en el estudio de la astronomía, que no siempre se trata con la
amplitud que se merece en los textos escolares... En este caso resulta
irrelevante que un niño, «sepa» el movimiento de rotación terrestre si no
saben explicar con él la variación de la posición del Sol en el cielo a lo
largo de la jornada y la sucesión de los días y las noches.» (p. 230)
“Los niños de esta edad deben conocer con detalle los fenómenos
naturales observables para apreciar la utilización que los seres humanos
hacemos de ellos. También deben acostumbrarse a buscar el porqué de
He estos fenómenos y a poner a prueba sus ideas mediante observaciones
[18] NP
obs reales, si es posible, y/o mediante simulaciones tangibles con objetos
sencillos, con su propio cuerpo, etc. Todo ello constituye un paso inicial
importante para profundizar en la secundaria obligatoria en el modelo
teórico abstracto (heliocentrismo).” (p. 3)
“Nuestra intención en este capítulo es presentar al sistema geocéntrico
como un modelo útil, que sirve para hacer predicciones válidas de los
[19] FD Geo
movimientos del Sol, las estrellas y la Luna (y de las fases de esta última)
tal como se ven en el cielo a simple vista.” (p. 136)
“En este trabajo se estudian las representaciones gráficas y los textos
que acompañan a las mismas, realizadas por estudiantes de Magisterio
[20] TOD He sobre los movimientos de la Tierra y de la Luna y sus consecuencias. Su
análisis permite afirmar que hay una falta de comprehensión del modelo
Sol-Tierra-Luna.” (p. 153]
"...5. ¿Qué es una constelación? ¿En cuál se halla la estrella Polar. 6.
Cita el nombre de algunas constelaciones. 7. ¿Cuál es el nombre de
He
[21] TOD nuestra Galaxia? 8. Durante nuestro verano, ¿dónde crees que
obs
se encuentra la Tierra: más cerca o más lejos del Sol?... 10. ¿Sabrías
decir qué se conoce con el nombre de Big-Bang?". (p. 112)
“...desde la Tierra inmóvil podemos observar cómo el Sol se mueve de
arriba (21 de junio) a abajo (21 de diciembre) pasando dos veces por el
punto intermedio... Si cambiamos de referencia... podemos observar el
[22] FD Du
movimiento rectilíneo de la Tierra de arriba (21 de diciembre) a abajo (21
de junio). Basta sumar el movimiento circular... para conciliar ambos
modelos...” (p. 52)
“...[los estudiantes] respondieron correctamente que en la latitud de
Turquía, al norte del Trópico de Cáncer, el Sol nunca está directamente
He sobre la cabeza al mediodía... La mayoría de los estudiantes... indicaron
[23] FD
obs que la causa de las diferentes estaciones que experimentamos cada año
son la inclinación del eje de la Tierra con respecto al plano de su órbita y
su giro alrededor del Sol.” (p. 19)
Siendo el objetivo que los niños puedan establecer relaciones entre las
fases de la Luna con los movimientos de los cuerpos celestes
involucrados, parece necesario secuenciar apropiadamente estos
[24] NP He conocimientos y desarrollar el contenido a lo largo de varios años a
medida que los alumnos los van adquiriendo. Por último, es aconsejable
ofrecer actividades didácticas que permitan a los alumnos visualizar al
sistema Tierra-Sol-Luna utilizando el modelo heliocéntrico.” (p. 118)

397
“Ninguna percepción directa del cuerpo nos hace pensar en el
desplazamiento de nuestro planeta sobre el que apoyamos los pies. No
[25] TOD Geo hay ninguna razón práctica evidente para hacernos abandonar el modelo
de Tolomeo... éste «funciona» estupendamente para explicar y describir
lo que se ve cotidianamente.” (p. 175)
“...la experiencia ha confirmado de qué modo quien tiene cierta práctica
de observación y de reflexión sobre todo lo que se ve en el cielo, ha
[26] AD Du
adquirido una capacidad de razonar sobre el macroespacio, estando en
el interior del mismo.” (p. 93)
“Al definir el sistema de coordenadas horizontal astronómico, y al
utilizarlo en la práctica docente a través de las coordenadas acimut y
altura, damos naturalmente por hecho que el espacio físico con el que
trabajaremos tiene las propiedades del espacio geométrico euclídeo.
[27] NM To
Debemos entonces notar que tomar una geometría particular para
describir el espacio físico es una elección arbitraria y, por tanto, la misma
debería incluir ciertas «advertencias» para quienes la utilicen, en especial
para sus aplicaciones en el ámbito de la educación.” (p. 79)
“Se le solicita al profesor... que escoja el objeto que mejor representa a la
Tierra y lo coloque en un lugar de la sala... [luego, sobre el objeto elegido]
[28] DOC He
que coloque un muñeco que represente a una persona en la superficie de
Tierra.” (p. 802)
“Los movimientos de la bóveda celeste a lo largo de la noche y del año
se pueden explicar con el modelo geocéntrico. Sin embargo, en el
segundo ciclo al conocer el movimiento retrógrado de los planetas, sus
[29] NP Du satélites y la existencia de fases, se hacen patentes las dificultades para
dar una explicación satisfactoria... ahora se requiere un nuevo modelo
que sea capaz de explicar adecuadamente los hechos que no encajan en
el modelo anterior.” (p. 81)
“...priorizar lo observacional y descriptivo permite que los niños realicen
investigaciones científicas, cosa que en el caso de las teorías explicativas
resulta altamente problemático. No hay que olvidar que el aprendizaje del
He modelo Sol-Tierra y las causas de las estaciones presenta una gran
[30] NP
obs dificultad intrínseca... asociada en parte a las destrezas geométricas
proyectivas requeridas –la capacidad de imaginar y operar el sistema en
tres dimensiones y de vincular la perspectiva local con la espacial–.” (p.
165)
“La enseñanza basada en modelos consistió en realizar observaciones
He
[31] FD periódicas de la Luna, y en la construcción y uso de modelos en grupos.”
obs
(p. 575)
“El movimiento del Sol, que determina la duración de sus fases u horas,
proporciona al mismo tiempo un recurso precioso para su medición: la
variación de las sombras proyectadas por los objetos expuestos a sus
rayos. El conocimiento exacto de esta variación ha dado lugar a la
[32] NM To confección de los relojes solares, tanto los clásicos como otros más o
menos complejos... Otra técnica muy usada ha sido la observación de la
dirección de la sombra de objetos verticales, como el propio cuerpo
humano. Ambos sistemas se basan en relacionar la hora con el azimut
del Sol sin tener en cuenta su altura.” (p. 91)

398
“...la mayoría de la instrucción no ayuda a los estudiantes a realizar
conexiones entre los movimientos observados en el cielo y el movimiento
de los planetas, el Sol y la Luna desde una perspectiva exterior
(Nussbaum, 1986).” (p. 139)
He
[33] NP “Se necesita más investigación para poner a prueba las hipótesis sobre la
obs
progresión desarrolladas en esta tesis, incluyendo instrucción sobre el
movimiento aparente del cielo... así como la instrucción que ayuda a los
niños a aprender a conectar la comprensión del movimiento aparente con
los movimientos reales de la Tierra y la Luna.” (p. 145)
“Los resultados presentados aquí apoyan nuestra afirmación de que los
estudiantes necesitan ser guiados en la comprensión de cómo hacer las
[34] NP Du conexiones entre los movimientos reales de los objetos heliocéntricos y
sus consecuencias observables desde una perspectiva con sede en la
Tierra.” (p. 23)
“Comparamos los resultados de la participación de estudiantes de 3º
grado (N=99) en cuatro condiciones instruccionales: un currículum que
enfatiza la perspectiva basada en el espacio, un programa de planetario
[35] NP Du que enfatiza la perspectiva basada en la Tierra, clases instruccionales
que enfatizan la explicación de las observaciones basadas en la Tierra y
una condición final que combina tanto el planetario como las
explicaciones durante la clase.” (p. 2)
“Los resultados muestran una clara mejora de los conocimientos
astronómicos de los maestros: un 97,0% de los profesores sabe que el
sistema solar se compone de ocho planetas, el 42,4% conoce la correcta
[36] NP He definición de planeta, el 78,1% sabe explicar correctamente cómo se
produce un eclipse lunar y un eclipse solar; 72,7% son capaces de
explicar la aparición de las estaciones del año y el 89,7% puede definir
correctamente el término "cometa".“ (p. 25)
“...el modelo geocéntrico se refiere a un sistema que es cinemáticamente
consistente con el modelo heliocéntrico. Los dos modelos son paralelos:
[37] DOC Du
difieren solamente en la preferencia de elección del origen del sistema de
referencia.” (p. 8)
“Estos problemas se hacen aún más difíciles debido a que algunos de los
conceptos más avanzados, especialmente los que implican la física de la
luz y la interacción de la luz con la materia, debe ser entendidos antes
para que los estudiantes sean capaces de sintetizar las perspectivas de
He
[38] NP las estaciones desde la Tierra y desde el espacio. Nótese... que la
obs
reconciliación de las vistas desde la Tierra y desde el espacio pueden
comenzar en un nivel superior de primaria respecto al ciclo día/noche, ya
que este último es menos complejo de visualizar que la causa de las
estaciones.” (p. 18)
“La lección del tercer día proporciona a los estudiantes experiencias
adicionales para investigar las posiciones en el modelo tridimensional
[39] NP He Sol-Tierra-Luna. De esta manera, los estudiantes observaron qué pasó
con la forma de la Luna vista desde la Tierra cuando cambió la posición
de la Luna en relación a la Tierra y al Sol.“ (p. 164)
“Con el fin de explicar con éxito las fases lunares, uno tiene que cambiar
de perspectiva, pasando al espacio a partir de un punto de vista basado
en la Tierra. Además, uno necesita extraer invariantes de una situación
dinámica... Estos invariantes son elementos conceptuales tales como el
[40] AD He
límite de iluminación y el límite de visibilidad, y pertenecen al dominio de
la geometría de la esfera. Una vez que estos invariantes son
identificados, el problema de la obtención de la forma exacta de las fases
se reduce a la proyección de curvas en la superficie de la esfera.” (p. 18)

399
“Esta primera parte está dedicada a presentar y estudiar las posibilidades
de algunos instrumentos basados todos ellos sobre el mismo principio: la
[41] TOD To
determinación de la posición y trayectoria del Sol mediante la
observación directa de las sombras que sus rayos producen.” (p. 51)
“Mediante la observación directa del firmamento a simple vista,
percibimos de modo inmediato, además del sol, la luna, y una inmensa
cantidad de cuerpos luminosos puntuales: las estrellas. Una observación
más atenta y extendida en el tiempo, muestra el movimiento uniforme de
[42] TOD To
la mayor parte de éstas a lo largo del día y del año y el de la luna y
algunas de estas «estrellas», respecto a las otras que parecen mantener
invariables sus posiciones relativas y permiten su agrupación en
imaginarias figuras: las constelaciones...” (p. 48)
“Para comenzar la instrucción, el observador participante enseñó a 63
chicos y 3 docentes procedimientos para juntar, registrar y compartir
observaciones de la Luna. Los chicos y docentes fueron llevados fuera
del edificio escolar y orientados según los puntos cardinales usando
He lugares de referencia de la comunidad.” (p. 602)
[43] NP
obs “Continuando con las actividades, los estudiantes participaron en una
actividad de modelado psicomotor en una habitación oscura... una esfera
de poliestireno sostenida a la longitud del brazo servía como modelo de
la Luna; el bulbo incandescente representaba el Sol; y la cabeza de los
estudiantes representaba la Tierra.” (p. 604)
“En ningún caso se advierte que [el movimiento del Sol] se trata de un
[44] TOD He
movimiento aparente.” (p. 343)
“TAREA 1... Supón que estás en una nave espacial desde la que se
[45] NP He puede ver toda la Tierra mirando desde una ventanilla... a) Dibuja la
Tierra tal y como piensas que la verías.” (p. 43)
“Son esas imágenes... las que no nos permiten entender la causa real de
las estaciones. Porque si las imágenes se correspondiesen con la
realidad, habría que deducir de ellas una gran variación de temperaturas
[46] TOD He en función de la cercanía-lejanía de la Tierra y el Sol. Y eso es lo que
piensan quienes las han tenido tantas veces delante de sus ojos, sin
acordarse de la inclinación del eje de rotación, ni de que en el otro
hemisferio la estación es contraria.” (p. 6)
“La Luna no puede ser el símbolo de la noche… porque es un grave error
conceptual que colisionará más tarde con la explicación correcta del
[47] NP Du
fenómeno noche-día (ausencia-presencia de luz solar), con la visión
heliocéntrica del sistema solar y con la idea de universo dinámico.” (p. 70)
“...mientras no estemos en condiciones de aceptar que la Tierra es
esférica y de entender el concepto de gravedad, solamente tendremos
[48] TOD He aproximaciones que frecuentemente se interfieren y se mezclan con otros
conceptos, dando lugar a una extensa retahíla de ideas alternativas,
como muestran los diferentes estudios.” (p. 476)
“...los niños tienen dificultad en comprender la información de que la
Tierra es una esfera enorme, rodeada de espacio. La idea de que vivimos
[49] NP He
en todo en el exterior de una Tierra esférica es contrario a la intuición y
no está de acuerdo con la experiencia cotidiana.” (p. 541)
“Los modelos mentales iniciales no mostraron influencia de la explicación
científica actualmente aceptada del ciclo día/noche, mientras que los
modelos mentales sintéticos representan los intentos de asimilar las
[50] NP He explicaciones científicas a las actuales estructuras conceptuales.” (p.
181) [Aclaración: el artículo toma como “explicación científica aceptada” a
la explicación del ciclo día/noche desde el sistema de referencia
heliocéntrico]

400
13.7. Guía de actividades de observación del cielo

13.7.1. Movimiento del Sol durante su salida y puesta

401
13.7.2. El movimiento de las estrellas en el cielo

402
13.7.3. Cambios anuales en la salida y puesta del Sol

403
13.7.4. El mediodía solar y la línea norte-sur

Actividad 4: Determinación del mediodía solar y de la línea norte-sur

Responder antes de realizar la actividad


¿A qué hora el Sol se encuentra en la mitad de su recorrido diario? ¿Cómo puedo determinar ese instante
midiendo las sombras de una estaca vertical? En ese momento, ¿hacia dónde apunta la sombra de la estaca?

Actividad a llevar a cabo


1. Fijar una cartulina a una superficie horizontal en una zona al aire libre despejada de árboles o
construcciones. Cuidar que no se mueva y que, en las próximas horas, ningún obstáculo visual tape el Sol.
2. Colocar una estaca vertical de unos 10 cm de altura de forma tal que quede fija en el centro. Tener en
cuenta que la sombra de la estaca no debe sobresalir en ningún momento de la cartulina. Medir la altura
de la estaca: ..................... cm.
3. Marcar en la cartulina las posiciones que va ocupando la sombra cada 10 minutos durante un período de,
por lo menos, 3 horas: de 11.30 a 14.30 hs. Anotar la hora en la que realizan cada medición. En el tramo
en el que la sombra varíe su longitud cada vez más lentamente, realizar el registro cada 5 minutos.
4. Numerar cada sombra y completar una tabla en la que figuren el número de sombra, la longitud y la hora
correspondiente (ver ejemplo). Una vez que las sombras comienzan a alargarse, tratar de registrar tres
sombras cuyas longitudes sean iguales a las de otras sombras medidas anteriormente, cuando las
mismas se iban acortando.
5. Determinar la dirección norte - sur o meridiana del lugar: al finalizar, sin mover la cartulina, unir los
extremos de las sombras de igual longitud con unas líneas auxiliares finas. Marcar los puntos medios de
ellas y trazar una línea que pase por dichos puntos. Esa línea indica la dirección norte – sur (ver figura).

EJEMPLO DE TABLA NORTE


Nro. Hora Longitud (cm)
1 11.30 hs
OESTE ESTE
2 sombras sombras
3
4 acortándose 3
alargándose
2 4
5 1 5

Línea norte - sur


SUR

6. Determinar el horario del mediodía solar: buscar en la cartulina cuál fue la longitud y el horario de la
sombra más cercana a la línea norte–sur trazada. Debería ser la más corta ya que el Sol en ese momento
se encuentra en su posición más alta del día. Ese instante se llama mediodía solar. Completar la tabla:
Horario del Dirección geográfica hacia Diferencia entre el mediodía solar y el
Mediodía
mediodía solar donde apunta la sombra mediodía civil (las 12 hs del reloj)
solar en
El Bolsón Norte / Sur

Luego de la actividad
Revisar las respuestas dadas antes de realizar la actividad. Corregirlas o completarlas en caso de ser
necesario. A partir de lo aprendido, explicar cómo podrías hacer para saber hacia dónde queda el sur si te
mudas a la ciudad de Buenos Aires. Discutir con tus compañeros si el horario del mediodía solar coincidirá o
no con el de El Bolsón.

404
13.7.5. Movimiento propio de la Luna

Actividad 5: Observación de la Luna varios días seguidos

Responder antes de realizar la actividad


Si miro la Luna dos días seguidos a la misma hora, ¿se ubica en el mismo lugar del cielo? ¿Se observa con la
misma forma o cambia? ¿Puedo observar la Luna a la mañana?

Actividades a llevar a cabo


Observar la posición y la forma de la Luna durante tres anocheceres seguidos a la misma hora
1. Dibujar el horizonte occidental con el mayor detalle posible como para tenerlo como referencia.
2. Comenzar las observaciones una noche en que la Luna se observe hacia el oeste (uno o dos días después
de la Luna nueva). Dibujar la forma que tiene la Luna ese día y la posición en la que se encuentra respecto
al horizonte indicando, a su vez, la fecha y la hora.
3. Repetir el procedimiento dibujando la posición de la Luna a la
misma hora aproximadamente cada 1 ó 2 días. No olvidarse de 22/3
indicar la fecha y la hora (ver figura de la derecha como ejemplo). 20 hs
Prestar mucha atención y comparar con la posición del día 20/3
20 hs
anterior. Si es necesario, dibujar el horizonte oriental y dibujar en
él los cambios en la posición y forma de la Luna.

Observar la posición y la forma de la Luna durante tres mañanas seguidas a la misma hora
1. Dibujar el horizonte occidental con el mayor detalle posible como para tenerlo como referencia.
2. Comenzar las observaciones una mañana en que la Luna se observe hacia el oeste. Dibujar la forma que
tiene la Luna ese día y la posición en la que se encuentra respecto al horizonte indicando, a su vez, la
fecha y la hora.
3. Repetir el procedimiento dibujando la posición de la Luna a la misma hora aproximadamente cada 1 ó 2
días. No olvidarse de indicar la fecha y la hora. Prestar mucha atención y comparar con la posición del día
anterior. Si es necesario, dibujar el horizonte oriental y dibujar en él los cambios en la posición y forma de
la Luna.

Luego de las actividades


Marcar la opción correcta a partir de lo aprendido al realizar las observaciones:
1. De un anochecer al siguiente, la Luna se ubica en el cielo cada vez más hacia el horizonte este / oeste. A
su vez, se observa que crece / se queda igual / se achica y que tiene iluminado su lado derecho /
izquierdo.
2. De una mañana a la otra, la Luna se ubica en el cielo cada vez más hacia el horizonte este / oeste. A su
vez, se observa que crece / se queda igual / se achica y que tiene iluminado su lado derecho /
izquierdo.
3. Revisar las respuestas dadas antes de realizar la actividad. Corregirlas o completarlas en caso de ser
necesario. A partir de lo aprendido, explicar cómo podrías hacer para saber si la Luna al otro día se
observará más grande o más chica.

405
13.8. Material informativo para los alumnos sobre día/noche y estaciones

EL DÍA Y LA NOCHE

El Sol sale por algún lugar mirando hacia el este (donde se encuentra el Piltri) y, luego de varias
horas, se esconde por algún lugar mirando hacia el oeste (donde se encuentra la cordillera). Ese
recorrido, el Sol lo realiza en forma inclinada hacia el norte, lo que provoca que ascienda así y
que descienda así . Al instante en que el Sol llega a su posición más alta se lo conoce como
mediodía solar y, en ese momento, el Sol se encuentra en dirección justo hacia el norte. En
consecuencia, una estaca vertical posee la sombra más corta de todo el día. En El Bolsón, esto
ocurre cerca de las 13.45 hs. El fenómeno del día y la noche se debe al movimiento diario del Sol
en el cielo, desde algún lugar hacia el este a algún lugar hacia el oeste, provocando que el Sol a
veces se encuentre arriba del horizonte y otras veces debajo. Así, la presencia del Sol caracteriza
al día, y su ausencia a la noche. La Luna no guarda ninguna relación con este fenómeno.

LAS ESTACIONES DEL AÑO

Cambios aproximados en la salida y puesta del Sol:

Las estaciones del año ocurren debido a que el Sol se ubica más al norte o más al sur en el cielo.
Cuando el Sol se ubica hacia el sur del cielo, nosotros, que vivimos en el sur de la Tierra, vemos
al Sol seguir un recorrido más alto y estar más tiempo arriba del horizonte. La trayectoria más al
sur y más alta del Sol de todo el año ocurre el 21 de diciembre, día en que el Sol sale bien al sur
del este y se oculta bien al sur del oeste. Ese día comienza el verano en el hemisferio sur.

En cambio, cuando el Sol se ubica hacia el norte del cielo, nosotros, que vivimos en el sur de la
Tierra, vemos al Sol realizar un recorrido muy bajo y estar poco tiempo arriba del horizonte. La
trayectoria más al norte y más baja de todo el año ocurre el 21 de junio, día en que el Sol sale
bien al norte del este y se oculta bien al norte del oeste. Ese día comienza el invierno en el
hemisferio sur.

Desde el 21/12 al 21/6, el Sol sale cada vez más al norte, provocando días más fríos debido a
que sus rayos llegan cada vez más inclinados y las horas de luz son cada vez menos. En cambio,
406
del 21/6 al 21/12, el Sol sale cada vez más al sur, provocando días cada vez más cálidos debido
a que sus rayos llegan cada vez menos inclinados y a que su presencia en el cielo dura más. A
estos dos días extremos (21/6 y 21/12) se los llama solsticios, que significa "sol quieto", ya que a
partir de esas fechas el Sol invierte su movimiento y comienza "a regresar".

Sólo dos días al año, el 21/3 y el 21/9, el Sol sale justo por el este y se pone justo por el oeste,
realizando un recorrido a media altura en el cielo. A estas fechas se las conoce como los
equinoccios, que significa "igual noche", ya que sólo en esas dos fechas el Sol está 12 hs arriba
del horizonte y 12 hs debajo. Eso provoca que el día y la noche duren lo mismo.

13.9. Registros de observaciones del cielo

Las Figuras 13-9 y 13-10 muestran dibujos realizados por estudiantes de distintos
niveles educativos que han realizado observaciones del cielo a partir de actividades
propuestas en el marco de esta investigación. Las mismas evidencian la posibilidad y
factibilidad de llevar a cabo este tipo de observaciones con los estudiantes a pesar de
que la realización de las mismas está condicionada por las condiciones meteorológicas
presentes al momento de desarrollar la secuencia didáctica.

FIGURA 13-9: Registros de los cambios en el lugar y horario de salida y/o puesta del
Sol. Realizados por estudiantes de primaria, secundaria y nivel superior. Los nombres
han sido cambiados para preservar la identidad.

Salvador (4to. grado - Nivel primario) Agustina (2do. año - Nivel medio)

Pablo (1er. año - Nivel medio) Jenifer (2do. año - Nivel superior)

407
Martina (1er. año - Niver medio) Josefina (2do. año - Niver superior)

FIGURA 13-10: Registros del cambio de posición de la Luna en el cielo de un día al otro
a la misma hora. Realizados por estudiantes de secundario y terciario.

Rodrigo (2do. año - Nivel medio) Lorena (2do. año - Niver superior)

Clara (1er. año - Nivel medio) Martín (2do. año - Niver superior)

408
13.10. Material informativo para los alumnos sobre las fases lunares

1
FASES DE LA LUNA

Las fases de la Luna se deben al cambio de la posición de la Luna en el cielo vista, siempre a la
misma hora, desde nuestra ubicación terrestre. Dado que la Luna posee un movimiento propio
hacia el este, cada día que pasa su posición en el cielo respecto al Sol se modifica
constantemente. En consecuencia, desde nuestra posición no nos es posible observar
continuamente toda la mitad de la Luna iluminada por el Sol (ver figura de abajo).

Cuando la Luna está en dirección al Sol (posición 1), la cara no iluminada queda ubicada hacia
nosotros y, en consecuencia, no podemos ver la Luna (Luna A). Estamos en "Luna nueva". Si
continuamos observando la Luna en el horario de puesta del Sol, vemos que, unos 7 días
después, ésta se ubica hacia el norte (posición 5). En consecuencia, percibimos la Luna "de
costado", lo que nos permite ver su lado izquierdo iluminado, que es el lado que está en dirección
hacia el Sol. La Luna está en "Cuarto creciente" (Luna C). Continuando su desplazamiento hacia
el este, unos 7 días más tarde la Luna se ubica opuesta al Sol (posición 9) y, por lo tanto, su cara
iluminada apunta hacia nosotros. En consecuencia, vemos la Luna redonda. Estamos en "Luna
llena" (Luna E).
1
Lo aquí detallado es una simplificación que intenta explicar solamente los cambios en la forma en que se ve
la Luna en el cielo. Por ese motivo, no se especifican los cambios en la altura de la Luna ni en los lugares de
su salida y puesta durante su movimiento propio alrededor de la Tierra.

409
A partir de allí, el movimiento de la Luna hacia el este provocará que ésta se encuentre debajo
del horizonte durante la puesta del Sol, por lo que no será visible en ese horario. Sin embargo, si
el día de Luna llena seguimos el recorrido de la Luna en el cielo, notaremos que, unas cuantas
horas después, ésta se estará poniendo por algún lugar del oeste mientras el Sol estará
apareciendo por algún lugar del este. En consecuencia, continuaremos representando el
movimiento de la Luna en el cielo en el horario de salida del Sol, desde la Luna llena hasta la
Luna nueva.

Nos encontramos ahora observando el movimiento propio de la Luna hacia el este los días
posteriores a la Luna llena. Dado que la Luna cambió su ubicación en el cielo, la misma será
visible a otras horas, lo que provoca que sea conveniente registrar cómo cambia de posición y de
forma durante unas dos semanas en el horario de salida del Sol (ver figura de abajo).

FASES DE LA LUNA – Fase menguante

13
14
12
Cuarto
menguante
G
11 15

F H
16
10
Luz
del
Sol

9 E I 17
Luna Luna
llena Mirando al norte Salida del Sol nueva
Oeste Horizonte Este

1 a 9: Cambios en la posición de la Luna en el cielo en el momento de la salida del Sol. Fase menguante:
desde la Luna llena hasta la Luna nueva (15 días aprox.). Mitad de la Luna iluminada y mitad oscura.
E a I: Forma en que se ve desde nuestra ubicación terrestre la mitad de la Luna iluminada por el Sol. La
porción visible se modifica a medida que cambia la posición de la Luna.

Como ya se ha visto, el día de Luna llena (Luna E) la cara iluminada “apunta” hacia nosotros y,
en consecuencia, vemos la Luna redonda (posición 9). Si continuamos observando la Luna en el
horario de salida del Sol, vemos que unos 7 días después ésta se ubica hacia el norte (posición
13). En consecuencia, percibimos la Luna "de costado", lo que nos permite ver su lado derecho
iluminado, que es el lado que está “mirando” hacia el Sol. La Luna está en "Cuarto menguante"
(Luna G). Continuando su desplazamiento hacia el este, unos 7 días más tarde la Luna se
ubicará en dirección al Sol (posición 17) y, por lo tanto, su cara no iluminada quedará ubicada
hacia nosotros, por lo que no podremos ver la Luna (igual que en la posición 1 de la figura
anterior). Habremos vuelto a tener "Luna nueva" (Luna I), con lo que comenzará un nuevo ciclo
lunar de unos 29,5 días de duración.

410
13.11. Análisis cuantitativo de las respuestas de los alumnos

A continuación se presenta en detalle el análisis de las respuestas iniciales y finales de


los estudiantes en relación a cada categoría seleccionada con el fin de estudiar si ha
habido diferencias significativas a lo largo del proceso de conceptualización seguido por
el grupo de clase (ver Sección 10.8.). En la Tabla 13-6 figuran las 26 categorías o
variables de análisis (V1 a V26) y los 26 alumnos (A1 a A26), indicando con valor uno en
caso de detectarse la presencia de una categoría considerada adecuada desde un
punto de vista científico (fondo blanco) al inicio de las clases y cero en caso contrario. A
su vez, se asignó valor cero en caso de haberse detectado la presencia de una
categoría inadecuada (indicadas en fondo gris), y uno en caso contrario. La última
columna indica el puntaje total obtenido por cada estudiante (máximo: 26). La Tabla 13-
7 muestra este mismo análisis pero a partir de las actividades realizadas al finalizar la
propuesta de enseñanza desarrollada.

411
Tabla 13-6: Respuestas de cada estudiante al inicio de las clases clasificadas por categorías de análisis inadecuadas (en fondo gris) y adecuadas
(fondo blanco). El valor 1 indica que se posee una categoría adecuada o que no se posee una categoría inadecuada. Ti: Total inicial por alumno.
V1 V2 V3 V4 V5 V6 V7 V8 V9 V10 V11 V12 V13 V14 V15 V16 V17 V18 V19 V20 V21 V22 V23 V24 V25 V26 Ti
A1 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 7
A2 0 1 1 1 0 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 0 10
A3 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 0 9
A4 0 1 1 1 1 1 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 11
A5 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 0 9
A6 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 0 9
A7 0 1 1 1 1 1 1 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 12
A8 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 1 1 0 1 0 0 0 1 1 1 1 1 0 0 0 11
A9 1 1 1 1 1 1 1 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 13
A10 1 1 1 1 1 1 1 0 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 13
A11 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 9
A12 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 6
A13 0 1 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 1 1 1 0 1 0 0 0 11
A14 0 0 1 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 10
A15 0 0 1 1 0 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 9
A16 0 0 1 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 0 10
A17 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 7
A18 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 8
A19 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 1 1 0 1 0 0 0 0 7
A20 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 1 1 1 0 1 0 0 0 10
A21 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 0 9
A22 1 1 1 1 0 1 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 1 1 1 1 1 0 0 0 12
A23 1 1 1 1 1 1 1 0 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 1 1 0 1 0 0 0 0 13
A24 1 1 1 1 1 1 0 1 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 0 13
A25 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 9
A26 0 1 1 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 0 11

412
Tabla 13-7: Respuestas de cada estudiante al final de las clases clasificadas por categorías de análisis inadecuadas (en fondo gris) y adecuadas
(fondo blanco). El valor 1 indica que se posee una categoría adecuada o que no se posee una categoría inadecuada. Tf: total final por alumno.
V1 V2 V3 V4 V5 V6 V7 V8 V9 V10 V11 V12 V13 V14 V15 V16 V17 V18 V19 V20 V21 V22 V23 V24 V25 V26 Ti
A1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 23
A2 1 1 1 1 1 1 0 1 1 0 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 0 0 21
A3 0 1 1 1 1 1 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 17
A4 1 1 1 1 1 1 0 0 1 1 0 1 1 1 0 0 0 0 1 1 1 1 0 1 0 0 16
A5 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 0 1 0 0 21
A6 1 1 1 1 1 1 0 1 0 1 0 1 1 1 0 1 1 0 1 1 1 1 1 0 0 0 18
A7 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 24
A8 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 0 1 1 0 22
A9 1 1 1 1 1 1 0 1 0 0 0 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 0 0 0 0 17
A10 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 25
A11 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 1 1 1 1 0 0 1 1 1 1 0 0 0 0 11
A12 0 0 1 1 0 1 0 0 0 0 0 1 1 1 1 1 0 0 1 1 1 1 0 0 0 0 12
A13 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 0 1 0 0 21
A14 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 0 1 1 1 1 1 0 0 1 1 1 1 0 1 1 1 21
A15 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 0 1 0 0 20
A16 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 24
A17 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 25
A18 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 24
A19 1 1 1 1 1 1 0 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 0 1 0 21
A20 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 0 1 22
A21 1 1 1 1 1 1 0 1 0 1 0 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 0 1 1 1 21
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A23 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 25
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