La Necesidad de Control y La Autoexigencia

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En muchas ocasiones hemos hablado sobre estados dos creencias irracionales: la


necesidad de control y la autoexigencia. Hoy vamos a hablar sobre ellas porque son dos
de las ideas irracionales que más ansiedad y malestar nos pueden provocar.

¡Empezamos!

¿Qué es la necesidad de control? ¿Qué es la alta autoexigencia?

Como son dos conceptos relacionados, pero que a la vez son diferentes vamos a
definirlos de manera independiente.

▪ Necesidad de control. Ocurre cuando queremos controlar todo lo que tenemos


a nuestro alrededor. Muchas veces nos preparamos para las consecuencias de
algo incluso antes de que ocurra. Por ello, está muy relacionado con los
pensamientos anticipatorios.
▪ Alta autoexigencia. Se produce cuando pensamos que tenemos que ser
competentes en todo lo que hacemos. En consecuencia, nos ponemos
expectativas u objetivos que, por lo general, suelen estar fuera de nuestro
alcance.

Aunque son dos conceptos diferentes suelen estar muy relacionados porque la alta
autoexigencia requiere una necesidad de control, ya que se tiene que tener todo
excesivamente planificado.

¿Cómo puedo saber si soy una persona autoexigente y con necesidad de


control?

Vamos a enumerar una serie de características que tienen la mayoría de las personas
autoexigentes y con necesidad de control. Si te identificas con la mayoría de ellas podría
ser que estuvieras siendo víctima de estas ideas irracionales.
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1. Te pones metas totalmente inalcanzables. Por ejemplo, te dices cosas como


"nunca puedo decir que no", "siempre tengo que agradar a los demás", "tengo
que ser el mejor en el trabajo", "tengo que alcanzar todo lo que me propongo".

2. Cuando los planes fallan te sientes mal. Imagínate que has quedado con
alguien y que esta persona te cancela el plan en el último momento. Si te genera
una ansiedad y un malestar excesivos podría ser que estuvieras siendo víctima
de una necesidad de control excesiva.

3. Eres demasiado minucioso con lo que haces. Si le prestas mucha atención a


los detalles y pierdes mucho tiempo en ellos. Esto puede tener consecuencias
negativas, ya que necesitarás más tiempo que otra gente para sacar el mismo
trabajo adelante.

4. Necesitas hacerlo todo tú. Si tienes un trabajo en equipo y no te fías del resto
de personas teniendo que coger el mando de lo que haces, podría ser que tuvieras
una excesiva necesidad de control.

5. Problemas para gestionar la incertidumbre. En el caso de que algo no lo


podamos tener controlado se genera mucho malestar. Por ejemplo, si alguien está
esperando que pongan una fecha de un examen y no sabe realmente cuándo se
va a colgar esa fecha se puede generar mucha ansiedad y malestar. Además,
también se pueden producir un exceso de control en otras áreas para intentar
paliar la falta de control en esta.

Estas son algunas de las principales características, pero hay muchas más como, por
ejemplo: exigencia a los demás, problemas para reconocer y controlar emociones, etc.

¿Cuáles son las consecuencias de la necesidad de control y la alta


autoexigencia?

Como ya hemos comentado y como también imaginarás las consecuencias son muchas
y en la mayoría de los casos son muy negativas.
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La principal en ambos casos es la ansiedad. Al fin y al cabo, querer tener las cosas
controladas cuando, en muchos casos son incontrolables y querer ser el mejor en todo
genera ansiedad.

Asimismo, también puede aparecer el excesivo perfeccionismo, autolesiones,


terror a equivocarse, baja tolerancia a la frustración, problemas para la expresión
de emociones, inseguridad, falta de autoestima, etc.

¿Qué podemos hacer para solucionarlo?

Como son dos conceptos diferentes vamos a explicarlos por separado.

En el caso de la alta autoexigencia es recomendable que aprendamos a ponernos


metas realistas. En la mayoría de los casos nos solemos establecer metas que están por
encima de nuestras posibilidades y que no tienen en cuenta variables externas. Por ello,
es muy recomendable aprender a ser realistas en todo momento y aprender a establecer
objetivos pequeños y realistas.

Asimismo, también sería recomendable que analizáramos cuáles son nuestras


virtudes y nuestros defectos y que los tengamos en cuenta. Por ejemplo, no puedo
pretender ser astronauta si no he cursado ningún estudio relacionado con ello. Querer ir
por encima de nuestras posibilidades solo nos generará mucho malestar y baja sensación
de eficacia porque nunca lograremos aquello que nos proponemos o nos costará mucho
hacerlo.

Piensa y ten en cuenta que los errores son parte del proceso. Si no tenemos en cuenta
esto y nos equivocamos o algo no sale como esperábamos nos llevaremos una decepción
enorme y nos generará mucho malestar. Sin embargo, si nos equivocamos y tenemos en
cuenta que esto era algo que podría pasar, nos generará malestar porque al fin y al cabo
hemos cometido un error, pero será un malestar pasajero y que nos permitirá seguir
hacia delante.
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En cuanto a la necesidad de control, tenemos que tener en cuenta que la vida tiene
muchos aspectos que son incontrolables y querer controlar aquello que, de
entrada, es incontrolable tan únicamente nos generará mucho malestar.

La vida no solamente depende de nosotros. Hay muchos factores implicados como,


por ejemplo: autoridades, otras personas, circunstancias cambiantes, etc. Pongamos un
ejemplo. Imagínate que tienes necesidad de control y quieres saber cuándo acaba la
pandemia. Probablemente, te generarás mucho malestar porque no es algo que esté en
tus manos.

Un último consejo... cambia los "debería" por "me gustaría"

Como también hemos comentado en otras ocasiones, el diálogo interno es muy


importante. Cuando nos decimos cosas como "deberías levantarte y ponerte a limpiar",
"deberías hacer algo con tu vida", "deberías ganar más dinero", etc. nos estamos dando
mensajes muy negativos y muy exigentes. No damos lugar al ocio en la mayoría de los
casos.

Relacionado con lo anterior, también podría ser que nos dijéramos "me gustaría ir al
cine, pero debo limpiar la casa". Si tenemos excesiva necesidad de control
probablemente demos prioridad a "debo limpiar la casa" que a "me gustaría ir al cine".
Esto daría lugar a que no realizásemos actividades de ocio porque elegiríamos nuestras
actividades en función de lo ideal. Además, en el caso de elegir ir al cine nos podríamos
llegar a sentir culpables.

Por ello, es relevante que cambiemos la forma en la que nos dirigimos a nosotros
mismos y cambiemos esos "debería" por "me gustaría".

Te animo a que reflexiones y pienses en tu día a día cuántas veces utilizas la palabra
"debería".
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Conclusión

En resumen, piensa que no somos robots u ordenadores y que no podemos ser los
mejores en todo y tenerlo todo controlado. Somos humanos que estamos rodeados por
otras personas y circunstancias que hacen que nuestra realidad sea cambiante y que no
podamos tenerlo todo de nuestra mano. Aprende a dejarte llevar.

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