Will
Will
Will
WILL SMITH
COLECCIÓN Autoayuda y superación
WILL SMITH es actor, productor y mú- Una de las fuerzas más dinámicas
FORMATO
WILL
dial, markmanson.net, un blog con más de dos mi- bía hecho más que comenzar. UVI
llones de visitas mensuales y medio millón de subs- Estas memorias son el producto de un viaje
criptores. de introspección profunda que nos confronta no RELIEVE
solo con todo lo que podemos conseguir a base de
fuerza de voluntad, sino también con todo lo que BAJORRELIEVE
podemos dejar atrás por ese mismo motivo. Escrita
con la ayuda de Mark Manson, el autor del exito- STAMPING
so El sutil arte de que (casi todo) te importe una
mierda, del que se han vendido millones de ejem- FAJA
plares en todo el mundo, Will es la historia de una
persona que ha conseguido tomar las riendas de
sus emociones y está escrita para que todo el que
WILL
la lea pueda hacer lo mismo. Pocos de nosotros lle- INSTRUCCIONES ESPECIALES
garemos a experimentar jamás la presión de actuar
en los escenarios más grandes del mundo, pero
todos podemos entender que es muy posible que
tengamos que cambiar lo que nos ha impulsado a
Diseño de la cubierta: Darren Haggar completar una etapa en la vida si queremos llegar
Ilustración de la cubierta: BMike, basada en una fotografía de hasta la meta. La combinación de una sabiduría ge-
Brian Bowen Smith
nuina y de valor universal y de una historia vital que
PVP 20,90 € 10245195 es tan entretenida y asombrosa, que llega a ser
casi increíble, ubica a Will en una categoría propia,
@zenithlibros
ZenithLibros como a su autor.
zenithlibros.com
WILL
ISBN: 978-84-08-21612-4
Depósito legal: B. 15.910-2021
El papel utilizado para la impresión de este libro está calificado como papel ecológico y procede de
bosques gestionados de manera sostenible.
El muro .....................................................................................................9
1. Miedo ...............................................................................................13
2. Fantasía ............................................................................................31
3. Interpretación ..................................................................................49
4. Poder ................................................................................................69
5. Esperanza.........................................................................................95
6. Ignorancia ......................................................................................127
7. Aventura .........................................................................................143
8. Dolor ..............................................................................................157
9. Destrucción....................................................................................177
10. Alquimia .........................................................................................197
11. Adaptación ....................................................................................215
12. Deseo .............................................................................................237
13. Devoción ........................................................................................263
14. Auge ...............................................................................................279
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El salto...................................................................................................445
Agradecimientos..................................................................................455
Créditos de las imágenes....................................................................457
Créditos de las canciones y de los textos citados.............................459
—8—
C
uando tenía once años, mi padre decidió que necesitaba un
muro nuevo en la entrada de su taller de electrodomésticos.
Sería un muro grande, de unos tres metros sesenta de alto y
seis de largo. El antiguo se estaba derrumbando y le entraban los mil
males solo de verlo. Pero en lugar de contratar a un albañil o una
empresa de construcción, pensó que este sería un buen proyecto
para Harry, mi hermano pequeño, y para mí.
Papá se encargó de la demolición. Recuerdo mirar el agujero
con una incredulidad apabullante. Yo estaba totalmente convenci
do de que ahí no volvería a haber un muro nunca más.
Cada día, durante casi un año entero, mi hermano y yo íbamos al
taller de mi padre después de clase para trabajar en ese muro. Lo hici
mos todo nosotros. Excavamos la base, mezclamos la argamasa y car
gamos los cubos. Todavía recuerdo la fórmula: dos partes de cemento,
una parte de arena y una de cal. Harry se encargaba de la manguera.
Hacíamos la mezcla con las palas, amontonándola en la acera, y luego
llenábamos cubos de ocho litros y colocábamos los ladrillos uno
por uno. Lo hicimos sin barras de refuerzo ni piezas de madera, solo
con uno de esos niveles con la burbujita de agua en el centro.
Cualquiera que sepa algo sobre construcción sabrá que hacer
esto así es una maldita locura. Siendo honestos, esto se parecía más
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Era un día nublado y frío, y hacía casi un año desde que mi hermano
y yo habíamos empezado el trabajo. En ese momento, el muro se
había convertido en un elemento tan importante en mi vida que la
idea de acabarlo me parecía una alucinación. Me daba la impresión
de que, si algún día llegábamos a terminar, aparecería otro agujero,
justo detrás del primero, que tendríamos que disponernos a rellenar
de inmediato. Pero esa gélida mañana de septiembre hicimos nuestra
última mezcla, llenamos el último cubo y pusimos el último ladrillo.
Papá estaba de pie observando cómo lo colocábamos. Cigarrillo
en mano, permaneció en silencio admirando nuestro trabajo. Una
vez que Harry y yo colocamos y nivelamos ese último ladrillo, se
produjo un silencio. Harry se encogió de hombros («¿Y ahora qué?
¿Saltamos de alegría? ¿Lo celebramos?»). Dimos un paso atrás con
cierta cautela y nos quedamos cada uno a un lado de mi padre.
Los tres inspeccionamos el nuevo muro familiar.
Papá tiró el cigarrillo al suelo, lo apagó aplastándolo con la bota,
soltó la última bocanada de humo y, sin apartar la vista del muro,
dijo: «Ni se os ocurra decirme nunca que hay algo que no podéis
hacer».
Y entonces entró en su taller y volvió al trabajo.
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