Ensayo Final Electiva Tovar Ortega
Ensayo Final Electiva Tovar Ortega
Ensayo Final Electiva Tovar Ortega
- ¿Por qué ha de ser compadre? Contestó el coronel Gerineldo Márquez- Por el gran partido liberal.
-Dichoso tú que lo sabes- contestó el – Yo, por mi parte, apenas ahora me doy cuenta de que estoy
peleando por orgullo.
Gabriel García Márquez
Y así esta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio;
todo inmóvil, callado y vacía la extensión del cielo. Esta es la primera relación, el primer
discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles,
piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: Sólo el cielo existía.
Es esto lo que nos dicen textos sagrados como el Popol Vuh; quizá el silencio y la
calma marcan el inicio de sucesos importantes. Desde mi perspectiva este pequeño
fragmento y en general este texto son una metáfora aplicable a lo que vino después en
la lucha en América Latina, es decir una catástrofe inminente como lo fue la conquista y
el despojo a nuestros ancestros.
Durante esta época se vivía en relativa paz (o eso queremos imaginar) algunos
pueblos del continente como los Incas en el Perú tenían una economía propia y
sostenible, estaban organizados en comunas agrícolas en las que se buscaba el
bienestar social y alimentario de toda la población, según Mariátegui (1928) los Incas
sacaban toda la utilidad social posible de esta virtud de su pueblo, valorizaban el vasto
territorio del Imperio construyendo caminos, canales, etc., lo extendían sometiendo a su
autoridad tribus vecinas. El trabajo colectivo, el esfuerzo común, se empleaban
fructuosamente en fines sociales.
Este tipo de cuestiones no son ajenas al resto del sur de América y esto se puede
corroborar al hablar de los Muiscas - luego de la conquista conocidos como Chibchas-;
su organización social, económica y política fue evidente durante mucho tiempo en el
altiplano cundiboyacense colombiano. Como muchos otros grupos de la región ellos se
destacaban por organizarse en cacicazgos, especializarse en actividades como la
orfebrería, practicar el trueque, cultivar ciertos alimentos como la papa y cuidar la
naturaleza especialmente la laguna de Guatavita, la cual tiene una historia tortuosa que
evidencia la lucha por el poder por cierta época, lucha que está presente en cada
aspecto de la historia latinoamericana y por ende colombiana.
Durante los siglos en los que se llevó a cabo la colonización en América Latina se
empiezan a evidenciar procesos de invasión, expropiación e imposición de la
cosmovisión de españoles hacia pueblos indígenas, por esto mismo, es importante
decir que muchos procesos -si no fueron todos- se llevaron a cabo de forma
exageradamente violenta por lo que varios de estos pueblos lucharon fuertemente para
defender su territorio lo que terminó en ríos de sangre; la situación se agudiza cuando
en el siglo XV la Corona de Castilla da licencia para traer a América cargamentos de
africanos esclavizados y torturados en cientos de barcos para empezar a explotar las
riquezas encontradas en América del Sur
Según esta autora (2007) la raza alude también a la creación del trazo de la historia
otrificadora que hizo posible la noción de «raza» para constituir «Europa» como idea
epistémica, económica, tecnológica y jurídico-moral que distribuye valor y significado
en nuestro mundo, es debido decir que esta idea ha permeado generaciones enteras y
es por esta razón que al ser conscientes de nuestras historia y nuestro lugar podemos
cambiar el mundo sin intentar blanquear nuestras raíces porque quitar lo indio de las
sociedades latinoamericanas es para los ricos una forma de progreso o desarrollo y no
es algo que debamos permitir.
¡Bajarse hasta los infelices y alzarlos en los brazos! ¡Con el fuego del corazón deshelar la América coagulada!
¡Echar, bullendo y rebotando, por las venas, la sangre natural del país! En pie, con los ojos alegres de los
trabajadores, se saludan, de un pueblo a otro, los hombres nuevos americanos
Las luchas por la independencia en América Latina se gestaron poco a poco, mientras
que América del norte se lograba independizar de Inglaterra luego de una guerra
llevada a cabo durante más o menos una década, en Francia estallaba la famosa
Revolución burguesa de1789, la revolución francesa; ésta empezó a ser un gran
ejemplo para los criollos intelectuales en el sur y el centro de américa, por lo que
aprovechando la invasión de Napoleón Bonaparte a España se creó una Junta de
Gobierno, y a su imagen se formaron otras tantas en las provincias de Ultramar: en
Quito, en México, en Caracas, en Buenos Aires, en Cartagena y en Santafé se abrió
así la etapa agitada, confusa y tragicómica (Caballero, 2017) los criollos hacendados e
intelectuales empezaban a hablar de la revolución americana y francesa como un
chisme de pasillo que aunque sólo eran ejemplos más adelante se convertirían en
realidad.
Según Segato (2007) El efecto de la lucha sobre la identidad de las elites criollas
latinoamericanas fue perturbador: «la idea del hemisferio occidental estaba ligada al
surgimiento de la conciencia criolla, anglo e hispánica». La conciencia criolla blanca
(sajona e ibérica) fue heredera de los colonizadores y emigrados. «Nuestra América»,
como la llamaría más tarde Martí, y la idea de «hemisferio occidental» es así que se
puede decir que el eurocentrismo estaba respirando en la nuca, y es que, aunque hubo
un grito de independencia los negros e indígenas seguían considerándose como
inferiores en la población de la época, fueron borrados de su propia historia y nunca
hubo reparación consciente.
Es por eso por lo que se dice que El Estado que ejerce hoy el terror entre los
desposeídos es heredero jurídico y patrimonial de los Estados metropolitanos que
instauraron la colonia mediante la conquista y sentaron las bases para que sus
sucesores, los Estados nacionales controlados por elites criollas blancas o
blanqueadas, continuaran garantizando el proceso de expropiación de las posesiones y
del trabajo de los pueblos no blancos
Por esta razón y por otras cuantas podemos decir sin dudarlo: aunque las luchas
independentistas ayudaron a menguar la sensación de atraso con respecto a otros
lugares del mundo no sirvieron. -ni han servido- para curar las heridas profundas que
dejó la colonización en nuestros territorios.
Es así como hemos saltado entre periodos históricos sin detenernos en cada uno de
ellos puesto que desde mi punto de vista merecen detenernos en cada uno de ellos
para lograr analizar en su totalidad los hechos históricos lo que no es el objetivo
principal de este ensayo.
Siendo así llegamos a 1886 en la República de Colombia, una república que tenía
como antecedentes cinco nombres distintos, por esta época la constitución de 1886 era
la que regía las normas de lo que ya se consideraba país luego de otra guerra civil en
el año 1885, esta constitución buscaba una nación “centralista, hispánica y confesional”
para la cual podríamos reflexionar y preguntarnos ¿esta constitución estaba guiada por
el autoritarismo?
Sin detenernos en estos hechos puedo nombrar fragmentos de la historia que nos
ayudan a dilucidar lo que sucedía, luego de la creación de la constitución llega la
regeneración encabezada por Rafael Núñez, la cual antecede a la hegemonía
conservadora y la guerra de los mil días, se separa Panamá por razones ya conocidas,
se reforma la constitución un par de veces y antes de la república liberal se lleva a cabo
la masacre de las bananeras, un hecho que sigue en nuestras memorias y que aún no
tiene sentido alguno; luego de este hecho tan atroz en 1930 empieza la república liberal
la cual duró 6 periodos presidenciales, por lo que termina en 1946. Durante este
momento se intentan llevar a cabo diversos cambios como lo es la política de
bibliotecas aldeanas, se intentan hacer reformas al sector agrario, pero para sorpresa
de nadie éstas no fueron posibles ya que las élites ponían trabas a cada proceso.
Antes de las elecciones se sentía una tensa calma en el ambiente, los conservadores
buscaban obtener el poder a costa de lo que fuera y evidentemente pasó luego del
asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, como lo escribió Gardeazabal en cóndores no
entierran todos los días, ese nueve de abril de 1948 la Violencia llegó a los lugares del
país y en Tuluá Valle del Cauca se presentó así:
“Pero si ese nueve de abril Tuluá sintió terror y vio arder las casas y esquinas que más le
significaban en su historia de ciudad antigua, no lo tomó en serio, y una semana después
construyó, por colecta, un mausoleo especial para Martín Mejía y contrató arquitectos para que
la esquínas tradicionales volvieran a ser lo que habían sido por siglos. De ese viernes nueve de
abril. Tuluá no quiso. grabarse ningún acto de depravación ni las caras de quienes
encabezaban la turba, pero sí elogió y convirtió en una leyenda la descabellada acción de León
María Lozano cuando se opuso (...) a que la turba íncendiara el colegio de los salesianos ...
(12-13).”
José María Lozano encaja perfectamente en el papel de lider carismático que todos
buscaban en el pueblo, nunca fue necesario agredir a sus vecinos para causar pánico
porque la fe religiosa y el poder los respaldaron desde siempre, al igual que en la vida
real durante la Violencia el grupo paramilitar “los pajaros” iba de pueblo en pueblo
masacrando a cualquiera que no pensara igual, las personas ya no podían estar
tranquilas en sus casas porque eran sacados a la fuerza. Los conflictos bipartidistas
han tenido lugar en toda la historia del país ¿Y por qué es importante seguir hablando
de esto? Porque la hegemonía del silencio y la desmemoria han arrebatado los sueños
a mujeres y hombres durante siglos enteros.
El frente nacional aunque no se diga fue otra medida autoritaria y represiva, la cual no
sirvió en lo absoluto para acabar la guerra, los muertos siempre han sido puestos por
los sectores más vulnerables y aquí una vez más podemos evidenciar la genealogía del
racismo, es decir, el campesino indígena o negro siempre ha puesto las botas para la
lucha ¿y es que qué podemos hacer nosotros si ya no tenemos esperanzas? Por ellos
debemos seguir.