Tesis - Natalia Rivas Folch
Tesis - Natalia Rivas Folch
Tesis - Natalia Rivas Folch
Valparaíso, Chile
2021
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN…………………………………………………………………………. pág. iv
ABSTRACT………………………………………………………………………... pág. v
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………. pág. vi
CAPÍTULO I. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA……..……………………. pág. 8
1.1 Problema………………………………………………………………………… pág. 8
1.2 Pregunta de investigación……………………………………………………….. pág. 16
1.3 Objetivos………………………………………………………………………… pág. 16
CAPÍTULO II. MARCO REFERENCIAL……………………………………… pág. 18
2.1 La evaluación educativa en Chile: el camino hacia una mirada formativa del
proceso………………………………………………………………………………. pág. 18
2.2 Procesos de gestión en la implementación de normativas vinculadas con la
evaluación educativa………………………………………………………………… pág. 40
CAPÍTULO III. MARCO METODOLÓGICO………………..………………… pág. 56
3.1 Paradigma……………………………………………………………………….. pág. 56
3.2 Tipo de estudio………………………………………………………………….. pág. 56
3.3 Tradición investigativa………………………………………………………….. pág. 57
CAPÍTULO IV. RESULTADOS………………………………………………..... pág. 69
4.1 Categorías de descripción (variación del significado)………………………….. pág. 69
4.2 Relación estructural entre categorías de descripción y patrones de variación….. pág. 79
CAPÍTULO V. CONCLUSIONES, LIMITACIONES Y PROYECCIONES…. pág. 87
5.1 Nivel de cumplimiento de los objetivos………………………………………… pág. 87
5.2 Limitaciones y proyecciones del estudio………………………………………… pág. 92
REFERENCIAS……………………………………………………………………. pág. 95
ANEXOS………………………………………………………………………....... pág. 105
iii
ÍNDICE DE FIGURAS
FIGURA 1: Proceso de investigación fenomenográfica…………………………….... pág. 58
ÍNDICE DE TABLAS
TABLA 1: Resumen de participantes………………………………………………… pág. 62
TABLA 2: Patrones de variación en la experimentación de la implementación del
Decreto 67…………………………………………………………………………….. pág. 80
iv
Resumen
Los reglamentos internos de los establecimientos educativos regulan los derechos y deberes
de los miembros al interior de la comunidad y se constituyen como un requisito para obtener
el reconocimiento oficial del Estado, mientras cumplan las normativas ministeriales
(Ministerio de Educación, 2009; Superintendencia de Educación, 2018). En el caso de la
evaluación, calificación y promoción escolar, cada institución debió actualizar sus
reglamentos para estar acorde con las disposiciones del Decreto 67, el que supone un cambio
en la visión de la evaluación en el aula. La implementación de esta normativa implicó
procesos profundos desde la gestión directiva, con el fin de operacionalizar el Decreto
contextualizándolo a la realidad particular de cada institución, procurando generar una visión
compartida respecto de la evaluación. En este contexto, la presente investigación tuvo como
objetivo caracterizar los diversos procesos de gestión directiva llevados a cabo para
implementar el Decreto 67, en establecimientos de la región de Valparaíso.
Para alcanzar el objetivo propuesto, se trabajó desde el paradigma cualitativo, por medio de
un estudio descriptivo y un diseño fenomenográfico. De este modo, es posible dar cuenta de
las formas cualitativamente diferentes que tiene un fenómeno, en este caso, la
implementación del Decreto (Bowden, 2000; Dunkin, 2000; Marton y Pong, 2005; Åkerlind,
2005a; Åkerlind et al., 2005; González, 2014; Soler et al., 2017). Así, utilizando la entrevista
semiestructurada para recabar la información requerida, luego del análisis se generaron las
siguientes categorías de descripción que caracterizan la implementación como un proceso de:
(i) comunicación y participación, (ii) contextualización a la realidad educativa y, (iii)
cumplimiento de un requerimiento legal. Estas se evidencian como un continuum, pues
existen establecimientos que se ubican entre las categorías 1 y 2 o bien, entre la 2 y 3. Sin
embargo, no se observaron experiencias que contengan aspectos de las categorías 1 y 3, por
lo que estas se conciben como excluyentes. Asimismo, según el análisis, las categorías
referidas varían según seis patrones de diferenciación: objetivo, proceso, tensiones, resultado,
difusión y seguimiento.
Abstract
The internal regulations of educational establishments regulate the rights and duties of
members within the community and constitute a requirement to obtain official recognition
from the State, as long as they comply with ministerial regulations (Ministry of Education,
2009; Superintendency of Education, 2018). In the case of school evaluation, qualification
and promotion, each institution had to update its regulations to be in accordance with the
dispositions of Decree 67, which represents a change in the vision of the evaluation in the
classroom. The implementation of this regulation implied deep processes from the directive
management, in order to operationalize the Decree contextualizing it to the particular context
of each institution, trying to generate a shared vision regarding the evaluation. In this context,
the following research aims to characterize the management processes carried out to
implement Decree 67, in establishments of Valparaíso region.
To achieve the proposed goal, we worked from the qualitative paradigm, through a
descriptive study and a phenomenographic design. In this way, it is possible to account for
the qualitatively different forms that a phenomenon has, in this case, the implementation of
the Decree (Bowden, 2000; Dunkin, 2000; Marton and Pong, 2005; Åkerlind, 2005a;
Åkerlind et al., 2005; González, 2014; Soler et al., 2017). Thus, using the semi-structured
interview to collect the required information, it was possible to generate the following
description categories that allow characterizing the implementation as a process of: (i)
communication and participation, (ii) contextualization to the educational reality and, (iii)
compliance with a legal requirement. These are evidenced as a continuum, since there are
establishments that are located between categories 1 and 2 or, between 2 and 3. Since no
experiences containing aspects of categories 1 and 3 were observed, these are conceived as
exclusive. According to the analysis, the referred categories vary according to six
differentiation patterns: objective, process, tensions, result, diffusion and follow-up.
INTRODUCCIÓN
En relación con lo anterior, se puede destacar la importante labor que han tenido los equipos
de gestión de los establecimientos, considerando que en marzo del 2020 comenzó a regir el
Decreto 67 (Ministerio de Educación, 2018a). Este documento ministerial supone un cambio
respecto de la manera de comprender y trabajar los procesos de evaluación, calificación y
promoción escolar al interior de las instituciones educativas (Ministerio de Educación,
2018a, 2019a). Así, se pretende instalar la evaluación como un proceso inherente de la
enseñanza-aprendizaje y se busca potenciar y fortalecer la evaluación formativa y la
retroalimentación al interior del aula.
En este sentido, cobra relevancia indicar que los llamados a organizar la implementación de
esta nueva normativa son los equipos de gestión, quienes debieron realizar la bajada de los
puntos mínimos que se indican en el Decreto (Ministerio de Educación, 2018a, 2019a). Esta
instancia, según las Orientaciones para la implementación del Decreto 67/2018 (Ministerio
de Educación, 2019a), se traduciría en un proceso en el que participe la comunidad educativa
y, sobre todo, los profesionales de la educación, quienes deberán aplicar las nuevas
disposiciones que se concretizan en el reglamento interno, específicamente, en el reglamento
de evaluación, calificación y promoción escolar.
vii
Como se indicó, los establecimientos debían realizar los procesos necesarios con tal de
actualizar sus reglamentos de evaluación, con el fin de que, en marzo del 2020, los
documentos institucionales respondieran a los nuevos requerimientos y se comenzaran a
poner en práctica. Esto conllevó que las escuelas y colegios del país trabajaran para ello,
labor que estuvo tensionada y marcada por la crisis social que vivió el país en año 2019 y,
actualmente, la crisis sanitaria que afecta a nivel internacional y que ha tenido fuertes
repercusiones en los establecimientos educacionales (Sanz et al., 2020; Ministerio de
educación, 2020; Montecinos, 2020; Peralta et al., s.f). Con este foco, la presente
investigación tiene como objetivo caracterizar los diversos procesos de gestión directiva
llevados a cabo para implementar el Decreto 67, en establecimientos de la región de
Valparaíso.
1.1 Problema
El reglamento interno está compuesto por una serie de manuales y protocolos que norman
diversos ámbitos de la cultura escolar (Ministerio de Educación, 2009; Superintendencia de
Educación, 2018). Para la generación de cada uno de estos documentos, deben participar los
miembros de la comunidad educativa (estudiantes, padres, madres, apoderados, diversos
profesionales y asistentes de la educación, equipos directivos docentes y sostenedores)
(Superintendencia de Educación, 2018). Por tanto, el equipo directivo deberá generar las
condiciones necesarias que promuevan la participación de toda la comunidad (Flores, 2013a)
tanto en el proceso de elaboración, como en el de actualización, cuyo mínimo propuesto por
la Superintendencia (2018) es de una vez al año, con el fin de que se puedan ajustar a la
normativa vigente.
9
Uno de los manuales o reglamentos que se encuentran dentro de este documento técnico, es
aquel que regula los procesos de evaluación, calificación y promoción escolar. En él se
entregan los lineamientos generales que regirán los procesos evaluativos al interior de las
instituciones, con el fin de regular el accionar y las prácticas docentes, como, por ejemplo:
formas o estrategias de evaluación, objetivos de aprendizaje que se deben cumplir para la
promoción escolar, indicaciones sobre la adecuación de las evaluaciones para responder a la
diversidad, etcétera (Núñez y Förster, 2017; Superintendencia de Educación, 2018). De este
modo, se resguarda el derecho de los educados de ser evaluados y promovidos, en un sistema
que debe ser objetivo y que busque la transparencia, al servir como medio de comunicación
que posibilite la toma de decisiones (Superintendencia de Educación, 2018; Ministerio de
Educación, s.fa).
En este contexto, en marzo del año 2020, comenzó a regir el Decreto 67 de evaluación,
calificación y promoción escolar (Ministerio de Educación, 2018a, 2019a). Con el fin de que
este Decreto sea coherente con las normativas vigentes y poder avanzar en materias de
evaluación, deroga los decretos exentos 511/1997, 112/199 y 83/2001, todos del Ministerio
de Educación. Estas regulaciones indicadas respondían a un marco legal que ya no está
disponible (Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza), por lo que carecían de un sustento
que les brindara sentido, en materia de evaluación, promoción y calificación escolar
(Ministerio de Educación, s.fa). Asimismo, los decretos derogados centraban su foco en la
calificación y promoción, y los ámbitos administrativos de ambos procesos, lo cual es un
riesgo si se desea establecer una cultura de la evaluación con un foco pedagógico en el aula
(Ministerio de Educación, 2018a, 2019a, s.fa).
Respecto de la normativa que rige el Decreto 67, se pueden señalar, en primer lugar, la Ley
General de Educación que sostiene que el proceso educativo tiene como fin último promover
el desarrollo integral de los sujetos, a lo largo de la vida, resguardando que los estudiantes
tengan un rol protagónico, activo y participativo en su enseñanza (Ministerio de Educación,
2009). En segundo lugar, la Ley que crea el Sistema de aseguramiento de la calidad de la
educación, con la que se busca que el Estado propenda a garantizar la calidad de la educación.
Para conseguir esto, trabaja sobre la educación formal, con el fin de “lograr la mejora
10
En tercer lugar, el Decreto responde a la Ley de inclusión escolar, que junto con el Decreto
83/2015, buscan garantizar el derecho a la educación de todos los niños y niñas del país,
eliminando toda forma de discriminación arbitraria, que impida el aprendizaje de los niños,
generando así que las instituciones educativas se conviertan en un lugar de encuentro para la
diversidad (Ministerio de Educación, 2015a, 2015b). En este sentido, la Ley 20.845
(Ministerio de Educación, 2015a) establece como un deber del Estado asegurar a todas las
personas del país el acceso a una educación inclusiva y de calidad. Asimismo, el Decreto 83
(Ministerio de Educación, 2015b) estipula que el sistema “debe promover y favorecer el
acceso, presencia y participación de todos los alumnos y alumnas [...] reconociendo,
respetando y valorando las diferencias individuales que existen al interior de cualquier grupo
escolar” (p.13).
Finalmente, se puede mencionar, además, la Ley 20.903 que crea el Sistema de desarrollo
profesional docente (Ministerio de Educación, 2016a). Esta busca contribuir a mejorar el
desempeño por medio de diversos procesos de actualización, profundización de sus
conocimientos, reflexión sobre su quehacer profesional. Para conseguir esto, se hace
particular énfasis en el trabajo colaborativo y el fortalecimiento de las competencias que
permitan favorecer los procesos de inclusión.
profesores puedan ajustar sus prácticas educativas, siendo conscientes de cómo aprenden y
cómo progresan sus estudiantes (Ministerio de Educación, 2018a, 2019a). Y, al mismo
tiempo, releva las instancias de trabajo colaborativo, con el fin de que los docentes puedan
compartir diversas experiencias. Por lo tanto, cambiando el paradigma evaluativo se
responde a los diversos principios que se establecen la Ley General de Educación, como:
calidad, equidad, diversidad, flexibilidad, autonomía, integración, etcétera (Ministerio de
Educación, 2009, 2018b).
Como se indicó en un inicio, para poder dar respuesta a la normativa vigente, en este caso al
Decreto, los diversos establecimientos educativos del país debieron realizar un proceso
participativo de revisión y actualización de sus reglamentos internos, específicamente del
apartado destinado a la evaluación, calificación y promoción (Superintendencia de
Educación, 2018). Con ello, se busca, por un lado, que se reflexione en torno al sentido y
relevancia que poseen los procesos evaluativos, como promotores del aprendizaje de los
alumnos (Ministerio de Educación, 2012; Superintendencia de Educación, 2018). Y, por otro
lado, se debe propender a operacionalizar las nuevas disposiciones que se establecen
(Ministerio de Educación, s.fa). Esto, considerando que, según lo establecido por el Decreto
(Ministerio de Educación, 2018a, s.fa), cada reglamento deberá considerar, por lo menos, los
16 puntos mínimos que se indican en el Artículo 18.
Esto resulta complejo, si se tienen en cuenta, por ejemplo, dos estudios realizados por la
Unidad de Currículum y Evaluación. En el primero, se abordan y contrastan las percepciones
de los miembros de la comunidad educativa (docentes y jefes de UTP) respecto de los
procesos de evaluación, calificación y promoción escolar (Ministerio de Educación, 2017).
Y, en el segundo se describen y analizan los procesos evaluativos cotejando el discurso de
los miembros de la comunidad, como lo que se evidencia en los reglamentos de evaluación
(Núñez y Förster, 2017; Förster y Núñez, 2018).
Del primer estudio referido (Ministerio de Educación, 2017), se pueden destacar las
siguientes conclusiones: 1) se considera positivo tener la posibilidad de evaluar los procesos
de aprendizaje, pero, para ello, se requiere una cultura evaluativa; 2) se reconoce que la
calificación puede operar como una herramienta de castigo, asimismo, la cantidad de notas
12
se puede establecer como una forma de control que promueve la angustia en los alumnos; 3)
respecto de la toma de decisiones, tras la aplicación de evaluaciones diagnósticas, docentes
indican que, si bien es positivo realizar ajustes, el problema se genera por el tiempo que se
debe invertir; 4) en cuanto a la repitencia, se reconoce que son insuficientes los criterios
empleados y que se debiera incluir la visión de otros actores en la toma de decisiones; 5)
sobre el abordaje de la diversidad, docentes sostienen que carecen de expertiz en esta materia,
por lo que no poseen las capacidades necesarias para poder evaluar, por ello relevan el trabajo
con los equipos PIE; 6) en cuanto a la retroalimentación, esta se asocia principalmente con
la corrección y se valora de manera positiva, asimismo, algunos refieren que la dificultad
para retroalimentar se relaciona con la presión que existe por lograr la cobertura curricular,
etcétera (Ministerio de Educación, 2017).
En cuanto al segundo estudio (Núñez y Förster, 2017; Förster y Núñez, 2018), entre las
conclusiones más relevantes se encuentra que: 1) los reglamentos de evaluación establecen
medidas vinculadas, principalmente, con la evaluación sumativa, la calificación y la
promoción, por lo que no se evidenció una mirada de la evaluación como promotora del
aprendizaje de los estudiantes; 2) existen incongruencias entre lo que señalan los reglamentos
y lo que declaran los miembros de la comunidad entrevistados, respecto del uso de la
evaluación formativa, pues no se plantea como un medio que promueva el aprendizaje y que
posibilite la retroalimentación de los aprendizajes y prácticas educativas; 3) tanto en los
reglamentos como en las entrevistas se reconoce la necesidad de diversificar los procesos de
evaluación en el aula, sin embargo, no se encuentran las orientaciones para abordarla; 4) en
la misma línea, tanto en los documentos como en las entrevistas realizadas por los autores,
se establece la evaluación diferenciada como un hecho aislado, con una mirada asistencialista
del estudiante; 5) la diversidad se aborda tangencialmente y se asocia a estudiantes con
necesidades educativas especiales.
Como se puede observar, en ambos se abordan los mismos nudos críticos, que guardan
relación principalmente con la falta de una cultura evaluativa, que permita avanzar desde la
evaluación sumativa hacia la evaluación formativa. Considerando, además, que se reconoce
el uso de la calificación como un elemento de castigo o con un carácter punitivo, lo que
13
distorsiona el sentido que tiene este tipo de evaluación (Ministerio de Educación, 2018b).
Asimismo, se puede evidenciar que los miembros de la comunidad educativa reconocen no
poseer las competencias necesarias para el abordaje de la diversidad en el aula (Ministerio
de Educación, 2017; Núñez y Förster, 2017; Förster y Núñez, 2018). Estos aspectos dan
cuenta de ciertas incongruencias entre lo que se declara en los reglamentos y lo que se pone
en práctica día a día (Núñez y Förster, 2017; Förster y Núñez, 2018). Asimismo, visibilizan
problemas en la implementación de la Ley 20.903 (Ministerio de Educación, 2016a), pues
los profesores no se consideran capaces o capacitados para responder a la diversidad, lo que,
a su vez, atenta con el derecho de obtener una educación inclusiva y de calidad (Ministerio
de Educación, 2009, 2011).
Asimismo, se podría señalar que los espacios para la reflexión en torno a las nuevas
disposiciones de evaluación, calificación y promoción escolar se han visto mermados u
obstaculizados, lo que genera cierta tensión en lo que sería la implementación del Decreto
67. Esto considerando, por un lado, los acontecimientos ocurridos en el país, a partir del 18
de octubre del año 2019, conocido como el estallido social. Y, por otro lado, la actual crisis
sanitaria producto del COVID-19, que implicó el cierre de los centros educativos como
intento de frenar la diseminación del virus (Sanz et al., 2020; Ministerio de educación, 2020;
Montecinos, 2020; Peralta et al., s.f).
Respecto del primer hecho, desde el Ministerio de Educación (2019b) se procuró promover
un liderazgo directivo que tuviera la capacidad de dar una respuesta eficiente y efectiva en
contextos de crisis. Así, se instó a resguardar el desarrollo de los aprendizajes de los
educandos, por lo que no se contempló como una alternativa viable el cierre anticipado del
año académico 2019. Ahora bien, sí se establecieron algunas medidas que permitieran
desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje, dentro de estándares óptimos, como la
flexibilización de los horarios o la replanificación de clases, en caso de ser necesario. De
mismo modo, se promovió un enfoque apreciativo, con el fin de que la crisis se concibiera
como una oportunidad de aprendizaje.
En cuanto al segundo, se puede referir que supuso un reto para el sistema educativo, pues los
diversos centros debieron buscar estrategias que les permitieran continuar con la formación
14
de los alumnos que, en algunos casos, aún se encuentran confinados en sus hogares (Sanz et
al., 2020; Peralta et al., s.f). Ello ha generado múltiples conflictos debido a que, como señalan
Peralta et al. (s.f), la implementación de este nuevo modelo tuvo mucho de improvisación y,
no solo ha dejado al descubierto la desigualdad y fragilidad del sistema, sino que también ha
puesto en riesgo la labor formativa de los establecimientos. Esto, debido a que, como refieren
las autoras (Peralta et al., s.f), las decisiones que se toman responden a una lógica
administrativa y no educativas.
Esto se justifica, en primer lugar, considerando el punto de vista administrativo, pues contar
con un reglamento coherente con la normativa vigente es un requisito para obtener el
reconocimiento oficial del Estado (Superintendencia de Educación, 2018). En relación con
esto, se puede referir que posibilitar las instancias que permitan dar respuesta a las políticas
públicas vigentes es una de las importantes responsabilidades que existen desde la gestión
directiva (Miranda, 2016).
De esta manera, los equipos de gestión se tornan líderes que median el cambio (Leithwood y
Riehl, 2005; Anderson, 2010; Bellei et al., 2015; Martini y Albornoz, 2019). Para llevar esto
a la práctica, es necesario involucrar a las personas que se verán afectadas, como los docentes
(Sandoval, 2014). De lo contrario, estos no responderán de manera positiva, lo que puede
implicar resistencia frente a la imposición, provocando insatisfacción laboral (Vaillant, 2005;
López et al., 2018). En este sentido, no se puede dejar de mencionar la relevancia que poseen
los procesos de gestión directiva en las dinámicas de enseñanza-aprendizaje, pues, aunque
sea de manera indirecta, las decisiones que se toman al interior de un establecimiento inciden
también en el aprendizaje de los alumnos (Ministerio de Educación, 2015c, 2020, s.fc;
Agencia de calidad de la Educación, 2014). Por tanto, no se debe olvidar que en el escenario
y en las condiciones en las que trabajan los docentes, aprenden también los estudiantes (Bellei
et al., 2015; Ministerio de Educación, 2020).
En tercer lugar, este estudio posibilitará evidenciar el punto de vista ético de la evaluación,
entendido como la coherencia que existe entre el saber y el hacer o la teoría y la práctica, en
el que se ponen en juego los derechos y deberes de los diversos miembros de la comunidad
(Flores, 2013b). Esto, considerando que desde la gestión educativa es importante estar al
tanto de las políticas públicas vinculadas con la educación, “para reconocer y sopesar las
directrices que de ella surgen y que orientan, sistémicamente, la implementación de
programas a nivel de micro sistema - centro escolar” (Flores, 2012b, p.4). Asimismo, forma
parte de las responsabilidades que poseen los equipos de gestión (Miranda, 2016). De este
modo, se debe promover un lenguaje común entre los miembros de la comunidad, que
posibilite una comunicación efectiva (Flores, 2013b). También, se debe procurar
operacionalizar las disposiciones legales con el fin de poder dar respuesta efectiva a lo que
se propone y, de esta manera, no atentar contra los principios establecidos en el Ley General
16
Por ende, los antecedentes que dan cuenta de incongruencias entre los procesos de evaluación
declarados en los reglamentos y el discurso de los docentes (Núñez y Förster, 2017; Förster
y Núñez, 2018; Ministerio de Educación, 2017) y el actual contexto de crisis hacen necesario
realizar una revisión que permita caracterizar los diversos procedimientos de gestión
directiva ejecutados para poder dar respuesta a la nueva normativa. Esto considerando que,
como refieren diversos autores (Ministerio de Educación, 2020; Montecinos, 2020; Peralta
et al., s.f), es importante aprovechar y aprender de situaciones problemáticas, para repensar
el sistema educativo, con miras en la mejora de las prácticas que se llevan a cabo al interior
de cada comunidad.
1. 2 Pregunta de investigación
1. 3 Objetivos
Para dar respuesta a las interrogantes antes referidas, en este trabajo se proponen los
siguientes propósitos que permitirán guiar el quehacer investigativo:
Objetivo general: caracterizar los diversos procesos de gestión directiva llevados a cabo para
implementar el Decreto 67, en establecimientos de la región de Valparaíso.
A partir del estudio los expertos refieren que es necesario ampliar la visión y revisar la noción
que se tiene de evaluación, pues en contextos escolares este proceso se reduce a la
consignación de calificaciones. Con esto, se limita el potencial que posee para impactar en
los aprendizajes de los estudiantes. Por este motivo, entre las recomendaciones que entregan,
indican que uno de los aspectos que es necesario modificar o mejorar respecto de los procesos
de evaluación, guarda relación con la necesidad de que se implementen políticas que
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En segundo lugar, destaca otro estudio en el que los especialistas hacen el llamado a
fortalecer las dinámicas de evaluación. Este es el ejecutado el año 2015 por la Mesa de
Desarrollo Curricular (Ministerio de Educación, 2016b), la que tenía como propósito reunir
diversos antecedentes que permitan establecer los requerimientos para el desarrollo curricular
en el país. Entre los requerimientos referidos a la evaluación curricular, en el documento se
indica que la evaluación del aprendizaje entrega información respecto de los logros
alcanzados en relación con el currículo. Entonces, la Mesa establece que esta evaluación es
central y debe ser orientada a la recogida de evidencias que posibiliten el mejoramiento de
los procesos de enseñanza-aprendizaje. Asimismo, los expertos destacan que, con este tipo
de procedimientos los profesionales de la educación ponen en evidencia su capacidad de
20
retroalimentar tanto a los estudiantes en sus procesos de aprendizaje, como sus propias
prácticas de enseñanza.
En tercer lugar, se puede señalar una investigación que se centra en describir las percepciones
que poseen los diversos protagonistas del proceso de enseñanza: profesores, directores y
estudiantes, respecto de la evaluación en el aula (Ministerio de Educación, 2016c). Para este
ejercicio investigativo se realizaron entrevistas a los diferentes actores. De este modo, se dio
cuenta de que la evaluación es una preocupación a la que todos los involucrados le otorgan
prioridad. Entre los aspectos críticos que se recogieron se puede referir que consideran que
la evaluación se focaliza en el contenido y no en el desarrollo de habilidades, por lo que los
instrumentos son homogéneos. Por esto, se prioriza el uso de la prueba escrita, en la que se
contemplan ítems como selección múltiple y verdadero y falso. A su vez, los entrevistados
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En cuarto lugar, para continuar complementando los antecedentes que existen y que relevan
la necesidad de fortalecer los procesos evaluativos al interior del aula, se puede referir un
estudio (Ministerio de Educación, 2017) que tuvo como foco la descripción de las diversas
opiniones, sugerencias y recomendaciones que emergen desde los distintos actores de la
comunidad educativa respecto de la evaluación. Así, se pudo llevar a cabo una comparación
entre lo expuesto por los diversos integrantes de la comunidad. En esta investigación, se
abordaron variadas dimensiones vinculadas con el proceso de evaluación: calificación,
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Entre las recomendaciones que emergen de los informantes del estudio (Ministerio de
Educación, 2017), respecto de las áreas antes indicadas, se puede señalar que los docentes
consideran que el foco de la evaluación debe estar en los procesos de aprendizaje. De este
modo, se evita el carácter punitivo que se percibe de la evaluación sumativa, en la medida en
que la evaluación se encuentre inserta de manera natural en todo el proceso. En este sentido,
tanto profesores como jefes de UTP, proponen una evaluación de procesos, en la que, en caso
de contemplar calificaciones, se articulen los procesos intermedios y finales.
En relación con los apoyos para evitar la repitencia escolar, tanto profesores como jefes de
UTP recomiendan que se incluyan medidas concretas que anticipen situaciones en las que el
estudiante esté en riesgo de repetir, permitiendo que se ejecuten estrategias para la mejora.
Asimismo, los jefes de UTP refieren la necesidad de que se consideren otros criterios, a los
indicados por la normativa, como evaluaciones psicológicas o informes de los profesionales
de los proyectos de integración. Esto se complementa con la visión de los docentes, los que
sostienen que siendo ellos quienes cuentan con mayor información respecto de los logros de
los estudiantes, se les debiera incluir también en la toma de decisiones y no solo contemplar
a los directores, como establecía la normativa anterior.
Finalmente, en cuanto a la última dimensión abordada en el estudio, los jefes de UTP dan
cuenta de la relevancia que existe en promover y potenciar instancias de retroalimentación
efectiva, asociada a la evaluación formativa. Así, el proceso de enseñanza-aprendizaje posee
el acompañamiento necesario para trabajar el logro de los aprendizajes de los estudiantes. En
este sentido, se indica que estos procesos deben complementarse con la evaluación sumativa,
de modo que se pueda contar con información suficiente para orientar la mejora del proceso
educativo.
Finalmente, se puede referir el estudio ejecutado por Núñez y Förster (2017; Förster y Núñez,
2018), el que tiene como foco el análisis documental de los reglamentos internos de diversas
instituciones, para dar cuenta de cómo se llevan a cabo los procesos evaluativos en el país.
Ahora bien, luego los autores contrastan los documentos con el discurso de jefes de UTP y
equipos directivos, por lo que se pueden apreciar algunos aspectos que son atingentes a los
abordados hasta el momento. Por tanto, esta investigación permite complementar y reforzar
la necesidad de que se realizaran cambios en los procesos evaluativos.
En este sentido, entre los desafíos y sugerencias que realizan los especialistas, se puede
destacar la necesidad de que se cambie el enfoque evaluativo que se aprecia tanto en los
decretos de evaluación vigentes, como en los reglamentos internos y los discursos de los
actores del proceso. De este modo, los autores (2017; Förster y Núñez, 2018) plantean que
se transite desde una evaluación centrada en la calificación hacia una visión en la que se
integre lo formativo y lo sumativo, con el fin de complementar el proceso para la consecución
de logros de aprendizajes. Esto, debido a que en el estudio se pudo dar cuenta de que la
evaluación se entiende como una herramienta para certificar el logro de aprendizajes de los
educandos. Por ello, tanto en los reglamentos, como en los discursos la intencionalidad que
predomina en términos de la evaluación es la sumativa. Y, pese a que se reconoce la
relevancia de la evaluación formativa, esta no se emplea para potenciar y promover los
24
Para poder instaurar este nuevo enfoque, los autores (Núñez y Förster, 2017; Förster y Núñez,
2018) sugieren que se desarrollen orientaciones que promuevan explícitamente la
incorporación de evaluaciones formativas en el aula. Asimismo, en cuanto a las normativas,
indican que se puede incluir un enfoque en el que ambas intencionalidades evaluativas
(formativa y sumativa) se establezcan como un requerimiento que deberá visibilizarse en los
reglamentos escolares. De esta manera, se promueve que jefes de UTP y directivos generen
las directrices para que se cambien las prácticas evaluativas que se dan en el aula. Cabe
destacar que este proceso debe estar acompañado de procesos de formación docente en los
que se modelen sus prácticas evaluativas con este nuevo foco.
concretizarse, los autores sugieren que desde las normativas evaluativas se deben incorporar
lineamientos específicos en los que se aborde la diversificación.
Entonces, como se puedo apreciar en los estudios revisados (Ministerio de Educación, 2015d,
2016b, 2016c, 2017; Núñez y Förster, 2017; Förster y Núñez, 2018) desde el año 2014 se
está problematizando la visión evaluativa que impera en la sala de clases. A este respecto,
los autores relevan la necesidad de que se elaboren normativas que permitan fortalecer una
visión pedagógica de la evaluación, en la que se contemplen de manera equilibrada la
intencionalidad sumativa y formativa. Así, se podrá potenciar el monitoreo y la
retroalimentación de los aprendizajes de los estudiantes, promoviendo la mejora del proceso
de enseñanza-aprendizaje. Ahora bien, como se pudo observar, este cambio de mirada debe
estar acompañado de dos procesos: por un lado, se debe direccionar por los organismos
gubernamentales correspondientes, de manera que se puedan entregar documentos que
orienten el proceso de transformación. Y, por otro lado, se requiere fortalecer la formación
de los profesionales de la educación, con el fin de que cuenten con las competencias
necesarias que les permitan llevar a cabo procesos evaluativos que tengan como foco el logro
de aprendizajes.
comunidad educativa respecto del uso de resultados, para la toma de decisiones que permitan
la mejora del sistema.
Chile cuenta con un proceso de medición de calidad de la educación desde hace treinta años,
con el que se busca verificar el grado de cumplimiento de los estándares de aprendizaje
consagrados en las Bases curriculares (Agencia de Calidad de la Educación, 2011, 2018).
Para ello, se emplean las evaluaciones SIMCE como instrumento principal, el que
proporciona información respecto de los aprendizajes y el desarrollo personal y social de los
alumnos de un establecimiento en particular (Agencia de Calidad de la Educación, 2018;
Ministerio de Educación, 2015d). Asimismo, permite el monitoreo del logro de aprendizajes
de los estudiantes del país (Agencia de Calidad de la Educación, 2018; Ministerio de
Educación, 2015d).
Respecto de este sistema, se reconoce que requiere modificaciones, en tanto que se constituye
como un proceso de rendición de cuentas y de responsabilización (Agencia de Calidad de la
Educación, 2018, 2019a; Ministerio de Educación, 2015d, 2018b; Durán, 2018). Esto,
sumado a antecedentes de diagnóstico, ha permitido movilizar cambios, teniendo como foco
el desarrollo de los aprendizajes y de las instituciones educativas (Agencia de Calidad de la
Educación, 2018, 2019a; Ministerio de Educación, 2015d). Estos cambios están orientados a
realizar un tránsito desde una lógica de la rendición de cuentas, hacia una visión centrada en
entregar orientaciones para la mejora de los procesos (Agencia de Calidad de la Educación,
27
2018; Ministerio de Educación, 2015d, 2018b). Para llevar a cabo lo anterior, la Agencia
(2018) promueve un Plan de Evaluaciones Nacionales e Internacionales, en el que se plantean
acciones como la disminución en un 50% de evaluaciones censales (SIMCE); inclusión de
evaluaciones muestrales que posibiliten el monitoreo de los procesos de aprendizaje; proveer
evaluaciones externas que puedan emplearse internamente en un establecimiento, con el fin
de retroalimentar los procesos de enseñanza-aprendizaje; proporcionar recursos que apoyen
los procesos evaluativos al interior del aula; mejorar la información que se entrega a los
establecimientos; y, avanzar en el desarrollo de políticas que fortalezcan la evaluación
formativa.
Asimismo, para conseguir el balance entre los procesos evaluativos, en el Nuevo Sistema de
Evaluación planteado por la Agencia de Calidad de la Educación (2018), se articulan tres
tipos de procesos: evaluación sumativa, progresiva y formativa. El primero se centra en las
mediciones censales y muestrales que se realizan nacional e internacionalmente. En el caso,
por ejemplo, del SIMCE, desde la Agencia se han promovido cambios que permitan
resignificar la comprensión de este proceso, para entenderlo como una forma de contribuir al
aprendizaje (Agencia de Calidad de la Educación, 2018, 2019a; Ministerio de Educación,
2018b). Entre las medidas, se encuentra la mejora de los informes de resultados, para que se
facilite el acceso y comprensión y apropiación de la información (Agencia de Calidad de la
Educación, 2018, 2019a). Asimismo, a esta devolución se le otorga un foco pedagógico, con
la finalidad de que efectivamente pueda orientar la labor docente en el aula (Agencia de
Calidad de la Educación, 2018, 2019a).
en el que se evalúa el logro de los aprendizajes. Con cada uno de estos ciclos se busca motivar
la reflexión pedagógica y colaborativa, orientada a la mejora del proceso de enseñanza-
aprendizaje. Por ello, no debe emplearse para la rendición de cuentas.
Ahora bien, el cambio de foco y la búsqueda de equilibrio entre los diversos componentes
evaluativos que se propone no están exentos de desafíos, como indica la Agencia (2018),
pues se debe avanzar hacia la institucionalización de estas prácticas. Así, se deberá lograr
que los diversos miembros de la comunidad educativa compartan una visión balanceada de
la evaluación, para que con los aportes de cada uno de los procesos (sumativo, progresivo y
formativo) se avance hacia el logro de aprendizajes. Para conseguir esto, los equipos
directivos poseen un rol fundamental al promover prácticas y espacios de formación a los
docentes, con el fin de que posean las habilidades que les permitan emplear los componentes
de forma efectiva.
evidencias del logro de aprendizajes, que además emplearán para ajustar sus prácticas
pedagógicas; (iii) que la comunidad educativa trabaje de forma colaborativa y reflexiva para
asegurar la calidad de los procesos evaluativos que se llevan a cabo, para monitorear los
aprendizajes de los alumnos; y, (iv) que las familias conozcan los logros alcanzados por sus
pupilos y la manera en que puedan apoyarlos para mejorar.
Por otro lado, para asegurar la calidad y equidad del proceso el Sistema de Aseguramiento
de la Calidad de la Educación (Ministerio de Educación, 2011) promueve un Plan para
asegurar la calidad, el que posibilita aunar criterios y esfuerzos respecto del fortalecimiento
de la evaluación en el aula. Para esto, cobra un rol esencial el fortalecimiento de la labor de
los profesionales de la educación, por medio de diversas instancias que vehiculicen el
desarrollo de competencias y la actualización constante, por lo que el Sistema de Desarrollo
Profesional Docente (Ministerio de Educación, 2016a), se constituye como un apoyo. Esto,
en la medida en que permite que se comprenda la evaluación como un proceso intrínseco a
la enseñanza-aprendizaje, que favorece y potencia la profesionalización, al posibilitar la
reflexión pedagógica orientada a la mejora de la calidad y equidad (Ministerio de Educación,
2018b).
30
Los esfuerzos por consolidar una nueva visión y comprensión del proceso evaluativo
estuvieron acompañados de la publicación de una serie de documentos orientadores, tanto
para profesores como para directivos (Ministerio de Educación, s.fb, s.fc, respectivamente),
con el fin de otorgar, desde la institucionalidad, el apoyo necesario para abordar el cambio
(Ministerio de Educación, 2018b). Asimismo, como una manera de consolidar esto, se
promulga el Decreto 67 de evaluación, calificación y promoción escolar (Ministerio de
Educación, 2018a, 2019a, s.fa), el que, como normativa ministerial, dirige el esfuerzo de los
establecimientos hacia una nueva mirada de la evaluación, comenzando a regir desde marzo
del año 2020.
Con el fin de que esta nueva normativa sea coherente con las antes referidas y, así, poder
avanzar en materia de evaluación, deroga los decretos exentos 511/1997, 112/1999 y
83/2001, pues estos respondían a un marco legal no disponible (Ley Orgánica Constitucional
de Enseñanza), por lo que carecían de un sustento que les brindara sentido (Ministerio de
Educación, 2018b). Asimismo, los decretos derogados centraban su foco en la calificación y
promoción, y los ámbitos administrativos de los procesos, lo cual es inconsistente con el
Nuevo Sistema de Evaluación de Aprendizajes (Agencia de Calidad de la Educación, 2018)
y la Política para el fortalecimiento de la evaluación en aula (2018b), si se desea establecer
una cultura de la evaluación con un foco pedagógico en la sala de clases (Ministerio de
Educación, 2018a, 2019a, 2018b).
Conjunto de acciones lideradas por los profesionales de la educación para que tanto
ellos como los alumnos puedan obtener e interpretar la información sobre el
aprendizaje, con el objeto de adoptar decisiones que permitan promover el progreso
del aprendizaje y retroalimentar los procesos de enseñanza (Ministerio de Educación,
2018a, s.p).
Existen variados aspectos que se pueden destacar de lo declarado. En primer lugar, el hecho
de que las acciones que se refieren pueden ser tanto las planificadas, como aquellas que se
generan espontáneamente durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, esto es, las que nacen
de la interacción cotidiana con los estudiantes (Ministerio de Educación, 2019a, s.fb, s.fc).
Por este motivo, la evaluación en el aula no se limita a ninguna estrategia, metodología,
instrumento o técnica (Ministerio de Educación, 2018b, s.fa), ya que es un elemento inherente
o intrínseco al proceso de enseñanza (Ministerio de Educación, 2018a, 2019a, s.fa).
Finalmente, respecto del uso de la evaluación como proceso que posibilita la toma decisiones,
se puede destacar que el foco está puesto en que por medio de la recogida de información se
promuevan procesos de reflexión pedagógica (Ministerio de Educación, 2018b, 2019a, 2020,
s.fa, s.fb, s.fc). Esto con el propósito de poder adecuar, adaptar, modificar el proceso de
enseñanza-aprendizaje o ajustar las planificaciones, según la evidencia del progreso que van
teniendo los educandos (Ministerio de Educación, 2008, 2019a, s.fa, s.fb, s.fc). Por este
motivo, es relevante que la evaluación no se conciba como un proceso administrativo o
burocrático y, en este sentido, los equipos de gestión directiva cobran un rol fundamental,
para generar esta visión compartida del proceso (Ministerio de Educación, s.fc).
Desde la nueva normativa se deja claro que no necesariamente todo proceso evaluativo debe
ser conducente a una calificación, por esto es relevante comprender que, si bien evaluación
y calificación son nociones relacionadas, no son sinónimas (Ministerio de Educación, 2019a).
Del mismo modo, se coloca especial énfasis en que no se distorsione el fin que posee la
evaluación sumativa, por lo que no se debe emplear con un carácter punitivo (Ministerio de
Educación, 2019a, 2018b). Asimismo, para que la calificación no posea un impacto negativo
en el autoestima y motivación de los estudiantes, se debe cautelar que solo se califique
“aquellos logros de aprendizaje que los estudiantes han tenido la oportunidad de aprender”
(Ministerio de Educación, 2019a, s.p).
Emplear la evaluación para la reflexión pedagógica se vincula con el rol del docente como
investigador al interior del aula (Ministerio de Educación, s.fb). Esto debido a que, al realizar
prácticas de evaluación formativa, como ya se ha mencionado, el docente deberá estar atento
a las necesidades de todos los estudiantes, para determinar su progreso a lo largo del proceso,
con el fin de ir ajustando sus prácticas según se vaya requiriendo (Ministerio de Educación,
s.fb). Por ello, el cambio de rol del docente debe estar acompañado de una nueva forma de
concebir las planificaciones, pues no se deben comprender como un elemento estático o como
un mero requerimiento burocrático, sino que deben convertirse en una herramienta flexible
y susceptible al cambio (Ministerio de Educación, s.fb, s.fc).
Cabe destacar que la reflexión pedagógica es una de las responsabilidades profesionales que
se establecen en el Marco para la buena enseñanza (Ministerio de Educación, 2008), pues
gracias a esta el docente podrá repensar sus prácticas, con el fin de asegurar la calidad del
proceso de enseñanza-aprendizaje. Para llevarla a cabo, es relevante el rol que poseen los
equipos de gestión directiva, pues al tener una visión estratégica clara y compartida con la
comunidad, se pueden generar los cambios necesarios que apunten a repensar la evaluación
y las prácticas asociadas, fomentando el trabajo colaborativo, antes señalado,
retroalimentando y apoyado a los profesionales de la educación (Ministerio de Educación,
2015c, 2020, s.fc).
37
Por lo anterior, en las Orientaciones, se establece una serie de estrategias que permitirán
orientar la toma de decisiones respecto de la promoción escolar. Así, se releva la necesidad
de (i) prevenir dificultades, (ii) monitorear constantemente a los estudiantes y (iii) promover
con un acompañamiento pedagógico. En relación con la prevención, es primordial detectar
de manera temprana las dificultades en los estudiantes. Para esto, es fundamental fortalecer
el desarrollo de los profesionales, con el fin de que posean las competencias necesarias para
poder detectar posibles dificultades académicas (Ministerio de Educación, 2019a). De ese
38
modo, se pueden generar instancias de acompañamiento, para que el alumno no entre en una
situación de riesgo de repitencia o bien que, una vez establecidos los mecanismos de apoyo,
pueda avanzar y progresar en sus aprendizajes, para salir del riesgo.
Finalmente, una vez realizados todos los procesos enfocados en apoyar y acompañar al
estudiante con riesgo de repitencia, se debe decidir en cuanto a su promoción, en caso de que
no se cumplan los requisitos de promoción establecidos en el artículo 10 del Decreto
(Ministerio de Educación, 2018a, s.fa). Estos se relacionan con la aprobación de las
asignaturas con un promedio final anual igual o superior a un 4,5, en caso de haber reprobado
sola una asignatura, y de 5,0, si se reprobaron dos. Y, respecto de la asistencia, en el artículo
se indica que el estudiante deberá contar con un porcentaje igual o superior al 85%. Los
estudiantes que cumplan con estos parámetros serán promovidos de manera automática.
Sin embargo, los que no cumplan con lo antes señalado estarán en riesgo de repitencia, por
lo que se deberá iniciar un proceso profundo de análisis, que involucrará a todos los actores
responsables del aprendizaje del estudiante: docentes, profesor jefe, apoderados, equipos de
apoyo, etc. Para avanzar a una decisión fundada en motivos pedagógicos, se deberán
considerar los factores establecidos en el artículo 11 del Decreto (Ministerio de Educación,
2018a, s.fa): revisar la progresión del aprendizaje del estudiante, determinar la magnitud de
la brecha entre lo que sabe el estudiante y el objetivo que debía conseguir y, por último,
39
Una vez tomada la decisión, sea de repitencia o de promoción, es necesario que desde el
establecimiento se resguarden los apoyos necesarios para el siguiente año que deberá afrontar
el estudiante. En otras palabras, desde la institución se debe garantizar que el alumno recibirá
el acompañamiento pedagógico necesario, que respete y responda a sus necesidades
particulares. Por ello, los apoyos que se generen podrán ser variados, respondiendo a los
principios de la diversificación. Del mismo modo, el trabajo colaborativo entre docentes será
esencial en el fortalecimiento de las estrategias que se implementen (Ministerio de
Educación, 2018a, 2019a, s.fa).
Respecto de los docentes, se deberá cautelar su participación, pues son los que poseerán los
conocimientos y la información clave que permitirá emitir juicios fundados en evidencias, en
relación con los aprendizajes de los estudiantes (Ministerio de Educación, 2018a, 2018b,
2019a, s.fa, s.fb, s.fc). En consecuencia, serán los responsables de ajustar los procesos y
apoyar a los educandos para disminuir la brecha entre el estado inicial de sus conocimientos
y el estado que debieran alcanzar. Lograr esto, guarda directa relación con el uso de la
evaluación formativa, los procesos de retroalimentación y la diversificación.
Finalmente, es importante considerar que no solo los alumnos deberán tener claridad de cómo
serán evaluados o de los criterios que se emplearán para ello, sino que también los apoderados
deben contar con esta información (Ministerio de Educación, 2018b, 2019a, s.fa). Por ello,
deberán ser informados de los logros de aprendizajes obtenidos por los estudiantes, por lo
que cada una de las instituciones deberá transparentar el progreso del proceso de aprendizaje
del educando. Sobre todo, cuando los estudiantes entran en riesgo de repitencia, como ya se
refirió en el apartado anterior, pues los apoderados serán parte importante en la toma de
decisiones (Ministerio de Educación, 2018a, 2019a).
Otro de los aspectos que se aborda en esta investigación es el rol de los equipos de gestión
directiva para llevar a cabo procesos que posibiliten la implementación del Decreto 67/2018.
Por este motivo, en primer lugar, se abordarán de manera general las características que,
según diversos estudios, se pueden destacar de un equipo de gestión directiva efectivo. Esto,
con el fin de posteriormente centrarse en las dimensiones que se deben tener en consideración
al pertenecer a un equipo directivo, según el Marco para la buena dirección y liderazgo
escolar (MBDLE) (Ministerio de Educación, 2015c). Y, en segundo lugar, se trabajarán los
diversos mecanismos de gestión que permiten abordar los cambios o reformas en materia de
educación de manera exitosa, contextualizándose en los procedimientos que se deben
41
Para Anderson (2010), los líderes de escuelas efectivas contemplan su entorno como una
fuente de oportunidades que les permitan la realización de su visión y metas. Esto implica
42
Considerando lo anterior, se puede referir que una gestión eficiente y efectiva, desde el punto
de vista del liderazgo educativo, requiere de instrumentos y procesos que posibiliten el
reconocimiento de aspectos que obstaculizan o favorecen el desarrollo institucional (Lara y
Larrondo, 2011). Por ello, cuando se trata la idea de liderazgo, en relación con la gestión de
la calidad, se releva la necesidad de implementar procesos sistemáticos de monitoreo,
evaluación y retroalimentación, que permitan reconocer fortalezas, debilidades, aspectos por
mejorar y proyecciones (Leithwood y Riehl, 2005; Lara y Larrondo, 2011; Fundación Chile,
2011; Miranda, 2016; Agencia de Calidad de la Educación, 2017).
Respecto de las prácticas destacadas en torno al liderazgo directivo, cobra relevancia referir
aquellas que promueven la participación de los padres y apoderados, con el fin de que puedan
contribuir al proyecto de mejora (Leithwood y Riehl, 2005; Anderson, 2010). Así, se potencia
el involucramiento de la comunidad en su totalidad (Fundación Chile, 2011; Agencia de
Calidad de la Educación, 2016, 2017; Ministerio de Educación, 2019c).
Por lo tanto, según la literatura revisada se puede considerar que la noción de líder se
comprende como un catalizador o mediador, pues promueve y estimula el cambio en el
sistema educativo (Anderson, 2010). En consecuencia, los líderes educativos deben estar
abiertos al cambio, con el fin de que la institución no se estanque (Sagredo, Castelló, 2019).
Ahora bien, cuando se llevan a cabo transformaciones, es necesario tener en consideración a
las personas que se verán afectadas por ellas (Sandoval, 2014). De lo contrario, en caso de
involucrar al profesorado, por ejemplo, este no responderá de manera positiva, se resistirán
a la imposición, lo que generará insatisfacción laboral (Vaillant, 2005; López et al., 2018).
puede afectar el estado emocional de los actores de la comunidad escolar y, con ello,
perjudicar el compromiso con la organización y el logro de objetivos institucionales. Por ello,
se debe promover que los docentes asuman su liderazgo pedagógico, ya sea dentro como
fuera del aula, con el fin de que los alumnos lleven a cabo sus actividades en un ambiente
que potencie las posibilidades de aprendizaje (Ministerio de Educación, 2015c; Sagredo y
Castelló, 2019).
Según la Agencia de Calidad de la Educación (2017), los cambios, que se traducen en los
diversos hitos y procesos que ocurren al interior de un establecimiento, se relacionan entre sí
de manera dinámica. Este dinamismo puede darse por factores externos. Por este motivo, los
equipos directivos y los profesores deben mantenerse en alerta, monitoreando
constantemente tanto a las familias y alumnos, como el sistema en sí y las diversas políticas
asociadas. En este sentido, según la institución (2017), es importante que las situaciones
críticas promuevan procesos de reflexión al interior de un establecimiento, con el fin de
identificar aspectos que sean factibles de asumir, esto es, focalizar el plan de acción. Cabe
destacar que en este proceso deben participar los integrantes de la comunidad, en coherencia
con una gestión directiva que promueva el trabajo colaborativo y colegiado (Bellei et al.,
2015; Miranda, 2016; Farfán et al., 2016; Agencia de Calidad de la Educación, 2016, 2017,
Sagredo y Castelló, 2019).
Una de las grandes responsabilidades que existe desde la gestión directiva es el cumplimiento
de las diversas políticas públicas vigentes, en materia de educación (Miranda, 2016). Los
47
procesos de cambio vinculados con las normativas educacionales se traducen en planes que
desarrollan las instituciones educativas, con el fin de entregar el marco y los diversos
elementos esenciales que deben asumir las comunidades, para entregar una educación de
calidad, inclusiva e integral (Ministerio de Educación, 2019c). Es importante conocer las
diversas políticas y normativas en materia de educación, con el fin de contextualizarlas a la
realidad de cada institución (Ministerio de Educación, 2019c). También, es relevante que las
nuevas políticas se pueden volcar a favor del mejoramiento de la escuela, asumiéndolas como
una oportunidad (Bellei et al., 2015).
Considerando la publicación del Decreto 67, que establece una nueva visión sobre la
evaluación, calificación y promoción escolar, cobra relevancia contemplar el rol que poseen
los equipos de gestión directiva, en la promoción de este tipo de transformaciones. Para
abordar esto, se trabajará con las Orientaciones para directores (Ministerio de Educación,
s.fc), en las que se entregan directrices para poder gestionar la evaluación formativa en el
aula, que, como se revisó anteriormente se potencia y promueve en el nuevo Decreto.
El segundo rol guarda relación con trazar y construir caminos que permitan la consecución
de objetivos y metas comunes. Para esto, es importante generar condiciones óptimas, esto es,
un ambiente laboral u organizacional que permita el desarrollo de los propósitos propuestos.
En cuanto a la nueva visión que se debe promover de la evaluación, es fundamental generar
instancias que permitan repensar las percepciones, creencias o visiones en torno a la
evaluación y los aspectos asociados al proceso de enseñanza-aprendizaje, en general. Así, se
48
debe motivar la innovación y fomentar la comprensión del error como un espacio para la
reflexión profesional. Este rol se encuentra íntimamente ligado con el tercero y cuarto, pues
los equipos de gestión directiva deberán conducir, apoyar o acompañar el proceso de cambio
de foco en materia de evaluación. Para ello, resulta esencial potenciar instancias de trabajo
colaborativo y de retroalimentación, con el objetivo de promover la confianza entre los
miembros de la comunidad.
Como se refirió, es importante que desde los equipos directivos se promueva el liderazgo en
los docentes (Ministerio de Educación, 2015c; Sagredo y Castelló, 2019). En este sentido, en
particular, este liderazgo se puede fortalecer en la medida en que los profesores posean la
formación necesaria en materia evaluativa. De este modo, según las Orientaciones
(Ministerio de Educación, s.fc), los docentes deben contar con los conocimientos
conceptuales y procedimentales que permitan el abordaje de la evaluación formativa. Una de
las maneras en las que esto se puede concretar es a partir de la conformación de comunidades
profesionales de aprendizaje, con las que se promueve la reflexión, participación,
colaboración y el aprendizaje de los miembros.
colaborativo y la confianza entre colegas. Para poder llevar esto a cabo, es importante que
desde los equipos de dirección se generen las condiciones óptimas, por lo que se deberán
repensar ciertas estructuras organizacionales, para que toda la institución se configure en
función de las prácticas colaborativas y el desarrollo del aprendizaje.
En cuanto al segundo se puede destacar que una de las principales acciones que afecta al
sistema educativo es el cierre de las instituciones escolares con el fin de evitar la propagación
del virus (Reimers y Schleicher, 2020; Sanz et al., 2020; Ministerio de educación, 2020;
Montecinos, 2020; Peralta et al., s.f). Así, se tensiona el accionar y la respuesta de los equipos
de gestión directiva, que como se indicó, en tiempos de crisis deben mantenerse alerta y
promover espacios de reflexión para determinar las decisiones que se tomarán (Agencia de
Calidad de la Educación, 2017). En este caso en particular, la pandemia ha supuesto un reto
para el sistema y ha impulsado a los diversos establecimientos a buscar nuevas formas y
estrategias, con el fin de continuar trabajando en la labor formativa de los estudiantes (Sanz
et al., 2020; Peralta et al., s.f).
Con esta situación se han podido poner a prueba a la eficiencia de los diversos equipos de
gestión, lo que ha generado conflictos debido a los sistemas de implementación que se han
trabajado para suplir la educación presencial (Ministerio de Educación, 2020; Reimers y
Schleicher, 2020; Peralta et al., s.f). Esto, debido a que, como indican Peralta et al. (s.f), el
proceso se ha caracterizado por la improvisación y poca planificación, con lo que se acentúa
la brecha entre los estudiantes y queda al descubierto la desigualdad del sistema. Uno de los
motivos, según las autoras, se vincula con el fuerte carácter administrativo-burocrático de las
decisiones que se han tomado. Con ello, queda al descubierto la tensión que existe entre el
foco directivo-pedagógico que se desea implementar con las nuevas políticas del ministerio
que ya se han referido y las decisiones que se toman, las que entran en conflicto con la
pretensión de generar espacios óptimos de desarrollo y aprendizaje tanto para los estudiantes,
como para la comunidad en general (Anderson, 2010; Bellei et al., 2015; Martini y Albornoz,
2019).
51
Cabe destacar que, pese a la crisis, las disposiciones frente al abordaje de los procesos de
evaluación que se promueven con el Decreto 67/2018 no se suspenden, al contrario, desde el
Ministerio de Educación (2020) se busca promover que este contexto se conciba como una
oportunidad para poder repensar las prácticas que se realizaban. Con esto, se posibilita
concebir el contexto de crisis como una oportunidad para: (i) fortalecer el foco orientado a la
seguridad, con el fin de que la comunidad pueda reconstruir sus relaciones y determinar sus
prioridades (Montecinos, 2020); (ii) promover el trabajo colaborativo al interior de la
comunidad, en la medida en que cada uno de sus miembros contribuya con sus saberes en la
reconceptualización de un nuevo modelo y de los nuevos escenarios que tengan como centro
a las personas (Peralta et al., s.f); (iii) entregar posibilidades de aprendizaje en línea y
fomentar la participación de los padres y apoderados, en la medida en que se les entrega la
orientación necesaria para que puedan apoyar a su pupilos (Ministerio de Educación, 2020;
Montecinos, 2020; Reimers y Schleicher, 2020); entre otras aristas que se puedan contemplar.
En este sentido, el llamado que se realiza en las Orientaciones al sistema escolar en contexto
de COVID-19 (Ministerio de Educación, 2020) es a continuar trabajando desde los aspectos
que se busca fortalecer con el nuevo Decreto: evaluación formativa, retroalimentación,
diversificación, participación de alumnos, padres y apoderados, etcétera. Para llevar a cabo
esta labor, es relevante el rol del equipo directivo, pues son los responsables de apoyar y
entregar a los docentes los materiales necesarios que permitan la realización efectiva del
nuevo enfoque evaluativo. Y, en términos prácticos, en relación con el trabajo de
actualización del reglamento de evaluación, calificación y promoción escolar para dar
respuesta a las nuevas normativas, en las Orientaciones (Ministerio de Educación, 2020) se
establece de manera clara que la crisis actual no implica la modificación del documento.
comunidad educativa, respetando los diversos principios que rigen el sistema educativo,
definidos en el Ley General de Educación (dignidad, no discriminación arbitraria,
transparencia, participación, etc); y en coherencia con lo expresado en el PEI de la institución
(Ministerio de Educación, 2012; Superintendencia de Educación, 2018). Así, se aporta a la
descentralización y flexibilidad en la toma de decisiones de las diversas comunidades
educativas (Ministerio de Educación, 2012). Tiene como propósito cautelar el cumplimiento
de los derechos y deberes, regulando las relaciones entre los miembros de la comunidad, con
el fin de asegurar el debido proceso en caso de sanciones (Ministerio de Educación, 2009;
Superintendencia de Educación, 2018). Para ello, fija, por ejemplo, normas de
funcionamiento y convivencia escolar (Superintendencia de Educación, 2018).
estratégicos de la institución: visión, misión y sellos que establece el PEI. Durante este
proceso, es importante que se deje registro, pues así la información recolectada se puede
sistematizar. De este modo, se puede cautelar que el documento final contemple las visiones
de todos los participantes.
3.1 Paradigma
Dentro de las posibilidades de estudio que otorgan las investigaciones que se enmarcan en el
paradigma cualitativo, en este caso se trabajó con uno de tipo descriptivo. Esto considerando
que el objetivo propuesto es caracterizar los procesos de gestión directiva que se
implementaron para responder a los requerimientos del Decreto 67. Por ello, y como indican
diversos autores (Cerda, 1993, Hernández et al, 2014), el estudio descriptivo otorga la
57
Siguiendo los lineamientos planteados, para realizar esta investigación se trabajó bajo un
diseño fenomenográfico. Pese a que esta metodología de investigación surge como un
proceso que se centraba en la indagación de las experiencias de aprendizaje de los alumnos,
posteriormente se fue extrapolando a otros ámbitos, tanto dentro como fuera de los contextos
escolares (González, 2014; Soler et al., 2017). En este caso se considera que por medio de
la fenomenografía se pudo dar cuenta de las formas cualitativamente diferentes en que los
sujetos han experimentado el fenómeno central que constituye el foco de este estudio, esto
es, la implementación del Decreto 67 (Bowden, 2000; Dunkin, 2000; Marton y Pong, 2005;
Åkerlind, 2005a; Åkerlind et al., 2005; González, 2014; Soler et al., 2017).
De este modo, por medio de la variación en las experiencias se pudo caracterizar el proceso
que se ha realizado en los diversos establecimientos educativos, con el fin de dar respuesta a
la nueva normativa de evaluación que comenzó a regir en marzo del año 2020 (Bowden,
2000; Dunkin, 2000; Marton y Pong, 2005; Åkerlind, 2005a; Åkerlind et al., 2005; González,
2014; Soler et al., 2017). Cabe destacar que la fenomenografía no solo posibilitó la
descripción del fenómeno a partir de cómo ha sido experimentado por los sujetos, sino
también permitió revelar y describir la variación entre cómo los participantes pertenecientes
a una colectividad perciben, conciben o conceptualizan el fenómeno (Bowden, 2000; Dunkin,
2000; Marton y Pong, 2005; Åkerlind, 2005a, 2005b; Åkerlind et al., 2005; González, 2014;
Soler et al., 2017; Moro y Farías, 2017).
58
Para efectos de la metodología que se empleó en este estudio, se tomó como referencia la
estructuración u organización que plantea Bowden (2000), quien indica las diversas etapas o
procesos que se deben llevar a cabo en investigaciones que se enmarcan en la fenomenografía
(ver Figura 1). Ahora bien, esta se adaptó y se enriqueció con algunos aspectos referidos por
Åkerlind (2005a, 2005b) con el fin de que el proceso investigativo se pueda adecuar a las
condiciones actuales en las que se encuentra el país.
Figura 1.
Proceso de investigación fenomenográfica.
• Planificación
• Dimensiones/tópicos
Cabe destacar que en el contexto de este tipo de investigación se pueden encontrar algunas
dificultades importantes como las que refiere Dunkin (2000). Ella indica que, al realizar el
trabajo como investigadora solitaria, una de las situaciones problemáticas que se puede
encontrar guarda relación con el conocimiento de categorías previas, producto del manejo de
la literatura existente sobre el tema de investigación. A este respecto, la autora señala que fue
complejo colocar entre paréntesis sus conocimientos previos, ya que estos están incrustados
y no fue consciente de su influencia. En este sentido, ella indica lo importante que es para el
análisis el no manejar categorías vinculadas con el fenómeno de estudio que se abordan en
la literatura.
Por este motivo y considerando que para efectos de la investigación se realizó una revisión
de la literatura relacionada con el fenómeno que se abordó, es que se explicitarán algunas de
las dimensiones que se manejan, pues estas sirvieron como tópicos que guiaron el proceso de
entrevista. Ahora bien, cobra relevancia indicar que estas fueron solo referenciales, pues se
fueron modificando en la medida en que inició el análisis. Esto, considerando que, en el caso
de la entrevista, al plantear preguntas abiertas, la idea es que los entrevistados puedan abordar
la interrogante según los aspectos que ellos consideren relevantes (Bowden, 2000; González,
2014). Con ello, se espera que emerjan nuevas categorías que permitan dar cuenta de las
formas cualitativamente diferentes en que ha sido experimentado determinado fenómeno, lo
cual se podrá evidenciar en los resultados obtenidos del análisis.
Una vez aclarado este concepto, es relevante determinar qué procesos conlleva la
implementación de esta normativa, desde la gestión directiva. A este respecto se
trabajarán los siguientes tópicos guía:
En segundo lugar, se procedió con la recolección de la información que, en este caso, se llevó
a cabo a través de la realización de entrevistas semiestructuradas de preguntas abiertas, con
el fin de que los entrevistados puedan decidir qué aspecto abordar, según lo que les parezca
relevante. Esto, debido a que el foco de la entrevista está en que los sujetos logren dar cuenta
de la manera en que entienden el concepto elegido o el fenómeno, lo cual se debe mantener
a lo largo de todo el proceso (Bowden, 2000; González, 2014). De este modo, se buscó que
los participantes entrevistados logren un estado de metaconsciencia en torno al fenómeno
estudiado, con el fin de que se pudieran relevar las formas cualitativamente diferentes
respecto de cómo lo vivenciaron (González, 2014).
Así, como indica Martínez (2004) por medio de la entrevista, que toma la forma de un diálogo
coloquial, se pudo recabar información que va más allá del contenido lingüístico, pues lo
62
declarado por los participantes puede ser complementado con los elementos propios de la
comunicación no verbal. La elaboración de este instrumento pasó por una fase de
planificación, por medio de una tabla de especificaciones (ver Anexo 1) en la que se usaron
como guía las dimensiones antes descritas. De este modo, inicialmente, la entrevista
contemplaba en total seis interrogantes, que permitirían abrir el diálogo en relación con
aspectos como los procesos de comunicación oportuna, la manera en que se trabajó la visión
evaluativa de los docentes, las instancias implementadas para promover las participación y
colaboración y, finalmente, las estrategias empleadas para contextualizar los requerimientos
del Decreto a las necesidades de cada establecimiento (ver Anexo 2). Considerando estos
aspectos, se buscaba visibilizar la experiencia vivida por profesores y miembros del equipo
de gestión, respecto del proceso de implementación del Decreto 67.
Una vez revisado y corregido el instrumento, se llevó a cabo la primera entrevista. Esta formó
parte del pilotaje o simulación, pues como señalan algunos autores (Åkerlind et al., 2005;
Åkerlind, 2005a, 2005b) se constituye como una buena manera de practicar la realización de
una entrevista fenomenográfica. Con ello, se revisaron nuevamente las preguntas guías,
contemplando la información que permitieron levantar en la entrevista piloto. Así, se realizó
la última modificación de las interrogantes (ver Anexo 5), que se tradujo principalmente en
la incorporación de dos preguntas adicionales. La primera de ellas se incluyó en la dimensión
de visión pedagógica de la evaluación y la segunda interrogante se ubicó al finalizar la
entrevista como una pregunta que abarca la implementación del Decreto en general,
motivando a los entrevistados a realizar una descripción de esta.
de la implementación del Decreto 67. Estas concepciones, pudieron ser descritas a partir de
la visibilización de las diversas experiencias que tuvieron los participantes, en relación con
el fenómeno estudiado en esta investigación. De este modo, finalmente, se pudo cumplir con
el propósito de caracterizar los procesos de gestión directiva que se llevaron a cabo para
implementar los requerimientos ministeriales.
En la metodología que propone Bowden (2000) los aspectos referidos a quién entrevistar y
por qué, deben vincularse con el objetivo de la investigación. En este caso, para llevar a cabo
este proceso investigativo se trabajó con profesores y jefes de UTP, coordinadores
técnicos/pedagógicos o jefes de departamento pertenecientes a establecimientos de la región
de Valparaíso. Esto con el fin de dar cuenta de las diferencias cualitativas en torno a la
experiencia de implementación, considerando que, según las Orientaciones para la
implementación del Decreto 67/2018 (Ministerio de Educación, 2019a), son los actores
principales en el proceso de implementar la nueva normativa.
Tabla 1.
Resumen de participantes.
Entrevistado/a Rol Tipo de Nivel Proyecto
dependencia educativo educación
media
1 Jefa UTP Particular Prebásica- Científico-
subvencionado media Humanista
2 Profesora Particular Media Técnico
subvencionado profesional
3 Profesora Particular Básica -
subvencionado
4 Profesora Particular Básica (media -
subvencionado insipiente:
solo I EM)
5 Coordinadora Municipal Prebásica- Científico-
media Humanista/
Técnico
profesional
6 Profesora Particular Básica-media Científico-
subvencionado Humanista
7 Profesora Particular Media Técnico
subvencionado profesional
8 Profesor Particular Prebásica- Científico-
subvencionado media Humanista
9 Profesor Particular Prebásica- Científico-
media Humanista
10 Jefa UTP Municipal Básica -
11 Profesor Particular Prebásica- Científico-
subvencionado media Humanista
12 Profesora Particular Prebásica- Científico-
subvencionado media Humanista
13 Jefa de Particular Prebásica- Científico-
departamento media Humanista
14 Profesora Particular Básica-media Científico-
subvencionado Humanista
15 Coordinador Municipal Prebásica- Científico-
media Humanista
16 Profesor Particular Prebásica- Científico-
media Humanista
17 Jefe de UTP Particular Prebásica- Científico-
subvencionado media Humanista
18 Jefa de UTP Particular Media Científico-
subvencionado Humanista
19 Profesora Particular Prebásica- Científico-
media Humanista
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• Análisis e interpretación
Para llevar a cabo el análisis, siguiendo el proceso descrito por Bowden (2000), se
transcribieron las entrevistas realizadas. Ahora, como la metodología de análisis que propone
el autor implica contar con un equipo de, por lo menos, tres investigadores que permitan
realizar el proceso de comprobación, revisión, validación y estabilización de las categorías
descriptivas que emergen de las transcripciones, en este caso no se aplicó de ese modo. Esto,
considerando el actual contexto nacional, por lo que el proceso investigativo lo efectuó solo
una persona, quien llevó a cabo las entrevistas, transcribió, revisó y analizó, lo que puede
suponer riesgos en términos del rigor interpretativo (Åkerlind et al., 2005). Pese a ello, y a
partir de lo que indica Åkerlind en Åkerlind et al (2005), como el análisis fue realizado por
solo una persona, se planificaron pausas durante el proceso, con el fin de que luego se pueda
retomar el trabajo con la mente despejada.
Retomando a Bowden (2000) y Åkerlind (2005a, 2005b), las descripciones finales fueron el
resultado de un proceso iterativo, que permitió dar cuenta de las formas cualitativamente
diferentes de experimentar el fenómeno en cuestión. De esta manera, el foco estuvo siempre
en el significado que le otorgan los sujetos al fenómeno, tomando las transcripciones como
un todo. Así, se tiene en consideración el contexto de lo dicho por los entrevistados. Esto,
según Bowden (2000), se diferencia de la propuesta de análisis de Marton (1986, citado en
Bowden, 2000; Marton y Pong, 2005; González, 2014), quien trabaja con extractos de
transcripciones para levantar las categorías.
Con el fin de detallar el análisis que se siguió, se puede indicar que se tomó como referencia
el proceso descrito por Åkerlind (2005b), aunque por la naturaleza de este trabajo y los plazos
disponibles para analizar la información, el proceso se acotó a un mes. Por tanto, durante el
mes de octubre se llevaron a cabo las entrevistas que se detallaron anteriormente, las cuales
66
se transcribieron para iniciar la fase de análisis en noviembre. En esta fase, del total de 21
transcripciones, se trabajó únicamente con 20, debido a que la primera formó parte del
pilotaje, antes referido.
De este modo, el análisis iterativo inicia con la lectura de una selección de transcripciones
que, en este caso, fue de 16 (8 profesores y 8 miembros del equipo de gestión) escogidas
aleatoriamente, pues según la literatura y la naturaleza de este tipo de investigación, a partir
de esta cantidad de información ya se pueden saturar las categorías que emerjan del proceso
(Dunkin, 2000; González, 2014). Åkerlind (2005b) hace especial énfasis en que esta primera
lectura se realice con total apertura de mente, por lo que se procuró efectuarlo de este modo,
dejando entre paréntesis las dimensiones que emergieron a partir de la revisión de la literatura
asociada con el fenómeno de estudio (Dunkin, 2000).
Una vez realizado lo anteriormente descrito, se procedió con la lectura de las cuatro
entrevistas restantes. Con estas se siguió exactamente el mismo proceso referido
anteriormente: primera lectura con apertura de mente; segunda lectura tachando información
irrelevante y tomando notas y, finalmente, resumiendo las notas, para revisar categorías
previamente elaboradas. Así, comienza un proceso iterativo en el que constantemente se van
revisando las categorías descriptivas y patrones de diferenciación, con el fin de reducirlas al
máximo y que estas den cuenta efectivamente de cómo fue el proceso de implementación del
Decreto 67.
67
Para ir concluyendo el análisis, se fue intercalando la lectura de las notas y de las entrevistas.
De este modo, se reorganizaron a partir de las categorías de descripción que se estaban
consolidando. Y, finalmente, con el objetivo de comprobar que existía coherencia en el
análisis realizado, se leyeron por última vez las transcripciones y se revisaron nuevamente
las categorías, quedando finalmente 3, las que se detallarán en el siguiente capítulo.
Con el fin de cautelar la calidad ética del procedimiento de recolección de datos, se realizaron
diversos procesos que buscaron asegurar la calidad técnica del instrumento empleado, esto
es, la entrevista. En este sentido, por un lado, en relación con la entrevista, como se mencionó
anteriormente, el instrumento pasó por un proceso de validación cualitativa, a través de tres
jueces expertos. Asimismo, como indica Kvale (2011) previo a la aplicación de la entrevista,
los participantes debieron firmar un consentimiento informado, en el que se garantiza la
confidencialidad del entrevistado, lo que implica que no se entregarán datos privados que
permitan identificar o reconocer al participante (ver Anexo 6).
Del mismo modo, como lo plantea el principio ético de beneficencia se procuró resguardar
al máximo las consecuencias que pueda contraer el entrevistado, por este motivo, en las
transcripciones no se consideró información que pudiera dar cuenta del establecimiento al
que pertenecía el o la entrevistada. Por otro lado, cobra relevancia indicar que como se
aprecia en la Figura 1, la validez y confiabilidad se debe tener en consideración a lo largo de
todo el proceso de investigación (Bowden, 2000). Ahora bien, en el caso particular del
análisis, estas estuvieron determinada por el rigor con el que se efectuó el proceso iterativo
68
A continuación, se expondrán los resultados obtenidos a partir del análisis realizado. En este
sentido, se iniciará dando cuenta de las categorías de descripción que se obtuvieron como
resultado del análisis iterativo de las transcripciones, el que concluyó una vez se estabilizaron
las categorías relevadas. Posteriormente, se presentará la relación estructural que existe entre
las categorías y los patrones de variación y temas comunes de expansión de la consciencia,
los que dan cuenta de las dimensiones de variación, posibilitando establecer una relación
estructural entre ellas (Åkerlind, 2005b).
A partir del análisis se pudo dar cuenta de las concepciones que poseen los participantes
(docentes y miembros del equipo de gestión directiva) respecto de la implementación del
Decreto 67 (Bowden, 2000). A este respecto, se levantaron tres categorías de descripción,
que emergieron del análisis iterativo y comparativo de las transcripciones (Åkerlind et al.,
2005; Åkerlind, 2005a, 2005b; González, 2014). Así, como se refirió en el apartado anterior,
tras leer en reiteradas ocasiones las entrevistas realizadas y a través de la búsqueda de
elementos comunes y diferenciadores entre ellas, fueron emergiendo categorías provisorias
que se fueron revisando constantemente, hasta lograr que se estabilizaran y saturaran
(Bowden, 2000; Dunkin, 2000; Åkerlind et al., 2005; Åkerlind, 2005a, 2005b; González,
2014). De este modo, las categorías de descripción finales permiten caracterizar la
implementación del Decreto 67 como un proceso de:
1. comunicación y participación
2. contextualización a la realidad educativa
3. cumplimiento de un requerimiento legal
Por medio de esta categoría se describe el proceso de implementación como una instancia en
la que se potenció y promovió la participación de diversos actores al interior del
establecimiento educativo, siendo los principales, los profesionales de la educación. De este
modo, implementar el Decreto 67 se llevó a cabo como un proceso en el que se aunaron
conceptos y criterios, con el fin de que quienes llevarán a la práctica los requerimientos del
Decreto, posean un discurso común, con lineamientos institucionales. Esto se puede
evidenciar en el siguiente fragmento:
E 10: eh… para poder trabajar de manera mancomunada con el equipo que yo te estoy
mencionando, que fue una comisión de trabajo, eh… desde UTP se generó un índice
que es lo que tendría que tener, basado en el decreto 67, sí o sí, nuestro el reglamento
de evaluación, considerando nuestra forma de trabajo, nuestra metodología de
evaluación, etcétera. Por lo tanto, cada vez que nos reuníamos, que fueron reuniones
sistemáticas que era uno para generar una discusión y la otra, que era un grupo mucho
más reducido, para generar la redacción en base a lo que ya habíamos discutido. Se
dieron todas las semanas a contar de… agosto del año pasado, si no me equivoco y
terminamos generando un reglamento a fines de noviembre, ¿ya? Y, como te digo, en
todas las reuniones participaban, había una reunión en la que era este comité, esta
comisión ampliada, en donde habían integrantes de cada departamento, integrantes
de cada estamento de la escuela. Y, luego, había una comisión más pequeñita, que era
una comisión redactora donde se bajaban todas esas ideas y se daba la redacción.
Nuevamente, cuando nos volvíamos a juntar a la semana siguiente se leía lo que ya
se había redactado, se sancionaba y se seguía avanzando.
Como se puede evidenciar, en este caso se describe un proceso en el que participaron todos
los estamentos del establecimiento, esto es, representantes de la comunidad educativa. Pese
a que es un caso excepcional en el que se incorporó en el proceso reflexivo a apoderados y
estudiantes, con este ejemplo se busca relevar el énfasis que tuvo el proceso en algunas
instituciones que propiciaron espacios de participación, democratizando el proceso y
apelando a una construcción conjunta. Por este motivo, el resultado de este quehacer fue,
finalmente, la elaboración de un reglamento totalmente nuevo. Para conseguir aquello, tuvo
71
E 20: em… bueno, hay un punto importante en el que se trabajó que es la evaluación
para el aprendizaje, o sea esa, esa frase de evaluación para el aprendizaje que, que es
tan importante y tan fundamental fue con lo que se comenzó a trabajar con los
profesores, porque todavía eh… cada profesor, dependiendo de tu rango etario, el tipo
de educación que recibió, porque todavía tenemos profesores, en algunos casos,
normalistas. Entonces, la idea era aunar criterios y desde el aunar criterios, que todos
entendiésemos lo mismo y que todos tuviésemos una misma línea de trabajo. Por lo
tanto, se abordó la evaluación para el aprendizaje, se abordaron temas, por ejemplo,
como la retroalimentación, eh… la evaluación formativa, eh… y la diferencia entre
evaluación formativa y evaluación sumativa, porque también eh… se caía en un tema
de confusión, eh.. cómo evaluar cualitativamente. Y, desde ahí se empezaron, como
en el fondo, a desagregar los temas para poder elaborar un nuevo reglamento, porque
todavía habían creencias, sobre todo en los profesores un poquito mayores, eh… por
ejemplo, es que no sé, Ciencias naturales, “tengo tres horas, por lo tanto tengo que
tener cuatro notas” […]
E 12: es que se hacen actividades, actividades donde uno deja plasmado lo, lo, a la,
la, lo que uno va consensuando, se va, se lleva a, se plasma en una hoja, son
actividades ya intencionadas como, por ejemplo, ahora no me acuerdo, pero “¿cómo
implementaría?” o “¿cómo haría usted la bajada de la información de los resultados
obtenido a la evaluación formativa?”. Y, ahí, empezamos nosotros a dar ideas.
Cuando llegamos a un consenso, nosotros lo anotamos y todo eso, del trabajo de todos
los departamentos lo recogen las jefas de UTP y junto con el coordinador y el equipo
de gestión, después, en otra reunión viene la bajada de lo que nosotros hicimos, y de
ahí emana nuestro reglamento de evaluación.
72
Entonces, siempre pensamos en aquello que fuera práctico, pero práctico no solo para
algunas áreas, sino para todas, ¿ya? Eso fue. Y, como te digo, en el caso de mi grupo,
en particular, la forma de resguardar eso fue como siempre contextualizarlo con lo
práctico […] Así que, en ese sentido, principalmente la coherencia se evalúa en
términos prácticos y estratégico con nosotros y también, insisto, atendiendo al
contexto de los estudiantes, porque claro, nuestro reglamento puede decir muchas
cosas, pero, por otro lado, tenemos como el contexto en el que de partida hay más de
90% de vulnerabilidad, los chiquillos están muy enfocados en sacar una carrera para
73
conseguir pega pronto. Por ende, si les digo: “cada uno va a desarrollar un proyecto
en Lenguaje o en Matemáticas”, para ellos no va a ser tan significativo, como
desarrollar un proyecto en las áreas técnico profesional […]
Como se puede observar en el segmento, el trabajo realizado por los docentes está totalmente
centrado en generar acuerdos comunes aplicables a todos los profesores de la institución. Así,
se busca que el reglamento que emerja de la reflexión sea coherente con la práctica
pedagógica y la realidad que posee cada docente, por un lado, como la cantidad de estudiantes
por sala y, por otro lado, el contexto de estos. Esta idea se puede ver reforzada en la siguiente
transcripción:
E 15: ya, primero, fueron las instancias de los consejos de profesores, ¿ya?
Obviamente, ahí se trató el tema, analizamos la situación, qué reflexiones, cuáles
desafíos teníamos como institución, porque claro, hay una capacitación que es de
manera general, pero tú después lo tienes que llevar a la práctica, a tu realidad, porque
no, no hay recetas para esto. Entonces, tú tienes que, tú tienes que decir “ya, estas son
las características de mi comunidad educativa, nosotros vamos a tomar decisiones al
respecto, sobre esto”. Obviamente, nos juntamos primero el equipo directivo, el
equipo de gestión, establecimos ciertos lineamientos. Lo, lo primero era hablar con
los colegas y ver cuáles eran sus apreciaciones sobre la, la capacitación que habíamos
tenido, qué cosas les había llamado la atención. Y, posteriormente, en los consejos de
curso y no solamente en uno, sino que en varios, y en varias reuniones, también, de
coordinación que nosotros tenemos fuimos trabajando este tema. Entonces, fuimos
tomando acuerdos, se eh… se llevó a cabo una, una propuesta base del reglamento…
de la modificación del reglamento de evaluación. Y, después, esto también se
estableció en, en concordancia con el equipo PIE. Entonces, también ahí trabajaron
el, el equipo PIE, para establecer ciertos lineamientos, propiamente tal, que, que
corresponden a, a la disciplina. Entonces, ahí habían, teníamos como que hilar, de
cierta manera, más fino. Desde el punto de vista de los diagnósticos de los niños,
porque nosotros tenemos niños con autismo, con asperger, con síndrome de Down,
entonces son… la varia, hay una variedad de realidades, desde el punto de vista de
nuestra comunidad educativa. Entonces, teníamos que trabajar también acorde a esa
realidad.
Finalmente, a través del análisis realizado, se pudo relevar esta última categoría descriptiva,
en la que la implementación se experimentó como un proceso que posibilitó el cumplimiento
de un requerimiento legal-administrativo. Esto implica que la implementación fue liderada,
principalmente, por los equipos de gestión, quienes realizaron la actualización del
reglamento, considerando las disposiciones del Decreto 67. Ahora bien, pese a que existen
casos similares descritos en la categoría 1 o 2, para efectos de esta categoría la diferencia se
da, debido a que la posible consulta o reflexión de los docentes no impacta en el resultado
final. En consecuencia, se concibe como un mero cumplimiento administrativo. Para
ejemplificar esto, se puede considerar el siguiente fragmento de transcripción:
E 5: […] Al final, yo de manera súper personal, siento de que por una cuestión de
tiempo, por querer cumplir los requerimientos de la Corporación, por querer llenar
los papeles, siempre la UTP como que trae la tarea ya hecha y la proyecta. Ya. “¿Qué
opinan? ... porque ustedes son los que tienen que decidir, ustedes son los que tienen
que socializar, ustedes son los que tienen que armar este documento”, pero,
finalmente, el documento ya viene hecho, viene armado desde arriba. […] Entonces,
pasa que obvio que si alguien trae la tarea hecha, para qué la vamos a desarmar, que
se quede así. Entonces, la gente, a veces, ni siquiera da una opinión respecto de si le
parece bien, le parece mal, por qué sí, por qué no. Entonces, queda eso plasmado ahí
que ya viene hecho, viene entregado y yo siento que al final es como una mirada de
conformación frente a lo que te entregan no más po, ¿cachai?, o sea ya de resignación.
Frente a la situación descrita por la entrevistada, se puede observar que el hecho de que el
nuevo reglamento emane directamente desde UTP, en ese caso, incluso genera un efecto que
podría catalogarse como negativo en los docentes, en tanto se “resignan” ante el trabajo que
se les entrega y no intervienen en el proceso. Del mismo modo, cuando la implementación
75
se da desde la visión de cumplir con un resquicio legal, las instancias se describen desde la
sensación de que la opinión o aprensiones que pudieran tener los docentes no son
consideradas. Esto genera incluso, como se puede apreciar en la siguiente cita, desacuerdos
en los procesos evaluativos que se plasman en el reglamento versus los que se llevan a cabo
en la práctica.
E 13: […] Qué se nos preguntó a nosotros los profes, te diría que nada, se nos entregó
la información para que nosotros la aplicáramos y la usáramos, pero creo que no se
hizo un sondeo, creo que hubiese sido bueno, haber partido al revés: de qué pensamos
nosotros, de qué creemos nosotros, de cuál es nuestra experiencia para poder
implementar un sistema. En cambio, a nosotros se nos entregó lo que teníamos que
76
hacer, se nos dictaminó lo que teníamos que hacer. Entonces, ahí, creo que ahí hay un
pie un poco cojo, al respecto.
[…]
Entonces, yo creo que, que si tú me dices a mí, yo creo que hay una gran disparidad
en base a lo que se sabe del decreto 67, en base a lo que se entiende del decreto 67 y
en base a lo que se aplica del decreto 67. No creo que como colegio tengamos una
línea común, porque esa línea común igual, creo que debiese ser dada súper
claramente de dirección, súper claramente, eh, homogenizando un poco las cosas.
E 12: eh, hay, hay dos cosas, nosotros en marzo teníamos que entregar nuestro, marzo,
abril, a la Superintendencia todos los reglamentos: convivencia, de todo, y, dentro de
eso el decreto de evaluación, eh… perdón, el reglamento de evaluación de nuestro
colegio que se hace a partir del decreto. Hasta ahí. Pero, nos vino la pandemia y ahí
se generó otro reglamento que tiene que ver con esta realidad y que este reglamento
tiene vigencia hasta que termine esta pandemia. Entonces, tuvimos que, por ejemplo,
ver cómo vamos a evaluar a los niños, también, tienes que pensar que las, que los
lineamientos del Ministerio de Educación no han sido claros y, y todo está en
77
veremos, y, y, y podemos esperar cualquier cosa que diga, que diga este ministro.
Entonces, nosotros tenemos que estar preparados para lo que se les ocurra: que digan
que todos van a ser promovidos, que digan que no van a ser todos promovidos, qué
pasa con los niños que no se han que no han tenido teletrabajo, que no han accedido.
Incluso, tenemos casos de niños que, eh, los papás han manifestado abiertamente que
quieren que sus hijos repitan. Entonces, hay un protocolo para eso y tenemos que ver
con la asistente social, porque también tenemos que hacer denuncias de negligencia,
¿cierto? Entonces, todo eso, está en el reglamento de evaluación, pero de la pandemia,
de este periodo especial que nosotros estamos viviendo, en función del decreto 67,
obviamente.
En el caso anterior, se vislumbra el ajuste que se debió generar con el fin de que el
establecimiento pueda responder a los requerimientos de un contexto de crisis sanitaria, en
el que se cambió la modalidad de enseñanza. Este cambio implicó la modificación del
reglamento de evaluación, con el fin de abarcar los procesos de evaluación en un contexto
telemático. Y, a su vez, implicó la consideración de aspectos que en una situación de
normalidad no son frecuentes, como la solicitud por parte de los apoderados, para hacer que
sus hijos repitan el año. A su vez, se pueden encontrar situaciones como la siguiente:
E17: claro, mira, nosotros teníamos eh… si bien es cierto no, no alcanzamos a diseñar
la estructura del programa, teníamos presupuestado ya en febrero de este año, cuando
volvíamos nosotros los directivos, generar una instancia de planificación, para,
justamente, generar esto que tú me estás diciendo. Pero, lamentablemente, hasta el
día de hoy no hemos podido hacer nada, e incluso, teníamos incorporado dentro del
trabajo la participación de nuestra educadora diferencial, para que ella focalizara
aspectos esenciales del DUA, cosa que solamente pudimos hacer, pero de manera
insipiente, a través de comunicados electrónicos a los profesores, lo cual, obviamente,
desdibujó el protagonismo de una discusión en la práctica misma, cara a cara. No fue
posible realizarlo a través de contacto Zoom, por ejemplo, porque el haber
incorporado este trabajo telemático, la verdad es que generó también otras, otras
situaciones que en el aprendizaje mismo de las clases presenciales, no estaban
considerados. Y, eso mismo pasó por desplazar un poco todos los aspectos que tú me
refieres respecto de este decreto, en virtud de capacitar, capacitar a los profesores en
el uso de las tecnologías, en donde, obviamente, descubrimos de que no todos estaban,
estábamos, me incluyo también, a la altura para poder responder a ciertos
requerimientos. Incorporar plataformas que nosotros estamos incorporando este año,
que es la plataforma Moodle. Tuvimos que capacitar a los profesores para el uso de
esa plataforma. Capacitar, también, aún cuando hoy día es casi, es casi automático,
conectarnos a través de estos medios tecnológicos, buscar la forma de reorganizar
todo el escenario, a partir de un nuevo horario de clases, para que los profesores se
conectaran con los alumnos, a través de esta, de esta tecnología, eh… buscar
elementos que fueron de lo menos a lo más, para llegar, en este momento, te puedo
78
En este caso es posible evidenciar que debido a que la crisis sanitaria implicó un cambio en
las dinámicas de enseñanza-aprendizaje, los esfuerzos se concentraron en la implementación
de una nueva metodología de enseñanza, teniendo como foco el logro de los objetivos
priorizados. Esto generó que la discusión y reflexión asociada a la implementación del
Decreto 67 debiera suspenderse con el fin de otorgar herramientas a los docentes para que
pudieran afrontar la nueva modalidad de trabajo. Reorganizar el calendario y los horarios de
clases, de tal manera que los estudiantes se mantuvieran conectados con el establecimiento y
así no se vieran totalmente perjudicado por los efectos pandemia y, a su vez, con ello dar
respuesta a las expectativas de los apoderados.
Entonces, en este apartado se pudo observar tres concepciones que se constituyen como un
continuum y que dan cuenta del proceso de implementación del Decreto 67. Estas fueron
categorizadas y descritas, tomando como base algunos fragmentos representativos, que se
relevaron a lo largo del análisis. Con ello, se puede indicar que la implementación de este
nuevo requerimiento ministerial se dio como un proceso de: (1) comunicación y
participación, haciendo énfasis en que el nuevo reglamento sea producto de una construcción
colectiva; (2) contextualización a la realidad educativa, cuyo foco principal estuvo en que los
lineamientos institucionales que se generaron en materia de evaluación, calificación y
promoción escolar, fueran coherentes con las necesidades y requerimientos que posee el
establecimiento, con el fin de que se puedan llevar a la práctica; y (3) cumplimiento de un
requerimiento legal, el que se centra, principalmente, en responder de manera oportuna a la
normativa, aunque esto implique que el proceso se realice sin quienes se ven afectados, como
los docentes que, en este caso, tienen un rol pasivo en el proceso.
79
Las categorías relevadas del análisis, pese a que se conciben como un continuum, se
construyeron a partir de la variación que se evidenció en la experimentación del fenómeno.
Por este motivo, cobra relevancia dar cuenta de los patrones de variación que se pueden
observar cuando se implementa el Decreto 67 como un proceso de participación y
comunicación, contextualización o como cumplimiento un requerimiento legal.
Para efectos del fenómeno estudiado, en la presente investigación se generaron seis patrones
de diferenciación o temas de expansión de la consciencia. Estos, como se indicó en el capítulo
anterior, surgieron a partir del análisis iterativo y comparativo de las transcripciones, que
posibilitaron establecer una relación estructural con las categorías de descripción (Åkerlind,
2005a, 2005b). Así, en este caso se contempló: objetivo, proceso, tensiones, resultado,
difusión y seguimiento.
El primero apunta principalmente a cuál fue el propósito, foco o énfasis que se dio a la
implementación. El segundo refiere a cómo se dio el proceso en sí mismo, por lo que,
considerando la amplitud de la dimensión, esta se dividió en dos subdimensiones: concepto
de evaluación y capacitaciones (aportar al desarrollo profesional docente). Esto,
principalmente, debido a que son dos aspectos en los que el Decreto hace particular énfasis.
La tercera guarda relación con el manejo que se hizo de las aprensiones o temores asociados
con el proceso. La cuarta se vincula con el resultado del proceso, a saber, si se realizó una
actualización o bien se elaboró un reglamento completamente nuevo. Vinculada con la
anterior, la difusión guarda relación con el foco que se le dio a este proceso (informativo o
explicativo). Y, finalmente, en seguimiento se consideran los procesos que
acompañaron/monitorearon la implementación, una vez concluida la fase de reflexión y
construcción/ actualización del reglamento.
En la siguiente Tabla, se vinculan las categorías y los patrones de variación a partir de los
temas de expansión de la conciencia, con las que se dará paso a la caracterización de los
diversos procesos de gestión directiva que se llevaron a cabo para implementar el Decreto
67:
80
Tabla 2.
Patrones de variación en la experimentación de la implementación del Decreto 67.
La implementación como un proceso de
1 2 3
Comunicación y Contextualización a Cumplimiento de un
Temas de participación la realidad requerimiento legal
expansión de la educativa
consciencia
educación. Transmitir
confianza a
profesionales de la
educación.
Para apoyar este quehacer, se gestaron espacios de capacitación, ya sean internos o externos,
orientados a explicar en detalle las implicancias del Decreto 67 y, a su vez, entregar
estrategias que sean útiles a los docentes, para posteriormente llevar a cabo la
implementación. Con ello, como refieren algunos autores (Leithwood y Riehl, 2005;
Hargreaves y Fullan, 2014; Agencia de Calidad de la Educación, 2017), se fortalece el
quehacer docente, a partir de la gestión pedagógica, comprendiendo al profesorado como
facilitadores del cambio que se busca lograr.
Asimismo, se han promovido espacios para que se desarrolle trabajo colaborativo al interior
de cada departamento, potenciando aspectos como la validación de instrumentos. Este
aspecto es esencial según diversos autores (Hargreaves y Fullan, 2014; Bellei et al., 2015;
Miranda, 2016; Farfán et al., 2016; Agencia de Calidad de la Educación, 2016, 2017, Sagredo
y Castelló, 2019; Ministerio de Educación, s.fc), pues el abordaje y el cambio se potencia al
construir una comunidad profesional de aprendizaje, en la que destaca el trabajo colaborativo
entre los docentes y fomenta el reconocimiento de fortalezas y debilidades, así como la
confianza para buscar apoyo, en caso de requerirlo (Bellei et al., 2015).
Por tanto, se puede indicar que cuando se aborda el proceso de la manera descrita, se
evidencia una implementación que es consistente con los planteamientos que se promueven
en las Orientaciones para directores (Ministerio de Educación, s.fc), respecto de la
implementación de la evaluación formativa en el aula, y en las Orientaciones para la
implementación del Decreto 67/2018 (Ministerio de Educación, 2019a). Esto debido a que
se puede observar que desde los procesos de gestión se plantearon estrategias para motivar,
facilitar el camino, conducirlo y acompañarlo. Así como también, un proceso en el que se
84
Debido a que el foco está en la adecuación contextual, la bajada que se realizó del Decreto
fue orientada a aspectos prácticos, aplicando criterios que sean posibles de llevar a cabo en
la cotidianeidad. Por este motivo, conceptos fundamentales asociados con la evaluación se
trabajaron en conjunto con los docentes, para aunar criterios que puedan aplicarse a las
asignaturas en general. En este sentido, las tensiones que emergieron del diálogo se trabajaron
y, se llegó a acuerdos. Así, al igual que en el caso anterior, para apoyar el proceso, se
gestionaron capacitaciones cuyo foco fue la entrega de estrategias que pudieran aplicar para
aportar a su quehacer pedagógico. Por ende, al igual que en la categoría anterior, se ve
fortalecido el quehacer docente, lo que según la literatura revisada (Leithwood y Riehl, 2005;
Hargreaves y Fullan, 2014; Agencia de Calidad de la Educación, 2017), otorga un rol
relevante a los profesores, al entenderlos como facilitadores y mediadores del cambio.
Como producto de este proceso, en los establecimientos que tenían como foco la
contextualización del Decreto, no se observan variaciones significativas respecto de la
categoría anteriormente descrita, pues actualizaron sus reglamentos de evaluación o bien
avanzaron en este proceso que, en algunos casos, se vio interrumpido por los factores antes
referidos (estallido social y crisis sanitaria). Asimismo, se avanzó en un proceso de difusión
orientada a que las modificaciones se comprendan. Y, en estos establecimientos, también se
realiza un seguimiento o monitoreo del proceso de implementación, favoreciendo a su vez el
trabajo colegiado al interior de los departamentos. Por este motivo, se puede indicar que
existe relación entre los planteamientos ministeriales, para la implementación (Ministerio de
Educación, s.fc, 2019a) y el trabajo realizado en estas instituciones.
Asimismo, y debido a que no se dio relevancia a este aspecto, las capacitaciones que se
generaron tenían un carácter más bien informativo. Esto implicó que los docentes tomaran
conocimiento de los cambios que implicaría el Decreto y cómo se iba a implementar en esa
realidad educativa. Por este motivo, las posibles tensiones que pudieran emerger no se
dialogan ni se visibilizan. En este sentido, se puede indicar que no se siguen los lineamientos
que se plantean o sugieren desde el Ministerio de Educación (2018b, 2019a, sfb, sfc), ya que
desde las experiencias descritas por los participantes no se planteó la intención desde las
instituciones educativas por generar espacios que promuevan la participación de los docentes
en el proceso.
86
Del mismo modo, no se gestan instancias que potencien el aprendizaje de los docentes, ya
sea por medio de capacitaciones o bien al fomentar el trabajo colaborativo y la colegialidad
al interior de la institución. Esto resulta conflictivo si se considera que desde los lineamientos
ministeriales (Ministerio Educación, s.fc) se plantea la relevancia de generar condiciones
óptimas que permitan repensar las estructuras organizacionales con tal de que el
establecimiento se estructure en función de las prácticas colaborativas.
Para finalizar, en el siguiente apartado se presentarán las conclusiones relevadas a partir del
estudio realizado. Con este fin, se considerarán aspectos como: el nivel de cumplimiento de
los objetivos, la relevancia de los hallazgos, en relación con el problema planteado
inicialmente, los aportes de la investigación, las consideraciones que se deben contemplar en
futuros procesos y, por último, las proyecciones. Con esto, se plantea un proceso de reflexión
en torno al trabajo que se llevó a cabo.
Por lo anterior, considerando el alto impacto que busca generar el Decreto 67 a nivel de la
cultura evaluativa del país, cobraba relevancia visibilizar y caracterizar los procesos de
gestión directiva que se llevaron a cabo para implementar esta normativa. Esto, considerando,
además, que los procesos que se efectuaron estuvieron fuertemente tensionados por la crisis
social y la actual crisis sanitaria. En el primer caso, los esfuerzos estuvieron orientados en
generar una respuesta eficiente y efectiva ante la crisis (Ministerio de Educación, 2019b),
resguardando el desarrollo de los aprendizajes de los educandos, lo que implicó en el primer
caso la flexibilización de horarios o la replanificación de clases. Y, en el segundo, ha supuesto
88
Teniendo como foco el problema o las tensiones que motivan este trabajo investigativo, se
llevó a cabo un estudio, con un diseño fenomenográfico (Bowden, 2000; Dunkin, 2000;
Marton y Pong, 2005; Åkerlind, 2005a, 2005b; Åkerlind et al., 2005; González, 2014; Soler
et al., 2017; Moro y Farías, 2017), con el que se consiguió cumplir el objetivo general
propuesto, esto es, caracterizar los diversos procesos de gestión directiva llevados a cabo para
implementar el Decreto 67, en establecimientos de la región de Valparaíso. Esto, debido a
que el proceso de entrevistas realizado posibilitó, alcanzar el objetivo específico 1, la
identificación de las concepciones que poseen docentes y directivos, respecto de los procesos
de gestión que se implementaron para responder al nuevo Decreto de evaluación. Así, se
pudieron levantar tres categorías de descripción respecto del fenómeno estudiado, relevando
la implementación del Decreto 67 como un proceso de participación y comunicación,
contextualización o como cumplimiento de un requerimiento legal. Estas categorías se
entienden como un continuum respecto de la implementación del Decreto, pues existen
establecimientos que se ubican entre las categorías 1 y 2 o bien, entre la 2 y 3. En ningún
caso se observó experiencias que contengan aspectos de las categorías 1 y 3, por tanto, estas
se conciben como excluyentes.
educativa, el énfasis está en que las estrategias y lineamientos que se plantean a partir del
proceso de reflexión y discusión sean coherentes con las necesidades educativas. Esto, en
términos concretos, implica que los acuerdos en materia de evaluación, calificación y
promoción se evaluaron en términos del contexto de enseñanza-aprendizaje de cada docente,
con el fin de que efectivamente se puedan cumplir. Finalmente, cuando se aborda la
implementación como (3) el cumplimiento de un requerimiento legal, la actualización de
reglamento emana desde el equipo de gestión, pues el énfasis está en responder de manera
oportuna a la normativa. Esto, como se evidenció, implicó el proceso se realizó sin quienes
se ven afectados, por lo que los docentes tienen un rol pasivo.
Una vez identificadas las concepciones, se pudo lograr el objetivo específico 2, esto es,
describir las formas cualitativamente diferentes de los procesos de gestión directiva
efectuados para implementar el Decreto 67, a partir de los diversos patrones de variación
reconocidos, que se resumen en la Tabla 2. Estos permitieron diferenciar con mayor precisión
cada uno de los procesos de implementación relevados, considerando aspectos como:
objetivo, proceso, tensiones, resultado, difusión y seguimiento. Con estos patrones de
variación es posible dar cuenta de las diferencias que tuvo la implementación a lo largo de
todo el proceso, los esfuerzos que involucra, las intenciones o los énfasis que tuvo el proceso
según se abordara como un proceso de participación y comunicación, contextualización o
como cumplimiento de un requerimiento legal.
De este modo, fue posible dar cuenta del contraste entre la categoría 1, en la que la
implementación se da como un proceso de participación y comunicación y la 3, en la que se
aborda como el cumplimiento de un requerimiento legal. Esto, debido principalmente, a que
en la primera se evidenció coherencia con los planteamientos ministeriales, tanto para la
implementación del Decreto (Ministerio de Educación, 2018a, 2019a), como para el
fortalecimiento de la evaluación formativa al interior del aula Ministerio de Educación, s.fc),
aspectos que no se visibilizaron en la tercera.
el proceso el año 2019 se vieron afectados por la crisis o estallido social. Y, por su parte, los
establecimientos que proyectaron el trabajo para el presente año, 2020, se vieron y se ven
afectados por la actual crisis sanitaria. Esta última, implicó esfuerzos por generar un
reglamento adaptado o bien anexos al reglamento que permitieran dar respuesta a la
evaluación en un contexto de educación a distancia. Por ello, aspectos como la difusión se
pudieron ver afectados.
A su vez, el contexto de crisis marcó un cambio en las capacitaciones que, en algunos casos
modificaron su foco para poder preparar a los docentes y que, de esa manera, pudieran
enfrentar una nueva modalidad de clases, esto es, por medio de diversos tipos de plataformas
que permitieran disminuir la brecha o distancia que pudiera generarse entre los profesores y
los estudiantes. En este sentido, se pudo observar que al concentrarse los esfuerzos en el
cambio de la metodología de enseñanza-aprendizaje, el foco de la discusión que se estaba
realizando para dar respuesta al Decreto, debió suspenderse momentáneamente para suplir
una nueva y urgente necesidad, como lo fue mantener el sistema educativo y cumplir con los
objetivos de aprendizajes.
Por lo anterior, el caracterizar los procesos de gestión que se implementaron con el fin de dar
respuesta a la nueva normativa en materia de evaluación se concibe como un aporte, pues a
partir de la información y las experiencias relevadas se pueden generar algunas orientaciones
respecto del proceso. Esto, considerando que, según la información otorgada por los
participantes de esta investigación, existen establecimientos que debieron interrumpir la
implementación, con el fin de abordar la educación y evaluación a distancia. Por tanto, esta
investigación puede constituirse como un insumo que permite visibilizar la manera en que se
implementan normativas a nivel escolar, pues, como se pudo observar, pese a que existen
lineamientos y estrategias emanadas desde el Ministerio (2018a, 2019a, s.fc), estas no
siempre son consideradas, como se pudo observar en los casos en que se implementa el
Decreto 67 como un proceso de cumplimiento de un requerimiento legal. Y, a su vez, de
manera incipiente, con este trabajo se pudieron observar las diferentes metodologías que
emplean los establecimientos al enfrentar cambios normativos en relación con la evaluación,
calificación y promoción escolar en medio de una crisis sanitaria a nivel país.
Asimismo, a partir del diseño investigativo empleado, se puede indicar que esta investigación
puede constituirse como un aporte respecto de la aplicación del método fenomenográfico en
países de habla hispana. Esto, debido a que tras la revisión bibliográfica realizada se pudo
evidenciar que existen pocos estudios en los que se aplique y describa de manera exhaustiva
el proceso investigativo tanto a nivel de análisis, como para la presentación de los resultados
(se podría indicar solo a González (2014), como un autor que presenta y describe este
proceso). Por lo que la relevancia de este trabajo también está en visibilizar la riqueza que
posee la fenomenografía, en tanto otorga una estrategia para abordar el problema de
investigación, a partir de la descripción de las formas cualitativamente diferentes en que los
sujetos experimentan el fenómeno que se está estudiando (Bowden, 2000; Dunkin, 2000;
Marton y Pong, 2005; Åkerlind, 2005a, 2005b; Åkerlind et al., 2005; González, 2014; Soler
et al., 2017; Moro y Farías, 2017). En este caso, como ya se indicó, este trabajo posibilitó
una descripción exhaustiva de los procesos de implementación del Decreto 67, lo que,
además, pudo ser relacionado con la sugerencias y lineamientos que se proponen desde el
Ministerio de Educación (2018a, 2019a).
92
Del mismo modo, del proceso metodológico empleado, se puede destacar la sugerencia que
realizan algunos autores (Åkerlind et al., 2005; Åkerlind, 2005a, 2005b) respecto de generar
una etapa de pilotaje o simulación previo a la realización de las entrevistas. Este proceso es
fundamental, pues complementa la validación del instrumento por medio de jueces expertos
y permite ajustarlo al probar las preguntas y comprobar si estas, efectivamente, permiten
recoger la información que se desea. De esta manera, se enriquece la validez de este proceso
investigativo.
Como todo estudio es perfectible, es importante tomar en cuenta algunas consideraciones que
se deben tener presente al realizar este tipo de investigaciones. Este aspecto se abordará a
partir de lo experimentado en este proceso, con el fin de proyectar mejoras en futuros trabajos
de esta índole. A este respecto se puede indicar que el mayor desafío de realizar un estudio
fenomenográfico está en efectuarlo como investigador individual. Esto, contemplando dos
motivos principalmente: en primer lugar, debido a que al realizar la revisión bibliográfica y
al conocer los planteamientos y lineamientos que se proponen desde el Ministerio de
Educación, se generan dimensiones previas (Dunkin, 2000), como las empleadas para la
construcción del instrumento. Por ello, y considerando lo que indica Dunkin (2000), es
recomendable para el análisis fenomenográfico no manejar categorías relacionadas con el
fenómeno que se está abordando, con el fin de que estas emerjan del análisis iterativo que se
realice con las transcripciones (Åkerlind et al., 2005).
En segundo lugar, debido a que, en ciertas circunstancias, no se puede contar con un equipo
de investigación, que es lo que recomienda Bowden (2000), es fundamental la planificación
de pausas durante el análisis de las transcripciones. De este modo, se puede cautelar el rigor
interpretativo (Åkerlind et al., 2005). Este aspecto debe tenerse en consideración en estudios
futuros, sobre todo si existen plazos restringidos para la obtención de resultados, pues debido
a la saturación que puede generarse en el proceso, el análisis puede tomar tiempo adicional
del presupuestado.
93
procesos que permiten apoyar y monitorear, con el fin de que las prácticas propuestas por los
nuevos reglamentos se institucionalicen al interior de la comunidad educativa.
95
Referencias
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de la prueba TERCE 2013 en la construcción de comunidades enfocadas en el aprendizaje.
https://www.agenciaeducacion.cl/wp-
content/uploads/2016/02/Estudio_Factores_Asociados_TERCE.pdf
Åkerlind, G. (2005a). Learning about phenomenography: interviewing, data analysis and the
qualitative research paradigm. En J. Bowden y P. Green (eds.), Doing developmental
phenomenography (pp. 63-73). RMIT University Press.
96
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9(2), 34-52. http://dx.doi.org/10.5027/psicoperspectivas-Vol9-Issue2-fulltext-127
Bellei, C., Vanni, X., Valenzuela, J. y Contreras, D. (2015). Una mirada a los procesos de
mejoramiento escolar en Chile. Apuntes de Mejoramiento Escolar n°2.
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Förster, C. y Núñez, C. (2018). ¿Cómo evalúan los aprendizajes los colegios chilenos? Un
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Fundación Chile. (2011). ¿Qué podemos hacer para mejorar? Aplicación de Ciclo de
Mejoramiento continuo de Gestión escolar.
http://biblioteca.esucomex.cl/RCA/Manual%20para%20diagn%C3%B3stico%20instituc
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López, I., López, E., Martínez, J. y Tobón, S. (2018). Gestión directiva: aproximaciones a un
Modelo para su organización institucional en la educación media superior en México.
Espacios, 39(29). https://www.revistaespacios.com/a18v39n29/a18v39n29p22.pdf.
Ministerio de Educación. (1999, 20 de abril). Decreto 112. Establece disposiciones para que
establecimientos educacionales elaboren reglamento de evaluación y reglamento de
promoción de alumnos de 1° y 2° año de enseñanza media, ambas modalidades.
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Ministerio de Educación, (2015a, 8 de junio). Ley 20.845. De inclusión escolar que regula
la admisión de los y las estudiantes, elimina el financiamiento compartido y prohíbe el
lucro en establecimientos educacionales que reciben aportes del Estado.
https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1078172
Ministerio de Educación. (Sin fecha a). Orientaciones para la elaboración del reglamento de
evaluación. https://curriculumnacional.mineduc.cl/614/articles-133996_archivo_01.pdf
Ministerio de Educación. (Sin fecha b). Evaluación formativa en el aula. Orientaciones para
docentes. https://curriculumnacional.mineduc.cl/614/w3-article-89343.html
Ministerio de Educación. (Sin fecha c). Evaluación formativa en el aula. Orientaciones para
directivos. https://curriculumnacional.mineduc.cl/614/articles-89342_archivo_01.pdf
Peralta, M., Epinosa, B., Fontaine, I., Lara, M., López, D., Manhey, M. y Simonstein, S. (Sin
fecha). La educación en tiempos complejos y de oportunidades: necesidad de una visión
sistémica, integrada y humanizadora.
http://www.facso.uchile.cl/facultad/164393/publicacion-la-educacion-en-tiempos-
complejos-y-de-oportunidades
Reimers, F. y Schleicher, A. (2020). Marco para guiar una respuesta educativa a la pandemia
2020 del COVID-19.
https://globaled.gse.harvard.edu/files/geii/files/un_marco_para_guiar_una_respuesta_ed
ucativa_a_la_pandemia_del_2020_del_covid-19_.pdf
Sanz, I., Sáinz, J. y Capilla, A. (2020). Efectos de la crisis del coronavirus en la educación.
Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
https://www.oei.es/Ciencia/Noticia/oei-analiza-como-afectara-el-cierre-colegios-
coronavirus
Anexos
Anexo 1: Tabla de especificaciones
Dimensiones Cantidad de %
preguntas
Comunicación oportuna a la 2 33
comunidad
Visión pedagógica de la 1 17
evaluación
Promoción de la 2 33
participación y colaboración
Contextualización a las 1 17
necesidades particulares de
cada establecimiento
TOTAL 6 100
106
INSTRUCCIONES:
a) La presente entrevista es anónima, por tanto, no se requerirá información personal del
respondiente. Únicamente se solicitará que se identifique como: profesor o miembro
directivo al momento de iniciar el procedimiento.
b) A continuación, se le realizarán una serie de interrogantes que guardan relación con
los procesos de gestión directiva llevados a cabo para implementar del Decreto
67/2018. Por ello, se solicita que responda con total honestidad y claridad posible.
c) Esta entrevista será grabada, por tanto, se solicita al entrevistado que esté de acuerdo
con este aspecto para dar curso a la entrevista.
d) Finalmente, cobra relevancia indicar que los resultados obtenidos por medio de esta
entrevista serán analizados, con el fin de poder visibilizar la experiencia vivida por
profesores y directivos respecto del proceso de implementación del Decreto 67/2018.
INTERROGANTES
• Comunicación oportuna a la comunidad (sobre el Decreto)
1. ¿Qué instancias se emplearon para informarles que iniciaría el proceso de
actualización del reglamento de evaluación con el fin de responder a las disposiciones
del Decreto 67?
• Visión pedagógica de la evaluación
2. ¿Qué estrategias se utilizaron con el propósito de reflexionar en torno a la nueva visión
evaluativa que plantea el por el Decreto 67?
• Promoción de la participación y colaboración
3. ¿Qué estrategias se emplearon para promover la reflexión en torno a los aspectos
107
1. ¿Qué instancias se emplearon para Instancias es un término Creo que podría abrir la “Informarles”: ¿Padres?
informarles que iniciaría el proceso de muy general y vago. ¡Que pregunta a más ¿Docentes?
actualización del reglamento de evaluación información se quiere posibilidades, hablar de
con el fin de responder a las disposiciones obtener! instancia, refiere espacios y
del Decreto 67? tiempos, quizá podría
consultar por estrategias,
concepto que invita a una
visión más amplia en las
posibilidades de respuesta.
Es clara y pertinente.
2. ¿Qué estrategias se utilizaron con el Visión evaluativa de qué Esta pregunta pareciera “estrategias”:
propósito de reflexionar en torno a la nueva cubrir la anterior, sin Procedimientos, actividades
visión evaluativa que plantea el por el embargo, se supone que
Decreto 67? busca establecer los
mecanismos de definición
de una perspectiva sobre el
tema entre los docentes,
quizá una negociación de las
representaciones que poseen
todos los miembros de la
comunidad.
5. ¿Qué estrategias o procesos se llevaron a Una cosa son las Bien, como pregunta, pero “Contextualizar”: Explicar,
cabo para contextualizar las disposiciones estrategias y otra cosa es es parte de una fase aclarar
del Decreto 67 a la realidad particular de su ver si hay coherencia con intermedia, de trabajo con
establecimiento? los lineamientos los docentes.
estratégicos del
establecimiento
educacional
6. ¿De qué forma se cauteló el proceso de Cautelar es resguardar. Bien. “cauteló”: Procedió en el
comunicación/información a la comunidad Pareciera que la intención proceso de comunicación…
respecto del nuevo reglamento de es otra como se logró el
evaluación? feedback o si se logró. A
menos que interese saber
cuáles son los mecanismos
existentes para dar a
conocer la información
111
INTERROGANTES
evaluación?
INTERROGANTES
evaluación?
3. A partir de la información que se levantó en las actividades mencionadas, ¿qué tipo
de instancias o espacios se gestaron para abordar los conceptos esenciales relativos a
la evaluación? (capacitaciones o trabajo colegiado)
Estimada/o Sr./Sra.:
Usted ha sido invitado/a a participar en la investigación titulada “Procesos de
implementación del Decreto 67/2018 en establecimientos de la región de Valparaíso: desde
la visión de los actores”, a cargo de la estudiante de magíster Natalia Rivas Folch, de la
Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación.
Este es un formulario de consentimiento informado, que tiene como objetivo entregar toda la
información Ud. necesite para decidir si desea participar o no en esta investigación. Natalia
Rivas Folch hablará con usted para explicarle en qué consiste la investigación y usted puede
realizar todas las preguntas que desee en cualquier momento antes de tomar una decisión. Si
usted está de acuerdo en participar se le pedirá que complete el documento y lo envíe vía
correo electrónico a [email protected] .
El propósito de este estudio es caracterizar los procesos de gestión directiva llevados a cabo
para implementar el Decreto 67, en instituciones educativas de la región de Valparaíso.
Consiste en la aplicación de una entrevista breve, que permitirá dar cuenta de cómo ud. vivió
y experimentó el proceso de implementación del Decreto 67.
Por medio de este documento se le solicita su participación en este estudio, porque de este
modo se levantará información sobre los diversos mecanismos y procedimientos que se
realizaron en los establecimientos, con el fin de actualizar los reglamentos evaluativos. Por
tanto, su participación como uno de los principales actores en este proceso, permitirá dar
cuenta del modo en el que lo experimentó.
Su participación es voluntaria, y consistirá en responder una serie de preguntas relativas a la
implementación del Decreto 67 en su establecimiento. Se le pedirá que pueda responder de
forma clara, a partir de sus conocimientos y experiencias sobre el proceso referido.
La actividad tendrá una duración de 20 a 30 minutos, aproximadamente, y se realizará en vía
Zoom.
Su participación en esta investigación no conlleva ningún tipo de riesgo.
Si usted no desea participar esto no implicará sanción alguna. Además, usted tiene el derecho
de negarse a responder preguntas concretas, y puede optar por retirarse de este estudio en
116
ACTA DE CONSENTIMIENTO
Yo,…………………………………………………………………………………….,
Rut……………………………………..……….., he leído y discutido la información
anterior con el investigador responsable del estudio y mis preguntas han sido respondidas
adecuadamente. Se me ha aclarado, además, que puedo realizar preguntas en cualquier
momento de la investigación.
Se me ha informado el objetivo del estudio, los procedimientos y actividades que implica
este estudio, y los posibles riesgos y beneficios (en caso de haberlos).
Se me ha informado, además, que mi participación es voluntaria y que podré renunciar a
participar en el estudio en cualquier momento, sin causa y sin consecuencia alguna.
Si durante el transcurso de la investigación, surge información relevante para continuar
participando en el estudio, el investigador deberá entregar está información.
He sido informado y entiendo que los datos obtenidos en el estudio pueden ser publicados o
difundidos con fines científicos o educativos.
Si durante el transcurso de la investigación me surgen dudas respecto a la investigación o
sobre mi participación en el estudio puedo contactarme con el Investigador Responsable
Natalia Rivas Folch.
Declaro estar libre de presión para decidir mi participación en el estudio.
Acepto participar en la investigación titulada “Procesos de implementación del Decreto
67/2018 en establecimientos de la región de Valparaíso: desde la visión de los actores”.
Fecha