Visibilidad de Carreteras
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403.01 GENERALIDADES
El perfil longitudinal está controlado principalmente por:
Una rasante en que se alternan pendientes de diverso sentido y/o magnitud en cortas longitudes genera
numerosos quiebres, tipificando la situación opuesta a la descrita como deseable.
Puntos bajos sin visibilidad, seguidos por tramos que son visibles, crean desconcierto en el usuario y
son causa de aumento de los accidentes asociados a maniobras de adelantamiento.
En pendientes de bajada, largas y pronunciadas, es conveniente disponer, cuando sea posible, carriles
de emergencia que permitan maniobras de frenado en caso de falla de frenos.
No se debe colocar la parte inferior de una curva vertical cóncava en un tramo en corte, debido a las
dificultades de drenaje. Asimismo, se deberá evitar colocar una curva vertical convexa entre dos
tangentes planas en una zona en corte, ya que el drenaje será muy pobre.
En áreas sujetas a inundaciones, se colocará la rasante por lo menos 500 mm por encima del nivel
ordinario de aguas altas, protegiendo convenientemente los taludes.
La función de las curvas verticales consiste en reconciliar las tangentes verticales de las gradientes. Las
curvas parabólicas se usan casi exclusivamente para conectar tangentes verticales por la forma
conveniente en que pueden calcularse las ordenadas verticales.
Esas parábolas, de 2º grado, son definidas por su parámetro de curvatura K, que equivale a la longitud
de la curva en el plano horizontal, en metros, para cada 1% de variación en la pendiente, así:
K = L/A
Donde,
L = Longitud de la curva vertical
A = Valor Absoluto de la diferencia algebraica de las pendientes
Además podrían emplearse curvas circulares de radio grande, según la relación R=100 K
Las curvas verticales se proyectan, para que en su longitud se efectúe el paso gradual de la pendiente de
la tangente de entrada a la de la tangente de salida. Deben dar por resultado una vía de operación segura
y confortable, apariencia agradable y con características de drenaje adecuadas.
Para una operación segura de los vehículos al circular sobre curvas verticales, especialmente si son
convexas, deben obtenerse distancias de visibilidad adecuadas, como mínimo iguales a la de parada.
Debido a los efectos dinámicos, para que exista comodidad es necesario que la variación de pendiente
sea gradual, situación que resulta más crítica en las curvas cóncavas, por actuar las fuerzas de gravedad
y centrífuga en la misma dirección.
Generalmente se proyectan curvas verticales simétricas, es decir, aquellas en las que las tangentes son
de igual longitud. Las tangentes desiguales o las curvas verticales no simétricas son curvas parabólicas
compuestas. Por lo general, su uso se garantiza sólo donde no puede introducirse una curva simétrica
por las condiciones impuestas del alineamiento.
El proyecto de curvas verticales, puede resumirse en cuatro criterios para determinar la longitud de las
curvas:
La longitud de las curvas verticales convexas, viene dada por las siguientes expresiones:
Cuando Dp < L;
Cuando Dp >= L;
Donde, para todos lo casos.
Se utilizarán las mismas formulas que en (a); utilizándose como h2 = 1.30 m, considerando h1 = 1.07
m
Tenemos.
Sí:
Da < L
Da >= L
La longitud de las Curvas verticales cóncavas, viene dada por la siguiente expresión
D<L
D >= L
D: Distancia entre el vehículo y el punto donde con un ángulo de 1º, los rayos de luz de los faros,
interseca a la rasante.
La condición de la curva vertical mostrada en la norma, tiene en cuenta el aspecto estético, puesto que
las curvas demasiado cortas puedan llegar a dar la sensación de quiebre repentino, hecho que produce
incomodidad.
403.04 PENDIENTE
Los valores mínimos para pendiente longitudinal, están determinados por las condiciones de drenaje.
En las secciones de terraplen o relleno, pueden haber pendientes a nivel cuando el bombeo y las
cunetas, con suficiente pendiente, son los encargados del drenaje de la superficie del pavimento. No
obstante, bajo las mejores condiciones es preferible tener una pendiente mínima de cuando menos 0.3%
con objeto de asegurar un drenaje adecuado.
El empleo de las pendientes para los diferentes tramos de un trazado debe ser objeto de atento estudio
por parte del proyectista, que procederá a las comparaciones necesarias y explicará la elección
efectuada.
Por lo tanto, incumbe el proyectista la obligación de demostrar que la solución elegida es mejor que las
otras posibles, sin superar los valores máximos expuestos en el Tópico 403.04.02 de la normativa.
Al efectuar la elección el proyectista tendrá en cuenta antes que nada, la influencia de la pendiente
sobre el costo de construcción de la carretera, tanto por lo que se refiere a los mayores costos en
conexión con los desarrollos que generalmente se acompañan al empleo de una pendiente menor, como
por lo referente a los costos más altos que podrían derivar del empleo continuo de la pendiente indicada
como máxima. Además, el proyectista tendrá en cuenta las repercusiones de la pendiente sobre el costo
de operación y sobre la capacidad de la carretera.
El proyectista procurará utilizar las menores pendientes compatibles con la topografía en que se
emplaza el trazado. Carreteras con un alto volumen de tránsito justifican económicamente el uso de
pendientes moderadas, pues el ahorro en costos de operación y la mayor capacidad de la vía compensan
los mayores costos de construcción.
La pendiente gobernadora es la pendiente media que teóricamente puede darse a la línea de subrasante
para vencer un desnivel determinado, en función de las características basadas en la velocidad de
diseño. La mejor pendiente gobernadora para cada caso, será aquella que al conjugar estos conceptos,
permita obtener el menor costo de construcción, conservación y operación. Sirve de guía a la sección
de pendientes que se deben proyectar para ajustarse en lo posible al terreno.
Cuando la pendiente gobernadora o media supera el 5%, en tramos muy largos es conveniente el uso de
tramos en descanso a fin de mejorar el rendimiento vehicular.
Las pendientes en tramos muy largos deberán ser menores que la pendiente máxima utilizada en
cualquier tramo particular de una carretera.
Frecuentemente, es preferible cortar una pendiente uniforme muy larga formando mayores pendientes
en la parte más bajas y menores cerca de la parte más alta.
Deberán también evitarse los "columpios" en la parte en la que los vehículos pueden quedar ocultos.
Pendientes de hasta 7% afectan sólo marginalmente la velocidad de operación de la gran mayoría de los
automóviles, cualquiera que sea la longitud de la pendiente.
La Figura 403.04a muestra la caída de velocidad para un camión tipo semitrailer o con acoplado,
cargado, cuya relación peso/potencia sea del orden de 150 Kg/Hp Neto. Se considera que la rasante de
aproximación a la pendiente es prácticamente horizontal y la velocidad al comienzo de la pendiente de
65 KPH. La sección horizontal de las curvas indica la velocidad de régimen del camión, la que no
puede ser superada en tanto no disminuya la pendiente.
El ábaco está elaborado para camiones pesados del tipo 150 a 180 Kg/Hp Neto, que representan
adecuadamente el parque de camiones con remolque o semirremolque que operan en el país.
Se recomienda en casos normales no superar los 25 KPH de caída de velocidad para camiones en
pendiente.
Las rampas largas y de gran inclinación tiene un efecto muy desfavorable en la velocidad de los
vehículos, sobre todo de los pesados.
Además, las rasantes muy inclinadas, al ser recorridas en sentido descendente, pueden tener un efecto
adverso sobre la seguridad pues, aparte de la velocidad, aumenta también la distancia necesaria para
detenerse.
Si bien la velocidad de los vehículos ligeros se ve poco afectada por rampas inferiores al 7%, la de los
vehículos pesados se ve muy reducida apenas la inclinación rebasa el 3% y la rampa es larga. Como
además suele coincidir con restricciones en la visibilidad, resulta difícil adelantar a los vehículos lentos,
por la menor aceleración disponible en rampa y la velocidad de todo el tráfico está determinada por
ellos. Por lo tanto, el nivel de servicio se ve perjudicado.
En trazados existentes, donde resulta difícil modificar la inclinación de la rasante sin desaprovechar la
inversión inicial y manteniendo, además, la circulación, una solución asequible suele ser aumentar el
número de carriles en la rampa, disponiendo carriles adicionales para la circulación lenta o, mejor aún,
para la circulación rápida (que, además de ser la que pretende adelantar, es más ágil).
Los criterios para su establecimiento se basan en la disminución de la velocidad media de los vehículos
ligeros y mejora en la disminución de la velocidad de los vehículos pesados y en la consiguiente caída
del nivel de servicio. Si la velocidad de los vehículos pesados rebasa el 40% de la de operación
(correspondiente a vehículos ligeros), en carreteras con calzadas separadas, o el 50% en carreteras de
calzada única, generalmente no está justificando el disponer un carril adicional. La necesidad de éste
aumenta con la intensidad de la circulación y con la proporción de vehículos pesados, según se
demuestra por estudios económicos basados en la teoría de colas, o por aplicación de las teorías
relacionadas con el nivel de servicio.
403.06.02 Disposición
Donde:
Donde:
= distancia recorrida por el vehículo adelantante durante el tiempo desde que invade el carril del
sentido contrario hasta que regresa a su carril (8.5 segundos, valor experimental), (m)
= distancia de seguridad, una vez terminada la maniobra, entre el vehículo adelantante y el vehículo
que viene en la dirección opuesta, recorrida durante el tiempo de despeje (2.0 segundos, valor
experimental), (m)
= distancia recorrida por el vehículo que viene en sentido opuesto (estimada en 2/3 de
), (m)
Vale la pena anotar, que hasta tanto no se hagan oficiales los resultados de las investigaciones que
sobre el tema viene adelantando el Instituto Nacional de Vías con las Universidades del Cauca y
Pedagógica y Tecnológica de Colombia, se utilizará como guía para el cálculo de la distancia mínima
de visibilidad de adelantamiento el esquema básico seguido por la AASHTO, a excepción de que la
distancia
se realiza durante el tiempo de percepción y reacción (2.0 segundos) y la distancia
se efectúa durante 8.5 segundos. La reducción en este último tiempo, tiene precisamente en cuenta que
en la realidad un alto porcentaje de los adelantamientos en Colombia se realizan en menores distancias
que la distancia de visibilidad requerida.
Figura 3.2.1 MINIMA DISTANCIA DE VISIBILIDAD DE ADELANTAMIENTO EN
CARRETERAS DE DOS CARRILES DOS SENTIDOS
Se deberá procurar obtener la máxima longitud posible en que la visibilidad de adelantamiento sea
superior a la mínima de la tabla anterior. Por lo tanto, como norma de diseño se debe proyectar, para
carreteras de dos carriles dos sentidos, tramos con distancia de visibilidad de adelantamiento, de
manera que en tramos de cinco kilómetros, se tengan varios subtramos de distancia mayor a la mínima
especificada, de acuerdo a la velocidad de diseño.
En el establecimiento de estos tramos deberá tenerse en cuenta la topografía, la velocidad de diseño y el
volumen de tránsito futuro o esperado en el año de diseño.
Como una guía en la Tabla 3.2.4, se recomienda la frecuencia con la que se deben presentar las
oportunidades de adelantar o el porcentaje mínimo habilitado para adelantamiento en el tramo, de
acuerdo a la velocidad de diseño.
Tabla 3.2.4 OPORTUNIDADES DE ADELANTAR POR TRAMOS DE CINCO KILOMETROS
Para carreteras convencionales de una calzada y dos carriles, con tránsito en las dos direcciones, se
puede disponer de una sección transversal en forma de techo, también llamada bombeo normal, o en
casos especiales con inclinación única.
Si se tiene dos calzadas de dos o tres carriles con separador central, se puede tratar cada calzada en
forma independiente dándole a cada calzada la inclinación más conveniente, teniendo en cuenta las
condiciones de drenaje de la zona.
3.3.1.2 Curvas circulares
Las curvas circulares se corresponden con una curvatura constante, la cual es inversamente
proporcional al valor del radio.
En el diseño de carreteras corresponde a un elemento geométrico de curvatura rígida. La longitud del
arco circular se determina multiplicando el valor del radio y el ángulo de deflexión o de giro del arco
circular en radianes (Delta c):
Lc = R x c (Radianes)
Donde:
Lc : Longitud del arco circular, (m)
c : Angulo de giro del arco circular, en radianes
R : Radio del arco circular, (m)
T = (Tan/2)*R
E= (Tan/4)*T
3.3.1.3 Deflexiones menores entre tangentes
Para ángulos de deflexión entre dos tangentes menores o iguales a 6°, en el caso de que no puedan
evitarse, se realizará la unión de las mismas mediante una curva circular, sin clotoides, de radio tal que
cumpla con los criterios de la Tabla 3.3.1
Tabla 3.3.1 DEFLEXIONES MENORES ENTRE TANGENTES
3.3.1.4 Entretangencias
Se presenta este análisis, teniendo en cuenta dos situaciones.
a. Curvas de distinto Sentido. Considerando el empleo de curvas de transición, puede prescindirse de
tramos de entretangencia rectos. Si el alineamiento se hace con curvas circulares únicamente, la
longitud de entretangencia debe satisfacer la mayor de las condiciones dadas por la longitud de
transición, de acuerdo con los valores de pendiente mínima para rampa de peraltes y por espacio
recorrido a la velocidad de diseño en un tiempo no menor de 5 segundos.
b. Curvas del mismo sentido. Por su misma naturaleza, deben considerarse indeseables en cualquier
proyecto de carreteras, por la inseguridad y disminución de la estética que representan. Para garantizar
la comodidad y seguridad del usuario, la entretangencia para el diseño en terreno ondulado, montañoso
y escarpado con espirales, no puede ser menor a 5 segundos y para diseños en terreno plano con arcos
circulares, no menor a 15 segundos de la velocidad de diseño. Como por dificultades del terreno, son a
veces imposibles de evitar, se debe intentar siempre el reemplazo por una sola.