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TODA PASTORAL ES BÍBLICA. Merlos

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TODA PASTORAL ES BÍBLICA O ES PASTORAL A MEDIAS

1. Parecería que el título de esta reflexión aboga por un fácil biblismo al estilo secta
protestante. Como si la Sagrada Escritura fuese un ídolo o un vulgar librito de recetas
para satisfacer nuestras necesidades inmediatas o para resolver nuestros problemas
pastorales urgentes. En realidad, la cuestión es mucho más seria de lo que parece. Se
trata, en efecto, de aclarar cómo la misión y la acción pastoral de la Iglesia requieren de
un contacto asiduo con la palabra viva de Dios, manifestada de un modo privilegiado en
los Libros Sagrados.
2. Cuando la Pastoral no se nutre continuamente de la palabra santa, lo cual ha ocurrido
frecuentemente, entonces se deforma el Plan de Dios, se lo vacía de sus auténticas
intenciones, se adaptan criterios frívolos y se confunde la eficacia del Espíritu con
ciertas habilidades y trucos que producen resultados instantáneos.
3. Desde los días del Vaticano II (1965) se nos viene recordando con gran sabiduría que
“La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura, como lo ha hecho con el Cuerpo
de Cristo… ha considerado siempre como suprema norma de su fe la Escritura unida a
la Tradición, ya que, inspirada por Dios y escrita de una vez para siempre, nos transmite
inmutablemente la Palabra del mismo Dios. En las palabras del Apóstol y los profetas
hace resonar la voz del Espíritu Santo. Por tanto, toda la predicación de la Iglesia, como
toda la religión cristiana, se ha de alimentar y regir con la Sagrada Escritura. Es tan
grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la
Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de
vida espiritual (Dei Verbum 21).
Palabras más claras no se pueden decir. Y es indudable que mucho se ha ganado desde
entonces en la vida de la Iglesia. Pero es lamentable reconocer que aún andamos lejos
de este reclamo apremiante del Espíritu.
4. Alegra comprobar que la Escritura es hoy el libro más leído. Está en manos de todos.
Dejó de ser un libro de especialistas. Ha bajado a las plazas y a los caminos. Cada año
se publican miles y miles de Biblias en todas las lenguas del mundo. Creyentes y no
creyentes acuden a ella en busca de sabiduría y de fortaleza para la lucha diaria. La
Biblia recuperó en la Iglesia el lugar que nunca debió perder. Se encuentra ya en el
centro de su vida y de su trabajo, después de siglos en que estuvo ausente del Pueblo de
Dios.
5. ¿De qué manera la Palabra inspirada está en el corazón de toda pastoral? Vamos a
decirlo brevemente:

 La Escritura es fuente primordial de la Pastoral.


Esto significa que la Pastoral de la Iglesia recibe su ser, lo nutre constantemente y se
mantiene en él a través de la Palabra de Dios. Es su columna vertebral. La Pastoral sólo
es tal en la medida en que vive totalmente suspendida de esta Palabra santa, de la cual
recibe su ser más profundo.
 La Escritura es lugar de la Pastoral.
La Pastoral se sumerge diariamente en la Revelación tal y como se expresa en la
Escritura a fin de entregar a todos el verdadero proyecto de Dios manifestado en su Hijo
Jesús. Toda Pastoral introduce de alguna forma en el misterio de la Palabra escrita, la
proclama, la celebra, la interpreta y la escudriña como lugar donde la vida teologal del
creyente encuentra su sentido más pleno.

 La Escritura es instrumento de acción pastoral.


El medio privilegiado por el cual “el Padre, que está en el cielo, sale amorosamente al
encuentro de sus hijos para conversar con ellos” (DV 21). Por su mediación el discípulo
de Jesús fortalece las certezas fundamentales de su fe.

 La Escritura es modelo de auténtica Pastoral.


En ella se encuentra siempre de muchas formas el estilo original del encuentro pastoral
de Dios con su Pueblo, encuentro que se realiza a través de los signos definitivos de la
revelación: La Palabra, la alianza, la historia, la persona de Cristo-Pastor, el Espíritu en
la comunidad creyente, los ministerios, la celebración de la Fe, los valores del Reino de
Dios. Para comprender mejor esto, hay que observar a las comunidades de la Iglesia
primitiva, que nos dejaron criterios pastorales, válidos para toda época.

 La Escritura es punto de confrontación pastoral.


La Pastoral vive en contacto permanente con realidades frecuentemente ambiguas,
contradictorias y confusas. A menudo encubren y opacan el designio de Dios. No tienen
transparencia. Por eso requiere de aquella claridad que le permita decir – y actuar–
como aconseja el salmo: “Lámpara para mis pies es tu palabra y luz en mi sendero”
(119,105).

 La Escritura es fuente de sabiduría pastoral.


La Pastoral sólo es realizable cuando hay personas y comunidades dotadas de la
sabiduría de Dios que habilita para “buscar lo que es grato a sus ojos”, viviendo en la
rectitud, secundando la obra del Espíritu. Adherirse de corazón a la Palabra es
encontrarse de frente con la sabiduría de Dios, dejándose guiar por ella. Es aprender a
juzgar certeramente. Muchas necedades y torpezas pastorales surgen, porque andamos
lejos de la sabiduría contenida en la Palabra santa, revelada por Dios de manera especial
en la Escritura.

FRANCISCO MERLOS, Pastoral del Futuro, 53-56.

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