La Revolucion de Octubre y La Tactica de Los Comunistas Rusos
La Revolucion de Octubre y La Tactica de Los Comunistas Rusos
La Revolucion de Octubre y La Tactica de Los Comunistas Rusos
Stalin
LA REVOLUCION DE OCTUBRE
Y LA TACTICA DE
LOS COMUNISTAS RUSOS
I
LAS CONDICIONES EXTERIORES E INTERIORES
DE LA REVOLUCION DE OCTUBRE
Tres circunstancias de orden exterior determinaron la relativa facilidad con que la revolución
proletaria en Rusia logró romper las cadenas del imperialismo y derrocar, de este modo, el Poder de
la burguesía.
En primer lugar, la circunstancia de que la Revolución de Octubre comenzó durante un período
de pugna encarnizada entre los dos principales grupos imperialistas, el anglo-francés y el austro-
alemán, cuando estos grupos, enzarzados en mortal combate, no tenían ni tiempo ni medios para
dedicar una atención seria a la lucha contra la Revolución de Octubre. Esta circunstancia tuvo una
importancia enorme para la Revolución de Octubre, pues le permitió aprovechar los cruentos
choques en el seno del imperialismo para consolidar y organizar sus fuerzas.
En segundo lugar, la circunstancia de que la Revolución de Octubre empezó en el curso de la
guerra imperialista, cuando las masas trabajadoras, extenuadas por la guerra y ansiosas de paz, se
vieron llevadas, por la lógica misma de las cosas, a la revolución proletaria, como único medio de
salir de la guerra. Esta circunstancia tuvo una importancia inmensa para la Revolución de Octubre,
pues puso en sus manos el poderoso instrumento de la paz, ofreciéndole la posibilidad de conjugar
la revolución soviética con la terminación de la odiosa guerra y, de este modo, granjearse la
simpatía de las masas, tanto en el Occidente, entre los obreros, como en el Oriente, entre los
pueblos oprimidos.
En tercer lugar, el poderoso movimiento obrero en Europa y la crisis revolucionaria que,
engendrada por la prolongada guerra imperialista, maduraba en el Occidente y en el Oriente. Esta
circunstancia tuvo para la revolución en Rusia una importancia inapreciable, pues le aseguró fuera
de Rusia aliados fieles en su lucha contra el imperialismo mundial.
Pero, aparte de las circunstancias de orden exterior, la Revolución de Octubre tuvo a su favor
muchas condiciones interiores que coadyuvaron a su triunfo.
Entre esas condiciones, las principales son las siguientes:
Primera: la Revolución de Octubre contaba con el apoyo más enérgico de la inmensa mayoría de
la clase obrera de Rusia.
Segunda: contaba con el apoyo indudable de los campesinos pobres y de la mayoría de los
soldados, ansiosos de paz y de tierra.
Tercera: tenía a la cabeza, como fuerza dirigente, un partido tan probado como el Partido
Bolchevique, fuerte no sólo por su experiencia, no sólo por su disciplina, forjada durante años, sino
también por su gran ligazón con las masas trabajadoras.
Cuarta: la Revolución de Octubre se enfrentaba con enemigos relativamente fáciles de vencer,
como eran la burguesía rusa, más o menos débil, la clase de los terratenientes, totalmente
desmoralizada por los "motines" campesinos, y los partidos conciliadores (menchevique y eserista),
que en el transcurso de la guerra quedaron en plena bancarrota.
Quinta: disponía de los inmensos espacios del joven Estado, donde podía maniobrar libremente,
retroceder cuando las circunstancias lo exigiesen, tomar aliento, reponer sus fuerzas, etc.
Sexta: la Revolución de Octubre podía contar, en su lucha contra la contrarrevolución, con
suficientes reservas de víveres, combustible y materias primas en el interior del país.
Estas circunstancias exteriores e interiores, sumadas, crearon la peculiar situación que hizo
relativamente fácil el triunfo de la Revolución de Octubre.
Eso no quiere decir, naturalmente, que a la Revolución de Octubre no se opusieran condiciones
exteriores e interiores desfavorables. ¿No fue, por ejemplo, muy desfavorable la soledad de la
Revolución de Octubre, el hecho de que no tuviera al lado, junto a sus fronteras, un país soviético
en el que pudiera apoyarse? Es indudable que una futura revolución, en Alemania, por ejemplo, se
encontraría, en este sentido, en situación más ventajosa, pues tendría al lado a un país soviético tan
fuerte como nuestra Unión Soviética. Y no hablo ya de la desventaja que para la Revolución de
Octubre suponía el que los proletarios no fuesen mayoría en el país.
Pero estas circunstancias desfavorables no hacen más que subrayar la enorme importancia de la
peculiaridad de las condiciones interiores y exteriores de la Revolución de Octubre de que hemos
hablado anteriormente.
No se debe olvidar ni por un instante esa peculiaridad. Conviene sobre todo recordarla al analizar
los acontecimientos de otoño de 1923 en Alemania. La debe recordar, en primer término, Trotski,
que establece muy a la ligera una analogía entre la Revolución de Octubre y la revolución de
Alemania y vapulea sin piedad al Partido Comunista de Alemania por sus errores reales e
imaginarios.
"En la situación concreta de 1917, extraordinariamente original desde el punto de vista histórico
-- dice Lenin --, a Rusia le fue fácil empezar la revolución socialista, pero continuarla y llevarla a
térmillo le será más difícil que a los países europeos. A comienzos de 1918 hube ya de indicar esta
circunstancia, y la experiencia de los dos años transcurridos desde entonces ha venido a confirmar
enteramente la justeza de tal consideración. Condiciones específicas como fueron: 1) la posibilidad
de conjugar la revolución soviética con la terminación, gracias a ella, de la guerra imperialista, que
había extenuado hasta lo indecible a los obreros y los campesinos; 2) la posibilidad de sacar
provecho, durante cierto tiempo, de la lucha a muerte en que estaban enzarzados los dos grupos más
poderosos de los tiburones imperialistas del mundo, grupos que no podían coligarse contra el
enemigo soviético; 3) la posibilidad de soportar una guerra civil relativamente larga, en parte por la
extensión gigantesca del país y por sus malas comunicacioncs; 4) la existencia entre los campesinos
de un movimiento revolucionario democrático-burgués tan profundo que el partido del proletariado
hizo suyas las reivindicaciones revolucionarias del partido de los campesinos (del partido
socialrevolucionario, profundamente hostil, en su mayoría, al bolchevismo) y las realizó en el acto
gracias a la conquista del Poder político por el proletariado; tales condiciones específicas no existen
hoy en Europa Occidental, y la repetición de estas condiciones o de otras análogas no es nada fácil.
Por ello, entre otras razones, a Europa Occidental le es más difícil que a nosotros comenzar la
revolución socialista" (v. t. XXV, pág. 205).
Estas palabras de Lenin no deben olvidarse.
II
SOBRE LAS DOS PARTICULARIDADES DE
LA REVOLUCION DE OCTUBRE U OCTUBRE
Y LA TEORIA DE LA REVOLUCION
"PERMANENTE" DE TROTSKI
Hay dos particularidades de la Revolución de Octubre que es indispensable esclarecer, sobre todo
para comprender el sentido interno y la importancia histórica de esta revolución.
¿Qué particularidades son ésas?
En primer lugar, el que la dictadura del proletariado haya nacido en nuestro país como un Poder
surgido sobre la base de la alianza entre el proletariado y las masas trabajadoras del campesinado,
dirigidas por el proletariado. En segundo lugar, el que la dictadura del proletariado se haya
afianzado en Rusia a consecuencia de la victoria del socialismo en un solo país, poco desarrollado
en el sentido capitalista, mientras que el capitalismo subsiste en los otros países, con un mayor
desarrollo capitalista. Esto no quiere dicir, naturalmente, que la Revolución de Octubre no tenga
otras particularidades. Pero las que nos importan en este momento son precisamente estas dos, y no
sólo porque expresan con nitidez la esencia de la Revolución de Octubre, sino también porque
revelan a las mil maravillas la naturaleza oportunista de la teoría de la "revolución permanente".
Examinemos con brevedad esas particularidades.
El problema de las masas trabajadoras de la pequeña burguesía urbana y rural, el problema de
atraer a estas masas al lado del proletariado, es un problema importantísimo de la revolución
proletaria. ¿A quién apoyará, en la lucha por el Poder, la gente trabajadora de la ciudad y del campo:
a la burguesía o al proletariado? ¿De quién será reserva: de la burguesía o del proletariado? La
suerte de la revolución y la solidez de la dictadura del proletariado dependen de ello. Las
revoluciones de 1848 y 1871 en Francia fracasaron, principalmente, porque las reservas campesinas
estuvieron al lado de la burguesía. La Revolución de Octubre triunfó porque supo arrancarle a la
burguesía sus reservas campesinas, porque supo conquistar estas reservas para la causa del
proletariado y el proletariado fue en esta revolución la única fuerza dirigente de las vastas masas de
gente trabajadora de la ciudad y del campo.
Quien no haya comprendido esto no comprenderá jamás ni el carácter de la Revolución de
Octubre, ni la naturaleza de la dictadura del proletariado, ni las peculiaridades de la política interior
de nuestro Poder proletario.
La dictadura del proletariado no es una simple élite gubernamental, "inteligentemente"
"seleccionada" por la mano solícita de un "estratega experimentado" y que "se apoya sabiamente"
en tales o cuales capas de la población. La dictadura del proletariado es la alianza de clase del
proletariado y de las masas trabajadoras del campo para derribar el capital, para el triunfo definitivo
del socialismo, a condición de que la fuerza dirigente de esa alianza sea el proletariado.
No se trata, por tanto, de menospreciar "un poquito" o de sobreestimar "un poquito" las
posibilidades revolucionarias del movimiento campesino, como gustan de expresarse ahora algunos
diplomáticos defensores de la "revolución permanente". Se trata de la naturaleza del nuevo Estado
proletario, nacido como resultado de la Revolución de Octubre. Se trata del carácter del Poder
proletario, de las bases de la dictadura misma del proletariado.
"La dictadura del proletariado -- dice Lenin -- es una forma especial de alianza de clase entre el
proletariado, vanguardia de los trabajadores, y las numerosas capas trabajadoras no proletarias
(pequeña burguesía, pequeños patronos, campesinos, intelectuales, etc.) o la mayoría de ellas,
alianza dirigida contra el capital, alianza cuyo objeto es el derrocamiento completo del capital, el
aplastamiento completo de la resistencia de la burguesía y de sus tentativas de restauración, alianza
cuyo objetivo es la instauración y la consolidación definitiva del socialismo" (v. t. XXIV, pág. 311).
Y más adelante:
"La dictadura del proletariado, si traducimos esta expresión latina, científica, histórico-filosófica,
a un lenguaje mas sencillo, quiere decir lo siguiente:
sólo una clase determinada -- a saber: los obreros de la ciudad y, en general, los obreros de las
fábricas. los obreros industriales -- está en condiciones de dirigir a toda la masa de los trabajadores
y los explotados en la lucha por derrocar el yugo del capital, en el proceso mismo de su
derrocamiento, en la lucha por mantener y consolidar la victoria, en la creación de un nuevo orden
social, socialista, en toda la lucha por la supresión total de las clases" (v. t. XXIV, pág. 336).
Tal es la teoría de la dictadura del proletariado formulada por Lenin.
Una de las particularidades de la Revolución de Octubre consiste en que esta revolución es una
aplicación clásica de la teoría leninista de la dictadura del proletariado.
Algunos camaradas opinan que esta teoría es puramente "rusa", que sólo guarda relación con la
realidad rusa. Eso es falso, completamente falso. Cuando habla de las masas laboriosas de las clases
no proletarias dirigidas por el proletariado, Lenin no se refiere solamente a los campesinos rusos,
sino también a los elementos trabajadores de las regiones periféricas de la Unión Soviética, que
hace bien poco aún eran colonias de Rusia. Lenin no se cansaba de repetir que, sin una alianza con
estas masas de otras nacionalidades, el proletariado de Rusia no podría triunfar. En sus artículos
sobre la cuestión nacional y en los discursos pronunciados en los Congresos de la Internacional
Comunista, Lenin dijo reiteradas veces que la victoria de la revolución mundial es imposible sin una
alianza revolucionaria, sin un bloque revolucionario del proletariado de los países avanzados con
los pueblos oprimidos de las colonias esclavizadas. ¿Y qué son las colonias si no esas mismas
masas laboriosas oprimidas y, ante todo, las masas trabajadoras del campesinado? ¿Quién ignora
que el problema de liberar a las colonias es, en el fondo, el problema de liberar del yugo y de la
explotación del capital financiero a las masas trabajadoras de las clases no proletarias?
Pues de esto se desprende que la teoría leninista de la dictadura del proletariado no es una teoría
puramente "rusa", sino una teoría obligatoria para todos los países. El bolchevismo no es un
fenómeno exclusivamente ruso. "El bolchevismo" -- dice Lenin -- es un "modelo de táctica para
todos " (v. t. XXIII, pág. 386).
Tales son los rasgos que caracterizan la primera particularidad de la Revolución de Octubre.
¿Qué se puede decir de la teoría de la "revolución permanente" de Trotski, desde el punto de vista
de esta particularidad de la Revolución de Octubre?
No vamos a extendernos sobre la posición de Trotski en 1905, cuando se olvidó, "simplemente",
del campesinado como fuerza revolucionaria, lanzando la consigna de "sin zar, por un gobierno
obrero", es decir, la consigna de una revolución sin los campesinos. Incluso Rádek, este diplomático
defensor de la "revolución permanente", se ve obligado a reconocer ahora que en 1905 la
"revolución permanente" significaba un "salto en el vacío", fuera de la realidad. Hoy todo el mundo,
por lo visto, está conforme en que no merece la pena ocuparse de ese "salto en el vacío".
Tampoco vamos a extendernos sobre la posición de Trotski durante la guerra, en 1915, por
ejemplo, cuando en su artículo La lucha por el Poder, partiendo de que "vivimos en la época del
imperialismo", de que el imperialismo "no contrapone la nación burguesa al viejo régimen, sino el
proletariado a la nación burguesa", llegaba a la conclusión de que el papel revolucionario de los
campesinos debía decrecer, de que la consigna de la confiscación de la tierra no tenía ya la
importancia de antes. Es sabido que Lenin, analizando este artículo de Trotski, le acusaba entonces
de "negar" "el papel del campesinado" y decía que "Trotski ayuda de hecho a los políticos obreros
liberales de Rusia, quienes por 'negación' del papel de los campesinos entienden el no querer
alzarlos para la revolución" (v. t. XVIII, pág. 318).
Pasemos mejor a trabajos posteriores de Trotski acerca de esta cuestión, a las obras escritas en el
período en que la dictadura del proletariado estaba ya afianzada y cuando Trotski podía comprobar
en la práctica su teoría de la "revolución per manente" y corregir sus errores. Tomemos el
Prefacio de Trotski escrito en 1922 para su libro 1905. He aquí lo que Trotski dice en este Prefacio
sobre la "revolución permanente":
"Precisamente en eí intervalo entre el 9 de enero y la huelga de octubre de 1905 fue cuando llegó
el autor a las concepciones acerca del carácter del desarrollo revolucionario de Rusia que han
recibido el nombre de teoría de la 'revolución permanente'. Esta denominación abstrusa expresaba la
idea de que la revolución rusa, ante la cual se alzan de manera inmediata objetivos burgueses, no
podrá, sin embargo, detenerse en ellos. La revolución no podrá resolver sus tareas burguesas más
inmediatas sino colocando en el Poder al proletariado. Y este último, al tomar el Poder en sus
manos, no podrá por menos de rebasar el marco burgués en la revolución. Al contrario:
precisamente para asegurar su victoria, la vanguardia proletaria tendrá que hacer, desde los primeros
pasos de su dominación, las más profundas incursiones, no sólo en la propiedad feudal, sino
también en la propiedad burguesa. Este modo de proceder le llevará a choques hostiles, no sólo con
todos los gmpos burgueses que le apoyaron en los primeros momentos de su lucha revolucionaria,
sino también con las vastas masas campesinas, con ayuda de las cuales ha llegado al Poder. Las
contradicciones en la situación del gobierno obrero en un país atrasado, en el que la mayoría
aplastante de la población está compuesta de campesinos, podrán ser solucionadas sólo en el plano
internacional, en la palestra de la revolución mundial del proletariado".
Así habla Trotski de su "revolución permanente".
Basta comparar esta cita con los pasajes de las obras de Lenin acerca de la dictadura del
proletariado reproducidos anteriormente, para comprender qué abismo media entre la teoría
leninista de la dictadura del proletariado y la teoría de la "revolución permanente" de Trotski.
Lenin habla de la alianza entre el proletariado y las capas trabajadoras del campo como de la
base de la dictadura del proletariado. En Trotski, por el contrario, nos encontramos con "choques
hostiles " entre la "vanguardia proletaria" y las "vastas masas campesinas".
Lenin habla de la dirección, por el proletariado, de las masas trabajadoras y explotadas. En
Trotski, por el contrario, nos encontramos con "contradicciones en la situación del gobierno obrero
en un país atrasado, en el que la mayoría aplastante de la población está compuesta de campesinos".
Según Lenín, la revolución saca sus fuerzas, ante todo, de los obreros y los campesinos de Rusia
misma. En Trotski, por el contrario, resulta que las fuerzas indispensables pueden sacarse
únicamente de "la palestra de la revolución mundial del proletariado".
¿Y qué hacer si la revolución internacional ha de demo rarse? ¿Le queda a nuestra revolución
algún rayo de esperanza? Trotski no nos deja ningún rayo de esperanza, pues "las contradicciones
en la situación del gobierno obrero . . . podrán ser solucionadas sólo . . . en la palestra de la
revolución mundial del proletariado". Con arreglo a este plan, a nuestra revolución no le queda más
que una perspectiva: vegetar en sus propias contradicciones y podrirse en vida, esperando la
revolución mundial.
¿Qué es, según Lenin, la dictadura del proletariado?
La dictadura del proletariado es un Poder que descansa en la alianza del proletariado con las
masas trabajadoras del campo para "el derrocamiento completo del capital", para "la instauración y
la consolidación definitiva del socialismo".
¿Qué es, según Trotski, la dictadura del proletariado?
La dictadura del proletariado es un Poder que llega "a choques hostiles" con "las vastas masas
campesinas" y que busca la solución de las "contradicciones" únicamente "en la palestra de la
revolución mundial del proletariado".
¿En qué se diferencia esta "teoría de la revolución permanente" de la conocida teoría del
menchevismo que niega la idea de la dictadura del proletariado?
En el fondo, no se diferencia en nada.
No cabe duda: la "revolución permanente" no se limita a menospreciar las posibilidades
revolucionarias del movimiento campesino. La "revolución permanente" menosprecia el
movimiento campesino hasta tal extremo, que es la negación de la teoría leninista de la dictadura
del proletariado.
La "revolución permanente" de Trotski es una variedad del menchevismo.
Esto es lo que puede decirse en cuanto a la primera particularidad de la Revolución de Octubre.
¿Cuáles son los rasgos característicos de la segunda particularidad de la Revolución de Octubre?
Estudiando el imperialismo, sobre todo en el período de la guerra, Lenin descubrió la ley del
desarrollo económico y político desigual y a saltos de los países capitalistas. Según esta ley, el
desarrollo de las empresas, de los trusts, de las ramas de la industria y de los diversos países no se
produce en forma igual, con arreglo a un orden de sucesión establecido, de modo que un trust, una
rama de la industria o un país marchen constantemente a la cabeza y otros trusts u otros países
vayan a la zaga, sujetándose a ese orden de sucesión, sino que se desarrollan a saltos, con
interrupciones en el desarrollo de unos países y saltos adelante en el desarrollo de otros. Además, la
tendencia, "completamente legítima", de los países que se quedan atrás a conservar sus antiguas
posiciones y la no menos "legítima" tendencia de los países que saltan adelante a apoderarse de
nuevas posiciones, hacen que las colisiones bélicas entre los países imperialistas sean una necesidad
ineluctable. Así ha ocurrido, por ejemplo, con Alemania, que hace medio siglo era, en comparación
con Francia e Inglaterra, un país atrasado. Lo mismo puede decirse del Japón, en comparación con
Rusia. Sin embargo, es notorio que, ya a principios del siglo XX, Alemania y el Japón habían dado
un salto tan grande, que la primera había sobrepasado a Francia y comenzaba a desplazar a
Inglaterra en el mercado mundial, y el segundo a Rusia. De estas contradicciones, como es sabido,
surgió la reciente guerra imperialista.
Esta ley parte de que:
1) "El capitalismo se ha transformado en un sistema universal de sojuzgamiento colonial y de
estrangulación financiera de la inmensa mayoría de la población del planeta por un puñado de
países 'adelantados'" (v. el prólogo a la edición francesa de El imperialismo, de Lenin, t. XIX, pág.
74).
2) "El reparto de este 'botín' se efectúa entre dos o tres potencias rapaces, y armadas hasta los
dientes, que dominan en el mundo (Estados Unidos, Inglaterra, el Japón) y arrastran a su guerra, por
el reparto de su botín, a todo el planeta" (v. lugar citado).
3) Al agravarse las contradicciones dentro del sistema mundial de opresión financiera, al hacerse
inevitables los conflictos bélicos, el frente mundial del imperialismo se hace fácilmente vulnerable
para la revolución, y es factible su ruptura por ciertos países por separado.
4) Lo más probable es que esta ruptura se produzca en los lugares y países donde la cadena del
frente imperialista sea más débil, es decir, donde el imperialismo esté menos fortificado y la
revolución pueda desarrollarse con mayor facilidad.
5) Por ello, la victoria del socialismo en un solo país -- aun en el caso de que ese país esté menos
desarrollado en el sentido capitalista y el capitalismo subsista en otros países, aunque estos países
estén más desarrollados en el sentido capitalista -- es perfectamente posible y probable.
Tales son, en pocas palabras, los fundamentos de la teoría leninista de la revolución proletaria.
¿En qué consiste la segunda particularidad de la Revolución de Octubre?
La segunda particularidad de la Revolución de Octubre consiste en que esta revolución es un
modelo de aplicación práctica de la teoría leninista de la revolución proletaria.
Quien no haya comprendido esta particularidad de la Revolución de Octubre, jamás comprenderá
ni el carácter internacional de esta revolución, ni su formidable potencia internacional, ni su
peculiar política exterior.
"La desigualdad del desarrollo económico y político -- dice Lenin -- es una ley absoluta del
capitalismo. De aquí se deduce que es posible que la victoria del socialismo empiece por unos
cuantos países capitalistas, o incluso por un solo país capitalista. El proletariado triunfante de este
país, después de expropiar a los capitalistas y de organizar la producción socialista dentro de sus
flonteras, se enfrentará con el resto del mundo, con el mundo capitalista, atrayendo a su lado a las
clases oprimidas de los demás países, levantando en ellos la insurrección contra los capitalistas,
empleando, en caso necesario, incluso la fuerza de las armas contra las clases explotadoras y sus
Estados". Pues "la libre unión de las naciones en el socialismo es imposible sin una lucha tenaz,
más o menos prolongada, de las repúblicas socialistas contra los Estados atrasados" (v. t. XVIII,
págs. 232-233).
Los oportunistas de todos los países afirman que la revolución proletaria sólo puede comenzar --
si es que ha de comenzar, en general, en alguna parte, según su teoría -- en los países
industrialmente desarrollados; que cuanto más desarrollados industrialmente estén esos países, tanto
mayores serán las probabilidades de triunfo del socialismo. Ellos descartan, como algo totalmente
inverosímil, la posibilidad de la victoria del socialismo en un solo país, y por añadidura, poco
desarrollado en el sentido capitalista. Ya durante la guerra, Lenin, apoyándose en la ley del
desarrollo desigual de los Estados imperialistas, opone a los oportunistas su teoría de la revolución
proletaria sobre la victoria del socialismo en un solo país, aun cuando este país esté menos
desarrollado en el sentido capitalista.
Sabido es que la Revolución de Octubre confirmó plenamente la justeza de la teoría leninista de
la revolución proletaria.
¿Qué podemos decir de la "revolución permanente" de Trotski, desde el punto de vista de la
teoría leninista sobre la victoria de la revolución proletaria en un solo país?
Tomemos el folleto de Trotski Nuestra revolución
(1906). Trotski dice:
"Sin un apoyo estatal directo del proletariado europeo, la clase obrera de Rusia no podrá
mantenerse en el Poder y transformar su dominación temporal en una dictadura socialista duradera.
De ello no cabe dudar ni un instante".
¿Qué dice esta cita? Que la victoria del socialismo en un solo país, en este caso en Rusia, es
imposible "sin un apoyo estatal directo del proletariado europeo", es decir, mientras el proletariado
europeo no conquiste el Poder.
¿Qué hay de común entre esta "teoría" y la tesis de Lenin sobre la posibilidad de la victoria del
socialismo "en un solo país capitalista"?
Evidentemente, nada.
Pero admitamos que este folleto de Trotski, publicado en 1906, cuando era difícil definir el
carácter de nuestra revolución, contiene errores involuntarios y no responde por entero a las
concepciones sustentadas por Trotski posteriormente. Examinemos otro folleto de Trotski, El
programa de la paz, publicado en vísperas de la Revolución de Octubre, en 1917, y reeditado ahora
(1924) en el libro 1917. En este folleto, Trotski critica lo que dice la teoría leninista de la revolución
proletaria sobre la victoria del socialismo en un solo país, oponiéndole la consigna de los Estados
Unidos de Europa. Trotski afirma que el socialismo no puede triunfar en un solo país, que la
victoria del socialismo sólo es posible a condición de que triunfe en algunos de los principales
países de Europa (Inglaterra, Rusia, Alemania), agrupados en los Estados Unidos de Europa, siendo
en otro caso totalmente imposible. Dice con toda claridad que "una revolución victoriosa en Rusia o
en Inglaterra es inconcebible sin la revolución en Alemania, y vice versa".
"La única consideración historica más o menos concreta -- dice Trotski -- contra la consigna de
los Estados Undos ha sido formulada en el Sotsial-Demokrat de Suiza (entonces órgano central de
los bolcheviques. J. St.), en la siguiente frase: 'La desigualdad del desarrollo económico y político
es una ley absoluta del capitalismo'. De aquí deducía Sotsial-Demokrat que la victoria del
socialismo en un solo país es posible y, por tanto, no hay por qué supeditar la dictadura del
proletariado en cada país a la formación de los Estados Unidos de Europa. Que el desarrollo
capitalista de los distintos países es desigual, es una afirmación absolutamente indiscutible. Pero
esta desigualdad es ella misma sumamente desigual. El nivel capitalista de Inglaterra, de Austria, de
Alemania o de Francia no es el mismo. Pero, en comparación con Africa y Asia, todos estos países
representan la 'Europa' capitalista, madura ya para la revolución social. Que ningún país debe
'aguardar' a los otros en su lucha, es una idea elemental que es útil y necesario repetir, para que la
idea de una acción internacional paralela no sea sustituida por la idea de una inactividad
internacional expectante. Sin aguardar a los demás, comenzamos y continuamos la lucha en el
terreno nacional, con la plena seguridad de que nuestra iniciativa impulsará la lucha en otros países;
y, si esto no sucediese, no hay ningún fundamento para suponer -- así lo atestiguan la experiencia
histórica y las consideraciones teóricas -- que la Rusia revolucionaria, por ejemplo, podria
sostenerse frente a la Europa conservadora o que la Alemania socialista podría subsistir aislada en
un mundo capitalista".
Como veis, estamos ante la misma teoria del triunfo simultaneo del socialismo en los principales
países de Europa, que descarta, como regla general, la teoría leninista de la revolución sobre la
victoria del socialismo en un solo país.
Cierto es que, para la victoria completa del socialismo, para la garantia completa contra la
restauración del antiguo orden de cosas, son indispensables los esfuerzos conjuntos de los
proletarios de unos cuantos países. Cierto es que, sin el apoyo del proletariado de Europa a nuestra
revolución, el proletaria do de Rusia no habría podido resistir la presión general, del mismo modo
que el movimiento revolucionario del Occidente, si no lo hubiera apoyado la revolución de Rusia,
no habría podido desarrollarse con el ritmo que adquirió después de la instauración de la dictadura
proletaria en Rusia. Cierto es que necesitamos apoyo. Pero ¿qué es el apoyo del proletariado de la
Europa Occidental a nuestra revolución? La simpatía de los obreros europeos por nuestra
revolución, su disposición a desbaratar los planes de intervención de los imperialistas, ¿constituye
todo esto un apoyo, una ayuda seria? Indudablemente. Sin ese apoyo, sin esa ayuda, no sólo de los
obreros europeos, sino también de las colonias y de los países dependientes, la dictadura proletaria
de Rusia se vería en un trance muy difícil. ¿Ha bastado hasta ahora con esa simpatía y con esa
ayuda, unidas al poderio de nuestro Ejército Rojo y a la disposición de los obreros y campesinos de
Rusia a defender con su pecho la patria socialista? ¿Ha bastado todo eso para repeler los ataques de
los imperialistas y conquistar las condiciones necesarias para una seria labor de edificación? Sí, ha
bastado. Y esa simpatía, ¿crece o disminuye? Indudablemente, crece. ¿Tenemos, pues, condiciones
favorables, no sólo para llevar adelante la organización de la economía socialista, sino también para
prestar, a nuestra vez, apoyo a los obreros de la Europa Occidental y a los pueblos oprimidos del
Oriente? Sí, tenemos esas condiciones. Los siete años de historia de la dictadura proletaria en Rusia
lo atestiguan elocuentemente. ¿Puede, acaso, negarse que en nuestro país ha comenzado ya un
poderoso auge del trabajo? No, no se puede negar.
¿Qué puede significar, después de todo eso, la declaración de Trotski de que la Rusia
revolucionaria no podría resistir ante una Europa conservadora?
No puede significar más que una cosa: en primer lugar, que Trotski no percibe la potencia interior
de nuestra revolución; en segundo lugar, que Trotski no comprende la importancia inapreciable del
apoyo moral que los obreros del Occidente y los campesinos del Oriente prestan a nuestra
revolución; en tercer lugar, que Trotski no percibe el mal interior que corroe actualmente al
imperialismo.
Llevado por el apasionamiento en su crítica de la teoría leninista de la revolución proletaria,
Trotski, sin darse cuenta, se ha derrotado por completo a sí mismo en su folleto El programa de la
paz, publicado en 1917 y reeditado en 1924.
Pero ¿quizás este folleto de Trotski haya también envejecido y no corresponda por una u otra
razón a sus puntos de vista actuales? Tomemos trabajos más recientes de Trotski, escritos
después del triunfo de la revolución proletaria en un solo país, en Rusia. Tomemos, por ejemplo, el
Epílogo que escribió en 1922 para la nueva edición de su folleto El programa de la paz. He aquí lo
que dice en ese Epílogo:
"La afirmación, varias veces repetida en El programa de la paz, de que la revolución proletaria
no puede terminar victoriosamente dentro de un marco nacional, parecerá quizá a algunos lectores
desmentida por la experiencia de casi cinco años de vida de nuestra República Soviética. Pero
semejante conclusión sería infundada. El hecho de que el Estado obrero haya resistido contra el
mundo entero en un solo país, y además en un país atrasado, atestigua la potencia colosal del
proletariado, que en otros países más adelantados y más civilizados será capaz de hacer verdaderos
milagros. Pero, habiendo logrado mantenernos como Estado en el sentido político y militar, no
hemos llegado todavía, ni siquiera nos hemos acercado a la creación de la sociedad socialista. . .
Mientras en los demás Estados europeos se mantenga en el Poder la burguesía nos veremos
obligados, en la lucha contra el aislamiento económico, a buscar acuerdos con el mundo capitalista;
al mismo tiempo, puede afirmarse con toda certidumbre que estos acuerdos pueden, en el mejor de
los casos, ayudarnos a cicatrizar una u otra herida económica, a dar uno u otro paso adelante, pero
el verdadero auge de la economía socialista en Rusia no será posible más que después de la victoria
del proletariado en los países más importantes de Europa".
Esto es lo que dice Trotski, pecando manifiestamente contra la realidad y esforzándose a toda
costa por salvar del naufragio definitivo la "revolución permanente".
Resulta que, por más vueltas que se le dé, no sólo "no hemos llegado", sino que "ni siquiera nos
hemos acercado" a la creación de la sociedad socialista. Resulta que alguien abrigaba la esperanza
de llegar a "acuerdos con el mundo capitalista", pero resulta también que de estos acuerdos tampoco
sale nada, pues, por más vueltas que se le dé, "el verdadero auge de la economía socialista" no se
alcanzará mientras el proletariado no haya vencido "en los países más importantes de Europa".
Y como aún no se ha obtenido la victoria en el Occidente, a la revolución de Rusia no le queda
más que un "dilema": o podrirse desde la raíz o degenerar en un Estado burgués.
Por algo hace ya dos años que Trotski viene hablando de la "degeneración" de nuestro Partido.
Por algo Trotski profetizaba el año pasado el "hundimiento" de nuestro país.
¿Cómo se puede conciliar esta extraña "teoría" con la teoría de Lenin sobre la "victoria del
socialismo en un solo país"?
¿Cómo se puede conciliar esta extraña "perspectiva" con la perspectiva de Lenin, según la cual la
nueva política económica nos permitirá "echar los cimientos de la economía socialista"?
¿Cómo se puede conciliar esta desesperanza "permanente" con las siguientes palabras de Lenin,
por ejemplo?
"Hoy, el socialismo no es ya un problema de un futuro remoto, ni una visión abstracta o un icono.
De los iconos seguimos tenicndo la opinión de antes, una opinión muy mala. Hemos hecho penetrar
el socialismo en la vida diaria, y de eso es de lo que debemos ocuparnos. Esa es la tarea de nuestros
días, esa es la tarea de nuestra época. Permitidme que termine expresando la seguridad de que, por
más difícil que sea esa tarea, por más nueva que sea, en comparación con nuestra tarea anterior, y
por más dificultades que nos origine, todos nosotros, juntos y no mañana, sino en el transcutso de
unos cuantos años, todos nosotros, juntos, la resolveremos a toda costa, de modo que de la Rusia de
la Nep salga la Rusia socialista" (v. t. XXVII, pág. 366).
¿Cómo se puede conciliar la falta "permanente" de perspectivas de Trotski con las siguientes
palabras de Lenin, por ejemplo?
"En efecto, todos los grandes medios de producción en poder del Estado y el Poder del Estado en
manos del proletariado; la alianza de este proletariado con millones y millones de pequeños y muy
pequeños campesinos; asegurar la dirección de los campesinos por el proletariado, etc., ¿acaso no es
esto todo lo que se necesita para edificar la sociedad socialista completa partiendo de la
cooperación, y nada más que de la cooperación, a la que antes motejábamos de mercantilista y que
ahora, bajo la Nep, merece también, en cierto modo, el mismo trato; acaso no es esto todo lo
imprescindible para edificar la sociedad socialista completa? Eso no es todavía la edificación de la
sociedad socialista, pero sí todo lo imprescindible y lo suficiente para esta edificación" (v. t. XXVII,
pág. 392).
Es evidente que todo eso no se concilia ni puede conciliarse. La "revolución permanente" de
Trotski es la negación de la teoría leninista de la revolución proletaria, y viceversa: la teoría
leninista de la revolución proletaria es la negación de la teoría de la "revolución permanente".
La falta de fe en la fuerza y en la capacidad de nuestra revolución, la falta de fe en las fuerzas y
en la capacidad del proletariado de Rusia: tal es el fondo de la teoría de la "revolucion permanente".
Hasta ahora solía señalarse un solo lado de la teoría de la "revolución permanente": la falta de fe
en las posibilidades revolucionarias del movimiento campesino. Ahora, para ser justos, hay que
completar ese lado con otro: la falta de fe en las fuerzas y en la capacidad del proletariado de Rusia.
¿En qué se diferencia la teoría de Trotski de la teoría corriente del menchevismo, según la cual la
victoria del socialismo en un solo país, por añadidura atrasado, es imposible sin la victoria previa de
la revolución proletaria "en los principales países de la Europa Occidental"?
En el fondo, no se diferencia en nada.
No cabe duda: la teoría de la "revolución permanente" de Trotski es una variedad del
menchevismo.
Ultimamente han aparecido en nuestra prensa diplomáticos podridos, que se esfuerzan por hacer
pasar la teoría de la "revolución permanente" como algo compatible con el leninismo. Naturalmente
-- dicen --, esta teoría resultó inservible en 1905. Pero el error de Trotski consiste en haberse
adelantado entonces, intentando aplicar a la situación de 1905 lo que en aquel tiempo no se podía
aplicar. Pero más tarde -- dicen --, por ejemplo, en octubre de 1917, cuando la revolución había
alcanzado plena madurez, la teoría de Trotski estaba completamente en su lugar. No cuesta trabajo
adivinar que el principal de estos diplomáticos es Rádek. Escuchad lo que dice:
"La guerra ha abierto un abismo entre los campesinos, que aspiran a conquistar la tierra y la paz,
y los partidos pequeñoburgueses; la guerra ha puesto a los campesinos bajo la dirección de la clase
obrera y de su vanguardia, el Partido Bolchevique. Lo que se ha hecho posible no es la dictadura de
la clase obrera y de los campesinos, sino la dictadura de la clase obrera, apoyada en los campesinos.
Lo que Rosa Luxemburgo y Trotski propugnaban en 1905 contra Lenin (es decir, la "revolución
permanente". J. St.) ha resultado ser, de hecho, la segunda etapa del desarrollo histórico".
Cada una de estas palabras es una falsedad.
Es falso que durante la guerra "lo que se ha hecho posible no es la dictadura de la clase obrera y
de los campesinos, sino la dictadura de la clase obrera, apoyada en los campesinos". En realidad, la
revolución de febrero de 1917 fue la realización de la dictadura del proletariado y de los
campesinos, entrelazada de modo peculiar con la dictadura de la burguesía.
Es falso que la teoría de la "revolución permanente", que Rádek silencia púdicamente, fuese
formulada en 1905 por Rosa Luxemburgo y Trotski. En realidad, esa teoría la expusieron Parvus y
Trotski. Ahora, a los diez meses, Rádek se rectifica y estima necesario reprochar a Parvus la
"revolución permanente". Pero la justicia exige de Rádek que los reproches alcancen también a
Trotski, el socio de Parvus.
No es cierto que la "revolución permanente", refutada por la revolución de 1905, haya resultado
acertada en la "segunda etapa del desarrollo histórico", es decir, durante la Revolución de Octubre.
Todo el curso de la Revolución de Octubre, todo su desarrollo han revelado y demostrado la
inconsistencia absoluta de la teoría de la "revolución permanente", su absoluta incompatibilidad con
los fundamentos del leninismo.
Con discursos melifluos y diplomacia podrida no se puede cubrir la profunda sima que separa la
teoría de la "revolución permanente" y el leninismo.
III
ALGUNAS PARTICULARIDADES
DE LA TACTICA DE LOS
BOLCHEVIQUES EN EL PERIODO DE LA
PREPARACION DE OCTUBRE
IV
LA REVOLUCION DE OCTUBRE,
COMIENZO Y PREMISA
DE LA REVOLUCION MUNDIAL
Es indudable que la teoría universal del triunfo simultáneo de la revolución en los principales
países de Europa, la teoría de la imposibilidad de la victoria del socialismo en un solo país ha
resultado ser una teoría artificial, una teoría no viable. La historia de siete años de revolución
proletaria en Rusia no habla en favor, sino en contra de esa teoría. Esa teoría no sólo es inaceptable
como esquema del desarrollo de la revolución mundial, ya que está en contradicción con hechos
evidentes. Es todavía más inaceptable como consigna, porque no libera, sino que encadena la
iniciativa de los distintos países que, en virtud de ciertas condiciones históricas, adquieren la
posibilidad de romper ellos solos el frente del capital; porque no estimula a los distintos países a
emprender una arremetida enérgica contra el capital, sino a mantenerse pasivamente a la
expectativa, en espera del momento de "desenlace general"; porque no fomenta en los proletarios de
los distintos países el espíritu de decisión revolucionaria, sino el espíritu de las dudas a lo Hamlet:
"¿y si los demás no nos apoyan?". Lenin tiene completa razón al decir que la victoria del
proletariado en un solo país es un "caso típico", que "la revolución simultánea en varios países" sólo
puede darse como una "excepción rara" (v. t. XXIII, pág. 354).
Pero la teoría leninista de la revolución no se circunscribe, como es sabido, a este solo aspecto
del problema. Es, al mismo tiempo, la teoría del desarrollo de la revolución mundial*. La victoria
del socialismo en un solo país no constituye un fin en si. La revolución del país victorioso no debe
considerarse como una magnitud autónoma, sino como un apoyo, como un medio para acelerar el
triunfo del proletariado en todos los países. Porque la victoria de la revolución en un solo país, en
este caso en Rusia, no es solamente un producto del desarrollo desigual y de la disgregación
progresiva del imperialismo.
Es, al mismo tiempo, el comienzo y la premisa de la revolución mundial.
Es indudable que las vias del desarrollo de la revolución mundial no son tan sencillas como
podían parecer antes de la victoria de la revolución en un solo país, antes de la aparición del
imperialismo desarrollado, "antesala de la revolución socialista". Porque ha surgido un factor
nuevo: la ley del desarrollo desigual de los países capitalistas, que rige bajo las condiciones del
imperialismo desarrollado y evidencia la inevitabilidad de los conflictos armados, el debilitamiento
general del frente mundial del capital y la posibilidad de la victoria del socialismo en algunos países
por separado. Porque ha surgido un factor nuevo: el inmenso País Soviético, situado entre el
Occidente y el Oriente, entre el centro de la explotación financiera del mundo y el teatro de la
opresión colonial, un país cuya sola existencia revoluciona el mundo entero.
Todos estos factores (por no citar otros de menor importancia) no pueden ser pasados por alto al
estudiar las vías de la revolución mundial.
Antes solia suponerse que la revolución iría desarrollándose por "maduración" proporcionada de
los elementos de socialismo, ante todo en los países más desarrollados, en los países "adelantados".
Ahora, esta idea debe ser modificada de modo substancial.
"El sistema de las relaciones internacionales -- dice Lenin -- es actualmente tal, que uno de los
Estados de Europa, Alemania, se ve avasallado por los Estados vencedores. Por otra parte, diversos
Estados, por cierto los más antiguos del Occidente, se hallan, gracias a la victoria, en condiciones de
poder aprovechar esa misma victoria para hacer a sus clases oprimidas una serie de concesiones,
que, si bien son insignificantes, retardan el movimiento revolucionario en estos países, creando una
apariencia de 'paz social'".
"Al mismo tiempo, otros muchos países -- el Oriente, la India, China etc. --, se han visto
definitivamente sacados de su carril, precisamente por causa de la última guerra imperialista. Su
desarrollo se ha orientado definitivamente por la via general del capitalismo europeo. En esos países
ha comenzado la misma efervescencia que se observa en toda Europa. Y para todo el mundo es
ahora claro que ellos han entrado en un proceso de desarrollo que no puede por menos de conducir a
la crisis de todo el capitalismo mundial".
En vista de esto y en relación con ello, "los países capitalistas de la Europa Occidental llevarán a
término su desarrollo hacia el socialismo . . . de un modo distinto a como esperábamos
anteriormente. No lo llevan a término por un proceso proporcionado de "maduración" del
socialismo en ellos, sino mediante la explotación de unos Estados por otros, mediante la explotación
del primer Estado entre los vencidos en la guerra imperialista, unida a la explotación de todo el
Oriente. Por otra parte, el Oriente se ha incorporado de manera definitiva al movimiento
revolucionario, gracias precisamente a esta primera guerra imperialista, viéndose arrastrado
definitivamente a la órbita general del movimiento revolucionario mundial" (v. t. XXVII, págs. 415-
416).
Si a esto se añade que no sólo los países vencidos y las colonias son explotados por los países
vencedores, sino que, además, una parte de los países vencedores cae en la órbita de la explotación
financiera de los países vencedores más poderosos, de los Estados Unidos e Inglaterra; que las
contradicciones entre todos estos países constituyen el factor más importante de la disgregación del
imperialismo mundial; que, además de estas contradicciones, existen y se están desarrollando otras
contradicciones, profundísimas, dentro de cada uno de estos países; que todas estas contradicciones
se ahondan y se agudizan por el hecho de existir al lado de esos países la gran República de los
Soviets; si tomamos todo eso en consideración, tendremos una idea, más o menos completa, de la
peculiaridad de la presente situación internacional.
Lo más probable es que la revolución mundial se desarrolle del siguiente modo: nuevos países se
desgajarán del sistema de los países imperialistas por vía revolucionaria, siendo apoyados sus
proletarios por los proletarios de los países imperialistas. Vemos que el primei país que se ha
desgajado, el primer país que ha vencido, es apoyado ya por los obreros y las masas trabajadoras de
los otros países. Sin este apoyo no podria mantenerse. Es indudable que este apoyo irá cobrando
mayor intensidad y fuerza. Pero también es indudable que el mismo desarrollo de la revolución
mundial, el mismo proceso por el que se desgajen del imperialismo nuevos países se operará con
tanta mayor rapidez y profundidad cuanto más firmemente se vaya consolidando el socialismo en el
primer país victorioso, cuanto más rápidamente se transforme este país en una base para el
desarrollo sucesivo de la revolución mundial, en una palanca de la disgregación sucesiva del
imperialismo.
Si es cierta la tesis de que el triunfo definitivo del socialismo en el primer país liberado no es
posible sin los esfuerzos comunes de los proletarios de varios países, no menos lo es que la
revolución mundial se desarrollará con tanta mayor rapidez y profundidad, cuanto más eficaz sea la
ayuda prestada por el primer país socialista a los obreros y a las masas trabajadoras de todos los
otros países.
¿En qué debe consistir esta ayuda?
En primer lugar, en que el país que ha triunfado "lleve a cabo el máximo de lo realizable en un
solo país p a r a desarrollar, apoyar y despertar la revolución en todos los países " (v. Lenin,
t. XXIII, pág. 385).
En segundo lugar, en que "el proletariado triunfante" de un país, "después de expropiar a los
capitalistas y de organizar la producción socialista dentro de sus fronteras, se enfrente con el resto
del mundo, con el mundo capitalista, atrayendo a su lado a las clases oprimidas de los demás países,
levantando en ellos la insurrección contra los capitalistas, empleando, en caso necesario, incluso la
fuerza de las armas contra las clases explotadoras y sus Estados" (v. Lenin, t. XVIII, págs. 232-233).
La particularidad característica de esta ayuda del país victorioso no sólo consiste en que acelera
la victoria del proletariado de los otros países, sino también en que, al facilitar esta victoria, asegura
el triunfo definitivo del socialismo en el primer país victorioso.
Lo más probable es que, en el curso del desarrollo de la revolución mundial, se formen, al lado de
los focos de imperialismo en distintos países capitalistas y junto al sistema de estos países en todo el
mundo, focos de socialismo en distintos países soviéticos y un sistema de estos focos en el mundo
entero, y que la lucha entre estos dos sistemas llene la historia del desarrollo de la revolución
mundial.
Pues, "la libre unión de las naciones en el socialismo -- dice Lenin -- es imposible sin una lucha
tenaz, más o menos prolongada, de las repúblicas socialistas contra los Estados atrasados" (v. lugar
citado).
La importancia mundial de la Revolución de Octubre no sólo reside en que es la gran iniciativa
de un país que ha abierto una brecha en el sistema del imperialismo y constituye el primer foco de
socialismo en medio del océano de los países imperialistas, sino también en que es la primera etapa
de la revolución mundial y una base potente para su desenvolvimiento sucesivo.
Por eso no sólo yerran quienes, olvidando el carácter internacional de la Revolución de Octubre,
afirman que la victoria de la revolución en un solo país es un fenómeno pura y exclusivamente
nacional; yerran también quienes, sin olvidar el carácter internacional de la Revolución de Octubre,
propenden a considerarla como algo pasivo, sujeto únicamente al apoyo que pueda recibir del
exterior. La realidad es que no sólo la Revolucion de Octubre necesita del apoyo de la revolución de
los otros países, sino que también la revolución de estos países necesita del apoyo de la Revolución
de Octubre para acelerar e impulsar el derrocamiento del imperialismo mundial.
17 de diciembre de 1924.