Pensar El Cuerpo

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El cuerpo puede ser pensado (filosóficamente) de muchas maneras y desde muchas

perspectivas diferentes, ya sea desde la gnoseología, el feminismo o la vida y el disfrute.


¿Por qué es tan importante analizar, pensar, estudiar y deconstruir el cuerpo desde todas
las perspectivas posibles? Es importante, porque es algo que nos atraviesa y acompaña
directamente durante todo el transcurso de nuestras vidas. También es fundamental, porque
pone en duda muchos de los valores establecidos y puede llegar a hacer temblar ramas del
saber como lo es la ciencia.
Tanto la biología como muchas otras ciencias adquieren y establecen ciertos saberes
por medio de la observación. ¿Cómo observamos? Evidentemente por medio de los ojos, y
lo que es interesante es ese “por medio de”. No accedemos de forma directa a la realidad,
sino que decidimos confiar y creer en lo que nuestros ojos nos cuentan. Casi un acto
religioso. ¿Cómo sabemos que nuestros ojos no distorsionan la realidad? Por ejemplo, los
daltónicos tienen una “visión distorsionada de la realidad”. ¿Qué nos hace pensar que los
no daltónicos si accedemos a la realidad tal y como es? El mismo problema que con la
visión surge por ejemplo con el tacto y el resto de los sentidos. Una forma de pensar el
cuerpo es como medio de acceso al conocimiento e información.
Por el otro lado y cambiando completamente el eje tenemos al movimiento feminista
reclamando y militando la no sexualización de los cuerpos femeninos. Las mujeres (y los
varones) son más que cuerpo evidentemente, y reclamos como estos ponen en segundo
plano a los mismos. En primer lugar la psique junto con la conciencia y luego el propio
cuerpo. Se lo toma como un recipiente, lo que verdaderamente importa es lo de adentro.
Pero ojo que la no sexualización de los cuerpos no quiere decir que estos no importen, sino
que por el contrario es una reivindicación de los mismos. Salirse del culo, las tetas, los
abdominales etc. y pasar a apreciarlo en su totalidad.
Esto último nos lleva al tema final que es: la recuperación del goce, de la danza y los
placeres carnales. Con “la recuperación del goce” me refiero a dejar de lado los estándares
de belleza y comenzar a disfrutar de esos placeres que están “prohibidos”. Varones que se
exigen demasiado, mujeres que no comen para llegar a un estándar inalcanzable, gente
que sacrifica “placeres” solo para pertenecer a un perfil, tener un cuerpo hegemónico o
alinearse con el statu-quo. Por otra parte están los placeres carnales y la danza. El cuerpo
humano tiene millones de terminaciones nerviosas que al ser estimuladas nos generan
placer o felicidad. Es muy importante experimentar, bailar y jugar con el cuerpo, dejar de
lado los tabúes y preceptos como “puta” o “maricón”. Es fundamental reivindicar el cuerpo
como “herramienta” para acceder al placer.

Pregunta final: ¿El cuerpo debe ser pensado como “algo más” o debe ser puesto en
segundo plano?

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